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integracion

José Luis García Delgado*


Juan C ~ QJiméneo
S **

ción final de la peseta en el euro. Empeñando en


ello su saber y su prestigio, bien podría procla-
mar, como el príncipe Hal a Falstaff: (([Llegué]
hasta donde pude estirar mi moneda; y cuando
no, me he valido de mi crédito)).

El tiempo, como escribiera Shakespea- Saber y credibilidad son dos virtudes


re, se mueve con distinto ritmo según las perso- que no le han faltado nunca al profesor Rojo. Y
nas: «Yo os puedo decir con quién va al paso, unida a ellas, como rasgo común de toda una
con quién trota, con quién galopa y con quién se generación de españoles que creció al tiempo
queda quieto)), se jactaba Rosalind ante Orlan- que iba haciendo suyo el «¡ayer es nunca ja-
do en Como gustéis. Pues bien, Luis Angel Rojo más!)), una especial inclinación hacia el trabajo,
es uno de esos hombres que parece tener la vir- sin rehuir esfuerzos y aun sacrificios, lo que de-
tud de aquietar el tiempo, y aun de ganarle el vendrá en incuantificable -pero decisivo- efac-
paso, incluso en épocas tan aceleradas como la tor de crecimiento)) de la España contemporá-
que a él le ha tocado vivir. Por otro lado, quizá nea. Expresión, a su manera, de ese ((deseo so-
fuera la fuerza del destino -por decirlo ahora al cial de desarrollarse))que Fuentes Quintana ha
modo de Verdi- la que dirigiera en un momento elevado a la categoría de ((primera fuerza que
clave su carrera profesional hacia el Banco de empujó a la economía española hacia su desa-
España y, con ello, su atención preferente hacia rrollo)) desde el decenio de 1960, e incluso an-
la política monetaria y el manejo de la peseta. tes. El propio Rojo lo ha expresado reciente-
Aquel niño que jugaba en la acera contigua al mente con palabras muy parecidas en su ensa-
portal familiar de la calle Alcalá de Madrid, casi yo "El largo camino de la política monetaria
frente al Banco de España, iba a dejar, con los española hacia el euro", al referirse al hilo con-
años, un sello personal imborrable en esta insti- ductor básico que explica los cambios en la eco-
tución. Un designio sin duda fundamental para nomía española de los últimos quince años: «el
entender la trayectoria de la economía espaílo- deseo del país de incorporarse plenamente y
la en el último tercio del siglo XX y su definitiva con todas sus consecuencias al proceso de inte-
inserción en Europa, incluida la brillante muta- gración europea)).

Naturalmente, se está hablando de la


* Rector de la Universidad Internacional Menen- generación del 50, esto es, la de los nacidos ya
dez Pelayo. Academico de número de la Real Academia de avanzados los años veinte o en los primeros
Ciencias Morales y Políticas. treinta. Una generación con muy difíciles co-
* * Profesor titular de la Univesidad de Alcala. mienzos -en el sombrío decenio de 1940-, pe-

P A P E L E S
LUIS ANGEL ROJO Y LA L~YTPCRACIC)N 3SR IC,L E U R Q

El Rey Juan Carlos recibe al nueyo gobrrna-


dor de1 Banco de España, Luis Angel Rojo,
en el Palacio de la Zarzuela (30-7-92). manística y científica, así como en diversos ám-
bitos profesionales; lo es, desde luego, en el del
estudio y la docencia de Economía en la España
del último medio siglo, con nombres bien cono-
ro con una abundante cosecha de realizaciones y cidos que han influido, y no pocas veces deter-
logros en el curso de su alargada presencia en la minado, el desarrollo de una parte sustancial de
escena pública española. Eso no puede discutir- lo hecho durante decenios enteros.
se, por ejemplo, en el campo de la creación ar-
tística, desde la pintura -¿habrá que recordar lo Y bien, Rojo, que pronto será reconoci-
que supuso, desde fechas bien tempranas, Dau do como precoz maestro de multiplicadas pro-
al Set y El Paso?- a la música; en el dominio de mociones de economistas y que enlaza en su pe-
la arquitectura, con algunos de los nombres más riplo académico tanto con uno del los grandes
internacionales de los arquitectos españoles de del 27, esto es, con José Castañeda -en lo que
todo el siglo, y, por supuesto, en el de la creación a la formalización de los estudios de Teoría Eco-
literaria en todos sus géneros, y particularmente nómica se refiere-, como con uno de los mejores
en la poesía y en la narrativa. Pero también es del peldaño generacional del 36, es decir, con
sostenible en el terreno de la investigación hu- Joan Sardá -en sus primeros pasos en la cáte-

