Está en la página 1de 5

RECOMENDACIONES PARA AYUDAR AL CACHORRO A SER

MÁS ESTABLE Y AUTÓNOMO

- Ignorarlo en casa
Cuando estén en casa, ignorarlo lo más posible. Lo ideal sería ignorarlo siempre que
él pida atención. Cuando suba las patitas, cuando chille, y cuando esté vagando por
la casa, debemos ignorarlo completamente. Es importante no responder siempre a
sus demandas.
Si al dueño le es difícil cumplir con esto, sugiero que lo ignore por lo menos el 50%
de las veces que el perro solicita atención.

- Establecer una rutina


Dentro de lo posible, trataremos de establecer una rutina en la vida del perro para
que sienta que está dentro de una estructura confiable y predecible.

- No sobreproteger
Debemos asegurarnos de que el perro está en un lugar seguro, y dejarlo explorar
libremente. No hay que intervenir para nada. Lo mismo en casa que en el parque.
Debemos dejarlo interactuar con perros, explorar nuevos territorios, embarrarse de
comida, etc. Si el cachorro se encuentra con una situación complicada (si se asusta,
si se sorprende, si gimotea, si se queda atorada en algún lugar, si no encuentra el
camino que debe tomar para llegar a algo que le gusta, etc.) debemos dejar que lo
resuelva solo. No le ayudaremos para nada. Debemos dejar que se atore, que se
ensucie , que se caiga, etc. Todas estas son experiencias formadoras de carácter.

- No reforzar conductas de temor e inseguridad


Debemos tener mucho cuidado de no reforzar conductas que no deseamos que el
cachorro tenga de adulto. Cada vez que el cachorro se asusta y gimotea, y nosotros
lo reconfortamos, lo abrazamos, lo acariciamos o lo tranquilizamos con la voz, le
estamos reforzando una conducta de inseguridad. Esto hará que nuestro perro de
adulto sea asustadizo, dependiente e inseguro.
Para formar un adulto fuerte y autónomo, debemos evitar reforzar estas conductas.
Cuando el cachorro se asuste, se muestre inseguro, temeroso, o nos pida ayuda
gimoteando, LO IGNORAREMOS COMPLETAMENTE. No le hablaremos, ni lo
acariciaremos, ni voltearemos a verlo. Seguiremos nuestro camino con firmeza y
decisión, y dejaremos que el cachorro resuelva sólo su problema.
Esto lo aplicaremos siempre que el cachorro se encuentre con un perro adulto y se
muestre temeroso, siempre que el cachorro se asuste con un ruido, siempre que el
cachorro se muestre temeroso en el veterinario, siempre que el cachorro se asuste
con tormentas y cuetes, y siempre que notemos que el cachorro se muestra inseguro
y temeroso.

- No reforzar gemidos y ladridos de atención


Cuando el cachorro quiera llamar la atención, gemirá y se comportará de manera
infantil. Si nosotros respondemos a sus gemidos dándole atención, estaremos
reforzando esta conducta. Esto generará un perro tirano que siempre que quiere
atención gime y demanda cuidado. Cuando el dueño no responda a sus gemidos, se
mostrará necio e intrusivo. Para evitar esto, debemos IGNORAR los gemidos.
Cuando el perro gima lo ignoraremos y dejaremos que el cachorro resuelva su
problema sin nuestra ayuda.
Esto haremos también cuando el cachorro ladre para que lo saquemos de algún
lugar. Ignoraremos su ladrido y lo dejaremos ladrar hasta que se resigne a estar
donde nosotros queremos que esté. Eventualmente, el cachorro entenderá que no
consigue nada ladrando, y dejará de hacerlo.

- No resolver todas las necesidades


Tendremos mucho cuidado de no estar todo el tiempo pendientes de lo que el perro
quiere, y de no resolver todo lo que el perro demanda de nosotros.
Por ejemplo, si al cachorro se le va la pelota abajo del sillón, nos resistiremos a la
tentación de sacarle la pelota. Dejaremos que él resuelva cómo sacarla, o que busque
un nuevo juguete con el qué entretenerse. Si al cachorro apenas le están saliendo los
dientes y no puede masticar el premio, dejaremos que busque la manera de comerlo.
Si el cachorro quiere estar con nosotros pero no se atreve a bajar la escalera,
dejaremos que lo resuelva sólo y que busque la manera de subir y bajar. Si el
cachorro quiere pasar por un lugar pero se encuentra con un obstáculo, dejaremos
que busque un nuevo camino para llegar a donde quiere llegar.
Entre más dejemos que el cachorro busque la solución a sus problemas y resuelva
sus necesidades, mejor carácter tendrá de adulto.

- Evitar cargarlo
Evitaremos cargar al cachorro lo más posible. Procuraremos que el perro camine
siempre que pueda, aunque esto nos retrase un poco. Cada vez que lo cargamos,
estamos impidiendo que el perro se encuentre con los retos naturales de su entorno y
los resuelva.

