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Relación de autores
Prólogo
P RIMERA P ARTE:
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA PREVENCIÓN
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SEGUNDA P ARTE:
DESARROLLO DE PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
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4.1. Introducción
4.2. Concepto de factores de riesgo y de protección
4.3. Clasificación de los factores de riesgo y protección para el consumo de
drogas en adolescentes
4.3.1. Factores de riesgo y protección ambientales/contextuales
4.3.2. Factores de riesgo y protección individuales
4.3.3. Factores de riesgo y protección de socialización
4.4. A modo de conclusión
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6.3.3. La prevención comunitaria
6.3.4. La prevención laboral
6.3.5. Prevención desde los contenidos
6.4. Técnicas informativas
6.4.1. Información sobre adicciones y conceptos relacionados
6.4.2. Información sobre la prevalencia de consumo
6.4.3. Información sobre mitos y realidades
6.4.4. Información sobre las consecuencias del consumo de las
sustancias
6.5. Técnicas de comunicación
6.5.1. Comunicación efectiva
6.5.2. Lenguajes verbal y no verbal
6.5.3. Escucha activa
6.6. Técnicas de percepción de uno mismo
6.7. Técnicas de control de emociones
6.8. Técnicas de decisión
6.9. Técnicas de competencia social
6.10. A modo de conclusión
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Aproximación preliminar a la prevención
del consumo de drogas
1.1. Introducción
Para tomar auténtica conciencia acerca de un fenómeno hay que partir desde la evidencia
de que existe una problemática a su alrededor, cosa que en ocasiones tarda demasiado
tiempo en suceder, lo que perjudica seriamente al desarrollo del mismo. Las
drogodependencias como fenómeno social, como acontecimiento integrado y relevante
entre la población general, es tan joven que prácticamente no ha cumplido ni los
cincuenta años. La paradoja de esta juventud es que las sustancias adictivas son tan
antiguas como la humanidad, pero se toma conciencia del problema hace relativamente
pocos años.
La gran mayoría de las sustancias han estado tradicionalmente integradas en las
diferentes culturas donde nace su uso y durante miles de años se han considerado como
parte integrante de la propia cultura, sin que por parte de la sociedad en su conjunto
aparecieran planteamientos que cuestionaran su consumo, incluso teniendo
consecuencias negativas o muy negativas para los usuarios. Esta integración cultural ha
propiciado que se mantengan las tradiciones en los lugares donde se originan
determinados usos de sustancias. De este modo en el antiguo Egipto, donde se elabora la
primera cerveza, se considera su consumo un alimento más por las características que
tenía por aquellos años esta bebida y no es hasta muchos siglos después cuando
comienzan a cuestionarse, en parte, sus posibles efectos perjudiciales, pero en realidad en
la actualidad sigue luchándose socialmente desde algunos sectores, por considerar esta
bebida como beneficiosa en determinados aspectos de salud, y de hecho si se elimina el
alcohol las bondades que ofrece son reconocidas por todos. Algo similar le ocurre al vino,
que pese a sus altibajos en siglos pasados y la mala prensa de muchos momentos en su
historia, hoy puede presumir de un alto estatus social, codeándose con la más alta gama
de productos gastronómicos, porque en la actualidad se está consiguiendo que el vino
ocupe un puesto de relevancia primordial en la gastronomía de la buena mesa, y que se le
considere un producto alimenticio más. Su pariente pobre, el mosto, que cuenta con la
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ventaja de no contener alcohol no puede competir aún con los caldos que envejecen en
barrica y que hacen las delicias de los grandes comensales en el mundo entero.
En este contexto sociocultural se han abonado consumos muy variados y dispares,
desde los derivados del cánnabis en el continente africano, pasando por el opio oriental y
acabando en las regiones andinas donde la hoja de coca ha sido el producto estrella en su
tradición cultural. A partir de los usos se comienza la producción sintetizando los
principios activos de muchas de las sustancias, que posteriormente son introducidas en
sociedades ajenas a sus usos y sus tradiciones, provocando la problemática asociada al
abuso de sustancias.
Es en los años sesenta del pasado siglo cuando los movimientos contraculturales,
sobre todo el movimiento hippy, favorecen y potencian muchos de los consumos que
fuimos heredando en la antigua Europa. Este movimiento juvenil que se universalizó
promulgando la anarquía pacífica, la vida en común, la defensa del medio ambiente o el
sexo libre, entre otros muchos principios, se nutría del consumo de cánnabis y LSD
fundamentalmente, aunque cualquier sustancia que llevara a la “felicidad” podría servir.
La sociedad española experimenta una evolución progresiva en cuanto a la forma y
el fondo de cómo entender las conductas de adicción a sustancias y sus protagonistas
directos. En realidad ante sustancias tan culturalmente nuestras como es el caso del
alcohol, las etapas que hemos ido alcanzando han sido lentas en el pasado y se han
precipitado en los últimos veinte años, consiguiendo un logro importante en cuanto a la
percepción social de la enfermedad alcohólica.
Pascual (2004, 132) recoge un artículo del Heraldo de Alcoy de 1915, donde se
expresa claramente el sentir popular de esos años en torno al alcohol: “El alcoholismo,
terrible plaga social, se manifiestan sus estragos con más predilección en la clase obrera.
Sucede que por vicio o por error el obrero sin cultura por lo general es alcohólico. Y tan
arraigado está este vicio en algunos, que no se dan cuenta que el alcohol es un verdadero
veneno que absorbe y destroza todo el organismo. El alcoholismo no es más que una
vejez anticipada y lo que más aflige al bebedor es su falta de resistencia, porque no
puede llegar a esa vejez y muere consumido por su vicio”.
La problemática del abuso de sustancias se fue desarrollando desde la década de los
sesenta y se consolidó en la de los ochenta en España, capitaneada por la heroína. Este
hecho junto con la alarma social que se generó a partir de acontecimientos asociados al
consumo, como robos con violencia, asaltos y otros delitos relacionados con la obtención
de sustancias, favorecieron que se generara una estructura alrededor del fenómeno de las
drogas que derivó en la implantación del Plan Nacional sobre Drogas en 1985, así como
la puesta en funcionamiento de dispositivos de tratamiento, sobre todo a la heroína, en
prácticamente todas las Comunidades Autónomas.
Estos fueron, a grandes rasgos, los antecedentes en nuestro país de un problema que
tocaría todos los ámbitos: social, sanitario, económico, jurídico y político. Este caldo de
cultivo también favorece que se comience a estudiar el problema desde su vertiente
preventiva, y es a partir de esta década cuando se plantean algunos de los programas que
se llevaron a cabo experimentalmente en distintas zonas de nuestra geografía.
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1.2. Antecedentes del corpus teórico de la prevención de drogas
Las disciplinas científicas tienen por delante un reto constante a la hora de construir un
cuerpo teórico que sustente en sí mismo el desarrollo de sus postulados. No es de
extrañar que sea un crecimiento lento y meticuloso, además de estar apoyado en los
conocimientos estudiados y contrastados por otras disciplinas colindantes. Las
drogodependencias aparecen en el espectro de salud tardíamente a pesar de ser una
constante en cuanto a problemas relacionados con la salud, desde tiempo inmemorial.
Posiblemente tenga mucho peso el hecho de que las sociedades no hayan evolucionado
lo suficientemente rápido para aceptar o considerar los problemas de algunas sustancias
como drogas, algo que todavía hoy arrastramos con alguna de ellas, porque sabemos que
el cambio social es de un carácter lento y refinado, necesitando muchas evidencias para
calar en la masa crítica.
En nuestra sociedad, donde el alcohol es una sustancia ampliamente aceptada por
sus connotaciones culturales, hasta la segunda mitad del siglo XX no se comienza a
considerar al alcohólico como un enfermo (Pascual, 2004). El proceso es tan sumamente
complejo y largo que todavía hoy encontramos sectores de la población que siguen
considerando al bebedor abusivo de alcohol como un “vicioso”, sin integrar que se trata
de un enfermo más. Para hacer extensivo este hecho a otras sustancias, queda aún
camino por recorrer, aunque nuestro sistema sanitario ya ha rubricado que los
consumidores patológicos de sustancias adictivas se consideran enfermos a todos los
efectos, con derecho a tratamientos especializados.
No nos cansaremos de incidir y subrayar que cuando hablamos de drogas, nos
estamos refiriendo a todas ellas, legales e ilegales, que se ajustan a la definición clásica de
Kramer y Cameron (1975, 15): “toda sustancia que introducida en el organismo vivo,
puede modificar una o más funciones de éste” y como droga de abuso: “Aquella de uso
no médico con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, estado
del ánimo, conciencia y el comportamiento) y susceptible de ser autoadministrada”
(OMS, 1992).
Históricamente en España, como hemos comentado, a partir de los años ochenta el
problema con la heroína fomenta la creación de multitud de recursos que son el
comienzo de una trayectoria de acción e investigación imparables. Pero, tal y como
señalan García del Castillo et al. (2010), la aceleración del proceso comienza a
retrotraerse paulatinamente a partir de la década del 2000, motivado por:
La prevención, en tan corto intervalo de tiempo, fue conviviendo con las actuaciones
terapéuticas y padeciendo una serie de vaivenes improductivos. No obstante se fue
abriendo camino y demostrando que se podían conseguir unas tendencias equilibradas y
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positivas en cuanto a los nuevos consumidores de sustancias. Para ello se tuvieron que ir
curtiendo y puliendo muchos de los principios donde apoyar un cuerpo teórico, desde el
concepto básico de prevención fundamentado en los postulados de Caplan (1964), con
su división más clásica de la prevención en primaria, secundaria y terciaria, que veremos
en detalle más adelante, hasta las teorías donde cimentar los programas preventivos,
pasando por una interminable sucesión de variables a estudiar e investigar en las que
seguimos actualmente.
El gran auge de la educación para la salud fue durante los años ochenta y noventa,
basando sus programas en el desarrollo de competencias y destrezas personales para
alcanzar objetivos de salud. Costa y López (1986, 1996) aportaron bastante luz a este
enfoque, apoyando sus argumentos centrales primarios en:
Algunos de los debates más candentes en aquellos años del nacimiento de una
prevención sistematizada los protagonizaron las corrientes que apuntaban hacia una
prevención amplia desde la educación para la salud frente a la corriente más específica
centrada en programas puntuales. Desde este enfoque autores como Calafat (1987, 14),
señalaba que: “… un compromiso entre ambas posturas es seguramente la opción más
realista, ya que no son excluyentes entre sí”. Por su parte Fernández (1989, 127)
apuntaba que: “La mayor o menor especificidad de un programa de prevención debe
darse en función de las características y necesidades de la población a la cual nos
dirigimos”. Abundando en la controversia y siempre buscándose una salida García-
Rodríguez (1989, 125) analizaba cada uno de los bloques (específico e inespecífico),
llegando a deslindar una serie de ventajas y desventajas en la implantación de uno u otro,
para pasar a desarrollar un modelo integrador.
a) Prevención específica.
• Ventajas:
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• Desventajas:
b) Prevención inespecífica.
• Ventajas:
• Desventajas:
— No evaluables.
— Menor contenido específico.
— Riesgo de difusión de objetivos específicos.
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Cronológicamente podemos revisar algunas de las más representativas abordadas a
través de dos visiones, la política y la técnica.
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torno a éstos, sin dejar fuera ninguno que pudiera ser central en cuanto a la
efectividad de la prevención. De este modo, se apostaba por la aplicación de
los programas multicomponentes, que de hecho ya se estaban aplicando en
muchos puntos de la geografía española en aquellos años.
• Perseguir una mayor excelencia metodológica. En base a la trayectoria
observada en los años anteriores se propuso un listado de mejoras
metodológicas a la hora de llevar a cabo acciones de prevención,
desarrollando:
— Evaluación de necesidades.
— Definición de objetivos.
— Ajuste de estrategias y poblaciones a los objetivos.
— Evaluación de procesos y resultados.
— Inventariar los programas existentes.
— Valorar y clasificar materiales preventivos.
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que reforzar esta idea y conseguir materializarla en una realidad, impulsando
nuevas formas de transmisión de resultados.
• Fomentar la investigación preventiva. Se reitera la necesidad del empleo de
una buena metodología de trabajo, en este caso basada en la investigación
científica de la prevención de las drogodependencias. Pasar de la buena
voluntad de los aplicadores y de las experiencias aisladas y poco controladas a
una metodología de investigación formal.
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• Mejorar los factores de protección y reducir los de riesgo. Se han estudiado
suficientemente los factores que ayudan a enfrentarse al consumo y aquellos
que favorecen el consumo. Por ello es fundamental llevar a cabo
intervenciones tempranas para trabajar estos factores, teniendo en cuenta que
pueden variar a lo largo del tiempo y de las situaciones de los sujetos.
• Los programas deben abarcar todas las drogas. Como sabemos aún existen
sectores sociales que consideran a las sustancias legales con un tratamiento
diferente de las ilegales. Es necesario abundar en la idea de que todas son
drogas, sean legales o ilegales, incluyéndose aquellas que se pueden obtener
para uso médico sin receta.
• La prevención debe incluir estrategias de resistencia al consumo. Somos
conscientes de que existen determinadas estrategias individuales basadas en la
autoeficiencia, las actitudes, la competencia social y otras muchas que
favorecen la resistencia al consumo de sustancias.
• Fomentar métodos interactivos. Las poblaciones de jóvenes y adolescentes
funcionan mejor a nivel motivacional si se emplean métodos interactivos,
alejándonos de las técnicas didácticas tradicionales.
• Incluir agentes preventivos familiares. La familia, como pilar fundamental en
el desarrollo y formación de los hijos, tiene que implicarse activamente en los
programas preventivos.
• Promover programas a largo plazo. Se deben programar las acciones
preventivas a largo plazo, teniendo en cuenta que es necesario realizar
intervenciones repetidas para que aumente la potencia de los programas.
• Potenciar los programas combinados. Se ha comprobado que son más
eficientes los programas comunitarios que desarrollan campañas en los medios
de comunicación cuando tienen una extensión en la escuela y la familia.
• Aprovechar el contexto escolar. La escuela es un marco de acción preventiva
inmejorable, dado que tenemos acceso a toda la población, incluyendo
aquellos sujetos con mayor y menor riesgo, así como los marginales y otras
poblaciones de alto riesgo al consumo de sustancias.
• Adaptar los programas a las poblaciones. Es importante que los programas
preventivos se adapten a cada población que va a ser objeto de intervención,
tanto desde una vertiente de formas de consumo posibles, como de edades a
las que van dirigidos.
Desde el INID se consideró necesario abordar los temas preventivos a través de una
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doble visión: la política y la técnica conjuntamente, en un foro de análisis y debate. Para
ello se programó una reunión a nivel nacional, donde se confrontaron las opiniones y
posturas de los responsables políticos de todo el Estado y un grupo de técnicos en torno
a la prevención de las drogodependencias, bajo el lema genérico de “La prevención en
España hoy” llegándose a diez puntos de consenso (INID, 1997):
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evaluación a corto, medio y largo plazo, que permitan conocer los grados de
eficacia y eficiencia de los programas aplicados.
7. Centrar las intervenciones escolares en profundizar en el aprendizaje de
habilidades sociales, promoción de las relaciones interpersonales, fomento de
las relaciones entre escuela, familia y comunidad, hasta el punto de que
puedan servir de plataforma para potenciar actitudes saludables en los tres
ámbitos, que repercutan directamente en los más jóvenes.
8. Trabajar en la búsqueda de mecanismos que movilicen adecuadamente a los
padres como máximos responsables en la educación y formación integral de
sus hijos, vadeando aquellos problemas que por experiencia sabemos que
cortapisan esta iniciativa, desde la falta de tiempo de dedicación a los hijos,
hasta la postura cómoda y relajada de querer que la educación es “cosa de los
demás” (en referencia a profesores, instituciones formativas, profesionales de
la medicina, la psicología, etc.).
9. Desarrollar un proceso global de intervención preventiva que abarque la
formación de una conciencia social de salud, que conlleve las cualidades de
continuidad, globalidad e integración y que tenga como meta el conseguir un
cambio social que promocione las conductas de salud y evite el
comportamiento de consumo.
10. Hemos de considerar, finalmente, que un buen diseño de prevención de
drogodependencias tiene que contar con la implicación de toda la población de
referencia, para conseguir un “efecto dominó” que potencie las estrategias que
utilicemos en cada uno de los sectores intervenidos (escolares, familia,
comunidad).
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necesariamente debe incluir una evaluación de necesidades, del proceso y de
los resultados, de manera que se refleje el ajuste y la adaptación de las
intervenciones realizadas a los objetivos previamente establecidos.
• Para trabajar en prevención de las drogodependencias, es indispensable tener
una formación específica acreditada a tal efecto; independientemente de la
titulación de origen de los profesionales.
• Se impulsaran planes de investigación en prevención de las drogodependencias
que sigan las líneas prioritarias marcadas por las distintas administraciones y
les den continuidad.
• Las intervenciones preventivas de las drogodependencias en el medio escolar
serán administradas por el profesorado previamente capacitado y
adecuadamente asesorado. Se deberá incluir en el proyecto curricular de cada
centro educativo.
• Se deberán fomentar las actuaciones de prevención de las drogodependencias
en todos los espacios en los que éstas puedan tener impacto social.
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• Hay que ajustar adecuadamente las edades de intervención y los objetivos que
se persiguen en cada acción, incluyendo las poblaciones de riesgo y alto riesgo
con medidas adaptadas a cada una de ellas.
• Impulsar, fomentar y mejorar la investigación en prevención desde todos los
ámbitos, intentado que se siga una metodología interactiva y rigurosa, donde la
evaluación sea una constante de estudio, así como la difusión de resultados.
• Trabajar para que las intervenciones preventivas tengan una continuidad en el
tiempo, programándose a corto, medio y largo plazo, procurando que las
acciones sean coordinadas promocionando los programas combinados.
• Buscar un grado alto de sincronización entre las distintas formas de hacer
prevención, intentando adaptar los programas y acciones preventivas a las
diferentes poblaciones.
• Las acciones preventivas tienen que contar con herramientas informativas, de
competencias y habilidades individuales, de potenciación de la percepción de
riesgo y de resistencia al consumo.
• Reforzar al máximo la participación de los agentes preventivos, tanto los
comunitarios como los familiares, así como los del propio contexto escolar.
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¿Prevenir? Análisis histórico de la
prevención
2.1. Introducción
La prevención del uso de sustancias tiene una relación directa con la aparición de las
consecuencias, por ese motivo se intenta por medio de medidas educativas, legislativas,
formativas y restrictivas disminuir el consumo de las mismas y así evitar las
consecuencias de los consumos.
Es sabido desde hace tiempo que la droga más extendida y más largamente utilizada
en los países occidentales es el alcohol.
Veremos cómo las primeras medidas se establecen en torno a esta droga para luego
ir incidiendo con el paso de los años en las otras drogas llamadas ilegales, sobre todo a
partir de principios del siglo XX y hasta la actualidad.
Haremos un recorrido por las distintas medidas que se han venido ejecutando para
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos con respecto al uso de sustancias
psicotropas.
En este recorrido se aprecian distintas etapas en las que se van aplicando desde
medidas administrativas a las penales o las estrictamente preventivas, todo en base a la
oferta y la demanda de sustancias y al incremento del número de personas adictas.
Se va pasando de la restricción a la información, en ocasiones alarmista, para
terminar en la educación en valores y con objetivos claros, desde una prevención muy
centrada en las sustancias a una prevención inespecífica y global, en la que se trabajan
los estilos de vida sobre todo de los jóvenes.
Y tampoco hay que olvidar la reducción de daños como estrategia preventiva sobre
todo entre aquellas personas que ya han iniciado consumos.