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dra madrileña y en el Servicio de Estudios del -un dificil reto que reclamó para sí, y en el que
Banco de España-, no es sino uno de los benja- dejó patente su voluntad de aprender- y la rea-
mines, por fecha de nacimiento (1934), de esa lización de estudios de coyuntura económica; y,
generación del medio siglo, fértil igualmente en por supuesto, su labor editorial en la redacción
el plano del estudio y de la enseñanza de disci- de Información Comercial Española, convertida
plinas económicas y en el de la política económi- por Fuentes en cauce de expresión de los traba-
ca. Una generación toda ella, añádase, con mar- jos de aquel magnífico laboratorio económico.
cada sensibilidad para advertir y ponderar las Puede decirse, pues, que su paso por el Ministe-
dificultades y los riesgos, los obstáculos y los rio de Comercio fue decisivo para moldear a un
costes de una evolución colectiva -la de la eco- Rojo en estrecho contacto con la realidad, entre-
nomía española de la segun- gado al mejor conocimiento de
da mitad del novecientos-, la economía española, enfren-
pero también para impulsar tado a sus problemas e inclina-
con acierto la marcha hacia la do, por tanto, a su resolución
modernización de la España La función práctica, al tiempo que con-
de nuestro tiempo. No ha sido solidaba una espléndida for-
el suyo, en todo caso, un tiem- pública adquirió mación teórica. El paso por la
po vacío de acontecimientos. London School of Economics
enseguida -durante el curso 1 961 -62-
Pleno lo ha estado, y el acceso a la Cátedra en
en efecto, el trecho recorrido
en Rojo 1966 -la primera de Teoría
por la economía española des- una dimensión Económica, vacante por la ju-
de que Luis Ángel Rojo con- bilación de Valentín Andrés
cluyera sus estudios de licen- añadida, y Álvarez- expresan, por otro la-
ciatura, en 1955, y se incorpo- - do, cómo la función pública
rara al servicio público tras mutuamente adquirió enseguida en Rojo
obtener brillantementeuna pla- una dimensión añadida, y mu-
za de Técnico Comercial del Es- enriquecedora, tuamente enriquecedora, a tra-
tado en 1957. Una fecha, como vés de la labor universitaria.
se sabe, cargada de simbolis- a través de Luego, en forma de escalón de-
mo, pues, mientras en España cisivo al que habrá que pres-
la autofagia autárquica -ex- la labor tar una atención más detenida,
presión de otro de los maes- llegaría su incorporación al Ban-
tros del 27, Manuel de To- universitaria co de España.
rres- ahogaba aún nuestras
posibilidades de crecimiento, Como es obvio, esta
en Europa se ponía en mar- trayectoria profesional de Luis
cha, con el Tratado de Roma, Ángel Rojo coincide con el de-
un proceso de integración económica al que ni re- curso que separa el Plan de Estabilización de
motamente podía aspirarse, por no pocas razo- 1959 de la integración en el euro con que arran-
nes, en aquellos momentos. Estuvo el joven Rojo ca el siglo XXI: un período de muy profundos
participando, desde la Secretaría General Téc- cambios en la economía española y en el entor-
nica del Ministerio de Comercio, dirigido por Ullas- no internacional en el que ésta se mueve. En el
tres, en las tareas preparatorias del Plan de Esta- conjunto de esos años, la renta per cápita de los
bilización de 1959, y luego, ya bajo las órdenes españoles se ha cuadruplicado aproximadamen-
inmediatas de Fuentes Quintana, en distintas te en términos reales, y el diferencial de renta
funciones dentro del Servicio de Estudios del Mi- con el promedio europeo se ha reducido a me-
nisterio de Comercio. Así pues, y siendo número nos de la mitad: de los 4 0 puntos porcentuales
uno de su promoción, no pidió dentro de éste de 1960 a los 17 de 2000, si se toma como re-
ninguno de los destinos comúnmente más ape- ferencia a los quince países actuales de la Unión.
tecidos, sino otro, incipiente aún, dentro de la Fruto, todo ello, de un intenso proceso de capi-
Secretaría General Técnica de Manuel Varela, talización y de avance tecnológico, propiciados
pero muy ajustado a su vocación: el Servicio de ambos, entre otros factores, pero de un modo
Estudios. muy determinante, por una continuada apertura
al exterior -el coeficiente de exportaciones e im-
Allí desempeñó funciones no sólo de portaciones respecto del producto interior bruto
asesoramiento, sino, particularmente, ligadas a se ha multiplicado por cuatro entre 1960 y
la investigación económica: entre ellas destaca la 2000, y en proporciones mucho mayores los flu-
elaboración de la balanza de pagos de España jos de capital- y, también, por el progresivo des-
do contribuciones individuales que han resultado
decisivas para señalar el camino, y allanarlo en
ocasiones. Sobre todo cuando no eran pocas las
presiones para que la economía española burlase
el fiel de la estabilidad macroeconómica, factor
que ha terminado revelándose, en contra de al-
gunas doctrinas y prácticas prevalecientes hasta
hace bien poco, quizá como el más decisivo -la
precondición, si se quiere, junto con la liberaliza-
ción económica- para un crecimiento sólido y
continuado. No todos lo vieron con igual antici-
pación y claridad, ni gozaron de la posibilidad de
imbuir a la política económica de las dosis preci-
sas de estabilidad y de rigor técnico. Luis Ángel
Rojo pudo, quiso y supo, y lo hizo, además, des-
de posiciones claves de la conducción de la políti-
ca monetaria. Por eso, su responsabilidad en la
integración de España en el euro no es tangencia1
ni episódica, sino esencial y continuada durante
las últimas cuatro décadas. Es lo que quiere de-
mostrarse en las páginas que siguen, en un in-
tento por trazar un apunte sintético de tan deci-
siva contribución.

