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4.-Detección de estros
Una adecuada detección de calores es la clave para el éxito en IA. La detección de estros debe ser llevada al
cabo lenta y metódicamente cada día. Una buena detección de estros permitirá al encargado estimar el horario
para la inseminación más certeramente.
Retrase la detección de estros hasta una hora después de alimentar.
1 Mantenga una buena empatía con los animales; esto permitirá que la detección sea más fácil. "Establezca
una afinidad".
2 Haga la detección de calor dos veces al día, contando con la presencia de un semental.
3 Utilice sementales maduros con buena líbido.
4 Permita que la exposición al macho sea adecuada para estimular a las hembras.
5 Signos pre-estrales:
6 Muerde la jaula
7 Trepa
8 Vocaliza
9 Está inquieta
10 Busca al macho
11 Tiene la vulva edematizada, color rojo cereza.
12 La detección de calor debe hacerse cuidadosamente. Palmee los flancos y ubre antes de realizar la "prueba
de inmovilidad". Recuerde: "sea el macho".
13 Un encargado experimentado puede detectar calor viendo a las cabezas y observando la respuesta de las
hembras al macho.
14 Permita que la exposición al macho sea prolongada cuando se detectan estros. Las primerizas tienden a
estar más nerviosas en presencia del macho debido a la falta de exposición. Si se detectan calores en
corrales, no use un macho agresivo.
15 Las primerizas tienden a mostrar signos de calor 48-72 horas antes de llegar al estro... ¡SEA PACIENTE!
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No permita que haya "habituación". Exposición demasiado prolongada a un macho, en multíparas y primerizas,
hace que la detección de estros se dificulte. Aloje los sementales alejados, tomando en consideración la
dirección del viento, de las destetadas y hembras ciclando. La exposición corta, intensiva al macho produce
fuertes reflejos de inmovilidad y facilita la detección de calores.
1 Detecte calores e insemine posteriormente. Una hembra sólo puede mantener un reflejo de inmovilidad
durante 8-12 minutos por hora y está físicamente imposibilitada para mostrar otro reflejo de inmovilidad
durante otra hora. Una inseminación realizada durante este "periodo refractario" será una pérdida de
tiempo. Las contracciones, si las hay, serán débiles y habrá mucho reflujo.
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5.-Horario
La colocación de semen de buena calidad en el tiempo y lugar adecuado es esencial para una IA exitosa. La
buena detección de calor permitirá que se planee mejor el horario de inseminación. Es importante saber y
entender algo de la fisiología de la reproducción para poder predecir adecuadamente el tiempo de ovulación y
así determinar el horario de inseminación. Los siguientes puntos clave muestran las reglas básicas.
Una hembra en calor mostrará los siguientes signos y comportamiento:
1 Orejas erguidas.
2 Pérdida de apetito.
3 Reflejo de inmovilidad.
4 Lomo arqueado.
5 Temblor.
6 Ojos vidriosos.
7 Cola erguida y agitándose hacia arriba y abajo.
8 Descarga mucosa cristalina de la vulva.
9 Vulva ligeramente edematizada, color rojizo.
10 Soporta la "prueba de inmovilidad".
(No todos los signos se mostrarán en todas las hembras. Diferentes hembras muestran estro en formas
diferentes y el "arte del encargado" consiste en poder identificar y responder a los signos mostrados).
Una buena detección de calores es un componente esencial para lograr una IA exitosa.
Recuerde que el semen requiere estar dentro de la hembra 6-8 horas para permitir que la "capacitación"
(maduración del esperma) se lleve al cabo. Por lo tanto, es esencial que el semen se encuentre dentro de la
hembra antes de la ovulación y esté "listo y esperando" cuando el óvulo es desprendido.
Notas para recordar de este diagrama son:
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1 Las hembras que entran en calor en un periodo corto de tiempo después del destete tienen un estro largo y
ovulan durante la última cuarta parte de este periodo. Por el contrario, animales que entran en calor mucho
después de haber sido destetados, tendrán un estro relativamente corto y ovularán en un periodo de
tiempo relativamente corto después de mostrar estro.
2 Su meta deberá ser inseminar al menos dos veces por periodo estral, con aproximadamente 18 horas entre
inseminaciones. Cuando se empiece con IA, es beneficioso que se insemine 3 veces en 24 horas
(AM/PM/AM o PM/AM/PM), ya que esto permite que el horario de inseminación no sea totalmente correcto y
para la variación en ovulación y el ritmo de desprendimiento de los óvulos.
6.-Inseminación
La colocación correcta del cateter es esencial para una buena inseminación. Un cateter limpio debe "conectar"
en los pliegues cervicales. Esto formará un sello hermético, maximizando los efectos de estimulación y por lo
tanto, minimizando descargas o reflujo. La siguiente sección mostrará los puntos más importantes que
necesitan seguirse durante el proceso de inseminación.
1 Insemine en equipo para evitar el cansancio del inseminador.
2 Determine el estro usando la "prueba de inmovilidad".
3 Limpie la vulva utilizando una toalla de papel seca. Toallas mojadas o húmedas pueden remover y poner en
suspensión estiércol y bacterias que pueden contaminar la punta del cateter o la bacteria en suspensión
puede entrar en la hembra con las contracciones uterinas durante la inseminación.
4 "Sea el macho". Estimule a la hembra imitando las técnicas del macho, p.e. presión en el lomo, palmear los
hombros, flancos y la ubre.
5 Abra la bolsa de cochette. (Revise las instrucciones de la Guía de Referencia del Usuario de PIC).
6 Recuerde tomarse su tiempo y no confiarse (idealmente, son 5-6 minutos por inseminación).
7.-Manejo post-servicio
La colocación del semen es sólo una parte del proceso de monta. El transporte del semen en la hembra debe
ser auxiliado, mediante la implementación de los siguientes procesos:
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1 Permita que la exposición del macho continúe por mínimo 10 minutos post-servicio. Esto se realiza
fácilmente en un sistema de corrales mediante la rotación de un grupo de corrales. Si la inseminación se va
a realizar en jaula, dos machos, que se den la espalda, se utilizarán (el primer semental debe ser sujeto
mediante puertas o separadores y el segundo se sujeta a las jaulas. El segundo semental no deberá
acercarse a dos pies de la puerta separadora).
2 Este semental sigue siendo una parte esencial del proceso de inseminación. Manteniendo la exposición al
macho, el transporte de semen continúa mediante las contracciones uterinas y el reflujo se minimiza.
3 Retire al macho después de este tiempo y no lo vuelva a exponer a las hembras hasta la siguiente
inseminación.
Referencias:
Hollier, David, Aspectos de Ecología Porcina, Gateway Press, 1979.
Hollier, David, Manual de zootecnia porcina, Rohdes, Inc., Kentucky, 1996.
Para mayores informes favor de dirigirse a PIC México: mexicoinfo@pic.com; http://www.pic.com/
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No alcanzar la capacidad genética de las cerdas y tener una mortalidad de lechones mayor de la necesaria le
roba a muchos productores grandes cantidades de dinero.
A continuación, cómo podemos llenar el vacío que hay
entre lo actual y lo que es posible.
Esperar hasta el tercer período de estro asegura una tasa de ovulación mínima.
A menos que la cerda no produzca suficientes óvulos no podrá producir un número adecuado de lechones. La
tasa pico de ovulación debe ser, por tanto, el objetivo a conseguir. En las lechonas se logra aumentando el
consumo diario de energía de 14 a 15 días antes de la ovulación. El consumo de alta energía estimula la
secreción de insulina, hormona que estimula la tasa de ovulación.
En las cerdas, después del destete, se debe dar la dieta de lactancia ad libitum a las que no hayan perdido peso
excesivo o condición corporal durante la lactancia. Si se desea un retorno rápido al estro en las cerdas que
perdieron mucho peso habrá que darles una dieta con mayor densidad de nutrientes. Esto restaurará
rápidamente los tejidos corporales que perdieron durante la lactancia y asegurará el estatus endocrino y
metabólico correcto para el rápido retorno a estro.
6. Nutrición en la lactancia
Las necesidades más importantes de la cerda durante la lactancia son para la producción de leche, que puede
representar hasta el 85% de sus requerimientos nutricionales. Así que, cuánto más grande sea la camada y
mayor el peso de destete, mayores serán las necesidades de nutrientes y de alimento de la cerda.
La importancia de la producción de leche no puede ser desestimada porque por cada kilogramo de peso
corporal, la cerda, en el pico de producción láctea, produce, en términos de nutrientes, casi dos veces la leche
que produce una vaca lechera. Cada lechón mamando requiere casi medio kilo adicional de alimento diario para
la cerda. Por ejemplo, una cerda de 160 kg, que amamanta a 8 lechones necesitaría un promedio de 4,8 kg
diarios en lactancia. Si tuviera 10 ó 12 lechones aumentaría a 5,6 y 6,5 kg/día respectivamente.
Estamos hablando de valores promedios y no tomamos en cuenta los requerimientos cambiantes durante la
lactancia. El objetivo deberá ser alimentar para igualar el rendimiento de leche de la cerda, así que el consumo
de alimento debe aumentar gradualmente hasta los días 7-10 de lactancia, cuando la cerda debe alimentarse
según su apetito.
Esto último podría hacer necesario dar de comer varias veces al día, pues una cerda que solamente come dos
veces al día podría no ser capaz de consumir suficiente cantidad de nutrientes para cubrir sus necesidades
metabólicas. Pero, es importante no exceder la alimentación al comienzo de la lactancia, pues esto podría
limitar el consumo a voluntad del animal más adelante, en la lactancia, cuando las necesidades son mayores.
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Es necesario suministrar suficiente agua; la falta de agua restringe el consumo de alimento de la cerda y su
rendimiento en leche. Es importante que la temperatura de los paritorios no exceda los 20° C. Cada grado que
sobrepase este límite reduce la ingestión de alimento en aproximadamente 200 gr. por día.
Después del destete, la cerda necesita más tiempo para retornar a celo y éste es débil. Produce menos óvulos,
resultando en camadas menos numerosas que pueden llegar a un sólo lechón. Se recomienda establecer un
sistema de puntuación de condición corporal, o la medición de la grasa dorsal en la lactancia, para establecer la
magnitud de los cambios que puedan producirse. Se podrá advertir rápidamente una pérdida excesiva y actuar
convenientemente para corregirla.
Desde enero a agosto de 2000, los investigadores asignaron a cerdas destetadas a los 18 días post-parto a
diferentes tratamientos de exposición a verracos en función del genotipo, parto y duración de la lactación. La
exposición se inició a los 3 días post-destete y consistió en pasear los verracos en el pasillo delante de las
jaulas. La exposición duró entre 2 y 5 minutos. Se utilizaron 3 tratamientos: una exposición al día, dos al día
(cada 12 horas) y 3 al día (cada 8 horas). Después de la detección del estro, se determinó el momento de la
ovulación cada 8 horas mediante ultrasonidos transrectales. Las cerdas del primer grupo se inseminaron
artificialmente a las 0 y 24 horas post-detección del estro, las cerdas del segundo grupo se inseminaron a las 12
y 24 horas y el tercer grupo a las 16 y 32 horas.
En general, la frecuencia de la exposición al verraco en cerdas destetadas puede mejorar el momento de las
inseminaciones y la frecuencia de primeras y segundas cubriciones realizadas en las 24 horas previas a la
ovulación.
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Introducción
Históricamente se ha aceptado que son necesarios 3x10 9 espermatozoides por dosis seminal, para garantizar
óptimos resultados reproductivos en la práctica rutinaria de la inseminación artificial en porcino. Sin embargo,
D. Raath concluye que si al menos 5 millones de espermatozoides están presentes en la UTJ de cada cuerno
son suficientes para garantizar niveles de fertilización adecuados y tamaños de camada normales (1).
