Tráducción de

FRANCO MORETTI
LILIA MoscoNI

EL BURGUÉS
Entre la historia y la literatura

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

M<xrco - ARGENTINA - BRASIL - COLOMBIA - CHILE - ESPAÑA
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - GUATEMALA - PERÚ - VENEZUELA
 eamest (antes) y fun (ahora),* con su apenas disimulado despre-
cio por la seriedad intelectual y emocional.
El "estilo de vida americano" como un victorianismo de hoy:
por mucho que me sintiera tentado por la idea, estaba demasiado
consciente de mi ignorancia sobre las cuestiones contemporá-
neas y decidí desecharla. Fue una decisión correcta, pero difícil,
porque implicaba admitir que El burgués es un estudio exclusi-
vamente histórico, sin verdaderos lazos con el presente. Los
profesores de historia -reflexiona el doctor Cornelius en "De-
sorden y dolor precoz"- "no aman la historia en tanto sucede,
sino en tanto ha sucedido [... ] su corazón pertenece al pasado
coherente, disciplinado e histórico. [... ]El pasado está inmor-
talizado; es decir, está muerto". 48 Como Cornelius, yo también
soy profesor de historia, pero me gusta sentirme capaz de hacer
algo más que analizar disciplinadamente lo exánime. En este
sentido, mi dedicatoria de El burgués a Ferry Anderson y Paolo
Flores d'Arcais indica algo más que mi amistad y admiración:
expresa la esperanza de que algún día aprenderé de ellos a apli-
car la inteligencia del pasado a la critica del presente. Este libro
no está a la altura de esa esperanza. Pero quizás el próximo sí.
* En el capítulo in se analiza la palabra eamest, cuyo campo semántico se
superpone parcialmente con el de varios términos en español como "serio",
"honesto" y "sincero", entre otros (véanse las correspondientes notas de la
traductora en esa sección del libro). La palabrafun significa "diversión". [N.
de la T.]
48
Thomas Mann, Stories ofThree Decades, Nueva York, 1936, p. 506 [trad.
esp.: Cuentos completos, Buenos Aires, Edhasa, 2010].
38 '4l El BURGUÉS
I. Un amo trabajador
l. Aventura, empresa, Fortuna
El comienzo es conocido: un padre insta a su hijo a no abandonar
el "estamento medio" -igualmente libre de los "trabajos y sufri-
mientos del sector más vulgar de la humanidad" como de "la ver-
gúenza, el orgullo, el lujo, la ambición y la envidia" que aquejan
al "sector más alto"- para convertirse en uno de esos que se van
"al extranjero en busca de aventuras, con el propósito de mejorar su
posición mediante empresas elevadas". 1 Aventuras y empresas:
juntas. Porque la aventura, en Robinson Crusoe (1719), signifi-
ca más que las "extrañas y sorprendentes" aventuras -naufra-
gio ... , piratas ... , isla deshabitada ... , gran río Orinoco ... - que
se mencionan en la portada del libro; cuando Robinson, en su
segunda travesía, lleva a bordo "a small adventure" ,2 el término
no se refiere a una aventura en el sentido de acontecimiento sino
a una forma de capital.* En el alemán moderno temprano -es-
cribe Michael Nerlich-, la palabra "aventura" pertenecía a la
terminología común del comercio, ámbito en el que indicaba "el
sentido del riesgo (también llamado angst)". 3 Nerlich agrega,
1
Daniel Defoe, Robinson Crusoe [1719], Hamondsworth, 1965, p. 28 [trad.
esp.: Robinson Crusoe, Buenos Aires, Agebe, 2005].
2
Ibid., p. 39 [17].
*Literalmente, a small adventure significa "una pequeña aventura". En la
traducción al español que se consulta aquí, la expresión se parafrasea: "Hice
en este viaje un negocio". [N. de la T.]
3
Michael Nerlich, Ideology of Adventure. Studies in Modern Consciousness,
1100-1750 [19771, Minnesota, 1987, p. 57.
UN AMO TRABAJADOR .... 39
 citando un estudio de Bruno Kuske: "Se hizo una distinción
entre el comercio aventiure y la venta a clientes conocidos. El
comercio aventiure abarcaba aquellos casos en los que el merca-
der emprendía un viaje con sus bienes sin saber exactamente qué
mercado encontraría para ellos".
La aventura como inversión ríesgosa: la novela de Defoe es un
monumento a esta idea y a su asociación con "la tendencia di-
námica del capitalismo[ ... ] a nunca mantener verdaderamente
el statu qua". 4 Pero es un capitalismo de un tipo específico el que
atrae al joven Robinson Crusoe: como en el caso del "capitalista
aventurero;, de Weber, su imaginación se ve cautivada por acti-
vidades "de carácter irracional y especulativo, o bien [basadas]
en la adquisición por medios violentos". 5 La adquisición por
medios violentos aparece con claridad en el relato de la isla (y
antes, en el de la plantación esclavista); y en lo que respecta a
la irracionalidad, la frecuencia con que Robinson admite su "des-
cabellada y absurda idea" y su "tonta inclinación a vagabundear"'
se condice enteramente con la tipología de Weber. Desde esta
perspectiva, la primera pane de Robinson Crusoe es una ilustra-
ción perfecta de la mentalidad aventurera que caracterizó al
comercio de larga distancia en la Modernidad temprana, con
sus "riesgos que no solo eran altos, sino incalculables, y que,
por lo tanto, se hallaban más allá del horizonte de la empresa
capitalista racional". 7
+ lan Watt, The Rise of the Novel. Studies in Defoe, Richardson and Fielding,
Berkeley (CA), 1957, p. 65.
5 Max Weber, The Protestant Ethic and the Spilit of Capitalism [1905], Nueva
York, 1958, p. 20 [trad. esp.: La ética protestante y el espíritu del capitalismo,
trad. de Luis Legaz Lacambra, intr. y ed. crítica de Francisco Gil Villegas,
México, Fondo de Cultura Económica, 2003, p. 60].
6 Daniel Defoe, Robinson Crnsoe, op. cit., p. 38.
7 Giovanni Arrighi, The Long Twentieth Century. Money, Power, and the Origins
aj Our Times, Londres, 1994, p. 122 [trad. esp.: El largo sigloxx. Dinero y poder
en los origenes de nuestra época, Madrid, Akal, 1999, p. 150].
40 <11111 EL BURGUÉS
Más allá del horizonte ... En la legendaria conferencia que pro-
nunció en la Biblioteca Hertziana de Roma, en 1929, Aby War-
burg dedicó uno de sus paneles iconográficos a la temperamen-
tal deidad del comercio marítimo -Fortuna-, asegurando que
el primer humanismo renacentista había superado por fin la
antigua desconfianza que despertaba la volubilidad de la diosa.
Aunque mencionó la superposición entre las denotaciones de
la fortuna como "azar", "riqueza" y "borrasca" (el fortunale ita-
liano), Warburg presentó una serie de imágenes en las que For-
tuna iba perdiendo progresivamente sus rasgos demoníacos; el
más memorable era el del blasón de Giovanni Rucellai, donde
la diosa estaba "de pie en un barco y haciendo las veces de
mástil, sosteniendo la verga con su mano izquierda y el extremo
inferior de una vela hinchada con la derecha". 8 Esta imagen,
agregaba Warburg, había sido la respuesta de Rucellai "a su
propia pregunta trascendental: ¿tienen el raciocinio humano y
la inteligencia práctica poder alguno contra los accidentes del
destino, contra la Fortuna?". En aquella época "de creciente
dominio sobre los mares", la respuesta había sido afirmativa: la
Fortuna se había vuelto "calculable y sujeta a leyes" y, como
resultado, el viejo "mercader aventurero" se había convertido
en la figura más racional del "mercader explorador". 9 Es la misma
tesis que desarrolla Margaret Cohen por su cuenta en The Novel
8
Aby Warburg, "Francesco Sanssetti's Last Injunctions to bis Sons" [1907],
en The Renewa! of Pagan Antiquity, Los Ángeles, 1999, pp. 458 y 241 [trad.
esp.: El renacimiento del paganismo, Madrid, Alianza, 2005]. En el ordenamiento
original de la conferencia, reproducido en 1998 en la exposición de Siena, era
el panel 48.
9 Warburg alude aqui a los Mercaderes Aventureros, el grupo comercial más
exitoso de Inglaterra en la Modernidad temprana. A pesar de su nombre, los
Aventureros no eran en absoluto aventureros: protegidos por una cédula real,
monopolizaron la exportación del paño de lana inglés a los Países Bajos y los
tenitorios alemanes (aunque habían perdido la mayor parte de su poder al esta-
llar la Guerra Civil). En un cambio total de rutas y artículos, Robinson hace su
fortuna con el comercio de azúcar en las economías esclavistas del Atlántico.
Sobre los grupos mercantiles de la Modernidad temprana, véase la espléndida
obra de Roben Brenner: Merchants and Revolution. Commercial Change, Political
UN AMO TRABAJADOR lti- 41
 and the Sea: si pensamos en Robinson como un "hábil navegante"
-escribe Cohen-, su historia deja de ser una narración de
escarmiento contra las "actividades de alto riesgo" para conver-
tirse en cambio en una reflexión sobre "cómo emprenderlas con
las mejores chances de éxito" .10 Una vez que deja de ser irracio-
nalmente "pre" moderno, el joven Robinson Crusoe marca el
genuino comienzo del mundo actual.
Fortuna, racionalizada. Es una idea elegante, cuya aplicación a
Robinson Crusoe, sin embargo, pasa por alto una parte demasiado
grande del relato para ser convincente. Las tormentas y los pira-
tas, los caníbales y el cautiverio, los naufragios que ponen enries-
go la vida y los escapes por un pelo son episodios en los que
resulta imposible discernir señales de la "habilidad" que señala
Cohen o el "dominio de los mares" del que habla Warburg; ade-
más, la temprana escena en la que los barcos eran "llevados por
el viento mar afuera con toda su arboladura destrozada" 11 se lee
como una impactante inversión del escudo de Rucellai. En cuanto
al éxito financiero de Robinson, su modernidad es al menos igual
de cuestionable: aunque en esta novela desaparece toda la para-
fernalia mágica presente en la historia de Fortunatus (su princi-
pal predecesor en el panteón de los hombres modernos que
triunfan gracias a su propio esfuerzo), la manera en que la riqueza
de Robinson se acumula durante su ausencia y le es devuelta
luego -"una vieja bolsa" que contenía "ciento sesenta moidores
de oro de Portugal", seguida de "siete magníficas pieles de leo-
pardo [... ] cinco cajas de excelentes confituras y un centenar de
piezas de oro sin acuñar [ ... ] mil doscientas cajas de azúcar,
ochocientos rollos de tabaco y el resto de la cuenta en oro"-
conserva en gran medida la sustancia de los cuentos de hadas. 12
Conflict, and Londonl Overseas Traders, 1550-1653 [1993]. Londres, 2003 [trad.
esp.: Mercaderes y revolución, Madrid, Akal, 2011].
10
Margaret Cohen, The Novel and the Sea, Princeton, 2010, p. 63.
11
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 34 [12].
n !bid., p. 280.
42 <i11J1 El BURGUÉS
Para ser más claros: la novela de Defoe es un gran mito moderno,
pero lo es a pesar de sus aventuras y no a causa de ellas. Cuando
William Empson, en Some Versions of Pastoral, comparó a la ligera
a Robinson con Simbad el Marino, dio en el clavo; 13 en todo
caso, "la afición al comercio con su ganancia y su provecho" 14
que profesa Simbad es más explícitamente -y racionalmente-
mercantil que la "mera vocación de vagabundo" de Robinson.
La similitud entre las dos historias no termina en el mar sino
en la tierra. En cada uno de sus siete viajes, el mercader de Bag-
dad queda atrapado en otras tantas islas encantadas -ogros,
bestias carnívoras, monos malvados, hechiceros sanguina-
rios ... - , de las cuales solo puede escapar dando otro salto hacia
lo desconocido (como cuando se ata a la garra de un gigantesco
pájaro carnívoro). En otras palabras, en Simbad, la aventura reina
en el mar y también en tierra firme. En Robinson no: en la tierra
· lo que reina es el trabajo.
2. "Esto demostrará que no estaba nunca ocioso"
Ahora bien, ¿por qué el trabajo? Al principio, desde luego, es una
cuestión de supervivencia: una situación en la que "las tareas del
día [... ] parecen revelarse, por la lógica de la necesidad, ante los
ojos del trabajador". 15 Pero cuando ya ha cubierto sus necesida-
des futuras -"mientras viviera en la isla, aunque se extendiese
mi permanencia en ella por cuarenta años"-,1 6 Robinson sigue
trabajando con denuedo, sin cesar, página tras página. Su modelo
13
William Empson, Sorne Versíons of Pastoral [1935], Nueva York, 1974,
p. 204.
14
The Arabian Nights. Tales aj 1001 Nights, vol. H, Harmondsworth, 2010,
p. 464 [trad. esp.: Las míiy una noches, Buenos Aires, Colihue, 2006].
15
Stuart Sherman, Telling Time. Clocks, Diaries, and English Diurna! Form,
1660-1785, Chicago, 1996, p. 228. Sherman cita, con una leve modificación,
las palabras de E. P. Thompson en "Time, Work-Discipline, and Industrial
Capitahsm", en Past & Present, núm. 38, diciembre de 1967, p. 59.
16
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 161 [117].
UN AMO TRABAJADOR tp.. 43
 de la vida real, Alexander Selkirk, había pasado cuatro años (su-
puestamente) en la isla Juan Fernández oscilando como un loco
entre el "abatimiento, la languidez y la melancolía", entregándose
a "un Banquete continuo [... ] igual a los Placeres más sensuales".17
Pero Robinson no hace tal cosa ni una sola vez. En el transcurso
del siglo XVIII, según se ha calculado, la cantidad de días laborables
aumentó de 250 a 300; en la isla de Robinson, donde el estatus
del domingo nunca está del todo claro, el total es indudablemente
1
más alto. ' Cuando, en el pico de su entusiasmo -"Debe enten-
der el lector que ahora tenía dos plantaciones [... ] varias piezas
[... ] dos sembradíos [... ] mi casa de campo [... ] los corrales para
mi ganado [... ] un almacén viviente de carne [... ] mi provisión
de pasas[ ... ] para el invierno"-, 19 Robinson se vuelve hacia el
lector para decirle "esto demostrará que no estaba nunca ocioso"
uno no puede sino asentir en completo acuerdo. Y después, re~
petir la pregunta: ¿por qué se empeña en trabajar tanto?
"Hoy apenas sí somos conscientes del carácter peculiar y asombroso
que supone una clase alta 'trabajadora"', escribe Norbert Elias en
El proceso de la civilización: "¿Por qué se somete a esta coacción,
aunque [... ]ningún superior se lo ordena?"W La pregunta de Elias
17
Cito _la_ descripción que hace Steele de Selkirk en The Englishman, núm.
26,_ ~de d1c1embre de 1713; ahora en Rae Blanchard (ed.), The Englishman. A
Polwcaljoumal by Richard Steele, Oxford, 1955, pp. 107 y 108.
18
Joyce Appleby, The Relentless Revolution. A History of Capitalism, Nueva York,
2010, p. 106. De acuerdo con otras reconstrucciones (por ejemplo, Jan de Vries,
The Industrious Revolution. Consumer Behavior and the Household Econo1ny, 1650 to
the Present, Cambridge 2008, pp. 87 y 88 [trad. esp.: La revolución industriosa.
Consumo y eco_n_omía doméstica desde 1650 hasta el presente, trad. de Luis Noriega,
Barcelona, Cnt1ca, 2009]), lo que se incrementó en el siglo xvm no fue la canti-
dad de días laborables, que ya había alcanzado el umbral aproximado de trescien-
tos días, sino el número de horas en la jornada de trabajo; como veremos, sin
em~:rgo, ~obinson pare~e estar muy avanzado para su época aun en ese aspecto.
Dame! Defoe, Robmson Crusoe, op. cit., pp. 160 y 161[116y117].
20
Norbert Elias, The Civilizing Process [1939], Oxford, 2000, p. 128 [trad.
esp.: El proceso de la cívilízaeión, trad. de Ramón García Cotarelo, México, Fondo
de Cultura Económica, 1988, p. 192).
44 -cd EL BURGUÉS
también se la hace Alexandre Kojéve, quien en el centro de la
Fenomenología de Hegel identifica la paradoja -"el problema del
burgués"- de que el burgués deba a la vez "trabajar para otro"
(porque el trabajo solo surge como resultado de una coacción
externa), aunque solo pueda "trabajar para sí mismo (porque ya
no tiene un amo). 21 Trabajar para sí mismo, como si él fuera otro.
Así es exactamente como funciona Robinson: una parte suya se
convierte en carpintero, alfarero o panadero, y pasa semanas tras
semanas tratando de lograr algo; después emerge el amo Crusoe
y señala la insuficiencia de los resultados. Y a continuación, el
ciclo se cumple entero otra vez. Y se repite porque el trabajo ha
pasado a ser el nuevo p1incipio de legitimación del poder social. Al
final de la novela, cuando Robinson se descubre "dueño de más
de cinco mil libras esterlinas" 22 además de todo el resto, los vein-
tiocho años de trabajo ininterrumpido están allí para justificar su
fortuna. No hay una ligazón real entre ambas cosas: él es rico
gracias a la explotación de esclavos anónimos en su plantación
brasileña, mientras que su labor solitaria no le ha rendido una
sola libra. Pero nosotros lo hemos visto trabajar como ningún otro
personaje de la ficción: ¡cómo no habría de merecer lo que tiene?"
Hay una palabra que capta a la perfección la conducta de Robinson:
"industria". De acuerdo con el Oxford English Dictionary (OED), el
21
Alexandre KojE:ve, Introduction to the Reading aj Hegel. Lectures on the "Phe-
nomenology ofSpirit" [1947], Ithaca (NY), 1969, p. 65 [trad. esp.: Introducción
a la lectura de Hegel. Lecciones sobre la "Fenomenología del espirtitu" impartidas
desde 1933hasta1939 en la École Practique de Hautes Études, trad. y glosario de
Andrés Alonso Martas, Madrid, Trotta, 2013].
22
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 280 [207].
23
"Lo que tiene" también incluye la isla, por supuesto: "Su trabajo lo tomó
de las manos de la naturaleza-escribejohn Locke sobre la pertenencia de los
frutos de la tierra en el capítulo "De la propiedad" del segundo tratado--, donde
era comunitaria y pertenecía por igual a todos sus hijos, y por ese medio se la
ha apropiado para sí". En otras palabras, gracias a su trabajo en la isla, Robinson
Crusoe la ha hecho propia. john Locke, Two Treatíses on Government [1690],
Cambridge, 1960, p. 331 [trad. esp. del segundo tratado: Segundo ensayo sobre
el gobierno cívil, Buenos Aires, Losada, 2003, pp. 24 y 25].
UN AMO TRABAJADOR ¡p... 45
 que débiles)" de la vieja aristocracia. 26 Aquí se vuelve inconfun-
significado inicial de industry, alrededor del año 1500 era "t b . dible la discontinuidad entre las dos clases dirigentes: si las
mtehgente o habilidoso· habilidad i · d ' ra ªJº
Después, a mediados d~l siglo XVI 'e~~~n~o~n estreza o maña". pasiones turbulentas habían idealizado lo que era necesario para
cado: "Diligencia o asiduidad [ ... ]
tante [ ] · ,,
~plica~ión
C:.1·negundo s1gmfi-
uc10sa y cons-
una casta guerrera-el calor ardiente del breve "día" de batalla-,
el interés burgués es la virtud de la cotidianeidad pacífica y re-
..... puia_nza, esfuerzo ' que pronto cristaliza en "labor o petible (y repetible y repetible y repetible): menos energía, pero
trab ªJº s1stemauco·
.. ' empl eo h ab.nua 1 en algún trabaJ·o útil" 24 durante un tiempo mucho más prolongado. Unas pocas horas
D es
ah'! d e 1a h ab1hdad
.b . . y e¡ mgemo · h asta el esfuerzo sistemático· he·
- "las últimas cuatro horas de la tarde", escribe Robinson, siem-
el: a~ontn uc10n del término "industria" a la cultura burgu~sa· pre modesto-, 27 pero durante veintiocho años.
cal~: ~;~~rduo que remplaza a la variante diestra." y trabaj~
Hirschman~e~~=~p~s~~:~~:~t~~~:r~ni~,e~~::~~:s =~u~r~ En la sección anterior hemos visto las aventuras que se relatan al

