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Nutrientes para el Sistema Nervioso Humano

Dr. Edras Edgardo Medina Escobar


Dr. Allan Jeshua Ochoa
Dr. Eduardo J Yanez Panchame

Diplomado de Salud Mental Y Psiquiatría

Dra. Paola Erazo

20 de abril del 2022


Índice

Introducción………………………………………………………..……………….1
Glucosa, un nutriente esencial para el cerebro…………………….……….…..2
Lípidos……………………………………………….……………………………….2
Minerales……………………………………………………………………………..3
Zinc……………………………………………………………………….……3
Magnesio……………………………………………………...………………4
Litio……………………………………………………………………..…….4
Vitaminas……………………………………………………………….……………4
Vitamina A……………………………………………………………………4
Vitamina C……………………………………………………………..….…4
Vitamina D……………………………………………….……………….…4
Vitamina B1……………………………………………….………………..5
Vitamina B6……………………………………………………..……….…5
Vitamina B12………………………………………………….….….…….6
Melatonina………………………………………………………………………….6
Serotonina y función cerebral……………………………………….………….7
Triptófano …………………………………………………………………8
Nutrición Y Neurodesarrollo…………………………………………..…9
Interés Creciente En Los Alimentos Como Tratamiento……………..….9
Síndrome de Wernicke-Korsakoff…………………………………...….10
La pelagra………………………………………………………..………..11
Conclusiones………………………………………………………….....12
1

Introducción:

Desde la época de la medicina clásica, Hipócrates y Galeno, en sus intervenciones


terapéuticas, otorgaron a la nutrición un papel fundamental. A partir del desarrollo
de la ciencia, la nutrición ha pasado a ser considerada un componente esencial para
alcanzar y mantener la salud. La determinación del estado nutricional resulta un
parámetro imprescindible para su valoración integral y constituye además un
indicador de la calidad de vida en cualquier etapa del ciclo vital.

El encéfalo necesita un aporte continuo de nutrientes para su correcta formación,


desarrollo y funcionamiento. Todos los nutrientes son necesarios, aunque algunos
tienen mayor implicación en la cognición y en la salud mental.
Numerosos estudios han evidenciado que muchos aspectos de la cognición
(memoria, razonamiento, atención, cociente intelectual y del deterioro cognitivo
(demencia, depresión, enfermedad de Alzheimer, Parkinson) se ven afectados por
el consumo de dietas inadecuadas.
Actualmente existe un creciente interés sobre el papel de los nutrientes de la dieta
en la función cognitiva.

El presente artículo hace un breve repaso a distintos aspectos relacionados con la


nutrición y nuestro sistema de neurotransmisores
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Glucosa, un nutriente esencial para el cerebro


La glucosa es el nutriente energético que preferentemente el cerebro utiliza, de ahí
que resulte esencial mantener estable la glucemia. Los hidratos de carbono que
aportan los alimentos son la fuente principal de glucosa. En caso de que el cerebro
no reciba este aporte, activará el metabolismo para conseguirlo a través de otras
vías, lo cual no resulta beneficioso para el organismo.
Debemos consumir con la frecuencia adecuada alimentos ricos en hidratos de
carbono complejos (pan, arroz y otros cereales, pasta, patatas y legumbres) y con
menor frecuencia, hidratos de carbono simples (frutas, azúcar, miel y alimentos
dulces en general). Se recomienda que los hidratos de carbono complejos siempre
prevalezcan sobre los simples porque permiten que la glucosa se libere
paulatinamente y se mantenga estable la glucemia. BATALLA, M. V. (2016)