Las técnicas de sexaje de espermatozoides por citometría de flujo, han demostrado que son capaces de separar
las dos poblaciones de espermatozoides (X e Y), con elevados niveles de pureza y de mantener su capacidad
fecundante, pero, sin embargo, estas técnicas no tienen una aplicación en la práctica diaria como consecuencia
de su pobre rendimiento, ya que con los equipos actuales, solamente se consiguen separar de 300.000 a
400.000 espermatozoides por hora. El desarrollo de técnicas de inseminación profunda, próxima a la UTJ,
mediante el uso de endoscopios está permitiendo realizar inseminaciones fecundantes con pequeñas cantidades
de espermatozoides sexados por citometría de flujo (2).
Durante la inseminación convencional, el catéter se introduce hasta quedar fijado en los primeros centímetros
del cuello uterino. Una vez que el semen diluido se deposita en el cervix, tiene que recorrer toda su longitud
hasta alcanzar el cuerpo del útero. El transporte del semen, en esta parte del aparato genital femenino,
depende únicamente de los movimientos peristálticos y se ve dificultado por la barrera física que suponen los
anillos cervicales. Cuando las contracciones ascendentes no son adecuadas se producen reflujos seminales, en
los que una gran cantidad de material seminal se pierde. Estas son las causas por las que en la inseminación
convencional se hace imprescindible un ritmo de inseminación pausado y adaptado a cada una de las cerdas.
DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA:
La inseminación post cervical en porcino se realiza introduciendo una cánula que recorre totalmente la longitud
del cuello uterino hasta alcanzar el cuerpo del útero, lugar en le que se depositará el material seminal.
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PROCEDIMIENTO:
1 Limpiar cuidadosamente la vulva de la cerda.
2 Sacar el catéter guía de su envuelta protectora.
3 Poner al menos 2 ml de gel ginecológico por el exterior de la punta.
4 Colocar el catéter de forma convencional hasta que la punta del catéter quede fijado en el cuello uterino.
5 Infundir a través del catéter de 30 a 35 ml de diluyente a 42 – 44 ºC.
6 Esperar de 2 a 3 minutos.
7 Sacar la cánula del envase estéril y evitando tocar o ensuciar los últimos 30 cm.
8 Introducir la cánula, por el interior del catéter guía hasta hacer tope con los anillos cervicales.
9 Con suaves pero enérgicos movimientos de presión, ir atravesando los diferentes anillos cervicales hasta
alcanzar el cuerpo del útero. A partir de este momento, la cánula progresa sin dificultad. Una vez
atravesado el último anillo, introducir la cánula un máximo de tres centímetros, para garantizar que la
inseminación se realizará en el cuerpo del útero.
10 Girar la cánula hasta que su marca esté frente a nuestros ojos.
11 Colocar el envase con el material seminal al extremo caudal de la cánula, e inseminar por presión usando
las dosis a la temperatura de conservación ( 15 – 17 ºC). Al estar situados los orificios de salida en el
eje transversal con respecto a la marca de la cánula, el material seminal sale en la dirección de los
cuernos uterinos, lo que facilita su absorción.
12 Terminada la aplicación de la dosis seminal extraer, parcialmente la cánula (aproximadamente 25 cm).
13 Extraer inmediatamente el conjunto catéter cánula, de forma ya convencional.
En la Inseminación Post Cervical se sobrepasa la barrera natural que constituye el cervix, barrera que lo es para
el semen, pero también para la gran mayoría de partículas contaminantes que se arrastran con el pene del
verraco o el catéter de inseminación. Las primeras cánulas utilizadas en nuestras experiencias se higienizaban
con alcohol, en la actualidad se está usando material esterilizado con óxido de etileno. El ganadero podrá
disponer de dos tipos de material, una Cánula esterilizada independiente, para ser utilizada con cualquier
catéter que permita su paso y tenga la salida por el extremo craneal y un Sistema Catéter Cánula en la que la
cánula ya viene introducida dentro de un catéter cerrado. Esta última presentación garantiza la esterilidad de la
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cánula hasta que el catéter es alojado de forma convencional en el cervix, momento en el cual y con una suave
presión se abre el opérculo que cierra la punta del catéter y permite la salida de la cánula.
La Inseminación Post Cervical puede aportar grandes beneficios que se pueden resumir en los siguientes
puntos:
1 Reducción del volumen de la dosis.
2 16 ml vs. 80 – 100 ml usados en la técnica convencional
3 Reducción del número total de espermatozoides por dosis.
4 500 millones vs. 3.000 millones usados en la técnica convencional.
5 Mas dosis por eyaculado.
6 Reducción del tiempo de trabajo en el C.I.A.
7 Reducción del número de verracos y de las instalaciones necesarias.
8 Reducción del coste de compra y mantenimiento de los machos.
9 Mayor aprovechamiento de los verracos genéticamente superiores.
10 Aumento del número de lechones hijos de los mejores verracos:
11 Mejora en la uniformidad de los lotes.
12 Mejora en el índice de transformación.
13 Mejora de la velocidad de crecimiento.
· Reducción del coste de producción del Kg. de carne.
· Reducción del volumen necesario para el transporte y conservación de las dosis seminales.
· Viabilidad de:
14 Congelación.
15 Sexaje de espermatozoides.
Conclusión.
A la luz de nuestras experiencias, se puede concluir que mediante el uso de la Inseminación Post Cervical se
pueden reducir considerablemente el número de espermatozoides por dosis, y el volumen de la dosis seminal,
sin que se produzca deterioro de los parámetros reproductivos. Los excelentes resultados obtenidos con dosis
de 0,75 x109 y 0,5 x109 sugieren que la utilización de concentraciones de 1,0 x10 9 espermatozoides, vehiculados
en 30 – 33 ml, es segura ya que con esta concentración se dispone de un margen de seguridad del 100 %, en
previsión de errores en el transporte y conservación.
Nuestro objetivo es encontrar el límite inferior de seguridad, por lo que en la actualidad se está trabajando con
volúmenes y concentraciones aún menores.
References.
1.Rath, D. (1999) Recent advancements in male and female pig reproduction. Proceedings, II Congreso Ibérico
de Reproducción Animal, Lugo, Spain, p 357-359.
2.Martinez E.A. et all. (1999) Posibilidades prácticas del sexaje de espermatozoides en la especie porcina.
Proceeding, VI Simposium Internacional de Reproducción e I.A. Porcina, Madrid, Spain, p 55-62.
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GUIA BASICA PARA LA RECOLECCIÓN DEL SEMEN PORCINO,
EVALUACIÓN Y PROCESAMIENTO
Wayne L. Singleton, Departamento de Ciencia Animal, Universidad de Purdue, West Lafayette
Generalidades
Hay numerosos métodos disponibles para el procesamiento del semen, utilizando equipamiento y técnicas
varias. Siempre tenga presente los dos principios básicos de recolección y procesamiento del semen. (1) Use
técnicas higiénicas y (2) controle los cambios de temperatura. Mayormente, si se siguen estos principios, las
técnicas específicas y equipamiento usado se transforman en una cuestión económica, facilidad del
mantenimiento del control de calidad y preferencias personales.
Como hay cierto riesgo de baja eficacia reproductiva asociada con un programa de I.A., la inversión en
instrucción y equipo apropiado es una consideración importante. La descripción siguiente perfila una técnica
para un programa básico en la granja, donde típicamente se recolecta y procesa el semen de unos 4 o 5 cerdos
sobre una base semanal. Cuando el número de cerdos y recolecciones aumentan, uno debe considerar otras
técnicas que disminuyan el costo total de producción por unidad de semen o mejorar el proceso de control de
calidad.
Equipo requerido
Principales Items (*)
Microscopio (oculares 10x con objetivos 10 y 43x)
Balanza digital (de 6 Kg +/-1 g)
Unidad de enfriamiento del semen
Cristalería surtida, termómetros, guantes, termo, etc.
Estufa
Baño de agua
Equipo de recuento espermático
(*) Incluye envase y sistema de envasado.
APRESTAMIENTO
Marque 1 litro en un recipiente de recolección con caja plástica. Una conservadora de un galón trabaja
bien para esta finalidad. Conservadoras térmicos y bolsas de plástico están disponible en los proveedores de
equipos para I.A. Colocar un filtro (doble capa de tela gasa o un filtro comercialmente disponible) sobre el
recipiente colector y ajustarlo con una banda elástica. Tenga un medio para anotar el I.D. del cerdo (p.e., cinta
o etiqueta).
Recipiente pre-calentado para la recolección del semen . Sugerencia: Cubra una sección de un armario
con aislamiento de telgopor. Instale un foco conectado a un termostato. Fije el termostato a 38 ºC. Guarde
todo el equipo usado para la recolección y procesamiento en este armario. Esto provee un área de
almacenamiento tibia, seca y libre de polvo. Si la usa correctamente, ésta puede sustituir a un baño del agua.
Registre el peso vacío de cada recipiente de recolección (con tapa) y bolsa. En tanto no realice ningún
cambio, éste permanecerá bastante constante día a día, pero contrólelo ocasionalmente.
Prepare el diluyente. Hay varias maneras de hacer esto, aquí está una:
1 Prepare el diluyente por lo menos una hora antes de usar.
2 Compre 3 a 5 tarros de un galón de agua destilada en vidrio. Coloque un tarro en el armario calefaccionado
por unas horas antes de usar.
3 Decida cuántos litros de diluyente requerirá. Digamos que piensa coleccionar dos cerdos y requeriría
aproximadamente 2 litros de diluyente. Con algo de experiencia podrá anticipar cuanto se requerirá.
4 Marque 2 o 3 frascos de 1 litro con una caja plástica de un galón. Colóquelo sobre la balanza y tare. Agrega
1 litro de agua destilada caliente. Vacíe 2 paquetes de diluyente en el agua caliente y remueva. Tare y
agregue el restante litro de agua destilada caliente. Nota: Seleccione un frasco o recipiente largo, con pico
vertedor. Cuando se dobla la bolsa abajo alrededor del tope del frasco y tira firme al asa, se puede verter
un chorro pequeño y preciso de fluido.
5 Puede usar como mezclador su termómetro de vidrio. Mezcle completamente hasta que los ingredientes
sólidos se hayan solubilizado. Nota: Los diluyentes solubilizarán más rápido si el agua está templada.
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6 Coloque el diluyente en el armario calefaccionado o en un baño del agua. Debe estar aproximadamente a
37 ºC. El diluyente necesitará estar a la misma temperatura del semen cuando se mezclen. Nota: Si el agua
destilada se guarda en su armario calefaccionado, el agua estará pre-calentada y cerca de la temperatura
correcta.
7 El diluyente no usado (recipiente adjunto o bolsa) se puede guardar en un refrigerador por 24 a 48 horas.
Coloque el recipiente de recolección del semen pre-calentado en una conservadora pre-calentada.
Sugerencia: Compre una conservadora plástica mediana que tenga un recipiente de plástico que se fije al
interior de la tapa. Llene este recipiente chato con agua caliente (38-42 ºC) dependiendo de la temperatura
ambiente. Este recipiente debe proveer una temperatura de aproximadamente 37 ºC al sitio de recolección del
cerdo. Corte un pedazo de telgopor espeso (2- 4") para encajar en el fondo de la conservadora. Haga agujeros
en el telgopor al tamaño de sus recipientes de recolección de semen. Esto prevendrá el vuelco de los
recipientes y proveerá mayor protección contra los cambios de temperatura. Nota: Si el área de recolección es
adyacente al área de procesamiento, construya un paso en la pared que separa las dos áreas y pre-caliente el
recipiente aquí.
