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UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

PROGRAMA ACADÉMICO DE INGENIERIA AMBIENTAL


“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

“PROYECTO DE ALMACENAJE DE AGUA DEL RÍO CAYRAN EN POSOS


CON GEOMENBRANA PARA AGRICULTURA Y CONSUMO PARA
ANIMALES”

ALUMNOS:

 ROMERO SAAVEDRA, Tania Jaquelin.


 ROJAS JARA, Nahomi Caterin.
 SANTACRUZ CÁMARA, Edw Shandey.
 SOLIS TRUJILLO, Ruth.

CURSO:
TOXICOLOGÍA
DOCENTE:

BIO. ALEJANDRO DURAN NIEVA

HUÁNUCO-PERÚ

2023
RESUMEN

El aumento de los residuos plásticos en el medio ambiente, especialmente en los océanos y los
océanos tienen la presencia de plásticos marinos y microscópicos (micropartículas y
nanopartículas) han surgido y esto es motivo de preocupación cuestiones ambientales desde la
perspectiva de la seguridad alimentaria, porque los microplásticos y nanoplásticos pueden
integrarse en la red alimentaria, y por tanto, está presente en alimentos destinados al consumo
humano. Los microplásticos y nanoplásticos son formas microscópicas de productos plásticos.

Tamaños inferiores a 5 mm, en parte derivados de plásticos de gran tamaño que, debido a su
peso, acaban principalmente en el medio acuático se descompone y persiste en el medio
ambiente durante décadas. Los microplásticos y nanoplásticos tienen diferentes tamaños (desde

0,001 µm a 5000 µm) y formas (fragmentos, partículas, perlas, fibras, espumas, película) y
puede estar fabricado de diferentes tipos de materiales plásticos. En los últimos años, varios
estudios han encontrado microplásticos en una amplia gama agua de mar, aguas residuales, agua
dulce, alimentos, aire y agua potable, incluida agua embotellada y agua del grifo. También
fueron descubiertos en heces humanas. Este artículo revisa el conocimiento actual sobre la
existencia de microplásticos y nanoplásticos en la cadena alimentaria y su potencial impacto en
el medio ambiente y salud humana.
ABSTRACT

The increase in plastic waste in the environment, especially in oceans and oceans

Presence of marine and microscopic plastics (microparticles and nanoparticles) have emerged
and this is a cause for concern environmental issues from the perspective of food security,
because microplastics and nanoplastics can be integrated into the food web, and therefore, it is
present in foods intended for human consumption. Microplastics and nanoplastics are
microscopic forms of plastic products. sizes less than 5 mm, partly derived from large plastics
that, due to their weight, mainly end up in the aquatic environment it decomposes and persists in
the environment for decades. Microplastics and nanoplastics have different sizes (from 0.001
µm to 5000 µm) and shapes (fragments, particles, beads, fibers, foams, film) and can be made
of different types of plastic materials. In recent years, several studies have found microplastics
in a wide range sea water, sewage, fresh water, food, air and drinking water, including bottled
water and tap water. They were also discovered in human feces. This article reviews the current
knowledge on the existence of microplastics and nanoplastics in the food chain and their
potential impact on the environment and human health.
INTRODUCCIÓN