Lípidos
El 20% del peso del cerebro es materia grasa. Tras el tejido adiposo, el cerebro es
el órgano del cuerpo humano, con más contenido lipídico en su estructura.
Esta “grasa cerebral” no se almacena, ni se utiliza para producir energía, se usa en
la formación de la estructura de las membranas celulares y en los procesos que
generan los impulsos nerviosos. Los lípidos que ingerimos con los alimentos tienen
un efecto importante en la formación y funcionamiento
del cerebro. Los lípidos juegan un papel importantísimo en la estructura de las
membranas neuronales y en la diferenciación celular del cerebro.
Los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) son el principal componente de los
fosfolípidos de la membrana de las neuronas y esenciales para el desarrollo del
cerebro y su funcionamiento. Además de este rol en la composición y fluidez de las
membranas neuronales, protegen a los vasos sanguíneos y tienen un efecto
modulador en la neuroinflamación, siendo los derivados
de la serie omega-6 proinflamatorios y los de la serie omega-3 antiinflamatorios.
Todas las células y organelas en el cerebro son muy ricas en ácidos grasos
poliinsaturados de la serie omega-3 (AGPI n-3), descendientes del ácido
alfalinolénico (AAL), que junto al ácido linoleico (AL), constituyen los ácidos
grasos esenciales. BATALLA, M. V. (2016)
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Minerales
Aunque todos los minerales tienen diversas funciones en el organismo humano,
unos pocos como el Fe, Cu, Zn, I, Mg, Se, Cr, Co, Li y Mn son los más
importantes en lo que se refiere a la relación con las funciones cognitivas.
Los requerimientos diarios de estos minerales son muy pequeños (en general entre
10 y 300 mg/día), de ahí su denominación genérica como oligoelementos.
Su papel en las funciones cognitivas se ha descubierto más por sus déficits, que por
estudios controlados y aleatorizados. La sintomatología clínica nos
revela que pueden producir un deterioro importante en las funciones cerebrales,
especialmente en grupos de riesgo como pueden ser pacientes mayores con
alteraciones en sus hábitos dietéticos y personas con un elevado índice de estrés
ocupacional.
La falta de Hierro, aún en ausencia de anemia, se ha asociado a síntomas como
apatía, somnolencia, irritabilidad, descenso de atención, poca capacidad de
concentración y pérdida de memoria, síntomas que por
otro lado son difíciles de interpretar en su conjunto. BATALLA, M. V. (2016)
El Zinc participa en los mecanismos de percepción de sabores y olores, ya que las
regiones cerebrales responsables de estas sensaciones tienen unos receptores
sensibles que tienen concentraciones altas de Zn.
El Zn actúa como coenzima en numerosos procesos fisiológicos, siendo uno de
ellos la producción de los ácidos grasos poliinsaturados en el organismo, que a su
vez compromete el suministro de los mismos al cerebro.
En pacientes con EA y concentraciones plasmáticas bajas de Zn, se ha comprobado
que administrar el Zn junto con vitaminas A y D contribuye al mantenimiento
sostenido de concentraciones óptimas de Zn.
Cuando se administra Zn solamente, las concentraciones en plasma no alcanzan
valores óptimos. Las dosis de Zn y vitaminas A y D son de 15 mg/día, 5.000 UI/día
y 150/UI /día respectivamente. Se ha visto en autopsias de pacientes con EA que
las concentraciones de Zn en el hipocampo son bajas. Su relación con los procesos
que constituyen la memoria parece evidente.
Tanto el Zn como las vitaminas A y D son necesarios para potenciar el desarrollo y
la diferenciación de las células de rápido crecimiento, como son las neuronas.
El Yodo es el mineral que más directamente está implicado en el funcionamiento
cerebral. En el organismo se encuentra en cantidades muy pequeñas (15-20 mg), y
su función es esencial como componente de las hormonas producidas por el
tiroides. Un déficit de yodo en el período fetal y hasta los 3 años de edad, provoca
retrasos en el desarrollo del cerebro, cuyo signo más evidente es el retraso mental
irreversible (“cretinismo”). BATALLA, M. V. (2016)
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El Magnesio, cuyas principales reservas en el organismo son los huesos y el


sistema músculo-esquelético, también se deposita en el cerebro, y como el Zn,
participa como coenzima en numerosos procesos fisiológicos. Tiene
funciones estructurales como estabilizador de diferentes componentes celulares
(núcleo, mitocondrias, etc.) y funciones metabólicas en los procesos de oxidación-
reducción y de intercambio iónico. Es indispensable en la síntesis y activación del
ATP, por lo que interviene en casi todos
los procesos de producción de energía dentro de las células. BATALLA, M. V. (2016)
El Litio, aunque no es bien conocido su mecanismo de acción y sus efectos
biológicos, sí que es muy utilizado en psiquiatría para el trastorno bipolar y la
psicosis maníaco-depresiva, y se cree que actúa a nivel de neurotransmisores
del metabolismo de los fosfolípidos. BATALLA, M. V. (2016)
Vitaminas
La vitamina A es esencial en la síntesis de los pigmentos visuales (el ojo forma
parte del sistema nervioso central) y en la proliferación y diferenciación de
las células nerviosas en el período fetal. El retinol y su forma activa participan en
numerosas funciones del núcleo celular. La vitamina A y los retinoides influyen en
la plasticidad de la sinapsis en el hipocampo cerebral, que a su vez tiene un papel
fundamental en el inicio y desarrollo de funciones cognitivas.
Los betacarotenos, precursores de la vit A contribuyen a la estabilización de las
membranas biológicas y junto a otras vitaminas E y C y el Se, juegan un papel
fundamental para proteger el tejido nervioso del estrés oxidativo. BATALLA, M. V.
(2016)

