Está en la página 1de 12

López Jordán

(01) Las vísperas de Caseros


(02) La intriga del Imperio
(03) La intriga unitaria
(04) Caseros
(05) La entrega de Urquiza
(06) López Jordán y la Guerra del Paraguay
(07) Campañas de Entre Ríos
(08) La muerte de López Jordán
(09) Bibliografía.
(10) Artículos relacionados.

Las vísperas de Caseros

Ricardo López Jordán nace en Paysandú el 4 de julio de 1824, hijo del medio hermano
de Francisco Ramirez, coronel López Jordán, comandante del Segundo Departamento y
organizador de la caballería entrerriana que interviene gloriosamente en la guerra
contra Brasil en el 2° Regimiento, junto a las tropas comandadas por Manuel
Oribe, Juan Antonio Lavalleja y Anacleto Medina.

Sobrino del “Supremo Entrerriano” Francisco “Pancho” Ramírez, Ricardo López Jordán
recibe sus primeras letras en Concepción del Uruguay. Muy joven pasa a Buenos Aires
a proseguir su instrucción. Allí, en tiempos del primer bloqueo francés completa sus
estudios de humanidades en el famoso Colegio de San Ignacio que regenteaban los
padres jesuitas. Entre sus condiscípulos se cuentan los doctores Guillermo Rawson,
Mariano Martínez. Melitón González del Solar, Eduardo Costa, Diógenes de Urquiza,
Nicanor Molinas, Lisandro de Latorre (padre) y Luciano Torrent.

En 1841, a los 19 años de edad, se incorpora al ejército federal como simple soldado
en la escolta de Urquiza.

Por su sereno comportamiento en la Isla del Tonelero por enero febrero de 1842, es
escogido para pasar al regimiento escolta que organiza el coronel Lucas Moreno
figurando desde entonces en las campañas contra Rivera, en primer lugar contra el
llamado "Ejército Constitucional".

El 6 de diciembre de 1842, el general Oribe, con buena caballada y ganas de pelear,


ataca en Arroyo Grande a Rivera y lo derrota por completo en un encuentro que el jefe
unitario califica de "contraste inesperado". En este combate fue ayudante de Oribe el
teniente Leandro Gómez, nombre del héroe que veinte años después se iba a
inmortalizar la epopeya de Paysandú. Es designado para llevar a don Juan Manuel de
Rosas el parte oficial de la victoria nada menos que el porta estandarte Ricardo López
Jordán.

Al recibirlo El Restaurador se le ofrece para lo que


pudiera serle útil, y el soldado Jordán aprovecha la
ocasión para pedirle la libertad de su padre, preso desde
noviembre de 1839. al ser tomado en el Paso de las
Piedras, luego de haberse incorporado al ejército unitario
de Lavalle. Rosas le devuelve la libertad, en esos
momentos está defendiendo al país con uñas y dientes, pues tiene que habérselas con
la alianza anglofrancesa que apoya los planes. Según dirá más tarde Díaz Colodrero,
Rosas nos está enseñando "a no tenerle miedo a nadie”. Si se tienen en cuenta los
documentos de la época y la confesión del propio Thiers en el parlamento francés,
sobre la ayuda monetaria a la “Comisión Argentina” de emigrados en Montevideo, se
vienen al suelo muchos héroes del andamiaje de la historia oficial, y surge claramente
la conciencia federal de la época en defensa de la Patria frente a la agresión
extranjera.

La victoria entrerriano-oriental de Arroyo Grande enterró para siempre -como, dice


Saldías- "el sueño de Rivera, de Herrera y Obes, de Pacheco y Obes, de separar Entre
Ríos y Corrientes de la Confederación Argentina para formar un "Estado
independiente", que estaban listos para reconocer Francia, Gran Bretaña, Austria,
Brasil y la República Oriental". (Carta de Adolfo Saldías a Nicolás Granada del 15 de
enero de 1912. Cfr. Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de
Rosas, N° 14, mayo de 1952. Buenos Aires.)

En su retirada hacía Montevideo, después de su derrota, Rivera ordena el incendio de


Paysandú como si este pueblo del Litoral debiera entrar en la historia con el martirio y
la epopeya.

López Jordán se reincorpora al ejército federal en julio de 1843 luego de su regreso de


Buenos Aires, poniéndose nuevamente a las órdenes del comandante Lucas Moreno
que se hallaba cerca del Salto con 800 soldados de caballería, en previsión de una
invasión de fuerzas riveristas provenientes del Brasil.

El corazón unitario no se da tregua y el 21 de diciembre el general Madariaga invade


Entre Ríos, dirigiendo sus columnas hacia Concordia. En enero de 1844 los vecinos de
este pueblo lo abandonan trasladándose a las villas de Concepción del Uruguay,
Gualeguaychú y Paysandú, para evitar el ultraje y el saqueo.