Existe una creciente preocupación por la presencia de desechos plásticos en el medio ambiente,
especialmente en el océano, y sus impactos actuales y futuros potenciales en los seres vivos y
los ecosistemas. De particular interés y preocupación es la presencia de formas microscópicas
de productos plásticos (micropartículas y nanopartículas) que pueden integrarse en la red
alimentaria y, por tanto, estar presentes en los alimentos destinados al consumo humano. Estas
formas microscópicas surgen en parte de fragmentos de plásticos más grandes que en su
mayoría ingresan al ambiente acuático y permanecen en el ambiente durante décadas porque son
difíciles de degradar. En los últimos años, diversos estudios han detectado microplásticos en
diversos organismos del zooplancton, así como en especies con niveles tróficos más elevados
(invertebrados y vertebrados). Además de los productos del mar, se han identificado otras vías
para que los microplásticos entren en la cadena alimentaria, como la sal marina, la cerveza, la
miel, el azúcar y el agua del grifo (JRC, 2017; EFSA, 2016). En los medios de comunicación se
debate a menudo la preocupación por los posibles efectos de los microplásticos alimentarios en
la salud humana. La opinión pública sugiere que pueden representar un nuevo paradigma de
riesgos para la salud: es más fácil imaginar fragmentos de plástico circulando por el torrente
sanguíneo o penetrando en los tejidos que moléculas o microorganismos tóxicos. La imagen
generalizada de "islas" de plástico en el océano se reduce fácilmente a la imagen de
microplásticos que circulan y se acumulan en el cuerpo. Estas preocupaciones contribuyen a una
percepción cada vez más negativa de los plásticos para la salud y el medio ambiente. Esta
preocupación proviene no sólo de los efectos de las propias partículas de plástico, sino también
de la presencia de aditivos y contaminantes químicos que pueden liberarse de los
microplásticos. La mayoría de los microplásticos ingeridos pasarán por las heces sin ser
absorbidos, pero algunos estudios experimentales han demostrado que los microplásticos más
pequeños que se encuentran en los alimentos pueden absorberse y transferirse a los tejidos. Ya
sea que las partículas se absorban o no, liberan aditivos y contaminantes de fácil absorción, así
como microplásticos y nanoplásticos, en la cadena alimentaria. Estado actual del parto in vivo.
Los primeros incluyen plastificantes, pigmentos y retardantes de llama; entre ellos se incluyen
varios contaminantes liposolubles, como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y los
bifenilos policlorados (PCB). Muchas de estas sustancias tienen diversos efectos tóxicos. A
medida que el plástico ya presente en el medio ambiente se fragmente, la concentración de
microplásticos en el medio ambiente aumentará y la situación se volverá aún más grave si no se
toman medidas para reducir las emisiones de plástico. Aunque existen varias iniciativas
legislativas a nivel nacional y local para reducir la contaminación ambiental provocada por el
plástico, en Europa no existe ninguna normativa que regule el contenido de microplásticos y
nanoplásticos como contaminantes en los alimentos. En 2013, la cuestión de la contaminación
de la cadena alimentaria causada por la contaminación ambiental con partículas de
microplásticos se debatió por primera vez como un posible problema de seguridad alimentaria
en la reunión anual de la Red de Intercambio de Riesgos de la EFSA (Informe Anual de la
EFSA, Ellen 2013). En respuesta a estas preocupaciones y a una solicitud del Instituto Federal
Alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR), el Comité Técnico sobre Contaminantes en la
Cadena Alimentaria (CONTAM) de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)
emitió una declaración en 2016 señalando la presencia de microplásticos. y nanoplásticos,
especialmente pescados y mariscos.
MARCO TEÓRICO

MICROPLÁSTICO Y NANOPLÁSTICOS

1. ¿QUÉ SON?

Son partículas de material plástico de tamaño inferior a 5 mm de diámetro y, a menudo,


microscópicas. Aunque no existe una definición inequívoca, la EFSA considera los
microplásticos como una mezcla heterogénea de partículas con diámetro de entre 0,1 y 5000
µm. Se consideran nanoplásticos aquellos con al menos una dimensión de entre 0,001 y 0,1 µm
(tabla 1). Se entiende por plástico cualquier material polimérico de origen sintético. Los
polímeros presentes en la mayoría de los microplásticos y nanoplásticos son el polietileno, el
polipropileno y el poliestireno (EFSA, 2016).

Tabla 1. Clasificación de las partículas de plástico que contaminan el medio ambiente según su
tamaño.

TIPO DE PARTÍCULA TAMAÑO (µm)


Microplásticos 0,1-5.000 (diámetro)
Nanoplásticos 0,001-0,1 (al menos una
dimensión)
Fuente: ACSA.

¿CUÁL ES SU ORIGEN?

Las partículas de plástico presentes en el medio ambiente pueden tener un origen diverso:

a) Por fragmentación de productos plásticos de mayor tamaño emitidos en el medio.

La producción de plásticos ha aumentado desde 1,5 millones de toneladas en la década de los


años cincuenta a los más de 300 millones de toneladas de 2017, y cada año al menos 8 millones
de toneladas acaban en nuestros océanos (JRC, 2017).

La mayoría de los plásticos que llegan al medio acuático no se degradan fácilmente y


permanecen en el ambiente durante años. Durante su permanencia en el medio, se pueden ir
fragmentando hasta que producen partículas de tamaño microscópico.

b) Materiales fabricados intencionadamente en forma de micropartículas o nanopartículas. Se


utilizan en muy diversas aplicaciones como dentífricos, cremas exfoliantes o polvo de plástico
de uso industrial.

c) Se pueden formar durante el uso de productos de plástico, y se liberan en el medio en forma


de partículas.
 Por ejemplo, el polvo generado por el desgaste de neumáticos o microfibras textiles que
se desprenden de los tejidos sintéticos durante su uso o durante el lavado.

