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Franz Boaz y el establecimiento de la asociación americana de antropológica.

Una cuenta sin firmar de la fundación de la asociación americana de antropología


aparece en el volumen cinco de American Anthropologist escrita por W.J. Mc Gee
primer presidente de la asociación, el artículo es notable por los detalles: los
eventos que conduce a la fundación son contados casi día por día, el acto de
incorporación, la constitución, y la lista de invitados a la reunión de fundación son
reimpresas; el articulo también retoma varios de los votos tomados en la
ponderación de la constitución. El reporte se parece poco a las habituales actas
sin cobertura y polvorientas de las organizaciones profesionales. Uno
inmediatamente sospecha que lo incomprensible no es simplemente el producto
del entusiasmo secretarial y en efecto no lo es. Es mejor dicho una larga y
ocasional reflexión de una controversia bastante amarga acerca del carácter y los
objetivos de la asociación, una controversia la cual solo fue resuelta por completo
en la propia reunión de fundación. Este episodio que puede ser llamado la historia
política de la antropología americana más allá de la memoria de todos, pero muy
pocos antropólogos vivos fueron directamente involucrados. La presente relación
de estos eventos será tal vez de algún interés en recordar a la antropología
americana organizada algunas de los ahora olvidados dolores de su nacimiento.
Tal vez aún más interesante es la controversia revelando el pensamiento de Franz
Boas quien vio el establecimiento de la asociación no en términos organizativos,
más bien como parte de un proceso mucho más amplio. Al cual el dedico la mejor
parte de su vida adulta: la profesionalización de la antropología americana. El
artículo de MCGee indica que la cuestión de una organización nacional de
antropología fue amplia entre los círculos antropológicos tan temprano como 1896
y discutida de nuevo en 1988. El resultado de la última discusión, y de hecho la
ocasión para esto fue un cambio en la supervisión editorial y la propiedad
constructiva de la American Anthropologist. En este momento como en 1986 la
opinión que prevaleció de que no se estaba listo todavía para el establecimiento
de una organización nacional. No obstante, había evidencias en estos años del
incremento de actividad en la actividad de antropólogos estadounidenses.
Después de 1987 The Antropological Section of the American Association for
incresed of Science comenzó a hacer reuniones de navideñas, así como las del
tradicional verano. In 1896 Franz Boas organizo un club de antropología en Nueva
York que más tarde en 1899 se unió con The Visually Dormant American
Etnhnological Society. Como resultado la rehabilitada Ethnological Society entro
en un periodo renovado de actividad.
Al mismo tiempo The Anthropological Society of Washington fue reforzada por la
unión de 49 miembros de The Women´s Anthropological Sociaty of America, un
grupo el cual había existido paralelamente a ellos varios años. En otoño de 1901,
después de que la ampliación tuviera lugar Franz Boas and W. J. McGee, jefe
interino de The Bureau of American Ethnology, discutieron todo el problema del
trabajo de la organización de antropología. Como resultado de su conversación
definieron los pasos que tomarían para reabrirla completamente. En la iniciativa
de McGee quien actuó de acuerdo con la comprensión de Boas The A.S.W.
escogió una delegación de cinco para reunirse con un grupo de The A.E.S. en la
pendiente reunión de invierno de Section H of the A.A.A.S. En este momento el
propósito de la discusión fue meramente explorar métodos de cooperación entre
las organizaciones existentes; los archivos of the A.S.W Board of Managers
declaro explícitamente que las conversaciones fueron “que no esperaban una
organización separada para este propósito”. The A.S.W fue representada en
Chicago por McGee y J.W.Fewkes, los otros tres delegados no pudieron asistir.
Los delegados de The A.E.S. consistieron de Boas, Livingston Farrand, y George
Grant MacCurdy. Cinco hombres más (Stewart Culin, George Dorsey, Frank
Russell, Ronald Dixon, y Frederick Starr) fueron apuntados por Section H
“temprano en la reunión de Chicago” para conferir con los grupos de New York y
Washington. A la vista de los acontecimientos que fueron siguiendo, es tentador
especular que se concibió que los nuevos designados desempeñaran una función
arbitraria; pero esto no es evidencia directa, y hay una razón para la Section H
para interesarse oficialmente en la discusión. Esto, sin embargo, centrado en
problemas relatados por The American Antropologist; limitaciones de tiempo
impidieron una consideración detallada de The National Organization of
Antropology. Poco tiempo después de su regreso a Washington, McGee escribió a
Boas sugiriendo la creación de una organización nacional y notifico que la
psicóloga J. McKeen Catell hizo independientemente la misma sugerencia. No
parece haber un registro de Boas, pero subsecuentes cartas de McGee a Dorsey
indican que Boas, en conversación con McGee, se opuso a cualquier acción. Boas
sintió, además, que, si habría que hacer una nueva organización, esta debería ser
limitada a antropólogos de semejante grado que los miembros iniciales deberían
ser no más de cuarenta, de otro modo debería incluir un grupo de elite más que
algunos becarios. McGee por el otro lado, favoreció la inmediata formación de un
más grande y en general inclusiva organización de un carácter confederado, la
cual debería alentar el crecimiento de las sociedades de antropología locales. En
enero 21, después de discutir con Boas, Fewkes y Culin, McGee envió una carta a
cada uno de los conferencistas de Chicago proponiendo que ellos formaran el
núcleo de tal asociación nacional. En esta carta el adjunto un “Borrador de la
constitución” en el cual el personifica abordar la inclusión confederativa.
Este borrador también incluyo la proposición que la organización tenga un consejo
de gobierno de antropólogos en activo. McGee por lo tanto intento comprometer
una reunión por la objeción de Boas de no incluir no profesionales, después
defendió su postura con Boas con el argumento que tal consejo podrían “todas las
ventajas que podrían brindar a la asociación posiblemente como resultado de la
política exclusividad …”. Debido a el desagrado que existía, McGee sugirió que
Boas también enviara una carta a los conferencistas de Chicago, y en enero 25
Boas lo hizo. En la carta el insto que la acción sea demorada por uno o dos años,
y expresó bastante fuerte su preferencia por una regida y exclusiva organización.
