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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES MAESTRÍA EN ESTUDIOS


CLÁSICOS
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS 2°
CUATRIMESTRE - 2021

SEMINARIO DE ANTROPOLOGÍA Y ESTUDIOS CULTURALES

PROF. DRA. MARÍA INÉS CRESPO

FORMAS DE ASOCIACIÓN ENTRE VARONES EN ÉPOCAS ARCAICA Y CLÁSICA

Existían en época arcaica diversas formas de asociación o sociabilidad. En


principio, se organizan alrededor de un varón noble y del conjunto de
individuos que dependen de él por medio de relaciones de proximidad y
lealtad. Se trata de una red de lazos interpersonales.
1- Hay múltiples lazos de parentesco y se le da gran importancia a la comunidad
de vida y bienes compuesta por varios hermanos o primos por línea paterna.
2- Los nobles tienen un séquito permanente de θεράποντες, therápontes,
“sirvientes, servidores”, que son criados libres, y también criados no libres,
esclavos (δοῦλοι, doûloi).
3- También disponen muchas veces de la lealtad de aldeanos o campesinos
pobres sin tierra que pueden convocar para la guerra o para tripular sus
naves. Se convierten en huestes armadas para empresas aisladas.
4- Las subdivisiones de la población (tribus, fratrías, etc.) desempeñan un
importante papel en la vida política y social, sobre todo cuando se hace
prevalecer el derecho.
5- Compañías permanentes de comensales formadas entre miembros de las
sociedades masculinas (éranos, sisitias, simposios) y en general grupos
2

estrechamente ligados de camaradas (hetáiroi) están bien documentados desde


la épica.
6- La hospitalidad vincula a familias de distintas comunidades. Cuanto más
antigua y poderosa es una familia, es más probable que cuente con huéspedes
en un ámbito amplio.
7- Quien, de forma solemne, fijada por la tradición, implora como suplicante la
protección de otro (súplica: ἱκέσια, hikésia) se aproxima a éste en una relación
durable.
8- Lazos no formales pero eficaces son, por ejemplo, la vecindad, la colaboración
política o los intereses comunes permanentes o fortuitos.
9- También la amistad es un lazo informal.

a) Lazos de parentesco, organizaciones sociales, asociaciones de ciudadanos

1) EL OÎKOS

El οἶκος, oîkos, “casa, familia, hacienda”, es la unidad social y económica


fundamental de la sociedad griega, y su grupo de parentesco básico.
Comprendía el grupo familiar, su casa, sus tierras, sus animales y todos sus
bienes, incluidos los esclavos. Como dijimos, hay comunidad de vida y bienes
entre hermanos y primos paternos. Los individuos no asociados por parentesco
son servidores de todo tipo que no tienen medios suficientes para llevar una
existencia independiente. En el οἶκος de familias acomodadas pueden vivir
también individuos que hoy en día consideraríamos profesionales, como
médicos y aedos.
A la cabeza del οἶκος se encuentra el padre, el πατήρ (patér), el padre. Sus
características y relaciones con el resto de los miembros de la casa las veremos al
estudiar el patriarcado.
El patér “noble”, jefe de su οἶκος, está involucrado en una compleja red de
obligaciones personales ‒que se extienden a su γένος (génos)‒. La cantidad de
3

individuos que participan de esta red en las pequeñas comunidades asentadas


dentro de su territorio y también más allá de sus fronteras hace multiplicar su
influencia y su fortaleza en todas sus ocupaciones públicas y privadas.
También existen para el πατήρ una infinidad de deberes frente a los
parientes, los amigos y las personas encomendadas directamente a su
protección, lo que, aunque podría parecernos que lo perjudica, por el contrario,
acrecienta su poder.