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El brillo de la autoridad de Rojo como


Gobernador del Banco de España en el decenio
de 1990, dirigiendo los pasos de la política mo-
netaria en el sentido que requería el cumplimien-
Ex-gobernador del Banco de España, to de los criterios de Maastricht, no debe oscure-
pronunciando una conferencia cer un esfuerzo que nace del inicio mismo de su
en la sede de la Fundación Barri6 de la Maza,
el 18 de diciembre de 2001. carrera académica y profesional, y que adquiere
un rumbo excepcional con su incorporación a la
dirección del Servicio de Estudios del instituto
emisor a comienzos del decenio de 1970. Este
nombramiento supone, sin hipérbole alguna, un
montaje del entramado interventor construido jalón decisivo en la trayectoria del Banco de Es-
durante décadas. Ninguno de estos procesos ha paña, posteriormente conducida por Rojo desde
sido lineal, ni el de convergencia con Europa ni sus más altos niveles administrativos, y en la pro-
los de apertura exterior e interior -en particu- pia integración de España en la moneda única.
lar, la crisis a partir de la segunda mitad del de- Por supuesto, Rojo había desempeñado antes,
cenio de 1970 dejó una huella profunda-, pero según se ha apuntado más arriba, importantes
sí han contado con el suficiente aliento como pa- tareas de asesoramiento e investigación como
ra situar a la economía española, en los albores Técnico Comercial del Estado, pero es éste, el del
del nuevo siglo, en condiciones de incorporarse decenio de 1960, un período, sobre todo, de in-
a la primera línea de la construcción europea. tensa formación y de asentamiento intelectual. La
atención se centrará, pues, en las tres décadas
El avance por esta senda de crecimien- que transcurren desde su nombramiento como
to y de modernización ha sido, ocioso es seña- Director General de Estudios del Banco de Espa-
larlo, una tarea colectiva. Pero también ha habi- ña en 1971 hasta su despedida como Goberna-

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Conferrii~-iaeri la Lliiivrrsidad de Valladolid
sobre "La gli>t)alizacií~nt*concímica y la crisis".
dor del Banco de España, en las que su papel en 4 de mayo dr 1999
la conducción de la política económica española
alcanza un mayor relieve.

Rojo llega al Banco de España, tam- pensamiento macroeconómico actual, fechado


bién se ha dicho ya, con una sólida formación en 1965. Legado formativo que en ningún mo-
económica. Una formación teórica que, en al- mento constituyó para él una doctrina monolíti-
guien dotado de su particular inteligencia, ad- ca y cerrada, sino, antes bien, un cuerpo de cono-
quiere enseguida un multiplicador efecto prácti- cimientos admitido con espíritu crítico y sometido
co, provechosamente explotado, además, gra- al contraste de los hechos y de las circunstancias
cias a su tenacidad y a la proverbial sensatez de históricas, como corresponde a una ciencia em-
su talante intelectual. La plena dedicación, des- pírica, que es como siempre ha concebido Rojo
de el principio, a su labor de economista, y su la Economía. De todo ello, de lo profundo y de lo
autoexigencia, unida a la rectitud moral a prue- sensato de sus ideas macroeconómicas, dejaría
ba de otras tentaciones que siempre impuso a su buena muestra en las sucesivas ediciones, a par-
trabajo, auguraban ya en él, como así fue, una tir de la primera de 1974, de su magnífico Ren-
gran capacidad de influencia en su entorno. Los ta, precios y balanza de pagos, obra de cabece-
tiempos, sin embargo, y lo arduo de la situación ra de varias generaciones de economistas espa-
de partida, no iban a hacer fácil la tarea. ñoles.

Por otro lado, no hay que olvidar que No obstante, su entrada en el Banco de
quien accedía a la dirección del Servicio de Estu- España iba a enfrentarle a una tarea -la es-
dios era un prestigioso profesor de Teoría Eco- tructuración e implantación de una verdadera
nómica formado en los moldes del keynesianis- política monetaria en España- que exigía la
mo en boga: «nos formamos)), reconoce, «en un profunda revisión crítica de cualquier plantea-
mundo económico relativamente apacible.. .»; y, miento previo y, en particular, de la teoría recibi-
en él, encajaban de un modo también muy tran- da y más comúnmente aceptada desde hacía
quilizador las políticas estabilizadoras de de- tres décadas, el keynesianismo. Las dificultades
manda del economista de Cambridge, del cono- eran sin duda múltiples, y la distancia del tiem-
cimiento de cuya obra había dejado ya por en- po no hace sino resaltar el mérito de lo conse-
tonces Rojo muestra bien patente en Keynes y el guido. Por un lado, estaba la falta de tradición, y

