Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TUTORES:
LECTURA Y ESCRITURA
2023
PRESENTACIÓN
Esto permite lograr la aprehensión de los contenidos por parte de los postulantes,
teniendo en cuenta que es en la práctica donde se desarrollan verdaderos aprendizajes
significativos, producto de la confrontación del saber propio con la realidad circundante.
Como resultado de ello, se produce un trabajo de “lengua viva”. Además, se origina la
resolución de varios problemas con la elaboración de trabajos de investigación como el
ensayo, el comentario, la monografía, la iniciación de los trabajos de investigación, textos
funcionales como los resúmenes, precisos, entre otros.
LECTURA Y ESCRITURA
La Unidad 2, Gramática, presenta la morfosintaxis como parte fundamental, la cual se
ocupa del estudio de la estructura interna de la palabra, sus derivaciones y accidentes
gramaticales. El análisis de la Ortografía acentual, los Signos de puntuación y los Vicios
de Dicción recordando reglas básicas que permitan articular de manera correcta los textos
orales y escritos en frases, oraciones y párrafos. (microtexto y macrotexto)
LECTURA Y ESCRITURA
ÍNDICE
Pág.
Unidad 1
Leer y redactar en la Universidad…………….………………………………………….. 1
Lectura Complementaria Nº1 – El ensayo académico.……………………….………. 21
Estrategia de Aprendizaje Nº1 – El Bosquejo.……………………….......................... 39
Unidad 2
Gramática ………………….………………………………….……………………….…... 41
Lectura Complementaria Nº2 - Capacidad de producción de ensayos
argumentativos: una competencia para la formación de jóvenes científico -
investigadores………….………………………………….……………………….………. 106
Estrategia de Aprendizaje Nº2 – El Cuadro Comparativo.………………………........ 118
Unidad 3
Redacción de textos………………………………………………………………..……... 120
Lectura Complementaria Nº3 - Retos de la escritura académica en estudiantes
universitarios: una revisión de la literatura…………………………………………....... 135
Estrategia de Aprendizaje Nº3 – Diagrama de Ishikawa o Espina de Pez.……........ 145
Unidad 4
Oratoria……………………………………………………………………………………... 147
Lectura Complementaria Nº4 - Oratoria y competencias comunicativas orales en
estudiantes universitarios………………………………………………………..……….. 177
Estrategia de Aprendizaje Nº4 – La Uve de Gowin.……………………….................. 198
LECTURA Y ESCRITURA
UNIDAD 1
LEER Y REDACTAR EN LA UNIVERSIDAD
1.1. INTRODUCCIÓN
Las causas pueden ser a tres factores importantes a la hora de estudiar: El querer, el
poder y el saber.
El segundo elemento es el PODER que tiene que ver con las capacidades físicas e
intelectuales por ello es importante cuidar permanentemente la condición física y la salud
integral así como las condiciones ambientales que rodean al estudiante.
El problema por el que atraviesa la mayoría de los/as estudiantes es que nadie les enseña
a desempeñarse como estudiantes y aprenden por si solos/as usando el método de
ensayo y error olvidando que sea cual sea la asignatura que se estudie se requiere del
conocimiento de ciertos principios básicos para hacer de tu estudio una actividad mucho
más efectiva y provechosa.
LECTURA Y ESCRITURA 1
1.2. DESARROLLO DEL CONTENIDO TEMÁTICO
La lectura es definida como: "Silencioso diálogo del lector con el autor", significa que la
lectura demanda de ti una actitud receptiva y a la vez activa tratando de entender lo que el
autor quiere transmitir esto exige de los/as lectores/as reflexión y esfuerzo mental para
reconocer las palabras, entender las ideas y tener la capacidad para evaluar lo leído.
Vamos a iniciar con una breve descripción de la historia de la lectura. La escritura que era
convertida en sonidos data de hace aproximadamente unos 3.500 años, no es sino hasta
el siglo II y IV cuando la llegada del pergamino ofreció la posibilidad de realizar grandes
escritos que podían ser guardados y ser leídos de manera fluida. En el siglo V se realizó
esta práctica de manera silenciosa aunque no era muy común.
En el siglo XV durante la Edad Media, las personas no tenían la libertad de leer lo que les
interesara o lo que quisieran, pues el papa Alejandro VI (1431-1503) desaprobó una gran
cantidad de escritos a las sedes eclesiásticas de varios distritos y más adelante a toda la
iglesia en general por su sucesor, el papa León X (1475-1521).
A pesar de ello, existieron autorizaciones otorgadas por los obispos para el libre ejercicio
de la lectura, y en 1559, la santa inquisición creó el índice de libros prohibidos, un listado
de textos que prevenían a las personas de leer las obras vedadas. Aunque actualmente
existe libertad para leer, algunos libros son lanzados con versiones más aptas para todo
público, en cierta forma que puedan incluso estar a la altura de la lectura para niños y
estos disfrutarlos.
No siempre se pueden realizar lecturas cortas; leer de una pantalla grandes textos puede
significar un deterioro en la vista y cansancio mental, para lo que existen formatos como
los libros electrónicos adaptados de tal forma que asemejan a los libros físicos. Otra
ventaja que ofrece el medio digital, es la capacidad de conectar una información con otra
a través de los hipervínculos, en los que el lector tiene la posibilidad de expandir su
conocimiento sobre algún tema contenido en lo que está leyendo sin necesidad que el
texto original lo explique con mayor detalle.
LECTURA Y ESCRITURA 2
Otros recursos literarios electrónicos para las lecturas de hoy son los blogs, las revistas
en línea, las comunidades y las bibliotecas virtuales, que proporcionan información acorde
a la necesidad del usuario ávido de textos de calidad, independientemente de su
propósito
Es la que se realiza automáticamente sin ser necesaria la comprensión del texto. Esta es
la que aprende una persona cuando comienza a leer en la etapa escolar uniendo vocales
con consonantes formando las primeras palabras que va aprendiendo aunque no esté
consciente sobre qué es exactamente lo que lee. Esto ocurre de la misma forma en una
persona adulta cuando lee textos en un lenguaje distinto al suyo, con un vocabulario
desconocido o la información que contiene el material le es incomprensible.
Esto está dirigido a la interpretación y comprensión crítica del texto, pues el lector no es
una entidad pasiva, sino activa en ese proceso, es decir, decodifica el mensaje, lo
interroga y lo analiza.
Es importante señalar que el aprendizaje ocurre cuando el lector entiende lo que lee,
incluso cuando es de naturaleza recreativa y no hay intención de aprender.
Para lograr este nivel de lectura es necesario sintetizar el contenido, diferenciando las
ideas principales de las secundarias, así como los hechos de las apreciaciones que el
autor/a tiene sobre el tema en cuestión complementando además con otras fuentes para
enriquecer los puntos de vista para obtener una perspectiva más general y completa
sobre el tema en cuestión este proceso garantiza una crítica de calidad.
Para desarrollar este tipo de lectura se requiere aplicar un conjunto de estrategias como
resumir textos, esquematizar la información, evocar la misma, puntos que serán
desarrollados más adelante.
La lectura y la escritura son dos procesos que se encuentran conectados entre sí, es la
fuente principal de enriquecimiento personal, nos permite adquirir conocimientos útiles,
LECTURA Y ESCRITURA 3
mejorar nuestras destrezas comunicativas, desarrollar nuestra capacidad de análisis, en
suma nos ayuda a pensar con claridad, a resolver problemas, así como a recrearnos.
Cuando realizas una lectura, estas poniendo en práctica una serie de aptitudes que son
las que te facilitan el aprendizaje y el desarrollo del pensamiento. Algunas de estas
aptitudes (capacidad) son:
Aptitud para valorar la información: Tiene que ver con la extracción de los
contenidos estrictamente necesarios y útiles para el proceso de estudio que has
emprendido.
Aptitud organizativa: Te permite relacionar los nexos que unen los distintos
conceptos, estableciendo la organización lógica y jerárquica de todos los
contenidos fundamentales de un tema.
LECTURA Y ESCRITURA 4
Es necesario recordarte además que la lectura debe ser compresiva y expresiva,
comprensiva cuando se entiende aquello que se lee y expresiva cuando al leer tomas en
cuenta las pausas, los signos ortográficos, las exclamaciones, admiraciones e
interrogaciones lo que va a coadyuvarte a una mayor y mejor comprensión del tema.
Unas personas leen con más rapidez que otras porque a fuerza de entrenamiento han
logrado un "haz de reconocimiento" o "campo de visión" más amplio. Se entiende por "
haz de reconocimiento" la fracción de línea que puedes captar con la vista cuando lees y
así puedes captar con un solo golpe de vista mayor cantidad de palabras de ahí que
cuántas menos fijaciones o menos te detengas por línea, mayor será el campo de visión
en consecuencia obtendrás mayor velocidad en tu lectura. Mientras leemos, nuestros ojos
se mueven de izquierda a derecha a lo largo del renglón o la línea; pero el movimiento
ocular no es continuo, sino intermitente y da lugar a unas breves pausas apenas
perceptibles durante el recorrido por las líneas.
Como el cerebro humano solo puede reconocer las palabras durante el instante en que
los ojos quedan fijados en las mismas (apenas un cuarto de segundo) es más beneficioso
para ti lograr el menor número de fijaciones ya que tu lectura será más veloz y mayor tu
comprensión. En cada fijación, solo puedes enfocarte en tres a cinco letras, pero a
izquierda y derecha de estas fijaciones perfectamente enfocadas, se perciben otras
palabras que tu cerebro reconoce y capta. Hay personas que de una o dos ojeadas
captan una línea entera ya que poseen un campo de visión amplísimo.
Te permite captar las ideas que expresa el texto y no solamente las palabras.
Leer con rapidez te permite agrupar las palabras en unidades lógicas que facilitan
y aumentan la comprensión del texto
LECTURA Y ESCRITURA 5
1.2.3.5. Mejorar la velocidad lectora
Ampliar del campo de percepción visual y reducir el número de fijaciones por línea.
Algunos de los defectos más comunes que se cometen al momento de leer son:
Seguir el texto durante la lectura, con el dedo, lápiz, bolígrafo o cualquier otro
objeto.
Detenerse en las palabras sin intentar captar las ideas y el sentido del texto.
Para lograr una mejor comprensión lectora te ofrezco algunos consejos que serán de gran
utilidad:
LECTURA Y ESCRITURA 6
Se perseverante para sortear los obstáculos que impiden a que la memoria
recuerde.
El punto y coma equivale a un punto, pero su relación con el punto anterior es más
estrecha.
La idea principal responde a las preguntas ¿de qué habla el texto?, ¿Qué se dice
respecto a…?, en cambio las ideas secundarias son frases que refuerzan y/o amplían la
idea principal, respondiendo a las siguientes características:
LECTURA Y ESCRITURA 7
d) Ventajas de la lectura silenciosa
Debes tener en cuenta que los textos son para estudiar por consiguiente tu lectura debe
ser activa, concentrarte en la comprensión de lo que el/la autor/a aborda y quiere exponer.
Como orientación te sugiero una serie de preguntas que podrán facilitarte la comprensión.
Muchos autores afirman que sin preguntas el texto permanece cerrado, solamente nos
habla desde las interrogantes que se le plantea y desde la expectativa de hallar
respuestas a cuestiones que el autor aborda, por lo tanto, nos sugieren aclarar aquellas
interrogantes o descubrir la tesis y el sistema argumentativo que plantea a lo largo de su
texto.
Para ello sugieren preguntas generales a ser planteadas antes de iniciar la lectura.
¿Cuáles son los problemas fundamentales planteados por el autor? (En un primer
momento intenta identificar esos problemas o aspectos centrales que se abordan
en el texto).
¿Cuál es el tema central o tesis que aborda o define el autor? (Tras la primera
recopilación de contenido te sugiero realizar un esfuerzo para formular una
síntesis, lo más clara y breve posible, de la problemática del texto).
Muchas veces los problemas de comprensión pueden aparecer desde el primer momento
entonces:
LECTURA Y ESCRITURA 8
1.3. Técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje como procedimientos para el
estudio activo y eficaz
Las herramientas más útiles para que tu actividad de trabajo-estudio sea provechosa y
eficaz son las técnicas de análisis y síntesis. Saber analizar y sintetizar consiste en
presentar jerárquicamente estructuradas las ideas valorándolas por orden de importancia,
ese ordenar y organizar las ideas con una visión de conjunto, te permitirá asimilar
razonadamente los conocimientos, poder repasarlos y evocarlos cuando los requieras.
Por eso se afirma que las técnicas de análisis y síntesis son herramientas que contribuyen
de manera efectiva al logro de aprendizajes significativos.
Personalizar tu estudio.
Facilitaras tu repaso.
Una de las técnicas de análisis más utilizadas es el subrayado de textos, porque te facilita
el análisis y la comprensión de los contenidos de un texto a través de destacar mediante
trazos las partes esenciales de un escrito, al resaltarlas centras tu atención en ellas y
haces más provechoso el trabajo intelectual. La técnica del subrayado no sustituye a los
apuntes, sino que los complementa.
Favorece tu estudio activo, crítico y el interés por captar las ideas fundamentales.
Constituye una gran ayuda para lograr una mejor comprensión del tema, asimiles y
almacenes en tu memoria a largo plazo.
LECTURA Y ESCRITURA 9
1.3.1.2. Criterios para Subrayar
Espera a tener una visión global del contenido del tema, no subrayes en la lectura
general inicial.
El subrayado lo tendrás que hacer con lápices de colores, para destacar las
diferencias en el texto y en caso de equívocos se pueda borrar.
El subrayado es una técnica muy personal por ello debes realizarlo en tu propio
material.
Cuando utilizas la técnica del subrayado puedes aplicar diversos tipos al mismo tiempo,
así como distintos códigos personales de señalización. Se sugieren algunos:
Subrayado lateral: Es una variante del subrayado lineal que consiste en demarcar
con una raya vertical a ambos lados de un párrafo entero o de varias líneas
consecutivas del mismo, se utiliza cuando es de interés resaltar todo el conjunto.
Subrayado de realce: Este subrayado se realiza a la vez que los otros y sirve
para destacar las dudas, aclaraciones, puntos de interés, llamadas de atención,
etc. mediante las distintas señalizaciones de acuerdo al código personal de
palabras, interrogaciones, paréntesis, asteriscos, flechas, etc. situados al margen
derecho del texto.
LECTURA Y ESCRITURA 10
1.3.2. El resumen
Debe ser realizado íntegramente por ti de ésta manera te será de mucha utilidad.
Debe estar escrito con unidad y sentido, articulando todos los puntos más
importantes.
Debe expresar el contenido del tema y el pensamiento del autor con fidelidad.
LECTURA Y ESCRITURA 11
1.3.3. El esquema
Cuando realizas un esquema evitas la repetición que en ocasiones suele ser habitual en
los escritos. Para su realización se utilizan palabras claves y cortas, porque el objetivo es
que sea breve y sintético, así como muchos recursos gráficos como líneas, llaves, flechas,
recuadros, barras o letras.
a) Comparativos
b) Jerárquico
c) Secuenciados
LECTURA Y ESCRITURA 12
1.3.3.2. Ventajas del esquema
Las ventajas de esta técnica sobre las demás técnicas de síntesis son las siguientes:
Se sugiere variación tipográfica según la importancia de las ideas, esta puede ser una
sugerencia.
Distribuye las ideas manteniendo siempre el sentido de la dirección lo que significa que
puedes organizar las ideas de manera que quede reflejada la jerarquización de las
mismas en forma lógica.
LECTURA Y ESCRITURA 13
1.3.3.4. Signos de diferenciación en la distribución de las ideas
En el aspecto gráfico visual del esquema te sugiero utilizar una sola carilla de las hojas de
papel, esto te permitirá una mayor visualización, realiza con limpieza y pulcritud tu
esquema dejando amplios márgenes y espacios en blanco, utiliza lápices de color para el
subrayado y signos de realce que consideres necesarios.
Con seguridad existen muchos, pero te sugiero cuatro por ser los más utilizados
a. Esquema de llaves.
c. Esquemas de desarrollo.
d. Diagrama.
e. Mapa conceptual.
ESQUEMA DE LLAVES
Ejemplo
LECTURA Y ESCRITURA 14
ESQUEMA DE FLECHAS
Ejemplo
ESQUEMA DE DESARROLLO
Ejemplo
1.3.4. El Diagrama
Ejemplo:
LECTURA Y ESCRITURA 15
1.3.5. El Mapa Conceptual
Una de las técnicas más utilizadas por su fácil realización y utilidad para el logro de
aprendizajes significativos es el mapa conceptual El mapa conceptual conocido también
como diagrama de conceptos es como lo afirma el Dr. Jorge Castillo Arredondo citando a
Novak y Gowin “…es un recurso esquemático para representar un conjunto de
significados conceptuales incluidos en una estructura de proposiciones, conformando de
esta manera jerarquías conceptuales a partir de las relaciones significativas entre
diferentes conceptos.
Esta técnica fue desarrollada por Joseph Novak y sus colaboradores en la universidad de
Cornell en los Estados Unidos. La teoría que sustenta el “mapeamiento conceptual es la
teoría cognitiva de aprendizajes desarrollada por David Ausbel.
La estructura de un mapa conceptual no tiene que ser rígida, los mismos conceptos
pueden dar configuraciones distintas sin que ninguna de ellas pierda significatividad.
Ejemplo:
Conceptos: Son las palabras que manifiestan las ideas, describen los objetos o
sucesos, generalmente están contenidos en una figura geométrica (óvalo o elipse).
LECTURA Y ESCRITURA 16
1.3.5.2. Pasos para construir un Mapa Conceptual
Los conceptos se escriben con preferencia en un óvalo o elipse, pero también hay
quienes prefieren otras figuras geométricas como rectángulos y cuadrados.
Los conceptos se unen con una línea como se ve en el ejemplo donde se escriben las
palabras de enlace que pueden ser verbos, artículos, preposiciones, conjunciones, más
nunca conceptos.
Sintetizar la información.
La amplia gama bibliográfica sobre el tema ofrece una gran variedad de mapas
conceptuales a continuación te presento los más utilizados.
LECTURA Y ESCRITURA 17
a) Mapa panorámico: Se caracteriza por ser descrito y presentar la temática de manera
general, la forma de gráfica es la que a continuación presentamos.
Ejemplo:
b) Mapa detallado o desarrollado: Se diferencia del anterior por ser más descriptivo,
analítico, incluyen la mayor cantidad de detalles posible sobre el tema que se está
trabajando. El siguiente es un ejemplo de lo mencionado.
Ejemplo:
Ejemplo:
LECTURA Y ESCRITURA 18
d) Mapa tipo araña: Este tipo de mapa conceptual se caracteriza por representar la
palabra o temática principal en el centro y a partir de ésta los temas de menor jerarquía se
escriben alrededor. Por la configuración que representa similar a una araña es que ha
recibido ese denominativo.
Ejemplo:
LECTURA Y ESCRITURA 19
En cada casilla, formada por la intersección de una fila y columna puedes registrar cuánto
precises, pero siempre con palabras breves, significativas y concretas.
Es un apoyo para realizar tus repasos sin necesidad de volver a leer todo el tema.
LECTURA Y ESCRITURA 20
LECTURA
COMPLEMENTARIA Nº1
El ensayo académico
LECTURA Y ESCRITURA 21
LECTURA Y ESCRITURA 22
LECTURA Y ESCRITURA 23
LECTURA Y ESCRITURA 24
LECTURA Y ESCRITURA 25
LECTURA Y ESCRITURA 26
LECTURA Y ESCRITURA 27
LECTURA Y ESCRITURA 28
LECTURA Y ESCRITURA 29
LECTURA Y ESCRITURA 30
LECTURA Y ESCRITURA 31
LECTURA Y ESCRITURA 32
LECTURA Y ESCRITURA 33
LECTURA Y ESCRITURA 34
LECTURA Y ESCRITURA 35
LECTURA Y ESCRITURA 36
LECTURA Y ESCRITURA 37
LECTURA Y ESCRITURA 38
ESTRATEGIA
DE APRENDIZAJE Nº1
El bosquejo
LECTURA Y ESCRITURA 39
ESTRATEGIA DE APRENDIZAJE Nº 1
EL BOSQUEJO
LECTURA Y ESCRITURA 40
UNIDAD 2
GRAMÁTICA
LECTURA Y ESCRITURA 41
f) Morfología de las palabras
Muchas palabras se forman a partir de otras que ya existen, ya sea por derivación o bien
por prefijación.