Los microplásticos (o nanoplásticos) cuyo origen es la fragmentación de materiales plásticos


emitidos al ambiente son denominados microplásticos (o nanoplásticos) secundarios. Aquellos
fabricados de forma deliberada como micropartículas se denominan microplásticos (o
nanoplásticos) primarios. No existe un criterio unificado con respecto a la clasificación de
aquellos emitidos como micropartículas como consecuencia de la utilización (de tipo 3). Con las
definiciones de la EFSA (2016), se considerarían como secundarios, pero con los criterios del
documento publicado por el JRC (2017) se clasificarían como primarios.

1.2. ¿CÓMO SE INCORPORAN EN LOS ALIMENTOS?

Los microplásticos pueden estar presentes en alimentos por simple deposición en su superficie.
Los microplásticos, especialmente las microfibras, forman parte del polvo atmosférico que se
deposita sobre los alimentos a lo largo de toda la cadena de producción y consumo. Asimismo,
pueden depositarse partículas generadas específicamente por los materiales en contacto con los
alimentos, por ejemplo, auxiliares tecnológicos, agua, aire o liberación de maquinaria,
equipamiento y textiles. Por lo tanto, es posible que la cantidad de microplásticos aumente
durante el tratamiento de los alimentos.

Los ejemplos mejor estudiados corresponden a alimentos de origen marino, en el que el animal
ha ingerido estas partículas a partir del medio. En este caso, la mayor parte de las partículas se
encuentran en el tubo digestivo (parte del animal que normalmente no es consumida). Algunos
autores indican que la deposición sobre el alimento puede contribuir más a la exposición
humana a microplásticos que el consumo de alimentos de origen marino (Rist et al., 2018).

1.3. INGESTA POR PARTE DE ANIMALES DIRECTAMENTE A PARTIR DEL


MEDIO

Los microplásticos pueden ser ingeridos por muchos invertebrados marinos, dado que su
tamaño es parecido al de ciertos componentes del plancton (Browne et al., 2008). Cole et al.
(2013) demostraron que 13 taxones de zooplancton tenían la capacidad de ingerir perlas de
poliestireno de entre 1,7 y 30,6 µm, con una ingesta que variaba según el estadio de desarrollo y
el tamaño de las perlas. Del mismo modo, se ha demostrado la ingesta de microesferas de
poliestireno de 10 µm por copépodos, cladóceros, rotíferos, poliquetos y sus larvas, bivalvos,
equinodermos, briozoos y ciliados (Ward y Shumway, 2004; Setälä et al., 2014).

También se ha demostrado la ingesta de microplásticos por otros invertebrados, con una amplia
gama de estrategias de alimentación, incluyendo a los filtradores y los detritívoros como el
pepino de mar (Thompson et al., 2004; Browne et al., 2008; Graham y Thompson, 2009). En un
estudio de laboratorio diseñado para imitar un ecosistema costero, Setälä et al. (2016)
compararon la ingesta de microplásticos por invertebrados marinos de diferentes hábitos
alimentarios (bivalvos, crustáceos bentónicos y de natación libre, y sedimentívoros). Los
autores detectaron que todos los organismos ingirieron microesferas de 10 µm, y fueron los
bivalvos (Mytilus trossulus y Macoma balthica) los organismos que ingirieron la mayor
cantidad. A partir de estos resultados, los autores llegaron a la conclusión de que la ingesta de
microplásticos por los invertebrados marinos dependía de la concentración de partículas y del
modo de alimentación.

Los microplásticos también pueden acumularse en sedimentos (Thompson et al., 2004) y, por lo
tanto, pueden estar disponibles para especies bentónicas. En playas muy contaminadas, la
concentración de microplásticos de <1 mm puede llegar al 3 % de peso y es un potencial
sustrato para la adherencia de contaminantes orgánicos (Wright et al., 2013) y la colonización
de bacterias (Zetter et al., 2013).

1.4. TRANSFERENCIA A PARTIR DE LA CADENA TRÓFICA

Las pruebas experimentales indican que los microplásticos poseen el potencial de ser
transferidos hacia niveles tróficos superiores. Farell y Nelson (2013) demostraron la
transferencia trófica entre mejillones y cangrejos. Murray y Cowie (2001) evidenciaron la
adquisición de microplásticos por cigalas (Nephrops norvegicus) a través de su alimentación.
Asimismo, se han hallado partículas de plástico en los excrementos de leones marinos
(Arctocephalus spp.) que se cree que las habían ingerido a través del pescado que forma parte de
su dieta (Eriksson y Burton, 2003).

