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Fotografía - © oscarivanperezfoto
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Chocó
Municipios de la cuenca del río San Juan en el sur del Chocó
Investigadores:
Esteban Andrés Tello Fernández
Paola Vargas González

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I. Introducción
La población y territorios de la cuenca Alta y Media del río San Juan tienen su propia dinámica
económica alrededor de la extracción del oro desde tiempos coloniales. Esto ha reforzado el papel
que en esta región tiene Istmina. Los territorios aledaños a la cuenca media del San Juan en gran
medida mantienen relaciones fuertes con esa centralidad que está ubicada en la cabecera municipal
de ese municipio, que es el centro urbano más importante de esta subregión del Pacífico
colombiano.

Según el Grupo de investigación “conocimiento, manejo y conservación de los ecosistemas del


Chocó biogeográfico:

El área correspondiente a los Bosques del delta del río San Juan debe ser incluida deben
ser incluida dentro de la estructura ecológica principal del Chocó Biogeográfico porque
a pesar de ser un área con ecosistemas casi homogéneos sustenta altos índices de
riqueza y diversidad de especies, estudios florísticos realizados en el área por Cogollo &
Jaramillo (2005), registraron 266 especies distribuidas en 126 géneros y 47 familias. Bird
Life International (2012) manifiesta que esta área por pertenecer al sistema costero
pacífico, posee la mayor concentración de pelícanos (Pelecanus occidentalis); además
es un sitio importante para el descanso y la alimentación de otras aves marinas como
piqueros, fragatas y cormoranes, se han observado concentraciones significativas de
hasta cientos de individuos de chorlos, playeros y gaviotas migratorios. (CMCCHOCO,
2008)

Para quienes visitan por primera vez el sur del Chocó es posible creer que es algo de los últimos
años, pero esa zona ha sido por siglos lugar de paso de los territorios de la cuenca del San Juan a la
del Atrato e incluso hacia el Baudó, antes fue conocida como el istmo de San Pablo, hoy está
ocupado por la zona urbana de Istmina. Desde ese centro urbano que habitan más de 30 mil
personas, una carretera comunica hacia el oriente con Risaralda y otros municipios chocoanos y
cabeceras municipales del Medio y Alto río San Juan como Unión Panamericana (Las Ánimas) y Tadó
antes de salir del Departamento (ver mapa: “Municipios cuenca río San Juan en el sur del Chocó”).
En Unión Panamericana se puede tomar una la carretera hacia el norte y de esa forma movilizarse
hacia Quibdó, la capital departamental. Desde Istmina se puede tomar en dirección contraria hacia
el sur en dirección a Medio San Juan (Andagoya) donde acaba la carretera, o hacia Condoto y de ahí

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salir hacia la cabecera municipal de Nóvita después de una hora y media de viaje. También se puede
tomar hacia el suroccidente hacia el municipio de Medio Baudó, pero eso significa entrar a otra
cuenca y subregión con sus propias dinámicas.

Más hacia el sur por el río San Juan, la zona que corresponde a su desembocadura al Océano Pacífico
se encuentra menos articulada a la centralidad que se genera en Istmina, incluso allí la economía
del oro es inexistente, ahí la economía más importante es la maderera y la pesca. Se encuentra
atravesada por las dinámicas que se generan en la zona costera. Allí Buenaventura genera una
centralidad frente a las poblaciones y territorios cercanos, desde allí se irradian los procesos y
dinámicas vallecaucanos que articulan a buena parte de las zonas costeras más al norte en el Chocó
y al sur hasta el Cauca.

De acuerdo con la estructura ecológica principal de la región del Chocó Biogeográfico “el área
correspondiente a los Bosques del delta del río Bajo Calima cerca de Buenaventura (Valle del Cauca)
debe ser incluida deben ser incluida en la estructura ecológica principal del Chocó Biogeográfico
porque posee una flora tropical con una alta diversidad de especies”. (CMCCHOCO, 2008),

La existencia y expansión de diversas economías ilegales, entre ellas, la explotación ilícita de oro, ha
afectado de manera sustancial las cuencas hidrográficas, ha causado la pérdida de bosques y ha
alterado los ecosistemas que contienen, según Naciones Unidas, la biodiversidad más importante
del mundo. (UNODC, 2016). Por otro lado, la presencia de cultivos de uso ilícito, la utilización de
plaguicidas y agro químicos, con la subsecuente búsqueda de erradicación forzada, ha degenerado
los suelos y ha perjudicado cultivos ancestrales que ponen en riesgo la seguridad alimentaria y salud
de los habitantes del sur del departamento del Chocó.

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Mapa 1. Municipios de la Cuenca del río San Juan. Sur del Chocó

Fuente: elaboración propia

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Situación de seguridad

En los últimos años la economía minera en el Medio San Juan ha caído en de forma dramática, pues
desde la década de 1990 se empezó un proceso fuerte de tecnificación de este oficio, así que el
crecimiento del impacto ambiental ha ido en aumento ante el uso de maquinaria pesada como
grandes dragas, retroexcavadoras, motores, entre otros. La nueva dimensión resultado del
crecimiento de los precios del oro desde que empezó el siglo XXI, llevó a un proceso de crecimiento
poblacional y urbano en la zona muy comentado por los líderes pero aún no reflejado en las cifras
que oficiales del país. Sin embargo, este modelo de crecimiento hoy está en crisis, pues su impacto
ambiental ha sido intenso y dilatado. Además buena parte de las ganancias que se han generado
han ido a parar a manos de los grupos armados ilegales, quienes desde la década de 1990 llegaron
a la zona. Estos elementos entre otros, han provocado que el Estado hoy esté en abierta guerra
contra del uso de maquinaria en la extracción de metales preciosos, a los cuales ataca quemándola
cada vez que tiene la oportunidad.

En los municipios que corresponden a la cuenca del río San Juan en el sur del Chocó el conflicto es
un elemento constante desde la década de 1990. Con períodos de mayor intensidad sobre todo con
la presencia de grupos de autodefensas en la primera década de 2000, el acuerdo del Estado
colombiano con las FARC-EP a finales de 2016 representó una gran esperanza para la población de
esta parte del país que esperaba un alivio a los hechos violentos que periódicamente los azotan. Sin
embargo, las cosas no han ido como se esperaba.

En esta zona del Departamento al salir las FARC-EP rumbo a las zonas en que se concentran ahora,
sirvió para que otros grupos se consolidaran y ampliaran su campo de acción. Eso sucedió sobretodo
con el ELN, que se fortaleció en algunas zonas como en el Alto Tamaná y en el Bajo San Juan, zonas
de histórica presencia de las FARC. Además generó enfrentamientos para consolidar esas posiciones
con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia –AGC-, que han consolidado su posición en torno a
Istmina y al paso del río San Juan a la cuenca del río Baudó y del Atrato mediante el control sobre la
zona del río Suruco y su carretera. El fortalecimiento del ELN, que es comentado por múltiples
testimonios, informes oficiales y prensa, y la continuidad del Clan del Golfo-AGC impide que la
población descanse de esas dinámicas de violencia y que los procesos de posconflicto se
implementen con tranquilidad. Esos grupos armados y, según hechos de los últimos meses, y los
que parecen ser parte de las disidencias de las FARC-EP, siguen operan y presionando a la población,

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a las que le imponen horarios de circulación, cuotas económicas y su influencia en asuntos
comunitarios, entre otros.

En contexto, la situación permanente de crisis humanitaria en el sur del Chocó se ha visto agravada
debido a las inundaciones a comienzos de año y por la mutación de los fenómenos de
desplazamiento y las repetitivas victimizaciones a comunidades étnicas que les toca resistir
apelando a mecanismos como el confinamiento, sea como estrategia o por obligación. La violencia
política que hoy el país observa, tuvo su anuncio con lo ocurrido con el caso del diputado chocoano
Alizon Mosquera y tres acompañantes, que fueron encontrados en las inmediaciones de Condoto y
Medio San Juan después de pasar un fin de semana en la zona.

Estas situaciones ponen de manifiesto que la primera parte del 2019 en esta subregión abre la
puerta a una nueva situación de seguridad. Donde empiezan a aparecer señales de transformación
a la situación que se configuró recién salió las FARC-EP de esos territorios. Ahora, además de que
los eventos revelan la presencia de las disidencias de esta insurgencia en El Litoral del San Juan, se
empieza a ver cómo las rentas de la minería caen en crisis y se debilita el Clan del Golfo-AGC. A esto
hay que agregar el ímpetu que empiezan a revelar las autoridades por copar zonas consolidadas por
el ELN como es la zona del Medio San Juan y el Alto Tamaná.

El mayor peligro en esta zona del país es que la situación de orden público se agrave e impacte aún
más a la población civil. Esto es posible si los acuerdos que mantienen los grupos armados ilegales
en la zona del Medio San Juan dejan de operar, posibilidad real que existe si se agrava la situación
de la minería del oro, pues las rentas de las que se beneficiaba las AGC han disminuido de forma
sustancial. También si las disidencias de las FARC toman mayor fuerza y consiguen disputar el control
al ELN en ciertas zonas, de forma especial en el Bajo San Juan, donde ya hacen presencia. Esta
situación ya se vive en el Departamento en la zona del Medio Atrato desde el año anterior, donde
las AGC y el ELN se disputan los corredores para desplazarse hacia el Océano Pacífico y el Mar Caríbe.

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A. Estado actual de las estructuras armadas ilegales y las economías ilegales que
las sustentan.

La grupos armados ilegales que hacen presencia en el sur del Chocó son tres, el ELN, las
Autodefensas Unidas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo y, según últimos acontecimientos, las
disidencias de las FARC-EP. Después de un estudio de seis meses los resultados señalan una crisis
de la minería mecanizada ilegal que ha sido una de las fuentes de ingresos más importantes de estos
grupos en la zona. Los golpes a la minería ilegal por parte de las autoridades han sido menos pero
han sido significativos: se hizo notar el que tuvo lugar en Tadó en abril, pero después las noticias no
volvieron a señalar golpes a esas estructuras. Además desde el año anterior se han dado dos golpes
a los esquemas que utiliza el sector minero para legalizar el oro, en el que sobresale uno en el que
está involucrado los entables que hoy hay en San Miguel, Medio San Juan, donde aparece
involucrada gente del Consejo Comunitario de esa comunidad. Este cambio, que es subrayado en
toda la región, permite apreciar los cambios que están acaeciendo respecto al orden público.

En lo que respecta a las AGC la percepción es que están en búsqueda de nuevas rentas en la minería,
lo cual puede llevar a enfrentamientos con el ELN. El caso donde esto es más evidente es en San
Miguel, un corregimiento en el municipio de Medio San Juan. En esa comunidad hoy se encuentra
una de las zonas de extracción minera más importante en la región, que es hoy territorio eleno. A
pesar de esa situación, el Clan del Golfo está exigiendo pagos por las labores mineras que allí se
llevan a cabo, pedido al que la organización insurgente no se ha negado, sino que ha dicho que
“alcanza para todos”, en un claro mensaje permisivo para que el otro grupo también realice su
extorsión. Este pedido está en relación con la disminución de la minería en la zona de “Carretera”
Suruco, zona de dominio paramilitar, donde hoy la minería está muy venida a menos.

A pesar de la crisis de la minería, algunos testimonios señalan que aún existen entables que llevan
a cabo la minería, pero con mayores cuidados frente a las autoridades. En horarios nocturnos y
zonas alejadas o escondidas a la mirada indiscreta de la gente que se moviliza por los ríos principales.
Esta dificultad para llevar adelante la minería en la región donde mayor control ejerce el Clan del
Golfo, refleja parte de las dinámicas económicas en las que está involucrada esta organización.

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B. Repertorio de acción y relación con las comunidades
La presencia de los grupos armados ilegales en amplias zonas del sur del Chocó les permite
mantener una cercanía con las comunidades afrodescendientes e indígenas que habitan en ellas.
Allí hay zonas puntuales donde se encuentra el Ejército de forma permanente, en medio del curso
del río San Juan, en la entrada a Condoto o en la como en Nóvita. Sin embargo, son muchas las
comunidades asentadas a las orillas de los ríos en los que el único representante del gobierno son
los profesores de las escuelas. Son ellas donde el Clan el Golfo y el ELN hacen un control territorial
con su presencia, donde resguardan los cultivos de uso ilícito y permiten los entables mineros a los
que cobran extorsiones. Pero además ejerce presiones indebidas sobre la población. Los
señalamientos son múltiples y surgen en todas las conversaciones sobre las afectaciones que los
grupos armados ilegales generan a la población.

Para las comunidades de la cuenca del San Juan uno de los problemas complicados frente a los
grupos armados ilegales es la movilidad. Mejor aún, las restricciones para la movilidad que les
imponen esas organizaciones. Los horarios a la navegación por los ríos, que no puede ser después
de las 5:00-6:00 p.m., las zonas vedadas para el tránsito donde pueden ser campos minados, zonas
campamentarias o de laboratorios para el procesamiento de cocaína. Esto afecta varios aspectos de
su vida material, les restringe el acceso a la proteína animal que tradicionalmente conseguían con
la pesca y la caza en horas de escasa o ninguna luz. Esto propicia que se efectúen cambios en su
cultura, pues se ven en la necesidad de reemplazar la proteína de alguna forma, sino es un elemento
más que los obliga a dejar sus comunidades para ir a las cabeceras municipales.

Otro problema que acarrean las restricciones a la movilidad son las dificultades para movilizarse en
las emergencias médicas, que normalmente se hacía por el río hacia las cabeceras municipales. Hoy
esto no es posible, pues en horas de la noche está prohibido el uso de embarcaciones en los ríos.
Además que deja en evidencia una vez más la incapacidad del Estado para prestar servicios básicos
a la población, expone los riesgos que se corren para conseguir el servicio de salud para las
comunidades rurales.

La influencia de las organizaciones armadas ilegales en el sur del Chocó en gran parte de las
comunidades rurales hoy es determinante. Allí han tomado el papel de mayor autoridad que se le
atribuía a los Consejos Comunitarios Locales, por medio de la cual conciliaban los conflictos internos
de la población, entre otras atribuciones que ostentan. La fuerza que les da las armas, ha hecho que
tengan la última palabra en los asuntos comunitarios respecto a la justicia y policía, lo cual ha visto

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como resultado casos de torturas, ejecuciones extrajudiciales, secuestros, entre otros. En general,
el enfoque que utilizan estos grupos armados ilegales sobre la población es que la gente aprende a
comportarse a las buenas o a las malas, sin vacilaciones. La disparidad entre las organizaciones
armadas ilegales y los Consejos comunitarios provoca que ante este tipo de hechos, las
organizaciones comunitarias no se pronuncian al respecto, hechos por los cuales pierden su
autoridad respecto a esos actores y a toda la comunidad.

Esta situación de las comunidades rurales en el sur del Chocó frente a los grupos armados ilegales,
se agrava por no encontrar respuesta en las autoridades. Se prefiere no denunciar las amenazas a
los líderes sociales o a la población de parte de esas organizaciones armadas, pues se temen las
represalias. Incluso, en algunos casos las denuncias juegan en contra de quienes las hacen, ya que
llegan a oídos de los denunciados, quienes toman represalias. Hay mucha desconfianza en las
autoridades para la denuncia y el seguimiento a los grupos armados ilegales, pues algunas veces se
les señala de mantener relaciones que reflejan coordinación, sobre todo en lo que se refiere a las
AGC.

En lo que respecta a la política, hoy se señala a estas organizaciones de jugar un papel central en los
escenarios electorales de la región. Sobre todo se señala al ELN de autorizar o no a los candidatos a
participar en las campañas políticas de octubre de 2019. En la región ya es de dominio público que
a cada candidato a las alcaldías municipales les cobran una tarifa por encima de los 50 millones de
pesos. Esto no tiene excepciones, lo cual impide que algunas personas participen en los comicios.
No hacerlo implica no poder hacer campaña en los pueblos que están a orillas de los ríos –la inmensa
mayoría-, en otras palabras no hacer proselitismo político porque se queda a merced de esa
organización.

C. Unidades tácticas de la fuerza pública en territorio y acciones desarrolladas


En el sur del Chocó hace presencia la Fuerza Pública con la Policía, el Ejército, la Armada y la Fuerza
Aérea, además del C.T.I. y el GAULA. Se encuentran en lugares estratégicos con el objetivo de
aumentar el control sobre el extenso territorio de esta parte del país. La Policía tiene su sede en
todas las cabeceras municipales, mientras el Ejército hace presencia cerca a Istmina con la Décimo
Quinta Brigada en el municipio de Unión Panamericana (Las Ánimas) con el Batallón de Ingenieros
No. 15 “General Julio Londoño Londoño”, otro batallón este de Instrucción de Instrucción y
Entrenamiento No. 15 “José María Moledo “ y la unidad militar en las afueras del municipio de
Nóvita a cargo del Batallón de Operaciones Terrestre No. 27. Los puestos de control del Ejército en

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el río San Juan en Fujiadó en Litoral de San Juan y en Medio San Juan, se completan con el puesto
de control de la Armada frente a Andagoya para controlar el transito hacia el Océano Pacífico y
vigilar la población. Fuera de la cuenca del río San Juan, además, en Pizarro, cabecera del municipio
de Bajo Baudó está el Batallón de Infantería de Marina No. 22.

Además de esas unidades militares, como en gran parte del Chocó en los municipios de la cuenca
del río San Juan opera la Fuerza de Tarea Conjunta Titán. Esta es una unidad que tiene por objetivo
enfrentar a las organizaciones insurgentes desde 2014, como es el caso del ELN (Ejército Nacional
de Colombia, 2014). Su estrategia es llevar a cabo operaciones de combate irregular y fluvial
mediante el empleo de técnicas y tácticas de operaciones especiales en un contexto selvático con
presencia de actores armados ilegales.

La múltiple presencia de la Fuerza Pública en el sur del Chocó, con diferentes unidades militares y
puestos de control en las vías de comunicación no consolidan un control sobre esa zona del país y
las comunidades que allí se asientan. Por el contrario, los grupos armados ilegales se han
consolidado en algunas asentamientos donde la población se concentra de forma dispersa, donde
se combinan algunos de los siguientes elementos: no hay presencia constante de la Fuerza Pública
ni del resto de instituciones del gobierno además que carece de carreteras que los comunique con
la cabecera municipal.

Siguiendo las directivas del nuevo gobierno del presidente Ivan Duque, nombrada “El que la hace la
paga” que cuenta con diferentes fases, las comunicaciones que realizan las autoridades de policía y
militar comunican sus logros como resultado de dichas iniciativas (Gobierno de Colombia, 2019;
Policia Nacional, 2018; Policía Nacional, 2018). Sin embargo, la información de cómo se ha
implementado ese plan es información que aún no está disponible.

El trabajo de las autoridades más visible es el que realizan sobre las vías de comunicación. Donde
tienen puntos de control en los que realizan la vigilancia sobre las personas que circulan en
embarcaciones o automotores. En el río San Juan hombres de la Armada se encuentran en Fujiadó
en El Litoral del San Juan y entre Docordó y el Océano Pacífico. Más al norte en Medio San Juan
opera el Batot-26 igual que entre Istmina y Unión Panamericana. En la carretera entre Tadó y
Risaralda muchas veces a la altura de Playa de Oro y también a la salida de Pueblo Rico se encuentran
retenes, en realidad todo el corredor entre los dos departamentos es patrullado por la Compañía
Motorizada Meteoro del Ejército, que cuenta con 120 soldados (Gobernación de Risaralda, 2019).
Si uno viaja por tierra para llegar al corazón de la zona del Medio río San Juan, esas son las zonas

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donde se encuentran los controles que son de los militares. En la zona hacia Risaralda de la Fuerza
Meteoro del Ejército; en la zona cercana a Istmina y Medio San Juan, mientras que en El Litoral del
San Juan y en la zona sur de Istmina a la Armada.

Otro aspecto de la presencia de la Fuerza Pública en el sur del Chocó, en especial en la cuenca del
río San Juan es enfrentar a los actores armados ilegales. Este aspecto es visible en la cabecera
municipal de Nóvita y, sobre todo, en Docordó, cabecera municipal de El Litoral del San Juan. En
esas dos poblaciones la presencia de la Policía, el Ejército y/o la Armada es constante. En Nóvita al
lado de la plaza principal, hay presencia de la Fuerza Publica constante, atrincherada ante cualquier
ataque, que hace mucho no ocurre. Lo mismo sucede en Docordó, la policía y el Ejército
constantemente hacen ronda a lo largo de la cabecera municipal, siempre visibles para la población.
Es latente un ataque de los grupos armados ilegales, sobre todo del ELN. Lo cual se amplifica por la
dificultad para llegar a esas dos cabeceras municipales.

La lucha contra los grupos armados ilegales es más evidente en el análisis de los informes noticiosos
de las autoridades y en los medios de comunicación, éstos últimos la mayoría de las veces se
alimentan de los primeros. En ellos queda evidente los resultados y las acciones de la Fuerza Pública,
que está abocada a perseguir a los grupos armados ilegales y a las economías ilegales, estas últimas
sobre todo el narcotráfico. Es evidente la dificultad para enfrentar a estos grupos, las situaciones
suelen ser atendidas posteriormente a que los hechos de violencia han sucedido (Comando General
Fuerzas Militares de Colombia, 2019). Los demás resultados que evidencian son la captura de
personas acusadas de terrorismo, el decomiso de armas, munición o explosivos o de material
vinculado al narcotráfico, cuando no directamente vinculado la interdicción de cargamentos de
narcóticos.

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III. Sobre las economías ilegales:
En los municipios que corresponden a la cuenca del río San Juan en el sur del Chocó existen tres
economías ilegales que se diferencia de forma clara: la minería ilegal mecanizada, el narcotráfico y
todo su encadenamiento y, en menor medida, la tala y el comercio ilegal de madera. La ubicación
del departamento y particularmente de la zona que aquí revisamos permite que se desarrollen estas
dinámicas económicas, así como la incapacidad del Estado para su control. Los depósitos aluviales
que se forman en la zona Alta y Media de esta gran cuenca hidrográfica ha permitido la extracción
de metales desde antes que llegaran los españoles hasta el día de hoy. La dificultad para articular
esta zona con el resto del país y la debilidad de la presencia del Estado es un elemento que también
ha permitido que se fortalezcan con los años ambas economías. A esto se suman que es una zona
con corredores que facilitan la movilidad hacia el norte del continente por el Océano Pacífico y el
Mar Caribe a la vez que permiten la salida desde zonas al interior del Departamento.

Estos múltiples elementos, configuran un contexto propicio para el desarrollo de esas economías y
de los grupos armados ilegales que viven de ellas, que además se alimentan de otras características
de la población y el territorio. En este apartado vamos a ahondar con mayor profundidad en la
minería ilegal y la que se desarrolla alrededor de la coca. Además, en el contexto del sur del Chocó
se puede señalar otras economías ilegales, como las extorsiones al comercio y a las empresas que
se dedican a obras de infraestructura o los mecanismos que los políticos utilizan para hacerse de los
dineros públicos, sin embargo, estos sólo los tocamos de forma tangencial, en la medida en que se
relacionan con la minería o con la coca.

A. La minería ilegal mecanizada:


Los comentarios sobre la minería son bastante negativos en el sur del Chocó por las dificultades que
tiene hoy para seguir adelante con ella. Es claro que hoy la población sabe que ha llegado a un punto
donde los intereses materiales inmediatos están en contradicción con el futuro colectivo por el
impacto ambiental que se genera. Quisieran no estar en esa disyuntiva, pero no saben qué camino
tomar y mientras tanto lo siguen transitando porque es el único que hoy conocen:

“El Gobierno no ha brindado políticas que permitan reemplazar esa actividad [minería artesanal]
por otra. Nadie tiene otra actividad a mano, necesita de recursos que no están disponibles o con
requisitos que exigen los bancos y que no se pueden cumplir. El Gobierno nacional le faltan políticas
para que la población pueda conservar el medio ambiente y para que puedan sobrevivir con su
familia”. (Tello, 2019) De esa forma, en la zona del Alto y Medio San Juan es común ver a personas

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que con una batea van a barequear a cualquier hora del día, se transportan en las moto- taxis a
algún río o quebrada donde realizan su oficio.

También es común escuchar en Istmina personas que hablan en portugués, observar trabajando en
las compraventas de oro y a la gente explicando las dificultades que hoy tiene la economía minera.
Esos elementos señalan la presencia de la minería mecanizada con todo el impacto que genera,
ahora con un perfil bajo, que nadie quiere reconocer abiertamente, pero se sabe que es menos
visible, ya no se hace en los principales cursos de los ríos y si se puede en horas de la noche.

En los últimos años el gobierno ha atacado a la minería ilegal mecanizada con la policía y el ejército
como cualquier problema de orden público. Se ha tratado de ubicar y quemar la maquinaria pesada
(dragones, dragas, retroexcavadoras, motores, etc.) y judicializar a los responsables de estos
proyectos. Esta situación para la comunidad representa un aumento del riesgo de amenazas y
peores condiciones: “Ahora el mayor riesgo lo ha generado el Estado, el gobierno, quemando las
máquinas en lugar de dañarlas, deberían decomisarlas y dedicarlas a otro uso” (Tello, 2019b).

Las cifras oficiales registraron 18 operaciones entre 2015 y 2016, de las que existen registro, cinco
se realizaron en el Sur del Chocó: dos (2) en Tadó, dos (2) en Istmina y una (1) en Novitá. Entre 2017
y 2019 en el departamento de Chocó, se ha logrado la intervención de 380 minas, la captura de 105
personas, la inhabilitación de 68 retroexcavadoras y 109 dragas, y la incautación de 35 máquinas
pesadas. (Policía Nacional, 2019). Esta ofensiva ha complicado la economía de la población en toda
la región, que ahora no sabe a qué otro sector recurrir para encontrar la base de su sustento.

De acuerdo con el informe MIRA del Equipo Humanitario Colombia, la economía de las
comunidades del Medio San Juan está sustentada en cultivos de plátano, yuca, maíz, arroz, achín,
primitivo y la cría de animales como pollos, gallinas ponedoras, patos, cerdos, y el ejercicio de la
minería artesanal. (OCHA y Aldeas Infantiles, 2016)

Esta situación de insuficiencia económica y existencia de conflicto armado se agudiza cuando se


consideran otros elementos de esta economía ilegal, como es el precio del oro y las actuales
dificultades para la comercialización de la producción. Desde octubre de 2018 el precio del oro crece
desde los 126,400 pesos por gramo, con períodos de estabilidad en torno a los 166,553 (diciembre
de 2018 a diciembre de 2019), y otro momento en los últimos meses cuando sube de nuevo con
fuerza, con un precio de compra por encima de los 170,000 pesos en agosto de 2019 (ver figura:
“Precio compra y venta de Oro…”). Estas condiciones las impone el mercado internacional, donde

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se utiliza al metal como refugio en momentos en que la economía pasa afujías por los conflictos
comerciales entre las dos mayores potencias mundiales. Estos precios son una invitación para que
se reactive con fuerza los trabajos en esta actividad artesanal que viene disminuyendo desde hace
un lustro. De acuerdo con el DANE y la DIAN, el departamento de Chocó tiene al oro como el primer
producto exportado con un 94.8%, solamente seguido por la madera en bruto que representa un
2.0%. (Mincit, 2019).

Figura 1. Precio compra y venta de oro y platino 2018 – 2019 en pesos /gramo

$ 180.000,00

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Oro Platino Oro venta Platino venta

Fuente: elaboración propia a partir de (Mincit, 2019)

En el Chocó, la minería ilegal ha visto serios problemas para introducir su producción en los
mercados legales de metales preciosos. Uno de los elementos claves para impedirlo ha sido el
Si.Minero, una herramienta de registro para los titulares mineros y sus actividad, sin el cual es
imposible vender la producción a las comercializadoras del metal. Este mecanismo otorga a cada
minero registrado un cupo mensual del oro que puede comercializar. De esa forma, el Estado busca
impedir que siga creciendo la minería ilegal, sino que sea una actividad artesanal con poco impacto
ambiental. Esto ha complicado que la producción minera pueda ser comercializada, pues los
establecimientos de compra y venta sólo pueden comprar a quien tenga registro y el cupo mensual
que le corresponde. Sin embargo, son muchas las críticas a este mecanismo, el cual algunas
comercializadoras de oro monopolizan los cupos que tienen los titulares mineros, e impiden que los

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más pequeños tengan cómo participar del circuito comercial. También mediante múltiples
operaciones comerciales ficticias o realizadas con dolo frente a las autoridades:

[P]eritos contables de la Fiscalía General de la Nación verificaron las transacciones realizadas


en los últimos 10 años por la Comercializadora Internacional CIJ Gutiérrez y descubrieron
varias operaciones ficticias que comprometen activos cercanos a los 2.4 billones de pesos,
que corresponderían a la compra y venta de oro. (Fiscalia General de la Nación, 2019)

El resto de la producción busca otros caminos para ser incorporados al mercado, algunos de ellos
buscan que a través de quienes cuentan con títulos mineros activos, logren registrar como su
producción el oro que adquieren en el mercado negro. Sin embargo, ese mecanismo implica perder
parte de las ganancias que genera el metal. Otro camino es el de la comercialización a través de
redes criminales que lo comercializan en el país, el exterior y en las zonas Francas del país:

La operación ‘Solid Gold’ adelantada en la Fiscalía (…) logró evidenciar cómo la estructura
criminal ‘SOLID GOLD’ exportó ilegalmente cantidades de oro que era extraído de manera
ilícita en los departamentos de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, así mismo se
evidenció que la red comercializó a la India, Estados Unidos y Emiratos Árabes en los últimos
tres años cerca 1.5 tonelada de oro. (Fiscalía General de la Nación, 2018)

Esta situación que ha generado la minería ilegal mecanizada se ha tornado cada vez más grave para
la población del Alto y Medio San Juan en particular y del Chocó en general, ha llevado a las
comunidades a situaciones de crisis económica fuerte. Un testimonio de un dirigente político nos
resumía y señalaba las esperanzas que se buscan en el contexto político:

“Preocupa de cierta manera el proceso político al que nos vamos a enfrentar porque
Istmina ha venido en una situación caótica hace más o menos 7-10 años
aproximadamente porque, no es un secreto, gran parte de la economía de la minería y
hoy pues la minería prácticamente se acabó. Entonces eso ha afectado en gran manera
la economía de Istmina. Y el que quede como alcalde de los Istmeños tendrá el gran
reto de construir unas políticas públicas en aras de fortalecer la economía de los
istmeños.” (Tello, 2019c)

La reflexión resalta las condiciones que se han desencadenado por la crisis en la que hoy se
encuentra este sector productivo, a la vez que expresa la necesidad del liderazgo político para
encontrar nuevos fuentes de sustento para la población.