Boas argumento que había listas tres organizaciones que darían un lugar para
amateurs interesados, donde su principal contribución fuera financiera. La
organización ambicionada por McGee podría simplemente duplicar esto, y el
compromiso de un gran consejo pronto seria inadecuado como el número de
miembros incrementados de antropólogos capacitados
McGee no contesto estas críticas hasta un mes después, al momento, había
recibido contestación de nueve o diez conferencistas a su carta. Escribió a Boas
argumentando la necesidad de contribución financiera de lo contrario el elemento
amateur, empatizando el rol de una organización confederada en la creación de
nuevas sociedades locales y argumentando que la experiencia de la Geological
Society of America, de la cual él era fundador, y de otras organizaciones
demostraron que las preocupaciones de Boas acerca de la participación de
amateurs no estaban garantizadas. McGee sintió que su experiencia demostraba,
de otro modo, que sería posible crear un pequeño grupo de becarios incluso
después de haber admitido a todos los amateurs. En el mismo día, McGee envió a
todos los conferencistas un sumario de las opiniones expresadas en las
respuestas en sus cartas. Tres de los diez favorecían la demora, pero el mayor
problema era la exclusividad o inclusión de la organización. Boas, Dixon, Mac
Curdy, Russell, and Starr favorecían la política de exclusividad apestar de que
Starr no quererlo fuertemente. Culin, Fewkes, Dorsey, y McGee favorecían la
inclusión, mientras Farrand todavía no había decidido. Culin Fewkes, Dorsey
Varios días después Farrand expreso por sí mismo a favor de la política de
exclusividad. Sin embargo, haciendo su reporte de las respuestas en febrero 19
McGee aparentemente escogió ignorar este voto argumentando que mientras a
primera vista esto quería decir que la política de exclusión era favorecida, si el
peso con cada opinión fue tomada fuera considerada, el sintió que la política
inclusiva gano aquel día.
En una posdata de la misma carta McGee reporto que MacCurdy, después de una
conversación con Feweks cambio de opinión. Ahora que el encontró el balance de
opinión cinco a cuatro a su favor, por una negligente asunción de la posición de
Farrand, McGee argumento que de hecho había “una decisión preponderante de
opinión para la política generosa”.
McGee reviso el borrador de la constitución con base en esto respondió y envió
una “constitución provisional” para fomentar la aprobación de los conferencistas.
Aparentemente temeroso de la reacción – así podría ser, considerada la opinión
dividida del comité--- intento que en retrospectiva histórica pareciera como una
maniobra bastante transparente. Enviando la constitución provisional primero a
Dorsey en Chicago, McGee le pidió reenviar el documento a Fewkes y Culin,
después podría ser enviada “a los caballeros en New York, New Haven, y
Cambridge”. Dorsey firmo el documento el mismo y tuvo éxito en que Starr firmara
antes de enviar. Starr después reconsidero y escribió a McGee de nuevo
favoreciendo la política de exclusividad, pero McGee respondió con el argumento
que solo se trataba de una constitución provisional y que podría ser reconsiderada
más tarde. De Chicago el borrador fue enviado a Culin y después a Fewkes
quienes firmaron los dos. Después de recibir el borrador de Fewkes, McGee la
envió a McCurdy entonces en Washington para que la firmara.
Solo entonces la envió a Dixon en Cambridge. Para este punto presentándolo
primero a estos conferencistas definitivamente favoreciendo la política inclusiva, y
para MacCurdy y Starr, quienes su poción tenia dudadas; McGee tuvo éxito en
conseguir las firmas de seis de diez conferencistas antes del convencer a los
oponentes de la inclusión sin haber visto en documento revisado.
Incluso ahora, sin embargo, McGee no se arriesgaba. Escribió a Boas en marzo
10: “Mi primer pensamiento fue entonces renviarlo a usted; pero en vista del echo
que usted y yo tenemos algunas diferentes interpretaciones de lo escrito por el Dr.
Dixon, he enviado a él y he adjuntado un duplicado de la carta enviada”.
La carta a Dixon es remarcable por su trasparencia casi contundente –sin
embargo, uno sospecha ingenuamente una guerra directa – inoportunidad. No
había sutileza en McGee. Le parecía sentir que su opinión era la única correcta, y
esta creencia fue abrumadora que el no pudo convencer que nadie más podría o
ponerse a la más obvia presión que empleo para ganar. De este modo el afirmo a
Dixon (y a Boas quien recibió una copia de la carta) que el envió la constitución a
Dixon antes fue a Boas y Farrand debido a “la interpretación de tu expresión por
parte del primero fue diferente a la mía y porque la definitiva acción por estos
conferencistas cuyas firmas están adjuntadas te pondrán en una mejor posición
para decidir que cualquier cantidad de correspondencia general … espero que el
escrito pueda reunir su aprobación ahora que ha sido respaldad por la mayoría de
los conferencistas…”
Dixon sin embargo, no firmo, ni Boas o Farrand. Rusell quien tempranamente
favorecio la política de exclusividad estaba en ese momento en un viaje en
Arizona y no podía ser alcanzado.
De este modo había sido firmado solo por seis de diez conferencistas cuando
Boas Escribió a McGee diciéndole que él no podía firmar instando McGee por
esperar antes de tomar después la acción apresurada. Desde Boas esperando
estar en Washington el 15 de abril al momento podía haber más dicciones de todo
el asunto.
En marzo 24, sin embargo, McGee Dorsey, Culin, Fewkes, y J.D. McGuire (un
miembro de The A.S.W. quien había hecho algunos trabajos preliminares legales y
quien había ayudado a cumplir los requisitos de residencia legal) incorporados
ellos mismos bajo las leyes de Washington D.C. como “The American
anthropological Association” eligiendo oficiales provisionales para la organización,
y agregando a una lista de 60 antropólogos para ser invitados a una reunión de
fundación en Julio reunión de la A.A.A.S. en Pittsburgh. Dorsey entonces fue a
Nueva York donde informo a Boas del hecho consumado. Boa muy indignado
escribió a McGee sin conciliar su indignación:

Dorsey me llamo esta tarde y me informo del procedimiento de las


reuniones del lunes en Washington. Te confieso que tu proceder me
sorprendió mucho y desaíra expresarte con fuerza mi desaprobación. No
me has tratado con la franqueza que acostumbro de usted. Después de
todo tenía derecho a ver tu borrador de incorporación el cual no fue enviado
a mí, y ser informado de la propuesta de reunión. El método que usted ha
adoptado de negociación con los miembros del comité que se reúnen en
Chicago no han permitido una expresión de opinión justa. Y me parece que
el método que ha utilizado son los que utilizan en la guerra de partidos
políticos, pero no entre científicos quien tienen el avance de común interés
del corazón. No pienso que su juicio en esta materia haya sido correcto.