También puede ocurrir que se forman por prefijación y composición al mismo tiempo.
Se denominan afijos a las sílabas que se agregan a una palabra ya formada para obtener
nuevas palabras de la misma familia, pero con diferente significado.
Tanto las sílabas que se colocan adelante como las que se agregan al medio de la
palabra o detrás de ella.
Ahora bien, si el afijo está delante de la palabra ya formada toma el nombre de prefijo y la
palabra que se forma es una palabra compuesta por prefijación. Ej.: rehacer, deshacer,
etc.
Puede ocurrir que una palabra tenga prefijo y por lo mismo es una palabra compuesta por
prefijación; puede tener también un sufijo y por lo mismo es derivada; pero, en este caso
ya no se llama ni compuesta ni derivada, sino que se llama parasintética. Ej.: atardecer
Por familia de palabras. Conjunto de palabras que poseen una raíz o lexema
común, cuyos significados guardan una íntima relación. Ej.: voc – al, voc – ablo,
voc – abulario, etc.
LECTURA Y ESCRITURA 42
A partir de ella podemos tener otras palabras que forman la misma familia, pero
que tienen significados diferentes. Así: remar y también marino.
El afijo ino por ir detrás de la palabra mar es un sufijo y la palabra marino es una
palabra derivada.
La palabra submarino tiene el prefijo sub y el sufijo ino, por lo tanto submarino es
una palabra parasintética.
Líneas arriba, habíamos señalado que la mayoría de las palabras son homonimias, es
decir, palabras de un solo significante y significado. Sin embargo, hay excepciones en las
palabras.
Semántica. Es la ciencia que se ocupa del estudio de los significados y cambios que
sufren las palabras.
LECTURA Y ESCRITURA 43
Redactar adecuadamente se ha convertido en un problema en la sociedad actual,
particularmente en las nuevas generaciones, debido al excesivo uso de d
3.2. Acentuación
En castellano, todas las palabras tienen acento, si por tal entendemos la mayor
intensidad, tono o fuerza que recae sobre una sílaba en cada palabra.
Según el lugar que ocupa esa sílaba en las palabras, éstas se clasifican en agudas,
graves y esdrújulas, además de las terminaciones sobresdrújulas.
Palabra aguda: tienen mayor intensidad (acento) en la última sílaba. Llevan tilde cuando
terminan en “n”, “s” o vocal. Ejemplos: amor, corazón, pared, compás, alud, café.
Palabra grave: palabra cuya sílaba tónica es la penúltima. Llevan tilde cuando no terminan
en “n”, “s” o vocal. Ejemplos: diario, joven, árbol, crisis, fémur, examen.
La tilde diacrítica se usa para diferenciar parejas de palabras de igual escritura, pero de
distinta función. Se usa especialmente en monosílabos, pero también lleva tilde diacrítica
otro tipo de palabras.
LECTURA Y ESCRITURA 44
Si Conjunción Si puedo, te llamo.
Si Sustantivo El solista entonó un si.
Sí Pron. Personal Cuando volvió en sí.
Sí Sustantivo El sí se oyó desde el altar.
Sí Adverbio Afirm. Sí, lo haremos.
Adverbio (con valor de “hasta,
Aun (*) Aun los pequeños lo saben.
también, incluso”)
Adverbio (con valor de
Aún Aún lo estamos esperando.
“todavía”)
Solo (**) Adjetivo Se separó y se fue a vivir solo.
Adverbio (con valor de
Sólo Sólo ella sabe la verdad.
“solamente”)
(*) Algunos autores consideran que en la expresión más aun, el adverbio aun, a pesar de
que tiene el valor de “todavía”, no cumple realmente con la función de adverbio de tiempo
que en otros casos, por lo que debería escribirse sin tilde: más aún.
(**) (**) La Real Academia considera superfluo el uso del tilde en la palabra sólo cuando
equivale a “solamente” y recomienda su uso exclusivamente en los casos de anfibología
(posibilidad de que una oración pueda interpretarse de dos maneras distintas), como en el
caso de vine solo a ayudarte en la que no queda claro si esa persona expresa vine solo
(sin compañía) a ayudarte, o bien, vine sólo (únicamente) a ayudarte.
Sólo hay diptongo cuando se juntan las vocales i y u entre sí, o con cualesquiera
de las otras vocales: iu, ui, ia, ai, ie, ei, ua, au, ou, uo, oi, io, ue, eu. Hay que
recordar que el acento ortográfico o tilde no evita el diptongo. Ejemplos: ciudad,
cuidado, viaje, baile, cielo, peine, agua, causa, bou, monstruo, paranoico,
domicilio, bueno, reuma.
La “h” muda colocada entre dos vocales no impide la formación del diptongo.
Ejemplos: sahu-merio; deshau-cio. Por ello, cuando alguna de las vocales deba ir
acentuada, se pondrá tilde como si la “h” no existiera. Ejemplos: vahído, búho,
prohíben, etcétera.
Cuando las vocales cerradas acentuadas (í-ú) van delante o detrás de una abierta
(a-e-o) no se produce diptongo, sino hiato y debe acentuarse la cerrada. Ejemplos:
país, raíz, baúl, ataúd, poesía, dúo, día, tenía.
Las palabras terminadas en ay, ey, oy, uy, no llevan tilde. Ejemplos: virrey,
Uruguay, convoy, etcétera.
Las palabras graves terminadas en diptongo o en dos vocales abiertas, vayan o no
seguidas de n o s final, no se tildan.Ejemplos: patria, delirio, agua, caricia, bacalao,
deseo, canoa; nupcias, fatuos, lidian, corroen, etcétera.
Los infinitivos de los verbos terminados en uir no se tildan. Ejemplos: contribuir,
huir, construir, concluir, etcétera.
Las formas verbales fue, fui, vio, dio no llevan tilde, de acuerdo con la regla
general de acentuación de los monosílabos.
La preposición a y las conjunciones e, o, u no llevan tilde. La única excepción la
constituye la conjunción o manuscrita, cuando va entre números para que, en
lugar de 3 ó 4 no se lea 304.
LECTURA Y ESCRITURA 45
A pesar de que la norma establece que los pronombres este, ese, aquel con sus
femeninos y plurales, en función de sustantivos, deben llevar tilde sólo en caso de
anfibología (expresión que puede prestarse a interpretaciones distintas) el uso ha
impuesto la escritura de estas palabras sin tilde, que, por otra parte, no es
imprescindible. Los pronombres neutros esto, eso, aquello nunca llevan tilde.
Las palabras terminadas en odia, fagia, iasis, cefalia y scopia no llevan tilde.
Ejemplos: parodia, salmodia, antropofagia, aerofagia, elefantiasis, hidrocefalia,
microcefalia, microscopia, radioscopia, rinoscopia, etcétera.
Las palabras terminadas en opía y plejía llevan tilde. Ejemplos: miopía, diplopía,
apoplejía, paraplejía. Excepción: copia.
Las medidas de longitud (metro y sus derivados) llevan tilde. Ejemplos: milímetro,
centímetro, kilómetro, miriámetro. Excepción: metro.
Las medidas de capacidad y peso no llevan tilde. Ejemplos: litro (y sus derivados
decalitro, mililitro, etc.) gramo (y sus derivados decigramo, kilogramo, etc.)
La combinación ui se considera —para la escritura— siempre como diptongo y
sólo llevará tilde cuando lo exija la pronunciación. Ejemplos: jesuita, casuista;
casuístico, benjuí, construí.
Los infinitivos terminados en eír llevan tilde. Ejemplos: reír, freír, engreír.
Las palabras y locuciones latinas se tildan de acuerdo a las reglas ortográficas de
la acentuación española. Ejemplos: accésit, delírium trémens, hábeas corpus,
hábitat, ídem, ínterin, ítem, memorándum, per cápita, quórum, sui géneris, tándem.
Las palabras integradas por formas de voseo —tratamiento regional considerado
correcto por la Real Academia— más pronombre enclítico, mantienen el acento
que normalmente llevan aquellas formas. Ejemplos: avisále (avisá+le), decíme
(decí+me), llamános (llamá+nos) acordáte (acordá+te), etcétera.
Hay algunas palabras que tienen lo que técnicamente se llama hiato creciente, que
se presenta cuando, en un vocablo, deben separarse (“hiato”) una vocal cerrada (i-
u) de una abierta (a-e-o).
Se llama “creciente” se explica porque se pasa de una vocal de menor a otra de mayor
abertura bucal, mientras que cuando se invierte este orden, se transforma en hiato
decreciente.
Como algunos de los términos que poseen esta característica son de uso frecuente, los
hemos incluido en este trabajo.
Ejemplos: diá-lo-go, clien-te, biom-bo, dia-blo, dia-rio, guión, quios-co, via-je, etc. —de
acuerdo con lo definido anteriormente— deberían separarse de la siguiente forma: di-á-lo-
go, cli-en-te, bi-om-bo, di-a-rio, gui-ón, qui-osco, vi-a- je, etc., porque al desunir los
diptongos, estaríamos cumpliendo con lo de hiato creciente.
Por supuesto, esta explicación iría en contra de las enseñanzas que hemos recibido
desde la escuela primaria respecto de la separación en sílabas; por ello, los precedentes
deben ser considerados casos especiales.
LECTURA Y ESCRITURA 46
Siempre que sea posible, las mayúsculas deben tildarse. La creencia que sostiene
que las mayúsculas no llevan tilde está originada en la licencia que se ha otorgado
al periodismo escrito en general, que por una cuestión técnica (imposibilidad —o
casi— de estampar el tilde sobre las vérsales) o estética (más que nada por falta
de hábito) casi nunca ha colocado el tilde sobre esas letras.
En la escritura a mano, por ningún concepto debe omitirse el uso del acento ortográfico
sobre las mayúsculas.
Cuando un vocablo simple entra a formar parte de otro compuesto como primer elemento,
se escribirá sin el tilde que le corresponde como simple. Ejemplos: decimoséptimo
(décimo + séptimo), asimismo (así + mismo), rioplatense (río + platense), pionono (pío +
nono), etcétera.
En los compuestos de dos o más adjetivos separados por un guión, cada elemento
conservará su acentuación ortográfica, si le correspondiere. Ejemplos: ítalo-francés,
teórico-práctica, histórico-biográfica, etcétera.
LECTURA Y ESCRITURA 47
En estos casos, últimamente se ha perdido el uso del guión y suelen escribirse sin él,
aunque durante mucho tiempo se sostenía que el uso de ese signo debería mantenerse
en los casos en que se tratara de “oposición” o “enfrentamiento”, como en conflicto
argentino-británico; guerra palestino-israelita.
Las mayúsculas llevan tilde si les corresponde según las reglas generales. Ejemplos:
África, PERÚ.
Alveolo Alvéolo
Chófer Chofer
Conclave Cónclave
Dinamo Dínamo
Fútbol Futbol
Gladíolo Gladiolo
Medula Médula
Olimpiada Olimpíada
Omóplato Omoplato
Ósmosis Osmosis
Pabilo Pábilo
Pentagrama Pentágrama
Período Periodo
Reuma Reúma
austriaco austríaco
policiaco policíaco
Zodiaco Zodíaco
amoniaco amoníaco
cardiaco cardíaco
LECTURA Y ESCRITURA 48
Hay también doble acentuación en los presentes de indicativo de algunos verbos. Se
indica, como de costumbre la pronunciación recomendada en primer lugar (sólo se indica
la primera persona):
afilio afilío
auxilio auxilío
concilio concilío
expatrio expatrío
glorio glorío
vanaglorio vanaglorío
extasío extasio
Aquí están incluidas una serie de palabras que se acentúan de dos formas diferentes,
aunque la Real Academia sólo considera como correcta una de ellas. En la primera
columna, la forma correcta; y en la segunda, la incorrecta:
libido líbido
Intervalo intérvalo
Mondariz Mondáriz
Trevélez Trévelez
Nobel Nóbel
accésit áccesit
cenit cénit
coctel cóctel
elite élite
fútil Futil
Sáhara Sahara
méster mester
Los verbos cuyo infinitivo termina en -cuar o -guar llevan diptongo en la sílaba final. Por
tanto, del verbo evacuar la conjugación da e-va-cuo y no e-va-cú-o. Las únicas
excepciones a esta regla son los verbos licuar y promiscuar, que aunque con diptongo en
el infinitivo, producen hiatos en la conjugación (aquí sí que es válido li-cú-o).
El resto de los verbos que terminan en -uar, aún llevando diptongo en la sílaba final,
producen hiatos en la conjugación y se dirá ha-bi-tú-o y no ha-bi-tuo.
LECTURA Y ESCRITURA 49
apoteótico/apoteósico: figuradamente significa deslumbrante. Se prefiere la primera
forma.
austríaco/austriaco: se prefiere la primera forma.
cardíaco/cardiaco: se prefiere la primera forma. Es incorrecto decir que alguien murió por
un paro cardíaco, porque ésa es la causa de la mayoría de las muertes, aún cuando el
paro haya sido motivado por otra causa (insuficiencia renal, pérdida de sangre). En
ocasiones se confunde “paro cardíaco” con “infarto mortal”.
compartimiento/compartimento: se prefiere la primera forma. concertar: significa pactar,
concordar.
concesionario
conmemoración: se conmemoran los hechos o acontecimientos. En cambio se celebran
los aniversarios.
conciencia/consciencia: se prefiere la primera forma, pero los siguientes derivados se
escriben con “sc”: inconsciencia, consciente, inconsciente. concejo/consejo: la primera
significa ayuntamiento, municipio. Sesión celebrada por los integrantes de un concejo.
Ejemplo: Concejo Deliberante. El segundo término significa órgano colegiado con la
función de informar al Gobierno o a la Administración sobre determinadas materias.
Ejemplo: Consejo Consultivo. concejal/concejala: masculino y femenino. Miembro del
Concejo Deliberante. consenso: acuerdo producido por consentimiento entre todos los
miembros de un grupo o entre varios grupos.
conservadurismo/conservadorismo: se prefiere la primera forma. consiliario/ria: masculino
y femenino. Miembro del consejo universitario. Persona que aconseja o sirve para
aconsejar.
consistorio: junta o consejo que celebra el Papa con asistencia de los cardenales de la
iglesia católica.
contrarreloj: se escribe como una sola palabra. Además, como toda unión de dos palabras
en las que el segundo vocablo comienza con “r”, ésta se duplica cuando va entre vocales
para mantener el sonido “erre”.
convalecencia
cotidianidad/cotidianeidad: condición de cotidiano. Se prefiere la primera forma.
égida: se escribe con “g” y tilde. Significa protección, defensa. ejido: se escribe con “j” y
sin tilde. Significa radio municipal. elite: minoría selecta o rectora.
elixir/elíxir: piedra filosofal. Medicamento o remedio maravilloso. Licor compuesto de
diferentes sustancias medicinales. Se prefiere la primera forma. esencia
escena escepticismo
excitar y sus derivados. Ejemplo: excitación.
excelente y sus derivados. Ejemplos: excelencia, excelentísimo. fascinación
garaje: se castellanizó según la regla (las palabras terminadas en “aje” se escriben con
“j”). Excepciones: ambages (rodeos de palabras o circunloquios), enálage (figura retórica).
hemiplejia/hemiplejía: se prefiere la primera forma.
idiosincrasia: se escribe con “s” porque es una excepción a la regla del uso de la “c” en
palabras terminadas en “acio, acia, icia, icie, icio”. Otras que no siguen la regla son:
potasio, eutanasia, gimnasia y algunas personas del verbo “lisiar”. inadvertido: significa
que algo o alguien no es observado o notado. Es
incorrecto decir que “algo o alguien pasó desapercibido”, ya que el significado de este
término es “sin prevención o disposición”. Lo correcto es decir que “algo o alguien pasó
inadvertido”.
inadmisible: que no es admisible. inamisible: que no se puede perder.
independentista: no lleva “i” después de la segunda “d”. Se refiere al movimiento que
reclama independencia política.
ínterin: no ínterin.
LECTURA Y ESCRITURA 50
lívido/a: significa amoratado o intensamente pálido.
meteorología: no meteoreología, ya que es la ciencia que trata de la atmósfera y de los
meteoros.
metrópoli: sin “s” final. Es incorrecto, además, usar esta palabra como sinónimo de Capital
Federal. Tiene plural: metrópolis.
paradójico: se escribe con “j”, ya que deriva de “paradoja”. período/periodo: se prefiere la
primera forma.
percusión: se escribe con “s”. Un derivado es “percusor”: el que hiere. Voz usada en
derecho canónico. No confundir con “precursor”.
persecución: la mayoría de las palabras terminadas en “ción” se escriben con “c” si tienen
derivados en “do” y “tor”. Ejemplo: persecutor.
presunción: derivado de “presunto”.
quiosco: se escribe con “q” todas las palabras castellanas que también pueden escribirse
con “k”. ejemplos: quimono, querosén, salvo kilo y sus derivados: kilogramo, kilómetro.
quizá/quizás: se aceptan las dos formas.
reír, sonreír, freír, sofreír, oír, desoír: los infinitivos terminados en “eír” y “oír” llevan tilde.
sucinto: breve.
sustituir, obstruir, excluir, huir, contribuir, constituir, excluir: los infinitivos terminados en
“uir” se escriben sin tilde, pero llevan acento ortográfico las formas del pretérito perfecto
simple y del pretérito imperfecto del modo indicativo. Ejemplos: sustituí, sustituía,
contribuí, contribuía.
santiguar, atestiguar, amortiguar, apaciguar, adecuar, licuar, evacuar: los verbos cuyos
infinitivos terminan en “guar” y “cuar” diptongan en su conjugación. Ejemplos: santiguo,
adecuo, atestiguo, amortiguo, apacigua, licua, evacua. En cambio, se acentúan al
conjugarse los verbos “actuar, evaluar, acentuar, atenuar, continuar, desvirtuar, insinuar,
puntuar, situar”. Ejemplos: actúa, desvirtúa, evalúo.
exhalar
exhalación
inhalar
inhalación
exhausto
exhaustivo
exhibir
exhortar
exhorto
exhumar
inhumar
Exonerar
Exorbitante
Exorcismo
Exorcizar
Exornar
Exótico
Exuberante
LECTURA Y ESCRITURA 51
3.2.13. Palabras con “x” entre vocales
execrar
exención
exento
exequias
exigir
exiguo
exiliar/exilar: se prefiere la primera forma
exiliado/exilado: se prefiere la primera forma
eximir
eximio
éxito
Cuando las oraciones tienen sentido interrogativo o exclamativo (directo: entre signos o
indirecto: sin signos), las palabras “dónde, cuándo, cómo, qué, quién, cuál, cuán” son
tónicas y llevan tilde. Estos vocablos cuando no tienen significación interrogativa o
exclamativa no se acentúan ortográficamente.
LECTURA Y ESCRITURA 52
Palabra Clase de palabra Ejemplo
cuál/es pronombre interrogativo ¿Cuál es el mío?
cuál/es pronombre exclamativo ¡Cuál elijo!
cuál/es pronombre interrogativo indirecto Averigüe cuál es.
cual pronombre relativo Tal cual me lo dijeron.
El pronombre relativo (que, cual, quien, cuyo) es otro de los escollos que es preciso tener
en cuenta, para evitar las frases sobrecargadas de “que”.
Ejemplo:
He visto a tu hermano que me dio noticias de tu tía que está mal desde el día del
accidente que tuvo cuando iba a la reunión que se celebró el viernes pasado.
La frase transcrita es “horrible”, pero no tan infrecuente como pudiera suponerse. Sin
embargo, conviene efectuar una ligera recapitulación gramatical antes de exponer las
reglas fundamentales que servirán para evitar el abuso del relativo.
Ejemplos:
LECTURA Y ESCRITURA 53
El hombre que asaltó la casa.
Quien da pan a perro ajeno...
