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Adrián Bertorello
Leticia Basso
(Editores)
Studia Heideggeriana
Volumen VII
Tiempo y espacio
ISSN 2250-8740
© Editorial Teseo, 2018
© Sociedad Iberoamericana de Estudios Heideggerianos, 2018
Castillo 824 – C1414 AWR – Ciudad de Buenos Aires
Studia Heideggeriana
Director de la serie: Alejandro Vigo
Editores del volumen VII: Adrián Bertorello – Leticia Basso
ComitéAcadémico
Dr.ArturoLeyteCoello(UniversidaddeVigo,España)
Dr.CarlosB.Gutiérrez(UniversidaddelosAndes,Colombia)
Dr.CarlosMásmela(UniversidaddeAntioquia,Colombia)
Dr.FelipeMartínezMarzoa(UniversidaddeBarcelona)
Dr.RamónRodríguez(UniversidadComplutensedeMadrid)
Dr.RobertoWalton(UniversidaddeBuenosAires,ArgentinayConicet)
Dr.JorgeEduardoRivera(PontificiaUniversidadCatólicadeChile) (†)
Dr.AlbertoRosales(UniversidadSimónBolívar,Venezuela)
Presentación .......................................................................................9
7
Presentación
9
10 STUDIA HEIDEGGERIANA
FELIPE JOHNSON2
I. El Da
Dasein
sein como manifestación: el cuidado y el sentido temporal
del existir
17
18 STUDIA HEIDEGGERIANA
3 Para una exposición detallada de los parágrafos de Ser y tiempo que se tendrán
en cuenta, véanse los aportes de Rubio, García Norro y Di Silvestre publicados en
Ser y tiempo de Martin Heidegger. Un comentario Fenomenológico (2015).
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 23
[…] este ente a la mano, que por eso llamamos martillo, está en
respectividad con el martillar, el martillar lo está con el clavar y
fijar, este lo está con la protección contra el mal tiempo; y esta
última es por mor del Dasein que necesita protección, es decir,
por mor de una posibilidad de su ser (2001: 84).
5 Para una reflexión sobre Körper y Leib entendidos como modos de acceso al
fenómeno del cuerpo, véase Johnson (2017: 317-322).
6 Tras esta vinculación del problema del cuerpo con el sujeto se hallan las críticas
de Heidegger al énfasis en la conciencia propio de la posición fenomenológica
de Husserl. Véase Bernet (2013), quien discute las pocas consideraciones sobre
el cuerpo en Ser y tiempo como una respuesta de Heidegger a Ideas II.
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Bibliografía
47
48 STUDIA HEIDEGGERIANA
realidad estamos diciendo hacer tal cosa carece de sentido en este momento. De
esta forma, a través de la significatividad lo que descubrimos es que el tiempo es
“apropiado (geeignet) o inapropiado (ungeeignet)” (Heidegger, 2001: 414). Cabe
aclarar que estas dos expresiones ya habían sido conceptualizadas al comienzo
del parágrafo 18 (cf. Heidegger, 2001: 83). Manteniendo la dimensión temporal
del fenómeno se trata de un “tiempo para” o de un “no tiempo para” (Heidegger,
1997: 369-370). En conformidad con el análisis de la mundaneidad del mundo
del Parágrafo 18 (cf. Heidegger, 2001: 83) Heidegger designa a la significatividad
como “tiempo del mundo (Weltzeit)”. El significado exacto de este término no
es precisamente el del tiempo cósmico, sino que el término “mundo” hay que
entenderlo en el mismo sentido del parágrafo 18, el tiempo del mundo es en
realidad el tiempo del ser-en-el-mundo que comporta siempre a la condición
respectiva y a la significatividad.
16 Heidegger, 2001: 414.
17 En este sentido el tiempo del mundo es significativo porque “ese tiempo es data-
ble, tenso, público y pertenece, en cuanto estructurado de esta manera, al mun-
do mismo” (Heidegger, 2001: 414).