Porque no puedo garantizar a usted estos quienes se opones a su método
de proceder estará dispuesto a someterse a los prepotentes métodos los
cuáles usted adopta, y el resultado puede ser un gran choque de intereses.
Debería saber que estoy lo suficientemente bien para estar lejos que no
debería tratar de obstruir cualquier política que encuentre soporte en la
mayoría de nuestros colegas, pero hasta el momento ni usted ni yo
sabemos cuáles son las opiniones generarles. Si usted piensa por un
momento cual puede ser el resultado si alguien dice públicamente de qué
manera su organización puede afectar: recordara que la vieja oposición a la
aplicación de métodos políticos por los científicos de Washington y la
creencia en una centralización indebida de poder en Washington, serian
justamente sacados a relucir de nuevo.
Su actuar solo es inteligible en caso de que tenga alguna razón para
pensar que actualmente la organización es ventajosa por alguna razón
desconocida para alguien más y en ese caso reclamo que deberíamos
saber sus motivos.
Pienso solamente que lo correcto es hacer esta protesta, la cual desearía
que hicieras saber a los caballeros quien se une a ti en la constitución de la
sociedad.
Tengo, sin embargo, el interés de la antropología demasiado en el corazón
como para no hacer lo mejor incluso en la indeseable situación que usted
ha creado.
Dije a Dorsey hoy que estaré dispuesto a cooperar con usted actualmente
con base en lo siguiente: primero que la incorporación sea tomada solo
como una base de formalidad trayendo este asunto ante la atención de los
antropólogos; segundo que el secretario de incorporación envié una
invitación para un numero de antropólogos, cuyos nombres te enviare
mañana, y quien son tomados de la lista hecha por tu comité, invitándolos a
estar presentes en la reunión, y presentar sugerencias escritas ante la
reunión con respecto a la organización de la sociedad y que estas
sugerencias deberían ser hechas con base a la constitución para ser
adoptadas; tercero que no se den más pasos en la formación de una
sociedad hasta que se lleve a cabo la reunión.
Me parece totalmente inadmisible forzar la constitución representando
puntos de vista de un pequeño grupo de individuos sobre los antropólogos
del país.
Los dos objetivos que determinan mis propias decisiones como lo deseable
o indeseable de las acciones es, primero, que el numero general de
sociedades que existe no debería ser multiplicado; segundamente, que la
discusión se mantendrá abierta para la creación de una sociedad de
antropología.
Pienso que la cordial relación la cual siempre ha existido entre nosotros
requiere que debería decirte abiertamente como ha sido mi punto de vista
con respeto a este tema. Incluso cuando tenemos diferencias, en el método
de proceder.
En el mismo día, McGee escribió a Boas diciéndole que “una cierta circunstancia
tuvo lugar impresionándome con la importancia de acciones tempranas con vistas
a un mejor lugar del carácter de la antropología americana después de The
Carnage institution”. Sin mencionar la incorporación, McGee se refirió de manera
general que se habían hecho avances, con Boas quería ya a ver oído acerca de
Dorsey. En respuesta Boas escribió que la carta de McGee no había modificado
su sentir del todo, y propuso como futura condición para cooperar se le permitiera
entregar un documento antes a la A.S.W. declarando su posición de la
organización propuesta.
En marzo 28, McGee respondió a ambas cartas de Boas. Se arrepintió de toda la
situación, la cual el describió como el resultado de una “inadvertencia grave” de su
parte. Había intentado circular el boceto del acta de incorporación a todos los
conferencistas, pero había omitido el error en mandar la carta a Dixon, Farrand,
and Boas el 10 de marzo. Además, había recibido las objeciones de la constitución
provisional más temprano, tuvo que cambiar sus planes por la incorporación; pero
él no lo recibió hasta “una hora antes de su llegada (Culin y Dorsey)” McGee
escribió de nuevo que había fuertes razones para la temprana incorporación la
cual no fue de naturaleza publica pero el cual pudo comunicar a Boas la siguiente
vez que la vio McGee termino su carta aceptando las condiciones de Boas sobre
la cooperación (algunos de los cuales se vieron modificados con el paso de los
eventos) y expreso sus esperanzas para la reanudación de su cordial relación.
¿Fue McGee como insinuó Boas culpable de la duplicidad en la manera en la cual
el incorporo The American Anthropologis association? Es posible decir, por cierto,
pero la evidencia sugiere que McGee fue de hecho culpable del doble trato. El
refiere más tarde vagamente a una presentación favorable del interés de American
Anthropoology ala nuevamente formada Carneige Institution, el cual durante la
primavera y verano de 1902 fue considerada la asignación de $ 200,000 para la
promoción de la investigación científica (Carnegie Institucion 1902: ix-xv; Cattell
1902). Pero la explicación a Boas, si se hiso del todo, fue una verbal, de la cual no
hay registro. Por otro lado, hay considerables escritos que contradicen el alegato
de descuido de McGee. La investigación de McGuire de los requerimientos legales
para la incorporación, en el que el artículo de McGee en The American
Anthropologist indican tomo lugar rápidamente antes la actual incorporación en
marzo 24, fue de hecho completado en febrero 24 cuando McGee envió a Dorsey
un boceto del acta de incorporación bajo las leyes del distrito de Columbia. McGee
después discutió la cuestión de incorporación con Dorsey en una carta fechada en
marzo 10, al siguiente día en que escribió a Boas sin ninguna mención del tema.
McGee afirma que recibió la refutación de Boas,Farrand, y Dixon tan cerca de la
llegada de Dorsey y Culin que no le fue posible cambiar sus planes.