El ejército entrerríano de reserva se encuentra a las órdenes del general uruguayo


Eugenio Garzón. El soldado López Jordán se incorpora a esas fuerzas, ascendiendo a
teniente de caballería y organizando, un escuadrón de carabineros, al que denomina
“Arroyo Grande” en memoria del triunfo epónimo. Pero el corazón del Imperio no
duerme y sus diplomáticos tampoco. El 14 de diciembre de 1844 el Brasil reconoce
la independencia del Paraguay, poniendo al desnudo su codicia política sobre el Río de
la Plata y empezando abiertamente su obra
diplomática contra la Confederación Argentina
representada por Rosas.

Urquiza manifiesta estar “convencido del


admirable fino y alta capacidad y heroísmo con
que el Exmo. Sor. Gobernador Encargado de las
Relaciones Exteriores en todas las épocas ha
desempeñado su gloriosa misión”. (Carta de
Urquiza a Felipe Arana. 25 de junio de 1845.
Ignacio J. Camps. El general don Justo José de
Urquiza. Buenos Aires, 1950) Antes de dos
meses, la escuadra anglofrancesa arriaría la
bandera nacional de cinco barcos de nuestra
escuadra.

Los días transcurren sin tregua. Pueblo y


gobierno se mantienen unidos en estrecha fila frente a los agresores de América, como
bien lo expresa otra carta de Urquiza, esta vez al Gobernador Crespo del 18 de
septiembre de aquel año: “Es indecible la indignación popular de los habitantes de esta
República causada por los alevosos y feroces ataques de la Intervención anglo
francesa, y las medidas que les tenían son grandes, enérgicas y llenas del más
ardoroso entusiasmo por mantener incólume la soberanía e independencia de las dos
Repúblicas. Con, tal pronunciamiento de puro americanismo temblarán nuestros
perfectos enemigos, y se convencerán que preferimos la muerte a la esclavitud”.

La diplomacia unitaria tampoco duerme, y el 11 de noviembre el gobernador correntino


Joaquín Madariaga firma con el Paraguay un tratado ofensivo y defensivo contra Rosas,
por el cual se le otorgan al general José María Paz 4.000 paraguayos de refuerzo. El 4
de diciembre, Carlos Antonio López, persuadido por el Imperio, declara la guerra a
Rosas, invocando el no reconocimiento de éste con respecto a la independencia
paraguaya.

Urquiza invade Corrientes en enero de 1846 y el 14 de febrero vence en Laguna


Limpia a la tropas antifederales del “Ejército Aliado Pacificador” como se denominaba el
organizado por “el manco” Paz. El teniente López Jordán -que lucha a las órdenes del
general Garzón- hace prisionero al general Juan Madariaga, hermano del gobernador
correntino. Al producirse la disolución del Ejército Aliado Pacificador, López Jordán pasa
de nuevo al servicio del comandante Moreno, hasta 1847. Luego, a las órdenes del
general Garzón y mandando tres escuadrones, toma parte en la batalla del Potrero de
Vences (27 de noviembre de 1847), oportunidad en que logra salvar la vida de algunos
vencidos que iban a ser pasados por las armas.

Es en esta batalla de Vences que luchan por primera vez en el mismo bando federal,
López Jordán y Benjamín Virasoro. Más tarde, en Pavón, los veremos juntos
nuevamente.

Por decreto del 6 de julio de 1849, dictado por el gobernador


delegado Antonio Crespo, el teniente López Jordán es designado
Comandante Militar de Concepción del Uruguay, capital de la
provincia. En mayo de aquel año el general Urquiza había
llamado a colaborar en su gobierno a don Manuel Leiva,
conocido unitario, ex redactor de los periódicos correntinos "La
Revolución" y "El Pacificador". Es por esos días que Ferré habíale
dicho a Leiva: “Yo ya estoy presumiendo que don Justo José de
Urquiza ha de ser el que le ha de poner las peras a cuarto a don
Juan Manuel”.Con toda seguridad que más de un jefe entrerriano
habría mirado con extrañeza esa colaboración unitaria con
Urquiza que se había iniciado a moción de éste.

Un decreto del 25 de octubre de 1850, que lleva las firmas de


Urquiza y del general José M. Galán, asciende a López Jordán al
grado de "Capitán de Caballería de Línea" (Recopilación de
Leyes, Decretos y Acuerdos de la Provincia de Entre Ríos (1821
187.3), tomo VI, Concepción del Uruguay, 1876.) A pesar de su
juventud, ya uno de los más destacados oficiales de la provincia.

