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MINERIA ILEGAL

Colombia es rico en minerales, pero principalmente en la región del pacífico se dan


los mayores casos de minería ilegal, específicamente en el Río San Juan en el
departamento del Chocó y el Río Dagua en el departamento del Valle del Cauca, lo cual
se ven mayormente afectados por esta actividad.
La ilegalidad minera en Colombia se encuentra en el orden del 63%, está
concentrada en la minería del oro, en primer lugar, y luego en las arenas y arcillas, y viene
causando un elevado y preocupante impacto negativo sobre el medio ambiente.
 Situación social en el pacífico colombiano.

En el contexto de la locomotora minero-energética, que fundamentalmente se


inicia desde 2003 bajo los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, los
desplazamientos forzados, las muertes selectivas y el despojo, entre otras acciones
contra la población civil se han constituido en una de las estrategias para el control de los
territorios, que son tanto ricos en recursos naturales como ideales para los proyectos de
desarrollo a gran escala.

La minería llega a un lugar con su promesa de generación de riquezas y empleo,


pero se cuentan muchos testimonio de los altos costos sociales que trae consigo:
apropiación de las tierras de las comunidades locales, impactos en la salud, alteración de
las relaciones sociales, destrucción de las formas de sustento y de vida de las
comunidades, desintegración social, cambios radicales y abruptos en las culturas
regionales, desplazamiento de otras actividades económicas locales actuales y/o futuras.

Según “Semana”(2015), Colombia cuenta con 6,044,200 de desplazados, y los


departamentos que más padecen de esta problemática son Chocó, Valle del Cauca y
Nariño, situación que se torna más preocupante al descubrir que el 63% de este grupo
poblacional vive por debajo del umbral de pobreza y el 33% restante en escenarios de
extrema pobreza, lo que refleja la carencia de apoyo institucional en cuanto al soporte y
ayuda para el restablecimiento de sus vidas.

Siguiendo a Massé y Camargo (2012) “el 80% de las violaciones de los derechos
humanos que han ocurrido en Colombia en los últimos diez años se produjeron en
regiones minero-energéticas y el 87% de las personas desplazadas proceden de estos
lugares”.

La explotación ilegal de oro en la cuenca del río Dagua vive un proceso de


expansión acelerada a partir del año 2008, y presenta relación con la construcción de la
Doble Calzada Buga – Buenaventura.

La situación de pobreza de gran parte de la población afrodescendiente hace que


la participación directa de estas comunidades en la minería ilegal esté determinada por la
consecución de ingresos “de subsistencia” diaria, y la dependencia de cualquier red que
llegue a ejercer como reguladora del mercado ilegal en cuestión.
La riqueza en oro del Río San Juan ha consolidado la presencia de barequeros,
campesinos locales, multinacionales y mineros artesanales quiénes se relacionan en un
territorio con instituciones altamente informales e inoperancia de la legislación ambiental,
minera y de ordenamiento territorial.

Mujeres “barequeras de máquina”, jóvenes caza fortunas, convierten a los centros


naturales del negocio de comercialización del oro en escenarios donde todas estas
personas llegan y se relacionan.

Las condiciones del territorio, las dinámicas de los entables y la tradición


Chocoana mantienen a los jóvenes y niños en niveles muy bajos de explotación laboral
entendiendo que mucho del entorno familiar de estos infantes está relacionado por
parentesco o por observación durante la convivencia.

El “barequero de máquina” es un campesino, un desplazado víctima o pobre, es un


poblador que desarrolla su labor en medio de las necesidades de la sobrevivencia, puede
ser un minero artesanal, puede ser un miembro de la comunidad negra.

Francia Marquez, lidereza social y ambiental, ganadora del Premio


Medioambiental Goldman en abril de 2018, defendiendo el territorio en el cual se crío de
la minería ilegal.

 Situación ambiental en el pacífico colombiano

Caso. Río San Juan en el departamento del Chocó. Análisis de los


impactos Sociales y Ambientales.