lat1va y por ende más fuerte que las "pasiones turbulen;as (au~- comienzo de Robinson Crusoe; en esta, el trabajo de su vida en la
isla. Es la misma progresión que encontramos en La ética protestante:
una historia que comienza con el "capitalista aventurero", pero en
la que el ethos de la laboriosidad ocasiona al final "la moderación
2+ Agradezco a Sue Laizik quien fue l .
sobre estas metamorfosi·s De ' . . d .ª pnm:ra en llamarme la atención racional de este irracional impulso". 28 En el caso de Defoe, la tran-
· mas esta ec1r que" d · "
bras clave de Raymond Willi C 1 r.n ustna es una de las pala- sición desde la primera hasta la segunda figura produce un impacto
ams en u tura y soaedad. · b
formación que más le interesa al t lh , sin em argo, la trans-
concibe como una cosa en sí mis au or_ - : _e_cho de que la industria "se
particular, porque en apariencia no formaba parte del plan original:
en vez de ser un mero atributo h:~ un~, inst~tuc1on, un cuerpo de actividades, en la portada de la novela (véase la figura 2), las "extrañas y sor-
aquí, probablemente como su ano ~tren~ lugar después de la descripta prendentes aventuras" -mencionadas arriba y en mayor tamaño--
consecuencia· pnmer0 l · d .
en el simple trabajo abstracto u . · a in ustna se convierte se anuncian claramente como la atracción principal, mientras que
la exclusividad de "la habilida;J ee~~~ q~~e~~ _puede realizar (en contraste con
1
la parte de la isla no es más que "uno de los muchos otros epi-
vez, cuando pasa a ser "una cosaye -ge_ 10 ~: lu:go se la abstrae por segunda
n s1 rmsma Vease Ra d w·¡¡· sodios".29 Pero todo indica que después, durante la composición
ture&Society:
. 1780-1950 [1958] , N ueva ",ork . 1983 p xi .. ¡ d 1 iams, Cu!-
ymon
11 de la novela, ruvo lugar una "imprevista e incontrolada expansión"
y sociedad 1780-1950. De Coleridge a Orw 11 ' '•• tra . esp.: Cultura
p.131' yla sección "Indust "ens K e 'Buenos Aires, Nueva Visión, 2001,
[1976), ed. rev. Oxford l:?s3 [t ~ eywo'.ds. A Vocabulary of CultureandSociety
, ' ra .esp .. Industna" enPalabrascl v d Albert O. Hirschmann, The Passions and the Interests. PoliticalArguments
26
yampl., B_uenosAires, Nueva Visión 2003 18 , a e, e . rev.
"1' 1 ' 'pp. 4-187] for Capitalism befare its Triumph [19771, Princeton (NJ), 1997, pp. 65 y 66 [trad.
a como lo deja en claro el adjetivo ""nd . " . esp.: Las pasíones y los intereses. Argumentos políticos en favor del capitalismo
worh] posee en inglés un halo d l I ustnoso , el trabajo arduo {hard
explica por qué la legendaria fi~~ue ca~~c~~rabajo "diest~o" [clever], lo cual previos a su triunfo, trad. de ]oan Solé, Barcelona, Península, 1999}.
arduo" en su "tabla de valores" en la ~~~:dae de ur An~ersen incluyó el "trabajo 27
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 12 7 [89]. Claro que a las cuatro
tro de la misma firma (la consult And 1990, rmentras que el brazo dies- horas de la tarde hay que agregar las tres horas de caza "cada mañana" y el
ora erson que hab·a d trabajo de "preparar, curar, conservar y cocinar", que "tomaba gran parte de la
de prácticas inversionistas) lo re mp1azo. por e1 "respeto
' I perpetra o toda clase
I · d. ·ct ,, jornada", con un total que supera por mucho el que cumplía la mayorfa de los
la neolengua neohberal designa las bo n1·5 cac1ones
. financia ros inF. l\11¡ uos , que en
sultora coaccionó a la firma contable a validar l . e a_s~ ma mente, la con- trabajadores en su época.
rio, lo cual condujo a la vergonzosa cafda de ~a~an1pula~1on del valor acciona- 28 Max Weber, The Protestant Ethic. .. , op. cit., p. 17 [57].

Cynthiaj. Smith Lorma McD u . . nna. Vease Susan E. Squires, 29

Debo este argumento a Giuseppe Sertoli, "l due Robinson", en Le avven-
Shiftmg Values, U~expected Con:eq~~: WNilham ~· Yikeack, Inside Arthur Andersen. ture di Robinson Crusoe, Turfn, 1998, p. xiv.
es, ueva 'º' , 2003, pp. 90 y 9 1.
UN AMO TRABAJADOR ... 47
46 <lllJl EL BURGUÉS
 de la isla, que la liberó de su subordinación a la historia de aven-
turas para convertirla en el nuevo centro del texto. El primero en THE
captar la importancia de esta reorientación a medio camino fue un
calvinista de Ginebra: el Robínson de Rousseau, "separando de esta L I F E AND
novela todo su fárrago", comenzará con el naufragio y se limitará STllANG.E Suara1z1NG

a los años en la isla, de modo tal que Emilio no derroche el tiempo ADVENTURES
en soñar con aventuras y pueda concentrarse en cambio en el ••
trabajo de Robinson ("Todo cuanto es útil querrá saberlo, y no ROBTNSON CRUSOE,
querrá saber otra cosa"). 30 Es una crueldad para Emilio, por su- Of TOR.14.MARIN!:R:

puesto, y para todos los niños que vienen después de él, pero l\Vho livcd Eighrnid Twcnty Yean,
afl ,:donr in
.iA uo-iohabim! lfLuKI oo rhr:
Co2ft of ANu.1c.-, r=r the Mwth ol
Rousseau da en el clavo: porque no cabe duda de que la gran dJeGreiirftiwr OÍ 011.00JIOQ.WIJ
novedad de este libro es el arduo trabajo de Robinson. H.lrQit¡ ~.:.lfl on S.- br Shj~ •llctc-
1:11 aD tlK' ~ffl'I rmdmf bm: .llildi:
WITH
.U~ 11" he wu ar Jaft at ~ty dcli-
, •tt'dbyPYRATES.
Del capitalista aventurero al amo trabajador. Pero después, a
W<ffl•1'J H-/tlf.
medida que Robínson se aproxima al final, se produce otro viraje 1 LONDON:
brusco: caníbales, conflicto armado, amotinados, lobos, osos, ¡
l'ri~focW. T.o;l"~Ol :ntl>eSllt/;,,,..,..Ntp-
&>... MDCCXIX.
fortuna de cuento de hadas ... ¿Por qué? Si la poética de la aven-
tura había quedado "moderada" por su opuesto racional, ¿por
qué prometer "varios incidentes muy asombrosos que me ocu- Figura 2
rrieron en nuevas aventuras" nada menos que en la última oración
de la novela7 31
Esto no significa, sin embargo, que el capitalismo moderno pueda
reducirse a la ética del trabajo, tal como claramente apuntaba a
Hasta ahora he puesto de relieve la oposición entre la cultura hacer Weber; del mismo modo, el hecho de que las actividades
aventurera y la ética del trabajo racional, y no vacilo en afirmar "de carácter irracional y especulativo, o bien [basadas] en la
que estos dos fenómenos son incompatibles y que el segundo adquisición por medios violentos" ya no sean típicas del capita-
es más reciente, específico del capitalismo europeo moderno. lismo moderno no significa que estén ausentes en él. Hay una
serie de prácticas no económicas, violentas y a menudo impre-
30
Jean-Jacques Rousseau, Emile [l 762], en CEuvres completes, vol. 1v, París, decibles en sus resultados -la "acumulación originaria" de Marx
1969, pp. 455 y 456 [trad. esp.: Emílio o La educacíón, trad. de Ricardo Viñas, o la "acumulación por desposesión", tal como la denominó re-
disponible en línea: <WWVv.elaleph.com>J. cientemente David Harvey- que indudablemente han desem-
31
"El libro Nuevas aventuras de Robinson Cnisoe--escribe Maximilian No-
peñado un papel clave en la expansión del capitalismo (y en
vak-fue publicado el 20 de agosto de 1719, aproximadamente cuatro meses
después de que apareciera el primer volumen"; de este hecho se deduce que
realidad aún lo desempeñan); si esto es así, entonces la narrativa
Defoe "ya estaba trabajando en la secuela antes de que se imprimiera el origi- de aventuras, en sentido amplio -como el entrelacement de
nal", y por lo tanto la última oración no es vana floritura sino una muy concreta reflexión metropolitana y novela colonial que forja Conrad en
estrategia publicitaria. Véase Maximillian E. Novak, Daniel Defoe. Master aj una época posterior, por ejemplo-, continúa adecuándose per-
Fictions, Oxford, 2001, p. 555.
fectamente a la representación de la Modernidad.
48 .... El BURGUES
UN AMO TRABAJADOR .,_ 49
 He ahí entonces la base histórica de los "dos Robinson" y la
consiguiente discontinuidad en la estructura narrativa de Defoe:
la isla nos permite vislumbrar por primera vez al amo industrioso
de los tiempos modernos; el mar, África, Brasil, Viernes y las
otras aventuras suministran voz a formas más antiguas -pero
nunca descartadas del todo- de la dominación capitalista. Desde
un punto de vista formal, resulta claro que esta coexistencia-sin-
integración de registros opuestos -tan diferente de la calculada
jerarquía de Conrad, para recurrir una vez más a este parale-
lismo- es un defecto de la novela. Sin embargo, también resulta
claro que tal inconsistencia no es una mera cuestión de forma: surge
de la dialéctica irresuelta del propio tipo burgués, así como de
sus dos "almas"; 32 contra Weber, sugiere que el burgués racional
nunca dejará atrás del todo sus impulsos irracionales ni repudiará
al depredador que fue alguna vez. No solo por marcar el co-
mienzo de una nueva era, sino además porque en ese comienzo
se vuelve visible una contradicción estructural que nunca será supe-
rada, el relato informe de Defoe continúa siendo el gran clásico
de la literatura burguesa.
3. Palabras clave I: "útil"*
4 de noviembre. Esta mañana comencé a ordenar mis horas des-
tinadas al trabajo, a salir con la escopeta, al sueño y a la distracción;
por ejemplo, todas las mañanas salía a cazar con la escopeta durante
32
La metáfora de las "dos almas" -inspirada en un famoso monólogo del
Fausto- es el leitmotiv del libro de Sombart sobre el burgués: "Dos almas
moran en el pecho de todo burgués completo: el alma del emprendedor y el
alma del respetable hombre de clase media [... ] el espíritu de empresa sintetiza
la codicia de oro, el deseo de aventura, el amor por la exploración [.. . ] el es-
píritu burgués se compone del cálculo, la política cuidadosa, la razonabilidad
y la economía". Wemer Sombart, The Quintessence of Capitalism [1913], Londres,
1915, pp. 202 y 22 [trad. esp.: El apogeo del capitalismo, México, Fondo de
Cultura Económica, 1946].
4
En inglés, useful. [N. de la T.]
50 "ilf EL BURGUfS
dos o tres horas si no llovía, después me dedicaba a trabajar hasta
más o menos las once, después comía lo que tuviera, de doce a
dos me echaba a dormir -ya que hacía demasiado calor- y
después me ponía a trabajar otra vez al atardecer. 33
Trabajo, escopeta, sueño y distracción. Pero cuando Robinson
describe verdaderamente su día, la distracción desaparece, y su
vida evoca al pie de la letra la escueta síntesis que hace Hegel de
la Ilustración: aquí, "todo es útil". 34 Útil: la primera palabra clave
de este libro. Cuando Robinson vuelve a los restos del barco
después del naufragio, la repetición ritual de la narración -<lesde
el arcón del carpintero, "que era un trofeo muy útil para mí",
hasta "varias cosas muy útiles para mí" y "muchas cosas[ ... ] que
podían ser muy útiles para mí"-35 reorienta el mundo colocán-
dolo a él en su centro (útil para mí. .. , para mí. ., para mí...).
Aquí, como en Locke, lo útil es la categoría que establece la
propiedad privada (útil para mí) y la legitima identificándola con
el trabajo (útil para mí). Las ilustraciones de Tullio Pericoli para
la novela, que parecen versiones desquiciadas del tableaux tec-
nológico de la Encyclopédie (véase la figura 3), 36 captan la esencia
de este mundo en el que los objetos no son un fin en sí mismo
-en el reino de lo útil, nada es un fin en sí mismo-, sino
siempre y solamente un medio para hacer otra cosa. Una herra-
mienta. Y en un mundo de herramientas, queda solo una cosa
por hacer: trabajar. 37
33 Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., pp. 88 y 89.
"GeorgWilhelm Fríedrích Hegel, Phenomenology ofSpirit [1807], Oxford,
1979, p. 342 [trad. esp.: Fenomenología del espüitu, trad. de Wenceslao Roces,
Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2009, p. 330].
35 Daniel Defoe, Robínson Crusoe, op. cit., pp. 69 y ss.
36 Tullio Pericoli, Robison Crusoe dí Daniel Defoe, Milán, 2007.
3i En semejante mundo de herramientas, los seres hu1nanos también se
vuelven herramientas: es decir, meras piezas de la división social del trabajo;
de ahí que Robinson nunca evoque a los otros navegantes por sus nombres,
sino solo por sus actividades: marinero, carpintero, artillero ..
UN AMO TRABAJADOR ... 51
 Todo es para él. Todo es una herramienta. Y después, la tercera
dimensión de lo útil:

Finalmente, ansioso por ver la periferia de mi pequeño reino, de-

cidí emprender el viaje; y por lo tanto pertreché mi bote para la
travesía: embarqué dos docenas de hogazas de cebada (que más
bien deberia llamar "bizcochos"), un pote de barro lleno de arroz
seco (alimento que solía consumir en gran cantidad), una pequeña
botella de ron, media cabra, pólvora y municiones para cazar otras
cabras y dos grandes capas de vigía de aquellas que, como dije
antes, había rescatado yo de los arcones pertenecientes a los mari-
neros. Las llevé con el propósito de usar una para tenderme enci-
ma y la otra para taparme de noche. 38

Aquí, junto con Robinson como centro activo de la historia (de-

cidí. . , pertreché ... , embarqué ... , había rescatado yo . . , llevé ... )
y los objetos que necesita para la expedición (un pote de barro
pólvora y municiones .. , dos grandes capas de vigía .. ), una
cascada de complementos de fin -para la travesía. . , para cazar
otras cabras .. , para tenderme encima ... , para taparme- com- Figura 3
pleta el triángulo de lo útil. Sujeto, objeto y verbo. Un verbo que
car cualquier cosa, según dictara la ocasión; y aunque no lo~é. dar-
ha interiorizado la lección de las herramientas y la reproduce en
les una terminación muy elegante, los hice de modo tal que ~1n:-eran
la actividad de Robinson: donde, típicamente, una acción siem-
perfectamente a mis propósitos. Desde entonces, por co~1gu1e~t-e,
pre se hace con el fin de hacer otra cosa:
tuve la precaución de que nunca me faltaran, y cuando ml colecc1on
de cesteria comenzaba a estropearse, yo hacía más canastas, espe-
En consecuencia, al día siguiente fui a mi casa de campo, como
cialmente fuertes y profundas, con el fin de utilizarlas en lugar de
solía llamarla, y al cortar algunas de las ramas más pequeñas las
sacos para guardar el grano cuando cosechara una buena can~1~ad.
encontré tan adecuadas para mis propósitos como podía desear; por
Habiendo superado esta dificultad, y empleado much1s1mo
lo cual la vez siguiente regresé equipado con una azuela para cortar
tiempo en ello, me esforcé por ver qué podía hacer para proveerme
una cantidad, que encontré muy pronto dada la abundancia de estos 39
árboles. A ·esas las puse a secar dentro de mi cerco o empalizada, y de dos cosas que echaba en falta.
cuando estuvieron aptas para el uso las llevé a mi cueva; y allí, en la
Dos tres verbos por renglón; en manos de otro escritor, toda esa
siguiente estación de lluvias, me dediqué a hacer como mejor pudiera
acti,;;dad podria volverse frenética. Aquí, sin embargo, un ubicuo
una buena cantidad de cestos para llevar tierra o transportar o colo-

