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IGLESIA URBANA
Bienvenidos a nuestra clase final de iglesia urbana, los últimos temas que
trataremos son: cómo construir redes para el Reino y señales de esperanza en la
ciudad.
El primer paso para construir las redes del Reino en la ciudad es CONOCER TU
CIUDAD. No des esto por sentado porque nunca se termina de conocer una
ciudad!
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IGLESIA URBANA
¿Cómo lo hacemos?
Primero, debemos asegurarnos que toda la iglesia entienda la prioridad de
desarrollar redes de relaciones en la ciudad.
En general hacemos evangelismo y redes hasta que tenemos suficiente gente
para comenzar un culto. Luego el enfoque cambia a tener toda la atención en el
cuidado de los reunidos. Una iglesia así difícilmente siga con su dinámica de
crecimiento.
Principio clave: NUNCA se termina de hacer redes evangelistas.
No solo busques a los pastores formados sino aquellos que no son académicos
pero que conocen a la ciudad, tienen ministerios exitosos, y han recibido poder
de su vida caminando entre la gente, conociéndola y amándola más que
cualquier otro. Afírmalos y construye puentes con ellos.
Necesitamos desesperadamente pastores que se comprometan con una gran
energía a construir redes y liderazgos de otras iglesias, especialmente de otros
países.
Esta gracia común es dada sobre todos sin importar aun si son ateos, o cristianos,
si han hecho algo o no para merecerlo. Es gracia, es regalo.
En la ciudad podemos ver importantes señales de la gracia común de Dios,
donde las personas se benefician de muchas bendiciones a veces sin darse cuenta
o sin merecerlo, solo por habitar en la ciudad.
Ejemplo de esto son las estaciones de policía, hospitales, colegios públicos,
agua, electricidad, y tantos otros servicios que la ciudad nos brindar.
Aun sin ser cristianos, conceptualmente estas personas son el canal de la gracia
de Dios para bendecir a las personas: médicos, docentes, arquitectos, y tantos
más. Dios les ha da talentos y gracia para bendecir a los otros.
Los parques escuelas bibliotecas, cárceles, calles y gobierno son pagados por la
plata de los impuestos. Los ministros de las iglesias y las agencias misioneras
son pagadas por la plata el diezmo. Pero en verdad, se trata de plata de Dios.
La gracia de ambos casos se deriva de los recursos de Dios.
Esto nos muestra que nosotros somos llamados a vivir con gente que no
tiene fe, o no tan fuerte como la nuestra.
Debemos cultivar relaciones de gracia común para vivir y crecer en la ciudad.
Las ciudades son regalos para las personas. La obra de Dios en la ciudad es más
comprensiva que la multiplicación de los ministerios de la iglesia dentro de ella.
Seremos la iglesia que vea a las ciudades como una oportunidad difícil pero
liberadora, que nos llevará a encarar este desafío mediante un entendimiento más
profundo de su comunidad y una nueva visión para su ministerio
Indudablemente estas 3 reacciones reflejan diferencias teológicas.
La percepción que tengamos de la iglesia y de la ciudad pueden definitivamente
limitar el alcance que tendremos en las comunidades donde Dios nos ha puesto.
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados
de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la
cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de
venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a ordenar que a
los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de
luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas
antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades
arruinadas, los escombros de muchas generaciones”.
ISAIAS 61:1-4, el llamado de Dios a restaurar las ciudades!