17
21
El punto al que ha llegado la minería a esta escala y con la intensidad que se ha desarrollado los
últimos años genera grandes impactos que han sido objeto de examen mediático y público a escala
regional y nacional. Para dar frente a esta situación, el código nacional de Policía, Ley 1801 de 2016
(Congreso de Colombia, 2016) cuenta con un capítulo que define 14 actividades relacionadas con la
explotación ilícita de recursos mineros que dan lugar a medidas correctivas, al revisar tanto las
causaciones como las sanciones, se puede presumir que, por un lado, se catalogan las actividades
de acuerdo con el cumplimiento a cabalidad de las exigencias de las autoridades ambientales y
tributarias, por ejemplo, practicar minería, así sea en la modalidad de barequeo, si se cuenta inscrito
en el registro minero y/o con licencia ambiental; por el otro lado, las sanciones mencionadas en el
código Nacional de Policía, y ejecutadas por áreas como la Dirección de Carabineros y Seguridad
Rural de la Policia Nacional, se refiere en la mayoría de los casos, al decomiso de la maquinaria o a
la suspensión temporal de la actividad, aún en el caso de haber causado “impacto ambiental
irreversible” [Artículo 108] (Congreso de Colombia, 2016).

Por su parte, el Comando General de las Fuerzas Militares de Colombia, creó en 2015 la Brigada
contra la minería ilegal con el fin de “combatir la explotación ilícita de yacimientos mineros y apoyar
en la protección de los recursos estratégicos del Estado” (Comando General Fuerzas Militares de
Colombia, 2019), la Brigada es liderada por el Ministerio de Defensa y por el Ministerio de Minas y
energía. En este caso, se coordinan operativos que se orientan a la captura de personas in situ, al
decomiso de herramientas y productos o a la destrucción de dragas y otros tipos de maquinaria. La
Brigada opera junto con otras autoridades como la Fuerza aérea, el CTI (Cuerpo Técnico de
Investigación) y la Fiscalía General de la Nación; además opera de manera interagencial con aquellas
entidades del Estado con responsabilidad de resguardar los recursos naturales del país como la
Autoridad Nacional de Licencias Ambientales y la Unidad Administrativa Especial de Parques
Nacionales Naturales.

El impacto ambiental de la extracción ilícita de minerales provoca múltiples afectaciones a los


ecosistemas, entre ellos, la pérdida de coberturas vegetales de alto valor ambiental, como bosque
natural, vegetación secundaria y otras coberturas leñosas que de acuerdo con Naciones Unidas, ya
se calcula un detrimento de áreas naturales en 24.450 has en el año 2014, de las cuales 77% se
registraron en el Chocó (UNODC, 2016). Además, para ese mismo año fueron intervenidas 36.185
has en la explotación de oro de aluvión, que fue el 46% del total nacional. Las medidas del Estado

18
22
frente a esta minería han generado un conflicto social, que se hace evidente en momentos
específicos como los hechos que tuvieron lugar en Tadó en el mes de abril de 2019.

Las acción correctiva como estrategia predominante del Estado para combatir la explotación ilegal
de recursos naturales, ha contribuido a la exacerbación de la conflictividad social en diversas
subregiones del país. Se han conocido a través de la prensa situaciones de rechazo e incluso de
ataques contra la fuerza pública de parte de la sociedad civil, a raíz de su accionar contra distintas
economías ilegales.

Camión del Ejército Nacional incinerado en Tadó, Chocó. Autor: Esteban Tello.

En abril de 2019, medios periodísticos de televisión, radio y prensa reportaron un levantamiento en


contra de las autoridades en el municipio de Tadó, al suroriente del Chocó que informaban sobre
un camión en llamas junto a la plaza central de la cabecera municipal, en frente de la estación de
Policía. La ira popular se despertó como respuesta a las acciones que había adelantado
CODECHOCÓ, la Policía Nacional, la SIJIN y un comando del Batallón de Infantería No. 15 de la
Séptima División del Ejército por orden de la Fiscalía 17 Especializada, que ese mismo día había
quemado la maquinaria de un entable minero cercano al casco urbano. Se trataba de la quema de
dos retroexcavadoras dedicadas a la extracción de oro sin contar con título minero o licencia
ambiental en un yacimiento ubicado detrás del cementerio de la cabecera municipal. La respuesta
de la comunidad fue realizar una asonada contras las principales autoridades del municipio: la
emprendieron contra el alcalde y demás funcionarios locales quienes contaron con la protección de
las autoridades religiosas. Después del primer intento contra los representantes políticos, los

19
23
encapuchados le prendieron fuego al camión que transportó a los uniformados que hicieron el
operativo contra el entable minero. Contaron con la mala fortuna de que aún había munición de los
militares en el vehículo, la cual detonó y generó pánico entre la población que se aglomeró a
observar los acontecimientos. Además, otra acción que llevaron a cabo fue el bloqueo del paso por
el puente sobre el río San Juan, que hace parte de la carretera que comunica a Risaralda con Chocó,
que llega a Quibdó e Istmina, una arteria clave para todo el Departamento. Otros casos similares se
han registrado en los departamento de La Guajira, El Cauca y Antioquia.

La minería artesanal, el barequeo y las actividades mineras informales y a pequeña escala han
formado parte de la tradición y cultura de la población del sur del Chocó. No obstante, la
participación de actores armados ilegales y de colonos que buscan aprovecharse de los recursos
naturales y de las necesidades de subsistencia de los oriundos, sumado a la débil presencia estatal,
y a la inexistente estrategia preventiva de comisión de delitos han desbordado la actividad minera
en una economía ilegal y criminal con vastas consecuencias destructivas contra el medio ambiente
y la diversidad propias de esta región del país. La gravedad de la crisis minera del sur del Chocó es
un riesgo para la paz de la población que allí se asienta; se evidencia que hay un conflicto latente
que en cualquier momento se puede desbordar, porque las acciones de la fuerza pública no se
concreta en la desestructuración de una economía ilegal o de los grupos armados que extorsionan
a quienes se dedican a ellas, también se ataca a la población y su cultura. Por siglos se han dedicado
a la extracción de metales preciosos, hoy lo que cambió fue el método y el impacto ambiental y
económico, que superó todas las expectativas.

B. Los cultivos de uso ilícito:

Los municipios de la cuenca del río San Juan en el Sur del Chocó, del Litoral de San Juan, que limita
al sur con Buenaventura, Valle del Cauca, no solo se ven afectados por el crecimiento de la
extracción ilegal de oro y su coptación por grupos armados ilegales, además continúa la presencia
de cultivos de uso ilícito. A diferencia de 2018, para este 2019, el informe de la Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, 2019) subraya un cambio de tendencia que
refleja una disminución de los cultivos ilícitos cercana al 17% (ver Tabla: “Cultivos de uso ilícito en
hectáreas en sur del Chocó”). La ubicación de los municipios con mayores cultivos de uso ilícito está
en el curso medio y bajo del río San Juan, en los municipios de Istmina, Medio San Juan (Andagoya)
y El Litoral del San Juan; también en las zonas cercanas a la cordillera Occidental que dan al Norte
del Valle del Cauca, en los municipios de Nóvita, San José del Palmar y Sipí. Lo que coincide con

20
24
corredores de movilidad que permiten el transporte de personas y productos por el Departamento,
hacia el Departamento del Valle del Cauca y hacia el extranjero mediante el Océano Pacífico.

Figura 2. Cultivos de uso ilícito en hectáreas. Sur del Chocó 2016 a 2018

800,00

700,00

600,00

500,00

400,00

300,00

200,00

100,00

0,00
EL MEDIO
RÍO IRÓ SAN JOSÉ
LITORAL SAN JUAN
CONDOTO ISTMINA NÓVITA (Santa DEL SIPÍ TADÓ
DEL SAN (Andagoya
Rita) PALMAR
JUAN )
2018 11,43 138,36 577,36 224,96 130,29 16,33 391,55 246,96 0,00
2017 13,53 184,52 743,05 305,05 162,33 27,68 392,52 258,00 2,71
2016 3,36 98,35 476,71 136,34 75,26 7,90 323,42 217,90 3,16

Fuente: elaboración propia a partir de SIMCI, (UNODC, 2019)

Los mapas evidencian que las zonas de los municipios donde más hay cultivos de uso ilícito, el
transporte en gran medida se realiza en embarcaciones en el río San Juan o en alguno de sus
afluentes. En esas zonas prácticamente no hay carreteras, en realidad sólo tres llegan a zonas
cercanas: la que desde Condoto conduce a la cabecera municipal de Nóvita, la que de Cartago
conduce a la cabecera de San José del Palmar y hasta la vereda La Italia y la que conduce de
Buenaventura hasta el Bajo Calima. Sin embargo, a los núcleos donde se encuentran los cultivos de
uso ilícito de coca, no cuentan con ninguna vía y es necesario desplazarse hasta allí en embarcación.
El Litoral del San Juan vive la disputa entre los GAO (entre estos grupos “la empresa”) y el ELN. El
sistema de alertas tempranas de la Defensoría del pueblo ha emitido “19 alertas para la región
Pacífica entre enero de 2018 y julio de 2019 por presencia de disidencias de las FARC, ELN, AGC y 17
nuevos grupos ilegales en el corredor Pacífico” (Defensoría del Pueblo, 2019)

De acuerdo con la Defensoría del Pueblo:

21
25
Entre el 1 de enero de 2016 y el 17 de mayo de 2019 se han registrado 49 asesinatos de
líderes sociales y defensores de derechos humanos en la Región Pacífico. También
ocurrieron 57 eventos de desplazamiento forzado masivo que afectaron a 21.634
personas (6.704 familias) y 100 comunidades confinadas que dejaron aproximadamente
24.000 personas afectadas entre el 1 de enero de 2018 al 18 de julio de 2019.
(Defensoría del Pueblo, 2019)

En el sur del Chocó, los actores armados ocupan un lugar hegemónico en todo el proceso de
producción de la cocaína en los territorios. Aunque ellos no son los cultivadores de la hoja de coca,
son los que abren la puerta a la demanda y muchas veces propician que se desarrollen los cultivos
y los cristalizaderos. Los agentes de la demanda muchas veces son los mismos actores armados o
terceros –narcotraficantes-, estos últimos cuentan con la autorización para entrar al territorio y
comprar la producción después de pagar un impuesto a los primeros. Esto no es un esquema que
se mantiene invariable, al revés, los testimonios señalan a veces el protagonismo en una parte del
encadenamiento a los grupos armados y otras veces a terceros que son descritos como personas
dedicadas a esos negocios. Algunas veces señalan que son los actores armados quienes compran la
hoja de coca, otras veces que compran la pasta base, otras veces que compran la producción
después de ser cristalizada. Esto parece indicar que hay una diversidad de actores detrás de cada
fase de la producción y tráfico de la cocaina. La constante es la autorización del actor armado (el
más nombrado es el ELN), que se efectúa después de un pago, sin este es difícil que se lleve a cabo
e incluso que los narcotraficantes entren a la región.

Para la población esta situación es un tema complicado, prefieren que no se les identifique como
comunidades involucradas en este tipo de procesos productivos. A partir de entrevistas grupales,
se han conocido versiones que señalan que algunas comunidades exigen que los cultivos de uso
ilícito estén alejados de los centros poblados, para así evitar que los relacionen con esa economía.
Pero no pueden parar este fenómeno, pues la gente recurre a esto para encontrar su sustento y
más ahora que la minería está en crisis.

Este riesgo no es pequeño, por el contrario, la presencia del Estado en la región es en primera
medida en contra de los grupos armados ilegales y en segundo lugar frente a las economías ilegales.
Es precisamente este segundo elemento donde más claros son los datos, con especial énfasis en lo
que corresponde a los cultivos de uso ilícito, ese es un claro objetivo contra el que luchan las
autoridades y los resultados que se exponen y se analizan todos los años y que también son

22
26
estudiadas por organismos internacionales y gobiernos extranjeros. Las cifras señalan cómo las
autoridades realizan acciones contra la economía ilegal de la coca que son constantes y generan una
serie golpes que se traducen en cifras significativas para entender cómo descendieron las cifras de
presencia de cultivos de coca de un año a otro en el sur del Departamento.

Para agosto de 2019, las cifras muestran que se incautaron en Sipí 270 kg. de pasta/base de cocaína,
el primer producto del proceso de extracción de la cocaína, mientras en Tadó sólo 3 kg (ver Figura:
“Incautación de drogas pasta/base de cocaina”). Para 2018 en los municipios de la cuenca del río
San Juan las autoridades decomisaron más de 488 kg., que se concentraron en los municipios de
San José del Palmar con 175 kg. y Sipí con 170 kg, en Medio San Juan (Andagoya) la cifra fue de 110
kg. y 32 kg. en Nóvita. Para 2017 se habían incautado más de 670 kilos de pasta/base de cocaina.
De ellos, más de 423 kilográmos en el municipio de San José del Palmar, más de 140 kg. en Istmina,
45 kg. en Medio San Juan, otros 40 kg en El Litoral del San Juan y 25 kg. en Nóvita. Las cifras indican
que las incautaciones se concentraron en los estos tres últimos años en San José del Palmar con más
590 kg. de pasta/base de coca, seguido por Sipí con más de 445 kg. e Istmina con más de 250 kg.;
en otros como Nóvita, El Litoral del San Juan (Docordó) y Medio San Juan (Andagoya) las
incautaciones no superaron los 60 kg.

Figura 3: Incautación de drogas pasta/base de cocaina. Valores en kilogramos

450,00
400,00
350,00
300,00
250,00
200,00
150,00
100,00
50,00
0,00
2017 2018 2019
EL LITORAL DEL SAN JUAN 40,45 1,97 0,00
ISTMINA 140,71 110,17 0,00
MEDIO SAN JUAN (Andagoya) 45,94 0,00 0,00
NÓVITA 25,35 32,05 0,00
SAN JOSÉ DEL PALMAR 423,06 170,66 0,00
SIPÍ 0,00 175,10 270,02
TADÓ 0,13 0,00 3,00
UNIÓN PANAMERICANA (Ánimas) 0,01 0,00 0,02

Fuente: elaboración propia a partir de (UNODC, 2019)

23
27
En lo que respecta a laboratorios para la producción de pasta/base de cocaína, San José del Palmar
también destaca por ser el municipio con mayor número de complejos desmantelados con 124 en
los tres años, en el 2017 con 41, el 2018 con 71 y 2019 con 7 hasta el momento. Otro municipio con
gran presencia de estos complejos para las primeras transformaciones de la hoja de coca es El Litoral
del San Juan, donde se han hallado 66 desde el 2017, en total 42 en ese año, 22 en el 2018 y dos en
lo corrido del presente. Otro municipio donde se hallaron muchos de estos laboratorios fue Istmina,
en 2017 se encontraron 30, en 2018 fueron 32, para un total hasta la fecha de 62. El resto de
municipios no pasa de los diez complejos encontrados en los tres años, en este grupo con escasos
laboratorios para la primera transformación que se le hace a la hoja destaca Sipí y Nóvita. El primero
con 10 laboratorios desmantelados, uno durante el 2017, con 5 en el 2018 y 4 en lo corrido del 2019,
en total 10 durante esos tres años; en Nóvita se desmantelaron 4 en el 2017, otros 4 en el 2018 y 1
en lo que va de 2019, en total 9 complejos de este tipo desmantelados.

Figura 4. Infraestructura para la producción de droga primaria desmantelada.


Cantidad de laboratorios

80,00

70,00

60,00

50,00

40,00

30,00

20,00

10,00

0,00
2017 2018 2019
CONDOTO 0,00
EL LITORAL DEL SAN JUAN 42 22 2
ISTMINA 30 32 0,00
MEDIO SAN JUAN (Andagoya) 3 1 0,00
NÓVITA 4 4 1
RÍO IRÓ (Santa Rita) 2 0,00 0,00
SAN JOSÉ DEL PALMAR 46 71 7
SIPÍ 1 5 4
TADÓ 1 0,00 0,00
UNIÓN PANAMERICANA (Ánimas) 4 0,00 0,00

Fuente: elaboración propia a partir de (UNODC, 2019)

24
28
Las incautaciones de clorhidrato de cocaína en los municipios de la cuenca del río San Juan en el sur
del Chocó fueron de 410 kilogramos entre 2017 y lo corrido de 2019. Destaca el caso de El Litoral
del San Juan (Docordó), donde en 2017 las autoridades incautaron 29 kg, en 2018 fueron 130 kg y
en lo corrido del presente han sido 10 kg. También destaca el caso de Istmina, donde se incautaron
más de 160 kgs desde 2017, el primer año fueron 40 kg, en 2018 serían 120 kgs. y en lo corrido de
2019 las cifras son insignificantes (0.04 kgs.)

Figura 5. Incautaciones de Clorhidrato de cocaína. Valores en kilogramos

140,00

120,00

100,00

80,00

60,00

40,00

20,00

0,00
2017 2018 2019
EL LITORAL DEL SAN JUAN 29,43 130,45 10,03
ISTMINA 40,67 120,13 0,04
NÓVITA 0,52 0,00 0,00
SIPÍ 0,00 78,36 0,00
TADÓ 0,14 0,00 0,00
UNIÓN PANAMERICANA (Ánimas) 0,00 0,69 0,06

Fuente: elaboración propia a partir de (UNODC, 2019)

Otro elemento que permite dimensionar la presencia de los cultivos de uso ilícito en los municipios
son cómo se reparten las cifras de la erradicación manual de cultivos de coca durante los últimos
tres años. Las cifras reflejan que en el 2017 se alcanzó a erradicar 1.763 ha entre todos los
municipios, en 2018 fueron 1.157 ha y para 2019 sólo llega a 269 ha. En el 2017 fue Istmina el
municipio con mayor numero de hectáreas de cultivos de coca erradicadas con 556, seguido por
Condoto con 335, Nóvita con 253, Medio San Juan (Andagoya) con 135, El Litoral del San Juan con
108, Sipí con 103 y San José del Palmar con 97. En el 2018 el municipio con mayor número de
hectáreas con cultivos de coca erradicados fue San José del Palmar con 553 ha, seguido de Medio
San Juan con 197 ha, después Istmina con 165 ha, Sipí con 75 ha, Nóvita con 68, El Litoral del San

25
29
Juan con 48, Condoto con 24 ha, Río Iró con 20 ha y Tadó con 3 ha. Las cifras disponibles para el
2019 señalan que se han erradicado manualmente 223 ha para Sipí y 24 ha para San José del Palmar.

Estas cifras que son significativas para las autoridades, no parecen afectar demasiado a las propias
dinámicas de los cultivos de uso ilícito. Si comparamos estas cifras con las que corresponden a la
presencia de cultivos de uso ilícito (ver Tabla “Cultivos de uso ilícito en hectáres en sur del Chocó”),
donde a pesar de las intensas erradicaciones en esos municipios, las cifras se mantuvieron o
aumentaron de un año al otro. Un ejemplo de este fenómeno es el de Istmina en los años de 2017
y 2018. En el primer año se calcularon 743 ha de cultivos de coca y se erradicaron de forma manual
556 ha, para el 2018 se calcularon 577 ha. Sucede igual con el caso de San José del Palmar, municipio
en el que se señalaron 392 ha en el 2017 y 97 ha erradicadas manualmente, en el 2018 las hectáreas
contadas fueron 391 ha y se erradicaron 553 ha. Estas cifras permiten apreciar la intensidad de los
cultivos de coca y el impacto que tienen las actividades de erradicación que se llevan a cabo año
tras año, que parece no rendir resultados sobre el crecimiento de los cultivos de uso ilícito.

Figura 6. Erradicación de cultivos de coca. Sur de Chocó 2017 a 2019. Valores en hectáreas

600,00

500,00

400,00

300,00

200,00

100,00

0,00
2017 2018 2019
CONDOTO 335,16 20,00 0,00
EL LITORAL DEL SAN JUAN 108,59 48,71 0,00
ISTMINA 556,10 165,64 0,00
MEDIO SAN JUAN 135,05 197,39 0,00
NÓVITA 253,78 68,90 0,00
RÍO IRÓ 172,48 24,56 0,00
SAN JOSÉ DEL PALMAR 97,54 553,25 45,99
SIPÍ 103,96 75,61 223,15
TADÓ 1,00 3,26 0,00

Fuente: elaboración propia a partir de (UNODC, 2019)

26
30
II. Sobre las estructuras armadas ilegales
Las estructuras armadas ilegales hacen presencia en el Chocó desde finales de la década de 1990
(Observatorio de la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, 2014, págs. 656-661). En
su momento llegaron y han logrado mantener el control sobre amplias zonas del territorio y de
diferentes economías que les pagan una porción de los ingresos que obtienen, normalmente un
impuesto entre el 10% y el 20%. Así sucede con la minería, los cultivos de uso ilícito y la madera.
Pasa lo mismo con las obras públicas: todos los proyectos de este tipo deben dar una porción de su
presupuesto a estos grupos si quieren llevar adelante los contratos que firman con los gobiernos, si
no lo hacen, se ven detenidas las obras, o en algunas ocasiones, ni siquiera comienzan por ese
motivo.

En la actualidad los dos principales actores armados ilegales que se mantienen en la zona son el ELN
y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo. Sin embargo, la presencia de
estructuras insurgentes y paramilitares en la cuenca del río San Juan es dilatada y se remonta a la
década de 1990. En realidad, frente al fenómeno de presencia de grupos armados ilegales en la zona
no han sido efectivos los procesos de paz del gobierno con esas organizaciones, pues se acaban unos
e inmediatamente después se consolida la presencia de otros. Precisamente esto sucedió con las
FARC-EP, quienes mantenían una fuerte presencia y control en la zona antes de los acuerdos
alcanzados con el gobierno a finales de 2016. Allí estuvo el Frente 30 y “el Arturo Ruíz del Bloque
Occidental”, “la Columna Móvil Libardo García” y “la Columna Móvil Aurelio Rodríguez”
(Observatorio de la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, 2014, pág. 657). Los
paramilitares por su parte hicieron presencia con “el Bloque Metro” desde 1996 hasta 2001, cuando
fue reemplazado por “el Frente Héroes de Chocó” que hacía parte del “Bloque Pacífico” de las AUC,
que se desmovilizó a mediados del 2005.

Posterior a esos procesos de paz y la desmovilización de esas estructuras armadas ilegales siempre
hubo otros grupos dispuestos a ocupar su lugar, bien fuera porque aprovechaban y ampliaban su
influencia, o bien porque se desmovilizaban, pero sus integrantes y quienes los financiaban
continuaban en el territorio, cambiaron solo de nombre, pero continuaron en sus operaciones. El
caso del ELN y las Autodefensas Gaitanistas de Cololombia (AGC) en el sur del Chocó es una prueba
de que estas organizaciones pasaron por un proceso de ampliación y consolidación en espacios que
dejaron las AUC y las FARC-EP en los últimos años.

27
31
D. El ELN en el sur del Chocó
La presencia del ELN se remonta hasta mediados de la década de 1980 cuando comenzó a aparecer
en esos territorios con diferentes frentes que operaron entre el Chocó, Antioquia, Risaralda y el
Valle del Cauca. En un comienzo, apareció “el Frente Ernesto Ché Guevara” a finales de esa misma
década, en un principio tenía como teatro de operaciones el suroriente de Antioquia, mientras “el
Frente Hernán Jaramillo” en el suroccidente del Chocó. Estos frentes eran entonces parte del
“Frente de Guerra Noroccidental” (Castilla, 2013, pág. 7). Posteriormente aparece en el Chocó el
“Frente Benkos Biohó”, en un proceso de expansión del Frente de Guerra Suroccidental a mediados
de la década de 1990. Este mismo Frente de Guerra crea el “Frente Cacique Calarcá” a finales de esa
década en Risaralda (Castilla, 2013, pág. 10). Para la siguiente década se registra al Frente Che
Guevara y Cacique Calarcá, pero ahora en el Frente de Guerra Suroccidental, además que se
reconocía que el peso del ELN en esta zona estaba determinado por los bloques occidental y
suroccidental (Observatorio de la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, 2014, pág.
660).

Aunque la presencia de este grupo armado ilegal ya dura décadas y su influencia es determinante
para las comunidades que se ubican en gran parte de las zonas rurales, pocos conocen detalles de
esta organización. Son escasas las personas que tienen noción de qué estructura opera en la zona,
algunos entienden que es el Frente de Guerra Occidental, aún menos conocen los Frentes de esa
estructura que operan en la zona, desconocemos que haya quien reconozca saber el número de
personas de esa estructura y menos quiénes son sus líderes más allá del mediáticamente conocido
comandante “Uriel”.

Hoy el ELN hace presencia en el sur del Chocó con el Frente Che Guevara y el Cacique Calarcá, ambas
estructuras como parte del Frente de Guerra Occidental. El primero logró consolidar su control
sobre todo el corredor del San Juan desde el Medio San Juan, el Bajo San Juan hasta la zona del
Litoral. En zonas rurales de los municipios de Medio San Juan, Istmina, Sipí, El Litoral del San Juan y,
a través de Nóvita, hasta San José del Palmar, que se concentra sobretodo en la zona del Alto
Tamaná y el Corregimiento de La Italia respectivamente. En esta zona son pocos los enfrentamientos
que se registran con la fuerza pública, sin embargo, el impacto sobre las comunidades de esos
territorios es amplía. Las comunidades ubicadas desde La Unión, un pueblo del municipio de Medio
San Juan, hacia el sur del río San Juan hasta donde desemboca en el Océano, saben de la presencia
del ELN. Es a ellas a quien deben acudir para tomar decisiones importantes, emprender proyectos,

28
32
traer visitas o trasladarse en horas de la noche por los ríos, pagar el 10% de los ingresos que generan
los proyectos mineros o cobrar el gramaje de la producción de la coca a quienes la procesan.

El Frente Cacique Calarcá se encuentra en el municipio de Tadó, principalmente, y en Río Iró (Santa
Rita). Allí son un azote constante para las poblaciones indígenas y afrodescendientes, en especial
para aquellas cercanas a la carretera que comunica al Chocó con Risaralda, en medio del trayecto
entre Pueblo Rico (Risaralda) y Tadó (Chocó), que es donde más se hace sentir su influencia. Allí es
común que hagan retenes, quemen buses de transporte público y hagan secuestros en distintas
ocasiones de cada año. Frente a estos hechos, la población reconoce la presencia de esta
organización insurgente hoy en el territorio, además de que comprenden la influencia que tienen
en las comunidades en general y sobre las rurales en particular. Incluso muchos saben de algún
miliciano con quien es posible intentar gestionar una reunión con comandantes del grupo
insurgente, sólo si es estrictamente necesario.

1. .Estructura y discurso político


El ELN es una organización insurgente con más de cinco décadas de historia, actualmente se organiza
por Frentes de Guerra de los que hacen parte a su vez distintos Frentes y un órgano de dirección
Nacional, la cual cuenta con 23 miembros y un Comando Central (COCE) que es el máximo grupo de
dirección conformado por cinco miembros.

El Chocó, hoy cuenta con el Frente de Guerra Occidental, el cual en los últimos años tuvo resonancia
por diferentes acciones que impactaron de forma mediática en todo el país. Algunas fueron motivo
de discordia para las conversaciones de esta organización insurgente con el gobierno anterior. Uno
de esos incidentes fue el secuestro de los hermanos “Odín” y “Patrocinio Sánchez Montes de Oca”,
-políticos del departamento-, entre el 2013 y hasta finales de enero de 2017, además, del secuestro
de ocho personas, siete hombres y una mujer en Nóvita en mayo de 2017, entre otros.

El Frente de Guerra Occidental cuenta con otros cuatro Frentes y dos compañías móviles: el Ernesto
“Ché” Guevara, el Cacique Calarcá, “el Manuel Hernández”, “El Boche” y el “Resistencia Cimarrón”,
además, cuenta con dos compañías móviles, la Néstor Tulio Duran y la Omar Salgado -esta última es
catalogada por las autoridades como “Tropas Especiales” (Ministerio de Defensa Nacional-Policía
Nacional, 2017, pág. 1) (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional, 2017, pág. 1). Los dos
primeros operan en el sur del Chocó, el primero desde Medio San Juan y se extiende hacia el sur por
el río San Juan y sus afluentes hasta la zona del litoral, el otro en el límite del Chocó con Risaralda

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sobre la carretera que los vincula en el municipio de Tadó (ver supra). La compañía móvil Néstor
Tulio Durán también parte de sus operaciones son en el sur del Chocó, pero también lo hace en
municipios del litoral que están más al norte.

La notoriedad del Frente de Guerra Occidental se ve reforzada porque uno de sus comandantes se
transformó en vocero oficial de ese grupo insurgente ante los medios de comunicación nacional e
internacionales, este es el caso del comandante “Uriel”, como se le nombra en las diversas
entrevistas realizadas, este personaje, siempre hace sus apariciones encapuchado con el propósito
de proteger su identidad, además, se conoce que es de las primeras voces que aparecen en los
medios cuando se busca una versión autorizada para explicar el comportamiento de dicha
organización; Así sucedió en las dos ocasiones puntuales que podemos exponer, la primera, fue el
atentado a la escuela General Santander el jueves 17 de enero del presente año en Bogotá, la
segunda, fue la celebración de los 55 años de ELN en una comunidad chocoana sin especificar, en
junio del presente año. Además, cuentan con una página de internet y con innumerables videos
plataformas virtuales, donde explican sus acciones y la ideología que los guía. En algunas ocasiones
incluso explica los señalamientos y críticas que se le hacen desde la sociedad civil sobre las
afectaciones que generan en las comunidades del Chocó.

a) Estructura militar
Frente de Guerra Occidental en el sur del Chocó
En Chocó el Frente de Guerra Occidental lo dirige un Estado Mayor compuesto por tres personas,
Ongli Ángel Padilla Romero, alias “Fabián”, quien es el cabecilla; Emilsen Oviedo Sierra, alias
“Martha” o “La Abuela”, que es la segunda cabecilla militar, y Omar Darío Gómez Baraja, alias
“Alejandro”, que es el tercer cabecilla ideólogo (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional,
2017, pág. 2). El cálculo oficial del número de hombres que hasta ahora se conoce de forma pública
es de que lo conforman 183 hombres en armas. En el Sur del Departamento como parte de esta
gran estructura militar tiene presencia con el Frente Cacique Calarcá y el Ernestro “Ché” Guevara.