38
Daniel Defoe, Robinson Crnsoe, op. cit., p.147. "Ibid., p .. 120.
UN AMO TRABAJADOR .. 53
52 -<Ci EL BURGUÉS
 léxico de teleología (en consecuencia, mis propósitos, desear,
equipado, aptas, me dediqué, sirvieran, precaución, proveerme ... )
brinda un tejido conectivo que otorga consistencia y solidez a la
página, mientras que los verbos subdividen pragmáticamente las
acciones de Robinson entre las tareas inmediatas de las oraciones
principales (fui, encontré, regresé, puse) y el futuro más indefinido
de sus complementos de fin (para cortar. .. , para llevar. .. , para
guardar. .. , para proveenne ... ); aunque no mucho más indefinido,
claro está, porque para una cultura de lo útil el futuro ideal está
tan a mano como para ser poco más que una continuación del
presente: "al día siguiente"; "la siguiente estación"; "para cortar una
cantidad, que encontré muy pronto". Aquí está todo ajustado y
concatenado; jamás se pasa por alto un paso ("por lo cual-la vez
siguiente-regresé-equipado-con una azuela-para cortar-una can-
tidad") en estas oraciones que, como la "conciencia prosaica" de
Hegel, entienden el mundo según "causa y efecto, fin y medio, y
demás categortas". 40 Especialmente fin y medio: Weber lo llamará
Zwechrationalitctt, racionalidad diligida a su objetivo y gobernada
por él; "razón instrumental" en la variante de Horkheimer. Dos
siglos antes de Weber, la página de Defoe ilustra las concatena-
ciones léxico-gramaticales que fueron la primera encamación de
la Zwechrationalitiit: la razón instrumental como una práctica del
lenguaje -perfectamente articulada, aunque completamente in-
advertida- mucho antes de que se volviera un concepto. Es el
primer destello de la "mentalidad" burguesa y de la inmensa
contribución que le hizo Defoe: la prosa como el estilo de lo útil.
4. Palabras clave rr: "eficiencia"*
El estilo de lo útil. Un gran novelista como Defoe dedicó su última
y más ambiciosa novela a esta idea. Emilio querrá saber todo
~0 Georg\i\lilhelm Friedrich Hegel,Aesthetics. Lectures onFineArts, vol. II, Ox:ford,
1998, p. 974 [trad. esp.: Lecciones sobre la estética, Madrid, Akal, 1989, p. 705].
' En inglés, efficiency. [N. de la T.]
54 "'11 El BURGUÉS
cuanto es útil, había escrito Rousseau, y nada más aparte de eso;
y Goethe -desafortunadamente- se atuvo al pie de la letra a la
segunda cláusula: "De lo útil a lo bello a través de lo verdadero",
41
leemos al comienzo de los Wanderjahre (1829): una novela
donde, en lugar de los usuales "jardines a la antigua o parques
modernos", uno encuentra "campos sembrados de hortalizas,
con grandes tramos de hierbas medicinales y todo lo que pudiera
resultar útil de un modo u otro". 42 Ya se ha esfumado el conflicto
entre lo útil y lo bello, que había sido la clave de la anterior
novela sobre Guillermo Meister, el Aprendizaje, de 1796; en la
"provincia pedagógica" de los Wanderjahre, el conflicto ha cedido
su lugar a la subordinación funcional; habiendo "elegido ser
útil" ,43 explica uno de los pocos artistas presentes en la novela
-un escultor-, ahora se siente a sus anchas dedicándose a
hacer modelos anatómicos y nada más. El hecho de que se haya
privado al arte de su recién adquirida falta de propósito se pre-
senta una y otra vez como progreso encomiable: "Las artes son
la sal de la Tierra; como aquella para las comidas, así son las
artes para la técnica. Del arte solo tomamos lo que nos sirve para
que nuestro trabajo manual no sea vulgar", le escribe el abad a
Gui!lermo;44 otro líder de la provincia agrega que "las artes rigu-
rosas" -picapedreros, albañiles, carpinteros, techadores, cerra-
jeros ... - "deben servir de modelo a las libres y empeñarse en
humillarlas". 45 Y después, si es necesario, hace su apalición el lado
punitivo y antiestético de la Utopía: aquí no hay teatros por nin-
guna parte, le informa secamente el guía a Guillermo, porque
"esas imposturas nos parecían absolutamente peligrosas Yno po-
+1 johann Wolfgang Goethe, Whilhelm Meister's ]oumeyman Years, or The
Renunciants [1829], Nueva York, 1989, p. 138 [trad. esp.: Años de andanzas de
Guillermo Meister (\Vílhelm Meisters Wanderjahre), en Obras completas, vol. u,
Madrid, Aguilar, 1987]. [Los fragmentos citados aquí son traducción propia
del original alemán (N. de la T.).]
"!bid., p. 126.
"Ibid., p. 326.
H !bid., p. 266.
"!bid., p. 383.
UN AMO TRABAJADOR ,.. 55
 díamos conciliarlas con nuestro firme propósito"-" De ahí que se
haya desterrado el arte dramático de la provincia. Y eso es todo.
El subtítulo de Wanderjahre es Los renunciantes, cuyo núcleo es
una palabra que indica el sacrificio de la plenitud humana im-
puesto por la moderna división del trabajo. Treinta años antes, en
el Aprendizaje, este tema se había presentado como una dolorosa
mutilación de la existencia burguesa, 47 pero en la novela posterior
el dolor ha desaparecido: "Ha llegado el tiempo de las parcialida-
des", le dice de inmediato a Guillermo uno de sus antiguos cole-
gas; "afortunado quien lo comprende y actúa para sí y para otros
48
en ese sentido". El día ha llegado y seguirle el paso es una "for-
tuna". "Feliz es quien hace de su vocación una marioneta", exclama
un labrador que ha reunido una colección de herramientas agrí-
colas: "Quien [ ... ] se divierte con lo que en su situación es un
49
deber". Un museo de herramientas para celebrar la división del
trabajo. "Todo quehacer, todo arte[ ... ] se adquiere solo en la li-
mitación. Conocer y practicar uno correctamente brinda una for-
mación superior a la de quien conoce cien a medias", dice uno de
los interlocutores de Guillermo. 50 "¡Allí donde soy útil está mi
patria ", agrega otro, y continúa: "Si yo ahora digo: '¡E~péñese
1 51
cada uno en ser útil para sí mismo y para otros'', no es esta una
doctrina ni un consejo, sino la máxima de la vida misma".
46
Johann Wolfgang Goethe, \Vhilhelm Meister's journeyman Years ... , op. cit
p.276.
47
Obligado a "cultivar capacidades aisladas para ser útil", escribe Guillermo
en su cana a Wemer, el burgués está condenado a carecer de toda "armonía
porque para hacerse útil en un sentido tiene que abandonar todo el resto<
Johann Wolfgang Goethe, Wrlhelm Meister's Apprenticeshíp [1796], Princeton y
Nu~vajersey, 1995, pp. 174 y 175 [trad. esp.: Los años de aprendizaje de Guillenno
Mei:er, t. n, trad. de R.M. Temeiro, Madrid, 1931, libro quinto, cap. 3].
Johann Wolfgang Goethe, Vlhilhelm Meister'sjourneyman Years . ., op. cr·t.,
p. 118.
"/bid., p. 190.
;o/bid., p. 197.
"/bid., p. 365.
56 "'4 EL BURGUÉS
Hay una palabra que habria sido perfecta para los Wanderjahre ...
si tan solo hubiera existido cuando escribía Goethe: eficiencia.
Mejor dicho, la palabra existía, pero aún indicaba lo que había
significado durante siglos: "El hecho de ser un agente operativo
o causa eficiente", tal como lo expresa el OED; eficiencia como
causación y nada más. Después, a mediados del siglo XIX, llega el
cambio: "Aptitud o potencia para realizar, o éxito en la realización,
del fin pretendido; potencia suficiente, efectividad, eficacia"-"
Potencia adecuada: ya no la mera capacidad de hacer algo, sino
de hacerlo sin derroche y de la manera más económica. Si lo útil
había convertido el mundo en una colección de herramientas,
la división del trabajo interviene para calibrar las herramientas
en relación con sus fines ("el fin pretendido"): y el resultado es
la "eficiencia". Tres pasos consecutivos en la historia de la racio-
nalización capitalista.
De la racionalización capitalista ... y del colonialismo europeo.
"Aquellos jóvenes en realidad no tenían demasiado en qué apo-
yarse", dice Marlow despectivamente de los romanos en Gran
Bretaña. "Eran conquistadores, y lo único que tal cosa requiere es
fuerza bruta. "53 Fuerza bruta; en contraste, lo que "salva" al do-
minio británico en las colonias es "la eficiencia ... , la devoción por
la eficiencia". 54 Dos menciones, in crescendo, dentro de una sola
oración; después la palabra desaparece de El corazón de las tinieblas;
en su lugar surge un mundo pasmosamente ineficiente, donde las
' máquinas se abandonan al óxido y la desintegración, los traba-
jadores juntan agua en baldes con el fondo agujereado, los la-
drillos carecen del ingrediente crucial y el trabajo de Marlow se
52
El cambio se produce de forma más o menos simultánea en vatios campos:
el OED proporciona ejemplos del derecho (Whately, 1818-1860), la historia de
la civilización (Buckle, 1858), la filosofía política (Mil!, 1859) y la economía
política (Fawcett, 1863) .
"Joseph Conrad, Heart of Darhness [1899], Harmondsworth, 1991, p. 31
[trad. esp.: El corazón de las tinieblas, trad. de Ricardo Healy, Buenos Aires, Agebe,
2006, p. 13].
"/bid. [12 y 13].
UN AMO TRABAJADOR .... 57
 interrumpe por falta de remaches (aunque "en la costa había
cajas llenas de ellos, cajas amontonadas, rajadas, herrumbrosas"). 55
Y la razón de todo este desperdicio es simple: la esclavitud. La
esclavitud nunca fue "ordenada en tomo a la idea de eficiencia"
escribe Roberto Schwarz acerca de las plantaciones brasileñas e~
tiempos de Conrad, porque siempre podía apoyarse "en la vio-
lencia y la disciplina militar"; en consecuencia, "el estudio racio-
nal y la modernización continua de los procesos productivos"
literalmente "no tenía sentido". En tales casos, como en el Congo
de "la compañía", la "fuerza bruta" de los romanos podía resultar
"eficiente" de una forma más perversa que la propia eficiencia.
Extraño experimento el de El corazón de las tinieblas: enviar a un
perspicaz ingeniero burgués a presenciar hasta qué punto uno de
los más rentables emprendimientos del capitalismo fin-de-siécle
era lo opuesto a la eficiencia industrial: "Lo contrario de lo que era
moderno", por citar nuevamente a Schwarz. La "adquisición por
medios violentos" sobrevivió codo a codo con la racionalidad mo-
derna, escribí apenas unas páginas atrás, y la nouvelle de Conrad
-donde el burgués ético es enviado al rescate del aventurero
irracional- es el ejemplo perfecto de aquella cohabitación dis-
cordante. Rodeado de una multitud con la que no tiene nada en
común, Marlow experimenta un solo momento de empatía:
cuando encuentra un libro sin cubierta de autor desconocido
' '
en una estación abandonada a lo largo del rio; "humildes páginas",
señala, que adquirían "luminosidad" gracias a la "honrada inten-
ción de realizar correctamente el trabajo". Correctamente: la ética
del trabajo en medio del saqueo colonial. "Luminosidad" versus
las "tinieblas" del título: asociaciones religiosas, como el calling*
55
joseph Conrad, Heart ofDarhness, op. cit., p. 58 [47].
* En La ética protestante, primera parte, cap. m, Weber usa el término calling
en inglés para explicar que "en la palabra alemana 'profesión' (Beruj), como quizá
más claramente aún en la inglesa calling, hay cuando menos una reminiscencia
religiosa, la idea de una misión impuesta por Dios". Weber ta1nbién aclara que
este sentido de ambas palabras nació de las traducciones de la Biblia luterana "y
no del espíritu del texto original, sino precisamente del espüitu del traductor",
58 ... El BURGUÉS
de La ética protestante o aquella inicial "devoción por la eficiencia",
que tiene su propio eco weberiano en la devoción que implica
ponerse "completamente al servicio de la causa" de "La ciencia
como profesión".* Pero ... ¿devoción por la eficiencia en el Estado
Libre del Congo? Nada hay en común, señalé antes, entre Marlow
y los depredadores que lo rodean; es decir: nada en.común, excepto
por el hecho de que él trabaja para ellos. Cuanto mayor sea su de-
voción por la eficiencia, más fácil resultará el saqueo.
Puede decirse que el mayor logro simbólico de la burguesía en
tanto clase social ha sido la creación de una cultura del trabajo:
lo útil, la división del trabajo, la "industria", la eficiencia, el calling,
la "seriedad" del próximo capítulo: todas estas cosas, sumadas a
otras, dan fe de la enorme importancia adquirida por lo que antes
solía ser apenas una necesidad severa o un deber brutal; el hecho
de que Max Weber haya podido usar exactamente los mismos
conceptos para describir el trabajo manual (en La ética protestante)
y la gran ciencia (en "La ciencia como profesión") es en sí otro
signo indirecto del nuevo valor simbólico que había adquirido el
trabajo burgués. Pero cuando la devoción incondicional de Mar-
low a esta tarea se convierte en un instrumento de la opresión
sangrienta -un hecho tan patente en El corazón de las tinieblas
que se vuelve casi invisible-, emerge a la superficie la antinomia
fundamental del trabajo burgués: la absorta actitud autorreferen-
cial, que es la fuente de su grandeza -con tribus desconocidas
escondiéndose en la costa y asesinos asustados e insensatos a
bordo, Marlow, sin percatarse de nada, se aboca a la tarea de con-
y agrega que "los pueblos preponderante1uente católicos carecen de una expresión
coloreada con ese matiz religioso para designar lo que los alemanes llamamos Beruf
(en el sentido de posición en la vida, de una esfera delimitada de trabajo), como
careció de ella la Antigüedad clásica". Tanto calling como Beni.J tienen en sus res-
pectivos idiomas el doble significado de "profesión" y "vocación", y en ambas está
presente el verbo "llamar" (call y rufen, respectivamente). [N. de la T.]
* En la versión en inglés de "La ciencia como profesión", este fragmento se tra-
duce por "devotion to the task"; literahnente, "devoción por la tarea". [N. de la T.]
UN AMO TRABAJADOR llt-- 59
 ducir el vapor-, es también la fuente de su servidumbre. La ética
del trabajo impele a Marlow a hacer bien su trabajo; no es su
problema para qué fin. Igual que las "anteojeras" tan memorable-
mente evocadas en "La ciencia como profesión", la legitimidad y
la productividad del trabajo moderno no solo se intensifican sino
que también se establecen gracias a su ceguera con respecto a lo
que ocurre alrededor. Tal como escribe Weber en La ética protes-
tante, es realmente un estilo de vida "irracional" aquel en el que
"el hombre existe para el negocio y no a la inversa", y en el que el
único resultado de su incesante actividad es "el sentimiento irra-
cional de 'cumplir buenamente con su profesión"'. 56
Es irracional el estilo de vida dominado por la Zweckrationalitat.
Pero la razón instrumental, como hemos visto, también es uno
de los principios subyacentes a la prosa moderna. En unas pocas
páginas se volverán visibles las consecuencias de esta asociación.
5. Palabras clave m: "confort"*
Leemos en La ética protestante:
Al renunciar al mundo, el ascetismo cristiano[ ... ] había logrado
[dominarlo] desde los claustros; pero quedaba intacto su carácter
"Max Weber, The Protestant Ethic .... op. cit.. pp. 70 y 7J [118 y 119]. La
palabra "irracional" se cierne sobre la descripción weberiana del ethos capitalista.
Pero para Weber hay dos tipos opuestos de irracionalidad capitalista: la del "aven-
turero" -en la que los medios son en verdad irracionales, pero no así el objetivo
(el disfrute personal de las ganancias)- y la del capitalista moderno, en la que
en cambio los medios se han racionalizado por completo, pero el resultado -"el
hombre existe para el negocio y no a la inversa"- es completamente irracional.
Solo en este último caso se revela el absurdo de la razón instrumental.
* En inglés, comfort. En los casos en que Moretti analiza el plural comforts, muy
común en ingles, utilizo "comodidades", que es su equivalencia desde el punto de
vi_Sta del uso corriente. Sobre el término en español "conforte" y su plural "confortes",
vease la nota de traducción agregada a la nota 65 de este capítulo. [N. de la T.]
60 ... EL BURGUÉS
naturalmente despreocupado de la vida en el mundo: Ahora se
produce el fenómeno contrario: se lanza al mercado de la vida,
cierra las puertas de los claustros y se dedica a impregnar con su
método esa vida, a la que transforma en vida racional en el mundo,
pero no de este mundo ni para este múndo. 57
Una vida en el mundo, pero no del mundo ni para el mundo.
Exactamente como la vida de Robinson: "en" la isla, pero no "de"
la isla ni "para" la isla. Y sin embargo, nunca tenemos la impresión
de que "nada [de su actividad] lo tiene para su persona [salvo] el
sentimiento irracional de 'cumplir buenamente con su profesión"',
como describe Weber el ethos capitalista. 58 Hay un sentido de
tenue y elusivo goce que impregna toda la novela: y esa es pro-
bablemente una de las razones de su éxito. Pero ¿goce de qué?
Antes cité el momento en el que Robinson se dirige al lector con
el tono de alguien que se justifica a sí mismo frente a un juez:
"Esto demostrará que no estaba nunca ocioso". Pero después la
oración toma un rumbo inesperado: "que no estaba nunca ocioso,
y que no ahorraba esfuerzo a fin de hacer todo lo necesario para
mi confort". 59 Confort: esa es la clave. Si lo "útil" ha transformado
la isla en un taller, el "confort" restablece un elemento de placer
en la existencia de Robinson; bajo su signo, hasta La ética pro-
testante encuentra un momento de cierta liviandad:
El ascetismo intramundano del protestantismo [ .. ] actuaba con
la máxima pujanza contra el goce despreocupado de la riqueza y
estrangulaba el consumo, singularmente el de artículos de lujo
[... ] pero en cambio [... ]no se pedía "mortificación al rico, sino
que usase de sus bienes para cosas necesarias y prácticamente
útiles". El concepto de comfort [en inglés en el original] comprende
de modo característico el círculo de los fines éticamente lícitos, y
57 Max Weber, The Protestant Ethic. .. , op. cit., p. 154 [241].
SS /bid., p. 7) [119].
59
Daniel Defoe, Robinson Crnsoe, op. cit., p. 161 [117].
UN AMO TRABAJADOR lti-- 61
 es lógico que los primeros en quienes encamase el estilo de vida
inspirado en tal concepto fuesen precisamente los representantes
de la correspondiente concepción de la vida: los cuáqueros. Al
oropel y relumbrón del fasto caballeresco que, apoyado en insegura
base económica, prefiere la elegancia deslucida a la sobria sencillez,
se opone ahora el ideal de la pulcra y sólida comodidad [Bequem-
lichheít] del home burgués /bürgerlichen "home"]. 60
El home burgués -el hogar burgués inglés- como encarnación
del confort. En el transcurso del siglo XVIII, escribe Charles Morazé
en Les bourgeois conquerants, "Inglaterra puso de moda un nuevo
tipo de felicidad: la de estar en el hogar. Los ingleses la llaman
'confort', y así lo hará todo el mundo". 61 De más está decir que
no hay un "hogar de clase media" en la isla de Robinson, pero
cuando él resuelve hacer "las cosas necesarias que más echaba
en falta, especialmente una silla y una mesa, pues sin ellas no
podría gozar de las escasas comodidades que tenía en el mundo", 62
o cuando más tarde declara que su "morada [se volvió] infinita-
mente más confortable", 63 también identifica claramente el con-
fort con el horizonte doméstico: una silla una mesa una pipa
un cuaderno .. ., ¡una sombrilla! 64 ' ' '
'° Max Weber, The Protestant Ethtc.. ., op. cit., pp. 170 y 171 [271 y 272].
61
Charles Morazé, Les bourgeois conquerants, París, 1957, p. 13 [trad. esp.:
La Francia burguesa, Barcelona, Lumen, 1967]. En los tiempos victorianos, la
asociación entre el hogar y el confort se volvió tan evidente que Peter Gay
informa acerca del caso de "un cliente inglés" que le pidió a su arquitecto, con
toda seriedad, "ningún estilo en absoluto excepto por el estilo confortable"
(The Bourgeois Experience. Victoria to Freud, t. v: Pleasure Wars [1998], Nueva
York, 1999, p. 222 [trad. esp.: La experiencia burguesa, México, Fondo de
Cultura Económica, 1992]). Uno no puede sino pensar en el señor Wilcox,
de Howards End, cuando le muestra su casa a Margaret Schlegel: "No puedo
soportar a esa gente que menosprecia las comodidades ... , las comodidades
razonables, claro está". E.M. Forster, Howards End, Nueva York, 1988, pp. 117
y 118.
62
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 85.
"/bid., p. 222.
"Ibid.,p.145 [102].
62 ~ EL BURGUÉS
Confort. El origen de la palabra es un compuesto tardío del latín
-cum +forte- que aparece en inglés por primera vez en el siglo
XIII para indicar "fortalecimiento; estímulo [.. . ] ayuda, socorro"
(OED), y cuya esfera semántica permanece más o menos igual
durante aproximadamente cuatro siglos: "Sustento o refresco fí-
sico", "alivio'', "ayuda en la necesidad, el dolor, la enfermedad
[... ]la fatiga mental o la aflicción". Después, a fines del siglo XVII,
llega el viraje radical: el confort ya no es algo que nos devuelve
a un estado "normal" sacándonos de circunstancias adversas, sino
aquello que toma la normalidad como su punto de partida para
perseguir el bienestar como un fin en sí mismo, independientemente
de cualquier contratiempo: "Cosa que produce o suministra goce
o contento (usualmente en plural, distinguido de las necesidades
básicas, por un lado, y de los lujos, por el otro)". 65
Necesidades básicas por un lado y lujos por el otro. Atrapada
entre dos conceptos tan potentes, la idea estaba destinada a
volverse un campo de batalla.
Las comodidades de la vida son tan variadas y extensas -señala
el maravilloso "Comentario L" en La fábula de las abejas-, que
65 Tal como suele ocurrir con el cambio semántico, el sentido antiguo y el
nuevo coexisten durante un tiempo, incluso en el mismo texto: en Defoe, por
ejemplo, el sustantivo y el verbo [to confort: "reconfortar, aliviar"] aún denotan
el significado antiguo del término -como cuando el náufrago Robinson cuenta
de qué manera llegó "a tierra firme, donde, para mi gran alivio [confort], trepé