Recolección
Si necesario, exprima el fluido desde la bolsa cerca de la abertura prepucial. Se debe hacer esto antes
de la monta del cerdo. Evite de contaminar el eyaculado con estos fluidos. Si necesario, corte los cabellos
largos de área del prepucio. Se debe hacer esto cerca de una vez por mes por razones sanitarias y el cerdo lo
apreciará también.
¡Recolecte el semen del cerdo usando guantes de polivinilo, NO DE LATEX! Una vez que se enguantó,
no toque al cerdo, verjas, o cualquier otra cosa excepto el pene del cerdo. Algunos recolectores de semen
prefieren llevar guantes dobles y se quitan el de encima sólo antes del tomar el pene.
Siempre deseche la primera parte del eyaculado (pre-espermatozoide). Este es un fluido claro, acuoso
y no contiene espermatozoide, pero tiene una cuenta bacteriana alta.
Recolecte la fracción rica en espermatozoides en su recipiente pre-calentado. Será muy blanquecino
en apariencia y contiene el 80-90% de todas las células espermáticas en el eyaculado. Coleccione este
fragmento hasta que cambia a un fluido más claro, acuoso. Una vez que esté seguro que el fragmento rico en
espermatozoides esté completo, continúe recolectando, pero deseche el resto (post-espermatozoides) del
eyaculado. Nota: Unos cerdos eyaculan la porción rica en espermatozoides en ondas. Asegúrese de notar esto.
Unas personas coleccionan tanto la fracción rica en espermatozoides como la post-espermatozoides, lo cual es
probablemente satisfactorio, pero algunos sugieren que el tiempo de almacenamiento se reduce cuando la
fracción post-espermatozoides total se incluye. En la práctica, una fracción modificada rica en espermatozoides
será colectada (p.e., porción rica en espermatozoide y algo de la post-espermatozoides).
Siempre deje que el cerdo complete su eyaculación (5-8 minutos). Si cortó demasiado pronto,
prepárese para un desafío. El no deseará al maniquí. Usted cometerá esta equivocación una vez o quizá dos
veces.
Quite el filtro con gel y deséchelo. Tape el recipiente de recolección y colóquelo en el recipiente
calefaccionado ASAP. Asegúrese de etiquetar el recipiente con el I.D. del cerdo.
Transporte el eyaculado al área del procesamiento ASAP. Intente un programa de procedimientos para
que se cumpla dentro de los 15 minutos posteriores a la recolección del eyaculado. Vea la Figura 1.
Estime y Calcule
Pese el recipiente de recolección y substraiga el peso de la tara. Esto le dará el volumen del eyaculado.
Nota: El semen es realmente un poco más pesado que el agua que pesa 1 gramo por ml o cc, pero use una
proporción 1 a 1, esto es bastante preciso.
Figura 1.
Use su microscopio para evaluar la motilidad espermática y concentración relativa de
espermatozoides. Siempre use portas y un cubreobjetos pre-calentados. Eyaculados con una motilidad
progresiva estimada menor del 60% generalmente se desechan. Observe por la presencia de espermatozoide
anormales y restos celulares y aglutinamientos.
Decida cuántas botellas (unidades) de semen puede procesar del eyaculado. Cada botella debe
contener aproximadamente 3 a 4 mil millones de espermatozoides y 80 a 100 ml del fluido. El eyaculado del
cerdo puede contener desde 10 a 15 mil millones a encima de 100 mil millones de espermatozoides, o
bastantes espermatozoides para 2 o 3 botellas a 25 o más botellas. Este número depende de la edad, raza,
frecuencia de recolección, y del cerdo individual. Si no tiene un aparato de recuento espermático, tendrá que
seguir unas guías. Realmente hará una suposición educada. Dependiendo de la densidad relativa de
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espermatozoides (opacidad), generalmente la recomendación es diluir 1 parte de semen en 3 partes de
diluyente, hasta 1 parte de semen a 10 partes de diluyente. A una apariencia más opaca y blanquecina, más
alta la posible tasa de dilución.
Ejemplos:
Volumen Semen Opacidad relativa Dilución Cantidad Cantidad Total Numero de
(g/ml) Puntuación(*) Semen/Diluyente (gramos o ml) de Semen Botellas
Semen + Diluido (100 ml)
Diluyente
150 3 1.3 150 + 450 600 6
150 6 1:6 150 + 900 1050 10 (**)
150 10 1:10 150 + 1500 1650 16
RESUMEN
El objetivo del presente trabajo es revisar los diversos métodos disponibles para evaluar la capacidad
fecundante de los espermatozoides porcinos haciendo una especial mención al uso de los sistemas de
fecundación in vitro para tal fin. Los parámetros del espermiograma clásico por sí solos parecen ser insuficientes
para predecir adecuadamente la fertilidad, aunque la información combinada de todos ellos ofrece una buena
estimación de la calidad seminal. Para dar una solución a este problema se han desarrollado nuevas técnicas que
pretenden alcanzar un mejor conocimiento de la célula espermática, mediante la evaluación de la estructura y
funcionalidad del espermatozoide. Entre ellos los que estudian la interacción espermatozoide-ovocito pueden
proporcionar una información inequívoca de la capacidad fecundante de los espermatozoides.
En el campo de la reproducción porcina se ha producido en los últimos años un gran desarrollo en las técnicas
de gestión y control reproductivo que han ido íntimamente unidas a la aplicación de la inseminación artificial.
Esta técnica ha permitido la máxima utilización del potencial genético de reproductores de alto valor, ha sido
una herramienta fundamental en la prevención y lucha contra las enfermedades porcinas (Phillpott, 1993) y ha
supuesto, en definitiva, un mejor control de todo el proceso reproductivo (Hurtgen, 1986).
En la aplicación de las técnicas de inseminación artificial porcina se han realizado numerosos e importantes
avances, lo que ha permitido alcanzar una amplia difusión en las explotaciones con unos resultados
equiparables o superiores a los obtenidos con la monta natural (Colenbrander y cols., 1993). Sin embargo,
quedan aún importantes temas en los que es posible trabajar para mejorar los resultados productivos. Entre
ellos se incluyen la crioconservación del semen, cuya eficacia debe ser optimizada (revisado por Johnson, 1985;
Bwanga, 1991), y la mejora de los métodos de evaluación del semen (Hammerstedt, 1996).
En este sentido, la calidad del eyaculado ha sido tradicionalmente evaluada con el espermiograma clásico, que
está basado en la aplicación de una serie de pruebas de una ejecución relativamente simple y que pueden ser
realizadas con un coste moderado. En el análisis rutinario se incluye un examen macroscópico y microscópico
del eyaculado en los que se mide el volumen, la concentración, la motilidad, el estado del acrosoma y las
morfoanomalías espermáticas.
En el trabajo diario en los centros de inseminación artificial se detectan animales que tienen una fertilidad
reducida y que al realizar un análisis de rutina presentan un espermiograma anormal. Sin embargo, en otras
ocasiones se presentan espermiogramas normales correspondientes a verracos subfértiles. Por ello, ninguno de
los parámetros del espermiograma clásico por sí solo parece ser suficiente para predecir adecuadamente la
fertilidad, aunque la información combinada de todos ellos ofrece una buena estimación de la calidad seminal
(Woelders, 1991).
Para dar una solución a este problema se han desarrollado nuevas técnicas que pretenden alcanzar un mejor
conocimiento de la célula espermática. Con este objetivo se puede evaluar la estructura y funcionalidad del
espermatozoide. El estudio de la membrana parece ser un buen procedimiento para evaluar la funcionalidad del
gameto masculino, ya que ésta interviene activamente en la mayoría de las fases del proceso reproductivo. La
membrana puede ser estudiada desde el punto de vista estructural mediante la utilización de tinciones, o bien
valorar su funcionalidad, para lo que se ha aplicado el test hipoosmótico (Jeyendran y cols., 1984; Vázquez y
cols., 1997) y distintas técnicas con fluorocromos permiten evaluar la funcionalidad espermática (Harrison y
Vickers, 1990; Garner y Johnson, 1995).
Los estudios bioquímicos se desarrollaron con la intención de tener una medición objetiva y fácilmente
reproducible de la calidad seminal y que fueran reflejo de su actividad funcional. Se han realizado estudios
metabólicos y enzimáticos, cuantificándose los diferentes componentes químicos presentes en el eyaculado y
que pueden condicionar la actividad del espermatozoide como el contenido en iones, la liberación de enzimas,
el contenido de ATP, etc. (Strzezek y Skaweta, 1984; Ciereszko y cols., 1994; Saiz y cols., 1994; Gadea y cols.,
1998).
23
Por otra parte, el estudio del núcleo del espermatozoide permite valorar la madurez y la estabilidad del mismo,
condiciones necesarias para que pueda llegar a producirse la descondensación cromosómica y la singamia.
Estos estudios se desarrollaron cuando se asociaron problemas de fertilidad con alteraciones de la estructura
del núcleo (Evenson y cols., 1994). Estas alteraciones del núcleo han sido clasificadas como factores
incompensables de la fertilidad (Saacke y cols., 1994), ya que no es posible mejorar la fertilidad aumentando el
número de espermatozoides por dosis de inseminación.
Los procesos de capacitación y reacción acrosómica son pasos fundamentales en la fecundación. Por ello, se ha
realizado un importante esfuerzo en estudiar los mecanismos íntimos que regulan estos procesos y que aún son
en parte poco conocidos (Barboni, 1994; Harrison, 1996).
Hasta la fecha, el método más preciso para predecir la fertilidad podría consistir en determinar la capacidad de
los espermatozoides para penetrar ovocitos en un sistema in vitro (Bavister, 1990). Primeramente se
desarrollaron sistemas basados en la penetración de ovocitos de hámster libres de zona pelúcida,
principalmente diseñados para evaluar los espermatozoides humanos (Yanagimachi y cols., 1976). Este método
se ha convertido en una buena herramienta para valorar la capacidad fecundante en la mayoría de las especies.
Sin embargo, esta prueba no valora fases fundamentales del proceso de penetración del ovocito como son el
reconocimiento, la unión y la penetración de la zona pelúcida. Por tanto, parece lógico pensar que con la
utilización de un test de penetración de ovocitos homólogos se obtendrían unos resultados más ajustados a la
realidad, ya que permitiría el estudio de todas las fases del proceso de fecundación.
En los últimos años se han llevado a cabo diversos estudios utilizando ovocitos homólogos para evaluar la
capacidad fecundante del eyaculado porcino. La posibilidad de utilizar ovocitos inmaduros en los sistemas de
fecundación con unas tasas de penetración equivalentes a las de ovocitos maduros (Martínez y cols., 1993)
supone facilitar en gran medida este estudio, ya que se puede disponer de un gran número de ovocitos a partir
de hembras prepúberes sacrificadas en los mataderos comerciales. Por otra parte también se han utilizado
sistemas de fecundación de ovocitos madurados in vitro que permiten evaluar otros pasos del proceso como la
formación del pro núcleo o las tasas de división embrionaria y formación de blastocistos (revisado por Larsson y
Rodríguez Martínez, 2000).
El objetivo del presente trabajo es revisar los diversos métodos disponibles para evaluar la capacidad
fecundante de los espermatozoides porcinos haciendo una especial mención al uso de los sistemas de
fecundación in vitro para tal fin.
La contaminación del eyaculado puede ser de varios tipos y causada por varias fuentes. Es realmente poca la
importancia que se ha dado a esto en los sistemas de IA en granjas de México. No se sabe exactamente qué
efecto pueda tener esta en los parámetros reproductivos de las granjas, y muchas veces, no se conoce ni el
efecto que esta pueda tener sobre la calidad de las dosis de semen producidas.
Hay varios tipos de contaminación del eyaculado, el contaminante puede ser una bacteria, un virus, células
sanguíneas, células epiteliales, cristales, orina, etc.
