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MIGUEL BATLLORI, S. I.

LA CULTURA HISPANO - ITALIANA


DE LOS JESUITAS EXPULSOS
ESPAÑO LES - H ISPA N O AM ERICA N O S - FILIPINOS

1767-1814

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BIBLIOTECA R O M Á N IC A H ISPÁNICA
ED ITO R IAL GREDO S, S. A .
MADRID
BIBLIOTECA ROMÁNICA HISPÁNICA
D ir ig id a po r D Á M A SO A LO N SO

II. ESTUDIOS Y ENSAYOS


MIGUEL BATLLORI, S. I.

LA CULTURA HISPANO - ITALIANA


DE LOS JESUITAS EXPULSOS

ESPAÑOLES - H ISPA N O AM ERICA N O S - FILIPINOS

1767 - 1814

&
BIBLIOTECA R O M Á N IC A H ISPÁN ICA
ED ITO RIAL GREDO S, S. A.
MADRID

BANCO DE LA RPUBÜCA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARAN GO
CAT ALOG á C í OIní
© MIGUEL BATLLORI, S. I., 1966.

EDITORIAL GREDOS, S. A.
Sánchez Pacheco, 83, Madrid. España.

Depósito Legal: M. 19660- 1966.


Gráficas Cóndor, S. A., Sánchez Pacheco, 83, Madrid. 1966.
GEORGIO RUBI6 ET BALAGUER
OPTIMO HVMANISSIMOQVE MAGISTRO
LITTERARVM CATALANICARVM SAECVLI DVODEVICESIMI
CYLTORI FACILE PRINCIPI
OCTOGESIMVM NVNC ANNVM
FLORIDE PERAGENTI
PIE GRATEQVE DICATVM
ψ

Γ
PR Ó LO G O

El tema que da unidad a este volumen misceláneo» requería — y


requiere— múltiples investigaciones monográficas» antes de poder lie·'
gar a una obra enteramente estructurada*
El conocimiento que de él tenemos» sólo nos permite» por ahora»
un nuevo enfoque del problema» y una nueva síntesis provisoria:
esto» y sólo esto» significa el primer estudio del presente tomo* El
segundo escrito» que lo completa» fue un intento de llegar a lo esen­
cial a través de lo anecdótico*
Digo fue, y no es, porque todo el volumen está conjugando los
tiempos pasados con los presentes* Y ello no es pura cronología*
Basta echar un vistazo a la Bibliografía final — donde el autor
ha reunido» no sin cierto disgusto» sus publicaciones fragmentarias
sobre el siglo XVIII y los primeros decenios del XIX — para darse
cuenta del riesgo que supone reunir en un mismo volumen estudios
de 1935 y de 1965*
Todo trabajo histórico» que no sea mero acopio documental» su­
pone una valoración* Y toda valoración presupone una escala de va­
lores* Y esa escala no es la misma — ni puede» ni debe serlo— en
cada decenio*
De 1930 a 1965 toda la historiografía europea» así la política como
la cultural» ha seguido el mismo ritmo que la historia de Europa:
del sueño romántico que aún pervivía en la historia nacional» la des­
pertó bruscamente — brutalmente— la historia nacionalista basada
en los mitos» para intentar luego una nueva interpretación del pasado
desde un presente nuevo» en el que la geografía vence a la historia»
la sociedad intenta vencer al hombre» y Europa se esfuerza por aunar
16 Prólogo

a los Pueblos por encima de los Estados* Entre tanto persisten otras
palabras con mayúscula, que los historiadores de tres decenios más
adelante dirán si son historia, realidad o mito*
Si el autor se avergüenza de lo deshilvanado y fragmentario de
aquel centenar de fichas bibliográficas, no tiene por qué ruborizarse
— muy al contrario— de que en ellas se reflejen aquellos tres estadios
y aquellos tres estados historiográficos* Ello le permite creer — no sin
dejos de duda— que ha intentado pasar de la erudición y la crónica a la
historia* Y , además, el lector podrá comprobar que el primer estadio
y el tercero se le han convertido en vivencias, mientras el segundo
fue sólo apenas una etapa de transición*

Todos esos matices hubieran quedado mucho más diluidos, si


hubiera sometido estos estudios a una verdadera refundición* N i
siquiera lo he intentado* Han pasado sólo por una revisión, limitada
a corregir algunos errores — y aún quedarán muchos, ciertamente— ,
a cercenar las repeticiones — que en parte aún subsisten, sin posible
remedio— , y a poner al corriente la bibliografía más esencial.
A pesar de ese trabajo, en cada estudio se refleja el tiempo en
que fue redactado, el género en que fue concebido — si artículo,
conferencia, aporte documental, conmemoración, intento de sínte­
sis, ponencia o comunicación a congresos, etc*— , y el carácter propio
de las revistas o misceláneas en que se publicó por vez primera*
En el cuerpo de la obra —no en la.s notas— todas las citas se
traducen al español* Pero se dan a dos columnas, en su lengua ori­
ginal y en traducción, aquellos textos que eran inéditos antes de la
primera edición de estos estudios, y que no son puros documentos de
apéndice*
Naturalmente, dado el carácter de la colección en que aparecen,
se han traducido al castellano todos los estudios que habían sido pu­
blicados en catalán, italiano o francés*
De los treinta y cuatro Estudios reunidos en el presente volumen,
sólo quince habían aparecido en España; los restantes, en Italia, Fran­
cia, Inglaterra, Suecia, Venezuela y Argentina; y la mayor parte de
ellos se publicaron en revistas y misceláneas estrictamente especializa­
das* Por lo mismo, creo que el reunirlos en un solo tomo podrá ayudar
a un mayor conocimiento, entre nosotros, de uno de los fenómenos
Prólogo II

más curiosos en la historia cultural de las emigraciones españolas, y


también de uno de los momentos de más íntimas relaciones entre la
cultura española y las de Italia y Europa*
En todo ese trabajo de reajuste he de agradecer la inteligente co-*
laboración de José M* Benítez, Rafael Recolons e Ignacio Riera* En
la corrección de las pruebas me ha sido en extremo útil la cuidadosa
y atenta revisión de doña María Ángeles de la Rosa* A don Segundo
Álvarez se debe la composición del índice onomástico* A todos ellos,
la sincera y expresa gratitud del autor*

Barcelona'Roma, enero de 1966*


M* B*
NOTA EDITORIAL

Quedan excluidos de este tomo todos los estudios del autor publicados ya
en forma de volumen: los dedicados a Gusta (infra, Bibl., núm. 13), Pou
(núms. 30 y 36) y Viscardo (núm. 54), los prólogos a la estética de Arteaga (nú­
meros 16 y 66) y a su musicología (núm* 23), y la documentación sobre ex-
jesuítas sudamericanos incluida en el volumen sobre la misión Muzi (nú­
mero 91). Con todo, lo esencial de esos volúmenes ha pasado ya a los Estu-
dios generales que constituyen la sección primera del presente tomo — sobre
todo al Estudio 1— y a varios otros d_e las diversas secciones.
Lo mismo se diga de los ensayos incluidos ya en otros volúmenes misce­
láneos (núms. 73, 76 y 77). La única excepción es el Estudio 22 (núm. 29),
por la importancia del tema, y por haber sido reeditado sólo en catalán (nú­
meros 73 y 76), y no en su primera redacción castellana.
Se excluyen igualmente los trabajos que pasaron íntegramente a los volú­
menes indicados en el primer párrafo de esta Nota editorial, o que han sido
superados en otras publicaciones del autor; los prólogos y las crónicas oca­
sionales, y todas las recensiones, exceptuadas las que son o verdaderos ar­
tículos (Estudio 16) o boletines bibliográficos de orientación ideológica (Estu­
dio 6).
N o se señalan con ningún signo tipográfico las correcciones, supresiones
y añadiduras hechas en el mismo texto.
Las noticias bibliográficas de los diversos personajes estudiados, se dan
en una sola nota del estudio que sea más especializado sobre cada uno de
ellos. En los demás lugares basta una simple referencia a la nota en cuestión.
En las notas, todas las añadiduras se ponen entre corchetes. N o van entre
corchetes las notas nuevas que sustituyen a las antiguas con simples referen­
cias a otros pasajes del presente tomo. Sí, en cambio, las que son entera­
mente nuevas, a no ser que el texto de la primera edición haya aparecido
sin notas, lo cual se advierte en la nota bibliográfica con asterisco que precede
a todas las demás. Ésta, por ser siempre nueva, no lleva nunca corchetes; y,
por referirse siempre al título del Estudio, carece de llamada en el texto.
Cuando en la primera edición la numeración de las notas era corrida, éstas
en el presente volumen conservan la misma numeración, mientras las nuevas
llevan una letra después del número correspondiente a la nota inmediatamente
anterior.
Véase al final del volumen la bibliografía del autor y la lista de las obras
citadas en forma abreviada.
1

LA LIT ER A T U R A HISP A N O -ITA LIA N A D EL SET ECIEN TO S

En una historia de las literaturas hispánicas que abarque todas las


manifestaciones literarias de España, cualquiera que sea el vehículo
lingüístico manifestativo, habrá que formar epígrafe aparte con un buen
grupo de escritores setecentistas que, habiendo pasado gran parte
de su vida en Italia, se resisten a ser encuadrados en el marco general
de la literatura española de su época*
Su exponente diferencial no es sólo cuestión de lengua, sino de
espíritu y de significado; que ni usan del italiano con exclusividad,
sino en armónica alternancia con el español y el latín, ni dejaron de
divulgarse en España sus obras principales, casi contemporáneamente
traducidas al castellano por sus mismos autores o por sus amigos* La
discriminación es, como digo, más honda*

* Publicado en la H is to r ia g e n e r a l d e las lite r a tu r a s h is p á n ic a s ... bajo la


dirección de G . DÍAZ-Plaja , I V / i (Barcelona 1956) 3-30. Para la bibliografía ge­
neral sobre el siglo XVIII español me remito a la que he dado en la E n c ic lo p e d ia
d e o rie n ta c ió n b ib lio g rá fic a dirigida por T* Z amarriego, I V (Madrid 1965) 204-
213, núms. 4253-66. La historia político-religiosa de las persecuciones y disolu­
ción de la Compañía puede verse en las obras de M arch y P astor (sobre los
capítulos redactados por el padre W . Kratz vid. A H S I, t. 25, 1956, págs. 739-
741); cf. también Estudio 2, n. io, y la bibliografía sobre la Ilustración en
Estudio 3, n. 1. Sobre los motivos de índole socioeconómica y de reestructura­
ción del Estado — importantes, pero no únicos ni tal vez prevalentes— vid. J.
VlCENS V ives , C o y u n tu r a e c o n ó m ic a y r e fo r m is m o b u r g u é s ..., en E s tu d io s d e
h isto ria m o d e r n a , I V (Barcelona 1954) 34 9 -39 1; A . D omínguez Ortiz , L a s o -
c ie d a d esp a ñ o la e n e l sig lo X V I I I (Madrid 19 55); V . R odríguez C asado, L a
p o lític a y los p o lític o s e n e l re in a d o d e C a rlo s III (ib. 1962) 169-203; R. Olae -
CHEA, E n to r n o a i e x * je s u ita G r e g o rio Ir ia r te , h e r m a n o d e l c o n d e d e A r a n d a ,
AHSI 33 (1964) 157-234-
i6 1. Estudios generales

Viviendo y actuando en otro marco geográfico y en distinto am-


biente cultural, todos sus escritos, aun los que directamente se refieren
a su propia patria, están condicionados por el diferente clima en que
nacieron: la Italia del siglo XVIII, la de los últimos floripondios ba-
rrocos en sus primeros decenios, la del pleno triunfo neoclásico y la
de los primeros sentimentalismos prerrománticos en sus finales angus­
tiosos, cuando las conquistas de Bonaparte y las sacudidas revoluciona­
rias empujaban hacia un ocaso inapelable la ficción arcádica heredada
del lejano primer humanismo. Pero en aquel inmenso bosque Parrasio
que era toda la Italia dieciochesca, surgía una flora nueva, la erudición
grecorromana e itálica, que engarzaba todas las Academias prolífica-
mente diseminadas por la península y hacía estremecer su banalidad
convencional con un profundo y espontáneo sentimiento de unidad
cultural e histórica, base indispensable del ya inminente Risorgimento.
Como reacción y defensa contra ese nacionalismo itálico incipiente,
forzosamente antiespañol en su misma esencia, se explica el naciona­
lismo exacerbado de los escritores españoles de este grupo; nacio­
nalismo representado principalmente, en su forma más pasional, por
dos catalanes, Masdeu y Llampillas, y en su forma más cortés y afa­
ble por un valenciano, Juan Andrés. Y es cabalmente este nacionalismo
hispánico el que lleva a los tres a una interesantísima revalorización
supervalorada de la historia y de la cultura medievales de Cataluña y
de Valencia, rasgo del todo romántico en personajes tan enraizada-
mente neoclásicos. Si a todo ello se suman los influjos italianos de
todo género y su mentalidad abierta a todas las corrientes culturales
de Europa, bien se ve que su espíritu les pone en una categoría lite­
raria aparte.
Su significación es también distinta. La circunstancia de vivir en
Italia en una época en que la primacía cultural europea había pasado
ya a Francia y se sentían pujos nuevos e irresistibles en los pueblos
germánicos y ánglicos — hasta entonces o desconocidos o incompren­
didos por los latinos— convierte a los escritores de este grupo en una
avanzadilla cultural española que exige su posición particular en la
historia global de las literaturas hispánicas. Si, viviendo en el extran­
jero, se sienten más españoles, se sienten también más europeos, y
cuando divulgan sus obras en castellano cumplen una específica misión
europeizante, en su más alto y trascendental sentido. Y éste es el ras-
i. La literatura hispano-italiana del Setecientos i7
go que entrelaza y hermana a los eclesiásticos que viven anclados en
la corte romana» al librepensador y enciclopedista Azara, y a los jesuí­
tas expulsos, sus víctimas de un tiempo y sus amigos luego*
Dos hechos principales determinan la formación de una verdadera
literatura hispano-italiana en el siglo x v iil: de un lado, la política
italianista de los Borbones españoles; del otro, la expulsión de todos
lós jesuítas de España y de sus posesiones de Ultramar, por obra de
Carlos III.
Desde tiempos de Alfonso el Magnánimo y del primer papa Borja
eran muchos los poetas y escritores españoles que vivían largos años
en Italia, en Nápoles principalmente — Cariteo en el XV, Juan de Val-
des en el XVI— y en Roma, con diversos cargos eclesiásticos. Pero el
fenómeno, en el XVIII, es algo distinto: en el Renacimiento y en el
Barroco los ingenios españoles en Italia o eran absorbidos por el am­
biente o permanecían casi impermeablemente hispánicos. Mas esto sólo
era posible en los siglos hegemónicos de la casa de Austria, cuando el
castellano era la primera lengua que aprendía en Italia la gente culta.
En el Setecientos tal impermeabilidad era ya imposible, y ello explica
el nuevo aspecto literario ítalo-hispano en equilibrio, proyección de
la política de Alberoni y de Carlos III, siempre encaminada a tener
una Italia amiga, sometida no por la fuerza, sino por la diplomacia,
como único medio de conservar para España el rango de primera
potencia europea y de evitar el servilismo político con respecto a la
rama primera de la dinastía borbónica.
De todo lo sobredicho se desprende, como por necesidad, que esa
literatura hispano-italiana tiene muy poco de creación y mucho de
erudita: literatura muy dieciochesca, en fin, cuando se llamaba lite*
ratos a los físicos y astrónomos, y la palabra literatura equivalía al
sentido moderno del vocablo cultura. Tan escasa es, y tan intrascen­
dente, la producción creativa, que puede ser englobada en un aparta­
do único con la literatura doctrinal y erudita. Al margen de estas
páginas queda, naturalmente, la ciencia pura, y con ella también la filo­
sofía didáctica que no represente un cambio o una renovación de parti­
cular alcance para la misma historia cultural y literaria K
1 [Sustituyo las notas de la primera edición del presente escrito por refe­
rencias a los Estudios de este volumen que tratan más de propósito de cada
autor.]

L. HISPANO-ITALIANA. — 2
18 L Estudios generales

PRIMERAS MANIFESTACIONES

Hasta la guerra de sucesión española toda la producción de Cer-


defía en lengua castellana entra de lleno y sin discriminación en núes*
tra historia literaria* Con el tratado de Utrecht y con sus modificaciones
sucesivas, Cerdeña se convierte en una isla italiana* Último claro re·*
presentante de la literatura hispano-sarda es el calaritano Vicente
Bacallar y Sannat marqués de San Felipe (1669-1726), educado en Ma­
drid, apasionado partidario de Felipe V , a quien sirvió fielmente pri­
mero como militar en España y en su isla nativa, luego como embaja­
dor en Genova y en La Haya, donde murió* Siendo representante
español en la república ligur, compuso y editó allí mismo sus Comen-
taños de la guerra de España (1725), vivaces y directos, notables por el
sugestivo poder narrativo, documento histórico de primer orden para
la guerra de sucesión* Bacallar es el único historiador digno de este
nombre entre los escritores hispano-italianos de este primer período;
mas los arqueólogos y eruditos no podían faltar en Roma y en Italia:
recordemos a Miguel Vargas Machuca (1733-1794), nacido ya en Italia
(Salemo), de familia española tan noble como culta, rica en juristas
y hombres de letras; su producción nos lleva ya a la segunda mitad
del setecientos y se centra en la historia antigua de la ciudad de Ñ a­
póles*
La historia hagiográfica se desarrolla principalmente en los ambien­
tes eclesiásticos de Rom a: el mercedario malagueño fray Diego Tello
Laso de la Vega (+ 1736) escribe en español sobre San Laureano de
Sevilla (1722); y, llegando ya a la segunda vertiente del siglo, don
Benito Clemente de Aróstegui, auditor de la Rota, vindica en diserta­
ción latina la predicación de Santiago en España (1763)* Con frecuen­
cia la hagiografía se da la mano con la vida espiritual* Ambos aspec­
tos ofrecen el trinitario de Madrid fray Eusebio del Santísimo Sacra­
mento (1669-1737), el franciscano fray Juan de Valdepeñas, el
bamabita cordobés Gabriel María de Valenzuela, fecundo escritor ita­
liano, lo mismo que el sacerdote perpiñanés Francisco Rovira y Bonet,
párroco muchos años en la ciudad eterna, a la que profesó una adhesión
tenaz, auténticamente hispánica, aun con haber nacido cuando el Ro-
sellón había sido ya anexionado a Francia*
i. La literatura hispano4 taliana del Setecientos 19
Entre los escritores puramente espirituales resulta particularmente
simpática la figura de la infanta de España doña Isabel de Borbón
(1741-1762), hija del duque de Parma don Felipe y nieta, por consi-
guíente, de Felipe V ; casada con el archiduque José Augusto — el fu-
turo emperador José II— murió prematuramente a los veintiún años,
dejando escritas una finas y delicadas Méditations chrétiennes, que
aparecieron postumas en Viena (1764), y muy luego, vertidas al ita-
iiano, en su nativa Parma·
Aun con pertenecer de lleno al humanismo itálico, hay que men-
cionar al menos aquí al jesuíta Girolamo Lagomarsinila, uno de los
más renombrados latinistas de la Italia dieciochesca, nacido en el Puerto
de Santa María de padre italiano y madre española· Pero durante
la primera mitad del setecientos no es la filología clásica, sino la
románica, la que está noblemente representada por el barcelonés don
Antonio Bastero, canónigo de Gerona y hermano del obispo de igual
apellido; durante su larga residencia romana actuó brillantemente
en la Arcadia y publicó en 1724 el primer tomo de La Crusca pro*
véngale, nombre tomado del famoso Digionario della Crusca, fun-
damental para la lengua toscana, editado no mucho antes por la
Accademia della Crusca establecida en la ciudad de Florencia· Bas­
tero recoge la herencia de una larga tradición provenzalista italiana,
e inicia una verdadera enciclopedia provenzal, por desgracia trun­
cada, cuyo contenido está claramente expresado en el largo subtí­
tulo: “ ovvero le voci, frasi, forme e maniere di dire, che la gen-
tilissima e celebre lingua toscana ha preso dalla provenzale, arric-
chite e illustrate e difese con motivi, con autoritá e con esempi;
aggiuntevi alcune memorie o notizie istoriche intorno agli antichi
poeti provenzali, padri della poesía volgare, particolarmente circa
alcuni di quelli, tra gli altri molti, che furono di nazione catalana,
cavate daf manoscritti vaticani, laurenziani e altronde” * Como pro­
venzalista, queda su autor como precursor inmediato de Joaquín
Pía en Italia, y como antecesor remoto de Milá y Fontanals; su con­
fusión, muy de su siglo, entre provenzal y catalán, le constituye
en un destacado antecedente erudito del romanticismo literario e
histórico de Cataluña·

la [V id , J. Ruyssch aert , ob, cit, en Bibl„ núm. 80,]


20 L Estudios generales

Entre todos los españoles que durante el siglo XVIII ejercieron


en Italia la oratoria sagrada, han dejado especial memoria de sí el
mercedario aragonés fray José Nicolás Cavero y Pérez, por sus ser-*
mones latinos asuncionistas predicados en la capilla pontificia y pu­
blicados en Roma el año 1722? y el jesuíta sevillano padre Fran­
cisco de Castro, antiguo colegial de San Clemente en Bolonia, que
quiso entrar en la Compañía de Jesús no en España, sino en Vene-
cia, y en Italia se distinguió por su brillante oratoria; en 1736
publicó en la república adriática sus Panegiñci sacru
Desde mediados del setecientos vivía en Italia, como capellán
de Carlos III cuando era rey de Nápoles y Sicilia, y luego como
capellán real de su hijo y sucesor don Fernando, un pintoresco ca­
talán, Juan Borras y Grisola, natural de Cambrils, autor de una
larga serie de discursos españoles publicados en Roma, que son una
curiosa mezcla de tortura y retorcimiento barroco en el estilo, y de
filosofía natural y pedagógica muy dieciochesca en los temas: Dis­
cursos de piedad acerca de la educación de la juventud..., Discurso
de la vanidad y miseria del hombre..., Discurso del hombre civil y
del amigo fiel (Roma 1775)»
Pero en lo que a cultura filosófica se refiere, los dos nombres más
importantes y trascendentales en iodo el setecientos hispano-itálico
son los del cardenal dominico fray Juan Tomás de Boxadors (1703-
i 78°) y del jesuíta Baltasar Masdeu (1741-1820), verdaderos inicia­
dores de la filosofía neoescolástica* El primero2, nacido en Barcelona
de la familia de los condes de Peralada, influyó poderosamente en la
Ordinatio de los estudios en su orden preparada en el capítulo ge­
neral de 174 8 ; en 1757, siendo ya general, escribió una famosa
Epístola encyclica “ de renovanda et defendenda doctrina sancti Tho-
mae” , y encargó a fray Salvatore Roselli la composición de una
Summa philosophica de impronta tomista (Roma 1777), que repre­
senta la tendencia conservadora y tradicional que sirvió de base a
la renovación ochocentista* Baltasar Masdeu3 en cambio, nacido en
Palermo de noble familia barcelonesa al servicio de Carlos III y edu­
cado en Barcelona, recoge la herencia renovadora de los jesuítas ca-

2 Estudio 20, cf. tu 23»


3 Estudio 20*
i. La literatura hispano'italiana del Setecientos 21

talanes del grupo de Cervera (Aymerich, Cerda, Codorniu, Pou,


Pons, etc) y, siendo profesor de filosofía en Plasencia al mismo
tiempo que su hermano José Antonio profesaba la teologíat influyó
en la dirección neoescolástica de Vincenzo B. Buzzetti, padre del
neotomismo italiano, a quien llegaba, así, en Italia, por diferente vía,
el mismo influjo cervariense que explica, en Cataluña, el caso de Bal­
iñes. Tal es el verdadero valor histórico de Baltasar Masdeu, más
que el que le pueda provenir de su Ethicae seu moralis philosophiae...
Epitome, publicado en Plasencia en 1805.

DON JOSÉ NICOLÁS DE AZARA

Verdadero lazo de unión entre estas primeras manifestaciones li­


terarias hispano-italianas y la formación de un denso clima cultural
español con la irrupción de los jesuítas, es el diplomático aragonés
don José Nicolás de Azara (1730-1804), cuya vida en Italia, durante
más de treinta años, se repartió por igual entre los negocios de
estado y las actividades literarias y artísticas4. Desde que en 1760
entró en la secretaría de estado de Madrid, y más todavía desde que
en 1765 se trasladó a Roma con el cargo de agente general de la
embajada, se manifestó como uno de los más acérrimos enemigos
de los jesuítas, cuya supresión por Clemente X IV negoció activa­
mente en 1773, en unión con Moñino y con el cardenal Zelada
(17 17 -18 0 1); curioso personaje nacido en Roma, que supo también
alternar los asuntos político-eclesiásticos con sus aficiones culturales:
recuérdese, por ejemplo, su De nummis aliquot aereis uncialibus epis-
tola (Roma 1778). Azara, como agente general, ministro plenipoten­
ciario y embajador sucesivamente en Roma, intervino eficazmente
en la política italiana y francesa, sobre todo a partir de las primeras
invasiones napoleónicas; dos veces fue enviado como embajador cabe
el gobierno francés, y en París halló la muerte el año de 1804,
cuando los acontecimientos de su época le habían hecho perder ya
mucho de su primitiva virulencia irreligiosa.

4 Estudio 7, c£t n. 1.
22 I* Estudios generales

El interés y la importancia de Azara en la historia literaria es


doble: por las obras que escribió y publicó, y por la protección que
como agente general en Roma dispensó a los jesuítas que se distin-
guían por sus escritos. Como la pensión que les había otorgado
Carlos III al expulsarlos de España en 1767 resultaba cada año más
insuficiente, los escritores de cierta altura, ya publicasen obras direc-
tamente sobre España, ya libros generales que hiciesen honor a la
literatura española, hallaban siempre en Azara al hombre bien dis­
puesto para informar favorablemente a Madrid a fin de obtener una
segunda o una tercera pensión real “ por méritos literarios” *
Pero además él mismo formaba en Roma una magnífica biblio­
teca de veinte mil volúmenes y una notable colección de antigüe­
dades; alentaba y protegía al célebre tipógrafo Giambattista Bodoni,
cuyos tórculos parmenses dieron a luz, bajo la alta dirección del
aragonés, ayudado por Esteban de Arteaga, una serie de autores clá­
sicos, principalmente Horacio, Catulo·, Tibulo y Propercio; y al pro­
pio tiempo disponía sus ediciones de los viajes de Bowles por Es­
paña y de las obras del pintor Antonio Rafael Mengs, el ídolo de la
Italia dieciochesca, que aparecieron simultáneamente en italiano en
Parma y en español en Madrid, donde tanta huella habían dejado el
naturalista irlandés y el pintor bohemio*
Los dos principales a láteres de Azara en sus empresas cultura-
listas fueron el italiano Francesco Milizia, plasmador de la estética
platónica “ del bello ideale” , y el español Esteban de Arteaga, que,
como en seguida veremos, interpretó el ideal de belleza partiendo
del concepto aristotélico de la imitación* Los tres fueron ingenuos
supervaloradores de las obras pictóricas de Mengs; ante sus obras
estéticas, empero, Milizia halla en ellas una aplicación de sus propias
ideas al terreno de la plástica; Azara las anota con interés pero con
reservas ; Arteaga, más independiente, rechaza de plano todo vesti­
gio platónico en la teoría estética, y, admitiendo sin titubear el can­
doroso primado de Rafael en la historia de la pintura, ensancha no­
tablemente su facultad admirativa hacia el arte y la literatura rea­
lista, que los otros parecen despreciar*
Fuera de esto, escribió Azara sus Memorias, reflejo sombrío de
un mundo que él había vivido en su esplendor, y en sus últimos
años veía definitivamente desmoronado*
i» La literatura hispanoAtaliana del Setecientos 23

LA IRRUPCIÓN DE LOS JESUITAS

La floración literaria de los expulsos tiene sus raíces en el estado


cultural de las diversas provincias españolas antes de la expulsión»
La de Castilla, que comprendía Castilla la Vieja, el País Vasco, As-
turias y los reinos de León y Galicia, había dado la figura de Isla,
con $us luces y sus sombras, pero alta sin duda y muy curiosa: en
España sus obras de ficción novelesca responden a un clima jesuítico
y, a la vez, a una fuerte personalidad aislada; en Italia, donde aún
vivió catorce años (1767"! 781), ni publicó obra alguna, ni participó
de las inquietudes literarias de sus compañeros más jóvenes, como lo
demuestran las Cartas familiares a su hermana, publicadas postumas»
Por eso no entra propiamente en el marco de la literatura hispano-
italiana» Antes del destierro la provincia jesuítica de Castilla se había
distinguido por su fuerte espiritualidad ignaciana y por sus intentos
de renovación humanista, ambas tendencias promovidas principal·
mente por el padre Francisco Javier de Idiáquez y centradas en
Villagarcía de Campos» Su trasposición a Italia está representada, en
consecuencia, por el humanista piadoso Navarrete, el humanista eru-
dito Faustino Arévalo, y el cronista doméstico Manuel Luengo, ce­
rrado a todo influjo extraespañol y a todo criterio extra jesuítico4a»
La provincia de Toledo, extendida por Castilla la Nueva, Extre­
madura y Murcia, más que por crear un ambiente cultural propio,
se había esforzado por modernizar y elevar el colegio imperial de
Madrid, a veces con la ayuda de jesuítas llamados de Francia o de
otras regiones españolas; de aquí que en el destierro de Italia el
centro de España ofrezca pocas figuras, aunque de primera talla
cultural, como Hervás y Arteaga» Andalucía, en el siglo XVIII, había
perdido bastante de aquel alto nivel que tenía en ella la Compañía
en el siglo anterior, pero Juan de Ossuna cumplirá en el destierro
una misión periodística, religiosa, cultural y española, cuya extensión
y alcance compensa su poca profundidad» La provincia de Aragón
finalmente, que abarcaba las cuatro regiones españolas de la herencia

4a [Estudio 2, cf* n. 52; Estudio 4, cL n. 8»]


24 L Estudios generales

de Fernando el Católico, durante los dos siglos anteriores sólo había


dado figuras esporádicas e inambientadas — Pedro Juan Perpinyá,
Baltasar Gracián— , pero en el XVIII había iniciado un amplio y
profundo movimiento de renovación humanista y erudito, eco y
apoyo de Mayans en Valencia y de Finestres en Cervera, que le
dará la primacía indiscutible en el largo destierro itálico*
N i hay que olvidar la aportación de las provincias de ultramar*
Todas ellas repartían sus actividades entre las misiones vivas de in­
dios, y la enseñanza en los colegios para los españoles y criollos prin­
cipalmente: de los profesores nacieron, en Italia, los publicistas; de
los misioneros, conocedores de recónditas lenguas indígenas, valié­
ronse muchos de sus compañeros de destierro para sus obras etno­
gráficas y geográficas: ellos fueron la fuente principal de que se va-
• lió Hervás para sus vastas obras enciclopédicas; el día que se publi­
que la correspondencia del gran lingüista con esos misioneros, con­
servada en diversas bibliotecas italianas, se verá cuán importante
fue la aportación anónima de estos últimos a la cultura española del
siglo x v iii *

LO ENCICLOPÉDICO: LORENZO HERVÁS Y JUAN ANDRÉS

El afán de abarcar con audacia potente toda la universal cultura


humana, anima las empresas literarias de estos dos españoles exilia­
dos, representantes máximos del enciclopedismo cultural en Italia
y en España* Su biografía coincide en algunos rasgos, en otros es
divergente y aun contradictoria*
El conquense Lorenzo Hervás y Panduro5, nacido en el Horcajo
el año 1735, se relacionó poco con los ambientes literarios italianos,
apenas intervino en las polémicas de la época, y su carteo se orienta
más hacia los misioneros de América y Filipinas esparcidos por Ita­
lia* Retirado primero a Forlí con toda su provincia de Toledo, y,
después de suprimida la Compañía de Jesús el año 1773, refugiado
en Cesena, en casa de los marqueses Ghini, en el tranquilo aparta­
miento de aquella ciudad provinciana planea y emprende sus amplí-

5 Estudios n -13 .
i* La literatura hispano Ataliana del Setecientos 25
simas obras enciclopédicas entre 1773 y 1784, decenio el más fe*
cundo de su fecunda vida* En la ciudad eterna, desde esta fecha
hasta que en 1798 volvió a España, amparándose bajo el permiso
transitorio otorgado por Carlos IV a los desterrados, completó sus
grandes obras iniciadas en la Romaña y escribió otras muchas, acu-
ciado siempre por aquella su curiosidad tan siglo XVIII y tan mo­
derna* No le abandonó este espíritu durante su retiro en su pueblo
natal entre 1798 y 1801 * En esta última fecha el hijo de Carlos III
volvió a intimar la orden de destierro a los ex-jesuitas, como repre­
salia ante el reconocimiento de la Compañía por Pío V I en los du­
cados de Parma* Vuelto Hervás a Roma, fue nombrado bibliotecario
del palacio pontificio del Quirinal, cargo que ejerció hasta su muerte
el año de 1809, y que le permitió continuar incansablemente sus
estudios y sus escritos de los más variados temas humanos* Hervás,
¿1 escritor enciclopédico de vida oculta y retirada, es el enciclopédico
del Hombre y del Universo*
Juan Andrés6, en cambio, amigo de la vida literaria y del mun­
ido social, es el enciclopédico de la Literatura, de la cultura diríamos
'hoy más propiamente* Nacido el año 1740 en Planes, en la actual
provincia de Alicante, de noble familia valenciana oriunda de Ara­
gón, era sólo cinco años más joven que su compañero de destierros y
de afanes* Como él residió largo tiempo, a raíz de la supresión de
su orden, en una ciudad secundaria, Mantua, amparado y protegido
por una familia aristocrática, los marqueses Bianchi* Pero en aquel
palacio de corte clásico, frente al gótico alcázar gonzaguesco, el aba­
te Andrés se constituyó, por el atractivo mismo de su simpatía y de
su prestigio literario, en el verdadero eje de todos los españoles ac­
tuantes en la Italia setecentista, al paso que sus frecuentes y triun­
fales viajes por Italia, por Austria y por Suiza, le tenían en cons­
tante comunicación con los literatos de toda Europa, especialmente
con los críticos y eruditos, así de Italia y de España como de las
demás naciones* Sólo los ejércitos napoleónicos le alejaron de su
querida y virgiliana Mantua, pero —con poder de adaptación típi­
camente valenciano— había anclado demasiado fuertemente en Ita­
lia para regresar a España en 17 9 8 : nombrado bibliotecario ducal

6 Estudios 5 y 22*25*
2Ó I* Estudios generales

por Fernando de Parma, llamado luego a reformar la universidad de


Pavía, sintió, entrado ya en años, añoranza de su primera vocación
religiosa, y reingresó en la Compañía en Ñapóles, apenas restableci­
da el año 1804 en aquel reino borbónico* Expulsados los jesuítas
por el rey José Bonaparte, él permaneció como bibliotecario real,
distinguido con el título de conde, que nunca quiso usar* Cuando
la Compañía de Jesús fue restablecida solemne y universalmente por
Pío VII en 18 14 , viejo y enfermo, se trasladó a la casa profesa del
Gesü de Roma, donde murió el 12 de enero de 1817* Con él moría
medio siglo de erudición enciclopédica hispano-italiana*
Admiración universal adquirió Hervás en Italia con la aparición
del primer tomo de su Idea delVuniverso (Cesena 1778), de la que se
dice en la misma portada “ che contiene la storia della vita delTuomo,
elementi cosmografici, viaggio estático al mondo planetario e storia
della térra“ * La primera parte, antropológica, abarca los ocho primeros
tomos (1778-80); la segunda, cosmológica, los dos siguientes
(17 8 1); la tercera, “ storia della térra“ , está desarrollada propiamente
en los tomos X I-X V I (1781-84)* Hasta aquí la obra de Hervás es
una amplia y original enciclopedia divulgativa, pero nada más* For­
tuna fue que, publicados estos dieciséis volúmenes, se decidiese a
ampliar su ángulo de estudio a regiones hasta entonces apenas explo­
radas, cuales eran las de la lingüística, en su concepto moderno de
filología comparada, extendida no a tal cual rama filológica europea,
sino a todas las lenguas del mundo* Ya he dicho la buena oportu­
nidad que le ofrecía la acumulación, en Italia, de innúmeros misio­
neros de las más distantes partes del globo* Con su ayuda, pudo for­
mar una cuarta serie de volúmenes, añadiendo en el subtítulo de su
obra única la frase “ storia della térra e delle lingue“ * Estos tomos
X V II-X X I, publicados entre 1784 y 1787 — “ catalogo delle lingue“ ,
“ origine, formazione, meccanismo e armonía degridiomi“ , “ aritmé­
tica delle nazioni“ , “ vocabolario poliglotto“ y “ saggio pratico delle
lingue“ — le colocan ya entre los grandes iniciadores de la lingüística
y le señalan como precursor inmediato de Friedrich Aug* Wolf*
Años más tarde, en 1792, añadió en Foligno a esta su obra enciclo­
pédica un último tomo, el X X II, que corona su ambiciosa historia
de la naturaleza con los destellos de lo sobrenatural; “ analisi filo-
sofico-teologica della carita, ossia dell'amor di Dio“ *
i* La literatura hispano Atcdiana del Setecientos 27

En los dieciséis primeros tomos de su enciclopedia, muestra Her­


vís una muy curiosa predilección por lo pintoresco y llamativo, que se
echa de menos en su contemporáneo Juan Andrés* En cambio, en
los volúmenes lingüísticos, más serios y de investigación, predomina
el esquema y la aridez de la ciencia*
En 1789 comenzó en Madrid una edición española, terminada
en 1805* Más que una simple traducción es una verdadera refundi­
ción de la Idea delVuniverso y como la versión definitiva del pen­
samiento de H ervís, quien suprimió aquel título tan ambicioso, y
dio a cada serie de tomos el valor y la consistencia de una obra inde­
pendiente: Historia de la vida del hombre (7 t*, 1789-1805), Viaje
estático al mundo planetario (4 t*, 1793-94), El hombre físico
(2 t*, 1800) y Catálogo de las lenguas (6 t*, 1800-05)*
Con la salida de Cesena coincide el interés de Hervás por la inves­
tigación erudita y por los acontecimientos de su tiempo* Comple­
mento de sus estudios lingüísticos americanos son los cuatro tomos
que dejó inéditos sobre La primitiva población de América y explu
cación de insignes pinturas mejicanas históricas* Fruto de sus tres anos
de estancia en España, la Descripción del Archivo> de la Corona de
Aragón..., y noticia del Archivo general de la militar orden de San-
tiago (Cartagena 1801)* Sus aficiones bibliográficas engendraron la
Biblioteca jesuítico^española y el Catálogo de manuscritos españoles
y portugueses en Roma, que responde a un concepto modernísimo
y aún vigente de la investigación filológica* Hervás, que por la am­
plitud y vastedad inmensa de la cultura esta estrechamente ligado
con los enciclopedistas franceses, quiso marcar la radical diferencia
que de ellos y de sus continuadores le separaba en su opúsculo espa­
ñol Causas de la revolución de Francia en el año 1789, compuesto
en Roma y publicado en Madrid el año 1807, en vísperas de la
invasión napoleónica*
Un rasgo simpático que entrevera las figuras de Hervás y de
Andrés, además de lo enciclopédico de sus obras, es el interés que
ambos prestaron a la enseñanza de los sordomudos* A ese tema de­
dicaron ambos varios opúsculos: los de Hervís, en español, publi­
cados en Madrid y con carácter práctico y pedagógico: los de An­
drés, en italiano, publicados en Viena, Venecia y Nápoles, y de
gesto histórico y erudito* Los dos desterrados, además, se sintieron
2& L Estudios generales

atraídos con igual fuerza por las grandes síntesis enciclopédicas y


por los menudos y analíticos trabajos de erudición, que, en definiti­
va, son los dos polos de toda la cultura dieciochesca*
La obra enciclopédica que le valió a Andrés el renombre de
“ sommo letterato” fue su historia universal de la cultura, escrita en
el retiro de Mantua, publicada espléndidamente por Bodoni en Par-
ma con el setecentista título Dell*origine, progressi e stato attuale
d*ogni letteratura (7 t*, 1782-99), repetidas veces reeditada en Italia
y muy pronto traducida al español (10 t*, Madrid 1784-1806), al
francés y al alemán* Sus precedentes inmediatos fueron las obras de
dos jesuítas italianos, Francesco Saverio Quadrio y Girolamo Tira-
boschi: el primero había publicado entre 1739 y 1742 sus cuatro
tomos Della storia e delta ragione d’ ogni poesía, el segundo tenía
en curso de impresión su célebre Storia della letteratura italiana, que
se extendía a todas las ciencias y a toda la cultura escrita* Juan An­
drés quiso abarcar toda la extensión geográfica de Quadrio y toda la
extensión temática de Tiraboschi*
El estilo de Andrés es manso y sosegado, como solía serlo su
carácter? no tiene el tono pintoresco que he señalado en Hervás, ni
el sarcasmo de Arteaga? pero mantiene siempre cierta elegancia
y dignidad — la misma de sus retratos italianos— ♦ Como crítico, re­
serva su incomprensión y su desprecio para todo el fenómeno ba­
rroco, atrincherado tras su invulnerable y estereotipado “ buen gus­
to“ clásico? pero en cambio su espíritu se abre con simpatía prerro­
mántica hacia la edad media española — los árabes, la literatura
catalano-provenzal, Alfonso el Sabio y los cronistas castellanos prin­
cipalmente— , tal vez más por motivos patrióticos y culturalistas que
estéticos, y por los mismos, sin duda, da franca acogida en su obra
a la escuela dramática española del XVII, si bien reservando su plena
simpatía, como todos los neoclásicos españoles, a Garcilaso, a fray
Luis, a Cetina, a Villegas*
Sus escritos menores eruditos, ya de investigación ya de polémica,
versan principalmente sobre los árabes — su clarividente aunque exa­
gerado arabismo le llevaba a apellidarlos “ mis árabes” '—, sobre los
clásicos grecolatinos principalmente durante el último período napo­
litano de su vida, y sobre los humanistas italianos*
i* La literatura hispano 'italiana del Setecientos 29

Pero Andrés cumplió además de un modo específico la misión,


ya apuntada, de hacer llegar hasta España las corrientes culturales
europeas, no sólo con la traducción de su historia literaria, impuesta
como libro de explicación en los Estudios Reales establecidos en el
antiguo colegio imperial de Madrid, sino enviando a su hermano don
Carlos sus Cartas familiares (5 t., Madrid 1785-93), reeditadas pronto
en español, traducidas al italiano y al alemán, y sucesivamente am­
pliadas con otras cartas sobre sus viajes por Austria y Suiza y sobre
varias noticias literarias* Aunque el motivo de sus correrías por Ita­
lia era la búsqueda de materiales para su grande obra enciclopédica,
le interesan el paisaje y el carácter de las diversas ciudades, las ter­
tulias literarias, los poetas y los eruditos, y no menos las obras de
arte, interpretadas siempre desde su inconmovible “ buen gusto“ , que
le hace lamentarse de que la catedral de Milán sea de bárbaro estilo
gótico ; cartas, en fin, con todas las cualidades y deméritos del neo­
clasicismo*

LA ESTÉTICA Y LA MUSICA: ARTEAGA Y EXIMENO

El más insigne esteticista puro de todo el siglo x v iii español


es el ex-jesuita castellano Esteban de Arteaga (1747-1799)7* Sólo vi­
vió en la Compañía de Jesús seis años, desde que entró en el novi­
ciado de Madrid en 1763, hasta que salió de la orden en 1769, antes
de ser suprimida por Clemente XIV* N i consta que llegase a orde­
narse nunca de sacerdote, pero retuvo el título de abate, que no le
impidió seguir en Italia una vida mundana y ligera. Completados
sus estudios en la facultad de artes de la universidad de Bolonia
(í 773-78), fue protegido por el comediógrafo boloñés marqués Al-
bergati-Capacelli, hasta que la vehemencia de carácter de entrambos
ocasionó una ruidosa separación. Trasladóse Arteaga primero a Ve-
necia y luego a Roma, bajo el mecenazgo de Azara, que le nombró
su bibliotecario y le tomó por válida ayuda para sus empresas cul­
turales. Se adelantó al diplomático en su viaje de Roma a París, y allí
murió impensadamente*

7 Estudios 7-10.
3o í* Estudios generales

Dos de sus obras le han valido especialmente renombre en la


historia de la literatura hispano-italiana: las Rivoluzioni del teatro
musicale italiano (3 t*, Bolonia 1783-88; Venecia 1785) y las In­
vestigaciones filosóficas sobre la belleza ideal, considerada como ob+
jeto de todas las artes de imitación (Madrid 1789)· Comenzaré por
esta última, compuesta y escrita en Roma*
A pesar de su título tan neoplatónico — “ belleza ideal“ — inspi­
rado en el esteta italiano contemporáneo suyo y colaborador también
de Azara, Francesco Milizia, Arteaga parte de una posición entera­
mente aristotélica — “ artes de imitación“ — , y se apoya constan­
temente en los principios psicológicos de las escuelas menos idea­
listas, cuales son el empirismo de Galileo, el sensismo de Locke y el
enciclopedismo de Voltaire, de Montesquieu, de Beccaria y de Piat-
toli. En punto a estética filosófica, es Arteaga un típico represen­
tante del estado incipiente de esta ciencia antes de la aparición de
la Kritik der Urteilskraft de Immanuel Kant (1790), un esteticista
neoclásico que admira a Crousaz y André más que a Winckelmann,
Vico o Baumgarten, que conoce a este último sólo a través de su
discípulo Mendelssohn, y a Lessing por el compilador suizo Sulzer.
Su punto de partida aristotélico —la imitación— le lleva a for­
mular estas cuatro conclusiones, cuya exageración insostenible va en
un rápido y peligroso crescendo: “ De lo dicho se infiere: i*° Que
lo que se busca en las producciones de las artes no es la copia, que
exige conformidad perfecta, sino la imitación* 2*° Que lo que el
público admira en ésta no es la sola semejanza con el original, sino
la dificultad vencida* 3*0 Que para hacer resaltar el mérito de la
dificultad es necesario disimular y suprimir no pocas circunstancias
de la verdad* 4*° Que la admiración es tanto más grande cuanto es
más indócil el instrumento de que se sirve el artífice y mayores los
obstáculos que ha debido superar en la imitación“ * Pero, por fortuna,
el segundo polo, neoplatónico, de su estética — la belleza ideal— le
hace remontarse muy pronto a un punto de vista mucho más ele­
vado y fecundo; y de la combinación armónica de entrambos princi­
pios nacen consecuencias tan estimables en su tiempo cual su teoría
sobre lo feo como objeto posible de las artes, el atenuar la diferencia
entre arte idealista y arte naturalista, y el conceder particular impor­
tancia al sentimiento, puntos éstos en que el neoclásico Arteaga
i, La literatura hispan oAtalian a del Setecientos 3i

puede y debe ser considerado como un precursor doctrinal del ya


inminente romanticismo.
No contento con escribir las Investigaciones, su autor las consíde-
ró sólo como una vasta introducción a “ una obra nueva sobre las
artes de imitación“ que su muerte aún prematura — sólo contaba
cincuenta y dos años incompletos— le impidió llevar a cabo. Lo
publicado, sin embargo, basta para otorgarle un puesto estimable en
la historia de la ciencia estética y en la historia de las letras caste­
llanas, Su facilidad de frase, la elegancia y ductilidad de su lengua
—muy de admirar en quien desde su misma juventud hubo de vivir
en el destierro— y, sobre todo, su estilo animado y vivo, tan opues­
to al de las soporíferas disertaciones del pedantesco siglo filosófico, le
permiten codearse gallardamente con los más finos prosistas españo­
les de su tiempo.
Antes de considerar a Arteaga como musicólogo conviene recor­
dar de paso que entre sus mismos compañeros de destierro tuvo un
infortunado impugnador en el valenciano Pedro Cerís y Gelabert
(1743-1795) y un desgraciado continuador en el mexicano Pedro José
Márquez (1741-1820), autor de un discurso Sobre lo bello en general
de escasísimo valor (Madrid 1801),
Si en Espáfía se recuerda a Arteaga más bien como un esteticis-
ta, en Italia su nombre va vinculado preferentemente a las Rivolu-
Z%oni, verdadera historia de la ópera, amplio estudio preparado en sus
años de Bolonia, donde podía contar con la ayuda y los libros del
célebre musicólogo conventual padre Giambattista Martini, El título
está inspirado en el de las Rivolu&oni dfltalia del abate Cario De­
nina, y responde al intento de trazar una historia “ filosófica“ del
teatro musical italiano, siempre desde el punto de vista neoclásico
del “ buen gusto“ como reacción antibarroca, y con los ojos puestos
en el “ ideal“ del teatro lírico, síntesis de todas las bellas artes — plás­
tica, música y poesía— semejante a lá que un siglo más tarde reali­
zará el genio de Richard Wagner, “ Un sistema dramático, al menos
como yo lo concibo — escribe Arteaga con su empaque filosófico die­
ciochesco— , apoyado en la exacta relación de los movimientos del
ánimo con los acentos de la palabra o del lenguaje, de éstos con la
melodía musical y de todos con la poesía, exigiría, reunidos en un
hombre solo, los talentos de un filósofo como Locke, de un gramá-

Lmm
32 L Estudios generales

tico como Du Marsais, de un músico como Hándel o Pergolesi, y


de un poeta como Metastasio“ *
Apenas terminados los tres tomos de esta obra, fueron traducid
dos al alemán (1789), y algo más tarde al francés (1802) en edición
abreviada* Ello contribuyó no poco a la fama europea del esteticista
y musicólogo español» que se hubiera afirmado con mucho mayor
fuerza si hubieran llegado a publicarse en su tiempo sus Lettere
musicoyfilologiche y sus disertaciones Del ritmo sonoro e del ritmo
muto nella música degli antichu
Este asunto fue tratado también por el pintoresco aragonés V i­
cente Requeno y Vives (17 4 3-18 11), a quien Masdeu apellidaba hi­
perbólicamente “ verdadero inventor de los más útiles descubrimientos
de nuestra época“ ; pero sus Saggi sul ristabilimento delVarte armo-
nica de* greci e romani cantori (Parma 1798) son obra más de un
inquieto y pintoresco curioso que de un concienzudo investigador,
en fin como de un hombre que al mismo tiempo que la música
clásica descubría el arte antiguo de hablar desde lejos en tiempo de
guerra, la “ quironomía” o arte de comunicarse con los movimientos
de las manos, la “ quirotipografía“ o impresión a mano conocida por
los monjes cuatro siglos antes de la invención de la imprenta, etc*
De todos los expulsos el único que como musicólogo puede po­
nerse en parangón con Arteaga es Antonio Eximeno (1729-1808)8,
a pesar de que la crítica más reciente haya rebajado bastante los exa­
gerados encomios del último ochocientos* Las duras y prolongadas
polémicas con el padre Martini, tan superior a nuestro valenciano,
hicieron pronto famosa en toda Italia su obra DélVorigine e delle
rególe della música, colla storia del suo progresso, decadenga e rin-
novazione (Roma 1774)* Mérito extraordinario en quien había sido
profesor de matemáticas en la Academia de Segovia, el desvincular
la música de las tradiciones pitagóricas y matemáticas que hasta en­
tonces la habían esclavizado, y el insistir en la expresividad y en la
moción de los afectos del ánimo como su valor primordial y defini­
tivo* En consecuencia, multiplicó sus invectivas contra los contrapun­
tistas italianos y contra el padre Martini que los avalaba* Éste hubo
de defenderse en un opúsculo autoapologético, al que respondió in-

8 Estudio 22, cf. n. 27,


i* La literatura hispan o'italiana del Setecientos 33

mediatamente Eximeno, y de esa encendida polémica pronto se hizo


eco toda la prensa periódica de Italia, indignada de que un español
advenedizo se atreviese a poner mácula en el primer astro de la
musicología italiana: “ vayan los españoles a enseñar la música a los
africanos“ , se le dijo con indisimulado enojo*
Algo semejante le sucedió en España* Traducida su historia al
castellano y publicada en Madrid el año 1796, promovió una ver-
dadera lluvia de opúsculos impugnativos, a los que él respondió du­
rante su breve demora en Valencia de 1798 a 18 0 1, amparado, como
Hervís, por el momentáneo favor de Carlos IV* A todos ellos con­
testó y ridiculizó en su novela pseudopicaresca Don Lazarillo Viz-
cardi, inspirada en el Quijote y en Fray Gerundio; pero quedó tan
inferior al padre Isla, como éste de Cervantes* Sólo su pintoresca
ironía, muy valenciana por cierto, llega a salvar algunos fragmentos
de su abrumadora mediocridad*

EL HUMANISMO GRECOLATINO

Si algún defecto común aparece en todas las provincias jesuíticas


de España antes de la expulsión carlotercista, es su aislamiento de la
cultura general española, entonces divulgada casi exclusivamente en
castellano* Su encerramiento en los moldes latinos, reforzados por
las corrientes neoclásicas imperantes, apenas se resquebrajó para dar
paso a algún que otro historiador o literato castellano — Burriel, Isla,
Codomiu...— , y si ello no tuvo especial trascendencia en Cataluña,
donde apenas existía entonces otra cultura, en el resto de España
hubiera fácilmente anulado todos los esfuerzos renovadores que por
doquier asomaron a mediados del siglo* Ello solo explicaría la abun­
dancia de helenistas y latinistas entre los desterrados, sin contar que
allí encontraban — principalmente los más ancianos, incapaces ya de
adoptar otra lengua literaria— un campo y un idioma común con los
italianos*
Mientras en España los estudios griegos decaían en todas partes
de modo alarmante después de 1767, en el destierro itálico nuevos
helenistas vienen a reemplazar a José Miguel Petisco (1724-1800)8a,

8a V id . infra, págs. 124-125.

L. HISPANO-ITALIANA. — 3
34 L Estudios generales

en cuyas gramáticas se seguirá estudiando el griego — poco, por des­


gracia— en nuestra patria hasta muy entrado el siglo XIX* En Italia
distinguiéronse sobre todo Aponte, Vila y Pou, estos dos últimos
estrechamente relacionados con la universidad de Cervera*
El oropesano Manuel Rodríguez Aponte (17 3 7 -18 15 )8b más que
un verdadero humanista fue un docto profesor de griego en la uni­
versidad de Bolonia, autor de estimables gramáticas y antologías es­
colares, y maestro del lingüista Mezzofanti (luego cardenal) y de
Clotüde Tambroni* Ésta había sido su persona de servicio, y como
Aponte, al decir del pintoresco Moratín, “ enseñara griego a los pe­
rros de la calle” , enseñólo a su criada, que hacía “ temblar al más
estirado grecizante” . También la universidad de Ferrara tuvo su
helenista en uno de los ex-jesuitas, Antonio Vüa (1747-1820), natural
de Santpedor, de donde tomó su pomposo sobrenombre “ Chrysope-
tropolitanus” , autor de una serie de oraciones, diálogos y disertacio­
nes latinas en defensa de la lengua y de la literatura griegas, algo
descuidadas entonces en la que fue heredera cultural de la antigua
Hélade* En cambio, el mallorquín Bartolomé Pou (1727-1802) 9 pro­
fesó la lengua de Homero sólo en privado, primero en el colegio de
San Clemente de Bolonia, y después en Roma, amparado por su pai­
sano don Antonio Despuig, más tarde cardenal* Allá acudieron algu­
nos jóvenes de la aristocracia española, de Cataluña y de Mallorca
principalmente: citemos a Benito de Moxó, futuro arzobispo de
Charcas, y a Juan Despuig y Zaforteza; éste encomendará a Qua-
drado la revisión y la tardía edición de Heródoto, mal vertido al
español por el ex-jesuíta mallorquín, que dominaba con mayor maes­
tría las lenguas de Demóstenes y de Cicerón que la de Cervantes* Si
en Cervera se había distinguido por sus lucubraciones latinas, asom­
bro del propio Mayans, y en Calatayud por la primera historia de la
filosofía publicada en España, todas las obras de erudición grecolatina
que escribió en Italia permanecieron inéditas*
Mucho más numerosos fueron allí los humanistas latinos de cierto
relieve, dignos, por tanto, de figurar en una historia de las literatu­
ras hispánicas* Entre los literatos puros en lengua latina, autores de

8b [V id , infra, pág, 7 6 ; Estudio 18, cf, n. 2 3 ; y Estudio 34, cf. n. 3 .]


9 V id . infra, págs. 482-491.
i. La literatura hispano-italiana del Setecientos 35
obras de creación más que de estudio *—recuérdese aquí también el
curioso ensayo de poesía científica sobre la gravedad de los cuerpos,
Philocentria (Bolonia, 1774), obra del canonista barcelonés José Pons
(17 30 -18 16 )101— , pronto descolló un grupo de mexicanos: Diego
José Abad (1727-1779), autor de un poema heroico De Deo Deoque
Homine, varias veces impreso y traducido; Francisco Javier Alegre
(1729-1788), poeta latino en el destierro, y antes historiador español
de la Compañía de Jesús en Nueva España; Agustín de Castro
(1728-1790), y el guatemalteco Rafael Landívar (1731-179 3), sobre
quien luego insistiremos 10a*
Así como a algunos les molestó que los españoles les viniesen a
hablar de música, a otros les disgustó que se preciasen de tan refi­
nados latinistas como los nativos de Italia* Allí corría mucho la
idea de que tanto la difusión del mal gusto — del barroquismo, se
entiende— al final del renacimiento, como la decadencia de la lite­
ratura clásica latina, se debían a influjo hispánico, y se alegaban los
nombres de Lucano, de Séneca y de Marcial como corruptores del
“ buen gusto“ primigenio* Entre los dirigentes de esta campaña anti-
espafíola pronto se distinguieron Girolamo Tiraboschi, Giambattista
Roberti y Clementino Vannetti* Como reacción inmediata, apareció
al punto una verdadera escuela apologética de los clásicos latinos de
origen español, dirigida sobre todo por los catalanes Llampillas — de
quien hablaré luego— y Mateo Aymerich (1715-1799) n, otrora gran
amigo de Finestres, y por el valenciano Tomás Serrano (17 15 -17 8 4 )lla,
perteneciente al grupo de Mayans* De Aymerich fue muy comen­
tada en Italia la disertación De vita et morte linguae latinae (Ferra­
ra 1780), con el seudónimo Quinto Modérate Censorino; del abate
Serrano, su defensa de Séneca, Lucano y Marcial contra Tiraboschi (Fe­
rrara 1776), y sus Carminum libri V IL publicados postumos (Foligno
1788), donde el perfecto dominio de la lengua latina corre parejas
con la agudeza e ingeniosidad marcialina*
El zaragozano Joaquín Millás (1746 -1811), profesor de humani­
dades en la provincia del Paraguay, se erigía en Italia en extremoso

10 Estudio 20, cf4 n. 30.


10a [Estudio 29.]
11 Estudio 20, cf* n. 29.
lla [Estudio 22, cf* n. 8 .]
36 L Estudios generales

propugnador del valor pedagógico de las letras clásicas: tal es el


sentido tradicional de su obra en tres tomos DelVunico principio
svegliatore delta ragione, del gusto e della virtü nelVeducazione let-
teraria (Mantua-Bolonia 1786-88), Pero en el setecientos el huma­
nismo grecolatino comenzaba a tomar otro sesgo, marcadamente crí­
tico, He recordado ya las soberbias ediciones bodonianas de Horacio
y de los tres poetas menores del tiempo de Augusto, preparadas por
Arteaga bajo el patrocinio de Azara, Ahora hay que mencionar par­
ticularmente al himnógrafo pontificio Faustino Arévalo (1747-18 24 )12,
extremeño, que gozó del especial mecenazgo del arzobispo de Tole­
do cardenal Francisco Antonio de Lorenzana, y a quien se deben
esmeradísimas ediciones de Prudencio (2 t,, Roma 1788-89), de otros
poetas latino-cristianos y de San Isidoro (7 t„ Roma 1797-1803), mu­
chas de las cuales fueron luego involucradas en la Patrología latina
de Migne.

ARABISMO Y PROVENZALISMO

Repetidamente se ha hablado, entre nosotros, de los atisbos del


padre Juan Andrés en su historia universal de la literatura, como un
precedente inmediato, junto con Casiri, de la moderna escuela de
arabistas españoles 13, Pero no hay que olvidar que el jesuíta valen­
ciano no es un caso aislado en aquella cultura hispano-italiana. Él
divulgó, ciertamente, lo que debía la cultura europea medieval a los
árabes españoles, a través de la doble escuela de traductores de T o ­
ledo, sobre todo en lo tocante a ciencias físico-naturales, medicina y
filosofía, y se convirtió en ardiente defensor del origen arábigo de la
rima y del metro de los trovadores, lo que equivalía a propugnar
el mismo origen para toda la poesía europea, que reconoce en la
provenzal su inmediato precedente. Mas para ello hubo de apoyarse
en su compañero de exilio Joaquín Pía (17 4 5 -18 17 )14, poliglota tor-
tosino, director un tiempo de la sección oriental de la biblioteca uni­
versitaria de Ferrara, estudioso de la cultura sefardí establecida en
aquella ciudad en el siglo x v , colaborador de Sir Robert Holmes en

12 Estudio 2, n, 67,
13 Estudio 24.
14 Estudios 17 y 18.
i. La literatura hisp ano -italiana del Setecientos 37

la edición oxoniense de los Setentat luego afamado profesor de cal·


deo en la universidad de Bolonia (i 794"97)t y♦ después de su segundo
destierro de España en 1801* director de la biblioteca Barberini de
Roma* donde murió* De estos dost el interés arabista se extendió a
otros exiliados* como los catalanes Masdeu y Llampillas, y los valen-
cíanos Eximeno y Lassala* quien tradujo en dísticos latinos las fábu­
las de Lochman a través del texto árabe (Bolonia 1780).
El entusiasmo arabista de este grupo tenía una doble raíz: de un
lado* la exaltación de la cultura española* a la que se hacía acreedora
de grandes méritos ante Europa entera; de otro* la divulgación de
los poetas provenzales* cuya separación lingüística de los de Cata­
luña y de Valencia desconocían o fingían desconocer; para ellos tan
provenzales eran Bertrán de Born y Cerverí de Girona* como Jordi
de Sant Jordi y Ausiás March* Sólo así se explica que el arabismo
prendiese casi solamente en los ex-jesuítas valencianos y catalanes*
mientras hallaba fuerte prevención* y aun oposición* por parte de
otros españoles* como Idiáquez y Arteaga*
Aquéllos* en tal cuestión* tuvieron un potente aliado en el ex-
jesuita italiano Girolamo Tiraboschi* bibliotecario del duque de Mó-
dena* que salió en defensa de Andrés contra la furiosa invectiva de
Arteaga en sus RivoluzionL El buscar en la poesía árabe los orígenes
inmediatos de la provenzal no había sido una invención del valen­
ciano: era una teoría lanzada ya por diversos provenzalistas italianos
del renacimiento* y por ninguno mejor propugnada que por el mode-
nés Giammaria Barbieri en su obra DelVorigine della poesía rimata,
que dejó inédita* Para publicar ese manuscrito quincentista* lleno de
citas provenzales* acudió Tiraboschi a Andrés* y éste se valió de la
ayuda de Joaquín Pía y del canónigo valenciano Juan Antonio Ma-
yans* hermano de don Gregorio* La edición tiraboschiana (Módena
1790) motivó una nueva impugnación de Esteban de Arteaga en su
disertación Dell*influenza degli arabi sulVorigine della poesía moder-
na in Europa (Roma 1791)* en la que insiste otra vez en el origen
latino-germánico de la rima y de la métrica provenzales* Cuestión
difícil y complicada* que siguió interesando en el romanticismo — Si-
smondi* Fauriel* Schack— y continúa ocupando a los más eminentes
romanistas de nuestros días: Menéndez Pidal* Nykl* Spanke; señal
evidente de que la cultura moderna* en muchos de sus aspectos* sigue
3^ I♦ Estudios generales

siendo la continuadora y superadora de la inquieta y curiosa eru-


dición del setecientos*

LA APOLOGÍA DE L A LITERATURA ESP A Ñ O LA : LLAM PILLAS

He indicado ya la posición recelosa de Tiraboschi con respecto


a la literatura nacional española» a la que acusaba de haber intro­
ducido el “ mal gusto“ en Italia* Esa tesis no era exclusiva del autor
de la Storia della letteratura italiana* Las mismas ideas había vertido
en su obra Del risorgimento d*Italia negli studii, nelle arti e nei co+
stumi dopo il mille (Bassano 1775) otro ex-jesuita, el mantuano Save-
rio Bettinelli, tan apasionado admirador de Virgilio como despre-
ciador del medievalismo del Dante en sus irónicas Lettere virgiliane,
y hombre abierto a todas las corrientes literarias de Europa en sus
Lettere inglesu Aun el mismo simpático hispanista napolitano Pietro
Napoli-Signorelli, autor de una apreciable Storia dei teatri antichi e
moderni, parecía a algunos españoles, con su peculiar psicosis de
desterrados, un enemigo de España y de su literatura*
Como impugnación de esas tres obras escribió el apasionado ca­
talán Francisco J* Llampillas (17 31-18 10 ) su Saggio apologético
della letteratura spagnuola contro le pregiudicate opinioni di alcuni
moderni scrittori italiani (Genova 1778-81), título y subtítulo revela­
dores de su tenso estado de espíritu* En los dos primeros tomos, en
defensa de la literatura antigua» se pone el autor en la misma línea
de Aymerich y de Serrano, negando en absoluto que los escritores
hispano-latinos representen la decadencia de la latinidad* En los
cuatro restantes escribe una exaltada apología de la literatura espa­
ñola en su amplio sentido setecentista, en la que tanto entra la poesía
provenzal — que, como Andrés y Pía, confunde, tal vez a sabiendas,
con la catalana— , y la escolástica medieval, obra de los árabes espa­
ñoles, como los escritores del renacimiento, los músicos españoles de
la capilla pontificia, la neoescolástica del XVI y toda la literatura
española de los siglos de oro*
El tono invectivo de esta obra, que muy pronto tradujo al es­
pañol doña Josefa Amar y Borbón (Zaragoza 1782-84), alarmó a los
italianos directamente impugnados, sobre todo a Tiraboschi, quien,
i* La literatura hispano'italiana del Setecientos 39
como bibliotecario del duque de Módena, temía represalias diplo­
máticas del gobierno de Madrid si allí se conocía su historia literaria
sólo por la desorbitada impugnación de Llampillas* Por eso interpuso
el valimiento del prudente y moderado abate Andrés, y se aprestó
a contestar al violento apologista en una carta pública dirigida a su
compañero valenciano (Módena 1778)* Mas Llampillas, lejos de apa­
ciguarse, todavía le atacó con más virulencia en una dura respuesta,
que luego añadió como séptimo tomo a su obra, y fue traducida
también al castellano*
Toda esa polémica, más pintoresca que substancial, de la que sólo
señalo aquí los más salientes episodios, merece y espera una mono­
grafía completa, la cual nos daría una idea exacta del clima exacer­
bado y nacionalista en que se desarrolló la literatura hispano-italiana,
sobre todo en el primer decenio a partir de la supresión de la Com­
pañía (1773). El eco que provocó en todas las publicaciones perió­
dicas y en todos los epistolarios eruditos de la época, sirvió al menos
para que todo el mundo se enterara del nuevo fermento intelectual
que los desterrados habían llevado a Italia*
Entre los más exaltados defensores de Llampillas debe contarse
al manresano Andrés Febrés (1734-1790), entusiasta polemista que con
tanto arrojo se lanzó a la defensa de su paisano como de la extinta
Compañía de Jesús, en cuya apología editó una muy sonada Metno-
ria católica que le procuró muchos y no leves disgustos* Más eficaz,
como más moderada y continua, fue la labor hispanista del cordobés
Juan de Ossuna (1745-1818), dotado de fino instinto de periodista,
creador y director, desde su retiro de Cesena, primero de las Noticie
politiche (1788-95), revista de carácter político-religioso, y luego tam­
bién de las Noticie letterarie (1791-92), de índole esencialmente cul­
tural, que en 1793 intentó remozar con el título Genio letterario
d’Europa: sólo ese epígrafe nos hace caer en la cuenta de que Cha­
teaubriand, y con él el romanticismo, estaba claramente a la vista*
Mientras Llampillas, Febrés y Ossuna vivían y actuaban en Italia
y de cara a Italia, el vizcaíno Esteban Terreros y Pando (170 7-178 2)15,
perteneciente a una generación anterior — la de Burriel15a, cuya Pa-

15 Estudio 2, cf. n. 54.


15a [Estudio 7 .]
4o L Estudios generales

leografía española había él editado en 1758— , vivió en el destierro


siempre orientado hacia los españoles y hacia España: en favor de
sus paisanos que quisiesen aprender rápidamente el italiano, estampó
en Forlí en lengua española el año de 17 7 1, cuando acababan de
desembarcar en la península itálica, una curiosa gramática de la len­
gua toscana; y, una vez suprimida canónicamente la Compañía de
Jesús, prosiguió en sus predilectos estudios de filología castellana,
fruto de los cuales fue su Diccionario castellano con las voces de
ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa,
latina e italiana, publicado postumo en Madrid por especial empeño
del conde de Floridablanca (4 t*, 1785-93)* En igual dirección, de
espaldas a Italia, se desarrolla la obra purista del aragonés Gregorio
Garcés (1733" 1805), apologista de la lengua española — recuérdese,
para justificar y explicar su purismo, que él procedía del valle dialec­
tal de Hecho— en sus dos tomos sobre los Fundamentos del vigor
y elegancia de la lengua castellana, publicados en Madrid (1791) con
una larga introducción de don Antonio de Capmany*
Si el nombre de Juan Francisco Masdeu no estuviera definitiva­
mente vinculado a su Historia crítica de España, sus innumerables
publicaciones literarias lo hubieran también salvado del olvido como
un estimable crítico de nuestro setecientos* Él y Montengón repre­
sentan la tendencia de la segunda generación neoclásica de jesuítas
que, conservando intactos todos los limitados principios estéticos de
la escuela, sustituyen la inviolable supremacía del latín por el empleo
de la lengua vulgar, ya sea la italiana, ya la española* A ese doble
principio responden la Arte poética fácil, impresa en Valencia du­
rante su breve demora en España en tiempo de Carlos IV (1801), y
su adaptación, Arte poética italiana di facile intelligen¿a, publicada
en Italia poco después de su segundo destierro (Parma 1803)*
Consecuente con sus criterios, Masdeu apenas cultivó la poesía
latina* En cambio, toda su vida fue rindiendo culto alterno a la
musa italiana y a la castellana, en las que se mostró más habilidoso
que verdadero poeta* Por lo mismo, su obra poética que reviste ma­
yor interés en este ambiente literario hispano-itálico es la discreta
versión de Poesie di ventidue autori spagnuoli del cinquecento tra-
dotte in lingua italiana, que firma a la vez con su propio nombre y
con el seudónimo arcádico Síbari Tessalicense, dando siempre el do­
i* La literatura hisp an o'italiana del Setecientos 4i

ble texto español e italiano* Aunque publicada en Roma el año 1786,


había ofrecido ya un avance de ella en el quinto tomo de Llam pillas16*
En esa labor apologética de los poetas renacentistas prebarrocos de
España había tenido Masdeu un simpático precursor en el poeta e
hispanista véneto Giambattista Conti (1741-1820), que en 1782 ha­
bía comenzado en Madrid la edición de sus cuatro interesantes volú­
menes: Scelta di poíesie castigliane tradotte in verso toscano.

LA H ISTO R IA: JUAN FRANCISCO MASDEU

La mayor parte de los autores mencionados hasta aquí bien pu­


dieran ser contados entre los historiadores, pues cada uno de ellos
se ocupó en roturar y trabajar una u otra zona de la historia de la
cultura* Pero reservo este párrafo para los escritores de historia polí­
tica, entre los que descuella como el primero }uan Francisco Masdeu
(1744)17, nacido en Palermo — lo mismo que sus dos hermanos ma­
yores, losé Antonio y Baltasar, oriundos de una noble familia cata­
lana al servicio de Carlos III rey de las Dos Sicilias— , anclado en
Roma y muerto en Valencia después del restablecimiento universal
de la Compañía por Pío VII, el mismo año 1 8 1 7 en que se extinguía
en Roma la fecunda vida del abate Andrés* Como a éste se le re­
cuerda principalmente por su historia universal de la literatura, a
Masdeu por su Historia crítica de España y de la cultura española,
de la que llegó a publicar veinte tomos en su edición castellana, de­
jando tres ultimados para la imprenta: y en toda esa mole ponderosa
no llega aún a tratar la baja Edad Media*
El origen inmediato de esta obra fue el mismísimo que el del
Saggio apologético del abate Llampillas: la incomprensión y el des­
conocimiento de España que mostraban sobre todo Tiraboschi y
Bettinelli* Como violenta reacción antiitaliana, compuso este otro
apasionado catalán, al decir de Luengo, “ una sátira acre, vehemente
e impetuosa contra Italia“ , y estuvo a punto de darla a luz en Bo­
lonia* Pero luego desistió, con gran contento y aprobación de sus

16 Vid* infra, págs* 67-68, 78-79.


17 Estudio 19.
42 L Estudios generales

compañeros de destierro, y comenzó a disponer en su lugar su Sto>


ria critica di Spagna e della cultura spagnuola in ogni genere, conce­
bida en italiano y para italianos, y redactada por él mismo en esta
lengua, mientras su compañero de exilio Bernardo Arana iba tradu­
ciendo al español los primeros tomos, A toda la obra antepuso un
volumen preliminar, que era la adaptación de aquella abortada dia­
triba, convertida en Discorso storico-filosofico sul clima di Spagna,
sul genio ed ingegno degli spagnuoli per Vindustria e per la lettera>
tura, e sul loro carattere politice e morale, en el que aquel primer
tono polémico e impetuoso a duras penas se disimula.
Ello fue no pequeña parte para que Masdeu no consiguiese su
objeto, que era el mayor conocimiento de España por parte de los
italianos, y así una obra escrita para ellos hubo de interrumpirse, en
Italia, en su segundo tomo. N i el autor pudo ver satisfechos sus
deseos de que la estampase Bodoni inmediatamente: esos dos pri­
meros volúmenes salieron uno en Foligno en 178 1 y el segundo en
Florencia en 1787, Tal fracaso, fruto de su impolítica y de su in­
temperancia, todavía agrió más su espíritu, desatándose siempre que
podía en invectivas antiitalianas.
La edición española, comenzada en Madrid dos años después de
la italiana, prosiguió con un ritmo normal y regular hasta el año
1805, Pero así como su pasión antiitaliana malogró su obra en Italia,
su exagerado nacionalismo español y su desaforada crítica truncaron,
en España, su magna empresa; pues, por una parte, el regalismo a
ultranza, que le hacía hablar constantemente de “ Iglesia española“ y
de “ independencia“ de la misma respecto de Roma —sobre la que
recaía también su furor xenófobo— , le indispuso con todas las per­
sonas sensatas y ortodoxas; y, por otra, su autosuficiente hipercrí­
tica, que le llevaba a demoler toda tradición que no le pareciese bien
fundada y a polemizar acremente con los historiadores más prudentes
que él, como eran los colaboradores de la España sagrada, le enemistó
con la mayor y mejor parte de los eruditos españoles.
Aun reconociendo esos dos defectos radicales de su persona y de
su obra, es admirable en Masdeu, con residir siempre en Italia, el
conocimiento exhaustivo de las fuentes impresas entonces divulgadas,
y la abundancia de materiales nuevos, que sus amigos de España le
enviaban. Si su España árabe ha sido sobrepasada por Dozy y por
i» La literatura hispano "italiana del Setecientos 43

los subsiguientes historiadores arabistas; si su hipercrítica dieciochesca,


principalmente en lo tocante al Cid, a quien tenía por “ héroe más
fabuloso que real“ , resulta hoy sobrado ingenua; si su España pri-
mitiva ha sido arrollada por el moderno avance de los estudios pre-
históricos; si su regalismo hispano nos parece hoy antidogmático y
antihistórico a la vez, en cambio, su España romana se yergue to­
davía firme y señera, como lo probarían, a falta de otras razones in­
trínsecas, las continuas consultas de que ha de ser objeto aun en
nuestros días por parte de todos los historiadores de aquel período
de nuestra historia patria, sin que falten exactas apreciaciones ni ge­
niales atisbos en las restantes partes de su obra, que queda como uno
de los esfuerzos históricos más gigantescos de todo el siglo XVIII his-
pano-itálico*
Pero Juan Francisco Masdeu, “ nobile barcellonese” , como se com­
placía en apellidarse, no fue sólo un compilador y crítico muy de su
época: con la preparación de sus veinte volúmenes entreveraba cons­
tantemente pequeñas monografías de investigación, en las que res­
plandecen las mismas cualidades y los mismos defectos de su Historia
crítica de España. Recordemos aquí su Colección de lapidas y medallas
de la España romana (2 t., Madrid 1789), sus diversas monografías
sobre Sari Emidio, obispo de Áscoli del Piceno, su investigación
Origine catalana del regnante pontefice Pió settimo (Roma 1804), en
cuya portada se apellida pomposamente “ storiografo della Spagna” ,
sus biografías de los beatos José Oriol y Catalina Thomás, y sus in­
contables estudios numismáticos y epigráficos, publicados unos suel­
tos en opúsculos y revistas, y otros todavía inéditos, índice de su
afanosa laboriosidad y de la constante y tensa curiosidad de su es­
píritu·
Otros muchos cultores de la historia son dignos de un especial
recuerdo en estas páginas, cuales el humanista tarraconense Buena­
ventura Prats (1749-1825)17a, uno de los primeros españoles que se
interesó por el descubrimiento de la inscripción de Rosetta, que tan
dilatadas y nuevas perspectivas venía a abrir en la historia del mundo
antiguo; Próspero Martí y Descallar (17 16 -17 9 9 )17b, autor de unas

17a [Estudio 2, cf. n. 4 3.]


17b [Estudio 2 1, cf. nn. 8 -13 .]
44 L Estudios generales

memorias históricas sobre las Pitiusas, publicadas en español en Fe­


rrara el año 179 8 ; el mallorquín Raimundo Diosdado Caballero (1740-
1830) 18t de familia extremeña, historiador de la Iglesia primitiva y
de los inicios de la tipografía española; el pamplonés Miguel José
Maceda (1744-1805), agudo y erudito defensor de Osio de Córdoba;
el andaluz Cristóbal Tentori (17 4 5 -18 11), dedicado a estudios sobre
la señoría véneta, entre los que descuellan los doce tomos de su
Saggio sulla storia civile, politica, ecclesiastica... della repubblica di
Veneria (1785-90); Luciano Gallissa ( 1 7 3 1 - 1 8 1 1 ) 18a, natural de Vich,
que, vuelto a su ciudad natal, en su De vita et scriptis losephi Eu
nestres (Cervera 1802), nos dejó una verdadera historia del resurgi­
miento setecentista de Cataluña; y toda una legión de historiadores
y cronistas de la Compañía de Jesús y de su destierro, como Blas
Larraz (1721-1796), zaragozano, antiguo catedrático de humanidades
en Cervera y último prepósito de la provincia de Aragón, cuyas vici­
situdes narró con la sobriedad y la elegancia de un César neohuma-
nista; el vicense Onofre Pratdesaba (1733-18 10), biógrafo piadoso
de los más ilustres miembros de las provincias de Aragón y del Perú
fallecidos en Italia en los primeros veinte años de exilio — Vicenna>
lia sacra aragonensia (Ferrara 1787) y Vicennalia sacra peruviana
(1788)— , Juan Andrés Navarrete (17 30 -18 11) y tantos otros*

LOS AMERICANISTAS

Estimulante externo de los expulsos en el campo de los estudios


americanos fueron las Recherches philosophiques sur les Américains
del holandés Cornélius de Pauw (Berlin 1768-69), la Histoire philo-
sophique et politique des établissements des Européens dans les deux
Indes del abate francés Guillaume Raynal (Amsterdam 1770) y la
History of America del escocés William Robertson (London 1777)*
Estas tres obras desvalorizaban la empresa colonizadora de España y la
labor evangélica de los jesuítas, la misma naturaleza del nuevo con­
tinente y las cualidades humanas de las razas indígenas* Precisamente

18 Estudio 2 1, cf. n. 47*


18a [Estudio 17*]
i. La literatura hisp ano ■ 'italiana del Setecientos 45
contra estas cuatro posiciones o tesis surgieron en Italia cuatro grupos
de obras antitéticas: las apologías de la colonización hispánica en
América» las defensas de la obra realizada por la extinta Compañía
de Jesús» las poesías y estudios en loa del paisaje y de la naturaleza
del nuevo mundo» las obras históricas» etnográficas y lingüísticas so­
bre América en general y sobre el hombre primitivo americano en
particular19*
En el primer aspecto» de defensa nacional de la colonización es­
pañola» es interesante notar cómo los escritores que directamente
desarrollaron ese tema fueron españoles europeos» no criollos : el ma­
llorquín Raimundo Diosdado Caballero» el catalán Juan Nuix de Per-
pinyá (1743-1783)» los valencianos Mariano Llórente (1752-1816) y
Pedro Montengón» todos ellos precisamente de la corona aragonesa»
que no había tenido parte directa en la conquista y colonización de
América* Los americanos» en cambio» se contentaban con formular
algunas alabanzas a España en los prólogos de sus obras — citemos a
Juan de Velasco» de Quito» y a Andrés Cavo» de México— , o bien
unían la defensa de España con la de su tierra americana» como el
guayaquileño Juan Celedonio Arteta (1741-1796)» autor de una D i-
fesa della Spagna e della sua America meridionale, inédita aún» escrita
contra RaynaL Pero ellos» en el fondo» tenían ya un profundo sen­
tido regionalista prenacional» que las nostalgias de la ausencia y las
persecuciones sufridas por culpa del rey y de sus ministros acrecen­
taron y aceleraron en el destierro*
Las obras apologéticas en favor de la obra realizada en América
por la Compañía de Jesús» sobrepasan muchas veces el interés pura­
mente religioso y como doméstico de los dispersos ex-jesuitas» para
desembocar en temas de carácter general y en obras de útil consulta
aún en nuestros días» como el paralelo de José Manuel Peramás (1732-
1 793) 20 entre la república de Platón y las reducciones guaraníticas»
y sobre todo las varias historias de la Compañía en diversas regiones
americanas : Francisco Xavier Alegre había preparado antes del des­
tierro su magna Historia de la provincia de la Compañía de Jesús de
Nueva España, pero muy probablemente redactó su compendio en

19 Estudio 29.
20 Estudio 16*
46 L Estudios generales

el destierro de Italia; contemporáneas son la Historia de las misiones


de la Compañía de Jesús en el Marañón español de José Chantre y
Herrera ( i738-1801), y la Historia moderna del reino· de Quito y eró-
nica de la provincia de la Compañía de Jesús del mismo reino de
Juan de Velasco (1727-1792), todas ellas publicadas postumas y t por
lo mismo, de escasa resonancia en el setecientos, pero de gran eficacia
en el siglo xix*
He insinuado ya que la naturaleza americana tuvo, entre los exi-
liados, apologistas de dos clases: los poetas y los naturalistas* Y es
interesante notar cómo, entre los millares de versos españoles, ita­
lianos y latinos que se escribieron en el destierro, son en verdad poé­
ticos casi sólo los inspirados por el recuerdo de aquel lejano y suge-
rente mundo americano, hundido para ellos en una desesperanza ine­
vitable* Del guatemalteco Rafael Landívar, ya citado, autor de la vir-
giliana Rusticatio mexicana (Módena 1 7 8 1 ; Bolonia 1782), ha podido
escribir el más docto y más fino crítico de las letras hispanoamericanas,
Pedro Henríquez U refía: “ Landívar es, entre los poetas de las colonias
españolas, el primer maestro del paisaje, el primero que rompe de­
cididamente con las tradiciones del Renacimiento y descubre los ras­
gos de la naturaleza en el Nuevo Mundo, su flora y su fauna, sus
campos y montañas, sus lagos y sus cascadas“ 21*
Todavía dentro del campo de la naturaleza americana, las obras
geográficas y de historia natural publicadas ppr los expulsos, fueron
en extremo provechosas a los geógrafos posteriores, y principalmente
a Alexander von Humboldt* Especialmente dignas de nota son, ade­
más del Saggio di storia americana del misionero umbro Filippo Sal-
vatore Gilij (4 t*, Roma 1780-84), La perla de América, provincia de
Santa Marta del catalán Antonio Julia, conocido por Julián (1722-
1790), sobre la región del Magdalena (Madrid 1787), el Paraguay
ilustrado de José Sánchez Labrador (1717-1799) y el Saggio sulla
storia naturale della provincia del Gran Chaco por José Jolís (1728-
1790), sin contar las varias y famosísimas obras de los chilenos Juan
Ignacio Molina (1740-1829) y Felipe Gómez de Vidaurre (1740-1823?)*
Entre los libros más bien históricos que etnográficos recuérdense
la Historia de México de Andrés Cavo (1739-1803) y la Historia

21 Estudio 29, n* 18.


i. La literatura hispano-italiana del Setecientos 47

política, militar y sagrada del reino de Chile por Miguel de Olivares


(1713*1793)* Mientras dos españoles peninsularest Domingo Muriel
(1718*1795) y Roque Menchaca (1743*1810) inauguraban los estudios
críticos sobre la Iglesia americana* Los cuatro grandes volúmenes de la
Storia antica del Messico (Cesena 1780*1781) de Francisco Xavier Cía*
vigero (1731*1787) entran dentro del ámbito general europeo donde
se desarrolló la polémica sobre los indios americanost iniciada en
Francia a propósito de las obras de los jesuítas Lafitau y Charlevoix22*
Finalmente, gran difusión alcanzó en Europa y en América la
Lettre ctux Espagnols américains, escrita por el peruano Juan Pablo
Viscardo (1748*1798)23 hacia 1792 y divulgada postuma por Francis*
co de Miranda, como una potente arma de propaganda en favor de
la independencia hispanoamericana*

LA ERUDICIÓN ARTÍSTICA: CONGA

El mismo padre Márquez, antes citado, se interesó constante*


mente por la arquitectura de la antigua Roma, por las quintas de
Plinio el joven y de Mecenas, por los antiguos edificios destinados
a espectáculos públicos, por el orden dórico, pero por lo general con
más simpática curiosidad que competencia; lo mismo que el pinto*
reseo Vicente Requeno, cuyo más serio estudio es el Saggio sul ri*
stabilimento delVantica arte de9 greci e de* romani pittori, publicado
en Venecia en 1784 y luego muy ampliado, que le ha valido el títu*
lo de descubridor de la pintura al encausto*
Ni vuela mucho más alto Antonio Conca (1746*1820)24, natural
de Onteniente, que dedicó sus ocios a sistematizar, resumir y, para
algunas regiones, completar el Viage de España de Antonio Ponz,
teniendo siempre a la vista a otros viajeros, principalmente a
Bowles y a Bourgoing, modeló así una obra de cierta originalidad y
de indudable utilidad para la difusión del arte hispánico, a la que
bautizó con el tan setecentista título de Descri¿ione odeporica della

22 Estudio 29, cf. nn. 28 y 30.


22 Estudios 3 1 y 32.
24 Estudios 26 y 27,
48 L Estudios generales

Spagna in cui specidmente si da noticia delle cose spettanti alie belle


arti degne delVattenzione del curioso viaggiatore (4 t., Parma 1793-
97)* La finalidad de esta obra era semejante a la de Masdeu: dar a
conocer más a España entre los italianos del XVIII, tan prevenidos
contra ella. Por eso apoyaron tanto su edición los marqueses de Lla­
n o : siendo él ministro de España cerca del duque don Fernando de
Parma, y luego como embajador español en Vienat ejerció toda su
influencia para que la obra de Conca se imprimiese en la imprenta du­
cal, dirigida entonces por Bodoni, y, una vez publicada, cuidó de di­
fundirla también en la corte imperial, donde el italiano estaba entonces
muy extendido. Pero ni en Italia ni en Austria alcanzó toda la divul­
gación que el autor y su mecenas habían pretendido, pues en todas
partes el interés por la cultura española seguía el movimiento decli­
nante de su política: tras el momentáneo fulgor de Carlos III, había
venido ya la ineptitud de Carlos IV.
La ideología estética de Conca, como de hombre mediano, no pre­
senta ninguna originalidad. Tanto en sus páginas más personales,
cuando completa a Ponz, como cuando se contenta con resumirlo
y sistematizarlo, su incomprensión por todo el fenómeno barroco
es radical e intransigente. Respecto del gótico, en cambio, la Descri-
Zione odeporica es bastante inconsecuente: al seguir a Ponz, parece
más comprensiva y aun simpatizante; en sus páginas más autóc­
tonas, la incomprensión por sistema — reflejo de la mentalidad de la
época y de la mediocridad del autor— se ostenta como prueba de
“ buen gusto“ y de civilización.

LA LITERATURA RELIGIOSA: GUSTA Y LACUNZA

Muchos de los ex-jesuítas ya mencionados, principalmente Her-


vás y Masdeu, alternaron sus obras culturales con otras de carácter
religioso, dando a la apologética de este período un alto tono de dig­
nidad y un sello característico de adaptación al ambiente. Lo mismo
se advierte en toda la producción del barcelonés Francisco Gusta
(17 4 4 -18 16 )25; pero en éste la intención apologética absorbe a la cul­

25 V id . infra, págs. 69-70, 89-90.


i* La literatura hispanoAtaUana del Setecientos 49
tural: por eso me ha parecido mejor encabezar con él un nuevo pá­
rrafo sobre literatura religiosa, pues tal es el tono predominante de
los treinta y tantos volúmenes que dio a luz, y del sinfín de diserta­
ciones y opúsculos que dejó inéditos*
Con ser Gusta uno de los desterrados más fecundos como publi­
cista, el período de sus publicaciones comprende sólo veinte años, de
1 779 a 179 9 ; las obras preparadas luego no llegaron a ver la luz
pública, y, por otra parte, al reingresar Gusta en la Compañía de
Jesús restablecida en Nápoles y Sicilia, el cargo de profesor de historia
eclesiástica, primero en Nápoles y luego en Palermo, donde murió,
agotó su tiempo y todas sus actividades*
Tanto los escritos estrictamente apologéticos del abate Gusta,
como los aparentemente históricos, están siempre condicionados por
las invectivas de los adversarios de la Iglesia y de los ya extintos je­
suítas: si los críticos y febronianos intentaban desmoronar las tradi­
ciones y los privilegios de la sede romana, él esgrimirá también la crí­
tica para refutarlos y confundirlos ; si la filosofía y el jansenismo se­
guían vilipendiando la memoria de la Compañía de Jesús, él los atacará
con una cultura no inferior a la de los filósofos, y con una pureza y
austeridad de vida que no pudiese ofrecer asidero alguno de laxismo
a los jansenistas del XVIII* De ahí ese tono de exageración desorbitada
que tiene toda su ingente obra, la violencia y el sarcasmo constante
de su vibrante estilo, la infracrítica real de su apologética y la credu­
lidad ingenua en cuanto a jansenismo se refiriese.
De sus obras históricas se hizo pronto famosa en toda Europa su
apasionada Vita di Sebastiano Giuseppe di Carvalho (4 t*, Florencia
1781), publicada anónima, dos veces reeditada el mismo año de su
aparición, divulgada en francés y en alemán, y traducida también al
castellano, si bien en España quedó inédita por la especial oposición
de Jovellanos; pero en el fondo más que una obra histórica, era una
apología de la Compañía* Del mismo modo su Vita di Costantino il
Grande (2 t*, Foligno 1786) era una defensa de la Iglesia y de su inde­
pendencia de los poderes temporales, contra los regalistas del tiempo
del emperador José II* Voltaire, los jansenistas del sínodo de Pis-
toya — Scipione de* Ricci y Pietro Tamburini sobre todo— , los revo­
lucionarios franceses, fueron objeto de toda una serie de impugna­

L. HISPANO-ITALI ANA. — 4
50 I* Estudios generales

ciones que le valieron la aprobación de Pío V I, de sus compañeros


de destierro y de los mismos ex-jesuítas italianos*
Por la amplitud cultural e histórica de su concepción teológica
merece entrar en estas páginas el catalán Juan Bautista Gener ( 1 7 11-
17 8 1) 25a, profesor ya en el prestigioso colegio romano al sobrevenir la
expulsión de los jesuítas españoles* Durante su larga demora en tierras
italianas conservó las esencias de la cultura catalana del XVIII, prin-
cipalmente en su tendencia hacia la evolución de la teología, median-
te la síntesis entre la tradición escolástica y la moderna cultura his­
tórica y crítica: tal es el sentido de sus dos obras principales: Scho*
lastica vindicata (Genova 1766) y Theologia dogmdtico'sckolastica
sacrae antiquitatis monumentis illustrata (6 t*, Roma 1767-77)*
Gran alarma despertó en España e Italia, principalmente en los
centros eclesiásticos de Roma, la aparición clandestina en San Fer­
nando (Cádiz), entre 18 10 y .1812, de la obra postuma del jesuíta
chileno Manuel de Lacunza*26 — nacido en Santiago el año 17 3 1 y
muerto en el destierro de Imola en 1801 cuando .se disponía a regresar
a América— sobre La venida del Mesías en gloria y magestad, expo­
sición febricitante y exaltada de un milenarismo fantástico, que tiene
sus raíces históricas, más que en algunos santos padres antiguos, en los
espirituales medievales seguidores de Gioachino da Fiore, Peire Joan
Olieu y Arnau de Vilanova* Aunque el libro, publicado bajo el seu­
dónimo de Josafat Ben Ezra, tuvo sus apologistas en los dos compa­
ñeros de su verdadero autor, los ex-jesuítas americanos José Valdi­
vieso y Ramón Viescas, pronto fue condenado por la Inquisición de
Cádiz (1812) e incluido en el índice romano de libros prohibidos
(1824)* Su difusión fue procurada, ya en el siglo pasado, por los protes­
tantes, y aun en nuestros días ha interesado y sigue interesando de
un modo particular a los adventistas*
Entre los muchos que en el destierro de Italia se dedicaron a la li­
teratura ascética y piadosa, son de recordar el castellano viejo Francis­
co Javier Perotes (1742-1825), autor de un muy setecentista tratado
Delta religiosa perfeccione e delta cristiana e civile educatione (Bolonia
1785); el vasco Roque Menchaca26a, editor latino de las cartas de San
254 [Estudio 20, n. 30 .]
26 Estudio 2, n. 54.
26a [Estudio 5 .]
i. La literatura hispano<italiana del Setecientos 5 i
Javier y de San Ignacio (Bolonia 1795» 1804); el andaluz José Salvador
Vargas Machuca (1745-1807), que propugnaba, conforme a las corrien-
tes de su época, la enseñanza de la teología en lengua vulgar; los ame­
ricanos Gaspar Xuárez (1731-1804), de Santiago del Estero, y Ma­
nuel Morales (1731-1790), de San Juan de Cuyo; el devoto mallor­
quín Andrés Ferrer, que publicó en Roma en lengua castellana su libri-
to Medios para la verdadera felicidad del cristiano ( 17 8 1) 2615; el catalán
José Francisco Clavera (1721-1788), hermano coadjutor y bachiller en
cirugía en España, que, ordenado de sacerdote en Bolonia, entreveró
sus publicaciones médicas con otras espirituales, en latín, italiano y
castellano: curiosas sus ediciones latina y española de los escritos re­
ligiosos del místico montserratense fray José de San Benito (Ferrara
1774 ; Bolonia 1786) y su biografía italiana de la 44Azucena de Quito”
Mariana de Jesús de Paredes (Bolonia 17 7 9 ; etc.)*

POESÍA, NOVELA Y TEATRO: MONTENGÓN Y COLOMES

Tantos son los ex-jesuitas españoles que dedicaron una parte de


sus ocios a la lírica latina, española o italiana, y todos de una medio­
cridad poética tan evidente, que la dificultad está en ver qué escritos
tienen un valor meramente bibliográfico, y cuáles pueden, y aun de­
ben, ser citados en esta historia de la literatura hispano-italiana del
setecientos. De los poetas latinos y de la obra poética italiana de Juan
Francisco Masdeu, se ha tratado ya más arriba. Limitando ahora el es­
pacio a los poetas en español y a los demás géneros de creación litera­
ria —novela y teatro— , se advierte, por una parte, una clara inferiori­
dad respecto de la literatura de erudición hasta aquí historiada y tam­
bién con relación a los poetas menores jesuítas de la época barroca
—Escobar, Céspedes, Villar-—, y, por otro lado, una clara limitación
de sus más discretos representantes — descontando a Palazuelos— a
dos núcleos geográficos: la provincia de Quito y el reino de Valencia.
Entre aquellos americanos27 puédense citar Juan Bautista Aguirre,
como poeta burlesco; el sonetista Ambrosio Larrea y el ovidiano Ma-

2613 [Estudio 2 1, cf. n. 45.]


27 M enéndez Pelayo , H is to r ia d e la p o e s ía h isp a n o * a m e ric a n a f II. 7-22.
BANCO DE LA REPU3ÜCA
biblioteca luis-a ;,':::' , "·: ■ ?3
CATA:."'
52 L Estudios generales

riano Andrade; José Orozco, autor de un poema en octava? reales


sobre La conquista de Menorca por Carlos III; y su hermano Manuel»
el elegiaco de la muerte de la Compañía de Jesús» y cantor de su rena-
cimiento futuro; temas semejantes eligió el ya citado Ramón Viescas»
autor también de El sueño sobre el sepulcro de Dante♦
Poeta castellano y a la vez novelista fue el alicantino Pedro Monten-
gón (1745-1824) 28, quien» a pesar de su oriundez francesa» fue en Ita­
lia uno de los más patriotas» no sólo en el uso exclusivo del español
para todas sus obras de creación» sino en el mismo seudónimo de
Filópatro con que publicó en Ferrara sus dos libros de Odas (1778-79)*
La mediocridad y prosaísmo de su ingenio y de sus versos aparece
ya en los temas que canta» más propios de un miembro de cualquier
Sociedad de Amigos del País — así, todo con iniciales mayúsculas— ,
que no de un desterrado que recuerda su patria con añoranza: la
educación, la industria, el trabajo, el lujo, la trata de negros, la nave­
gación, el comercio... N i se remonta mucho más su estro lírico cuan­
do elige argumentos más poéticos, como E l Antenor (Madrid 1788),
La pérdida de España o La conquista de Méjico (Napolis 1820)*
En cambio, como prosista, merece Montengón particular estudio*
En sus amenas Frioleras eruditas (Madrid 1801) se revela el hombre
setecentista de insaciable curiosidad clásica; pero su minucioso amor
a lo pintoresco preludia ya el próximo romanticismo, y éste es el
aspecto que no siempre se ha tenido en cuenta cuando se ha presen­
tado a Montengón como a un insípido prosista muy siglo xvin* In­
sípidas son ciertamente todas las páginas de El Rodrigo y casi todas
las de la Eudoxia, hija de Belisario (Madrid 1793), pero en esta últi­
ma aflora ya un sentimentalismo que le conecta con los narradores
ingleses del último siglo xviil, precursores inmediatos de la novela
romántica* Ese tono sentimental se observa menos en el Eusebio,
algo anterior a aquellas dos novelas (Madrid 1786), pero en cambio
la urdimbre de la narración, lenta y filosófica, deja ver un trasfondo
lejano y evocativo, el ambiente exótico de los cuáqueros americanos,
que en la España de Carlos IV , menos abierta que Italia a la cultura
angloamericana, hubo de ejercer un particular encanto; ello explica
la alarma de la Inquisición española, entonces cerrada como nunca

28 Estudio 22, cf* n. 1.


i* La literatura hispano'italiana del Setecientos 53

a toda importación de ideast y la persistencia de una novelat por otra


parte tan dieciochesca, durante todo el primer período romántico*
El haber abandonado Montengón los estudios sacerdotales poco des*
pues de llegar a Italiat cuando aún no había recibido las órdenes
mayores, y el haberse casado en Venecia algo más tarde, explica
el sentimentalismo de sus novelas como una manifestación de su
propio carácter sensitivo y emotivo; sus personales experiencias amo­
rosas y paternas dan a todo el Ensebio el tono de algo vivo y expe-
rimental, que supera sus defectos literarios, muy perdonables en un
hombre de transición* Su hermano José, hombre de letras aunque
no publicista, fue en Italia secretario del conde Alessandro Pepoli,
fino comediógrafo del setecientos*
Un ambiente tan propicio al teatro poético, como era la Italia de
Goldoni, de Metastasio, de Albergad y de Pepoli, no podía dejar
de tentar a algunos ex-jesuítas para darse a conocer como autores
dramáticos, sobre todo residiendo muchos de ellos en la aristocrática
Bolonia, que entonces se disputaba con Venecia y Nápoles la pri­
macía teatral de Italia entera* Mas lo curioso es que, fuera del
murciano Juan Clímaco Salazar, colaborador de Hervás en Cesena
y autor de la tragedia Mardoqueo (Madrid 179 1) en verso blanco
castellano pero de imitación italiana, todos los demás eran de V a­
lencia, donde tanta fuerza había alcanzado el teatro poético desde
fines del siglo XVI* Los tres nombres más representativos son los de
Juan Colomes (1740-1807), Manuel Lassala (1738-1806) y Bernardo
García (1740-1799), los tres de la misma ciudad del Turia, citados
aquí por orden de méritos literarios, si bien ninguno de ellos sobre­
pasa la medianía 28a*
El teatro de estos tres jesuítas dieciochescos es una mezcla de
tragedia italiana, de teatro neoclásico jesuítico — a tanta altura lle­
vado en Italia y en Alemania poco antes de la supresión de la
Compañía de Jesús— y de drama español de tradición seiscentista,
sobre todo en la elección de los temas: Celio Marzio Coñolano
(1779), Scipione in Cartagine (1783) y Agnese di Castro (1781), de
Colomes, que Moratín calificó benignamente de “ estimables” ; Ormu
sinda (1783), Lucia Miranda (1784), Soneto Garda y Giovanni Blan-

28a v id . infra, págs. 500-507.


54 L Estudios generales

cas (i793)t de Lassala, estas dos últimas consideradas por el mismo


Moratín como “ de corto mérito“ ; Tarquinto il Superbo (1782), Mar-
celia ossia la innóvenla salvata e la cálunnia punita (1786), Gonzalo
delta Riviera ossia il giudice del proprio onore (1783-89), La zíngara
(1800), de Bernardo García*
Bien se ve que toda esa literatura de creación no puede paran­
gonarse con aquella floración de estudios críticos y eruditos, que dan
el tono a esta literatura hispanoitaliana del siglo XVIII* Poco signi­
fica el nombre de Montengón en la poesía española setecentista, algo
en la novelística; pero, en cambio, la cultura literaria de España
entera, sin Hervás, Andrés, Arteaga y Masdeu, quedaría notable­
mente mutilada* Sus figuras no son aisladas, sino que emergen de
un simpático fondo en perpetua ebullición literaria* Y todo el con­
junto representa una modalidad muy característica en la historia ge­
neral de las literaturas hispánicas*
2

LA IRRUPCIÓN DE JESU IT A S ESPAÑ O LES E N LA IT A LIA


DIECIOCHESCA

Vengo a hablaros de un tema setecentista. Permitidme, pues, ya


desde el principio, una terminología de cariz dieciochesco: llamaré con
frecuencia “ literatos” a los jesuítas escritores expulsados a Italia por
Carlos III· Literatos en el sentido actual de la palabra — creadores de
belleza verbal—- no lo fueron* Casi todos compusieron versos, pero
mezquinos* Si alguno sobresalió en su época — como los valencianos
Lassala y Colomes, que llegaron a componer en verso italiano dramas
de capa y espada *1— , hoy apenas nos interesan sino como una curiosi­
dad ; y nada más* Tal vez, literariamente, las más finas obras de los ex­
pulsos son sus cartas — españolas, italianas, latinas; algunas también en
lengua francesa— * Pero ellos se preciaban de literatos, y un “ gé­
nero de literatura” llamaba el jesuíta más representativo, Juan Andrés,
a los estudios de química y de botánica* Hoy les llamaríamos más bien
escritores, publicistas, intelectuales, críticos... Pero, ¿no preferís a to­
das éstas la palabra literatas? Ella sola, así entendida — ampliamente,
desmesuradamente, enciclopédicamente— , tiene la virtud de sumer­
gimos, por sí misma, en pleno dieciochismo*
Yo no sé si os interesará sumergiros por una hora en pleno diecio­
chismo* El siglo x v iii suele salir tan maltrecho de los ligeros manuales

* Conferencia pronunciada en el Ateneo barcelonés el 27 de diciembre de


1941. Publicada, sin notas, en RyF 126 (1942) 108-130. Aquí se dan en nota las
referencias esenciales, y se acomoda un tanto el estilo al carácter general del
presente volumen. Por tratarse de una conferencia, se da sólo la traducción cas­
tellana de los textos italianos.
1 V id . infra, págs. 500-507.
56 L Estudios generales

de historia literaria» Para muchos de vosotros será ésa — sin duda—


una época indiferente» Para otros, incluso un siglo antipático» Lo com-
prendo» También yo sentía hondamente esa antipatía cuando las cir­
cunstancias — ese tirano insoslayable— me llevaron a historiar el con-
tacto cultural de España con Italia a raíz de la expulsión de 1767»
El Menéndez Pelayo de los Heterodoxos — bullente de múltiples
planes inabarcables— había prometido que esa historia la escribiría él»
Pero, asaltado siempre por infinitos quehaceres, pasaron los años, y sólo
nos dejó sondeos de segura orientación 2, un tanto exagerados tal vez
por su temperamental, simpático, optimismo» Y advertid que a mí só-
lo el optimismo de los genios llega a parecerme simpático»
Ese tajo abierto en la cultura española por la deportación carloter-
cista no lograron llenarlo ni Vittorio Cían con su Memoria leída el
año 1895 en la “ Reale Accademia delle Scienze” de Turín, ni el padre
Gallerani con su amplia recensión de este estudio en La civilta caito-
lica3» No bastaba, para empresa de tal empuje, sacudir los recónditos
autógrafos turineses y modeneses» Había que iniciar una exploración
sistemática de todos los archivos y bibliotecas de Italia que pudiesen
conservar restos manuscritos de los antiguos expulsos»
El plan de semejante iter italicum lo trazó con mano segura y pre­
cisa el padre Ignacio Casanovas — una de las más lloradas víctimas de
la revolución de Barcelona en 1936— en el fundamental prólogo que
antepuso a la serie de conferencias leídas en la Biblioteca Balmes el año
1924, sobre José Finestres, figura centro de la Universidad de Cer-
vera 4» Ese prólogo salía a luz a fines de 1931» El 23 de enero del 32 la
Compañía de Jesús era disuelta en España, y una parte de sus miem­
bros, renovando- los tiempos del despotismo ilustrado, partía para un
nuevo destierro itálico, de incierta duración. Yo eché pie en Génova

2 C ascón , 265-469. Véase, del mismo autor, La emigración de tos jesuítas


españoles en el siglo X V III y el renacimiento de los estudios humanistas en
Italia, en Anuario cultural ítalo^español, I (1941) 37-69.
3 Véase la Bibliografía general al final de este volumen.
4 C asanovas, I, págs. vn -x ix , 1-2 16 ; trad. española en La cultura católa-
na en el siglo X V III (Barcelona 1953) 1-278 ( = Obras del padre Casanovas»
X I V ) . Véase también el resumen sintético del mismo autor, La cultura catalana
del segle X V III (ib. 19 32); trad. española en el vol. cit., 279-323.
2. La irrupción de jesuítas españoles 57

el 2 de febrero, y a los pocos meses me ponía de acuerdo con el padre


Casanovas para realizar sus planes.
Fuera de frecuentes excursiones fugaces, tres largos y detenidos
viajes llevé a cabo en 1933, 1934 y 1936. Archivo por archivo y bi­
blioteca por biblioteca, recorrí y crucé en todas direcciones Italia en-
tera. Un centenar de fondos manuscritos han contribuido a engrosar
mi colección de transcripciones y fotocopias sobre los antiguos expul­
sos. Imposible, en una hora, ni siquiera hacer un resumen de mis bús­
quedas. Además, en vez de hablaros de libros apergaminados y papeles
roídos por la humedad, prefiero poneros en contacto, unos momentos,
con aquellos simpáticos abates españoles italianizados, vivientes y ac­
tuantes en toda la extensión de la península “ che /1 mar circonda e
l'Alpi” .
Vamos a emprender, pues, juntos un viaje de recreo; viaje re­
trospectivo por tiempos dieciochescos. Es un recorrido familiar para mí.
La primera etapa no puede ser en birlocho. Acompañaremos a los
proscritos desde su propia patria. No hay más remedio que subir a uno
de los navios mercantes que en diversos puertos de España reciben el
cargamento de negros jesuítas. En el puerto-juguete de Salou — tan
bello y minúsculo, contemplado desde el balcón tarraconense— , se
mecen el 29 de abril de 1767 trece bajeles, a medida que van llenán­
dolos hasta 532 jesuítas, reunidos de todas las casas esparcidas por la
corona de Aragón. El día siguiente, a las nueve de la noche, se hace
a la vela la flotilla. La nave capitana, El Atrevido, la rige el entonces
capitán Antonio Barceló, mallorquín; los dos jabeques de escolta eran
El Catalán y El Cuervo, nombre este último que añade un relámpago
de negrura a aquella noche lúgubre, en que eran desgajadas del año­
so tronco secular de la cultura española ramas tan pictóricas de savia
y de vitalidad, que, injertadas en el árbol arcádico y galizante de la
Italia setecentista, todavía tuvieron fuerzas para hacer florecer el mi­
lagro de un Masdeu, de un Andrés, de un Arteaga, de un Hervás...
La flota del capitán Barceló se dirige a Mallorca. Diríase que las
órdenes de mando del gran marino mallorquín obedecen a un mis­
terioso atractivo imántico que conecta indefectiblemente las costas ca­
talanas con las de la Isla de Oro en las horas de los triunfos, de las
esperanzas optimistas y de las grandes catástrofes.
5» L Estudios generales

La flota siniestra — trece eran sus unidades— apenas mancha el


oro-azul de la bahía de Palma* En el puerto de la Porrassa, a tres
millas de la ciudad, se le añaden como pueden los jesuítas — sacerdotes
y legos— pertenecientes a los tres colegios mallorquines y a la resi­
dencia de Ibiza, y el 4 de marzo zarpan de nuevo rumbo a Civitavec-
chia, donde presencian con espanto comprensivo el encaro de los ca­
ñones pontificios por orden de aquel mismo papa Rezzonico, Clemen­
te XIII, que con latido emocionado reprochaba al rey católico su
conducta equívoca y absurda: “ Tu quoque, fili mihi? ¿E l rey católico
Carlos III a quien tanto amamos, viene ahora a colmar el cáliz de
nuestra amargura, a sumergir a nuestra vejez en un mar de lágrimas
y a derribarla al sepulcro?” *
Y quedaban entre mar y cielo las cuatro flotillas-prisiones de los
jesuítas españoles, una para cada provincia: Aragón, Castilla, Toledo
y Andalucía; sin contar las de las provincias americanas y oceánicas,
que pronto bogarán también rumbo a España* ¿Qué hacer ante la
actitud firmemente resuelta del papa, que se negaba a que desem­
barcasen los jesuítas españoles en sus dominios? Regresar..., ni pen­
sarlo; bueno estaba Roda para readmitir la “ buena mercancía” que,
frotándose las manos de contento, enviaba a Azara* Dispuesta a dis­
poner de lo ajeno, la corte de Aranjuez echó mano a la solución
Córcega: una isla medio desierta, desconectada del mundo borbónico
—casi tanto como Aranjuez, Versalles, Colomo y Capodimonte lo
estaban de España, Francia, Parma y Ñapóles— , isla bajo el domi­
nio nominal de Génova y bajo el dominio efectivo de Pasquale de’
Paoli, héroe del nacionalismo corso y primer modelo — por paradójica
fuerza ambiental— del primer Napolione Buonaparte*
Y , sin consultar siquiera con el ministro genovés en Madrid, da
orden Carlos III de que la “ buena mercancía” , fruto de “ la operación
cesárea practicada en todos los colegios y casas de la Compañía” , se­
gún la cínica frase del mismo Roda, fuera repartida como un regalo
inesperado por los puertos de Bastía, Calvi, Aiaccio y San Bonifacio*
Todavía respiran asombro las cartas del ministro genovés a su sere­
nísimo Gobierno, conservadas en el archivo de Génova* El 12 de ma­
yo del 67 escribía Zoagli en cifra desde el seteeentista Aranjuez:
2* La irrupción de jesuítas españoles 59

“ Haviéndoseme manifestado amistosamente esta mañana el pro­


yecto de confinar a los jesuítas expulsados en la isla de Córcega, vi
¿inmediatamente al Sr* Jerónimo Grimaldi, para informarme de él exac­
tamente ; me prometió conferenciar conmigo en mejor coyuntura, pues
S* E* estaba ocupadíssimo, y me dijo que ya se habían despachado
sobre este asunto dos correos” 5*

Como resultado de estas dos misivas escamoteadas al ministro Zoa-


gli, podía Barceló, ya el 22 de mayo, “ a bordo del chambequín de
S. M* llamado El Atrevido, al ancla en el puerto de la Bastía” , anun­
ciar a la Serenísimá que iba a desembarcar en la isla a los jesuítas cus­
todiados por tres tareques de guerra de su mando*
En la espera forzosa del puerto de Bastía pudieron los desterra­
dos tener noticias unos de otros, pues, como he dicho, las flotillas
iban separadas por provincias jesuíticas* Por aquel lazareto político
iban pasando los que llegaban de los puertos españoles del Atlántico*
Nicolás Pignatelli — hermano menor de José— escribía esta bella car­
ta al padre Gaspar de Segovia, residente en Rom a:

“ Lo que puede V* R* celebrar y bendecir al Señor es que no hay


novedad en nuestra salud, todos fuertes, alegres y mui conformados;
y que nos acompañan los demás en los mismos sentimientos, pues
los padres de Castilla, Andalucía y Toledo lo tienen bien manifes­
tado : los primeros por cartas; los segundos, una embarcación de com­
boy que tuvimos el consuelo de ver en este puerto antes de ayer,
aunque partieron luego, pues tan sólo vinieron con un oficial a in­
formarse de las órdenes que huviesse en este puerto, y ver adonde
ivan a parar; y de los terceros podemos hablar más, pues ayer tarde
se avistaron los dos navios y demás embarcaciones, y tuvimos el con­
suelo de ir a bordo, con mutuo consuelo, poniéndonos a las órdenes
del padre provincial Osorio, que viene bellissimo, abrazar al padre
Isidro López, Isla y demás padres, con nuestro padre Eximeno, yendo
de propósito a venerar también al padre Calatayud, que dice está

5 Genova, Archivio di Stato, 71/2480* Véase la bibliografía esencial sobre


el destierro a Córcega y a Italia en Estudio 1, n. *, y Estudio, 14, n* 1.
6o L Estudios generales

mejor ahora que quando partió, y le está dando al italiano para pre­
dicar en italiano” 6.

Esta carta no llegó a manos del destinatario : los agentes de Az-


puru y Azara la secuestraron, con muchas otras escritas desde Cór­
cega; mejor para nosotros, pues así se nos han conservado todas reu­
nidas y catalogadas en el archivo de la embajada española en Roma.
Su interés a nadie escapa. En ese pequeño fragmento sólo se citan
cinco nombres: entre ellos el del primer novelista español de su épo­
ca 7, el de su más fino musicólogo 8 y el del gran misionero rural del
siglo XVIII 9, que le da ya al italiano por esa necesidad biológica de
adaptación al ambiente 10. En aquel 21 de junio del 67 aparecen ya
los dos rasgos de las futuras colonias de abates españoles esparcidas

6 Carta de Bastía, 21 junio 1767. A E E R , leg. 330, f. 188 bis.


7 De la copiosa bibliografía de Isla véase O b ra s e s c o g id a s , ed. P. F . Mon-
lau (Madrid 1850) (= Biblioteca de autores españoles, X V ) ; F ra y G e r u n d io d e
C a m p a b a s, ed. R. P. Sebold, I... (ib. 1960...) (= Clásicos castellanos, 148 ...);
C a rta s in é d ita s d e l p a d r e L , ed. L . Fernández (ib. 1957); E l C ic e ró n , ed. G . De
Gennaro (ib. 1965) ( = Anejos del Boletín de la R. Academia española, XII).
Sobre Isla, C . E guía R uiz , P o s tr im e r ía s y m u e r te d e l p a d r e I. e n B o lo n ia ,
R yF 100 (1932) 3 0 3 -32 1; 10 1 (1933) 4 1-6 1; Id ., E l a u to r d e l “F ra y G e r u n d io ”
e x p u ls a d o d e E s p a ñ a (17 6 7 ), en H is p a n ia , 8 (1948) 434-455; Id ., E l p a d r e I. e n
C ó rc e g a , ibid., 5 9 7 -6 11; L . F ernández , L a b ib lio te c a p a r tic u la r d e l p a d r e L ,
en H u m a n id a d e s , 4 (Comillas 1952) 12 8 -14 1; R. E zquerra A badía, O b r a s y
p a p e le s p e r d id o s d e l p a d r e L , en E s tu d io s d e d ic a d o s a M e n é n d e Z P id a l, VII/ i
(Madrid 1957) 417-446.
8 Estudio 22, cf. n. 27.
9 Sobre Pedro Antonio de Calatayud vid. J. F ernández A nchuela y C o­
llado , T r e s d o c tr in a s p rá c tic a s ín te g r a s d e l v e n e r a b le p a d r e P. de C♦ (Madrid
1951) 7-9 2; J. E llacuria Beascoechea , R e a c c ió n e s p a ñ o la c o n tr a las id e a s d e
M ig u e l d e M o lin o s (Bilbao 1956) 353-446. Sobre el otro gran misionero popular,
Agustín de Cardaveraz, vid. G. González P intado, V id a d e l p a d r e A. ele C .,
a p ó s to l d e l C o r a zó n d e Jesús (San Sebastián 1948); L. VlLLASANTE, H is to r ia d e
la lite r a tu r a v a s c a , I (Bilbao 1961) 14 1-14 6 . Manuscritas de entrambos cit. en
Orella , ob. cit. infra (Estudio 2 1, n. 21), págs. 334-335, núms. 2 y 4.
10 En la carta alegada en el texto se menciona al padre Isidro López, que
había sido acusado de complicidad en las algaradas de 1766. Véase C. E guía
R uiz , E l P. I s id ro L ó p e z y el m o tín d e E s q u ila d le (Madrid 19 35); 2 .a ed. L o s
je s u íta s y e l m o tín d e E s q u ila d le (ib. 1947); R. Olaechea , E n t o m o al je s u íta
G r e g o rio I r ia r te , h e r m a n o d e l c o n d e d e A r a n d a , A H S I 33 (1964) 157-234
(v. págs. 198-206, 226-233).
% La irrupción de jesuitas españoles 61

por las Legaciones primero» y por toda la península italiana desde


17 7 3 : señera aristocracia intelectual, italianización lingüística, pero
con un enraizado fondo racial.
Selección 'cultural que, diseminada por las rocosidades isleñas de
la agreste Córcega, florecerá en academias sin libros, de cariz helénico·
Ello permitirá a los jóvenes que aún no habían terminado sus estudios
proseguirlos bajo la guía sabia de un Aymerich — el amigo íntimo de
Finestres— que con sus Prolusiones cervarienses inauguró en España
el ensayo filosófico 11; de un Tomás Serrano, humanista y teólogo12;
de un Bartolomé Pou, cuya latinidad era el asombro de Mayans, y
cuya historia de la filosofía fue la primera que apareció en toda Es-
paña13.
Por fortuna, en una biblioteca particular del Piamonte — la del
noviciado de la provincia jesuítica de Turín— se nos ha conservado
una colección de escritos que remontan a los meses de San Bonifacio:
preceptivas literarias» composiciones de estudiante, sermones, diserta-
cienes» poesías, en las que se glosa repetidamente el tema del des­
tierro :
A t felle saevus vipéreo furor
fervescit imo pectore pñncipum et
nos cogit immensum laborum
ferre iugum exiliumque turpe.

Lo más curioso, con todo, es una lista de libros recomendados por


los profesores: ella nos muestra cuán universal y cuán moderna era
la vibración intelectual de aquellos desterrados» aun antes de ponerse
en contacto con Italia» más abierta que España, entonces, a todas las
corrientes literarias, críticas y científicas del Setecientos europeo. Jun­
to a nombres de interés hispánico y aun marcadamente regional
— Vives, Zurita, Fontanella, Mayans, Finestres...— no faltan los de
Vossius, Grüter, Simonét, Muratori, Jones, Brucker...» lo mejor y más
telecto de la época en Francia, Italia, Alemania, Inglaterra, Holanda.
La indisimulada predilección por la historia de. la filosofía nos per-

11 Estudio 20, cf. n. 29.


12 Estudio 22, cf. n. 8.
13 V id . infra, págs. 482-491.
62 I* Estudios generales

mite atribuir esa lista a un discípulo del mallorquín Bartolomé Pou,


el que firmaba sus obras y sus cartas con aquel pomposo “ Bartholo-
maeus Povius Balearíais".
Pero ni en Córcega hallaron sosiego los jesuítas proscritos* Por
el tratado de Compiegne (15 de marzo de 1768) la república de Ge­
nova vendía al rey cristianísimo la isla de Córcega, independiente de
hecho por el hipnótico prestigio nacional de Pasquale de' Paoli* Mar-
boeuf, general del ejército francés de ocupación, exige al serenísimo
gobierno que los jesuítas españoles sean internados — a través de la
Liguria y Parma— en las Legaciones pontificias; una vez estén den­
tro, no podrá Clemente XIII rechazarlos*
Ciertamente, no sintieron mucho los desterrados ese nuevo cambio,
pues la vida en Córcega distaba mucho de ser paradisíaca* Más que las
varias relaciones que de aquellos turbulentos azares se nos han con­
servado, nos revela la situación desventurada de los proscritos una
carta escrita a un primo suyo por el padre José Pons, barcelonés,
antiguo profesor de la universidad de Cervera y futuro lector de Cá­
nones en Nocera, Foligno, Camerino y Sinigaglia14:

“ Aquí [en San Bonifacio] podemos decir que nos falta todo, ex­
cepto la comida; principalmente la habitación y alhajas, de las cuales
están completamente destituidas las ruines casas en que nos han co­
locado; pero no nos falta aún la paz y alegría interior, fundada en
la enérgica voz de la conciencia que nos da firme testimonio de que
toda nuestra culpa, en la realidad, no es otra que el ser individuos
de un cuerpo a que estamos atados por un vínculo que no podemos
romper sin un sacrificio* Y esto mismo — [añade a continuación con
optimismo que hoy nos parece pueril o insincero]— nos da alguna
esperanza de que nuestro piadoso monarca, cuya rectitud de inten­
ciones nos es muy conocida y cuyas luces son muy claras para que pue­
da por mucho tiempo ocultársele la verdad, entendida ésta, nos hará
la justicia, que le es tan amada, y usará con nosotros de la clemencia,
tan conforme a las bellíssimas inclinaciones de su paternal corazón" 15*

14 Estudio 20, cf. n. 30,


15 A E E R , leg. 330, f. 32Óter. Cf. O. F . T encajoli, I gesuiti in Corsica, en
Corsica embica e moderna (1932) 1 5 1 - 1 6 3 ; H . de M ontbas, Les jésuibes espagnols
et la réunion de la Corsé a la France, en Revue de Parts (1958) núm. 8, 80-91.
2* La irrupción de jesuítas españoles 63
Esta carta, naturalmente, fue tenida por sospechosa, y vino a pa­
rar al negro cajón de papeles jesuíticos de la embajada española en
Roma*
Que semejantes esperanzas florecían en aquellas diásporas isleñas
bien se manifestó cuando, sin decirles adonde los llevaban, les hicieron
embarcar de nuevo* No pocos creyeron que se les iba a devolver a
España, pero el viaje fue más corto: en el primer puerto de escala,
el maravilloso Portofino, junto a Genova, se les obligó a bajar; se
les condujo, a través de los montes, a los ducados borbónicos de Par­
ma, y de allí a los Estados pontificios; en Bolonia y su campiña se
acomodó la provincia castellana y la mayor parte de México; en
Ferrara, los restantes de Nueva España, los del Perú y la provincia
de Aragón, que comprendía toda la antigua corona de este nombre;
en Imola, Faenza, Forlí y Rímini, los de Chile, Paraguay, Toledo y
Andalucía, y en pequeñas ciudades de las Marcas y de la Umbría
■—Pésaro, Fano, Sinigaglia, Gubbio— los restantes americanos*

# * *

Los años que aún quedaban de vida a la Compañía de Jesús — des­


de 1769 hasta i773t fecha del breve de abolición “ Dominus ac Re-
demptor” — no fueron un período florido en publicaciones: sólo in­
significantes disertaciones filosóficas y teológicas, vanos juegos
retóricos, insulsos versos latinos* Pero en ellos comenzó — por obra del
primer contacto fecundante con la cultura italiana— la gestación de
aquel espléndido sinfín de obras críticas e históricas, que constituye
una de las más bellas gemas de la cultura española setecentísta*
Al quedar canónicamente extinguida la Compañía de Jesús por el
papa Ganganelli, Clemente X IV , fueron libres nuestros desterrados
para quedarse en el lugar donde hasta entonces residían, o para acudir
a otras ciudades de más densidad de cultura* Esto hicieron, en general,
los que sentían bullir en su interior amplios planes enciclopédicos:
Masdeu pronto se traslada a Roma para emprender su magna Storia
critica di Spagna e della cultura spagnuola in ogni genere 16; y a

16 Estudio 19*
64 1. Estudios generales
Bolonia acuden sobre todo los jóvenes para continuar los estudios en
su famosísima universidad: recorriendo en aquel Archivo de Estado
los rótulos de las Facultades de artes y de leyes por aquellos lustros»
di con más de un centenar de jesuítas españoles* Pero — cosa nota*
ble— entre tantos, sólo aparecen dos nombres verdaderamente ilus-
tres: Esteban de Arteaga entre los artistas 17t y Juan Francisco Masdeu
entre los legistas. Este solo dato, teniendo en cuenta que los escritores
de cierta prestancia fueron varias docenas, basta para comprobar que
aquella floración de literatos — en el más amplio sentido— no se for­
mó en Italia; allí sólo se abrió el germen vivísimo que traían de Es­
paña: de Madrid, de Cervera, de Valencia.
Casos dignos de tenerse en cuenta, por lo paradójicos, son los de
Andrés18 y Hervás 19: sus monumentales obras Dell*origine, progresa
si e stato attuale d’ ogni letteratura e Idea delVuniverso las compu­
sieron, respectivamente — o al menos las iniciaron— , en las pequeñas
ciudades de Mantua y de Cesena, con sólo fugaces viajes de estudio
a Bolonia, Módena, Roma. Con razón respondía el bueno de Andrés a
los que le echaban en cara alguna falta de precisión en las citas:
“ Quien sepa lo que es escribir sin tener los libros a mano, me excu­
sará fácilmente de ese no muy gran defecto“ 20. Por otra parte, Hervás
no se distinguió por su contacto con los eruditos italianos: su prin­
cipal fuente de información fueron no tanto los libros de las biblio­
tecas, como aquellos centenares de misioneros — españoles y portu­
gueses sobre todo— que dominaban las lenguas americanas y asiáticas
y que habían sido arrancados violentamente de sus misiones por “ los
navios de la ilustración“ .
En Ferrara — ya lo hemos dicho— se habían acomodado en 1769
los jesuítas de la corona de Aragón. Ahora en las calles carduccianas
“ che Ercole primo lanciava ad incontrar le muse peregrine arrivan-
ti“ , sobre todo por aquellas calles cercanas a la universidad, era un
continuo pasar y repasar de anchos sombreros de teja españoles, raídos
por el tiempo y el uso. La pensión otorgada por Carlos III distaba

17 Estudios 8-io*
18 Estudios 5 y 22*25.
19 Estudios 1 1 - 1 3 .
20 Dell* origine... f I, Avvertimento.
2. La irrupción de jesuítas españoles 65

mucho de ser suficiente* Así se quejaba el abate José Palleja a su her­


mano don Pablo el 9 de diciembre de 1 7 8 1 :

“ Siento que por la presente guerra — [la que sostenían entonces


España y Francia contra Inglaterra]— os halléis aquí con tantos tra­
bajos; pero no son menores por acá los tristes effectos de la misma
guerrat en especial nosotros» que campamos sólo de la pensión de nues­
tro monarca; porque por la falta de comercio han subido a tan alto
precio los géneros» tanto los comestibles como los de vestir» que» si
esto dura uno o dos años más» no nos será possible el poder vivir en
Italia* Para este añp me ha sido preciso el hazerme un manteo de paño
para defenderme de los rigores del grande frío que haze por acá;
porque el viejo me havía ya servido cerca de 30 años y ya me pedía
el buen servicio ; ¿y creerás que dicho manteo me ha costado 18 es­
cudos? Pues es así» y me avergüenzo de dezírtelo» porque pensarás
que yo me visto de milord y que gasto el dinero en andar galano ;
pues no es así» porque voi mui ordinariamente vestido» y siempre de
largo» para cubrir mis pobres vestidos interiores» siendo assí que casi
todos los pretes — [sacerdotes]— de este país van de corto por las
tardes» y casi todos los nuestros españoles los imitan...“ 21*

Y aún continúa quejándose de los precios imposibles de la comi­


da» del hospedaje» del barbero» del tabaco» de la luz* El escaso número
de cartas escritas por los desterrados a sus familias —como ésa— nos
dejan entrever con más realismo la vida de proscritos a que se veían
reducidos* Así se explica que al jocoso jesuíta de Valencia» Tomás
Serrano —otro de los ferrareses— » le saliera este dístico latino ante
el mote plus ultra de una moneda española» viendo que no le que­
daba ningún otro peso duro en el bolsillo: “ Plus ultra Hercúleas pro-
bet esse moneta columnas* | Plus esse in loculis non probat illa meis” 22*

21 Tarragona» archivo CapelL Copia en Barcelona» Biblioteca Balmes» ar­


chivo del padre Casanovas. Cf. [J. M. M arch ], I g e s u iti a F e rra ra d o p o la s o p -
p re ss io n e d e lla C o m p a g n ia d i G e s u se c o n d o u n a m e m o r ia in e d ita d e l M a r is c o tti,
CC (1939) h 239-250» 347-360»
22 Es decir: Esta moneda puede probar que hay algo» más allá de las
columnas de Hércules» pero no puede probar que haya algo más en mi faltri­
quera» Rovereto» Biblioteca cívica» carteggio Vannetti»
L. HISPANO-ITALTANA. — 5
66 L Estudios generales

En la Ferrara del siglo XVIII sólo quedaba la memoria de los


tiempos en que la magnificencia de los Borsos, Hércules y Alfonsos
hacía de la corte estense el rendezvous obligado de los más famosos
poetas y artistas del Renacimiento* Pero subsistía la universidad — siem­
pre en angustiosos conatos de reforma— y junto a ella una no des­
preciable biblioteca que, si no podía ser suficiente para los que sona­
ban con vastos planes enciclopédicos, bastaba a cuantos se conformasen
con una aurea mediocritas — aquella medianía horaciana, tan cara al
Ariosto, que aún refulge con resplandores otoñales en el rojo friso
de su casa ferraresa: “ Parva sed apta mihi, et nulli obnoxia, nec
non | sórdida; parta meo sed tamen aere domus” 23*
Bella y honrosa tumba, Ferrara, para aquellos neohumanistas que
habían reavivado en Cervera el rescoldo clásico, medio apagado por
los floripondios y hojarascas del último barroco: para un Aymerich
a quien, desterrado, aún le quedaron fuerzas para sostener reñida po­
lémica con el caballero Vannetti; para el zaragozano Larraz 24, últi­
mo provincial de Aragón y biógrafo del padre Ferrussola 25, antiguo
profesor, como él mismo, de la flamante universidad borbónica; para
el mallorquín Sebastián Nicolau 26, que ni siquiera vivió los tristes días
de la abolición de la Compañía*
Junto a esas luces que se apagan, otras prolongan su brillo hasta
los primeros decenios decimonónicos, y otras expanden sus rayos por
vez primera en las hóspitas tierras italianas*
Uno de los más finos espíritus del círculo finestresiano y futuro
biógrafo del patriarca, el vicense Luciano Gallissá 27, pronto fue nom­
brado director de la Biblioteca universitaria de Ferrara* Publicó tan
poco, que ahora se nos hace difícil comprender el prestigio de que
gozó en su tiempo: “ eruditísimo“ lo apellida Juan Andrés en sus

23 Casa pequeña, pero acomodada para m í; ni empeñada ni mezquina, an­


tes levantada con mi propio dinero. Vid* M* B ., E l I V c e n te n a r io a r io s te s c o
e n F erra ra , 1 533 ^ 933 * RyF 104 (1934) 198-206.
24 V id . R . N u ix de Perpinya , D e v i t a e t m o r ib u s B la sti L a rra & i p o s tr e m i
A r a g o n ia e p r o v in c ia e 5 . I. p r a e fe c ti (Venetiis 1796); C asanovas, I, págs. 1 1 1 -
115 .
25 Estudio 20, cf. n. 28.
26 V id . infra, págs. 478-480.
27 Estudio 17*
2* La irrupción de jesuítas españoles 67

curiosas Cartas familiares 28* y escribiendo a Llaguno lo llama sin ro­


deos “ el más erudito español que yo conozco“ 29; sabida es la frase
con que el cardenal Mattei lo presentó a Su Santidad Pío V I : “ Tengo
el gusto de presentarle al hombre más erudito de Europa“ 30* Pero
Gallissá no llegó a publicar nada en Italia; fue más bien un intelec­
tual de ateneo y de tertulia* admirado en el pequeño círculo de sus
amistades por su ingenio y por su cultura* pero perezoso para em­
prender obras serias* dignas de los talentos que todos en él reconocían*
No obstante* lo poco que de él nos ha quedado basta para cerciorarnos
de que aquellos ditirambos no eran simple floreo de la amistad* Su
plan de catalogación y ordenación de la Biblioteca ferraresa presentado
a las autoridades académicas* es un modelo para su época; sólo se
tenían noticias de él por los antiguos bibliógrafos contemporáneos su­
yos* pero en el archivo de aquella universidad tuve la fortuna de dar
con é l31*
Sin duda ninguna el mayor servicio prestado por Gallissá a la
cultura española fue su selectísima biblioteca* Cuando en 1798 Car­
los IV levantó el destierro a los jesuítas* se la trajo consigo a Vich*
y* depositada a su muerte en la biblioteca episcopal* fue la fuente de
cultura más saboreada por el joven seminarista Jaime Balmes 32* Tra­
bajo le costó al buen Gallissá conseguir su paso por la frontera: to­
davía se ven en el Archivo nacional de M adrid33 los papeles de la
Inquisición que ponía reparos a la entrada de tanto libro extranjero:
qué contraste entre estas estrecheces y aquella amplitud en que se
mueven los proscritos* casi siempre dentro de la más pura ortodoxia*
Junto a varones como Gallissá* que ya llegaron maduros y en
sazón a las azules playas itálicas* brotan nombres nuevos* ardorosos
de entusiasmo y ávidos de cultura* Tal Juan Francisco Masdeu: los

28 J. A ndrés * C a r ta s , I* 16* carta n*


29 Documento publicado en el Estudio 18, cf. n. 15.
39 Casanovas, I* pág. XIV*
31 Documento aún inédito* que espero publicar en breve.
32 I. Casanovas* B a lm e s: la s e v a v id a * e l se u t e m p s , le s s e v e s o b r e s , I
(Barcelona 1932) 70-73.
33 Cf. M . D efourneaux * L 'I n q u is itio n e s p a g n o le e t le s liv r e s fra n ç a is a u
X V I I I e siè c le (Paris 1963)* donde se ve la línea de prevención que perduró hasta
el final del reinado de Carlos IV .
68 L Estudios generales

primeros tanteos de esa figura procer son leves sonetos arcádicost in­
sípidos, vanos, ridículos* Ved como se dirigía “ AlPautore d'un leggia-
drissimo sonetto fatto per morte d'un vezzosissimo canario” , según
cierto autógrafo de la Biblioteca municipal de Ferrara34:

Fasti, mió Vate, per V estinta vita


di un vezzoso augellin si gaio un canto;
che dal rogo feral fece partita,
spinto dal riso e dalla gioia, il pianto.
Le linde piume il lindo verso incita,
né so dir chi e piü bel, chi metta il vanto:
ogni tua rima Vaugelletto invita
teco col trillo a gareggiare alquanto.
Felice augel, che i brevi giorni tuoi
v ’é chi, a dispetto della cruda morte,
ottien dfimmortalar cof ver si suoi!
lo sentó invidia della tua gran sorte,
ma piü invidio colui, che tra gli eroi
seppe, dolce cantando, alto riporte35.

Y esos trinos de canario dieciochesco llevan la firm a: “ DelPab-


bate Gianfrancesco Masdéu Barcellonense, tra gli Arcadi della Colonia
Ferrarese Sibari Dessalicense” *
Bien hizo el brioso barcelonés-pal ermitaño en abandonar presto
aquel ambiente provinciano, dejar en segundo lugar sus aficiones
poéticas, y emprender su famosa Historia de España; en Roma le vol­
veremos a hallar trabajando en ella sin resuello»

34 Autografi Cittadella, núm» 1827»


35 En castellano: A l autor de un lindísimo soneto en la muerte de un gra­
ciosísimo canario» Compusiste, poeta mío, a la extinguida vida de un gracioso
canario, un canto tan bello, que el llanto huyó de la feral hoguera, empujado
por la sonrisa y la alegría» El lindo verso incita a las lindas plumas; ni sé decir
quién es más bello, quién merece más aplauso: cada rima tuya invita al pajarillo
a emularte un tanto con sus trinos» Pajarillo feliz, pues hay quien, a despecho
de la cruda muerte, logra inmortalizarte con sus versos» Y o siento envidia de
tu gran suerte; pero envidio más a aquél que, cantando dulcemente, supo po­
nerte en alto, entre los héroes. Por el abate Juan Francisco Masdeu, barcelonés,
entre los árcades de la Colonia Ferraresa, Síbaris Desalicense.
2» La irrupción de jesuítas españoles 69

También en Ferrara comenzó su carrera de apologista un joven pai­


sano suyo, Francisco Gusta 36t el polo opuesto de Gallissá en sus afa­
nes publicistas* Las obras por él sacadas a luz llegan a una treintena;
algunas con dos, tres y hasta cuatro ediciones* Era un espíritu de perio­
dista, pronto a captar con avidez el interés del momento* La caída
de Pombal, el viaje de Pío V I ·—el “ Peregrinus Apostolicus” de San
Malaquías— a Viena para entrevistarse con el rey sacristán, la visita
de Gustavo III, de Suecia al papa, el concilio jansenista de Pistoya,
la revolución francesa..., son temas de toda una lista de obras del
infatigable barcelonés, a quien en 1938 el profesor Martínez Lum­
breras llamó precursor del tradicionalismo español 37* Toda su produc­
ción respira entusiasmo y apología y, sin embargo, su alma vivía en
apretura y sollozo por la difícil situación de la Iglesia en toda Europa,
y más especialmente en Italia*

“ En la V ida de Constantino el Grande, publicada por mí el año


pasado — [escribía desde Ferrara al célebre teólogo y apologista Fran­
cesco Antonio Zacearía, en carta conservada en el archivo de Loyo-
la]—, no me propuse otra cosa que hacer ver en Constantino el res­
peto que los príncipes deben a la Iglesia, de quienes son hijos como
todos los demás, y en los arríanos, una imagen de los modernos no-
dores... ¡Dios mío, cuánto me hace sufrir tanta indiferencia como ob­
servo, tanto silencio! En tiempo del sínodo de Pistoya, me trasladé
allí, recorrí un poco la Toscana, y a cuántos párrocos hallé transidos
de dolor por tanto silencio* — Roma calla y no habla— , he ahí la que­
ja de los buenos“ 38*

36 Vid* infra, págs. 89*90.


37 F. M artínez L umbreras, El pensamiento y la acción tradicionalista en
España durante el siglo X I X , en Boletín de la Universidad de Granada, 10
(1938) 29*58.
38 T exto italiano en el Estudio 4, cf. n. 7. Carta publicada por entero en
ob. cit. en Bibl., núm. 13 (págs. 116 *117). Sobre F . A . Zacearía vid. E . R osa ,
Tre gesuiti successori del Muratori nella Biblioteca estense di Modena. Con
documenti inediti, CC (1938) II, 225*236, 34 1-35 0 ; P. DE L eturia , II concetto
di nazione italiana nel grande antigiansenista F. A . Z . (17 14 * 17 9 5 ) secondo
fonti delVarchivio di Loyola, en N uove ricerche storiche sul giansenismo (Roma
1954) 2 3 1*25 7; B. van L uijk , GianlorenZo Berti agostiniano (1696*1766), en
Rivista di storia della Chiesa in Italia, 14 (1960) 235*262, 383*407 (v. págs. 383-
400).
yo I* Estudios generales

Pero Roma habló al fin, condenó el conciliábulo de Pistoya y fe­


licitó agradecida a los que se habían adelantado a delatar las herejías
jansenistas y regalistas de Scipione de* Ricei; todavía se leen en los
registros pontificios del Archivo Vaticano dos encomiásticos breves
de Pío V I a nuestro Gusta por tantas obras escritas en servicio de la
Iglesia39*
Ya el mismo Juan Andrés» en la primera de sus bonitas Cartas
familiares a su hermano don Carlos» decía» hablando de Ferrara y Bo­
lonia principalmente: 4‘Son tantos los españoles de mérito» que me es
casi imposible nombrártelos sin pasar por alto algunos de ellos” ^
Lo mismo he de repetir yo ahora* Con todo» no me resigno a atra­
vesar de nuevo el verdinegro foso de la antigua Corte estense sin des­
pedirme al menos de Campcerver41» helenista» cosmógrafo y matemá­
tico de altura; de Quirós, “ lleno de jurisprudencia y ciencia legal»
y de varia erudición antigua y moderna” 42; de Buenaventura Prats43»
fino humanista; del simpático Montengón 44f semicristiano» semirrous-
seauniano; de Salelles y N u ix 45» reivindicadores de las glorias hispá­
nicas* Aun a punto ya de emprender el camino de Bolonia» quiero
presentar a Antonio Conca y a Joaquín Pía.
El valenciano Conca46 no es un personaje de primer orden» pero sí
un buen número de aquel orfeón de ensalzadores de la cultura espa­
ñola» al que aportaron su voz» en el más puro italiano» muchos cata­
lanes ■—Masdeu» Llampillas» Nuix» Aymerich— » valencianos — Andrés»
Salelles» Serrano» Conca— » y mallorquines» como Diosdado Caballero*
Y esa misma obra revalorizadora de lo hispánico fue la que les llevó
a posar sus ojos con cariño romántico antes de tiempo ■— a ellos tan
entusiastas clasicistas— en los primitivos poetas provenzales» en Au-

39 Publicados en ob. cit. en Bibl.» núm. 13 (págs. 139-140),


40 A ndrés , C a r ta s , I, 4, carta i*
41 Sobre Ignacio Campcerver vid. CASANOVAS, I, pág. 79.
42 A ndrés , C a r ta s, I» 7, carta 1 (sobre José Quirós).
43 V id. C asanovas, I» pág. 8 5; Id ., D is c u r s o s lle g its e n la “R e a l A c a d e m ia
de b u e n a s le tr a s ” d e B a rc e lo n a e n la s o le m n e re c e p c ió p ú b lic a d e l P. I. C.,
S. I. (Barcelona 1921).
44 V id . infra, págs. 96-98.
45 Estudio 29, cf. n. 6.
46 Estudios 26 y 27.
2* La irrupción de jesuítas españoles 7i
sias March y demás líricos petrarquistas, en la figura multicolor y
dominadora de Ramón Llullt en la filosofía vivista, y aun en los santos
que evocaban dulces nostalgias locáles como José Oriol y Catalina
Thomás» Pues en esta obra mancomunada Antonio Conca eligió por
campo de sus trabajos el arte español, dado entonces a conocer por
Antonio Ponz en los veinte tomos de su Viage de España. En la de­
dicatoria misma de su Descrizione odeporica della Spagna, in cui
specialmente si da noticia delle cose spettanti alie belle arti degne
deWattenzione de\ curioso viaggiatore, confiesa Conca noblemente, a
doña Isabel de Palrreño, marquesa de Llano: “ Cuanto escribo en la
presente descripción de España se puede decir que se debe al abate
Ponz: sus Viajes me han proporcionado las noticias, y yo me he ce­
ñido a recogerlas, ordenarlas y reducirlas a compendio“ * Suerte tuvo
Conca de la protección de esta embajadora española en Viena, que
si no, difícilmente hubiera visto sus cuatro tomos estampados con
los límpidos tipos parmeses de Giambattista Bodoni: gloria fue ésta
que no alcanzaron ni Gusta, ni Pou, ni Caballero, ni el mismísimo
Masdeu47»
En Ferrara, donde Conca extractaba y ordenaba las páginas de
Pbnz, no fue Gallissá el único de los exiliados que impuso su pres­
tigio en la universidad» Prefecto de estudios en los más difíciles tiem­
pos de la reformación fue el portugués Ignacio Monteiro48, sensista
en filosofía, según la moda del tiempo, pero hombre de amplios planes
culturales; y profesor de griego Antonio V ila 49, que helenizaba su
origen — era de Santpedor, junto a Manresa— con el rotundo sobre­
nombre “ Chrysopetropolitanus” ; y vicebibliotecario, además de pro­
fesor de lenguas orientales, el tortosino Joaquín P ía 50, colaborador de

47 El epistolario de Bodoni se conserva principalmente en la Biblioteca pa­


latina de Parma; de la parte dispersa, el fondo más interesante, para nosotros,
es el de la Biblioteca comunale de Piacenza» Sobre G. B. Bodoni vid. Estudio
19» n. 19.
48 V id. F. Rocha Guimarais, In d cio M o n te ir o e a F ilo so fía d o se u T e m ­
p o , en B r o té ria , 3 1 (1940) 506-520; J. P ereira G omes, V e r n e i e o J esu íta L M .,
ibid., 38 (1944) 16 -2 5; Id ., A C u ltu r a C ie n tífic a d e - L M ., ibid., 43 (1946)
268-287; Id», O s P r o fe s s o r e s d e F ilo so fía d a U n iv e r s id a d e d e É v o r a . 1559" 1759
(Évora 1960) 47-56.
49 V id . C asanovas, I, pág. 84.
50 Estudios 17 y 18.
72 L Estudios generales

Gian Bernardo De Rossi en sus estudios semíticos; de Sir Robert


Holmes, profesor de Oxford, en la edición oxoniense de la Biblia
de los Setenta; de Andrés y Tiraboschi en la tarea de descifrar e
interpretar a los antiguos poetas provenzales, y, por fin, nombrado
honrosamente profesor de lengua caldea en la más famosa universidad
de Italia, la de Bolonia*
En este nuestro viaje retrospectivo desde Ferrara hasta los por"
ticos renacentistas de la ciudad del Reno — tan ambientada, tan fina
de colorido, tan culta en todo tiempo— no podríamos menos de
hallar, el primero, al "principe don .Giuseppe Pignatelli” * Resulta
ciertamente simpático que el único de los desterrados que ha sido
elevado, hasta ahora, al honor de los altares sea un hombre tan repre­
sentativo de esa cultura hispano-italiana del siglo XVIII51.
Si en Ferrara predominaban los jesuítas de la corona de Aragón,
en Bolonia el núcleo central lo formaba la antigua provincia de Cas-
tilla* Figura gemela de la de Pignatelli era la de Francisco Xavier
Idiáquez* Ambos de familias de Grandes de España; ambos amantes
y fautores de las letras, pero no a lo erudito, sino con el gesto sobrio
y dominado del aristócrata culto; ninguno de los dos publicó obra ah
guna literaria, aunque de Idiáquez se nos ha conservado manuscrita
una muy notable refutación del arabismo a ultranza de nuestro Juan
Andrés52* También el jesuita navarro se distinguió, como Pignatelli,
por su virtud* El prestigio de que entrambos gozaban bien se trans-
parenta de la siguiente carta del abate don Salvador Xea al canónigo
de Tarragona don Ramón Foguet; está fechada a los 18 de setiem-
bre de 17 9 0 :

"E l 1 de este mes murió aquí, en una granja cerca de esta nuestra,
don Francisco Xavier Idiáquez, que, como Vd* sabe, renunció al du-
cado de Granada y fue una gran columna del orden* Tenía 79 años i
medio* Era mui santo y limosnero, por lo que su muerte es de muchas
conseqüencias para varios de los nuestros. Se ha hecho enterrar cerca

51 Estudios 14 y 15.
52 Sobre Idiáquez cf. C . ÉGUÍA Ruiz, E l P* Francisco Javier Idiáquez y una
alcurnia de héroes y de santos, en Revista internacional de estudios vascost
27 (1936) 4 5 -52 ; Id *, E l padre I., rector y maestro de novicios de Villagar cía,
en Villagarcía de Campos: evocación histórica... (Bilbao 1952) 74-91*
2. La irrupción de jesuítas españoles 73

del P* Calataiud, en la Iglesia de San Ignacio, antiguo noviciado de


jesuítas... El mismo día de la muerte de Idiáquez nos compareció aquí
Azara, de vuelta de Venecia* Está gordo y lucido, mas la goma de su
brazo no se ha disuelto, ni lo puede manejar con libertad, fuera de
la mano* Al otro día estuvo a comer con nuestro legado Archetti,
en compañía de gente mui lucida* Lo particular de este combite fue
un elogio, el maior que se puede pensar, h§cho por el buen Archetti,
de nuestro don Jpsef [Pignatelli], y confesado por el mismo Azara,
i corroborado por todos los comb idados” 53*

Pero, literariamente, la figura de máxima prestancia entre los ex-


jesuítas de Bolonia era el padre Francisco José de Isla. Viejo y acha­
coso, fue a Italia más a morir que a trabajar54; con todo, aún le que­
daron bríos para esgrimir su sangrienta pluma contra el arzobispo
de Burgos, y para consignar jocosamente los aspectos tragicómicos
de la expulsión* Su vena mordaz — incontenible— le acarreó el des­
tierro de Bolonia* Pero su carrera literaria ya había terminado* En
Italia trabó, sí, buena amistad con el simpático Giuseppe Baretti, tan
semejante a él, quien llegó a traducirle al italiano su Historia de fray
Gerundio, traducción que ha quedado inédita en la Biblioteca na­
cional de Turín; mas lo único de valor literario que de aquellos
sus últimos tiempos conservamos son sus cartas, las más publicadas

53 Tarragona, archivo Capell. Copia en Barcelona, Biblioteca Balmes, ar­


chivo del padre Casanovas.
54 Cf. supra, n. 7. Tampoco se insertan en la cultura hispano-italiana dos
notables filólogos españoles: el aragonés Gregorio Garcés y el vasco Esteban
Terreros y Pando, sobre el cual vid. A . Pérez G oyena , U n sabio filólogo viz*
caíno, RyF 94 (1931) 5-19, 12 4 -135 . Lo propio se diga del milenarista chileno
Lacunza; vid. A .-F . VAUCHER, Une célébrité oubliée: le P ♦ Manuel de LacunZa
y Díaz (17 3 1* 18 0 1) de la Société de Jé sus, auteur de **la Venue du Messie en
gloire et majesté” (Collonges-sous-Saléve 1941)? Id *, LacunZiana, 4 vols. (ib.
1949-58); F . M ateos , Milenarismo mitigado: méritos y errores de un insigne
jesuíta chileno, R yF 12 7 (1943) 346-367; C . H . S chaible , Las primeras edl·
dones de la obra del P. L ., en Revista chilena de historia y geografía, 1 1 5
(1950) 205-273; M. G ongora, U n memorial de L ,, ibid. 12 3 (1954-55) 2 4 7 -2 5 1;
E . V aÍSSE, E l P. L .: sus principales errores, ibid., 129 (1961) 14 -2 2 ; B. VILLE­
GAS, El milenarismo y el Antiguo Testamento a través de L . (Valparaíso 19 5 1);
R. D onoso, La prohibición del libro del P. L «, en Revista de humanidades, 1
(La Plata 1961) 31-54 .
74 I* Estudios generales

ya, otras inéditas: este mismo año (1941)» en San Sebastián» pude
adquirir un manuscrito con toda la correspondencia mediada — pri­
mero en España y luego desde el destierro— entre Isla y el guipuz<
coano don Manuel de Urguílu, uno de los caballeritos del grupo de
Peñaflorida, tan admirado por Ramón de Basterra* La última frase
de la última carta de Isla en esta colección est a la vez» un espejo de
su genio cáustico y un testamento de sus últimas esperanzas:

“ La corte de Roma obedece a todas las demás» y sus vassallos


lo son de todos los soberanos de la Europa, singularmente del nues­
tro* El papa tiene el honor de ser su primer vassallo, después del
príncipe nuestro señor* Dado le ha que ha de ser canonizado cierto
obispo (cuyo catolicismo fue muy dudoso) — [se refiere a Palafox]—
aunque el Espíritu Santo no quiera... [Aquí sigue una frase tan in­
conveniente y vulgar que no me atrevo a transcribir* Y concluye:]
Los muertos resucitarán (no tiene duda), y antes de la general re­
surrección* Pero ¿quándo será aquella? Eso lo sabe Dios, que guar­
de a Umd*, etc*“ 55*

Cuantos se han interesado por aquella diáspora de literatos espa­


ñoles en Italia han atribuido una importancia extraordinaria, como
fuente histórica, a los sesenta y tantos tomos del archivo de Loyola
en que el padre Manuel Luengo iba consignando día tras día los
principales sucesos políticos y literarios relacionados con la extin­
guida Compañía de Jesús* El padre Casanovas, en su básico estudio ci­
tado en el exordio de esta conferencia, decía que ese diario había
de ser la guía del futuro historiador de aquel período interesantí­
simo ; y aun he oído contar — no sé con qué fundamento— que si
Menéndez Pelayo dejó sin cumplir la promesa hecha en los Hetero­
doxos de escribir él mismo esa historia fue porque se le pusieron difi­
cultades en la consulta de aquel diario* Yo hube de emprender mis
búsquedas cuando el archivo de Loyola no era consultable, y des­
pués he podido comprobar que los tomos de Luengo apenas me hu­
bieran servido* En el aspecto literario, da noticia de los libros que
iban publicando los jesuítas españoles, pero casi siempre sin aportar

55 C a rta s in é d ita s d e l p a d r e Isla (Madrid 1957) 361, núm. 326.


2* La irrupción de jesuítas españoles 75

nuevos datos; las páginas de más valor — las que consignan atri­
buciones seguras de obras anónimas— las había ya publicado el padre
Uñarte en su Catálogo razonado♦ Si además añade Luengo su crítica
personal, no nos interesa ; más bien nos irrita* Porque Luengo es uno
de esos viejos cerrados y antipáticos, presa de incomprensión poscli­
matérica hacia todo lo de los jóvenes — aunque a veces los tales jó­
venes fuesen personas de más de cuarenta años— * Con decir que
hasta le molestaba el ver que esos picaros jóvenes escribían y publi­
caban sus libros en italiano... Y junto a esa cerrazón para cuanto
representaba nuevas formas de cultura, se ve un afán morboso de
chismerías políticas, y un espíritu de capillita, que llega a hacer an­
tipático su mismo amor a la Compañía, que tan agradable nos es en
espíritus amplios y actuales —sobre todo actuales— , como Pignatelli,
Idiáquez, Hervás, Andrés, Masdeu y Gusta*
Bastará recordar las páginas que Luengo dedica a Esteban de
Arteaga — a quien Menéndez Pelayo llama siempre “ Padre Artea­
ga“ , sin que en realidad llegase nunca a ordenarse de sacerdote— *
No sé si mi peculiar predilección hacia este nuestro esteta sea una
debilidad crítica puramente afectiva, pero me inclino a creer que no,
al ver que su obra sobre las Rivoluzioni del teatro musicale italiano,
en tres densos tomos escritos durante su permanencia en Bolonia, ha
sido juzgada por Menéndez Pelayo como “ uno de los más bellos
libros del siglo XVIII“ ; que bastó a don José M* Esperanza y Sola
para su discurso de entrada en la Real Academia de San Fernando;
que Vittorio Cian la ha llamado “ obra notabilísima“ , y Natali “ agu­
da y diligente“ ; que, según Farinelli, en ella “ Arteaga parecía abrir
nuevos mundos a la vida del sentimiento“ , y que actualmente crí­
ticos musicales y literarios como Della Corte, Pannain, Levi-Malvano
y De Benedetti reportan juicios y apreciaciones del jesuíta como
dotados todavía de valor y de vitalidad5ó*
He aquí el juicio sin juicio consignado por el padre Luengo a
los 13 de abril de 17 S 4 : además de Juan Francisco Masdeu,

“ el otro que por un libro que ha dado a luz ha logrado pensión do­
ble es un joven que fue jesuíta en la provincia de Toledo, y salió56

56 Vid* Bibl*t núms. 16, 23 y 66.


76 L Estudios generales

de la Compañía al mismo poner el pie en el Estado del papa, no ha­


biendo estudiado en la religión más que la humanidad y un poco
de lógica, y se llama Estevan de Arteaga; éste, teniendo al principio
de su secularización pocos españoles con quienes tratar, por fuerza
se dio al trato con los italianos, y a su imitación, o siguiendo su
genio y humor, tomó varias carreras de estudios, de médico, de fi­
lósofo, de jurista y creo que también de matemático; y, sabiendo un
poco de todo, se le debe mirar como colocado en la clase de erudito,
con alguna mayor inclinación y aun talento para la poesía latina
y vulgar, y para las cosas, adornos y gracias que pertenecen a este
arte. Esta obra del joven Arteaga ha sido recivida en este país...
con un aplauso tan extraordinario, tan increíble y tan inexplicable, que
los elogios y alabanzas que le han dado a ella y a su autor, de palabra
y por escrito, los eruditos de Italia, llegan hasta el entusiasmo y fa­
natismo” 57.

En toda Italia, pero particularmente en Bolonia, floreció un grupo


de inteligentes humanistas al día, que, sin contentarse con las frías
disertaciones retóricas — a las que, por desgracia, fueron tan aficio­
nados los jesuítas del XVI y XVII— , aprovechaban todos los adelantos
de la crítica alemana del Setecientos para sus estudios y traducciones
grecolatinas. La lista que nos da Pou de traducciones preparadas
entonces por los españoles proscritos llenan varias páginas de la Bu
blioteca de Bover 58.
Entre los helenistas de Bolonia el más famoso fue un ex-jesuita
de la provincia de Filipinas, el abate don Manuel Rodríguez Apon­
te 59, catedrático de griego en la Universidad, tan locamente aficio­
nado a la lengua de Homero, que quiso que la aprendiera su cria­
da Clotilde Tambroni, la cual luego le sucedió en la cátedra y fue
muy apreciada del mismo Wolf. Este hecho todavía lo recuerdan
jocundamente los italianos estudiosos del Setecientos; cuando se les
habla de Aponte, dicen inmediatamente: — Ah, sí; el maestro de la

57 L uengo, Diario, X V III, 115-118. Sobre Luengo vid. Estudio 4, n. 8.


58 J. M . Bover , Biblioteca de escritores baleares, II (Palma 1868) 140-150.
59 Estudio 18, cf. n. 23 y Estudio 34, cf. n. 3.
2* La irrupción de jesuítas españoles 77

Tambroni— ♦ Tan pintoresco le pareció eso a don Leandro Moratín,


que escribió en sus notas de viaje:

“ El citado Aponte tenía una criada (si merece este nombre la que
no percibe salario ni emolumentos) que le asistía, hija de una pobre
vieja* Oyó muchas veces las lecciones que daba su amo a sus discípulos,
mostró afición, y el amo, que enseñara griego a los perros de la calle,
empezó a enseñársele a ella: en una palabra, la muchacha le ha
aprendido en téríninos que hace temblar al más estirado greci-
zante” 60.

De otros dos desterrados nos habla don Leandro, tan gálicamente


aficionado al teatro neoclásico:

“ En Bolonia... vi a Lassala, aplicado, estudioso, de bello carácter,


autor de varias tragedias frías; leí dos que acaba de publicar
— \Giovanni Blancas y Sancio García] — y me parecieron entrama
bas de corto mérito* Colomes, autor de la Inés de Castro y otras
obras estimables, está reducido a la mayor estrechez, teniendo que
sufrir los caprichos de un nobile bolognese a quien sirve de secretario*
[Y continúa — a renglón seguido— con esta sentida exclamación: ]
Es lástima que nuestro gobierno carezca de noticias acerca de los su­
jetos beneméritos de esta extinguida religión, y que no saque de
ellos la utilidad que podría, mejorando al mismo tiempo su mala for­
tuna“ 61*

Aquellos humanistas dieciochescos no se contentaban con tra­


ducir las obras clásicas y con enseñar el griego a sus criadas, ya que no
podían a los perros: llegaban a manejar las lenguas sabias con un
dominio asombroso* Sobre todo en ese aspecto sobresalía Pou: aun
a sus amigos de Italia y de España escribía en latín, y componía
dísticos griegos con admirable maestría*
Con gusto continuaríamos en aquella escuela de traductores de
Bolonia gozando de la buena compañía de los seiscientos neohuma-
nistas desterrados, y penetraríamos en su intimidad, en su vida gris de

60 Moratín, I, 910.
61 Ibid., 899*
7* L Estudios generales

preceptores de marquesinas y contesinos, y les seguiríamos a las villas


de veraneo, montados en aquellas airosas berlinas de viaje que aún
se conservan tras los portones esculturados con finos grutescos* Pero
nos queda todavía un luengo recorrido que nos fuerza a pasar de
largo ante la modesta casa habitada por el chileno Juan Ignacio Mo-
lina, el que se hacía traer papel americano para imprimir con lujo y
gusto exquisitos su valioso Saggio sulla storia naturale del Chili; y
hemos de resignamos a no conocer más que de nombre al mexicano
Xavier Clavigero, autor de una valiosísima Storia antica del Messico
cavatú da* migliori storici spagnoli, e da* m anoscrittie dalle pitture
antiche degVindiani62« Dando la vuelta por detrás de San Petronio,
por la “ via del Collegio di Spagna” — que nos brinda desde el interior
la amplia elegancia de su claustro— , desembocamos en la calle de
Zaragoza, realzada por el magnifícente palacio Albergati, morada un
tiempo de nuestro Esteban de Arteaga* Siguiendo adelante, saldremos
de la apacible Bolonia camino de Genova*

# # #

No nos atrae a la capital de la Serenísima —la ciudad más opulen-


tamente barroca de Italia— la presencia de una colonia de españoles,
comparable, por su número, a las de Ferrara y Bolonia* Pero allí, con
otros pocos desterrados, escribió y vivió un jesuíta mataronense que
merece por sí solo un largo viaje: Xavier Llampillas63* Tan fogoso
como Masdeu, bien que menos leído y menos crítico, fue el primero
en llamar la atención de toda Italia por sus escritos polémicos en de«*
fensa de España* De cuatro tomos consta su notable Saggio storico-
apologético della letteratura spagnuola contro le pregiudicate opinioni
di alcuni modemi scrittori italiani (1778-81)* La primera parte com­
prende, en dos volúmenes, la literatura antigua; la segunda, también
en dos tomos, la moderna* El principal de esos escritores italianos que
tenían “ pregiudicate opinioni“ contra la literatura española era el ex-je-
suita bergamasco Girolamo Tiraboschi, bibliotecario de Módena, quien
contestó a la impugnación de este catalán, apasionado defensor de Es­
paña, con una Lettera d sig. ab* N* N. intomo d Saggio apologético

62 Estudios 29 y 32 .
63 Estudio 20, cf. n. 37.
2* La irrupción de jesuítas españoles 79

della letteratura spagnuola. Pero hasta esta réplica mereció una con­
trarréplica del intemperante apologista: Riposta del sig. ab. don Sa-
verio Lampillas al sig* ab* Girolano Tiraboschf (1778), Para este último
no se trataba sólo de una polémica erudita: la corona de España to­
davía pesaba entonces en Italia, y si aquí llegaba él a ser conocido
sólo como un impugnador de las letras hispánicas, la irritación real
podía tener en Módena repercusiones desfavorables; por eso Tira-
boschi se apresuró· a regalar a la Real Academia de la Historia, de
Madrid, un ejemplar de su famosa obra Storia delta letteratura ita-
liana, junto con una protesta de aprecio y admiración por nuestra pa­
sada literatura* Tan abundante es sobre este asunto la documentación
de la Biblioteca estense de Módena, que se presta a un interesantí­
simo estudio*
Desde Génova, atravesando las montañas ligures, llegamos a Tu-
rín* La capital del Estado sabaudo no albergó por mucho tiempo a
ninguno de los proscritos : sólo de paso conoció la austera dignidad
de Pignatelli y el amable saludo bondadoso de Juan Andrés* Éste, de
regreso en Parma, escribía al abate Pavesio de Turín, el 17 de mayo
de 1798, cuando Carlos IV abría de nuevo las puertas a los deste­
rrados :

“ Me siento afligido por la pena de abandonar Italia, donde he re­


cibido tantas finezas y donde he pasado los más y los mejores años
de mi vida, y por el temor de disgustar a una madre y a muchos her­
manos, que en más de treinta años de ausencia me han mostrado
siempre el más cordial afecto* Me temo que, al fin, cederé a tan justo
respeto y habré de volver a mi patria, que se ha convertido para mí
en tierra extranjera? mas dondequiera fije mi morada, llevaré en mi
corazón la memoria, estima y agradecimiento a los ilustres piamon-
teses, con quienes me ligan tantas obligaciones y tan merecida vene­
ración“ 64*

Ciertamente es un placer incomparable leer cartas tan finamente


dieciochescas en aquella Biblioteca real de Turín? oscura, silente, casi
sagrada como templo de la Historia*

64 Turín, Biblioteca ex-reale, ms. A* 267, núm* 123.


8o L Estudios generales

La ruta hacia Milán nos lleva por Novara y Vercelli, cuyos ve­
tustos manuscritos fueron estudiados por vez primera por el mismo
abate Andrés, que en la capital lombarda se extasiaba también ante
los códices latinos y griegos de la Ambrosiana, mientras la imponente
masa marmórea de la catedral sólo le inspiraba frases de la más radi­
cal incomprensión*
Pasando por Verona — de trágico perfume verdirrosa-— y bor­
deando la orilla derecha del lago de Garda, Rovereto — pequeña ciu­
dad no muy lejana de Trento— nos incitará a permanecer bajo su
cielo impoluto recordando la vida de aquel poeta del XVIII, Ciernen-
tino Vannetti, otro de los impugnadores de las letras hispánicas, alter­
nante adversario de Aymerich, Serrano y Arteaga, y amigo íntimo del
zaragozano Joaquín Millás.
No abandonaremos el Trentino sin visitar la levítica ciudad del
concilio* Luego, dejemos vagar nuestros recuerdos por la dorada Ve-
necia del Setecientos, con sus carnavales policromos, sus teatros, sus
tertulias eruditas y sus librerías anticuarías, delicias de Andrés, de A r­
teaga, de Gusta, de Azevedo* Y por Padua vengamos a M antua: en
el palacio Bianchi, frente por frente del gótico alcázar gonzaguesco,
hallaremos al valenciano Juan Andrés ordenando sus notas de viaje,
dispuesto a pergeñar su magna historia literaria, tan enciclopédica, que
en el mismo siglo XVIII causó asombro su aparición* Hoy en día, cuan­
do la crítica setecentista ha sido tan superada en tantos puntos sus­
tanciales, no nos podemos hacer cargo del prestigio internacional de
que gozó nuestro abate Andrés; pero su correspondencia nos descu­
bre el halo de admiración que iluminaba su simpática figura: hasta
Goethe y Herder le prestaron tributo de honor y de respeto*
También Roma tuvo su sinagoga española: allí compuso Eximeno
su valioso tratado Dell’ origine e delle rególe della música, colla sio-
ria del suo progresso, de cadenea e rinnovalione* Allí Masdeu, cortando
con acierto su primera falsa vocación poética, escribe su Historia cru
tica de España, tan dieciochescamente vasta, que en veinticuatro to­
mos no termina la edad media* Allí también, Arteaga concibió su
acabadísimo tratado de La belleza ideal, perseguido de nuevo por la
crítica estúpida y anacrónica del refunfuñante padre Luengo*
Y nos queda por recorrer, en la Italia norteña, los ducados par-
menses. Bajo la protección del duque Fernando de Borbón se cobijan
2. La irrupción de1 jesuítas españoles 81

a fin de siglo incontables jesuítas españoles e italianos; vuelan a


abrazar a la Compañía de Jesús, que, pasada la tormenta, regresa de
las niveas regiones de la Rusia Blanca* En Colorno, frente al palacio
versallesco del arrepentido duque, se fundó el primer noviciado, diri­
gido por José Pignatelli; en Parma se abre de nuevo el seminario
de nobles, y en Plasencia los dos hermanos de Juan Francisco Masdeu
— Baltasar y José Antonio65— renuevan los estudios filosóficos y teo­
lógicos con métodos y orientaciones traídos de Cervera.
Pero a Parma llegan en 1804 las tropas de Napoleón. No importa.
Otro Borbón arrepentido les recibe: Femando de Ñapóles. Y la abi­
garrada ciudad, tan viva de recuerdos aragoneses y españoles, acoge
uno a uno a los ancianos jesuítas, que no dejan apagar la llama de la
esperanza y de la cultura. Pignatelli es el primer provincial; Andrés,
0l primer bibliotecario; Gusta, el primer lector de historia eclesiástica.
Este último, ya sesentón, todavía pasa a fundar, con el padre Zúfíiga,
la nueva provincia de Sicilia, y en Palermo atrae a su aula de historia
a lo más culto y florido de la ciudad normanda66.

Este rápido viaje a través de Italia entera basta para probar cuán
fecunda fue, en el orden cultural, la irrupción de los jesuítas españo­
les en la Italia dieciochesca 67.

65 Estudio 20.
66 Vid. Bibl., núm. 13 (págs. 17*23, 93-112).
67 No habiendo insistido, en esta conferencia, en el pequeño grupo residen­
te en Roma, no se ha mencionado al liturgista y patrólogo Faustino Arévalo, ya
citado en el Estudio 1. Sobre él vid. C. E guía Ruiz , U n insigne editor de
5 . Isidoro: el P . Faustino Arévalo S. L , en Miscelánea isidoriana (Roma 1936)
364-384; M. C ascón, Adiciones arevalianas a Nicolás Antonio en la biblio-
grafía de Quevedo, en Boletín de la Biblioteca MenéndeZ Pelayo, 21 (1945) 529-
534; Id., Los escritores hispano<romanos según autógrafos inéditos de F. A*,
en Las ciencias, 16 (1951) 655-707; E. Re y , Poema inédito de F. A. al Corazón
de Jesús pintado por Batoni para la basílica de la Estrella (1781), en Humanú
dades, 10 (Comillas 1958) 151-177.

L. HISPANO-ITALIANA.— 6
3

ENCICLO PEDIA E ILU STRACIÓ N E N L A C U LT U R A


H ISPA N O -ITA LIA N A D E L SIGLO X V III

En el siglo x v i i i se constituye en Italia una cultura desarrollada


por españoles, que presenta rasgos comunes con las culturas de Es*
paña y de Italia, y rasgos que la diferencian* A ella me refiero
cuando hablo de cultura hispano-italiana \ no a las culturas setecen^
tistas de ambas penínsulas*
En la primera mitad de siglo sus representantes son principal^
mente o diplomáticos, o eclesiásticos seculares residentes en Roma,
como Benito Clemente de Aróstegui, Antonio Bastero, etc* A partir
de 1 768, al pasar a las Legaciones los jesuítas trasladados el año
anterior de España a Córcega, esa cultura está constituida por el*1

* Comunicación publicada, sin notas, en X I e Congres international des


Sciences historiques: Résumés des Communications (Stockholm 1960) 158-160.
1 Por su carácter marginal, con respecto a la ilustración española, esa cul-
tura apenas ha hallado cabida en las obras generales sobre la cultura de España
en el siglo XVIII. Véanse, entre ellas, las de J. R. S pell , Rousseau in the Span-
ish W orld before 1833 (Austin 1938); L. SÁNCHEZ A gesta , E l pensamiento
político del despotismo ilustrado (Madrid 1953)? J. S arrailh , V Espagn e éclairée
de la seconde moitié du X V IIIe siécle (París 1954); R. H err , The Eighteenth
Century Revolution in Spain (Princeton 1958); trad. esp. España y la revolución
del siglo X V III (Madrid 1964); L. R odríguez A randa, E l desarrollo de la
razón en la cultura española (ib* 1962); J* M arías , La España posible en
tiempo de Carlos III (ib. 1963); M. Di Pinto, Cultura spagnola nel Settecento
(Napoli 1964); V. Palacio A tard, L o s españoles dé la Ilustración (Madrid
1964). Ulterior bibliografía en mi ponencia expuesta en los Coloquios hispa«'
no-franceses de historia, Madrid abril 1965, Las relaciones culturales hispano*
francesas en el siglo X V III: directrices historio gráficas de la posguerra (en
prensa).
84 /♦ Estudios generales

diplomático don José Nicolás de Azara, y por los ex"jesuitas deste"


rrados 2♦
Los historiadores y eruditos italianos que de ello se han ocupa·"
do — Ciant Farinellit Sorrento3— de tal manera han insistido en
sus polémicas nacionalistas sobre la literatura hispanorromana
— Aymerich, Serrano— t o sobre la literatura barroca — Llampillas— ,
o sobre la cultura española en general — Masdeu— , que han llegado
a producir la impresión, recibida por todo un Paul Hazard 4t de que
ese impacto de exiliados representa como una excepción en la Europa
del siglo XVIII, cada vez más unificada bajo la hegemonía suprema
de Francia*
Ello no obstante, el tono general de aquella cultura hispano-ita"
liana es más bien de un alto europeísmo, de una compenetración de
culturas, de una amplitud de criterios muy en consonancia con las
corrientes de su época* Nada nos lo hace ver más claro que su posi"
ción frente a la enciclopedia y a la ilustración* Han pasado ya mu"
chos decenios desde que el Journal de T révo u x5 se proponía casi
solamente el refutar los errores de la ilustración* Ha llegado ya el
momento de intentar una síntesis del pensamiento cristiano· y los pos"
tulados de la nueva cultura que aún eran asimilables* En esa tarea
pocos en Europa descuellan tanto como algunos de aquellos deste"
rrados*
Digo algunos* Pues era inevitable que la gran masa de los que
no fueron nunca gente de letras, o se mantuviesen al margen de
aquellas nuevas corrientes de ideas nuevas, o adoptasen una actitud
meramente defensiva* El más característico de ellos fue el padre Ma"
nuel Luengo, autor de un minucioso Diario, más lleno de noticias
menudas que de ideas grandes* Al comentar, en 1799, la muerte de
Esteban de Arteaga en París, exclamaba: “ ahora escriben de la
misma ciudad [de Barcelona] que ha muerto en París, y,.por consi"
guíente, en el centro mismo de la filosofía* ¡Pobre infeliz!“ 6*
2 Vid. Estudio 1.
3 Las obras de Cían y Farinelli infra, Bibliografía general; L . SORRENTO,
Francia e Spagna nel Settecento: battaglie e sorgenti di idee (Milano 1928).
4 P. H azard, La pensée européenne au X V IIIe siècle, 3 vols* (Paris 1946).
5 Cf. A . D esautels , Les Mémoires de Trévoux et le mouvement des
idées au X V IIIe siècle (1701^1734) (Roma 1956).
6 L uengo , Diario, XXXIII, 186.
_j·· Enciclopedia e Ilustración 85
Y es que el autor de las Rivolu&oni del teatro musicale italiano
y de La belleza ideal, a pesar del italianismo de los mismos títulos,
estaba embebido de la cultura de la enciclopedia, del sensismo de
Locke y Condillac en su psicología, del criticismo de Montesquieu,
de Diderot y sobre todo de Voltaire en su estética neoclásica 7.
La afición a las ciencias positivas — tan clara en Pinazo, en Lu*
deña, en Pons— no puede decirse que sea en ellos un rasgo típico
de la ilustración, pues venía ya de la antigua tradición jesuítica de
Claviot de Kircher, de Grimaldi, etc* Pero a la corriente de la ilus*
tración y de la enciclopedia debían el mayor aprecio que hacían de
las ciencias físicas que de las metafísicas, y el desprecio de toda la
escolástica, que prendía en abates audaces y algo petimetres como
Arteaga, y también en hombres que se habían de encuadrar decidí*
damente en la contrarrevolución como Hervás y Panduro. También
en este punto, porque algunos del grupo de la universidad catalana
de Cervera, como Baltasar y José Antonio Masdeu, habían de influir
positivamente en el remozamiento de la escolástica8, se ha visto
sólo ese aspecto, y se ha dejado de ver el opuesto, que era el más
general entre los desterrados hispano-italíanos*
Dos de los más decididamente antiescolásticos — Hervás 9 y An*
drés 10— son también los más ambiciosamente enciclopédicos: aquél,
intentando una de las primeras sistematizaciones de todas las len*
guas, dentro de una más amplia aún Idea delVuniverso; éste, pía*
neando y realizando una verdadera historia general de la cultura en
su DelVorigine, progressi e stato attuale dfogni letteratura, con dos
tomos dedicados a las bellas letras, dos a las ciencias naturales y dos
a las eclesiásticas — clara síntesis de aquellos presupuestos que pare*
cían antitéticos: ilustración y cristianismo— , y sobre todo con un
volumen preliminar, que es el más interesante, por ser el más per*
sonal de Juan Andrés, y por reflejarse en su largo prólogo el pro*
fundo influjo que en él había ejercido VEncyclopédie, y más partí*
cularmente d'Alembert, cuya división de la cultura admira y acepta
en parte.

7 Cf. Bibl.» núms. 16 y 66.


8 Estudio 20.
9 Estudios 11* 13 .
10 Estudios 5 y 22*25.
86 L Estudios generales

En el aspecto político, las penas sufridas por parte del absolu­


tismo borbónico, y la tradición suarista del origen populista del poder,
les acercaban también a las nuevas ideas de la ilustración en este
punto* Y era natural que los que más se sintieron atraídos por ese
nuevo espíritu de democracia, fuesen algunos hispanoamericanosn,
que veían en Inglaterra a la enemiga de España que podía ayudarlos
en la obra de emancipación, y al Estado europeo que había realizado
ya una síntesis de democracia medieval y Estado moderno* Entre
esos americanos descuella el abate Juan Pablo Viscardo, no tanto
por la originalidad de su pensamiento — reflejo de Rousseau, de Mon-
tesquieu y del abate Raynal— cuanto por su actitud resuelta, que
le convierte en uno de los más remotos precursores de la indepen­
dencia hispanoamericana*1

11 Estudios 28^32* Cf. BibL, núm. 54.


4

EL CONCILIAPULO DE PISTO YA Y L A A SA M BLEA DE


FLORENCIA E N LA S CA RTA S Y MEMORIAS DE LOS
E X JE S U IT A S ESPAÑ O LES DESTERRADO S
E N IT A L IA

Como ha subrayado muy bien el padre Ceyssens \ el jansenismo


es un movimiento que desde .sus principios va unido a un moví"
miento opuesto, el antijansenismo, en el cual figuraron siempre los
jesuítas» Hablar, pues, de jansenismo y de jesuítas es hablar simple-
mente de antijansenismo»
Sólo que para la época subsiguiente a la disolución de la Compa­
ñía de Jesús (1773) puede y debe plantearse la cuestión de si tam­
bién los ex-jesuitas, desconectados jurídicamente de su anterior je­
rarquía y de sus compañeros de orden, persistieron en su antigua
posición anti-jansenista» Más exactamente: si moralmente todos ellos
continuaron en aquella línea impugnativa la»
Que algunos fueron, sobre todo en Italia, decididos opositores del
último jansenismo dieciochesco en su triple aspecto dogmático, fe-
broniano y cesaropapista, es cosa sabida: los nombres de Francesco
Antonio Zacearía, entre los ex-jesuitas italianos, y de Francisco Gusta
y Lorenzo Hervás, entre los desterrados españoles, dan el tono al
conjunto de aquellos restos dispersos del naufragio de la Compañía»*1

* Comunicación al Congreso internacional en el IV centenario de la fun­


dación de la Pont. Universidad Gregoriana, Roma diciembre 19 53. Publicado
en castellano en el tomo de sus actas titulado N uove ricerche stoñehe sul
giansenismo (Roma 1954) 259-266. ( = Analecta Gregoriana, L X X I).
1 Ibid», 3-32.
la [V id . infra, págs. 1 1 2 - 1 1 5 .]
88 I. Estudias generales

Pero no es tan seguro, a priori, que todos ellos fuesen tan estricta­
mente anti-jansenistas, dado que en lo tocante a otros aspectos de la
cultura setecentista ^—el iluminismo francés por ejemplo— muchos
de ellos, aun dentro de la ortodoxia católica, tomaron posiciones de
comprensión avanzada, que difícilmente hubieran dejado de alarmar
a la alta jerarquía de la Compañía de Jesús, si ésta no hubiera sido
ya extinguida lb: recuérdense, aquí, los nombres de Juan Andrés y
de Esteban de Arteaga.
Claro está que resulta imposible probar históricamente que todos
fueron anti-jansenistas. Pero, al menos negativamente, ninguno de
ellos figuró entre los fautores del jansenismo — mientras, en cambio,
algunos jóvenes, sobre todo entre los hispanoamericanos, tomaron
muy pronto partido en favor de las ideas democráticas y republica­
nas de la revolución francesa.
Como, por otra parte, una comunicación de congreso no da para
vastos estudios, me concretaré, aquí, a los ex-jesuítas españoles e
hispanoamericanos, y, más limitadamente aún, a sus escritos priva­
dos — cartas y memorias-—, inéditos en su mayor parte, a propósito
de los dos acontecimientos más importantes de la historia del jan­
senismo en el último cuarto del siglo XVIII: el sínodo de Pistoya
(1786) y la Asamblea episcopal de Florencia (1787)2.

* # *

La documentación, en este punto, no es copiosa en demasía, de­


bido a que el epistolario que de aquellos expulsos se nos ha conser­
vado es más bien de carácter literario y erudito, que no doctrinal o
polémico. Pero aun así basta para comprobar que la actitud hostil
de los publicistas y polemistas contra el jansenismo era general en
los diversos grupos de ex-jesuitas españoles esparcidos por Italia.

lb [V id . Estudio 3 .]
2 La bibliografía reciente sobre el jansenismo en Italia (véase lá más esen­
cial en B ib lio g r a fía filo s ó fic a ita lia n a d a l 1900 a l 1950, II, Roma 1952, págs. 143-
144) apenas se ha fijado en la aportación anti-jansenista de los jesuítas ex<
pulsos. [Sobre los movimientos parajansenistas en España vid. M . M iguélez ,
J a n se n ism o y r e g a lis m o e n E s p a ñ a (Valladolid 1895); C. Pérez Bustamante ,
C o r r e s p o n d e n c ia r e s e r v a d a e in é d ita d e l p a d r e F ra n cisco d e R d v a g o , c o n fe so r
d e F e rn a n d o V I , estudio preliminar de C. Pereyra (Madrid 1936).]
4* El conciliábulo dé Pistoya 8g

Retirada ya la prohibición real de mantener comunicación epis­


tolar con sus familiares de España, de cuando en cuando van en­
viando algunas noticias sobre los hechos más salientes* El 25 de
setiembre de 1786, mientras en Pistoya estaban deliberando los pá­
rrocos y teólogos en el sínodo convocado por su obispo Scipione de*
vRicci, un oscuro ex-jesuíta catalán, don Lorenzo Foguet, escribía
desde Bolonia a su hermano don Ramón, canónigo de Tarragona,
hombre de sólida cultura teológica y de viva inquietud por la histo­
ria y la arqueología:

“ El señor obispo de Pistoia no ha sido ciertamente jesuíta, y,


según me han asegurado, a lo más pariente muy lejano del último
general* Dicho señor el 18 de este mes abrió su sínodo diocessana
(según parece, preámbulo del provincial, de que te hablé en mi
última)3* Si estampa sus actas, sacará mucho dinero, pues la gente
está muy solícita de ver las decisiones de los puntos célebres, que
anuncian las gazetas de Florencia que se han de tratar* En la carta
siguiente4 probablemente podré hablarte exactamente de todo“ 5*

Casi todos se contentaron, como Foguet, con seguir el curso del


conciliábulo a través de las gacetas y de las cartas de gente amiga*
Pero un intervencionista tan activo y dinámico como su paisano
Gusta, se trasladó en persona a Pistoya para seguir más de cerca los
acontecimientos* No se nos han conservado cartas de este viaje, pero
al año siguiente, escribiendo a su amigo Zacearía desde Ferrara el
25 de abril, le manifestaba la angustia que le producía el silencio
del papá Pío V I, hasta el punto de llegar a dudar si debía seguir o no
con sus campañas anti-jansenistas6, que aquel año 1787 le habían
llevado a publicar su escrito sobre la bula Unigenitus y su Difesa del

3 Carta perdida*
4 Carta que, si llegó a escribirse, no se nos ha conservado.
5 Tarragona, archivo de la familia Capell. Copia en Barcelona, Biblioteca
Balmes, archivo del padre Casanovas. [Sobre Lorenzo Foguet vid. Bibl., nú­
mero 30 (págs. 202, 208); sobre su hermano Ramón, ibid., passim, cf. 3 3 1 ;
y J. D omínguez Bordona, L a b ib lio te c a d e d o n R a m ó n F o g u e t , ca n ó n ig o ta ­
rra c o n e n se ( 1 7 2 5 -1 7 9 4 ), en M is c e h la n ia P u ig i C a d a fd lc h , I (Barcelona 1947-51)
243-253.]
6 Sobre esas polémicas cf. Bibl., núm. 13 (págs. 58-65).
90 L Estudios generales

Catechismo del V . Cardinale Bellarmino contra las impugnaciones


del catecismo de Prato.

“ Ma ció che mi preme massimamente — [le decía]— e di aver


qualche lume di Lei, se debba seguitare nelle mié idee e produrle
sempre, pero colla dovuta moderazione. Dio mió I che pena é la mia
a motivo dell'indifferenza che osservo! Tanto silenzio! In tempo
del sínodo di Pistoia mi portai colát e girai un poco la Toscana, e
quanti parochi trovai penetrati da dolore a motivo del silenzio:
— Roma tace e non parla— t ecco le espressioni dei buoni“ 7.

Los mismos sentimientos expresa otro ex-jesuíta español, más in-


tegrista — y más cáustico, y de menos cultura que el bueno dé Gus­
ta— , Manuel Luengo, autor de un extensísimo Diario de los años de
destierro:

“ El papa nada ha dicho hasta aora contra este sínodo, ni aun le


ha quitado el buen humor de divertirse en recoger antigüedades para
su museo, en nuevos adornos de Roma, queriendo poner otra aguja
o julia [sic, por ‘guglia*] en la plazuela de la Trinidad de los Mon­
tes, y en alegres convites y cazas“ 8.

