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ARMERO Y EL DESASTRE DEL NEVADO DEL RUIZ

Hecho por: Juan Manuel Díaz, Nicolás Latorre y Julián Rodríguez


Armero, fue un municipio colombiano ubicado en el departamento de Tolima, Armero
experimentó uno de los desastres naturales más trágicos y devastadores en la historia del
país. El desastre del nevado del Ruiz ocurrió el 13 de noviembre de 1985. Dejó una marca
inquebrantable en la memoria de Colombia y manifestó la importancia de la preparación y
la respuesta adecuada a los desastres naturales.
Antes de este trágico desastre, Armero albergaba a una población de alrededor de 28,700
habitantes. El pueblo se caracterizaba por su economía agrícola, ganadera y minera, que le
otorgaba un papel destacado como centro comercial en la región. La belleza natural del
entorno, ubicado en las faldas del imponente Nevado del Ruiz, atraía a muchos visitantes
y residentes a diario
El trágico capítulo en la historia de Armero y sus habitantes tuvo su origen en la furia
volcánica del Nevado del Ruiz, un imponente coloso que había permanecido
relativamente tranquilo durante décadas. Sin embargo, el 13 de noviembre de 1985, una
erupción volcánica desencadenó una serie de eventos que cambiarían la vida de miles
para siempre.
La erupción liberó flujos piroclásticos, una mezcla abrasadora de gases, cenizas y
fragmentos volcánicos, que descendieron a gran velocidad por las laderas del volcán. Pero
lo que hizo que esta erupción fuera particularmente catastrófica fue el deshielo repentino
de la cima del Nevado del Ruiz, causado por la intensa actividad volcánica. Este
derretimiento masivo generó una avalancha de lodo, rocas y escombros conocida como
lahar.
El lahar, con una velocidad asombrosa, se precipitó por los lados del volcán, arrasando con
todo a su paso. La mezcla de agua, lodo y escombros se transformó en una fuerza
despiadada que destruyó todo lo que encontró a su paso. A medida que avanzaba hacia
las zonas pobladas, la fuerza del lahar aumentaba aún más, arrancando árboles, edificios y
cualquier obstáculo en su camino. Para el momento en que llegó a Armero, había
adquirido un impulso destructivo que dejó poco margen para la evacuación o la
resistencia.
Este desastre natural tuvo un costo humano devastador, cobrando la vida de
aproximadamente 23,000 de las 27.800 personas que habitaban allí. La velocidad y la
violencia del lahar dejaron poco margen para la evacuación y la respuesta. La ciudad de
Armero quedó prácticamente aniquilada, y la conmoción alcanzó a la nación entera.
Si bien Armero sufrió el golpe más fuerte, otros poblados cercanos también
experimentaron impactos negativos. Chinchiná, Villamaría y otros lugares se vieron
afectados por lahares y cenizas volcánicas, lo que exacerbó el alcance de la tragedia y la
magnitud del desastre natural.
Durante años se ha señalado que la respuesta inadecuada y la falta de preparación por
parte de las autoridades y organismos de gestión de desastres naturales de Colombia
desempeñaron un papel indirecto en la alta cifra de víctimas. A pesar de las advertencias
previas sobre la actividad volcánica y el riesgo de lahares, las medidas de evacuación y
alerta temprana resultaron insuficientes. Esta falta de respuesta adecuada contribuyó a la
tragedia.
El Desastre del Nevado del Ruiz es un recordatorio doloroso de la fragilidad humana frente
a las fuerzas naturales. La historia de Armero y su desaparición trágica subraya la
importancia de la memoria colectiva y la necesidad de mejorar la gestión de desastres
para evitar tragedias similares en el futuro. La historia oral juega un papel crucial en
mantener viva la memoria de la catástrofe y en asegurarse de que las generaciones
venideras comprendan y aprendan de esta dolorosa lección de la historia.

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