2) EL GÉNOS

El γένος (génos) era la “estirpe”, “linaje” o “clan”: un pequeño grupo social


formado por familias que afirmaban tener un antepasado común y se
identificaban como una unidad. El γένος, génos, al frente del cual estaba la
familia más importante de todas las que lo integraban, desempeñó un papel
destacado como grupo político durante la época arcaica. La mayoría de los
γένη, géne estaban compuestos por familias nobles y es probable que no fueran
más de un centenar.
Los historiadores postulan que los γένη habrían sido el grupo de
organización social básico de los jonios y dorios en la Edad Oscura, aunque
algunos sugieren que surgieron más tarde, cuando algunas familias reclamaron
el derecho a un linaje noble. Gran parte de la política griega de Época Arcaica
parece haber consistido en luchas entre estirpes. En Homero el génos comprende
en general al jefe de familia, su mujer, sus hijos varones, esposas y prole, y el
grupo de sus parientes directos.
El término indicaba la ascendencia y descendencia comunes y el vínculo de
sangre, aunque no la pertenencia política. En el origen vivían en las mismas
tierras, compartían el mismo hogar y eran dirigidos por un jefe de familia, que
era también el sacerdote del culto familiar al padre fundador y el garante de la
justicia en el seno del génos. Allí se desarrollaba el espíritu de cuerpo, y todos los
esfuerzos individuales debían estar orientados al interés del grupo y su
4

engrandecimiento. Si uno de los varones de la estirpe era deshonrado, ofendido


o asesinado, toda ella debía demandar venganza, lo que dio lugar a las
rivalidades familiares hereditarias. Los miembros de un γένος eran
denominados con un mismo “nombre de familia”. En el Ática, por ejemplo, los
Eumólpidas, los Eupátridas, etc. Con el tiempo, algunos γένη llegaron a estar
relacionados con funciones sacerdotales hereditarias.
El poder y la influencia de los γένη aristocráticos disminuyeron durante la
época clásica, pero el γένος, génos siguió confiriendo prestigio social a las
familias que lo integraban.

3) LA FRATRÍA

El término φρατρία proviene de *φρατήρ (“hermano”),1 por lo cual significa,


literalmente, “hermandad”. La φρατρία (phratría), fratría, era una de las
agrupaciones sociales más importantes de la Antigua Grecia; de probable origen
jonio, era subdivisiones de la tribu (la división mayor) y, al menos teóricamente,
un grupo de parentesco: estaban compuestas por los γένη o grupos familiares,
que reivindicaban una ancestralidad común, aunque es probable que este
requisito estuviera limitado a las élites.
Ya Homero se refiere a ellas varias veces y también se mencionan en las leyes
de Dracón, del 620 a. C.2 En Época Arcaica estaban dominadas por la
aristocracia. En Época Clásica, después de la reforma de Clístenes, su estructura
se volvió más democrática, siguiendo el de otras instituciones de la pólis. Eran
grupos sociales bien definidos encargados de determinar los orígenes familiares
de los individuos y por lo tanto su pertenencia al colectivo de ciudadanos. Toda

1
El término lleva un asterisco porque, como tal, el sustantivo no se registra en griego (sí en otras lenguas
indoeuropeas). “Hermano” se dice en griego ἀδελφός, adelphós.
2
Los parientes directos de una víctima de homicidio tenían el derecho de perdonar al asesino; si no los tenía, el
derecho pasaba a la familia ampliada. Y si ésta no existía, este poder pasaba a la fratría de la víctima. Por lo
tanto, todos los atenienses pertenecían a una.
5

