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Diversidad climática de Argentina

Argentina se caracteriza por presentar una importante diversidad climática que es el resultado de algunos
factores globales, como la influencia latitudinal –su posición territorial de gran extensión en sentido norte-
sur– y la influencia de los vientos, como también por fenómenos locales, como la presencia de la
cordillera de los Andes y su efecto en la circulación de vientos húmedos.

Factores que inciden en el clima de Argentina

El clima suele ser definido como el conjunto de las características meteorológicas de un lugar que fueron
estudiadas durante un período de tiempo. La temperatura y las precipitaciones son dos factores
principales. Según la manera en la que estos factores se combinan, se designa el tipo de clima
predominante.

La temperatura se asocia con la incidencia solar, es decir, con la forma en la que los rayos solares
alcanzan una porción terrestre. Por esto, se observan temperaturas mayores en las latitudes bajas, es
decir, las cercanas al 0° de la línea del ecuador.

Esta regla se verifica en nuestro país ya que es en la región norte, donde la latitud se acerca mucho al
trópico de Capricornio (23° de latitud sur) y se registran los climas cálidos. De norte a sur, el país presenta
una transición de los climas cálidos subtropicales hacia los climas fríos, e incluso polares tal como sucede
en la Antártida Argentina.

Sin embargo, el desarrollo latitudinal no alcanza para explicar algunas variaciones climáticas. Las
precipitaciones son importantes para definir el tipo de clima. En Argentina, a partir de la distribución de
las precipitaciones, es posible identificar climas de tipo húmedo, semiárido, árido o desértico.

Estas variaciones tienen que ver fundamentalmente con la circulación general de los vientos y con la
influencia del relieve.

El viento es aire en movimiento. Algunas de estas masas de aire se desplazan cargadas de humedad que
se descarga en forma de lluvias. El territorio argentino es alcanzado por dos centros anticiclónicos desde
los cuales se emiten vientos húmedos. Uno es el centro anticiclónico del Atlántico Sur, y el otro, el del
Pacífico Sur. El primero es responsable del litoral húmedo que caracteriza al país ya que aporta humedad
de manera constante que afecta las provincias del norte y centro de Argentina.

Por otro lado, el centro del Pacífico Sur no ingresa al territorio de igual manera que los vientos
provenientes del Atlántico, porque en su paso se encuentra con la cordillera de los Andes. En este
encuentro entre vientos húmedos y cordón montañoso, tiene origen una importante región árida del país.
Sucede que en lugar de ingresar por el oeste y descargar su humedad en forma progresiva, los vientos se
chocan con la cordillera e inician un ascenso. La menor temperatura que enfrenta los vientos al ascender
favorece la descarga de la humedad en forma de precipitaciones que se concentran mayormente en la
ladera oeste. Ya sin humedad, los vientos cruzan la cordillera y recorren el territorio argentino como
vientos secos.

Este proceso conocido como lluvias orográficas explica la aridez en los Andes centrales, el sector dela
cordillera que tiene mayor altura. En cambio, en los andes patagónico-fueguinos, la menor altura de los
cordones montañosos sí permite el ingreso de vientos húmedos. Por esta razón, en la región patagónica,
la zona cordillerana es de clima frío y húmedo, mientras que la zona extrandina es árida.

Además de la ubicación latitudinal de un lugar y del relieve, la cercanía al mar también es un factor con
influencia en las características climáticas. Se considera que el mar ejerce una acción moderadora sobre
las temperaturas, es decir, que en las zonas costeras las temperaturas alt

as y bajas son más suaves que en las regiones sometidas al efecto de continentalidad. Este último se
caracteriza por la ocurrencia de una importante amplitud térmica diaria o estacional. Este fenómeno se
verifica con notoriedad en Santiago del Estero donde la temperatura puede variar 30 grados entre el día y
la noche

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