La vitamina C es necesaria para la conversión de dopamina en noradrenalina. La


síntesis de catecolaminas tiene lugar en tejidos ricos en vitamina C, como el
cerebro y la glándula adrenal.
Como antioxidante, juega un papel primordial en la protección de las células
nerviosas frente al estrés oxidativo provocado por el elevado consumo de oxígeno
en el cerebro. Una ingesta regular de vitamina C parece ser que puede reducir la
aparición de cataratas.
Estudios en animales sugieren que la suplementación de la dieta con frutas y
vegetales ricos en antioxidantes (vit. C y E principalmente) retrasan la aparición
del deterioro cognitivo. BATALLA, M. V. (2016)

La vitamina D parece que juega un papel importante en el desarrollo cerebral y en


el mantenimiento de sus funciones, y aunque sus mecanismos directos no estén
bien esclarecidos, como la protección neuronal en el hipocampo y la modulación
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del transporte de glucosa al cerebro, no estén bien esclarecidos, se aconseja su


suplementación en grupos de riesgo como niños y ancianos, sobre todo por su
relación con el metabolismo del calcio. BATALLA, M. V. (2016)

La vitamina E, que en realidad es una mezcla de tocoferoles y tocotrienoles, tiene


funciones antioxidantes, protegiendo a los ácidos grasos de la perioxidación, y
contribuyendo al mantenimiento de la integridad y estabilidad de las estructuras
celulares del cerebro.
Neutraliza los compuestos tóxicos derivados del oxígeno y elimina los radicales
libres. BATALLA, M. V. (2016)

Vitaminas del grupo B


Las vitaminas del grupo B son un grupo de nutrientes que vamos a destacar porque
son las que más influyen en el buen funcionamiento del cerebro y del sistema
nervioso en su conjunto. Además, son demandadas en la oficina de farmacia y
existen especialidades comerciales que las aportan en su conjunto. A continuación,
detallamos sus funciones en el organismo y en la tabla 2 se recogen los alimentos
que las aportan. BATALLA, M. V. (2016)

B1 o tiamina
La tiamina juega un papel fundamental en el metabolismo de los hidratos de
carbono, por lo que su carencia afecta sobre todo a los tejidos que dependen mucho
de este suministro energético, como el cerebro.
Un consumo excesivo de alimentos dulces (azúcar, chocolate, bollería, repostería)
puede reducir las reservas de vitaminas B1, y esta es una de las razones por la que
conviene moderar el consumo de estos alimentos.
La escasez de esta vitamina produce irritabilidad, falta de concentración y de
memoria, y puede ser causa de depresión. BATALLA, M. V. (2016)

B6 o piridoxina
Interviene en diversos aspectos del metabolismo y la biosíntesis de diversos
neurotransmisores -entre ellos, la serotonina a partir de triptófano-, y en la
formación de las vainas de mielina de las neuronas, aislamiento necesario para que
las neuronas y las fibras nerviosas puedan transmitir correctamente las señales y,
por tanto, las órdenes de nuestro cerebro a los músculos del cuerpo. Su aporte
deficiente puede causar irritabilidad, nerviosismo, fatiga e incluso depresión.
BATALLA, M. V. (2016)
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B12 o cianocobalamina
Interviene en el buen funcionamiento del sistema nervioso, por lo que su
deficiencia produce trastornos neurológicos, como neuropatía sensitiva con
irritabilidad y depresión. BATALLA, M. V. (2016)

Melatonina
– Propiedades
La melatonina es una hormona que sintetiza nuestro cerebro en la glándula
pineal durante la fase oscura del día.
Desempeña diversas funciones biológicas muy específicas
– Favorece la propensión a un sueño reparador, al regular el ritmo circadiano.
– Actúa sobre las funciones de la retina.
– Controla el crecimiento tumoral.
– Participa en la liberación de radicales libres, en la regulación de la tensión
arterial, etc.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, después de numerosos estudios
con individuos sanos (con cierta dificultad para conciliar el sueño) e insomnes (con
patología mucho más acusada) llegó a evidencias científicas respecto al papel
regulador de esta hormona. En la mayoría de los casos, se detectó una reducción
significativa del tiempo dedicado a conciliar el sueño tras el consumo de
melatonina justo antes de acostarse. BATALLA, M. V. (2016)