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Conferencia rii el Club Siglo XXI sobre
"La situación finanrirra iritrrnarional"
el 27 tlr marzo di, 2000.
emisor, con algunos nombres señeros a su fren-
te en épocas anteriores, pero que Rojo heredaba
poco más que en embrión de lo que luego sería.
hasta de voluntad, por contar con una política El esfuerzo puede calificarse de excepcional, al
monetaria digna de tal nombre, que exigía, ade- dar molde a un Servicio de Estudios que ha im-
más de sus altos requerimientos técnicos, dosis pulsado de un modo decisivo el conocimiento de
de disciplina ajenas al desarrollismo que aún re- la economía española, tanto en el plano de las
gía las líneas de la política económica española, fuentes cuantitativas -hasta convertir al Banco
en el marco autoritario en que ésta se insertaba. de España en el segundo pilar, con el INE, del
Por otro lado, estaba la necesidad insoslayable edificio estadístico nacional- como en el más pu-
-y nunca sencilla en nuestra Administración- de ramente analítico, comenzando por los informes
organizar un Servicio de Estudios que apoyase anuales, siguiendo por los boletines económico y
técnica y doctrinalmente la tarea. estadístico, y concluyendo con la magnífica serie
de monografías, incluidos los estudios históri-
Este punto merece una mención apar- cos, que han contribuido a reforzar el prestigio
te, pues se trata, sin duda, de una de las contri- de la institución, más allá de los despachos de su
buciones más singulares y meritorias de Rojo, en Servicio de Estudios.
la que dejó patente, además de su tenacidad, su
capacidad para dirigir un amplio y cualificado Completando el catálogo de dificulta-
equipo de colaboradores. Sólo a partir de una des iniciales descrito en los párrafos previos,
apuesta tan firme como la suya a favor de la ra- aquellos primeros años setenta -escenario tem-
cionalidad aplicada a la función pública, y sólo a poral del arranque de Luis Ángel Rojo como Di-
partir de sus dotes como «creador de ambiente)), rector General de Estudios del Banco de Espa-
en el sentido con que Schumpeter emplea esta ña- constituyen un período en que la agudiza-
expresión al referirse a Max Weber, se entiende ción de las tensiones inflacionistas, internas y
lo ahí realizado. Él consigue, en efecto, la mejora externas, el derrumbamiento del orden moneta-
y la tecnificación de este Servicio del instituto rio internacional de la posguerra y, pronto, la di-
fusión de los efectos financieros y sobre la eco-

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nomía real de la crisis mundial subsiguiente a zas de pagos, caída de los niveles de actividad,
1973 no facilitaban precisamente un control necesidad de intensas reasignaciones de los re-
monetario eficaz y moderno, aunque sí lo hací- cursos productivos... que no hallaron, en un prin-
an ya del todo ineludible. Lo fundamental, sin cipio, otra respuesta en los gobiernos que «com-
embargo, estaba por hacer. plejas operaciones de ingeniería económica (...)
con pretensiones expansivas y desinflacionistas
No a grandes saltos, pero sí con decidi- a un mismo tiempo)). En las particulares circuns-
dos pasos, Rojo encaminó a la política moneta- tancias de España, esto tuvo consecuencias muy
ria española en la dirección correcta, y, en rela- desalentadoras, como supo explicar magistral-
ción con ella, contribuyó también a ir creando mente Rojo en su celebrado artículo de 1981
una ((culturade la estabilidad))que fue cundien- ((Desempleo y factores reales)), publicado en un
do en otros ámbitos de la actuación de los po- número antológico (el 8) de Papeles de Econo-
deres públicos. Europa era aún un anhelo lejano, mía Española. Estaba clara para entonces «la in-
pero el Acuerdo Preferencial de 1970 y, en po- capacidad de la línea central de las ideas recibi-
cos años, el marco democrático que se fue te- das [y de las teorías keynesianas en concreto]
jiendo con el comienzo de la transición, abrían para ofrecer una respuesta eficaz a los proble-
expectativas que exigían una urgente moderni- mas planteados)).Y, al tiempo que la realidad se
zación de los instrumentos económicos y de su resistía a los viejos esquemas teóricos, tomaba
uso, de acuerdo con la creciente apertura e inte- cuerpo un cambio sustancial en el pensamiento
gración que requería aún la economía española. económico dominante, receloso del activismo
keynesiano y defensor de los postulados mone-
El propio Rojo describía, en su discurso taristas. Así, desde finales de la década, tras la
de aceptación del Premio Rey Juan Carlos de segunda gran sacudida de los precios del petróleo
Economía (1986), las complejidades prácticas y
el desconcierto doctrinal que surgen en el terre-
no de la política económica, y en particular la Con el comisario para Asuntos Económicos
monetaria, desde el inicio mismo del decenio de de la Coinisión Europea, Pedro Solbes,
1970 en todos los países occidentales: mayores en las XXVII Jornaclas <le Merratlos Financieros
celebradas en La Coruña,
tasas de inflación, déficit corrientes de las balan- el 9 tle septiembre de 2000.

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L U I S Á N G E L R O J O Y 1.A I N T E G R A I : I ~ N E N E L E 1 ; R U