El Diario de Luengo, que muchos historiadores han encomiado


excesivamente como fuente histórica para ese período y para ese
ambiente, no es, en realidad, un documento epistolar* Pero en la
narración de los hechos acaecidos fuera de Bolonia, su residencia

7 Ibid., 117. [Traducción española de este párrafo en Estudio 2, tf. no­


ta 38.] Sobre Zacearía véase la comunicación del padre P. de Leturia en este
mismo volumen N uove ricerche, 231-257*
8 L uengo , Diario, XX, índice, con referencia a pág. 404. [C£. E. del
Portillo, Pío V II restablece solemnemente la Compañía de Jesús, RyF 39
(1914) 417-432; 40 (1914) 209-219 (v. 417-420)? C. E guía Ruiz , Andanzas de
un **Diario inédito” , ibid., 40 (1914) 323-338, reproducido en Literaturas y
literatos, 2.a serie (Barcelona 1917) 25-45; Id ., L o s santos Ignacio y Javier y
los jesuítas deportados a Italia por Carlos IIL (Extractos del cronista contem-
poráneo P . M. L * )f en Miscelánea Comillas, 25 (1956) 267-325; M. Cascón ,
M. Luengo (17 3 5 * 18 16 ): su diario y prólogos inéditos fuente de información
para el reinado de Carlos III, en Las ciencias, 14 (1949) 519-543; Estudio 2,
cf. n. 57.]
4* El conciliábulo dé Pistoya 9i
habitual, sus informaciones provenían de las cartas que él o sus ami­
gos recibían, y de los periódicos, libros y opúsculos que llegaban a
sus manos y que él criticaba con tanta suficiencia cuanto insuficiente
y unilateral era su cultura* Pero a las veces tan posesionado estaba
de su infalibilidad crítica, que juzgaba de los libros sin haberlos
siquiera visto por el forro. Cuando salió en Pistoya mismo el volumen
Gesú Cristo sotto Vanatema, como una autodefensa preventiva del
propio Ricci, Francisco Gusta lo refutó a fondo 9; Luengo, en cam­
bio, consignó:

“ Yo no he visto esta obra, pero tampoco es necesario verla para


decir con toda seguridad, según el genio y carácter de sus authores,
el tiempo y circunstancia en que se ha impreso, que en ella se ver­
terá mucho y lo más eficaz y a propósito que sobre el asunto han dis­
currido y publicado los jansenistas de Francia, los quales han logrado
con este género de escritos no sólo que los theólogos y otros hombres
de letras, sino que sus monjas y sus beatas resistan a los órdenes y
decretos de los obispos, y desprecien con un increíble descaro y con
una espantosa insensibilidad los breves, bullas, censuras y excomu­
niones las más solemnes de los papas y de la Iglesia“ 10.

En la narración del curso del conciliábulo y de las turbulencias


populares de la Toscana en contra de las innovaciones disciplinarias,
no nos dice Luengo, como otras veces, quiénes le han informado.
Mas no sería raro que algunas noticias más recónditas las hubiera
recibido, directa o indirectamente, del mismo Gusta, a su regreso
hacia Ferrara: como, por ejemplo, “ que a un buen párroco de la
montaña, que hizo alguna oposición, se le ha tratado indecente­
mente y se ha pensado en quitarle la parroquia“ , y esta otra más
interesante:

“ Si alguno propuso en el synodo alguna cosa contra este o el


otro punto, se cree con mucho fundamento que se hizo de propósito

9 Breve confutatione del parallelo tra le propositioni condannate nella


bolla Unigenitus ed alcune della Sacra Scrittura e de* Santi Padri, che leg-
gonsi alla fine del libro “ Gesù Cristo sotto Vanatema,” (Ferrara 1787).
10 L uengo, Diario, X X , 387.
92 L Estudios generales

y con malignidad, ya para persuadir que a nadie se le impedía opo­


ner lo que quisiere, y ya para dar ocasión de lucirlo y mostrar su
doctrina y erudición a los theólogos jansenistas del obispo0 ; y que
muchos aprobaron los decretos porque “ no oían bien, como ellos
mismos han confesado0 n.

Las decisiones del “ miserable y despreciable conciliábulo janse­


nístico0 le llegaron “ por no malos conductos0 y le sugieren dos.con­
sideraciones» La primera, que “ no hai una que no sea contra la Silla
Apostólica0 y que es “ singularíssima gloria de la Compañía de Jesús
que, aunque echada por tierra, aún es temida por estos sectarios y
atacada por ellos al mismo tiempo que atacan la Silla Apostólica, la
Iglesia y la Religión0 12. La segunda versa sobre los componentes del
concilio: los firmantes de los decretos “ por la mayor parte son unos
pobres curas del campo sin más ciencia ni doctrina que un
poco de gramática y otro poco de moral0 ; los que los redactaban
previamente, una serie de jansenistas llegados de fuera del gran du­
cado de Toscana para gloria y honra del ilustrísimo Ricci: “ el vi­
cario o provisor del obispo de. Mantua0, “ un tal Boltieri venido de
Pisa°, Palmieri de Genova, el abate Tanzini “ author principal de
los insolentes, escandalosos y heréticos Anales eclesiásticos que de
cinco a seis años a esta parte han ido saliendo de Florencia0, y “ el
famoso y celebérrimo don Pedro Tamburini [ ...] , tan jansenista
como el padre Quesnel y como el señor Am aldo° n.
Al llegar a este punto, Luengo se pregunta:

“ Y en Roma ¿qué se piensa de este synodo pistoyese? ¿qué


piensa y qué dice Pío V I? No se puede poner en duda que les desa­
grada mucho este concilio de Pistoya. Pero hasta este día [ ...] no123

11 IbicL, 391-392.
12 IbicL, 393» 398»
13 Ibid.t 398-399. Es interesante la importancia que da Luengo al abate
Tanzini en la redacción de los célebres A n n a li , para completar a B. M a T-
TEUCCI, S c ip io n e de* R ic c i... (Brescia 1941) 12 2 . R. Tanzini es más conocido
por su E lo g io d i S c ip io n e de* R ic c i (Bastía 1827), y sobre todo por su I s to r ia
d e ll* A s s e m b le a d e g li a r c iv e s c o v i e v e s c o v i d e lla T o s c a n a te n u ta in F irenZ e n é l
178 7 (Firenze 1788). P a s t o r , G e s c h ic h te , X V I / 3 , pág. 106, n. 4, dice que
se retractó bajo Pío V II.
4* El conciliábulo d& Pistoya 93

se ha visto determinación alguna* Mas si llega el concilio a impri­


mirse, no podrá menos de hablar [...]* Entre tanto, por estas escan­
dalosas novedades de Pistoya no ha perdido el santo padre el gusto
y empeño por una cosa en que se deleita mucho y quet a su juicio,
hará glorioso su pontificado, aunque todo lo demás vaya a menos y
se Vaya arruinando* Por dos veces han hablado las gacetas estos
días de compras de preciosidades antiguas” [ .. . ] 14*

La aparente despreocupación de Pío V I alarmaba no sólo al ran­


cio diarista que no comprendía que el papa comprase “ por muchos
millares de escudos algunas cosas de granito oriental que estaban
en la iglesia de Santa Práxedes” 1516, sino aun al irónico y culto hu­
manista Bartolomé Pou, antiguo profesor de letras clásicas en la
universidad de Cervera y el primero en España que publicó una
historia de la filosofía: “ ¿ Y Roma? — [se preguntaba el 23 de ene­
ro del 87 en carta al canónigo Foguet]— ♦ Roma hace cardenales y
admite regalos y da carnavales y lo da todo a la fortuna y salga lo
que saliere” , mientras “ corre que el sínodo janseniano de Pistoya en
breve saldrá latino de la pluma negra de Pedro Tamburini” ló*
Casi al mismo tiempo que el sínodo impreso, se divulgaron una
“ estampa mui hermosa del illustríssimo Ricci” y una “ gran lámina
en la que se representa el gran concilio de Pistoya como se suele
pintar el concilio de Trente” ; y el malicioso Luengo apostilla que
“ comúnmente se piensa (y no parece que ha podido suceder de otro
modo) que los padres dominicos de la Inquisición dieron licencia al
librero para que expusiese al público y vendiese dichas estampas” 17*

# # #

En los planes de Scipione de* Ricci, más importante que la publi­


cación del sínodo era su aprobación por parte de los demás obispos
toscanos* Hoy en día conocemos perfectamente, por sus mismas ac­
tas, el curso de la asamblea episcopal reunida en Florencia del 23

14 L uengo, Diario, X X , 404,


15 IbicL, 405.
16 Cf* BibL, núm. 30 (pág. 173).
17 L uengo, Diario, X X , 270-271.
94 L Estudios generales

de abril al 5 de junio del año .1787 por orden del gran duque Leo­
poldo de Austria, tocado de las ideas césaro-papistas de su hermano
el emperador José II, y gran fautor del obispo de Pistoya« Pero
Luengo se iba enterando de todos los incidentes con tanta curiosidad
como fatiga e incertidumbre, tanto más que en Florencia no había
grupo alguno estable de ex-jesuítas españoles«
Sólo que por aquel entonces hallábase en la capital del gran
ducado, procurando desenmarañar, con la ayuda de aquella legación
del rey católico, toda una serie de pleitos y expedientes sobre sus
bienes hereditarios, el ex-jesuita peruano Juan Pablo Viscardo, abate
de solas órdenes menores, casi recién llegado de Londres, donde en
1782-83, aprovechándose de la guerra entre Inglaterra y España, ha­
bía presentado al gobierno británico un plan de independencia para
el virreinato del Perú, sin que en Italia tales proyectos hubiesen tras­
cendido a los diplomáticos españoles ni a los comisarios reales encar­
gados de los ex-jesuitas en exilio«
Viscardo envió al chileno Juan Manuel Zepeda, residente en Bo­
lonia, una nutrida relación del progreso de la asamblea hasta el i«° de
mayo, que Luengo extractó en su Diario y copió fielmente en su
colección de Papeles varios 18« Para el abate Viscardo, el opositor de
Ricci, monseñor Franzesi, obispo de Montepulciano, había enviado
al gran duque una carta “ llena de sentimientos tan verdaderos, quan-
tos llenos de celo por el bien assí del Estado que de la Iglesia“ ; el
senador Serristori, que presidía en nombre de Leopoldo I, archidu­
que de Austria, era “ hombre respetable y christiáno viejo“ ; ya des­
de el 25 de abril “ un santo celo y ardor por la buena causa inflamó
los pechos assí de los obispos que de sus theólogos“ , y el obispo de
Colle, Nicola Sciarelli, alátere de Ricci, “ salió tan atufado de la
asamblea, que no hallaba la puerta de su coche, y dicen que dio una
cabezada en los cavallos: p^ggio per lu i\ Y en este tono continúa
comentando la asamblea este ex-jesuíta que ante los ministros reales
repetidas veces se había avergonzado de serlo; que en la Compañía
apenas si había comenzado los estudios de filosofía; que en Italia
y en Londres, imbuido de las ideas filosóficas del abate Raynal sobre

18 L u en g o , Papeles varios, X V I , 76-82. Cf. BibL, núm. 54 (págs. 247-


250).
4* El conciliábulo de' Pistoya 95

la América española y amargado por el injusto destierro, había ne­


gociado la ayuda británica en favor del inca sublevado Túpac Amaru
y de sus continuadores; y que por su Curta a los españoles ameri-
canos, tan divulgada por Miranda en Europa y en América, pasará
a la historia del pensamiento hispánico como uno de los escritores
políticos más influidos por Juan Jacobo Rousseau19.
Esta coincidencia plena, en lo que se refiere al sínodo de Pistoya
y a la asamblea, de Florencia, entre un integrista intransigente como
Luengo y un hombre de la Ilustración como Viscardo, a través de
toda una gama de matices — la ortodoxia combativa de Gusta y de
Hervás, la simple espectación de Lorenzo Foguet y Juan Manuel
j Zepeda y la ironía maliciosa de Pou— , sitúa a todo el grupo de ex-
! jesuítas españoles, dispersos por Italia, en la línea decididamente anti-
j jansenista que había caracterizado a la antigua Compañía de Jesús.

I 19 Cf. J. R. S pell , Rousseau in the Spanish W orld before 1833 (Austin


i 1938) 67-83, 132, 222-224. [V id . Estudios 3 1 y 3 2 .]
|

I
j
5

TRES E X -JE SU IT A S ESPAÑ O LES E N L A FORMACIÓN DE


AN GELO M A I: P IG N A T ELLI, AN D RÉS, M EN CH ACA

Cuando Angelo Mai entró en la casa de formación de Colomo,


en el ducado de Parma, como candidato a la Compañía de }esús (16
noviembre 1799), los pequeños grupos que vivían en comunidad en
algunos antiguos colegios de los estados pertenecientes al duque Fer·*
nando de Borbón, estaban constituidos : por ex-jesuítas italianos que
habían entrado en la Compañía antes del breve de supresión de 1773
y se quedaron siempre en Italia; por algunos — italianos también en
su mayoría— llegados de la Rusia Blanca y considerados como en-
laces jurídicos con los vicarios generales de Polock; por muchos ex«'
jesuítas españoles expulsados por Carlos III en 1767 y refugiados
primero en Córcega y luego en diversas ciudades de los estados ecle"
siásticos; y, finalmente, por los nuevos candidatos, todos italianos,
que llegaban a Colorno a empezar su formación religiosa*
Estos cuatro fueron los grupos constitutivos de la renaciente
Compañía de Jesús en Italia hasta la bula de restablecimiento dada
por Pío VII en 18 14 , y aun después de ella*
Quisiera subrayar, en esta comunicación, la influencia que el jo-
ven Mai recibió entre 1799 (llegada a Colorno) y 18 10 (año de su
traslado de Orvieto a Roma y de Roma a Milán), principalmente de
tres eX"jesuitas españoles: de un santo, José Pignatelli; de un his-

# Publicado en italiano con el título T r e e x 'g e s u iti s p a g n o li n e lla f o r m a -


M a i: P ig n a te lli, A n d r é s , M e n c h a c a , en B e r g o m u m (Numero
Z ione d i A n g e lo
speciale dedicato alie celebrazioni del card. Angelo Mai nel centenario della
morte. Bergamo 8 -12 settembre 1954), 28 (1954) núm. 4, 195-202. Traducción
de Francisco Miracle.

L . HISPANO-ITALIANA. — 7
98 l♦ Estudios generales

toriador de la cultura, Juan Andrés; y de un erudito, Roque Men*


chaca* Los tres son representantes señeros de aquella cultura ítalo*
hispánica surgida del cruce de la cultura de los exiliados españoles
con la de la Italia setecentista h
Sin embargo, no pretendo que tal influencia sea, en conjunto, la
más fuerte que Mai recibiera en aquel decenio; al lado de Pignatelli,
Mozzi, ex*jesuíta bergamasco que no se movió de Italia, fue una de
las guías espirituales de Angelo, así como, al lado de Andrés y de
Menchaca, Luigi Fortis lo encaminó hacia los estudios humanísticos;
entre los pocos que llegaron de Rusia, Gaetano Angiolini consiguió
atraer al joven Mai hacia sus ideas personales sobre el estado cano*
nico de la Compañía de Jesús en Italia antes de su restablecimiento
universal; y, entre los nuevos jesuítas, Mai contó amigos tanto entre
los que no superaron la crisis angioliniana — Rezzi y Pancaldi, por
ejemplo— , como entre los que dirigieron la renacida orden hacia su
normal desarrollo — Tito Cicconi y muchos otros— ·
Esta comunicación se limita a señalar las relaciones espirituales
y culturales de Angelo Mai con tres hombres altamente representa*
tivos de dos grupos de jesuítas españoles: los de la corona de Ara*
gón, que supieron unir la austeridad de la vida religiosa con el amor
de la cultura más al día (Pignatelli) y que dirigieron sus estudios hacia
la historia y hacia el neohumanismo filológico (Andrés); y los de la
antigua provincia de Castilla, más vinculados a las tradiciones huma*
nísticas renacentistas que a la nueva filología clásica, y más inclinados
a la erudición que a la verdadera historia (Menchaca)·

# # m

Todos los biógrafos de Mai y de Pignatelli nos han informado


sobre las relaciones del “ novicio” de Colorno con su maestro espiri*
tual, el zaragozano José Pignatelli (17 3 7 * 18 11) 12· Pero sólo ahora, en
ocasión de la reciente canonización, acaecida el 12 de junio de 1954»
el padre Pietro Pirri ha profundizado en el estudio de tales reía*
ciones3·

1 Vid» Estudios 1 y 2.
2 Vid. Estudios 14 y 15.
3 P. P irri, Angelo Mai nella Compagnia di Gesü: suo diario inedito del
5* Tres españoles en la formación de A* Mai 99

Angelo Mai vivió con José Pignatelli en Colomo desde 1799


a 1803, dos años como “ novicio” y dos como profesor de gramática
latina; después se encontraron otra vez en Nápoles, de 1804 a 1806,
pero no en la misma casa, pues el provincial Pignatelli residía en el
Gesü Vecchio, mientras Mai enseñaba y estudiaba en el colegio má^
ximo o Gesü Nuovo* Lo mismo sucedió en Roma, donde tuvieron
que refugiarse los jesuítas de Ñapóles en julio de 1806, expulsados
por José Bonaparte: los estudiantes se alojaron en el colegio romano·,
pero Pignatelli, poco después, alquiló el hospicio de San Pantaleone
junto a la iglesia del Buon Consiglio* El 18 de setiembre del mismo
año, Mai, acompañado de Menchaca, llegaba al colegio de Orvieto,
donde permanecerá cuatro años para cursar los estudios teológicos*
Durante ese período sólo pudo tratar con su provincial Pignatelli del
12 al 21 de setiembre de 1807, cuando éste se trasladó a Orvieto para
hacer la visita canónica de aquel colegio* Luego, desde abril a junio
de 18 10 , se encontraron nuevamente en Roma, donde Angelo Mai
renovó sus votos religiosos en manos del padre provincial* Dadas las
difíciles circunstancias de Roma, ocupada entonces por las tropas fran^
cesas, Mai partió luego para Milán*
Por eso, cuando en 18 12 Mai redactó una larga memoria sobre
Pignatelli, muerto en olor de santidad el 15 de noviembre del año
precedente, casi se limitó al período de Colorno; y lo propio hizo,
siendo ya cardenal, en sus deposiciones durante el proceso ordinario
romano sobre las virtudes deí siervo de Dios, en 1839, un año des*·
pués de su elevación a la sagrada púrpura*
Generalmente los biógrafos de Mai, al hablar de sus relaciones
con Pignatelli, se limitan a aludir a las profecías que se le atribuían
acerca del joven bergamasco, tanto a propósito de sus descubrimien*
tos filológicos, como acerca de las dignidades eclesiásticas que había
de alcanzar. Pero mucho más interesante que esas dudosas profecías
es el retrato espiritual que conservó siempre de é l: para Mai, explí*

collegio di Orvieto, A H S I 23 (1954) 234*282; Id *, Fonti delta prima vita di


san Giuseppe Pignatelli: A . M* e Giuseppe DoZ, ibid», 298*321 ? [A . L azza *
RINI, A* M . in Orvieto (da fonti archivistiche inedite), en Bollettino delVlstt*
tuto storico artístico orvietano, 10 (1954) 30*36; G. G ervasoni, A . Mai (Ber*
gamo 1954); y cf. P. T reves , L o studio delVantichita classica nelVOttocento
(Milano*Napoli 1962) 347"397 ( = La letteratura italiana, 72).]
IOO L Estudios generales

citamente, Pignatelli fue el ideal de los superiores y de los maestros


de espíritu, más inclinado a procurar para sí y para los demás la
unión con Dios y las verdaderas virtudes religiosas, que no a déte-
nerse con extremo rigor y estrecha visión en las prácticas más bien
exteriores* Pero debemos creer también que no menor admiración
le hubo de causar aquel saber unir admirablemente la santidad de
vida con el amor de la cultura, de los bellos libros y de las obras de
arte*
En una palabra, para Mai, como para toda la primera generación
de jóvenes jesuítas entrados en la Compañía en Italia a medida que
la orden ignaciana se dirigía a su total restablecimiento, Pignatelli
representaba el modelo de lo que la Compañía había sido antes de la
extinción, y de lo que había de ser en adelante, una vez superada la
época de las persecuciones y la crisis europea de la revolución*

# # #

Casi al mismo tiempo en que Mai entraba en relación con San


José Pignatelli, se le acercó otro jesuíta español, que debía seguir más
de cerca su carrera filológica: el valenciano Juan Andrés (1740-
i 8 i 7) 4·
Sin pretender dar a Andrés el título de figura cumbre de su
siglo, como a fines del Setecientos y a principios del Ochocientos se
pensaba, no hay duda de que si en el Setecientos la erudición y la
crítica pesan más que las creaciones del espíritu, el ex-jesuíta exiliado
es, por lo menos, una de las figuras más representativas de su tiempo*
Quien no conozca más que su obra capital — los siete volúmenes
Dell9origine, progressi e stato attuale d’ogni letteratura (Parma 1782-
99)— lo creerá sólo un historiador enciclopédico, y no un curioso
investigador, cual nos revelan las Cartas familiares dirigidas a su
hermano Carlos (5 vols*, Madrid 1786-93) y sobre todo su Catalogo
de9 codici manoscritti della famiglia Capilupi di Mantova, impreso
en la misma capital gonzaguesca en 1797, y dos años más tarde tam­
bién en Valencia, en traducción española hecha por su hermano
Carlos, con una carta-prólogo del ex-jesuita, “ en que manifiesta la

4 V id . Estudios 5 y 22-25.
5* Tres españoles en la formación de A. Mai IOI

utilidad de semejantes catálogos” . Este Andrés erudito» no aquél en*


ciclopédico» fue el mentor de Mai.
La entrada dé las tropas bonápartistas en la Alta Italia había
aconsejado al estudioso valenciano a dejar su tranquila habitación
de Mantua5 y trasladarse a R om a6» donde habían buscado refugio
tantos compañeros suyos de exilio. Pero muy pronto se sintió atraído
por el grupo de ex*jesuítas españoles e italianos establecidos en Par*
ma» en cuyo ambiente cultural también tenía algunos viejos amigos:
entre ellos Gian Bernardo De Rossi y Giambattista Bodoni» quien
justamente entonces» en 1798» imprimía el último volumen DelVori*
gine, progressi e stato attuale d’ogni letteratura.
Descontado el tiempo de algunos breves viajes a Mantua» Roma
y Pavía» Andrés permaneció en Parma hasta 1804» es decir hasta que
los franceses» después de la muerte del duque don Femando» obli*
garon nuevamente a los jesuítas a emigrar7. Él también» como Pi*
gnatelli» se trasladó a Ñapóles» donde fue readmitido en la Compañía
de Jesús» y tuvo el cargo de real bibliotecario. Los contactos perso*
nales entre el valenciano y el joven bergamasco empezaron en Co*
lomo y en Parma — recuérdese que Mai hizo el primer curso de filo*
sofía en el colegio palmense de 1803 a 1804— » y se reafirmaron en
Nápoles» donde ambos vivían en el Gesü Nuovo.
Andrés se dio cuenta en seguida de las grandes dotes de Mai
para los estudios humanísticos» especialmente en un acto académico

5 El 26 de mayo 1797 aún escribía desde Mantua a J. G . Handwerk, jefe


de la imprenta parmense de Bodoni (Módena» Bibl. estense» autogr. Campori);
el 26 de agosto del mismo año se dirigía al profesor de Pavía» Domenico N o o
ca» desde Roma (Pavía» Bibl. universitaria» autogr. 97*05).
6 La última carta que he hallado de este período romano está fechada
a 10 de marzo 1798 y va dirigida a Handwerk (Módena» 1. c.). El 24 de
octubre escribía ya desde Parma a Bramieri (Parma» Bibl. palatina» epistolario
Bramieri).
7 Los viajes citados son anteriores a octubre de 1803» fecha de la llegada
de Mai a Parma (cf. CC» 1934» I, 58). En efecto» el 2 de febrero 1803 Andrés
estaba en Nápoles (carta a Valerio Benincasa» en la Bibl. nac. braidense de
Milán» A G . 15.5» núm. 15)» pero el 18 de marzo ya escribía desde Parma a
Zeffirino Campanini (Módena» Bibl. estense» autogr. Campori)» y se queda allí
hasta el 5 de octubre 1804 por lo menos (carta a Zani en la Bibl. palatina de
Parma» epistolario Zani). El 3 de febrero 1805 escribía desde Nápoles a Nocca
(Pavía, Bibl. universitaria, autogr. 97*05).

BANCO DE LA REPUBLICA
BIBLIOTECA- LUIS-ANGEL A R A N G O

CATALOGACION
102 I. Estudios generales

del colegio, a principios del curso de 1805-06, el último que Mai


había de transcurrir en Ñapóles* Y escribió en seguida a Bettinelli 8,
su viejo amigo mantuano, y al ex-jesuíta español Xavier Perotes, re­
sidente aún en el colegio de San Roceo de Parma como sacerdote
secular:

“ Aquí hemos tenido estos días... muchas academias — [le escri­


bía el 30 de octubre]— .. .La más lucida, por todo el aparato y por
las composiciones y por los recitantes, ha sido la de nuestro colegio,
compuesta por Mai, sobre la música: excelentes poemetti, bellas
odes faleucias y una larga elegía y écloga, con algún epigrama;
concurso de los más literatos de la ciudad: dos obispos, y los cavalle-
ros que gustan el latín; todos han aplaudido de veras, y hablado
con honor della en la ciudad“ 9*

Se trataba, pues, de composiciones humanísticas* Pero el hecho


de que precisamente entonces Andrés se hubiese convertido en el
centro de los jóvenes napolitanos aficionados a los estudios histórico-
críticos sobre la antigüedad clásica 101, y la circunstancia de que fuese
precisamente Andrés el correspondiente a quien Angelo Mai comu­
nicaba sus descubrimientos y sus trabajos en la Ambrosiana de Mi­
lán n, son más que suficientes para considerar al ex-jesuita de Planes

8 Carta del i.° de octubre 1805, en la Bibl. comunale de Mantua, epist.


Bettinelli, arm* 1* b / 2 ; fragmento editado en CC* (1934) I, 6 1, y reprodu­
cido en Epistolario di Angelo Mai, ed. G . Gervasoni, I (Firenze 1954), append.
II, núm. II, pág. 350*
9 Roma, archivo de la Pont. Universidad Gregoriana, 553b, i39r.
10 Esto aparecerá claramente cuando se publique el epistolario de Andrés
con Gaetano Marini, Cario Rosmini, Gian Giacomo Triulzi y Giacomo Mo-
relli, respectivamente en las bibliotecas Vaticana, Cívica de Turín, Trivul-
ziana de Milán y Marciana de Venecia.
11 Las cartas de Mai a Andrés, conservadas en el archivo cit* de la
Universidad Gregoriana, las publicó ya P. PlRRi, 11 Colombo delV Ambrosiana.
Lettere di Angelo Mai a Giovanni Andrés, CC (1934), I, 55-71 ♦ 154-169, 277-
289; y están reproducidas, con complementos ofrecidos por el mismo padre
Pirri, en el cit. Epistolario di A . Mai, I, por G . Gervasoni. Las cartas de
Andrés a Mai, por el contrario, se han perdido.
5* Tres españoles en la formación de A. Mcti io 3

como al maestro más inmediato y eficaz del “ Colón de la Ambrosia«*


na” en el campo de las investigaciones filológicas grecolatinas*

# # #

Pero Andrés no fue su único maestro* En Ñapóles Mai encontró


también a otro ex«*jesuíta español, el vasco Roque Menchaca (1743-
1810) 12t quien completó la educación crítica del futuro prefecto de
la Vaticana, orientándolo hacia los estudios sobre la cultura eclesiás­
tica antigua* Menchaca no llegó a terminar ni a publicar más que dos
obras de historia moderna: la edición latina de dos colecciones de
cartas de San Francisco Javier (2 vols., Bolonia [179 5]) y de San
Ignacio de Loyola (ib* 1804); pero su pasión fue la preparación de
una enciclopédica Geografía sagrada, para cuya compilación hizo muy
cuidadosas investigaciones en las bibliotecas y archivos de Roma y
Florencia, principalmente* De hecho1, con todo, no dejó más que un
desordenado montón de notas y fragmentos, conservados en siete vo­
luminosos legajos del archivo de Loyola, junto con otras investiga­
ciones sobre la historia de la Iglesia antigua, de la liturgia y del de­
recho canónico 13*
Es curioso señalar cómo esos dos estudiosos españoles que halla­
mos en contacto con Mai durante el período de su formación cultu'
ral, son, los dos, hombres netamente setecentistas en armonizar los
vastos planes enciclopédicos con las minuciosas rebuscas analíticas*
Su discípulo, por el contrario, abandonará las ambiciones enciclopé­
dicas para detenerse en las búsquedas cuidadosas y pacientes* Los dos
ex-jesuitas fueron historiadores y eruditos; Mai será sólo y eminen­
temente un erudito*
La colaboración de Menchaca en la formación de Mai no es sólo
una hipótesis probable, fundada en el hecho de que ambos se en-

12 Cf. Epistulae S. Francisci Xaverii aliaque eius scripta, ecL G* Schurham-


mer - J* W icki, I (Romae 1944) i i 3 * - i i 6* (Monumenta histórica S. I., vol* 67); y
Cartas de San Ignacio de Loyola, ed. A . Cabré, M , Mir, J. J. de la Torre, I
(Madrid 1874) págs. VIII-IX. Vid* infra, n. 16*
13 Archivo de Loyola, legajos 2 .2 .13*19 . El escrito de Menchaca, Resumen
de las erecciones de los obispados de la América española, Brasil y Filipinas,
se publicó en F . J. H er n á ez , Colección de bulas, breves y otros documentos
relativos a la Iglesia de América y Filipinas, II (Bruxelles 1879) 702-745.
104 L Estudios generales

contraron en Ñapóles1415 entre 1804 y 1806, que los dos tuvieron


que refugiarse en Roma después de la expulsión de los jesuítas por
decreto de José Bonaparte rey de Nápolest y que hicieron juntos el
viaje de Roma a Qrvieto, adonde llegaron el 18 de setiembre de este
último año» En sus investigaciones, durante los cuatro anos que pa-
saron juntos en la ciudad umbra, Menchaca, ya sexagenario, se hacía
ayudar por sus discípulos en teología, y entre los diferentes tipos de
caligrafía de sus informes mamotretos se encuentra también el de
Mai ls*
Menchaca no sólo le orientó en sus primeras investigaciones his­
tóricas, sino que con mucha probabilidad fue él precisamente quien
le enseñó la lectura de los palimpsestos por medio de reactivos quí­
micos 16; es decir, el ex-jesuita vasco debió de poner en las manos
del joven estudiante, ya estudioso, la llave que le abriría la puerta
de los grandes descubrimientos en los dos campos: el de la filología
clásica y de la historia eclesiástica — la puerta, en fin, de su gloria*

14 El 15 de octubre 1805 Andrés escribía a Perotes desde Ñ apóles: “ Men­


chaca es excelente para las cárceles, y él está contentísimo con ellas, pero no
se pueden combinar cátedra y cárceles, y, aunque él preferiría éstas, la voz
universal es que deve quedar para aquélla, especialmente que Gusta ha de
ir a Palermo, y Menchaca en la historia eclesiástica puede hacer honor a estas
escuelas altas, que, por el sistema de los seminarios vescoviles y las dispo­
siciones sobre los órdenes, no pueden tener concurso en teología, y sólo el
nombre del profesor y la curiosidad de la historia podrían llamar alguna fre-
qüencia* En tal caso, se piensa en Zavala para las cárceles“ * Roma, archivo
de la Pont* Universidad Gregoriana, 553b, i37r. N o consta ninguna relación
especial de Mai con Gusta. Cf* Bibl., núm. 13.
15 Pero sólo en el ms* 2*216, fase* X L V II antiguo, folios [ i2 r - i3 v ] , que
contienen la copia de la segunda lección de la festividad de Santa María M ag­
dalena tomada de un breviario ms. de la biblioteca de los dominicos de
Orvieto.
16 Cf. Pirri (supra, n. 3), 237, 253 n. 5; sobre Menchaca, ibid*, 279-281.
6

SOBRE LA C U LT U R A D EL SIGLO X V III

Reunimos en este boletín bibliográfico algunos libros de carácter


general que tratan de la cultura del siglo XVlllt del siglo que, bajo
la hegemonía de Francia, conoció los dos últimos períodos del lla­
mado clasicismo: los postreros decenios del largo reinado de Luis X IV ,
y todo el de Luis X V , que transmite un ideal antiguo a la Revolu­
ción, y todavía más claramente al primer Imperio.
Se ha hablado demasiado del lugar que ocupa la Compañía de
Jesús en la época de la Contrarreforma, tanto en la etapa inicial del
segundo Renacimiento como en la del Barroco, y generalmente se ha
hablado de ello con exageraciones muy poco históricas. En cambio,
se calla demasiado la actitud cultural de los jesuítas en el siglo xvill,
si no es en función de su supresión. No obstante, su papel en la
historia de la cultura religiosa durante la Ilustración no es menos
interesante.
Ya que tratamos ahora de la llamada época del clasicismo, per­
mítasenos abrir esta crítica con una obra sobre Racine. Aunque muer­
to en los umbrales del siglo XVIII, él representa el triunfo de la reac­
ción antibarroca en Francia y el principio de todo el neoclasicismo
europeo. La obra del crítico inglés Philip Butler sobre lo barroco y
lo clásico en Racine 1 es al mismo tiempo la obra de un historiador*

* Publicado en italiano, con el título Su la cultura del secolo X V III, en


A H S I 3 1 (1962) 407-415. Traducción de Alfonso M ; Güell S . I. Ponemos en
nota las citas que en la primera edición iban incluidas en el texto entre pa­
réntesis.
1 Philip B u t l e r , Classicisme et Baroque dans Vœuvre de Racine. Paris
(Librairie Nizet) 1959, 8.°, 349 págs., 7 ilustr.
io6 L Estudios generales

y de un filólogo* La formación personal y literaria del gran trágico


francés queda encuadrada tanto en la historia cultural y política de
Francia en la segunda mitad del siglo XVII, como en su pequejña
historia personal y en la de su ambiente*
El historiador de la cultura encontrará en la introducción la y en
el capítulo primero lb de este libro muchas sugerencias y noticias so­
bre la época del barroco en general, y especialmente sobre el barroco
francés — palabras, estas dos, barroco y francés, que aún horrorizan,
allí, a los que no han superado la dogmática de los esquemas de
enseñanza media— ♦ La realidad histórica comprueba, con todo, que
las generalizaciones están siempre teñidas de predilecciones persona­
les, y, consiguientemente, se hallan con frecuencia en pugna con
otras generalizaciones* Philip Butler, por ejemplo, intenta explicarse
el fenómeno barroco por el ambiente predominantemente feudal y
clerical de la sociedad francesa hasta la reforma de Colbert, mientras
en cambio Tapié lc buscaba las raíces de todo el barroco· europeo en
el alza de la economía y del gusto campesinos en el siglo XVII*
Otros contrastes pueden derivar más bien de diferencias nacio­
nales* Mientras los historiadores italianos del barroco, ante el espe­
jismo de Marino, se inclinan a considerar el barroco como la época
de la sensualidad — disimulada, si no aprobada, por la Iglesia, a cam­
bio del respeto a los dogmas y a la jerarquía— , Butler opina que el
amor cantado por los poetas franceses del tiempo barroco, lejos de
ser sensual, parece más bien convencional e ideal*
Es válida, sin duda, la clara y neta distinción que él hace entre
contrarreforma y barroco* Así, pues, no se arriesga a identificarlos con
el jesuitismo, entendido a la manera crociana* A principios del XVII,
el padre Monet no conocía otro sentido de la palabra “ barroco” que
el de “ forma irregular de las perlas” * Un siglo después, la misma pala­
bra, en el Dictionnaire de Trévoux, tenía ya un sentido estético peyo­
rativo* Pero de un tiempo a otro, desde los primeros años de
Luis XIII a la regencia del duque de Orléans, la cultura literaria de los
jesuítas franceses ha recorrido los mismos pasos que toda la cultura

la Págs. 9-18.
lb Págs. 19-85.
lc Cf. A H S I 27 (1958) 262-265.
6* Sobre la cultura del siglo X V III 107
francesa — expresamente no digo ha seguido, porque ha sido contem­
poráneamente efecto y causa de aquélla— ♦ No sin razón, mientras los
grandes dramaturgos franceses anteriores — Corneille y Moliere, por
citar sólo a los más importantes— provenían de los colegios jesuítas,
Racine, el primer neoclásico, fue educado en Port-Royal? se separó
sólo cuando su protector, el duque de Luynes, se apartó del jansenis­
mo para justificar su segundo matrimonio — la fuente principal para
conocer el trasfondo de esa historia es el libro de Mémoires del padre
Rapin ld— y después volvió sobre sus pasos en el mismo momento
en que su teatro se reafirmaba como decididamente antibarroco y
neoclásico*
El autor ha visto con mucha perspicacia que las reformas de Col-
bert tienen una gran importancia no sólo política sino también cultu­
ral, tanto, que dividen en dos períodos distintos el largo reinado de
Luis XIV* La llegada de la pequeña nobleza y de la alta burguesía a
la administración del Estado, implica un cambio de estructura polí­
tica y un cambio de gusto — y precisamente en este ambiente nuevo
se inserta el De arte discendi et docendi del padre Jouvancy, que se­
rá una piedra miliar de la historia cultural de los jesuítas, tanto en
Francia como en otras partes*
En cambio, Philip Butler ha mirado con ojos demasiado ingleses
los peligros de un cisma entre la Iglesia Galicana y la Iglesia de Roma
en tiempos de Luis XIV* Cuando los ultramontanos lo comparaban
a Enrique VIII de Inglaterra, lo hacían más para alzar la voz de alarma
que no por una verdadera y estricta convicción de que el cisma fuese
posible* N i las preocupaciones de Roma y de los jesuítas, por serias
que fuesen, llegaron nunca a la crisis dramática que el autor quiere
suponer*
Cierto que la parte principal de este excelente libro es la que exa­
mina las circunstancias históricas y los valores estéticos y doctrinales
de cada una de las obras de Racine* Pero como a nosotros nos inte­
resa más, aquí, lo que toca a la historia general de la cultura en Francia
en el tránsito de la época barroca a la neoclásica, queremos subrayar
las conclusiones finales le, donde se repite el concepto del clasicismo

ld Págs. 90-95.
le Págs. 288-308.
io8 L Estudios generales

o neoclasicismo como expresión de una nueva sociedad más burguesa


y más laicat en comparación con un ambiente más clerical y más aris­
tocrático, cual era el del barroco; de una sociedad y de una cultura
quet en resumen, preparan el .siglo XVIII francés y europeo*
Aunque para la bibliografía del barroco y de la literatura fran­
cesa del Seiscientos el autor señale respectivamente el conocido artí­
culo de Wellek del Journal of Aesthetics and Art Criticism (1946)
y La littérature de Vage butaque en Frunce de J* Rousset (1953)» la larga
lista de las obras utilizadas y citadas por Butler lf será sumamente
útil a cuantos se interesan por la cultura europea del siglo XVII ; y lo
sería más todavía, si se hubiese hecho una clara distinción entre las
obras sobre el barroco y las que tratan más directamente de Racine*

No fue sólo la Francia clásica la que influyó en Italia durante to­


do el siglo XVIII* Lo fue también, y tal vez más intensamente, la Fran­
cia “ ilustrada” * Y , entre los ilustrados franceses, Montesquieu tuvo
una difusión y suscitó un interés que, en más de un aspecto, superan
la difusión y el interés que alcanzaron Voltaire y Rousseau* Tal es el
tema estudiado con finura, carino y erudición por la doctora Paola
Berselli A m bri2*
Ha sido una tarea difícil, pero superada con éxito, la de entrela­
zar la amenidad en la exposición, con el análisis de los textos escritos
en el Setecientos italiano en pro o en contra de Montesquieu; con
los datos biográficos y concretos de cada uno de los autores, necesa^
ríos para entender sus situaciones y sus reacciones; y principalmente
con un verdadero tesoro de noticias nuevas, sacadas de esa mina inex­
hausta que son los epistolarios eruditos del siglo XVIII* La autora ha
utilizado a fondo los de Turín, Venecia, Parma, Módena, Bolonia,
Savignano, Florencia, Lucca, Roma y Ñápeles* Creo que no hubiera
sido trabajo inútil consultar también los carteos de este tiempo con­
servados en Rovereto, Milán, Verona, Liorna y, sobre todo, el archL
vo de Loyola (donde se conservan los papeles de Zacearía) y el del
Ministerio de asuntos exteriores de París (para aclarar un poco el pun-

lf Págs* 309-327.
2 Paola Berselli A mbri, V opera di Montesquieu nel Settecento italiano*
Florencia (Leo S* Olschki) 1960, 8.°, vill-237 págs.t ilustr. ( = Biblioteca del
“ Archivum romanicum” , ser. I, vol. 61).
6» Sobre la cultura del siglo X V 111 109

to neurálgico de la condenación en el índice de Uespñt des lois en


17 5 1, no obstante la disposición favorable del embajador francés, du-
que de Nivernais)»
En su largo viaje por Italia en 1728-29, Montesquieu ganó una
serie de amistades, que después cultivó con su correspondencia y con
la franca acogida que daba a sus amigos italianos» Éstos, llegados a
Francia, antes o después de ir a París, eran sus huéspedes en su cas­
tillo bordelés» De aquel viaje provenía su amistad, entre otros mu­
chos, con el paduano abate Antonio Conti, guía suyo en Venecia, con
el padre Giacinto Serry en Padua, con la condesa Clelia Grillo Borro-
meo en Milán; en Turín, con el conde Antonio Maurizio Solaro di
Govone, hermano del marqués Cario Solaro di Breil, a quien había
conocido en Viena, donde era embajador de Víctor Amadeo II; en
Florencia, con el marqués Antonio Niceolini, con el cual se encontró
después en Roma» Aquí trata bastante íntimamente con el biblioteca­
rio corsiniano, después vaticano, monseñor Giovanni Bottari, y con el
vivaz monseñor Gaspare Cerati; mientras en el viaje de vuelta se en­
tretiene en Módena con el duque Rinaldo de Este y con su bibliote­
cario Ludovico Antonio Muratori, y en Verona con Scipione Maffei»
Si añadimos a dos abates italianos residentes en Francia, Filippo Ve-
nuti, de Cortona, y el piamontés Ottaviano Guaseo di Bricherasio,
habremos enumerado a los principales amigos italianos de Montes­
quieu» Jesuítas, ninguno» En 17 5 1 Niceolini y monseñor Cerati harán
todo lo posible para evitar la condenación de Uespñt des lois por par­
te, nada menos, que de Benedicto X IV , el papa filósofo, el cual no
pudo hacer otra cosa ante los reparos puestos contra esa obra por los
teólogos de la curia, de Concina sobre todo»
Es muy curiosa la benignidad con que la autora trata a este com­
bativo defensor del integrismo clerical, que fue, si no un latinista clá­
sico, sí ciertamente bastante mejor de lo que podrían hacer creer los
crasos errores de lengua que aparecen en algunos textos tanscritos en
este volumen2a* Se ve que para quien presenta como simples refor­
madores católicos tanto a los verdaderos cristianos de mentalidad
abierta, como a los jurisdiccionalistas más anticuriales y a los verdade­
ros jansenistas antirromanos, el hecho de ser adversario de los jesui-

2a Págs. 3 1-3 2 .
no L Estudios generales

tas basta para presentar a Concina bajo una luz simpática» y aun pa­
ra afirmar» ni más ni menos» que él uno tiene partidismos de hábito
y pone su pluma al servicio exclusivo de la Iglesia” , mientras, en cam­
bio, “ Zacearía no olvida nunca, la defensa de los intereses de la Com­
pañía” 2b. Reconoce que “ hasta Zacearía criticó la actitud de Concina
para con Montesquieu” 2c; sólo que no se entiende, si no es por pu­
ros prejuicios, cómo ese hasta se pueda compaginar con la modera­
ción de las críticas del jesuíta veneciano sobre Uesprit des loisf críti­
cas que provienen de aquel mínimo de coherencia que se pide a un
autor que se profesa cristiano y católico como Montesquieu; más
aún, Zacearía fue en Italia — y lo reconoce también la autora— uno
de los mayores divulgadores de la retractación final del filósofo de
Guyena, que murió asistido por dos jesuítas, los padres Rothe y Cas-
tel 2d.
Cierto que entre los jesuítas residentes en Italia antes y después
de la supresión de la Compañía de Jesús (1773) no hubo — ni podía
haberlos— admiradores incondicionales de las Lettres persanes, de las
Considérations sur les Romains y de Uesprit des loisf como lo fueron
Amaduzzi, Vergani, Bertolini o, más aún, Radicati di Pásserano. Pe­
ro por un solo enfurecido contra Montesquieu, el antifrancés Juan
Francisco Masdeu — Masden se lee siempre en el texto, aunque se
corrija en el índice 2e·— , la misma autora presenta a otros tres autores
jesuítas bastante mitigados: en orden progresivo', el veneciano Zac­
earía, el andaluz Ossuna 2f y el valenciano Andrés* El volumen se cie­
rra con este nombre 2®, incluido arbitrariamente entre los escritores
del ducado de Parma, mientras se sabe que el DelVorigine, progressi
e stato attuale d'ogni letteratura fue compuesto en Mantua, en ¿1 pa­
lacio de los marqueses Bianchi, residencia habitual del ex-jesuíta.
Me parece que los términos de comprensión, y aun de simpatía,
en que se expresan estos tres ex-jesuitas, uno italiano y dos españoles.

2b Pág. 3 3 (subrayamos nosotros, sin comentarios).


2c Pág. 34.
2d Págs. 64-66.
2e Págs. 78-79; cf. pág. 232,
2f Págs. 80-81.
2g Págs. 205-207.
6* Sobre la cultura del siglo X V III III

se prestan a algunas reflexiones/ siempre en el puro campo de la his-


toria de la cultura*
En primer lugar, la posición de defensa del pontificado romano,
que tomó la Compañía de Jesús como orden, y, por tanto, común a
todos los jesuítas, no basta para ponerlos a todos en el partido de los
reaccionarios* Como la Iglesia misma, toda institución eclesiástica vive
de la interna dialéctica entre tradición y progreso, entre reacción y
apertura* Esta inquietud interna es perceptible en toda la historia de
los jesuítas durante el siglo de la Ilustración; y después de 1773 la
actitud abierta fue la que prevaleció ante las varias corrientes del
pensamiento* Pero téngase en cuenta que, si se pone al jurisdicciona-
lismo en la corriente de apertura, tendremos que contar entre los
abiertos también al reaccionario Masdeu, el más regalista de todos
ellos*
Si se tienen en cuenta los precedentes de los bolandistas en Bél-
gica, de Quadrio en Italia y de Burriel en España, es un puro aprio-
rismo decir que la cultura crítica de Zacearía y de Tiraboschi fue más
maurina 2h que jesuítica*
Por fin, si se mira a Belarmino y a Mariana no con los ojos
antijesuíticos del siglo XVIII, de los que la gentil autora se siente
solidaria, sino en su verdadero contexto histórico y en su proyección
sobre el Setecientos, viene espontánea la pregunta de si no fue
precisamente la tradicional tendencia antiabsolutista de la escuela
jesuítica lo que pudo hacer simpático a los jesuítas de la Ilustración
el autor clásico de la distinción y separación de los tres poderes*
Lamentamos además que, mientras la doctora Berselli Ambri se
muestra gran conocedora de la bibliografía sobre los escritores ita­
lianos del siglo XVIII, sobre los españoles que vivieron durante tan­
tos años en Italia olvide hasta la conocidísima memoria de C ían :
sólo así se explica que pueda calificar a Esteban de Arteaga como
“ conocido principalmente por sus polémicas con Rubbi” *2i*
El carácter especializado de la revista en que escribimos nos ha
obligado a detenernos en uno de los puntos más débiles de una
obra que, en su conjunto, quedará como fundamental para la historia

2h Cf. pág. 43.


2i Así en la pág. 80.
112 I. Estudios generales

de la Ilustración italiana* L ’esprit des lois interesó a los filósofos y a


los intelectuales en generalt pero movió también a los pensadores
políticos — Bertolini en Florencia, Pietro Verri en Milán, CresserLen
Trento— a imponer las ideas de Montesquieu en la reforma del Es­
tado, Su actuación vendrá después» con planteamientos antirreligio­
sos y revolucionarios que el mismo Montesquieu hubiera desaproba­
do, Pero el fermento de aquellas ideas que en Italia se pondrán en
práctica hacia la mitad del Ochocientos» provenía inicialmente de las
vivaces polémicas nacidas un siglo antes. Debemos estar agradecidos
a quien nos las ha hecho conocer con tanta erudición y con tanto
interés.

Mientras se publicaba en Florencia el libro de la doctora Ber-


selli Ambri» aparecía en París otro de Émile Appolis3» en el que
muchos de los personajes allí aludidos eran encuadrados en un marco
más amplio» no sólo desde el punto de vista geográfico» sino tam­
bién ideológico, Pero al mismo tiempo se confirmaba que aquella
autora había visto claro cuando notaba que muchos de los llamados
jansenistas italianos — los del tipo de Lamí por ejemplo— no se
podían encasillar, sin matices, en los presupuestos específicos de los
verdaderos jansenistas. El gran mérito de Appolis consiste en haber
hecho un paciente análisis de textos y documentos -^algunos iné­
ditos— para distinguir qué personajes eclesiásticos o laicos de Eu­
ropa y aun de América eran verdaderos jansenistas, y cuáles cons­
tituían más bien un tercer partido entre los jansenistas y los que él
llama £eldnt¿.
Notemos, ya desde el principio, que ese último epíteto sería
aceptable si el libro — según deja entender su título— se limitase
al siglo x v iii : el celo en la aceptación total, y sin subterfugios» de la
bula Unigenitus de Clemente X I (1713)» justificaría el uso, incluso
hoy día, de aquel adjetivo, Pero la obra empieza con la aparición
del bayanismo, cuando no se podía hablar de ¿élanti, y se cierra con
el triunfo del liberalismo hacia mediados del siglo XIX, cuando el
apelativo ya había cambiado de sentido.

3 Émile A ppolis, Entre Jansénistes et Zeîanti. L e utiers part?* catholique


au X V IIIe siècle, Paris (A. et J. Picard) 1960, 8.°, XII-603 pags.
6* Sobre la cultura del siglo X V III

Si — como el autor repite continuamente, aunque a veces lo ol-


vide— el tercer partido no se puede identificar con el mundo
“ éclairé” , y si se insiste en descartar el apelativo criptojansenistas
propuesto por Zeller 3at me parece mucho más claro y más exacto
el de prejansenistas o jilo jansenistas, según las fechas, como hacen
Jemolo y Dammig, o, quizá todavía mejor, el de parajansenistas♦
El tercer partido de Appolis no coincide con el de los hombres
“ ilustrados” , poique también muchos del campo contrario eran
“ éclairés” — el autor cita a los bolandos en pleno XVII 3b, pero podía
citar igualmente a los teólogos positivos de finales del siglo XVI y
principios del XVII, de Salmerón a Petau a través de Belarmino, y a
los grandes eruditos del Setecientos avanzado, como Tiraboschi en
Italia y Burriel en España— y, además, muchos de los que aquí
se clasifican como pertenecientes al tercer partido, de ninguna ma­
nera eran ilustrados: piénsese en un Tirso González y en un Da-
niello Concina.
Tampoco coincide con el partido de los moderados, pues bastan
estos dos últimos nombres para ver que también en el tercer partido de
Appolis entran sectarios y fanáticos, quizás más fanáticos de lo que,
en el campo de los molinis.tas y de los probabilistas, podían serlo
Niccoló Ghezzi entre los polémicos puros y un Francesco Antonio
Zacearía entre los cultos y eruditos*
En cambio, todos ellos y sólo ellos eran parajansenistas tanto en
punto a agustinismo teológico en las cuestiones de la gracia, como
en punto a rigorismo moral en el campo de las opiniones probables;
y consiguientemente eran todos más o menos antijesuíticos en el
campo de la doctrina teológica, aunque los más moderados apoyasen
la actividad apostólica de los jesuítas y hasta sus obras de pura eru­
dición, y los más curiales, empezando por el mismo papa Bene­
dicto X IV , alabasen la ayuda y el apoyo que el pontificado romano
recibía de ellos*
Por esto resulta tan difícil formar un partido único, el tercer
partido, con personajes tan contrastantes en multitud de puntos* Y
que la común prevención contra la Compañía de Jesús fuese un ele­

3a Pág. VI.
3b Págs. 41-42.
L. HISPANO-ITALIANA. — 8
H4 L Estudios generales

mentó negativo sí, pero esencial, del llamado tercer partido, puede
probarse por el hecho de que, una vez suprimidos los jesuítas, el
tercer partido se resquebraja, y sus miembros se polarizan o hacia
el romanismo y el equiprobabilismo — con la leal colaboración de los
ex-jesuitas— o hacia el último jansenismo pistoriense, episcopaliano,
antirromano, febroniano y absolutista, al cual el mundo del Ocho­
cientos volverá las espaldas»
Aunque se trata de una obra histórica, la de Appolis tiene un
enfoque teológico» La cultura de los siglos XVII y XVIII interesa al
autor solamente en función de las actitudes doctrinales que origina;
y los hechos políticos y eclesiásticos, porque condicionan el desarro­
llo de aquéllas» Así, pues, nos ofrece un denso volumen de seiscien­
tas páginas sobre los problemas religiosos del Setecientos cási sin
ningún interés por el mundo nuevo que precisamente entonces la
Ilustración estaba creando, el cual exigía en el seno de la Iglesia un
tercer partido menos estrecho1, menos fanático y más abierto que
todo aquel mundo más “ chiesastico” que eclesiástico — en terminolo­
gía cara a Benedetto Croce— , formado por polemistas, agustinianos,
molinistas, jansenistas, quesnelianos, tomistas, probabilistas, proba-
bilioristas, etc»
Hubiéramos deseado que, junto a la acumulación de textos y
datos, el autor nos iluminase durante el curso de sus investigaciones
con visiones más sistemáticas y más claras, que nos ofreciesen de
vez en cuando un ligero alivio y una orientación reposante» También
hubiéramos deseado un poco menos de entusiasmo y de exageración,
y un mayor esfuerzo por distinguir las diversas corrientes dentro
del llamado tercer partido: la yuxtaposición, por ejemplo, del doctí­
simo benedictino cardenal Aguirre con el prepósito general de los
jesuítas, padre Tirso González, resulta hasta grotesca, a pesar de la
amistad que los unió en vida»
En cambio, a veces nos lleva a sutilezas extremas para distin­
guir a los verdaderos jansenistas de aquellos que no lo fueron pro­
piamente, sino sólo agustinianos en dogma y rígidos en moral» Si
también aquí hubiese evitado la exageración y el entusiasmo, hu­
biera aumentado mucho el mérito poco común de su libro» Un tema
de tanta importancia y envergadura parecería más propio de un Le-
benszuerk que no de una obra algo apresurada» Con todo, es fácil
ó. Sobre la cultura del siglo X V III £15
prever que el autor volverá a menudo sobre el mismo tema en su
vida de estudioso, y nos dará otros muchos trabajos sobre el mismo
asunto, los cuales completarán, ordenarán y matizarán tantos y tan­
tos puntos que quedan todavía o apenas desbrozados o demasiado
rápidamente calificados — o descalificados— y juzgados·

A pesar de que uno de los mayores méritos de la obra de Appolis


sea precisamente el del enfoque internacional del problema del tercer
partido o del filojansenismo católico, él mismo reconoce que los dos
países más comprometidos eran Francia e Italia· Ahora bien, el ala
más fanáticamente antijesuítica del llamado tercer partido acudió muy
a menudo a una conocida imprenta libre del cantón Tesino, la cual
iba divulgando libros y folletos contra los jesuítas o por cuenta pro­
pia o por encargo de algunos editores venecianos — Bettinelli en
primer lugar— , con el fin de difundirlos después por todos los Es­
tados italianos· Tal era la tipografía Agnelli, de Lugano, a la cual
Emilio Motta había dedicado algunos artículos importantes a fines
del siglo pasado en el Bollettino storico della Svifácra italiana.
Recientemente el padre Callisto Caldelari, capuchino, ha apor­
tado un importante complemento a las varias bibliografías del can­
tón Tesino con su catálogo de las ediciones tesinenses que se con­
servan en la biblioteca de su orden en Lugano4, obra preparada
por varios colaboradores y editada anónima, con sólo una alusión al
verdadero compilador43· La riqueza de esta biblioteca es tal, las des­
cripciones bibliográficas tan precisas, y la erudición del editor tan
exhaustiva en este campo, que nos proponemos espontáneamente la
cuestión de si no hubiera sido mejor tomar esa biblioteca como base
de una bibliografía completa del cantón Tesino desde mediados del
siglo XVlll hasta últimos del XIX·
Volviendo a la tipografía Agnelli, de los 17 7 números aquí ca­
talogados (del 4 al 180) 65 son libros u opúsculos antijesuíticos, es
decir, más de la tercera parte; exactamente, el 36,7 % , admitiendo que
provengan de Lugano algunas obras sin lugar de edición y todavía

4 Edizioni ticinesi nel convento dei cappuccini a Lugano (1747*1900). L u ­


gano (Edizione PP. Cappuccini) 19 61, 8 .°t 574 págs, 3 1 láminas.
4a Pág· 1 1 , n· 1.
n6 L Estudios generales

dudosas desde el punto de vista tipográfico* Aparecen frecuentes ecos


de las vicisitudes de la Compañía en Portugal y en Francia, y tam­
bién en España, aunque menos, porque mediaron sólo seis años en­
tre el decreto de expulsión y el breve de supresión, y porque desde
17 7 3 la lucha antijesuítica perdió virulencia y fragor* Óyense tam­
bién ecos de antiguos hechos — puestos nuevamente en circulación
con fines de propaganda, como la actitud de los jesuítas en la China
y el Japón4b— y léense escritos en elogio de los clásicos enemigos
de los jesuítas: el obispo de Puebla de los Ángeles don Juan de
Palafox y Mendoza*40f fray Bernardino de Cárdenas4d y el arzobispo
de Manila don Felipe Pardo \
Por contraste, hubo en la misma Lugano durante el siglo XIX
otra tipografía estrictamente católica, la de Veladini, donde se publi­
caron cinco obras en favor de la Compañía de Jesús en el momento
de la guerra de los Siete Cantones y de la lucha antijesuítica en
Suiza, que culminó con la constitución de 1848 todavía vigente4f.
Allí se editaba, sin fecha, la Dottrina cristiana de Belarmino4g, bre­
ves extractos del Ejercicio de perfección del padre Alonso Rodríguez 4h,
sin contar con la reedición — omitido el nombre del traductor, que era
el sacerdote don Gregorio Álvarez Pérez 4i— del Protestantismo de
Balmes4j, por cuya difusión en toda Europa tanto se había intere­
sado el padre Roothaan. Sólo muy indirectamente antijesuíticas po­
drían ser consideradas las obras del abate de Pradt editadas en ita­
liano por Francesco Veladini en 1 8 1 6 - 1 7 4k*
Podría señalar todavía la reedición de la Istoria del concilio di
Trento de Sforza Pallavicino con comentarios de Francesco Antonio
Zacearía, publicada por la “ Minerva Ticinese” en 18 3 6 41, la traduc­

4b Núm s. 73, 164.


40 Núms» 40, 123»
te N úm . 165»
te N úm . 166.
4f Núm s. 1245, 13 14 , 139 7, 1537» 1555-
4g N úm . 12 8 1 ; cf. núm. 286.
4h Núm . 1540.
41 Cf. Bibl., núm. 77 (págs. 138-139).
4i N úm . 1274.
4k Núm s. 1496-1498; cf. núm. 7 3 1 .
41 Núm . 769.
6* Sobre la cultura del siglo X V III 117

ción de la Histoire universelle de VÉglise del barón Henrion impresa


en la misma tipografía y dedicada a Cario Odescalchi, aún cardenal 4m,
y varios opúsculos sobre San Luis Gonzaga y sobre las congrega-
ciones marianas que lo tenían como patrono 4n* Pero hay que sub­
rayar que el principal valor de este catálogo bibliográfico radica en
el relevante número de publicaciones referentes a historia política,
religiosa y cultural del Tesino, y las promovidas en Suiza por pa­
triotas italianos durante todo el período del Risorgimento nacio­
nal: éstas renovaron, a un siglo de distancia, aquel recurrir a las
imprentas tesinenses que habían iniciado durante el Setecientos al­
gunos miembros del llamado tercer partido católico en su lucha con­
tra los jesuítas*

Si hubiese de aplicar el apelativo de “ tercer partido“ a un grupo


católico del siglo XVIII europeo, emprendería la elección no desde el
punto de vista de sus doctrinas, sino de la actitud adoptada por
cada uno de ellos, y admitiría en él a molinistas y tomistas, agus-
tinianos y laicos independientes, a filojansenistas y filojesuíticos, con
tal que tuviesen una cultura adecuada a su tiempo, y un profundo
sentido de moderación, al margen de cualquier sectarismo o fana­
tismo; es decir, a hombres más propensos al diálogo dialéctico que
a la dialéctica controversística* En un ideal tercer partido así conce­
bido, podrían entrar hombres tan distintos como el capuchino Gae-
tano Miglíorini de Bérgamo (1672-1753) y el jesuíta, o ex-jesuita,
Matteo Luigi Canonici (1727-1806/07)*
Al primero de ellos ha dedicado una buena biografía el padre
Metodio de Nem bro*5, la cual si interesa aquí no es tanto por su
título como por su subtítulo: En el Setecientos religioso italiano*
Si se exceptúan las polémicas filo o antijansenistas y filo o antijesuí­
ticas, la cultura religiosa italiana del siglo XVIII es poco conocida. Lo
admite el autor cuando, después de trazar la biografía del padre
Gaetano en la parte I, en la II y III debe hablar, a manera de in-

4m Núm . 759.
4n Cf* págs. 542 y 557.
5 M etodio da N embro O. F . M . Cap. Gaetano Migliorini da Bergamo
0 . F. M . Cap. nel Settecento religioso italiano. Milano 1959, 8 .°, XX-358 pá­
ginas, 1 retrato ( = Centro studi cappuccini lombardi, V ).
118 L Estudios generales

traducción, acerca de “ la predicación sagrada en Italia durante el


siglo xvm ” 5a y de la “ espiritualidad italiana en el Setecientos“ 5bt an-
tes de estudiar al predicador, al teórico de la sagrada elocuencia y
al escritor espiritual que fue Migliorini antes y después de su tisis
pulmonar en 1722* El padre Metodio reconoce que en uno y otro
aspecto faltan todavía investigaciones y buenas obras de conjunto;
por esto él se contenta con señalar las líneas generales de la predi­
cación y de la espiritualidad en aquel período, las cuales podrán ser­
vir como de orientación a todos los historiadores de la oratoria y de
la literatura religiosas del siglo XVIII: degeneración del barroco y
reacción erudita, predicación popular y oratoria refinada, tentación
polémica, practicismo ascético y prevención antimística, como reac­
ción antiquietista, explicable después de los errores de los discípulos
de Molinos en Italia (cuya historia debería ser completada con los
varios importantísimos procesos del Santo Oficio, puestos a dispo­
sición de los estudiosos en el Trinity College de Dublín)5c. Es natu­
ral que en el desarrollo de aquellos temas salgan los nombres y las
figuras de los dos Segneri5d, y mucho más en la parte IV , dedicada
a Migliorini como “ Teólogo controversista“ , de posición verdadera­
mente moderada, probabilista pero antilaxista, gran apreciador de la
gracia, pero en modo alguno filojansenista.

Abate más “ ilustrado“ , pero menos comprometido en la acción


religiosa, fue el ex-jesuíta Canonici6, Su biografía y la historia de
sus colecciones de obras de arte y de libros preciosos ya nos la había
dado la doctora Merolle, entonces directora de la Biblioteca nacional
central de Florencia y ahora de la Mediceo-Laurenziana, en esta mis-

5a Págs. 113 -13 0 .


5b Págs. 189-201.
5c [Los referentes a Ñapóles y a las Marcas han interesado últimamente
a Fausto Nicolini y a Mario Scaduto.]
5d Cf. pág. 350.
6 Irma M erolle , V a b a t e M a tte o L u ig i C a n o n ic i e la su a b ib lio te c a ♦ 1
m a n o s c r itti C a n o n ic i e C a n o n ic i-S o ran Z o d e lle b ib lio te c h e f io r e n tin e . Roma-
Florencia (Institutum historicum S . I. - Biblioteca Mediceo-Laurenziana) 1958,
8 .°, x i-18 1 págs., 6 láminas.
6* Sobre la cultura del siglo X V III 119

ma revista6a* Allí se precisaba613 que las separatas se completarían


con una tercera parte sobre “ Los códices Canoniei y Canonici-Soran-
zo” , que constituye la parte más densa de este volumen 6ct oportu-
namente ilustrado con planchas escogidas* Se trata de 25 códices hoy
pertenecientes a la Biblioteca nacional de Florencia, y de dos de la
Laurenziana, los cuales, después de la desgraciada dispersión de sus
colecciones a raíz de la muerte de Canoniei, pasaron a manos del
inglés Sneyd, y luego, tras varias vicisitudes, volvieron a Italia* La
doctora Merolle los describe minuciosamente, y, además de un útil
índice de nombres, da otro, útilísimo, de los primeros versos6d, ya
que son códices particularmente interesantes para la literatura ita­
liana de los siglos XVI y XVII; sólo un o6e pertenece al siglo x iv , y
tres6f al XV, aunque en los códices posteriores se encuentren compo­
siciones del primer humanismo* Todo el volumen, con sus tres partes,
es una sólida aportación a la historia cultural de los ex-jesuitas ita­
lianos durante el período de la supresión de la Compañía de Jesús 6g**6

6a A H S I 27 (1958) 5-58.
6b Ibid., 58, n* 139*
60 Págs. 6 1-18 1.
6d Págs* 139-165.
66 Núm . 27*
óf Núm s. 12 , 13 y 22.
6g Además, el núm* 14 (hoy ms. N* A* 450 de la Biblioteca central) con­
tiene un inédito Viaggio da Cipro a Gerusalemme, armo 15 31 realizado por
el padre Guarino de Monte Syon, diario de navegación que, por la vecindad
de las fechas, puede interesar a los biógrafos de San Ignacio.
II

ALGUNOS GRANDES NOMBRES


BURRIEL, PETISCO, ARTEAGA, HERVÁS
7

BURRIEL, PETISCO Y LOS PLAGIARIOS

Quien, por estudio o por mero solaz, haya tenido que alternar
la lectura de historiadores españoles del XVIII y del x i x t habrá ad­
vertido su contraste* La historia decimonónica representa un bajón*
Risco, Flórez, Burriel, Masdeu, vierten sus tesoros en un siglo que
les olvida* Los historiadores románticos — fuera de excepciones ci-
merast como Toreno, Piferrer y Quadrado— nos parecen ahora de
una ingenuidad lastimosa* Y , si se meten a estudiar temas diecio-
chescost la superioridad del Setecientos crece, por contraposición,
en nuestro espíritu* Ahí están, confirmándolo, teda la serie pomposa
de obras de Basilio Sebastián Castellanos de Losada sobre Azara, que
reclaman un sabroso ensayo humorístico : su Historia de la vida cu
vil y política... de don José Nicolás de Azara, sus Glorias de Azara
y su Álbum de Azara, que es, en verdad, otro álbum pintoresco es­
pañol* Y todo — por mayor contraste— para glorificar a un hombre
como Azara 1f refinado, culto, crítico, con sus ribetes volterianos en
sus mocedades y sus arrepentimientos tardíos en sus vejeces*

* Un primer esbozo del presente Estudio, sin notas, apareció con el


título U n c o r p u s d o c u m e n ta l s o b r e lo s e s p a ñ o le s en T r e n to , p r o y e c ta d o e n e l
sig lo X V I I I , E E 17 (1943) 3 19 -3 2 7 ; luego fue completado en el artículo A r-
te a g a y la m ú s ic a g r e c o la tin a , RIE 2 (1944), núm. 6, 53^71, y en la ob. cit*
en Bibl., núm. 23 (págs. cVl·CXLv). Aquí se da un nuevo texto, refundición
de los anteriores, con las notas esenciales. Véase la bibliografía sobre Arteaga
en el Estudio 9, nota *.
1 V id . supra, págs. 21-2 2 . Sobre José Nicolás de Azara vid. E l e s p ír itu d e
D . J. N . d e A . d e s c u b ie r to en su c o r r e s p o n d e n c ia e p is to la r c o n d o n M a n u e l
d e R o d a , 3 vols. (Madrid 1846); B. S. Castellanos de L osada, H is to r ia d e
la v i d a c iv il y p o lític a d e . . . D . J. N . d e A ., 2 vols. (ib. 1849-50); C. E . Co-
124 II. Algunos grandes nombres

El mecenazgo cultural de Azara no se limitó a los jesuítas que


vivían desterrados en Italia* Él era el puente diplomático tendido
entre los proscritos y sus paisanos de España; alguna vez también
entre los exiliados y sus plagiarios*
El sacerdote don José Goya y Muniain, director de la Real Bi­
blioteca, es un hombre oscuro del último Setecientos, que en las tres
obras que publicó a su nombre en Madrid el año 1 798, y en otra
que proyectó, aparece muy poco escrupuloso en materia de plagio
y de rapiña intelectual y literaria*
Una obra por él proyectada, que no se llegó a publicar, se titu-
laría Hechos de los españoles en el santo concilio de Trento, y se
llevaría a cabo a base, principalmente, de la copiosísima documen­
tación recogida por el jesuíta Andrés Marcos Burriel por encargo de
Fernando V I, y depositada en la Real Biblioteca* Volveré sobre ello
más adelante*
Los Comentarios de Cayo Julio César — la más lujosa de sus edi­
ciones, todas de bibliófilo consumado— van dedicados al rey, y su
valor literario es tal, que en 1865 volvieron a publicarse en Barce­
lona con un elogioso prólogo de Milá y Fontanals; más reciente­
mente, en 19 19 , cuando la popularísima Colección universal de la
casa Calpe publicó en sus números 78-80 el De bello gallico en
castellano, no hizo más que reproducir aquella antigua edición de
1798, “ por ser ■—dice el prologuista anónimo— la mejor segura­
mente..., tanto por su fidelidad, cuánto por la elegancia de su es­
tilo“ *
Sólo que está comprobado que Goya no fue el verdadero tra­
ductor* El P* Luengo escribió en su Diario esta pintoresca histo­
rieta :

“ El P* Joseph Petisco traduxo en Bolonia los Comentarios de


Julio César, y, habiendo llegado una copia de la traducción, que ino­
centemente y sin preveer sus resultas dexaría hacer el author, a las
manos de don Joseph de G oya..., la dio a luz en Madrid con su nom­
bre propio y dedicándola al rey, y consiguió una pingüe pensión...

ROÑA Baratech , J. N . de Azara (Zaragoza 1948); R . Olaechea , E l embaja­


dor A . entre Pío V I y Bonaparte ( 1796-97), en Miscelánea Comillas, 43 (1965)
95-292*
7* Burriel, Petisco y los plagiarios 125

La dicha impresión se hizo sin consentimiento y aun sin noticia del


verdadero traductor de la obra de César, lo que no se puede menos
de llamar villanía y latrocinio, y dudo mucho que el señor auditor
haya dado un buen socorro, para lograr algún alivio en sus necesi-
dades, al pobre author de la obra... N o ha parado aquí la astucia y
malignidad de los que han andado en este negocio, y han llegado a
apoderarse con engaño y disimulo del original del author y echarle
al fuego, para que no haya este documento authentico con que de­
mostrar el plagio y latrocinio vergonzoso del señor auditor Goya“ 2.

Conocida esta falta de escrúpulos, nos explicaremos fácilmente


cómo el mismo año sacaba a la luz, dedicándolo al príncipe de As­
turias, el Catecismo trilingüe del padre Pedro Conisto, en latín, grie­
go y castellano, sin duda obra de alguno de los jesuítas que, al salir
desterrados en 1767, hubieron de dejar en sus aposentos todos sus
libros, apuntes y manuscritos·
Tampoco El arte poética de Aristóteles en castellano (1798) pa­
rece ser del todo suya, pues nos dice el padre Uñarte que en el
índice manuscrito de la biblioteca de Salamanca, en la referencia a
esa obra de Goya y Muniain hay una nota que dice: “ Posterior­
mente a la compra de este libro, regaló otro exemplar su traductor
don Pedro Luis Blanco, como aparecerá en la carta que dirige a esta
universidad el que se dice traductor contra el nombre expreso de
don José Goya y Muniain, aunque se debe creer al primero“ 3*
La Poética la dedicó Goya a Jovellanos — nótese la gradación des­
cendente : rey, príncipe, real ministro— y en el prólogo “ Al que
leyere“ nos dice:

“ Por noticias que el Excmo* señor don Joseph Nicolás de Aza-


la me había dado, de que cierto caballero inglés disponía una edi­
ción cumplida de esta Poética con las correcciones y lecciones va-

2 L uengo , Diario, año 1798, págs. 307-308, ap. U riarte , III, pág. 310 .
Vid* Menéndez P elayo , Bibliografía, II, 180 ; VIII, 199, 2 59 ; J. M . M arch ,
La traducción de la Biblia publicada por Torres Am at es sustancialmente la
del P . Petisco (Madrid 1936) 19, 2 1 ; C . E guía Ruiz , Dispersión total de pa-
peles jesuíticos en España, en Hispania, n (1951) 679-702*
3 U riarte , I, pág. 35.
I2Ó IL Algunos grandes nombres

riantes tomadas de los códices antiguos más célebres de Europa, he


aguardado mucho tiempo el egemplar que S* E. me tenía ofrecido
para el caso de publicarse* Pero, no habiéndose todavía verificado,
puesto que ha cinco años que al nuevo editor se remitieron las va­
riantes que pidió del muy apreciable códice de S* M* en esta Real
Biblioteca, ha sido preciso seguir la... edición de Glasgua” 4*

Y dos páginas más adelante continúa: “ Dicho señor Azara ha


querido que esta traducción, vista y examinada de su orden en
Roma, lleve a la frente el retrato de Aristóteles que se hizo para
la Vida de Cicerón publicada por S* E.” 5. Como ahora el plagiado
no era ningún ex-jesuita desterrado, se podía enviar sin peligro a
Italia la traducción de Aristóteles* Goya y Muniain no nos dice quién
fue el que de orden de Azara la revisó y examinó en Roma, pero es
seguro que fue el bibliotecario y amigo íntimo del embajador de
España, él ex-jesuíta Esteban de Arteaga* Fuera de que entre las
amistades de Azara no había helenista más leído y más fino, el mismo
Arteaga nos lo dice en la introducción a sus Lettere musico-filologü
che, que en el designio de su autor habían de ser cuatro, pero de las
que sólo se nos conserva — y probablemente sólo llegó a escribirse—
la primera: Sulla dichiaragione di varj oscuri termini che si trovano
nella Poética d*Aristotele.
La fingida carta va dirigida a Goya y Muniain, y en su exordio,
Arteaga, después de explicar brevemente su intención al emprender
ese trabajo, decía:

“ He aquí en resumen, venerado don José, el tema y el fin de la


presente obra, dividida en cuatro cartas, que me ha parecido dedi­
carlas a usted; y eso, por varios motivos*
“ El primero, porque creo que es usted uno de los pocos espa­
ñoles que, siguiendo el único camino recto y seguro para alcanzar el
más fino gusto en aquellas letras que con razón se llaman bellas
porque embellecen toda suerte de estudios, se esfuerza por llamar
a nuestros compatriotas de la inculta y grosera — para no decir in-

4 Poética, págs* m-iv. Sobre Goya y Muniain vid. M en én d ez P e l a y o ,


Bibliografía, II, 116 , 16 1, 18 3-18 5.
5 P o é tic a , pág. vi*
7* Burriel, Petisco y los plagiarios 127
cluso frivola» inútil y muchas veces deshonrosa— especie de litera·*
tura» que está de moda entre muchos» al contacto y familiaridad con
aquellos antiguos y venerables modelos de Grecia y del Lacio* Lo
cual intenta usted hacer no con preceptos abstractos» que por lo
común ayudan poco» sino con excelentes traducciones» y con sen­
satas y prácticas notas» que enriquecen el no muy copioso tesoro
de nuestras mieses filológicas y eruditas*
” E 1 segundo, es la comunión de ideas y de estudios entre nos­
otros» con la cual» así como yo» en medio de las públicas tempestades
políticas que amargan el ánimo de todos» y de las circunstancias poco
afortunadas de mi situación privada» saco no vulgar consolación de
cultivar y de promover en cuanto puedo tales estudios» así me ima­
gino que no le será cosa desagradable» antes bien gustosa y grata» el
que con mis flacos razonamientos le ofrezca la oportunidad de andar
el mismo camino» y de ilustrarlo con nuevas y más resplandecientes
luces de su ingenio*
tfPero lo que más me ha movido a ello es la oportunidad que
tuve» por medio de su excelencia el señor caballero don José Nicolás
de Azara ■—gran conocedor» como usted bien sabe» e iluminado pro­
tector de las letras y de los literatos— » de leer en lo pasado el ma­
nuscrito de su traducción española de la Poética de Aristóteles» rea­
lizada» por lo que puedo juzgar, no sólo con propiedad y pureza
de lenguaje y con laudable precisión de estilo, émula del original,
sino con inteligencia y dominio de la materia; por las cuales dotes
no dudo que, apenas sean conocidas del público, descollará entre las
demás traducciones» como los expreses entre las cortas matas” 6.

A Goya y Muniain le resultaba muy fácil pasar de la filología


a la historia* Entre los manuscritos de la Real Biblioteca llamáronle
con fuerza la atención algunos legajos con documentos referentes al
concilio, y pensó que podrían constituir el fundamento de una co­
lección tridentína* Unos eran originales; otros» las copias del padre
Burriel7* Si los demás aficionados “ a este ramo de literatura espafío-

6 A H N , Est. 2940* Publicado en ob* cit* en BibL, núm. 23 (págs. 7-8).


7 Sobre Andrés Marcos Burriel (1719-1762) vid. U r ia r t e -L e c in a , I, 580-
604; A . M il l a r e s C a r l o , E l siglo X V III español y los intentos de formación
de un cuerpo diplomático, en Revista de la bibliotecat archivo y museo, 2
128 II. Algunos grandes nombres

la” habían hallado más documentación sobre el mismo asuntot au­


nándose las fuerzas se podría llevar al cabo una obra vastísima, un
regis opus, en frase de Horacio*
Devanando tales ideas en sü cerebro, púsose a redactar un me­
morial al rey, en el que le pedía por ayudantes para esta empresa
a los que ya lo eran en la Real Biblioteca: Cuéllar y Mendioroz; se
prevenía la posible colaboración de eruditos voluntarios, y aun se
llegaba a precisar con minuciosidad dieciochesca los elogios que a
esos trabajadores de buena voluntad se les habría de tributar en la
misma obra, “ para que cada español, a medida del servicio que a
S* M. haga, contribuyendo a la riqueza y hermosura de la obra,
pueda prometerse y alcance de S* M* el premio merecido, y de los
autores digna alabanza” *
Por desgracia no he podido dar con este curioso memorial en el
Archivo histórico nacional de Madrid, y es que tal vez no llegó
nunca a presentarse a su majestad* Sólo lo conozco a través de una
larga carta enviada por Goya y Muniain, el 23 de agosto de i793t
al inquisidor general don Manuel Abad y La Sierra, arzobispo de
Selymbria, y conservada en la sección de manuscritos de la Biblioteca
nacional8* Se ve que Goya había ya hablado otras veces del asunto
con el inquisidor, y que éste se mostraba reacio a interponer su re­
comendación ante Carlos IV o ante el primer ministro Godoy, duque
de la Alcudia, alegando que sería una carga demasiado pesada para
el ya anciano bibliotecario; por esto se esfuerza este último en ha­
cerle ver que, si le dan un amanuense y dos ayudantes, se ve con
ánimo de llevar adelante su empresa, y aun de simultanearla con la
impresión de la traducción de César.

(Ayuntamiento de Madrid 1925) 5 15 -5 3 0 ; J. SIMÓN DÍAZ, U n erudito español:


el P. A . M . B*, en Revista bibliográfica y documental, 3 (1949) 5 -4 1; B. S án ­
chez A lonso , Historia de la historiografía española, III (Madrid 1950) 166-
16 8 ; P. S ainz R odríguez , Evolución de las ideas sobre la decadencia espa-
ñola2 (Madrid 1962) 2 3 5 -2 5 2 ; A . E chanove, La preparación intelectual del
P * A . M . B ., S * I*, i 7 3 I ^I 7 5 ° (tesis doctoral aún inédita. Universidad de
Madrid).
8 Ms. 18692, núm* 46*
7* Burriel, Pe fisco y los plagiarios 129

Tanto si el memorial llegó a presentarse al rey como si no, lo


cierto es que el plan de Goya quedó en un mero proyecto* Jubilado
de su cargo de bibliotecario, fue nombrado por Pío V I, el 30 de
junio de 1797, juez auditor de cámara del nuncio, cargo que le fue
confirmado por despacho real dado en San Ildefonso el 23 de se­
tiembre del mismo afio, en el que Carlos IV le llama “ mi bibliotecario
jubilado y abreviador de la nunciatura” 9*
Por el interés que creemos tiene, publicamos a continuación, ín­
tegra, su carta aí inquisidor, único testimonio de su plan de llevar
a cabo uno de tantos proyectos históricos de Andrés Marcos Burriel10*

“ limo* Señor*
” Muy señor m ío: Acabado y puesto en limpio el Plan que en mi
representación del 29 de julio- ofrecí para la meditada obra de los H e-
,chos de los españoles en el santo concilio de Trentof fui hayer a la
posada de V* S* I* con ánimo de ponerlo todo en sus manos; para
que, así como el César, lo pasase -con recomendación a las del señor
duque* Pero, sabiendo que V* S* I* había partido para el Sitio, no he
reparado en remitírselo; persuadiéndome que aí tal vez podrá con
más desaogo pasar los ojos por el memorial y plan inserto* Por demás
sería tratar aora de la necesidad y utilidad de la obra: V* S* I* las
reconoce, y basta esto para darlas por constantes y ciertas* En la re­
presentación apunto en el particular lo que he creído conveniente, y
parece haber ello salido de suerte, que ha merecido- la aprobación no
sólo de los dos eclesiásticos asociados (a quienes V* S* I* conoce), sino
de los señores Llaguno y Otamendi, amigos de V* S* I* y favorece­
dores míos* Quando V* S* [I*] me volvió el César, me dijo que no me
volvía mi representación sobredicha de 29 de julio porque, pues yo
le suponía que el señor Llaguno aprobaba y favorecía mi obra medi­
tada, querría V* S* I* tratar y acordar con S* E* lo que fuese más con­
veniente* Esto, como caía en vísperas de la jornada, apenas pudo- ve­
rificarse a gusto de V* S* I* y del señor Llaguno*
” E 1 señor Otamendi me ha confiado que V* S* I* mira la propues­
ta obra con el afecto que le es propio y que de su talento y amor a

9 A H N , Consejos, libro 740c, 2 37v-239r.


10 Texto publicado también por A. H uarte, U n p r o y e c to f r u s tr a d o , en
R e v is ta d e b ib lio g ra fía n a c io n a l , 5 (1944) 136-149 (v. págs. 145-149)*

L. HISPANO-ITALIANA. —9
130 IL Algunos grandes nombres

las antigüedades eclesiásticas de España se podía esperar; pero que


al mismo tiempo le manifestó V* S* L algunos reparos, nacidos no
tanto de la dificultad de la obra, quanto del favor y estimación que
yo le merezco, sin más causa que su bondad: que V* S* I* teme de
mi salud, por los trabajos en que estoy metido ; que con la impresión
de César tengo harto en qué entender, habiendo de cumplir con mi
obligación en la Biblioteca; que aún habrá alguna que otra tarea en
que ocuparme; que el dar curso a esta representación vendrá bien
al tiempo de entregar a SS* MM* el César impreso; y que V* S* L
tiene noticia de haber algún sugeto recogiendo documentos tocantes a
nuestra propuesta obra* Esto mismo, que V* S* I* insinuó al señor
Otamendi, me dijo también a mí en la recordada ocasión* Y , si hay
alguna diferencia, consiste sólo en haber añadido al señor Otamendi
que, a fin de escusar duplicados oficios, ganar tiempo y llevar el ne­
gocio más llano y espedito, sería bien que plan y representación fue­
sen juntos y en uno* Ya lo están, y en manos de V* S* L, para pasar­
los con eficaz recomendación a las de S* M* o del señor duque, a fin
de que, admitido el plan y aprobado, si lo mereciese, se decrete su
egecución y cumplimiento en la forma que en él y en la representa­
ción se expresa*
" Y no juzgo que V* S* I* deje de promover esta empresa por te­
mor de que se estrague mi salud con la demasía del trabajo* Esta fine­
za, que debo al buen corazón de V* S* L, aún más es cariño y amor
acia mí, que no merced o espresión de afecto* Y así es también, se­
ñor ilustrísimo, que yo por tal lo he, y reconoceré toda mi vida* Ver­
dad es que, quanto se me ofrece, todo lo escribo de puño propio; y
esto me cansa: pero no puedo menos, porque mi sueldo no da para
amanuense* El señor Llaguno, ni más ni menos que V* S* I*, ha repa­
rado en esto mismo, significándome que tendría gusto en poderme
proporcionar un amanuense* ¿Qué sabemos?, por ventura lo conse­
guiré si se verifica el pensamiento propuesto*
"Pues, teniendo yo escribiente útil y a propósito, ¿qué piensa
V* S. I* que me ocupará la impresión de César ni otro trabajo que se
ponga a mi cuidado? por cierto que no mucho, ni tanto que me sea
insoportable; y diré a V* S* I*, para su privada noticia, lo que hasta
aora me ha parecido deberlo guardar en silencio, y es que el decreto
para la impresión de mi César no parece en la Secretaría del Estado*
7* Burriel, Petisco y los plagiarios ¿31
Dios querrá que se encuentre, y, si no parece, repetiré mi representa­
ción de 3 de julio, para que se ponga el mismo decreto que entonces.
Demos que, puesto que baja luego a la Imprenta Real, ¿quinto tiem­
po no ha de pasar antes que en ella se hagan las prevenciones de le­
tra y papel, que se aprueben las muestras de la impresión, y se ajus­
ten con los abridores de láminas las precisas que se habrán de gra­
var? Aun después de comenzada la impresión será menester tal vez
un año para acabarla. Y si por razón de la propuesta obra se me aso­
cian mis dos amigos y además un escribiente, como todos serán aptos
(en especial Cuéllar y Mendioroz, que lo son tanto o más que yo), vea
V . S. I. si tendré quien a ratos me ayude en mis tareas particulares.
” Y dado qué S. M. resuelva, como esperamos que así sucederá
mediante el valimiento de V . S. I., en más de un año y medio
ocuparé a los dos asociados en esta Real Biblioteca copiando buen
número de documentos que he descubierto tocantes a mi obra, unos
originales y copiados otros de los mss. del Escorial y Toledo. Entre
tanto yo, al mismo tiempo que cumplo en la Biblioteca con el encargo
del índice original, viviré atento a nuevos descubrimientos, y tengo
por cierto que bien habrá dónde hacerlos, porque aora mismo voy
a comenzar el reconocimiento de los estantes donde se guardan los
preciosos mss. del P. Burriel, y los que en diversos tiempos se han
traído de Plasencia y del Escorial.
” En vista de lo que acabo de insinuar, entenderá V . S. I. que, si
algún sugeto particular tiene recogidos o trata de recoger documentos
pertenecientes a nuestra obra, todos ellos juntos no comprenderán más
que un pequeño número respecto de los muchísimos que abraza el
número II del Plan, ya que serán noticias, diarios o cartas particu­
lares acerca de alguna corta época del concilio. Sea quien fuere el su­
geto dedicado a este ramo de literatura española (y gradúese como
mejor parezca el mérito y el caudal de los documentos así recogidos),
a todo se dará justo premio, haciendo los autores de la obra el elogio
que se previene al núm VII del Pía«, en cuya formación tube presen­
tes las insinuaciones de V . S. I . ; y algún arbitrio se dará para que
cada español, a medida del servicio que a S. M. haga contribuyendo
a la riqueza y hermosura de la obra, pueda prometerse y alcance de
S. M. el premio merecido, y de los autores, digna alabanza.
I32 IL Algunos grandes nombres

" Y si los españoles que así ayudaren han de ser así celebrados en
lugar correspondiente de la obra, ¿qué tan distinguido no será el que
quepa a V* S* I*? Si esta empresa (llámola, con Horaciot re gis opus)
llega a cabo, ¿a quién sino a V . S* I* se deberá el buen suceso? Mis
dos asociados y yo podemos y deseamos trabajar, y trabajaremos has-
ta donde alcancen nuestras fuerzas; mas si V* S* L no nos favorece
representando a S. M* nuestro estudio y aplicación, si no recomienda
eficazmente los adjuntos papeles y consigue su feliz despacho por me­
dio del señor duque, ni aun comenzar siquiera podemos la obra* Y
quando, en fuerza de nuestra inclinación a aquellos insignes españoles
asistentes en el concilio y por nuestro amor a la Patria, nos empeñáse­
mos en el trabajo, a cada paso desmayaríamos en él* 230 años han pa­
sado desde el concilio tridentino acá, y otros tantos ha que están en
olvido las actas auténticas de aquellos grandes hombres, ilustres en san­
tidad y letras* El cardenal de Aguirre pensó en hacerlos conocer, mas
no pudo, por los motivos que S* Em* dejó apuntados en el último tomo
de su Colección máxima de concilios de España* Aora que nuestros
soberanos se muestran tan benéficos, que el ministerio ampara y pro­
tege las letras, y que V* S* L está en tan oportuno y propio lugar de
mirar por las eclesiásticas, no puede ser sino que se emprenda, se si­
ga y acabe felizmente la propuesta obra* Con recomendarla con todas
veras, hará V* S* I* tanto como si la trabajase toda originalmente* Y
si España está justamente agradecida al dicho cardenal por su Colec­
ción, ocasión se ofrece a V* S* I* muy oportuna para hacer que toda
la república literaria le quede grandemente obligada por un mérito
tan señalado como es éste* Deba, pues, a V* S* I* España ver escrita
y dignamente formada la historia de una porción noble de sus hijos:
y debámosle, mis dos asociados y yo, el fomento y protección que ne­
cesitamos para comenzar, proseguir y acabar la meditada obra* Así lo
espero de V* S* I*, y ruego a Dios guarde su vida muchos años*
"Real Biblioteca de Madrid, a 23 de agosto de 1793*
"B* 1* m* de V* S* I* su más atento servidor y capellán, Joseph Go-
ya y Muniain.
"limo* Sr* Inquisidor General de España, arzobispo de Selymbria,
etc*, etc*
8

LOS M ANUSCRITO S DE E ST EB A N DE ARTEAGA

El interés singular que despierta el abate Arteaga, exige que se


preste también especial atención a los restos manuscritos de su poli"
moría y vivacísima actividad* Sobre todo habida cuenta de lo incom-
pleto que» después de las recientes investigaciones realizadas en Italia,
resulta el catálogo trenzado por Uriarte y Lecina en su Biblioteca je-
suítico-espafiola L
Por desgracia, son escasos los manuscritos arteaguianos que han
llegado hasta nosotros — mientras, por otra parte, antiguos bibliógra-
ios nos certifican que gran parte de su producción quedó inédita 2* La
causa de semejante pérdida— o, al menos, dispersión— fue su rápida
muerte, que le sobrecogió de improviso en París* “ Arteaga, después de
la partida del caballero Azara, quedó en París, tal vez para recoger el
equipaje; le dio una .punta de costado, y murió'*3* Con tal laco­
nismo anunciaba Juan Andrés a Saverio Bettinelli la muerte de su
antiguo adversario, acaecida el 30 de octubre de 1799.

* Publicado en A S T 14 (1941) 199-216* Para la bibliografía esencial sobre


Arteaga vid. Estudio 9, nota *.
1 En este artículo se utilizan las siguientes abreviaturas:
B o s e l l i : A . B o s e l l i , II c a r te g g io b o d o n ia n o d e lla P a la tin a d i P a r m a , en A r-
c h iv io s to r ic o p e r le p r o v in c ie p a r m e n s i , n* s*, 13 (1913) 157-288 (v. pág. 172).
CESAROTTI: D e ll* e p is to la r io d i M e k h io r r e C e s a r o tti , 6 vols*, Firenze-Pisa 18 1 1 -1 3
(= O p e r e , XXXV-XL)*
MlNINNI: C* G . M in in n i , P ie tr o N a p o li S ig n o re lli: v i t a o p e r e t e m p i a m ic it c o n
le tte r e d o c u m e n ti e a ltr i s c r itti in e d iti , Citta di Castello 19 14.
2 D io sd ad o C a b a l l e r o , II, 8-9; L . H e r v á s y P a n d u r o , B ib lio te c a je s u íti -
c o 'e s p a ñ o la , ms* del Archivo de Loyola, art* A r te a g a .
3 Mantua, Biblioteca comunale, cart. Bettinelli, arm. i/ b .3 .
134 IL Algunos grandes nombres

Sus mamotretos quedaron sin duda en Romat en donde residía


desde 1786* Y quién sabe lo que fue de ellos* Tal vez se conservaron
un tiempo en la biblioteca privada de Azara* Pero ésta fue vendida
públicamente en Roma el ano 18 0 6 4* De aquí que ahora sea una
feliz casualidad el dar con algún manuscrito de Arteagat tanto en
España como en Italia*
Algo más abundante resulta ciertamente su epistolario: hasta 75
cartas escritas o recibidas por él hemos conseguido hallar* Pero bien
se ve que este número no está en proporción con el papel central
que desempeñó Arteaga en las pintorescas polémicas literarias del
Setecientos italiano*
Escasas o copiosas — como se quiera: aquí el término es relativo,
y relativo también el punto crítico de cada apreciador— alineo con
algún orden las notas que en muchos años han ido cayendo en mi
fichero* Para ello hago una separación absoluta entre el epistolario
y los demás manuscritos* Éstos vienen encasillados por materias: es­
tético-filosóficos, musicológicos y literarios? las cartas por orden cro­
nológico, excluyendo de ellas, por supuesto, las largas disertaciones
escritas por Arteaga, según la moda del tiempo, en forma epistolar5.

I. M A N U S C R IT O S

a) E s t é t i c o -f i l o s ó f i c o s

i) Teórica fundamental y filosófica de todas las artes représentatif


vas, en que se investigan las causas intrínsecas y extrínsecas que
aumentan, perfeccionan y renuevan su expresión, sacadas de las
facultades naturales del hombre y de los principios mas incon-
trastables de la filosofía, dividida en cinco tratados (perdido)*

4 F* It u r r i - S. F e r r a n , B ib lio th e c a e x c e lle n tis s im i D D N ic o la i J o se p h i d e


A za ra o r d in e a lp h a b e tic o d e s c r ip ta (Roma 1806)? en ella no aparece ningún
ms. de Arteaga. Sobre la venta pública de esos libros vid. T oda, II, 319.
5 Prescindo aquí de la numerosa documentación s o b r e Arteaga, hallada
especialmente en Bolonia, Mantua, Módena, Roma y Rovereto. [Se ha utili­
zado ya en las obras cit. en Bibl.» núms. 16 y 2 3 .]
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 135

De esta magna enciclopedia estética sólo conocemos el resumen


que nos da el mismo Arteaga al fin de sus Investigaciones filosóficas
sobre la belleza ideal, las cuales, en la mente de su autor, no habían
de ser más que una como introducción a aquella grande obra:

“ En el primer tratado, remontando al origen de nuestras sensa­


ciones y de nuestras ideas, se razonará sobre las relaciones intrínsecas
puestas por la naturaleza entre nuestros sentidos, así interiores como
exteriores, y los objetos del universo que sirven de materia a la
imitación; en donde se hará ver demostrativamente que todas ellas
tienen su principio en la sensibilidad física del hombre y en su física
organización, sin las cuales no hubiera dolor, deleite, artes ni letras*
“ En el segundo se hablará largamente de la materia primitiva de
la imitación en todas y en cada una de las artes, esto es, de los sig­
nos naturales y de los de convención, de su mayor o menor aptitud
y energía, como también del origen de las lenguas, consideradas como
el fundamento de la harmonía, de la melodía y de la expresión*
“ El tercer tratado abrazará lo icástico de las bellas artes y de las
bellas letras, esto es, las copiosas fuentes de expresión que traen su
origen de la fantasía, y los medios propios de cada facultad imitativa
para aprovecharse de ellas*
“ El cuarto versará sobre lo patético o, lo que es lo mismo, sobre
el influjo de la humana sensibilidad y de las pasiones en la expresión*
Se indicarán las diversas sendas que las artes toman para llegar a
excitarlas, y se evidenciará que el deleite que éstas nos ocasionan na­
ce de dos solas leyes simplicísimas, que son, huir el dolor y seguir el
placer, con cuyas reglas se establecerá la filosofía del estilo, rectifi­
cando y generalizando lo que sobre este importantísimo asunto nos
dejaron escrito los antiguos*
“ Después de haber averiguado en los cuatro tratados anteceden­
tes el influjo de las causas intrínsecas, se pasará en el quinto y último
a examinar el de las causas extrínsecas* En él se expondrán por ex­
tenso las cuestiones sobre la acción del clima en los ingenios y en la
manera de representar los objetos; cómo las diversas religiones al­
teran, perficionan o modifican el gusto; hasta qué punto contribuyan
para el mismo efecto los diversos sistemas de moral, de legislación y
de gobierno, y qué parte tengan las opiniones públicas, las conquis-
136 IL Algunos grandes nombres

tast el espíritu que reina en la sociedad, el espíritu filosófico, el co­


mercio, el lujo, la aplicación de las mujeres, el trato con ellas, los
que se llaman mecenas de la literatura, la moda, con las demás cir-
cunstancias accidentales y pasajeras” (págs, 15 9 -16 1 de la ed, cit, en
Bibl., núm. 16).

Esta obra debe de ser la misma que el propio Arteaga anuncia


en sus Rivoluzioni del teatro musicale italiano, III (Bolonia 1788)
52-53 n,, con el título Saggi filosofici sulVorigine e i fonti della
espressione nelle belle arti e nelle belle lettere ( S o m m e r v o g e l , VIII,
1695, ms, F), U r i a r t e - L e c i n a , I, 3 15 -3 18 , citan estos Saggi y aque­
lla Teórica como dos obras distintas (mss, A y D), Acerca de este
magno proyecto de Arteaga escribe Menéndez Pelayo: “ Tal es en
grandes líneas el plan concebido por el jesuíta madrileño, de quien
podemos afirmar, sin que la devoción a la ciencia patria nos ciegue,
que presintió y adivinó todo el prodigioso desarrollo que la historia
del arte y de la civilización había de alcanzar en nuestros días”
(Ideas estéticas, III, 170 -171),

2) Economía físico-moral (perdido).

Acerca de este pequeño tratado psicológico, en español, escribía


Arteaga a su amigo Paolo Baraldi, desde Bolonia, en mayo de 17 7 3 :

L 'Economía phisico-morale va avan- La Economía físico-moral sigue ade­


ti; io la sommetteró dopo alia vostra lante; después la someteré a vues­
critica, o messa in latino da me, o in tra crítica, ya traducida por mí al
italiano dal Moreschi, É tutta philo­ latín ya en italiano por Moreschi, Es
sophica, ed ho procurato inserirvi la completamente filosófica y he procu­
spiegazione di quei phenomeni che rado inserir en ella la explicación de
possono interessar piü il cuore d'un los fenómenos que más pueden inte­
giovane. Gran trascuraggine nostra resar al corazón de un joven, Gran
che, sapendo o procurando sapere i descuido el nuestro, que sabiendo o
fonti di tutte le cose, siamo cosí procurando saber las fuentes de todas
ignoranti nelle cause di nostri affetti! las cosas, somos tan ignorantes de las
(Vid, infra, carta 3,) causas de nuestros afectos.
8♦ L os manuscritos de Esteban de Arteaga *37

Es fácil adivinar la tendencia sensista que guiaría esa obra de


juventud; cf, ob. cit. en Bibl., núm. 16 (págs. x x x v - x l i ).

b) M u s ic o l ó g ic o s

3) Del ritmo sonoro e del ritmo muto nella música degli antichu
Madrid, Archivo histórico nacional: Estado: Artes, ciencias y letras: ex­
pedientes de autores y disertaciones, 1780-1802.

Obra incompleta, de la que se conservan las disertaciones:


i,a “ Sulla natura, proprietá e divisioni deirantico ritmo“ , 3.a “ Delle
note croniche, ovvero sia della maniera con cui gli antichi segnavano
la mi.sura” , 4.a “ Vicende storiche deirantico ritmo” y 7.a “ Del ritmo
muto visibile e invisibile” ,
M e n é n d e z P e l a y o , Ideas estéticas, III, 645, n. 1, y U r i a r t e -
L e c i n a , ms, C, todavía dan la signatura del Archivo central de Alca-
la de Henares, Pero los legajos del fondo Estado pasaron al Archivo
histórico nacional de Madrid ya en 18 9 7; cf, F, R o d r í g u e z M a ­
r ín (ed.), Guía histórica y descriptiva de los archivos, bibliotecas y

museos de España (Madrid 1916) 42, Además del original italiano


de Arteaga, se conserva en el mismo archivo la versión francesa de
las disertaciones 4,® y 7.a, obra de Jean-Bte.-Christophe Grainville, el
cual, por encargo del mismo Arteaga, había de llevar al cabo la tra­
ducción completa: sólo la muerte del español le hizo levantar la
mano del trabajo. Así escribía Grainville en el Magasin encyclopé-
dique (1799) 2 1 1 - 2 1 3 : “ El autor ha utilizado los más célebres es­
critores de la antigüedad; en ella trata de música, poesía, gramática,
pantomima, danza, etc. Según opinión de muchos sabios de primer
orden, sus descubrimientos son absolutamente nuevos y muy esen­
ciales para el arte... Se había tratado de imprimir esta obra en Parma
con los tipos de Bodoni; pero la revolución, que ha hecho de Italia
uno de los teatros de la guerra, suspendió esta empresa literaria” ;
véase también Biographie universelle, nouv, éd„ II (París s, a,) 301,
art, Arteaga; S o m m e r v o g e l , I, 591, ms, B,-Menéndez Pelayo (1, c,)
utilizó una copia del maestro Barbieri, que no pude hallar entre los
papeles del mismo conservados en la Biblioteca nacional de Madrid.
i 38 II. Algunos grandes nombres

Todo induce a pensar que se trata de una obra de los últimos años
de Arteaga, quien la dejaría incompleta cuando le sobrevino la muer*
te en París* Publicado en las págs* 55"278 de la ob* cit. en Bibl., nú-
mero 23*

4) Lettera prima alV omatissimo e chiarissimo signore don Giuseppe


Goya e Muniain, della R ede Biblioteca di Madrid, sulla dichia-
racione di varj oscuri termini musicali che si trovano nella “ Poe-
tica” dfArist otile.
Madrid, Archivo histórico nacional, ibidem.

Sólo se conserva esta primera carta, en la que se examinan tér­


minos como armonía, ritmo, metro, melos, melodía y melopeya.
M e n é n d e z P e l a y o , Ideas estéticas, III, 647, sólo de corrida cita esta
carta de nuestro Arteaga* Publicada en las págs* 1-54 de la ob* cit* en
Bibl*, núm* 23*

5) Memorie per serviré alia storia della música spagnuola, ovvero


sia Saggio sulla influenza degli spagnuoli nella música italiana
del secolo decimosesto (perdido)*

Arteaga habla de esta obra en sus Rivoluzioni, I (Bolonia 1783)


164, como de un proyecto lejano, que probablemente no llegó nunca
a realizar* La primera idea, pues, de semejante trabajo, le vino antes
de 1783, fecha del primer tomo de aquella obra sobre el teatro mu­
sical italiano* Vid* S o m m e r v o g e l , VIII, 1695, ms* E ; U r i a r t e - L e -
c i n a , ms* B ; M e n é n d e z P e l a y o , Ideas estéticas, III, 644*

c) L it e r a r io s

6) La Ulixea de Gonzalo Pérez (incompleto)*


Madrid, Biblioteca de Palacio, ms. 2467.

Arteaga explicaba sus trabajos en orden a preparar una nueva


edición de esta antigua traducción castellana de la Odisea, en una
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 139

carta a Melchiorre Cesarotti que no se publicó en el epistolario del


abate patavino (Opere X X X V -X L * 18 11-13)* pero que se nos ha con·'
servado en la Nationalbibliothek de Viena, He ahí los párrafos que
a ella se refieren :

Roma* 13 aprile 1788. Roma* 13 de abril de 1788.


... gli spagnuoli abbiamo una tra- .. .Los españoles tenemos una tra­
duzione deWOdissea d ’Omero la piu ducción de la Odisea de Homero* la
antica ch’ esista fra le lingue viventi; más antigua que existe entre las len­
suo autore fu Gonzalo Perez* segre- guas v iva s; su autor fue Gonzalo
tario di Carlo V e padre dei famoso Pérez* secretario de Carlos V y padre
politico Antonio Perez. Essendo la del famoso político Antonio Pérez ♦
suddetta versione divenuta rarissima* Habiendo llegado a ser rarísima dicha
si e pensato a ristamparla* ma con versión, se ha pensado en reimprimir­
quei corredi che si crederanno oppor­ la* pero con aquellos aditamentos que
tuni a ridestare nella nazione il pur se crean oportunos para avivar en la
troppo illanguidito studio degli anti- nación el desgraciadamente decaído
chi* spezialmente dei primi modelli; a estudio de los antiguos* especialmen­
tale oggetto Teditore di essa ha divi­ te de los primeros modelos; a tal ob­
so il piano di essa nella foggia se- jeto su editor ha dividido la obra en
guente: prima di tutto la vita dei el siguiente plan: en primer lugar la
traduttore* uomo insigne fra noi* let- vida del traductor* hombre insigne
terato ed uomo di Stato, che ebbe entre nosotros, literato y hombre de
grande influenza in presso che tutti Estado* que tuvo gran influencia en
gli affari di quel secolo cosi fecondo casi todos los asuntos de aquel siglo
di straordinari avvenimenti ; la vita tan fecundo en extraordinarios acon­
suddetta per lo piu si e cavata da tecimientos; dicha vida se ha sacado
monumenti inediti esistenti nella Se- sobre todo de documentos inéditos
gretaria di Stato o nella Biblioteca existentes en la Secretaría de Estado
reale di Madrid. o en la Biblioteca real de Madrid,
Viene in seguito un assai lungo ra- Sigue luego un estudio preliminar
gionamento preliminare diviso in dieci bastante largo, dividido en diez capí­
capitoli, senza 1'introduzione* il quale tulos* sin lá introducción* el cual tie­
ha per iscopo d*esaminare il merito ne por objeto examinar el mérito de
della versione* paragonandola colPori- la versión* comparándola con el ori­
ginal greco e colle piu rinomate tra- ginal griego y con las más famosas
duzioni fatte nelle altre lingue ? ha traducciones hechas en otras lenguas;
inoltre per oggetto di far conoscere il además se propone dar a conocer el
merito d ' Omero* lo che s^ttiene mérito de Homero* lo que se obtiene
analizzando parecchi squarci del- analizando muchos pasos de la Odisea,
i4 ° IL Algunos grandes nombres

VOdissea, scoprendo le loro bellezze, descubriendo su belleza, comparando'


paragonandoli con altri squarci consi' los con otros pasos similares de poe'
mili di poeti posteriori, spargendo tas posteriores, esparciendo teorías ge'
teorie generali sul bello poetico, de«· nerales sobre la belleza poética, dedu'
dotte, non dairautoritá, ma dalla fi' cidas no de la autoridad sino de la
losofia, e corredando il tutto con varj filosofía, y ornándolo todo con varios
passi, ora d eirIliada [sic] dello stes' pasajes, ora de la litada del mismo
so poeta, tradotti per la prima volta poeta, traducidos por vez primera al
in castigliano daireditore, ora con castellano por el editor, ora con otros
altri pezzi tratti da Luciano, da ApO' fragmentos sacados de Luciano, ApO'
Ionio Rodio, da Longino o d ’ altri Ionio Rodio, Longino u otros griegos.
greci* Después del mencionado discurso
Airaccennato discorso tien dietro vendrá un mapa de los errantes vía'
una carta geográfica degl’errori d’U lis' jes de Ulises, trazado de nuevo, ya
se, fatta di nuovo, giacché si é rile' que se ha notado que los anteriores
vato che a nulla posson giovare per de Abraham Ortels y Vargas Machuca
rischiarire la geografía deir Odissea no sirven en absoluto para esclarecer
le anteriori d'Abraamo Ortelio e di la geografía de la Odisea, el primero
Vargas Macciuca, quella perché poco porque es poco circunstanciado, a me'
circostanziata, sovente falsa e desti' nudo falso y destituido de subsidios
tuita dai sussidj astronomía; questa astronómicos, y el segundo porque es
perché troppo sistemática e manife' demasiado sistemático y manifiesta'
stamente infetta dallo spirito di par' mente partidista.
tito. Terminados los prolegómenos, si'
Terminad i prolegomeni, succede il guen el texto y las notas, las cuales
testo e le note, le quali hanno quatro tienen cuatro objetos principales:
oggetti principali: i.° d fillustrare colla i.° Ilustrar con la mayor brevedad y
brevitá e chiarezza possibile la parte claridad posibles la parte geográfica
geográfica del poema, nel che si é del poema, en la cual se han seguido
tenuto dietro alie pedate d'Eustazio las huellas de Eustacio y Estrabón
e di Strabone fra gli antichi, e di entre los antiguos, y de M . d \A n'
M . d'Anville, del Larcher nelle sue ville, Larcher en sus Tablas geográ'
Tavole geografiche sopra Erodoto, e ficas sobre Heródoio, y Cousin'DeS'
dei Cousin Despreaux nella sua Sto ' préaux en su Histoña de Greciaf en '
ña della Greciaf fra i móderni. 2 .° Di tre los modernos. 2 .0 Observar los
notare i principali luoghi deir Odis* principales lugares de la Odisea que
sea che furono presi ad imitare dai fueron imitados por los poetas clási'
poeti classici la tini del secolo d fA u ' eos latinos del siglo de Augusto, es'
gusto, spezialmente da Virgilio, da pecialmente Virgilio, del cual, con la
cui, colla propria lettura e coiraiuto lectura directa y con la ayuda de M a'
di Macrobio, di Fulvio Ursino e crobio, Ful vio Orsini y otros moder'
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 141

cTaltri moderni, sonosi ricavati piu nos, se han sacado más de cuatro-*
di quattrocento luoghi imitati. 3 .0 D ’in* cientos pasajes imitados. 3 .0 Indicar
dicar i riti e i costumi antichi, ai los ritos y costumbres antiguos aludí*
quali si fa allusione nel poema, la cui dos en el poema, cuyo conocimiento
cognizione sia necessaria per la retta sea necesario para la recta inteligen*
intelligenza delle parole. 4 .0 Di retti* cia de las palabras. 4.0 Rectificar la
ficar la traduzione castigliana e correg* traducción castellana y corregirla don*
gerla ove manifestamente si scosta dal de se separa manifiestamente del tex*
testo greco. , to griego.
II suddeto lavoro terminara con un Dicho trabajo terminará con un ca*
catalogo delle voci spagnuole e delle tálogo de las palabras españolas y de
frasi antiquate od esotiche che si tro* las frases anticuadas o exóticas que
vano nella traduzione e che non han* se encuentran en la traducción y que
no avuto luogo nel Dizionario dei* no han tenido cabida en el Diccio*
TAccademia della lingua. E perché nario de la Academia de la lengua. Y
Pedizione non rimanga priva anche di para que la edición no quede privada
qualche corredo estrinseco, vi s'ap* tampoco de algún ornato extrínseco,
porran[n]o quattro stámpe, rica vate se añadirán cuatro láminas, sacadas de
da quattro antichi eccellenti busti rap* cuatro excelentes bustos antiguos de
presen tanti Omero, Ulisse, Telemaco Homero, Ulises, Telémaco y Pené*
e Penelope. lope.
Ecco, caro amico, la mia presente He aquí, querido amigo, mi ocu*
fatica, intorño alia quale sarei fortu* pación actual, en la que sería afor*
nato se degnaste aiutarmi coi vostri tunado si os dignaseis ayudarme con
lumi. Siamo ancora a tempo, e, se vuestras luces. Estamos todavía a
mai nelPantecedente esposizione tro* tiempo, y, si acaso en la antecedente
vaste cosa che vi dispiaccia, potrebbe exposición hallaseis algo que os des*
cambiarsi o nel tutto, o almeno in agradase, podría cambiarse en todo o
molti dettagli... (vid. infra, carta 38). por lo menos en muchos detalles...

Para la biografía de Gonzalo Pérez poseía Arteaga algunos docu*


mentos interesantes que le habían enviado desde Madrid sus amigos
Eugenio Llaguno y Juan Antonio Pellicer y Saforcada. Con el título
Breve noticia de Gonzalo Pérez, padre del célebre Antonio Pérez,
escrita por el jesuita Esteban de Arteaga y López, la publicaron
M. Salva y P* Sainz de Baranda en la Colección de documentos iné­
ditos para la historia de España, XIII (Madrid 1848) 531-549. Los
hermanos D e B a c k e r , Bibliothèque des écrivains de la Compagnie
de Jésus, I (Liège 1853) 296*298, creyeron que este Arteaga era di*
142 IL Algunos grandes nombres

verso del esteta; S o m m e r v o g e l , I» 591» núm. n t sólo lo puso en


duda; pero U r i a r t e * L e c i n a » núm* io t vindicaron para nuestro aba*
te esta breve biografía» fundados» sin duda alguna» en la carta de
Arteaga a Fomer (vid* infra» carta 44) del 14 abril 1790» en la que
le dice: “ Había también empezado a trabajar sobre la Ulyxea de
Gonzalo Pérez» corrigiéndola en muchos lugares» añadiendo la expli*
cación de la geografía antigua y los pasajes imitados por los latinos
del siglo de oro» con otras muchas notas y» además» la vida del tra*
ductor» acompañada de un larguísimo razonamiento preliminar sobre
el mérito de la versión castellana» comparada con las versiones en
otras lenguas* Hace dos años que envié a Madrid dos de los tres
tomos que debían componer toda la obra» y hace otros tantos que
se hallan empantanados» sin que por dilixencias hechas haya podido
sacarlos de las uñas de quien los tiene“ (publ* en J* M* E s p e r a n z a
Y S o l a » Discursos leídos ante la R♦ Academia de Bellas Artes en la
recepción...» Madrid 1891» págs* 17*18, n*)* Vid* también F* P e d r e l l ,
Diccionario biográfico... de músicos, I (Barcelona 1897) 99♦ U r i a r *
t e * L e c i n a » ms. J*

El 12 de enero de 1788 escribía Arteaga desde Roma a su amigo


Matteo Borsa:

II mio lavoro sopra Omero» ot per Mi trabajo sobre Homero, o, me*


dir meglio, sulla sola Odissea, va jor, sólo sobre la Odisea, va avan*
competentemente avanzandosi, e di zando regularmente, y el primer
gia ii primo tomo e quasi finito« M at tomo está casi terminado* Pero ¿có*
come mandarvi il manoscritto che de* mo mandaros el manuscrito que de*
siderate? Per quant’io bramassi piu seáis? Aunque ansíe mucho más que
di voi di sottomettere ai vostri non vos someter a vuestras no vúlgares
volgari lumi questa mia letteraria fa* luces este mi trabajo literario, y por
ticat e per quanto mi fossero van* muy ventajosos que me fuesen vues*
taggiosi i vostri consigli in una in* tros consejos en una empresa desti*
trapresa destinata a dar saggio di me nada a dar muestra de mí en mi pa*
nella mia patria, e a cagionarvi, se si tria, y a causar en ella, si se pudiese,
potesse, una rivoluzione nel gusto, io una revolución en el gusto, no sabría
non saprei come farmi per superare cómo hacer para superar los obstácu*
gli ostacoli della lontananza e dei los de la lejanía y del tiempo» Por
tempo. Pero malgrado son costretto ello, muy a pesar mío, me veo obli*
a differir il piacere d'esser letto da gado a diferir el placer de ser leído
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 143

voi sinché sará pubblícata quest’ope- por vos hasta que la obra se publique,
ra (vid. infra, carta 36) 5a.

Esta obra no llegó a publicarse, y se nos ha conservado incom-


pleta en el ms. 2467 de la Biblioteca de Palacio* Falta el largo trabajo
introductorio en diez capítulos, a que alude Arteaga en la citada car­
ta del 13 abril 1788 a Melchiorre Cesarotti, y todo el tomo III, que
había de contener la traducción comentada de los cantos 15-24 de la
Odisea y los índices de toda la obra. El ms., encuadernado en pasta
española, lleva en el lomo la inscripción: V L IX E A / DE / HOME­
RO; tiene una hoja de guarda al principio y otra al fin. Consta de
tres partes:

i.a parte.

Una hoja de guarda, en cuyo recto se lee, con letra de principios


del siglo x i x : Vlixea de Omero traducida del griego / di Castellano;
otra mano añadió: en Verso libre. Siguen 16 folios en 4.°, con es­
critura autógrafa de Arteaga. Los tres primeros, sin numerar, con­
tienen, a línea completa:

ir-2r “ Advertencias para el Ympresor” , en número de diez:


i.a buscar un buen corrector; 2.a varios revisores técnicos para cada
pliego; 3.a revisar la ortografía, porque el autor vive fuera de Es­
paña desde hace muchos años; 4.a corregir las palabras y frases que
no sean castellanas; 5.a que para los textos griegos se tenga presente
la Odisea del Seminario de Padua, o la edición holandesa de J. Wet-
stein, o la de S. Clark en 5 tomos (Leipzig 1759-64), con las correccio­
nes de }. A. Emesti, que Arteaga considera la mejor, y para el texto
castellano se consulte la edición de Madrid 17 6 7 ; 6.a que el formato
sea 8.° grande ó 4.0 pequeño ; 7.a que se divida toda la obra en 3

5a [Pensaba ampliar muchas noticias contenidas en el presente Estudio, en


un artículo sobre Arteaga helenista, anunciado ya en la ob. cit. en Bibl., nú­
mero 16 (pág. XX, n. 32). Pero su edición se suspendió, entre otras razones,
porque don Angel González Palencia preparaba entonces sus dos volúmenes
sobre Gonzalo Pérez» secretario de Felipe II (Madrid 1946). A él debo la noticia
de este ms. 2467 de la Biblioteca de Palacio, que no utilizó en la obra citada.]
144 1L Algunos grandes nombres

volúmenes: Io preliminares y libros 1-4 con sus notas, IIo libros 5-14,
IIIo libros 15-24 e índices: 8.a las citas en letra bastardilla; 9 / que
la edición sea decorosa por los tipos y el papel; io .a que, acabada Ja
impresión del tomo I, se le envíe un ejemplar a Roma, a nombre de
Azara, por el intermedio de Llaguno, para preparar el “ errata corrí"
ge“ . Fol. 2v en blanco.
3r La Ulyxea de Homero / Traducida del Griego en Lengua
Castellana / Por el Secretario Gonzalo Pérez* ¡ Nuevamente ilustra-
da con la Vida del Traductor, / con un Examen Critico de la ver­
sión, y con copiosas Observaciones, y Notas a todo el poema / Por
Don Estevan de Arteaga y López / Miembro de la Real Academia
de las Ciencias, / y Bellas Letras de Mantua, y de la Academia / de
las Ciencias, y Bellas Letras de Padua. / Tomo I*° Fol. 3V en blanco.
4V (— pág* 1) Memorias Histori[c~\as que pueden servir para for­
mar la Vida de Gonzalo Pérez,, en 21 págs. numeradas (sólo las pa-
res), a línea completa. Los ff. 14V-16V (que serían las págs. 22-26)
en blanco. Es el escrito del que se ha hablado supra, pág. 14 1.

2.a parte.
2 13 folios en folio, sin numerar, escritos a dos columnas: el tex-
to de la traducción de Gonzalo Pérez, apógrafo, con correcciones de
Arteaga, y, en la segunda columna, las notas de Arteaga, autógrafas.
ir Segunda dedicatoria puesta en la primera Edición a / la Ulisea
completa (título autógrafo de Arteaga); sigue la dedicatoria de Gon-
zalo Pérez a Felipe II, apógrafa (ir-3r), a línea completa.
3 v Argumento / Del libro primero de la Ulixea de Homero, tí­
tulo y texto autógrafos de Arteaga; repetidos por el copista, y ta­
chados, en el f. 4r.
4r-yir Libro I (4 ^ 16v), libro II (17 ^ 3 iv), libro III (32r-45v; 4Ór-
47V en blanco), libro IV (48^71 r ; entre los ff. 62 y 63 una hoja
suelta, en la que termina una larga nota sobre la Atlántida, con refe­
rencias a Carli, Voltaire y Juan Francisco Masdeu; 72V en blanco).
J2 t Portada como la del fol. 3r de la i .a parte, cambiando sólo:
Tomo IL° Fol. 72V en blanco.
73r-2i3v Libro V (y^r-86r; 86v en blanco), libro V I (8yr-g6r;
g6v en blanco), libro VII (97r-io6r; ioóv en blanco), libro VIII (ioyr-
i 2 i v ; I2 2 r-i2 3 v en blanco; en el f. i2 4 r: “ Lib.° 8.°“ ; 124V en
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 145
blanco), libro IX ( 1 2 5 M 3 9 V ; en el f* 14 0 1:: “ Lib*° 9*0” ; 14 0 V en
blanco), libro X ( i 4 i r - i 5 4 v ; i 5 5 r v en blanco), libro X I ( i 5 Ó r - i 7 i r ;
1 7 1 V en blanco), libro X II (1 7 2 'r ^ i8 3 r ; 1 8 3 V - 1 8 5 V en blanco), li­
bro XIII ( i 8 6 r - i 9 7 r ; 19 7 V -1 9 9 V en blanco), libro X IV ( 2 o o r-2 i3 v ).

3*ft parte·

4 folios en 8·°, sin numerar, con correcciones ortográficas al texto


de Gonzalo Pérez, de mano de Arteaga·
Ya se ha advertido que falta el tomo III, que había de contener
los libros X V -X X IV , más los índices·

7) Theocriti Bucolica latino carmine versa (perdido)*

U r i a r t e - L e c i n a , ms· H* El propio Arteaga, desde Bolonia, ex­


ponía así a Cesarotti el trabajo que había emprendido sobre Teó-
crito:
Anchoo mi son tentato di piegar Yo también he estado tentado de
Parco d ’Ulisse, traducendo alcuni tensar el arco de Ulises, traduciendo
squarci da* loro autori [es decir, de algunos fragmentos de sus autores
los griegos], fra i quali vo meditando [es decir, de los griegos], entre los
una completa versione di Teocrito in que estoy meditando una versión
esametri latini. Ho preferito questo completa de Teocrito en exámetros
idioma al mió perché lo spagnuolo latinos. H e preferido este idioma al
non sarebbe inteso in Italia. I/h o an­ mío, porque el español no lo enten­
che preferito al toscano perché mi derían en Italia* También lo he pre­
sembra arditezza, che puzza un cotal ferido al toscano, porque me parece
poco di presunzione, lo spérar di po­ osadía, rayana en presunción, espe­
ter oltrepassar la mediocritá scriven- rar que uno pueda superar la medio­
do versi in lingua vivente non sua* cridad escribiendo versos en una len­
Mando a Lei due idilj come per sag- gua viva que no sea la propia. Le
gio, il 18 e il 27, quello per esem- mando dos idilios como muestra, el
pio di poesía dialoghizzata, questo 18 y el 27, aquél para ejemplo de
perché mi sembra uno de* piü diffi­ poesía dialogada, y éste porque me
cili di Teocrito si per la circostanza parece uno de los más difíciles de
di tradurre verso per verso (legge se­ Teocrito, tanto por tratarse de una
vera cui mi sono assoggettato in tutta traducción verso por verso (ley severa
la traduzione), come per le grazie na­ á la que me he sujetado en toda la
tive e originale semplicitá che lo ca- traducción), como por la gracia nativa

L . HISPANO-ITALIANA. — 10
146 II. Algunos grandes nombres

ratterizzano. Ometto le annotazioni y original simplicidad que lo caracte­


critiche che debbono accompagnar rizan. Omito las anotaciones críticas
ciascuno idilio» e le varianti greche, que deben acompañar a cada idilio, y
onde verrebbe a farsi un nuovo testo» las variantes griegas, con lo que
secondo me più corretto e assai piú vendría a hacerse un nuevo texto, a
conforme alio spirito di queirinimita- mi parecer más correcto y mucho más
bil poeta* Glieli mando non coll’ affet- conforme al espíritu de aquel inimi­
tata ipocrisia di chi mentisce mode­ table poeta. Se los mando no con la
stia per carpir delle lodi» ma colla sin­ afectada hipocresía de quien simula
cera deferenza bensi di chi» sapendo modestia para conseguir alabanzas,
di poter errare» vorrebbe pure affor- sino con la sincera deferencia de
zarsi d'una rispettabile guida* Se cre- quien» sabiendo que puede errar» que­
dess'Ella che questo fosse un buttar rría apoyarse en un respetable guía.
via il tempo» me l’avverta con pienis- Si usted cree que esto es perder el
sima libertà* Il lavoro non è avanzato tiempo» adviértamelo con plena li­
a segno che non possa tralasciarsi sen- bertad. E l trabajo no está tan avan­
za discapito» e mille altre strade vi zado como para no poder abando­
sono nella letteratura onde poter ap- narlo sin perjuicio, y en la literatura
pagare l’amor proprio d ’ un autore sen- hay otros mil caminos para poder sa­
za impacciarsi coi greci (vid* infra, tisfacer el amor propio de un autor
carta 20). Cf. ob* cit* en Bibl.» nú­ sin mezclarse con los griegos.
mero 16 (pág. xxiii).

8) Traducción del Hero y Leandro, de Museo, en verso castellano


(perdido).

No he hallado ninguna alusión a esta obra en todo el epistola­


rio de Arteaga, pero el ex-jesuíta mallorquín Bartolomé Pou nos ha­
bla de ella en su Specimen interpretationum Hispanarum editionum
auctorum classicorum (1789), que conocemos por Joaquín M. Bover,
Biblioteca de escritores baleares, II (Mallorca 1868) 144» donde se
le e : “ Nos dará una traducción legítima en castellano, de Museo, don
Estevan Arteaga, joven español bien conocido en Italia, y, por su sin­
gular mérito en varias composiciones poéticas, creado pastor de la
Arcadia de Roma“ . U r i a r t e - L e c i n a , ms. L . Vid. obras cit., en Bibl.,
núm. 16 (pág. xxm ), y núm. 30 (pág. 314).
8* Los manuscritos de Esteban de Arteaga 147

9) Opera nondum edita Patris Perpiniani cum notis et illustratio*


nibus Stephani Arteaga.

Archivo de Loyola, ms. io . i . io .

En el Archivo de la Embajada de España en Romat leg. 363» hay


un memorial de Arteaga al ministro de Carlos IV , conde de la Ca^
ñada (vid. infra, carta 53), pidiendo una especial subvención para
poder publicar las obras del famoso jesuíta y humanista valenciano
Pere Joan Perpinya (Roma, 25 julio 1792), y a continuación viene la
lista de sus obras inéditas. El ministro pidió a Azara informaciones
(Madrid, 1 octubre 1792), que éste envía el 12 de diciembre, ponde*
rando los méritos y la fama de Arteaga en Italia: “ conozco a fondo
a dicho Arteaga — [dice]— y lo trato quasi todos los días“ . El 25 de
junio de 1793 se concede finalmente al abate español una tercera
pensión para subvenir a los gastos de ese trabajo; además, la transa
cripción de las obras de Perpinya para darlas a la imprenta, deberá
pagarse de las temporalidades. El 24 de julio Azara comunica al mi'
nistro que su orden ha sido cumplida; pero tampoco este trabajo
vio nunca la luz pública. U r i a r t e ^L e c i n a , ms. F. Vid. J. M. Pou Y
M a r t í , Archivo de la Embajada de España cerca de la Santa Sede,
III: Indice analítico de los documentos del 5. X V III (Roma 1921) 286.
Fundadamente supongo que las copias que hizo sacar Arteaga son
las conservadas en el ms. io . i . io de Loyola de buena letra diecio'
chesca: es un legajo formado por 36 cuadernos en folio, sin coser y
con cuatro paginaciones distintas; más otros 22 en cuarto, nume«*
rados sólo por cuadernos. Su contenido es el siguiente: 1) “ Aliqua
notatu digna ex historia vel annalium ecclesiasticorum Ulustrissimi
Appamíensis Henrici Spondani, qui natus est an. 1568“ (498 págs.).
2) “ Dynamius grammaticus ad discipulum suum” (58 págs.). 3) “ Ars
domni Bonifacii archiepiscopi et martyris” (120 págs.). 4) “ Annota'
tiones R. P. M. Petri Perpignani in primum Georgicorum librum, tra-
ditae Romae vi julii mdlxii, die lunae, in Collegio Societatis Jesu, in
classe theologiae“ . 5) Exposición del “ De oratore” de Cicerón, Las
obras 4 y 5, del padre Perpinya, son citadas por Sommervogel, VI,
547'554, mss. C y B, como conservadas respectivamente en el ms. lat.
148 II. Algunos grandes nombres

8457 de la Nacional de París y en un códice quincehtista del Colegio


Sainte-Geneviéve, de la Compañía de Jesús.

10 ) Qaalche note alie ñflessionni del ch. ah♦ TiraboscJñ sulVindole


delta lingua italiana, pubblicate nella sua Storia delta letteratu*
ra (perdido).

U r i a r T E - L e c i n a , ms. l f deben de haber visto este manuscrito,


puesto que especifican que está compuesto por 26 hojas en 4.0; pero
no tuvieron cuidado en anotar dónde se encuentra; así es que, a
pesar de mis búsquedas en Italia y España, no he conseguido dar
con él.

11) Plura poemata latina, itálica et hispana (perdido).

II, 8, da esta noticia, que repiten S o m m e r -


D io sd a d o C a b a l l e r o ,
VOGEL, I, 59 1, ms. A , y U r i a r t e - L e c i n a , ms. H ; sin duda esas com*
posiciones poéticas se perdieron con todo el papelorio de Arteaga.12

12 ) Elogio del R.mo P . Giovanni B. Sajanelli (Copia autógrafa de


Arteaga).
Módena, Biblioteca estense, autografoteca Campori.

En el fichero de la autografoteca Campori se atribuye a nuestro


Arteaga este elogio, escrito con letra evidentemente suya en 6 hojas
en 8.° Pero tanto el estilo como el asunto — biografía gris de un
monje crémonés que fue general de la congregación de jerónimos del
beato Pedro de Pisa (1770^78)— se oponen a una paternidad artea-
guiana: él lo habría copiado tal vez por encargo de algún amigo
suyo modenés, muy probablemente Paolo Baraldi, cuya correspon^
dencia con Arteaga se conserva en la misma autografoteca Campori,
sin que en ella, con todo, aparezca alusión alguna a esta pieza.
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 149

IL E P IST O LA R IO

a) Cartas de E steban de A rteaga

1) A P . Baraldi Bolonia, 26 IV 1773 Modena, Bibi, estense, aut.


Campori.
2) A P. Baraldi Bolonia, 10 V [ 1 7 7 3 ] Modena, Bibi, estense, aut.
Campori.
3) A P. Baraldi ! [Bolonia, V 17 7 3] Modena, Bibi, estense, aut.
Campori.
4) A P. Baraldi Bolonia, 28 V [17 7 3] Modena, Bibi, estense, aut.
Campori.
5) A F. Albergad Bolonia, 30 VIII 1779 Bolonia, Arch, di Stato,
arch. Albergati, cart. F,
A lb ., 10.
6) A J. Andres Bolonia, 2 IV [17 8 2 ] Roma, Arch. U niv. Grego*
riana, ms. 553, ff. 326*7.
7) A S. Betdnelli Bolonia, 2 1 V I 1783 Mantua, Bibi, com., cart.
Bett. i/ b . 3.
8) A P. Baraldi Bolonia, 17 V II 1783 Modena, Bibi, estense, aut.
Campori.

1 Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 205), y núm. 16 (pág. Xi); núm. 5 (pág. 299),
y núm. 16 (pág. XLIV).
2 Fragmento en Bibl., núm. 5 (pág. 299), y núm. 16 (pág. XXXVII, en
trad. esp.).
3 Fragmento en Bibl., núm. 5 (pág. 306), y núm. 16 (págs. XUV*XLV, en
trad, esp,).
4 Fragmento en Bibl., núm. 3 (págs. 205*206), y núm. 16 (pág. XII, en
trad, esp.); núm. 5 (págs. 299*300), y núm. 16 (pág. XXXVIII, en trad esp.).
6 Es la única carta de Arteaga a Andrés que se nos ha conservado. Los
restos del epistolario de Andrés (parte en el archivo^ de la Pont. Universidad
Gregoriana, y parte en la Biblioteca nacional de Roma) son casi exclusivamente
de los últimos años de su vida, por consiguiente posteriores a la muerte de
Arteaga. [Original castellano, publicado en Bibl., núm. 23 (págs. XX*XXV).]
7 Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 208), y núm. 16 (pág. XVl). Publicada en Es*
tudio 9.
8 [Publicada en Bibl., núm. 23 (págs. xxxvi*xxxvil).]
150 IL Algunos grandes nombres
9) A P. Baraldi Bolonia, 26 V II 1783 Módena, Bibl. estense, aut.
Campori.
10) A P* Baraldi Bolonia, 28 V III 1783 Módena,. Bibl. estense, aut.
Campori.
11) A un desconocido Olmeldola, 26 X 1783 Módena, Bibl. estense, aut.
Campori.
12) A P. Baraldi Bolonia, 16 X II 1783 Módena, Bibl. estense, aut.
Campori.
13) A F . Albergati Bolonia, 2 II 1784 Parma, Bibl. palatina, aut.
Fantuzzi.
14) A F. Albergati Bolonia, 16 II 1784 Bolonia, A rch, di Stato,
arch. Albergati, cart. F.
A lb., 10.
15) A F. Albergati Bolonia, 23 II 1784 Rovigo, Bibl. comunale,
cart. 365*9.
16) A F. Albergati Bolonia, 30 III 1784 Parma, Bibl. palatina, aut.
Fantuzzi.
17) A M. Cesarotti Bolonia, 30 III 1784 Original perdido.
18) A J. N . de Azara Bolonia, 24 I V 1784 Madrid, Ministerio de A.
E ., A E E R .
19) A F. Albergati Bolonia, 27 I V 1784 Forli, Bibl. com., aut. Pian*
castelli.
20) A M. Cesarotti Bolonia, 27 I V 1784 Original perdido.
21) A F. Albergati*12356
0 Bolonia, 1 V I 1784 Bolonia, Arch, di Stato,
arch. Albergati, cart. F.
Alb., 10.

9 [Publicada en Bibl., núm. 23 (págs. XXXVIl*XXXVIIl).]


12 [Fragmento ibid. (pág. LXIV).]
13 Fragmentos en Bibl., núm. 3 (págs. 209*210), y núm. 16 (págs. xvii, en
trad, esp.); y en núm. 5 (págs. 301*303), y núm. 16 (págs. XXXVIII*XXXIX, en
trad. esp.). [Cit. en núm. 23 (pág. XXXIX).]
15 N o cit. en IMBI III.
16 Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 210), y núm. 16 (pág. XVIII, en trad,
esp.). [Otro fragmento en Bibl., núm. 23 (pág. LV).]
17 Publicada en CESAROTTI, II, 201*204, carta 72. Fragmento en Bibl., nú*
mero 5 (págs. 315*316), y núm. 16 (págs. XLIX*L, en trad. esp.). [Otro frag*
mento en Bibl., núm. 23 (págs. LlI*LHl).]
18 Cit. en U riarte*Lecina, I, 318 , ms. G .
20 Publicada en CESAROTTI, II, 2 11* 2 15 , carta 75. Fragmento supra, ms. 7.
21 Cit. en E . Masi, La vita i tempi e gli amici di Francesco Albergati Ca*
pacelli (Bologna 1878) 3 3 5 . Este autor desconocía las cartas de Arteaga a Al*
bergati conservadas en Parma, Rovigo y Forlí.
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 15 1
22) A S. Bettinelli Bolonia, 1 1 V III 1784 Mantua, Bibl. com., cart.
Bett. i/ b . 3.
23) A S . Bettinelli Bolonia, 25 V III [17 8 4 ] Mantua, Bibl. com., cart.
Bett. i/ b . 3.
24) A M. Boni Venecia, 25 X II 1784 Reggio - Emilia, Arch, di
Stato, fondo Boni, 7 1 .
25) A G. Tiraboschi [Venecia, I 17 8 5 ? ] Modena, Bibl. estense, est.
it. 863, 106.
26) A M . Cesarotti Venecia, 8 I 1785 Original perdido.
27) A M. Cesarotti Venecia, 8 I 1785 Bassano, Bibl. civ., aut.
Gamba, X I V .A .1 8 .
27a) A un desconocido Venecia, 29 II 1785 Original perdido.
28) A un desconocido [Venecia, 178 5] Rovigo, Bibl. comunale,
cart. 375*83.
29) A S . Bettinelli Venecia, 29 I 1786 Mantua, Bibl. com., cart.
Bett. i/b . 3.
30) A S. Bettinelli Venecia, 4 II 1786 Mantua, Bibl. com., cart.
Bett. i/ b . 3.
31) A S. Bettinelli Venecia, 6 V 1786 Mantua, Bibl. com., cart.
Bett. i/ b . 3.
32) A C. Vannetti Roma, 17 II 1787 Trento, Bibl. com., ms.
909t i*

22 Publicada en Estudio 9.
23 Publicada ibid.
24 Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 211), y núm. 16 (pág. xviii ).
25 En el reverso de la misma carta se halla la minuta de la respuesta de
Tiraboschi; vid. infra, núm. 67.
26 Publicada en CESAROTTI, II, 235-239, carta 84. [Fragmento en Bibl., nú­
mero 23 (págs. l iii -liv ).]
27 Cit. en IMBI L V , 104, y en Bibl., núm. 3 (pág. 2 11), y núm. 16 (pá­
gina XX), [Fragmento en Bibl., núm. 23 (págs. LIV-LV).]
27a Cit. en el K a ta io g 95 (Berlín 1892) 2, núm. 27, de la librería anticuaría
Leo Liepmannssohn.
28 N o cit. en IMBI III.
29 Fragmento en Bibl., núm. 5 (pág. 298), y núm. 16 (pág. x x x v il, en
trad. esp.). Publicada en Estudio 9.
30 Fragmento en Bibl., núm. 5 (págs. 304, 324),. y núm. 16 (págs. x l -x l i ,
XLVI, en trad. esp.). Publicada en Estudio 9.
31 Publicada ibid.
32 E s la única carta de Arteaga a Vannetti que he logrado hallar: en el
epistolario vannettiano de la Biblioteca cívica de Rovereto no supe dar con
ningún autógrafo de nuestro español. Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 213),

BANCO DE LA REPU5LÍGA
Luis-ángel arango
BIBLIO TECA
CATALOGACION
15^______________ Algunos grandes nombres
33) A G, B, Bodoni Roma, 7 III 1787 Parma, Bibl. palatina, cart.
Bod.
34) A A* Mayer Roma, 4 IV 1787 Original perdido.
35) A M. Borsa Roma, 26 X II 1787 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 15 1.
36) A M. Borsa Roma, 12 I 1788 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 152.
37) A M . Borsa Roma, 9 IV 1788 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 15 3.
38) A M. Cesarotti Roma, 13 I V 1788 Viena, Nationalbibliothek,
aut. 44 .16 3.
39) A M . Borsa Roma, 2 V 1788 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 154.
40) A A . Palazuelos [Roma, V 1788] Original perdido.
41) A M . Borsa Roma, 10 V I [17 8 8 ] Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 158.
42) A M . Borsa Roma, 13 V II 1788 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 15 5 .
43) A M . Borsa Roma, 26 X II 1789 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 156.
44) A J. P. Forner*34
2
0
8
56 Roma, 14 IV 1790 Original perdido.

y núm. 16 (pág. XXII, en trad. esp.). [Reproducido en Bibl., núm. 23 (pági­


na lxxxiii ),]
33 Cit. en Boselli y en Bibl., núm. 3 (pág. 215), y núm. 16 (pág. XXiv).
34 Copia antigua en Venecia, Museo cívico Correr, cod. Cicogna 3003, III/3.
Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 212), y núm. 16 (pág. XX).
35 Publicada en Estudio 9.
36 Fragmento supra, ms. 6. Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 216), y núm. 16
(pág. XXVi). Publicado en Estudio 9 ; [fragmento en Bibl., núm. 23 (páginas
LXXXIV-LXXXV)].
38 V id . supra, ms. 6. Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 214), y núm. 16 (pági­
nas XXIII-XXIV).
40 Copia en L uengo, Papeles varios, X V I , 161-162. Cit. en U riarte-Le -
cina, I, 318, ms. M.
42 Fragmento en Bibl., núm. 5 (pág. 305), y núm. 16 (pág. XLIl, en trad.
esp.).
43 Fragmento en Bibl., núm. 5 (pág. 305), y núm. t6 (págs. XLH-XLIII,
en trad. esp.).
44 A fines del siglo pasado el original pertenecía a don Antonio Cánovas
del Castillo; allí lo vio don J. M . Esperanza y Sola, y aun reprodujo algunos
fragmentos en su estudio sobre Esteban de Arteaga publicado repetidas veces:
& Los manuscritos de Esteban de Arteaga 153

45) A M* Borsa Roma, 12 V 1790 Mantua, Accad. virgiliana,


aut. 150 bis.
46) A M. Borsa Roma, 15 V 1790 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 156 bis.
47) A M . de Manuel Roma, 5 X I 1790 Original perdido.
48) A M . Borsa Roma, 22 V 179 1 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 15 7 bis.
49) A [G . S. Assemani] Roma, 27 V 179 1 Viena, Nationalbibliothek,
aut. 44 .16 3.
50) A M . Borsa Roma, 3 V I 179 1 Mantua, Accad. virgiliana,
aut. 157.
51) A G. Tiraboschi Roma, 2 1 V I 179 1 Modena, Bibi, estense, est.
it. 863, 106.
52) A G. Tiraboschi Roma, 18 V II 179 1 Modena, Bibi, estense, est.
it. 863, 107.
53) A J. Acedo y Rico*6
23 Roma, 25 V II 1792 Madrid, Ministerio de A.
E ., A E E R .

D isc u r so s le íd o s e n la R . A c a d e m ia d e B e lla s A r t e s ... (Madrid 1891) 10, 17*18,


49; I lu s tra c ió n m u s ic a l h is p a n o a m e r ic a n a , 2 (1890*91) 562*564, 574*575, 622*
623, 646 (vid. 563, 574, 622); F . P e d r e l l , D ic c io n a r io b io g rá fic o y b ib lio g r á ­
fico d e m ú sic o s y e s c r ito r e s d e m ú s ic a e s p a ñ o le s , p o r tu g u e s e s e h is p a n o -a m e r i *
can os a n tig u o s y m o d e r n o s , I (Barcelona 1897) 95*116 (v. págs. 95, 99, 112 ). Cit.
en U r ia r TE*L e c in a , I, 3 18 , ms. K . A l presente ignoramos el paradero del auto*
grafo; una copia íntegra del mismo se halla en la R. Academia de Bellas Artes
de San Fernando entre los papeles de Esperanza.
46 Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 214), y núm. 16 (pág. XXIII, en
trad. esp.); y en núm. 5 (págs. 296*297), y núm. 16 (pág. XLVII, en trad. esp.).
47 Publicada en el E s p ír itu d e los m e jo r e s d ia r io s lite ra r io s q u e s e p u b lic a n
e n E u r o p a , núm, 263 (13 diciembre 1790) 343*345. Cit. en U r ia r t e *L e c in a , I,
317 , núm. 1 1 .
48 Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 220), y núm. 16 (pág. X X X , en
trad. esp.). [T exto más largo en Bibl., núm. 23 (pág. CXV).]
49 El nombre del destinatario se deduce de la respuesta de Assemani, infra,
carta 73 . Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 219), y núm. 16 (pág. X X X ).
51 Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 220), y núm. 16 (pág. x x x i).
52 Fragmento en G . C a v a z z u t i , T r a e r u d iti g io r n a lis ti d e l se c o lo X V I I I
(G ir o la m o T ir a b o s c h i e i l uN u o v o g io m a le ” d e i l e t t e r a t i ) , en A t t i e m e m o r ie
d e lla R. D e p u ta z io n e d i s to r ia p a tr ia p e r le p r o v in c ie m o d e n e s i, ser, 7 .a, 3
(1922*23) 3 i" i 3 4 (v * págs. 96-97)· Cit. en Bibl., núm. 3 (pág. 220), y núm. 16
(pág. XXXI).
53 Cit. en U r ia r t e *L e c in a , I, 3 17 , núm. 15? es un memorial pidiendo una
154 IL Algunos grandes nombres
54) A G . B. Bodoni Roma, 13 III 1793 Parma, Bibl. palatina, cart.
Bod.
55) A G, B. Bodoni Roma, ii V I 1793 Parma, BibL palatina, c^rt.
Bod.
56) A G . B. Bodoni Roma, 25 V II 1793 Piacenza, Bibl. com., ms.
land. 250, I, 10.
57) A G . B* Bodoni Roma, 13 V 1796 Parma, Bibl. palatina, cart.
Bod.
58) A D . Francesconi Florencia, 29 V [ 17 9 6 ? ] Milán, Arch. priv. Federici.
58a) A J. N . de Azara Roma, 25 X I 1796 Madrid, Bibl. nac., ms.
20084, I.

b) Cartas a E steban de A rteaga

59) De A . Eximeno Roma, [I/II 17 8 1] Original perdido.


60) De A . Eximeno Roma, 24 II 178 1 Original perdido.

nueva subvención para publicar las obras inéditas del humanista valenciano P. J.
Perpinyá. V id . supra, ms. 9, pág. 147.
54 Cit. en Boselli . Publicada en Bibl.» núm. 3 (pág. 217), y núm. 16
(pág. XXVI, en trad. esp.).
55 Cit. en Boselli .
56 Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 2 17), y núm. 16 (pág. x x v il, en
trad. esp.). El ms. land. 250 de Piacenza está formado por cuatro tomos de
cartas dirigidas a Bodoni y a Paciaudi, ordenadas por orden alfabético de auto*
res; ellas, pues, vienen a completar los amplios epistolarios de ambos piamon^
teses conservados en la Palatina de Parma.
57 Cit. en Bo selli . Publicada en Bibl., núm. 3 (pág. 218), y núm. 16
(pág. x x v iii, en trad. esp.).
58 Publicada en Lettere inedite dHllustri italiani pubblicate nelle jauste nofr
Ze Maldura'Rusconi (Padova 1838) 6-7.
58a [Publicada en C. E . C orona Baratech , José Nicolás de Afora (Zara·*
goza 1948) 392-394·]
59 Copia fragmentaria de mano del mismo Arteaga en Bolonia, Liceo mu^
sicale Martini, ms. Controv. Eximeno. Se ve, pues, que Arteaga estaba también
en relaciones amistosas con el padre Martini, pero ni en Bolonia ni en la
Nationalbibliothek de Viena, adonde pasó parte del epistolario martiniano, se
nos ha conservado carta alguna de Arteaga a Martini. V id . F . VATIELLI, La
Biblioteca del Liceo musicale di Bologna, en U Arehiginnasio, 1 1 (1916) 124*
146. [Fragmento en Bibl.» núm. 23 (págs. XVl-XVIi).]
60 Copia fragmentaria y versión italiana, ambas de mano de Arteaga, en
8. Los manuscritos ¡de Esteban de Arteaga 155

61) De F . Albergad Venecia, 14 II 1784 Original perdido.


62) De P. Napoli-Signorelli Ñapóles» 19 X 1784 Original perdido.
63) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 27 X I 1784 Original perdido.
64) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 4 I 1785 Original perdido.
65) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 1 1 I 1785 Original perdido.
66) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 18 I 1785 Original perdido.
67) De G . Tiraboschi [Módena, I 17 8 5 ? ] Original perdido.
68) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 12 V II 1785 Original perdido.
69) De P. Napoli-Signorelli Nápoles, 17 X 1785 Original perdido.
70) De M . Borsa Mantua, 1 I 1788 Original perdido.
71) De M . Borsa [M antua], 16 I V 1788 Original perdido.
72) De M . Borsa Mantua, 3 V I 179 1 Mantua, Accad. virgi-
liana, aut. 5.

Bolonia, Liceo musicale Martini, ms. Controv. Eximeno. [Publicada en Bibl.,


núm. 23 (págs. x v m -x x ).]
61 Minuta en Bolonia, Archivio di Stato, arch. Albergati, cart. Fr. Alber-
gati, 10.
62 Minuta en Nápoles, archivo de la Accademia pontaniana, ms. Napoli-
Signorelli, I, f. 214. Publicada en MlNlNNl, 309-312, carta 25. [Fragmento en
Bibl., núm. 23 (págs. XLl-XLHl). Contra lo que se dice ibid., pág. XLIII> n. 61,
este fondo no fue destruido en la segunda guerra mundial.]
63 Minuta ibid., f. 2 2 2 -2 2 4 . Publicada en M lN lN N l, 3 1 5 -3 1 8 , carta 28 [ y
en Bibl., núm. 23 (págs. x l iv -x l v )].
64 Minuta ibid., f. 227-229. Publicada en MlNlNNl, 320-322, carta 3 1 .
65 Minuta ibid., f. 231-232, Publicada en MlNlNNl, 324-325, carta 33 [y
en Bibl., núm. 23 (págs. XLVi-XLVHl)].
66 Minuta ibid., f. 230. Publicada en M lN lN N l, 326-327, carta 35.
67 Minuta en Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 963, carta 106; en la
misma carta de Arteaga cit. supra, carta 25.
68 Minuta en Nápoles, archivo de la Accademia pontaniana, ms. Napoli-
Signorelli, I, f . 2 0 8 -2 0 9 . Publicada en M lN lN N l, 3 3 3 -3 3 4 t carta 4 0 .
69 Minuta ibid., f. 241-242. Publicada en M lN lN N l, 336-337, carta 42.
70 Minuta en Mantua, archivo de la Accademia virgiliana, aut. 3 16 . Frag­
mento infra, Estudio 9.
71 Minuta ibid., aut. 3 16 bis.
72 Probablemente este autógrafo, con la dirección en el verso, no llegó nun­
ca a enviarse. Fragmento en Bibl., núm. 3 (pág. 220), y núm. 16 (págs. X X X -
X X X I, en trad. esp.).
156 IL Algunos grandes nombres
73) De G . S. Assemani Paduat 17 VI 1791 Vénecia, Museo civ.
Correr» Cic. 3015*
74) De G. Tiraboschi [Módena, V I 17 9 1] Original perdido.

c) L ista de correspondientes

Acedo y Rico, Juan (conde de la Cañada): 53.


Albergati Capacelli, márchese Francesco: 5 13 -16 19 21*— 61 ♦
Andrés, ab. Juan: 6.
Assemani, ab. Giovanni Simone: 49.— 73.
Azara, José Nicolás d e: 18, 58a.
Baraldi, ab. Paolo: 1-4 8-10 12.
Bettinelli. ab. Saverio: 7 22 23 29*31.
Bodoni, cav. Giambattista: 33 54*57.
Boni, ab. Mauro: 24.
Borsa, Matteo: 35*37 39 41 "43 45 46 48 50.— 70-72.
Cañada, conde de la : vid. Acedo y Rico.
Cesarotti, ab. Melchiorre: 17 20 26 27 38.
Eximeno, ab. A ntonio:—-59 6o.
Forner, Juan Pablo: 44.
Francesconi, ab. Daniele: 58.
Manuel, Miguel d e: 47.
Mayer, Andrea: 34.
Napoli-Signorelli, P ietro :— 62*66 68 69.
Palazuelos, ab. Antonio Fernández d e: 40.
Tiraboschi, ab. Girolamo: 25 5 1 52.— 67 74.
Vannetti, cav. Clementino: 32.
Desconocidos : 1 1 27a 28.734

73 El hecho de conservarse en al Museo cívico Correr de Venecia gran parte


del epistolario de Giovanni Simone Assemani, nos induce a sospechar que tam­
poco esta carta llegaría a manos de Arteaga, por no haberse atrevido su autor
a darle curso. [Cit. en Bibl., núm. 23 (pág. C X V , n. 195).]
74 Minuta en Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 863, carta 10 6 ; en
la misma carta de Arteaga cit. supra, carta 5 1.
8. Los manuscritos de Esteban de Arteaga 157

III. ÍN D IC E DE LO S A R C H IV O S Y B IB L IO T E C A S

Bassano del Grappa: Biblioteca cívica.— IIt27.


Berlín: Librería Leo Liepmannssohn.— 1,27a.
Bolonia: Archivio di State.— 11*5 14 21 61.
— Liceo musicale Martini.— II,59 6°.
Forlí: Biblioteca comunale.— IIt19.
Loyola: Archivo de la provincia de Castilla S. I.— L9.— II,40.
Madrid: Archivo histórico nacional.— 1,3 4.
— Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores.— II, 18 53.
— Biblioteca nacional.— 11,58a.
— Biblioteca de Palacio.— It6.
— Biblioteca Cánovas del Castillo.— 11,44.
— R. Academia de Bellas Artes.— II,44.
Mantua: Archivio delPAccademia virgiliana.— II,35"37 39 41 "43 45
46 48 50 70-72.
— Biblioteca comunale.— II,7 22 23 29-31.
Milán: Archivio Federici.— 11,58.
Módena: Biblioteca estense.— I,i2 .— II,1-4 8-12 25 51 52 67 74.
Nápoles: Archivio dell’Accademia pontaniana.— IL62-66 68 69.
Parma: Biblioteca palatina.— II,13 16 33 54 55 57.
Piacenza: Biblioteca comunale.— II,56.
Reggio-Emilia: Archivio di Stato.— 11,24.
Roma: Archivo delPUniversitá Gregoriana.— 11,6.
Rovigo: Biblioteca comunale.— IL 15 28.
Trento: Biblioteca comunale.— IL32.
Venecia: Museo cívico Correr.— IL34 73*
Viena : Nationalbibliothek.— IL38 49.
9

ARTEAGA Y BE T T IN E LLI

Pasaron de la amistad a la enemistad* Pero quien conozca a Ar-


teaga sabe muy bien que casi nunca tuvo un amigo que no se con­
virtiese — al menos por algún tiempo— en su enemigo, o mejor, en
su adversario*
La imagen con que generalmente se representa a Arteaga es la
de un irascible polemista* Pero hay que añadir que su inflamable
agresividad nacía, sobre todo, de su gran ingenio — fresco, rápido,
libre, independiente— , que nos lo muestra hoy mucho más simpá­
tico de lo qué solía ser a sus contemporáneos* En su tiempo asusta-

* Publicado en italiano, con el título Arteaga e Bettinelli, en G LSI, 1 1 3


(1939) 9 2 -112 . La traducción que publicamos se debe a Francisco Miracle, fuera
de la carta del 4 de febrero 1786, págs. 174 -18 1, ya publicada en traducción
castellana en mi nota Filosofía, ciencia y arte, según Esteban de Arteaga, RIE
3 (1:945) 387-393. En esta nueva edición del presente artículo damos las notas
con numeración corrida. La bibliografía sobre Esteban de Arteaga anterior a
1944 puede verse en las obras citadas en Bibl., núms. 16 y 23. Entre los
estudios publicados posteriormente nos parecen más dignos de nota los si­
guientes: M . Olguín , T h e Theory of Ideal Beauty in A . and Winckelmann,
en The Journal of Aesthetics and A rt Criticism, 8 (1949) 12 -3 3 ; R. A llor -
TO, 5 * A . e le “ Rivoluzioni del teatro musicale italiano” , en Rivista musí-
cale italiana, 52 (1950) 124-14 7 (con ideología que no comparto); V . Bor -
ghini, ob. cit. en Bibl., núm. 80; J. L. M iró B uchón , Aproximación a la
estética de A ., RIE 17 (1959) 29-50; G. C. R ossi, ob. cit. en Estudio 20, n. 37.
Véanse también los artículos sobre E . de A . en los siguientes repertorios:
F. Blume (ed.), Die Musik in Geschichte und Gegenwart, I (Kassel-Basel 1951)
735-737 (H. Anglés); J. P ena-H. A nglés , Diccionario de la música Labor, I
(Barcelona 1954) 12 0 -12 1; Enciclopedia dello spettacolo, I (Roma s. a.) 675-679
(F. d*Amico); Dizionario biográfico degli italiani, IV (Roma 1962) 352-355
(N. Borsellino).
i6 o II. Algunos grandes nombres

ba a muchos; ahora ya no· Por eso podemos juzgarle con más impar­
cialidad, como también podemos apreciar mejor, a un siglo y medio
de distancia, el valor interno de aquellas sus interminables polémicas·
No nos detengamos en las pequeñas disputas, tan frecuentes en
el Setecientos, que no tienen importancia en la historia de la cultura·
Observemos la naturaleza de los argumentos sobre los que Arteaga
discute —la reforma del teatro musical, la imitación en las artes, los
poemas homéricos, la música y la poesía entre los árabes y los proven-
zales— , y veremos que son cuestiones que desde el Ochocientos in­
teresan a toda Europa·
En el Setecientos italiano las polémicas arteaguianas tienen otro
valor: fueron discusiones críticas y estéticas, más bien que históricas·
Él nunca quiso ser sólo un historiador: su obra más famosa en Ita­
lia no se titula Storia del teatro musicale sino Rivolugioni del teatro
musicále italiano, título que revela al punto la intención de valorar
las evoluciones de aquel teatro con espíritu filosófico.
Se burla de los eruditos y quiere ser — en el Setecientos— sólo
filósofo; pensador, crítico, diríamos más bien hoy· Por esto, mientras
gran parte de las obras de sus contemporáneos están envejecidas y
sepultadas, las de Arteaga todavía se pueden leer con gusto y con
provecho: palpita en ellas un espíritu· La estética pura, y especial­
mente la crítica musical, le han valido la supervivencia después de
su inesperada muerte· Su pequeño tratado sobre La belleza ideal ha
sido juzgado por Menéndez Pelayo como uno de los más originales
de todo el Setecientos; y quizás las Rivoluzioni han influido — a
través de la versión alemana de Forkel— en la concepción dramática
de Wagner.
Pero no hay que olvidar que aun como crítico literario Arteaga
fue mucho más que un clasicista dieciochesco, que un cuidadoso filó­
logo latino colaborador de Azara y Bodoni, que un erudito helenista
y un especialista de Homero. Prescindiendo de sus obras impresas,
bastaría hojear su copiosa correspondencia — todavía dispersa por
archivos y bibliotecas de Italia, España y Austria— para comprender
que en aquel empelucado abate se escondía un espíritu decididamente
prerromántico, agudo y espontáneo, capaz de recordar a veces a Ba-
retti — ciertamente más por su personalidad que por su estilo— ♦ Ar­
teaga abandona raramente el tono majestuoso y falso de su tiempo· Le
9* Arteaga y Bettinelli 161

falta aquel contacto directo con los nórdicos, que tanto influyeron en
“ lo Scannabue” ; tuvo que contentarse con el conocimiento de las
obras estéticas más importantes publicadas entonces allende los Alpes*
Demoledor nato, se parece a Baretti sobre todo cuando se encoleriza*
Sus mejores páginas hay que buscarlas en su epistolario*
De él adelanto ahora las cartas dirigidas a Bettinelli *, porque es
a su viejo amigo, también ex-jesuíta, a quien Arteaga comunica pre­
ferentemente sus opiniones literarias y filosóficas, las cuales muchas
veces completan y precisan ideas esparcidas acá y allá en sus libros
impresos* Las relaciones epistolares entre el exiliado español — anima­
dor de ideas y predilecciones totalmente nuevas— y el abate man*
tuano — que arrastrará hasta el primer decenio del siglo X IX sus ideas
enteramente setecentistas— duraron sólo tres años: de 1783 a 1786*
Empezaron — como solían los escritores de aquel entonces— con el
envío de una obra, que el nuevo publicista osaba presentar tímida­
mente al literato de fama* El precipitado fin de la correspondencia
fue muy arteaguiano: un pique por cuestiones polémicas, con la con­
siguiente ruptura de la amistad*
Desde 1769, Arteaga se hallaba en Bolonia, donde había frecuen­
tado la Facultad de Artes* Pronto le interesaron los argumentos li­
terarios, musicales y filosóficos, que lo llevaron a componer, todavía

1 Todas las cartas de Arteaga a Bettinelli se conservan en la Biblioteca co*


múñale de Mantua, cart. Bettinelli, arm* i.b /3 . Dejamos para una edición com*
pleta del epistolario arteaguiano el esclarecimiento de todas las citas y alusiones*
Sobre Bettinelli vid. L . CAPRA, L ’ingegno e Vopera di S. B. (Asti 1913)?
G. F ederico, V o pera letteraria di S* B* (Roma*Napoli*Milano 19 13 ); [G . N a *
TALI, II, 12 2 0 ; Id *, Idee, cosíumi, uomini del Settecentó12 (Torino 1926) 289*295;
V . E. A lfieri , nota a S* B .t Lettere virgiliane e inglesi e altri scritti critici (Barí
1930) 297*322; M . G . M acchia A longhi, D i alcuni carteggi piemontesi col B*,
en Atti della R . Accademia delle scien£e di Torino, 77 (1940*41), II, 9 1 * 11 8 ;
C. C alcaterra, II barocco in Arcadia (Bologna 1950) 12 9 *14 1; M . F ubini, Dal
Muratori al Baretti2 (Barí 1954) 204*217; E. Bonora, V abate B*, en M* F ubini
(ed.), La cultura illuministica in Italia (Torino 1957) 8 7 -10 1; W . B inni, Prero*
manticismo italiano2 (Napoli 1959) 51*76 ; E* Bonora, Studi e problemi
di critica testuale (Bologna 1961) 383*390; C. M uscetta , S. B*, en Letteratura
italiana: l minori, III (Milano 1961) 20 13*20 41; B. G enero , Ricerche bettineI*
liane, G SL I 138 (1961) 365*401; E. Bonora, F* Algarotti e S* B* (Torino 1962);
S. Romagnoli, Illuministi settentrionaM (Milano 1962) 114 1*12 0 6 ; E. F accioli,
Mantova. Le lettere, III (Milano 1963) 8 2*122].

L . HISPANO-ITALIANA. — 1 1
iÓ2 II. Algunos grandes nombres

jovent su obra sobre las Rivolugioni del teatro musicdk italiano dalla
sua origine fino al presente, cuyo primer tomo apareció en 1783»
Entre los literatos a los que quiso regalar el libro estaba Saverio
Bettinelli. Le mandó el obsequio a través de Matteo Borsa, y obtuvo
del ex'Compañero en religión una carta —desgraciadamente perdí"
da— en que el mantuano, alabándole por lo mucho bueno que en el
libro había hallado y congratulándose sinceramente con élt no dejaba
de advertirle que el lenguaje no le había parecido — en algunos pum
tos, por lo menos— del todo italiano: con tal ocasión el español le
escribió la primera carta, con fecha de Bolonia, a 21 de junio
de 17 8 3 :

Nella liberta che mi presi d'indi- En la libertad que me tomé de di­


rizzare a V . S. IlLma il tenuissimo rigir a vuestra señoría ilustrísima el
dono del mio primo tomo, altro non pequeñísimo obsequio de mi primer
feci che seguitare Timpulso d'ammi- volumen, no hice sino seguir el im­
razione e d'altissima stima che verso pulso de admiración y altísima estima
la sua persona mi fecer nascere da que desde hace mucho tiempo me
lungo tempo la lettura delle opere hicieron nacer hacia su persona la
sue, non meno che la pubblica fama. lectura de sus obras y no menos la
Nelle Iodi che si degna accumulare pública fama. En los elogios que se
sulla mia meschina produzione altro digna acumular sobre mi insignifican­
non ravviso che la propensione del te producción no veo más que la de­
suo bel cuore verso di me, derivata bilidad de su buen corazón para con­
dagli amichevoli e generosi uffizj del migo, derivada de los amigables y
mio caro Borsa, pella cui nuova ono- generosos oficios de mi querido Bor­
rifica e ben meritata destinazione sa, por cuyo nuevo honor y bien me­
avvanzo a lui le piu vive congratu- recido empleo le dirijo a él las más
lazioni? sebbene Tinteresse che mi vivas enhorabuenas? si bien el inte­
prendo pe* i suoi vantaggi e la parte rés que me tomo por sus cosas y la
che aver mi fa la mia sincera ami" parte que me toca por mi sincera
cizia, mi mettano piuttosto in istato amistad, me ponen más en situación
di riceverle che di donarie. de recibirlas que de darlas.
In mezzo alia dilicatezza con cui si En la delicadeza con que se digna
degna pariare di me, non ho lasciato hablar de mí, no he dejado de ob­
pero di travedere che di cio che ap" servar, sin embargo, que en lo que
partiene alia frase e grammatica ita- se refiere a la fraseología y a la gra­
liana Ella non e rimasta tanto con­ mática italiana usted no ha quedado
tenta quanto del verso. A vrei deside­ tan contento como de lo demás. Yo
rato che si fosse spiegata piu chiara- hubiera querido que usted se hubiese
9» Arteaga y Bettinelli _________________________ 163
mente su questo punto* e il desidero explicado más claramente sobre este
tuttora per mia istruzione* accertan- punto* y todavía lo deseo* para mi
dola, con tutta la possibile veracitá* corrección* asegurándole muy de ve-
che nulla ho piü a caro che la schiet- ras que nada me gusta tanto como la
tezza e la liberta* accompagnata dagli franqueza y la libertad, acompañada
utili e maturi riflessi* che solo ponno de las útiles y maduras reflexiones*
attendersi da un sommo maestro di que sólo pueden esperarse de un gran
lingua e di stile quale Ella é sicura- maestro de lengua y de estilo como lo
mente, a giudizip di tutta Pitaba. Mi es usted sin duda, al juicio de toda
farebbe uno straordinario piacere se Italia, Me gustaría muchísimo que
prendersi volesse la briga di notare quisiera molestarse en tomar nota par­
individualmente i difetti e di man·' ticular de todos los defectos* y en co­
darmeli in iscritto con tutto il suo municármelos por escrito cuando pu­
comodo* giacche alcun non v ’ha sulla diese* pues nadie hay en la tierra*
terra, fuori del Papa* il quale sia in- fuera del papa, que sea infalible, y
fallibile* ed io meno assai di tutti gli yo mucho menos que los demás ten­
altri ne avrei il diritto di aspirare ad dría derecho a aspirar a semejante
un símil vanto... vanagloria...

No sé hasta qué punto Arteaga era sincero al pedir al amigo


—“ gran maestro de lengua y de estilo” — que le mandase la lista de
todos sus errores gramaticales, Arteaga — como todo el que utiliza
una lengua extraña— hubiera tenido que convencerse de que* a pe­
sar de todos los esfuerzos que se impuso, siempre se habría de notar
en sus escritos frases y construcciones duras a los oídos italianos. Y , sin
embargo, sabemos que su carácter algo salvaje no admitía correccio­
nes con facilidad, aunque éstas llegasen de labios amigos. Cinco años
después, el 3 1 de mayo 1888, Francesco Gemelli escribía a Tirabo-
schi en estos términos: “ Arteaga tiene ingenio, pero es osado e inso­
lente, Cuando había publicado el primer volumen del Teatro musu
calef que ha tenido gran éxito, escribí a Andrés para que le advirtiese
que non perianto en nuestra lengua no es sinónimo de pertanto,
como lo usa constantemente; tampoco había leído jamás ovvero cib
sia por ovvero, y bagatelas parecidas ; pero no quiso encargarse de
ello, dada la vanidad que se le había subido a la cabeza, por el aplau­
so con que había sido recibida su obra” 2,

2 Milán, 3 1 mayo 1788. Módena* Biblioteca estense* ms. <x»L,8.24* carta 106.
164 IL Algunos grandes nombres

Bettinelli no se tomó en seguida el duro “ encargo de tomar nota


de todos los defectos“ , como le pedía su amigo» Esperó más de dos
años —tal vez por consejo de Andrés, entonces residente en la misma
Mantua— , y sólo cuando Arteaga publicó el segundo tomo de la
obra le mandó una serie de advertencias sobre los errores del primero*
Entre tanto, las cartas sucesivas de Arteaga, que encontramos entre
los papeles de Bettinelli, tratan de asuntos diversos*
En 1784 el español se hallaba todavía en Bolonia, en una magní-
fica situación. El éxito del primer volumen había movido al joven
comediógrafo Francesco Albergati Capacelli a confiar al docto escri­
tor la educación de su hijo, el marchesino Luigi* En febrero, Arteaga
expuso al marqués un completo plan de estudios, y poco después se
establecía con toda comodidad en casa Albergati*
Era una verdadera prebenda, para un pobre diablo exiliado* Pero
hasta esa amistad, que le proporcionaba cierto bienestar, tuvo el mis-
mo fin que casi todas las demás: la libertad con que el despreocupado
español criticaba a autores italianos, entonces veneradísimos, le va-
lió ser lanzado de nuevo a la calle, transcurrido apenas un año* Pero
esta independencia, que conserva hasta en circunstancias extremas,
es precisamente uno de los rasgos más simpáticos de su difícil carácter.
En agosto de aquel año 1784, Arteaga sentía aún los primeros fer-
vores de su amistad con su nuevo amo y protector, y procuraba ob-
sequiarle en lo que podía* En Bolonia se preparaba una miscelánea
poética con ocasión de haber sido nombrado Albergati alcalde mayor,
y Arteaga creyó que lo mejor que podía hacer era invitar al renom-
brado Bettinelli a colaborar en ella*
Era una cuestión algo delicada* Hacía poco que había aparecido
el famoso poema del abate mantuano contra tales colecciones, lleno
de aquel humor más bien fino que cruel, característico del autor de
las Lettere virgiliane y de las Lettere inglesL Por esto, Arteaga em­
pezó a escribirle con cierto temor, el 1 1 de agosto:
Airegregio autore del poema su Le A l egregio autor del poema sobre
raccolte, airincomparabile Bettinelli, Le raccolte, al incomparable Betti­
non si dovrebbe domandar un sonet- nelli, no debería pedírsele un soneto
to per un gonfalonierato, ma chi lo para un alcaldazgo poético; pero quien
domanda e un suo appassionato am- se lo pide es un apasionado admira­
miratore, e Poggetto della domanda dor suyo, y el objeto de la petición
9* Arteaga y Bettinelli _________________________ 165
e il m.se Albergati. La prima circo* es el marqués Albergad* La primera
stanza fa che il sig. abate Bettinelli circunstancia hace que el señor abate
deva concedere alia gentilezza cio che Bettinelli deba conceder a la gentileza
non donerebbe al merito della cau* lo que no daría al valor de la causa;
sa; la seconda fara che il di lui so* la segunda hará que su soneto no sea
netto non sia un sterile omaggio tri* un estéril homenaje tributado a la
butato alia usanza, ma un poetico fio* costumbre, sino una poética flor que
re che omera le tempie al simolacro adornará las sienes de la imagen del
dei merito* Da entrambi questi moti* mérito* Por ambos motivos, el abate
vi si sente Tabi Arteaga stimolato a Arteaga se siente estimulado a hacer
far una richiesta ch'ei non farebbe in una petición que en otras circunstan*
altre circostanze ¡ad uno dei primi lu* cías no haría a uno de los primeros
minari della letteratura italiana* Si luminares de la literatura italiana.
vorrebbe in oltre a posta corrente, Además, sería preciso recibirlo a vuel*
dovendo il sonetto pubblicarsi sui prin* ta de correo, debiéndose publicar di*
cipio dei prossimo settembre. Sara cho soneto a principios del próximo se*
questo un nuovo favore che, unito a tiembre. Esto será un nuevo favor
tanti altri, impegnera maggiormente que, sumado a tantos otros, aumen*
la verace riconoscenza di chi colla piu tará la sincera gratitud de quien, con
rispettosa venerazione si dichiara... la más respetuosa veneración, se de*
clara...

Un soneto..., para una colección..., y para publicarse dentro de


un mes* Quien creyese que Bettinelli podía o debía renunciar en ab*
soluto — él, el autor del poema Le raccolte— demostraría conocer
muy poco a los escritores del Setecientos, Antes de quince días lie*
gaba a Bolonia su aportación, y el 25 de agosto Arteaga podía vana*
gloriarse de haberle hecho cantar la palinodia:

Il mio trionfo non puo essere piu Mi triunfo no puede ser más com*
completo — [le dice]— * H o cavato un pleto — [le dice]— ♦ He conseguido
sonetto dairimmortal Bettinelli, e di un soneto del inmortal Bettinelli, y
piu gii ho fatto cantar la palinodia. además le he hecho cantar la palino*
L'uno e Taltro gli sara occasion di dia. Ambas cosas le serán ocasión de
rimorso e materia di prossima con* remordimiento y materia de próxima
fessione* Ma Pimbarazzo di trovarsi, confesión*. Pero el embarazo de encon*
senza pensarlo, prevaricatore ed apo* trarse, sin pensarlo, prevaricador y
stata, viene in lui ampiamente ricom* apóstata, le queda ampliamente re*
pensato dalla gloria di aver mandato compensado por la gloria de haber
un componimento che non puo es* mandado una corriposición que no
i66 IL Algunos grandes nombres

sere più elegante ne più poetico; se puede ser más elegante ni más poé*
dunque le ne avrö fatto del male, saró tica; por lo tanto, si con ello le he
stato come l’asta d’ Achille, che fe* causado algún daño, habré sido cotilo
riva e sanava alio stesso tempo. la lanza de Aquiles, que hería y cura*
Questo è in quanto alla veneratis* ba al mismo tiempo.
sima persona di V . S ., chè in quanto Esto en cuanto a la veneradísima
al publico son certo di dover riscuo* persona de vuestra señoría, pues en
ter da lui ringraziamenti e non rim* cuanto al público estoy convencido de
proveri, come son sicuro che li ri* que recogeré agradecimientos y no
scuoterebbero dal padre stesso delle críticas, del mismo modo que estoy
muse i più infimi manipolatori di rae* seguro que los recogerían del mismo
coite se, invece di rivolgersi ai Bavj padre de las musas los más bajos
e ai Mevj del loro tempo, ricorresse* editores de colecciones poéticas si, en
ro, com’io ho fatto, agli Orazi e ai vez de dirigirse a los Bavios y a los
Virgili. Plachisi non per tanto il glo* Mevios de su tiempo, recurriesen,
rioso veterano della pressochè spenta como he hecho yo, a los Horacios y
poetica falange italiana, ne attribuisca a los Virgilios. Cálmese, pues, el glo*
il barbaro desiderio di veder avvilita rioso veterano de la casi extinguida
la di lui venerabil canizie a chi, se falange poética italiana, y no atribu*
potesse, rapirebbe dalla fronte ad ya a un bárbaro deseo de ver humi*
Apolline gli allori per ornar le sue liadas sus venerables canas a quien,
chiome. si pudiese, robaría los laureles de la
M a, lasciando da banda le burle, frente de Apolo para adornar su ca*
la ringrazio infinitamente dell’ottimo bellera.
dono e della gentil compiacenza nel Pero, burlas aparte, le agradezco
favorirmi súbitamente, e meco an* infinitamente el magnífico regalo, y
cora più che mai la ringrazia il sig. la gentil dignación de haberme com*
m.se Albergati, la maggior gloria del placido en seguida; y conmigo le da
quale sarà d ’aver avuto per encomia* las gracias como nunca el señor mar*
tore nel suo gonfalonierato l’ illustre qués Albergati, cuya mayor gloria
autore del Risorgimento d ’ltalia. será haber tenido como encomiador
Ricevo in questo punto la D isses de su alcaldazgo al ilustre autor del
talione del mió caro Borsa sul gusto Risorgimento d ’ Italia.
presente della letteratura. Non Recibo ahora la Dissertazione de
avend’io tempo di scrivergli col pre* mi querido Borsa sul gusto presente
sente ordinario, prego V . S. a ren* della letteratura♦ N o teniendo tiempo
derlo in teso. Non vedo l’ora di po* para escribirle por este correo, ruego
terla divor are. Credo di far un rigalo a vuestra señoría que le acuse recibo.
all’ Italia e un onore a me cercando N o veo el momento de poderlo de*
che si stampi. vorar. Creo hacer un regalo a Italia,
9* Arteaga y Bettinelli 167
L ’ab. Manenti, ch*é con noi, la ri- y a mí un honor» procurando hacerlo
verisce senza fine. Dice cTaver rice- imprimir.
vuta l'ultima sua pregiatissima. Mi El abate Manenti, que está con
consideri Ella quale di tutto cuore e nosotros, le saluda con insistencia.
colla piü profonda e verace stima mi Dice que ha recibido su última muy
dichiaro... apreciada. Considéreme usted, cual
P. S. — Soggiunga al mió caro me declaro de todo corazón y con
Borsa che spero averio servito a la más profunda y sincera estima...
questfora con qiialche suo avvantag- P. S. — Añada a mi querido Borsa
gio, e che mi scriva se si contenta que a estas horas espero haberle ser­
di sessanta copie di regalo e di cin- vido con algún provecho, y que me
quanta comperate con ribasso del escriba si le bastan sesenta ejempla­
prezzo comune. Ma che mi scriva su­ res como regalo, y cincúenta con des­
bito. cuento sobre el precio de venta. Pero
2o P. S. — Sara stampata dal Pa- que me escriba en seguida.
lese, e non dal Remondini, nella stes- 2o P. S . — La imprimirá Palese, y
sa stessissima carta» taglio e caratteri no Remondini, con el mismísimo pa­
dell'opera d'Albergatti. pel, formato y tipos que la obra de
Albergati.

Arteaga alude en esta carta al manuscrito de la disertación de


Matteo Borsa — sobrino político de Bettinelli y secretario de la Aca­
demia de Mantua— Del gusto presente in letteratura italianaf que
salió a luz, al cabo de un año, en Venecia, con un apéndice de Osser-
vazioni relative al medesimo argomentof añadidas por el español.
Estas adiciones fueron un haz de espinas. Habrá otra ocasión para
hacer una historia detallada de las furibundas polémicas que provo­
có este escrito arteaguiano, especialmente con Andrea Rubbi y con
Vannetti3, Como en el epistolario bettinelliano no se habla más de
ello, será mejor abandonar por ahora tal asunto, que me llevaría de­
masiado lejos, Pero, entre tanto, al final de este escrito será útil vol­
ver a este tema.
En el mismo año de 1785 apareció en Bolonia el segundo tomo
de las Rivoluzioni, que Esteban de Arteaga se apresuró a mandar al
Ictudandus vir que Bettinelli era para él. La respuesta, también perdida,
motivó dos cartas que hay que enumerar entre las más interesantes,

3 [C f. Bibl.» núm. 23 (págs. lxix-lxxxv).]


i68 IL Algunos grandes nombres

no sólo entre las dirigidas al mantuano, sino de toda la corresponden*


cia de Arteaga* Ambas cartas se escribieron en Venecia, donde Artea*
ga residía desde 1784* Con ellas empieza la discusión entre Arteága
y Bettinelli sobre temas filosóficos y críticos*
Esteban de Arteaga era muy aficionado a los estudios de filosofía*
En la terminología del Setecientos, podía ser apellidado filósofo por
muchos conceptos* Pero también lo es en el más preciso y científico,
que ha prevalecido a partir del siglo XVIII*
En su estética pura, contenida en las Investigaciones filosóficas
sobre la belleza ideal considerada como objeto de todas las artes de
imitación, obra publicada en Madrid en 1789 y jamás traducida al
italiano, Arteaga no consigue ciertamente plantear el verdadero pro*
blema filosófico de la estética: eso estaba reservado a Kant* Pero
Arteaga — aun moviéndose en el ámbito preceptístico y formalístico
de la estética prekantiana— desbroza caminos propios* El fundamen*
to filosófico de .su estética es netamente lockiano; pero quiere con*
ciliar paradójicamente los principios sensistas con los de la belleza
ideal, sin vestigios platónicos*
Odia a los platónicos, como escribe a Bettinelli* Para él — empi*
rista y sensista— en el siglo XVI italiano no hay siquiera “ una sombra
de verdadera filosofía hasta el final, cuando surgió el gran Galilea” ;
y entre las conquistas de la verdadera filosofía cuenta a los descubrí*
mientes útiles, por ejemplo, la circulación de la sangre... Con tal es*
píritu entra a disertar — a renglón seguido y sin dificultades— sobre
Ariosto, Tasso y Metastasio, en su carta del 29 de enero de 17 8 6 :

Non potei — [así empieza]— nello N o pude — [así empieza]— respon*


scorso ordinario rispondere alia pre* der con el correo anterior a la muy
giatissima di V* S. di 18 del corren* apreciada de vuestra señoría del 18
te, a motivo di trovarmi al letto as* del corriente, por encontrarme en ca*
salito da una febbre gagliarda ac* ma, víctima de una recia fiebre,
compagnata da dolori colici e da enfia* acompañada de dolores cólicos y di*
gione al basso ventre, per cui quasi lataciones del bajo vientre, hasta
credei di non dover rimaner piü tra creer que ya no permanecería entre
i viventi: los v iv o s:

quam prope furvae regna Proserpinae


et indicantem vidimus Aeacuml
9* Arteuga y Bettinelli 169

Ora che sto meglio, benchè non dei Ahora que estoy mejor, aunque no
tutto ristabilito, mi prevalgo d’un del todo restablecido, aprovecho un
qualche intervallo che mi lascia il mio intervalo que me deja mi dolencia,
incommodo, per contestare alie gen- para contestar a las gentiles expre­
tili espressioni onde V , S. si è com- siones con que vuestra señoría se ha
piaciuto dfonorarmi. Niun giudizio complacido honrarme. Ningún juicio
poteva essermi più gradito e insiem podía resultarme más grato, y a la
più lusinghevole dei suo, stimandola vez más halagador, que el suyo, da­
io, d'accordo con tutta 1'Italia, non da la estima que yo, con toda Italia,
meno come uno de* più valenti arte- siento por usted, considerándole no
fici in fatto di buone lettere, che co­ sólo uno de los mayores artífices en
me uno altresi def| critici i più illumi­ materia de buenas letras, sino uno de
nati che vanti presentemente la sua los más iluminados críticos que posea
ognor féconda e ingegnosa nazione. actualmente su siempre fecunda e
Cosicchè non ho potuto fare a meno ingeniosa nación. De modo que no he
di non leggere quelle espressioni di podido menos de leer aquellas expre­
tavola Apellea di colorito, di disegno; siones de “ cuadro digno de Apeles
d’ eruditione la prima e la più ricca por su colorido y dibujo; rico en eru­
ecc. con quella segreta compiacenza dición de primera mano“ , etc., con
che nasce dal laudari a laudando viro. aquella secreta complacencia que na­
Mi sono riusciti non meno grati gli ce del laudari a laudando viro.
avvertimenti che V * S. mi fa sui pri­ Me han causado igual placer las
mo tomo, e particolarmente quelli advertencias que vuestra señoría me
che versano intorno agli errori gram­ hace sobre el primer tomo, y prin­
maticali, spezie di scoglia contro cui cipalmente las que se refieren a los
pressochè impossibile è che non urti errores gramaticales, escollos contra
uno straniero scrivendo in lingua non los cuales es casi imposible que no
sua; e perô non havvi oro che basti tropiece un extranjero cuando escribe
per pagare lo sperimentâto piloto che en una lengua que no es la suya; no
ci insegna il modo di schivarli. La hay, pues, oro bastante para pagar al
lista avrebbe potuto essere più gran­ experimentado piloto que nos enseña
de d'assai, ma veggo che la sua gen- la forma de sortearlos. La lista hubie­
tilezza Tha convertita in ebreo amo- ra podido ser mucho más larga, pero
revolmente usuraio, che non vuol ren- veo que su cortesía le ha convertido
dere se non quattro o cinque in un a usted en un judío poco usurero que,
capitale cotanto enorme. por afecto, se contenta con un inte­
Il trovarmi obbligato al letto non rés del cuatro o cinco por ciento so­
mi lascia tempo di scartabellare per bre un capital tan enorme.
ora gli antichi geografi, ma parmi che El hallarme impedido en cama no
poco vi vorrebbe a giustificare Tepi- me permite hojear, por ahora, a los
Çeto di scitico dato al linguaggio rus- antiguos geógrafos; pero me parece
170 11. Algunos grandes nombres
so nel mió settimo capitolo. Se la que costaría poco justificar el epíteto
memoria non mi tradisce, mi sembra de escita dado a la lengua rusa en mi
che la Russia pressoché tutta fosse séptimo capítulo. Si la memoria no
anticamente compresa sotto il nome me engaña, me parece que casi toda
di Scitia, e che la lingua della maggior Rusia fue antiguamente comprendida
parte dei popoli che compongono quel bajo el nombre de Escitia, y que la
vasto impero, molto ancor ne parte- lengua de la mayoría de los pueblos
cipi della sua prima origine; né so que componen aquel vasto imperio,
che Tidioma illirico sia Tuniversale di participa aún mucho de su primer
quei paesi. Tutta vía mi sottometto al origen; ni creo que el idioma ilírico
suo rispettabile giudizio in questo e sea la lengua general de aquellos paí­
piü ancora nello sbaglio cronologico- ses. Sin embargo, me someto a su
amatorio che possa essere corso nella respetable juicio en esto, y más to­
iscrizione della Martinelli. davía en la equivocación cronológico-
Spiacemi da vero che non possiamo amatoria que pueda haber en la ins­
andaré d'accordo intorno alia gloria cripción de la Martinelli.
filosófica di cui V . S . ne vorrebbe far Siento de veras no poder estar de
partecipe il Cinquecento in Italia* lo acuerdo sobre la gloria filosófica que
non so trovare in quel secolo neppur vuestra señoría quisiera conceder al
un'ombra di vera filosofía sin verso il siglo XVI italiano. En aquel siglo no
fine, quando sorse il gran Galileo. Mi sé hallar siquiera una sombra de ver­
pare che Tastrologia giudiziaria, i dadera filosofía hasta el final, cuando
portenti cabbalistici e sincretici, i surge el gran Galileo. M e parece que
suoni platonico-alessandrini, lo squal­ la astrología judiciaria, los portentos
iore e il vuoto gergo scolastico, fos- cabalísticos y sincréticos, los sones pla­
sero le solé vergogne della ragione tónico-alejandrinos, la escuálida y va­
che dominassero allora in questa pe- cía jerigonza escolástica, eran las úni­
nisola. I Pici della Mirándola, i Ficini, cas vergüenzas de la razón que do­
i Pomponazzi, i Campanella, i Carda- minaban entonces en esta península.
ni, i Bruni e quegli altri che occu- Los Picos de la Mirándola, los Fici-
pano inútilmente tanto luogo nella nos, Pomponazzi, Campanella, Carda-
storia della filosofía, sono agli occhi ni, Brunos y muchos más que ocupan
miei sognatori anziche filosofi. Mac- inútilmente tanto lugar en la historia
chiavelli fu Túnico pensatore fino e de la filosofía, son, a mi ver, más
profondo di tutto quel secolo, ma di bien soñadores que filósofos. Maquia-
qual giovamento fu egli alie scienze? velo fue el único pensador fino y pro­
Ignoro la física e la matemática, cor- fundo de todo aquel siglo; pero ¿de
ruppe la morale, e guasto la politica qué sirvió a las ciencias? Ignoró la
con un sistema empio, falso nella sua física y las matemáticas, corrompió la
totalitá, e direttamente contrario al moral, y envenenó la política con un
fine stesso della scienza, chfé la tran­ sistema impío, falso en su totalidad,
9* Arteaga y Bettinelli _________ ________________ 121
quillita, conservazione e sicurezza dei y directamente contrario al fin pro­
popoli. pio de la ciencia, que es la tranqui­
II parallelo poi dei vari sistemi, delle lidad, conservación y seguridad de los
false scoperte, dei capricci filosofici, pueblos.
con Omero, Virgilio, Plutarco e Ci­ Además, el paralelo de los varios
cerone, non mi pare (sia detto con sistemas, de los falsos descubrimien­
buona pace di V* S.) a bastanza tos, de los caprichos filosóficos, con
giusto. Bisogna, per istituir rettamen- Homero, Virgilio, Plutarco y Cicerón,
te un paragone, comparar il buono coi no me parece muy justo (dicho sea
buono e il cattivo coi cattivo, non sin querer ofender a vuestra seño­
gia il cattivo delPuno coi buono del- ría). Para instituir una comparación
1'altfo. Mi metta i sistemi veri, le con rectitud es menester comparar lo
scoperte utili — la circolazione dei bueno con lo bueno y lo malo con
sangue, per esempio, Pinoculazione lo malo, no lo malo de uno con lo
dei vajuolo, Tuso della china, dei mer­ bueno de otro. Póngame los verdade­
curio ecc.— , coiVIliade, colPEneide, ros sistemas, los descubrimientos úti­
colle Filippiche e colle Vite di Plu- les — la circulación de la sangre, por
tarco, e allora mi dica di grazia V . S. ejemplo, la vacuna contra las virue­
se le basterebbe Panimo d'antiporre las, el uso de la quina, del mercurio,
queste a quelle altre, e se al bene etc.— , junto a la litada, la Eneida,
delPuomo conferiscano piu. i versi e los Filípicas y las Vidas de Plutarco,
le prose che le cose che sodisfanno y entonces dígame vuestra señoría,
immediatamente ai suoi bisogni o por favor, si tendría valor para ante­
istruiscono il suo intelletto negli og- poner éstas a aquéllos, y si contri­
getti della piu alta importanza. buyen más al bien del hombre los
Molto avanti mi condurrebbe il versos y las prosas, que las cosas que
discorso intorno alPAriosto, di cui mi satisfacen inmediatamente sus necesi­
sembra che possa dirsi cio che gli dades o instruyen su inteligencia con
antichi dissero d*Origene: ubi bene, conocimientos de la más alta impor­
nemo melius♦ Niun italiano mi vince tancia.
nella stima per questo gran poeta, Muy lejos me llevaría el discurso
ma confesso che la mia stima non sobre Ariosto, de quien me parece
degenera in idolatria. Riconosco in que podría decirse lo que los anti­
lui alcune qualita eccellenti della ra- guos dijeron de Orígenes: ubi bene,
gione poetica, ma non tutte. Fra non nemo melius. Ningún italiano me
molto avro forse occasione di spiegare aventaja en la estima que tengo de
in pubblico piu distintamente e piu este gran poeta, pero confieso que mi
diffusamente i miei pensieri su que­ estima no degenera en idolatría. Re­
sto proposito. Rispetto alPobbiezione conozco en él algunas cualidades ex­
che V , S. mi fa nella sua lettera, le celentes de la razón poética, pero no
diro che nel caso ancora che le otta- todas. Dentro de poco tendré tal vez
J 72_________ ___________________ IL Algunos grandes nombres
ve addotte da Lei fossero egualmente ocasión de explicar en público con
idonee per la musica che le ottave más detalle y profusión mis ideas
del Tasso addotte da me, non cori" a este propósito* Respecto a la obje"
seguirebbe da cio che lo stile del· ción que vuestra señoría me hace
l’Ariosto fosse in generale egualmen" en su carta, le diré que aun en el caso
te musicale che quello del Tasso* La de que las octavas alegadas por usted
stanchezza e la fretta non mi per" fuesen tan idóneas para la música
mettono d'entrare in questo esame, como las del Tasso alegadas por mí,
ma basti per pruova estrinseca il ve" de ello no se seguiría que el estilo
dere che tutti gli oltramontani si sono del Ariosto fuese en general tan
decisi in favore del gran Torquato, e musical como el del Tasso. L a fa"
che Metastasio, il più gran giudice in tiga y la prisa no me permiten en"
fatto di musica e di stile musicale, trar en este examen, pero baste
s'è dichiarato per la Gerusalemme. como muestra extrínseca ver que tO"
N on posso più* V * S* compatisca le dos los ultramontanos se han decidido
mie inezie, m'ami e mi creda quale en favor del gran Torcuato, y que
colla più distinta stima e rispetto im" Metastasio, el mayor juez en materia
mutabilmente mi rassegno di V . S*... de música y de estilo musical, se ha
declarado por la Jerusalén. N o puedo
más. Vuestra señoría perdone mis
naderías, ámeme y créame, cual me
declaro con la más distinguida estima
y respeto, de vuestra señoría cons"
tantemente...