En el caso de Boas sabemos que no es verdad, desde que Boas escribió a
McGee rechazando la constitución en marzo 9, cinco días antes de la acción de
incorporación. El siguiente día McGee escribió una respuesta a su carta,
agregando una posdata vinculando una acción hasta la reunión de Pittsburg en
Julio, y aceptando las sugerencias de Boas que continuaran la discusión de las
cartas en la siguiente visita a Washington. Sin embargo, McGee no envió su carta
hasta marzo 26 después que la incorporación había sido completada. Tal vez el
retraso se debió a la duda de McGee de comprometerse por escrito, para
posponer el acto de vindicación cuando sus planes para la incorporación estaban
concluyendo. Dos días después, aparentemente en respuesta a la carta de Dorsey
sugiriendo una demora en la incorporación hasta abril 1, McGee escribió a Dorsey
instándolo a venir a Washington tan pronto como fuera posible, pero aceptando la
demora si es necesario. En el mismo dia escribió a Culin en Philadelphia
pidiéndole que “Corriera” en lunes si Dorsey estaba ahí en Washington “para
incorporarce the Anthropologic Association…” De este modo en esta fecha McGee
parece haber estado en duda acerca de los planes de Dorsy para el lunes, un
hecho que se puede argumentar para apoyar los escritos de McGee, ambos en su
artículo y en sus cartas a Boas, que la presencia de Dorsey en Washington fue un
hecho fortuito en la incorporación. Boas, sin embargo, escribió categóricamente
que Dorsey le dijo en Nueva York “que el vino (a Washington) solamente con el
propósito de organizar la sociedad y que el confiaba en encontrarme [Boas] ahí”.
Además, en cuanto a la omisión inadvertida del boceto del acta de incorporación
de la carta a Boas, Farrand, and Dixon, tenemos la declaración de McGee en la
siguiente carta a Dorsey que él tuvo primero pensó en enviar ambos constitución
provisional y el boceto del acta de incorporación, Pero “después pensó decidir en
enviar lo anterior sola sin modificar el plan y que podría parecer deseable después
de obtener de regreso el documento”, esta declaración indica que su omisión fue
calculada antes que inadvertida. Finalmente, en adición a esta evidencia
documental hay el obvio apoyo inferido de la composición del grupo: ninguno de
estos antropólogos quienes se opusieron al ala política de inclusión o incluso
aquellos quienes su posición “dudo” para participar en la incorporación. Los únicos
participantes entre los conferencistas fueron estos quien desde el principio de la
discusión habían ido solos con McGee en favor de la política de inclusión.
Considerando toda esta evidencia, quiere decir que la incorporación de the
American Anyhropological Association sin la participación de Franz Boas no fue de
casualidad que ocurrió, como McGee hizo parecer.
Si el hecho de la duplicidad de McGee es una inferencia plausible, ¿Cuál fue su
motivo? McGee fue un agresivo y ambicioso hombre quien persiguió su fin con
que F.W. Hodge llamo como “una casi perseverancia fanática”.
Hodge en un obituario el cual fue un entero elogio describe a McGee además de
tener “casi una ilimitada mbicion…. Siempre listo, sin importar el costo para resistir
cualquier interferencia con él” nacido en la frontera de Iowa en 1853, McGee
asistió a una escuela del distrito de forma irregular hasta que l tuvo catorce. Desde
ese tiempo el hizo su vida si educación formal. Autodidacta y experiencia como
topógrafo llevo a cabo investigaciones geológicas, y fue empleado por diez años
como geólogo en la U.S. Geological Survery bajo las órdenes del Mayor Jhon
Wasley Powell. Powell lo llevo a The Bureau of American Ethnology in 1893 y
McGee trabajo por nueve de los siguientes diez años de hecho como director del
Buro con el título “Ethnologist in Chrage”. Desde la ventaja de su posición McGee
fue el organizador de mucho del trabajo antropológico del país. Considerando sus
propios orígenes y su larga asociación con y su liderato en The A.S.W. una
organización de amplio criterio con un gran número de elementos amateur, era
poco probable que McGee fuera receptivo con los argumentos de exclusividad
profesional. Él estuvo de hecho peleando por el nacimiento de una organización
construida a lo largo de las líneas que el conocía en la cual su liderazgo estuviera
asegurado. Que él se viera a sí mismo como el líder de la nueva organización es
indicativo no solo de su role en esta fundación; es evidente también en su
correspondencia con Dorsey. El grado con el cual McGee estaba cometiendo a su
propia posición es indicado en una carta a Farrand:” …algunos de los defensores
de esta política [exclusividad] están firmemente convencidos que solo traerá éxito
a la organización que ellos difícilmente podrían llegar a cooperar en cualesquiera
otras bases”. Que McGee estuviera aquí refiriéndose a si miso parece claro por
todo el curso de los eventos.
No había razón para dudar de la sinceridad de McGee, creer que el tipo de
organización que proponía fue por el mejor interés de la antropología americana.
Puede ser argumentado que los eventos fueron la demostración de que él fue
estaba cercano a lo correcto en su estimación del futuro desarrollo de lo que
estaba Boas. Pero lograr su meta, parece haber estado dispuesto a ir bastante
lejos --- uno siente sin darse cuenta de lo tan lejos --- en la política “agudeza” e
incluso la duplicidad. Boas había identificado intransigencia en su propia posición
la cual McGee no había logrado, yo pienso, que originalmente uno esperaría. La
firmeza de boas fue fortificada desde su justificable convicción porque la mayoría
estuvieron de su lado. Su argumento concerniente fue por “mantener el campo
abierto” por una organización profesional nacional. Para lograr esto la había de
hecho la propuesta a McGee, como una alternativa la cual esperaba pudiera
satisfacer el deseo de McGee por su propia organización nacional, pero la cual
podía dejar el campo abierto para la organización que Boas imaginaba, que the
A.S.W por si misma se convirtiera en una sociedad nacional. McGee, sin embargo,
había rechazado esto; el también estaba de consiente del antagonismo el cual
existía y tomaba el grupo de Washington.
Enfrentado, entonces, con continua negativa de Boas a estar de acuerdo con el
tipo de organización qué el buscaba, McGee aparentemente decidió forzar el
asunto para incorporar una American Anthropological Association. Boas pudo
entonces ir o no ----- su elección como provisional vice presiente fue un evidente
intento de traerlo ----- pero McGee obviamente esperaba que la idea de Boas de
mantener el campo abierto para una organización de antropólogos nacional,
podría ser imposible en cara a una existente American Anthropological
Asosociation. Si este fuera el propósito, McGee lo lograría. Pensando aceptar las
condiciones de Boas para cooperar en orden de garantizar su participación.
