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EL PLANETA TIERRA

Introducción.

Con el paso del tiempo y a medida que la ciencia y la tecnología han avanzado, se han
hecho mas profundos los estudios sobre el planeta Tierra, lo que ha sido muy importante y
trascendental porque es el planeta que habitamos y el único que se conoce en el que exista
vida y agua, la que se puede presentar en cualquiera de sus estados y es vital para la vida.

Se Creó como todos los planetas restantes del Sistema Solar, hace aproximadamente 4.6
miles de millones de años.
El planeta es una historia llena de eventos catastróficos, pero también de periodos de
absoluta e inviolable tranquilidad, de continentes cambiantes, océanos llenos de peligros,
volcanes en erupción y la inexorable lucha de la vida por adaptarse y subsistir.

La Tierra posee unas características muy especiales en comparación con los demás astros
que forman parte del Sistema Solar. Tiene agua abundante, la que le da, vista desde el
espacio, un característico color azul, y tiene una atmósfera en equilibrio con el agua y con
los seres vivos. Su superficie sólida está formada por gigantescas placas litosféricas en
movimiento constante. La energía que recibe del Sol es la óptima para la vida. Ni es
excesiva, como para evaporar el agua y hacer desaparecer la atmósfera, ni es tan poca que
mantuviera el agua helada.
Con un radio de unos 6371 kilómetros, la Tierra es el quinto planeta más grande de nuestro
sistema solar, y es el único que se sabe con seguridad que tiene agua líquida en su
superficie.
Desde su formación en los orígenes del sistema Solar, hasta la actualidad, muchas cosas
han cambiado en el planeta.
Son también factores de suma importancia para el progreso de la humanidad, en
actividades productivas como la minería, la industria y la agricultura, por lo que es urgente la
toma de conciencia de que la conservación de los recursos mencionados es vital para los
seres vivos. Índices altos de contaminación en el agua, aire o suelo, ponen en peligro la
vida en el planeta.
La Tierra también es única en lo que respecta a su nombre. Todos los demás planetas del
sistema solar recibieron el nombre de una deidad griega o romana, pero durante al menos
1000 años, algunas culturas han descrito nuestro mundo utilizando la palabra germánica
"tierra", que significa simplemente "el suelo".
Es el tercer planeta más alejado del sol, la Tierra es el único lugar del universo conocido en
el que se ha confirmado que existe vida.
Es el planeta que mejor podemos conocer en detalle, ya que nos permite ver cómo se
comportan otros planetas rocosos, incluso los que orbitan alrededor de estrellas lejanas. Por
ello, los científicos la vigilan cada vez más desde el espacio. Solo la NASA ha dedicado
docenas de misiones a resolver los misterios de nuestro planeta.
Está compuesto por capas concéntricas de materia que se extienden hacia el núcleo desde
la superficie. Siete de cada diez partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua.
Los mares y océanos también ayudan a regular la temperatura. El agua que se evapora
forma nubes y cae en forma de lluvia o nieve, formando ríos y lagos. En los polos, que
reciben poca energía solar, el agua se hiela y forma los casquetes polares. El del sur es
más grande y concentra la mayor reserva de agua dulce.
Desarrollo

La Tierra orbita el sol una vez cada 365,25 días. Como nuestros años naturales, según el
calendario gregoriano por el que se rige el mundo occidental, solo tienen 365 días,
añadimos un día bisiesto más cada cuatro años para tener en cuenta la diferencia.

Aunque no podamos sentirlo, la Tierra recorre su órbita a una velocidad media de 29,7
kilómetros por segundo. Durante este circuito, nuestro planeta se aleja una media de 149
millones de kilómetros del sol, una distancia que la luz tarda en recorrer unos ocho minutos.
Los astrónomos definen esta distancia como una unidad astronómica (UA), una medida que
sirve como un práctico baremo cósmico.
La Tierra gira sobre su eje cada 23,9 horas, lo que define el día y la noche para los
habitantes de la superficie. Este eje de rotación está inclinado 23,4 grados con respecto al
plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol, lo que nos da las estaciones. El hemisferio
que está más cerca del sol experimenta el verano, mientras que el hemisferio que está lejos
hace lo propio con el invierno. En primavera y otoño, cada hemisferio recibe cantidades
similares de luz. En dos fechas concretas del año -los equinoccios- ambos hemisferios se
iluminan por igual. En el corazón del planeta se encuentra el núcleo interno, una esfera
sólida de hierro y níquel de 1221 kilómetros de ancho y que alcanza los 5426 grados
centígrados.

