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OBJETIVOS
• Realizar otoscopia correcta con pasos sistematizados para una correcta evaluación otológica.
• Practicar otoscopia en oídos sanos, conocer anatomía de oído y tomar confianza en realización
de la practica
• Conocer y realizar exploraciones complementarias como otoscopia neumática, otoscopia con
cono e instrumentalización del CAE
• Realizar pruebas de RINNE y WEBER y conocer su uso practico
• Realizar vendaje básico del pabellón auditivo
MATERIALES
• Otoscopio
• Venda simple de gasa (no elástica) larga
• Paquetes de gasas o apósitos (varios)
• Equipo de cirugía menor (tijera)
• Riñonera
• Jeringa de irrigación (para lavado de oído)
• Solución Salina 0.9% (1 o 2 para toda la clase)
• Lampara frontal
OTOSCOPIA
Para realizar una otoscopia se requiere de buena
iluminación y de un otoscopio. Una adecuada
iluminación puede conseguirse con un espejo frontal
que refleje la luz de una lámpara cuello de cisne, con
una luz frontal que directamente ilumine nuestro
campo visual o con un mango con iluminación que
soporte al otoscopio, el cual habitualmente incluye
amplificación (lupa). Este mango con iluminación
puede dejar espacio para introducir instrumental a
través del otoscopio o estar diseñado para soportar al
otoscopio en forma hermética, lo que permitirá
realizar una neumo-otoscopia. La conformación del
mango permite la introducción de instrumental a
través del otoscopio mientras se observa por la lupa.
Pabellón Auricular
Una otoscopia comienza por observar las características de la piel y cartílagos del pabellón auricular con
respecto a su desarrollo y configuración.
Se debe poner especial énfasis en detectar malformaciones. Dentro de las más frecuentes destacan la
atresia aural, los apéndices y las fositas preauriculares.
La atresia aural es una malformación congénita preferentemente unilateral que compromete al pabellón
auricular, conducto auditivo externo (CAE) y oído medio en distinto grado. En su forma más leve solo
compromete el tamaño del pabellón auricular, sin embargo, en las más graves puede significar una gran
deformación del pabellón auricular, ausencia de CAE, mastoides y oído medio.
Los apéndices y fositas preauriculares se observan por delante de la oreja. Los primeros se deben a la
persistencia de prominencias auriculares (estructuras presentes en el desarrollo embriológico)
accesorias y las segundas a falla en la fusión de las prominencias durante el desarrollo embriológico.
(mas detalle en clase de otitis externa)
- de lateral a medial
- de abajo a arriba
- de atrás a adelante
Debido a su dirección, para lograr una evaluación adecuada de él, se debe traccionar el pabellón
auricular en sentido postero-superior y el trago en sentido anterior, con lo cual observamos el vestíbulo
y parte del conducto. En el niño pequeño La longitud del CAE es menor que la del adulto (2.5 mm y 4.5
mm en promedio respectivamente) y el ángulo que forma con la membrana timpánica es más abierto.
La exploración es más difícil y ocasionalmente su dirección es de arriba abajo por lo que es más útil
traccionar el pabellón posteroinferiormente.
Lo anterior se realiza con observación directa y sólo requiere de iluminación. Esta maniobra permite
observar el estado de la piel y el lumen. La coloración normal de la piel es la típica y a medida que nos
profundizamos en el CAE es más pálida.
En algunas ocasiones se puede observar a simple vista todo el trayecto del CAE y la membrana
timpánica al fondo, en otras, éste puede tener mayor angulación o ser de lumen más angosto lo que no
nos permitirá evaluarlo en toda se extensión. También podemos encontrar folículos pilosos o tener
cerumen en las paredes, lo que dificulta la observación. El cerumen si se encuentra en la periferia puede
ser extraído con cucharilla en forma suave.
Posteriormente se procede a la introducción del otoscopio. Con la adecuada colocación de este en el
CAE cartilaginoso conseguimos que un conducto sinuoso se transforme en uno recto. La parte más
externa del CAE tiene menor sensibilidad y mayor resistencia, en cambio, en su porción ósea la
sensibilidad de la piel es máxima y la resistencia mínima. Un pequeño roce puede producir una
hemorragia, por lo que la introducción del otoscopio debe ser cuidadosa, preocupándose de no llegar a
zonas sensibles. El paciente no debe moverse y la posición de la cabeza debe tender a colocar la
dirección del CAE en forma cómoda.
