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Una de las formas de morir más temida era la muerte repentina, precisamente
por no saber la causa de la muerte que la acompaña. Se genera confusión y
luego comienzan a surgir diferentes ideas sobre lo que sucedió. En cuanto a la
muerte súbita de estas personas, no existe una explicación específica, en la
mayoría de los casos termina con la creencia de que fuerzas sobrenaturales
actuaron tras su muerte. Estas fuerzas serán tóxicas y por lo tanto
aterrorizarán al público. Además, tienen la propiedad fundamental de crear
miedo en la mente humana: no se pueden controlar. Pero la conclusión que
debemos sacar de este tipo de muerte es el miedo real que provoca, y
ciertamente es el miedo a morir sin tiempo para confesarse o arrepentirse de
las propias acciones.
La muerte también era llamada “la dama de negro”, y no era su llegada lo que
causaba más temor, sino el morir repentinamente sin haber recibido un
consuelo espiritual. Para evitar esto, surgió una tradición llamada ars
moriendi, que trataba sobre guías con consejos y ejercicios prácticos para
salvar el alma.