por los riscos" (Daniel Defoe, Robinson CnLSoe, op. cit., p. 65 [38])-, mientras
que el adjetivo y el adverbio se inclinan hacia el nuevo, como cuando Robinson
asegura que su morada se volvió "infinitamente más confortable" (p. 222) o
exclama con placidez "así vivía muy confortablemente", al recordar lo que ocu-
rrió una vez que había logrado por fin fabricar la sombrilla (p. 145). [Los equi-
valentes del verbo en espafiol que se corresponden con el sentido más antiguo
son los verbos "confortar" ("dar vigor, espíritu y fuerza; animar, alentar, consolar
al afligido") y "reconfortar" ("confortar de nuevo o con energfa y eficacia"). Por
otra parte, el sustantivo "conforte" (plural "confortes"), en desuso según el Dic-
cionario de la Real Academia Española, significa "confortación" y corresponde
t~mbién al sentido más antiguo al que se refiere Moretti. (N. de la T.)]
UN AMO TRABAJADOR .. 63
 nadie puede decir a qué se refieren las personas con ellas, excepto
que sepa qué clase de vida llevan. [. ..] Yo tiendo a creer que, en
ocasión de orar por su pan de cada día, el obispo incluye en esa
petición cosas en las que el sacristán no piensa. 66
En boca de un obispo, las "comodidades" probablemente sean
lujos disfrazados; así es como las entiende sin duda el héroe anó-
nimo al principio de El progreso del peregrino, quien recibe el nom-
bre de "Cristiano" en el acto de renunciar a ellas. 67 Pero el sombrio
Benjamin Franklin, por su parte, vacila: "Amigos y compatriotas",
proclama el Almanaque del pobre Richard de 1756,
ustedes gastan al menos Doscientas Libras por año, se dice, en Mer-
cancías europeas, de las Indias Orientales y de las Indias Occidentales:
suponiendo que una Mitad de ese Gasto se deba a Cosas absolutamente
necesarias, la otra Mitad puede considerarse Superfluidades, o bien,
en el mejor de los casos, Conveniencias [Conveniences], * cosas sin
las que, no obstante, ustedes pueden vivir durante un breve Año. 68
06
Bemard Mandeville, The Fableof the Bees [17141, Londres, 1980, pp. 136
y 137 [trad. esp.: La fábula de las abejas, trad. de José Ferrater Mora, Madrid,
Fondo de Cultura Económica, 1982].
67
"-Pero ... -dijo Obstinado- ¡y hemos de dejar nuestros amigos y todas
nuestras comodidades?
-Sí -dijo Cristiano (ya que era ese su nombre)-, porque todo lo que
deban abandonar es nada al lado de aquello que yo anhelo gozar". john Bun-
yan, The Pilgrim's Progress [1678], Nueva York y Londres, 2009, p. 13 [trad.
esp.: El progreso del peregrino, ed. de Javier Alcoriza y Antonio Lastra, Madrid,
Cátedra, 2003].
* La palabra conveniences se vincula a la idea de practicidad y se usa como
designación general de procedimientos, servicios o artefactos que facilitan las
tareas cotidianas o ayudan a ahorrar tiempo y esfuerzo. Si bien está relacionada
con el término "conveniencia" en español, su traducción no es literal por cues-
tiones idiomáticas, sino que varía según el contexto. Solo en instancias muy
específicas, o determinadas frases (como atyourown conveníence) se usa el calco
"conveniencia". Sin embargo, mantengo esta acepción dentro de todo aceptable
para no obstruir el análisis que el autor desarrolla a continuación. [N. de la T.]
68
Benjamin Franklin, Autobiography, Poor Richard, and Later Writíngs, Nueva
York, 1987,p. 545.
64 ... El BURGUES
Un breve año es el periodo durante el cual es posible pedir ra-
zonablemente que uno se abstenga de conveniencias. ¿Conve-
niencias? "Las palabras decencia y conveniencia" están tan llenas
de "oscuridad" -señala Mandeville, implacable- que son com-
pletamente inútiles. Y el OED le da la razón: "Convenience: La cua-
lidad de ser [... ] apropiado o estar bien adaptado a la realización
de alguna acción"; "arreglos o aparatos materiales que conducen
al confort personal, a la facilidad de acción". Si el término "con-
fort" era elusivo, este es aún peor. 69
Las guerras de palabras siempre son confusas. Así que releamos
aquel pasaje de Robinson Crusoe:
Me dediqué entonces a hacer las cosas necesarias que más echaba
en falta, especialmente una silla y una mesa, pues sin ellas no
podría disfrutar de las escasas comodidades que tenía en el mundo;
no me era posible escribir ni comer, ni hacer otras cosas con gusto
si no tenía la mesa. 70
De "necesarias" a "comodidades" y "gusto", de "echar en falta" a
"disfrutar" en 52 palabras: una modulación tan rápida que parece
confirmar el sarcasmo de Mandeville o la definición evasiva del
OED que reparte "las necesidades básicas, por un lado", y "los
lujos, por el otro". Pero si nos fijamos en las comodidades reales
de Robinson, la noción pierde su supuesta equidistancia: escri-
bir, comer y "hacer otras cosas" con una mesa son acciones que
se inclinan de manera clara hacia el lado de la necesidad ... y no
tienen absolutamente ninguna relación con el lujo. El lujo es
siempre algo fuera de lo común; el confort nunca lo es; de ahí
el profundo sentido común que imbuye los placeres del confort,
tan diferente del perverso deleite con que el lujo se empeña en
69
En realidad, hay una diferencia razonablemente clara entre la idea de
confort y la de conveniencia: el confort incluye algún tipo de placer, mientras
que la conveniencia no lo hace.
70
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. dt., p. 85 (el énfasis me pertenece).
UN AMO TRABAJADOR ... 65
 ofrecernos cosas "ornamentadas, grotescas, inconvenientes[ ... ]
hasta un grado máximo", tal como lo expresa ferozmente Veblen
en su Teoría de la clase ociosa; 71 menos cáustico pero igual de
mordaz, Braudel desestimó el lujo del Ancien Régime como "tanto
más falso" porque "no siempre iba acompañado de lo que lla-
maríamos confort. La calefacción era aún de mala calidad; la
ventilación, irrisoria". 72
El confort como algo que vuelve más agradables las necesidades
cotidianas. En este nuevo horizonte sale otra vez a la superficie
un aspecto del significado original del término. "Alivio", "ayuda",
"sustento" para salir de "la necesidad, el dolor, la enfermedad",
significaba antes la palabra. Siglos más tarde, la necesidad de
alivio ha retomado: sin embargo, esta vez no es alivio de la en-
fermedad sino ... del trabajo. Es llamativo hasta qué punto mu-
chas de las comodidades modernas responden a la necesidad
que suscita el trabajo de manera más directa: el descanso. (El
primer confort que desea Robinson -pobre hombre- es una
silla.)73 Es esta proximidad al trabajo lo que vuelve "permisible"
el confort para la ética protestante; bienestar, sí, pero uno que
no nos seduce hasta el punto de apartarnos de nuestros deberes,
porque es demasiado sobrio y modesto como para hacerlo. Ex-
cesivamente modesto, replican algunos historiadores recientes
del capitalismo; excesivamente sobrio como para que pueda
desempeñar un papel significativo en los vertiginosos cambios
71
Thorstein Veblen, Theory of the Leísure Class [1899], Harmondsworth,
1979, pp. 182 y 183 [trad. esp.: Teoria de la clase ociosa, México, Fondo de
Cultura Económica, 2004].
72
Femand Braudel, Capitalism and Mate1ial Lije 1400-1800 [1967], Nueva
York, 1973,p.235.
73
"Las comodidades o conveniencias", escribirá el cardenal Nevvman, son
cosas "como una silla holgada o un buen fuego en el hogar, que hacen lo suyo
en disipar el frío y la fatiga, aunque la naturaleza provea tanto los medios del
descanso como el calor animal sin necesidad de recurrir a aquellos". John
Henry Newman, The Idea of a University [1852), Londres, 1907, p. 209 [trad.
esp.: Acerca de la idea de Uníversidad, Buenos Aires, Del Umbral, 2009].
66 -111 El BURGUÉS
de la historia moderna. El confort indica aquellos deseos que
podrían "saciarse", escribe Jan de Vries, y por lo tanto encierran
limitaciones inherentes; para explicar el final abierto de la "re-
volución del consumo" y del posterior despegue económico,
debemos recurrir en cambio a los "volátiles 'ensueños' del de-
seo" ,74 o bien al "espíritu inconformista de la moda",75 que los
economistas de la generación de Defoe fueron los primeros en
notar. El siglo xvm, concluye Neil McKendrick en una formula-
ción que no deja espacio conceptual para el confort, es la era en
la que "el dictado de la necesidad" fue desbancado de una vez y
para siempre por el "dictado de la moda"-"
¿Entonces es la moda en lugar del confort7 Desde un punto de
vista es una alternativa sin fundamento, ya que ambos han
contribuido a moldear la cultura moderna del consumo. Sin
embargo, lo cierto es que lo han hecho de diferentes maneras
y con opuestas connotaciones de clase. Ya activa en la sociedad
cortesana, con un halo de altivez e indudable lujo que ha pre-
servado hasta hoy, la moda apela a la burguesía que quiere ir
más allá de sí misma para asemejarse a la vieja clase dirigente;
el confort, prosaico, mantiene los pies sobre la tierra; su estética,
si es que la tiene, es atenuada, funcional, adaptada a la cotidia-
neidad e incluso al trabajan De ahí que el confort sea menos
"Jan de Vries, The Industrious Revo!ution, op. cit., pp. 21y23 [35 y 37]. De
Vries adopta aquí la antítesis entre confort y placer -totalmente ahistórica-
que enuncia Tibor Scitovsky en The]oyless Economy, Oxford, 1976.
75 ]oyce Appleby, Economic Thought and Ideology in Seventee:nth Century En-
g!and [19781, Los Ángeles, 2004, pp. 186y191.
76 Neil McKendrick, "Introduction", en Neil McKendrick, John Brewer y].
H. Plumb, The Birth ofa Consumer Society. The Commercia1izationofEighteenth-Cen-
tury Eng!and, Bloomington (IN), 1982, p. l.
77 Posiblemente fuera esto lo que pensaba Schumpeter cuando observó que
"el estilo de vida capitalista podría describírse fácilmente -y quizá con la
mayor contundencia- haciendo referencia a la génesis del traje de calle mo-
derno" Qoseph A. Schumpeter, Capitalism, Socialísm and Democracy [1942],
Nueva York, 1975, p. 126 [trad. esp.: Capítalismo, socíalismo y demacrada,
Buenos Aires, Claridad, 1946]). Originado en la vestimenta para los paseos
UN AMO TRABAJADOR .,. 67
 visible que la moda pero infinitamente más capaz de penetrar
por los intersticios de la existencia, con un don para la disemi-
nación que comparte con aquellas otras mercancías típicas del
siglo xvrn -también situadas en algún punto entre las necesi-
dades y los lujos-, que son el café, el tabaco, el chocolate y
los licores. Genussmittel, como se dice en alemán: "medios de
placer" (y en ese "medios" se oye el inconfundible eco de la
razón instrumental). "Estimulantes", como también serán de-
nominados mediante otra llamativa opción semántica: pequeñas
descargas que puntúan el día y la semana con sus deleites,
desempeñando la eminente "función práctica" de "mantener
con mayor eficacia al individuo inserto en su sociedad, porque
le dan placer". 78
El logro de los Genussmittel, escribe Wolfgang Schivelbusch,
"suena a paradoja"; Arbeit-im-Genuss, dice su definición: trabajo,
mezclado con placer. Es la misma paradoja que encierra el con-
fort, y por la misma razón: durante los siglos XVII y XVIII cobraron
existencia de manera simultánea dos conjuntos de valores po-
tentes pero completamente contradictorios: el imperativo ascético
de la producción moderna y el deseo de goce por parte de un
grupo social ascendente. El confort y los Genussmittel lograron
forjar una solución de compromiso entre esas fuerzas opuestas.
campestres, el traje de calle se usaba como traje empresario y también como
signo de elegancia diaria; sin embargo, su conexión con el trabajo lo volvió
"inapropiado" para ocasiones más festivas o vinculadas a la moda.
78
Wolfgang Schivelbusch, Tastes of Paradise. A Social History of Spices, Sti-
mulants, and Intoxications [1980], Nueva York, 1992, p. xiv. Alrededor de 1700,
"el café, el azúcar y el tabaco dejaron de ser productos exóticos para convertirse
en sustancias medicinales", escriben Maxine Berg y Helen Clifford; y después
-segunda metamorfosis, idéntica a la del confort-, de "sustancias medici-
nales" pasan a ser placeres cotidianos. El trabajo, el tabaco y el confort se
conjugan a la perfección en un pasaje en el que Robinson declara: "jamás me
envanecí tanto con mi desempeño como cuando logré hacer una pipa [... ] me
sentí sumamente reconfortado con ello" (Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op.
cit., p. 153). Véase Maxine Bergy Helen Clifford (eds.), Consumers andLuxury.
Consumer Culture in Europe 1650-1850, Mánchester, 1999, p. 11.
68 ... El BURGUÉS
Una solución de compromiso, no una verdadera solución: el
contraste inicial era demasiado abrupto para ir más lejos. Ergo,
Mandeville estaba en lo cierto cuando señaló la ambigúedad del
"confort"; lo que no advirtió fue que la ambigúedad era precisa-
mente el quid del término. A veces eso es lo mejor que puede
hacer el lenguaje.
6. La prosa 1: "El ritmo de la continuidad"
Unas páginas atrás escribí que los complementos de finalidad,
en tanto anuncian las acciones de Robinson antes de que ocurran,
estructuran la relación entre el presente y el futuro -hago esto
con el fin de hacer aquello- a través de los lentes de la "razón
instrumental". Pero esto no se limita a los planes deliberados de
Robinson. Helo aquí, inmediatamente después del naufragio: el
momento más calamitoso e inesperado de toda su vida. Y sin
embargo, camina
unos doscientos metros tierra adentro a ver si había agua dulce
para beber, que encontré, para mi gran alegría; habiendo bebido
y masticado un poco de tabaco para engañar el apetito, regresé al
árbol y subí, empeñado en acomodarme de manera tal que pudiese
dormir sin caer a tierra. Y habiendo cortado una ramita para mi
defensa, ocupé el puesto elegido."
Va "a ver" si hay agua "para beber"; después mastica tabaco "para
engañar el apetito", se ubica "de manera tal" de no caer a tierra y
corta una ramita "para [su] defensa". Teleología a corto plazo por
todas partes, como si fuera una segunda naturaleza. Y entonces,
paralelamente a esta gramática de complementos de finalidad que
se inclina hacia adelante, hace su entrada una segunda opción
que se orienta en la dirección temporal opuesta: una forma verbal
extremadamente rara -el gerundio pretérito: "habiendo bebido
79 Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 66.
UN AMO TRABAJADOR ll>- 69
 y masticado [ .. ] habiendo cortado"-,* que en Robinson Crusoe
supera en frecuencia y significación a cualquier otro texto. 80
Vayan algunos ejemplos de la novela:
Habiendo colocado el mástil y la vela, y probado la embarcación,
descubrí que esta navegaba muy bien ..
Habiendo asegurado mi embarcación, tomé mi escopeta y me en-
caminé a la orilla ..
.. .habiendo amainado el viento durante la noche, el mar estaba
calmo y me aventuré ..
Habiendo llevado a tierra y guardado todas mis cosas, regresé al bote. . 81
Aquí resulta particularmente significativo el "aspecto" gramatical
-tal como se lo denomina- del gerundio compuesto: el hecho
* En español suele usarse el pretérito anterior en estos casos ("una vez que
hube bebido ... "), que también está cayendo en desuso, tal como explica el
autor que ocurre en inglés con el past gerund [gerundio pretérito]. En lastra-
ducciones consultadas de Robinson Cru.soe, se alterna entre el gerundio pretértto,
el pretérito anterior y diversas paráfrasis para volcar en español las innumerables
instancias de este tiempo verbal en la novela. Los verbos citados aquí en inglés
son "having drank", "having put'', "having cut". Como ya se ha señalado en la
nota sobre la traducción, en la mayoría de los casos fue necesario hacer una
traducción más literal que la de las versiones ya editadas, para seguir el análisis
de Moretti. [N. de la T.]
80
En las 3. 500 novelas del Literary Lab, el past gerund ocurre 5 veces cada
10.000 palabras entre 1800 y 1840, cae a 3 cada 10.000 hacia 1860 y perma-
nece en ese nivel hasta el final del siglo. La frecuencia hallada en Robinson
Crusoe (9,3 cada 10.000 palabras) es, en consecuencia, dos o tres veces más
alta, y posiblemente mayor si se tiene en cuenta que Defoe suele usar un solo
auxiliar para dos verbos "habiendo bebido ... y masticado", "habiendo supe-
rado ... y empleado", etc.). Dicho esto, cabe aclarar que, dado que el corpus
del Literary Lab se limita al siglo XIX, su valor para evaluar una novela publicada
en 1719 es por cierto inconcluyente.
81
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., pp. 14 7, 148 y 198 (el énfasis me
pertenece).
70 -41 EL BURGUÉS
de que, desde la perspectiva del hablante, las acciones de Ro-
binson aparecen totalmente completas; "perfectas", como lo enun-
cia el término técnico. La embarcación está asegurada, de una
vez por todas; sus cosas fueron llevadas a tierra y permanecerán
allí. El pasado se ha demarcado; el tiempo ya no es un "fluido";
ha sido pautado y, en esa medida, dominado; sin embargo, la
misma acción que es gramaticalmente perfecta queda narrativa-
mente abierta: en la mayoría de los casos, las oraciones de Defoe
parten del final exitoso de una acción (habiendo asegurado mi
embarcación ... ) para convertirlo en premisa de otra acción: des-
cubrí que esta navegaba muy bien ... , tomé mi escopeta ... , me
aventuré. Y después, como si no pudiera con su genio, esta se-
gunda acción se convíerte en premisa de una tercera:
Habiéndolo alimentado, lo até como antes para llevármelo ..
... y habiendo estibado con gran seguridad mi embarcación, me
encaminé hacia la costa para explorar a mi alrededor ..
Habiendo superado esta dificultad, y empleado muchísimo tiempo
en ello, me esforcé por ver qué podía hacer para proveerme de dos
cosas que echaba en falta. 82
Gerundio pretérito; pretérito perfecto simple; infinitivo: mara-
víllosa secuencia de tres partes. La Zweckrationalitiit ha aprendido
a trascender los objetivos que están al alcance de la mano para
trazar un arco temporal más prolongado. La oración príncipal,
en el centro, se destaca por sus verbos de acción (me esforcé
me encaminé ... , lo até ... ) , que son los únicos conjugados. A su
izquierda, y en el pasado, está el gerundio: mitad verbo, mitad
sustantivo,* confiere a las acciones de Robinson un excedente
82 Ibid., pp. 124, 151y120 (el énfasis me pertenece).
* En inglés, el gerundio también tiene función nominal; en español, en
cambio, el gerundio cumple funciones adverbiales, mientras que es el infinitivo
el que puede sustantivarse. [N. de la T.]
UN AMO TRABAJADOR .,.. 71
 de objetividad al colocarlas fuera de su persona; uno se siente
tentado de decir que es el trabajo objetivado. Por último, a la
derecha de la oración principal, en un futuro no especificado
(aunque nunca demasiado distante) se ubica el complemento
de finalidad, cuyo infinitivo -a menudo duplicado como si se
intentara incrementar su capacidad de apertura- encarna la
potencialidad narrativa de lo que está por venir.
Pasado-presente-futuro: "el ritmo de la continuidad", tal como
Northrop Frye titula las páginas sobre prosa en Anatomía de la
critica. Donde -curiosamente- se dice muy poco sobre la con-
tinuidad y mucho sobre las desviaciones con respecto a ella: desde
el equilibrio "casi métrico" "de las cláusulas" en la "prosa cice-
roniana" hasta la "prosa en extremo amanerada" que "constan-
temente está simplificando y reduciendo en exceso a la simetría
su material", las "oraciones largas en las últimas novelas de Henry
James" (de las que no emerge "un proceso lineal de pensamiento
sino una comprensión simultánea"), o bien, por último, la "in-
fluencia clásica" que produce "una neutralización del movimiento
83
linear". Es curioso este constante deslizamiento desde la con-
tinuidad linear hacia la simetría y la simultaneidad. Y Frye no
es el único que lo señala. Lukács, en su Teona de la novela:
Solo la prosa puede entonces abarcar el sufrimiento y el laurel, la
lucha y la coronación, [el camino y la consagración], con igual
fuerza; solo su libre plasticidad y su rigor sin ritmos pueden con
igual fuerza abrazar las cadenas y la libertad, la pesadez dada y la
liviandad adquirida, de un mundo que ahora irradia inmanente-
mente el sentido descubierto. 84
83
Northrop Frye,Anatomy of Criticism. Four Essays, Princeton, 1957, pp. 264-
268 [trad. esp.: Anatomía de la critica, Caracas, Monte Ávila, 1991. pp. 349-354].
"Georg Lukács, Iheory of the Novel [1914-1915], Cambridge (MA), 1974,
pp. 58 y 59 [trad. esp.: Teoria de la novela, trad. de Micaela Ortelli Buenos
Aires, Godot, 2010]. Por alguna razón, en la excelente traducción al ingles de
Anna Bostock falta la frase "the path and the consecration [el camino y la
consagración]".
72 "lfl EL BURGUÉS
El concepto es complejo, pero claro: puesto que, para Lukács, "toda
forma es resolución de una disonancia fundamental de la existencia", 85
y puesto que la disonancia específica del mundo de la novela es su
carácter "infinitamente vasto y[ ... ] rico" tanto en bondades como
en peligros, 86 la novela necesita un medio que sea a la vez "sin rit-
mos" (de modo tal que se ajuste a la heterogeneidad del mundo) y
tan "riguroso" como para dotar a esa heterogeneidad de alguna
forma. Y ese medio, para Lukács, es la prosa. El concepto es claro.
Pero cabe preguntarse si aquí el concepto es el punto principal.
Teoria de la novela se subtitula Un ensayo, y para el joven Lukács
el ensayo era la forma que aún no había perdido su "unidad indi-
ferenciada con la ciencia, la moral y el arte". 87 Y el arte. Así que
voy a permitirme citar el pasaje por segunda vez:
Solo la prosa puede entonces abarcar
el sufrimiento y el laurel,
la lucha y la coronación,
el camino y la consagración
con igual fuerza;
solo su libre plasticidad y su rigor sin ritmos
pueden con igual fuerza abrazar
las cadenas y la libertad,
la pesadez dada y la liviandad adquirida