en torno a 1979, unos y otros países fueron op- este cambio profundo de orientación, que refle-
tando por políticas más coordinadas y contenidas jaba, también en Rojo, una aceptación ideológi-
desde el punto de vista fiscal y, sobre todo, por ca del postulado monetarista básico que se es-
políticas monetarias que tenían como objetivo taba imponiendo en todo el mundo, aunque fue-
esencial, ahora sí, la estabilidad de los precios. ra en su versión menos radical y beligerante:
aquella que afirma que «una inflación no puede
Precisamente, el gran aporte técnico mantenerse indefinidamente sin un ritmo ade-
inicial de Rojo al frente del Servicio de Estudios cuado de expansión monetaria que la financie ni
del Banco de España fue diseñar una instrumen- puede ser dominada sin una desaceleración mo-
tación de la política monetaria, ya desde 1973, netaria más o menos intensa)). No mucho des-
que hiciera posible, tan pronto como la voluntad pués, en 1984, Rojo estaba en condiciones de
de las autoridades fuera firme en este punto, el ofrecer un excepcional apunte crítico en Keynes:
control de la inflación. Bien sabía ya entonces su tiempo y el nuestro, obra perfilada a partir de
que «el economista se ve en la necesidad de se- un gran curso monográfico celebrado en la Uni-
ñalar al político las consecuencias no queridas versidad Internacional Menéndez Pelayo; un
que se seguirán de las decisiones con las que as- tiempo, estaba claro, que no había pasado en
pira a alcanzar los fines que persigue; y el políti- balde para la validez de algunas de las más im-
co, embebido en las grandes opciones de la vida portantes prescripciones del formidable modelo
nacional, siente, a veces, que quien así le aseso- analítico formulado en los años treinta.
ra está poniendo plomo en sus alas». Pues bien,
La política monetaria en España: objetivos e La confianza de Rojo en los instrumen-
instrumentos -firmado con José Pérez en tos monetarios y en la necesidad de regular la
1977, año, no se olvide, en que la inflación es- cantidad de dinero, paralela a su recelo hacia el
pañola alcanzó la tasa del 26 por 100- es, sin activismo keynesiano y las políticas expansivas
duda, un opúsculo imprescindible para entender de demanda, había, pues, tomado cuerpo hacia
1977, por más que rechazara enfáticamente la
etiqueta de umonetarista)), al menos en su acep-
Con los gobernadores de los bancos de
ción estricta, pues, como dice, «si se utiliza una
Bélgica, Guy Quaden (a la izquierda) y de acepción muy amplia se tenderá a calificar de
Francia, Jean Claude Trichet durante la monetarista a todo el mundo, con escasa utili-
reunión del Banco Central Europeo el 30 de
marzo de 2000.

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Con el presidente del Banco Central
Europeo,Wirn Duisenberg
y el Vicepresidente, Christian Noyer,
dad». Pablo Martín Aceña lo ha expresado muy en rueda dq prensa celebrada en Madrid.
ajustadamente en El Servicio de Estudios del el 30 de marzo de 2000.
Banco de España, 1930-2000,al retratar el per-
fil más común de sus economistas en esos años:
((prontose convencieron de la importancia de la
política monetaria para luchar contra los dese-
quilibrio~macroeconómicos. Keynesianos de for- co, y luego los ALP, activos líquidos en manos del
mación, el lugar donde trabajaban -el banco público, un agregado algo más amplio- como
central- y los instrumentos que investigaron y objetivo monetario intermedio, y de los activos
sobre los que querían influir, les convirtió, real o líquidos del sistema bancario -un concepto de
aparentemente, en los primeros monetaristas ((basemonetaria ampliada»- como variable ope-
del país». Gonzalo Gil y Raimundo Ortega son, si rativa de control, complementada, ya en el de-
cabe, más claros: «no éramos doctrinalmente cenio de 1980, con los tipos de interés a corto
monetaristas, pero la eterna lucha contra el gas- plazo. Era éste, si se quiere, un paso preliminar
to público excesivo y la necesidad de controlar y en muchos sentidos insuficiente, sobre todo
los precios nos llevó intuitivamente por la senda mientras la política fiscal no prestase un auxilio
del monetarismo; aprendimos en el ejercicio dia- paralelo, pero crucial, por un lado, para dotar de
rio de nuestra profesión que la cantidad de di- credibilidad y de eficacia a la política monetaria
nero importa)). en una primera fase, llena por lo demás de ten-
siones, y, por otro, para avanzar hacia formas de
En estas condiciones, la instrumenta- control más sofisticadas a medida que se desa-
ción de una política monetaria activa y continua rrollase el mercado monetario en España, se mo-
que sustituyera a la antigua, pasiva y esporádi- dernizase el sistema financiero y se liberalizasen
ca, se basó en la elección de las disponibilidades los tipos de interés, tres efectos inducidos por la
líquidas -primero fue M3, esto es, el efectivo nueva estrategia monetaria -e impulsados deci-
más los depósitos bancarios en poder del públi- sivamente desde el Banco de España- de suma
trategia monetaria diseñada por Rojo a comien-
zos del decenio de 1970, y redefinida luego en
distintas ocasiones -muy a fondo, por ejemplo,
en 1984, 1989 y, sobre todo, 1995- también
bajo su inequívoca inspiración. José Luis Malo
de Molina está en condiciones de expresarlo
muy certeramente a la altura de 1997 en su in-
troducción a la obra colectiva del Servicio de Es-
tudios del Banco de España La política moneta-
ria y la inflación en España: «Con estos cambios
[subsiguientes a la Ley de autonomía del Banco
de 19941 se culminaba un largo proceso, inicia-
do aproximadamente hace veinticinco años, que
pretendía instaurar una política monetaria activa
orientada a la búsqueda de un entorno de esta-
bilidad financiera que propiciase la disciplina an-
tiinflacionista, el mantenimiento de los equili-
brios macroeconómicos y, en definitiva, el creci-
miento económico sostenido)). Y, de un modo si
cabe más claro -y con un inequívoco reconoci-
miento nominal-, lo manifiesta el profesor Fuen-
tes Quintana en su introducción al opúsculo pu-
blicado en la «Tribuna de lecturas)) de la Real
Academia de Ciencias Morales y Políticas con
motivo de la presentación del volumen recién ci-
tado: «El primer mensaje [de la obra] es el que
proclama que la política monetaria autónoma
que hoy se practica no ha sido improvisada. Tie-
ne tras de sí una amplia experiencia de veinti-
cinco años, a lo largo de la cual (. ..) se ha ido ta-
Alan Grernspan, Ilando, trabajosamente, la actual política mone-
Presidente d e la FED.
taria española. (. ..) Una política monetaria que
iba a inspirar desde el Servicio de Estudios
quien, en aquel entonces, sería nombrado su Di-
rector: el profesor Luis Ángel Rojo».