La intriga del Imperio


Mientras tanto, el Imperio no descansa; personajes ligados a las logias escocesas
entran a su servicio y se mueven por el Litoral, trabajando la moral de los hombres
públicos, y con la mirada puesta, en el gobernante antilogista: don Juan Manuel de
Rosas. Por esos días, el Ministro de Relaciones Exteriores, Paulino Soares de Souza,
desparrama sus agentes bien financiados sobre la Banda Orienta], Paraguay,
Corrientes y Entre Ríos. La prensa de los emigrados unitarios sirve a los designios
brasileños con alta eficacia. El fin de la intervención francesa en tierras del Plata
conseguido por Rosas, iba a significar un fortalecimiento militar para la Confederación
Argentina y esto preocupaba más a Brasil que cualquier otro hecho. Era necesario
operar con tacto pero con rapidez y lograr cuanto antes el concurso de Urquiza, y el
Brasil era ducho en trabajos de diplomacia, sobre todo frente a hombres como Urquiza
que cedían fácilmente a la elocuencia de los doctores unitarios.

Urquiza fue “comprado” por el Brasil para que traicionara a su Patria en ese 1852 —
cosa que atestigua el mismo Sarmiento, quien escribe el 13.10.1852 a Urquiza desde
Chile y le enrostra:

“Yo he permanecido dos meses en la corte de Brasil, en el comercio casi íntimo de los
hombres de estado de aquella nación, y conozco todos los detalles, general, y los
pactos y transacciones por los cuales entró S. E. en la liga contra Rosas. Todo esto, no
conocido hoy del público, es ya del dominio de la Historia y está archivado en los
ministerios de Relaciones Exteriores del Brasil y del Uruguay.” (...) “Se me caía la cara
de vergüenza al oírle a aquel Enviado (Honorio Hermeto Carneiro Leão, o
Indobregavel) referir la irritante escena, y los comentarios: "¡Sí, los millones con que
hemos tenido que comprarlo para derrocar a Rosas! Todavía después de entrar a
Buenos Aires quería que le diese los cien mil duros mensuales, mientras oscurecía el
brillo de nuestras armas en Monte Caseros para atribuirse él solo los honores de la
victoria." (Domingo Faustino Sarmiento, Carta de Yungay, 13.10.1852)

Un escritor urquicista, Leandro Ruiz Moreno, deja escapar esta observación muy seria
y comprometedora: “No puede negarse la sutileza de la política brasileña, digna
heredera de la lusitana, en el desarrollo previo y posterior de acontecimientos
relacionados con la historia de nuestro país, y en este caso, con la campaña contra el
General Don Juan Manuel de Rosas” (Leandro Ruiz Moreno, Centenarios del
Pronunciamiento de Monte Caseros, tomo I, Paraná, 1952)

La intriga unitaria

Urquiza venía siendo trabajado por los agentes unitarios doctores, periodistas,
comerciantes desde 1845, como lo expresa el general Paz en sus Memorias. En mayo
de ese año Urquiza hizo llegar ante el general José María Paz un agente reservado,
Benito Optes, hermano político y socio de don Justo. a fin de informarlo sobre el
acuerdo reinante entre algunos jefes federales para derribar a Oribe y a Rosas.

El 13 de agosto de 1846 eran recibidos por Urquiza en Arroyo Colorado, cerca


de Alcaraz los hermanos Madariaga, firmándose al día siguiente el acuerdo que se
conoce bajo ese nombre. El Deán Juan José Álvarez afirma categóricamente que “el
proyecto de derribar a Rosas fué el tema reservado de aquel acuerdo”. Todo ello no
indica que al fallar Lavalle, los agentes unitarios y pro brasileños solamente pensaban
en una división del Partido Federal y buscaban los instrumentos necesarios en las
ambiciones de algunos jefes importantes.

Urquiza mientras tanto sigue en conversaciones y acuerdos con doctores y periodistas


unitarios tales como Juan Francisco Seguí, el ya citado Leiva, Angel Elías y él
comerciante catalán Antonio Cuyás y Sampere. Y el 22 de septiembre de 1350 se
reúne en Concordia con el gobernador de Corrientes, Benjamín Virasoro, para dejar
establecidas las bases de una alianza contra Rosas.

Caseros

Se produce así "el milagro de la casa de Braganza".

Urquiza tiene como agente confidencial en Montevideo a Cuyás y


Sampere, quien aguarda sin impaciencia las proposiciones
brasileñas. Estas llegan muy pronto por vía de Rodrigo de Silva
Pontes, encargado de negocios de su país en la capital
uruguaya: se trataba de saber cuál sería la actitud de Urquiza en
caso de guerra entre Brasil y la Confederación.

Cuyás escribe a don Justo en abril de 1850 transmitiéndole la


pregunta que le ha formulado el citado diplomático imperial.
Pero los sucesos dejan en suspenso momentáneo la respuesta.
El conflicto armado entre Brasil y la Confederación es inminente.
El 30 de septiembre de ese año quedan rotas las relaciones
diplomáticas. El general Tomás, Guido abandona su embajada en Río de Janeiro.
Urquiza es designado por Rosas "General en Jefe del Ejército de Operaciones". Es
evidente que don Justo, habiendo claudicado ya frente al Imperio, considera prematuro
pronunciarse públicamente, contra Rosas.