Las autoridades colombianas tienen reconocida su estructura de mando, los acusan de mútliples
crímenes particulares y otros de carácter colectivo, como

Frente Cacique Calarcá


El Frente Cacique Calarcá según información oficial y de prensa del 2018 está comandada por alias
“Sebastián” acompañado de alias “Bernardo” (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional,

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2017, págs. 1-2; GAVIRIA, 2018). Tiene como escenario principal el municipio de Tadó en las veredas
de Bochoromá, Oscordó, Playa de Oro, zonas donde se encuentran los resguardos indígenas de la
etnia embera katío de Tarena, Mondó-Mondocito y Bochoromá-Bochoromacito, y en el municipio
de Río Iró en la zona rural de Santa Rita. Esto corresponde a la zona de influencia de la vía que
conduce de este Departamento al de Risaralda en la vertiente occidental de la Cordillera Occidental.
La ubicación en ese punto de la cordillera occidental le permite la movilidad de sur-norte por la
cordillera occidental para salir a Río Iró hacia el sur, o a Bagadó y Cértegui en la cuenca del río Atrato
hacia el norte.

La principal táctica que se utiliza por esta organización insurgente es atacar el tráfico vehicular que
transita por esa carretera. Esto lleva a diferentes hechos como la instalación de retenes, la quema
de buses de transporte público, las pescas milagrosas y los secuestros, la confrontación con la fuerza
pública en plena carretera. A lo largo del año este hay numerosos incidentes que reflejan el accionar
de esta subestructura, que afectan a las comunidades indígenas y afrodescendientes, que en
ocasiones se ven obligadas a desplazarse a la cabecera municipal de Tadó.

Frente Ernesto Ché Guevara


El Frente Ernesto “Ché” Guevara es una de las estructuras más mencionadas en los medios de
comunicación del Frente de Guerra Occidental del ELN. Al mando de ella está alias “Jairo”, lo
acompañan alias “Uriel” y alias “Yesenia” (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional, 2017,
pág. 1; Velasco, 2019). Esta subestructura es la encargada del control de un territorio amplísimo que
abarca desde La Unión, un poblado en Medio San Juan (Andagoya) a orillas del río San Juan, hasta
las desembocaduras de este río en el Océano Pacífico. Desde ese punto el trayecto de ese río pasa
por los municipios de Istmina y Litoral del San Juan. Sin embargo, el territorio donde opera el “Che”
Guevara se extiende por varios de los afluentes del río más caudaloso del país: el río Tamaná, el río
Sipí, la quebrada Fujiadó y el río Cucurrupí, entre otros, que descienden por la vertiente occidental
de la Cordillera Occidental.

Esto le ha permitido a esta fracción de la insurgencia la movilidad y asimismo, extender su control


sobre comunidades rurales que se encuentran a orilla de esos ríos en municipios chocoanos como
Nóvita, Sipí, la parte alta de El Litoral del San Juan, San José del Palmar y hacer sentir su influencia
en municipios vallunos como Bolivar, El Dovio, Trujillo, Versalles, El Cairo, El Águila, Argelia y Cartago
(Bedoya, 2019; El Espectador, 2018). También en Buenaventura a través de la zona del Bajo Calima,
que se articula a la zona del Bajo San Juan por la parte baja del río Calima (Oficial, 2019).

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La presencia de este Frente entonces se extiende a gran parte del sur del Chocó, a la zona del Medio
y Bajo San Juan. La información en el territorio señala que también su influencia se extiende hasta
el litoral, pero no sólo a través del municipio El Litoral del San Juan. Sino a través de otro corredor
de movilidad, como es la cuenca del río Baudó. Los integrantes de esta organización conocen tan
bien el territorio que aprovechan los corredores que forman los ríos y quebradas que vierten sus
aguas al San Juan y al Baudó, para así aumentar su capacidad de movilidad. Es ahí donde tienen sus
rutas de escape hacia el Océano Pacífico, sus rutas de operatividad para sacar y entrar sus
mercancías. La movilidad del Frente “Che” Guevara logra articular las cuencas en la orilla occidental
del San Juan. En esa zona se desplazan a la cuenca del río Baudó y la del río Docampadó, en los
municipios de Medio y Bajo Baudó (Puerto Meluk y Pizarro). Diferentes ríos y quebradas permiten
ese recorrido, que acercan a las personas a los ríos y quebradas tributarias del Baudó y del
Docampadó, y ya allí llegar al Océano Pacífico sin ir hasta la desembocadura del San Juan en los
límites con el Valle del Cauca en Buenaventura. Para esto son clave las trochas, que la gente
campesina siempre ha conocido y que ahora son utilizadas por los grupos armados ilegales
(Entrevista grupal, 2019).

Son varios puntos donde se puede pasar al Baudó desde el San Juan en términos de horas, puntos
estratégicos se encuentran en San Miguel, esta población es clave porque allí hoy comienza la
minería mecanizada, pero también porque conecta a través de una quebrada y un camino de no
más de dos horas con otro río que lleva al río Docampadó, que vierte sus aguas al Océano Pacífico.
Desde la orilla frente a San Miguel también se entra a una quebrada que se llama Pocoperro que
por tierra lleva a Minguimalo que sale a la zona del río Docampadó, o si se toma hacia el sur se llega
a Negría cuyo río también lleva a la zona de la cuenca del río Docampadó. Más al sur de San Miguel
en el río San Juan está Noanamá, todavía en el municipios de Medio San Juan (Andagoya), de ese
punto más al sur ya no se encuentra minería en ese curso de agua, desde allí se forma un corredor
por el río Bicordó que articula con el río Docampadó hacia el Océano Pacífico.

El control del Frente Ché Guevara sobre la zona de San Miguel también le permite dominar la
movilidad en la orilla oriental del río San Juan y el acceso a enclaves de economías ilegales ubicados
en municipios como Nóvita, San José del Palmar y Sipí. Hecho que refleja que lo que sucede hacia la
zona del Baudó también sucede en la otra orilla del río San Juan y hacia el Valle del Cauca.

En esos tres municipios se encuentran diferentes ríos a la orilla de los cuales hay poblaciones
dedicadas a las labores campesinas y que caen bajo la influencia de ese frente, lo que les permite el

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control de zonas mineras y/o dedicadas a los cultivos de uso ilícito, que representan rentas
importantes para este grupo armado ilegal.

Para ello, controlan la movilidad desde la desembocadura por el río Sipí, trayecto que es totalmente
controlado por los elenos, -son zonas de población afrodescendiente e indígena, sobre todo, en
menor proporción mestiza, dedicadas a labores campesinas y extractivas como la minería y la tala
de madera-, que se extienden por los ríos Tamaná, Cajón, Sipí, entre otros, así como algunos de sus
afluentes. Las principales características de ellas son: la primera es la zona del Alto Tamaná en Nóvita
que se articula con La Italia, que se encuentran en el municipio de Nóvita y San José del Palmar
respectivamente. La segunda, es la zona del río Sipí y la del río Cajón en Nóvita. Ambos son núcleos
de población en asentamientos dispersos, dedicados al trabajo campesino, a la minería y a la tala
de madera. Donde la presencia del ELN se ha consolidado en los últimos años gracias a las economías
ilegales, que además son puntos que les permite la movilidad hacia el norte del Valle del Cauca,
hacia más al norte hacia Cartago por el Alto Tamaná, hacia el Cañón del río Garrapatas en Bolivar,
El Dovio y Trujillo por Sipí.

Aún más al sur de San Miguel, en la orilla oriental del río San Juan está otro afluente que permite la
acrecentar la influencia del Frente “Ché” Guevara en el Medio San Juan. Es la zona del río Fujiadó,
en la región dicen que ese río es hermoso, pues sus aguas son cristalinas. Es la última comunidad de
Medio San Juan, donde se encuentra un aserradero. Ese es un corredor estratégico, señalan los
testimonios, por el cual los grupos organizados ilegales siempre se han ubicado, son sus zonas
campamentarias: “cuando uno llega a ese lugar, van llegando las lanchas con ellos” (los insurgentes)
(Entrevista grupal, 2019). Además, se sabe que hacia el sur de esta zona (“Fujiado hacia abajo”)
donde se encuentran los cristalizadores de coca. En todos los pueblos se compra, se comercializa,
pero hasta allí se trae para hacer el proceso de transformación en el laboratorio. Desde ese lugar la
insurgencia gracias al río San Juan, se pueden mover en la dirección que quieran.

La presencia del Frente Che Guevara en la zona del Medio San Juan está encaminada más a hacer
control de las economías ilegales en zonas rurales de núcleos de población dispersa, que en el
enfrentamiento con otros grupos armados ilegales. Por el contrario, el ELN en la zona del Medio San
Juan mantiene acuerdos con el Clan del Golfo, en los cuales se trazaron límites territoriales claros
que ambas organizaciones respetan -el poblado La Unión en el municipio de Medio San Juan
(Andagoya) es el límite entre uno y otro bando, establecido a mediados de 2017-. Lo mismo sucede
con el Ejército, son pocos los enfrentamientos directos que mantienen, pues evitan las tomas de

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cabeceras municipales, más bien están en la tarea de evitar los encuentros. El trabajo realizado en
campo, los testimonios conocidos y la documentación consultada hasta el momento reflejan que en
esta zona el ELN pretende mantener el control de los diferentes eslabones de las economías que se
realizan en la zona, sobre todo las ilegales.

El Frente “Che” Guevara también hace presencia en el municipio de El Litoral del San Juan, que es
un corredor clave para la movilidad en las cercanías de Buenaventura y para salir al resto del Valle
del Cauca a través de múltiples puntos. Lo cual se ve potenciado por sus múltiples conexiones al
Océano Pacífico, la escasa presencia de población y las múltiples zonas de cultivos de uso ilícito que
allí existen. El control territorial del ELN en esa zona se potencia con la movilidad que logran al
remontar los ríos y quebradas que tributan en el San Juan y descender al Océano por lo que nacen
en el municipio. Así que no sólo es el río San Juan su vía de comunicación, sino los ríos que les
permiten evitar el San Juan, acortar camino y llegar al Océano Pacífico evitando a las autoridades y
acortando camino.

Igual que sucede en la zona del Medio San Juan, cuando pasan de la cuenca del río San Juan a la del
Baudó, aquí pasan del río San Juan al Océano Pacífico sin pasar por la desembocadura. Se ahorran
horas de viaje y la vigilancia de las autoridades militares navales, que tienen su punto de vigilancia
sobre el río San Juan en la bifurcación con la quebrada Docordó, donde tienen instaladas las casas
flotantes desde las cuales controlan la circulación hacia el Océano Pacífico.

El control del Frente “Che” Guevara de los corredores que forman los ríos y que les permiten evitar
circular por el río San Juan, les permite vigilar zonas de cultivos de uso ilícito que se encuentra en
esta zona intermedia, especialmente en el resguardo de Chagpien. El territorio les facilita su
estrategia de movilidad y control sobre ríos y subcuencas completas que se conectan y permiten la
movilidad para salir al Océano Pacífico y evitar a las autoridades.

Al contrario de otras zonas donde hace presencia y control del Frente “Che” Guevara, en El Litoral
del San Juan hay menos estabilidad. Recién se retiró las FARC-EP, se fortaleció la presencia de las
Autodefensas Gaitanistas de Colombia -AGC- que posteriormente fueron desplazadas por el ELN,
que se consolidaron como actor armado ilegal en el municipio, que se apoderó de las zonas claves
para la movilidad (Defensoría del Pueblo, 2014, págs. 25-26; AUTO No. 504 DE 2017, 2017, págs. 12-
13). Sin embargo, periódicamente se presentan situaciones de enfrentamiento con la Fuerza Pública
u otro grupo armado ilegal que afectan a la población. Este último semestre no ha sido la excepción.

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A principios de junio hubo un enfrentamiento entre el ELN y una disidencia de las FARC-EP en el
asentamiento Pichimá Quebrada, del resguardo waunaan de Río Pichimá Quebrada. Se sospecha de
estos últimos por dos motivos: los testimonios que señalaban a integrantes de este grupo que
volvieron a la comunidad a realizar tareas militares reconociéndose de esa organización y porque
semanas antes había un panfleto del Frente 30 Rafael Aguilera de las FARC circuló en Docordó,
cabecera municipal, el cual avisaba de su presencia y permanencia en el Departamento del Chocó y
Valle. Panfleto que también circuló en otras zonas del Departamento. La participación de este grupo
es señalada en los informes de Naciones Unidas sobre el incidente entre estos dos actores armados
y su impacto sobre la sociedad civil (OCHA, 2019). Que generó el desplazamiento de 417 personas y
97 familias de la comunidad indígena waunaan de Río Pichimá a la cabecera municipal, además el
confinamiento de otras cinco comunidades, Pichimá Playa (afrodescendiente), Tiveria (Wounaan),
Togoromá Quebrada (Wounaan), Togoromá Playa (afrodescendiente), Loma Alta (Wounaan). En
total son 1089 personas agrupadas en 168 familias que se encuentran en situación de
confinamiento, situación que continúa.

El motivo central, de lo que sucede es el control de un corredor de movilidad desde la zona del
resguardo de Chagpien Tordó hacia el Océano Pacífico, que ahorra la salida por las desembocaduras
del San Juan y evita el encuentro con las autoridades. Lo sucedido no es un hecho aislado más de
violencia en el sur del Chocó, por el contrario, refleja la tensión permanente entre diversos actores
armados legales e ilegales por el control de la movilidad en esta zona del Departamento, que
además es una entrada y salida al Valle del Cauca con menos control si se hace por el Bajo Calima.

Compañía Néstor Tulio Durán


Esta es una de las seis unidades del Frente de Guerra Occidental del ELN que hace presencia en el
Chocó. Bajo el mando de Levis Dairon Polo Regino, alias “Ricardo” o “Cholo”, de manera oficial se
señala que actúa en la zona del San Juan en los municipios de Sipí, Medio San Juan, Istmina, Condoto,
Nóvita y Litoral del San Juan (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional, 2017, pág. 1). A través
de informes de prensa, se puede considerar que el radio de acción de esta subestructura es más
amplio desde el 2016, sobre todo se extiende a la zona del Baudó pero también hasta la zona
costera, desde El Litoral del San Juan en el límite sur con el Valle del Cauca, hasta Juradó y Riosucio,
en el norte en la frontera con Panamá, incluso en zonas del Bajo Atrato como Riosucio se ha
señalado su presencia (Cárdenas, 2016; Monsalve Gaviria, 2017; Colprensa, 2017; El Tiempo, 2018;
Armada Nacional de Colombia, 2019).

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Esta estructura es acusadas de llevar adelante múltiples hechos de violencia, de forma específica las
autoridades acusan a los responsables de la cadena de mando de la Compañía Móvil por el asesinato
del gobernador indígenas de la comunidad Docasina de la etnia Emberá Dobidá, Aulio Isarama
Ballesteros, que tuvo lugar el 24 de octubre de 2017 (Macías & Monsalve Gaviria, 2017; El
Espectador, 2017). Inclusive en su momento, reconocieron la responsabilidad de este hecho porque
tenían sospechas de la cercanía del gobernador indígena con la inteligencia militar.

El registro de los incidentes, en su mayoría relacionados con encuentros con la Fuerza Pública, no
explica la particularidad de esta subestructura en el Frente de Guerra Occidental. Sin embargo,
permite apreciar que hay diferencias marcadas frente a otras unidades respecto a la movilidad que
lleva a cabo. Los diferentes espacios en que fue registrado su accionar, que abarca zonas ribereñas
a lo largo de las tres grandes cuencas del Departamento, pero también en diferentes puntos a todo
lo largo del litoral. Este hecho sugiere diferentes objetivos, no tan centrados en el control territorial,
sino en la capacidad de desplazamiento, hecho que coincide con los elementos que su nombre
resalta.

b) Estructura financiera: relación con economías ilegales en el territorio


El Frente de Guerra Occidental hace presencia en zonas claves del sur del Chocó con tres Frentes
diferentes. Principalmente está en zonas rurales, algunas claves para el Departamento en su
relación con el resto del país, como ocurre con el Frente Cacique Calarcá en Tadó en la zona
montañosa aledañas a la carretera que comunica con Risaralda. Otras dilatadas donde se
encuentran dos grandes cuencas como el San Juan y el Baudó, en municipios como Condoto, Istmina
Medio San Juan (Andagoya), Nóvita, San José del Palmar, Sipí, Medio Baudó (Puerto Meluk), Bajo
Baudó (Pizarro) y Litoral del San Juan. Allí están los Frentes “Che” Guevara y la Compañía Móvil
Néstor Tulio Duran. La magnitud de esos espacios de amplísimas selvas húmedas, la falta de
carreteras, y la población que se halla en núcleos dispersos permiten el control de la población y de
las actividades que realizan, en especial a las economómicas. En ese mismo sentido, excepto en lo
que respecta a la mayor parte de las cabeceras municipales, en buena parte de las zonas rurales la
guerrilla del ELN hace sentir su influencia sobre las autoridades comunitarias afrodescendientes e
indígenas, lo cual afecta que puedan cumplir sus funciones de gobierno y justicia local. Estos hechos
evidencian la debilidad institucional del Estado en las poblaciones que ocupan estos territorios y el
control de este grupo insurgente.

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En esa medida, su control sobre algunas economías es de conocimiento público, como sucede con
la extracción de madera, la minería y los cultivos de coca. En lo que corresponde a la madera, desde
hace dos años se impuso un reglamento por parte del ELN a quien pretenda cortar madera en el sur
del Chocó (Sipí, Medio San Juan, Istmina, Litoral del San Juan y Nóvita), producto de reuniones de
esa organización con representantes de 48 comunidades para intentar regular esa economía (Ávila,
2017). Sin embargo, durante los primeros meses del 2019 -de marzo a junio- fue imposible sacar
madera de esta zona, el ELN impidió su comercio pues habían dejado de pagarle lo que le
correspondía, lo que motivó la suspensión de ese comercio en esta zona hasta que se pusieran al
día en los pagos.

La minería es otro sector económico donde el ELN interviene para conseguir recursos para su lucha
armada. En la zona del Medio San Juan una de las zonas mineras más activas es San Miguel, un
poblado en la orilla oriental de ese río, al sur de Andagoya, y aunque desde el río no se alcanza a
observar las zonas de explotación, es uno de las zonas más productivas en la región. Este pueblo se
encuentra en la zona de control territorial de esa guerrilla, que cobra el 10% del total de la
producción a los dueños de los proyectos mineros. Prefieren no involucrarse directamente en la
extracción, ya que así evitan el riesgo financiero.

Respecto a la coca el ELN participa de varias formas en esta economía ilegal en el sur del Chocó. Las
más comentadas son el resguardo a estos cultivos y a los laboratorios donde se procesan, la
población señala lugares concretos donde se encuentran estos últimos. También el gramaje, esto
es, el cobro a cada kilo que circula por la zona con destino al exterior. Los comentarios también se
refieren a la compra de la hoja de coca o la autorización a los que la compran, lo que deja en
evidencia que no es el único actor que participa en esta economía, sino que permite la participación
de otros actores.

Además de estas economías ilegales, también se le acusa del cobro de extorsiones a las empresas
de transporte público, al comercio en general y a los contratistas de obras públicas en todo la región.
Por último, aunque tiene que ver con la dimensión política de los territorios que abordamos, el ELN
hoy le exige a los candidatos a las alcaldías de la región un cobro mayor a 50 millones de pesos, que
sin excepciones deben cancelar. No hacerlo significa la imposibilidad de hacer campañas en las
zonas rurales, donde en algunos municipios son las zonas que deciden la elección. Esto ha llevado a
múltiples voces de protesta, sobre todo de sectores progresistas que señalan la dificultad para llevar
a cabo esta exigencia y que significa generar corrupción antes de empezar las elecciones.

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E. Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo (AGC)
Los grupos paramilitares han tenido una evolución en la forma en que son reconocidos en la región
del Medio San Juan, hecho relacionado con los diferentes grupos de este tipo que han existido en
esta zona desde mediados de 1990. La presencia de los paramilitares en el Chocó tuvo diferentes
etapas. Fue en el antioqueño y chocoano donde se consolidaron hacia 1996 y comenzaron su
expansión a otras zonas del país, primero lo hicieron a la zona del Pacífico, después con el Bloque
Metro entra a la capital departamental hasta el 2001 cuando fue desarticulado, posteriormente hizo
presencia el Frente Héroes del Chocó, que era parte del Bloque Pacífico (Observatorio de la
Consejería Presidencial para los Derechos Humanos, 2014, pág. 659). Este Frente se desmovilizó en
agosto de 2005 fruto de los acuerdos que las AUC firmaron con el gobierno, acto que se desarrolló
en Istmina, en un balneario ubicado en la carretera que conduce a Condoto (VerdadAbierta.com,
2009). Posteriormente cobraron protagonismo las bandas criminales como Los Rastrojos y Los
Machos y las distintas denominaciones y formas que tuvieron, la aparición de las Autodefensas
Gaitanistas de Colombia (AGC) en la región se dio de la mano Los Machos, con quienes conformaron
Renacer y/o Aguilas Negras (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015, pág. 215). Éstas seguirían
la confrontación con Los Rastrojos cuya denominación variaba entre Rondas Populares Campesinas
o Seguridad Armada Campesina, al mismo tiempo también se enfrentaban con las FARC-EP y el ELN
(Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015, pág. 217).

En el 2017 se les reconocían 424 hombres en todo el Departamento, mientras se le reconocían entre
3.000 y 3.500 a nivel nacional (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional, 2017; Álvarez
Vanegas, Llorente, Cajiao Vélez, & Garzón V., 2017, pág. 27). En este momento es posible que hayan
disminuido sobre todo en la zona que corresponde al San Juan, pues la minera en la zona bajo su
control ha disminuido porque se agotó el mineral y además en toda la región del San Juan se ha
visto golpeada por la política del gobierno contra la minería mecanizada ilegal. Los testimonios
señalan dos cuestiones de la presencia de estos grupos, reconocen su existencia y presencia en
algunas de sus comunidades, sin embargo, no se ponen de acuerdo en su denominación, señalan a
las AGC, el Clan del Golfo, las Águilas Negras e incluso a La Familia. En lo que sí se ponen de acuerdo
es en señalar su principal área de influencia, la zona de Suruco y su vínculo mediante la extorsión
con las economías de la minería y el comercio, así como su participación en diferentes etapas del
cultivo y procesamiento de la coca (Entrevista grupal, 2019).

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Reportes oficiales señalan que esta estructura armada ilegal está comandada por alias “Otoniel” a
nivel nacional, en el Chocó el cabecilla es alias “Furia” acompañado por alias “Frank” que es el
cabecilla de finanzas (Ministerio de Defensa Nacional-Policía Nacional, 2017, págs. 2-3). El Clan del
Golfo en el Chocó se divide en regiones, en total son cuatro: Pacífico, Baudó, Atrato y San
Juan/Carretera. Se reconocían estructuras locales en los municipios de Bahía Solano, Nuquí, Pizarro,
Medio Baudó, Río Quito, Quibdó, Lloró, Istmina y Tadó. Para la zona del San Juan la comanda alias
Domingo, en esa región se divide en dos subestructuras, una para la zona de Istmina comandada
por alias “Lápiz”, otra en la zona de Tadó encabezada por alias “Yon”. En cabeceras municipales
como Istmina, Tadó, Condoto y Unión Panamericana es frecuente encontrarse con grafitis de las
iniciales de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).

Los paramilitares siempre han tenido su núcleo territorial en la zona del San Juan en el río Suruco y
las comunidades que allí se asientan. Toda esa zona hasta un poco más al sur es el bastión del
paramilitarismo, pues hacen presencia desde que ese tipo de organizaciones llegaron a la subregión.
Esa zona está articulada por un río y una carretera destapada que en algunos puntos se cruzan. Son
muchas las dificultades para quienes se movilizan por ahí. Carretera que en la región dicen que fue
hecha con recursos públicos exclusivamente por exigencia de los grupos armados ilegales que allí
hacen presencia, pues les permite mejorar su control. Es una zona minera que ha sido
supremamente explotada, un río al que le han trabajado todos sus rincones en varias ocasiones y
que aún algunas personas explotan en menor escala. Hoy se notan los impactos de la minería sobre
el entorno: deforestación generalizada, grandes montañas de arena y pozos que dan lugar a que el
agua se estanque, cambios del curso del río, maquinaria minera arruinada abandonada, etc. Las
comunidades cercanas están en grave situación por la dramática disminución de la minería, pues
siempre se han mantenido de estas labores y habían abandonado el trabajo campesino o la pesca.
Hoy buscan alternativas o nuevos yacimientos para continuar con la extracción minera. Gran parte
de las comunidades en esta zona son del municipio de Istmina, pero justo antes de verter sus aguas
al río San Juan ya es jurisdicción del municipio de Medio San Juan, aunque en esa parte no se
encuentra ninguna población a orillas de ese río.

La zona de control territorial del Clan del Golfo se extiende por la carretera que sale de Istmina y se
dirige a Medio Baudó (Puerto Meluk), allí sigue por el río Suruco, donde aprovecha la carretera
trazada sobre el curso de ese afluente, pasando por Bocas de Suruco, donde ese río desemboca al
río San Juan, desciende por el curso del río hacia el sur hasta el caserío La Unión, que es su límite

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con el Frente “Che” Guevara del ELN (Entrevista grupal, 2019). Ese es el límite sur producto de los
acuerdos entre las fuerzas insurgentes y los neo paramilitares.

Esta zona es estratégica para la movilidad y accionar del Clan del Golfo, pues por un lado pueden
entrar a Istmina por la carretera destapada que se dirige a Medio Baudó, mientras que por el cauce
del río Suruco, que también tiene una carretera destapada articulada, salen hasta el río San Juan sin
pasar por Andagoya. Hacia el Medio Baudó pueden salir sin entrar en Istmina y viceversa, igual por
el río San Juan. En otras palabras, les permite controlar la movilidad de quienes navegan por el río
San Juan y de quienes se movilizan por la carretera de Suruco y al mismo tiempo, evitar el control
de las autoridades.

Esa ubicación ha provocado que con el propósito de controlar la movilidad de la gente que habita
en el sur de Istmina –de control del ELN- y va a la cabecera municipal, ponían retenes en la carretera
y en el río San Juan, así las personas no podían evitarlos, en muchas ocasiones las perjudicaban a
quienes estaban obligados a movilizarse por esas dos vías. En algún momento se empezó a escuchar
que los elenos venían para hacer un hostigamiento, querían detener los abusos que cometía el Clan
del Golfo contra la población que debía movilizarse a la cabecera municipal pasando por su zona de
control. Al final el evento ocurrió el 18 de febrero del 2017. Hoy, a pesar de los acuerdos que hay,
la movilidad es complicada, más si de una zona hay que ir a otra. Además, la gente que reside en
todo el corredor del río Suruco es señalada de ser “paraca” por el control que allí tienen las AGC,
cuando en su mayoría son ajenjos a los grupos armados ilegales.

Para el Clan del Golfo o (AGC) el control de esta zona también ha sido clave que les permite el acceso
a los recursos mineros, los cultivos de uso ilícito y el control de movilidad de la región porque pueden
mantener vigilado el acceso suroccidental a Istmina por la carretera y por el río, así como la
movilidad hacia el municipio de Medio Baudó. Es precisamente en ese municipio donde dieron de
baja a Jairo de Jesús Durango Restrepo, alias Guagua, en marzo de 2016, uno de los cabecillas de
esa organización en el pasado, cuyo nombre pasó a nombrar a la estructura que se mueve entre
Medio Baudó e Istmina, y que dio paso a un plan pistola de ese grupo contra la Policía (El
Colombiano: (Matta Colorado, Urabeños: muere mano derecha de “Otoniel”, 2016; Matta Colorado,
Golpe al Estado Mayor de “los Urabeños”: murió alias “Guagua”, 2016; Semana, 2016; Colprensa,
2016). Este golpe de las autoridades y la reacción de las AGC destacaron la relevancia que esta zona
ha tenido para esa organización, y que al parecer es tenida como una zona de retaguardia donde
además encuentran dos recursos económicos claves como la minería y los cultivos de uso ilícito,

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pero que además les permite desplazarse hacia el Medio Baudó y por esa cuenca salir al Océano
Pacífico y al corredor del río Atrato mediante dos vías: la carretera que de Istmina lleva hasta la
capital departamental y a través del río Quito y sus afluentes (río San Pablo y río Cértegui).

Este último corredor es clave, pues además de ser la histórica vía de comunicación entre el sur
chocoano con la capital departamental y que le da sentido al nombre de Istmina porque junto al río
San Juan dan forma a un Istmo donde se ubica esa cabecera municipal, permite la movilidad entre
el corredor del sur del Departamento –río San Juan- con el corredor hacia el Mar Caribe –hacia el
norte-. La presencia de actores armados en este corredor les permite el control sobre la extracción
de los recursos mineros, que han sido ampliamente afectados por esta economía ilegal y que sus
impactos ambientales han sido ampliamente documentados por los medios de comunicación
nacionales.

La información que se conoce sobre la relación de esta organización con la minería ilegal señala que
se dedican al cobro de extorsiones a quienes llevan adelante estos proyectos. Prefieren esta
situación a encabezar ese tipo de empresas, así evitan los riesgos de hacerse cargo de las pérdidas
económicas que se puedan presentar. Los cobros alcanzan al 10% de la producción total de cada
uno de los entables mineros y son efectuados mensualmente. Esto sucede en la zona de control
paramilitar, pero también en donde es el ELN el que realiza control territorial, el caso es bastante
conocido y hace referencia a la zona de extracción minera que hoy existe en San Miguel, en el
municipio de Istmina. Hasta ese lugar donde controla la insurgencia llegó la exigencia de las AGC, lo
cual contó con la aprobación de la guerrilla, quienes señalaron que de los recursos que daba la
minería alcanzaban para pagar ese pedido. Hoy es un hecho que es comentado por la comunidad,
quienes cada vez dan menos crédito a las situaciones que les toca atravesar por la presencia de los
grupos armados.

Punto aparte merecen las estrategias que hoy se utilizan para legalizar el oro que se extrae en la
minería ilegal que se lleva a cabo en el Chocó. En campo los testimonios que hoy se recogen señalan
las dificultades que los mineros tienen hoy para transformar los minerales que consiguen en su
oficio en dinero. Se refieren a que las compraventas ahora sólo adquieren el oro si el minero está
registrado en el SI.MINERO, un sistema de información que implementó el gobierno para fiscalizar
la actividad minera. Esta herramienta obliga a las compraventas a comprar oro sólo a mineros
registrados en ella, pero los mineros están autorizados a vender cierta cantidad de gramos al mes,
motivo por el cual parte de la producción minera debe buscar otros cauces para entrar al mercado.