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Bibliografía
23 En esta dirección pregunta Michel Haar: “Si se considera que el giro de los años
1930 consiste en el desplazamiento del origen de la temporalidad del Dasein
hacia una temporalidad del ser, ¿no habría que discernir en la fenomenología
del Praesens el primer borrador (ébauche) de un tal desplazamiento?” (Haar,
1990: 72).
72 STUDIA HEIDEGGERIANA
I. La herencia de la pr
praxis
axis en la estructura fundamental del Dasein
73
74 STUDIA HEIDEGGERIANA
III. Crisis de la pr
praxis
axis como individuación
5 Entre ellos, se encuentran los estudios de Tamineaux (1991); Arendt (1958; 1960)
y Wrathall (2017).
82 STUDIA HEIDEGGERIANA
8 Cf. Arendt, Hannah (1999). Allí la autora le dedica el último capítulo a la com-
prensión de la distinción entre aislamiento (isolation), soledad (loneliness) y
solitud (solitude). Allí sostiene la autora que la retirada del mundo implica un
aislamiento en tanto que no se tiene registro fáctico de la auténtica acción (polí-
tica). En este sentido, la condición del “estar ocupado con algo” no supone estar
con uno mismo (en soledad) sino con los demás (Mitsein). Hay momentos en los
que el individuo se encuentra en soledad a pesar de estar en compañía y hay
otros que se encuentran en solitud “yo soy por ‘mí mismo’”.
88 STUDIA HEIDEGGERIANA
Consideraciones finales
Bibliografía
I. Historicidad del Da
Dasein
sein: Heidegger lector de Dilthey
99
100 STUDIA HEIDEGGERIANA
3 “Die Lebensphilosophie ist für uns eine notwendige Station auf der Wege der
Philosophie, im Gegensatz zur leer formalen Transcendentalphilosophie. Man
bringt Dilthey unter den Begriff des Historismus und fürchtet in ihm das Ges-
penst des Relativismus; aber wir müssen die Fürcht vor diese Gespenst verlie-
ren. Wir schalten hier ein Verzeichnis der wichtigsten Schriften Diltheys ein: 1.
Das Leben Schleiermachers. I. Band, 1870. II. (aus dem Nachlaß; im Druck); 2.
Einleitung in die Geisteswissenschaften. 1. 1883; […] 13. Die Typen der Weltans-
chauungen. (Sammelband »Weltanschauung« herausg. v. Frischeisen-Köhler.)
1911; 14. Gesammelte Schriften II. Band. Leipzig 1914 (enthält kritische Arbei-
ten); Verstreute Aufsätze in dem Archiv f. Geschichte der Philosophie, in der
Deutschen Rundschau usw” (Heidegger, 1993: 154).
104 STUDIA HEIDEGGERIANA
4 Los estudios que conforman la Fundación de las ciencias humanas, son una
serie de lecturas ofrecidas por Dilthey en la academia Prusiana entre 1904 y
1909, siendo publicado durante su vida sólo el primero de estos. Los Esbozos,
por su parte, son textos contemporáneos de estos estudios publicados póstuma-
mente, en la edición de 1927, y que componen el volumen VII de las obras com-
pletas de Dilthey.
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 107
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El lenguaje en Ser y tiemp
tiempoo
DANIEL LESERRE1
119
120 STUDIA HEIDEGGERIANA
8 El análisis llevado a cabo en este punto por Heidegger se vincula con la tradición
filosófico-teológica de raíz cristiana, especialmente San Agustín y Lutero; Cf.
Stassen (1973: 68-109).
132 STUDIA HEIDEGGERIANA
Bibliografía
Heidegger en Tindaya
CÉSAR MORENO-MÁRQUEZ2
155
156 STUDIA HEIDEGGERIANA
hombres libres. Abrir Espacio, dar Luz y Aire para ver y res-
pirar, como en aquel verso de Guillén con que comienza
Cántico:
6 Sin duda, todo Más allá, en Cántico, rebosa de sugerencias para el encuentro
entre Guillén, Heidegger y Chillida (y Antonio López), pero habrá que aplazarlo
para otra ocasión. Para un intento, cf. Moreno, 2010.