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encontrando a lo largo de la historia claros ejemplos, como el de Licurgo, que hacía
emborrachar a los Ilotas (esclavos lacedemonios) para que los ciudadanos cobrasen
repugnancia hacia tan degradante vicio, o el de Dracón, que en Atenas condenaba a
muerte a los borrachos.
En Roma se dictaban severísimas medidas contra los adoradores del dios Baco y
hasta Mahoma encontró tan extendido el mal, que, valiéndose de una expresión vulgar,
cortó por lo sano, prohibiendo absolutamente el uso de bebidas alcohólicas.
Fueron no obstante los árabes los que nos enseñaron los medios para obtener el
alcohol, aqua ardens o aqua-vitae, aunque los sumerios, egipcios, indios y chinos ya
conocían el alcohol desde tiempos remotísimos. Durante el siglo IX se descubrió la
destilación del vino, produciendo así bebidas de más alta graduación y en el siglo X se
halló el procedimiento para obtenerlo por la fermentación de las harinas. Colvée y Roura
(1888) señaló que tanto Ramón Llull como Arnau de Vilanova, durante el siglo XIII,
destacaron algunas aplicaciones del alcohol.
Aunque de forma casi alarmante lo primero que preocupaba a la sociedad del
momento eran los efectos agudos del alcohol, es decir la borrachera, pero lo que
realmente se llegó a considerar como una verdadera lacra social es la dependencia
crónica a las bebidas alcohólicas. El alcoholismo.
El uso abusivo de bebidas alcohólicas durante los siglos XVI al XIX fue sobre todo de
bebidas fermentadas. Durante esos siglos se decía que los españoles eran reputados por
la sobriedad. Pero además habría que tener en cuenta que el concepto de alcoholismo
aun no existía.
Rochefort en 1672 comentaba que los españoles eran sobrios en la comida y en la
bebida, se emborrachaban rara vez, así que era una gran injuria entre ellos llamar a
alguien borracho. Se decía que en España no se solían encontrar nunca borrachos.
En cuanto a las mujeres la opinión era que después de las italianas y las españolas,
las mujeres francesas eran las más sobrias de todas.
Las jóvenes no bebían nunca vino. Las mujeres casadas se lo servían apenas para
enrojecer un poco el agua. Llegándose a decir en 1691 que las mujeres españolas no
bebían jamás.
Durante el siglo XVII los pueblos meridionales, para los que el vino era un alimento
cotidiano, se oponían siempre a los bebedores de cerveza de la Europa septentrional y
oriental.
El alcohol llegó a ser una auténtica panacea para la medicina, valía para todo en el
siglo XVII y en el XIX se usaba como anestesia, tónico, digestivo, etc.
El vino, verdaderamente, en la sociedad cristiana ha sido elemento sagrado. Pero
seguía siendo sagrado como el pan: más como un alimento que como una droga.
Con este concepto de la bebida no es de extrañar que el consumo incluso abusivo de
bebidas alcohólicas no originase ninguna alarma. Sin embargo en el Reino Unido durante
los siglos XVII y XVIII se podía hablar de verdaderas epidemias alcohólicas.
Durante estos siglos se perdió el sentido religioso de la bebida y apareció una
legislación laboral especial (se facilitaba la destilación de bebidas alcohólicas, el comercio,
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producción y venta de la ginebra).
En 1739, en Londres, podemos hablar de una verdadera epidemia de la ginebra;
existían en aquel momento: 654 posadas y tabernas, 5.975 cervecerías, 8.659
ginebrerías, es decir en total 15.288 establecimientos, o puntos de venta de bebidas
alcohólicas; lo que representaba una media de 1 establecimiento cada 47 habitantes.
En el año 1785 Rush realizó una investigación en La Unión sobre el alcohol y sus
abusos, en su estudio observó 4.000 muertes por alcoholismo de entre 6.000.000
habitantes.
Por medio del proceso observacional se iba descubriendo que tanto el vino como los
licores producían dependencia muy intensa, cirrosis, ictericia, pancreatitis, gastritis
crónica, delirio, impotencia, agresividad criminal, accidentes, disminución de reflejos,
embrutecimiento, lesiones irreversibles del cerebro y taras genéticas.
Rush recomendaba al congreso la aplicación de fuertes gravámenes adecuados a una
restricción eficaz en el uso inmoderado de toda clase de licores.
El alcoholismo surgió como problema médico psiquiátrico básicamente a finales del
siglo XVIII. No obstante tanto desde la psiquiatría como desde la medicina apareció en la
práctica como un problema de “muy bajo interés”.
Fue retomado como problema médico durante la última parte del siglo XIX, pero tan
solo a partir de 1940 podemos decir que se estableció una corriente continua de
investigaciones y se crearon las condiciones para que fuese reconocido como
enfermedad, básicamente a través del síndrome de dependencia.
Aparecieron estudios médicos y trabajos sobre el ocio y la sociabilidad popular.
Suponiendo un hito sin comparaciones en el estudio del alcoholismo la publicación en
1852 de la obra del Dr. Magnus Huss “Alcoholismus Chronicus”.
Y en 1857 el Dr. Morel admitió que entre las diversas causas de degeneración de la
especie humana se encontraba el alcoholismo, y es que en buena medida las relaciones
entre la locura y la criminalidad encontraron en el alcoholismo un excelente nexo,
ocasionando grandes gastos en mantenimiento y curación de estos enfermos en asilos
hospitales y prisiones.
A mediados del siglo XIX se intentaron establecer las causas del alcoholismo,
apuntando que el determinismo biológico sería la principal. Pero a pesar de ello se
establece una relación entre el aumento del alcoholismo y el desarrollo de la industria y el
comercio de las bebidas etílicas, íntimamente ligados a la revolución industrial,
vinculando los higienistas el alcoholismo a las clases populares.
Como consecuencia de la concepción burguesa del alcoholismo, como problema de
orden público, se propusieron o arbitraron legislaciones encaminadas a la represión desde
el punto de vista policial y judicial. Apareciendo además, a finales de siglo, unas medidas
de carácter moral basadas fundamentalmente en la enseñanza antialcohólica.
En septiembre de 1887 se celebró en Zurich el I Congreso Internacional sobre
alcoholismo, para examinar la cuestión del alcoholismo en sus relaciones con la salud
pública. A ese primer congreso no asistió ningún representante español, en cambio,
acudieron 235 delegados de diferentes países.
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Los de Alemania, Lammers y Kuapp, presentaron el estado de la cuestión del
alcoholismo en el Imperio, marcando el movimiento general que allí se efectuaba en
favor de la reducción del consumo de alcoholes. Añadiendo que uno de los medios más
eficaces para lograr esta reducción sería el de disminuir el número de las tabernas.
La Sra. Anderson, de Estocolmo, expresó el deseo de ver a las mujeres asociando
sus esfuerzos a los de los hombres para empeñar el combate contra el uso del alcohol.
Diversos oradores hicieron uso de la palabra, los unos para combatir a los
defensores de la abstinencia total de las bebidas espirituosas, los otros para abogar en
favor de un sistema que permitiese un uso moderado del alcoholismo, otros abogaban
por la abstinencia total. “No se trata de curar a los borrachos, sino de impedir que los
haya en lo sucesivo”. Esta fue la opinión que contó con el mayor número de adhesiones.
La prensa opinó que los asistentes al congreso, “redentores de la humanidad”,
filósofos si lo son, que a tanto aspiraban, debían descender de la tribuna del Congreso o
del Ateneo al barrio del obrero o al tugurio donde se alberga el consumidor de alcohol, y
sabrían de cierto si esos desgraciados al buscar un lenitivo a sus penas, lo hacen huyendo
del suicidio inmediato que les horroriza y optan por alcoholizarse.
Si el abuso de líquidos fermentados produjo graves perjuicios para la salud, mucho
mayores fueron los que resultaron del abuso de los alcoholes. Se adoptaron leyes y
disposiciones en diversos países para combatirlo, sin conseguir nunca su objetivo, aun
sabiendo que una buena parte de ciertos grupos de enfermedades no reconocen otro
origen que el alcoholismo.
Entre las medidas legales propugnadas se encontraban la de incrementar los
impuestos sobre el alcohol, no sabemos si con una finalidad disuasoria o por simple
provecho administrativo. Con la restricción del consumo, la penalización de la
embriaguez, con la pena de prisión correccional se proponía a la vez penalizar los
alcoholes industriales, llegando a decir que el vino natural era el remedio del alcoholismo,
para ello se planteó monopolizar el alcohol.
Si a ello se unía la prohibición de la fabricación de absenta y la disminución del
número de tabernas, los objetivos de reducción se hubiesen podido cumplir, pero en el
caso de España lo único que se hizo fue legislar sobre los sistemas tributarios a aplicar a
los aguardientes y reservas (desde 1632), ir contra la adulteración y castigar la
embriaguez, considerándola en algunos casos circunstancia atenuante.
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un grave problema para los gobernantes. La elevada mortalidad junto con las graves
consecuencias morales y físicas entre los bebedores habituales llevaron al Dr. José
Mateo, médico de Elgoibar, a solicitar la suspensión en la venta de bebidas alcohólicas al
Ayuntamiento de la ciudad a fecha de 30 de enero de 1755.
Cinco años más tarde en la localidad de Villabona Amasa se acordó igualmente la
suspensión de venta pública de aguardiente y mistela. En el resto de España las únicas
referencias que van llegando provienen del extranjero, como en el caso de la ley suiza
contra el alcoholismo del año 1885. En Suiza se pretendía limitar el despacho de bebidas,
estableciendo impuestos crecidísimos y casi la total prohibición sobre las bebidas
malsanas. En España se aplaudió la medida creyéndose conveniente emprender una
campaña semejante en nuestro país.
El año 1845 fue el del nacimiento del partido prohibicionista, en Estados Unidos
formado fundamentalmente por la Woman’s State Temperance Society. En 1886 las
mismas mujeres de las sociedades de templanza emprendieron una guerra contra el
tabaco en EE.UU. multando a los menores de 18 años que consumían alcohol o tabaco.
En España y a pesar de las opiniones vertidas cuando se promulgó la ley suiza se
establecieron pocas medidas propias para combatir el alcoholismo, incidiendo
exclusivamente en aspectos tales como el tratamiento del alcoholismo como problema
individual con gran implicación moral.
Se luchó (sin éxito) por conseguir la desaparición de costumbres sociales de uso: espíritu
juerguista, trasnochado, a partir de un plan de enseñanza antialcohólica. Si bien las
sociedades de templanza no se llegaron a implantar en España, sí en Francia 1884, se
seguía considerando al borracho como un hermano ácido, proletario, que necesitaba
ayuda.
El discurso antialcohólico tenía en aquel momento un contenido somático, basado en
la psiquiatría positivista francesa: Heredo-alcoholismo. En España se puede decir que
referente al tema alcohol existía poca creación propia y si muchas traducciones. Las
únicas medidas aplicadas estuvieron encaminadas a la represión del alcoholismo, tanto
policial como de orden público. Se intentó regular el horario de tabernas, así como
mantener una relación del número de tabernas con el número de habitantes, al tiempo
que se hacían inspecciones sobre la calidad de los alcoholes y se multaban las reyertas y
las borracheras.
Se consideraba como factor importante la influencia del medio ambiente, teniendo
en cuenta las condiciones de vida del proletariado, por lo que se consideró el alcoholismo
como una enfermedad social, al tiempo que se entendía como un vicio libremente
adquirido, llegando a alcanzar la magnitud de verdadera plaga social.
La imagen del obrero borracho, irresponsable, inmoral, culpable de su situación
económica y social, además de la relación establecida entre el alcohol con la locura y la
criminalidad, llevó, más que a legislar, a intentar una lucha antialcohólica, basada en la
represión, la moralización, la instrucción y la incipiente terapéutica tendente a
normativizar conducta.
El consumo abusivo de bebidas alcohólicas entre la clase obrera sufrió una fuerte
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condena por parte del Partido Socialista Obrero Español. Y aunque empezamos ya a ver
las ideas un poco más claras, los legisladores no se atrevían, o no sabían dilucidar el
problema. Mientras tanto en países como Bélgica se presentan proyectos de ley a su
respectiva Cámara, pretendiendo castigar este vicio con multas económicas.
Sin lugar a dudas, si hacemos una pequeña reflexión, a principios del siglo XXI,
consideraremos con humildad que “ya está todo inventado”. Si por un lado había
sectores de la población que estaban reclamando un aumento de los impuestos o
gravámenes sobre las bebidas alcohólicas para evitar su excesivo consumo, por otro en
1887 los sectores vitivinícolas, por razones economicistas, pedían que disminuyesen los
impuestos sobre los alcoholes y se gravasen otros productos como las cerillas, carruajes,
corridas de toros…
La lucha contra el abuso de alcohol encontró un eficaz aliado en los tratados de los
higienistas de la época, en los que se presentaban las bebidas alcohólicas como una
enfermedad nacional, en el que propugnaban una lucha tanto desde el punto de vista
sanitario como económico (Tratado de Higiene, Max Rubner, 1890).
Algunos higienistas incluso llegaron a enaltecer el consumo moderado de vino,
propugnando que no se culpase al vino, aun cuando había quien creyese que el vino
pudiera ser la causa inmediata de todos los problemas. Según ellos lo que había que
culpar era al copeo, es decir a la manera de beberlo, al observar que el vino bebido en el
hogar no producía nunca las tristes consecuencias. Por lo tanto el mal estaba en las
tabernas, que solían servir de escuela de perversión. Las tabernas y el copeo que en ellas
tenía lugar es lo que realmente debía perseguirse.
De todas formas pensaban que también era un problema de educación “pues
mientras el individuo no llegara al grado de cultura que se perseguía a finales de siglo
pasado como bello ideal de la humanidad, el Estado debía tomar las medidas oportunas
para salvar a los individuos de sus mismos vicios”.
Como hemos visto, eran los tratados de higiene los encargados de advertir sobre los
riesgos del alcoholismo. Si bien no fueron apareciendo medidas locales contra el abuso de
bebidas alcohólicas, en 1905 el jefe facultativo de la casa de Socorro del Congreso, en
Madrid, publicó unas instrucciones contra el abuso de las bebidas alcohólicas con el fin
de darles la máxima difusión, aduciendo que “El abuso del vino, y sobre todo del
aguardiente y de los licores, ocasiona enfermedades graves e incurables”.
Vistos los escasos resultados de las medidas restrictivas se optó finalmente por
intentar la vía de la divulgación de la ciencia (lo que hoy denominaríamos prevención) en
base a propagar los conocimientos por medio de la instrucción general, la instrucción
especial y la moralidad, bajo la concepción de explicar las nocivas consecuencias físicas y
morales. Ante la magnitud del problema un ayuntamiento grande como era el de
Barcelona, por acuerdo de la Comisión Municipal de Barcelona de abril de 1906 tuvo
que colocar en los albergues nocturnos unos cuadros con máximas para combatir el
alcoholismo.
Las máximas escogidas fueron las siguientes: “El alcohol paraliza el cerebro. El
alcohólico pierde su voluntad. El alcohol no es un alimento. El alcohólico no opone
38
resistencia a las enfermedades. Desconfiar de la copita: mata el cuerpo y el alma.
Comprar alcohol es comprar la muerte. El alcohol no estimula la digestión. La puerta de
la taberna conduce al hospital y al presidio. El hombre está muerto cuando está borracho.
La primera embriaguez alegra, la segunda irrita; la tercera atonta y la cuarta embrutece.
El borracho es un mal hijo, mal ciudadano, mal esposo y mal padre. Un hombre
borracho es o cordero o cerdo, o mono o león. La taberna es un matadero de hombres.
Nadie ampara a perezosos y borrachos. Un vaso de agua es más barato y más sano que
un vaso de aguardiente”.
La información se ofrecía a partir de la base de que ni aún las mejores cosas
perdurarían si se exageraban. El antialcoholismo podía ser algo excelente, pero no
escapaba a la crítica si se pretendía llevar a sus últimas consecuencias, ya que si tenían
en cuenta que el alcohol era un “excitante”, el prohibirlo en absoluto conllevaría que los
frecuentes consumidores tuviesen que recurrir a otras sustancias. Ni que decir tiene que
el problema seguía siendo considerado como un vicio.
Se debía de procurar que la juventud inexperta no cayese en el vicio de la
embriaguez, poniendo ante los ojos de los niños el tristísimo ejemplo de los desgraciados
que sucumbían víctimas de su intemperancia en la bebida.
Al tiempo se aconsejaba a la población en general el abstenerse de las bebidas
espirituosas: “mis carísimos obreros, el alcohol es un veneno, trabajemos desde un
principio, no abandonéis la juventud, ni los niños, pues acordaos de que poco a poco se
va lejos”.
En 1917 comenzaron algunos periódicos (La voz del Pueblo) a recoger no sólo
noticias, sino también opiniones de sus lectores. Así pues la prensa se sumó a la lucha
contra el alcoholismo, exponiendo las consecuencias negativas del consumo inmoderado
de bebidas alcohólicas. En un congreso antialcohólico celebrado en 1917 el Dr. Bienfait,
distinguido higienista, formuló y matizó distintas cuestiones tales como si el alcohol es un
digestivo, un aperitivo, un alimento o si activa la calorificación o si actúa como
estimulante, o si de alguna forma aporta algo positivo a la salud. El propio Bienfait
descartó cualquier efecto positivo de las bebidas alcohólicas.
El alcohol, según los higienistas, no tenía razón de ser más que como medicamento
y no debía ser despachado más que por los farmacéuticos con prescripción facultativa,
aunque nada más lejos de la realidad. Durante 1921 se sabía, y así se explicaba que la
única causa del alcoholismo era el uso casi siempre abusivo de bebidas alcohólicas, bien
de las bebidas alcohólicas fermentadas, obtenidas por los frutos o bien de las bebidas
alcohólicas destiladas.
Se propugnaba que estas últimas, las destiladas, eran infinitamente más peligrosas
(aguardientes, coñac, ron y multitud de clases y nombres análogos a éstos y de parecida
fabricación). Se clasificaban éstas como más peligrosas por la enorme graduación
alcohólica y además por la clase de alcohol con que se elaboraban.
Entrando en la segunda década del siglo XIX, la prensa empezó a publicar una serie
de decálogos, muy parecidos entre sí sobre la higiene, y en todos ellos podemos
comprobar cómo aparecía al menos un punto dedicado al consumo de bebidas
39
alcohólicas. Se aconsejaba reducir o mejor aún suprimir toda ingesta de bebidas
alcohólicas. Se proponía jurar no probar licores ni asistir a espectáculos en lugares
cerrados. Y por último a modo de mandamiento bíblico se ordenaba: “No beberás: quien
bebe se mata o puede matar al prójimo”.
Las medidas preventivas han puesto énfasis en el control de la demanda y en las medidas
de reducción de daños, ya que se ha visto que si predominaba el control penal los
resultados eran más que dudosos, y en todo caso si se ejecutaban medidas restrictivas se
han demostrado más efectivas las medidas jurídico-administrativas por encima de las
estrictamente penales. El derecho en el control social del abuso de drogas constituye un
hecho reciente, propio del siglo XX.
En 1912 se firmó el Primer Convenio Internacional sobre el control de abuso de
opiáceos. Entre los años 20 y 30 se aprobaron sucesivos convenios que perseguían
fiscalizar el comercio de las sustancias, a base de disminuir la cantidad de droga
disponible en la sociedad mediante el incremento de las cargas fiscales sobre tales
productos. EE.UU. fue el principal impulsor de esta política intervencionista primero y
prohibicionista después.
Los primeros convenios que llegaron a tener influencia en todo el orbe fueron
consignados en 1961 y 1971, en los mismos se acentuaba el control mediante el fomento
de leyes nacionales de naturaleza administrativa, en las que se trataba de excluir o al
menos controlar el comercio y en las que el incumplimiento de las normas se castigaba
con sanciones administrativas.
