Está en la página 1de 4

EL PERÍODO PRECLÁSICO

Cuando la población de Mesoamérica desarrolló técnicas de agricultura más intensivas, los especialistas políticos
empezaron a gobernar sus sociedades. Indudablemente surgieron papeles de jefes superiores que envolvían posiciones
que una vez fueron de líderes espirituales poderosos. Eventualmente, el incremento de la población llevó a la competencia
de recursos locales y mecanismos por el cual líderes políticos organizaron cooperativas de cultivo que podían aplicarse tan
efectivamente como la movilización de fuerzas militares. De esta manera líderes PreClásicos aseguraron el poder que ellos
necesitaban para centralizar su autoridad. Formas incipientes de escritura en Oaxaca empezaron aparecer como en los 500
a.C. Entre los 500 y los 200 a.C. surgieron centros de ceremonias precoces en las tierras mayas en sitios como El Mirador,
Nakbé, Cerros, y Uaxactún.

EL PERÍODO CLÁSICO

El período Clásico fue caracterizado por el surgimiento de sociedades estatales urbanas a lo largo de Mesoamérica. El
principal fue Teotihuacán. Presumiendo una población de más de 100,000 habitantes, era una de las ciudades más grandes
en el mundo entre los 200 a los 700 d.C. La ciudad Zapoteca de Monte Albán surgió para dominar mucho de lo que es
actualmente Oaxaca. Los centros cívicos ceremoniales duraderos como Tikal, Calakmul, Palenque, Copán y otras decenas
de ciudades de estados poderosos de las tierras bajas mayas, surgieron de comunidades PreClásicas precoces localizadas
dentro de la jungla de Petén en el corazón de Guatemala. Para los años 300 d.C., monumentos con textos jeroglíficos
describiendo orígenes divinos que ilustran la transformación de la organización social desde jefes hasta majestades
institucionales. Entonces para los 900 d.C., la mayoría de los grandes centros fueron abandonados, algunos después de
experimentar crecimiento continuo por más de un milenio. Hay muchas teorías postuladas para la explicación del colapso
de la sociedad, pero ningún factor en particular cuenta la historia completa. La mayoría de las ideas se enfocan en la
inestabilidad fundamental de la élite Clásica de las organizaciones socio-políticas compuestas por la degradación
medioambiental; cambios de clima y la disminución de los recursos debido a la sobrepoblación. Algunas áreas dieron
testimonio de un florecimiento breve de estados secundarios entre los 800 a los 1200 d.C. una era llamada algunas veces
el Clásico Épico. Centros ceremoniales como Uxmal, Xochicalco, Cacaxtla, y El Tajín fueron renombrados por sus
extraordinarios desarrollos artísticos en sus fachadas de piedra de mosaico intrincado y las pinturas al fresco.

EL PERÍODO POSCLÁSICO

Durante el período PosClásico, gobiernos regionales llegaron a ser altamente segmentados y comercialmente orientados.
Se enfatizó en los desarrollos de las "grandes casas," las redes de cuartos y cortes encerradas idealmente hechas no solo
para fiestas reales que fue una parte integral para la formación de las alianzas de larga distancia, sino también para la
proliferación de un nivel desigual de arte y producción de cerámica. Fue entonces que la competencia para el acceso a las
redes de intercambio de élites llegó a ser tan pronunciada que los alfareros y comerciantes fueron conducidos para buscar
los más raros y exóticos materiales para aumentar al máximo el valor de sus regalos. La tecnología para derretir oro, plata
y cobre fue introducida por Sur y Centro América, mientras que la turquesa minada en el suroeste de América se intercambió
por el plumaje de Guacamayos de colores escarlata. Nunca antes la economía de Mesoamérica fue expuesta a materiales
tan raros de lugares tan remotos. Después de la caída de Tula, un estado de la ciudad Tolteca que dominó México Central
desde el siglo nueve hasta el trece, la gente azteca se movió para el sur del lago Texcoco. Eventualmente ellos pudieron
afectar el balance del poder en la región a tal grado que a ellos se les concedió matrimonios reales con familias toltecas
veneradas. Por los 1450, los méxica, ahora los más poderosos de los siete grupos aztecas originales, incorporaron sus
rivales anteriores y juntos conquistaron un imperio. Eventualmente le dieron el nombre a la nación de México, mientras que
la ciudad de Tenochtitlán llegó a ser lo que conocemos hoy como Ciudad de México.