La sangre, al contener células del sistema inmune, se considera como "espermicida" y se asocia con una menor
conservación de los eyaculados. Un estudio intentó revisar el efecto de la contaminación de eyaculados con
diferentes concentraciones de sangre sin encontrar efecto adverso sobre la calidad de las dosis (motilidad y
morfología) ni sobre la fertilidad y número de embriones fertilizados1. Aún así, es aconsejable que si un
eyaculado tiene obvia apariencia de estar contaminado con sangre, este sea desechado. El color rosado que
indica la contaminación con sangre se observa inclusive cuando un eyaculado está contaminado con 0.1%
(volumen a volumen) con sangre. En casos necesarios, puede permitirse la evaluación y uso de estos
eyaculados, siempre y cuando las dosis producidas se usen dentro de las primeras 24 horas post-colección del
eyaculado.
En condiciones de campo, la sangre puede provenir de heridas o laceraciones en el aparato reproductor del
macho; aparecer por la sobre-utilización del semental o algunas enfermedades. En granjas diagnosticadas con
Ojo Azul y PRRS, he observado frecuentemente sangre contenida en los eyaculados. Infecciones bacterianas
pueden traer consigo la presentación de sangre en algunas de las fracciones del eyaculado, como lo es la
"tapioca" o gel preeyaculatorio. Una infección con Staphylococcus aureus puede resultar en lesiones que
ocasionen la contaminación de un eyaculado con sangre.
Se pueden encontrar células epiteliales contaminando los eyaculados muy frecuentemente. La "descamación" es
un proceso natural de todo el tejido epitelial. Un exceso de tejido epitelial en un eyaculado puede producir
aglutinación de los espermas. Las formaciones "medusa", por ejemplo, son células epiteliales ciliadas que
provienen de los conductos eferentes.
El gel preovulatorio, esmegma o "tapioca" puede considerarse como contaminante de los eyaculados. Si se
permite esta contaminación, el eyaculado se observa con aglutinación en algunos casos, e inclusive, puede
llegarse a gelatinizar por completo. La forma más usual de evitar esta contaminación es la filtración del
eyaculado a la colección.
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Una coloración amarillenta del eyaculado puede indicar la contaminación de este con orina, secreción prepucial
o pus. Una colección adecuada, que incluya el vaciado total de la cavidad prepucial, la limpieza del divertículo
prepucial, la técnica de doble guante o mano enguantada, y la colecta manteniendo el pene paralelo al vientre
del cerdo evitan esta contaminación en muchos casos. Infecciones con Leptospirosis pueden provocar una
contaminación del eyaculado con orina.
Otras células que pueden encontrarse en los eyaculados son gotas citoplásmicas, células en degeneración,
células espermiogénicas primordiales, células gigantes o multinucleadas.
El eyaculado puede estar contaminado con micotoxinas. Aunque no se ha comprobado que la contaminación del
eyaculado afecte directamente la calidad del eyaculado, sementales alimentados con niveles altos de
zearalenona presentaron menor concentración de espermas por eyaculado, menor conservación y un mayor
número de espermas anormales.
La contaminación bacteriana es frecuente en el eyaculado también. Esta contaminación se puede deber a una
infección en el tracto uro-genital del macho o a contaminación provocada por el contacto del semen con el aire
que lo rodea, manejo de la colección, evaluación y procesamiento del semen. En la práctica, la contaminación
bacteriana del semen se asocia con una reducción en el tiempo de conservación de dosis, muerte de un
porcentaje o la totalidad de los espermas de un eyaculado, aglutinación de espermas, daño acrosomal y
cambios en la capacidad buffer del diluyente (reducción en el pH de las dosis preparadas); también se relaciona
con un aumento en los retornos a estro y / o otras fallas reproductivas. Por otro lado, la contaminación
microbiana del semen puede traer consigo la difusión de el agente contaminante a la hembra inseminada. Otros
problemas incluyen descargas vulvares y endometritis.
La contaminación bacteriana del eyaculado es inevitable. Se considera anormal cuando el conteo de bacterias
excede las 10,000 por mililitro o cuando una bacteria específica logra sobrevivir en el semen. Se ha escrito
también que más de 4000 colonias bacterianas contaminando al semen pueden matar algunos o todos los
espermas. El número de bacterias encontradas en el eyaculado puede variar de menos de 1000 / ml a más de
100,000 / ml. La infección microbiana puede resultar en una reducción de la calidad por la producción de semen
anormal, maduración anormal de espermas y bloqueo de ductos.
La contaminación bacteriana causada por órganos reproductores internos es infrecuente a menos de que haya
en el macho una infección local en el tracto o generalizada. Es más probable, la contaminación bacteriana
proveniente de los órganos externos. Por ejemplo, el extremo distal de la uretra, prepucio y divertículo
prepucial.
La contaminación de origen ambiental proviene de tan diversas fuentes como: la piel (de humanos y cerdos),
materia fecal, secreciones respiratorias (de humanos y cerdos), instalaciones, equipo de colección, proceso,
dilución y envasado, agua utilizada en el laboratorio, contaminación por mal manejo del diluyente, etc.
Es importante considerar que las bacterias pueden sobrevivir más tiempo que los virus y que el diluyente
presenta un ambiente excelente para su supervivencia. En muchos casos, la temperatura recomendada para la
conservación del semen es idónea para la multiplicación de las bacterias. Como se menciona anteriormente,
algunas bacterias producen un ambiente espermicida (ácido), utilizando el sustrato diluyente y saturando la
capacidad buffer de la dosis preparada.
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TABLA 1. BACTERIAS QUE SE HAN ENCONTRADO EN LOS EYACULADOS
NO FUENTE CONSECUENCIA
ENCONTRADAS
FRECUENTE
MENTE EN EL
SEMEN
Streptococcus spp Tracto reproductor, localizado en Problemas de fertilidad asociados a su efecto en la
testículos; se ha aislado de producción de espermas y / o a la infección del tracto
próstata reproductor femenino
Bacillus spp, Bordetella spp, Salmonella spp, Actinobacillus, Pasteurella spp, Aeromonas sp, Burkholderia,
Providencia sp, Flavobacterium spp, Aerobacter spp, Xanthomonas, Comamonas sp, son otras bacterias que se
pueden encontrar, aunque no frecuentemente en los eyaculados.
Algunas otras bacterias pueden aislarse de hisopos tomados del prepucio pero no se han aislado de semen. Por
ejemplo: Actynomyces pyogenes, Alcaligenes faecalis, entre otras.
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Lo anterior va en contra de las prácticas comunes de guardar un "olor" en el área de colección para la mejor
estimulación de los sementales. Sin embargo, con sementales que ya montan potro, este tipo de estímulos no
es necesario.
Otras prácticas de manejo de los sementales y su ambiente ayudan a reducir la posibilidad de contaminación de
los eyaculados:
1 Lavado prepucial programado y constante
2 Mantener el pelo corto que rodea el divertículo prepucial
3 Preferentemente no tener pisos sólidos en los alojamientos de machos. Si esto no es posible, mantener
seco y limpio el área. Las heces, humedad y orina propician la contaminación de el prepucio.
4 Procurar el alojamiento individual de machos jóvenes. Esto reduce la actividad homosexual entre estos,
práctica que puede lacerar el pene y propiciar contaminación.
La limpieza y sanidad del área, equipo y material de laboratorio debe de formar parte del protocolo de "mínima
contaminación:
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1 Reducir el tráfico de personal en el laboratorio. Mantener puertas y ventanas cerradas
2 Utilizar ropa especial para el trabajo dentro del laboratorio
3 Utilizar preferentemente material desechable durante el procesado del eyaculado.
4 En caso de utilizar material re-usable, este debe de ser lavado y esterilizado. Como mínimo, el material
debe de lavarse con detergente para laboratorio, enjuagarse con agua potable, enjuagarse con agua
destilada y posteriormente con alcohol desnaturalizado al 70%.
5 El material de laboratorio debe de guardarse en bolsas de plástico o contenedores cerrados que impidan su
contaminación.
6 El área de trabajo del laboratorio debe de ser lavado y de preferencia limpiado con alcohol.
7 El piso del laboratorio deberá de limpiarse con un desinfectante al final del día. Los productos a granel
deben de abrirse y "dosificarse" en unidades menores inmediatamente.
8 Tomar hisopos de las superficies y material que entra en contacto con el semen, para cultivo bacteriológico.
La calidad del agua utilizada en el laboratorio debe de monitorearse también. El agua debe de ser por lo menos
bidestilada en filtros de cristal o haber pasado por ósmosis inversa, deionizada y expuesta a luz UV. La calidad
del agua se deteriora con el tiempo. Por esto, es importante utilizarla lo más fresca posible. La manera en que
el agua se almacena afecta la calidad también, por lo que se recomienda, cuando sea posible, guardarla a
temperatura de refrigeración (4 °C).
Considérense también las limitantes de las formas comunes de esterilización: los rayos UV desinfectan por
contacto y requieren de cierta intensidad y tiempo para una correcta esterilización, por ejemplo
El manejo posterior del eyaculado ayudará también a evitar mayores problemas con la contaminación
bacteriana de las dosis preparadas. Es común pensar que los antibióticos en el diluyente comercial o añadidos a
este matan las bacterias del eyaculado. Sin embargo, el antibiótico en estos diluyentes solamente sirve como
un conservador, ya que únicamente frena el crecimiento bacteriano.
Algunas bacterias son resistentes a la gentamicina. Este antibiótico es uno de los más utilizados en la
producción de dosis: se encuentra en la mayoría de los diluyentes y es el más añadido a nivel laboratorio. Estas
han sido mencionadas en las tablas anteriores. Desde 1968 se han tenido reportes de que algunas bacterias
que contaminan los eyaculados han creado resistencia a otros antibióticos como la penicilina y la
estreptomicina. Otros estudios encuentran bacterias resistentes a la lincomicina y espectinomicina o a la
combinación de estos. Lo recomendable es estudiar la contaminación encontrada en cada una de las
explotaciones y así tomar la mejor decisión acerca de qué antibiótico utilizar.
Se deben de tener ciertos cuidados con el uso de antibióticos. La penicilina, por ejemplo, no debe de utilizarse
en dosis que se conserven por más de 48 horas. Para dosis de esta o mayor conservación deben de usarse
aminoglicósidos. Algunos antibióticos inyectables contienen conservadores que pueden ser espermicidas. Llega
a ver efectos "individuales" con el uso de ciertos antibióticos, es decir, los eyaculados de ciertos sementales
presentan deterioro en su calidad al ser adicionados con ciertos antibióticos. Los antibióticos deben de añadirse
al diluyente cuando este esté por utilizarse, es decir, el diluyente con antibiótico debe de utilizarse en "fresco".
No es recomendable almacenar diluyente preparado adicionado con antibióticos por más de 24 horas. Los
cambios de temperatura pueden provocar la liberación de radicales que modifiquen el pH de las dosis
preparadas y reduzcan su conservación.
Existe también gran preocupación por la secreción de virus y/o contaminación de semen por estos. Algunos
virus pueden resultar tan solo en problemas de fertilidad en las hembras; otros, pueden resultar en la
transmisión venérea y presentación clínica de enfermedad en las hembras inseminadas.
El semen puede ser contaminado por virus mediante la secreción directa de este al eyaculado (proveniente de
testículos o glándulas accesorias), o la contaminación del eyaculado por el virus durante o después de la
colección (contaminación con heces fecales, orina, secreciones respiratorias, piel o saliva).
Algunas enfermedades producen signos clínicos obvios (fiebre, anorexia, diarrea o postración). En estos casos,
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la decisión de no utilizar a un semental y prevenir la producción de semen contaminado es fácil. Sin embargo,
algunas otras enfermedades de origen viral ocasionan la transmisión venérea de la infección sin la presentación
de signos en el semental. En algunos casos, el virus puede ser secretado en el eyaculado antes de la
presentación de signos de enfermedad.