familia ciudadana de Atenas pertenecía a una fratría. Tenían sus propios


magistrados electos, a la cabeza de los cuales se encontraba el fratriarca.
Las fratrías (su número no es seguro: se postula que eran entre 30 y 140)
estaban compuestas por ciudadanos adultos (entre 150 y 1000 según los
registros). En cuanto a sus miembros, los datos más seguros son de Época
Clásica: con muy limitadas excepciones, debían ser ciudadanos varones hijos de
otros ciudadanos varones también miembros de la misma fratría. La
certificación para obtener las membresías y, por consiguiente, la ciudadanía,
eran las funciones principales de la fratría. A partir de 451 a. C., Pericles
extendió los requisitos para obtener la ciudadanía, incluyendo la ascendencia
materna: los ciudadanos debían ser hijos de padre y madre atenienses. Las
fratrías eran las únicas instituciones que podían rastrear el parentesco femenino,
por lo cual su labor se volvió indispensable.
Por otra parte, cumplían una función prominente en la vida social y religiosa:
además de organizar banquetes, eran las protagonistas de las grandes fiestas
denominadas APATURIAS (ya mencionadas en material escrito del Seminario de
Mito y Religión). Era un festival de tres días de duración. Las tres instancias
principales eran la Γαμηλία, Gamelía (los miembros introducían a sus esposas a
la fratría), el Μεῖον, Meíon (ceremonia en la que los miembros introducían a sus
hijos varones, probablemente en su primera infancia) y el Κουρηϊών, Koureión
(segunda introducción de los hijos varones, probablemente en la adolescencia).
En estas dos instancias, los miembros podían objetar la aceptación si creían que
el parentesco no estaba lo suficientemente probado. Luego de atravesar el
Κουρηϊών, un varón era considerado miembro pleno de la fratría.
Desde su nacimiento en la Edad Oscura, cuando parecen haber sido una
fuerza sustancial de la vida social griega, las fratrías disminuyeron
gradualmente en trascendencia durante todo el período clásico cuando otros
grupos (como los partidos políticos) ganaron influencias a su costa. En este
período, además, las fratrías evolucionaron a divisiones territoriales formales
del estado ateniense.
6

En Época Helenística las menciones de la fratría decrecen significativamente


hasta desaparecer en el siglo II a. C. Es probable que su declinación se relacione
con la de la ciudadanía ateniense y la pérdida de la independencia (y el imperio)
por parte de Atenas.

4) LA TRIBU

La φυλή (phylé) o tribu (derivado del verbo φύω en su valor de “originar,


hacer nacer, descender”, es un término que designa a los grandes grupos
basados en la existencia de un antepasado común en los que se dividía un
δῆμος, démos. Los miembros de la misma tribu eran conocidos como
συμφυλέται, “compañeros de tribu, compatriotas”. Estaban basadas en
relaciones familiares, de sangre, y formaban el pilar de la aristocracia.
Funcionaban en las ciudades-estado a modo de unidades de organización
sociopolítica interna. Además de ser ciudadano, se pertenecía a una tribu. El
Ática tuvo una división tradicional en 4 (cuatro) tribus. Cada tribu, a cuya
cabeza se encontraba un φυλοβασιλεύς, phylobasileús ο "rey de la tribu", estaba
dividida en tres tritías.
Ya en Época Clásica, en la reforma del gobierno ateniense realizada por
Clístenes (después del 508 a. C.), el Ática se dividió, a efectos políticos y
militares, en 10 (diez) nuevas φυλαί, phylaí. Clístenes llevó a cabo una
redistribución territorial, procurando que el territorio de ninguna de las nuevas
tribus coincidiera con la zona de influencia de un clan aristocrático (γένος,
génos), y que en la nueva tribu no primara un determinado elemento social. Fijó,
pues, el territorio de cada tribu a partir de elementos geográficos heterogéneos,
diseminados y, cuando fuera posible, alejados entre sí (parte en la ciudad
propiamente dicha, parte en el territorio interior, parte en la costa), y eliminó así
las antiguas comunidades gentilicias y cultuales y, con ellas, el clientelismo
tradicional. Los miembros de las distintas tribus no tenían, entonces, contactos
personales ni intereses comunes previos. Sin embargo, a fin de satisfacer a la
7

costumbre griega de elegir un fundador mítico, las diez tribus áticas llevaron el
nombre de héroes y reyes del pasado de Atenas.
Políticamente, cada tribu poseía sus propios terrenos, elegía magistrados para
administrar sus bienes y enviaba a 50 de sus miembros, elegidos al azar a partir
de una lista de voluntarios, a la Βουλή (Boulé), el Consejo de los 500. También
designaban a los 10 στρατηγοί, strategoí o generales3 de las fuerzas armadas de
la pólis y los 6000 jueces, todos anuales. A cada tritia le fueeon asignados entre
uno y diez de los 139 asentamientos urbanos existentes, que se llamaron demos.