El caso de Arteaga es el de un hombre que, por su gran ingenio


y su profunda cultura, tiene felices intuiciones; pero no siempre
procede con lógica* En muchas ocasiones más bien presentía y adl·
vinaba*
En su estética, de principios parcialmente erróneos llega a veces a
conclusiones maravillosas, cuales la capacidad de la fealdad real y del
mal moral para ser tema de arte, la reivindicación de la pintura fla­
menca y española entonces despectivamente llamadas naturalistas, el
primado del sentimiento y de la imaginación en todas las bellas artes.
Como crítico musical prefiere la música italiana a la francesa* Mas,
lejos de sentir hacia los compositores italianos del Setecientos la su"
persticiosa admiración de sus contemporáneos, sueña una obra mucho
más perfecta, conjunto armónico — casi imposible— de todas las be"
lias artes. Grandes atisbos, junto con cierta íntima desconfianza, de"
9* Arteaga y Bettinelli 173
muestran estas frases del proemio a las Rivoluzioni: “ Un sistema
dramático» al menos tal como yo lo concibo» basado en la exacta rela­
ción de los movimientos del ánimo con los acentos de la palabra o del
lenguaje» de éstos con la melodía musical y de todos ellos con la poe­
sía» exigiría reunidos en un solo hombre los talentos de un filósofo co­
mo Locke» de un gramático como Du Marsais» de un músico como
Hándel o Pergolesi» y de un poeta como Metastasio“ 4* Y» sin em­
bargo» un siglo más tarde» llegaba Wagner para disipar la última som­
bra de desconfianza*
En literatura ama a los clásicos no tanto por su valor formativo»
cuanto porque» según escribe a su amigo Borsa» “ su influencia no es
convencional» sino intrínseca a la naturaleza del hombre» porque su
objeto es halagar la sensibilidad y la imaginación» facultades que son
de todos los tiempos“ 5* Sólo por eso los considera la base de toda
buena formación literaria*
Pero entre los latinos y los griegos prefiere a estos últimos» a los
que» escribiendo a Cesarotti» llama con dulzura “ mis queridos griegos“ *
Y demuestra una predilección muy especial por Homero*
Pero su clasicismo — recuérdese que era un clasicismo estético y
no erudito— no lo aleja de los autores modernos* Por el contrario» ad­
mira y elogia principalmente a aquellos que más debían triunfar en el
íomanticismo: Shakespeare» los dramaturgos españoles» Klopstock,
el pseudo-Ossián» Haller...
Era necesario dar relieve a estas características ideas suyas» para
comprender mejor la carta del 4 de febrero de 1786 en la que con
claridad y sinceridad expone a Bettinelli su punto de vista sobre
cuestiones de sumo interés estético» cuales son las relaciones entre las
letras y las ciencias» el utilitarismo en el arte y la perfección que exige
la verdadera poesía*
Mucha tinta y mucho acaloramiento costaron a los esteticistas del
primer Setecientos» máximamente en Francia» las disputas en torno
a la finalidad de las artes* Arteaga» tal vez demasiado impregnado de
cultura francesa» parece que en algunos pasajes de la Belleza ideal se
deja arrastrar un tanto hacia la escuela utilitarista» casi como si el ar-
4 Rivoluzioni2, 1 (Venezia 1785) pág. XLI*
5 Roma, i<5 mayo 1790* Mantua, archivo de la Accademia virgiliana, autó­
grafo 156 bis.
i74 II. Algunos grandes nombres

te sirviese primariamente para imprimir en la mente del hombre difí­


ciles e importantes ideas de orden moral, que de otro modo no se po­
drían enseñar con igual fuerza* Pero en esta carta a Bettinelli expone
con tanta evidencia su pensamiento, que no deja lugar a ninguna du­
da : en la obra de los más grandes poetas no sabe ver más que “ nue­
vos manantiales de sensaciones agradables“ * Si el poeta no llega a
deleitar, pierde el tiempo, y no hace más que aburrir a los míseros lec­
tores*
Arteaga adorna estas ideas con corteses cumplidos dieciochescos
y con largas reflexiones filosóficas, las cuales confirman sus conocidas
preferencias por los sensistas y empiristas ingleses* Aunque algo di­
fusa, los estudiosos del Setecientos sabrán encontrar en esta carta alu­
siones y juicios de sumo interés para precisar la posición del ex-jesuita
español en la sociedad culta de su tiempo:

Si dice che Esculapio avesse Parte Se dice que Esculapio poseía el arte
di restituiré alia vita gli uomini; s*io de devolver los hombres a la vida; si
mi fossi morto, la lettera di V . S. yo me hubiera muerto, la carta de
avrebbe fatto con me Peffetto della V . S . hubiera obrado en mí el mismo
verga d'Esculapio: tanto essa é ido­ efecto que la vara de Esculapio: tan
nea a infondere spirito e vigore in idónea es ella para infundir espíritu
chi n’é Poggetto* Non le posso si­ y vigor a quien va dirigida. N o le
gnificare quanto m'abbiano penetrato puedo expresar cuánto me han con­
il cuore Pamorevolezza e la bontá che movido el afecto y la bondad que
appariscono nelle sue espressioni, tan­ aparecen en sus expresiones, tanto
to piü sincere quanto che non trovo más sinceras cuanto que no hallo
ragione sufficiente veruna di crederle razón suficiente para creerlas exage­
esagerate, attesa la persona, il luogo radas, atendida la persona, el lugar
e il tempo* Le diró che la vita, a cui y el tiempo. Le diré que la vida, a la
o per temperamento o per un certo que o por temperamento o por un
stoicismo o per le circostanze non mi cierto estoicismo o por las circunstan­
sento molto attaccato, mi comincia a cias no me siento muy apegado, me
divenir cara dacché so ch'ella inte- empieza a resultar amable desde que
ressa la grand'anima di Bettinelli, né sé que ella interesa a la grande alma
altro mi resta perché mi divenga ca­ de Bettinelli, ni me falta otra cosa
rissima, fuorché la speranza di po­ para que me resulte amabilísima sino
tería un giomo passare in Mantova la esperanza de poder pasarla un día
accanto alPApollo delPItalia, in com- en Mantua, junto al Apolo de Italia,
pagnia del mió Borsa e di tanti sco- en compañía de mi amigo Borsa y de
9» Artectga y Bettinelli ___________________________175
nosciuti amici che si cortesemente tantos amigos desconocidos que tan
m'onorano délia loro gentilezza. cortésmente me honran con su ama­
Temo forte che sia stata mal in­ bilidad.
terpretata la lettera dei coito e ama­ Mucho me temo que haya sido
bile cavalier Pindemonte intorno al mal interpretada la carta del culto
dire ch’io non moriva all’ uso degli y amable caballero Pindemonte, di­
altri. Intendere questa espressione in ciendo que yo no moría como los
un senso fisico sarebbe puerilità in- demás. Entender esa expresión en
degna di chi la scrisse ; intenderla un sentido físico sería una puerilidad,
poi in un senso più sacro e più ri- indigna de quien la escribió; mas en­
spettabile, sarebbe falsità, di cui avrei tenderla en un sentido más sagrado
ogni ragione di dolermi. E assai mi y más respetable, sería una falsedad,
rincresce che altri si prenda la liber­ de la que debería dolerme. Bastante
ta di trasformare in sentimenti miei siento que otro se tome la libertad de
i fantasmi délia propria imaginazione. transformar en sentimientos míos los
La modestia che V* S* mostra nel- fantasmas de la propia imaginación.
Tesporre i suoi sentimenti è una le- La modestia que vuestra señoría
zione terribile per me, giacchè chi muestra al exponer sus sentimientos
mai oserebbe decidere quando dubita es una lección terrible para mí, pues
un Bettinelli? Pero, ben lontano dal c quién se atrevería a decidir, cuan­
voler giudicare pro tribunali, ma col do duda un Bettinelli? Con todo eso,
rispetto bensi e la deferenza con cui lejos de querer juzgar pro tribunali,
Eschine od Alcibiade interrogavano antes con el respeto y la deferencia
Socrate, mi prenderô la libertà d'e- con que Esquines o Alcibiades inte­
sporre qualche timida riflessione, non rrogaban a Sócrates, me tomaré la
già per contradire aile sensate osser- libertad de exponer algunas tímidas
vazioni che V . S. fa, ma unicamente reflexiones, no ya para contradecir a
per ispiegare il mio pensiero con più las sensatas observaciones que hace
chiarezza. vuestra señoría, sino únicamente para
Parmi che la disputa abbia cangiato explicar mi pensamiento con más cla­
d’aspetto fra noi, e che da una ipo- ridad.
tesi determinata e particolare passato Me parece que la disputa ha cam­
si sia ad una tesi assoluta. Altro è, biado entre nosotros, y que de una
al mio avviso, trattare in generale la hipótesis determinada y particular se
questione se le scienze siano o no in ha pasado a una tesis absoluta. Una
se stesse preferibili aile lettere, ed al­ cosa es, a mi entender, tratar en ge­
tro è l'esaminare se un secolo filoso- neral la cuestión de si las ciencias son
fico sia d'antiporsi ad un secolo dove en sí mismas preferibles o no a las
non si fa che scrivere con eleganza. letras, y otra el examinar si un siglo
Nel primo quesito io non sono mai filosófico se debe anteponer a un si­
entrato, e neppur entrandovi oserei glo donde no se hace otra cosa que
176 II. Algunos grandes nombres j

decidere, giacche sarei sicurissimo di escribir con elegancia. En la primera


trovare da una parte e dairaltra delle cuestión no he entrado nunca, y, si
ragioni che mi terrebbero incerto entrase, no me atrevería a decidir, ya
ognora e sospeso. N e meno ardirei di que estoy segurísimo de que hallaría,
giudicare dei merito intrinseco degli por una parte y por otra, razones que
ingegni paragonati fra loro, potendo me mantendrían siempre incierto y
darsi che a conti fatti io conchiudessi suspenso. N i siquiera me atrevería a
essere ugualmente difficile il com* juzgar sobre el mérito intrínseco de
porre, per esempio, VIliade e la Ge* los diversos talentos comparados en*
rusalemme, che i Principj matematict tre sí, siendo posible que, en fin de
dei Neutono o La spirito delle leggi cuentas, resolviese ser igualmente di*
dei Montesquieu. E ben mi pare d*es* fícil componer, por ejemplo, la ¡liada
sermi spiegato assai chiaramente su y la Jerusalén libertada, que los Pnw*
cio nel mio libro, cola dove dissi che cipios matemáticos de Newton o El
la Francia non va meno superba per espíritu de las leyes de Montesquieu.
aver prodotto Cornelio o Moliere che Y me parece que, en este punto, me
per Mallebranche o Cartesio, o che he expresado bastante claramente en
piu avevano contribuito al propagar mi libro, donde dije que Francia no
la gloria della Grecia i poemi d'Ome^ está menos orgullosa de haber dado
ro che non le oziose dispute metafi* al mundo un Comedle o un Moliere,
siche fra i discepoli di Zenone e quel* que un Malebranche o un Descartes?
li d'Epicuro. o que más habían contribuido a pro*
Ma la questione cambia d'aspetto pagar la gloria de Grecia los poemas
quando s'applica o si particolareggia, de Homero, que las ociosas disputas
poiche allora non si paragona il me- metafísicas entre los discípulos de Ze*
rito assoluto delle facolta, ma il van* nón y los de Epicuro.
taggio che risulta agli uomini dalle Pero la cuestión cambia de aspecto
une e dalle altre, considerate non cuando se aplica o se particulariza,
gia in se stesse, ma negli effetti che porque entonces no se compara el
producono generalmente in un secolo mérito absoluto de las facultades, sino
e in una nazione. Se per esempio nel las ventajas que unas y otras procu* j
Cinquecento tutti i coltivatori delle ran a los hombres, consideradas no j
lettere fossero stati eguali alPAriosto ya en sí mismas, sino en los efec*
ed al Tasso, P infinito piacere che essi tos que producen generalmente en un
recherebbero alia sensibilita e alia siglo y en una nación. Si, por ejem*
imaginazione degli uomini contribui* pío, en el siglo XVI todos los cultiva*
rebbero forse alia loro felicita quanto dores de las letras hubieran sido igua*
le scoperte e le teorie degli scienziati, les a Ariosto y a Tasso, el placer infi*
e in cio sono perfettamente d'aceor do nito que proporcionarían a la sensibi*
con V . S .? ma bisogna riflettere che lidad y a la imaginación de los hom*
nelle belle lettere questo sommo di* bres tal vez contribuiría a su felicidad j
9* Arteaga y Bettinelli _________________________ 177
letto, capace di render felice il cuore tanto como los descubrimientos y las
e lo spirito pel soavissimo delirio di teorías de los científicos, y en esto
cui per cosi dire gli inondano, non estoy perfectamente de acuerdo con
vien generato se non se dalle produ- vuestra señoría; pero hay que tener
zioni dei veri geni ; che la mediocrita en cuenta que en las bellas artes este
non e atta a generarlo, ma bensi, in sumo placer, capaz de hacer feliz el
vece sua, la noia, il fastidio e una corazón y el espíritu por el suavísimo
serie di sensazioni sgradevoli, nemi- delirio de que, por así decir, los inun­
che della felicita; , e che quei veri genj dan, no lo engendran más que las
sono tanto rari, anche ne’ secoli chia- producciones de los verdaderos ge­
mati aurei da noi, che non bastano nios; que la mediocridad no es apta
a ricompensarci ne dalPintollerabile para engendrarlo, sino, por el con­
rincrescimento che cagiona la fredda trario, el aburrimiento, el fastidio y
mediocrita, ne dalPutile che cavar si una serie de sensaciones desagrada­
potrebbe coltivando le scienze. bles, enemigas de la felicidad; y que
Egli e vero che nemmeno fra i coi- aquellos verdaderos genios son tan
tivatori di queste s’annoverano molti raros, aun en los siglos que llama­
Cavalieri, molti Galilei e molti Cas- mos de oro, que no bastan a recom­
sini, come pochi Virgilj e pochi Orazj pensarnos ni del intolerable disgusto
si contano tra i letterati; ma final- que causa la fría mediocridad, ni de
mente da uno scienziato, bench& me­ la utilidad que se podría sacar culti­
diocre, posso trarne una qualche uti- vando las ciencias.
lita reale, laddove non saprei qual Es verdad que tampoco entre los
vantaggio ricavare da un versificatore cultivadores de estas últimas se cuen­
mediocre o da un mediocre prosista. tan muchos Cavalieri, muchos Gali-
Posso essere debitore della mia vita leos, muchos Cassini, como pocos
ad un medico che non sia ne un Ip- Virgilios y pocos Horacios se cuen­
pocrate ne un Sidhenan, posso esserlo tan entre los literatos; pero, en fin,
della mia roba ad un avvocato che de un científico, aunque mediocre,
non sia ne un Treboniano ne un Bar- puedo sacar alguna utilidad real, mien­
beyrac; un chimista puo scoprire un tras no sé qué ventaja se saque de un
segreto utile alPuman genere senza versificador mediocre o de un mediocre
essere un Boerhave ne un Magnen, e prosista. Puedo ser deudor de mi vida
cosi via discorrendo; ma quai gradi a un médico que no sea ni un Hl·
puo accrescere alia mia felicita un pócrates ni un Sydenham; puedo ser­
poctuccolo che mi annoia colle sue lo de mi fortuna a un abogado que
inezie canore, o un freddo scrittore di no sea ni un Treboniano ni un Bar-
prose insulse e mediocri? Non e egli beyrac; un químico puede descubrir
vero che nelle artidi sensibilita e un secreto útil al género humano, sin
dfimaginazione tutto cio che non e ser un Boerhaave o un Magnen, y así
sommo equivale al zero? Non disse en casos semejantes; pero ¿en cuán-

L. HISPANO-ITALIANA. — 12
1 7 8 __________________________ II* Algunos grandes nombres
Orazio dieciotto secoli fa che medio* tos grados puede aumentar mi felici­
eribus esse poetis / N on di, non horni* dad un poetastro que me aburre con
nes, non concessere columnae? E non sus inepcias canoras, o un frío escri*
è vero altresi che nei secoli chiamati tor de prosas insulsas y mediocres?
d foro, prendendo in massa tutti i coi* ¿ N o es verdad que en las artes de
tivatori delle belle lettere, gli eccellen* sensibilidad y de imaginación todo lo
ti si trovano ai mediocri come 4 a que no es sumo equivale a cero? ¿N o
100 e ai cattivi come 4 a 1000? dijo Horacio hace dieciocho siglos que
Cio posto, non mi pare d ’avere avu* mediocribus esse poetis / N on di, non
to gran torto anteponendo non già homines, non concessere columnae?
in particolare Galileo, Viviani e Ca* ¿ Y no es verdad también que en los
valieri a Rafaello, al Tasso o a Mi* siglos llamados de oro, tomando en
chellangiolo, ma in generale il secolo masa a todos los cultivadores de las
del Seicento a quello del Cinquecento letras, los excelentes están con res*
per cio che spetta ai reali progressi pecto a los mediocres en la propor*
dell'umano spirito e i gradi di felicita ción de 4 a 100, y a los malos en la
che Tuomo puö ricavare dall'esercizio de 4 a i.ooo?
delle proprie facoltà. Esto supuesto, no me parece ha*
Comprendo tutta la forza della ob* berme equivocado mucho anteponien*
b[i]ezione di V . S ., tratta dal fre* do, no ya en particular a Galileo,
quente cambiamento delle opinioni Viviani y Cavalieri sobre Rafael, Tas*
filosofiche, dal che argomenta (e non so y Miguel Ángel, sino en general
a torto) che pochissima utilitá ponno el siglo XVII al XVI, en lo que atañe
recare all'uomo, essendo cotanto in* a los reales progresos del humano
stabili* Ma mi permetta osservare in espíritu y a los grados de felicidad que
primo luogo che frequenti cambia* el hombre puede sacar del ejercicio de
menti che pur troppo si veggono nei sus propias facultades.
sistemi di filosofía, appartengono me* Comprendo toda la fuerza de la ob*
no alla scienza che agli abusi che in jeción de vuestra señoría, fundada en
essa introducono coloro che la colti* el frecuente cambio de las opiniones
vano* Io distinguo due metodi di trat* filosóficas, de lo que deduce (y no
tare la filosofía. Il primo (solo vero e equivocadamente) que poquísima uti*
profittevole) quello è di partire, nella lidad pueden proporcionar al hom*
ricerca del vero, dalla esperienza, dalla bre, siendo tan inestables. Pero per*
osservazione, dalla analogia, dal cal* mítame observar, en primer lugar,
colo e dairanalisi, nè permettere allein* que algunos cambios frecuentes que
telletto altri raziocinj che gli appog* por desgracia se ven en los sistemas
glati su cotai fondamenti* Il secondo filosóficos pertenecen menos a la
método, usato per tanti secoli nelle ciencia que a los abusos que en ella
scuole, è quello di partire da principj introducen sus cultivadores. Y o dis*
metafisici neiresame degli oggetti sen* tingo dos métodos de tratar la filo*
9* Arbeaga y Bettinelli ____________________ *79
sibili, di smarrirsi nella importuna ri- sofía. El primero (único verdadero y
cerca delle cause impossibili a risa* provechoso) consiste en partir, en la
persi e inutili dappoiché si sono sa- búsqueda de la verdad, de la expe­
pute, di fidarsi alTimaginazione anzi- riencia, de la observación, de la ana­
che alia esperienza, e di tutto ridurre logía, del cálculo y del análisis, sin
a sistemi ipotetici e convenzionali, non permitir a la inteligencia otros racio­
meno facili ad atterrarsi che a fabbri- cinios que los que se apoyen sobre
carsi. tales fundamentos. E l segundo méto­
Su questo secondo método cade do, usado por tanto tiempo en las
perfettamente Pobbiezione di V . S., escuelas, consiste en partir de prin­
ed é appunto per tal cagione che Poc- cipios metafísicos en el examen de
chio tranquillo cTun pensatore vede los objetos sensibles; en perderse en
cangiarsi la filosófica prospettiva ad la importuna rebusca de las causas
ogni mezzo secolo, e ravvolti in cotal imposibles de ser conocidas, e inú­
rapida palingenesia le forme peripa- tiles después que se han conocido;
tetiche, i delirj cabalistico-platonici, le en entregarse a la imaginación más
forze plastiche cudworziane, i vortici, que a la experiencia; y en reducirlo
le materie striate e sottili di Cartesio, todo a sistemas hipotéticos y conven­
le illusioni di Mallebranche, le mona- cionales, no menos fáciles de destruir
di romanzesche e la piü romanzesca que de fabricar.
armonía prestabilita di Leibnitzio, coi Sobre este segundo método cae
sogni del Robinet, coi quasi sogni del perfectamente la objeción de vuestra
Bonnet e con tante altre piü o meno señoría, y precisamente por ese mo­
ingegnose modificazioni delle esaltate tivo la mirada tranquila de un pen­
filosofiche fantasie. Ma non e c o sí sador ve cambiar la perspectiva filo­
della filosofía trattata nel primo mo­ sófica cada medio siglo, revueltos en
do ; quella non saltera, non perisce tan rápida palingenesia las formas pe­
giammai, e V , S. m'accorderá che il ripatéticas, los delirios cabalístico-pla-
método con cui si tratta in oggi la tónicos, las fuerzas plásticas cudwor-
geometria e lo stesso che s'usava ai cianas, los vórtices, las materias es­
tempi di Euclide, e che le scoperte di triadas y sutiles de Descartes, las ilu­
Pitagora e d* Archimede rimangono siones de Malebranche, las mónadas
inalterabili da quasi tre milPanni e novelescas y la más novelesca har­
con una utilitä perenne e riconosciuta monía preestablecida de Leibniz, jun­
generalmente. Bacone, e piü di Bacone to con los sueños de Robinet, con los
la esperienza e la riflessione, hanno cuasi-sueños de Bonnet y con tantas
ormai ridotta ad evidenza cotesta in- otras más o menos ingeniosas modi­
contrastabile verita. Osserveró in se­ ficaciones de las exaltadas fantasías
condo luogo che, se il facile e fre­ filosóficas. Pero no sucede así con la
quente cambiamento d'una cosa e filosofía tratada según el primer mé­
una ripruova della sua poca utilitá, todo; ésa no cambia, no perece nun-
i8o II* Algunos grandes nombres

ci farà d ’uopo il dire che le lettere ca, y vuestra señoría me concederá


siano inutilissime, poiche niuna cosa que el método con que se trata hoy
è più variabile di loro, o si riguardi la geometría, es el mismo que se usa­
il gusto dominante in una nazione da ba en los tiempos de Euclides, y que
secolo a secolo, o si rifletta al gusto los descubrimientos de Pitágoras y de
d ’ un clima e d ’una nazione parago- Arquimedes permanecen inalterables
nato con quello d ’un’altra nazione e desde hace casi tres mil años, y con
d ’un altro clima. una utilidad perenne, por todos re­
Poco soggiungerô intorno al pregio conocida. Bacon, y más que Bacon
che V . S . concede aile lettere di for- la experiencia y la reflexión, han
tificar l’ anima colle utili cognizioni. dado evidencia a esta incontrastable
Siccome questo e un affare di senti- verdad. Observaré, en segundo lugar,
mento, cosi sarebbe una follia il di- que si el fácil y frecuente cambio
sputar sull’ effetto che ponno elleno de una cosa es una prueba de su
generare su tale o tale individuo. poca utilidad, habrá que decir que
Quanto a me, benchè coltivi' ed ami las letras son inútilísimas, porque no
all’estremô le lettere, non le amo ne hay cosa más variable que ellas, ya
le coltivo perche esse mi fortifican se atienda al gusto dominante en una
l ’anima, ma perche mi sminuiscono i nación de un siglo a otro, ya se pare
mali délia vita, procacciandomi nuove mientes al gusto de un clima ó de
sorgenti di sensazioni aggradevoli. Ma una nación comparado con el de otra
è certo che dalla lettura di Virgilio o nación u otro clima.
del Tasso mi levo più contento e più Poco añadiré en torno a la dote
gaio; ma che il solo Marco Aurelio que vuestra señoría concede a las le­
e il solo Epicteto m’ armano lo spirito tras de fortificar el alma con útiles
e mei rendono tetragono ai colpi di conocimientos. Como ése es un asun­
ventura. Se qualche poeta genera tal- to de sentimiento, sería una locura el
volta in me lo stesso effetto, lo fa disputar sobre el efecto que ellas
unicamente perche tratta oggetti filo- pueden producir en tal o tal indivi­
sofici. Lucrezio in qualche squarcio e duo. Cuanto a mí, aunque cultive y
Pope quasi sempre tengono luogo, nel ame en extremo las letras, no las
mio spirito, di Epicteto e di Marco amo ni las cultivo porque me fortifi­
Aurelio. quen el alma, sino porque me dismi­
Quando V . S. parla d ’eloquenza, nuyen los males de la vida, procu­
di stile, di poesia e di lingua, a me rándome nuevas fuentes de sensacio­
non resta altro partito che di tacere nes agradables. Pues es cierto que de
per non incorrere nella imprudenza la lectura de Virgilio o del Tasso me
di quel grammaticuccio che oso par- levanto más contento y más ufano;
lare dell’arte militare in presenza del pero sólo Marco Aurelio y Epicteto
grande Annibale. Io raccogliero dun- me arman el espíritu y me lo vuel­
que i suoi riflessi colla stessa vene- ven tetrágono a los golpes de la for-
g. Arteaga y Bettinelli 181
razione che Enea raccoglieva i fogli tuna. Si algún poeta produce tal vez
della Sibilla, e mi contenteró di ap- en mí el mismo efecto, lo consigue
porre, in parlando di Lei, a tutti i únicamente porque trata asuntos filo­
miei miserabili scrittarelli quei versi sóficos. Lucrecio en algún fragmento
di Stazio: y Pope casi siempre, hacen las veces,
en mi espíritu, de Epicteto y de Mar-
co Aurelio.
Cuando vuestra señoría habla de
elocuencia, de estilo, de poesía y de
lenguaje, no me toca otro partido que
callar, para no incurrir en la impru-
dencia de aquel gramatiquillo que osó
hablar del arte militar en presencia
del grande Aníbal. Y o recogeré, pues,
sus reflexiones con la misma vene­
ración con que Eneas recogía las ho­
jas de la Sibila, y me contentaré con
añadir, hablando de usted, a todos
mis miserables escritos, aquellos ver­
sos de Estacio:
N ec tu divinam Aeneida tenía,
Sed longe sequete et vestigia semper adora.
Mille congratulazioni al mió Borsa Mil enhorabuenas a mi Borsa por
per la sua bella tragedia, che assai su bella tragedia, que me ha gusta-
m'é piaciuta e per lo stile e per Paf- do mucho por el estilo, por el afecto
fetto e per la condotta. Ho esitate y por la trama. H e agotado todos
tutte quante le copie che mi dié Pab- los ejemplares que me dio el abate
bate Belli. Mille abbracciamenti a lui, Belli. Mis abrazos a él, y mil excu-
e mille scuse a V . S. per tante ciarle, sas a vuestra señoría por tanta char-
assicurandola che sono col piü pro- la, asegurándole que soy, con el más
fondo ossequio e rispetto... profundo saludo y respeto...

Nos queda todavía una carta de Arteaga en la correspondencia


de Bettinelli. Animado por el éxito que había obtenido tres años antes
con el soneto obtenido en el alcaldazgo del marqués Albergati,
se atreve a poner otra vez a su amigo en un nuevo compromiso.
Ahora se trataba de obsequiar a Isabella Teotochi Albrizzi, a cuyas ter­
tulias él asistía en Venecia: para obtener algunos versos del “ Nés­
tor de las letras“ , el 6 de mayo de 1786 le hace grandes elogios de
aquella dama, que había de dejamos un expresivo ritratto del abate
español.
i 82 IL Algunos grandes nombres
Si meraviglierá Ella — [dice]— ch'io Se sorprenderá usted — [le dice]—
ardisca d'incomodarla chiedendola de que yo me atreva a molestarle
versi. Eppure doppo il primo e prin- para pedirle unos versos. Y , sin em­
cipalissimo fine, ch’é quello di rinovar bargo, después del primero y princi­
a V . S . la divota mia servitu e inal- palísimo fin, que es el de renovar a
terabile venerazione, questo é il mió vuestra señoría mi devota sumisión y
secondo intento. Si tratta d'una dama mi veneración constante, éste es mi
greca di nazione, sposata in un gen* segundo propósito. Se trata de una
tiluomo veneziano, che manda a Cor-' dama de nacionalidad griega, casada
fu il suo proprio ritratto al conte A n - con un caballero veneciano, la cual
tonio Teotochi suo padre. Gli amici envía a Corfú su propio retrato al
di questa dama vorrebbero con que* conde Antonio Teotochi, su padre.
sta occasione far una scelta di pochi Los amigos de esta dama quisieran
sonetti, ma buoni, ed anno solleci- hacer, en tal oportunidad, una selec­
tato me affinché preghi V . S. a vo­ ción de pocos sonetos, pero buenos,
leme concorrere con qualche sua pro- y me han pedido que ruegue a vuestra
duzione di qualunque genere sia, señoría quiera colaborar con alguna
giacché cosa sarebbe in Italia una rac- composición suya dé cualquier géne­
colta di poetici componimenti ove ro que sea; pues óqué sería, en Ita­
mancasse il nome di Bettinelli? lo lia, una colección de composiciones
per certo sprezzerei persin Tanello di poéticas en la que faltase el nombre
Gige senz'una tal gemma. de Bettinelli? Y o , cierto, despreciaría
La persona di cui si tratta, oltre i hasta el anillo de Gige, sin tal gema.
doni della gioventü e della bellezza La persona de que se trata, ade­
(che pochissimo debbono interessare más de los dones de la juventud y
un venerabil vecchio incanutito ne* de la belleza (que tienen que intere­
severi studi di Minerva) possiede per sar muy poco a un venerable ancia­
eccellenza delle altre doti piü rile- no, encanecido en los severos estudios
vanti, cioé una singolare penetrazione de Minerva), posee en grado exce­
d ’ingegno, vero e costante amore per lente otras dotes más relevantes, a
le lettere, gran coitura, maniere one- saber, una singular penetración de
ste e amabilissime, e sopratutto una ingenio, verdadero y constante amor
pietá e tenerezza filiale che deve e hacia las letras, gran cultura, mane­
puó servire di modello a tutte le fi- ras honestas y amabilísimas, y, so­
glie ben educate. Tanti pregi la ren- bre todo, una piedad y ternura filial,
dono assai piü degna di qualunque que debe y puede servir de modelo a
omaggio poetico che tante altre, alie todas las hijas bien educadas. Tantas
debolezze delle quali si veggono ogni cualidades la hacen mucho más digna
giorno prostituiti gli allori e i mirti de un homenaje poético, que muchas
del Parnaso. otras, a cuyas debilidades se ven
9* Arteaga y Bettinelli _____ __________________________ ^ 3

Spero che V , S. non si sdegnerá prostituidos cada día los laureles y


di ritoccare per si degno argomento mirtos del Parnaso.
la sua cetra» non mai infievolita da* Espero que vuestra señoría, siendo
gli anni. A vrá per compagni piü altri tan digno ei tema, no desdeñará vol*
nomi famosi e noti a V . S. Desidere·' ver a tocar su cítara, que los años no
rei parimenti d'ottener qualche cosa han podido debilitar. Tendrá por
dal celebre signor Clemente Bondi, compañeros a otros nombres famo*
ma, non avendo seco una tal cono* sos, y conocidos de vuestra señoría.
scenza che mi faccia coraggio a pre* Desearía asimismo obtener algo del
garlo, indirizzo ánche a tal fine le célebre señor Clemente Bondi; pero,
mié suppliche a V * S ., da cui ne no teniendo con él una amistad sufi*
riceverei in tal caso un doppio pre* cíente para podérselo pedir, dirijo
giatissimo favore. también a vuestra señoría mis súpli*
É per sortire il 3 . ed ultimo tomo cas a ese fin, y en tal caso le estaré
delle mié Rivolu&oni, che irriterá non doblemente agradecido.
poco contro di me i cantori e i baile* Está para salir el tercero y último
rini moderni, Mille saluti al mió caro tomo de mis RivoluZioni, que irritará
ed amabile signor Borsa; mentre, de* no poco contra mí a los cantantes y
sideroso def suoi graditi riscontri ed bailarines modernos. Mis saludos a
offerendomi intieramente ai cenni del* mi querido y amable señor Borsa;
ritalico musagete, passo a rassegnar* mientras, deseoso de sus gratas noti*
mi... cías y ofreciéndome enteramente a las
órdenes del itálico musageta, paso a
declararme...

Con esta carta termina la correspondencia entre los dos literatos*


Arteaga murió en 1799» casi nueve años antes que Bettinelli; pero
desde 1786 puso mala cara al “ itálica musageta“ * Hay que buscar la
causa en uno de los acostumbrados piques de Arteaga* Garducci
había publicado un libro “ libremente opuesto a los vicios de la extran*
jera influencia” , titulado Del carattere nagionale del gusto italiano,
e di quello di certo gusto dominante in letteratura straniera (Vicen*
za 1786, por Francesco Modena) y dedicado a Bettinelli* En él se
hablaba de muchos franceses y también del español Arteaga: “ El
abate Arteaga es un docto extranjero, que ciertamente se toma gran
interés por la gloria literaria de los italianos, pues se dedica amigable*
mente a indicar las deficiencias y los fallos de su literatura... Pero las
acusaciones que hace a nuestra lengua de ser excesivamente pusilánu
me y esclava, y a nuestra poesía, de poco icástica, no nos parecen ni
184 IL Algunos grandes nombres j

exactas ni reales0* En otras palabras, las “ eruditas reflexiones0 aña" I


didas a las disertaciones de Borsa eran rebatidas de plano y con ener­
gía* Arteaga no admitía esas caricias a contrapelo^ y se maravilló de
que Bettinelli hubiese aceptado la dedicatoria de tal libro, y de que
Matteo Borsa no le hubiese advertido que éste contenía páginas con­
tra él*
Hombre de resoluciones rápidas, suspendió inmediatamente toda
comunicación con el tío y con el sobrino*
A Bettinelli no le escribió ya más* Sólo hacia fines de 1787 reanu­
dó la correspondencia con Borsa, el cual, como secretario de la Acade­
mia de Mantua, había procurado a su amigo el título· de académico*
El español se lo agradeció así desde Roma el 26 de diciembre6:

Carissiipo e stimatissimo amico, Queridísimo y muy estimado ami­


chieggovi prima cTogni altra cosa go:
scusa se non risposi subito alia pre- En primer lugar, os pido perdón
giatissima vostra di 17 dei corrente* por no haber contestado en seguida r
La divisione e rirregolarita di queste a vuestra muy grata del 17 del co- i
poste di Roma sono tali, ch*io sin da rriente. La división y la irregularidad j
principio presi il sistema di non an- de estos correos de Roma son tales,
dare mai a cercare le mie lettere, que desde el principio adopté el sis­
ondfe che quelle che mi si mandano tema de no ir nunca a buscar mis car­
senza il particolare ricapito, si smar- tas? con lo cual, las que se me en­
riscono o si ritardano, con^e avve- vían sin dirección especial, se pierden
nuto alia vostra carissima, ch^o non o se retrasan, como ha sucedido con
ricevei se non il sabbato a cinqu^re, vuestra muy apreciada, que no la re­
vale a dire in ora in cui non era pos- cibí hasta el sábado a las cinco, esto
sibile il rispondervi. Per Pavvenire es, cuando ya no era posible respon- 1
mettete alie vostre lettere il ricapito deros* En adelante poned en Vuestras I
PalagCo di Spagna e mi perverranno cartas las señas Palacio de España £
sicure, e con sollecitudine. y me llegarán seguras y puntuales. ~
In secondo luogo vi confesso che En segundo lugar, os confieso que
mi mancano espressioni per ringra- me faltan expresiones para agradece­
ziarvi della gentile premura con cui ros la amable solicitud con que es­
spontaneamente avete cercato (giac- pontáneamente os habéis interesado
che da voi solo e non da altri debbo (pues a nadie, sino sólo a vos, puedo
ripeterlo) di procurarmi il luminoso atribuirlo) por alcanzarme el claro y

6 Estos tres últimos autógrafos italianos que publicamos en el texto son los
autógrafos 1 5 1 , 3 16 y 15 2 respectivamente de la Accademia virgiliana de Mantua.
:¡í!í 1
9* Arteaga y Bettinelli _______________ 185
c distinto onore d issere aggregato distinguido honor de ser agregado
qual socio a cotesta non meno rispen como socio a esa tan respetable como
tabile che iliustre Reale Accademia ilustre Real Academia de las ciencias
delle Scenze di Mantua» La nuova de Mantua» La noticia me resultó
mi riusci tanto piü grata quanto meno tanto más grata cuanto inesperada, y
aspettata, e tanto meno aspettata tanto menos esperada cuanto mi
quanto che la mia lunga o trascurag* larga negligencia, o pereza, o como
gine o pigrizia o come vogliate chía* queráis llamarla, para con vos, ya no
marla verso di voi non mi lascia piü me da derecho a esperar de vuestra
il diritto á fattendere dá parte vostra parte un rasgo de tan gentil y deli*
un tratto di c o sí gentile e delicata cada amistad. Me hacéis, pues, son*
amicizia. Mi fate non per tanto arros* rojar y confundir al mismo tiempo,
sire e confondere nel tempo stesso e y me enseñáis que debo pensar con
m’insegnate che debbo pensare con mayor justicia de mis dignos amigos,
piü giustizia dei degni amici, quale cual vos lo sois; por más que, ha*
voi siete; quantunque, a dirvela blando claro, estaba en mi interior
schiettamente, era nel mió interno algo resentido con vosotros desde que,
alquanto scorrucciato con voi altri, sin esperarlo, vi en la portada de
dacché contro ogni mia aspettazione aquel infame libro de Garducci el
vidi in fronte a queirinfame libro del nombre del señor abate Bettinelli,
Garducci il nome del signor abbate vuestro tío, y no podía comprender
Bettinelli, vostro zio, ne potevo ca* cómo vos habíais permitido que or*
pire come voi ave va te permesso ch'egli nase con tan señalada aprobación una
fregiasse con un'approvazione cosí obra tan despreciable por su criterio
marcata un'opera egualmente sprege* y por su estilo como por las expre*
volé per il criterio e per lo stile, che siones duras, insolentes y malignas
per le maniere dure, insolenti e ma* que el autor emplea contra los ex*
ligne che Tautore adopera contro gli tranjeros, y contra mí personaimen*
stranieri e contro di me nominata* te...
mente...

Con simpática sinceridad Borsa intentó animar al resentido amigo,


y el l ° de enero le respondió con la siguiente carta, en la que cada
cual — Garducci y Arteaga— recibe lo suyo:
Mi compiaccio infinitamente che la Me complace infinitamente que la
piccola attenzione che v'h o usata vi pequeña atención que he tenido con
sia riuscita grata, e me ne premíate vos haya sido de vuestro agrado, y
si cortesemente. Se per altro vi rie* que me premiéis por ella en forma
sci inaspettata, non poteva in alcun tan cortés. Aunque aquella os resul*
modo parervi strana, poiché né igno* tase inesperada, no os había de
186 IL Algunos grandes nombres

rate cio che valete, ne v*e oscura la sorprender en modo alguno, porque
stima grandissima che hanno di voi no ignoráis lo que valéis, ni desco­
gli italiani, ed io sopra ad ogni altro. nocéis la altísima estima que los ita­
N on potete tampoco dubitare che lianos tienen de vos, y yo más que
TAccademia non debba altamente pre- nadie. Tampoco podéis dudar de que
giare qualunque officio vi piacera la Academia estimará en mucho cuan­
esercitare verso lei in tale occasione, to os plazca hacer en tal ocasión,
sebbene io stesso da quest*hora mi aunque yo mismo me encargo, des­
incarichi di fare le vostre parti. de ahora, de hacer vuestras veces.
Quel che aggiugnete di me, ve lo Lo que añadís acerca de mí, os lo
confesso, mi giunge nuovo, inaspet- confieso, me sorprende, por lo ines­
tato e inconcepibile. In fondo si ri- perado e inconcebible. En el fondo
duce a questo: che non tacevate se reduce a esto: que callabais no
tanto per occupazioni che v^mpedis- tanto por ocupaciones que os impi­
ser lo scrivermi, quanto per avere diesen escribirme, cuanto por haber
creduta spenta la mia amicizia per creído extinguida mi amistad para
voi. E cio perche? Perche Garducci con vos. Y esto ¿por qué? Porque
dedica un libro a Bettinelli. Quasi che Garducci dedica un libro a Bettinelli.
o Bettinelli dovesse, alPuso dei gran- Como si Bettinelli, al uso de los
di della terra, veder il libro prima grandes de la tierra, hubiese de ver
di accettarne la dedica (cautella con el libro antes de aceptar su dedica­
cui Torgoglio de' ricchi umilierebbe toria (cautela con que el orgullo de
Torgoglio de' letterati, se questo stes­ los ricos humillaría al orgullo de los
so orgoglio non divenisse vilta a forza literatos, si este mismo orgullo no se
di volersi inalzare), o quasi che io convirtiese en vileza a fuerza de que­
avessi che fare colle opinioni di Bet­ rerse elevar), o como si yo tuviese
tinelli, se anche c'entrasse qui alcuna algo que ver con las opiniones de Bet­
delle sue opinioni. Questa volta il tinelli, aun suponiendo que en el ca­
vostro temperamento ha doppiamen- so presente entrase en juego alguna
te fatta illusione alia vostra ragione e de sus opiniones. Esta vez vuestro
v 'h a condotto a confondere insieme temperamento ha engañado doble­
cose disparatissime. mente a vuestra razón, y os ha lle­
Del libro poi di Garducci, vi diro vado a confundir cosas diversísimas.
che a me esso pare un libro misera­ Cuanto al libro de Garducci os diré
bile e delPultima piccolezza per ogni que a mí me parece miserable e ín­
verso. E non piacque pure a mio zio, fimo en todos sentidos. Y no gustó
a quanto men disse dopo averlo letto tampoco a mi tío, según él me dijo
stampato; e questo certamente senza después de haberlo leído, ya impre­
chiedermene il permesso. Ch'esso poi so; y esto, claro está, sin haberme
vi paja si infame, si acerbo e vitupe- pedido permiso. Si el libro os pare­
roso, non entro in cio. In genere voi ce tan infame, acerbo y deshonroso.
9* Arteaga y Bettinelli ______________________________ 187

non siete nemmeno il piü tranquillo yo no me meto. Por lo general, tam-


scrittore del mondo e, preso un per poco vos sois el escritor más tranqui-
l'altro, úsate in terra come sará nel lo del mundo y entrambos hacéis en
cielo dando il centuplo per lo meno la tierra lo que se hará en el cielo,
si in numero che in misura. Il che, dando por lo menos cien veces más en
certo, come non toglie ch'io non número y medida. Lo cual, ciertamen-
v'ammiri altamente, cosí non lascia di te, así como no quita que os admire
farmi desiderare pari in Voi la dot- altamente, tampoco me impide el de­
trina, Tingegno, Tacutezza e quell'mi- sear que corran parejas en vos la doc­
le posatezza dfanimo e quella discre- trina, la agudeza y el ingenio, con
zione nelPamor della gloria, senza cui cierta tranquilidad de espíritu y con
diventa il veleno della vita. Ma voi una mayor discreción en el amor de
forse riderete di me, quasi ch'io pre- la gloria, sin la cual ésta se convierte
dichi. Oh no, mió caro; vi parlo cosi en el veneno de la vida. Pero vos tal
perché vi amo assai. Del resto sap- vez os reiréis de mí, como si os estu­
piate, o a meglio dir ricordatevi, che viese sermoneando. Oh, no, querido
mío antico partito fu sempre il ridere amigo; os hablo así porque os quiero
di tutti i parapigiia della letteratura, mucho. Por lo demás, sabed, o, me­
e ció perché ho sicuramente proposto jor, recordad, que mi postura ha sido
di non entrarci mai, s’ anche il potes* siempre reírme de todas las disputas
si, come pero non é certamente... literarias, y esto porque he prometi­
do seriamente no entrar jamás en
ellas, aunque pudiese, lo cual no es
así, por cierto...

Pero el carácter fogoso del español, en vez de serenarse con estas


explicaciones, explotó más todavía, y el 12 de enero grababa al agua­
fuerte este pequeño autorretrato:
A costo ancora d’un vostro nuovo Aun a costa de que me riñáis de
rimprovero contro il mío tempera­ nuevo por mi carácter, os confieso
mento, vi confesso che mi giugne que me sorprende vuestro estupor, y
nuovo il vostro stupore e mi fa me­ me maravilla vuestra maravilla. Por­
raviglia la vostra mera viglia. É poi que ¿es tan extraña, inesperado, in-
cosi stranof inaspettato, inconcepibi- concebible, que, viendo yo un libro
le che, vedendo dedicato un libro ad dedicado a un hombre como Betti-
un uomo come Bettinelli, nodrito fra nelli, educado entre las letras y acos­
le lettere e avezzo alie malizie dei tumbrado a las malicias de los litera­
letterati, io supponga ch’ egli non avrá tos, suponga que él no aceptó la de­
accettata la dedica senza prima leg- dicatoria sin antes leer el libro, o sin
gere il libro o senza informarsi alme- informarse, al menos sumariamente,
i 88 IL Algunos grandes nombres

no sostanziosamente dei suo conte* de su contenido? ¿Sería acaso más


nuto? Sarebbe forse piu concepibile e concebible y menos extraño que yo,
meno strano ch^o, stimando altamen* que estimo en mucho a Bettinelli, le
te Bettinelli, gli facessi il torto di cre* hiciese la injusticia de creer que él,
dere ch'egli senza previa cognizione sin previo conocimiento de causa, per*
di causa permetta che altri abusi dei mita que otro abuse de su nombre,
suo nome per dar con esso autorita para dar con él autoridad a una obra
ad un'opera miserabile, meschina, miserable, mezquina, despreciable? Y ,
spregevole? E sapendo rintrinsichezza sabiendo la familiaridad que hay en*
che passa tra lui e voi e non ignoran* tre él y vos, y no ignorando que él
do tenervi egli da lungo tempo per os tiene, desde hace mucho tiempo,
confidente e compagno nella carriera por confidente y compañero en la ca*
delle lettere non meno che per con* rrera de las letras, no menos que por
giunto coi vincoli dei sangue, sarebbe pariente con vínculos de sangre, ¿se*
una cosa inaspettata il suporre che ría inesperado suponer que os haya
v'abbia communicato il contenuto dei* comunicado el contenido de la obra,
I'opera e il disegno d’ accetarne la de* y la idea de aceptar su dedicatoria?
dica? E doppo queste due supposi* Y con estas dos suposiciones tan na*
zioni tanto naturali, tant'ovvie e tan* turales, tan lógicas y tan conformes a
to conformi alie circostanze, s’io credo las circunstancias, si creo no extin*
non spenta, ma raffreddata in voi guida, pero sí enfriada, en vos la
Pamicizia, vedendo a tal segno mal* amistad, viendo maltratado mi nom*
trattato il mio nome in quel libro, bre en aquel libro, tan alterados o,
alterati o, per dir meglio, sfigurati i por decir mejor, desfigurados mis sen*
miei sentimenti, e tesi i lacciuoli per timientos, y viendo los lazos tendí*
imbarazzarmi nelle risposte e render* dos para embarazarme en las respues*
mi nemica pressoche tutta Tltalia, tas y enemistar contra mí a casi toda
dovro essere accusato per uomo cui Italia, ¿habré de ser acusado como
il suo temperamento fa doppiamente hombre a quien su temperamento en*
illusione alia sua ragione? Caro ami* gaña doblemente a la razón? Queri*
co, o clPio non intendo cosa alcuna do amigo, o yo no entiendo nada de
di logica, o che da quelle premesse lógica, o de tal premisa no se puede
non si dee cavare se non la conse* deducir otra consecuencia que la que
guenza che v^ndicai nelPaltra mia os indiqué en mi carta anterior. Y es
lettera. E tanto e vero che questa e tan cierto que ésta es una conse*
una conseguenza naturalissima, che cuencia naturalísima, que en las ter*
allora nei crocchi dove si pregiano le tulias donde se comentan las noticias
novelle letterarie, d^ltro non si par* literarias no se hablaba entonces más
lava che della lega di Garducci e di que de la liga de Garducci y Betti*
Bettinelli contro di me e contro Ce* nelli contra mí y contra Cesarotti, y
sarotti, e cosi Tandava spacciando il así lo divulgaba Rubbi, así lo sospe*
9* Arteaga y Bettinelli 189

Rubbi, co sí la sospettavano i cono­ chaban los conocidos de Bettinelli, y


scenti di Bettinelli, e c o sí fu intesa así lo entendieron mis amigos de Bo­
dagli amici miei in Bologna, in V e ­ lonia, Venecia y Padua.
nezia e in Padova ♦ Cuanto al deseo que tenéis de que
Circa poi il desiderare che voi fate yo, por mi bien, alcance cierta tran­
in me un'utile posatezza d'animo ed quilidad de espíritu y una mayor dis­
una discrezione maggiore nell'amor creción en el amor de la gloria, para
della gloria, converrebbe ch'io entras- responderos tendría que tejer una
si “ per rispondervi'? in un* apologia di apología de mí mismo; lo cual ni
me medesimo, il che non voglio fare quiero hacer ni sería correcto* Sólo
e non sarebbe dicevole. V i diro sol- os diré que, aunque mi carácter sea
tanto che, sebbene il mió tempera­ menos tranquilo que el vuestro, no es
mento sia men tranquillo del vostro, tan fogoso ni tan militar como vos
non é pero cosí focoso né cosí mili­ afirmáis* Mi carácter admite los bue­
tare come voi affermate* Esso am- nos propósitos y es capaz de disci­
mette dei proggetti ed é capace di plina* Bien veis mi flema con los dos
regola* A buon conto vedete la mia adversarios más decididos, Rubbi y
flemma coi due avversari piü decisi, Garducci, a quienes no quise respon­
quali furono Rubbi e Garducci, ai der ni una sola palabra, a pesar del
quali ebbi la forza di non rispondere cartel de desafío que ellos muchas
un sol motto, malgrado il cartello di veces me pasaron por los ojos* Y no
sfida ch’eglino piü volte nTaffaccia- lo hice porque les tuviese miedo, pues
rono agli occhi* II che non feci per bien veis cuán poco valen en las ar­
paura che avessi di loro, che ben mas, sino por positivo desprecio, y
vedete quanto poco vagíiano nelle por ño meterme en una pelea ridicu­
armi, ma per positivo disprezzo e per la de por sí (como lo son todas las
non inoltrarmi in un litigio ridicolo qüe nacen de intereses y predilec­
in se stesso, come sono tutti quelli ciones nacionales) y, al mismo tiem­
che nascono da interessi e preferenze po, descortés para con los italianos,
nazionali, e scortese altresi per gli a quienes aprecio y estimo más que
italiani, li quali io pregio ed amo piü cualquier otro extranjero. Así, pues,
d'ogni altro straniero. lo dunque in en aquella ocasión moderé mi fuego
quelToccasione moderai il mió fuoco más de lo que hicieron Tiraboschi,
piü assai che non fecero Tiraboschi, Serrano, Llampillas y aun vuestro tío,
Serrano, Llampillas e diro anche il el cual al cabo de dos años empuñó
vostro zio, il quale dopo due anni el escudo y la lanza, que mejor hu­
imbracció lo scudo e la lancia, che biera sido . dejarlos oxidar en un
avrebbe fatto meglio a lasciar irrugi- rincón.
nire nel cantone*
190 IL Algunos grandes nombres

Risposi, é vero» all*Andrés» al Man- Respondí, es cierto, a Andrés, a


fredini e al V an n etti7 ; ma perché? Manfredini y a V an n etti7 ; pero,
Per motivi particolari e rispettivi a ¿por qué? Por motivos particulares,
ciascun di loro, L"Andrés aveva un referentes a cada uno de ellos. A n ­
partito numeroso e forte tra gli spa- drés tenía un partido numeroso y
gnoli; i suoi partigiani spacciavano fuerte entre los españoles; sus parti­
che m'aveva debellato intieramente darios divulgaban que me había ven­
con quella sua nota» ch"io e le mié cido por completo con su nota, que
produzioni meritavano il disprezzo» e yo y mis producciones merecíamos el
che v ’era fra noi due la differenza desprecio, y que entre él y yo había
medesima che corre tra un atleta ag- la misma diferencia que entre un
guer[r]ito e un impronto ragazzo. Ecco atleta aguerrido y un desarmado mu­
il perché» sentendomi punto, volli pro­ chacho. He aquí por qué, sintién­
vare se mai Yimpronto potesse avere dome aguijoneado, quise probar si
la gloria di moriré per le mani del- acaso el desarmado podía alcanzar la
Vagguerrito. II Manfredini era stato gloria de morir a manos del agüe"
mió amico» aveva da me ricevuti trido* Manfredini había sido amigo
contrassegni di cordialitá e d ,affezione, mío, había recibido demostraciones de
quando alPimprovviso, senza il me- cordialidad y afecto por mi parte,
nomo motivo da parte mia, sento che cuando de pronto, sin darle yo el
diventa giornalista, che s’arroga il más mínimo motivo, oigo que se con­
giudizio della mia opera, che sposa vierte en periodista, que se atribuye
il partito di quel birbante dello stam- el juicio de mi obra, que se casa con
patore Trenta, che mi scredita per i el partido de aquel bribón de impre­
caffé, per le botteghe, pei circoli, e sor Trenta, que me desacredita por
che muove altri maestri perché si fac- los cafés, por las tiendas, por los
cia contro di me una congiura uni­ círculos, y que mueve a otros maes­
versale, Che doveva farsi da me in tros para que se arme contra mí una
simili circostanze? Tacere? Avvilir- conjuración universal. ¿Qué debía ha­
mi? Mai no. Volli dunque far vedere cer yo en tales circunstancias? ¿C a­
che, se c"era la batteria delle flotanti llarme? ¿Acobardarme? Jamás. Quise,
contro Gibilterra, c "erano altresi palle pues, demostrar que, si había bate­
infuocate nella piazza. Circa il V an ­ rías flotantes contra Gibraltar, tam­
netti non so se vi sia noto il suo bién había balas incendiarias en la
carattere pettegolo, vano, nemico de­ plaza. A propósito de Vannetti, no
ciso degli spagnoli e di tutto ció che sé si conocéis su carácter chismoso,
non é italiano. A vevo parecchie noti- vanidoso, enemigo decidido de los
zie del fuoco ch"egli metteva dapper- españoles y de cuanto no sea italia­
tutto contro di noi, sapevo Tindegna no. Y o tenía muchas noticias del fue-

7 V id . supra, pág. 167.


9* Arteaga y Bettinelli __ ______________________ *9*
e insolente lettera da lui inserita nel go que metía por todas partes contra
Giomale di Modena, dove per poco nosotros; sabía de la carta indigna e
non fa un delitto di stato e di lesa insolente que insertó en el Giornale
maesta agli ex"gesuiti spagnoli perche di Modena, donde por poco no acusa

diffendono la loro patria contro le de crimen de Estado y de lesa ma"


jestad a los ex"jesuitas españoles por
imputazioni di qualche italiano, e
defender a su patria contra las im"
dove esorta i suoi compatriotti a guar·'
putaciones de algún italiano, y don"
darsi di noi come di gente sospetta e
de exhorta a sus compatriotas a guar"
di mala fede. A vevo inoltre veduto
darse de nosotros como de gente sos"
delle lettere scritte al cavalier Pinde"
* pechosa y de mala fe. Además, había
monti, al Rubbi, a qualche dama ve" visto unas cartas escritas al caballero
ronese e ad altri, dove indicava un Pindemonte, a Rubbi, a alguna dama
sistema concertato d'ostilita contro di de Verona y a otros, en las que urdía
me, Andres ed altri stranieri. Qual un plan mancomunado de hostilidad
partito dovevo pigliare in questa con" contra mí, contra Andrés y contra
giura? Starmi colle mani alia cintola? otros extranjeros. ¿Qué partido debía
Oibo. Quello che detta la natura e il tomar yo en esta conjuración? ¿Que"
coraggio in simili circostanze, doe darme con los brazos cruzados? ¡Q ué

vim vi repellere♦ E volete vedere val Lo que dicta la naturaleza y el


valor en tales circunstancias, o sea
quanto sia stato accertato il mio divi"
vim vi repeliere. Y ¿queréis ver
samento? Dacche i maestri di cappel"
cuán acertada fue mi resolución?
la uniti al Manfredini lessero la mia
Desde que los maestros de capilla
risposta e videro che non avevano
unidos a Manfredini leyeron mi res"
a farla con un poltrone, essi si ritira" puesta y vieron que no tenían que
rono come le scimie al rumore del" habérselas con un cobarde, se retí"
Tarcabugio, e piu d'uno venne a far" raron como las monas al ruido del
mi carezze, di cui per terza mano arcabuz; y vino a hacerme caricias
avevo veduto le ciancie che aveva más de uno, de quien, por tercera
meditato di pubblicare contro di me. persona, había visto los chismes que
Vannetti stesso, il frivolo e pettegolo había pensado publicar contra mí. El
Vannetti, temendo ch'io non verifi" mismo Vannetti, el frívolo y parlan"
chin Vannetti, temiendo que yo cuni"
cassi la minaccia che a lui facevo
pliese la amenaza que le hacía en mi
nella mia nota, d ’ esaminare le sue
nota, de examinar sus cosillas, parla"
cosarelle, venne a patti e mi scrisse
mentó conmigo, y me escribió dos
due lettere umilianti per lui, alia se" cartas humillantes para él, a la se"
conda delle quali io non risposi per gunda de las cuales no respondí para
non intavolar carteggio con piccoli no entablar correspondencia con gen"
spiriti. te baja.
192 II* Algunos grandes nombres

Circa Tamor délia gloria è (checchè Mi amor de la gloria (por más que
ne possiate pensare in contrario) as* penséis lo contrario) es mucho más
sai più discreto in me di quello che discreto de lo que os imagináis. ,Co*
credete. Io cominciai a battere la car* meneé mi carrera de autor, en primer
riera d'autore prima per soddisfare ad lugar, para satisfacer a una cierta
una certa attività naturale, che non mi tendencia natural, que no me permi*
perm et[t]eva di vivere neirinazione, tía vivir en la inacción; luego, para
indi per uscire dalla folia loiolitica e apartarme de la masa loyolítica y sa*
dalla oscurità cui mi condannavano lir de la obscuridad a la que me con*
resilio délia mia patria e la depres* denaban el exilio de mi patria y la
sione civile e politica in cui ci met* humillación civil y política en que
tevano le nostre circostanze, ultima* nos ponían nuestras circunstancias; y,
mente per procurare un qualche sol* finalmente, para procurar algún alivio
lievo alla tenuità delle mie for tune ♦ E a la escasez de mi fortuna. Y si aún
se pur seguito a coltivare le lettere, sigo cultivando las letras, no lo hago
non lo fo con altro dissegno che con con otro fin que el de procurar para
quello di procurarmi per la mia vec* mi vejez un pedazo de pan, con que
chiaia un tozzo di pane, che mi fac* vivir, si no en la abundancia, por lo
cia vivere, se non nell’ abbondanza, menos sin penalidades? pues entre los
almeno senza stento, giacchè tra i muchos defectos de mi educación
molti danni délia mia educazione an* cuento el de haberme vuelto inútil
novero quello d’ avermi reso inutile per para cualquier ocupación que no ata*
ogni impiego che non appartenga aile ña a las tareas literarias. Por lo de*
ciance letterarie. Del resto, caro ami* más, querido amigo, no creáis ser el
co, non crediate essere solo a stimar único en estimar las cosas en lo que
le cose per quello che vagliono: trop* valen : demasiado he meditado sobre
po ho meditato sulle cose umane, sulla las cosas humanas, la brevedad de la
brevità délia vita, sulTimbecillità del vida, la limitación de nuestro espíri*
nostro spirito e sulle follie conven* tu, y sobre esas locuras convenciona*
zionali che noi chiamiamo eroismo, les que llamamos heroísmo, gloria,
gloria, scienza e sapere, perche possa ciencia y saber, para que pueda tener
valutare più di quello che meritano a la literatura y a las letras en más
la letteratura e le lettere, E siccome de lo que merecen. Y así como la
Tindifferenza che voi mostrate per indiferencia que vos mostráis hacia
queste cose non toglie che non ab* estas cosas no impide que hayáis im*
biate stampato più libri, combattuti preso varios libros, combatido mu*
molti pregiudizi e accettato il brigoso chos prejuicios, y aceptado el incó*
impiego di segretario d'un* Accademia, modo empleo de secretario de una
cosi Teffervescenza, in fondo inno* Academia, tampoco la efervescencia,
cente, che apparisce talvolta in alcuni en el fondo inocente, que aparece a
squarci de* miei scritti, non vieta veces en algunos pasajes de mis es*
9* Arteaga y Bettinelli 193
ch'io non sia il primo a ridere di me critos, impide que yo no sea el pri-
stessot e degli altri... mero en reírme de mí mismo y de
los demás...

En el giro de cada frase aparece el carácter de un hombre resuel-


to a defenderse y hacerse valer* Es lástima que en Italia Arteaga casi
no sea conocido sino como un pendenciero* Si tal vez en España se
ha exagerado algo su valor real, éste es ciertamente mucho más alto
que el que suelen concederle algunos críticos italianos que se han to­
pado con él escribiendo sobre quienes fueron adversarios suyos, y
que las más veces son inferiores al autor de las Rivoluzioni del teatro
musicale y de la Belleza ideal*
Las cartas aquí publicadas pueden ayudar a iluminar mejor el es­
píritu vivaz, rico, moderno, de Esteban de Arteaga, que en la Italia
del Setecientos, entre aquellos laboriosos inmigrados que Cian y tan­
tos otros han evocado, fue persona no desprovista de vigor y bra­
vura*

L . HISPANO-ITALIANA. — 13
10

AM ISTAD DE FRANCISCO DE M IRANDA CON E ST E B A N


DE A R T E A G A E N V EN E C IA

No creo, aventurado afirmar que la más importante contribución


a la prehistoria de la independencia americana ha sido la edición com­
pleta del Archivo del general Miranda. Por ella todos los estudiosos
americanistas han de estar cordialmente agradecidos a la Academia
nacional de la historiat de Venezuelat que ha facilitado así el cono­
cimiento del más interesante fondo de sus archivos* Esta imponente
colección documental permite aclarar o rectificar un sinfín de puntos
hasta ahora confusos y aun contradictorios. Entre ellos el de las rela­
ciones amistosas y políticas del precursor caraqueño con los jesuítas
hispanoamericanos en el exilio, envueltas en las más absurdas leyendas.
El estudio del doctor Ángel Grisanti*1 sobre sus contactos ideológicos
con el abate Viscardo es una muestra de cuán segura cantera pueden
hallar en aquellos tomos los que se acerquen a ellos atraídos más por
el amor a la verdad histórica que por el leve afán de lo pintoresco.
No puedo aquí abordar rápidamente una cuestión que exige un
más serio y detenido examen la. V oy a limitarme a la amistad de Mi­
randa con el primero de los jesuítas exiliados con quien tropieza en

* Publicado en la Revista nacional de cultura, 12 , núms. 78-79 (Caracas


1950) 97-103.
1 La personalidad de Juan Pablo Vizcardo y Gusmán vista a través de
nuevos documentos no conocidos en el Perú, extracto de la Rev. de la U nú
versidad de Arequipa, 27 (abril-junio 1948); [Id., L o s jesuítas a quienes cono-
ció el general Miranda (Esteban de Arteaga y Tomás Belón), en Cultura unu
versitana, 50 (Caracas 1955) 13 5* 14 5].
la [C f. Bibl., núm. 54 .]
19 6 II. Algunos grandes nombres

sus andanzas por Italia* No es un americanot sino un español penin­


sular, Esteban de Arteaga, “ una de las figuras más. insignes entre las
de los emigrados españoles“ en la opinión del más objetivo historia­
dor que hasta el presente ha tenido aquella diáspora jesuítica, Vittorio
C ían 2* Y en tal parecer abundan los más de los críticos españoles e
italianos: Menéndez Pelayo, Alfonso Par, Gregorio Marañen, Farinelli,
Natali, Debenedetti, Cavazzuti, Pasini, Masi, Mininni, Piccolo, Pan-
nain, Della Corte, R oncaglia...3*
Miranda, como todos los viajeros del XVIII — baste recordar a los
dos Goethe y a don Nicolás Moratín— , es un asiduo asistente a aque­
llos livianos teatros italianos, cuyos vicios fustiga con un desenfado
que mal disimula su complacencia* Es también un amateur de la mú­
sica y dé las tertulias literarias* Esas tres eran precisamente las predi­
lecciones “ filosóficas“ del abatino español que será su amigable cice­
rone en Venecia*
El militar caraqueño arriba desde Trieste a la ciudad de las lagu­
nas el 1 1 de noviembre de 1785 4, bien provisto de recomendaciones
para diplomáticos — López de Ulloa y Corradini— , senadores— Pietro
Zaguri, Angelo Querini— y caballeros venecianos: Pietro Rombenchi,
Francesco Giorgio Mai, Pietro Nutrizio Grisogono:.. La primera noche
sale de su posada “ Alio Scudo di Francia“ , junto al puente de Rialto,
para probar — turista gourmet y vivaz— dos platos típicos de aquella
república: el helado “ alia marraschin“ y el teatro musical* En San Be-
nedetto ve una “ ópera seria malíssima“ , y se retira al mesón del Gran
Canal, para visitar al día siguiente el impresionante Senado----en aque­
llas sus últimas décadas fastuosas y decadentes— invitado por Zaguri.

“ Después de haver comido — [escribe en su curioso diario el mis­


mo día 13 de noviembre]— tuve la visita del señor abate don Estevan
de Arteaga madrileño, ex-jesuita españolea quien embió Ulloa para
que me cumplimentase, pues él se hallava sumamente ocupado en
hacer compañía al señor de Moñino, que acavava de llegar de Flo­
rencia (hermano del difunto [ ! ] conde de Floridablanca)*“

2 C ían, 3.
3 Cf. Bibl., núms. 16, 23 y 66.
4 A r c h iv o d e l g e n e r a l M ir a n d a , II (Caracas 1929) 10-24.
io . Miranda y Arteaga en Venecia 19 7

El primer contacto fuet pues, meramente casual. Mas no lo es, a


buen seguro, el pleonasmo “ madrileño, ex-jesuíta español“ ; con él
Miranda parece reflejar irónicamente la vanidad con que se hacía pasar
en Italia por “ matritense“ — así se firma en las portadas de sus dos
principales obras: las Rivoluzioni y La belleza ideal— el mismo que
al entrar en la Compañía de Jesús el 23 de setiembre de 17Ó3, decla­
raba haber nacido el 26 de diciembre del 47 en Moraleja de Coca,
pequeña villa del agro segoviano.
El mundario abate — que no fue nunca sacerdote y que había
abandonado su orden religiosa cuatro años antes de su extinción—
prepara al ilustre viajero una tarde llena y sustanciosa: oratorio mu­
sical, “ que no estuvo del todo malo“ , en los “ Mendicanti“ , acom­
pañados por Zaguri ? visita a la literata de origen griego Isabella
Teotochi Albrizzi — “ Marini“ dice el Diario; ¿error de Miranda o
del copista?— , de quien Arteaga, según Vincenzo Monti, estuvo per­
didamente enamorado, y que habrá de consagrar a la memoria del
agudo, pero poco agraciado abate, un finísimo retrato literario5;
paseo hasta el casino de “ piazza San Marco“ acompañando a mada­
ma; y de allí “ al theatro con mi abate, que justamente ha publicado
una obra con séquito d’il theatro musical; habla mucho de música, y
esto contribuió no poco a hacerme soportar las bufonerías e inde-
censias del expectáculo de San Casán, que concluió casi a media
noche“ .
La amistad estaba ya firmemente trabada. El bagaje poco vulgar
de cultura musical y literaria que arrastraba Esteban de Arteaga,
hubo de impresionar forzosamente a aquel fino escrutador de hom­
bres que fue siempre Miranda. Entonces el abate español era ya fa­
moso en toda Italia por sus tres tomos de las Rivoluzioni del teatro
musicale italiano, que en dos años habían conseguido dos ediciones
casi contemporáneas en Bolonia y en Venecia (1783-85), y habrá de
hacerse más célebre aún por sus fogosas polémicas literarias con Ti-
raboschi, Andrés, Bettinelli y Vannetti — “ spagnoletto impastato di
nitro e di fuoco“ lo apellidará con agudeza femenina Isabella Teo-

5 I. T eo to ch i A l b r iz z i , R itr a ttf í (Venezia 1816), especialmente pági­


nas 103-105.
198 IL Algunos grandes nombres

tochi— , y por los certeros atisbos estéticos de su Belleza ideal (Ma-


drid .1789)·
El 14 de noviembre, más tertulia y más teatro:

“ Por la noche estuve con Artiaga casa de la condesa Lusa


— [ ¿ dicha, tal vez?]— , donde avía otras damas con sus chichisveos,
y se pasó el tiempo agradavlemente, preguntándome las damas con
suma curiosidad varias cosas de la América, en que manifestavan su
vivacidad y amable genio al mismo tiempo... Tomamos nuestro café
(que es el uso a todas horas, como en Turquía), y a las 9 y media
nos fuimos al theatro di San S amuele, donde me fastidié bastante
con las tonterías e indecencias del espectáculo, que aquel populacho
hacía repetir 3 veces a cada paso/*

El curioso lector podrá leer en el propio Diario, si lo desea, los


comentarios de Miranda, no muy decentes que digamos...
No veo suficiente motivo para creer que fuese Arteaga el "cice­
rone” que lo acompañó por la Dominante durante los siguientes días,
en que el furibundo neoclásico admirará más la cuadriga de San
Marcos que no el magnifícente templo bizantino, y aun se atreverá a
llamar “ porquerías” a los exuberantes edificios barrocos de Venecia.
Muy interesante sería un estudio de las reacciones estéticas — y an­
tiestéticas— de ese hombre singular, tan siglo XVIIL
El día 19, tumbado en cama por la jaqueca, recibe, con todo, la
visita del “ amigo Arteaga” , quien le llevó “ una lista de los jesuítas
américo-españoles que están actualmente en Bolonia, cuios nombres
se puede recordar” ; y el 20 acude por última vez, seguramente acom­
pañado por el mismo abate, a la tertulia de la condesa Albrizzi* “ Ésta
— [escribe]— me hizo mis pequeñas finezas al tomar café y después,
al darle el brazo para acompañarla al casino...; de modo que no
faltó ia quien me felicitara a la oreja y augurase bien si io retomava
a Venecia/* No sería el tal nuestro enamorado Arteaga, probable­
mente*
Parte Miranda inmediatamente para Bolonia con la lista de los
jesuítas “ américo-españoles** en el bolsillo; y el creador de una logia
“ masónico-jesuítica” (!) en favor de la independencia de América no
parece que se preocupase lo más mínimo por aquellos fantásticos co-
io. Miranda y Arteaga en Venecia i9 9

laboradores. En la ciudad del Reno anota los nombres de las perso­


nas que frecuentat las veces que asiste a los teatros y a otros centros
de vida alegret y a ellos no les dedica ni media línea. La admiración
por Viscardo — con quien no llegó a tener contacto personal alguno—
no basta para dar otra explicación que la de una boutade humorís­
tica a la respuesta que anos más tarde dará él mismo a Fouché cuan­
do le preguntó con qué medios contaba para la independencia de
América: la ayuda de Inglaterra y el poder de los jesuítas — que ya
no existían, como tales, ni en América, ni en España.
í

1 i .
11

EL ARCH IVO LIN GÜ ÍSTICO DE H E R V Á S E N ROMA


Y SU REFLEJO E N W ILHELM VO N HUM BOLDT

Los límites de este trabajo vienen ya precisados por el mismo tí-


tulo.
Se trata sólo de los manuscritos de Lorenzo Hervás y Panduro L
ya sean redactados por él, ya simplemente por él recibidos de sus múl-
tiples colaboradores: archiva.

# Publicado en AHSI 20 (1951) 59-116. Las abreviaciones CLARK y Masón


se refieren a los estudios señalados en las notas 14 y 15. Véanse en la nota
31 las obras de Hervás más frecuentemente citadas. La acomodación de las
referencias a la nueva numeración marginal es obra de Ignacio Riera S. I.
1 Nacido en Horcajo de Santiago (Cuenca) el 10 mayo 1735? entrado en la
provincia de Toledo de la Compañía de Jesús el 29 setiembre 1749; desterrado
en 1767, residió en Cesena hasta 1784, en que se trasladó a Roma? de 1799 a
1802 residió en España; vuelto a la ciudad eterna, murió allí el 24 agosto 1809.
Bibliografía esencial: F. CABALLERO, Conquenses ilustres, I. Abate Hervás (Ma­
drid 1868); E. d e l P o r t il l o , L . H. S u vida y sus escritos, RyF 25 (1909) 34-
50, 277-292; 26 (1910) 307-324; 27 (1910) 176-185? 28 (1910) 59-72, 463-475;
29 (1911) 329 -339 » 438 -458 ; 30 (1911) 319-327; 31 (1911) 20-34, 331-339 ; 32
(1912) 14-28, 199-210; 33 (1912) 198-214, 448-460? [A. G o n z á l e z P a l e n c ia ,
Miscelánea conquense, i . a ser. (Cuenca 1929) 199-296; Id ., Eruditos y librea­
ros del siglo X V III (Madrid 1948) 179-279]; J, Z a r c o C u e v a s , Estudios sobre
L. H. y P ., I. Vida y escritos (Madrid 1936); [F. L á z a r o C a r r e t e r , ob. cit.
en Bibl., núm. 55 (págs. 69-71, 100-112); L . S á n c h e z G r a n je l , Las ideas mé-
dicas de H . y P ♦, en O Instituto, 115 (1953) 236-253; Id ., Las ideas antro-
pólógicas de H ♦ y P ., separata del Bol. informativo del Seminario de derecho
político (Salamanca 1955); C . G a r c ía G o ld á RAZ, U n discurso inédito del
P * L. H. y P. sobre colecciones canónico-españolas en bibliotecas de Roma,
en Cuadernos de trabajos de la Escuela española de historia y arqueología en
Roma, 11 (1961) 143-224].

Ba n c o de la r e p ú b l ic a
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARAN GO

CATALOGACION
202 IL Algunos grandes nombres

Y exclusivamente de sus manuscritos lingüísticos: caent por tan-


tot fuera del marco sus obras teológicas y bibliográficas 2.
Al decir en Roma no se pretende imponer una arbitraria limita-
ción geográfica: los manuscritos hervasianos conservados en España 3
no son directamente lingüísticos; sólo de un modo indirecto podrían
rozar este asunto algunas cartas del Archivo de la Compañía en A l­
calá 4, pero en conjunto sus papeles de interés filológico se han con­
servado en Roma*
Con ello se intenta una reconstrucción ideal de su archivo parti­
cular, tal como lo dejaría él al morir en el colegio romano a los 24
de agosto de 1809*
Los papeles de su propio aposento o de su despacho, su albacea
Ramón Diosdado Caballero los dejaría de momento formando un
todo único* Al reorganizarse poco después el colegio romano tras la
restitución del mismo a la Compañía por León X II en 1824, los es­
critos de Hervás que eran propiamente obras o borradores de obras
pasarían a la biblioteca general, y con ellas algunos papeles sueltos y
cartas: con la secularización de los bienes de religiosos en 1873 esa
parte pasó a la Biblioteca nazionale Vittorio Emanuele II (ms* 6)* Mas
el conjunto de sus apuntes de trabajo se consideraría más bien una
pieza archivística, y muy pronto, ciertamente antes de 1826 por lo
que luego expondré, pasó al Archivo central de la Compañía, enton­
ces en el G esü: tal es el origen del legajo Opp. N N . 342 del actual
Archivo romano de la Compañía de Jesús (ms* i)*
Durante los últimos años de su vida, Hervás y Panduro ejerció el
cargo de bibliotecario pontificio del Quirinal* Allí tendría la mayor y
mejor parte de su propio archivo, la cual sería luego trasladada a la
Biblioteca apostólica vaticana y encuadernada en tres gruesos volú­

2 La bibliografía de H. puede hallarse en las obras cit. en la n. 1, y en


IV, 318-325; Uriarte y Lecina, en sus papeletas mss. para la
S o m m er vo g el,
continuación de su B ib lio te c a , completaron y perfeccionaron la sección de im­
presos, pero dejaron en embrión lo referente a mss.
3 Bibliotecas nacional y universitaria de Madrid, Archivo histórico nacio­
nal, Archivo de la provincia de Toledo S. I» en Alcalá de Henares, bibl. que
fue de Fermín Caballero, Archivo de la provincia de Castilla S. I. en Le­
yóla.
4 Ms. 1530.
ii* Hervás y W . von Hum boldt 203

menes (mss* 2-4)* Pero alguna pieza pudo quedar dispersa, como la del
ms* 5, y con la entronización de la casa de Saboya en Roma, y más
exactamente en el mismo Quirinal, pasó a formar parte del naciente
Archivio di Stato.
En los autores de la talla de Lorenzo Hervás — grandes, pero no
sumos— sus archivos privados suelen tener poca importancia* Mas
en el caso presente la realidad es muy otra, pues los materiales recogi­
dos por el lingüista español superan en importancia a sus obras impre­
sas* Tal es el parecer autorizadísimo de Wilhelm von Humboldt, que
le conoció y trató personalmente en Roma siendo representante del
rey de Prusia cerca de la Santa Sede, desde el 25 de noviembre de
1802 hasta fines de 18 0 8 : “ Acumuló — dice— con su laboriosidad
muchísimos materiales, y hubiera sido de desear que los hubiera ela­
borado con mayor método y exactitud“ 5*
Esta frase compendia exactamente el parecer del gran filólogo
y esteticista del romanticismo germánico, parecer repetido frecuen­
temente en sus escritos alemanes y franceses6, y que en fin de cuen­
tas responde a la impresión que recibe quienquiera se acerque a los
cinco últimos tomos de la Idea delVuniverso con espíritu objetivo y
crítico* Sobre Hervás tiene Humboldt algunas frases más duras en su
correspondencia privada con Friedrich August W olf: “ El viejo Her­
vás — [le escribía desde Roma el 15 de abril de 18 0 3]— es un
hombre desorientado y sin base* Pero sabe mucho, y posee un increí­
ble caudal de noticias, y por ello es siempre útil“ 7* Pero en sus es-

5 Inwiefern lässt sich der ehemalige CulturZustand der eingebornen Vol­


ker Amerikas aus den Überresten ihrer Sprachen beurteilen?, escrito en 1823,
Gesammelte Schriften, V (Berlin 1906) 1-30 (v* pág. 2).
6 Vid. infra, n. 22.
7 Gesammelte Werke, V (Berlin 1846) 258, carta 64; en el mismo doc.,
poco más arriba, pág. 251, le dice que sobre cierto ms. de Cicerón con escolios,
que antes estaba en el colegio romano, había hablado con Marini, De Rossi y
Hervás. Es lástima que precisamente para los años 1802-15 nos falte el diario
de W. v. H .; en los años precedentes nos habla de Esteban de Arteaga, a
quien conoció en París, el 20 de marzo 1799: “Bibliothekar des Chevalier Aza­
ra —escribe—. Ein kleines feuriges Männchen, eingenommen von seinen Mey-
nungen, ziemlich verächtlich aburtheilend über andre; doppelter Eigensinn und
Eigenliebe, des Alters und des Spaniers“ ; da el contenido de su Belleza ideal y
de sus inéditas Dissertazioni musicales, en las que admira “die einige ziemlich
gut vorgetragene Gelehrsamkeit, sonst aber nichts rechtes enthielt“ : Tage-
204 IL Algunos grandes nombres

critos públicos utiliza con frecuencia los datos aportados por el espa­
ñol en sus obras italianas 8 y reconoce sus altos méritos en el campo
de la lingüística 8
9t como su hermano Alexander reconocía los mere­
cimientos de Hervás y de otros compañeros suyos de destierro en los
dominios de la etnología americana10* Sit pasada la época de F. A*

bûcher , IIt 1799-1835» en G. Schriften» XV (Berlin, 1918) 13; en la pág. 171


habla del fondo Burriel, en Toledo.
8 Versuch einer Analyse der mexicanischen Sprache, 1821, G. Schriften,
IV (Berlin 1904) 233-284, donde utiliza la Idea delVuniverso de L. H. (pág. 240)
y la Storia antica del Messico de Clavigero (pág. 235). En el escrito cit. en la
n. 5 afirma Humboldt que merced a Gilij y a Hervás se tiene ya un cono­
cimiento de las lenguas americanas muy distinto del de cincuenta años antes :
"Gilij brach zuerst die Bahn —escribe—... Leider aber leistete Gilij bei weitem
nicht, was zu seiner Zeit, wo noch so viele mit den Süd Amerikanischen Spra­
chen vertraute Missionarien lebten, in der That noch möglich war, und seine
Angaben sind oberflächlich, mangelhaft und zum Theil irrig. Er haschte mehr
nach auffallenden und sonderbaren Eigenthümlichkeiten, als er den Bau der
Sprachen schlicht und einfach darzustellen versucht. Unendlich mehr verdankt
man Hervas” (G. Schriften, V, 1-2), y a continuación viene el juicio copiado
antes en el texto correspondiente a la n. 5. "Erst Vaters einsichtsvollem and
unermüdlichem Fleisse gelang e s —prosigue W. v. Humboldt—, alle bisher zer­
streut vorhandenen Nachrichten über americanische Sprachen zu sammeln, und
methodisch zusammenzustellen”.
9 Hervás fue uno de los que incitaron el interés de W. v. Humboldt por
la lengua vasca y sus inexhaustos problemas; vid. principalmente Idea délVunú
verso, XVII, 199-233, e infra, índice de lenguas. W. v. Humboldt lo cita repe­
tidamente en sus Berichtigungen und Zusätze Zum ersten Abschnitte des Zwei'
ten Bandes des Mithridates über die Cantabrische oder Baskische Sprache,
1811, G. Schriften, III (Berlin 1904) 222-287 (v. págs. 230, 249, 273), y en
Prüfung der Untersuchungen über die Urbewohner Hispaniens vermittelst der
vaskischen Sprache, 1821, G. Schriften, IV, 57-232 (pág. 62, sobre Hervás y
Larramendi). Vid. también sus notas de viaje Cantabria, G. Schriften, III, 114-
135; Ankündigung einer Schrift über die vaskische Sprache und Nation, nebst
Angabe des Geschichtspunctes und Inhalts derselben, G. S., III, 288-299; L>i'e
V a sken ...t G. S., XIII (Berlin 1920) 1-196; y los Tagebücher > I-II, G. S., XIV-
XV (1916-18). Cf. J. GÁRATE, G . de Humboldt: estudio de sus trabajos sobre
Vasconia (Bilbao 1933) y A. Farinelli, Humboldt et VEspagne2 (Torino 1936).
10 A. v. Humboldt sigue las trazas de la Aritmética délie nazioni de
L. Hervás en Des systèmes des chiffres en usage chez différents peuples...»
1829, trad. fr. de F. Woepcke, extracto de Nouvelles Annales de mathéma-
tiques, t. X* s. a.; en su Essai politique sur le royaume de la Nouvelle Es -
pagne2 (4 vols. Paris 1825-27) cita también a L. Hervás (III, 35), pero se
basa mucho más en los datos de otros ex-jesuitas: Clavigero, Landívar, Már-
ii« Hervás y W . von H um boldt 205

Wolf, J, C. Adelung y J« S. Vater n, la lingüística alemana ha mini"


mizado hasta lo increíble el puesto que él ocupa en la historia de esa
disciplina — al tiempo que el inglés Max Müller se complacía en enu-
merar sus agudos atisbos, y que el español Meíiéndez Pelayo lo ape-
llidaba a boca llena “ padre de la filología comparada“ — *112t la revi"

quez, Venegas, del Barco, Molina. Sobre Clavigero y Molina vid. también
Ansichten der Natur mit wissenschaftlichen Erläuterungen (2 vols. Stuttgart"
Tübingen 1849) con datos curiosos sobre el Orinoco y sobre la desaparición de
la lengua maipure? sobre Clavigero y Márquez, Vues des cordillères et monu-
mens des peuples indigènes de VAmérique (2 vols. Paris 1816); sobre Clavigero,
Landivar y Molina, Kosmos, Entwurf einer physischen Weltbeschreibung (5
vols. Stuttgart"Tübingen 1845-62), sobre todo II, 480, y IV, 552. Como digo
luego en el texto, Alexander von Humboldt se encontró en Roma con Wilhelm
el año de 1805 a su regreso de América, cuando fue a Italia en viaje de estudio
con Gay-Lussac (v. E. T. H a m y , Lettres américaines d f Alexandre de Humboldt,
1798-1807, Paris [1904], págs. 187-200), pero no me consta que con esta oca­
sión entrase en relación personal con Hervás.
11 J. C . A d e l u n g -J. S . V a t e r , Mithridates oder allgemeine Sprachenkunde
mit dem Vater Unser als Sprachprobe in bey nahe fünfhundert Sprachen und
Mundarten (4 tomos, el III en 2 vols., Bonn 1806-17). La colaboración de Vater
comienza en el it.· II. En el t. I el artículo sobre las lenguas de las islas Filipi­
nas (págs. 612-614) depende directamente de L. Hervás y, por su medio, de
La Fuente y Tornos (v. infra, índice de colaboradores); en el apéndice final (I,
643-676) se da la Litteratur der vorhandenen Vaterunser Polyglotten, desde las
antiguas colecciones de Johannes Schilderberger (1427 ca.) y G. Postei (1538),
hasta las de L. Hervás (1787), G. v. Bergmann (1789), E. Fry (1799) y J. J. Mar­
cel (1805), que son las cuatro últimas; Adelung toma una serie de datos bio­
gráficos erróneos de L. Hervás de un artículo de su sobrino, F. Adelung, en
Geographischen Ephemeriden, VIII, 544-554. Más adelante se tratará de la
dependencia del Mithridates con respecto a L. Hervás en lo que toca a las
lenguas americanas. La minimización máxima de este último aparece sobre todo
en A. F. POTT, Wilhelm von Humboldt und die Sprachwissenschaft (2 vols.
Berlin 1876), sobre todo en las págs. LXXXVi sigs. “Die Sprachwissenschaft vor
und neben Humboldt“ ; véase, con todo, el elogio de L. Hervás por el mismo
Pott en carta a J. R. Cuervo, 9 junio 1876, en J. R. C u e r v o , Disquisiciones
sobre filología castellana, ed. de R. Torres Quintero, “Publicaciones del Ins­
tituto Caro y Cuervo“, IV (Bogotá 1950) 476.
12 Max Müller en la IV de sus Lectures on the Science of Language, 1861
(London 1862) 109-139, sobre “The classificatory stage in the science of lan­
guage“, lo antepone a Gebelin y lo alaba por haber sabido ver que en lingüística
no basta la comparación de las palabras si no se llega hasta la estructura gra­
matical; por haber adivinado el, parentesco entre las lenguas semíticas, fijado
el grupo fino-hungrio, señalado el interés del celta y del vasco, estudiado las
2 q6 II. Algunos grandes nombres

sión ecuánime y ponderada que el filólogo danés Vilh. Thomsen hace


de la historia de la lingüística 13, fija al fin el valor de las obras del
ex*jesuíta en lo que se refiere a la filología americana principalmente.
Con todo esot aun admitiendo como un mérito no pequeño de
Hervás y Panduro el haber sistematizado por vez primera las fa*
milias de lenguas y de dialectos del nuevo continente 14, entre su
Catalogo delle tingue (1784) y el Mithridates de Adelung y Vater
(180Ó sigs,) no han transcurrido sólo veintidós años, sino los milenios
genesíacos necesarios para que una primera nebulosa se concretase
en un sistema astronómico definitivo; y en nuestros días sigue te·*
niendo vigencia la frase de Humboldt de que los materiales manus*
critos de Hervás son más importantes que sus mismas obras cons*
tructivas,
# # #

Abarcando en su conjunto los seis manuscritos que a continua*


ción se describen y estudian, vese fácilmente que — descontadas al*
gunas brevísimas e intrascendentes piezas, desconectadas de todas
las restantes (ms. 1/ 5 , 6 [65, 66])— su contenido puede agruparse
lógicamente en cuatro categorías:
i , a Materiales utilizados en la preparación de sus obras impresas
italianas, particularmente de la serie lingüística de su Idea delVuni*
verso (tomos X V II* X X I): en primer lugar la correspondencia co*
piosísima con Francisco Xavier Clavigero sobre las lenguas de la
América septentrional (ms, 3/9 [138*158 ]) y con Joaquín Camaño
(ms, 3 / 3 [78*106]) y Filippo Salvatore Gilij (ms, 3/7 [110 * 12 2 ])
sobre las del Sur, sin contar la correspondencia varia con otros com*

lenguas malayas, oceánicas y de Madagascar (págs, 135*139); vid. MENÉNDEZ


P e l a y o , Heterodoxos , III, 383*384.
13 Sprogvidenskabens historie en kortfattet fremstilling af dens hovedpunk*
ter, “Samlede afhandlinger”, I (Kovnhavn*Christiania 1919) 1*106; sobre L.
Hervás págs. 42*43.
14 J. Alden Mason, en su estudio sobre T h e Languages of South American
Indians, en J. H. S t e w a r d , Handbook of S. A, Indians, VI (Washington,
Smithsonian Institution, 1951) I 57"3 i 7, dice que “modem classification began
with Brinton in 1891“ (pág. 166).
ii. Hervás y W. von Humboldt 207
pañeros de destierro14a: José de Silva, Ramón Diosdado Caballero,
Francisco Gomes, Alvaro Vigil, Ignacio Montero, Antonio Burriel, Ma­
nuel Colazo, Juan de Ossuna, José García Martí, Francisco Gusta,
Francisco Xavier Alegre, Lorenzo Ign. Thjulen y con Stanislao M. Ge-
raci (ms. 3/8 [12 3 -13 7 ]). De todo este material sólo una parte había
sido estudiada ya por Charles Upson Clark 1S, y exclusivamente des­
de el punto de sus nuevas aportaciones al conocimiento de la lingüís­
tica y de la etnografía americanas; aquí en cambio se considera este
aspecto y también el otro, no menos importante, de la inclusión o
reelaboración de esos datos en las obras de Hervás. Como todo este
material epistolar debería ser publicado «por entero en un corpus sobre
los ex-jesuitas expulsos, aquí me limitaré a dar una breve idea del
contenido de cada carta. En varios de estos manuscritos romanos se
nos han conservado también otros materiales previos para los to­
mos X V III y X IX (ms. 1 / 1 [ 1] ) , para el X X (ms. 1/ 2 [2-30]) y para
los X V III-X X I (mss. 1/ 3 [ 3 1 ] ; 3/1» 2, 10 [73-77t 159])*
2.a Borradores de las refundiciones castellanas. Hervás no tradu­
cía estrictamente sus obras, sino que las refundía al verterlas al es­
pañol; y, como trabajaba de un modo excesivamente apresurado — el
epistolario nos revela que las consultas más elementales las hacía cuan­
do la impresión de la obra estaba ya en curso—, las traducciones
suelen ser siempre mucho mejores que los primeros originales. Si aquí
doy siempre las referencias a los textos italianos, es porque el estudio
de los manuscritos intenta precisamente revelarnos la gestación de
éstos, los cuales, por otra parte, son casi los únicos conocidos y citados
en Europa fuera de España. Hállase aquí el primer esbozo de tra­
ducción, inédita, de la Storia della ierra (ms. 2 / 1 [67-70]); y una
verdadera refundición ampliada del tratado II de la Aritmética delle
nazioni (Idea dell’universo, X IX , 163-200) es también la obra fragmen­
taria e inconclusa que el mismo Hervás intituló Historia de los ca*
lendarios, o sea de la división del tiempo en todas las naciones
conocidas (ms. 2/2 [7 1 -*72]), de la que viene a ser sólo una parte

14a [Sobre Ossuna vid. G . C . ROSSI, La Spagna nelle “ Noticie letterarie”


(Cesena 17 9 1-17 9 2 ) di Juan de Ossuna, en Filología romanza, 3 (1956) 90-105.]
15 C . U . C l a r k , Jesuit Letters to Hervás on American languages and Cus-
toms, en Journal de la Société des américanistes, n. s., 29 (Paris 1937) 97^45♦
208 II. Algunos grandes nombres

desgajada, pero completa y una en sí misma, el escrito División pri­


mitiva del tiempo entre los bascongados, usada aún por ellos (ms* 5
[184]), descubierto en el Archivio di Stato de ‘Roma por el padre
Ignacio Iparraguirre y publicado por José de Olarra 16*
3*a Obras nuevas, inéditas, en borrador* Las dos que se describen
en el presente estudio no son propiamente lingüísticas, pero se in­
cluyen aquí por aparecer en códices de carácter filológico: Situación,
estensión y límites de la primitiva Celtiberia... (ms* 4/2 [183]), cuya
copia en limpio, dispuesta para la imprenta, poseía Fermín Caballe­
ro 17, y la Doctrina y práctica de la Iglesia en orden a las opiniones
dogmáticas y morales (ms* 6/1 [185])*
4*a Materiales para obras, en preparación* A las acotaciones de
Hervás ál original de José Lino Fábrega 17a sobre el códice mexicano
del cardenal Borgia, en orden a la obra inédita Primitiva población
de América y explicación de insignes pinturas mejicanas históricas...
(ms* 6/2 [186]), superan, y con mucho, en interés los copiosos apun­
tes destinados a su obra inconclusa Elementi grammaticah delle Un-
gue americane... con un saggio degli elementi di alcune lingue asta-
tiche, africane ed europee (mss* 1/4 [32-64], 3/2C [7 7 ], 4/1 [161-
182]), y con sus correspondientes Vocabolari (mss* 3/11 [160] y
1 / 2 [2-30])* Por eso me detendré algo más en este punto*

Ayudado Hervás por los mismos colaboradores que halló para


su Catalogo delle lingue — antiguos misioneros de América y de
Oriente, compañeros suyos de exilio— comenzó muy pronto a pla­
near una obra complementaria, formada por los resúmenes grama­
ticales de las lenguas que él consideraba como matrices, más un
breve vocabulario de cada una de ellas* Ya en la misma introduc­
ción a aquel famoso Catalogo, después de informar al lector de la
ayuda recibida de los ex-jesuitas desterrados, añadía:

16 Hallazgo del tratado de Hervás y Panduro, División primitiva del tiem­


po entre los bascongados usada aún por ellos, en Boletín de la R ♦ Sociedad
vascongada de Amigos del país, 3 (1947) 291-354*
17 Abate Hervás, 16 1-16 8 .
17a [Estudio 3 3 .]
n* Hervás y W. von H um boldt 209
“ La gran diferencia que mediá así en las palabras como en el
artificio de las lenguas» la notará quienquiera que lea los elementos
gramaticales y el diccionario de varios idiomas» que publicaré, y la
oración dominical, que daré literalmente traducida a muchísimas
lenguas” 18*

Esta última promesa la cumplió en el tomo X X I de su Idea


déWuniverso, con el título de Sctggio pratico delle lingue, pero la
primera quedó incumplida*
Su primera intención fue limitarse a las lenguas de América*
Él mismo habla de los “ elementos gramaticales que he reunido y es­
crito de dieciocho lenguas americanas, con diccionarios de más de
treinta lenguas” 1920
, y en un aviso inicial publicado en el reverso de
la misma portada, especificaba cuáles fuesen esas lenguas:
“ El autor, para cumplir lo que promete en este Catalogo de las
lenguas, publicará muy luego el compendio de sus elementos grama­
ticales* La primera parte abarcará los de las lenguas americanas, a
saber, chilena o araucana, guaraní, omagua u homagua, chikita, lule,
mocobí, mbayá o guaicurú, maipure, tamanaca, betoi, yarura, perua­
na o quichua, aimará, moxa» mexicana, maya o yucatana, otomita,
algonkina y cochimí.. ^

No le fue tan fácil adquirir los datos necesarios para ultimar in­
mediatamente ese trabajo, según se entrevé en su carteo con Joaquín
Camafio y con Xavier Clavigero (ms* 3/3» 9 [78-106, 138-158]),
y fue dándole largas* Luego se entretuvo en la refundición española
de sus escritos italianos, en sus obras teológicas, bibliográficas y apo­
logéticas, y en la ampliación de su plan primitivo, abarcando tam­
bién, además de las lenguas americanas, otras de Europa, Asia y
África* En 1799-1802 se interpuso su temporánea vuelta a España, y
al regresar a Roma dejó finalmente esa obra inconclusa e inédita*
Según ha podido verse, cuando Hervás publicó su Catalogo delle
lingue aún no tenía bien determinado qué lenguas americanas había
de elegir para sus Elementi: en el texto decía que serían dieciocho,

18 Idea dell* universo, X V II , 9.


19 Ibid.t 12*
20 Ibid., 13*

L. HISPANO-ITALIANA. — 14
210 II. Algunos grandes nombres

y en el aviso editorial enumeraba diecinuevet una de la América


boreal —-la algonquina— , y las restantes de las colonias hispano·'
lusitanas* A ellas añadió la lengua cacchi de Guatemala (ms* 3 /2c
[77]) cuando a fines de 1784 pudo trasladarse de Cesena a Roma 21,
y conocer aquí al dominico fray Miguel Zaragozat procurador de
aquella misiónt quien había traído consigo un indio de esa lengua
llamado Tot Baraona (ms. 3/2ab [74*76])*

Los elementos gramaticales de lenguas no americanas que con el


tiempo fue incluyendo en su proyecto primigenio, son los del irían*
dés, elaborados por Hervás sobre un primitivo texto manuscrito de
Charles O'Conor júnior, a quien conoció y trató en Roma (ms* 4 /1 a
[16 2 ]) ; de las lenguas nórdico*germánicas (ms* 4 / ib [16 3]), franco*
teotisca (ms* 4 / ik [171])» flamenca (4/in [i74 ])t inglesa, alemana
y sueca (4/ip [17 6 ]), simples extractos de otras gramáticas impresas,
fuera de esta última, que es obra del ex*jesuíta escandinavo L* I*
Thjulen; de la mayor parte de las lenguas y dialectos eslavos (ms*
4/ie*hlm [166*169, 17 2 , 17 3 ]) y fino*hungrios (mss* i/ 4 ff [6o],
4 /10 [17 5 ]), del portugués (ms* 4 /11 [170 ]), albanés (ms* 4 /ic
[164]) y griego moderno (ms* i/q h h [62]), todos ellos resúmenes
de precedentes gramáticas*
Un origen semejante tienen los elementos de una sola lengua
africana, la caconga (ms. i/4 k k [64]), y de varias orientales: turca
(ms* 1/4CC [57]), malabar (ms* 1/4X [52]), tamul (ms* i / 4y [53]),
canarina (ms* 1/4Z [54])» talinga (ms* i / 4aa [ 55])t árabe*indostánica
(ms* i / 4bb [56]) y siamesa (ms* 1/4U [51])? para ellas pudo dispo*
ner Hervás de las ricas colecciones de gramáticas exóticas, impresas
o manuscritas, de la biblioteca de Propaganda Fide en Roma* En
cambio, tienen el valor de una elaboración de primera mano el com*
pendió de la lengua hebrea, compuesto por Joaquín Ochoa (ms* 4 /isx
[179, 182]), y el de los idiomas de las Filipinas (ms* i/4 q [48]),

21 El 23 setiembre 1784 enviaba L . Hervás a Azara desde Cesena sus to*


mos X W X V I I , y le pedía licencia para estudiar durante tres meses en “ algunas
librerías de Roma, en donde solamente se encuentran libros propios del asunto“ *
A E E R , 3 56 /18 . — Obtenido un permiso temporal, lo convirtió después en per*
petuo. De sus primeros años de estancia en Roma son la mayor parte de las
cartas publicadas en el Estudio 12.
ii. Hervás y W. von Humboldt 211

para los que tuvo por directos informadores a los ex-misioneros Ber­
nardo de la Fuente y Juan Antonio de Tornos principalmente.

El mismo valor desigual, según las fuentes, tienen los elementos


gramaticales de las lenguas americanas, que constituyen no sólo el
grupo inicial, sino el más importante de todos, sin disputa.
He dicho ya lo bastante de la gramática cacchi. De las dieciocho
de la América hispánica de que nos hablaba Hervás en su Catalogo,
carecemos de datos sobre las lenguas aimará y m oxa; de la cochimí,
el único que la conocía, Miguel del Barco (ms. 3/9kn [148 , 15 1]) ,
no fue capaz de hacer un resumen de su morfología. Para la quichua
y la chiquita, pidió Hervás ayuda a su fidelísimo Joaquín Carnario
(cf. ms. 3/^aa [10 2 ]), quien realmente le complació (ms. 1, f. i45r
[36]), pero ambas gramáticas han desaparecido del archivo herva-
siano. Nos quedan, pues, catorce de las dieciocho anunciadas, más la
abipona (ms. i/4 e [37]), que Hervás extractó luego de la obra de
Dobrizhoffer publicada en Viena aquel mismo año 1784.
Como ésta, algunas de las restantes carecen casi de valor, por ser
simples resúmenes de precedentes gramáticas publicadas: tal es el
caso de la araucana (ms. i/4 a [33])» calcada en la anterior de Andrés
Febrés (Lima 1764); de la lule (ib. d [36]), basada en Antonio Ma-
choni (Madrid 17 3 2 ); de las lenguas del Orinoco, y en especial de
la tamanaca y maipure (ib. h-k [40-42]), resumidas de Gilij (Roma
1780-81).
Otras veces Hervás, tomando por base gramáticas anteriores, las
completaba con la ayuda de sus compañeros de destierro : varios ex­
misioneros le ayudaron en los elementos del guaraní (ms. i/4b [34]),
además del ya clásico arte y vocabulario del padre Ruiz de Montoya;
y Domingo Rodríguez le completó lo que ofrecía el padre Gabriel
de San Buenaventura en su gramática maya (México 1684).
Sólo una vez, además del caso de Joaquín Camaño para las len­
guas quichua y chiquita, incluyó Hervás en sus elementos gramati­
cales un trabajo ajeno sin modificación: aludo a la gramática mbayá,
guaicurú o eyúayegi, autógrafa de José Sánchez Labrador, y escrita
en castellano (ms. i/4 g [39]). En general el lingüista reelaboraba
los materiales que le enviaban sus amigos, dándoles una estructura
más o menos homogénea: hízolo así con los trabajos previos de
212 IL Algunos grandes nombres

Raimundo de Termeyer sobre la lengua mocobí (ib* f [38]), de José


Padilla sobre la betoi (ib* 1 [43]), de José Forneri sobre la yarura
(ib* m [44]), de Clavigero (cf* ms* 3 /9b [140]) y de José Lino Fá-
brega sobre la mexicana o azteca (ms* 1/411 [45])t de Tomás San­
doval sobre la otomita (ib* o [46])*
Aunque Hervás no haya concluido su obra y la haya dejado iné­
dita, no por ello se puede decir que sus esfuerzos por reunir esos
sucintos elementos gramaticales hayan resultado baldíos para la lin­
güística* Wilhelm von Humboldt, durante los años que estuvo de
embajador de Prusia en Roma, fue el conducto por el que esos ele­
mentos gramaticales, en lo que tenían de más valor, entraron en la
circulación de los conocimientos filológicos europeos* En su Essai sur
les langues du nouveau continent, del año 18 12 , después de alabar
los trabajos lingüísticos de los misioneros en general, escribe:
“ Pero cuánto más nos gustaría que se hubiera dado más libertad
a los misioneros y se les hubiera procurado más medios para penetrar
más en el país, en vez de dejar que la intriga y el partidismo supri­
miesen la orden de los. jesuítas (que tal vez necesitaba una reforma),
destruyendo así con saña su obra en las más remotas partes de la
tierra (cosa que causará asombro a la posteridad, menos parcial y
menos ingrata); que los misioneros mismos hubiesen tenido más
cuidado en conservar sus trabajos sobre las lenguas indígenas; y que
al menos hubiera sido posible recoger y adquirir cuanto en efecto
existe aún, así impreso como manuscrito*”

Y , en nota, precisa exactamente los méritos y los defectos de


nuestro H ervás:
“ Feliz idea fue del abate Lorenzo Hervás, muerto en Roma el
año 1809, la de preguntar, poco después de la expulsión, a los jesuítas
llegados de América a Italia sobre las lenguas indígenas, que muchos
de ellos dominaban perfectamente* Sólo que hubiera sido de desear
que este hombre laborioso hubiera tenido más orden y método en sus
propias ideas, y sobre todo que hubiera escrito e impreso con mayor
corrección las palabras extranjeras que cita* En los pasajes de sus
numerosas obras que he podido comparar con otros libros, he hallado
desgraciadamente muchas inexactitudes*”
n* Hervás y W. von Humboldt 2 13

Refiriéndose más estrictamente a esos Elementi gmmmúticali de


Hervás y a los materiales lingüísticos que le trajo de América a Roma
su hermano Alexander, Wilhelm von Humboldt continúa:

“ Por mi parte, he tenido ocasión de hacer algunas adquisiciones


en España» y, sobre todo» he aprovechado las memorias manuscritas
que [Hervás] había hecho redactar a jesuítas italianos y españoles?
él no las ha publicado nunca» y me las ha permitido copiar durante
mi permanencia en Roma“ 22*

En efecto» en el £♦ i45r del ms* 1 escribió el propio Hervás» en


italiano» después1 de saludar al barón de Humboldt» la lista de las
gramáticas que le enviaba el 13 de agosto 1805 $ las de las lenguas
abipona» omágua y lule» “ con un quinterno del famoso ex-jesuita
Camaño» que sabía ocho lenguas, y está escrito por él; el quinterno
versa sobre la lengua quichua“ * Probablemente al devolverle Hum­
boldt esos primeros cuadernos, le prestaría Hervás los restantes, que
anotó en esta misma página, con carácter del mismo período, pero
con una pluma más fina y con tinta algo más clara: “ Además, las
lenguas mocobí, yarura, betoi, yucatana, otomita, mbayá (dos quin­
ternos), guaraní, mexicana (dos quintemos) = 1 1 gramáticas“ ; tal
es su número si no se cuentan los cuadernos de Camaño sobre el
quichua* En resumen, pues, Wilhelm von Humboldt consultó, y pro­
bablemente copió o hizo copiar por entero, todo el material sobre

22 G. Schriften, III, 304-307 (el Essai cit., en las págs* 300-341). Las mismas
ideas en el ya cit. Versuch einer Analyse der mexikanischen Sprache, de 18 2 1,
G. S*, IV , 239. Y en su ensayo Über die Verschiedenheiten des menschlichen
Sprachbaues, de 1827-29, G . S ., V I , 111-3 0 3 , volvió aún a escribir: “ Ein gros­
ser Schatz der Sprachkentniss gieng so [con la expulsión de los misioneros de
América] einmal verloren* Glücklicherweise versuchten, jedoch leider nicht früh
genug nach dem Ereigniss, zwei würdige Männer [M urr y H ervás], in Deutsch­
land und Italien, ohne Verabredung, jeder von nützlichem Sammelgeiste
und auf Sprachverschiedenheit gerichteten Sinn geleitet, die Überreste jener
Kentniss zusammenzubringen und zu benutzen. Sie veranlassen die zurückge­
kommenen Exjesuiten dasjenige aufzuschreiben, was ihnen noch von jenen Spra­
chen, von welchen einige eine bewundernswürdig ausgedehnte Kentniss besas-
sen, beiwohnte, und erhielten auf diese Weise Grammatiken, Wörtersammlun­
gen und Proben von Sprachen, von welchen, ohne sie, jede Spur verloschen
wäre“ (pág* 134)*
214 IL Algunos grandes nombres

América conservado en el ms. i /4a-p [32-047], descontados sólo


los elementos del guaraní, que podía conocer a través de otros mu­
chos textos impresos, y del araucano, tamanaca, maipure, más otras
lenguas del Orinoco, sobre las que Hervás casi no había hecho más
que extractar las precedentes gramáticas del catalán Febrés y del
italiano Gilij* Dos años más tarde, anotaba en español, debajo de
la fecha 13 agosto 18 0 5 : “ Diciembre 1807* He puesto en este cua­
derno los pliegos de la continuación de la lengua quichua y la gra­
mática chiquita” ; luego para esta época poseía Hervás todavía estos
dos escritos de Joaquín Camaño* Entre esta fecha y la de su muerte
(24 agosto 1809) se desprendería de ellos— no sabemos cómo ni para
qué— y tacharía los dos párrafos que a ellos se referían* No parece
que los haya regalado a su amigo Humboldt o a Johann Severin
Vater, pues ninguno de los dos los menciona en sus obras23*
El ex-embajador prusiano se aprovechó de las noticias facilitadas
por Lorenzo Hervás, en dos épocas distintas : en 18 12 , durante la
preparación del citado Essai sur les langues du nouveau continent,
según hemos visto; en dicho año, o poco antes, enviaría sus copias
a Vater, que entonces‘mismo publicaba la primera parte del tomo III
del Mithridates — iniciado en 1806 por Johann Christoph Adelung— t
volumen dedicado precisamente a las lenguas africanas y a las de
América del S u r: en él utilizó Vater las gramáticas hervasianas de
los idiomas mbayá, mocobí, yarura y betoi, en las que habían cola­
borado, según se vio, Sánchez Labrador, Termeyer, Padilla y Forneri
respectivamente 24*
No sé por qué razón, entre 18 17 y 1824, cuando Humboldt re­
dactaba el segundo fragmento de su autobiografía, lamentaba la
supuesta pérdida de los mismos originales de Hervás después de su
muerte:

23 V ater en Mithridates, III/1 (1812) 558, al tratar de la lengua chiquita,


cita a Camaño sólo a través de Gilij y de H ervás; para la quichua (pág* 526)
utiliza sólo las obras impresas de este último. El padre G . Furlong ha conjetu­
rado, con fundamento, que la gramática chiquita de Camaño es la que se con­
serva ms. en Jena y publicaron L . Adam y V . H enry en la Bibliothèque
linguistique américaine, V I (Paris 1880). V id . G . F u r l o n g , E l P* Joaquín Ca*
maño y Bazdn, cartógrafo, lingüista e historiador, 1737*1820, en BoL del Insti-
tuto de investigaciones históricas, 7 (Buenos Aires 1928) 233-285 (v. 268-272).
24 Mithridates, III/1, 482, 498, 635-637, 641-644.

j
ii» Herirás y W. von Humbóldt 215

“ Reunió él en Roma — [escribía el propio Wilhelm von Hum-


boldt, refiriéndose, en tercera persona, al tiempo en que fue emba-
jador ante la Santa Sede]— t con su amistad con el abate Hervás,
importantes materiales para el estudio de las lenguas americanas,
pues pudo sacar copia de los escritos lingüísticos que Hervás había
tenido la feliz idea de pedir a los ex-misioneros de la América espa­
ñola que después vivieron en Italia* Como los papeles de Hervás,
después de su muerte, .se han perdido o destruido, de ese modo he­
mos salvado restos de unas lenguas sobre las cuales no tenemos otras
noticias“ 25*

En realidad los Elementi grammaticali de Hervás no habían su­


frido más cambio que pasar del colegio romano al Gesü. Allí los halló
fácilmente en 1826 el embajador prusiano Christian Karl Josias von
Bunsen, gran amigo de Alexander von Humbóldt, cuando su her­
mano Wilhelm le pidió nuevas copias — pues las primeras no habían
sido colacionadas— , probablemente para utilizarlas en su estudio
Über den Dualis, entonces en preparación26* En este ensayo se re-

25 G . Schriften, X V , 5 2 5 ; vid, también infra, nota 29, al fin,


26 El 2 de julio 1826 escribía W , v . Humboldt a Bunsen desde T e g e l:
“Der verstorbene abate Lorenzo Hervas besass mehrere gedruckte und hand­
schriftliche Grammatiken und Wörterbücher amerikanischer Sprachen, und eine
solche Grammatik, obgleich ich nicht anzugeben weiss, welche, befand ich in
der Bibliothek des collegii romani“ . N o precisa de qué gramática se trata, pero
debe de referirse a un libro impreso; le pide una descripción del mismo, y le
pregunta “ wo der Nachlass des freilich sehr unordentlichen Hervas geblieben
ist* Seine handschriftlichen Notizen über amerikanische Sprachen besitze ich
in Abschriften, die ich mir in Rom habe machen lassen, da ich ihn viel sah,
und er äusserst gefällig war“ . A . L e í TZMANN, Briefe von W . v. Humboldt, I,
en Abhandlungen der deutschen Akademie der Wissenschaften Zu Berlin,
philos. hist. Klasse, 1948, 3 (B. 1949) pág. 10. Es lástima que carezcamos to­
davía del epistolario completo y cronológicamente estructurado de W , v , Hum­
boldt; muchos de los carteos sueltos publicados principalmente por A . Leitz-
mann en colecciones eruditas alemanas, no se encuentran en las principales bi­
bliotecas públicas de Roma; vid. Abhandlungen cit., 3-4, y J* KÖRNER, Bu
biographisches Handbuch des deutschen Schrifttums3 (Bern 1949) 297. A .
Leitzmann nos dice que Humboldt comunica noticias sobre sus trabajos ame­
ricanos basados en Hervás, escribiendo a Vater el 26 de marzo 1808, y en su
epistolario de 18 12 con Körner, Stein, Schweighäuser, Welcker, Rennenkampff
2 l6 11♦ Algunos grandes nombres

fiere solamente a la gramática abipona de Lorenzo Hervás y Ramón


de Term eyer2728; pero en otro algo más tardío Über die Verschieb
denheit des menschlichen Sprachbaues und ihren Einfluss auf die
geistige Entwicklung des Menschengeschlechts 28t preparado entre
1830 y 1835, echa mano también de los elementos gramaticales de
las lenguas yarura y mayat obra de Hervás en colaboración con José
Forneri y Domingo Rodríguez respectivamente*
Ahora Bunsen volvió a copiarle o a hacerle copiar las gramáticas
transcritas por el mismo Humboldt en 1805, y le añadió las que le
faltaban 29t como por ejemplo los elementos gramaticales de la lengua

y Goethe (W . V* HUMBOLDT, G . Schriften, III, 376-377), y de 1820-21 con


Welcker y Niehbur (ibid., IV , 438-439).
27 G. Schriften, V I (Berlin 1907) 4-30 (v. pág. 20).
28 Ibid., V II (1907) 1-344 (v. págs. 225 y 227).
29 Leitzmann extracta solamente, sin publicarla, la carta dé Humboldt a
Bunsen de Tegel 8 junio 1 8 2 7 : “ H . ist erfreut, dass der Nachlass v . Hervas
al Gesü in Rom erhalten und zugänglich ist, und sendet ein Verzeichnis derje­
nigen Amerikanischen Grammatiken, deren Abschriften ihm Bunsen besorgen
soll” . Abhandlungen cit., pág. 12 . En su ensayo Über Verschiedenheiten des
menschlichen Sprachbaues, compuesto precisamente entre 1827 y 1829, escribía
Hum boldt: “ Der nicht gedruckte Theil der Sammlungen Hervas, welcher ganz
grammatischen Inhalts und wichtiger für die eigentliche Sprachkunde ist, als
sein W erk, ruht im Jesuitercollegium in Rom, wo die Benutzung mit grosser
Gefälligkeit verstattet wird. Ich hatte schon bei dem Leben des verdienten
Mannes, während meines Aufenthalts in Rom, eine Abschrift dieser Aufsätze
nehmen lassen. Da diese aber nicht gehörig collationirt war, so habe ich mich
durch die güte des preussischen Ministers in Rom, Herrn Bunsen, eine neue,
durchaus zuverlässige verschafft. Meine frühere Abschrift hat der verewigthe,
um die allgemeine Sprachkunde so vielfach verdiente Vater bei dem Mithrida-
tes, aber nach dem Zweck dieses W erks, das nur ganz kurze Nachrichten ent­
halten sollte, nur sehr unvollständig benutzt” . G . Schriften, V I, 134 -135 n.
En su escrito fragmentario titulado Untersuchungen über die Amerikanischen
Sprachen, G . Schriften, X V , 345-363, después de repetir los mismos juicios que
en otros escritos suyos sobre Gilij y sobre los mss. de Hervás, continúa Hum­
boldt: “ Allein ohne die letzteren würden wir von dem grammatischen Bau
einiger Sprachen, z. B. der mayischen, mbayischen, abiponischen, mokobischen,
lulischen, omaguischen, yarurischen gar keine Kentniss haben, da es theils
niemals gedruckte W erke über sie gegeben hat, theils die ehemals vorhandnen
jetzt nicht mehr in Europa aufzufinden sind. Der uneigennützigen und grossen
Gefälligkeit dieses würdigen Mannes verdanke ich es, dass er mir erlaubte,
als ich Gesandter am römischen Hofe war, Abschriften dieser handschriftlichen
Sprachlehren nehmen zu lassen; und ich habe mich noch neuerlich durch Ver-
ii. Hervás y W. von Humboldt_____________________________ 217

guaraní, que en 1805 habían sido dejados a un lado: tal sería el


origen de esas gramáticas y apuntes del fondo Humboldt de la
Staatsbibliothek de Berlín30.

# # #

En las páginas que siguen me limito a la descripción y estudio


de los manuscritos conservados en Roma, relacionándolos con la ela­
boración de los tomos lingüísticos (X VII-X XI) de la Idea delVunu
verso31. En las citas se da el texto último de Hervás, prescindiendo

gleichung seiner Manuscripte in der Bibliothek des Jesuiterhauses (al Gesü in


Rom) überzeugt, dass mir nichts von dem fehlt, was er handschriftlich über
ameñkanische Sprachen besass” (o. c.t 347-348); este último párrafo (que sus­
tituye a otro precedente, tachado, en el que Humboldt se lamentaba de la
pérdida de los mss. hervasianos) nos precisa que Bunsen, además de enviarle
copias mejores que las de 1805, le completó la colección de gramáticas.
30 N o puedo precisar a qué signatura moderna corresponde, o correspon­
día antes de la última guerra, la colección ms. de W . v . Humboldt en la
Staatsbibliothek de Berlín, pues no aparece claro en el breve inventario de
H e r m a n n -D e g e r in g , Kurges Ver&eichnis der germanischen Handschriften der
preussischen Staatsbibl♦ , en Mitteilungen aus der preussischen Staatsbibliothek,
V I-IX (Leipzig 1925-32), mss. Q. 500, 655, 1347? no hallo ningún catálogo es­
pecial de aquella colección en C . B a l c k e , Bibliographie Zur Geschichte der
preuss. Staatsbibl♦ , en Mitteilungen, V I (ib. 1925), núm. 245a. El conde de la
V in a za , Bibliografía española de lenguas indígenas de América (Madrid 1892)
pág. 320, cita unos Elementi grammaticali della lingua guaraní de L . Hervás,
con notas autógrafas suyas (sic) y otras de Humboldt (núm. 1088), que debe
ser copia del ms. 1, 98r-i22V [3 4 ], a la que atribuye Viñaza la sign. núm. 24 de
la colección Humboldt en la Bibl. imperial de Berlín; una Gramática de la
lengua guaraní según Hervás y Leal (núm. 1089), con la sign. núm. 19 de
dicha colección berlinesa (cf. ms. 1, i25r); unas Palavras do guaraní do Sul
(núm. 1090), con la sign. núm. 59, que formaron también parte del ms. 1
(i24r) y pudieran ser de Francisco Gomes (cf. ms. 3/8d [ 1 2 7 ] ) ; una Gramática
de la lengua guaraní por Francisco Legal (núm. 1092), con la sign. núm. 34,
que falta también en el ms. ,1 y sirvió de base a los Elementi hervasianos;
más otra Breve noticia del arte y artificio de la lengua guaraní, por don Fran­
cisco Legal (núm. 1093), con la sign. 23b de la misma colección, también de
origen hervasiano, sin duda.
31 En todas las citas de Hervás doy simplemente el núm. del tomo de la
Idea delVuniverso: I-VIII, Storia della vita delVuomo, Cesena 1778, *78, *79,
179, *79, *8o, *8o, *8o (refundición esp., 9 vols. Madrid 1789-1800); I X -X ,
Viaggio estático al mondo planetario, Cesena 178 1 (en español, 4 vols., Madrid
2 l8 II. Algunos grandes nombres

de las correcciones* Al final hállase una lista de sus colaboradores»


tanto los que le ayudaron en la preparación de su obra y aparecen
citados en ella» como los que sólo apuntan en los manuscritos. Un
índice lingüístico y geográfico ayudará a la mejor utilización de ese
ingente material, que abarca todas las lenguas conocidas y estudiadas
en su siglo, y casi todas las tierras hasta entonces descubiertas.

M A N U S C R IT O S *

ARCHIVO ROMANO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚ S

Opp. N N .3 4 2 (olim Jap. Sin. III. 9)

Legajo de fascículos y papeles sueltos; medidas diversas; 492 ff. numera*


dos recientemente con lápiz. Escritos de L . H . y de otros, sobre lingüística y
sobre diversas lenguas europeas e indígenas.

1 ] 1) ir*6r: “ Raccolta, che serví p ’e r i tomi 18, e 19 ” . Todo


autógrafo de Hervás, en italiano. Extractos de lecturas: Joh. Ferd.
Behamb, Notitia Hungañae antiquo+modernae, Estrasburgo 1676
(2rv); Digionario delle tingue latina, frúncese, spagmwla, italiana, ingle*
se ed alemana, Venezia, presso Domenico Lilio fer); Edw. Brerewood,
Scrutinium linguarum, Francfort 1659 ferv); Suárez (4r) ; Dión Casio,
Historiae romanae (qr); Athan. Kircher, Oedipus Aegyptiacus, Roma
1654 (4r^5r); días de la semana, nombres de los planetas y de los
meses, cómputos cronológicos de Ceilán y Madagascar, sacados de
Rob. Knox, Relation ou voyage de Visle de Ceilan, I, Amsterdam
16 9 3; de Étienne de Flacourt, Histoire de la grande isle Madagascar,

1793^ 4)» X I*X V I, Storia della tena, Cesena 17 8 1, ’82, *83, '8 3, *83, '84 (falta
el texto español impreso; vid. ms. 2 ); X V II , Catalogo delle lingue conosciute
e noticia della loro affinita e diversita, Cesena 1784 (ampliación española, 6 vols.,
Madrid 1800*05); X V III, Origine, formaZione, meccanismo ed armonía de*
gVidiomi, Cesena 17 8 5 ; X I X , Aritmética delle nazioni, ib. 17 8 5 ; X X , Vocabola*
rio poligloto, ib. 17 8 7 ; X X I , Saggio pratico delle lingue, con la colección de
padrenuestros, ib. 1787 (los vols. italianos X V III* X X I están refundidos en es*
pañol en el mismo Catálogo de las lenguas, por lo menos en su mayor parte).
* [Las cifras entre corchetes se refieren a los números marginales.]
ii. Herirás y W. von Humboldt 219

París 1661 (5v). — 6r, apógrafo, “ Gaspare Cresoia 0/ Camerlengo


d’Albano” .
2] 2) 7r-47v: \_Vocabolario poligloto]. Lista de palabras de
“ acqua” a “ uomo” , como en el vocabulario poliglota de Idea delVuni*
verso, X X , 16 3-219, pero aquí con algunos cambios y a veces por
grupos de lenguas:

Europa. ,
3] a) 7i>8r: Lenguas gótica, anglosajona, alemánica, cimbria, is-
landesa, danesa y flamenca♦ Casi todo autógrafo de L. H., fuera de
algunas palabras añadidas de otra u otras manos*
4] b) g r v : “ Nomi della lingua de* sette Comuni vicvni al TiroV*,
dialecto germánico. Título autógrafo de L. H .t lista de amanuense, y
palabras germánicas de Man. de Zúñiga. — gv, autógr. de L. H .: “ Se
[ ! ] desiderano ancora il Pater noster ed Ave María nella lingua de*
sette comuni, ed i seguenti numeri... Si é copiato tu-tto” . Los numera­
les (XIX, 126, núm. 252), del mismo M. de Zúñiga, quien añade al
final: “ II Pater noster e ΓAve María si recitano in latino. I nomi poi
de* sette comuni sono: Aziago, Lusiana, Enego, Gallio, Fozza, Rozzo,
Roana, e Valstagna come membro annesso. He ai V . servido; mande
otra cosa, que me encontrará siempre a su disposición. Deseo que el
agente desempeñe, como no dudo, sus incumbencias, y que Vs. todos
se conserven, y manden a su servidor affmo. y amigo, M[anuel] de
Zúñiga. Rovigo, 22 de noviembre de 84” . — Cf. X V III, 72, núm. 87.
5] c) io r - i2 v : “ Sviziero” , dialecto germánico; dos listas apó-
grafas y anónimas; el título es autógrafo de L. H.
6] d) I3 v - i4 r : “ Dáñese**; título y lista aut. de Hervás; pala­
bras danesas añadidas por un anónimo.
7] e) i5 r v : “ Bélgica, Gallego**; título autógrafo de L. H., lista
de amanuense, y palabras flamencas y gallegas añadidas por dos ma­
nos distintas. — 15V, lista de números y otra lista de palabras, sin
llenar; L. H. añadió: “ Manuel de la Fuente” .
8] f) i6 r v : “ Si desiderano in Lingua olandese i seguenti nomi,
ed il/ Padre Nostro” , van también los nombres chinos, y los números
sólo en holandés (X IX , 124, núm. 242); únicamente las palabras
chinas, autógrafas de L. H. — ιό ν , “ Il Padre Nostro in foglio a parte” .
9] g) i7 r v : “ Etrusco, Taraum\_ard], Catalana**, aut. sólo las
palabras i . a y 3.a del título; lista de amanuense; palabras etruscas,
pocas, de L. H .; las tarahumaras (muy pocas también) y las catalanas,
220 IL Algunos grandes nombres

de dos anónimos* — i j v f algunos números etruscos y tarahumares


(cf. X X , 238, núm. 202); faltan en catalán.
10 ] h) i8 r v : “ Italiano, Portoghese, Valenciano, Francese, Bo­
lo gnese, V enez°f\ título aut. de L. H .; seis manos diversas, anónimas.
1 1 ] i) i9 r v : “ Piemontese linguaff, título aut. de L. H .; lista de
amanuense; palabras y números de un anónimo* que tal vez sea el
abate Giuseppe María Silvestri, natural de Pombia (Novara) y antiguo
misionero de Filipinas, según la siguiente nota: “ Le parole con riga
sopra, hanno la pronunzia francese; quelle poi del Pater noster con
questo accento sopra % é alquantO' gangosa, simile alquanto alia gan­
gosa. tagala“ . Otras dos notas de la misma mano dicen: “ II Pater
noster, come non si usa che in latino o italiano, si e composto qui se-
guendo perfettamente il latino de verbo ad verbum ...“ (es el texto
publicado en Idea delVuniverso, X X I, 2 1 1 sigs., núm. 276); “ Per es-
sere il diáletto piemontese una mera corruzione o confusione delTita-
liano e francese, e per ció non meritar nome di lingua, sarebbe forse
meglio, trattandosi delle altre lingue, non far questo qnore alia pie-
montesa” . — “ A Dn. Lorenzo Herbas gde/ Dios ms. as. / Cesena” .
12 ] k) 2orv: “ Quiteña..., Prenestino, Arabo-Egizio” , todo autó­
grafo; con numerales (X IX , 10 1, núm. 197), sin padrenuestro.
13 ] 1) 2 ir-2 2 r: “ Parole valache, o sien moldave” , lengua ru-
mena; listas, palabras, números y padrenuestro, todo de una misma
mano anónima.
14 ] m) 2 3 rv : “ Ortografía spagnuola. Rusiano” , título aut. de
L. H .; lista de palabras (“ acqua - uomo” ) y números (X IX , 1 22, nú­
mero 231), de amanuense; traducción rusa de las palabras, de un
anónimo. — 23V, versión de los números, aut. de L. H., corregida por
el anterior traductor. Sigue una lista de amanuense (“ strepito, romperé,
ronfare, ridere, soave [dolce, del.], grande, piciolo, duro, áspero” )
continuada por Hervás (“ fischio, sofño, soffiare, sospiro, fiamma, ma-
scella, masticare, mangiare, inghiottire” ), ambas con la traducción en
blanco; son la base de los estudios del tomo X V III. -— L. H. añadió
también: “ II Padrenostro” , que falta.
15 ] n) 24r-25v: “ Ital. Moscovito” ; no contiene ni los numera­
les ni el padrenuestro; todo de mano del abate José de Silva. 25 r:
“ Rimini, 28 enero 86. - Mi amigo don Lorenzo: Allá van essas quatro
palabras moscovitas; valeant quantum valere possunt. — Don Manuel
Messía imprimió en 1762 una Gramática de lengua ynga; en 1766
tenía hecha, por orden del provincial de Quito, una más exacta, y un
Diccionario, que se perdieron antes de llegar a la imprenta de Lima. —
i i. Hervás y W. von Humboldt 221

Antes de ayer receví los libros; daré a cada uno lo que le toque, como
doy a vmd. mil agradecimientos por lo que me favorece. — No puedo
más, y soy de corazón siempre, Silva. — 25V, Al Nobil Uomo / II
Sige. D. Lorenzo / Hervás / Cesena” .
16 ] o) 2Órv: “ Malabare. Boema” , todo autógrafo menos la lista
de palabras y números (X IX, 13 5-136 , núm. 28 5; 12 1 , núm. 226).
17 ] p) 2 7r : “ Ortogr. Italiana / Nomi Greci / della / Sicilia./
lingual Epirotct'Sici/liana” , sólo el título autógrafo de L. H .; todo lo
demás, de una misma mano; acaba con el padrenuestro (X X I, 187-
188, núm. 186). \
18 ] q) 28r, 29V: “ Bretona” , título autógrafo; lista de amanuen-
se y palabras de anónimo. 29V, numerales (X IX, 127*128, núm. 259).
í 9] r) 30^32 v : “ Ling./Valiese” , todo apógrafo; contiene sólo
algunas palabras, y los nombres de los meses y días de la semana;
en el reverso, la dirección “ A Monsieur/ Monsieur Jenkins/ Banquier
Anglois/ a/ Rome” , y, de otra mano, “ Madama Piozzi li 1 1 agosto
1786“ . — De esta misma señora es la carta inglesa de Venecia 4 junio
1786, enviando otras palabras galesas (3ir-32v).
2° ] s) 33r-34v ♦ “ Lingua erse nella Scozia” , sólo este título autó­
grafo; lista y numerales apógrafos (X IX , 126 -127, núm. 257).
21 ] t) 3 5 rv : “ Lingua Ungara” , título de L. H., lista de ama­
nuense, y palabras y numerales de anónimo. 35 V : “ Per il Sigr Ab­
bate Gilj” .
22] u) 3Ór-37r: “ Lingue Zíngara Italiana, Zíngara Tudesca, Re-
tica o Griggiona” , todo autógrafo de L. H. 3 7 r: lista de 13 palabras
castellanas, sin correspondencia alguna, y la nota: “ En el prefacio de
las Partidas Alfonso IX [ ! ] pone el año 12 4 1“ (vid. X X , 154, nú­
mero 176).
23] x) 38 r-39v: “ Albanese, Mossa, Parole del Dialetto, che par-
lasi nellaj Provincia di Macedonia in Durazz&/ datemi dal Sig. Ab.
Paolo Galota, nato a Durazzo; Etiópica” , todo autógrafo, menos las
palabras y el padrenuestro en albanés (X X I, 187, núm. 184); faltan
todas las correspondencias en el dialecto de Durazzo; los numerales
están sólo en albanés (cf. X IX , 12 0 -12 1, núms. 222-224).

Asia (vid. supra, §§ f, o [8, 16]).


2 4] y) 4orv: “ Si desiderano in Lingua Armena con Caratteri
Latini/ i seguenti Nomi, ed il Padre Nostro” , título y lista apógrafos,
lo mismo que los números en el reverso (X IX , 1 3 1 , núm. 269); el
amanuense advirtió: “ II Padre Nostro in foglio a parte“ ; palabras
222 IL Algunos grandes nombres

y numerales de anónimo* Nota de L* H *: “ si conosce che hanno del


persiano i numeri; si vede nel 4, 6, 7, i o ; e nel 9 si conserva la ra-
dicale r, e nell'8 la radicale z“ (40V)*
25] z) 41 r v : “ Si desiderano in lingua A va le seguenti parolet e
numeri“ » título y listas de L. H *; vocabulario birmano firmado por
Gaetano Mantegazza, barnabita (41 v)*

África (vid* supra» §§ k, x [12» 23]).


26] aa) 42V-43V: “ Etiópico volgare, Madagascar” , título y lista
inicial autógrafos de L* H*, quien añadió la nota: “ L'etiopico volgare
me Tha dettato il prete Tobia» etiope» nato a Camcami“ , el cual había
permanecido en su patria hasta los veintiséis años» y llegado a Roma
en 1781 (43V); vid* XXI» 177*
27] bb) 44rv: “ Siriaco, K iñri” , todo apógrafo menos el título y
la sig* nota: “ Siriaco del P* Onorati“ *— Las palabras kirirí no coin-
ciden con las publicadas en XX» 237» núm* 200*
28] cc) 4 5rv: "Sarac[in\a, Canadese, N* Francia, Fiume di 5 .
Giuliano“ , todo autógrafo menos la lista básica de nombres (faltan
los números y el padrenuestro)*

América (vid* supra» §§ g» k» x» bb» cc [9» 12» 23» 27» 28])*


29] dd) 4Órv: “ California, Tarahumaras apógrafo todo» menos
los dos padrenuestros (XXI» 122-123» núm* 44) y algunas palabras
sueltas; falta contestar a los numerales y a un gran número de pa·*
labras*
30] ee) 4 7rv: “ Taraumard” » sólo de L* H* el título y algunas
notas sueltas*
3 1 ] 3) 48r^8yv: [Estudios comparativos], autógrafos en su ma­
yoría; son diversas listas de palabras italianas o españolas» con sus
rrespondencias en los más variados idiomas; constituyen la base previa
de Idea delVuniverso, X V III^ ÍX I*
32] 4) 88r"475v: [Elementi grammaticali], resúmenes de gramá>
ticas de lenguas preferentemente exóticas» pergeñados en italiano* Her"
vás pensaba continuar con ellas y los vocabularios la Idea del universo*
En su catalogación y descripción sigo el orden mismo del tomo X V II,
orden preferentemente geográfico, que viene a coincidir con el “ av*
viso“ del mismo tomo (pág* 3) ; vid* ms* 3/3qt [94-97]* Después de
los “ elementos gramaticales“ propiamente dichos, enumero los docu­
mentos que reunió H* sobre cada lengua* Los elementos o extractos
ii* Hervás y W. von Humboldt 223

gramaticales prosiguen en el ms* 4 /1 [ 1 6 1 - 1 8 2 ] ; v id también ms.


3/2C [77].

América*
88r-9ov: Lenguas sudamericanas en general* Carta de José Sán­
chez Labrador a L* H*, Cesenat sobre las lenguas de las naciones del
Plata, Ravena 21 junio 1783 (88r-89v); un breve fragmento en Idea
delVuniverso, X V II, 4 1, núm* 3 1 , donde se le da la fecha equivocada
de 23 de junio* Otra carta de Juan Borrego al mismo Hervás sobre los
dialectos de mojos y chiquitos en la actual Bolivia, de Ferrara 29 oc­
tubre 1783 (9orv)*
33] a) 9ii> 97v: 44ldea delta lingua Chilena, o Araucana” , todo
puesto ya en limpio por el mismo amanuense del f* g r v ; L* H* anadió
“ Collegio” al margen del f* 9 ir, y varias listas de palabras (qóv)* La
gramática consta de 40 párrafos numerados, más uno (§ 41) de voca­
bulario* Desde el principio (91 r) se dice que es un extracto de Andrés
Febrés, Arte de la lengua general del rey no de Chile... (Lima 1764)*
Cf* Idea, X V II, 15 -17 , núms* 7-8; X V III, 164-165, núm* 2 1 4 ; X IX ,
95, núm* 18 8 ; X X , 220-221, núm* 18 5 ; X X I, 60 y 87, núm* 1*
Vid* M a s ó n , 307-309*
34] b) 98r-i22v: “ Elementi grammaticali della lingua Guaraní” ,
borrador autógrafo de L* H* en 56 párrafos numerados, sin vocabu­
lario final (cf* Idea, X V II, 21-23, núms* 13-18; X IX , 95-96, núm* 189;
X X , 221, núm* 186; X X I, 64-65 y 95-98, núms* 10-14)* Como fuen­
tes se citan el t* III del Saggio di storia americana del abate Filippo
Salvatore Gilij (Roma 1782) 273-400 (98V), el testimonio de “ gli esge-
suiti che sono stati missionarj“ (99r), la gramática y los diccionarios
(99V) del padre Antonio Ruiz de Montoya (Sommervogel, VII, 321-
322)* Vid* ms* 3/3fh k [84, 86, 88]* — Otro ejemplar en Berlín: cf*
supra, pág* 217, n* 30*
i2 3 r v : “ Notas al Extracto de lengua Guaraní” , autógrafas del
abate Joaquín Carnario, sin firmar; L* H* antepuso la indicación
“ Faenza a 20 ab* 1784o, fecha que falta en la carta de Camafio a
Hervás (i24rv), donde aquél le hace alguna otra advertencia sobre
las lenguas guaraní y quichua y le copia las “ correcciones del señor
don Francisco Legal“ (i25r), ex-jesuita natural de Asunción del Para­
guay, y autor de una gramática guaraní incluida en el Saggio de
Gilij, III, 249-261 (cf* supra, pág* 2 17 , n* 30)* El abate Camafío
añadía a L* H* en esta carta — que no es la que, con igual fecha, se
publicó en Idea, X V II, 23, núm* 15 — el siguiente párrafo : “ Envío
224 II* Algunos grandes nombres

también a vmd*, incluso en este paquete, un breve vocabulario de


lengua tupí [cf* supra, nota 30] y de la kirirí del Brasil, que me
enviaron de Roma ahora tiempos* No se quién lo hizo; si se pudiera
saber y sacarle al autor la gramática kirirí, no sería malo* Tenga vmd.
cuidado del vocabulario, y quando haya acavado de usarlo (si le
sirve), estimaré me lo devuelva” (i24r); vid* Idea, X V II, 27, núme­
ro 19 ; el misionero portugués aquí aludido debe de ser Antonio da
Fonseca, a quien cita el mismo Hervás (ib*, 26), junto con el abate
Francisco Gomes, también misionero del Brasil, pero desconocedor del
kirirí* En los mss* romanos de L* H* no he podido dar con gramáticas
ni con vocabularios de las lenguas tupí y kirirí, si no son las escasas
palabras del f* 44, supra; el mismo Hervás escribió: “ Della lingua
kirirí, che si parla nelTAmerica portoghese, non é restato nessun in­
tendente fra gli exgesuiti portoghesi; ne ho acquistato un piccolo
indice di parole, che era negli spoglj di un exgesuita, e la gramática
[ ! ] kirirí del gesuita p* Mamiani...” (X X I, 10 ); se refiere al Arte de
Grammática da Lingua Brasílica da Nagam Kiriri por el padre L* V.
Mamiani della Rovere (Lisboa 1698)* — Sobre el tupí vid* ms* 3 /3f
[84] e Idea, X V II, 24-25, núm* 1 7 ; X X I, 65 y 98, núm* 14* Sobre el
kirirí, X V II, 27, núm* 19 /x m ; X X , 237, núm* 200; X X I, 66 y 108-
1 0 9 , núms* 25-26* Vid* M a s ó n , 236-287*
35] c) i2Ó r-i29v: "Lingua / Homagua / Omagua", título aña­
dido por L* H*; texto del mismo amanuense del ms* 2, i i 9 r - i2 iv ;
muchas correcciones y añadiduras autógrafas de Hervás* Carece de
numeración marginal* Sus fuentes no se citan, y tampoco pueden de­
ducirse claramente de Idea, X V II, 65-66, núm* 88; X IX , 96-97,
núm* 19 0 ; X X I, 65 y 98-99, núm* 15*
36] d) i3o r-i4 5r (olim 1- 14 + [ I ] ) : "lingua Lule” , borrador de
Hervás muy castigado* 43 párrafos numerados, más un breve vocabu­
lario (§ 44) y un catecismo con oraciones (§ 45); todo sacado de An­
tonio Machoni S* I*, Arte y vocabulario de la lengua hile y tonocoté
(Madrid 17 32); vid* ms* 3/3ÍI1 [84, 86]* — Cf* Idea, X V II, 33-37t
núm* 2 4 ; X IX , 97-98, núm* 19 2 ; X X , 223, núm* 18 9 ; X X I, 65 y
102-103, núm* 18* — 144^ copia mejor, autógrafa, de una parte de
las oraciones* — i4 5 r : vid* supra, introducción, pág* 2 13 , y M a s ó n ,
207-208*
37] e) I4 6 r-i5 7 v : "H ervás: Gram.ca A b i p o n a borrador au­
tógrafo, sin numeración marginal de párrafos* Comienza indicando la
fuente: “ Lo poco que he podido recojer de la lengua abipona, he
tomado de la historia que de los abipones publicó el ex-jesuita Martín
ii. Hervás y W. von Humboldt 225

Dobrizhoffer, que por 18 años fue misionero en el Paraguai” ; se re-


fiere a la Historia de abiponibus, equestri bellicosaque Paraquctriae na*
tione...t I-III (Viena 1784), en cuyo tomo II se contiene la gramática
aludida. — Cf. Idea, X V II, 39, núm. 28t donde aún no había podido
utilizar los datos de Dobrizhoffer, cuya obra apareció el mismo ano
que dicho tomo de L. H .; entonces hubo éste de contentarse con las
informaciones que le diera el misionero Francisco Navalón. Debidot
sin duda, a sus escasos informes, no dio L. H. los numerales de la
lengua abipona en su t. X I X ; véase, con todo, X X I, 66 y 105-106,
núm. 22.
38] f) I5 8 r-i6 3 v : " ... Gramática Mocobi completa / en 5 ho­
jas” . El verdadero título está en el f. 15 9 : 44Elementi gramaticdi delta
Lingua Mocobi” ; todo el texto autógrafo de Hervás, menos el § 16,
último (1Ó2V-163V), que es del amanuense de los ff. i2Ór-i29v. Las
informaciones las recibió L. H., tanto aquí como en su t. X V II, 39-40,
núm. 29, no de Antonio Bustillo, como le insinuara }. Camaño (ms.
3/3Í [84]), sino de don Raimundo de Termeyer, de quien transcribe
un párrafo de carta (i59r). Cf. X IX , 99, núm. 19 4 ; X X , 223, nú­
mero 188; y X X I, 66 y 105, núm. 21. — Extractos utilizados por
A d e l u n g y V a t e r , Mithridates, III / it 498, y por W. v. H u m b o l d t ,
Über den Dualis (1827), Gesammelte Schriften V I, 20.
39] g) i6 4 r-i7 7 v : 44Gram*ca Mbaya, / o Guaicuru” ; título, aña­
diduras marginales y numeración de párrafos, autógrafos de L. H .; el
texto, autógrafo español del abate Sánchez Labrador, de quien se lee
en Idea, X V II, 40-41, núm. 3 1 , que “ mi ha favorito degli elementi
gramaticali della lingua mbaya” . Vid. ms. 3/3fh [84, 86]. En X IX ,
99, núm. 195, y X X I, 66 y 106, núm. 23, se da a la lengua mbayá
también el nombre de eyiguayegi, como en este ms. (i7or); vid. X X ,
221-223, núm. 187. — Texto utilizado en Mithridates, III/1, 482. En
el ms. Paraq. 40 del Archivo romano de la C. de }. se conserva otra
Gramática de la lengua eyüayegi, nación de indios reducidos en el
Paraguay por los misioneros de la C. de J., autógrafa del mismo Sán­
chez Labrador, 240 ff. en 4.0, mucho más extensa y completa. Sobre
la importancia de estas dos gramáticas de Sánchez Labrador, vid.
M a s ó n , 204-206.
40] h) i7 8 r-i8 2 r: 44Osserva&oni generali. sulle tingue Orinoke-
si” , todo autógrafo de L. H. Los números marginales, añadidos por él
mismo en lápiz. Las únicas fuentes citadas son el padre J. Gumilla,
El Orinoco ilustrado y defendido... (Madrid 1 7 4 1 ; 2.a ed., I-II, ib.
I 745)* Y el S aggi° de Gilij, III, 13 5 -2 13 . — Los párrafos llevan nume-
L. HISPANO-ITALIANA. — 15
22Ó IL Algunos grandes nombres

ración corrida de i a 53, y se extienden hasta el £ 192V; pero pro­


piamente las observaciones generales sobre las lenguas del Orinoco
abarcan sólo los §§ 1- 17 * — Cf. Idea delVuniverso, X V II, 48-53, nú­
meros 42-60; X IX , 104-105, núms* 202-205; X X I, 66-77 y 10 9 -113,
núms* 27-32* — Sobre la acción civilizadora de los antiguos jesuítas en
esa zona, vid* M* A g u i r r e E l o r r i a g a , La Compañía de Jesús en V e-
nezuela (Caracas 1941) 3-91 ♦
4 1] i) i8 3r-i9 o v : [Elementi grammaticali della lingua tama*
naca], como continuación del escrito anterior, §§ 18-41* — Cf* X V II,
50, núm* 46; X IX , 104-105, núm* 20 3; X X I, 67 y 1 1 2 - 1 1 3 , nú­
mero 32*
42] k) i9 ir - i9 2 v : uElementi gramaticali della lingua Maipure” ,
§§ 42-53, siguiendo a los dos números precedentes* — Cf* X V II, 5 1,
núm* 49; X IX , 104, núm* 202; X X I, 66-67 Y n o - i n , núm* 29*
43] 1) 19 3^ 20 1 v ; “ Elementi Grammaticali della Lingua Betoiff,
todo autógrafo de L* H*, dividido en 24 párrafos numerados* En su
tomo X V II, 51-52, núm* 52, escribió Hervás que “ il rispettabile an-
ziano sig* ab* Padilla” había reunido, a ruegos suyos, “ le necessarie no-
tizie per formare gli elementi grammaticali della lingua betoi, che in
altra occasione pubblicheró” ; es la pieza que nos ocupa, donde se
incluyen dos cartas de Padilla desde la Pérgola, 17 julio y 13 setiembre
“ del presente anno 1783” (i9 3r-i95v); a continuación viene el resu­
men de la gramática, compuesto por Hervás sobre los datos comuni­
cados por don José Padilla* Cf* X IX , 106, núm* 205 ; X X , 66 y 109,
núm* 27*— Utilizado en Mithridates, III/1, 641-644* M a s ó n , 18 1-
182, cree que el extinguido grupo lingüístico betoi era afín al chibcha*
44] m) 202r-209v: uElementi grammaticali della lingua YdrurcC*,
todo autógrafo de L* H .; texto dividido en 25 párrafos numerados.
Lo mismo que en Idea delVuniverso, X V II, 51-52, núms* 52 y 58,
aquí se nos dice que la fuente principal ha sido el abate don José M*
Forneri, de quien se transcriben dos cartas enviadas desde Loreto a
Hervás el 6 de agosto y el 5 de setiembre de 1783 (202r-203v); en
ellas cuenta que su antecesor en la misión, padre Olmos — Miguel
Fr. del Olmo, más exactamente— le había dejado una breve gramá­
tica, que no le bastó; compuso él, pues, “ una grammatica compita
ed un abbondante dizionario” (203^, que pasaron a su sucesor padre
Miguel Ángel Melis — “ Mellis” transcribe Hervás— , y luego que­
daron en poder de los religiosos que sucedieron a los expulsos jesuítas
en aquella zona* En el f* 203V comienzan los “ Elementi della lingua
yarura” , probablemente muy retocados por Hervás* — Cf. X V II, 5 1,
ii. Hervás y W. von Humboldt 227

núm* 5 2 ; X IX , 105-106, núm* 204; X X I, 66 y 10 9 -110 , núm* 28» —


Utilizado en Mithridates, III/1, 635-637, y en W* v* H u m b o l d t ,
Über die Verschiedenheit des menschlichen Sprachbmes und ihren
Einfluss auf die geistige Entwicklung des Menschengeschlechts (1830-
35), Gesammelte Schriften VII 225* Vid* M a s ó n , 256*
45] n) 2ior-223v: “ Gramca./ messi/ccmá\ título autógrafo de
L. H* en el margen; texto del mismo amanuense de los ff* I26r-i28r;
falta la .numeración marginal* Probablemente, copia o extracto de un
escrito de C lavijero: cf* ms* 3/ 9b [140]* No se cita más fuente que el
t* III del Saggió de Gilij, fuente bien secundaria para la lengua azte­
ca; en realidad Hervás contó con la ayuda de los ex>jesuitas mexi­
canos, sobre todo de Clavigero (XVII, 72-80, núms* 95-104) y de Lino
José Fábrega (X X I, 67-73, núm* 35)* — Cf* X IX , 65-66, núms* 104-
105; 107-109, núm* 208; X X I, 116-118, núm* 35*
46] o) 224r-232r: uL[inguá] otomita/ suo autore il¡ sig* D* Tora-
masojSandoval” , título y texto autógrafos de L* H*; las frecuentes
enmiendas del mismo hacen pensar en una verdadera refundición her-
vasiana; consta de 26 párrafos numerados* — Cf* Idea, X V II, 74,
núm* 98; 80, núm* 10 4 ; X IX , 10 9 -110 , núm* 209; X X I, 73 y 119 ,
núm* 38*
47] p) 233r-242v: “ Elementi della Lingua Maya, o Yucatana**,
título y texto (116 párrafos) autógrafos de Hervás, quien comienza
declarando las fuentes utilizadas: “ Dopo di aver messa gran fatica
e tempo per formare gli elementi della lingua maya, colPassistenza del
sig* ab* don Domenico Rodríguez, che Pavea quasi affatto dimenticata,
come idioma ormai per lui niente necessario [cf* X V II, 74, núm* 99],
ebbi la sorte di trovare nella biblioteca del collegio romano il com­
pendio che ne formó e pubblicó in Messico Panno 1684 il p* fr* Ga-
briele di S* Bonaventura, francescano osservanto [ ! ] , e di esso mi
sono prevaluto per riformare gli elementi da me fatti, e compor que-
sto saggio delPidioma maya, chiamato ancora yucatano perche si parla
nel Yucatán» II suddetto compendio e assai confuso, e la stampa non
poco scorretta; onde non poco ho dovuto stentare per daré qualche
buon ordine a questi elementi” (233^* La obra citada de fr* Gabriel
de San Buenaventura se intitula Arte de la lengua maya ( V i n a z a ,
Bibliogr* esp. de lenguas indígenas de América, Madrid 1892, nú­
mero 216)* Parece que Hervás halló también ayuda en el abate don
Javier Gómez (XVII, 74, núm* 99)* — Cf* X IX , 1 1 0 - 1 1 1 , núm* 2 10 ;
X IX , 67 y 11 5 - 1 1 6 , núm* 34* — Utilizado por W* v* H u m b o l d t ,
Über die Verschiedenheit..., Gesammelte Schriften V II, 227*
228 IL Algunos grandes nombres

Extremo Oriente 31a*


48] q) 243^345v : [ Lenguas de Filipinas']. * V id. X V IIIt ta-
bla IX»
2431V262V: “ Tagala, e/ Bis ay a! \ título (2441*) y texto italiano au­
tógrafos de Hervás, menos los ff» 249r-25or (§ 28) y 25Órv (§ § 60-63),
del mismo amanuense de los ff» i2Ór-i29v» La gramática está dividida
en 73 párrafos, de los que falta el i»°; 25ir-252r, trad» italiana de
un fragmento de carta de don Manuel de Aponte sobre los verbos
tagalos, Bolonia 31 enero 1784 (vid» infra, 3i5r-3i6v)» Cf» Idea del-
Vuniverso, X V II, 95-97, núms» 135-138; X IX , 140^141, núms» 289
y 290» — 2Óorv, breve vocabulario “ Tagalo” , aut» de L» H»; 26ir,
“ II Padrenostro in lingua Bisaya” , aut» de H» (publ» en X X I, 129-130,
núm» 58); 261V-262V, “ II Padrenostro in lingua Tagala” , de H» y del
copista (262V) cit» (pubL en X X I, 128-129, núm» 56)»
263r-3o8v: [ Correspondencia y otros escritos autógrafos de Ber­
nardo de la Fuente], antiguo condiscípulo de L» H», con quien se tu­
teaba; fue su principal colaborador para las Filipinas» 263^ carta de
Faenza 30 setiembre 1783, enviándole 44Algunas Notas de la Lengua
tagalaff (264^265^ y una 44Añadidura a la lengua Bisaya” (266r), con
referencia a los números marginales de una gramática de H» que no
corresponde exactamente a la de los ff» 243r-2Ó2v» — 267V, 44A D»n Lo­
renzo Herbas” , el cual añadió un breve índice del tratadito que La
Fuente le enviaba con carta de 27 diciembre 1783 (268r-2Ó9v); el tal
escrito en 8»° (27or-287v) se intitula 44Notas, y Observaciones sobre
las lenguas/ de las Islas Pilippinas [sic], principalmente de la / Lengua
Bisayaf\ y en él se contiene (273v-274r) el padrenuestro en tagalo y
bisaya publ» en X X I, 129-130, núms» 57 y 5 8 ; a todo ello L» H»
añadió una “ Nota” (28Sr); sigue, en el mismo formato, y autógrafo
también de La Fuente, un 44Breve diccionario de Palabras / Bisayasff
(289^298^, y una esquemática lista de palabras en español, tagalo y
bisaya (299^»— 3oor, largo vocabulario español-tagalo-bisaya, aut» de
La Fuente, con adiciones de otra mano; se envió con carta del 14 di­
ciembre 1783 (3oirv), en la que L» H» añadió rápidas notas bibliográ­
ficas sobre las lenguas filipinas» - 302rv, 44Nombres tagalos” y 44Acto
de Contrición” , enviados con carta del 6 enero 1784 (303^), distinta
de la del 5 enero, perdida, publ» en italiano en X V II, 95, núm» 135» —
304r-305v, carta de 9 mayo 1784, publ» también, con muchos cambios,

31a [Vid* Estudio 34.]


ii» Hervás y W» von Humboldt 229

ib» 97, núm» 8» — 306^307^ carta sin 1» ni fecha sobre las lenguas
malayas y las del Japón, China e India; interesante su primer párrafo:
“ No he podido averiguar a quién dejó don Thomás Borrego la His-
toria de Philipinas [del P» Pedro Murillo V elard e?]; yo la he bus-*
cado mucho tiempo, y no pude dar con ella, para otro fin» El que
habla de las dos lenguas, tagala y bisaya, es el P» Colín, que yo envié
a Roma, havrá unos tres años, a un sugeto que tengo más que sospe-
chas de que está escriviendo la historia de Philipinas o un compendio
de ella; pero toca la cosa muy de paso y sólo pone el padrenuestro y
el avemaria en una y otra, y los pone del modo que se rezaba al prin­
cipio, y el que yo he enviado a vd» es el que se habla ahora y se reza,
después que los que lo han puesto en aquellas lenguas las sabían
mejor que los que empezaron“ (3o6r)» - 3o8r, lista de palabras espa­
ñolas, aut» de La Fuente, con sus correspondencias tagalas y bisayas a
la derecha, de otra mano: se trata de la respuesta dada por varios
misioneros desterrados, que en la primera palabra, “ quixada“ , escri­
ben : “ no nos acordamos“ » - No se ha hallado el original de la carta
s» fecha qué H» publicó en X V II, 99-100, núm» 14 1, sobre los negros
de las Filipinas»
309r-3i6 v: [Otras colaboraciones para el tagalo]* Cartas de An­
tonio Miguel a L» H», Cesena, de Montefalco 1 (309^3iov) y 21 junio
(3iir-3i3v) 1783, con inclusión del padrenuestro (314V); cf» X X I,
128, núm» 56» — Otra de Manuel Aponte, Bolonia 31 enero 1784
(3I 5r-3l 6v), de la que Hervás incluyó un fragmento en su gramática
tagala y bisaya (supra, 25ir-252r), y una breve frase en X V II, 14 1,
núm» 224»
3i7 r-34 5 v : [Otras colaboraciones para el bisaya]» 3iy r-322v y
329r"334v (olim [I f»]-20 págs»-[II ff»]): [Juan Antonio de Tornos] :
“ Algunas noticias acerca de los primeros pobladores de las / Islas F i­
lipinas^ (título en el f» 3 i8 r ; en 3 i7 r : “ Este quademo se devolverá
a don Juan Antonio de Tomos quando ya se haya despachado con
él“ ); escrito en 8»°, con algunas adiciones de L» H» (vid» X V II, 94,
núm» 133)» — Del mismo Tomos, 323r-328r (olim págs» 1- 11) , “ Suple*
mentó a la Composición de bervos en bisaya” , en 1 2»0 — Del mismo,
335r-33Óv, “ Nombres Bisayos de las monedas de plata, qe. Corren
en/ las Islas Filipinas” , en 8»° — Id», 337r-343V, vocabulario “ Espa­
ñol, Bisayo?*, en folio, con la lista española de mano del copista de los
ff» i2Ó r-i29v; no puede ser el vocabulario de Tornos de que habla
L» H», X V II, 95, núm» 136» — Id», 344ÍV, “ II Paternóster, VAve Ma­
ña, e il Credo nelVidioma Bisaya, e la sua¡ fedele tradufátone alVita*
230 IL Algunos grandes nombres

liano corrispondente ColVisteso / Ordinef9t en folio (S o m m e r v o g e l ,


VIII, io4t dice erróneamente que el avemaria la incluyó H. en su
t. X V III, 88). No se han hallado los originales de las cartas de Tornos
a Hervás, de Cesena 26 enero y 10 mayo 1784, traducidas en X V II,
119 , núm. 173, y 96-97, núms. 13 7 -138 .·— 345rv, carta de Antonio
Vitorica a Pedro Xavier Cásseda, ambos antiguos misioneros de Fili­
pinas, sobre el “ Alfabeto Bisaia” .
r) 346r-355v: [Dialecto malayo de Capul, Marianas]. Car­
tas de Francisco García y Torres a L. H., Cesena, de Roma 10 (346^
347v) y 16 (348r-349v) diciembre 1783; con esta última carta (publi­
cada en gran parte por H., X V II, 94-95, núm. 134) van algunas notas
lingüísticas (35or-35iv), de las que se publicó un breve fragmento en
X V II, 99, núm. 140; 7 enero 1784, sobre Capul, Japón y China (352r-
353V; fragm. en X V II, 141, núm. 224), y 7 febrero 1784, con un
breve vocabulario (354i>355v). — Cf. X IX , 141, núm. 292; X X I, 80,
núm. 58.
49] s) 356^-363v (olim 1-8): [Onofrio Vílliani], “ Noticie sulla
lingua Tunkinesi” [ ! ] , en 8.°; citadas en Idea, X V II, 1 1 2 , núm. 158.
3Ó4r-365v, carta del mismo a L. H., Cesena, de Roma (Gesü) 9 enero
1784, sobre las lenguas del Tonkín, China y Japón, publicada en parte
ib. 10 9 - 111, núms. 15 1-15 4 , aunque muy retocada (cf. ib. núm. 150);
en ella Villiani hace referencia al escrito anterior, y añade el padre­
nuestro en tonkinés (365^, reproducido en X X I, 13 4 -135 , núm. 68.
50] t) 366r-3Ó9v: “ Barmana, od A va (P. M antega^a)” f aut. de
L. H., en italiano. Nomenclatura cronológica, numérica y astronómica;
párrafos sin numerar ni estructurar. Cf. X V II, 1 1 3 , núm. 1 6 1 ; X IX ,
146, núm. 306; X X I, 80 y 13 5-136 , núm. 7 1.
5 1] u) 37o rv: **Breve ragguaglio delVartificio grammaticale /
della lingua volgare di Siam” , aut. de L. H., sin división de párrafos
ni indicación de fuentes. — Cf. X V II, m - 1 1 2 , núm. 15 7 ; X IX ,
146, núm. 30 5; X X I, 80 y 135, núm. 69.
52] x) 371 r : uBreve ragguaglio delVartificio d’un dialetto Mala-
haré” , todo autógrafo de L. H .; al margen: “ ortografía spagnuola” . -
372r-38or: Resumen de “ Gramca. Malabare Ms. in/ Malabare, e Por-
toghese in Propaganda” , todo aut. de L. H., de quien son las dos no­
tas siguientes, al parecer algo posteriores : “ II p. fr. Paolino di S.
Bartolomeo, carmelita scalzo, mi ha detto che Pautore di questa gram-
matica é il gesuita Emmanuele Ferraz, portoghese, missionario, che ha
87 anni, 1790” ; “ V i é una altra grammatica e dizionario malabarico-
lusitano, con caratteri malabari, ms., e vi si nota essere stato fatto da
n* Hervds y W. von Humboldt 231
un gesuita missionario” . — Cf. X V IIt i 2 i t núm. 1 8 1 ; X IX t 62-65,
núms. 9 7 -10 3; 13 5 -136 , núm. 28 5; X X I, 80 y 138-140, núm. 73*
53] y) 380V-383V: Extracto de la “ Grammatica Tamúlica ad
usum Missionariorum Soc. lesuf auctore P. Constando Icsepho Bes-
chio.../ ...Tangambariae typis Missionis Danicae 1738” . Cf. X V III,
92, núm. 1 1 2 n. a ; X IX , 134, núm. 276 ; X X , 227, núm. 19 2 ; X X I,
81 y 14 1-14 2 , núms. 75-76. — 382*, “ Padre nostro— Malayo” , aut. de
L. H. ; no es ninguno de los publ. en X X I, 13 1- 13 2 , núms. 6 1-6 3 .—
38 3^ , vocabulario “ Malabare Portoghese'% autógrafo, con la nota fi­
nal: “ Oltre le grammatiche malabari, cfé in Propaganda un dizionario
ms. malabare-lusitano, con caratteri malabari, del p. Giovanni Ernesto
Aanxlenden, gesuita, gran maestro delle lingue malabare e grando-
nica” .
54] z) 3&4r-39Ór: “ Elementi grammaticali della lingua Cmaru
na” , autógrafos de L. H .; estructurados en 1 1 7 párrafos? borrador
muy castigado. Única fuente es el Arthe da língoa canarim de los
PP. Thomas Stephens Busten y Diogo Ribeiro, en la edición de Ra-
chol 1640. — Cf. X V II, 12 1, núm. 1 8 1 ; X IX , 134, núm. 274 ; X X I,
81 y 145-146, núms. 83-84.
55] aa) 397r-404r : “ La lingua talinga (talenga chiamata dagl’in-
dostani) e il dialetto, / che piü somiglia alPidioma samscrdamico, onde
provengono / le lingue delPIndostano.. ; todo autógrafo ; párrafos
sin numerar; no se señalan las fuentes. — Cf. X V II, 1 2 1 , núm. 1 8 1 ;
en los demás tomos se habla sólo del idioma indostano o hindú en
general.
56] bb) 4o5r-4o8r: “ Grammatica de la lingua moraAndostana,
ow ero araboAndostana” , con los mismos caracteres de la anterior. -
Lengua no estudiada en Idea delVuniverso. - 409^41 o v : apuntes va­
rios sobre los “ numerali tibetani” (vid. X IX , 62, núm. 94) y el Alpha-
betum tibetanum de fra Agostino Ant. Giorgi (Roma 1762); sobre el
Vocabulario tamúlico de Antao de Proenga (Ambalacata 1679) y la
gramática tamúlica ms. de Baltasar da Costa, en Propaganda (409^;
extractos del breviario greco-valaco, el “ Padre nuestro rabínico'ger-
manteo” (X X It 189 sigs.); lista de palabras italianas sin corresponden­
cia alguna (409V); extractos del Dictionarium latino^malacum de Da­
vid Haex, Roma 1631 (41 or); sigue la lista de palabras italianas (41 ov).

Próximo Oriente.
57] cc) 4 11 r-42Óv: “ Brevi elementi gramaticali delle lingue [/]
Turcaj colla corrisponden^a j delVitaliana” , todo del amanuense de
232 IL Algunos grandes nombres

los ££♦ 1261M 29V; sin división de párrafos* 427r-428v, numerales tur­
cos y otras noticias gramaticales en italiano y de mano italiana* — Cf*
X V II, 166-167, núm* 279; X IX , 149, núm* 3 2 2 ; pág* 19 7 ; X X I,
81 y 152, núms* 95-96*
58] dd) 429r: “ In Nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti“ en
las lenguas semíticas y en etíope, armenio y copto; todo apógrafo* —
Publ* en X V II, 127, núm* 194*
Europa*
59] ee) 43or: “ Si desiderano in Múltese/ i seguenti nom i'\ tí­
tulo y lista de H*, correspondencias apógrafas* - 4 3i r : “ Si desidera il
Paternóster in lingua Maltese... [e] le seguenti parole“ , id*; vid* X X I,
178 sigs*, núm* 1 7 3 ; cf* X X I, 15 7-158 , núms* 365-369*
60] ff) 432r-437v: [Lenguas fino^ungrias] : 432r-433v, carta
mitad española y mitad italiana de [José de] Silva a L* H*, de Rímini
1 1 febrero 1786, con muchas noticias, bibliográficas y gramaticales;
434r-437v, vocabulario italiano-lapón-fínico-húngaro del mismo Silva,
a quien L* H* cita en X IX , 153* — Cf. X X I, 81-82 y 160-163, nú­
meros 109-118*
6 1] gg) 438r: “ Dialetto illiricof\ sólo el título es autógrafo;
“ Pater noster“ y “ Ave María“ * 439r: “ Illirico Raguseofff título y un
breve vocabulario aut* de L* H*; “ Padre nostro“ apógrafo* Cf, X V II,
158 y 160, núms* 254 y 2 6 1; X IX , 1 2 1 , núm* 2 2 5 ; X X I, 82 y 166,
núms* 128 sigs* — 44or: carta de fray Francisco Laudanski, conven­
tual, penitenciario polaco de Loreto, a ignoto (lo trata de “ Eccellen-
za” : el marqués Ni-c* Ghini?), 3 nov* 1783, sobre el envío de un
breve vocabulario (441 r) que comienza; “ II significato de" nomi man-
datimi é seguente“ * Cf* X V II, 159, núm* 2 6 1; X IX , 1 2 1 , núm* 227;
X X I, 82 y 168 sigs*, núm* 146*
62] hh) 44ir-46or: “ Greca*", título aut* de L* H* (441 r); “ Bre>
vi Elementi gramaticali del Greco volgare colla/ corrisponden^a del·
Vltaliano, e del/ Greco Letterale“ [/], del amanuense de los ff* i26r-
129V; sin distinción de párrafos*
63] ii) 4Óir: carta de Juan de Alustiza a L* H., Cesena, de Faen-
za 16 julio 1783, enviándole el padrenuestro en vascuence (es el de
X X I, 210, núm* 458, dialecto navarro), y un breve vocabulario; le
pide que no le moleste más “ en la materia“ , e insinúa: “ por lo que
toca a Bolonia, hay muchos que saben o supieron bien la lengua
vizcayna como nativa, v* g* los señores don José Beovide, don Fran­
cisco Xavier Bazterrica, don Manuel Ibarzábal, don Joseph Abariz-
queta y otros; pero yo dudo muchísimo que encuentre ninguno que
ri. Hervás y W. von Humboldt 233
quiera tomar esse trabajo” , se debe de referir a hacer un resumen de
la gramática, que de hecho no ha aparecido entre los papeles de
L. H. — Cf. X V II, 200*233, núms. 330*456.

África.
64] kk) 4Ó3r*475v: “ Gramca. de la lengua Kaconga, dialecto■ de
la Conga, El/ reino de Kacongo se suele llamar Malemba, che es el
nom/bre de su capital” ; toda autógrafa de L. H., en borrador; la
gramática está estructurada en 8 largos párrafos (463^469^, a los que
sigue el “ Diccionario” (47or*475v). — Cf. X V II, 241*242, núm. 467;
X IX , 160*161, núms. 375-376.
65] 5) 476r*479v: [Documentos no lingüísticos] . 476^ 477V:
carta de Martín Rubio a L. H., Roma, de Sinigaglia 28 abril 1786,
sobre el despacho de su obra en esta última ciudad. — 478r, una “ No*
tificazione” impresa, s. 1. ni fecha, contra las Effemeridi romane, diri*
gida a L. Hi, Roma.
66] 6) 48or*492v: Anónimo germánico: disertación latina, sin
título, sobre si se conserva la lengua primigenia del hombre o cuál
sea la más próxima a ella; a. 1800 ca. N i la letra, ni el estilo, ni el
método son de Hervás.

2
BIBLIOTECA APOSTOLICA VATICANA
Vat. lat. 9801

Vol. en fol. (hojas de varios tamaños: fol., 4.0, 8.°, etc.); 535 ff. nume*
rados a lápiz, ir, apógrafo, en lápiz también “ C a r te in lin g u a S p a g n u o la / re*
la tiv e alia C r o n o lo g ía , e F ilo lo g ía / (da verificarsi)”. Borradores autógrafos de
L. H. con muchas tachaduras; los escritos apógrafos se especifican.678

67] 1) 2r*i9Ór: [Historia de la tierra], refundición española iné*


dita.
68] a) 2 r* 3 iv : “ Articulo 3/ Dispersión de las gentes". Este tex­
to ha de venir a continuación del f. ig6r, infra, pieza c [70]. Cf. Idea
delVuniverso, X V I, 20*25 (“ Storia della térra” , pag. 4, tratt. 2, art. 2.—
3 v : “ § 2. / Júpiter Ammon figura de Cam. Este se estableció / en
234 IL Algunos grandes nombres

Egipto” . CL X V I, 26-27 Í4 * 2 f 3t art. 1). El f. 9 es un fragmento de


cartat no hervasianat de la que sólo queda la dirección: 44Al Sigre*
D* Rocco Masoni/ Sigre. Mió Pne Oss*mo / da Casa Ghini/ Cesena” . —
1 4r-2Óv: “ § 3,° / Neptuno figu rfa] de Jafet. Las historias su ¡ponen
a Neptuno, y fafet en las islas del Mediterráneo, j principalmente en
las del Arquipielago, y en los países de los Continentes inmediatos a
estas” . CL X V I, 37-50 (4, 2t 3, art. 2 ).— 2 7^ 31 v : 44§ 4/ Pluton, o
Tifón figura de Sem :/ países en que este se estableció” . CL X V I,
51-59 (4, 2, 3, art. 3).
32r-39 v: 44Art» 4*/ Naciones! fundados por algunos descendien/-
tes inmediatos de Noé” . CL Idea, X V I, 60-61 (44St. della térra” , 4, 2,
4); la redacción española es mucho más extensa»
36V: [Nota»] 44E 1 P» Lafitau (Moeurs des sauvages, tom» 2, 5, du
fisk), hablando de las naciones americanas dice: 4todas las naciones
civiles y salvajes cuentan por unidades hasta diez’ 32» Y o he pregun­
tado a muchos misioneros de la[s] dos Américas y de sus islas y de
las Indias Orientales sobre el modo de contar que tenían [o] tienen
las naciones civiles y bárbaras que se han descubierto, y todos me han
respondido que universalmente Jodas las naciones contaban y cuentan
por unidades hasta diez, y después por decenas» Del diccionario que
[James] Cook pone de las lenguas de los taitis de la Nueva Celanda
y Holanda, se infiere que los habitadores de las islas del Mar Pacífico
cuentan también por unidades hasta diez, y desde diez cuentan por
decenas» El señor abate don Juan de Velasco, que ha hecho estudio
grande de la historia natural y geográfica de las naciones del reino de
Quito m e//371% escribe así desde Faenza con fecha de 8 de diciembre
de 17 8 2 : Todas las naciones del reino de Quito contaban, como los
peruanos, por decenas» V ivo con un misionero mui práctico, el cual
dice no haber jamás sabido que ninguna nación no contase por dece­
nas, sino la nación omagua» Esta nación... contaba por cinquinas../
/ / j8 r. Los mejicanos contaban por veintenas, como dice el señor Cla-
vigero en su Historia antigua de Méjico; mas de sus nombres nume­
rales se infiere que antiguamente no contaban por veintenas” ... Vid.
X IX , 65-66, núms» 104-105, y la Lettera del sig. abate D. Lorenzo

32 Es curiosa la primera redacción del párrafo que sigue: “Yo he pregun­


tado por medio del señor ab. D. Francisco Gusta a muchos missioneros del
Perú que están en Ferrara, sobre el modo de contar de las naciones del Perú,
y el dicho señor Gusta me responde que: he preguntado por medio del señor
ab» D. Francisco Clavigero a muchos misioneros de la América...“ ; cf. ms.
3/8 n. [136].
n. Hervás y W. von Humboldt 235
Hervás alVautote sul calendario messicano, en Clavigero, Storia an+
tica del Messico, II (Cesena 1780) 258-266.
4or-66r: “ .. .Art. 5./ Fundadores de las naciones, o monarquías
de los/ Babilonios, Egipcios, Fenicios y Griegos” . CL X V It 61-92
(“ St. della térra“ , 4, 2, 4, art. 1). — 59V: comienzo de una carta de
L. H .: “ Car.mo Amicot Erano légate le copie del tomo 13 per man­
darle in Perugia, e dippio [ ! ] mi e venuto in mente, che oltre li 15
associati, e la sua persona, cfe s“ — aquí termina.
6 6 v - m r : “ Articulo 6 / Sobre la población de China, y America” .
Cf. X V I, 92-143 (4, 2, 4, art. 2). - Los ff. 6 8 r - m r (§§ I-III, como en
el texto italiano) están ya copiados en limpio por un amanuense. En
el f. 99av, la sig. nota autógrafa de L. H . al amanuense: “ Señor Tra-
versi: Se trasladará desde el § 1 que empieza: ‘Demuéstrase la suma
autoridad de la historia etc/. Cuando se cite algún tomo mío, éste se
deje en blanco. Cuando se citen obras de autores, se deje en la cita
un blanquillo para poner página N . La ortografía se corrija. El dicho
§ 1 empieza en la página 93 del tomo italiano X V I“ . — X V I, 93-143
(“ St. della térra“ , 4, 2, 4, art. 2, §§ 1-3). En el f. 107V, referencia al
ab. D. }uan Antonio Tornos como en X V I, 139.
H 2 r - i2 iv : “ Art. [7 ] America” . — i i 3 r : **Si los antiguos tuvie-
ron noticia de todo el Orbe terrestre;! que parte de este les fuese co-
nocida, y que parte sea conocida hasta el presente tiempo” , ampliación
inconclusa (n 8 v) de X V I, 143-146 (“ St. della térra“ , 4, 2, 4, § 4);
vid. infra, ff. H 9 r-i2 iv . — Fol. n 6 r, apunte de L. H .: “ Brasil: Mu-
ratori, Dissertazioni sopra le antichita italiane, tomo secondo. Milano
17 5 1, dissert. 30, pag. 49../ V — i i 7 r v : carta autógrafa del ex-jesuita
español Cristóbal Tentori a L. Hervás, de Venecia 12 marzo 1784,
sobre la isla del Brasil que aparece en el planisferio marciano, e in­
cluyéndole el padrenuestro (X XI, 166 sigs.) y el avemaria en ilírico.—
H 9 r-i2 iv : escrito en italiano sobre el conocimiento que los antiguos
tuvieron de América, en parte copiado casi a la letra, y en parte resu­
mido por L. H. en X V I, 14 3-14 6 ; traducido parcialmente supra,
ff. ii3 r - u 5 v . La letra es de uno de los ayudantes de L. H. (ms. i,
i26r-i29v, 249r-25ov, 337r-343v, 4iir-426v, 44ir-46or); mas como
las correcciones son de la misma mano, ha de tratarse no de un simple
amanuense, sino de un verdadero colaborador o, al menos, traductor;
pues que el carácter es español y no italiano, ¿se trataría tal vez del
abate Melquíades Salazar, a quien H. dedica este mismo tomo X V I?
236 IL Algunos grandes nombres

i22rt una dirección epistolar a L* H*, s* lugar* — 12 2V : “ Dilu-


vio/ calculo de Tournemine/ pa* combinar la cronología sam \/ he­
brea, 5í c*“ * y
69] b) I2 3 r : “ Diluvio y dispersión de gentes/ Apendix a la
historia de la Tierraf\ A l margen: “ tomos X I y X V I“ , pero es una
refundición castellana de X V , 9 (“ Storia della térra“ , pág* 4, trat* 1,
c* 1)*— I23v-i6 6 r (ff* 12 3-14 8 olim 1-2 1-2 3): “ Cap* 1/ Diluvio
universal” ... ~
70] c) i67r-i9Ó r: “ Cap* 2/ Noticia, y memoria de Noe, y de
sus tres hijos entre naciones barbaras, y civiles♦ Fabrica/ de la torre
de BabeU Confusión de lenguas al fabricarla, y dispersión cíe las gen-
tes/ después de dicha confusión” ... Refundición española de X V I,
9 sigs* (“ Storia della térra“ , pág* 4, trat* 2, c* 1, c* 2), aumentada la
parte referente a los mexicanos y persas según las obras de Clavigero
(Storia ántica del Messico, I, Cesena 1780, parte 2*a) y de Henry
Lord (Histoire de la... religión des anciens Persans ou Parsis, París
1667)* - Fragm* en C l a r k , 139, quien lo atribuye al ms* 3* — El texto
continúa en los folios 2r-3iv (supra, pieza ia [68])*

71] 2) i97r-535r: [ Cronología]* — Cf* X IX , 163-200*— a) i97r-


2i6r: apuntes informes sobre los signos del Zodíaco y su influjo as­
trológico según los orientales, griegos y romanos* — Fols* 198V y
200V: dos direcciones de cartas no hervasianas a G* B* Travaglini,
Roma; 199V: una dirección a L* H*, Roma* — El f* i9pr lleva el
núm*: “ 17 “ *
201 r : “ Si desiderano i nomi de* mesi, e de' giorni della settimana
in portoghese” ; siguen ambas listas, de otra mano*
202r-2i6r: apuntes sueltos sobre los calendarios irlandés (202r-
203^, hebreo (204rv), varios (205r-207r), chino (2o8r), turco (209^,
varios (2ior-2i2r), egipcio, babilonio y persa {2 13r), hurón (2 14r), va*
ríos (2i5r-2i6r)* — Fragmentos de cartas: 205v, de Domenico Ant*
Guidazzi al marqués Ghini (?), Cesena 14 set* 176 6 ; 2o6r, de anó­
nimo a un “ Sig*e Avv*to“ [G* B* T ravaglin i]; 2io v, de anónimo a
L* H*, sólo se lee: “ Caris*mo Sig*e Don Lorenzo* Cesena 12 Marzo
1788“ ; 214V, al marqués Ghini, 7 ag* 17 7 4 ; 2i6 v, sólo: “ Sig*r D*
Lorenzo Gentilis*mo, Ecco finalmente la copia dello... ra mió Pa­
dre“ *— Direcciones de cartas: 207V y 209V a G* B* Travaglini,
Roma*
72] b) 2i7 r-53 5r: “ C a l e n d a r i o borradores y apuntes autógra­
fos, en español y en italiano, para una proyectada “ Historia de los
ii. Hervás y W. von Humboldt 237

calendarios, o sea de la división del tiempo entre todas las naciones


conocidas” . Hay intercaladas algunas notas que no tienen relación di-
recta con el tem a: 3 i3 rv , 393^395 v, 398rt 452^455 v, 457r sigs.
(passim).
2 i7 rv : “ Cap. i. i . as ideas de los hombres al formar el j calen*
daño del tpo: ne\_c~\e\_si~\dad, y utilidad del descrubimJ0 del 1 / orí*
jen/ de ellas". Texto español truncado; falta la versión italiana.—
217V, dirección, inconclusa, a “ His Excellence the Duke” .
2i8r-228r: “ Capitolo 2. Alusione primitiva de9 nomi significanti
anno/ negVidionii di parecchie nazioni". Es la 2.a redacción; vid. la
i.a infra, ff. 2Ó7r-268v; y el texto español en los f£. 2 4 4 ^ 2 5 3 ^ —
2i8 r: "Nazioni Ameñcanetf: lenguas araucana (2i8r), peruana (218v),
sapibocona, mbayá o guaicurú, guaraní (219^, moja (219V), tamanaca,
canadiense, tagala (22or), capul, bisaya, javanesa, malaya (220V), bir*
mana, tonquinesa (22ir), china, georgiana, turca, curdistana, semíticas,
etiópica (22 iv), mandinga, congolesa (222r). — 2 22 r: "Nazioni Euro-
pee" : lenguas rusa, ilírica (222r), eslavas, germánicas (222V), célticas
(224r), griega (224V); comparaciones (225^228^.
228v-233r: “ Idea pratica delVanno solare presso tutte/ le nazioni
antiche” , borrador italiano; el texto español infra, 242r-2Ó4v. — 23er-
233r: “ Artícelo. Significazione, e confronto de9 no ¡m i significanti il
solé nelle lingue della/ maggior parte delle nazioni conosciute” , en
cuadros sinópticos; el texto español infra, 254V-256V.— 234^241 v :
“ Cap. Divisione delVanno solare in partí/ chiamate mesi” , con indica­
ción de la palabra “ luna” en las diferentes lenguas; el texto español
infra, 257V-264V.
242r-2Ó4v: “ Idea practica del año solar/ entre las naciones anii-
guas” , texto español apógrafo y en limpio, de la misma mano que los
ff. 6 8 - m ; el texto italiano supra, 228v-233r. Falta la indicación del
cap. I. — 244r-253r: “ Capitulo II./ Alusión primitiva de los nom-
bres, / que significan año en los idio ¡mas de algunas naciones"; el
borrador español de H. en los ff. 26gr*2jov; el texto italiano en los
ff. 2i8r-228r y 2Ó7r-268v.— 254r-25Óv: “ Articulo. / Significación,
y cotejo de los nombres, que/ significan sol en las lenguas de la/ ma-
yor parte de las naciones conocidas"; el texto italiano supra, 23or-
233f*— 257V-264V: “ Capitulo./ División del año solar en partes /
llamadas m e ses"...; el texto italiano supra, 234^241 v. 258V: “ Articu­
lo I./ Identidad de los nombres, que al a/ luna, y al mes dan muchisi-
mas/ naciones"; 260V: “ Articulo II./ Identidad de las silabas radicales
238 II. Algunos grandes nombres

de los / nombres significantes mes, y luna en las / lenguas de mu*


chas naciones diversasf\
2Ó5r (mrg* “ 9/Doppia“ ) : “ Abbiamo veduto nel nome desarmo
esprimersi chiaramente il solare* giacché viene significato con invernó:
pioggia annuale* freddo annuale* caseate di foglie? state: tempo di
solé* cerchio del sole ecc* I simboli delPanno presso le nazioni piü
civili indicano lo stesso; poiché vegglaiamo [ ! ] significarsi presso i
messicani, gli egigj ed i persiani con un serpente in figura di cerchio“ ..,
“ vedi figur*“ * refiriéndose a una* que falta* — 265V* dirección de una
carta no hervasiana a G* B* Travaglini* Roma*
2Ó6r-268v (ff* 266-269 numerados 1 -4): “ Calendarj” ; mrg*
“ Gen* 1* 14* Dixit autem Dominus: fiant luminaria in firmamento
coeli* et dividant diem ac noctem* et sint in signa et tempora* et dies
et annos“ * - Prologo a toda la obra: “ Nel trattare de* calendarj mi
propongo rintracciare la divisione che del tempo hanno fatto Pantiche
e moderne nazioni* prevalendomi della storia per le presentí* e di
certi fondamenti finora sconosciuti per Pantiche* Se io sopra di queste
ragionar volessi secondo lo stile finora tenuto da tutti i cronologisti*
non farei se non copiare quel buono e cattivo che eglino hanno serit-
to* e sarei ristretto af limiti delPautorita di quegli autori che preten-
dono di avere tramandata una tradizione* che non trovo Vera* In-
somma io nel presente scanso questa strada finora battuta perché c'é
un'altra nuova piü sicura; Pautorita niente mi fa ; il confronto de'
calendarj delle nazioni mi fanno i nomi delPanno* del mese* del giomo
ecc** i qúali in tutte le lingue cospirano a addimostrare che il Signóte
crio [ ! ] i luminari grandi per dividere giomo* notte* tempi ed anni*
e per segni der tempi* Mosé* che scrisse cosí* uso e suppose usato
Panno solare e lunare* i mesi e le settimane* come poi si provera; e
tutte queste cose rintraccio io nella pratica delle nazioni e neV nomi
che esse danno alie parti del tempo* Accingiamoci alia prova“ * — 2Ó6v,
dirección epistolar a G* B* Travaglini* Roma* — 2Ó7r-2Ó8v: “ Art* i* /
Uuso delVanno solare immemorabile fra / na¿J civili, e barbare: e
contemp\° f al diluvio“ * primera redacción italiana de los ff* 2i8r-
228r; texto diverso del de Idea delVuniverso, XV* 53 sígs* (“ Storia
della terra“ * 4* 1* 4* 4* 1) ; versión española supra* 244^253^ — 2Ó6v
y 267V* direcciones epistolares apógrafas* a G* B* Travaglini*
2Ó9r-27ov: “ Capitulo 2*/ Alusión primitiva de los nombres signi-
ficantes! los años en los idiomas de muchas naciones“ * primera redac­
ción española de los ff* 244^246^
ii* Herv&s y W* von Humboldt 239
2711V274V: apuntes en italiano sobre los nombres de los meses y
de las estaciones en húngaro* — 275r-285r: cronología hebrea, prime­
ra redacción italiana* — 286t-296r: id* del Nepal, en español, apó­
grafo, de un copista distinto del de los ff* 6 8 -111 y 242-264; 297^
3 o8v : “ Calendario del Nepal” , borrador español de L* H*
30 9 r-3i2v: notas italianas de lecturas sobre la cronología de los
congoleses (309^, indios del Indostán feiorv) y de varios pueblos
(3iir-3i2v)* — Direcciones epistolares apógrafas a G* B* Travaglini,
Roma {309V), a [mons* Roverella, Roma] (310V), y a L* H*, Roma
(31 iv), esta últimá correspondiente a una carta de G* M* Romagnoli;
sólo el despido y la firma autógrafos, de Cesena, 8 julio 1790*
3 i3 r v : “ L'ab* Hervas, servitore devotissimo del rmo* p* f* Paolino
di S* Bartolomeo, desidera la significazione delle seguenti parole
samscrdamiche” ; sigue la lista de palabras, de las que muy pocas tienen
añadida su significación de otra mano.
3i4 r-32o v: continúan los apuntes italianos de lecturas sobre la
cronología de las más varias naciones. — Direcciones epistolares, no de
L. H*, a G* B* Travaglini, Roma (314V), a mons* Roverella, Roma
(3i 8v); fragmento de carta de ignoto a ignoto (3i9v)* Cartas a L* H*
de G* M* Romagnoli, Cesena 3 marzo 1791» sólo despido y firma au­
tógrafos (3i6r, 317V), y de C* Capoleoni, Ancona 21 ag* 1780, autó­
grafa (32or)*
3 2 1 : “ Meses teutónicos — se pondrán asi” , pero en el texto están
en italiano* — 322^331 r: comparaciones, también en italiano, entre
los nombres cronológicos de las diversas lenguas germánicas antiguas
y modernas; 329^, “ Mesi islandesif\ — 328V, dirección epistolar, no
de H*, a G* B* Travaglini. — 33 2 r: “ Islandesi” , apuntes y borradores
sobre su cronología antigua* Idem entre los irlandeses, anglosajones y
galeses (333r-345r, 347r), guaraníes (345^, antiguos celtas (346r), bre­
tones (348r)* — Dirección epistolar, no de L* H*, a G* B* Travaglini,
Roma 12 febr. 1769 (344r)* Una nota de L. H* en español sobre la
Inquisición española (345v)* Un fragmento de carta autógrafa de Nic*
Ghmi [a G* B* Travaglini?], de Cesena 9 dic* 1784, con una alusión
a L* H. (346V); y otras dos, igualmente autógrafas del mismo a un
personaje ignoto a quien trata de vuestra señoría, de Cesena 2 nov* y
17 dic. 1769 (347V, 348V).
3 5 °r-3 5 iv (olim 13 7 -13 8 ): mrg* “ hoja del viaje extático con notu
cias para la mitología solar, que no las puse en dicho viaje” (35or);
poco más arriba: “ Causa de los fenómenos Opticos de los astros” ;
240 IL Algunos grandes nombres

todo en castellano· — 3521V362V: borradores de L· H· en español so­


bre nombres astronómicos y cronológicos en diversas lenguas♦
3Ó3r-365v: nombres de los meses y de los días de la semana en
lenguas eslavas; redactado en italiano· — 366r, nota en español sobre
la cronología de los canadienses, sacada del t· II de los Mémoires de
VAmérique septenirionale del barón de Lahontan· — 366V, dirección
epistolar no hervasiana a G· B· Travaglini, Roma· 3 6 7 ^ : “ Calendario
de los Kamtchadales” , del mismo amanuense de los ff· 286r-29Ór? el
texto continúa y acaba en los ff· 382r-384v; 36 8 rv: “ Divisione del·
Vanno solare in mesi secondo ¡ la nazione Aimara” · 36 9 ^ id· entre los
yaruros y guajivos [ !] · — 369V, carta de Nic· Ghini [a G· B· Travagli­
ni], con referencia a L· H ·, Cesena 23 enero 17 8 5 ; 37orvt carta de
Joaquín Camaño a Hervás, Faenza 2 marzo 1786, sobre despacho de la
Idea delVuniverso y sobre la lengua quichua· — 371 r : “ Calendario
del Kacongo,/ llamado1 Malemba del nombre / de su capital” · — yjixw i
“ Anno degli Uroni, ed Iroquesi” · 373^ dirección epistolar no herva­
siana a G· B* Travaglinit Roma, del 3 1 ag· 1769· 373v t extractos de
Lafitaut Lahontan y Le Clerc sobre el Canadá· — 374 r: “ Divisione
delVanno secondo la nazione M baya“ ; 374V : “ Anno solare de9 Ya-
ru rí\ — 375r v : “ Calendario de los Koriacos” , del mismo copista de
los ff· 286r-29Ór y 3 6 7 ^ ; 376rt extractos de L· H · sobre lo mismo;
37Óvt fragmento de carta anónima ni de H· ni a H., s· fecha· — 377rv
y 38 orv: “ Calendario de los Kamtchadales” , original del escrito co­
piado en los ff· 36 7™ y 382r-384v· 378v-379rt extractos sobre los ca­
lendarios tártaro y anglosajón· 379vt carta de Nic· Ghini a anónimot
Cesena 8 febr· 1707·
38 5^ 39 2 ^ apuntes italianos: nombres de los meses entre los
“ Etiopici” (385^ 386r; 386vt dirección epistolar a L· H ·, Cesena) y
“ Curdistani” (387™), comparación entre los signos zodiacales egipcios,
musulmanes y romanos (388r); nombres de los meses coptos y tebanos
(389^ meses y días de la semana en húngaro, comparados con los
griegos> irlandeses, alemanes y dálmatas (389V); id· en polaco (39or),
retorromano y provenzal (390V); notas sobre cronología canadiense
(39°v)· Extractos de lecturas sobre las lenguas y la cronología de los
pueblos mogoles (39ir-392v)· — Los ff· 39o-399t olim 31-40·
39 3r: formas de algunos conceptos en las más diversas lenguas:
“ addur[re]” , “ abominare” , “ romperé” , “ assenzo” , “ sorbire” , “ astinen-
te” , “ abisso” , “ ricevere” , “ ago” (393r), “ diamante” , “ giovine” ,
“ agnello” , “ fare” , “ amaro” , “ morte” (393V), “ ammazzare” , “ colomba” ,
“ lepre” , “ grande” , “ piccolo” (394r)· — 394rv, extractos de lecturas so-
it * Hervás y W * von Humboldt 241

bre lenguas africanas; 395rvt notas lingüísticas sobre las lenguas de


Cayena y del Darién, Tartaria y Mongolia.
396r-397v: meses y días de la semana en mbayá (396^, aimará
(396v), galés, georgiano (397r)t caribe (397V)*— 398r: numerales en
las lenguas mogólicas; cf* X IX , 144-149, núms* 3 0 1-3 2 1* — 398V-
4o8v ; léxico vario en maltés (398v), beréber (399r), fenicio y copto
(399v "4o ir ♦ 4 °o yt dir* epist* no hervasiana a G* B* Travaglini), dia­
lectos persas (40ir-404r; 402V, comparación con el ibero o georgia-
no), varias (405i>4o8v)* — 409^41 i v : meses y días de la semana en
Armenia (409^410^ y Madagascar (41 ov), y en sánscrito (41 i r ; v,
din ep* no hervasiana a G. B* Travaglini, Roma)·
4 12 r: “ II R. P. penitenziere ungaro, che giovedi mattina favorira
lo scrivente ab* Hervas suo servitore, fará ancora il favore di osservare
nel dizionario ungaro le parole ed etimologie de* nomi significanti
Solé, Luna, Mercurio, Venere, Marte, Giove, Saturno* — Collegio ro­
mano, oggi martedi* Al R* P* Penitenziere Ungaro” *— 4 13 r : “ In al-
cune lingue delTIndostano le parole Dio, dei, di ecc* significano D io :
Pab* Hervas, servitore dev*mo del R* P* Paolino da S* Bartolomeo,
desidererebbe alcuni derivati dalle suddette parole in samscret ed in
malabaro, come per esempio da Deus si derivano divinus, deificare,
divinitas.— Parimente in indostano si usano le parole merric, mirric
per significare Mercurio, pero Pab* Hervas desidererebbe alcuni deri­
vati dalle sillabe mer, mir, in samscret e malabaro” * Billetes autógrafos
de H*, con las respuestas al margen* Penitenciario húngaro en 1784
era el P. Pedro Boskovics, franciscano conventual*
4 14 r: “ Kalendario” , apuntes italianos sobre varias lenguas♦ 414V,
fragm* de carta de Nic* Ghini, no a Hervás, Cesena oct* 1709* — 41 5r-
425v : cronología comparativa en las lenguas de África y Asia; en los
cuadros sinópticos de 4 15 ^ algunas palabras han sido añadidas por
los colaboradores de L* H* — 424^ ejercicio de latín, de mano infan­
til ; 425r, id* de mano más formada* — 42Ór-43or: apuntes y extractos
en italiano sobre la cronología grecolatina* En los reversos, direcciones
epistolares no hervasianas a G* B* Travaglini, 1769*
4 3 ir-4 5 iv : léxico cronológico en varias lenguas europeas (43irv,
437V-442V, 45or-45iv), mogólicas (433rv), eslavas (435r), turco^árabes
(435v), copto^egipcias (436rv), persa (436r), curdistana (442v-444r),
africanas (444v-449r), yarura (449v)* — 447V, carta de un niño a L* H*,
Cesena 24 febr* 1787* — Los ff* 435-467 presentan los siguientes restos
de numeración antigua: 435-442, 2-9; 444-445, 1 0 - 1 1 ; 449-467,
12-30*
L. HISPANOITALIANA. — 16
242 II. Algunos grandes nombres

452i>455r: correspondencia de varias palabras* desde “ acqua" a


Muomont en algunas lenguas, sacada del Thesmrus polyglottus de
Hieronymus Megiser [Francfort 16 0 3 ]; L. H. lo amplió notablemente
en su Idea delVuniverso, X X , 16 3-219 (“ Vocabolario poligloto'').
456r-535r: apuntes y extractos en italiano sobre léxico cronológico
y vario (457rv, 462V, 477r, 478r) y sobre las más diversas lenguas de
todos los continentes. — Cartas no lingüísticas a L. H. de Joaquín Car-
nicer. Ferrara 24 enero 1787 (496V); de A, Ghini, Cesena 18 jul. 1790
(501 v), 3 febr. 1791 (509^ 17 junio 1790 (5i6v); de Niccoló Savo-
nelli, Forlí 29 febr. 1791 (517V)· Direcciones epistolares de anónimos y
sin fecha a L. H., Roma (518V) ; a L. H., colegio romano (492V, 5oor,
51 or, 514V); a L. H. como “ agente dell'ill.ma casa Ghini, Roma"
(53°v). - Cuentas apógrafas de 1776, julio-ag. (493^), oct.-nov. (495rv),
die. (483^; de 1777, enero (483V), febr. (488^. - Restos epistolares
frecuentes de G. B. Travaglini, sin relación directa con Hervás. Los
ff. 456-467, olim. 19-30.