Los hallazgos más frecuentemente encontrados en el conducto auditivo externo son cerumen,
dermatitis y otorrea, (secreción en el CAE), secreción en el CAE, habitualmente de aspecto purulento y
mal olor. La otorrea puede deberse a otitis externa u otitis media que a través de una solución de
continuidad en la membrana timpánica drena en el CAE. Las características de la otorrea pueden
orientar el diagnóstico. Una otorrea mucofilante es sugerente de patología del oído medio, en cambio,
una cremosa sugiere una otitis externa, aunque en ocasiones también se observa en la otitis media
crónica colesteatomatosa. Además, con cierta frecuencia se pueden observar hifas y puntos negros
característicos de la otomicosis, las que pueden estar asociadas con otorrea por sobreinfección
bacteriana. REALICE ESTA PRACTICA CON UN COMPAÑERO BAJO SUPERVISION
Evaluación de la Membrana Timpánica (MT)
En la otoscopía, la observación de la membrana timpánica debe diferenciar claramente la normalidad y
lo patológico. Se deben evaluar cuatro características principales:
Presenta una coloración gris perla, a la que se junta un ligero tinte violáceo y amarillo oscuro. Esta
coloración no es del todo uniforme: el gris es algo más oscuro en el segmento anterior de la membrana
timpánica y más claro en el segmento posterior.
En la parte superior de la membrana, muy cerca de la circunferencia y un poco por delante de su polo
superior, notamos, un pequeño punto
saliente de color blanquecido: La pequeña
apófisis del martillo, de donde parten los
dos ligamentos timpamomaleolares y por
encima del cual se encuentra la
Membrana de Shrapnell. Desde este
punto desciende, a la manera de un radio
hacia el umbo, una faja de un blanco
amarillento, que es el mango (o rama) del
martillo; éste es oblicuo hacia
posteroinferior y termina a nivel del umbo
por una extremidad redondeada o
alargada en forma de espátula.
Más abajo, en el segmento inferior, observamos una especie de reflejo luminoso: El Triángulo (o cono)
Luminoso de Politzer (se suele llamar sólo triángulo (o cono) luminoso). Tiene la forma de un triángulo
isósceles, cuyo vértice corresponde al umbo, y la base, más o menos ancha, desciende cerca de la
circunferencia y su dirección es oblicua hacia abajo y delante. La aparición del triángulo luminoso es el
resultado de la inclinación de la membrana timpánica y, sobretodo de su curvatura (su forma de
embudo).
La membrana timpánica normal es traslúcida, es decir, deja pasar parte de la luz, permitiendo visualizar
las estructuras subyacentes y el triángulo luminoso. Cuando algo está alterado al otro lado (en el oído
medio (OM)), no deja pasar luz, casi ni se ve el triángulo luminoso y se observa opaco. Las estructuras
que se observan en una otoscopía clínicas en la membrana timpánica (los que debiésemos encontrar)
son:
• Ático, Apófisis corta del martillo, Mango (o Rama) del martillo, Umbo, Triángulo luminoso, Pars
Tensa, Pars Fláccida
1. Cuadrante pósterosuperior
2. Cuadrante Posteoinferior
3. Cuadrante Anterosuperior
4. Cuadrante Anteroinferior
En el cuadrante anterosuperior encontramos el mango (o rama) del martillo, con la apófisis corta del
martillo.
Semejante división topográfica es muy útil en clínica, permitiéndonos localizar y describir las patologías
que suele ser asiento la membrana timpánica. Por lo tanto, cada anomalía que se observe en la
membrana timpánica se debe consignar en qué cuadrante fue visto.
Otoscopia neumática
Como ya habíamos visto en clases, la otoscopia neumática permite evaluar derramen en cavidad
timpánica y es una herramienta muy práctica, segura y sencilla de realizar, comencemos repasando la
posición del paciente, en especial, los niños:
Posicionamiento
• El niño debe acostarse con la cabeza vuelta hacia un lado; un niño más pequeño debe sentarse
en el regazo de sus padres y descansar su cabeza sobre el pecho de sus padres.
• El padre sostiene al niño, usando un brazo para asegurar la cabeza y el otro para sostener ambos
brazos. Si es necesario para obtener una visión estable, las piernas de los padres se pueden
cruzar sobre las piernas del niño.
• El niño mayor o el adulto puede sentarse e inclinar la cabeza hacia un lado.