El 16 de abril de 1851, Cuyás y Sampere, después de haber conferenciado largamente


con Urquiza y sus ministros, llega a Montevideo con instrucciones suficientes para
preparar un tratado de alianza (José María Rosa. La iniciativa del pronunciamiento de
Urquiza, en el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas,
núm. 15, agosto de 1952. Buenos Aires) Quince días después Urquiza hace público el
llamado Pronunciamiento contra Rosas. Ya no prefiere "la muerte la esclavitud".

Frente a todos estos pasos dados por el gobernador de Entre Ríos, no siempre públicos
para los jefes menores del federalismo, el capitán López Jordán cumple las órdenes de
Urquiza con lealtad. Es uno de los primeros en cruzar el río Uruguay y en pasar a la
Provincia Oriental, encaminándose hacia Montevideo sitiada por Oribe. Cumple allí por
orden del gobernador de Entre Ríos una misión especial ante Oribe y ante el
Gobernador sitiado. Una de las gestiones realizadas por el comandante Jordán figura
en la carta que Luis J. de la Peña le escribe al general Rosendo M. Fraga desde
Montevideo el 26 de septiembre de 1851: "En estos días hemos tenido aquí al Sor.
Comandante Ricardo López, que vino con comunicación del Sor. Genl. por el Campo
enemigo, y con pasaporte de Oribe. Se le espera de nuevo de hoy a mañana con
contestación alas notas que de aquí llevó..." (Leandro Riuz Moreno. Obra cit.)

Más explícita es la nota de Manuel Leiva al coronel José Manuel Galán, escrita en
Gualeguaychú el 29 de septiembre:

"El Comandante D. Ricardo López Jordán estuvo en Montevideo con una misión que no
se nos dice por no liarla a la pluma pero que se asegura que era muy satisfactoria: sin
duda trajo el convenio. Ricardo regresó el 24 ó25 y se le esperaba el 26”. (Leandro
Riuz Moreno. Obra cit.)
Finalmente, el 8 de octubre, al negociarse la terminación de la guerra entre sitiadores
y sitiados, es él quien lleva las comunicaciones al Gobierno de la Defensa. En carta de
esa misma fecha dice: “Hoy como a las once de la mañana ha llegado a ésta nuestro
amigo el capitán Dn. Ricardo López conduciendo oficialmente la noticia de la completa
terminación de la guerra en este suelo. El Ejército todo de Oribe se ha entregado a
discreción".(Leandro Riuz Moreno. Obra cit.).

Por esta importante intervención suya, las autoridades de la Troya del Plata le
obsequian una espada con vaina y empuñadura de plata, que lleva la siguiente
inscripción: “Al Capitán Comandante Don Ricardo López Jordán, el Gobierno de
Montevideo”.

Fue durante la permanencia en esta ciudad que López


Jordán, a la sazón de 29 años, se hizo hacer por Amadeo
Gras un hermoso retrato al óleo que conservan los
descendientes del caudillo. Refiriéndose a ese retrato,
Mario César Gras ha hecho la siguiente
observación: “Adviértase la reciedumbre de sus rasgos,
el gesto resuelto del hombre hecho para las acciones
ejecutivas y para las empresas heroicas, digno heredero
de su tío Francisco Ramírez". (Mario César Grass, El
pintor Gras y la iconografía histórica sudamericana.
Buenos Aires, 1946.)

El orden de los sucesos inmediatos anteriores a Caseros


había sido el siguiente: el 1° de mayo, en la plaza
principal de Concepción del Uruguay, Pascual Calvento
leía ante el público y autoridades asistentes el llamado Pronunciamiento; el 29 de
mayo, se firmaba en Montevideo el convenio de la alianza entre Brasil, la República
Oriental y Entre Ríos documento rubricado por Rodrigo de Souza da Silva Pontes,
Manuel Herrera y Obes, y Antonio Cuyás y Sampere, respectivamente- ; el 19 de julio,
Urquiza iniciaba frente a Paysandú el pasaje de las tropas entrerrianas; el 29 de Julio,
se reunieron en la isla Libertad frente a Gualeguaychú Urquiza, Herrera y Obes,
Grenfell y Garzón, para convenir las operaciones contra el general Oribe; el 18 de
agosto, don Juan Manuel de Rosas declaraba la guerra al Imperio del Brasil; y el 4 de
septiembre de aquel mismo año 1851, el ,ejército del Brasil entraba en la Banda
Oriental por Santa Ana do Livramento al mando del Conde de Caxías.