Dentro de esa trayectoria posterior, el


importancia posterior en el camino que ha cul- ingreso efectivo de España en la entonces Co-
minado en la moneda única. munidad Europea en 1986 planteó nuevos de-
safíos y exigió impulsos adicionales. Primero,
Los Acuerdos de la Moncloa, en 1977, con la entrada en el mecanismo de cambios del
pudieron ya apoyarse en esta bien trazada orien- Sistema Monetario Europeo en 1989, verdade-
tación de los instrumentos monetarios en Espa- ra ((piedra de toque)), como ha señalado Martín
ña para cumplir con su objetivo económico mas Aceña, del grado de madurez alcanzado por el
perentorio, el de combar una inflación rampan- Banco de España. Luego, con motivo de la crisis
te. Al tiempo, los Acuerdos de la Moncloa, inspi- del Sistema y las ((tormentas monetarias)) del
rados en este punto desde la vicepresidencia otoño de 1992, que afectaron de un modo muy
económica de Fuentes Quintana, introdujeron particular a la peseta. Finalmente, desde 1994,
elementos de liberalización en el plano moneta- al inicio mismo de la segunda fase de la Unidn
rio y financiero que señalaron, con las lógicas Monetaria, apoyando -y comprometiendo todo
discontinuidades, las líneas de cambio seguidas su prestigio en ello- el cumplimiento de los cri-
en las dos décadas siguientes. terios de convergencia de Maastricht, puerta de
entrada a la integración en el euro. Pues bien,
Sería difícil concebir la entrada de Es- como Subgobernador -de julio de 1988 a julio
paña en el euro sin el tenaz esfuerzo estabiliza- de 1992-, y luego como Gobernador -hasta ju-
dor emprendido desde el Banco de España, ya lio de 2000-, Rojo ha vivido todos estos acon-
con Luis Ángel Rojo como Gobernador, a raíz de tecimientos desde la cúpula de la institución que
su autonomía en 1994; y éste, a su vez, sin todo con él, y gracias a él, conviene subrayar una vez
un conjunto de avances que arrancan de la es- más, llegó a convertirse de un modo efectivo en

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la autoridad monetaria, y no sólo el simple insti- todo, ya se ha dicho, a raíz de serle otorgada,
tuto emisor: el Banco de España. por Ley de 1 de junio de 1994, una plena auto-
nomía en el diseño y la instrumentación de la po-
La paradoja de esta historia -que pro- lítica monetaria. El detalle de las estrategias y
bablemente no habrá dejado de celebrar su los instrumentos adoptados, con un nuevo es-
principal artífice- reside en que el éxito del em- quema de control monetario basado en objeti-
peño ha concluido con el traspaso de esos pode- vos directos de inflación, no tiene aquí tanto in-
res tan trabajosamente alcanzados a otra ins- terés como subrayar el fin básico que rigió des-
tancia, el Banco Central Europeo, al que corres- de entonces la política monetaria hecha desde el
ponde ya el diseño y la conducción de la política Banco de España: la consecución y el manteni-
monetaria común de la ((zona curo», bajo el mis- miento de la estabilidad de los precios. Un co-
mo objetivo de la estabilidad de los precios, ins- metido favorecido por la credibilidad antiinfla-
trumentado, por cierto, muy en la línea de la es- cionista demostrada desde el primer momento,
trategia monetaria española previa. Algo a lo y también por el apoyo prestado desde la políti-
que tampoco ha sido ajena la influencia de quien ca fiscal del gobierno y los principales agentes
primero fuera Vicepresidente del Instituto Mone- sociales. De este modo, la actuación del Banco
tario Europeo y luego, de 1998 a 2000, ocupa- de España -en medio, no hay que olvidarlo tam-
ra asiento en el Consejo de Gobierno del Banco poco, de una muy favorable coyuntura interna-
Central Europeo. cional- hizo posible la estabilización interna y
externa, esto es, de los precios y del tipo de cam-
No hay que olvidar, como remate de to- bio de la peseta, al tiempo que descendían los ti-
da esta decisiva contribución, que la superación pos de interés y la economía crecía de un modo
de los criterios de Maastricht en la primavera de intenso y sostenido a lo largo de la segunda mi-
1998, y la subsiguiente entrada en el euro, que tad del decenio de 1990.
hoy se nos aparece como algo natural, supuso,
sin embargo, un esfuerzo de grandes proporcio-
nes. En primer lugar, de disciplina en el compor-
tamiento de los agentes privados. Paralelamen-
Las briyurtas (cilindros dr papel
te, de ejemplo desde el sector público. Pues moneda) non el rraultado d e la destrucción
bien, el papel en todo ello del Banco de España, d e billetes que llevó a cabo el Banco de
con Rojo al frente, resultó determinante, sobre Espaíía. Los billrtes, tras clasificarlos
y recontarlos, se trituran y quedan
converticlos en briqurtas.