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Además de generar molestias en la población que busca vender su oro, también ha generado
intranquilidad en el sector que se dedica al comercio de estos metales, que busca cómo captar de
forma legal ese mineral. Se habla de algunas estrategias de los mineros, como registrar a personas
que no se dedican a esa actividad o vender a terceros que tienen registros legales en el sistema de
información. También estrategias de los comerciantes, pues algunos lograr acaparar los registros de
mineros para de esa forma tener mayor cupo para comprar oro.

Los testimonios en campo también señalan que buena parte del oro hoy se registra mediante títulos
mineros, así no sean producto de la producción de ese título. Esa estrategia permite a los mineros
legalizar su producción al mismo tiempo que los dueños de títulos mineros pueden sacar ganancias
al participar como comerciantes.

Las autoridades a su vez han develado otras estrategias del sector que se dedica a la minería
mecanizada para legalizar el oro y poder exportarlo al mercado internacional. Con ese objetivo
articulaban yacimientos mineros de la región junto a otras del país con empresas exportadoras que
se encargaban de sacarlo al exterior o llevarlo a zonas francas del país y que tenía como destino final
Estados Unidos, Canadá, India y Emiratos Árabes (Fiscalía General de la Nación, 2018; Semana, 2018;
El Tiempo, 2019; Fiscalía General de la Nación, 2019). Además de las transacciones multimillonarias
que se registran en esas investigaciones, también han quedado en evidencia los pagos a miembros
de las AGC de la región. Esos entramados empresariales son dirigidos por colombianos y/o
extranjeros de diversos orígenes, lo que se suma a la presencia brasileña en la minería que se lleva
adelante en el Chocó.

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F. Aparición de las disidencias de las FARC-EP en el sur del Chocó
La aparición de un grupo de disidencias de las FARC-EP en el sur del Chocó tuvo lugar a finales de
mayo y comienzos de junio del presente año. A través de unos audios que circularon durante el
primer fin de semana de junio, donde un indígenas denunciaban enfrentamientos entre grupos
armados ilegales en Pichimá Quebrada, una población indígena ubicada en el resguardo Río
Piuchimá Quebrada en el municipio de El Litoral del San Juan (Andagoya) (ver mapa: “Ubicación
municipio El Litoral del San Juan y Resguardo Río Pichima Quebrada). Inmediatamente después de
ese hecho toda la población debió desplazarse hasta Docordó, su cabecera municipal en El Litoral
del San Juan. En total fueron 417 personas y 97 familias desplazadas, entre ellas 210 niños, niñas y
adolescente además de 21 mujeres lactantes y gestantes (OCHA, 2019). Además el cálculo que
realizan los organismos que asistieron a estos hechos señalaron que seis comunidades quedaron
confinadas en sus poblaciones, en total son 1.089 personas.

Mapa 2. Litoral del rio San Juan y Resguardo

Fuente: elaboración propia

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Estos hechos tuvieron lugar después que circularon panfletos en Quibdó y en diferentes cabeceras
municipales del sur del Chocó que avisaban del arribo del Frente 30 Rafael Aguilera de las FARC-EP,
que anunciaba de su presencia y permanencia. Hasta el momento la información de esta estructura
es escasa y fragmentada. Las versiones señalan que llegó gente que se reconoció como parte de esa
estructura insurgente, pero que además ya era conocida en la zona. La Armada Nacional asimismo
explicó que encontró una estructura campamentaria con capacidad para 20 personas que había sido
abandonado recientemente. Versiones conocidas nos señalaron que hubo reuniones del ELN con
esta estructura, pero que a pesar de esto se desencadenaron los hechos que la población hoy
lamenta.

Mapa 3. Resguardo Rio Pichima

Fuente: elaboración propia

El asunto de Pichimá Quebrada y demás comunidades cercanas afectadas está en relación con una
posición estratégica que permite salir al Océano Pacífico desde la zona de Tordó, Copomá y

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Cucurrupí, evitando los controles de la Armada en el bajo río San Juan. Esa zona es donde se
encuentra el mayor núcleo de cultivos de uso ilícito en este municipio, que también es frontera con
el Valle del Cauca. Evitar a las autoridades es un elemento clave para mantener esta economía ilegal
a salvo, por ese motivo, es clave controlar el corredor del río Pichimá, que no es una desembocadura
del San Juan, sino que vierte sus aguas más al norte cerca al municipio de Bajo Baudó. Las otras
comunidades afectadas por la presencia de estos grupos son Pichimá Playa y Togoromá Playa donde
la población es afrodescendiente y Tiveria, Togoromá Quebrada y Loma Alta donde son Wounaan.

A pesar de que hoy existe presencia y control de autoridades en esta zona, esto sólo es temporal.
En realidad, ellas mantienen en Docordó con la policía, y sobre el río San Juan a la salida al Océano
Pacífico. Esta presencia es insuficiente para el tamaño del territorio y la población que deben
controlar.

IV. Conclusiones

Hay riesgo que en el sur del Chocó se agraven las condiciones de orden público por al menos tres
elementos que se deben considerar. El primero es la crisis de la minería ilegal en la subregión del
Alto y Medio San Juan, que ya genera la búsqueda de alternativas por parte de los grupos armados
ilegales para mantener sus ingresos. Hoy algunos mineros en territorios controlados por la
insurgencia del ELN también están presionados por el Clan del Golfo-AGC, que buscan allí los
ingresos que la minería en las zonas que controlan ya no se consiguen. Esta situación de tanto riesgo,
puede desencadenar futuros episodios de violencia entre estas organizaciones.

El segundo elemento que se debe considerar es que se intensifique la presencia de grupos disidentes
de las FARC-EP. Por el momento se conoce que un pequeño grupo opera en la zona de El Litoral del
San Juan, en zonas de corredores que permiten eludir a las autoridades que se encuentran vigilando
la desembocadura del río y la cabecera municipal. Si este grupo crece en número habrá un
reacomodo de las organizaciones que allí operan mediante eventos de violencia, lo cual aumentará
el impacto sobre la población civil tan golpeada en esta zona costera de ese municipio.

El tercer elemento clave es el aumento de la presión militar sobre esta zona del Departamento. A
mediados de agosto del presente la fuerza pública empieza hacer mayor presencia en algunas zonas
de la cuenca del río San Juan. Esto sucede en el Alto Tamaná o a la altura de Noanamá, un caserío
al sur del municipio de Medio San Juan (Andagoya) casi en el límite con Istmina (ver mapa. “cultivos

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de uso ilícito entre el Medio San Juan y la cuenca del río Docampadó”). Esta última zona es clave
porque allí además de la presencia de cultivos de uso ilícito en todo el arco que forma el río San Juan
y el Docampadó, hay cercanía con San Miguel que está más al norte, donde hoy se encuentra la
mayor extracción minera, y es un cruce de caminos entre la orilla oriental del río San Juan y la cuenca
del río Docampadó por el que se sale más rápido al Océano Pacífico.

Estos tres elementos reflejan la fragilidad del orden público en los municipios de la cuenca del río
San Juan en el sur del Chocó. Que además es un contexto donde la población sufre grandes carencias
materiales y donde la infraestructura es casi inexistente, motivos por los cuales las economías
ilegales son opciones a mano que les permite resolver las necesidades inmediatas. Realidad que
abre campo a que estos grupos armados vinculados a esas economías, se mantengan en estos
territorios, hecho que impide que el Estado llegue con mayor facilidad a las comunidades que allí se
encuentran.

Mapa 4. Cultivos ilícitos. Medio San Juan y cuenca del rio Docampadó

Fuente: elaboración propia

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La esperanza de transformar la realidade de esta zona del Pacífico colombiano parece cada vez más
lejana, incluso si se piensa desde lo político la labor se observa complicada. Esta prácticas alrededor
de las instituciones y del poder en la región mueven grandes pasiones, la población tiene un gran
interés por ellas y participa de forma activa en los procesos electorales. Sin embargo, las mismas
personas que se dedican a esos procesos reconocen que la competencia está mediada por el dinero,
que en gran parte se utiliza para la compra de votos y la gente está acostumbrada a este tipo de
maniobras. Dinero que es aportado en gran medida por empresarios o inversionistas de la zona, el
cual los políticos devuelve mediante diferentes mecanismos en su administración, a través de
contratos, mediante puestos en la administraciones municipales, etc.
A esto hoy se le debe sumar que el ELN hoy exige una cuota a todos los candidatos para las alcaldías
en la región. Una suma que está por encima de los 60 millones de pesos. De esta forma, las
candidaturas políticas se ven obligadas a participar de esta extorsión si pretenden llevar adelante
proselitismo político en las zonas rurales que controla este grupo subversivo. Este hecho refleja
cómo estas organizaciones armadas ilegales tienen un poder al que se someten los actores políticos
de la región, pues no hay la posibilidad de ignorarlo.
Buena parte de la esperanza que hoy tienen las comunidades y las organizaciones de las que hoy
participan frente a esta difícil situación son los PDET. Estos proyectos que nacieron con el Acuerdo
que alcanzaron el Estado colombiano y las FARC-EP, lograron realizarse para completar los Planes
de Acción de los PDET con sus correspondientes pactos Étnicos y Municipales. Sin embargo, las
noticias son pocas en un proceso que espera acercar opciones de desarrollo que las mismas
comunidades observaron cruciales a sus comunidades. Es clave que las demandas ahí consignadas
sean los ejes de los nuevos gobiernos, para que los territorios y las comunidades avancen de forma
certera hacia su futuro.

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Fotografía - © Dennis Arley Huffington Arroyo

Valle del Cauca


Distrito de Buenaventura
Investigadores:
Juan Manuel Torres
Dennis Arley Huffington
María Fernanda Galindo

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Parte 1. CONFLICTIVIDADES SOCIOAMBIENTALES ORIGINADAS
POR EL ALMACENAJE A CIELO ABIERTO DE CARBÓN

A. Cadena de Abastecimiento del Carbón en el Puerto de Buenaventura

La producción de carbón en Colombia ha venido en ascenso. Su potencial carbonífero


(recursos y reservas) se estima en 16.800 millones de toneladas, de las cuales el 14%
corresponde a carbón metalúrgico y el 86% a carbón térmico (SGC, 2012). Esta cifra
muestra a Colombia como el país de Latinoamérica con mayores reservas y recursos de
carbón, ocupando el puesto número 11 como productor a nivel mundial. Además, en los
mercados internacionales el producto colombiano es reconocido por sus altos
estándares de calidad. (PACC, 2018).

La cadena de abastecimiento del carbón comprende todas las fases involucradas en


satisfacer el requerimiento del cliente, ya sea directa o indirectamente. Está compuesta
por 5 grandes etapas: 1) exploración, 2) explotación, 3) transformación, 4) transporte,
5) comercialización - exportación. La Figura 1 muestra un esquema de la cadena de
suministro del carbón basado en los planteamientos realizados por la Unidad de
Planeación Minero Energética -UMPE, resaltando las principales etapas enunciadas
anteriormente, al igual que los actores que participan en la cadena de suministro y
donde se llevan a cabo dichas etapas. Hay que tener en cuenta que la actividad minera
del carbón genera impactos sociales, ambientales y económicos en todas las etapas de
su cadena de valor, afectando no solo el medio ambiente sino también la población que
vive en la zona de influencia de sus operaciones.

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Figura 1 Cadena del Carbón en Colombia UPME (2007)

Fuente: UMPE, 2007

Los recursos y reservas geológicas del carbón se encuentran distribuidas en tres grandes
cordilleras: oriental, central y occidental, localizadas en los departamentos de Antioquia,
Boyacá, Cauca, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Guajira, Norte de Santander, Santander
y Valle del Cauca. Se puede afirmar que las regiones conformadas por los departamentos
de La Guajira, Cesar y Córdoba, registran las mayores reservas de carbón térmico del
país y cuenta con una posición estratégica para la exportación porque se encuentran en
una zona costera, hay que tener en cuenta que los Puertos en Colombia se encuentran
ubicados en Barranquilla, Santa Marta, Cartagena, Tumaco y Buenaventura. Por su
parte, zonas al interior del país como Valle del Cauca y Cauca se caracterizan por la
producción de carbones con alto contenido de cenizas y azufre y va desde el municipio
de Yumbo hasta el río Timba en los límites con el departamento del Cauca.

Según el estudio realizado por Proexport en el año 2009, el puerto de Buenaventura era
más competitivo que los puertos de Chile y Perú, y el puerto de Cartagena era más
competitivo frente a los puertos de Costa Rica, Panamá, México y Brasil ubicados en el
Atlántico. Resulta importante la posición geográfica en la que se encuentran ubicados

55
estos Puertos pues, según el estudio, los costos de los fletes marítimos desde Colombia
hacia Estados Unidos son menores significativamente frente a los demás Puertos. El
siguiente apartado se centrará en el Puerto de Buenaventura, pues es uno de los Puertos
carboníferos de Colombia.

A lo largo de la historia, los Puertos marítimos han sido ejes centrales para el desarrollo
de las comunidades de su área de influencia, se consideran como puertas de entrada
hacia el progreso, pues trae oportunidades y mejoras en la calidad de vida de los
habitantes. Sin embargo, en el contexto colombiano, las particularidades del conflicto
armado y la realidad socioeconómica que vive, las ciudades portuarias también han sido
lugares en donde se han reproducido las dinámicas de violencia. Distintos actores al
margen de ley han disputado intensamente el control del territorio, especialmente de
los puertos con el fin de obtener beneficios por el contrabando o por las rutas del
narcotráfico, lo que dificulta el desarrollo de las actividades regulares del mismo.

La actividad portuaria en Colombia ha tenido un importante desarrollo a través del


tiempo. El avance en los procesos de comercio exterior y logística, han logrado mayores
exigencias en cuanto al nivel de competencia de los mercados mundiales. De la misma
forma, las inversiones han servido de estímulos para los entes portuarios, porque les
exige desarrollar una infraestructura adecuada que incluya un riguroso marco
internacional y que cuente con un alto nivel de calidad, llevando a asumir mayores retos
y, por lo tanto, un avance significativo de las actividades portuarias.

Buenaventura cuenta con una ubicación geoestratégica debido a su posición en las rutas
comerciales del Pacífico para los mercados de Asía, Norteamérica, Panamá,́ Europa y
Latinoamérica. Además, desde la costa Suramericana, es el Puerto más cercano al canal
de Panamá. Actualmente Buenaventura tiene altas posibilidades de estar más
conectados con otros Puertos ante la firma de los acuerdos de TLCs. (puertos de Canadá,́
EE.UU., México, Ecuador, Perú́, Chile y en general con las rutas navieras del mundo). Se
puede decir que Buenaventura es la puerta de Colombia frente a la cuenca del Pacifico
y del mundo, contribuyendo con más del 50% del comercio exterior en el país.
(Procolombia).

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El Puerto de Buenaventura es el más importante de la costa pacífica debido al volumen
de carga que maneja, según la Superintendencia de Puertos y Transporte, el Puerto de
Buenaventura es responsable del 12% de la carga portuaria de Colombia (Becerra,
2019). Cuenta con una infraestructura especializada para el manejo de contenedores,
granos, carga a granel y multiusos, especialmente gráneles alimenticios, carbón, acero,
coque, carga de proyecto y carga general, y su ubicación es privilegiada porque las
principales rutas marítimas mundiales pasan por esta zona y es el Puerto del continente
americano más cercano al mercado asiático. Asimismo, el Puerto de Buenaventura goza
de terminales especializados en el manejo de carga a granel tipo carbón (Terminal de
Granel Sucio de Carbón). El ingreso del carbón a estos terminales se hace a través de
trenes especializados (góndolas o vagones), luego son descargados a los patios de
almacenamiento y allí por medio de cargadores es arrumado o apilado. (Logística
Portuaria Marítima, 2019).

El Puerto de Buenaventura cuenta con grandes beneficios, no solo por su ubicación


geográfica, por una parte los productores tienen un ahorro por tonelada de carbón, pues
los buques que llegan al Puerto a descargar gráneles alimenticios, pueden cargar carbón
inmediatamente, lo que disminuye tiempos y costos para las líneas navieras; por otra
parte, los productores de carbón tienen una tasa de embarque especial de entre 15.000
y 18.000 toneladas al día, comparado con el promedio del Puerto de Buenaventura que
corresponde a 10.000 toneladas diarias; finalmente se puede decir que el carbón es
transportado a través de bandas encapsuladas para evitar las emisiones de material
particulado, lo cual contribuye a la protección del ambiente. (Becerra, 2019)

Desde hace algunos años, el Gobierno de Colombia lleva a cabo importantes y


cuantiosas concesiones para modernizar el Puerto de Buenaventura y convertirlo en el
más desarrollado de Latinoamérica, lo que aumentaría la competitividad de los
productores colombianos. Para fortalecer la cadena en términos de tiempo, costos y
seguridad, aplican el de modelo de Red de Empresas Sostenibles (RedES), que busca
generar transformación a través de la producción más limpia, el aprender haciendo y la
colaboración en la cadena. La cadena está conformada por 16 empresas que
representan 7 diferentes actividades de la cadena de valor del sector logístico y

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portuario, como se muestra en la Tabla 1. Estas empresas son las principales
dinamizadoras de la cadena de suministro, la mayoría de ellas son privadas debido a las
recientes políticas portuarias. (Acción Buenaventura, 2019).

Tabla 1. Empresas que representan la cadena de valor del sector portuario-logístico

Nombre de la Empresa Descripción


AG Consultores Empresa dedicada a la ingeniería y consultoría
Ambientales S.A.S ambiental. Se especializan en planes de manejo
ambiental, análisis de laboratorio y proyectos de
ingeniería.
Apix Logística Empresa de logística. Se especializa en el transporte y
Especializada S.A.S almacenamiento de material y/o producto terminado.
BGP Container & Logistics Empresa de operaciones de transporte de carga a
S.A través de flota tercerizada.
Cadegran Empresa de carga. Se especializa en realizar
operaciones como carga, descarga y transporte de
mercancía en el Puerto de Buenaventura.
Compañía Puertos y Terminal Portuaria. Es la encargada de realizar
Asociados (COMPAS) actividades de movilización, almacenamiento y
despacho de granos alimenticios y carbonato de sodio.
Federación Colombiana de Gremio. Organización que concentra a las empresas
Transporte de Carga por dedicadas al transporte de carga.
Carretera - COLFECAR
Grupo Portuario S.A Empresa de carga. Opera principalmente en el Muelle
13 del Puerto de Buenaventura. Se especializa en la
carga, descarga y almacenamiento de minerales como
el acero, hierro, fertilizantes o carga en general.
Inatlantic S.A Empresa de almacenamiento. Cuenta con patios de
almacenamiento en el área de la zona franca de
Buenaventura desde donde apoya la operaciones de
exportación de carbón.
OPP Graneles S.A Empresa de carga. Se especializa en la carga, descarga
y almacenamiento de productos a granel como los
cereales, hierro y carbón.
Pilotos Prácticos del Empresa dedicada al practicaje marítimo a la operación
Pacífico portuaria de Buenaventura. Se especializa en
actividades como fondeo con lanchas, comunicaciones
con radiofrecuencia y amarre en muelles.
Sociedad Portuaria Empresa que administra el Terminal Marítimo de
Regional de Buenaventura Buenaventura y ofrece servicios portuarios y soluciones
(SPRBUN) logísticas.
Transporte Sánchez Polo & Empresa de logística. Se especializa en el manejo
Cia Ltda logístico de carga con presencia nacional y regional en
Buenaventura.

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CELPA Centro logístico ubicado en la zona franca de
Buenaventura, donde se concentran empresas del
sector, que se dedican a la actividad del comercio
exterior y se especializan en almacenamiento,
embalaje, ITR, exportación e importación.
SPILBUN Empresa dedicada al practicaje marítimo a la operación
portuaria de Buenaventura. Se especializa en
actividades como el arribo directo, arribo a fondeo,
atraque, zarpe y acoderamiento.
Ecofertil Empresa dedicada a la producción y comercialización
de fertilizantes simples y mezclados para aplicación en
las actividades agrícolas.
Gases de Occidente Empresa de servicios públicos dedicada a la
distribución y comercialización de gas natural en los
departamentos de Valle del Cauca y Cauca.

Fuente: Elaboración propia a partir de Acción Buenaventura, 2019

El Puerto de Buenaventura continúa especializándose y generando nuevas


oportunidades de negocio para a traer carga. Busca generar competitividad y valor a sus
grupos de interés, a través de la prestación de servicios portuarios y soluciones logísticas
de clase mundial. La Sociedad Portuaria de Buenaventura ofrece una amplia gama de
servicios: Pilotaje; Remolcadores; Suministros de agua, combustibles, lubricantes y
avituallamiento; Muellaje; Servicio a las naves: reparación de sistemas mecánicos,
eléctricos, hidráulicos y de refrigeración, Manipuleo (cargue y descargue de motonaves);
Servicios médicos, odontológicos y migratorios a la tripulación de los buques; Servicios
de almacenamiento a la línea naviera almacenaje LCL

Monitoreo y control de contenedores de transbordo; Transbordo; Consolidación y


desconsolidación de contenedores LCL; Tratamiento de desechos sólidos y líquidos; Uso
de grúas. Estos servicios, se desarrollan en las operaciones de la cadena de valor, como
se muestra en la figura 2:

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Figura 2: Operaciones de la cadena de valor del sector portuario-logístico

Fuente: Acción Buenaventura, 2019

Dada la importancia del sector carbonífero en el país, Colombia cuenta con un marco
regulatorio claro que garantiza a los inversionistas nacionales e internacionales, normas
precisas que sirven para cumplir con los derechos y obligaciones adquiridas. La Política
Ambiental para la Cadena Productiva de Carbón (PACC), se formuló bajo lineamientos
técnicos, normativos, de política y procedimentales definidos por el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS), con el fin de establecer un plan de acción
integral para prevenir, corregir y mitigar los impactos ambientales individuales y
sinérgicos generados o que se puedan generar por efecto de la operación extractiva de
carbón en sus etapas de explotación (a cielo abierto y subterránea), transporte (férreo
y carretero) y despacho a través de puertos (marítimos y fluviales). (PACC, 2018).

Esta política fue formulada en cumplimiento de la Sentencia T-154 de 2013 proferida


por la Corte Constitucional y en la cual se instaba al Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible a construir una política integral de alcance nacional para optimizar los
procesos de esta industria y al mismo tiempo prevenir la contaminación del aire y del
agua causada por la actividad productiva del carbón. Por esta razón, el 18 de julio de
2018, el Consejo Nacional Ambiental aprobó por unanimidad la Política Ambiental para
la Cadena Productiva del Carbón (PACC), la cual busca mejorar la calidad ambiental de

60
los entornos en donde se realicen actividades carboníferas, entendidas como la
explotación, cargue, descargue y transporte del mineral.

Durante los últimos años, ha crecido la preocupación del Gobierno Nacional sobre los impactos
ambientales de la actividad minera del carbón debido al deterioro ambiental evidenciado en las
zonas de influencia de estos proyectos, razón principal para motivar la creación y puesta en
marcha de la PACC. Si bien el Puerto de Buenaventura cuenta con un crecimiento acelerado en
los últimos años y se han desarrollado proyectos de inversión social enfocados en la generación
de desarrollo, con el fin de transformar positivamente el entorno de las comunidades de la zona
de influencia del Puerto, la población de Buenaventura sigue sufriendo de una de las peores
condiciones de pobreza en el país. En este sentido, el Puerto ofrece grandes oportunidades
económicas, sin embargo, ha que resaltar que gran parte de estas oportunidades no se
aprovechan debido a la problemática social, económica y de seguridad de la zona.

B. Percepción Impactos ambientales sobre las comunidades vecinas a los patios de


almacenaje de carbón a cielo abierto zona de influencia.

La Resolución 2254 de 2017 mediante la cual se adopta la Norma de Calidad del Aire expedida
por la subdirección de Estudios ambientales del Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales de Colombia – IDEAM –, establece que:

Los estudios sobre la calidad del aire están asociados con la evaluación
de la alteración de sus propiedades físicas y químicas en la masa de aire.
Estos compuestos pueden presentarse como partículas sólidas, gotas
líquidas, gases o mezclas de estas formas.

Además,

Adopta disposiciones para la gestión del recurso del aire en el territorio


nacional, con el objeto de garantizar un ambiente sano y minimizar el
riesgo sobre la salud humana que pueda se causado por la exposición
de los contaminantes en la atmósfera. (Resolución 2254, 2017, p.2)

Lo anterior hace parte del motivo de exposiciones planteado por la Mesa Ambiental del Comité
del Paro Cívico que recogió las denuncias y acciones de la ciudadanía y en su representación se
movilizó en contra del almacenaje a cielo abierto de carbón en la ciudad.

En cuanto a la percepción de los impactos ambientales sobre las comunidades en Buenaventura,


se halló que en el año 2017 la comunidad de Nayita y Mayolo, colindantes con los patios de

61
almacenaje de carbón a cielo abierto, manifestaron preocupación por la afectación sobre su
salud. Se reportaron casos de tuberculosis y afecciones respiratorias asociadas al polvillo que
desprende el carbón durante su transporte o almacenaje a cielo abierto.

Esto nos está matando poco a poco, hay un aumento de enfermedades


respiratorias, decesos en niños, problemas con el cáncer y tuberculosis. Sobre
todo, están surgiendo problemas en mayores y pequeños” Manifestó al
respecto Cleómenes Germán Matacea, entonces vicepresidente de la junta de
acción comunal del barrio Nayita. (Contagio Radio, 2017, párr.3)

Adicionalmente, se encontraron 3 conceptos sobre contaminación ambiental derivada por el


almacenaje a cielo abierto de carbón. El primero, denominado Monitoreo de calidad del aire
área de influencia patios de carbón antigua zona franca operados por el Grupo Portuario S.A,
Inatlantic. S.A y Camco S.A.S. realizado a finales de 2016 por la Agencia AG Consultores
Ambientales S.A.S. y el IDAM (2016)

En el concepto técnico se comprobó la calidad del aire en la zona colindante al patio de


almacenaje medido a través de la presencia de material particulados – polvillo del carbón –. El
resultado fue el siguiente:

Se abordaron cinco puntos de análisis. En el punto de Colfecar, la calidad es “peligrosa”. En


cuanto al punto de La Glorieta, la calidad del aire fue catalogada como “Dañina a la salud para
grupos sensibles”. Con respecto a los puntos Zelsa S.A y la Iglesia Barrio Nayita, la calidad del
aire fue “moderado”. Y los puntos del colegio Pascual de Andagoya y las viviendas del barrio
Nayita, presentó una calidad buena del aire.

El concepto que es resultado del estudio contratado por el Grupo Portuario S.A., además
determina que:

Los patios ubicados en la antigua zona franca contiguos a los barrios Nayita y
Mayolo cuentan con equipamientos de contención de particulado fino
proveniente del carbón. Que los patios se encuentran carpados con excepción
durante las actividades de apilado y cargue de los vehículos con el mineral.

Que parte del aporte del polvillo de carbón en el aire es producido por los
movimientos internos de los vehículos destinados al cargue y descargue del
carbón. Sin embargo, la contaminación es mínima debido a que los vehículos
ingresan y salen de los patios completamente carpados.

Finalmente, que una considerable parte de la contaminación del aire en la zona


es producida por el transito diario de alrededor de 2000 vehículos de carga hacia
las instalaciones conexas que no están destinadas al almacenaje de carbón.

62
El mal estado de las vías donde algunos patios logísticos vecinos poseen pisos
sin pavimentar que contamina constantemente con material particulado el aire.
(AG Consultores Ambientales, 2016, p.70)

Fuente: Imagen de Google Earth, edición Pares-Pacífico según concepto técnico de AG Consultores Ambientales.

Se podría decir que el estudio realizado por el Grupo Portuario S.A, operador portuario de los
patios de carbón en Buenaventura, desvirtúa la información dada por los habitantes de los
barrios Nayitas y Mayolo y la forma como estas perciben que la actividad de almacenaje impacta
sobre su medio ambiente.

Según el concepto, el área más contaminada son puntos no residenciales, destinados a la


actividad portuaria, se manifiesta que la contaminación es moderada en una parte del barrio
Nayita, dejando la restante zona residencial libre de contaminación. Sin embargo, el
vicepresidente de la junta de acción comunal del barrio Nayita le manifestó a un diario local que
“las partículas de carbón están en todos los lados: en la ropa, la piel, el agua. Estamos cocinando
y comiendo carbón […] la asfixia no se les quita a los muchachos., la gripa tampoco se quita,
nosotros estamos al pie del carbón” (Contagio Radio, 2017, párr.10).

La información de la líder comunitaria constata con el concepto técnico denominado Patios de


Carbón Distrito de Buenaventura, realizado por la Mesa Ambiental del Comité del Paro Cívico
para Vivir con Dignidad y en Paz en el Territorio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible, la Autoridad Ambiental de Licencias Ambientales, la CVC, el Establecimiento Público

63
Ambienta – EPA –, y la Alcaldía Distrital de Buenaventura a través de la Dirección Técnica
Ambiental, en julio de 2017

Mediante visita de los organismos en mención a las instalaciones del Grupo Portuario S.A. –
antigua zona franca – utilizadas por las empresas Inatlantic y Coquecol, y las instalaciones de la
Sociedad Puerto Estero San Antonio, utilizadas por la Sociedad Portuaria Puerto Estero San
Antonio S.A., se halló que:

No cuentan con un Plan de Manejo Ambiental, una Red de Monitoreo de


Calidad, ni estaciones meteorológicas. Tampoco cuentan con permiso y sistemas
de vertimientos, permisos de emisiones atmosféricas, ni plan de contingencia.
(Comité del Paro Cívico Buenaventura, 2017, p.2)

En cuanto a las condiciones técnicas de los patios se evidenció que:

No se encuentra completamente cubierto el patio con la polisombra, además;


se debe utilizar geotextil por el problema del polvillo. No se hallaron cañones de
humectación. El carbón almacenado no se encuentra totalmente cubierto, las
zonas de paso de camiones se encuentran llenas de polvillo de carbón. La
actividad de humectación y barrido de vías de acceso a los patios es mínima,
tanto que durante la visita no se pudo evidenciar ni una vez el proceso. (Comité
del Paro Cívico Buenaventura, 2017, p.2)

Cubrimiento parcial de pilas de carbón Sociedad Cubrimiento parcial de pilas de carbón


Puerto Estero San Antonio. Antigua Zona franca de Buenaventura.