Entre los años 60 y 80, se produce una aproximación jurídico-penal al problema del
consumo abusivo de drogas, penalizando el tráfico e incluso el consumo en determinados
países, en este momento el control jurídico- administrativo quedaba en segundo plano,
incrementándose el control penal, sin llegar a despegar aún las políticas y los planes
sociales de prevención, que empezarán a proliferar fundamentalmente a partir de los años
80.
En España, a finales de los 60 se constata un incremento del consumo de alcohol entre la
población, pero al mismo tiempo aparece y se extiende el consumo de heroína pero es a
partir de 1975 cuando se produce una expansión de las drogas ilegales, por lo que ya
durante 1978 se intentaron estrategias para crear conciencia social con respecto a la
heroína, en algunos casos con la publicación de noticias alarmantes en distintos medios
de comunicación, reportajes sobre muertes con la consigna “la droga mata”.
En esos momentos se establecen las primeras medidas preventivas en nuestro país
aunque con escaso papel y repercusión, se basan en medidas puntuales, sin continuidad,
de carácter informativo dirigidas a las drogas ilegales y con la colaboración de las ONG,
por ejemplo en el caso del alcohol, las asociaciones de alcohólicos rehabilitados fueron
las encargadas de difundir un mensaje por medio de los testimonios de los propios
40
alcohólicos rehabilitados. Los efectos no fueron los deseados y se provocó ese efecto
contrario de “enseñar al que no sabe”, aportando poca información y mucha alarma y
morbo.
Durante 1984 la ONU, en su asamblea, aprueba un nuevo convenio con mayor
acentuación de la represión penal, pero ante los escasos resultados, cuatro años más
tarde en 1988, la apuesta es conjunta y además de en la represión penal se pone especial
énfasis en la preservación de la salud y el bienestar de los ciudadanos. Pero como ya
hemos comentado el control penal no ha logrado disminuir la oferta ni controlar la
demanda, las cuales presentan fluctuaciones temporales, debido fundamentalmente a las
modas de consumo.
No obstante desde el punto de vista jurídico la decisión ético-política de proteger la
salud de los ciudadanos aun en contra de su voluntad es al menos cuestionable, además
el prohibicionismo ha demostrado en no pocas ocasiones que produce un efecto rebote,
lo que hace cuestionar las políticas preventivas de finales de los 80, principios de los 90.
La alternativa, ha consistido en construir una aproximación más realista, en la que no se
trate de impedir el consumo, sino más bien de difundir conocimientos que eviten el abuso
de ellos. Por lo tanto, se ha llegado a la conclusión de que la política razonable es la que
pone énfasis en prevenir la demanda, lo que en España ha sido posible gracias a la
creación del Plan Nacional de Drogas en 1985 y los subsiguientes planes autonómicos.
A pesar de ello en prevención se produjeron pocos avances y las medidas fueron
más bien escasas. Fue el momento del desarrollo de los primeros programas, que fueron
más bien emblemáticos por los pioneros y que conllevaban poca intervención escolar.
Aunque no nos hemos desprendido totalmente de las políticas represivas, lo que ha traído
como consecuencia que en ocasiones no se haya podido llegar con naturalidad a los
consumidores o a algunas poblaciones de riesgo, aunque para paliar este efecto
contraproducente se han contemplado las políticas de reducción de daños. La reducción
de daños estuvo motivada en un principio por la aparición del VIH/SIDA, intentando
incrementar los cuidados de estas personas y evitar su propagación en lugar de apostar
por la erradicación “total e intransigente”. Cabe señalar que las primeras respuestas y
colaboraciones en este sentido vinieron por parte del voluntariado.
Un punto importante para valorar la importancia que ha adquirido la prevención es
observar la evolución del gasto de las Comunidades y Ciudades Autónomas en este
concepto y que se recoge en las memorias del PNSD (en miles de euros).
Cuadro 2.1. Evolución del gasto de las comunidades autónomas (Fuente: Memoria del PNSD)
41
El presupuesto que ha destinado el conjunto de los Planes Autonómicos de Drogas
al apartado de prevención ha supuesto en 2008 el 17,44% del total, cifra que se ha
incrementado ligeramente en la última década (en torno al 15% a finales de los años
noventa).
42
La prevención que se ha desarrollado con esas premisas ha sido fundamentalmente
la escolar con algunas pinceladas en aspectos comunitarios, quedando por desarrollar de
forma más definida la prevención familiar y en especial la laboral. Lo que ha llevado a
que en la actualidad exista una defensa del enfoque multifocal e inespecífico además de
sociocomunitario frente al enfoque exclusivamente escolar o basado en las sustancias.
No está todo dicho en la prevención de las drogas, pero con el paso del tiempo hemos
visto como se ha evolucionado en las respuestas y en la propia concepción de la
prevención, con medidas legislativas, administrativas, penales, informativas, formativas,
específicas e inespecíficas, en el ámbito escolar, familiar, laboral…
43
Cada vez se ha apostado más por impedir la aparición y la progresión de un
fenómeno que a pesar de ser tan antiguo como la propia humanidad, en los dos últimos
siglos ha hecho una eclosión sin precedentes en una sociedad que ha ido variando sus
propios valores y que se merece una revisión de los cómos y los porqués de esta
situación.
Y es que, como el fenómeno de las drogodependencias es dinámico, también lo debe
ser la prevención y las estrategias deben variar y evolucionar según las necesidades sin
olvidar que en todo caso se hace imprescindible una revisión de lo ya hecho, una correcta
evaluación y un análisis de la efectividad de los programas. Sólo así podremos avanzar y
dar respuestas actuales y reales al problema.
44
4
Factores de riesgo y protección para el
consumo de drogas en adolescentes
4.1. Introducción
68
protección frente al consumo, e intentar minimizar aquellos factores de riesgo que sean
susceptibles de modificación. Además, nos permite dividir a la población adolescente en
individuos de bajo y alto riesgo y así determinar qué tipo de actuaciones son más
adecuadas para cada grupo (Offord y Kraemer, 2000).
Teniendo en cuenta este punto de partida y considerando que siempre es necesario
un análisis específico de la población a la que se dirigen los esfuerzos preventivos, el
objetivo del presente capítulo es exponer de forma simplificada aquellos factores que
ponen en una situación de “alto riesgo” o, por el contrario, “protegen” a los más jóvenes
ante el consumo de drogas.
69
e) Las intervenciones directas son posibles en el caso de alguno de los factores de
riesgo detectados y pueden tener como resultado la eliminación o reducción de
los mismos, disminuyendo la probabilidad del uso de sustancias psicoactivas.
a) Marcador fijo (no puede modificarse, p. ej., sexo del individuo o la fecha de
nacimiento).
b) Factor variable (puede cambiar espontáneamente dentro del sujeto o como
resultado de una intervención).
c) Factor causal (puede ser manipulable cambiando la probabilidad de ocurrencia
del resultado asociado).
Teniendo en cuenta estos principios generales que asientan las bases de la propuesta
preventiva focalizada en los factores de riesgo/protección, en los apartados siguientes se
expondrán aquellos que más apoyo empírico han obtenido en la literatura científica en el
campo del consumo de sustancias en adolescentes.
Aunque son muchas y variadas las clasificaciones que se han propuesto para organizar
los factores asociados al consumo en jóvenes, muchas de ellas comparten aspectos
comunes. A continuación, se expondrán algunas de las más utilizadas en el campo de la
investigación en esta área.
Una de las primeras propuestas clasificatorias fue expuesta por Clayton (1992) en la
que recoge una serie de factores de riesgo genéricos. Propone que la presencia de los
mismos está directamente relacionada con una mayor probabilidad de que los jóvenes se
vean envueltos tanto en el consumo de drogas como en otras actividades de riesgo. Estos
son:
70
g) Ser jóvenes con problemas de salud mental.
h) Ser jóvenes que han intentado cometer suicidio.
Pero quizás la estructura clasificatoria más adecuada puesto que atiende a factores
más específicos al abarcar distintas facetas que pueden afectar a la explicación del
problema del uso de drogas es la sugerida por Hawkins, Catalano y Miller (1992), que
proponen tres grandes grupos de factores asociados a:
a) Factores ambientales/contextuales.
b) Factores individuales (genéticos y psicológicos).
c) Factores de socialización entre los que incluye a la familia, el grupo de iguales,
la escuela y la comunidad.
Esta es una de las variables con mayor peso dentro de los factores contextuales.
Aunque existe cierta controversia sobre este tema, los resultados de los estudios sugieren
que las restricciones legales que influyen en la disponibilidad o en el precio de las drogas
legales a través del incremento de los impuestos o de la elaboración de leyes que regulan
su venta parecen limitar de forma directa su consumo (Maddahian, Newcomb y Bentler,
1988).
La accesibilidad a las drogas depende en parte de las leyes y las normas de la
sociedad, pero es en sí misma un factor independiente. Es evidente que la disponibilidad
de la drogas regula el que esas sustancias se consuman más o menos y que éstas se
encuentren más disponibles, aumenta el consumo de las mismas. De cualquier manera,
parece que la disponibilidad de la sustancia tiene un mayor efecto cuando va asociada a
otras variables, como pueden ser la accesibilidad y el precio de la droga, de tal manera
que a menor precio y a mayor accesibilidad (por ejemplo, mayores puntos de
distribución) mayor es el consumo por parte de los más jóvenes.
B) Estatus socioeconómico
71
Los indicadores de la desventaja socioeconómica se han asociado frecuentemente
con una mayor probabilidad de exhibir problemas de conducta en adolescentes. En este
sentido, parece que la pobreza, el chabolismo y el hacinamiento son factores de riesgo
importantes cuando la persona se encuentra en estas circunstancias, mientras que las
demás personas de su cultura tienen acceso a gran número de bienes. La clave sería por
tanto, que la persona no pueda optar a bienes que otros sí disfrutan (Hawkins, Van Horn
y Arthur, 2004).
Sin embargo, la relación directa entre el estatus socioeconómico y el consumo de
drogas no está del todo clara. En aquellos casos en los que se encuentra asociación entre
el estatus y el consumo de drogas, ésta podría deberse más bien a la influencia no
controlada de otras variables como la composición familiar o la red de apoyo social
familiar y comunitaria (Muñoz-Rivas, Graña y Cruzado, 2000) puesto que una situación
precaria a nivel económico puede no afectar al consumo si existe un ajustado apoyo
familiar y social (Fergus y Zimmerman, 2005).
C) Lugar de residencia
En general, parece que existe consenso en que los contextos sociales con grandes
carencias socioambientales, una mayor disponibilidad de drogas y una expresa aceptación
de las mismas inducen y recompensan el consumo fomentando actitudes favorables hacia
el mismo.
Algunos estudios recientes sugieren que hechos como emigrar a otro país puede
considerarse como un claro factor de riesgo para el consumo de drogas en los más
jóvenes al tratarse de cambios bruscos no sólo en su lugar de residencia sino también en
el contexto y la cultura habituales (Galea, Rudenstine y Vlahov, 2006).
Existen una serie de variables que hemos denominado individuales que están asociadas a
un mayor riesgo para el abuso de drogas por parte de los adolescentes. Para una mayor
comprensión, aparecen clasificadas como factores genéticos, factores biológico-
72
evolutivos y factores psicológicos.
A) Factores genéticos
B) Factores biológico-evolutivos
Dentro de estos factores se encuentran dos de las variables más importantes de cara
al desarrollo de programas preventivos, el sexo y la edad. Respecto a la variable sexo, la
mayoría de los estudios llegan a la conclusión de que no existen diferencias significativas
en cuanto al sexo de los sujetos al comparar grupos de consumidores y no consumidores.
Sí parecen existir diferencias en otros dos aspectos. En primer lugar, el tipo de drogas de
consumo. En este sentido, aunque el consumo de drogas legales (tabaco y alcohol) es
muy similar entre sexos, los varones tienden a hacer un mayor uso de las mismas,
especialmente en el caso de las ilegales (PNSD, 2004). En segundo lugar, las actitudes
frente al consumo también parecen marcar diferencias puesto que son los varones los
que suelen mostrarse mucho más favorables al uso de sustancias psicoactivas en
comparación con las mujeres.
Con relación a la edad, los estudios señalan que el comienzo en el consumo de
drogas suele darse mayoritariamente entre los 13 y los 15 años (Muñoz-Rivas et al.,
2000). Es importante señalar que el inicio en el consumo antes de los 15 años es un
predictor consistente del abuso de drogas posterior y, al contrario, una edad más tardía
en el inicio del consumo correlaciona con una mayor probabilidad de discontinuidad en el
consumo.
C) Factores psicológicos
73
Son muchas las variables psicológicas que se han estudiado en relación con el
consumo de drogas de los más jóvenes por lo que sólo se expondrán aquellas que hayan
recibido mayor soporte científico en los trabajos realizados.
74
de actitud desde una postura condenatoria a otra mucho más favorable.
En este sentido, el inicio en el consumo de drogas suele ir precedido
por actitudes favorables hacia las drogas y su consumo. Así pues, la
presencia de este tipo de valoraciones se relaciona positivamente con
una mayor probabilidad del uso/abuso posterior (Becoña, 2002;
Muñoz-Rivas et al., 2000), incluso a pesar de que los jóvenes cuenten
con conocimientos objetivos sobre los efectos nocivos derivados del
mismo.
d) Ausencia de valores ético-morales. Son muchos los estudios que
encuentran que los consumidores de drogas se caracterizan por un
menor aprecio a los valores morales y sociales. En este sentido,
diversos estudios encontraron que la falta de religiosidad, el no asistir a
oficios religiosos o no identificarse con ninguna organización religiosa,
se asociaba estrechamente con una mayor probabilidad de uso/abuso
de sustancias psicoactivas en los jóvenes (Muñoz-Rivas et al., 2000;
Kendler, Gardner y Prescott, 1997).
A) Factores familiares
Los factores relacionados con la familia son los más importantes dentro de este área
de estudio. La familia es el contexto donde el niño aprende las habilidades y valores
necesarios para tomar decisiones respecto a múltiples aspectos de la vida diaria, incluido
el consumo de drogas.
75
Lo que sí parece claro y bien establecido es que variables como el conflicto
familiar o el apego parecen tener un peso relevante en la predicción del
consumo de drogas (Becoña, 2002; East y Khoo, 2005; Muñoz-Rivas y Graña,
2001), muy por encima de otras relacionadas con aspectos ambientales o
individuales.
• Disciplina familiar. Otro de los factores que ha sido objeto de numerosas
investigaciones es el tipo de modelo educativo parental. En este sentido,
Kandel y Andrews (1987) encontraron que factores como la ausencia de
implicación maternal en las actividades con los niños, la ausencia o
inconsistencia de la disciplina parental y las bajas aspiraciones de los padres
sobre la educación de sus hijos predecían su iniciación en el uso de drogas. En
el sentido opuesto, parece que el que los padres supervisen de manera efectiva
a sus hijos disminuye la probabilidad de que éstos se inicien en el uso de las
mismas (Jones, Forehand, Brody y Armistead, 2003).
En general, son dos las conclusiones que más se repiten en los trabajos
realizados en los últimos años. La primera afirma que la estabilidad psicológica
de los padres y el establecimiento por parte de éstos de normas claras para las
conductas responsables de sus hijos correlacionan con un menor consumo de
sustancias psicoactivas, llegando incluso a compensar la influencia negativa del
grupo de iguales (Muñoz-Rivas y Graña, 2001). La segunda advierte que tanto
un estilo de crianza extremadamente sobreprotector como también el polo
opuesto, pautas de crianza muy permisivas, están relacionadas con un mayor
riesgo de consumo de drogas en adolescentes.
• Relaciones afectivas y comunicación. Desde los primeros estudios sobre
factores de riesgo y protección en adolescentes, se viene constatando que la
relación afectiva existente entre padres e hijos es un factor muy relevante en el
posterior consumo de drogas de los hijos. Parece que las relaciones familiares
positivas (implicación y unión) basadas en un profundo vínculo entre padres e
hijo, una buena comunicación entre ambos y unos niveles altos de cohesión
familiar correlacionan con una menor probabilidad de que el joven se inicie en
el consumo de drogas (Kodjo y Klein, 2002; Muñoz-Rivas y Graña, 2001).
A pesar de lo expuesto, debe recordarse que como ocurre con cualquier
otro factor de riesgo o protección, las variables familiares interactúan con otros
factores haciendo variar su peso asociativo y la dirección del mismo. Así, por
ejemplo, una buena relación con los padres es un factor de protección si los
padres no son consumidores de drogas pero, si los padres consumen, esta
misma relación paterno-filial se convierte en factor de riesgo para el consumo de
drogas.
• Actitudes y conductas familiares hacia el consumo de drogas. El uso de
drogas por parte de padres y hermanos (especialmente sin son de mayor edad)
aumenta la probabilidad de que el adolescente abuse también de dichas
sustancias, efecto comparable al que se asocia con la actitud permisiva de los
76
padres hacia el consumo a pesar de que estos no sean consumidores reales de
sustancias psicoactivas (Becoña, 2002).
C) Factores escolares
77
A continuación, se exponen los factores relacionados con la escuela que más
evidencia empírica han recibido en relación con el consumo de drogas en adolescentes.
Como ha podido constatarse a lo largo del presente capítulo, son muchos los factores
asociados al consumo de drogas adolescente lo que obliga a los interesados en el campo
de la prevención a considerar un número importante de variables y, al mismo tiempo,
valorar el grado en que cada una de ellas interactúa con el resto.
Por este motivo, es importante señalar que, desde este modelo de actuación
focalizado en el riesgo/protección, cualquier intervención preventiva debe sustentarse en
un estudio previo de los factores específicos y propios de cada una de las poblaciones de
jóvenes a las que se pretenden dirigir los esfuerzos preventivos, garantizando así que se
trabajaran solo aquellas variables que son relevantes en cada uno de los casos. Además,
como marco general de actuación, debe recordarse que estos mismos factores varían en
78
función de si estamos hablando de unas drogas u otras.
Siguiendo estos principios básicos, a modo de ejemplo, pueden tomarse los
resultados obtenidos en dos investigaciones nacionales realizadas con muestras
representativas de diferentes Comunidades Autónomas (Cuadros 4.1 y 4.2) y que, como
puede observarse, constatan el efecto de variables tanto de riesgo como de protección
muy semejantes.
Cuadro 4.1. Factores de riesgo y protección para el consumo de drogas en adolescentes (Muñoz-Rivas et al.,
2000).
79
• Llevarse mal con algunos profesores del • Valorar positivamente el nivel de
centro de enseñanza enseñanza recibido en el curso escolar
especialmente en el área afectiva e
intelectual
Cuadro 4.2. Factores de riesgo y protección para el consumo de drogas (Becoña, 2002)
80
✔ Bajo rendimiento académico ✔ Escuela de calidad y oportunidades
para
✔ Bajo apego a la escuela la implicación prosocial
✔ Tipo y tamaño de la escuela ✔ Creencias saludables y claros
estándares
✔ Conducta antisocial en la escuela de conducta
✔ Cuidado y apoyo del personal del
centro
✔ Clima institucional positivo
FACTORES DE RIESGO FACTORES DE PROTECCIÓN
Individuales
✔ Biológicos ✔ Religiosidad y/o creencia en el orden
✔ Psicológicos y conductuales social
✔ Rasgos de personalidad ✔ Desarrollo de habilidades sociales
✔ Creencia en la propia autoeficacia
✔ Habilidades para adaptarse a las
circunstancias cambiantes
✔ Orientación social positiva
✔ Poseer aspiraciones de futuro
✔ Buen rendimiento académico e
inteligencia
✔ Resiliencia
81
6
Técnicas aplicadas a la prevención de las
drogodependencias
6.1. Introducción
100
el consumo de sustancias psicoactivas de la población a la que van dirigidos. En las
intervenciones se utilizan diferentes estrategias o técnicas, tomando como punto de
partida los factores mencionados anteriormente. Algunas de estas estrategias y técnicas
serán tratadas en este capítulo.