Estudios recientes han documentado la transferencia trófica de microplásticos a la naturaleza y


en condiciones de laboratorio, lo que indica que los plásticos de tamaño microscópico y
nanoscópico pueden transferirse a diferentes redes alimentarias.

Estos hallazgos suscitan preocupaciones con respecto a la bioacumulación y biomagnificación


de los microplásticos, y pueden aumentar los riesgos y efectos tóxicos en los depredadores
(Barboza et al., 2018).

Los microplásticos de origen marino podrían incorporarse en alimentos de origen

terrestre a causa de la utilización de derivados del pescado en la fabricación de

piensos (Bouwmeester et al., 2015).

En todo caso, parece que la absorción de microplásticos es muy limitada (Wright y

Kelly, 2017. La mayor parte de las micropartículas se encuentra en el tubo digestivo


de los animales. Por tanto, el fenómeno de bioconcentración y bioconcentración de las mismas
partículas parece poco probable, aunque es posible que estas partículas puedan contribuir a la
bioconcentración de sustancias químicas que pueden ser transportadas.

PRESENCIA EN LOS ALIMENTOS

La presencia de micro plásticos se ha detectado en muchos alimentos, pero los datos al respecto
son muy limitados, en parte por la dificultad de los métodos analíticos para detectarlos. Se han
descrito micro plásticos en mariscos (pescado, camarones y mejillones), así como en miel,
cerveza, azúcar, sal de mesa, agua embotellada y agua del grifo. (EFSA J. W., 2016,2017,2019).
(al. B. e., 2018) y (al. T. e., 2019) han revisado recientemente los datos publicados sobre la
presencia de micro plásticos en los alimentos, y (al. K. e., 2019) han revisado los datos publicados
sobre la presencia de los micro plásticos en el agua potable. Según el estudio de (Liebezeit, 2013),
se encontraron fragmentos y fibras de micro plásticos en muestras de miel de diferentes orígenes,
principalmente de Alemania, con un contenido de fibra entre 0,04 y 0,66 fibras/g (valor promedio
0,17 ± 0,15 fibras/g), mientras que el número de fragmentos fue menos común (0,009
fragmentos/g). Los autores sugieren que el origen de su aparición podría ser ambiental, por
partículas transportadas por las abejas a la colmena, por contaminación durante el tratamiento de
la mielo ambas. Los mismos autores también descubrieron fibras y fragmentos en muestras de
azúcar comercial. Además, tanto en la muestra de miel como en la de azúcar se observó material
granular y no se observó polen. En el estudio de 24 marcas de cerveza realizado por (Liebezeit,
2014), la mayoría de las muestras contenían micro plásticos con un contenido de 0,002 a 0,079
fibras/ml, 0,012 a 0,109 fragmentos/ml y 0,002 a 0,066 gránulos/ml y una alta variabilidad entre
muestras individuales. Muestras de diferentes fechas de producción. Según los autores, el origen
de su aparición podría residir en la contaminación por partículas atmosféricas en el aire, los
materiales utilizados en la producción de cerveza, impurezas no deseadas en la superficie de las
botellas y partículas contaminantes de las materias primas utilizadas en la producción de cerveza.
El estudio de (al. Y. e., 2015) describe la presencia de micro plásticos en 15 marcas chinas de sal
de mesa con un contenido de micro plásticos de 0,55-0,68 partículas/g en sales marinas, 0,043-
0,36 partículas/g en sales marinas y 0,007-0,20 partículas/g en sales de roca. En las sales marinas,
los fragmentos y las fibras fueron los tipos de partículas más comunes en comparación con los
gránulos y las hojas. Las partículas de 45 a 4.300 µm y los tipos de micro plásticos más comunes
fueron el tereftalato de polietileno, seguido del polietileno y el celofán en sales marinas. La
abundancia de micro plásticos en las sales marinas fue significativamente mayor que en las sales
marinas y las sales de roca o de pozo, lo que puede indicar que los productos marinos como la sal
son particularmente susceptibles a la contaminación por micro plásticos, según los autores. En el
caso del pescado, solo hay datos disponibles sobre los micro plásticos del tracto digestivo, que
suele ser una parte del animal que no se consume. Se espera que la proporción de micro plásticos
en la parte comestible del pescado sea insignificante para la exposición del consumidor. No se
puede decir lo mismo de los mejillones, que son organismos que se alimentan por filtración como
los mejillones, ya que acumulan micro plásticos en el tracto digestivo y, a diferencia del pescado,
se consumen enteros. Por lo tanto, según la (EFSA) Su consumo representa un escenario
conservador de exposición dietética a los micro plásticos provenientes de los mariscos en general.
En un estudio con peces pelágicos y demersales del Canal de la Mancha, se observó que un tercio
de los peces examinados tenían micro plásticos en el tracto digestivo; el número promedio de
partículas fue de 1,9 partículas por tubo intestinal y el tamaño de los micro plásticos osciló entre
130 y más de 5000 µm (LUSHER, 2013). Un estudio sobre el contenido estomacal de varias
especies de peces comerciales de Portugal encontró un promedio de 1,40 ± 0,66 partículas/pez
con tamaños entre 2.20 y 4. La presencia de residuos plásticos de origen antropogénico en el
tracto digestivo de pescado destinado al consumo humano procedente de Indonesia y California
(EE.UU.) fue evaluado por (ROCHMAN, 2015)En las muestras de Indonesia, se encontraron
micro plásticos en el 28% de los especímenes y en el 55% de las 11 especies estudiadas (5,03
partículas/individuo).