El núcleo interno está rodeado por el núcleo externo, una banda de fluidos de hierro y níquel
de 2253 kilómetros de espesor. Más allá del núcleo externo se encuentra el manto, una
capa de 2897 kilómetros de espesor de roca viscosa fundida sobre la que descansa la capa
más externa de la Tierra, la corteza. En la tierra, la corteza continental tiene una media de
30 kilómetros de grosor, pero la corteza oceánica que forma el fondo marino es más fina
-unos cinco kilómetros de grosor- y más densa.

La formación del planeta tardó entre 10 y 20 millones de años, a medida que su superficie
se enfriaba y se acumulaba a su alrededor la nube de gases que hoy es la atmósfera.

La atmósfera de la Tierra está compuesta por un 78 % de nitrógeno, un 21 % de oxígeno y


un 1 % de otros gases como el dióxido de carbono, el vapor de agua y el argón. Al igual que
un invernadero, este manto de gases absorbe y retiene el calor. En promedio, la
temperatura de la superficie de la Tierra es de unos 15 grados centígrados; sin nuestra
atmósfera, sería de -18 grados. En los últimos dos siglos, los seres humanos han expulsado
a la atmósfera suficientes gases de efecto invernadero como para aumentar 1,0 grados
centígrados la temperatura media de la Tierra. Este calor adicional ha alterado los patrones
climáticos de la Tierra de muchas maneras. Su masa es de 5,9736 x 1024 kilogramos y su
densidad de 5,515 g/cm3, la más alta del sistema solar. También tiene una aceleración de
gravedad de 9,780327 m/s2.
La Tierra se empezó a formar cuando la gravedad empezó a juntar gas y polvo del espacio.
Sin embargo, aún no es del todo claro cómo sucedió este proceso.

El 99.8% de toda la masa del sistema solar, lo que quedaba del material de la nebulosa
empezó a juntarse: pequeñas partículas de gas y polvo se juntaron por la gravedad
haciendo partículas más grandes en diferentes lugares. El viento solar expulsó de la
vecindad del Sol a los elementos livianos como el hidrógeno y el helio, dejando solo
materiales pesados y rocosos que formarían los planetas terrestres: la Tierra, Venus, Marte
y Mercurio. En las zonas más lejanas, donde el viento solar no tenía tanto impacto, se
formarían los gigantes gaseosos: Urano, Júpiter, Neptuno y Saturno.
Se formó primero el núcleo cuando diferentes elementos fueron colisionando y
fusionándose. Durante este proceso, los materiales más pesados se hundieron al centro,
mientras que los más livianos ascendieron y pasaron a formar posteriormente la corteza. En
este primer eón se formó el campo magnético de la Tierra

Recibió su nombre en honor al dios griego del inframundo, Hades, debido a las condiciones
del planeta en ese tiempo. Este no solo tenía una intensa actividad volcánica, sino que era
constantemente bombardeado por asteroides y cometas (que eran más comunes por ese
entonces). De hecho, se piensa que hace aproximadamente 4.5 mil millones de años un
cuerpo del tamaño de Marte llamado Theia chocó con nuestro planeta. El impacto fue tan
grande que un pedazo de la Tierra se desprendió y empezó a orbitarla; ahora lo conocemos
como la Luna.
Después de esto, nuestro planeta quedó como una bola de magma caliente. Luego, factores
como los gases expulsados por la actividad volcánica formaron la atmósfera primigenia del
planeta. Esta, además, contenía agua condensada que fue aumentando por los cometas
que impactaban nuestro planeta. ¿Por qué el choque de los cometas incrementaba la
cantidad de agua condensada? Porque estos se componen principalmente de agua
congelada y, al impactar en la Tierra, trajeron este elemento tan importante para la vida.
Si bien en el eón Hádico ya había océanos, atmósfera y tierra firme, nuestro planeta aún no
estaba listo para albergar seres vivos como nosotros. Hacía falta un elemento esencial: el
oxígeno, el cual se empezaría a formar en los siguientes eones
El eón Hádico terminó hace aproximadamente 4 mil millones de años con el inicio del eón
Arcaico. Así como el nombre Hádico proviene de una palabra griega, el nombre de este eón
viene de otra palabra griega que significa comienzo u origen. El Arcaico recibe su nombre
debido a que, durante este momento, la Tierra se enfrió lo suficiente como para que las
primeras formas de vida pudieran existir y evolucionar.