– Melatonina y alimentos: Triptófano


La melatonina es una molécula que se sintetiza a partir del aminoácido triptófano.
En fases previas, el triptófano se transforma en serotonina (5-hidroxitriptamina)
por complejas vías metabólicas, un neurotransmisor capaz de mantener un buen
estado de ánimo y preventivo de patologías como la depresión, relacionado
también con un descanso reparador.
La concentración de serotonina en el cerebro es proporcional a la concentración de
triptófano en el plasma y el cerebro. A su vez, la serotonina se convierte en la
molécula N-acetilserotonina, precursora de la melatonina. Por ello es importante
que nuestra dieta contenga alimentos ricos en triptófano, para que el organismo, de
manera natural, pueda sintetizar las cantidades necesarias idóneas de serotonina y
de melatonina.
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El triptófano es uno de los aminoácidos esenciales presente en las proteínas


de origen animal, por lo tanto, las principales fuentes son los huevos y la leche,
seguidos de pescados y carnes. También abunda en los cereales integrales.
BATALLA, M. V. (2016)

Serotonina y función cerebral


El Triptófano, este aminoácido de la dieta, es también un precursor imprescindible
para la síntesis de serotonina. Este neurotransmisor tiene unas funciones muy
importantes a nivel neuronal
– Regular el apetito mediante la saciedad.
– Equilibrar el deseo sexual.
– Controlar la temperatura corporal, la actividad motora y las funciones
perceptivas y cognitivas.
– Regular la dopamina y noradrenalina, relacionadas con la angustia, ansiedad,
miedo, agresividad, así como los problemas alimenticios.
– Controlar los parámetros de densidad ósea.
– Intervenir en regeneración hepática.
– Regular el sueño, los estados de ánimo, las emociones y los estados depresivos.
– Intervenir en el funcionamiento vascular y la frecuencia del latido cardíaco.
– Regular la secreción de hormonas, como la del crecimiento.
– Prevenir desequilibrios mentales como la esquizofrenia, trastorno obsesivo-
compulsivo o autismo infantil.
– Inhibir la secreción gástrica, estimular la musculatura lisa y la secreción de
hormonas por parte de la hipófisis.
– Favorecer la proliferación linfocitaria dependiendo del tipo de receptor
estimulado (5-HT1A frente a 5-HT7).
La serotonina regula el humor y comportamiento, previene de la depresión,
la ansiedad y también resulta útil en los trastornos del sueño. Niveles bajos de
serotonina se han asociado a baja tolerancia al dolor, estados agresivos, depresión
y ansiedad e incluso a las migrañas, debido a que cuando los niveles de serotonina
bajan, los vasos sanguíneos se dilatan.
Los nutrientes que recibe el cerebro van a hacer que su actividad sea distinta,
puesto que son necesarios para generar los distintos neurotransmisores.
El triptófano favorece la síntesis de la serotonina, además varios estudios han
demostrado que la concentración de este neurotransmisor en el cerebro es
directamente proporcional a la concentración de triptófano en el plasma y el
cerebro.
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La ingesta dietética de triptófano influye en la cantidad de serotonina en el


plasma, el cerebro y en general, en todo el cuerpo. Esta fue la primera
demostración, realizada en 1980, de que un neurotransmisor cerebral está
controlado por la dieta, concretamente por un simple aminoácido.
El metabolismo del triptófano es complejo y tiene muchos procesos. Requiere de
una cantidad adecuada de vitamina B6 y magnesio para desempeñar su función de
manera adecuada. BATALLA, M. V. (2016)

– Requerimientos de triptófano
El triptófano es un aminoácido esencial. La OMS declara que un adulto requiere
3,5 mg de triptófano por kg de peso al día. Para calcular la cantidad a ingerir, se
acepta que, de promedio, las proteínas de la dieta contienen un mínimo del 1% de
triptófano. Así, una dieta con 60 g de proteínas proporcionará 600 mg de
triptófano, es decir, casi más del doble de lo recomendado.
Con ello deducimos que con un aporte correcto de proteínas los niveles de
triptófano son habitualmente correctos. Ello nos puede llevar a cuestionarnos la
necesidad de un aporte externo de este aminoácido. BATALLA, M. V. (2016)