Virus como el de PRRS, Aujeszky (pseudorrabia), y Parvovirus pueden transmitirse a través del semen. Otros
virus como el adenovirus, citomegalovirus, enterovirus, fiebre porcina, encefalitis japonesa B, etc., pueden
contaminar el tracto genital del semental y reducir la calidad de los eyaculados.
La mejor manera de evitar la contaminación viral de los eyaculados es evitando la infección de los sementales.
Esto involucra tener un programa de bioseguridad, monitoreo serológico y vacunación establecido en granja.
En resumen, la contaminación del semen porcino es uno de los tantos detalles que el técnico en IA debe de
conocer y tomar en cuenta. Tanto la sangre, como la orina, polvo, células epiteliales diversas, micotoxinas,
bacterias y virus pueden y contaminan los eyaculados que se procesan para la inseminación artificial. Es
importante conocer los posibles contaminantes, sus efectos y como minimizar la posibilidad de su presentación.
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RESUMEN
Nuestro objetivo es revisar a la luz de los últimos trabajos publicados los requisitos de un diluyente de
inseminación, la importancia de la elección del mismo en las condiciones de producción actual y apuntar hacia
donde van dirigidas las investigaciones para su aplicación en un futuro próximo
La elección del diluyente debe ir asociada al tipo de uso que se vaya a hacer de él. Cuando el tiempo de
conservación sea inferior a tres días, la elección más racional sería la utilización de un diluyente de corta
duración con unos costes menores y con unos resultados equivalentes a los de diluyentes de larga duración.
Cuando lo que se pretende es conservar dosis seminales más allá de 4 días (largas distancias, evaluaciones
sanitarias del semen, etc) se deben utilizar diluyentes de larga duración y aumentar la concentración de la dosis
para compensar las pérdidas por envejecimiento de los espermatozoides. En cualquier caso la elección del
diluyente debe realizarse con el objetivo de optimizar los resultados de fertilidad y prolificidad en las
condiciones particulares de cada explotación porcina, ya que su repercusión en el rendimiento económico de la
explotación es crucial.
La inseminación artificial porcina (IA) fue iniciada por Ivanow en Rusia en los primeros años del siglo XX
(Ivanow, 1907 y 1922). Posteriormente, se desarrolló su uso en la década de los 30 en las granjas estatales
rusas (Rodin y Lipatov, 1935; Milovanow, 1938) y en los años siguientes se fue extendiendo a otros países (en
USA Mckenzie, 1931; en Japón, Ito et al., 1948). Esta técnica fue reintroducida en el sector porcino en el Reino
Unido gracias a los trabajos desarrollados por Chris Polge (1956), ya que la gran ventaja que aportaba esta
tecnología era el aprovechamiento del potencial genético de los mejores verracos en un amplio número de
reproductoras, facilitando la mejora genética. Pero el verdadero desarrollo y la amplia aplicación a nivel
comercial de la inseminación artificial porcina se produce a partir de la década de los 80 (revisado por Reed,
1985; Crabo, 1990; Johnson et al. 2000), cuando se estandarizan los protocolos de inseminación. Obviamente
en esta evolución de prácticamente un siglo se han desarrollado sistemas de recogida y preparación de dosis,
así como se han mejorado todos los protocolos de inseminación en condiciones comerciales.
En la actualidad, la inseminación artificial porcina es una técnica reproductiva de amplia aplicación en todo el
mundo desarrollado, aunque el grado de utilización en los diversos países es muy variable. En los países
europeos en general la aplicación de la inseminación artificial es muy elevada, llegando a tasas superiores al
80% en algunos países (Holanda, Francia, Alemania, España, Noruega, Finlandia, etc.), mientras que, por el
contrario, en los Estados Unidos el porcentaje de utilización de la inseminación artificial es aún reducido (del
orden del 50%), aunque en los últimos años se ha producido un incremento muy destacable. Según las últimas
estimaciones en el mundo se realizan unas 19 millones de inseminaciones, de las cuales la práctica totalidad
(99%) se realiza con semen refrigerado a 15–20ºC (Johnson et al., 2000). De estas inseminaciones más del
85% se realiza en el mismo día de recogida o en el día siguiente. Entre los factores que han favorecido el
desarrollo de esta técnica se encuentran las ventajas en la diseminación del material genético mejorante del
verraco, unido a que los resultados obtenidos con esta técnica igualan incluso mejoran los obtenidos en
sistemas con monta natural.
De todos los factores que intervienen en el proceso de inseminación artificial porcina nos centraremos en este
artículo en el análisis de la importancia económica y productiva de los diluyentes de inseminación artificial
porcina. A pesar de la importancia de este factor, no hay en la literatura científica un gran número de revisiones
que analicen este punto (Weitze, 1990; Reed, 1990; Althouse, 1997; Johnson, 2000; Levis, 2000), por ello
nuestro objetivo es revisar a la luz de los últimos trabajos publicados la importancia de la elección del diluyente
de inseminación artificial porcina en las condiciones de producción actual.
DILUYENTE
Por diluyente entendemos la solución acuosa que permite aumentar el volumen del eyaculado hasta conseguir
las dosis necesarias y preservar las características funcionales de las células espermáticas y mantener el nivel
de fertilidad adecuado.
Los espermatozoides se encuentran en el plasma seminal que suministra los nutrientes necesarios para
mantener una elevada actividad metabólica necesaria para el proceso de transporte espermático a través del
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genital femenino. En el eyaculado, esta actividad metabólica solo puede mantenerse durante un periodo de
tiempo muy limitado, como es conocido desde los primeros estudios sobre la conservación del semen porcino
(Lewis, 1911). Para poder conservar los espermatozoides durante periodos prolongados es necesario que se
reduzca la actividad metabólica de los espermatozoides, mediante la dilución en un medio adecuado y la
reducción de la temperatura.
Las peculiares particularidades que presenta el espermatozoide porcino hace que sea muy sensible al shock por
frío (Pursel et al., 1973a), que produce una alteración de la viabilidad espermática. En concreto la composición
lipídica de sus membranas parece ser la responsable de esta situación. Así, cuando se reduce la temperatura los
movimientos laterales de los fosfolípidos que componen la membrana se ven reducidos y se producen
separaciones de fases lipídicas, situación asociada a alteraciones irreversibles de las proteínas de las
membranas. Todo hace que se altere la funcionalidad de la membrana espermática y la viabilidad celular se vea
comprometida (revisado por White, 1993). Esta susceptibilidad al choque por frío, supone en la práctica que
las muestras seminales deban ser conservadas a 15-20ºC, ya que una reducción en la temperatura de
almacenamiento limita la viabilidad de las muestras seminales (Paulenz et al., 2000).
La conservación a estas temperaturas moderadamente reducidas limita la capacidad de almacenamiento de las
muestras por una parte porque no puede reducirse el metabolismo celular y por otra porque no pueden
controlarse las condiciones microbiológicas con la misma efectividad de temperaturas inferiores (5ºC).
Por otra lado, el efecto de dilución lleva a que determinados compuestos presentes en el plasma seminal estén
en muy bajas concentraciones en el semen diluidos y alteren la viabilidad espermática, como por ejemplo la
reducción de la concentración de K + (Harrison et al., 1978), o de proteínas plasmáticas. Estás perdidas deben
compensarse con la adecuada formulación del diluyente, así por ejemplo la adición de albúmina sérica bovina
(BSA), ya que se ha demostrado que esta adición estimula la motilidad (Waberski et al. 1989) y mejora las
tasas de fertilidad del semen conservado (Waberski et al., 1994a).
Nutrientes
El espermatozoide tiene capacidad de producir la energía necesaria para mantener su metabolismo celular y
generar el movimiento del flagelo, principalmente a través de las vías glicolíticas. Estos procesos se desarrollan
en las mitocondrias localizadas en la porción intermedia del espermatozoide. La fuente de energía más
frecuentemente utilizada en la composición de los diluyentes es la glucosa, aunque se han usado otras
(galactosa, fructosa, ribosa o trehalosa) sin que los resultados hayan superado a la glucosa.
Regulación del pH
El pH del semen recién eyaculado se encuentra próximo a 7.4 ±0.2, al igual que otros fluidos orgánicos, y
cuando se reduce este pH al mismo tiempo se reduce el metabolismo energético del espermatozoide y su
motilidad. El metabolismo glicolítico que desarrolla el espermatozoide (carbohidrato principal es glucosa) hace
que el pH intracelular disminuya y el metabolismo celular quede reducido. El ácido láctico es el principal
metabolito de este proceso y ha sido utilizado como índice de calidad seminal (Rigau et al., 1996).
La adición de agentes tamponadores ayudan, por tanto, a controlar el pH del medio. Entre los tamponadores
más simples se encuentran el bicarbonato y el citrato (sódico) que presentan una capacidad de tamponar
limitada, mientras que otros tamponadores más complejos (TES, HEPES, MOPS, TRIS) pueden regular el pH en
un rango más amplio y no son dependientes de la temperatura (MOPS y HEPES).
El pH de los diluyentes normalmente utilizados oscila entre 6.8 y 7.2 (tabla 2), pero hemos de tener en
consideración que el pH de estos medios no se estabiliza hasta pasado unos 60-90 minutos del inicio de la
dilución en agua y que los distintos diluyentes presentan un diferente patrón de cambio de su pH a lo largo del
tiempo (Newth y Levis, 1999). Por lo que se han de tomar las medidas oportunas en el proceso de preparación
de los diluyentes antes de su uso, para evitar problemas en el proceso de conservación.
Presión osmótica
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El espermatozoide porcino presenta una presión osmótica de 290-300 mOsm, y es capaz de tolerar un rango de
presiones osmóticas bastante amplio (240-380 mOsM). Diversos estudios han evaluado la tolerancia a diversas
presiones osmóticas, llegando a la conclusión que ni la motilidad ni la viabilidad espermática se ve afectada por
la presión osmótica en rangos comprendidos entre 250 y 290 mOsm (Fraser et al., 2001), mientras que cuando
se reduce por debajo de 200 mOsm se detecta una reducción significativa de la motilidad (Gilmore et al., 1996,
Fraser et al., 2001).
En cualquier caso, los diluyentes isotónicos (300 mOsm) o ligeramente hipertónicos son los que mejores
resultados han dado en condiciones de utilización comercial. Para regular la presión osmótica se utiliza
principalmente sales de iones inorgánicos como el cloruro sódico y potásico.
Tipos de diluyentes
A nivel práctico en las condiciones actuales de producción los diluyentes se han clasificado en dos grandes
grupos, los que tienen como objetivo la conservación a corto plazo (menos de 1-3 días), o aquellos que tienen
por objetivo la conservación a largo plazo (más de 4 días) (Tabla 1). Los primeros se utilizan principalmente en
estructuras de distribución de las dosis seminales a corta distancia (propias de los sistemas europeos, donde la
producción de dosis seminales en la misma granja es frecuente) mientras que los de largo plazo son propios de
estructuras como las presentes en los USA o Noruega donde las distancia entre el lugar de producción seminal y
el lugar donde va a ser utilizado es grande.
Las ventajas que aportan los diluyentes de larga duración son la posibilidad de transporte a largas distancias,
permiten realizar pruebas diagnósticas sobre el semen antes de ser utilizadas, como pruebas mediante técnicas
PCR (Polymerase Chain Reaction) para detectar la presencia de diversos virus o análisis completos de la calidad
seminal, permite una mejor organización de las tareas en los centros de recogida seminal y facilita en gran
medida la distribución de las muestras a las granjas de reproducción.