La "entrega" de Urquiza

En julio de 1860 Urquiza y Derqui viajan a Buenos Aires invitados por Bartolomé Mitre,
que en la fiesta realizada pronuncia en un brndis las siguientes palabras:

“Saludo al general Urquiza que retrocedió ante la revolución de setiembre, y que hoy
vuelve desarmado, como si fuera Washington. Al seno del mismo que lo arrojó antes a
balazos, inclinándose ante su soberanía y ante su libertad” (Chanetón, Abel. Historia
de Vélez Sársfield)

Urquiza, flojo de entendederas y de manejos políticos, se emociona hasta las lágrimas


ante las aclamaciones de los presentes. Sin embargo se extrañaría Guido en
correspondencia a su esposa: “Quién diría que el general Urquiza y el presidente
Derqui se sentarían juntos con el general Mitre y con Sarmiento como íntimos amigos?
¡Mucho he visto y muy raro en cincuenta años de revolución, pero nada ha sido tan
inopinado!”

Poco duraría la efusión de estos abrazos. Los protocolos cedían a Derqui las mejores
ubicaciones en banquetes y recepciones y “Durante la permanencia en Buenos Aires
los celos del general Urquiza con el presidente Derqui aumentaron considerablemente.
Un presentimiento y una sospecha constante agitaban al general Urquiza: el temor de
que Derqui y Mitre se pusiesen de acuerdo para destruir el prestigio y su influencia”
(Juan Coronado, secretario de Urquiza) “El general Urquiza que posee el prestigio de
una inmensa fortuna y el prestigio militar y el poder…no se convence que ya no es el
presidente de la Confederación y se necesitará mucho tacto del señor Derqui para
prevenir que no se convierta en una brecha en cuyo caso Urquiza buscará el apoyo de
Buenos Aires” (informe de Thornton a Londres) Pero la brecha ya se había producido, y
tal vez siempre existió.

La entrada de Urquiza en la trampa liberal mitrista queda confirmada en la siguiente


resolución de la masonería:

1°.-“El Muy Poderoso Consejo y Gran Oriente de la República Argentina, estimado


debidamente las eminentes cualidades cívicas u masónicas que adornan a los dignos
hermanos Bartolomé Mitre, grado 3°; Juan Gelly y Obes, grado 3°; y Domingo
Faustino Sarmiento, grado 18; los eleva a Soberanos Grandes Inspectores grado 33.

2°.- Por las mismas consideraciones, el Supremo Consejo eleva del grado 18 al grado
33 al Respetable Hermano Santiago Derqui; y regularización y reconocimiento en el
mismo grado al Hermano Justo José de Urquiza.

3°- Los Hermanos de que habla el artículo que antecede, deben afiliarse como
miembros activos de la Logia Obediencia de Supremo Consejo”
(Martín Lascano. Las sociedades secretas, políticas y masónicas en Buenos Aires.
1927)

Evidentemente, el nombre de la “Logia Obediencia” le cae como anillo al dedo a las


futuras actitudes de Urquiza. Los hermanos ascendidos son invitados al Templo de la
Logia Unión del Plata el 21 de julio, y en presencia de Roque Pérez, Mitre y Urquiza se
juramentan y obligan “por todos los medios posibles a la pronta y pacífica Constitución
definitiva de al Unidad Nacional” (Martín V. Lascano. Idem). Quedan de esta forma
selladas las cadenas de la Confederación a los manejos liberales de porteños y
mitristas.

El 29 de octubre, el "hermano" Urquiza invita al "hermano" Mitre al Palacio de San


José. Mitre llega a Conceción del Uruguay el 10 de noviembre para celebrar el Pacto de
Noviembre, con la esperanzada expectativa de muchos. Pero hay alguien que entiende
lo que pasa, y no lo acepta. Es el general Ricardo López Jordán:

El general López Jordán – cuenta Juan Coronado – que era entonces Ministro de
Gobierno de Entre Ríos, y a quien los deberes de la etiqueta lo obligaron a acompañar
hasta San José al general Mitre y su comitiva, se volvió al Uruguay en el acto de llegar,
no obstante el calor sofocante que hacía, y se volvió prediciendo lo que iba a salir de la
reunión aquella. Este joven e ilustrado general, que es el más capaz e inteligente de
los militares que tiene la provincia y que acaso está destinado a figurar en primera
línea en la República, tenía la ventaja de de conocer las miserias y la nulidad del
general Urquiza, tan bien como las miras de los enemigos de la igualdad federal” (Juan
Coronado. Misterios de San José. Buenos Aires, 1866)
Nada bueno saldrá del cónclave. Los periódicos hablaban de “La trinidad gubernativa”
pero cada uno llevaba agua para su molino. Mitre le obsequiaba el bastón de
gobernador de Bs.As. a Urquiza y este lo quería convencer a Mitre que gobernaran
prescindiendo de Derqui; mientras tanto, "el dormilón" Derqui haraganeaba en su
cama y recibía a Mitre en reuniones misteriosas.