McGee gano su pelea para hacer la nueva organización ampliamente inclusiva, y
esto a pesar de que Boas parece haber tenido la última palabra en la
determinación de los participantes en la reunión de fundación en Pittsburg. En
1902 fue probablemente inevitable que cualquier lista de antropólogos activos
fuera tan grande como 40 debía incluir cerca a la mayoría del grupo de
Washington, y esto fue el carácter de la lista final. Aceptando este hecho, pero
esperando poder ganar su punto, Boas intento inefectivamente convencer a los
antropólogos de Washington de lo correcto de su posición en el mencionado
discurso después The A.S.W., el cual fue dado en abril 8. Evidentemente como es
una especie de compromiso para la segunda condición de cooperación de Boas
en la carta del 26 marzo, los 40 invitaos, A quien fueron enviados copias del
discurso de Boas, así como de la constitución provisional, fue pedido que
expresaran sus opiniones con respecto al carácter de la nueva organización. En
adición la elección de los oficiales provisionales fue por instancia de Boas en
rescindir y no fue publicitado. Como resultado de esta concesión y el cuerdo de
que futuros pasos podrían ser tomados aparte para la reunión de Pittsburg, Boas
hizo lo mejor de una mala situación y accedió en el acto de incorporación.
De este modo McGee pudo escribir a Dorsey en abril 10 que el “gran hecho
parece que pudo ser mejor arreglado ahora que en cualquier día antes ----
tenemos una organización debidamente incorporada…”. Además: “Por fin, el fin de
la asociación americana de antropología de Nueva York parce estar cerca, y hasta
donde yo puedo juzgar no puedo anticipar futuras dificultades”. Boas dijo a McGee
que tome “Voluntariamente” cediendo todos los puntos, diciendo que él tenía
razón de su opinión en la” deliberada” etapa, pero que ahora que el movimiento
estaba en la etapa “constructiva, todos deberían cooperar. Al seguir a Dorsey la
adopción de la sugerencia de Boas que los invitados circularicen su opinión como
el carácter de la nueva organización. McGee fue a decir: “En general quiero decir
que, mientras una alternativa y un curso más directo este abierto a nosotros en la
manera que se lleva acabo nuestra provisional decisión en Washington del mes
pasado la convivencia de asegurar la completa simpatía y apoyo activo de todos
los antropólogos del país en el comienzo es tan genial que podemos bien pagar el
inconveniente de la correspondencia ahora propuesta … por supuesto estoy
confiando en Fewkes en cada paso, pero ahora de acuerdo con Culin u otro
conferencista excepto tú mismo”
Cuando Dorsey envió un sumario de las opiniones expresadas por los 40 invitados
dos semanas antes de la reunión de fundación tuviera lugar., la política de
inclusión tuvo mayor apoyo. De los 36 que hicieron alguna respuesta de todos,
oral o escrita, 28 expresaron una opinión de la problemática de inclusión/exclusión
y solo siete favorecían una organización exclusiva. Veintiuno otros explícitamente
favorecían la inclusión o daban su aprobación de la constitución provisional. Los
catorce miembros de The A.S.W. quienes ofrecieron una opinión fue
unánimemente en favor de una organización exclusiva, los no Washingtonianos
dividiéndose incluso. De este modo Boas Parece haber hecho cara desde el
principio a un grupo integrado con una bien definida posición. Contra ellos fue
incapaz de organizar una oposición coherente, especialmente en vista que McGee
controlaba la correspondencia.
Incluso en este punto, sin embargo, McGee sentía que no podía haber futuras
dificultades que no estuvieran completamente justificadas. Su artículo refiere a un
último minuto de la reunión en el día de la fundación en Pittsburg, en el cual Boas
y Frederick Ward Putnam hicieron varias futuras sugerencias en respecto a la
constitución. En la reunión misma Boas hizo un propósito para incrementar la
cuota de socios. En la cual un voto de empate hubiera decidido por el voto del
presidente Stewart Culin. Sin embargo, de 13 personas que asistieron a la reunión
de fundación siete fueron miembros de The A.S.W. y todos, pero dos de ellos
(Boas y Putnam) habían expresado ellos mismos a favor de la política de
exclusividad. Cualquier intento de reabrir el tema debió ser inevitablemente fallido,
y más de los votos había unanimidad.
La constitución finalmente adoptaba contenido numeroso menores cambios del
borrador original circulado por McGee. Con dos importantes excepciones, sin
embargo, su contenido esencial y la mayoría de su estilo fue exactamente el
mismo. El punto de vista de McGee de la organización como una confederación
alentando el desarrollo de sociedades locales fue modificado. Además, el rol del
concejo (el cual McGee había incluido en el documento original) fue un poco largo,
particularmente en relación a los miembros y elecciones. El primer borrador
simplemente argumentaba que las elecciones de miembros debían ser
respaldadas por el consejo: el borrador final dejaba la elección a los miembros del
consejo por completo. La versión final incluso incluía la disposición para el consejo
para presentar una lista de nominados para todos los oficiales en las elecciones
anuales en suma a la apertura de nominaciones permitidas para los miembros
generales.
El rol de McGee en determinar el carácter de la asociación fue explícitamente
reconocido por Boas en observaciones antes del McGee Memorial Meeting en
1913:” el espíritu minuciosamente democrático de McGee y su creencia en la
posibilidad de resolver los problemas científicos por la aplicación de sentido
común y el más honesto y sobrio pensamiento hizo este tipo de organización más
simpática a él que una puramente sociedad técnica, y fue un gran medida debida
a su influencia que de esta forma fue finalmente elegido” Las observaciones de
Boas en esta ocasión fue bastante sincera; él fue francamente crítico a la
aceptación de un evolucionismo dogmático cultural de McGee.
Sin embargo, la franqueza era oscilante, como en la declaración recién citada,
expresada en observaciones susceptible a doble interpretación, además, esto no
hizo, bastante entendible, lo extenso de una completa discusión de los eventos o
del rol de McGee en ella.