de un mundo que ahora irradia
inmanentemente
el sentido descubierto.
Las palabras son las mismas. Pero ahora ha salido a la luz su sime-
tría: una antítesis equilibrada tras otra (sufrimiento y laurel, ca-
" /bid., p. 62 [56].
86 /bid., p. 34 [25].
87
Georg Lukács, "On the Nature and Fonn of the Essay", en Soul and Forms
[1911], Cambridge (MA), 1974, p. 13 [trad. esp.: "Sobre la esencia y forma del
ensayo (Carta a Leo Popper)'', en El alma y lasfonnas, trad. de Manuel Sec,
Barcelona, Grijalbo, 1975, p. 32].
UN AMO TRABAJADOR .... 73
 <lenas y libertad, pesadez dada y liviandad adquirida ... ), selladas
por dos verbos sinónimos ("abarcar", "abrazar") que se comple-
mentan con idénticas expresiones adverbiales (abarcar con igual
fuerza, con igual fuerza abrazar). La semántica y la gramática
están aquí completamente en desacuerdo: una plantea la desar-
monía de la prosa como algo históricamente ineluctable; la otra
la encierra en una simetria neoclásica. La prosa se inmortaliza
en un estilo antiprosaico. 88
Más adelante veremos que esta página no es la última palabra de
Lukács sobre la prosa, pero no cabe duda de que arroja luz, por
contraste, sobre el estilo de Robinson Crusoe. La sucesión de gerun-
dio pretérito, pretérito perfecto simple y frases infinitivas encama
una idea de temporalidad -anisótropa: diferente según la di-
rección que uno tome- que excluye la simetría, y por ende la
estabilidad Qunto con el tipo de belleza) que de ella emana.
Recorriendo la página de izquierda a derecha -desde un pasado
ya completo hasta un presente que se estabiliza frente a nuestros
ojos y un futuro en cierto modo indefinido que lo trasciende-,
esta prosa no solo es el ritmo de la continuidad sino también el
de la irreversibilidad. El tempo de la Modernidad es un "frenesí de
desaparición", escribió Hegel en la Fenomenología; "todo lo está-
tico y permanente se evapora", se hizo eco el Manifiesto Comu-
nista. El ritmo de Defoe no es tan febril como aquellos; es me-
surado, constante, pero igual de resuelto en un movimiento
88
La simetría desempeña un papel considerable en el pensamiento estético
de Georg Simmel, quien ejerció una profunda influencia sobre el joven Lukács.
"El fundamento de todo tratamiento estético ha de hallarse en la simetría"
escribe Simmel en "Soziologische Aesthetik": "Para dotar de idea, sentido ;
armonía a las cosas, es preciso en primer lugar configurarlas con simetría,
equilibrando mutuamente las partes del todo, ordenándolas proporcionada-
mente en torno a un punto central". Véase Georg Simmel, "Soziologische
Aesthetik", en Die Zuhunft, 1896; cito de la traducción italiana: Arte e civilita,
Milán, 1976, p. 45. [La traducción al español fue hecha a partir del original
en alemán, disponible en línea: <http://socio.ch/sirnlverschiedenes/1896/
aesthetik.htm> (N. de la T.).]
74 -411 EL BURGUÉS
hacia adelante que jamás retrocede. La acumulación capitalista
demanda una actividad "siempre renovada", escribe Weber en
La ética protestante, 89 y las oraciones de Defoe -en las que el
éxito de la primera acción es el trampolín para lanzarse hacia
más acciones y después ir más allá- encaman precisamente este
"método" que nunca cesa de "renovar" los logros pasados en
nuevos comienzos. Es la gramática de la prosa como pro-vorsa,
orientada hacia adelante; 90 la gramática del crecimiento: "Ha-
biendo superado esta dificultad, y empleado muchísimo tiempo
en ello, me esforcé por ver qué podía hacer para proveerme de
dos cosas que echaba en falta ... ". 91 Se ha superado una dificultad,
de modo que ahora es posible poner manos a la obra para satis-
facer dos nuevas necesidades. Progreso: "La continua autojusti-
ficación del presente por medio del futuro que este se da a sí
mismo, ante el pasado con el que se compara". 92
El estilo de lo útil. De la prosa. Del espíritu capitalista. Del pro-
greso moderno. Pero cabe preguntarse si se trata realmente de
un estilo. Desde el punto de vista formal, lo es: tiene su concate-
nación gramatical particular y su difusa temática de la acción
instrumental. ¿Pero lo es desde el punto de vista estético? He ahí
el problema central para una estilística de la prosa: la esmerada
determinación de esta forma que la impele a avanzar constante-
mente, un paso a la vez, es -en fin- prosaica. Por ahora me
permito dejar la cuestión en este punto: el estilo de la prosa como
algo que se vincula menos a la belleza que ... al habitus.
89 Max Weber, The Protestant Ethic. .. , op. cit., p. 21.
90 La idea de la prosa como un udiscurso orientado hacia adelante [provorsa)"
que "no sabe de regresos regulares" encontró su formulación clásica en Hein-
rich Lausberg, Elemente der literarischen Rhetorih, Múnich, 1967, §249 [trad.
esp.: Elementos de retórica líteraria, trad. de Mariano Marín Casero, Madrid,
Gredos, 1993].
91 Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 21.
02 Hans Blumenberg, The Legitimacy of the ModemAge [1966-1976], Cam-
bridge ("MA), 1983, p. 32 (el énfasis me pertenece) [trad. esp.: La legitimación
de la era moderna, trad. de Pedro Madrigal, Barcelona, Paidós, 2000].
UN AMO TRABAJADOR .... 75
 Dísposiciones durables, transponibles, estructuras estructuradas
predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es de-
cir, como principios de la generación y la estructuración de prác-
ticas y representaciones que pueden ser objetivamente "reguladas"
y "regulares" sin ser en modo alguno producto de la obediencia a
reglas, objetivamente adaptadas a sus metas sin presuponer un
apuntamiento consciente a fines o un dominio expreso de las ope-
raciones necesarias para alcanzarlos. 93
Las oraciones tripartitas de Defoe ejemplifican a la perfección el
argumento de Bourdieu: "estructuras estructuradas" que han
cobrado existencia sin plan alguno, mediante la lenta acumula-
ción de elementos distintos pero compatibles; y que, una vez
que han alcanzado su forma completa, "regulan" -sin "apuntar
conscientemente" a hacerlo- la "práctica y representación" de
la temporalidad para el lector. Y aquí el término "regulan" posee
un significado profundamente productivo: no apuntan a reprimir
como irregulares otras formas de la representación temporal, sino
a suministrar una plantilla que es gramaticalmente ajustada pero
a la vez está dotada de suficiente flexibilidad para adaptarse a
diferentes situaciones. 94 A diferencia del verso, que ha "regulado"
03
Pierre Bourdieu, Outline of a Theory of Practice [1972], Cambridge, 2012,
p. 72.
94
Además de la duplicación de una o más de las tres cláusulas que componen
la oración, Robinson Crusoe ofrece otras variaciones de la secuencia básica como la
posposición de la cláusula principal: "Después de haber trabajado ard~amente
para encontrar la arcilla -cavar para extraerla, templarla, llevarla a casa y tra-
bajarla- no logré hacer más que dos cosas de barro (no podrta llamarlas 'vasi-
jas'), grandes y feas, en unos dos meses de labor" (p. 132); o la inserción de una
cláusula adicional en el medio: "Habiendo llevado mi segunda carga a tierra
-aunque deseaba abrir los barriles de pólvora para distribuir el contenido en
paquetes, pues eran excesivamente pesados debido a su gran tamaño-, puse
manos a la obra para confeccionar una tienda con las velas" (p. 73); o el agregado
de otras complicaciones sintácticas: "Habiendo encallado así el barco en la arena
hincándose a demasiada velocidad como para permitimos abrigar alguna espe~
ranza de salvarlo, nuestra situación era horrenda y no nos dejaba otra alternativa
que tratar de salvar nuestra vida de la mejor manera posible" (p. 63).
76 -"'1 EL BURGUÉS
las prácticas educativas a lo largo de milenios mediante un meca-
nismo de memorización que exigía la repetición exacta de las es-
tructuras dadas, la prosa solicita una re-producción subjetiva de
estructuras que deberían ser similares, sí, pero enfáticamente no
las mismas que las originales. Lukács halló la metáfora perfecta
para esto en su Teoria de la novela: la productividad del espíritu.
7. La prosa n: "Hemos inventado la productividad
del espíritu"
Ansioso por saber más sobre su "pequeño reino", Robinson de-
cide circunnavegar la isla. Primero lo detienen unas rocas; luego
el viento se interpone en su camino. Espera tres días y después
se aventura hacia el mar otra vez, pero todo sale desastrosamente
mal-"agua muy profunda [ ... ]una corriente[ ... ] cualquier
cosa que yo hiciera con mis remos era insignificante"- hasta
que se siente seguro de que va a morir. "Entonces vi --<:oncluye-
cuán fácil es para la providencia de Dios empeorar hasta la con-
dición más desdichada del ser humano". 95
La providencia de Dios: el registro alegórico de la novela. Pero
una comparación con el inevitable precedente que ofrece El pro-
greso del peregrino revela cuántas cosas han cambiado en apenas
una generación. En Bunyan, el potencial alegórico del texto se
activaba de forma explícita y sistemática mediante las notas mar-
ginales, o marginalia, que transformaban la historia del viaje de
Cristiano en un segundo texto donde yacía el verdadero significado
del libro. Cuando Flexible se queja de la lentitud con que avanza
el viaje, por ejemplo, el addendum de Bunyan -"No basta con
ser Flexible"- convierte el episodio en una lección ética que es
posible abstraer del flujo narrativo y preservar eternamente en
su tiempo verbal presente. El relato tiene un significado porque
tiene dos, y el que realmente importa es el segundo: así es como
95 Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., p. 148.
UN AMO TRABAJADOR ...,_ 77
 funciona la alegoría. Pero Robinson Crusoe es diferente. Una de
las palabras más humildes del idioma inglés -"cosas" [things]-
dejará en claro a qué me refiero. "Cosas" es el tercer sustantivo
más frecuente en Bunyan (después de "camino" [way] y "hombre"
[man]) y el décimo en Defoe (después de "tiempo" [time} y un
grupo de términos relativos a la isla y el mar); a primera vista,
esto parece señalar la proximidad entre ambos libros, así como
su distancia de los demás-" Pero si uno se fija en las concordan-
cias del término, el panorama cambia. He aquí Bunyan:
No despreciamos todas las cosas en las parábolas.
Él es quien hace que las cosas bajas/ Suban a lo divino en raudo vuelo.
Saber y explicar las cosas profundas a los pecadores.
Lo mejor no es afanarse por las cosas presentes, sino poner la
esperanza en las cosas venideras.
Las cosas que se ven son temporales, mas las cosas que no se ven
son eternas.
Porque ninguna cosa es tan digna de ocupar nuestra lengua y
nuestros labios como las cosas del Dios de los cielos.
Quiero solamente poner las cosas claras.
Cosas profundas, cosas ocultas y que son misteriosas.
¿A qué vender sus cosas [ .. ] para llenar su corazón de cosas vanas?97
96
En The Pilgrim's Progress, things aparece 25 veces cada 10.000 palabras;
en Robinson Crusoe, 12 veces; a fines del siglo xvm y principios del x1x, la fre-
cuencia promedio en el corpus de Google Books es aproximadamente diez
veces más baja (entre 1,5 y 2,5 cada 10.000 palabras); en el corpus de Literary
Lab, aumenta lentamente desde dos apariciones alrededor de 1780 hasta poco
más de cinco en la década de 1890.
97
John Bunyan, The Pilgrim's Progress, op, cit., pp. 7, 9, 26, 28, 60, 65, 95
y 100 [xi, XÜÍ, 21, 24, 69, 76 y 125].
78 <4f EL BURGUÉS
En estos ejemplos, la palabra "cosas" tiene tres significados dis-
tintos, aunque parcialmente superpuestos. El primero es com-
pletamente genérico: "cosas" se usa para indicar insignificancia:
"Entonces le contaron Cristiano y Fiel todas las cosas que les
habían ocurrido en el camino"; 98 "quiero solamente poner las
cosas claras". La palabra evoca el "mundo" (otro sustantivo muy
frecuente en El progreso del peregrino) y lo desecha como inesen-
cial. Después, otro grupo de expresiones -"cosas bajas", "cosas
vanas"- agrega una segunda capa semántica, expresando des-
precio ético por estas cosas insignificantes del mundo. Y final-
mente, después de la insignificancia y la inmoralidad, llega la
tercera encarnación; las cosas se vuelven signos: "cosas en las
parábolas", o "explicar las cosas profundas a los pecadores" o
esas "cosas notables y buenas" que el Intérprete -nombre per-
fecto- explicará a Cristiano durante una pausa en el viaje.
Cosas que se vuelven signos; y que pueden hacerlo fácilmente
porque en el fondo nunca han sido realmente cosas. A la manera
típicamente alegórica, Bunyan invoca el mundo (las "cosas" en
su sentido más general) solo para denunciar su superficialidad
(el segundo significado) y trascenderlo por completo (tercer
significado). Es una progresión perfectamente lógica -"desde
este mundo al que ha de venir", como lo expresa el título com-
pleto de El progreso del peregrino-, donde el plano literal es al
alegórico como el cuerpo al alma; existe solo para consumirse,
al igual que "nuestra Ciudad", que, tal como lo explica Cristiano
de inmediato, "sé ciertamente que[ ... ] va a ser abrasada por el
fuego del Cielo". 99 Consumidas, abrasadas, purificadas: he ahí
el destino de las cosas en El progreso del peregrino. Y ahora, Ro-
binson Crusoe:
Pues me interesaban mucho más otras cosas, como, en primer
lugar, herramientas.
"!bid., p. 68.
99
!bid., p. 11 [!].
UN AMO TRABAJADOR .... 79
 Parte del cordaje y las velas, y todas las otras cosas que pudiera
llevarme a tierra.
Junto con varias cosas del artillero, en particular dos o tres barras
de hierro.
No había cosas tales como ramitas flexibles.
La extraña multitud de pequeñas cosas necesarias para proveer,
producir, curar, aderezar, elaborar y terminar este artículo singu-
lar que es el pan.
No logré hacer más que dos cosas de barro (no podría llamarlas
"vasijas"), grandes y feas, en unos dos meses de labor. 100
Aquí las cosas no son signos, y por cierto ni "vanas" ni "bajas";
son las cosas que Robinson "echa en falta", en el doble sentido
de necesidad y deseo; a fin de cuentas, uno de los mejores epi-
sodios del libro consiste en salvar el cargamento del barco para
evitar que estas cosas se hundan en el fondo del mar y se pierdan
para siempre. El significado del término sigue siendo inevitable-
mente genérico, pero en este caso su indeterminación no alienta
una huida del mundo sino un proceso de especificación: las
cosas no adquieren su significado ascendiendo "verticalmente"
hacia el plano de la eternidad sino fluyendo "horizontalmente"
hacia otra cláusula en la que se vuelven concretas ("pequeñas",
"de barro", "feas") o se convierten en "herramientas", "barras de
hierro", "vasijas", "ramitas flexibles". Se obstinan en permanecer
materiales, rehusando volverse signos; tal como el mundo mo-
derno descripto en La legitimación de la era moderna, que ya no
es "responsable por la salvación del hombre", como lo era el de
Bunyan, sino que "compite contra esa salvación con su propia
oferta de estabilidad y fiabilidad". 101 Estabilidad y fiabilidad: he
'°ºDaniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cit., pp. 69, 72, 73, 90, 130 y 132.
101
Hans Blumenberg, The Legi.timacy of Modem Age, op. cit., p. 4 7 (el énfa-
sis me pertenece).
80 ...,. El BURGUÉS
ahí el "significado" de las cosas en Defoe. Es el "auge de la lite-
ralidad" que Peter Burke fechó alrededor de mediados del siglo
xvn, 1º2 o el paralelo deslizamiento que se registra en la pintura
costumbrista holandesa "después de 1600 aproximadamente",
desde la centralidad "de los mecanismos alegóricos" hacia "los
asuntos de la vida cotidiana" .103 "Lo que se impone en el mundo
es una cierta practicidad", escribirá un victoriano exento de sen-
timentalismo: "Un viraje mental prosaico [... ],una literalidad,
una tendencia a decir que 'los hechos son como son, cualesquiera
sean 1as creencias· o fantas1as
· que se tengan sob re ells"'
o .104
Los hechos son como son. Hegel sobre la prosa: "En general po-
demos por tanto plantear como ley para la representación prosaica
por una parte la exactitud, por otra la inequívoca determinidad y
clara inteligibilidad, mientras que lo metafórico y figurativo es
siempre relativamente equívoco e inexacto". 105 Entonces, volvamos
al pasaje mencionado al principio de esta sección y leámoslo entero:
El tercer día, por la mañana, habiendo amainado el viento, el mar
estaba calmo y me aventuré a salir: pero soy una advertencia para
todos los pilotos irreflexivos e ignorantes, pues no bien había lle-
gado al cabo sin siquiera haberme alejado un largo de mi bote desde
la costa, me encontré en agua muy profunda y en medio de una
corriente que era como la esclusa de un molino; mi bote fue arras-
trado con una violencia tal que, con todos mis esfuerzos, apenas
me era posible mantenerlo sobre el margen de la corriente; pero
1º2 Peter Burke, Varieties of Cultural History, Cornell, 1997, p. 180 [trad. esp.:
Formas de historia cultural, trad. de de Belén Urrutia, Madrid, Alianza Cultural,
2000, p. 228]. Véase también su anterior artículo, "The Rise of Literal Minded-
ness", en Common Knowledge, núm. 2, 1993.
103 Simon Schama, The Embarrassment ofRiches, California, 1988, pp. 452
y453.
'"Walter Bagehot, The English Constitution [1867], Oxford, 2001, pp. 173-
175 [trad. esp.: La Constitucíón inglesa, México, Universidad Nacional Autónoma
de México, 2005].
"' Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Aesthetics, op. cit., p. 1005 [725].
UN AMO TRABAJADOR ... 81
 entonces ine encontré con que esta me alejaba rápidamente y cada
¿Qué significa el epíteto épico7, pregunta Emil Staiger en Con-
vez más del torbellino, que se hallaba a mi izquierda. No corría
ceptos fundamentales de poética. O bien, más precisamente, ¿qué
viento que pudiera ayudarme y cualquier cosa que yo hiciera con
significa el hecho de que se repita con tanta frecuencia 7 ¿Significa
mis remos era insignificante: ya comenzaba a darme por perdido,
que el mar siempre tiene el color del vino y que Odiseo sufre
pues como había corrientes a ambos lados de la isla, me figuré que
giros y reveses todos los días de su vida? No, este "retorno de lo
debían reunirse a varias leguas de distancia, y entonces estaría irre-
familiar" sugiere algo más general y mucho más importante: que
cuperablemente perdido; tampoco vi posibilidad alguna de evitarlo,
los objetos han adquirido "una existencia firme, estable", y que,
de modo que no vislumbré frente a nú otra perspectiva que la muene,
en consecuencia, "la vida ya no fluye sin detenerse". 107 Lo que
no a causa del mar, que estaba en calma, sino de la inanición. En
importa no es tanto la individualidad del epíteto dado, sino más
verdad, antes de partir había encontrado una tortuga en la costa,
bien la solidez que su retomo confiere al mundo épico. Yla misma
casi tan grande como las que yo podía levantar, y la había cargado
lógica se aplica a los detalles de la prosa empeñada en lo literal:
a bordo; y tenía también una gran vasija de agua dulce, es decir,
su significación no estriba tanto en su contenido específico como
uno de mis potes de barro; mas ¿de qué me serviría todo esto si mi
en la inaudita precisión que aquellos insuflan en el mundo. La
bote era arrastrado hacia el vasto océano .. ?106
descripción detallada ya no se reserva para los objetos excepcio-
nales, como en la prolongada tradición de la écfrasis; pasa a ser
El día, la mañana, el viento que amaina y por lo tanto permite
la manera normal de mirar las "cosas" de este mundo. Normal,
que se calme el mar. Una "advertencia" a medias alegórica para
y valiosa en sí misma. En realidad es lo mismo si Robinson tiene
los pilotos y enseguida retoma la "exactitud": el cabo, el bote, la
una vasija o un pote de barro; lo que importa es el establecimiento
costa, el agua muy profunda, la corriente, toda una seguidilla
de una disposición mental que confiera importancia a los deta-
que termina en el miedo a la muerte (con la inmediata especifi-
lles, aun cuando estos no sean relevantes en lo inmediato. La preci-
cación: no a causa del mar, sino de la inanición). Después, más
sión por la precisión misma.
detalles: es cierto que morirá de hambre, pero en verdad tiene
una tortuga a bordo; de hecho, una grande, "tan grande como
Esta indeclinable atención a lo que está es a la vez la manera más
las que yo podía levantar" (no: casi tan grande); y también tiene
"natural" y la más "in-natural" de observar el mundo: natural, por-
una vasija de agua: una gran vasija de agua dulce; aunque no es
que parece no requerir imaginación sino apenas esa "sencillez" que
realmente una vasija sino apenas "uno de mis potes de barro". para Defoe encierra, "tanto en el estilo como en el método, alguna
Inconfundible determinidad. ¿Pero para qué? La alegoría siem-
analogía apropiada con el tema, el de la honestidad"rns Pero tam-
pre tenía un significado claro, un "propósito". ¿Y estos detalles?
bién innatural: porque una página como la que hemos leído tiene
Hay demasiados y son demasiado insistentes para ser los meros
tantos focos de precisión "local" que su sentido total pronto se
"efectos de realidad" -"objetos insignificantes, palabras redun-
vuelve brumoso. La precisión tiene un costo. "Muy a menudo[ ... ]
dantes"- que Barthes detectará en el estilo realista; aun así, ¿qué
se supone que debemos hacer con el hecho de que Robinson
salió por la mañana o de que la tortuga tenía el tamaño que tenía? 107 Emil Staiger, Basíc Concepts aj Poetics [1946], University Park (rA), 1991,
Los hechos son como son. Concedido. Y significan ... ¿qué? pp. 102 y 103 [trad. esp.: Conceptos fandamenta!es de poética, Madlid, Ríalp, 1966].
º Daniel Defoe, "An Essay u pon Honesty~, en Serious Reflections during the
1 8