P A P E L E S Y M E M O R I A S
LUIS ANGEL R O J O Y 4-4 I N T E C R A C I Ó N 6R E L E U R O

misión eran distintas, en particular para los eco-


nomistas formados en la tradicidn keynesiana.
Pero el puntual conocimiento, tanto de la evolu-
ción de las principales líneas internacionales de
pensamiento rnacroeconómico como de las par-
ticulares circunstancias de la economía espaiíola
Al contemplar el conjunto, lo que resul- a las que la política monetaria debía acomodar-
ta incuestionable, y engrandece el papel de Rojo se, le aproximaron, desde su keynesianismo crí-
en la larga trayectoria hacia el euro, es que lo tico, a un monetarismo no dogmático, que, ya
acaecido en esta írltima etapa posterior a 1994 desde la segunda mitad del decenio de 1970, le
sólo fue posible merced al giro en la instrumen- sirvió para dotar al Banco del arsenal de instru-
tación de la polTtica monetaria española y al én- mentos preciso para una política monetaria efi-
fasis en la estabilidad de los precios impresos caz, y a su Servicio de Estudios del cuerpo de
desde su llegada al Servicio de Estudios del Ban- doctrina y de análisis necesario para justificar el
co de España en 1971, y de un modo sistemáti- control de la inflación como eje de toda la polí-
co desde 1973. La prioridad concedida al obje- tica económica.
tivo de la estabilidad de los precios como pre-
condición para el crecimiento es hoy parte del Con gran naturalidad lo expresó el pro-
paradigma económico dominante; hace tres dé- pio Rojo en su citado discurso de recepción del
cadas, sin embargo, cuando Rojo accede al Ban- Premio Rey Juan Carlos de Economía: «el paso
co de EspaAa, las ideas acerca del papel de la de la década de los años setenta a la [de los
política monetaria y de sus mecanismos de trans- ochenta] presenció un cambio profundo en las
estrategias políticas de la generalidad de los pa-
íses industriales. (. ..) Puede decirse que las acti-
tudes keynesianas centradas en la demanda
El gobernador del Banco de España agregada de bienes y servicios retrocedían ante
durante la conferencia "Política monetaria otras que llamaban la atención sobre factores
de la UE", que impartió en la clauaura
del VI1 Centenario del Colegio
actuantes por el lado de la oferta)). En particular,
de Corredores de Comercio de Valencia con el fin de eliminar los desequilibrios moneta-
(20-11-1997). rios y promover el saneamiento de las econo-
mías. Un planteamiento, llámese o no moneta-
rista, si ello hiere aún alguna sensibilidad, que
perduró en el decenio de 1990, inspirado, a un
lado del Atlántico, por la política de la Reserva
Federal, y orientando, al otro, los criterios de
convergencia nominal de la Unión Monetaria.
Convicción ajena a la mayor parte del trayecto
secular de la economía española, pero que ha
contado en el último cuarto de la centuria con la
visión y el empeño de un grupo de economistas
dispuestos a defender esa «cultura de la estabili-
d a d ~entre
, los que Rojo se ha ganado un lugar
de honor. Ninguno de los de su generación ha
conjugado una formaci&n teórica tan completa
con un afán tan decidido por el conocimiento de
la realidad, ni, desde luego, ha tenido la visión y
la ocasión -mercad al buen manejo de los re-
sortes practicas de la economía- de erigirse en
un reformador de su altura. He aquí, en fin, el
signo quizCt más distintivo de una biograría por
muchos conceptos admirable. La reproducción,
tras estas líneas, de un reciente trabajo de Luis
Ange4 Rojo -«El sector financiero> (en Real Aca-
demia de la Historia, Veintictnco años del reina-
do de S.M. Don Juan Carlos 1, Espasa-Calpe,
2002)- servirá, sin duda, para dar una medida
mucho mas precisa de su talla profesional e in-
telectual y de su contribución al progreso recien-
te de la economía española.