160 STUDIA HEIDEGGERIANA
7 Dice Heidegger que “Angelus Silesius dice, empero: ‘florece porque florece’. Esto
no dice propiamente nada. Pues al ‘porque’ le es propio aportar algo distinto a
eso que nosotros entendemos como fundamento en pro de aquello que hay que
fundamentar. Pero, esto que parece no decir nada: / ‘florece porque florece’, dice
propiamente todo, a saber, todo lo que cabe decir aquí; y lo dice de la manera
que le es propia: la del no-decir. El ‘porque’ parece no decir nada, parece ser
vacuo [leer]; sin embargo, dice la plétora [die Fülle] de aquello que se deja decir,
al nivel del pensar de este poeta, acerca del fundamento y del ‘porqué’” (Heideg-
ger, 1997: 63; trad. 81).
8 Gesto más esencial que el del Cuadrado negro del Cuadrado negro sobre fondo
blanco de Malévitch en su esfuerzo por dar a pensar un gegenstandlose Welt
(Moreno, 2007), y que el del pensamiento del Silencio. En principio, intuitiva-
mente, el Vacío es más íntimo al Espacio, pues es su afirmación pura, que el
Silencio al Sonido, o que el Negro a lo Invisto y la Visibilidad.
162 STUDIA HEIDEGGERIANA
9 Dice Heidegger que “el hombre no tiene ningún cuerpo ni es cuerpo alguno,
sino que vive su propio cuerpo-vivo (Leib)” (Heidegger, 2003: 83).
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 163
10 Como recuerda Duque, en Zeit und Sein había ya escrito Heidegger: “Espacio-
de-tiempo [Zeit-Raum] da ahora nombre a lo Abierto, al recíproco darse-alcance
del estar por llegar, del haber-sido y del estar-expectante-hacia. Es esto abierto y
sólo él lo que, por vez primera, concede-espaciando su posible carácter de
extensión al espacio conocido por nosotros habitualmente. El despejamiento
del recíproco darse-alcance del porvenir, de lo sido y del presente es, él mismo,
pre-espacial; y sólo por ello puede conceder, espaciando, espacio; sólo por ello
puede darse espacio” (Heidegger, 2007: 18-19; trad. 40; sin embargo, tomo la
trad. de Duque, 2003: 30).
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 165
11 Será todo un desafío para Tindaya, cuando se haya realizado el Proyecto, que
quienes acepten la “experiencia-Tindaya” no caigan de distracciones respecto a
la génesis y desarrollo de la Obra, su monumentalidad, etc. Es por ello por lo que
el trabajo filosófico me parece, en este sentido, imprescindible.
166 STUDIA HEIDEGGERIANA
13 Cf. el texto correspondiente a Heidegger, 1981: 108 (trad. 154-155), cit. infra, en
el epígrafe 5.
170 STUDIA HEIDEGGERIANA
¿Y qué sería del vacío del espacio? Con harta frecuencia aparece
aquel tan sólo como una falta. El vacío vale entonces como un
echar en falta el llenado de espacios huecos y de intersticios.
Presumiblemente está sin embargo el vacío hermanado justa-
mente con aquello que conviene en propiedad al espacio, y por
ello no es un echar en falta sino un producir-desde.
De nuevo nos puede dar una seña el lenguaje. En el verbo leeren
habla el lesen, en el sentido original del congregar que se hace
valer en el lugar.
Vaciar el vaso quiere decir: congregarlo, como lo abarcante, en
su haber llegado a quedar libre.
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 173
18 Aesterespecto,labellafenomenologíabachelardianadelapoéticadelespacioseinclui-
ríaenesteplandeinvestigación(Bachelard,1991).