Ejemplo:
En la mayoría de los casos equivale a un demostrativo. Así, “Las estrellas son otros tantos
soles; éstos brillan con luz propia...”, se convierte en: “Las estrellas son otros tantos soles
que brillan con luz propia...”.
Ejemplos:
Hay que tener mucho cuidado con el uso de “que” a lo francés. Es incorrecto. Así, no
debe decirse: “allí fue que por vez primera vi el mar.” Debe escribirse: “allí fue donde por
vez primera vi el mar.” Otra expresión frecuente: “De este modo fue que se hizo rico”. Lo
correcto es: “De este modo fue cómo se hizo rico.”
El abuso del pronombre relativo puede hacer caer en el equívoco, en las incorrecciones, y
es causa de pesadez en la lectura.
3.3.2. Equívocos
Ejemplos:
Le envío a usted una liebre con mi hermano, que tiene las orejas cortadas.
(¿Quién tiene las orejas cortadas? ¿La liebre o mi hermano?)
He visto el coche del médico, que está hecho una birria. (¡Pobre médico!)
Conozco mucho a Pablo, el hijo de María, que viene mucho a casa. (¿Quién
viene? ¿Pablo o María?)
3.3.3. Incorrecciones
LECTURA Y ESCRITURA 54
Finalmente, el abuso del relativo es causa de pesadez, aunque no ocasione equívocos ni
incorrecciones; sobre todo por la cacofonía que supone la repetición de palabras
guturales: que, del que, cual, al cual, etc.
Ejemplo:
En vez de escribir “el general que liberó la ciudad”, podemos poner: “el general,
liberador de la ciudad”.
Ejemplo:
“Un padre que perdona fácilmente a su hijo.” Sustitución: “Un padre indulgente
para su hijo.”
Ejemplo:
En vez de “las hojas secas que hay en el bosque”, se puede escribir “las hojas
secas del bosque”.
Ejemplo:
En lugar de “Una prueba que confirma mis sospechas”, se puede escribir “una
prueba en apoyo de mis sospechas”.
Son los adjetivos que señalan la cualidad del sustantivo “en grado sumo”, pero sin
establecer ninguna comparación, por lo que se pueden usar para decir Einstein era
inteligentísimo; la Argentina es muy extensa. Para formar el superlativo hay que aplicar
las siguientes normas:
LECTURA Y ESCRITURA 55
Anteponer al adjetivo positivo cualquiera de estas palabras:
Ejemplos: el río Nilo es el más largo del mundo; San Martín es el menos
cuestionado entre nuestros próceres.
Existen algunos adjetivos que han heredado formas propias del latín para la formación de
“comparativos y superlativos”.
LECTURA Y ESCRITURA 56
Numerales: tres, quinto, dozava, vigésima, etcétera.
Los terminados en “i” tónica, “uo” y “eo” átonas: baladí, carmesí, fatuo, arduo,
férreo, ígneo, etcétera.
acre acérrimo
antiguo antiquísimo
ardiente ardentísimo
áspero asperísimo, aspérrimo
benéfico beneficentísimo
benévolo benevolentísimo
bueno bonísimo, buenísimo
caliente calentísimo
católico catolicísimo
célebre celebérrimo
cierto ciertísimo
cruel crudelísimo
enemigo enemicísimo
ferviente ferventísimo
fiel fidelísimo
floreciente florentísimo
fuerte fortísimo
grueso grosísimo
incierto incertísimo
inicuo iniquísimo
íntegro integrísimo
libre libérrimo
magnífico magnificentísimo
mísero misérrimo
negro negrísimo
noble nobilísimo
nuevo novísimo, nuevísimo
parco parcísimo
pío piísimo
pobre pobrísimo, paupérrimo
pulcro pulquérrimo
reciente recentísimo
sabio sapientísimo
sagrado sacratísimo
salubre salubérrimo
simple simplísimo, simplicísimo
templado temperatísimo
tierno tiernísimo
valiente valentísimo
LECTURA Y ESCRITURA 57
3.5. Uso y abuso de las palabras: cosa, algo, esto y eso
La palabra cosa se emplea cada día más. Se vive en pleno “cosismo”. Precisamente
porque se tiende a lo fácil, dicho vocablo está en todo su apogeo. En efecto, todo es cosa
en este mundo, tomada la palabra en el sentido más amplio posible. Cosa es un armario,
es un lápiz, es... todo. Así, no es extraño hablar con frecuencia de “la cosa romántica”, “la
cosa poética”, “la cosa del ambiente”, etc.
Cosa es probablemente la palabra de sentido más vago, más impreciso, el vocablo más
vulgar y trivial de la lengua.
Contra el abuso actual de cosa, conviene esforzarse un poco para sustituir tan
insustancial palabra por otra más precisa.
Todo lo dicho vale salvo que, por razones particulares, se tenga interés en la vaguedad
del vocablo cosa.
Ejemplo:
La humildad es una cosa muy rara. La humildad es una virtud muy rara.
A continuación unos cuantos casos en que resulta correcto el empleo de algo y otros en
que conviene sustituirlo por otra palabra de sentido más preciso:
“Esta historia tiene algo trágico”. Aquí conviene precisar más. Y podría ser: “Esta
historia tiene un sentido trágico”; o bien: “Esta historia tiene un argumento trágico”.
“En este párrafo hay algo que no entiendo”. Puede ser correcto si nos referimos al
sentido del párrafo; pero si nos referimos a una frase concreta, mejor sería decir:
“En este párrafo hay una frase que no entiendo”.
Otras veces no se trata de sustituir la palabra algo, sino de suprimirla. Es lo que sucede
casi siempre que se emplea algo seguido de un adjetivo. En estos casos, basta con
suprimir el pronombre indefinido y sustituir o no el adjetivo por un sustantivo, según los
casos.
LECTURA Y ESCRITURA 58
Ejemplo:
Los pronombres demostrativos esto y eso, por influencia francesa, se han introducido en
nuestro idioma. Pero la frase queda más elegante, más española, si sustituimos dichos
pronombres por el relativo o por el adjetivo demostrativo seguido de un sustantivo.
Ejemplo:
La palabra “sino” se escribe como un solo término cuando cumple las siguientes
funciones:
La expresión “si no” se escribe separada cuando es una conjunción condicional más un
adverbio de negación.
Una forma práctica para saber si los dos vocablos van juntos o separados es intercalar
entre ellos alguna palabra.
Ejemplo: Si tú no vienes…
´
LECTURA Y ESCRITURA 59
3.7. Otras normas ortográficas
Se emplea la “b” en todas las formas verbales cuyo infinitivo termine con el sonido
bir- Ejemplos: recibir, concebir, prohibir.
Los verbos conjugados en pretérito imperfecto del modo indicativo, siempre que
pertenezcan a la primera conjugación, y el verbo “ir”. Ejemplos: cantaba, iban.
Las sílabas “bur”, “bus”, “bu” en posición inicial o interior de la palabra. Ejemplos:
burlesco, embuste, buche.
Las palabras que comienzan con “bi”, “bis”, “biz”, con significado dos o doble.
Ejemplos: bicicleta, bicolor, bizcocho.
Las palabras que comienzan con “bio”, que significa vida. Ejemplos: biografía,
biograma. También aquellas que contengan “bio” en posición interior. Ejemplos:
simbiosis, antibióticos.
Los prefijos “vice”, “viz”, que significan “sucesor” o “en lugar de”. Ejemplos:
vicepresidente, vizconde.
Los vocablos que comienzan con “lla”, “lle”, “llo”, “llu”. Ejemplos: llavero, llevó,
llover, lluvia.
Se escriben con “c” todos los plurales y derivados de las palabras que se escriben
con “z”, siempre que les sigan las vocales e, i. Ejemplos: arroz-arroces, voz-
vociferar, atroz-atrocidad.
LECTURA Y ESCRITURA 60
Los verbos cuyos infinitivos terminen en “zar” cambian la “z” por “c” delante de “e”;
lo mismo se aplica a las palabras derivadas. Ejemplos: avanzar-avancen-avance,
cazar-cacé–cacería.
Llevan “s” todas las voces terminadas en “ersa”, “erse”, “erso”. Ejemplos:
viceversa, someterse, adverso.
Se escriben con “z” las terminaciones “azo”, “aza”, que dan idea de aumentativo o
de golpe. Ejemplos: martillazo, manaza.
Las inflexiones de los verbos terminados en “acer”, “ecer”, “ocer”, “ucir”, delante de
“c” radical. Ejemplos: reducir-reduzco, conocer-conozco, ofrecer-ofrezco, nacer-
nazco.
Se escriben con “g” las palabras que terminan en “gio”, “gia”, “gión” y derivados
(ver uso de la “j”, palabras que terminan en “jía”). Ejemplos: arpegio, religión,
logia.
Las palabras que comiencen con el prefijo “long”. Ejemplos: longevo, longitud.
Las palabras que comiencen con el prefijo “gel”. Ejemplos: gélido, gelatina.
LECTURA Y ESCRITURA 61
3.7.7. Uso de la “j”
Llevan “j” las palabras que terminan en “aje”, “eje”. Ejemplos: paisaje, hereje.
Excepciones: ambages
Palabras que terminan en “jía” (ver uso de la “g”, palabras que terminan en “gia”).
Ejemplos: herejía, apoplejía.
Las voces en que interviene el sonido fuerte “ja”, “jo”, “ju”. Ejemplos: jarro, joroba,
jurado.
Verbos terminados en “ger”, “gir”, que cambian “g” por “j” delante de a/o.
Ejemplos: dirigir-dirijo, proteger-proteja.
Llevan “h” las palabras que comienzan con los diptongos “ue”, “ie”, “ui”, “ia”.
Ejemplos: hueco, hiena, huidizo, hiato.
Señala la mayor pausa sintáctica y que la entonación debe ser descendente en la última
palabra pronunciada. Se lo emplea al final de la oración para indicar que lo que precede
tiene sentido completo. A continuación, debe iniciarse la escritura con mayúscula.
Punto final: Indica que lo que precede tiene sentido completo. Ejemplo: Es todo lo
que tengo para decir, afirmó.
Ejemplos:
LECTURA Y ESCRITURA 62
El abecedario de un idioma es la representación gráfica del conjunto de fonemas
usuales.
Ejemplo:
También puede presentarse entre las letras de las siglas; aunque no existe
uniformidad respecto del uso del punto en las siglas, ya que algunos propician no
utilizarlo, dando origen, de esta manera, a palabras como cegeté, ucedé (de
C.G.T. y U.C.D., respectivamente).
Ejemplo:
El ministro respondió que “de ese tema se está ocupando el señor Presidente”.
Luego de responder, el funcionario abordó el auto (que lo esperaba con el motor
en marcha).
Ejemplo:
En las llamadas —que puede ser un número o una letra volada entre paréntesis—
el signo debe ir antes y no después del punto.
Ejemplo:
LECTURA Y ESCRITURA 63
3.8.2. Coma (,)
Señala la más breve de las pausas en el interior de una oración, y la entonación puede
ser descendente o ascendente, según la necesidad del hablante.
Ejemplos:
- Aposiciones explicativas.
LECTURA Y ESCRITURA 64
- Proposiciones adjetivas explicativas.
Se usa después de los enlaces: esto es, es decir, o sea, en fin, por último, por
consiguiente, sin embargo, por lo tanto, en tal caso, en cambio, en primer lugar y
también, a veces, después de adverbios o locuciones adverbiales como
generalmente, efectivamente, fundamentalmente, por regla general, quizás, en
definitiva, colocados al principio de una oración.
Debe evitarse la separación de sujeto y predicado con la coma, a excepción de los casos
mencionados y en lo que media un inciso aclaratorio más o menos extenso entre sujeto y
predicado.
LECTURA Y ESCRITURA 65
La medicina preventiva, como ya quedó apuntado, permitirá evitar
Forma correcta:
la enfermedad.
Cuando el cargo es una denominación muy extensa, se debe colocar primero el nombre
de la persona y luego el cargo. El uso de la coma debe responder a lo expresado
anteriormente.
Indica una pausa menor que el punto, mayor que la coma y un descenso en la
entonación, pero, a diferencia del punto, esta pausa y este descenso solo suponen un
descanso que separa dos miembros de la oración.
Ejemplo: Cada uno de los grupos preparará un taller: el primer grupo, el taller de
cerámica; el segundo, el taller de telares; el tercero, el taller de costura.
LECTURA Y ESCRITURA 66
Ejemplo: Su discurso estuvo muy bien construido y fundamentado sobre sólidos
principios; pero no consiguió convencer a muchos de los participantes en el
Congreso.
Es una pausa que enuncia algo a continuación. Luego de los dos puntos, se puede
comenzar a escribir con, mayúscula o minúscula, indistintamente, salvo que el texto que
sigue a los dos puntos sea una cita textual.
Antes de una cita textual o palabras textuales, salvo cuando éstas se hilvanan con
la redacción. A continuación debe ir mayúscula.
Ejemplo: Debemos extremar las precauciones para evitar el uso de las drogas
entre los adolescentes: es mejor prevenir que curar.
Son siempre tres (y no cinco) y sirven para indicar que el texto se ha suspendido o ha
quedado momentáneamente interrumpido.
Ejemplo: Todos fueron revolucionarios: Galileo, Julio César, Lenin, Gandhi, Jesús,
Castro…
LECTURA Y ESCRITURA 67
Ejemplo: “No puedo decidirme… pero, bueno, creo que iré”, respondió el
entrevistado.
Tras los puntos suspensivos no se escribe nunca punto. Sin embargo, sí pueden
colocarse otros signos de puntuación, como la coma, el punto y coma y los dos puntos.
Los signos de exclamación (¡!) -que no deberían ser llamados de admiración- sirven para
expresar distintas clases de sentimiento: alegría, pena, dolor, admiración, sorpresa,
desprecio, etcétera.
Ejemplos:
LECTURA Y ESCRITURA 68
3.8.6.1. Uso de los signos de interrogación y exclamación
Ejemplo: Sonia, ¿has decidido qué vas a hacer? ¿Has decidido qué vas a hacer,
Sonia?
Es obligatorio colocar los signos de apertura (¿¡) y de cierre (!?). Es un error muy
común, en medios gráficos, colocar los signos de interrogación exclusivamente al
iniciar la oración, cuando, en realidad, la pregunta propiamente dicha se formula
en medio de la oración.
En algunos casos, se puede abrir la oración con un signo y cerrarla con otro,
expresando de este modo una combinación de interrogación y exclamación.
Ejemplos:
Uno de los signos encerrado entre paréntesis (?) significa “duda o incredulidad”; el
otro, (!) expresa “asombro”.
LECTURA Y ESCRITURA 69
Ejemplos:
Llegó desde el centro en tres minutos (?). Dijo que se consideraba Dios (!).
Ejemplos:
¿¿¿Qué???
¡¡¡Fuera, he dicho!!!
Los puntos suspensivos podrán ir antes o después del cierre de signo, según lo
requiera el sentido de la oración.
Ejemplos:
Ejemplos:
3.8.7. Paréntesis ( )
No debe usarse para encerrar errores, con el objeto de evitar una tachadura en el
discurso escrito. Se recomienda usar comas en su lugar, a menos que se trate de
oraciones que no pertenecen al contexto de lo que expresa el autor o sean estrictamente
aclaratorias.
Ejemplos:
Esa mañana, nos levantamos muy temprano (no queríamos llegar tarde) y nos dirigimos
al aeropuerto.
LECTURA Y ESCRITURA 70
Las nuevas políticas cerealeras apuntan a la liberalización de los precios (tanto a nivel
rural como en el plano comercial).
En los textos de las obras de teatro, se usan para indicar actitudes y posiciones a
los actores.
Para intercalar algún dato o precisión: fechas, lugares, significado de siglas, autor,
etcétera.
Es una pausa menor que el paréntesis. Se usa en los casos en que una aclaración podría
ir entre comas, pero el uso de la raya refuerza y diferencia esa aclaración del resto del
texto con toda claridad.
Ejemplo:
— Sé que hoy va a llamar.
— ¿De quién estás hablando?
LECTURA Y ESCRITURA 71
Encierra oraciones intercaladas dentro del diálogo.
Hay casos en los que se utiliza coma a continuación del guión, esto sucederá
solamente cuando la presencia de la coma sea imprescindible, aun en ausencia
Es un signo más corto que la raya y sirve para separar palabras o sílabas.
Para separar en sílabas una palabra al final de una línea. Debe colocarse después
y no debajo de la última letra del renglón.
Se lo utiliza sobre la letra “u” en las sílabas güe-güi para indicar que debe
pronunciarse.
LECTURA Y ESCRITURA 72
En poesía, separa dos vocales que forman diptongo, agregando una sílaba al
verso.
Ejemplos:
08/11/69
22/04/96
Ejemplos:
100 km/h (cien kilómetros por hora).
300 m/s (trescientos metros por segundo).
3.8.12. Corchetes ([ ])
Ejemplos:
Ella afirmó que “la ropa [lucía un hermoso vestido rojo] la diseñaba ella misma”.
Todos los periodistas se preocupan por expresarse correctamente (aunque unos pocos
[sobre todo en televisión] no lo demuestren) y yo, siempre que pueda, trato de ayudarlos.
3.8.13. Comillas (« “ ” ‘ ’ »)
Se usan siempre en pares (para abrir y para cerrar), pueden ser simples (‘) o dobles (“) y
las hay de dos clases: latinas o españolas (« ») e inglesas (“ “).
Cuando en un texto existe la necesidad de abrir varias veces las comillas, debe
observarse el siguiente orden:
LECTURA Y ESCRITURA 73
Primero, las comillas españolas dobles; luego las inglesas —también dobles— y
finalmente, las simples. Este orden se invierte en el momento de cerrarlas.
Ejemplo: «En ese orden de cosas, algunos “privilegiados que fueron invitados a asistir
‘como veedores’ a las pruebas”, manifestaron su interés por los resultados».
Ejemplo:
“No soy culpable de nada, y por eso estoy completamente tranquilo.
“Sólo espero que el proceso termine pronto y pueda volver a mi país”, aseguró
el deportista.
Ejemplo:
Al finalizar, el ministro consignó: “No hemos llegado al cargo para no cambiar
nada” (…) “porque la reforma de las viejas estructuras es un reclamo de toda la
sociedad”.
Ejemplo:
“Los días soleados –comentó Silvia- me encantan”.
- Para indicar que una palabra o expresión es impropia, vulgar o que es utilizada
irónicamente para destacar una palabra; en este caso, usar negrita o itálica.
Ejemplo:
Últimamente está muy ocupado con sus “negocios”.
LECTURA Y ESCRITURA 74
Destacar alguna palabra o expresión, según la intención del autor. Puede ser
también un neologismo o un extranjerismo.
Ejemplo:
¿Por qué no se lo pedís a “tu cuñadita”? Nos invitaron a pasar el “weekend”.
Ejemplos:
Se publicó en “Clarín”.
El nuevo número de “El Gráfico”.
Ejemplo: Enervar, contra lo que muchos creen, significa ‘quitar las fuerzas’.
La coma, el punto y coma y los dos puntos van siempre fuera de las comillas que
encierren el texto entrecomillado, lo mismo que en ausencia de signos de puntuación.
LECTURA Y ESCRITURA 75
Si las comillas se abren al comenzar el texto, el punto irá antes de las comillas.
Si las comillas se abren luego del comienzo del texto, el punto final deberá ir después de
las comillas.
Cuando las comillas se abren a continuación de los dos puntos, el punto final deberá ir
después del cierre de comillas.
Ejemplos: Me preguntó, “¿Le dijiste la verdad?”. Y ella pidió “¡no mientan más!”.
Ejemplos:
Sirve para señalar la existencia de una explicación o nota que va al pie de la página y
siempre aparece entre paréntesis: (*)
Suele utilizarse también una cifra con la misma función (¹, ², ³...), y en un texto pueden
aparecer más de uno.
Existen, finalmente, otros signos (párrafo o parágrafo, calderón y manecilla) que han
caído en desuso, ya sea porque han sido desplazados por los más habituales o porque
carecen de representación en los modernos teclados de las computadoras.
LECTURA Y ESCRITURA 76
3.9. El verbo
La función principal del verbo en la frase es la de afirmar algo acerca del sujeto.