Los primeros diluyentes rusos estaban basados en soluciones de glucosa con tartrato de sodio o potasio o
sulfato sódico y peptonas, manteniendo en cualquier caso bajos niveles de electrolitos (revisado por Foote,
2002a). Posteriormente en la década de los 50, se produjo el desarrollo de los diluyentes para el ganado
bovino, basados en yema de huevo con fosfato o citrato y leche, y se hicieron algunas adaptaciones para
conservar semen porcino (revisado por Foote, 2002a). De entre todos, cabe destacar la adaptación del
diluyente Illinois Variable Temperature que se utilizaba para la conservación de semen en el ganado vacuno a
temperatura ambiente (du Mesnil du Buisson y Dauzier, 1959). Este IVT medio está basado en una solución de
glucosa, citrato, bicarbonato y yema de huevo, pero necesitaba ser gaseado con CO 2 para reducir la actividad
metabólica (Tabla 2).
En la década de los 60, se produce una gran innovación consistente en la adición de un agente quelante
(EDTA), que permitiría bloquear la acción del calcio como mediador de los procesos de capacitación y reacción
acrosómica. Es cuando aparece el diluyente Kiev (Plisko, 1965) que posteriormente ha sido modificado y
recibido otras denominaciones (EDTA, Merck I, Plisko, Guelph). Este medio Kiev permitió una amplia difusión de
la IA porcina y todavía sigue utilizándose con éxito en nuestros días.
En la década de los 70, destaca la ingente labor que se realiza en el centro Beltsville (USA) acerca del estudio
de las posibilidades de conservación de los espermatozoides porcinos.
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Bajo la dirección de Pursel y Johnson se realizan un gran numero de ensayos para poner a punto diluyentes
para refrigeración (BL-1, Pursel et al., 1973b) y congelación (BF-5, Pursel y Johnson, 1975), pero sin duda la
mayor difusión la alcanzan con el medio BTS (Betsville Thawing Solution, Pursel and Johnson, 1975) diseñado
en un principio como medio de descongelación y que fue adaptado al semen refrigerado (Johnson et al., 1988).
Probablemente el BTS sea el más usado en la actualidad en todo el mundo. Este medio se caracteriza por
añadir una pequeña cantidad de potasio, que permite mantener la actividad de la bomba sodio potasio y evita
la reducción de potasio intracelular que estaría asociada con la disminución de la motilidad (Alvarez y Storey,
1982).
El primero de los diluyentes de los denominados de larga duración fue el Zorlesco (Gottardi et al., 1980), que
se caracteriza por ser un medio bastante más complejo, con la adición de TRIS como regulador del pH,
albúmina sérica bovina (BSA) y cisteína en su composición. Esta cisteína (como otros compuestos con grupos
sulfhidrilo) permitiría estabilizar las membranas e inhibir el proceso de capacitación (Johnson et al., 2000). La
utilización de este diluyente en condiciones de campo no produjo unos resultados satisfactorios, en parte
debido a desequilibrios en su composición que suponen una presión osmótica final reducida (240 mOsm, tabla
2). Posteriormente, Moretti (1981) crea el diluyente Modena, incrementando la proporción de glucosa y
eliminando la BSA del medio Zorlesco, pero los resultados de fertilidad obtenidos tampoco son satisfactorios
(Johnson et al., 1988; Laforest y Allard, 1996).
Por otra parte, en España Santiago Martín Rillo y Eulogio Alias desarrollan el medio MR-A (Martín Rillo, 1984) y
aunque no se ha hecho pública su composición cuantitativa (protegida por razones comerciales) si la cualitativa.
Este medio ha dado muy buenos resultados como diluyente de larga duración.
En esta misma época se diseñaron dos diluyentes de larga duración en el Reino Unido, ZORPVA (Cheng, 1985)
y Reading (Revell y Gossop, 1989). Estos son medios complejos basados en el medio Zorlesco ligeramente
modificado y al que se le añade alcohol de polivinilo como macromolécula (PVA) con lo que mejora el
porcentaje de acrosomas intactos. Estos diluyentes suponen un coste superior (149 - 163%, Reed y Curnock,
1990) a los diluyentes de corta duración y con unos resultados no superiores a los obtenidos con otros
diluyentes (Reed y Curnock, 1990), por lo que realmente no se ha extendido su uso.
En 1990 Wietze presenta el diluyente Androhep, que se caracteriza por contener HEPES como regulador del pH,
la adición de BSA, para compensar el efecto dilución de las proteínas del plasma seminal y por presentar una
presión ligeramente hipertónica (309 mOsm). Este diluyente ha tenido una importante aceptación en el sector
como diluyente de larga conservación.
En los últimos años han aparecido nuevos diluyentes (Acromax, X-Cell, Androhep Plus, Vital, SpermAid,
Mulberry III, etc) que se encuadran dentro del grupo de larga duración. Lamentablemente, la composición
cuantitativa de estos medios no es conocida, ya que está protegida por razones comerciales y, aunque no
dudamos de las bondades de estos diluyentes.
41
Hasta el momento se dispone de escasa información de los resultados de fertilidad en estudios comparativos
realizados por centros independientes, por tanto deberemos esperar hasta que esta información se haga
pública.
E cuanto a los diluyentes empleados en los procesos de congelación del semen porcino hemos de decir que
están basado es en la utilización de la yema de huevo y glicerol como agentes crioprotectores, una
concentración elevada de azucares y la adición de un agente detergente (Orvus et paste). De los diluyentes
utilizados destacamos el medio lactosa-yema de huevo que es el más frecuentemente empleado y el descrito
por Pursel y Johnson (1975) denominado BF-5, en cuya composición se incluye glucosa, yema de huevo y Tris
como agente regulador del pH, que se utiliza en los procesos de congelación en píldoras (pellets) sobre nieve
carbónica.
Utilización de antibióticos
En la mayoría de los casos el tejido testicular y las glándulas accesorias del verraco están libres de bacterias y
por tanto la contaminación bacteriana del eyaculado se produce durante el proceso de recogida seminal (Martin
Rillo et al., 1998). Para controlar el crecimiento microbiano en el diluyente es necesario añadir un agente
antibiótico, ya que los componentes del diluyente (glucosa) así como la temperatura a las que se conservan las
dosis (15-16ºC), permiten el crecimiento de la mayoría de bacterias gram negativas entre las que se incluyen
(E. Coli, Salmonella y Pseudomonas).
La contaminación bacteriana principalmente produce una serie de alteraciones entre las que se encuentra una
disminución de la motilidad, aglutinaciones espermáticas, aumento del porcentaje de acrosomas alterados y
una reducción del pH hasta niveles ácidos (5.7-6.4) (Althouse et al., 2000), que conducen a una reducción en el
tiempo de conservación de las dosis seminales. Por tanto, la adición del antibiótico en la adecuada
concentración favorecerá la supervivencia espermática y se incrementarán los resultados de fertilidad (revisado
por Colenbrander et al., 1993). Además de la aplicación del antibiótico adecuado en la concentración necesaria,
se puede hacer un gran avance en este sentido si se mejoran las condiciones higiénicas en las que se produce
la recogida seminal y el procesado de las dosis seminales (Almond and Poolperm, 1996).
La adición de penicilina y estreptomicina (1 g/L) fue en un principio la combinación más utilizada,
posteriormente se han utilizado con éxito aminoglicósidos, entre los que se encuentra la gentamicina,
neomicina y la kanamicina, en concentraciones próximas a los 200 mg/L. Últimamente, se está aplicando una
nueva generación de antibióticos (ceftiofur, apramycina, etc), sin que tengamos aún resultados concluyentes
sobre su uso.
A nivel normativo hay dos referencias fundamentales, la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) y la Unión
Europea (UE).
La OIE regula, en su código internacional de sanidad animal (2001), las condiciones aplicables a los diluyentes.
Básicamente aconseja que cuando en los diluyentes se encuentre como componente la leche, la yema de huevo
o cualquier otra proteína de origen animal, estos productos deben estar libres de patógenos o esterilizados. Así
mismo se permite la adición de antibióticos siempre que sean declarados en los certificados veterinarios
internacionales.
Por otra parte, en el ámbito de la Unión Europea, la Directiva 90/429/CEE del Consejo, que regula las normas
de policía sanitaria aplicables a los intercambios intracomunitarios y a las importaciones de esperma de
animales de la especie porcina. Regula que se deberá utilizar una combinación de antibióticos, eficaces en
particular contra los leptospiras y los micoplasmas. Dicha concentración deberá tener al menos un efecto
equivalente a las concentraciones siguientes: mínimo: 500 UI de estreptomicina por mililitro, 500 UI de
penicilina por mililitro, 150 mg de lincomicina por mililitro, 300 mg de espectinomicina por mililitro. En esta
misma normativa se indica que inmediatamente después de añadir los antibióticos se deberá conservar el
esperma diluido a una temperatura de al menos 15ºC durante 45 minutos como mínimo.
ENSAYOS DE FERTILIDAD
Se han realizado un gran número de estudios que pretenden evaluar la eficiencia reproductiva que presenta la
utilización de diversos diluyentes. Primeramente debemos considerar que la relación entre la calidad seminal
(que preserva el diluyente) y la fertilidad resultante de su utilización no es directa (Gadea et al., 1998; Gadea,
2001). Además, estos estudios se han realizado en condiciones experimentales muy diferentes (tipo de
animales, condiciones ambientales, nº de inseminaciones, nº de espermatozoides por dosis, momento de
aplicación de las dosis, etc) por lo que se debe tener especial cuidado en intentar hacer comparaciones entre
ellos. Pretendemos en todo caso llegar a unas conclusiones generales aplicables a la mayor cantidad de casos.
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Tiempo de conservación
Diversos estudios han analizado el efecto de la duración del almacenamiento en diversos diluyentes sobre la
fertilidad resultante de su aplicación. Así, utilizando el diluyente BTS, Hofmo (1991) demuestra una reducción
significativa de la fertilidad cuando se almacena 48 horas, mientras que el número de lechones nacidos totales
(LNT) y nacidos vivos (LNV) decrece significativamente en 24 horas de conservación (Tabla 3). Unos resultados
similares fueron obtenidos por Alexopoulos et al. (1996) quienes detectan una reducción de la fertilidad cuando
el semen es conservado más de 72 horas en BTS.
Por otra parte, Martínez et al. (1986) demuestran que el diluyente MR-A es capaz de mantener la fertilidad y la
prolificidad del semen conservado hasta un total de 5 días (Tabla 4). Sin embargo, en otro estudio posterior se
llega a la conclusión que la fertilidad decrece significativamente cuando se conserva en este medio 7-8 días (84
vs. 67.3 %) manteniéndose similares los tamaños de camada (11.1 vs 10.7) (Lyczynski y Kolat, 1996).
Aunque se ha demostrado una mayor tasa de supervivencia espermática (medida con la motilidad) al utilizar
diluyentes de larga duración (MR-A y Androhep) frente al diluyente de corta duración Kiev (Korniewicz et al.,
1996), esta diferencia no fue significativa al comparar Androhep frente al BTS (Waberski et al., 1994a).
Recientemente Huo et al. (2002) han presentado un interesante estudio sobre la calidad seminal en semen
diluido en diversos medios (Androhep, Zorlesco, BTS y Kiev) hasta durante 15 días de conservación, mostrando
que la viabilidad y actividad mitocondrial de los espermatozoides supera al 50% en el día 13 de conservación
en los medios de larga conservación (Androhep y Zorlesco).
El diluyente Kiev superó los resultados de fertilidad obtenidos por el Beltsville liquid I (BL1) conservado 1 (74.5
vs. 64.7%) o 3 días (65.9 vs 60.5 %) (Johnson et al. 1982). Posteriormente, dentro de los diluyentes de corta
duración, el BTS aparece como superior en la fertilidad obtenida frente al Kiev, Zorlesco y Modena (Aalbers et
al., 1983; Blichfeldt et al. 1988).