V at. lat. 9802

Vol. en folio (hojas de varios tamaños); 354 ff. numerados con tinta, i r :
“ Manoscritti di Lorenzo Hervas di Argomento Filológico (da verificarsi)ft. Todos
en español y autógrafos de Hervás, si no se especifica otra cosa.734
5*

73] 1) 2 r: autógrafo de Joaquín Carnario: lista secundaria de


palabras, solicitada por L. H .; Carnario le da las correspondencias en
las lenguas quichua, chiquita, vilela, zamuca, omagua, y en la de las
islas Mañanas. 3 r v: carta de J. C. a L. H., Cesena, de Faenza 8 oct.
1785, enviándole la lista anterior y añadiendo algunas consideraciones
sobre las palabras quichua. - Fragmento en CLA R K , 98.
74] 2) 4 r-i5 r: [Lorenzo H ervás: Apuntes sobre los pueblos y
lenguas de Guatemala].
75] a) 4rv ♦ notas autógrafas en español sobre los pueblos hac*
chi, poconchi, pocomdn y kacchikil; fragm* en C l a r k , 98-99. — De la
lengua cacchi no trató H , ex-profeso en los tomos X V II-X X (v. sólo
X V II, 76, núm. 10 1 ) ; al final del X X I, 226-227, reproduce el pa­
drenuestro cacchi (con notas lingüísticas) y dice que sus fuentes de
información han sido el dominico padre Miguel Zaragoza, procurador
de su provincia de Chiapas y Guatemala, y sobre todo el indio Ba-
I I. Hervás y W . von Humboldt 243

raona que se vino con él a Roma. 5 r v : “ Lengua kacehi“ , título ante­


puesto por H. a un texto que parece copiado por un niño; en él se
contiene una “ Doctrina en Lengua Cacchi“ , con el padrenuestro, el
avemaria, el credo, la salve y los mandamientos; la primera línea en
Clark, 99; 6v, notas diversas, no lingüísticas, en español e italiano, de
quien añadió también al final: “ Letra del indio Tot“ ; una línea en
Clark 99; 6v, notas diversas, no lingüísticas, en español e italiano, de
la misma mano que el f. 5rv, distinta* al parecer, de la de 6v.
76] b) 8r>9r, en castellano: “ Lingua Poconchi (Domingo Tot Ba-
raona/ indio me ha escrito estas palabras)“ , pero aquí todo es autó­
grafo de L. H., declinaciones y conjugaciones; en el f. 8v pone enca­
rados el presente e imperfecto en cacchi, añadiendo: “ los demás
tiempos de la lengua kacchi se ponen en el otro papel de la lengua
kacchi“ ; fragmentos en Clark, 99-100. — iorv, i2 v - i3 r : “ Lengua
Cacchi“ , breve vocabulario, en el que el título y la lista castellana son
de H., y lo restante de otra mano (del indio T o t?); no se utilizó en
el “ Vocabolario poligloto“ (X X , 16 3-219 ); fragmentos en Clark,
100. — n r v : “ P. Fr. Miguel Zaragoza, Procurador de la/ Prova. de
Guatemala♦ / Orac.n dominical en lengua Cacchi“ , pero refundida por
mano de L. H . : es el texto español que, traducido al italiano, publicó
en X X I, 226-227 (no es letra Tot, como dice Clark, i 00).
77] c) I 3 v - i5 r : ” Gram.ca Cacchi“ , todo autógrafo de L. H .;
habría de formar parte de los “ Elementos gramaticales“ de los mss.
1/4 y 4/1 [32-64, 16 1- 18 2 ]. - Fragmentos en Clark, ioo- i o i .78
9

78] 3) i6 r - 9 iv : [Correspondencia y otros escritos autógrafos de


Joaquín Camaño']; siempre de Faenza y a Cesena, si no se advierte
otra cosa. No se ha hallado la carta de 10 octubre 1785 citada en
X X I, 104.
79] a) i6 r - i8 v : [ 1 7 abril 17 8 3] sobre la autoridad relativa de
las noticias que sobre varios pueblos sudamericanos dan Muriel, Char-
levoix y Lozano; la Relación historial de los indios llamados chiquu
tos, atribuida al P. Juan Patricio Fernández y que Muriel (Historia
paraguaiensis p. Fr. X . de Charlevoix, Venecia 1779* 99, n. 5) dice
ser del P. Domingo Bandiera, no puede ser de éste en su totalidad
(vid. X V II, 30, núm. 20 ; 42, núm. 33). Notas sobre algunas palabras
de la lengua chiquita, y sobre los pretendidos restos hebraicos en la
América meridional. i8 v -i9 r: Posdata de José Dávalos, Faenza 17
abril 1783. - Piezas citadas en Clark, i 0 1. — 2orv: “ Numerales, y
modo de contar en Lengua/ Guaraní” (cf. Idea delVuniverso, X IX ,
244 IL Algunos grandes nombres

95-96, núm. 189), " . . . hule” (ib. 97-98, núm. 191). “ Carta [de anó­
nimo a J. C.] de Ravenna de 26 de abril sobre el modo de contar de
los mbayas" (ib. 99, núm. 19 5); todo lo anterior publ. en Clark,
10 1-10 5 . — 21 r : uActo de Contrición en la Lengua Zamuca'* (publ.
en X X I, 229-230, núm. 309), 44.. .Payagua.. (ib. 228, núm. 307);
"Catecismo breve en lengua Guenoa, ó de los Indios Guenoas, que
confinanI con las Misiones celebres de Guaraníes por la parte del sur"
(ib. 228-229, núm. 308). -Textos citados en Clark, 105. — 21 v :
44Numerales de la Quichua" con largas anotaciones; fragmentos en
X X , 10 1, núm. 197, y en Clark, 105.
80] b) 22r-25v: 1 mayo 17 8 3 ; noticias, y crítica negativa, sobre
la supuesta circuncisión femenina entre los panos de la región amazó­
nica del reino de Quito, según las tomó Juan de Velasco de los Apun-
tes de las cosas más memorables que pasan y pasaron en la misión
desde el áño 1744, por el P. Adam Widmann; id. entre los mocobíes y
otros pueblos americanos, y sobre el supuesto hebraísmo indígena. -
Fragmentos en Clark, 105-109, quien da a entender que se trata de
dos cartas distintas, de la misma fecha; simplemente L. H. repitió la
fecha al comenzar el segundo pliego (24^.
8 1] c) 2Ór-27v: 8 mayo 17 8 3 ; extensión geográfica de las len­
guas guaraní (el padrenuestro lo procuró Francisco Legal, cf. X X I,
95-97, núm. 10), chiquita, lule (padrenuestro del abate José Jolís, ib. 99-
10 1, núm. 16), vilela (id. de Franc. Almirón, ib. 103-105, núm. 19),
toba (id. de Román Arto, ib. 105, núm. 20), abipona (id. de Franc. Na-
valón, ib. 105-106, núm. 22), mocobí (id. de Franc. Burges, ib. 105,
núm. 21), mbayá (id. de José Sánchez Labrador, ib. 106-107, núm. 23),
moxa (id. de Man. Iraizos, ib. 90-91, núm. 4), de otras lenguas de las
misiones de chiquitos y de la (el acto de contrición, enviado
antes, era de Narciso Patzi, cf. X X I, 229-230, núm. 309; el pater­
nóster, que incluye ahora, de Tomás Rovoredo, ib. 10 1-10 2 , núm. 17),
de varios pueblos y lenguas del Chaco y de las misiones de mainas (el
paternóster t en y amea lo sacó de los cuadernos del abate Andrés Ca-
macho, residente en Ravena, ib. 107-108, núm. 24). Los abates Jolís y
Almirón dieron los numerales en vilela (X IX , 98-99, núm. 193), Jolís
en lule (ib. 97-98, núm. 192), Patzi en (ib. 97, núm. 191),
“ los de la guaraní saqué del Arte impreso del ven. P. Antonio Ruiz
de Montoya [Madrid 1640], y añadí poco con ayuda del abate Fran­
cisco Legal“ (ib. 95-96, núm. 189), “ los de la quichua los sé yo como
sé los castellanos, y los puede ver qualquiera así en el Arte del P. Fi-
gueroa [sic por Juan de Figueredo, Lima 1754] impreso la i .a vez en
ii» Hervás y W» von Humboldt 245

Roma [por el P» Diego de Torres Rubio, 16 0 3], como en el del P» Die-


go González Holguín” [Lima 1607, 1608] (ib» 10 0 -10 1, núm* 196),
“ los de la lengua mbaya me envió el abate Manuel Durán” (ib» 99,
núm» 19 5 ; cf» X V II, 44, núm» 35)» Consideraciones “ sobre la noticia
de casarse la viuda con hermano del marido” , que Lozano envió a
Charlevoix como procedente del P» Manuel García» - Publ» casi por
entero, con algunas incorrecciones, en Clark, i 09-115»
82] d) 28 ^ 31 v : 8 junio 17 8 3 ; transcripción y crítica, por en"
cargo de Hervás, de la carta 30 del t» III de Feijoo sobre “ una criatura
humana hallada poco ha en el vientre de una cabra” (28r-29r)» Sobre
la conjugación de los verbos en chiquito y en quichua (29^30^, los
numerales chiquitos feor), y las lenguas matrices y derivadas de Sur-
américa (30^31 r)»" Publicado en gran parte, como si tratase de dos
cartas distintas, en Clark, i i 5-122»
83] e) 32r"34 v: 12 junio 17 8 3 ; correcciones a la conjugación
chiquita (cf» piezas d [8 2], aa [10 2 ]); sobre los acentos y las gutu-
rales en guaraní (32rv); controversia con H» sobre las lenguas matrices
(32V"34r)» Publicada, menos la controversia, en CLARK, 122-125»
84] f) 3 5 rv : 19 junio 17 8 3 ; “ Tengo en mis manos el borrador
o selva de sus apuntamientos [vid» infra, pieza 5 [ 10 8 ] ] ... Si vmd»
logra de Joseph Sánchez Labrador un compendio de la arte mbayá
[ms» i/4 g [3 9 ]], podrá ésta servir de mucha luz a don Antonio Bus-
tillo para hacer el de la mocobí*f (vid* ms» i/ 4 g f [39, 38])» “ De la
lengua guaraní hay aquí dos Aries” , y otra, impresa, de lengua lule;
pero mejor que las pida por medio de Peramás» “ Don Juan Velazco
anda muy falto de salud” ; será, pues, mejor que para conocer las
lenguas de mainas “ haga su viagito a Ravena en este verano” y tam­
bién a Ferrara; faltan esos extractos o elementos gramaticales en los
mss» 1/4 [32-64] y 4 /1 [16 1-18 2]» “ P» D» Vea vmd» si por medio de
[Manuel de] Azevedo o de otros puede lograr la arte de lengua tupí
del P» Joseph Ancheta [Coimbra 159 5] o de otro autor; sería bueno
cotejarlo con el de guaraní para saber en qué varían ambos dialectos” ;
vid» ms» 1, 1241· [34]» “ Item : y vmd» ¿no hace alguna diligencia
sobre lenguas del Brasil y sobre otras del N uevo Reino? Como si no
tuviera noticia de más lengua que de las que le ha noticiado el abate
Gilj” » - Falta en Clark»
85] g) 36 r-37v: 18 mayo 17 8 3 ; sobre el citar H» a los colabo­
radores o informadores en su obra; corrección a G ilij , III, 390, sobre
los treinta pueblos del Paraguay; “ si... desea mayor copia de voces
de lengua de los incas, avíseme, que le enviaré el borrador de un breve
246 IL Algunos grandes nombres

vocabulario que escribí de esta lengua” (36r)t pero no está en este


ms. pieza 1 1 [ 1 6 0 ] ; que la semejanza de algunas palabras no arguye
un mismo origen para las lenguas respectivas* - Fragmentos en Clark,
I2 5*I2 6 .
86] h) 38r*39vt en 8*°: 15 junio 17 8 3 ; la obra de Gilij es in-
completa; “ las misiones de bárbaros, a lo que tenemos entendido, co­
rren a largos pasos a su ruina, y llevarán en ella envuelta la de las len­
guas” (38r). Cuanto a los extractos gramaticales, sugiere a José Man*
Peramás para el guaraní, a Diego González para el lule, ambos resi­
dentes en Faenza; a Miguel Navaz (N avas,. Bolonia) para el vitela, a
Antonio Bustillo (Castelbolognese) para el mocobí, a José Sánchez La­
brador (Ravena) para el mbayá: mas sólo este último realizó su tarea
(ms* i/4 g [39])* El padrenuestro moxo que le envió, debe de ser de
la lengua mobima, pues recuerda haberlo pedido a Juan Borrego, an­
tiguo misionero de esta nación* Dícele que Tiraboschi intentaba reco­
ger cuantas gramáticas exóticas podía, para la Biblioteca estense de Mó-
dena; que acuda a él directamente o por medio de Juan Andrés* -
Fragm* en Clark, 126*
87] i) 4or-4iv: 28 junio 17 8 3 ; sobre el copiar y extractar las
gramáticas. El arte de la lengua del inga, impreso en Roma [en 1603]
a nombre del P. Diego de Torres Rubio, fue muy retocado aquí, adon­
de un procurador trajo los originales* José Peleya, en Ravena, hizo de
memoria una gramática chiquita (cf* ms* i/4 d [36])* Sobre semejanzas
de algunas palabras americanas con otras hebreas, españolas o vascas.
“ Don Plácido [Lampurlanes] no sabe el padrenuestro porque en la[s]
Marianas no servía de catequista, sino de médico” (4ir); para esa
lengua le podrá servir, en cambio, el P* Franc. Xav* Stengel* Son
pocos en América los indios bárbaros* - Largos fragmentos en Clark,
126-129.
88] k) 42r-43v: 5 julio 17 8 3 ; le envía libros a Cesena, entre
ellos el Tesoro de lengua guaraní [de Ruiz de Montoya], utilizado
por L* H* en el ms* i/4 b [ 3 4 ]; vid* infra, pieza t [97]* “ Don Plá­
cido y los medios lenguaraces de Zamuco tienen ya el catálogo de vo­
ces para ir llamando a la memoria las correspondientes que vmd* me
pide” (42r); vid* la pieza siguiente* Inseguridad de las supuestas tra­
diciones bíblicas en América* - Fragm* en Clark, 129*
89] 1) 44r, 45V: 19 julio 1783? Ignacio del Río o de los Ríos
podrá hacer el extracto de la lengua mobima (falta en los mss* 1/4
[32-56] y 4/1 [16 1- 18 2 ] ) ; envía el catálogo de voces en lengua de
Marianas por Plácido Lampurlanes (vid* piezas i, k, s [87, 88, 96]),
n, Hervás y W. von Humboldt 247
corregido por J. Carnario (L, H, lo menciona en X V II, 94, núm, 132,
y lo utiliza ib, 10 2-10 3, núm, i44),-Fragm . en CLARK, 129-130,
90] m) 4Órv: s, fecha, L, H, añadió “ Agto 17 8 3 ° ; sobre varias
palabras astronómicas y cronológicas en las lenguas quichua y chiquita
(cf. ms, 2, 2i8r, 37orv [7 2 ]); le envía un “ Catalogo en lengua Za-
muca” , anónimo, - Fragm, en Clark, i 3 0 -13 1, con una interesantísima
nota sobre algunos errores de Hervás,
9 1] n) 4 7rv: 4 sept, 17 8 3 ; José Sánchez Murciano, de Ravena,
podría hacer la 1traducción [del padrenuestro] en lengua abipona; que
Hervás se lo pida por medio de Sánchez Labrador; si no, que L, H,
envíe a J, Camáfio la versión mbayá de Labrador, y él intentará re­
construir la abipona; pero falta en X X L - Cit. en Clark, i 3 1.
92] o) 48rv: 6 set. 17 8 3 ; sobre lo anterior. “ He leído lo de los
meses peruanos” (X V , 116 -12 3 ) y ha hallado bastantes errores. - Cit.
en Clark, 1 3 1.
93] P) 49r v : [ “ Set, 178 3“ por L, H , ] ; Bernardo Fuentes (de
la Fuente) no sabe cómo escribir a Seb. Fernández, residente en Bohe­
mia; que H. lo pregunte a A, de Sentmenat (vid. mi vol. Cartas del
P, Pou al card. Despuig, Palma 1946, 337); sobre el Vocabulario pe-
ruano de J, Camaño, incompleto (cf, pieza g [85]), y sobre las cor­
dilleras y valles del Perú, - Cit, en Clark, 131.
94] q) 5orv: 18 oct. 17 8 3 ; tiene ya en su poder la gramática
bisaya de Bernardo de la Fuente para enviársela (vid, ms, 1, 27or-
287V [48]); Bustillo no hará nada sobre el mocobí (vid. supra, pie­
za h [86]); Jolís reclama el Arte de lule que prestó a H „ seguramente
el del P. Machoni (Madrid 1732), vid. infra, pieza t [97] y ms, i/4 d
[3 6 ]; en Ferrara, Pascual Ponce y Juan Borrego conocen bien la len­
gua mobima, L, H, añadió al margen: “ Orden de la impresión: arau­
cana, guaraní, chiquita, lule, quichua, aimara, tanamaca, maípure, be-
toi, jarura, yucatana, mejicana, otomita, cochimí” (5or), como se ve,
difiere algo del orden indicado en X V II, 2.
95] r) 5 ii >52 v : i nov. 17 8 3 ; le envía una traducción del padre­
nuestro en vasco, anotado, distinta de las publicadas en X X I, 207-
2 1 1 , núms, 256-259, y debida a varios exiliados anónimos de Faenza
(5ir); con varias ayudas de allí mandó también la correspondencia de
las partes del cuerpo en las lenguas castellana, vasca, omagua, vilela,
quichua y chiquita (5 iv ); algunas notas referentes a las voces chiqui­
tas y quichuas (52r), - Fragmento en Clark, 131^133*
96] s) 53r-54r: 22 nov, 17 8 3 ; las mismas palabras en las len­
guas mbayá, abipona, de las Marianas y amuca (54r), Lampurlanes re­
248 II* Algunos grandes nombres

cuerda pocas palabras marianas; si H* desea un extracto bien hecho,


que escriba “ al P* Francisco Xavier Stengel, Alemán, Crumau in Bo­
hemia“ ; no dice los nombres de los demás colaboradores* Los papeles
del difunto Burges, buen conocedor del mocobí, los tiene Ramón Ter-
meyer, quien haría el extracto de esa lengua “ por la ambicioncilla de
ser nombrado en la obra de vmd*“ “ De las lenguas mainas hai poca
esperanza“ , aunque le sugiere los nombres de José Bahamonde (Rave-
na), Francisco Xav* Aguilar (Rímini) y Manuel Uríarte (Ravena)* -
Cit* en Clark, 133*
97] *) 55i>56v: 10 dic* 17 8 3 ; “ ... comienzo por los que han
prestado las artes, y digo que el de lengua guaraní lo prestó don
Antonio de Pedro Gómez, castellano de nación, que tuvo un tinte de
misionero de guaraníes; y el de lengua lule, don Joseph Yolís, cata­
lán, que fue misionero del Chaco y está escribiendo para la estampa
sobre las costumbres de los chaqueros“ ; refiérese al Saggio sulla storia
naturale della provincia del Gran Chaco, I (Faenza 1789)* Noticias so­
bre las lenguas pinguina o puguina y mochica, yunca o yunga, kingua,
guaraní, omagua, cocama y yete y sus respectivos pueblos, utilizadas
por H. en X V II, passim* - P* D *: “ El orden que vmd* quiere dar a
las lenguas [v* supra, 5or] no me desagrada; mas ¿por qué no co­
menzar por el Perú, que es el reino más célebre, y su lengua la más
culta, famosa y usada en los libros, y de un imperio como el de los
ingas? A no comenzar por ella, yo la pondría al último, con este or­
den : araucana, guaraní, tupí, omagua, lule, vilela, toba, abipona,
mocobí, mbayá, payagua, guenoa, zamuca, chiquita, moxa, mobima,
cayubaba, sapibocona, itonama, cerros, yamea, sáliva, maipure, tama-
naca, betoi, yarure y después (dando la vuelta por el occidente acia
el sur otra vez) mochica, pinguina o puguina, aimará, quichua...“
(55r)* - Cit* en Clark, 133*
98] u) 5 7 rv : 21 febrero 17 8 4 ; que le devuelva “ ese pliego sobre
la quichua“ (cf* ms* i/4 d [36]) pues el P* Rubio le ha hecho caer en
la cuenta de dos yerros; si en la posta de Cesena hay “ un plieguecito“
para don Sebastián Godoy, que se lo haga remitir a Imola; notas sobre
los verbos quichuas y chiquitos* ^ Cit* en Clark, 133*
99] x) 5&rv: 11 marzo 1784; sobre los verbos quichuas y las
negaciones chiquitas* - PubL parcialmente en Clark, 133-134*
íoo] y) 59r-6ov: 14 abril 17 8 4 ; don Juan de Velasco no puede
revisar “ el cartapacio de lenguas de Quito“ por estar resfriado* Le
busca las artes de lengua rutena e ilírica* “ He leído los quademos de
lenguas [t. X V III, Catalogo delle tingue, 1784, entonces en curso de
n* Hervás y W* von Humboldt 249
impresión]t y hallo bastante que corregir; procuraré despachar presto”
(5pr); refiérese sobre todo a la distinción entre lenguas y dialectos·
Sobre la gran facilidad de los indios para aprender otras lenguas afi­
nes· “ He recibido de Ravena las voces que vmd· me pide en lengua
abipona, y son las siguientes.. ; es falso que L. H· haya utilizado
estas palabras en su t· X X · - Fragmento en Clark, 134·
10 1] z) 6ir-Ó 2v: [L · H ·: “ Mayo 1784” ] ; “ ... Si llega a tiem­
po, ponga vmd· la siguiente carta en lugar de la del núm· 39” (XVII,
45-46), sobre las lenguas matrices; pero H· se contentó con dar un
breve resumen de esta carta al final del artículo (ib* 47)· - Cit* en
Clark, 134*
102] aa) 63rv, 64V, en 4 ·°: 6 junio 1784; “ En el quademo de
lenguas del Perú yo no hallo que corregir· Había algo que añadir, pero
necesitaba de tiempo para examinar mejor las noticias... [X V II, 53-57;
c* 1, art* 4]* En el quaderno de lenguas de Quito [ib· 58 sigs·; c* 1,
art· 5] había no poco que corregir, mas no lo he tocado por falta de
tiempo y porque los yerros se atribuirán a Don Juan Velasco, y porque
no sé si este sugeto gusta de que se los corrijan...” (63r); nota algu­
nas exageraciones y errores· “ Quedo enterado de los deseos de vmd·
acerca de las gramáticas quichua y chiquita [v· supra, pág. 214, cf* ms*
i/q d [36]]· El arte iUrico [cf· ms· 4/ i f [167]] costó una bagatela
en que no tiene vmd· que pensar* Me parece que en la lista de artes
trabajadas por jesuítas me olvidé de poner el arte y vocabulario de
lengua tupí que compuso el P* Bartolomé de Mora· [Arte y vocabu-
laño de la lengua tupí que se habla en las misiones de chiquitos lia-
madas San José y Santiago, 2 tomos en 4*0 mss*]... Item el P* Sán­
chez en sus ms* dice que había arte y vocabulario [ms*] de lengua
caaiguá...** (63v)*
10 3] bb) 65r-86r (olim i- 2 i- [ I ] ) : “ Notas al Catálogo de las len-
guas” , s* fecha; muchas utilizadas por L* H· en su texto definitivo;
se refieren al cap· 1, núms* 2, 3, 6, 8 - 11, 13-28, 30-41· - Vid· Clark,
134-136.
104] cc) 8 yrv: Faenza 7 oct· 1784, a Cesena; varios encargos
para Roma*
105] dd) 88rv, 89V: Imola 7 nov* 1787, a Roma; dale noticia
de los mapas que conoce de la América del Sur, por si pueden servir
para el atlas francés que se prepara; él trabaja en uno que prefiere
publicar en España o en Italia· Vid· Furlong, ob. cit* supra, n* 23* -
Cit* en Clark, 136*
250 IL Algunos grandes nombres

106] ee) 901% 91 v : Faenza 22 nov* 1786, al colegio romano;


“ Don Juan Velasco pone dificultad en acordarse y en adquirir noticias
de los escritores que ha habido en su provincia desde el año 70 del
siglo pasado* Sabe que se han impreso algunas obras en Quitot mas no
se acuerda ni de los autores ni del año* Tiene sólo memoria confusa
de dos hermanos [Marcos y Femando] de apellido Alcocer, nacidos en
la ciudad de Riobambat que escribieron y imprimieron a los principios
de este siglo no sabe qué obras” ; ambos fueron escritores, pero no
llegaron a publicar nada: vid* U riarte-Lecina, It 91-92* Mejor le
informará en Roma don Joaquín Aillón; por su parte J* C* escribirá
a Ravena. “ El señor Velasco cree que don Juan Bautista Aguirre, que
murió poco ha en Tívoli, habrá dexado algunas obras ms* [vid* A*
E spinosa Pólit, “ Nota bibliográfica” en J* B* de A guirre, Poesías y
obras^oratorias (Quito 1943) págs* lv-lxii]* Cree también que el se*
ñor Aillóh tendrá concluida una interpretación del Apocalipsi en que
trabajaba” , mas quedó msl y se perdió (cf* U riarte-Lecina, I, 387)*

10 7] 4) 9 2 r-io ir: [Lorenzo H ervás: Apuntes sobre la lengua y


los dialectos de la China] : “ Sacado de un diccionario chino-latino de
Propaganda” , sobre transcripción y acentos (92^93^; Vocabulario,
“ de un ms* de Propaganda” (94rv); “ Lengua chincheo” (95^1 oír)*
Cf* X V III, 10 9 -110 , núms* 1 5 1 - 1 5 2 ; X IX , 60-61, núms* 88-89; X X I,
8° y 133^134» núms* 65-67*
108] 5) I0 2 r-i3 3 v : [L* H ervás: Introducción a la “ Aritmética
de las naciones” ] , con excursus del autor y reflexiones de J* Camaño
(io2r-io7v y I26 r-i33v, olim págs* 1-28, a dos columnas); para el
cotejo de las lenguas elige los numerales “ como voces que podrían
haberse conservado más puras en la separación de las naciones” (102a);
notas sobre las letras que faltan en varias lenguas, y otras que coin­
ciden en los diversos idiomas para expresar la misma idea; compara­
ción de las lenguas entre sí* Acotaciones de J* C*, principalmente sobre
lenguas americanas, en i02ad, io3ac (publ* en Clark, 137), 104a,
io5acd, io6ab; ioybcd, 126c, I27ab, i28bcd, I29abc, i3 ib c , 132b,
i33ab*— io8r-i25r (en 8*°): largas acotaciones de J* C* sobre el texto
anterior de H* - Fragmentos en Clark, 137-138*
109] 6) I3 4 r - i4 iv : [Extractos] autógrafos y apógrafos, de au­
tores clásicos y modernos, generalmente sobre lingüística*
11 o] 7) I42r-i62v, 20 ir-20 2v: [ Cartas de Filippo Salvatore Gu
lij a L* H*], todas en italiano y enviadas de Roma a Cesena; si no
ii. Hervás y W. von Humboldt 251
advierto lo contrario, sólo la fórmula de despido y la firma son autó­
grafas; varios amanuenses italianos. — Vid* X V III, 80-82, n. a.
m ] a) i42r, 145V, amanuense 1 : 17 set. 17 8 3 ; espera la obra
filológica de H .; que José Forneri se disgustó con Gilij porque no ha­
blaba bastante de los yaruros (“ janiri” escribe é l; cf. X V II, 49, nú­
mero 43), L. H. ahora suplirá. Éste añadió: “ Introducción a la gra­
mática tanamaca” . - Cit. en Clark, 138, donde se dice “ Camaño” en
vez de Forneri.
11 2 ] b) I 43rv, 144V, aman. 1 : 18 junio 17 8 3 ; sobre la ausencia
de la f en varias lenguas orinoquesas♦
1 1 3 ] c) i 4Ór, 147V, aman. 2 : 24 noviembre 17 8 3 ; recuerda la
lengua tamanaca> pero no otras, y le manda varias palabras. “ Intorno
alTaltre lingue delTOrinoco, v. g. la saliva, é del tutto perita colla
morte del P. Rocco Lubián [vid. infra, pieza k [ 12 0 ] ] . Circa le lin­
gue ajmara, nobima [ ! ] e cujubaba [ ! ] , delle quali le trasmisi i ca-
talogi...” , no hallados entre los mss. de Hervás. - Cit. en Clark, 138.
114 ] d) I48r, 149V, aman. 1 : 14 enero 17 8 4 ; el abate Iraizos
dice que no puede ampliar la gramática mossa (moxa), porque en la
que entregó a Gilij ya lo puso todo (falta en 1/ 4 [32-64] y 4 /1 [ 16 1-
18 2]); aún no tiene la traducción literal del padrenuestro en lengua
itonama (X X I, 92-93, núm. 6).
1 1 5] e) i5or, 151V , aman. 1 : 1 1 febrero 17 8 4 ; ha recibido el
tomo X V : “ per cammino diverso va al fine medesimo della mia Sto-
ria, cioe a combatiere Pincredulitá colle notizie uniformi delle nazioni
selvagge su di molte veritá della nostra santissima religione... Rin-
graziamo Iddio che noi, laceri avanzi de’ figli di S. Ignazio, siamo i
primi a dar notizie e ad ischiarare in qualche maniera un punto sí ri-
levante” .
116 ] f) i52r, 15 3 v, aman. 1 : 25 febrero 17 8 4 ; le envía un bre­
ve catálogo de palabras en mosca o muisca (Bogotá). - Cit. en Clark,
I52*
n 7] g) 154^ 155V, aman. 3 : breves noticias sobre varios pue­
blos americanos; le corrige algún hispanismo de su t. X V , como “ sa-
rebbe” por “ sará stato” .
118 ] h) i5Ór, 157V, aman. 3 : le envía los catálogos de palabras
en húngaro (obra del penitenciario de San Pedro) y en bretón (de
un ebanista del Corso); no consta exactamente de qué listas de pala­
bras se trata.
119 ] i) i 58r, 159V, au t.: 26 nov. 17 8 3 ; ha estado enfermo ;
volverá a escribir.
JIá Nco de la r::
miOTECA lu.s a í : :
PATALOGAC a ;·;
252 IL Algunos grandes nombres

120 ] k) i6or, i 6 i v , aut*: 17 dic* 17 8 3 ; le buscará las gramáticas


ilírica y rutena* “ I parlatori della lingua aimara stanno, come le dissi,
nelle Legazioni* La caribe non v fé nessun che la parli* La saliva finí
col P* Lubián, morto in Gubbio Panno 1781* lo le mandai giá la tra-
duzione letterale del patemostro tamanaco e del maipure. Ella Pavrá
traf suoi scritti“ * - Cf*, respectivamente, X X It 67 y 1 1 2 - 1 1 3 , nú­
mero 3 2 ; 66 y i i o - m , núm* 29*
1 2 1 ] 1) i62rv, amam 1 : 7 junio 17 8 3 ; le recomienda que para
sus estudios sobre las lenguas de América, lea la obra de Gregorio Gar­
cía O* R , Origen de los indios de el N uevo Mundo e Indias occiden­
tales (Valencia 16 0 7 ; 2*a ed* Madrid 1729) y el t* II, De ideis huma-
nae mentís, de Andrea Spagni S* L (Roma 1781)» -Vid* X V II, 127,
núm* 195*
12 2 ] m) 201 r, 202v, aman* 3 : a L. H*, colegio romano, de Roma
10 febrero 17 8 7 ; sobre las naciones tamanaca y caribe*

12 3 ] 8) i63r-2oov, 2i6r-22ov, 222r-223v, 232 ^ 233v, 239^241 v,


244rv: \Cartas de varios'] a L* H*, Cesena, si otra cosa no se dice*
124 ] a) i6 3 r-i6 4 v : una de José de Silva, Rímini 3 abril 178 4;
sobre antigüedades pelas gas y etruscas, alfabetos exóticos no citados
por Andrés, las Canarias, lenguas índicas, árabe y hebrea*
12 5 ] b) i65rv, i6 6 v : una de Stanislao M* Geraci, en italiano, de
Roma 21 abril 17 8 4 ; $e informará del griego vulgar conservado en la
Calabria y en Sicilia, y le recomienda, para los jóvenes nobles de Ce-
sena, el colegio clementino de los padres somascos*
12 6 ] c) i6 7 r -i7 5 v : seis de Ramón Diosdado Caballero (vid*
X V II, 55, núm* 64), todas de Roma* i*a s* fecha: sobre Colón y Ves-
pucio en América, e incluyéndole el padrenuestro y el avemaria en
lengua puguina (X X I, 64 y 93, núm* 7), mochica (ib* núm* 8), gua*
raní (variante del núm* 13) y “ en Brasil“ (ib* núm* 14), es decir, en
tupí (i67r-i68v)* - Cit* y anotada en Clark, 139* — 2*a 18 junio 17 8 3 :
le envía el padrenuestro en una lengua semítica que H* no incluyó en
X X I, 17 8 sigs*; le recomienda que escriba “ la historia universal de
América para purgarla de las muchas exageraciones que se (se) en­
cuentran a cada paso en ella“ (i6qrv)* — 3*a [dic* 17 8 3 ] : enviándole
las listas astronómicas y fisiológicas en árabe “ como aguinaldo... para
estas pascuas“ ; dificultad en extractar las gramáticas árabe y siríaca
(ijo r v , i7iv)* — 4*a 9 agosto 17 8 3 : le manda las palabras “ luna“ ,
“ sol“ , “ año“ y “ mes“ en árabe y en caldeo; le aconseja que proponga
sus propias ideas lingüísticas como meras conjeturas (cf* X V II, 47, nú­
ii. Hervás y W . von Humboldt 253

mero 40). Clavigero en Roma “ pasa por mui poco crítico“ ; H. llama
a Sigüenza y Góngora “ famoso“ y “ celebérrimo“ , mientras que “ el
jesuíta bábaro Francisco Eusebio Kinot gran matemático, hizo mucha
burla de Sigüenza“ ; otras consideraciones sobre Las Casas y Meléndez.
“ No me dé vd. priesa para la busca de los idiomas del Congo, Cafre*
ría, etc.“ ; L. H. no trató de esas lenguas africanas en su Catalogo
delle lingue (t. X V II), pero sí dio sus numerales en X IX , 16 0 -16 1,
núms. 375 y 37 6 ; X X , 166 sigs., 231 sigs. (i72rv, i73v). — 5.a 18 fe-*
brero 178 4 : las,lenguas puguina y mockica (XVII, 55-56, núms. 64-
65) se hablaron en el P erú: “ la ignorancia de los nuestros nada prueba,
pues han abierto aquí los ojos que tuvieron allá tan cerrados; aquí,
digo, donde, como les sobra gana de parecer mui entendidos en todas
las cosas de allá/ les faltan monumentos aun para saberlo por rela­
ción“ (i74rv). — 6.a s. fecha: envíale palabras en hebreo, ruso y caldeo
(i 75rv).
12 7] d) i7Ó r-i77v, 2 i7 r -2 i8 v : dos de Francisco Gomes (firmado
Gómez) en italiano. i . a Imperiale 14 enero 17 8 4 : sobre las naciones
del Brasil (iyórv, 177V); L. H. añadió en esta carta notas complemen­
tarias (i7Óv-i77r); vid. X V II, 26, núm. 19. - Cit. en Clark, 1 3 9 .—
2.a Pésaro 5 agosto 17 9 3 : para las lenguas orientales confiaba en un
sujeto que partió para Portugal; le envía las correspondencias de “ año“ ,
“ mes“ , “ sol“ y “ luna“ en lengua brasílica, o sea tupí (2i7rv, 2i8v).
128] e) I7 8 r-i8 6 v : cinco de Alvaro Vigil, todas de Rímini y de
1784. i .a 24 enero: sobre las lenguas de las Canarias, donde había
sido superior; cf. X V III, 12 1 , núm. 1 8 1 ; 2 5 1, núm. 485. Consulta,
además, dónde podría publicar en Italia (“ fuera de Roma, donde no
quisiera meterme con maestros de sacros palacios“ ) “ dos obrillas curio­
sas para que se necesitan caracteres algunos de lenguas orientales, prin­
cipalmente hebreos y árabes“ ; se trata de dos obras que quedaron iné­
ditas (SOMMERVOGEL, VIH, 744, mss. B y C): In psálterium Davidis
nova clavis regia qua, ope textus linguae usuumque reipublicae hebrai-
cae, ad usum manualem horis canonicis intendentium, et literalis intelli-
gentia cuiusque psalmi brevissime exhibetur, et eorum loca difficiliora
nova luce ac brevi manu elucidatur, y Brevis harmonía grammaticae
heptaglossae orientalis cum correspondentia análoga linguarum he-
braicae, chaldaicae, syriacae, arabicae, samaritanae, aethiopicae et cop-
ticae, cit. con título abreviado en X V II, 132 n. a .; vid. infra, fol. 183V
(iySrv, i 8 i v ). — 2.a 1 febrero: ...“ En lugar de la corona que tiene
meditada de padres nuestros..., yo, si me hallara con menos años, tan
bien proveído de talentos y noticias como vm., guisaría un muy nuevo
254 IL Algunos grandes nombres

y sazonadísimo plato para los sabios en esta forma : Historia del on-
gen, antigüedad y oeconomía y relaciones entre sí de todas las lenguas
más principales del mundo...*9; le sugiere una agrupación de lenguas
que, por lo que se refiere a las del próximo Orientet coincide en parte
con la adoptada por H. en .su Catalogo delle lingue, publicado aquel
mismo ano 1784 (i79r-i8ov). — 3.a 22 m ayo: " . . . V a a vuelta de co-
rreo el in nomine Patris con lo poco que necesitaba de corrección";
vid» ms. i/4dd [58] t y f X V II, 127, núm. 194» Más noticias sobre la
lengua canaria (i82rv).— 4.a 3 1 enero: más sobre la lengua de Ca*
ñañas y sobre "el número de lenguas que resultó de la confusión de
Babel"» "M i obra de la harmonía de las lenguas orientales dudo mu­
cho que pueda hacer al assunto puro histórico de vm», por ser obra
toda grammatical" (i83rv, i 84v )» — 5»a 7 febrero: sobre las lenguas
del próximo Oriente (i8 5rv-i8 6v); fragm» en X V II, 13 2 , núm. 205»
129 ] f) i87rv, i88v : una de Ignacio Montero, Genova 24 abril
178 4; " ... he hablado dos otras veces con D» Rafael Canicia, y siem-
pre se mantiene en que no se acuerda, y no lo ha de fingir... Así, en
este punto de la lengua de las Mañanas nada tengo que responder"»
Sobre la antigüedad de las lenguas romances, Llampillas le ha pres-
tado las Memorias para la historia de la poesía y poetas españoles de
Martín Sarmiento (s» 1» ni a»); le entresaca varias noticias, entre otras
la concordia de Estrasburgo, del a» 842, entre Carlos el Calvo y Lu-
dovico, publicada por Ducange (Idea, X V II, 187, núm. 3 1 4 ; 194-200,
núms» 325-329). Del castellano antiguo, de las lenguas célticas y del
vasco»
I 3° l g) 189^ 190V: una de Eligió [no identificado], Roma 24
abril 17 8 4 ; noticias sobre Berceo y la lengua castellana del siglo xm,
sacadas de la Paleografía española "del docto P. Terreros" (Madrid
1758); pero es obra realmente del P. Andrés Marcos Burriel (vid.
U riarte, II, 10 - 11 , núm. 1529). — X V II, 114-200, núms. 325-329.
13 1] h) I9 ir - i9 2 v : dos de Antonio Burñel, ambas de Forlí.
i . a 27 abril 17 8 4 : "E l ab. Manuel Valdés se halla enferm o..." Sobre
"la cepa y fundamentos de la lengua española..., aquel antiquísimo
lenguaje de los habitantes de España de tiempos remotíssimos"; in­
flujos latinos, hebreos y griegos (iq irv ); fragm. en X V II, 199, nú­
mero 328. — 2.a 1 1 abril 17 8 4 : para el castellano medieval le ayudaría
la Paleografía de Terreros (que él no tiene, y por eso no le puede
enviar los versos de Berceo), los Orígenes de la lengua española de
Gregorio Mayans (2 vols. Madrid 1737) y el Diálogo de la lengua
de Juan de Valdés, "que también imprimió [Mayans] y le teníamos
ii. Hervás y W. von Humboldt 255
manuscrito en nuestro archivo d e ‘Alcalá” ; resulta difícil precisar si se
trata de alguno de los citados por Ed* Boehmer en su ed* crítica
del Dialogo de la lengua, en Romanische Studien, V I/22, 434*460* “ El
ab* Manuel Valdés tiene sobre la antigüedad de la lengua española
observaciones particulares, y quizá algunas de ellas sean útiles” (i92rv)*
13 2 ] i) I93r*i94vt 239r*24ir: dos de Manuel Colado, de Bolo*
nia* i*a 15 mayo [ 17 8 4 ] : él hizo el último catálogo de la provincia
de México S* L t pero no conserva ningún ejemplar; tenía uno el ex*
provincial P* José Utrera, que murió en Bolonia, mas “ el sujeto que
lo asistió y repartió sus cosillas, está fuera de Bolonia en un castelo” ;
se necesitarían “ más de 15 días, dentro del qual tiempo me dice vm,
se imprimirán las lenguas de la provincia mexicana” (i93r, 1 94V).—
2.a 19 mayo 17 8 4 : hallado el catálogo, le copia la lista de misiones
(239^241 r); fragm* en Clark , 144*
13 3 ] k) i95r*2oov: tres de Juan de Ossuna, todas de Savignano*
i.a 26 junio [17 8 4 ] : “ ... el jueves copié algunas palabras tibetanas...
Mañana... buscaré todo lo perteneciente al calendario tibetano y exa*
minaré bien la opinión del Giorgi sobre la afinidad del turco y del
tibetano* El domingo que viene espero respuesta de Giorgi con su
sentimiento sobre las preguntas que he hecho de las lenguas cóphtica,
armena y tibetana” (i95r, iqóv)* — 2*a 3 julio 17 8 4 : sobre la lengua
etrusca ( igyr , i g 8v ) ; cf* X X , 110*120, núms* 125*129* — 3*a 27 junio
[17 8 4 ]: “ ... embié a vmd. otra lista de nombres tibetanos entresaca*
dos de la obra del P. Giorgi* Aora embío... lo que he podido reco*
ger... sobre el tiempo” ; espera respuesta del P* Giorgi (i99r, 200V)*
134] 1) 2 i6 r v : una de José García Martí, Bolonia 3 1 octubre
178 3; contesta a varias preguntas sobre el araucano y otras lenguas
de Chile. * Pubí* parcial en X V II, 16*17, núm* 7 ; cit* en C lark , 142*
3:35] m) 2i9 rv, 220V: una de Lorenzo Ign* Ttyjulen, en italiano,
Bolonia 14 enero 17 8 4 ; sobre los dialectos suecos, y la traducción de
las palabras fisiológicas* — Fragm* en X V II, 168, núm* 282*
136 ] n) 222rv, 223V: una de Francisco Gusta, Ferrara 27 nov*
178 2; sobre el modo de contar de los peruanos, y sobre presuntas tra*
diciones cristianas en Cuzco; vid* ms* 2, 36V [68]* No incluí esta carta
en mi vol. cit* en Bibl*, núm* 13 (págs* 113*139)*
*37] °) 232r*233v, 244rv: dos de Francisco X av. Alegre, de Bo*
lonia* i*a 28 abril 1784: “ ... De lenguas, las corrientes de Nueva
España son: mexicana, otomite, tarasca, mata, totonaca y chocha” ;
dale bibliografía y le recomienda se informe por Clavigero (232rv,
233V); cf* X V II, 72*80, núms* 95*104* — 2*a 4 nov* 1786, a Rom a:
256 IL Algunos grandes nombres

se resiste cortésmente a emprender la bibliografía que le pide L* H*;


cf* supra, 9or [10 6 ], (244^)*— Ambas cartas publ* por E. J. Burrus,
F* J. Alegre, A H SI 22 (1953) 439-509 (v* págs* 501-502)*

13 8 ] 9) 2 0 3 ^ 2 15 v t 221 rvt 224 ^231 v, 234r-238vt 242r-243v:


[ Correspondencia y otros escritos autógrafos de Francisco X av. Clavu
g e ro ]; siempre de Bolonia y a Cesena, si no se advierte otra cosa*
13 9 ] a) 203r-204v: 20 dic* 17 8 3 ; carta de respuesta a sus pre­
guntas : Misiones de la Compañía de Jesús en México (203V), palabras
mexicanas de las partes del cuerpo humano (204^. — PubL parcial­
mente en X V IIt 72-74, núms* 96-99* Cit* en Clark , 13 9 ; al princi­
pio pone “ F* 205” en vez de 203*
140] b) 20 5rv: Bolonia 28 junio 17 8 3 ; ... “ N o es V* el primero
que pide informes sobre este asunto [lengua mexicana], ni será el
último* Por este motivo me resolví a escribir de una vez lo que me
pareció, por no verme necesitado a interrumpir mis tareas con el fas­
tidioso empleo de escribir reglas gramaticales cada vez que algún cu­
rioso lo solicite de m í; y assí suplico a V* que, en habiéndose servido
de essos papeles, me los restituya“ (vid* ms* i/4 n [45])* “ Vuelvo a
decir que no quiero ser citado ni en lo que toca a las noticias del
mexicano, ni en lo que mira al paternóster, lo qual no nace de hu­
mildad, sino de celo por mi honra, porque no quiero que se me
atribuyan los errores que verisímilmente habrá en la impresión* Aun
hasta ahora me avergüenzo de uno u otro yerro que se [me] atribuye
en el tomo del comercio“ (V, 16 8 -18 3; “ Storia della vita delPuomo“ , 5,
4, 2 1, 3)* E11 un folio s* a* pegado al pie de esta carta varias noticias
lingüísticas, pubL parcialmente en Clark , 139*
141] c) 2o6r-2o8v, en 8*°: “ Pater Noster / En lengua Tarasca” .
El padrenuestro (X XI, 116-125, núms* 35-49; extractos y notas im­
portantes en Clark , i 40-141) en las sig* lenguas de México : tarasca,
pirinda, totonaca (3o6r), mexicana, otomita, cora, hiaqui (307^, tara*
humara, tubar, ópata, pima (207V), eudeve, cochimí (2o8r); lista de
las partes del cuerpo humano en mexicano (306V); numerales en we-
xicano y otomite (2o8v): X IX , 107-110, núms* 208-209.
14 2] d) 209r-2iov, en 8*°: [Fr* X* Clavigero] : “ Noticia/ de
las Missiones de los Jesuítas de la Prov♦ Mexicana” . - Fragm* en C lark ,
141*
14 3] e) 2 iir v , 2 12 V : 17 mayo 1786, a L* H* “ presso Mgr Bu-
falini, Roma“ ; correcciones al t* X V II de H* - Fragm* en C lark , 142*
ri♦ Hervás y W * von Humboldt 257

144] f) 2 i3 r v : 25 agosto 17 8 4 ; le envía el padrenuestro en len-


gua migteca, copiado de un manual de oraciones, impreso, recibido de
Puebla, probablemente el catecismo de Ripalda trad. a esa lengua por
fray Ant* González O* P. (Puebla 1755), núm* 339 de la Bibliografía
española de lenguas indígenas de América por el conde de la Vinaza
(Madrid 1892) 15 9 ; falta el texto mizteca, que se publicó en X X I,
118 , núm* 36* — Liquidación de su historia de México en Cesena*
3:45] g) 2i4 rv$ 8 mayo 1784; palabras mexicanas: “ rostro” y
“ tierra” * Lenguas y naciones de la Florida♦ - Largo fragmento en
Clark, 142*
146] h) 2i'5rv : 9 oct* 17 8 4 ; liquidación de su historia y co-
rrecciones a H.
147] i) 2 2 ir v : 4 enero 17 8 3 ; sobre el modo de contar de los
cochimíes y otomíes (X IX , .113, núm* 2 1 3 ; 10 9 -11, núm* 209)*
148] k) 224 rv: 3 set* 17 8 3 ; envía lista de las “ Lenguas de la
N* España** (X VII, 75-76, núm* 10 1) ; el principal informador para
California ha sido D* Miguel del Barco (ib* 70, núm* 99), el cual no
quiere dar la traducción literal del padrenuestro en cochimí; de hecho
H* no la da en X X I, 125, núms* 49-50, pero lo suple con la traduc­
ción literal de un largo fragmento de catecismo, ib* 234-236, núme­
ro 3i6*-Publ* casi por entero en C lark , i 42- i 4 3 ; no se ha hallado
la carta de Bolonia trad* por H* en X V II, 81-83, núms* 105-110*
149] 1) 225rv, 22Óv: sobre la liquidación de su historia; res­
ponde a varias preguntas lingüísticas de Hervás*
150] m) 2 2 jr f 228V: carta de L* H* a Clavigero, Cesena 6 set*
1783, agradeciéndole la carta del 3 set* (supra, pieza k [14 8 ]); añade
una larga lista de palabras (227r-228v), junto a las cuales Clavigero
puso la traducción mexicana* Nota de H *: “ Lingue delie terre set-
tentrionali di America: Colonie inglesi, Rainal; Florida, Clavigero;
Labrador [blanco]; Hurones [blanco]; Algongina, Hontan” (228v)*-
Cit* en C lark , 143*
1 5 1 ] n) 229 rv: 26 agosto 17 8 3 ; ...“ De las lenguas pima, sude*
ve, ópata, tarahumara y tubar, no hai quien pueda dar razón, y assí
lo que va interpretado destas lenguas, es por mera conjetura mía...
De la lengua hiaqui no ha quedado más de un viejo, el qual... apenas
se acuerda de ella... De la lengua otomita no hai más de uno, que
está ausente... El de la lengua cora, que es también único, ha mudado
algo en el paternóster de como lo dio el año de 7 1 ó 72* El único que
Sabe la cochimí es un viejo escrupuloso [Mig* del Barco ; vid* supra,
pieza k [ 14 8 ]], el qual ha hecho dictamen de no dar el p[adre]
L. HÍSPANO-ITALIANA. — 17
258 II. Algunos grandes nombres

n[uestro] traducido a la le tra ...; lo más que se ha podido conseguir es


que ponga con distinción las peticiones como van en el adjunto papelt
y que dé algunas noticias de la lengua; cuyo papel suplico a V . me
restituya” . Él ha mudado algunas cosas en el padrenuestro en tubar
(cf· X X I, i2 2 t núm· 43)»
15 2 ] °) 230 ^ 231 v : 8 enero 17 8 0 ; correcciones a Hervást V t
1 7 1 , 17 3 ; 17 6 -17 8 ·-Resumen en C lark , 143*
í 5 3] p) 234 rv: apuntes de H· sobre cronología grecorromana, y
sobre los numerales en México; estos últimos; apógrafos en partet de
ignoto·
15 4 ] q) 2 35 rv : 7 dic· 17 8 2 ; sobre su Storia antica del Messico:
“ quédese V · con una copia, para que, dándola a leer a los que en essa
ciudad me han notado de desafecto a mi nación, se persuadan de mi
sinceridad y buena intención” ; volverá sobre ello si logra escribir la
historia eclesiástica de México·
15 5 ] r) 23Órv: billete sin fecha, pero posterior a la carta de 26
agosto 1783 (supra, pieza n [151])» pues le dice que no conseguirá
más noticias sobre aquellas lenguas· - Fragmento en Clark , i 43-144·
156 ] s) 237 rv : 14 junio 17 8 3 ; le envía el padrenuestro en diez
lenguas, sin especificar; deben de ser las de X V II, 1 1 3 sigs·, núms· 33
sigs· “ Yo pienso publicar un Saggio sulle tingue americanef\ Le ruega
que no le cite· - Fragm· en Clark , 144·
157] t) 238rv; 30 julio 1783; imposible dar la interpretación
literal en las diez lenguas, por falta de sujetos; él mismo, conjeturan­
do, ha “interpretado una parte en las lenguas pima, eudeve, ópata y
tubar” . - Fragmento en Clark, 144·
15 8 ] u ) 242r-243v: 26 enero 17 8 0 ; importante y larga carta so­
bre el calendario mexicano (cf· Storia antica del Messico, II, Cesena
1780, 56 sigs·); algunas notas de Hervás (243^· - Cit· en C lark , 144·

159] 10) 245r-252r: [Apuntes varios autógrafos de L· Hervás']


sobre lenguas de la América septentrional (245^, China (246^, Persia
(248V), Canadá (249^), Isla de los Amigos (25or), koriacos (250V),
Isla de Sandrogel (25ir)· — 245v, esbozo autógrafo de un contrato en
nombre del marqués G hini; 247V, traducción de sic luceat en varias
lenguas nórdicas, texto apógrafo de ignoto; 248^ cuentas de mons,
R [overella]; 250V, ejercicios de latín por mano infantil·

160] 11) 253r-354v: [L· Hervás: Vocabularios, en borrador];


se entiende que son italianos y autógrafos si no advierto otra cosa·
Idiomas maltés (253ac, 258r), irlandés (253bd, 257r, 258rv), árabe
n. H ervís y W. von Humboldt 259

(254rv)t hebreo (254^255^, fenicio-persa-egipcio (254^, japonés-chino-


griego-etrusco (254^, galés (259r-26ov, letra de Lady Piozzi, como
ms. i/2 r [19 ]; lista “ acqua” , “ anima” , etc· y subsidiarias), bisaya,
tagalo-malayo y de Palaos (2Ó2r-269v, parte en español), malabárica-
moraindostana-talinga-Palaos (270^271 v, serie como 259^, manchú
(272V), lenguas mogólicas (273^), copio (2741^), numerales de X X ,
239, núm. 203 (275rv), varios (2j6rv en esp.), antillano-paleogermáni-
co (277^, serie como 259r), congo (2781^), m oro (279r-285v, en espa-
fíol, sin conclüir, lista primera del amanuense de L· H.), español-
francés (286V-354V, olim ff. 49-117, todo apógrafo)· - Apuntes varios
de L· H· en ff· 255V, 25Ór (256V, dirección epistolar a L· H* sin nom­
bre de ciudad; 257v, id· a Roma), 261 r, 2Ó2r (262v, 263^ 264^ di­
recciones epistolares a mons· Roverella, Roma), 271 r, 2 j2 r v ♦

Vat. lat, 9803

Vol. en folio (hojas de varios tamaños); 258 ff. numerados posteriormente


con tinta, ir, apógrafo, en tin ta: “ Carte diverse in Ungua Spagnuola / relative
alia Cronología, e / Filología♦ / — da verificarsi— ” . Autógrafos y apógrafos, en
italiano, español y latín, según se advertirá en cada caso.

16 1] 1) 2r-i8 4 v : [Elementi grammaticali], complementarios de


los del ms· 1/ 4 [32-64].
16 2] a) 2r-2Óv: “ Irlandese” , título aut. de L. H. en los ff· ir y
7r· 2r-6r: resumen italiano de la gramática irlandesa, sin numeración
de párrafos; puesta en limpio por un copista distinto de los dos del
ms· 2· 7 r-i2 v : primera redacción de la gramática anterior, con correc­
ciones, todo de la misma mano del ms· 2, 119V-121V [68]. - Su fuente
principal debe de ser el escrito siguiente· — Vid. X X , 84-99, núme­
ros 108-114·
i3r-26 v: “ Elementi Grammaticali della lingua Irlandese” ; L· H.
añadió: “ del Sig. Carolo Oconor per Lab· Hervas” ; todo lo restante,
apógrafo, en italiano, probablemente del mismo Charles O'Conor. Éste
debe de ser el nieto del homónimo historiador (cuyas Dissertations on
the History of Ireland, Dublín 1766, cita H. en X V II, 177-178 , nú­
meros 295-296) fundador que fue de la colección irlandesa que poseían
en Stowe los marqueses de Buckingham, y que actualmente se con­
serva en el British Museum (vid. Edw. J· L. ScOTT, prólogo al Cata-
2Óo IL Algunos grandes nombres

logue of the Stowe Mss. in the Br. Mus., I, Londres 1895, págs* i m v ) ;
el rev. Ch* O'Conor (1764-1828) estuvo en Roma por los años 1784"
1787 (vid* la carta, perdida, cit* en X V II, 246, núm* 480, donde H* los
confunde a entrambos) y entonces sacó varios extractos de mss* vati-
canos, conservados en el Br* Muséum, ms* Stowe 1054 (ob* cit*, 677-
678); sus obras más importantes son un primer catálogo de los mss*
de Stowe, y, sobre todo, sus Rerum hibemicarum scriptores veneres,
4 volúmenes (Buckingham-Londres 1814-26)*
16 3] b) 27-r-53r: [Lenguas nórdicas]* 27rv : “ Lengua/ iewto-
n i / c a título aut* al margen, en lápiz; extractos autógrafos, en
latín e italiano, sacados de O* Rudbeck, Atland eller Manheim...,
Atlántica sive Manheim vera Japheti posterorum sedes (Upsala 1679)*
28r-29r: Dánica literatura antiquissima, vulgo gothica dicta, luci
reddita opera Olai Wormii (Copenague 1651), extractos autógrafos en
latín*
3°r-33r : Edda Saemundar hinns Fróda... Edda rhythmica seu an-
tiquior (Copenague 1787), extractos autógrafos en castellano* - 33T :
“ Wormio, en su Literatura rúnica, pág* 160, pone un índice de
palabras poéticas de los teutones; se pondrá con las del Edda en el
poligloto” ; pero no están en XX*
33v -39v : extractos autógrafos, en castellano, de las siguientes
obras: P* H* Mallet, Monumens de la mythologie et de la poésie
des celtes et particulièrement des anciens Scandinaves, Copenague 1756
(33V); Hervararsaga ok Heidrekskongs, hoc est, historia Hervôrae et
regis Heidreki, quam ex mss. versione latina, lectionibus variantibus,
ïllustravit Stephanus Biómonis, Copenague 1785 (33v-34r); P* H*
Mallet, Introduction à Vhistoire du Danemarc, Copenague 1755 (34r);
Scriptores rerum danicarum medii aevi..., quos collegit facobus Lan-
gebek, I-V , Copenague 1772-83 (34v-35r); de otros muchos autores
de los siglos XVII y xvm sobre la historia y la lengua de Dinamarca,
Islandia, Noruega, Suecia, Laponia, Finlandia, islas Oreadas, pueblo
cimbro, etc*, toma L* H* más sumarias notas bibliográficas*
4or-47v: extractos autógrafos más antiguos, en italiano, de G*
Hickes - H* Wanley, Antiquae literaturae septemtrionalis libri dúo
(Oxford 1705)*
48r-52r: “ Dáñese” , esquema autógrafo, en italiano, de la conju­
gación de los verbos, que quedó sin llenar con las correspondencias
danesas*
53r : carta autógrafa de L* I* Thjulen a L* H* : “ Stimatissimo si­
gner abate, Ho cercato servirla il meglio che ho potuto; non vorrei
ii* Heruás y W. von Humboldt 261

vi fusse corso qualohe errore, ciocché sarebbe facile dopo diecesette


anni che sono fuori della Svezia e senza libri e esercizio alcuno della
lingua* Non ho pero mancato di diligenza* Se vaglio in altro, mi co-
mandi, restando suo devot*, obl* servo, Lorenzo Ign* Thjulerí\ Vid*
infra, ff* I32r-i49v [176]*
1 64] c) 54^65v : **Lengua alhema, o epirotica” , borrador auto-
grafo y en español, sin alusión alguna a las fuentes ? párrafos sin nu-
merar* Comienza: “ Desde el número 521 se trató de la lengua albana,
llamada también epirótica, y de los países en que se habla...“ 57V,
dirección epistolar a L* H*, Colegio romano*
íÓ5] d) óór-óqr: estudios comparativos autógrafos entre varias
palabras españolas y las correspondientes ilíricas, suecas, inglesas y ale*
manas (66r); otras palabras castellanas y su traducción al croata, bo-
hemo, moravo húngaro (= eslovaco), polaco (6jr) y ruso (68v)* — 6gr,
carta de la señora E* G* K* a L* H*, sin lugar ni fecha, en español con
posdata italiana, sobre la palabra “ hierro“ en las lenguas germánicas*
166] e) 7or-78r: “ Abrege de la Grammaire) Polonoise de
Kopczyúskij pour le j Comte Potocki) Giovanni“ ; todo apógrafo
y en francés; probablemente resumen hecho por encargo de }* Potocki,
de la obra de Onofre Kopczynski, Essai de grammaire polonaise...
(Varsovia 1807)*
167] f) 79r-84v: “ Abrege de la gramaire lllirico*Dalmatef\ de
la misma letra de los ff* 7or-78r; L* H* añadió: “ de Babych“ para
precisar que los datos están tomados de Toma Babic, Prima gram-
maticae institutio pro tyronibus illyricis accomodata, cuya segunda edi-
ción es de Venecia 1745*
168] g) 85r-87v: “ Grammaire Croate“ , título añadido por L* H*
a un texto francés de la misma letra que los dos anteriores* Falta la
fuente bibliográfica*
169] h) 88r-89r: “ Grammaire Boheme de PohV\ título de L* H*;
texto francés como los tres precedentes, sacado de J* W* Pohl, Gram-
matica linguae bohemicae, oder die böhmische Sprach'Kunst (Viena
175 6 ; 2*a ed*, ib* 1783)*
170] i) 9o r-9 iv: **Grammatica Portoghesef\ toda autógrafa de
Hervás, y en italiano, dividida en 43 números marginales* No se pre-
cisan las fuentes bibliográficas*
1 7 1 ] k) 92r-93v: **Gram.ca Franco^Teotisca nelVantichita setten-
trionalifff idem, pero sin numeración marginal* — Cf* X V III, 144, nú­
mero 184*
2Ó2 II. Algunos grandes nombres

17 2 ] 1) 94r-io7r: “ Brevi Elementi delta Grammatica/ Schiavo»


na” f en italiano, sin numeración de párrafos* Letra del mismo ama­
nuense del ms. 2, i i9 r - i2 iv [68]* Palabras a dos columnas, la dere­
cha en italiano y la izquierda en “ schiavone” (94r-ioor) o “ illirico”
(ioov-io7r)* Ninguna alusión bibliográfica*
17 3 ] m) io 8 r - i2 ir : “ Abrege de la grammaire/ Esclavonne de
Relkovicch” en francés y por la misma mano que los ff* 7or-89r [166-
16 9 ] ; fundado en M* A* Relcovich, N ova Slavonska, i Nimacska
Grammatika* Neue Slavonisch- und Deutsche Grammatik...f cuya
3*a ed* es de Viena 1789*
174 ] n) I2 2 r -i2 3 v : ” Gram.ca Belg.caf\ toda autógrafa de L* H*,
en italiano, dividida en 36 párrafos* No se indican las fuentes* - i2 3 arv,
nota apógrafa sobre los predios de Alcázar y La Targa, en la frontera
lusoleonesa, durante los siglos x n y XIII? con el epígrafe: “ Agurleta
en sus manuscritos” ; este asunto corresponde a la obra de L* H* que
está al final de este mismo ms*, y más precisamente al f* 221 v ; el
f. 25Órv es de la misma mano que éste 12 3 a*
17 5 ] o) I2 4 r - i3 ir : ” Gram.ca Ungaraf\ toda autógrafa de L* H*,
sin división en párrafos* Comienza así: ”11 gesuita P* Paolo Pereszlenyi
pubblicó in Tirnavia Panno 1682 la grammatica ungara in idioma la­
tino ; eccone il compendio” * Se refiere a la Grammatica linguae hun-
garicae de dicho autor*
176] p) I32 r-i4 9 v : “ Elementi grammaticali delle tingue Inglese,
Tedesca e Svedese*\ título autógrafo? sin numeración marginal* El
texto de i3 2 r a 137V generalmente a tres columnas, una para cada
lengua? las dos primeras del mismo Hervás? de I38r a 146V, las con­
jugaciones a cuatro columnas (precede el paradigma italiano), las tres
primeras del amanuense del ms* 2, H 9 r-i2 ir [68]* Siguen los adver­
bios (i47rv) y preposiciones (i48r), más “ Trasposizíoni, ed idiomati-
smi” (i48v-i49r)* El texto sueco es siempre autógrafo de Thjulen:
vid* f* 53r [63]* - En el f* 14 9 V L* H* anotó: “ Grammatica e dizio-
nario” , pero el diccionario no aparece* — i5or, final de unas notas
sobre la gramática hebrea de Hervás, autógrafas de Joaquín Ochoa?
vid* infra, piezas s y x [ 1 7 9 , 1 8 2 ]*
177] q) I5ir-i52r, 154™, 156V: ...” Toscano, Siciliano ant.°,
Bascuenge, Castellano” , listas de correspondencias a cuatro columnas ?
apógrafo, con añadiduras de L* H*, quien anotó el nombre del cola­
borador, ” D* Juan Tomas Zuazagoitia” (i52r), e intercaló dos páginas
con palabras vascas (i53rv), y tres (i55r-i56r) de extractos del Du
1 ionario siciliano italiano latino del P* Michele Del Bono S* I* (3 vols*.
n* Hervás y W* von Humboldt 263

Palermo 1751^ 54 ; 2*a ed. 4 vols*, ib* 1783), donde se ven frecuentes
añadiduras de Zuazagoitia* * Es el fundamento de los estudios com*
parativos de H* en X V II, 200*233, núms* 330*456, principalmente
págs* 220*230*
178] r) i5 7 r v : “ Lingua Kanara, o Kanarind” , título de L* H*
a un texto portugués con los nombres de los meses, días y números
(XIX, 134, núm* 274) en aquella lengua índica (i57r), más los adver*
bios de lugar y de tiempo*
179] s) I58r*i63v: Joaquín Ochoa: advertencias sobre el resu*
men gramatical de la lengua hebraica hecho por L* H* (infra, i67r*
184V [182]); constan de una carta de envío, Forlí 18 agosto 1784
(i 58rv, 159V), y de las notas o reflexiones ( i 6or*i 63r), las cuales ter*
minan en el f* i5or, supra [176]*
180] t) 16 4 ^ 16 5 v : cuadros comparativos de palabras en lenguas
del Extremo Oriente*
18 1] u) i6 6 rv : lista (autógrafa de L* H*) de las palabras “ ac*
qua, anima, anímale” ... del vocabulario poliglota (X X , 163*219), más
las voces complementarias “ piccolo” ..., “ tremare” ..., “ soffiare” ..., y
los numerales, con sus correspondencias en la uLengua vulgar de
Liege*f ; la mayor parte de las palabras quedan sin llenar; algunas
están traducidas por un anónimo belga* El primer epígrafe de H*
(i66r) aparece tachado; decía: “ Se desidera sapere la nazione e pro*
vincia e patria del tártaro, e che in tártaro si mettano le seguenti
parole” *
182] x) 167M84V: “ Lingua Ebraicd” , primer borrador de H.,
muy corregido por él mismo, y con amplias acotaciones marginales de
Joaquín Ochoa, del cual se incluyen, además, las piezas siguientes:
una larga carta a L* H*, Cesena, de Forlí 6 diciembre 1783 (i73rv,
I76rv); nuevas advertencias (i74r*i75r) enviadas junto con otra carta
del 10 de enero 1784 (i75rv); el padrenuestro en hebreo pero con
caracteres latinos (i77r) en el recto de una dirección epistolar autógrafa
de L* H* “ Al Signore Abbate/ Don Emmariuele Calaorra / Forlí”
(177V); otra carta de Ochoa a L* H*, de 4 junio 1783 (i78rv)*

, 18 3] 2) i85r*258v: uSituación, estension, y limites de la primu


tiva/ Celtiberia, y de las tres diócesis ecles.cas en ella/ comprendidas
con respuesta a la censura,/ que en el año pasado de 1805 se ha pu*
blicado/ del opúsculo impreso el año de 18 0 1 e intitulado/ 4Preemi*
nencias, y dignidad, que en la orden/ militar de Santiago tienen su
Prior eccles*c0/ y su casa m a t r i z Obra de L* H*” [sic] (i86r), título
264 IL Algunos grandes nombres

autógrafo, como toda la obra (187^ 255^, que es un primer borrador


muy corregido y desordenado, con algunos mapas (207^ 248^ 24 %
255r) y diseños (25or, 252r, 253r, 254r)· i85r, nota apógrafa: “ El
tomo de la/ Celtiberia/ entrado a España44; realmente el original en
limpio lo poseía, como se ha dicho ya, Fermín Caballero (Abate Her*
vas, 16 1 " i 68), Algunas páginas de este ms, de Roma tienen aporta-
ciones históricas de tres manos: i*a ££♦ 2 iy t v t 2 2 3 ™ ; 2 ? ffi 257^
258V; 3^ £ 25Órv, la cual es la misma del £ i2 3 arv [17 4 ]· — igór,
carta española, con firma ilegible, a L* H· (?) sin lugar ni.fecha*

5
ARCHIVIO DI STATO

Ms* 229 /14, f£ 312-329

Opúsculo en folio; portada con título posterior (3i2r), más 17 f f.t autógra^
fos en su mayor parte·

184] Borrador de Hervás intitulado: “ División primitiva del


tiempo entre los bascongados usada aún por ellos” ( 3 13 ^ ; título pri-
mero: ...“ los cuales aún la usan44, corregido· Fechado en Roma, i*° de
enero 1808· Estudiado y publicado cuidadosamente por J· de Olarra
(vid· supra, págs· 207-208, n· 16)*

6
BIBLIOTECA NAZIONALE

Ms· gesuitico 1074

Grueso volumen en folio, sin foliar, formado por dos obras distintas:

18 5] 1) Borradores y apuntes para el tratado Doctrina y práctica


de la Iglesia en orden a las opiniones dogmáticas y morales, conser"
vado hasta 1936 en el ms· 108 en la Bibl* universitaria de San Isi­
dro» Madrid (2 vols· en un solo tomo); v· Z arco C u e v a s , Estudios
sobre L· H*, 75-77» núm· 98· El ms* de Roma, £ [ ir ] , lleva el título
tardío e inexacto: “ Dottrina/ della Chiesa/ in defensione opinionum
dogmaticarum / opus L· Hervas, Hispani, / idiomate hisp· compo-
situm44·
n» Hervás y W * von Humboldt 265

186] 2) Estudios en borrador, autógrafos del ex-jesuita hondure-


fío José Lino Fábrega, sobre los antiguos códices mexicanos conserva-
dos en Roma (cf* U riarte-L ecina, II, 554-555 [e infra, Estudio 33]),
con adiciones de Hervás sobre América y el Oriente; algunas hojas
contienen direcciones epistolares a Fabrega* Serían materiales para la
preparación de su obra Primitiva población de América y explicación
de insignes pinturas mejicanas históricas, desde el diluvio universal
hasta el año 1548 de la era cristiana; mitológicas, desde la creación del
mundo; rituales y de calendarios, templos, sistemas mundanos y tri-
butos, en 4 vols*, adquiridos en 1846 por la Biblioteca nacional de
Madrid; v. F ermín C aballero , 144-147, quien ya en su tiempo (1868)
advertía que esos tomos se habían extraviado; el actual conservador
de manuscritos, don Ramón Paz, me escribe el 4 de mayo 19 51 que
han de darse por definitivamente perdidos*
Otros mss* de Hervás conservados en la Bibl* naz* Vittorio Ema-
nuele II (gesuit* 10 7 1-10 7 3, 1075-1078, y A* 20) no tienen relación
directa alguna con la lingüística ni con la etnografía americana*

ÍNDICES
Las páginas se refieren al estudio introductorio (págs. 201-218)* Los mss* van
citados por las cifras de la numeración marginal, en negra. Los números ro­
manos se refieren a los tomos de la Idea délVuniverso*

I* CO LA BO R A D O R ES DE H ERVAS

Será fácil hallar sus datos biobibliográficos en las sigs. obras: J = J* Jo u a -


n en ,Hist. de la Compañía de Jesús en... Quito, II (ib* 1943); L = S. L e it e ,
Historia da Companhia de Jesús no Brasil, V III-IX (Lisboa-Rio 1949); S = S om -
MERVOGEL; U L = U r ia r t e -L e c in a ; V U = R* V a r g a s U g a r t e , Jesuítas pe­
ruanos desterrados a Italia (Lima 1934). El * indica los colaboradores no
jesuítas.

Abarizqueta, J. (Cast.): 63 . Alustiza, Ju. (Cast.): 63 ; X V I I 200 -


Aguilar, F. X . (Quito), J, 723 : 96 . 33, X X I 210 .
Álava, A g. (Chile), S, I, 117: X V II Andrés, Ju. (Arag.), U L , I, 204 : 86.
17, X V III 16. Anónimos S. I.: 27 , 34, 48 , 57 ; X V II
Alegre, F. X . (Méx.), U L , I, 9 9 : pá­ 9 12-3 25-7 29 33 37 41-2 46 48-9
gina 207 ; 137 ; X V I I 72 - 80. 59 108-9 236 , X V III 90 , X I X
Almirón, Fr. (Parag.): 81 ; X V II 38 , 94 sigs., X X I 59 68 77 102 112
X I X 98- 9 . 119.
206 IL Algunos grandes nombres

Aponte, Man.: vid. Rodríguez Aponte. Cardiel, J. (Parag.), U L , II, 114: X V II


Araoz, Ju. Nic. (Parag.): X V I I 32. 18, X V III 45 .
Arnal, Man. (Parag.), UL, I, 306 : Casseda, Pe. X a v . (Filip.), U L, II,
X V II 45 . 152 : 48 .
Arriaga, Blas (Méx.), U L , I, 322 : X X I Clavigero, F. X . (Mex.), U L , II, 245 :
116. pags. 204 , 206 , 209 , 212 ; 45 , 68,
Arto, Román (Parag.), UL, I, 320 : 126, 138 ; V 157 169, X V II 10
81 ; X V I I 39. 72- 4 , X I X 92 , X X I 59 121-2 .
Azevedo, Man. de (Port.), S, I, 721 : Colazo, Man. (Mex.), U L, II, 261 :
84. pag. 207 ; 132 .
#Cucagni, Luigi: X V II 176.

Bahamonde, J. (Quito), 726 : 96 ;


X X I 29 .
Chômé, Ign. (Parag.), UL, II, 334:
*Baraona, Tot: pág. 210 ; 75 - 77 ; X V II
X V I I 47 .
76, X X I 226 - 7.
*Baske, Raf.: X X I 222 .
Bazterrica, F. X . (Cast.), U L , I, 450 : Del Río, J. Ign. (Perú), V U , 219 : 89.
63 . Díaz, Ant. (Cast.), U L, II, 409 :
Beovide, J. de (Cast.), UL, I, 461 : X V III 92 .
X V II 201 219 . Diosdado Caballero, Ramón (Toledo),
Blanco, A l. (Perú), U L , I, 489 : X V II U L , II, 425 : pág. 207 ; 126 ; X V II
56 . 55 , X I X 160- 1, X X 166 sigs., X X I
Borrego, Ju. (Perú), 203 : 32 ,
VU, 64 93 98 .
86, 94 ; X V II 57 , X X I 91 - 92 . Duran, Man. (Parag.): 81 ; X V II 44 .
*Boskovics, Pe., OFM Conv.: 72 , 118 .
Burges, Fr. (Parag.): 81, 96 ; X V II 40 ,
X X I 105 . *Eligio: 130 ; cf. X V II 194 sigs.
Burriel, Ant. (Toledo), U L , I, 604 :
pág. 2 0 7 ; 131; X V I I 199.
Fábrega, J. Lino (Méx.), U L , II, 554 :
Bustillo, A nt. (Parag.): 86, 94 .
pág. 212 ; 45 , 186 ; X X I 67- 73 .
Fernández, Seb.: 93.
Camacho, Andrés (Quito), J, 727 : 81 ; Fernández del Barco, Mig. (Méx.),
X X I 107- 8 . U L , II, 351 : págs. 205 , 2 1 1 ; 148,
Camaño, Joaq. (Parag.), U L , II, 58 : 151 ; X V I I 74 81, X X I 125 235 .
págs. 206 , 209 - 14 ; 34 , 38 , 78 - 106 , Ferragut, J. (Parag.), U L , II, 583 : X V II
111 ; X V 116 sigs., X V II 18-21 23 33 38 .
25-6 31 33-4 40-2 44-7 54 64- 5 , Ferraz, Man. (Malabar), S, III, 545,
X I X 92 , X X I 100 104. y IX , 312 : 52 .
Cantón, Pe. (Méx.), U L , II, 82 : X V II Ferrer, Ign. (Chile), U L , II, 588 : X V
81 - 3. 123- 4 , X V I I 17.
Fonseca, Ant. (Brasil), L , VIII, 242 : La Fuente, Bern, de (Filip.), S, III,
34; X V II 26 . 1052 : pág. 211 ; 48 , 93 , 94 ; X V II
Forneri, G. M. (N f Reino), S, III, 891 : 95 97 99 100, X X I 128.
pigs. 2 1 2 , 214 , 216 ; 44 , 111 ; X V II La Fuente, Man. de: 7 .
49 51, X I X 106. Lampurlanes, Plác. (Filip.): 87 , 89 ,
96 ; X V II 94 102- 3 .
*G. K., E.: 165. Lanzi, Luigi (Romana), S, IV , 1500 :
*Galata, Paolo: 23 ; X X I 184. X X 111 115.
García Martí, J. (Parag.), S, III, 1217 : *Laudanski, Fr., OFM Conv.: 61 ;
pág. 207 ; 134 ; X V I I 15 17 X V II 159, X I X 121, X X I 82 168.
García y Torres, Fr. (Filip.), S, III, Legal, Fr. (Parag.), S, IV , 1658 : pá­
1223: 48 ; X V I I 94-5 99 141, X I X gina 217 ; 34 , 81 ; X I X 95- 6 , X X I
141, X X I 80 . 95- 7 .
*Geraci, Stan. M.: pág. 207 ; 125. León, Man. (Perú), V U , 212 : X V II
Gilij, Fil. Salv. (N. Reino), S, III, 56 .
1415: págs. 204 , 206 , 211 , 214 , López, Ju. Fr. (Méx.), S, IV , 1949 :
216 ; 34 , 40 -5 , 85, 86, 110- 2 ; X V II X V II 11.
10 48-51 53 65 , X V III 80 -2 , X I X Lubián, Roque (N. Reino): 113 , 120 ;
92, X X I 66-7 110. X X I 67 .
*Giorgi, A g. Ant.: 56 , 133 . Luque, Ju. (Chile): X V 123, X V II 17.
Gomes, Fr. (Brasil), L , VIII, 268 : pá­
ginas 207 , 217 ; 127 ; X V I I 26 .
Gómez, X a v . (Méx.), S, III, 1557 :
*Mantegazza, Gaet., barnabita: 25 ;
X V I I 112, X I X 146, X X I 80 135- 6 .
X V II 74 .
Mateu, Jaime (Méx.): X X I 123.
González, A lf. (Filip.): X I X 139.
Miguel, Ant. (Filip.): 48 .
González, Diego (Parag.): 86.
#Moklus, Isidoro: X X I 221 .
Guevara, J. (Parag.), S, III, 1923 : V
Molina, Ju. Ign. (Chile), S, V , 1165
157.
pág. 205 ; X V 29 .
Guillen, Ant. (Chile): X V II 17.
Montero, Ign. (Andal.): pág. 207 ; 129 ;
Gusta, Fr. (Arag.), S, III, 1962 : pá­
X V I I 187.
gina 207 ; 68 n. 32 , 136.
Montes, Joaq. (Perú), V U , 214 : X V II
55 .
Hospital, Ju. (Quito), J, 734 : V 157.

Navalón, Fr. (Parag.): X V II 39, X X I


Ibarzábal, Man. (Cast.): 63.
66 105- 6 .
Iraizos, Ju. Man. (Perú), V U , 210 : 81 ;
Navás, Mig: (Parag.): 86.
X X I 61 63 90 - 1.

Jolis, J. (Parag.), S, IV , 812 : 81 ; * 0 'Conor, Ch.: pág. 2 10 ; 162 ; X V III


X V II 40 , X I X 97 - 8. 84 , X X I 203 .
268 II. Algunos grandes nombres

Ochoa, Joaq. (Toledo), S, V, 1862 : Sánchez Labrador, J. (Parag.), S, VII,


179. 539 : págs. 211 , 214 ; 32 , 39 , 81;
*Onorati: 27 . X V II 40 - 4 , X I X 99 , X X I 66 106.
Ossuna, ]u. de (Andal.), S, V , 1978: Sánchez Murciano, J. (Parag.): 91.
pág. 207 ; 133. Sandoval, T . (Méx.): pág. 2 1 2 ; 46;
X V I I 74 80 , X I X 109- 10, X X I 73
120.
Padilla, J. (N. Reino): págs. 212 , 214 ;
Sarmiento, Nic. (Perú), VU, 221 :
43 ; X V I I 51-2 , X I X 106. X V I I 56 .
Pagés, J. (N. Reino): V , 157.
Silva, J. de (Andal.), S, V II, 1209:
*Paolino da S. Bart., C. D .: 72 .
207 ; 15 , 60 , 124 ; X I X 153, X X I
Patzi, Narc. (Parag.), S, V I, 370 : 81 ;
81-2 160- 3 .
X V II 32 , X X I 229 - 30 .
Silvestri, G. M. (Filip.): 11 ; X X I 211.
Pedro Gómez, Antonino de: 97 .
Stengel, F. X . (Filip.): 87, 96 .
Peleya, Ju. (Parag.): 87.
Peña, Cipr. (Quito), J, 741 : X V , 29 .
Peramás, Man. J. (Parag.), S, V I, 482 : Tentori, Crist. (Andal.): 68; XXI
84 , 86. 166 sigs.
#Piozzi, Lady: 19, 160 . Termeyer, Raim. de (Parag.): pági­
Ponce, Pascual (Perú), V U , 217 : 94. nas 2 1 2 , 214 , 216 ; 38 , 96 ; X V II
*Potocki, Ju.: 166 ; X X 44 65 132. 40 , X I X 99 , X X 223 , X X I 66 105.
Thjulen, J. Ign., S, V II, 1973 : pá­
Quintana, Alb. (Perú), V U , 218 : X V II ginas 207 , 2 10 ; 135 , 163, 176 ; X V II
56- 7 . 168.
Tiraboschi, Gir. (Milán), S, VII, 34 :
86.
Río, Ríos: vid. Del Río. *Tobia Giorgio: 26 ; X X I 177.
Rioseco, J. (Perú), V U , 219 : X V I I 57 . Toderini, G. B. (Milán), S, VIII, 57:
Rodríguez, Crist. 31 .
(Parag.): X V II
X X 65 .
Rodríguez, Dom. (Méx.): págs. 211 , Tornos, Ju. Ant. de (Filip.), S, VIII,
216 ; 47 ; X V II 74 . 104 : pág. 211 ; 48 , 68; V 157, X V I
Rodríguez Aponte, Man. (Filip.), U L , 139, X V I I 94 96-7 119 140, X I X
I, 225 : 48 ; X V II 141. 136.
Rovoredo, T . (Parag.): 81 ; X V I I 32 , *Traversi: 68.
X X I 101-2 .
Royo, Ju. Están. (Perú), VU, 219 :
X V II 10-1 57. Uriarte, Man. (Quito), J, 747 : 96.
Rubio, Martín (Parag.): 65 , 98 .

Valdés, Man. (Toledo): 131.


Salazar, Melq. (Toledo), S, V II, 457 : *Valencey, Ch.: X V III 3 84- 90 , X X
68. 127- 8, X X I 44 .
ii* Hervás y W ♦ von Humboldt 269
Vargas, Joaq. (Perú), V U , 224 : X V II Vitorica, Ant. (Filip.): 48 .
57.
Velasco, Ju. de (Quito), J, 748 : 68,
80, 100, 102 ; X V II 25 59 63-4 66 ^Zaragoza, Mig., O. P.: pág. 210 : 75 ,
69- 71, X I X 92 . 76 ; X V II 76 .
Vigil, Álv. (Anda!.), S, VIII, 744 :
Zuazagoitia, Ju. T. (Cast.): 177 ;
pág. 207 ; 128 ; X V II 121 127 132
X V III 65 .
151-2 .
Villiani, Onofr. ftom.), S, V III, 785 : Zúñiga, Man. de (Andal.): 4 ; X V III
49 ; X V II 109- 12, X X I 134- 5 . 72 .

II. N O M B R ES L IN G Ü ÍS T IC O S Y G EO G R Á FIC O S

Los nombres de lenguas y dialectos van en minúscula; aquéllas en género


femenino, éstos en masculino.

abipona: págs. 211 , 216 ; 37 , 81 , 96 , armena: 24 , 58 , 133.


97, 100. Armenia: 72 .
África: págs. 208 -9 ; 72 . Asia: págs. 208 , 209 ; 72 .
aimará: pág. 209 ; 72 , 94 , 113, 120. ava: vid. birmana.
albanesa: pág. 210 ; 23 , 164. azteca: págs. 209 , 212 , 213 ; 45 , 68,
alemana: pág. 210 ; 1 , 4 , 165 , 176. 94 , 137, 139 , 145, 150.
Vid. alemánico, Sette Comuni, suizo,
alemánico: 3 .
Babel: 70 , 128.
algonquina: pág. 209 ; 150.
Babilonia: 68.
América: pág. 203 , 204 - 18 ; 32- 64 , 68,
babilonia: 71 .
72 , 121, 126 , 144 , 156 . barmana: vid. birmana,
América del Norte: págs. 206 , 209 ;
basca, bascuence: vid. vasca,
150, 159. belga: vid. flamenca,
América del Sur: págs. 206 , 213 - 4 ; bereber: 72 .
79, 82, 86-8, 102 , 105 , 108 , 117. betoi: págs. 209 , 212 - 4 ; 43 , 94 , 97.
Amigos, Isla de los: 159. birmana: 25 , 50 , 72 .
anglosajona: 3 , 72. Vid. inglesa, bisaya: 48 , 72 , 94 , 160.
árabe: 72 , 124 , 126, 128 , 160 . bohema: vid. checa.
árabe-egipcio: 12. Bolivia: 32 .
árabe-indos tánico: pág. 210 ; 56 , 160 . boloñés: 10 .
araucana: págs. 209 , 211 , 214 ; 33 , 72 , Brasil: 34, 68, 84.
94, 97, 134. bretona: 18 , 72 , 118.
270 IL Algunos grandes nombres

caaiguá: 10 2 . China: 48- 9 , 68/ 107, 159 .


cacchi: pág. 210 ; 75 -7 . china: 8, 71- 2 , 160.
Cafrería: 126. chincheo: 107 .
cajubaba: vid. cayubaba. chiquita: págs. 209 , 211 , 214 ; 32 , 73,
Calabria: 125. 81- 3 , 87 , 90 , 94- 5, 97- 9 , 102 .
caldea: 126 , 128. Chiquitos: 79 , 81 .
California: 29 . chocha: 137.
Canadá: 28 , 72 , 159.
canadiense: 28 , 72 . — V id . hurona.
dálmata (dialecto): 72.
Canarias: 124, 128.
danesa: 3, 6, 163 .
canarina: pág. 210 ; 54 , 178.
dánica: vid. gótica.
Capul (Marianas): 48 , 72 .
Darién: 72 .
caribe: 72 , 120, 122 .
Dinamarca: 163.
castellana: vid. española,
dinamarquesa: vid. danesa.
catalana: ,9. — Vid. valenciano.
Durazzo: 23 .
Cayena: 72 .
cayubaba: 97.
Ceilán: 1.
edda: 163.
Celtiberia: pág. 208 ; 183.
egipcia: 71- 2 , 160 .
céltica: 72 , 163.
Egipto: 13, 68.
célticas, lenguas: 129.
epirótica: vid. albanesa.
cerros: 97 .
erse: 20.
cimbria: 3 , 163.
Escandinavia: 163. — V id. germáni­
cíngara-italiana: 22 .
cas.
cíngara-tudesca: 22.
Escocia: 20 .
cocama: 97 .
eslavas, lenguas: pág. 210 ; 72 , 100,
cochimí: pág. 209 ; 141, 147- 8, 151 .
163.
conga, congolesa: 72 . — Vid. kaconga.
eslovaco: 163.
Congo: 126 .
española: 1, 87 , 95 , 129 , 130 , 160,
copta: 58 , 72 , 128, 133, 160. — Vid.
177 .
etiópica,
cora: 141, 151.
etiópica: 23 ,. 26 , 58 , 72 , 128. — Vid.
croata: 165 , 168. -— V id. dálmata, copta.
ilírica, raguseo.
etrusca: 9 , 124 , 160 .
curdistana: 72 .
eudeve: 141 , 151 , 157.
Cuzco: 136 .
Europa: págs. 207 , 209 ; 72 .
Chaco: 81 , 97.
eyüayegi: vid. mbayá.
checa: 16 , 165, 169.
Chiapas: 75 .
Chile: 134 . Fenicia: 68.
chilena: vid. araucana. fenicia: 72 , 160 .
ii* Hervás y W. von Humboldt 271
Filipinas: págs. 210-1; 48. 'va- húngara: 21, 60, 72, 118, 175.
finlandesa: 60. Hungría: 1.
Finlandia: 163. hurona: 71, 72. — Vid. canadiense.
fino-ungrias, lenguas: pág. 210; 60. Hurones: 150.
flamenca: pág. 210; 3, 7. — Vid. ho­
landesa.
ibérica: 72.
Florida: 150.
ilírico. 61, 72, 100, 102, 120, 165,
francesa: 1, 10, 160.
167, 172-3. — Vid. raguseo.
franco-teotisca: pág. 210; 171.
inca, inga: vid. quichua.
India: 48, 124.
Indostán: 55, 72.
gaiesa: 19, 72, 160.
inglesa: 1, 165, 176. — Vid. anglo­
gallego: 19. — Vid portuguesa,
sajona.
georgiana: 72.
irlandesa: pág. 210; 71-2, 160, 162.
germánica antigua: 160.
iroquesa: 72.
germánicas, lenguas: 72. — Vid. nór­
islandesa: 3, 72.
dicas, teutónica, Islandia: 163.
gitana: vid. cíngara, Israel: 79, 80-1, 88.
gótica: 3, 163.
italiana: 1, 10, 177. — Vid. toscano.
grandónica: vid. sánscrita. itonama: 97, 114.
Grecia: 68, 71, 124, 153.
griega: 72, 131, 160.
griega moderna: pág. 210; 62, 124. Japón: 48-50.
griego-sículo: 17. japonesa: 160.
griego-valaco: 56. jarura: vid. yarura.
grisona: vid. retorrománica. javanesa: 72. — Vid. malayas,
guaicurú: vid. mbayá. jiddisch: 56.
Guajiros: 72.
guaraní: págs. 209, 211, 213, 217; 34,
72, 79, 81, 86, 88, 94, 97, 126.— kacchikil: 75. — Vid. cacchi.
Vid. tupí. kaconga: pág. 210; 64, 72, 160.—Vid.
Guatemala: pág. 210; 74. conga.
guenoa: 79, 97. Kamchadales: 72.
kanara, kanarina: vid. canarina.
kingua: 97.
hebrea: pág. 210; 71, 87, 124, 126, kirirí: 27, 34.
128, 131, 160, 179, 182. — Vid. jid­ koriaca: 72.
disch. Koriacos: 159.
hiaqui: 141, 151.
holandesa: 8. — Vid. flamenca, Labrador: 150.
homagua: vid. omagua. lapona: 60.
272 II. Algunos grandes nombres
Laponia: 163. moravo-húngaro: vid. eslovaca,
latina: 1, 72, 131, 153, 177. mosca, muisca: 116.
Lieja: 181. moscovita: 15. — Vid. rusa,
lule: págs. 209, 211, 216; 36, 79, 81, mossa, moxa: vid. moja,
84, 86, 94, 97. muisca: vid. mosca.
navarro: 63. ·— Vid. vasca.
Nepal: 72.
Macedonia: 23.
nórdicas: pág. 66; 159. — Vid. ger­
Madagascar: 1, 26, 72.
mánicas.
Mainas: 81, 84, 96. — Vid. Quito,
Noruega: 163.
maipure: págs. 209, 211, 214; 42, 94,
Nueva España: vid. México.
97, 120.
Nueva Francia: vid. Canadá.
malabar: pág. 210; 16, 52-3, 72, 160.
Nueva Zelanda: 68.
malaya: 56, 72, 160.
Nuevo Reino: 84.
malayas, lenguas: 48. — Vid. java­
nesa.
malemba: vid. kaconga. omagua: págs. 209, 216; 35, 73, 95,
maltesa: 59, 72, 160. 97.
manchu: 160. ópata: 141, 151, 157.
mandinga: 72. Órcadas, islas: 163.
Marianas: 73, 89, 96, 129. — Vid. Oriente: pág. 208; 68, 127-8, 180.
Capul. Orinoco: págs. 211, 214; 40, 112-3.
maya: págs. 209, 211, 216; 47, 94, otomí, otomita: págs. 209, 212, 213;
137. 46, 94, 137, 141, 147, 151.
mbayá: págs. 209, 211, 214, 216; 39,
72, 79, 81, 84, 86, 91, 96-7.
mejicana, mexicana: vid. azteca. Palaos: 160.
Méjico, México: pág. 204; 47, 68, 132, paleogermánica: vid. germánica anti­
137, 139, 186. gua.
misteca, mizteca: 144. Panos: 80.
mobima: 86, 89, 94, 97, 113. Paraguay: 79, 85. — Vid. guaraní.
mocobí: págs. 209, 212, 213, 216; 38, Parsis: vid. Persia.
81, 84, 86, 94, 96-7. payagua: 79, 97.
mochica: 97, 126. persa: 24, 71-2, 160.
mogola: 72. Persia: 70, 159.
mogólicas, lenguas: 160. Perú: 68, 102, 136.
moja: pág. 209; 23, 32, 72, 81, 86, peruana: vid. quichua,
97, 114. piamontés: 11.
Mongolia: 72. pima: 141, 151, 157.
mora-indostánica: vid. árabe-indostá- pinguina: 97, 126.
nico. pirinda: 141.
ii. Hervás y W. von Humboldt 273
Plata, río de la: 32. Siam: pág. 210; 51.
pocomana: 75. Sicilia: 125.
poconchi: 75-6. siciliano antiguo: 177.
polaca: 61, 72, 165-6. siríaca: 27, 126, 128.
portuguesa: pág. 210; 10, 170. — Vid. Suecia: 163.
gallego. sueca: pág. 210; 163, 165, 176.
prenestino: 12· suecos, dialectos: 135.
provenzal: 72. suizo: 5.
puguina: vid. pinguina.
tagala: 11, 48, 72, 160.
taití: 68.
quichua: págs. 209, 211, 214; 15, 72-3, talinga: pág. 210; 55, 160.
79, 81-2, 85, 87, 90, 92, 94-5, 98-9, tamanaca: págs. 209, 211, 214; 41, 72,
102. 94, 97, 111, 113, 120, 122.
quiteña: 12. tamul: 53, 56.
Quito: 68, 80, 100, 102, 106. — Vid. tanamaca: vid. tamanaca.
Mainas. tarahumara: 9, 29, 30, 141, 151.
tarasca: 137.
tártara: 72, 181.
rabínico-germánico: vid. jiddisch. Tartaria: 72.
raguseo: 61. tebana: 72.
rética, retorrománica: 22, 72. teutónica: 72, 163.
Roma: vid. latina, tibetana: 56, 133.
rumana: 13. toba: 81, 97.
Rumania: 56. tonkinesa: 49, 72.
rusa: 14, 72, 126, 163, 165. - Vid. tonocoté: 36.
moscovita, toscano: 177.
rutena: 100, 120. totonaca: 137, 141.
tubar: 141, 151, 157.
tupí: pág. 217; 34, 84, 97, 102, 126,
127. — Vid. guaraní,
sáliva: 97, 120.
turca: pág. 210; 57, 71-2, 133.
samaritana: 128.
turco-árabe: 72.
samscrdámica, samscret: vid. sánscrita.
Sandroguel: 159.
San Juliano, río de: 28. valaca: vid. rumana,
sánscrita: 53, 55, 72. valenciano: 10. — Vid. catalana,
sapibocona: 72, 97. varias: 1-2, 31, 71, 103, 108-9, 128,
sarracina: 28. 156, 160.
semíticas, lenguas: 58, 72, 126. vasca, vascuence: pág. 207-8; 63, 87,
Sette Comuni: 4. 95, 129, 177, 184. — Vid. navarro.
L. HISPANO-ITALIANA. — 1 8
274 IL· Algunos grandes nombres

veneciano: 1 0 . yete: 97.


vilela: 73, 81, 8 6 , 95, 97, ynga: vid. quichua.
vizcaína: vid. vasca. Yucatán: 47.
yucatana: vid. maya,
yunca, yunga: 97.
yamea: 81, 97.
yarura: págs. 209, 212-4, 216; 44, 72,
94, 97, 111. zamuca: 73, 79, 81, 88, 90, 96-7,
12

II CEN TEN ARIO DEL N ACIM IEN TO D EL PADRE H ER V A S

RESTOS DE SU EPISTOLARIO EN LA ALTA ITALIA

El año de 1909, primer centenario de la muerte del padre Lorenzo


Hervás y Pandurot iniciábase en esta misma revista una serie de ar­
tículos que constituyen aún la monografía más completa que del grande
filólogo y antropólogo poseemos L No sería justo dejar pasar ahora
inadvertido el año 1935» en que recurre el segundo centenario de su
nacimiento*
Hervás es en la historia cultural de España uno de los persona­
jes más representativos del espíritu enciclopédico que caracteriza el si­
glo xviii* Esta tendencia no tienet con todot en el padre Hervás sino un
valor estático» arqueológico» de escaso interés para nuestros tiempos;
lastre pesado» que muy a duras penas logra hacer flotar la ingente
mole de sus producciones* El valor principal» vivo todavía» radica en
sus trabajos que hoy llamaríamos de primera mano» principalmente
en el estudio directo dé las lenguas y en su clasificación sistemática*
Por eso» con haber querido ser lingüista» matemático» teólogo» filó­
sofo» geógrafo» etnólogo» historiador...» para nosotros es casi solamen­
te filólogo*
Y aun para sus mismos contemporáneos fue ésta la faceta más
brillante de su multiforme ingenio* Curiosa resulta a este propósito
üfia carta del ex-jesuíta italiano» antiguo misionero de América y ami-

Publicado en RyF 109 (1 9 3 5 ) 536-551*


Vid. Estudio i i t n. 1 .
276 II. Algunos grandes nombres

go de Hervás, Filippo Salvatore Gilij 2f al docto bibliotecario estense


Girolamo Tiraboschi, en que le pondera la admiración que las obras
lingüísticas del español excitaban en Rom a...t “ aunque algunas veces
balbucee en italiano“ 3,
2 Cf. S o m m e r v o g e l , III, 14 15 , donde no se mencionan, entre los manus­
critos de Giiij, sus cartas a Tiraboschi, conservadas en la Biblioteca estense de
Módena. Su principal obra es el Saggio di storia americana...» 4 vols. (Roma
1780-84). [V id . también SOMMERVOGEL, X II, 1086, e infra, pág. 58 7.]
3 He aquí el texto íntegro de esta carta, en su original italiano: “ Ill.mo
Sig.re, Sig.re Col.mo, dopo cosí gran tempo dacché le scrissi che avrei man­
date le cinque consapute copie della mia Storia per mezzo del sig. ab. Lotti,
non essendomi riuscito né per suo mezzo, né per altra via, di trasmettergliele
a un prezzo competente, come io ho bramato, per la facilita dello spaccio, oggi
in fine mi sono appigliato al partito d’inviarle per mezzo di uno spedizioniere
di questa cittá, il quale é solito mandar delle robe per tutta Europa. H o ad
esso pagato anticipatamente il porto, Tin volto d ’incerata, cordicella e fattura,
e tutt’altro che bisognava aireffetto. II porto me lo ha messo a tre bajocchi la
libbra; il resto, a* soliti prezzi, e in tutto sono scudo 1 e 50. Secondo questo
conto, che debbe addossarsi a’ compratori deiropera, oltre a* paoli venti per
Topera, dee aggiungersi altri tre paoli per le spese sopraddette, di cui dovró
essere rimborsato. Questa é la maggiore agevolezza che mi é riuscito di avere;
non so se di piacere o displaceré de’ compratori. Ella si regoli come meglio le
parra, perché un paolo piü o meno poco importa, e sara lo stesso dar Topera
per ventidue che per ventitré, purché vi sia speranza di un esito maggiore. La
gentilezza di V . S. mi rende ardito per pregarla di seriverne ad altri suoi cono-
sciuti della provincia di Milano, dove credo niente o poco nota la mia Storia, la
quale, per altro, in molti punti puó interessare i nostri letterati. Ora, d ’ordine
della czara, mi viene richiesta dal consiglier Pallas, e la spediró quanto prima.
L ’ affare delle lingue, secondo che mi scrive il suddetto, é giá assai inoltrato in
quella corte, e presentemente si stampano le due prime centurie delle lingue
delTAsia e delTEuropa. Dice di esservi scarsezza grande di vocabolarj americani,
di cui servirsi a tal uopo; e mi prega, oltre la mia Storia, di mandargli alcuni
altri libri di lingua, manoscritti ecc.
” Io non so se la mia acciaccata salute mi permetterá di servirlo in tutto, ed
ho pensiere di prevalermi, per gli schemi di alcune lingue americane che pos­
son sapersi da* missionarj ex-gesuiti, delTopera del sig. ab. Hervás, il quale
si aspetta quanto prima di ritomo in Roma. Questo signore, quantunque alcune
volte balbetti nelTitaliano, ha scritti gia e stampati sino a tre tomi delle lingue
di tutto il mondo, e sono ricevuti con lode. L e scrissi, sara intorno a un mese,
alcune cose che io desiderava a Lei comunícate intorno al mió quarto tomo.
N on so se abbia ricevuto questa lettera. Sono pregato di offerirle la confuta-
zione del Gibbon fatta dalTab. Spedalieri, per cotesta librería. Non so se le
circostanze da Lei altre volte indicatemi lo permetteranno, ma, potendosi, gra-
direi servire chi me ne prego. L a Lettera al Mamacchj é qui divenuta rarissima,
12* Restos del epistolario de H ervís 277

Si en italiano balbucía escribiendo para la imprenta, mucho más


le veremos farfullar en la correspondencia privada, escrita a toda prie­
sa, sin tiempo siquiera para corregir los frecuentes castellanismos que
—aun después de tantos anos de residir en Italia— le venían espon­
táneamente a la pluma.
No fue Lorenzo Hervás hombre de amplias y duraderas corres*·
pendencias epistolares i N i un autógrafo suyo siquiera aparece en los
riquísimos fondos setecentistas de Bolonia, Módena, Parma, Florencia,
Venecia, en donde con tanta profusión salen al paso mil curiosas car­
tas de otros muchos ex-jesuítas españoles, expulsados, como él, de
su patria en 1767, y dedicados en Italia a los más diversos estudios y
trabajos literarios. Engolfado Hervás en sus múltiples lecturas y ocu­
paciones, primero en Forlí y luego en Cesena 4a y Roma, no se cuidaba
de mantener estrechos lazos con los literatos, intelectuales y eruditos
que en la Italia de entonces más descollaban.
Esto no obstante, en Fusignano, Cesena y Mantua — para ceñir­
nos a la Italia del Norte— consérvanse once cartas del docto abate,
inéditas todavía, que con ocasión de este segundo centenario vamos a
publicar5.*4
5

e si cerca con ansietá. S'Ella ne mandasse alcune copie di piü, forse trovereb-
bero pronto spaccio... Roma, 25 marzo 1786* Di Lei u,mo servitore obbl.mo,
F ilip p o S a lv a to r e G ilij” . Módena, Biblioteca estense, epistolario Tiraboschi,
ms. est. it. 8 8 2; a* L . 8, 25.
4 Sobre sus cartas cf. RyF 25 (1909) 39, y 28 (1910) 67 n. 1 ; véase tam­
bién S o m m e r v o g e l , IV , 324, núm. xi. En ninguno de estos dos estudios se
citan las cartas que ahora publicamos.
4a [Sobre el grupo de Cesena cf. el art. de N . Trovanelli en 11 c itta d in o
de 16 febrero 1896, 1 g e s u iti le tte r a ti sp a g n o li a C e sen a * ]
5 Nos limitamos a la Italia norteña, por ser la única que tenemos ya ex­
plorada. N o dudamos que en el centro han de conservarse otras muchas cartas
de Hervás. [V id . estudio 1 1 .] Las hay en la Biblioteca municipal de Perusa
entre los papeles del bibliógrafo y arqueólogo dieciochesco Giovanni Battista
Vermigloli, según puede verse en el IMBI V , pág. 294. En estos mismos
IMBI se consignan algunos manuscritos de nuestro filólogo, que recogemos
para completar las anteriores bibliografías: IMBI X L , Bolonia, Biblioteca co-
munale dell'Archiginnasio, ms. A . 20 97: A n t i g u o . T e s ta m e n to ; empieza H ís -
to ria d e J o su é . Jos* 1 * D e s p u é s d e la m u e r te d e M o y s e s , lib e r ta d o r d e los
H e b r e o s; acaba y d e a tr a h é r s o b r e el n u e v o R e y n o las p ie d a d e s d e l Señor*
Berruy* T , 7; en 4.° del siglo x v ili; XVI + 194 p ágs.; perteneció este manus­
crito al abate español Joaquín Muñoz, quien puso la siguiente nota: “ Questo
278 IL Algunos grandes nombres
Las más antiguas, fechadas en Cesena los años de 1779 y 1780 y
dirigidas al librero florentino Andrea Baralli, ofrecen interesantes
pormenores sobre la edición de la magna obra de Hervás, Idea delVunü
verso♦ Han llegado hasta nosotros merced a las eruditas aficiones del
comendador Cario Piancastelli, quien en su archivo privado de Fu-
signano ha reunido tan ingente número de manuscritos, que forman
un tesoro único en la Romafia y tal vez no igualado en toda Italia
por ninguna otra biblioteca privada *6.
Constituyen el segundo grupo seis curiosas epístolas familiares
al conde Giuseppe Loccatelli7, depositadas actualmente en la Biblio-
teca malatestiana de Cesena. Por la primera de ellas se ve que su ami­
go cesenés conocía bien la afición que los españoles de aquel si­
glo tenían al chocolate, pues para obsequiarle encarga a Buonamici
— conocido de entrambos, que residía en Roma— le prepare una
buena “ tableta de chocolate“ , que ha de encontrar Hervás sobre su
mesa apenas llegue a la ciudad eterna* Ya en las soledades de Córcega,
manoscritto é pregevolissimo per piü m otivi: i .° trattando degli Eroi dell'An-
tico testamento in un modo che nessuno ha trattato; 2.0 cosa inedita, sebbene
in lingua spagnuola; 3 .0 autógrafo? Tautore, il gesuita Hervás Panduro, cele­
bre per tante opere date alia luce* Mi fu donato dal gesuita Martínez prima
di moriré, raccomandandomi di conservarlo, per la sua utilitá” . — IMBI L V II,
Benedello (provincia de Módena), Biblioteca de C a' d ’Orsolino, ms* 18 8 : Dt-
se r ta c ió n s o b r e e l o rig e n d e l m a l g á lico ; siglo x v iil; 4 folios no numerados; es
una copia de mano del padre Martínez; en este opúsculo pretende Hervás
probar que no fueron los españoles quienes trajeron de América esa enfer­
medad. [Los mss. de Benedello están ahora en la Biblioteca estense.]
6 En su palacio de Fusignano (provincia de Ravena) conserva ahora casi
exclusivamente los manuscritos de interés para la Romaña; resta, no obstante,
allí un buen número de cartas de los expulsos Pignatelli, Andrés y Lubelza,
fuera de las de Hervás* [ A la muerte del coleccionista, pasaron a la Biblioteca
cívica de Forlí.] Copiosas son también las piezas españolas del fondo depositado
por el mismo comendador Piancastelli en la Biblioteca cívica de Forlí, en el que
abundan los autógrafos de Arteaga, Azevedo, Clavigero, Cónca, Pou; de San
Ignacio, Laínez y Tirso González; de Martín de Azpilcueta y Pérez Bayer,
Tomás Ripoll y Antonio Pérez, etc.
7 La casa del marqués Giuseppe Loccatelli figura en el E le n c o d e lle fa m í -
g lie c o n so la r i d i q u e s ta c itta d i C e s e n a , c h e s i tr o v a v a n o a l t e m p o d e l b r e v e
d i rid u g io n e d e i p o s t i c o n so la ri, s p e d ito d a l S o m m o P o n te f ic e P ió S e s to in d a ta
d i R o m a , 6 f e b b r a r io 1 7 8 7 , publicado por M. T . D azzi , D e lta n o b iliia d i C e se n a
e d e i s u o i s e g n i, en B ib lio te c a m a la te s tia n a * R e la c io n e p e r V an n o 1925, pági­
na 21 del extracto.
i2. Restos del <epistolario de H ervís__________________________ 279

una de las mayores penalidades de aquellos desterrados había sido


precisamente el carecer de ese su lamín predilecto; pero después,
una vez establecidos definitivamente en Italia, fueles más fácil pro**
veerse de él* También Moratín — el pintoresco don Leandro— echaría
de menos en Italia el chocolate de España cuando, describiendo con
gracejo su estancia en Ferrara, anota en su diario: “ i.° de diciembre
[de 1794]* Vuélvenme a rodear los jesuítas: mucho chocolate, mucho
hablar de Ganganelli, sin haber forma de llamarle Clemente XIV*
Exceptuando esto, buenísima gente: me obsequiaron, me festejaron,
me llevaron en palmitas” 8. Volviendo, pues, a las seis cartas con"
servadas en Ceséna, versan todas ellas sobre diferentes asuntos pri-
vados del marqués, a los que Hervás procura dar solución adecuada,
no sin llevarse los disgustillos inherentes a esa clase de mediaciones
en negocios económicos.
En el copioso epistolario del exqesuita Saverio Bettinelli9, uno
de los más distinguidos literatos y críticos del Setecientos italiano,
hállase un solo autógrafo de Hervás. Todo él rezuma amor hacia la
extinguida Compañía de Jesús, que le hacía tener por amigos sinceros
a cuantos habían sido, en tiempos mejores, sus hermanos de religión,
y, por otra parte, deja entrever su espíritu enciclopédico, que le lle­
vaba a interesarse tanto por los estudios antropológicos y científicos,
como por las bellas letras, de las que el anciano Bettinelli era enton­
ces llamado en Italia — con gran complacencia suya— “ el Néstor“ .

A ANDREA BARALLI

Forlí, Biblioteca cívica, fondo Piancastelli

1] Cesena, novembre 1779. Cesena, noviembre de 1 7 7 9 9a.


Signor Andrea Baralli, padrone co- Señor Andrea Baralli, señor y
lendissimo, dueño:

8 Moratín, I, 900.
9 Nacido en Mantua el 18 de julio de 17 18 , entró en la Compañía en 1736
y prolongó su laboriosa vida hasta el 13 de setiembre de 1808, cuando triun­
faban ya en Italia otras tendencias literarias. [V id . Estudio 9.]
9a [Traducciones de Francisco Miracle.]
28o IL Algunos grandes nombres
sugrinteressi mercantile si scrive Sobre intereses comerciales se es­
alia mercantile. Questa letter a serve cribe a lo comercial. Esta carta sirve
per accompagnare died copie del para acompañar diez ejemplares del
quinto tomo dell'opera Idea delVuni* quinto tomo de la obra Idea dell’ unv
verso 101, che le spedisco per la via verso 10, que le expido por vía de
di un castello chiamato Meldola, pel un castillo llamado Meldola, por el
cui passano i vetturali di Firenze. In que pasan los cocheros de Florencia.
fondo di questa lettera si notera cio A l final de esta carta se anotará lo
ch’Ella dara ai detti vetturali per la que usted dará a dichos cocheros por
conduzione delle dette copie. Nell'in- el transporte de esos ejemplares. En
volto di queste sono due lettere, una el paquete de los mismos hay dos
diretta al signor marchese Romagno- cartas: una dirigida al señor marqués
li n , e Taltra al signor abbate D a­ Romagnoli n , y la otra al señor aba­
vila; Ella favorira dar a questo signor te D ávila; usted se dignará dar a
abbate le dette due lettere. Mando ese señor abate las dos cartas. Tam ­
ancora sei manifesti 12 della citata bién le mando seis prospectos 12 de
opera, ed altri della Bibliografia 13 che la obra citada, y otros de la Biblio'
qui si stampa; e, sebbene in questi grafía 13 que aquí se imprime; y, por
si mette che a Firenze ricevono Fas- más que en éstos se diga que en
sociazione i signori Stecchi e V ivo , Florencia reciben las suscripciones
Ella aggiunga il suo nome. los señores Stecchi y V ivo, usted
Tanto debbo comunicarle riguardo añada su nombre.
agli affari della stampa, e con que­ Es cuanto tengo que comunicarle
sta occasione io le esibisco il servizio referente a las cuestiones de la im­
della mia persona in tutto cio che presión, y con tal ocasión le ofrez­
Ella voglia incaricarmi e comandarmi, co el servicio de mi persona en todo
e stando persuaso che, ove posso, cuanto usted quiera encargarme y
non manchero a servirla con tutta ordenarme, y esté convencido de que,
premura. Ed, in attenzione def suoi en lo que pueda, no dejaré de servir-

10 Idea delVuniversOf che contiene la storia della vita delVuomo, elementi


cosmografici, viaggio statico al mondo planetario, e storia della terra, tomo V ;
Virilita delVuomo (Cesena, Gregorio Biasini, 1779).
11 Lorenzo Romagnoli, a quien Hervás dedicó el tomo XIII de la Idea del·
Vuniverso; de él se hace también mención en las cartas al marqués Giuseppe
Loccatelli. Cf. R yF 26 (1910) 319 n.
12 Los manifesti (prospectos) eran hojas volantes que se solían publicar con
el fin de recoger suscritores a obras muy voluminosas.
13 Debe referirse Hervás ai Catalogas codicum manuscriptorum Malates-
tianae Caesenatis Bibliothecae, que publicó Giuseppe M . Muccioli en dos to­
mos (Cesena 1780-84).
i2. Restos del epistolario dé Hérvás 28 i

comandi, mi dico di Lei devotissimo le con todo interés. Y , en espera de


servitore, LorenZo Herucis. sus órdenes, me declaro su muy de­
Paghera, per il porto accordato, a voto servidor, LorenZo Heruds.
Antonio Camporesi pauli due. Por los portes convenidos pagará
AI Sig. Andrea Baralli / Mercante a Antonio Camporesi dos paulos.
di Libri / Firenze. A l Sr. Andrea Baralli / Librero /
Florencia.

2] Cesena, 1 1 marzo 1780. Cesena, 1 1 de marzo de 1780.


Signor Andrea Baralli, padrone sti- Señor Andrea Baralli, mi dueño
matissimo, estimadísimo:
le spedisco un| fagotto con dieci co­ Le mando un paquete con diez
pie del tomo 6.° 14, e per la condu- ejemplares del sexto tom o 14, y por
zione Ella dará ció che qui sotto sará el transporte pagará usted lo que aba­
notato. Ho saputo che il Pagani an­ jo estará indicado. He sabido que
cora non abbia consegnate le copie Pagani todavía no ha entregado los
del 4.0 tomo 15, ne renduti li conti: ejemplares del cuarto to m o 15, ni
si cercherá maniera, in virtü della arreglado las cuentas: se buscará la
quale fra pochi giorni faccia il Pa­ manera en virtud de la cual den­
gani il suo dovere. tro de pocos días Pagani cumpla con
Resto al solito, con tutta stima, di su deber.
Lei devottissimo servitore, Lorenzo Quedo como siempre, con toda es­
Hervás. tima, su muy devoto servidor, Loren-
Paghera per il porto pauli tre. Zo Hervás♦
A 1 Signore Andrea Baralli / Mer­ Pagará tres paulos por los portes.
cante Libraio / Nella piazza del Duo- A l Sr. Andrea Baralli / Librero /
mo / Firenze. En la plaza de la Catedral / Floren­
cia.

3] Cesena, 5 luglio 1780. Cesena, 5 de julio de 1780.


Riveritissimo signor Andrea Ba­ Respetabilísimo señor Andrea Ba­
ralli, ralli :
questa lettera serve ad accompa- Esta carta sirve para acompañar un
gnar un fagotto di copie del tomo set- paquete de ejemplares del séptimo 16
tim o16 numero otto» Dentro al £a- tomo, ocho en total. Dentro del pa-

14 Idea delVuniverso, tomo V I : Virilita delVuomo (Cesena 1780).


15 Idea delVuniverso, tomo I V : Virilita delVuomo (Cesena 1779).
16 Idea delVuniverso, tomo V I I : Vecchiaja e morte delVuomo (Cesena
1780).
282 IL Algunos grandes nombres
gotto sono due lettere, Tuna pel si' quete hay dos cartas: una para el se­
gnor abate Davila, e Paltra pel signor ñor abate Dávila, y otra para el se­
Crescimbeni di Pistoia. Voglio crede­ ñor Crescimbeni de Pistoya. Espero
re che presentemente si trovi a Fi­ que el abate Dávila se halle actual­
renze il signor abate D avila; ma, se mente en Florencia; pero, si acaso no
per avventura non si trovasse, la pre- estuviere, le ruego que lea la carta
go a leggere la lettera che a lui scri- que le escribo a él, y mande, como
vo, e mandare, come si dice in essa, en ella se dice, cinco ejemplares de
cinque copie de* sette tomi dell'ope- los siete tomos de la obra, hasta aho­
ra, finora pubblicati, al signor Cre­ ra publicados, al señor Crescimbeni,
scimbeni, insieme colla lettera a lui di- junto con la carta a él dirigida. Al
retta. Similmente la prego a pagare mismo tiempo le ruego que pague
anticipatamente Timporto della con- anticipadamente el importe del trans­
duzione delle dette copie, del quale porte de dichos ejemplares, que reem­
subito Ella sara rimborsata. bolsaré a usted en seguida.
Ed, in attenzione del riscontro e Y , en espera de su respuesta y de
de' suoi comandi, mi dico di V . S. sus órdenes, me declaro de vuestra
devotissimo, affezionatissimo servito- señoría devotísimo y rendido serví'
re, Lorenzo Hervds♦ dor, Lorenzo H ervds.
Paghera al Camporesi per il porto Pagará a Camporesi 3 paulos por
p[aoli] 3. los portes.
A l Sig. Andrea Baralli / Mercante A l Sr. Andrea Baralli / Librero en
Libraio nella piazza del / Duomo / la Plaza de la / Catedral / Florencia /
Firenze / (con fagotto di libri)* (con paquete de libros).

4] Cesena, 13 ottobre 1780. Cesena, 13 de octubre de 1780.


Signore Andrea Baralli, padrone sti- Señor Andrea Baralli, dueño mío
matissimo, estimadísimo:
spedisco con questa un fagotto a Expido con la presente un paquete
V . S. diretto, nel quale trovera Ella dirigido a vuestra señoría, en el que
accluso un altro fagotto pel signor encontrará usted incluido otro paquete
Agostino Mellini Crescimbeni, in Pi- para el señor Agostino Mellini Cre­
stoja: in questo fagotto sono le copie scimbeni, en Pistoya: en este paque­
numero 5 per gli associati di Pistoja, te están los cinco ejemplares para los
e dippiu una copia del tomo quarto, suscritores de Pistoya, y además un
cha mancava loro. N el di Lei fagotto ejemplar del cuarto tomo, que les fal­
sono tre copie del tomo 8 . ° 17 per taba. En el paquete de usted hay tres
Lei, ed altre tre pel signor abate V er- ejemplares del tomo octavo 4
17 para

17 Idea delVuniverso, tomo V III : Notomia delVuomo (Cesena 1780).


i2* Restos del epistolario de Hervds 283

nacini, che ha la cura di 3 associati usted, y otros tres para el señor aba­
di Genova. Da Siena le saranno man­ te Vernacini, que cuida de tres sus-
date le copie de' tomi che cola Elia critores de Genova, Desde Siena le
mando, Accludo due indici de' libri mandarán los ejemplares que usted
e capitoli venuti negli otto tomi stam- envió allá. Incluyo los índices de los
pati, Io ho intenzione di stampar per libros y capítulos aparecidos en los
l'avvenire soltanto per gli associati, e ocho tomos impresos. Tengo intención
mettero agli otto tomi stampati della de imprimir en adelante sólo para los
Storia della vita 1 delVuomo un fron- suscritores, y antepondré en los ocho
tispizio come di opera separata; onde, tomos impresos de la Storia della vita
se Elia o qualche librajo volesse com- delVuomo una portada como de obra
prare alcune copie, saranno loro ven- separada; con lo cual, si usted o
dute con equita 18. algún librero quisiere comprar algunos
La prego a mandar presto in Pi- ejemplares, les serán vendidos a pre­
stoja 1'involto, ed a pagar la condu- cio proporcionado 18.
zione; ed in attenzione dei riscon- Le ruego que mande pronto el pa­
tro e de' suoi comandi, mi dico di quete a Pistoya, y que pague los por­
V, S. devotissimo, obbligatissimo tes; y, en espera de su respuesta y
servitore, LorenZo H ervds, de sus órdenes, me declaro de vuestra
Paghera per il porto al Camporesi señoría muy devoto y rendido servi­
pauli due e mezzo. dor, Lorenzo H ervds.
Al Sig, Andrea Baralli / Mercante Pagará a Camporesi dos paulos y
de' Libri / Firenze / Nella piazza dei medio por los portes.
Duomo / (con involto). A l Sr. Andrea Baralli / Librero /
Florencia / En la Plaza de la Cate­
dral / (con paquete).

AL MARQUES GIUSEPPE LOCCATELL1


Cesena, Biblioteca malatestiana

1] Roma, 29 aprile 1786. Roma, 29 de abril de 1786.


Stimatissimo signore márchese, mió M uy apreciado señor marqués, mi
padrone stimatissimo, dueño estimadísimo:

18 Este pasaje nos da a conocer el motivo por el que se decidió Hervás


a formar esta colección aparte de sus ocho primeros tomos, pues al decir “ ho
intenzione di stampar per l'avvenire soltanto per gli associati", parece indicar
que quería eludir el peligro, en obra de tantos volúmenes, de que quedasen
algunos de ellos sueltos, los cuales después sería imposible vender. Cf. RyF
28 (1910) 72.
284 II. Algunos grandes nombres
nel mio arrivo in questa citta ho A mi llegada a esta ciudad he ex­
sperimentate subito riprove delle sue perimentado en seguida nuevas prue­
grazie: appena entrato nel mio al- bas de sus bondades: apenas entrado
loggiot vidi sui tavolino una cotta di en mi habitación, vi sobre la mesa
cioccolata, postavi dal Buonamici di una tableta de chocolate, que Buo­
ordine suo; non mi aspettava questa namici puso por orden suya; no es­
improvvisata, giache mi lusingava che peraba esta sorpresa, porque suponía
Elia, ben persuasa dei mio genio, non que usted, conociendo mi modo de
vorrebbe mai arrossirmi per abbon- ser, nunca hubiera querido sonro­
danza di grazie. Non avro il piacere jarme con abundancia de favores. No
di significarle la mia cordialita nel tendré el placer de testimoniarle mi
servirla, quando mi vegga soprafatto cordialidad en servirle, si me veo
dalle sue grazie. Passo al raguaglio abrumado por sus mercedes. Paso
dei mio viaggio. a la relación de mi viaje.
Fermato per forza a Spoleto da Retenido a la fuerza en Espoleto
mons, vescovo 18a, ho avuto ii, piacere por el señor obispo18a, he tenido el
di sentirvi il predicatore, che e un placer de oir al predicador, que es un
Demostene. Nello stesso tempo ho Demóstenes. Al mismo tiempo he
voluto riconoscere lo stato temporale querido verificar el estado temporal
della casa. Per lo addietro io credeva de la casa. Antes yo creía que debían
che doveano vendersi i capitali di venderse los bienes de Espoleto;
Spoleto; ma, avendo veduto che i pero, habiendo visto que los terrenos
terreni ivi non valgono niente ven- allí no valen nada en venta, y que
duti, e che di essi gran fruttato po- podía sacarse gran fruto de ellos, he
tea ritrarsi, ho creduto che il sistema creído que la mejor solución para su
ventaggioso alia sua casa sarebbe il casa sería la siguiente: conviene con­
seguente: bisogna conservare tutti i servar todos los terrenos, y, si fuese
terreni, e, se fosse possibile, conver- posible, convertir o permutar en terre­
tire o permutare in terreni le case o nos las casas, edificios o casitas que
palazzi o casini clVElla ha in Spoleto, usted tiene en Espoleto, conservando
restandovi soltanto una casa, si per una sola casa, tanto para almacenar
riporvi i generi, che per godere i los productos, como para gozar de
vantaggi di patricio spoletino. Poi los privilegios de patricio espoletino.
converrebbe ridurre ad oliveti tutto Luego convendría reducir a olivares
quanto si potesse, in guisa tale, che todo lo que se pudiese, de manera
Toliveto si preferisse a tutti gli altri que se prefiriera el olivo a los demás
frutti terrestri: con questo sistema, e frutos terrestres: con este sistema, y

18a [Francesco M . Loccatelli. Cf. R. R it z l e r - P. S e f r i n , Hierarchia catho­


lica, V I (Patavii 1958) 386.]
12* Restos del epistolario dé H ervís 285

con quello di impiegare annualmente con el de emplear anualmente cien


cento scudi in bonifiche di oliveti, non escudos en mejorar los olivares, no
dubito che dopo venti anni Fasse dudo que al cabo de veinte años el
Spoletino renderebbe il fruttato an* patrimonio espoletino produciría una
nuale di tremila scudi« Questo mio renta anual de tres mil escudos. Este
progetto e stato dichiarato ottimo da mi proyecto ha sido declarado mag*
quanti lo hanno inteso a Spoleto. nífico por cuantos lo han oído en Es*
Vi discorsi lungamente con mon* poleto.
signore per vedere se era maniera di Hablé largamente con monseñor
aggiungere qualche cosa per Festin* para ver si había manera de añadir
zione de' debiti di mons« Fabbrizio 19, algo para la extinción de las deudas
concorrendo questo con quello che si de monseñor Fabbrizio 19, concurrien*
abbisogna per Fannuale fruttato di do él con lo que se necesita para
essi ; e mons« vescovo non volle mai pagar los intereses de las mismas;
sentire, appoggiato a due massime: y monseñor obispo nunca me quiso
la prima, che la sua casa non potea escuchar, apoyado en dos máxim as;
essere sollevata con cento scudi la primera, que su casa no podía ser
ch,egli al piii potea darie levandoli a’ levantada con los cien escudos que a
poveri, giacche la piccola entrata dei lo más él le podía dar quitándoselos a
vescovado non gli permettea spendere los pobres, ya que los pequeños in*
nelle limosine: piu di 200 scudi; la se* gresos del obispado no le permitían
conda, che credea fermamente ch'il gastar más de 200 escudos en limos*
Signore maledirebbe la sua casa se ñas; la segunda, que creía firmemen*
colla robba de’ poveri la volea arric* te que el Señor maldeciría su casa si
chire. quisiese enriquecerla con los bienes
Alia verita io, informandomi minu* de los pobres.
tamente della sua entrata e veggendo En verdad, informándome detalla*
che essa appena sorpassa 2000 scudi, damente de sus ingresos y viendo que
annoverandovi i minuti regali, e che éstos apenas superan los 2.000 escu*
per la sua spesa e quella della fami* dos, incluyendo todos los pequeños
glia appena bastava Fentrata, non regalos, y que tales ingresos apenas
stetti a fare piu discorsi, riserbando* bastaban para sus gastos y los de su
mi di scoprire a Roma i lumi che familia, no me entretuve en más co*
potessi nell'affare di mons« Fabbrizio. loquios, y me resolví a alcanzar en
Arrivato a Roma, mons« Fabbrizio su* Roma las noticias que pudiese sobre
bito mi favori, ed ieri pranzai da lui; el asunto de monseñor Fabbrizio.
resto fissata la giornata da fare i pri* Apenas llegué a Roma, monseñor
mi discorsi, ed io subito ho voluto in* Fabbrizio me invitó en seguida, y

19 Era un hermano de los marqueses Loccatelli de Cesena, de cuyas deudas


y negocios tratan principalmente las cartas de la Malatestiana.
286 IL Algunos grandes nombres
cominciarli a fare con Buonamici, ed ayer estuve a comer con él; se fijó el
anche sono restato di accordo con día para tener las primeras conver*
Angiolino 20 di discorrere lungamente, saciones, y yo he querido empezarlas
perché tutti mi diano i convenienti al punto con Buonamici, y también
lumi. Da Spoleto scrissi c o sí a mons. he quedado de acuerdo con Angio-
Fabbrizio: “ Monsignore vescovo mi lin o 20 en hablar largamente, para
ha dato tutti i lumi sulla sua persona, que todos me den las informaciones
e mi ha scongiurato perché io l i 21 necesarias. Desde Espoleto escribí a
parli d 'amico; ed io lo faro cosí, seb- monseñor Fabbrizio en estos térmi­
bene Ella mi tratti come il maggiore nos : “ El señor obispo me ha dado
nemico” . In questa supposizione io mí todas las referencias convenientes
lusingo di arrivare, colla grazia del sobre su persona, y me ha suplicado
Signore (ch'é la mia arma), a ridurre que yo le hable como amigo; y así
mons. Fabbrizio alie mié idee, che lo haré, aunque usted me trate como
saranno buone. al mayor enemigo". De este modo
Discorsi lungamente con Buonami- espero llegar, con la gracia del Señor
ci, e trovo che i debiti fruttiferi e (que es mi arma), a reducir a monse­
secchi almeno sono 16 m [ila] scudi, e ñor Fabbrizio a mis ideas, que serán
ch'alcuni fruttano sino il sette per buenas.
cento; che comincia a farsi del ro- Hablé largamente con Buonamici,
more ecc., e questo veramente moho y veo que las deudas, a interés y sin
mi ha disturbato, poiché veggo che él, son de 16.000 escudos por lo me­
tali romori possono sagrificare Tonore nos, y que el interés llega a veces
di mons. Fabbrizio nella sua camera. hasta el siete por ciento; que se
In queste círcostanze io feci col Buo- empieza a murmurar, etc., y esto, en
namici un calcólo di ció che potea verdad, me ha molestado mucho, pues
abbisognare annualmente mons. Fab- veo que esos rumores pueden com­
brizio finché fosse prelato; e perché prometer el honor de monseñor Fab­
Buonamici mi rispóse che con due brizio y su carrera. En estas circuns­
mila scudi annuali potea figurare be- tancias hice con Buonamici un cálculo
ne, io gli proposi il projetto di ridurre de lo que podía necesitar anualmente
mons. Fabbrizio perché rinunziasse monseñor Fabbrizio hasta que fuese
tutto quanto avea e potea avere fin- prelado; y como Buonamici me respon­
ché non fosse cardinale, a favore della dió que con dos mil escudos anuales
casa, e che questa li passasse an­ podía hacer un buen papel, le propu-

20 Hijo del destinatario, marqués Giuseppe Loccatelli.


21 Entre las incorrecciones de estas cartas italianas la más notable es el
uso casi constante de li en vez de gli, como pronombre átono dativo del género
masculino. Entre los castellanismos nótense: projetto (carta i . a), el (carta 3 .a),
empegni, fora, esforzó (carta 4.a), presentársela (carta 6.a), etc.
i2* Restos del epistolario de Hervás 287

nualmente in quattro ratte la somma se el proyecto de convencer a mon-


di scudi 2000» N on dispiacque al Buo- señor Fabbrizio que renunciase a
namici questo pensiere, che approvo. cuanto tenía y podía tener hasta que
In questo caso mons. Fabbrizio re* fuese cardenal, en favor de la casa»
stava dipendente dalla casa» e con y que ésta le pasase anualmente en
continui motivi di obbligazioni, e per cuatro plazos la cantidad de 2.000 es­
altro il papa» sapendo questo fatto» cudos. Esta idea no le pareció mal a
era in obbligo di sollevare piu la casa» Buonamici, y la aprobó. En este caso
dando a mons. Fabbrizio impieghi piu monseñor Fabbrizio continuaba depen­
utili. diendo de la casa, y con continuos
Io alia verita preveggo spinoso il motivos de obligación; y, por otra
caso per tutti i versi? non ho altra parte, el papa» conociendo este hecho,
consolazione se non una speranza di estaba obligado a acrecentar la casa,
ridur mons. Fabbrizio a termini giu- dando a monseñor Fabbrizio empleos
sti» e» se mi riesce» spero che sara más ventajosos.
vantaggioso alia casa. Lo ho trovato En verdad preveo que el caso será
abbatuto ed um ile: Dio voglia che espinoso bajo todos los aspectos? no
una volta conosca la necessita ed i tengo más consuelo que la esperanza
sacrifizi de* suoi fratelli. Quello che de reducir a monseñor Fabbrizio a jus­
molto mi inquieta e la grande usura tos términos, y» si lo consigo» espero
dei fruttato de’ suoi debiti, e pero que será ventajoso para la casa. Lo
bisogna non perdere tempo. Frattan- he encontrado humilde y abatido:
to io ho in petto un projetto forse quiera Dios que conozca de una vez
eseguibile, sebbene la esecuzione tardi la necesidad y los sacrificios de sus
un anno: voglio incominciare a dare hermanos. Lo que me intranquiliza
i passi nella ventura settimana, e» se mucho es la gran usura de los intere­
riescono, allora lo scopriro. ses de sus deudas, y, por lo mismo»
Il altra occasione scrivero alia si" no hay que perder tiempo. Entre tan­
gnora marchesa Barbara: ho presen- to tengo un proyecto secreto» tal vez
te il suo impegno della tenuta pel realizable, aunque su ejecución tarde
governatore 22, e dimane, avanti d*en- un año: quiero iniciar los pasos la
trare. ne* noti discorsi» voglio dare semana próxima y, si tienen éxito»
qualche passo con mons. Fabbrizio. I entonces lo revelaré.
miei saluti alia signora marchesa Bar- Escribiré en otra ocasión a la seño­
bara e signor marchese Fabbio. A n- ra marquesa Bárbara: tengo presente
giolino mi dice che vuole uscire spes- su interés por el gobernador de la
so meco a spasso: mi fara da fra- fin ca22, y mañana, antes de entrar
tello compagno. en materia, quiero dar algún toque

22 De este asunto tratan las cartas siguientes.


288 II. Algunos grandes nombres

Resto di Lei, stimatissimo signor a monseñor Fabbrizio. Mis saludos a


márchese, devotissimo ed affeziona* la señora marquesa Bárbara y al se*
tissimo servitore vero, Lorenzo Her* ñor marqués Fabbio. Angiolino pie
vas. dice que quiere salir a menudo de
paseo conmigo: me hará de hermano
P. S. — Le camere di mons. Fabbri*
compañero.
zio a Montecavallo furono date a
Quedo de usted, estimadísimo se*
mons. Ridolfi, cosicché mons. Fab*
ñor marqués, muy devoto y rendido
brizio dee uscirne avanti S. Pietro,
servidor verdadero, LorenZo Hervás.
sebbene seguid ad avere Pentrata ed
onori di camariere. P. S. — Las habitaciones de mon*
señor Fabbrizio en Montecavallo se
dieron a monseñor Ridolfi, de modo
que monseñor Fabbrizio debe aban*
donarlas antes de San Pedro, aunque
sigue teniendo el sueldo y los honores
dé camarero.

2] Roma, 6 maggio 1786. Roma, 6 de mayo de 1786.


Riveritissimo signor marchese, mio M uy venerado señor marqués, mi
padrone, dueño:
ieri feci il primo discorso col segre* A yer hablé por primera vez con el
tario della Consulta, il quale a mons. secretario de la Consulta, el cual había
Fabbrizio avea impegnata parola di prometido a monseñor Fabbrizio
fare quanto fosse possibile per l'ono* hacer lo posible en honra del feudo
re del feudo Montaletto, e nPimpose de Montaletto, y me pidió que pre*
a presentare un memoriale ragionato sentase un memorial razonado a la
alia Sacra Consulta, prendendosi egli Sagrada Consulta, encargándose él de
la cura di guadagnare i ponenti. La ganar a los ponentes. M i pretensión
mia pretensione si restrinse a ' preci* se redujo a los escuetos términos de
si termini di mettersi in Montaletto que se pusiese en Montaletto a un
un governatore della Consulta, il qua* gobernador de la Consulta, a presen*
le fosse presentato dalla casa Locca* tación de la casa Lpccatelli, del mismo
telli, siccome il sig. D . Luigi presenta modo que el señor don Luis presenta
il governatore di S. M auro: desidero el gobernador de San M auro: deseo,
dunque sapere il nome della persona pues, saber el nombre de la persona
che dee essere governatore; parimen* que habrá de ser gobernador; igual*
te desidero sapere se la casa Loccatelli mente deseo saber si la casa Loccatelli
ha presentato in qualche tempo go* ha presentado en algún tiempo el go*
vernatore, o se questo e stato nomi* bemador, o bien si éste ha sido nom*
nato dalla Consulta; e, se queste co* brado por la Consulta; y, si han teni*
12 . Restos del lefgjptolario de Hervás 289

se, 0 una di esse, e accäduta, deside* do lugar estas dos cosas, o una de
ro prova autentica neirimmediata ellas, deseo una prueba auténtica por
posta* el correo inmediato.
Io mi figuro che la casa Loccatelli Me imagino que la casa Loccatelli
non ha nominato governatore, e che no ha nombrado gobernador, y que
ha trascurati i suoi privilegi con gran* ha descuidado sus privilegios con
de danno, come dice il signor segre* gran daño, como dice el señor secre*
tario della Consulta. Probabilmente tario de la Consulta. Probablemente
sarö costretto a lasciare nella Consul* me veré obligado a dejar en la Con*
ta il privilegio stampato del Monta* sulta el privilegio impreso de Monta*
letto, quando non mi si mandi una letto, si no se me envía un ejemplar
copia autentica da presentarsi nel som* auténtico para presentar en el su*
mario. mario.
La prego de* miei saluti a ' signo* Le ruego que salude de mi parte
ri di sua casa, ed a comandarmi; a los señores de su casa, y mándeme;
mentre con tutta stima mi dico suo mientras con toda estima me declaro
devotissimo et obbligatissimo servi* su muy devoto y obligado servidor
tore vero, LorenZo H ervds. verdadero, Lorenzo H ervás.

3] Roma, 10 maggio 1786. Roma, 10 de mayo de 1786.


Riveritissimo signor marchese, mio M uy venerado señor marqués, mi
padrone, dueño:
una doglia reumatica che m’assali Un dolor reumático que me atacó
lunedi, appena mi lascia scrivere. el lunes, apenas me deja escribir. Es*
Scrivo sul tavolino del marchesino cribo sobre la mesa del marchesino
Angiolo coHfoccasione seguente: ieri Angiolo por la razón siguiente: ayer
il marchesino mi favori per farmi él me hizo el favor de acompañarme
compagnia nella mia doglia, e, di* en mi dolencia, y, hablando de mon*
scorrendo di mons. Fabbrizio, mi dis* señor Fabbrizio, me d ijo : “ Sólo
se: “ Soltanto Ella od il cardinale Le* usted o el cardenal Livizzani son ca*
vizzani sono capaci di mettere in or* paces de poner en buen camino a
dine il mio signore zio” . Questa noti* mi señor tío“ . Esta noticia me movió
zia mi spinse a pariare con chiarezza a hablar claramente a monseñor, con
a monsignore, con cui ieri dopo pran* quien ayer, después de comer, tuve
zo ebbi un lungo discorso, nel quale una larga conversación, en la que se
restö accordata nuova vita, dandone decidió una nueva vida, de la cual ha
principio pubblico el presbiterato, che de ser público inició el sacerdocio, que
dovea ricevere in giugno o luglio* Io debía recibir en junio o en julio. Le
li messi in vista la sua condotta hice notar su conducta externa, la
esterna, Tinterna, la frequente rinno* interna, el frecuente cambio de cria*

L . HISPANO-ITALIANA. — 19
290 IL Algunos grandes nombres
vazione de* servitori, ecc., cd cgli dos, etc., y él reconoció estas cosas
connobbc queste cose, le confesso» e y las confesó, respondiéndome que
mi rispose che soltanto li riusciva dif­ sólo le resultaba difícil no incomodarse
ficile non inquietarsi co’ servi tori. Io con los criados. H e revelado a Angio­
hd rivelato ad Angiolino questo pri­ lino esta conversación particular, y
vato discorso, ed egli spera che si ot- él espera que se consiga el efecto de
tenga Teffetto di una nuova vita coi una nueva vida con el sacerdocio.
presbiterato. Monseñor Fabbrizio, al ver que yo
Mons. Fabbrizio, nel sentirsi rinfac- le echaba en cara su falta de consi­
ciato da me sulla premura per la sua deración para con su casa, barruntó
casa, congetturo che io gli riferiva le que aludía a quejas de ustedes, y tal
loro doglianze, e forse con questa vez con esta sospecha le habrá escrito
congettura le avra scritto per iscol- para disculparse.
parsi. Es verdad que yo pensaba en otro
fi ben ; vero che io pensava di ri- proyecto ventajoso, pero veo to­
trovare qualche altro progetto van- das las puertas cerradas; y preveo
taggioso, ma veggo chiuse tutte le que, si no se remedian cuanto antes
porte; preveggo che, se quanto prima las cosas de monseñor Fabbrizio, no
non si pensa a rimediare le cose di podrán menos de llegar al príncipe 22®,
mons. Fabbrizio, esse debbano por- ocasionándole la ruina; el asunto me­
tarsi al principe22a, e cagionarli la rece, pues, toda atención. En tales
rovina: quindi Paffare merita tutta circunstancias no veo más que la si­
attenzione. Nelle circostanze io non guiente solución:
trovo se non il seguente ripiego: i.° Que monseñor Fabbrizio pague
i.° Mons. Fabbrizio ceda s[cudi] 500 escudos anuales por los intereses
500 annuali per i frutti de’ suoi de­ de sus deudas.
biti. 2.0 Que se pida al papa la facul­
2.0 Si domandi al papa la facolta tad de que la casa Loccatelli pueda
che la casa Loccatelli possa ippoteca- hipotecar su finca a cualesquiera ban­
re la sua tenuta a qualunque luoghi queros, cuyos créditos se podrán ven­
fidecommissari di monti, i quali pos- der para extinguir las deudas hasta
sono vendersi per estinzione de' de­ ahora contraídas; y tal vez se encuen­
biti finora contratti; e forse si trove- tre quien dé a la casa Loccatelli tales
ra chi dia alia casa Loccatelli luoghi créditos a razón de 30 paulos cada uno.
di monte a ragione di 30 paoli ognuno En este caso, con los 2.800 escudos
di loro. In questo caso, cogli scudi que se pagan por los 70.000 de las
2800 che si pagano per 70 m [ila] de' deudas, se podrían pagar los intereses
debiti, si poteano pagare i frutti dip- de más de 80.000 en créditos banca-
piu di 80 m [ila] in luoghi di monte, nos, que algunas personas cederían,

22a [Probablemente alude al príncipe Braschi, nepote de Pío V I .]


12* Restos del epistolario de Hervds 291

che alcune persone cederebbero, per- porque, estando vinculados, no rentan


che, essendo vincolati, soltanto frutta- más que 29 paulos.
no 29 paoli. Este proyecto no parece malo, y,
Questo progetto non sembra cat- por otra parte, estamos en circuns­
tivo, e per altro siamo in circostan- tancias bastante críticas y no se pue­
ze assai critiche e che non si puo de perder tiempo.
perdere tempo. Mis saludos a la señora marquesa.
I miei saluti alia signora marchesa. Quedo de usted, muy venerado señor
Resto di Leit veneratissimo signor marqués, muy devoto, afectísimo y
marchese, devotissimo ed affezionatis- verdadero servidor, Lorenzo H ervds.
simo servitore vero, LorenZo H ervds.

4] Roma, 30 agosto 1786. Roma, 30 de agosto de 1786.


Riveritissimo signor marchese, mio M uy venerado señor marqués, mi
padrone, dueño:
la Consulta e pronta per nominare La Consulta está dispuesta a nom­
il sig. Grandi go vernator e di Monta- brar al señor Grandi gobernador de
letto, ma non vuole mettere nella pa­ Montaletto, pero no quiere hacer cons­
tente che sia stato nominato da L e i; tar en la patente que ha sido nombra­
perche si metta questa cosa, mi hanno do por usted; para que ello se pueda
detto i ponenti della Consulta, basta hacer constar, me han dicho los po­
che un anno dopo che il feudo sia nentes de la Consulta que basta con
in possesso dei governatore, per re- que, al cabo de un año de que el feu­
scritto si domandi al papa la grazia di do esté en posesión del gobernador,
presentare governatore alia Consulta, se pida al papa un rescripto con la
e gli stessi ponenti credono che si ac- gracia de presentar el gobernador a
cordera facilmente la grazia, contro la la Consulta, y los mismos ponentes
quale niente opporra la Consulta. creen que fácilmente se concederá
Per espedire la patente si espen- esta gracia, contra la cual la Consulta
dono 25 paoli, e 6 paoli per la sicur- no hará oposición alguna.
ta, che, more solito, si fa. Dippiu Para expedir la patente hay que
ogni anno, per la riferma della pa­ pagar 25 paulos, y 6 más para el se­
tente, si pagano una volta 2 1 paoli. guro, que, more solito, se hace. Ade­
Io penso cavar la patente per un an­ más, para renovar la patente se pagan,
no, cosicche non si abbisognera rin- cada año, 21 paulos de una vez.
novarla ogni sei mesi. Attendo 1'or- Pienso sacar la patente para un año,
dine di Lei per fare che si espedisca y así no habrá que renovarla cada
la patente. Poteva farsi che ogni con- seis meses. Espero sus órdenes para
tadino pagasse 15 bajocchi al gover­ mandarla expedir. Se podría mandar
natore, e cosi questo n’ avrebbe Pen- que cada campesino pagase 15 bayo-
292 IL Algunos grandes nombres
trata fina per pagare le patenti. Per eos al gobernador, y así éste tendría
altro il contadino deve essere conten* el importe líquido pará pagar las pa*
to di questo piccolo tributo, giacché tentes. Por lo demás, el campesino
resta esento dal governatore di Ce* debe estar contento con este pequeño
sena, Cervia ecc., degli sbirri ecc. tributo, porque con él queda exento
Ella mi dica il nome del sig. Settem* del gobernador de Cesena, Cervia, etc.,
brini, che fu governatore di Monta* de los alguaciles, etc. Dígame usted el
letto. nombre del señor Settembrini, que
Per questo affare io ho dovutó fare fue gobernador de Montaletto.
cinque memoriali per sorprenderé i Para este asunto he tenido que ha*
ponenti e riuscire nel mió impegno cer cinco memoriales, para impresio*
totale, ma non e stato possibile fiu* nar a los ponentes y conseguir mi ob*
scire in tutto, perché il breve é chia* jeto total, pero no ha sido posib’e
rissimo; e bisogna dire che, coll'oc* conseguirlo todo, porque el breve es
casione delPaffare, mons. Cacciapatti, clarísimo; y hay que decir que, con
ch’é ponente della Rom agna,1 ha vo* ocasión de este asunto, monseñor
luto onorarmi invitandomi a pranzo Cacciapatti, que es ponente de la Ro*
molte volte, significandomi con ció maña, ha querido honrarme invitán*
che desiderava di onorarmi in quanto dome a comer muchas veces, signifi*
poteva. Attendo pronta risposta per cándome con ello que deseaba
Tespedizione della patente, come ho obsequiarme en lo que podía. Espero
detto. pronta respuesta para la expedición
Mons. Fabbrizio m 'ha detto due de la patente, como he dicho.
cose: Tuna ch'Ella si persuada che Monseñor Fabbrizio me ha dicho
la sua casa per mia colpa abbia per* dos cosas: una, que usted se con*
duti s[cudi] 100; e Taltra che io ab* venza de que su casa ha perdido 100
bia portata al sig. márchese Romagno* escudos por mi culpa; y otra, que yo
li notizia del chirografo che si desi* he revelado al señor marqués Roma*
dera cavare. Riguardo alia prima cosa gnoli lo del quirógrafo pontificio que
10 non debbo parlare: debbono par* se desea sacar. Acerca de lo primero
lare gli empegni, sforzi ecc. che feci no debo hablar: deben hablar los tra*
per accomodare Tinteresse, dando mo* bajos, esfuerzos, etc., que hice para
tivo a disturbi corporali del medesimo arreglar el interés, dando ocasión a
sig. márchese; si accordó la cosa; li molestias corporales del mismo señor
cavai parola d'onore di rinunziare a* marqués; se decidió la cosa; le hice
luoghi, dopo fatta la sostituzione. Ar* dar palabra de honor de renunciar a
rivato a Roma, consegnai le carte al sus créditos cuando haya sido llevada
Candiosi subito; nacquero de* dubbj; a efecto la sustitución. Llegado a
11 dileguai subito, e Tesecuzione si Roma, entregué en seguida los docu*
ritardó per i curiali del sig. econo* mentos a Candiosi; nacieron dudas;
mo. In queste circostanze il márchese las esclarecí en el acto, y la ejecución
12* Restos del epistolario dé Hervás 293

Romagnoli dubitava deH'esecuzione; se retrasó por los curiales del señor


rincoraggi mettendoli in vista o la ecónomo. En estas circunstancias el
dimanda di una grazia per rescritto, marqués Romagnoli dudaba de la eje­
o che si accomoderebbe tutto con ag- cución; animóle poniéndole a la vista
giungere due righe quando la casa o bien la demanda de una gracia por
Loccatelli accudisse ad ampliare il rescripto, o bien que todo se conclui­
chirografo. Tutto questo ho creduto ría perfectamente con solo añadir dos
d'insinuare e dire, perché non si líneas cuando la casa Loccatelli pro­
guastasse cío che ,con tanta fatica si cediese a ampliar el quirógrafo. He
era fatto, e perché il márchese Ro- creído deber insinuar y decir todo es­
magnoli non venisse mai fora; poi- to, para que no se echase a perder
ché so bene che allora sarebbe un lo que con tantos esfuerzos se había
vespaio cosí cattiVo come quello di hecho, y para que el marqués Ro­
casa G h in i23. In una parola, avró magnoli no saliese nunca a relucir:
sbagliato per difetto di cognizione, pues sé muy bien que entonces sería
ma non per mancanza di onesta, e di un avispero tan malo como el de la
aver procurato di servire la sua casa. casa G h in i23. En una palabra, me
11 Buonamici era presente quando habré equivocado por falta de cono­
monsignore mi disse le suddette co- cimientos, pero no de honestidad, y
se; io avanti monsignore mi difesi e de haber procurado servir a su casa.
giustificai colla confessione del Buo- Buonamici estaba presente cuando
namici. Oggi stesso ha voluto il Buo­ monseñor me dijo tales cosas; yo me
namici impegnarmi perché io, dal mío defendí y justifiqué ante monseñor
canto, faccia che il sig. márchese Ro­ con la confesión de Buonamici. H oy
magnoli riceVa i luoghi di monte, et mismo Buonamici ha querido compro­
Ella ben conosce che io ho obbligo meterme para que, por mi parte, ha­
di non mettermi piü in queste cose. ga que el señor marqués Romagnoli
Ella crede dover dolersi di m e; so reciba los créditos bancarios, y usted
che il sig. márchese Romagnoli crede sabe muy bien que yo estoy obligado
di avere motivi di persuadersi che io a no intervenir más en esas cosas.
Tesforzo troppo a favore della casa Usted cree deber quejarse de m í; sé
Loccatelli; dunque io mi trovo in que el señor marqués Romagnoli cree
istato che desidero fare del bene a tener motivos para persuadirse de que
tutti, e sono creduto misfattore di lo empujo demasiado en favor de la
tutti. casa Loccatelli; mi posición es, pues,

23 “ El refugio habitual de Hervás por muchos años desde 1774 — [escribe


el padre Portillo]— fue Cesena y la casa de los marqueses de Ghini, donde era
tratado como de la familia y defendía sus pleitos." R yF 25 (1909) 279. [E n el
archivo de dicha familia se conservan sólo memorias tardías de la residencia
del abate español en ella.]
294______________________ _ IL Algunos grandes nombres
Mons* Fabbrizio ancora contempo* que deseo hacer bien a todos, y se
raneamente mi pario dei memoriale me considera enemigo de todos.
da presentarsi per Tampliazione dei A l mismo tiempo monseñor Fabbri*
chirografo; e certamente ch^l memo* zio me habló también del memorial
riale soltanto puo presentarsi al di que debe presentarse para la amplia*
Lei nome, poiche, s^ lla permette che ción del quirógrafo; y ciertamente el
mons. Fabbrizio comparisca come pa* memorial se puede presentar sólo a
drone di qualche asse, Elia buttera nombre de usted; porque, si usted
a terra le rinunzie fatte da esso a suo permite que monseñor Fabbrizio apa*
favore* Cosicche mons* Fabbrizio dee rezca como dueño de algún patrimo*
considerarsi come nihil habens, e non nio, usted mismo echará por tierra
puo fare figura pubblica, perche in las renuncias que éste hizo en su fa*
oggi, dopo le sue rinunzie, non e pa* vor. De modo que monseñor Fabbri*
drone de’ beni patrimoniali. zio debe considerarse como nihil
Se la sua risposta viene in tempo, habenst y no puede figurar en escri*
possa essere che il sig. marchesino tura pública, porque actualmente,
Angiolo possa portare la patente; al* después de sus renuncias, no es dueño
trimenti la mandero con qualcheduno de los bienes patrimoniales.
che in queste vacanze vada in Ro* Si su respuesta me llega a tiempo,
magna, per iscansare la spesa della tal vez el señor marqués Angiolo
posta. pueda llevar la patente; de otro mo*
La prego de* miei ossequj alie si* do, la mandaré yo con alguien que
gnore ed al signor figlio, e resto sem* vaya a Romaña en estas vacaciones,
pre colla maggiore stima a* suoi co* para eludir los gastos del correo.
mandi. Di Lei, veneratissimo sig. Le ruego presente mis saludos a las
marchese, devotissimo ed obbligatis* señoras y a su señor hijo, y quedo
simo servitore vero, Lorengo Heruas. siempre, con la mayor estima, a süs
órdenes. De usted, muy venerado se*
ñor marqués, devotísimo, rendido y
verdadero servidor, Lorenzo Hervás.

5] Roma, 17 ottobre 1786. Roma, 17 de octubre de 1786.


Riveritissimo signor marchese, mió M uy venerado señor marqués, mi
padrone, dueño:
finora non ho conchiuso Taffare del Hasta ahora no he concluido el
governatore; un ponente propose delle asunto del gobernador; un ponente
difficolta, e si é bisognato qualche puso dificultades, y ha sido menester
tempo per ridurlo; un poco di pa* algún tiempo para reducirlo; un poco
zienza, e spero che la cosa riuscira de paciencia, y espero que la cosa se
12. Restos del epistolario de Hervás 295

presto, e, dopo mezzo anno alia sor- solucionará pronto, y, al cabo de me"
dina, si intraprendera Timpegno di dio año de sordina, se tomará el en"
pagare alia Camera i pesi camerali, cargo de pagar a la Cámara los im"
ciocche portera il vantaggio di libe- puestos camerales, lo que traerá la
rarsi di centinaja di scudi, che si pa" ventaja de ahorrar los centenares de
gano per i pesi commutativi. Questo escudos que se pagan por los impues"
passo sara piu difficile di quello dei tos conmutativos. Este paso será más
governatore, ma tanto e, che tutto si difícil que el del gobernador, pero da
andera. Mons. Fabbrizio dubitava que lo mismo, pues todo se resolverá. Mon"
si ottenesse il governatore, ed ormai señor Fabbrizio dudaba que se obtU"
spera* viese el gobernador, y ahora lo está
Ieri mi trovai con due lettere di esperando.
monsignore di Spoleto, nelle quali mi A yer me llegaron dos cartas del
diceva che vedessi se c*era mezzo di obispo de Espoleto, en las cuales me
assicurare giuridicamente li s[cudi] 24 decía que viese si había algún medio
640 che dee pagare mons. Fabbrizio. para asegurar jurídicamente los 640
Mi portai oggi da mons. Fabbrizio e escudos que debe pagar monseñor
non lo trovai, ma intesi che era a Fabbrizio. He ido a casa de monseñor
N ep p i25, e pero non ho potuto di" Fabbrizio, y no le he encontrado;
scorrere con lui ne proporli nessun mas he sabido que está en N ep i; por
progetto. esto no he podido hablar con él ni
Il progetto che io voleva proporli e proponerle ningún proyecto.
il seguente: Elia per iscansare peri" El plan que quería proponerle es el
colo di contrastare con monsignore, e siguiente: usted, para eludir el peli"
per assicurafe la pensione, vuole un gro de pleitear con monseñor, y para
atto giuridico che lo metta a coperto asegurar la pensión, quiere un docu"
di tutto, come e giusto. Questo atto mentó jurídico que le ponga a cubier"
forse sara efficacissime nella seguente to de todo, como es justo. Este docu"
maniera: nel memoriale al papa si mentó tal vez será eficacísimo de la
metta Tobbligo di monsignore per siguiente m anera: en el memorial al
sommario, e cosi nel chirografo il papa póngase la obligación de monse"
papa, citando Fobbligo, ingiunga al" ñor en resumen, y en el quirógrafo,
Teconomo Fobbligo di farsi passare el papa, citando esa obligación, obli"
da mons. Fabbrizio li s[cudi] 640. In gue asimismo al ecónomo a hacerse
questa guisa Feconomo dovra esigere, dar de monseñor Fabbrizio los 640
e ,, quando non esiga, la colpa sara escudos. De este modo, el ecónomo
sua. Poteva ancora fingersi una testa deberá exigir, y, si no lo hace, la

24 En vez de una s hay en el original un signo que aquí no puede signi"


ficar más que scudi, a pesar de anteponerle Hervás el artículo li.
25 Debe de ser Nepi, ciudad latina, en la actual provincia de Viterbo.
296 IL Algunos grandes nombres
da ferro in questa guisa. N el memo­ culpa será suya. Podría añadirse aún
riale potea nominarsi una persona una garantía en esta form a: en el
della loro soddisfazione alia quale fos* memorial se podría nombrar una per*
se costretto di pagare mons* Fabbri* sona de la satisfacción de ustedes» a
zio li s[cudi] 640, potendolo coartare la cual monseñor Fabbrizio estuviese
senza strepito di giudizio» sequestrare obligado a pagar los 640 escudos, pu*
li le pensioni ed ancora la metà dei diéndole forzar sin fragor de juicio, se*
canonicato. cuestrarle las pensiones y aun la mi*
Di questi due progetti il primo mi tad de la canonjía.
sembra migliore, e che aireconomo De estos dos proyectos me parece
si desse la facoltà di dare il suddetto mejor el primero, y qüe al ecónomo
sequestro di propria autorità alii 4 se diese facultad de ordenar dicho se*
mesi di esser passato il tempo di ogni cuestro de propia autoridad a los cua*
pagamento* Io conosco ch'Ella, volen* tro meses de haber transcurrido el
do favorite mons. Fabbrizio, vuole plazo de cada pago. Sé que usted,
giustamente assicurare i s[cudi] 300 queriendo ayudar a monseñor Fab*
dei vescovo ed i s[cudi] 640 di detto brizio, quiere justamente asegurarse
monsignore, e mi pare chet ingiun* los 300 escudos dél obispo y los 640
gendosi il peso aireconomo colla po* de dicho monseñor, y me parece que,
testà di sequestrare^ si ottiene Finten* imponiendo la obligación al ecónomo
to. Questo è il mio parere» che in con poder de secuestro, se obtiene lo
risposta scrivo a mons, vescovo» che que se pretende. Éste es mi parecer»
m'interpella· que escribo, en respuesta, a monse*
La prego de' miei rispetti alie ñor obispo, el cual me lo pregunta.
signore» e de' saluti al signor mar* Presente mis respetos a las señoras,
chese Fabbio ed al nostro benefican* y mis saludos al señor marqués Fab*
do signor marchesino Angiolo. Re* bio, así como a nuestro señor marche*
sto di Lei» riveritissimo signor mar* sino Angiolo, cuyo provecho busca*
chese» colla maggiore stima» obbliga* mos. Quedo de usted, muy venerado
tissimo ed affezionatissimo servitore señor marqués, con la mayor éstima,
vero, LorenZo H ervds. muy rendido, afectísimo y verdadero
servidor, Lorenzo H ervds♦

6] Roma, 20 decembre 1786. Roma, 20 de diciembre de 1786.


Riverittissimo signor márchese, mio M uy venerado señor marqués, mi
padrone colendissimo, dueño estimadísimo:
coi signor márchese Pauluzzi man* Por medio del señor marqués Pao*
dero in Cesena certe carte, e fra luzzi mandaré a Cesena algunos pa*
queste mettero la patente dei gover* peles, y entre ellos incluiré la patente
297
no di Montaletto, ch'ebbi nel giorno del gobierno de Montaletto, que reci­
13, in cui il cardinale segretario la bí el día 13, que el cardenal secre­ 1
sottoscrive. Per dare principio al go* tario suscribe. Para dar principio
verno si abbisognano prudenza e cau­ al gobierno se necesita prudencia y
tela, cosicchè non si dia motivo a ri- cautela, de modo que no se dé moti­
corsi ne disgusti colle città circonvi­ vo a instancias ni disgustos con las
cine. La patente è diretta al gover- ciudades circunvecinas. La patente va
natore, ed in essa niente si dice di dirigida al gobernador, y en ella no
doverla presentere alla curia di Ra­ se dice que deba presentarla a la curia
venna ; tuttavia, ' perche ad essa sia de Ravena; de todos modos, para que
noto il govemo, converrà presentar- ésta tenga noticia de ese gobierno,
sela, corne la presentano gli altri go- convendrá presentársela, como la pre­
vernatori délia provincia. sentan los demás gobernadores de la
Perche tutto il territorio di Mon- provincia.
taletto apparteneva a Cervia, e forse Como todo el territorio de Monta­
gli sbirri di Cervia potranno cercare letto pertenecía a Cervia, y tal vez
occasioni di disgusti, forse converrà sus alguaciles puedan buscar ocasiones
dare la patente di sbirro di Monta- de disgustos, quizás sea conveniente
letto al capo degli sbirri di Cervia, ed dar la patente de alguacil de Montaletto
in questa guisa si potranno prevenire al jefe de los alguaciles de Cervia, y
e togliere tali occasioni. Bisogna pren­ de este modo se podrán prevenir y
dere tutte le misure, perche sui prin­ suprimir tales ocasiones. H ay que to­
cipio non sieno contrasti contro gli mar todas las medidas para que al
sbirri, governatori ecc., finchè non principio no haya choques con los
si sia in possesso pacifico. Per la stes- alguaciles, gobernadores, etc., hasta
sa cagione, quando Ella pensi di fare que no se esté en pacífica posesión.
la fiera a süo tempo, converrà pari- Por esto mismo, cuando usted quiera
menti prevenire qualunque motivo di hacer a su tiempo la feria, convendrá
contrasto. Presentemente tutte l'idee asimismo prevenir cualquier motivo
deono tendere al possesso pacifico. de contraste. Actualmente todo debe
La riveritissima signora marchesa encaminarse a la pacífica posesión.
Barbara forse dirà che io ho tardato La veneradísima señora marquesa
ad ultimare questo affare dei gover- Bárbara dirá tal vez que he tardado en
no; ma, in primo luogo, Paffare è ultimar este asunto del gobierno; pe­
riuscito bene, e questo soltanto si ro, en primer lugar, el asunto ha sa­
dee, avere in vista. In secondo luogo, lido bien, y sólo esto debe tenerse
in piena Consulta si decreto pro in- presente. En segundo lugar, en plena
formazione in Ravenna e da* gover­ Consulta se decretó que se pidiese
natori di Cervia e Cesena, ed ho bi- información a Ravena y a los gober­
sognato impazzire e pazentare e fare nadores de Cervia y Cesena, y he te*
la corte ecc. per impedire Pinforma- nido que esforzarme y tener paciencia
298 IL Algunos grandes nombres
zione, la quale porterebbe grande y halagar, etc., para impedir la infor­
spesa, tempo, contraddizione delle cit- mación, que acarrearía grandes gastos,
ta per i loro privilegj ecc. : tutto mucho tiempo, oposición de las ciu­
questo si è scansato con arte e pa- dades por razón de sus privilegios, etc.:
zienza, como lo sa il signor marche- todo esto se ha sorteado con arte y
sino Angiolino, cui succesivamente ho paciencia, como sabe el señor marche-
raccontato certi raggiri propriamente sino Angiolino, a quien después he re­
da ridere, e che sono riusciti. La pa­ latado ciertas intrigas de risas, pero
tente vale per un anno, ed ho speso que han salido bien. La patente vale
36 paoli e mezzo? neiravvenire la para un año, y he pagado 36 paulos
patente di un anno si pagano 21 pao­ y medio; en adelante sólo se pagan
li solamente. 2 1 paulos por la patente de un año.
N el breve si dice che la scelta del En el breve se dice que la elección
governatore si faccia assolutamente del gobernador se haga sólo por la
dalla Consulta, e non altrimenti. Io Consulta, y no de otro modo. Pretendí
pretesi che la Consulta mi permet- que la Consulta me permitiese poner
tesse mettere soltanto: “ Il signor solamente: “ El señor marqués Giu-
marchese Giuseppe ecc. prega la Sa­ seppe etc. ruega a la Sagrada Consul­
cra Consulta a nominare N . ecc.” ; ta que nombre a N ., etc.” ; mi pre­
fu rigettata la mia pretensione, e poi tensión fue rechazada, y luego ha sido
è stata ammessa, consicchè mandero aceptada, de modo que mandaré co­
copia del memoriale che présentai e pia del memorial que presenté, y que­
resto nella Consulta, perche serva da dó en la Consulta, para que sirva de
regola, giacchè cosi Ella prescrive no- guía, puesto que así usted prescribe,
minando ; onde si avranno due van- nombrando; con lo cual se obtendrán
taggj : Puno, che la sua casa nomi- dos ventajas: una, que su casa desig­
nerà sempre ; ed il secondo, che il nará siempre; otra, que el goberna­
governatore dovrà essere protetto e dor deberá ser protegido y sostenido
sostenuto dalla Consulta, corne se fos­ por la Consulta, como si el nombra­
se propria. miento fuese propio.
Resta da darsi il grande e difficile Queda por dar el grande, difícil y
e pericoloso passo, di domandare che peligroso paso de pedir que los pesos
i pesi camerali di Montaletto sieno camerales de Montaletto sean inmedia­
immediatamente depositati nella teso- tamente depositados en la tesorería
reria pontificia. Per questo anno bi- pontificia. Este año no conviene mo­
sogna non mover questo punto, fin- ver ese punto, hasta que no se tenga
chè non n'avrà il pacifico possesso. Io la pacífica posesión. Y o conservo el
resto col breve per prevalermi di esso breve para valerme de él en dicha de­
per taie dimanda, la quale porterebbe manda, que traería a la casa el bene­
alla casa il vantaggio di molti scudi, ficio de muchos escudos, pues enton­
poichè allora non pagherebbe pesi ces no pagaría impuestos conmuta-
12♦ Restos del epistolario de Hervás 299
commutativi. Bisogna aver in secreto tivos. H ay que mantener en secreto
queste nostre intenzioni, ed insistere estas intenciones, e insistir siempre
sempre per l'esecuzione: se non vuo* en la ejecución: si este tesorero no
le questo tesoriere, forse vorrá il suo quiere, tal vez querrá su sucesor ? la
successore; la cosa importa assai, e cosa es muy importante, y en el cur*
coirandare del tempo sará piü im* so del tiempo lo será más todavía,
portante, perché, se la sua casa con porque, si con permutas su casa ad*
permute acquisterá terreni uniti a quiere terrenos colindantes con los de
quello di Montaletto, la giurisdizione Montaletto, la jurisdicción crecerá, y
crescerá, ed i pesi camerali saranno los impuestos camerales serán meno*
minori. Finalmente questo punto resti res. Finalmente este punto quede en
in sommo silenzio, perché a’ cervioti sumo silencio, porque desagradará a
displacerá. los de Cervia.
Voglio credere che il nostro Ange** Espero que nuestro Angiolino al*
lino debba avere presto qualche cosa, canee pronto alguna cosa, como deseo,
che desidero, perché lo voglio cordia* porque le quiero cordialísimamente,
lissimamente, ¡e perché la casa risenta y para que la casa obtenga algún be*
qualche vantággio. Siamo vicini alie neficio. Se acercan las santas fiestas,
sante feste, che le auguro felicissime, que le deseo felicísimas, como también
siccome ancora alia signora marchesa a la señora marquesa Bárbara y señor
Barbara ed al signor marchesino, con marchesinot con quienes el Señor lo
cui il Signore la conservi molti ari* conserve muchos años. Y en espera
ni. Ed in attenzione de' suoi coman* de sus órdenes y con la mayor estima,
di, mi dico, colla maggiore stima, di me declaro de usted, muy venerado
Lei, veneratissimo signor márchese, señor marqués, . muy rendido, afectí*
obbligatissimo ed affezionatissimo ser* simo y verdadero servidor, Lorenzo
vitore vero, Lorenzo H ervás. H ervás.

AL ABATE SAVERIO BETTINELLI


Mantua, Biblioteca comunde

1] Roma, 14 novembre 1789. Roma, 14 de noviembre de 1789.


Stimatissimo signor abate Bettinel* Estimadísimo señor abate Bettinelli,
li, mio riveritissimo padrone, mi venerado dueño:
le scrivo senza complimenti, co* Le escribo sin cumplidos, como
m’Ella dovea avermi scritto, sapendo usted hubiera debido escribirme, sa*
che sono stato suo confratello, e sono biendo que he sido su hermano en
ora suo affezionatissimo servitore. H o religión, y soy ahora su afectísimo ser*
differito a risponderle per poter dar* vidor. He diferido mi respuesta para
*
3oo IL Algunos grandes nombres
le la nuova che in questo corso di poderle dar la noticia de que con este
posta manda 25a al signor abate Avo* mismo correo el señor auditor santísi­
gad ro *26, mío amico» il biglietto peí mo 27, que ha sido discípulo de A vo ­
vescovado di Verona monsignore udi- gadro y es el mayor amigo que tengo
tore santissimo, ch'é stato discepolo en Roma» manda a mi amigo el señor
del suddetto Avogadro ed é il mag- abate A vo gad ro 26 el billete para el
giore amico che a Roma io abbia 27. obispado de Verona. El señor Falco­
Il signor Falconieri ha scritto a Lei, nieri le ha escrito a usted agradecién­
ringraziandola per la composizione, dole la composición» que ha llegado
che e arrivata felicemente» e smania felizmente» y anhela tener alguna del
per avere qualche composizione del señor abate B on d i28» cuyas poesías
signor abate B on d i28» le cui poesie sabe de memoria: interpóngase usted
sa a m ente: Ella faccia Timpegno per para contentarlo, aunque sea con una
contentarlo» ancorché sia con piccola breve canción. Felicite también en mi
canzone. Ella si rallegri col signor ^nombre al señor abate Avogadro;
abate Avogadro» ancora a nome mió; pienso escribirle.
penso di scriverli. L e ruego diga al señor abate A n ­
La prego a dire al signor abate drés que he recibido su carta, y que
Andrés che ho ricevuto la sua lettera, me mande; entre tanto, con plena
ed a comandarmi; mentre» con piéna estima, soy su muy rendido, afectí­
stima» sono suo obbligatissimo ed simo y verdadero servidor, Lorenzo
affezionatissimo servitore vero» Lo* H ervás.
rento H ervás. A l ilustrísimo señor, señor y dueño
AlTIll.mo Sig.» Sig. P.ne Col.mo / respetabilísimo / el señor abate Sa­
il Sig. A b . Saverio Bettinelli / Man« verio Bettinelli / Mantua.
tova.

25a [mando ( ? ) tns.]


26 Giovanni Andrea Avogadro, ex-jesuita veneciano, fue nombrado obispo
de Verona por Pío V I en 1789, pero en 1805 renunció al obispado para volver
a entrar en la Compañía. Cf. Cenni biografici di mons♦ Giovanni Andrea Avo*
gadro, vescovo di Verona (Verona 1886); Oratione gratulatoria a monsignore
Giannandrea Avogadro, vescovo di Verona (Verona 1887); Sommervogel, I,
700-702; [Dizionaño biográfico degli italiani, 4 (Roma 1962) 681-682 (A . Me-
rola)]. Sobre la vida edificante que llevaba Avogadro al entrar de nuevo en la
Compañía, dan importantes noticias algunas cartas inéditas del jesuíta valen­
ciano Juan Andrés.
27 N o puedo precisar de qué auditor se trate.
28 Clemente Bondi, también ex-jesuita, fue poeta bastante estimado en su
tiempo. C f. Sommervogel, I, 1703.
13

PR O V EN ZA L Y C A T A L A N E N LOS ESCRITOS
LIN GÜ ÍSTICO S DE H ER V A S

El interés que la lingüística universal, y más particularmente ame­


ricana, de Lorenzo H ervís y Panduro despertó desde el primer mo­
mento, desvió la atención de los estudiosos, los cuales casi no han
reparado en las posiciones del ex-jesuita español respecto a la filo­
logía románica·
Por otra parte es cierto que, puestas las cosas en su punto, el es­
fuerzo de Lorenzo H ervís, y sus intuiciones, no estuvieron suficien­
temente hermanados con un método científico seguro y preciso, para
poder realizar una obra definitiva· Y esto es válido incluso para el
campo en que más sobresalió, el de la filología americanista, en el
cual contaba con la colaboración fiel y anónima de sus compañeros
de exilio, antiguos misioneros de las regiones más alejadas del Nuevo
Mundo1. No es necesario decir, pues, que la consideración del reflejo
que las lenguas románicas han dejado en sus escritos lingüísticos,
tanto impresos como manuscritos, no pasa de ser una mera curiosidad
erudita·
Con todo, puesto que en el siglo xvm el catalán Bastero había
iniciado en Roma el moderno provenzalismo con su Crusca proven-
Zale (1724), y medio siglo después el provenzalismo de Tiraboschi,
heredado de Giammaria Barbiéri, se entrelazaba con el interés que
Juan Andrés y Joaquín Pía sintieron por las literaturas provenzal y

# Publicado en catalán, con el título Provençal i catalá en els escrits Un-


güístics d’ Hervás, en Studi in onore di Angelo Monteverdi, I (Modena 1959)
76-81. Traducción de Ignacio Riera y Gassiot S. I.
1 Los he identificado, en gran parte, en el Estudio 1 1 .