PreClásico

Cabeza de San Lorenzo #6. Retratos olmecas son las primeras expresiones en arte de los
sistemas emergentes de la estratificación social que caracterizaría la civilización de
Mesoamérica. Haga clic en la imagen para más detalles.
Una impresión de acuarela de una máscara olmeca de jade tallada como la cara de un
humano transformándose en un jaguar. Los objetos de jade y otras piedras preciosas
sirvieron como una forma temprana de riquezas de jefes pero también despliega la
conexión íntima entre líderes importantes y la sobrenatural. Haga clic en la imagen para
más detalles.

Las tablas de piedra tallada describen a los cautivos mutilados en Monte Albán; el
testamento más temprano en el papel que jugó la guerra en el levantamiento de los estados
de Mesoamérica. Haga clic en la imagen para más detalles.

Clásico

Los rituales religiosos en Teotihuacán se enfocaron en la gran Avenida del Muerto, un


boulevard procesional de 145 pies de ancho que bisecó la ciudad. A la izquierda la
Pirámide del Sol, torre de 200 pies de alto (65 metros). Haga clic en la imagen para más
detalles.

Quiriguá Estela E es un monumento típico maya que enfatiza la institución del divino reino
sobre la glorificación de la personalidad individual. Símbolos desplegados en vestidos
rituales extravagantes significan las generaciones de ancestros reales y dioses de quien
este señor exigió descenso. Haga clic en la imagen para más detalles.

El Templo 1 en Tikal fué dedicado a la admiración de un gobernador de quien la tumba


trabajada se encontró dentro del centro de la base de la estructura. Haga clic en la imagen
para más detalles.

PosClásico
Columnas de guerreros en Tula, Hidalgo. Tula se estableció finalmente como PosClásico
Temprano heredero de instituciones sociales y religiosas primero establecidas en
Teotihuacán. Haga clic en la imagen para más detalles.

Los palacios Zapotecas-Mixtecas de Mitla fueron adornados con mosaicos intricados de


piedra trabajada. La era PosClásica Tardía a lo largo del Sur de México fue caracterizada
por un énfasis en los palacios como centros de administración y actividades rituales. Haga
clic en la imagen para más detalles.

Un templo azteca y monumentos de piedra descubiertos en excavaciones en Tenochtitlán,


la capital azteca imperial conocida hoy como Ciudad de México. Haga clic en la imagen
para más detalles.

PERIODO EPICLASICO

El periodo Epiclásico mesoamericano, Epiclásico o Clásico tardío es el comprendido entre el año 650 y el 1000, en la transición entre
el ocaso de Teotihuacán y las migraciones chichimecas al Altiplano central, con la posterior conformación de las sociedades
del Posclásico.[cita r

En el Epiclásico se encadenan de una manera aún no comprendida el Altiplano Central, la costa del golfo, la Península de
Yucatán y, probablemente, los territorios que hoy día ocupan Chiapas y Guatemala. Mesoamérica se convierte entonces
en un enorme crisol donde entran en contacto y se fusionan pueblos étnica y culturalmente distintos. Los agricultores,
liberados de los yugos centralizadores, vuelven la espalda a sus lugares de origen para asentarse no muy lejos en tierras
más benignas. Por su parte, los artesanos especializados en la producción de bienes de prestigio tienden a recorrer
distancias mucho mayores en busca de elites que puedan auspiciar sus actividades. A estos movimientos se suman los de
comerciantes, guerreros, sacerdotes y gobernantes pertenecientes a grupos étnicos cuyo papel en la historia
mesoamericana sería decisivo. Los nonoalcas, los olmeca-xicalancas y los itzaes son sólo algunos de ellos.