La fundación formal de The American Anthropological Association y la adopción de
su constitución, concluye este episodio la escena social de The Polítical History of
American. Detrás dela maniobra política, como hemos visto, allí estaba un
conflicto en la organización filosófica, dos diferentes puntos de vista como al
propio carácter de una organización científica. Desde uno de los principales en
esta disputa expreso sus opiniones en la publicación de un artículo, esto talvez
valga la pena considerar esto como un problema ligeramente mayor. El discurso
de Franz Boas antes The A.S.W. fue reimpreso en Science del 23 de mayo de
1902; en el Boas bosquejo el desarrollo de sociedades científicas en américa y
considero a algunos de sus entonces actuales organizaciones y problemas. Las
academias locales tenían originalmente un crecimiento en un periodo cuando
había pocos hombres de ciencia; como resultado estas sociedades tenían un
desarrollo bastante heterogéneo de miembros. La acostumbrada política de
variadas publicaciones por cada academia había conducido, asentir a Boas, al
entierro de muchos trabajos buenos. Al mismo tiempo había habido el desarrollo
de un numero de especial de sociedades locales, así como algunas en escala
nacional todas las cuales atender “con una muy grande extensión de público
laico”. Boas siguió y dijo:
Un problema difícil a menudo surge entre estas sociedades las cuales
son más exitosas en popularizar el tema de su materia o de su ciencia,
debido a los miembros laicos en gran parte superando el número de
contribuciones científicas. Como sea este el caso es una tendencia
hacia la reducción de la ciencia puesta a discusión …. El mayor
interés del público en la ciencia y el menor conocimiento técnico
parece requerir, mayor es el peligro que reuniones pueden asumir el
carácter de conferencias populares. La antropología es una de las
ciencias en las cuales este peligro incluso inminente, y en la cual esta
razón debemos tomar gran cuidado para proteger puramente el
interés científico.
Un punto de vista bastante oscuro de Boas de la participación de amateurs fue
manifestado en sus argumentos que el éxito de reuniones mixtas dependía
“simplemente sobre el coraje del presidente …” Como una reacción a esta
situación, de acuerdo a Boas, un numero de “sociedades científicas puramente”
habían surgido. Aun Boas sentía que había peligros, como la innecesaria y cara
duplicación de la biblioteca y lugares de publicación, en la simple proliferación de
organizaciones. El implicaba que cuales fueran necesitaban una organización de
américa científica más racional, por este propósito el propuso una reorganización
de la Asociación Americana para el avance de la ciencia:
Yo debería definir un movimiento creado en The American Association
for the Advancement of science, por cual The Section of Antropology
debería ser autorizado tomar el nombre de una siciedad nacional de
antropología, y recaudar el gravamen para sus propios propósitos
particulares, y para cuales semejantes miembros de la American
Association deberían convertirse en miembros de la sección como
completar los requerimientos y colocarlos por un consejo especial de
la sección. Esto debería dirigir a una discusión entre miembros en
general y miembros unidos en sociedades especiales….
A pesar de que ele se refería aquí principalmente a la sección H, la última oración
de Boas, así como como el tono general del artículo, indica que el imaginaba un
simple cuerpo confederativo de ciencia americana en el cual amateurs podrían
participar, como miembros en general, pero en el cual los científicos
perfecciónales podrían separadamente organizarse en sociedades nacionales
tomando lugar de las existentes secciones de la A.A.A.S.

Boas sintió que semejante una reorganización podría ser más fácilmente aplicable
a la antropología que a otras ciencias precisamente porque estaba en un estado
temprano de desarrollo. Este estado, sin embargo, estaba cercano a su fin.
Boas vio a la ciencia entera como a un periodo rápido de crecimiento:
El interés que surgiría durante la llegada de los años veinte es
ciertamente inconmensurablemente más grandes que el interés el cual
podría llegar a ser organizado durante los pasados veinte años.
Un conservado estimado del número de los antropólogos quien puede
reivindicar un entrenamiento bastante simétrico, y quien contribuye al
avance de la antropología, podría difícilmente exceder treinta … [Sin
enbargo], las universidades de Harvard, Columbia, y Chicago están
constante entrando a hombres nuevos, y la amplitud y la
minuciosidad de su entrenamiento es constantemente incrementado.
Para este momento había nueve Ph.D.´s en antropología de las universidades
americanas. Boas, sin embargo, vio claramente el proceso de profesionalización
que estaba incluso entonces tomando lugar y en el cual el mismo estaba
participando como una parte importante. El vio la fundación de una sociedad
nacional profesional como un aspecto de un proceso más amplio. El propósito que
hizo para demorar por varios años la formación de una nueva organización fue
indudablemente el resultado de su sentir que el proceso pudo ser entonces haber
alcanzado un estado de gran madures. (El número de antropólogos entrenados en
1902 fue tan pequeño que incluso un tiempo muy corto podría ver un gran
incremento proporcional) debido a que el vio el proceso de profesionalización
ampliamente, Boas sintió que no solo el entrenamiento de antropólogos, pero el
carácter de una organización científica estaba involucrado.
De este modo esperaba establecer el tipo de asociación la cual él creía se
ajustaba mejor a las necesidades del crecimiento de la ciencia: uno en el cual los
amateurs que habían participado en un temprano periodo podrían ser
rigurosamente excluidos de las actas profesionales, pero en el cual ellos podrían
seguir manteniendo un interés general y, presumiblemente, al cual ellos podrían
continuar haciendo una contribución financiara. Boas no estaba inconsciente de
los problemas financieros de la antropología, o de las contribuciones las cuales
benefactores amateurs podían hacer al respecto.
Hay un número de cartas en los documentos de Boas las cuales indican esta
actividad para conseguir dinero para el trabajo antropológico. Boas sintió sin
embargo que no deberían inmediatamente permitir que las necesidades
financieras distorsionaran su visión del futuro, que ellos “deberían todos …[sus]
Movimientos ser controlados por que parece ser lo mejor permanentemente por el
interés científico del país” su propia visión de estos intereses parece haber incluido
una racionalización de la organización americana de ciencia como un todo.
Esta racionalización no tuvo lugar, e incluso la concepción de Boas de la
organización de antropología por si misma fue rechazada por sus mismos
antropólogos. El hizo posible lograr modificaciones solamente en el documento
original de McGee como que el trabajo antropológico podría ejercer un control
ligeramente mayor sobre los miembros y las elecciones. En la subsecuente
participación de la asociación, sin embargo, al parecer no había hecho ningún
intento por restringir los miembros en ningún modo.
Los reportes en The American Anthropologist of the Association en el
procedimiento anual indican que miembros fueron puestos en grandes grupos. El
secretario de la asociación George Grant MacCurdy, en 1909 y de nuevo en 1910
hizo planes con gran esfuerzo para incrementar los miembros:
Atención es una vez más llamado al deber de cada uno de ayudar en
obtener nuevos miembros la carga de la cual es soportada casi
exclusivamente por dos o tres oficiales con exceso de trabajo.