P A P E L E S Y M E M O R I A S
J O S ~1 . U I S C A B C Í AD E L G A D O

Fechas claves de medio siglo, 1950-2000

Allos Econmla espaRola y wnstruccidn europea Trayectwia de L A Rojo

1950-1953 Atenuacibn de la polltica autdrquica con el nuevo gobierno de 195 1 Moderado Comienza en 1950 sus estudios de Derecho en la Universidad de Madrid.
crecimiento -aunque con fuertes desequilibrios macroeconbmicos- tras una licenciandose en 1955
decada de penurias
* Se suscriben los Acuerdos con Estados Unidos (1 953)
En Europa, firma del Tratado de Parls (1951) por el que se constituye la CECA
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1957-1959 En Europa. firma de los Tratados de Roma [ 19571. constitutivos de la Obtiene. con el número uno. la plaza de Tecnico Comercial del Estado (1 957)
Comunidad Económica Europea y el Euratom Solicita destino dentro del Servicio de Estudios del Ministerio de Comercio.
* En Espana. medidas ipre-estabilizadoras*de 1957 bajo el nuevo equipo y participa en los trabajos preparatorios del Plan de estabilizaci6n
econbmico encabezado por Navarro Rubio (Hacienda) y Ullastres [Comercio) Inicia en 1957 los estudios de Economía en la Universidad de Madrid.
Incorporacibn de Espana al FMI y a la OECE (1958) Iicenci¿índose en 1961
Se aprueba el Plan de Estabilizacibn (y Iiberalizaci6n) de 1959. que confirma Imorporacibn en 959- a la Facultad de Ciencias Politicas
la nueva direccibn de la política economica y Econbmicas de Madrid
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1961- 1 967 Acusada -y muy sostenida- mejora econbmica desde comienzos del decenio Arnpliacibn de estudios en la London School of Economics 1 1 961 -1 962)
Nacionalizacibndel Banco de Espana [ 1962) Se doctora en Ciencias Econbmicas por la Universidad de Madrid (1963)
bemismo ano, Espana solicita la apertura de conversaciones para su posible SU Primera publicacian versa sobre @Problemasmonetarios del Mercado común^
asociacibn con la CEE (1962)
Ley de industrias de interes preferente (1963) y aprobacion del Primer Plan Profesor adlunto de Teoría Económica en la Facultad de ciencias olít tic as
de Desarrollo (1964- 1967) Se perfila una reconomía recomendadar. con el y Econbmicas (19641 Catedrático en 1966
predominio de los rtecn6cratasn en el gobierno Publica Keynes y el pensam~entomacroeconornrco actual (1965)
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1969-197 1 * Tras casi un decenio de fuerte crecimiento econbmico. estalla el #casoMatesar Dedicacion plena a la Universidad
en 1969 ~ormentapolítica y reorganizacibn subsiguiente de todo el credito e publica E\ nuevo monetorismo y los ensayos ~Vebleny el inslitucionalismo
oficial americanor y aMetodo empínco y conocimiento econbmicon (todos ellos
Firma del Acuerdo Preferencial con la Comunidad Económica Europea 11970) en 1970) y *La Teoría General de Keynes despues de treinta ano9 (197 1)
Nombrado Director General de Estudios del Banco de Espaíia (197 1 - 1988)
Inicia la gran renovacibn de este Servicio
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1974-1976 Final del franquismo. inestabilidadpolitica y crisis econbmica. Bajo su inspiración. se articula a partir de 1973 un nuevo sistema de control
Se hacen patentes los efectos de la crisis energetica internacional iniciada monetario en Espada
en 1973. Primera edicibn de Renta, precios y bolanzo de pagos (1974)
Publica Infloci6n y cr~sisen lo economío mund~ol[l9761
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1977-1979 Segundo impacto de los precios del petr6leo e inicio de la crisis bancaria Publica, con J Perez. La politlca monetorra en España oblettvos e instrumentos
Pactos de la Moncloa. que facilitan la aprobacibn de la Constitucibn en 1978 11977)y* Esmriay lo CEE, aspectos y tinancleros (1978)
Medidas de reforma fiscal y Iiberalizacibn del sistema Rnanciero Desde 1980 publica continuadamente en distintas revistas. y de un modo muy
Solicitud de ingreso de Espana en la CEE (1977) sellalado en Papeles de Economía Española. artículos de notable repercusibn
Entra en funcionamiento el Sistema Monetano Europeo (1979)
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1983-1984 Medidas de saneamiento y ajuste favorecidas por la estabilidad política Con Rolo al frente. culmina la .etapa de madurez. del esquema de control
Tras la cumbre de Stuttgart (1983). se deapela el camino de las negociaciones lnStaurado en 1973
para la integracibn espaflola en Europa Academico de nijmero de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (1984)
Publica Keynes. su tiempo y el nuestro (1984) y. con V Perez Diaz Morx
economio y sonedad (1984) Continúa su intensa labor articulista.
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1985- 1986 Se afianza la recuperacibn econbmica Obtiene el Primer Premio de Economía Rey Juan Carlos (1986)
Firma del Tratado de adhesibn de Espana y Portugal a las Comunidades
Europeas ( l 985) y del Acta Ünica Europea (1986)
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1988-1989 La peseta se integra en el Sistema Monetario Europeo en 1989. cuando esta Nombrado Subgobernador del Banco de Espana (1988-1 992). guía la
culminando la fase alcista del ciclo econ6mico instrumentaci6n de la política monetaria en el marco del SME
Publica El Sistema Monetono Europeo (1989)
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1992-1993 Firma del Tratado de Maastricht (1992) y turbulencias monetarias que obligan Nombrado Gobernador del Banco de Espana (1992)
a devaluar la peseta Final de la expansibn econbmica asociada al ciclo
.europea de los anos ochenta
Entra en vigor el Mercado Ünico Europeo (19931
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1994 Inicio de la recuperacibn econbmica Reafirmado como Gobernador del Banco de Espana. y nombrado Vicepresidente
Se pone en marcha oiicialmente la segunda etapa de la Unibn Econbmica del Instituto Monetario Europeo
y Monetaria. con la creacibn del Instituto Monetario Europeo Con el. se pone en marcha el nuevo esquema de política monetaria iniciado
Se a p ~ e b ala Ley de Autonomía del Banco de Espana a raíz de la Ley de Autonomía y se refuerza la estrategia de estabilidad
macroeconómica

1998-2000 Espana supera los rcriterios de convergencia. (1998) Constitucibn del Banco Miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (1998)
Central Europeo. Concluye su mandato como Gobernador del Banco de Espana (2000)
Comienza en 1999 la implantacibn del euro como moneda ünica europea y es nombrado por el Consejo Ecofin miembro del Group of W~seMen
Mantenido crecimiento econbmico y extendida rcultura de la estabilidad*
en los anos finales del siglo

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