BANCO DE LA REPUBLICA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARANGO
CATALOGACION
302 IL Algunos grandes nombres

catalana de la edad m edia2, no carece de interés analizar cuál fue,


en este problema, la posición de un hombre que, a pesar de todas sus
limitaciones, representa todavía algo en la historia de la filología
comparada* ^
En principio, el mismo que llama dialectos del latín a las dis«
tintas lenguas románicas, parece que no debería tener demasiados
escrúpulos en identificar el catalán con el provenzal, tal como hacían
entonces en la misma Italia sus compañeros de exilio catalanes y
valencianos, Andrés, Pía y Llampillas. Hervás, sin embargo, no se
deja seducir* Más bien discrimina los tres modos de hablar como si se
tratase de tres lenguajes diferentes, sin advertir la identidad lingüís­
tica de los dialectos del principado de Cataluña y del reino de Valen«
cia; y, ep cambio, amigo de hipótesis incontroladas, se atreve a su«
gerir un pretendido origen catalano«provenzal de la lengua francesa:

lo ho messa in Catalano, e Valen« He puesto en catalán y valenciano


zano la traduzione letterale della for« la traducción literal de la fórmula
mola Francese [del juramento de Es« francesa [del juramento de Estrasbur«
trasburgo], acciocehé si vegga la gran go], para que se vea la gran seme«
somiglianza, che col Francese antico janza que tienen con el francés an«
hanno il Catalano, e il Valenziano, tiguo el catalán y el valenciano que
che presentemente si parlano; e dalla actualmente se hablan; y tanto de la
somiglianza, come ancora dello stato semejanza como del estado actual del
attuale del dialetto Francese Proven« dialecto francés provenzal, que se
Zale, che nella Francia meridionale usa en la Francia meridional y que
usasi, e molto somiglia i linguaggj se parece mucho a los lenguajes ca«
Catalano, e Valenzano, sembra do« talán y valenciano, parece tener que
versi rilevare, che la linqua francese deducirse que la lengua francesa pro«
proviene dal linguaggio, che antica« viene del lenguaje que antiguamente
mente parlavasi nelle coste marittime se hablaba en las costas marítimas,
da Genova sino a Valenza di Spagna 3. desde Génova hasta Valencia de Es«
paña 3.

En este párrafo conviene, con todo, señalar dos cosas*

2 V id. supra, págs. 2 ^ 2 9 .


3 Idea deiruniverso, X V I I (Cesena 1784) 187. Los volúmenes X V II« X X I
de esta obra en la refundición castellana llevan el título general de Catálogo de
las lenguas, 6 vols. [C f. Estudio 1 1 , n. 3 1 .]
ij. Provenid y catalán en Hervás 303
La primera, el tono dubitativo de la hipótesis, más patente toda­
vía en el título marginal: “ La lengua francesa proviene probablemente
del lenguaje de Provenza, Cataluña y Valencia“ ·
La segunda, la distinción entre “ el lenguaje que antiguamente
se hablaba en las costas marítimas desde Genova hasta Valencia“ , y
“ el catalán y el valenciano que actualmente se hablan“ · En lo refe­
rente, pues, a la lengua antigua, Hervás pensaba como Andrés y los
demás catalanes· Pero Hervás era lingüista, no historiador, y caía en
la cuenta de la diferencia entre el provenzal, el catalán y el valencia­
no hablados en su tiempo·
No sabemos; quiénes eran sus colaboradores para las hablas de
Cataluña y Valencia — por el contrario, hemos podido identificar
quiénes lo fueron para las lenguas exóticas— , pero de hecho parece
que ni uno ni otro eran personas de excesiva cultura, si hemos de
juzgar por su lenguaje y su ortografía, como veremos· Esto merece
ser subrayado como prueba del fino instinto de lingüista que poseía
el ex-jesuita castellano· A él le interesaban el catalán y el valencia­
no “ que actualmente se hablan“ , y en este lenguaje no literario
da, al pie de la página, las dos traducciones del llamado juramento
de Estrasburgo de 842* Helas aquí:

Tradugione in catalano e d in va len Z a n o

Per amor de Deu, y per Cristiá poblé, Per amor de Deu, y per Cristiá poblé,
y nostre común salvament y nostre común salvamento
da aqueix dia en avant deste dia en avant
en quant Deu sabe, y podé me donará, in quant Deu saber, y poder em dará,
si salvaré jo a aqueix mon germà si salvare jo a este mon germá Cario,
[Karlo, y en agiut, y en cada-una cosa,
y en ajuda, y en cada una cosa si come orne
axi come orne per drit son germá salvar deu
per dret son germa salvar deu en aixo, che per me altro faria,
en alió, che per mi altre faría. Y ab Lotairi ningún plaser mai pren-
Y de Lotario ningún plae mai prendre, [dré,
que mon voler a aquix mon germà que meu voler a este mon germá Car-
en dañ sia, [Karlo in dañ siga. [lo

Ante estos dos textos contrapuestos, casi no se comprende cómo


Hervás no advirtió la unidad lingüística del catalán y del valenciano,
304 ÍL Algunos grandes nombres

incluso tal como se hablaban popularmente en su tiempo* Sólo que


Hervás era tan poco cuidadoso en la transcripción de los textos lin-
güísticost como notaba y criticaba Wilhelm von Humboldt, que no
podemos precisar con certeza qué erratas pertenecen a los dos tra­
ductores, y cuáles al editor, pues las traducciones originales no se
nos han conservado en el copioso y disperso archivo lingüístico de
Hervás*
Lo mismo se diga de la lista de numerales catalanes — los valen­
cianos, como también los provenzales, se han omitido— que trascribe
en otro lugar: “ un, dos, tres, cuattre, cink, sis, set, vuit, nou, deu,
onze, dodze, vint, trenta, cuaranta, cinquanta, xixanta, setanta, vui-
tanta, novanta, cent, mü” 4;* y lo propio del texto del padrenuestro,
que da én catalán y valenciano, y omite en provenzal* En este punto
las diferencias dialectales1 de uno y otro texto son más llamativas
que en las traducciones ya aducidas, sin duda porque, mientras el
colaborador catalán consignaba la oración tal como la había aprendido
en su infancia y como quizá todavía la rezaba a diario, el valenciano
— de región “ apitxada” 4a, a juzgar por el “ agiut“ a la italiana, tras­
crito más arriba— traducía directamente del texto españoL Bastará
la traducción de los primeros versículos para convencerse de ello:

Catalana Valenciana

Pare nostre, que estau en lo c e l: Pare nostre, que estás en lo cel:


sia santificat lo vostre nom : satificad siga el teu nom :
vinga a nosaltres lo vostre regn 5 : venga a nos el teu reine 5 :

En cambio, de aquella larga lista de palabras primarias que Her­


vás compuso para probar, por comparación, la unidad originaria de
todas las lenguas6, tenemos las correspondencias autógrafas de los
dos colaboradores anónimos — catalán uno, valenciano el otro— en
el archivo del lingüista, ms* Opp* NN* 342 del Archivo romano de
la Compañía de Jesús7* Damos aquí las formas tal como aparecen

4 Idea delVuniyerso, X I X (Cesena 1786) 129-130.


4a [Con tendencia a la supresión de las sibilantes sonoras*]
5 Idea dell*universo, X X I (Cesena 1787) 2 1 1 sigs.
6 Ibid., X X (Cesena 1787) 163 sigs*
7 El texto catalán en el folio i 7 r v ; el valenciano en el i8rv.
13* Provenid y catalán en Hervás 305

en la obra impresa de Hervást añadiendo entre corchetes las del ma­


nuscrito tan sólo cuando difieren* Del provenzal sólo tenemos las pa­
labras impresas, que recensionamos también*

Catálano ValenZano Provenzal

aigua [aygua] aigua aiguo


anima , anima amo armo
animal , animal animal
ani [an y] añ an
blanc blanc blancuo
boca boca boucuo
bras bras [bras] bras
cavei [baíret] 8 cabell cheveu
cap cap testo cab
casa casa casa
cía ciar ciar
cel cel ciel
sella sella cilho
coll coll bascoll coui couel
eos corp corps
cucsa [cuxa] cuisa cuicsa [cuixa o cuíssa] cuisso cueisso
cor cor couer couar
dimoni dimoni demoun
dent dent dent
Deu Deu Dieou
dit dit det
dols dols douzo
dona muller dona [dona muller] femó fumo frumo
cara cara visagi facho caro
front front front
llamp rayo tounerro
foc foc fioc fuech
cama cama gambo
dia dia jour

8 El original italiano “ capello” fue interpretado por 44‘cappello” ( = 4capell,


barret", es decir, ‘ sombrero" en español); la corrección del texto impreso debió
de hacerla un catalán más inculto que el primer traductor, pues emplea una
forma de pronunciación dialectal y con ortografía errónea. El traductor va­
lenciano, por el contrario, dio la forma correcta: “ cabell” .

L. HISPANO-ITALIANA. — 20
306 IL Algunos grandes nombres
debaics [debaix] baixs [baixs o bais] sotto
gorya [gorja] gola gorgeo
llabi morro levro breguo
stani [stany] llac lac
llengua llengua lenguo
lluna lluna luno
mare mare mero maire
ma ma man
mes mes mes
mel mel meou
ñas nas ñas
negra negre negro
nit nit nuech
ull ull hueil
oloroso [olorós] oloros ambaimat
oscur oscùr [oscur] soumo
pare pare pero paire
peics [peix] peis [peix o 9 peis] pei
pit pit pies peitrino
peu peu ped
pluya [pluja] plucha [plugia plucha] pluegeo
roig vermeil rougeo
pedra pedra peiro
bosch bosch bouasc
sol sol souleou
spalla spalla [spalla o muscle] espalo
strella strella [strela] 10 estelo
carré [carré] carrer routo
damunt dalt [dalt o sobre] sur
térra terra térro
aucell ocell [pardal ocell] ausseo
vent vent vent
ventre barriga 11 [ventre] ventre
home home hom home.

9 M s. sigue Peis tachado, añadido de nuevo a continuación*


10 En un principio el traductor escribió: Stela, forma dialectal; añadió una
r encima; lo tachó todo y lo escribió de nuevo.
11 Equivocación de H ervás. Esta palabra corresponde a la columna ante·*
rior, que contiene la lista en portugués: “ Ventre, e barriga” .
13. Provenzal y catatán en Hervás 307

Parece que a Hervás le hubiera tenido que bastar una simple


ojeada para cerciorarse de la diferencia esencial entre el provenzal,
por una parte, y el catalán y el valenciano, por otra* Pero, siendo
como era más aficionado a hacer hipótesis que a deducir conse*
cuencias, no sacó la conclusión*
Además de los estudios comparativos entre las más diversas len-
guas que hizo en su Idea delVuniverso, tenía otros en preparación,
como una Historia de los calendariost de la que han quedado sólo
apuntes dispersos en el ms* Vat* lat* 9801 lla* N o hay ninguna lista de
palabras catalanas en ninguno de sus dialectos; tan sólo una breve,
que contiene los días de la semana en provenzal (f* 390V) copiados
de mano del propio Hervás* De los cinco primeros días da sólo las
formas más comunes (“ dilun, dimars, dimecre, dijoou, divendre” ) 12;
de los dos últimos aporta tres variantes sin notar su procedencia:
“ dissate [común], dissato [Marsella y N iza], dissande [A lp e s];
dimenche [común], doumenche, dimencho [ambas de los Alpes]” *
A pesar del escaso valor de estos apuntes de Lorenzo Hervás sobre
las lenguas provenzal y catalana, notemos de nuevo el interés que
presenta su afán de recoger materiales no de la lengua literaria, más
o menos fijada, sino del habla viva y variada del pueblo, cosa muy
notable en un hombre del envarado siglo XVIII.

Ua [V id . supra, págs. 236-242.]


12 V e r F . M i s t r a l , L ou Tresor dóu Felibrige, I, s. v v.
i
I
Ill

EL GRUPO CATALANO-ARAGONÉS
f
14

JOSÉ P IG N A T ELLI : E L HOMBRE Y EL SA N TO

Cuando los ex-jesuitas españoles dispersos por Italia querían ex­


presar, a los que sólo por fama le conocían, quién era don José Pigna-
telli, decían sencillamente : “ un nuevo San Francisco de Borja” .
No consta quién inventó la frase, tan feliz* La recogió Mozzi — como
él, de noble familia* compañero suyo en la obra de restaurar la
Compañía de Jesús en Italia— y certificó ser exacta K
Entrambos, Borja y Pignatelli, trenzaban en su sangre hilos
de Italia y de España; entronques — no siempre puros, pero puri­
ficados— con la casa real de Aragón ; parentescos con las más
linajudas familias de ambas penínsulas*
Los Pignatellis estaban tan enraizados en el reino de Ñapóles,
que sus raigones atravesaban el subsuelo de la historia para hin­
carse en las profundidades telúricas de la leyenda* En tiempos
más recientes, subieron también al solio pontificio con Inocencio XII*

* Publicado en R yF 149 (1954) 512-530* con ocasión de su canonización*


12 junio 1954. Aquí lo refundimos con otro artículo* U n s a n to d e l S e tte c e n to :
G iu se p p e P ig n a te lli , C C (1954) II* 602-615* y suprimimos varios párrafos que
contienen ideas ya expuestas en otros Estudios. Por consiguiente* varía la nume­
ración de las notas.— V id . Estudios 5 y 15. La biografía más completa de Pigna­
telli es la de M arcH, I-II* con bibliografía en II* págs. ix-xvm * a la que hay que
añadir* para conocer el ambiente espiritual en que se formó* C asanovas, Do­
cuments* I-III [y* entre las publicaciones más recientes* E . G entile , L a fa m ú
glia d i 5 * G iu s e p p e P.* en R iv is ta a ra ld ic a , 52 (1954) 262-269; J* M . M arch ,
L o s d u q u e s d e A l b a ... s e ñ o r e s d e l P a la u , en B o le tín d e la R* A c a d e m ia d e L·
h isto r ia , 149 (1961) 151-243 (v. págs. 236-239); M. G arcía M iralles , C u e s tio n e s
H istóricas, A S T 38 (1965) 309-316 (v. págs. 314 -3 16 )]. La bibliografía principal
sobre la restauración de la Compañía* publicada entre 1936 y 1954* véase en
A . Rayez , C lo r iv iè r e e t les P è r e s d e la F o i, A H S I 2 1 (1952) 300-321 (vid. n. 19),
y en A H S I 23 (1954) 193-344. Cf. M. J. RouËT de Journel , ob. cit. en Bibl.*
número 80.
1 Roma* archivo de la Postulación general S, I.* 6 1.B. 1.
312 III* El grupo catalano*aragonés

El padre de Josét don Antonio, de la familia de los duques de


Monteleone, y su madre, doña Francisca Moncayo Fernández de
Heredia y Blanes, marquesa de Mora y condesa de Fuentes, cón
Grandeza, habitaban en Zaragoza, junto al solar de los Lunas, en
el palacio que había sido de los Villasimpliz y de los Camarasa.
José fue el séptimo de ocho hermanos, nacido el 27 de diciembre
de 1737* A los cuatro años perdió a su madre; pero en Ñapóles,
adonde trasladó su familia don Antonio, creció bajo los cuidados
de su hermana María Francisca, condesa de la Acerra, para quien
conservará toda su vida un afecto más filial que fraterno* Vuelto
a Zaragoza con su hermano mayor, cursó los primeros estudios en
el colegio de los jesuítas, y allí determinó entrar en la Compañía de
Jesús, en la que tan tristes y tan graves destinos le aguardaban*
La provincia jesuítica de Aragón, tal como él la halló al entrar
en ella el año 17 53, tenía unos caracteres muy definidos, que se reh­
íle jarán en la formación de su personalidad*
De un primer desvío, notado ya en tiempos de San Ignacio, que
consistía en lo que entonces se llamó “ espíritu de cartuja“ , más dado
a la contemplación que a la acción apostólica, había absorbido, una
vez superado, cierta sobreestima de la vida interior, y una reciedum"
bre espiritual que en los momentos de la persecución se agudizó y fue
apellidada “ fanatismo“ por los ministros reales* Roda escribía a Azara
que los más fanáticos eran los de Aragón; y cuando los oficiales es*
pañoles conseguían defecciones entre los “ sujetos“ de Aragón o de
Castilla, encarecían el triunfo ante los ministros de Carlos III — esos
hombres del despotismo ilustrado para quienes una de las mayores y
más inexplicables monstruosidades de los jesuítas era que añudasen el
“ fanatismo“ con el cultivo de las letras y de las ciencias profanas.
No el fanatismo — porque Pignatelli no podía tenerlo ni por tem·'
peramento ni por herencia— , pero sí la resistencia intrépida ante las
persecuciones, aunó admirablemente el jesuíta aragonés con una vi"
bración cultural muy típica, en el siglo xviil, de su provincia religiosa,
que abarcaba toda la corona de Aragón*
Cataluña y Valencia habían abierto sus universidades a las nuevas
ciencias, a la historia crítica, a una ilustración sin heterodoxias, y a un
neohumanismo que no tenía nada que agostar, y mucho que vivificar
y remozar. Esa cultura setecentista, que se cifra en dos nombres de
i4* José Pignatelli 3 13

ciudad — Cervera y Valencia— y en dos personajes — Finestres y


Mayans, amigos ambos y casi compañeros de estudios en el colegio que
la Compañía tenía en Barcelona— t halló en los jesuítas sus sostenedores
y sus difusores· A pesar de predominar en cada región los jesuítas na­
tivos de cada uno de sus cuatro reinos, como se decía aun después de
la exterior unificación borbónica, solían ser destinados de uno a otro
sin dificultad: casos típicos el del aragonés Larraz, piedra angular
del neoclasicismo latinizante de Cervera, y el del mallorquín Pou, que,
después de enseñar en la universidad catalana, lleva a Calatayud su
depurada latinidad, sus aficiones helenistas y sus inquietudes por la
filosofía moderna y por la historia crítica de la filosofía·
En ese ambiente de primado consciente de lo sobrenatural, de
reciedumbre ascética y de elevación cultural, fue educado Pignatelli
como jesuíta, siguiendo un itinerario casi idéntico al que un siglo y
medio antes recorriera su paisano Gracián, de quien no tuvo ni el
genio ni las genialidades, pero con quien comparte, además de la región
nativa, el aguante y el temple ante las adversidades de la vida·
Sólo que entre los dos años de noviciado de José Pignatelli en T a­
rragona (i 753-55) y su trienio de filosofía en Calatayud (1756-59)
—de donde salió un año antes de que llegase allí el padre Pou como
profesor del colegio de nobles— , se interpuso un curso de humanida­
des en Manresa· Aquellas tierras catalanas no le eran del todo extrañas:
su abuela materna, doña María Francisca Blanes y de Calatayud, había
nacido en Barcelona, y por ella llegó a los condes de Fuentes el mar­
quesado del Castillo de Centelles, radicado en la ceja montañosa que
desparte la Plana de Vich y la comarca del Valles·
Desde que en 1759 terminó Pignatelli en Calatayud sus estudios de
filosofía, hasta que el 3 de abril de 1767 se puso en ejecución el
decreto de detención y extrañamiento firmado por Carlos III el 27
de febrero anterior, residió siempre en el colegio de Zaragoza: pri­
mero, como estudiante de teología (1759-60), y luego, ordenado
sacerdote en diciembre de 1762, como profesor de gramática — proba­
blemente fue maestro de Goya— en el colegio y como operario, dedi­
cado con preferencia a la enseñanza del catecismo y a la visita de los
enfermos y de los presos· Todo ello, a pesar de las frecuentes hemop­
tisis sufridas durante los estudios teológicos, y en los momentos en
3M III. El grupo catalanO'aragonés

que su hermano mayor don Joaquín» conde de Fuentes» era nombrado


embajador del rey católico en la corte de Francia.
Poco después de su muerte» Juan Andrés» el historiador de7 la
literatura universal, connovicio suyo en Tarragona y compañero de
destierro, podrá escribir al gran amigo y compañero también del
santo, José Doz, que acopiaba documentos para su biografía, enco­
mendada al padre Monzón: “ Y o tal vez podría tanbién, estando
ai [en Roma], darle algunos [materiales], que, hablando, unas cosas
llaman otras; pero, de lexos, no se me ofrece cosa alguna que así, iso-
lata, sea de escrivirse. Humildad y caridad son sus di$tintivos, pero
mucho avrá que decir de su confianza en Dios” 2.
Sólo me atrevería a añadir que fue también distintivo suyo el
saber realzar esa humildad, esa caridad y esa confianza, con una tan
innata y connatural distinción, que no se sabe dónde acaba la mo­
desta elegancia de su gesto y comienza la humildad como virtud,
dónde se deslindan la cortesía y la caridad, dónde la confianza en
Dios y la fibra acerada de su temple. Y todo con una tan perfecta
acomodación a la época y al ambiente, tan refinados, que le tocó
vivir, que ha de quedar como uno de los santos más típicos y repre­
sentativos del siglo xviii.
Esas cualidades son como constantes de su carácter. Por eso se
reflejan en todas las circunstancias: en sus años de estudio y de sus
primeros trabajos apostólicos, aún en España? en la triste navega­
ción desde el puerto de Salou a Civitavecchia, a Córcega, a la repú­
blica de Génova, y en los años congojosos de Ferrara, temiendo de
un día a otro la disolución de la Compañía de Jesús por el nuevo
pontífice Clemente X IV ? en el cuarto de siglo que transcurre en
Bolonia (1773-97), hasta que consagra los últimos años de su vida en
Colomo, Nápoles y Roma a reunir los viejos miembros dispersos de
la Compañía, y a infundirles nueva sangre generosa y joven (1798-
1 8 1 1 ) 3.
# # #

2 Ibid.» 6 1.C .35 .


3 V id . supra, págs. 97-100.
14* J°sé Pignatelli 3£5
El 2 de febrero de 17 7 1 1 cuando Clemente X IV iba cediendo
cada vez más a las cortes borbónicas que instaban por la absoluta
abolición de la Compañía, y el conde de Fuentes no cejaba en in-
sistir por que abandonase su vocación, José Pignatelli emitió la pro-
fesión solemne en el Gesü de Ferrara* A los dos años y mediot el
21 de julio de i773t el papa firmaba el breve de extinción, preparado
de antemano por el embajador español Mofíino* Hasta el 16 de agosto
no se intimó a los jesuítas de Roma* El día anterior habían emi­
tido en Ferrará su profesión otros jesuítas desterrados, entre ellos
Nicolás Pignatelli, hermano menor de José*
Para octubre; de aquel año ya se habían trasladado los dos a Bo-
lonia* Por los rumores y cabildeos que asoman en los despachos di-
plomáticos del tiempo, se puede adivinar que unas primeras impru-
dencias de Nicolás en su fausto de vida principesca — delatadas muy
pronto a la embajada española de Roma, y pasadas de allí a la de
Francia, aún regentada por el conde de Fuentes— habían movido a
José a abandonar la ciudad de Ferrara, y con ella a sus mejores ami­
gos y compañeros, para trasladarse a Bolonia, a la casa misma del
comisario español* Esa doble vigilancia — del hermano mayor y del
comisario—■ fue muy pronto insoportable al exaltado Nicolás, que
puso casa propia en la ciudad y se dio al juego y a una vida de prín­
cipe, para la que no bastaban sus no escasas rentas familiares; fue
preso, por insolvente, en el Fuerte Urbano, hasta que su hermano
enjugó sus deudas; establecido en Ferrara, se entrampó de nuevo*
Con la ocupación francesa de las Legaciones, se refugió, como tantos
otros españoles, en Venecia, donde moría en 1804, reconciliado con
su hermano*
La presencia de Nicolás en Italia fue una continua fuente de sin­
sabores para José* Hubo de replegarse en sí mismo* A su hermana,
la condesa de la Acerra, residente en Nápoles, no había de verla
sino de cuando en cuando* En 1776 había fallecido en Madrid el
conde de Fuentes* Su hija, la duquesa de Villahermosa, inspirará
al padre Pignatelli un afecto paterno, muy sobrenatural y muy hu­
mano a la vez, con ese maridaje inextricable tan típico suyo* Cuan­
do su marido era embajador del rey católico en la corte de Turín,
la duquesa ofreció por cuatro veces, entre 1779 y 1783, largo y fa­
miliar hospedaje a su tío desterrado* Doña María Manuela Pignatelli
3 16 III* El grupo catalcino-aragonés

de Aragón y Gonzaga era una dama que en el siglo de la ilustración


y en la vida de las cortes sabía conservar un espíritu cristiano muy
semejante al de aquella otra “ santa duquesa” de Villahermosa, her­
mana. de San Francisco de Borja* En aquellas visitas de José Pigna-
telli a Turín se inició la conversión del duque, imbuido de encielo*
pedismo, como todos los nobles españoles de su tiempo*
De nuevo en Bolonia, su vida se esconde en su interior: en la
oración y en el estudio* Atiende, sí, a la vida social correspondien-
te a su rango* Asiste a esas tertulias, a la vez de gran mundo y de
cultura, que caracterizaban la vida setecentista italiana; y como en
Turín a su sobrino el embajador, así aquí su trato espiritual y discreto
convirtió a la marquesa Teresa Pepoli Spada, la dama filósofa de los
antiguos biógrafos, centro de una historia espiritual que, de no cons-
tamos documentalmente, más parecería leyenda hagiográfica de sa­
lón, muy siglo xvm , que verdadera historia* Pero, a pesar de esa
vida social, Pignatelli vive en Bolonia más bien retirado*
Con ser la ciudad que más número albergaba de ex-jesuitas espa­
ñoles e hispanoamericanos, parece que él trataba preferentemente a
un grupo, escaso, de la provincia de Aragón, en el que figuraban el
aragonés Xea, los catalanes Lorenzo Foguet y Joaquín Pía, el valen­
ciano Juan Bautista Colomes, el mallorquín Bartolomé Pou y algunos
pocos más* Claro que los epistolarios de la época mezclan tal cual vez
su nombre con los de Francisco Xavier Idiáquez — personalidad tan
gemela de la suya— , José Francisco de Isla, Manuel Luengo y tantos
otros que habían pertenecido a la provincia de Castilla, cuya gran
masa quedó en la ciudad del Reno, mientras los de Aragón perma­
necieron en Ferrara* Pero no fue él en Bolonia, al menos a los co­
mienzos, el centro indiscutido de todos aquellos desterrados*
Xea será uno de sus más íntimos compañeros, primero en Bolo­
nia y luego en Roma* Pou enviará constantemente los saludos de
Pignatelli a sus dos más constantes correspondientes: Antonio Des-
puig, auditor de la Rota entonces y futuro cardenal, y el erudito
canónigo de Tarragona Ramón Foguet, hermano de don Lorenzo
el desterrado* Cuando éste moría prematuramente en Bolonia, él mis­
mo encargó a Pignatelli que lo comunicase a su hermano* Y lo hizo
con tal exquisitez de sentimiento, que reflejó en la carta toda la
finura de su noble espíritu, y toda la fe y la caridad de un santo:
14* José Pignateíli 31 ?
“ Amigo y dueño mío — [le escribe desde Bolonia el 24 de julio de
1789]— : N o es seguramente menor mi sentimiento al que voi a
originar en el corazón de V*, avisándole la pérdida que ambos aca·*
vamos de hacert V* de un digno hermano y yo de un querido amigo
y compañero* Me pidió últimamente hiciese este paso con V *; se lo
prometí y quiero mantenerle mi palabra: me añadió procurase con*'
solar a V* y sugerirle las máximas que V*, igualmente que yo, save
pueden minorar, nuestra aflicción* Lo que sí diré a V*, es que su
muerte, que fue lunes 20, nos dejó penetrados de santa envidia: tal
fue su serenidad, resignación, paciencia y sentimientos con que de
continuo, en particular en los días antecedentes, pedía al Señor acor-'
tase los plazos de su destierro y lo condugese a la verdadera patria*
Ha hecho la muerte de los santos, y no dudo goza ya los frutos de
su egemplar vida* Su amigo y compañero D* Salvador Xea escribe
a V*, por el ordinario, más detalladamente las circunstancias ocurrí"
das en los últimos días, y en la egecución de su última voluntad que
le dejó encomendada* Cuide V* su apreciable salud, consérveme su
amistad, y me crea qual seré siempre enteramente de V* su más apa"
sionado amigo y servidor, Joseph Pignateíli” 4*

Otras muchas veces acudieron a él aquellos compañeros suyos,


sabiendo que podían contar con el apoyo de su prestigio social* En
1793 Joaquín Pía — entonces vicebibliotecario y profesor de la uni"
versidad de Ferrara, mientras el vicense Luciano Gallissá era prefecto
de la misma biblioteca— pretendió alcanzar la cátedra de lengua cal"
dea en la universidad de Bolonia ; y a él acudió confiado* El interés
de Pignateíli por su compañero, cuyo dominio de las lenguas orien"
tales le era bien conocido, se refleja en el billete de cortesía y agra"
decimiento que, obtenida aquella cátedra, envió al senador Casali:

“ El abate Pignateíli manifiesta su más justo y sincero reconocí"


miento a su veneradísimo señor y amigo el señor senador Casali por
l a , fausta nueva de la elección de Pía, que se digna comunicarle*
Pignateíli y Pía saben la gran parte que en ella ha tenido el venera"
dísimo señor senador, a quien sentirán siempre el deber de declarar"

4 Tarragona, archivo de la familia CapelL Copia en Barcelona, Biblioteca


Balmes, archivo del padre Casanovas. Cf. M arch , I, 370, n. 1.
318 ÍIL El grupo catalano-aragonés

se, sobre todo el que esto escribe, su devotísimo y obligado servidor


verdadero y amigo* De casa, a los 18 de enero 94” 5.

Aun a través de una traducción, se siente esa entrañable com-


penetración, que en él se daba siempre, de un espíritu esencialmente
noble, y de un alma que hacía de la virtud una profesión de cor*
tesía*
Ese billete, además, nos muestra a José Pignatelli en contacto in-
mediato con la vida cultural de la época* Él no fue nunca un inte·'
lectual de profesión, pero sí un hombre de gusto y de cultura* Ya se
vio la renovación profunda que toda su provincia religiosa había al­
canzado antes del destierro* En Italia, casi todas las provincias espa­
ñolas ofrecerán, al lado de autores que hoy ya no tienen sino un
valor puramente bibliográfico, algunos grandes nombres, definitiva­
mente engarzados en la historia de la cultura española: Isla, Arévalo,
Arteaga, Hervás* Pero sólo la provincia de Aragón — hasta entonces
la última de España, en el orden cultural— puede presentar en el
destierro una cultura media de tanta extensión y de tan alta calidad
como la formada por los aragoneses Millás, Garcés y Requeno, por
los mallorquines Pou y Nieolau, por los valencianos Andrés, Exime-
no, Serrano, Lassala, Colomes, Pinazo, Montengón y Conca, por los
catalanes Juan Francisco, Baltasar y José Antonio Masdeu, Pía, Llam-
pillas, Aymerich, Prats y Gusta, por no citar sino a los que recibieron
el espaldarazo crítico de Menéndez Pelayo o han interesado luego
fuera de España*
Sólo otra provincia puede comparársele, después del exilio, en
densidad de cultura, y es la de México — recuérdese a Alegre, Abad,
Cavo, Clavigero, Márquez...— , que domina sobre todas las hispano­
americanas con igual superioridad* Pero adviértase que también la
Nueva España había comenzado su renovación humanística antes del
extrañamiento, en aquel “ virreinato de filigrana“ , en frase de Al­
fonso R eyes6*

5 Bolonia, Biblioteca comunale dell'Archiginnasio, archivio Casali-Bentivo-


glio. El texto original italiano infra, pág. 399*
6 Letras de N ueva España (México-Buenos Aires 1948). ( = Colección Tie­
rra Firme, 41)*
i4♦ José Pignatelli

Italia no creó la cultura de los exiliados; sólo les ofreció un


medio ambiente de mayor vibración europea, donde poder desarrollar
los gérmenes que traían de España» Al establecerse en las Legaciones
con solo el breviario, cada uno de aquellos desterrados hubiera po­
dido decir, con el filósofo Bías: omnia mea mecum porto, llevo con­
migo todo lo que tengo» Quien rio llevaba nada dentro, no produciría
nada tampoco»
Juan Andrés, cuya fama de hombre erudito y de buen gusto
superó muy pronto a la de todos los demás ex-jesuítas españoles,
pudo apellidar a Pignatelli “ amante de las matemáticas, buenas letras,
música, pintura y generalmente versado en las ciencias y en las ar­
tes, y promotor de unas y otras entre los españoles“ 7» Promotor de
la cultura lo fue ciertamente en San Bonifacio y en Ferrara, y ese
recuerdo le dictó sin duda a Andrés la última frase, que para Bolonia
ya no tendría tanta vigencia, fuera de casos como el de Pía» Si en
esto hay hipérbole, también la habrá en los demás conceptos; pero
la frase demuestra, al menos, que Pignatelli era respetado por los más
cultos, a pesár de no entrar él en el grupo de los publicistas»
En sus años de Zaragoza, inmediatamente antes del destierro,
había comenzado a componer un tratado de filosofía moderna, ha­
ciéndose traer de Francia libros recientes de filosofía y de matemá­
ticas» En Italia sólo escribió un breve ensayo sobre el Govierno de
Holanda8, de no gran valor en sí mismo, pero que muestra un in­
terés, muy siglo xvm , por los estudios políticos» El tratadito lo com­
puso en español, pues el italiano, a pesar de haber pasado dos o tres
años de su infancia en Nápoles con su hermana, no llegó nunca a
dominarlo, dato que basta para no poderlo incluir en el grupo de los
desterrados intelectuales, que muy pronto escribieron el italiano con
mucho mayor corrección que el español» Pero tenía de su vocación
un concepto demasiado exacto para poder pensar que la cultura fuese
un estorbo o un peligro»
Por eso, aunque gozó fama de gran limosnero —sobre todo con
los prófugos franceses que huían de la revolución, a quienes socorría

7 A ndrés , Cartas, I, 9, carta 1. — [C f. G . C. Roversi, ll commercio dei


quadri a Bologna nel Settecento, en L ’Archiginnasio, 60 (1965) 446-506.]
8 Roma, archivo de la Postulación general S. L , 63.D .
32ó IlL El grupo catalano+aragonés

con la doble caridad de su limosna y de su delicadeza— , no le faltaron


bayocos ni ducados para formarse una buena biblioteca, ni aun para
comprar obras de arte — refinamiento, este último, que no me consta
de ningún otro ex-jesuíta español— . Su interés por la filosofía mo­
derna lo acompañó siempre* Bien lo sabía su amigo Ferrari Della
Torre, a pesar de que en Colomo, donde ambos se habían conocido,
Pignatelli había iniciado una vida consagrada por entero a la santidad
personal y a la restauración de la Compañía de Jesús* Desde Viena le
escribía Ferrari sobre la difusión de la filosofía de Kant y sobre el
peligro que ella representaba, sabiendo que todo ello había de inte­
resarle* El santo le contesta en seguida: “ Lo primero que oigo sobre
la filosofía de Kant es lo que me decís* No os maraville, porque vivo
aislado“ 9* Pero en 1801 poquísimos eran en Italia los que sabían algo
sobre la filosofía de Kant, cuya Crítica de la razón pura era de 178 1,
y cuya Crítica de la razón práctica, del 88*
Que Pignatelli era respetado aun por intelectuales que vivían fue­
ra del ambiente bolofiés, lo prueba el hecho de que el ex-jesuita Gi-
rolamo Tiraboschi, famoso historiador de la literatura italiana y bi­
bliotecario estense, al enviarle un libro sobre la pintura y escultura»
no quiso que se hablase de precio* Pignatelli se lo agradecía el 7 de
diciembre del 86 con una carta que es un testimonio a la vez de su
fineza y del papel que jugaba la cultura entre los jesuítas de su
tiempo:

Poich’Ella non vuol si discorra di Ya que usted no quiere que se


prezzo, sia cosí, ed io riguarderó dop- hable de precios, sea así, y consideraré
piamente caro questo libro, come un ese libro doblemente caro, como don
dono e testimonio della parzialita ed y prueba del afecto y la amistad de
amicizia del mió veneratissimo abate mi veneradísimo abate Tiraboschi. Sé
Tiraboschi. Questa so doverla alia que ésta la debo a nuestra común
nostra comune e a tutti due pur tro­ hermandad, carísimo amigo, a los sa­
po, carissimo amico, fratellanza e sa- grados lazos que nos unían a aquella
cri legami, che a si amato corpo ci sociedad tan querida, de la que usted
univano, e al cui Ella fa gloriosa apo­ constituye una apología con sus ta­
logía coi suoi insigni talenti ed scritti* lentos y con sus escritos. Creo que

9 El original en el archivo privado de los duques de Parma. Copia en el


de la Postulación general S. I., 6 3.F, carta X X V .
i4* fosé Pignatelli 321
Questi vincoli spero mi autorizzino a esos vínculos me autorizan a pedirle
pregarla che diamo il bando alie Ec- que dejemos a un lado el trato de
cellenze, cerimonie ed altre simili for* “ excelencias” y otras fórmulas seme­
mule, quando Ella si degni agraziar- jantes, cuando usted se digne hon­
mi delle sue lettere e commandi, che rarme con sus cartas y mandatos, pues
ecciteranno la dolorosa memoria delle no hacen sino excitar la dolorosa me­
passate catástrofe. Ella dunque, mi moria de la pasada catástrofe. Usted,
lusingo, mi creda animato, riguardo a pues, créame animado para con usted
Leí, di quella stjma, sincera cordia- de aquella estima, cordialidad sincera
lita e vera amicizia ed interesse che y verdadera amistad e interés por
da' nostri primi anni ci insegnarono a sus cosas, que desde nuestros prime­
havere per quei chp faccievano col loro ros años nos enseñaron a sentir hacia
vero e distinto merito Tonore del* aquellos que constituían el honor de
Pamato corpo. Spero ch'Ella, secondo nuestra querida sociedad por sus no­
che pregai Tabate Colomes, mi faccia tables y verdaderos méritos.
notare dal stampatore di Parma per Espero que usted, como rogué ya al
due copie nella ristampa della di Lei abate Colomes, encargará al impresor
Istoria litteraria♦ E , senza tediarla con de Parma que me suscriba a dos ejem­
piü prolissa lettera, mi professo, qua­ plares de la nueva edición de su H is­
le avró sempre Tonore d’ essere, di toria literaria. Y sin molestarle más,
Lei, veneratissimo ed stimatissimo me profeso, como tendré siempre el
signore abate Tiraboschi, divotissimo, honor de ser, de usted, veneradísimo
obbligatissimó servitore vero ed ami­ y estimadísimo señor abate Tirabo­
co, Giuseppe Pignatelli10. schi, muy devoto, rendido y verdade­
ro servidor y amigo, José Pignatelli*

Difícilmente buscaríamos documento alguno del padre Pignatelli


en el que se cifren mejor todas aquellas constantes de su espíritu;
su distinción, su caridad, su humildad y su amor a la extinguida
Compañía de Jesús.
# # *

José Pignatelli se vuelca a la obra de restaurarla el año de 1797*


cuando tal empresa estaba ya en marcha.
' Abolida la orden de San Ignacio en 1773, no quedó extinguida
realmente. Mientras el último general, Lorenzo Ricci, consumía sus
últimos años en las prisiones de Castel SantfAngelo, ni Federico II

10 Módena, Biblioteca estense, ms. a .L .9 .6 , carta 33.

L. HISPANO-ITALIANA. — 21
322 III. El grupa catalano'aragonés

de Prusia ni Catalina II de Rusia permitieron la promulgación del


breve de supresión en sus Estados, en los cuales, sobre todo tras los
dos primeros descuartizamientos de Polonia (1772 y 1773), vivía un
buen número de católicos, habituados a recibir la educación en los
colegios de la Compañía*
Federico resistió sólo hasta 1776. Pero aun después de esta fecha
los jesuítas, sobre todo los de Silesia, siguieron más o menos unidos
y mancomunados en el llamado Real Instituto de Letras, que perduró
hasta 1 8 1 1 .
La voluntariosa Catalina no quiso ceder, y, no habiéndose pro­
mulgado allí canónicamente el breve de extinción, los obispos de
Vilna y de Riga mandaron que los jesuítas siguieran viviendo como
tales erí Rusia Blanca y en Livonia. Con el nuevo pontífice Pío VI
(1774-1799) no sólo siguieron en el mismo statu quo, sino que en
1777 abren un noviciado en Polock, y en 1780 se reúnen en Congre­
gación para nombrar un general, que tomó el nombre de vicario.
Aunque esa forma de vida religiosa fue aprobada verbalmente
por Pío V I en la audiencia que el 12 de marzo de 1783 otorgó al
jesuíta monseñor Benislawski, agente de la zarina en Roma, entre las
instrucciones que aquel mismo año se llevaba a San Petersburgo el
nuncio Archetti, estaba la de procurar la disolución de la Compañía
en los Estados de Catalina II. Dualidad aparente en la política del
papa y del secretario Pallavicini, con la que el sumo pontífice preser­
vaba, como una reserva, a los jesuítas de Rusia, y la Secretaría de
Estado satisfacía a las continuas reclamaciones de las cortes borbóni­
cas, con instrucciones que se sabía habían de estrellarse en la indómita
altanería de la zarina.
En tal estado de cosas, toda restauración legal y normal de la
Compañía había de hacerse por agregación a ese núcleo de Rusia y
por expansión del mismo fuera del imperio de los zares, activando
así la .sístole y la diástole de aquel corazón al que sólo había que­
dado un tenue latido y un exiguo calor vital bajo las nieves de la
estepa.
José Pignatelli se percató muy pronto de ello, y a esa línea de
conducta ajustó. toda su vida, con una percepción finísima de la
desviación que supondría cualquier otro camino.
14* José Pignatelli 323

Y caminos desviados los hubo* Muchos incautos los siguieron» y


se extraviaron*
La primera desviación apareció sobre todo en .Italia» entre los
ex-jesuítas italianos y españoles ; pero afortunadamente no pasó de
habladurías de resentidos* Consistía en la falsa persuasión de que la
Compañía de Jesús no había sido legítimamente abolida» o por con­
siderarse subrepticio el breve Dominus ac Redemptor, o por tenerse
por inválida la elección de Clemente X IV a causa de una supuesta
simonía en los manejos del conclave 10a* Don Leandro Fernández de
Moratín insinúa que tal persuasión» tomada más o menos en serio»
era común entre los exiliados de Ferrara» procedentes de la provincia
de Aragón en su mayoría n* En todos los escritos del padre Pigna-
telli no asoma» naturalmente» ni la más leve sospecha de que el
breve pudiera haber sido inválido; más aún: él envuelve siempre
la figura del papa en un noble silencio de respeto*
Muy pronto otra desviación se abrió camino en Italia» también
por obra mancomunada de italianos y españoles: la especie de que
la abolición había sido inválida porque el papa solo no tenía poder
para disolver una orden aprobada por un concilio ecuménico» y la
Compañía lo había sido por el sínodo universal de Trento* Tal fue
la argumentación de las dos Memorias católicas, la de 1780» debida
al apasionado orador Cario Borgo» ex-jesuita italiano» y la segunda,
de 1783, obra del catalán Andrés Febrés, ex-misionero de los arau­
canos* Ambas fueron severamente prohibidas por Pío V I, y pusieron
en alarma por mucho tiempo a las cortes de España, Francia, Nápo-
les y Parma*
La crisis revolucionaria de Francia» en 1789-1793» resquebrajó el
bloque de los Estados más decididamente antijesuíticos* Éstos ya en
1777 habían perdido el fuerte apoyo de Portugal, con el advenimien­
to de la morigerada María I* Con la muerte de Luis X V I, esa pasión
se reduce a los dos hijos de Carlos I I I : Femando IV de Nápoles y
Carlos IV de España* El duque de Parma, don Fernando, se siente*1

10a [Cf. L. Berra , II diario del conclave di Clemente X I V del card. Filippo
Maria Pirelli, en Archivio della Societa romana di storia patria, 85-86 (1962-63)
25-319.]
11 M oratín, I» 501.
324 !//♦ El grupo catalano-aragonés

más desligado, y cree que el triunfo de la revolución se debe en gran


parte a la supresión de los jesuítas* El mismo año del regicidio de
París (1793)» devuelve a los jesuítas nativos de sus ducados los tres
colegios que en ellos habían poseído, y admite también a algunos
españoles* Pío V I, en carta privada al duque, declara, para tranquil
lidad de sus conciencias, que en ello no había contravención alguna a
los mandatos pontificios*
Menos favorable se mostró el sumo pontífice a la venida de je*
suitas de Rusia, que el duque había pedido a la zarina y al vicario
general Gabriel Lenkiewicz* Pero llegado a Parma el padre Antonio
Messerati como viceprovincial, con los padres Luigi Panizzoni (ex*
secretario del provincial de Rusia Blanca) y Bernardo Scordialó (grie*
go de nación), toleró que éstos, y los que ya se habían establecido en
los colegios parmenses, continuasen dedicados a la enseñanza y a la
predicación.
Hasta la fecha, los que querían seguir viviendo legítimamente
como jesuítas, habían tenido que emprender el viaje de Rusia, como
lo habían hecho algunos pocos alemanes, franceses e italianos, entre
ellos Messerati, Panizzoni y los cuatro hermanos Angiolini*
También fosé Pignatelli pensó refugiarse en la Rusia Blanca para
comenzar de nuevo su vida religiosa* Tenía ya el consentimiento ex*
preso de Pío VI* Seguía al pormenor el curso de la Compañía en
aquellos países, mucho más remotos para la mentalidad del siglo XVIII
de lo que pudieran serlo para nuestros tiempos* Pero entonces, cuan*
do la muerte aclaraba de año en año aquellas diásporas españolas, él
se había convertido ya en el centro y amparo de todos sus compa*
triotas* Por eso no quiso tampoco usar de la licencia que el conde de
Fernán*Núñez le había obtenido del primer ministro Godoy para
poder regresar a España, con la única condición de residir fuera de
Madrid* Además, los diversos viajes que había emprendido a Nápoles
a partir de 1794 para visitar a su hermanada condesa de la Acerra,
le habían persuadido de que el arrepentimiento de los reyes don Fer*
nando y doña Carolina, otrora acérrimos perseguidores de los jesuítas,
podría convertirse en un apoyo para el restablecimiento de la Com*
pañía en sus Estados*
Le pareció, pues, que lo más prudente y lo más oportuno era agre*
garse a la Compañía de Rusia desde Italia, renovando su profesión

ém
14* José Pignatelli 325
en Bolonia, en la capilla privada de su casa, en presencia del padre
Panizzoni, el 6 de julio de 1797.
Por el camino de la humildad y de la confianza Pignatelli había
de cumplir admirablemente la misión que le estaba reservada en la
obra de restauración de la Compañía* Lejos de él aquella desviación
mesiánica por la que se perdieron tantos ex-jesuitas españoles, que
creían que, pues la Compañía había sido abolida con ignominia, no
había de ser restaurada con titubeos ni con restricciones, sino con
gloria y majestad. Entre éstos se contaba el diarista Luengo, con de*
masiada frecuencia considerado como el depositario indiscutible del
espíritu genuino de la Compañía en aquellos tristes años de perse­
cución y de exilio. Frente a sus anhelos por la restauración de la glo­
riosa Compañía de Jesús, Pignatelli se ofrece a trabajar en favor de
la mínima Compañía, con epitetación cara a San Ignacio.
Mínima, pero auténtica. N i separada de Rusia, como pretendían
los reyes de Ñapóles, ni organizada al margen de la jerarquía de los
vicarios generales de Polock, como soñaba Paccanari, al principio tal
vez de buena fe, después enteramente desviado por su vanidad y su
orgullo.
Es natural que, ante el triunfo creciente de la revolución antirre­
ligiosa en Europa, algunos jóvenes echasen de menos a los antiguos
jesuítas, y al mismo tiempo creyesen que los que aún subsistían eran
ya demasiado ancianos para una empresa de renovación y de acomo­
dación, o que los jesuítas de Rusia, dadas las prevenciones existentes,
no podrían nunca cumplir tal cometido.
Ese fue el origen, casi contemporáneo, de la Sociedad del Corazón
de Jesús, fundada por los franceses Léonor-Franfois de Tournely y
Charles de Broglie, pasada muy pronto a Bélgica y dirigida por Jo-
seph Varin desde 17 9 7 ; y de la Sociedad de la Fe de Jesús, fundada
aquel mismo año 97 en Roma, en el oratorio de Caravita, por el tren-
tino Niccoló Paccanari. Ambas sociedades se extendieron por distin­
tas naciones, y en 1800 se fusionaron en una sola. Fuera de Italia,
aun muchos de los ex-jesuitas creyeron que por ese camino indirecto
se podría alcanzar mejor la restauración de la antigua Compañía de
Jesús. Eso llegó a pensar un tiempo hasta el padre Joseph de Clo-
riviére, que será, en Francia, el principal enlace entre la antigua y la
nueva Compañía. Lo mismo creyeron los antiguos jesuítas ingleses
326 IIL El grupo catalano-aragonés

que, con la revolución francesa, habían trasladado a Stonyhurst el


histórico colegio de Saint-Omer* Y así otros varios grupos en Ho­
landa, Alemania, Bohemia* Pero antes todavía de la total ruina de
Paccanari, acaecida en 1808 por sus no leves irregularidades, muchos
de aquellos grupos se le habían ido separando, y poco a poco fueron
agregándose a la verdadera Compañía de Rusia* De este modo aque­
llas sociedades cumplieron una misión de aglutinamiento y renova­
ción, y ofrecieron firmes puntos de apoyo a la Compañía, cuando
ésta renació universalmente por la bula Sollicitudo de Pío V II, dada
en 1814*
El padre Pignatelli no habrá de ver este día, pero él será quien
preparará en Italia un terreno seguro para la restauración definitiva*
Primero en Colomo, como maestro de novicios y consejero del du­
que, desde 1799 hasta la muerte de don Fernando (1802); luego, tras
la ocupación francesa de los ducados y la nueva expulsión de los
jesuítas, como provincial de Italia, por designación del vicario general
de Rusia Blanca, padre Gabriel Gruber (1803)* Como provincial, cargo
que ha de desempeñar hasta su muerte, reorganiza la Compañía en
los reinos de Nápoles y Sicilia, con antiguos jesuítas italianos y espa­
ñoles, incorporados como· él mismo a la Compañía de Rusia, y con las
nuevas vocaciones que habían ido naciendo en Italia*
Sólo pudo permanecer en la ciudad de Nápoles desde junio de
1804 hasta el mes de julio de 1806, por no creer que fuese lícito pres­
tar juramento al rey intruso José Bonaparte; ello ocasionó un nuevo
destierro de todos los jesuítas del reino de Nápoles* En Sicilia, que
pudo permanecer bajo la obediencia del rey Femando IV de Bor-
bón, continuó la Compañía prósperamente, hasta que una serie de
graves crisis internas, que Pignatelli no logró ver terminadas, agos­
taron en gran parte las esperanzas que él había puesto en el rápido
resurgir de los jesuítas en la isla*
Todos estos acontecimientos no se realizaban ya con permisos
personales o reservados, o aun aparentemente contradictorios, como
en tiempos de Pío VI* Su sucesor, séptimo del mismo nombre (1800-
1823), no sólo solicita de Carlos IV de España que consienta el res­
tablecimiento de la Compañía, y se comunica con el vicario general
de Rusia cordial y frecuentemente, sino que reconoce y confirma la
existencia canónica de los jesuítas: primero, en el imperio de los
14* José Pignatelli 327
zares* con el breve Catholicae fidei del 7 de marzo de 18 0 1; luego*
a 30 de julio de 1804, también en los reinos de Ñapóles y Sicilia*
El padre Pignatelli trató con Pío VII repetidas veces los asuntos de
la Compañía* y, hallándose ambos en Roma en los tristes momentos
de la ocupación napoleónica* el santo le consiguió copiosas limosnas
con que hacer frente a su dolorosa situación* hasta que el 6 de julio
de 1809 el papa hubo de recorrer* prisionero* la vía Flaminia* camino
del destierro* ,

# # #

Son los testimonios y deposiciones de sus compañeros de destierro


en los procesos de beatificación* y la multitud de cartas que enviaron
a los padres Doz y Monzón a raíz de la muerte de Pignatelli* casi las
únicas fuentes que poseemos para conocer algo de su vida interior,
pues sus e$critos espirituales son escasísimos* Tenemos* con todo, una
serie de extractos de la Escritura* de santos padres* de autores espi­
rituales* que nos sirven para penetrar un poco en sus resortes más
íntimos y sobrenaturales12* Los que más abundan son los referentes
a los designios de la divina providencia y a la confianza filial y ab­
soluta con que el hombre debe acatarlos* Confianza que no sólo le
infundía la persuasión de que los miembros dispersos de la Compañía
de Jesús volverían a juntarse en un todo orgánico y universal* sino
que se extendía a todos los acontecimientos de la vid a: estrecheces
económicas ante grandes dispendios; persecuciones y destierros con­
tinuos; dificultades en el manejo de los negocios*
Desde que deja Bolonia y se refugia en Colorno* su espíritu se
reconcentra cada vez más* y halla en la oración continua* la fuente
de su resistencia en los trabajos y de su confianza ilimitada* Dones
místicos extraordinarios no nos consta con certeza que los tuviera*
aunque algunos testigos ponderan los modos maravillosos e incom­
prensibles con que hallaba siempre dineros para cualquier apuro* y
aun la intuición casi profética de las necesidades ajenas* Más bien
sabemos que los dones extraordinarios* sobre todo los que atañen a la
oración* le imponían respeto y temor* A Salvador Xea* que le con­

12 Roma* archivo de la Postulación general S. I., 6 3 * 0 .11-12 .


328 III. El grupo catalano-aragonés

sultaba desde Mantua sobre cierto supuesto don superior recibido por
un alma predilecta de Dios, le escribía desde Roma el 18 de febrero
de 18 0 9 :

“ Amado amigo: La apreciabilísima y apreciadísima carta de V*


no trae fecha. Confieso a V . me ha sorprendido, excitado mil afec­
tos, reconocimiento y gracias a la infinita, paterna, misericordia de
nuestro gran Dios, que tales gracias dispensa a sus criaturas, y se
digna comunicárseles tan íntima y estrechamente. V . tiene otros da­
tos que yo para calcular y pesar cosas tan extraordinarias. La petición
de la pretendiente, en los términos que la expresa, parece pueda ex­
citar varias dudas: cómo y qué entienda respirar con el mismo res­
piro. ¿Es posible en viadores?, ¿es meramente unión qual será in
patria? Allá unum erimus. Basta, yo no calzo tanto“ 13.

Pero la circunstancia de que en un caso difícil de supuestos dones


místicos no se le ocurriera a Xea más que acudir a su viejo amigo
Pignatelli, demuestra el alto concepto en que era tenido, como hom­
bre muy entrado en la vida de oración y de unión con Dios¿
Esa fama, y la de inexhausto limosnero, fue común en Roma,
y no sólo en el círculo restringido de los jesuítas. Por eso cuando la
tarde del 15 de noviembre de 1 8 1 1 moría santamente en la pequeña
casa de San Pantaleone, en el barrio popular del Coliseo, se tuvo buen
cuidado de que el pueblo no se enterase, para evitar manifestacio­
nes que pudieran alarmar a las tropas de ocupación. Con esa humil­
dad, tan suya, rubricó su tumba en la iglesilla dedicada a aquel santo
mártir y a Nuestra Señora del Buen Consejo.
Pero no era posible que una losa acallara su fama. Sus más ín­
timos declaraban haber sentido que una inmensa paz, como la que
había embargado a cuantos en Roma mismo habían presenciado la
muerte de San Ignacio, subsiguió a la momentánea tristeza. Santo lo
habían apellidado, aun en vida, el vicario general padre Tadeo
Brzozowski, y su mismo émulo Gaetano Angiolini. Y tal lo conside­
raban, a raíz de su muerte, así los más íntimos suyos — Mozzi, Fortis,
Mai y los tres Grassi entre los italianos, Andrés, Arévalo, Xea, Doz,

13 Ibid., 63.0.75.
14* José Pignatelli 329

Monzón entre los españoles, por citar sólo a algunos— t como los que
le habían conocido y tratado más de lejos: el cardenal Polidori, el
obispo de Anagni Gioachino Tosí, el ex-general de la tercera orden
de San Francisco fray Mariano Postiglione, el rey de Cerdeña Carlos
Manuel de Saboya, que acabará sus días en San Andrés del Quirinal
como hermano escolar de la Compañía de Jesús*
El mismo Manuel Luengo, incapaz de comprender por qué en
Bolonia se había establecido Pignatelli “ algo señorilmente en su per­
sona y en las cosas pertenecientes al trato con la nobleza“ , reconocía
que, “ aunque engoltado, al parecer, en cosas secularescas y de mun­
do, conservaba, por decirlo así, el corazón y espíritu de jesuíta“ * Ala­
ba el amor a su extinta orden, su “ talento e instrucción“ , su gene­
rosidad y su confianza extrema en la divina providencia, la esperanza
que todos los españoles tenían puesta en él para la restauración de la
Compañía eti España 14*
En la obra general de restauración, su ejemplo arrastró a otros
muchos ex-jesuitas italianos y españoles, entre ellos a Juan Andrés,
que hizo con él los Ejercicios en Colomo y se decidió a abrazar de
nuevo la vida religiosa.
Como instructor de los novicios en los ducados parmenses, in­
fundió el añejo y nuevo espíritu de la Compañía a los primeros vás-
tagos de la nueva generación; pocos, pero tales, que entre ellos se
contaron un Giuseppe Antonio Grassi, que desde Polock pasó con
Kohlmann a infundir nueva vida al grupo de ex-jesuitas que habían
quedado en Maryland; y un Angelo Mai, que después ilustró la
púrpura cardenalicia con su virtud, heredada de Pignatelli, y con sus
estudios filológicos, en que le había iniciado el padre Andrés.
Como provincial de la Compañía en toda Italia, reorganizó los
colegios y casas del reino de Nápoles y colaboró activamente con
Angiolini y con Ruffo en la restauración de Sicilia. Y si bien la polí­
tica de José Bonaparte y de Joaquín Murat en el reino napolitano
agostó muy pronto aquel sembrado, el solo restablecimiento, hecho
con facultad pontificia, fue un tanto de trascendencia política europea
en la vía de la restauración. En Roma, fomentó las misiones popu­
lares, en las que se distinguió sobre todo el padre Luigi Mozzi; en­

14 Luengo, Diaño, X L V , 1067-1075.


33 ° III. El grupo catalano^aragonés

vio buenos rectores y profesores a varios seminarios de la Italia cen­


tral, fundó establemente los colegios de Tívoli y de Orvieto, y dio a
todos la sensación de que la nueva Compañía que renacía era la
misma antigua, salvada misteriosamente en Rusia y rediviva en Italia
con un estremecimiento de resurrección universal15.

15 Por eso se tuvo tanto empeño en recoger las memorias de Pignatelli, y


en que el padre Agustín Monzón, aragonés como él, escribiese muy pronto su
biografía. Traducida ésta al italiano y publicada en 18 33, a la fama de santidad,
ya existente, se sumaron las gracias extraordinarias a él atribuidas. El proceso
romano informativo comenzó en 1836. Seis años más tarde, por decreto de
Gregorio X V I , la Congregación de Ritos introdujo su causa, y comenzaron los
procesos apostólicos en Roma, Bolonia, Nápoles y Parma sobre sus virtudes y
milagros. Benedicto X V promulgó en 19 17 la heroicidad de sus virtudes. Pío X I
lo declaró beato el 25 de febrero de 19 33, y el 12 de junio de 1954 Pío XII
lo proclamó santo.
15

LOS MAS AN TIG U O S RETRA TO S DE SA N JOSÉ


PIG N A T ELLI

Del padre Pignatelli no tenemos retrato alguno cierto realizado


durante su vidat y los que se ejecutaron a raíz de su muerte no
son de muy alto valor artístico. Perot en cambio, poseemos una
preciosa mascarilla, que, a pesar de sus propios defectos técnicos,
de representar la efigie de un cadáver y no de un ser vivo, y de
reflejar, aun exagerándolos, los rasgos menos correctos de aquel
rostro, nos revela de un modo emocionante su austeridad — virtud
conquistada— y su noble distinción — cualidad innata, inadquiri-
ble— ♦
Esa mascarilla ha sido la base de toda la iconografía posterior.
No que no haya existido nunca un retrato de José Pignatelli
todavía vivo. Sabemos con absoluta certeza que él mismo poseyó
uno, trazado durante su larga estancia en Bolonia (1773-98), que se
llevó consigo a Colomo y a Nápoles. Pero, movido por su humildad,
en Colomo lo mantuvo escondido *, y apenas en Nápoles lo sacó
de sus baúles, lo destruyó:

* Publicado en A H S I 23 (1954) 322^333, con 7 ilustraciones que aquí se


suprimen.
1 El 23 de mayo de 1837 testimoniaba el padre Grassi, novicio un tiempo
de San José Pignatelli en Colomo, en el proceso romano de beatificación, f. 59orv,
hablando de su humildad: “ É degno di memoria che, essendo State traspórtate
le sue robbe da Bologna a Colomo, fra le quali un quadro rappresentante il
suo ritratto, egli, per sottrarlo al pericolo di esser veduto ed esposto, di pro·'
pria mano lo sottrasse, recandolo nella sua stanza, rivolta 1’ immagine verso
la sua veste, onde non fosse osservato nel passaggio, né mai si poté piü tro*
vare in appresso. Intanto si seppe ció, in quanto che quei che erano con me
332 IIL El grupo catalanotragón és
A Napoli mi trovava in sua came" En Nápoles me encontraba en su
ra — [escribirá el padre Luigi Fortis aposento — [escribirá el padre Luigi
al padre Monzón en 18 11 desde Or- Fortis al padre Monzón en 18 11 des"
vieto]— mentre cavava fuori del bau- de Orvieto]—- mientras sacaba del
le varie cose, per unirle ad altre da baúl varias cosas, para unirlas a otras
trasportarsi alia casa professa, e par" que había que trasladar a la casa pro"
lavamo insieme cosí alla buona, quan" fesa, y hablábamos los dos familiar"
do osservai che gli venne in mano un mente, cuando observé que le vino a
quadro dipinto, alto quasi un brac- las manos un cuadro pintado, de un
ció e largo a proporzione, dipintovi brazo de altura y de anchura a pro-
sopra il busto di un abate; appena porción, en el que se veía el busto de
il vidi, riconobbi in esso di chi era un abate; apenas lo vi, reconocí de
olim il ritratto, e dissi al padre: quién era el retrato, y dije al padre:
— Quello, senza dubbio, è il ritratto di — Eso, sin duda, es un retrato suyo
lei d'una volta— . Mi pentii di non de un tiempo— . Me arrepentí de no
aver mostrato di non accorgermi, per" haber fingido que no reparaba en él,
chè sul punto vidi quella pittura porque al punto vi aquella pintura
stracciata da lui in cento pezzi a for" rasgada por él mismo con fuerza en
za, che parevami bella, e cérto non cien pedazos; parecíame hermosa, y
meritava ne tanto sdegno ne un simi" ciertamente no merecía ni tanto en"
le strazio, massimamente s'era fatta fado ni tanto destrozo, máxime si era
per mano di lui medesimo, come so" obra de él mismo, como sospecho, ya
spetto, perocchè ed era di pittura in" que no sólo era muy entendido en
telligentissimo, e un tempo ancor di" pintura, sino que un tiempo también
pingeva, poichè, come so da lui stes" pintaba; pues, como supe por él mis"
so, s'era voluto esercitare e in moite mo, se había querido ejercitar en mu"
lingue e nella musica, nel disegno, chas lenguas y en la música, en el
nella pittura e in altre belle arti, cio dibujo, en la pintura y en otras be­
che poi gli giovo in fare di cotai cose llas artes, lo cual después le ayudó
scelta sempre del m eglio*2. para elegir siempre lo mejor de tales
cosas.

dalla parte destra poterono vedere l'effigie del servo di Dio quando esso lo
sottraeva” . Roma, archivo de la Postulación general S . I. Pero el cardenal A n ­
gelo Mai, compañero de Gtassi en Colomo [vid. supra, Estudio 5 ] , sabía
dónde lo había colgado el santo: “ N oi ci avvedemmo casualmente che teneva
il suo ritratto dietro un muricciolo, tra la polvere e i ragnatelli” . Ibid., f. n o 2 r,
sesión del 16 enero 1839.
2 Ibid., 6 i .C . i 5 ; carta traducida fragmentariamente en M a r c h , I, 4 1 5 , n . 1,
pero sacándola no del autógrafo del padre Fortis, sino de una copia misce­
lánea del padre Doz, ibid., 6 1 . C 3 . La carta original lleva la fecha “ Or[vieto]
2 1 . X . 1 1 ” , que Doz, 1. c., lee “ 2 1 de[cem ]b[r]e” . [V id . supra, pág. 3 x 9 .]
i5* Retratos de José Pignatelli 333

Según Fortis se trataría de un verdadero autorretrato, si bien


no se atreve a afirmarlo rotundamente* Luigi María Rezzi3 en cam-
biot al contar en 1840 el mismo hecho, en el proceso romano de
beatificación, como oído de labios del hermano Giuseppe Grassi y
del padre Vicente Requeno, ambos residentes también en Ñápeles
el año 1804, atribuye aquel retrato al pintor de cámara del rey de
España4* En tal caso podría tratarse de una obra del famoso artista
bohemo Antón, Raphael Mengs, quien el año 1777 había dejado
definitivamente la corte de Carlos III para fijarse en Roma, donde
murió el 29 de junio de 1779* Pero parece más verosímil que se
trate de una confusión tardía, debida a que el primer retrato que
se hizo sobre la mascarilla del santo fue obra de un pintor de
cámara del rey de España, como luego expondré* De todos modos,
la obra sería estimable, pues según el testimonio de Rezzi así la
consideraba el padre Requeno, bien impuesto en estudios artísticos*
No de mano de Mengs ciertamente, sino de un pintor setecentista
probablemente español, influido tanto por los retratos de Bayeu co­
mo por la escuela francesa contemporánea, es una tablita de la co­
lección de los duques de Villahermosa en Pedrola de Aragón, que
representa a un abate con todos los rasgos de la familia Pignatelli,
con peluquín blanco a la moda del último cuarto del siglo XVIII, y
casacón negro abrochado hasta el cuello* Excluyendo al canónigo
don Ramón, cuya fisonomía nos es conocida por otros muchos re­
tratos, tanto podría representar a José Pignatelli, como a alguno

3 Vid» F . A n d r e u , Ventura de Raulica e i gesuiti, A H S I 23 (1954) 195-


233? y P. PlRRI, art» cit. en Estudio 5, n. 3» Rezzi fue discípulo de B* Masdeu.
4 A sí lo testimonió Rezzi el 15 de julio de 1840 en el mismo proceso cit.
supra (n. 1), f. u 8 9 r v : “ Aggiungeró soltanto in particolare [sobre su hu*
mildad] questo fatto raccontatomi dal padre Vincenzo Requeno, ora defonto,
e dal fratello Giuseppe Grassi, che vi si trovarono presentí, e il fatto é che,
quando in Napoli il servo di Dio fece aprire i baulli che contenevano le robbe
di suo uso venute da Colorno, e s'avvidde che fra quelle eravi il ritratto fattosi
fare; allorché era secoláre in Bologna, dal pittore del re di Spagna, di cui non
ricordo il nome, ma riputato nell'arte sua, con grahdt impeto incominció coi
pugni a sfondarlo e guastarlo tutto quanto, con grande displaceré del padre
Requeno, il quale si doleva che non fosse stato stratto ai suoi occhi un ritratto
che egli molto pregiava per merito d'arte” . [N i parece probable que el retrato
fuese de Goya, pintor de Carlos IV ; pero cf. MARCH, art» cit» en Estudio 14, n .* .]
334 III* El grupo catalano'amgonés

de sus otros dos hermanos también sacerdotes: Nicolás, ex-jesuita


como él, o, más bien, Vicente, sumiller de cortina del real oratorio5*

# # *

La mas antigua, pues, y la más auténtica imagen que tenemos


de José Pignatelli es la máscara de yeso amarillo, vaciada sobre la
que se mandó sacar en cera a raíz de su muerte, exactamente el día
16 de noviembre de 18 11 :

Per mantenere la memoria del ser- Para mantener el recuerdo del sier­
vo di Dio — [afirmará en 1836 el her- vo de Dios — [afirmará en 1836 el
mano Giuseppe Grassi]— nel giorno hermano Giuseppe Grassi]— al día si­
seguente da un professore gl¡ fu for- guiente un profesor de arte le sacó
mata la maschera, di cui la prima ef­ la mascarilla, cuya primera efigie en
figie in cera, che veramente gü si as- cera, que en verdad se le parece, se
somiglia, trovasi nelle camere del no­ encuentra en los aposentos de nuestro
stro padre generale 6. padre general.

Aquel busto debe reproducir exactamente los rasgos verdade­


ros del santo, si bien con aquella particular rigidez que comunica
a los cadáveres lo afilado de la nariz, la acentuación de las órbitas
y la exageración de los pómulos* Añádase a ello un defecto propio

5 D e las obras - pintadas por el mismo Pignatelli y de su colección de


cuadros, apenas sabemos nada con certeza. De su colección, que tal vez in­
cluiría alguna de sus propias obras, sólo sabemos que en 1798, al retirarse él
de Bolonia a los estados de Parma, la hizo enviar a Liorna con destino a
sus parientes de Zaragoza; pero al tiempo de su muerte (15 nov. 1811) toda­
vía estaba en aquel puerto. Cf. A H S I 23 (1954) 308-310, y M a r c h , II, 155-
156. Si en realidad supiéramos con certeza que toda su pinacoteca pasó a los
duques de Villahermosa, sus sobrinos, pudiéramos sospechar que algunas de
las piezas de pintura italiana, setecentista sobre todo, entre las que donó
a la casa de Javier la duquesa doña Teresa de Aragón y Azlor, podrían haber
pertenecido al beato; y aun que algunas de pequeño tamaño — recuérdese
la afición de Pignatelli a las miniaturas— o incorrectas de factura, o con
copias de obras religiosas italianas, fuesen de mano del mismo santo. Pero,
por ahora, no se puede pasar de conjeturas y de vagas suposiciones.
6 Proceso cit. supra, n. 1, f. 297V. Pero aquella primera mascarilla de cera
se ha perdido.
i5· Retratos de José Pignatelli 335

de la mayor parte de las mascarillas: cierta desviación de la narizt


que en este caso concreto afea notablemente todo el conjunto· Pero,
a pesar de todo, la perfección de la obra y la singular nobleza de
muchos de sus trazos — frente de vivo modelado, concavidad ciliar,
comisura de párpados y de labios, perfil de la barbilla, venas y
arterias del cuello que diríanse vivas aún y palpitantes— dan a este
retrato la palmá entre todos los demás·
No en vano quisieron los padres que habitaban en el hospicio
de San Pantaleope, junto a la iglesilla del Buon Consiglio, que sacase
la mascarilla no un modelador cualquiera, sino un verdadero artis-
ta, Giuseppe Marola, que en 1805 había ganado uno de los pre­
mios de la Academia romana de San Lucas con dos terracotas que
representaban a Lot y a N atán7· Y que la obra fue del gusto no
sólo del buen hermano Grassi, sino también de los demás, puede
deducirse de que, además de la primera mascarilla modelada en cera
sobre el cadáver, se le encargó sacase otras8 tres en yeso para distri­
buir entre las personas devotas del difunto· Por el trabajo del va­
ciado y por las tres mascarillas se pagaron a Marola cuatro escudos
y treinta bayocos9, cantidad respetable, como se ve si se la com­
para con los derechos de la parroquia (8 escudos y 85 bayocos)
y con el precio de un relicario grande de plata, con su estuche, que
costó veinte escudos.
No he podido dar con el paradero de las otras dos mascarillas
en yeso, fuera de la que ahora se conserva en las cámaras de San

7 Sobre G . Marola, muerto en Roma el año 1823, vid. T h ie m e ^Be c k e r ,


Allgemeine Lexikon der bildenden Künstler, X X I V (Leipzig 1930) 126, con
bibliografía.
8 Agostino M ondón , Vita del servo di Dio P. Giuseppe M . Pignatelli
della Compagnia di Gesü (Roma 1833) 292, escribe: “ Questa rispettosa opi-
nione di santitá fece che questi [los de su casa], appena che egli fu morto,
pensassero a perpetuare la memoria di lui. A questo fine gli si cavó la ma-
schera, e di questa si fecero varié forme, le quali vollero tenere presso di se
varíe persone divote particolarmente del padre” .
9 En las cuentas de las Spese fatte nel funerale del M . R. P. Giuseppe
Pignatelli, de mano del padre Doz, se le e : “ Per cavarsi la maschera e per tre
maschere fórmate di cera, scudi 5 : 3 0 ” . A R SI, ItaL 4, IV , 9. Con todo eso, hay
que advertir que la mascarilla de las cámaras de San Ignacio, convertida
en busto, está modelada en yeso y no en cera. Las palabras de Doz, que
acabo de copiar, deben ser consideradas como una equivocación.
336 UL El grupo catalano^aragonés

Ignacio de la casa de Gesù, junto a la efigie de San Francisco de


Borja 10.
De esa imagen derivan todas las siguientes.

* * #

Es natural que una simple mascarilla, por perfecta que fuese,


no bastara a la devoción y al gusto de los que ya tenían a Pignatelli
por santo. Y también, que los más inmediatos deseasen poseer un
retrato más artístico y más fácilmente transportable que una efigie
de cera o yeso. Tal sería el origen de la primera pintura que se
ejecutó, a juzgar por el siguiente párrafo del Diario del padre Luen­
go, escrito el 20 de noviembre de aquel mismo afio 1 8 1 1 :

“ Los de su casa — [es decir, los jesuítas de San Pantaleone, mien­


tras Luengo y otros muchos ex-jesuitas, que no habían reingresado to­
davía en la renaciente Compañía de Jesús, vivían en el colegio roma­
no]— no se descuidaron en sacar la máscara del difunto, y se ha
entregado al famoso pintor español Aparici para que haga tres retra­
tos del padre Pifíateli; y uno servirá para su sobrina de Nápoles [do­
ña Josefa de Cárdenas y Pignatelli, condesa de la Acerra], que veri­
símilmente le havrá pedido, y juntamente alguna cosa suya; el se­
gundo se embiará, quando se pueda [eran los tiempos de la invasión
napoleónica en España], a la duquesa de Villahermosa [doña María
Manuela Pignatelli y Gonzaga], sobrina igualmente immediata y car­

10 El hermano Grassi testimonió el 20 marzo 1841 en el proceso romano


de non cultu (arch. de la Post. S. I.), f. 8 4v -8 5r: “Rapporto ai ritratti del
servo di Dio posso dire d'aver avuto presso di me per circa quindici anni la
maschera del servo di Dio cavata sul di luí cadavere dal cavalier Armaroli
[sic], che io, nella circostanza di una grave mia malattia, consegnai al padre
Rossini, il quale la portó alia casa professa del Gesü, e credo che si trovi
custodita presso il padre generale; ma intorno questa maschera non c'era
alcun motto ne titolo indicante alcun cuito. É a mia notizia ancora, che il
pittore Apparisio fece il ritratto in pittura del medesimo servo di Dio, ma con
poca somiglianza, che vedesi appesa in uno dei corridori del noviziato, e che
é affatto senza raggi e senza segnali o titoli di proibita venerazione. Sono
stati stampati i ritratti anche in rame col solo titolo: Pater Joseph Pignatellius
Societatis Je su ../\
i5* Retratos de José Pignatelli 337

nal que ésta de Ñapóles, y no menos afecta y apasionada que ésta, de


su santo tío ; y la tercera quedará verisímilmente en la casa, para hacer
de ella en adelante el uso que convenga” n·

Por aquel, entonces el pintor alicantino José Aparici, más co-


nocido luego con el nombre castellanizado de Aparicio, comenzaba
ya a ser famoso· Poco después lo será de una forma que ahora nos
parece absurda e inconcebible· Nacido en Alicante en 1773 y cur-
sados sus estudios en la Real Academia de San Carlos, de Valencia,
y en la Real de San Femando, de Madrid, fue en París discípulo
de David y de allí se había trasladado a Roma, donde no es in-
verosímil que hubiera conocido en vida a Pignatelli· Encarcelado
en la ciudad eterna, lo mismo que José de Madrazo, por no haber
querido jurar como rey de España a José Bonaparte, con la restau-
ración fueron ambos nombrados pintores de cámara de Femando VII
el año 18 15 · Dos años después Aparicio entró en la Real Academia
de San Fernando, y en 18 18 alcanzó un éxito sin precedentes con
su enorme lienzo académico “ El año del hambre en Madrid” 112, can­
tado y encomiado por toda suerte de poetas pseudoclásicos y de
poetastros politicantes 13, tal vez más emocionados por el lema de
circunstancias: “ Constancia española· Años del hambre de 1 8 1 1 y

11 L u e n g o , Diario, X L V , 1006-1007.
12 Perteneciente al Museo nacional de arte del siglo XIX (antes llamado
Museo de arte moderno), pero en depósito en el Museo municipal de M adrid;
mide 3 ,15 x 4 ,37. Aquel Museo del siglo X IX posee otras dos grandes piezas
de Aparicio: Las glorias de España (depositado, desde 1885, en la Sociedad
económica de Amigos del País de Compostela) y Rescate de cautivos (en los
almacenes, no visible). En las mismas circunstancias de este último están las
piezas de Aparicio propiedad de la R. Academia de San Fernando, las cuales
ni están expuestas, ni se mencionan entre las mejores piezas del almacén
en el opúsculo La visita a las colecciones artísticas en la Real Academia de
San Fernando, en la serie de Cartillas excursionistas Tormo, V II (Madrid
1929). T h ie m e -B e c k e r , II (1908) 21-2 2 , citan otras obras de J. Aparicio (·(* 1838,
Madrid) en el Musée Napoleón de París.
13 V id. M . O s s o r io y B e r n a r d , Galería biográfica de artistas españoles
del siglo X I X 2 (Madrid 1883-1884) 40-43. Interesantes los juicios sobre J. A pa­
ricio de los historiadores modernos J. d e C o n t r e r a s , m a r q u é s d e L o z o y a ,
Historia del arte hispánico, V (Barcelona 1949) 246-247, y E . L a f u e n t e FE­
RRARI, Breve historia de la pintura española4 (Madrid 1953) 441.

L. HISPANOITALIANA. — 22
338 1IL El grupo catalano-aragonés

18 12 . Nada sin Fernando” , que no por los tonos oscuros y los ade­
manes retóricos de un pueblo madrileño tan convencional y ficticio,
que no parece el mismo que había captado en todo su furor trágico
el genio de Goya*
José Aparicio, José de Madrazo y Juan Antonio Rivera son los
introductores de la escuela pictórica neoclásica en España* Sus de­
fectos son comunes; sus cualidades personales difieren notablemen­
te* De Aparicio lo que más se salva son los retratos, al fin como
discípulo de Louis David* Por eso hay que dolerse muy especial­
mente de que los tres que hizo de San José Pignatelli, basándose
en su reciente mascarilla, se hayan perdido14, tanto más que el gra­
bado que se sacó luego demuestra que se trataría de una de las
mejores obras del artista alicantino*
Es verdad que así el hermano Grassi como el padre Monzón 15 se
quejaban del escaso parecido del lienzo de Aparicio con la persona
retratada* Pero es éste achaque común de todos los retratos póstu-

14 El ejemplar que quedó en Roma estaba aún en 1841 en el noviciado de


Sant’Andrea al Quirinale (cf. supra, n. 10), y se perdería con la incauta­
ción de bienes eclesiásticos que siguió a la unidad italiana ; de hecho, actual­
mente no se encuentra en el noviciado de la provincia romana S . I. El de
Nápoles no puede en modo alguno localizarse después de la reciente extinción
de la familia Spinelli, última que llevó el título del condado de la Acerra.
Del destinado a los duques de Villahermosa, si es que de hecho se llegó a
enviar, no me ha sabido dar referencia alguna el actual duque, a quien agra­
dezco sinceramente todas las atenciones recibidas en su palacio de Pedrolael
día 9 de octubre del corriente año 1954. Que uno de estos tres primeros re­
tratos estaba destinado a la duquesa de Villahermosa, consta por carta del
padre Doz a doña María Manuela, a los 20 de enero 'de 18 12 , publicada en
J. N o n e l l , E l V . P . José Pignatelli y la Compañía de Jesús en su extinción y
restablecimientof III (Manresa 1894) 292-293. Entre las pinturas de Javier alu­
didas en la n. 5 hállase un retrato de Pignatelli, a 3/4 , no muy feliz, de
mano española algo más tardía; el escudo de José Pignatelli delata que la
pieza perteneció a una galería de miembros ilustres de la familia; no tiene
relación ninguna con la obra de Aparicio, conocida a través de grabados pos­
teriores. Este retrato de Javier puede verse reproducido en V . ORTI Y B r u l l ,
Doña María Manuela Pignatelli de Aragón y GonZaga, duquesa de Villaher'
mosat II (Madrid 1896) entre págs. 144-145.
15 El testimonio de Grassi, supra, n. 10. El de Monzón dice a s í: “ Si
dipinsero da mano maestra tre ritratti, i quali per altro non rassomigliano
perfettamente alP origínale“ (ob. cit., 192).
i5» Retratos de José Pignatelli 339

mos, sobre .todo de los que han sido encargados para perpetuar la
memoria de un personaje que los contemporáneos han idealizado
con recuerdos emocionales. Prueba de que la desemejanza no sería
tan notable es que la obra de Aparicio ha inaugurado una línea
iconográfica — grabado de Leonettit copia retocada de Manno, in­
terpretación de Gagliardi-— que ha llegado a ahogar la que se fun­
daba exclusivamente en la mascarilla: primeras miniaturas, graba­
dos de Paticchi y Testa, de Agrícola y Petrini, y demás estampas
pseudodevotas y antiartísticas del siglo XIX.

* # #

No se contentaron los padres de Roma con los tres ejemplares


de la mascarilla y con las tres copias de Aparicio: se encargaron
tres miniaturas y se grabaron tres láminas en cobre:
“ Otros tres [retratos] — [asevera el padre Monzón (+ 1824)]— se
hicieron en simple miniatura; su efigie se grabó en dos cobres diver­
sos, y el excelentísimo señor duque de Villahermosa, sobrino del pa­
dre, hizo grabar otra“

Difícil me resulta poder precisar si a ese grupo de miniaturas


pertenece la de la colección Glauco Lombardi, en Colorno; pero la
dependencia inmediata y exclusiva de la mascarilla permite adscribir
a él la que conservan los duques de Villahermosa en el anverso de un
relicario de su capilla de San Sebastián, en Guipúzcoa: es obra de
María Paticchi, penitente del santo.
Uno de los grabados aludidos por el padre Monzón es el burilado
por Angelo Testa sobre la miniatura citada en el párrafo anterior 16a.
Otro, el grabado por Giovanni Petrini sobre diseño de Filippo Agríco­
la: la factura de entrambos, inspirada exclusivamente en la masca­
rilla, sin influjo alguno del lienzo de Aparicio ni del grabado de Leo-

16 Ibidem.
16a [H ay un ejemplar del mismo en la colección del padre Pedro Gre-
nón S. I. (Córdoba, R. A .), con los nombres de la pintora y del grabador;
ello nos ha permitido filiar la miniatura de San Sebastián. Sobre A . Testa
vid. T hieme - Becker , X X X I I (1938) 558; en dicho repertorio no se men­
ciona a María Paticchi. El hermano Giacomo Annoni consideraba ese retrato el
más parecido al santo, cosa que M arch , II, 491, n. 3, pone en duda.]
34° EL E l grupo ccttalcmo^aragonés

netti, induce a creer que fueron realizados poquísimo tiempo después


de la muerte del santo*
Lo mismo sugiere, para el segundo, el escaso valor del dibujo,
más propio de un principiante que no de un artista formado, tanto
más que Agrícola17, sin llegar nunca a ser un gran artista, ya en
18 19 era capaz de pintar el bello retrato de la hija de Vincenzo
Monti, Costanza Perticari, actualmente en la Gallería nazionale
d'arte moderna, de Rom a; y, además, la circunstancia de que el
grabador Petrini está documentado sólo hasta 18 10 aproximada­
mente 18*
Parece que ninguno de esos grabados y miniaturas agradó a los
padres de Roma, como tampoco satisfizo a los duques de Villaher-
mosa* Era costumbre general presentar el retrato del biografiado
en la primera vida que se publicase de un varón ilustre19* En cambio
la biografía de Pignatelli por Monzón apareció en 1833 sin retrato
alguno, sin duda porque los de menor tamaño, incluyendo el de
Agrícola, no gustarían, mientras el de Aparicio y Leonetti era de­
masiado grande para el formato del libro 20*

# * #

17 Sobre F. Agrícola» de origen alemán (Bauer), n. Urbino 1776, -j* Roma


1857, considerado como uno de los más renombrados pintores neoclásicos del
ambiente romano, por lo que le fue confiada una parte de la decoración de
San Pablo extramuros, vid. THIEME-B e c k e r , I (1907) 136, y Ugo OjETTl, en
Enciclopedia italiana, I (1929) 944-945, ambos artículos con la bibliografía
esencial.
18 T h ie m e -B e c k e r , X X V I (1932) 500. Había nacido hacia 1750.
19 El padre Luengo continuaba así el párrafo copiado más arriba: "... y
es creíble que, si llega a imprimirse el compendio de su vida, aunque es
mui difícil en las presentes circunstancias de Roma, se le ará también una
lámina, para sacar por ella muchas estampas” (cf. supra, n. 11). En los
procesos de beatificación, sobre todo en el de non cultu, muchos testigos ha­
blan de tales estampas, pero casi sólo para declarar que no llevaban ni rayos
ni signo alguno de veneración, sin otra indicación interesante para nuestro
propósito.
20 En cambio el grabado de Agrícola y Petrini encabeza las biografías de
G . B o er o , Istoria délla vita del V . Padre Giuseppe M . Pignatelli, della C. di
G . (Roma 1856), y de J. N o n e l l (ob. cit. supra, n. 14), I (1893).
i5* Retratos de José Pignatelli 34i
El padre José Doz, amigo de infancia de José Pignatelli y arago­
nés como él, así como fue el alma de la devoción al recién difunto
padre y quien comenzó a recoger noticias de su vida para que Mon­
zón tejiese una buena biografía21, fue también quien más se interesó
por hacer representar de modo digno su retrato 22.
Terminados en 18 12 los lienzos encomendados a José Aparicio,
un dibujante español, tal vez discípulo o compañero del alicantino,
llamado M* Cabañas23, trazó en Roma un diseño para un grabado
más digno y bello que los primeros* N o sé si Doz llegó a verlo
terminado, pues, el grabado lleva la fecha escueta de 18 13 , año du­
rante el cual, á 28 de julio, moría en Roma el fiel amigo y com­
pañero de Pignatelli*
Como este grabado había sido pedido y había de ser costeado 24
por don José Antonio de Aragón Azlor y Pignatelli, duque de Villa-
hermosa, qúe había recibido de su madre doña María Manuela, aún
viva, el mismo amor y veneración hacia su tío jesuíta y hacia toda la
Compañía25, se buscó a un buen grabador, y se halló en Giovanni

21 V id . el estudio de P. PlRRl, cit. supra, Estudio 5, n. 3. A Doz se


debe el elogio latino de Pignatelli que se depositó en su sepultura y que se
reproduce en el grabado de Leonetti; el borrador latino autógrafo, en A R SI,
Ital. 4, IV , 13*14.
22 N o n e l l , III, 292*296.
23 Su nombre no consta en T hieme-Becker , V (1911) 320*323, que reco*
gen las noticias de los precedentes diccionarios españoles, pero no consignan
en este lugar ningún Cabañas o Cabanyes que pueda ser el nuestro.
24 Cf. supra, pág. 339.
25 La duquesa viuda escribía desde Madrid al padre Monzón el 6 de ene­
ro de 18 12 , apenas recibida la noticia de la muerte de su santo tío, refirién*
dose a los padres españoles compañeros de Pignatelli en R om a: “ Aunque
mala, los tengo presentes, como tan obligada y empeñada por ellos, y quedo
mui agradecida a las seguridades que vm. me da de continuar los sacrificios
y oraciones por mí. Añado que cuenten vds. que en mi hijo tienen otro
padre, que aunque no puede, ni él ni yo, llenar ni con mucho el lugar de
mi tío, sin embargo, tiene un mismo sentir, pensar y amor conmigo para
con vds., y esto lo digo para que cuenten vds. con él; que tengo el consuelo,
para quando yo falte, que él llenará con ventajas mi lugar para con essa
amada familia, pues Dios N . S. me ha favorecido en infundirle el más tierno
y vivo afecto, y ya lo ha manifestado“ . Archivo de la Postulación general
S. I., 6 1 .E .1 1 .
342 ííí* E l grupo catalano*aragonés

Battista Leonetti 26, que había de hacerse famoso por sus repro-
ducciones de Signorelli, de Leonardo y del Guercino. Leonetti cumplió
su cometido a la perfección dejándonos un grabado que tanto por su
calidad artística como por su valor iconográfico, al fin como fun-
dado en el primitivo retrato de Aparicio, hubiera merecido tener
mucho mayor difusión 27*
Este grabado nos permite seguir paso a paso toda la evolución
iconográfica de San José Pignatelli, en línea paralela, pero mucho
más alta, a la de las estampas devotas que derivan del esquematismo
de Filippo Agrícola*

# # #

Leonetti nos asegura que José Aparicio, más que un cuadro pia-
doso, realizó un buen retrato — aunque no excelente— de una per**
sona pía* Como, en fin de cuentas, el lienzo romano del pintor le­
vantino era el mejor que se tenía a mano, era natural que, habiendo
aquel cuadro pasado al noviciado de San Andrés, los padres de la
curia generalicia deseasen tener una copia del mismo* Éste debe de
ser el origen de la tela, artísticamente estimable, del palermitano
Francesco· Manno, que desde fines del siglo xvill trabajaba en Roma 28*

26 Leonetti trabajó en Roma, donde murió antes de 1830* T HIEME-BECKER,


X X I II (1929) 82. Armando P e l l ic c io n i , Di&onario degli artisti incisori italiani
(Dalle origini al X I X secoh.) (Carpí, Modena, 1949) no añade nada al Lexl·
kon de Leipzig. G* K . N a g l e r , Neues allgemeines Künstler-Lexikon, X I (Mün-
chen 1841) 109-110, precisa sus copias de grandes pintores italianos, Ch. L e
B l a n c , Manuel de Vamateur d ’ estampes, II (París 1856) 535, cita algunos re­
tratos de Leonetti (entre ellos el del franciscano valenciano fray Joaquín Com-
pany, bello también, del que hay ejemplar en la Gallería nazionale delle
stampe), pero no éste de Pignatelli,
27 Sólo he podido ver el de la Gallería nazionale delle stampe, núm. 5168 1,
y el que poseen en Pedrola los duques de Villahermosa.
28 Pertenecía a una familia de pintores, en la que sobresalieron también
Antonino, Vincenzo, Salvatore y Giuseppe Manno. Francesco, n, en Palermo
el 20 diciembre 1752 y muerto (probablemente en Roma) el 18 junio 18 31,
había sido discípulo de su hermano Antonino y de V ito d'Anna en Sicilia, y
luego de Pompeo Batoni en Roma; premiado por la Academia de San Lucas
en 1786, recibido en la Congregazione dei Virtuosi en 1794 y en la men­
cionada Academia en 1806. Del período siciliano es notable la Asunción de
i5* Retratos de José Pignatelli 343

Es muy probable que Manno tuviese a la vista, al realizar su


obrat no sólo el desaparecido cuadro de Aparicio y el cobre de Leo­
netti, sino también la mascarilla *29* Pero el influjo inmediato de ésta
apenas se deja adivinar* Comparando la pintura del palermitano con
el grabado de Leonetti se ve que, así como Aparicio había dado un re·*
trato de trazos más bien duros y cortantes, Manno comenzó un pro-
ceso iconográfico de dulcificación devota y pía, propia del ambiente
romano que se había ido creando desde la muerte misma de Pigna-
telli30 — y más desde el restablecimiento de la Compañía— en pro
de su canonización* La obra de Manno debe ser situada, cronológica^
mente, entre la reapertura del noviciado de San Andrés del Quirinal
(7 de agosto de 18 14 , fecha de la bula de Pío V II)31 y la muerte del
pintor (18 de junio de 1831)*
Los retratos posteriores de ese tipo Aparicio-Manno, bajo el doble
influjo de la devoción y del romanticismo pictórico, van siguiendo esa
línea que tendía a limar los ángulos duros y los rígidos trazos del
Pignatelli histórico, para damos una imagen ideal y ficticia del santo*
Sus manos — tan bellas en el grabado de Leonetti y en el lienzo de
Manno— se entrelazan o se juntan sobre el pecho en las pinturas
de mediados de siglo 32, de modo antinatural y con una incorrección

la iglesia de San Salvatore, en Palermo; del romano, algunos frescos del Qui-
rinal y el Descendimiento de la basílica de los Santos Apóstoles* S g a d a r i Di
Lo M o n aco , Pittori e scultori siciliani dal Seicento al primo Ottocento (Pa-
lermo 1940) 77-79, con bibliografía en las págs* 16 1-17 4 ; cf* también T h ie m e -
B e c k e r , I (1907) 530 -531.
29 En el reverso del cuádro se lee: “ Cavaliere Manno dal modello origí­
nale dal Cavaliere Marolla” ; inscripción sólo verdadera en parte, porque basta
comparar esta obra con el grabado de Leonetti para ver que ambas dependen
inmediatamente de Aparicio*
39 La duquesa viuda de Villahermosa decía en la carta cit. en la n* 2 5 :
“ Acabo ésta por hoy dando mil y mil gracias por el empeño de vds. en per­
petuar la memoria de mi venerable tío, y, a lo que vds* dicen, no faltan más
que, milagros para canonizarle“ *
31 P* G a l l e t t i S. I*, Memorie storiche infamo alia provincia romana della
Compagnia di Gesü dalVanno 18 14 alVanno 19 14, I (Prato 1914) 19-32.
32 Me refiero a los dos lienzos conservados uno en la curia generalicia y
el otro en el escolasticado del Gesü. En mi artículo he prescindido de otros
retratos que no están documentados suficientemente, como el busto en mármol,
propiedad de los duques de Villahermosa, cit. en N o n e l l , III, 294, n. 1.
344 III· El grupo catalano-aragonés

técnica que contrasta con el resto de la figura, para la que se tenía


ya un modelo fijo*
Siguiendo esta misma trayectoria llegamos a la pintura de Pietro
Gagliardi (+ 1890), tantas veces divulgada33* Se conserva en ella
casi el mismo escorzo de Aparicio, Leonetti y Manno, pero con una
belleza idealizada en el rostro, que ni llega a ser dulzona, ni se aleja
demasiado de los rasgos esenciales de la mascarilla* Se conservan
también, como elementos de composición artística y de símbolo ico-
nográfico, la mesa, el crucifijo y los libros, pero dispuestos en un
retrato a tres cuartos, que permite una mayor elegancia y hasta un
punto de empaque aristocrático*
De este modo, la tradición iconográfica iniciada por Aparicio en
18 12 , salvando los escollos antiartísticos del sentimentalismo religio­
so, va a desembocar en una obra si no maestra, al menos digna y
noble, como exigían la nobleza y la dignidad de José Pignatelli*

33 Puede verse en M a r c h , I, al principio. El lienzo original, en la re­


dacción de La civilta cattolica.
16

EN TORNO A JOSÉ M A N U EL PERAM ÀS

Son ya muy numerosas las obras de valor sobre la historia extern


na de la expulsión de los jesuítas de los dominios de Carlos III de
España y de su establecimiento en los territorios pontificios; baste
recordar los nombres de Pastor y de los padres March y Eguía* En
cambio, poi* lo que se refiere a su historia más íntima, es decir, a la
vida cultural que promovieron en tierra italiana, todavía debemos
recurrir a los antiguos, aunque estimables, estudios de Menéndez
Pelayo, de Cían y del padre Gallerani; después de éstos, ningún otro
trabajo de conjunto h
Los historiadores últimamente citados escribieron fundándose casi
sólo en los libros impresos, en Italia o fuera de ella, por los exiliados
españoles* Sólo algún que otro fondo manuscrito fue conocido y apro­
vechado por ellos* Mas quien quisiese completar aquellos trabajos
de fines del siglo pasado, tendría que emprender minuciosas inves­
tigaciones en archivos y bibliotecas de Italia y España — investigacio­
nes que difícilmente sé podrían extender a los varios centenares de
exiliados que, en las postrimerías del Setecientos italiano, iniciaron
uno de los períodos más florecientes en la historia de las relaciones
intelectuales hispano-italianas.*1

* Publicado en italiano, con el título Relazioni di cultura itálo4 spaniche


nel Settecento, C C 89 (1938) IV , 139-149. Traducción de Francisco Miracle.
Damos las notas con numeración corrida*
1 Como aporte monográfico hemos de citar el de G . MAZZINI, Gesuiti
cileni in Imola (176 8 -18 39) (Bologna, Tip. Azzoguidi, 1938). Es una monogra­
fía breve y compendiosa, escrita con imparcialidad y cuidado, sobre buenos
documentos, muchos de ellos inéditos, que transcienden la historia local.
[V id . D . B e l t r a n i , I gesuiti a Faenad (Faenza 1942).]
346 HL El grupo cotalano-aragonés

Cierto que se han sucedido estudios parciales sobre autores italia­


nos, amigos o enemigos de los españoles, como Tiraboschi, Bettinelli,
Napoli-Signorelli, Vannetti; y monografías sobre alguno o algunos
de los ex-jesuítas. Voy a comentar una referente a José Manuel Pera-
mas, pues la antigua universidad de Córdoba de Tucumán ha inicia­
do la reimpresión de los libros salidos de la tipografía jesuítica del
antiguo colegio de Montserrat, con un elegante volumen dedicado
precisamente a aquel ex-jesuita catalán2.
Los libros publicados en esta imprenta cordobesa en los pocos
años que pudo trabajar bajo la dirección de los jesuítas — de 1765 a
1768— se habían hecho tan raros, que el Consejo superior de aquella
universidad nacional de Córdoba (República Argentina) decidió que
el Instituto de estudios americanistas tomase el encargo de reimpri­
mirlos todos en ediciones facsimilares. Esto es, precisamente, lo que
explica el director del mencionado Instituto, doctor Enrique Mar­
tínez Paz, en su erudita introducción general a este primer volumen
de la colección: prefacio que nos da una historia documentada de
aquella imprenta3, desde que el general de la Compañía de Jesús,
padre Ignacio Visconti, recomendaba su fundación a los padres Arro­
yo y Gervasoni4, hasta la expulsión de los jesuítas del Paraguay.
Se ha empezado la reimpresión con las Clarissimi viri D. D.
Ignatii Duartii et Quirosii, collegn Monsserratensis Cordubae in Ame-
rica conditoris, laudotiones quinqué (1765), de las que se da el texto
latino en facsímil y una bella versión española debida al profesor
Benito Ochoa. Estos dos textos ocupan, naturalmente, la mayor par­

2 Universidad nacional de Córdoba. Instituto de estudios americanistas.


Colección de la imprenta jesuítica del colegio de Monserrat, I : Cinco ora-
dones laudatorias en honor del D r. D . Ignacio Duarte y Quirós (Córdoba,
Imprenta de la Universidad, 1937). [Casi al mismo tiempo aparecía otra tra­
ducción castellana de Las cinco laudatorias, por G . Sueldos, en R ev. de la
Biblioteca nadonal, 1 (Buenos Aires 1937) 211-26 0 , 4 74 -533.]
3 [Véase ahora G . F u r l o n g , ob. cit. en Bibl., núm. 6 5.]
4 Las cartas de este jesuíta italiano a su hermano, y otras notas de viajes
a través de América y España, conservadas en la Biblioteca cívica Gambalun-
ga de Rímini, esperan a un estudioso que quiera examinarlas con cuidado, y
escoger de entre ellas lo que sea digno de publicación. También en la N a ­
cional de Ñapóles se halla un ms. de Gervasoni sobre las misiones del Pa­
raguay
i6. José Manuel Peramás 347

te del volumen56 , pero el escrito que ahora más nos interesa es el


estudio que el jesuíta argentino padre Guillermo Furlong Cardiff
antepone, sobre El autor de las ^Laudationes quinquéff 6.
No se trata de un trabajo nuevo, sino de una reimpresión — más
bien que de una refundición— de una serie de artículos publicados
de 1925 a 1926 en los volúmenes X X IX -X X X I de la revista bonae­
rense Estudios, con el título Un grande humanista de la época colo-
nial, José Manuel Peramás. 1732-1793.
Son muy pocas las correcciones 7, porque también muy pocas son
las adiciones que en estos últimos años se han hecho a la biografía
y a la bibliografía de aquel jesuíta español, que Furlong llama a me­
nudo catalán-argentino, y que también podría llamarse catalauno-ar-
gentino-italiano, después de un cuarto de siglo de estancia en Italia,
donde publicó — precisamente en Faenza— casi todas sus obras im­
presas.
La vida del humanista misionero hasta su llegada al Paraguay
puede compendiarse en pocas líneas: nacido en la ciudad de Mataró,
en Cataluña, el 17 de marzo de 1732, se trasladó, todavía niño, con
sus padres, a Cartagena, donde estudió en las escuelas de la Compa­
ñía; el 13 de noviembre de 1745 entró en el noviciado de Tarra­
gona, ocho años antes que José Pignatelli. Luego estudió letras clási­
cas en Manresa y filosofía en Zaragoza. “ Antes de comenzar la teología
— [escribe Furlong]— fue enviado a la Universidad de Cervera8,

5 Laudationes, 69-274.
6 Ibid., 1-68. [Basta conocer un poco cómo se hacían en el siglo XVIII
esas oraiiones de colegio, para poder asegurar que el principal autor de las
Laudationes fue Peramás, y no su discípulo Echenique, a pesar de las razones
alegadas por R. Rojas , Echenique, autor de las “ Laudationes” (Córdoba R. A .
1938)*]
7 Por ejemplo, en las págs. 3 , 4, 6, 2 1, 25, 40, 48, 65, 68. En la pág. 48,
Cpor qué dar como “ inédita hasta ahora” la inspirada elegía latina con que
concluye su A nnus patiens, estando ya impresa en Estudios, 30 (1926) 452 si­
guientes? Hubiera querido ver corregidos algunos pequeños errores, sobre
todo en la transcripción de algunos nombres propios italianos.
8 Furlong añade: “ regida por los Padres de la Compañía de Jesús“ . Esto
no es exacto. Cervera era una universidad regia y pontificia, en la que
ciertamente la Compañía tuvo gran influjo, principalmente en lo que se refiere
a los estudios literarios, filosóficos y teológicos. V id . M . R u bio Y B o r r a s ,
Historia de la Real y Pontificia Universidad de Cerverat 2 vols. (Barcelona
348 III. El grupo catalano^aragonés

...y en sus célebres aulas enseñó, durante tres años, letras humanas y
los principios de la latinidad* Según uno de sus contemporáneos*9,
fuele la enseñanza una labor muy de su gusto, pues en medio de las
preocupaciones a ella anejas, ‘se deleitaba en enseñar las letras huma-'
ñas y la clásica disciplina'* Hallábase Peramás en Cervera cuando pi"
dio y obtuvo el pasar a las misiones del Paraguay" 10* Esto ocurrió
hacia mediados de 1754«
Conviene detenerse un poco en esta estancia en Cervera, porque
es de gran importancia para el desenvolvimiento literario del joven
jesuíta, que tenía que hacer brillar sus dotes de latinista en América
y en Italia*
En aquella ciudad y en aquel colegio de la Compañía, Peramás
se encontró en uno de los círculos más cultos de la España setecen"
tista: en aquella pequeña ciudad, que se había mantenido fiel a
Felipe V de Borbón en su lucha contra el archiduque Carlos de Habs"
burgo, se concentró luego la flor de la cultura catalana, antes dispersa
en pequeñas universidades locales; y en torno a hombres como José
Finestres, y más tarde Ramón Lázaro de Dou, trabajaba, enseñaba
y escribía una vasta legión de humanistas, eruditos, legistas, profeso"
res de filosofía y teología, tanto laicos como religiosos, que preludia"
ban una era nueva y pujante en la historia cultural de Cataluña* Sólo
que la violenta expulsión de la Compañía de toda España vino a
truncar y agostar aquel florecimiento* Pertenecían al cenáculo de
Cervera — o por lo menos estaban en relación con él— hombres como
Gener, Aymerich, Gallissá, Pou, Pons, Llampillas, Pía, Pratdesaba,
los tres Masdeu, Gusta... Quien conozca un poco la Italia erudita
del Setecientos, habrá encontrado, sin duda, más de un nombre
conocido*

i9 i5"i 6); F . V il A, Reseña histórica y literaria de la universidad de Cervera


(Barcelona 1923); C as anovas, MIL
9 En la losephi Peramasii vitae synopsis, impresa como prefacio a la obra
postuma de José M an., De vita et moribus tredecim virorum paraguaycorum
(Faenza 1 7 9 3 ) pág* XXL [Furlong la atribuía a Ignacio Peramás, hermano de
José; pero L . Frías, A H S I 8 (19 3 9 ) 1 3 3 - 13 6 , ha probado que aquél no pudo
ser el verdadero autor, sino que hubo de serlo o Francisco X . Llampillas o Ig­
nacio Puigserver.]
10 Laudationes, 7 .
i.6* fosé Manuel Peramas 349

Tras un decenio de contacto con los jesuítas catalanes* Peramas


—como escribe el más profundo conocedor de la cultura catalana
setecentista— “ llevó al Paraguay la cultura humanística adquirida
en Cervera en la escuela finestresiana, y luego la manifestó en Italia
con sus elegantísimos escritos.. n*
No nos maravillemos, pues, si “ a fines del siglo xvili, cuando
era grande la postración y la decadencia en que yacía el culto de la
forma clásica“ 112, Peramas escribe libros de una latinidad tan pura, que
nada tenían que envidiar al estilo de los más grandes humanistas ita^
líanos de aquella época, cuales Cordara y Vannetti.
Peramas permaneció poco más de doce años en tierras rioplaten*
ses, desde que desembarcó allí a fines de julio de 1755, hasta el 29
de setiembre de 1767, día en que las naves La Venus, La Libre
y La Esmeralda, con doscientos treinta y cuatro jesuítas a bordo
pertenecientes a la provincia jesuítica del Paraguay, zarpaban de la
bahía de Barragán hacia un ignorado exilio, que había de tener
dos etapas: primero Bastía en Córcega, luego Faenza en la Romaña*

Llegado a la América Meridional, Peramas estudió tres cursos


de teología en el colegio de Córdoba, pero sin abandonar los trabajos
apostólicos — sabemos que visitaba a menudo a los presos— ni los
ejercicios literarios: se le confió el encargo de escribir las cartas anuas
de la provincia, de donde nació su amistad con Cordara* Aquellas
cartas “ fueron remitidas a Roma, como solía hacerse — [escribe el
padre Furlong]— , y allí fue que las vio y leyó el gran historiador de
aquella época, el clarísimo P* Julio Cordara, y no sólo le parecieron
intachables en cuanto a la forma correcta y tersa, sino que además
quedó gratamente sorprendido al enterarse de que su autor era toda^
vía un joven que frisaba tan sólo en los veinticinco años de edad*
Cordara debió de escribir a Peramas, felicitándole y elogiando sus
Anuas, pues sabemos que desde esa época fueron buenos amigos y
les unió estrecha amistad y una no interrumpida correspondencia*
Uño de los pocos ejemplares de las Laudationes quinqué, que se cono*

11 C a s a n o v a s , I, pág* 83.
12 Laudationes, 58.
35o UL El grupo catalano^aragonés

cen, lleva al frente una modesta dedicatoria al gran jesuíta italiano


suscrita por el joven jesuíta catalauno-argentino” 13·
N o podemos precisar si esa dedicatoria -—escrita ciertamente
antes de la supresión de la Compañía (1773)— fue enviada a Cor-
dara desde Córdoba de Tucumán o desde Faenza· Pero si se tiene
en cuenta que a los proscritos no se les permitió llevar consigo más
que el breviariot hay que suponer que Peramás se lo había enviado
desde Córdoba·
Recibida la ordenación sacerdotal hacia fines de 175%* el jesuíta
catalán fue destinado a la reducción de San Ignacio Minít a la orilla
del Alto Paraná; y allí hubiera querido permanecer toda su vida·
Pero, transcurrido apenas un año y mediot fue reclamado a Córdoba
para ocupar las cátedras de retórica y de moral en aquella univer­
sidad encomendada a la Compañía· Durante las vacaciones se dedi­
caba, sin embargo, a trabajos apostólicos en diversas partes de Amé­
rica 14, y así pudo escribir con cierta nostalgia en su exilio de Faen-
z a : non exiguam Antenote meridionalis partem v id i15, conocí no
pequeña parte de América del Sur·
Pero — como dice Furlong— “ el hecho más culminante de la vida
del P· Peramás en tierra americana es el de la publicación de su libro
Laudationes quinqué” 16, ahora lujosamente reimpresas, en las que, en
el más elegante estilo latino, explica la vida del sacerdote don Ignacio
Duarte y Quirós, patricio cordobés que en 1695 fundó en su ciudad
natal un colegio o residencia para estudiantes escogidos — clérigos
y laicos-— que frecuentasen las aulas de la universidad· La elección
de la Virgen de Montserrat como protectora de esa institución es
un dato notable para conocer la difusión del culto de la patrona de
Cataluña en la América española 17.

13 Laudationes, 1 1 -1 2 · Ese ejemplar se conservaba en Málaga, en la bi­


blioteca del colegio de la Compañía de Jesús.
14 P. H e r n á n d e z , Organización social de las doctrinas guaraníes de la
Compañía de Jesús, I (Barcelona 19 13) 216, escribe que Peramás “ fue por tres
años doctrinero de los guaraníes“ .
15 Laudationes, 13 .
16 Ibid., 15.
17 Cf. A . M. A lbareda, Historia de Montserrat (Montserrat 1931) 314-
3 1 5 ; y Laudationes, 12 2 -12 3. [Sobre la universidad de Córdoba, encomendada

j
i6* fosé Manuel Peramas 351
A partir de 1768 la vida de Peramas no difiere de la de sus com-
pañeros de infortunio: exilio en Córcega, desembarco en Sestri,
viaje penoso hasta las Legaciones pontificias* En el archivo de las
religiosas ursulinas de Parma se encuentran curiosos documentos
sobre la amabilidad con la que aquellas damas acogieron a los jesui-
tas españoles a su paso por los Estados del duque don Fernando*
Entre los testimonios de gratitud conservamos el de un compañero
del padre Peramas, que había entrado en jsu misma provincia jesuítica
y se trasladó también al Paraguay, el aragonés padre Manuel Arnal*
Éste, apenas hubo llegado a Regg io, de paso hacia Faenza, el 29 de
noviembre de 1768 escribía a las ursulinas de Parma en su inseguro
italiano:
Illustrissime signore, Ilustrísimas señoras:
io ho compresso benissimot dai don He comprendido perfectamente, por
che le signorie loro illustrissime mi los dones con que sus señorías ilus­
hanno favorito in numero di due vola­ trísimas me han favorecido en núme­
te sette, quanto esse sian ripiene del ro de dos veces siete, cuán llenas es­
sette doni dello Spiritu Santo, dap- tán de los siete dones del Espíritu
poiché tanto insistono in questo nu­ Santo, puesto que tanto insisten en
mero sacratissimo nell'atto di eserci- este número sacratísimo en el acto
tar la singularissima lor pietá verso de ejercitar su singularísima piedad
di noi, poveri esuli. E non potendo para con nosotros, pobres desterrados.
io lasciar di dar loro alcuna mostra N o pudiendo dejar de darles alguna
della mia gratitudine, né altro rima' prueba de mi gratitud, y no quedán­
nendomi in queste nostre calamitose dome nada más en estas nuestras ca­
circostanze, mi son preso Tardire di lamitosas circunstancias, me he atre­
mandar loro, non senza rossore, uno vido a mandarles, no sin sonrojo, una
scjugatojo indiano di bambagia ameri­ toalla india de guata americana, he­
cana, laborato dai poveri indiani, che cha por los pobres indios, que no
non ha altro merito che di venir da- tiene otro mérito que venir de los
gli ultimi confini della terra, e di es- últimos confines de la tierra, y ser
ser lavoro di anime innocenti, di fre­ trabajo de almas inocentes, llegadas
sco venute al lume della fede. ha poco a la luz de la fe.
La gracia del Signore sia quella che Sea la gracia del Señor la que las
le ricolmi di doni sempre piü preziosi llene de dones siempre más precio-

a los jesuítas, y su anejo colegio de Montserrat vid. J. R. del Franco, Esta-


blecimiento y progreso de los primeros estudios superiores de Córdoba2 (Cór­
doba R. A . 1946), y J. Gracia, Los jesuítas en Córdoba (Buenos Aires 1940).]

0 u OT£C á ÍUí;:IVJ „ ,
35* IIL El grupo catalano-aragonés
e le renda feconde in ogni genere di sos, y las haga fecundas en toda clase
buone opere, affinché seguitino a de buenas obras, para que continúen
sparger ampiamente, come hanno fat* difundiendo ampliamente, como han
to sinora, il suavissimo odore e i hecho hasta ahora, el suavísimo per*
frutti copiosi della loro splendidissima fume y los frutos copiosos de su es*
carita. Piaccia al Signore d’ esaudir pléndida caridad. Quiera el Señor es*
questi miei voti, come istantemente cuchar estos mis votos, como ins*
ne lo prego, e humilmente le supplico tantemente se lo pido, y humilde*
a raccomandarmi airAltissimo, finché mente les suplico me encomienden al
abbia la sorte, come spero, di riverir* Altísimo, hasta que tenga la suerte,
le, e secco abbocarmi nel mió ritorno como espero, de saludar y encontrar
alPIndie, acciocché, siccome io nelle a ustedes en mi regreso a las Indias,
míe missioni ho depositato, sino al a fin de que, así como yo en mis mi*
mió ritorno, nel Sacro Cuore di Gesü, siones he depositado, hasta mi regre*
piü centinaja á fanime, sue leggiadris* so, en el Corazón de Jesús, varios
sime spose, perché le preservi da ogni centenares de almas, encantadoras es*
macchia, cosí puré si degni di custo* posas suyas, para que las preserve de
dire sempre e conservare nel mede* toda mancha, también se digne cus*
simo suo Sacratissimo Cuore le signo* todiar siempre y conservar en su mis*
ríe loro illustrissime pure e innocen* mo Sacratísimo Corazón a sus señorías
ti, unitamente con me, indegnissimo ilustrísimas puras e inocentes, junta*
peccatore. mente conmigo, indignísimo pecador.
Regio, 29 novembre 1768. D i V . S . Reggio, 29 de noviembre de 1768.
111.me humil.mo servitore e capella* De vuestras señorías ilustrísimas muy
no, Emmanuel A m al 5 . J. 18. humilde servidor y capellán, Manuel
A m al 5 . L

Parecidos serían los sentimientos y esperanzas de su compañero


catalán en lo que se refiere a las tierras americanas, a las cuales de*
dicará en Italia todos sus ocios eruditos.
Establecido en Faenza con los demás compañeros de la provincia
paraguaya, Peramás se quedó en aquella pequeña ciudad de la Ro*
maña aun después de la supresión de la orden. Antes de 1773, ni la

18 Parma, archivo de las religiosas ursulinas, núm. 19 3. De otros misio*


ñeros españoles anónimos provienen diversos mss. setecentistas sobre el Pa*'
raguay, conservados en bibliotecas italianas, tales como p. e. el cl.II.419 de la
Comunale de Ferrara (Exacta relación de las misiones del Paraguay, 168 pá*
ginas, con mapas), y otros de la Vaticana, y de la Comunale de Bolonia
(cf. IMBI, X X X I I , págs. 71*72, 149).
i6. José Manuel Petamos 353

condición tan incierta de los desterrados, ni la ocupación que se le


asignó de enseñar retórica a unos sesenta jóvenes jesuítas, le permi­
tieron emprender obra alguna literaria* Sólo en los últimos anos de
su vida pudo distribuir su tiempo entre la oración y la composición
de varias obras. Así lo halló la muerte el 23 de mayo de 1793. Sus
cenizas reposan en la antigua iglesia de los jesuítas en Faenza.
Peramás no fue muy conocido en los cenáculos literarios ita­
lianos, donde, en cambio, tantos compañeros y paisanos suyos eran
o estimados o censurados por sus obras, pero casi siempre respeta­
dos por su ingenio, hasta de parte de sus más encarnizados adver­
sarios. Cían, en $u conocido estudio, ni siquiera cita su nombre, que
sólo de paso viene mencionado por el padre Gallerani19.
Ahora Furlong — que ha recogido con esmero todas las noticias
que $e poseen sobre los manuscritos del padre Peramás20— no pue­
de citar una sola carta suya a algún literato italiano contemporáneo,
mientras por el contrario son muchos miles las que se conservan de
sus compañeros de infortunio.
Pero esto no supone inferioridad de ingenio. Basta pensar que
Peramás dedicó todos sus estudios a América y a la Compañía — ge­
neralmente a la obra de los jesuítas en el Paraguay— para compren­
der que tales obras han tenido que interesar principalmente a los
americanistas y a los jesuítas, tanto a sus contemporáneos del Sete­
cientos como a los de nuestros días. Obras muy difundidas fueron
su De vita et moribus sex sacerdotum paraguaycorum (1791) — ele­
gantes biografías de los padres Vergara, Querini, Andreu, Escan­
den, Sans 21 y Griera, con una introducción general sobre las reduccio­
nes del Paraguay comparadas con la República de Platón22— y el

19 CC (1896) I, 560 n.
21 A esta biografía del padre Vicente Sans se deben principalmente las
noticias referentes a la Virgen del Incendio, de la ciudad de Salta, enviada
por él al padre Pedro Ferrussola, profesor de teología en Cervera. Cf. F . R az -
QUIN I FabregaT, La Mare de Déu de l’lncendi. Assaig monografic (Cervera
1932) [y G . Furlong, Vicente Sans y José Sans, en Estudios, 73 (1945) 250-
264].
22 [Sobre la importancia de este prólogo en la historia del americanismo
del siglo x vm , vid. infra, págs. 579-581, 583-584; y J. M . Peramás, La Repú-
blica de Platón y los guaraníes, trad. de J. Cortés del Pino, introd. de G.

L. HISPANO-ITALIANA. — 23
354 III* El grupo catalano-aragonés

volumen postumo D e v ita e t m o rib u s tre d e cim v iro ru m p a ra g u a y-


co ru m (1793), precedido de una breve biografía del autor*
De menor importancia, por lo que se refiere a la historia ame­
ricana, aunque también importante para la historia de la Compa­
ñía en los turbios momentos que precedieron a la disolución, es la
crónica de la expulsión del Paraguay, escrita por Peramás primero
en español, y después traducida — o más bien refundida— por él
mismo al latín* A pesar de haber permanecido por mucho tiempo
inédita23, la obra debió de tener ya bastante difusión en el último
Setecientos 24*

Furlong (Buenos Aires 1946)* Cf. R* Orta N adal, U n aspecto de la historio­


grafía y etnología jesuíticas del Litoral* La idea de cultura en José Manuel
Peramás, separata del Anuario del Instituto de investigaciones históricas (San­
ta Fe 1953)*] '
23 Primero se publicó en italiano, en G . BOERO, Menologio di pie me-
morie di alcuni religiosi della Compagnia di Gesü (Roma 1859), ap. ■ II. El
texto español apareció en la Revista eclesiástica del arzobispado de Buenos Aires,
y el latino en Letters and N otices, io -ii (Roehampton 1875-77). [V id . G* Fur­
long, José Manuel Peramás y su Diario del destierro (176 8 ) (Buenos Aires
1952).]
24 Cf. Prima lettera di N N ., ex-gesuita spagnolo, ad un amico sopra i
giornali de* gesuiti Giuseppe PeramaZ ed Alfonso PereZ, tradotta dallo spagno­
lo in italiana favella♦ A E E R , 340.
17

DOS H EBR A ÍST A S C A T A L A N E S AMIGOS DE G IA N


BERNARDO DE RO SSI:
G A LLISSA Y PLA

En el policromo tapiz político que era la Italia setecentista — con


variedad infinita de tendencias, matices y estilos de un Estado a
otro— , tal vez los ducados parmenses fueron los que supieron her­
manar con más finura las nuevas corrientes dieciochescas con la más
auténtica tradición italiana*
Gustos nuevos, francesest despóticamente victoriosos, que convier­
ten toda Europa en una super-Francia cultural* Parma y Nápoles,
cortes borbónicas, son centros naturales de recepción e irradiación
de la cultura gala: todo un museo de arte francés se ha podido for­
mar con los restos del palacio versallesco de Colomo, residencia pre­
ferida del duque Fernando, discípulo de Condillac*
Pero juntamente — en perfecta fusión espiritual— la más autén­
tica tradición aristocrática de las minúsculas cortes del Renacimiento
tuvo en Parma una tardía, exquisita, floración* Y la capital de los
ducados borbónicos se convirtió — italianamente— en una ciudad-
mecenas* De toda Italia acudían los literatos, los eruditos, los artistas,
que hallaban ápoyo y aliento en el bondadoso duque afrancesado*
Del Piamonte — en plena fermentación intelectual, preludio del
próximo Risorgimento— llegan a Parma tres grandes hombres: Giam-
battista Bodoni, principe dei tipógrafo; el teatino Paolo María Pa-
ciaúdi, arqueólogo, historiador, enemigo de los jesuítas — es ésa tam-

* Publicado en Sefarad, i (1941) 255-278, con el título Dos hebraístas


españoles amigos de Gian Bernardo De Rossi; ahora se le da el título que le
había puesto el autor. Damos las notas con numeración corrida.
356 III. E l grupo catalano'aragonés

bien una nota muy siglo XVIII— ; y el abate Gian Bernardo De Ros*
si, “ que en los estudios de literatura hebraica — [dice el agudo y dili-
gentísimo historiador de la cultura piamontesa en el Setecientos, Car­
io Calcaterra]— construyó un edificio de piedra viva que aún hoy
día permanece en pie” K Su tratado De praecipuis causis ac momen-
tis neglectae hebraicarum litterarum disciplinae (Turín 1769), sus
Variae lectiones Veteris Testamenti ex immensa manuscriptorum edu
torumque codicum congerie haustae (Parma 1784-88) y sus dos dic­
cionarios de escritores judíos y árabes (Parma 1802 y 1807) son los
más pulidos sillares de ese monumento de las letras semíticas·
Todos los escritores establecidos en el ducado borbónico partici­
paron, naturalmente, del contacto con España mantenido por la corte
que les protegía: Bodoni se gloriaba de ser impresor de su majestad
católica; Paciaudi extractaba y utilizaba en sus trabajos históricos
viejas crónicas castellanas y catalanas, se preciaba de su amistad con
Pérez Bayer y — a pesar de su antijesuitismo-— se escribía con Juan
Francisco Masdeu; De Rossi estuvo en contacto con el diplomático
Azara, con Rodríguez de C astro — autor de la Biblioteca rabínico<es<
pañola— , y con los expulsos Andrés, Masdeu, Gallissá y Pía·
El día que se publique el epistolario de los jesuítas españoles des­
terrados a Italia por Carlos III, aparecerá claramente la alta significa­
ción de los viejos ducados farnesianos en la historia de las relaciones
culturales hispano-italianas· Ahora, como un simple avance, ofrezco el
carteo mediado entre Gian Bernardo De Rossi y los dos ex-jesuitas
catalanes Luciano Gallissá y Joaquín Pía·1

1 II nostro imminente Risorgimento (Torino 1929) 469* Vid* G . B. D e


Rossi, Memorie storiche (Parma 1809); T he Jewish Encyclopedia, X (1905)
486; G . Mezzacasa, G . B. De Rossi (Torino 1929); Enciclopedia italiana, XII
(1931) 654 (G. Levi Della V id a); [ A . V accari], Una gemma del clero ita-
Hanoi G. B. De R ., C C 83 (1932) III, 343-352, 459-469 [ y en Id ., Scritti di eru-
dizione e di filología, II (Roma 1958) 449-469, con el título II piü grande ebraista
delVltalia cristiana: G . B. De R .]; N atali, I, 566, escribe: “ si attende ancora
una diligente esplorazione di tutti i suoi mánoscritti, serbati nella R. Biblio­
teca Palatina di Parma” . Véase, con todo, P. Perreau, Cataloghi dei codici
orientali di alcune biblioteche dTtalia, II (Firenze 1880) m - 1 5 2 ; A . Bo-
selli, R. Biblioteca palatina: nuovo ordinamento dei carteggi, en ha bibliofú
lia, 24 (1922-23) 224-228; G . Gabrieli, Mánoscritti e carte orientali nelle bu
blioteche e negli archivi dTtalia (Firenze 1930) 77-87.
i7♦ De Rossi, Gallissa y Pía 357

De Rossit aquí, no necesita especial presentación* Sí, en cambio,


sus dos correspondientes*
Luciano Gallissa y Costa había nacido en Vich en 1731* Fue uno
de los prohombres que, alrededor de don José Finestres, crearon en
Cervera una fina cultura humanista y erudita, que la expulsión de los
jesuítas vino a truncar* Luego, en Ferrara, fue bibliotecario de la uni-
versidad, y ejerciendo este cargo se puso en relación con De Rossi*
En Italia fue el prototipo del intelectual de ateneo y de tertulia, ad-
mirado en el pequeño círculo de sus amistades por su ingenio y por
su cultura, pero perezoso para emprender obras serias, dignas de los
talentos que todos en él reconocían* Sólo en Vich, adonde regresó
en 1798, pudo dar cima a una obra de tema y estilo cervariense, su
De vita et scñptis Josephi Finestres 2* Falleció en su misma patria, a los
4 de noviembre de 1810*
Más conocido del mundo libresco, aunque seguramente de menos
valer personal, fue el padre Joaquín Pía, natural de Aldover, en la
comarca tortosina, donde vio la luz el 6 de abril de 1745* Sus aficio­
nes, ya desde su juventud^ se encauzaron hacia la filología* Sus estu­
dios provehzalistas en Italia nos lo presentan como a un precursor de
Milá y Fontanals* Fue vicebibliotecario de Ferrara cuando Gallissa
era el director de aquella librería universitaria; más adelante, en 1794,
alcanzó la, cátedra de lengua caldea en la célebre universidad de Bo­
lonia* El año 1798, cuando Carlos IV levantó el entredicho a los
jesuítas expulsados por su padre, regresó a España, pero para ser de
nuevo desterrado al cabo de pocos años* Establecido en Roma, fue
nombrado prefecto de la biblioteca Barberini, volvió a entrar en la
Compañía de Jesús, restablecida por el papa Pío VII en 18 14 , y mu­
rió en la casa profesa de Roma el 1 1 de octubre de 1 8 1 7 3*
De las relaciones de ambos jesuítas españoles con el gran hebraísta
de Parma hemos de contentarnos con un conocimiento unilateral, es
decir, con las cartas que ellos, como bibliotecarios de Ferrara, envia-

2 [Vid* supra, págs* 66*67, e infra, págs* 484*486.]


3 Sobre Gallissa vid. Casanovas, I, passim; Id ., Bálmes: la seva vida,
el seu temps, les seves obres, I (Barcelona 1931) 12*15? R. Casadevall, E l
P* Gallissa y el marqués de Avilés: discurso biográfico (Vich 1940). Sobre
Pía, S* D ebenedetti, Tre secoli di studi provenZali: X V l^ X V IlI, en Provenza
e Italia (Florencia 1930) 141*18 3 [y Estudio 18]♦
35» IIL El grupo catalano^aragonés

ron a De Rossi: las de este último recibidas por Gallissa y por Pía
se han perdido; con todo el resto de sus papeles*
Como he advertido yat en este artículo se trata sólo de dar un
avance del epistolario mediado entre los dos jesuítas expulsos y el
hebraísta De Rossi* Con ello se podrá ya apreciar la asiduidad de
sus relaciones literarias» y cómo se interesaban por las magnas obras
bíblicas de De Rossi —sus Variae lectiones Veteris Testamenti y el
Tratatto della vana aspettazione degli ebrei del loro Messia— y por
la Biblia ferrárteme y demás traducciones hebraicoespañolas* Dejan**
do» pues» para una futura edición crítica la anotación exacta de estos
documentos» conservados en la Palatina de Parma, aquí me contento
con publicarlos por vez primera» entremezclando las cartas de ambos
hebraístas» según exige el orden cronológico*

DE LUCIANO GALLISSA

i] Ferrara, 7 gennaio 1781* Ferrara, 7 de enero de 178 1 4.


IlLmo Sig.re P.rone Col.mo 4
5, Ilustrísimo señor y dueño:
ho diferito la risposta alla sua sti* H e retrasado la respuesta a su muy
matissima fino a ricevere i libri spe- apreciada carta, hasta haber recibido
diti da Lei, i quali» per vari acciden* los libros que usted me envió, los cua*
ti» si sono trattenuti lungo tempo nel les, por varios azares, han quedado
Ponte Lago Oscuro* Mi sono capitati retenidos mucho tiempo en el Ponte
finalmente, e tutto combina egregia* Lago Oscuro. Finalmente me han lie*
mente, e le ne do avviso. Attendo la gado, y todo va muy bien. Le doy
risposta dei conte Rezzonico. Si cer* aviso de ello. Espero la respuesta del
cherà, oltre al Borsetti» che sono due conde Rezzonico. Se intentará dar,
tomi in 4.0 grande, di dar qualche al* además del Borsetti, que son dos to*
tra cosa istorica di Ferrara. mos en 4.° grande, alguna otra cosa
Don Gioachino6 sarà sicuramente histórica de Ferrara.
uno degli associati alla sua grand'ope* Don Joaquín 6 será, cierto, uno de
ra delle Varianti 7. Bramerebbe poter los suscritores de su gran obra de
contribuire all'intrapresa, ma manca* las Variantes 7. Él quisiera poder con*

4 [Traducciones de Francisco Miracle.]


5 [ A saber: “ Illustrissimo signore, padrone colendissimo” .]
6 Joaquín Pía.
7 Variae lectiones Veteris Testamenti del abate De Rossi (Parma 1784*88).
ly* De Rossi, Gallissa y Pia 359
no libri. H a fatto ricerche fra questi tribuir a la empresa, pero faltan li­
hebrei, ma essi rispondono che Tab. bros. Ha investigado entre los judíos
De Rossi porto via quello che aveva- de aquí, pero éstos le responden que
no di meglio. Nientedimeno, se le ca­ el abate De Rossi se llevó lo mejor que
pita qualche cosat la servira con pia- tenían. Ello no obstante, si se le pre­
cere, poiche e uno che stima e ammi- senta algo, le servirá con gusto, pues
ra il suo merito singolare. estima y admira su mérito singular.
Io, per agevolar in quel poco che Y o , para favorecer en lo poco que
posso una opera tale, ne proporro puedo una obra de tal importancia,
Tacquisto e la associazione per la Bi- voy a proponer su compra y suscrip­
blioteca. Deside[re]rei sapere se fos­ ción para la Biblioteca. Desearía saber
se mai stampato il suo Compendio de si está ya impreso su Di&onario sto-
la biblioteca Hebraica dei Wolfio, di rico degli autori ebrei... [18 0 2 ], del
cui Elia mi pario. Qualora sia publi­ que usted me habló. Si se ha publi­
cato, la prego di darmene avviso. Elia cado, le ruego me lo comunique.
veda di moderar le sue gloriose fati- V ea de moderar sus gloriosos trabajos
che letterarie, e m in o ri de’ suoi co­ literarios, y hónreme con sus órdenes,
mandi, mentre con piena stima mi mientras con plena estima me profeso
professo di V.S.Ill.m a div.mo, obb.mo de vuestra señoría ilustrísima muy
servitore, Luciano Gallisa. devoto y rendido servidor, Luciano
Airill.m o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo Gallissa*
/ Il Sig.r A b .e Gianbernardo De Ros­ A l ilustrísimo señor y dueño / el
si / Parma. señor abate Gian Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO GALLISSÁ

2] Ferrara, 23 febbraio 178 1. Ferrara, 23 de febrero de 17 8 1.


Ill.mo signore, Ilustrísimo señor:
ho diferito la risposta alia stimatis- He retrasado la respuesta a su muy
sima sua lettera per rispondere piü apreciada carta, para poder responder
esattamente a tutti i capí della mede- con más exactitud a todos sus puntos,
sima, alcuni de* quali chiedevano algunos de los cuales requerían cier*
qualche ricerca, che non ho potuto né tas investigaciones, que tampoco he
anche fare, a motivo delle vacanze podido hacer, con motivo de las vaca*
del carnevale. ciones de carnaval.
L/ab. Pía gradisce infinitamente El abate Pía agradece infinitamente
Tagevolezza usatagli nell'acquisto def las facilidades que se le han dado
libri finora da Lei publicati, che stima para la compra de los libros hasta
360 IIL El grupo catalano-aragonés

assaissimo, unitamente al loro autore. ahora publicados por usted, que él es­
Gli accetta tutti volentieri al prezzo tima muchísimo, junto con su autor*
stabilito da Lei, toltane la Typografia Con mucho gusto los acepta todos, al
hebr. ferrar*, di cui ne abbiamo noi precio fijado por usted, excepto el
diverse copie, ed egli desidera piuto- De typographta hebr♦ ferrar., del
sto acquistare la ristampa di Germa* que poseemos varios ejemplares, y él
nia* M'impone di ringraziarla distin­ desea más bien adquirir la reimpresión
tamente e d'offrirle i suoi servizi. de Alemania. Me encarga le dé atentas
I libri proposti da Lei per la nostra gracias y le ofrezca sus servicios.
Librería sono veramente pezzi da bi­ Los libros que usted ha propuesto
bliotheca publica ; ma, tratandosi di para nuestra Biblioteca son, desde
libri di quasi mera curiosità e man­ luego, piezas dignas de una biblioteca
cando la librería di Ferrara di parec- pública ; pero, tratándose de libros
chi libri d'uso ed anche necessari per de casi mera curiosidad, y faltando
i professori e gli scolari, difícilmente en la Biblioteca de Ferrara muchos
si potrá conduder nulla* Fra i dupli­ libros útiles y aun necesarios para los
cati délia Biblioteca pochi saranno profesores y alumnos, difícilmente se
quelli che possano fare per Lei : oltre podrá resolver nada. Entre los dupli­
il Masio, solo mi sovviene del Híero- cados de la Biblioteca pocos serán los
tico di Bochart, d'edizione di Londra* que puedan convenirle : aparte del
Ma siccome la Bibbia di Ferrara inté­ Masio, sólo recuerdo el HieroZoicon de
ressa il paese, s’ acquisterebbe questa Bochart, en edición de Londres. Pero,
volontieri, qualora il prezzo non di- como la Biblia de Ferrara interesa
spiacesse* Prendero parimenti le opere aquí, se adquiriría de buena gana,
di Lei che ci mancano. L 'a b . Pía è siempre que el precio no desagradase.
in contrato del Synopsis criticorum Tomaré igualmente las obras de usted
del Poli, ed intanto non pensa ad altri que nos faltan. El abate Pía está en
acquisti. N on ma[n]cheró dopo di co­ tratos para la Synopsis criticorum de
municarle le sue risoluzioni, poich’Ella Poli, y entre tanto no piensa hacer
mostra tanto impegno per favorirci. otras compras. N o dejaré de comuni­
Le Lettere critiche di M* Simon le carle más adelante sus decisiones, ya
acquistai dalla librería Soranzo, e le que usted muestra tanto interés en
pagai scudi due o lire 20 venete : le favorecernos. Las Cartas criticas de
dette Lettere sono assai meno rare che M . Simon las compré en la librería
la Biblioteca critica, per essere stata Soranzo, y pagué por ellas dos es­
questa soppressa e non mai ristam- cudos, o veinte liras venecianas;
pata; io comprai Puna e Paîtra opera dichas Cartas son mucho menos raras
per lo stesso prezzo, que la Bibliothèque critique, por ha­
Abbiamo già il Catalogo di Creven- ber sido ésta retirada, y jamás reim­
na, ed aspetto a momenti la Biblio- presa ; compré ambas obras por el
grafid di M* De Bure, Un mio amico, mismo precio.
i7* De Rossi, Gallissa y Pía 361

che vive vicino a Ferrara* si trova per Ya tenemos el Catalogue de Creven«


accidente con due copie del tomo i.° na* y espero de un momento a otro
delle Disquisitioni pliniane del conte la Bibliographie de M . Debure. Un
de la Torre Rezzonico. Desidera cam« amigo mío* que vive cerca de Ferrara*
biarne una copia col tomo 2 .0 Non posee por azar dos ejemplares del
credo che vi possa essere difficoltá per primer tomo de las Disquisitiones
parte dello stampatore* il quali [ síc ] plinianae del conde de la Torre Rezzo«
completa c o sí un esempíare di detta nico. Desea cambiar un ejemplar con
opera. Mi preme di servire quella el segundo tomo. N o creo que pue«
persona che nTha pregato di procu« da haber dificultad en ello por
rargli questo cambio; se questo ha parte del impresor, quien completa
effetto* egli a sue spese espedirá a así un ejemplar de dicha obra. Me
Parma il tomo primo. Ella mi scusi interesa muchísimo servir a la per«
deirincomodo. Osserveró quello que sona que me ha pedido le procurase
Ella mi domanda intorno alia bibbia este cambio; si se lleva a efecto*
di Munstero* e le ne renderó conto. él enviará a su costa el primer tomo
Ella mi prescriva a chi debbasi con« a Parma. Perdóneme la molestia.
segnare il valore de* libri* e* pieno Averiguaré lo que usted me pregun«
di gratitudine e di vera stima, mi pro« ta respecto a la biblia de Miinster*
fesso div.mo* ubb.mo servitore* Lw« y le tendré al corriente.
ciano GalliZZa* Indíqueme a quién hay que entre«
Airill.m o ¡ Sig.r Sig.r P.rone Col.mo gar el valor de los libros; y* con
/ II Sig.r Á b . Bernardo De Rossi / plena gratitud y verdadera estima,
Parma. me profeso muy devoto y rendido
servidor, Luciano Gallissa.
A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

GALLISSA

3] Ferrara* 30 aprile 17 8 1. Ferrara* 30 de abril de 178 1.


Ill.mo Sig.r P.rone Col.mo* Ilustrísimo señor y dueño:
ho proposto a monsig.r Riminaldi e H e propuesto a monseñor Riminal«
ad altri Fesibizione da Leí fatta* ma, di y a otros la oferta que usted ha he«
per quanto essa fosse vantaggiosa alia cho; pero, aunque sea ventajosa para
pubblica Biblioteca* ho trovato gli la Biblioteca pública* he encontrado
animi poco portati per Facquisto de’ los ánimos poco inclinados a la
libri esibiti, per le ragioni dedotte nel« adquisición de los libros propuestos*
Fultima m ia; e la proposizione non por las razones aducidas en mi últi«
ha servito ad altro che a far differire ma; y la proposición no ha servido
362 IIL El grupo cabalano-'dragónés
la risposta alia sua stimatissima piü sino para hacer diferir la respuesta
di quello che avrei desiderato. a su muy apreciada, más de lo que
Volendo Ella far cambio de* libri yo hubiera deseado. /
publicati da Lei con altri, le ne pro­ Caso que usted quiera cambiar li­
pongo la permuta con la Grammatica bros publicados por usted, con otros,
greca di Lascaris, edizione di Ferrara» le propongo la permuta con las Groe-
la quale mostró desiderio d'avere, e cae institutiones de Láscaris, edición
col Perotto, Varrone, Festo e Nonio de Ferrara, que mostró interés en po­
Marcello, edizione di Ferrara, messa seer, y con Perotti, Varrón, Festo y
dal De Bure tra i libri rari e ricercati Nonio Marcelo, edición de Ferrara,
per la forma singolare de* caratteri, i puesta por Debure entre los libros
quali stimo 16 paoli, ch*e la somma raros y buscados por la forma singu­
del valore de' suoi libri» dedottane la lar de los tipos; los valúo, todos jun­
Tipografía ferrarese. Se il cambio tos, en 16 paulos, suma del valor de
1'accommoda, puó Ella mandare due sus libros, excluyendo el De typogra-
copie de' libri, fuorche la detia Tipo- phia ferrariensú Si el cambio le aco­
grafía. La nostra Biblioteca non ha moda, puede mandarme dos ejempla­
nessuna delle bibbie ebraiche di Mun- res de los libros, excepto dicha T ú
stero, ch'Ella accenna, ne tra i dupli­ pografía. Nuestra Biblioteca no tiene
cati in questo genere di letteratura ninguna de las biblias hebraicas de
credo che abbia altro che possa fare Münster a que usted alude, ni creo
per Lei, fuorche il Masio e il Hiero- que entre los duplicados de este gé­
ticen di Bochart, edizione di Londra. nero de literatura se encuentre nada
II prezzo del primo in contanti netti que pueda interesarle, fuera del Ma­
e di scudi romani tre; quel del se- sio y el HieroZoicon de Bochart, edi­
condo, di zecchini due. ción de Londres. El precio neto del
Se Ella desidera d 'avere una nota primero en contante es de tres escu­
d e' libri d'altro genere, le ne trasmet- dos romanos; el del segundo, dos
teró una 8 di quelli che credo piü in- cequíes.
teressanti. L e rendo mille grazie per Si usted desea tener una nota de
la sua premura intorno al cambio delle los libros de otro género, le mandaré
Disquisizioni pliniane. Non potendosi una de los que creo más interesan­
fare il cambio libro per libro, Tamico tes. L e doy mil gracias por su dili­
non e in grado presentemente d'ac- gencia acerca del cambio de las D ís-
quistare due copie del tomo 2 .0 quisitiones plinianae. N o pudiéndose
lo le rinuovo di cuore i miei piü hacer el cambio libro por libro, el
sinceri ringraziamenti, e si persuada amigo no se halla actualmente en con­
che, se le cose dipendessero da me diciones de adquirir dos ejemplares
solo, non si sarebbe trascurata una del segundo tomo.

8 Aquí, tachada, se lee la palabra: nota.


ij. De Rossi, Gdlissà y Pla ____________________________ 363

occasione che forse non capiterà mai Le renuevo de corazón mi más sin«
più; e, con tutta la stima, sono cero agradecimiento, y puede estar
umil.mo, div.mo servitore, Luciano seguro de que, si las cosas dependie«
Gallizzà♦ sen de mí, no se habría desechado
Airil.m o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo una ocasión que quizás no se presen«
/ Il Sig.r A L Bernardo De Rossi / te ya más; y, con toda mi estima, soy
Parma. de usted muy humilde y devoto ser«
vidor, Luciano Gallissa♦
A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO GALLISSA

4] Ferrara, 13 novembre 178 1. Ferrara, 13 de noviembre de 17 8 1.


Ill.mo Sig.r P.rone Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
con placer sommo ricevo la stima« Con sumo placer recibo su muy apre«
tissima sua, con la gentile esibizione ciada, con la gentil oferta de la B*«
délia Bibbia ferrarese con le appen« bita ferraresa con los apéndices, que
dici, che sono, ne più ne meno, quali son, ni más ni menos, como usted
Ella dice nelPultima. L'affare resta dice en su última. A sí, pues, el asun«
dunque conchiuso. Accetto parimente to queda concluido. Acepto también las
le opere di Lei che mancano alla Bi« obras de usted que faltan en la Bi«
blioteca, pet i prezzi fissati. Presen« blioteca, por los precios fijados. Aho«
temente non posso dirle le opere che ra no puedo decirle las obras que nos
non abbiamo; lo faro Tordinario ven« faltan; lo haré en el próximo ordi«
turo. nario.
L'ab . Pla, il quale la riverisce di« El abate Pla, que le saluda atenta«
stintamente, desidera ed aprezza som« mente, desea y aprecia en gran mane«
mámente tutti i libri di cui Ella man« ra todos los libros de que usted man«
dô nota. Il possessore de* due primi dó nota. El poseedor de los dos
tomi delle Disquisitioni pliniane non primeros tomos de las Disquisitiones
ha veruna istoria di Ferrara, fuorchè plinianae no tiene ninguna historia de
Borsetti, Historia gymnasii ferrarien* Ferrara, fuera de Borsetti, Historia
sis, in 4.0, vol. 2 ; ha un Plinio, stam« almi Ferrariae gymnasii, en 4.0, 2
pa d'Aldo, in 8.°, vol. 4, colPindice, vols.; tiene un Plinto, impreso por
che darebbe volontieri. Ella, se lo sti« Aldo, en 8.°, 4 vols., con el índice,
ma bene, potra veder se si puó con« que daría de buen grado. Usted verá,
cluder niente. si así gusta, si se puede combinar algo.
364 HL El grupo catalano^aragónés

Spero di trovar la maniera di farle Espero encontrar la forma de ha­


consegnar costà il denaro e della Bib- cerle mandar ahí el dinero de la Bi-
bia e degli altri libri di Lei. Sara blia y los demás libros de usted.
meglio dividerli in due fagotti, e la Será mejor dividirlos en dos paquetes,
prego di mandare col primo le due y le ruego se sirva mandar en el pri­
bibbie ferraresi ed il Catalogo di Cre- mero las dos biblias ferraresas y el
venna; la prego parimente di spedirli Catalogue de Crevenna; le ruego
quanto prima al Ponte Lago Qscuro, igualmente que los envíe cuanto antes
col mezzo de* pescaroli, col seguente al Ponte Lago Oscuro, por medio de
indirizzo: al sig. Gianbatista Goldini, los pescadores, a esta dirección: al se-
per il s ig J ab. D . Giuseppe Saiol. ñor Giambattista Goldini, para el se-
Ponte Lago Oscuro. La ringrazio infi­ ñor abate don José Sayol. Ponte Lago
nitamente per i suoi Annali, ecc. : li Oscuro. Le agradezco infinitamente sus
térro carissimi, come un pegno della Annali, e tc .: los guardaré con mucho
somma stima che conservq di Lei, amor, como prenda de la gran estima
dacchè ebbi la sorte di conoscerla? e que le tengo a usted desde que tuve
colla medesima sono di V» S . IlLma la suerte de conocerle; y con la mis­
dev.mo, obb.mo servitore, Luciano ma soy de vuestra señoría ilustrísima
Gallisá* muy devoto y rendido servidor, Lw-
AlPIll.mo Sig.r Sig.r P.rone Col.rno ciano Gallissa.
/ II Sig.r A b. Bernardo De Rossi / A l ilustrísimo señor y dueño / el
Parma. señor abate Bernardo De Rossi / Par­
ma.

DE LUCIANO GALLISSA

5] Ferrara, 3 decembre 178 1. Ferrara, 3 de diciembre de 178 1.


Ill.mo Sig.r P.rone Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
ho ricevuto l'involto colie due co­ H e recibido el paquete con los dos
pie della Bibbia ferrarese ed il Cata* ejemplares de la Biblia ferraresa y el
logo di Crevenna. Ho appresso di me Catalogue de Crevenna. Tengo aquí
26 zecchini da mandarle. L a persona 26 cequíes para mandarle. La persona
che mi havea promesso di farli ha ve- que me había prometido hacerlos en­
re a Parma, mi dice d'avere giá sal­ tregar en Parma, me dice que ha sal­
dad i suoi conti. H o fatto ricorso ai dado ya sus cuentas. H e recurrido a
sig.ri Lugo e Bottoni, banchieri, ed los señores Lugo y Bottoni, banque­
alcun altro negoziante, ma nesuno ha ros, y a algún comerciante más, pero
accettato il partito, non havendo di nadie ha aceptado el encargo, no te­
riscuotere niente da costi. Finalmente niendo nada que cobrar ahí. Final-
ij. De Rossi, Gallissa y Pía 365

sono andato alia posta, dove volevano mente he ido a correos, donde me
10 paoli per il trasporto, somma che pedían 10 paulos por el transporte,
mi é sembrata esorbitante. lo ho pron* cantidad que me ha parecido exorbi*
ti i 26 zecchini a sua requisizione. tante. Tengo preparados los 26 ce*
Ella m'additi una qualche strada da quíes, a su disposición. Indíqueme al*
trasmetterli. In tanto io staro in trac* gún camino para mandárselos. Entre
cia. tanto yo también lo buscaré.
Attendo Taltro involto é la risposta Espero el otro paquete y la respues*
del conte Rezzonico. Se mai a questi ta del conde Rezzonico. Si acaso a
non piacesse il Plinio aldino, che deve éste no le gustase el Plinto aldino, que
probabilmente possedere, si cercherá probablemente debe poseer, se busca*
qualche altra cosa* ¡ Infallibilmente ac* rá alguna otra cosa. Decididamente
quisteró per la pubblica Biblioth[e]ca adquiriré para la Biblioteca pública
tutte le pregevolissime opere di Lei, todas las apreciadísimas obras de us*
che mancherahno a quella, e le ne ted que falten en ella, y le daré aviso
daró avviso giunti che saranno i libri en cuanto hayan llegado los libros de
di monsig.r Riminaldi. La Bibbia di monseñor Riminaldi. La Biblia de
Ferrara con le appendici non é giá per Ferrara, con los apéndices, no es ya
la nostra Bibliotheca: io ne proposi para nuestra Biblioteca: yo propuse
Tacquisto a mons. Riminaldi ed al su compra a monseñor Riminaldi y
collegio, che non fu gradito* Ho tro* al colegio, pero no se aceptó. Sin em*
vato pero la maniera di poterio [ síc ] bargo, he encontrado la forma de po*
servire, scrivendo a Madrid a una derle servir, escribiendo a Madrid a
persona che desiderava la Bibbia. una persona que deseaba la Biblia.
L'ab. Pia ñTimpone di salutaria, e El abate Pía me encarga le salude,
dice di fare tutto il possibile per tro* y dice que, hará cuanto pueda para
var qualche cosa che possa contribui* hallar algo con que poder contribuir
re ali'opera sua immortale* Che onore a su obra inmortal. ¡Q ué honor para
sará per Lei d'avere Ella sola esegui* usted haber conseguido y superado con
to e superato quello che ha fatto Ken* sus propias fuerzas lo que Kennicott
nicoto secondato dall’opulenza ingle* ha hecho apoyado por la opulencia
sel Io me ne rallegro con Lei, e, pie* inglesa! Me congratulo de ello, y,
no di stima, mi dico di V . S . 111.ma lleno de estima, me declaro de vuestra
obb.mo, dev.mo servitore, Luciano señoría ilustrísima muy rendido y de*
Gallisa. voto servidor, Luciano Gallissa.
Airill.m o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ Il Sig.r A b . Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi / Par*
Parma* ma.
366 HL El grupo catdano^aragonés

DE LUCIANO GALLISSÁ

6] Ferrara, 7 decembre 17 8 1. Ferrara, 7 de diciembre de 178 1.


Ill.mo Sig.r P.rone Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
con sommo mio dispiacere, dopo Con gran disgusto me di cuenta,
partita la posta, n^accorsi di non aver después que hubo partido el correo,
fatto affrancar la lettera, senza di che de que no había hecho franquear la
non parte. Cosa avera Elia potuto ima* carta, sin lo cual no sale. ¿Qué habrá
ginar de* fatti miei, vedendo manear usted pensado de mi modo de obrar,
lettera mia, quando era piu necessa­ viendo faltar carta mía cuando era
ria? N on saprei dire quanto mi e más necesaria? No sabría decirle
rincresciuto; ma io, stanco et annoia- cuánto me ha apenado; y es que yo,
to di tre altre lettere lunghe che do- cansado y aburrido por otras tres lar­
vetti scrivere, senza badar ad altro, gas cartas que tuve que escribir, sin
le mandai tutte in un fascio alia posta, fijarme las mandé todas juntas al
senza ricordarmi che le lettere per correo, sin recordar que las cartas
Parma vanno affrancate. Questo ordi­ para Parma han de ir franqueadas. Con
nario Elia ne riceverk dunque due 9, este ordinario, pues, recibirá usted
ne ho cosa alcuna d^ggiungere alia dos 9, y no tengo nada que añadir a
prima, se non che mi hanno fatto la primera sino que me han hecho
sperare nuovamente di farle capitare esperar otra vez para hacerle llegar
a Parma i 26 zecchini senza veruna a Parma los 26 cequíes sin ningún
spesa, e di rinovarie le mie scuse e la gasto, y renovarle mis excusas, y la
stima, con cui sono di V . S . Ill.ma estima con que soy de vuestra señoría
dev.mo, obb.mo servitore, Luciano ilustrísima muy devoto y rendido ser­
Gallisa. vidor, Luciano Gallissa♦
P. S. — Mi sono appigliato al par­ P. S. — Me he decidido a mandarle
tito di mandar i 26 zecchini per la via los 26 cequíes por medio de los pes­
de* pescaroli, a cui oggi saranno con- cadores, a quienes se les entregarán
segnati. D . Pia le manda un zecchino hoy. El abate Pía le manda un cequí
per non far rotti : quello che avanza entero, pará no tener que cambiar;
sara per accommodare qualche altro lo que sobre, servirá para saldar algu­
conto. D i nuovo mi rassegno a* suoi na otra cuenta. De nuevo me ofrezco
comandi ecc. a sus órdenes, etc.
Airill.m o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ II Sig.r A b. Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi /
Parma. Parma.

9 Se refiere a la carta anterior.


17* De Rossi, Gallissd y Pía 367

DE JOAQUÍN PLA

7] Ferrara, 1 1 marzo 1782* Ferrara» 1 1 de marzo de 1782.


IU.mo Sig.r P.rone Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
da quattro mesi e piti sono stato si Desde hace más de cuatro me*
grandemente occupato in un affare di ses he estado tan ocupado en un asun*
tanta premura, che non mi e stato to de tanta urgencia» que hasta estos
possibile il soddisfare la voglia che ho días no me ha sido posible satisfacer
sempre mai avuto di acquistare de* el deseo que siempre he tenido de
lumi dalle sue pregiatissime opere in adquirir enseñanzas de sus notabilí*
fino a questi giorni. Adesso che lo ho simas obras. Ahora que lo he conse*
agiatamente ottenuto, protesto a Lei guido a mis anchas» le aseguro a us*
con tutta la mia ingenuita che non ted con toda sinceridad que no podría
potrei spiegare quanto piacere abbia explicar el placer que he recibido le*
10 ricevuto nel legere queste sue eru* yendo estas sus eruditísimas y bien
ditissime e ben ragionate opere. Ho razonadas obras. H e hallado en ellas
ritrovato in esse quella immensa e aquella inmensa y profunda erudición
profonda erudizione orientale che ap* oriental que precisamente esperaba de
punto io mi aspettava dal suo labo* su laboriosísimo e infatigable ingenio.
riosissimo e iristancabile ingegno. Pos* Puedo asegurarle» por cuanto he po*
so bene assicurarla, per quanto io in dido ver y examinar en este género
questo genere di letteratura ho potuto de literatura» que sus obras serán es*
vedere e esaminare, che le di Lei ope* timadas» y con razón, por los enten*
re saranno con ragione stimate da* didos en filología oriental.
gPintendenti della filologia orientale. Lo que me apena mucho es que
Quello poi che mi dispiace assai si haya tan pocos aficionados a esta no
e che sieno si pochi i dilettanti di menos curiosa que interesante litera*
questa non meno curiosa che interes* tura, porque indudablemente le harían
sante letteratura» perche certamente la justicia que merecen sus tan lauda*
11 farebbono quella giustizia che si bles trabajos literarios. N o dudo lo
meritano le di Lei tanto lodevole [sic] más mínimo que el escritor de las Ri*
fatiche letterarie. Non dubito punto flessioni teologico+critiche contra su
che lo scrittore delle Riflessioni teolo* Trattato della vana aspettazione degli
gico'critiche contro il di Lei T rattato ebrei del loro Messia (obra, a mi jui*
della vana aspettazione degli ebrei dei ció, digna de la profunda meditación
loro Messia (opera» a mio giudizio, y diligencia con que usted se ha de*
d'una profonda meditazione e appli* dicado a los estudios talmúdico*rabí*
cazione» che Elia ha fatto negli studi nicos etc.), a quien usted refuta con
talmudico*rabbinici ecc.), cui Elia ri* la mayor solidez de razones y auto*
368 111. El grupo catalano^aragonés

futa colla maggior sodezza di ragioni ridades, ha procedido movido por al*
e autorita, sia stato mosso da qualche guna injusta prevención contra su
poco giusta prevenzione contro la di admirable erudición hebraico*talmúdi*
Lei ammirabile erudizione ebraico*tal* co*rabínica, capaz, por cierto, de ha*
mudico*rabbinica, capace per certo berle deslumbrado, o bien por alguna
d'averlo abbagliato, ovvero da una celotipia anidada en el ánimo de su
qualche cacozelia cavata neiranimo dei adversario, de modo que estoy por
suo avversario, in maniera che sto decir que le vendría muy bien a su
per dire che gli caderebbe ottimamen* antagonista aquel dicho de los ara*
te al suo antagonista quel detto degli b es: “ si el necio no hubiera mostra*
arabi: J» j* } ^ Ja U Jl V ^5 do su ignorancia, el avisado no hubie*
ra demostrado su talento“ , como*
JjU M come che la di Lei mo*
quiera que la moderación y sabia ma*
derazione e saggia maniera nel ribat* ñera de usted en rebatir las imputa*
tere le contrarie imputazioni e rasso* dones contrarias y reforzar sus pro*
dare le proprie sue opiniorii, verifica pías opiniones, verifica egregiamente
egregiamente Tuna e Taltra parte dei ambas partes del susodicho proverbio
prenarrato arabico proverbio. Elia sa árabe. Usted sabe perfectamente lo
benissime quello ch'io dico. que digo.
Oserei in oltre aggiungere, senza Además me atrevería a añadir, sin
verun’ombra di adulazione, essere il sombra alguna de adulación, que su
suo Trattato della vana aspettazione Trattato della vana aspetta&one etc.,
ecc. scritto con tanto giudizio e scelta ha sido escrito con tanto juicio y se*
di dottrina ebraico*talmudico*rabbini* lección de doctrina hebraico*talmúdi*
ca ecc., che non e facile che ci sia co*rabínica etc,, que no es fácil haya
nessuno a’ giorni nostri che potesse nadie en nuestros días que pueda
riuscire in cotesto soggetto si felice* triunfar tan felizmente como usted en
mente, come Elia ha fatto. L^stesso esa materia. Lo mismo digo de sus
ardisco dire delle tre eruditissime sue tres eruditísimas disertaciones Della
dissertazioni Della lingua propria di lingua propria di Cristo etc., contra
Cristo ecc. contro al sig.r Diodati, cui el señor Diodati, que usted doctísima*
Elia dottissimamente impugna con mente impugna con razones y autori*
delle ragioni e autorita, a mio giudi* dades, a mi juicio, de incontestable
zio, d^ncontrastabile momento. Mi fuerza. Me alegró muchísimo ver en
rallegrai moltissimo di vedere in esse ellas que mi parecer es conforme al
che il mio parere e al di Lei conforme suyo respecto a la lengua antigua
intorno alia lingua antica egiziana, ov* egipcia, o sea copta, que usted, con
vero cofta, la quale Elia difende, con gravísimos autores, defiende ser orí*
gravissimi autori, essere originaria* ginariamente diversa de las demás
mente diversa da tutte le altre lingue lenguas orientales; ni creo que se pue*
orientali, ne io credo che si possa pro* da probar lo contrario por las mu*
x7* De Rossi, Gallissa y Pia 36 9

vare il contrario ne dalle molte voci chas palabras griegas que en ella se
greche con essa framischiate, ne dal* han introducido, ni por el alfabeto,
1’alfabeto, parimente quasi greco, che de igual modo casi griego, que en sus
negii scritti loro si adopera. Pro ve* escritos se usa. Más bien ello probaría,
rebbe altresi, al mio avviso, che il a mi parecer, que el dominio griego
dominio greco de' Tolomei ebbe il de los Tolomeos ejerció el mayor in*
maggior inhusso che si possa imagi* flujo que se pueda imaginar en la
nar nella lingua degli egizi, non che lengua de los egipcios, y también en
ne' loro costumi, come ne £a fede sus costumbres, como atestigua el ara*
Tarabismo da tanto tempo introdotto bismo introducido desde hace tanto
in tutte quelle vaste provincie, che as* tiempo en aquellas vastas provincias,
solutamente si puo dire aver affatto del cual puede decirse en absoluto que
estinto gli avanzi delPegiziane anti* ha extinguido por completo los restos
chita. de las antigüedades egipcias.
Intomo poi alia sua erudita Dis* En cuanto a su erudita De praeci*
quis[it]io elenchetica de praecipuis puis caussis... neglectae hebraicae dis*
causis neglectae hebraicae disciplinae, ciplinae disquisitio elenchtica, no pue*
non posso non ammirare la di Lei do dejar de admirar su nada vulgar
niente volgare dottrina, massime nella doctrina, máxime en la manera de de*
maniera di difendere Tautenticita della fender la autenticidad de la Vulgata,
latina volgata1 edizione, disputa che disputa que resulta tanto más difícil,
riesce tanto piu difficile, quanto che cuanto son menos los que quieren o
sono pochi quelli che la vogliono o pueden entenderla rectamente, siendo
possono intendere a dovere, essendo tan poca o nula la aplicación al estu*
cosi poca o nessuna la aplicazione alio dio de las lenguas originales hebrea
studio delle lingue originali ebraica e y griega, tan necesarias para poder
greca, tanto necessarie per poterne juzgar acertadamente.
giudicare accertatamente. Apenas he terminado de leer esta
Appena ho terminato di legere co* disquisición, cuando me encuentro con
testa disquisizione, che mi trovo coi su Programma variarum lectionum
suo Programma della nova collatione V et. Testamenti, que yo tan ansiosa*
delle varianti, da me con tanta sma* mente anhelaba, como usted sabe, y
ma bramato, come Elia sa, il quale que me ha sido expedido vía Mantua
mi e stato mandato per la via di Man* por un amigo mío, a los pocos días de
tova da un mio amico, avendomi arri* haberme llegado la noticia de que ya
vata pochi giorni sono la notizia di había salido de la imprenta y se ven*
esser uscito dal torquio e d'aversi gia día al público; lo cual había desper*
spacciato al publico, cosa che tanto tado en mí un mayor deseo de verlo.
piu risvegliava in me il desiderio di Por las noticias que usted nos había
vederlo. Secondo le notizie che Elia comunicado sobre este Programma, me
ci aveva communicate su questo Pro* imaginaba, ciertamente, que sería

L. HISPANO-ITALIANA. — 2 4
372 _______________________ IIL El grupo catalano^aragonés
gramma, certamente mi imaginava ehe digno del concepto que yo tenía de
sarebbe degno dei concetto ehe io ave* su gran literatura y singular talento;
va della sua gran letteratura e singo* pero, después de haber visto este
lar talento; ma, dopo aver vediito magnífico proyecto, le aseguro que me
questo magnifico progetto, gli assicuro faltan palabras para manifestarle cuán*
che mi mancano le spressioni per ma* to supera a mi opinión esa tan lau*
nifestarli [sic] quanto di lunga sopra* dable como difícil empresa suya,
vanzi alia mia opinione la di Lei non sumamente útil a la república litera*
meno difficile ehe lodevole intrapre* ria.
sa, si utile alia repubblica letteraria. Usted sabe, como le dije ya en otra
Elia sa, come gli dissi un’altra vol* ocasión, que yo me suscribo de bue*
ta, ehe io mi sottoscrivo volentieris* nísima gana a esa obra, y estoy dis*
simo airassociazione, e sono pronto ad puesto a anticipar el cequí romano
anticipar; il zecchino romano per il para el primer tomo, cuando usted
primo tomo, quando Elia mi voglia me indique a quién lo debo entregar.
far sapere la persona cui Tabbia a Cuanto a los manuscritos o ediciones
consegnare. Riguardo poi a’ mss. o hebreo*bíblicas, de las que me habló
edizioni ebreo*bibliche, di che Ella y que usted menciona en su Programa
mi pario e ne fa menzione nel suo ma, hasta ahora no ha llegado nin*
Programma, infino adesso non mene guna a mis manos, a pesar de haber
ha capitata nessuna, se bene ho fatto hecho solícitas búsquedas, sobre to*
delle premurose ricerche, massime tra do entre estos judíos, que siempre me
questi ebrei, i quali sempre mi ri* responden que, sobre esta materia, el
spondono che Tab. De Rossi ha rac* abate De Rossi ha recogido cuanto se
coito su questa materia qua[n]to vi encontraba por aquí. Con todo, un
si ritrovava fra di noi. Niente di me* amigo mío me ha notificado que ha
no, ho avuta notizia da un mio amico dado con un Pentateuco hebreodati*
ehe gli aveva capitato un Pentateuco no, impreso en Venecia en 15 5 1 ex
ebreo*latino, stampato in Venezia 15 5 1 officina lustinianea. Si usted no lo
ex officina lustinianea. Se Elia non tuviese, y le interesase, intentaría ha*
lo avesse e facesse al suo caso, pro* cerme con él. Entre tanto, esté usted
curer ei di procacciarmelo. In tanto seguro de que tendré el máximo in*
Ella stia pur sicura ehe io avro tutta terés en servirle, rogándole al mismo
la premura per servirla, pregandola tiempo que me quiera conservar su
alTistesso tempo di volermi conserva* buena amistad.
re nella sua grazia. El señor bibliotecario me ruega le
Il sig.r bibliotecario mi prega di far* pregunte si en lo de las Disquisitiones
gli presente quello delle Osserva&oni plinianae, de que últimamente le es*
pliniane, ehe ultimamente gli scrisse, cribió, se ha decidido algo. La santi*
se cfe niente terminato. La Santitä dad de nuestro señor partió ayer por
di N . S. hier mattina parti da Ferra* la mañana de Ferrara para Viena;
17. De Rossi, Gallissà y Pia 371
ra per V ienn a; il suo viaggio è vera- su viaje se hace verdaderamente sin
mente senza sfarzo. Sarö forse stato pompa. Tal vez he escrito demasiado
troppo lungo; Ella mi scusi, e riceva largo; discúlpeme y reciba el testimo­
la stima che per Lei sempre ho por- nio de la estima que siempre le he
tato» rassegnandomele con tutta affe- profesado, reiterándome con todo afec­
zione div.mo, obbl.mo serv. vero» to su muy devoto, rendido y verda­
Gioacchino Plà. dero servidor, Joaquín Pía♦
AirilLm o Sig.r Sig.r P.ron Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ II Sig.r A b . Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi /
Parma. Parma.

DE LUCIANO GALLISSÀ

8] Ferrara, 22 luglio 1782. Ferrara, 22 de julio de 1782.


Ill.mo Sig.fe Sig.r P.rone Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
ho ricevuto due copie del suo ma­ H e recibido dos ejemplares de su
nifesto. Mi preme infinitamente di Programma. Tengo sumo interés en
servirla e di promuovere una opera servirle, y en difundir una obra que
che fa tantq onore alia religione ed tanto honra a la religión y a usted.
a Leí. Finora non nTé riuscito trova­ Hasta ahora no he podido encontrar
re nessun associato. La Biblioteca pu­ ningún suscritor. La Biblioteca pú­
blica non é presentemente in stato blica no está ahora en condiciones de
d'associarsi: la fabrica assorbe in ma­ poderse suscribir: las obras absorben
niera Tintraté, che debbe ancora Tas- de tal manera los ingresos, que aún
sociazione del Giornale di Brusselas debe la suscripción al Journal de Bru-
dopo nove mesi di scaduto il paga­ xellest al cabo de nueve meses de ex­
mento, che ho sborsato io; onde non pirado el plazo de pago, que yo he
ho coraggio d'impegnarla in altre spe- adelantado; por lo que no me atrevo
se. Ho pensato che i domenicani e a meterla en otros gastos. H e pensa­
carmelitani, che hanno buone biblio- do que los dominicos y los carmelitas,
teche e miglior rendita» sarebbero nel que tienen buenas bibliotecas y mejor
caso d'associarsi: lo ten tero subito che renta, podrían muy bien suscribirse:
abbia occasione, e le ne daró avviso. lo intentaré en la primera ocasión, y
In sqmma, faro tutto il possibile. Ho ya le avisaré. En fin, haré cuanto
pensato anche di seriverne a Spagna. pueda. También he pensado escribir
Riguardo al noto cambio, D . Girola- a España sobre ello.
mo mi disse che Fautore esibiba una Cuanto al consabido cambio, don
copia delle Disquisitioni pliniane per Girolamo me dijo que el autor ofrecía
il Valtuño. Ella tenga presente che si un ejemplar de las Disquisitiones pli-
372 III. El grupo catalano-aragonés
desidera non una copia intiera del- nianae, por un Valturius. Tenga usted
Topera, ma due copie dei solo tomo presente que se desea no un ejemplar
secondo» e» come per il valore e 1*1- completo de la obra, sino dos ejem-
stesso, pare che non vi dovrebbe esse* piares del segundo tomo solamente,
re difficolta per ultimare il negozio; y, puesto que el valor es el mismo,
il titolo e : Vulturius de re militari, parece que no tendría que haber difi­
impressa Veronae, anno D nu 1483, cultades para ultimar el asunto; el tí­
in bel carattere tondo, con molte figu- tulo e s : Valturius de re militari, im­
re. Elia sa quanto sia stimato e raro, preso Veronae, anno D ni♦ 1483, en
per esser tra i primi che hanno trat- hermosos tipos redondos, con muchas
tato Tarchitettura militare, Fartiglie- ilustraciones. Usted sabe cuán apre­
ria ecc.; ch*e stimato 12 scudi dal- ciado es, y raro, por tratarse de uno
TOsmond; onde mi pare che tutto il de los primeros que han escrito de
vantaggio sia dalla parte dei conte arquitectura militar, artillería, etc.;
Rezzonico, che risolvera poi quello que Osmond lo valora en 12 escudos?
che stimera meglio. E , rassegnandomi me parece, pues, que toda la ventaja
a* suoi comandi, con perfetta stima está en favor del conde Rezzonico,
sono di V . S. Ill.ma div.mo, um.mo que luego resolverá lo que crea mejor.
servitore, Luciano Gallissa♦ Y , ofreciéndome a sus órdenes, con
Airill.m o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo perfecta estima soy de vuestra seño­
/ Il Sig.r A b . Bernardo De Rossi / ría ilustrísima muy devoto y humilde
Parma. servidor, Luciano Gallissh.
A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO GALLISSÁ

9] Ferrara, 18 marzo 1783. .Ferrara, 18 de marzo de 1783.


Or.mo Sig.r A b .e, P.ne Col.mo, M uy distinguido señor abate, mi
ho inteso ch'Ella abbia una copia dueño:
mancante della Bibbia spagnuola di He sabido que usted posee un
Ferrara. N on essendo andato d’ accor- ejemplar incompleto de la Biblia es­
do con D . Girolamo, la prego a dirmi pañola de Ferrara. No habiéndose
il partito che potra farmi; piacendo- puesto de acuerdo con don Girolamo,
mi il quale, non avrei difficolta d’ac- le ruego me diga qué condiciones pue­
quistaría per me, quantunque imper- de ofrecerme; porque, si me gustan,
fetta e accomodata. Ho commissione no tendría dificultad en comprarla
d'informarmi del prezzo delle due rac- para mí, aunque sea imperfecta y res­
colte in caratteri esotici di codesta taurada. Tengo encargo de enterarme
ij. De Rossi, Gallissa y Pla 373
stamperia reale, cioe di quella fatta del precio de las dos raccolte, con
per le nozze del principe di Piemon- caracteres exóticos, de esa imprenta
te, e dellf altra per la nascita o batte- real, o sea de la que se hizo en la
simo del principe di Parma. La prego boda del príncipe de Piamonte, y de
d*un qualche lume e pronto riscontro la otra, en el nacimiento o bautizo del
intorno ad ambedue le cose* príncipe de Parma. Le ruego me faci­
Mi rallegro sincerissimamente con lite alguna noticia y pronta informa­
Lei del sommo onore ch'Ella si fa col- ción sobre las dos.
Terculea fatica delle Varianti, e, pie- Me congratulo muy sinceramente
no della maggiore stima, in attenzione con usted por el alto honor que se
de* suoi comandi, Sono di V . S. Ill.ma está ganando con la hercúlea fatiga
dev.mo, obb.mo servitore, Luciano de las Variae lectiones, y , con la ma­
GallissL yor estima, en espera de sus órdenes,
AlTIll.mo Sig.r Sig.r P.rone Col.mo soy de vuestra señoría ilustrísima muy
/ II Sig.r A b ; Bernardo De Rossi / devoto y rendido servidor, Luciano
Parma. Gallissa.
A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO GALLISSA

io] Ferrara, 3 1 marzo 1783. Ferrara, 3 1 de marzo de 1783.


Or.mo Sig.r Abate, M uy distinguido señor abate:
la ringrazio della nota trasmessami. Le doy las gracias por la ¡iota que
La Bibbia di Ferrara s'accetta, qua- me ha mandado. La Biblia de Ferrara
lora si possa compire al meno, in caso se acepta, siempre que por lo menos
disperató, facendo copiar esattamente se pueda completar, haciendo copiar
il foglio che manca. Viene pero pre­ exactamente la hoja que falta. Pero
gata di fare il possibile per ritrovarlo. le ruego que haga lo posible para ha­
Spero che si prenderá tutto o quasi llarla. Espero que se aceptará todo o
tutto il rimanente. In tanto Ella ten­ casi todo lo restante. Entre tanto us­
ga la cosa sospesa, ch’io le daró pron­ ted tenga la cosa en suspenso, que yo
to avviso. Spero che le trovero chi le le avisaré en seguida. Espero encontrar
faccía acquisto delle cose del Serveto, quien le compre las obras de Servet,
ma non lo spero delle cose delPOchi- pero no lo espero para las de Ochi­
no; io la prego parimente d'adope- no; le ruego también que se pon­
rarsi col conte Rezzonico pei due tomi ga de acuerdo con el conde Rezzoni­
secondi d$lle sue Disquisiponi, per i co sobre los dos segundos tomos de
374 III. El grupo catalano'aragonés

quali esibisco la Storia delVuniversita sus Disquisitiones, a cambio de los


del Borsetti, in 4.0 grande, vol. 2., cuales ofrezco la Historia almi Ferrariae
coi supplemento dello stesso e le Os* gymnasii de Borsetti, en 4.0 grande,
servationi del Baruffaldi, altri due y las Animadversiones de Baruffaldi
volumi* La opera intiera delle Disquu 2 vols., con el suplemento del mismo
sitioni la potrei avere da Venezia per en otros dos volúmenes. L a obra en*
un zecchino e mezzo* Se non e con* tera de las Disquisitiones podría con*
tento, si dara qualche altra cosa in seguirla en Venecia por un cequí y
contanti o in libri: mi raccomando medio. Si no le satisface, se dará al*
alie sue premure, e la prego di scusa guna otra cosa en contante o en li*
pel disturbo* bros: confío en su diligencia, y le
Don Gioacchino le fa i suoi compli* ruego me disculpe por la molestia*
menti, e prendera lo Schnurrer De Don Joaquín le manda saludos, y
pentat. a r a b 4*°, pa* 2*, e lo Specu tomará el Schnurrer De pentat. arab.,
men pontif. cod. ecc. deiredizione di en 4*0, parte 2 .a, y el Specimen pon*
Tubinga, paoli 6* Mi rallegro con Lei tif. cod. etc., edición de Tübingen,
dei felicissimo incontro delle sue Vas por 6 paulos* Mi enhorabuena por el
rianti hebr. e della protezione che felicísimo éxito de sus Variae lectio*
hanno trovato nel sovrano di Sarde* nes, y por la protección que han
gna, ma molto piu dell'onore sommo hallado en el soberano de Cerdeña;
che in Lei si rifonde. Forse in tutta pero mucho más por el honor gran*
la Europa Ella era solo capace d'una dísimo que recae sobre usted. Quizás
simile intrapresa, di cui desidero di en toda Europa usted era el único
vederne almeno cominciata la publi* capaz de semejante empresa, de la
cazione; e, pieno della piu perfetta que deseo ver al menos comenzada la
stima, mi dico dev*mo, obb*mo servi* publicación; y , con la más alta esti*
tore, Luciano Gallissa. ma, me declaro muy devoto y rendí*
A irill.m o Sig*r Sig,r P*rone Col.mo do servidor, Luciano Gallissa.
/ II Sigr* Ab* Bernardo De Rossi / A l ilustrísimo señor y dueño / el
Parma* señor abate Bernardo De Rossi /
Parma*

DE LUCIANO GALLISSA

n] Ferrara, 21 aprile 1783. Ferrara, 2 1 de abril de 1783.


Sig*r A b .e Riv.mo, Señor abate reverendísimo:
qualora non possa Ella assume rsi Mientras usted no pueda encar*
Timpegno di far copiare imitando il garse de hacer copiar, imitando los
carattere o ritrovare il foglio che man* tipos, o de encontrar la hoja que fal*
17* De Rossi, Gallissa y Pia 375

ca nella B ib b ia di Ferrarat non si puo ta en la B ib lia de Ferrara, no se pO"


conchiuder niente. Qui e impossibile drá concertar nada. A quí es imposible
farne far copia, non essendovi la det" mandar hacer la copia, no existiendo
ta B ib b ia , e la persona interessata non la B ib lia en cuestión, y la persona
lo prendera in altra maniera. Tra" interesada no la aceptará de otra for"
scrivo la nota, quale fu mandata da ma. Tanscribo la nota, tal como US"
L e i: ted la envió:

B ib b ia s p a g n ♦ d i F e rra ra , man" B ib lia e s p a ñ o la d e F e rra ra , in"


cante come sopra ecc... completa, como supra, etc.,
zecch. ... ......... ...................... cequíes ...................................... 4x

P e n ta te u c o s p a g n . colle A p h ta * P e n ta te u c o español con las
r o th ecc. Anno 1643. 8.° A p h ta r o th , etc., año 1643,
paoli ....................... 12 8.°, p a u lo s................................. 12
P e n ta te u c o sp a g n . di Menasse P e n ta te u c o españ ol de MenaS"
ben Israel, colle A p h ta r o th ♦ se ben Israel, con las A p h *
Anno 1628. 8.° ...................... 15 ta r o th , año 1628, 8.° ............. 15
S a lterio s p a g n . ecc. 16. Anno S a lte rio e s p a ñ o l, etc., 16 .0, año
1 7 3 3 ........ .................................. 6 1733 ........................................... 6
S a lterio s p a g n ♦ ecc. Anno 1650, S a lte ñ o e s p a ñ o l, etc., año 1650,
in 12 .0 ... .................................. 4 en 12 .0 ....................................... 4
L os p s a lm o s d e D a v id en va- L o s p s a lm o s de D a v id e n va*
ñas r im a i, por D av. Abe- ñ a s ñ m a s , por D av. Abena"
natar Meló. 4.0 Franc. 1626... tar Meló, 4.0, Francfort 1626,
zecch. ... ............................ ... 1 ce q u íe s....................................... 1

Questa e 1 la nota de* libri. Per la Ésta es la nota de los libros. Para
B ib b ia di Valera non ho commissione la B ib lia de Valera no tengo orden
di spendere piu di due zecchini, o de gastar más de 2 cequíes, o dos y
due e mezzo; onde bisogria omettere medio; de modo que debemos omitir
questo capo. Se mi favorisce d*una esta partida. Si me envía una nota
nota coi prezzi delle cose dei Serveto con precios de las obras de Servet
che si trova avere, faro il possibile que posee, haré cuanto pueda para
per servirla. servirle.
Proposi al conte Rezzonico il Bor" Propuse al conde Rezzonico el Bor"
setti, perche mostro desiderio delle setti, pues mostró interés por las co"
cose istoriche di Ferrara. Per altro, sas históricas de Ferrara. Además, yo
io desidererei di cambiare una copia quisiera permutar un ejemplar del pri"
dei i.° tomo delle D is q u is itio n i con mer tomo de las D is q u is itio n e s con
una altra dei secondo, lo che deve otro del segundo, lo que debe salirle
torriarli [sic] a conto al cavalieret a cuenta al caballero» pues ciertamen"
376 IIL E l grupo catalano-aragonés

non potendo a meno che non gli sia te le habrán quedado dos ejemplares
rimasta una copia doppia dei 2 .0 tomo del segundo tomo sin el primero. Si
senza il primo* Se Ella mi puô otte- usted puede conseguirme esto, me
nere questo, mi farà un placer som- hará gran favor, y le quedaré muy
mo, e le ne professero obligo* obligado*
L a domanda que le feci intorno aile La pregunta que le hice referente a
raccolte in lingue esotiche fu piutosto las r a c c o lte en lenguas exóticas, fue
una curiosità, e perche in un cambio más bien una curiosidad, debida a
mi fu stimata in un zecchino quella que en un cambio me valoraron en
sopra la nascita delTinfante di Pàrma. un cequí la dedicada al nacimiento
Pieno di stima e di desiderio di del infante de Parma.
servirla, sono di V * S* I. dev.mo, Lleno de estima y de deseo de ser­
obb.mo servitore, L u c ia n o G a lliss a * virle, soy de vuestra señoría ilustrí-
Airill.m o Sig.r Sig*r P.rone Col.mo sima muy devoto y rendido servidor,
/ Il Sîg*r A b . Bernardo De Rossi / L u c ia n o G allissa*
Parma. , A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO GALLISSÀ

12 ] Ferrara, 28 aprile 178 3. Ferrara, 28 de abril de 1783.


Sig.r Ab*e Riv.mo, Señor abate reverendísimo:
va benissimo quanto Ella dice in­ Me parece muy bien cuanto me di­
torno al supplire i diffetti della Bib- ce sobre el suplir los defectos de la
B ib lia fe rr a r esa* Tenga la bondad de
b ia fe r r a r e s e * Favorisca di farli copia-
hacer copiar los tipos tal como usted
re nella maniera che accenna, rimet-
sugiere, dejándolo todo a su pericia
tendomi in tutto alia sua perizia ed
y a su atención. Acepto las otras tres
attenzione* Accetto gli altri tre capi
piezas bíblico-españolas por un cequí,
biblico-spagnuoli per un zecchino, e
e igualmente la B ib lia de Valera por
parimente la B ib b ia di Valera per due
dos y m edio: lo que en conjunto su­
e mezzo: lo che in tutto fa zecchini
ma diez cequíes y medio. Cuando es­
dieci e mezzo. Allorche sara tutto té todo listo, sírvase mandármelo por
pronto, favorira di spedirlo per i pe- los pescadores, a la dirección de don
scaroli, con Pindirizzo a don Gioac­ Joaquín Pla, para quien podrá usted
chino Pla, per cui potra Ella unire le añadir sus dos consabidas obras. Y o
sue due note operette. Io le faro ca- le haré llegar el dinero 0 por los mis­
pitare il denaro 0 per i medesimi, 0 mos 0 por otro camino que usted me
per altra via da Lei additatami. indique.
i j . De Rossi, Gctllissà y Plct 377
m ^ "y ~
La ringrazio delYApparato ebreo* Le agradezco el A p p a r a tu s h e b r a e o -
bíblico ch a lla mi favorisée» Lo térro b ib lic u s que me regala. L o tendré co­
come un pegno délia sua gentilezza; mo prenda de su gentileza? le doy las
le rendo grazie non meno per la sua gracias también por la prisa que se
premura neirottenermi il tomo 2 .° ha dado en obtenerme el segundo
delle D is q u is iz io n i p lin ia n e , e la pre- tomo de las D is q u is itio n e s p lin ia n a e ,
go di stare in attenzione per rinve- y le ruego que esté alerta para dar con
nirlo. II conte Rezzonico padre non él. El conde Rezzonico padre no te­
aveva difficoltà di,daré due copie del nía dificultad en dar dos ejemplares
detto tomo; pare che il figlio dovrebbe de dicho tomo; parece que el hijo
darne più fácilmente una sola. A c- debería dar más fácilmente uno solo.
quistare tutta Topera non torna a Adquirir la obra entera no trae cuen­
conto, e, qualora vblessi farlo, la tro- ta, y, si quisiera hacerlo, aquí la en­
vo qui a buonissimo patto. Mi rac- cuentro a muy buen precio. Me acojo,
comando dunqùe alia sua córtese esi- pues, a su cortés ofrecimiento.
bizione. Espero poderle servir en lo de Ser­
Spero potería serviré intorno alie vet, pero se necesita tiempo, y esperar
cose del Serveto, ma vi vuole il suo respuesta de Madrid. Por mi parte
tempo e sperar risposta da Madrid. haré lo posible, pues demasiado me
Per parte mia faro tutto il possibile, importa complacerle en todo lo que
premendomi troppo il complacerla in de mí dependa; y, con verdadera
quanto stia in m e; e con verissima estima, soy su muy devoto y rendido
stima sono div.mo, obb.mo servitore, servidor, L u c ia n o G a llissh .
L ucian o G a lliss a ♦ A l ilustrísimo señor y dueño / el
AlTIll.mo Sig.r Sig.r P.rone Col.mo señor abate Bernardo De Rossi /
/ II Sig.r A b . Bernardo De Rossi / Parma.
Parma. ¡

DE LUCIANO GALLISSA

13 ] Ferrara, 24 maggio 1783. Ferrara, 24 de mayo de 1783.


Sig.r A b .e Riv.mo, Señor abate reverendísimo:
ho ricevuto il pacchetto coi noti li­ H e recibido el paquete con los con­
bri. Le gravi sue occupazioni non le sabidos libros. Sus graves ocupaciones
hannó dato luogo ad osservare che lo no le han permitido observar que el
S p e c im e n ecc. è mancante dalla lette- S p e c im e n etc. carece de la letra M .
ra M . exclusive fino al fine, e che exclusive hasta el fin, y que en las
nella B ib b ia di Ferrara andavano co­ primeras hojas de la B ib lia de Ferra­
píate nei prîmi fogli alcune parole, il ra había algunas palabras copiadas,
37?_______________________ _ _ III* El grupo catalctno^aragonés
sito delle quali occupano i pezzetti di cuyo sitio ocupan los pedacitos de pa*
carta con cui e stata accomodata; si peí con que ha sido restaurada; se
cerchera di riparar questo diffetto, ed procurará reparar este defecto, y le
Elia e pregata di mandare il compi* ruego se sirva mandar al abate Pía lo
mento dello Specimen per Pab.e Plat que falta del Speciment sin ulteriores
senza ulteriore spesa, essendo gia as* gastos, siendo ya muy caras las obras
sai care le operette per il porto di por los portes de Alemania, como
Germania» come Elia ottimamente usted dice muy bien.
dice* A las mismas ocupaciones atribuyo
Alie medesime occupazioni attribui* el no haber examinado bien la Biblia
sco il non avere esaminato bene la Bib* de Valera* Está en tal estado, que ca*
bia del Valera. Essa e in stato da non si no sirve: faltan palabras y hasta
potersene quasi far u so : mancano pa* líneas enteras; el papel no sólo
role ad anche righe intiere; la carta está manchado, sino que en muchos
e non solo macchiata, ma in molti sitios casi está podrido. N o me atre*
siti quasi marcia. Io non oserei man* vería a mandarla al que me la ha pe*
darla a quegli che Tha richiesta, ed dido, y usted la recibirá, junto con
Ella la ricevera insieme con gli 8 '/* los ocho cequíes que quedan, por me*
zecchini che restano, per mezzo de* dio de los pescadores.
pescaroli. Por lo que hace a la cuenta del
Quanto al conto delPab. Plat questi abate Pía, éste era acreedor, desde la
era creditore, fin dalPaltra spedizione última expedición de sus libros, de
de* suoi libri, di 35 baiocchi? onde i 35 bayocos; con lo que sus 8 pau*
suoi 8 pauli si riducono a cinque, che los se reducen a cinco, que usted reci*
Elia ricevera in un quarto di zecchino birá en un cuarto de cequí en oro,
in oro, unitamente agli otto zecchini* juntamente con los ocho cequíes. Por
Onde, non essendo necessaria 1'altra lo que» no siendo menester el otro
copia delY Apparatus, con occasione di ejemplar del Apparaius, cuando le
mandare il Valera uniro anche quello. mande el Valera se lo incluiré tam*
Per gli altri interessi del Serveto, faro bién. Cuanto al Servet, haré lo posi*
il possibile per servirla; e, pienissimo ble por servirle; y , lleno de estima,
di stima, mi dico di V . S. Ill.ma me declaro de vuestra señoría ilus*
dev*mo, obb.mo servitore, Luciano trísima muy devoto y rendido serví*
Gallissa* dor, Luciano Gallissa.
AlPIll.mo Sigr Sig.r P*rone Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ Il Sig*r A b . Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi /
Parma. Parma.
if. De Rossi, Gallissa y Pía 379

DE LUCIANO GALLISSA

14] Ferrara, 9 giugno 178 3. Ferrara, 9 de junio de 1783.