- No saludar ni despedirnos
Cuando lleguemos de la calle, ignoraremos completamente al cachorro. No lo
saludaremos ni le pondremos nada de atención. No importa si el cachorro nos exige
atención, gime, corre, nos sube las patas, etc. Lo ignoraremos hasta que se
tranquilice. Cuando el cachorro se tranquilice completamente, podemos saludarlo.
Lo mismo aplica cuando vayamos a dejar al cachorro sólo. No nos despediremos de
él. Simplemente lo dejaremos en su lugar, cerraremos la puerta, y saldremos como
di nada.

- Exponerlo a muchos estímulos


Expondremos al cachorro a muchos estímulos. Entre más estímulos tenga de
cachorro, más estable será de adulto. Por esto debemos sacarlo a la calle en cuando
tenga sus vacunas completas. Antes de esto, debemos exponerlo a tantos perros
como podamos para que socialice desde pequeño.
En casa, trataremos de enriquecer su ambiente lo más posible. Le daremos muchos
juguetes, lo pondremos en diferentes superficies, lo expondremos a ruidos, gente,
niños, etc. Lo sacaremos al jardín o al patio y dejaremos que explore sin intervenir.
Esto es particularmente importante en casas muy tranquilas donde hay poco
movimientos de gente, perros y coches.

- Socializar con perros


Debemos bombardearlo con perros con los que pueda interactuar. Debemos dejar
que la interacción se de naturalmente. Si le gruñes, si lo ignoran, si juegan
bruscamente, si se asusta, dejaremos que lo resuelva solo. Sobre todo debemos
evitar cargarlo y reconfortarlo si se muestra temeroso.

- Dejarlo comer solo


En cuanto el cachorro tiene 2 meses, debemos dejarlo comer solo. La daremos de
comer 3 veces al día. Dejaremos su plato con alimento por media hora, y lo
retiraremos. Evitaremos acompañarlo a comer, y no le rogaremos para que lo haga.
Entre más roguemos y más lo forcemos a comer, más remilgoso será de adulto.
Dejaremos que resuelva su hambre sólo. Generalmente, no le toma al cachorro más
de tres tomas comprender que si no come, le da hambre.
Este punto genera mucha ansiedad en el dueño, pues siempre hay un temor de que el
cachorro se mate de hambre. Para aliviar este temor, haremos el experimento de
medir el alimento antes de servirlo la primera vez. Si el perro no come, retiraremos
el plato y dejaremos el alimento tal cual. Esto lo repetiremos 3 veces. Antes de la
cuarta comida, mediremos nuevamente el alimento. La mayoría de las veces, habrá
menos alimento que al iniciar el experimento, aunque el dueño no haya percibido
que el perro comió.
Debemos elegir una dieta que el perro consumirá, y ser constantes en ello. Debemos
evitar estar ofreciendo nuevos alimentos cada vez que el perro los rechaza, pues esto
generará perros remilgosos y tiranos a la hora de comer.
Si nosotros somos constantes al hacer esto, y aún así el cachorro se rehúsa a comer,
podemos consultar con el médico veterinario para darle al cachorro su alimento con
algún saborizante extra y para descartar algún otro problema gástrico.
Lo importante a tener en cuenta es que todo perro sano es capaz de comer su ración
sin ayuda ni compañía, y que los rituales alrededor de la comida son decisivos para
ordenar correctamente la relación dueño-perro.

- Dejarlo dormir solo


Otro punto básico para ordenar la relación es la hora de dormir. El dormir en la
misma recámara que los dueños genera mucha dependencia. Por eso, se recomienda
que el cachorro duerma siempre solo. Cuando el cachorro sea más grande, podemos
dormirlo con nosotros, si así lo deseamos. Pero de cachorro es importante que tenga
su propio espacio para dormir.

- Dejarlo estar solo durante el día


Por lo menos 1 hora al día, cuando nosotros estemos en casa, dejaremos que el
cachorro esté solo en el lugar donde duerme. No importa si chilla, ladra, gime, etc.
Lo dejaremos en ese lugar para que aprenda a estar solo. Esto es especialmente
importante en casas donde el dueño está siempre en casa.

- No dejarlo subir las patas


Seremos muy constantes al corregir cuando suba las patas. Siempre que las suba,
diremos firmemente NO, y nos quitaremos de ese lugar. Sobre todo, no
acariciaremos nunca al cachorro cuando suba las patas.

