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Asesinato de Urquiza
En Pavón, Urquiza termina su vida militar e inicia el eclipse de su carrera política. Urquiza se
hace elegir nuevamente gobernador de Entre Ríos, en reemplazo de su antecesor don José
María Domínguez que termina su mandato el 24 de abril de 1868.
Los entrerrianos estaban cansados de tantos años de dominio, por lo que se lleva a cabo
una revolución que acabo con el asesinato de Urquiza (visto como la única solución posible), lo
cual fue incitado por Sarmiento (viajó al Palacio de San José para precipitar el hecho, no
armando materialmente, pero sí llevando a que suceda lo inevitable) a través de su carta a
Mitre, en la cual especifica que Urquiza debe desaparecer de la escena, cueste lo que cueste.
Urquiza no creyó estas advertencias, por lo que se acerca cada vez más a Sarmiento a pesar
del disgusto de los entrerrianos, al ver en esto una traición al viejo caudillo.
Sarmiento, con el fin de reconciliarse totalmente con Urquiza, lo visita en el Palacio San
José para celebrar el 18º aniversario de Caseros, llegando el 3 de febrero de 1870. Sarmiento,
viajó a bordo del un vapor de guerra con el nombre de Pavón, lo cual era de mal gusto tanto
para el gobernador Urquiza como para el pueblo entrerriano al ser la única batalla perdida de
Urquiza, y lo que Pavón significaba para el pueblo.
El 11 de abril de 1870 una partida de 104 hombres armados, al mando del coronel
Robustiano Vera, hicieron ruidosa irrupción en San José. Un grupo de cinco a las órdenes del
coronel Simón Luengo, cordobés y protegido del general, se encamina a las dependencias
privadas del dueño de casa. Integran el grupo Nicomedes Coronel, capataz de una de las
estancias de Urquiza, oriental de origen, el tuerto Álvarez, cordobés, el pardo Luna, oriental y
el capitán José María Mosqueira, entrerriano, nacido en Gualeguaychú. «El general cayó en el
vano de la puerta y en esa posición Nico Coronel le pegó dos puñaladas y tres el cordobés
Luengo, el único que venía de militar y que lo alcanzó cuando ya la señora Dolores y Lola, la
hija, tomaban el cuerpo y lo entraban en una piecita, en la cual se encerraron con él yendo a
recostarlo en la esquina del frente, donde se conservan hasta ahora, las manchas de sangre en
las baldosas».
La Legislatura de la provincia elige gobernador Constitucional al general Ricardo López
Jordán, jefe la oposición a Urquiza y del movimiento revolucionario triunfante. El presidente
Sarmiento, quizá para sosegar su conciencia que lo acusaba como remoto instigador del
crimen, quiso vengar la muerte de Urquiza, arrojando sobre la heroica Entre Ríos todo el peso
de su poder.
Ni a los entrerrianos ni al general López Jordán puede responsabilizarse con seriedad del
nefando crimen. Lo prueba el hecho de que entre sus cinco ejecutores solo había un
entrerriano, el capitán Mosqueira, quien en su indagatoria manifestó «que nunca creyó que se
asesinara al general Urquiza» lo que evidencia que solo estaba en sus propósitos apresar al
general.
Rebelión de López Jordán
La rebelión de López Jordán fue el último acto del conflicto entre unitarios y federales y se
desarrolló en la provincia de Entre Ríos y en Corrientes entre el 11 de abril de 1870 (asesinato
de Justo José de Urquiza), y 16 de diciembre de 1876, fecha de la captura de Ricardo López
Jordán, jefe de la rebelión.
El 14 de abril, López Jordán era elegido gobernador provisorio por la Legislatura, para
completar el período de gobierno de Urquiza. En su discurso de asunción apoyó la revolución
Sarmiento reúne el 17 de abril a sus ministros y a un núcleo de personalidades (Mitre y
Adolfo Alsina, Emilio Castro (gobernador de la provincia de Buenos Aires)). Se aprobó en
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blanco: ya resumido e importante y resumido, verde no entendí, rosado: no relevante
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blanco: ya resumido e importante y resumido, verde no entendí, rosado: no relevante