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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES LECS


FORMATO DE PRESENTACIÓN

ESPACIO ACADÉMICO: Diseño y Formulación de Proyectos de Investigación


Social y Educativa
DOCENTE: Ivan E. Roa Ovalle GRUPO: 255-1
NOMBRE COMPLETO: CÓDIGO:
Brandon A. Cruz R. 20202255066

TIPO DE TRABAJO: Pregunta Problema FECHA: 01/09/23


REFERENCIA
BIBLIOGRÁFICA:https://sosorinoco.org/wp-content/uploads/2020/08/ActualizacionPNY_20200602.p
df

Introducción
En la frontera entre Colombia y Venezuela, a pocos kilómetros del departamento del Guainía,
la minería ilegal sacude la economía de la región, mientras devasta el medio ambiente. La
ausencia estatal es evidente. Yapacana, un parque natural en territorio venezolano (estado de
Amazonas) que está a menos de 200 kilómetros de la frontera con Colombia. Desde el cerro
Mavicure, una formación rocosa de 170 metros de altura que queda del lado colombiano a
orillas del río Inírida se alcanza a apreciar en toda su dimensión la montaña casi rectangular
de Yapacana. De allí extraen oro los grupos armados. Una especie de zona de “distensión” en
la que trabajan de la mano la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln), las
disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y la Guardia
venezolana.

Estamos hablando del extremo oriente colombiano. Quien vaya para el cerro Yapacana desde
Colombia debe atravesar la Estrella Fluvial de Inírida, un lugar donde convergen los ríos
Guaviare, Atabapo e Inírida. Allí se forma una especie de cruz de agua que termina
desembocando en las aguas del Orinoco, un río que kilómetros más adelante abraza al cerro
Yapacana.

Que esta montaña esté tan cerca de la línea fronteriza con Guainía hace que todo lo que allí
ocurra impacte en las dinámicas económicas y sociales de Inírida, un municipio de 31.000
habitantes y 17.000 kilómetros cuadrados, que entre otras limitantes cuenta con una muy
precaria gobernabilidad en temas de seguridad.
Según testigos y fotografías, en los alrededores del cerro Yapacana hay billares improvisados,
restaurantes, heladerías, prostíbulos, tiendas de abarrotes y hasta clínicas o lugares donde se
cuidan bebés. Y todo ocurre bajo el estricto control del Eln y las disidencias de las Farc.
Según varios testigos la Guardia venezolana va cada semana a recoger una especie de
“vacuna” (soborno o cupo) en oro y dinero. Con esa garantía la explotación sigue su curso sin
contratiempos. Yapacana es un “paraíso” de la ilegalidad que tiene a Colombia como el
territorio en el que los mineros vienen a gastarse el dinero y a conseguir insumos, maquinaria
y las materias primas que necesitan para el trabajo en las explotaciones

Una organización venezolana llamada SOS Orinoco dio a conocer en 2020 las dimensiones
de la minería ilegal en Yapacana. Según su informe, para ese año se estaban explotando en
cercanías de este cerro un total de 2035 hectáreas, algo así como 1884 canchas de fútbol,
según se ve en imágenes satelitales. El documento también pone en evidencia que esta
actividad se desarrolla con complicidad de las autoridades venezolanas.

Los grupos armados en la frontera llevan años obteniendo millonarias ganancias de las minas.
El dinero fluye en la región como si se tratara de las más estridentes épocas de bonanza. Un
documento de Inteligencia de las Fuerzas Militares citado por el diario El Tiempo dice que
entre 2021 y junio de 2022 las organizaciones ilegales hicieron transacciones en Guainía por
70 mil millones de pesos (cerca de $13 millones USD). “Los investigadores tienen el radar
puesto en el departamento donde afirman, se han registrado fuertes movimientos financieros
de estos grupos armados organizados. De hecho, el informe dice que desde el 2014 ‘se han
transado en Inírida cerca de 112 mil millones de pesos’”, reseña la nota de prensa. Y eso solo
se refiere a dinero que dejó alguna huella. El problema es que en la zona el oro sale de la
mina y luego lo llevan a Villavicencio y Bogotá para “legalizarlo”.

La devastación y los daños irreparables al medio ambiente que sigue dejando la explotación
ilegal de minas en Yapacana tiene consecuencias para el planeta entero. La investigación de
SOS Orinoco, revelada en 2020, habla de estos impactos: “Esta situación de desprotección e
impunidad en materia socioambiental sobre este importante parque nacional, propicia que
esté considerado como el de mayor presencia minería ilegal y el más afectado en toda la
Amazonía venezolana, inclusive, de todos los países que conforman la cuenca amazónica en
cuanto al nivel y grado de devastación”, según cita el Observatorio de Ecología Política de
Venezuela (OEP).

Dicha investigación también deja constancia de las preocupaciones de las comunidades


indígenas que habitan los alrededores de Yapacana y los llamados que han lanzado al
gobierno de Venezuela. Esto dice la Organización Regional de Pueblos Indígenas de
Amazonas (ORPIA): “Queremos destacar que desde el año 2015 las organizaciones indígenas
venimos alertando al presidente Nicolás Maduro, sobre los impactos de la minería en el
estado, especialmente en el Parque Nacional Yapacana. La minería en todo el estado
Amazonas ha propiciado la deforestación de grandes extensiones de bosques, el desvío de
cauces de ríos como el Atabapo, la contaminación de las aguas a causa del mercurio y otras
sustancias tóxicas, la pérdida de biodiversidad, el cambio en los ciclos naturales de los
ecosistemas, la degradación de los suelos (…)”.

Que este desastre esté ocurriendo tan cerca de la frontera y con la complicidad de las fuerzas
armadas de Venezuela deja en evidencia una paradoja que se hizo visible en la primera
semana de la 27 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, que
se lleva a cabo en Egipto. Allí los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro firmaron un
acuerdo para salvar la Amazonía. Los dos mandatarios, junto con el presidente de Surinam,
Chan Santoki, se tomaron fotografías y anunciaron que abrirán un fondo de $200 millones
USD al año para liderar un acuerdo “amazónico que tenga como pilar el equilibrio climático
de la humanidad”

¿ Por qué el gobierno nacional no toma cartas en el asunto ?


¿ Qué piensa la comunidad iniridense respecto a estas dinámicas de minería ilegal ?
¿ Está afectando al río y a la comunidad, los índices de mercurio encontrados ?
¿ Qué acciones podrían funcionar en el control de la minería ilegal?

❖ Pregunta Problema
“Cómo contrarrestar los impactos socioambientales en las comunidades del río Inírida
debido a la explotación de oro en las minas ilegales del cerro yapacana”

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