5) EL ÉTHNOS

El ἔθνος (éthnos) es una entidad que se traduce como “nación” o “estado-


linaje” o “etnia”. Es una conformación paralela a la de las ciudades-estado que
se da en el territorio occidental y septentrional de la Hélade. Era un grupo
numeroso de personas que tenían una identidad y un territorio comunes, pero
que no estaban unidas políticamente, sino que preferían conservar su autonomía
local. Incluía en su interior un gran número de asentamientos, corrientemente
muy pequeños, muchas veces caseríos y alquerías aisladas, más que aldeas
propiamente dichas. Su superficie era mayor que la de una pólis, pero su unidad
interna era menor: el conejo y la asamblea se reunían con más dificultad y más
esporádicamente.
Muchas veces existían intereses contrapuestos entre las diferentes
comunidades y no había una denominación común para el conjunto; se decía
“los tesalios”, “los etolios”; no eran nombrados a partir de un asentamiento
único. Su nombre, entonces, es una designación “étnica” primaria, de la que
después se hará derivar el nombre regional: Tesalia, Etolia, Beocia.
Desde el punto de vista político, el ἔθνος es el primitivo estado griego y la
institución más “rezagada”; la pólis es la institución más reciente y la que más

3
La de general era la única magistratura cuya elección era renovable. Pericles fue elegido strategós… ¡treinta
años!
8

progresó en su constitución. En la Edad Oscura, cuando se origina el núcleo


mítico de la Guerra de Troya y las narraciones épicas al respecto, eran la
institución dominante. En la Ilíada, por ejemplo, una verdadera ciudad-estado es
Troya; los héroes griegos son reyes que encabezan estados-linaje.
Un rasgo característico de los ἔθνη (éthne) griegos es que a partir del siglo VI
a. C. mostraron una capacidad cada vez mayor para actuar como estados
unificados, formando federaciones de segmentos locales y regionales del éthnos.
Ya durante el siglo IV a. C., antes de la conquista de Filipo y Alejandro, las
confederaciones y ligas étnicas desempeñaron un papel destacado, cuando no
dominante, en la geopolítica de Grecia.

6) LA HETAIRÍA

Además de la práctica social específica que estudiaremos en la Ficha N° 2,


debemos señalar aquí que los sistemas militares vigentes en algunas ciudades,
como por ejemplo las cretenses, agrupaban a los varones en ἑταιρεῖαι, hetaireíai,
hetairías o heterías. Consistían en “pandillas de compañeros”, pero el término
suele asociarse sobre todo con Atenas. En esta ciudad, los jóvenes de clase alta
(como Alcibíades) solían pertenecer a heterías o clubes sociales cargados de
resonancias políticas, a menudo de carácter antidemocrático. Corrió el rumor de
que la mutilación de los Hermes de 415 a. C. fue obra de una de esas heterías. Es
probable que la actividad subversiva de estas asociaciones desempeñara un
papel importante en las revoluciones oligárquicas de 411 y 404 a. C.