Nuestros miembros pueden ser contados por cientos cuando deben
ser contados por miles si la asociación es para realizar la función por
la cual está siendo fundada … Vamos todos unidos a duplicar los
miembros durante el año que viene. El material para esto
indudablemente existe. Ayuda a la secretaria a lógralo.
Todavía parece haber un desarrollo sin gran problema del control amateur. Los
reportes de la reunión anual indican que el negocio de la organización, así como el
control del programa, estuvo todo el tiempo minuciosamente en las manos de los
oficiales del consejo, el tamaño del cual fue incrementado de tiempo en tiempo
para acomodar el creciente número de antropólogos. Los 40 invitados provenían
virtualmente de todos de los oficiales del número por un número de años, pero por
1917 todos menos dos de los miembros mayores eran personas que habían
recibido sus Ph.D.´s desde 1900. El consejo original de 24 fue incrementando en
intervalos hasta que en 1917 había 60 concejales sin una membrecía de cerca de
tres mil. Estos hechos relatan el control no hecho, por supuesto, indica el efecto de
la participación amateur en la calidad de la discusión en las reuniones anuales.
Dudo si este efecto puede incluso ser estimado excepto por un participante
profesional en las reuniones. Sin acceso a los archivos de participantes y
discusiones, no he hecho ningún intento en hacerlo.
Tal vez, argumento que esto aparentemente liso progreso fue pendiente a la
modificación constitucional hecha como resultado de la crítica de Boas, pero la
experiencia de The American Sociological Society podría sugerir otras. En The
A.S.S., una organización la cual demuestra el problema que Boas sugirió fue
peculiar para las disciplinas de un carácter científico marginal, un tema similar fue
discutido en el tiempo de su fundación en 1906. Ahí el problema relatado de la
inclusión trabajadores sociales prácticos en una organización de teoría académica
sociológica. Su inclusión fue hecha con una sola ligera discusión e incluso con
menos precaución constitucional de lo que fue tomado en The A.A.A. sin embrago
no parece haber habido consecuencias nefastas.
Uno es forzado a la conclusión que McGee si bien él no estaba en lo correcto en
su disputa con Boas, acerca de la organización básica principal de la asociación,
no fue al menos un serio error, como sea el método que el uso para ganar su
punto. McGee parece no haber tenido semejante bien formulado entendimiento de
la historia y problemas de las sociedades científicas americanas, sin semejante
visión o entendimiento como tenia Boas de los procesos de profesionalización que
estaban teniendo lugar. Él se basó en tal pasado como él supo de su propia
experiencia; su actitud hacia el futuro fue primeramente de un seguro
pragmatismo. Sin embargo, los problemas específicos los cuales Boas previo
parecen que no han surgido. No quiero suponer por este contraste entre un
hombre americano practico de la frontera y uno teórico, un poco utópico,
académico alemán; ni estoy sugiriendo que el pragmatismo de McGee fue de
alguna manera más “históricamente correcto” que la planeación de Boas. En la
mano, McGee no fue sin su visión del futuro. Algunos meses previos de este
episodio él había propuesto en un artículo de Science el establecimiento de “An
American Seante of Science” en el cual todas las organizaciones científicas
podían elegir representantes y en el cual podían coordinar actividades científicas
en los Estados Unidos. Por su parte, Boas, mientras él pensaba y planeaba en
términos del futuro de ciencia como un entero, fue muy consciente de la practica
situación organizacional, e hizo un numero de un intento bastante pragmático para
tratar con esto. Su entero rol en la controversia, acerca de la fundación de la
asociación confirma esto. Además, es al menos posible que la ciencia americana
la cual parece tener operación efectivamente bajo una estructura organizacional la
cual creció por un proceso de aleatorias acumulaciones, podría, sin embargo,
haber hecho incluso mayor progreso dentro una organización estructurada
racional solo las líneas las cuales Boas parece haber tenido en mente.
Mas importantemente, sin embargo, me gustaría argumentar que cual estuvo
actualmente tomando lugar aquí fue un proceso cultural lo suficientemente largo
para hacer preguntas de la estructura organizacional en gran medida irrelevante.
Robert Lowie sugirió que el panorama teórico antropológico de Boas, el cual se
convirtió durante este periodo la de la antropología americana como un todo, fue
parte de una empírica general actual en el mundo de la ciencia el cual tuvo sus
propias contrapartes en el pensamiento de Mach, Pearson, Dewey, James, y
otros. En una similar manera, I debo sugerir que este episodio en la historia de la
antropología americana fue parte general contemporánea de un proceso de
profesionalización en la ciencia social en este país. Lo realmente importante es el
aspecto de este proceso dentro de la antropología fue el crecimiento de la
academia de antropología. Fue su crecimiento que fue garantizo el
profesionalismo de la asociación de antropología americana. Boas vio este
proceso bastante claro y fue el mismo un mayor factor en esto, hasta este punto
en 1902, envuelto en una en corazonada organizacional controversia con un grupo
local quien domino en la antropología americana fue casi, pero no bastante, hasta
un final, y recordando experiencias en gran parte las sociedades locales amateur
las cuales deben a veces tener gravado su profesional paciencia y estándares
científicos, el tal vez momentáneamente entendió el futuro impacto del creciente y
actual profesionalismo.

Notas

1. A.I. Hallowell y Murray G. Murphey, de The Anthropology and American


Civilization Departmentns of the University of Pensilvania fueron amables
de leer escrito completo de este documento. Ellos comentaron y criticaron
como grandemente admitido. También me gustaría expresar mi aprecio a
Betty Meggers de The United States National Museum en Washington,
quien me mostro las actas de The Antropological Society of Washington;
Margaret Blaker del Bureau of American Ethonological, Smithsonian
Institucion por su asistencia en hacer disponible para mí la correspondencia
de McGee contenido en el archivo de esa institución; Richard Shryock y
Gertrude Hess de The American Philophical Society en Philadelphia por su
asistencia, y The Society por su permiso de citar la correspondencia de
Boas.
2. En la página 442 del Volumen VIII de The American Anthropologist hay una
nota a pie atribuida este articulo a George Dorsey, una carta de W.J.