Fuente: Foto recuperada del docuento de Fuente: Foto recuperada del documento
Concepto técnico del MinAmbiente Concepto técnico del Minambiente

64
Los canales para el manejo de aguas de escorrentía y lixiviados tienen falta de
mantenimiento periódico, están colmatados y se observa presencia de
vegetación por falta del mantenimiento del canal. Y para el manejo de los
residuos, se halló mala disposición de estos, en los patios del Grupo Portuario
S.A. mientras que en el patio de la Sociedad Puerto Estero San Antonio no cuenta
con un sitio de almacenamiento para residuos (Comité del Paro Cívico
Buenaventura, 2017 p.3)

La condición de los patios, que encontró el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el


Establecimiento Público Ambiental y la Mesa Ambiental del Comité del Paro Cívico, en la visita
técnica, motiva las reiteradas quejas que la comunidad ha realizado por la operación de cargue
y descargue para almacenaje. Argumentando afectación a la salud humana de los habitantes de
los barrios colindantes, por la presencia de residuos de material particulado de carbón en vías
públicas y en el aire.

El tercer concepto, denominado Informe de verificación a depósitos de carbón, realizado por la


Defensoría del Pueblo Distrital de Buenaventura (2018), pudo constatar que un año después de
emitido el concepto técnico anteriormente detallado, con sus resultados, los patios en mención
seguían funcionando bajo las mismas condiciones.

Actualmente, según datos del DANE (2019), la actividad de almacenaje de carbón en


Buenaventura continúa, aunque según datos del DANE, las exportaciones de este mineral han
tenido una variación negativa del 10,7% en lo que va corrido del año1.

La Ley 1450 de 2011 mediante la cual se adoptó el Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014,
estableció en su Artículo 113 que a partir del 1 de enero de 2012 los puertos marítimos y fluviales
que realicen cargue de carbón deberán hacerlo a través de un sistema de cargue directo. Esta
normatividad se incumple por las empresas Inatlantic y Sociedad Portuaria Puerto Estero San
Antonio S.A. Estas empresas para la exportación del mineral no realizan el cargue directo a las
embarcaciones, sino, que lo almacenan en patios a cielo abierto ubicados en la parte urbana de
la ciudad y colindan con áreas residenciales.

Además, dichos patios tampoco cumplen con los requerimientos técnicos ambientales, según
determinó el Establecimiento Público Ambiental mediante Resolución 141 de 2017. Esto ha
causado que los habitantes de los barrios Inmaculada, Nayita y Mayolo perciban una

1
Boletín técnico de exportaciones octubre de 2019 del DANE. Recuperado de:
https://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/exportaciones/bol_exp_oct19.pdf

65
contaminación ambiental con afectación en su propia salud, según detalló en el documento
informe patios de carbón distrito de Buenaventura:

es necesario establecer correctivos de manera inmediata para dicha


operación pues son reiteradas las quejas que la comunidad ha venido
realizando por la operación de dicho patio, argumentado afectación a la
salud humana de los habitantes de los barrios colindantes, por la
presencia de regueros de material particulado de carbón en vías
públicas. (Comité del Paro Cívico Buenaventura, 2017, p.)

Mediante forma organizada, a través de autoridades cívicas, como lo es el Comité del Paro
Cívico, verificaron dichas afectaciones mediante estudio técnico. Sin embargo, como lo veremos
a continuación, la problemática continúa desencadenando acciones por parte de las
comunidades contra el almacenaje a cielo abierto de carbón.

b. Movilización ciudadana, estrategias contención y resultados.

Desde el 2011 se evidencia conflictividades asociadas con el almacenaje a cielo abierto de


carbón en Buenaventura. Motivados por las afectaciones sobre el medio ambiente que
repercuten sobre la salud de los habitantes de los barrios colindantes donde se registra esta
actividad: Inmaculada, Nayita y Mayolo, los “vecinos del puerto”.

El 3 de julio del 2011, los residentes del barrio Inmaculada protestaron contra la entonces
empresa Trenaco S.A. por la contaminación con polvillo de carbón que esparcían en las vías del
barrio los vehículos que transportaban el mineral hacia las instalaciones portuarias. (Noticiero
Telemar, 2011). Como consecuencia, los concejales de Buenaventura vigencia 2008-2011,
realizaron un recorrido de verificación y posteriormente sesión de control político con la
comisión para verificación del cumplimiento de normas ambientales.

Resultó en un llamado por parte de la corporación a la empresa para el cumplimiento de las


normas ambientales, así, como a la administración municipal y la CVC para ejercer mayor control
y vigilancia en el cumplimiento de las normas ambientales en la realización de esta actividad,
expresó en entrevista al noticiero local Noticiero de Buenaventura (2011), el entonces concejal
Luis Arbey Arias.

Posteriormente, mediante denuncia pública de los habitantes del barrio Inmaculada y el Concejo
Municipal, la CVC suspendió la actividad en la bodega de almacenaje de carbón por
incumplimiento de las normas almacenaje y no control de sedimentos de carbón en las llantas

66
de los camiones que transportan el mineral, las que estarían afectando la salud de los
bonaverenses (El País Buenaventura, 2012). La respuesta por parte de la empresa Trenaco S.A.
fue iniciar la adecuación en infraestructura del patio ubicado en las inmediaciones del barrio
Inmaculada para el cumplimiento de normas ambientales exigidas por la CVC.

Sin embargo, el Concejo de Buenaventura vigencia 2012 – 2016, realizó nuevamente control
político a la CVC, la administración distrital y en este caso, la empresa Inatlantic – que reemplazó
a Trenaco S.A. como usuario del patio de carbón de la Inmaculada –, por el incumplimiento de
las normas ambientales de transporte y almacenamiento del mineral exigidas por la misma
corporación en la vigencia pasada.

Ante tal situación la empresa usuaria del patio fue adquirir compromisos de remodelación de
infraestructura de los patios y cumplimiento de las medidas preventivas sobre los
establecimientos ubicados en la Isla cascajal (El País, 2013).

En la misma plenaria, el líder social Magno Machado denunció una violación a los derechos
étnicos de su comunidad. Según expresó, “se acordó durante la consulta previa para la
construcción de la vía interna alterna que no se ubicaría bodegas de carbón ni ningún mineral
que afectara el buen vivir de la comunidad en esa zona” (El País, 2013, párr.5) Acuerdo que se
violó por parte de la alcaldía y la CVC al permitir el funcionamiento de los patios Miandes y Julio
Campo en inmediaciones de la vía alterna.

Como resultado de esta denuncia ciudadana, se suspendió la actividad de almacenaje ambos


patios, a través de la resolución 0750 No CVC DARPO 5092 de 2013. El patio fue clausurado y
removido del sector como se evidencia en la siguiente imagen:

Imagen de patio carbón en inmediaciones Imagen del patio clausurado en


vía alterna. inmediaciones de la vía alterna.

Fuente: Earth Maps Fuente: Google Earth

67
Si bien, se consiguió el cierre del patio de almacenaje ubicado en la vía alterna interna, el
territorio de mayor conflictividad es la antigua zona franca, utilizado por las empresas Inatlantic
y Coquecol. Medios de comunicación registraron las denuncias interpuestas por el concejal
Ricardo Grueso Mena en una plenaria de esa corporación realizada el 18 de marzo de 2013,
donde denunció las irregularidades cometidas por parte de los gerentes de las empresas de
carbón y la “denotada complicidad de parte de la autoridad ambiental, con el tema del carbón
y el tema ecológico en Buenaventura” (El País, 2013), hasta la fecha, continúan las denuncias y
reclamos por parte de los líderes barriales y cívicos.

A inicios del año 2017 el vicepresidente del barrio Nayita inició una campaña de denuncias
públicas contra la empresa Inatlantic. Argumentó que las operaciones para el almacenaje de
carbón en los patios ubicados en la antigua zona franca habían sido suspendidas por la CVC, sin
embargo, la actividad había continuado. Ese mismo año, durante el Paro Cívico, a través de la
mesa ambiental del comité organizador se denunciaron las afectaciones en materia de salud y
medio ambiente recibidas por los habitantes de los barrios Nayita y Mayolo, las mismas que
desde el 2012 venían presentado.

De esas exigencias, que hicieron parte de los puntos acordados entre el comité del paro cívico y
el gobierno nacional, se realizaron algunas visitas técnicas por parte de los organismos de
control a los patios de la antigua zona franca y el ubicado frente al barrio Inmaculada.

Después de las inspecciones y con el seguimiento de la mesa ambiental del paro cívico, “se
suspende actividades en bodega de almacenaje de carbón por no cumplimiento de las normas
ambientales de almacenaje.” (Establecimiento Público Ambiental, 2017). Uno de los 7 patios de
almacenaje a cielo abierto de carbón que funciona en la antigua zona franca fue clausurado por
el Ministerio de Ambiente y el Establecimiento Público Ambiental y para los otros 3, sanciones
preventivas para mejoramiento de los patios según las normas ambientales.

No obstante, mediante visita de verificación realizada por la Defensoría del Pueblo y delegados
de la mesa ambiental del paro cívico en el mes de diciembre del 2018, se evidenció el
incumplimiento de las sanciones y suspensiones realizadas, el informe de verificación
manifiesta:

Se realizó un recorrido por los depósitos de carbón encontrando que tres de los
siete depósitos a los que se les dictó medidas preventivas se hallaban en pleno
funcionamiento: Se pudo ver personal operando maquinarias pesadas, cargue
de volquetas y camiones, transporte de carbón hacia el exterior de los depósitos,
máquina trituradora en funcionamiento.

68
Las empresas propietarias de los depósitos de carbón no acataron las medidas
preventivas interpuestas por la EPA y continuaron las operaciones en los
depósitos. La entidad ambiental requirió el acompañamiento de la Fuerza
Pública para que se hiciesen efectivas las medidas, pero estas se negaron a
prestar el acompañamiento a la institución. (Defensoría del Pueblo Regional
Buenaventura, 2018)

Patio del Grupo Portuario S.A. Foto prueba emitida en el informe de verificación

Fuente: Defensoría del Pueblo, 2018

A diciembre de 2019, los patios siguen en funcionamiento mientras que las denuncias por parte
de los habitantes de los barrios colindantes las tramita el comité del paro cívico a través de mesa
ambiental. Se interpuso una demanda colectiva en contra de Inatlantic que se espera falle a
favor, así como se le sigue exigiendo al gobierno nacional y local el cumplimiento de los acuerdos
del paro cívico (Hernán Valencia, coordinador de la mesa ambiental del paro cívico, 2019)

Existe una disputa por el derecho constitucional a gozar de un ambiente sano, consagrado en el
Artículo 8 de la Constitución Política de Colombia. Por lo que se concluye que los patios de
almacenaje a cielo abierto de carbón generan grave contaminación sobre el medio ambiente y
zonas densamente pobladas, en las cuales cohabitan las personas residentes de los barrios
Nayita y Mayolo, colindantes de dichos patios.

Por otro lado, la ciudadanía percibe un mayor impacto de las afectaciones al medio ambiente
debido al incumplimiento, por parte de las empresas, de la normatividad ambiental vigente para
el transporte y almacenaje de carbón. Asimismo, la manera inadecuada en que se realiza la

69
actividad ha generado una mayor concentración de partículas de polvillo del carbón en el aire,
afectando la salud de los habitantes y la vida cotidiana al sentir las molestias permanentes en el
aparato respiratorio, como se pudo constatar en las salidas de campo por parte de
investigadores de Pares-Pacífico a las áreas cercanas y más afectadas.

Foto de patio de almacenaje a cielo abierto de carbón de la empresa Inatlantic

Fuente: tomada por oficina PARES-Pacífico el 11 de noviembre de 2019

Finalmente, se evidencia una debilidad por parte de las instituciones locales en cuanto a la
emisión y aplicación de las sanciones que derivan de los conceptos emitidos por los órganos de
control. Estos últimos, como la Defensoría del Pueblo y de veeduría ciudadana, como la Mesa
Ambiental del Paro Cívico, son los que han registrado el incumplimiento por parte de las
empresas, sin que El Establecimiento Público Ambiental y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible, siendo entes sancionatorios, cumplan con sus funciones.

70
Parte 2. CONFLICTIVIDADES ASOCIADAS A LA CONSTRUCCIÓN DEL
MALECÓN BAHÍA DE LA CRUZ

A. Contextualización del megaproyecto presupuesto, entidades a cargo,


implementaciones.

En el año 2014 se conformó en Buenaventura la Gerencia Social Integral para Buenaventura,


encabezada por: el Alto Consejero Presidencial para las Regiones y el Departamento para la
Prosperidad Social (DPS) e integrada principalmente por la Alcaldía distrital de Buenaventura, la
Cámara de Comercio Regional de Buenaventura, La Pastoral social, la Policía distrital, la
Financiera del Desarrollo Territorial (Findeter) Buenaventura, delegados del entonces Comité de
la Marcha – Hoy comité del Paro Cívico Buenaventura para vivir con dignidad y en paz en el
territorio –, la Fundación Carvajal, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Prevención y
Emergencias de la Unidad de Víctimas, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el
Ministerio de Transporte, la Dirección de Infraestructura y Energía Sostenible del DNP, la
Dirección de Regalías, la Iglesia católica – a través del Obispo monseñor Héctor Epalza – y la
Gobernación del Valle del Cauca.

Luego de once mesas de trabajo con la participación de más de 40 entidades y organizaciones, -


entre las ya mencionadas-, se destinó un presupuesto estimado de 200 mil millones de pesos
para inversión. Presupuesto condensado, en el documento Plan de Acción Integral
Buenaventura que consistía en una estrategia para el desarrollo integral del distrito, en tres
puntos:

Primero, realizar una intervención en materia de seguridad por parte del Ministerio de defensa;
segundo, un plan de inversión social inmediata, a cargo del Departamento de Prosperidad Social;
y, tercero, un plan de intervención a mediano plazo articulado entre las agendas de desarrollo
para el Pacífico y el Master Plan Buenaventura 2050.

Este último se aprobó en el 2015 como el instrumento de planificación estratégico para


Buenaventura a cargo del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, Findeter, Plan Todos Somos
Pazcífico, Alcaldía distrital de Buenaventura, Esteyco S.A.

El plan maestro incorpora dimensiones estratégicas y territoriales: las


estratégicas, para identificar lo que puede ser la ciudad en el futuro, la visión
que se puede tener de ella; y la territorial, para ordenar el espacio de acuerdo

71
con esa visión (Financiera del Desarrollo Territorial, Fundación Esteyco, 5015,
pág. 21)

Entre esa visión se encuentra el reordenamiento territorial de Buenaventura como una potencia
turística rural y urbana. Con ese propósito se proyectaron obras de infraestructura para
transformar la imagen y el espacio urbano de la ciudad, entre ellos, la realización de un malecón
marítimo en el distrito.

Este proyecto se denominó Malecón Bahía de la Cruz, que tiene como antecedentes normativos
el Plan de ordenamiento Territorial del 2001 y el documento Conpes 3410 de 2006 “la política
de Estado para mejorar las condiciones de vida de la población de Buenaventura”.
Posteriormente se incluyó entre los megaproyectos del Plan Maestro Buenaventura 2050. En
2013 inició la construcción de la primera fase con Findeter como empresa contratista de la obra
en apoyo con la Cámara de Comercio regional Buenaventura, la Dirección General Marítima –
Dimar – y la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura.

Para esta fase inicial se destinaron 27 mil millones de los 160 mil millones que se tienen
presupuestado para el total de la obra y consistió en la remodelación del antiguo parque Néstor
Urbano Tenorio de la Calle primera en la zona céntrica de la ciudad y parte del Barrio San José.
Para ello se tuvo que realizar un proceso de reasentamiento de las familias que residían en esa
zona hacia el megaproyecto de interés social denominado Ciudadela San Antonio realizado en
la zona continental del distrito.

Antiguo parque Néstor Urbano Tenorio

Fuente: fotografía tomada del portal web Mapio Net. Recuperado de: https://mapio.net/pic/p-47795478/

72
Malecón Bahía de la Cruz Fase 1.1: remodelación del Parque Nestor Urbano Tenorio

Fuente: Foto tomada del portal web Buenaventura en Línea, recuperado de:
https://buenaventuraenlinea.com/extranjero-visitante-fue-robado-en-el-muro-perimetral-del-malecon/

De acuerdo con la Alcaldía Distrital de Buenaventura (2016), durante la implementación de la


obra se suscitaron algunas polémicas relacionadas con la gerencia del proyecto que pasó de la
Fundación Malecón Bahía de la Cruz – gestora del proyecto – a Findeter:

Por razones presupuestales, la obra estuvo parada varios meses debido a la falta
de 3mil millones de pesos para su culminación. Y, rediseño, producto del
faltante presupuestal la empresa Esteyco S.A -la misma que adelantó los
estudios del Master Plan- realizó un rediseño acorde al presupuesto disponible.
(Alcaldía Distrital de Buenaventura, 2016)

La infraestructura turística, en su primera fase, fue entregada en 2017 al distrito de


Buenaventura y desde enero del 2018, a través contrato de comodato, pasó a ser administrada
por la Fundación ideas Bahía de la Cruz. Sin embargo, la obra, cuya culminación está proyectada
para el 2038, ha suscitado un conflicto de disputa del territorio, principalmente, por el
antecedente de inconformidades relacionadas al proceso de reasentamiento que se hizo para la
fase 1.1 que ocasionó mayor tensión y desconfianza de los habitantes que se pretenden
reasentar para las fases siguientes.

Según el cronograma estipulado en el Master Plan lo que sigue es:

Fase 1.2 para complementar la Fase 1 que La Fase 2, proyectada entre 2019-2022,
compromete el barrio San José, se está en consiste en el reordenamiento de los
proceso de diseño la tercera etapa de la barrios Pascual de Andagoya, La Trinidad, El

73
ciudadela San Antonio donde se continuarán Capricho y Alberto Lleras Camargo
reasentando los habitantes. (Comunas 3 y 5), en el frente litoral del
estero de San Antonio junto al puente de El
Piñal.

Mapa 1. Zona del Malecón bahía de la Cruz, Mapa 2. Zona del Malecón bahía de la
Fase 1. Cruz, Fase 2.

Ilustración tomada de (Findeter y Grupo Esteyco, Ilustración tomada de (Findeter y Grupo


2014) Esteyco, 2014)

La Fase 3, programada para el 2023-2026 que Y la Fase 4 proyectada su construcción


consiste en la urbanización de los frentes entre 2027-2038 compromete la
costeros de los barrios Venecia y Buenos urbanización del tramo comprendido entre
Aires de la Comuna 4. los barrios La Playita y Alberto Lleras
Camargo de la Comuna 3. (p.174)

Mapa 3. Zona del Malecón bahía de la Cruz, Mapa 4. Zona del Malecón bahía de la
Fase 3. Cruz, Fase 4.

Ilustración tomada del documento Master Plan Ilustración tomada del documento Master Plan
Buenaventura 2050 Buenaventura 2050

Para la implementación de las fases que permita la culminación del megaproyecto Malecón
Bahía de Cruz es menester realizar un proceso de reasentamiento de la población
históricamente asentada en esos territorios ganados al mar. Población en su mayoría negra y
vulnerable con una cosmovisión, economías y costumbres propias construidas alrededor de su

74
entorno territorial de las que no se quieren desprender, generando un conflicto en los territorios
en disputa.

B. Territorio en disputa por reasentamientos.

El Malecón Bahía de la Cruz es un proyecto de reordenamiento territorial sobre el sector sur de


la bahía de la Isla Cascajal que compone los barrios San José, Pascual de Andagoya, La Trinidad,
El Capricho, Alberto Lleras Camargo, Venecia, Buenos Aires, La Playita y Alberto Lleras Camargo.
Hacen parte de los denominados terrenos ganados al mar que comenzaron a ser construidos
por las comunidades negras y afrodescendientes desde hace más de un siglo.

Se denominan así porque son calles y barrios que sus propios habitantes le fueron ganando al
mar a través del relleno con basura, cáscaras de árboles maderables, barro y balastro para
posteriormente ser pavimentados por la alcaldía y los mismos habitantes. Al respecto, Gartner
(2005), menciona que entre 1860 y 1880 había primero que construir el lote (rellenando el
terreno) antes de construir las edificaciones. Esto da alguna idea de las condiciones geográficas
que enfrentaban los pobladores al intentar establecerse en la isla.

Las dinámicas que precedieron la construcción de los terrenos permitieron que la población
generara formas de vida basadas en su interacción con el mar, que fundamentaron el carácter
ancestral típico de las comunidades negras. Mingas y desarrollo de actividades productivas para
su autoabastecimiento, el uso de técnicas ancestrales de construcción asociadas a su hábitat y
la protección de su entorno (Corte Constitucional, 2015)

La comunidad realiza actividades productivas dirigidas a su auto sostenimiento,


como la pesca artesanal (chincorro, challo, cabo, volatín, tramallo, catanga,
viento y marea), la recolección y venta de moluscos (camarón chambero,
piangua, sangara, pateburro, piacuil, bulgao, chorga, meona) y el corte y la venta
de madera (peine mono, iguanegro, sande, nato tangare, machare, sajo, sangre
gallina, grandillo, entre otros). En cuanto a la utilización de técnicas ancestrales
de construcción asociadas al hábitat, destacó las casas palafíticas y su
interacción con el entorno, que, en el caso de las comunidades de Cascajal, es el
mar. (Líder del Paro Cívico, comunicación personal, 3 de diciembre de 2019)

De esa forma, una generación de hombres y mujeres afrodescendientes construyeron sus casas
y crearon una población que comparte lazos de hermandad, características culturales, y que
tiene su propia cosmovisión, es decir, una forma particular de relacionarse con el entorno y de
ver y entender el mundo.

75
La disputa por estos territorios no es reciente, desde inicios de siglo se ha utilizado el aparato
normativo del Estado para el uso asociado al progreso y desarrollo de estas zonas de la isla
cascajal. Así lo documentó Aprile (2002), desde 1926 se ha presionado a la población del sector
suroccidental de la isla Cascajal para que desaloje las tierras. En ese momento, a través de la
Ordenanza Nº 2 se empezó a ejercer presión al prohibir las casas con techo de paja en esa zona
de la ciudad2. Bien fuese por ornato […] cambiar los techos implicaba un gran gasto por lo que
se recurría a construir viviendas por fuera de la isla.

En la actualidad, no se trata de techos de paja, sino, con el riesgo de tsunamis fue que se
reasentó y se tiene proyectado reasentar a los habitantes de los territorios ganados al mar del
sur de la Isla Cascajal. El Acuerdo 03 de 2001 fue el soporte normativo que estableció un riesgo
mitigable en la zona costera de la parte sur de la isla cascajal. Razón por la cual debían ser
reasentados en una zona segura de la ciudad o intervenir arquitectónicamente el lugar.

La discusión en este punto, es que desde las comunidades se argumenta que son terrenos
domados por ellos y que habitarlos no supone menos riesgos que las actividades portuarias y
turísticas. De esos territorios fueron “despojadas” – como expresa el líder del Paro Cívico
consultado – alrededor de tres mil familias, para dar cumplimiento a lo proyectado en el Master
Plan 2050. Para ser reasentado en la ciudadela San Antonio, otro megaproyecto, en este caso,
de Interés social y en el otro extremo de la ciudad-puerto.

Las tensiones giran alrededor de la forma en que se concibe el territorio. “Es sencillamente una
agrupación de chozas infelices edificadas sobre pilotes”, comentó Santiago Eder, un judío ruso
importador de vinos, citado por Gartner (2005, p.27), hace alrededor de una década sobre los
barrios de “bajamar”. En la actualidad esa noción parece no haber cambiado cuando
instituciones como la Universidad del Pacífico manifiestan que:

Reubicar a más de 3.400 familias que se encuentran ubicadas en las comunas 2,


3, 4 y 5 al sur de la Isla Cascajal denominadas como zonas de bajamar, teniendo
en cuenta que las condiciones de desarrollo urbano del Distrito de
Buenaventura evidencian una fuerte presencia de asentamientos precarios que
ocupan especialmente zonas de alto riesgo o de importancia ambiental, déficit
de espacio público, equipamientos comunitarios y escasez de suelo urbanizable.
(Universidad del Pacífico, 2009, pág. 5)

2
Debido a una serie de incendios que acontecieron durante finales del siglo XIX e inicios del siglo XX en
viviendas ubicadas en la isla Cascajar de Buenaventura y que posteriormente se utilizó como zona
portuaria (Garner, 2005)

76
En conclusión, se constituye un conflicto epistémico por el territorio cuando no se tiene en
cuenta a sus habitantes ni las relaciones que estos han establecido con su hábitat. Esto genera
parte de las conflictividades: el sector privado y el gobierno -local y nacional- han construido una
agenda de desarrollo con miras en articular a Buenaventura en la economía global a espalda de
su ciudadanía que se moviliza para ser agentes de su propio desarrollo.

Foto del barrio San José donde se implementará la Fase 1.2 del Malecón Bahía de la Cruz

Fuente: foto tomada por la oficina PARES-Pacífico 11 de diciembre de 2019.

C. Modalidades de movilización, respuestas, estrategias de contención, resultados.

Existe una inconformidad manifiesta contra los procesos de movilización por parte de los
habitantes de los barrios que hacen parte de los terrenos ganados al mar contra el
reasentamiento y la forma como se han realizado. Con respecto a los relacionados con el
Malecón Bahía de la Cruz, sobresalen tres: las acciones jurídicas, la resistencia y la denuncia
internacional.

Acciones jurídicas:

Estas movilizaciones son realizadas, principalmente, a través del Comité para la Defensa de los
Derechos Territoriales de las Personas Asentadas en los Territorios Ganados al Mar. Conformado
por líderes y presidentes de las Juntas de Acción Comunales de los barrios Palo Seco, Campo

77
Alegre, Muro Yusti, San José, Alfonso López I, Alfonso López II, Lleras y otros barrios de las
comunas 3, 4 y 5.

El Comité nació en el año 2007 con el objetivo de organizar a los habitantes de la zona de
“bajamar” para oponerse a los procesos de reasentamiento promovido por el entonces alcalde
José Félix Ocoró Minota y la Universidad del Pacífico, encargada de la parte social, en el marco
de la construcción del megaproyecto Malecón

Los líderes, a través del comité exigían el derecho a la consulta previa, sin embargo, esta no se
realizó, en su lugar se levantó una caracterización que suponía la conveniencia del
reasentamiento y la intimidación hacia los líderes del comité, como manifestó el líder
entrevistado:

La oposición al “desalojo forzoso” se dio por la forma en cómo se desaloja a la


gente. Se hizo una caracterización a la cual nos opusimos porque se partía de
una cuestión alejada a la realidad y se amenazó a los líderes […] los actores
armados generaban presión a la comunidad y a los líderes, para que aflojaran;
mucha gente tomó la decisión de irse. (Líder del Paro Cívico, comunicación
personal, 3 de diciembre de 2019)

Por su parte, el Bloque Calima, agrupación paramilitar que ejercía presencia y control en las
comunas 1, 2, 3, 4 y 5 fueron determinantes en el proceso de reasentamiento: mediante
intimidación restringieron las acciones movilizadoras de los líderes y promovieron que algunas
familias aceptaran el reasentamiento o abandonaran los hogares.

Por esa razón, el comité, mediante vía jurídica en el 2010 interpuso un derecho de petición y
posterior en el 2011 una acción de tutela contra el proceso de reasentamiento de las familias de
las zonas ganadas al mar hacia la ciudadela San Antonio. El documento dirigido al Ministerio del
Interior pretendía se emitiera certificación que la zona de los terrenos ganados al mar estaba
habitada por comunidades negras y se estaba en la obligación de realizarse consulta previa.

El Ministerio del Interior dijo que si había comunidad étnica por lo tanto el
Megaproyecto estaba obligado a realizar la consulta previa. Pues la
contradicción es que el Ministerio de Vivienda y desarrollo territorial hizo caso
omiso al otro ministerio y continúo haciendo el proyecto. En 2011 no nos quedó
otra opción ya que continuaron el proyecto y la gente estaba amenazada al
formular una acción de tutela, la acción de tutela se formuló y más o menos
cuatro años de proceso. Se llevaron dos copias una a un tribunal de Buga y una
un tribunal de Cali (las dos fueron falladas en contra de la comunidad) porque
no se estaba violando ningún derecho.

78
Luego lo llevamos a la Corte Suprema de Justicia y nos dijeron lo mismo pero la
Corte Constitucional bajo un acervo magistral afirmo que se estaban violando
derechos fundamentales. E instaba al gobierno a detener cualquier proceso de
desalojo forzoso. (Líder del Paro Cívico, comunicación personal, 3 de diciembre
de 2019)

El litigio entre el comité para la defensa de los territorios ganados al mar y los responsables del
megaproyecto de interés social Ciudadela San Antonio duró cuatro años. Finalmente, mediante
sentencia T550 de 2015, la Corte Constitucional obliga a que se detenga el proceso de
reasentamiento y se consulte a las comunidades asentadas mediante consulta previa sobre la
viabilidad y ejecución de este.

Sin embargo, el proyecto ya iba bastante adelantado: en el 2013 ya se habían reasentado a más
de tres mil familias en la fase uno y dos de la Ciudadela San Antonio. Además, se hizo caso omiso
a la sentencia de la Corte y se continuó con la fase 1.1 del Malecón que fue entregada en el 2017
y está en estudio la fase 1.2 que compromete el barrio San José de la comuna 1. Ante eso, se
evidencian y se esperan nuevas acciones de movilización por parte de las comunidades.

La resistencia:

Como una forma de oponerse al reasentamiento, los habitantes de los barrios en los terrenos al
mar han decidido resistir y mantenerse en ellos. Principalmente a la violencia, “cuando se dio el
proceso de reubicación los niveles de violencia aumentaron. Cuando sale la sentencia T-550 los
niveles habían bajado porque obligaban al Estado a proteger a la población y ahora que va a
continuar el proyecto ha vuelto a aumentar” (Líder del Paro Cívico, comunicación personal, 3 de
diciembre de 2019)

No se trata simplemente de una resistencia al cambio de vivienda, sino, manifiestan que se trata
de resistirse a perder formas y costumbres propias de vida:

Lo que te digo es que nosotros entrevistamos a mucha gente y un señor me


decía “es no es una reubicación sino una desubicación porque me están
desubicando donde amarro mi lancha [...] de la situación hoy en San Antonio y
nos hemos dado cuenta de que la gente de R9 se ha empobrecido, pues yo tuve
la fortuna de visitar unas casas de un proyecto del “Minuto de Dios” en el 2014
y eran viviendas con dieciocho personas. Lo que te digo es que parte de la
situación de la experiencia de vida de R9 no se aplicó a San Antonio y lo que se
pretendió fue liberar un espacio para el capital. Entonces el proceso de
resistencia de las comunidades va más allá de la mera acción el proceso va hasta

79
cuando la gente tiene cierto silencio (no cómplice) sino que se queda. (Líder del
Paro Cívico, comunicación personal, 3 de diciembre de 2019)

Si bien, no se registran marchas, bloqueos o protestas, se considera que el hecho de negarse a


salir de los territorios ganados al mar, resistiendo las adversidades legales como los
reasentamientos e ilegales como la violencia, es una de las alternativas que han generado que
el megaproyecto Bahía de la Cruz se encuentre atrasado en su implementación y a diciembre
del 2019 no se tenga una fecha fijada para su continuidad.