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 181
(Foto 3) Planos del Dolmen de Soto (Huelva, España) y vista del corredor desde la entrada
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 183
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El enraizamiento de la historicidad en el tiempo
ROBERTO JUAN WALTON1
Introducción
187
188 STUDIA HEIDEGGERIANA
2 Es pertinente evocar versos del poema “Desde la experiencia del pensar. Debajo
y a través de los altos abetos”, en la versión de Jorge Eduardo Rivera, quien la
acompañó con un bellísima meditación en la que se refiere a los “contertulios en
el oficio del pensar” (Rivera, 2001: 129). Heidegger escribe: “Si en el pensar
hubiera antagonistas (Widersacher) y no / simples adversarios (Gegner), mejor /
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 189
le iría a la cosa del pensar. / […] Es la hora propicia para el diálogo. / Se despeja
el cielo para la meditación en común. Que no / hace alarde de encontrados
sentires, ni / tolera el asentir complaciente. El pensar / permanece firme al
viento de la cosa. / De tal camaradería (Geselligkeit) algunos saldrán quizás /
compañeros (Gesellen) en el oficio del pensar” (Heidegger, 1983: 77).
190 STUDIA HEIDEGGERIANA
I. Ser y tiemp
tiempoo
I.1.
El enraizamiento de la historiografía en la historia, unido a
una crítica al neokantismo, constituye un punto de partida
común. Para Heidegger, un esclarecimiento epistemológico
del saber histórico al modo de Heinrich Rickert no propor-
ciona el modo de ser de lo histórico porque el fenómeno
fundamental de la historia subyace siempre a una posible
tematización por medio del saber. La condición de posibili-
dad de la historiografía reside en la apertura y comprensión
inherente al Dasein en virtud de que tiene el modo de ser del
acontecer o gestarse histórico. El saber histórico, que tiende
a “enajenar al Dasein de su historicidad propia” (Heidegger,
1977: 523/tr. 396), presupone la historicidad de este “de un
modo propio y especial” porque “la apertura del acaecer
histórico llevada a cabo por la historiografía está enraizada,
en sí misma y por su propia estructura ontológica –se realice
o no fácticamente–, en la historicidad del Dasein” (Heideg-
ger, 1977: 518/trad. 392). Análogamente, Husserl defiende
una fundamentación de la historiografía en la historicidad.
Señala que la exposición neokantiana de formas metodoló-
gicas no tiene relación con las configuraciones del mundo
de la vida, y subraya, en contraste con ella, que “toda teoría
y ciencia imaginable surge de la vida y se relaciona con el
mundo preteórico, con el mundo de la pura experiencia, con
el mundo dentro del cual vivimos como hombres prácticos”
(Husserl, 2001: 241). La fenomenología es la “ciencia radi-
cal” que tiene la experiencia de un mundo preteórico como
el “prototema” (Urthema) de “un esclarecimiento efectiva-
mente radical” (Husserl, 2001: 241, 227). El mundo de la vida
es el tronco que arraiga directamente en la experiencia y del
que salen como ramas las distintas ciencias.
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 191
I.2.
El enraizamiento de la historia en el tiempo constituye otra
base común. Heidegger afirma que el Dasein “solo existe y
puede existir históricamente porque es tempóreo en el fondo
de su ser” (Heidegger, 1977: 498/trad. 376). La historicidad
se caracteriza por “su enraizamiento en la temporeidad”
(Heidegger, 1977: 496/trad. 375). Es una elaboración más
concreta de la unidad de los éxtasis por la cual la trama de la
vida no es una sucesión de vivencias exteriores unas a otras,
sino que debe entenderse mediante la noción de “aconte-
cer” (Geschehen) como un “extenderse extendido”, es decir,
como un despliegue cuya movilidad envuelve un comienzo
y un fin. Aclarar el acontecer “significa alcanzar una com-
prensión ontológica de la historicidad” (Heidegger, 1977:
495 s./trad. 375). Husserl también examina un enraizamien-
to y se opone a la idea de una secuencia objetiva de viven-
cias. Reconstruye una génesis de sentidos como una cons-
trucción escalonada de operaciones subjetivas que permite
mostrar cómo en el plano intersubjetivo se encuentran con-
tenidos en un nivel superior fenómenos que ya emergen en
niveles previos de la arquitectura de sentidos y de la tem-
poreidad. Observa que la conciencia se encuentra en un
incesante devenir que “no es una mera sucesión (Aufeinan-
derfolge) de vivencias, un flujo, como uno se representa un
flujo objetivo” y añade que “la historia en el sentido habitual
de su relación con la cultura humana, es solo un nivel más
elevado, […]” (Husserl, 1966: 218 s.).