b) Prácticas sociales comunitarias: formas de comensalidad

I) EL ÉRANOS

El éranos (ἔρανος, éranos) era una institución social griega relacionada con la
reciprocidad: ya en Homero (Od. I 226) indica la comida en común, una comida
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frugal donde cada uno aporta una parte, celebración compartida entre varones que se
consideran compañeros. El lugar de encuentro podía, eventualmente, variar.
También se denominaba ἔρανος el hecho de reunir fondos para hacer un regalo
a un amigo común. Entregar presentes como contraprestación era una
costumbre, pero no una obligación establecida como tal. No se trata de una
institución formal, pero es la base para las prácticas sociales institucionalizadas:
sisitias y simposios.
Es incierto si en Atenas los participantes del éranos eran agrupaciones ad
hoc o asociaciones fijas semejantes a sociedades de amigos. Este significado
inicial nunca se perdió, pero a fines del siglo V a. C. el concepto había
evolucionado para incluir un sistema de crédito, común en Atenas, por medio
del cual los contribuyentes prestaban pequeñas sumas de dinero para ayudar a
un conocido que lo necesitara. La obligación recíproca era devolver el préstamo
lo más pronto posible. Este tipo de éranos podía ser citado en las cortes
judiciales como un rasgo de virtud cívica.

II) LA SISITIA

La Sisitia - es más frecuente encontrarla en plural, sisitias o sisitías- (τὰ


συσσίτια, ta syssítia) eran comidas colectivas de hombres y de jóvenes de un
grupo social o religioso, especialmente en Creta y en Esparta, pero también en
otras partes de Grecia, como Atenas y Mégara.
Se trataba de un banquete cotidiano y obligatorio, comparable al «comedor de
oficiales y suboficiales» de los militares. Consistía en una comida comunitaria
que diariamente, siempre al anochecer, reunía a los ὅμοιοι, hómoioi o espartiatas
de pleno derecho con el objetivo de estrechar y reforzar los lazos de unión que
posibilitaban su predominio político. En la Época Arcaica (por ejemplo
en Alcmán), el ritual llevaba también el nombre de ὰνδρεῖα, andreîa,
literalmente «cosas propias del varón».
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La participación en las sisitias era, como la educación espartana, obligatoria


para formar parte de los Hómoioi, los Iguales. Atañía, en consecuencia, tanto a la
solidaridad como a la exclusión de la ciudadanía. En estas comidas se reunían
los mismos ciudadanos que tomaban parte en la Apella,4 además de
los efebos en estadio final de la ἀγωγή, agogé,5 quienes eran los que tomaban las
decisiones políticas.
El espartiata era admitido en una sisitia a partir de los 20 años de edad y la
admisión debía ser unánime por parte de sus futuros camaradas. El voto se
realizaba mediante bolitas de pan metidas en una urna: las aplastadas
significaban voto en contra. Cabía la posibilidad de que el joven fuera
presentado por su erastés, es decir, el varón de mayor edad en una
relación pederástica. El número de participantes es vago, aunque se menciona
que podía ser de 15 ciudadanos.
En Esparta, los convivios de una sistia debían aportar una cuota mensual de
cebada, vino, queso, higos y dinero para comprar otros alimentos. El ciudadano
que no podía pagar su parte era excluido de la sisitia.
En Creta esta institución se denominaba en todos los casos andría (ἀνδρεῖα,
andreîa). Era una asociación de los varones que convivían en heterías y que
disponían de su propio ἀνδρεῖον, andreîon, la «sala de los varones». Cada
ciudadano contribuía para los gastos de las comidas en común de manera
proporcional a su renta (una décima parte de su cosecha) y la pólis pagaba el
resto. Los pobres que no podían pagar su parte no eran apartados de la
ciudadanía: su participación era sufragada por los ricos y, de forma subsidiaria,
por el estado.