En las muestras de California, se observaron micro plásticos en el 25% de los ejemplares (2,03
semillas/animal) y en el 67% de las 12 especies estudiadas.

Los micro plásticos obtenidos del pescado indonesio eran escamas, poliestireno o películas,
mientras que los micro plásticos obtenidos del pescado americano eran principalmente fibras.

(Rummel, 2006)Estudió la presencia de plásticos y micro plásticos en peces pelágicos (arenque y


caballa) y peces demersales (bacalao y peces planos) del Mar del Norte y el Mar Báltico, y
detectó partículas de plástico en el 5,5% de las muestras analizadas.

El 74% del total de partículas eran micro plásticos de tamaño ((<5 mm) (1-7 partículas/pez) y
casi el 40% de las partículas eran poliestireno.

El consumo de plástico en las especies pelágicas fue significativamente mayor que en las
especies que se alimentan en el fondo (10,7% vs 3,4%), sin embargo, no se sabe si los peces
analizados en los diferentes estudios consumieron plásticos directamente o los adquirieron a
través de un proceso de transferencia nutricional o no.

PELIGROS PARA LA SALUD HUMANA DE LOS MICROPLÁSTICOS EN LOS


ALIMENTOS

Los seres humanos pueden estar expuestos a micro plásticos y nano plásticos mediante
inhalación (Gasperi, 2018), ingestión o aplicación tópica. Los riesgos para la salud asociados
con la exposición a micro plásticos no se han caracterizado bien. A continuación, se detallan
algunos de sus posibles impactos, clasificados en cuatro categorías según los mecanismos y
agentes involucrados (Smith et al., Rist et al., & Wright y Kelly): efectos relacionados con a) las
propias partículas, b) componentes químicos que pueden migrar lejos de las partículas, c) otros
contaminantes ambientales que pueden ser transportados por las partículas, y d) las partículas
infectadas con microorganismos.

1.4.1. Absorción, distribución y acumulación de micropartículas y nanopartículas,


independientemente del mecanismo, el principal factor que determina el riesgo
potencial de los micro plásticos es el grado en que pueden absorberse y
acumularse en el cuerpo.

Según documentos de la (EFSA), falta información sobre el destino de los micro plásticos y
nano plásticos en el tracto intestinal.

Además, la EFSA afirmó que se desconoce si se pueden formar nano plásticos a partir de la
descomposición de micro plásticos en las condiciones ambientales del tracto intestinal
humano.

Finalmente, los datos disponibles de la EFSA sólo abordan la toxicidad de absorción y


distribución sin información sobre su metabolismo y excreción.

En el caso de las dietas, aún quedan cuestiones importantes por resolver.

Este es el caso sí, tras la ingestión, los micro plásticos y nano plásticos permanecen confinados
en la luz intestinal o si puede producirse una translocación transepitelial.

El desplazamiento significa que los órganos y tejidos entrarán en contacto con estas partículas.

Respecto a los micro plásticos, el informe de la EFSA de 2016 señala que no existen datos in
vivo en humanos sobre la absorción de micro plásticos.

Estudios en mamíferos han detectado micropartículas de hasta 150 µm de tamaño en la linfa,


y un estudio detectó partículas de PVC (110 µm) en la vena porta de perros.

Las placas de Peyer en el íleon pueden ser el lugar donde se produce la mayor absorción de
partículas intestinales.

Es muy probable que los micro plásticos de tamaño >150 µm no sean absorbidos y solo tengan
efectos locales sobre el sistema inmunitario y los procesos de inflamación del intestino.