También mencionaremos los continuos embates migratorios de sociedades nómadas y seminómadas del norte, grupos
belicosos que forjarían nuevas formas de vida con los antiguos pobladores de Mesoamérica. Como consecuencia de la
virtual desaparición de las viejas ligas de dominio, surgieron pujantes centros de poder sin que ninguno de ellos lograra
una hegemonía vagamente parecida a la que habían alcanzado Teotihuacan, Monte Albán o Tikal. A partir del siglo VII,
Mesoamérica sufre un proceso de atomización política. En el caso del Centro de México, si bien es cierto que la llamada
Ciudad de los Dioses conservaría la supremacía en la Cuenca hasta el año 900, del otro lado de las montañas surgen y
decaen sucesivamente sociedades muy vitales y de carácter expansionista. En el Epiclásico viven sus mejores años sitios
como Cacaxtla, Xochicalco, Cantona, El Tajín, Zaachila entre otras. Se trata de centros regionales que establecen un
panorama marcado por la competencia y el bajo nivel de integración. En medio de un clima incierto, estas capitales
buscarían vanamente la preeminencia política. La relativa perdurabilidad de cada una de ellas dependía de su éxito en la
disputa por los recursos escasos, la producción especializada, las rutas comerciales, así como de su capacidad de
desarrollar controles de tipo estatal. En este contexto se incrementa de manera inusual el aparato militar. Esto no significa
que durante el Clásico no hubieran existido constantes conflictos bélicos; pero durante el Epiclásico la inestabilidad política
logra que lo militar permee todos los ámbitos de la vida social. Por ello, buena parte de las ciudades fueron establecidas
en lugares seleccionadas por su posición estratégica y construidas con base en una estricta planificación defensiva.
Murallas, fosos, palizadas, bastiones y fortalezas eran elementos indispensables para la subsistencia de cualquier núcleo
urbano de la época.

Al mismo tiempo proliferan en el Centro de México, como nunca antes, las representaciones iconográficas que hacen
alusión a la guerra. De hecho, la importancia de los nuevos estados puede comprobarse en la riqueza de sus monumentos
públicos, repletos de símbolos de sacrificio y muerte, de imágenes de batallas, así como de figuras humanas con
emblemas y atributos de poder. Éste es también el periodo de proliferación de los asentamientos pluriétnicos y de
diversificación extrema de las alianzas por matrimonio, así como de las confederaciones en que se unen dos o más
unidades políticas. La riqueza de contactos culturales se expresa en el arte público a través de estilos eclécticos que nos
hablan de relaciones reales o ficticias con ánimos propagandísticos. En la arquitectura se difunden las salas hipóstilas que
posibilitan la construcción de amplios espacios interiores, además del uso del tzompantli o muro de cráneos.

El pasado indígena

Alfredo López Austin y Leonardo López Luján

A través de la lectura anterior, pudiste conocer el término Epiclásico, el cual se refiere al segmento final del periodo
Clásico, por lo que es llamado también como clásico Tardío y va del año 650 al 900 de nuestra era, aproximadamente.

El Epiclásico fue una época difícil según lo plantea el texto, ya que el poderío de Teotihuacan decayó dejando un vacío de
poder. Las ciudades de este periodo como Xochicalco, Cacaxtla, Teotenango y Cantona, trataron de ocupar esa
importancia que tuvo Teotihuacan en la zona del Altiplano Central de Mesoamérica. Seguramente sucedieron muchas
guerras para tratar de obtener el dominio de la zona.

Si observas el siguiente mapa, puedes identificar que las ciudades antes mencionadas también pertenecen a la región del
centro, por lo que necesitaron de recursos, para poder protegerse de invasiones.

Esos recursos fueron:

1. La construcción de ciudades en lo alto de cerros para una mejor visión del territorio.
2. La construcción de murallas para evitar el paso de los ejércitos de ciudades enemigas.
3. La conformación de ejércitos mejor preparados.
4. Alianzas matrimoniales entre linajes de diversas culturas, lo que dio origen a sociedades pluriétnicas.
En este periodo de la historia mesoamericana, las ciudades del Epiclásico se encontraban fortificadas y tenían un fuerte
sentido defensivo; y Cantona, no fue la excepción.

También podría gustarte