- Evitar contacto físico constante


Cuando estemos en casa con el cachorro, evitaremos que éste esté en todo momento
pegado a nosotros. Procuraremos siempre poner algo de distancia entre el cachorro y
nosotros.
- Enseñar el NO
Enseñaremos el NO y lo reforzaremos continuamente. Esta es la orden más
importante para estos cachorros, pues necesitan sentir que hay límites y reglas
claras. Seremos muy firmes y constantes con el NO.
Cuando el cachorro se equivoque y haga algo prohibido, no tendremos temor de
regañarlo. No es necesario pegarle, gritarle, etc. Simplemente le diremos firmemente
“ESO NO” para marcar que esa es una conducta indeseable, y lo quitaremos de la
situación en la que está cometiendo el error. Es muy importante transmitirle al perro
nuestro rechazo a su conducta diciéndole NO .
De ser necesario nos apoyaremos con un atomizador de agua

- Ser siempre constantes con las reglas


Estableceremos claramente lo que sí puede y lo que no puede hacer el perro. Ya que
lo hayamos hecho, seremos siempre firmes y constantes al hacerlo cumplir. Lo
prohibido estará siempre prohibido. Si a veces cedemos y por cansancio le
permitimos hacer algo que a veces está prohibido, estaremos mandando el mensaje
de que en realidad no hay reglas claras, y formaremos un perro que siempre estará
probando hasta dónde puede llegar.

- Tener siempre claro lo que esperamos del perro


Desde que el cachorro llega a casa, nos pondremos a pensar qué esperamos de él a
largo plazo. Ya que tengamos en mente esto, seremos muy constantes al premiar lo
que queremos que haga de adulto, y al ignorar lo que no queremos que haga. Entre
más claridad mental tengamos nosotros de lo que esperamos del perro de adulto,
más fácil nos será ser constantes en nuestras demandas al cachorro.

- Premiar lo bueno e ignorar lo malo, o redirigir hacia algo bueno


Todas las conductas que consideremos positivas o deseables, deberán ser marcadas
con una frase que el perrito conozca “eso es”, “muy bien” o con un click y deberán
ser seguidas de algo positivo para el perro (una caricia, premio, libertad, acceso a la
interacción social, etc). Debemos recordar que las caricias y la interacción social son
siempre premios para el perrito, por lo que tendrá acceso a ello solamente cuando se
comporte adecuadamente.
Las conductas negativas o indeseables deberán ser marcadas con un “no”, y deberán
ser seguidas por una redirección del perro hacia la conducta deseada (si muerde el
sillón, decimos “NO” y nos levantamos para redirigirlo a un juguete que pueda
morder).
Hay que recordar que en el momento en el que el perrito se comporte de manera
“antisocial” (muerda al dueño, le jale el pelo, le muerda los zapatos o el pantalón)
debemos suspender la interacción social e ignorarlo por un tiempo.

- Poner retos y dejar que los resuelva


Le pondremos al cachorro pequeños retos que él tendrá que resolver. Al principio
serán cosas sencillas, pero le ayudarán a aprender a resolver problemas y le
ayudarán a no ser tan dependiente. Algunas sugerencias son:
* Taparle su comida, premio, o juguete favorito con una toalla, y dejar que el
cachorro busque la manera de quitar la toalla
* Esconderle un juguete o su carnaza,
* Taparle su premio favorito con una caja de cartón
* Meterle su ración de comida a una botella de refresco o agua de plástico, sin
tapa, y dejar que el cachorro encuentre la manera de sacar su comida
* Darle juguetes interactivos (kong, etc) rellenos de comida
* Ponerle una barrera en su paso al jardín, y dejarlo buscar la manera de salir al
jardín
* Meterlo a una caja de cartón, o a una tina, y dejarlo que busque la manera de
salirse de ella.
Entre más retos le pongamos y más lo obliguemos a resolverlos, más inteligente y
estable será de adulto.

- Generar algo de frustración, y dejar que la maneje


Crearemos situaciones generadoras de frustración, y dejaremos que el perro aprenda
a vivir con ella. Algunas sugerencias son:
* Poner una reja entre él y el jardín que no podrá pasar. Dejarlo allí aunque chille
* Pasear por la casa por unos minutos con su comida en la mano, o su pelota
favorita, y lo ignoraremos en sus gimoteos.
* Ponerle la correa para impedirle ir a dónde él quiere.
Esto no lo haremos muchas veces. Empezaremos haciéndolo unos cuantos minutos,
e ignorando todo intento del cachorro por generar lástima de nuestra parte. No lo
consolaremos ni le resolveremos la situación si gime, se echa panza arriba, nos sube
las patas, etc.

- Dejar que se asuste


Crearemos situaciones controladas donde el cachorro vaya a estar (un poco)
atemorizado y dejaremos que aprenda a vivir con su miedo. Por ejemplo, de repente
podemos tirar una cazuela en la cocina. El cachorro se asustará y se irá a esconderse.
Ignoraremos su conducta y dejaremos que naturalmente salga de su escondite y
vuelva a explorar. Lo más importante es no ir a su rescate en cuanto muestre temor.

 Ponerlo a trabajar
Todo lo positivo que queramos darle al perrito tiene que ser ganado por él. Es decir,
todas las caricias, premios, paseos, etc, se los tiene que ganar cumpliendo alguna
orden y teniendo una actitud controlada y respetuosa

También podría gustarte