El verbo es la palabra por excelencia, que expresa el juicio mental incluyendo sus dos
términos esenciales: el predicado y el sujeto. Así, en la forma verbal leo está contenida la
idea de leer más la del sujeto que lee, yo.
Así como los sustantivos designan los objetos, y los adjetivos las cualidades de estos
objetos, está en el verbo la expresión de los cambios, movimientos, alteraciones de estos
mismos sujetos en relación con el mundo exterior.
Los verbos son unas formas especiales del lenguaje con las que pensamos la realidad
como un comportamiento del sujeto. Pero dicha realidad puede ser una “acción”: el avión
vuela, el caballo corre; puede ser “inacción”: aquí yace un desdichado; un “accidente”: ya
caen las hojas; una “cualidad”: le blanquea el cabello, etcétera.
Los objetos no están inertes, no son algo estático, reducido a sus solas cualidades. La
vida es movimiento, continua actividad, dinamismo. Por eso, las palabras con que se
designan las cosas interesan por su dinámica.
Así, el perro corre, bebe, ladra, muerde, come, duerme; el niño mama, llora, duerme,
habla, chilla.
Estas palabras, corre, come, duerme, mama, son las que dicen cómo viven las cosas, los
objetos, los seres; expresan el movimiento, el cambio, las alteraciones de tales cosas en
el mundo.
Pues bien, las palabras que expresan lo que les ocurre a las cosas son los verbos.
Expresado de otro modo: si el verbo, en una oración gramatical expresa lo que le pasa al
sujeto, fácilmente se comprende que para saber cuál es el sujeto de una frase, bastará
con preguntar al verbo “quién” o “qué cosa” realiza la acción.
Según se trate de una persona o de un animal; o bien de algo inanimado: una cosa o un
concepto abstracto. La respuesta nos dará el sujeto de la oración.
Ejemplos:
LECTURA Y ESCRITURA 77
3.9.2. Verbos transitivos e intransitivos Irregularidades verbales
Si se dice Caín mató a Abel, el verbo matar es aquí transitivo porque la acción de matar
pasa del sujeto al complemento, al objeto (de Caín a Abel). En cambio, si se dice, la
alegría repentina mata, aquí el verbo matar no hace referencia a ningún objeto, la acción
termina en el verbo, no pasa a un complemento. En el primer caso, matar es transitivo; en
el segundo, intransitivo.
En realidad, casi todos los verbos pueden ser transitivos o intransitivos. Depende de que
lleven o no complemento directo. No obstante, hay algunos verbos que sólo son
intransitivos porque su significado es completo siempre, sin necesidad del complemento
directo (nacer, brillar, palidecer, enrojecer, fluir). Otros, en cambio, casi nunca se emplean
sin complemento porque, sin él, parece que no tienen significado alguno (hacer ruido,
hacer calor, dar gritos, dar limosna).
Ejemplos:
Mi padre canta muy bien. (Intransitivo.)
Mi padre cantó una melodía muy bella. (Transitivo)
Se llaman verbos regulares aquellos que no alteran los sonidos de su radical y reciben en
cada tiempo y persona la misma desinencia que su modelo.
Ejemplo: El verbo medir tiene la raíz med-; en la primera persona del presente la
conjugación es mido, por lo tanto, se alteró el radical que en lugar de ser med-, es
mid- Esa es la irregularidad.
Ejemplo: El verbo caber tiene como modelo al verbo temer. El pretérito indefinido
del modo indicativo de temer es temí; por lo tanto, el de caber debería ser cabí y,
se sabe, que es cupe. Esa es la irregularidad.
Los verbos regulares modelos son amar, temer, partir y sus desinencias son las que hay
que seguir para considerar la irregularidad de un verbo.
LECTURA Y ESCRITURA 78
entonces el verbo es regular. Pero, basta una irregularidad en una sola persona de un
solo tiempo, ya sea en el radical o en la desinencia, para que todo el verbo sea
considerado irregular.
Ejemplo: El verbo mentir debe seguir las desinencias de partir, además de mantener su
raíz ment-, para ser considerado regular. Pero, al conjugarlo en la primera persona del
presente, notamos que miento cambia su raíz ment- por mient-. Esa es su irregularidad,
aunque en otros tiempos vuelva a su radical primitivo.
- Otros verbos: conocer, caber, estar, haber, caer, poder, saber, tener, traer,
pedir, conducir, sentir, decir, oír, etcétera.
- Otros verbos: dar, estar, hacer, poder, querer, saber, dormir, ir, etcétera.
- Otros verbos: saber, decir, venir, tener, satisfacer, pedir, valer, etcétera.
adecuar: es un verbo regular que se conjuga como licuar y santiguar. Estos verbos
terminados en “cuar” y “guar” diptongan en su conjugación. Ejemplos: adecuo, santiguo.
LECTURA Y ESCRITURA 79
adolecer: equivale a padecer y no a carecer. Ejemplo de mal uso: Distintos barrios de
Córdoba adolecen de falta de agua. Debió decir: Distintos barrios de Córdoba carecen de
agua potable.
apretar: es un verbo irregular que, como acertar, cerrar y quebrar, diptonga la “e” de la
raíz en “ie” (las tres personas y las tres personas del plural, el presente de los modos
indicativo, subjuntivo e imperativo). Ejemplos: aprieto, acierto, cierro, quiebro.
asolar: significa destruir, arruinar, arrasar. Es un verbo irregular que se conjuga como
contar. Ejemplo: El tornado asuela la ciudad de San Francisco. Con el significado de
secar los campos por el calor o la sequía es un verbo regular.
Ejemplo: Las altas temperaturas asolaron los campos.
calefaccionar: este verbo se utiliza en Argentina, Chile y Uruguay. Son preferibles las
formas calentar, caldear o templar.
competer/competir: el primer significa corresponder, pertenecer, incumbir. Ejemplo: Este
asunto no le compete. Competir es rivalizar, contender. Es un verbo irregular (compito,
compitieron). Ejemplo: Compiten en la prueba dos nadadores.
computarizar/computadorizar: las dos formas son aceptadas por la Real Academia
Española, aunque tiene mayor frecuencia de uso el primero de los términos, por ser un
vocablo más corto.
coligarse: unirse con otra persona para algún fin. Existe también la forma “coaligarse” con
el mismo significado, influenciado por el vocablo “coalición”, como sinónimo de
confederación, liga, unión.
colisionar: chocar con violencia.
concitar: significa instigar a alguien contra otra persona. 2. Excitar inquietudes y
sediciones en el ánimo de los demás. 3. Reunir, congregar. Si se quiere señalar que algo
despertó el interés, debe escribirse “suscitar” o, simplemente, indicar que despertó el
interés.
confiscar/expropiar: el Estado confisca bienes particulares cuando no los indemniza, y si
los compensa, los expropia.
constituir: la combinación “ui” será considerada en todos los casos como diptongo. Así
que se escribirán “constituido, construido, destruido, huida, fluido, altruismo, jesuita,
casuista”. Sólo llevarán acento ortográfico en la segunda de las débiles, en los casos en
que lo requieran palabras como “benjuí”, “casuístico”, “jesuítico”.
culminar: dar fin a una tarea. Llegar al grado más elevado o significativo.
deber/deber de: el primero (deber) seguido de verbo infinitivo significa obligación.
Ejemplo: La reunión debe concluir hoy. El segundo (“deber de” más infinitivo) expresa
probabilidad, suposición. Ejemplo: El ministro debe de estar enfermo.
desmentir: significa “decir a alguien que miente” y “sostener o demostrar la falsedad de un
dicho o hecho”. Por ende, implica la acusación de mentiroso. Prefiera los verbos “negar”,
“refutar” o “contradecir”.
detectar: descubrir la existencia de algo que no era patente. Por lo tanto, no es sinónimo
de “observar”.
detentar: retener lo que legítimamente no le pertenece, ejercer sin derecho algún poder o
cargo público. Por lo tanto, no significa “poseer”, sino “poseer sin derecho”. Ejemplo: El
Campeón detentó el título es incorrecto, pero sí se admite la expresión El Dictador detenta
el poder.
disentir: no ajustarse al sentir o parecer de alguien. En general, se usa con la preposición
“de”. Ejemplo: El Presidente disentía de los ministros. También puede usarse con la
preposición “en”, cuando se refiere a un asunto o tema. Ejemplo: el Presidente disentía en
política.
distender: en sentido figurado significa aflojar, relajar, disminuir la tensión. En medicina,
causar una tensión violenta en tejidos o membranas.
LECTURA Y ESCRITURA 80
elegido/electo: participio regular (elegido) forma tiempos compuestos. Ejemplo: Fue
elegido el deportista del año. El participio irregular (electo) tiene sólo valor de adjetivo.
Ejemplo: El presidente electo.
elucubrar: elaborar una divagación complicada y con apariencia de profundidad. enervar:
debilitar, quitar las fuerzas. En su tercera acepción, el Diccionario de la Real Academia
Española indica poner nervioso. En lo posible, se aconseja evitar su uso para no incurrir
en confusiones, ya que los significados son opuestos. enfatizar: significa poner énfasis en
la expresión de algo; por lo tanto, no significa “aclarar”, “insistir”, “subrayar”.
enredar: es un verbo regular, en cuyas formas conjugadas la “e” de la raíz no diptonga.
Ejemplo: enredos, enredo.
entrenar: preparar, adiestrar personas o animales, en especial para la práctica de un
deporte. Por eso, los deportistas no entrenan, se “entrenan” (verbo usado como
pronominal); quien entrena es el entrenador.
extraditar: conceder un gobierno la entrega de un reo reclamado por la Justicia de otro
país. La forma “extradir” no está incluida en el Diccionario de la Real Academia Española.
garantir: verbo defectivo. Se conjuga sólo en las personas que tienen “i” en la desinencia
(garantimos, garantís). El resto de las personas es reemplazado por garantizar. Ejemplo:
Yo garantizo (y no “yo garanto”)
haber, hacer, ser: estos tres verbos usados como impersonales siempre se conjugan en
tercera persona del singular. No hay persona que realice la acción del verbo. Ejemplo:
Hubo varios accidentes. Hace años que vive en Córdoba. Es tarde. “Varios accidentes”,
“años”, “tarde” no desempeñan la función de sujeto, por lo tanto, no deben concordar con
el verbo.
implementar: aplicar métodos o medidas para llevar algo a cabo. infligir: causar daño,
imponer castigo.
infringir: quebrantar leyes, órdenes, reglamentos.
ingerir: incluir una cosa en otra. En la forma reflexiva “injerirse” equivale a “entrometerse o
inmiscuirse”.
ingresar en: el significado de este verbo es “entrar en algún lugar”. Existe la preposición
“en”. La sílaba inicial o el prefijo (in) señalan la preposición correcta.
insumir: no es quitar, demandar, exigir, sino emplear o invertir dinero.
licuar: los verbos terminados en “cuar” diptongan en su conjugación. Ejemplos: licuo,
licuas (y no “licúo”, “licúas”)
magnificar: no es exagerar, sino engrandecer, alabar, ensalzar.
olvidar: este verbo va seguido de la preposición “de” cuando se usa como pronominal.
Ejemplo: Se olvidó de pedir la documentación. Cuando no es pronominal, sino transitivo,
no la requiere. Ejemplo: Olvidó la documentación. oscilar: es un movimiento pendular.
Figuradamente significa aumento y disminución en forma alternada, por lo que el precio
de una mercadería no oscila en 20 pesos, sino entre tal y cual precio.
penetrar: debe usarse como sinónimo de “entrar”, sólo cuando el acceso es difícil.
promocionar: elevar o hacer valer artículos comerciales, cualidades, personas, etcétera.
prever y rever: se conjugan igual que “ver”, ya que significan “ver antes” y “volver a ver”
respectivamente. Las formas “prevee” y “revee” son incorrectas; debe escribirse “prevé” y
“revé”. En cambio, es correcto proveer como sinónimo de suministrar y el sustantivo
proveeduría con el significado de lugar donde se guardan y distribuyen las provisiones.
reanudar: significa continuar. Debe escribirse que se “reanudó” el partido (y no que se
“reinició”), poqrue el partido sólo se inicia una vez.
relanzar: repeler. En otra acepción, significa volver a lanzar algo o promocionarlo dándole
un nuevo impulso.
LECTURA Y ESCRITURA 81
remarcar: significa “volver a marcar” (y no “advertir”). renguear/renquear: ambas formas
son correctas. Del mismo modo que los adjetivos rengo y renco, y los sustantivos
renguera, renquera.
trastocar/trastrocar: el primero de estos verbos es regular (trastoco, trastoquen) y significa
trastornar, revolver. El segundo es irregular (trastrueco, trastruequen) y significa mudar el
ser o estado de algo, dándole otro diferente del que tenía.
Ejemplos:
Apreto por aprieto. Engroso por engrueso. Trastoco por trastrueco. Colo por cuelo.
Cozo (cocinar) por cuezo.
Ejemplos:
Enriedo por enredo. Debría por debería
Ejemplos:
Adecúo por adecuo.
Santigúo por santiguo (los verbos terminados en “cuar” y “guar” diptongan su
conjugación).
Querramos por queramos (presente del verbo “querer” en subjuntivo).
Erro por yerro (yerro, yerras, yerra, erramos, erráis, yerran). En los pasados, el
verbo se mantiene regular (erré, erró, errado, etcétera).
Herro por hierro (hierro, hierras, hierra, herramos, herráis, hierran). Pasié por
paseé.
Golpié por golpeé.
Preveí por preví.
Reveí por reví (los verbos “prever” y “rever” se conjugan como “ver”). Proví por
proveí (se conjuga como “leer”).
Hervamos por hirvamos (primera persona del plural presente subjuntivo).
Satisfaciera por satisficiera (se conjuga como el verbo “hacer”).
Contraí por contraje.
Convinió por convino (“prevenir” y “convenir” se conjugar como “venir”). Traducí
por traduje.
Deducí por deduje.
Reducí por reduje.
Producí por produje (los verbos terminados en “ducir” se escriben con “j” en el
pretérito perfecto simple del indicativo).
Bendecí por bendije.
Maldecí por maldije (“bendecir” y “maldecir” se conjugan como “decir”). Valerá por
valdrá.
Valería por valdría.
LECTURA Y ESCRITURA 82
3.9.5. Participios regulares y participios irregulares
Hay verbos que tienen dos participios, uno regular y otro irregular. En algunos casos, el
uso ha impuesto una de las dos formas (por lo general, la regular) que es la que se ha
hecho más familiar en la conversación, mientras que la otra resulta extraña y
aparentemente incorrecta. Pero no es así, ambas formas son válidas.
LECTURA Y ESCRITURA 83
Se aconseja no usar las formas irregulares en los tiempos compuestos para evitar la
construcción de oraciones como yo he concluso mi trabajo; la policía ha preso a un
delincuente; nosotros habíamos expreso nuestro punto de vista; ellos hubieran suspenso
la reunión, en lugar de yo he concluido mi trabajo; la policía ha aprendido a un
delincuente; nosotros habíamos expresado nuestro punto de vista; ellos hubieran
suspendido la reunión.
Como es irregular y sus significados son varios, muchas son las características que lo
identifican y, al mismo tiempo, lo convierten en un verbo verdaderamente importante para
nuestra lengua.
Según el Diccionario de la Real Academia Española, puede significar —de acuerdo con el
sentido dado por el autor del discurso— poseer, tener, apoderarse, acaecer ocurrir,
efectuarse, estar, hallarse, existir, hacer, proceder.
Todas estas variables en su significación, más las irregularidades verbales, hacen que el
verbo haber nos presente más de una dificultad en el momento de utilizarlo en nuestra
redacción.
El uso más corriente del verbo haber es el de auxiliar de todos los verbos —sin
excepción— e incluso de sí mismo:
Ejemplos: he dicho, has estado, hemos ido, habrían pensado, han leído, hayamos
dado; ha habido, había habido, etcétera.
Uno de los usos más importantes del verbo haber —y con el que suelen cometerse
muchos errores— es en función de impersonal.
En este uso, el verbo tiene sólo una persona, hay en presente, hubo en pasado, y
habrá en futuro. Por lo tanto, debemos aclarar que el sustantivo que acompaña
cada una de estas formas no es sujeto, sino su complemento.
LECTURA Y ESCRITURA 84
Ejemplos:
hay una persona / hay muchas personas
y no han muchas personas.
hubo una reacción / hubo varias reacciones
y no hubieron varias reacciones.
habrá algún cambio / habrá algunos cambios
y no habrán algunos cambios.
Ejemplos: hay que preocuparse más; habrá que decírselo; ha habido que
expulsarlo, que equivalen a es necesario preocuparse más; será necesario
decírselo; fue necesario expulsarlo.
El verbo hacer, tan amplio y tan “incoloro”, también se ha metido en el habla popular y en
la escritura con profusión peligrosa para la pureza del idioma. La influencia es francesa e
inglesa —los anglosajones abusan mucho de los verbos “to make” y “to do” (hacer). Dicen
“to make a law” (“hacer una ley”) —.
Hoy se hace todo. Así, se dice corrientemente: “hacer música”, por “escribir o componer
música”; “hacer un viaje”, por “viajar”; “hacer un proyecto”, por “formar un proyecto”, etc.
Hay una larga lista de locuciones con el verbo hacer, entre las cuales citamos: hacer
honor, por honrar; hacer maravillas, por obrar maravillas; hacer una mala pasada, por
jugar una... etc.; hacer blanco, por dar en el blanco; hacer abstracción, por prescindir;
hacer milagros, por obrar milagros; hacerse ilusiones, por forjarse ilusiones.
LECTURA Y ESCRITURA 85
Como regla general —pero no absoluta— que pudiera servir de guía en lo que se refiere
al empleo correcto del verbo hacer, se sugiere emplear el verbo hacer siempre que se
haga referencia a una acción manual, de manipulación o artesanía.
Así, es correcto decir: “hacer una mesa”, “hacer un bizcocho”, “hacer un café”, etc. En la
jerga periodística es corriente escuchar: “ese artículo (o ese reportaje, o esa crónica), está
muy bien hecho”. Al hablar así se quiere reconocer la parte de oficio, de artesanía, de los
mencionados géneros periodísticos.
El artesano hace figuras de barro para un nacimiento; pero el escultor no hace, sino que
esculpe o modela una estatua. Reconociendo siempre que, en la escultura, por lo que
tiene de manual, el verbo hacer no es totalmente rechazable.
El verbo poner se puede reemplazar por otros, siempre que estos verbos den más
precisión a la frase.
Ejemplo: “Luis puso varias palabras”. Podemos decir, con más precisión: “Luis escribió
varias palabras”.
Ciertos grupos formados por el verbo poner, más una preposición y un sustantivo, pueden
ser reemplazados ventajosamente por una sola palabra, un verbo transitivo.
Ejemplo: “Juan puso en orden sus libros”. Puede decirse con más precisión: “Juan
ordenó sus libros”.
Los verbos decir y ver son otros dos verbos fáciles de los que se abusa y que, con un
poco de atención por parte del que escribe, pueden (deben) ser sustituidos por otros
verbos más precisos.
Así, por ejemplo, en lugar de escribir: “decir un soneto”, estará mejor: “recitar un soneto”;
y en vez de: “vea usted por sí mismo”, queda mejor: “juzgue usted por sí mismo”.
3.10. El adjetivo
El sustantivo puede tener una significación muy extensa: hombre abarca a todos los
hombres; pero si digo hombre grueso o este hombre, restrinjo la significación de hombre,
calificándolo (grueso) o determinando a qué hombre me refiero (éste).
Todas estas palabras que reducen, precisan o concretan la extensión indefinida del
sustantivo se llaman “adjetivos”.
Es, por tanto, nota esencial del adjetivo la de acompañar y modificar al sustantivo.
LECTURA Y ESCRITURA 86
3.10.1. Normas prácticas de redacción para el adjetivo
Ejemplos:
Son necesarios mucho dinero y mucha paciencia. Es necesario mucho dinero y
mucha paciencia.