Al comparar diluyentes de corta frente al de larga duración, en general, no se observan diferencias ni en
fertilidad ni prolificidad en los primeros 3-4 días de conservación, aunque el de larga duración permite su uso
hasta 7 días (Tabla 5) como los resultados obtenidos por Ratto y Jokinen (1990) al comparar Kiev y MR-A. Unos
datos similares encuentran Johnson et al. (1988) al estudiar el diluyente BTS frente al medio MR-A y al Modena,
no se encuentran diferencias entre el BTS y el MR-A hasta los 4 días de conservación, y se obtienen resultados
significativamente mejores que para el Módena (Tabla 6) en el caso de cerdas multíparas tanto para fertilidad
como para el tamaño de camada. Sin embargo estas diferencias se reducen en el caso de cerdas primíparas, no
existiendo diferencia alguna en el tamaño de camada entre los tres diluyentes estudiados. En el mismo sentido,
Hofmo et al. (1998) no encuentra diferencias al utilizar BTS conservado durante 2-3 días frente MR-A durante 4-
5 días.
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Weitze (1990) al analizar la prolificidad del semen conservado 3 y 5 días en Androhep, BW25 y Kiev (Tabla 7)
no encuentra diferencia significativa alguna al estudiar la fertilidad. Este estudio se realizó con inseminaciones
simples y 2 x 109 espermatozoides por dosis. Sólo se detecta una reducción de la prolificidad al aumentar el
tiempo de conservación. Posteriormente, Waberski et al. (1994a) comparan los medios Kiev y Androhep
conservados 2 a 5 días, con unos resultados similares en fertilidad, mientras que la prolificidad es superior para
el Androhep a partir del cuarto día.
Finalmente otros estudios han comparado diluyentes de larga duración entre sí. Laforest y Allard (1996) en
Canadá al estudiar los diluyentes MRA, BTS, Modena y Androhep, no encuentran diferencias en fertilidad ni
entre diluyentes ni en el tiempo de conservación (1-2 dias vs 3-4 dias). Sólo Modena presenta un número
ligeramente reducido de lechones nacidos totales (LNT) a los 3-4 días. Por otra parte, Kuster y Althouse (1999)
estudian el uso de Androhep y X-Cell, con unos resultados de en fertilidad similares entre ambos diluyentes y
entre días de conservación (hasta el día 5). Sin embargo, en el día 6 de conservación Androhep presenta una
menor fertilidad y en el día 5 una menor prolificidad. (Tabla 8).
Tendencias de futuro
Aunque ha transcurrido casi un siglo utilizando la inseminación artificial porcina, el conocimiento sobre los
procesos de conservación de los espermatozoides porcinos es aún muy limitado, por lo que es necesario
profundizar en los estudios en las siguientes direcciones:
a. En el diseño de nuevos diluyentes. Hasta el momento se ha usado un modelo empírico, por lo que para el
futuro es necesario conocer más a la célula espermática y su metabolismo, así como utilizar nuevos sistemas
que permitan evaluar y optimizar los componentes del diluyente (Pettit et al., 1999). Del mismo modo, se están
evaluando diversos aditivos que intervengan en la viabilidad de los espermatozoides (ej : alkil-glicerol;
Cheminade et al., 2002), protejan del choque por frío (Zeng y Terada, 2001) o mejoren el transporte
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espermático, la sincronía con la ovulación (Waberski et al., 1994b) y el proceso de fecundación (revisado por
Waberski, 1997; Kemp y Soede, 1997).
b. Conservación a temperaturas inferiores a los 15ºC actuales, que facilitarían el proceso de reducción de la
actividad metabólica y los efectos perniciosos de la contaminación microbiana. Sin embargo debe solventarse el
problema del choque térmico. En este sentido, diversos equipos están evaluando el efecto de la temperatura
sobre la supervivencia espermática (Althouse et al.,1998; Paulenz et al., 2000) y sobre los resultados de
fertilidad. En este sentido, Althouse et al. (1998) obtienen unos resultados similares para fertilidad (93 vs 95%)
y tamaño de camada (LNT, 11.58 vs 11.61; LNV, 10.68 vs 10.63) al utilizar semen conservado 60 horas a 12 o
17ºC. Por otra parte Foote (2002b) presenta unos resultados muy interesantes conservando a 5ºC, mediante la
utilización de medios que presentan yema de huevo en su composición.
c. Adaptación de los diluyentes a las diferencias individuales. Levis (2000) sugiere que se revisen diversos
aspectos no bien estudiados de la inseminación artificial, tales como las diferencias individuales, ya que no
todos los machos interactúan de igual manera con los medios utilizados (Weitze, 1990), así como se han
encontrado interacciones raza-diluyente (Richter y Claus, 1990).
d. La utilización de nuevos sistemas como la inseminación intrauterina profunda, donde se reduce el número de
espermatozoides por dosis y el volumen de inseminación, puede requerir nuevas condiciones de conservación y
en consecuencia será necesario estudiar el mejor diluyente para esta técnica (revisado por Rath, 2002).
Conclusiones prácticas
La elección del diluyente debe ir asociada al tipo de uso que se vaya a hacer de él. Cuando el tiempo de
conservación sea inferior a tres días, de acuerdo con los estudios antes desarrollados no se observan
diferencias en calidad seminal ni en fertilidad resultante, por los que la elección más racional sería la utilización
de un diluyente de corta duración (tipo BTS o Kiev) con unos costes menores y con unos resultados
equivalentes a los de diluyentes de larga duración.
Cuando lo que se pretende es conservar dosis seminales más allá de 4 días (largas distancias, evaluaciones
sanitarias del semen, etc) se deben utilizar diluyentes de larga duración y aumentar la concentración de la dosis
para compensar las pérdidas por envejecimiento de los espermatozoides.
En cualquier caso, téngase en consideración que sobre los resultados de fertilidad tiene efecto una gran
cantidad de factores, por lo que se debe procurar mejorar en aspectos fundamentales como el diagnóstico de
celo, la selección y el procesado de las dosis seminales que permita utilizar semen de máxima calidad. En
cualquier caso la elección del diluyente debe realizarse con el objetivo de optimizar los resultados de fertilidad y
prolificidad en las condiciones particulares de cada explotación porcina, ya que su repercusión en el rendimiento
económico de la explotación es crucial.
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INTRODUCCION
La inseminación artificial (IA) forma hoy en día una parte integral de la rutina de trabajo en todo tipo de
explotaciones porcinas, desde granjas núcleo hasta granjas comerciales. Durante los últimos 10 años su uso se
ha incrementado enormemente. Se estima que en la actualidad de las 76 millones de cerdas en el mundo más
del 30% son inseminadas. Los países de la Comunidad Europea encabezan la lista de el uso de IA con un
58.7% de cerdas inseminadas, siendo Francia Finlandia y España los principales. En la región del Pacífico y Asia
el 39.1% de las cerdas son inseminadas, mientras que en América Latina el porcentaje de utilización de IA es
de 30%. En PIC predecimos que para el año 2005 la utilización de la IA en el mundo será de un 80%.
El incremento en el uso de la IA se debe a diferentes factores como el hecho de que contribuye al
mejoramiento genético por medio del uso de sementales de calidad comprobada, y que los parámetros
reproductivos obtenidos son comparables e incluso superiores a aquellos utilizando monta natural. La IA
también reduce las posibilidades de introducción de enfermedades a las explotaciones, a diferencia de la
introducción de animales. Algunas otras ventajas de su uso incluyen una disminución del número de sementales
necesarios en granja, facilita el manejo reproductivo al reducir el tiempo y el trabajo necesarios y un mejor
control de la calidad del semen.
Diluyentes
Desde su invención, las funciones de los diluyentes han sido básicamente las mismas: Aumentar el volumen de
eyaculado y preservar la viabilidad de los espermatozoides. Básicamente los diluyentes
48
proveen una fuente adecuada de nutrientes, un ambiente que proteja a los
espermatozoides contra la disminución de temperatura, electrolitos para mantener una
adecuada presión osmótica, substancias buffer que protejan el semen contra cambios
extremos de pH, y antibióticos que inhiban el crecimiento bacterial. El plasma seminal
por sí solo no permite que haya una conservación duradera del semen. Por lo tanto, se
le debe añadir un medio adecuado con el fin de prolongar su vida media y mantener su
habilidad de fertilización.
Temperatura
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Otro factor de suma importancia en la preservación de la calidad del semen es la
temperatura, la cual debe reducirse de forma gradual una vez que el semen fue diluido.
La reducción de la temperatura debe hacerse en 2 ó 3 horas hasta que el semen alcance la temperatura ideal
para su conservación, la cual es de 17-20°C. Variaciones de 1 ó 2°C pueden afectar la calidad del semen ya que
el semen porcino es particularmente sensible a los cambios térmicos, por lo que es vital conservarlo a 17°C, y
evitar fluctuaciones en la temperatura, ya que estas afectan mucho más su viabilidad que la temperatura per
se. La disminución de la temperatura induce una disminución del metabolismo y de la motilidad espermática.
También contribuye a frenar el crecimiento bacteriano. Temperaturas inferiores a los 14°C causan alteraciones
en la membrana espermática disminuyendo la calidad del semen, y temperaturas por arriba de los 20 °C no
disminuyen el metabolismo espermático ni detienen el crecimiento bacteriano, lo cual disminuye la vida útil del
semen.
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Empaque y transporte del semen
Uno de los principales problemas en el transporte del semen es la conservación de una temperatura estable.
Para disminuir variaciones en la temperatura se recomienda empacar el semen en cajas de algún material
aislante como unicel, y rellenarla con bolitas del mismo material. En PIC las dosis que se envian son empacadas
en doble caja asegurando de esta forma la adecuada conservación del semen. Además, la temperatura se
monitorea de manera constante por medio del uso de loggers los cuales la registran cada 2 minutos. Este
manejo nos ha servido para analizar qué cambios deben realizarse en el empaque de las dosis de acuerdo a las
gráficas de temperatura que se obtienen con el uso de este equipo.
El monitreo de variaciones en la temperatura durante el transporte es de vital importancia. Para esto se puede
utilizar un termómetro de máximas y mínimas o loggers los cuales monitorean la temperatura constantemente,
registrando hasta las más mínimas variaciones, aunque estos son más caros y requieren de un programa de
computación especial para recolectar los datos. Sin embargo el uso de un logger es de mucha ayuda para
detectar los puntos de la ruta donde la temperatura es un problema y poder corregirlos.
Algunos puntos que ayudan a mantener el semen fresco y viable durante el transporte incluyen:
· Minimizar el estrés físico del semen.
· Utilizar diluyentes de larga duración
· Comercializar semen de machos de alta calidad
· Rellenar la caja con bolitas de unicel
· Mantener una temperatura estable en el empaque
· Empacar suficientes refrigerantes
· Usar doble caja
También se recomienda establecer una buena relación con la compañía de mensajería que transporte el semen
con el fin de poder dar un mejor servicio al cliente y mantener la calidad del semen lo menos alterada posible.
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¿PARA CUANDO EL SEMEN DE PORCINO CONGELADO?
Autor: Dra Arantxa Echegaray, Magapor S.L.
Congelación de semen de verraco, situación actual de la técnica : La IA porcina con semen refrigerado
ha aumentado de forma espectacular en los últimos 10 años. Sin embargo, el uso de semen congelado no ha
llegado a los niveles de otras especies como la bovina. Las razones que limitan la difusión del uso de semen
congelado porcino son varias:
· La técnica es más cara
· Existen varios métodos de congelación, sin que se haya estandarizado ninguno
· El número de dosis por eyaculado es menor y las dosis de semen congelado resultan además 3-4 veces
más caras que las dosis de semen refrigerado.