Incidencia internacional:

Se trata de la estrategia de movilización utilizada por el comité actualmente con la herramienta


jurídica de la sentencia T550 del 2015 de la Corte Constitucional y la negación de los habitantes
de los barrios a abandonarlos, los líderes iniciaron una estrategia de denuncias sobre la
problemática a nivel internacional.

La ONU, el gobierno de los Estados Unidos y la Unión Europea como principales receptores de
las denuncias, han conseguido acompañamiento de comisiones y verificación sobre la
implementación del proyecto en el marco del Derecho Humanitario Internacional. Según declaró
el Líder del Paro Cívico entrevistado (2019), algunas han ido más allá e instan al gobierno local a
no reasentar a la gente de los territorios ganados al mar, evidenciando formas alternas de
implementar el megaproyecto:

De hecho, hubo 55 proyectos que contemplaban reubicar a la gente en el sitio


llamado Convive I y II que invitó a diferentes universidades latinoamericanas
para formular una propuesta sobre cómo debía ser la zona isla. Y todas
coincidieron en que no debía reubicarse a la gente que debía mejorarse y
reubicarse a la gente en el sitio. (Líder del Paro Cívico, comunicación personal, 3
de diciembre de 2019)

Por su parte, la oficina del alto comisionado de la ONU manifiesta:

Una comisión para asentamientos de Naciones Unidas consideró el desalojo


forzoso como una perdida alta, porque el hábitat es más allá que las cuatro
paredes. Es una pérdida de todo el entorno social de las redes del entramado
cultural. Entonces los impactos no solo se miden en términos económicos sino
también socioculturales. (Alto Comicionado de las Naciones Unidas, 1993)

El Malecón Bahía de la Cruz, que hace parte de uno de los megaproyectos guías del Master Plan
Buenaventura 2050, el cual traza la ruta para el desarrollo de la ciudad, se enmarca en el proceso
urbano que la socióloga Ruth Glass (1964) denominó “gentrificación”. Consiste en el

80
aburguesamiento de las zonas habitadas por sectores precarios de las ciudades con una mirada
global de la ciudad.

La gentrificación ocurre desde los años 70 en las principales ciudades europeas y desde los 90
en los Estados Unidos de América. Según Glass (1964), el resultado son guetos ubicados en
lugares marginados de la ciudad y las actividades económicas que en ella se viven, donde la
pobreza no se mitiga, sino que se traslada de un lugar a otro.

Recomendaciones

Buenaventura es una ciudad pluriétnica donde cohabitan negros, afros, indígenas y mestizos
provenientes de la región andina del país en el cual el grupo mayoritario es la población negra,
correspondiente a casi un 80% del total de la población. Parte de la ciudad, como la historia de
las urbes, fue construida por sus propios habitantes. De esto hacen parte los territorios ganados
al mar, ese proceso hace parte de la historia de la ciudad y hay quienes consideran se debe
preservar.

El Master Plan Buenaventura 2050 como herramienta de planificación pretende el desarrollo


urbano y económico del distrito. Para ello, se consideran obras estratégicas como el Malecón
Bahía de la Cruz cuya fase 1.1 ya fue ejecutada. Sin embargo, esa transformación urbana de la
ciudad deja víctimas o, como algunos líderes sociales las han denominado: “víctimas del
desarrollo”.

La implementación de la fase 1.1 del Malecón Bahía de la Cruz generó un conflicto entre los
habitantes de la zona destinada para su construcción y los responsables de la obra. Se realizó,
como denuncian los líderes: “a espaldas de ellos y violando sus derechos étnicos”.

La inconformidad y oposición al megaproyecto no se trata de una postura irracional o visión


retrograda de la transformación de la ciudad. Se trata de una visión en términos de desarrollo
endógeno, de adentro hacia afuera, donde la ciudadanía busca ser partícipe. Así se demostró
durante el paro cívico, movilización ciudadana por la exigencia de un buen vivir, pero, no uno
impuesto sobre ellos, sino, se les garantizara ser agentes de su propio desarrollo. Y existen
antecedente que demuestran puede haber desarrollo urbano y económico con la participación
de la propia comunidad.

81
Un ejemplo es el Malecón de Guayaquil en Ecuador, que se realizó sin imponer los
reasentamientos, en consensos con los habitantes. Es pertinente considerar los antecedentes
de otros lugares, pero, principalmente los errores cometidos en lo que va del megaproyecto. Es
necesario escuchar la voz de los que se han opuesto al proyecto, que han expresado que:

El malecón debe modificarse y consultarse con la comunidad y dialogar. No


puede ser que se proyecte un malecón que no piense en la gente, no puede ser
más puerto sin comunidad. Quienes han hecho esto vivible tienen el derecho de
disfrutar de esto hoy, sería completamente errado concebir a las nuevas
generaciones sin su territorio. Entonces yo creo que el diseño inicial debe
modificarse y no se puede entregar el esfuerzo de varias generaciones a un
particular, el territorio es de todos no de uno. (Líder del Paro Cívico, 2019)

El desarrollo de la ciudad se puede concebir y construir con sus habitantes, preservando las
tradiciones y costumbres de las comunidades negras e indígenas que lo conforman. Se tiene la
opción de mitigar los conflictos respetando los derechos fundamentales como la consulta previa,
e incluyendo la cosmovisión de los ciudadanos en los planes de desarrollo, los planes de
ordenamiento territorial y megaproyectos. Darle la alternativa a los habitantes que decidan
donde y de qué manera desean vivir, un desarrollo que no esté condicionado a expulsar gente.

Finalmente, es claro que el aprovechamiento de los recursos naturales es una fuente de


conflictividades entre el capital y las comunidades, donde se enfrentan distintas posiciones del
desarrollo, pues al ser un sitio privilegiado de puerto natural en el que se desarrollan múltiples
actividades portuarias: desde embarcar un buque con carbón hasta salir en canalete a ‘piaguar’,
en ambos casos porque se tiene privilegio en el acceso al mar. También es importante considerar
al turismo como una industria extractiva que deja impactos ambientales y sobre el hábitat de
comunidades tradicionales que han domado los terrenos y en estas etapas del progreso no les
toman en cuenta.

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83
Fotografía - © Giorgio Londoño

Nariño
Tumaco y zona de carretera
Investigadores:
Ivonne Alicia Quiñones C.
María Fernanda Galindo P.

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85
Introducción
El glifosato es un herbicida que se registró por primera vez para su uso en los Estados Unidos en 1974,
por uno de los químicos que trabajaba para la empresa Monsanto. Este herbicida puede venir en
diferentes formas, como sales y ácidos. Al poco tiempo de su descubrimiento, la empresa Monsanto
comenzó a comercializar el pesticida bajo la marca: “Roundup” y hasta el año 2000 tuvo la patente
de exclusividad. En las últimas décadas, el glifosato se convirtió en el pesticida agrícola más vendido
y utilizado en todo el mundo, pues permite a los agricultores matar las malas hierbas, pero no los
cultivos que crecerán allí. (Valavanidis, 2018)

A raíz de su buena acogida en el mercado y por su buena efectividad para el control de la maleza al
externar las plantas que se fumigan con él, los científicos de Monsanto crearon una semilla de maíz
y una de soya que resistía los efectos del pesticida, así cuando los agricultores fumigan las
plantaciones, solo moría la hierba y cultivo se mantenía intacto. Según la Revista Dinero “los chinos
son los mayores productores de glifosato en el mundo y representan alrededor del 30% de las
exportaciones mundiales”. (Revista Dinero, 2019).

Desde hace algunos años, existe una polémica frente a los impactos del uso del pesticida en la salud
humana. Por una parte se encuentra la Organización Mundial de la Salud -OMS, quien en el 2015
clasificó el glifosato como “probablemente cancerígeno para los humanos”, y por otra parte la
Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos -EPA y otras agencias científicas, quienes
realizaron múltiples estudios que concluyen y confirman que los herbicidas a base de glifosato no
producen cáncer. En la actualidad, el debate frente al uso del pesticida continua, en Europa después
de dos años intensos de discusiones, en 2017 la Unión Europea -UE decidió revocar por cinco años
más la licencia del glifosato, sin embargo, países como Francia prometieron que el glifosato quedaría
prohibido en parte para el año 2021 y completo en cinco años.

En Colombia, la historia del glifosato en la lucha contra la droga es larga, las pruebas piloto para
fumigar cultivos de amapola iniciaron en el Gobierno del presidente César Gaviria, entre 1990 y 1994
, y nunca ha estado libre de controversias. En octubre de 2015, después del informe realizado por la
Organización Mundial de la Salud, OMS (OMS, 2015) y por las innumerables quejas de los campesinos
sobre las afectaciones del herbicida en los cultivos lícitos de pancoger, los animales, el medio
ambiente y la salud humana, la Corte Constitucional Colombia por medio de la sentencia T-080/17

86
prohibió las pulverizaciones aéreas con glifosato como principio de precaución en caso de que las
fumigaciones pudieran afectar la salud de comunidades campesinas. (Lyon, 2017).

Así como la técnica del Fracking, el uso del glifosato para la aspersión aérea de cultivos ilícitos en
Colombia es un tema complejo y delicado que ha tenido que dirimir la Corte Constitucional porque
en él confluyen argumentos e intereses sociales, políticos, económicos, medio ambientales, y en el
caso del glifosato, de las relaciones internacionales. Cuando parecía ya un debate superado, el actual
gobierno del presidente Iván Duque, introdujo de nuevo tema del glifosato a las conversaciones
debido al aumento de los cultivos ilícitos. No obstante, el Alto Tribunal sigue manteniendo las
restricciones para reanudar la fumigación aérea de cultivos ilícitos con el herbicida.

Con el posible retorno de las aspersiones aéreas con glifosato en Colombia, se encendió de nuevo el
debate si el país está preparado o no para la implementación de esta técnica en la erradicación de
cultivos ilícitos. El siguiente documento tiene como propósito, dar a conocer las conflictividades que
existen alrededor del uso del glifosato, y en esa búsqueda, entender cuáles son sus impactos socio
ambientales y qué programas ha desarrollado al Gobierno Nacional para combatir esta problemática.

87
I Cultivos Ilícitos en Colombia

1.1 Breve recuento de la política antidrogas colombiana y su relación con Estados


Unidos

El negocio de las drogas ilícitas a nivel mundial comprende una cadena, esbozada de la siguiente
manera: cultivo, procesamiento, exportación, distribución y lavado de activos. Las problemáticas e
impactos sociales, económicos y ambientales asociados a la operación de la economía ilegal del
narcotráfico son incalculables. En el caso de Colombia, el mayor productor de coca del mundo, no
solo pone en peligro la estabilidad del Estado y la cohesión social, también es la principal amenaza
para la biodiversidad del país, alimenta la corrupción y es fuente primordial de recursos para la
financiación de la guerra. Sus principales mercados son Estados Unidos y Europa, razón por la cual la
política antidrogas ha sido durante mucho tiempo un componente clave de la relación entre Estados
Unidos y Colombia.

Las preocupaciones de los Estados Unidos sobre la producción y el tráfico ilícito de drogas en
Colombia surgieron en la década de 1970 y crecieron significativamente cuando el país se convirtió
en el productor dominante de cocaína en la región andina a mediados y finales de la década de los
noventa. Desde entonces Estados Unidos ha sido un aliado para Colombia, no solo por el trabajo en
conjunto para enfrentar una problemática internacional (asignó más de $10 mil millones de asistencia
extranjera bilateral para apoyar la estrategia “Plan Colombia”), sino también porque dentro de este
marco de acción y lo largo de los años, Estados Unidos también contribuyó en la lucha contra las
guerrillas a través de sus programas de seguridad y desarrollo, diseñados para estabilizar la situación
de seguridad del país y fortalecer su democracia.

Se puede afirmar, que durante los años 2008 - 2013, Colombia logró grandes avances en la reducción
de cultivos ilícitos. La principal reducción de área de cultivo de coca se presentó en los departamentos
de Putumayo, Nariño, y Antioquia. Las razones principales a las que se atribuyó el logro a la política
de Seguridad Democrática propuesta por el expresidente Uribe Vélez, y su estrategia integral de lucha
frontal contra las drogas, que incluyó los programas de erradicación manual y aspersión aérea de
cultivos ilícitos, el desarrollo alternativo, la presencia de la Fuerza Pública en el territorio nacional, y

88
las operaciones de interdicción. Además se destaca la labor de la Agencia Presidencial para la Acción
Social y la Cooperación Internacional, con los programas de Desarrollo Alternativo (Familias
Guardabosques y Proyectos Productivos) y Grupos Móviles de Erradicación.

Sin embargo, durante el año 2016 ocurre un suceso que cambió la política de drogas en Colombia: la
firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC EP. Durante las
prolongadas negociaciones de paz, el gobierno colombiano alteró su enfoque de la política de drogas.
Un cambio importante fue la decisión de poner fin a la fumigación aérea para erradicar los cultivos
de coca, que había sido una característica central, aunque controvertida, de la cooperación
antidrogas entre Estados Unidos y Colombia durante más de dos décadas. Además, las políticas
antinarcóticos de Colombia también cambiaron en 2015, con un enfoque más hacia la salud pública.
Por el lado de la oferta, la nueva política de drogas le presta una atención significativa a la expansión
del desarrollo alternativo y la sustitución de cultivos ilícitos, al tiempo que intensifica los esfuerzos de
interdicción, promoviendo la prevención y el tratamiento del uso de drogas para los usuarios.

Según el censo de cultivos ilícitos de Colombia 2017, realizado por la Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito -UNODC, el área neta de cultivos ilícitos a diciembre 31 de 2017 era de
171.000 Ha. El área de cultivos de coca pasó de 48.000 Ha en 2013 a 146.000 Ha en 2016. Este
aumento se produjo durante las negociaciones de paz con las FARC, y durante la transición en la
estrategia para luchar contra los cultivos de coca. La nueva estrategia incluyó la suspensión de la
fumigación aérea con glifosato de los cultivos ilícitos y se le hizo un foco al aumento de los objetivos
de erradicación manual, a la preparación del PNIS y a la promoción de acciones integrales dirigidas a
los diferentes vínculos de la cadena de tráfico de drogas.

Figura 1. Zonas Estratégicas de Intervención Integral (ZEII): Cultivos De Coca y Producción Potencial

Pacífico Nariñense 2018. Valores en hectáreas

ZEII Área Total área Producción de Total producción Total producción


sembrada productiva hoja de coca potencial de potencial de
con coca durante el fresca base de cocaína Clorhidrato de
año % cocaína
Triángulo 2708 1,4 13332 1,4 16
del Telembí

Llorente y 13275 7,9 75436 8,0 88


Guacamaya

89
Olaya, La 3286 1,9 17791 1,8 21
Tola, El
Charco
TOTAL 19269 11,1 106559 11,2 125
Fuente: elaboración propia a partir de SIMCI, (UNODC, 2019)

En la actualidad, el presidente Iván Duque le apuesta a una política antidrogas fundada en dos ejes:
las aspersiones aéreas con glifosato y la interdicción. Al parecer la mayor motivación del gabinete del
presidente Duque gira entorno a sus relaciones internacionales con Estados Unidos y el continuo
interés del presidente Donald Trump por reanudar las aspersiones aéreas debido al incremento
exponencial de cultivos ilícitos en Colombia. Si bien el presidente Duque podría verse acorralado por
la falta de resultados en la lucha contra las drogas, el glifosato no debe ser un arma de presión
internacional.

1.1.1 Plan Colombia de Pastrana (1998-2002)

En febrero de 2019, se cumplieron dieciocho años del Plan Colombia (PC), la iniciativa financiada por
los Estados Unidos, destinada a combatir el problema de la producción y el tráfico de drogas en
Sudamérica. Aunque inicialmente el Plan Colombia fue concebido como una operación
antinarcóticos, contaba con un fuerte componente de ayuda financiera para proyectos de desarrollo,
y con el pasar del tiempo, el Plan Colombia se convirtió en un plan militar para ayudar a Colombia en
su lucha contra la insurgencia armada, que para finales de los 90´s, llevó al país al borde del colapso.

En Plan Colombia se estableció bajo el marco institucional de cooperación bilateral entre el Gobierno
de los Estados Unidos y el Gobierno de Colombia. Es decir, que es un acuerdo fundamentado en el
principio de responsabilidad compartida, que reconoce el problema de las drogas es mundial y que
requiere de un trabajo conjunto pues es una responsabilidad de toda la comunidad internacional.
Según el Balance del Plan Nacional 1990-2005 desarrollado por el Departamento Nacional de
Planeación, el objetivo era: “combatir las drogas ilícitas y el crimen organizado, para así ́ contribuir a
la reactivación económica y la consecución de la paz en Colombia, al tiempo que se fortalece el control

90
sobre la oferta de drogas ilícitas en las calles norteamericanas”. (Departamento Nacional de
Planeación, 2006).

El Plan Colombia, tuvo con una duración de 15 años, una inversión de 9.600 millones de dólares por
parte del Gobierno de los Estados Unidos y una inversión del Gobierno de Colombia de 131.000
millones de dólares (Ministerio de Defensa, 2016). El Plan estuvo dividido en tres fases que se
explicarán en la siguiente tabla:

Tabla 1. Plan Colombia

FASES PERIODO FOCO


Fase 1: Plan para la paz, la 2000- 2006 - Fortalecer las capacidades de la Fuerza
prosperidad
Pública
y el fortalecimiento del Estado
- Fortalecer los mecanismos de interdicción
- Erradicar cultivos ilícitos: apoyo al
desarrollo alternativo y económico de las
regiones cultivadoras
- Implementación del Sistema Penal Oral
Acusatorio
Fase 2: Estrategia de 2007-2009 - Lucha contra el terrorismo y el
fortalecimiento
narcotráfico
de la democracia y del desarrollo
social - Fortalecimiento de la justicia y promoción
de los DDHH
- Atención integral a la población
desplazada
- Apertura de mercados
Iniciativa de Desarrollo estratégico 2010-2015 - Lucha contra el terrorismo y el
para Colombia
narcotráfico
- Programas económicos y sociales de
población en situación de vulnerabilidad
- La gobernabilidad democrática y el respeto

91
por los DDHH
Fuente: elaboración propia a partir de DNP, 2006

Por su parte, los recursos económicos del Plan Colombia estaban divididos en varios componentes,
el militar y policial, y el económico y social. Para el primer caso, los recursos se concentraron en la
reducción del número de hectáreas de cultivos de coca, neutralizar la concentración y la capacidad
operacional de las guerrillas, y fortalecer las capacidades operativas de la Fuerza Pública, en materia
de armamento y material de guerra. En el segundo caso, los recursos destinados al componente
económico y social se desarrollaron durante la Fase II y III a través de la sustitución de los cultivos
ilícitos, donde se concentraron en promover iniciativas sociales.

1.1.2 La Política de Seguridad Democrática de Álvaro Uribe (2002-2006)

Uno de los propósitos fundamentales del Gobierno de Álvaro Uribe Vélez, era la erradicación del
negocio de las drogas ilícitas en Colombia. Para ello, desarrolló la política de Seguridad Democrática,
que asumió como meta la eliminación total de los cultivos ilícitos y de la producción y distribución de
estupefacientes en el territorio nacional. En este sentido, la Política constaba de seis líneas de acción:
(i) coordinar las acciones del Estado, (ii) fortalecer las instituciones del Estado, (iii) consolidar el
control del territorio nacional, (iv) proteger a los ciudadanos y la infraestructura de la Nación, (v)
cooperar para la seguridad de todos, y (vi) comunicar las políticas y acciones del Estado.

La idea del Gobierno, era diseñar un plan integral, que permitiera actuar de manera coordinada y
efectiva sobre cada eslabón de la cadena del negocio de las drogas ilícitas. Las estrategias utilizadas
por el Gobierno Nacional durante el primer periodo del presidente Uribe fueron (Presidencia de la
República, 2003):

● La Interdicción: El plan del Gobierno era realizar todos los esfuerzos para que el impacto
disuasivo de la prohibición sobre la producción y comercialización de drogas ilícitas redujera
los incentivos para la siembra de cultivos ilícitos.
● La Erradicación: La estrategia de la erradicación consistió en aplicar el método de aspersiones
aéreas con glifosato en todas las áreas del país donde hubiera cultivos ilícitos de coca y
amapola, protegiendo el medio ambiente.

92
● Acción social: Como alternativa a la siembra de cultivos ilícitos, el Gobierno desarrolló
algunos programas de desarrollo sostenibles para la población de cultivadores. El objetivo
principal consistía en ofrecer una sustitución de ingresos a las familias campesinas e
indígenas que vivían del cultivo de coca y amapola.
● El desmantelamiento de redes de narcotráfico: El objetivo principal del Gobierno era atacar
todos los recursos disponibles con los que contaba a la cadena de narcotráfico: humanos,
financieros, bienes, redes de comercialización y demás.
● El fortalecimiento del marco jurídico: Se hizo necesario hacer una revisión del marco jurídico
para lograr el desmantelamiento de las redes de narcotraficantes y sus actividades.
● Reducción del consumo: La estrategia del Gobierno se concentró en un trabajo de
concientización a la sociedad civil, para desestimular el consumo de drogas.

Según el informe “Impacto de la política de seguridad democrática sobre la confrontación armada, el


narcotráfico y los Derechos Humanos” desarrollado por la (Presidencia de la República, 2008) a través
del Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. El objetivo principal era
hacer un análisis comparativo para establecer cambios entre en las estimaciones de hectáreas
cultivadas en su relación con los esfuerzos en términos de fumigaciones y erradicaciones manuales
entre 1991 y 2007, con el fin de visualizar los efectos de la lucha contra las drogas, especialmente los
cambios operados por el presidente Álvaro Uribe Vélez en los años 2006 y 2007.

Las conclusiones del informe en materia de erradicación y fumigación fueron: en primer lugar, se
estima que en 2008 se erradicaron manualmente 100.000 Ha., un 50% más que las 66.385
erradicadas en 2007; en segundo lugar, en la medida en que se incrementaron los esfuerzos en
términos de fumigaciones y erradicaciones manuales, hubo una disminución de la superficie
cultivada; en tercer lugar, entre 2003 y 2007 se erradicaron 733 .302 Ha, un 87.2% más que entre
1998 y 2002; y en cuarto lugar, se resalta que en los esfuerzo por reducir la oferta, es más efectiva la
técnica de erradicación manual que la fumigación, pues en el primer caso los cultivadores deben
volver a sembrar e iniciar nuevamente el proceso, mientras que en el segundo caso, los cultivadores
pueden lavar las plantaciones o cosechar inmediatamente después de la aspersión, lo que hace que
se disminuya la pérdida de la hoja de coca y el cultivo se recupera. (Presidencia de la República, 2008)

1.1.3 Política de Consolidación de la Seguridad Democrática de Álvaro Uribe (2006-2010)

93
Después de cuatro años combatiendo contra los grandes capos de la droga, el Gobierno de Álvaro
Uribe reconoce la facilidad con la que estás mafias logran adaptarse para seguir delinquiendo. Las
modalidades más usadas durante su periodo consistía en transformar los cultivos industriales a
múltiples cultivos pequeños y dispersos, de difícil acceso y en medio de cultivos lícitos (parcelas de
campesinos) con el fin de dificultar su detección y su erradicación; además, comenzaron a cultivar en
los parques naturales y zonas de frontera para evadir la aspersión aérea y porque se convertía en
lugares estratégicos para el montaje y operación de laboratorios clandestinos para la producción de
drogas. (Ministerio de Defensa Nacional, 2007).

Durante el segundo periodo presidencial de Álvaro Uribe (2006-2010), la lucha contra el narcotráfico
continuó con gran fuerza bajo la Política de Consolidación de la Seguridad Democrática (PCSD), que
buscaba mantener las fumigaciones aéreas y las erradicaciones manuales. Sin embargo, la ejecución
de estas políticas no cumplió con los resultados esperados, si bien el Gobierno logró retomar el
control de algunas zonas y carreteras del país, que eran gobernadas por grupos subversivos, bandas
criminales o capos del narcotráfico, los actores lograron adaptarse a las dinámicas y estrategias que
el Gobierno desarrolló para combatir el problema.

1.1.4 Juan Manuel Santos (2010-2014)

Durante el periodo presidencial de Juan Manuel Santos (2010-2014), se buscaba dar continuidad a la
política de Seguridad Democrática del expresidente Álvaro Uribe, para no interrumpir en los avances
generados por el gobierno anterior y para preparar lo que se venia con el proceso de paz. Además,
el objetivo principal del Gobierno Santos se caracterizó por la consolidación de la paz y el
mantenimiento de la estabilidad, en ese sentido, no es posible la construcción de una paz estable y
duradera si no se resuelve este problema, o al menos la cuestión sobre los cultivos ilícitos y las
economías ilegales asociadas a ellos.

Hay que reconocer los esfuerzos por parte del Gobierno para mitigar los efectos negativos de esta
actividad. Para los años 2010-2015 el Estado colombiano tuvo que mantener su lucha constante
contra el narcotráfico, renovando sus estrategias e implementando nuevas reformas y políticas que
evitaran el crecimiento acelerado de este fenómeno, antes de dar inicio a las negociaciones de paz
con las FARC.

1.1.5 Juan Manuel Santos (2014-2018)

94
El segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos estuvo cobijado bajo el Acuerdo de paz, para
el caso del narcotráfico, la problemática y sus posibles soluciones se encuentran en el cuarto acuerdo:
“Solución al problema de las drogas ilícitas”, el cual exige a quienes se acogen a el a renunciar a
cualquier tipo de actividad derivada del narcotráfico. El cuarto acuerdo de La Habana, tiene tres ejes
de acción enfocados en la producción, el tráfico y el consumo de sustancias ilícitas. Para abordar la
dimensión de producción, el acuerdo crea el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos
de Uso Ilícito (PNIS), como parte de las estrategias emprendidas en el marco de la reforma rural
integral (RRI). (Acuerdo Final, 2016).

Al finalizar el mandato del presidente Juan Manuel Santos, el Programa Nacional Integral de
Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS) enfrentaba importantes rezagos que comprometían la
sostenibilidad del proceso de sustitución. La posibilidad de llegar a la meta trazada de las 50.000 Ha.
se veía muy lejana, pues la voluntad de los campesinos contrasta con la incertidumbre sobre si el
Estado iba a cumplir con lo acordado.

1.2 Dimensión del problema de las drogas en Colombia


Es necesario reconocer que el país afronta una compleja situación de aumento acelerado de cultivos
de uso ilícito desde el año 2012, como puede evidenciarse en la Gráfica 1. Los datos entregados por
el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos- SIMCI sitúan a Colombia como uno de los
principales países cultivadores de coca en el mundo con 146.000 Ha. de coca en el año 2016 (2017).
Adicionalmente, el Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó en el mes de febrero de 2017
que Colombia ocupa el puesto número uno en producción de cocaína a nivel mundial y que el 90%
del psicoactivo incautado en ese país también proviene de Colombia (Revista Semana, 2017).

95
Figura 2. Histórico cultivos de uso ilícito vs número de municipios afectados

Fuente: Tomado de UNODC (2018)

Sin embargo, no se puede caer en explicaciones superfluas sobre este complejo fenómeno, como es
el caso de algunas de las esbozadas por el informe de la Unidad de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito -UNODC, por sus siglas en ingles, “Monitoreo de Territorios Afectados por Cultivos
Ilícitos 2016” (2017) en las cuales se afirma que, por ejemplo, los campesinos cocaleros interpretaron
la sustitución del término “cultivos ilícitos” por “cultivos de uso ilícito” como una “aprobación” del
cultivo, o que la suspensión de la aspersión aérea ha reducido la percepción del riesgo de cultivar
coca en los campesinos, a pesar de que la Fuerza pública no ha cesado su labor de erradicación
forzada de cultivos.

Como se ha planteado en informes anteriores de la Fundación (PARES, 2018) y (PARES 2018a), las
principales causas de este aumento se asocian a dinámicas económicas internacionales y locales. Por
ejemplo, la caída de los precios del oro a nivel internacional a partir del año 2010 generó
desplazamiento de la mano de obra minera hacia el cultivo de coca. Cabe recordar que la disminución
de cultivos de coca está asociada directamente a la bonanza del oro previa a este año. También, la
ausencia de mercados internos y de estabilidad de los productos agrícolas ha fortalecido la
sustitución de cultivos diversos hacia el cultivo de coca.

96
Por otra parte, según fuentes locales en Tumaco, municipio con la mayor cantidad de coca cultivada
(23.147 Ha.), algunos comandantes de las FARC, previo a la firma del Acuerdo, habrían impulsado a
los campesinos a cultivar coca debido a que la implementación del punto (4) traería beneficios
excepcionales para los pequeños cultivadores, lo cual no ha sucedido. Es importante señalar de
manera clara que nuestras fuentes en terreno únicamente han evidenciado este suceso en el
municipio de Tumaco y no así ́ para el resto del país.

Es innegable el papel que desempeñan los grupos armados ilegales en la oferta de seguridad para el
desarrollo de toda la cadena productiva de cocaína en el país y, por tanto, en el aumento y
mantenimiento de estos. Este es el caso de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, especialmente
en el Bajo Cauca Antioqueño; de las disidencias de las FARC, en el sur del país y del ELN y el EPL en el
Catatumbo. Todos estos grupos, más allá́ de sus diferencias en repertorios de violencia y
motivaciones, coinciden en la defensa de los cultivos de coca, el sabotaje al PNIS en los territorios y
utilizan el narcotráfico como una de sus actividades económicas principales.

Ahora bien, tras la acción estatal contra las drogas desde el enfoque de seguridad, uno de los
fenómenos más interesantes e incluso que podrían interpretarse como positivos a pesar del aumento
de los cultivos de coca es la concentración inusual de los mismos. En el libro Terminó la guerra, el
postconflicto está en riesgo: a un año del acuerdo de paz (PARES, 2017) se afirma que solo 10
municipios concentran el 49% de la coca del país. En este sentido, se sabe a ciencia cierta donde
priorizar la atención institucional bajo las lógicas acordadas por el gobierno y las FARC, es decir, no
únicamente desde la perspectiva de seguridad sino desde los enfoques de derechos humanos y salud
pública.

