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Juan, de 21 años, comenta que tiene “miedo a los perros”.

Es estudiante, vive en Madrid


(cerca del “Madrid Río”) con sus padres y su hermana. La relación con su familia es muy
cercana. Además, le gusta visitar a sus abuelos, estar con sus amigos y su pareja en su
tiempo libre.

En cuanto a su miedo a los perros, comenta que le ocurre desde que tuvo un percance con
uno a los 3 años de edad. Juan estaba con sus padres y su hermana cuando el perro, que
estaba suelto, le tiró al suelo al salir de casa de sus abuelos y se calló de espaldas. Él, en
ese momento, se encontró muy asustado y expresa que desde entonces tiene miedo a los
perros.

Más tarde, a los 12 años, le persiguió un perro cuando estaba montando en bici. El perro
intentaba morderle el pie e iba corriendo a su par. La reacción de Juan fue pedalear más
fuerte para alejarse de él mientras sentía mucho miedo. Lo único que pensaba en ese
momento era en salir de esa situación. Finalmente, el perro se cansó y se quedó atrás y
Juan notó como su ansiedad disminuía.

Al poco de esa experiencia en la bici fue un día a dormir a casa de un amigo. Su perro no
dejaba de gruñir y Juan se sentía acobardado. Pensó en irse a casa y no dormir allí, pero el
dueño encerró al perro en una habitación y los demás amigos le intentaron calmar
diciendo que no pasaba nada. Actualmente, Juan no va a casas de personas que tengan
perros.

Indagando más sobre el caso, a Juan le dan más miedo los perros grandes que los
pequeños, al igual que si los perros están sueltos le causan mayor temor que si están
atados. Además, comenta que aumenta su miedo cuando un perro se acerca a él, y
disminuye cuando conoce al perro y a su dueño. Asimismo, hay que destacar que a Juan
no le produce ningún tipo de angustia el hecho de ver a un perro en la televisión o cuando
se habla de ellos en una conversación.

En aquellas situaciones donde Juan coincide con un perro en espacios abiertos, como lo
es un parque, comenta que sigue su camino rápido sin mirarle ni pararse, pasando de esta
forma desapercibido, sin que los perros se le acerquen. Si el perro está parado, Juan da un
rodeo para no pasar cerca de él. A su vez, si escucha un ladrido en cualquier lugar,
comienza a andar cada vez más deprisa, aunque no haya visto al perro. Sin embargo, en
espacios cerrados y pequeños, como los ascensores, manifiesta que no entra porque se
angustia y le da mucho miedo.

Por último, si Juan está acompañado y un perro pasa cerca de él intenta refugiarse o
buscar el apoyo de otra persona, poniéndose detrás de él o ella.

Juan quiere superar este problema ya que hay perros en todos los lados y esto le causa
gran malestar. Está dispuesto a esforzarse y hacer lo que haga falta para vencer esta
dificultad que tiene. No se atreve a tocar ni acercarse a los perros porque se pone muy
nervioso y se angustia (llegando en ocasiones a acelerarse el corazón).

- Describe los comportamientos problema del caso


- Realiza la hipótesis de origen y la hipótesis de mantenimiento.
- Describe las variables disposicionales y los factores protectores que encuentres en
el caso.
- Comenta los objetivos de la intervención y la/s técnicas que aplicarías.
Universidad Alfonso X el Sabio 1
Universidad Alfonso X el Sabio 2

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