Los microplásticos más pequeños ((<150 µm) pueden provocar una exposición sistémica, pero,
según la EFSA, los datos disponibles demuestran que la absorción es muy baja (< 0,3 %) y solo
la fracción más pequeña (tamaño de <1,5 µm) podría penetrar y llegar a algunos órganos.

En el año 2019 investigadores del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania (BfR)
han publicado los resultados de un estudio sobre la absorción y los efectos de partículas de
micro plásticos de poliestireno en sistemas in vitro en personas e in vivo en roedores (Stock,
2019).

Los datos in vivo demuestran la ausencia de lesiones detectables histológicamente y de


respuestas inflamatorias.
Las partículas no interfirieron en la diferenciación y activación del modelo de macrófagos
humanos.

Los autores enfatizan que los presentes resultados parecen indicar que la exposición oral a
micro plásticos de poliestireno bajo las condiciones experimentales seleccionadas no plantea
un riesgo inmediato relevante para los mamíferos mamarios.

Sin embargo, señalan claramente que todavía existen grandes lagunas de datos sobre el
tamaño y el material de los micro plásticos.

Por lo tanto, sostienen que de los datos generados no se pueden sacar conclusiones sobre los
efectos de los micro plásticos fabricados a partir de otros plásticos en el intestino.

Por tanto, se necesitan más estudios experimentales para analizar la capacidad de absorción
de los micro plásticos y realizar evaluaciones de riesgos.

En cuanto a los nano plásticos, se ha demostrado la translocación transepitelial de una


variedad de nanopartículas, que luego pueden llegar a muchos órganos, incluido el cerebro.

Además de la barrera hematoencefálica, también se cree que pueden atravesar la barrera


placentaria.

La EFSA destaca que es importante señalar que sólo se han estudiado nanopartículas de
poliestireno y que la absorción y la toxicidad dependen en gran medida de la naturaleza
química del material, así como de su tamaño, forma y propiedades químicas.

Por lo tanto, las extrapolaciones de estudios sobre un tipo de nanomaterial deberán realizarse
con cautela.

1.4.2. Efectos asociados a las partículas en sí mismas


En la declaración de la EFSA de 2016 (ISSUU, 2016), el Comité Técnico
CONTAM de la EFSA no encontró ningún estudio en ratones que investigara la
toxicidad de microplásticos o nanoplásticos, ya sea en pruebas in vivo o in vitro.
Esto dificultó la capacidad de realizar una evaluación de riesgos de la toxicidad de
microplásticos y nanoplásticos en seres humanos después de la ingestión oral. A
pesar de que los plásticos generalmente se consideran como materiales inertes, los
nanopolímeros pueden interactuar con proteínas y lípidos en fluidos biológicos
debido a sus propiedades superficiales, lo que genera una capa superficial de
proteínas conocida como corona. Esta corona puede alterar la forma en que las
partículas interactúan con las células del cuerpo, lo que podría influir en su
toxicidad.
1.4.3. Efectos asociados a los componentes de los plásticos
El plástico está compuesto por un polímero orgánico sintético al que se incorporan
sustancias químicas adicionales durante su fabricación (UNDP, 2020). Estos
aditivos se introducen con el propósito de prevenir la degradación causada por la
luz, mejorar la resistencia, rigidez, flexibilidad, color y resistencia al fuego del
plástico, así como evitar el crecimiento de microorganismos. Debido a que no se
unen químicamente al plástico y son de bajo peso molecular, estos aditivos pueden
liberarse. En algunos tipos de plástico, los aditivos pueden componer la mayor parte
de su estructura.

La constante fragmentación de los microplásticos crea nuevas superficies y facilita