La Contraloría General de la República, en su visita de inspección a la Cuenca del


río San Juan evidenció que la actividad de minería ilegal del oro se desarrolla en
condiciones que atentan contra la sostenibilidad del ecosistema, como: la utilización de
maquinaria (retroexcavadoras y dragas de succión); carencia de estudios de exploración;
desconocimiento de técnicas de explotación y beneficio.
Impactos y efectos ambientales que generan las actividades extractivas
registrados en los diferentes informes técnicos de Codechocó.
1.Intervención con maquinaria pesada del cauce del río San Juan alteran su
hidromorfología y su hidrodinámica, a la vez que ocasionan la contaminación de fuentes
hídricas, alterando principalmente para abastecimiento de las poblaciones ribereñas.

2. La emisión de gases contaminantes debido a la utilización de maquinaria


pesada y utilización de sustancias químicas en el proceso de explotación del oro en los
cauces de los ríos San Juan.

3. La destrucción de bosque por tala indiscriminada se aceleran los procesos


erosivos y con ello se aumenta la sedimentación ocasionando la pérdida de navegabilidad
Caso. Río Dagua en el departamento del Valle del Cauca. Análisis de los efectos
Sociales y Ambientales

Disminuyen la capacidad hidráulica del río, situación que representa una seria
amenaza por posibles deslizamientos, crecientes e inundaciones, escenarios que deben
ser previstos por las autoridades competentes para evitar tragedias anunciadas.

Así mismo, dado que en la minería ilegal se realiza un inadecuado manejo y


almacenamiento de insumos utilizados para operación y mantenimiento de la maquinaria
(como combustibles y lubricantes); de químicos (como cianuro y mercurio) utilizados en el
beneficio del material; de manejo y disposición de residuos líquidos (vertimientos directos
al cuerpo de agua); y de vertimientos orgánicos generados por el asentamiento,
incrementando los niveles de DBO, DQO y disminuyendo el Oxígeno disuelto.

 Relación de grupos armados ilegales con la extracción del oro en el


pacífico
La minería ilegal no es nueva en Colombia, pero cincuenta años de conflicto
armado, más de dos décadas de programas de lucha contra los cultivos ilícitos,
combinado con el aumento de los precios internacionales de las materias primas
incentivaron a los actores armado-ilegales a diversificar su portafolio de actividades e
involucrarse en la minería.
La mayoría de los trabajadores se incluyen a este tipo de prácticas bien sea
presionados o cooptados a los mineros artesanales tradicionales, o directamente,
explotando los recursos a media escala.
En cuanto al control de minería ilegal se participó en el año 2012 en diez
operativos de control de minería ilegal con los siguientes resultados: 18 minas
intervenidas, 92 personas capturadas, equipos decomisados, entre otros y se realizó el
fortalecimiento en temas como la normatividad minera para control de la minería ilegal y
problemática local en minería ilegal, con la participación de 301 funcionarios de diferentes
entidades.
La Policía de Carabineros, que es la fuerza de choque del Estado colombiano
contra ese fenómeno criminal, calcula que solo en el bajo Cauca hay por lo menos 3.600–
es uno de los capítulos menos explorados de la cadena de corrupción pública que se
nutre de la minería ilícita. Varios alcaldes están bajo la mira de la justicia porque avalaron
la entrada de maquinaria pesada a sus jurisdicciones para obras que nunca se hicieron y
que terminó en manos de ilegales.
El Eln y las nuevas bandas también sacan tajada. A la par de la extorsión, estos
grupos manejan directamente zonas de explotación en sus áreas de influencia. Además
del daño ambiental, es esa millonaria fuente de ingresos para los ilegales la que ha
convertido el combate contra la minería criminal en un asunto de seguridad nacional.
 En Cúcuta
La zona rural de Cúcuta continúa en riesgo por las actividades ilícitas que
desarrollan empresas mineras de la región, afectando el medio ambiente y los
nacimientos de agua del sector.
En medio del cabildo abierto del POT, líderes del corregimiento de Banco de Arena
y Palmarito, se mostraron preocupados porque luego de varios meses de concertación
con la alcaldía de Cúcuta no se ha logrado frenar la explotación ilegal de Cerro Mono.
Los líderes del sector rural, piden al alcalde de Cúcuta Cesar Rojas ateinda las
dificultades que han enfrentado y las constantes reclamaciones que han realizado a las
autoridades.

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