Nuestro objetivo es proporcionar un inventario o muestrario de técnicas que se
utilizan en los programas preventivos y que son susceptibles de implementación en
diferentes poblaciones.
101
1. Prevención universal. Aglutinaría todas aquellas estrategias que se orientan
hacia la población general, sin restricciones. Básicamente han de cumplir los
prerrequisitos de no generar acciones que perjudiquen al grupo o los grupos
intervenidos (evitación de la contraprevención). Podríamos asegurar que la
gran mayoría de los programas escolares y muchos de los familiares se
circunscriben a esta forma de prevención.
2. Prevención selectiva. Estrategias orientadas a grupos de mayor riesgo que la
media poblacional. Su expansión es más limitada por el hecho de que su coste
es mayor y por las dificultades que entraña su puesta en funcionamiento.
3. Prevención específica, indicada o particular. Son las estrategias más
nominativas, reservadas en exclusiva a aquellos sujetos que son parte
integrante de grupos de consumidores de sustancias, de forma regular.
102
Figura 6.1. Modificado de Arbex y col. (2002).
103
Los programas que se enmarcan dentro de la prevención selectiva o prevención
secundaria abarcan a la población que se encuentra en un consumo problemático. Como
nos indican Arbex y col. (2002), en la revisión de diversos programas que se encuadran
dentro de este tipo de clasificación nos encontramos con los siguientes:
• Aquellos que se sitúan en los entornos de alto riesgo como: desarraigo social,
altos niveles de pobreza, elevados índices de delincuencia.
• Familias multi-problemáticas.
• Hijos de alcohólicos o drogodependientes.
• Niños con una experimentación temprana con drogas.
• Menores con problemas con la justicia.
• Adolescentes buscadores de sensaciones.
104
1. Definir el problema y las posibles actuaciones.
2. Explicar el fenómeno de consumo.
3. Explicar la necesidad e implementar estrategias preventivas.
4. Delimitar la muestra a la que van dirigidas las intervenciones.
5. Definir los objetivos de la intervención.
6. Elección de métodos y técnicas específicas de intervención.
A partir del último de los puntos expuesto, podemos enfatizar que tanto la
identificación como la pertinencia de las técnicas de intervención son centrales para que
un programa sea consistente y útil (ver capítulo 5), y deberá tener en cuenta los
siguientes supuestos:
Las técnicas, como veremos posteriormente, son las herramientas de los programas
preventivos en cualquiera de sus modelos o teorías. Se utilizan en función de los ámbitos
de actuación o los grupos poblacionales a los que van dirigidas las intervenciones, para
cubrir los objetivos marcados en el programa.
Los campos de acción preventiva más relevantes en la actualidad son: el escolar, el
105
familiar, el comunitario y el laboral.
Hace referencia a aquellos programas que se aplican dentro del sistema educativo, y
tienen como objetivo llegar a toda la población de jóvenes escolarizados, tal y como
hemos señalado anteriormente enmarcada en la prevención universal. Normalmente se
centran en el rango de edad que abarca a preadolescentes o adolescentes por
corresponderse con el periodo crítico de iniciación al consumo. Los más habituales son
los programas de “prevención inespecíficos”, denominados “programas de educación
para la salud”, donde se juega con el concepto de transversalidad en las intervenciones, y
que, en general, no abordan de forma directa el tema de las sustancias adictivas y sus
efectos (García-Rodríguez, 1989).
Otros programas, los que denominados específicos, se centran en el abordaje
concreto de las drogas legales como tabaco y alcohol, o bien se dirigen a otras drogas
ilegales. La tendencia actual de la corriente específica es el tratar drogas de una forma
nominal. Generalmente, las intervenciones son aplicadas por los propios profesionales de
los centros educativos para reducir costes de personal. Se trata de un tipo de prevención
ambiciosa que no está exenta de limitaciones ya que, como señala Becoña (2003), su
máxima pretensión es llegar a todos los jóvenes escolarizados y este hecho se ve afectado
porque los sujetos que más podrían necesitarla habitualmente fracasan en sus estudios o
acuden poco a las clases (ver capítulo 10).
Es aquella que se lleva a cabo con familias en su más amplia extensión, debido a la
importancia que esta tiene sobre la socialización del adolescente. Es un tipo de
prevención importante ya que la evidencia científica señala que es efectiva a largo plazo.
En la prevención familiar se marcan como objetivos prioritarios el desarrollo de las
habilidades de educación de los padres junto con la mejora de la comunicación entre
padres e hijos con el fin de reducir la probabilidad del consumo de sustancias. Aunque
tenemos plena certeza de que sin el concurso de los padres la prevención está abocada al
fracaso, su escasa participación sigue siendo, sin duda, la mayor debilidad de este tipo de
programas (Alhalabí Díaz et al., 2006) (ver capítulo 12).
Como nos indica García-Rodríguez (1993) experimenta una gran expansión a finales de
los años ochenta, tanto en su expresión específica (incidencia concreta en las
106
drogodependencias), como en la inespecífica (abarcando el amplio espectro de salud).
Los programas comunitarios intentan cubrir a toda la población, promocionando que los
diferentes sectores que la integran se impliquen activamente en todo el proceso, con el fin
de conseguir la formación de una conciencia social de salud, pero incidiendo
concretamente en la abstención del consumo de drogas.
Como señala Gázquez (2009), si tenemos en cuenta los contenidos de los programas
preventivos, podrían clasificarse en distintos encuadres:
a) Enfoques más tradicionales:
107
c) Programas multicomponentes.
d) Programas basados en la evidencia científica.
108
6.4.1. Información sobre adicciones y conceptos relacionados
109
110
Cuadro 6.2. Tarjeta de identidad
(Fuente: modificado de García del Castillo, 2007).
Nombre Alcohol.
Apellidos Baja la actividad del sistema
nervioso.
Fecha de nacimiento Se le atribuyen unos 5.000 años de
existencia conocida.
Lugar de nacimiento Mesopotamia.
“Padres” Las fuentes mitológicas egipcias nos
dicen que la cerveza era un regalo
de los dioses.
Enfermedad más característica Cirrosis hepática (deterioro del
hígado que causa la muerte).
Clasificación Droga legal (exceptuando menores
de 16 años en general y
determinadas comunidades
autónomas en las que está prohibido
beber alcohol en la calle).
Forma de consumo Oral (bebido).
Ejemplo de uso Beberlo en compañía con motivo de
fiestas o reuniones.
Efectos Riesgos
• Relajación y euforia. • Al conducir vehículos (coches, motos, bicicle tas,…) no se
valora el riesgo, ni se miden bien la velocidad y las
111
distancias.
• Disminución del
sentido de la
responsabilidad.
• Conducta agresiva. • En las relaciones sexuales (al perder el control de nuestros
actos) se corre el riesgo de contraer enfermedades o de
un embarazo no de seado, por no tomar precauciones. •
Puede haber malos tratos en el hogar.
• Trastornos en la
visión, náuseas y
vómitos.
• Disminución de la
concentración.
• Pueden generarse peleas en lugares públicos.
• Puede disminuir el rendimiento en los estudios o en el
trabajo.
Es fundamental que se indiquen las tasas de consumo del grupo poblacional con el que se
está trabajando para que se pueda comprobar que el consumo de drogas no es la norma
general, sino que se da en un porcentaje no tan elevado como a priori se suele pensar,
puntualizando que la interpretación de las estadísticas a través de los medios de
comunicación suele ser inadecuada, plasmando aspectos de la realidad de forma
desmesurada y sacados de contexto. Sabemos fehacientemente que la percepción social
de algunos grupos con relación al consumo de drogas son asimilados como algo
normalizado apoyándose en argumentos de generalización: “es normal porque todo el
mundo lo hace” lo que consigue bajar barreras de protección al consumo. Mediante la
exposición de datos ejemplificados de los consumos reales, se puede romper esta
creencia de normalización artificial.
Por otra parte, realizar actividades de análisis crítico acerca de los contenidos de
algunos medios de comunicación puede ser de gran utilidad para enseñar a reflexionar
sobre el tipo de mensajes que nos llegan a través de la prensa, la radio o la televisión.
Para esta tarea se deben utilizar datos actualizados, contrastados y objetivos de las
encuestas nacionales de consumo o las encuestas autonómicas, que podemos encontrar
fácilmente en el Plan Nacional sobre Drogas. Resultará más preventivo no ceñirse
solamente a cifras sobre consumo, sino hacer hincapié y darle un mayor énfasis a las
tasas de sujetos que no consumen y contrastar con los modelos no consumidores.
112
6.4.3. Información sobre mitos y realidades
Desmitificar y romper las leyendas urbanas que circulan alrededor de diversas sustancias
es uno de los objetivos primarios de la información. En muchos casos el consumo de
algunas sustancias se ha asociado a efectos o consecuencias positivas, unas veces porque
realmente puede ser cierto y en la mayoría de los casos porque se ha desvirtuado el
contenido del mensaje primario o bien se ha manipulado hasta generalizarse el
contrasentido.
Algunos ejemplos claros de este último extremo lo encontramos con el tabaco al que
se le atribuyen popularmente efectos relajantes, cuando en realidad se trata de un
excitante. El alcohol, como sustancia más cultural en nuestro país, tiene algunos mitos
muy arraigados, como que abre el apetito, calienta, activa nuestra potencia sexual o es un
insuperable “quitapenas” para todo aquel que se siente perdido. El cannabis sigue siendo
la sustancia más paradigmática, por lo que supone de contradicción en cuanto a sus
efectos y consecuencias, sobre todo desde que los defensores de su consumo
publicitaron los beneficios terapéuticos de esta sustancia para determinadas patologías.
Otro ejemplo singular es el caso de la cocaína que, aun percibiéndose más peligrosa que
otras sustancias legales, sigue conservando el paliativo de que no es fácil engancharse y
que se puede tener control absoluto sobre su consumo.
El mito del control, en general, es uno de los más usuales entre la población
adolescente, hasta el punto de que se convierte en uno de los máximos argumentos para
pasar de la fase experimental a consumos repetidos.
En la adaptación española del programa preventivo Entrenamiento de Habilidades
para la Vida (Luengo, Romero, Gómez, Guerra y Lence, 1999), se presentan varias
actividades interesantes para tratar este aspecto. Una de ellas, por ejemplo, la que
denominan “prueba de temblor”, puede resultar muy útil en este sentido ya que usando
medidas psicofisiológicas demuestran como el tabaco no relaja sino que provoca
nerviosismo.
El último aspecto que debemos tratar tiene que ver con las consecuencias que tiene el
consumo de las diferentes sustancias psicoactivas. Es importante resaltar que no nos
referimos únicamente a los efectos que las drogas provocan en el organismo, sino a los
resultados del consumo a nivel social, psicológico, escolar, familiar y de salud en general.
Es habitual que el consumo de sustancias no tenga consecuencias negativas a corto
plazo, por lo que la falta de información y la baja percepción de riesgo pueden
perfectamente potenciar el consumo. Por ello es adecuado informar correctamente de las
consecuencias que pueden tener a corto plazo, algunos de los principales factores de
riesgo, como por ejemplo el bajo rendimiento académico o los problemas en el entorno
familiar, y a largo plazo el desarrollo de cuadros de dependencia o graves enfermedades
113
físicas.
No hay que olvidar que para los más jóvenes la percepción de riesgo no suele
determinarse por las consecuencias explicadas del consumo, por lo que se ha visto
reiteradamente la ineficacia de utilizar métodos realistas para explicar estas
consecuencias. La fórmula más ampliamente empleada a lo largo de los años en este
sentido ha sido el contar con las experiencias de un drogodependiente en activo o que ha
salido de un programa de desintoxicación, observándose en ocasiones la certeza de que
se genera una mayor curiosidad por el consumo. Para una persona joven y sana, el riesgo
de enfermar es un aspecto descartado de sus creencias, de forma que no llegan a asumir
el peligro al que se someten por esta vía, al igual que ocurre con otros comportamientos
de riesgo (conducción de vehículos, deportes de alto riesgo…).
114
En la experiencia aplicada, resulta de gran relevancia que se les explique a los
adolescentes las dos clases de lenguajes que se dan en la comunicación, es decir, el
verbal y el no verbal. Puede resultarles de gran utilidad a la hora de mantener una
comunicación el conocimiento de lo que significan los gestos y las expresiones de la otra
persona que les habla, o la importancia de que su propio lenguaje no verbal se
corresponda con el verbal.
La identificación del lenguaje no verbal es muy importante en la comunicación ya
que en muchos casos este lenguaje hace que el lenguaje verbal o explícito adquiera un
significado u otro (p. ej., decir que se lo está pasando bien bostezando no es lo mismo
que decirlo con una sonrisa). Se trata por tanto de hacerles conscientes de la importancia
de todos los canales de emisión del lenguaje en la comunicación.
Para llevarlo a cabo se pueden poner en marcha conversaciones por parejas en las
que en unos casos vayan en sintonía el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal, y
viceversa. Se les podrían dar tarjetas con ejemplos (p. ej., decir que sí verbalmente
moviendo la cabeza negando o afirmando).
115
Los conceptos de autoestima y autoimagen son variables importantes a tener en cuenta a
la hora de trabajar con adolescentes ya que pueden modificar la conducta. Como nos
indica Martínez Maldonado et al. (2008), contamos con factores en los que las
habilidades sociales como la autoestima, la denegación y la competencia social pueden
eliminar, disminuir o neutralizar el riesgo de iniciar o continuar el uso de algunas
sustancias adictivas como el alcohol y el tabaco. Estudios como el de Zhan (1999)
admiten la necesidad de estudiar las habilidades sociales, como la autoestima, al igual que
Bandura (1999) hace hincapié en la autopercepción de la eficacia, como predictores para
poder enfrentarse y resistir a la presión del uso de sustancias adictivas.
La autoeficacia y la autoestima definen la capacidad de los adolescentes a resistir la
presión de sus iguales y del ambiente que les rodea. Además, la autoeficacia se define
como la creencia en la propia capacidad para organizar y ejecutar acciones necesarias
para manejar situaciones futuras. Las técnicas para la mejora de la autoimagen y
autoestima pueden orientarse en mostrarles a los adolescentes la relación que existe entre
cómo se perciben a sí mismos y las conductas que llevan a cabo, ayudándoles a mejorar
la autoimagen y sus propias competencias.
Para desarrollar estas técnicas se les puede solicitar a los jóvenes que describan con
palabras cómo se ven a sí mismos y cómo creen que la autoimagen puede afectar a sus
relaciones con los demás y a su propio comportamiento en diferentes situaciones. Puede
ser de utilidad que los alumnos, distribuidos por grupos, vayan definiéndose a sí mismos
y que el resto de compañeros señalen si están de acuerdo o no con esa visión. En
muchas ocasiones la opinión que podemos tener de nosotros mismos no coincide
exactamente con la percepción del resto de las personas que nos rodean. Es importante
contrastar nuestro self con las evaluaciones que realizan los demás para llegar a ajustar
nuestras manifestaciones y expresar adecuadamente nuestras emociones, ideas y
creencias.
A modo de ejemplo, en el programa de Botvin y Tortu (1988), adaptado por Luengo
Martín et al. (1999) de Entrenamiento de Habilidades para la vida, se les propone a los
participantes que pongan en marcha lo que se denomina, el Proyecto de autosuperación.
Este proyecto consiste en que los adolescentes se pongan metas de aspectos que les
gustaría cambiar de su imagen, por ejemplo, ser menos tímidos. Este plan se realizaría
siguiendo una serie de pasos que irían desde la creación de una meta de autosuperación
(por ejemplo, superar la timidez) hasta la consecución de la misma a partir de la mejora
de metas secundarias (por ejemplo, acercándose a los demás o iniciando una
conversación). Con estas aproximaciones sucesivas hacia el objetivo final, superar la
timidez, los sujetos van interiorizando nuevos patrones conductuales y rompiendo sus
resistencias.
Otro aspecto que se ha de trabajar en los programas preventivos es todo aquello que está
116
relacionado con las emociones, como auténticos motores del comportamiento humano.
Jóvenes y menos jóvenes apoyan normalmente muchas de sus decisiones y su conducta
en emociones determinadas que dan sentido a su forma de actuar e interactuar con su
medio. El control de las emociones es en sí mismo uno de los componentes primordiales
a la hora de afrontar un comportamiento de adicción, marcado, normalmente, por una
emoción de deseo o una expectativa de placer fomentada por los demás. Walton (2005)
plantea claramente uno de los principios básicos entre emoción, conducta y control
cuando suscribe “… si es posible, mediante el extenuante ejercicio de la voluntad,
soslayar las emociones, sobrevivir a ellas, pero no en el sentido de sobrevivir a uno de
sus ataques demoledores, sino de llegar a una suerte de sereno estado de disciplina
mental en que sencillamente, no seamos ya su presa” (Walton, 2005, 16). Es por ello
fundamental aprender a manejar respuestas asociadas a las emociones como la ansiedad,
el deseo o determinados sentimientos.
Desde la teoría del afrontamiento de Lazarus y Folkman (1986), se establecen dos
bloques claramente diferenciados donde se analizan aquellos comportamientos centrados
en situaciones de estrés ante una situación específica y los que se centrarían en torno a
las emociones que podría suscitar esta. Las estrategias de afrontamiento que pueden
emplearse para hacer frente a estos acontecimientos estarían condicionados por la
evaluación primaria que llevara a cabo el individuo (percepción de la situación ante la que
se expone) y la evaluación secundaria (cantidad y calidad de recursos que tiene el
individuo para hacerle frente). Como señalan Gómez y col. (2006), el estilo de
afrontamiento centrado en las emociones sería primordial en aquellas circunstancias en
las que no se pueden realizar cambios, por lo que actuaría como función adaptativa.
Desde otra vertiente abierta en las emociones humanas, en principio muy orientada
hacia la empresa y las organizaciones, tenemos que detenernos en la inteligencia
emocional, partiendo de los estudios de uno de sus máximos representantes, Daniel
Goleman. En palabras del autor: “El término inteligencia emocional se refiere a la
capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás,
motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y
con nosotros mismos” (Goleman, 1999, 430). Todos y cada uno de estos conceptos
tienen un peso específico significativo en cuanto a su relación con el comportamiento de
consumo, ya que algunas de las variables precipitantes en el uso de sustancias estarían
directamente implicadas en los estados de ánimo (sentimientos propios), la influencia de
los demás (sentimientos ajenos), y el manejo de diferentes situaciones interrelacionadas
con estos sentimientos. Si nuestra inteligencia emocional es alta, actuará necesariamente
como un factor de protección sobre nuestra conducta de consumo.
Las características de la inteligencia emocional, según Goleman (1999), serían las
siguientes:
117
• Diferir las gratificaciones, venciendo los deseos de inmediatez.
• Regular los propios estados de ánimo, siendo conscientes de los mismos.
• Evitar que la angustia o la ansiedad frustren nuestras facultades racionales.
• Capacidad de empatizar, por difícil que sea la situación.
• Confiar en los demás, previa evaluación racional de los otros.
118
propios anteriores que tuvieron unas consecuencias favorables en resolver un conflicto de
cualquier índole.
Los ámbitos donde más repercusión ha tenido la utilización de las técnicas de
decisión han sido, sin duda, las que abarcan el campo de la organización, con trabajos tan
clásicos como los de Larson (1962) o Schmidt (1958), entre muchos otros, que abordan
la resolución de problemas aplicada a la organización, aunque el ámbito educativo contó
con estudios anteriores como los de Dewey (1933), donde se enseñaba a los niños a
formular problemas, recoger información y, finalmente, a crear y contrastar hipótesis.