• El paciente debe permanecer muy quieto. La mayoría de los pacientes que se someten a este
procedimiento son niños; Se necesita la cooperación de los padres para mantener al niño
tranquilo.
• Seleccione el tamaño de espéculo que mejor se adapte al canal auditivo externo.
• Pruebe para asegurarse de que el sistema neumático no tenga fugas. Para hacer esto, apriete la
pera, coloque la punta del espéculo contra la yema del dedo, suelte la pera y confirme la succión
en la yema del dedo.
• Aconseje al paciente que permanezca quieto.
• Tire suavemente de la oreja hacia atrás para enderezar el canal auditivo y obtener una mejor
vista de la membrana timpánica.
• Inserte el otoscopio lo suficiente como para crear un buen sello; esto evita fugas de aire entre el
espéculo y la pared del canal auditivo. Tenga cuidado de no insertar el dispositivo demasiado
profundamente.
• Inspeccione el canal auditivo y el tímpano.
• Retire el exceso de cerumen (cerumen).
• Evalúe el color, la translucidez y la posición de la membrana timpánica. Una membrana
timpánica normal es convexa, translúcida y intacta.
• Apriete suavemente el bulbo del otoscopio para crear presión positiva sobre la membrana
timpánica y observe el grado de movilidad de la membrana timpánica.
• Suelte el bulbo para crear presión negativa sobre la membrana timpánica y observe el grado de
movilidad de la membrana timpánica.
• El movimiento nítido de la membrana timpánica con una ligera aplicación de presión es normal.
• El engrosamiento de la membrana timpánica hace que sea menos móvil.
• Si la membrana timpánica no se mueve con la aplicación de una ligera presión positiva o
negativa, es muy probable que se produzca un derrame en el oído medio.
• Tenga en cuenta que casi cualquier tímpano se mueve si se aplica suficiente presión.
• A veces, la aplicación de presión revela un nivel hidroaéreo detrás de la membrana timpánica;
este es un diagnóstico de derrame en el oído medio
Complicaciones
• La otoscopia neumática es un procedimiento seguro y normalmente indoloro. En ocasiones, el
paciente puede experimentar una pequeña molestia.
• Si el paciente tiene una perforación y una fístula perilinfática, puede producirse nistagmo,
mareos, vértigo, desequilibrio, náuseas y vómitos (como ocurre con la prueba de la fístula).
• En teoría, este procedimiento podría provocar una perforación de la membrana timpánica, la
cual en su mayor parte debería sanar espontáneamente.
• Otras posibles complicaciones incluyen discontinuidad osicular y sordera neurosensorial.
Hallazgos
Posición: como hemos visto y en condiciones normales, a través del tímpano hacen relieve el proceso
corto y el mango del martillo. Según la
posición del mango del martillo podemos
deducir la de la MT a la que adhiere, de tal
manera que si el proceso corto es muy
prominente y el mango parece más corto es
porque la membrana está retraída. Sin
embargo, en la otitis media aguda (OMA), la
MT está abombada y, como consecuencia, la
apófisis corta y el mango del martillo no se
suelen apreciar.
También sirve de ayuda para identificar las falsas perforaciones. Si una perforación queda cerrada por
una membrana monomérica, puede ofrecer una falsa imagen de perforación, solo identificable al
otomicroscopio. Sin embargo, la movilización de esta zona atrófica, que se obtiene con un cambio
mínimo de presión, la pone fácilmente en evidencia. Cuando se trata de una verdadera perforación, las
variaciones de presión no desplazan el tímpano y como máximo pueden hacer oscilar los bordes del
orificio, al entrar y salir el aire.
REFERENCIAS
1. https://pap.es/articulo/12243/otoscopia-neumatica
2. Color Atlas of ENT Diagnosis, Tony R. Bull, FRCS, John Almeyda, FRCS, 5th edition, Thieme
Stuttgart 2010, Germany.
3. Ludman H, Wright A (eds.). Diseases of the ear. Applied anatomy and physiology of the ear. 6a.
ed. Londres: Hodder Arnold Pub., 1998;41-47.
4. • Wackym A, Snow J. Ballenger‘s Otorhinolaringology Head and Neck Surgery. Physiology of the
auditory and vestibular systems. 17a. ed. Berkshire, Inglaterra: McGraw-Hill, 2008;68-133.
5. • Bailey JB. Head and neck surgery-otolaryngology. Cap. 130: Vestibular function and anatomy.
8a. ed. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins, 2001;1906-1915.