la migración de los aditivos desde el interior hasta la superficie de las partículas. Si
los microplásticos se acumulan en el organismo, pueden actuar como una fuente de
productos químicos en los tejidos y fluidos. Es importante destacar que ciertos
aditivos químicos y monómeros pueden tener efectos perjudiciales para la salud,
como toxicidad reproductiva (por ejemplo, bis (2-etilhexil) ftalato y bisfenol A ),
carcinogenicidad (por ejemplo, cloruro de vinilo y butadieno) y mutagenicidad (por
ejemplo, benceno y fenol). Algunos de los aditivos más peligrosos incluyen
retardantes de llama bromados, plastificantes como los ftalatos y compuestos
metálicos estabilizadores del calor.
1.4.4. Efectos asociados a otros contaminantes que pueden ser transportados por las
partículas
Los desechos plásticos son un material hidrofóbico con una superficie que lleva una
carga y/o un biofilm que contiene una carga, lo que significa que este material
estará impregnado de sustancias químicas como contaminantes orgánicos
persistentes, pesticidas y metales pesados. Estos productos químicos se adhieren al
plástico y se liberan de él, dependiendo de las condiciones ambientales. Como
resultado, la composición química y los riesgos tóxicos del plástico contaminado
varían con el tiempo y la ubicación a lo largo del ciclo de vida de una partícula de
plástico en el entorno. La concentración de contaminantes en el plástico puede ser
hasta un millón de veces mayor que en el entorno circundante y puede actuar como
una potencial fuente y vía de transporte para estas sustancias químicas (JHONS,
2019).
2. EXPOSICIÓN ALIMENTARIA A MICROPLÁSTICOS Y NANOPLÁSTICOS

2.1. ¿Cuál es la exposición alimentaria a microplásticos?

Dada la falta de información sobre la concentración de microplásticos en alimentos y


las limitaciones de las técnicas utilizadas para su detección, resulta complicado realizar
una evaluación precisa de la exposición alimentaria. Además, en el caso del pescado,
solo se dispone de datos sobre la presencia de microplásticos en sus sistemas digestivos,
que generalmente no se consumen (MINAGRI, 2022). Es probable que la cantidad de
microplásticos en la parte comestible sea insignificante para los consumidores. Sin
embargo, esto no es aplicable a los bivalvos, como los mejillones, que son organismos
filtradores y acumulan microplásticos en sus sistemas digestivos. A diferencia del
pescado, los mejillones se consumen en su totalidad.
 En el informe de la EFSA de 2016, se evaluó la exposición a microplásticos en
productos del mar, centrándose en la ingesta de mejillones. Esta evaluación se realizó
utilizando un enfoque extremadamente cauteloso al asumir condiciones desfavorables,
como el tamaño de porción más grande de mejillones, la concentración máxima de
microplásticos encontrada en mejillones y la concentración más alta de contaminantes
encontrados, que corresponde a los microplásticos recolectados en la playa.
 Para calcular el tamaño de la porción, se utilizaron datos de Lucas et al. (1995), que
determinaron el tamaño promedio de las porciones de mejillones consumidas por
mujeres voluntarias en Francia. Estos datos revelaron que la porción promedio de
mejillones era de 200 g sin concha. Suponiendo que generalmente los hombres
consumen más que las mujeres, se estimó que la porción promedio de un hombre adulto
era de 225 g de mejillones.

 En cuanto a la presencia de microplásticos, el informe consideró datos obtenidos de


mejillones en China, que presentaban la concentración más alta de microplásticos, con
un valor promedio de 4 partículas por gramo (Li et al., 2015). Consumir una porción de
225 g de mejillones resultaría en la ingesta de aproximadamente 900 partículas de
plástico, que según los cálculos de la EFSA representarían alrededor de 7 microgramos
de plástico.
2.2. Exposición a los nanoplásticos
En lo que respecta a los nanoplásticos, la EFSA señala que es imposible calcular la
exposición debido a la falta de información sobre la presencia de nanoplásticos en
alimentos.
3. DAÑOS A LA SALUD
Los datos existentes sobre la presencia de microplásticos en alimentos, su capacidad de
ser absorbidos por el cuerpo, su toxicidad y cómo se comportan en el organismo, así
como la exposición humana a ellos, son limitados y rodeados de muchas
incertidumbres. En el caso de los nanoplásticos, estas incertidumbres son aún más
pronunciadas, y en la mayoría de áreas falta información suficiente para llevar a cabo
una evaluación de riesgos.

3.1. Incertidumbres en la caracterización del peligro de los microplásticos


• No se disponen de datos toxicológicos suficientes acerca de los efectos de los
microplásticos en sí mismos para evaluar el riesgo en los seres humanos.

• Existe una falta de información sobre los posibles efectos locales de los microplásticos en
el tracto digestivo y su impacto en la microbiota.

• La información disponible sobre la absorción intestinal y la distribución de las partículas


de microplásticos en el organismo es muy limitada. La absorción es más baja para
partículas más grandes y prácticamente nula para partículas por encima de 150 µm, pero
no se cuenta con suficiente información cuantitativa sobre los mecanismos involucrados ni
sobre el efecto de la forma y composición de los microplásticos.