Según D’Zurilla (1993) la evolución de la técnica de resolución de problemas
aplicada a problemas de índole interpersonal ha sido importante en los últimos años y
apunta los siguientes hechos:
119
En programas de prevención como Barbacana (García-Rodríguez y López, 1998,
2001), se incluye esta técnica específica, en su apartado: “Es hora de decidir”, orientada
hacia un grupo de problemas que recoge un amplio espectro de posibilidades de iniciación
al consumo de drogas:
120
Otro concepto, muy ligado al anterior, que en los últimos años ha adquirido una
fuerte trascendencia en la prevención de las drogodependencias es el de resiliencia, que
podríamos definirlo como una capacidad de recuperación y adaptación exitosa frente a
cualquier adversidad, donde se desarrolla y potencia la competencia social, académica y
vocacional. Becoña et al. (2006, p. 89), definen la resiliencia como una “capacidad para
recuperarse y mantener una conducta adaptativa después de sufrir un estrés intenso, una
catástrofe, o experiencias traumáticas como malos tratos, violencia, etc., está relacionada
con un gran número de conductas problema, como es el consumo de alcohol y de otras
drogas”. Según los autores una resiliencia y competencia social altas aumentan la
probabilidad de que los jóvenes sean menos consumidores de sustancias.
Para ejemplificar estas técnicas, podemos recurrir al programa de Entrenamiento de
Habilidades para la Vida (Luengo et al., 1999):
Las técnicas para mejorar las habilidades sociales están altamente relacionadas con
las habilidades para la comunicación y la asertividad. La comunicación ya la tratamos en
un apartado anterior, en cuanto a la asertividad la podemos definir como una habilidad
individual que nos favorece la posibilidad de expresarnos libremente en cuanto a
emociones, sentimientos, opiniones y creencias ante los demás, pero sin lesionar los
derechos de los otros.
Aunque dé la sensación de complejidad lo podríamos resumir en un ejemplo claro y
muy utilizado en campañas preventivas de los años noventa, cuando se proponía el
eslogan de “Di no a las drogas”. La forma de expresión mediante el “NO” se configura
como el parámetro central de esta habilidad personal, dado que una de las variables que
más varianza explica en el inicio al consumo es la presión del grupo de iguales, y una
defensa incontestable hacia esta presión es, sin duda, saber decir no en el momento
adecuado.
Algunas de las características que configuran la asertividad son el aumento de las
relaciones sociales, la disminución de la ansiedad ante las nuevas relaciones sociales y la
mejora de la actuación en situaciones de atracción interpersonal. Todas ellas están
121
íntimamente ligadas al inicio del consumo de sustancias.
Para el aprendizaje de esas técnicas se puede utilizar el juego de papeles como
ensayo de conducta, donde se simulan situaciones de la vida real llevadas a escena ante
un público crítico que analiza las actuaciones de los participantes, persiguiendo un
objetivo de conducta asertiva o socialmente habilidosa. Un ejemplo del empleo de esta
técnica lo encontramos en el programa Barbacana (GarcíaRodríguez y López, 1998,
2001):
Situación: Un grupo de amigos se reúne en un bar para pensar qué van a hacer esa tarde. Acto
seguido aparece un camarero y les pregunta qué van a tomar:
Camarero: ¿Qué os pongo?
Santi: “Birra” para todos.
Paco: A mí, de tonel.
Julio: Pero de las más grandes.
Germán: Yo no quiero cerveza, a mí me pones un zumo de naranja.
Santi: (Al camarero) ¡Ni caso tío! “Birra” para todos.
Germán: (Al camarero) ¿El zumo es natural?
Paco: Venga…, vamos a ir todos entonados y tú…
Germán: ¿Yo a ti te digo algo, tío?
Julio: ¡Hombre! Por unas cañitas…
Germán: (Al camarero) Y no le pongas azúcar…
Santi: Venga, macho, que nos fastidias la marcha…
Paco: ¡Déjale! Cada cual que se lo monte como quiera…
Existen otras técnicas que no se han reflejado pero que también tendrían su cabida
en el campo de la prevención. Por ejemplo, uno de los mayores problemas de la
prevención familiar es la escasa participación de los padres en este tipo de programas.
122
Algunos estudios han desarrollado técnicas de motivación para mejorar las tasas de
participación con resultados diversos. En nuestro país se ha tratado de llevar a cabo
mediante el uso de incentivos materiales o de facilitación de acceso a estos programas (p.
ej., contratar canguros para que los padres puedan asistir). Estas estrategias, aunque han
marcado tendencias positivas en el proceso, han encontrado que los padres que
realmente necesitan asistir a estos programas continúan sin hacerlo (Alhalabí et al.,
2006).
Por último, otras técnicas que también serían aplicables al campo de la prevención
son aquellas que hacen referencia a la promoción del autocambio entre aquellos sujetos
con problemas de consumo de sustancias que se encuentran en las primeras fases de una
adicción o aquellos que no quieren o pueden asistir a programas de tratamiento
(Klingemann y Sobell, 2007). Aquí se incluyen aspectos como la autoevaluación, el
balance decisional, la biblioterapia, el seguimiento telefónico breve y la creación de guías
de autocambio basadas en los hallazgos de los estudios de la recuperación natural.
123
Rev Cubana Salud Pública 2003;29(3):275-81
1
Profesora Auxiliar. Máster en Psicología de la Salud.
275
La Medicina Conductual comenzó como una continui- tan o potencian el efecto de estímulos patógenos cotidia-
dad del modelo de Psicología Médica, y destaca el papel de nos desde antes de enfermarnos.
los comportamientos aprendidos en el origen y manifesta- Existe un momento, en el cual se da un umbral o punto
ciones de las enfermedades y busca medios a través de los de corte donde termina el período de prepatogénesis y se
cuales los cambios en el comportamiento pueden desempe- inicia uno de patogénesis, aquí se comienza a hablar del
ñar una función útil en el tratamiento y la prevención de desarrollo de la enfermedad, con evolución de síntomas
enfermedades, mientras que la Psicología Comunitaria de- tipificables. El panorama clínico muestra una patogénesis
sarrolla un enfoque social y comunitario para la atención a temprana, la cual los médicos insisten en descubrir lo antes
los problemas de salud; sin embargo ha quedado vinculada posible. El padecimiento puede evolucionar hasta un extre-
más a la llamada salud mental que a la salud en general.2 mo, a partir de la interacción entre el anfitrión humano y los
Estos antecedentes permitieron el surgimiento de un estímulos patógenos. Después se tiene ya una enfermedad
concepto de mayor amplitud que es, la Psicología de la Sa- temprana perceptible, que en dependencia de la interven-
lud, a la que le interesa todo lo relacionado con variables ción se convierte en enfermedad avanzada, que puede a su
psicológicas en el proceso salud enfermedad, y se ocupa vez desencadenar en estado crónico, incapacidad o llevar a
no solo de la atención o curación de los enfermos; contiene la muerte, o lo contrario, si hay intervención adecuada se
la promoción de la salud y la prevención de las enfermeda- puede lograr la recuperación en cualquiera de sus estadios.
des; se relaciona con todos los problemas de salud, no solo A partir de esto, se propone un modelo hipotético de
con la salud mental; tiene como ámbitos de actuación todos progreso de cualquier enfermedad y sus derivaciones hacia
los niveles de atención y su enfoque no está centrado sólo determinados temas o aspectos que aborda la Psicología de
en el individuo, incluye el trabajo con la familia y la comuni- la Salud (Conferencia impartida por el profesor J. Grau Abalo,
dad. Además, es parte de ella, el estudio de los factores en la maestría de Psicología de la Salud. Facultad de Salud
subjetivos que intervienen en el funcionamiento de las or- Pública, octubre de 1996). Este puede sintetizarse así:
ganizaciones laborales de salud y sus trabajadores. Por úl-
timo, por denominarse Psicología de «la Salud’’, no se refie- 1. Salud.
re sólo a la parte positiva del proceso, es Psicología aplica-
da a la salud, la enfermedad, y también a sus secuelas.2 - Conducta saludable.
Stone considera que la Psicología de la Salud com- - Modelos salutogénicos.
prende cualquier aplicación de los conceptos o métodos - Modelos de creencias de salud.
psicológicos a cualquier problema surgido en el Sistema de - Factores de riesgo. Estrés. Variables personales.
Salud, no sólo en lo que se refiere al sistema de atención a la
salud, sino también en la Salud Pública, la educación para la 2. Enfermedad asintomática susceptible de ser detectada.
salud, la planeación, el financiamiento, la legislación sobre Problemas psicológicos de los programas de screening.
salud y otros componentes de este tipo en todo el sistema.2 3. Enfermedad sintomática aún no diagnosticada.
El presente trabajo abordará, su incidencia en el mode- Búsqueda de ayuda médica.
lo hipotético de progreso de cualquier enfermedad. Se pre- Atribuciones, estigmas.
tende realizar un análisis de las principales categorías, mo- 4. Enfermedad manifiesta en el momento del diagnóstico.
delos y enfoques que se utilizan para el abordaje de los Comunicación del diagnóstico.
aspectos psicológicos que intervienen en el proceso salud- Dolencia. Enfermedad.
enfermedad, desde la promoción de estilos de vida saluda- Rol de enfermo.
bles, la adopción de conductas preventivas, la optimización 5. Desarrollo de la enfermedad. Influencia del tratamiento.
del diagnóstico y el tratamiento, la rehabilitación hasta pro- Adherencia terapéutica.
blemas relacionados con el cuidado del paciente en fase Recuperación.
terminal y la muerte. Estado crónico. Adaptación y ajuste a la enfermedad.
6. Calidad de vida del enfermo crónico.
Enfermedad después del tratamiento.
DESARROLLO Discapacidad. Rehabilitación.
Muerte. Afrontamiento a la muerte.
El antecedente para este análisis surge de la epide-
miología clásica, donde se reconoce que la enfermedad como En un primer momento partimos de un hombre sano,
cualquier otro evento que ocurre en la naturaleza, tiene una supuestamente saludable y se estudia la forma de favorecer
historia natural de evolución. Este esquema propone un la conservación de su salud. Puede deducirse que a la Psi-
período de prepatogénesis, en términos de prevención cología corresponde un papel decisivo en el esclarecimien-
primaria es aquello que ocurre antes de que se den los to de los problemas que están más relacionados con los
primeros síntomas de deterioro de la salud, donde existe un estilos de vida y en la búsqueda de medios eficaces para la
anfitrión humano y factores medio ambientales que facili- promoción de salud y la adopción de conductas preventivas.
276
En consonancia con esto, se trabaja por estimular las puesta a estímulos agresores del medio ambiente (papel de
principales conductas relacionadas con los estilos de vida eventos vitales), la concepción del estrés como respuesta
que constituyen comportamientos protectores, tales como psicobiológica del organismo, que ha permitido establecer
la práctica regular de ejercicios físicos, las prácticas vínculos entre los acontecimientos vitales y determinadas
nutricionales adecuadas, la reducción de consumo de sus- respuestas psiconeuroendocrinas e inmunológicas y los
tancias tóxicas, las prácticas de seguridad y protección, modelos transaccionales del estrés, que conciben el estrés
prácticas adecuadas de higiene, participación en progra- como un tipo particular de interacción entre el individuo y
mas promocionales y preventivos, aprendizaje de recursos su entorno y otorgan un papel protagónico a los
personales para minimizar la acción del estrés, uso de servi- afrontamientos7 y a las emociones, como estados psíqui-
cios sanitarios de la comunidad, entre otros. cos en los que se fija el estrés. El enfoque, donde se recono-
Sin embargo, la decisión de las personas de comportar- ce el papel de las emociones en el proceso de estrés, ha sido
se de un modo saludable y el mantenimiento de estas con- ampliado con investigaciones realizadas en nuestro país.6
ductas, está relacionada con múltiples factores donde se Los estudios del estrés como respuesta psicobiológica
interrelaciona el contexto ambiental con variables persona- del organismo han permitido desarrollar una prometedora
les. Uno de los marcos conceptuales más ampliamente re- rama de la medicina integrada: la psiconeuroinmunología.
conocidos, ha sido la elaboración de los Modelos de Creen- Los datos empíricos han conducido a su rápido desarrollo
cias de Salud, como el de Rosenstok y otros, a partir de los en los países occidentales, y definen esta como el estudio
cuales se explica la conducta saludable como una función de la interacción entre el sistema nervioso central como
del vínculo entre la amenaza percibida de la enfermedad y mediador de procesos tanto psicológicos como biológicos
los beneficios esperados con la conducta recomendada, las con el sistema inmunitario, responsable no sólo de la resis-
barreras percibidas y las acciones o estrategias desplega- tencia a la enfermedad, sino también de otras funciones
das para activar la disposición a actuar.3 biorreguladoras.8
También se ha hecho énfasis en el papel de los factores La Psiconeuroinmunología ha demostrado en el trans-
cognitivos, por ejemplo, la Teoría de la acción razonada curso de su evolución, la posibilidad de que el sistema in-
supone que las personas hacen un uso racional de la infor- mune esté mediado por factores psicológicos.9 Ofrece estu-
mación que poseen y que llevar a cabo un comportamiento diar y explicar la creencia común de que la personalidad y
depende de las creencias comportamentales y normativas que las emociones ejercen alguna influencia sobre la salud, po-
posee el individuo que le permiten hacer una evaluación posi- see además el potencial para desarrollar intervenciones psi-
tiva o negativa de la conveniencia de la conducta.4 La Teoría cológicas que puedan mejorar la inmunidad y por consi-
de la Acción Social subraya el papel de los guiones socia- guiente modificar la predisposición al inicio y el progreso
les y de los aprendidos en la familia, la relación con los de las enfermedades tanto infecciosas como de tipo
amigos y otros sistemas de relaciones.5 cronicodegenerativas.
Se ha trabajado en la búsqueda de una integración con- Las investigaciones realizadas hasta la fecha permiten
ceptual, al considerar los modelos de aprendizaje, los facto- afirmar que variables psicológicas son capaces de influir en
res sociales y factores cognitivos (creencias) como deter- el sistema inmunitario fortaleciéndolo o debilitándolo y afec-
minantes fundamentales del estilo de vida saludable y las tando a través de esta vía la salud. Existen numerosas evi-
claves posibles para el análisis funcional de la conducta dencias que demuestran como las situaciones estresantes
preventiva o promotora de salud.5 Este panorama no ofrece influyen en el sistema nervioso y pueden llevar a una su-
aún respuestas acabadas pero sí el intento de búsqueda, de presión de la función inmune.10 Un ejemplo clave es el po-
modelos explicativos que permitan elaborar estrategias de deroso impacto de las hormonas que se liberan con el estrés.
promoción de salud científicamente fundamentadas. Mientras estas hormonas aumentan en todo el organismo,
Otra vertiente muy discutida es la que se refiere a los la función de las células inmunológicas se ve obstaculiza-
modelos salutogénicos, que sustentan la tendencia a la sa- da, así el estrés anula la resistencia inmunológica, al menos
lud a partir de la elaboración de recursos personales que se de una forma pasajera, pero si el estrés es constante e inten-
convierten en inmunógenos psicológicos, que permiten de- so esta anulación puede volverse duradera.
sarrollar estilos de vida minimizadores del estrés y el desa- No menos importante resulta el estudio del papel de la
rrollo de competencias para enfrentarse de una manera acti- personalidad y la propensión a enfermar. Los reportes de
va y positiva a situaciones de la vida, con inclusión de la investigaciones apuntan más hacia resultados que avalan
propia enfermedad. Entre estos se encuentra el Modelo de la función de las emociones, las cogniciones o los compor-
Resistencia Personal, el de Sentido de Coherencia, el Mo- tamientos de manera aislada. Sin embargo, aunque no se ha
delo del Optimismo y el novedoso Concepto de Resiliencia. investigado siempre la influencia de la personalidad como
Entre los factores psicológicos de riesgo para la apari- un todo, sí es importante tener en cuenta el papel de diver-
ción de enfermedades, el más estudiado por su importancia, sos factores personales que hacen pasar de la salud a la
ha sido la acción del estrés. Para acercarse a su explicación, enfermedad.
se han elaborado varios modelos de estrés que pueden Se han estudiado variables emocionales como ansie-
resumirse en 3 enfoques:6 El enfoque del estrés como res- dad, depresión, hostilidad, ira, agresividad y se evidencia
277
que estas constituyen factores predisponentes al distress, Al igual que la depresión, se han estudiado los costos
facilitan el rol de enfermo, los cambios en el sistema inmune, médicos de la visión mental de la vida pesimista u optimista,
estimulan conductas no saludables como tabaquismo, al- así en una investigación con 122 hombres que tuvieron su
coholismo y así se convierten en causa indirecta de cáncer primer ataque cardíaco, se evaluó su grado de optimismo o
y otras enfermedades.6 Variables cognitivas como determi- pesimismo. Ocho años más tarde, de los 25 hombres más
nadas cogniciones disfuncionales, pensamientos automá- pesimistas, 21 habían muerto; de los 25 más optimistas sólo
ticos, ideas irracionales desempeñan un papel importante 6 fallecieron.10 En estos casos, la visión de la vida resultó
en el inicio y mantenimiento de trastornos emocionales, que ser un mejor pronosticador de la supervivencia que cual-
a su vez tienen la repercusión antes descrita.11 Otras cues- quier otro factor de riesgo.
tiones relacionadas con el comportamiento, tales como há- De estos resultados se puede inferir, los beneficios mé-
bitos alimentarios inadecuados, cuidado e higiene dental o dicos de los sentimientos y las emociones positivas, las
la preocupación por la apariencia física, tienen un sentido ventajas de la percepción optimista y esperanzadora de la
psicológico determinado para el individuo y se reconoce su existencia, a lo que se une el valor de las relaciones perso-
condición de factores de riesgo para la enfermedad. nales como fuentes para compartir los sentimientos ínti-
A pesar de muchos criterios escépticos, las pruebas de mos, mantener estrechos contactos afectivos y encontrar
la importancia clínica de las emociones han ido aumentan- apoyo emocional y material. Estas son aristas de la inter-
do considerablemente. Se descubrió que las personas que vención psicológica en individuos supuestamente sanos,
experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos de con vistas a reducir los efectos nocivos del estrés y contri-
tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad, cinis- buir al mantenimiento de la salud, así como a la prevención
mo o suspicacia incesante, tienen el doble de riesgo de y la recuperación de las enfermedades.
contraer una enfermedad, incluidas el asma, artritis, dolores Existe un momento muy particular, cuando la enferme-
de cabeza, úlceras pépticas y problemas cardíacos.10 Esta dad no presenta síntomas visibles y se aplican programas
magnitud hace pensar que las emociones perturbadoras sean para detectarla. Ej. VIH, cáncer de mama o útero en estadios
un factor de riesgo tan dañino como el hábito de fumar o el muy tempranos. En estos programas es importante interve-
colesterol elevado, en otras palabras, una importante ame- nir con respecto a los costos psicológicos de la participa-
naza a la salud. ción de la población, por el estrés que provoca la espera de
La ira parece ser la emoción que más daño causa al los resultados y el malestar físico y emocional ante los pro-
corazón, pues cada episodio de ira le añade una tensión cedimientos. También el riesgo de los falsos positivos con
adicional, y aumenta el ritmo cardíaco y la presión sanguí- su secuela de miedos y ansiedades durante años y la des-
nea. Una vez que se desarrolla la enfermedad cardíaca, la ira confianza en los servicios de salud. En este sentido se tra-
es especialmente letal para aquellos que ya la padecen. Es- baja en la labor publicitaria de los programas, al buscar vías
tudios de seguimiento durante varios años, realizados con adecuadas para promover las conductas preventivas.
personas que han sufrido un primer ataque cardíaco, de- La aparición de los síntomas estimula la búsqueda de
mostró que los que se enfurecen fácilmente tenían 3 veces ayuda médica y se han investigado los factores que pue-
más probabilidades de morir por paro cardíaco, que los tem- den desencadenarla: una crisis interpersonal que sirve para
peramentos más serenos.10 llamar la atención, los síntomas son vistos como signos
La ansiedad es tal vez la emoción con mayor peso como previos de enfermedades graves que son amenazantes por
prueba científica, al relacionarla con el inicio de la enferme- su naturaleza (ejemplo dolor) o estos amenazan una activi-
dad y el desarrollo de la recuperación. Cuando la ansiedad dad social importante. Sin embargo, el intervalo de tiempo
ayuda a la preparación para enfrentarnos a alguna situa- que media entre el inicio de los síntomas y la decisión del
ción importante, esta es positiva; pero en la vida moderna paciente de buscar ayuda médica es variable.
es frecuente que la ansiedad sea desproporcionada y se En este proceso inciden factores sociopsicológicos de
relacione con niveles elevados de estrés. Pruebas eviden- diferente tipo: valores y creencias individuales y familiares,
tes del impacto sobre la salud de la ansiedad han surgido de diferencias economicosociales, situación social concreta en
estudios en enfermedades infecciosas, como resfríos, gripes la que aparecen los síntomas, diferencia de sexos y edades,
y herpes, donde la resistencia inmunológica de la persona pero muy importantes resultan los problemas psicológicos
se debilita, permite la entrada del virus y el inicio de la enfer- relacionados con la percepción de la enfermedad, como las
medad.10 atribuciones y los estigmas.