106
Daniel Defoe, Robinson Crusoe, op. cít., p. 148.
Lije and Surprisíng Adventures of Robinson Crusoe. With his Vision of the Angelic
World, ed. de George A. Aitken, Londres, 1895, p. 23.
82 .... EL BURGUÉS
UN AMO TRABAJADOR tri-- 83
 he comunicado cosas, para volverlas más claras, en tal multitud
de palabras que ahora hasta a mí me parece que en diversos luga-
res he sido culpable de verbosidad'', escribe el gran teórico de lo
"práctico", Robert Boyle, sobre su manera de describir los experi-
mentos; pero -agrega- "preferi dejar de lado los preceptos de
los retóricos antes que la mención de esas cosas, que creí perti-
nentes para mi tema y útiles para usted, mi lector" .109 Una verbo-
sidad útil: esta podría ser la fórmula para Robinson Crusoe.
La precisión tiene un costo. Blumenberg y Lukács lo expresan
con la misma palabra: totalidad.
La fortaleza del sistema de la edad moderna estribaba en su orien-
tación hacia las confirmaciones y los éxitos "mundanales" -con-
tinuos, casi diarios- de su "método" [... ] su debilidad, en su
incertidumbre acerca de qué "totalidad" podría dar a luz alguna
vez este éxito infatigable. 11 º
Nuestro mundo se ha vuelto infinitamente vasto, y cada rincón es
más rico en bondades y peligros que el mundo griego; pero tal
abundancia anula el sentido positivo -la totalidad- en que se
basaba la vida en Grecia. 111
109
Roben Boyle, "A Proemial Essay, wherein, with sorne Considerations
touching Experimental Essays in general, Is interwoven such an Introduction
to all those written by the Author, as is necessary to be perused far the better
understanding of them", en The Worhs aj the Honourable Robert Boyle, vol. 1,
2~ ed., ed. de Thomas Birch, Londres, 1772, pp. 315 y 305. En "The Function
of Measurement in Modern Physical Science" (1961), Thomas Kuhn escribe
sobre la nueva filosofía experimental y su insistencia en "que todos los experi-
mentos y las observaciones se informen en detalle completo y naturalista",
señalando que las "personas como Boyle [... ] comenzaron a registrar por primera
vez sus datos cuantitativos, se ajustaran o no peefectan1ente a la ley": véase Tho-
mas S. Kuhn, The Essential Tension. Selected Studies in Scientífic Tradition and
Change, Chicago (1c), 1977, pp. 222 y 223 [trad. esp.: La tensión esencial, México,
Fondo de Cultura Económica, 1993].
11
111
º Hans Blumenberg, Legitimacy of the Modern Age, op. cit., p. 473.
Georg Lukács, Theory of the Novel, op. cit., p. 34 [25].
84 "'11 El BURGUÉS
La abundancia anula la totalidad ... El quid de esta página de
Robinson Crusoe ha de ser el repentino terror que siente el per-
sonaje: nunca ha estado tan cerca de la muerte desde. el día del
naufragio. Pero los elementos del mundo son tan vanados y su
mención exacta es tan demandante que el significado general
del episodio se desvía y debilita constantemente: tan pronto
como nuestras expectativas se han asentado sobre algo, emerge
algo más, en un exceso centrífugo de materiales -los rincones
que abundan en bondades y peligros- que frustra toda smtes1s.
Otra vez Lukács:
Hemos inventado la productividad del espíritu; es por eso que las
imágenes primigenias han perdido irrevocablemente su capacidad
de servimos como evidencia objetiva, y nuestro pensamiento sigue
el camino interminable de una aproximación que nunca se alcanza
plenamente. Hemos inventado la creación de las formas: es por
eso que todo lo que caiga de nuestras manos agobiadas y deses-
112
peradas ha de ser siempre incompleto.
Aproximación ... que nunca se alcanza .. ., manos agobiadas y
desesperadas .. ., incompleto. El mundo de la Produhtmtat des
Geistes es también aquel "abandonado por Dios" que aparece en
otra página de la Teoria de la novela. 113 Y uno se pregunta: ¿cuál
es la nota dominante aquí7 ¿El orgullo por lo que se ha alcanzado
0 la melancolía por lo que se ha perdido? ¿Qué debería hacer la
cultura moderna: celebrar su "productividad" o lamentar su
"aproximación"7 114 Es la misma pregunta que suscita el "desen-
cantamiento" de Weber (y cabe señalar que Lukacs y Weber
mantenían un vínculo muy cercano en los años de la Teoria de
rn !bid., pp. 33 y 34.
m !bid., p. SS [S4].
114 A fin de evitar malentendidos: en Teoria de la novela, la palabra "produc-
tividad" no tiene el sentido cuantitativo y orientado hacia las ganancias que es
común hoy en día; indica la capacidad de producir nuevas forro~~ en l~~ar d:
limitarse a re-producir "imágenes primigenias". Hoy, entonces, creatiVldad
sería probablemente una mejor traduccíón que "productividad".
UN AMO TRABAJADOR ... 85
 la novela). ¿Qué importa más en el proceso de la Entzauberung:
que "todas las cosas pueden ser dominadas por el cálculo'', 115
o que los resultados del cálculo ya no son capaces siquiera de
"enseñar algo, tan solo algo, sobre el significado del mundo"? 11 ' 11. Un siglo serio
¿Qué importa más? Resulta imposible determinarlo, porque "cálcu-
lo" y "significado" son para Weber valores incomparables, como lo
son "productividad" y "totalidad" para Lukács. Es la misma "irra-
cionalidad" fundamental que encontramos en la cultura burguesa
del trabajo unas páginas más atrás: cuanto mejor logra la prosa
multiplicar los detalles concretos que enriquecen nuestra percep- l. Palabras clave N: "serio"*
ción del mundo -cuanto mejor logra cumplir con su trabajo-,
más elusiva es la razón para hacerlo. Productividad o significado. Hace algunos años, en un libro titulado El arte de describir, Svetlana
En el siglo siguiente, el rumbo de la literatura burguesa se bifur- Alpers observó que-a raíz de haber resuelto "describir el mundo
cará entre quienes querían hacer el trabajo aún mejor, costara lo visto" antes que producir "imitaciones de acciones humanas sig-
que costase, y quienes, puestos a elegir entre la productividad y nificativas"- los pintores de la edad de oro holandesa cambiaron
el significado, optaron en cambio por el significado. para siempre el rumbo del arte europeo. En lugar de aquellas
grandiosas escenas de la historia sagrada y profana (como la
matanza de los inocentes, mencionada a menudo por la propia
Alpers), encontramos naturalezas muertas, paisajes, interiores,
vistas de ciudades, retratos, mapas ... En resumen: "Un arte de
describir como algo que se distingue del arte narrativo" .1