McGee con ciertas revisiones sugeridas por Boas. En el presente ensayo
no me he molestado en poner notas a pie de página de las referencias del
artículo de McGee. Estas provienen del esqueleto de mi propio reporte y
cualquier hecho de otro documento que no sea encontrado puede ser
encontrado ahí. A si bien la documentación completa se encontrara en
algunos casos en varios manuscritos de fuentes que consulte. Puede ser
notado que los eventos descritos aquí son en gran parte son reconstruidos
de las fuentes manuscritas. No toda la correspondencia fue preservada y la
que existe está dispersa en varios depósitos. Fue así necesario traer aquí
varias piezas juntas, y en uno o dos casos (notas en el texto) inferí la
existencia y contenido de las cartas recibidas por McGee en la base de
referencias a ellas en las cartas que el envío. Sin embargo, quedan varias
brecas.
3. A.L. Kroeber y H. Newell Wardle son los únicos fundadores sobrevivientes.
Sin embargo, el título “Fundador” fue dado a todos los antropólogos que se
unieron en respuesta a una carta enviada en septiembre 15, 1902 por el
secretario George Dorsey (Mc Gee n, d.). Kroeber participo solo
periféricamente en la fundación y Miss Wardle, quien amablemente me
ofreció el beneficio de su general recuerdo del periodo, dio como resultado
la carta de Dorsey, y no fue involucrada en los eventos relatados en este
documento.
4. El acto de incorporación es para ser distinguido del Constitución
Provisional. Bajo las leyes de Washington la forma fue llamada
“Constitución” y cualquiera regla suplementaria gobernará a los miembros y
la función será considerada “por-las leyes”. En este caso estas iban a ser la
constitución provisional que eventualmente fue modificada. The Act of
Incorporation fue un instrumento bastante general; la estructura especifica
general fue determinada por la constitución provisional. La forma del título
de la organización es usada aquí (incluido los soportes) eso que aparece en
la copia del acta de incorporación impreso en el artículo de McGee casi
siempre usando la palabra “anthorpologic” asumo que la organización fue
incorporada y que los soportes añadidos después por McGee.
5. La carta de Boas a McGee en marzo 27 1902 indica que Boas fue electo en
ausencia, vice presidente provisional. Y Dorsey como secretario la
correspondencia consultada no muestra quien de los otros fue.
6. Esto quiere decir que la relación entre los dos hombres antes de este
momento parece haber sido bastante cercana y al final en un sentido
formal, como antes de esta disputa. Boas, antes del discurso de McGee del
Memorial Meeting en 1913, se refiere a su “amistad duradera” y “muchos
años de más o menos intima interacción”. Durante y después de los
eventos aquí descritos, ellos fueron, cofundadores de The American
Anthropologist cofundadores en Bureau of American Ethnology projects y
cooficiales de la asociación con casi contacto diario respecto a la materia
antropológica. En el otoño de 1902, cerca de la muerte de Powell la
dirección del Bureau of American Ethnology fue entregada a W.
H.Holmesdel United State National Museun en vez de a McGee a quien
más antropólogos sintieron está en línea por esto, Boas fue bastante activo
en el beneficio de McGee y en el beneficio del Burea, la existencia del cual
el sintió en peligro por este movimiento.
7. Si hubo duplicidad, esto no es certero si Dorsey fue parte de esto. Sus
observaciones a Boas indican que el definitivamente no lo estaba. La carta
de McGee a Dorsey, en abril 18, citada antes, sin embargo, pacense
implícitamente que Dorsey sabia bastante bien que estaba ocurriendo. Hay
evidencia que Dorsey expresa bastentes diferentes opiniones en el
problema de la inclusión - exclusividad a McGee y a Boas.
8. No es el presente análisis en cualquier sentido intenta como una
denigración del carácter personal de McGee o de su contribución a la
ciencia americana. El anterior sentido en más respeto es bastante
admirable; la carta fue talvez más significativa que podría ser expresado. A
pesar de que el no hizo una importante contribución como científico teórico,
el jugo un papel importante en sentido organizativo y administrativo. La
amplitud de sus intereses y actividades fue bastante remarcable. De
acuerdo con Gifford Pinchot, “sin McGee la conservación [de natural
recursos] el movimiento hubiera sido retrasado por años, o podría haber
sido débil y vacilante al nacer… McGee el cerebro científico del movimiento
de conservación todo atraves de su temprano estado crítico”.
9. Una lista original de 88 de invitados prospectos fue dibujada por McGee, en
gran parte de la lista de becarios de la sección H de The A.A.A.S. A pesar
de que el hizo varias adiciones. Esta lista fue subsecuentemente cortada a
60 por las incorporaciones, y esta fue la carta la cual Boas corto hasta 40.
Solamente la primera y la última de estas listas han sobrevivido. De este
modo no podemos decir quien corto a quién y por qué; lo podemos inferir
solo de la carta de Boas impresa antes de su aprobación (Hay, sin
embargo, una indicación en la carta de McGee a Dorsey de abril 10 que
hubo alguna futura menor negociación como a la composición de la lista.)
del carácter de la lista final es obvio que Boas empatizo y empleo un trabajo
antropológico y una formal formación de posgrado como criterio de
inclusión. Casi sin expectativa los 40 invitados fueron profesores,
empleados del gobierno en antropología, o trabajadores e museos. Veinte
de los cuarenta tuvieron el Ph D. o el M.D. dieciocho fueron miembros de la
A.S.W. y doce fueron miembros de A.E.S.
10. Los nueve American Ph. D.´s siguen aumentando de la siguiente
manera:1902-1905, cuatro, 1906-1910, seis; 1911-1915, once. Estas
figuras, sin embargo, son mimumas, desde la lista en el Yearbook of
Anthopology ciertamente incompleto (es complementada aquí por tres
quienes yo sé han sido omitidos) Ademas, había otros que durante este
periodo quien, sin tener completo su Ph. D´s estaban almenos cerca de
completar la producción de su “posgrado”.
11. Esta es una inferencia basada en pruebas bastante escasas. El libro de
Odum menciona sin problemas derivado de tal participación, pero esto pude
ser simplemente una indicación de la general negligencia de la
Organizational history of the social and natural sciences, para la cual es
este documento, espero una pequeña contribución.
12. William John McGee habitualmente omitía las letras despues de sus
iniciales, y esta idiosincrasia fue respetada por las varias publicaciones del
periodo en el cual su nombre aparece siempre como “W J McGee”.

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