Por otra parte, se reconoce el papel que juega la depre- Las atribuciones de grupos poblacionales e individua-
sión, sobre todo en el empeoramiento de una enfermedad, les con respecto a la salud y a formas específicas de enfer-
una vez que esta ha comenzado. Parece tener un riesgo medad, constituyen las llamadas representaciones sociales
especialmente grave, para los pacientes supervivientes de de las enfermedades. Estas variables psicosociales
ataques cardíacos, complica la recuperación de interven- mediatizan el proceso de búsqueda de ayuda médica. Por
ciones quirúrgicas y aumenta el riesgo de muerte en perso- ejemplo, las atribuciones acerca del lugar del control (inter-
nas con transplantes. no o externo) favorecen o no este proceso.
278
En resumen, todas las enfermedades poseen un con- toria de la medicina. Hipócrates ya alertó sobre la falta de
junto de atributos formados a partir de las interacciones fiabilidad de los informes de los pacientes sobre la ejecu-
sociales que contienen juicios acerca de la relevancia de los ción de los regímenes terapéuticos prescritos, con el objeti-
síntomas, la frecuencia de aparición, la visibilidad, el carác- vo de evitar recriminaciones de los médicos.13
ter amenazante, y la reversibilidad. Algunos de ellos pro- En la literatura médica se emplean indistintamente 2
fundamente desacreditantes, los llamados estigmas que términos para referirse a este fenómeno: uno es cumplimiento
fomentan determinadas actitudes hacia los pacientes que y el otro adherencia. Se define el cumplimiento como el pro-
las padecen e imprimen particularidades a las relaciones ceso a través del cual el paciente lleva a cabo adecuada-
interpersonales y roles sociales de éstos. Como ejemplo mente las indicaciones del terapeuta. Se considera que es la
podemos citar las infecciones de transmisión sexual, el SIDA, medida donde la conducta de una persona, en término de
el cáncer, entre otras. toma de medicamentos, seguimiento de dietas, o de realiza-
El tiempo de decisión con su carácter individual y el ción de cambios de estilo de vida coincide con el consejo
proceso de evaluación clínica de los síntomas, determinan médico o sanitario.
que la enfermedad pueda permanecer sintomática y sin un El término adherencia se entiende como una implica-
diagnóstico preciso durante un tiempo; sin embargo, el de- ción activa y colaboración voluntaria del paciente en un
sarrollo normal de su evolución lleva al diagnóstico y el desarrollo de comportamiento aceptado de mutuo acuerdo,
paso a otra etapa. con el fin de producir un resultado terapéutico deseado.
En el momento del diagnóstico se presentan los pro- Este último hace énfasis en los componentes psicológicos,
blemas de su comunicación, en el marco de la relación médi- sobre todo volitivos del paciente, que lo inducen a estruc-
co-paciente. Se han investigado aspectos que se deben turar una conducta de cumplimiento, por lo que es cada vez
tener en cuenta, como las características y biografía del más frecuente su uso en campo de la investigación sobre el
paciente, sus necesidades (cuánto y qué quiere saber acer- tema.13
ca de su enfermedad), si cuenta o no con apoyo social, si Se han señalado un conjunto de variables de naturale-
prefiere estar solo o acompañado y se han formulado reco- za social, psicológica, médica y gerencial, como factores
mendaciones prácticas, éticas y legales que le imprimen un determinantes o influyentes en la conducta de cumplimien-
carácter eminentemente humano a este acto, sobre todo to de los regímenes terapéuticos. Se considera actualmen-
cuando se tiene que manejar la comunicación de un diag- te, que la combinación de algunos factores o la aparición
nóstico con pronóstico desfavorable.12 relacionada de ellos constituyen variables que actúan como
Una vez que se diagnostica la enfermedad se produce factores moduladores de la adherencia, las que se integran
una diferencia subjetiva entre esta y la forma que la percibe en 4 grandes grupos referidos a:13 -15
el que la padece y el significado que le confiere. El significa-
do personal de la enfermedad influye en la respuesta emo- 1. La naturaleza de la enfermedad.
cional y las conductas de afrontamiento a ella. Así, esta 2. Las características del régimen terapéutico.
puede percibirse como un fenómeno altamente estresante, 3. Las características de la interacción del paciente con el
como un reto, una amenaza, una pérdida, un castigo o un profesional sanitario.
beneficio o alivio a responsabilidades, situaciones perso- 4. Aspectos psicosociales del paciente.
nales, etc. En función de esto el paciente adopta su rol de
enfermo. La aceptación del hecho de estar enfermo, las con- Relacionado con la naturaleza de la enfermedad se des-
secuencias del rol y los deberes de este, son aspectos psi- taca el papel del tipo de enfermedad: aguda o crónica, así
cológicos muy importantes para la adaptación y ajuste a la como la presencia de síntomas de dolor o incomodidad, en
enfermedad, así como para la adherencia al tratamiento. la variación de las tasas de cumplimiento. Se ha encontrado
Ha sido interés sostenido en el área de las ciencias de que las enfermedades agudas con síntomas de dolor o in-
la salud investigar los móviles que llevan a los pacientes a comodidad producen mayor tasa de cumplimiento, mien-
cumplimentar o no las prescripciones orientadas por los tras que las enfermedades crónicas y las asintomáticas pre-
terapeutas. Existen conductas que describen problemas en sentan las menores y que la gravedad no incide en mayor o
la adherencia a los tratamientos: dificultades para su inicio, menor cumplimiento, si no que depende de la percepción de
suspensión prematura, cumplimiento incompleto o deficiente gravedad que tenga el paciente.
de las indicaciones, que se expresan en errores de omisión, En las características del régimen terapéutico es nece-
de dosis, de tiempo, de propósito (equivocación en el uso sario distinguir, la complejidad, la duración y el tipo de tra-
de uno u otro medicamento), la ausencia a consulta e tamiento, si es curativo, preventivo o rehabilitador. La ad-
interconsultas, la ausencia de modificación de hábitos y herencia disminuye a medida que la terapia se alarga y que
estilos de vida necesarios para el mejoramiento de la enfer- se producen tasas más altas en las curativas y rehabilitadoras
medad y con una acentuada connotación se destaca la prác- que en las preventivas. También se destaca la eficacia del
tica de automedicación.13,14 tratamiento, la que tiene una relación obvia con el cumpli-
Las dificultades en el cumplimiento de las indicaciones miento terapéutico y funciona según el principio de extin-
médicas fueron descritas desde épocas tempranas en la his- ción; la relación costo-beneficio y la presencia de efectos
279
secundarios. Los regímenes terapéuticos que provocan efec- centra en la reducción o eliminación de una discapacidad.
tos secundarios provocan disminución de las tasas de ad- Se impone el estudio psicológico de esta esfera, especial-
herencia, pues estos pueden llegar a ser más perturbadores mente la integración social, el apoyo familiar y social al
que los síntomas propios de la enfermedad. discapacitado, así como la evaluación de los programas de
Con respecto a la interacción con el profesional sanita- rehabilitación en todos sus componentes.
rio se destacan variables como la satisfacción del paciente Cuando todos los recursos terapéuticos han sido ago-
y las características de la comunicación que establece con tados sin éxito, inevitablemente sobreviene la muerte. La
su médico. La satisfacción del paciente consiste en un con- muerte es un proceso que por sí mismo es estresante y
junto de evaluaciones de las dimensiones del cuidado del tiene, igual que la vida, un condicionamiento histórico-so-
profesional sanitario y es una respuesta afectiva a esta, cial muy importante. En las últimas décadas ha ido surgien-
donde se distingue la satisfacción específica y la global, la
do una nueva cultura que considera necesario crear un arte
primera determinada por la percepción de las características
humano de morir, que ayude al paciente terminal a encarar la
específicas del profesional de salud y la segunda es una
muerte de la mejor manera posible.18
apreciación más general del proceso de interacción.15 Otro
La muerte forma parte del mismo proceso de vivir, y
aspecto que se debe tener en cuenta es la comunicación
que permite que el paciente pueda comprender la informa- constituye una situación límite, íntimamente relacionada con
ción que se le está dando sobre la prescripción o recomen- la trayectoria personal, biográfica y las actitudes que ante
dación y constituye un primer paso para que la acepte, la la vida se hayan tenido. Estas actitudes marcarán las viven-
recuerde y la cumpla. cias y orientarán el comportamiento que se manifieste en la
El cuarto grupo de determinantes está constituido por fase terminal. Sin embargo, a nadie se le enseña a morir, ni
aspectos psicosociales del paciente. Se reconoce en primer en la escuela, ni en el hogar; los padres no suelen hablar de
lugar las creencias del paciente asociadas a la percepción la muerte con sus hijos, ni los maestros, pero más grave es
de amenaza a la salud o consecuencias ocasionadas por que los médicos evitan hablar de ello con sus pacientes, de
una enfermedad, a la estimación del riesgo de enfermarse, esta forma parece que nuestra cultura ignora la muerte. En
por otro lado a la creencia de la persona de ser capaz de ocasiones el propio moribundo inhibe y oculta sus propios
ejecutar la respuesta necesaria y por último a la creencia de sentimientos al respecto.
que la respuesta será eficaz. Generalmente no estamos preparados, ni como profe-
Otro aspecto que se debe tener en cuenta es la motiva- sionales, ni como personas, para afrontar la muerte; sin
ción del paciente por la salud, las características de sus embargo, el médico no debe nunca desatenderse de la asis-
procesos cognitivos, especialmente la memoria y de las re- tencia al enfermo terminal, así como tampoco debe hacerlo
des de apoyo social con que cuenta para incrementar la la familia. Corresponde a la Psicología de la Salud investigar
ejecución de las prescripciones. El apoyo social puede con- y elaborar recomendaciones científicamente fundamenta-
tribuir a incrementar la ejecución de las prescripciones tera- das, que permitan lograr adecuadas estrategias de afronta-
péuticas, al animar al enfermo a mantener el régimen médico miento a la muerte en 3 direcciones:
y ejecutar las acciones necesarias para volver a la vida nor-
mal. Este puede provenir de la familia, los amigos o grupos
- La manera como el equipo de salud afronta la muerte del
de autoayuda.
paciente terminal.
La adherencia terapéutica se ha estudiado en diferen-
- Los afrontamientos de los familiares.
tes grupos de pacientes, en tipos específicos de enferme-
- La manera como el paciente afronta su propia muerte.
dades y en todos se evidencia el papel del psicólogo como
facilitador del desarrollo de la alianza con el médico y la
búsqueda de cooperación del paciente.16,17 El equipo de salud debe desarrollar actitudes caracteri-
Si el tratamiento es eficaz se logra la recuperación; sin zadas por cierta proximidad interpersonal, pero mantenien-
embargo, muchas veces no ocurre así, la enfermedad conti- do un respetuoso distanciamiento, debe centrarse en el
núa evolucionando y en dependencia de la afección en cues- enfermo y respetar la intimidad de este. Debe ayudarlo a
tión, pasa a un estado crónico. Una vertiente de trabajo reorientar su marco existencial y enriquecerlo dentro de lo
muy importante ha sido la calidad de vida del enfermo cró- que sea posible.18-19
nico, si tenemos en cuenta las implicaciones biológicas, La familia debe prepararse para que no se le deje solo
psicológicas y socioeconómicas que esta tiene. con su sufrimiento y su atención vaya encaminada a au-
Como resultante de la enfermedad puede aparecer una mentar la calidad de vida y de la muerte del paciente. Debe
deficiencia y posterior a esta una discapacidad. La mostrar apoyo constante, que no es estar al lado del enfer-
discapacidad se puede presentar en diferentes actividades: mo, sino que este perciba el apoyo y se satisfagan sus
conducta, comunicación, locomoción, cuidado personal. La necesidades tanto físicas como psicológicas. Debe ayudar
rehabilitación es el componente de la prevención que se al paciente a resolver asuntos pendientes, tanto espiritua-
280
les como materiales, a encontrar sentido a lo que está CONSIDERACIONES FINALES
ocurriendo, a buscar nuevos y esperanzadores objetivos y
de este modo reconciliarse con su situación.18,19 La Psicología de la Salud debe incluir la intervención
El paciente debe tener la posibilidad de vivir a plenitud psicológica en todos los momentos de evolución de la en-
y con la máxima lucidez, si así lo desea, la última etapa de su fermedad. No es casual que los psicólogos se internen cada
vida y esto lo va a lograr en buena medida en dependencia vez más en intervenciones psicosociales que pretenden la
del sentido que le haya dado a ella. Se dice que el hombre sustitución de comportamientos de riesgo por conductas
muere según ha vivido. de protección, en acciones dirigidas a mejorar el cumpli-
Se han descrito afrontamientos o estadios psicológi-
miento sistemático de las prescripciones médicas, a la
cos por los que pasan los enfermos antes de morir (nega-
optimización del descanso y el manejo del estrés vital, al
ción, aislamiento, sentimientos de ira, hostilidad, resenti-
miento, negociación, regateo, depresión y pena y, por últi- incremento del apoyo social, familiar y comunitario, a la
mo aceptación). Se debe permitir la expresión de estos sen- atención de la invalidez y en la rehabilitación, en toda una
timientos y facilitarlos, darles información siempre que la serie de campos que tienen a la atención primaria y hospita-
soliciten, dar apoyo afectivo, ayudar a pensar mejor sobre laria como escenario. Se trabaja también, por elevar cada
lo que les preocupa, mostrar paciencia y comprensión.19 vez más la eficacia de la intervención psicológica.
SUMMARY: The present paper establishes the salubrious projection of Health Psychology as an applied
branch of the psychological science.It is analyzed the conceptual and methodological system used to
approach the psychological aspects taking part in the disease health process from the promotion of
healthy life styles, the adoption of preventive conducts, the optimization of the diagnosis and treatment
and the rehabilitation of the patient to the aspects connected with the terminal patient’s care. Health
Psychology plays an important role from the primary prevention of health to the assistance to die well.
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Rev. Psicol. (Arequipa. Univ. Catól. San Pablo) / Año 2017 / Vol 7 / N° 2 / pp. 75-93
ISSN 2306-0565 versión impresa / ISSN 2311-7397 versión on line
Resumen
El presente estudio buscó analizar la literatura científica en psicología del tránsito
y la seguridad vial. Se efectuó una revisión sistemática, identificando investigacio-
nes empíricas e instrumentales publicadas en revistas de psicología indizadas al
Sistema de Información Científica RedALyC en el periodo 2001-2016. Se incluyeron
32 artículos, codificándose las variables: revista de publicación, país de edición de
la revista, autor(es), filiación institucional, país de filiación institucional, método y
muestra/participantes. Además, para identificar las principales áreas de trabajo, se
realizó un análisis temático cualitativo del título, los objetivos de investigación y los
resultados. Los hallazgos revelan que la mayoría de las publicaciones corresponden
a instituciones españolas, así también, predominan las investigaciones empíricas
que emplean la estrategia manipulativa y consideraron como muestra a los adultos
conductores. Por otra parte, resaltan las siguientes áreas de trabajo: a) Diferencias
individuales, b) Actitudes, comportamientos de riesgo y medidas de autoprotección,
c) Aspectos metodológicos. A partir de la presente revisión se discuten perspectivas
de investigación a futuro en relación a la psicología del tránsito y la seguridad vial.
Abstract
This study sought to analyze the scientific literature on traffic psychology and
road safety. Was a theoretical study of systematic review, identifying empi-
rical and instrumental research published in psychology journals indexed in
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de datos las siguientes variables: título del codificó, categorizó y analizó la informa-
estudio, objetivo, método, participantes/ ción en relación al método, participantes/
muestra, instrumentos y resultados. Se muestra e instrumentos.
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En cuanto a los autores que firmaron las ción del autor principal que aparecen en
publicaciones, para realizar el análisis se más de dos publicaciones. De igual forma,
dividió a los autores en autor principal y se señalan los países donde se editaron
coautor(es), identificándose los que exhi- las revistas en más de dos publicaciones.
ben mayor producción en el área. En la
Tabla 3 se presenta a los autores principales Lo señalado anteriormente, permitió iden-
que tienen más de una publicación, así tificar a Fernando Poó, Luis Montoro y Fran-
como, en dicha sección figuran aquellos cisco Tortosa como los autores con mayor
que poseen más de dos publicaciones cantidad de publicaciones, si se considera
como coautores. Por su parte, en la sección autoría principal y coautoría. De otro lado,
coautores se muestran a los que firmaron resaltan las universidades españolas como
en más de dos publicaciones. Asimismo, se instituciones de filiación con mayor canti-
indican las instituciones y países de filia- dad de trabajos. Por su parte, considerando
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el país de filiación y país de edición de la Perú cuentan con un artículo publicado por
revista, se encuentran similitudes y destacan país de filiación, así también, Chile, Costa
España, Argentina, Colombia y Brasil por Rica, México, Puerto Rico y Uruguay presen-
presentar mayor número de publicaciones. tan una publicación por país de edición de
Se añade que Chile, México, Costa Rica y la revista.
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En contraste con el trabajo de Carro et al. A partir de la discusión del análisis efec-
(2014), se encontró una cantidad mayor tuado, se plantean algunos retos teóri-
de publicaciones, desprendiéndose como cos y metodológicos. A nivel teórico se
recomendación para futuros estudios necesitan construir marcos de referencia
teóricos que centren su atención en áreas locales que permitan explicar los compor-
emergentes de la psicología, y que empleen tamientos y características de todos los
la base de datos RedALyC, no limitar la agentes involucrados en situaciones de
búsqueda al ámbito de un país. tránsito y seguridad vial. A nivel meto-
dológico, se presenta la necesidad de
Igualmente, del análisis se desprende utilizar técnicas que faciliten aprehender
que las revistas indizadas a RedALyC son la mayor cantidad de datos de situaciones
atractivas para autores ajenos al contexto complejas como el tránsito, asimismo,
latinoamericano, lo cual es importante, urge el diseño de instrumentos válidos,
pues facilita la socialización de informa- fiables y equitativos, de igual forma, se
ción científica generada en distintos esce- debe considerar otras muestras y temá-
narios. Sin embargo, tal realidad también ticas, entendiendo que la seguridad
resulta preocupante, pues, América Latina vial no se reduce al rol que cumplan
es una de las regiones donde se agudiza el los conductores. Finalmente, es impor-
problema de la inseguridad vial (Brandao tante entender que la psicología como
et al., 2013; Taddia et al., 2013), y requiere ciencia no debe mantenerse al margen
la implementación urgente de políticas de la discusión de asuntos socialmente
públicas en base a la evidencia (Nazif & relevantes (Greenwood & Levin, 2012),
Pérez, 2013; Pérez-Salas & Nazif, 2015; presentándose la urgencia de generar
Barboza-Palomino et al., 2017), para ello, se espacios de reflexión y acción para desa-
necesita generar conocimiento científico, rrollar y consolidar el área de la psicología
que debiese traducirse inicialmente en la del tránsito y la seguridad vial.