Coronado, secretario de Urquiza, relata que: “En la mañana del 14 de Noviembre el


General Urquiza entró en la secretaría cuando dormían todos los huéspedes de San
José, y no encontrándolos allí nos mandó a llamar. El general se encontraba sofocado
por la rabia y necesitaba hablar para desahogarse. Ocurrimos a su llamado. Después
de preguntarle cómo había pasado la noche nos dijo: Mal. No he dormido sino una
hora, o más; tengo la cabeza preocupada con tanta picardía. Esperando una
explicación sobre el sentido de esas palabras, guardamos silencio. Después de un
pequeño intervalo, el general continuó: ¿No se ha fijado usted en el manejo de estos
pícaros? Hace cuatro días que están en mi casa, y hasta ahora ni uno ni otro me han
hablado una palabra de política, ellos creen que no me fijo, pero se engañan. Dos
veces he entrado en el cuarto del Doctor Derqui y lo he encontrado hablando con
Mitre. Cuando me han visto han cambiado de conversación. Y he estado tentado de
hacerles saber que no soy lo que piensan". (Coronado, Misterios de San José).

A nada bueno podría llegarse:

“En resumen la conferencia que tanto ha llamado la


atención se ha reducido a comer pasear y bailar. El
presidente dormilón ha dormido en efecto…el general Mitre
ha tomado Campo. Si desaliento había antes de la
conferencia, si todos temían por la situación, esos temores han aumentado
considerablemente” (de la Peña a J.M. Gutierrez)

“La conferencia de San José no nos ha dejado contentos. Parece que el general ha
tenido serias y muy desagradables palabras con el presidente. No han quedado mejor
entendidos que antes, al contrario, se ha reconocido por el ámbito Mitre y por el
presidente que el triunvirato con el
Capitán General no puede
durarles” (Lucero a Pujol)

López Jordán y la guerra del Paraguay

Como muchos federales y hombres del


interior, Ricardo López Jordán se opuso
tenazmente a la guerra de “La Triple
Alianza”; al ordenar Urquiza la
convocatoria a reclutamiento
de “voluntarios”para la guerra del
Paraguay, según Ramón Cárcamo, don
Ricardo le escribe una breve carta a
Urquiza, en la que le dice:

“Usted nos llama para combatir al


Paraguay. Nunca general, ese pueblo es
nuestro amigo. Llámenos a pelear a
porteños y brasileros. Estamos pronto. Esos son nuestros enemigos. Oímos todavía los
cañones de Paysandú. Estoy seguro del verdadero sentimiento del pueblo
entrerriano” (Chavez. Fermin. Vida y muerte de López Jordán.p.133)

Muchos se opusieron a esa guerra infame, entre otros el autor del Martin Fierro, José
Hernández y Juan Bautista Alberdi, y los “voluntarios” se revelaban en Entre Ríos,
Corrientes, Catamarca, San Juan y casi todas las provincias del interior, con la rebelión
de batallones enteros, etre otros el conocido "desbande de Basualdo".

Juan Bautista Alberdi mantuvo con Mitre una agria polémica publica en la que entre
otras cosas, refiréndose al propio Mitre, le enrostró la siguiente frase: “Si al menos
hubiera yo tomado una escarapela, una espadas, una bandera de otro país, para hacer
oposición al Gobierno del mío, como en Monte Caseros lo hizo otro Argentino contra
Buenos Aires, con la escarapela Oriental, como oficial Oriental, bajo la bandera oriental
y alienado con los soldados de brasil..” y opinando luego además sobre la política del
mitrismo agrega:

“Para gobernar a la República Argentina vencida, sometida, enemiga, la alianza del


Brasil era una parte esencial de la organización Mitre-Sarmiento; para dar a esa
alianza de gobierno interior un pretexto internacional, la guerra al Estado Oriental y al
Paraguay, viene a ser una necesidad de política interior; para justificar una guerra al
mejor gobierno que haya tenido el Paraguay, era necesario encontrar abominables y
monstruosos esos dos gobiernos; y López y Berro han sido víctimas de la lógica del
crimen de sus adversarios”. (Juan Bautista Alberdi)

"En nombre de la libertad y con pretensiones de servirla, nuestros


liberales, Mitre, Sarmiento y Cía., han establecido un despotismo turco en la historia,
en la política abstracta, en la leyenda, en la biografía de los argentinos. Sobre la
revolución de Mayo, sobre la guerra de la independencia, sobre sus batallas, sobre sus
guerras ellos tienen un Alcorán, que es de ley aceptar, creer, profesar, so pena de
excomunión por el crimen de barbarie y caudillaje”" (Juan Bautista Alberdi. Escritos
póstumos. Ensayos sobre la sociedad, los hombres y las cosas de Sudamérica. Buenos
Aires. 1899)

CAMPAÑAS EN ENTRE RÍOS

Año 1870 - Primera rebelión de López Jordán en Entre Ríos

11 de abril: Asesinato del General Urquiza, gobernador de Entre Ríos, por partidarios
de Ricardo López Jordán.