4
La Apella era la institución política espartana equivalente a la Asamblea ateniense y era propia de las ciudades-
estado dorias, como Esparta.
5
La agogé (“modo de conducirse, conducta”) era el sistema educativo espartano, orientado a la práctica guerrera,
el honor y la valentía. Era obligatorio, colectivo, público y destinado a los hijos de los ciudadanos. Consistía en
una disciplina rigurosa y requería una estricta obediencia. Se estructuraba en etapas para grupos de niños de
edad semejante, llamados ἀγέλη (“rebaño”), a partir de los 7 años. Se les enseñaba lectura, escritura, música y
danza, pero lo central era el entrenamiento físico, el atletismo y la práctica en técnicas de caza y de lucha.
Prescribía una gran frugalidad en lo que tocaba a la vestimenta y el cobijo.
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III) EL SIMPOSIO

El simposio o banquete (συμπόσιον, “reunión de bebedores” sympósion) era


común a todos los antiguos griegos, a quienes agradaban las celebraciones de
todo tipo: fiestas familiares, fiestas de la ciudad o cualquier otro acontecimiento:
éxitos diversos, sobre todo en los concursos de los poetas o de los atletas, la
llegada o la partida de un amigo, etc.
Este rito griego tiene su equivalente en el mundo semítico noroccidental; en
efecto, el ugarítico, el hebreo, el fenicio, el púnico y el arameo poseen, todos, el
término "marzeaḥ" para designar la celebración litúrgica de un banquete que
incluye un sacrificio en honor de una divinidad.
Durante la época arcaica y también más tarde, el simposio era la reunión
para “beber en común” que celebraba después de cenar un grupo reducido de
hombres (entre 14 y 30 participantes). Se trataba de un acontecimiento habitual
de la vida social de los varones adultos, sobre todo de la élite. Constituía un rito
importante entre los jóvenes aristócratas, que contribuía a estrechar los vínculos
existentes entre ellos y (como las heterías) proporcionaba a menudo la ocasión
ideal para que las facciones urdieran sus tramas.
En esta asociación de varones aparece con claridad con claridad el cultivo de
la pederastia, que no se registra en la épica homérica, y un gran aprecio y
cultivo de la belleza masculina. Para disfrutar de todo esto, la riqueza parece ser
un ingrediente importante, aunque no indispensable.
Al igual que en las sisitias, se trata siempre de comidas entre hombres. Las
mujeres quedaban totalmente excluidas como participantes de estas reuniones
sociales.6 Pero sí asistían para servir a los hombres y para distraerlos, sobre todo
en la segunda parte de la reunión. En todos los casos eran, o bien cortesanas
(heteras), o bien de bailarinas o intérpretes musicales.7

6
Como compensación, tenían banquetes reservados para ellas, por ejemplo, en Atenas, en las Tesmoforias.
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Los simposios hicieron surgir un género literario, como demuestran los


homónimos de Platón y Jenofonte, y mucho más tarde las Charlas de
mesa (Simposíaca) de Plutarco y el Banquete de los eruditos (Deipnosofistas)
de Ateneo de Náucratis.
Estructura del simposio
Cualquier invitación o banquete de cofradía religiosa u otro tipo de
asociación tenía dos partes:
 En primer lugar, se saciaba el hambre con la comida propiamente dicha.
 En segundo lugar, se procedía a la ingestión de bebidas, principalmente vino,
junto con toda clase de distracciones en común y muy diversas, según los
lugares y las épocas, como conversaciones, adivinanzas, audiciones musicales,
espectáculos de danza, etc.
Pero en la primera parte no quedaba excluida la bebida, y en la segunda
tampoco todo alimento sólido. A los invitados, si lo deseaban, se les servía vino
y después, durante el simposio propiamente dicho, para tener sed, picoteaban
«postres» (tragémata), como fruta fresca o seca, dulces, habas o garbanzos
tostados, etc.
Los amigos o los miembros de un mismo grupo (hetería) decidían a veces
reunirse en casa de unos y otros alternativamente, aportando la comida y la
bebida entre todos: en este caso, era un éranos. Pero casi siempre se celebraban
los banquetes por invitación de un huésped lo bastante rico como para correr
con los gastos de la reunión.
Estas invitaciones podían ser bastante improvisadas. Se encontraba a unos
amigos en el ágora se les invitaba a cenar. También podía ocurrir que un
invitado llevara a uno de sus amigos por propia iniciativa, sin que lo hubieran
invitado. Una vez llegado a casa del anfitrión, el invitado se descalzaba, para
pasar a la sala del banquete. A veces se coronaba a los invitados con guirnaldas
de hojas o de flores.