Es una tesis elegante; sin embargo, al menos en un caso -la

obra dejohannes Vermeer-, la verdadera novedad no parece
ser la eliminación de la narrativa sino el descubrimiento de una
nueva dimensión de esta. Consideremos la mujer de azul de la
figura 4. Qué forma extraña tiene su cuerpo ... ¿Está embarazada,
tal vez? ¿Y de quién es la carta que lee con tanta concentración?
¿Un marido que está lejos, como sugiere el mapa que cuelga de
la pared? (Pero si el marido está lejos ... ) Y el baúl abierto que
115
Max Weber, "Science as a Profession", en Fro1n Max Weber. Essays in
Socio!ogy, ed. de H. H. Gerth y C. Wright Mills, Oxford, 1958, p. 139 [trad. * En inglés, se1ious. [N. de la T.]
esp.: "La ciencia como profesión'', en Ciencia y política, Buenos Aires, Centro 1 Svetlana Alpers, The Art of Describing. Dutch Art in the Seventeenth Century,
Editor de América Latina, 1991, p. 38].
Chicago (tL), 1983, pp. xxv y xx [trad. esp.: El arte de describir. EI arte holandes
"° lbid., p. 142 [43].
en el siglo xvn, Madrid, Hermann Blume, 1987].
86 "'111 EL BURGUES
UN SIGLO SERIO .. 87