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SEGURIDAD VIAL UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
CÓDIGO D0700293
OCUPACIONAL
BOGOTÁ D.C.
2018
Introducción
Colombia por ser un país en vía de desarrollo ha experimentado grandes cambios, entre estos
Colombia, sumada al caos vehicular y la constante problemática que sobre el trasporte se suscita
día a día, ha generado que el ciudadano común adquiera por lo menos una bicicleta, para suplir sus
causando un riesgo inminente tanto para ocasionar o ser parte de un accidente, que el mejor de los
casos no cobrará vidas, pero por lo menos dejará un herido, como lo confirma el informe que para
Aunado a lo anterior, la condición humana de los actores viales permite identificar conductas
asociadas en su intervención como usuarios de la vía, que, de acuerdo con ciertos aspectos, entre
ellos su nivel educativo y cultural, atenúan o aumentan las posibilidades de generar incidentes
viales.
Así las cosas, para este tipo de escenarios y proyecciones la política pública es indispensable
frente al tema, pero parece no ser lo suficientemente efectiva para mitigar el incremento estadístico
problemática.
En todo el mundo, los traumatismos causados por los accidentes de tránsito cobran la vida de
más de 1,2 millones de personas al año (OMS, 2016), y son la principal causa de muerte en la
población joven de 15 a 29 años de edad. Esta mortalidad tiene una repercusión enorme sobre la
pág. 3
salud y el desarrollo, y representa una carga económica en todos los países. Se calcula que los
traumatismos causados por el tránsito generan para los gobiernos costos de aproximadamente 3%
del PIB y hasta de 5% en los países de ingresos bajos y medianos. (OMS, 2016, p. 13)
El aumento de las muertes causadas por el tránsito a escala mundial proviene en gran medida
del aumento de la mortalidad en las vías de tránsito de los países de ingresos bajos y medianos, en
particular en las economías emergentes. En muchos países de ingresos medianos, el riesgo de sufrir
algún traumatismo causado por el tránsito depende de diversos determinantes sociales, como
conducir bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad, la circulación del tráfico, así como
Al realizar una comparación con los demás países del continente ver figura 1. Se puede
evidenciar como Colombia se encuentra entre los países con mayor tasa de mortalidad por cada
cien mil (100.000) habitantes, estando por encima de 15.9 siendo el promedio de tasa regional,
junto con países como Guyana, Honduras, y Guatemala los cuales presentan una variación del
165% por encima de la tasa de mortalidad más baja (6.0) que la registra la nación de Canadá.
Tabla 1. Tasa de Mortalidad causada por el tránsito por cada 100.000 habitantes
Fuente: La seguridad vial en la región de las américas (OPS - OMS 2016, p. 8)
pág. 4
La tasa de mortalidad en Colombia para el año 2011 según el Institutito Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses (INMLCF, 2011) indica que 33 adultos jóvenes y 46,15 adultos
mayores, además de mujeres entre 25 y 29 años con una tasa de 6 muertos, las cifras anteriores
De tal modo que al hacer una comparación con las estadísticas emitidas por la Organización
Mundial de la Salud, un colombiano tiene tres veces más posibilidades de morir en un siniestro de
comparación analógica.
El INMLCF permite corroborar según sus estadísticas que la accidentalidad de transito está en
aumento en países, que para el caso colombiano, se encuentran en desarrollo, y que de acuerdo al
promedio de vida nacional y población laboralmente productiva para el país, la población más
vulnerable se encuentra entre los adultos jóvenes con promedio de edad entre los 25 a 35 años.
Según Ferrer, Smith, Espinosa, Cuellar, Raffo (2013), del Fondo Mundial para la Seguridad
Vial (GRSF) en la publicación Análisis de la Capacidad de Gestión de la Seguridad Vial; cada día
miles de personas pierden la vida o sufren traumatismos en nuestras carreteras. Hombres, mujeres
y niños que se dirigen a pie, en bicicleta o en coche a la escuela o al trabajo, que juegan en la calle
o emprenden viajes largos nunca volverán a casa, y dejarán tras de sí familias y comunidades
destrozadas. Cada año, millones de personas pasarán largas semanas hospitalizadas por causa de
choques graves, y muchas de ellas nunca podrán vivir, trabajar o jugar como solían hacerlo. Los
esfuerzos actualmente desplegados para promover la seguridad vial son insignificantes al lado de
ese sufrimiento humano creciente. Sin mencionar que en los últimos años según cifras estadísticas
pág. 5
mantienen por encima de 5.500 muertos, donde son víctimas mortales por siniestros de tránsito,
de igual forma constituye la segunda causa de muerte violenta en el país, después de los
Tabla 2. Evolución de las muertes por incidentes de tránsito en Colombia, periodo 2002 – 2011, INMLCF 2011
Fuente: Análisis de la Capacidad de Gestión de la Seguridad Vial (Ferrer et al. 2013, p. 19)
pág. 6
Resumen
Colombia al ser un país en vía de desarrollo que experimenta grandes cambios globales, entre
estos la apertura y evolución económica del país, por ende, mayor poder adquisitivo por parte de
sus habitantes teniendo en cuenta las facilidades crediticias que se generan; estas oportunidades se
suman al descontento social por las deficiencias del transporte público, han generado que el
ciudadano común adquiera por lo menos una bicicleta, para suplir sus necesidades de transporte,
situación que ha aumentado problemáticas como la accidentalidad vial, que está alcanzado cifras
que generan alarma en distintos sectores económicos y sociales del país, por ser un fenómeno que
anualmente informes estadísticos, en los que las cifras no son alentadoras en especial en la región
El contenido de este escrito está encaminado a una crítica objetiva de la problemática, teniendo
en cuenta que vivimos en una sociedad pluricultural en la que cada individuo tiene su propia verdad
y sus propias razones, no se pretende probar cada verdad frente a seguridad vial, sino encontrar un
punto de equilibrio que converja en encontrar patrones orientadores útiles en Seguridad y Salud
en el Trabajo.
En base al análisis de informes y documentos de distintos autores que han tomado como línea
pág. 7
aumento de la accidentalidad, así mismo identificar patrones epidemiológicos que afectan la
seguridad vial.
intervinientes y como las políticas de gobierno aportan en la reducción del problema; pero también
advertir en las posibles falencias evidenciadas. Así mismo puntualizar en como la educación desde
cumplimiento de normas, que actualmente unos pocos cumplen por decisión personal como norma
moral y social, otros simplemente las evaden sin importar las consecuencias morales, pecuniarias
Se establece que el factor humano como parte activa de la denominada trilogía vial, es el eje
principal de esta, de igual forma se identifican los aspectos condicionales que experimentan los
diferentes componentes de la trilogía vial, en especial el factor humano y los aspectos psicológicos
aspectos psicológicos, debilidades culturales y sociales del individuo, la evolución de sobre sus
premisas individuales y como estos aspectos pueden llegar a ser catalizadores de los factores
epidemiológicos identificados.
Palabras Claves: Accidentalidad, mortalidad, actor vial, traumatismo, seguridad vial, culturales,
pág. 8
Abstract
Colombia being a developing country experiencing great global changes, among them the
opening and economic evolution of the country, therefore, greater purchasing power on the part of
its inhabitants, taking into account the credit facilities that are generated these opportunities are
added to the social discontent by the deficiencies of the public transport. Have generated that the
common citizen acquires at least one bicycle, to supply their needs of transport, situation that has
increased problematic as the road accident. That reached figures that generate alarm in different
economic and social sectors of the country, for being a phenomenon that is increasing day by day.
Entities such as the World Health Organization (WHO) and the Pan American Health
Organization (PAHO), in their concern for the increase in road accidents, publish annual statistical
reports, in which the figures are not particularly encouraging in the region of the Americas of
The content of this paper is why aimed at an objective critique of the problem. Taking into
account that we live in a multicultural society in which each individual has its own truth and its
own reasons, the text not intended to prove every truth against road safety, but find a point of
equilibrium that converges in finding useful guidelines for Occupational Safety and Health.
Based on the analysis of reports and documents from different authors who have taken as a line
of research safety and road accident, in order to find cultural, social, generational and physiological
factors of the individual, as the main causes in the increase of accidents, likewise identify
pág. 9
An analysis of regulations on road safety in Colombia, the its main stakeholders and how
government policies contribute to reducing the problem; but also to warn of possible flaws
evidenced. Also point out how education from early childhood can fill gaps cultural, social,
generational in terms of compliance with standards, which currently a few meet by personal
decision as a moral and social standard, others simply evade them regardless of the moral
consequences, pecuniary and legal to which you can get to see immersed.
It is established that the human factor as an active part of the so-called road trilogy, is the main
axis of this, as well as identify the conditional aspects experienced by the different components of
the road trilogy, especially the human factor and psychological aspects. Which you can go through.
The analysis identifies some epidemiological factors, in which the psychological aspects,
cultural and social weaknesses of the individual predominate, the evolution of their individual
premises and how these aspects can become catalysts of the identified epidemiological factors.
Key words: Accident, mortality, road actor, traumatism, road safety, cultural, projection,
pág. 10
Objetivos
Objetivo principal
Analizar el papel de la sociedad y política pública frente a la seguridad vial, las razones
epidemiológicos respecto al aumento de accidentalidad vial y las acciones del Estado para reducir
Objetivos Secundarios
- Advertir como las debilidades en cultura ciudadana y educación frente a la seguridad vial
pág. 11
Antecedentes regionales
Los accidentes de tránsito son un fenómeno que cada vez cobra más vidas en Colombia, y con
preocupación asegurar que peatones y conductores a nivel nacional aportan un mayor porcentaje
de muertes violentas, comparado con otras dinámicas que arrebatan la vida de los colombianos,
esto sin dejar de lado la importante cifra de heridos y lesionados que se reportan diariamente, a
Según estadísticas relacionadas en el informe que para el año 2016 elaboró la Organización
Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de Salud (OMS). OPS (2016) señala
que las afectaciones que se desprenden de eventos de transito solamente en la Región de las
aproximadamente un 12% de las muertes ocasionadas por accidentes de tránsito a nivel mundial.
El índice de mortalidad que cobran los accidentes de tránsito en el citado informe de la OPS y
la OMS advierte la muerte de 15,9 personas por cada 100.000 habitantes apenas por debajo con
2,5 de la tasa mundial, la cual arroja una media de 17,4 personas en promedio sobre la misma
muestra; así mismo señala que no se trata de una media tomada por cada país integrante de la
región, sino que por el contrario se ven reflejadas marcadas diferencias en algunas zonas y países
El documento advierte que los actores viales más vulnerables en las vías son peatones, ciclistas
control y protección en estos, toda vez que existió un significativo aumento del 5% entre los años
pág. 12
Si se traen a colación datos estadísticos consignados en el Informe mundial sobre prevención
de los traumatismos causados por el tránsito, publicado por la Organización Mundial de la Salud
para el año 2004, es decir aproximada mente 12 años antes de las estadísticas del informe citado
discapacidad (AVAD) perdidos por causa de esas lesiones. Las proyecciones muestran
que, entre 2000 y 2020, las muertes resultantes del tránsito descenderán en torno al 30%
En ese entonces la Organización Mundial de la Salud catalogó estas cifras como un problema
de salud pública, cifras que realmente se están presentando y se podría llegar a aseverar que
Así mismo de manera coherente citó que habría reducción de la accidentalidad en las clases
sociales altas en contraposición a las clases sociales medias y bajas, y de manera dantesca se puede
inferir a modo metafórico que la profecía se está cumpliendo ¿por qué?; acaso son factores sociales
y/o culturales.
región de las américas que expidió la OPS y la OMS, se destaca que la problemática de la
accidentalidad vial es un inconveniente social en cuanto a la salud pública se refiere, con una
pág. 13
tendencia de incremento mundial, convirtiéndose en una de las principales causas de mortalidad
en el mundo, aunado a las estadísticas de heridos de gravedad con lesiones permanentes y/o
definitivas.
Frente a este problema, países que han intervenido con acciones legales, normativas y represivas
pecuniaria y legalmente, sus estadísticas frente a accidentalidad vial se han visto notoriamente
disminuidas; importante resaltar que son países desarrollados y sus variables en cuanto a educación
De ahí que se genere interrogantes como él porque el fortalecimiento de las normas frente a la
actividad vial se refiere, no han surtido el efecto que se concibió en su expedición, porque el factor
accidentalidad vial.
De igual forma es importante cuestionar como el caos vehicular y su aumento en horas pico,
accidentalidad vial y que se pueden identificar como factores epidemiológicos teniendo en cuenta
Identificar y agrupar este tipo de factores epidemiológicos de acuerdo al estado del arte frente
a esta línea de investigación es importante, teniendo en cuenta que serán de gran utilidad para el
pág. 14
La normatividad en seguridad vial en colombiana
Los planteamientos que ofrece la política pública actual y principales instituciones de la Nación
tiene un papel preponderante; es importante su arbitraje frente a las distintas problemáticas que
atraviesa el país, pero más significativa su intervención cuando se trazan las hojas de ruta a seguir
con el fin de atenuar y/o disminuir las problemáticas de seguridad vial que presenta el país, dentro
de estas, las grandes dimensiones que están tomando las muertes y lesiones por accidentes de
tránsito en Colombia. El enfoque dado a fortalecer la seguridad vial del país se centra en la
necesidad de que distintas instituciones del Estado desarrollen una sinergia dirigida a abordar esta
problemática, y brindar herramientas útiles a los organismos encargados del control de tránsito
Entre las Entidades que realizan esfuerzos que aporten a la minimización del problema, se
destacan la Contraloría General de la República (CGR), que para el año 2012 publicó 13 informes
Exprés de seguimiento especial a la Política Pública de Seguridad Vial en Colombia de igual forma
para febrero de 2013 publica la auditoría intersectorial sobre la política de la seguridad vial,
informes que permiten fortalecer esfuerzos para el control y develar debilidades en materia de
seguridad vial que se encuentren. Por otra parte el Departamento Nacional de Planeación aporta
desde su campo de acción incluyendo la Seguridad Vial en el Plan de Desarrollo como un tema de
política de estado de acuerdo con el documento Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014 -2018:
pág. 15
Así mismo la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) para el 2015, como
principal ente orquestador de política nacional de seguridad vial; entidad que tendría un reto
creación de planes y programas de desarrollo económico y social, construye y formula las normas
acuerdo a sus informes estadísticos ha permitido referenciar a otras entidades e investigadores para
que en sus informes y documentos finales establezcan cifras aproximadas de una problemática
Las entidades mencionadas son apenas unas pocas entre muchas otras que les atañe
responsabilidad directa o indirecta, lo cierto del caso es que la poca sinergia canalizada ha
permitido que la seguridad vial del país tome rumbos con matices problémicos sensibles y de
impacto mediático continuo, reclamando que se convierta en Política de Estado objetiva, ya que
Si bien es cierto mediante la Ley 1450 de 2011 o Plan Nacional de Desarrollo, se definió la
seguridad vial como Política de Estado y de prioridad del Gobierno Nacional, se debió ejercer un
pág. 16
control de auditoria continuo con el fin de que esta política trascendiera con enfoques más claros
y específicos en los siguientes planes de desarrollo cuatrienales que se proyectan para cada periodo
de mandato.
Así como como la lucha frontal contra las drogas y la seguridad ciudadana han sido derroteros
durante los últimos periodos de mandato presidencial, la seguridad vial debe ser un punto
secundarias que de esta se derivan como en las dos premisas antes mencionadas, tal vez dicha
Sin desmeritar el trabajo realizado hasta ahora y resaltar que aunque se ven esfuerzos aislados
convertir en fortalezas canalizadas, con el fin de unificar fuerzas, sin ofrecer más dilación a la
De acuerdo con (Ferrer et al. 2013, p. 11, 12) en el informe Análisis de la Capacidad de Gestión
de la Seguridad Vial del Fondo Mundial para la Seguridad Vial (GRFS), el análisis realizado con
instituciones que se relacionan con el tema, buscó identificar la forma de cómo se percibe la
territorial, alineación de objetivos y el enfoque que se da a los resultados obtenidos; estos entre
otros aspectos de importancia. Entre las debilidades más aparentes que se logran identificar en el
pág. 17
estudio de las cuales se destacan: grandes falencias el Plan Nacional de Seguridad Vial, en cuanto
a enfoque, medición y objetivo, estadística errónea en cuanto a lesión y muerte por accidentalidad,
control deficiente por parte de autoridades, la deficiente asignación de recursos para planes y
proyectos, no hay una adecuada coordinación territorial, se debe abordar y priorizar a nivel local
deficiente; que sin ser nada desconocido, es lo que se ha venido presentando años atrás.
priorizado, teniendo en cuenta que son aspectos fundamentales que inciden de forma directa en
cuanto una posible reducción de la accidentalidad vial, entre estos encontrando tres grandes
aspectos:
evaluar entre otros aspectos de importancia, frente a los trámites legales establecidos
En cuanto al aspecto educativo, cultural y social, la (OMS 2004, p. 14), comenta que en varios
estudios realizados demuestran que los miembros de grupos socioeconómicos menos favorecidos
están en mayor riesgo, incluidos de los que se derivan de los accidentes de tránsito, estadística que
tendría su explicación en que estos grupos de clase baja y media/baja y su mayor exposición a
riesgos, la anterior argumentación tiene sentido en el entender de que la mayoría de esta población
pág. 18
interactúan como peatones o pasajeros y en otros casos su participación va más allá en la utilización
El nivel educativo que tenga de un actor vial puede ser determínate en su participación en un
accidente de tránsito, toda vez que en muchas ocasiones este pude hacer la diferencia en la
capacidad de razonar frente a una acción determinada en la vía. Por otra parte está el grado de
conocimiento que debe tener una persona para poder interactuar con un vehículo y a su vez ser
capaz de atender todos los requerimientos básicos para la operación o conducción de este.
desobediente, que si bien es cierto conoce y tiene presentes algunas normas de tránsito, posee
primero es la educación que desde el núcleo familiar se brinde en valores y ética, además de las
recomendaciones básicas que como peatones y usuarios de las vías se enseñan de generación en
generación, siendo estas ya una costumbres que se han arraigado en el inconsciente de cada
persona.
Por el contrario del primer tipo de enseñanza que como seres humanos que somos, no todos
reaccionan, perciben y enseñan el mismo modo. El segundo si evidencia una debilidad abismal en
infancia, teniendo en cuenta que es la edad en que el ser humano por naturaleza absorbe la mayoría
de sus conocimientos, que debe ser reafirmada en los siguientes años de estudios secundarios. Si
pág. 19
bien es cierto el tema puede que no permita ser dictado como catedra en las entidades educativas,
Una buena práctica que se realiza desde los organismos de transito se basa en reducir el costo
que tiene una infracción de tránsito en un 50% de su costo, la buena práctica no radica en el
descuento que se realiza, sino en el porqué de este, y que para realizar este se debe asistir a una
capacitación, donde el infractor debe realizar esfuerzos de tiempo para poder asistir a esta, pero lo
más importante es el contenido de las charlas que allí se realizan para despejar las dudas,
inquietudes y hacer caer en cuenta del error y que por costumbre o desconocimiento permitió
incurrir en la infracción y que a futuro el infractor interiorizará para no volver a incurrir en este
tipo de infracciones. Pero por que esperar a que este conductor tenga que ser multado por realizar
una maniobra “peligrosa” que en dado momento pudo haber llegado a convertirse en accidente
con lesionados o muertos, si desde la educación formal que pudo haber recibido se interiorizaron
las responsabilidades que como actor vial le competen según sea su actuar en las vías.