• Hay una carencia de información sustancial sobre el metabolismo y la eliminación de los


microplásticos. En contraste, se dispone de un conocimiento más completo sobre la
toxicidad de gran parte de los aditivos y contaminantes ambientales que pueden liberarse
de las partículas de microplásticos.

Incertidumbres en la caracterización del peligro de los nanoplásticos

 No se sabe si los microplásticos ingeridos pueden descomponerse en


nanoplásticos en el tracto digestivo.
 Los nanoplásticos tienen la capacidad de ser absorbidos, distribuidos y penetrar
en las células, pero se carece de información sobre su biodisponibilidad y las
posibles implicaciones para la salud humana.
 Aunque algunos materiales a escala nanométrica han demostrado efectos
tóxicos específicamente relacionados con su pequeño tamaño, estos resultados
no pueden extrapolarse directamente a los nanoplásticos. En términos de
toxicidad, prácticamente no existen datos disponibles para llevar a cabo una
evaluación de riesgos precisa en relación con los seres humanos.
3.2. Incertidumbres en la estimación de la exposición a los microplásticos

• Existen limitadas técnicas disponibles para detectar y cuantificar la presencia de


microplásticos en alimentos. Cabe mencionar que los métodos destinados a
descomponer la materia biogénica también pueden causar una degradación parcial
de los plásticos, lo que dificulta la medición precisa de la cantidad de plásticos.

• La información relativa a la presencia de microplásticos en alimentos es escasa.


Los datos disponibles se centran en pescados, bivalvos, crustáceos, y solo se
encuentran datos aislados en otros alimentos como miel, cerveza y sal.
• Los principales aditivos de los plásticos y contaminantes absorbidos, para los que
existe cierta información, incluyen ftalatos, bisfenol A, PBDE, HAP y PCB. No se
dispone de datos sobre otros contaminantes químicos.

• No se cuenta con información sobre cómo la preparación de alimentos, como la


cocción o el horneado, afecta el contenido de microplásticos. Además, no existen
estudios que analicen qué sucede con los microplásticos o nanoplásticos durante el
procesamiento de productos del mar.

Sin embargo, si se considera que los datos disponibles actualmente sobre la


presencia de microplásticos en los alimentos reflejan una aproximación razonable a
la realidad (ABEDO, 2018), las estimaciones sugieren que la exposición a aditivos
y contaminantes a través del consumo de microplásticos representa una
contribución significativamente menor en comparación con la exposición
alimentaria total.

CONCLUSIONES:

Los microplásticos están presentes en prácticamente todos los entornos, y se han detectado en
una amplia gama de concentraciones en aguas marinas, aguas residuales, agua dulce, alimentos,
aire y agua potable, ya sea en agua embotellada o del grifo. La toxicidad relacionada con la
ingesta de microplásticos probablemente depende de factores como el tamaño de las partículas,
su forma, composición y cantidad. Sin embargo, en la actualidad, nuestro conocimiento sobre la
presencia, exposición y cómo los microplásticos interactúan en el cuerpo es muy limitado, con
muchas incertidumbres y pocos estudios completamente confiables que utilizan diferentes
métodos y herramientas para recolectar y analizar partículas de microplásticos.

En el caso de los nanoplásticos, las incertidumbres son aún mayores, y existe una falta de datos
para realizar una evaluación de riesgos. A pesar de estas incertidumbres, varios organismos de
evaluación de riesgos señalan que, según los conocimientos más recientes disponibles, no se
espera que las partículas de microplástico presentes en los alimentos representen un riesgo
significativo para la salud de los consumidores. Sin embargo, debido a la limitación de los datos
disponibles, se requieren más investigaciones y estudios científicos válidos sobre cómo los
microplásticos afectan la barrera intestinal y, posteriormente, una evaluación de riesgos

La falta de datos sólidos implica que cualquier evaluación del riesgo asociado al consumo de
alimentos que contienen microplásticos tiene sus limitaciones. Los posibles peligros
relacionados con los microplásticos incluyen las partículas en sí, los productos químicos
presentes en los componentes plásticos o en los contaminantes que pueden ser transportados por
las partículas, así como los posibles efectos relacionados con la contaminación microbiana.

Con la información disponible en la actualidad, sabemos que los seres humanos ingieren
microplásticos. Sin embargo, la mayor concentración de microplásticos se encuentra en el tracto
digestivo de los organismos marinos. Por lo general, esta parte se descarta antes del consumo.
Por lo tanto, es probable que la exposición humana a través del consumo de pescado sea
mínima, ya que los microplásticos se acumulan principalmente en las branquias, el hígado y los
intestinos del pescado, partes que generalmente no se consumen.

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