Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Así, no cabe duda de la acogido incondicional de Dios para con sus criaturas. De esta
forma, son muchas las ocasiones en las que se narra en la Biblia y otros textos la
cercanía de Dios con los pobres, con los marginales, con los enfermos, con los
pecadores, con los desfavorecidos, con aquellos que han sido relegados de la sociedad.
Esto se produce por un lado para mostrar la infinita misericordia y compasión del Señor,
y por otro, para mostrarnos el camino de la verdadera enseñanza, no existiendo un mal
alumno, sino un mal docente.
El Señor nos enseña como todas las personas son aptas para el conocimiento, para el
aprendizaje, para el propio desarrollo humano que, a fin de cuentas, es el objetivo
último de la enseñanza.
En este sentido, nosotros como docentes deber poner en práctica este respeto infino a las
capacidades y cualidades de cada alumno y alumna, haciendo cuantas adaptaciones sean
necesarias para que el progreso y el avance en su personalidad se desarrolle, teniendo
encuenta las propias carácterísticas del alumnado, su contexto, sus expectativas, sus
inquietudes, sus necesidades y su trayectoria.
Así, la entrega para con la necesidad del otro abre la riqueza de relaciones con toda la
vida. Sin el oxígeno renovador de una actitud de servicio, el ser humano cae en la
desidia.
Así, vivir desde los valores humanos dota al individuo de una energía diferente, una
perspectiva de vida distinta para que caminemos con eficiencia por ella.
Como docentes hemos de asumir esta necesaria maduración interna cada día de nuestra
vida, para permitir y acompañar a nuestros alumnos en esa misma maduración.
El anuncio de la existencia del Reino de Dios se constituye como verdad irrefutable del
mensaje cristiano. Y ese sentido de veracidad y honestidad es indispensable en la
maestría docente.
Los maestros deben preparar al alumnado para conocer la verdad y expresarse en ella.
Con valentía y firmeza. Desde el respeto y la honestidad, consigo mismos y con el
prójimo.
Por ello deber ser labor docente preparar al alumnado para acercarse a la verdad, para
conocerla y para actuar de acuerdo a ella; y esto se hará desde la conciencia del
conocimiento, aportando herramientas para descubrirla y para poder desarrollarse en la
vida por muy diferentes que sean las situaciones que se nos puedan presentar, actuando
siempre con veracidad y honestidad a nosotros mismo, a nuestros principios, a nuestro
valores humanos, para con nosotros mismos y con el próximo.
“La Educación” esa es la mayor motivación, aportar para cambiar el mundo ,para
transformar comunidades ,para transformar personas en entes valerosos de la sociedad
consciente del amor al la patria, consciente del amor al pro-gimo,consciente del amor a
la vida,que por medio de su trabajo pueda logra un mundo nuevo y nuevas
oportunidades para todos.
De este modo,la motivación del maestro debe estar primero que la del os estudiantes
para poder transmitirla de manera directa a los mismos. Por ende, nosotros, como
docentes de religíon debemos empaparnos de ese amor del que Dios hablar para poder
proyectarlo en nuestro alumnado.
Proyecto de vida en la fe
Así, de igual forma, el profesor de religión debe de hacer uso de todos los recursos
existentes y a su alcance para transmitir sus enseñanzas. No sólo de la palabra se
aprende, sino que a través del uso de diferentes recursos como películas, ordenadores,
juegos, libros de lectura, visitas culturales, charlas, coloquios, programas de
convivencia...en todos y cada uno de ellos se aprende algo y además se aprende de
forma diferente. No obstante, no podemos olvidar que el Ser Humano es un ser
vivencial, aprende de la experiencia, por lo que cuanto más vivencial, manipulable y
novedoso resulte el método de aprendizaje empleado, más atrayente será el proceso de
aprendizaje y mejor calará en nuestro alumnado, máxime cuando aquello que
pretendemos enseñar son valores humanos. Así mismo, relacionar los contenidos con la
experiencia de tus estudiantes les permitirá ver la utilidad de lo que están aprendiendo, y
les será mucho más sencillo retener los conocimientos sobre ello.
Por otro lado, partir de la curiosidad de los alumnos sobre algún tema puede ser el
primer eslabón para iniciar la temática a presentar y a partir de ahí desarrollar un
proceso de enseñanza aprendizaje que resulte atravente e ilusionante para los niños y
niñas con los que vayamos a tratar.
Por último, actualizar el mensaje de Dios debe ser tarea fundamental del profesor de
Religión; hacerlo cercano, cotidiano, práctico, es un elemento esencial para encontrarle
utilidad a la propia creencia de la fe. Es quizá el factor más potente para encontrarle
racionalidad a lo que será nuestra tarea; y todo esto no se conseguirá si no se
contextualiza en el mundo en el que nuestros alumnos y alumnas se desnvuelven y
desarrollan.
No obstante, para poder abarcar una correcta pedagogía religiosa y propiciar el salto de
un estadio a otro, será tarea fundamental del docente de religión escolar, conocer las
características psicoevolutivas del niño y la niña con los que vayamos a tratar conforme
a su edad y circunstancia. En materia evolutiva general, este conocimiento le vendrá
dado por su propia característica de docente, y en materia de religiosidad la veremos a
continuación de forma general, sin olvidar que algunos niños y niñas maduran un poco
antes o después estos conceptos:
4.1. De 0 a 2 años.
En este primer momentos, las propias características evolutivas del niño no permiten
que se den las condiciones para el desarrollo de la religiosidad, no obstante, esta etapa
es fundamental para que se desarrollen a lo largo de las siguientes etapas.
En esta primera etapa, el niño tiene sus primeros contactos con lo religioso, a través del
contacto con otras personas, amigos y familiares. ASí mismo, empieza a hacer sus
primeras manifestaciones, que aunque con un carácter más imitativo que racional,
comienzan a germinar en la semilla de la fe.
4.2. De 2 a 6 años
En esta etapa, el lenguaje maraca una clara diferencia con respecto a la etapa anterior .
Éste, le dará las primeras herramientas para describir la realidad y expresar sus
sentimientos.
En este sentido, empiezan a encaminar sus actos (buenos y malos) desde la perspectiva
de que ahí alguien superior que los vigila y los premia (Dios todopoderoso como
alguien con poderes, mágico). Así mismo, el sentimiento de apego y la aceptación
(basada en el principio de autoridad) de todo lo que les cuentan los adultos permite una
mayor disposición a la fe.
4.3. De 7 a 11 años
Por otro lado, la práctica religiosa suele ser más habitual, encontrándose en una edad
propensa para iniciarse en la práctica habitual mediante catequesis, oraciones, misas... Si esto
se produjese, el encuentro del niño con Dios está más próximo.
4.4. Adolescencia
Por lo que el adolescente actual no es ni mejor ni peor que en otras épocas pasadas, su
comportamiento es reflejo de la sociedad en la que le ha tocado vivir. Muchos de sus
problemas de salud son prevenibles y su atención no está adecuadamente organizada. Es
necesario prevenir los factores de riesgo y potenciar los factores de protección o resiliencia , y
en este sentido, el papel del docente en la adolescencia es fundamental, y no menos
importante el del profesorado de religión.