Or.mo Sig.r Abate, M uy distinguido señor abate:
quindici giorni fa consegnai a Don Hace quince días entregué a don
GÍo[a]cchino Pía gli otto zecchini e Joaquín Pía los ocho cequíes y me«
mezzo, non potendo io per me mede« dio, no pudiendo entregarlos personal«
simo consegnarli a* pescaroli. Questi mente a los pescadores. Éstos pasan
passano co sí di voló per Ferrara, che tan al vuelo por Ferrara, que hasta
non fu possibile finora trovarli. Do* ahora no ha sido posible encontrarlos.
mani si spera riuscir meglio. S ’e tro« Esperamos tener mayor éxito mañana.
vato il compimento, come Ella ottima« Se ha hallado una solución, como us«
mente dice. I 35 baiocchi dovuti al ted dice muy bien. Los 35 bayocos
ab.e Pia sono da quando compró di« debidos al abate Pía son de cuando
verse sue operette, la somma delle compiró varias obrillas suyas, cuyo
quale [ síc ] era di paoli 1 7 ; mandó importe era de 17 paulos; él mandó
egli un zecchino, ed Ella scrisse che un cequí, y usted escribió que el res«
il rimanente sarebbesi ricompensato in to se compensaría en otra ocasión,
altra occorrenza, che finora non era que hasta ahora no se había ofrecido.
giunta. lo conservo ancora le lettere- Conservo todavía las cartas que tratan
in cui il fatto si contiene. de ello.
Vedró, per servirla, d'intavolar il Para servirle, procuraré contratar
contratto delle cose di Serveto; ma, las obras de Servet; pero, como le
come scrissi, vi vuole un poco di escribí, es menester un poco de tiem«
tempo. Il plico diretto al P. Heraud po. El pliego para el padre Héraut
lo trovó fuori di Ferrara; io lo man-? lo encontró fuera de Ferrara; yo se
dai, e mi fu detto che glielo faranncf lo envié, y me dijeron que se lo en«
avere immediatamente nel suo ritonj tregarían puntualmente a su regreso,
no, il quale non so quando sara; e,% que no sé cuando será; y, con todo
con tuto Possequio e considerazione, respeto y consideración, me protesto
mi protesto dev.mo, obb.mo servitore, muy devoto y rendido servidor, Lu ­
Luciano Gallissct♦ ciano Gallissa.
P. S. — Dopo aver scritto il moti« P. S. — Habiendo ya escrito el mo«
vo per cui non mandava al interessato tivo porque no expedía al interesado
la Bibbia del Valera, non e piü in mió la Biblia de Valera, no está en mi
arbitrio prenderla per il suddetto. arbitrio tomarla para el susodicho.
AlPIll.mo Sig.r Sig.r P.rone Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ II Sig.r A b . Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi /
Parma. Parma.
380 III. E l grupo catalano*aragonés

DE LUCIANO GALLISSA

15 ] Ferrara, 7 luglio 1783. Ferrara, 7 de julio de 1783*


Or.mo Sig.r A b ,e P.rone Sti.mo, M uy distinguido señor abate, dueño
restaño saldad tutti i noti piccoli mío estimadísimo:
conti in[t]orno alie cose biblicoispa- Quedan saldadas todas las pequeñas
ne. Quanto alia B ib lio te c a h e b ra ic a cuentas consabidas referentes a los li-
del Wolfio mi premeva di averia pre- bros bíblico-hispanos* Cuanto a la Bí -
sto, onde, dovendosi far venire dalla b lio th e c a h e b r a e a de J. C . W olf, me
Germania, la prego di non prender interesaba tenerla en seguida; por lo
impegno senza darmene previo avvi- cual, debiendo pedirla a Alemania, le
so, poiche in questo fratempo forse ruego que no decida nada sin comu­
mi riuscirá di trovarla* S*é scritto a nicármelo previamente, porque en este
Espagna per le cose del Servet, e ne intervalo de tiempo quizás pueda en­
attendero la risposta, che desidero sia contrarla. Se ha escrito a España para
favorevole ai comuni nostri voti* Sic- lo de Servet, y esperaré la respuesta,
come le cose hebrai[c]he non sono que deseo favorable a nuestros co­
la mia professione né il mió studio munes deseos. Como las cuestiones
favorito, non mi trovo niente di par- hebraicas no constituyen mi profesión
ticulare duplicato in questo genere; ni mi estudio favorito, no tengo nin­
poiché non credo che le possa conven gún duplicado importante en este gé­
ñire una B ib b ia h e b ra ic a stampata in nero; pues no creo que le pueda in­
tometti a Genova dal Rovere, i Pro* teresar una B ib lia h e b ra ic a impresa
v e r b i con le note di Munstero, e non en tomitos en Génova por Rovere, los
so che altra piccola cosa. L*ab.e Pía P r o v e r b io s con las notas de Münster,
é piü ricco in questa classe, ma non y pequeñas cosas sin importancia. El
credo che abbia niente che non le abate Pía es más rico en esta materia,
sia necessario. Questi mfimpone di pero no creo tenga nada que no ne­
farle i suoi piü distinti complimenti, cesite. Él me ruega presentarle sus
ed io, pieno di verissima stima, sono más distinguidos saludos, y yo, con
dev.mo, obb.mo servitore, L u c ia n o verdadera estima, soy muy devoto y
G a llissh . rendido servidor, L u c ia n o G a llissa .
AlPIll.mo. Sig.r Sig.r P.rone Col.mo A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ Il Sig.r A b .e Bernardo De Rossi / señor abate Bernardo De Rossi /
Parma. Parma»
iy . De Rossi, Gallissà y Pla 38 i

DE JOAQUÍN PLA

16] Ferrara, 24 novembre 1783. Ferrara, 24 de noviembre de 1783.


Riv.mo mio Sig.r e P.ron Col.mo, Reverendísimo señor, mi dueño:
è già da qualche settimana che ave* Hace ya algunas semanas que pen­
va in pensier di ( mandargli quattro saba mandarle cuatro líneas, para te­
righe, per avere ufia qualche notizia ner alguna noticia sobre su persona,
délia di Lei persona, tanto a me cara; de mí tan querida; pero me ha de­
ma mi è trattenuta fin adesso la pau- tenido hasta ahora el temor de moles­
ra d'incomodarla, persuaso ch'Ella tarle, convencido de que usted se en­
sta immersa affatto nelle noiose im­ cuentra enteramente sumergido en los
mense fatiche délia sua grand’opera pesados e inmensos trabajos de su
delle V a r ia n ti . Non dimeno, la prego gran obra de las V a r ia e le c tio n e s .
di scusar il mio ardire, se Tinterrom^ N o obstante, le ruego que disculpe
po, e all'istesso tempo la ringrazio mi atrevimiento si le interrumpo y al
delFonorevole rimembranza ch’Ella si mismo tiempo le agradezco el honro­
compiacque di fare de* miei studi nelle so recuerdo que usted se complugo
lingue orientali, in occasione ch’Ella tener de mis estudios sobre las len­
si ritrovava in Mantova questa state guas orientales, cuando usted se halla­
appresso il sig.r ab. Andres, mio amico ba este verano en Mantua con el se­
stimatissimo, secondo che egli mi fece ñor abate Andrés, amigo mío apre­
sapere. ciadísimo, según él me comunicó*
Lessi col solito mio piacer e am- Leí con mi acostumbrado gusto y
mirazione il di lei S p e c im e n v a u lec - admiración su S p e c im e n var. le c tio -
tio n u m sa c . t e x t u s , e ne ricavai quel num sa c . t e x t u s , y saqué de la lec­
stesso sodo frutto e soddisfacente la tura el mismo fruto sólido y la misma
mia inclinazione, che dalPaltre sue satisfacción de mis gustos que me ha­
eruditissime produzioni. Vorrei sapere bían producido los demás eruditísimos
quando verra alla pubblica luce il escritos de usted. Querría saber cuán­
tanto da me desiderato primo tomo do aparecerá el primer tomo de sus
delle sue V a r ia n ti. V a r ia e le c tio n e s , por mí tan deseado.
Fa pochi giorni che mi arrivé da Hace pocos días me llegó de Lon­
Londra il L e x ic o n c h a ld .^ r a b b ^ ta lm . dres el L e x ic o n c h a ld .* ra b b .* ta lm ♦ de
del Buxtorfio, a prezzo discretissimo, Buxtorf, a precio discretísimo, y
e ben conservato; col G lo ss a riu m a ra * bien conservado; con el G lo ss a riu m
b ic o 'la t . del Scheidio, le A n tiq u ita te s a ra b ic o A a t. de Scheidius, las A n tiq u í-
E c clesia e o r ie n ta lis , e le O pere di ta te s E c c le sia e o r ie n ta lis , y las O b r a s
G io se ffo deirHudson, bellissima edi- de fo sefo por Hudson, en hermosa
382 III♦ E l grupo catalano*aragonés

zione. C osí mi vanno capitando di edición. A sí se me presentan de vez


tanto in tanto deiroccasioni di spen* en cuando oportunidades de gastar los
dre i pochi mezzi che ho per soddi- pocos medios de que dispongo para
sfar la mia passione. Del resto» mi rao satisfacer mi pasión. Por otra parte,
comando caídamente a Leí abbia pre* le ruego encarecidamente que tenga
sente quello che altra volta gli seris·' presente lo que otra vez le escribí, si
si, se li capitasse mai il T h e s a u r u s alguna vez le viniese a las manos el
p h ilo lo g ic u s H o ttin g e r i a un prezzo T h e s a u r u s p h ilo lo g ic u s de Hottinger a
onesto, e mi voglia conservare nella un precio decente» y que me quiera
sua pregievolissima amicizia, che in conservar su apreciadísima amistad,
tanto le rassegno la mia sincerissima pues entre tanto le atestiguo mi más
affezione, con cui sono dev.mo, ob* sincero afecto, con el que soy su muy
bl.mo servitore vero, G io a c c h in o P ía ♦ devoto y rendido servidor verdadero,
Airill.ino Sig.r Sig.r P.ron Col.mo J o a q u ín P ía ♦
/ II Sig.r A b . D .n Bernardo De Rossi A l ilustrísimo señor y dueño / el
/ Parma. señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE LUCIANO G ALLISSÁ

17 ] Ferrara, 2 agosto 1784. Ferrara, 2 de agosto de 1784.


Ornatiss.mo Sig.r A b . P.rone Sti.mo, M uy distinguido señor abate, mi
don Gioacchino Pía ha ricevuto il dueño estimadísimo:
primo tomo delle V a r ia n ti ♦ Da gran Don Joaquín Pía ha recibido el pri*
tempo ha vea mandato, a requisizione mer tomo de las V a r ia e le c tio n e s ♦ Des*
sua, il zecchino, prezzo d ’associazione, de hace mucho tiempo había manda*
per mezzo d’un padre di S. Andrea, do, a petición suya, el cequí, precio
colPindirizzo a M .r Beau, ed ebbe ri* de la suscripción, mediante un padre
scontro per lettera sua d faverlo Ella de Sant’Andrea, a la dirección de M .
ricevuto. M fimpone di farle i piü di* Beau; y recibió noticia, por carta su*
stinti complimenti, e di pregarla di ya, de haberlo recibido. Me encarga
prender nota una altra volta del pa* le salude con todo respeto y le rué*
gamento, a scanso d'ogni equivoco. gue que tome nota otra vez del pago,
Non posso disporre del Masio in para eliminar toda confusión.
domani, se non in contanti netti di N o podré disponer del Masio en el
scudi tre, con un qualche piccolo ri* acto, si no es pagando en contante
basso. Pel noto cambio le posso esi* tres escudos, con alguna pequeña re*
bire una B ib b ia h e b ra ic a con chiose baja. Para la consabida permuta le
marginali spagnuole, in caratt[e]re puedo ofrecer una B ib lia h e b ra ic a con
ij. De Rossi, Gallissa y Pia 383
rabbinico, in quatro vol. in i6 .° Fa* glosas marginales españolas, en tipos
vorisca cTavvisarmi, caso mai che non rabínicos, cuatro vols. en i6 .° Sírvase
Fabbia. L ’affare delle cose dei Servet avisarme en el caso de que no la ten*
e dei Perez domanda dei tempo e un ga. El asunto de los libros de Servet
poco di flem a: faro il possibile per y de Pérez requiere tiempo y un poco
servirla. S ^ lla avesse un S a lte r io e n de flem a: haré lo posible para ser*
va ria s rim a s per Melo a un prezzo virle. Si usted tuviese un S a lte r io en
discreto, lo prenderei. Desidero di v a r ia s rim a s , por Meló, a un precio
sapere quanto e Tassociazione alPanno discreto, lo adquiriría. Deseo saber
per gli A t t i di Lipsia, e s ^ lla sa* cuánto cuesta la suscripción anual a
prebbe additarmi un mezzo per ac* A c ta e r u d ito r u m de Leipzig, y si us*
quistar alcuni anni arretrati, e a che ted podría indicarme algún medio
prezzo. para comprar algunos años atrasados,
Scusi delPincomodo, e mi consideri, y a qué precio.
qual sono colla piu perfetta stima, Perdóneme la molestia, y téngame,
dev.mo, obb.mo servitore, L u c ia n o cual soy en verdad, con la más per*
G allissa . fecta estima, muy devoto y rendido
AirilLm o Sig.r Sig.r P.rone Col.mo servidor, L u c ia n o G a lliss a .
/ II Sig.r A b . Bernardo De Rossi / A l ilustrísimo señor y dueño / el
Parma. señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE JOAQUIN PLA

18] Ferrara,j 27 setiembre 1784. Ferrara, 27 de setiembre de 1784.


Ill.mo mió Sig.r e P.rone Col.mo Ilustrísimo señor y dueño:
subito ricevuta la sua pregevolissi Inmediatamente después de haber
ma lettera, andai dal sig.r ab. Gallisá recibido su apreciadísima carta, fui a
cui feci sepere quanto Ella mi diceva ver al señor abate Gallissa, a quien
sul consapevole cambio de* due libri comuniqué cuanto usted me decía
spagnuoli col Masio, e la nuova ag* acerca del consabido cambio de los
giunta che Ella voleva farli. A questo dos libros españoles por el de Ma*
rispóse il detto sig.r abate che pochi sio, y lo que usted quería añadir. Di*
giorni sono aveva giá esitato il Masio cho señor abate me respondió que
per queiristesso prezzo che fu da pri* hacía pocos días había vendido ya el
ma stimato, che, sendo roba appar* Masio por el mismo precio que se
tenente alia pubblica Librería, non si había fijado en un principio; que,
potea prender nessun altro arbitrio, siendo cosa perteneciente a la Bi*
e che gli rincresce ben tanto non po* blioteca pública, ya no podía tomar
384 I 1L El grupo catdano^aragonés

terla in cio servirla. Del resto» per ningún otro arbitrio; y que le apena
quello riguarda a’ due libri spagnuoli, mucho no poderle servir en esto. Por
dice ch’Ella mandi il ristretto prezzo lo demás, en lo que se refiere a los
d rogn'uno in disparte, e che, sresso dos libros españoles, dice que usted
gli accomoda, li paghera e prendera le mande el precio reducido de cada
in contante. uno de ellos por separado, y que, si
Io al presente non ho nessuna edi* éste le gusta, los pagará y tomará ai
zione biblica che faccia per L e i; so contado.
bensi che un mio amico possede un Y o ahora no tengo ninguna edición
S a lte r io e b ra ic o co* c o m m e n ta r i di bíblica que pueda interesarle; pero sé
K i m c h ik l? '] , ma assai mancante nel de un amigo mío que posee un Sal*
principio, nel mezzo e nel fine; sic* terio hebraico con los comentarios de
che, avendolo veduto, non ho potuto Kimchi, aunque muy incompleto al
rintracciare dove sia stampato: solo principio, en medio y al fin; así que,
osservai che mette nel corpo il k e r i ed habiéndolo visto, no he podido ave*
il c h e tiv [sic], ma Tuno senza punti, riguar dónde ha sido impreso: sólo
come si suol fare. Se mi capitasse observé que pone en el cuerpo el
qualchuna di queste edizioni bibliche, qere y el ketib, pero uno sin puntos,
mi faro un grand'onore di farnela como se acostumbra hacer. Si me vie*
consapevole. ne a mano alguna de estas ediciones
Suppongo che a questura li sara bíblicas, tendré sumo honor en co*
stato consegnato dal Rev.mo P. Eraut municárselo.
il zecchino gigliato, a conto dei se* Supongo que a estas horas el re*
condo tomo delle V a r ia n ti, in mio verendísimo padre Héraut le habrá
nome, ed Elia creda che ho un sin* entregado en mi nombre el cequí flor*
golar piacere d'essere de’ primi, come delisado, a cuenta del segundo tomo
Taltra volta, neirantecipare il mio de las V a r ia e le c tio n e s , y crea usted
dovuto pagamento, a sollievo delle que tengo un singular placer en ser
sue troppo esorbitanti spese; la pre* de los primeros, como la otra vez, en
go, nonostante, abbia la bonta di anticipar el precio debido, para ali*
man^armi il solito riscontro, per mag* viar sus muy exorbitantes gastos; sin
gior mia sicurezza. embargo, le ruego tenga la bondad de
Sono appieno soddisfatto di quello mandarme el acostumbrado recibo,
dYElla mi dice dei t m « p ; se io para mi mayor seguridad.
Pavessi veduto cosi scritto, non Estoy plenamente convencido de lo
avessi avuto nessun dubbio. Delia que usted me dice del Ben 'ódim ; si
B ib b ia ebraica ch’Ella dice non essere yo lo hubiese visto escrito así, no
dei '400, sapia che io non ne vidi habría tenido ninguna duda. De la
altro che il i.° tomo; e resto tanto B ib lia hebrea que usted dice no ser
piu convinto esser vere le sue con* del siglo XV, sepa que yo sólo vi el
ghietture, che giudico che il fronti* primer tomo; y estoy tanto más con*
17. De Rossi, Gctllissa y Pla 385
spizio del i.° tomo non e altro se non vencido de que sus conjeturas son
una ristampa d'una qualche edizione exactas, cuanto juzgo que la portada
fatta in Germania colla suddetta data del primer tomo no es más que una
del 400, ut sup., poiche vi e un ma- reimpresión de otra edición alemana
nifesto sbaglio, legendosi lin g u a ger* con dicha fecha del 400, ut supra,
m an ica , in vece di h isp a n ic a , come puesto que hay un manifiesto error,
Ella avra osservato. leyéndose lin g u a g e r m á n ic a en vez de
In tanto Ella riceva da parte del h isp á n ic a , como usted habrá obser-
s.r ab. Gallisa i> suoi distintissimi vado.
complimenti, e mi« comandi, che mi Entre tanto reciba de parte del se*
protesto con tutta la stima div.mo ñor abate Gallissá sus más distinguid
ed obb.mo servitor^ vero, G io a c c h in o dos saludos, y ordéneme, pues me
P la . declaro con toda estima su muy de*
AirilLm o Sig.r Sig.r P.ron Col.mo voto y rendido servidor verdadero,
/ II Sig.r A b . Bernardo De Rossi / J o a q u ín P la .
Parma. A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate Bernardo De Rossi /
Parma.

DE JOAQUIN PLA

19] Ferrara, 7 novembre 1785. Ferrara, 7 de noviembre de 1785.


Ill.mo mio Sig.e e P.ron Col.mo, Ilustrísimo señor y dueño:
se la mia lentezza nel significarli la Si mi lentitud en comunicarle la
piena soddisfazione che provo nel leg* gran satisfacción que experimento al
gere il II. tomo delle sue pregiatissi- leer el segundo tomo de sus valiosí­
me V a r ia n ti e stata si notabile, come simas V a r ia e le c tio n e s ha sido tan no­
Elia vede, certo non si deve attribuire table, como usted ve, no debe atri­
alia trascuratezza di chi fa nelle oc- buirse ciertamente a descuido de quien
correnti occasioni il dovuto elogio deh alaba, en cuantas ocasiones se le ofre­
Pimparegiabile merito della di Lei per­ cen, el incomparable mérito de su per­
sona, se non ad un mero accidente, sona, sino a un mero accidente, a sa­
cioe alPesser stato diretto il presente ber, que ha sido mandado el presente
tomo al sig.r ab. Gallisa, il quale fino tomo al señor abate Gallissá, el cual
a questi ultimi giorni non era arrivato hasta estos últimos días no ha regre­
dal suo lungo viaggio letterario di sado de su largo viaje literario a Ro­
Roma, dove si trattenne per lo spazio ma, donde ha permanecido por espa­
di 'tre mesi, godendo que* pregievoli cio de tres meses, disfrutando de
letterari monumenti delPantichita che aquellos notables monumentos litera-

L. HISPANO-ITALIANA. — 25
386 III. El grupo ccttalano*aragones

in se racchiude quella capitale dei ríos de la antigüedad que encierra la


mondo. Sicche, sequestrata Topera capital del mundo* De manera que,
per non so qual ragione nella gabella, secuestrada la obra por no sé qué
non potei aver Tonore di acquistarla razón en la aduana, no pude tener el
fino Taltro ieri, ed ammirare alTistes- honor de poseerla hasta antes de ayer,
so tempo Timmensa fatica e molestis- y de admirar al mismo tiempo el
simo studio clTElla ha fatto nello inmenso trabajo y molestísimo estu-
scegliere e raddunare si gran copia di dio que usted ha hecho escogiendo y
varianti per illustrare il sacro testo agrupando tal cantidad de variantes
originale, colla soppraggiunta di nuo* para ilustrar el sagrado texto origi­
vi codici manoscritti ed edizioni che nal, con el aporte de nuevos códices
in esso ci presenta. Infinitamente ob- manuscritos y ediciones que en él nos
bligati li saranno gli eruditi e dilet- presenta. Los eruditos y los aficiona­
tanti delle lingue orientali per le mol· dos a las lenguas orientales le que­
te ed erudite illustrazioni de* passi darán infinitamente obligados por las
oscuri o controversi dei sacro testo, muchas y eruditas ilustraciones de los
tra gli altri, massime nel presente to- pasos obscuros o controvertidos del
mo, de’ versicoli 36 , 37 dei cap. X X L sagrado texto, entre ellos, máxime en
di Giosue, cosi ben vendicato e col- el presente volumen, de los versícu­
Tautorita e colle ragioni critiche ed los 36, 37 del cap. X X I de Josué, tan
erudite, che par non restarvi alcun bien vindicado así con autoridades co­
dubbio della lor autenticita. mo con razones críticas y eruditas,
Per altro, vorrei clTElla restasse que parece no quedar ya ninguna
persuasa della vera stima che fo delle duda sobre su autenticidad.
sue fatiche e produzioni letterarie, e Por lo demás, quisiera que usted
delPamicizia che le professo; in pro* se persuadiese de la verdadera estima
va di cio mi permetta vantarmi che en que tengo sus fatigas y produc­
non poche volte, nelle nostre amene ciones literarias, así como de la amis­
amichevoli conversazioni, ne ho fatta tad que le profeso; en prueba de ello
menzione dei di Lei distintissimo me* permítame vanagloriarme de que no
rito coi signor consigliere d.r Fran- pocas veces, en nuestras amenas y
cesco Stefano Bartolomei, soggietto amigables conversaciones, he hablado
d'un merito singolare, che, con rin- de su altísimo mérito con el señor
crescimento universale de* suoi amici, consejero doctor Francesco Stefano
ci e stato rapito, e di cui la per altro Bartolomei, sujeto de singulares pren­
degnissima corte di Parma si puo van- das, que, con universal pena de sus
tar con ragione di averne fatto Tac- amigos, nos ha sido arrebatado, y de
quisto. cuya adquisición la dignísima corte
Supponendo in tanto clTElla, per de Parma puede en verdad enorgu­
mezzo dei rev.mo p. Heraud, conpro- llecerse.
îj. De Rossi, Gallissà y Pia 387
fessore che fu del detto sig. Bartolo·' Suponiendo entre tanto que usted,
mei, ne avrá giá avuta la previa ono·' por medio del reverendísimo padre
revole notizia della di lui persona» la Héraut, colega que fue de dicho se­
prego me lo riverisca nella prima oc­ ñor Bartolomei en la docencia, habrá
casione che abbia di vederlo. I/ab . tenido ya honrosas noticias sobre su
Gallisá le manda i suoi distintissimi persona, le ruego lo salude de mi par­
complimenti, ed io, augurándole una te en la primera ocasión que tenga
perfetta sanitá e felicissimo proseguí- de verlo. El abate Gallissá le manda
mento nelle sue fatiche letterarie, me sus más distinguidos saludos, y yo,
le protesto con tutta la mia stima e augurándole una perfecta salud y fe­
affezione dev.mo, obb.mo servitore licísima continuación de sus trabajos
vero, Gioacchino Pía♦ literarios, me protesto de usted, con
AirilLm o Sig.r Sig.r P.ron Col.mo toda mi estima y afecto, muy devoto
/ II Sig.r A b . Don Bernardo De Rossi y rendido servidor verdadero, Joa-
/ Parma. qutn Pía.
A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate don Bernardo De Rossi
/ Parma.

DE JOAQUIN PLA

20] Ferrara, 17 novembre 1788. Ferrara, 17 de noviembre de 1788.


Ill.mo mío Sig.r e P.ron Stim.mo, Ilustrísimo señor mío y dueño esti­
la gentilissima lettera con cui Ella madísimo :
ha avuta la bontá di favorirmi dopo La muy atenta carta con que usted
alcuni anni d'interrotta letteraria com- ha tenido la bondad de honrarme,
municazione, mi ha recato un singo- después de algunos años de interrum­
lar piacére, essendo essa un sicuro pida comunicación literaria, me ha
contrassegno della sua bontá, cortesía procurado singular placer, por ser ella
e vera amicizia ch a lla conserva verso una segura prueba de su bondad y
di me. Io in vero tralasciai d'incomo- cortesía, y de la verdadera amistad
darla, credendo che le sue giustissime que usted me conserva. Y o , en ver­
e lodevolissime occupazioni non do- dad, dejé de incomodarle creyendo
veano essere disturbate in risposte que sus justísimas y laudabilísimas
niente o poco interessanti ; a ció in- ocupaciones no debían ser interrum­
dotto maSsime dal vedere che non pidas con respuestas de poco o ningún
avea avuto riscontro veruno alie due interés; me indujo a ello sobre todo
mie ultime lettere che le scrissi. Ora el ver que no había tenido respuesta
mi rallegro con Lei che si sia sbrigato a las dos últimas cartas que le escribí.
388 III. El grupo catalano-aragonés

si gloriosamente delle sue tedióse fa- Ahora me congratulo con usted por
tiche, e mi congratulo, colle piü signi­ haber despachado tan gloriosamente
ficanti espressioni, delPimmortale ono- sus enojosos trabajos, y celebro con
re che si é fatto colla sua grand’opera, las más significativas expresiones el
non meno critica che erudita, utile ed inmortal honor que ha conseguido con
interessante alia religione ed alia re- su grande obra, no menos crítica que
pubblica letteraria, restando altresi erudita, útil e interesante a la reli­
maravigliato come una sola persona in gión y a la república literaria, mara­
si pochi anni abbia potuto eseguire villándome además cómo una sola per­
un progetto cosí vasto, facendo le in­ sona ha podido ejecutar* en tan pocos
finite osservazioni ch’Ella ci presenta; años, un proyecto tan vasto, con las
per il che sono ben persuaso che la infinitas observaciones que usted pre­
maggior parte degPintendenti sara del senta; por lo que estoy convencido
mió sentimento. In tanto le confermo de que la mayoría de los entendidos
d ’avere ricevuti tutti i quattro tomi compartirán mis sentimientos* Entre
di mano in mano che sono venuti alia tanto le confirmo haber recibido los
luce, come ne avrá avuto il riscontro cuatro tomos a medida que han ido
ne* successivi pagamenti che le ho apareciendo a la luz, como habrá
fatto per mezzo del P* professore He- constatado por los sucesivos pagos que
raud* le he hecho por medio del padre pro­
Mi ricordo benissime della sua com­ fesor Héraut*
missione ch’Ella mi diede nel tempo Me acuerdo perfectamente del en­
andato, di vedere con questi ebrei cargo que usted me hizo, tiempo atrás,
se si potrebbe fare quel cambio del de ver si entre estos judíos se podría
miri n«s colla tnp», e che non s’ avea cambiar el bené tórah con la miqrat,
potuto conchiudere niente con essi lo­ y que no se había podido llegar a
ro* Non mi ricordo pero ch’io avessi conclusión alguna con ellos* Pero no
allora promesso a Lei assolutamente recuerdo haberle prometido entonces
di procurarle a conto suo tutti i codi­ en firme que le compraría, a su costa,
ci ebráici che mi avessero potuto todos los códices hebraicos que se me
capitare, non solo perché nella oc­ presentasen, no sólo porque en tal
casione ne le avrei dato il solito rag- caso le habría dado a usted la acos­
guaglio avanti di chiudere il contratto tumbrada información antes de cerrar
ed isborsare il contante, ma eziandio el contrato y de desembolsar el con­
perché tale assoluta promessa sarebbe tante, sino más aún porque tal pro­
stata affatto contraria e pregiudiche- mesa absoluta hubiera sido netamen­
vole alie mié antecedenti ricerche ed te contraria y perjudicial a mis ante­
intenzioni; poiché io avea giá da cedentes búsquedas e intenciones;
molto tempo prima una voglia gran­ pues yo tenía ya, desde mucho an­
dissima di acquistare un vm n coi tes, gran deseo de comprar un Penta­
psn» M una tripa intiera colla ma- teuco con los comentarios, y una
17« De Rossi, Gallissà y Pla 38 9

sora figurata; indi la prima volta che miqra* entera con la masona figura*
tai codici mi càpitarono, non dubitai da; por consiguiente, en cuanto
punto di sborsare quel tanto che mi tales códices se me presentaron, no
fu domandato. È vero che il sig.r Fl· dudé un momento en pagar la can*
nozi mi disse che Ella non le avea tidad que se me pidió* Es verdad
voluto dare altro che 15 pezze délia que el señor Finozzi me dijo que
suddetta Mikrâ, ond'io tanto più vo* usted no le había querido dar más
lontieri ne feci Facquisto, parte in de 15 monedas por dicha Miqrá,
contante» parte in cambio d'altri libri, por lo que yo la compré de mucho
persuaso ch’ essa non facesse al suo mejor gana, parte en metálico y par*
caso, avendo già terminato il suo la* te a cambio de otros libros, conven*
voro delle Varianti, e possedendone cido de que no le interesaba a usted,
tanti altri sicuramente di maggior pre* habiendo ya terminado su trabajo de
gio. Da cio potrà Ella bensi cono* las Variae lectiones, y poseyendo tan*
scere con quanto dispiacere non possa tas otras más valiosas a buen seguro.
io soddisfare le di Lei amichevoli De esto podrá usted deducir con cuán*
brame con cederle tali çapi da si lungo ta pena no puedo satisfacer sus ami*
tempo e con tante ricerche da me pro* gables deseos, cediéndole tales ejem*
curati per il mio particolar uso e per piares, por tanto tiempo buscados, y
decoro ed ornato délia mia raccolta di con tantos afanes adquiridos para mi
scritti ebraici ed altri orientali* uso particular y para decoro y ornato
Riguardo poi a* libri da Lei colla de mi colección de escritos hebraicos
sua solita gentilezza propostimi, la y orientales en general.
ringrazio ben distintamente, avendo* Por lo que se refiere a los libros
ne già parecchi, corne la Bibbia di que usted con su acostumbrada cor*
Plantino senza punti e quella di Rob. tesía me ofrece, le doy muy atentas
Stefano in 4 tomi in 4.0 ; dell’ altra in gracias, teniendo ya varios de ellos,
8 in 16.0 ne ho un tomo presso di como la Biblia de Plantinal sin pun*
me, ed, essendo d'un mio amico, sta tos, y la de Rob. Estienne en 4
sempre alla mia disposizione. Il NtZ" tomos en 4.0; de la otra en 8 volú*
Zachon deirHackspanio non l'ho, ma menes en 16.0 tengo un tomo en
tengo quello del Wagenseillio nel Tela casa, y, siendo de un amigo mío, está
ignea più antico, ed altri di storia, siempre a mi disposición. N o tengo
controversie ecc. el NiZZachon de Hackspan, pero ten*
In contracambio parimente délia sua go el de Wagenseil en el Tela Ígnea
obbligante esibizione, le professo colla más antiguo, y otros de historia, con*
maggiore sincerità che, se mai le oc* troversias, etc.
corresse, in qualunque circostanza A mi vez, para corresponder a su
Ella qui si portasse, di consultare i cortés ofrecimiento, le aseguro con la
mentovati miei mss., essi e quanti mayor sinceridad que, si alguna vez
libri sono presso di me saranno in* le conviniese — con ocasión de un
390 III♦ El grupo catalano^aragonés

tieramente alia sua disposizione; o viaje suyo por acá— consultar mis
quando anche avesse bisogno di una susodichos mss.» ellos, y cuantos li*
qualche notizia, confronto o lume in* bros están en mi poder, se hallarán
torno ad essi, io me ne faro un soñi* enteramente a su disposición; o tam*
mo dovere di comunicargliela, attesa bien, cuando necesite alguna noticia,
la grande stima che ho del suo merito cotejo o esclarecimiento acerca de
e la vera amicizia che le professo ; ellos, será para mí un gran deber fa*
avendo di nuovo Poccasione e Tonore cilitárselo, dada la gran estima que
di rassegnarmele div.mo, obb.mo ser* tengo de su mérito y la verdadera
vitore vero» Gioacchino Pía. amistad que le profeso; teniendo de
AlTIlLmo Sig.r Sig.r P.ron Cohmo nuevo la ocasión y el honor de de*
/ II Sig.r A b . D. G. Bernardo de Ros* clararme su muy devoto y rendido
si / Profess.e di L L . OO. nella R. servidor verdadero, Joaquín Pía♦
Universitá / di / Parma. A l ilustrísimo señor y dueño / el
señor abate don G. Bernardo De Ros*
si / profesor de lenguas orientales en
la R. Universidad / de / Parma.
18

JOAQUIN PLA , PROFESOR DE CALDEO EN BOLONIA

Presente ya a Joaquín Pía como uno de aquellos Dos hebraístas


catalanes amigos de Gian Bernardo De Rossi que en Ferrara dedi­
caron sus ocios de destierro a los estudios hebraicos* De ellos Luciano
Gallissa fue más bien un erudito polimorfo, pero perezoso; Joaquín
Pía, en cambio, un trabajador incansable en todos los dominios de la
filología* “ Tal vez el más docto y el más profundo poliglota que haya
en Italia hoy en día“ , lo apellidaba Girolamo Tiraboschi en su intro­
ducción al tratado DelVorigine della poesía rimata de Giammaria
Barbieri2, con epítetos sacados casi a la letra de una carta del erudito
valenciano Juan Andrés3*
En verdad merece a boca llena el epíteto de poliglota un hombre
como Pla^, que cultivó con maestría tres campos filológicos tan dis­
tanciados como el romanístico, el clásico y el orientalista*
Como romanista fue el más firme apoyo de Tiraboschi para su
edición de aquella obra del humanista del segundo renacimiento Giam­
maria Barbieri5 : Pía se atrevió a descifrar y a traducir al italiano las
numerosas poesías provenzales insertas en aquel trabajo, que había
permanecido inédito e indescifrable por no hallarse un Edipo que in-

* Publicado en Sefarad, 4 (1944) 99 -118 . Damos las notas con numeración


corrida*
1 Estudio 17*
2 Módena 1790, pág. 22.
3 Las cartas de Andrés a Tiraboschi consérvanse en la Biblioteca estense
de Módena, [Cf. Estudio 19, n, 9.]
4 Datos biográficos y bibliográficos en el Estudio anterior,
5 C ían, 28 -31.
392 III♦ El grupo cata\ano*aragones

terpretase su mutismo de esfinge — la frase es también de Juan An*


drés en carta a Tiraboschi— ♦
Como filólogo clásico sus predilecciones se polarizaron hacia el
helenismo: por el padre Bartolomé Pou sabemos que preparaba una
traducción de Esopo 6, y los informes presentados a la universidad de
Bolonia nos hablan de una traducción de Teócrito* Pero ambos tra*
bajos han quedado inéditos, y ni siquiera se han conservado los ma*
nuscritos en la Biblioteca Barberinit que él dirigió7* Su más impor"
tante trabajo como grecista es, con todo, la colación de dos antiguos
manuscritos ferrarienses del texto de los Setenta, realizada por en"
cargo del director de la Marucelliana de Florencia, Angelo M* Bam
dini, para la edición crítica de Oxford emprendida por Sir Robert
Holmes; aun habiéndosenos perdido las cartas de Bandini a Pía alu"
didas en el documento 2 de nuestro apéndice, las numerosísimas de
Pía a Bandini y de Holmes al mismo, conservadas todas ellas en la
Marucelliana, bastan para conocer la eficaz colaboración de nuestro
abate en la edición oxoniense 8*
Eso no obstante, como el mismo Pía confesó, su estudio favorito
era el de las lenguas orientales: su provenzalismo le llevó de la
mano al problema arabista, ya que una de las cuestiones más bata"
lionas en el Setecientos era la del probable influjo de la poesía ará"
biga sobre los trovadores provenzales, principalmente en lo que a la
rima se refiere 9* Según el mismo padre Pou, Joaquín Pía estaba pre"
parando una versión de las fábulas persas de Locman, que tampoco
conocemos: ¿interrumpiría tal vez su trabajo al ver que en 1780
el eX"jesuita valenciano Manuel Lassala10 publicaba en Bolonia esas
mismas Fabulae Locmani Sapientis ex arábico sermone latinis versibus
interprétatele? ¿o bien Lassala — cuyas aficiones arabistas no nos son
conocidas más que por esta versión— aprovechó para su traducción
en verso el trabajo de su amigo tortosino? No podemos contestar ni

6 Cf. J. M . Bo ver , Biblioteca de escritores baleares, II (Palma 1868) 149.


Vid* BibL, mim* 30*
7 [H oy en la Vaticana; cf, BibL, núm. 87*]
8 [Las colaciones de Pía están en los mss. Holmes 14, 26 y 34 de la
Bodleian Library, Oxford,]
9 Estudios 23"25,
10 [V id . infra, págs. 4 8 3 ^ 9 1 y 499^02, 514*]
18. Pía, profesor de caldeo en Bolonia 393

una cosa ni otra* Fuera de estot Plat como arabista» por indicación de
su compañero de destierro el valenciano Juan Colomes, tradujo los
frisos árabes de la portada de cierta historia turca que poseía el aris-
tócrata boloñés conde Zambeccari; así escribía Joaquín Pía a Colomes
desde Ferrara a los 28 de abril de 17 8 6 :
Amico carissimo, Queridísimo am igo:
il libro di stampa oriéntale di S . E . El libro oriental impreso» de su ex­
il signor conte Zambeccari» che voi celencia el señor conde Zambeccari,
avete avuta la bónta di mandarmi» é que habéis tenido la bondad de mam
una storia o annali mahomettani che darme» es una historia o anales ma­
principiano dalFanno 114 4 dell'egira hometanos que van del año 114 4 de
fino al 1 1 5 6 ; scritto in lingua turca» la égira hasta el 1 1 5 6 ; escrito en len­
fuorché il frontispizio» ch’ e in arabo gua turca, excepto la portada, que
e contiene tre allocuzioni a foggia di está en árabe y contiene tres alocu­
epigrafi: la Ia al Sultano» la IIa al ciones a guisa de epígrafes: la i*a al
gran Vizir» é la IIIa al M ufti; le qua- sultán, la 2 .a al gran visir y la 3 .a al
li tutte ve le mandero tradotte in ita- mufti; las cuales os mandaré tradu­
liano súbito che sia avisato dalFab. cidas al italiano en cuanto me haya
Conca 11. avisado el abate Conca.

Tales versiones constan en el documento 5 de nuestro apéndice*


Pero» a pesar de todos estos trabajos arabistas» de las lenguas orien­
tales fueron la hebraica y la caldea las predilectas del abate Pía* De
su interés particular por la literatura hebrea — por la famosa Biblia
ferrariense sobre todo— aportamos curiosos documentos en nuestro
artículo antes mencionado12; pero aquellos no son los únicos que
tenemos* Del prestigio que gozaban como rabinistas tanto Pía como
Gallissá es una prueba la siguiente carta de Juan Andrés a don Eu­
genio Llaguno; aunque no lleve fecha» hay que suponerla anterior
al 25 de noviembre de 1782» y en ella se trata de la Biblioteca robu
nico^española de Rodríguez de Castro» entonces de reciente publi­
cación :

“ Mi dueño y señor: He recibido los últimos pliegos de la Biblio-


theca fabinica» y sin encuadernarlos les he dado a todos una ojeada»

- 11 Módena» Biblioteca estense» autografoteca Campori* [Sobre Conca vid.


Estudios 26 y 2 7 .]
12 [Estudio 1 7 .]
394 IIL El grupo catalano^aragonés

porque quería embiarlos luego a Ferrara, donde los esperavan con


ansia* Lo que yo he leído me ha parecido digno de elogio» porque»
aunque no he dexado de hallar algún defecto» está bastantemente
compensado con las noticias originales y nuevas que presenta* En
Ferrara D* Joaquín Pía» muy dado a toda literatura oriental» y D* Lu-
ciano Gallisá» público bibliothecario de aquella universidad» y sugeto
de mucha crítica y erudición» están leyendo aora dicha Bibliotheca.
Sí el juicio déstos es tal que pueda consolar al Sr* Castro de las cen-
suras de sus compañeros» no dexaré de embiarlo a V*, para que haga
el uso que juzgare oportuno* Sintiera mucho que el autor» enfriado
por las críticas» abandonasse la empressa» que no dexa de hacerle mu­
cho honor” 13*

No conocemos el parecer de Pía» si es que lo escribió al abate


Andrés; pero Gallissá nos asegura que pensaba como é l:

“ Amigo — [escribe Gallissá a Andrés desde Ferrara a los 25 de


noviembre de 17 8 2 ]— : Embío a vm. los libros que pide» fuera del
Cheminais» que no tengo a mano* V a también la Bibliotheca de Cas­
tro» la qual no he podido examinar de manera que pueda dar sobre
ella un dictamen razonado* Con todo» he visto lo bastante para poder
decir en general que está escrita con crítica y con gran diligencia;
que su autor muestra mucha erudición y estar bien versado en la
materia; en una palabra» que es obra en su género muy apreciable»
que hace gran honor a su autor y a la nación* Lo mismo dize Pía»
el qual la ha leído más que yo* Si otra vez la podemos examinar más
despacio» .se hará lo que vm* pide* Bueno sería que vm* viesse que
Tiraboschi hiciesse de ella un extracto honorífico en el Diario de
Módena” 14.

Contento con este juicio tan laudatorio de Gallissá y de Pía» An­


drés se apresura a escribir a Llaguno desde Mantua el 5 de diciembre:

13 Barcelona, Biblioteca Balmes. Este autógrafo y los dos siguientes los


regaló al padre Ignacio Casanovas el insigne patricio don Eduardo Toda y
GüelL
14 Ibidem*
i8. Píay profesor de caldea en Bolonia 395
“ Muy señor m ío: La prisa de valerme de una ocasión para Mo­
dena no ha dexado tiempo a los de Ferrara para examinar bien la
Bibliotheca de Castrot y darme razonadamente su sentir» Con todo,
embío a vm. la que me escribe D. Luciano Gallisá, el más erudito
español que yo conozco, y por ella verá que tanto este sugeto como
D. Joaquín Pía, gran rabinista, juzgan ventajosamente de dicha Bi-
bliotheca. Yo suplico a vm. anime al autor para continuar su obra
con tesón, y no desmayar por las censuras contrarias“ 15.

La fama de orientalista que tenía Pía en Ferrara movió a los re­


formadores de aquella universidad — de cuya Biblioteca pública era
vicedirector— a proponer al cardenal legado la creación de una es-
pecial cátedra de lenguas orientales^ Decían así en su memoria:

Manca pure Tuniversitá della cat- También falta en la universidad la


tedra di lingue orientali, di tanta uti- cátedra de lenguas orientales, de tan­
lita e lustro. L ’ universitá ha nelPono- ta utilidad y lustre. En el honorario
rario sostituto della Biblioteca un sog- sustituto de la biblioteca, la universi­
getto versatissimo nelle dette lingue; dad tiene un sujeto versadísimo en
si crederebbé quindi opportuna la fon- dichas lenguas; por lo que se juzga­
dazione di questa cattedra, per la ría oportuna la fundación de esta cá­
quale sarebbe sufficiente un discreto tedra, para la que sería suficiente una
assegno 16. discreta asignación.

Pero la erección de tal cátedra no pasó de un simple proyecto, y


Pía pensó en trasladarse a Bolonia. Por una carta del filólogo Schow
a Bandini, escrita en dicha ciudad a los 5 de octubre de 1790, sabe­
mos que para esa fecha había ido Pía a Bolonia para ver si obtenía
en aquella celebérrima universidad una cátedra oriental: “ El abate
Pía — le dice— aún está en Bolonia, y busca una cátedra de lenguas
orientales; pero oigo que ha llegado demasiado tarde y se dará a
otra persona“ 17.
Ciertamente entonces no estuvo Pía afortunado en sus preten­
siones, pero en aquella ocasión presentó a la universidad una serie de

15 Ibidem.
' 16 Ferrara, Biblioteca comunale, fondo Antonelli, ms. 6 13, f. [ 1 6 ] ; otro
ejemplar en la Biblioteca vaticana, ms. vat. lat. 8423.
17 Florencia, Biblioteca marucelliana, ms. B III 3 1 X L V I 503.
396 III* El grupo catalano*aragonés

informes en su favor, que ciertamente le ayudarían a alcanzar la sus·*


pirada cátedra cuando tres años más tarde volvió a quedar vacante.
En el apéndice copiamos por entero estos cinco documentos anóni­
mos, en los que se alegan sus principales méritos literarios: su afición
a las lenguas orientales ya de antiguo, y en general a todas las len­
guas cultas (doc. 1) ; su gran biblioteca de libros orientales, así im­
presos como manuscritos, de los que no quería desprenderse a pesar
de las presiones que le hacían De Rossi y Canonici18 (docs. 1, 2 y
4); el aprecio que le tenían los reformadores de la universidad de
Ferrara y los eruditos de la misma ciudad (doc. 1), los bibliotecarios
de Florencia, Bandini y Perini (docs. 2, 4 y 5), el de la Marciana,
Iacopo Morelli (doc. 2), y el gran duque de Toscana, quien le regaló
una serie de preciosas ediciones árabes (docs. 2-5) ; la honorífica men-
ción que en diversas obrás hacían de él De Rossi y Tiraboschi (do­
cumentos 1 -4); la traducción de aquellas fórmulas arábigas de la
historia turca que poseía el conde Zambeccari de Bolonia (docs. 3-5);
el encargo que se le había dado desde Madrid de componer una
gramática arábigo-española (docs. 1 y 3)? las consultas que se le ha­
cían desde Viena (doc. 3) ; su colaboración en la Biblia de Oxford
(docs. 1-5), y sus otros méritos como helenista (docs. 2, 4 y 5) y
como provenzalista (docs. 4 y 5).
De todos estos documentos sólo va fechado el primero: 24 de
abril de 179 0 ; el quinto habla del “ scorso anno 1789” ; el tercero
y el cuarto hablan de sus trabajos bíblicos como de algo actual, y
sabemos que aquéllos duraron sólo de 1788 a 179 0 ; el segundo cita
ya el libro de Giammaria Barbieri publicado por Tiraboschi en 1790,
pero esta obra salió de la imprenta en julio de aquel año 19, antes por
tanto del viaje de Pía a Bolonia de que nos hablaba Schow.
Adviértese inmediatamente que los autores de esos cinco infor­
mes conocían cosas muy íntimas de nuestro Joaquín Pía, por lo cual
no es dudoso que fuese él mismo su inspirador. Pero hay m ás: en
tres de ellos — el segundo, tercero y cuarto— abundan los castella-

18 V id . Bibl., núm. 13 (pág. 79) [y supra, págs. 1 1 8 - 1 1 9 ] .


19 Carta de J. Andrés a G. Tiraboschi, de Mantua, 22 julio 1790. Móde-
na, Biblioteca estense, ms. est. it. 861 (a.L .8.4.), carta 126. - Carta de J. Pía al
mismo. Ibid., ms. est. it. 891 (a.L.9.6), carta 52.
i8. Pía, profesor de caldea en Bolonia 397
nismos y las grafías falsas: aventura por avventura, manuscrita par
manoscritti, Rossi por De Rossi, hebraica por ebraica, en el segun­
do; en el tercero eloggio por elogio, Rossi por De Rossi, libbre-
ña por librería, desiderebbe por desidererebbe, se gli sian fatie por
gli siano state fatte, fuera de construcciones durísimas que muestran
muy poco dominio del lenguaje; en el cuarto moltiplici por molte-
plici, expediti por spediti, católico por cattolico, Constantinopoli por
Costantinopoli, Ungria por Ungheria.
Todo ello nos asegura que los más de los informantes fueron ex-
jesuítas españoles residentes en Italia, y aun nos atreveríamos a atri­
buir el quinto — en el que, por otra parte, casi no se notan castella­
nismos— al valénciano Juan Colomes, que era quien había encarga­
do a Joaquín Pía la traducción de las tres inscripciones árabes de la
historia turca, como antes se ha dicho*
Aunque de momento no surtieron estos alegatos efecto alguno,
sin embargo^ al volver a quedar vacante la cátedra de caldeo en 1793,
el Senado de Bolonia trató de ofrecerla sin más a nuestro orienta­
lista, quien el .13 de diciembre escribía la siguiente carta:

Stim.mo e Riv.mo Sig. D. Giu­ Estimadísimo y reverendísimo se­


seppe, ‘ ñor don José:
rapporto a quanto finora ho stima- Respecto a cuanto hasta ahora he
to un dovere mio di comunicare alia considerado un deber comunicar a la
gentilissima persona di V * E* intorno gentilísima persona de vuestra exce­
la vacante lettura di lingua caldaica lencia acerca de la cátedra vacante de
di cotesta università di Bologna, altro lengua caldea de esa universidad de
non mi resta d ’aggiugnere se non as- Bolonia, no tengo que añadir sino ase­
sicurarla di nuovo che accetterô vo- gurarle de nuevo que aceptaré con
lentieri e con sommo mio piacere la mucho gusto y complacencia dicha
detta lettura, quando TEcc.mo Sena- cátedra, si el Excmo* Senado se com­
to si compiaccia di farmi Tonore di placiere en hacerme el honor de con­
conferirmela, volendo degnarsi di ag- cedérmela, dignándose agregarme con
gregarmi colla sua autorevole elezione su competente elección al número de
al numero de' professori che compon- los profesores que componen una de
gono una delle più antiche, illustri e las más antiguas, ilustres y renom­
rinomate università dei mondo lette- bradas universidades del mundo lite­
rario. E cio tanto più, come Ella sa rario ♦ Tanto más que, como usted
benissimo, che, essendo gli studii delle sabe muy bien, siendo desde hace
lingue orientali da tanto tempo il mio tanto tiempo los estudios de lenguas
39$____________________________ 111. El grupo catcdan o-aragon és

favorito trattenimento, Tonorevole im- orientales mi ocupación favorita, el


piego di professore di una di esse lin- honroso empleo de profesor de una
gue mi metterebbe certamente in mag- de ellas me obligaría sin duda a cul­
gior impegno di coltivarle, alFoggetto tivarlas con mayor empeño, al obje­
di essere vieppiu utile alia repubbli- to de ser más útil a la república de
ca delle lettere. Questi sono i miei las letras. Estos son mis sinceros y
sinceri e costanti sentimenti, co' quali constantes sentimientos, que siempre
mi sono sempre spiegato dopo la pre- he expresado desde que tomé mi de­
sa mia determinazione, a Lei ben cisión, de usted bien conocida; y es­
nota; e mi lusingo che vorra Elia, pero que usted, con su innata pruden­
colla sua innata saviezza, valutarli ap- cia, querrá valorarlos exactamente en
punto per quello ch^ssi possan meri­ lo que puedan valer, presentándose
tare in qualunque occorrenza* La pre- ocasión. Entre tanto le ruego me quie­
go intanto mi voglia conservare nella ra conservar en su muy apreciada gra­
sua pregiatissima grazia, mentre coi cia, mientras con el mayor respeto y
piu ossequioso rispetto e stima ho estima tengo el honor de declararme
Ponore di dichiararmi di V . E» div.mo de vuestra excelencia muy devoto y
obb.mo serv.r vero, Gioacchino Pia. rendido servidor verdadero, Joaquín
Ferrara, 13 Xbre 1793 20* Pía.
Ferrara, 13 de diciembre de 1793.

No es difícil saber quién era ese D* Giuseppe, intermediario, al


parecer, entre Pía y el Senado de Bolonia* Más que al doctor Giu­
seppe Venturoli, a quien cita Pía en el documento 6 del apéndice,
me inclino a creer que se dirige aquí al abate José Pignatelli, el ex-
jesuita zaragozano protector decidido de todos sus compañeros con su
prestigio de príncipe del Sacro Romano Imperio* N i se opone a ello
el tratamiento de Excelencia que le da el tortosino, pues se trataba,
sin duda, de una carta mostrable, lo cual explicaría también que le
escribiese en italiano y no en español* Por otra parte, nos consta la
intervención 4 e Pignatelli en favor de su amigo por este gentil bi-*
líete conservado en el archivo Casali-Bentivoglio de la Biblioteca del
Archiginnasio (universidad) de Bolonia:

20 Bolonia, Archivio di Stato, Assunteria di Studio, Requisiti di lettori,


busta P, n. 26.
i8. Pía, profesor de caldeo en Bolonia 399
L'abb. Pignatelli rende i piu giusti El abate Pignatelli manifiesta su
c i piu sinceri ringraziamenti ali suo más justo y sincero reconocimiento a
veneratissimo signore ed amico il sig.r su veneradísimo señor y amigo el se·*
senatore Casali per la fausta nuova ñor senador Casali por la fausta nue*
della elezione dei Pia, che si degna va de la elección de Pía, que se digna
avv[is]arli. II Pignatelli ed il Pia sano comunicarle. Pignatelli y Pía saben
la gran parte ch'in essa devono ali la gran parte que en ella ha tenido el
veneratissimo sig.re senatore, a qui veneradísimo señor senador, a quien
si farano sempre, un dovere di pro* sentirán siempre el deber de decía*
testarsi, massimamente lo scrivente, rarse, sobre todo el que esto escribe,
suo div.mo, obbl.mo servitore vero su devotísimo y obligado servidor ver*
ed amico. dadero y amigo.
Di casa, alii 18 gennaio 94 21. De casa, a los 18 de enero 94.

La concesión de la cátedra viene registrada en los documentos


oficiales el día 24 de enero de 1794 (doc. 7), pero el 18 podía ya
escribir Joaquín Pía desde Bolonia a su amigo Bandini:

Stimo un atto dei mio dovere il Estimo ser mi deber el participar a


partecipare a V . S. Ill.ma come, es* vuestra señoría ilustrísima que, habién*
sendomi stata graziosamente conferita dos eme graciosamente conferido por
da questo Ecc.mo Senato la cattedra este Excmo. Senado la cátedra de
di lingua caldaica, da qualche tempo lengua caldea, desde algún tiempo va*
vacante nella medesima universita, mi cante en la misma universidad, me he
sono in codesta citta stabilito per go* establecido en esta ciudad para be*
dere la grazia compartitami con som* ñeficiarme de la gracia que se me ha
ma gentilezza ed universale approba* concedido con suma gentileza y uni*
zione. Nelle mie circostanze ho valu* versal aprobación. En mis circuns*
tato Telezione in rapporto alie como* tancias he valorado la elección en re*
dita e particolari vantaggi che sicura* lación a las comodidades y especiales
mente puo recarmi un tale soggiorno 22. ventajas que seguramente me puede
procurar tal residencia.

21 Bolonia, Biblioteca comunale delPArchiginnasio, archivio Casali*Benti*


voglio, carteggio del senatore Gregorio Casali^Bentivoglio. V id . supra, págs. 317*
318 [y cf. Estudios 14 y 15 ].
22 Florencia, Biblioteca marucelliana, ms. B III 3 5 L 78, f. 489. Sobre esta
cátedra de Pía en Bolonia vid. S. M a z z e t t i , Repertorio di tutti i professori...
400 III* El grupo catalano'aragonés

El éxito del abate Pía lo tomaron todos los expatriados como un


triunfo nacional» sobre todo habiendo alcanzado poco antes otra cá­
tedra en Bolonia» la de griego» don Manuel Rodríguez de Apoiíte»
buen amigo de nuestro P ía 23· Oigamos cómo comenta el caso el pa­
dre Manuel Luengo en su Diario:

44Vacó en esta misma universidad de Bolonia — [escribe el 3 de


abril de 1794]— la cáthedra de lengua caldea» y el Senado por sí
mismo» y sin que huviese precedido pretensión ni solicitación algu­
na» pensó y resolvió invitar para ella al padre Juaquín Pía» de la pro­
vincia de Aragón» hombre ya conocido como de mui particular ins­
trucción en este ramo de literatura» que era uno de los bibliotheca-
rios de la Librería pública de la ciudad de Ferrara* Vino el dicho
padre a Bolonia para ocupar la cáthedra de lengua caldea» y el día
veinte del mes antecedente de marzo tuvo su primera lección en el
mismo sitio y con el mismo auditorio que Aponte» y dixo su oración
latina sobre la excelencia de la lengua de que es maestro» en la
substancia y fondo» por decirlo assí» tan buena como la del dicho
Aponte» aunque no agradó tanto como aquella a los italianos» ni les
mereció tantos elogios y admiraciones» porque su modo de decir no
era tan agradable» ni la acción o ademán» ni tampoco la pronuncia­
ción tan italiana*
qué dirán los grandes escritores de historias literarias y de
críticas sobre literatura y literatos» Tiraboschi y Betinelli» que no acer­
taban a ver en los españoles sino escholásticos sofísticos» viendo a dos
de ellos en una de las ciudades más cultas y más eruditas de la Ita­
lia» qual es sin duda Bolonia» en el grado de maestros públicos de las
dos lenguas sabias» griega y caldea? Y en este caso» como en muchas

della famosa universita... di Bologna... (Bologna 1848) 249» núm. 2496; y


V . D allari, I rotuli dei lettori legisti e artisti dello studio bolognese dal 1384
al 1799, I V (Bologna 1924) 194.
23 Se nos ha conservado una curiosa carta castellana de Pía a Aponte en
el ms* landiano 250» vol. III» de la Biblioteca comunale de Piacenza, fechada
en Ferrara a los 4 de noviembre de 1791»
18. Píaf profesor de caldeo en Bolonia 401

ocasiones sucede en todas partes» nada se debe atribuir a manejos y


negociaciones» y estas cáthedras se han dado a los españoles Aponte
y Pía» porque absolutamente no havía» o no se presentaron» quienes
fuesen capaces de ocuparlas» y porque su mérito era mui superior al
de los nacionales que se conocían* As sí debe ser presentado este
suceso” 24*
Las inexactitudes que hemos podido observar en* este relato so­
bre la manera como Pía fue elegido» debe ponemos en guardia para
no aceptar sin crítica y a pie juntillas cuanto nos dice una fuente de
información importantísima sin duda» pero a la que ha venido dán­
dose una supervaloración inexplicable25*
Comenzó Pía a desempeñar su cátedra con una asignación anual
de doscientos cequíes» pero el 29 de agosto de 1795 se le aumentó en
otros ciento (doc* 7) en atención a los gastos que su traslado de Fe­
rrara le había acarreado» a la renuncia de los sesenta escudos que
percibía en Ferrara como vicebibliotecario» y a las clases extraordi­
narias que daba de lengua árabe (doc* 6)*
Poco tiempo pudo disfrutar Joaquín Pía de tan deseada cátedra:
el 6 de junio de 1798» negándose a prestar el juramento que la fla­
mante República cisalpina exigía de todos los profesores de la uni­
versidad26» fue desposeído de su cátedra de caldeo (doc* 7)* El año
1798 Carlos IV había abierto las puertas de la patria a los proscritos»
pero para expulsarlos de nuevo más violentamente al poco tiempo*
Pía hizo este lamentable viaje de ida y vuelta» pero ya no regresó a
Bolonia» por más que el 19 de agosto de 1799 Ia Regencia imperial
de Bolonia le hubiese restituido la cátedra para el caso en que vol­
viera a Bolonia (doc* 7)*
Ahora se fijó en Roma» como prefecto de la Barberiniana» entró
luego en la restaurada Compañía de Jesús» y murió en la casa profesa
del Gesü el 1 1 de octubre de 1817*

24 L uengo , Diario, X X V II I , 201-203.


25 Estudio 2, cf. n. 57, [y Estudio 4, cf. n. 8 ].
26 [V id . L . S im e o n i , Storia della universita di Bologna, II (Bologna 1940)
146.]

D E LA m
L. HISPANO-ITALIANA. — 26 BIBLIOTECA LUIS-ANCE'
CATALOGAD
402 IIL El grupo catcdano-aragonés

D0CUMENT0S 27
Bolonia, Archivio di S ta to , assunteria di Studio

i] 1790* 24 aprile.
In studio*
Notizie autentiche e indubitate intorno alla persona del S.r Ab.
D. Gioachino Pla.
L'abate D. Gioachino Plat sostituto nella Biblioteca di Ferrara, è
uno de' primi conoscitori delle lingue dette, e in particolar modo délia
grecat araba éd ebrea. Fornito essendo egli di talentot felice memoria,
costante e quasi ferrea applicazione, e sopra tutto d'un genio deciso
per le lihgue orientali, il di cui studio ha fatto le sue delizie già da i
teneri anni, non è meravi'glia che siasi formato valentissime ed abbia
anche consumato soavemente tutt'il suo peculio nell’acquisto di piii di
mille volùmi e manoscritti, che tiene presso di se, di araba ed orientale
letteratura.
Chi amasse di aecertarsene fondamente del merito delTabate Pla
nelle lingue erudite, pub egli rivolgersi a i signori riformatori dello
studio e università di Ferrara, corne altresl agli altri letterati délia
stessa città. Puolsi anche ricorrere alTab. Canonici, veneziano, il quale,
corne ripescator diligente d’aurei e molteplici esemplari délia Scrittura
Sacra, ha più volte tentato· infruttuosamente di carpir con danaro
dalPab. Pla una biblia ebrea manoscritta colla Masora, la quale è un
capo d'opera nel suo genere.
Uab. De Rossi, professore in Parma delle lingue orientali e cele«*
bre in tutta PEuropa per le sue opere, avendo ristampato recentemente
e con moite aggiunte erudite il suo trattato De typographia hebraeo*
ferrariensi, pubblicato prima in Herlanga Panno 178 1 per le instanze
del dotto professor Hufnagelt loda sommamente il merito delPab. Pla,
il quale aveale somministrato opportunamente varie notizie importanti
riguardanti le edizioni ebreo>ferrariensi.
L fab. Pla è tenuto in gran concetto da i letterati di Madrid, i quali,
oltre d’aver ivi fatto stampare qualche sua lettera di filologia orientale,
hanno anche chiesto al medesimo replicatamente il lavoro d'una Gram"

27 [Por tratarse de documentos y no de cartasf no añadimos la traduo


ción castellana de los mismos.]
i8* Plctf profesor de caldea en Bolonia 403

matica araboispanat che esso e intenzionato di formare sollecitamente,


terminati che avra i suoi greci manoscritti per Puniversita d'Oxford*

(Requisiti di lettori, busta Pt n* 26*)

2] E' universale il concetto che gli uomini piii dotti ed i piu colti in
genere di lingue hanno delPab* Gioachino Pia* II celebre Tiraboschi
ne paria con espressioni tali, che esse sole basterebbero per fare for^
mare delPab* Pia la piu alta idea* NelTopera Dell*origine della poesia
rimata, alia pag* 22, si spiega in questi precisi termini: “ La difficolta
di trovare chi sapesse tradurre i frammenti di poesia provenzali in
quest'opera inseriti fu quella probabilmente che trattenne Ludovico 28
Barbieri dal pubblicarla, e che la fece giacer finora inedita e scono*
sciuta* E forse sarebbe anche ora succeduto lo stesso, se non ne avessi
ottenuta la traduzione dalPeruditissimo sig* ab* D* Gioachino Plat il
piu dotto e il piu profondo poliglotto, per aventura29, che sia ora in
Italia, e singolarmente assai bene in quella lingua istruito* Egli ha
giudicato opportuno il tradurle quanto piu potesse letteralmente, ac^
ciocche meglio ancora si conoscesse il sentimento di quei poeti, e me^
glio ancora si ravvisasse cio che non puo in alcun modo negarsi, quan·*
te voci della lingua provenzale passate sieno 30 nelTitaliana* Da cio e
venuto che non gli e stato possibile il conservar sempre il numero delle
sillabe, ma cio non ostante gli e riuscito felicemente di conservarlo in
moltissimi versi, ne' quali Foriginale non e diverso dalle versioni che
nelle sole desinenze” *
I celebri letterati dtOxford, i quali sopraintendono e dirigono la
nuova edizione che si fa in Inghilterra dei Vecchio Testamento greco,
consultano colPab* Pia intorno ai codici greci manuscritti dei Settanta,
ed egli manda loro le varianti e le sue note e riflessioni concernenti al
detto testo ; ed essi letterati si mostrano sommamente contenti e so-
disfatti delPesattezza, dilegenza e penetrazione con cui egli disimpegna
la sua commissione* L^b* Pia conserva il carteggio che per lo spazio
di 4 anni ha coi sig*r canonico Bandini, incaricato in Italia da quei
letterati di far confrontare i detti codici*
E f notissimo nelPEuropa per le sue opere in genere di erudizione
di lingue il professor Rossi di Parma* Egli ha una stima delPab*e Pia,

28 Tiraboschi escribe Lodovico.


29 Ibid., avventura.
30 Ibid*, swmo*
404 III. El grupo catalano-aragonis
con cui tratta amichevolmente. Nella Biblioteca pubblica di Bologna
Bsamino con lui alcuni manuscntti ed alcune antiche edizioni ebraiche
cet* Nel tomo i.° delle sue Variae lectiones Veteris Testamenti fa
menzione onorevole delPab. Pia; e nella ristampa che fece nel 17S1
dei suo commentario storico De tipographia [ ! ] hebmeo*ferrariensi cosi
paria delPab. P ia; Paucis hisce quae in huiusque nostri commentarii
supplementum notavi, addi potest Hebraicum alphabetum Ferrariae ex*
cusum in typographia Filoniana. .. extatque apud Hispanum sacerdotem
loachimum Pia, Hebraicis litteris diligenter imbutum♦ L ’ab. Pia som-
ministro al Rossi varie notizie letterarie intorno alia detta tavola He­
braica» come consta dalla stessa opera stampata dal Rossi» nella quale
sono inserite le suddette notizie* Di piu 1'ab* Pia conserva presso di se
molti codici mss* ebraici» i quali gli sono stati richiesti varie volte
con gran premura dal Rossi» come mss. che farebbero grande onore
alia colezione» protestando il Rossi che renderebbe pubblica al mondo
letterario la sua gratitudine per un si prezioso favore* Tutto cio consta
dal carteggio dei Rossi colTab* P ia 31*
Il Perini» bibliotecario della Magliabecchiana di Firenze» il quale
recentemente ha stampato il suo primo tomo delle edizioni dei '400
esistenti in quella biblioteca» ha corrispondenza letteraria colPab. Pia»
di cui ha grande stim a32; cosi pure il bibliotecario di S* Marco di
Venezia e molti altri letterati distintissimi per la loro nota erudi-
zione 33* Quando Tab* Pia ando a Firenze» fu presentato al gran duca
Leopoldo come uomo poliglotto distinto» ed ebbe in contrasegno di
stim a34 dal gran duca il regalo di celebri manuscritti stampati*
Al presente sta confrontando Pab* Pia un manuscritto greco dei
Teocrito e preparando le varianti ed altre notizie interessanti per
una nuova edizione e versione che si debbe fare in Roma di quel-
Pautore*
In quest^nno sperava Pab* Pia avere terminato il catalogo ragio-
nato de' codici mss* ebraici che egli ha presso di se» ma varie indi-
spensabili occupazioni non glielo hanno permesso*

31 V id . en el Estudio 17» las cartas de Pía a De Rossi conservadas en la


Palatina de Parma; las de De Rossi a Pía se han perdido.
32 Entre las cartas recibidas por Perini (hoy en la Nacional de Florencia
y en la Cívica de Turín) no he hallado ninguna de nuestro Pía.
33 N o han aparecido cartas de Pía en la Marciana de Venecia.
34 di stima entre líneas.
i8. Pía, profesor de caldea en Bolonia 405

Attualmente egli e pro-bibliotecario della Biblioteca di Ferrara;


sono alcuni anni che occupa il detto impiego, ed ha ben fondata
speranza di diventare bibliotecario alia prima vacante*

(Ibidem*)

3] D* Gioacchino Pía*
Noto nella repubblica letteraria per Peloggio fattone dalPab* Rossi
di Parma; scrive presentemente per l'universita di Oxford, tradu­
cendo varj testi greci, ebrei ed arabi per confrontarli col testo ori­
ginale*
L’arciduca Pietro Leopoldo, perfetto conoscitore del suo merito,
li dono 35 diversi libri arabi e di bibliotecarj della Laurenziana*
La corte di Vienna símilmente s*e indirizzata a lui per tradurre
varj libri o altre scritture arabe*
Si possono verdere varie sue traduzioni dalla lingua araba, poste
nella libbrelria dei conte Giovanni Zambeccari, che a tale effetto lo
prego-
Egli e stato bibliotecario in Ferrara, e desidere [re] bbe venire a
Bologna a causa delPuniversita, piu raguardevole, e per i suoi molti
studii, malgrado che a Ferrara se gli sian fatte proposizioni molto van-
taggiose perche restasse cola*
Dalla corte di Spagna ha avuta commissione di fare una Gramma­
tica araba spagnuola*
(Ibidem.)

4] Ab.e Gioacchino Pia, commendato da Tiraboschi nelTopera Del·


l*origine della poesia rimata*
Ricordato con onore dal professore Def Rossi.
Ha corrispondenza colPab.e Giulio Perini, segretario delPAccade­
ntia fiorentina e bibliotecario della Magliabecchiana, e smgolarmente
coi canonico Angelo Maria Bandini, bibliotecario della Mediceo-Lau-
renziana*
I letterati di Oxford, direttori e soprintendenti alia nuova edi-
zione dei Vecchio Testamento greco, consultano Tab.e Pia intorno
i codici mss* dei 70* Al presente esamina un Teocrito ms., e prepara
le varianti e le note per una nuova edizione dei medesimo*

35 Tachado : una medaglia e la traduzione du


4 o6 III. El grupo catalan o'dragón és

Conserva presso di se molti codici mss. ebraici.


Presentato al gran duca Leopoldo, ebbe da luí in regalo celebri
mss* stampati.
Ha traduzioni dal greco, e dalle lingue nostre in greco.
Ha interpretato alcune poesie antiche provenzali.
Ha tradotto dalParabo le allocuzioni poste avanti la Storia tur-
chesca♦
(Ibidem.)

5 ] A Firenze principalmente possono aversi nuove sicure dei merito


delPab. Pia e dalPab. Giulio Perini, segretario delPAccademia fioren-
tina e bibliotecario délia Magliabecchiana, e dal s.r Giuseppe Pelli,
direttore della Galleria ducale, e singolarmente dal s.r canonico Ange-
lo Maria Bandini, bibliotecario délia Mediceo-Laurenziana, il quale,
avendo da parecchi anni la commission generale delPuniversità d'Ox-
ford di far confrontare in tutta Pltalia i manoscritti greci della ver*
sione de i Settanta (il medesimo si pratica, con sommo dispendio, nel
resto delPEuropa, affine di formare la più compita ed esatta versione
de i L X X che sia possibile alPumana industria), se n*e prevalso della
perizia delTab. Pia per collazionare tutte le varianti de i moltiplici
greci manoscritti de i L X X esistenti nella Biblioteca ferrarese. Già
nello seorso decembre furono expediti in Oxford per opera dei Pia
più di quaranta quinterni in foglio, di sedici pagine Puno, ed ora il
medesimo ha diretto al Bandini otto di più, lavorati tutti con tal
diligenza ed esattezza, che vengono preferiti dagli intendenti alie
fatiche somministrate su tal argomento da tanti altri letterati che
concorrono alia gran opera in Roma, Parma, Firenze, Venezia, Na-
poli, Ferrara e nelle altre città e contrade italiane.
Nel 1787 si diede alia luce in Ferrara in quatro lingue un'orazion
funebre consecrata alia memoria di D. Giuseppe Mognino, defonto
padre dei conte di Floridablanca, primo segretario di stato dei re
catolico, essendo frutto delPab. Pia Pelegante versione della medesi-
ma nella greca favella.
Lungo sarabbe il voler narrare altre fatiche lodevoli delPab. Pia,
dimostranti a chiare note il suo merito sublime nella cognizione delle
lingue dotte. Perfino alcune poesie provenzali rancide, antichissime
e da pochi note sono state interpretate e volte in lingua toscana dal-
Pab. Pia, come sarà tosto testimonio Pab. Tiraboschi, pubblicando un
autor inedito che scrisse, sono molti secoli, delPorigine della poesia.
18· Pía, profesor de caldea en Bolonia 407

Piacemit per ultimo, cTinserir qui la traduzione delPab· Pía fatta


dalParaba lingua, e contenente le tre allocuzioni poste per frontil
spizio al libro della Storia turches ca stampata in Constantinopoli Panno
1785* Ritrovasi una copia di questo libro presso il s*r conte Giovanni
Zambeccari, onde i conoscitori delParaba favella possono essere in­
terpellati sulla fedelta e autenticita delle suddette allocuzioni che di-
rigonsi al Gran Signore, al Gran Visire, al Gran Mufti, e sono le
seguenti:
i.a Allocuzione diretta al Gran Sultán Abdul-Hamid da suo re­
gio istoriografó Subhi, e posta sul principio della sua Storia;
Questo esemplare fu stampato colla piü maestosa stampa ne* giomi
del Re de’ Re, 'che da nessuno dipende, e somigliante, piü che tutti
i suoi maggiori, alie nobilissime creature; che sparge per ogni dove
le vestigia della magnificenza, de’ doni e della giustizia; che parimen-
ti stende la mano della beneficenza, largita e liberalitade; Chalifa
(Vicario) d ’Iddio nella terra, e la sua ombra distesa sopra tutto PUni-
verso; dominator delle terre e de’ mari, ministro d'ambidue i nobi­
lissimi luoghi sacri36· Per avventura non e desso il Sultán, figlio del
Sultán Ahmed Chari, figlio del Sultán Mohammed Charí? Iddio ac-
cresca i giorni della sua vita piü lunghi d'ogn’altra vita, e stabilisca
il suo dominio senza veruna vicissitudine di notte e di giorno· Amen·
2·81 Allocuzione, al Gran Visire·
Nel tempo del governo del Visir Azem 37 gloriosissimo, che e il
fonte della piü onesta venerazione, P A saffo38 della sua eta ed il
Presidente del suo tempo, la di cui buona memoria cammina misura-
tamente, andamento delle lune in mezzo al cielo; che distingue gli
affari con ottimo consiglio ed ingegno; petto che rinvigorisce le forze
delPImpero co i ripari della resistenza e buon governo? Consigliere il
di cui dito m ignolo39 e legato, e la di cui autorita pau-rosi rispettano
e i grandi e i piccoli: voglio dire il Visir Chalil Pascia, al quale pro­
speri Dio tutto quanto intrapende e quanto ambisce* Amen·
3»a Allocuzione, al Gran Mufti·
E nella occasione delPanzianita di quegli che e eminente per il
carattere, e perfettisimo nella sua intelligenza, che e Porigine delle
scienze le piü certe, la stessa soluzione def dubbi legali, Porigine di
tutte le grazie ed il loro occaso, bersaglio della nobilta e sua brama,

36 A l m argen: i tempi cid é Mee cano, e Medinese.


37 M r g ·: cioe supremo♦
38 M r g .: allude si ad Asaffo, Consigliere di Salomone*
39 M r g .: Cioe che porta nelVanello il sigillo Imperiale♦
408 III♦ EI grupo catalano^aragones

splendore la di cui circonferenza e la sua manifestazione» lume la di


cui pupilla e la sua radicet che possiede una bellezza vistosissima ed
tuna chiarezza perfettisima» Mufti dfogni consolazione e Capo della
vera religione: cioe il Signor Mohammed Ataallah40 Efendi* Iddio
voglia dirigere la sua degnissima persona nelPaggiustatezza delle sue
azioni» e prosperarla nel promuovere le sue deliberazioni e desideri*
Arnen*
Informato il gran duca» ora re dfUngria e di Boemia» dei merito
delPab. D*n Gioachino Pia e della sua perizia nelle lingue orientali»
fece al medesimo nello seorso anno 1789 grazioso dono de i seguenti
libri stampati in Roma nella Stamperia Medicea:
Tutte le opere d#Avicenna in arabo* Tomi 2 in foglio*
Grammatica araba in arabo* Torn* 1 in 4*°
Geografia delPHubiense in arabo* Torn* 1 in 4*0
Euclide con le note di Hassir-Eddin in arabo* Torn* 1 in 4*0
Libro sesto e settimo de i Conici d'Apollonio Per^
geot tradotti dalParabo in latino* Torn* 1 in foglio*
Gli Evangelii in arabo* Torn* 1 in foglio*
Gli stessi in arabo colPinterlineale latino* Torn* 1 in foglio.

(Ibidem*)

6] Ragioni particolari a favore di D* Gioacchino Plat lettore di lin^


gua caldaica» per essere aggraziato dainil.mo ed Ecc.mo Senato deb
Paumento, etc.
Io Egli si e spatriato da Ferrara» luogo della sua dimora» per ser^
vire la cattedra di detta lingua gentilmente conferitagli dal prelodato
Ill.mo ed Ecc.mo Senato: onde
IIo fu bisogno al medesimo di fare a tale oggeto delle spese
straordinarie» che non sono indifferenti.
IIIo PelPistesso motivo egli non ebbe difficoltá di abbandonare
Pemolumento annuo che cola godeva di 60 soldi» come sostituto di
quella pubblica Biblioteca*
IV o Egli ha fatto e fa presentemente scuola di lingua ebraica ed
arabica» e traf suoi scolari conta specialmente il dott* Giuseppe Ven-
turoli.

40 M r g .: Vuol dire Teodoro.


18. Pía, profesor de caldea en Bolonia 409

Appogiato dunque a si valevoli ragioni egli si lusinga di ottenere


la grazia che desidera della loro etc.
(Ibidem.)

7] Pía Don Gioachino.


Sacerdote ex giesuita spagnolo nativo di Tortosa. [A l margen]
Ad triennium.
1794. 24 gennaio ottenne la lettura di lingúa caldea con l’ono-
rario di z. 200.
1795. 29 agosto ottenne aumento di z. 100.
1798. 6 giugno fu dichiarato decaduto da questa lettura per non
aver dato il dovuto giuramento: indi ritomossene in propria patria.
1799 * 19 agosto per decreto dell'imperial Regenza alia prístina
lettura (in caso di ritomo).
(Leggi del pubblico Archiginnasio. Serie de* lettori, f. i 67 v .)

8] 17 9 4 * Sig.re Abbate Gioachino Pía deve dare:


6 febb.°
Pagati alia Cancellería Senatoria, e per essa al
sig.re Ferraresi, per le legalie dovute alia Can-*
celleria Senatoria e famiglia palatina per la lettu­
ra conferita al medesimo di lingua caldaica col
stipendio annuo di z. 200. 1. 24.10
8 lugl.
Fattogli mandato che con 1. 24.10 pagate di lui
conto, come sopra, e l. 50 che lascia in deposito
per Teffetto della sepoltura da conseguirsi da*
suoi eredi, segúita che sera la di lui morte, fanno
1. 1 00, e sono sei quartironi di Pasqua e S. Pie-
tro con aumento. 1. 25.10
—d.°
Pel quartirone di Pasqua primo di sua lettura,
lasciato per Peffetto della di lui sepoltura, corne
sopra, come al libro particolare a tale effetto al 35. 1. 50
9 o£t.e
Fattogli mandato pel quartirone di S. Petronio
1794. 1. 50
'22 Xm .bre
Fattogli mandato pel quartirone di Natale 1794. 1. 50
410 HL El grupo catalano-aragonés

m s*
14 ap.le
Fattogli mandato pel quartirone di Pasqua 1795* L 50
7 lu gl
Fattogli mandato pel quartirone di S* Pietro 1795* [. 50
4 sett*re
Pagati alia Cancellería Senatoria, e per essa al
sig*re Ferdinando Ferraresi, per le legalie dovute
alia Cancellería Senatoria e famiglia palatina, per
aumento di z♦ 100 ottenuto alla di lui lettura* 1. 18.10
8 ot.e
Fattogli mandato pel quartirone di S* Petronio
1795* I. 50
22 X m /e
Fattogli mandato che con h i8*io pagate per di
lui conto, come sopra, fannó L 175, e sono pel
quartirone di Natale, compresovi tale aumento dei
quartirone di Natale 1794 att*e il presente 1 795
non percepito* [. 156.70

1796.
22 m.zo
Fattogli mandato pel quartirone di Pasqua 1796, l. 75
8 ag.*°
Fattogli mandato pel quartirone di S. Pietro 1796. l· 75
6 ott,e
Fattogli mandato pel quartirone di S. Petronio
1796. l· 75
17 Xm.e
Fattogli mandato pel quartirone di Natale 1796. l. 75

17 9 7.
6 ap.Ie
Fattogli mandato pel quartirone di Pasqua 1797. 1. 75
ii d.
Fattogli mandato pel quartirone lasciato nel 1794
per l’effetto della sepoltura. 1. 50
28 giug.°
Fattogli mandato pel quartirone di S. Pietro 1797. 1. 75
i8. Pia, profesor de caldeo* en Bolonia 4 11

Avere,
1794-
Pel quartirone di Pasqua 1 794, prima di sua lettura, L 50
Pel quartirone di S, Pietro 1794« 1» 5°
Pel quartirone di S. Petronio 1794* 1· 5o
Pel quartirone di Natale 1794. 1· 5o

1795-
Pel quartirone di Pasqua 1795. 1* 5o
Pel quartirone di S, Pietro 1795* Aumento dal
principio delPanno seolastico, L 125
Pel quartirone di S, Petronio 1795* 1- 75
Pel quartirone di Natale 1795* 1· 75

í 79Ó,
Pel quartirone di Pasqua 1796, L 75
Pel quartirpne di San Pietro 1796, L 75
Pel quartirone di S, Petronio 1796, 1* 75
Pel quartirone di Natale 1796. 1* 75

J 797-
Pel quartirone di Pasqua 1797* 1* 75
Pel quartirone di S. Pietro 1797* 1- 75
Pel quartirone della sepoltura che lascio a principio di let^
turat come al libro della medesima, al 35,

(Registro per li SS.ri Lettori e Salariat! dello Studio, f. IIL)


19

LA EDICIÓN IT A L IA N A DE L A “ H ISTO RIA1


D EL PADRE M ASDEU

Entre toda nuestra bibliografía histórica del siglo XVIII* la Historia


crítica de España y de la cultura españolaf de Juan Francisco de Mas-
deut descuella no sólo por la mole ponderosa de sus veinte volúmenes*
en los queí no llega a terminar la edad media* sino por el valor real
y positivo que todavía tienen algunas de sus partes*
Su España árabe ha sido sobrepasada* ciertamente* por Dozy y por
los subsiguientes arabistas españoles y extranjeros; su hipercrítica
dieciochesca* principalmente en lo que se refiere al Cid* nos parece
hoy sobrado ingenua; su España primitiva ha sido arrollada por el
moderno empuje de los estudios prehistóricos; su regalismo hispa­
no — por no tachar de galicano a un hombre tan radicalmente anti­
gálico— ríos parece hoy antidogmático y antihistórico a la vez* Pero*
en cambio* su España romana se yergue todavía firme y señera* como
lo probarían* a falta de otras razones intrínsecas* las continuas refe­
rencias elogiosas que han tenido que hacer a ella casi todos los cola­
boradores del segundo tomo de la Historia de España dirigida por
Menéndez Pidal* Y aun en las partes más débiles de su enciclopédica
Historia bulle y alienta un espíritu entusiasta* que no permitirá nunca
sea retirada* como resto momificado* a los depósitos muertos de las
bibliotecas*
Por eso es muy de lamentar que su persona y su obra no ha­
yan merecido hasta nuestros días un estudio monográfico más o
menos completo* Por ahora* hemos de contentarnos con las referencias*

Publicado en Híspanla, 3 (1943) 612-630.


414 Í/L El grupo catalano*aragonés

fugaces de diccionarios biográficos, bibliografías españolas y jesuíticas,


estudios hispanoitalianos sobre el siglo xvm o más concretamente so­
bre los jesuítas expulsos!. Claro está que una biografía completa de
Masdeu habrá de fundarse no sólo en sus obras impresas, en los ecos
periodísticos que su aparición sucesiva iba suscitando, y en las alusio­
nes más o menos rápidas de otros escritores, así contemporáneos suyos
como posteriores, sino principalmente en lo mucho que dejó manus­
crito, y muy particularmente en sus cartas, no muy numerosas, es
verdad, para una época de tan subida epistolofilia, pero desperdigadas
en un sinfín de bibliotecas y archivos de Italia y de España: Ferrara,
Bolonia, Parma, Módena, Roma, Barcelona, Valencia, Madrid, Lo-
yola...
Mientras la preparación del corpus epistularum de los jesuítas
expulsos avanza con suma lentitud, voy a entresacar de él cuanto se
refiere a la edición italiana de su Historiai que, como es sabido, comen­
zó a publicarse simultáneamente en italiano y en español, pero que
muy pronto se prosiguió solamente en castellano«
La vocación histórica del padre Masdeu fue un tanto tardía« Du­
rante su permanencia en España sintió, sí, indirectamente, el influjo
de la renovación crítica que los jesuítas de Cervera venían realizando
con una modernidad y una vibración intelectual no conocidas en la
vida anterior de la provincia jesuítica de Aragón* Pero sus primeras
manifestaciones culturales en Italia fueron literarias: leves composi-1

1 Véanse los artículos correspondientes a J. F . Masdeu en F . T orres


A maT, Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores
catalanes (Barcelona 1836) 398-405; A . E lias de M olins , Diccionario de es-
critores y artistas catalanes del siglo X I X (Barcelona 1888) 12 4 -12 9 ; S om-
mervogel , V , 670-680; IX , 6 5 3 ; T oda, III» 49-61» núms. 3 13 4 -7 3 ; V , cf. pági­
na 104. Cf. M enéndez P elayo , Heterodoxos, I» 1 4 ; V» 229-232, 404; CIAN,
50 -54; Id ., Italia e Spagna net s* X V III (Torino 1896); A . PÉREZ G oyena , L o s
jesuítas en la historiografía española, R yF 58 (1920) 5-2 2 ; L . F rías , La provin-
cia de España de la C. de J. (Madrid 1914) 2 2 8 -2 33; F rías , I» 238-239 ; L . SOR-
RENTO, Francia e Spagna nel Settecento (Milano 1928) passim; F arinelli, II,
289-328; C asanovas, I» págs. 84-85; C. E guía R uiz , Sabios catalanes de los
siglos X V II y X I X , R yF 104 (1934) 344-358 ; 105 (1934) 77-91 (págs. 82-84);
B. S ánchez A lonso , Historia de la historiografía española, III (Madrid 1950)
189-208; anónimo, Historia y labor de la R. Academia de Buenas Letras de
Barcelona (Barcelona 1955) 60-61, 78-79.
i9* La edición italiana de la Historia de Masdeu 415

ciones poéticas del más ligero espíritu dieciochesco 2t escritas durante


su permanencia en Ferrara desde 1768 hasta la supresión canónica
de la Compañía en 1773* En 1775 le hallamos matriculado en la Fa-
cuitad de Derecho de la universidad de Bolonia» matrícula que tres
años más tarde renueva el cardenal legado Boncompagni-Ludovisi3*
Estos años y los subsiguientes se contagió del prurito polémico
que atacaba a tantos y tantos de los expulsos, como reacción a ex*
presiones menos, benévolas para España y para nuestra cultura que
habían dejado caer en algunas de sus obras dos ex-jesuitas italianos
de gran prestigio en su siglo: Girolamo Tiraboschi y Saverio Bettinelli,
expresiones que a ellos les hirieron tan en lo vivo, que con su ima­
ginación las agrándaron desmesuradamente, y desmesuradamente las
impugnaron* ,
Nuestro MasdeU no se contentó con traducir en verso italiano
una bella antología de líricos castellanos del Siglo de Oro, publicada
primero al final del tomo tercero de la segunda parte del batallador
Saggio storico*apologético ¿ella letteratura spagnuola, de su paisano
Xavier Llampillas (Génova 1781), y ampliada luego en dos tomos
impresos en Roma el año 1786, sino que se dispuso a emprender una
obra polémica sobre España, que fue el núcleo inicial de su famosa
Historia crítica. Su plan nos lo da a conocer el curioso Diario' del pa­
dre Manuel Luengo, conservado inédito en el archivo de Loyola.
Masdeu había publicado en Foligno, el año de 17 8 1, el primer tomo
de su Storia critica di Spagna e della cultura spagnuola in ogni genere,
preceduta da un discorso preliminare, cuyo título completo es nada
menos que Discorsa storico filosófica sul clima di Spagna, sul genio
ed ingegno degli spagnuoli per Vindustria e per la letteratura, e sul
loro carattere político e morale; la traducción castellana del mismo
había aparecido en Madrid, en la imprenta de don Antonio de Sancha,
el año 1783, y el 13 de abril del siguiente consignaba Luengo
en su Diario:

“ Aora, pues, se les ha dado por el rey el premio de pensión doble,


que es ya el acostumbrado, a dos jóvenes, que han escrito e impreso

2 V id . supra, págs. 67-68.


3 Bolonia, Archivio di Stato, fondo Universitá: “ Registro de' signori sco-
lari legisti, 17 5 3 ".
416 III. El grupo catalano^aragonés

cada uno su obra* Uno es Juan Francisco Masdeu, barcelonés, de la


provincia de Aragón, que tres años ha publicó aquí el primer tomo
de una obra que será muy voluminosa si llegase a concluirla* Su título
es el siguiente: Storia critica di Spagna*
” Oigo decir que él mismo ha traducido en español este tomo, y
que se ha impreso en Madrid, y aun parece que por prólogo dél ha
puesto enteramente o en mucha parte una obrita que escribió los años
pasados, y estuvo ya para imprimirse en esta ciudad de Bolonia, aun*
que después, con más asentado consejo, se suspendió la impresión* Era
esta obrita de Masdeu una sátira acre, vehemente e impetuosa contra
Italia, contra muchas de sus cosas y contra su literatura; no dexan
de merecerla los italianos, assí por sus necias e injustas preocupaciones
sobre la literatura y otras muchas cosas de España, como también
por la vaníssima persuasión de que todo entre ellos es sumo, perfec­
to y acabado, quando apenas hay rámo alguno de literatura, de go-
v;erno, de usos y costumbres, en que un ojo crítico no descubra vicios,
absurdos y monstruosidades* Pero al fin, por el bien de la paz y por
el agradecimiento' al hospedaje que .se nos da en Italia, todos nos ale­
gramos de que Masdeu desistiese de la impresión de su sátira, y de
que otros que han tenido el mismo pensamiento le hayan abandona­
do, contentándonos, mientras estemos en este país, con defender
nuestra patria, hacer patentes las preocupaciones poco racionales de
los italianos contra España, y obligarlos, si fuere posible, con multi­
tud de apologías y todo género de escritos, a mudar de juicio y opi­
nión sobre la literatura española” 4*

De esta que Luengo llama sátira antiitaliana vuelve a hablar en


su Diario el 3 de enero de 1795 con términos parecidos:

“ Este jesuíta aragonés Masdeu, que tiene otros dos hermanos jesuí­
ta s5 que están trabaxando gloriosamente, uno en el convictorio de
Plasencia, y otro en una ciudad de la Romaña, entró alguna cosa en
la guerra de los años pasados entre su paisano Lampillas y el jesuíta
italiano Tiraboschi* Él traduxo bellísimamente a la lengua italiana va­
rias pequeñas poesías españolas, que se insertaron en uno de los tomos

4 L uengo , Diario , X V III, m - 1 1 3 .


5 Sobre José Antonio, teólogo, y Baltasar, filósofo, vid. Estudio 20

J
ig , La edición italiana de la Historia de Masdeu 417

de la obra del dicho Lampillas* Escrivió muchos artículos en las Me-


moñas encyclopédicas que salían en aquel tiempo en Bolonia, y en
ellos atacaba vigorosamente en muchos puntos al historiador Tiraboschi,
y propriamente le quemaba y abrasaba; y tuvo ya compuesta y mui
cerca de darse a luz una invectiva o sátira terrible contra la literatura
italiana, para hacer ver que en ella hai vicios tan grandes o mayores que
en la española; Por amor a la paz y para mantenerse en una guerra
puramente defensiva se suspendió la impresión de este escrito de
Masdeu* De todas estas cosas, en quanto me acuerdo, se habló en este
Diaño en los tiempos correspondientes” 6.

Puede ser muy bien que Masdeu aprovechase una parte de esa
obrita abortada en el primer tomo o “ Discurso preliminar“ de su Hw-
toña; pero, a lo más, vertería en ella la parte positiva y constructiva,
es decir, la apología de España, de su clima, de sus riquezas, de su
ingenio, de su industria, de su agricultura, de sus artes, de sus ejér­
citos, de sus marinos, de su comercio, de su literatura, de su carácter
político y moral, con un breve “ Examen filosófico de los defectos
que suelen atribuirse al ingenio español“ * La parte negativa de sátira
contra Italiá, a la que alude en los dos pasajes citados el padre Luengo,
no asoma por parte alguna* Más exacto parece lo que a renglón segui­
do escribe el propio padre Luengo:

“ De aquí le vino a este jesuíta aragonés el pensamiento de escrivir


una historia general crítica y apologética de España, como quien pre­
tendía hacer con ella reconocer y confesar a los italianos que estaban
mui poco instruidos en la literatura y en otras cosas de España, y que
erraban groseramente en las cosas que decían de ellas; y para que no
dexasen de leer su historia por ignorar generalmente todos ellos la
lengua castellana, empezó a escrivirla en su idioma toscano; y en esta
ciudad de Bolonia7 dio a luz un tomo preliminar a su Histoñaf en
el que en general daba a conocer el carácter de los españoles, el clima
y otras cosas de España*
“ Por esta obrita, por los artículos de las Memorias encyclopédicas
y por la traducción de las poesías españolas, que son las cosas que

6 L uengo , Diario, X X I X , 4-5.


7 Foligno debió decir, como antes dijo.

L. HISPANO-ITALEANA. — 2 7
4i8 HL El grupo catalano-arag onés

yo he visto de Masdeu, .se conoce suficientemente que escrive bien,


con buen gusto, y estilo, y con igual soltura y franqueza en italiano
que en español, y que tiene mucho desembarazo, sacudimiento, fuerza
y aun acrimonia, y que sacará sangre quando quiera y tenga buena
causa” 8*

Sólo teniendo en cuenta este fin apologético— que, por cierto, no


rima muy bien el título de crítica que él mismo le atribuye constan*
temente— se comprenderá por qué Masdeu no comenzó a escribir su
Historia en castellano y la hizo traducir luego al italiano, sino al re*
vés. Y esta misma finalidad nos explica por qué tuvo interés Masdeu
en que su Historia apareciese antes en Italia que en España y por
qué se esforzó en divulgar su obra inmediatamente entre los historia*
dores italianos más prestigiosos, tal como el ex*jesuita bergamasco
Girolamo Tiraboschi9, director de la Biblioteca estense de Módena,
que por su monumental Storia dolía letteratura italiana ha merecido,
con justicia, el nombre de Muratori de la literatura de Italia* He aquí
cómo nuestro historiador le anunciaba el envío de su primer tomo:

Ho dato alia luce il tomo prelimi* He dado a la luz el tomo preliminar


nare d'una mia storia generale di de una historia general de España,
Spagna, che spero di pubblicare suc* que espero publicar sucesivamente en
cessivamente in piü tomi. Mi é parso varios tomos. Me ha parecido que no
di non dover far cosa ingrata a V* S. desagradaría a vuestra señoría ilus*
IlLma indirizzandogliene una copia trísima que le mandase un ejemplar
per codesta ducal Biblioteca, che é para esa ducal Biblioteca, que es una
una delle piü rispettabili di Italia, e de las más respetables de Italia,
la quále, per altro, non crederei che que, por otra parte, no creo que ten*

8 L uengo , Diaño, X X I X , 5*6.


9 Sobre Tiraboschi vid. C. C iocchi, Vita e opere di G. T . (Modena
1794); A . L ombardi, Elogio di G. T . (ib. 1796); G. C avazzuti, ob. cit. (Es*
tudio 8, n. 52); F rati, I*II; M . L aterza , G. T .: vita e opere (Barí 19 2 1); N ata*
li , I, 428*430, 480; E . A lbino, II Muratoñ della letteratura italiana G. T ., 5 . L ,
CC (1932) IV , 12 0 -138 ; A . M ondolfo, II T . e il Bandini (da carteggi ine­
diti), en Accademie e biblioteche dyItalia, 10 (1936) 357*402; E. Rosa , ob.
cit. (Estudio 2, n. 38); B. Belotti, Stoña di Bergamo e dei bergamaschi, III
(Milano 1940) 343*356; G . C astellani , A proposito di un passo incñminato
nella uStoria della letteratura italiana** di G. T ., CC (1943) III, 282*286;
[E . Bigi, Dal Muratori al Cesarotti, IV (Milano-Napoli 1960) 559*585])
ig. La edición italiana de la Historia de Masdeu 419

dovesse avere nessun’altra storia ge- ga ninguna otra historia general de


nerale di Spagna scritta in lingua ita­ España escrita en lengua italiana. Será
liana. Sara grande onore per me che para mí un gran honor que entre las
tra le eccellenti e pregiatissime opere excelentes y valiosísimas obras de las
delle quali é ricca codesta Biblioteca» cuales es rica esa Biblioteca, pueda
possa aver luogo ancora la mia, ben- haber sitio también para la mía, aun­
ché tanto alie altre inferiore. que muy inferior a las demás.
La copia si é mandata al s.r A b - El ejemplar va expedido al señor
borretti, direttore della Societá tipo­ Abborretti, director de la Sociedad
gráfica» e gli si é mandata senza le­ tipográfica, y se le ha mandado sin
gare» perché forse nella ducal Biblio­ encuadernar, porque tal vez en la
teca» come in qualche altra parte si Biblioteca ducal, como en otras par­
usa» saran le legáture de’ libri tutte tes se usa, las encuadernaciones de
uniformi. Ho piacere di aver avuta los libros serán todas iguales. Me com­
quest'occasione per poterle esibire la plazco en aprovechar esta ocasión
mia servitu e dichiararmi, con ogni para ofrecerle mis servicios, y decla­
piü sincero rispetto, di V . S. Ill.ma rarme, con el más sincero respeto,
umiliss.mo dovotiss. servo, Gianfran* de vuestra señoría ilustrísima muy
cesco Masdeu 10. humilde y devoto servidor, Juan
Francisco Masdeu♦

Esta primera carta de Masdeu a Tiraboschi no lleva fecha nin­


guna, pero ha de ser poco anterior a otra suya del 28 de mayo de
17 8 1, en la que, contestando a una respuesta de Tiraboschi que no
he podido hallar en parte alguna, le decía:

La gentilissima risposta di V . S. La gentilísima respuesta de vuestra


Ill.ma mi presenta la piacevole occa­ señoría ilustrísima me ofrece la agra­
sione di doverle scrivere di nuovo dable ocasión de tenerle que escribir
per manifestarle chiaramente che fu otra vez para manifestarle claramente
mió animo far un dono del mió tomo, que mi intención fue la de regalar mi
e continuarlo a fare in avvenire, fin­ volumen, y seguir haciendo lo propio
ché Topera sará terminata. en el futuro, hasta que la obra esté
II giudizio favorevole che Ella si é terminada.
degnata di farne, e quello che ne ha El juicio favorable que usted se ha
fatto il, s.r ab. Zacearía ed altri let- dignado dar de ella, y el que ha dado
terati di merito, nTincoragisce assai el señor abate Zacearía y otros lite-

10 Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 886 (cc.L.9.1), carta 7 1.


420 III. E l grupa catalano^aragonés

a proseguiré con qualche maggior pia- ratos de mérito, me alienta mucho


cere il mío lavoro 1 1 . . para continuar con mayor gusto mi
trabajo. ^

Es lástima que se nos haya perdido este primer juicio crítico de


Tiraboschi y de Zacearía sobre el primer tomo italiano de Masdeu,
pero las cartas recibidas por éste — fuera de alguna que otra— no
se nos han conservado, ni por otra parte se halla carta alguna de nues­
tro historiador en el copioso epistolario de Francesc*Antonio Zacearía
custodiado en el archivo de Loyola 12.
Mas una cosa fue el elogio de los eruditos, y otra el éxito edi­
torial. En el prólogo “ A los ilustres literatos de España” , que antepuso
a la edición castellana de su primer tomo preliminar (Madrid 1783),
a vueltá de quejarse de la ignorancia que los italianos tenían acerca
de España, escribía:

“ El amor nacional me ha obligado a emprender una obra de increí­


ble dificultad en mis circunstancias, sólo por la esperanza de que la
Italia pueda desengañarse. Pero este desengaño es muy difícil, y no
se logrará sin mucho tiempo y sin repetidas obras. Hace un año que
publiqué en italiano mi primer tomo, y puedo contar con el dedo
los literatos de Italia que han tenido la paciencia de leerlo. Es libro
de glorias de nuestra nación, y esto basta para que lo miren con náu­
sea y de reojo” 13.

Es curioso que el padre Luengo, aun alabando y aplaudiendo sin­


ceramente el espíritu hispánico de Masdeu, no le perdone algunos
defectos de su primer tomo preliminar, llevado de su prevención
contra los jóvenes y contra el espíritu enciclopédico de la época:

“ Este primer tomo o Discurso preliminar de Masdeu — [escribe en


su Diario] — en todo lo que es estilo, méthodo y gusto, está mui
bueno y aun excelente, y se descubre en él mucha soltura, brillantez
y eloqüencia, buen orden y naturalidad en la división de la obra,
cultura y buen arte en la manera de escribir. Hai también en él todo

11 Ibid., carta 72.


12 V id . Estudio 2, n. 38.
13 Historia crítica de España, I (Madrid 1783) 10.
ig. La edición italiana de la Historia de Masdeu 421

aquel empeño y ternura por una patria que se estima, de donde nace
necesariamente el hacer brillar las cosas que ceden en su gloria y
recomendación, y escusar, en qua[n]to sea posible, las que no se
pueden alabar* En suma, tiene nuestro author todo el fervor y cariño
para con España, y todas las gracias de la pluma que pueden formar
un apologista suyo por esta parte excelente, perfecto y victorioso* Pero
a juicio de muchos, y yo pienso también como ellos, ha escrito su
Discurso preliminar con intrepidez de joven, antes de tiempo, y poco
instruido de las cosas necesarias para escribir cumplidamente, y de
ello es alguna prueva el que, prometiendo escrivir una obra que cons-
taría de quince o veinte tomos como éste, a vuelta de más de tres
años aún estamos deseando el segundo: vicio bastante común en el
día entre los que han emprendido escrivir alguna cosa, contentándose
con publicar un tomo para hacerse famosos y darse a conocer en el
mundo literario, o para lograr, como ha sucedido a varios, alguna
pensión de España” 14*

Ciertamente que Juan Francisco de Masdeu, publicado su primer


tomo, solicitó del gobierno español pensión doble para poder conti­
nuar una obra de tanta envergadura, no bastándole para ello ni la
escasa pensión asignada a todos los proscritos por Carlos III, ni los
frecuentes envíos de dinero que desde España le hacía su hermano
Luis Pablo 15* Publicada ya en Madrid la versión española del tomo
preliminar,; presentó nuestro abate al rey un memorial pidiéndole al­
guna ayuda económica* El 25 de setiembre, nuestro embajador en
Roma expedía al conde de Floridablanca el memorial de Masdeu, jun­
to con el siguiente informe:

“ El ex-jesuita D* Juan Francisco Masdeu, hijo del difunto D* José


Ignacio de Masdeu, intendente que fue de Extremadura, con el me­
morial adjunto suplica a S* M* se digne concederle alguna ayuda de
costa para la continuación de la historia general de España que tiene
empezada en el idioma italiano, haviendo dado ya a luz el primer to­
mo preliminar de dicha obra, cuya traducción al castellano, hecha por

14 L uengo , Diario, X V III, 113 * 115 ? 13 abril 1784.


15 A E E R , leg. 569 (año 1781).
422 III. E l grupo' catalano*aragonés

el mismo autor, cita nuestra número 67* V . E. se sirva preve­


nirme la resolución que tome S. M.” 16.

La resolución afirmativa tardó más de un año en despacharse.


Sólo el 16 de noviembre del siguiente año 1784 el conde de Campo-
manes comunicaba a don José Nicolás de Azara que

enterado S. M. del laudable empeño que ha tomado el ex-jesuíta


D. Juan Francisco Masdeu de escribir y publicar en italiano una his­
toria de España con el fin de desagraviar a nuestra nación del errado
concepto que se tenía de ella en esos países por ignorar nuestra lengua
y no conocer nuestros libros, se ha servido concederle una pensión do­
ble desde primero de enero de este año, de que he pasado aviso al
Sr. conde de Floridablanca, y se lo participo a V . S.” 17

Pero en lo que Luengo se manifestaba injustamente malicioso es


en sospechar que Masdeu se contentaría, una vez alcanzada la do­
ble pensión, con publicar el primer tomo de los muchos prometidos.
Sabemos con cuán decidido empeño iba él escribiendo en italiano
volumen tras volumen, que inmediatamente ponía en castellano su
compañero de exilio Bernardo Arana, natural de Sanahuja, en Cata­
luña 18. Sólo que, mientras de 1784 a 1789 iban apareciendo rápida­
mente en Madrid los tomos II-VI, Masdeu a duras penas pudo con­
seguir en Italia la publicación del segundo, y eso tras esfuerzos sobre­
humanos. Afortunadamente, la correspondencia que sobre este punto
se nos ha conservado es muy copiosa.
Masdeu deseaba dar realce a su obra italiana con los tipos bodo-
nianos, aspiración máxima de todos los escritores de Italia a fines del
siglo x v iil; y aun parece que llegaron a un acuerdo con el célebre tipó­
grafo de Parma, Giambattista Bodoni, cuando vemos que en la pri­
mera carta de nuestro Masdeu al parmesano le habla ya del envío de
original:
Gentilissimo s.r Bodoni — [le escri- Gentilísimo señor Bodoni — [le es-
bía el 15 de enero de 1783 desde Mó- cribía el 15 de enero de 1783 desde

16 Ibid., leg» 354, f. 83.


17 Ibid*, leg. 2 33, f. 9 1.
18 U r ia r t e , I, núm . 9 7 2 ; U r ia r t e -L e c in a , I, 240.
ig. La edición italiana de la Historia de Masdeu 423

dena]— , sono per accidente in Mode* Módena]— , me hallo por acaso en


na, donde spedisco a Lei un quin* Módena, desde donde le mando un
terno, il quale sara ancora seguito da quinterno, al cual seguirá otro dentro
un altro fra pochi giorni. Spero che de pocos días. Espero que usted se
Elia quanto prima mettera mano al* pondrá cuanto antes al trabajo, pues
ropera, mentre mi vedo pressato da me veo apremiado por muchos que
molti, i quali per bonta loro desideran por su bondad desean la publicación
la pubblicazione della mia Storia♦ de mi Historia. Espero su respuesta
Aspetto la di Lei* risposta in Bologna, en Bolonia, donde pronto estaré 19.
dove saro presto 19.

Pero Masdeu pronto había de abandonar definitivamente Bolonia


para establecersé en Roma, donde más fácilmente hallaría los libros
de que había menester para la continuación de su Historia, aunque
en ese cambio de residencia intervinieron también, según el padre
Luengo, “ algunos embarazos e inconvenientes que le ocurrieron en
esta ciudad de Bolonia“ 20·
No se distinguía Bodoni por la prontitud con que cumplía sus
compromisos con los pobres autores que se humillaban a pedirle
sus afamados tipos; muchos paisanos de Masdeu hubieron de ex*
perimentarlo: Andrés, Requeno, Gusta, Arteaga y Conca21, entre
otros. Impaciente, pues, nuestro activísimo Masdeu va enviando car*

19 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni. Sobre este célebre im*


presor vid. D. D e L ama, Vita del cav. G . B. B., 2 vols. (Parma 18 16 );
anónimo, G. B. B. e il jansenism o, en La bibliofilia, 14 (1912*13) 434*435;
anón., N e l primo centenario della morte di G . B. B. (Imola 19 13 ); A . So*
RANI, G. B. Bodoni, en La bibliofilia, 15 (1913*14) 2 12 * 2 17 ; R · H adl,
Druckwerke des G . B. B. und die parmenser Staatsdruckerei (Leipzig 1926)?
Id., G. B. B. Opera typographica 1769*1839 (München 1926); A . Boselli ,
CorrispondenZa di A .*A . Renouard con G . B. B ., en La bibliofilia, 28, 29,
32 (1926*30); H. C. Brooks , Compendiosa bibliografía di edizioni bodoniane
(Firenze 1927); A . Boselli , Quello che G. B. B. non stampo, en Gutenberg*
Jahrbuch, 24 (1934) 922*936; [Bibliografía storica nazionale, 2 (1940) 9, nn. 106*
119 (publicaciones del 2.° cent, del nac.); anón., Mostra del B. (Parma 1940);
Bodoni, pubblicazione d*arte gráfica (ib. 19 4 1); P. T revisani, Bodoni: época,
vita, arte (Milano 19 5 1); M . S andirocco, Autograf i di G. B. B. in duecento
lettere 'inedite alVincisore Francesco Rosaspina (Parma 19 58); Museo bodoniano
(ib. 1959); B* celebrato a Parma (ib. 1963)].
20 L uengo , Diario , X X I X , 6 .
21 V id . Bibi«, núm. 13 (págs. 54*56, 60*61); y núm. 16 (págs. XXVII*
xxviii ). [C f. Estudios 26 y 2 7 .]
424 III* El grupo catalano^aragonés

ta tras carta al impresor recordándole y urgiéndole el compromiso


contraído* La primera va fechada también en Módena a 17 de febrero:

Son passati varj corrieri — [le di* Han pasado varios correos — [le di­
ce]— senz’aver avuta da Lei nessuna ce]— sin que haya recibido ninguna
risposta airultima mia. Io Pattribui- respuesta de usted a mi última. Lo
sco alie molte sue occupazioni, e non atribuyo a sus muchas ocupaciones, y
ardirei d^ncommodarla di nuovo con no me atrevería a molestarle de nue­
queste poche righe, se non mi pre- vo con estas pocas líneas, si no me
messe di veder cominciata quanto urgiese ver empezada cuanto antes la
prima la stampa della Storia* La pre- impresión de la Historia* Le ruego se
go a volermi favorire di gentil rispo­ sirva responderme y me considere,
sta e a credermi, qual mi protesto con cual me declaro con toda estima, gen­
tutta la stima, gentilissimo signor Bo- tilísimo señor Bodoni, muy humilde y
doni» umiliss., divotiss. suo servo, devoto servidor suyo, Juan Francisco
Gianfrancesco Masdeu 22. Masdeu*

Mas el que no tenía paciencia para aguardar un mes, habrá de


esperar un año, para acabar entregando su Storia a otro impresor
menos famoso y menos pulcro, pero más formal. Entre tanto, escribía
de nuevo a Bodoni, desde Modena, el 13 de marzo del 8 3 :

Non ho ancora veduti gli avvisi di Todavía no he visto los anuncios


associazione. Mi raccomando che pro- de suscripción. Le ruego procure ur­
curi sollecitar le cose perche la stam­ gir las cosas de modo que la impresión
pa della Storia non si differisca trop- de la Historia no se difiera dema­
po, dopo essersi gia differita per tan­ siado, después de haberse diferido
to tempo. Mi rincrescerebbe ch’Ella ya por tanto tiempo. Sentiría haber
fosse ancora incommodata23. de molestarle otra vez.

Los manifiestos o prospectos editoriales sí se publicaron pronto:


el 19 de abril volvía a escribir Masdeu desde Módena:
Gentilissimo signor Bodoni, Gentilísimo señor Bodoni:
ho mandati i manifesti a tutte le He mandado los prospectos a todas
cittá dove io ho corrispondenza, delle las ciudades donde tengo correspon-
quali Ella trovera la lista nel fine di dientes, cuya lista hallará usted al fi-

22 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni.


23 Ibidem.
X9* L a edición italiana de la Historia de M asdeu 425

questa lettera. Ho creduto di dover nal de esta carta. Me ha parecido


far c o s í, perché Ella, deponendo il hacerlo así, para que usted, deján*
pensiere di queste cittä di corrispon* dome el cuidado de estas ciudades,
denza mia, procuri spargere per altri procure esparcir los prospectos por
luoghi dotalia i manijestif e prende* otras partes de Italia, y hallar abo*
re il nome degli associati di altri paesi. nados en otros países. Debo preve·'
Debbo prevenirla che bisognerä tirare nirle que será necesario imprimir 750
d'ogni tomo 750 copie, acciocché col ejemplares de cada tomo, para que
tempo non ne siamo mancanti 24. con el tiempo no lleguen a faltar.

Es interesante conocer la lista de los amigos de Masdeu en quien


él confiaba para la difusión de su obra:

Trieste: S.r Nicola Bros. Faenza: S.r D . Giuseppe Davalos.


Genova: S.r D . Franc. Gispert. Forli: S.r D . Michele Benavente.
Venezia: S.r Secretario di Squilace. Perugia: S.r Pietro López.
M antova: S.r D . Giovanni Andres. Pesaro: S .r D . Alfonso Pacheco.
Modena: S.r Silvestro Aborretti. Camerino: S.r D . Antonio Ludeña.
Roma: S.r D . Bernardo de Arana. Gubbio: S.r D . Salvatore Perez.
Bologna: S.r Giuseppe Luchesini. Fuligno: S.r Tomasini Campana.
Ferrara: S .r D . Baldas. Masdeu. Imola: S.r D . Giuseppe Borda.
Rimini: S.r D . Mich. Hebrero. Bagnacavallo: S.r A b . Coletti.
Cesena: S.r D . Lorenzo Herbäs.

Que Bpdoni deseaba publicar esa Storia consta por una carta
del padre Affó a Tiraboschi del 21 de marzo de 1783 25; mas, tras*
ladado ya Masdeu de Bolonia a Roma, y viendo que el tipógrafo no
daba señales de vida, envía a Parma en 10 de julio dps cartas, una
al impresor y otra al famoso orientalista Gian Bernardo De Rossi para
que interponga su intercesión. A Bodoni le dice:

Fin da Bologna la feci avvisata del Desde Bolonia le di aviso de mi


mió viaggio per Roma, dove mi trat* viaje a Roma, donde permaneceré lar*
térro lungo tempo per esaminare varj go tiempo para examinar varios ma*
manoscritti del Vaticano e consultar nuscritos del Vaticano y consultar va*
varj libri di queste copióse bibliote* rios libros de estas ricas bibliotecas.

24 Ibidem.
25 “É imminente a mettere in torchio... Vlstoria del sig.r Masdeu” .
Frati, I, 269, n. i.
426 III. E l grupo catalanO'CLYdgonés

che. In tutte le cittá per dove son En todas las ciudades por donde he
passato, mi han dimostrato molte per­ pasado, muchas personas me han de­
sone il lor dispiacere pel ri tardo della mostrado su deságrado por el retraso
stampa della mia Storia♦ lo la prego de la impresión de mi Historia♦ Le
caídamente» come ho fatto piü altre ruego encarecidamente, como ya he
volte» a prendersene premura e a dir- hecho otras muchas veces, se ocupe
mene qualche cosa per lettera. de ello y me diga algo por carta.
Devo ancora novamente pregarla a De nuevo tengo que pedirle que me
mandarmi nel corrier di Spagha un mande, por el correo de España»
qualche numero di manifesti» e a cierto número de prospectos, y que
mándame ancora una porzione a Reg­ mande algunos más a Reggio, pero
gio» al signor Mosé Beniamino Foa» aprovechando alguna ocasión, para no
mercanti di libri, servendosi pero di hacerle gastar. Espero su gentil res­
qualche occasione, per non farlo spen- puesta.
dere. Sto in attenzione di sua gentile
risposta 26.

Mas temiendo, sin duda, que también esta carta quedaría sin con­
testación, escribe simultáneamente a De Rossi:

Seppi il mese passato che Ella era El mes pasado supe que usted ha­
stata a Reggio e avea domandato di bía estado en Reggio, y que había
me, quando io appunto ne era parti­ preguntado por mí, justamente cuan­
to. Io avrei avuto il piu grande pia- do yo ya me había marchado. Hubie­
cere di poter ragionare alcuni momen­ ra tenido sumo placer en poder ha­
ti con Lei, e godere della sua dotta blar un poco con usted, y gozar de su
ed erudita conversazione, ed ho avu­ docta y erudita conversación, y he
to sommo dispiacere della combina- tenido gran disgusto por las circuns­
zione che me ne privo. tancias que me lo impidieron.
Giacche Ella ha confidenza col Y a que usted tiene confianza con
signor Bodoni, mi prendo Tardire di el señor Bodoni, me atrevo a rogarle
pregarla che voglia fargli premura per que le dé prisas en favor de mi im­
la mia stampa, perche tutti si lamen- presión, porque todos se quejan de
tano di questa gran tardanza, per cui, este gran retraso, con el que, en lu­
in vece di acquistar associati, se ne gar de conseguir suscritores, van per­
van perdendo. Ella puo far molto, e diéndose. Usted puede hacer mucho»
spero che vorra in cio favorirmi 27. y espero que querrá ayudarme en
esto.

26 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni.


27 Ibid., carteggio De Rossi, 1 1 8 ; vid. Estudio 17.
ig . L a edición italiana de la H istoria de M asdeu 427

A pesar de todo, Bodoni permanecía inviolable en su mutismo,


hasta que nuestro historiador, cansado al fin, le lanza este exabrupto
en una carta escrita en Roma a 2 de agosto de 17 8 3 :
Non so perché io non abbia da me* N o sé por qué no deba yo merecer
ritare una sua risposta a tante mié una respuesta de usted a tantas car­
lettere. Fin dall'anno scorso dovea tas mías. Desde el año pasado debía
stamparsi il mío tomo. Si aspettó al imprimirse mi volumen. Se esperó a
gennajo per i caratteri nuovi. Siamo enero por los nuevos tipos. Estamos
all'agosto, e non \ so che si sia ancor en agosto y no sé que se haya hecho
fatto nulla. Da Madrid mi han man* nada todavía. Desde Madrid me han
data giá stampata. una parte del ta ­ mandado ya impresa una parte del
mo preliminare, e mi domandano con tomo preliminar, y me piden con pri­
premura il tomo seguente. Ella mi sa el siguiente. Dígame usted since­
dica sinceramente che cosa ho da ramente qué es lo que debo respon­
rispondere alio stampator Sancha, e der al impresor Sancha, y por cuán­
per che tempo posso fargli sperare il to tiempo tengo que hacerle esperar
tomo che ríii domanda. Mi lusingo el tomo que me pide. Espero que us­
che Ella mi onorerá di una sua ri- ted me honrará con una respuesta, y
sposta, e mi dichiaro... 2®. me declaro...

Persistiendo Bodoni en su acostumbrado orgulloso silencio, Masdeu


no ceja. Ahora interpone el valimiento de otro insigne piamontés
residente en Parma, el teatino Paolo Maria Paciaudi, bibliotecario de
la Palatina, a quien escribe desde Roma en 23 de agosto:
Ê noto ai V . P. M . R. che fin dal- Vuestra paternidad muy reverenda
l'anno scorso dovea essersi pubblicato sabe muy bien que desde el año pa­
da cotesta Reale Stamperia di Parma sado hubiera tenido que publicarse en
il primo tomo délia mia Storia critica esa Real Imprenta de Parma el primer
di Spagna. Il signor Bodoni, o per tomo de mi Storia critica di Spagna.
nuovi impegni che ha preso, o per El señor Bodoni, sea por nuevos
altri motivi che io non so, non ha compromisos que ha contraído, sea
ancora, dopo più d'un anno, princi- por otros motivos que yo ignoro, al
piatane la stampa. Mi rincresce per cabo de más de un año aún no ha
moite ragioni, ma soprattutto per le empezado su impresión. Lo siento por
frequenti richieste che me ne fanno muchas razones, pero sobre todo por
da Madrid, dove è già per terminarsi las frecuentes peticiones que me ha­
Pedizione spagnuola che mi si fa del cen desde Madrid, donde ya está a

28 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni.


428 UL E l gru po catalano-dragonés

mió tomo preliminares colle approva* punto de terminarse la edición espa*


zioni della Reale Accademia della ñola de mi tomo preliminar, con la
Storia. aprobación de la Real Academia ✓ de
Gaetano Gambara (a cui non ho la Historia.
fatto altro torto che quello di aver Gaetano Gambara (a quien no he
fatto a suo fratello quel bene ch'egli hecho otro daño que haber hecho a
dovea fargli) mi volle far credere, fin su hermano todo el bien que él debía
dairanno passato, che V . P. M . R ., hacerle) me insinuó ya el pasado año
a richiesta di don Antonio Gamba* que vuestra paternidad muy reveren*
ra, impedirebbe in Parma la pubbli* da, a petición de don Antonio Gam*
cazione della mía opera. lo son tanto bara, impide en Parma la publicación
lontano dal credere che V . P. M . R. de mi obra. Tan lejos estoy de creer
sia capace di voler far questo torto que vuestra paternidad muy reveren*
alia nazione spagnuola, che anzi a Leí da sea capaz de querer hacer este
m ’indirizzo come a persona in questi daño a la nación española, que pre*
affari di stampa la piü autorevole, cisamente a usted me dirijo como a
e la piü propensa a interessarsi nelle la más autorizada persona en esas
glorie di Spagna, acciocché, interpon cuestiones de imprenta, y la más pro*
nendo la sua autoritá o presso lo picia a interesarse por las glorias de
stesso signor Bodoni, o ancora pres* España, a fin de que, interponiendo
so il medesimo real infante, fac* su autoridad o cerca del mismo señor
cia sollecitar la pubblicazione d'un'ope* Bodoni o bien hasta del propio infan*
ra, la quale, benchü d'inabile e d'in* te real, urja la publicación de una
degno scrittore, potra nondimeno col obra que, aunque de inhábil e indigno
tempo recar qualche gloria alie illustri escritor, con el tiempo podrá no obs*
corti di Spagna e di Parma 2®. tante procurar alguna gloria a las ilus*
tres cortes de España y de Parma.

Probablemente Paciaudi hubo de contestarle que Bodoni no podía


comenzar la impresión de su Storia, o al menos que no podía empezar29

29 Ibid., carteggio Paciaudi, 104/84. [Sobre este erudito teatino piamontes


vid. A. F. V ezzosi, I scrittori de* chierici regolari detti teatini, II (Roma
1780) 118 * 14 8 ; W . Cesarini*Sforza, ll padre P. e la riforma delVUniversita
di Parma at tempi del Du Tillot, en A rchivio storico italiano, 76 (1916) 109*
13 6 ; A. BoSELLI, U n btbliotecario difeso da un ministro, en Accademie e
biblioteche d* Italia, 7 (1933) 55*60; C . Frati, Di&onario bio-bibliograjico dei
bibliotecari e bibliofili italiani dal secolo X I V al X I X (Firenze 1934) 423*
4 2 9 ; G. Gasperoni, II teatino P. M . P. e Vabate Giovanni Cristoforo Am a*
duZZi, en Aurea Parma, 27 (1943) 33*46; E . N asalli Rocca, II p* P* P. “ sto*
riografoft delVordine di Malta, en Annales de I'ordre... de Malte, 22 (1964)
43 ^
52 .]
ig . L a edición italiana de la H istoria de M asdeu 429

tan pronto como Masdeu deseaba* El hecho es que desde esta fecha
enmudece su epistolario acerca de la Storia critica di Spagna, hasta
que casi un año más tarde, el 22 de mayo del 84, vuelve a escribir
desde Roma al padre Paciaudi:

Essendosi cominciata in Roma fin Habiéndose empezado en Roma des­


dalla prima settimana d'aprile Pedi- de la primera semana de abril la edi­
zione della mia Storia di Spagna che ción de mi Storia di Spagna, que te­
dovea stamparsí in Parma, ho ere- nía que imprimirse en Parma, me he
duto mió dovere farne avvisare V . P. creído en el deber de avisarlo a vues­
M. R. per intendere se codeste reali tra paternidad muy reverenda para
biblioteche, che nii onorarono di pren­ saber si esas reales bibliotecas, que
dere il tomo preliminare, vorranno me honraron aceptando el tomo pre­
successivamente la continuazione del- liminar, querrán sucesivamente la con­
Topera... II mió clementissimo sovra- tinuación de la obra... Mi clementí­
no si é degnato, dal principio di simo soberano se ha dignado, desde
quest'anno, di asségnarmi una pen­ principios de este año, asignarme una
sione per fomentare questi miei stu- pensión para fomentar estos mis es­
di. Ció mi obbliga ad attendere con tudios. Esto me obliga a dedicarme
maggior premura al lavoro principale con mayor celo al trabajo principal
della Storia, e a procúrame una solle- de mi Storia, y a procurar su rápida
cita pubblicazione. Spero che lo stam- publicación. Espero que el impresor
patore potra darne ogni quattro mesi podrá dar un tomo cada cuatro me­
un tomo, e quello che adesso si stam- ses, y el que ahora se imprime debe­
pa dovrebbe esser terminato a* prin- ría estar listo a primeros de julio.
cipi di luglio 30.

Pero — nueva desilusión para el activísimo e impaciente Masdeu—


la primera parte de su Spagna antica, que es el tomo segundo de su
Historia, había de aparecer, no en Roma ni en julio del 84, sino tres
años más tarde, en Florencia, con el título completo de Storia critica
di Spagna e della coltura spagnuola in ogni genere. Opera di Gian
Francesco Masdeu Barcéllonese. Tomo primo. Spagna antica. Parte
prima♦ In Firenge M D C C L X X X V IL Nella Stamperia di Anton^Giu-
seppe Pagani, e Compagnia, Con Permissione. Este volumen va afec­
tuosamente dedicado a aquel cardenal Andrea Gioannetti, arzobispo
de Bolonia, de quien tan buen recuerdo guardarán todos los jesuítas

30 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Paciaudi, 104/84.


430 IIL E l gru po catalano* aragonés

españoles desterrados» Apenas vio la luz este segundo tomo, apre-


suróse Masdeu a enviar un ejemplar al bibliotecario estense Girolamo
Tiraboschi, como había ya hecho con el volumen introductorio:

Ho pubblicati in Roma — [le escri­ He publicado en Roma — [le escribe


be desde esta misma ciudad el 7 de desde esta misma ciudad el 7 de ju­
junio de 17 8 7 ]— due tometti di poe- nio de 178 7]— dos tomitos de poesías,
sie, ed in Firenze un tomo della 5 to- y en Florencia un tomo de la Storia
ña di Spagna, da me promessa giá di Spagna, prometida por mí desde
da gran tempo. H o creduto un mió hace mucho tiempo. He creído un de­
dovere di mandare una copia di am- ber mandar un ejemplar de ambas
bedue le opere a V . S. Ill.ma per sot- obras a vuestra señoría ilustrísima
toporle al giudizio di persona che para someterlas al juicio de per­
tanto io stimo e rispetto. Mi sarebbe sona que tanto estimo y respeto. Me
cosa gratissima che nel Giomal di Mo+ gustaría muchísimo que en el Gíor-
dena se ne desse ragguaglio con quella nále di Modena se diese noticia de
severa imparzialita che é propria d'un ellas, con la severa imparcialidad pro­
censore, palesandone e correggiendone pia de un censor, destacando y co­
i defetti, che senza dubbio saranno rrigiendo sus defectos, que sin duda
m olti31. serán muchos.

Después de tantos esfuerzos por continuar la edición italiana de


su Historia, hubo de comprobar Masdeu dolorosamente que este
segundo tomo tenía en Italia tan escaso éxito como el primero, a
pesar de las ilusiones de continuas demandas y de gran expecta­
ción que él se iba forjando, y que procuraba inocular a los impre­
sores. Engañado por esta esperanza, él había ido escribiendo en
italiano seis tomos, el primero de los cuales tradujo él mismo al
castellano, mientras los cinco restantes los castellanizó su com­
pañero de destierro y paisano Bernardo Arana, como ya hemos di­
cho, por más que ocultase en todos los tomos su nombre bajo la
sigla: traducida al idioma español por N ... N ...
Lejos de bastarle la doble pensión real y las ayudas económi­
cas de su hermano, hubo de endeudarse para la edición italiana
del segundo tomo, y dos años más tarde, al ver que la obra no se
vendía, hubo de acudir nuevamente al rey en demanda de socorro.

31 Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 886 (oc.L.9.1), carta 73.
ig . L a edición italiana de la H istoria de M asdeu 431
El 19 de mayo del 89, Floridablanca enviaba a Azara desde Aram
juez el siguiente oficio:

“ De orden del rey remito a V* S. el adjunto memorial del ex-je-


suita D* Juan Francisco de Masdeu, residente en esa [ 1] ciudad, en el
que expone la deuda de trescientos escudos que ha contrahido espe-
cialmente con motivo de la impresión italiana de su obra de la His-
tona crítica de España, para que en su vista informe V* S, lo que
se le ofreciere y pareciere“ 32*

Y habiendo informado Azara favorablemente, vuelve a escri-


birle Floridablanca el 4 de agosto:

“ Enterado el rey del informe de V* S* de 17 de junio último


sobre la solicitud hecha por el ex-jesuita D* Francisco Masdeu, resi-
dente en esa ciudad, se ha dignado concederle sobre el fondo de
temporalidades tres mil reales de vellón por una vez para aiuda
de pagar los atrasos que dice haver contrahido en la impresión de
la Historia crítica de España que va publicando“ 33.

Esa indiferencia con que en Italia fue recibida su obra, agrió


todavía más el carácter, ya de suyo batallador y polemista, del fo­
goso catalán, y a partir del tomo séptimo — el primero que redactó
en español— se echa de ver una más acentuada manía antiitaliana*
El padre Luengo, comentando con su característico simplismo esa
inexplicable acogida dada por los italianos a una obra de tanta im­
portancia como la de Masdeu, exclama:

“ Ve aquí en este suceso un pasage mui curioso de historia li­


teraria» Atacados vigorosamente los italianos Tiraboschi, Betinelli y
otros sobre errores groserísimos acerca de la literatura y otras cosas
de España, y sobre expresiones injuriosísimas a la nación española
que se hallan en sus escritos, se han escusado más de una vez con
su ignorancia del idioma castellano, sin el qual no pueden estar bien
instruidos de la literatura de aquel reyno* ¿ Y no es una osadía y
temeridad juzgar de ella sin conocerla suficientemente, y decir pom-

32 A B E R , leg, 238, £. 70,


33 Ibid.» f. 71,
432 III. El grupo catalano*aragonés

posamente y como oráculos, por sólo su capricho y sin otro apoyo


que algunas indigestas relaciones de quatro atolondrados viajantes,
expresiones indecentísimas e injuriosísimas a toda la nación española?
¿ Y por qué, si quieren escribir una obra en la que se deba hacer
juicio de las cosas de España y hablar de ellas según su mérito y con
verdad, no aprenden el idioma español, como aprenden el francés, y
como los franceses y españoles deben aprender el italiano si quieren
juzgar de la literatura italiana? Todo lo que no es esto no es escri-
vir con la preparación, provisión e instrucción necesaria para escri-
vir bien, y tales escritores, por más que escrivan muchos tomos y
se les elogie mucho, siempre serán en varios puntos unos verdaderos
charlatanes.
"Esta escusa de sus errores y de sus injurias contra la nación
española, aunque tan ridicula y tan fútil, se acabaría del todo con
esta historia de España escrita por Masdeu en su mismo idioma ita­
liano; y por este único fin de dar a conocer a los italianos por
fuerza y a pesar suyo las cosas de España, entró en el empeño de
escrivirla. Y no sé yo que hasta aora algún italiano, aunque el
haver dominado los españoles en varias de sus provincias era un
plausible motivo para haverlo hecho, haya escrito una historia general
de la Italia en la lengua española. Aun assí, y con tan pequeño tra-
baxo, y en su misma lengua, no quieren los presentes afrancesados
italianos instruirse en las cosas de España, y Masdeu tuvo el dísgus-
to de ver despreciados los primeros tomos de ella, y que se le corrí"
praban mui pocos exemplares. ¡Cosa singularísima! cerrar los ojos
para no ver las cosas pertenecientes a la literatura española y a otros
ramos de aquella monarquía, no querer informarse de ellas aunque
los españoles se las ponen en su mismo idioma italiano, y después
decidir francamente como oráculo sobre lo que ignoran y no quieren
saber, y cargar bien de injurias y ultrajes a toda la nación y a sus
escritores antiguos y modernos. Este es el carácter de muchos authores
italianos por respeto a las cosas de España, y contando entre ellos
a los que llaman de primer orden, como los Zacarías, los Tiraboschi,
los Roberti y otros varios" 34.

34 L uengo , Diario, X X I X , 6-8.


i9* L a edición italiana de la H istoria de M asdeu 433

Esto escribía el padre Luengo el 3 de enero de i795t cuando la


edición española estaba ya muy adelantada y era muy leída en Es-
paña, mientras a Italia apenas llegaban ejemplares de ella:

“ Assí ha continuado por varios años — [dice]— , y ya se ha lle­


gado a estampar en Madrid por lo menos el tomo décimo tercio de
esta historia; y por allá se despacha y se leet y aquí apenas llega un
exemplar, ni le ha sido posible a un amigo mío, por más que lo ha
deseado y pretendido, ver alguno de los tomos impresos en Madrid*
No podemos, por tanto, decir en particular cosa alguna de esta His-
tona de España escrita por Masdeu* Él entró en el deseo de escrivirla
ya bien agriado contra varios escritores de Italia, como antes se
insinuó, y necesariamente se ha esacervado e irritado más contra los
italianos con el poco aprecio que han hecho de su obra; y, añadién­
dose a esta disposición de ánimo su genial sacudimiento y acri­
monia, se puede concluir de todo que su historia, assí como hará
resaltar las cosas de España, assí también deprimirá algunas de Italia” 35*

A continuación nos indica el padre Luengo que esta misma pre­


vención de Masdeu contra todo lo de Italia es una de las raíces
de su regalismo y galicanismo, por lo que su obra, impugnada por
varios teólogos, fue condenada entre los libros prohibidos por de­
creto del Santo Oficio de 1 1 de diciembre 1826, doñee corrigatur,
mientras no se corrija 36*

35 Ibid., 9-10.
36 Vid* Bibl., núm. 95 (pág. 199, n. 1). Aunque caiga propiamente fuera
del tema de este artículo, advierto aquí en nota la concesión de una tercera
pensión real en favor de nuestro Masdeu, según consta por este documento
del A E E R , leg. 242, f. 58 : “ Excmo. Señor : El Excmo. Sr. D . Pedro de Acuña
me ha comunicado de orden de S. M . la R. Orden siguiente : 'Conformán­
dose S. M . con el informe que en 26 del pasado me remitió V* E . de su
subdelegado D . Manuel Doz, se ha dignado conceder al ex-jesuita D . Juan
Francisco de Masdeu, residente en Roma, la triple pensión que ha solicitado
en atención a su literatura, a las obras que ha dado al público, y a su apli­
cación. Lo que de orden de S. M . participo a V . E . para su inteligencia
y cumplimiento. Dios guarde, etc., Aranjuez, 21 de junio de 1793. Pedro
Acuña. - Sr. Conde de la Cañada*. Lo que participo a V . E . a fin de que se
sirva mandar tenga el devido cumplimiento. Dios guarde, etc., Madrid, 30

L . H ISP A N O -IT A L T A N A . — 28
434 HL El grupo catalano^aragonés

“ Nunca se debe alabar — [prosigue el Diaño del P* Luengo]—


la parcialidad sobre el mérito verdadero, ni aun por la patria, ni aun
por otra cosa alguna más allegada y más propria; y mucho menos la
ofensa y agravio de otro, sea él que fuere* N o obstante, escusaríamos
de algún modo estas faltas con este historiador, ya por ser comu*
nes a casi todos los historiadores, y no menos a los italianos que a
los franceses, en especial por respeto a España y a sus cosas; y ya
también por algunas circunstancias personales del author, y por los
disgustos y ocasiones de irritarse contra los italianos que ha tenido
en sus contiendas literarias con éstos antes de escrivir su historia y
mientras la ha ido escriviendo* Y al fin, sea de esto lo que se fuere,
sentimos mucho que haya ido tan adelante su indignación contra
Italia y sus cosas, que se haya deslizado en varias expresiones injurio^
sas a la Santa Sede, a los romanos pontífices, a su authoridad y a
la Santa Iglesia* Gran falta en .sí misma, y mucho más reprehensible
en un hombre que se crió en la catholicísima Compañía de Jesús, en
la que ha llegado hasta el exceso, si le puede haver, el obsequio y
veneración para con la Silla Apostólica, y su empeño en defender su
authoridad y prerrogativas*
“ Dos novicios nuestros, que están en España, y son D* Miguel
Elizalde y D* Ignacio Xérica Balzola, nos han dado noticia de
estos excesos del historiador Masdeu, y lo han hecho improbando
con gran vehemencia muchas cosas, mostrando un gran sentimiento
de que uno que ha sido jesuíta escriva de esta manera, y expresando
que hace mucho daño por allá, y no sólo por lo que toca a la repu*
tación de los jesuítas, sino también en quanto a la introducción de
las peligrosas novedades del tiempo* En particular han notado los
novicios varias cosas, y se ve que las más de ellas se dirigen a esaltar
más de lo justo la authoridad de los soberanos en las cosas eclesiás<
ticas, y a deprimir la de la Iglesia y la de los romanos pontífices* Si
esta historia de Masdeu se huviese impreso y publicado en este país,
no huviera faltado algún jesuíta que huviera entrado en el empeño
de impugnarle“ 37*

de junio de 1793* E l Conde de la Cañada♦ — Excmo. Sr. D . Josef Nicolás de


Azara, Roma” *
37 L uengo , Diario, X X I X , 10 -11.
ig . L a edición italiana de la Historia de M asdeu 435

Fuet en verdad» una lástima que la edición italiana de la Ht's-


toria del padre Masdeu se parase en el segundo tomo* De haberse con­
tinuado» sin duda hubiese sido España mucho mejor conocida en
todo el romanticismo italiano» pues en Italia» como en casi todas
partes» la primera mitad del siglo XIX» en lo que a historia y eru­
dición se refiere» siguió dependiendo del siglo XVIII» hasta que en
la segunda vertiente decimonónica se inició la moderna escuela
crítica* En España ha sido su Historia, a pesar de todos sus de­
fectos» una de las más explotadas durante un siglo y medio» lo
cual bastaría para que ahora nos preguntásemos si convendría publi­
car los tres tomos que aún se conservan manuscritos en la Biblioteca
nacional y en la Academia de la historia*
I

í« bl
20

BALTASAJR M ASDEU Y E L NEOESCOLASTICISM O


ITALIA N O

PALERMO 1741 " MALLORCA 1820

Fue Baltasar Masdeu el segundo de tres hermanos jesuítas que


en el destierro de Italia se distinguieron por sus actividades cultura*
les: José Antonio como teólogo» Baltasar como filósofo y Juan Fran*
cisco como historiador*
Es cierto que hasta el presente la justa fama alcanzada por el
menor de todos ha ofuscado la gloria de sus dos hermanos mayo*
res* Pero en nuestros días, cuando el neoescolasticismo — por obra
principalmehte de las universidades católicas de Lovaina y Milán—
ha dejado de ser exclusivamente una filosofía de seminario para
constituirse: en escuela filosófica tan respetada como cualquier escue*
la idealista o anti*intelectualista, la figura y el nombre de los otros
dos — de Baltasar sobre todo— han venido a ponerse en primer
plano, por obra de cuantos han investigado los orígenes del moderno
renacimiento tomista* Por eso creo que merece un estudio biográfico,
aunque por fuerza haya de ser sumarísimo*

EN SICILIA Y CATALUÑA

José Antonio nació el 9 de junio de 1739» Baltasar el 7 de mayo


del 4 1, y Juan Francisco el 4 de octubre del 44, los tres en la ciudad

* Publicado en A S T 16 (1943) 241*294. Omitimos la primera parte — A S T


15 (1942) 171*202, donde se describen los manuscritos filosóficos de B. M .
conservados en Palma de Mallorca y en Plasencia, base del análisis que aquí
hacemos de sus doctrinas— y abreviamos muchos párrafos de la primera edi*
ción de este Estudio.
438 IIL El grupo catalano^aragonés

de Palermo *, donde su padre, don José Ignacio, era tesorero general


de los ejércitos deCarlos III de Borbón, quien — ocupado militar­
mente el reino deNápoles por las tropas de Montemar durante la
guerra de sucesión de Polonia cuando el infante era sólo duque de
Parma— había sido reconocido por rey de Nápoles y de Sicilia en el
tratado de Viena del año 1735* De las distinguidas amistades con­
traídas por don José Ignacio durante su estancia en Italia nos ha
dejado bello testimonio su hijo Juan Francisco cuando, al dedicar
tres cantos epitalámicos — con el curioso, arcádico, título Imene
Auguratore— al príncipe Baldassarre Odescalchi-Corsini, duque de
Bracciano y de Sirmio, y a su esposa la princesa Caterina Giostiniani-
Maoni, les decía en la dedicatoria: “ La antigua amistad con que
tanto el excelso y humanísimo señor don Bartolomé Corsini [ ...]
como la conspicua casa Maoni honraron en Palermo y Nápoles a
mi difunto señor padre, don José Ignacio Masdeu...“ 12.
Según nos informa el propio Baltasar3, tanto su padre como
su madre, doña Josefa de Montero y Alós, eran naturales de Bar­
celona; por 'eso, y probablemente también por haber vivido en la
ciudad condal desde su infancia hasta su ingreso en la Compañía,
los tres hermanos se tuvieron por barceloneses* El menor de todos,
Juan Francisco, cuando para remedar a los clásicos se puso de
moda el añadir al propio nombre en las portadas de los libros el
adjetivo de oriundez, se firmaba: “ natural de Barcelona“ ; y en Ita­
lia : “ nobile barcellonese“ 4·
Don José Ignacio Masdeu, tesorero de los ejércitos sicilianos,
debió de regresar a Cataluña mucho antes de 1759, año en que don
Carlos abdicó la corona de Nápoles y Sicilia en su segundogénito Fer­
nando, para ceñirse la que en España le dejaba su difunto hermano
Femando V I ; pues por los antiguos catálogos de la provincia je­
suítica de Aragón5 sabemos que José Antonio entró en el noviciado
1 V id . Estudio 19 ; y T . McMahon, J. A . Masdeu, 5 . L : A critical Study
on his Tract. “ De Deo uno” , tesis inédita defendida en la Pont. Universidad
Gregoriana, Roma.
2 Imene Auguratore (Bologna 1773) 3 . Traduzco del original italiano.
3 V id . infra, n. 40.
4 Sólo Juan Francisco anteponía a veces un de a su apellido. V id . A E E R ,
leg. 569.
5 Catalogi personarum et officiorum provinciae Aragoniae Soc♦ le su, im-

1
20. Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 439
de Tarragona el 3 de octubre de 17 5 3 ; Baltasar» el 8 de mayo del
55; y Juan Francisco» el 19 de diciembre del 59.
José Antonio — connovicio riguroso de José Pignatelli— después
de repasar las humanidades en Manresa el curso de 1755^56» y de
estudiar tres años de filosofía en Calatayud (1756-59)» fue enviado
a la provincia de Quito» en cuyo colegio de Popayán se hallaba en
1767 al publicarse el decreto de extrañamiento. Juan Francisco — en­
trado en la Cpmpafiía el mismo año que Francisco Gusta y que
Pedro Montengón*6» el famoso autor del Ensebio— estudió humani­
dades en Tarragona (1761-62) y tres años de filosofía en Gandía;
cursando el segundo de teología en Barcelona» sobrevino la expul­
sión de los jesuítas.
Baltasar entró en la Compañía el 8 de mayo de 1755» al día
siguiente de cumplir los catorce años» como él mismo recordará el
año 1804 en Plasencia en el aviso del autor que antecede al primer
tomo de sií Ética7. Era entonces rector y maestro de novicios en
la casa de Tarragona el padre Lorenzo Thomeo. Entre los muchos
jóvenes que aquel mismo año entraron en la Compañía en la provincia
de Aragón no aparece más nombre de cierto relieve que el de Nicolás
Pignatelli» hermano de José; en cambio» entre sus connovicios del
año anterior descuellan los nombres del catalán Juan Nuix de Per-
pinyá 7a» que en Italia se hará famoso por sus Riflessioni imparziali
sopra Vumánita degli spagnuoli nélVlndie, contro i pretesi filosofi e
politici» per¡ serviré di lume alie Storie de* signori Raynal e Robertson
(Venecia 1780); y del valenciano Manuel Lassala713» que compon­
drá en italiano comedias de capa y espada de asunto español» como
Sancio García y Giovanni Blancas.
Durante los años de 1755 a 1757 Baltasar» siendo novicio» re­
pasaba la retórica8 bajo la dirección del padre José Blay y de los
maestros Juan Dinsdale y Mariano Aroza» de lo cual podemos deducir

presos unos» y otros manuscritos» en A R SI y en el Archivo de la provincia de


Aragón S . I. (S. Cugat» Barcelona).
6 V id . Bibl.» núm. 13 , y Estudio 22» n. 1.
7 Ethicae... Epitome (Piacenza 1804) 3.
7a [Estudio 29» cf. n. 6 .]
7b [Estudio 22» cf. n. 13 .]
8 Catálogos de 1756 y 57. A R S I. Arag. 14.
44° IIL El grupo catalano^aragonés

que entró ya en la Compañía con los estudios medios de entonces


bastante adelantados» N i sería aventurado suponer que hubiese es­
tudiado en el seminario de nobles de Barcelona, apellidado solemne­
mente en los catálogos latinos de la época “ Regium Caesareum No­
bilium Seminarium“ , pero conocido vulgarmente como “ CoMegi de
Cordelles” 9»
Terminado el noviciado, prosiguió por un año los estudios de
retórica 101 en el colegio de Manresa (1757-58), siendo rector el pa­
dre Jacinto Torres, y profesor el padre Ignacio Bolos» Difícil es pre­
cisar qué grado de cultura literaria alcanzaría Baltasar Masdeu en
estos tres años de estudios de letras; no parece que el padre Bolos
se distinguiese ni como literato ni como humanista n, pero el len­
guaje latino de las obras filosóficas del padre Baltasar — si no elegan­
te, correcto— nos permite sospechar que habría ya llegado hasta
Manresa aquel renovador espíritu clásico — un tanto neoclásico, sin
duda— que un grupo de jesuítas jóvenes había hecho florecer hacia
mitad de siglo en todas las regiones de la antigua confederación
catalano-aragonesa que formaban la provincia llamada de Aragón 12.
Este espíritu neoclásico, radicalmente y casi exclusivamente greco-
latino, por fuerza había de mantener a estos humanistas jesuítas
un tanto aislados de la literatura viva y palpitante de la España se-
tecentista; pero que Baltasar era un hombre agudo y fino, nos lo
muestra una curiosa carta italiana conservada por casualidad en un
manuscrito de Mallorca13»

9 V id . A» A s t r a in , Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de


España, V II (Madrid 1925) 4 5 ; J. C r e i x e l l , San Ignacio de Layóla♦ Estudio
critico..., II (Barcelona 1922) 18 7-30 2; [ A . BoRRÁS, E l coHegi de... Cordelles
i la C» de J ♦ , A S T 3 7 (1964) 399-465]»
10 Catalogas triennalis: 1758. A R SI, Arag» 14, f. 39» núm. 12.
11 N o consta su nombre ni en S o m m e r v o g e l ni en U r ia r t e -L e c in a »
12 V id . Estudio 16. [Ese movimiento no fue particular de Cataluña, sino
que se difundió más o menos por toda Europa a partir de la publicación de la
Ratio discendi et docendi del padre Joseph de Jouvancy (París 1692, Firenze
170 3); cf. F . d e D a in v il l e , Le Ratio discendi et docendi de Jouvancy, A H S I 20
(1951) 3-58, y mi vol. Gracián y el barroco (Roma 1958) 105-10 6.]
13 Palma, Biblioteca provincial, ms. 12, descrito en A S T 15 (1942) 198-
200, núm. 9.
20* Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 441

Con todo eso, hay que reconocer que, a pesar de sus estudios
literarios y de sus dos años de enseñanza literaria en Cordelles de
1765 a 1767, las dos obras de edificación publicadas en Italia, a que
luego me referiré más de propósito, siendo correctas, sí, no salen de
un estilo ampuloso y retórico, en el sentido más peyorativo del epí-
teto»
Entre sus compañeros de Manresa hay que mencionar, además
de Nicolás Pigpatelli, al valenciano Juan Bautista Colomes, que al
parigual de su \ paisano Lassala compondrá en italiano dramas de
cuño hispánico, como Agríese di Castro “ y otras obras estimables” ,
al decir de don Leandro Fernández de Moratín 14156 7*»
Los tres cursos de filosofía los estudió Baltasar Masdeu de 1758
a 1761 en el colegio de Urgel con los mismos compañeros de Man-
resa, teniendo1 por rector al padre Tomás Prats y por profesor al padre
José D arder15; e inmediatamente cursó la teología (1761-65) en
el colegio de Barcelona, donde tuvo por rector al padre Salvador
Salau — provincial cuando sobrevino el fulmíneo extrañamiento— ,
por maestros de teología dogmática a los padres Felipe Pons y José
Puig, de moral al padre Juan Garzón, y de sagrada escritura al padre
José Borras» Al mismo tiempo que enseñaban las ciencias sagradas esos
cuatro profesores que acabamos de reseñar, desempeñaban cátedras
de ciencias y filosofía tres jóvenes sacerdotes muy notables en nuestra
cultura dieciochesca: Tomás Cerda la de matemáticas, Onofre Prat-
desaba la de lógica, y Francisco Xavier Llampillas la de los restan­
tes tratados filosóficos» De sus compañeros de teología sólo merece
citarse el ya conocido Nuix de Perpinyá, que iba un curso más atra­
sado 16*
Ordenado de sacerdote y acabados sus estudios teológicos, pasó
Baltasar Masdeu a enseñar — como he dicho ya— retórica y poética
en el seminario de nobles o de Cordelles, donde le cogió la orden de
destierro17, y no en Quito, según escribió Ramón Diosdado Ca­
ballero1¿, confundiéndole sin duda con su hermano José Antonio:

14 M o r a t ín , I, 328» [Estudio 22, cf. n. 19 ,]


15 Catálogo de 1760» A R SI, Arag. 14.
16 Ibidem.
17 Madrid, A H N , Jes. 229, núm. 13.
18 D io sd a d o C a b a l l e r o , II, 66.
442 III. E l grupo catdano-aragonés

del bibliógrafo mallorquín pasó el error a Sommervogel, y de éste


a mons. Masnovo 19.
Durante estos dos últimos años que permaneció en Cataluña
parece que debió de ejercer también el cargo de bibliotecario del
seminario de nobles, a juzgar por la única carta suya anterior a la
expulsión que se nos ha conservado20· De este tiempo son, sin duda,
unas Orationes y un Dramma in laudem B. V. Maride que citan sus
bibliógrafos21· Con todo, él pertenecerá al grupo de aquellos jóvenes
que iniciarán propiamente en Italia su carrera de publicistas·

FORMACIÓN FILOSÓFICO-TEOLÓGICA

Hay que recordar que la España filosófica del siglo XVIII no


presenta en modo alguno uniformidád de pensamiento22· Y la di*
versidad no aparece solamente entre región y región y entre las
diversas órdenes religiosas : en una misma región y, dentro de ella,
en una misma orden, se ofrecen los contrastes más insospechados.
En general, en la primera mitad del siglo, mientras las generaciones
conectadas con la cultura de los últimos Austrias permanecen aferrar

19 S ommervogel, V t 669; A . M asnovo, II neo'tomismo in Italia: origini e


prime vicende (Milano 1923) 179.
20 Archivo de la provincia de Toledo S. I. (Alcalá), 672, núm. 3 1 .
21 S ommervogel, V , 669, núms. 1 y 2 de B. Masdeu.
22 M . M éndez Bejarano, Historia de la filosofía en España hasta el siglo X X
(Madrid s. a.); V . de la F uente , La enseñanza tom ísticaen España (Madrid
1874); A . P érez G oyena , La teología española en él siglo X V III hasta las
reformas de Carlos III, RyF 4 1 (1915) 14 1 * 15 7 ; Id ·, El estudio de la teología en
las universidades españolas desde la reforma de 1 7 7 1, ibid., 50 (1918) 285*302.
Más particularmente sobre Cataluña vid. F . CLASCAR, Estudi sobre la filosofía
a Catalunya en el segle X V III (Barcelona 19 18 ); C. P arpal Y M arqués, Ante*
cedentes de la escuela filosófica catalana del siglo X I X (ib. 19 14 ); J. S erra
H unter , Les tendencies filosofiques a Catalunya durant el segle X I X (ib. 19 25);
F . M artí A lbanell , Notes i documents per a la historia de la filosofía a Catas
lunya, en Criterion, 2 (1926) 74*90, 203*226, 320*338, 470*473; T . C arreras
i A r TAU, Introducció a la historia del pensament filosofic a Catalunya (Barce*
lona 19 3 1); I. Casanovas, I, págs. 12 9 *15 3; P. S amuel d ’A lgaida, Documents
per a la· historia de la filosofía catalana, en Criterion, 9 (1933) 59*68, 327*334;
10 (1934) 230*240; [vid. Bibl., núm. 77 (págs. 17*54), Y J» BÉRRIO, E l pensó*
ment filosofic católa (Barcelona 1966) 56*63.]
20. Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 443
das a un escolasticismo decadentemente barroco, las nuevas pro-"
mociones pugnan por introducir la nueva filosofía; unas veces se
limitan a insertar en los programas nuevas tesis de física, sin cui­
darse de su conexión con los restantes tratados filosóficos, que con­
tinúan viviendo del escolasticismo tradicional; pero otras suponen
ya un abandono — y aun un escarnio— de la escolástica, para sus­
tituirla por el Cartesianismo, el gassendismo, el lockianismo, el new-
tonismo, el leibnizianismo, como sistemas filosóficos, rechazando por
inútil y anticuada toda especulación metafísica no tratada por esos
nuevos sistemas!
Entre los que más se opusieron a cualquier innovación filosó­
fica antiescolástica, sobre todo en España, deben contarse, en pri­
mer lugar, los padres dominicos, y entre ellos de modo singula­
rísimo fray Juan Tomás de Boxadors23, más tarde cardenal, que
aunaba en su sangre la herencia aristocrática de los condes de Sa-
vellá y de los Sureda de Mallorca.
El tomismo bebido en su juventud en el convento de Santa
Catalina de Barcelona y en la aneja academia de San Vicente y
San Ramón, tuvo cuatro eclosiones de sentido trascendental: al
influir poderosamente en la Ordinatio de los estudios, preparada
en el capítulo general de 1748 reunido al fallecer el general fray
Tomás Ripoll, catalán como él; al enviar el 30 de abril de 1757»
siendo ya ' general, la famosa Epístola encyclica “ de renovanda et
defendenda doctrina sancti Thomae” (sobre la renovación y defensa
de la doctrina de Santo Tomás); al dirigir otra carta sobre el mismo
tema a las provincias de España en 1762, después de su visita a
los conventos cispirenaicos; y al encargar al dominico italiano fra
Salvatore Roselli una Summa philosophica de impronta netamente

23 J. T usqueTS, E l cardenal Joan Tomás de Boxadors i la seva influencia


en el renaixement del tomisme, en Anuari de la Societat catalana de filosofía,
1 (1923) 243-304; F. M artí A lbanell , N ous documents sobre el cardenal Bo-
xadors, en ob. cit., 208-210, doc. XIII; J. M. Coll , E l card. Joan Tomás de
B o x a d o r s O. P., A S T 15 (1942) 397-402; [ A . Collell C osta , Escritores domú
nicos del principado de Cataluña (Barcelona 1965) 52-56]. Del interés que des­
pertaron las cartas de Boxadors entre los jesuítas es claro indicio el ejemplar
del Archivo de Loyola, ms. 4 .2 .1, núm. 9. Vid. también M asnovo, ob. cit.
(supra, n. 19), 186-200, 240-241.
444 Jíí* El grupo catalano^aragonés
tomista, publicada en Roma el año 1777, y reeditada en 1783, tres
años después de morir el insigne cardenal barcelonés*
Hay que reconocer que los jesuítas no se mostraron entonces
tan fieles al suarismo como los dominicos al tomismo* La nota
característica de la filosofía jesuítica setecentista en toda Europa24
fue un eclecticismo de base suarista, pero con tendencia a comple*
tar las tesis tradicionales con los nuevos hallazgos de las ciencias
físicas*
Dentro de la provincia jesuítica de Aragón — a la que pertene-
cía Baltasar Masdeu— , mientras en Valencia25 algunos padres, como
Tomás Serrano26 y Juan Andrés27, se mostraban francamente anti­
escolásticos, en Cataluña <—y más particularmente en Cervera, donde
hubo cátedras de filosofía y teología tomista, escotista y suarista— ,
apenas superada la generación del padre Pedro Ferrussola, barroca
y decadente aun en su filosofía, predominó un eclecticismo de buen
tono, que pretendía, aun en las portadas de las obras, hacer gala
a la vez de su veneración a los nombres consagrados de santo
Tomás y Suárez, y de sus ansias renovadoras orientadas en una
doble, mancomunada, tendencia científica y humanista28*
El más característico representante de esta filosofía jesuítico-
cervariense fue el padre Mateo Aymerich, tanto en su Systema antu
quomovum jesuiticde philosophiae (Cervera 1747), como en sus fi­
nas y atildadas Prolusiones philosophicae (1756); y tras él — en la mis­

24 B. JANSEN, Deutsche Jesuiteri'Phüosophen des 18 . Jahrhunderts in ihrer


Stellung Zur neuzeitlichen Naturauffassung, en Zeitschrift für katholische Tbeo-
logie, 5 7 (19 33) 3 8 4 -4 1 0 ; Id ,, Die Pflege der Philosophie im Jesuitenorden
während des 18 . Jahrhunderts, en Philosophisches, Jahrbuch, 5 1 (1928) 1 7 2 -2 1 5 ,
244-266, ' 4 36 -4 56.
25 Sobre, el ambiente filosófico de Valencia en el siglo XVIII vid. CLASCAR,
ob. cit. supra, n. 22.
26 Estudio 22, cf. n. 8.
27 M . F . S c ia c c a , ob. cit. infra, Estudio 24, n.* Cf. Estudios 5 y 22-25.
28 C a sa n o v a s , I, págs. 12 9 -153. Sobre Ferrussola cf. Estudio 16, n. 2 1, y
vid. B. L a r r a z , Relación de la exemplar vida, virtudes y letras del P . P. F .
de la C. de J. (Cervera 1808); F . M a r t í A l b a n e l l , ob. cit. (supra, n. 22), 472-
4 7 3 1 [I. C a sa n o v a s , Estéticas, ed. M . B. (Barcelona 1943) i 7 lx l 77 t L Ip a r r a -
GUIr r e , Ferrusola (Pedro), en Dictionnaire de spiritualité, V (Paris 1962)
201-204].
20» Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 445
ma dirección antiquo^nova— hemos de mencionar a toda una serie
ilustre de jesuítas catalanes del círculo cultural de José Finestrest
patriarca de Cervera: Tomás Cerda, Antonio Codorniu, Luciano
Gallissá, Bartolomé P ou29f José Pons, Xavier Llampillast a los que
bien podemos añadir el teólogo Juan Bta. Gener, autor de una
Theologia dogmatico^scholastica en seis tomos (Roma 1767-77) que
es un muy notable intento de armonizar la teología escolástica con
la positiva30*
Al que conozca sólo un tanto esta escuela filosófica, que por su
extensión y su trascendencia bien podría apellidarse escuela filo­
sófica catalana del siglo X V III, le bastará hojear los manuscritos
de Baltasar Masdeu30a, conservados en Palma de Mallorca y en Pla-
sencia, para, convencerse de que entran de lleno en esa tendencia:
más adelante, al examinar la filosofía masdeviana, aportaremos citas
y datos para comprobarlo; ahora tócanos solamente inquirir por qué
camino llegó hasta su espíritu esta orientación filosófica*
Recuérdese que cursó el trienio de filosofía en Urgel siendo
rector el padre Tomás Prats y profesor el padre José Darder, nombres
oscuros31, que no significan nada en la Cataluña dieciochesca* Por
lo mismo es de creer que uno y otro pertenecían a aquella escuela
suarista rútinaria, representada en Cervera por el padre Ferrussola,
y que Baltasar sólo sacaría de Urgel aquella gimnasia intelectual
y aquel aguzamiento de ingenio que lleva siempre consigo todo

29 [Sobre Aymerich vid. J. IgléSIES, Mateu Aymerich i la seva **Historia


Geográfica y Natural de Cataluña” (Barcelona 1949); P* Blanco T rías, De la
correspondencia epistolar del P. M* A* con Gregorio Mayans, en Almanaque de
uLas Provincias” (Valencia 1948)? E . Papa, Aymerich Matteo, en Di&onario
biográfico degli italiani, 4 (Roma 1962) 733-734. Sobre Gallissá vid. Estudio 17.
Sobre Pou, infra, págs. 482-491.]
30 Sobre Pons vid. J. ViLAR, Ensaig bio'bibliografic sobre el canonista bar-
celoní Josep Pons i Massana, en Anuari de Vlnstitut d'estudis catalans, V I
(1915-20) 8 7 -12 3 ; Casanovas, I, págs. 80-81, 147-148 ; F . M . Cappello, Contri-
buto della C. di G . nel campo delle sciento giuridiche, CC (1941) II, 434-446
(v. págs. 445-446). [Sobre Llampillas, infra, n. 37. Sobre Gener vid. P. BLANCO
T rías, De la correspondencia epistolar del P. Juan Bautista Gener con Gregorio
Mayans, en Studia, núms. 244-245 (Palma 1949).]
30a [ A S T 15 (1942) 171-2 0 2 .]
31 Ninguno de los dos aparece ni en SOMMERVOGEL ni en U riarte-Lecina.
446 III. El grupo catalano*aragonés

escolasticismo, aun el más degenerado* Diríase que la renovación


filosófica en Urgel no pudo comenzar hasta el año 1764, en que
fue designado como profesor de filosofía el padre Luciano Gallissa,
que lo había sido antes en Cervera*
Muy otro, en cambio, fue el ambiente que encontró en el co­
legio de Barcelona, donde estudió teología desde 176 1 hasta 1765*
Por de pronto, de sus cuatro profesores — padres Felipe Pons, José
Puig, Juan Garzón y José Borras32— , tres nos han dejado alguna
obra estimable en la historia de la cultura? más aún, los padres Puig
y Garzón se preocupaban de que no les echasen en cara el uso de
una latinidad poco clásica33: eso solo ya nos indica que algo les
había llegado de la renovación cultural de sesgo humanístico*
Pero,, muchas veces, más que los mismos profesores que el alumno
tiene en las aulas, influyen en los jóvenes de vivo ingenio las per­
sonas de cultura con quienes conviven y de quienes espontáneamente
se dejan influenciar* Y , conociendo la decidida vocación filosófica
de Baltasar Masdeu, no es posible que, precisamente al salir del
ambiente anquilosado y torturante de Urgel, no se entusiasmase en
el colegio de Belén de Barcelona con aquellos tres jóvenes profe­
sores de filosofía, entonces sólo en los inicios de su vida cultural,
ya preñada de esperanzas y promesas: Tomás Cerda, Onofre Prat-
desaba y Xavier Llampillas*
El primero es el que más en contacto había estado con la uni­
versidad de Cervera, centro de toda la generación cultural de la Ca­
taluña dieciochesca* La significación del padre Cerda y de sus Jesuú
ticae philosophiae theses (1753) en nuestro siglo xviil fue ya pre­
cisada con tino y maestría por el padre Ignacio Casanovas34*
Baltasar Masdeu pudo tratar con el padre Cerda durante sus cua­
tro años de teología, pues dicho padre desempeñó la cátedra de
matemáticas en el colegio de Belén de Barcelona desde 1758 hasta
1765, precisamente el mismo año en que Baltasar terminaba sus

32 Sobre el padre José Borras vid. SoMMERVOGEL, I, 18 19 -20 ; IX , 17 5 8 ;


U riarte-L ecina, I, 538 .
33 Theses pro theologiae laurea propugnandae ab auditoribus theologis
P . Iosephi Puig ac P . Ioannis GarZon (Barcinone 1765). Falta en SOMMERVOGEL;
cit. en C asanovas, I, págs* 147-149.
34 C asanovas, I, págs. 13 5 -137 .
20« Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 447

estudios* Entonces fue Cerda llamado a Madrid 35, donde se vio


envuelto en el desagradable incidente del motín de Esquiladle36*
Cuando decimos que mediante el padre Cerda se puso Masdeu en
contacto con la cultura cervariense o finestresianat no queremos
decir que fuese el profesor de matemáticas el único intermediario:
había ciertamente el contacto — también vivo y actuante— con
los libros que venían de Cerverat sobre todo con los del padre Ayme-
richt que tanto influyeron en toda la trayectoria filosófica del fu-
turo profesor de Plasencia. A mi entender. Cerda y Aymerich son
los dos verdaderos maestros de nuestro Masdeu, sin haber sido nun­
ca sus profesores: aquél con su convivencia por cuatro largos años
en Barcelona; éste a través de su Systema antiquo>novum y sus
Prolusiones♦ Y adviértase ya desde ahora que en ese mismo sentido vi­
tal y realísimo apellidaremos luego a Baltasar Masdeu maestro de
Buzzetti, de quien no fue nunca profesor*
De menos valor que todos éstos en filosofía — aunque mucho
más célebre como crítico por su Saggio apologético della letteratura
spagnuola— es Francisco Xavier Llampillas37, quien el año antes de
la expulsión de los jesuítas daba a luz en Barcelona unas Theses phu
losophicae, que escaparon a la diligencia de Sommervogel y que
revelan qué su autor, aun sin haber sido discípulo inmediato de la
universidad de Cervera, pertenecía a aquella escuela renovadora38*
En una directriz más humanista que filosófica, pero también
auténticamente cervariense, hemos de colocar al tercer profesor de

35 A l padre Cerda parece aludir el texto publ. por G. M* BERTINI, Con-


versaziorii di due italiani dopo un viaggio in Ispagna (s. X V III ), en Convivium,
4 (Torino 1932) 740-749.
36 EGUÍA Ruiz, ob. cit. (Estudio 2, n. 10).
37 [Menéndez Pelayo , Ideas estéticas, III, 3 5 0 -35 5 ]; E guía Ruiz, ob. cit.
(Estudio 19, n. 1), 80-82; [G . C. R ossi, Calderón nella critica spagnola del
Settecento, en Filología romanza, 2 (1955) 22-66 (v. págs. 44-56); ID., M etastasio,
Goldoni, Alfieri e i gesuiti spagnoli in Italia, en Anndli delVlstituto universi-
taño oñentale, Sezione romanza, 6 (Napoli 1964) 7 1 - 1 1 6 . — Él utilizó el segundo
apellido de su m adre: por su partida de bautismo sabemos que era “ fill llegítim
y natural de D . Joseph de Cerda y Güell y de D .a Antonia de Cerda y Llem-
pilles” . Cf. U . M ., Nota biográfico'crítica del... P. F. /. Llampillas 5 . J. (Ma­
taré 1895) 7 (separata del Semanario de Matará, 1 dic. 1894].
38 Casanovas, I, pág. 148.
448 1IL El grupo catalano-aragonés

filosofía del colegio de Belén durante los estudios teológicos de Bal­


tasar Masdeu, Onofre Pratdesaba. Del tiempo que profesó la filosofía
en Barcelona este refinado humanista que en Italia escribirá con
clásica elegancia los Vicennalia aragoniensia y Vicennalia peruvia­
na —biografías de jesuítas célebres de ambas provincias fallecidos
en el destierro itálico durante los veinte años que van de 1767 a
1787— no conocemos publicación ninguna suya de carácter filosófico.
Sólo parece que en Italia publicó un tratado De causis nullius fructus
reportati in promovendo probabiliorismo vocibus scriptis pluribus, Tor­
quati Firmiani ad Lelium Flaminium dissertatio* epistolaris (Venecia
1786) 39, uno de los temas más caros a Baltasar Masdeu.
De todos estos datos podemos deducir cuán honda huella dejó
en el jesuíta barcelonés-palermitano su paso por el colegio de Belén,
aunque de momento no fuese destinado a cultivar los estudios filo­
sóficos, sino a enseñar retórica y poética en el seminario de nobles
de la misma ciudad de Barcelona. Allí le sorprendió el extrañamiento
decretado por Carlos III con la real pragmática de 27 de febrero de
1767, sólo ejecutada el 3 de abril del mismo año.
Reunidos casi todos los jesuítas de la corona de Aragón en el novi­
ciado de Tarragona, procedióse a una Matrícula general, cuyo ori­
ginal se conserva en el archivo de la provincia de Toledo. El tes­
timonio de nuestro Masdeu dice textualmente:

“ El P. Baltasar Masdeu, natural de Palermo ? de edad de veinte


y cinco años cumplidos, hijo legítimo y natural de D. Joseph Ignacio
Masdeu, caballero intendente de Extremadura, y de D.a Josepha de
Montero y Alós, naturales de la ciudad de Barcelona, tiene de religión
onze años cumplidos; de estudios, tres años de philosophia y quatro
de theologia escolástica y moral ? es religioso de los tres votos simples
del biennio, y últimamente era maestro de retórica en dicho colegio.
Es sacerdote; lo firmo en esta casa de Tarragona a los die¿ i nueve
días del mes de abril del año mil setecientos [tachado : i siete] se­
senta i siete. — Baltasar Masdeu de la Comp.a de Jhs.
Menahermosa [rubricado] Lorieri [rubricado]“ 40.

39 T o d a , III, 3 6 2 , núm. 4 0 12 .
40 Archivo de la provincia de Toledo S. I. (Alcalá de Henares), ms. 48,
f. 6 3 ; lo subrayado es autógrafo de B. Masdeu.
20. Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 449

El i.° de mayo la escuadrilla del capitán Antonio Barceló partía


del puerto de Salou, llevándose desterrada a la generación más excelsa
que tuvo en toda su historia la provincia jesuítica de Aragón. Las eta­
pas del viaje serán San Bonifacio y Ferrara41.

EN ITALIA

A pesar de los malos rumores que llegaban de Romat la vida


religiosa seguía en Ferrara con toda regularidad, hasta el punto
de que, estando ya firmado secretamente el breve de extinción de
la Compañía por Clemente X IV desde julio del 73, el 15 de agosto
todavía emitían sus últimos votos ocho jesuítas, entre los cuales
estaban Nicolás Pignatelli y Baltasar Masdeu, recibidos ambos en el
grado de profesos de cuatro votos la víspera de ser intimado al
padre generál Lorenzo Ricci el breve Dominus ac Redemptor. El mis*
mo Masdeu lo recordará en el “ Auctoris monitum” antepuesto a su
Ética42.
En Ferrara se intimó el breve el 28 de agosto, distribuidos
los jesuítas de Aragón en los tres palacios Bevilacqua, Rimbaldesi
y Rondinelli: en la lista de los que estuvieron en este último, apare·*
cen los nombres de Baltasar y Juan Francisco Masdeu43; José Anto­
nio estaba entonces en Ravena como profesor de teología de algunos
jóvenes jesuítas americanos.
Baltasar permaneció todavía en Ferrara un par de años44, dedi­
cados sin duda solamente al estudio, pues al principio se prohibió a
los ex-jesuitas todo ministerio sacerdotal; pero luego se trasladó a

41 Sobre la expulsión de los jesuítas de España y subsiguiente supresión


canónica de la Compañía de Jesús vid. supra, págs. 57*63; e infra, págs. 473*478.
42 Ethicae... epitome, I, 3. Para B. Masdeu vid. Nomina patrum ac fratrum
qui Societatem Jesu ingressi in ea supremum diem obierunt (París 1897) 23,
núm. 277.
43 Archivio arcivescovile de Ferrara, sin sign. N i Baltasar ni Juan Fran­
cisco Masdeu aparecen en una lista de sacerdotes ex*jesuitas de la provincia de
Aragón presentados al arzobispo por el último provincial, padre Blas Larraz,
para que les otorgase licencia de oir las confesiones de los mismos ex*jesuitas.
44 El último pago de pensiones a los jesuítas españoles de Ferrara en que
aparece el nombre de B. Masdeu es de 5 octubre 1775. A E E R , 557.

L. HISPANO-ITALIANA. — 29
45 <> III. El grupo catalano-aragonés
Ravena45, y de allí a Faenza como director espiritual del seminario
diocesano* Este cargo se atribuye él mismo, después de sus iniciales
B* M.f en la portada de un opúsculo rarísimo D ’una gracia di san
Luigi Gonzaga adoperata nel seminario di Faenza nel 1791* Raggua
glio dato a tutti, e segnatamente a* giovani, publicado aquel mismo
año en Faenza46*
Cuando en 1793 el duque de Parma don Fernando entregó el
colegio de San Roque, en la capital del ducado, y el de San Pedro
de Plasencia a los “ señores abates exqesuitas” , parece que acudió allá
inmediatamente; nuestro Baltasar, pues que vemos su nombre en la
lista de los españoles residentes en Plasencia el año de I7 9 4 47* Con
todo, hubo de regresar muy pronto a Faenza con el mismo cargo de
padre espiritual del seminario, pues como tal aparece en la portada
del libro publicado In morte del signor don Domenico Muriél, ultimo
provinciale della Compagnia di Gesü del Paraguay, seguita in Faenza
il di 23 gennajo delVanno 1795* Orazione del signor abate D ♦ Bal·
dassarre Masdéu, direttore di spirito nel venerabile seminario della
medesima citta* La impresión de esta obra se hizo en Lugo de la
Romagna, el año 1796, en la imprenta de Giovanni Melandri, aum
que entonces no era Lugo el lugar de residencia de Baltasar, como
se desprende de esta nota que antecede al “ erratacorrige” : “ como
la edición no se ha hecho en presencia del autor, se ha puesto su
nombre, y se han deslizados algunos errores tipográficos” * La santi"
dad y las virtudes del padre Domingo Muriel48 son tan brillantes
que su luz nos ilumina aun a través del denso y agobiante follaje
retórico de Masdeu*
El año 1799 volvemos a encontrarlo entre los jesuítas de Piasen-*
cia, en donde permanecerá hasta 1806* Estos siete años serán los
más decisivos para su fama postuma* Sin ellos, su nombre sería
ciertamente uno de esos que “ saca a flote, de cuando en cuando,
la caña y el anzuelo expertos de algún erudito“ 49; pero durante su
permanencia en el colegio de San Pedro·, de Plasencia, escribe sus tra^

45 Cf. supra, pág. 425,


46 U riarte , I, i88, núm 559.
47 A E E R , 587*
48 Estudio 29, c£* n. 28a*
49 G . M ar a ÑÓN, V id a e historia3 (Madrid 1943) 44.
20« Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 451

tados filosóficos y, al parecer, orienta al primer gran difusor del


neoescolasticismo italiano, Vincenzo Benedetto Buzzetti«
El ambiente externo de esos siete años placentinos no fue,
en modo alguno, de paz y de sosiego50: por el acuerdo firmado
por Godoy y por Luciano Bonaparte en Aranjuez el 21 de marzo de
1801 en nombre de sus respectivos soberanos, se concedía la Tos*
cana con el título de reino de Etruria a don Luis, hijo de don Fer*
nando de Parma y esposo de María Luisa, hija de Carlos IV y de
María Luisa de Parma, reservándose don Fernando los ducados far*
nesianos durante su vida, pero con la condición de que a su muerte
pasasen al Estado cisalpino* El fallecimiento del duque Fernando el
9 de octubre de 1802, asistido por José Pignatelli, crea una sitúa·*
ción difícil para los jesuítas por él tan protegidos: el gobierno fran·*
cés comienza mirándolos con prevención y acaba por suprimirlos por
decreto imperial de 3 de julio de 18 0 6 51, expulsando además a los
no nativos de aquellos estados* El tiro iba directo contra los espa·*
ñoles, pero para aquella fecha pocos quedaban en Parma y Plasencia:
casi todos se habían reunido en Nápoles, bajo la protección del rey
Fernando, el hijo precisamente de Carlos III* Quedaban, sí, José An*
tonto y Baltasar Masdeu, quien del colegio de San Pedro se trasladó
al seminario de Cremona, ‘donde continuó enseñando filosofía*
No sabemos por qué razón no cumplió entonces sus deseos de
agregarse á los jesuítas de Nápoles, como había indicado el año
anterior (1805) al principio de su Ética, donde daba por única razón
de su demora en Plasencia el no abandonar el colegio de San Pedro 52*
El 14 de setiembre de 1809 se hallaba todavía en el seminario de
Cremona, preparando sus apuntes para el curso siguiente de 1809 a
1 8 1 0 53; pero cuatro años más tarde le vemos ya en una “ Lista de
los jesuítas existentes en Bologna en i*° de octubre de 18 14 “ 54, es

50 G . D rei, ob. cit* en Bibl*, núm. 7 ; S. de Borbón*Parma, Marta Luisa,


infanta de España, reina de Etruria. iy 82^1824 (Madrid*Burgos 1940)*
51 M asnovo, ob» cit* (supra, n» 19), 2 4 1*2 4 2 .
52 Ethicae... epitome, I, 3.
53 A S T 15 (1942) 198*200, ms* 9 (12)*
54 A E E R , 950, [Probablemente B. Masdeu sería del número de los que no
quisieron reingresar en la Compañía hasta verla plenamente restablecida* V id .
supra, págs. 3 2 1* 3 2 7.]

¿ÁNit'to bu LÁ K,
ÍCA LUíS-ANCLL
apango
CATALOGACION
452 III* E l grupo catalano^aragonés

decir, pocas semanas después de haber Pío VII restaurado solemne*


mente la Compañía por la bula Sollicitudo omnium ecclesiarum (7 de
agosto)*
Pronto pidió Femando VII él restablecimiento de la Compañía
en España, para lo cual se contaba, naturalmente, con los restos del
naufragio carlotercista* El padre Perelli, que gobernaba en Roma
como vicario del general, padre Tadeo Brzozowski, a quien el go*
bierno ruso no le permitía salir del imperio, encomendó el asunto
de la restauración en España al entonces provincial de Sicilia, padre
Manuel de Zúñiga* Apenas llegó éste a Roma, tuvo el 9 de setiembre
de 18 15 una consulta con el padre vicario, el provincial dé Roma
y cinco jesuítas españoles, entre los que se contaba nuestro padre
Baltasar Masdeu55, de setenta y cuatro años*
Casi todos los jesuítas españoles que aún quedaban en Italia fue*
ron regresando a su patria en diferentes grupos, con la áyuda pecu*
niaria de'nuestro gobierno: los nombres de Baltasar y de su her*
mano Juan Francisco constan en un documento en que “ los infras*
critos firman haber recibido 10 escudos y 50 bayocos por el gasto de
Roma a Civitavecchia y de allí a Barcelona* Roma, 19 de octubre de
18 15 “ 56* Aquel mismo otoño se embarcaban rumbo a España, des*
pués de cuarenta y ocho años de destierro* El hermano mayor, José
Antonio, había muerto en Roma el 29 de diciembre de 1810*

AMBIENTE FILOSÓFICO

Dícese corrientemente que el campo filosófico de Italia, al echar


pie en ella los jesuítas expulsos, estaba dividido entre cartesianos, em*
piristas y enciclopedistas, todos unidos — a pesar de sus radicales
oposiciones— en su enemiga contra la antigua escolástica* Pero tén*
gase muy en cuenta que la vieja filosofía perduraba, por lo menos,

55 F r í a s , I, 12 0 .
56 A E E R , 951* Los nombres de ambos constan en la “ Lista de individuos
que están dispuestos a embarcarse en el brick inglés que está en Fiumicino,,t
y en una “ Nota de los jesuítas que están dispuestos a embarcarse en Civita*
vecchia en el próximo otoño“ que se incluye en una carta al cónsul de Civita*
vecchia de 7 octubre 1815* Ibid.
20* Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 453
en las escuelas teológicas, y también en algunos centros filosóficos
eclesiásticos* Esta vida latente, tradicional y aun un tanto rutinaria,
explica por qué — a pesar de las luchas que hubo de sostener el
neoescolasticismo en la primera mitad del siglo X IX para imponer­
se— al final venció: y es que no todo eran enemigos, ni mucho
menos57♦
La cooperación que al resurgir de la escolástica a principios del
ochocientos aportaron los jesuítas expulsados de Portugal y de Es­
paña no podrá Valorarse hasta que se conozca a fondo el estado de
la enseñanza filosófica en Italia en este aspecto tradicional y semi-
oculto, las diversas tendencias de los refugiados, y los medios con
que las difundieron en Italia — cátedra y prensa sobre todo*
Precisamente ese aspecto filosófico58 es el más desatendido por
los que han historiado la cultura de aquella interesante colonia es­
pañola en Italia: Menéndez Pelayo, Cían, Gallerani, Farinelli*
Ya he dicho al principio, y conviene recordarlo, que no todos los
españoles eran francamente escolásticos* Creo que un estudio dete­
nido sobre este punto nos permitiría dividirlos en cuatro grupos:
escolásticos a machamartillo, aislados de todo contacto con la filo­
sofía y las ciencias contemporáneas ; escolásticos eclécticos, que deja­
ban, por anticuados, algunos principios de la escolástica, y aceptaban
los datos de las nuevas ciencias, procurando armonizarlos con las
más fundamentales verdades de la filosofía perenne; filósofos libres,

57 A propósito de la Doctrina syllogistica publicada por Niccoló Bevilacqua


en Udine el año 1793, las Memorie per serviré alia storia letteraria e civile, t* 13,
Venezia, junio de 1794, escribían: “II mondo deve la sua bellezza soprattutto
alia varieta, la quale, siccome nelle altre cose, cosí spicca mirabilmente ne' gusti
e pensamenti degli uomini”. Era una manera de perdonar la vida a la silo­
gística.
58 Sobre el ambiente filosófico hallado por los expulsos en Italia, vid,
A. Buonafede, Della restauraZione di ogni filosofía nei secoli X V I , X V I I e X V III
(Venezia 1789); R. Bobba, Saggio intorno ad alcuni filosofi italiani... prima e
dopo la pretesa riforma cartesiana (Benevento 1868); G. Maugain, Études sur
Vévolution intellectuelle de Vltalie de i 6$y a 1750 environ (París 1909); G, N a-
tali, I, 191-362; II, ini-1197; A, Gemelli - S. V ismara, La riforma degli
studi universitari negli Stati pontifici (Milano 1933); A. Grammatico, U n cena-
colo cartesiano a Padova alia fine del Settecento, en Cartesio (nel terZo cente-
nario del “ Discorso del método”) (Milano 1937) 437-443; [G. Berti, ob. cit. en
BibL, núm. 82].
454 EL El grupo catalano>aragonés

ni escolásticos ni antiescolásticos, que, respetando sólo las verdades


de la escolástica conocidas también por la revelación, tomaban de los
demás sistemas lo que les parecía más aceptable; y, finalmente, an-
tiescolásticos declarados*
Entre los escolásticos del primer grupo hay que contar al padre
Manuel Luengo59, famoso por su extensísimo Diario de todo lo acae­
cido en el destierro: su prevención contra la filosofía moderna
en bloque es muy característica*
Al segundo pertenecen, por lo menos, los catalanes relacionados
con el cenáculo renovador de Cervera, y en él hemos de situar a
nuestro Baltasar Masdeu* Pero téngase en cuenta que a los italianos
antiescolásticos tan anticuados les parecían éstos como los anterio-
. re s: el franciscano Ireneo Affó, bibliotecario del duque de Parma,
escribía al ex-jesuita Girolámo Tiraboschi, prefecto de la librería du­
cal de Módena, sobre el Sággio apologético de Llampillas: “ Si usted
quisiese responder a propósito, tendría que perderse en un laberinto
de sutilezas y meterse a deshacer sofismas, echando mano de la
más enojosa dialéctica de hace cuatro o cinco siglos“ 60* Y el poeta
de Rovereto, Clementino Vannetti, al mismo Tiraboschi, sobre nues­
tro Mateo Aymerich, que en Italia no publicó ninguna obra filosó­
fica, sino sólo algunos trabajos humanísticos: “ Si he de deciros con
franqueza mi parecer, el abate Aymerich es un escritor extravagan­
te, tedioso por su verbosidad excesiva, con frecuencia pedantesco,
pensador infeliz, ágil de pluma, pero inexacto, bárbaro, digno de
afiliarlo al enjambre de los insípidos escolásticos“ 61*
Los del tercer grupo, aunque les gusta echar pullas de cuando en
cuando contra la escolástica —sobre todo contra la dialéctica— , con­
servan una gran parte de las doctrinas tradicionales, pero entremez­
cladas con otras de la filosofía moderna, cartesiana q sensista: en él

59 Estudio 4, cf* n. 8.
60 FRATI, I, 119 n. i t carta de 3 nov. 1778* Traduzco del italiano.
61 G. Cavazzuti - F. Pasini, C a r t e g g i o f r a G. T i r a b o s c h i e C L V a n n e t t i
(Modena 1912) 74-77, carta 41 (original italiano). A la misma corriente ecléctica
cervariense parece pertenecer un discurso de disputa pública sobre el hilemor-
fismo, tenida en San Bonifacio, que se conserva en el ms. cit. supra, pág. 61.
20. Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 455
pueden entrar, por ejemplo, el portugués Monteiro62, el aragonés
M illas63, y los valencianos Colomes 64 y Pinazo65.
Precisamente a propósito de las Dissertazioni de este último, pu*
blicadas en Mantua el año 1788, es cuando más se desmanda contra
la escolástica Esteban de Arteaga, el español más furibundamente
antiescolástico de todos los expulsos, a la par que Andrés y Exim eno66.
Con todo, ese cuarto grupo decididamente antiescolástico era muy
escaso, y más bien los inmigrados se caracterizaban por su enemistad
contra los filósofos entonces más en boga, hasta el punto de haber
conseguido hacer retirar de la venta una edición parmense de Con*
dillac; este hecho curioso y significativo sólo me consta por la si·*
guíente carta de 23 de junio de 1786, enviada desde Parma por el
bibliotecario , padre Affó al archivero y bibliotecario del Vaticano,
Gaetano Marini:

Sappiate che ora posso disporre di Sabed que ahora puedo disponer
alcuni esemplari delPopera dell’ab. di de algunos ejemplares de la obra del
Condillac delPedizione di Parma, tro·' abate de Condillac en la edición de
vando a fatne qualche vantaggioso Parma, para hacer algún cambio ven*
cambio per lá riostra Biblioteca; onde, tajoso para nuestra Biblioteca; por lo

62 MenÉNDEZ Pela yo, Heterodoxos, V, 280*283. Para conocer las actividades


de Monteiro ¡como profesor de filosofía y prefecto de estudios de la universidad
de Ferrara, habrá que estudiar a fondo la riquísima documentación de aquel
archivo universitario. [Estudio 2, cf. n. 48.]
63 Cf. F. M. Palmes, Las doctrinas cartesianas en un manuscrito anónimo
placentinot en el vol. Cartesio (cit. supra, n. 58), 655*684.
64 Cf. infra, pág. 512.
65 Su compañero Pedro Cordón hace de él el siguiente elogio en carta a
Gaetano Marini, de Parma 7 junio 1785: “...Ma non tanto egli abbisogna di
raccomandazioni, quanto desidera di conoscere in voi quelFab. Marini di cui
tante cose ha sentite da Andrés, da me e da altri che abbiamo la sorte di
godere Fintima vostra amicizia e familiaritá. lo poi meco stesso mi congratulo
dissere il mezzano della mutua vostra conoscenza, che sono ben certo che
ambidue sarete contenti Puno delFaltro. Egli é della provincia d'Aragona, gran*
de amico d'Andrés, molto stimato da questo e ben meritamente, poiché, oltre
le scienzé filosofiche e matematiche, nelle quali si distingue fra’ primi, é ricco
di letteratura latina e greca, senza ombra di pedantería". Biblioteca vaticana,
ms. vat. lat. 9046, f. 149*150. [Vid. Estudio 22, n. 11.]
66 Cf. Bibl., núm. 5 (págs. 296*297), y núm. 16 (pág. XXXVI, en trad. espa*
ñola), [e infra, págs. 511*512].
456 III . E l gru po catalano* aragonés

se o a voi o a qualche altro premesse cual, si a vos o a algún otro le ur-


di averla, esibitemi le opere che vi giese tenerla» mostradme las obras
piacerebbe di darmi in baratto. Io que me daríais en cambio. Yo qui-
vorrei cose vecchie, perche il nuovo siera cosas viejas, porque lo nuevo
si puo sempre acquistare. Saprete gia siempre se puede adquirir. Ya sabréis
che questo Condillac non e mai stato que este Condillac no ha sido nunca
vendibile a cagione degli spagnuoli 67. puesto a la venta por razón de los
españoles.