La distinción de la problemática es conceptualmente útil para ubicar los desafíos de política y abordar
la necesidad de desmantelar gradualmente la prohibición de sustancias psicoactivas para avanzar en
un modelo de regulación para los mercados de drogas, con el objetivo de proteger la salud y los
derechos humanos. Se entiende que esto es un proceso a largo plazo, y que en el camino se deben
desarrollar políticas adecuadas mientras tanto, dentro del ámbito de la prohibición, para reducir el
daño de las políticas actuales de drogas (Uprimny, Guzmán y Parra, 2012).

97
II. El uso del glifosato como práctica antidroga
2.1 Erradicaciones aéreas con glifosato

En el marco de la lucha antidrogas y como estrategia del Gobierno Nacional para erradicar los cultivos
ilícitos en Colombia, se optó por realizar una serie de programas para disminuir la oferta en el
mercado nacional e internacional. El aumento de las zonas cultivadas llevó al Gobierno a reafirmar la
decisión de usar aspersiones aéreas con glifosato sobre los cultivos ilícitos, con lo cual se
incrementaron también los impactos sociales y ambientales de las comunidades que eran
dependientes de esta economía.

Si bien son muchas las críticas que ha tenido uso del herbicida en las fumigaciones aéreas, también
hay que anotar que este es uno de los pesticidas más usados en el mundo; incluso en Colombia, su
venta está disponible al público a través de cientos de productos para el Agro. La preocupación radica
en las fumigaciones aéreas, pues al mezclar el glifosato (Roundup) con un químico surfactante
llamado “Cosmoflux”, que aumenta la capacidad destructiva y tóxica del herbicida, dicha mezcla
puede causar daños a la salud humana. (Sánchez, 2005)

Es posible afirmar que las aspersiones aéreas en Colombia se llevaron a cabo en dos etapas. La
primera de ellas ocurrió durante el mandato del presidente Turbay (1978-1982), donde se hicieron
las primeras fumigaciones experimentales sobre cultivos de marihuana debido a las relaciones
internacionales de la época. Para ese entonces, el presidente Jimmy Carter (1976-1980) tenía como
objetivo erradicar los cultivos ilícitos en los países productores: Perú, Bolivia, y en menor medida,
Colombia a través del químico “Paraquat”. Sin embargo, desde sus inicios, las cuestiones frente a los
impactos ambientales y las acusaciones por parte de las comunidades campesinas frente a problemas
en su salud, eran un asunto que el gobierno colombiano no podía ignorar. (González, 2006)

En este sentido, el presidente Turbay convocó un comité científico para evaluar la posibilidad de
utilizar el químico de forma masiva en las labores de erradicación. No obstante, los resultados que
arrojó el estudio mostraron la peligrosidad del herbicida. En este sentido, el Consejo Nacional de
Estupefacientes determinó no aplicar la técnica de erradicación química propuesta por el gobierno
estadounidense. Es importante mencionar que el tema no murió ahí, con la llegada del presidente
Reagan (1980), quien veía el asunto de las drogas como un problema de seguridad nacional, llegó
nuevamente la presión del Gobierno estadounidense por aplicar el “Paraquat” a los cultivos ilícitos
en Colombia. (González, 2006)

98
En este sentido, ante las preocupaciones a nivel nacional e internacional por los impactos sociales,
ambientales y económicos que pudiese generar los efectos del “Paraquat” en la salud humana y el
medioambiente, el gobierno colombiano buscó como alternativa: el uso del glifosato, un pesticida
comúnmente utilizado por los agricultores de la época. El objetivo de la estrategia, era implementar
fumigaciones experimentales en la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Serranía del Perijá,́ a lo que
el Gobierno del presidente Barco (1986-1990) accedió. (González, 2006)

La segunda etapa de las fumigaciones que se hicieron con el apoyo de los Estados Unidos ocurrió
entre los años 1990-2006. Durante este periodo el Gobierno se concentró en combatir la industria
de la cocaína, específicamente en la fase de producción, a través del apoyo de las fuerzas armadas
de los países productores. En paralelo (1989), el Gobierno americano formulaba la política “Estrategia
Andina Contra las Drogas”. El objetivo cuantificable era reducir la disponibilidad de cocaína para
consumo en los Estados Unidos en un 15% para fines de 1991 y en un 60% para finales de 1999 y
permitió́ presupuestar en Estados Unidos la ayuda al Plan Colombia y sus componentes de
erradicación de cultivos ilícitos durante el gobierno Pastrana (1998-2002). (González, 2006)

Durante los mandatos de los presidentes de Ernesto Samper (1994-1998), Andrés Pastrana (1998-
2002) y Álvaro Uribe (2002-2006) (2006-2010), la intensificación de las fumigaciones fueron
continuas y crecientes. El Gobierno profundizó la labor de aspersión aérea, comprendidos en el Plan
Colombia. En el año 2006 y finalizada la primera administración Uribe, la política de erradicación de
cultivos ilícitos con glifosato mostraba niveles extremos de implementación, al igual que signos de
agotamiento. Sin embargo, la práctica se siguió utilizando en el segundo periodo presidencial del
expresidente Uribe (2006-2010) y durante el primer periodo del expresidente Juan Manuel Santos
(2010-2014), hasta su prohibición por parte de la Corte Constitucional en el año 2015.

2.2 Erradicaciones manuales

El programa de erradicación manual, es una estrategia desarrollada por el Gobierno Nacional debido
al incremento de los cultivos ilícitos en zonas de economía campesina, áreas pertenecientes a el
sistema nacional de parques naturales y/o cercanos a cuerpos de agua. En el año 2004, Colombia
decidió crear los “Grupos Móviles de Erradicación Manual” con el propósito de mejorar los resultados
en la disminución de cultivos ilícitos en el territorio nacional. Sin embargo, su implementación tenia
riesgos que debían ser considerados: ataques de los grupos armados, minas antipersona, entre otros.

99
La estrategia de erradicación manual había sido utilizada en países como Perú y Bolivia, donde los
resultados habían sido exitosos. La técnica tiene dos métodos de uso, en primer lugar se encuentra
el método artesanal, mediante la fuerza física de una persona, la planta se sostiene y se hala hasta
producir el desprendimiento de sus raíces. En segundo lugar, esta el método de erradicación
mecánica por aspersor de espalda, el cual utiliza el glifosato, en pequeñas dosis recomendadas por
los fabricantes. Además, los campesinos operarios reciben una capacitación para la aplicación del
agroquímico y en los cuidados para su salud. (Presidencia de la República, 2004)

Bajo el decreto 2767 de 2004, los desmovilizados que voluntariamente desearan colaborar con el
Estado en la erradicación de los cultivos ilícitos, podrían recibir incentivos económicos. Esta estrategia
dio resultados, los desmovilizados participaron activamente del programa con el propósito de
reincorporarse a la vida civil. El programa de erradicación manual se desarrolló en los departamentos
de Boyacá,́ Caldas, Magdalena y Putumayo, donde los cultivos de coca eran muy pequeños para ser
fumigados o estaban ubicados en áreas que por sus condiciones geográficas, no era permitió las
aspersiones aéreas. (Presidencia de la República, 2004). Hay que tener en cuenta que la aspersión
terrestre aumenta el riesgo para la persona que erradica, tanto por los riesgos de seguridad, como
por el aumento en la exposición a la sustancia.

El programa Grupos Móviles de Erradicación Manual estaban conformados por grupos de personas
civiles, quienes eran contratadas por una Empresa de Servicios Temporales -EST. Estos esquemas
operativos consistían en la conformación de grupos de hasta treinta y un (31) personas: veintiocho
(28) erradicadores, dos (2) rancheros y un capataz, que se desplazan hasta las plantaciones de cultivos
ilícitos, para realizar la erradicación manual forzosa de la totalidad de las plantas de coca, marihuana
y amapola que se detecten, por períodos promedio de 60 días. (Dirección de Programas contra
Cultivos ilícitos, 2012).

Teniendo en cuenta los posibles riesgos que pueda ocasionar la operación del programa y con el
propósito de brindar la seguridad del personal durante la erradicación y sus desplazamientos, las
Fuerzas Militares y la Policía Nacional eran los encargados de realizar la identificación de la zona con
el objeto de verificar la presencia o no de Grupos Armados, al igual que la existencia de Artefactos
Explosivos Improvisados (AEI), siembra de Minas Antipersona (MAP) y Municiones Sin Explotar
(MUSE), minimizando los riesgos en las actividades de erradicación. (Dirección de Programas contra
Cultivos ilícitos, 2012).

100
Se puede decir que la erradicación manual voluntaria enfocada en un programa de desarrollo
alternativo, genera una serie de incentivos para los cultivadores, dado que se les ofrece una opción
rentable para evitar los cultivos ilegales. Así,́ no solo el programa está acompañado de un incentivo
económico, sino también social, técnico y ambiental. En el 2010 se expidió el CONPES 3669
denominado “Política Nacional de Erradicación Manual de Cultivos ilícitos y Desarrollo Alternativo
para la Consolidación Territorial”, quien direcciona bajo lineamientos que buscan mejorar la
sostenibilidad e integridad de los procesos de erradicación manual, de manera voluntaria ó forzosa,
convirtiéndola en una herramienta que conlleve a la consolidación territorial a partir del
reconocimiento de la problemática de los cultivos ilícitos, sus efectos en las zonas de producción y
los avances institucionales para abordar el fenómeno.

2.3 Consecuencias sociales y ambientales de las aspersiones aéreas con glifosato en


Tumaco - Caso de estudio sobre el Pacífico colombiano
Introducción

La Costa Pacífica Nariñense y de manera especial Tumaco, sufrió durante largos años, la peor agresión
socio ambiental de la que se tenga registro a lo largo de toda su historia. Agresión de la que aún no
se ha recuperado, más es posible que se repita la misma situación. Con el pasar del tiempo, en
Tumaco se han erigido dos grandes asesinos: La violencia y el cáncer. Esta enfermedad convertida en
epidemia, avanza entre su población sin distingos de ninguna índole ante el silencio de todos porque
su sólo nombre es temible. Fueron 15 años consecutivos que debido a las fumigaciones con glifosato,
las comunidades afrodescendientes e indígenas de Tumaco, estuvieron expuestas a este veneno;
permanentemente consumieron agua y alimentos contaminados.

En abril de 2015, debido a la presión de la Comunidad Científica Internacional, estudiosa de los


efectos nocivos de dicho herbicida, la OMS reconoció públicamente la toxicidad cancerígena del
glifosato. Ante tantas pruebas era imposible seguirlo callando. El glifosato es sinónimo de tragedia;
no sólo es un cancerígeno, sino que de acuerdo con evidencias médicas y a testimonios de las
comunidades más afectadas por las fumigaciones como ha sido el caso de Tumaco, este agrotóxico
también es causante de abortos, partos prematuros, defectos de nacimiento, enfermedad crónica
renal, problemas gástricos, respiratorios y dérmicos, entre otras patologías.

101
Lo anterior, sin tener en cuenta el incalculable daño a la tierra, a las fuentes hídricas, al mar y a toda
la biodiversidad en su conjunto y a la grave situación humanitaria que este tipo situaciones genera.
En realidad las fumigaciones con glifosato no tienen justificación que valga.

Pero a Iván Duque no le importa esto; como candidato a la presidencia por el Centro Democrático,
se comprometió con el Congreso estadounidense que de llegar al primer cargo de la nación,
retomaría las fumigaciones en la lucha contra el narcotráfico. De otro lado, en Tumaco se ve clara la
posición de total rechazo de este gobierno en torno al proceso de paz firmado en 2016. Es así como
el PNIS, en el marco del Acuerdo Final, se desarrolla con múltiples falencias e incumplimientos
gubernamentales, por los cuales será muy difícil que la sustitución de cultivos llegue a buen término.
Este fracaso anunciado, será el pretexto para que retornen las aspersiones con el veneno letal.

El presidente Iván Duque, olvida la gran derrota que significó el glifosato en la lucha contra el
narcotráfico; en quince años de fumigaciones, los cultivos de coca se multiplicaron, no sólo en
Tumaco, sino en todos los territorios asperjados. Plan Colombia con sus distintos nombres, fue un
fracaso total. Esto lleva a pensar que podrían subyacer otras razones por las cuales se quiere imponer
este agrotóxico.

Desde la perspectiva estratégica, el uso del glifosato en la lucha contra el narcotráfico es un gran
absurdo con un enorme e impagable costo socio ambiental; y por otro lado, teniendo en cuenta el
efecto devastador de este herbicida para la salud humana, puede decirse que la actitud del actual
gobierno, es abiertamente criminal, puesto que no se parte de especulaciones sino que es la voz de
la autoridad en salud más importante del planeta: La OMS. Mientras tanto, cada día en Tumaco, hay
dos, tres sepelios o quizá cuatro, no hay que preguntar, pues si no lo mató la violencia, lo hizo el
cáncer.

2.3.1 Subregión Costa Pacífica Nariñense

El Pacífico Nariñense está conformado por 10 municipios los cuales conforman internamente tres
subregiones: el Pacífico Sur, constituido por Tumaco y Francisco Pizarro; la Subregión del Sanquianga,
de la cual hacen parte, Olaya Herrera, Mosquera, El Charco, Iscuandé y La Tola; y por último, El
Triángulo del Telembí, del cual hacen parte Barbacoas, Roberto Payán y Maguí. Este territorio tiene
una posición geoestratégica pues está surcada por el Océano Pacífico y además posee una zona
fronteriza con Ecuador.

102
Todos estos municipios están comunicados entre sí, tanto por el Océano Pacífico, como por sus
numerosos y caudalosos ríos. Toda esta subregión está bordeada por miles de esteros y manglares
que convierten el Pacífico en un lugar inexpugnable a la hora de controlar el narcotráfico.

No obstante estos grandes privilegios y riquezas, todos los municipios que componen la subregión
poseen una tasa de pobreza multidimensional que sobrepasa el 90%, su situación de marginalidad y
ausencia total del Estado, hizo inviable la vida, esta sería la principal razón por la cual las comunidades
rurales deciden optar por los cultivos de uso ilícito. (Colombia Check, 2018)

Tabla 2. Pobreza multidimensional en el Pacífico Nariñense

Municipio Porcentaje Pobreza Municipio Porcentaje Pobreza


M. M.
Tumaco 84% Iscuandé 96%
Barbacoas 89% Olaya Herrera 97%
La Tola 91% Roberto Payán 98%
Francisco Pizarro 92% Magüí 99%
Mosquera 96% El Charco 99%
Fuente: Adaptado de Colombia check, 2018.

Durante casi dos décadas, este territorio ha sido escenario de cruentas batallas por el control
territorial y rutas del narcotráfico entre estructuras armadas ilegales dedicadas a este negocio ilícito.
Situación que se ha hecho más difícil y compleja ahora, en tiempos de posconflicto. Confrontaciones
que anualmente dejan decenas de muertos y desaparecidos, y comunidades en situación de
confinamiento o desplazamiento forzado. Sin embargo, el Estado colombiano permite que esto
suceda de manera permanente, en realidad le interesa más que las vidas humanas, que desaparezcan
los cultivos de uso ilícito, probablemente por eso, no obstante, las advertencias de la Comunidad
Científica Internacional y de la misma OMS en torno al uso del glifosato, el gobierno actual, prefiere
las fumigaciones con este agrotóxico que con otras estrategias más seguras para la vida.

103
Algo que ilustra esta situación es justamente la experiencia observada mientras se desarrolla esta
investigación: Se intenta ingresar al Triángulo del Telembí, sin embargo hay noticias del
desplazamiento de nueve veredas entre los municipios de Maguí y Roberto Payan. Son
aproximadamente mil quinientas personas que huyen del fuego cruzado entre disidencias y otras
estructuras armadas ilegales dedicadas al narcotráfico.

Algunos líderes que apoyarían esta investigación, obtienen información sobre los sucesos anotados
y se dirigen a la fuerza pública a fin de que tomen medidas para proteger a la población civil; más la
respuesta de estos, es que hay una guerra entre delincuentes y por tanto que se exterminen, pues
ellos no entrarán en confrontación con estos… los cientos de hombres, mujeres y niños en total
condición de indefensión y en medio del fuego cruzado, sencillamente no existían para estos.

2.3.2 Conflictividad Alrededor Del Uso Del Glifosato

A principios del 2002, el municipio de Tumaco vive una de las peores crisis humanitarias de su historia.
Algo que pronto se trasladaría al resto de municipios de la Costa Pacífica Nariñense; las fumigaciones
con glifosato en el marco de Plan Colombia, han llegado de la mano de centenares de paramilitares
que rápidamente sitian todos los municipios de esta subregión. La alianza militar y paramilitar es
declarada: masacres, desapariciones forzadas, confinamiento, asesinatos selectivos, de líderes,
periodistas, militantes de partidos de izquierda, hacen parte de la nueva cotidianidad. A la par que
sucede este fenómeno, se presentan los primeros éxodos del campo a las cabeceras municipales
especialmente a San Andrés de Tumaco. También son miles de personas que se refugian en el
hermano país de Ecuador, otros robustecen el deprimido Distrito de Aguablanca en Cali.

Sucede que aparte del desangre ocasionado por confrontaciones entre guerrillas de las FARC y el ELN,
con los paramilitares por el control territorial y de las comunidades, no hay alimentos; el glifosato ha
acabado con todo. Las fumigaciones indiscriminadas acabaron no sólo con los cultivos de uso ilícito,
sino también con la fauna y flora del lugar, contaminaron las fuentes de agua que consumían
humanos y animales generando enfermedad y hambre. De acuerdo con campesinos entrevistados,
en muchas ocasiones, el glifosato sobrante en las avionetas era lanzado directamente al mar o las
fuentes hídricas. Al respecto, en entrevista con una señora desplazada de zona rural de Barbacoas en
aquella época, comenta que “la razón de su desplazamiento se debió a una situación relacionada con
este agrotóxico”; su hijo de 14 años había salido a pescar con su tío, un hermano de ella, quienes de

104
pronto se ven bañados en glifosato, eran sobrantes que militares estaban derramando en el mar. El
adulto pudo sobrevivir a tal situación, más su hijo murió pocos días después, ante tal situación pidió
al médico de Barbacoas donde tuvo hospitalizado a su hijo, que diera una certificación sobre las
circunstancias en que muere, el envenenamiento por glifosato. Sin embargo, enterados los
paramilitares de esta situación, prohibieron al médico manifestarse al respecto y a ella le dieron plazo
de 24 horas para irse de Barbacoas. Dicha señora, llegó a Tumaco con 10 hijos, todos menores de
edad, actualmente sobreviven tres, los demás murieron de física hambre, o con enfermedades
relacionadas con malnutrición. (Quiñones, 2019)

Indígenas Awá que apenas hablaban el español, debieron salir de sus resguardos porque según
ellos, el glifosato había quemado todos sus árboles y no había comida. Muchos de ellos hoy
después de tanto tiempo, deambulan en las calles de Tumaco, en condiciones de gran precariedad.

Entre junio de 2001 y octubre de 2015, fechas en que respectivamente inician y terminan las
aspersiones, los efectos sociales y ambientales del glifosato son devastadores, más los cultivos al
contrario de disminuir, se han ido incrementando ostensiblemente; el campesinado cocalero ha
descubierto una fórmula para supuestamente debilitar el efecto de este agrotóxico en las plantas de
coca, esta es la miel de purga, un residuo de la melaza de caña, que si bien no posee un respaldo
científico, el campesinado negro e indígena de la región afirma que útil y cubrían sus plantaciones
con dicha sustancia.

Ya son 15 largos años en que a diario llueve glifosato indiscriminadamente, es el tiempo donde la
población de Tumaco urbano, llegó a triplicarse, donde el éxodo masivo del campesinado era
inevitable debido a la grave crisis alimentaria, puesto que la tierra no producía alimentos. De acuerdo
con campesinos entrevistados, “el suelo parecía quemado”, el plátano, la yuca, el coco, el cacao, los
frutales parte fundamental de la dieta local, desaparecieron, por otra parte, veían a sus animales de
corral, de caza y especies menores, enfermar y morir.

Comenta un líder de La Espriella, que fueron muchos los campesinos que murieron por consumir
agua contaminada, pues de acuerdo con sus costumbres, al no existir un acueducto, cuando iban o
regresaban de las faenas del campo, siempre tomaban agua directamente del Río Caunapí, o de
pequeñas quebradas que surcaban por la zona, donde en muchas ocasiones las concentraciones de
glifosato eran significativamente altas. Hubo mortandades de peces, indicador que en esos días no
se podía consumir agua del río. Lo que este líder refirió en la entrevista, era un hecho repetitivo en
distintos lugares de la Costa Pacífica Nariñense; fueron muchas las muertes anónimas por

105
intoxicación por cuenta del glifosato. En tanto curanderos y comadronas del territorio, recuerdan que
allí, en sus veredas, los abortos espontáneos se hicieron cada vez más frecuentes, los brotes en la
piel, las alergias respiratorias eran comunes a lo largo y ancho de toda la región asperjada. (Quiñones,
2019b)

En visita a Imbilpí del Carmen, se pudo corroborar la situación de enfermedad que viven algunos
mayores de la comunidad, los cuales hoy como paliativo a problemas pulmonares irreversibles
generados por el glifosato, deben usar inhaladores de manera permanente. El cáncer con relación a
años anteriores se ha multiplicado de manera extraordinaria, convirtiéndose en una de las principales
causas de muerte en la subregión y de manera particular en Tumaco.

Las fumigaciones con glifosato, no son únicamente la peor agresión ambiental que haya sufrido éste
territorio, sino una de las más preocupantes a nivel planetario, si se tiene en cuenta que el Pacífico
Nariñense, es parte importante del Chocó Biogeográfico: “El Choco biogeográfico, más que un
territorio, representa un ecosistema en donde las condiciones privilegiadas de sol, agua, luz y aire,
elementos esenciales para la vida están presentes en forma permanente y exuberante; pero además,
es una región aislada del resto de las tierras bajas de Suramérica por la cordillera de los Andes. Esta
barrera natural, le genera un gran número de endemismos, en especies de: plantas, mariposas y aves,
y quizás éstas últimas presentan, el mayor endemismo del mundo, aproximadamente el 25% de las
especies, que allí habitan no se encuentran en ningún otro lugar del planeta”. Fueron muchas las
especies de fauna y flora que desaparecieron gracias a este agrotóxico con el cual de ninguna manera
el Estado colombiano logró erradicar los cultivos de uso ilícito. (CMCCHOCO, 2008)

Los habitantes de la región concluyen que irónicamente entre más se fumigaba, más crecían los
cultivos de uso ilícito, sin embargo, el glifosato generó la más grave crisis social, humanitaria y
ambiental en la historia del Pacífico Nariñense, este fue un agente generador de verdaderos éxodos
del campo a la ciudad, campesinos que después de haber poseído la tierra, hoy viven en zonas
periféricas de las cabeceras municipales de la Costa de Nariño o en los barrios subnormales de las
grandes ciudades del país en condiciones de gran precariedad y miseria, algo que además propició la
descomposición del tejido social e incrementó distintas violencias. Por otro lado, queda una tierra
herida y una biodiversidad con grandes pérdidas en sus ecosistemas.

106
El Gobierno canceló las fumigaciones aéreas el 1 de octubre de 2015, “como una medida para dar
cumplimiento al concepto de la Organización Mundial de la Salud según el cual el glifosato puede ser
dañino para la salud humana”. Esta definición hizo que el Ministerio de Salud elevara una solicitud al
Consejo Nacional de Estupefacientes para suspender esta práctica. (La verdad abierta, 2015) Cuatro
años después los pueblos del Pacífico Nariñense, no se han recuperado, tampoco sus ecosistemas.

El 8 de agosto de 2019, el presidente Iván Duque, visitó el puerto de Tumaco, donde lanzó la
estrategia “Zonas Futuro”, mediante la cual se impulsará el desarrollo en los territorios más afectados
por la violencia y la pobreza. Cuyos principales objetivos son el reforzamiento de la protección de la
población y del liderazgo social y comunitario; el fortalecimiento de la seguridad y la garantía de los
derechos ciudadanos; y, el robustecimiento la justicia y la resolución pacífica de los conflictos; Por
último, el aceleramiento de la implementación de los PDET y sustitución de las economías ilícitas.

La Costa Pacífica Nariñense hará parte de Zona Futuro, sin embargo no es una noticia que las
comunidades hayan recibido con grandes expectativas, puesto que el incumplimiento por parte del
Estado, ha sido una constante a través del tiempo, además es algo contradictorio, pretender cambiar
las precarias y a veces inhumanas condiciones de vida de las comunidades presentes en esta
subregión y también insistir en el mortífero, empobrecedor y desplazador glifosato.

2.3.3 Movimientos Sociales Y Resistencias Desde El Territorio

Dada la gran presión social contra el regreso de las fumigaciones con glifosato y la amenaza de una
movilización masiva en los 10 municipios del Pacífico Nariñense, de estas hacerse efectivas, sin lugar
a duda, ha incidido para que esta decisión que parecía inminente aún no se haya consumado.
Organizaciones sociales como UNIPA, ACIESNA, RECOMPAS y ASOCOETNAR, donde confluyen todos
los resguardos indígenas y consejos comunitarios del Pacífico Nariñense, han manifestado su rotundo
rechazo contra la retoma de las aspersiones aéreas con glifosato en el territorio. Posición que
comparte todo el movimiento social de la subregión, a la cual se ha sumado la Iglesia Católica en
cabeza de Monseñor Orlando Olave y el saliente gobernador de Nariño, Camilo Romero.

En el marco de este rechazo generalizado en contra de las aspersiones con glifosato en la lucha contra
el narcotráfico y en defensa de la vida y el ambiente, el gobernador de Nariño, a finales de septiembre
de 2019, radicó ante el Tribunal Administrativo de Nariño, una acción popular mediante la cual se
espera se suspenda la utilización del glifosato para fumigaciones aéreas de cultivos de uso ilícito

107
debido a sus impactos nocivos sobre la salud, la naturaleza, su ineficacia y sus elevados costos. Frente
a este recurso legal el Gobernador puntualizó lo siguiente:

“esta iniciativa, que tiene como accionados a la Nación, la Vicepresidencia de la


República, el Ministerio de Defensa, de Ambiente, entre otras instituciones, se
ampara en el derecho de los nariñenses y de todas y todos los colombianos de tener
un ambiente sano, un aprovechamiento racional de los recursos naturales, y un
equilibrio ecológico que pondere el derecho a la vida. Radicamos esta Acción Popular
en nombre de los hombres y mujeres, defensores de la vida, defensores del
ambiente, defensores del agua que hemos dicho que no es mediante el glifosato que
se puede acabar con los cultivos de uso ilícito”. (Gobernación de Nariño, 2019)

En el marco de estas acciones de resistencia en contra del uso del glifosato, también se ha hecho
presente la voz de sectores políticos de la subregión donde cuestionan las decisiones de Iván Duque,
laxa ante los intereses y mandatos del gobierno estadounidense y poco respetuosa de la vida, la
naturaleza y del destino de miles de campesinos cocaleros que optaron por ese camino debido a la
nula presencia del Estado, a la exclusión permanente a la que han estado sometidas las comunidades
de esta subregión.

Por otro lado el Obispo de la Diócesis de Tumaco, cuya jurisdicción eclesiástica abarca los municipios
de Tumaco, Francisco Pizarro, La Tola, Iscuandé, El Charco, Mosquera, Olaya Herrera, Barbacoas,
Maguí y Roberto Payán, es decir, todos los que conforman la subregión del Pacífico Nariñense, ha
dicho:

“La fumigación con glifosato es inadecuada y por tanto el Gobierno la debe


considerar como última opción. Hace 10 años se realizó la aspersión y sin embargo
los cultivos de uso ilícito se volvieron a dar y con mucho potencial. La problemática
no trasciende en la aspersión y no debería ser el punto de discusión sino las
alternativas para acabar con el narcotráfico que existe y atenta contra todo el país.
El medio de la aspersión se puede utilizar en ciertos momentos pero hay muchas
alternativas como la erradicación manual o voluntaria de las comunidades. El
problema es más estructural y le buscan dar una solución parcial.” (CM&, 2019)

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En resumen, el rechazo ante una posible retoma de las aspersiones aéreas, es generalizado, pues de
una u otra manera las distintas comunidades que conforman esta subregión han sido víctimas de tan
nefasta y pésima solución en contra de los cultivos de uso ilícito. Las enfermedades, las graves crisis
humanitarias sufridas, los irreparables daños ambientales que han quedado como consecuencia de
largos años de aspersiones, han sensibilizado a la gran mayoría. Las organizaciones sociales más
relevantes del territorio tienen programadas distintas acciones de rechazo a esta política criminal del
gobierno Duque en caso de llegar a cristalizarse.

2.3.4 Erradicaciones y Conflictividades

A excepción de tres consejos comunitarios y zona de carretera del distrito de Tumaco, en éste y todos
los municipios de la Costa Nariñense se está llevando a cabo la erradicación forzada de cultivos de
uso ilícito. La práctica más común es la erradicación manual, la cual en la mayoría de los casos es
realizada por miembros de la fuerza pública; sin embargo también y a menor escala se están
utilizando drones y en municipios de la Subregión del Sanquianga, están aspergiendo glifosato, en
pequeños y medianos sembríos de coca.

Campesinos cocaleros y líderes de zonas visitadas informan que la fuerza pública está llegando a
erradicar sus cultivos en cualquier momento, los están tomando por sorpresa. Tal como si fuera una
política, los días 25, 26 y 27 de octubre de 2019, justo cuando las comunidades estaban más
interesadas en los comicios que en cualquier otro asunto, la fuerza pública se desplazó a distintas
zonas rurales y erradicó cultivos de coca. Así mismo, indígenas de distintos resguardos de Tumaco,
Barbacoas, y Roberto Payán, han afirmado la presencia intempestiva de miembros de la fuerza
pública que entran a sus territorios cortan sus plantaciones de coca y se marchan.