Colocación del adjetivo: Las lenguas germánicas, por regla general, anteponen
el adjetivo al sustantivo: “un negro caballo”, en vez de “un caballo negro”. Hay
autores que defienden esta colocación diciendo que, al anteponer el adjetivo
“negro”, imagino primero la idea de color para adjudicarla inmediatamente al
caballo. En cambio, posponiendo el adjetivo, pienso primero en el caballo para
adjudicarle después el color. Y como el color más corriente en el caballo no es
precisamente el negro, sino el castaño, resulta que —según esta opinión— la
posposición del adjetivo en este caso exige un doble esfuerzo mental.
Quienes así opinan, olvidan que la operación mental por la que imagino “un
caballo negro” es instantánea. No hay tiempo para imaginar primero el color y
luego el animal al que se aplica. Tan rápida es dicha operación que no hay lugar
para estas disgresiones bizantinas.
También la idea varía según la colocación del adjetivo. Ejemplo: Un pobre hombre
y un hombre pobre; un hombre grande y un gran hombre; noticia cierta y cierta
noticia.
Es frecuente “encariñarse” con algún adjetivo que resulta cómodo y del que se abusa sin
medida. No es raro encontrar personas para las que todo es estupendo, o maravilloso o
magnífico. Este es un vicio que conviene vencer, sobre todo al escribir.
LECTURA Y ESCRITURA 87
En resumen, las principales virtudes de la adjetivación son la variedad, la propiedad y la
riqueza. Los vicios son: la monotonía, la vaguedad y la pobreza.
Los gentilicios son adjetivos que indican patria, nacionalidad, región o comarca, provincia
o lugar de origen de las personas.
No existen normas para su formación, pero sí poseen algunas desinencias propias. Las
terminaciones más utilizadas son:
3.11. El adverbio
Los adverbios son palabras que modifican a los verbos, a los adjetivos o a otros
adverbios.
Ejemplos:
El tren marchaba muy rápidamente. Animales terriblemente feroces.
Juan vive muy lejos.
Ejemplos:
Canta maravillosamente. Se expresa correctamente.
LECTURA Y ESCRITURA 88
producidas por el abuso de estos sufijos en “mente”. Cuando los adverbios modales de
este tipo son consecutivos, se aplica la terminación “mente” sólo al último.
Ejemplo:
Vivíamos tranquila y holgadamente.
Este defecto puede subsanarse utilizando como adverbios a otras palabras. Por ejemplo:
si suprimimos el sufijo “mente”, se puede decir, en vez de “se expresa muy oscuramente”,
“se expresa de un modo muy oscuro”. O también: “pronuncia claro”, en vez de “pronuncia
claramente”.
El adverbio se coloca en primer lugar si aporta una determinación vulgar, corriente, de tipo
calificativo: suficientemente cocido; convenientemente pagado. Se pone en segundo lugar
(se pospone) si contiene una determinación precisa, cuya definición interesa: llegar
inopinadamente; actuar correctamente
LECTURA Y ESCRITURA 89
Delante de la casa
Delante de mí.
Dentro del aula.
delante Dentro de nosotros.
dentro Generalmente van seguidos de: Fuera del hogar.
fuera - Preposición “de” más construcción. Fuera de sí.
encima - Preposición “de” más pronombre Encima del piano.
debajo personal. Encima de mí.
detrás Debajo de la alfombra.
Debajo de ustedes.
Detrás del pueblo.
Detrás de usted.
3.12. El sustantivo
LECTURA Y ESCRITURA 90
3.12.2. Casos especiales en la formación del femenino
Se llaman palabras compuestas aquellas que están formadas por dos o más voces
simples, pero se escriben en un solo término.
Pero, una de las dificultades que presentan las palabras compuestas es la formación de
su plural, debido a que no todas siguen las mismas reglas, que son las que procedemos a
enumerar:
3.12.3.1. Regla Nº 1
Madreselva = madreselvas
Semirrecta = semirrectas
Antesala = antesalas
3.12.3.2. Regla N° 2
Mediacaña = mediascañas
Mediopupilo = mediospupilos
LECTURA Y ESCRITURA 91
Gentilhombre = gentileshombres
3.12.3.3. Regla N° 3
Quienquiera = quienesquiera
3.12.3.4. Regla N° 4
Actualmente, las palabras compuestas que más se utilizan —sobre todo en los medios de
comunicación— son las que derivan de vocablos que, en singular, tienen mucha relación
con la actualidad, como son los casos de coche bomba, ciudad satélite, niña madre, cara
pintada, hombre rana, barra brava, etcétera.
De los ejemplos precedentes, sólo han aparecido escritos en una sola palabra:
carapintada, cuyo plural más común es carapintadas, y barrabrava (referido
exclusivamente al integrante de la “barra brava”), con plural barrabravas.
Los sustantivos colectivos son aquellos que, en singular, sirven para designar un conjunto
de “personas, animales u objetos”. No deben confundirse con los simples plurales,
aunque ellos sí admiten el plural y, si bien su uso no es muy habitual en el habla diaria,
LECTURA Y ESCRITURA 92
sucede lo mismo que con otra clase de palabras: cuando necesitamos incluirla en nuestro
discurso, no sabemos qué decir.
Si bien la facultad de hablar es privativa del ser humano (aunque ya hay computadoras y
automóviles que lo hacen) debemos aceptar que la mayoría de los animales que se
dignan a compartir este planeta con nosotros tienen un modo peculiar de expresarse.
Si bien el latín aportó las tres cuartas partes de las palabras que forman nuestro idioma,
hay otra cuarta parte que —debido a las numerosas invasiones sufridas por el pueblo de
la Hispania— también proveyó de muchas voces a nuestra lengua madre.
Asimismo, por tradición se usan voces griegas para designar inventos y manifestaciones
nuevas de la ciencia, tal como sucede con las palabras estereofonía, cinematógrafo,
periscopio, filatelia, etcétera.
A su vez, el elemento árabe forma parte de miles de palabras que comienzan con el
artículo al, y en otras relacionadas con la guerra, el comercio, las ciencias y objetos de
uso cotidiano.
Almacén (al mahzan), álgebra (al yebr), alcalde (al qâdi), alquiler (al quirâ), aduana (al
divân), atalaya (al talâyic), tambor (tambûr), jazmín (yasamîn), naranja (naránya),
almirante (al ‘amir), azul (lazurd), sandía (sindîya), jirafa (zárafa), azúcar (súkkar), garrafa
(qarâba), albóndiga (al búnduqa), etcétera.
Vivac (bei vache), grupo (kropf), gala (wallen), esgrimir (skirmen), espuela (sporo), guante
(want), guerra (werra), norte (north), orgullo (urguol); entre los nombres propios podemos
LECTURA Y ESCRITURA 93
citar Adolfo (Athalwolf), Enrique (Haimirich), Fernando (Firthunands), Ramiro (Ramaners),
Gerardo (Ger-hard), etc.
Querubín (kerube), Pascua (pesaj), rabino (rabbí), sábado (sábbâth); entre los nombres
mencionamos Adán (Adam), Eva (Havva), Ester (Ishtar), Judit (Iehudit), María (Miriam),
Gabriel (Gabri-El), Isabel (Elisheba).
Y el elemento americano son las voces que el conquistador español conoció cuando llegó
a este continente y, por supuesto, incorporó a su propio léxico.
Ejemplos: cacao, cacique, caimán, cancha, chocolate, loro, maíz, morocho, poncho,
tambo, yacaré, yapa.
Del francés: blusa (blousse), bufete (buffet), camión (camion), carpeta (carpete), ficha
(fiche), jardín (jardin), silueta (silhouette), etiqueta (etiquette), deán (deiien).
Del inglés: esmoquin (smoking), túnel (tunnel), fútbol (foot ball), tranvía (tranway), vagón
(wagon), cheque (check), folclore (folklore).
Del italiano: alerta (allerta), bagatela (bagatella), brújula (bússola), piano (pianoforte),
serenata (serenata), espiedo (spiedo), espagueti (spaghetti), muzzarela (mozzarella).
Del alemán: blindar (blinde), bloque (block), cinc (zink), frac (frack), sable (säbel).
Además de las palabras que han aportado a nuestro idioma todas estas lenguas, existen
otras que son propias del español y que se han formado a través del uso cotidiano.
Algunas son derivadas de voces de nuestro propio lenguaje; otras son combinaciones de
elementos de distintos idiomas.
Están, además, las onomatopeyas y las llamadas “voces híbridas”, que son las integradas
por elementos de distinto origen.
LECTURA Y ESCRITURA 94
3.13. Las preposiciones
3.13.1. Concepto
La preposición es una partícula invariable que sirve para enlazar una palabra principal
(elemento sintáctico) con su complemento: Vaso de vino; voy a Roma.
3.13.2.1. Preposición A
Modo o manera: a la inglesa; hacelo a tu gusto, a tu estilo. (De aquí se derivan los
significados de medio —a mano—, precio —a tres pesos— y causa —a petición
del público—.)
LECTURA Y ESCRITURA 95
“Quiero a Luisa”, “Amo a María”. Y también: “Quiero a mi perro”, que no es lo mismo que
“quiero mi perro”.
Desprecio a la ley (debe decirse por). Aviones a reacción; cocinas a gas; olla a presión;
buque a vapor (sustitúyase a por de).
“Timbre a metálico” por “timbre en metálico”. “Dolor a los oídos” por “dolor de oídos”;
Esta preposición significa “delante de” o “en presencia de”: Declaró ante el juez.
LECTURA Y ESCRITURA 96
3.13.2.5. Preposición De
Tiempo: es de noche.
De consiguiente (por).
3.13.2.8. Preposición En
LECTURA Y ESCRITURA 97
Tiempo: estamos en invierno.
Sentarse en la mesa (a). [Salvo en el caso de que siente uno realmente sobre una mesa.]
Tiempo impreciso: Los incidentes ocurrieron hacia mediados del año pasado.
LECTURA Y ESCRITURA 98
Destino final: Llegaré hasta Misiones.
Medio, con el significado de “por medio de”, “con la ayuda de”: Lo compró mediante tarjeta
de crédito.
Perspectiva futura (con infinitivo): está por ver si hay alguien que me supere.
LECTURA Y ESCRITURA 99
3.13.2.14.1. Uso incorrecto de por:
El dequeísmo o mal uso de la forma de que es uno de los errores que, en mayor
proporción, atenta contra el buen decir en todos los niveles culturales y sociales de
nuestro país, y de gran parte de la América hispana.
Pero, es preciso hacer una advertencia a quienes se enrolan en el grupo de los que
sostienen que “nunca hay que decir de que”, ya que ese prejuicio los lleva a cometer otro
error tanto o más grave que el mismo dequeísmo, esto es, el queísmo.
Contrariamente a lo que la mayoría de las personas supone, los casos en los que es
imprescindible utilizar la forma de que son más numerosos que los que no aceptan su
uso; pero aquellos donde es incorrecto son más frecuentes y, sobre todo, más evidentes.
Por lo general, los ejemplos que se presentan pueden estar incluidos en cualquiera de
estos dos casos:
Por ejemplo, la oración estoy convencido de que es verdad: la llamada “oración principal”
es estoy convencido de... y, por supuesto, la oración subordinada es que es verdad; pues
bien, aquí recordar que cuando la oración principal contiene la palabra “de” en su
pregunta, la respuesta será invariablemente de que...
Dicho de otra forma, a la pregunta ¿de qué estoy convencido? se responderá estoy
convencido de que es verdad.
Y queda ahora el caso 2; o sea, cuando la oración principal es completada por objeto
directo; en este caso, la construcción se completa diciendo estoy convencido de... nuestro
triunfo (objeto directo), en donde no es necesaria la utilización del “que”.
Queda claro que, cuando “de” no forma parte de la oración principal, tampoco deberá
aparecer en la respuesta, ya que, en caso de hacerlo, se cae inevitablemente en el
dequeísmo, tal como lo demuestra este ejemplo: Pienso que tienes razón...
¿Qué pienso? Pienso... que tienes razón y no pienso de que tienes razón. Lo mismo, con
la pregunta ¿qué dijo? (sin el “de”), donde responderemos dijo... que él siempre habla con
sinceridad (oración subordinada) o bien, dijo... la verdad (objeto directo).
Asimismo, hay que tener en cuenta que existen ciertos verbos que exigen, en algunas de
sus conjugaciones, la presencia de la preposición “de”: Me enteré de que te vas; nos
alegramos de que sea así; la persuadieron de que no fuera; etcétera.
En cambio, hay otros cuatro verbos que admiten las dos formas de construcción: dudar,
advertir, olvidar y asegurar.
Dudo que sea verdad o dudo de que sea verdad; te advierto que no lo hagas o te advierto
de que no lo hagas; olvidé que tenía que ir u olvidé de que tenía que ir; se aseguró que no
lo seguían o se aseguró de que no lo seguían.
3.14. El gerundio
El gerundio se emplea muchas veces mal. Tan honda es la convicción de este hecho, que
ha llegado a producir otro: el que muchos realicen denodados esfuerzos para eludir el
gerundio al escribir, como quien se encontrase ante un paraje peligroso y prefiriera dar un
rodeo con tal de no transitar por él. Pero el rodeo no es nunca buen procedimiento de
escribir. Se puede navegar perfectamente entre escollos conociendo cuáles son y dónde
están.
Para evitar confusiones, el gerundio debe ir lo más cerca posible del sujeto al cual se
refiere. No significa lo mismo “Vi a Juan paseando”, que “Paseando, vi a Juan”. En el
primer caso es Juan quien pasea; en el segundo, soy yo quien, mientras paseaba, vi a
Juan.
Para poner un poco de orden en este problema del gerundio, se estudiarán los casos en
que se consideran su empleo correcto o incorrecto, según la opinión autorizada de los
gramáticos y especialistas del lenguaje.
Finalmente, se usa mucho el gerundio de los verbos “arder” y “hervir” —una olla de agua
hirviendo, o ardiendo—, en el sentido de “hirviente” o “ardiente”. Todos decimos: “Le cayó
una olla de agua hirviendo”, y no “hirviente”.
Es frecuente leer: “Fulano de Tal nació en Córdoba en 1900, siendo hijo de Luís y
María...”. Es decir, que nació siendo ya hijo de... ¡Extraña manera de nacer!
“El avión se estrelló, siendo encontrado...”. “El agresor huyó siendo detenido...”
Estos gerundios son incorrectos porque la acción que el gerundio indica no puede
ser posterior a la del verbo principal. Lo correcto es escribir: “El agresor huyó y fue
detenido cuando intentaba subir al tren”.
En el caso del gerundio temporal, la acción que expresa dicha forma verbal puede ser
simultánea, inmediatamente anterior o inmediatamente posterior a la acción expresada
por el verbo principal.
Ejemplos:
No usar el gerundio sin estar seguros de que su empleo es correcto. Siempre será posible
recurrir a otra forma verbal. Por ejemplo: en vez de “Estando en la Base llegó la orden de
partir”, podemos escribir: “Cuando estábamos en la Base, llegó la orden de partir”.
El ejemplo anterior es gracioso pero ridículo. Nadie pensaría que el hombre iba a
participar de un congreso en pleno vuelo. Y sin embargo...
El término redacción proviene del latín “Redactĭo” lo que hace referencia a la acción y al
efecto de redactar, lo que tiene que ver con alguna situación, suceso o explicación, la cual
se ha pensado con anterioridad. Marín Gonzalo (2010) define a la redacción como: “(…)
una actividad comunicativa de primer orden, que implica un estado cultural avanzado de
quien la ejercita.” (pág. 496) Para la autora de la investigación todo tipo de redacción, y
más la científica tiene que ver estrechamente con el grado cultural de la persona, para así
tener facilidad de palabras a la hora de escribir algún texto, ya que el mismo es un
proceso constructivo de productos escritos. De la concepción dialéctica que existe entre la
escritura y el pensar con el escribir, es que se estrecha la relación entre el contenido y la
forma. Por lo que es recomendable que toda persona que redacte lo debe tener en cuenta
en cada uno de sus ejercicios de redacción que realice, puesto que en su entorno es que
se encuentran las características o las cualidades de una excelente redacción.
Para Salazar Alfredo (2011) la redacción posee diversas características, entre las que se
encuentran:
Concisión: Virtud o cualidad que consiste en decir lo más con lo menos, ahorrar
palabras y evitar lo innecesario. El autor nos invita a no entretenernos y destaca
que ser conciso exige precisión en el lenguaje, combatir el exceso verbal y el
regodeo, y acabar con las imprecisiones que tratan de explicar a sus amigas, las
vaguedades.
En toda escritura incurre diversas fuentes, entre las que se encuentran los autores
enfoques teóricos, que posee la persona que está dispuesta a escribir, pero si se hace
necesario el correcto empleo de la lengua materna de cada persona, mediante el uso
correcto de la ortografía, la sintaxis y la debida puntuación. Toda persona aprende a
escribir, llevándola a la práctica, autocorrigiendo lo escrito y buscando la ayuda de
personas entendidas en la materia.
Existen diversos momentos de la redacción que son los que brindan a todo escritor
claridad sobre el tema en cuestión y los que brindan claridad y sencillez al discurso de
cada persona. Macías Lesly (2014) expone las siguientes fases:
Todo principiante debe acudir a una persona experta en la materia, para así ir adquiriendo
un matíz estilístico e ir aprendiendo a redactar en un determinado estilo, el cual posea
claridad, precisión, y sobre todo que atraiga a las personas que lo lean.
La redacción de un texto debe cumplir con algunas condiciones para que logre captar la
atención del lector y que este pueda sumergirse en la lectura. Existen muchas
recomendaciones para conseguir el objetivo deseado. Algunas de las características más
importantes son:
a) Claridad
Es una de las más importantes. La forma de redacción del texto debe entenderse sin
dificultad por el público al que se dirige. Si el público objetivo abarca diferentes ramas del
b) Concisión
c) Cohesión
Consiste en unir las oraciones que componen el texto, de tal forma que exista continuidad
en lo que se desea transmitir. La cohesión se refiere a los mecanismos sintácticos y
semánticos utilizados para la redacción de un texto, formando una red compleja de
relaciones.3 Si no existe esta última, la lectura del documento se ve interrumpida y se
pierde la inmersión del lector en el mismo.
d) Coherencia
La redacción del texto debe estar estructurada de forma que tenga sentido, en función de
lo que se está desarrollando y de los objetivos que se desea lograr. Requiere la
colaboración de elementos que son el hilo que enlaza las partes de lo que se escribe,
como el ambiente, tema, . Etc.
e) Corrección
Esta característica consiste en el uso correcto del idioma, respetando las normas para su
adecuada escritura. Si no se logra, se cometen errores ortográficos y gramaticales,
ocasionando que el documento pierda formalidad.
f) Propiedad
La propiedad persigue que las palabras utilizadas expresen justamente lo que se desea
transmitir. Debe tener más énfasis entre más especializado sea el tema del texto, pues en
este caso se utiliza un lenguaje más técnico y específico. Se recomienda el uso de
diccionarios propios del tema de interés y diccionarios como el de la Real Academia
Española.
Partiendo del concepto de Mireya Estupiñan que dice que “redactar es expresar ideas
de forma coherente” (p.21). Visto desde esta perspectiva, escribir no difiere tanto de
hablar pues en ambas tareas expresamos lo que sentimos o conocemos. Sin embargo,
¿Por qué a la mayoría de las personas se nos da más difícil expresar lo que tenemos en
nuestros pensamientos por escrito?
Por lo que a escribir se refiere hay dos elementos fundamentales que debemos siempre
tener en cuenta: el conocimiento lingüístico y el dominio del tema. El primero nos
ayudarán a presentar el tema de la manera más lógica y coherente posible, mientras que
el segundo contribuirá a hacerlo llamativo para el lector. Justamente, son estos dos
factores los que en definitiva contribuyen a organizar el texto para poder transmitir y
comunicar nuestras ideas de una manera clara y precisa.
Por otro lado, también existen elementos innecesarios. La belleza textual se encuentra
sobre-evaluada ya que son puramente accesorios o adornos que pueden o no tener los
textos. Ningún escrito necesita un léxico rebuscado ni enredado para transmitir su
mensaje de forma clara. En la mayoría de los casos la palabra más simple y general es la
más adecuada.