– Riesgo de déficit de triptófano


Los niños y las personas veganas tienen más riesgo de déficit de este aminoácido.
En el primer caso porque durante la infancia, las necesidades de aminoácidos
esenciales son mayores, y en el caso de los veganos porque en su dieta no están
presentes los huevos ni productos lácteos. BATALLA, M. V. (2016)

– Mecanismos para aumentar la concentración de serotonina en el organismo


Se describen distintos mecanismos, tanto dietéticos como comportamentales, para
aumentar la concentración de serotonina en el organismo.
– Modificaciones en el pensamiento, ya sea a través de la psicoterapia o la
autoinducción, puesto que la interacción entre la síntesis de serotonina y el estado
de ánimo es una relación de doble vía.
– La luz se utiliza como parte del tratamiento en el trastorno afectivo estacional,
algunos estudios sugieren que, igualmente, podría ser utilizada para tratar la
depresión.
– El ejercicio físico tiene un efecto antidepresivo y algunas investigaciones han
sugerido que puede ayudar a aumentar la función de la serotonina cerebral.
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– En la dieta, los alimentos ricos en triptófano podrían estar vinculados a la mejora


del estado de ánimo, la cognición y posiblemente, al aumento de los niveles de
serotonina. BATALLA, M. V. (2016)

Nutrición Y Neurodesarrollo
La deficiencia de ácido fólico, las vitaminas B6, B12 y E, así como del ácido
pantoténico, se han relacionado con los defectos del cierre del tubo neural
(mielomeningocele, encefalocele y anencefalia).31 También se ha descrito que su
déficit se asocia a la aparición de otras afecciones, entre estas el síndrome de
Down. Es un hecho a destacar que en aquellos grupos poblacionales en los que se
ha logrado administrar dosis adecuadas de ácido fólico a las mujeres antes de la
concepción, y en las etapas iniciales del embarazo, se ha comprobado la
disminución significativa de los defectos del cierre del tubo neural. Eichholzer M,
Tönz O, Zimmermannn R. (2006)

La OMS reporta que la deficiencia de yodo (DY) es la principal causa prevenible


de retraso mental y daño cerebral en el mundo, y que a su vez es la causa más
frecuente de hipotiroidismo congénito. Garófalo Gómez, Nicolás, Gómez García, Ana
María, Vargas Díaz, José, & Novoa López, Lucía. (2009).

Su deficiencia se asocia a retardo del desarrollo físico y psicomotor y al aumento


de la morbilidad de enfermedades infecciosas durante la infancia. Garófalo Gómez,
Nicolás, Gómez García, Ana María, Vargas Díaz, José, & Novoa López, Lucía. (2009).

La deficiencia de vitamina A puede condicionar la aparición de hidrocefalia,


retardo mental, trastornos en el neurodesarrollo, así como alteraciones en el
metabolismo cerebral.39 La pérdida de la visión como consecuencia de deficiencia
de vitamina A, constituye la causa más frecuente de ceguera en la infancia,
trastorno sensorial que produce gran discapacidad, totalmente prevenible con la
administración de suplemento de vitamina A. Giuffrida F, Cruz-Hernandez C,
Fluck B, Tavazzi I, et al. (2013)

Interés Creciente En Los Alimentos Como Tratamiento


En las últimas versiones del congreso de la APA ha quedado bien definida la
importancia de modificar hábitos alimentarios, aunque se reconoce que la tarea no
resulta una cuestión sencilla. Existe la ventaja de que los psiquiatras están
singularmente adaptados para ayudar a sus pacientes a hacer cambios a conductas
complejas. Sin embargo, no ha estado claro cuál clase de dieta debieran tratar de
10