I.3.
Otro isomorfismo concierne a la transmisión de un legado.
En la “construcción existencial de la historicidad” (Heideg-
ger, 1977: 499/trad. 378), la proyección del Dasein hacia sus
posibilidades construye la historicidad al recoger y empu-
ñar las posibilidades heredadas y remitirlas a un futuro
192 STUDIA HEIDEGGERIANA
I.4.
Se pueden considerar también las modalidades de la trans-
misión. La oposición que Heidegger establece entre mera
observación historiográfica y construcción de la historici-
dad se presenta en Husserl en términos del contraste entre
una reactivación impropia que simplemente comprende y
la reactivación en sentido propio que adopta los sentidos
o posibilidades transmitidos y comprendidos. La ulterior
diferenciación heideggeriana entre la entrega a sí mismo
implícita del legado y su transmisión explícita mediante una
repetición se refleja, dentro de la reactivación propia hus-
serliana, en el contraste entre la renovación de un yo pasivo
que se atiene a una razón perezosa y la renovación de un yo
activo que ejercita una razón auténtica. Lo que permite a la
tradición la estabilidad o mantenimiento de sí, es decir, un
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 193
II.1.
Heidegger considera que la constitución fundamental de
nuestro ser histórico reside en un encargo (Auftrag) que
atañe al futuro y que es predeterminado a partir de la
misión (Sendung) que concierne al haber-sido. Tenemos
una misión que hemos recibido como herencia desde nues-
tro origen, y esta misión determina para nosotros un encar-
go. En esto se manifiesta el poder del tiempo que nos remi-
te a un futuro a partir de un haber-sido. En palabras de
Heidegger:
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 195
II.2.
La relación misión-encargo-trabajo está presente en los
análisis de Husserl sobre la historia. En el nivel de la pro-
tohistoricidad, el mundo familiar no implica solo presen-
tes momentáneos sino una implicación generativa que se
extiende más allá del presente y el trecho de la propia vida.
Una síntesis de misión, encargo y trabajo se advierte en
el “cuidado por la vida” (Lebenssorge), es decir, en la soli-
citud por los miembros de una familia y en la incorpora-
ción de los hijos a la tradición familiar y a tradiciones más
amplias. Husserl se refiere a la “trascendencia de la volun-
tad de autenticidad (Echtheitswillen) más allá de la muerte
por medio de un ‘más allá’ práctico, de un mundo práctico
existente, que, en tanto ‘infinito’ traspasa la existencia fini-
ta” (Husserl, 2013: 429).
Respecto de la historia efectiva o primera historicidad,
Husserl analiza el encargo y la misión en función de intere-
ses que desempeñan un papel importante en el enlace del
horizonte de futuro con el horizonte de pasado en torno de
3 Klaus Held observa que el concepto de instante introducido en Ser y tiempo para
caracterizar una situación suprahistórica, también significa el instante histórico
en tanto implica la capacidad de instaurar comienzos históricos en obras del
pensar, del arte y de la comunidad política: “Esta capacidad surge de la resolu-
ción (Entschlossenheit). […] la resolución consiste en una aperturidad dispuesta
a la acción en el mundo histórico y configura el fundamento experiencial a partir
de la cual la creación de obras que instauran historia se convierte en un encargo
obligado para el Dasein” (Held, 1989: 37).
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 197
III. El viraje
III.1.
En virtud del viraje, y del contrabalanceo de ser y Dasein
que lo caracteriza, la temporariedad (Temporalität) inhe-
rente a la verdad del ser coloca bajo su despliegue la tem-
poreidad (Zeitlichkeit) extática analizada en Ser y tiempo. La
temporariedad del ser es recogida y asumida por la tempo-
reidad del Dasein. De modo que la temporeidad de este es
“la indicación y la resonancia de aquello que acaece como
la verdad de la esenciación del Ser en la unicidad de la
apropiación-aconteciente (Er-eignung)” (Heidegger, 1989:
65, 74; cf. 18). Por eso Heidegger escribe: “La temporeidad
extático-horizóntica delineada en ‘Ser y tiempo’ no es de
ninguna manera lo más propio del tiempo que se busca en
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 199
III.2.