EL ESCOLASTICISMO DE BALTASAR MASDEU

Antes de precisar el alcance de su escolasticismo, hay que deter-


minar/ qué es filosofía escolástica.
El profesor de Lovaina, Maurice De Wulf, eliminando las opi­
niones controvertidas entre los antiguos escolásticos, enumeró las
principales doctrinas comunes a todos ellos, que él propuso como
definición descriptiva de la escolástica en abstracto. Tales son:
La composición de los cuerpos de materia y forma; la distinción
de acto y potencia; la distinción entre substancia y accidente; la
distinción substancial de Dios y las criaturas; la individualidad de
las realidades substanciales; la objetividad real del humano cono­
cimiento; la diferencia substancial entre concepto y sensación; la
libertad y la responsabilidad m oral68.
Los idealistas no pueden admitir como verdadera filosofía un
conglomerado estático de soluciones; y, movido por sus invectivas,
monseñor Masnovo intentó dar una definición dinámica de la es­
colástica:

“ Llamamos — [dice]— filosofía escolástica a aquella que, a partir


de la edad carolingia, se desarrolla bajo la influencia prevalente de
elementos cristianos, en cuanto controlables con la razón, y de ele­
mentos platónico-aristotélicos, con una tendencia efectiva, aunque no
siempre consciente, a organizarlos armónicamente y a construir des­
pués sobre ellos. El espíritu escolástico, impregnado de estos ele-

67 Biblioteca vaticana, ms. vat. lat. 9042, f. 68.


68 M. De W ulf , N o tio n d e la s c o la s tiq u e m é d ié v a le , en R e v u e n éo+ scolas -
fiq u e d e p h ilo s o p h ie , 18 (1911) 177-196 (v. pág. 189).
20* Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 457
mentost al mismo tiempo que apela al pasado, comienza su fatigoso
y largo esfuerzo, pariendo una y otra vez, entre espasmos siempre
nuevos, su solución —siempre más rica, y, por lo tanto, siempre más
veraz y profunda— del único y a la vez triple problema que preo­
cupa desde siempre a toda filosofía: el problema de la vida, el pro­
blema del universo, el problema del conocimiento” 69.

Lejos de creer que haya verdadera oposición entre ambas defini­


ciones, es obvio que mutuamente se completan: sólo difieren en el
punto de vista que adoptan* Sin que suponga opción especial por
una en detrimento de la otra, para el caso nos resulta más práctico
partir de la enumeración de De Wulf y ver si la filosofía de Baltasar
Masdeu acepta aquellas ocho bases de la escolástica tradicional70*
En algún pasaje habla Masdeu de materia y forma puramente
lógicas, lo cual constituye un modo de pensar típicamente escolás­
tico: como cuando compara acertadamente la Ontología y la Dia­
léctica a la materia y a la forma respectivamente, o cuando divide la
causa en eficiente, material y formal* Tratando ya de materia y for­
ma físicas, cuando nos dice que no halla ninguna definición de subs­
tancia que le cuadre, ni entre los modernos, ni entre los antiguos,
uno se inclmaría a pensar que al menos las almas serían, para Masdeu,
formas substanciales; pero luego en la Psicología no aparece en parte
alguna la afirmación de que las almas — tanto de los hombres como
de los brutos— sean formas substanciales, antes bien en ambas es­
pecies explica la interacción del alma y del cuerpo con exclusión
absoluta del hilemorfismo, tal vez por no parecer demasiado an­
ticuado*
En parte alguna de los escritos de Baltasar Masdeu he hallado
explícitamente la doctrina escolástica de la distinción entre acto y
potencia, y ni siquiera la alusión a esos dos estados metafísicos del
ente; pero implícitamente se supone en la distinción entre substan­
cia y accidente, causa material y causa formal, etc*
Aunque no trata exprofeso de la distinción entre substancia y
accidente, la supone explícitamente cuando, después de decir que no

69 Masnovo, ob* cit. (supra, n. 19), 16.


70 [A partir de aquí condenso las págs. 226-256 del original, alterando la
numeración de las notas.]
458 III. E l grupo catalano'aragonés

le place la definición de substancia que dan los antiguos, añade que


tampoco la de los modernos, “ porque excluyen — [dice]— todos los
accidentes de los peripatéticos, doctrina que no admitiré fácilmente” ,
Masdeu no prueba de propósito la distinción substancial entre
Dios y sus creaturas, porque la supone, tanto implícita como explíci­
tamente, en toda su teodicea.
Tampoco explana adrede la individualidad de las realidades subs­
tanciales, sin duda por parecerle menos apta para su tiempo y para
su concepción polémico-dogmática de la filosofía; pero, naturalmem
te, nada hay que a ella se oponga.
La objetividad del conocimiento humano ya era más interesante
en su época, en la que abundaban los escépticos — universales o par­
ciales— y los idealistas; por eso le dedica toda la Lógica, que es
uno de los tratados más interesantes de toda su filosofía.
Tan imbuida estaba de lockismo toda la filosofía italiana de su
época, que Baltasar Masdeu creyó un deber suyo refutarlo a fondo,
así en la Lógica en la cuestión de los universales, como en la Psi­
cología, Sólo que parece una concesión empirista el llamar “ idea
corpórea” a la imagen, tanto en el hombre, como en los animales.
Adviértese también cierta confusión entre imagen y especie impresa,
muy lamentable, por cierto, en un escolástico.
Dos ideas extensamente propugnadas en la Psicología y en toda
la Ética son también la libertad y la responsabilidad moral.
Tenemos, pues, en resumen, que de los ocho puntos de M, De
Wulf, cinco son explícitamente profesados por nuestro Masdeu; dos
no están ni propugnados, ni impugnados, ni siquiera expuestos, pero
riman muy bien con todo su sistema; sólo uno, el hilemorfismo fí­
sico, es claramente soslayado, y quizás por motivos extrafilosóficos.
Estos datos bastarían para situar a Baltasar Masdeu dentro de la
escolástica, tomando esta palabra en sentido amplio, Pero todavía
hay otros muchos principios típicamente escolásticos no enumerados
por De Wulf y que aparecen en las obras del jesuíta catalán.
Tales son la definición del ente, que abarca tanto las cosas ac­
tuales como las posibles; su unidad, verdad y bondad transcendenta­
les, y su división en absoluto y relativo, necesario y contingente. La
división y el concepto de necesidad en esencia, en existencia y en
operación; antecedente y consiguiente; lógica, física y metafísica. La
20« Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 459
cuestión de la penetración y replicación de los cuerpos, y del con·'
tinuo* La división de la causa en eficiente, material y formal, a pesar
de no admitir el hilemorfismo físico* El planteamiento y la solución
del problema del mal físico y del mal moral; y de un modo singular
la unidad, incorporeidad, simplicidad, espiritualidad, inmortalidad y
origen del alma humana*
Hasta aquí me he fijado solamente en las tesis y orientaciones
generales a toda, la escolástica, que, por haber tenido en Santo Tomás
su más alto sistematizador, bien pudieran apellidarse tomistas* En
este sentido — amplio y trascendente— Baltasar Masdeu podría ser
llamado tomista* ¡ A eso se añade su veneración sincera hacia Santo
Tomás repetidamente manifestada*
Cuando inquirimos si Masdeu interpreta la filosofía de Santo To-
más a la manera del padre Francisco Suárez, asoma de nuevo aquel
espíritu independiente que, como le hacía rechazar las tesis de la
escolástica cprnún que no le satisfacían, deja también del suarismo
las que no le acomodan, conservando siempre gran respeto hacia el
doctor eximio, a quien enumera entre los mayores escolásticos, cuyo
testimonio alega al ponderar la importancia de la metafísica para los
estudios de .teología, y a quien se complace en citar cabe el nombre
de Santo Tomás en la prefación a su Ontología*
La única tesis netamente suarista que acepta Baltasar Masdeu es
la identidad real entre la esencia y la existencia, pero sin darle exce­
siva importancia* En el estudio metafísico de la relación sólo en parte
es suarista; pues, aunque generalmente sigue en él al doctor eximio,
prescinde de si la relación es una entidad modal o no* Y , finalmente,
se aparta decididamente de Suárez al no admitir los modos como
entidades reales, sino sólo como convenciones verbales*
También, por extensión, puede apellidarse suareciana la ciencia
media, que Masdeu acepta y explica, aunque sin entrar en la cues­
tión metafísica del concurso divino* Y si ampliásemos el sentido de
“ escuela suarista” hasta abarcar el común sentir de la Compañía de
Jesús, entraría en esa denominación el probabilismo, por el que Mas­
deu sentía una particular predilección*
Nótese, con todo, que si nos atenemos a las tesis estrictamente
suarecianas, Masdeu en sus trece tomos de filosofía sólo menciona
tres, para admitir una, desmochar otra y rechazar la tercera*
460 IIL El grupo catalano-aragonés

Y es que el jesuíta catalán fuet en el fondo, un escolástico edéc-


tico, como la mayoría de los jesuítas dieciochescos en toda Europa,
pero con un eclecticismo enraizadamente escolástico, que nos hatee
volver los ojos hacia la escuela jesuítica de Cervera* Analicemos, bre­
vemente, sus puntos de contacto*
Jesuítica es, pero también típicamente cervariense, la veneración
conjunta hacia Santo Tomás y Suárez, que ya he apuntado* Y más
específicamente de Cervera el epíteto antiquo-nova que da a su filo­
sofía, y que instintivamente relacionamos con el Systema antiquo-
novum jesuitiede philosophiae, publicado en Cervera el año de 1747
por el padre Mateo Aymerich* “ Antiquo-nova” había apellidado Bal­
tasar Masdeu su filosofía en Positiones lógicas, metaphysicae, ethicae
(Plasencia 1800) que le valieron una dura impugnación del somasco
padre Soave? y nótese que éste se burlaba precisamente del doble
epíteto, lo que indica que era desusado en Italia, y nos confirma en
su origen cervariense* Pero a Masdeu no le arredraron ni las impug­
naciones ni las burlas del profesor de la universidad de Pavía, y con­
tinuó haciendo gala de su filosofía “ antiquo-nova” en los restantes
tratados, escritos todos ellos después de 1800*
Una segunda nota que le conecta con la universidad borbónica
es el lenguaje* Masdeu no es un filósofo humanista como los padres
Aymerich y Pou, pero se esfuerza — a pesar de conservar la termino­
logía escolástica— por usar un lenguaje purificado de los barbarismos
medievales y de las voces escolásticas no necesarias, como thesis, que
él sustituye por positio* Todo eso lo hallamos ya en los jesuítas cata­
lanes de mediados del dieciocho, grandes admiradores de Luis Vives,
cuya autoridad alega también Masdeu* Y , como los cervarienses, gus­
ta de insertar en sus obras filosóficas citas literarias de autores clásicos
o modernos? entre aquéllos, muestra su predilección por Cicerón,
Virgilio y Horacio*
En algunos puntos se manifiesta especialmente ecléctico*
En la cuestión sobre cuál es el primer principio metafísico, ni se
atiene al de contradicción, como los escolásticos y algunos modernos:
Storchenau, Sagner, Wolff y Soave? ni al de identidad, como Locke
y Condillac ? ni al de la evidencia, como los cartesianos ? sino que
afirma no haber ninguno que pueda con razón llamarse primero, y
20, Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 461

que a lo más el principio de contradicción es el primero para vencer


a los contumaces.
Admite, como los escolásticos, el mutuo influjo físico entre el alma
y el cuerpo; pero se aparta decididamente de ellos en su explicación.
A los autores heterodoxos y a los filósofos no escolásticos casi
sólo los cita para impugnarlos: Lutero, Poste!, Bucero, Calvino,
Voltaire, entre los primeros; Descartes, Hobbes, Spinosa, Bayle,
Newton, Rousseau, Locke, Condillac, Soave, Genovesi, entre los se­
gundos. Pero a las veces se complace en alegar su autoridad en favor
de alguna de sus positiones.
He ahí, pues, sumariamente expuesto, todo el ideario de Baltasar
Masdeu. Bien se ve que su trascendencia filosófica es tan escasa, que
apenas merecería un estudio tan detenido; pero lo que le da singular
importancia es su trascendencia histórica en los orígenes del neoesco­
lasticismo italiano. Como éste ha sido ya extensamente estudiado
por Amato M asnovo71, Alfonso Ferm i72 y los padres P irri73 y Dez-
z a 74, me limitaré a tocar aquellos puntos más íntimamente relacio­
nados con nuestro Masdeu.

71 [Recuérdese que el libro cit. en n. 19 es una reedición de estudios apa­


recidos previamente en la Riv. di filosofía neoscolastica, y en él se refleja una
evolución de las ideas del autor a medida que avanzaban sus investigaciones.]
72 A. Fermi, L ’indiñZZo filosófico nel collegio Alberoni durante il primo
periodo della sua vita, i j 5 1 * 18 1 5, e le dottrine empiriche in Piacenga negli ultimi
decenni del secolo X V III e nei primi del secolo X I X (tesis inédita, universidad
de Bolonia); Id,, V. B. BuZXetti e la filosofía in PiacenZa durante i decenni del
suo sviluppo filosófico (Piaceriza 1923); Id., Le vicende del pensiero tomistico
nel seminario di PiacenZa (ib. 1924); Id,, II filosofo can. V. B. B. nel I cente-
navio della morte (ib. 1925)? [Id., ob. cit. en Bibl., núm. 82].
73 [P. P irri], II p. Taparelli d'Azeglio e il rinnovamento della scólastica
al collegio romano, CC (1927) I, 107-121, 399-409; Id., Intomo alie origini del
rinnovamento tomista in Italia, ibid. (1928) IV, 215-229, 396-411; Id., La riña-
sexta del tomismo a Napoli nel 1830, ibid. (1929) I, 229-244, 422-433; II, 31-42;
Id., II p. Taparelli e il rinnovamento della scólastica al collegio romano, 1553-
1824-1924 (Roma 1924); Id., Carteggi del p. L. T. d’A . della C. d i G. (Torino
1933); y cf. Bibl., núm. 2, donde noto el interés de Juan Andrés por la salud
del joven Taparelli.
74 P. D ezza , Alie origini del neotomismo (Milano 1940) 51-52.
462 IIL E l grupo catalane-aragonés

B. MASDEU Y V* B. BUZZETTI

Para comprender mejor las relaciones mediadas entre el primer


iniciador del neo tomismo, Vincenzo Benedetto Buzzetti, y nuestro
Baltasar Masdeut bueno será tejer antes una breve historia de la
historia del neotomismo.
Los autores antiescolásticos que han historiado de propósito el
neoescolasticismo, o bien han tomado por hito inicial una fecha pos-*
terior, como por ejemplo, Giovanni Gentile75; o bien han aportado
una gran carga de erudición, pero no han dado con las auténticas
venas subterráneas que afloran luego a la superficie; tal Giuseppe
Saitta, para quien el neotomismo fue sólo un juego político de la
Santa Sed e76. ;
Prescindiendo de ellos, recordemos que el cardenal Ceferino Gon-
zález citaba a Gaetano Sanseverino como el primer restaurador de la
filosofía de Santo Tomás en la Italia moderna77. Haciendo la crítica
de esa obra del dominico español, notaba La civilta cattolica que, al
mismo tiempo que Sanseverino, promovieron la vuelta a Santo To­
más los jesuítas Taparelli y Liberatore, cuyas obras de filosofía esco­
lástica precedieron algunos años a las del canónigo napolitano78.
Contra la aserción de La civilta sobre el tomismo del padre Li­
beratore, monseñor Masnovo intentó demostrar que dicho jesuíta
no puede llamarse escolástico antes de 1850, y para indagar el ver­
dadero origen del neoescolasticismo tomó como hilo de Ariadna un
texto ignorado de las Memorie del padre Cario Curci, aquel fogoso
napolitano — uno de los promotores del tomismo desde las primeras
páginas de La civilta cattolica— que por su avanzada actitud polí­

75 G. Gentile, L a filo s o fía in Ita lia d o p o il 1850, capo V , I n e o to m is ti, en


L a c ritic a , 9 (19 11) 424-440, [y en L e o rig in i d e lta f il. c o n te m p o r á n e a in Ita lia ,
III (Messina 19 2 1)].
76 G. SAITTA, L e o rig in e d e l n e o - to m is m o n e l se c o lo X I X (Barí 1912) pá­
gina vil.
77 Z . González, H is to r ia d e la filo s o fía , I V (Madrid 1896) 835. [C f. P. O r ­
lando, II n e o to m is m o a N a p o li e G a e ta n o S a n s e v e r in o , en A s p r e n a s , 8 (1962)
277-30 3; y el vol. de varios, G . 5 . n e l p r im o c e n te n a r io d e lla m o r te (Roma
1965) ( = Studi e ricerche sulla rinascita del tomismo, 2).]
78 C C (1891) V I , 725-742.
20. Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 463
tica hubo de abandonar la Compañía de Jesús. Ya en su ancianidad,
consignando sus recuerdos, había escrito:

“ Los jesuítas expulsados de España fueron casi todos acogidos en


Italia con plena confianza por la caridad cristiana, y los más capaces
fueron invitados a enseñar en los seminarios y en otras instituciones
parecidas, y también en casas de familias señoriales o acomodadas,
como preceptores de sus muchachos. Uno de los primeros fue cierto
provecto profesor de filosofía, el cual, hospedado en Plasencia, creo
que en el seminario, ocupó la cátedra de filosofía, formando, entre
otros, a un joven clérigo de apellido Bozzetti, de talento muy des­
pierto, el cual, ordenado de sacerdote, continuó cultivando la amistad
del español y recibiendo su enseñanza en las ciencias. Pero cuando,
muerto éste, Bozzetti, ya canónigo, ocupó su cátedra y continuó sus
enseñanzas, tuvo como discípulos a tres clérigos hermanos : Serafino,
Domenico y Giuseppe Sordi. Entrados los tres en la Compañía, los
dos primeros llevaron a ella, sin saberlo, el primer germen de la
escolástica; el tercero fue juzgado más apto para las cosas prác­
ticas“ 79.
Vincenzo Benedetto Buzzetti — que tal es, propiamente, su nom­
bre, y no Bozzetti— había nacido en Plasencia el 26 de marzo de
1777. En 1793 comenzó sus estudios de filosofía en el famoso colegio
fundado por el cardenal Alberoni en los aledaños de Plasencia y en­
comendado a los sacerdotes de la Misión, llamados Paúles en España
y Lazzaristi en Italia; pero en 1798, acabado el segundo curso de sus
estudios de teología, hubo de abandonarlos por falta de salud. Al­
ternó entonces la enseñanza literaria en el seminario con los estudios
de teología, probablemente en el colegio de San Pedro, encomendado
desde 1799 a los ex-jesuítas, casi todos españoles. Terminados sus
estudios teológicos en San Pedro y ordenado sacerdote continuó
enseñando letras en el seminario hasta que en 1806 — al cerrarse el
colegio de San Pedro tras la expulsión de todos los jesuítas extran­
jeros— el obispo Gregorio Cerati le encomendó la nueva cátedra de

79 C. Curci, Me m o r ie (Firenze 1891) 63.


464 III. E l grupo catalano^aragonés

filosofía en el seminario, que a los dos años cambió por una de teo­
logía. Murió el 14 de diciembre de 1824, de sólo 47 años de edad,
habiendo sido respetado en su época no sólo por el cenáculo de Pía-
sencia, sino también en medios mucho más amplios: sus relaciones
con Lamennais son una prueba de su prestigio auri fuera de Italia.
Después de estudiar los continuadores de la obra de Buzzetti —los
escritores de La civilta cattolica Taparelli, Curci, Liberatore, todos
más o menos influenciados por los padres Serafino y Domenico Sordi,
discípulos de Buzzetti en su cátedra teológica del seminario de Pla-
sencia; el canónigo napolitano Gaetano Sanseverino, sometido tam­
bién a la misma influencia; y más particularmente el padre Serafino
Sordi— dio Masnovo un salto atrás para investigar las fuentes del
escolasticismo y del tomismo de Buzzetti: el jesuíta Baltasar Masdeu
y el dominico Salvatore M. Roselli.
Este es el punto, naturalmente, que más nos interesa, pero antes
conviene reparar en una directriz marcadísima de toda la investiga­
ción de monseñor Masnovo: su tendencia y su resultado es coaligar
todo el neotomismo italiano — padre del neotomismo europeo— con
el canónigo placentino a través de los hermanos Sordi, prescindien­
do de toda otra influencia. A tal tendencia — seguida también desde
el principio por el culto profesor del seminario de Plasencia monse­
ñor Alfonso Fermi— se opuso decididamente el padre Pietro Pirri,
quien, dedicado a estudiar la figura del padre Luigi Taparelli d'Aze-
glio, contrapuso el tomismo de los Sordi, rígido y constante, al to­
mismo de Taparelli, más abierto a las corrientes de la filosofía mo­
derna, como educado no en un seminario, sino en la universidad de
Turín.
Exactísimo el contraste entre Serafino Sordi y Taparelli — con­
traste que se ha perpetuado en todo el moderno neotomismo— ♦ Pero
ello no excluye que Taparelli se haya inclinado muy pronto hacia
Santo Tomás precisamente por influjo del padre Sordi, cosa que
parece haber probado definitivamente el padre Paolo Dezza.
Que la corriente buzzettiana fuese la única en la renovación del
tomismo — por más que con ella estén ligados sus más altos repre­
sentantes, hasta el mismo León XIII, tan influenciado por Taparel­
li— no queda tan probado: y esto lo escribimos sabiendo que la
20* Baltasar M asdeu y el neoescolasticismo 465

importancia de Baltasar Masdeu crece o mengua al mismo ritmo que


la del cenáculo placentino* N o olvidemos la tenacidad tomista de
Boxadors, en cuya dirección hay que colocar a Zigliara; y sólo nos
podríamos explicar la rápida difusión del neotomismo, en el supuesto
—históricamente comprobado— de que las doctrinas filosóficas de la
escolástica no estaban del todo muertas ni en España ni en Italia,
habiendo contribuido a conservarlas en la península hermana tantos
y tantos ex-jesuítas españoles que enseñaron en sus seminarios filo*
sofía y teología a uno de ellos hay que atribuir un anónimo Le*
xicon peripateticúm quo veterum theologorum locutiones explicantur,
theologiae tyronibus accomodatum, publicado en Bolonia el año de
18 16 , con matiz claramente suarista*
Masnovo, historiada ya la trayectoria de la escuela buzzettiana, se
fija en la formación doctrinal del canónigo placentino* Su amor al
tomismo no le pudo venir, según él, del colegio Alberoní, donde creía
que reinaba la filosofía lockiana80* ¿L e vendría de su contacto con
los jesuítas españoles o, más precisamente, como afirmaba el pasaje
de las Memorias de Curci antes citado, de aquel “ provecto profesor
de filosofía“ !? Buceando en el Archivio di Stato de Parma, halló
la lista de los ex-jesuitas del colegio de San Pedro hacia 18 0 3 : el
abate Peruzzi, rector y prefecto de estudios; Anguissola, Biagi y
Toledo, padres espirituales; el abate Assensio y José Antonio Masdeu,
profesores dfe teología escolástica y dogmática; el abate Ruiz, pro­
fesor de tecjlogía moral; José Serrano, de física; Gil, de matemáti­
cas; y “ Baldassare Masdeu per la lógica e la metafísica“ ; éste sería,
pues, el que inició a Vincenzo Benedetto Buzzetti en la escolástica,
aun sin haber sido su profesor*
Busca entonces con ardor las obras que le atribuye Sommervo-
gel, pero no halla más que su Epítome de ética* Su examen más bien
le desilusiona: para Masnovo, en Masdeu “ la supuesta filosofía esco­
lástica se reduce a la añoranza de lo antiguo“ ; pero reconoce que allí
late algo nuevo, distinto de los demás escolásticos setecentistas: el
tono de algo vivo 81 — eco de la escuela jesuítica de Cervera— ♦

80 [G. F. Rossi, ob* cit* en Bibl., núm* 82, ha precisado la influencia del
escolástico ecléctico Sagner S* I. y un cierto interés por Santo Tomás en el
colegio Alberoní durante el siglo XVIII.]
«i Masnovo, 181-182.
L . H IS P A N O -IT A L IA N A . — 30
466 III. E l grupo catalano^aragonés

Reconociendo Masnovo al padre Masdeu como la fuente primaria


del escolasticismo de Buzzetti, intentó buscar otra para su tomismo,
y creyó hallarla en la Summa philosophica ad mentem angelici doc-
toris S. Thomae Aquinatis publicada en Roma por Roselli el año
1777 Por encargo de nuestro cardenal Boxadors, y reeditada en 1783*
obra en la que Masnovo echa de menos aquella vivacidad de espí­
ritu que notaba en Masdeu*
Además de esa influencia de Salvatore Roselli82 en el tomismo de
Buzzetti» parece que hay que aceptar el influjo de Goudin, señalado
por Dezza y reconocido por Masnovo» pues las Institutiones sanae
philosophiae del placentino llevan la declaración: iuxta divi Thomae
atque Aristotelis inconcussa dogmata83» que recuerda claramente el
título de Goudin: Philosophia iuxta inconcussa tutissimaque divi
Thomae dogmata. Pero cpmo esas Instituciones de Buzzetti sólo se
nos conservan corregidas y ampliadas por su discípulo Angelo Testa»
no podemos asegurar que el título y las citas sean del maestro*
En dirección contraria al interés de monseñor Masnovo por bus­
car las fuentes del pensamiento escolástico y específicamente tomista
de Buzzetti, el placentino Alfonso Fermi, fundándose en que “ Pietro
Gazzola, sobrino de Buzzetti, Marzolini y todo el ambiente del se­
minario afirman unánimemente que Buzzetti fue autodidacta” 84, re­
chaza cualquier influjo extrínseco, y da como única explicación del
caso Buzzetti su fino instinto, que le hizo volver los ojos a la filoso­
fía de Santo Tomás cuando todo el mundo la despreciaba*
Examinemos a fondo algunos puntos que debilitan esta posición,
por más que alegue en su favor el testimonio de los dos más antiguos
y más autorizados biógrafos de Buzzetti* Todos estos puntos, a su vez,
prueban que el influjo de Baltasar Masdeu se sumó al del colegio
Alberoni en los orígenes del neoescolasticismo buzzettiano*

82 [Esa influencia ha sido probada por E. I. N arciso O. P.» L a S u m m a


d i S a lv a to r e R o s e lli e la rin a s c ita d e l to m is m o (Roma 1966).
P h ilo s o p h ic a
(= Studi e ricerche sulla rinascita del tomismo, 2 ).]
83 VINCENTII Buzzetti I n s titu tio n e s p h ilo s o p h ia e n u n c p r im u m e d ita e ,
t. I L o g ic a m e t m e ta p h y s ic a n i c o m p le c te n s , ed. A* Masnovo (Piacenza 1940).
84 Fermi, V* B . B . e la filo s o fía in P ia c e n z a , 11. Alude a P* Gazzola,
E lo g io in m o r te d i V . B u Z Z etti, en L* a m ic o d*Ita lia , 7 (1825) 186 sigs.; 8 (1825)
39 sigs*
20* Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 467

En primer lugar, las necrologías de Gazzola y Marzolini85 tienen


más de elogio que de biografía; y en un elogio venía muy bien pre*
sentamos a Buzzetti como un genio que, sin influencias de ninguna
clase, intuye el valor de la escolástica y del tomismo, y se constituye
en su primer propagador por toda Italia* Respecto de Gazzola com*
prueba mi creencia de que se trata de una exageración retórica — tén*
gase en cuenta el repelente retoricismo de su estila— el hecho de
que veinte año§ más tarde, al volver a hablar del tomismo placen*
tino de principios del siglo x i x no en tono de elogio, sino de re*
cuerdo86, no dice una palabra del casi milagroso hallazgo de Buzzetti*
Tampoco resulta serio ni crítico apurar el testimonio de Marzolini,
cuando él mismo, en el mismo escrito, nos habla del especial amor
de Buzzetti hacia los jesuítas, nacido precisamente de haber sido ellos
la víctima de las modernas filosofías; afecto que le llevó a desear
entrar en la Compañía de Jesús el año de 18 18 , renunciando a esos
deseos sólo por indicación del papa Pío VII* El testimonio, pues, de
Marzolini, lejos de contradecir, confirma y aclara los de Curci y Mo*
glia, que vamos a examinar*
Cuanto al testimonio de Curci hay que sopesarlo y precisarlo más
todavía. Los principales datos que da a nuestro propósito son los si*
guientes: a) Buzzetti bebió la escolástica de un anciano jesuíta es*
pañol, profesor de filosofía en Plasencia — “ creo que en el semina*
rio” — , del cual fue alumno ; b) siendo ya sacerdote, “ continuó cul*
tivando la ,amistad del español, y recibiendo su enseñanza en las
ciencias” ; c) cuando, por la muerte de tal jesuíta, Buzzetti heredó
su cátedra de filosofía, formó a los hermanos Sordi, que introduje*
ron en la Compañía el primer germen de la escolástica* Ahora bien,
en la primera aserción es falso que Buzzetti cursase la filosofía con
los jesuítas, y que éstos enseñasen en el seminario, donde sólo se
tenían entonces las clases literarias, asistiendo sus alumnos al colegio
de San Pedro, en el que vivían y enseñaban los jesuítas; pero que

85 G a z z o l a , 196* 1 9 7 ; c f, M a s n o v o , 189* R* M a r z o l in i , Notizie biografu


che sul can. V . BuZZetti, en M emorie di religione> morale e letteratura, 46
(M o d e n a 1825) 8 7 8 * 9 1 0 ; c f. M a s n o v o , 7 1 .
86 p. G azzola, La mia educazione e i miei studi: lettera al prof. Pietro
Bemabo Silorata, uno dei compilatori della “ GaZZetta piemontese” , e n Prose e
poesie inedite o rare di italiani viventi, 4 ( T o r in o 1844) 5*16.
468 IIL El grupo1 catalano^aragonés

en verdad ese anciano jesuíta orientase a Buzzetti hacia la escolás-


tica nos lo confirma el testimonio de Moglia, que luego examina­
remos. La aserción de la amistad con el tal jesuíta no sólo no se opo­
ne, sino que explica y precisa lo que nos decía poco ha Marzolini;
y, por otro lado, señala Curci un punto importantísimo: el influjo
del anónimo español se ejerció, al menos en parte, fuera de las cla­
ses. Buzzetti formó en su cátedra de teología a los hermanos Sordi,
pera es falso que hubiese heredado la de filosofía a la muerte
de su supuesto maestro; pues el jesuíta que enseñaba filosofía en
Plasencia, Baltasar Masdeu, abandonó su cátedra al ser expulsado de
Plasencia en 1806, y murió en Palma de Mallorca en 1820. Lo que
sí es verdad es que en 1806, al dejar de enseñar Masdeu, comenzó
Buzzetti,; pero no en el colegio de San Pedro, sino en el seminario.
Con todo, esa equivocación de Curci nos asegura de que, aun en sus
datos equivocados, hay un fondo de verdad, desvanecido un tanto
con los años, pues sus importantísimas Memorie son obra de sus
vejeces.
En tercer lugar, el hecho principal consignado por Curci, es a
saber, que Buzzetti bebió su escolasticismo de los jesuítas españoles
residentes en Plasencia, viene confirmado y reforzado por Moglia,
estudioso de filosofía, placentino, y buen conocedor de lo que narra.
He aquí sus palabras: “ en 1806 fue introducida en este venerable
seminario la enseñanza de la filosofía... El primer maestro de filosofía
fue nuestro Buzzetti, el cual había estudiado en el colegio Alberoni el
sistema lockiano con algún desprecio de Santo Tomás [ ? ] . El novel
profesor sintió pronto la necesidad de reformar este estudio, mas estaba
dudoso sobre la vía que debía seguir cuando dos doctos jesuítas es­
pañoles, llamados a este ducado por el Borbón de Parma, lo anima­
ron a seguir a Santo Tomás, y así lo hizo“ 87. También en este valioso
testimonio hay parte de verdad y parte de falsedad. Es inexacto que
el escolasticismo de Buzzetti comenzase en 1806, al ocupar la recién
fundada cátedra de filosofía, pues en este caso no hubiera podido se-
guir los consejos de los jesuítas, expulsados de Plasencia aquel mismo
año. En cambio, en un punto muy digno de notarse coincide Mo­
glia con Curci, es a saber, que en el escolasticismo filosófico de Buz-

87 Cit. e n D e z z a , 2 1 -2 2 .
20» Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 469

zetti se reflejaron influjos extraacadémicos» Y , además, señala un


dato nuevo: no fue uno el jesuíta español que le orientó, sino dos»
Ese dato nos viene confirmado por la biblioteca de V» B» Buzzet-
ti» Si no todos, al menos una parte de los libros de Buzzetti pasaron
a manos de su discípulo Angelo Testa, y de éstas a las de un tío
del sacerdote don Pietro Ballerini888 » Pues bien, entre los manuscri­
0
9
tos procedentes de Buzzetti se cuenta una obra sobre el probabilismo,
de Baltasar Masdeu 89, y los tratados De gratia y De revelatione90
de su hermano José Antonio, que fue probablemente profesor de teo­
logía de Buzzetti en el colegio de San Pedro, y que entra también de
lleno en la escuela escolástica ecléctica de Cervera» Ello nos permite
precisar a qué dos jesuítas se refería Moglia, pues de entre todos los
que enseñaron filosofía y teología en Plasencia, tres de un modo
especial, por testimonio del mismo Baltasar91, se distinguían por su
apego a la escolástica» Hay que notar, además, que el tratado filosó­
fico de nuestro Baltasar, conservado entre los libros de Buzzetti, es
uno de los pocos que atacan directamente la filosofía enseñada en el
colegio Alberoni»
Quinto punto digno de nota: la influencia escolástica ejercida en
Plasencia por los dos Masdeu no se limitó a Buzzetti, sino que se
extendió a todos los sacerdotes formados en San Pedro» Lo com­
prueba claramente un jocoso Dialogo fra due parochi della diócesi
piacentina, intorno alVattuale condicione politica del paese, publicado
anónimo en el diario liberal de Plasencia UEridano el 22 de mayo
del turbulento año 1848» El párroco liberal arguye así a su contrario:
“ Bravo, señor párroco, se ve que usted recuerda las formas silogísticas
del padre Masdeo» Pero, con permiso de usted y de su maestro, re­

88 [Actualmente están en el seminario de Plasencia.]


89 Descrito en A S T 15 (1942) 202, ms. 12.
90 De iustificationis gratia,■ 269 págs» numeradas, más 4 hojas con añadi­
duras, letra española del siglo XVUl/xix, encuadernado en pasta. El segundo
ms. tiene 277 págs. numeradas, más 5 hojas sin numerar, letra igual que la del
anterior? pág. 1 : “ Volumen hoc duas continet partes. i . a tractat de possibili­
tate, utilitate et necessitate divinae revelationis, ad paginam usque 162? 2.a trac­
tat de existentia divinae revelationis usque ad finem voluminis“ . H ay todavía
otro ms. de cuestiones bíblicas, con diversas numeraciones. Sobre José A . Mas­
deu vid. supra, n. i.
91 V id . A S T 15 (1942) 178.
47o IIL E l grupo catalano-aragonés

chazo su argumento, y niego formalmente la menor” * ¿A qué Mas*


deu se refería el autor humorista? Si recordamos la afición de Bal*
tasar a la dialéctica escolástica, nos inclinaremos hacía él más que
hacia José Antonio*
Hemos visto ya, detenidamente, cómo Baltasar, sin ser rígida*
mente tomista, fue mucho más escolástico de lo que Masnovo pudo
entrever en su Ética; con lo cual ya no se abre un abismo tan in*
menso como se suponía entre Masdeu y Buzzetti* La llegada de aquél
al colegio de San Pedro representó un gran adelanto en la vía de
la neoescolástica, pues su antecesor, el zaragozano Joaquín Millás, ni
escolástico ecléctico puede apellidarse con justicia 92* Cierto que Buz*
zetti no fue alumno· de Baltasar Masdeu, pero la alusión de Curci y
Moglia al influjo extraescolar de un jesuíta español, y precisamente
profesor de filosofía, más el manuscrito del probabilismo que Vin*
cenzo B* Buzzetti tenía en su biblioteca, bien claro nos hablan de
que Buzzetti fue más que alumno: fue discípulo de nuestro Baltasar
Masdeu en su amor a la escolástica, que el placentino enfocó luego
en un sentido más personal, estrictamente tomista93*
Por fin, es curioso que, una vez monseñor Masnovo hubo lan*
zado a los cuatro vientos el nombre de Baltasar Masdeu enlazado
con el de Buzzetti, él se mostró cada vez más tímido en reconocer
la trascendencia del jesuíta catalán en los orígenes de la neoescolás*
tica* En su discurso conmemorativo leído en el “ Collegium Aloisia*
num” de los jesuítas véneto*lombardos con motivo del centenario
de su fundación (21 noviembre 1939), sobre II significato storico del
neotomismo 94, el influjo de Masdeu queda tan minimizado, que uno
se siente incitado a preguntarse si ese enfriamiento de Masnovo con
respecto a sus anteriores estudios no se deberá tal vez al deseo de

92 V id . Palmés, ob. cit. supra, n, 6 3 ; y BibL, núm. 5 (pág. 307, n. 30).


93 En los manuscritos de Mallorca aparecen los nombres de varios alumnos
de B. Masdeu en Plasencia: un “ Aloysius Buzzetti” (ms. 4, cf. 116), Giuseppe
Pighi, Girolamo Saccardi y Luigi Rezzi. Sobre este último vid. F . A ndreu ,
II p. Ventura de Raulica e i gesuiti (1808*1824), A H S I 23 (1954) 195*233,
94 A . M asnovo, II significato storico del neotomismo, en Rivista di filosofía
neoscolastica, 32 (1940) 17*30. V id . ibid., 502, rec. de las Institutiones de V . B.
Buzzetti (cf. supra, n. 83), en la que la prof. Vanni*Rovighi adopta una posi*
ción muy semejante.
20* Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 471
hacer de la neoescolástica un producto estrictamente italiano95* En
Italia sólo los jesuítas Pirri y Dezza han aceptado plenamente la
tesis del influjo positivo de Baltasar Masdeu sobre Buzzetti. Fuera de
Italia, después de las investigaciones de monseñor Masnovo, cuando
este hecho histórico estaba mucho menos probado que ahora, fue
aceptado de lleno no sólo por jesuítas — el alemán Franz Lakner 96,
el belga Fran^ois-Xavier Jansen97 y los españoles Palmes98, Domín­
guez 99 y C eñal100— , sino por historiadores imparciales como Joaquín
Carreras Artau 101♦
El padre Ignacio Casanovas, al conocer por el libro de Masnovo
la importancia histórica de la obra de Baltasar Masdeu, preparaba un
estudio más profundo sobre toda la cultura filosófica de la Cataluña
dieciochesca, que con su influjo sobre el neoescolasticismo adquiría un
sentido universal y transcendente* Pero la muerte le quitó la pluma
de los dedos cuando sólo había recogido tres carpetas de apuntes, sin
haber podidp ordenarlos en síntesis metódica 102* Con todo, su pen­
samiento consta por esta carta que me envió desde Barcelona a Ita­
lia el 9 de febrero del 36, con ocasión de la tesis de Thomas McMahon
sobre José Antonio Masdeu:

Tiñe la tesi que McMahon ha fet Tengo la tesis que McMahon ha


sobre el P* [Josep Antoni] Masdeu... escrito sobre el P. [José Antonio]
Cree que el ¡ fet d'haver sigut Mas­ Masdeu... Creo que el hecho de ha­
deu el professor d 'E n Buzzetti, pri- ber sido Masdeu el profesor de Buz-

95 Lo mismo A . G emelli, Neoscolastica, en Enciclopedia italiana, X X I V


(1934) 581-582*
96 Kleutgen und die kirchliche Wissenschaft Deutschlands im 19. fahr-
hundert, en Zeitschrift für katholische Theologie, 57 (1933) 16 1-2 14 ; [ulterior
bibliografía en Lexikon für Theologie und Kirche, V I (1961) 340 (L. Gilen)]*
97 La philosophie du moyen-âge d’ après E . Bréhier, en Nouvelle revue
théologique, 65 (1938) 9 9 1-10 12 (v. pág* 995)»
98 Psicología, en Enciclopedia, 47 (Barcelona, Espasa, 1927) 1434 -150 1 (v* pa­
gina 14 5 1); art* publ* anónimo*
99 Historia de la filosofía (Santander 19 31) 4 18 ; Id *, E l neoescolasticismo
y la Compañía de Jesús, E E 14 (1935) (v. pág. 322).
100 Recension de la obra de P. D ezza , I neotomisti italiani del X I X secolo:
la filosofía teorética (Milano 1942), en Revista de filosofía, 2 (1943) 405-406*
101 Historia de la filosofía (Barcelona 1943) 273.
too [I. C asanovas, Reliquies literàries, ed* M , B, (Barcelona i960) 3 0 3 -3 1 1.]
4 Z i_____________________________ I1L El grupo catalana ^aragonés

mera anella de la cadena escolástica zetti, primer anillo de la cadena es­


del renaixement italiá, ens planteja colástica del renacimiento italiano,
a nosaltres una tesi capital i fecun- nos plantea a nosotros una tesis ca­
díssima, que és estudiar documentad pital y fecundísima, que es estudiar
ment quin era l’ escolasticisme deis documentalmente cuál era el escolas­
nostres Pares quan sortiren d'aquí, ticismo de nuestros padres cuando
i que era Cervera, on hi ha vía el salieron de aquí, y qué era Cervera,
fogar cíentífic i literari d'aleshores. donde radicaba el hogar científico y
Em sembla que es van confirmañt les literario de entonces. Me parece que
meves tesis sobre Fines tres. Tin* se van confirmando mis tesis sobre
dríem, dones, que a Cervera es con- Finestres. Tendríamos, pues, que en
gria un escolasticisme rejovenit cien·- Cervera se elabora un escolasticismo
tíficament i literáriament. Tantost rejuvenecido científica y literariamen­
format, és tallat a la soca mateixa te. Recién formado, es cortado en su
i trasplantat a Italia. Queda, pero, misma raíz y trasplantado a Italia.
algún rebroll moridor, que cinquanta Queda, con todo, algúh brote ame­
anys més tard fa germinar el miracle nazado de muerte, que cincuenta años
de Balm es103. Son, per tant, dos más tarde hace germinar el milagro
tanys de la mateixa rabassa el d'Itá- de Balmes 103. Son, por tanto, dos ra­
lia i Balmes, un independent de l'al- mas de la misma cepa, la de Italia y
tre i amb característiques propies. Balmes, independientes entre sí y con
A ixó és anterior a tota manifestado características propias. Lo de aquí es
italiana, i causa real de la mateixa 104. anterior a toda manifestación italiana,
y causa real de la misma 104.

BALTASAR MASDEU EN MALLORCA

Dejamos al padre Baltasar Masdeu, nuevamente jesuíta, embar­


cándose para España en Civitavecchia, junto con su hermano Juan
Francisco, en el otoño de 18 15 . Mientras éste fue destinado al colegio
de San Pablo, de Valencia, donde falleció el 10 de abril de 1 8 1 7 ;
a Baltasar se le encomendó la cátedra de filosofía del colegio de

103 L a influencia de la obra de Balmes en el neoescolasticismo no ha sido


estudiada de un modo histórico y completo. V id . I. CASANOVAS, Balmes, II (Bar­
celona 1932) 647-689; S aitta , ob. cit. (supra, n. 76), 10 7 ; M asnovo, 62, n. 2 ;
C. C ardó, La influencia de Balmes en el renaixement de Vescolástica, en E l
Bon Pastor, 8 (1934) 38 8 -4 15; [Bibl., núm. 7 7 ].
104 [ A mi entender, es causa real, pero parcial.]
20. Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo 473
Montesión, en Palma de Mallorca; abierto el 6 de junio de 1816 a
instancias del Ayuntamiento y del Cabildo. Formaban aquel inci­
piente colegio sólo tres padres: el mallorquín Francisco Company
como rectort Diego Martínez, y nuestro Baltasar Masdeu.
En el catálogo de 1 8 1 7 aparece este último como ministro y con­
sultor de la casa, admonitor del rector y profesor de filosofía, cargos
todos que conservó el año siguiente, en cuyo catálogo figura además
como padre espiritual y confesor en la casa y en la iglesia. En 1819
ya no era ministro, y en 1820 había abandonado ya, sin duda por
sus setenta y nueve años, la cátedra de filosofía.
Ésta es, naturalmente, lo que más nos interesa de esos últimos
años de su vida, bien que en tal época no escribiese ni publicase
ninguna obra de filosofía: la única publicación que tal vez puede
atribuírsele es un devoto opúsculo anónimo Exercicio de la buena
muerte que se hace en muchas iglesias de la Compañía de Jesús de*
baxo del patrocinio de la Virgen de los Dolores y protección de San
José y San Francisco Xavier. Y algunos actos interiores del alma
para exercitar la verdadera v irtu d 105.
Con todo eso, por más que en Mallorca ya no se hallase con
fuerzas para componer nuevos tratados de filosofía ni corregir los de
Plasencia y Cremona, notable hubo de ser el interés que despertaron
sus lecciones, cuando en un Breve compendio de lo que a gloria de
Dios, bien espiritual de las almas y sana educación de la juventud
en costumbres y letras, practica la Compañía de Jesús desde su res-
tablecimiento en España, debido a la religiosa piedad, justicia y ele-
mencia de nuestro soberano el señor rey D. Fernando V il, que Dios
guarde, al llegar al colegio de Montesíón, después de ponderar los
ministerios espirituales en que se ejercitaban los tres padres, se aña­
de: “ un sacerdote regenta la cátedra de filosofía con más de veinte
y tres discípulos“ 106.

ios U riarte , I, 282, núm. 8 7 1.


106 FRÍAS, I, 719 . Nótese que en los mismos años en que B. Masdeu ense­
ñaba filosofía en Mallorca, el dominico mallorquín Felipe Püigserver publicaba
en Valencia los tres tomos de su Philosophia sancti Thomae Aquinatis auribus
huius temporis ac como data (1817-20), muy digna de tenerse en cuenta en la
historia dei neotomismo.
474 III. E l grupo catalano-aragonés

Pero poco tiempo vivió en paz la Compañía de Jesús en el reinado


de Fernando V II: el i*° de setiembre de 1820 este mismo rey fir-
maba el decreto de supresión de la Compañía en sus dominios; se
cerraron sus casas, y sus religiosos hubieron de buscar refugio en las
de sus familiares y amigos* Asít dispersos, vivieron hasta la reacción
realista del 23, pues en el siglo pasado los azares de la política
uncieron la Compañía de Jesús a las alternativas del Estado de un
modo en extremo lamentable*
El padre Baltasar era demasiado anciano para poder ver con sus
ojos la segunda restauración fernandina: el 3 1 de diciembre del mis­
mo año 1820, a punto de cumplir los ochenta, moría en Palma 107 en
casa de alguna familia amiga*
Algo más que sus restos mortales legó Masdeu a Mallorca: aquí
quedó su biblioteca, y en ella sus manuscritos, tan interesantes si no
por sus méritos intrínsecos, al menos por el papel desempeñado por
su autor en el moderno resurgimiento neoescolástico*

107 J. Ochandarena, Catálogo de los padres y hermanos pertenecientes a la


provincia de España de la Compañía de Jesús (’18 15 -18 6 3) (Madrid 1907) 10.
21

JESU IT A S M ALLORQUINES EN IT A LIA

En la tarde del 29 de marzo de 1767 corrieron por toda la ciudad


de Palma inquietantes rumores* Al mediodía había entrado en la
bahía de Mallorca una pequeña embarcación — un bou— proceden-
te de Alicante* Su único pasaje eran dieciséis remeros y un patrón
que venía ^drede para entregar a las propias manos del capitán ge­
neral una cárta del primer ministro, conde de Aranda*
Las más fantásticas imaginaciones se vendieron como verdad com­
probada: amenazaba — decían— una invasión de la isla por los in-
glesest y Aranda se prevenía ordenando rápidas fortificaciones* Otro
indicio de esa próxima amenaza era el viaje que muy poco antes
había emprendido el marqués de Alós, comandante de la plaza y
capitán general, para visitar las torres marítimas: en Artá le alcanzó
el misterioso correo de Madrid*
Inmediatamente suspende Alós su recorrido y regresa a Palma*
El 3 1 convoca un consejo de guerra extraordinario con los brigadieres
coroneles de los tres regimientos de Dragones, de Lombardía y de
Brabante* En consecuencia se destacan cincuenta soldados de cada
regimiento con la orden de embarcarse al día siguiente para Ibiza,
bajo el mando del teniente coronel de Lombardía*

* Conferencia pronunciada en el Curso de cultura balear desarrollado en


la antigua Universidad luliana de Mallorca» el 27 de enero de 1942* Publicada,
sin notas, en Studiat 14 (1942) 17 -2 1, 33-37» 65-69. A qu í se dan las referencias
básicas y se suprimen algunos párrafos circunstanciales. En este Estudio se
utilizan las siguientes abreviaturas:
M . B., Pou'Despuig: ob. cit. en Bibl., núm. 30.
B o v e r : J. M . B o v e r , Biblioteca de escritores baleares, 2 vols. (Palma 1868).
B S A L : Bolletí de la Societat Arqueológica Luhliana (Palma).
476 IIL El grupo1catalano^aragonés

Ya no cabía dudar: la guerra con Inglaterra era un hecho* Por si


faltasen pruebas, el primero de abril parte de la ciudad el coronel
Caro al frente de una compañía de Dragones, en dirección a las
costas orientales de la isla* Y el siguiente día, al atardecer, manda el
marqués de Alós acuartelar toda la tropa de la capital; a cada sol­
dado se le dan diez cartuchos y un fusil*
A medianoche fueron llamados también todos los oficiales de la
plaza* Cerca ya de las dos de la madrugada del 3 de abril comienza
a salir la tropa: una partida circuye las murallas; destacamentos de
a pie y a caballo patrullan por toda la ciudad* Los regimientos de
Lombardía y de Brabante salen con fragor de sus respectivos cuar­
teles* El de Dragones está ya en Pollen^a*
Pero en Palma las tropas de infantería y caballería no se dirigen
al puerto* Los de Brabante sitian apretadamente el colegio de los
jesuítas llamado de San Martín, junto a la que hoy es iglesia de San
Cayetano* Los de Lombardía custodian los aledaños de Montesión*
Al rayar el alba del día 3 de abril — viernes de Pasión— el bri­
gadier marqués de la Torre, coronel de Lombardía, se hace abrir con
voz de mando aquella puerta que tantas veces abriera y cerrara San
Alonso Rodríguez*
Dentro ya del recinto, el marqués nombra por escribano al no­
tario Francisco Estade, y le da, como asesor y consejero, al doctor en
ambos derechos don Antonio Bisquerra* “ Practicadas las anteriores
diligencias por orden del brigadier juez executor, el P* Agustín
Abad, rector que dijo ser del collegio, por toque de campana interior
convocó todos los individuos de la comunidad en la sala capitular
— [así dice la relación oficial *]— y, estando presentes, preguntó el
juez a el P* Rector si estavan en la sala todos los que componían
la comunidad; si havía alguno que no tuviese hecha la primera pro­
fesión de votos simples; si alguno de los que se hallavan entonces
en el collegio estava destinado para otro collegio o cassa professa, y,
en fin, si dentro de la comunidad vivía algún seglar*“

1 En el archivo del colegio de Montesión, Palma. Publicado por S. G al-


MÉS, Extrañamiento y ocupación de los bienes de los jesuítas en Mallorca bajo
el reinado de Carlos III en 176 7, B S A L 28 (1939-40) 1-24.
2i. Jesuítas mallorquines en Italia 477
Respondió el padre Rector a todas estas preguntas señaladas en la
instrucción secreta traída por el misterioso correo de Alicante, y acto
seguido el marqués de la Torre intimó a los jesuítas de Montesión
un decreto real concebido en estos términos:
“ Habiéndome conformado con el parecer de los de mi Consejo
Real... y de lo que..., conviniendo con el mismo dictamen, me han
expuesto personas del más elevado carácter y acreditada experiencia,
estimulado de gravísimas causas, relativas a la obligación en que me
hallo constituido de mantener en subordinación, tranquilidad y jus­
ticia mis pueblos, y otras urgentes, justas y necesarias, que reservo
en mi Real ánimo.. . : he venido en mandar extrañar de todos los
dominios de España e Indias, Islas Filipinas y demás adyacentes, a los
regulares de la Compañía“ 2*

Este mismo decreto se leía, aquella madrugada del 3 de abril, en


todas las casas de la Compañía en España* Se agrupó a los jesuítas
en diversos puertos* Los de los tres colegios de Mallorca — los dos
de Palma y el de Pollen^a— y los cinco jesuítas que formaban la re­
sidencia de Ibiza, fueron conducidos a Sa Torre, fuera de la ciudad,
en espera del convoy que había de llevar a Italia a todos los de la
Corona de Aragón* Esa escuadrilla, formada por trece navios al
mando del entonces capitán Antonio Barceló, hijo ilustre de Mallorca,
llegó a Sa Porrassa el 2 de mayo* Tras un mes de encierro, los en­
carcelados de Sa Torre dejaban, a escondidas, la ciudad, subían a un
jabeque de Padrines, y zarpaban rumbo a Civitavecchia* Cuarenta
jesuítas abandonaban las Baleares* Sólo se quedaron, momentánea­
mente, un padre enfermo, en el convento del Carmen, y los procu­
radores o administradores de las cuatro casas, en Santo Domingo*
Como todos sus compañeros de exilio, los jesuítas de Mallorca
se establecieron primero en Córcega y luego en las legaciones ponti­
ficias* Junto a la figura del padre Bartolomé Pou — tan interesante
siempre, pero mucho más desde que el padre Ignacio Casanovas en­

2 Ésta y las demás provisiones sobre los jesuítas en Colección general de


las providencias hasta aquí tomadas por el gobierno sobre el extrañamiento y
ocupación de temporalidades de los regulares de la Compañía...t 5 vols. (Madrid
1767-84).
478 EL E l grupo catalanosaragonés

focó, con tinot su figura dentro del sentido renovador del círculo
finestresiano de Cervera— se alinean Sebastián Nicolau, el filósofo;
Juan Companyt el hebraísta; Andrés Ferrert el asceta; Pedro Juan
Andreu, el misionero; Ramón Diosdado Caballero, el bibliógrafo*
Apenas habrá tiempo para trazar una leve semblanza de estos
hombres que habían aportado a la cultura catalana el sentido aristo­
crático de esos palacios, tan amados de Miguel de los Santos Oliver,

que foren refugi dfuns vells humanistes


i dfuns vells juristes
i d'uns vells teólegs i enciclopedistes*

Humanistas, juristas, teólogos y — en el mejor sentido-— enci­


clopedistas, eran aquellos jesuítas mallorquines que también se inser­
taron, con peso y valor propios, en la cultura hispano-italiana del
Setecientos*
El padre Sebastián Nicolau, nacido en Palma el i*° de noviembre
de 1730, no tuvo nunca contacto inmediato con Cervera* Pero en
Tarragona pasó los primeros años de su vida religiosa, y ya allí se
puso en relación con los jesuítas que, despertando de un sueño de
incultura que duró dos siglos, se ponían de un salto en las avan­
zadas de un movimiento de restauración que a mediados de siglo
estaba ya plenamente logrado* Y cumplió, como Pou, un cometido de
difusión: nombrado profesor del colegio de Zaragoza, impuso allí
nuevos cánones clásicos — “ de buen gusto“ decían entonces— contra
la descomposición barroquista, y cinco años seguidos — de 1757 a
17 6 1— pronunció en la capital aragonesa los discursos inaugurales,
que en 1764 vieron la luz pública*
Vuelto otra vez a Palma, regentó una cátedra de filosofía en el
colegio de Montesión, y en sus T ¡teses de universa philosophia (1766)
mostró, en su tanto, aquella novedad crítica y científica unida con la
más fina latinidad, que, en grado mucho más eminente, admiraremos
luego en el padre Pou*
Pero más que éstas, fueron famosas en los ambientes de Mallorca
las tesis marianas por él patrocinadas dos años antes en el mismo
colegio de Montesión. Corrían los años de máximo encono contra la
Compañía en toda España, y bajo la apariencia de meras discrepan­
2i* Jesuítas mallorquines en Italia 479
cias doctrinales, bullía un mar de fondo de apasionamiento por am-
bas partes* Parece que en la disputa debió de quedar algo mal el
famoso teólogo dominico Concina, y en seguida llovieron sobre el
padre Nicolau los palos teológicos de dos cartas polémicas 3*
Aquellas tesis malaventuradas se defendieron el 14 de febrero de
1764* Y el 25 de enero del 65 predicaba el padre Sebastián Nicolau
un pomposo Sermón del iluminado doctor B. Raymundo· Lulio... en
la festividad con que celebra su conversión la Universidad Luliana♦
La proximidad ele las fechas nos induce a creer que mientras los
tomistas trinaban por las tesis de Montesión, los lulianos querían
halagar al suaristá con este panegírico de campanillas en San Fran-
cisco*
El año 1767 halló al jesuíta palmesano otra vez en la península*
Desterrado en los riscos de San Bonifacio, revivieron sus predilec-
ciones literarias, y pergeñó una versión española de la Apología de
Sócrates 4, que ha quedado inédita* A su muerte, su amigo y com­
pañero de exilio, Nicolás Pignatelli, tenía intención de publicarla en
Italia; pero, distraído por su vida azarosa y vana, no lo llevó a
efecto, y Sebastián Nicolau no llegó a dar a luz en el destierro nin­
guna obra literaria* Mas de él había que hacer mención inicial en
esta conferencia, como del primer jesuíta mallorquín literato fallecido
en Italia: el 19 de julio de 1773* días antes de la supresión de la
Compañía por el papa Ganganelli, cerraba plácidamente sus ojos en
Ferrara*
Más qué la pérdida de la Apología de Sócrates nos duele la des­
aparición de una obra manuscrita suya que cita el padre Pou en sus
Theses bilbilitanae; un tratado De rebus balearicis; sin duda — a juz­

3 Palma, Biblioteca episcopal, ms. R.III.9. Son una carta del padre fray
Tomás Mora O* P. quejándosede que se hubiese defendido que las doctrinas
de Concina eran injuriosas para la Virgen, y otra del doctor inutroque Juan
B. Roca en que le decía que Concina había sido enemigo de los laxistas de la
Compañía, no de los jesuítas. Sobre Sebastián Nicolau (Palma 1730 - Ferrara
I 773 ) vid. L l . de V ilafranca, Miscelánea, II, 35 3; IX , 351 (sobre esa colección
ms., cf. A . de A lgaida, E l P . Luis de Vilafranca, B S A L 30, 1947, 131-200);
BOVER, I, 556-557; SOMMERVOGEL, V , 17 10 -II; CASANOVAS, I, cf. pág. 545?
III, cf. pág. 660.
4 Según el Specimen del padre Pou (cf. M . B., Pou«Despuig, 314), extrac­
tado en Bover , II, 140-150.
480 III. E l grupo catalana»aragonés

gar por el título— una erudita disertación sobre la historia antigua


de Mallorca*

Más tiempo que Nicolau, residió en Ferrara otro jesuíta mallor­


quín: Juan Company* Eran dos hermanos — Francisco y Juan— t na­
cidos en Algaida, patria también de Bartolomé Pou que habrá de
constituir forzosamente el centro de esta conferencia* De Francisco
Company no nos queda obra ninguna, por más que era profesor de
filosofía — junto con su hermano Juan— en el colegio de Montesión
cuando sobrevino el extrañamiento* Sobrevivió a su hermano, y lue­
go que la Compañía fue restaurada en todo el mundo por Pío VII
y readmitida en España por Fernando V II, regresó a su isla nativa,
anciano ya de ochenta y seis años* Fue el primer rector del nuevo
colegio de Montesión — el que había de educar en las primeras letras
a la generación romántica de Quadrado— , y allí murió, a los no­
venta años recién cumplidos, el 14 de diciembre de 1819*
Su hermano Juan es un caso raro entre los expulsos: un jesuíta
joven que, habiendo comenzado en España la vida de publicista, luego
en el destierro envainó su pluma* Que era un joven de brío y de
potencia, no podemos dudarlo'* Del tiempo en que todavía era estu­
diante de teología en Barcelona (1760) se nos ha conservado una
interesante epístola sobre asuntos hebraicos5, dirigida al entonces fa­
moso profesor de humanidades en la universidad de Cervera, padre
Blas Larraz; y aquel mismo año· estampaba en hebreo y en latín una
dedicatoria del atildado episcopologio del padre Mateo Aymerich
— Nomina et acta episcoporum barcinonensium— dirigido al obispo
don Asensio de Sales*
También le atraía la lengua griega, pues en la biblioteca privada
de los marqueses de Campofranco, entre los papeles del cronista don
Buenaventura Serra, se nos han conservado, manuscritos, unos Rudi-
menta linguae graecae tradita a R. P♦ Joanne Company, Societatis
Jesu presbytero, in collegio Montission philosophiae professore, ad in-
structionem D * D* Antonii Montis et Alvarez, ac D. Bonaventurae
Serrae et Ferragut. El códice está fechado en Palma el mismo año de
la expulsión, 1767*
5 Archivo de la provincia de Toledo S. I. (Alcalá de Henares), ms* 115 8 ,
núm. 5.
2i. Jesuítas mallorquines en Italia 481

Establecido en Ferrara, fomentó Company sobre todo sus afi­


ciones hebraístas. “ Doctísimo así en la lengua hebraica como en la
literatura rabínica” lo apellida otro mallorquín de nacimiento, Ramón
Diosdado Caballero — de quien luego hemos de hablar— en su Gío-
ria posthuma Societatis Jesu 6. Buenos maestros pudo tener allí, para
perfeccionar esos estudios, en sus dos compañeros de exilio Gallissa
y P ía 7.
Nota simpática del hebraísmo de Juan Company es el haber sido
encauzado al apostolado directo con los numerosísimos judíos de la
ciudad, muchos de ellos oriundos de España — es célebre entre los
escriturarios y hebraístas españoles la versión castellana de la Biblia
conocida con el nómbre de Biblia ferrañense (Ferrara 1553)— ♦ Habien­
do tenido noticia el cardenal Mattei del extraordinario dominio de la
lengua hebrea que poseía el ex-jesuita mallorquín, le encargó que
predicase a la diáspora judía de Ferrara, y que tradujese las obras del
judío alejandrino Filón, Vida de Moisés y Sobre la superstición y el
ateísmo: traducción perdida, que escapó al diligentísimo Bartolo­
mé Pou.

Antes de comenzar a hablar de este conocido humanista, quiero


zafar las confusiones a que ha dado lugar un supuesto jesuíta de
aquel tiempo, Próspero Martín de Callar y Dezcallar.
Existe un opúsculo de 56 páginas publicado en castellano en Fe­
rrara el año de 1798 con el título Memorias históricas y geográficos
de Iviza, y tormentera, llamadas antiguamente las Islas Pythiusas.
Obra de D. Prospero de Martín de Callar, y Dezcallar españoL T o ­
rres A m at8 la atribuyó a Próspero Martí, natural de Balsareny, en
Cataluña. Pero Bover aseguró rotundamente que el nombre verda­
dero de su autor era Martín Dezcallar, y que en el destierro lo desfi­
guró anteponiéndole el de Próspero. Más aún; sus aficiones genea-
6 Sólo se publicó la primera parte (Roma 18 14 ); la continuaciónt en el
archivo cit. en n. 5. Sobre Francisco Company (Algaida 1729 - Palma 1819)
vid. U riarte-L ecina, II, 275? F rías , I, 230, 4 5 1 ; C ascón , 543, núm. 305,
y cf. pág. 601. Sobre su hermano Juan (Algaida 17 3 2 - Genova 1806), Rover , I,
207; U riarte-L ecina, II, 275-276 ; C ascón, 543, núm. 306, y cf. pág. 601.
7 Acerca de las relaciones culturales de los ex-jesuitas de Ferrara con los
judíos vid. Estudios 17 y 18.
8 Ob. cit. (supra, Estudio 19, n. i)t 391-392.

L. HISPANO-ITALIANA. — 3 1
4 82 III♦ E l grupo catalano^aragonés

lógicas le llevaron a escribir: 44es cierto que fue natural de Palma e


hijo de los Sres. D. Gerardo [Dezcallar y Zamudio]... y doña Bea­
triz Dezcallar y Dezcallar. Nació en 19 de julio de 17 16 ” 9. Y lo hace
rector de Montesión y del colegio de Ibiza.
La autoridad de Bover indujo tanto a Sommervogel10 como a
Toda y G ü ell11 a atribuir las Memorias de Ibiza a un Martín Dez­
callar, jesuíta mallorquín, al mismo tiempo que en el artículo Martín,
siguiendo a Torres Amat, las daban como de un Próspero de Martí,
catalán, sin advertir su propia contradicción12.
El padre Uriarte ya advirtió que la confusión era de Bover, pues
en ninguno de los catálogos de la provincia de Aragón en la segunda
mitad de siglo asoma jesuíta alguno con el primer apellido Dezcallar ;
en cambio, aparece un Próspero Martí, que fue rector de Montesión,
y que cuando le desterraron declaró ser “ natural de Balsareny en
Cataluña...; hijo legítimo... de D. Joseph de Martín y Des-catllar
— [ésa es la forma del mismo linaje conservada en Cataluña]— » ba­
rón de Balsareny... y ... de D.a María de Catllar” 13.
A las pruebas alegadas por Uriarte puedo añadir otras tres. En
las varias genealogías de la casa Dezcallar, conservadas en el riquí­
simo archivo de los marqueses de Palmer, no he dado con ningún
Martín que pueda ser el nuestro. Además, en el archivio arcivescovile
de Ferrara hallé una serie de listas de jesuítas desterrados: en
ninguna aparece el apellido Dezcallar y sí el de Martí. Finalmente
tampoco habla de él el padre Luis de Vilafranca en sus notas sobre
los jesuítas mallorquines desterrados, conservadas en la biblioteca
V iv o t14.
# # #

Esbozar en pocos minutos una semblanza del padre Bartolomé


Pou es cosa difícil, sobre todo existiendo sobre él tan copiosa do­

9 Bover, I, 2 3 8 -2 3 9 .
10 S ommervogel, III, 35.
11 T oda, II, 9, núm . 1 4 4 1 .
12 S ommervogel, V , 626 (rectificación en IX , 2 1 1 ) ; T oda, III, 40, núme­
ro 3106.
13 U r ia r t e , III, 3 3 7 -3 3 8 , núm . 4 24 2.
14 C f. supra, n. 3.
2i* Jesuítas mallorquines en Italia 483

cumentación inédita15* La tradición, recogida por B over16, nos lo


pinta como a hijo de pobres labriegos de Algaida, y lo compara con
Sixto V : tan aficionado era a las letras, ya de muchacho, que, cuan-
do araba los campos de su padre, llevaba un libro bajo el brazo* Viole
un eclesiástico de Palma, y le proporcionó un empleo en la ciudad,
con lo que pudo seguir los estudios, hasta que entró en el noviciado
de la Compañía en Tarragona el 25 de junio de 1746* Había nacido
el 22 de junio del 27*
Primero en Lérida y luego en la universidad de Cervera enseñó
el padre Pou letras humanas* La significación y la trascendencia de
su paso por aquella academia borbónica han sido justamente valo-
rizadas por el padre Ignacio Casanovas* Si sus publicaciones de aque-
lia época son Ludí rhetorici sin importancia, su labor cultural y el
sello humanístico y filosófico que en su espíritu dejara aquel ambien­
te universitario tan setecentista, fueron capitales para la cultura ca­
talana* “ Es indudablemente el brazo derecho de Finestres en la
restauración humanista — [dice textualmente el padre Casanovas]— ♦
Ninguno le supera en cualidades literarias, y él supera a todos en la
actividad y eficacia de su acción“ 17* El mismo Finestres escribía a su
más íntimo correspondiente de Barcelona, don Ignacio de Dou y de
Bassols, el 3 1 de mayo de 1759, cuando el padre Pou hubo de dejar
Cervera para comenzar el año de retiro espiritual conocido en la
Compañía cómo año de tercera probación:

“ Ahora se nos va a Tarragona el P* Pou a hacer su probación,


y lo siento, porque somos amigos íntimos, y tenía bien experimen­
tado su gran fondo, vigor de mente y facilidad en trabajar sobre
qualquier materia, adquirida con infatigable estudio y continuo exer-
cicio* Me alegraría que, concluida su probación, nos lo restituiessen,
porque haría excelente papel en esta Universidad“ 18*

15 Utilizada en el vol. Pou*Despuig. Aquí me limitaré a las notas más esen­


ciales*
16 J. M . Bover - R. M edel , Varones ilustres de Mallorca (Palma 1847)
414-430.
17 C asanovas, I, pág* 80*
18 Ibid., III, págs. 86-87, núm. 664.
484 III* El grupo cabalano ^aragonés

Pero Pou ya no había de volver a la universidad de Cervera* Ter­


minada su tercera probación fue destinado a Calatayud» a enseñar
filosofía en aquel colegio de nobles en el que se educaba lo más se­
lecto de la sociedad aragonesa* Él sintió en el alma aquel como des­
tierro : su ilusión era volver a Cervera» cerca del maestro» en medio
de aquel selectísimo grupo de jesuítas jóvenes que habían sabido
infundir a una universidad» nacida muerta» una maravillosa vida hu­
manista y crítica: los nombres de Pou» Aymerich» Gallissá» Pons y
Navas quedarán honrosamente engarzados en nuestra historia sete-
centista* Pero no todos los jesuítas veían con buenos ojos el triunfo
de aquellos jóvenes clásicamente revolucionarios* En los epistolarios
de la época aparecen con frecuencia los significativos epítetos: pa<
dres jóvenes y padres viejos; un triunvirato de estos últimos» capi­
taneado» al parecer» por el padre Ferrussola» logró una rápida disper­
sión de los jóvenes: Pou ya no volvió a Cervera; Gallissá fue en­
viado a Ürgel» Navas a Gerona y Aymerich a Gandía* “ Amigo» ¿qué
ha sido eso?... — [preguntaba admirado Pou desde Calatayud a don
José Finestres]— * ¡O h triumvirato! Yo no sé qué ha sido: todo lo
admiro» nada entiendo” 19*
Al padre Pou la salida de Cervera le acarreó uña ventaja* Allí
sólo hubiera enseñado letras grecolatinas» y toda su producción hu­
biera sido solamente la de un retórico» relamido y pulcro cuanto se
quiera» pero retórico* En cambio en Calatayud se sumó a aquella más
profunda renovación crítica cervariense que tendía — con Aymerich
sobre todo— a ennoblecer la desprestigiada escolástica mediante un
urgente maridaje con el espíritu crítico y científico que llegaba de
ultrapuertos» ataviándola con una latinidad irreprochable» que nada
tenía que envidiar en la forma externa — el espíritu ya es otra cosa—
a los antiguos humanistas de Italia*
La actividad filosófica desplegada por el padre Pou en aquel
colegio aragonés no ha sido tenida en cuenta suficientemente por los
historiadores de la filosofía española* Sólo el mencionado revalori-
zador de la cultura de Cervera» y poco antes Frederic Clascar en su
Esbudi sobre la filosofía de Catalunya en el segle X V I I I 20, advirtie­
19 Ibid.» III, pág. 219, núm. 806, carta del 10 agosto 1762.
20 Ob* cit. en Estudio 20, n. 22* Cf. también J. Iriarte , MenéndeZ Pelayo
y la filosofía española (Madrid 1947) 172.
2i. Jesuítas mallorquines en Italia 485
ron* admirados* los méritos del jesuíta algaidino* y eso conociendo
tan sólo los Institutionum historiae philosophiae libri X II, publica-*
dos en Calatayud el año 17 6 3 ; que para estudiar a fondo su po­
tencia y su novedad como maestro de filosofía hubiera sido preciso
analizar con detención los cuatro tomos manuscritos de sus leccio­
nes bilbilitanas* conservados en diversos fondos antiguos de la Com­
pañía 21.
Su fino sentido dieciochesco claramente aparece en su afán de
publicar* lo primero* la historia de la filosofía. Para ello se hace traer
de Alemania el entonces novísimo texto de Brucker* y se decide a
dar a la imprenta su obra — una de las primeras historias de la
filosofía publicadas en España— a pesar de las “ murmuraciones de
los rancios“ (la frase es de Finestres en carta a don Ignacio de Dou) 22.
Los demás tratados filosóficos ya no llegó a publicarlos* sin duda
porque al finalizar aquel curso de 1762-63 fue enviado nuevamente
a Tarragona* a enseñar letras humanas a los jóvenes jesuítas de aquel
noviciado y colegio* regido un siglo atrás por “ la madurez del re­
consejo“ de Baltasar Gracián. Pou lo sintió; pues* no pudiendo vol­
ver a Cervera por la oposición antes insinuada* de mejor gana hu­
biera regresado a Mallorca con el padre Nicolau.
Pero “ realmente — [comenta y pondera con visión exacta el pa­
dre Casanovas]— los superiores de la Compañía, que guiaban enton­
ces la provincia de Aragón veían con claridad y andaban por cami­
nos segurísimos. Su plan era que el padre Pou formase a las juven­
tudes nuevas* que subían llenas de ideales* y poner* luego* a estos
jóvenes en manos del padre Gallissá en los cursos de filosofía* para
que terminase la obra y la consolidase sin detrimento de la verdadera
formación científica. Por eso* terminado el curso 1763-64, el padre
Gallissá fue enviado a la Seo de Urgel* donde estaban los estudios de
filosofía* y allí se quedó* como el padre Pou en Tarragona* hasta que
vino el fatal exilio de 1767. El profesor de Tarragona avisaba al de
La Seo quiénes eran los mejores discípulos que le mandaba* bien

21 J. L . Orella , Manuscritos de filósofos jesuítas españoles conservados en


el archivo de Loyola, en Pensamiento, 17 (1961) 333-348 (v. págs. 34 I "343» nú­
meros 21-24).
22 Carta de 15 agosto 1763. C asanovas, III, pág. 270, núm. 862.
4B6 HL E l grupo catalano-aragonés

formadas en griego y en latín, y éste, al fin del primer cursa, avi­


saba a los amigos de Cervera que le venían ya diez discípulos de las
hornadas del padre Pou“ 23,
Que esas hornadas preparadas primero por el padre Pou y luego
por Gallissá en La Seo o por Aymerich en Gandía eran excelentes,
lo prueba el gran número de jóvenes de la provincia de Aragón que
brillaron en Italia por sus publicaciones literarias y críticas* Pou
siguió siempre con cariño los pasos de sus antiguos discípulos, y en
su correspondencia con su compañero de destierro Luis Fabri, me­
xicano 2324, y con el canónigo tarraconense don Ramón Foguet 25 — cu­
rioso arqueólogo con quien intimó familiarmente durante su perma­
nencia en la capital de la Hispania Citerior— es frecuente hallar ex­
presiones como éstas, llenas de evocaciones nostálgicas y de humaní­
sima complacencia: “ quería enviarte las poesías epitalámicas de las
bodas de casa Spada, en las que podrías leer una elegía griega de
Salvador Xea, discípulo mío en Calatayud“ ; y cuida de enviar a
Tarragona “ cinco exemplares de la obra [ Orationes quinqué ad Quu
rites] Titi Caricii Perpennae, que es D. Rafael Nuix, mi discípulo
de Cervera“ : otras veces los recuerdos no son tan sabrosos: “ tienen
ya concedida [la secularización] dos monges de Poblet, el uno D. Ra­
món Queraltó y el otro un tal Montaner* Sospecho ser los dos dis­
cípulos míos, el uno en Lérida y el otro en Cervera“ 26*
Desterrado, continúa Pou su trabajo de renovación humanista*
Pero hoy en día, cuando tanto se estudia el influjo que haya podido
ejercer en el renacimiento de la filosofía escolástica en Italia el ger­
men trasplantado por los proscritos — sobre todo los del grupo cer-
variense— , hemos de lamentar que Pou no supiera advertir que su
fino sentido filosófico, desarrollado en Calatayud, le abría una pers­
pectiva de trascendencia mucho mayor en el campo del pensamiento
cristiano, que no sus tenues tanteos de humanista y de retórico*
Podemos seguir todos los pasos del padre Pou en Italia merced
a su correspondencia, que es muy copiosa. Pero sus amigos eran casi

23 Ibid., I, págs. 12 1-12 2 .


24 Sobre ese humanista mexicano vid. URIARTE-LECINA, IIt 556? para su
amistad con el mallorquín cf. M . B .t Pou+Despuig, 330.
25 Estudio 4, cf. n. 5.
26 M . B „ Pou'Despuig, 160.
2 i♦ Jesuítas mallorquines en Italia 487

todos españoles27* Él fue de los pocos jesuítas cultos que vivieron en


Italia casi sin entrar para nada en la vida cultural italiana. Bodonit
el gran tipógrafo de Parma, es el único correspondiente suyo ita­
liano, y aun a él le escribía en latín28: ni una carta suya siquiera
he hallado escrita en la lengua del Dante.
A sus primeros años de Bolonia — adonde se trasladó, desde Fe­
rrara, muy poco después de suprimida la Compañía de Jesús por el
breve de 17 7 3— pertenecen un montón de cartas latinas dirigidas al
ex-jesuita Luis Fabri, salvadas por el gran coleccionista de autógrafos,
commendatore Cario Piancastelli, y depositadas actualmente en la
Biblioteca cívica de Forlí. Fabri residía, como Pou, en Bolonia: esto
solo nos indicaría el fin casi puramente retórico de esa corresponden­
cia, si no nos lo mostraran con el dedo las mismísimas cartas — todas
salpicadas de frases griegas— ya desde la dedicatoria: “ Clarissimo
rhetori Aloysio Fabrio suo, Bartholomaeus Povius” .
Éste residía en el famoso Colegio español, fundado en el si­
glo XIV por el cardenal Gil de Albornoz. Pero no fue nunca su
rector, como pretende Bover. Éralo entonces el jurisconsulto don
Juan de Alfranca y Castillote, a quien Pou apellida “ no sólo habilí­
simo en el derecho romano y público, sino también muy práctico en
los escritores latinos“ 29. En esta época Fabri era su principal corres­
pondiente en Italia, mientras que el entonces canónigo Antonio Des-
puig y Daníeto era su más íntimo amigo de Mallorca.
Esta correspondencia latina con don Antonio Despuig comienza
en 1782 y se interrumpe, naturalmente, en 1785, cuando Pou se
traslada de Bolonia a Roma, en donde su amigo el canónigo mallor­
quín acababa de ser nombrado auditor de la Rota por la corona de
Aragón. Pero entonces precisamente se nos abre otra — no menos
interesante en noticias literarias, políticas y bélicas— con don Ra­
món Foguet, el citado arqueólogo de Tarragona, amigo de nuestro
Pou desde el año de su tercera probación. En esta doble correspon­
dencia podemos espigar curiosas noticias acerca de las obras litera­
rias preparadas por Bartolomé Pou durante su destierro.

27 IbicL, 3 14 -3 15 .
28 Ibid., 279-281.
29 Bover , II, 143.
488 I 1L El grupo catalano-aragonés

Los principales trabajos de Pou durante los años boloñeses no lo­


gró verlos publicados* En carta al canónigo Despuig del 12 de abril
1783 dice que piensa editar en la imprenta de Giambattista Bodoni
en Parma dos libros españoles* N o dice cuáles son, pero por otros
documentos consta que se trataba del Plan de una librería selecta
sobre las literaturas griega y latina, que sólo conocemos por los
extractos que nos dio Bover en su Biblioteca30; y de su versión
castellana de Heródoto, que esperaba ultimar a fines de 1784 y darla
a imprimir a Bodoni, pero que no fue del dominio público — a pesar
de la intervención favorable del mismo Azara— hasta que en 1846
costeó la edición su agradecido discípulo don Juan Despuig Zafor-
teza, y la prologó don J* M*a Quadrado30 31* El otro intento de publicar
en Parma tres libros de elegías a la muerte de la dama filósofa de
Bolonia, Laura María Caterina Bassi, había fracasado igualmente al­
gunos años antes 32*
Pou tardó mucho tiempo en poder publicar en Italia alguna obra*
Sólo veinte años después del destierro·, en 1788, cuando residía ya en
Roma, apareció en Foligno su vida latina de San Juan Berchmans,
entonces ni siquiera beato 33* Los odios contra la Compañía se habían
calmado, y Pío V I se mostraba francamente favorable a los jesuítas*
“ Por el marzo pienso imprimir mi Berchmans — [comunicaba a su
amigo Foguet]— ; servirá siquiera para los rusos“ 34 — continuaba,
aludiendo a los jesuítas que, con permiso expreso del nuevo papa,
seguían como regulares en la Rusia Blanca— * En esta misma carta
de 29 de enero de 1788 se nos da un dato muy curioso — el único
que tenemos— sobre una proyectada Historia de Mallorca: “ Acerca
de la Historia de Mallorca, aseguro a V* que la daría latina si pu­
diera por mí mismo ver las reliquias antiguas de los romanos en ella,
que, según oigo, no son pocas, como también algunas otras de los
árabes“ 35*

30 C£. supra, n* 4*
31 M . B*, PouJDespuig, 3 12 .
32 IbicL, 3 13 .
33 De vita et moribus loannts Berchmansii e Societate Iesu scholastici li-
bri VIII (Fulginiae 1788).
34 Carta de 29 enero 1788. M . B., Pou^Despuig, 193.
35 Ibid*, 195, n. 285*
21. fesuitas mallorquines en Italia 489

No tenemos más noticias de esta obra. N i nos hemos de doler


mucho de su pérdida : poco nuevo nos diría. Aquí lo que interesa
es el gesto, y ése lo hemos captado suficientemente en ese frag-
mentó epistolar: estamos en la prehistoria de la Renaixenga.
En Roma, cabe el flamante auditor de la Rota — “ iudieem domes-
ticum pontificis maximi“ lo apellidaba pomposamente “ Bartholomaeus
Povius“ — , pudó continuar sus tareas pedagógicas. En 1787 partía
para Italia el conde de Montenegro, hermano de don Antonio' Des-
puig, con su hijo Juan, de sólo diez años, quien se quedó en Roma
con su tío para comenzar sus estudios bajo la guía sabia de nuestro
abate Pou. j
Este mismo año 1787 le regaló otros dos discípulos: dos bene­
dictinos jóvenes que, habiendo ido a Roma para perfeccionar sus
estudios, fueron encaminados al padre Pou por el embajador español
Azara. Uno de ellos era Benito María de Moxó, el futuro arzobispo
de Charcas* de trágicos destinos, buen humanista latino, pero de
ampuloso y fatuo estilo castellano 36. Sólo un año permanecieron a
su lado, pues el 24 de marzo· del 88 escribía Pou a su amigo de T a ­
rragona: “ estos dos monges benedictinos partirán a mitad del abril
para Barcelona“ 37.
El embajador español, que tan admirador se mostrara de nuestro
abate Pou, vino a caer en descontento y recelos del mismo y del
auditor Despuig por influencia de Esteban de Arteaga, su biblio­
tecario38. enemiga de éste para con nuestro Pou llevó en pos de
sí la de su íntimo Azara. Oigamos cómo relata el caso nuestro ma­
llorquín en carta al canónigo Foguet del 8 de febrero 1792.

“ Amigo y señor: En cada una de las cartas que V . me escribe


leo una nueva prueba del grande amor que V . por su bondad siem­
pre me ha profesado·. En la última véole el corazón zozobrando
sobre mi situación en ésta, después de la salida de Despuig. Yo, en

36 Tarragona, archivo Capell. Copia en Barcelona, Biblioteca Balmes, archivo


del padre Casanovas.
37 Cf. M . B., Pou'Despuig, 16 1-16 4 ; y ob. cit. en Bibl., núm. 95 (v. pági­
na 97). V id . P. de L eturia , Relaciones entre la Santa Sede e Hispanoamérica,
II (Roma-Caracas 1959) 7 1-7 2 ; III (1960) cf. pág. 589.
38 Estudios 8-io.
49° IIL E l grupo catalana-aragonés

primer lugar, agradezco a V., con todo el afecto de mi alma, el


cuidado y empeño con que V* se desvela a favor de mi quietud*
Pero esté V* seguro que nada hai que temer: yo lo hablé con Des¿
puig, y por mí mismo ya veía que nada debía temer de este ara­
gonés [Azara]* Yo no me meto en nada; vivo en sumo retiro; no
tengo ocasión de decir sin adulación lo que pienso* Lejos Despuig
de Roma, ni sabrá el aragonés si yo vivo en ella* Antes el disgusto
provino de que yo estubiese cerca de Despuig, y que éste no contase
con un disfato (expulso) por nombre Arteaga, favorecido por el ara­
gonés por ser tan buen filósofo como él à la dernière* El disfato, a
quien yo en Bolonia más de una vez había procurado apear de su
filosofía, de una pedrada procuró romper a dos la cabeza: a Despuig
y a mí* A l presente evito todo comercio con el dicho Arteaga” 39*
Y pocas líneas más abajo prosigue: “ Por otra parte Despuig me
quiere en Rom a: ahora me necesita para la beatificación de sor T o­
masa, que será este primer verano” *
Efectivamente Despuig necesitaba de Pou en el asunto de sor
Tomasa* El breve de beatificación de sor Catalina Thomas, fechado
a 3 de agosto de aquel mismo año 1 792, fue redactado por nuestro
humanista. “ Creo que éste lo ha compuesto en alabanza de nuestra
patria” , escribía el canónigo mallorquín Guillermo Ramón, desde
Madrid, a don José Barberí40* En realidad Pou se interesaba por la
causa de la payesita mallorquína con gran entusiasmo* Así escribía a
don Ramón Foguet el 18 de agosto del 90: “ Hoy mismo (¡viva
Mallorca ! ) se ha tenido la congregación antepreparatoria sobre los
milagros de sor Tomasa, que V* tendrá beatificada por todo el ano
próximo* Todos los votos han sido favorables” 41* Algo más se re­
trasó la causa, lo cual permitió a Pou trabajar con más calma su vida
de la beateta, como todavía se la llama en Mallorca, aun después de
su canonización*
Su deseo — como el de todos los escritores que vivían entonces
en Italia— era que su obra, la trabajada con más cariño, apareciese

39 M . B ., Pou-Despuig, 170 -171*


40 Ibid., i88, n* 361*
41 Ibid., 224, n* 427.
2 i♦ Jesuítas mallorquines en Italia 491

en público engalanada con los pulquérrimos tipos parmesanos de


Giambattista Bodoni* Para ello don Antonio Despuigt recién consa­
grado obispo de Orihuelat habló en Parmat camino de su diócesis,
con el célebre impresor, y desde Génova encargaba a Pou que en­
viase a Bodoni el original de su biografía y le instase para que la
tuviese dispuesta a principios de junio de aquel mismo año 1792,
pues se conjeturaba que para entonces tendrían lugar las fiestas de
la beatificación* Nuestro Pou cumplió al instante esos dos encargos,
y en carta a Bodoni de i*° de febrero le hacía constar que el texto
latino que le enviaba se debía a su discípulo Juan Despuig 42.
Mala suerte le cupo a esta obra, escrita con tanto cariño* La
edición latina apareció fuera de tiempo, en 1797, y no en Parma,
sino en Roma* El texto castellano ha quedado inédito, por habérsele
negado en Madrid el permiso de impresión* Cuando en 1798 regresó
Pou a su isla natal, con ocasión del permiso otorgado por Carlos IV
a los desterrados, insistió en publicar su biografía castellana; pero
ahora fue el censor eclesiástico Guillermo Ramón quien se opuso:
todavía se conserva en la Biblioteca episcopal su acre censura, y una
real orden dé 21 de marzo de 1802 volvió a prohibir su impresión43*
Establecido en Palma, le otorgó Carlos IV doble pensión en
atención a sus méritos literarios; y aquí vivió tranquilamente, de­
dicando seis horas diarias al estudio* Luego pasó a su villa natal, A l­
gaida, donde el 17 de abril de 1802 “ la cruel, pero inevitable nece­
sidad de la muerte — [notaréis, sin duda, ser Bover el que habla]—
dejó un hueco en la lista de los grandes hombres“ 44*

* # #

Sólo dos palabras, ahora, sobre los restantes jesuítas mallorquines*


Nada diremos de Antonio y Juan Reynés, palmesanos, que no
publicaron libro alguno en Italia*

42 Ibid*, 279-280. Sobre Pou cf. L l . DE VlLAFRANCA, ob. cit. (supra, n. 3),
III, 391, 497; XI, 723.
43 M. B., P o u 'D e s p u ig , 312-313. Sobre A. Despuig vid. ]. Leflon, P ie V i l ,
I (París 1958) 541-551; J. Salva, E l c a r d e n a l D. (Palma 1964); Olaechea,
ob. cit. en Estudio 7, n. 1.
44 Bover, II, 137.
492 III. El grupo catalano>aragonés

Con Pou regresó a Mallorca un compañero y paisano suyo, An­


drés Ferrer, natural de Palm a45* Se hallaba en el colegio de Mon-
tesión cuando tuvo lugar el extrañamiento de 1767* En Italia publicó
en español unos Medios para la verdadera felicidad del cristiano,
con el seudónimo “ Manuel Andrés“ * Y en Mallorca, anciano ya, no
cesó de componer y publicar trataditos ascéticos, como La tribulación
aliviada y endulzada, Palabras de vida eterna para el carnaval cris-
tiano> y aún dejó otros muchos opúsculos espirituales manuscritos,
que un tiempo se conservaban en la biblioteca de los capuchinos de
Palma*
Hasta aquí todos los jesuítas de que hemos hablado pertenecie­
ron a la provincia de Aragón* Pedro }uan Andreu y de Orlandis, en
cambio, si bien era natural de Palma, entró en la provincia del Pa­
raguay, de la que fue provincial, y rector del colegio de Córdoba en
el Tucumán* Poco pudo allí mostrar sus cualidades como hombre
de letras: sólo llegó a publicar dos biografías discretas de los mi­
sioneros Francisco Ugalde y Pedro Antonio Artigas, este último na­
cido en Palma, como él mismo* De sus actividades, en cambio, como
superior de aquella heroica misión nos hablan con elogio así los an­
tiguos cronistas — Antonio Bustillo sobre todo— como los más re­
cientes historiadores de las misiones en Argentina y Paraguay46*
Desterrados también los jesuítas de las colonias americanas, los del
Paraguay se fijaron en Rímini, donde se durmió para la eternidad el
padre Andreu el 24 de febrero de 1777*
Ramón Diosdado Caballero nació también en Palma, de familia
oriunda de Extremadura* La condición giróvaga de su padre, militar
de profesión, explica así el nacimiento ocasional de Ramón en Ma­
llorca, como su ingreso en la Compañía no en la provincia de Ara­
gón, sino en la de Toledo* Sus aficiones, en Italia, fueron predomi­
nantemente bibliográficas e históricas* A él se debe el primer catá­

45 Sobre Manuel Andrés Ferrer (Palma 1715-1807) vid. Bover, I, 279-280;


U riarte-Lecina, II, 591; T oda, II, 97, nüm. 1742; M. A rbona Pizà, Ferrer
en Dictionnaire de spiritualité, V (Paris 1962) 194-195.
( M .'A .) ,
46 Sobre P. J. Andreu (Palma 1697 - Ravena 1777) vid. Bover, I, 35;
U riarte-Lecina, I, 214-215; J. Salvà, E l P. P* /♦ A* 5 * /♦ , provincial del Pa*
raguayf en Missionalia hispanica, 4 (1947) 65-136; G. Furlong, P. J. A. y su
caria a Mateo Andreu etc. (1750) (Buenos Aires 1953).
2 i, Jesuítas mallorquines en Italia 493
logo de incunables españoles, publicado en Roma el afio de 17 9 3 ;
y dos gruesos “ Suplementos a la Biblioteca de escritores de la Com-
pañía de Jesús” , en latín, riquísimos en datos sobre sus compañeros
de destierro47*
A los nombres de estos seis jesuítas mallorquines — Sebastián Ni-
colau, Juan Company, Bartolomé Pou, Andrés Ferrer, Pedro Juan
Andreu y Ramón Diosdado Caballero— bien pudiera añadirse el del
padre Baltasar Masdeu, hermano mayor del famoso historiador Juan
Francisco* Baltasar murió en Palma de Mallorca el año 1820* Su
nombre fue oscurecido por la gloria de su hermano* Pero hoy en
día los estudios llevados al cabo en toda Europa sobre los comienzos
del movimiento filosófico neoescolástico, han hecho fijar la atención
en este jesuíta catalán y en su hermano José Antonio, profesores de
filosofía y teología en Piacenza hacia el año 18 0 0 48*

47 Sobre Ramón Diosdado Caballero (Palma 1740 - Roma 1829) vid* Bover,
I, 245-247; U riarte-Lecina, II, 425-431; Cascón, 547, núm. 361, cf* pág* 602;
C, Eguía Ruiz, D o s sabios jesuítas mallorquines: datos biobibliograficos, en
Miscelánea filológica dedicada a D . Antonio M.a Alcover (Palma 1932) 257-304*
48 Estudio 20*

i.
í

m
22

JESU ITA S V A LEN C IA N O S E N LA IT A L IA SE T E C E N T IS T A

Creo que el trasfondo de este capítulo de literatura comparada


que voy a esbozar en estas páginas puede condensarse en el siguien­
te esquema:
La uniformidad de la cultura irradiada desde la Francia diecio­
chesca quedó consumada en toda Europa a mediados de siglo« Sus
notas:
en la literatura de creación — llamémosla así, con terminología
moderna, por más que en el XVIII más debiera decirse literatura de
imitación— , i neoclasicismo de corte Boileau;
en la erudición, espíritu crítico y enciclopédico, que se bifurca
en erudición clásica y erudición nacional;
en filosofía, el espíritu de ? Encyclopédie, con volterianas sonri­
sas irreligiosas y francas carcajadas antiescolásticas;
conjuntamente, idolatría de las ciencias experimentales«
Dentro siempre de este esquema, ¿qué representó, culturalmente,
la expulsión de los jesuítas? Un movimiento de circunvalación de
ideas: llevan a Italia gérmenes auténticamente hispánicos; los des­
envuelven allí en un ambiente más dieciochesco, más universal; los
injertan en la cultura italiana, y a la vez devuelven sus frutos a su
patria lejana«

* Conferencia pronunciada en la Facultad de filosofía y letras de la Uni­


versidad de Valencia el 28 de marzo de 1944* Publicada, sin notas, en M e d í -
te r r á n e o , 4, núm. 16 (Valencia 1946) 215-240« Aquí se dan las referencias bá­
sicas y se suprimen algunos párrafos circunstanciales. En este Estudio se uti­
liza la abreviatura:
Fu ster : J. P. F uster, B ib lio te c a v a le n c ia n a , 2 vols. (Valencia 1827-30).
496 III* El grupo catalano*aragonés

Se ha notada ya repetidas veces que en la aportación secular de


la Compañía de Jesús a la cultura europea, las obras de pura creación
artística — así en verso como en prosa— son las más escasas y las
más mediocres· Entre los expulses, sólo Isla fue un gran literato, en
el sentido restringido que se da hoy a esta palabra· Pues bien: fuera
de él, los mejores literatos entre los expulsos —siempre en el sentido
moderno de literatura de creación— hay que buscarlos en el grupo
valenciano·
Claro que a Pedro Montengón 1 tanto podríamos encuadrarle en-
tre los literatos como entre los filósofos· Mas, pues él dio forma de
novela a sus ficciones pedagógicas del Eusebio ·—eco lejano del Émile
de Rousseau— , bien podemos abrir la lista con este nombre, frecuen­
temente citado entre los escritores menores de nuestro Setecientos.
Por más que la Inquisición española condenase esta obra el 6 de
abril de 1799, “ por contener proposiciones antichristiañas, obscenas,
contrarias a las buenas costumbres, y otras que fomentan el paga-
nismo, pelagianismo y especialmente la secta de los qíiákeros” 2, no
hemos de creer que sea una obra tan detestable y peligrosa, cuando
tal prohibición no ha pasado al índice de la Iglesia universal· Bien
lejos está Montengón de aquel naturalismo tan hondo y sentimental
del Emilio, que lo encara — a pesar de su dieciochismo— hacia el
siglo XIX· El Eusebia, publicado la primera vez en i78ó"88, repre-
senta el fin de una época, y no — como el Émile— el atrio de un
nuevo período de la cultura·
Y no sólo el Ensebio: toda la obra de Montengón tiene ese ca-
rácter estático y de tope final: su Mirtilo o los Pastores trashuman*
tes es — en frase de Menéndez Pelayo3— la última novela pastoril.
Y en esta misma Arcadia convencional florecieron, pálidas y exan-

1 Sobre Pedro Montengón (Alicante 1745 - Ñapóles ca. 1820) vid. Fuster,
II, 383-384; D iosdado Caballero, I, 192; II, 74; Sommervogel, V, 1248-49;
XII, 583-584; T oda, III, 151-153, núms. 3392-97; IV, 495-496, núm. 5958;
Cascón, 567, 607; A. González Palencia, P. M. y su novela “ El Eusebio ”,
en Revista de la biblioteca, archivo y museo, 3 (Madrid, Ayuntamiento, 1926)
343-365, y en Id·, Entre dos siglos: estudios literarios (segunda serie) (Madrid
1943) 135-180; P. Montengón, Frioleras eruditas, ed. J. Jiménez Arzúa (Ma­
drid 1944).
2 AHN, Inquisición, leg. 4460, núm. 7.
3 Cf. Cascón, 567, núm· 656·
22. Jesuítas valencianos en Italia 497
gües, sin el encanto de la palidez romántica y simbolista, sus Odas
castellanas, publicadas en Ferrara el año 1776, bajo el significativo
seudónimo de Filópatro. Este epíteto nos explica, más que otra cosa
alguna, el mundo aparte y reconcentrado en que vivió durante el
destierro este ex-jesuita alicantino: tan filópatro — amante de su pa­
tria y de su lengua— fue Montengón, que compuso casi todas sus
obras en castellano, y las publicó ora en España — como el Ensebio,
El Antenor, Eudoxia, el romance épico Rodrigo, la versión española
de dos poemas del seudo Osián, Fingal y Temora, único claro aliento
prerromántico— , ora en Italia, como las Odas mencionadas, los dos
poemas sobre La pérdida de España, la versión de Sófocles y su canto
a La conquista de Méjico, obras publicadas todas ellas en Nápoles el
año de 18 2 o 4.
Si bien este curioso escritor es uno de los valencianos expatriados
cuyo nombre suena todavía en los manuales escolares de literatura,
su figura interesa muy poco, por su mismo aislamiento, en la his­
toria de aquel período de tan íntimos contactos culturales ítalo-his­
panos. Entre los miles de documentos recogidos por mí en Italia
sobre los jesuítas carlotercistas, apenas en ninguno de ellos aflora su
nombre. Sólo puedo recordar el fragmento de una carta del abate
Juan Andrés — el jesuíta español más prestigioso de su época— al
cardenal Valenti Gonzaga, antiguo nuncio en Madrid y ahora legado
pontificio de Ravena. “ También don Pedro Montengón — [le decía
Andrés desde Mantua el 16 de diciembre de 17 7 9 ]— me escribió con
mucho consuelo suyo la aprobación de que V . E. se sirvió de honrar
sus Odes, y la noticia que le favoreció de aver sido uniforme al de
V* E. el sentir de los Iliteratos de Madrid que las avían leído. Gracias
a Dios que ha venido un Apolo para nuestros españoles. V . E. solo
recrea y consuela las tristes hac tempestóte Camoenas de mis buenos
compañeros“ 5. Y apenas suena ya más el nombre de Montengón en
la correspondencia dieciochesca, ni siquiera en las restantes cartas de
Andrés al cardenal hispanista, dispersas en la actualidad en las biblio­
tecas de Módena, Prato, Bassano, Turín, Ferrara, Parma, Génova,
Forlí y aun de la lejana Amsterdam, lo cual basta para hacer ver la

4 Cf. n. 1.
5 Módena, Biblioteca estense, autografoteca Campori.
L. HISPANO-ITALIANA. — 32
498 III. El grupo cabalanO'aragonés

dificultad que supone el intentar recoger en un corpus documental


cuanto de los jesuítas expulsos nos ha quedado*
Con más frecuencia sobrenada entre tanto papelorio el nombre
de un oscuro hermano del novelista filósofo, José Montengón, pero
no como escritor, sino sólo como secretario del conde Alessandro
Pepoli, autor dramático de cierta nota en su íiempo, a quien acom­
pañaba en sus viajes y al que ayudaba en sus frecuentes publicación
nes: el epistolario del célebre impresor Bodoni — el rival del viejo
Didot— conserva en la Palatina de Palma curiosas cartas de este ig­
norado abate setecentista*
Tan interesante como Pedro Montengón, si no como literato rela­
mido, al menos por sus rasgos típicamente valencianos de un humo­
rismo bonachón e intrascendente, es Vicente Oleína6, natural de Gorga
(Alicanté), y no lo digo por sus Documentos morales, tan de época,
única obra suya publicada, y por cierto en Valencia, el año 1800;
sino por otras dos inéditas: una Festiva relación del destierro, escrita
con más regocijo que con verdadero “ humour” , y una biografía — im­
portantísima para la historia de la cultura valenciana en el siglo xvill—
del padre Tomás Serrano, mucho más viva y vibrante que el co­
mentario latino publicado en Ferrara el año 1788 por el padre Mi­
guel García, natural de Chiva, como apéndice a los epigramas pos­
tumos de su maestro7*
Es el padre Serrano 8, natural de Castalia, uno de los más famosos
entre los humanistas neoclásicos levantinos de la segunda mitad de si­
glo, amigo de Mayans y admirador del deán de Alicante — tan célebre
en su tiempo y tan olvidado en el nuestro— Manuel Martí* Ya en Es­
paña fue muy celebrado el jesuíta, así por su cátedra de retórica en la
universidad de Valencia, como por el cargo de cronista de la ciudad

6 Sobre Vicente Oleína (n. Gorga, Alicante, 1731, t en España post 1800)
vid* F u s t e r , II, 239; S o m m e r v o g e l , V, 1880; IX, 728; XII, 1170; C a s c ó n ,
570, núm. 696; C a s a n o v a s , I, cf. pág. 547? III, cf, pág. 661.
7 Sobre Miguel García (Chiva 1741-?) vid* F u s t e r , II, 123; SOMMERVOGEL,
III, 1219.
8 Sobre Tomás Serrano (Castalia, Alicante, 1715 - Bolonia 1784) vid* FU S­
TER, II, 111-115; D io s d a d o C a b a l l e r o , I, 259-260; T o d a , IV, 69, núms. 4689-
90; cf* III, 342, núm* 3952; C a s c ó n , 585-586, núm* 916, cf. pág. 611; C a sa -
n o v a s , I, cf. pág. 556; II, cf. pág. 617; III, cf. pág. 672.
22* Jesuítas valencianos en Italia 499
que le confiara el Ayuntamiento* Pero más se le admiraba por la
simpatía de su persona que por sus obras: él mismo aludía a su pe*
reza literaria cuando dictaba este conocido hexámetro para un retrato
suyo con la pluma entre los dedos, pero levantada sobre el papel:
"Semper scripturi, nunquam scribentis imago” 9*
Su musa latina le acompañó a Ferrara, ciudad renacentista y evo*
cadora para aquellos neoclásicos, elegida por los jesuítas de la corona
de Aragón como sede de su destierro: allí fue componiendo una in-
terminable serie de chispeantes epigramas a lo Marcial, que sólo vie-
ron la luz en 1788, cuatro años después de su muerte; mientras los
escribía, iba comunicándolos al joven roveretano Clementino Vannetti,
con quien sostuvo una curiosa correspondencia latina, conservada
hasta el presente en la Biblioteca cívica de Rovereto, muy cerca de
Trento101* Pero más conocido que por estos epigramas lo fue en Italia
Tomás Serrano por su defensa de Marcial y de los demás escritores
híspanorromános, en contra de Tiraboschi: de ello trataré luego, al
examinar los trabajos de crítica*
Si Serrano en Italia fue sólo un poeta latino, otros dos valencianos
cultivaron en el destierro la lírica italiana, la española y la latina con-
juntamente:! Antonio Pinazo y Manuel Lassala*
El primero n, natural de Alpuente, de quien volveremos a hablar
más adelante como filósofo, supo entreverar sus lucubraciones sabias
con poesías de ocasión, como su Ode tricólos tetrastrophos in laudem
Xaverii Bettinelli demortui, publicada el año 1808 en Mantua, en
cuya universidad Pinazo enseñaba? su Oda a la Pa& en honor de
Godoy, y sobre todo su poema científico El Rayo, canto optimista
a la electricidad, cuyas páginas más interesantes son éstas del pró-
logo, llenas de tan sentida añoranza, que llegan a percibirse sus la­
tidos aun a través de la hojarasca retórica que la envuelve y ahoga:

9 Los C a r m in u m lib r i I V de Serrano se publicaron postumos (Foligno, To-


massini, 1788), editados por Miguel García»
10 Vid. supra, pág. 8o.
11 Sobre Antonio Pinazo (n. Alpuente 1750, + en Italia ca. 1820) vid. Fus-
ter, II, 418; D iosdado Caballero, I, 224-225; II, 83; Sommervogel, VI,
792-794; T oda, III, 332-334, núms. 3921-30; Cascón, 574, núm. 760, cf. pá­
gina 608.
500 III. El grupa catalano*aragonés

“ ¿Hablaré yo siempre una lengua extranjera? ¿N o volveré yo


mis estudios a aquella patria que amo, que me mantiene, que me
honra? ¿ Y por qué no halagaré yo mis sentidos con el lisonjero pla­
cer de ver correr mis obras por entre las manos de mis queridos pai­
sanos? Harto he servido a la Italia, harto a Mantua y a su juventud:
algo de mí pide la España, algo la patria y sus hijos” 12.

Más fecundo poeta, así latino como castellano, fue Manuel Las-
sala13, nacido en Valencia en 1738, y en ella fallecido en 1806, des­
pués que Carlos IV abrió de nuevo las puertas a los desterrados en
1798, aunque para expulsarlos otra vez al poco tiempo* Lassala, con
todo, pudo permanecer en su patria, y por esto sus papeles han ido
a parar a la Biblioteca universitaria valenciana, sus papeles y aquella
su riquísima biblioteca, cuya entrada en España tanto le costó, según
consta de los documentos de la Inquisición conservados en el Archivo
histórico nacional de M adrid14*
Lassala, poeta de salón y de salón dieciochesco, no dejaba pasar
oportunidad alguna para fingir en versos latinos o italianos una emo­
ción poética qué ni sentía, ni podía sentir, ni hubiera podido expresar
en esas lenguas extrañas si de verdad la hubiera sentido* Para él la
elección de su amigo Zanotti para rector perpetuo del estudio bolo-
fiés, la entrada en Bolonia del nuevo legado cardenal Boncompagni
Ludovisi, la boda del príncipe de Teano con una hija de los prínci­
pes Albani, la convalecencia de Pío V I después de larga enfermedad,
una solemne procesión del Corpus Christi, una riada extraordinaria
del Reno el año 17 8 1, el paso de Pío V I por Bolonia a su vuelta de
Viena y su solemne entrada en la ciudad eterna, la profesión reli-

12 E l R a y o * Poema por D. Antonio Pinazo, regente que fue de los Rea­


les Estudios de Mantua, actual censor de la clase de matemática de su Aca­
demia de ciencias, buenas letras y artes, socio correspondiente de las Reales
Academias de Padua y de Turín, y entre los Arcades de Roma Hiparco Epireo.
A expensas de S. M. C, (Mantua, Pazzoni, 1802),
13 Sobre Manuel Lassala (Valencia 1738-1806) vid. Fuster, II, 277-295;
D iosdado Caballero, I, 174-176; II, 56; Sommervogel, IV, 1542-46; IX,
576; XI, 1772; T oda, II, 393-399, náms. 2680-2702; IV, 467; Cascón, 559,
núm. 552, cf. pág. 605; C. Calcaterra, II b a ro c c o in A r c a d ia e a ltr i s c ñ t t i su l
S e tte c e n to (Bologna 1950) 85-97.
14 Cf. supra, pág. 67.
22* Jesuítas valencianos en Italia 5oi

giosa de la condesa Delfini Dosi, el nombramiento de un nuevo car­


denal y otros temas de menor fuste todavía, eran ocasión bastante
para templar su lira — ¿quién no va a usar de tópicos hablando de
tales temas?— y disparar uno tras otro “ carmina” , elegías, epitala­
mios, odas y sonetos·
Fuera de estas composiciones originales — llamémoslas así, para
entendernos— , tradujo Lassala del árabe en versos latinos esopianos
las fábulas del sabio persa Lokman· Como no nos consta por otro
lado que Lassala conociese el árabe, bien podemos suponer que, ade­
más de las anteriores versiones latinas de Erpen y Lefèvre, le ayuda­
ría en la empresa el jesuíta tortosino Joaquín Pía, que diez años des­
pués, solicitando la cátedra de lengua caldea en la universidad de
Bolonia, alegaba sus méritos como orientalista en general y consig­
naba que estaba traduciendo estas fábulas de Lokman 15·
La versión de Lassala, impresa en Bolonia el año de 1780, va de­
dicada al insigne orientalista y erudito valenciano don Francisco Pé­
rez Bayer, de cuyos viajes por Italia quedan también curiosos vesti­
gios epistolares· Dicha edición es un modelo de estilo rococó, orladas
sus páginas jde rasgos Boreales de vuelo Luis X V · El ejemplar que
pude adquirir de un anticuario de Milán es particularmente cu­
rioso, por llevar adheridas dos cartas dedicatorias al poeta ferrares
de la familia de los duques de Camerino, Alfonso Varano, uno de los
restauradores del dantismo en Italia, junto con las correspondientes
minutas de j contestación· En una de ellas Varano deja asomar, de
modo asaz ingenuo, la vanidad de su alcurnia, recordándole haberle
aconsejado que cantase las glorias de su casa ducal· Sin duda que el
poeta aristocrático no había reparado en la moraleja de la fábu­
la X X X V , Dúo galli, que dice:

Monet fabella quisque ne sese efferat...

A Lassala, empero, se le recuerda más que por esas obritas, por


haber intentado — junto con otros dos ex-jesuitas naturales de la mis­
ma ciudad de Valencia, Bernardo García y Juan Bautista Colomes—
la plasmación de tragedias o comedias italianas de tipo clásico-francés,
las más veces sobre temas españoles·

15 Cf. supra, pág· 392.


BANCO DE LA REPUSUCA
BIBLIOTECA LUÍS-ÁNGEL· ARANGO
CATALOGACION
502 III. E l grupo catalano^aragonés

Lassala se estrenó en 1 7 8 3 con su tragedia Ormisinda, a la que


pronto siguió Lucia Miranda, dedicada a celebrar las bodas de la
marquesa Mariana Pepoli Mezzacapo; en 1 7 9 3 se publicaron Sancio
García y Giovanni Blancas, presentadas en homenaje a otros miem-
bros de la aristocracia bolofiesa, sin duda especiales protectores del
pobre abate valenciano, poeta y desterrado 16.
Bernardo García cultivó más bien el drama y la comedia de
género, a que tan aficionados eran los italianos del Setecientos: co-
mienza en 1 7 8 2 con Tarquinio il Superbo, para continuar en seguida
con una serie de adaptaciones italianas de García de la Huerta: Mar*
celia, ossia la innocenza salvata e la calunnia punita, de un sentimen­
talismo muy siglo x v m ; Gonzalo della Riviera, ossia il giudice del
proprio pnore — ¡ el honor español calderoniano en corsé francés, en
largos, dulces, versos italianos, puesto sobre las tablas el año 8 3 en
Venecia, la ciudad más versátilmente frívola de Italia!— y, por fin,
La zíngara —la gitanilla— , que mereció ser publicada en el tomo 4 7
de la colección véneta “ II teatro moderno applaudito, ossia raccolta
di tragedie, commedie, drammi e farse“ 17.
Moratín, en su pintoresco Viaje de Italia publicado entre sus
Obras postumas, se olvida de Bernardo García, para fijarse sólo en
Lassala y Colomes:

“ Había en Bolonia — [escribe por setiembre de 17 9 3 ]— seiscien­


tos y tantos ex-jesuitas españoles: vi entre ellos a Lassala, aplicado,
estudioso, de bello carácter, autor de varias tragedias frías: leí dos
que acababa de publicar, Don Giovanni Blancas y Don Sancio Garda,
y me parecieron entrambas de corto mérito* Colomes, autor de la
Inés de Castro y otras obras estimables, está reducido a la mayor es­
trechez, teniendo que sufrir los caprichos de un “ nobile bolognese”
a quien sirve de secretario: es lástima que nuestro gobierno carezca
de noticias acerca de los sujetos beneméritos de esta extinguida re-

16 La obvia influencia de N. Moratín (Hormesinda) y de Cadalso ( San-


cho García) ha sido subrayada por P. Russell-Gebbett en su rec. a la ob. cit.
en BibL, número 73* crítica publicada en Bulletin of Híspante Studies, 36
(1959) 166-167.
17 Sobre Bernardo García (Valencia 1740 - Venecia 1800) vid. FUSTER, II,
238-239; D io s d a d o C a b a l l e r o , II, 3 7 ; S o m m e r v o g e l , III, 120 1-0 2; T o d a , II,
148-149, núms. 1903-08; C a s c ó n , 5 5 1, núm. 428, cf. pág. 603.
22* Jesuítas valencianos en Italia 503

ligióiit y que no saque de ellos la utilidad que podría, mejorando al


mismo tiempo su mala fortuna” 1*18*

44De bello carácter” llama Leandro Fernández Moratín a Lassala,


y de igual temperamento se nos revela su paisano Colomes en la co-
piosísima correspondencia que de él tenemos* Parece que fue Juan
Andrés quien le incitó a dedicarse a la literatura, a juzgar por una
curiosa carta .sin fecha, conservada en la Biblioteca cívica de Forlí*
Colomes vivió en Bolonia en casa de los marqueses Spada — el
marqués era aquel 44nobile bolognese” malhumorado de que nos ha-
biaba M oratín19— . A la marquesa, nacida Pepoli, dedicó el poeta
valenciano su primera tragedia, Cato Mar¿i o Coriolano, que, según
Andrés, 44pasmó a los italianos por la conducción de la fábula y por
la versificación italiana superior a las más de los mismos italianos” 20.
Al enviar Colomes un ejemplar de ella al prestigioso ex-jesuita ber-
gamasco Girolamo Tiraboschi, le escribía el 13 de setiembre del 79,
pidiéndole excusas por las dificultades inherentes al género trágico,
aumentadas por las que supone el uso de una lengua extranjera21*
No conocemos el parecer de Tiraboschi, uno de los pontífices
máximos de: las letras italianas22, pero sí el del cardenal Valenti Gon-
zaga, que s¿ trasluce de una carta de Juan Andrés al mismo purpu­
rado:

“ Eminentísimo señor y venerado dueño — [le escribía, como siem-


pre, en castellano]— : He leído con singular placer en la última de
V* E* los elogios con que honra la tragedia de mi amigo don Juan
Colomes; yo se lo quiero escribir al autor, y estoy bien cierto que
esta noticia le será el mayor premio de sus fatigas bien empleadas:
laudan a laudando uiro es la única cosa que la ambición de un lite-
rato puede honradamente desear” 23*
1S M o r a t ín , I , 860*
19 Sobre Juan B. Colomes (Valencia 1740 - Bolonia 1807) vid. FUSTER, II,
298-304, 5 2 9 ; D io s d a d o C a b a l l e r o , I, 1 1 8 ; U r ia r t e -L e c in a , II, 26 9 -271; T o d a ,
I, 427-428, núms* 1269-78; d i. II, 496, núm. 2 9 75; C a s c ó n , 543, núm. 505,
cf. pág. 601.
20 A n d r é s , Cartas, I, c a r ta 2*
21 Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 873 (oc.L.8.13), carta 51*
22 Sobre Tiraboschi vid. Estudio 19, n. 9.
23 Carta de 16 diciembre 1779, cit. supra, n. 5.
504 III* E l gru po cat alano-aragonés

Animado con este primer éxito, publica dos años después, en


1781, su segunda tragedia, ésta de argumento español, Agnese di
Castro, que Moratín, poco ha, llamaba “ notable” . Sorprende en ver­
dad que el mismo autor de Coriolano se haya fijado en un tema tan
romántico como el de la desdichada esposa del príncipe don Pedro de
Portugal, que diera argumento a Lope para un drama hoy perdido,
y a Luis Vélez de Guevara para su delicado Reinar después de mo­
rir, tan vivo de dulces saudades portuguesas y de cultos abanicos lí­
ricos*
Por las cartas de Colomes a Tiraboschi, hoy en la Biblioteca es­
ténse, sabemos que pensó escribir una tragedia sobre Alborno y el
fin del reino de los longobardos, que no sabemos si llegó a empezar;
publicó, sí, un Scipione in Cartagine24, que le acarreó molestas polé­
micas en las revistas literarias de la época, y estrenó en 1787 una
“ tragedia urbana” , titulada Enrichetta, que luego no llegó a im­
primir*
A partir de esta época, Colomes se dedicó más bien a los estu­
dios filosóficos y polémicos, llegando a publicar el año de 1793 — se
había iniciado ya la Revolución francesa, que a tantos hizo abrir los
ojos— el curioso libro Les philosophes a Vencan, reeditado tres años
más tarde en la misma ciudad de Parma, y traducido al español en
1819, muerto ya su autor* Efectivamente, el 13 de enero de 1807
había entregado su alma a Dios en aquella Bolonia que fue su se­
gunda patria, teatro de sus glorias y de sus estrecheces* Moratín se
quejaba del olvido en que le tenía su patria verdadera; en la de
adopción una mano amiga tejió sobre su tumba este conciso elogio,
que con profunda emoción descubrí — era un serenísimo atardecer de
setiembre-— en el luminoso jardín claustral de la cartuja renacentista
de Bolonia, convertida en público cementerio por los flamantes repu­
blicanos cisalpinos: “ Ioanni Baptistae Colomesio, ex hispana domo
ualentina, presbytero morum sanctissimorum, uiro ingenii praestantis,
litteris et disciplinis prope ómnibus mire exculto, carminibus italicis
scribendis plurimam laudem adepto* V ixit annos L X V I, menses X ,

24 Publicado en Bolonia (Stamperia S . Tommaso d fAquino) 1783.


22. Jesuítas valencianos en Italia 505

dies X V , in Societate Iesu, quod ea mansit, X V III. Decessit idus ta­


imarías anno M DCCCVII. Amici moerentes posuere” .

# # *

Tiempo es ya de pasar a los estudios de crítica y de erudición,


que tanto caracterizan a todo el siglo XVIII y a todos los desterrados,
tan de su siglo, tan identificados con las corrientes culturales de su
época. El más acabado modelo de la erudición enciclopédica setecen-
tista y a la vez uno de los españoles de fama más universal en su
tiempo es Juan Andrés y Morell, figura procer injustamente olvidada,
tanto en España como en Italia. Pero Valencia puede también glo­
riarse de haber tenido entre sus hijos desterrados un célebre filólogo
clásico: Tomás Serrano, conocido como poeta latino; un fino ar­
queólogo y crítico de arte: Antonio Conca; y un notabilísimo his­
toriador y teorizante de la música: Antonio Eximeno.
La fama de que gozó Tomás Serrano en Italia no se la conce­
dieron sus versos latinos, publicados postumos, sino la polémica con
Tiraboschi y con Vannetti en defensa de los poetas hispanolatinos
Marcial, Séneca y Lucano, a la que le llevó sin duda no sólo el deseo
de confutar lo que de ellos había escrito con poco respeto Girolamo
Tiraboschi en su Storia della letteratura italiana —-una de las obras
eruditas más cimeras de todas las letras italianas setecentistas— , sino
también, por lo que a Marcial se refiere, una innegable afinidad psi­
cológica. Mientras Llampillas extendía su refutación españolista de
Tiraboschi a toda la historia de la literatura, Tomás Serrano se fijó
sólo en la literatura romana. En el siglo XVIII, de tan extremado pu­
rismo clásico, pudo parecer quijotesca una defensa de Marcial y de
Séneca25, pero la moderna filología clásica, que atiende más al espí­
ritu que a la materialidad de la lengua, da en gran parte la razón a
aquel despierto abate dieciochesco, a quien sucedió lo mismo que a
su compañero de destierro y de aficiones, el catalán Mateo Ayme-
rich: mientras no intervinieron en las polémicas nacionalistas de la

25 Cf. Thomae Serrani Valentini super judicio Hieronymi Tiraboschi de


Ai. Valerio Martiale, L . Annaeo Seneca, M . Annaeo Lucano et aliis argenteae
aetatis Hispams (Ferrariae, Rinaldi, 1776).
506 IIL El grupo catalano ^aragonés

época* admiraron a los italianos por la pureza de su latinidad; mas


apenas bajaron a la lizat sólo merecieron los dictados de fanáticos* de
bárbaros y de escolásticos por parte de los mismos que antes los ala­
baban y se preciaban de su amistad*
Si a Tomás Serrano todavía se le recuerda entre los humanistas
valencianos del último Setecientos* sobre Antonio Conca* natural de
Onteniente* ha pesado un olvido enteramente injusto* Cierto que no
fue un autor original* pues que en sus luengos años de destierro
— desde el· de 1767 hasta que* restaurada ya la Compañía por Pío VII
en 1814* regresó a España como rector del restaurado colegio de no­
bles de Valencia— no publicó más obra que una refundición del toda­
vía insustituible Viage de España de su amigo y meritísimo paisano
Antonio Ponz26*
De todos los valencianos desterrados por Carlos III es Antonio
Exim eno27 —salvadas las distancias—- el único que puede hacer algo
de sombra a Juan Andrés* si no en la vastedad de cultura y de con­
cepciones* al menos en la fama que alcanzó en vida y en el recuerdo
después de su muerte* Evocaremos sumariamente los grandes méritos
musicológicos de su obra — más ambiciosa que sazonada— DelVori-
gine e delle rególe della música, colla storia del suo progresso> deca*
denla e rinnovazione28; y su reñida polémica con el musicista más
renombrado de Italia* el conventual bolofíés Giambattista Martini*
sobre la cual pude hallar en la biblioteca del Liceo musicale de Bo­
lonia documentos del más vivo interés para conocer el carácter sim­
pático* franco y noble de tan preclaro hijo de Valencia* bien que un
tanto irascible y vanidoso* con la vanidad del intelectual que ha lo-

26 V id . Estudios 26 y 27*
27 Sobre Antonio Eximeno (Valencia 1729 - Roma 1808) vid. F u s TER, II*
319 -32 6 ; D io s d a d o C a b a l l e r o , It 12 7 -12 8 ; U r ia r t e -L e c in a , II, 543-548; T o d a ,
II, 66-69, núms. 1648-52; G a s c ó n , 548, núm. 378* cf. p á g . 602; N . O t a ñ o ,
E l P. A . E .: estudio de su personalidad a la luZ de nuevos documentos (Ma­
drid, R. Academia de San Fernando, 1943); Bibl., núm* 23 (págs* XV-XX, 287);
A . M . P o l l i n , Don Quijote en las obras del P* A* E*, en Publications of the
M ódem Languages Association of Am eñcat 74 (1954) 56 8 -57 1; R ossi, obras
cit. en Estudio 20, n. 37,
28 Publicado en Roma (M. A» Barbiellini) 1774.
22* Jesuítas valencianos en Italia 507

grado hacer girar en torno suyo a todos los dedicados a la misma


especialidad cultural29.
Algunos italianos, aferrados en demasía a sus ideas rutinarias som­
bre la música y el contrapunto, no llevaron a bien el aire de reno*
vador y revolucionario que se daba nuestro desenfadado Eximeno
— 4Vayan los españoles a enseñar música a los africanos” , le decía no
muy amablemente el crítico de las Effemeridi letterarie de Ro­
m a30— ; y, como reacción contra ese anquilosamiento estéril y apa­
sionado, compuso con igual apasionamiento en Valencia — adonde ha­
bía regresado en tiempo de Carlos IV — la novela seudopicaresca Don
Lazarillo Vizcardi, que dejó inédita y sólo la publicó el maestro Bar-
bieri en 18 7 2 : en ella se refleja amablemente tanto el clima cultural
de la ciudad de Valencia a principios del Ochocientos, como el ca­
rácter socarrón y satírico — más bien que humorista— de este autén­
tico valenciano, apóstol de teorías futuristas para su época y pasatistas
para la nuéstra, aunque no siempre faltas de visión y aun de previ­
sión certera*
Vuelto a Italia, falleció el año 1808 en la ciudad eterna, en don­
de había pasado la mayor parte de su laboriosa y batalladora exis­
tencia*
Noté antes como rasgo distintivo del espíritu setecentista de toda
Europa, el sentido enciclopédico de la cultura, en el doble sentido de
amplitud de temas y de triunfo del racionalismo y del empirismo
— de Descartes y de Locke, en definitiva— ♦ Enciclopedista en ambos
sentidos, quizá enciclopedista máximo de toda España, es el abate
don Juan Andrés y Morell, autor de la inconmensurable Kultur-
geshichte o Weltliteratur que publicó con el dieciochesco título DeI-
Vorigine, progressi e stato attuale dfogni letteratura, y enciclopedista
también en sentido filosófico, bien que recortando, desde luego — con
fino instinto ortodoxo— , toda excrecencia antirreligiosa*
Juan Andrés — cuya fama en vida se verá el día que se conozca
su imponente epistolario— tuvo en el siglo pasado muchos biógra­
fos, pero ninguno que nos diese un auténtico retrato, digno del lugar
que ocupó en su época* Su gran amigo valenciano de los últimos años
29 Sobre Martini, ob. cit. en Bibl., núm. 23 (cf. pág. 289)? A. Pauchard,
P. (Lugano [1940]).
G ia m b a ttís ta M a r tin i, F ra n Z isk a n e r+ K o n v e n tu a l ( i y o 6 ' i y 8 4 )
30 Cf. F arinelli, II, 295.
508 III. E l grupo catalana*aragonés

de su vidat don Francisco Javier Borrull y Vilanova* fuera de la nota


necrológica que publicó en el Diario de Valencia y en la Gaceta de
Madrid a raíz de la muerte de su sabio compatricio* envió al padre
Manera una larga memoria biográfica* Este último* por su parte* re«'
cogió en Italia cuantas cartas y documentos pudo hallar* en vistas a
una biografía que* de haberla podido escribir* superaría en mucho las
de Scotti* Vaccolini* Baraldi* Narbone y Xavier de Burgos*
Juan Andrés se hizo famosísimo por su historia de toda la lite­
ratura aun antes de que apareciese el primer tomo* Apenas salió a
luz el prospecto editorial para buscar suscripciones* toda la Italia culta
púsose en expectación* Y no sólo Italia: el conde de Lynden escribía
a Tiraboschi interesándose por tan gigantesca empresa: “ L'auteur
de Touvrage... promet beaucoup” * le decía31*
Salió en 1782 el primer volumen — primero de siete imponentes
tomos impresos con regia magnificencia por Bodoni en Parma— y la
expectación se convirtió en admiración: en los epistolarios eruditos
y en las revistas literarias no se hablaba de otra cosa*
Andrés fue el primero en proponer* en una obra de cultura ge*
neral* la cuestión arabista y la importancia de la literatura catalana y
valenciana* que él confundía — como hacían todos en su tiempo—
con la provenzal*
La cuestión arabista la resolvía en el sentido de que la poesía
provenzal — la primera* cronológicamente* de Europa^— debe su fot«-
ma rimada y 3u aliento amoroso a influjo hispanoárabe a través de
Cataluña* lo cual le metió en una enojosa polémica con el ex-jesuíta
español Esteban de Arteaga* que he historiado sumariamente en otra
o b ra32*
En un hombre tan neoclásico como era Juan Andrés resulta muy
notable la valoración de la antigua literatura catalana* sobre todo de
la escuela valenciana del siglo xv* Compruébese por este párrafo* de los
muchos que podría aducir:
Ausias March di Valenza* che fiori Ausiás March* de Valencia* que fio
verso la meta di quel secolo* puó a reció hacia la mitad de aquel siglo*

31 Módena* Biblioteca estense* ms. est. it. 861 (a*L*8*4), carta 116* fechada
en Voorst* 10 setiembre 1782. [Vid* Estudios 23-25*]
32 Ob. cit. en Bibl** núm* 2 3 (v* págs. C U l-C X V l) [ y J. VERNET, Vorigen
de les líriques populars hrab i románica, en Estudis romanics, 8 (19 6 1) 1 - 9 ].
22. Jesuítas valencianos en Italia 5°9
ragione chiamarsi il Petrarca de' pro* puede ser apellidado, con razón, el
venzali, e le sue rime alia viva e alia Petrarca de los provenzales, y sus ri­
morta Teresa sono state parecchie mas a Teresa, viva y muerta, han
volte ristampate, commentate, tradotte sido varias veces reeditadas, comen­
e celebrate non solo dagli spagnuoli, tadas, traducidas y celebradas no sólo
ma dagritaliani e da altre nazioni. Se por españoles, sino por italianos y por
Ausias March si puo chiamare il Pe- sujetos de otras naciones« Si se puede
trarca de' provenzali, un suo con­ llamar a Ausiás Márch el Petrarca de
temporaneo, Gioanni Martorell, viene los provenzales, un contemporáneo
detto dal Bastero il loro Boccaccio, e suyo, Joanot Martorell, es apellidado
il suo T ir a n t lo B la n c deve avere il por Bastero su Boccaccio, y a su T u
primo luogo tra le prose provenzali, r a n t lo B la n c le corresponde el primer
come tra le toscane il D e c a m e r o n e . puesto entre las prosas provenzales,
Nello stesso tempo, benche alquanto como al D e c a m e r o n e el de las tosca-
piii giovane che Ausias March, seris- nas. Por el mismo tiempo, aunque
se Jacopo Roig, parimente di Valen- algo más joven que Ausiás March, es­
za, la cui opera poetica, detta da al- cribió Jaume Roig, igualmente valen­
cuni c o d o la d a ..., e stata piu e piu vol­ ciano, cuya obra poética, llamada por
te perfino nel presente secolo data algunos c o d o la d a ... , ha sido frecuen­
alia stampa ed illustrata co' commen­ temente, y aun en nuestro siglo, ree­
ti d^om ini dotti 33. ditada y comentada por hombres
doctos.

Páginas como ésta no son frecuentes en el siglo x v m ; sólo apare­


cen entre los eruditos, y es que en el Setecientos la erudición era algo
más cálido y vital — y aun nacional— que el academicismo helado y
sin vida, aunque se presentase aquélla como prosa sabia, y éste como
poesía rimada.
Los siete infolios de su historia no agotaron los arrestos culturales
de este gran valenciano, sólo comparable con Mayans por su amplio
talento y su cultura enciclopédica. Descontando un sinfín de epístolas
eruditas y disertaciones de poca monta, publicadas unas en forma de
folletos, otras en las más prestigiosas publicaciones periódicas y acadé­
micas de Italia, no puedo silenciar la modesta y razonada defensa de
nuestra cultura, contra los que sostenían que la pretendida — entonces
rabiosamente afirmada— corrupción del gusto en el siglo xvii, se
debía a influencia española, Andrés, de carácter benigno y pacífico,
en vez de declamar y polemizar, procuraba hacer llegar a las más
33 D e ll* o r ig in e ..., I, cap. 23.
5io III* E l g ru p o catalano>aragonés

importantes bibliotecas de Italia las obras fundamentales que se pu-


blicaban entonces en España — el padre Flórez, Capmanyt Rodríguez
de Castro...— , y al mismo tiempo enviaba al bibliotecario mayor de
Madrid, Santander, los libros que publicaban en el destierro los je-
suitas proscritos, base del fondo, casi completo, de la Biblioteca na-
cional de Madrid*
Se engañaría quien, por lo que llevo ya escrito, supusiese que Juan
Andrés fue sólo un divulgador de la cultura, y no un investigador:
él tiene el mérito de haber sido uno de los primeros eruditos de Italia
que comprendió la necesidad de estudiar a fondo los manuscritos de las
antiguas bibliotecas, sobre lo cual escribió una excelente disertación;
y aun él mismo trenzó el catálogo minucioso de los códices de la
Biblioteca capitular de Novara, y de los que aún se conservaban en su
tiempo eá el palacio Capilupi de Mantua* Complacíase, además, en
ayudar a los que se dedicaban a trabájos parecidos: cuando Tirabo-
schi se decidió a publicar un manuscrito quincentista de Giammaria
Barbieri sobre los antiguos poetas de Provenza, en el que se defendía
ya la tesis arabista, Andrés fue quien le buscó un intérprete de los
fragmentos provenzales, encargando este trabajo primero al canónigo
valenciano don Juan Antonio Mayans, hermano de don Gregorio, y
más adelante a Joaquín Pía; la aparición de esta obra en 1790 puso
nuevamente sobre el tapete la cuestión del arabismo, que es la que ha
hecho que el nombre de Andrés haya sonado con frecuencia en los
círculos arabistas y provenzalistas*
Andrés, después de la supresión de la Compañía de Jesús en 1773,
se había establecido en Mantua* De allí irradió su fama a todo el
mundo; y no es exageración retórica: su epistolario se extiende hasta
Suiza, Austria, Alemania, Francia, Países Bajos e Inglaterra; y Arturo
Farinelli, en su estudio juvenil sobre Die Begieliungen gwischen Spd>
nien und Deutschland in der Literatur der beiden Ldnder, notó ya
cómo el mismo Herder fue a visitarle en Mantua, y cómo Goethe se
lamentaba de no haberlo podido saludar cuando en su segundo viaje
a Italia pasó por la capital del antiguo ducado gonzaguesco34*
# # #

34 Publicado en Zeitschrift für vergleichende Literaturgeschichte, 5 (1892)


135-206, 276 -332; 8 (1895) 318-407.
22♦ jesuítas valencianos en Italia 511
Andrés, más que un simple erudito, intentó ser un filósofo de la
cultura: “ culturalista español’ - le llamó Yela U trilla3536
; y es que, en
verdad, la erudición setecentista, cuando no se detiene morosamente
en “ ilustrar” una medalla o una inscripción, toma siempre cierto tono
trascendente y filosófico, al intentar descubrir las “ revoluciones” del
espíritu humano — terminología cara a Denina y a Arteaga— ♦ Por
eso la erudición enciclopédica se da siempre la mano con los estudios
filosóficos*
Aquí bastará consignar sumariamente las principales directrices fi­
losóficas de los jesuítas valencianos en el destierro* Casi en todos ellos
se nota un espíritu francamente antiescolástico, en sorprendente con­
traste con aquella; escolástica remozada y vivificada con el neohuma-
nismo y la experimentación que profesaban los jesuítas catalanes del
grupo cultural de Cervera, de tanto interés en la historia del moderno
renacimiento escolástico3Ó* Sólo Pinazo, en sus Dissertazioni de 1788,
insinuó tímidamente la necesidad de la escolástica en los estudios teo­
lógicos, lo que le valió una terrible impugnación privada de Arteaga37*
En Eximeno y en Andrés el antiescolasticismo es ya pueril desprecio:
Passo ancora a pregarla — [escri- Le ruego — [escribía este último a
bía este último a Tiraboschi el i.° de Tiraboschi el i.° de marzo de 1 7 8 1 ] —
marzo de 1 7 8 1] — di tralasciare affatto que deje usted correr la añadidura que
la giunta che vuol fare sopra Taione. pensaba escribir sobre Tajón. Usted
Ella sa meglio; di me che nessun let- sabe mejor que yo que ningún lite­
terato di gusto pensa or piü né a rato de gusto piensa ya ahora ni en
Taione né a Pietro Lombardo? la fa­ Tajón ni en Pedro Lombardo ? la fama
ma di questo e Pautorita di quello de éste y la autoridad de aquél bastan
bastano per ogni giunta. Se poi si para una añadidura. Y si se quiere
vuol entrare nel merito della causa, entrar en el meollo de tal causa, siem­
resterä sempre assai dubbiosa. Taione pre quedará harto dudosa. Tajón
fa un centone, e Pietro Lombardo un compuso un centón, y Pedro Lom­
altro migliore, ma il merito delPidea, bardo otro mejor, pero el mérito de
la divisione de* capí cet. é di Taione, la idea y la división de los capítulos,
il quale puö aver mostrato piü a Pie- etc., es de Tajón, el cual pudo en­
tro Lombardo la strada di fare la sua señar mejor a Pedro Lombardo el ca-

35 Ob. cit. en Estudio 24, n. *.


36 V id . Estudio 20.
37 Carta cit. supra. Estudio 8, n. 46.
$21_________________________ III. E l grupo catalano'aragonés

teología, che non Pietro Lombardo a mino para escribir su teología, que no
S . Tomaso. Ma, torno dire, chi cura Pedro Lombardo a Santo Tomás. Pe'
piü né Taione né Pietro Lombardo? ro, vuelvo a decir, ¿quién se intere'
Ella mi favorisca di fare anche in sa hoy ya por Tajón o por Pedro
questo a mió modo, e creda che que' Lombardo? Imíteme usted a mí en
sta gran questione non merita occupa' esto, por favor, y crea que esta gran
re la sua penna, singolarmente per cuestión no merece ocupar su pluma,
fare una giunta distaccata 'a posta per principalmente tratándose de escribir
questo. Lasci almeno alia Spagna la una añadidura separada y adrede para
gloria di aver data nascita alia scola' ello. Deje al menos a España la glo'
stica; Llampillas vuole c o s í; io penso ria de haber engendrado a la esco'
ben diversamente, e cerco al contra' lástica; así lo quiere Llampillas; yo
rio di levarle il torto che se le fa col pienso todo lo contrario, y busco re'
volerla credere la culla di questa bruta parar la injuria que se le hace supo'
bestia 38. niendo que ha sido la cuna de aque'
lia fea bestia.

Menéndez Pelayo notó ya que Andrés y Eximeno, lo propio que


el jesuíta portugués Monteiro, eran esencialmente sensistas. Andrés se
muestra, en conjunto, más bien empirista, sobre todo en varias publi'
caciones sobre la filosofía de Galileo, en la que no deslinda bien filosofía
y ciencia, como antes confundía los límites de ciencia y literatura394 .
0
El hombre del Setecientos, influido necesariamente por el encielo'
pedismo climático, prestó particular atención a la filosofía moral, tanto
individual como política. Nuestros desterrados valentinos entraron
también por este cauce. Hablé ya del Ensebio de Pedro Montengón,
y de Les philosophes a Vencan de Juan Bta. Colomes. También Ber'
nardo García, el comediógrafo, publicó una defensa de la verdad re'
ligiosa contra la filosofía de la Ilustración ^ Y Eximeno, un libro muy
celebrado y vertido al castellano sobre Lo spirito d i Macchiavelli41. Y
un oscuro jesuíta alicantino, José de la Torre, tradujo del francés un

38 Módena, Biblioteca estense, ms. est. it. 86i (a.L.8.4), carta 173.
39 S a g g io d e lla filo s o fía d e l G a lile o (Mantova, Pazzoni, 1776).
40 E lo g io f ú n e b r e d i u n illu s tr e f ilo s o f o ... (Venezia, G . Storti, 1778).
41 Sobre la traducción española cf. J. Beneyto Pérez, U n “ A n tim a q u ia *
v e lo ” p e r s e g u id o p o r la In q u is ic ió n , en R e v is ta d e e s tu d io s p o lític o s , 43 (1952)
I 3 i ' i 40 .
22. Jesuítas valencianos en Italia 5i3
opúsculo sobre la escasez de la moneda42. Y Antonio Pinazo dio tam­
bién a luz toda una serie de opúsculos muy de su época sobre las ven­
tajas de la pública educación, y sobre los premios públicos como estí­
mulo de las ciencias y de las letras, y acerca del influjo de éstas en la
vida civil y política de las naciones, y sobre el conocimiento que tu­
vieron los gentiles de cierta ayuda divina para obrar el bien, que los
teólogos cristianos han llamado gracia434 .
Más conciso y rápido habré de ser todavía en lo que toca a las
ciencias de la naturaleza. El talento enciclopédico de Andrés le llevó
a tratar también asuntos científicos, tales como un problema de física
hidráulica que propuso en un concurso la Academia de Mantua, y él
resolvió a la perfección o como el difícil arte de hacer hablar a los
sordomudos, sobre el que escribió un curiosísimo folleto, que es una
rareza bibliográfica45. También el poeta Colomes publicó unas Rifles-
sioni sobre meteorología46; pero el científico valenciano de más re­
nombre en Italia fue Antonio Ludeña47, natural de Almusafes, que
enseñó filosofía y física en Padua, Camerino y Cremona, y nos dejó,
además de varias disertaciones sobre mecánica y matemáticas, todo un
curso de filosofía en cinco tomos, de los que los tres últimos tratan
solamente de física, y son para su época de una novedad extraordina­
ria : el epistolario de este jesuíta valenciano, por otra parte, nos revela
con cuánto interés iba siguiendo los más modernos adelantos de las

42 V id . Ü R IA R T E , I, pág. 222, núm. 696. Se podría añadir también el nom­


bre de José Reig (Muría, Alicante, 1744 - Bolonia 1806), autor de escritos latinos
y teológicos; cf. F u ster , II, 26 1-26 2; S ommervogel, V I , 16 24-25; IX , 799;
T oda, III, 4 2 1, nums. 4173-74.
43 Corresponden a los núms. 3923-26 de T oda, III, 332 -333.
44 P r o b le m a a b A c a d e m ia m a n tu a n a p r o p o s itu m a d a n n u m MD C C L X X I V
(Mantuae, Pazzoni, 1775).,
45 D e lV o rig in e e d e lle v ic e n d e d e lV a r te d i in s e g n a r a p a rla r e a i s o r d i e
m u ti (Venezia, Foglierini, 1793), en forma de carta dirigida a los marqueses de
Llano, sobre los cuales cf. Estudio 27, n. n a .
46 R ifle s s io n i s o p r a le c o n g e ttu r e m e te r e o lo g ic h e d e l d o tto r e L o r e n z o P ig n o t -
tt (Bologna, T ip . S . Tommaso d'Aquino, 1781).
47 Sobre Antonio Ludeña (Almusafes 1740 - Cremona 1820) vid. F u ster ,
II, 4 15 -4 16 ; D iosdado Caballero , I, 179 -18 0 ; S ommervogel, V , 16 8-16 9;
T oda, II, 499-500, núms. 2985-88; C ascón, 56 1, núm. 579, cf. pág. 606.
L . HISPANO-ITALIANA. — 33
514 IIL El grupo catalano>arítgonés
ciencias físicas en aquella época de tan gigantescos avances cientí­
ficos*
# # #
Analicemos, por último, con brevedad los trazos típicamente va­
lencianos que perduran en sus personas y en sus obras*
En primer lugar, su maravillosa facilidad de adaptación* Mientras
algunos, como el padre Luengo, miraban con recelo a los que entraban
en contacto con la cultura italiana, los valencianos son de los primeros
en ambientarse en tan nuevo clima, con rapidez que recuerda aquel
paso rápido de una finísima civilización arábiga a la cultura cristiana,
tan rápido que al medio siglo de la conquista puede ofrecer Valencia
el milagro de un Arnau de Vilanova, y a los dos siglos alcanza la
hegemonía de la literatura catalana; y cuando ésta decae en el Prin­
cipado en tiempo de los Austrias, Valencia crea una escuela castellana
propia, de extraordinario interés hispánico* Así se explica que los úni­
cos, o casi, de todos los desterrados que sobresalieron en la literatura
de creación fuesen los valencianos*
En segundo lugar, la afición a la alta comedia* Fuera de algún que
otro conato disperso y baldío, los únicos que cultivaron el teatro en
Italia fueron tres valencianos de la ciudad de Valencia, como vim os:
Lassala, García y Colomes* Aquí, espontáneamente, viene a la memo­
ria el glorioso grupo dramático de Andrés Rey de Artieda, Juan de
Timoneda, Francisco Tárrega y Guillén de Castro y Bellvís*
Otro tercer rasgo, repetidamente advertido en las páginas ante­
riores, es el humor bonachón y satírico, intrascendente y satisfecho, que
ya caracterizó a la escuela valenciana del siglo x v : Eximeno, Serrano
y Oleína representan una tendencia atávica hacia la socarronería po-
pularista*
La afición al pasado cultural y político del reino de Valencia, que
culmina en Andrés, es naturalmente una cuarta nota muy característica,
a la que hay que añadir otras dos: la tendencia empírica de la filosofía
valenciana, sobre todo a partir de Tosca; y la afición a las ciencias
experimentales, que siempre distinguió a la universidad valentina en­
tre todas las de España*
Por todos esos rasgos, tan valencianos se nos presentan aquellos
olvidados proscritos escribiendo en italiano o en latín, como si lo hi­
cieran en su lengua vernácula o en castellano*
23

U N A MEMORIA BIOGRAFICA SOBRE JU A N AN D RÉS

Fue el primer biógrafo de Juan Andrés, Angelo Antonio Scotti,


quien presentó al provecto director de la Real Biblioteca napolitana al
joven Francesco Manera, Éste — oriundo de Chieri en el Piamonte
aunque nacido en Ñapóles (1798)— le siguió a Roma en 18 15 , y allí
entró en la Compañía de Jesús, restablecida el año anterior por Pío VII
en toda la Iglesia,
Fiel discípulo, fue sin duda Manera quien recogió los papeles del
valenciano en los preciosos legajos conservados en el archivo de la
Pontificia Universidad Gregoriana, y parece que se preparaba para
escribir una biografía que fuese algo más que un elogio necrológico
como el de Scotti, En orden a ella hubo de pedir noticias a uno de los
más íntimps amigos que tuvo Andrés en su patria, Francisco Xavier
Borrull, Pero sus trabajos como profesor de elocuencia italiana en la
universidad de Turín de 1824 hasta la revolución de 1830, y de teolo-
gía en Roma y en Nápoles, le distrajeron de su primer empeño. Ape­
nas terminado en Nápoles su provincialato (1842-46), moría el año

# Publicado en A H S I 27 (1958) 109-120. Véanse en el Estudio 24 los datos


esenciales sobre la biografía y la bibliografía de Andrés. Acerca del autor de la
memoria que aquí se publica vid. J. P. FUSTER, B ib lio te c a v a le n c ia n a , II (Va­
lencia 1830) 489-503; cf. M . G utiérrez del C año, C a tá lo g o d e lo s m a n u s c r ito s
e x is te n te s e n la B ib lio te c a u n iv e r s ita r ia d e V a le n c ia , II (Valencia 1913) págs. 310 ,
3 2 1 ; }. R ibelles C omín, B ib lio g ra fía d e la le n g u a v a le n c ia n a , I (Madrid 1920)
pág. 73. Sobre el destinatario vid. A l. PALUMBO, V i t a F ra n cisci M a n e r a e s o d a -
lis 5 . I. (Neapoli 1848); M . V olpe, I g e s u iti n e l N a p o le ta n o , III (Napoli 1915)
370-400; A . M onti, L a C o m p a g n ia d i G e s ü n e l te r r ito r io d e lla p r o v in c ia to r i -
n e s e , III (Chieri 1915) 2 5 9 -3 3 1; [P . P irri], U n a m ic o d e l M a n Z on i: F. M . 5 . L ,
CC (1935) II, 372-390 ; S ommervogel, IX , 634-635; y supra, pág. 508.
516 III♦ E l grupa catalano^aragonés

1847, siendo rector del colegio romano, ese jesuíta que, aunque amigo
y admirador de Manzoni, corresponde ya a una generación que no llegó
a igualar a la última de la antigua Compañía, la que representaron
Andrés y sus compañeros de exilio entre los españoles, y Tiraboschi,
Bettinelli, Lanzi y tantos otros en Italia*
Francisco Xavier Borrull y Vilanova, autor de la larga carta sobre
Andrés dirigida a Francesco Manera y conservada en el archivo de la
provincia vénetomediolanense de la Compañía de Jesús, pertenecía a
una estirpe de jurisconsultos y de eruditos valencianos especialmente
vinculada a los jesuítas* Él mismo se distinguió por sus obras sobre
derecho valenciano, y por sus constantes intervenciones en las Cortes
de Cádiz, como diputado, de 18 10 a 1813* Formó una copiosa biblio'
teca de i libros impresos y manuscritos, que legó a la universidad de
Valencia* >
La carta al padre Manera, que publicamos, tiene especial impoiv
tancia por las noticias únicas que da de la familia del padre Juan Am
drés, y por los extractos de cartas suyas a sus familiares valencianos,
hoy o perdidas o dispersas en fondos desconocidos*

Valencia, 29 de junio de 1822*


No he podido comunicar a V . antes las noticias que deseaba de
mi difunto amigo el el* P. Juan Andrés, por las muchas diligem
cías que he havido de practicar para adquirirlas; dilaciones en la
contestación; y hasta el adquirir los cinco tomos de sus Cartas 1 ha
costado algún tiempo, por no querer desprenderse sus parientes del
único exemplar que posehían, y haverlas havido de encargar a Ma^
drid; y por equivocaciones del correspondiente ha sido preciso irle
pidiendo lo que faltava; esto supuesto, voi a satisfacer a V . sus
deseos*

1 Se refiere a las C a rta s fa m ilia r e s de Juan Andrés a su hermano don Car'


los, publicadas por éste en 5 tomos en 12 .0 (Madrid, Sancha, I786'93); los
tomos I y II (1786) fueron reeditados en 17 9 1. [En la biblioteca del Instituto
histórico de la Compañía de Jesús en Roma, sign. 6 1.A .2 , se conserva el ejem'
piar del tomo I de la i*a ed*, con las correcciones y añadiduras autógrafas del
autor para preparar la 2 .a De una nota ms. de la contracubierta, escrita con
letra del siglo pasado, se deduce que iba junto con el tomo II, pero éste se ha
perdido.]
23* Unet memoria sobre Juan Andrés 5 *7

Patria del padre Andrés. — La villa de Planes, que es cabeza


de una baronía compuesta de quatro lugares más y poblada de 320
familias de industriosos labradores, pertenece a la govemación de
Alcoy: y el rey don Jaime i.° de Aragón hizo tanto aprecio de ella,
que la donó a su muger, doña Teresa Gil de Vidaure, y a su hijo
don Jaime, pasando en el discurso del tiempo a la familia Cárdenes,
marqués de Elche, y después a la del marqués de Cruilles, virrei
que fue de M éxico2♦

Familia del padre Andrés. — Trae su origen de don Miguel An-


drés, habitador >en el lugar de Mallent, del reino de Aragón, al
qual el rei don Juan 2.°, con privilegio dado en Calatayud en 1 1 de
noviembre de ¡1461, concedió por sus recomendables circunstan­
cias la gracia de cavallero, y todos los derechos, exenciones y privi­
legios de que gozaban los antiguos cavalleros generosos y militares
de estos reinos* Un hijo de éste, llamado también don Miguel An­
drés, vino al reino de Valencia, y casó con doña Brianda Valls,
natural de la villa de Alcoy, estableciéndose en dicha villa de Planes,
en la qual permanecieron su hijo, nieto, biznieto, 3.0, 4.0 y 5.0 nieto,
que fue el padre del e l jesuíta Andrés3, y se mantuvieron siempre
con el esplendor correspondiente, titulándose generosos y siendo
mirados como los principales de la baronía y condecorados con el
honorífico cargo de bailes, y encargados por ello del cobro de los
tributos, y del govierno, en gran parte, de la misma: consta todo
por documentos auténticos y executoria de esta Real Audiencia.
Eran los sugetos más ricos de la misma y se distinguían también

2 A falta de una monografía sobre Planes, hay que acudir a la bibliografía


general sobre el reino de Valencia y provincia de Alicante (Llórente, Carreras
Candi, etc.) y a los diccionarios geográficos y enciclopedias generales de España.
3 Estos datos coinciden por completo con los que dan A . y A . G arcía C a-
RRAFFA, Enciclopedia heráldica y genealógica hispanoamericana, V III (Madrid
1922) 2 12 -2 14 . Estos genealogistas especifican que Miguel Andrés y Brianda
Valls tuvieron un hijo (Pedro) y una hija (Leonor). Pedro (fl. 1563) casó con
Jerónima Llorens y tuvo un hijo, Miguel Juan, que el 2 1 de enero de 1586
casó con Beatriz Reig, y dio origen a tres ramas de Andreses en Planes, con
las descendencias de sus hijos Miguel, Vicente y Roque. Este último, con quien
comienza la tercera rama, procreó a Juan Roque, casado con Catalina Trilles,
padres de Miguel (n. 1713), quien casó con Casiana Morell, fue el padre de
nuestro Juan Andrés y sacó certificación de nobleza. Los hijos de Miguel y
Casiana faltan en G arcía Carraffa ; los da, en cambio, el documento que pu­
blicamos.
518 III. El grupo catalano^aragonés

entre todos por su amor a la religión y caridad con los pobres, a


quienes socorrían con larga mano en todas sus necesidades»

Padres y hermanos del susodicho. — Fueron sus padres don Mi­


guel Andrés y doña Casiana Morell, natural de la villa de Benisa,
de una familia muy antigua y distinguida» Sirvió también don Mi­
guel el empleo de baile, y siguió el exemplo de sus mayores en su
afecto a la religión y caridad con los pobres ; y se distinguió también
en lo uno y en lo otro doña Casiana, que fue venerada siempre por
una señora virtuosísima»
Fueron estos consortes bendecidos del Sesñor con la dilatada
succesión de once hijos, y con las arregladas costumbres [y ] pro­
ceder de los mismos»
Fue el i»° el P» Juan Andrés»
2»0 Don Felipe Andrés, que vivió mui accidentado y murió de
mediana edad en el estado de soltero.
3 »° Don Guillermo Andrés, que siguió la carrera de estudios en
la universidad de Valencia y, graduado de grado mayor de leyes,
le llamó Dios al estado eclesiástico, se ordenó de sacerdote y se retiró
a su patria, donde murió»
4»° Don Miguel Andrés ; también estudió y se graduó de doctor
en leyes, y, ordenado dé presbítero, falleció en su tierra»
5 »° Don Pasqual Andrés se dedicó a los mismos estudios que sus
hermanos, y, siendo abogado de los Reales Consejos, murió en el
estado de soltero»
6 .° Don Carlos Andrés fue discípulo del P» Andrés, y tan esti­
mado de éste, que le hizo donación de todos sus bienes4» Se per­
feccionó en la gramática y estudió la retórica y la poesía baxo la direc­
ción de su hermano; la filosofía y jurisprudencia, en la universidad
de Valencia; graduado de doctor, continuó esta carrera, fue apro­
bado de abogado por la Real Audiencia de Valencia e incorporado
en el colegio de esta ciudad, y después en el de Madrid, a donde se
trasladó, logrando por su grande instrucción en su facultad y en la
literatura, y mucho juicio y crítica, un singular concepto; y así mere­
ció la estimación de los sabios, como de don Juan de Santander,

4 Probablemente se refiere a la renuncia que haría el padre Juan Andrés


de sus bienes antes de emitir su profesión solemne en Ferrara el 15 de agosto
de 1773, cuando Clemente X I V había ya firmado (21 julio) aunque no promul­
gado (18 agosto) el breve de supresión.
23* Una memoria sobre Juan Andrés 5i 9
bibliotecario mayor de S* M*; del señor Baier5t sucesor de éste en
dicho cargo; de los señores Sánchez y Pellicer, bien conocidos por
sus escritos; del señor don Francisco Cerdá y Ricot secretario del
Consejo y Cámara de Indias con voto en ella; del señor conde de
Campomanes, govemador del Consejo de Castilla; y t omitiendo a
otros, del señor conde de Floridablanca, secretario de Estado, que,
procurando la ilustración de España, le encargó la traducción de
la obra de su hermano Del origen y progresos, etc*6* El rey don
Carlos 4*° premió su mérito dándole una plaza de oidor de la Au­
diencia de Mallorca, que renunció, deseoso de la quietud de la vida
privada y de continuar más libremente en el estudio de la literatura*
Mas el Reino no le dexó permanecer en este estado, sino que quiso
valerse de sus luces para el bien de la Nación quando se encontraba
luchando en defensa de su libertad contra todo el poder de Bona-
parte, y le nombró, en febrero de 18 10 , por diputado suyo para las
Cortes generales y extraordinarias que se celebraron en Cádiz, y
en ellas acreditó el amor a la patria y deseos de su mayor felicidad*
Su fama se extendió también por Italia, y la Academia de Floren­
cia le nombró por individuo suyo* Casó con una señora distinguida
de esta ciudad, y murió en ella el 5 de enero de 1820, haviéndose
hecho muyi recomendable por sus buenas costumbres y caridad con
los pobres*
7*0 Don Ignacio Andrés, que estudió filosofía y leyes en la uni­
versidad de Valencia, y obtuvo el grado de bachiller; y, havién­
dose casado con una señora de la villa de Benisa, murió poco des­
pués de don Carlos, dexando un hijo varón, que es el que continúa
la casa* i
8*° Doña Ignacia Andrés, que se mantiene soltera y vive en
Planes*
9*° Doña Teresa Andrés, que casó con don Francisco Orduña,
de familia ilustre, y murió con succesión*
io*° Don Luis Andrés, que tomó el hábito de monge gerónimo
en el monasterio de San Miguel de los Reyes de esta ciudad; siguió
los estudios en su colegio de Sigüenza y obtuvo todos los empleos

5 Más exactamente Francisco Pérez Bayer, valenciano, amigo también de


Juan Andrés. Todos los personajes citados en este párrafo son bien conocidos
en la historia cultural y política de España.
6 Origen, progresos y estado actual de toda la literatura* Obra escrita en
italiano por el abate D* Juan Andrés, y traducida al castellano por D* Carlos
Andrés, 10 vols. (Madrid, Sancha, 1784-1806).
ü
520 III. E l grupo catalano-aragonés

honoríficos de su religión, siendo el último el de prior de dicho


monasterio de San Miguel de los Reyes? y, por la supresión de
estos regulares V se mantiene en Planes*
i i *° Don Francisco Andrés, que sirvió en el real cuerpo de Guar­
dias de Corps, o de la persona del rey, y murió joven*

Noticias del padre Andrés♦ — Nació en la villa de Planes en 15


de febrero de 17 4 0 78* Empezó la gramática en la villa de Benisa,
y, conociendo los pocos adelantamientos que allí podía hacer, se
vino a Valencia, y fue admitido en el seminario de nobles que
'I
estaba a cargo de los PP* Jesuítas y lograba excelentes maestros y
grande fama por haverse educado en el mismo algunos varones in­
signes, entre otros, dos valencianos que pocos años antes se hallaban
a un mismo tiempo catedráticos de prima en la universidad de Sala­
manca: de la facultad de cánones, don Josef Chafreón, sugeto muy
erudito, oidor después de la Chancillería de Granada? y de la de
leyes, mi tío, don Josef Borrull, amigo del deán Martí y otros sabios,
maestro del insigne don Gregorio Mayans, y muy celebrado por
Gerardo Meerman, que, calificando doctísimos sus tratados legales,
ofreció imprimirlos, y de el qual hace también honorífica mención
el P* Andrés en el tom* 5*0, lib* 3*°, c* 3 Dell*origine..., página 693
de la edición de Parma, y murió fiscal del Consejo de Indias9* Apro­
vechándose Andrés de la mucha instrucción de sus maestros jesuítas,
I hizo grandes adelantamientos en la gramática, retórica y poesía, en
i
el conocimiento de la historia y lenguas griega y hebrea, aplicán­
dose también al de la italiana y francesa? a-que contribuyó no sólo
su talento y feliz memoria, .sino su extraordinaria aplicación, que era
tanta, que aun en las horas en que sus condiscípulos se entretenían
en juegos, su única ocupación y recreo eran los libros*
7 A l principio del trienio liberal (1820-23) las Cortes votaron la supresión
de la Compañía en España (14 agosto 18 20 ; el real decreto correspondiente es
del día 17). Poco después, el i .° de octubre del mismo año, fueron suprimidas
todas las órdenes monacales, y reducidas las casas de loís demás religiosos.
Cf. F r ía s , I, 342, 389-390? V . d e la F u e n t e , Historia eclesiástica de España2,
V I (Madrid 1875) 196.
8 Esta fecha coincide con la de los catálogos de la provincia de Aragón de
1754 a 176 5. A R SI, Arag. 14, 16, 17*
9 Sobre el ambiente erudito valenciano centrado en don Gregorio Mayans
y Sisear, cf. CASANOVAS, III, págs. 655-657, [y los recientes estudios de V . Pe-
set, A . Mestre y otros, señalados en la ob. cit. en Bibl., núm. 10 2 ]. Sobre
José Borrull vid. FUSTER, II, 28-31.

j
2$. Una memoria sobre Juan Andrés 521

Concluidos estos estudios, empezó el de la filosofía en la univer­


sidad de Valencia, siendo su catedrático el doctor don Pasqual Tude-
la, varón doctísimo, que procuraba educar a sus discípulos tanto en
esta ciencia como en las máximas de religión; y su mérito le pro­
porcionó una cátedra de teología, y después el canonicato penitem
ciario de la metropolitana de Valencia*
Pero en el año siguiente101 llamó Dios a Andrés a la religión
de la Compañía, y, despreciando los bienes que por ser mayor le
ofrecía su familia, y las esperanzas de empleos y honores que le, da­
ba el mundo, se fue a Tarragona, y tomó allí la sotana en 24 de
deciembre de 1754 u .
Pasó a Gerona, y estudió en aquel colegio la filosofía bajo la
enseñanza del P. Josef Bosch, que sacó buenos discípulos, sobresa­
liendo Andrés entre ellos 12.
Vino después al colegio de San Pablo de Valencia, que fue el
primero que se fundó en la provincia de Aragón, y, en virtud de
una concordia con la universidad literaria otorgada a instancia de
la reyna góvemadora, madre del rey don Carlos 2.0, en 28 de mar­

10 También el catálogo impreso de la provincia de Aragón para 1754,


pág. 41 (ARSI, Arag. 16 ), cuando Juan Andrés, era sólo novicio en Tarragona,
precisa que tenía ya un curso de filosofía.
11 La entrada en la Compañía — a la que Borrull alude probablemente en
su frase “ tomó allí la sotana” — tuvo lugar realmente en esa fecha (cf. los catá­
logos impresos del A R S I, Arag. 16, i j ) , por más que el catálogo trienal de
1758 (Arag», 14, 315V , núm. 17) da la de 24 de noviembre. Compañeros suyos
de primer año de noviciado fueron el catalán Juan N u ix de Perpinyá y el va­
lenciano Manuel Lassala, compañeros también, después, de destierro y de fati­
gas literarias en Italia. Entonces San José Pignatelli cumplía su segundo año de
noviciado en Tarragona. Andrés practicó su segundo año en Torrente (Valen­
cia), donde acababa de entrar otro futuro escritor, Juan Bautista Colomes, ape­
llidado a veces Colomés, forma que parece incorrecta. Véase la carta anua de
1754 en A R S I, Arag. 26, p2rv.
12 Antes de continuar en Gerona sus estudios de filosofía, Juan Andrés
había repasado un curso (1756-57) las humanidades en el colegio de Manresa
(catálogo de 1757, pág. 29). En Gerona hubo de permanecer dos cursos (1757-
59). El padre José Bosch no ha dejado ninguna obra impresa, ni estaba en rela­
ción con el grupo renovador de Cervera. En cambio, en Gerona Andrés se
encontró con el notable teólogo Juan B. Gener (S o m m e r v o g e l , II, 13 10 -13 11)
y con el original filósofo Antonio Codomiu (U r ia r t e -L e c in a , II, 257-260), ape­
llidado — con manifiesta exageración— el Gracián del siglo XVIII, Entre sus
compañeros se contaba también Juan N uix. Véase la carta anua de 1758 en
A R SI, A rag. 26, ii2 r .
522 111* E l grupa catalano^arugonés

zo de 1673, admitía también en sus aulas a los estudiantes seculares


matriculados en dicha universidad, con tal que no faltasen a ciertas
cátedras de la m ism a13; lograba entonces14 por maestros a los
PP. Joaquín Juan (cuya vida escribió Prat de Saba en su Vicen. Sac.
Arag*)f Josef Dauder, Pablo Coma y Estevan Lerma 15t varones exem-
piares y doctísimos que atrahían un gran número de estudiantes
seculares, a más del que tenían de jesuítas: bajo su dirección hizo
extraordinarios progresos el P. Andrés, y, conociendo su superioridad
respeto a los demás condiscípulos, fue elegido para defender el acto
general de teología de su curso, como lo hizo a mediados de 17 6 4 16,
disponiendo unas conclusiones muy copiosas y selectas, y grangeán-
dose con su desempeño un gran concepto de su talento, ciencia i
erudición*
Fue desde luego promovido a la cátedra de retórica y poesía de
la universidad de Gandía, que había fundado San Francisco de
Borja, confiándola a los jesuítas, que lograba entonces por rector al
P* Mateo Aimerich, y por presidente de los actos al P. Tomás Serra­
no, y necesitaba de un buen orador y sugeto muy erudito que pu­
diera acreditar a la Compañía a vista de tantos sabios como ilustra­
ban aquel estudio17 ? y, en efecto, cumplió los deseos de todos, pues
en el año siguiente, 1765, dispuso un certamen en los días 16 y

13 V id. A s t r a in , Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de


España, I (Madrid 1912) 26 8 -273; en el t. V I no trata de ese privilegio de doña
Mariana de Austria.
14 Andrés hubo de estudiar sus cuatro cursos de teología en Valencia de
1759 a 1763. El catálogo impreso de 1762 lo da como teólogo de tercero. Com­
pañero suyo, aunque con un año de retraso, era Juan Colomes. Véanse las
anuas de 1762 y 1763 en A R SI, Arag* 26, i ^ r y 137V.
15 Borrull toma estos cuatro nombres exactamente del catálogo de 1762. De
ellos el único interesante, desde el punto de vista cultural, es el primero, Joa­
quín Juan, cuya biografía, con todo, no incluyó O. Pratdesaba en sus Vicennalia
sacra aragoniensia (Ferrariae 1787). Véanse, en cambio, S o m m e r v o g e l , IV ,
861-862.
16 Fecha equivocada, p or: 1763? pues en el catálogo impreso de 1765,
Pág. 20, Andrés figura ya en Gandía como en su segundo año de cátedra en
aquel colegio universitario. Las conclusiones de que habla Borrull no fueron
impresas ni en todo ni en parte, que sepamos.
17 Expresión, a todas luces, hiperbólica. Es, en cambio, muy interesante
el subrayar el contacto intelectual de Andrés en Gandía con dos de los hombres
más representativos de la cultura setecentista en Cataluña y en Valencia. Sobre
Aymerich vid. Estudio 20, n. 2 9 ; sobre Serrano, supra, págs. 498-499, 505-506.
23* Una memoria sobre ]uan Andrés 5^3
18 de julio, que dedicó a la excelentísima duquesa de Gandía, y
conservo entre mis papeles, impreso en Valencia por don Benito
M onfort18, en que 14 muchachos expuestos al examen público
acreditaron su mucha instrucción en la versión de los autores lati­
nos del siglo de Augusto, en la retórica, poesía, ritos romanos, his­
toria y geografía, y algunos también su inteligencia en las lenguas
griega y hebrea; admiró a todos el lucimiento de estos exercicios,
y mucho más sabiendo que algunos sólo medio año* que concurrían
a su aula; y mereció también muchos elogios la tragedia que com­
puso, titulada El Juliano, que representó en los intermedios de la
función, que por desgracia no llegó a imprimirse, ni tampoco con­
servan copia sus parientes19. Pero, en vista de todo, el nombre del
P. Andrés y su numen para la enseñanza y poesía se extendió por
todas partes*
En el día de San Lucas de aquel año, en la apertura de los estu­
dios, dijo una oración latina en el teatro de aquella universidad, y
otra en igual día del año siguiente, que fueron muy celebradas;
pero ni se imprimieron20, ni sus parientes conservan memoria ni
aun del asunto de ellas, ni tampoco don Jorge Pérez de Culla21,
cavallero de Gandía que estudiaba entonces en aquella universi­
dad, y solía, según me dice, escrivir algunos apuntamientos que le
dictaba el P* Andrés*
Permaneciendo aún en Gandía, sucedió la expulsión de los jesuí­
tas, y con la mayor resignación marchó a Italia*
Mi familia siempre ha sido afecta a los jesuítas: lo fueron mi
abuelo don Pedro22, consejero de Castilla; mi tío don Josef, de

18 Refiérese al anónimo Certamen oratorio poético, que celebran los alum-


nos humanistas de la regia, cesárea y pontificia universidad de Gandía en los
días 16 y 19 de julio de ij 6 5 , y lo dedican a la excma. señora doña María
Faustina TélleZ, condesa duquesa viuda de Benavente etc. (Valencia, Benito
Montfort, 1765). El testimonio de Borrull corrobora las razones de U riarte , IV ,
pág. 519 , núm. 6276, en favor de la paternidad de Andrés sobre ese Certamen.
Nótese que desde 1748 se habían fundido las casas nobles de Gandía y de
Benavente. F. F ernández de Béthencourt , Historia genealógica y heráldica de
la monarquía española* Casa real y Grandes de España, IV (Madrid 1902) 186.
19 Cit. como manuscrito por localizar, en U riarte-L ecina, I, 212, A.
20 Cit. con el título Orationes duae pro sólemni instauratione studiorum in
universitate gandiensi, ibid., 2 12 , B, igualmente como manuscrito perdido.
21 Sobre este jurisconsulto, gran amigo de Juan Francisco Masdeu, vid.
F uster , II, 380-381.
22 V id . F u s t e r , II, 5-8.
524 IIL E l grupa catalano-aragonés

quien he hablado antes23; mi tío don Francisco, que fue auditor


de Rota en esa capital, y después obispo de Tortosa24; y mi padre,
ministro de esta Audiencia: y así estudié las primeras letras y gra-
mática en el seminario de nqbles, y formé conocimiento con el
P. Andrés, que tenía algunos años más que y o ; y, haviéndome comu-
nicado un tío suyo la carta que escrivió al comendador Valenti
Gonzaga sobre no haber introducido los españoles el mal gusto en
Italia, la traduxe y, ocultando mi nombre (por el odio con que se
miraba a los apasionados a los jesuítas), la imprimí en Madrid, siendo
la primera obra de jesuítas publicada en España después de su expul·
sión, y dio a conocer el grande mérito de Andrés 25; fui yo a Madrid,
y comuniqué noticias más cumplidas de él; vino después su her­
mano don Carlos, y las extendió mucho más, y así se declararon
apasionados suyos los que he referido que lo eran de éste, y tam­
bién don Miguel Casiri, célebre autor de la Biblioteca arábico-escuna-
tense, la qual por mi medio se la regaló el rey don Carlos 3.° por la
continuación de su obra26278. Don Juan Sempere, elogiándole mucho,
le incluyó en su obra de los Escritores del reinado de Carlos 3.0 27;
el insigne don Antonio Josef Cabanilles le celebra mucho en la de
Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, pobla­
ción y frutos del reino de Valencia, en el tomo 2.0 28, pág. 154, como
también don Nicolás de la Cruz, conde de Maulé, vecino de Cádiz,

23 V id . supra, n. 9.
24 F u s t e r , II, 3 8 -4 2 .
25 Refiérese a la Lettera delVabbate D . Giovanni Andrés al sig. commenda-
tore fra Gaetano Valenti Gonzaga, cavaliere délVinclita religione di Malta, sopra
una pretesa cagione del corrompimento del gusto italiano nel secolo X V I I (Cre-
mona, Lorenzo Manini, 1776), traducida con el título Carta del abate D. Juan
Andrés al señor comendador frey Cayetano Valenti GonZaga, caballero de la
ínclita religión de Malta, sobre una pretendida causa de la corrupción del gusto
italiano en el siglo X V I I (Madrid, Sancha, 1780).
26 Trátase de la continuación de la historia literaria de Juan Andrés Del·
Vorigine etc. Sobre la posición de nuestro erudito en las polémicas arabistas y
antiarabistas del siglo XVIII vid. Bibl., núm. 23 (págs. CIII-CXVI) y el comen­
tario que le dedicó A . G o n z á l e z PALENCIA en Al-Andalus, 11 (1946) 241-246.
27 El título exacto de la obra de Juan Sempere y Guarinos e s : Ensayo de
una biblioteca española de los mejores escritores del reynado de Carlos III,
6 vols. (Madrid 1785-1789). En el archivo de la Universidad Gregoriana se
conservan algunas cartas de Sempere a Andrés, que espero publicar en su día.
28 Estampado en Madrid, Imprenta real, 1797. Sobre el famoso botánico
valenciano Cavanilles la bibliografía es muy copiosa.
23* Una memoria sobre Juan Andrés 525

en su erudito Viage de España, Francia e Italia, tomo i.°, pág* 42, y


tomo 4*°, pág* 3 10 29, haviéndolo tratado en Roma, y traído un re-
trato suyo: y t aunque se las pedí, no me ha comunicado cartas algu­
nas suyas, por estar en Madrid diputado de Cortes*
Don Josef Vega y Semanat30, cavallero erudito de Cataluña, me
dixo que las cartas que conservaba de Andrés y havía buscado en­
tre sus papeles, no contenían cosa particular; que bolvería a regis­
trarlos por si hallaba una en que, haviéndole él dado la noticia de
que había salido en Francia una impugnación de su obra31, le res­
pondió que nada tocaba a ésta, sino a una especie añadida por el
traductor; y últimamente me ha participado no haverla podido en­
contrar* I
El hermano don Luis Andrés me ha manifestado que las no­
ticias literarias las publicó don Carlos en Madrid en los tomitos de
Cartas del P* Andrés, y que en las demás que conserva no ha encon­
trado alguna de esta calidad.
La viuda de don Carlos me comunicó las cartas que conserva del
P* Andrés desde el año 15 32, y he visto que en la de 12 de enero
dice que en setiembre anterior pidió licencia al r e i33 para ir a Roma,
y se la negó. En la de 23 de junio, también de 8 15 , que, como
prefecto de la Biblioteca, fue a Portici a presentarse al rei, que le
recivió con mucho agrado y hablándole en castellano* En la de 26 de
setiembre, que en aquella mañana se le hizo la extracción de las ca­
taratas* En la de 1 1 de marzo de 816, que iva de quando en quando
a la biblioteca y asistía a todas las funciones académicas; que el rei y

29 Este aristócrata chileno, tutor de Bernardo O'Higgins cuando aún era


sólo Bernardo Riquelme, publicó esa obra en 14 volúmenes en Madrid 180 6-1813.
Sobre su viaje a Italia y su relación con los ex-jesuitas españoles y sudameri­
canos tengo recogidos también algunos documentos.
30 Sobre J. Vega y de Sentmenat cf. C as a n o v a s , III, pág. 676.
31 Tal vez se refiera a du Coureil, al cual dirigió Andrés una carta fechada
en Mantua a 24 de mayo 1791 y publicada por A . Rubbi en Vepistolario, scelta
di lettere inedite, curióse, erudite, storiche, galanti ecc. di donne e d fuomint
celebri, morti e viventi nel secóla X V III, II (Venezia 1796) 199 sigs. De la obra
Dell*origine sólo salió en francés el tomo I (Paris 1805) con el título de Histoire
des Sciences et de la littérature depuis les temps antérieurs a Vhistoire grecque
jusqu’ a nos jours, trad. de J. E . Ortolani.
32 Desconozco su paradero actual, si es que se conservan.
33 Fernando de Borbón, hijo de Carlos III de Nápoles y de España, recu­
peró aquel año el reino y cambió el nombre de Fernando I V de Nápoles en
Femando I de las Dos Sicilías.
526 111. E l grupo catalano*aragonés

los ministros se manifestaban muy contentos de él, que S. M. quería


que en todo se le complazca, que dependan de él todos los empleados,
y que forme, si quiere, otro plan de biblioteca. En la de 12 de abril,
que el príncipe heredero, su muger, la reina de Hetruria y la prin­
cesa Carolina34 estuvieron tres horas en la biblioteca, dispensándole
mil honras, tomándole y apretándole la mano varias veces el prín­
cipe heredero, y manifestando sentimiento de su situación, y oyen­
do el ministro de lo interno, Tomassi, las instancias que le hacían
para venirse a España, dixo con energía: “ V . R. se ha de quedar
aquí: aquí le queremos, y de aquí no se ha de mover por muchas
razones” . En la de 24 de octubre, tener licencia del rei para ir a
Roma, pero obligándole a dar palabra de bolver sin falta a la pri­
m avera35. En las de 13 y 14, desde Roma, que llegó el 9, que el
12 visitó al rei de Cerdefía36, y el 13 , embiándole éste el coche, a
los reyes de España37, que le recivieron con mucho afecto; que la
reina le instó para que fuese otras veces, y el infante don Francis­
co de Paula para que le visitara antes de su partida. Y en la de
29 de noviembre, que bolvió a ver al infante, que la reina quizo ver
la Vida que escribió de su hermano el duque 38; que la ha vía hecho
copiar y iva a entregársela; que fue a besar el pie a su santidad, que
no quiso permitir que hiciera las genuflexiones de estilo, sino que,
tomándole de la mano, le hizo sentar a su lado y le mantuvo en larga
y familiar conversación; y que le havían visitado muchos cardenales,
príncipes, literatos, religiosos, etc.

34 Príncipe heredero era don Francisco, desde 1825 rey Francisco I; su


segunda mujer era la infanta María Isabel, hija de Carlos I V de España y her­
mana de María Luisa de Borbón reina de Etruria (viuda de Luis I) ? la princesa
Carolina era de la rama de Borbón-Nápoles.
35 Aunque de hecho ya no pudo regresar.
36 Carlos Manuel IV , que había abdicado el año 1802 en favor de su her­
mano Víctor Manuel I y murió jesuita en 18 19 .
37 Carlos I V y María Luisa de Borbón-Parma.
38 N o conozco ninguna biografía de Fernando de Borbón, duque de Parma,
hermano de María Luisa, reina de España, escrita por el que fue su amigo,
Juan Andrés. Debe tratarse o de una confusión de Borrull al extractar las no­
ticias comunicadas por Juan Andrés a su hermano Carlos, o de una obra ma­
nuscrita, hoy perdida y desconocida de todos los bibliógrafos de la Compañía
de Jesús.
23* Una memoria sobre Juan Andrés 52 7

Con motivo de mi viaje a Cádiz39, entrada de los franceses en


Valencia y seqüestro que hicieron de mis bienes y efectos, se me han
perdido muchos papeles; y por complacer a V* embío las 6 cartas
que he podido encontrar40, que irán en un cajoncito, con los impresos
que referiré; y estimaré que, si encuentra entre las cartas que escri*
vi una en que hable de jansenistas y otra en que trate de algunos
diputados de Cortes, tenga reservado su contenido41.
En dicho cajoncito, a más de dichas cartas, irán los papeles se­
guientes : >
1. ° la Carta del ab. Andrés al comendador Cayetano Valenti
Gonzaga, que traduxe, e imprimí en Madrid, que he citado antes42;
2. ° la dirigida al conde Alexandro Muraribra acerca del rever*
so de un medallón del museo Bianchi, que también traduxe, dando
muchas noticias del autor43;
3 *° la del ab* don Antonio Eximeno (que fue mi maestro) al
P. Mtro. Mamacchi sobre la opinión que defiende Andrés en orden
a la literatura eclesiástica de los siglos bárbaros, que yo igualmente
traduxe; es excelente y conviene tenerla presente para escribir la
historia literaria del dicho44;

39 Borrull fue diputado en las célebres Cortes de Cádiz de 1810 a 18 13 , En


18 12 Suchet entraba en Valencia.
40 N o he' hallado esas seis cartas de Andrés a Borrull ni en el archivo de
la Universidad Gregoriana ni en el de la provincia véneto*mediolanense S. I.
41 En el ms. 5 54 de la Universidad Gregoriana hay cinco cartas de Borrull
a Andrés, y otras cinco en el ms. 5 7 5 ; pero ninguna de ellas coincide con las
dos aludidas en el texto: las destruyó, sin duda, Manera, si ya no lo había
hecho antes él propio Andrés.
42 V id . supra, n. 25.
43 Lettera al sig. conte Alessandro Muran Bra sopra il rovescio di un me*
daglione del Museo Bianchi non inteso dal márchese Maffei (Mantova, Pazzoni,
1778). La traduccción de Borrull, anónima, se titula: Carta del abate D . Juan
Andrés, socio de la Real Academia de las ciencias i letras humanas de Mantua,
al señor conde Alexandro Muraribra, a cerca del reverso de un medallón del
Museo Bianchi, que no entendió el marqués Maffei (Madrid, Sancha, 1782).
44 Opúsculo interesante para la historia del antiescolasticismo, muy común
entre los jesuítas valencianos del siglo XVIII. Cf. supra, págs. 444, 453*455.
El opúsculo citado se titula: Lettera deU*abate D . Antonio Eximeno al Reve*
rendissimo P . M . Fr. Tommaso Marta Mamachi sopra V opinione del signor
abate D . Giovanni Andrés intomo alia letteratura ecclesiastica de* secoli barban
(Mantova, Giuseppe Braglia, 1783). La traducción de Borrull, anónima, lleva el
titula: Carta del abate D. Antonio Eximeno al Reverendísimo P . M . Fr. Tomás
María Mamacchi, sobre la opinión que defiende el abate D . Juan Andrés en
528 III. El grupo catalano-aragonés

4*° los 5 tomitos de Cartas de Andrés a su hermano don Carlos,


dándole noticias de sus viages literarios*45;
5*° la traducción del Elogio<del canónigo Scotti, que se imprimió
en esta ciudad46, en que añadí yo los empleos literarios que havía
tenido, según la noticia que me dio el P* Sánchez 47, omitiendo los que
devió a Josef Bonaparte y a Murat, por el odio con que entonces
estaban éstos mirados por aquí* El retrato publicado en Nápoles,
aunque obra de Morghen48, pareció a los jesuítas residentes en Va-
lencia que no le semejaba en cosa alguna; y así se hizo venir de
Planes uno que, siendo joven y a puras instancias de su madre, le
embió desde Italia; y don Carlos y yo encargamos que lo grabase
don Manuel Peleguer, director del grabado de la Academia de no­
bles artes de esta ciudad de Valencia*
No emvío otro tomito en 8*° de Cartas escritas por el P* Andrés
a su hermano don Carlos, que empezó a imprimirlas en esta ciudad
en casa de Josef de Orga en el año de 18 0 0 49: consta de 2 12 pá­
ginas y contiene noticias de algunos literatos que havían fallecido,
de otros que vivían, y de las obras que publicaban y de las que
havían publicado; pues sólo conservan un exemplar sus parientes,

orden a la literatura eclesiástica de los tiempos bárbaros (Madrid, Sancha, 1784).


V id . supra, págs* 5 1 1 -5 1 2 .
45 Cf. supra, n. 1.
46 Elogio histórico del P* Juan Andrés S ♦ J... leído en la Academia hercola*
nense de arqueología por Angelo Antonio Scotti... Traducido del italiano (Va­
lencia, Montfort, 1818). El texto italiano puede verse fácilmente en el tomo I
de Dell*origine... ed. de Nápoles 1836, págs. V-XXIX? la primera ed. de ese
Elogio storico del P . Giovanni Andrés della Compagnia di Gesü (Napoli 1817)
es difícil de hallar.
47 Probablemente el padre Gaspar Sánchez, de la antigua provincia de A ra­
gón, vuelto a España después de la restauración de la Compañía. Cf. FRÍAS,
I, 346. Borrull lo cita infra.
48 El bellísimo grabado de Raffaello Morghen (t 1833) fue publicado en
estampa aparte y en el tomo I de DelVorigine, ed. de Nápoles 1836. E l de
Peleguer es artísticamente muy inferior. Ambos están en la sección de grabados
de la Biblioteca palatina de Parma; el de Peleguer hállase también en la N a ­
cional de Madrid (A . M . DE Barcia, Catálogo de los retratos de personajes espa-
ñoles que se conservan en la sección de estampas y de bellas artes de la B i
blioteca nacional, Madrid 19 01, pág. 63, núm. 88).
49 Cartas del abate Juan Andrés a su hermano don Carlos Andrés en que
le comunica varias noticias literarias (Valencia, Orga, 1800). Es un tomo aparte,
añadido a los cinco cit. supra, n. 1.
23* U n a m em oria sobre Juan A n drés 529

y no he podido encontrar alguno en las librerías de esta ciudad ni


en las de Madrid*
Incluyo a V* uno de los opúsculos que he publicado» que es un
discurso sobre la constitución que dio Jayme i.° su conquistador a
este reyno de Valencia 50t para que vea V* la excelencia de la misma
y los grandes progresos que, governándose por ella, hicieron los
valencianos, y la impugnación que hice de la que en este siglo ilus^
trado quería dar Bonaparte a España ? y ha sido muy bien recivida
esta obrita. Dirigí meses atrás otro al señor don Raymundo Diosdado
Cavallero51 sobre deverse colocar en la Academia de nobles artes
los excelentes quadros que havía en los monasterios suprimidos52,
que incluyo, y np otras por no abultar el cajoncito o fardo, que embío
por medio de un amigo que cuidará de ponerlo en manos de V*
franco de porte.
Dará V* afectuosas saludes de mi parte al señor don Raymundo
Diosdado Cavallero, y muy particularmente al P. Gaspar Sánchez,
entregándole la adjunta carta de su sobrinita, y diciéndole que tenga
ésta por propia.
Espero que V . me avise el recivo de ésta y del cajoncito, escri^
viéndome en derechura por el correo sobre ello y qualquier cosa que
se le ofrezca, pues la última carta de V . no la reciví hasta pasados
cinco meses ; y, asegurado de mi verdadero afecto, mande en quanto
sea de su agrado a su apasionado y más seguro servidor, Francisco
Xavier BorrulL

Al P. Francisco Manera, de la Compañía de Jesús, en su colegio


de Roma.