Así bien, podemos decir que lo complejo o difícil de la redacción es realmente lo poco que
sabemos de esta. Redactar no es un arte tan simple, pero si se conocen sus elementos
fundamentales se hace cada vez más fácil, tal cual como entrenar algún deporte o
habilidad artística.
Puede tratarse de un tema que te hayan pedido desarrollar... Si no es así, elige redactar
sobre algún asunto de tu interés.
b) Búsqueda de información
Para informar sobre un hecho, la técnica de las ocho preguntas es muy efectiva: Hazte las
siguientes preguntas y contéstalas:
1. ¿qué? Manual de estrategia militar. Uno de los mejores de todos los tiempos.
2. ¿quién? Sun Tzu. General chino.
3. ¿dónde? China
4. ¿cuándo? Siglo V antes de Cristo
5. ¿por qué? El supremo Arte de la Guerra es someter al enemigo sin luchar.
6. ¿cómo? Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.
7. ¿cuál?
8. ¿cuántos?
La técnica elige dos o tres términos clave es útil para cualquier clase y tamaño de
escritos
En clase: Salir con la bicicleta me encanta, sin embargo apenas tengo tiempo
Estimulante:
Viaja mucho.
Cuenta con 10 años de experiencia.
Conoce muchos lugares.
Trata con mucha gente importante.
Adquiere mucho acervo.
Domina varios idiomas.
Gana mucho dinero.
No tiene horario fijo.
Agotador:
Luís es un excelente guía turista con diez años de experiencia. Conoce los
cinco continentes por lo que su acervo es muy amplio y culto. No hay lugar del
planeta que no haya visitado cuando menos una vez. Ha tenido que aprender
varias lenguas y, por consecuencia, es un conversador muy ameno por lo que
todo tipo de personas de alto nivel intelectual y cultural buscan su compañía.
Por otro lado, no le queda tiempo para cultivar una vida privada... También se
siente agotado, ya que casi no descansa y siempre tiene que estar disponible
y presentable y, además, debe mantener una perenne actitud positiva y lucir
una eterna sonrisa.
La técnica lluvia de ideas dura pocos segundos o minutos, durante los cuales, el autor se
dedica solo a reunir información para el texto. Se sumerge en la piscina de su memoria y
de su conocimiento para buscar todo lo que le sea útil para la ocasión. Consejos para la
lluvia de ideas:
Apúntalo todo, incluso lo que parezca obvio, absurdo o ridículo. ¡No prescindas de
nada! Cuantas más ideas tengas, más rico será el texto. Es posible que más
adelante puedas aprovechar una idea aparentemente pobre o loca.
No valores las ideas ahora. Después podrás recortar lo que no te guste. Concentra
toda tu energía en el proceso creativo de buscar ideas.
Apunta palabras sueltas y frases para recordar la idea. No pierdas tiempo
escribiendo oraciones completas y detalladas. Tienes que apuntar con rapidez
para poder seguir el pensamiento. Ahora el papel es solo la prolongación de tu
mente.
No te preocupes por la gramática, la caligrafía o la presentación en este momento.
Nadie más que tú leerá este papel.
Juega con el espacio del papel. Traza flechas, círculos, líneas, dibujos. (Cassany,
1999: 63).
Cuando no se te ocurran más ideas, relee lo que has escrito o utiliza una de las
siguientes técnicas para buscar más.
Es muy útil para generar ideas y superar bloqueos. El texto resultante tiene muchas
deficiencias que se corregirán al desarrollar la redacción y reescribir la versión final.
La técnica de mapas y redes: Los mapas (de ideas, mentales, o denominados también
árboles o ideogramas) son una forma visual de representar nuestro pensamiento.
Consiste en dibujar en un papel las asociaciones mentales de las palabras e ideas que se
nos ocurren en la mente. (Cassany: 1999, 58).
c) Elaboración de un bosquejo
d) Redacción de un borrador
e) Revisiones
f) Redacción definitiva
Después de efectuar una última revisión, puedes elaborar el texto definitivo. Todavía se
recomienda una última revisión después de poner distancia temporal; es decir, que
conviene dejar a un lado el texto definitivo por un tiempo determinado -según la urgencia
que se tenga de presentarlo-, y volver a efectuar otra revisión antes de darlo por
terminado.
Si una persona revisa un ensayo de hace 10 años del Estado de México, se topara con
que se recomienda no usar la palabra ‘normatividad’, de uso muy frecuente en aquel
Estado, especialmente en el sector público de los tres órdenes de su gobierno. Esa
palabra no estaba incorporada oficialmente al entonces Diccionario de la Real Academia
de la Lengua. Es decir, si se buscaba, no aparecía. Por lo tanto, no era recomendable su
uso. En lo personal si usted realiza una consulta a la Academia Mexicana de la Lengua, le
explicaran que el significado otorgado a esa voz correspondía a la voz ‘normativa’, esta sí
enunciada en el entonces DRAE.
Por principio, el estudio del lenguaje se democratizó: ahora tiene el mismo peso la opinión
de cada una de las academias y no solo la más antigua que encabezaba por ser la del
lugar de origen de nuestro idioma.
Por ello, encontramos que el vocablo ‘normatividad’, con gran fuerza y uso en México, ya
está en el DLE. Pero no solo eso, también voces populares como ‘mallugar’, que antes se
consideraba impropia. En la Universidad me corrigieron a ‘magullar’, pues crecí sin poner
en tela de juicio la forma en que hablaban en casa. Ahora que está aceptado, puedo
presumir que mi familia no hablaba incorrectamente, sino que era visionaria.
El trabajo de revisar la generalización de una palabra como criterio básico para ser
incluida en el Diccionario es una actividad constante y de intenso intercambio de
Es el caso del vocablo ‘cajeta’ que en México se refiere a un dulce de leche. Sin embargo,
en Argentina y Uruguay es la forma más vulgar de referirse a una parte del órgano sexual
femenino. Por ello, aunque en Celaya no hay algún riesgo, se debe ser muy cuidadoso
fuera del país a quién se le pide una cajeta, corre uno el riesgo de terminar con los labios
partidos.
El idioma es tan variado e intenso como los 500 millones de personas que lo tenemos
como lengua materna. Los regionalismos, desvirtuaciones y exclamaciones, si se
generalizan, terminan por imponerse y hacer que evolucione. Ya José Cuervo, lingüista
venezolano, homónimo del fundador de la tequilera en México, se quejaba de que la
gente usara la exclamación ‘caray’ por su origen, como hoy sucede con la palabra güey,
por cierto, también admitida en el diccionario oficial. Entonces, las academias tienen un
enorme trabajo de armonizar todas las aristas del idioma entendamos entre todos
nosotros los hispanohablantes.
Sin duda, el idioma evoluciona; porque no hay algo inmutable en el Universo. El punto
es amar la lengua y comprender sus características para que podamos entendernos entre
los que tenemos la misma lengua materna.
Anglicismos: palabras provenientes del inglés. Por ejemplo: mitín, béisbol, fútbol.
Galicismos: palabras provenientes del francés. Por ejemplo: flecha, calle, jardín,
duque.
El estilo APA proporciona una base para la comunicación académica efectiva porque
ayuda a los autores a presentar sus ideas de manera clara, concisa y organizada. La
uniformidad y la coherencia permiten a los lectores (a) centrarse en las ideas que se
presentan en lugar del formato y (b) escanear rápidamente los puntos clave, los hallazgos
y las fuentes. Las directrices de estilo alientan a los autores a revelar plenamente la
información esencial y permiten a los lectores prescindir de distracciones menores, como
inconsistencias u omisiones en la puntuación, las mayúsculas, las citas de referencia y la
presentación de estadísticas. Cuando el estilo funciona mejor, las ideas fluyen
lógicamente, las fuentes se acreditan adecuadamente y los artículos se organizan de
forma previsible y coherente. Las personas son descritas usando un lenguaje que afirma
su valor y dignidad. Los autores planean el cumplimiento ético y reportan detalles críticos
de su protocolo de investigación para permitir a los lectores evaluar los hallazgos y a otros
investigadores para potencialmente replicar los estudios. Las tablas y figuras presentan
los datos de una manera atractiva y consistente. (American Psychological Association,
2020).
El Manual de Publicación APA ha sido por mucho tiempo una fuente autorizada para la
escritura académica, y la séptima edición proporciona una guía más específica y apoyo
para los estudiantes. Todos los estudiantes, sin importar la carrera que sigan, pueden
beneficiarse de dominar la escritura académica como una forma de desarrollar sus
habilidades de pensamiento crítico y perfeccionar la precisión y claridad de su
comunicación. La mayoría de las directrices del Manual de Publicaciones pueden
aplicarse tanto a los trabajos de los estudiantes como a los manuscritos profesionales. El
manual también tiene elementos diseñados específicamente para los estudiantes,
incluyendo una página de título para el estudiante; guía para citar fuentes de clase o de
Internet; y descripciones de tipos comunes de trabajos de los estudiantes, tales como
bibliografías comentadas, trabajos de respuesta y disertaciones y tesis. Los estándares de
reporte de artículos de revistas (JARS) están destinados principalmente a los autores que
buscan una publicación, pero pueden ser útiles para los estudiantes que completan
proyectos de investigación avanzada. (American Psychological Association, 2020).
También son llamados abstract. Presenta una síntesis del trabajo de investigación través
de los siguientes contenidos: objetivo, material y métodos, resultados y discusión.
b) Editoriales
Son breves ensayos solicitados por el Comité Editorial a los autores que muestran
opiniones en referencia a algún tema, artículo, o revisión publicada en una revista. Su
estructura posee título, texto, autor y referencias bibliográficas. Por lo general tienen una
extensión máxima de 5 páginas y hasta 10 referencia bibliográficas. No emplean cuadros
ni figuras ni resumen.
Se nota que no existe la sección material y métodos; sin embargo, ésta puede
presentarse en situaciones estrictamente necesarias
Son reportes que muestran los resultados de una investigación, puede contener estudios
de tipo básico, aplicado o mixto.
e) Artículos de revisión
En este tipo de estudio, el investigador debe realizar el análisis crítico de los escritos
existentes y disponibles; es decir, está referida a una investigación bibliografía.
Los componentes de los artículos de revisión son: título, resumen, texto, material y
métodos (opcional) conclusiones, referencias bibliográficas.
f) Cartas al editor
En la actualidad es cada vez mayor el número de revistas que incluyen las cartas al editor
dentro de su estructura (Rodríguez Camiño, 1998), y la ubican como la primera sección.
Las características de las cartas al editor son determinadas por los editores; sin embargo,
para Janette Nagy, las cartas al editor deben presentar los siguientes contenidos: saludo,
explicación del tema mostrándolo interesante, argumentos convincentes para tener en
cuenta su opinión, y despedida. La extensión más usual está entre una y dos cuartillas.
En algunos casos se agregan las conclusiones, y anexos. Por otra parte, el orden de la
estructura, no es el mismo orden en que se desarrolla el estudio, sino que éste último
tiene su propia secuencia de actividades, como se presenta a continuación.
Se debe tener en cuenta ciertos pasos que no son mencionados en la estructura, pero
que se considera actividades inherentes a una investigación, tales como la percepción de
situaciones problemáticas a estudiar y la planificación.
Para planificar una investigación, se sugiere tener en cuenta los siguientes pasos:
Los investigadores que publican sus investigaciones en inglés tienen mayores opciones
para pertenecer a una comunidad internacional de investigadores (Pascual, 2009).
No se respetan las indicaciones del editor al respecto. Hay que recordar que las revistas y
los libros tienen sus normas y sus límites y se debe guardar una cierta uniformidad en la
extensión. Se ha tenido autores que mandan carpetas con 40 páginas cuando se sugieren
12 y se enfurecen ante la llamada de atención, llegando al punto de retirar el trabajo.
No todo mundo expresa con transparencia y eficacia las ideas. Se le dan muchas vueltas
a un asunto, no se precisa la idea central o la explicación no tiene que ver con el
postulado. Se recomienda pensar bien las ideas y redactarlas en frases y párrafos cortos.
Leer en voz alta es un excelente ejercicio para revisar lo escrito.
4.11.4. Repeticiones
Se ha visto una misma idea repetida cinco veces en un artículo. El lector tiende a
rechazar tal vehemencia (la mayoría de las veces involuntaria), que lo hace pensar que se
menosprecia su capacidad de discernimiento.
Repetir una y otra vez un término. Por ejemplo, contar 14 “Sin embargo”, en siete páginas.
Lo mismo con “no obstante”, “ciertamente”, “es decir,”, “de igual manera”, “o sea,”, etc.
Aquí también cabe el abuso de lugares comunes o comodines innecesarios. Insisto, hay
que huir de las palabras de cajón, muchas veces redundantes, tales como el adjetivo
“importante”, por ejemplo: “es importante empezar diciendo”, “vuelvo a reiterar”, “prever de
antemano”, “reafirmar tajantemente”, “protagonismo principal”, etc.
4.11.7. Falta o mal uso de la coma, el punto y coma, el punto seguido o el punto final
Más común de lo que se piensa. Lleva a combinar, en una misma frase, manzanas con
naranjas. También se hace pesada la lectura, pues no permite las pausas necesarias.
Este tema merece un capítulo aparte por su complejidad.
4.11.9. Plagio
Son una plaga. Muchas veces el auto-corrector del computador está en otro idioma y se
pasan decenas, a veces cientos de errores que pueden hacer ilegible un texto bien
documentado, pero mal escrito.
Una vez más, el perverso Copy and paste sin citar referencias, sin tomarse siquiera el
trabajo de traducir el encabezado. Colinda peligrosamente con el plagio y le resta
originalidad.
Muchas veces por error involuntario, por traducciones poco rigurosas, por ignorancia, por
manierismo o por esnobismo académico.
Después de terminar el artículo, es difícil que el autor vea más errores de los que ya
detectó. El cerebro se niega a ver cosas nuevas. Un lector imparcial, con cierta formación,
se percata de ellos al instante. El cansancio, la premura por entregar, la falta de
documentación o de rigor o hasta la vanidad personal influyen muchas veces en ello. Se
recomienda “dejar enfriar” el escrito unos días o incluso semanas, para corregirlo.
Por ejemplo, US ¿significa United States o Ultra Sound? No se debe abusar de ellas
dando por sentado que el lector las debe reconocer, lo que no siempre es cierto.
De por sí, si no son adecuados, se pueden volver pesados en un texto. Peor aún, si se
usan tres o cuatro en un mismo párrafo. “Ciertamente, es un asunto que
indefectiblemente, conlleva a conclusiones raramente acertadas”.
Es más común de lo que se espera, y totalmente inadecuado, que se empiece una frase
en presente y se pase de inmediato al uso del pasado o del futuro en el mismo párrafo.
Hay que tener una base crítica, un criterio abierto al conocimiento; no se debe dudar en
pedir ayuda y valorar el entrenamiento del personal capacitado en la función de corregir.
El texto científico y académico gana mucho cuando respeta las normas de la buena
redacción y se deja enriquecer de la literatura.
(Anónimo)
5.1. INTRODUCCIÓN
Si repasamos a los que han liderado pueblos o a aquellos que han dejado su impronta en
la historia de la humanidad podemos asegurar con meridiana certeza que, muchos de
ellos, han carecido de la vista o del oído, pero jamás, léase con énfasis, jamás han sido
liderados por un mudo. De ésta nace mi primera pregunta ¿es importante hablar ¿es
imprescindible hablar para comunicarnos? ¿pareciera que saber algo no es idéntico a
saber decirlo? ¿o, estoy equivocado? Pero, la vida me ha demostrado que no es lo mismo
hablar que comunicar.
Hablar con orden, con claridad, con entusiasmo, con persuasión debieran ser el norte que
guíe nuestros argumentos. A este respecto, conviene detenernos un poco para examinar
el vocablo retórica, por encontrarse tan asociado con la oralidad.
Por ello, hablar con eficacia, no es un lujo sino una imperiosa necesidad. Sepan ustedes
que el noventa por ciento de nuestra vida de relación consiste en hablar o escuchar y solo
el diez por ciento en leer o escribir. Ante esta perspectiva conviene circunscribir al actor
principal de este proceso: el ser humano (Martínez, 2022).
El mismo Aristóteles ya nos expresaba, hace más de 2500 años, que el hombre es un ser
sociable. Otros ilustres afirman que somos animales racionales, categorías que cuestiono
El lenguaje es, por lo tanto, la única facultad humana que nos distingue de otras formas
de vidas y la que nos permite conocer nuestro pasado, comprender nuestro presente y
visualizar un futuro. No existe nada que se le compare y por eso debemos cuidarlo. Claro
que este lenguaje si no se expresa convenientemente convierte a las personas en seres
que no son capaces de comunicarse entre sus pares, haciendo de ellos unos personajes
que parecen más ser esperpentos o hacedores de cosas. Este lenguaje se materializa en
el habla, única e intransferible, y es recibido por los interlocutores a través de la palabra.
Esta última es la que articula nuestra existencia y nos valida como personas. Además, es
la que nos convoca en esta oportunidad y es la que se relaciona estrechamente con la
oratoria (Ocurrentt, 2022).
Otro aspecto importante de la oratoria es que también hay que saber hablar para ser
escuchado. Lo notable es que el hecho de tener que hablar ante extraños, o en una
simple reunión de trabajo, no parece ser una tarea sencilla, a la que la mayoría de las
personas considere como fácil.
En una encuesta realizada en el país de ellas (Estados Unidos), investigaron las diez
cosas que más temor le producían a la gente, obteniéndose el siguiente resultado (en
orden ascendente): los perros, la soledad, el avión, la muerte, la enfermedad, las aguas
profundas, los problemas económicos, los insectos, los reptiles, las alturas y primero de la
lista hablar en público.
Esto se debe principalmente que el orador se debe enfrentar al miedo oratorio. Con él
nacemos y convivimos a diario, pero si éste no es morboso ni patológico comienza a
desaparecer en la medida que uno comienza a hablar. Descubrimos que este miedo es
algo común a todas las personas y salvo honrosas excepciones, que las hay, hace que
cualquier orador tenga respeto por sus interlocutores. Decir que este miedo también tiene
relación con la calidad y cantidad de los oyentes es una verdad incuestionable. Apreciarán
que me he detenido en evidenciar características generales, pero creo que ha llegado el
instante de entregarles algunos aspectos externos que tiene el miedo oratorio en algunas
personas: sudoración excesiva, tartamudeo, engendro de movimientos torpes y en
algunos casos, como suelo llamarlo, caída total del sistema. Es aquí donde el orador
comienza a preocuparse en cómo solucionar sus falencias y el único remedio es
reconocerlo y aprender técnicas que lo ayudarán a superarlo. (Enzimares, 2021).
No se puede dejar de asumir con cierta nostalgia que la oratoria ya no es la de antes. Los
mensajes se han vuelto simples y han perdido su fondo en beneficio de una forma que
aparenta con ser más directa. La imagen ha sustituido a la palabra, y no deja de resonar
aquí la gastada frase de que “una imagen vale por mil palabras”. En el mundo rápido y
Un ejemplo evidente es el lenguaje “chat” que se ha hecho famoso, no sólo en Chile, sino
en el mundo. Para escribir un mensaje rápido y economizar letras, una ch se reemplaza
por una x, o ciertas vocales se omiten cuando su posición es evidente o en empleo de
emoticones que expresan situaciones o hechos a comunicar. Yo no plantearía esto como
un problema, sino fuera por un hecho irrefutable, y es que quienes usan este lenguaje
escrito, raramente saben distinguir entre la escritura verdadera y la inventada. Peor aún,
esto es fomentado por grandes compañías a las que poco les importa el daño cultural que
hacen. No quisiera pensar que esto es fomentado por grupos fácticos interesados en la
pérdida del lenguaje, puesto que de pensarlo así estaríamos contemplando como nuestra
especie está perdiendo su única esencia. Y qué decir de la falta de matices en el
vocabulario, donde muchos léxicos desaparecen para ser absorbidos por uno solo. A este
respecto dejo planteado en este libro los vicios del lenguaje, a saber, las coprolalias,
anacolutos, anfibologías, solecismos vulgarismos, etc., que hacen que un orador
cualquiera cometa errores en su hablar diario. Por tanto, no es garantía que tener una
profesión sea equivalente a hablar bien. Hablar bien implica prepararse y eso solo se
consigue a través de una educación sistemática. (Enzimares, 2021).