consumir los pacientes con trastornos mentales. Los psiquiatras y psicólogos deben
preguntar con regularidad a los pacientes lo que consumen y si tienen alguna
aversión o alergia a los alimentos. Con la participación de una voluntaria del
auditorio, se mostró una interacción terapeuta/paciente que incorpora la dieta. Esta
voluntaria dijo que sigue una dieta "de ayuno intermitente" para ayudar a controlar
el trastorno bipolar. Marrero AM. (2016)
Las dietas veganas y vegetarianas Uno de los riesgos, por lo menos con una dieta
vegana, y en cierto grado con la dieta vegetariana, es la falta de vitamina B12. Una
deficiencia de esta vitamina puede desencadenar depresión, anemia y, finalmente,
lesión neuronal irreversible. En un estudio reciente en el que se analizaron
poblaciones veganas se demostró que 52 % de los individuos tenían "franca
deficiencia" de vitamina B12 y que 23 % tenían concentraciones "insuficientes".
Una serie de casos con 30 madres veganas reveló que el 60 % de su descendencia
tenía retraso en el desarrollo y que el 37 % tenía atrofia cerebral, dijo el Dr. Dean a
los delegados del congreso. Existe una fuerte correlación entre no consumir carne y
las altas tasas de depresión y ansiedad, así como una peor calidad de vida. Marrero
AM. (2016)

Enfermedades del sistema nervioso a causa de deficiencia nutricional

síndrome de Wernicke-Korsakoff
La enfermedad de Wernicke se caracteriza por nistagmo, parálisis del nervio
abductor y de la mirada conjugada, ataxia de la marcha y confusión mental. Estos
síntomas se desarrollan en forma aguda o subaguda y pueden ocurrir de manera
aislada o, más a menudo, en combinaciones. La enfermedad de Wernicke es
específicamente resultado de la deficiencia de tiamina y se observa de manera
predominante, aunque no exclusiva, en los alcohólicos.
El estado amnésico de Korsakoff (psicosis de Korsakoff) es un trastorno mental en
que hay deterioro de la memoria retentiva, que no guarda proporción con las demás
funciones cognitivas, en una persona por lo demás alerta y reactiva en sus reflejos.
Esta alteración amnésica, a semejanza de la enfermedad de Wernicke, proviene
más a menudo de la deficiencia de tiamina causada por el alcoholismo y la
desnutrición. Kirksey A, Wasynczuk AZ. (1993)
11

Pelagra
Es una enfermedad producida por deficiencia dietética, debida a la ingesta o
absorción inadecuada de vitamina B3 (niacina).
La forma por completo desarrollada de pelagra afecta la piel, el tubo digestivo y
los sistemas hemopoyético y nervioso. El clínico equivocadamente puede asignar
los primeros síntomas a algún trastorno psiquiátrico. Entre las molestias más
comunes están insomnio, fatiga, nerviosismo, irritabilidad y sentimientos de
depresión; en conjunto presentan el perfil de neurastenia. En la exploración se
advierte que hay lentitud psíquica, apatía y deficiencia leve de la memoria. A veces
en el cuadro clínico predomina la psicosis confusional aguda. Sin tratamiento, las
manifestaciones anteriores pueden culminar en demencia. La pelagra tal vez no
produzca únicamente deficiencias psíquicas, pero a veces es consecuencia de ellas,
y el mecanismo incluye la anorexia y el rechazo de alimentos. Los signos
dermatológicos que constituyen los elementos que permiten al clínico plantear un
diagnóstico confiadamente son dermatitis exfoliativa en zonas expuestas a la luz
solar, seguido por hiperpigmentación de estas áreas
El proceso se revierte con la administración de 500 mg de niacina al día durante
cerca de tres semanas. Pitche PT. Pellagra. Sante. (2005)
12

Conclusiones:

1. La adecuada nutrición del cerebro mantiene la integridad estructural funcional


del tejido nervioso, mejora la capacidad cognitiva y previene el deterioro de la
cognición asociado a la edad.

2. Usar los nutrientes en las proporciones correctas contribuye a mejorar la salud,


tanto física como mental y debe tenerse en cuenta que el deterioro cognitivo lleva
siempre apareado el riesgo de malnutrición por el cambio en los hábitos
alimentarios.

3. Los nutrientes se incorporan a las estructuras del sistema nervioso formando


parte de la sustancia gris y cumplen importantes roles funcionales en los
neurotransmisores su déficit afecta la salud mental.

4. Los programas de educación alimentaria en los hospitales contribuyen a


promover salud mental tanto como prevención y corrección de algunas deficiencias
mentales.

5. La nutrición cerebral adecuada mantendrá la integridad estructural y funcional


de las neuronas, la buena alimentación es la clave para mantenerla en forma.

6. Farmacoterapia, terapia cognitivo conductual y alimentación sana es el conjunto


Preciso para un equilibrio emocional balanceado.

Bibliografía
13

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