No se aduce que la educación desde la infancia de la persona sea la solución al problema, pero
si será un pilar formativo para la persona; porque existen otros tipos de conductas que se
desvanecen de la educación; y es allí donde entra en juego la personalidad y las conductas sociales
de la persona y su desafío ante la autoridad y las normas, el valor del tiempo y la capacidad de
respuesta ante las situaciones como represamientos viales o actuar de terceros en las vías.
pág. 20
Causas, condiciones y acciones de los diferentes
actores viales que afectan la seguridad humana
en cuanto a accidentalidad vial.
De acuerdo a (World Health Organization & World Bank, 2004, p. 2), las tasas de mortalidad
a causa de los accidentes de tránsito aumentan significativamente año tras año pues más de 3.000
personas fallecen cada día en el mundo como consecuencias de los accidentes de tránsito. Para el
año 2020 se pronostica que los traumatismos causados por el tránsito se convertirán en la séptima
causa de muerte a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud califica esta situación como
teniendo en cuenta el informe que para el 2016 publicó esta misma Organización en conjunto con
la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en donde solo sobre la referencia que se hace a
la Región de las Américas, que, junto con Oceanía, representan apenas el 14% de la población
mundial de acuerdo con estadísticas de las Naciones Unidas, en el citado informe de la OMS y la
“Los traumatismos causados por el tránsito en la Región de las Américas se cobran la vida
de unas 154.089 personas al año y representan un 12% de las muertes ocasionadas por el
pág. 21
Tabla 3. Un problema de salud pública, proyección AVAD al 2020 (OMS 2004)
Fuente: Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tránsito (OMS 2004, p. 2)
En la proyección señalada, se pronostica que para el 2020, los traumatismos que se llegasen a
generar de los accidentes de tránsito ocuparan la tercera posición de las principales causas de
morbilidad mundial.
En Colombia al igual que en el resto del mundo los accidentes de tránsito constituyen una de
las principales causas de mortalidad sobre todo en la población más joven entre 15 a 29 años se
estima que alrededor de 302.208 son víctimas de accidentalidad vial. Si no se toman las medidas
necesarias para reducir los accidentes de tráfico, las proyecciones señalan que esta problemática
social aumentará en un 80% en países en desarrollo hacia el año 2020, (Cabrera, Velásquez, &
Valladares, 2009, p. 219, 220). Teniendo en cuenta que las proyecciones realizadas por el autor al
momento de elaboración del documento para el año 2008, diez años después, no son descabelladas
teniendo en cuenta las estadísticas que presenta el problema de accidentalidad vial en la actualidad.
pág. 22
Ante las cifras estadísticas y los pronósticos proyectados organizaciones internacionales es
preocupante la problemática, y más aún, imperativa necesidad de conocer e identificar las causas,
condiciones y acciones adoptadas por los distintos actores viales, y así poder definir factores de
riesgo epidemiológicos mitigar con el único propósito de disminuir las probabilidades de que los
peor de los casos, perdida de la vida, disminuyendo así los índices de morbilidad y mortalidad que
De ahí el concepto de la trilogía vial en la cual los componentes que interactúan en un esquema
básico de tránsito factor humano, factor vehicular y el factor ambiental, como se muestra a
continuación, en el grafico en cada uno de sus vértices, los tres factores que caracterizan al
problema:
incidencia del factor humano (Norza, Granados, Useche, Romero y Moreno 2014, p. 161), los
actores viales se ven representados en los diferentes intervinientes en las vías; las personas que
pág. 23
cuentan con la idoneidad, capacidad técnica y teórica para operar un vehículo, a quienes se les
denominan conductores, también están las personas que interactúan peatones que son todas
aquellas personas que se movilizan a pie, aunado a esto también están los actores pasivos como
pasajeros y ocupantes de vehículos, ajenos al conductor. De acuerdo con las anteriores premisas
se realiza una descripción más detallada de los actores viales en base a la trilogía vial y las
Un vehículo se trata de un medio de transporte que sirve para movilizar personas o cosas, es
importante agregar que este medio puede tener un elemento tractor ya sea físico o mecánico, de
tal modo que de esta manera surgen como complemento de los actores viales (conductores) los
Américas (OMS y OPS 2016, p. 3), advierte que los actores viales más vulnerables en las vías son
los peatones, ciclistas y motociclistas, enfatiza en mayor control y protección sobre los
motociclistas debido al aumento paulatino que se ve en la muerte de estos, toda vez que existió un
significativo aumento del 5% entre los años 2010 y 2013, que representaron un 15% y un 20%
respectivamente. Otro aspecto importante lo componen factores del entorno como las vías, el
ambiente y otros elementos que pueden llegar a motivar muchas de las acciones que realizan los
Un tercer componente de la trilogía vial hace referencia a los aspectos ambientales que pueden
sufrir las vías y el ciclo de la conducción de un vehículo, aspectos como la lluvia e incluso la
incidente vial, pero este factor ambiental no está encaminado solo al clima, es importante aclarar
que el entorno es también parte del factor en mención; el material en que esta hecho el corredor
pág. 24
vial, si se trata de una vía urbana o rural, el alumbrado público, la señalización vial, la cantidad de
Adelante se construye una descripción clara de los actores viales y las condiciones que estos
pueden experimentar, grafico que se realiza en base a las argumentaciones de varios autores, de
acuerdo a las percepciones obtenidas, con el fin de tener una perspectiva más clara de la actuación
vial.
Cuadro 2. Descripción actores viales en base a la trilogía vial y las condiciones que estos experimentan
Fuente: Elaboración propia a partir de los documentos Factores psicológicos que incrementan el riesgo de accidentes de circulación. Aldea M, D. S. A. (2002),
Componentes descriptivos y explicativos de la accidentalidad vial en Colombia: incidencia del factor humano, (Norza et al. 2014) y Ministerio de Educación de
Argentina (s.f.). Educación del transeúnte. Recuperado de http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD16/contenidos/docente/textos/index5.html.
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD16/contenidos/docente/textos/index5.html.
pág. 25
Cuando se parte de la premisa una falla en el ciclo y una alteración a causa de cualquiera de los
actores viales descritos, nos encontramos ante un evento de transito que de acuerdo a lo
contemplado por la Ley 769 de 2002, Código Nacional de Tránsito Terrestre, articulo 2, lo cataloga
circulación de los vehículos que se movilizan por la vía o vías comprendidas en el lugar
Perdomo (2010) aduce que este tipo de eventos se convierte en víctimas con lesiones mortales
o personales; así se puede inferir que la gravedad de este radicará básicamente en las diferencias
propias de la persona, como, e. g.: edad, género, estado de salud, clase de accidente, tipo de trauma,
entre otros, así mismo tendrá atenuantes si la persona involucrada directamente en el evento usa
de elementos de protección u observancia de las normas, sumado a la inmediatez con que se preste
la atención básica o primeros auxilios, entre otros posibles atenuantes, como citaron (Norza et al.
2014, p. 160).
Entonces, en síntesis se puede inferir que para todo evento de transito deben existir la
interacción del factor humano y factor vehicular; pero en la trilogía vial que describe Iles Valles,
G. (2018), también el factor ambiental es importante y está compuesto por la estructura vial,
señalización vial vertical y horizontal entre otros, pero los dos mencionados de hecho son los más
importantes teniendo en cuenta que estos son los que marcan las condiciones en las cuales los
demás componentes de la trilogía vial deben hacer su interacción; sin descartar que el factor
ambiental también juegan un papel importante las condiciones ambientales, estado de las vías e
pág. 26
inclusive fenómenos físicos como los coeficientes de rozamiento de acuerdo al material en que se
Una vez descritos los aspectos relevantes como los de la trilogía vial, es importante hacer una
cuando estas empiezan su accionar en un ciclo como el descrito por dicha trilogía, ver cuadro nro.
1.
Hecha esta clasificación, se observa la dimensión pasiva dada al factor vehicular, teniendo en
cuenta que su accionar depende básicamente de otros factores, como el ambiental que entra en la
clasificación como activo por todos aquellos acontecimientos climáticos como el sol, la lluvia,
nubosidad, viento, entre otros que no pueden ser controlados y que interactúan de manera directa
con el factor vehicular y su desempeño en otros componentes ambientales como las vías. Pero
pág. 27
resulta de gran interés y particular clasificación el factor humano, tal vez el más importante de los
Por qué a diferencia de los anteriores el factor humano si tiene la capacidad de decidir su actitud
en la vía cuando entran en juego y accionar del ciclo de la trilogía vial los tres factores y es en este
último en el que se debe realizar un análisis en las causas de la accidentalidad vial, y de este se
puede realizar una clasificación de los aspectos más importantes que influyen en su actuar, dentro
El perfilamiento del Factor Humano es importante, porque de este depende el análisis que se
realiza en eventos o accidentes de tránsito, donde los factores descritos como educativos y
ser el punto de partida de la mayoría de los casos de afectación en la seguridad vial, en eventos
interacción en las vías, sin el ánimo de hacer ningún tipo de discriminación social, resaltar en la
pág. 28
condición socioeconómica y cultural de la persona condiciona su interacción como peatón,
No es desconocido saber que en un alto porcentaje las personas que aprenden a conducir, lo
hacen de manera empírica, que no debe ser un estigma, pero si debe ser un factor de atención para
los organismos de control porque estas personas son aquellas que a diario se encuentran en las
vías, realizando una aparición prematura apelando a sus incipientes destrezas, habilidades y
conocimiento en normatividad vial. Tendencia que obedece a la facilidad con que se obtienen los
permisos de conducción por no existir un control riguroso para este tipo de trámites.
estricta en dichos controles para una autorización de conducción, no es desconocido que estos son
muy fáciles de conseguir de manera legal si se cuenta con las capacidades económicas para cubrir
los costos de su expedición. Sin desmeritar las importantes labores sobre los controles establecidos
para la expedir este tipo de documentos por los organismos de tránsito, factores culturales y éticos
que se han hecho norma en una cultura de facilismo que sumados a ciertos valores negativos como
la corrupción, impelen a que los esfuerzos realizados por las entidades encargadas del proceso se
en materia de seguridad vial, siendo estas excelentes como herramientas de control; pero
operativos por parte de las autoridades responsables ante la insuficiencia de personal y equivoca
pág. 29
Por otra parte factores como la aptitud física de la persona, el estado de ánimo, psicológico y
mental pueden llegar a ser difusos, si se tiene en cuenta que estos pueden ser completamente
Factores como el temperamento, el estrés, aptitudes físicas y de reacción, sistema nervioso entre
muchos otros, haciendo especial énfasis en la relación epidemiológica que presenta el estrés con
jornadas laborales, sumado al estrés que puede generar las condiciones del tráfico, contribuyen a
de Toledo (2006) y Montoro et ál. (2000), citados por (Norza et al. 2014, p. 182)
Cuadro 5. Factores psicológicos en la accidentalidad vial que experimentan los actores viales
Fuente: Elaboración propia a partir de los documentos Factores psicológicos que incrementan el riesgo de accidentes de circulación. Aldea M, D. S. A. (2002),
Componentes descriptivos y explicativos de la accidentalidad vial en Colombia: incidencia del factor humano, (Norza et al. 2014).
pág. 30
Así mismo se hayan brotes epidemiológicos en relación a la accidentalidad vial en aspectos
Psicológicos como las actitud, valores, hábitos, personalidad, incluso hasta en las mismas
desempeño de una persona en relación a la interacción de los otros dos componentes de la trilogía
vial.
De acuerdo a las pautas descritas por Aldea M. (2002) y Norza et al. (2014), que sustentan en
Poó, Ledesma y Montes (2008), discuten que frente a los distintos enfoques que se den a las
a que los procesos emocionales llegan a ser igual de importantes a los aspectos cognitivos, entonces
emociones como la ira y comportamientos agresivos del conductor son factores de preocupación
variables del individuo, del contexto y de la situación. Parkinson, 2001; Sharkin, 2004”,
Guixa y Moreno (2006, p. 51) sin entrar en análisis psicológicos profundos que estudien
conductores que son proclives a sufrir un accidente de tránsito, encontrando entre estos la
pág. 31
negligencia, agresividad, ira, falta de atención, la impulsividad, la osadía, temeridad, el dejarse
influenciar por otros actores viales, estado de ánimo, incluso hasta el estado civil del conductor
puede ser un rasgo de atención. Incluso mencionan que de acuerdo a estudios realizados por
expertos, el estado civil de una persona también influye en la ocurrencia de accidentes de tránsito,
teniendo en cuenta que el riesgo es un 50% más alto en solteros y viudos que en persona casadas.
y las manifestaciones de ira en el tránsito son problemas que han alcanzado proporciones
epidémicas, aún el tema desde el punto de vista teórico es embrionario, toda vez que la
alcance de estos fenómenos de estudio, además de que no existe un criterio consensual en torno a
las definiciones de los constructos que se utilizan en la investigación, Dula & Geller, (2003), citado
Por otra parte la ingesta de alcohol y sustancias psicoactivas es una causal en el incremento de
la accidentalidad vial que tiene su relación epidemiológica directa con el factor humano, Guanche,
Martínez, Gutiérrez, (2005, p. 2) Señala que solo para EE.UU. el 40% la mortalidad en accidentes
de tránsito tiene relación al consumo de alcohol, así mismo señala que estudios epidemiológicos
lo corroboran estadísticamente.
de una persona frente a la tarea a desarrollar, como por ejemplo la coordinación de sus
relevantes a la hora de su participación como actor vial, de ahí pretender realizar un paralelo con
pág. 32
las alteraciones del sistema nervioso del conductor con la clasificación epidemiológica del
consumo de alcohol y drogas, y de igual forma con las mismas capacidades de tolerancia que
Para el 1 de diciembre de 2016 en su página web del diario colombiano la Nación, pública:
Un 30% de los fallecimientos por accidentes de tránsito están relacionados con el consumo
desde el 2004. Ese año, en un 26% de los decesos en carretera se detectó la presencia de
alcohol al volante. Los datos los presentó este miércoles el investigador Jesús Méndez, del
Ni con las duras sanciones que se han generado e impuesto por acción específica de la política
pública en normatividad vial son lo suficientemente persuasivas para regular esta problemática.
Una vez identificadas las circunstancias o principales situaciones que aumentan las
probabilidades y posibilidades por las cuales una persona pueda correr el riesgo de ser participe en
pág. 33
Cuadro 6. Resumen factores epidemiológicos
aparición del automotor, antes de estos, ya se presentaban accidentes con trenes, usuarios de
bicicletas y vehículos de tracción animal o carruajes, de tal modo que con el vehículo de motor se
presento fue un aumento de estos eventos, por la misma producción masificada de automóviles y
pág. 34
mallas viales, la cultura y la educación ciudadana no acompañaron tal fenómeno y la
Y esta falta de planificación ha sido una constante en los países que están en vía de desarrollo,
entre los que se encuentra Colombia. El crecimiento demográfico, industrial y urbano que ha
sufrido nuestro país en la última década ha sido importante, si se hace memoria, unos 20 años atrás
acceder a un vehículo era un lujo que no estaba al alcance de todos, y que como dijo Cabrera y
la población y las ciudades, imponen que la adquisición de un medio de trasporte deje de ser un
lujo y se convierta en una necesidad, que sumada a las facilidades adquisitivas actuales han
promoción de cultura vial y educación ciudadana, factores antes señalados, sean apenas un
Ahora bien, el derecho fundamental a la libre locomoción se tiene que ver constreñido por
medidas restrictivas que buscan dinamizar y mejorar un tráfico denso y latoso que está afectado
Así las cosas, se debe convivir en paralelo con un tráfico agobiante que afecta a algunas actores
viales más que a otros, y que estas afectaciones son desencadenantes de la aparición y permanencia
Esto sumado a la parca legislación de tránsito, los pocos programas en educación para
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permiten la evolución de tendencias epidemiológicas como las descritas anteriormente frente que
cultura ciudadana, teniendo en cuenta que esta es un ideal efímero que día a día se desvanece en
Existiría la expectativa razonable de que las ciudades con altos niveles de cultura
inseguridad…
desconocidos. De ahí que uno de los resultados habitualmente esperados al adoptar este
tipo de políticas es que al aumentar el respeto del ciudadano por la ley y por sus
ellos, entre otros muchos aspectos. (Mockus, Murraín y Villa (coordinadores), 2012, p.
53).
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En realidad es indispensable empezar a fortalecer la educación y la cultura ciudadana desde las
aulas de clase para que a futuro se obtengan los resultados esperados frente a la posibilidad de
La investigación en seguridad distintos aspectos se puede suponer que por excelencia seria la
proceso de exploración de nuevas hipótesis o conocimientos. Para este caso en particular conocer
Conocer los posibles factores epidemiológicos frente a la accidentalidad vial como base para
conformar los fundamentos de las acciones a implementar para combatir los posibles riesgos
psicosociales a los que se pueden ver avocados los funcionarios de la compañía, es vital para tomar
Partiendo de lo anterior, esta línea de investigación abordada por distintos autores pretende
los últimos años, como se señala en los informes internacionales, en especial a las poblaciones
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A partir de las distintas reflexiones e interpretación de los estados del arte, se pretende generar
una alerta no solo empresarial, sino también social y una reconvención a reflexionar en nuestro
Ahondar en este proceso investigativo facilita avanzar en un apoyo cognitivo que demarque
derroteros y rutas de acción con el fin adoptarlos en procesos sostenibles como iniciativa de planes
de gobierno y política pública. Bajo esta premisa es importante la adopción de planes de gobierno
En lo profesional de debe comprender que toda investigación que gire en torno a la seguridad,
en este caso seguridad vial, es una fortaleza para reflexión teórico-práctica, y fundamental como
seguridad.
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Conclusiones
La accidentalidad vial y el riesgo de sufrir un accidente que afecte la seguridad vial son latentes,
y es una tendencia mundial que afecta en mayor medida a los mal llamados países subdesarrollados
(países en vía de desarrollo), tal vez por laxitud de las normas que permiten su quebrantamiento.
Por otra parte se puede concluir que el factor humano, en cuanto a su actuación vial, es el
eslabón más importante, de ahí que es fundamental fortalecer procesos educativos encaminados a
generar cultura, crear conciencia y fortalecimiento de valores, encaminados a borrar del colectivo
social el paradigma de evadir las responsabilidades morales que le corresponden. Así mismo se
deben realizar procesos institucionales, bajo las políticas de un sistema de gestión de seguridad y
Como conclusión se puede inferir que se requiere mucho más que fortalecimiento de la
normatividad vial. Si se pretende abordar esta problemática desde un punto de vista objetivo, se
tránsito de vehículos, liberando así cargas emocionales de los usuarios de las vías, con el fin de
Al ser una problemática que afecta todo el territorio nacional es indispensable abordar desde
los planes de gobierno, la generación de planes de desarrollo que incluyan aspectos como:
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Ejercer un control estricto a las dependencias encargadas de expedir, tramitar, aprobar,
evaluar entre otros aspectos de importancia, frente a los trámites legales establecidos
Se destacan las altas probabilidades de que una persona se vea involucrada en un accidente vial,
de tal modo que los desórdenes de personalidad, hábitos de conducción, estrés y hasta las
limitaciones sociales entre otros, son una constante como patrones epidemiológicos identificados
tienen de universos distintos como lo puede llegar a ser cada individuo; pero sin duda si son una
guía para el profesional que pretende concebir acciones que permitan generar rutas metodológicas
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