· Una gran parte de los verracos/eyaculados no responden bien a la congelación. De hecho, sólo un 30% de
los verracos dan semen congelable.
· Entre los que responden bien, las fertilidades máximas no alcanzan los valores del semen refrigerado: la
fertilidad a parto es al menos un 10-20% menor, con 1-2 lechones nacidos vivos menos
· El semen congelado/descongelado es "más esclavo" de una buena detección de celo y del momento de la
IA para igualar su fertilidad a la del semen refrigerado.
Pese a todas estas dificultades, algunas experiencias piloto, comienzan a arrojar resultados aceptables, con
fertilidades en torno al 70%, que nos hacen pensar en que está próximo el salto definitivo del terreno
experimental a la aplicación práctica en las granjas: - Se ha diseñado un envase específico para la congelación
de semen de verraco. Hasta ahora, la congelación de semen de verraco se realizaba en pellets o pajuelas,
envases diseñados para ganado bovino, en los que se almacenaban entre 20-30 millones de espematozoides
bovinos.
En ganado porcino, la dosis de IA con semen congelado asciende nada menos que a 6.000 millones de
espermatozoides, lo cual obligaba a congelar una dosis por partes y descongelar después hasta 12 pellets a la
vez para inseminar una sóla cerda. El nuevo envase es plano (pet- flat bag) y permite, a diferencia de los
utilizados hasta el momento, albergar toda la dosis de inseminación de una cerda en un único recipiente y con
buenos resultados de fertilidad.
Han aparecido estudios en el último año, en los que se obtienen buenos resultados sin tener que inseminar a
las cerdas en el momento de la ovulación, con una pauta de IA similar a la que se utiliza con el semen
refrigerado, lo cual facilita enormemente el manejo del semen descongelado en granja.
Para congelar semen de verraco es absolutamente necesario realizar una selección previa de los animales que
se van a utilizar:
a) Selección de verracos por buena calidad seminal (motilidad superior al 80%, calidad de movimiento 4, 80%
positivos al test de endósmosis (HOS test) y 80% acrosomas normales).
b) Selección de los verracos por buena congelabilidad. Sólo un 20-30% de los verracos puede ser donante de
semen para congelación con resultados satisfactorios, considerándose como un mínimo exigible, que las dósis
descongeladas de los mismos presenten, al menos un 35% de motilidad individual. Una vez extraído el semen ,
procedemos de la siguiente forma: Recogemos la fracción rica del eyaculado sobre 100 cc. de un diluyente
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habitual y completamos hasta dilución 1:2 con diluyente a 32 °C. Se calcula la concentración seminal
(colorímetro o cámara de Burker) y, a partir de esta cifra, las dosis que puedan obtenerse de cada eyaculado.
A partir de este cálculo, se obtiene tambien la cantidad de diluyente de congelación a emplear. Se deja el
semen diluido durante 1 hora a temperatura ambiente (22-23°C) para su equilibración.. A continuación se
introduce en la nevera, a 16°C durante 2 horas. Tras las 2 horas de permanencia a 16°C, el semen se
centrifuga a 800 g durante 10 minutos en una centrífuga refrigerada (con termostato) a 15°C, para concentrar
los espermatozoides. Se elimina el sobrenadante y se añade diluyente de congelación (el diluyente debe estar a
15°C, para evitar shock térmico).
El semen diluido se coloca en un tubo colector y éste a su vez se sumerge en agua a 15°C, dentro de otro
recipiente mayor, en el que se coloca un termómetro para controlar el descenso de temperatura. De esta
manera, se introduce el recipiente en una nevera o cámara refrigerada a 5°C durante 2 horas. Transcurridas
estas 2 horas, y sin sacar el tubo de la nevera se añaden de nuevo diluyente de congelación con 3% glicerol. Se
llenan y sellan las pajuelas/macrotubos/pet-flat bags de forma manual o automática. Una vez llenos, se colocan
en el biocongelador y se introducen los datos de la curva de congelación.
Existen máquinas envasadoras en las que el llenado, sellado e impresión de pajuelas es completamente
automático, con una capacidad de trabajo de entre 2.000-9.000 pajuelas/hora.
También se fabrican congeladores automáticos computerizados, en los cuales se pueden seleccionar los
parámetros de la curva de congelación (velocidad de congelación) que se quieran utilizar.
Alternativamente a la congelación automatizada, se puede congelar el semen porcino de la siguiente forma:
colocando las pajuelas (previamente refrigeradas hasta los 5°C) en una parrilla, a una distancia de 5 cm. de la
superficie del nitrógeno líquido, durante 20 minutos . Transcurrido este tiempo, se deja caer las pajuelas en el
nitrógeno (-196°C). Esta curva de congelación es mucho más brusca e incontrolada, por lo que, aun siendo una
técnica económica, no garantiza unos buenos resultados.
Para descongelar el semen de verraco, se extrae el recipiente de congelación del baño en nitrógeno líquido con
una pinza y se coloca lo más rápidamente posible en un baño María, cuanto más rápida sea la descongelación,
mejor es la calidad de la dósis seminal. La velocidad de descongelación varia en función de la técnica
/recipiente empleados: 45 segundos a 42°C en las pajuelas de 5ml., 12 segundos a 42°C en las pajuelas de 0,5
ml. o 20 segundos a 50°C en el caso de los envases planos.
Tras la descongelación se introduce el semen en 70-80 ml. de diluyente habitual y se insemina.
Viabilidad del semen congelado/descongelado de verraco: En la mayoría de los casos en los que se ha
congelado semen de verraco, la motilidad del semen post-descongelación se sitúa alrededor del 50% y más del
50% de los espermatozoides presentan daños en el acrosoma.
El problema de la congelación de semen de verraco no es su mantenimiento a -196°C, sino el gran porcentaje
de espermatozoides que se dañan en la franja situada entre los 22°C y los -15°C, franja que cada
espermatozoide debe atravesar 2 veces , en la congelación y en la descongelación.
Durante la fase de enfriamiento hasta los 5°C, se produce el enfriamiento de los lípidos de la superficie
espermática, que se gelifican. Si este proceso tiene lugar a demasiada velocidad, las membranas espermáticas
(la superficial y/o la del acrosoma) se rompen y el espermatozoide queda inutilizado. En un punto entre los -
5°C y los -15°C, se produce la aparición de cristales de hielo en el semen diluido. Como consecuencia de esto,
53
las sales del diluyente se concentran en el agua que aún queda sin cristalizar. Este medio, con una
concentración altísima de sales tambien daña a los espermatozoides. Además los propios cristales de hielo (que
tambien se forman en el interior del espermatozoide) pueden provocarle lesiones y causarle la muerte. El 80%
de las anomalías que aparecen en los espermatozoides congelados se producen entre los 0 y los -20°C, debido
a la formación de cristales de hielo.
Además de estos daños que afectan fundamentalmente a la motilidad de la población espermática y a su
fertilidad (la reducción en el número de espermatozoides con acrosomas, disminuye la probabilidad de
penetración de los ovocitos ), se producen daños en el ADN o núcleo del espermatozoide, que podrían ser los
causantes de una menor viabilidad de los embriones obtenidos por IA con semen descongelado y con ello, de la
menor prolificidad que se obtiene con este tipo de semen.
Conclusión: Los valores genéticos del semen decrecen rápidamente con el desarrollo de nuevas líneas
genéticas, por lo que mantener semen congelado durante largos periodos de tiempo tienen un interés limitado.
Sin embargo, las compañías de genética continúan congelando semen para mantener un "banco" de genética
específica y facilitar la transferencia internacional de líneas genéticas. Independientemente del interés
económico, sanitario o de imagen que pueda tener la técnica de congelación espermática en el ganado porcino,
podemos afirmar que los descubrimientos presentados durante este último año auguran una eficacia
comparable a la del semen refrigerado y también una menor dificultad de su utilización en granja.
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UTILIZACIÓN DE SEMEN CONGELADO-DESCONGELADO EN LA
INSEMINACIÓN ARTIFICIAL DEL GANADO PORCINO
Autores: A. Córdova, J. Peláez, J.C. Domínguez, F.J. Peña, B. Alegre y J.F. Pérez
RESUMEN
La inseminación artificial es un método de reproducción aceptablemente implantado en la
especie porcina, estimándose que en apenas una década se practicará en el 75 % de las cerdas reproductoras
existentes en todo el mundo. No obstante, la práctica totalidad de dichas
inseminaciones se harán con semen fresco/refrigerado, pues el esperma congelado
está lejos de ocupar en esta especie un lugar destacado en el desarrollo de esta
biotecnología. En los años en que se le utilizaba al más alto nivel, por ejemplo, su
contribución al total de las inseminaciones practicadas apenas superaba el 0,5 %,
empleándosele aún en menor medida en la actualidad. Los escasos rendimientos
reproductivos que se asocian a su uso (fertilidad @ 50 %; prolificidad @ 7
lechones/camada), y el extraordinariamente buen funcionamiento de la inseminación
con semen fresco/refrigerado en esta especie, son las principales causas responsables de su escasa utilización.
Sin embargo, el semen congelado tendrá siempre una labor que cumplir en la especie porcina en la producción
en pureza de bisabuelas y abuelas para reposición en las granjas de selección, actividad ésta para la que se le
ha venido empleando tradicionalmente, y que podrá ser realizada exclusivamente con semen congelado en un
futuro (incrementando, entonces, su nivel de utilización), si se logran solucionar los acontecimientos negativos
que se asocian a su uso: escasos rendimientos reproductivos, elevada variabilidad entre verracos en la
respuesta a la congelación, y alta concentración espermática en las dosis de inseminación. Con el desarrollo, en
los últimos años, de un nuevo método de inseminación intrauterina profunda, algunos de estos inconvenientes
han logrado solventarse, lo que podría suponer, entonces, el lanzamiento definitivo de la técnica en esta
especie.
1.- INTRODUCCIÓN
Cuando en 1949 los investigadores británicos C. Polge, A. Smith y A. Parkes revolucionan la tecnología de
conservación de semen al descubrir los efectos crioprotectores del glicerol, una nueva era para el desarrollo de
la inseminación artificial comienza, caracterizada por la posibilidad de conservar la funcionalidad del
espermatozoide durante largos períodos de tiempo 1. En pocos años, las experiencias de congelación de semen,
y su utilización en inseminación artificial para la obtención de descendencia, se suceden y extienden a diversas
especies, si bien, a lo largo de los más de 50 años transcurridos, lo cierto es que sólo en la especie bovina se
ha conseguido explotar con éxito esta tecnología 2.
En el ganado porcino, la inseminación artificial es un método de reproducción aceptablemente implantado. En
1998, por ejemplo, se realizaron al menos 40 millones de primeras inseminaciones 3, y se estima que en apenas
una década la técnica se practicará en el 75 % de las cerdas reproductoras existentes en todo el mundo 4. No en
vano, se encuentra en franco período de expansión, al haber experimentado su nivel de utilización un
incremento superior al 400 % en apenas 20 años.
No obstante, este crecimiento continuo se debe exclusivamente a la práctica con el semen fresco/refrigerado,
pues obedece, entre otras razones, al progreso tecnológico que ha experimentado la producción de semen bajo
esta modalidad5. De hecho, como semen fresco/refrigerado se comercializa el 99 % de las dosis que se
destinan a inseminación artificial en esta especie 3. El semen congelado, por tanto, está lejos de ocupar un lugar
destacado en el desarrollo de esta biotecnología, aunque bien es cierto que se le produce mayoritariamente
para ser utilizado en ella. Varias son las causas responsables de este panorama, y sus principales argumentos
se exponen a continuación.