Si vamos a hablar de verdades, hay una que está por sobre cualquier rigor científico y es
el hecho de que somos humanos con un espíritu que se exalta cuando se sabe llegar a él.
Hablar con la verdad, por lo tanto, no debiera ser un vano bombardeo de información
sobre quien nos presta atención, si lo que realmente pretendemos es hablar. ¿Para qué
hacerlo si no logramos hacer vivas esas palabras en el otro? Porque no es otra cosa que
vida lo que le otorga ese valor intrínseco a las cosas bellas. Ese contenido espiritual que
el hombre entrega en sus creaciones viene de la voluntad que le es inherente por ser
humano. Dicho de otro modo, solo el hombre, cual Dios, puede dotar de humanidad a sus
creaciones y es precisamente esa humanidad la que las hace eternas como el
conocimiento que nos dejaron los filósofos de la Antigua Grecia, por citar a nuestros
orígenes occidentales.
Efectivamente, la oralidad entrega a las cosas un carácter humano que debemos saber
poner de nuestro lado. los griegos, que valoraban al hombre por sus aptitudes, bien
sabían esto y lo es patente en su legado cultural. Remitámonos a la Ilíada donde los
hombres apuntaban en sus actitudes al ideal máximo de la excelencia humana: el/la
areté.
El areté podía ganarse solo de dos formas: por medio de la batalla y en la asamblea que
no era otra cosa que una batalla del discurso. Era aquí la palabra la que hacía del hombre
un ser capaz de llegar a lo mejor y más alto a lo que se podía esperar de él. Razones de
tiempo no me permitirán detenerme en los discursos de Néstor y Aquiles que validan el
concepto de areté tan perdido en nuestra época Si aquello ya se vivía en la Grecia
antigua, en la Grecia clásica pasaba otro tanto. Los maestros de este tiempo
consideraban insuficiente y limitada la educación de los medios escritos en desmedro del
contacto oral. Platón, lo hace explícito en el Fedro pues consideraba que la palabra
necesitaba de alguien que la haga viva y es eso, a fin de cuentas, lo que pretendían sus
diálogos: crear y recrear una relación presencial, oral, humana.
La oratoria tiene una función muchas veces decisiva en la vida de las organizaciones. Una
sociedad democrática exige la participación de sus individuos para adoptar acuerdos y los
acuerdos solo se adoptan luego del debate, donde triunfan las posiciones de aquellos que
hablaron y supieron hacerlo de manera elocuente. El debate, vocablo que proviene del
latín battere que significa golpear, adquiere en nuestros días una importancia pocas veces
cuestionada. Pero, nunca debemos olvidar que debatir es luchar con palabras. El debate
conoce manifestaciones exaltadas, trucos retóricos, juegos de palabras y artificios
estilísticos que son enseñados. El debate es una de las formas más emocionantes de
diálogo, puesto que en ocasiones no resulta fácil distinguir si en él se están haciendo
peticiones, planteando exigencias o lanzando amenazas. Esta técnica, donde la palabra
es su eje, en la actualidad, se ve desplazada por la descalificación, amenaza y muchas
veces con la agresión física.
Pero un orador, independiente donde se exprese, deberá recurrir a la voz. Ésta tiene una
especial significación en la oratoria. Una buena voz facilita la misión del orador y le da un
Todas hablamos, pero no todos lo hacemos con efectividad, ya que no todos disponemos
de la capacidad de utilizar las claves para hacerlo. Nuestro castellano tiene una
importante cantidad de vocablos en comparación con otras lenguas, que, si supiéramos
utilizar, nos ayudarían a expresar, a transmitir efectivamente lo que queremos, lo que, a
fin de cuentas, implica transmitirnos nosotros mismos.
En este contexto donde el cultivo del idioma no es una cualidad de todos, tendemos a
querer mostrar nuestro mensaje de la forma más práctica, lo que se traduce en brevedad,
laconismo y un mensaje sin alma. Así, muchas veces, llegamos a sentir que no sabemos
cómo hablar, qué palabras decir, o nos remitimos simplemente a expresiones
estereotipadas que son cosa vacía, y nuestro interlocutor, o nosotros mismos si estamos
en ese lugar, lo sabe.
Alguien dijo “el poeta nace, el orador se hace”. Las palabras están, y por lo tanto también
las posibilidades. Todo depende de nuestra habilidad de armarlas, hacerlas funcionar con
eficacia, darles vida. Si tomamos una verdadera conciencia de la importancia de la
palabra y la sabemos educar en nosotros, ya habremos dado el primer paso para
educarnos en el lenguaje Ánimo y espero que sirva, en algo, este libro para los que
entienden que el lenguaje es un tema a resolver en nuestros días (Cabello, 2019).
Las primeras palabras de este libro fueron circunscribir nuestro tema. Ahora corresponde,
por tanto, develar el origen etimológico de la palabra oratoria. Ésta la encontramos en los
prefijos latinos os, oris que significan boca. Nada más acertado, ya que la palabra es el
medio que poseemos para distinguirnos y diferenciarnos de otras especies vivientes y el
hombre (orador) es el que ejecuta dicha acción, a continuación, se plantean argumentos
planteados por Busterozzi (2022).
Por ende, lo primero que debemos preguntarnos qué características tiene la oratoria. Para
el que suscribe estas líneas es un arte (ars, artis,habilidad,destreza) consistente en hablar
con elocuencia ,pero también es un género literario que se concreta en distintas formas,
entre las cuales encontramos las siguientes:
El discurso, del latín discursus, es la facultad racional con que se infieren unas cosas de
otras, sacándolas por consecuencia de sus principios o conociéndolas por indicios y
La conferencia, vocablo que proviene del latín conferentîa, plática entre dos o más
personas para tratar de algún punto o negocio. Disertación en público sobre algún punto
doctrinal. En algunas universidades o estudios, lección que recibían los estudiantes cada
día.
El sermón, del latín sermo, ônis. Discurso cristiano u oración evangélica que predica el
sacerdote ante los fieles para la enseñanza de la buena doctrina. Amonestación o
reprensión insistente y larga. Discurso o conversación.
Informa bien. Informar, del latín informâre, significa enterar, dar noticia de algo.
Dicho de una persona o de un organismo: Completar un documento con un
informe de su competencia. Formar, perfeccionar a alguien por medio de la
instrucción y buena crianza. Dicho de un cuerpo consultivo, de un funcionario o de
cualquier persona. Dar forma sustancial a algo.
Argumenta sólidamente. Argumentar, del latin argumentâre, argüir sacar en
claro, descubrir, probar. Aducir, alegar, poner argumentos. Disputar, discutir,
impugnar una opinión ajena. Sólidamente, con solidez, con razones verdaderas y
firmes. Sólido, da, del latín solîdus, firme, macizo, denso y fuerte. Dicho de un
cuerpo: que, debido a la gran cohesión de sus moléculas, mantiene forma y
volumen constantes. Asentado, establecido con razones fundamentales y
verdaderas. Moneda de oro de los antiguos romanos, que comúnmente valía 25
denarios de oro.
Hace presente las fuentes que utiliza, fuente, del latín. fons, - ntis, manantial
de agua que brota de la tierra. Aparato o artificio con que se hace salir el agua en
los jardines y en las casas, calles o plazas, para diferentes usos, trayéndola
encañada desde los manantiales o desde los depósitos. Plato grande, más o
menos hondo, que se usa para servir los alimentos. Principio, fundamento u origen
de algo. Material que sirve de información a un investigador o de inspiración a un
autor. En medicina, úlcera abierta para que supure. Fuentes de información,
confidencias, declaraciones o documentos que sirven de base para la elaboración
de una noticia o reportaje periodístico. Personas que emiten esas declaraciones.
Por consiguiente, un mal orador también lo podemos reconocer ya que presenta algunas
de estas señales:
Miente. Mentir, del latín mentîri, decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe,
cree o piensa. Inducir a error, mentir a alguien los indicios, las esperanzas. Fingir,
aparentar. El vendaval mentía el graznido del cuervo. Los que se mienten
vengadores de los lugares sagrados. Falsificar algo, faltar a lo prometido,
quebrantar un pacto. Miente más que habla, expresión para ponderar lo mucho
que alguien miente.
Manipula: manipular, del latín manipûlus, manojo, unidad militar, Operar con
las manos o con cualquier instrumento. Intervenir con medios hábiles y, a veces,
arteros, en la política, en el mercado, en la información, etc., con distorsión de la
verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares. Artero, de arte, cautela,
astucia; adjetivo peyorativo. Mañoso, astuto. Peyorativo, va., de peyorar, dicho de
una palabra o de un modo de expresión; que indica una idea desfavorable, que
empeora. Peyorar, del latín peiorâre, poner o hacer peor algo.
Elude expresar sus puntos de vista verdaderos. Esto es, evita informar de sus
intenciones reales. Uno de los grandes oradores del siglo XX, sin lugar a muchas
discusiones, fue Winston Churchill, quien describió seis elementos que debían
Para Extensiorato (2021) existe un método denominado clásico que contiene cinco fases:
Con las tres primeras operaciones se construye el discurso, con las dos últimas, se
comunica.
Nos referiremos a las tres primeras.
Cuando debe hablar en público se hace necesario distinguir tres partes esenciales e
interdependientes unas de otras. Ellas son:
5.3.1. La invención
La frase del preceptista romano Quintiliano seguirá siendo la mejor recomendación para el
orador y el artista: “proponerse un asunto al alcance de nuestras fuerzas y estudiarlo con
madurez”.
Una vez determinado el tema y compilado el material, debe elaborarse el discurso. Esta
tarea se descompone en tres pasos distintos que, en rigor, son las mismas etapas en toda
labor intelectual: invención; composición y elocución. Esta división del trabajo literario y
retórica proviene de los antiguos griegos y romanos y ha perdurado hasta nuestros días.
Estas tres operaciones son en esencia distintas, pero no inseparables, puesto que
muchas veces se encuentran en el pensamiento y la expresión simultáneamente. De
todos modos, esta clasificación tiene un valor práctico inestimable, a condición de que uno
no se ciña con exceso. La mecánica de la creación estética es bastante más complicada
que cualquier simplificación didáctica.
5.3.2. La composición
Para conseguir un buen resultado hay un solo expediente: trazar con anticipación un
esquema o plan de nuestro discurso. “Todo depende del plan”, solía decir Goethe, y en
esto nadie lo ha refutado, ni podría hacerlo.
Un buen plan, sin dudas, es la base más segura de una buena ejecución. Para escribir o
hablar hay que atenerse a un plan previo, como en toda tarea. El análisis de los mejores
discursos de todos los tiempos permite la descomposición del texto en un esquema. Éste
es el que hace que en el discurso no falte ni sobre nada, y que los elementos guarden
entre sí un equilibrio. Las ventajas de un plan, bien meditado, solo nos puede traer
beneficios, puesto que nos:
Acerca del momento más oportuno para trazar el plan, no hay ninguna opinión de validez
absoluta. Lo importante, eso sí, es hacerlo antes de comenzar el trabajo de la búsqueda
de las ideas, como también dotarlo de tal flexibilidad que nos permita ir ajustándolo
paulatinamente, a medida que toma cuerpo el trabajo. En la práctica, la operación de
búsqueda y elección de ideas, y de elaboración del plan suele hacerse, a veces,
simultáneamente, pues una idea hallada nos remite su ubicación dentro del plan y
viceversa, la necesidad de completar un paso el esquema nos sugiere el pensamiento
que nos falta.
En la redacción de los apuntes, como en tantas otras cosas, cada orador debe seguir la
técnica que más se adapte a sus condiciones psicológicas: puede ser extenso o breve;
analítico o sintético; transcribir o no las frases dadas en efecto o las ideas matrices y
secundarias; estar compuesto en letra manuscrita o de máquina; emplear símbolos,
dibujos, números, palabras o cualquier otro recurso que facilite el recuerdo; tener
oraciones, párrafos o nombres subrayados o escritos con tinta de distintos colores; tener
márgenes grandes o estrechos; en fin, puede estar confeccionados como más convenga
a cada mentalidad. Recordemos las instrucciones del canciller francés D’Aguesseau
dadas a su hijo: “redacta tus apuntes como convenga mejor a tu memoria”.
El estilo oratorio existe. El lenguaje escrito está, por naturaleza, sujeta a condiciones
distintas de la palabra escrita, y esto es una ineludible verdad que todo orador debe
conocer. Está claro que no se habla como se escribe. Por esta razón, el discurso escrito
para ser leído debe estructurarse de acuerdo al estilo hablado, y no como una disertación
destinada a la lectura.
El lenguaje oral tiene sus propias leyes, que no son las mismas de la lengua escrita. El
lenguaje oral permite y aún más, necesita repeticiones, suspensos, interrogaciones,
exclamaciones, y toda una suerte de recursos que son totalmente desaconsejables en la
composición escrita. En cuanto a la frase oratoria, es muy diferente en su estructura de la
escritura, ya que debe tener un ritmo y una extensión que no tolera el lenguaje escrito.
Idéntica afirmación puede hacerse con respecto al vocabulario. Asimismo, los errores
sintácticos o de construcción son menos graves en el discurso hablado, pues el público en
general no los percibe, ni tienen tampoco gran importancia.
5.6. LA VOZ
La voz tiene una especial significación en la oratoria. Una buena voz facilita la misión del
orador y le da un apoyo seguro. Por lo general, ésta se descuida en la vida cotidiana, no
se le entrega una importancia a este aspecto de la expresión oral y ese detalle,muchas
veces, hace disminuir el interés en una conversación. Por ello se habla de ciertas
cualidades que debe poseer un orador pero aquellas, afortunada o desgraciadamente, se
traen desde el nacimiento. Habrá que buscar la perfección, pues, a partir de nuestras
condiciones innatas. Lo principal es darse cuenta de las virtudes o defectos de la propia
5.7. LA ACCIÓN
La acción acompaña a la voz y hace más notable los pensamientos y sentimientos que se
exponen. Va dirigida directamente a los sentidos, y por ello la comunicación es inmediata.
La acción acompaña a las palabras y las hace más notables e inteligibles; por eso se ha
dicho que subraya el discurso. Muchas veces, un gesto vale más que mil palabras. Un
orador que no emplee con acierto los ademanes, o que los utilice fuera de conveniencia,
desluce su discurso y revela una desarmonía que el público percibe enseguida. En
algunos casos excesivos, los desaciertos arruinan totalmente el discurso; un orador que
se mueve como animal enjaulado en el estrado o un conferenciante inmóvil como una
estatua, pagarán con el desprecio y el rechazo del auditorio su falta de sensatez en los
movimientos.
La comunicación del orador con el público requiere, fatalmente, la acción del cuerpo. Los
movimientos trasuntan la personalidad del conferenciante. El auditorio no se satisface
únicamente con el contenido conceptual del discurso: desea más: entender, comprender
la sicología, el alma y la intimidad del orador. Solo después de haber percibido esta
intimidad le dará su adhesión o se la negará. De aquí nace la necesidad que el orador
muestre, en su acción, toda la riqueza que lleva en su alma.
Se puede afirmar, con cierta veracidad, que el hombre es el único ser viviente que habla,
y que la palabra es uno de los dones más extraordinarios que posee, ya que le permite
manifestar la prodigiosa riqueza de su alma y establecer una relación con sus semejantes
(Cabello, 2019).
El gran enemigo del orador es el miedo. Éste paraliza la lengua, seca la boca y la
garganta, produce transpiración, engendra movimientos torpes del cuerpo en los brazos y
las piernas, traba la articulación y la voz y lo que es peor, en algunos casos, deja la mente
en blanco se cae el sistema. En una palabra, es un fenómeno no síquico, pero sí
paralizante. Para comprender y superar este fenómeno, tan frecuente, en la carrera
oratoria conviene estar advertido sobre algunos puntos.
En primer lugar, el miedo es un fenómeno común en casi todos los oradores, incluso en
los más famosos. Lo mismo sucede con los artistas en el escenario. Cicerón mismo
consideraba muy feliz al orador que no sintiera erizarse los cabellos ante la presencia del
público. Juvenal se refirió a la emoción que experimenta quien hablaba en público,
asemejándola a la de quien pone un pie desnudo sobre un reptil. Por ejemplo, un artista
que no siente miedo antes de salir al escenario es, sin lugar a dudas, una excepción.
Cada función y público es distinto, de ahí su miedo inicial. Los artistas que no lo tienen, o
son privilegiados o carecen de respeto por su público.
En tercer lugar, el miedo está en relación con el número de oyentes y con la calidad del
auditorio, pero no en forma absoluta. Algunos oradores no temen frente a grandes
públicos, pero sí ante un grupo reducido, mientras que otros temen al público numeroso
de las asambleas públicas, y en cambio se desempeñan óptimamente delante de
auditorios escogidos o académicos. Cada orador deberá discriminar, con exactitud, cuáles
son los públicos y circunstancias que lo atemorizan, pues de esta manera habrá avanzado
un paso más en la eliminación de ese temor.
Por último, hay que poner toda la voluntad posible para evitar que el miedo natural se
convierta en una manía obsesiva. Ésta implicaría una falta de desconfianza en la propia
personalidad y una falta grave de la voluntad. En realidad, cuando un hombre siente que
tiene algo importante que decir, que su mensaje es útil al prójimo, que es verdadero y
valioso, que puede hacer un bien, tiene motivos suficientes como para anular el temor
inicial y lanzarse en el campo de la oratoria sin miedo.
¿Existe algún remedio contra el temor oratoria? Si el miedo es el natural en todo orador o
en todo principiante, lo existe. En el caso de que este miedo sea terror obsesivo, la
solución se interna en el dominio de la sicología o la siquiatría. Algunos oradores
experimentados y algunos tratadistas han propuesto ciertos consejos útiles:
Esto consiste ponerse de pie y no subiendo los hombros, sino elevando el pecho en su
posición natural. Hagamos reposar todo nuestro peso sobre los tacos.
Apoyemos una mano sobre nuestra cabeza. Tratemos ahora de apartar la mano del pelo,
sin levantar los tacos. Hagámoslo, no con los músculos del brazo, sino tratando de
conservar la máxima altura que nos sea posible. Ahora estamos erguidos, el abdomen
para adentro, la manzana de Adán y el pecho altos, la nuca pegada al cuello de la camisa.
¿Hemos levantado los hombros? En este caso, relajémoslos, y bajémoslos. Es el pecho el
que debe estar altos, no los hombros, sin bajar el pecho exhalemos. Mantengámoslos alto
hasta que salga la última pizca de aire.
5.10.3. La relajación
El reposo es el fundamento de una buena voz. ¿Cómo hacer para lograr esto? Primero,
aprendamos a “relajar” el cuerpo. Todo nuestro organismo influye sobre las cuerdas
vocales.
Una persona puede conversar en una convivencia entre amigos todo el día, sin tener
dolor de garganta. ¿Por qué, entonces, tiene que contraer esta afección cuando trata de
hablar en público con cierta extensión? La respuesta es una sola palabra: tensión. No
Para combatir aquello, se recomienda cerrar los ojos. Pensemos en un bostezo. Sintamos
a punto de bostezar. Comienza, ya lo sabemos, con una profunda inspiración; cierto es
que la necesidad de más oxígeno es lo que provoca el bostezo. Al inspirar, y antes de que
se produzca el bostezo, la garganta está abierta y relajada. Entonces, en vez de bostezar
hablemos. Pensemos en “No”. ¿Sonó bien? ¿Por qué? Porque las condiciones en que se
produjo el sonido eran las adecuadas.
Sin embargo, si dejamos que el aire salga con rapidez, hablaremos sofocadamente,
entrecortadamente. Los tonos serán poco claros. Poco agradables. Poco audibles.
¿Cómo, entonces, dominar esta fuga de vigor vocal? La garganta no tiene nada que ver
con la salida del aire. La garganta no nos comprime los pulmones. Lo comprimen el
diafragma y las costillas. A estos tenemos que dominar, hagamos que la comprensión sea
lenta, delicada, al tiempo que decimos “a”.
Veamos por cuánto tiempo podemos mantener este tono sin oscilaciones.