En este eón todavía había una gran actividad volcánica, pero también hubo una gran
cantidad de ríos y océanos. Asimismo, durante el Arcaico, las primeras placas continentales
de nuestro planeta aparecieron. De hecho, los continentes actuales se han formado
alrededor de los vestigios de estos primeros continentes. Cabe resaltar que, a medida que
ha pasado el tiempo, la superficie de la Tierra ha cambiado: continentes se han formado y
roto. Algunas veces todos ellos han formado un gran continente como Pangea o Rodinia. Lo
cierto es que la forma de los continentes ha ido cambiando a lo largo del tiempo.
Hace 3.5 mil millones de años, a mediados del eón Arcaico, apareció por primera vez
oxígeno proveniente de la fotosíntesis. Sin embargo, la atmósfera aún tendría una
concentración bastante baja de oxígeno hasta recién hace 2.4 mil millones de años, a
finales de este eón.
El otro proceso que causó la presencia de oxígeno en el planeta fue la fotosíntesis. La
fotosíntesis es el proceso por el cual las plantas y otros organismos transforman la luz solar
en la energía que necesitan para sobrevivir. Ahora bien, en el periodo Arcaico no existían
las plantas. Sin embargo, tenemos evidencia de que hace 3.5 mil millones de años había
organismos primitivos llamados cianobacterias, los cuales son capaces de realizar este
proceso. Si bien la evidencia de su existencia en este periodo no es contundente, tenemos
mayor evidencia de que sí había cianobacterias hace 2.8 mil millones de años
La Tierra tiene una edad de 4.500 millones de años. Se formó al mismo tiempo que el Sol y
el resto de los planetas del Sistema Solar. Al principio el Sistema Solar era una nube de
gases y polvo. Según se formaba el Sol, las partículas se empezaron a acercar por el efecto
de la gravedad, es decir, por el efecto de la masa de una gran estrella que se estaba
formando. El planeta Tierra apareció tras la colisión de otros planetas más pequeños.
Debido al intenso choque entre ambos se creo una gran masa de roca ardiente. Ambos
planetas tenían un núcleo de metal y un manto de rocas, lo que explica que el interior de
nuestro planeta tenga las mismas características.

El planeta Tierra que se formó en estos tiempos tan primitivos no tiene nada que ver con la
actual apariencia que tiene hoy en día. Este primer planeta no podía albergar vida pues era
una masa de roca indiferenciada a muy altas temperaturas. Poco a poco se fue enfriando la
corteza, pero debido a la actividad interna de las rocas calientes aparecieron una serie de
fracturas que dieron lugar a las placas tectónicas.
Una vez que se formó el planeta aparecieron distintos elementos y procesos que han
producido el planeta que hoy tenemos.

El origen del agua en la Tierra tiene lugar en los meteoritos y cometas. Estas masas de roca
contenían hielo y al chocar con la superficie caliente de la Tierra se derritió y se formó agua
líquida. El vapor de agua se mezcló con otro gas que ya había en la Tierra, el dióxido de
carbono. Esta mezcla hizo que el planeta se llenara de nubes y por tanto no podía recibir luz
y calor del sol y comenzó a enfriarse, el vapor se condensó y originó la lluvia. Llovió y llovió
durante miles de años y el planeta comenzó a llenarse de agua, dando lugar a los océanos;
después de la formación de los océanos. El primer continente estaba formado de granito. El
granito es una roca que se produce en el interior de la Tierra cuando el agua de los océanos
penetra en las grietas que hay entre las placas tectónicas y enfría el magma que hay en el
interior. El granito es ligero y resistente por lo que pudo ascender por el agua de los
océanos y además resistir a la posterior erosión del agua

Uno de los grandes descubrimientos de la Edad Moderna fue que la Tierra es redonda y
que, de hecho, es la propia Tierra la que se mueve alrededor del Sol y no al revés como se
pensaba hasta entonces. Algunos grandes pensadores de la Antigüedad, como Aristarco de
Samos, ya propusieron un modelo heliocéntrico en el siglo III a.C. pero, a pesar de esto, fue
necesario que pasaran más de mil años para que, Copérnico, reformularse esta teoría y
abriera el conocimiento científico y astronómico al modelo heliocéntrico que conocemos hoy
en día.
No obstante, esto no debe extrañarnos demasiado. En nuestro día a día, lo más natural es
pensar que es la Tierra la que está quieta, mientras que son el Sol, la Luna y las estrellas
las que se mueven en órbitas alrededor de nosotros. Solo haciendo uso de la razón y del
método científico es cuando podemos comprobar que es en realidad la Tierra la que se
mueve alrededor del Sol y no al revés.
La Tierra se precipita hacia su propio final. Aunque desde una perspectiva humana se trate
de un descenso imperceptible, el propio movimiento de la Tierra tiende a caer al campo
gravitatorio del Sol. En este hipotético suceso, la Tierra terminaría deteniéndose al impactar
contra su estrella. Aunque, una vez que se produjera el impacto, la Tierra, sencillamente,
desaparecería al fusionarse con la masa del Sol.