De acuerdo con campesinos consultados, el gran problema que significa la erradicación sin políticas
sociales claras, es que genera desplazamiento forzado y en el caso del glifosato se convierte en una
urgencia, debido a que no sólo hay manera de solventar los gastos básicos de la familia, sino que
tierra y agua quedan contaminados, exponiéndose a enfermedades. (Quiñones, 2019i)

En el municipio de Olaya Herrera, poseedor de enormes plantaciones de coca, durante los meses de
noviembre y principios de diciembre de 2019 se ha estado fumigando con glifosato. El pasado 8 de
diciembre hubo enfrentamientos entre campesinos y uniformados. Los campesinos que reclamaron
a la fuerza pública por fumigar sus cultivos, fueron recibidos con gases lacrimógenos y perdigones. Al

109
respecto un funcionario público de la alcaldía de Olaya Herrera, afirma que todo indica que el
glifosato con el cual han fumigado la zona alta del Río Satinga, lugar donde ocurrieron estos hechos,
contiene algún aditamento más agresivo que el que aspergía años atrás, pues las afecciones
respiratorias y dérmicas fueron casi inmediatas. (Quiñones, 2019k)

El que se tome a las comunidades por sorpresa a la hora de realizar las erradicaciones, se supone,
tiene como objetivo evitar acciones colectivas previas que impidan tal propósito, teniendo en cuenta
los ataques que ha sufrido la fuerza pública y los grupos móviles de erradicación, por parte del
campesinado cocalero que muchas veces por iniciativa propia, o por presión de las organizaciones
criminales dedicadas al narcotráfico, han agredido e inclusive asesinado a agentes de la fuerza
pública.

Es de anotar que, detrás de los Grupos Móviles de erradicadores manuales, existe un drama social y
humanitario, pues la mayoría están compuestos por campesinos pobres que ven en esta actividad
una opción económica. No obstante el altísimo riesgo que implica la labor, sus miembros no cuentan
con garantías legales frente a accidentes y muerte en el ejercicio de este trabajo. Es de anotar que
en gran parte de los territorios de la Costa Pacífica Nariñense y de manera especial en Tumaco, los
extensos cultivos de coca están cercados con minas antipersonas y otros artefactos explosivos
colocados por las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico a fin de dificultar las labores de
erradicación y hacer daño a quienes se atrevan. De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz
Roja, el 31% de los accidentes ocurridos en zonas cocaleras del país donde se han producido muertes,
mutilaciones y otras heridas de gravedad, se han dado en el departamento de Nariño.

Según la Fundación Ideas para la Paz -FIP, ante el delicado trabajo de ser erradicador manual en
Colombia,

“En 2016, el Comité de Derechos Humanos de la ONU, se pronunció sobre el uso de


civiles para esta labor, señalando su preocupación por la vinculación de campesinos
pobres que no tienen otras oportunidades laborales. El Comité instó al Estado
colombiano a interrumpir el uso de civiles hasta que se verifique, de conformidad
con los estándares, que las áreas en las que se deban realizar esas actividades estén
libres de minas terrestres y de otros peligros que puedan poner en riesgo su vida o
integridad. Según el Comité, el Estado debe también garantizar que las personas que

110
hayan resultado heridas o sus familiares, en caso de fallecimiento, reciban reparación
integral.” (FIP, 2019)

Recomendaciones que el actual Gobierno no ha escuchado y más bien ve en la situación de


vulnerabilidad y peligro de los erradicadores manuales, una oportunidad importante para intentar
persuadir y justificar las fumigaciones con glifosato.

Por otro lado, sin políticas sociales y económicas orientadas a menguar el impacto que deja entre las
comunidades la pérdida de su única alternativa de sustento, como son la hoja de coca, la situación
social se hace cada vez más difícil, violenta y convulsionada: Uno de los hallazgos más relevantes de
la presente investigación fue advertir, que miembros de las organizaciones mafiosas, tales como,
disidencias, narcotraficantes puros y carteles internacionales, estarían proveyendo de dinero,
insumos y semillas a comunidades donde se han efectuado erradicaciones, algo que naturalmente
posee un costo muy alto y es el del sometimiento total a sus requerimientos y mandatos. Una especie
de neofeudalismo donde estas estructuras armadas ilegales, se erigen dueños de la tierra y de
quienes la habitan y cultivan.

2.3.5 Situación De Las Familias Vinculadas al PNIS

Tumaco es el único municipio de la subregión donde se desarrolla el Programa Nacional Integral de


Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito – PNIS, que tiene vinculadas 16.000 familias pertenecientes a
tres consejos comunitarios y zona de carretera. Como todos los municipios del Pacífico Nariñense,
este es un pueblo donde jamás se ha conocido el progreso. Las carencias son extremas; no hay agua
potable, el servicio de energía es irregular, los centros de salud son escasos, las instituciones
educativas sólo logran cubrir el 45% de la demanda, la vivienda digna es casi siempre una utopía,
casi la totalidad de su población vive en condiciones de pobreza; ésta multiplicidad de carencias hace
que el índice de NBI en la zona rural, supere el 56%, el 16% viva en condiciones de miseria; así mismo,
la tasa de analfabetismo llegue al 40%, una de las más altas del país. A todo esto se suman sus escasas,
difíciles y costosas vías de comunicación.

Lo anterior es un indicador indiscutible de la situación de marginalidad e invisibilización de sus


habitantes; la presencia del Estado, históricamente ha sido muy débil, escasa y en muchos casos, se
diría que nula. Desde hace casi dos décadas el campo tumaqueño visto desde las alturas es un enorme
sembrío de coca, de hecho, es el principal productor a nivel nacional. No obstante, la pobreza

111
continúa, pues quienes obtienen enormes dividendos, no son los cocaleros, sino las organizaciones
ilegales dedicadas al narcotráfico.

Afirma uno de los entrevistados que la coca vino a suplir al Estado; casi nunca hubo incentivos para
el agro, la pesca o la cría de especies menores, sin embargo ellos sembraban y luego tenían que
deshacerse de sus cosechas debido a que llevarlas a la cabecera distrital representaba un gasto a
veces hasta 10 veces superior a la rentabilidad que pudiesen dejar sus productos. Por otro lado,
muchos intentaron salir de los cultivos de uso ilícito, con la única propuesta del Estado que fue el
monocultivo de palma africana, sin embargo, hubo una peste que nunca se pudo superar, justamente
esta enfermedad fue una de las tantas consecuencias de las fumigaciones con glifosato en la
subregión.

Aunque el apogeo de la palma tampoco fue una salida económica para sus necesidades, debido a
que el valor de los racimos de palma africana lo colocaban los dueños de las grandes empresas
palmicultoras, pero que, de acuerdo con los campesinos, siempre se sintieron explotados puesto que
no se les pagaba lo justo. Al desaparecer la palma africana debido al anillo rojo, fue suplantada por
semillas de palma aceitera, que requieren ser polinizadas semanalmente, su producción ha sido
limitada y ha sido una propuesta donde el fracaso es evidente y en la mayoría de los casos ha
debilitado aún más, su precaria economía. En realidad no hubo otras posibilidades, cuando los
cultivos de coca empezaron a expandirse llegó gente que la compraba inmediatamente; no había
necesidad de llegar a Tumaco urbano, las cosechas no se perdían, el dinero empezó a circular, los
padres podían mandar a estudiar a sus hijos a Tumaco, así mismo, movilizarse por salud a otros
lugares, en fin, no llegó mucho dinero con la coca, más les permitió mejorar sus condiciones de vida.
(Quiñones, 2019g)

Todos los líderes entrevistados coincidieron en que la coca fue el resultado del olvido, pero el costo
de tener un poco de dinero ha sido grande, la mayoría de los cocaleros han estado rodeados por la
tragedia, la violencia, la muerte y el desplazamiento, así mismo hasta el día de hoy se han visto
sometidos a las grandes organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, han estado en medio de
sus rivalidades y aquello ha generado un desangre que hasta el momento no ha parado. Estas
circunstancias llevaron a que al interior de los consejos comunitarios la propuesta del PNIS en el
marco del Acuerdo Final, fuera bien recibida, el compromiso de las comunidades negras se hizo
evidente, diferente eso sí la respuesta que dio el Pueblo Awá; ellos manifestaron no creer en las
promesas del PNIS y por tanto no se comprometieron. (Quiñones, 2019j)

112
2.3.6 El PNIS en Tumaco

De los 18 consejos comunitarios existentes en Tumaco, sólo cuatro fueron vinculados al PNIS; Alto
Mira y Frontera, Unión del Río Rosario, Río Mejicano y Río Chaguí, más la zona de carretera que
abarca aproximadamente 70 kilómetros. Hecho que genera múltiples interrogantes tales como:
¿Qué pasará en el resto de los consejos comunitarios, teniendo en cuenta que en todos hay grandes
cultivos de coca?; ¿Puede ser exitoso un programa que permite que al interior de un mismo territorio
unas comunidades se beneficien y otras no?; ¿Habrá más erradicación que sustitución?; Siendo así,
¿cuáles serán sus consecuencias?; ¿Se lograrán los objetivos del PNIS?

Las familias vinculadas a este programa de sustitución piden al gobierno celeridad y compromiso; los
proyectos productivos llamados a sustituir los cultivos de coca, carecen de impacto a lo que se suma
el retraso en la entrega de semillas y especies menores que han sido convenidas en diálogo con las
comunidades. Así mismo tienen claro, que si no hay vías de acceso, todo proyecto productivo
fracasará. A esto se suma, una grave situación de corrupción de las entidades operadoras de
proyectos en el marco del PNIS.

En tanto los líderes del Consejo Comunitario Alto Mira y Frontera, el territorio más afectado por la
presencia de cultivos de uso ilícito en Tumaco, se sienten defraudados, desesperanzados y con
múltiples preocupaciones derivadas de su vinculación al PNIS, debido a las presiones de los grupos
dedicados al narcotráfico presentes en tierras del Consejo Comunitario, la actitud desinteresada y
hostil de parte del gobierno nacional, más interesado en implementar la erradicación forzada que
responder adecuadamente a los compromisos y retos del Programa. En términos generales, hasta el
momento el PNIS no ha implementado proyectos de impacto que a mediano plazo puedan sustituir
de manera efectiva, lo poco que ha dado la coca a estas comunidades. (Quiñones, 2019h)

En estos momentos es poco lo que las familias vinculadas al PNIS, se sienten burladas en su buena fe.
Con el PNIS también observan que han terminado más empobrecidos. Todo esto les está induciendo
a la resiembra, si bien los datos oficiales apuntan a que en Tumaco hay una resiembra del 25% ésta
la refutan los líderes entrevistados durante el presente mes de diciembre y dicen que esta está por
encima del 50%. Además afirman que hay un trasteo de sembríos, llegando de esta manera a las
profundidades de la selva húmeda tropical circundante.

113
III Programas desarrollados por el Gobierno Nacional
para la erradicación de cultivos ilícitos

3.1 Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito- PNIS

El punto (4) del Acuerdo dedicado a la solución al problema de las drogas ilícitas contempla tres
ámbitos para atacar el problema del narcotráfico: (i) programas de Prevención del Consumo y Salud
pública, (ii) solución al fenómeno de producción y comercialización de narcóticos y (iii) el asunto de
los cultivos de uso ilícito. Respecto a este último, el Gobierno se comprometió́ a diseñar e
implementar el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS), incluyendo
unos criterios, principios, mecanismos e instrumentos que regirán su funcionamiento.

El objetivo es el de promover la sustitución voluntaria de cultivos de uso ilícito a través del desarrollo
de programas y proyectos para contribuir a la superación de condiciones de pobreza y marginalidad
de las familias campesinas que derivan su subsistencia de los cultivos de uso ilícito (Decreto 896 de
2017) y es un componente del punto (1) del Acuerdo: Reforma Rural Integral. Todo esto evidencia un
cambio radical en el enfoque de la lucha contra el narcotráfico, pues desde el Plan Colombia esta fue
asumida como un asunto de seguridad y no fue tratado como un tema complejo, que integra factores
de tipo económico, social y problemáticas profundas como la débil presencia institucional y el tema
de tierras, además de la existencia de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico (Acuerdo
Final, 2016).

Los principios generales del PNIS se centran en: (i) Integración a la Reforma Rural Integral (RRI); (ii)
Construcción conjunta participativa y concertada; (iii) Enfoque diferencial de acuerdo con las
condiciones de cada territorio; (iv) Respeto y aplicación de los principios y las normas del Estado social
de derecho y convivencia ciudadana; (v) Sustitución voluntaria: Decreto Ley Número 896 de 2017,
2017. Además, cuenta con dos componentes gruesos de implementación:

(i) Los Planes de Atención inmediata – PAI, que tienen dos dimensiones: familiar y
comunitaria. El PAI familiar comprende las acciones y recursos que ejecutará el Gobierno de
manera urgente para garantizar los ingresos de las familias que sustituirán cultivos de uso
ilícito. El PAI comunitario es para la comunidad en general, y conlleva a que el Estado
garantice una serie de servicios básicos en el territorio.

114
(ii) Los Planes de Integrales Comunitarios y Municipales de Sustitución y Desarrollo
Alternativo- PISDA son el resultado de un proceso de construcción comunitaria, participativa
y concertada para la transformación integral del territorio y para dar solución definitiva al
problema de los cultivos de uso ilícito. Se vincularán a los Planes de Desarrollo con Enfoque
Territorial, a partir de los cuales se garantizará su implementación.

Las etapas y acciones esperadas para la ejecución de los PNIS, son:

Etapa A: Firma de acuerdos colectivos con organizaciones que representan a las familias, los cuales
permiten que en el territorio se comiencen a pactarse tanto los PAI como los PISDA.

Etapa B: socialización del Acuerdo Colectivo firmado, vereda por vereda y familia por familia que
integran el territorio delimitado en el Acuerdo Colectivo

Etapa C (PAI Familiar):

1. Preinscripción de cada una de las familias cultivadoras habitantes del territorio que
compromete el Acuerdo Colectivo firmado.
2. En el ámbito nacional, se verifica que la información que han aportado las familias
cultivadoras preinscritas es verídica.
3. La Dirección de Sustitución de Cultivos junto con la UNODC inscriben a las familias: el proceso
es el siguiente:
• Compromiso de no resiembra por parte de las familias
• Registro de la cantidad de hectáreas de la familia en la base de datos de UNODC
• Entrega de dos millones de pesos a cada una de las familias, para que en el plazo de
2 meses erradiquen toda la coca de sus fincas. Este plazo fue modificado en el mes
de septiembre, y se les redujo el plazo para la erradicación a 1 mes.
• Entrega de un millón de pesos mensuales de remuneración por actividades de
sustitución durante un año.
• Un millón ochocientos mil pesos para la implementación de proyectos de auto
sostenimiento y seguridad alimentaria por una sola vez
• Nueve millones de pesos por una sola vez, para adecuación y ejecución de proyectos
de ciclo corto e ingreso rápido
• A partir del segundo año, hasta diez millones de pesos en proyectos productivos y
mano de obra, por familia.

115
• Asistencia técnica durante todo el proceso, con un costo aproximado de tres millones
doscientos mil pesos por familia.
Etapa C (PAI Comunitario): El cronograma, así ́ como las metas e indicadores son definidos por las
comunidades en las asambleas que se realizan en los territorios, e incluye:

• Programa de guarderías infantiles rurales.


• Construcción y dotación de comedores escolares y suministro de víveres.
• Mecanismos de información para facilitar el acceso a oportunidades laborales.
• Programas contra el hambre para la tercera edad.
• Programas de superación de la pobreza y generación de ingresos.
• Brigadas de atención básica en salud.
• Etapa C (PISDA): Su diseño y ejecución también depende de las decisiones de las asambleas,
que definen:

• La Comisión Municipal de Planeación Participativa: encargada de articular los planes de cada


comunidad en el Plan Integral comunitario y municipal de Sustitución y Desarrollo
Alternativo.
• El Consejo Municipal de Evaluación y Seguimiento (CMES): que hará́ control y monitoreo al
cumplimiento de los compromisos de los PISDA.
• También harán parte de estas instancias representantes del Gobierno (nacional,
departamental y municipal), las FARC, organizaciones sociales y entidades relevantes en el
territorio.
• El PISDA contemplará aspectos como servicios públicos, infraestructura, seguridad,
desarrollo social, vías, tierras, entre otros. Además, contendrá́ planes de:
○ Obras de infraestructura social de ejecución rápida
○ Sostenibilidad y recuperación ambiental
○ Plan de formalización de la propiedad
○ Planes para zonas apartadas y con baja concentración de población

Sin embargo, en el marco del diseño e implementación de este Programa, tanto el Gobierno como
las comunidades y las FARC han sido conscientes de la complejidad y dificultad que existe a la hora
abordar las particularidades territoriales con una misma receta. En este sentido, vale la pena resaltar
al menos seis situaciones que se han configurado como obstáculos para la implementación del PNIS
y al respecto de los cuales la institucionalidad ha buscado algunas respuestas.

116
1. La formalización de tierras. En muchos casos las familias cultivadoras no poseen el título de
la propiedad donde están cultivando, lo que dificulta la implementación del Programa
particularmente en el componente de proyectos productivos.

Para abordar el problema la ANT comenzó́ el programa “Formalizar para Sustituir”, que
consiste en acelerar el proceso de formalización de tierras contemplado en el Punto (1) del
Acuerdo Final, priorizando territorios afectados por la coca. En el Gobierno de Juan Manuel
Santos se hizo la entrega de 1269 títulos de propiedad en los departamentos de Putumayo
(485), Cauca (441), Antioquia (252), Nariño (43), Norte de Santander (15), Cesar (1), Chocó
(4), Tolima (14) y Caquetá́ (14). Sobre los resultados del Programa en el mandato de Iván
Duque no se tiene conocimiento.

2. La sustitución en áreas protegidas del sistema nacional de Parques Naturales Nacionales,


pues en estas zonas no sólo no se tiene conocimiento de cuántas personas habitan allí, sino
que el desarrollo de proyectos productivos está sujeto a unas condiciones establecidas por
la normatividad que rige para la protección del medio ambiente, lo que complejiza el proceso
de inscripción en el PNIS.

La Dirección Parques Nacionales Naturales de Colombia junto con la Dirección de Sustitución


de Cultivos definió́ los criterios técnicos para la implementación diferenciada del Programa
en áreas protegidas y avanzó en la suscripción de un memorando de entendimiento entre el
SINCHI, Parques Nacionales y la Dirección para la Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, con el
fin de implementar de manera diferencial el PNIS en las áreas del SPNN que se encuentren
en la Orinoquia y la Amazonia colombiana. Adicionalmente, en el Santuario de Flora de
Plantas Medicinales Orito Indi-Ande, en Orito Putumayo, se estructuró la ruta de trabajo que
llevó a concretar los 13 acuerdos individualizados con dichas familias. Sobre la continuidad
de esta iniciativa en el gobierno de Iván Duque no se tiene conocimiento.

3. La sustitución en territorios colectivos (consejos comunitarios y resguardos indígenas), esto


en el entendido de que (i) comunidades indígenas tienen un uso tradicional de la planta, (ii)
esos territorios han sido ocupados por colonos con quienes no se puede comenzar la
inscripción al PNIS debido a que la tierra no es de ellos, y (iii) se requiere implementar la ruta
que se trace en concertación con la Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos, lo
que sin duda implica más tiempo.

117
4. Aún no está claro si el PNIS se implementará en las zonas con cultivos de amapola y
marihuana, pues hasta el momento solo se ha desarrollado el programa para la sustitución
de cultivos de coca.
5. No hubo articulación entre el PNIS y la RRI. Si bien la implementación del Programa está a
cargo de Presidencia de la República a través de la Alta Consejería para el Posconflicto y la
Dirección de Sustitución, la mayor parte de las acciones que se contemplan tienen que ver
con desarrollo rural.

Es importante tener en cuenta que el éxito del Programa depende entonces de los avances en la
implementación del Punto (1) sobre RRI, partiendo de la formalización de tierras, el catastro
multipropósito y los Planes Nacionales para el desarrollo rural, compromisos que no han tenido hasta
el momento ningún avance significativo, y de no progresar, el PNIS corre el riesgo de convertirse en
un típico programa de desarrollo alternativo como los ejecutados en marco del Plan Colombia o el
Plan Consolidación, que definitivamente fracasaron.

Hasta la fecha, las agencias que se crearon para la implementación de la RRI (ART, ADR y ANT)
definieron sus cronogramas y metas sin coordinar con el territorio conjuntamente y la articulación
con el PNIS quedó dependiendo de la voluntad de los funcionarios encargados de esas entidades. Es
importante recordar la relevancia de estas agencias para el éxito y sostenibilidad del PNIS,
concretamente de la ADR y de la ART, pues la primera tiene la misionalidad de apoyar la parte de
asistencia técnica que resulta un componente clave para garantizar la sostenibilidad del Programa en
el mediano plazo y la segunda está a cargo de la articulación de los PISDA con los PATR y de gestionar
los recursos para que estos se desarrollen lo que resulta clave para que la sustitución sea sostenible
en el largo plazo. Asimismo, la ADR tiene a su cargo la implementación de los Planes Nacionales para
el Desarrollo Rural, de los cuales se espera posibiliten el desarrollo social y económico de la ruralidad.

Hasta el momento la articulación de estas agencias es asunto de la voluntad personal de los


funcionarios. Durante el Gobierno de Juan Manuel Santos se logró comenzar y consolidar un ritmo
de trabajo relativamente articulado, pero en el gobierno de Iván Duque la dirección de esas agencias
ha priorizado otros temas, a tal punto que la ADR devolvió́ los recursos que se le habían transferido
para lo relacionado con la asistencia técnica de las familias del PNIS.

Faltó coordinación entre las estrategias de erradicación forzada y sustitución voluntaria, uno de los
motivos principales fue la falta de socialización de los acuerdos colectivos suscritos con la Fuerza

118
pública y la ausencia de estas en escenarios de monitoreo del PNIS. Esto conllevó a que en territorios
donde ya había acuerdos se adelantaran acciones de erradicación forzada lo que desencadenó
alteraciones de orden público, lo que a su vez generó desconfianza por parte de las comunidades
hacia el Programa y la institucionalidad pública. Este problema se resolvió́ parcialmente con el
Programa de sustitución Asistida que lideró el ex vicepresidente Oscar Naranjo.

6. Con estas dificultades de fondo, y teniendo en cuenta que se trata de una iniciativa al largo
plazo, el Gobierno Santos, las organizaciones sociales y representes de FARC buscaron
avanzar colectivamente en soluciones que permitieran mejorar la implementación del PNIS.
Con la llegada del Gobierno de Iván Duque este proceso de mejora y toma de decisiones ha
sido unilateral pues no se ha vuelto a convocar a las instancias de ejecución del Programa
(Junta de Direccionamiento Estratégico y Dirección Permanente del PNIS). Esto ha generado
rupturas en la comunicación con actores estratégicos del Programa, como organizaciones
sociales y FARC, pero además ha conllevado a falta de coordinación en los territorios lo que
ha generado distorsión de información en los territorios, con las organizaciones y con las
familias vinculadas al Programa.

El hecho de que se logren acuerdos con las comunidades, no quiere decir que se consolide la
inscripción de las familias cultivadoras al Plan, pues esto requiere un proceso más dispendioso que
debe desarrollar el Gobierno que implica la verificación de una información personal de los
cultivadores, así ́ como la verificación de las hectáreas de coca que se van a sustituir. La suma de todos
los errores institucionales ha conllevado a que las familias se comiencen a retirar del programa, como
está ocurriendo en Catatumbo, donde los campesinos se han retirado del programa y han intentado
comenzar un proceso diferente para la sustitución.

3.2 Ruta Futuro: política integral para enfrentar el problema de las drogas

Como parte del compromiso decidido con la legalidad, el Gobierno del presidente Iván Duque,
presentó su política integral para enfrentar el problema las drogas, llamada “Ruta Futuro”, que
incluye todos los eslabones de la cadena del narcotráfico y articula a todas las instituciones del Estado
involucradas en la lucha contra las drogas.

119
“Ruta Futuro” se ocupará de los problemas de consumo, lavado de activos, oferta de drogas, cultivos
ilícitos, crimen organizado y transformación del territorio, con activa cooperación internacional y un
componente fundamental: por primera vez se articulan más de 15 entidades del orden nacional,
entre ellas las que integran el Consejo Nacional de Estupefacientes y la DIAN. El objetivo es uno solo:
combatir un flagelo que durante años ha traído miseria, muerte, dolor y mala reputación al país. La
política se basa en (5) pilares fundamentales: (i) disminuir el consumo de drogas: prevención y
atención; (ii) atacar la oferta de las drogas; (iii) desarticular las organizaciones criminales; (iv) afectar
las economías y la renta del crimen organizado; (iv) transformar los territorios en el tránsito hacia las
economías lícitas.

Según la Política Ruta Futuro: “El país está en una situación dramática en materia de cultivos ilícitos,
y en ese sentido es necesario emplear todas las formas posibles para combatir este flagelo, eso incluye
mecanismos de aspersión aérea, no necesariamente con Glifosato”. Es decir, que sin importar
cualquiera que sea el mecanismo, actualmente el Gobierno trabaja de manera conjunta y coordinada
con todos los entes de Gobierno, verificando que cualquiera que sea el mecanismo utilizado, se haga
bajo el cumplimiento de la ley y los bajo estándares exigidos por la Corte Constitucional, para
garantizar la no afectación de la salud y el medio ambiente.

Según la política Ruta Futuro, en materia de cultivos ilícitos, el Gobierno Nacional se ha trazado una
lucha para la reducción de estos, debido a las alarmantes cifras encontradas por el Gobierno del
actual presidente Iván Duque. Estas fueron las cifras encontradas (Ruta Futuro: Política integral para
enfrentar el Problema de las Drogas, 2018):

● A finales de 2017, se identificaron alrededor de 79.000 hectáreas de hoja de coca en


resguardos indígenas, consejos comunitarios, parques nacionales y reservas forestales.
● También existe afectación en zonas de interés estratégico (por ejemplo, fronteras terrestres)
y en localidades donde antes no ha habido intervención.
● Para alcanzar el potencial de exportación de clorhidrato de cocaína se necesitan
aproximadamente 7.461 carrotanques de 65 metros cúbicos cada uno, para transportar las
sustancias químicas liquidas utilizadas en el proceso. En cuanto a las sustancias químicas
sólidas se necesitan 1.884 tractocamiones de 52 toneladas para transportar este tipo de
sustancias químicas.
● Las sustancias químicas son desviadas, ingresadas al país por contrabando o producidas de
manera clandestina.

120
● En el procesamiento de la hoja de coca se utilizan grandes cantidades de gasolina, entre otros
componentes, que posteriormente se desechan en las fuentes hídricas, afectando
gravemente el medio ambiente.

Según el Ministro de la Defensa, Carlos Holmes Trujillo, Colombia estaría ad portas de cumplir la meta
de erradicación forzada de coca 2019, la cual está fijada por: 80.000 Ha., al parecer al 22 de
noviembre de 2019 se habrían arrancado 79.055 Ha., lo que equivale al 98,81 % de la meta. (El
Tiempo, 2019). Se espera los resultados del próximo informe del Consejo Nacional de Estupefacientes
sobre los avances en la materia y algunos comentarios sobre el reemplazo del glifosato, pues si bien
las aspersiones aéreas pueden ser más rápidas y eficaces que la destrucción manual, desde el punto
de vista de salud humana y el impacto sobre el medio ambiente, el método químico debe ser el último
en considerarse.

El Gobierno de Iván Duque deberá explorar soluciones que pueden ser más eficientes, menos
costosas y contaminantes, y sin riesgos para la salud. Por una parte, se deben dedicar los recursos
estatales a combatir los eslabones más fuertes de la cadena del narcotráfico, como la destrucción de
laboratorios y la incautación de grandes envíos de cocaína. El Gobierno de Colombia tiene la
responsabilidad ética, si existe la mínima posibilidad de que las fumigaciones áreas dañe la salud de
las poblaciones campesinas que viven rodeadas de cultivos de coca, su uso debe prohibirse. El plan
debe estar enfocado a la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos, pues la erradicación no es una
solución sostenible a largo plazo.

121
Conclusiones
Después del gobierno colombiano haber gastado miles de millones de pesos en aspersiones con
glifosato, con los cuales pudo haber tratado los problemas sociales, el olvido y pobreza histórica en
los que ha permanecido el Pacífico Nariñense, causa fundamental de la presencia de cultivos de uso
ilícito y narcotráfico, con seguridad esta lucha habría dado mejores resultados, puesto que haciendo
un análisis retrospectivo se puede observar que contra todo lo esperado, los cultivos de coca
crecieron en medio de las fumigaciones.

El glifosato, no es el gran enemigo de los cultivos de uso ilícito, sino de la vida humana, sino de la
tierra, de la fauna y flora, de las fuentes hídricas y del mar. Es además enemigo de la dignidad
humana, de los derechos humanos y responsable de los grandes éxodos que se han producido a lo
largo del presente milenio.

El glifosato, visto desde esta subregión conformada por negros e indígenas, es pensado como una
estrategia perversa del Estado Colombiano de exterminio y expulsión de sus ocupantes ancestrales.
Si realmente se pretende erradicar los cultivos de uso ilícito para acabar con el narcotráfico, justo y
necesario es, empezar con programas sociales reales que permitan a estas comunidades
desarrollarse y vivir conforme sus propias ideas de bienestar y desarrollo.

122
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123 48
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content/uploads/2018/07/MonographVolume112-1.pdf [Accesado: 02/12/2019]

L is ta d o d e e n tr e v is ta s
Quiñones, Ivonne (2019) Entrevista realizada a mujer víctima de desplazamiento de Barbacoas.
Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019a) Entrevista realizada a Inocencio España, Representante legal del Consejo
Comunitario Tablón Dulce. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019b) Entrevista realizada a Alfredo Cuero, líder de sustitución de cultivos
Imbilpí del Carmen. diciembre de 2019.

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Quiñones, Ivonne (2019c) Entrevista realizada a Federico Cortés Taicuz, Líder comunitario
Municipio de Barbacoas. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019d) Entrevista realizada a Tomás Enrique Montaño, Líder del municipio de
Barbacoas. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019e) Entrevista realizada a Luis Armando Caicedo, representante legal del
Gran Consejo Comunitario Acapa- Francisco Pizarro. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019f) Entrevista realizada a Aura Cely Montaño, lideresa comunitaria, Municipio
del Charco. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019g) Entrevista realizada a Mariela Marínez Gaviria, Presidenta Junta de
Acción Comunal Bucheli (Zona de Carretera). Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019h) Entrevista realizada a Pedro Nel Cuero, Líder de sustitución de cultivos
Alto Mira y Frontera. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019i) Entrevista realizada a Jaime Canticuz, Líder de sustitución de cultivos,
Corregimiento de Caunapí Zona de carretera. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019j) Entrevista realizada a Pablo Julio Ceballos, líder de sustitución de cultivos
veredas corregimiento de Llorente. Diciembre de 2019.

Quiñones, Ivonne (2019k) Entrevista realizada a Carlos Zambrano, secretario de la Oficina de Paz y
Posconflicto municipal en Olaya Herrera. Diciembre de 2019.

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