En relación con el nexo llamado-respuesta se presentan
algunas convergencias en torno a lo que Heidegger deno-
mina “abismo como el tiempo-espacio” y “contienda entre
tierra y mundo”.4
4 “El viraje obtiene su verdad solo en tanto es disputada en tanto contienda entre
tierra y mundo y de ese modo lo verdadero es abrigado en el ente. […] El abismo
como el tiempo-espacio. El tiempo-espacio, el sitio-instantáneo de la contienda
(Ser o no ser)” (Heidegger, 1989: 29).
202 STUDIA HEIDEGGERIANA
III.2.1.
Heidegger señala que la verdad del ser “funda como la
unidad de la temporización (Zeitigung) y la espaciación
(Räumung)” (Heidegger, 1989: 383). Se refiere a “el abismo
que, abismando, da tiempo-espacio más inicial al ‘ahí’ para
que acontezca en la transapropiación como Da-sein” (Hei-
degger, 2005: 70, 53). De este modo el Dasein se desplie-
ga como “el tiempo-espacio acontecido-apropiado (der er-
eignete Zeit-Raum)” (Heidegger, 2009: 222) para que acon-
tezca la “fundación del tiempo-espacio de la institución del
Ser” (Heidegger, 2009: 307). Esta “raíz común” tiene al espa-
cio y al tiempo como “troncos” (Heidegger, 1989: 378) en
virtud de que el Dasein es “la esenciación (Wesung) del
tiempo-espacio para todo ser del ente” (Heidegger, 2005:
130). Esto significa que, al abrigarse el ser en el ente, su
tiempo-espacio da lugar a una dimensionalidad temporal y
espacial dentro de la cual se nos manifiestan los entes. Esta
dimensionalidad “surge solo a partir del abrigo de la verdad
y, por tanto, del tiempo-espacio en el ente […]” (Heideg-
ger, 1989: 382). Heidegger escribe: “El tiempo-espacio, en
este esenciar (Wesen) originario, no tiene aún en sí nada del
‘tiempo’ y del ‘espacio’ que se conocen de manera habitual,
y sin embargo contiene en sí el despliegue hacia ellos, […]”
(Heidegger, 1989: 386).
El origen abismal del tiempo y el espacio se encuentra
en Husserl como origen en la protoexperiencia de un hori-
zonte originario de la que también emergen ambos cuando
el yo se vuelve hacia la interpelación (Anruf, Anspruch) de
algo que lo despierta como yo y evoca su atención para dar
lugar a la experiencia de objetos en el espacio y el tiempo.
El horizonte primigenio es el entramado de una experiencia
de carácter temporal en la que confluyen el sentimiento y la
kinestesia vinculada al movimiento corporal. En cuanto tal
es la “raíz común” de la que emergen dos “troncos” cuando
el yo emergente se hace cargo de la temporeidad hylética
VOLUMEN VII (2018): TIEMPO Y ESPACIO 203
III.2.2.
Con respecto a la contienda tierra-mundo es ilustrativo el
intento de Klaus Held de establecer una convergencia con la
relación cielo-tierra en Husserl (cf. Held, 1999). En relación
con la historia se puede añadir que, en ambos pensadores,
la respuesta o bien la desatención al llamado, ya sea del
ser o de la teleología racional, se realiza sobre una misma
base. Heidegger presenta la tierra como una suelo para la
historia: “Sobre la tierra y en ella, el hombre histórico funda
su habitar en el mundo” (Heidegger, 1977b: 35). Como “lo
que sustenta todo” (das alles Tragende) (Heidegger, 1977b:
50), la tierra es llevada a lo abierto de un mundo como el
ámbito de “las decisiones más esenciales de nuestra histo-
ria”, esto es, como “la abierta apertura de las amplias vías de
las decisiones simples y esenciales en el destino de un pue-
blo histórico” (Heidegger, 1977b: 35). Por su parte, Husserl
se refiere a una protohistoria que concierne a la tierra sobre
la que una única protogeneratividad humana es el suelo
para las generatividades espirituales con sus mundos de la
vida y tradiciones históricas porque “el mundo circundante
del pueblo está referido a la unidad del suelo-tierra (Erdbo-
den) general (para todos los seres humanos), […]” (Husserl,
1993: 37; cf. 305 s.).