7
En el Simposio de Platón, Diotima, la extranjera de Mantinea, no figura como invitada. Sócrates se limita a
contar lo que le ha oído decir.
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Solían comer tumbados, o más bien con las piernas extendidas, en un lecho,
pero con el torso recto o ligeramente inclinado apoyado en cojines o
almohadones, como se ve en tantas pinturas de vasos y bajorrelieves que
representan escenas de banquetes.
El número y colocación de estos lechos era muy variable. En un mismo lecho
podían estar dos e incluso tres invitados. Como en la actualidad, existían
problemas de prelación y de etiqueta. Los lugares de honor eran los más
próximos al anfitrión, que podía indicar personalmente a cada invitado el sitio
que le correspondía, pero que no siempre lo hacía.
Las mesas, pequeñas, eran portátiles. Podía haber una por comensal o por
lecho. Las había cuadradas o rectangulares, o redondas, con tres patas.
Los esclavos colocaban en ellas los platos en raciones ya preparadas en cuencos
o fuentes y les ofrecían el aguamanil y la jarra para que se lavaran las manos,
práctica muy útil dado que luego comían con los dedos casi todos los alimentos.
No había servilletas, por lo cual se limpiaban con bolitas de miga de pan que
luego tiraban, con los huesos y demás desperdicios a los perros de la casa que
circulaban por debajo de las mesas y los lechos.
La cena comenzaba a menudo con el πρόπομα, própoma, que podríamos
traducir por «aperitivo». Se trataba de una copa de vino aromatizado de la que
se bebía por turno antes de empezar a comer.
Se empezaba a beber con las libaciones habituales en honor de los dioses,
sobre todo de Dioniso, que ha dado el vino a los hombres. La libación era una
pequeña cantidad de vino puro: se rociaban algunas gotas invocando el nombre
del dios. Luego se cantaba un himno en su honor y después se designaba, casi
siempre al azar, con los dados, al «rey del banquete» (simposiarca), cuya función
principal consistía en fijar las proporciones de la mezcla del agua y vino en
la crátera y decidir cuántas copas debía vaciar cada invitado.
Se acostumbraba a beber por la salud de todos los asistentes. El que
desobedecía al rey del banquete debía cumplir una especie de castigo, por
ejemplo, bailar desnudo o dar tres vueltas a la habitación llevando en brazos a la
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tañedora de flauta, cuya presencia era obligada. A menudo los banquetes


terminaban en medio de la embriaguez general, y las pinturas de los vasos
muestran a mujeres que sostienen y llevan con dificultad a sus casas a los
bebedores “en estado lamentable”.
Los griegos adultos, jóvenes y viejos, hacían gala, sobre todo en los banquetes
y fiestas religiosas de la familia y de la ciudad, de la educación musical recibida
en su juventud. El canto era la expresión natural de la alegría. La lira circulaba
entre los invitados. Cada uno podía recitar o cantar algunos versos: poemas e
himnos de autores célebres o de todo tipo. Se prolongaban hasta bien avanzada
la noche.
Los banquetes se podían amenizar con verdaderos números de variedades,
pero para ello el anfitrión debía ser bastante rico como para contratar a un
grupo de artistas. Si no tenía tantos medios económicos, los invitados se
distraían (casi siempre) por sus propios medios, recurriendo, además de a la
música y las canciones, a las conversaciones libres, a las adivinanzas y enigmas,
charadas y retratos, muy gratos a la inteligencia sutil y refinada de los
atenienses, o bien juegos de habilidad.

IV) OTRAS REUNIONES

Por último, no puede dejarse de lado la existencia de


a. reuniones no formales entre parientes y vecinos y
b. entre ciudadanos en carácter de tales (asambleas, consejo, ágora).

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