Luego, sigamos con las otras notas: e, o, i, u.
Unos de los mejores métodos para desarrollar fuerza y actividad en la punta de la lengua
consiste en gorjear la r. Pronunciémosla incesantemente, como un canario.
Imitemos el sonido de una ametralladora lejana. No es sólo una sucesión de erres lo que
necesitamos, es un gorjeo. El gorjeo de la erre es un ejercicio importante; pero no
creamos que con ejecutar éste y otros ejercicios un minuto por semana y olvidarlos el
Semejante tono, en semejantes condiciones, no agrada. Una quijada rígida deforma este
molde bucal, y estropea la belleza y precisión de los sonidos que surgen de él.
Inclinemos la cabeza hasta el pecho hasta que la barba nos toque la camisa.
Levantemos toda la cabeza, excepto la mandíbula interior. Si la relajamos
completamente, la fuerza de gravedad nos la mantendrá caída, del mismo modo
que nos mantiene pegada a los muslos las manos relajadas.
Sentémonos así, con la mandíbula relajada, la boca abierta y el mirar perdido,
como los impedidos, hasta que nos parezca un peso extraño al resto de la cabeza
el de la mandíbula.
Apoyemos los dedos a un centímetro por delante de los oídos, donde la mandíbula
inferior está enquiciada. Abramos la boca. Mastiquemos. Notemos el movimiento
debajo de los dedos. Cerremos la boca nuevamente, y dejemos caer nuevamente
la mandíbula. Si lo hemos hecho correctamente, no notaremos con los dedos el
movimiento que notamos antes.
Recordemos que solo podemos dominar la mandíbula relajándola. Practiquemos
pues, estos ejercicios hasta que la mandíbula sea una dócil servidora en vez de
una rígida entorpecedora.
Flexibilidad de los labios.
La tensión nerviosa, a la que suele estar muy expuesto el orador principiante,
sobre todo en el comienzo de su discurso, se manifiesta casi siempre por el
estiramiento de los músculos de la garganta y a la rigidez de la mandíbula y los
labios. Ya hemos explicado más arriba cómo se puede relajar la mandíbula.
Hablemos ahora de los labios rígidos, inflexibles. Son un inconveniente y un
peligro.
Los labios deben estar libres y flexibles para que colaboren en las producciones de
tonos claros y hermosos. Por ejemplo, ejercitamos con la palabra sopa. Al decir,
so, redondeamos los labios y pongámoslos salientes. Al decir pa, recojámoslo
tanto como sea posible. Exageremos el movimiento. Hagamos una como sonrisa.
Supongamos que estamos para fotografiarnos. Repitámoslo ahora rápidamente:
sopa, sopa, sopa, sopa.
Convirtamos esto en frase y sigamos practicando:
o y bebo sopa, sopa yo bebo, yo bebo sopa, sopa yo bebo (...)
o Repitamos muchas veces las siguientes frases, exagerando el movimiento
de los labios:
o Detente sombra de mi bien esquivo. Que tu forma fantástica ceñía.
o Íbamos por el pálido sendero hacia aquella quimérica comarca.
Los tres principios fundamentales de la buena producción de tonos son: el dominio del
aire, la relajación y la resonancia. Ya hemos tratado de los dos primeros; veamos, pues, el
tercero: la resonancia. ¿Qué fortalece y embellece el tono de la radio? Los parlantes.
Nuestro tronco sirve como caja de resonancia de la voz. El tono inicial es producido por
las cuerdas vocales, pero éste se eleva y repercute contra la huesosa contextura pectoral,
los dientes, el cielo de la boca, las cavidades nasales y otras partes de la cara .Éste
retumba, da a la voz su más importante cualidad. Imaginemos la voz como un misil que
surge del diafragma, pasa por la garganta relajada y se deshace en una lluvia de sonidos
contra las ventanas de la nariz y otras partes huesosas de la cabeza.
Nuestro problema no consiste en hablar con resonancia. No se nos podría oír a cinco
metros si no fuese por ella. Nuestro problema consiste en hablar con mayor resonancia.
He aquí algunos ejercicios que nos darán buena resonancia en la cabeza, y mucho poder
de sugestión en la voz.
Inspirar profundamente. Espirar gradualmente con un suave sonido sibilante que forme
consonantes. Repetir y sin dejar de silbar, cerrar repentinamente los labios sin interrumpir
la corriente de aire, que se desviará hacia la nariz, revolviéndose en una m nasal.
Intercalar la “m” con la “n” varias veces, manteniendo siempre la resonancia, como la
palabra mínimo repetida continuamente. Observar dónde se percibe la sensación del aire
que vibra.
Tres buenas razones nos hacen recomendar la lectura de esta poesía. Es beneficiosa
para la resonancia nasal. Como ya hemos señalado, inspiremos profundamente y luego
tratemos de sentir, mientras leemos y desalojemos el aire, la misma sensación en la
cabeza que cuando inspirábamos.
Leamos también esto para desarrollar la fuerza y agilidad de la lengua, y por último,
leamos estos versos para adquirir tonos briosos, tonos de ímpetu, de vitalidad. Leamos el
primer párrafo en falsete.
“Al sonante bramido del piélago feroz que el viento enseña lanzado atrás de la Tura la
corriente; en medio del denegrido cerco de nubes que de Sirio empaña cual velo funeral la
roja frente; cuando el cárabo oscuro Áyes despide entre la breña inculta y a tardo paso
soñoliento Arturo en el mar de occidente se sepulta; a los mustios reflejos con que las
No es preciso gritar a voz en cuello para que nos oigan en un salón grande o al aire libre.
Solo es menester emplear adecuadamente lo voz. Un susurro, reforzado por los tonos
correctos, se escuchará en cualquier rincón del más amplio teatro o lugar.
Por lo tanto, vayan algunos consejos que nos permitirán hacernos escuchar más
fácilmente:
Esto nos explica porqué muchas veces algunas voces que parecen potentes a quienes las
escuchan de cerca, apenas las pueden escuchar quienes están algo alejados.
Hablemos con nitidez. Cuando carecemos de esa nitidez, se hace necesario pronunciar
óptimamente. Que delicia resulta escuchar a alguien que la posee. Es señal casi infalible
de refinamiento y cultura.
Pero resulta conveniente advertir que todos pueden mejorar su pronunciación con muchos
ejercicios.
A los sordomudos se les enseña a mover con exactitud los músculos de los labios,
mejillas y lengua. Y el objetivo es que aprendan a hablar más nítidamente que cualquiera
que posea la facultad de oír. Imaginemos, pues, lo que sería semejante adiestramiento a
un hombre normal.
Los sonidos más fáciles son los consonantes que se pronuncian cerrando los labios. Son
tres: p, b (v), y m. He aquí algunas reglas:
Apretemos siempre los labios fuertemente para pronunciar estos sonidos. Más
fuertemente de lo que estamos acostumbrados a hacer y por mayor tiempo. Mucha
gente apenas junta los labios, Exageremos el sonido casi por si fuera doble:
Camacamma , Capacappa , Cabocabbo
Del principio: Esta parte se compone de dos partes a su vez, que son: exordio y
proposición.
El exordio tiene por objeto preparar el ánimo de los oyentes y disponerlos para que nos
escuchen con atención, docilidad y benevolencia. Es indispensable y debe ser trabajado
con mucho cuidado y precaución. Por ahora conviene tener presente una regla de
carácter general que dice que:
Por lo tanto, nunca crea que cuenta con la atención, docilidad y benevolencia del
auditorio. Éste no pierde nunca la conciencia de su superioridad, ni olvida jamás que él,
en cierto modo, tolera o reprueba la presencia del orador.
Por otra parte, su atención es sumamente deleznable y difícilmente dura más allá de cinco
minutos. El orador debe estar continuamente solicitándola y provocándola. Esto se hace
muy difícil si la primera impresión no le satisfizo.
Nos interesa conocer las clases de exordio como las reglas del mismo.
Clases de Exordio. Los exordios no son ni pueden ser siempre iguales: el estado de
ánimo del auditorio y su capacidad, nos obligarán a considerar exordios distintos y
acomodados para cada ocasión (Cabello, 2019).
Cómo caer bien, cómo conquistar la simpatía, desde el primer momento, es más una
cualidad natural que una ciencia. (o ¿definitivamente un don?)
De todos modos, piense mucho y muy bien el orador, desde el primer momento. ¿Qué
será lo que más agradará al público? ¿Qué y en qué forma querría que le hablaran? Hace
falta un tino especial para conocer, con anterioridad, el estado favorable o desfavorable
del auditorio.
Tenemos, por consiguiente, dos situaciones distintas, en cuando al exordio: las que
proceden ante públicos favorables y las que proceden ante públicos desfavorables.
Cuando el público es favorable, nos basta con conseguir:
a) su atención;
b) su docilidad;
c) su benevolencia
Hasta aquí las principales advertencias, para cuando el auditorio sea favorable.
Le tiene sin cuidado lo que yo voy a decir o, sencillamente, está acostumbrado a no oír,
como ocurre en las sesiones legislativas que uno ve a menudo. En este caso, y en
general, cuando el auditorio está cansado, por lo avanzado de la hora, o porque han
hablado muchos oradores, conviene lo siguiente:
Están convencidos de lo contrario de lo que vamos a decir: otros oradores los han ya
preconcebido y están en contra nuestra.
El fondo de nuestro exordio, en este caso, deben ser los contrarios. Empezaremos por lo
que ellos tuvieron más firme y que más impresionó al auditorio; declarando que es lo que,
en realidad, menos vale y preocupa.
Nos presentaremos perplejos, porque la facilidad para contestar, nos desorienta, sin saber
por dónde empezar.
5.11.6. De la proposición
Indicada la proposición, se dirán sus partes principales, que son, generalmente, las
premisas de los argumentos que forman la confirmación.
Cuando los argumentos del discurso son más de tres, conviene resumirlos en tres
principales. No conviene hacer una división superior a ese número, al indicárselo
al auditorio, porque se confunde y se alarma si son muchos, por no decir que se
predisponen negativamente.
La proposición debe presentarse con toda claridad y sencillez: en ella, cambia
totalmente el estilo y debe ser como un descanso entre el exordio y la
confirmación. Ninguna figura, ninguna declamación. El tono de la voz corriente, el
ademán tranquilo.
Después de dicha la proposición y antes de entrar en la confirmación, deberá el
orador hacer una pausa, relativamente larga, para descansar y dejar descansar al
auditorio de la suspensión en que lo ha tenido el exordio.
Finalmente, cuidarse mucho de no omitirla nunca. Siempre se dirá de qué se va a
hablar, cómo se hará y en cuantas partes está dividido.
Debe cuidarse también de advertir, al terminar, las partes o puntos en que
dividiremos el discurso, que ahí termina una y empieza otra.
Así: “Hemos visto tal cosa que nos propusimos demostrar; veamos ahora tal otra”.
5.11.7. De la confirmación
Al estudiar los tópicos y los argumentos hemos visto gran parte de lo que corresponde a
la confirmación.
Veamos ahora su orden y distribución. Lo más importante es saber cómo disponer los
argumentos.
¿Empezaremos por lo más débiles, para decir al final los más fuertes, o al revés? Sobre
esto hay distintas opiniones.
Otros defienden el método progresivo que entrega los argumentos débiles primero,
después los fuertes y, por último, los más fuertes.
Finalmente, otros quieren que primero se digan los más fuertes, para ganarse desde
luego al auditorio. Aparte de su mayor o menor fuerza de convicción, otros defienden el
orden de colocación, según la naturaleza del argumento: primero los que dicen relación a
la cosa misma; después los que se refieren a las partes o propiedades de la cosa y,
finalmente, los que tratan de los efectos de la misma.
La última opinión la desestimamos por ambigua e innecesaria. De las otras creemos que
la más aceptable es la que pide poner primero los argumentos fuertes, después los
débiles y después los muy fuertes (Arcieñega, 2023).
De esta manera el auditorio queda amarrado por la primera y la última impresión, que son
siempre las más decisivas.
Se dice que los novelistas y cuentistas son, de los hombres de letras, quienes más ganan
dinero entre los artistas. Un novelista tiene ganancias muchísimos mayores que un
historiador o un poeta de talentos iguales y aún superiores. El afán del público es que le
narren cosas interesantes.
Si el relato pertenece a la experiencia propia de quien lo narra, mejor todavía. Esto gusta
mucho más aún al público.
Es difícil, arduo, para el auditorio medio, seguir proposiciones abstractas por mucho rato.
Los ejemplos son más fáciles de escuchar, mucho más fáciles. ¿Por qué entonces no
comenzar con un ejemplo? Es difícil convencer a los novatos de esto. Todos lo sabemos,
todos los profesores lo hemos intentado. Creen que deben comenzar con algunos juicios
Quizá la manera más sencilla del mundo para atraer la atención sea la de mostrar algún
objeto para que el público lo mire.
El uso de este recurso es uno de los métodos más seguros y sencillos para abrir la mente
de los oyentes y entrarnos en ella. Cuando otras estrategias resulten inútiles, recurramos
a ésta, sabiendo que es riesgosa porque se corre la posibilidad que el auditorio no
participe a propósito. (pregunta retórica)
¿Por qué no comenzar un discurso con una cita de algún orador famoso?
Las palabras de un hombre famoso siempre atraen la atención. Por esto, una cita
apropiada es la mejor manera de iniciar una alocución. Si el orador hace una pausa
después de la cita, el efecto es mayor (Richardson, 2022).
Comencemos con algún punto que toque directamente los particulares intereses y
realidades del auditorio. Ésta es una de las mejores maneras de comenzar. No puede
menos que atraer la atención. Todos sentimos el mayor interés por lo que nos atañe
directamente.
Esto es más que sentido común. Sin embargo, su aplicación no es nada común. ¿por qué
no comenzar, entonces con estas palabras?: “El tema que voy a tratar afecta sus
negocios, señor Cabello, y los suyos, señor Mihovilovic. La verdad, afecta en cierto modo
el precio de la comida que comemos y el del alquiler que pagamos. Toca, en fin, el
bienestar y la prosperidad de todos nosotros”. ¿No es mejor? La contextualización del
mensaje conecta a las personas que escuchan con el orador.
Aunque para algunos es una técnica fácil, resulta una de las más difíciles. A los auditorios
les agrada esto. Pero corre el peligro quien lo use de dejarse notar la falta de ingenuidad.
Queremos el arte que oculta el arte. En otras palabras, hacer “casual” al discurso es un
gran método, pero difícil de lograr.
Luego de haber esbozado algunas palabras acerca del exordio debemos abordar la
segunda parte del discurso, según Aristóteles.
En tanto, la refutación, resume y considera las objeciones que se pueden hacer a nuestra
proposición, y que las habremos sacado también de nuestros tópicos.
5.13. Finalmente, conviene decir algunas palabras del tercer elemento del discurso:
Del Fin
Se debe advertir que hemos terminado lo que queríamos demostrar y se dice que vamos
a resumir. El resumen será muy breve: las conclusiones más importantes y nada más.
Dicho eso entramos en la peroración. ¿Para qué sirve esto? Para mover y exaltar los
afectos y sentimientos; para arrastrar la voluntad de los oyentes. Es al final, la última
impresión. Por tanto, debe ser tremendamente estudiada y contundente.
La última impresión borra todas las anteriores. En realidad, el éxito consiste en empezar
bien y terminar bien. Creo que era Cicerón, así lo he visto citado, el que decía que
bastaba un buen exordio y una buena peroración; al medio no importaba que se echaran
piedras.
¿Quieren saber en qué parte del discurso tenemos mayor probabilidad de revelar nuestra
inexperiencia o nuestra pericia, nuestra ineptitud o nuestro tino? Obviamente: en el
comienzo y en el final. Hay un viejo refrán en el teatro, que se refiere, desde luego, a los
actores, y dice así: “por las entradas y los mutis los conoceréis”.
Por ejemplo, en una recepción, ¿cuáles son las proezas más decisivas, sino una entrada
elegante y una elegante despedida?
¿Cuáles son sus errores más comunes? Analicemos algunos y busquemos remedio.
Primero tenemos el individuo que concluye diciendo: “Bueno, esto es todo cuanto tenía
que decir sobre este asunto, de modo que será mejor que termine”. Esto no es un final.
Eso es un desatino, por decir algo suave. Es casi imperdonable. Si se ha dicho todo
cuanto se tenía que decir, ¿por qué no dar el golpe de gracia directamente, sentarse y
poner fin, sin hablar para nada de poner fin? Hagamos esto, y la inferencia de que ya
hemos dicho cuanto teníamos que decir lo dejaremos, con mayor riesgo y mejor gusto,
librada el discernimiento del auditorio.
¿El remedio? Un final debe ser planeado con tiempo, ¿no es verdad? ¿Es prudente tratar
de planearlo frente al auditorio, sometidos al esfuerzo y a la tensión del discurso, ocupada
la mente en lo que estamos diciendo? ¿No sugiere el sentido común la conveniencia de
prepararlo tranquilamente de antemano?
El principiante que choque con la experiencia de estos hombres rara vez tendrá que
lamentarlo. Es prudente que sepa muy definidamente con que ideas o imágenes
terminará. Debe ensayar el final varias veces, para lo cual no será necesario que emplee,
exactamente, la misma fraseología cada vez, aunque sí que ponga claramente las ideas
en palabras. Un discurso improvisado, durante su ejecución, debe muchas veces ser
alternado grandemente; ha de cortárselo y mutilárselo para hacer frente a circunstancias
imprevistas, para armonizar con las reacciones de los oyentes; por esto, es muy prudente
tener dos o tres terminaciones preparadas. Si una de ellas no viene al caso, otra
probablemente sí venga. Por eso, la flexibilidad debe ser una de las características del
orador.
Algunos oradores ni siquiera logran llegar al final. En mitad del camino comienzan a
titubear y se atascan, como un motor el cual se le terminase el combustible; luego de
algunas arremetidas desesperadas, concluyen por paralizarse completamente,
derrumbando lo que habían logrado edificar. Necesitan evidentemente, mejor preparación,
más práctica, más combustible en el tanque. Muchos principiantes terminan demasiado
de prisa. Ese método de terminar carece por completo de sutileza. A decir verdad, no
tienen terminación, se limitan a cesar de improviso, bruscamente. El efecto es
desagradable, denota un principiante. Es como si un amigo, en una reunión, dejara de
conversar repentinamente con nosotros y saliera de la sala sin despedirse.
b) Terminación humorística
Dejarlos siempre riendo, decía Jorge Cohan, cuando digas adiós si tenemos facilidad para
ello, y material, ¡magnífico! Pero ¿cómo lo haremos? Ése, como decía Hamlet, ése es el
problema.
De todos los métodos para terminar un discurso, ninguno es tan aceptable cuando está
bien hecho como el de la poesía. Por cierto que si tenemos la estrofa adecuada para
remate del discurso, ello es lo ideal. Da al discurso el sabor apetecido. Lo enaltece, lo
dignifica, lo embellece, le presta individualidad.
Pues bien, aprovéchese ahora, suéltese la rienda del estilo. El estilo debe ser figurado,
rico en exclamaciones y contrastes; y los pensamientos grandes, profundos, de universal
aplicación. En una palabra todo debe ser solemne y patético. Si es de mucha importancia,
es también de mucho peligro, la peroración. Qué fácil es caer en lo falso y ridículo.
Los emotivos tengan cuidado de no excederse; los intelectuales, sean también parcos en
la moción de afectos, porque pueden parecer exagerados y amanerados. Procure cada
cual, terminada la confirmación y a punto de hacer la peroración, sentir, sentir vivamente
el tema que desarrollan y proyectarse en ideas y sentimientos trascendentales,
universales, solemnes.
La técnica heurística de la Uve fue inventada por Gowin (1981) como una
estrategia para resolver un problema o para entender un procedimiento, ha sido
aplicada en educación básica, educación media y en la universidad. Gowin
propone la Uve como una herramienta para ser empleada al analizar
críticamente un trabajo de investigación, entender un experimento en el
laboratorio, en una enseñanza dirigida para promover un aprendizaje
significativo, así como “extraer” el conocimiento de tal forma que pueda ser
utilizado en la resolución de problemas.