14 de abril: Asumió López Jordán como gobernador de Entre Ríos.El


presidente Sarmiento intervino militarmente en la provincia con fuerzas a órdenes del
General Emilio Mitre, luego reemplazado por el General Gelly y Obes. Las fuerzas se
organizaron en tres ejércitos: el del Uruguay, a órdenes del comandante en jefe de las
fuerzas y luego del General Ignacio Rivas; el del Paraná, a órdenes del General Emilio
Conesa, y el de Corrientes, a órdenes del Coronel Santiago Baibiene.

El Ejército Nacional llegó a empeñar hasta 16.000 soldados de línea , además de


unidades de la Guardia Nacional de varias provincias.

Las fuerzas rebeldes entrerrianas contaban con 12.000 jinetes deficientemente


armados e instruidos.
20 de mayo: Combate de Sauce. El General Conesa, con 3.960 hombres (1.200
infantes, 160 artilleros y 2.600 jinetes), derrotó a 9.000 hombres de López Jordán,
quien intentaba tomar Paraná.

12 de julio: López Jordán tomó Concepción del Uruguay.

19 de julio: Ataque rebelde a Gualeguaychú. Fue rechazado por tropas nacionales.

23 de agosto a 17 de septiembre: Los rebeldes fueron derrotados en los combates de


Villa Urquiza (al noreste de Paraná), Diamante-Palmar (al este de Villaguay), Tala (al
oeste de Villaguay), Don Cristóbal (al noroeste de Nogoyá) y Rincón del Quebracho (al
este de Paraná).

12 de octubre: Batalla de Santa Rosa (al este sureste de Villaguay). El ejército del
Uruguay, 4.000 hombres con armamento moderno al mando del General Rivas,
derrotó a López Jordán, que contaba con 9.000 hombres. El Ejército Nacional tuvo 36
muertos y 13 heridos y los jordanistas, aproximadamente el triple de bajas.

18 de noviembre: Toma de Villaguay. La ciudad, defendida por 200 guardias


nacionales, fue tomada por 1.200 hombres del bando jordanista.

5 de diciembre: Ataque rebelde a Paraná. El Coronel Francisco Borges rechazó el


ataque de 3.000 jordanistas.

Año 1871

A principios de año, López Jordán invadió la provincia de Corrientes.

26 de enero: Batalla de Ñaembé (12 kilómetros al este de Goya).

López Jordán: 7.000 hombres (6.000 jinetes, 1.000 infantes y 9 cañones). Teniente
Coronel Santiago Baibiene: 3.000 hombres (7 batallones de Infantería y 6
cañones).Derrota de López Jordán, cuyas fuerzas fueron perseguidas hasta el río
Corrientes.

Pérdidas: Baibiene: 190 entre muertos y heridos.López Jordán: 600 muertos, 550
prisioneros y toda su artillería.

14 de febrero: Combate de Gená (sobre el arroyo del mismo nombre, al oeste de


Concepción del Uruguay). Derrota de una agrupación jordanista de 1.500 hombres por
el General Arredondo.

6 de marzo: Combate de Punta del Monte (al norte de Gualeguay). El Coronel Donato
Álvarez, con 600 hombres, derrotó a 900 jordanistas.
Después de este combate, López Jordán abandonó la lucha y se exilió, primero en el
Uruguay y luego en el Brasil.

Año 1873 - Segunda rebelión de López Jordán

1 de mayo: López Jordán invadió Entre Ríos y logró reunir una fuerza de 18.000
hombres sin instrucción y mal armados.
16 de mayo: El presidente Sarmiento designó jefe de las fuerzas de represión al
ministro de Guerra, Coronel Martín de Gainza, quien las organizó en tres agrupaciones,
al mando del General Julio de Vedia y de los Coroneles Luis María Campos y Juan
Ayala. Las fuerzas nacionales contaban con armamento Remington, ametralladoras
Gatling y cañones Krupp. Como dato de interés histórico, debe mencionarse que en
esta campaña participaron los primeros cuatro oficiales egresados del Colegio Militar,
los cuales prestaron sus servicios como alféreces en el Regimiento 1 de Caballería de
Línea.

Operaciones de la Agrupación del Coronel Campos:

9 de mayo: Combate de Gualeguaychú.


13 de mayo: Combate de Arroyo Ayuí.
29 de junio: Combate de Arroyo Lucas.
17 de octubre: Combate de Gualeguaychú.
25 de octubre: Combate de Arroyo Atencio.
En las cinco acciones precedentes, la Agrupación del Coronel Campos derrotó a los
rebeldes jordanistas.
31 de octubre: Toma de La Paz. Los rebeldes, con un efectivo de 3.000 hombres,
tomaron La Paz, que había sido conquistada el 3 de agosto por el Coronel Nicolás
Levalle. Los defensores, 500 guardias nacionales al mando del Teniente Coronel
Ricardo Méndez, abandonaron la ciudad sin ofrecer resistencia. Fue ésta la única
derrota del Ejército Nacional en esta campaña.