Conclusión.
En su origen la Tierra era una masa incandescente. Lentamente, esa bola se fue enfriando y
adquiriendo una forma similar a la que hoy conocemos. Aunque los cambios en esas
primeras épocas debieron ser más bruscos y abundantes, la Tierra no ha dejado de
evolucionar, y lo sigue haciendo. Posteriormente la vida surgió cuando se dieron las
condiciones apropiadas. Primero fueron simples compuestos orgánicos; después,
organismos unicelulares; más tarde aparecieron los pluricelulares, vegetales y animales. Si
la historia de la Tierra desde su origen la comparamos con un día, los humanos
evolucionamos de otros mamíferos hace apenas unos segundos.

Las Tierra es un pequeño cuerpo celeste, opaco, perteneciente a un grupo de planetas que
giran alrededor del sol, el conjunto de esta estrella y los planetas unidos a ella por la
gravedad constituyen el sistema solar, que no es más que un pequeñísimo fragmento de
una galaxia: la Vía Láctea. El Universo, a la vez, esta formado por millones de galaxias
semejantes a la Vía Láctea.
Hoy día se sabe que la Tierra es uno de los planetas más pequeños y más cercanos al sol.
Presenta una forma esférica, algo achatada por los polos, con una superficie de 510
millones de kilómetros cuadrados y un diámetro de 12 750 Km.
La característica más sobresaliente de nuestro mundo y que lo diferencia del resto en su
gran actividad a todos los niveles: la corteza terrestre, los océanos, la atmósfera y el interior
de la tierra están en continuo movimiento. Además, de todos los planetas del sistema solar
la Tierra es el único en donde se ha detectado vida. El desarrollo de ésta a lo largo de 3400
millones de años ha condicionado la evolución de la Tierra como planeta. Así, gracias a la
actividad de bacterias y algas fotosintéticas, la composición de la atmósfera primitiva
cambió y de su carácter reductor pasó a oxidante. La posterior
aparición de los vegetales también influye considerablemente, protegiendo el suelo de la
erosión. Por último, la actividad humana ha modificado la historia del
planeta; la atmósfera, los océanos, los ciclos minerales y el clima han sufrido importantes
variaciones, sobre todo a partir del siglo XIX.
A lo largo de nuestra vida somos testigos de diferentes fenómenos naturales ocurridos a
poca distancia de nosotros y no nos damos cuenta de la importancia que tiene cada uno de
ellos, así como de todo el fruto que podemos obtener de estas vicisitudes, aunque en
algunas ocasiones no son del todo buenas. Cada ser humano debe entender el valor que
tiene la ciencia en nuestro entorno y no adjudicarle fenómenos naturales a la casualidad,
debemos buscar explicaciones lógicas, la información que nos han dejado muchos
científicos nos da a conocer la realidad de nuestro planeta y nos cuenta su historia, han
ayudado a conocer el por qué de diversos fenómenos que el día de hoy nos afectan,
conozcamos a fondo lo que tenemos cerca y no dejemos pasar el tiempo y los
acontecimientos prescindiendo todos aquellos tan hermosos con los que nos topamos cada
día Nuestro planeta es uno de estos fenómenos que hay que conocer, en él vivimos, a él lo
debemos cuidar y entenderlo, bien dicen que a la naturaleza solo se le domina
obedeciéndola, y las personas hemos olvidado que el mundo es de todos y no de unos
cuantos, cuidemos nuestra casa como una de las cosas más valiosas que poseemos.

Referencia.
NASA Science Solar System Exploration - Earth
NOAA Ocean Explorer - Mid-Ocean Ridge
NOAA Climate - Climate Change
NASA - Kepler and K2 Missions
IPAC/Caltech - Cool Cosmos
NASA Exoplanet Archive
https://concepto.de/planeta-tierra/#ixzz7hMsUT6Xd
https://www.monografias.com/trabajos25/planeta-tierra/planeta-tierra

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