204 STUDIA HEIDEGGERIANA
IV.1.
Heidegger destaca una dis-torsión o desviación (Entwin-
dung) a partir del inicio. Tal apartamiento implica “la crisis
entre el primer y el otro ‘inicio’” (Heidegger, 1989: 295) que
atañe a “el tiempo intermedio entre la desviación hacia la
entidad y el retorcimiento del Ser (Seyn)” (Heidegger, 2009:
104), y, respecto de la ἀλήθεια, a “la crisis de su historia
en Platón y Aristóteles” (Heidegger, 1989: 334). La crisis se
manifiesta esencialmente en la maquinación vinculada con
lo gigantesco (das Riesenhafte), es decir, el proyecto de la
representación del mundo que traza planes para la orga-
nización de todo y no admite límites. Esto conduce a “la
explotación y utilización de la tierra, la crianza y amaestra-
miento del hombre a estados hoy todavía irrepresentables
[…]” (Heidegger, 1989: 156 s). En la época del más extremo
abandono de los entes por parte del ser, “la desencadena-
da violencia del frenesí por lo gigantesco” ha subyugado al
ser humano “bajo la apariencia de la grandeza” (Heideg-
ger, 1989: 8). Heidegger sostiene que “para superar en el
lugar decisivo la crisis de la pregunta por el ser […] debió
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IV.2.
Con la Einwindung se llega a un isomorfismo clave. Según
Heidegger, la crisis lleva al ente humano al “tránsito al ani-
mal tecnificado” (Heidegger, 1989: 98) mediante el desco-
nocimiento de todo límite y de cualquier tipo de conten-
ción (Verhaltenheit) o recato (Scheu). En la época del más
extremo abandono del ser, “la desencadenada violencia del
frenesí por lo gigantesco” ha subyugado al hombre “bajo la
apariencia de grandeza” (Heidegger, 1989: 8). La contraca-
ra de esta situación reside en la custodia (Verwahrung) del
ente y en una pobreza (Armut) que no requiere poder y,
ajena a todo cálculo, antecede y se sustrae a todo “más” o
“menos” en términos de posesión óntica. Por eso no depen-
de de necesidades y se equipara con la pertenencia del
Dasein al ser en tanto estar en la propiedad del Ereignis (cf.
Heidegger, 1998b: 110 s.; 2005: 32; 2009: 212).
Cuando acontece el abandono del ente por parte del
ser, el ente queda sin guarda o protección (Hut) o res-
guardo (Behütung) en una “falta-de-custodia” (Heidegger,
1994: 47). Albergar o abrigar (Bergen) al ente en el ser
y al ser en el ente se despliega “en el salvaguardar (Be-
wahren), en el custodiar (Ver-wahren), propiamente en lo
que guarda (im Wahrenden)” (Heidegger, 2002: 154). La
guarda es caracterizada como “el abrigo de la condición-
de-oculto” y “el resguardo custodiante y concediente de
lo abierto (die verwahrend-gewährende Wahrung des Offe-
nen)” (Heidegger, 2013a: 22 s.). Heidegger señala que los
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Bibliografía
5 José Ortega y Gasset escribía en 1916: “¿Quién puede calcular las revelaciones
que el estudio y la política del amor nos reservan?” (Ortega, 1946: 27).
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Catalina Barrio
Leticia Basso
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216 STUDIA HEIDEGGERIANA
Adrián Bertorello
Felipe Johnson
Daniel Leserre
César Moreno-Márquez