Operaciones de la agrupación del Coronel Ayala

Derrotó a los rebeldes en las siguientes acciones:


23 de junio: Combate del Arroyo de Las Tunas (al este de Paraná).
30 de agosto: Combate del Arroyo Espinillo (25 kilómetros al este de Paraná).
8 de diciembre: Combate de Arroyo Talita (al noreste de Paraná).
9 de diciembre: Batalla de Don Gonzalo (sobre el arroyo del mismo nombre, 120
kilómetros al noreste de Paraná).
El ejército jordanista, que contaba con 6.500 hombres (5.000 jinetes y entre 8 y 10
cañones), fue atacado por el Ejército del Paraná a órdenes directas del ministro de
Guerra, Coronel Gainza, que lo derrotó en una acción que duró un poco más de cuatro
horas. Los rebeldes tuvieron 250 muertos y otros tantos prisioneros y perdieron todos
sus cañones. A estas bajas debieron agregarse 300 jordanistas que se ahogaron en el
crecido arroyo Don Gonzalo, cuando lo franquearon en retirada. El Ejército Nacional
tuvo 100 bajas.
22 de diciembre: Combate de Nogoyá. Derrota del General jordanista Caraballo (600
hombres), por el Coronel Villar con 300.

Año 1874

A principios de este año, finalizó la campaña - luego de otros combates desfavorables


a los jordanistas - con la huida de López Jordán al Uruguay.

Año 1876 - Tercera y última rebelión de López Jordán en Entre Ríos.

López Jordán preparó, durante su exilio en el Uruguay, una nueva invasión a Entre
Ríos, coordinada con un movimiento revolucionario que estallaría en la provincia para
deponer al Gobernador. Esta conspiración estaba en conocimiento del comisionado
nacional, Coronel José Inocencio Arias.
27 de noviembre: López Jordán invadió Entre Ríos con un reducido grupo de
partidarios y no encontraron el apoyo previsto, pues la revolución no se produjo.

Al internarse en la provincia, chocó con un escuadrón, al que rechazó, pero en vista de


que había alcanzado reunir no más de 800 hombres -con los que pasó por Concepción
del Uruguay, Tala, Nogoyá y Paraná-, se dirigió con su fuerza hacia Corrientes.

7 de diciembre: Combate de Alcaracito (al sur de La Paz). La pequeña fuerza


revolucionaria fue sorprendida por tropas nacionales del Ejército del Paraná del Coronel
Juan Ayala, a las que derrotó completamente en menos de una hora de combate.López
Jordán disolvió los restos de su fuerza y se dirigió a Corrientes, en donde fue tomado
preso. Fue conducido a Rosario, pero logró fugarse y pasó nuevamente al Uruguay.

19 de marzo: El Ejército del Norte ocupó La Rioja.

10 de abril: Combate de Pozo de Vargas (a 2,5 kilómetros de La Rioja). El Ejército del


Norte, al mando del General Antonino Taboada (2.100 hombres), derrotó a las fuerzas
de Felipe Varela (4.000 hombres), que se dispersaron.

5 de junio al 4 de agosto: Nuevas operaciones de Felipe Varela. El Teniente Coronel


Charras, con fuerzas nacionales del Ejército del Norte, libró varios combates contra
Varela, que había reorganizado sus fuerzas, en Ducito, Cuesta de Miranda, Cuesta de
Chilecito y Saujil. El resultado de estos combates fue que el caudillo derrotado debió
refugiarse en Bolivia.

Muerte de Ricardo López Jordán

El 22 de junio de 1889 es asesinado en Buenos Aires por Aurelio Casas, quien es


arrestado y declara haber obrado bajo un designio de venganza por el fusilamiento de
su padre Zenón Casas, oficial "florista" durante la segunda rebelión jordanista. La
familia Urquiza le hace llegar a la esposa del matador una donación de 35.000 pesos y
la gente comenta fundadamente el regalo. La verdad es que el padre de Casas había
sido muerto por orden del comandante oriental Cornelio Oviedo por el mes de mayo de
1873.

Desde el 29 de noviembre de 1995, los restos del General Ricardo López Jordán son
trasladados hasta el su Mausoleo erigido en la plaza Carbó de la ciudad de Paraná. En
un acto de estricta justicia histórica, el General de la Nación, Gobernador
Constitucional y Caudillo del Pueblo Entrerriano, descansa como Dios manda, en su
tierra entrerriana por la que tanto luchó. La sabiduría y estatura moral de Don Ricardo
fue la de respetar, comprender y amar a su pueblo.

Leonardo Castagnino

También podría gustarte