50 Discurso sobre la Constitución que dio al reino de Valencia su invicto


conquistador, el 5 r. D . Jayme I (Valencia, Montfort, 1810).
51 Sobre ese jesuíta mallorquín (i740"i829) — de quien Borrull traducirá y
publicará en Valencia (1828) las Osservazioni sulla patria del pittore Giuseppe
de Ribera detto lo Spagnoletto (1796) (cf* U riarte, I, núm. 1510)— vid. supra,
págs. 492"493·
52 Exposición a la Real Academia de 5 . Carlos en 23 de abril de 18 2 1,
sobre deber trasladarse a la misma los apreciables cuadros que existían en los
monasterios de esta provincia (Valencia, Montfort, 1821). Cf. supra, n. 7.

L. HISPANO-ITALIANA. —- 34
5
a

m A
24

JU A N AN D RÉS

Nació en Planest en el antiguo reino de Valencia (hoy en la


provincia de Alicante» España) el 15 de febrero de 1740, hijo de
Miguel (de familia de origen aragonés» establecida en la región
valenciana en el siglo X V I y perteneciente a la pequeña nobleza
campesina) y de Casiana MorelL Después de los primeros estudios
en el colegio de nobles que los jesuítas tenían en la ciudad de Valen*
cia» entró en la provincia de Aragón de la Compañía de Jesús el 24

* Publicado en italiano, con el título Andrés, Giovanni, en Diftonario bio*


gráfico degli italiani, III (Roma 1961) 15 5 -15 7 . Traducción de Alfonso
M . Güell S . L
F U E N T E S Y B IB L IO G R A F ÍA : [P . Pirri], II Colombo delVAmbrosiana:
lettere di Angelo Mai a G. A ., C C 85 (1934) I» 55*71» 154*169, 277*289; A . Mai,
Epistolario, ed. G . Gervasoni, I (Firenze 1954). — A . A . ScoTTi, Elogio storico
di Giovanni Andrés (Napoli 18 17 ); Sommervogel, I, 341*350 ; V III, 16 4 2 ; X II,
9 2 2 ; Cían, 1 5 * 3 1; U riarte*Lecina, I, 204*212; M . Menéndez Pelayo, Ideas es­
téticas, III, 340*350; A . L o V asco, L e biblioteche d*Italia nella seconda meta
del secólo X V III: dalle “ Cartas familiares** dell’ ab. Juan Andrés (Milano 1940);
J. F . Yela U trilla, /♦ A ., culturalista español, en Rev. de la Universidad de
Oviedo (1940) 23*58; M . F . Sciacca, G. A . e la filosofía italiana, en Italia e
Spagna (Firenze 1941) 3 2 1* 3 3 5 ; [ A . González Palencia, Moros y cristianos en
la España medieval (Madrid 1945) 3* 6 ]; M . B., Bibl., núm. 28 [Estudio 2 5 ] ;
[J. Pena * H . Anglés, Diccionario de la música Labor, I (Barcelona 1954) 74*
7 5 ; Enciclopedia dello spettacolo, I (Roma s. a.) 569*570 (N . Pirotta)]; M . B.,
BibL, núms. 62 [Estudio 5 ], 68*69 [Estudio 1 ] , 74 [Estudio 2 3 ], 76 [Estudio
2 2 ], 77 (v. págs. 55*67); [C . Pighetti, U n gesuita difensore del Galilei, en
Archives intemationales d'histoire des Sciences, 15 (1962) 287*290; J. Marías,
La España posible en tiempo de Carlos III (Madrid 1963) 10 7* 119 ; G . E . Maz*
zeo, T he Abate J. A ., Literary Historian of the X V lI l th Century (N ew York
1965)].
SB 2 ííí* E l grupos c at alano* aragonés

de diciembre de 1754* Durante el decenio 1754-64 hizo en Catalu­


ña su noviciado (Tarragona 1754-56), el curso de perfeccionamiento
en letras humanas (Manresa 1756-57) y después los estudios de filo­
sofía y ciencias (Gerona 1757-59)* De 1759 a 1763 estudió teología
en el colegio de San Pablo de Valencia y allí fue ordenado sacer­
dote*
Entre los jesuítas españoles de aquel período, los miembros de
la provincia de Aragón iban a la vanguardia del movimiento que,
renovando los estudios humanísticos, tendía a superar el último
barroco, mientras se interesaban también por las ciencias naturales
y exactas y por las disciplinas históricas* Estos caracteres de los
jesuítas catalano-aragoneses fueron los de Andrés* Pero mientras los
jesuítas catalanes y mallorquines que enseñaban en la universidad
de Cervera procuraban no enconar demasiado la escisión entre la
antigua escolástica y la nueva filosofía fundada en las ciencias mo­
dernas, los de Valencia en cambio, bajo el influjo de Tosca y de otros
valencianos de su tiempo, eran decididamente antiescolásticos; y tal
fue también la actitud de Andrés*
Cuando en 1767 tuvo lugar la expulsión de todos los jesuítas
de España por decreto de Carlos III, Andrés enseñaba retórica y
poética en la universidad de Gandía, fundada por San Francisco
de Borja y confiada a los jesuítas* Después de pasados algunos me­
ses en Bonifacio (Córcega), se estableció con los demás jesuítas de
su provincia en Ferrara, donde enseñó filosofía (de tendencia sensista)
a sus compañeros más jóvenes, y emitió la profesión de cuatro vo­
tos el 15 de agosto de i773t cuando el breve de supresión de la
Compañía estaba ya firmado por Clemente X IV (21 de julio) pero
todavía no había sido promulgado ni intimado en Ferrara*
Desde 1773 hasta 1776 Andrés vivió generalmente en Mantua,
en el palacio de sus sinceros amigos los marqueses Bianchi* Fue
aquel período el de mayor recogimiento espiritual en toda su vida*
Entonces se dedicó a preparar sus obras críticas, a viajar por Italia
y por el extranjero y a entablar una copiosísima correspondencia amis­
tosa y erudita con los principales hombres doctos italianos, españoles
y de otros países*
En este período mantuano, además de algunas breves diserta­
ciones académicas, estrictamente científicas o filosóficas — muy no­
24* Juan A n d rés
533
table el Saggio della filosofía di Galileo (Mantova 1776)— t alternó
la publicación de obras y de escritos de erudición con la prepara-*
ción de su vastísima historia de la cultura* De sus monografías eru­
ditas fue importante en su tiempo, y es útil todavía en el nuestro, el
Catalogo de* codici manoscritti della famiglia Capilupi di Mantova
(Mantova 1797)» hoy día dispersos*
El primer tomo de la obra fundamental Dell*origine, progressi e
stato attuale d*ogni letteratura, publicada en Parma en 1782 con los
tipos bodonianos de la imprenta real, fue el acontecimiento del
año en el campó de la cultura italiana*
Este volumen sobresale entre los siete que constituyen toda la
obra (Parma 1782-99) por ser más personal* Lo que interesará en
los seis restantes no es tanto la erudición, cuanto la valoración de las
diversas culturas y de sus épocas sucesivas, lo cual se encuentra ya in
nuce en el primer tomo* En éste, Andrés, frente a la erudición y a
la filosofía de la Encyclopédie, ya no adopta una actitud hostil o
desconfiada, como había hecho generalmente hasta entonces la cul­
tura eclesiástica, sino que desea asimilar todo aquello que pueda en­
trar en una síntesis con el pensamiento cristiano* Desde el prólogo,
alaba la sutileza de d'Alembert en su introducción a la Enciclopedia,
pero cree que la división de las letras en historia, filosofía y poesía,
resulta inadecuada para su propio fin*
Para Andrés, literatura es sinónimo del término actual “ cultura” ;
por esto prefiere dividirla en bellas letras, ciencias de la naturaleza
y ciencias eclesiásticas; y a cada una de estas tres secciones dedica
dos volúmenes de su obra*
Tres puntos merecen especial atención:
El primero — del cual derivan los otros dos— es la afirmación de
la cultura grecolatina como base de toda la cultura europea; ésta ha
tenido dos renacimientos: uno en la edad media por obra principal­
mente dé los árabes españoles y de los contactos que la cultura greco-
arábiga tuvo en España con la cultura occidental; y otro en la Italia
del humanismo, de cuya herencia, según Andrés, se vive todavía* An­
drés, decididamente neoclásico, despreciaba el barroco, que consideraba
la época del mal gusto; del medioevo no salva ni el arte gótico ni
ningún género de cultura, sino sólo el prerrenacimiento greco-arábigo,
534 III. E l grupo catalano-aragonés

ya apuntado» y todo lo que en las ciencias eclesiásticas quedó al mar­


gen de la escolástica, que él consideraba pura barbarie*
Además, para Andrés ·—como para toda la escuela provenzalist^i
italiana, desde Cariteo hasta Barbieri— los árabes españoles trajeron
a Europa la moderna poesía rimada* Y éste es el segundo punto que
hay que notar en Dell’ origine..., punto por él mismo señalado en el
prospecto o manifestó de su obra, que se difundió por toda Europa
antes de la aparición del primer tomo* Junto a Andrés se alineó Tira-
boschi, mientras aquél halló un adversario tenaz en su compañero de
exilio Esteban de Arteaga, el cual escribió contra ambos el tratado
Dell’influenza degli arabi sull’ origine della poesia moderna in Europa
(Roma i7 9 i)t en defensa de la tesis latino-germánica*
El tercer punto esencial de esta Weltliteratur de Andrés está en
estrecha conexión con el anterior: bajo el influjo de aquel primer re­
nacimiento greco-arábigo se creó la litératura provenzal, con la cual él
identificaba —como ya había hecho Bastero en la Crusca proveníale
(Roma 1724)— la literatura catalana, que floreció desde el siglo XII
hasta principios del XVI en Cataluña, Mallorca y Valencia: su elogio
de Ausiás March (“ el Petrarca de los provenzales” ) y de Joanot Mar-
torell (cuyo Tirant lo Blanc apellida “ el Decamerón” de la prosa pro­
venzal) es uno de los pocos aspectos prerrománticos de un hombre
decididamente neoclásico*
La obra tuvo un éxito clamoroso en toda Europa: fue varias veces
editada en Italia, traducida por entero al español (10 vols*, Madrid
1784-1806), e impuesta como texto en los Reales Estudios de Madrid;
en 1805 se publicó en francés el primer volumen» que es, como ya se
ha dicho, el más importante y característico*
Desde los tiempos de su estancia en Mantua, Andrés hizo conti­
nuos viajes por Italia y a veces por el extranjero, para preparar su gran
obra y conocer personalmente a eruditos y literatos con los cuales es­
taba en constante comunicación epistolar* De todo ello daba cuenta a
su hermano Carlos, el cual después, de acuerdo con él, publicó sus
Cartas familiares (5 vols*, Madrid 1786-93), que en seguida fueron
reeditadas, traducidas al italiano y al alemán, y ampliadas con la re­
lación de nuevos viajes por Austria y Suiza*
Ocupada la Lombardía por Napoleón, Andrés se refugió en Parma,
donde el duque don Fernando def Borbón había restituido a los jesuítas
24* Juan A n drés 535
sus antiguos colegios* En 1799 el gobierno austríaco lo nombró refor-
mador de la universidad de Pavía* En 1800, establecido de nuevo en
el ducado de Parmat renovó su profesión en la Compañía de Jesús
(sobreviviente en Rusia), tras haberlo consultado con San José Pigna-
telli, instructor espiritual de los nuevos candidatos reunidos en Co­
lomo; durante este tiempo rechazó la dirección de la Biblioteca pala­
tina que le ofreció el duque don Fernando* Después de la ocupación
de los ducados de Parma por los franceses, se trasladó a Ñapóles con
los demás jesuítas* Aquí aceptó el nombramiento de prefecto de la
Real Biblioteca, que le confió el rey don Femando y le confirmó Joa­
quín Murat*
Al período napolitano pertenecen la edición (Parma 1804) de las
cartas de Antonio Agustín (humanista aragonés del siglo xvi, y arzo­
bispo de Tarragona) y una serie de obras y escritos de varia erudición*
Desde su puesto de la Biblioteca Real, Andrés dirigía los estudios de
un grupo de jóvenes napolitanos (Ardito, Avellino, Daniele) y seguía
manteniendo contactos epistolares con sus viejos amigos esparcidos por
toda Italia: Marini, Morelli, el conde Carlos Rosmini, el marqués
Triulzi, etc* No obstante su colaboración con los napoleónidas, fue
honrado igualmente por Fernando I y por los suyos después de la
Restauración* Admitida de nuevo la Compañía de Jesús por Feman­
do VII de España, después de la restauración de la orden por Pío V II,
le ofrecieron el volver a su patria* Pero prefirió quedarse en Italia, y
murió en Roma el 17 de enero de 1817*
A pesar de sus grandes méritos para con la cultura española — que
le debe, con la traducción de Dell'origine... y con la edición de sus
Cartas familiares, muchas ideas del movimiento setecentista italiano y
europeo, y un primer interés por las antiguas literaturas provenzal y
catalana— , Andrés pertenece más directamente a la cultura italiana
del siglo XVIII, del cual fue uno de los más altos exponentes en el
campo de la erudición enciclopédica*
Entre sus obras, además de las ya citadas, hay que mencionar: Let-
tera a Gaetdno Valenti Gonzaga. .. sopra una pretesa cagione del cor-
rompimento del gusto italiano nel sécalo X V II (Cremona 1776); Dis-
sertazione sopra la scarsezza dei progressi delle scienze in questo tempo
(Ferrára 1799); Anécdota graeca et latina ex manuscriptis codicibus
Bibliothecae Regiae Neapolitanae desumpta (Neapoli 1816)*
i
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Λ.
25

JU AN AN DRÉS Y E L HUMANISMO

Para conocer el valor de una época en la historia general de la


cultura no basta estudiar sus hombres más representativos* En la de­
terminación de una época cultural tanto intervienen las figuras cimeras
como las menores*
Del mismo modo, para conocer una figura representativa de una
época, hemos de estudiar el complejo de su producción: obras mayo­
res y menorfes* Que si estas últimas — tanto si son obras de creación
como de erudición— con frecuencia se hallan refundidas en otras
mayores, muchas veces reflejan nuevos cambiantes vivos, que en las
obras mayores apenas se perciben*
Sin pretender dar a Juan Andrés el rango de figura cimera del
siglo XVIII, no hay duda que, si en el Setecientos la erudición y la
crítica pesan más que las creaciones del espíritu, el ex-jesuita valen­
ciano es, al menos, una de las figuras más representativas de su tiem­
po K Pero quien le conozca sólo por su obra máxima — los siete tomos
Dell*origine, progressi e stato attuale d’ ogni letteratura (Parma 1782-
99)— , conocerá sólo al erudito enciclopédico, no al curioso investiga­
dor que nos revelan las Cartas familiares *12, y sobre todo el Catalogo
de* codici manoscritti della famiglia Capilupi di M antova3.

* Publicado en R ev. de filología española, 29 (1945) 12 1-12 8 . ( = Miscelánea


Nebrija).
1 Véanse los datos más esenciales sobre Juan Andrés en el Estudio 24.
2 Cartas familiares del abate D . Juan Andrés a su hermano D. Carlos
Andrés, dándole noticia del viaje que ht£o a varias ciudades de Italia en el
año 1785, publicadas por el mismo D* Carlos, 5 vols. (Madrid 1786-93).
3 Mantova 1797. Traducción española: Noticia de un catálogo de los ma­
nuscritos de casa del marqués Capilupi de Mantua, compuesto por don Juan
53 « IIL El grupo catalano*aragonés

El mismo don Juan no pudo vislumbrar lo útil que sería ese su


catálogo a los posteriores investigadores del humanismo, sobre todo
después de dispersarse tan lamentablemente el tesoro de manuscritos
de autores clásicos y de humanistas de los siglos XV y XVI, conserva­
dos todavía a fines del XVIII en el palacio de aquella familia que diera
al humanismo de la primera mitad del Cinquecento hombres tan cons­
picuos como Lelio, Gamillo·, Ippolito y Giulio Capilupi. El catálogo
de Andrés es ahora el medio más seguro de identificar esos manus­
critos errantes, acogidos en parte en el Museo civico Correr de Vene-
cia y en la Biblioteca nazionale Vittorio Emanuele de Roma»
Este catálogo y la enciclopédica obra Dell*origine, progressi e stato
attuale d’ogni letteratura son las dos publicaciones de Juan Andrés en
que más de propósito se trata del humanismo renacentista» Para An­
drés, arabista y neoclásico, la literatura abarca cuatro culturas — orien­
tal, griega, romana y eclesiástica— y dos renacimientos: uno en la
baja edad media, por influencia de los árabes; y otro en el siglo XV,
promovido por la llegada de los griegos a Occidente tras la toma de
Constantinopla por los turcos»
Dando desmesurada importancia a este hecho, ha de dividir a los
humanistas entre el medioevo y el renacimiento quincentista» En Es­
paña, según el propio Juan Andrés, el tránsito entre ambas épocas está
señalado por Nebrija, sin que ello quiera decir que antes de él no
hubiera florecido en España la cultura sagrada y jurídica y “ la ele­
gante literatura” 4.
Y lo prueba alegando los muchos poetas que se agrupaban, en
Castilla alrededor de Juan II, y en Aragón en torno a Alfonso el
Magnánimo.
La pletórica floración de humanistas italianos a partir de Petrarca
hasta todo el siglo XVI es valorada —-supervalorada— por Juan Andrés
con criterio típicamente neoclásico, más histórico que estético. Pero,
en fin, es una buena síntesis de aquel período, según los conocimientos
que de él podían tenerse a fines del XVIII.

Andrés, a la qual acompaña una carta del mismo autor a su hermano don Carlos
Andrés, en que manifiesta la utilidad de semejantes catálogos (Valencia 1799).
4 Dell’ origine... t I, 369.
25* Juan A n drés y el humanismo 539
Junto a esa exposición sistemática, hay que colocar el estudio de
los códices capilupianos como un trabajo analítico de investigación
también modélico para su época. Durante su composición comunicaba
frecuentemente los resultados de sus búsquedas con su buen amigo el
abate Iacopo M orelli5, bibliotecario de San Marcos : entre sus ma­
nuscritos — hoy en la Marciana— consérvanse hasta sesenta y dos car-
tas del ex-jesuíta valenciano, que van desde 1790 hasta 18 17 , fecha
de su muerte. Para dar a conocer mejor a nuestro Juan Andrés como
cuidadoso e infatigable investigador del humanismo, voy a entresacar
de ese importante epistolario los fragmentos de sus tres primeras cartas
que hacen referencia a sus trabajos en la biblioteca de los Capilupi5a.
La del 15 de setiembre de 1790 comienza así:

Illustrissimo signor abate, signore Ilustrísimo señor abate, mi venera­


padrone colendissimo, do dueño:
sono infinitamente obbligato a tan­ Le quedo muy agradecido por todo
te premure ch’Ella s’ha prese per fa- lo que usted ha hecho para compla­
vorirmi, e la prego anche di ringra- cerme, y le ruego que participe mi
ziare a nome mio il degnissimo si­ agradecimiento al dignísimo señor
gnor abate Gennari, a cui la Sua abate Gennari, a quien usted, por
gentilezza ha voluto dare questhnco- atención hacia mí, ha querido causar
modo. II titolo del codice, oggetto di esta molestia. El título del códice, ob­
questa mia ricerca, dice cosi: Anto* jeto de mis búsquedas, e s : Antonii
nit de Comitibus, sancti martins Pa- de Comitibus, sancti martyris Pata-
tavim comitis, equitis, jureconsulti, ad vini comitis, equitis, jureconsulti, ad
divam Isabellam de GonZaga, Man- divam Isabellam de GonZaga, Man-
tuae marchionissam, de suarum virtu- tuae marchionissam, de suarum vir-
tum laudumque praestantia triumpha- tutum laudumque praestantia trium-
le opus. II poema, ch'e in terzine, phale opus* EI poema, escrito en ter­
non e di gran merito, ne degno d'oc- cetos, no es de gran merito, ni digno
cupare le ricerche de* degnissimi de las investigaciones de los dignísimos
signori abati Morelli e Gennari, onde señores abates Morelli y Gennari, por

5 V id . R. N aumann, Die literarische Verlassenschaft des Bibliothekars der


Marciana Giacomo Morelli, en Serapeum, 8 (Leipzig 1847) 20 9 -217; C. Frati,
Corrispondenti piemontesi di Jacopo Morelli, en La bibliofilia, 20 (Firenze 1918-
19) 329-348; 2 1 (1919-20) 26-41, 179-202, 273-286; 22 (1920-21) 67-79.
5a [A q u í las publicamos en forma anticipada y provisoria, sin notas.]
54° III. E l grupo catalano*aragonés

non posso scusare la mia imprudenza lo cual debo acusarme de impruden­


d 'avere data occasione di questo loro cia al ocasionarles esa molestia.
disturbo. Este verano he compuesto un Ca-
Ho fatto in quest'estate un Cata* tdlogo de los escasos códices que aun
logo de' pochi codici che rimangono quedan en casa de los Capilupi, y
in casa Capilupi, e voleva daré qual- quería dar una noticia sobre el autor
che notizia dell'autore di questo» ma de aquél, pero poco importa. A l re­
poco si perde. N el formare questo dactar este Catálogo me han salido
Catalogo mi sono venuti fuori alcune al paso algunas pequeñas noticias his­
picciole notizie storiche e bibliografía tóricas y bibliográficas, que podrán
che, che potrebbero interessare parti' interesar en especial a los mantua-
colarmente i mantovani; e» s'avessi nos; y, si tuviese tiempo para corre­
tempo di ritoccarlo e comodo di stam- girlo y facilidad para estamparlo sin
parlo senza alcuna briga, forse mi re- ningún cuidado, tal vez me resolve­
solverei a darlo al pubblico. ría a darlo al público.

Con este cuidado comenzó el abate Andrés a tejer su catálogo, en­


treverando ese trabajo con el de la prosecución de su magna historia
literaria; así no es de admirar que su publicación se retrasase siete
años, hasta el de 1797* El 39 de mayo del 92 vuelve a escribir desde
Mantua a Iacopo Morelli a propósito también de Isabel de Este,
esposa de Francisco1 II Gonzaga, a la cual el humanista boloñés Giam-
battista Pió (1460-1540) había dedicado una traducción latina del Pinax
del filósofo tebano Cebes, discípulo de Sócrates según Jenoronte, y del
pitagórico Filolao, según Platón:
É passato di qua — [le dice]— H a pasado por aquí — [le dice]—
monsignqr Fabroni, e mi ha dato il monseñor Fabroni, y me ha procu­
piacere di farmi sentire le Sue nuove, rado el gusto de oir noticias de usted,
che mi sono sempre carissime. Nel siempre tan apreciadas. A l enseñarle
mostrargli alcuni codici capilupiani, algunos códices capilupianos, oyendo
sentendo che la traduzione in versi que la traducción de la Tabla de Ce­
latini della Tavola di Cebete fatta da bes en versos latinos hecha por Giam­
Giambattista Pió non fu conosciuta battista Pió pasó por alto a De Bri­
dal De Brizio, m'ha suggerito di dar- zio, me ha sugerido que lo comuni­
ne parte al signor Arles peí mezzo di case, por medio de usted, al señor
L e í; ed io lo fo tanto piü volentieri, A rles; y lo cumplo con tanto mayor
quanto che altronde pensava giá scri- gusto, por cuanto pensaba ya escri­
verle in quest'ordinario. Quest’é un birle en este ordinario. Se trata de
codice membranaceo in 4.0 piccolo: un códice en pergamino, en 4.0 me-
25* Juan Andrés y el humanismo 54i
C e b e tís T a b u la e in te r p r e ta tio d e su lto * ñ or: C e b e tis T á b u la e in te r p r e ta tio
ña P ii ad illu s tñ s s im a m Is a b e lla m * d e s u lto ñ a P ii ad illu s tñ s s im a m Isa -
Precede la dedica» dalla quale si rileva b e lla m . Antecede la dedicatoria, de la
che questo Pio é Giambattista, e que­ cual se deduce que ese Pió es Giam-
sta traduzione una delle sue prime battista? y esa traducción, una de sus
opere, anteriore a ' C o m m e n ti d i F la u - primeras obras, anterior a los Co­
t o . La traduzione é in versi ésametri? méntanos de P la u to . La traducción
incomincia : "Falciferi cum forte Dei está en versos hexámetros ? comien­
spatiamur in ode". L ’ Isabella a cui za: "Falciferi cum forte Dei spatia-
dedica la traduzione e Isabella d ’Este, mur in ode". La Isabel a quien de­
moglie di Francesco Gonzaga, dalla dica la traducción es Isabella d’Este,
quale fu Pío accolto generosamente, e esposa de Francesco Gonzaga, la cual
fu anche scelto per suo maestro, no- acogió a Pió con generosidad y lo
tizia che non consta altronde e solo nombró maestro suyo, noticia que no
s’impara dallá dedica* Credo che se conoce por otra fuente y que sólo
questo poco potra bastare peí signor se sabe por la dedicatoria. Creo que
Arles? ma, s’Ella vorra averne di estas escasas noticias bastarán al se­
piü, le serviró con piacere in quanto ñor Arles? mas» si usted deseare aún
sia di suo gradimento... otras, le serviré gustosamente en cuan­
So che saranno degli scrittori del- to fuere de su agrado...
V E lo g io d i V i t t o ñ n o [da Feltre], pro­ Creo que habrá varios escritores
posto da quésta Accademia ? io ne para el E lo g io d e V ic to ñ n o [de Fel­
parlo assai limgamente nel C a ta lo g o tre] propuesto por esta Academia* Yo
d e lla c a p ilu p ia n a , ed ho imprestato hablo de él bastante por extenso en el
a due il manoscritto, acciocché cia- C a tá lo g o d e la c a p ilu p ia n a , y he pres­
scheduno a suo modo sene prevalga? tado a dos mi manuscrito, a fin de
di lui solo v ’é giä troppo da dire, ma que cada uno de ellos lo utilice a su
vorrei che s’illustrasse la sua scuola, manera? de él solo, hay ya mucho
ed anche in particolare tutta la fami- que decir, pero querría que se estu­
glia di Gianfrancesco Gonzaga* T ra ’ diase su escuela, y también toda la
codici capilupiani ve n ’é uno della familia de Gianfrancesco Gonzaga en
V ita scritta dal Prendilacqua, piü co­ particular* Entre los códices capilu-
pioso e meglio disteso di quello della pianos hay uno de su V id a escrita
Vaticana? si conosce ch’é stato scrit- por Prendilacqua, más extenso y me­
to posteriormente, e ancor di poi ac- jor compuesto que el de la Vaticana?
cresciuto di qualche aggiunta. se ve que fue escrito con posteriori­
dad, y, además, aumentado con al­
gunas añadiduras.
542 UL E l grupo catalano^aragonés

Iacopo Morelli* desde su puesto de bibliotecario de la Marciana*


estaba en relación con los helenistas de toda Europa* y sobre todo con
el célebre editor de clásicos griegos M. Jean^Bte Gaspar d'Anse de
Villoison* a quien dirigió una épístola sobre el humanista veneciano
Gregorio Corraro o Correr (1411^1464)* que envió también a su amigo
de Mantua; éste le contestó con la siguiente carta* fechada a 3 de
octubre de 17 9 2 :

Pregiatissimo signor abate» padrone M uy apreciado señor abate, mi due"


ed amico carissimo» ño y amigo carísimo:
ho ricevuta la sua gentilissima let" H e recibido su atenta carta, junto
tera con quella diretta al signor Vil" con la dirigida al señor Villoison y
loison e colPaggiunto facsímile. Di con el facsímil adjunto. De todo le
tutto le rendo mille grazie» ed al ri" doy mil gracias, y le ruego que al
torno costa del signor abaté Belli la regresar ahí el abate Belli le pida que
prego di farsi rimborsare della spesa le reembolse el precio del facsímil im"
dello stampato facsímile. H o letto con preso. H e leído con gran placer su
molto piacere Perudita sua lettera a erudita carta a Monsieur Villoison,
Monsieur Villoison, tanto piü che ri" tanto más cuanto que, al leerla, iba
fletteva nel leggerla che la tragedia pensando que la tragedia de Corraro,
del Corraro, che ha saputo farsi ere" que él consiguió hacer pasar por ro"
dere veramente romana, é nata in mana» nació en Mantua, cuando, co"
Mantova, quando, come dice lo stesso mo dice el propio Corraro,
Corraro,
d u m m ih i p u lc h e r
M in c iu s e t v ir id e s s u a d e b a n t c a r m in a r ip a e .

E in grazia d’essa lo stimava VittO" Y por razón de ella Victorino lo


riño un altro Eschilo, come gli dice consideraba un nuevo Esquilo, como
cgli stesso: dice él mismo:

t e iu d ic e , T h e s p is
A u t A e s c h illu s e r a m .

Cosi sta scritto in un codice capi" A sí aparece en un códice capilupia"


lupiano, dove altro non si riporta che no, donde sólo consta la primera sá"
la prima satira, diretta a Vittorino tira, dirigida a Victorino, su maestro.
suo maestro. In altro codice capilu" En otro códice capilupiano se leen
piano leggonsi alcuni versi o epitafj di algunos versos o epitafios de GregO"
Gregorio Corraro a Niccoló Niccoli, rio Corraro a Niccoló Niccoli, que no
25* ]uan Andrés y el humanismo 543
che non so se vi saranno nella pre- sé si estarán en la preciosa colección
ziosa raccolta da Lei posseduta degli de opúsculos autógrafos de Corraro,
opuscoli autografi del Corraro. A pro­ que usted posee. A propósito de los
posito de' capilupiani e del Corraro manuscritos capilupianos y de Corra­
le diró che v 'é anche fra quelli la ro le diré que también existe uno
Vita di Vittorino del Prendilacqua, con la Vita de Victorino por Prendi­
con moltissime varianti ed aggiunte lacqua, con muchísimas variantes y
rispetto a quella pubblicata dal Dalla añadiduras respecto a la que publicó
Corte e da Lei illustrata; e per ció Dalla Corte y usted comentó; por lo
che riguarda il Corraro solo aggiun- que se refiere a Corraro sólo añade:
ge: “ ex patritia venetorum familia” , “ ex patritia venetorum familia” , que
che manca nella stampata. falta en el texto impreso.
Ma fa troppo onore al mió Cata·' Pero usted honra en demasía mi
logo de* capilupiani col mostrarmi, Catálogo de los capilupianos, mani­
com'ora fa per mezzo delPabate Belli, festándome su interés por verlo publi­
premura di vederlo stampato. La cado, como ahora me comunica por
mancanza di tempo e di libri mi trat- medio del abate Belli. La falta de
tiene dal farlq. Non ho potuto tro* tiempo y de libros me impide hacer­
vare in tutte queste biblioteche Pope·- lo. En ninguna de las bibliotecas de
re di Pio II, non quelle del Poggio, aquí he hallado las obras de Pío II
del Filelfo ec.; molto meno poi edi- ni las del Poggio ni las de Filelfo,
zioni moderne d'autori di quel tem­ etc.; mucho menos aún ediciones
po; ond’é pericolo che mostri troppo modernas de autores de aquella épo­
la mia ignoranza, presentando per ine­ ca ; por lo que hay peligro que mues­
dito ció ch’é pubblicato, e per una tre demasiado mi ignorancia, presen­
raritá cose cqmuni e triviali presso i tando como inédito lo que ya ha sido
bibliografi. Con tutto ció, non perdo publicado, y como una rareza cosas
il pensiero di pubblicarlo quando avró comunes y triviales para los biblió­
tempo. In questi giorni mi e sbuccato grafos. Ello no obstante, no aparto la
fuori un piccolo quinternetto Ad idea de publicarlo cuando tenga tiem­
Hippolitum Capilupum, di versi ele­ po. En estos mismos días me ha
giaci bene scritti, di carattere studia- saltado a las manos un pequeño quin­
to, e, alia fine, d'altro carattere, che terno A d Hippolytum Capilupum, con
sará stato quello delPautore, “Fran- versos elegiacos bien compuestos, de
ciscus Contemius” . Si legge troppo caligrafía rebuscada, y, al fin, con
chiaro “ Contemius” per póteme du­ otro carácter, que será el del autor:
bitare, pure non sapendo chi possa “Franciscus Contemius” . Se lee dema­
essere Conternio; e, vedendo un pic­ siado claro “ Contemius” para poder
colo intervallo fra il “ Conter” e il dudar, a pesar de no saber quién
“ nius” , ho pensato se mai fosse “ Con­ pueda ser ese Contemio; pero, vien­
terimus” , ma mi parrebbe balordag- do un pequeño espacio entre “ Conter”
544 III. El grupo catalana'ayagones

gine di sbagliare in una cosa simile il y "nius” , he pensado que podría ser
proprio cognome. L fE le g ía incomin- “ Conterinius” , aunque me parece es*
cia : tupidez el pensar que alguien pueda
equivocarse escribiendo el propio ape*
llido. La E le g ía comienza:

Q u a lis d e s e r to la c rim a s in litto r e p e n d i t


D is s id io ca ri co n iu g is A lc y o n e ...

Cosi il poeta, dopo essersi allonta^ A sí dice el poeta, después de ha*


nato dalla sua bella. II nome di que^ berse alejado de su amada, de nom^
sta e Lelia; e Veronese. Anche forse bre Lelia, y de Verona. Quizás tam*
il poeta e Veronese, dicendo della bien el poeta es veronés, pues dice
Lesbia di Catullo: de la Lesbia de Catulo:

L e s b ia , B e n a c i g lo ria m a g n a m e u

Nel principio de* suoi amori dove Al principio de sus amores hubo
lasciare Verona e la sua amica, e par* de abandonar a Verona y a su ama^
tire, ma non dice il dove né il per* da, y partir, mas no dice ni adonde
che; solo dice: ni por qué; sólo dice:

A s t e g o p e r s y lv a s p e r q u e a v ia s a x a v a g a tu s ,
E t co elo e t te r r a e t o t m e a d a m n a q u e r o r .
H e u ! ru p a e n o s tr a s c r e b r o a u d iv e r e q u e re la s!
H e u ! te llu s la c rim is e s t m a d e fa c ta m e is!

In questa desolazione non fu che il En tal desolación, sólo Capilupi lo


Capilupi che il consolassi [ I ] : consoló:

A t tu m e r e v o c a s s u p r e m o a lim in e m o r tis ,
H i p p o l y t e , a n tiq u a e f o e d e r e a m ic itia e .

Questo potrebbe mostrare che fos* Eso podría indicar que se hallase
se in Venezia al tempo che Ippolito en Venecia, cuando Ippolito era nun*
era nunzio, ma il pariare di rupi e di ció, pero el hablar de peñas y de
terra, e non di mare e d'acque, mi tierra, y no de mar y de aguas, me
fa pensare che fosse piutosto in Tren^ hace sospechar que estuviese en Tren*
to, dove Ippolito si portó da Venezia to, adonde Ippolito se dirigió desde
al tempo del concilio. S'ella, neirim- Venecia durante el concilio. Si usted,
mensa sua erudizione, ha qualche no* con su inmensa erudición, sabe algo
25* Juan Andrés y el humanismo 545
tizia «guardante questo poeta Fran- sobre ese poeta Francesco Conternio
cesco Conternio o Conterinio, mi fará o Conterinio, me hará un gran favor
grazia di favorirmela. si me lo comunica.

Estas tres cartas, entresacadas del epistolario de Juan Andrést bas­


tan para hacernos ver el paciente trabajo critico, enteramente moder­
no, con que el ex-jesuíta valenciano preparó su Catalogo de9 codici
manoscritti della famiglia Capilupi di Mantova: así no nos admirará
que en nuestros días Ludwig von Pastor, en el primer tomo de su
Historia de los papas, haya colocado el viejo catálogo de Juan Andrés
entre la bibliografía más importante para el conocimiento del huma­
nismo italiano.

L . HISPANO-ITALIANA. — 35
jf
'|1

¡
26

ANTONIO CONCA, JE SU IT A V A LEN C IA N O EN EXILIO

Antonio Conca y Alcaraz *, nacido en Onteniente el 1 6 de junio


de 1746, había entrado jovencísimo en el noviciado de Tarragona de
la Compañía de Jesús, el 18 de octubre de 1760, sólo siete años antes
de la expulsión decretada por Carlos IIL Pero este breve período y los
otros seis años transcurridos en Córcega y Ferrara antes de 17 7 3 fue-
ron suficientes para dejarle el sello característico de toda aquella gene-
ración que supo reunir y hermanar, como ninguna otra, un espíritu
religioso consciente e infrangibie, con la más viva inquietud intelectual,
propia de aquella época de transición cultural y política*
Terminado su noviciado, Conca permaneció en Tarragona otro año,
estudiando y perfeccionando las letras humanas — latín y griego prin-
cipalmente— en el curso de 1762-63« Por poco no tuvo como profesor
a uno de los humanistas más vivos y más finos de la escuela cerva-
riense, el mallorquín Bartolomé Pou: precisamente al año siguiente
iniciaba éste su profesorado tarraconense que, prolongado luego en
San Bonifacio y Ferrara, le valió el título de restaurador literario de
toda la provincia jesuítica de Aragón2* Antonio Conca tuvo como
profesores a los padres Andrés Galán, de Tarazona, más tarde dedi­
cado preferentemente a los estudios teológicos y bíblicos3, y a Andrés

* Publicado en catalán, con el título A n to n i C o n c a je s u íta v a le n c ia e n e x ili


(1 7 4 6 * 1 8 2 0 ), en los A n a le s d e l C e n tr o d e c u ltu ra v a le n c ia n a , 2 .a época, 12
(1951) 179 -187. Traducción de Francisco Miracle.
1 Tomo estas noticias de los catálogos impresos de la provincia de Aragón,
correspondientes a los años 1762, 1765, 1766, y de los de la provincia de España
para 18 18 y 1820. Todos en A R SI.
2 V id . supra, págs. 482-491; y Bibl., núm. 30.
3 SOMMERVOGEL, III, 110 6 -110 7.
548 111. E l grupa catalano+aragonés

Pastor, que no dejó ningún rastro bibliográfico de su enseñanza* Mu­


cho más interesante es la lista de sus compañeros de curso, en la que
encontramos los nombres del alicantino Pedro Montengón, autor dél
Eusebia3*; de Salvador Xea, amigo íntimo del notable arqueólogo de
Tarragona, tan alabado por Antonio Ponz, el canónigo Ramón Foguet;
del aragonés losé Quirós, el futuro jurista de gran renombre en Fe­
rrara*
En el trienio de 1763 a 1766 Antonio Conca cursó la filosofía en
Gerona, donde aún vivía, aunque retirado de la enseñanza, el Gracián
del siglo XVIII — en frase exageradísima de Menéndez Pelayo4— , el
barcelonés Antonio Codorniu* Entre los profesores aparecen dos nom­
bres vinculados a la renovación cervariense: Antonio Navas —buen
amigo personal de José Fines tres 5, hombre de mérito y de espíritu
filosófico, aunque no nos haya dejado ninguna obra impresa— y Mi­
guel Generés, de Aragón, un tiempo compañero del padre Bartolomé
Pou en Calatayud* Que Generés entendía la filosofía de un modo más
humano que los antiguos escolásticos, lo atestigua claramente su única
publicación, el libro escrito en Bolonia e impreso en Madrid en 1793
bajo el filosófico título setecentista de Reflexiones políticas y econó-
micas sobre la población, agricultura, artes, fábricas y comercio del
reyno de Aragón. Precédeles una breve descripción geográphica natu-
ral del mismo reyno. Antonio· Conca conservó un respetuoso recuerdo
de este profesor de filosofía, y en su Descrizione odeporica della
Spagna6, hablando de Aragón y aludiendo a aquella obra dictada por
el “ celo patriótico del noble aragonés don Miguel Generés, mi maestro
de filosofía, querido amigo y señor“ , se complace en escribir: “ Como
cualquier cosa que yo dijese en elogio del autor de las susodichas
Riflessioni podría ser considerada como mero efecto de mi agradeci­
miento, por quien no las ha visto y estudiado, creo más oportuno ca­
llarme, indicando de paso que la Real Sociedad Aragonesa ha dado al
abate Generés la prueba mayor de su gratitud y aprobación, eligién­
dole socio correspondiente“ * Cuanto a los otros dos profesores de filo­
sofía, Rafael Serra es un desconocido, en el orden cultural; y de Fran­

3a [V id . supra, págs. 496-498.]


4 La ciencia española, III, 78.
5 C asanovas, I-III, passim.
6 IV , 291-292.
26* Antonio Conea 549

cisco Soldevila tenemos sólo un poema anónimo; musicado por el


maestro de capilla de la seo de Gerona, Manuel Gónima, cuyo espí-
ritu barrocamente pre-neoclásico bien se echa de ver en el mismo
título: Aclamación gratulatoria que al conquistador de un nuevo mun*
do, San Francisco Xavier, apóstol de las Indias, dedica la piedad de sus
devotos en su novena y templo de San Martín de Gerona, año de
i j ó o 7* En cambio, entre los compañeros de Antonio Conca en Ge­
rona debemos señalar, además de Montengón y Xea, al hermano del
canónigo Foguet de Tarragona, Lorenzo, que en sus cartas familiares
desde Bolonia, aún inéditas, nos dejará íntimas y agradables descrip­
ciones de la vida de los exiliados*
Al sobrevenir la expulsión de los jesuítas en abril de 1767, An­
tonio Conca terminaba el primer año de teología en el colegio de San
Pablo de la ciudad de Valencia, que entonces llevaba el título de co­
legio máximo de la provincia de Aragón, extendida a toda la antigua
confederación catalanoaragonesa* En esas tierras la teología fue la úl­
tima de las disciplinas que recibió el aliento renovador del humanismo
y del criticismo setecentistas* El teólogo catalán Juan Bautista Gener,
uno de los primeros de Europa en renovar los estudios sagrados, vivía
en Roma, y no pudo introducir en Cataluña su espíritu histórico y po­
sitivo* En él año 67 era rector del colegio de Valencia el bilbilitano
Pedro Navarro, quien, siéndolo de Montesión en Mallorca, mandó im­
primir su lamento por la muerte de la reina doña Bárbara de Bragan-
za 8: ésta era su única ejecutoria cultural* Los dos profesores de teo­
logía escolástica, José Darder y Pablo Coma, son totalmente descono­
cidos de los bibliófilos, al parigual que el maestro de Escritura, padre
Esteban Lerm a; y del profesor de moral, Vicente Emperador, valen­
ciano, sólo conocemos algunas “ quintillas” en honor de San Vicente
Ferrer, otras breves composiciones pseudopoéticas, y un poema inédito
sobre Gibraltar, compuesto en el exilio 9* Mucho más interesante era
en Valencia aquel joven barcelonés Francisco Gusta, que entonces es­
taba estudiando el tercer curso de teología, y que en Ferrara, Venecia,

7 U riarte , I, 12, núm. 29* El mismo padre Soldevila tradujo también al­
gunas obrillas de piedad: ibid., 357, núm. 1059*
8 SO M M ER V O G EL, V , 1599.
9 U riarte -L ecina, II, 485.
55o III♦ E l grupa catalano>aragonés

Ñápeles y Palermo brillará como uno de los más eruditos apologistas


de su tiem po101*
Antonio Conca terminó los estudios teológicos y fue ordenado
sacerdote estando ya en el exilio* Extinguida la Compañía de Jesús por
Clemente X IV t se quedó en Ferrara, como la mayoría de los jesuítas
de la corona de Aragón, hasta que las tropas napoleónicas le echaron
en marzo de 1798 n* Como muchos otros, halló refugio entonces en
la república de Genova* Restaurada la Compañía por Pío V II en 18 14 ,
y admitida en España por Fernando VII, regresó inmediatamente a
buscar un cobijo para la vejez en su doble patria: la espiritual — la
orden religiosa a la que se había consagrado a los catorce años— y la
terrenal, Valencia* Nombrado rector del seminario de nobles de esta
ciudad en 18 16 , el 16 de febrero del año siguiente hizo allí la solemne
profesión de cuatro votos que la extinción de 1773 le había impedido
emitir a su debido tiempo* En el año 1820, a los 12 de abril — pocos
meses antés de la disolución de la Compañía de Jesús, por decreto fir^
mado por Fernando V II el i*° de setiembre de 1820, al empezar el
trienio liberal— , acabó el padre Antonio Conca su vida transitoria,
iniciada en Onteniente hacía casi setenta y cuatro años 1213*
Desde Ferrara había intervenido en la cuestión arabista suscitada
por su paisano Juan Andrés* Atacado éste por el jesuíta navarro Fram
cisco Javier de Idiáquez B, quien negaba que las primeras instituciones
de enseñanza pública hubiesen sido fundadas en España por los árabes,
salió Conca en defensa de su amigo valenciano con una carta de 18
de mayo de 1789, dirigida a Carlos Andrés; desgraciadamente esta
carta se ha perdido 14, pero la noticia basta para relacionar el nombre
de Antonio Conca con la historia del arabismo hispánico 15*
Aparte de esa disertación manuscrita en forma de carta a Carlos
Andrés, y de toda una serie de artículos y recensiones dispersos en

10 Vid, Bibl., núm. 13.


11 Carta de Conca a Gian Giorgio Handwerk, de Ferrara 12 marzo 1798.
Modena, Biblioteca estense, autografoteca Campori.
12 F rías , I, 239.
13 Su disertación se conserva manuscrita en el archivo de Loyola,
14 D iosdado C aballero , I, 119 ; de él toman la noticia S ommervogel, II,
1365» y U riarte-L ecina, II, 276,
15 Bibl., núm. 23 (págs. cin-cvi).

j
2Ó. Antonio Conea 551
muchas revistas italianas de la épocat conocemos tres obras impresas de
Antonio Concat todas ellas traducidas del español: el Discorso sopra
il fomento delVindustria popolare 15a del conde de Campomanes, pu­
blicado en Venecia en 17 8 7 ; la Descrizione odeporica, ya mencionada
(4 vols., Parma 179 3-9 7)16 * Y los Elogj storici del cardinale don Fran-
cesco Ximenez de Cisneyos e del conte di Campomanes pronunciados
en la Academia de la Historia de Madrid por don Vicente González
Amaot e impresos en versión italiana en Genova el año 1805, cuando
Conca residía en ella* Cierto que no es una bibliografía muy abundante

15a [Es muy curioso ese interés por las cuestiones económicas, en relación
con la Accademia dei Georgofili de Florencia. C f. F . VENTURI, E c o n o m is ti s
r ifo r m a to r i s p a g n o li e ita lia n i d e l *j o o , en R iv . s to r ic a ita lia n a , 74 (1962) 532*561
(v. págs. 539"55o ) J
16 T al vez fuese un intento de completar, en forma abreviada, su descrip­
ción de España, un ms. fragmentario de la Biblioteca universitaria de San Sal­
vador (El Salyador), antes en la Biblioteca nacional de la misma república
con la cota 11*8.6; 270 x 195 mm., 47 ff. s. num „ encuadernado en perga­
mino. Perdido en el último incendio que sufrió esta ciudad. Llevaba el título
general [ i r ] C o n tr o v e r s ie / A p p a r te n e n ti a lV E ta L / c o n m a g g io r i n o tiz ie e
chiareZZe e s p o s te y estaba enteramente escrito de mano de copista italiano, pero
con correcciones y añadiduras marginales de mano española del s. XVIII, muy
parecida a la de Conca; era, sin duda, obra de un jesuíta español, con mucha
probabilidad valenciano y desconocedor de Castilla. Comprendía dos partes:
1) 2 r : “ La Spagna presa insieme con Portogallo“ : descripción geográfica de la
España romana (2r-4v) y de la España setecentista (5r-35r) dividida en 15 pro­
vincias por e£te orden: Castilla la N ueva y la Vieja, León, Extremadura, A n ­
dalucía, Murcia, Valencia, Cataluña, Galicia, Asturias, Navarra, Aragón, Ba­
leares y Canarias, con Filipinas y América; decía, p. e . : “ la provincia della
Nuova Castiglia é la piü bella della Spagna il centro della monarchia e il luogo
della residenza dei re“ (5v), y comenzaba describiendo Madrid (6r-7r), El Esco­
rial (7r-9r), Aranjuez, Toledo, etc.; hablando de Orihuela (2^r) notaba que
“ la fertilitá della sua campagna fu causa di quel proverbio; pioggia o non
pioggia vi é sempre abondanza in Oruega“ ( I); y sobre Montserrat comentaba:
“ É celebre questo monte per una immagine e capella dedicata alia B. Vergine,
moho venerata da pellegrini. Quivi S. Ignazio Loiola passó moho tempo medi­
tando“ (32r). Expl. 3 5 r : “ ...mai tramontava nelle sue terre“ . - 2) Descripción de
la Roma antigua, sin título, porque faltaban las primeras hojas; inc. 3Ór: A ven ­
do parlato de* ponti cade moho a proposito il dire qualche cosa circa Pisóla
Teverina...“ ; expl. 4 7 V : “ ...i solí rostri di marmo“ . Se puede suponer con
verosimilitud que se trataba de restos de una nueva obra geografico-arqueolo-
gica, escrita por Antonio Conca en Génova durante los largos años indocu­
mentados entre 1798 y 18 15 .

banco DE la RF’UDUCA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARANGO

CATALOGACION
552 III. E l grupo catalanO'aragonés

para tantos años de exilio inactivo, pero su salud poco robusta, a que
tantas veces alude él mismo en su epistolario, es una explicación más
que suficiente*
Al igual que la mayor parte de los exiliados, Conca siempre escri­
bió sobre temas hispánicos* Esta tarea de vindicación y difusión de la
cultura española ha sido considerada — desde Menéndez Pelayo—
como una muestra de su encendido patriotismo* Pero hemos de hacer
dos observaciones de interés*
En primer lugar, sirvieron más a la propia patria los que como An­
drés, Hervás o Arteaga difundieron en español las corrientes europeas
más modernas, o los que como Masdeu, Caballero o Arévalo se dedi­
caron a serios estudios de investigación hispánica, que no los anecdó­
ticamente polemistas como Serrano y Llampillas*
En segundo lugar, los , que más se distinguieron en la defensa o
difusión de la cultura española fueron precisamente los catalanes y va­
lencianos, los cuales, estudiando seriamente el pasado histórico de Es­
paña, se encontraron con la cultura de su propia tierra, y en ella se
detuvieron amorosamente* El día en que se haga un estudio completo
de este fenómeno se comprobará que, también entre los exiliados en
Italia, el espíritu crítico y erudito del siglo XVIII es uno de los prelu­
dios más claros del Romanticismo y de la Renaixenqa16a.

16a [Véase en el Estudio 27 el particular interés de Conca por el arte de


Cataluña y Valencia. Es muy probable que Antonio Conca y Alcaraz fuese her­
mano de un tal Joaquín con los mismos apellidos» y consiguientemente sobrino
de don Gregorio Mayans y Sisear; pues en el ms. 6807 de la Biblioteca muni­
cipal de Valencia se conserva una carta sin lugar ni fecha» de mano infantil,
de dicho Joaquín Conca y Alcaraz a don Gregorio, a quien llama “ tío” .]
27

CONCA Y SU REFUNDICIÓN A BR EV IA D A D EL “ V IA G E ”
DE AN TO N IO PONZ

En el destierro de Italia la arqueología y la historia de las artes


plásticas tuvieron un representante principal en cada una de las regio-'
nes de lengua catalana*
El mallorquín Ramón Diosdado Caballero*1 publicó en i79Ót en
la Antología romana y en el Giornale letterario di Napoli, unas muy
documentadas Osservazioni sulla patria del pittore Giuseppe di Ribera
detto lo Spúgnoletto, demostrando su nacimiento en Játivat y no en
Italia como pretendía el ex*jesuíta Luigi Lanzi*
El catalán Juan Francisco de Masdeu 2, “ nobile barcellonese” , daba
una primera síntesis de toda la arqueología hispánica en su monumen*
tal Historié inconclusa*
El valenciano Antonio Conca3 escribió un ensayo geográfico y ar*
tístico de toda España, basado en el Viage de su paisano Antonio
Ponzt con el arcádico título de Descrizione odeporica della Spagna in
cui spezialmente si da notizia delle cose spettanti le belle arti degne
delVattenzione del curioso viaggiatore: la palabra “ odeporica” (de
Ó8£'iropéc0t *viajar") indicaba que la descripción se hacía en forma de
viaje*

* Publicado en catalán, con el título L ’ abren jament italia del viatge artístic
i arqueólogic d’ Antoni Ponq, en Misceblania Puig i Cadafalch, I (Barcelona
1947*51 [ed. 1952]) 269*290. Traducción de Francisco Miracle.
1 [Estudio 2 1, cf. n. 4 7.]
2 [Estudio 19 .]
3 [Sus datos biográficos en el Estudio 26.]
554 IIL E l grupo catalana^aragonés

Hacia fines del reinado de Carlos I I I 4 y en los primeros años de


Carlos I V 5, don Pedro Rodríguez de Campomanes era uno de los
hombres más prepotentes: fiscal del reino y presidente del Consejo de
Castilla desde 1783» Las tres publicaciones de Antonio Conca se rela-
cionan con este personaje, como también a Campomanes había dedi­
cado Ponz la relación de su viaje.
En cuanto salió a luz, en 1787, el Discorso sopra il fomento del·
Vindustria popolare, su traductor solicitó del gobierno español la con­
cesión de pensión doble; bien informada en Roma su solicitud por don
fosé Nicolás de Azara, le fue otorgada por Floridablanca, nuevo pre­
sidente del Consejo, el 13 de mayo de I7 8 8 6. Al mismo tiempo se le
concedía a su antiguo compañero Pedro Montengón, quien entonces
ya había publicado en Ferrara sus tres libros de Odas de Filópatro, y
en Madrid E l Antenor y el Eusebia.
Conca se puso en seguida a traducir en forma abreviada la obra
de Antonio Ponz, y ello le había de dar ocasión de manifestar su gra­
titud y reconocimiento a Campomanes y a Mofíino. Pero como la im­
presión se fue retrasando más de lo que se creía, sobrevino la dimisión
del presidente del Consejo de Castilla en 17 9 1, y la sustitución de
Floridablanca, en febrero de 1792, por el conde de Aranda, a su vez
sustituido en la embajada de París por el conde de Fernán-Núñez 7,
Estos hechos movieron a Antonio Conca a pedir al impresor Bodoni
de Parma que le restituyese el manuscrito del primer volumen:

4 [Cf. R odríguez C asado, ob. cit. en Estudio i, n. * .]


5 [C f. C. E . Corona Baratech , Revolución y reacción en el reinado de
Carlos IV (Madrid 1957).]
6 Floridablanca escribía desde el Pardo a Azara, en 22 de enero de 1788 :
“ Deseando el rey saber el mérito que tiene y concepto que merece por su lite­
ratura el ex-jesuita D . Antonio Conca, residente en Ferrara, que ha traducido
al italiano y publicado el Discurso sobre el fomento de la industria popular,
escrito por el conde de Campomanes, con una prefación suya, lo participo a
V . S . de su r. o. para su inteligencia y cumplimiento“ . A E E R , 237, f. 47. La
concesión dice así: “ Enterado el rey de lo que V . S. informa con fecha de 16
del pasado a favor de los ex-jesuitas D . Pedro Montengón y D . Antonio Conca,
residentes en Ferrara, ha venido Su Majestad en concederles pensión doble...
Lo que de su r. o. participo a V . S ... Aranjuez, 13 de maio de 1788. E l conde
de Floridablanca♦ — Sr. D . Joseph Nicolás de Azara“ . Ibid., f. 68 Sobre
Azara vid. supra, págs. 21-22, 123-127,
7 March, II, 92.
27» Conca y P o n t 555
Le nuove circonstanze del ministe- Las nuevas circunstancias del mi·'
ro di Spagna — [le escribía el 14 de nisterio de España — [le escribía el
mayo de 179 2 ]— mi obbligano a far 14 de mayo de 179 2 ]— me obligan a
de* cambiamenti e delle aggiunte, e hacer cambios y añadiduras, y tal vez
forse ad aver altre mire ed a prende^ a tener otras perspectivas y a tomar
re molto diverse determinazioni. Quin- muy diversas determinaciones* Por
di, se il degnissimo P. Gualengo8 le consiguiente, si el dignísimo padre
chiedesse l'esemplare delPopera, non Gualengo le pidiere el original de la
dovrá dispiacergli di consegnarglielo, obra, no dude en entregárselo, para
acciocché ancor io pensi a quel che que yo pueda decidir lo que más con­
conviene di fare e per mió onore e viene a mi honor y a mi interés.
per mió interesse9.

Con todo, el ex-jesuíta valenciano demostró su noble gratitud tra­


duciendo en 1805 el discurso necrológico que González Arnao dedicó
a Campomanes — fallecido dos años antes— en pública sesión de la
Academia de la Historia*
Aquí vamos a estudiar particularmente la Desencone odeporica
della Spagna: su elaboración y su contenido*

Como casi todos los jesuítas catalanes y valencianos se habían lle­


vado a Italia una inquietud cultural muy característica, nunca estaban
inactivos* Antonio Conca, a pesar de su posición económica, muy me­
jorada por la doble pensión real, y a pesar de su escasa salud, buscó
en seguida un trabajo más penoso en la versión reducida del viaje ar­

8 El nombre de este teatino sale más de una vez en la correspondencia de


A . Conca* El padre Alfonso M . Gualengo, nacido en Ferrara en 1738 , entró en
la orden de los clérigos regulares en su ciudad natal y profesó en Venecia el
i.° de noviembre de 1754. En el capítulo general de 1789 fue elegido ordinario
del monasterio de la Santísima Concepción de Parma, y a 12 de mayo de 1792,
prepósito de Santa Cristina en la misma ciudad. Elegido prepósito general por
Pío V II en 1804, fue reelegido más tarde por el capítulo general de la orden.
Murió el 26 de mayo de 1828, lunes de Pentecostés, en Roma, siendo primer
consultor* Noticias sacadas de las siguientes fuentes del Archivo general de los
teatinos: Nom i e cognomi dei padri e fratelli della Congr. dei Chierici Reg.
(Roma 1777) 10, 1 1 5 ; L . Guarini, Catalogo dei generali delVordine teatino,
m s„ pág. 50 ; Acta capitulorum generdium, V I ; circular necrológica impresa,
del 27 de mayo 18 28 ; Libro della Consulta délVanno 1800 al 1823, pág. a ;
Libro in cui si notano tutti i padri e fratelli defunti... ad annum 1828.
9 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni. Cf. Estudio 19, n. 19.
556 111. E l gru po catalano+aragonés

tístico y arqueológico del clérigo valenciano Antonio Ponz, natural de


Bechí, cerca de Segorbe*
Es muy interesante subrayar esta predilección valenciana por los
viajes eruditos* De la inmensa literatura viajera sobre España en las
postrimerías del siglo XVIII y principios del XIX, minuciosamente reco­
gida por Arturo Farinelli 101t casi los únicos libros que quedan aún vivos
y útiles para los eruditos son el Viage literario a las iglesias de
España por el ex-dominico setabense padre Jaime Villanuevat y el
Viage de España, en que se da noticia de las cosas más apreciables y
dignas de saberse que ha¡y en ella, viaje realizado por Antonio Ponz
por encargo del fiscal Campomanes a fin de hacerse cargo de las obras
de arte dejadas por los expulsos jesuítas en sus templos y colegios, pero
muy pronto ampliado por el insigne arqueólogo hasta dar la primera
visión total del arte hispánico que jamás se haya hecho* También son
dos valencianos los que en su forzoso exilio se dejan seducir por este
género literario: Juan Andrés, en sus tan finas y neoclásicas Cartas
familiares n, va comunicando a su hermano don Carlos las más inte­
resantes noticias artísticas y culturales de Italia para hacer conocer me­
jor en España las bellezas, los monumentos y la literatura de su se­
gunda patria; Antonio Conca, por el contrario, quiere divulgar entre
los italianos las poco conocidas riquezas del arte español*
Si cierta predilección por los estudios artísticos, el tratarse de la
obra de un paisano suyo, y de un viaje iniciado con ocasión de la
expulsión de la Compañía, podían representar un buen estímulo para
el trabajo del ex-jesuíta de Onteniente, no fue ninguno de éstos el in­
mediato motivo de su empresa, sino la sugerencia de los marqueses
de Llano lla, cuando residían en Parma, en la corte del duque don
Fernando de Borbón, nieto de Felipe V y de Isabel Farnesio* Así lo
dice el propio Conca el 6 de febrero de 1792, incitando a Bodcni a
empezar en seguida la impresión “ para secundar las miras de los exce­

10 A . F arinelli, Viajes por España y Portugal2, II-III (Roma 1942-44);


la referencia a Gonca en II, 37 9 ; [G* Mercadal, Viajes de extranjeros por E s '
paña y Portugal, 3 vols* (Madrid 1962)]*
11 Estudios 5 y 22-25.
lla [Sobre las relaciones de los marqueses de Llano con los ex-jesuitas es­
pañoles residentes en Italia vid. Estudio 22, n. 4 5 ; Olaechea, ob. cit. (Estudio
1, n. *), 227-230. Cf. X . de Salas, U n retrato de la marquesa de Llano por
Goyat en Archivo español de artet 13 (1954) 1456-1500.]
27♦ Conea y Pong 557
lentísimos señores marqueses de Llano, que, animados de muy lauda­
ble celo patriótico, desean la rápida impresión de la obra, por mí em­
prendida a su sugerencia” 12. Pero el marqués, ya trasladado a Viena
como embajador del rey católico en la corte imperial, precisaba a Bo-
doni que la versión italiana se había hecho “ por encargo de mi es­
posa” 13, como repite Antonio Conca en su dedicatoria a doña Isabel
de Parrefío, Arce y Alarcón, marquesa de Llano, al decir que la obra
“ debía salir a la luz llevando delante vuestro claro nombre, no tenien­
do otro título que el de ser por vos ideada, promovida, alentada y
protegida” *
Si no hubiese sido por la amistad de la marquesa y del abate Giulio
Perini, secretario de la Real Academia de Florencia, Conca nunca hu­
biera visto realizados los dos ideales de todos los escritores de la Italia
setecentista: publicar su obra capital en la regia imprenta de Parma,
dirigida por Giambattista Bodoni, y figurar en ella como miembro de
alguna famosa real o imperial academia*
Ya en su primera publicación — el discurso de Campomanes— se
apellidaba “ accademico georgofilo florentino” * Alabado por Giulio Pe­
rini, le escribe en 16 de setiembre del mismo 17 8 7 :

Troppo favorevole e il vostro giu- Vuestro juicio sobre mis escritos es


dizio rapporto al mio scrivere, parian- demasiado favorable, hablando en ge­
done in generale, ma molto giusto neral, pero muy justo cuando detalláis
qualora detagliate cio che mi manca, lo que me falta. Mi salud es bastante
La mia salute e debole assai, ne sen­ débil, y no me siento con fuerzas
to forze in me da intraprendere cose para emprender cosas de fantasía, pa­
di fantasia, per le quali si vuole un ra las que se necesita cierto fuego y
certo fuoco e una certa vivacita che vivacidad que anime la pluma, con lo
animi la penna, onde riscaldato il let- cual caldeado el lector tome interés y
tore prenda interesse e diletto in cio gusto en lo que lee. Yo escribo por
che legge, Io scrivo per puro diver­ pura diversión o, por mejor decir,
timento o, per dir meglio, per iscan- para eludir el ocio; así, pues, busco
sare 1’ozio; quindi cerco argomenti temas que me tengan ocupado sin que
che mi tengano occupato senza punto me fatiguen, y dejo para otros de más
affaticarmi, e lascio ad altri e d'in- feliz ingenio y de más robusta salud
gegno piu felice e di salute piii ro- el tratar de aquellas materias que re-

12 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni.


13 Marqués de Llano a Bodoni, Viena, 12 mayo 17 9 1. Ibid.
558 III ♦ E l grupos catalano-aragonés

busta la trattazione di quelle materie quieren mayor fondo de doctrina y


che richiedono maggior fondo di dot- de saber que el mío.
trina e di sapere che il mió 14.

Cuando tenía ya muy adelantado el primer volumen de su De-


scñftone odeporica, manda a Perini, el 23 de agosto de 1790, los cua­
dernos del viaje de Bayona a Madrid y Toledo, para que se los revise,
y le añade como si nada: “ Si creéis que a su tiempo pueden compa­
recer ante esos respetables censores, indicadme la v ía : me pongo en
vuestras manos“ 15. Perini recogió la indirecta, presentó el manus­
crito a los miembros de la Real Academia de Florencia, y Conca pudo
firmarse ya en la portada del primer volumen: “ socio de las Reales
Academias Florentina y de los Georgófilos” .
Más difícil le fue poner en movimiento a los célebres tipos bodo-
nianos. Habría podido alegar que desde 1785 cuidaba en Ferrara de
las suscripciones a la monumental obra de Juan Andrés, DelVongine,
progressi e stato attuale d’ogni letteratura, impresa en aquella real im­
prenta 16; pero prefirió que lo pidiese el propio marqués de Llano. En
cuanto Bodoni recibió, en mayo de 17 9 1, la carta del embajador es­
pañol en Viena, en que se lo proponía, diciéndole que la obra cabría
en dos volúmenes en octavo 17, se apresuró a ofrecerse como impresor
y editor a la vez 18. Con tan bella esperanza Conca se entrevistó — se­
gún parece— en Parma con Bodoni y con su administrador, Gian
Giorgio Handwerk, hacia el mes de octubre, y recibió la promesa de
que empezarían en febrero y que pronto estaría listo el primer to­
mo 19. Entre tanto el mismo Antonio Ponz había corregido en Ma­
drid los primeros fragmentos de la obra20, y el día 2 de enero de
1792 Conca podía enviar a Bodoni, a través del padre Gualengo,

14 Módena, Biblioteca estense, autografoteca Campori.


15 Ibidem.
16 Conca a Gian Giorgio Handwerk, 9 setiembre y 9 diciembre 1785, y 27
agosto 1787. Ibid.
17 Marqués de Llano a Bodoni, Viena 12 mayo 179 1. Parma, Biblioteca pa­
latina, carteggio Bodoni.
18 Llano a Bodoni, Viena 4 julio 179 1. Ibid.
19 Conca a Handwerk, Ferrara 29 octubre 1792. Módena, Biblioteca esten­
se, autografoteca Campori (la publicamos inmediatamente en el texto).
20 Conca a Giulio Perini, 23 agosto 1790. Ibid.
27♦ Conca y P o n ¿ 559
teatino de Ferrara, el primer tomó manuscrito, listo para entregar al
cajista; se ofrecía a corregir las pruebas, “ para conseguir una más
correcta impresión“ , y hacía grandes pronósticos optimistas: “ Algu­
nos amigos me aseguran que la obra tendrá salida en España y que
allí serán muchos los compradores* Yo he escrito a dos o tres ciu­
dades, y espero la respuesta* Creo que yo solo podré vender por lo
menos 200 ejemplares“ 21*
Ilusiones del autor, que el editor nunca suele compartir, y menos
aún el administrador o ecónomo: ahora Handwerk pedía doscientos
cincuenta suscritores a la obra entera antes de emprenderla* Para ob­
tenerlos, Antonio Conca redactó un prospecto — manifestó lo llama­
ban entonces en Italia— y pedía a Bodoni, al mandárselo, que le
enviase ejemplares a él, al marqués de Llano y a Juan Andrés22* Pero
en Parma nunca tenían prisa, y menos ahora* Por eso Llano aprovechó
la ocasión de felicitar a Giambattista Bodoni por el Horacio que aca­
baba de imprimir a cargo de Azara, Arteaga, Fea y Visconti — “ creo
— [le decía]— que es la mejor obra que ha salido de su imprenta, y
hasta opino que supera a todo lo que se ha hecho en este género
desde hace siglos“ — para pedirle algunos ejemplares del prospecto
de Conca, y al mismo tiempo para hacerle este gentil ofrecimiento :
“ si está usted preocupado por la venta, me ofrezco a ayudarle en lo
que sea“ 23*
Después que Conca hubo pedido la restitución del manuscrito con
ocasión de la caída de Floridablanca, temiendo nuevas dilaciones del
vacilante impresor acudió de nuevo a la protección de los marqueses
de Llano, quienes interesaron en el asunto al primer ministro del duque
Femando de Parma, el conde Ventura24* Bodoni dio la excusa de que
el administrador Handwerk no le entregaba el papel25; pero Conca
comprendió que era cuestión de no desaprovechar la oportunidad,
ahora que en Parma se veían acosados por todas partes, y, trasladán­

21 Parma, Biblioteca palatina, carteggio Bodoni.


22 Conca a Bodoni, 6 febrero 1792. Ibid.
23 Marqués de Llano a Bodoni, Viena 19 marzo. 1792. Ibid.
24 Conca a Bodoni, 4 junio 1792. Piacenza, Biblioteca comunale, ms. lan-
diano 250, vol. II* — Conca a Handwerk, 5 julio 1792. Módena, Biblioteca es­
ténse, autografoteca Campori.
25 Conca a Handwerk, 9 julio 1792. Ibid.
560 IIL E l grupo catalano* aragonés

dose a Mantua para pasar unos días con su amigo don Juan Andrés,
envió otra vez desde allí a Handwerk el original del primer tomo,
ya corregido 26* Esto era el 9 de julio* Como los meses corrían y, a
pesar de las cartas apremiantes del impaciente valenciano', hasta el mes
de octubre no habían compuesto más que la dedicatoria y parte del
prólogo, el día 29 de dicho mes Conca mandó a Handwerk un ver«'
dadero ultimátum 27*
El resultado fue inmediato: en un asunto en el que tanto se in-
teresaba el embajador español en la corte imperial, el ministro de
Parma, conde Ventura, no podía permanecer indiferente28* Desde no-
viembre la actividad de las prensas bodonianas fueron el consuelo y la
alegría del ex«-jesuíta exiliado y de la marquesa de Llano* En un pri­
mer momento, las pruebas se enviaban siempre a Ferrara, para que las
corrigiese el propio Conca.29; pero unas veces por culpa del correo o
de la Inquisición de Ferrara, otras — la mayor parte— por el exceso
de otros trabajos en la imprenta real de Parma, la composición y la
tirada del primer volumen seguían con tanta lentitud, que el autor
— por otra parte, bien respaldado por las altas influencias del mismo
real infante y de su ministro— amenazó el 3 de mayo de 1793 que
daría los volúmenes restantes a otro impresor de Venecia*
Entonces la impresión se aceleró, pero revisando las pruebas el
propio corrector de la imprenta real de Parma, lo que explica algunos
errores tipográficos de la obra, sobre todo en palabras españolas30*
Para julio el ex-jesuíta empezó a enviar a Handwerk el original del
segundo- volumen, previamente revisado en Madrid por el mismo An­
tonio Ponz 31, y para enero de 1794, estando ya casi listos los dos pri­
meros tomos con la fecha de 1793, se divulgó el manifestó de propa­

26 Ibidem.
27 Ésta y todas las cartas de Conca a Handwerk que seguiré citando, están
datadas en Ferrara y se conservan en la autografoteca Campori de la Biblioteca
estense de Módena; de aquí en adelante, pues, sólo se indicará su fecha.
28 Julio, 27 agosto y 29 octubre 1792.
29 12 noviembre y 24 diciembre 1792? 28 enero, 11 febrero, 4 y 15 marzo
y 1 abril 1793.
30 16 junio 17 9 3 ; cf. 7 octubre del mismo año.
31 1 julio (cf. 8 julio), 15 julio, 12 agosto, 2 setiembre y 16 diciembre 17 9 3 ;
20 y 27 enero (cf. 16 junio 1793), 17 y 24 febrero 1794.
27* Conca y Pon¿ 561

ganda, que Conca cuidó de difundir en Viena por medio de la mar-*


quesa de Llano, en Milán por los condes Felice Adda-Salvaterra y Er-
colé Durini, en Florencia por el abate Giulio Perini, en Bolonia por el
colegial de San Clemente, don José Noguera, noble valenciano amigo
del autor, en Plasencia por el capitán Antonio Boccia, en Venecia por
el abate Pietro Berti, y en Mantua por don Juan Andrés, que espar-
ciría la obra por toda Italia, dada el área inmensa de sus múltiples
amistades: por su medio la adquirió, por ejemplo, el caballero Cario
Rosmini, historiador y humanista de la lejana Rovereto, cerca de
Trento.
Por lo que hace a sus derechos de autor, Antonio Conca escribía
noblemente al ecónomo de Parma, el 10 de febrero :
Ella sa che ií> non ho mai preteso Usted sabe que yo jamás he pre­
niente. Lascio dunque alia Sua gene- tendido nada. Dejo, pues, a su gene­
rosita il mandare per me quel nu* rosidad mandarme el número de ejem­
mero di copie che crederá opportuno. plares que crea oportuno. Natural­
Certo e per dovere e per amicizia e mente, por deber, amistad y agrade­
per riconoscenza debbo regalare al- cimiento, tengo que regalar algunos,
cune copie, e non sembra giusto che y no me parece justo que el autor
Tautore le compri per questo fine. los compre para este fin. Sin embar­
Ció non ostante, ne saró a Lei molto go, le quedaré muy agradecido sea cual
grato in qualunque maniera si regoli fuere su resolución en este punto.
verso la mia persona.

Por toda retribución recibió dieciséis ejemplares, trece en rústica


y tres encuadernados a la francesa32; estos últimos le sirvieron para
enviar a los ministros de M adrid33, y más adelante hizo encuadernar
un ejemplar en cartoné blanco, que el ministro de España en Parma,
conde de Valparaíso, había de mandar a la condesa-viuda de Fernán-
Núfíez 34: su marido, pasando por Ferrara, se había mostrado muy ob­
sequioso con Conca, el cual le tributó grandes alabanzas en su obra, al
hablar de las reformas sociales y agrícolas del aristócrata en sus po­
sesiones de Andalucía35.

32 3 marzo 1794.
33 2 febrero, 3 marzo y 1 1 abril 179 4; 4 y 18 enero, 15 y 22 febrero 1796.
34 18 enero y 7 marzo 179 6; 2 y 10 octubre 1797.
35 Desencone odeponca, III, 193.
L. HISPANO-ITALIANA. — 36
562 IIL E l g r u p a catalana-aragonés

Mientras esperaba quet muerto Antonio Ponz el 4 de diciembre


de 1792, su sucesor en la secretaría de la Real Academia de Bellas
Artes de Madrid, don Isidro Bosarte, le devolviese, revisado y corre*
gido, el original del tercer volumen, toda la actividad del ex*jesuíta se
centró en divulgar, vender y administrar, por cierto muy desinteresa*
damente, los dos primeros tomos 36. En 8 de setiembre empezó a en*
viar a Parma los primeros cuadernillos del tercero, pero a mediados
del año siguiente la impresión todavía no estaba lista« Por añadidura,
la guerra entre Francia y España casi le incomunicó con Madrid* El
27 de abril de 1795 escribió, pues, a Handwerk:

Ho differita la spedizione di ció che He aplazado la expedición de lo que


mi restava del terzo tomo della mia me quedaba del tercer tomo de mi
opera» perché attendeva ma^giori lu* obra, porque esperaba mayores luces
mi da Spagna intomo ad alcuni punti de España sobre algunos puntos que
che si dovevano trattare. Le circo* había que tratar. Las circunstancias
stanze presentí della guerra hanno presentes de la guerra han impedido
quasi impedita ogni comunicazione; casi toda comunicación; con el fin,
onde io, perché fosse aU’ordine tútto pues, de ultimar todo el tomo dentro
il tomo dentro di questo mese, gli ho de este mes, he cambiado mi prime*
dato altro giro» riservandomi a tratta* ra idea, dejando para el cuarto tomo
re nel 4.0 tomo ció che non ho potu* lo que no he podido exponer en el ter*
to eseguire nel terzo. Mando dunque cero. A sí, pues, le mando la con ti*
per tanto a Lei il seguito del terzo nuación del tomo tercero, y en el
tomo, e nelLordinario venturo le spe* próximo ordinario le expediré el úl*
diró rultimo quinterno. timo cuadernillo.

Efectivamente, el tercer volumen describía Extremadura y gran


parte de Andalucía — Jaén, Córdoba, Sevilla, Cádiz, Gibraltar y Má*
laga— , es decir, todo lo estudiado ya por Antonio Ponz en los tres
últimos tomos de su Viage: X V I, X V II y X V III. Quedaba por des*
cribir la región sudeste de la península, todo el norte de España desde
Galicia a Navarra, las Baleares y las Canarias. Ante la imposibilidad
de tener buena información, Conca dejó el viaje de Málaga a Gra*
nada para el final de su último volumen, el cuarto, como en seguida
veremos.

36 24 marzo, 14 y 2 1 abril 179 4 ; 16 y 26 enero 179 5, etc.


27 * Conca y Ponz 563
Este tercer volumen, aunque lleva la fecha de 1795, no estuvo listo
hasta febrero de 1796* Conca había deseado que en el verano ante-
rior la marquesa de Llano hubiese podido llevarse algún ejemplar
cuando se embarcaba en Genova para Barcelona 37, pero no fue posible·
Ahora quería que el libro estuviese en España antes del viaje de la
familia real a Andalucía, y, muy esperanzado, encargaba que man-
dasen en seguida allá veinticuatro ejemplares de los tres tomos ya
impresos38·
Pero el éxito de la obra no fue tan grande como habían esperado
el autor y los marqueses de Llano· Mientras Antonio Conca trabajaba
intensamente en la preparación del cuarto y último volumen, dirigió
desde Ferrara esta solicitud al político y erudito español don Eugenio
de Llaguno:

“ Excmo· Señor:
El sacerdote D· Antonio Conca, residente en Ferrara, con el res-
peto devido expone a V. E·
que, siendo el autor de los tres tomos de la Descripción odepórica
de España etc·, impresos en Parma en el idioma italiano, de que tubo
el honor de Ipresentarlos a V · E· por medio del encargado de negocios
en Bolonia Sr· Josef Capelletti, se halla actualmente trabajando el
quarto y último tomo de dicha obra, y con precisión, por sus circuns­
tancias, de implorar la protección de V · E· para que, mediante los
desvelos y gastos que le han ocurrido para una obra como ésta, en que
ha sido su objeto principal el publicar las bellezas artísticas que hay
en nuestra nación y hacerlas conocer (como también a nuestros insig­
nes profesores) en Italia y otros países, se digne V · E· inclinar el real
ánimo de S· M· a que se sirva concederle el alivio, subsidio o pensión
que sea de su real agrado, a cuio efecto· se dirige a la superioridad de
V · E· suplicando rendidamente que, por un rasgo de la ilustración y
bondad con que V · E* conoce y mira a las personas que se emplean
en el bien de nuestra nación y en hacer brillar las cosas apreciables de
ella, se sirva tener la dignación de favorecer su reverente solicitud, y
alcanzarle de la real beneficencia de S· M· la gracia referida que me­
jore su situación y alibie sus urgencias·

37 10 y 3 1 agosto, 5 y 19 octubre 1795.


38 15 febrero y 6 junio 1796·
564 III* El grupo catalano*aragonés
Lo que espera del buen corazón de V ♦ E tt cuia vida ruega a
Dios prospere en su mayor grandeza, Antonio Conca♦
limo* Sr* D* Eugenio de Llaguno” 39*

No sería de admirar que hubiese sido Juan Andrés, amigo a la vez


de Conca y de Llaguno, quien hubiese propuesto al jesuíta exiliado
dirigirse al culto y fino político de Carlos IV en busca de alguna
ayuda* Llaguno* a 20 de setiembre de 1796, pidió informes oficiales a
Azara, embajador español en Roma, el cual declaró brutalmente “ que
el socorro le necesita, porque no vende ningún exemplar de su obra,
porque nadie la lee“ 40* Esto era una exageración, pues por la corres·'
pondencia de Conca con Handwerk se ve muy bien que la obra inte­
resaba y se vendía 41, no con la profusión que había soñado su autor,
pero sí con la que correspondía a una obra larga y costosa, que reque­
ría una cultura no vulgar en los lectores*
Desdé el año anterior las circunstancias políticas del Estado Ecle­
siástico y de toda Italia no eran tampoco muy propicias para la vida
cultural: en 1795 Prusia y España firmaban la paz con la República
Francesa, contra la cual siguieron combatiendo Austria y el papa; en
1796 Bonaparte conquista el norte de Italia; en junio, Ferrara es
cañoneada sin tregua durante medio día por los franceses, que final­
mente bajan hacia Bolonia, donde el día 23 Bonaparte firma un ar­
misticio con el papa, representado entonces por Azara, embajador y
medianero en nombre del gobierno español42* El 1 1 de julio, Conca,

39 AEER, 245, f* 83*


40 A sí, al margen del siguiente documento de Llaguno a A z a ra : “ Excmo.
S r * : D . Antonio Conca, sacerdote residente en Ferrara, autor que dice ser de
tres tomos de la Descripción odepórica de Españat que ha impreso en Parma
en idioma italiano, pide en el adjunto memorial que el rey se digne concederle
alguna pensión o subsidio para poder concluir el quarto y último tomo de esta
obra, que está trabajando* Y de orden de S. M . le remito a V . S ., a fin de que
informe lo que se le ofrezca y parezca, así acerca de esta solicitud como de la
obra. Dios guarde, etc. San Lorenzo, 20 de setiembre de 1796. Eugenio de
Llaguno. — Sr. D . Joseph Nicolás de Azara” . Ibid., f. 82.
41 V id . infra, n. 46, y también las cartas de 27 abril y 3 1 agosto 17 9 5 ;
20 julio, 22 y 29 agosto y 17 diciembre 179 6; 9 enero, 22 mayo, 5 y 26 junio
y 10 octubre 17 9 7 ; 8 y 29 enero y 12 marzo 1798.
42 Pastor , Geschichte, X V I / 3 , págs. 561-566. [Olaechea , ob. cit. supra,
Estudio 7, n. i .]
27* Conca y Ponz 565
perplejo, escribía a Handwerk: “ Tal vez las actuales circunstancias
me hagan cambiar de habitación y de domicilio. Esta incertidumbre me
induce a pedirle la cuenta de mis deudas, para satisfacerlas“ 434
.
Entre tanto la impresión del cuarto volumen seguía su curso. Conca
desde Ferrara mandaba a Parma, con la periodicidad posible, el original
que faltaba Las escasas y levísimas alusiones de sus cartas a la sitúa*
ción política nos lo muestran absorbido por su trabajo, dejando que
en paz o en guerra los hombres siguiesen su propio camino. El 17 de
diciembre dice solamente: “ Por las actuales críticas circunstancias no
he expedido varios quinternos de mi cuarto tomo. Se los mandaré a
usted en la primera ocasión favorable“ . Y a 20 de febrero de 17 9 7 :
“ Incluyo cuatro quinternos de mi último tomo. También le mandaría
los últimos manuscritos si no tuviese que perfeccionarlos con noticias
relativas a Granada, que desde hace mucho tiempo espero de España,
y que tal vez me lleguen con algún correo retrasado“ . Los cambios
exteriores parecen, para él, puramente anecdóticos: si antes se hacía
mandar las pruebas y los pliegos tirados al “ Señor Giambattista Pe*
rini, aduanero en el Ponte di Lagoscuro“ , ahora dice a Handwerk que
los envíe “ al ciudadano Giambattista Perini, para el ciudadano doctor
Tumiati, profesor público en la universidad de Ferrara“ 45.
Su salud nunca era muy fuerte. A pesar de que el médico, ante su
debilidad y sus dolores intestinales, quería que disminuyese su traba*
j o 46, en 24 de julio ya podía enviar la última parte de su manuscrito,
que quedó enteramente impreso a fines de año y salió con la fecha
real de 1797 47. El año 1798 Antonio Conca, lo mismo que todos sus
compañeros de exilio, abandonó Ferrara, ocupada por los franceses, y
se dirigió a Génova, sin duda para observar cómo se presentaba su re*
greso a España, concedido entonces por Carlos IV . En 12 de marzo
escribía por última vez a Handwerk:

43 1 1 julio 1796.
44 22 y 29 agosto 179 6 ; 20 febrero* 22 mayo* 5 y 16 junio* 10* 24 y 3 1
julio* 1 1 setiembre* 10 octubre 1797.
45 3 marzo 1794 y 22 mayo 1797.
46 5 junio 1797.
47 10 octubre 1797.
566 III. El grupa catalana-aragonés
Per il solito canale de' pescatori Por el acostumbrado medio de los
mandero a Leí quattro o cinque vo- pescadores enviaré a usted cuatro o
lumi delPopera dell'abate Andrés, che cinco volúmenes de la obra del abate
qui mi restaño imperfetti, attesa la Andrés, que me quedan imperfectos,
morte o cangiamento di soggiorno di a causa de la muerte o del cambio
alcuni associati. Nel mio passaggio per de domicilio de algunos suscritores.
costa, che sará il 23 corrente per la A mi paso por ahí, que será el 23
mattina, daró a Lei la nota degli as- del corriente por la mañana, le daré
sociati..., rinnovandole la mia sin- noticia de los asociados..., renován­
cera amicizia che L e professo, e la dole la sincera amistad que le profe­
mia riconoscenza per la premura con so, y mi gratitud por el interés con
cui ha favorito me e la stampa della el que me ha favorecido a mí y a la
mia opera. impresión de mi obra.

Veamos ahora, brevemente, su copíemelo.

La finalidad de la obra queda suficientemente explicada por el pro­


pio autor en el prólogo: dar a conocer “ profesores de mérito, muy
dignos de ser conocidos“ , pero que realmente no lo eran; y al mismo
tiempo hacer que los italianos pudiesen encontrar “ singulares obras
de los primeros luminares de la pintura donde menos pensaban encon­
trarlos“ (I, pág. II). En otras palabras, hacer saber que “ encontrarán en
España muchos cuadros excelentes de Rafael, Ticiano, Correggio, Du-
rero, Rembrandt, Poussin, Rubens y de los mejores maestros de todas
las escuelas, muchos edificios grandiosos y hermosísimas estatuas, que
pueden ser nobles ejemplos de arquitectura y escultura“ , y al mismo
tiempo difundir el conocimiento de la verdadera escuela española,
“ clara e ilustre con los nombres de Murillo, Velázquez, Cano, Berru-
guete, Pantoja, Carreño, Cerezo, Pardo y muchos más“ (I, págs. Vl-VIl).
Esto era necesario en el siglo XVIII, porque se habían difundido por
doquier las fábulas más pintorescas e inverosímiles sobre España escri­
tas por los viajeros franceses marqués de Langle y Fígaro, y por los
ingleses Henry Swinbume y Edward Clarke. Otros extranjeros, aun
llegando prevenidos en contra, son más objetivos; y Conca se apro­
vecha de ellos ampliamente, sobre todo de los franceses Talbot Dillon
y Bourgoing —quien “ merece no poco elogio por el cuadro que en
general nos presenta de España“ (I, pág. IX)— , de los ingleses William
Bowles y Richard Twiss, y del monje lombardo Norberto Caimo, el
I
27* Conca y Ponz 567

Vago italiano> que si hubiese emprendido su viaje con menos prejui­


cios, “ más consecuente con las máximas monásticas, y con el bagaje
de escogidas noticias que le procuró después la lectura de las obras del
célebre escritor y a la vez pintor don Antonio Palomino, y mucho más
en la actual muy diversa situación de España, estoy perfectamente
convencido de que habría hecho un trabajo digno de él y de sus ta­
lentos” (I, págs* X -X l),
Toda la obra de Antonio1 Conca está como salpicada de esos nom­
bres, sea para seguirlos, sea para impugnarlos; pero él se apresura a
afirmar noblemente que su “ fiel y seguro guía” ha sido siempre An­
tonio Ponz, del que puede asegurar que “ entre todos los célebres es­
critores de viajes que se estiman en las demás naciones, muy pocos se
cuentan tan exactos, tan fieles, tan instruidos en las cosas que tratan,
y tan imparciales” (I, pág. Xlll). Esto no quiere decir que su Descrié
Ztone odeporica della Spagna sea un simple resumen, como insinuó
Menéndez Pelayo48, sino una abreviada reelaboración personal, cuya
fuente principal, pero no única, fue el Viage de España, y aun distri­
buido de modo diverso, y en muchas ocasiones completado*
Fuera de estas fuentes generales — los viajes citados— , Conca pudo
disponer en Italia de otras más particulares, como son los escritos de
Navagero, Vasari y Lanzi, el discurso de Jovellanos sobre Alonso Cano
publicado ppr la Real Academia de San Femando en 178 1 (I, ioo)t la
Historia de Gibraltar de Ignacio López de Ayala, las Conversaciones
históricas malagueñas de Cristóbal Medina Conde, las Memorias de
Capmany (IV, 190), y — sin contar la bibliografía de segunda mano,
conocida a través de Ponz— el poema tan neoclásico de La pintura,
que el ex-jesuita cita con reverencia (I, 197), a la vez que procuraba
su difusión entre sus amigos italianos: el 12 de mayo de 1794 escribía
a H andwerk: “ Le -ruego que de mi parte salude atentamente a ese
valioso señor doctor Vincenzo Iacobacci, su amigo, y le diga que en el
próximo ordinario responderé a su carta, que recibo en este momento,
y le mandaré también el Poema de la pintura del señor Rejón” 49.

48 « E l p , Conca, jesuíta de los expulsos, fue publicando en italiano la mayor


parte del Viaje de Ponz, conforme se imprimía el original castellano” . Ideas
estéticas, III, 562, n. 1.
49 Módena, Biblioteca estense, autografoteca Campori.

'1
k
568 III. E l grupo catálanO'aragonés

A través de una obra de tantos ecos ajenos, no es fácil adivinar el


ideario estético del autor, pero en líneas generales coincide con el de
Antonio Ponz 50: cierta tolerancia con el arte góticot incondicional ad"
miración por el arte clásico, renacentista y neoclásico, y una absoluta
incomprensión de las formas y el espíritu del barroco* Si, hablando de
Calatayud, alaba a Baltasar Gracián en el tomo IV — “ cuyos escritos,
llenos de una sublime y abstracta política, se han hecho familiares en
Francia con las traducciones de Courbeville, en Italia con la de Tos"
ques” — es porque los conceptistas no herían tanto el “ buen gusto”
neoclásico — y porque era jesuíta, naturalmente— ♦ Pero cuando Conca
habla por su cuenta, se ve que aún era más estrecho que Ponz en la
valoración del arte medieval; ya al principio del primer volumen, al
referirse a las iglesias de Vitoria, mientras Ponz decía sólo que eran
“ por lo regular grandes y de sólida construcción, en la manera que
llamamos gótica” 51, Antonio Conca comentaba por su cuenta: “ La
mayoría de las iglesias son grandes, y de aquel género de arquitectura
llamado gótico. A pesar de esto, hay muchas producciones en las tres
nobles artes, ejecutadas por grandes profesores de mérito después de su
feliz resurgimiento” (I, ii)* Y con la misma mentalidad había di"
cho en el prólogo· que Italia era “ el sacro refugio de los venerandos
monumentos de la antigüedad, y productora de aquellos sublimes
ingenios que hicieron volver a la luz los hermosos días de Grecia”
(I, pág. Ii).
Los pocos momentos en que nos da una impresión propia y per"
sonal, es cuando habla de Valencia y de Cataluña, las únicas tierras
que él conocería de visu antes del destierro* Y lo hace con tan amorosa
morosidad, que atestigua muy bien el interés particular que sentía por
ellas* Cósa muy característica de todos nuestros exiliados, ese sentí"
miento prerromántico por la tierra y el paisaje más inmediato, siempre
en obras de cariz netamente setecentista y crítico, y de amplia exten"
sión hispánica*
Ya en la introducción anuncia que para la descripción de la ciudad
y del reino de Valencia piensa que podrá aprovechar el viaje botánico

50 Vid* F . A bbad, Antonio Ponz, R IE 5 (1947) 8 9 "i2 4 ; [C . M* del R ivero ,


introd. a A . P onz, Viaje de España (Madrid 1947) págs* XI"XLVIII]*
51 Viage fuera de España, I, págs. 1, 46.
2 j. Conea y Ponz 569

de Cavanilles, recién iniciado' (I, pág* xxvii), como realmente se sirvió


de él en el lugar correspondiente del tomo IV t donde sigue también
muy a menudo los estudios arqueológicos del conde de Lumiares para
las tierras valencianas, siempre entre grandes elogios para ambos inves·'
tigadores* Para Antonio Conca, melancólico y enfermizo exiliado·, en
Valencia “ se respira un aire puro, dulce y embalsamado por los per­
fumes que exhalan los agrios de toda especie, las flores de los jardines,
las plantas... Puede decirse que la primavera es la única estación del
año, y que la Naturaleza ha esparcido a manos llenas sus dones en
aquella región” (IV, 32-3)* Alaba siempre que puede a los pintores de
la escuela valenciana, especialmente a José de Ribera, la valenciani-
dad del cual se complace en subrayar (IV, 358 sigs»); y manifiesta
sus entusiasmos por sus paisanos Juan Andrés — “ mi clarísimo y ami-
císimo señor Andrés” (I, 208-209)— y Francisco Pérez Bayer, de
quien se complace en decir:

“ Creo superfluo exaltar el mérito literario del señor caballero Pérez


Bayer, actual bibliotecario mayor [de Madrid], hablando ya en su
favor sus doctos escritos, mucho más de lo que podrían hacerlo los
míos» Perol si las obras de tan honrado sabio le han procurado un nom­
bre singular entre los más doctos de Europa, los generosos y casi
continuos atestados de amor hacia Valencia, su patria, lo proclaman
el ciudadano más benemérito» Ha fundado una pública biblioteca en
aquella universidad, dando a sus conciudadanos, con inaudito ejemplo,
la suya propia, valorada en más de 20*000 escudos, y ha seguido gas­
tando para ampliarla” (I, 218-219)*

Finalmente, el exiliado no consiente en silenciar su propia ciudad


natal, dejada en olvido por Antonio Ponz, y le consagra piadosamente
seis páginas, con noticias recibidas de su pariente don Félix de la
Encina, y con lejanos recuerdos de su infancia, que, como observaba
Pirandello, siempre hacen engrandecer la verdadera y pequeña reali­
dad: colocada Onteniente
“ entre dos elevadas colinas, tiene por un lado el río Clariano y por
el otro una hermosa vega o llanura, la cual, gracias a las aguas del
mismo, conducidas por canales oportuna e ingeniosamente dispuestos,
parece un delicioso jardín... Las calles..., por dicha natural posición,
57o III. El-grupo catalano-aragonés

son irregulares, pero limpias, bien empedradas y adornadas de muchas


fuentes y buenos y elegantes edificios... Tanto la iglesia principal,
dedicada a Santa María, como las demás, son vastas, luminosas, bien
arquitecturadas y adornadas con bbras de pincel y.buril” *

N i faltaban en ella cuadros de Juan de Juanes, Cerezo, Ribalta, Es­


pinosa, Borras, Villanueva, Capuz, etc* (IV, 379*384).
Una de las poquísimas impresiones personales ante monumentos
artísticos nos la da Conca precisamente en Poblet, entretejiendo la vi­
sión artística con el apoyo histórico del monje Jaime Finestres; pres­
cinde ahora de sus prejuicios antigóticos y exclama sinceramente:

“ La fachada de la iglesia... abre paso a un gran pórtico, que pre­


cede al suntuoso templo, construido con piedras labradas y dividido
en tres amplias naves, que imprimen una primera impresión de admi­
ración y respeto por su majestad y grandeza... El docto padre don
Jaime Finestres ha publicado no ha mucho una completa Historia de
este monasterio, que por su buen orden y elegante estilo interesa
hasta a los lectores que no son cenobitas” (IV, 169-170)*

En Tarragona, que describe también de visu (IV, 17 1-17 2 ), reco­


noce, como en toda Cataluña, la maestría arqueológica del doctor José
Finestres, hermano del monje don Jaime, de quien tanto habría oído
hablar, sin duda, a los jesuítas más allegados al cenáculo cervariense*
Y a la amistad de Juan Andrés se suma la del ex-jesuíta tarraconense
Buenaventura Prats, de cuya obra, manuscrita y perdida, Congetture
su la poesía e su la música degli antichi greci, habla con grandes elo­
gios (I, 167)*
Pero la principal originalidad de la obra de Antonio Conca está
en la distribución de la materia* Ponz había descrito las diversas re­
giones de España según el orden con que realmente las había reco­
rrido: después de los tres primeros tomos dedicados a Castilla la
Nueva (exceptuando la capital), consagró el cuarto a Valencia y el
quinto y sexto a Madrid; los dos siguientes recorren los caminos de
Extremadura, y el noveno describe sólo la ciudad de Sevilla; dejando
el resto de Andalucía para más adelante, los otros tres abarcan Castilla
la Vieja y León; en el decimotercero penetra ya en la corona de
27 * Conca y Ponz 571
Aragón por Calatayudt Teruelt Villarreal y Tarragona; Cataluña y el
resto de Aragón ocupan sendos volúmenes — decimocuarto y decimo­
quinto— , y los tres últimos, hasta el decimoctavo (postumo), dan a
conocer lo que faltaba de Andalucía, pero quedando por estudiar, como
dijimos, el sureste, todo el norte, las Baleares y las Canarias*
Suponiendo que Antonio Conca hubiese empezado su tarea en
1788 —-en 1787 acababa de publicar su primera obrilla, y el 23 de
agosto de 179Q ya tenía el primer volumen casi listo— 52, en aquella
fecha Ponz ya había publicado los quince primeros volúmenes del
Viage de España (1772-88), reeditado los tres primeros (1776-88), cui­
dado la tercera edición del primero y segundo (1787-88), e impreso los
dos tomos del Viage fuera de España (1785)* Al morir en 1792 ya
habían salido los volúmenes X V I y X V II (1791-92) y la tercera edición
del III y IV (1789)* El X V III (1794) y la tercera edición del V y VI
(1793) serán postumos, impresos bajo la dirección de su sobrino José
Ponz* En su Descfizione odeporica Conca echó mano, siempre que
pudo, de las últimas ediciones de Ponz, utilizando con frecuencia las
noticias que éste iba dando en sus más recientes reimpresiones52a*
La obqi italiana comienza con el itinerario Bayona-Madrid — en sen­
tido inverso al Viage de Ponz— por Burgos, Valladolid y Villagarcía
de Campos* En Madrid interesan a Conca de modo especial los pa­
seos, los palacios, las iglesias y las instituciones culturales* Una excur­
sión a Toledo y Aranjuez le permite formular el siguiente juicio sobre
el Greco: “ escultor, arquitecto y pintor de primera categoría, en cuya
escuela se formaron los claros pinceles de Tristán y de Maino, antes
que degenerase en mil extravagancias” (I, 246-247)* Otra jira por Me­
jorada a Alcalá y Guadalajara, le ofrece ocasión de hablar de la co­
lección de Rubens en Loeches53*
El volumen siguiente se abre con una visita al Escorial y Guisan­
do, para iniciar el recorrido de Castilla la Vieja y León a partir del
Paular y de los reales sitios segovianos* Al arqueólogo y al crítico le

52 Conca a Giulio Perini, carta de esta fecha. Módena, Biblioteca estense,


autografoteca Campori.
52a [ A partir de aquí, resumo brevemente las págs. 286-290 del original
catalán, donde se precisan las fuentes de cada uno de los itinerarios.]
53 Cf. Bibl., núm. 22 (v. págs. 174-175).
572 ÍJÍ* Eí grupo catdano-aragonés
interesan las obras de arte; al· economista, el ganado merino; al lite­
rato, la poesía de Meléndez Valdés»
El tomo tercero finge un viaje a Extremadura, para demorarse en
Mérida; y otro a Sevilla, para describir Itálica» De nuevo desde Ma­
drid se inicia el itinerario hacia Málaga por Ciudad Real, Sevilla, Cá­
diz y Gibraltar, lo cual le ofrece oportunidad para hablar de la
minería»
El cuarto y último volumen, el más original, está dedicado a V a­
lencia, Cataluña y Aragón» Imbuido de sincero pseudo-clasicismo — val­
ga la antítesis— , Conca se complace en describir minuciosamente las
ruinas romanas de Tarragona»
Fingiendo un viaje de Málaga a Granada, comprobó cuán difícil
era empeñarse en continuar su Descrizione odeporica por caminos aún
no trillados por Antonio Ponz» Insinuó que quizás en un tomo quinto
acabaría la descripción de toda España» Pero ese tomo ya no salió»
Cierto que media gran distancia entre estos viajes dieciochescos y
la literatura de viajes del romanticismo» Pero Piferrer y Quadrado y
todos sus colaboradores, lo mismo que Conca en los tiempos de Car­
los III y Carlos IV , seguían caminos ya desbrozados por la minuciosa
erudición setecentista»
IV

LOS HISPANOAMERICANOS
Y FILIPINOS
28

AM ÉRICA E N E L PEN SAM IEN TO DE LOS JE SU ITA S


EXPU LSO S

Designado por vuestra benevolencia, a presentación del padre


Guillermo Furlong, tan benemérito de la historia cultural argentina,
para representar a vuestra prestigiosa corporación en la capital del
mundo cristiano, mi agradecimiento ha de consistir en ofrecerme a
ser, desde allí, un verdadero miembro correspondiente, al que la Aca­
demia pueda acudir con libertad para cuantas noticias europeas nece­
sitare en el curso de sus trabajos·
Dos misiones históricas me han traído a estas acogedoras tierras
de América: el tomar nota exacta y precisa de los manuscritos jesuí­
ticos de los siglos XVI, XVII y xvm , para la continuación de la Bi­
blioteca de escritores de la Compañía de Jesús iniciada por los padres
Uriarte y Lecina; y el completar la documentación de los jesuítas
lanzados a Italia por Carlos III, sobre los que vengo ocupándome des­
de 1932, al principio bajo la sabia dirección del padre Ignacio Casa-
novas, muerto en Barcelona durante la revolución de 1936·
Invitado hoy a hacer uso de la palabra en la presente sesión, sa­
biendo cómo Buenos Aires — y en particular esta Academia y su pre­
sidente— se han sentido siempre como uno de los centros capitales
no sólo de la Argentina, sino de toda la América hispánica, he ele­
gido un tema ampliamente americanista: el pensamiento — y el sen­
timiento— de América en los jesuítas expulsos·

* Esquema de la comunicación expuesta a la Academia nacional de la his-


toria, de Buenos Aires, el 20 de agosto de 1949, al ser designado correspond
diente de la misma* Publicada en el Boletín de la Academia nacional de la
historia, 23 (1950) 2 2 1-2 2 3· Véase la bibliografía sobre ese tema en BibL, nú­
mero 54, e infra, Estudios 29-32·
576 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

El argumento sólo podrá ser desarrollado en toda su complejidad


cuando se haya publicado la documentación reunida ya en Europa,
y la que en América voy acopiando* Pero me atrevo ya a esbozar
el resultado de mis investigaciones sobre el mismo* Hasta el presente
dos posiciones extremas se han presentado* En general, los historia-
dores españoles — representados por el ingente Menéndez Pelayo—
apenas han querido reparar en las diferencias ofrecidas en Italia por
los jesuítas americanos y por los peninsulares* Los americanos, en cam­
bio, y muy en particular los mexicanos y chilenos, se han complacido
en presentar a aquéllos como verdaderos precursores de los naciona­
lismos hispanoamericanos; la leyenda de la amistad de Miranda con
los jesuítas, hasta formar una logia común independentista, repre­
senta la cumbre de esta tendencia, muy divulgada hasta nuestros
días, principalmente en Venezuela*
Mas yo creo que entrambas concepciones son históricamente fal­
sas, y entrambas igualmente responsables de haber desviado el cauce
de los acontecimientos hasta dejar seco e inexplorado el verdadero
caz d e 'la historia*
La segunda teoría, examinada con ecuanimidad, viene a reducirse
a unos pocos casos de independentismo claro antes de mayo de
18 10 : el del abate Viscardo, arequipeño, cuya Carta a los españoles
americanos halló en Miranda su más entusiasta difusor; y el del abate
Godoy, mendocino, de novelesca y ajetreada vida* Hoy, con la pu­
blicación del entero Archivo del general Miranda por la Academia
nacional de la historia, de Venezuela, la antigua leyenda no puede
ya subsistir entre historiadores serios* Después de iniciadas las guerras
de independencia, muchos se sumaron, sí, y con entusiasmo, a los
nuevos ideales de los americanos : baste, entre otros, el nombre del
abate }uan Ignacio Molina, gloria de la cultura chilena*
Del mismo modo, un simple vistazo a las obras de los españoles
peninsulares y de los hispanoamericanos que compartían el destierro
de Italia, nos da la impresión de que, entre una multitud de rasgos
comunes, asoman ya peculiaridades bien definidas*
El rasgo común más visible tiene una raíz cronológica y cosmo­
polita, más bien que hispánica: la afición de todos a los estudios
histórico-críticos* Pero notemos los aspectos diferenciales:
28* América en el pensamiento de los jesuítas expulsos 577
Los españoles» todos» eran ya neohumanistas* Los americanos»
fuera de los mexicanos» todavía rendían culto a las últimas formas
del lirismo barroco, a veces con el refinamiento y la inspiración sin"
cera del ecuatoriano Juan Bautista Aguirre.
Los españoles aparecen divididos entre enciclopédicos univer"
sales, cuya curiosidad no hallaba fronteras ni en el espacio ni en el
tiempo — Andrés y Hervás sobre todo-—t y los nacionalistas españoles
furibundos y estrechos — Masdeu y Llampillas, por ejemplo, entram"
bos» paradójicamente, catalanes— . Los americanos encierran el interés
en las fronteras de su ámbito geográfico: y éste es el punto en que
hemos de detenemos*
En un ambiente cultural como el de la Europa setecentista, en
la que los estudios exóticos se abrían ya un camino prerromántico,
América volvió a ser un centro de interés como tal vez no lo había
sido desde los renacentistas días del descubrimiento* Fuera de esto,
escritores eminentes ponen en circulación en todas partes las taras
de la dominación española: Muratori en Italia, Raynal en Francia,
Robertson en Gran Bretaña* También ante ese doble fenómeno la
actitud de los expulsos se bipolariza: los españoles son, más que puros
historiadores, apologetas de la obra de España en América: es la
dirección de Diosdado Caballero, de Peramás, de Nuix Perpinyá y
de tantos otros* Los americanos, por lo general, se mantienen al mar"
gen de la diatriba y de la apologética, para contentarse con reelaborar
la historia y con describir morosamente las bellezas de sus tierras
—como en la Rusticatio de Landívar— tan desconocidas en Europa*
Así brotan, en el destierro de Italia, tan abundante número de histO"
riadores: Alegre, Clavigero y Cavo entre los mexicanos» Molina y
Gómez de Vidaurre entre los chilenos, Velasco entre los quiteños, etc*,
para citar sólo nombres de americanos auténticos, aquí nacidos y
educados*
Y , si examinamos toda esa producción de americanos sobre Amé"
rica, advertiremos otra nota común, enteramente dieciochesca: en
ella se agota el enciclopedismo setecentista en el marco limitado de
una provincia ultramarina* Los mexicanos con igual interés estudian
la historia política y eclesiástica de México, que su geografía, su
fauna, su flora, sus pueblos, sus lenguas indígenas; y lo mismo ha"
cen los chilenos con respecto a Chile, los quiteños con Quito, los neo"
L . HISPANO-ITALIANA. — 37
57» IV » Los hispanoamericanos y filipinos

granadinos con el Nuevo Reino» los rioplatenses con las antiguas


gobernaciones de Buenos Aires y Paraguay»
Ello nos coloca» según creo» en el verdadero mirador de la His­
toria: desde él comprendemos que aquellos españoles americanos
— en la terminología de Visear do» el más avanzado de todos— no
eran ya españoles puros ni todavía americanos puros: representan
una fase regionalista prenacional, en la que la nostalgia de desterra­
dos representó el papel que el romanticismo histórico había de ejer­
cer en las situaciones similares que en Europa conocerán» más de
un siglo después» los Estados faltos de homogeneidad etnográfica y
lingüística»
Si no hubieran venido» desde fuera» la independencia de las co­
lonias inglesas» la revolución de Francia y la invasión napoleónica en
España» lo más probable es que los pueblos hispanoamericanos» antes
de alcanzar su plena independencia» hubieran desarrollado un regio­
nalismo cultural semejante» con planteamiento político también» for­
zosamente, pero que les hubiera dado tiempo — tal vez medio si­
glo— para crear una cultura diferencial, base de su definitiva auto­
nomía1

1 Sobre la problemática general de la independencia vid. R. A . H um*


PHREYS - J. L ynch (ed.), T h e Origins of the Latín American Revolutions.
1808-1826 (New York 1965)? IlD», T h e Emancipation of Latín America, en
X I l e Congres intemational des Sciences historiques, Rapports, III (Wien 1965)
39*56.
29

EL IN TER ÉS AM ERICAN ISTA EN LA IT A LIA


D EL SETECIEN TO S

En el IX Congreso internacional de ciencias históricas, reunido en


París en 1950, el conocido profesor francés de Princeton University,
M* Gilbert Chinard, recogiendo y resumiendo sus propias investí-'
gaciones y las de otros, desarrollaba el tema Exotismo et primitivisme 1
en toda su amplitud cronológica y geográfica* Aquí, en cambio, deseo
precisar un tema más limitado: el exotismo — en el sentido de interés
cultural por tierras lejanas, mezclado con un sentimiento prerromán-
tico de desconocida y remota nostalgia— referido sólo a América, y
centrado en; Italiala con ocasión de la presencia de varios millares
de ex-jesuítas expulsados de todos los dominios de los reyes José I
de Portugal; y Carlos III de España (1759-1767)*
No es que ellos iniciasen aquí la curiosidad americanista: II cñ-
stidnesimo felice, que los padres Contucci, Lagomarsini y Orosz ins-

* Publicado en italiano, con el título Vinteresse americanista nelVltalia del


SeUecento♦ II contributo spagnolo e porto ghese, en Quaderni tbero^americani,
núm. 12 (Torino 1952) 16 6 -171, y en Studi colombiani, II (Genova 1952) 6 11-
620 (este último texto no fue revisado por el autor). Traducción de Alfonso
M. Güell S. I.
1 I X e Congrès international des sciences historiques. Rapports, I (Paris
1950) 631-644.
la [Prescindo de los ex-misioneros que no se establecieron en Italia, sobre
todo de los alemanes. Éstos, por su parte, fueron promotores del americanismo
en la Europa central. V id . O. Quelle, Iberoamerika in v . Murr*s Journal %ur
Kunstgeschichte und %ur allgemeinen Literatur, en Ibero<Amerikanisches A r-
chiv, 1 1 (1937) 38 2 -38 5.]
580 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

piraron a Muratori2, data de 1743 (Venezia); y y a antes de la


llegada de aquellos exiliados se habían divulgado en Italia las obras
americanistas de la Ilustración: la Histoire naturelle de Buffon* el
Essai sur les moeurs de Voltaire* por ejemplo; y también las dos
obras centrales de la controversia europea sobre América* las Recher-
ches philosophiques sur les Américains del holandés Cornélius de
Pauw (Berlín 1768-69) y la Histoire philosophique et politique des
établissements et du commerce des Européens dans les deux Indes
del abate François Raynal (Amsterdam 1770)* son anteriores a 1773*
fecha de la supresión de la Compañía de Jesús y principio del perío­
do más floreciente para la cultura de aquellos exiliados que se in­
sertan de modo tan admirable en el mundo italiano del Setecientos*
En una obra que abraza a Europa y América y que se extiende
a dos siglos enteros de historia de la cultura — los de Buffon y de
Hegel— * Antonelli Gerbi ha podido* y quizás ha debido* tomar
como centro de su esquema histórico la obra de De P au w 3* Y en
un estudio general sobre América en el espíritu francés del siglo X V III
(México 1949) Silvio Zavala se ha visto obligado a recorrer todo
aquel poliédrico mundo de la Ilustración3a* En Italia* en cambio* me
parece que la presencia de los ex-jesuítas provenientes tanto de
España y Portugal como de la América hispánica y del Brasil* es
un hecho tal* que nos permite ahora polarizar la investigación sobre
el americanismo de los tres últimos decenios del XVIII y el primero

2 P. T acchi V enturi, CorrispondenZa inedita di L* A . Muratori con i


p p . Contucci, Lagomarsini e OrosZ (Roma 19 01); F* Zubillaga, Muratori sto-
rico delie missioni americane della Compagnia di Gesu, en Riv» di storia della
Chiesa in Italiat 4 (1950) 70-100; [ A . R . Geoghegan, Bibliografía sobre L . A . M.
y su obra sobre las misiones jesuíticas del Paraguay, en Archivum , 4 (Buenos
Aires i960) 276-296; A . Simari, II Muratori e le missioni dei gesuiti nel Para­
guay, en N uova riv. storica, 47 (1963) 344-365].
3 A . Gerbi, Viejas polémicas sobre el N uevo Mundo (Lima 1944) ; [nueva
ed.t muy aumentada, La disputa del Nuovo Mondo (Milano-Napoli 1955), vid.
Bibl., núm. 7 2 ; trad. esp. México 19 5 7 ].
3a [Sobre Charlevoix, que tanto influyó en el americanismo francés del si­
glo XVIII, vid. W . F . E . Morley, Bibliographical Study of Charlevoix’ s H is­
toire et description générale de la Nouvelle-France, en Bibliographical Society
Papers (Québec 1963) 21-46, y el art. del Dictionnaire d’ histoire et de géographie
ecclésiastique, XII (Paris 1951) 536-537 (A. De Bil).]

j
29* E l interés dmiericanista en Italia 581

del X IX, precisamente porque ese hecho histórico polarizó, en aquel


determinado período, el interés italiano por América* Sin aquellos
exiliados, Italia podría ofrecer sólo un nombre interesante, pero
secundario, el de Gian Rinaldo Carli, de Capodistria4; pues, desde
el punto de vista del americanismo, Ferdinando Galiani giró alrede­
dor del mundo estrictamente parisino de Mme d’Épínay.
El estímulo externo de ese aporte español y portugués que ahora
nos interesa, fue la edición de las obras ya citadas de De Pauw y
del abate Raynal, además de la obra History of America de William
Robertson (Londres 1777)* Éstas, en conclusión, desvalorizaban la obra
colonizadora de España y Portugal, la labor evangélica de los jesuítas,
la naturaleza misma del nuevo continente y las cualidades humanas
de las razas indígenas* Y precisamente contra esas cuatro posiciones
o tesis, surgieron cuatro grupos de obras antitéticas: 1) las reivindi-
caderas de la colonización hispano-portuguesa en América, 2) las
apologéticas de la obra realizada por la Compañía de Jesús, 3) las
poéticas y científicas, exaltando el paisaje del nuevo mundo, y 4) las
históricas, etnográficas y lingüísticas sobre América en general y so­
bre el hombre primitivo americano en particular* Veamos las prin­
cipales*

Bajo el aspecto de la defensa nacional de la colonización hispá­


nica es muy interesante subrayar que los escritores que desarrollaron
ese tema fueron españoles europeos, y no criollos; estos últimos se
contentaba!* con dedicar algunas alabanzas a España en los prólogos
de sus obras — recuérdese, por ejemplo, las del quiteño Juan de Ve-
lasco y las del mexicano Andrés Cavo— o bien aunaban la defensa de
España y la de América, como Juan Celedonio Arteta 4a, de Guayaquil,
en su todavía inédita Difesa della Spagna e della sua America meri-
dionale, escrita contra Raynal* Pero, en el fondo, los americanos tenían
ya un profundo sentido regionalista que se podría llamar prenacional,
y que la nostalgia de la ausencia y las persecuciones sufridas de parte

4 Delle lettere americane (Firenze 1780, Cremona 178 1-8 3, Milano 1785).
V id . C* Radicati di Primeglio, Juan Reinaldo Carli, economista y americanista
del siglo X V III (Lima 1944)*
4a [J. D elgado, E l padre Juan Arteta impugnador de Raynal, en Boletín
americanista, 1 (Barcelona 1959) 16 1-17 0 .]
582 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

del rey y de los ministros realest acreció y aceleró en el exilio 4b* Si


fueron pocos los abiertamente partidarios de la independencia — Go-
doy, Viscardo y quizás algún otro5— t algunos de ellos, a los que
una larga vida permitió ver la primera fase de la guerra de la indepen­
dencia, aplaudieron aquel movimiento de liberación: baste recordar
al famoso chileno Juan Ignacio Molina* Es más, en la corresponden­
cia de aquellos desterrados las quejas de los españoles contra los crio­
llos son en este punto bastante frecuentes, y algunas obras históri-
co-apologéticas de españoles europeos fueron motivadas por cierta
reacción contra una manera de ver menos entusiasta de los “ espa­
ñoles americanos“ (el epíteto es del mismo Viscardo)*
Contra algunas expresiones de Clavigero y de otros, Ramón
Dios dado Caballero, mallorquín de nacimiento pero de familia oriun­
da de Extremadura, publicó su defensa apologética de Veroismo di Fer-
diñando Córtese [ = Hernán Cortés] contro le censure ñemiche (Ro­
ma 1806) y escribió otras obras que todavía permanecen inéditas:
Medios para estrechar más la unión entre los españoles americanos
o criollos y los españoles europeos, Observaciones americanas sobre
Clavigero, y las Consideraciones americanas: excelencias de la Am é-
rica española sobre las extranjeras, además de una Refutación de Las
Casas* Por su parte, el catalán Juan N uix de Perpinyá dirigió direc­
tamente contra Raynal y Robertson — y no contra De Pauw— sus
Riflessioni imparziáli sopra Vumanitá degli spagnoli nelVlndie (Ve-
necia 18 70 )6, obra en que la “ imparcialidad“ del título se entrelaza
con una parcialidad nacionalista bastante acusada* Poco tiempo des­
pués, un valenciano, Mariano Llórente, recogía el mismo tema en su
decidido y sincero Saggio apologético degli storici e conquistaiori
spagnuoli (Parma 1804); y otro valenciano, Pedro Montengón, de
Alicante, componía un prosaico poema épico en español sobre: La
conquista de Méjico por Hernán Cortés (Nápoles 1820)*

4b [Sobre los mexicanos vid. E. J. Burrus, Jesuit Exiles, Precursors of


Mexican Independence, en M id'Am erica, 36 (1954) 160-175: G. GrAJALES, ob.
cit. en BibL, núm. 98.]
5 Vid. Bibl., núm. 54, e infra, Estudio 30.
6 Trad. esp. Cervera 1782, Madrid 1788, 1944. [Vid. A. Benito y D uran,
L a universidad de Salamanca y uLa humanidad de los españoles en las Indias”
del padre Juan N u ix y Perpiñd, en Rev. de Indias, 14 (1954) 539-547.]
2 ç* E l interés americanista en Italia 583
Paul H azard7 ha notado que en un siglo en que la unidad de
la cultura europea bajo la hegemonía francesa parece un hecho in-
dudablet los nacionalismos están aún muy vivost y que el naciona­
lismo español se centra precisamente en los jesuítas exiliados en Italia«
Pero Hazard no ha advertido la paradoja de que entre los nacio­
nalistas más exaltados se cuentan precisamente los catalanes y demás
exiliados procedentes de la corona aragonesa (además de los citados:
Masdeu, Llampillas, Áymerich, Serrano...)* Quizás ello responda a
cierto fervor de neófitos — pues la completa unidad con Castilla
apenas llevaba medio siglo— , y a la tradicional vinculación de los
jesuítas con la casa de Borbón desde los tiempos de Enrique IV t que
conservaron aun después de las persecuciones*

Prescindiendo de las crónicas del exilio7a y de la literatura mera­


mente piadosa sobre la vida y las virtudes de los antiguos misioneros
de America, hay que considerar como obras de interés histórico ge­
neral la Vita del sacerdote don Bernardo Recio publicada por Gaspar
Janer (Foligno 1794)* dada la especial intervención de aquel pro­
curador de Quito en el problema de la expulsión715; la Vita venerabilis
P. Gabrielisi Malagrida, del portugués Matias Rodrigues, que se con-

7 La pensée européenne au X V IIIe siècle, II ( Paris 1946) 244-247*


7a [De la bibliografía más reciente, para México vid. P. M* D unne, T he
Expulsion o f the Jesuits from N e w Spain, en Mid*America, 19 (1937) 3-30;
Documentos sobre la expulsión de los jesuítas y ocupación de sus temporali*
dades en N ueva España, ed. V. Rico González (México 1949). Para el Nuevo
Reino de Granada, J* M. Pacheco, La expulsión de la Compañía de Jesús del
N uevo Reino de Granada en 1767, en Ecclesiastica xaveriana, 4 (1954) 249-291;
y vid. infra, nota 25a. Para el Perú, M. DE Amat Y JUNIENT, virrey del Perú
1761-1776, Memoria de gobierno, ed. V. Rodríguez Casado y F. Pérez Embid
(Sevilla 1947); S. García, La expulsión de los jesuítas del Perú, en La causa
de la emancipación del Perú (Lima i960) 59-71 ; R. V argas U garte, Historia
de la Iglesia en el Perú, IV (1700*1800) (Burgos 1961) 155-180; Id., Historia de
la Compañía de Jesús en el Perú, IV (170 3*1767) (Burgos 1961). Para Paraguay
y Argentina, J. C. Zuretti, La enseñanza, las escuelas y los maestros en las
misiones guaraníes después de la expulsión de los jesuítas, en Rev. del Instituto
histórico y geográfico del Uruguay, 21 (1954) 145-168. Para América en general
M. MÔRNER, The Expulsion of the Jesuits from Latín America (New York
1965).]
710 [Vid. F. Mateos, U n manuscrito inédito del P. Bernardo Recio, MH 17
(i960) 137-193; Id., E l padre Bernardo Recio en Quito, ibid., 21 (1964) 225-248.]
584 IV ♦ Los hispanoamericanos y filipinos

serva inédita 8, pero que ha sido utilizada por historiadores pos­


teriores; y las series biográficas de Juan Luis Maneiro y Feliz de
Sebastián para México 9, de Onofre Pratdesaba para el Perú 10 y de
José Manuel Peramás para el Paraguay1 1 : la introducción general
de esta obra, traducida al español con el título La república de Pía-
ton y los guaraníes, entra de lleno en la polémica suscitada en aque­
llos decenios por De Pauw y R aynal12.
Pero son obras de más aliento, y de necesaria consulta aun en
nuestros días, las varias historias de la Compañía de Jesús en las
diversas regiones hispanoamericanas, todas ellas publicadas postumas:
lo que demuestra su vitalidad hasta para tiempos mucho más moder­
nos* Francisco Xavier Alegre tenía preparada antes del exilio su gran
Historia de la provincia de la Compañía de Jesús de Nueva España13,
pero probablemente en Italia preparó su compendio; son contemporá­
neas la Historia de la Conipañía de Jesús en el Maruñón español de

8 S. Leite, Historia da Companhia de Jesús no Brasil, IX (Rio de Janeiro


1949) 90. Véanse las bibliografías de los vols. VIII-IX de esta obra.
9 J. L. Maneiro, D e vitis aliquot mexicanorum aliorumque qui sive virtute
sive litteris Mexici imprimís floruerunt, 3 vols. (Bononiae 1791-92). La obra de
Sebastián quedó inédita. [Pueden completarse ambas obras con D. MAYAGOITIA,
Ambiente filosófico de la N ueva España (México 1945); B. NAVARRO, La in-
traducción de la filosofía moderna en México (ib. 1949); Id., Descartes y los
filósofos mexicanos modernos del siglo X V III, en Filosofía y letras, 20 (ib. 1950)
133-149; Id., E l pensamiento moderno de los jesuítas mexicanos del siglo X V III,
en La palabra y el hombre, 29 (México 1964) 11-34; V . Rico González, His­
toriadores mexicanos del siglo X V III (ib. 1949).]
10 Vicennalia sacra peruviana sive de viris peruvianis hisce viginti annis
gloriosa morte functis (Ferrariae 1788). [Complétese con R. V argas U garte,
Jesuítas peruanos desterrados a Italia (Lima 1934).]
11 Vid. supra, Estudio 16.
12 ’[Sobre Chile vid. J. Eyzaguirre, Correspondencia de los jesuítas expul*
sos chilenos con el gobierno español, en Bol♦ de la Academia chilena de la his*
tona, 58 (1958) 89-101; y F. D ussuel D íaz, Literatura chilena, I (Santiago
1959); además de G. Mazzini, Gesuiti cileni in Imola (1 7 6 8 * 1 8 3 9 ), en L ’ Archi*
ginnasio, 32 (1937) 184-211.]
13 3 vols. (México 1841-42). [Ed. superada por la de E. J. Burrus y F. Zu-
billaga, 4 vols. (Roma 1956-60); vid. también J. Alegre, Historia de la Com*
pañía de Jesús. Memorias para la historia de la provincia que tuvo la C. de J.
en N ueva España, ed. }. Jijón Caamaño (México 1941). Y cf. F. J. Clavigero,
Historia de la C. de J. en la N ueva España, ed. P. Pérez Pereira (México
1956).]
29* E l interés americanista en Italia 585
José Chantre y Herrera 14, y la Historia moderna del reino de Quito y
crónica de la provincia de la Compañía de Jesús del mismo reino de
Juan de Velasco 15* La Historia de la Compañía de Jesús en Chile 16
fue atribuida erróneamente a Miguel de Olivares*

Ya he indicado que la misma naturaleza de América tuvo, entre


los exiliados, apologistas de dos clases: los poetas y los naturalistas*
Y es interesante constatar que entre los millares de versos que éstos
escribieron en Italia, en latín, italiano, español16a y portugués, son
verdaderamente poéticos casi solamente los inspirados por el recuer­
do del lejano y sugestivo1 mundo americano: los De rusticis Brasu
liae rebus carminum libri IV del portugués José Rodrigues de Meló
(Roma 1 7 8 1 ) 17 junto con el Carmen de sachan opificio de Prudencio do
Amaral, anotado por Jerónimo Moniz? el poema 0 Uruguai del bra­
sileño José Basilio de Gama, acabado y corregido en Roma y publi­
cado en Lisboa en 176 9 ; el Poema das Minas de Otro de Francisco
da Silveira, todavía inédito? y la Rusticatio mexicana del guatemal-

14 Madrid 1901.
15 Tomo* I (Quito [1940]), ed. R. Reyes, prólogo de J. Jouanen. [Vid*
G . CevalloSí García, E l P* J. de V . y el paso de la crónica a la historia, en
Rev. del núcleo del Aguay, 6 (Cuenca, Ec. 1954) 9-62; J. Rumazo G*, La his-
tona de Quito del P ♦ J* de V ., en BoL de la Academia nacional de la historia,
36 (Quito 1956) 237-2 54 ; I. J. Barrera, Historiografía del Ecuador (México
1956) 29-42? Id ., E l P. J. de V *, en Museo histórico, 3 1 (Quito 1958) 2 1-37.
Sobre los jesuítas en Quito véase también M . J* URIARTE, Diario de un misto-
ñero de Mainas, ed* G. Bayle, 2 vols. (Madrid 1952) ; Los jesuítas quiteños del
extrañamiento, ed* A* Espinosa (México 1960) ? y las dos obras más generales de
J. Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús en la antigua provincia de Quito,
II (Quito 1943), y de A* A . M* Stols, Historia de la imprenta en el Ecuador
de 1 J 5 5 a 1830 (Quito 1953).]
16 Santiago 1873. [V id . A . Almeyda, E l padre Olivares, en Rev. chilena de
historia y geografía, 82 (1937) 156-188? A . M* Escudero, Tres jesuítas de
nuestra colonia, en Rev. universitaria, 33 (Santiago 1948) 16 1-17 2 .]
16a [Buen poeta castellano, aunque retrasado gongorino, fue Juan Bta. Agui-
rre* V id . J. Zaldumbide, Cuatro clásicos americanos (Madrid 1951) 221-269 ;
A . Espinosa Pólit, L o s dos primeros poetas coloniales ecuatorianos (Puebla,
México) 19 59 .]
17 Conocidos, en su traducción portuguesa, con el título de Geórgicas Bra-
sileiras (Baía 1830, Rio de Janeiro 1941)? cf. S. L eite , en Verbum (Rio 1946)
31-4 3, [y Bibl., núm. 4 5 ].
586 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

teco Rafael Landívar (Módena 1 7 8 1 ; Bolonia 1782), del cual ha


podido escribir el más docto y fino crítico de las letras hispanoame­
ricanas» Pedro Henríquez Urefia: “ Landívar es entre los poetas de
las colonias españolas el primer maestro del paisaje» el primero que
rompe decididamente con las tradiciones del Renacimiento y descu­
bre los rasgos característicos de la naturaleza en el Nuevo Mundo»
su flora y su fauna» sus campos y montanas» sus lagos y sus casca­
das“ 18. Frente a estas tres obras» la colección manuscrita de El ocio-
so de Faenza19» y los poemas latinos de argumento americano» cuales
los de José Manuel Peramás20 y de otros 21» no merecen sino una rá­
pida mención* Como curiosidad» conviene notar también que el va­
lenciano Manuel Lassala escogió como tema de su drama Lucia Mt-
randa (Bolonia 1784) una historia romántico-amorosa del Paraguay
colonial*
Volviendo a la naturaleza de América» las obras geográficas y
de historia natural publicadas por los exiliados fueron útiles a los
geógrafos posteriores» principalmente a Alexander von Humboldt*
Recordemos los mapas de Clavigero sobre la América septentrional»
los de Joaquín Camafío y de tantos otros sobre la América del Sur»
los de Manuel Bega sobre el Brasil; la Cosmografía general de Igna­
cio Campserver (Ferrara 1785) y las disertaciones de Mateo Aymerich

18 Las corrientes literarias en la América hispánica (México 1950) 87-88.


[V id . R. H . V alle» Bibliografía de R * de L.» en Thesaurus, 8 (Bogotá 1952)
35-80. De la bibliografía posterior cf. J. B. T rend, Rusticatio mexicana, en
Estudios hispánicos: Homenaje a Archer H . Huntington (Wellesley, Mass. 1952)
603-620; S. Rodríguez Gil» L a originalidad de Landívar (México 1952);
J. M . Fernández» E l P . R. L . y su uRusticatio mexicana” , en Humanidades, 5
(Comillas 1953) 40-67; A . Batres Jáuregui, Landívar e Irisarri, literatos gufr
temaltecos2 (Guatemala 1957) 5-5 5 .]
19 5 vols. de Juan de Velasco» en la Biblioteca nacional de Quito» con poe­
sías de autores varios.
20 De invento novo orbe (Faventiae 1777). V id . supra, Estudio 16.
21 Sobre eLmexicano Diego José Abad vid. U riarte-Lecina, I» 3 -4 ; [I. Oso-
R io R.» D . /. Abad, L Bibliografía, en BoL dé la Biblioteca nacional, 14 (Mé­
xico 1963) 7 1-9 7 ; V . F . Leeber, E l P . D* J. A . (17 2 7 -17 7 9 ) misionero y huma-
nista mexicano, M H 15 (1958) 293-326 ; Id .» E l P. D. J. A ., 5 . L , y su obra
poética (Madrid 1965)].
29» E l interés americanista en Italia 587
De Atlantide ínsula 22, y de Juan Andrés sobre un mapa de 1 455 23;
las descripciones inéditas de Cidades, térras e povagdes do Brasil del
mismo Befa, y la Descriptio histórica et geographica Brasiliae de Fran­
cisco de Lim a; las Memorias históricas y geográficas de la California
por Lucas Ventura, las Noticias americanas del mexicano José A»
Hidalgo y Frías, y la descripción de la ciudad de Guatemala por
Antonio Gamero24; el Saggio di storia americana, principalmente
del Nuevo Reino de Granada, por el umbro Filippo Salvatore Gilij,
antiguo misionero, obra muy apreciada de los dos Humboldt (4 vols.,
Roma 1780-84)24a; el Di^ionario storico- ge ográfico delVAmerica me-
ridionale de otro ex-misionero italiano, Gian Domenico Coleti, de
Venecia (Venecia 17 7 1) ; La perla de América, provincia de Santa
Marta, del catalán Antonio Julia, sobre la región del Magdalena25;
la Historia natural, civil y eclesiástica del Reino de Santa Fe, inédita,
de José Y arz a25a; la obra inédita de F. Iturri y G. Juárez sobre el
virreinato de Buenos A ires25b; el Paraguay ilustrado de José Sán­
chez Labrador261 el Saggio sulla storia naturale delta provincia

22 Manuscrito perdido.
23 lllustrazione di una carta geográfica del 1455 e delle noticie che in quel
tempo aveansi delV Antille [Napoli 18 15 ].
24 Manüscrito de la colección Jijón y Caamaño, Quito.
24a [V id . supra, Estudio 12, nn. 2 y 3. Cf. A . S alazar, E l padre Gilij y su
“ Ensayo de\ historia americanaftf M H 4 (1947) 249-328; G. Giraldo Jaramillo,
Estudios históricos (Bogotá 1954) 14 7 -176 ; N . E . N avarro, Las misiones jesuí-
ticas en el Orinoco, en Bol. de la Academia nacional de la historia, 43 (Cara­
cas 1960) 7 11-7 2 0 ; J. del Rey, introd. a P. Pelleprat, Relato de las misto-
nes... (Caracas 1965).]
25 Madrid 17 8 7 ; reed. de R. Pineda Giraldo en Biblioteca popular de cul­
tura colombiana (Bogotá 1951). [V id . M . Germán Romero, E l padre Antonio
Julián y su libro “ Transformación de América” , en Bolívar, 43 (Bogotá 1955)
463"475‘]
25a [Del mismo Yarza vid. La expulsión de los jesuítas del N uevo Reino
de Granada en 1 767, trad. y ed. de J. M . Pacheco, en Rev. javeriaría, 28 (1952)
170 -18 3.]
25b [V id . J. DE Onís, T he Letter of Francisco Iturri, 5 . /♦ (178 9 ). Its Im-
portance for Hispanic-American Historiography, en T h e Americas, 8 (1951)
85-90; G . Furlong, Francisco J. Iturri y su “ Carta crítica” (17 9 7 ) (Buenos A i­
res 19 55); Id ., Gaspar Juárez S . I. y sus “ Noticias filológicas” (178 9 ) (ib. 1954)«]
26 4 voís. mss. en A R SI, Paraq. 16-19. [V id . Paraguay cathólico, ed. G.
Furlong (Buenos Aires 1936); A . Ruiz Moreno, La medicina en “ E l Paraguay
natural” ( 1 7 7 1 ^ 7 7 6 ) del P. J. 5 . L ., 5 . I. (Tucumán 1948); G . Furlong,
588 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

del Gran Chaco de José Jolís27, y, sobre todo, las grandes obras de
Juan Ignacio Molina: Saggio della storia naturale del Chili (Bolonia
1782) y Memorie di storia naturale (2 vols., ib* 1821), además del
Compendio della storia geográfica, naturale e civile del regno del
Chile (ib* 1776), cuya paternidad literaria se atribuye a él o a Felipe
Gómez de Vidaurre* Todas estas obras son, implícita y a veces ex­
plícitamente, otras tantas respuestas a Buffon, a De Pauw, a Raynal;
pero la del criollo Iturri 27a va directamente dirigida contra el espa­
ñol Muñoz, circunstancia digna de ser apuntada*

Dado el carácter enciclopédico de la cultura dieciochesca, resul­


ta difícil precisar y dividir las materias: algunas obras citadas como
religiosas o jesuíticas o geográficas, son también más o menos his­
tóricas, como lo revelan sus mismos títulos* Entre los libros más
bien históricos que etnográficos, hay que recordar algunos escritos
menores de Clavigero, la Historia de México de Andrés C avo2B, la
Historia política, militar y sagrada del reino de Chile de Miguel de
Olivares (Santiago 1864), y toda una serie de opúsculos de historia
religiosa: limitándonos a la imagen de Guadalupe, escribieron sobre
ella Andrés Diego Fuente (Faenza 1773) y Clavigero (Cesena 1782)*

J* 5 . L . y su “ Yerba mate” (17 7 4 ) (Buenos Aires 1960)* Sobre los mapas riopla-
tenses, Id*, Cartografía jesuítica del Río de la Plata, I (Buenos Aires 1936);
Cartografía histórica argentina (ib* 1964); J* GuilléN, Cuatro cartas jesuíticas
de la región magallánica, en Rev. de Indias, 2 (1941), n. 6, 67-80.]
27 Tomo I (Faenza 1789), único publicado. [V id . G. Furlong, José Jolís,
misionero e historiador (172 8 -179 0 ), en Estudios, 46 (1932) 82-91, 178 -18 8 : y,
también sobre el Gran Chaco, I d ., Joaquín Camaño 5 . í. y su “ Noticia del Gran
Chaco” (Buenos Aires 1955).]
27a [V id . supra, nota 2 5 a . Cf., además, G . Furlong, Francisco Javier M i-
randa y su “ Sinopsis” (1 7 7 2 ) (Buenos Aires 1962). Sobre Pedro Juan Andreu
vid. supra, pág. 4 9 2 . Acerca del antiguo Paraguay y regiones rioplatenses vid.
E . Cardozo, Historiografía paraguaya, I (México 1 9 5 9 ): I d ., El Paraguay colo-
nial: las raíces de la nacionalidad (Buenos Aires - Asunción 1 9 5 9 ): G . Furlong,
Los jesuítas y la historiografía rioplatense, en Estudios, 63 (1940) 1 2 9 -1 4 6 : I d *,
Misiones, y sus pueblos de guaraníes (Buenos Aires 1 9 6 2 ).]
28 Edición española postuma, publicada por C . M . de Bustamante, 2 vols.
(México 1836): nueva ed. por E . J. Burrus (ib. 1949): otros escritos españoles
y texto latino inédito en preparación por el mismo. [V id . A . V alenzuela
Rodarte, Capítulos para una historia de la literatura en México, en Bol. de la
Biblioteca nacional, 1 1 (México 1960) núm. 4, 3-2 4 .]
29. E l interés americanista en Italia 589

Junto a estos americanos, dos españoles europeos, Roque Menchaca


y especialmente Domingo M uriel28a con sus Fasti N ovi Orbis (Ve*
necia 1776) ponían en Italia los fundamentos de la historia crítica
de la Iglesia en el Nuevo Continente,
En el ámbito general europeo de las polémicas sobre los indios
de América tienen especial valor algunos escritos apologéticos, y a la
vez serios y positivos, salidos de aquel curioso círculo italo-hispa-
no-americano; por ejemplo, el Discurso de Manuel Ignacio de Are*
ñas sobre la población de América e islas Filipinas 29; la Storia antica
del Messico que ha hecho célebre en la historia del americanismo el
nombre de Francisco Xavier Clavigero30; la ilustración de Due an-
tichi monumenti di architettura messicana de Pedro José Márquez
(Roma 1804), la Interpretazione del códice borgiano de José Lino
Fábrega (México 1891 «a900), y la Historia del reino de Quito en la
América meridional de Juan de Velasco (3 vols„ Quito 18 41-4 4 )31.
Junto a la etnología, floreció entonces en Italia el estudio de la
lingüística americana, cuyo centro fue Lorenzo Hervás y Panduro32,
Éste tuvo como principales colaboradores a Clavigero para la Améri­
ca septentrional, y a Gilij y a Camaño para la meridional, quienes
le procuraron importantes noticias lingüísticas y le buscaron la mayor
parte de sus colaboradores. Entre ellos cuéntanse Francisco Xavier
Aguilar y José Bahamonde para las lenguas mainas; Agustín Álava,
Antonio Guillén, Ignacio Ferrer y Juan Luque, para la araucana;

28a [V id . G . Furlong, Domingo Muriei S. I. y su **Relación de las misto-


nes” (176 6 ) (Buenos Aires 1955). Sobre Menchaca, Estudio 5 ,]
29 Manuscrito en el archivo de la provincia de Toledo S . I.
30 4 vols. (Cesena 1780-81), más 5 ediciones en español, 4 en inglés y una
en alemán. [L a ed. de M* Cuevas ha sido reeditada en 1958. Además vid. E . J.
Burrus, Clavigero and the lost Sigüenza y Góngora Manuscripts, en Estudios
de cultura náhuatl, 1 (México 1959) 59"9o.]
31 [Sobre la obra manuscrita del ex-misionero Mario M . Cicala S. I „ De-
scrizione istorico-critica della provincia di Quito, vid. J. M . B arnadas, E l P. Ma­
rio M .a Cicala y su obra, en prensa en el BoL de la Academia nacional de
la historia (Quito).] Para muchos puntos tratados en el presente Estudio es aún
útil el trabajo de J. Juambelz, Producción científico-misional de los jesuítas ex­
pulsados de España y sus dominios por Carlos III, en Bibliotheca hispana mis­
sionum, II (Barcelona 1930) 303-337.
32 Estudio i i .
590 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

Francisco Almirón y Miguel Navas para la vilela; Manuel Arnal


y José Cardiel para la guayaki; Juan Araoz para la mataguaya;
Blas Arriaga para la mexicana; Román Arto para la toba; Joaquín
Bargas» Juan Estanislao Royo y José Rioseco para las lenguas del
Perú; Alonso Blanco» Ignacio del Río» Juan Borrego y Pascual Ponce
para la mabima; Francisco Burges, Antonio Bustillo y Ramón de Ter-
meyer para la mocobí; el abate Camacho para la yamea; Ignacio
Chom é32a para las lenguas del Paraguay y del Brasil; Manuel Co­
lazo y Juan Francisco López para las de México» y Miguel del Barco
para la de California; Manuel Duran para la guana; José Ferragut
para la lule y la malbalae; los portugueses Antonio da Fonseca y
Francisco Gomes para las del Brasil; José Forneri para la yarura;
J* García Martí para el sur de Chile; Xavier Gómez y Domingo
Rodríguez para la m aya; Qiego González y José Jolís para la lule;
Manuel Iraizos para la m oxa; Francisco Legal y Antonino de Pedro
Gómez para la guaraní; Manuel León para la itonama; Roque Lu-
bián para la sáliva; Jaime Mateu para la tarahumara; Joaquín Mon­
tes para el aunará; Francisco Navalón para la abipona; José Padilla
para la betoi; Narciso Patzi y Tomás Rovoredo para la zamuca;
José Peleya para la chiquita ; Cipriano Peña para las lenguas del Mara-
ñón; Alberto Quintana para la cayubaba; Cristóbal Rodríguez para
las lenguas de los baures y paicones; Martín Rubio para la quichua;
José Sánchez Labrador para todas las lenguas del Plata; Tomás
Sandoval para la otomita; Nicolás Sarmiento para la sapibocona;
Juan de Velasco para las lenguas del reino de Quito*
Creo que este rápido catálogo de nombres y aquella esquemática
lista de títulos bastan para probar que» gracias a la colaboración de
los exiliados hispano-portugueses» Italia llegó a ser» en el último
cuarto del sig lo x v i i i » el centro más denso de todo el americanismo
europeo*

32a [Vid. I* C h ô m é , Arte de la lengua Zamuca, Présentation de Suzanne


Lussagnet, en Journal de la Société des américanistes, n. s*, 47 (1958) 12 1-178 *]
30

M AQUINACIONES D EL A B A T E GODOY E N LONDRES


EN FAVO R DE LA IN D EPEN D EN CIA
HISPAN O AM ERICAN A

Cuando se trata de estudiar la intervención de los ex*jesuitas en


la independencia de las naciones hispanoamericanas durante la supre*
sión de la Compañía de Jesúst hay que distinguir con sumo cuidado
los datos comprobados documentalmente, de las aserciones infundadas
y legendarias L En nuestros días la leyenda, recogida con poca crítica
por las m is importantes síntesis históricas sobre la emancipación de
Hispanoamérica, se ha convertido en un m ito2♦ Y aun se ha intentado
valorizar el mito con la tradición política populista que los escritores
de la Compañía — Suárez y Mariana, sobre todo y sobre todos— per-

* Publicádo en A H S I 21 (1952) 84*107.


1 V id. Bibl.t núm. 54, donde se publica sólo la documentación de Viscardo
y se utiliza fugazmente la referente a Godoy. [Sobre este último vid. R. Do*
NOSO, Persecución, proceso y muerte de Juan José Godoy, reo de Estado, en
Tercer Congreso internacional de historia de América (Buenos Aires i960) 43*
144 ; G. Furlong, L o s jesuítas y la escisión del reino de Indias (ib. i960) 79*96;
J. A . Craviotto, Sobre el origen del ideario independentista de Viscardo y de
Godoy, en Anuario del Instituto de investigaciones históricas, 4 (Rosario i960)
423*442.]
2 C. A . V illanueva, Historia y diplomacia. Napoleón y la independencia
de América (París [ 1 9 1 1 ] ) ; R. Levene, Historia de la nación argentina, V / i
(Buenos Aires 1939)» cap. V il: R. Caillet*Bois, “ La. revolución de las colonias
inglesas de la América del Norte. La colaboración prestada por España y la
repercusión del movimiento en el Río de la Plata“ (págs. 155*190)? cap. VIH:
M. Soto H all, “ Síntesis del proceso revolucionario en Hispanoamérica hasta
1800“ (págs. 191*243); S. de Madariaga, obras cit. en Bibl., núms. 55 y 75.
592 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

petuaron gloriosamente en el período de la historia moderna cono­


cido con el nombre de absolutismo 3*
Un examen detenido de las fuentes históricas, conduce a las si­
guientes conclusiones, que en otro lugar confirmo y pruebo documen­
talmente 3a.

Una cierta actitud hostil hacia el gobierno de Madrid que los


había desterrado, aparece en Italia entre algunos grupos de ex-jesui-
tas hispanoamericanos, por ejemplo en Faenza el año 17 8 1, durante
la guerra de España con Inglaterra* La oposición más señalada de
unos pocos les acarreó persecuciones por parte del gobierno español:
se conocen los casos de los chilenos Javier Caldera y Juan de Dios
Lara, del nicaragüense Salvador López, del cubano Hilario Palacios
y de algún otro4* Pero semejante hostilidad se da también en algu­
nos españoles: para ceñirme a los pertenecientes a las provincias
transmarinas citaré sólo a Andrés Febrés, catalán, de la provincia de
Chile, y al asturiano Antonio Cosme de la Cueva, de la del Paraguay.
Fautores de la emancipación, una vez iniciada, fueron, en Italia,
el peruano Pedro Pavón y el chileno Juan Ignacio Molina, célebre
naturalista; en América, Diego León Villafañe, de Tucumán en el
Río de la Plata, que regresó a su patria después de la licencia conce­
dida por Carlos IV en 1797 y 17 9 8 5. En cambio, en México, los que

3 M. Giménez Fernández, Las doctrinas populistas en la independencia


de Hispano^América, en Anuario de estudios americanos, 3 (1946) 517-665. Que
las doctrinas políticas escolásticas, y no sólo la suarista, fueron interpretadas
por muchos americanos en favor de la tesis independentista, es cosa segura
(cf. además E . de Gandía, Orígenes de la democracia en América y otros estu-
dios (Buenos Aires 1943); que el pensamiento de Viscardo fuese el común de
todos aquellos expulsos, es más fácil suponerlo que probarlo. [V id . G . Furlong,
Nacimiento y desarrollo de la filosofía en el Río de la Plata♦ 1536 -18 10 (Buenos
Aires 1952) ? Id., Bibliografía de la Revolución de Mayo (ib. 1960); G. Figueroa,
La Iglesia y su doctrina en la independencia de América (Caracas 1960); R . Gó­
mez H oyos, La revolución granadina de 1810 : ideario de una generación y de
una época♦ 17 8 1-18 2 1, 2 vols. (Bogotá 1962)*]
3a [Bibl., núm. 54 .]
4 G . Furlong, L o s jesuítas y la cultura rioplatense (Montevideo 1933) 139-
í 44.
5 G . Furlong, ob. cit. (supra, n. 1), 12 3 -14 5 ; [I d ., Diego León Villafañe
y sus cartas referentes a la revolución argentina, en BoL de la Academia nació-
30* E l abate Godoy en Londres 593
como él regresaron al nuevo continente y lograron sortear la nueva
expulsión de 18 0 1, fueron más bien monárquicos6*
Partidarios activos de la independencia, se conocen sólo dos: el
mendocino Juan José Godoy, de la provincia de Chile, y el peruano
Juan Pablo Viscardo7, natural de Pampacolca en la jurisdicción de
Arequipa, un tiempo escolar de la Compañía, mas luego secularizado
en 1769, antes de la extinción (1773)» sin que llegase nunca a orde-
narse de sacerdote* Es posible, aunque no seguro, que ambos fuesen
coadyuvados por algunos, pocos, corifeos*
De los citados, Lara y López eran hermanos coadjutores; Pavón,
sólo estudiante, y no consta que llegase al presbiterado* Éste y López
se habían secularizado — según la terminología de entonces— antes
de la supresión canónica de la Compañía de Jesús*

Sobre base histórica tan exigua pronto se formó la leyenda de


la eficaz actuación de los ex-jesuítas en la emancipación de Hispa­
noamérica* He aquí, también resumiendo, los resultados de la inves­
tigación*
No se prueba documentalmente la connivencia de ningún jesuíta
con el marqués d'Aubaréde, militar francés al servicio de Inglaterra,
autor de varios proyectos segregacionistas entre 1766 y 1770 8* Lo mis­
mo se diga del aventurero catalán Luis Vidal y Villalba, cuyos contactos
políticos con los dirigentes comuneros del Nuevo Reino en 1783 9
fueron anteriores a sus relaciones — y no amistosas— con alguno o
algunos ex-jesuítas: luego lo veremos*
Es absolutamente falso que Francisco José Marcano y Arismendi,
que en 178 1 y 82 cooperó activamente en los designios británicos de

nal de la historia, 3 1 (1960) 8 7 -2 12 ; Id ., D . L* V . y su “ Batalla de Tucumárí*


( 18 12 ) (Buenos Aires 1962)* Cf. Bibl*, núm. 95 (v. págs. 271-279 , 583-590)]*
6 G . D ecorme, Historia de la Compañía de Jesús en la República M exl·
cana durante el siglo X I X , I (Guadalajara 1914) 84.
7 Estudio 3 1 ·
8 Archivo del general Miranda, X V (Caracas 1938) 5-27.
9 M . Briceño, L o s comuneros* Historia de la insurrección de 1 781 (Bogotá
1880); S. A costa DE Semper, Preliminares de la guerra de independencia de
Colombia♦ Los comuneros y la conspiración de Vidalle, en Revista de España,
109 (1888) 16 7-2 0 1; n o (1889) 73-99, 233-260.

L . H IS P A N O -IT A U A N A . — 38
594 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

atacar a Montevideo y Buenos Aires 101, fuese jesuíta, aunque él se de*


claró por ta l En el mismo caso está Anselmo de Alvisto y Samalloa,
uno de los promotores de la rebelión de Túpuc Amaru en el Perú, de
1780 a 1783 n*
Si bien Miranda estuvo dos veces en Italia, en 1785-86 y 1788-89,
no consta que allí tratase con más ex-jesuitas que dos españoles: el
castellano Esteban de Arteaga, en Venecia, y el gallego de la pro­
vincia del Perú, Tomás Belón, en Roma 12* Ambos le dieron sendas lis­
tas de ex-jesuitas americanos, que el “ Precursor” venezolano utilizó
para la propaganda, como si pudiese contar con todos ellos para su
empresa: lo insinuó cautamente tratando con William Pitt en 1790 13,
y se atrevió a aseverarlo rotundamente a Dumouriez desde Valen­
ciennes en 1 7 9 2 14. Pero Miranda, aunque coincidió algunos pocos
meses en Londres con Godoy, en 1785, y con Viscardo, en 1798, no
llegó a conocerlos ni a tratarlos personalmente* Pasaron, sí, a sus ma­
nos los papeles de este último, que utilizó para sus planes y para su
propaganda: sobre todo la Lettre aux Espagnols améñcains, que él
publicó postuma en Londres el año 1799 — auxiliado por el ministro
americano Rufus King y con el falso pie de imprenta de Filadelfia— ,
que él mismo tradujo Ó hizo traducir al castellano y publicó en 18 0 1,
y que procuró difundir en su texto francés por Europa y en su versión
española por Hispanoamérica*
Finalmente, es del todo falso que fuesen jesuítas los dos hispa­
noamericanos que, según un documento dudoso, como “ commissaires
de la Junta des députés des villes et provinces de l'Amérique méridio-
nale” firmaron con Miranda y con el aventurero Louis Dupérou la
llamada Convención de París del 22 de diciembre de 1797 15, en favor
de la independencia de la América española* Lo mismo vale para José

10 R . Caillet-Bois, L os ingleses y el Río de la Plata, en Humanidades, 23


(Buenos Aires 1933) 167-201 (v. págs. 169-171)*
11 D. V alcárcel, La rebelión de Túpac Amaru (México - Buenos Aires
I9 4 7 )» [B. L e WIN t La rebelión de Túpac Am aru... 2 (Buenos Aires 1957)]*
12 Archivo del general Miranda, II (1929) 12-22, 60, 69, 92; véanse las lis­
tas publ. ibicL, X V , 98-102, y cf. Estudio 10.
13 Archivo del general Miranda, X V , 108, 128, 134.
14 V illanueva, ob. cit. (supra, n. 2), 66.
15 Ibid., 3 2 5 *3 3 3 ·
30. El abate Godoy en Londres 595
María Antepara — colaborador de Miranda en Londres en 18 10 — que
tampoco fue nunca jesuíta*

Si se tratat puest de intervención activa en la emancipación, los


únicos hechos en verdad históricos son las andanzas del abate Godoy
en Inglaterra y en los Estados Unidos, y los escritos de Viscardo en
su retiro de Londres, donde pasó sus últimos años con una pensión del
gobierno británico, bien superior 16 a los 365 reales asignados por la
generosidad de Carlos III*
Aquí interesa señalar, esquemáticamente y sólo por vía de in­
troducción, la actividad independentista de Godoy, tal como se tras­
luce de la documentación ya conocida y de la que ofrece el antiguo
archivo de la embajada española en Londres, actualmente en Simancas*
El día de la captura de los jesuítas del colegio de Mendoza, per­
teneciente entonces a la provincia de Chile, pues toda la región de
Cuyo formaba parte de este reino, el padre Juan José Godoy y del
Pozo 17 estaba en una hacienda y huyó a caballo hacia el Alto Perú*
En Charcas, hoy Sucre, se presentó al arzobispo, y éste, temeroso, lo
delató a los; oficiales reales* Fue conducido al Callao con los misioneros
de Mojos, y de allí embarcado para Italia con toda la provincia del
Perú 18* Hasta la supresión de la Compañía permaneció en Imola con
los demás jesuítas chilenos 19, pero muy pronto se estableció en Bo­
lonia* N o halló aquí reposo su carácter inquieto* Viajó por Roma,
Venecia, Ferrara, Florencia, Pisa, Liorna, y en 1777 resuelve “ firmar-

16 La existencia de la pensión consta por el testimonio de Rufus King, de


Caro y de Dupérou. L evene , ob. cit. (supra, n. 2), cap. IV, § “Herencia litera­
ria”. — El último testigo dice que la pensión era de 300 esterlinas anuales.
A. O’K e ll y de G alw a y , L e s généraux de la révolution, F. de M iran da... (Pa­
rís 1913) 103-113.
17 Nacido el 13 julio 1728, ingresó en la prov. de Chile el 10 de enero
1743, hizo la profesión de cuatro votos el 2 de febrero 1762. A R S I, C h il, 3,
148V; es el catálogo trienal de 1755, en el cual consta Godoy como sacerdote
del colegio de Mendoza. [Vid. E. F ontana, Repercusiones personales y com unu
tañas de la expulsión de los jesuítas de M endoza, en A rc h iv u m , 5 (Buenos
Aires 1961) 5-61.]
18 R. V argas U garte, Jesuítas peruanos desterrados a Italia (Lima 1934)
14-15.
19 A R S I, Chil* 3, 262v, n. 58, catálogo de Imola, 1771.
596 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

se” en la capital toscana* A los dos años decide trasladarse al puerto de


Liorna, en busca de clima más benignot y desde allí«, en mayo de
1781« se embarca rumbo a Inglaterra sin despedirse de nadie, ni si'
quiera de sus dos primos eX'jesuitas Tadeo Godoy y José Domingo
Jofré y del Pozo* En el navio se cayó de una escalera y se lastimó
una ceja20: esa cicatriz se dará luego como una señal para identi'
ficarle (doc. 9)* Parece que hizo este viaje de Liorna a Londres como
capellán de un navio italiano21*
A su hermano y protector, el sacerdote don Ignacio Godoy, re^
sidente en Mendoza, le escribe desde Londres el 24 de setiembre de
1784, diciéndole que trabaja con los católicos de Londres y que piensa
embarcarse dentro de un mes para Filadelfia o Charlestown* “ Yo
siempre suspiro por América — [escribe]— y, ya que no puedo ir por
allá, pretendo ir adonde puedo” 22* Pero aún pasará más de un año en
Londres*
Después de firmada la paz angloespafíola de 1783, llegó a Lon-*
dres también el ya citado Luis Vidal, de cuya oriundez catalana no
puede dudarse, a juzgar por la incorrección de su lenguaje (docs* 1-3,
13 ); su criado y amanuense es también catalán, y ambos personas
de poca cultura* Vidal, al menos, era marino de profesión (doc* 12)*
A pesar de sus relaciones antiespañolas con elementos del Nuevo
Reino de Granada, entró en Londres en contacto con el vicecónsul
don Matías de Gandásegui, quien tenía ya noticias de Godoy, y
sospechaba que fuese uno de los hermanos del conde de Fuentes
(doc* 3 ): no lo tenía, pues, por americano independentista*
Por un espía de nombre irlandés, Kennedy, el embajador don
Bernardo del Cam po22a tuvo conocimiento de los papeles compro^

20 Todos esos datos constan del epistolario publicado por J. D raghi L t>
CERO, Fuente americana de la historia argentina . D escripción de la provincia
de C uyo. Cartas de los jesuítas m endocinos (Mendoza 1940). Estas señas del
rostro se enviaron a todos los virreyes y gobernadores de Am érica: vid., p. e*,
Biblioteca nacional de Buenos Aires, ms. 1456; Archivo nacional de Bogotá,
Curas y obispos, X X , 86r.
21 J. T . M edina, Diccionario biográfico colonial de C hile (Santiago 1906)
350-356 (v. pág. 350).
22 D raghi, 164. Como en esta carta le dice “tres años y 4 meses ha que
estoy en Londres”, se deduce que partió de Liorna en mayo.
22a [V id. M. H ernández y S ánchez - Barba, L a paz de 17 8 3 y la misión
30* E l abate G o d o y en Londres 597

metedores sobre América, que poseía Vidal (docs, 4, 12 , 13 ); pero


impensadamente éste se burla de todos y se traslada a Francia en
febrero de 1785 (doc* 4)* Para ponerse al abrigo de cualquier sospecha
de traición, desde Fécamp envía al rey de España, de quien se pro*
testa fiel y devoto súbdito, una “ inteligencia” — confidencia política,
a la inglesa— acusando a Godoy y a dos compañeros, que él cree
también jesuítas, de preparar una revolución en Chile, Paraguay y
Perú (doc* i).
En París se presentó también al embajador conde de Aranda,
pero éste no se fió, y lo hizo apresar* Sus declaraciones fueron comu-
nicadas al ministro Fioridablanca y al embajador en Londres (doc. 5)*
Del Campo no dio demasiada importancia a las declaraciones de Vidal
contra Godoy y sus dos misteriosos compañeros, a uno de los cuales
atribuía el nombre de Uger (doc. 3) o Auger (doc. 5), leído Anger,
que no se halló en la lista de ex-jesuítas* La embajada española en
Inglaterra tenía noticia de unos cuantos ex-jesuitas refugiados en
aquella nación: Godoy, “ que parece vino años ha con las mismas qui­
méricas ideas que Arizmendi” ; el inglés Peter Pool23, que se hizo
católico en América y entró en la Compañía en la provincia del Para­
guay; y el bilbaíno Ramón de la Hormaza, que el 23 de julio de
1767 24 había huido de Calvi, con ocasión de la guerra de Córcega,
y buscado refugio primero en Francia, y luego cabe los jesuítas in­
gleses de Lieja, que lo admitieron en su colegio; enviado a Liverpool
en 1769, con el nombre supuesto de Harris, trabajó apostólicamente
con los españoles y se hizo famoso como profesor de matemáticas y

de B. del C. en L o n d re s , en Estudios de historia m oderna , II (Barcelona 1952)


177-229*]
23 Peter Pool, conocido en el Paraguay como Pedro Polo, sacerdote, había
nacido en Londres el 12 nov. 1728 e ingresado en aquella provincia el 10 oct.
1748* A R S I, Paraq. 6, 348V, 37ir. — E n 1763 era misionero de los mocobíes,
con el famoso padre Florián Baucke o Paucke (ibid., 37 ir), pero en 1767 se
hallaba en el Chaco* J* A * A rchimbaud y Solano, Catálogo de los regulares...
de la Com pañía de Jesús (enero de 1774), ms. de la redacción de Monumenta
histórica S. I. en Roma, pág. 778, núm* 5.
24 A rchimbaud , pág. 156, núm. 27. E n 1767 estaba en el colegio de Sala­
manca. Su llegada a Inglaterra en 1769 fue pronto conocida en la embajada es­
pañola de Londres, V id. infra, doc* 6, donde publico tres documentos muy
interesantes para la biografía de este ex-jesuita.
598 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

de lenguas orientales, aprendidas en Salamanca; tanto que, pocos


años después, el mismo Bernardo del Campo creía prudente cultivar
su amistad (doc* 6)*
El embajador siguió vigilando los pasos de Godoy (docs* 7, 8),
pero a principios de agosto 1785 éste desapareció de Londres* Se
sospechó primero que se habría dirigido a las bases inglesas de la
costa de los Mosquitos (doc* 9)* Luego se pensó más bien en Canadá
o en Jamaica (docs* 1 1 , 15). Pero entre tanto Floridablanca había in­
teresado a las autoridades españolas de América (doc* 10) y éstas
dieron con su paradero: estaba realmente en Charlestown, en los
Estados Unidos (doc* 16)*
Esto se supo en diciembre* La averiguación se debió al arzobis­
po-virrey de Santa Fe de Bogotá, don Antonio Caballero y Góngora*
Avisado del caso por el ministro de Indias don José Gálvez en carta
del 7 de setiembre25, pidió informaciones a don José Fuertes, resi­
dente entonces en la isla de Jamaica 26, y el 4 de diciembre se le “ ha-

25 Carta reservada desde San Ildefonso, enviada porque había “rezelos fun­
dados de que puede llevar el objeto de sublevar o perturvar alguna de nuestras
posesiones”. Archivo nacional de Bogotá, Curas y obispos, X X , 68r. — Según
Vidal (doc. 1) la mira de Godoy se dirigía a Chile, Paraguay y Perú, tal vez
con alguna exageración. N o hay fundamento alguno para sospechar que se in­
teresase especialmente por Venezuela, como dice Zuretti (H istoria eclesiástica
argentina , Buenos Aires 1945, pág. 167) y recoge Giménez Fernández (ob. cit.
en n. 3, cf. pág. 592).
26 Fuertes a Caballero, de Kingston, 9 febrero 1786 (después de haber reci­
bido las señas de Godoy, enviadas por Gálvez al virrey el 11 noviembre 1785:
Archivo nacional de Bogotá, leg. cit., 84r): “E n una de dichas cartas, contex-
tando V . E. a la mía de 4 de diciembre, en que ha visaba hallarse en Charleston
el expresado Godoy, viviendo con don Diego Trebejo, me manda V . E. que,
respecto de lo perjudicial que puede sernos el tal Godoy y de la utilidad que
resultará al Estado de su aprensión, me valga de alguno de los españoles que
puede ha ver en esta isla fieles al rey, o de qualesquiera [ 1] otro que sea de
mi satisfacción, para que, enviándole inmediatamente a Charleston con pretexto
de comercio o de malcontento en nuestros dominios u otro qualesquiera, se in­
troduzca con los referidos sugetos y logre sacarlos, y principalís[i]mamente al
ex-jesuita, y llevarlos a ese puerto o a qualesquiera otro de ese virreynato”
(ibid., 7ir). Fuertes en 1782 era administrador de correos de Cartagena, y a su
vigilancia había acudido el mismo virrey para interceptar las cartas que lle­
gasen del extranjero para D . Fr. X . de Vergara, pariente de muchos expatria­
dos. y para Rafael de Vegas, suspectos de infidencia durante la aventura de
jo* El abate Godoy en Londres 599

visaba hallarse en Charleston el expresado Godoy, viviendo con don


Diego Trebejo” * Era éste un cubano “ que se huyó de la Habana,
su patria, por habitar con una mujer que estimaba, y le siguió” 21.
Los parientes y paisanos del mendocino, ex-jesuítas como él, que
quedaban en el destierro de Italia, nunca hacen alusión a compañero
alguno de ellos que se hubiera embarcado con Godoy en Liorna, y
consta que su pariente Domingo Laciar, único ex-jesuita que vivía
con él en Florencia, permaneció en Italia*
Caballero y Fuertes se valieron de Salvador de los Monteros y de
Bartolomé López de Castro28, quienes a mediados de 1786 se diri­
gieron en una nave a Charlestown con el pretexto de buscar ciertos
efectos navales, e hicieron creer a Godoy que los católicos de Jamai­
ca solicitaban su ayuda espiritual* Fuertes dirá que el ex-jesuita era
“ hombre de mucha cautela y serenidad y que tiene premeditadas res­
puestas para todo” , pero aquí no dio Godoy muestras de su sagacidad:
no obstante las ofertas que le hacían los irlandeses de Charlestown para
que se quedase con ellos, firmó un contrato con Los Monteros, que se
fingía representante de los de Jamaica, y subió a su nave, donde el en­
gaño continuó* El emisario del virrey le hizo creer que las tempestades
impedían ir1directamente a la posesión inglesa de las Antillas, y que en
Cartagena, adonde se veía forzado a dirigirse, lo escondería para que
no le molestasen como a ex-jesuita* Pero el escondite fue la cárcel de
la Inquisición, en la que entró el 14 de julio* Los Monteros 44declaró

Marcano y Árismendi. Sevilla, Archivo de Indias, núm. 74 del catálogo de P.


T orres L anzas, Independencia de A m érica , 2.a s*, I (Sevilla 1924) 22.
27 Medina, 351* Sobre Laciar, D raghi, 148, 166, 182.
28 Fuertes propuso a Salvador de los Monteros para tal empresa, y el 3
marzo 1786 la proposición fue aprobada por el virrey (Bogotá, Archivo nacional,
leg. cit*, 79r). La captura tuvo lugar a mediados de 1786, por medio del cit, S.
de los Monteros y de Bart. López de Castro, a quienes se les recompensó la
hazaña (ibid., 8or, 82r). E l 22 de enero de 1787 el marqués de Sonora, Gálvez,
escribía a Caballero: “Por la carta reservada de V . E. de 16 de julio último,
n. 291, sé ha enterado el rey de haberse verificado la aprehensión y conducción
a Cartagena del ex-jesuita Godoy, habiendo merecido su real aprobación quanto
V . E* dispuso para que tubiese efecto, y en orden también a su segura custodia.
Luego que V * E. me remita los papeles que se le han encontrado, avisaré a
V . E. el destino que ha de darse a este sugeto” y aprueba que Fuertes y Los
Monteros sean recompensados (ibid., 75rv). — [J. M . Pacheco publicará pronto
en A H S I nuevos documentos del Archivo de Bogotá sobre Godoy.]
6 oo IV. Los hispanoamericanos y filipinos

haberle oído decir en conversaciones, que no tiene obligación de rezar


porque el rey le ha quitado la renta que disfrutaban los jesuítas; que
debía levantarse nuestra América española como había sucedido con la
septentrional; que el contrabando lo debemos hacer sin pecado; que
el rey les ha robado mucho y que no les da nada a correspondencia” ,
Godoy, en cambio, no soltó prendas: “ desde Italia, donde se hallaba
disfrutando su pensión, pasó a Londres con el objeto de ver aquella
ciudad, y de allí [ .. . ] a Charlestown por las noticias de su buen tempe*
ramento, no atreviéndose a volver a Italia (que es lo que antes había
determinado) porque, como había estado ausente tanto tiempo, no le
hiciesen alguna estorsión o le prendiesen” . Todas las demás acusaciones
y las supuestas maquinaciones en Norteamérica en favor de una suble>
vación de la América española, las negó rotundamente29,
A pesar de ello, el gobierno español dio orden de que se le en­
viase a España, En julio, púes, de 1787 el virrey Caballero lo remitió
al gobernador de la Habana, quien cuidó de enviarlo al presidente
de la casa de contratación. El 28 de setiembre estaba ya en Cádiz,
donde fue recluido, de momento1, en el convento de San Francisco.
El 10 de diciembre se lo trasladó al castillo de Santa Catalina, donde
acabó la vida este primer ex*jesuíta hispanoamericano clara y. decidí*
damente independentista 29a, La Historia ha dejado correr la leyenda
y el mito de los jesuítas, fautores de la independencia de la Améri*
ca española, y ha permitido que las más divulgadas historias de aquel
movimiento de emancipación o silencien el nombre de G odoy3031 o
lo releguen a una-nota*1,.
El ex*jesuita americano llegó a Londres en momentos propicios
— la guerra anglo*espafíola-— pero demasiado prematuros para que
el gobierno británico pudiera tomarse demasiado en serio una eman*
cipación total de Chile, Perú y Paraguay, según la especie del “ tra*
pacero” de Vidal y Villalba; a lo más aspiraría a conquistar nuevas
posiciones; y aun así la intentona de 1781*82 contra el Río de la

29 M edina, ob. cit. supra, n. 21; J, A . V erdaguer , H istoria eclesiástica


de C u y o y I (Milán 1931) 403,
29a [La fecha de su muerte, 17 febrero 1788, ha sido precisada por R, D o *
NOSO, ob. cit. (supra, n. 1), 128*129.]
30 V illanueva , M adariaga, obras cit. supra, n. 2.
31 Caillet *Bois, ob. cit. (supra, n. 2), 184.
jo . E l abate G o d o y en Londres 601

Plata fue sólo un gesto· Al venir la paz en 1783* hubo de pensar


Godoyt por poco buen sentido que le supongamos» que ya podía es­
perar muy poco o nada de Inglaterra· Los libres Estados Unidos de
América fueron su última esperanza y el lugar de su perdición* A su
continuador en Londres» el abate Viscardo» como él desengañado muy
pronto del gobierno de su majestad británica y como él confiado en
la confederación norteamericana» al menos le ha cabido una gloria
postuma» que ha sido siempre esquiva al cejirroto Juan José Godoy·

DOCUMENTOS

Archivo de Simancas» Estado 8 14 1

1] Fécamp, 18 enero 1785.

“ YNTELIJENCIA QUE DON LUIS VIDAL Y VILLALBA TOMA LA


LIBERTAD DE PRESENTAR A S* M* CATÓLICO”

El ministerio de Ynglaterra trabaja mui secretamente a una rre-


bulación en el Chili» Paraguai i reino del Perú» por el conducto de
tres ecs jesuítas del Chili; ditchos jesuítas ce hallan en Londres i bes-
tidos de secular; el más biejo aparece el más intendido que estuto» i
por el rresp^to que sus conpañeros le tienen» se conose que había sido
prelado; ditcho biejo habla un poco inglés» pero los tres perfecta­
mente frafés que italiano·
Ditcha rrebulación enpesará al Chili» así lo an prometido los man-
sionados ecse jesuítas» asegurando que están ciertos que tanto crio­
llos» jente de color que indios» no haguardan que ellos» armas i
municiones de gerra» i que una bes todo bien dispuesto» ningún es­
pañol biajará más del Chili al Paraguai por tierra» pues todo se hallará
a fuego i sangre» i que quando la Spafía despartará» tendrá perdido
para sienpre Chili» Paraguai i el reino del Perú*
Ditchos ecse jesuítas el plan prinsipal que han presentado es que
dos fragatas bretánicas pasen a la Mar del Sul» trayendo consigo
todo lo nesesario» i que ditehas fragatas» para que no sean bistas
en aquellas costas» deben ir ancrar i ha quedar el tiempo nesesario
en una isla que se llama Júan Femandes» por los 34 grados de latitud»
poco más o menos» distante de la costa del Chili sien leguas· Las
mansionadas fragatas traerán consigo dos pequeñas enbarcasiones a

BARCO DE LA REPUBLICA
IttÚOTICA LUIS-ANGEL A5AHS©
.CATALOOá CSÓM
L
602 IV * Los hispanoamericanos y filipinos

piesas, a fin quet quando lleguen en la mancionada isla, sean en bre-


be tienpo en estado de nabegar i a la dispocesión de los ecses jesuítas,
a fin de transportarse a la costa del Chili, i una bes el todo con se­
guridad, las dos fragatas se bolberán. Tanbién dise el plan que con-
biene a l'Inglaterra que a la primera rromtura de gerra con la Spafía,
enpararse de ditcha isla i aser en ella una buena defensa, como maga-
sines por un todo, cantidad de tropas, buenos oficiales de injinieros
que d'exército, trabajadores de los artes i oficios más nesesarios, ha
fin de dar ausilio al Chili i Peni, i aseguran que con una buena es-
quadra la Inglaterra sará dueña de haquellas mares, i proviciones en
abundancia·
El plan a sido adoptado i puesto en ejecutación, pero el minis­
terio inglés a dispuesto, por trabajar con más seguridad i no ser des­
cubierta, que quando le conbenga, que dos fragatas quitarán la Ingla­
terra asiendo pareser que su comición es por la costa de Guinea, i
que una bes que habrán quedado algún tiempo en ditcha Guinea i
que otras naciones las habrán bisto, segirán biaje por la Mar del Sul
i paraje áseñalado; i que 'si ditchas fragatas se hallavan obligadas
de tocar al Bresil o a la Patagonia, tienen el pretecsto de desir que
han rresibido un grande temporal que los a obligados de correr K
Según tengo descubierto, creo que habrá que una fragata i una
nabe de gerra de 54 cañones, que se llama “ de Granpas” , pues in
ditcha nabe enbarearon una grande cantidad de cajones, llenas de
armas de todas espesias. En fin, por las preparaciones que los jesuítas
asían, pienso que la fragata i nabe se hallan mui serca de su partida,
si ya no se han ido, porque del día de natividad, que descubrí corría
rriesgo de perder la bida, busqué el rremedio más eficás por esca­
parme, i gracias al Todopoderoso lo logré, aunque con grandes tra­
bajos, i ^asistencia de un pobre confiturero italiano12·
Más de sesenta oficiales ingleses haprenden la lengua española
en Londres ; mutchos dellos aprenden con un caputchino apóstata
español, que se llama Ramón Puiyo, aragonés, ijo de Saragosa, se­
gún me a ditcho, como que me haseguró que sólo aguardava una
rrespuesta del excmo· señor conde de Blorida-Blanca, a fin de lograr
el secularisarse, i que, si non lo lograva, se hasía protestante i se ca­
saba luego·

1 Vid* doc. 15.


2 Probablemente el Josep Cohén — nombre judío— del doc. 3. L o del com­
plot tramado contra la vida de Vidal, no aparece comprobado en ningún otro
documento.
jo . E l abate G o d o y en Londres 603
Esta ynteligencia presento a S. M.* mi rey i señor, y luego que
mi sálud cabrentada me dé lugar de ponerme en camino por la corte*
lo ejecutaré con la más grande promtitud* i precentaré a S. M. todos
los puntos i la trasa que me tengo dado* ha fin de descubrir este
asumto tan importante.
Fécamp en Normadla* el 18 de enero 1785* Luis Vidal y Villalba,
Firma autógrafa.

2] VIDAL A FLORIDABLANCA

Fécamp, 18 enero 1785.


Le envía el documento anterior.

Ecxmo. Señor.
Muy señor m ío: La intelijencia inclusa* que umildemente presen­
to a S. M.* es berdadera* pues un trabajo continuo i penoso de seis
meses me La etcho sacar a lus.
La Mar del Sul* islas que costas* innoro el local* por jamás aber
estado; que si la prática i conosimiento que tengo de la Mar del
Norte* todá la Costa Firme* islas de Barlovento i Sotavento* fuese
lo mismo del Sul* tomaría la libertad de precentar a V . E. mi modo
de pensar* nopstante que en las conbersasiones qu'i tenido con los
ecses jesuifas* sienpre an cantado la misma canción* sobre los dret-
chos que estancos; i considero que toda la esperansa dellos está
fundada sobre estos puntos* haciendo creer a los criollos i indios de
aquellas bastas tierras que sólo en las Amérieas españolas ai dretchos
i estancos: engaño manifiesto* pues más paga un habitante inglés
en un mes* que un español en un año. Pero me permitirá V . E. el
desir que por descubrir la rrealidá de mi intelijencia manese el más
grande silencio* i dolsura en aquellos reinos tan bastos i tan lejos de
la Spaña* que todo depende de dulses órdenes para atajar tanta san­
gre* i aser desbaneser las esperansas de la Inglaterra. Perdonarme
mis ineptas líneas* que soi español i amante de S. M. Las pruebas
que tengo dado esta última gerra* de mi afición por mi rey i patria*
parte dellas V . E. se halla intelijenciado* i el ecxmo. señor don Jo-
seph de Galves todas le constan.
Me hallo sumamente enfermo* que apenas tengo aliento para
trasar mi firma* que de lo contrario no ai niebes* llubias i fatigas
que me hubieran inpidido el ser yo mismo el portador desta inteli-
604 IV . Lo s hispanoamericanos y filipinos

jencia; pero luego que mis fuersas me lo permiten me pondré en


marcha a ponerme umildemente a las plantas de S* M. i órdenes,
i rretirarme enteramente*
Nuestro Señor guarde la vida de V* E* muchos años* Fécamp
en Normandíe, a los 18 de enero 1785*
Besa las manos de V* E. su más atento fiel servidor, Luis Vidal
y Villalba.

Ecxmo* Señor Conde de Florida-Blanca*


Firma autógrafa.

3] VIDAL AL VICECÓNSUL ESPAÑOL EN LONDRES, GANDÁSEGUI

Fécamp, 2 febrero 1785*


Nuevas noticias sobre Qodoy en Londres*

Muy señor mío y paisano: Ninguna amiración debe vm. tener


el que yo le escribe de Francia, i menos que yo quité Londres sin
haberme despedido de vm*, nopstante que si vm* hubiera pasado a
mi demora, como vm, lo había prometido a mi criado Juan, tal bes
me hubiera bisto más brebe fuera de las manos de la muerte que me
hamenasaba.
Como vm* innoraba enteramente los justos motibos para que yo
bibía tan rretirado en Londres, sin bisitar a ningún español, ni
a mis superiores, sólo diré a vm* que así conbenía, i bastante digo,
ha fin que vm* m’entiende.
A nadie de los que yo trataba debe vm* desir que yo le tengo
escrito, ni menos que yo me hallo en Francia, pues los prinsipales
tal bes piensan que yo todabía me hallo en Inglaterra, i los otros que
yo me hallo en camino de rAm érica: qué engañados que biben*
Habierto a vm* que haquel sujeto que vm* piensa que es el er-
mano del señor marqués de Fuentes, es un jesuíta del Chili, lo mismo
que haquél que tubo el pleito con vm., i otro (más sabido) que se
llama Uger, que pienso vm* no conose; los tres son enteros crueles
enemigos de la Spafia*
Vm* rrecibirá una carta mía mui corta3 por manos de un italiano
nombrado Josep Cohén, el qual me a serbido mui fielmente, i se ser-
birá vm* de darle dies puentes i no más; la qual suma no e podido

3 N o hallada.
jo , E l abate G o d o y en Londres 605

dársela por no haber todabía rrecibido platat i él quererse bolber a


Port Mouttt en donde vibe*
Esta suma de dies puentes lo partisiparé al señor ministro de
Estado, conde de Florida Blanca, i sará vm. satisfetcho*
El exmo. señor conde de Aranda se halla en París, en mui buena
salud i mui fuerte; Dios se la conserbe por el bien de la Spaña.
El cónsul general, don Lorenzo de Paulo, murió (Dios lo tenga
en descanso)*
Señor de Gardoqui4 ya salió por el norte*
De París, Birbao i Madrid escribiré a vm*, i sabrá vm* toda la
sal i pimienta ; pues no conbiene que por aora arriesga carta de sups*
tancia*
Escríbame vm* a Birbao, debajo la cubierta de Don Joseh de
Cortásar, o Goitios en Madrid ; en la carta que vm* rrecibirá por el
italiano, berá vm* l'adreso*
N i ha Páncho ni nadie debe vm. desir nada; mire que es asum^
to delicado, que podría llebar perjuicio a la Spafía, como a vm* Con-
biene por ahora que la Inglaterra entera innore por dónde yo i pa-
sado* Si vm. decea que yo hable de sus hasumtos al exmo* señor
ministro d'Estado, estimaré me hocupe con toda confiasa, i crea que
lo haré como cosa mía; en Birbao aguardo carta de vm*
Silencio i prudencia, le suplico, y que Dios le guarde la vida
muchos años* Fécamp, 2 de febrero 1785.
B* 1* m* de vm. su más atento seguro servidor, Villalba♦
Como el italiano ya rrecibió alguna cosa, nada más que 10 puen-
tes esterlinos* Rromper esta carta, i la otra que vm* rrecibirá, pues
no conbiene para vm. tener firma mía.
Sr. Don Matías de Gandanj.
Mr. Matías Gandaski, Esq., Charles Square in Most Field Place,
London*
Port payé jusqu'à Calais*

Firma autógrafa.

4 Diego de Gardoqui, cónsul de España en Londres. V id. Simancas, Est.


8140, 8145, 8156, 8158, 8159; J. Paz - R. Magdaleno, A rc h iv o de Sim ancas,
Catálogo X V I I , Secretaría d e Estado, Docum entos relativos a Inglaterra ( 1254*
18 54 ) (Madrid 1947) pág. 512.
6o6 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

4] MINUTAS DEL EMBAJADOR ESPAÑOL EN LONDRES,


D, BERNARDO DEL CAMPO, A FLORIDABLANCA

Londres, 18 febrero ij8 $ .


“ Algunas otras especies sobre las cosas de Vidal” (en cifra),

...D e las cosas de Vidal poco tengo que añadir a mi largo in­
forme del correo anterior, Blumaaert se ha aparecido de nuevo en
Londres, y dice que no se embarcará hasta tener aviso del mismo
Vidal desde América, Con esta aparición ha debido quitar de enme-
dio a Kennedy y enviarle a un lugarcillo, ínterim se proporciona navio
para España, El citado Kennedy vio en poder de Vidal las cartas en
español escritas en agosto último por los supuestos promotores suyos
de nuestra América, de qüe hice mención en mi precendente carta 5,
P. D, Acaba de llegar a mi noticia que Vidal los ha burlado a
todos y se halla ya en Francia, desde donde irá a presentarse a V , E,

5] Londres, 6 mayo 1785.

**Contestación a su carta n , 4 de 19 de abril, relativamente a los


asuntos de Vidal y de sus seguaces aquí, su prisión en Francia, etc ”

Exmo, Señor,
Mui señor m ío: La carta de V , E, de 19 de abril, n, 4, es reía-
tiva a Vidal y se reduce a avisarme que ya se sabía ahí el arresto de
este sujeto en Francia, y asimismo que el capitán Kennedy y el
eclesiástico O'Driscol se hallaban en Bilbao,
El mismo extraordinario me ha traído otra carta del Sr, Conde
de Aranda, que se sirve incluirme para mi instrucción y gobierno
una copia íntegra de todas las declaraciones hechas en varias sesio­
nes por el citado Vidal y por un criado suyo, acerca de sus pasos
y comunicaciones aquí6,

5 La correspondencia anterior sobre Vidal (leg. 8139) no interesa directa­


mente a Godoy.
6 Las declaraciones de Vidal en París serían enviadas por Aranda a Lon ­
dres con la siguiente carta: “París, 16 mayo 1785. ...El ruidoso Vidal llegó a
Irún bien conducido el 29 del pasado, y el 2 del corriente partió para Madrid,
3o* El abate Godoy en Londres 607
Del conjunto de especies vertidas en las mismas declaraciones
he colegido no solamente que Vidal es un trapacero» tonto y loco
a un mismo tiempo (cosa de que estábamos bien convencidos desde
el principio)» sino también que ha habido mucho de realidad en sus
proyectos de hacer creer a este ministerio la posibilidad de una sub­
levación en los dominios del Perú por la parte de Sta* Fe» y de
haber entrado en ellos el mismo ministerio con bastante empeño y
demasiadas esperanzas de buen éxito? pues en el otro plano» que
tanto pondera» de otra sublevación en la Mar del Sur» no da prueba
ni siquiera aparente» como tampoco aquí se tiene alguna» antes por
el contrario puede decirse que ni el menor rastro se ha hallado» ni
existe o ha existido jesuíta alguno con el nombre de Anger» sin em­
bargo de haber unos quantos» como son el llamado Godoy» que pa-
rece vino afio.s ha con las mismas quiméricas ideas que Arizmendi;
otro llamado Pool» inglés de nación» quien de niño iba en navio
que varó en la costa de Buenos Ayres, y» habiendo sido recogido
en el país» le educaron y se hizo al cabo jesuíta; otro que pasa por
el nombre dé Harris» siendo el suyo verdadero Ormaza7» y se halla
establecido en Liverpool: de suerte que si de las averiguaciones que
ahí se hagan con Vidal quando se le tenga en un encierro y se pue­
da llevar el ¡asunto con formalidad» no se sacan otros informes más
individuales y positivos» me parece que por ahora no hai fundamento
para inquietarnos sobre la supuesta sublevación acia la Mar del Sur,
bien que para vigilar yo y estar siempre a la mira, no hai especie que
me sea despreciable, ni debía [n ] tampoco descuidarse aquellos go­
bernadores y virreyes de aquellos países a tenerlo todo en buen or­
den, como sí estuviésemos en guerra*
Blomart 8 permanece aquí y está furioso contra Vidal por las pér­
didas que le ha causado, resuelto a perseguirle por los trámites de
justicia en qualquier país donde se hallare*

bajo un oficial y partida de cavallería que vino a recivirlo* Por el último correo
de V * $♦ han ido todos los mamotretos de su canonización, y en Manzanares
examinarán sus virtudes" (ibidem). Pero el texto de las declaraciones no se ha
hallado en este legajo de Simancas, ni aparece entre los documentos del Archivo
de Indias de Sevilla sobre la independencia de América dados a conocer por
T orres L anzas, ob. cit. supra, n. 26. [Están en A H N . Cf. Bibl., núm. 54
(v. págs* 58-72)*]
7 V id , las tres piezas que doy como nota en el doc. 6. De los demás se ha
tratado supra, págs, 596-598.
8 En 1786 el capitán John Brooks se ofrecía a revelar una nueva trama
contra América, y sabía por Bloomaert que Miranda entraba en ella: Florida-
blanca a Del Campo, 12 y 17 agosto 1786. Simancas, Est. 8143,
6o8 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

Aunque se observan los pasos del mismo Blomart, no se ve apa·*


rienda de que él ni ninguno de sus coligados traten de ir a Amé*
rica como proyectaban, antes se le halla turbado y de mui mal hu­
mor por lo ocurrido; y t por lo , que toca a los otros, parece que cada
uno obra ya de por sí, según sus peculiares intereses.
Con todos estos antecedentes me mantengo en el concepto de
no deber darme por entendido con el ministerio de la burla que nos
quería hacer, y él se ha llevado, acerca de aquel aéreo proyecto;
pero si de los ulteriores informes que V . E. me diere se llega a evi­
denciar algo decisivo contra la conducta del mismo gobierno en el
particular, tendré especial complacencia en poderle hacer esta recon­
vención con fundamento. Dios guarde etc.

6] NOTA AL DOCUMENTO ANTERIOR

Sobre Ramón de la Hormaza interesan los siguientes documentos:

i) Del embajador español en Londres, príncipe de Masserano, al


ministro Grim ddi, Londres 3 noviembre 1769.
Sobre pesquisa del español que dice se halla en Londres, con sos­
pechas de si es jesuíta.
Exmo. Señor.
Muy señor m ío: De dos o tres meses a esta parte se halla en esta
ciudad un español, que, según las noticias que he podido adquirir,
ha sido jesuíta: se ha presentado a algunos de nuestros comerciantes
para que le socorran, y ha procurado ocultarles su verdadero nombre:
a uno con quien se ha abierto más, ha dicho llamarse Hormaza, ser
natural de Bilbao y aver sido profesor de mathematica en Salamanca.
Ha estado algún tiempo en Amsterdam, enseñando la lengua espa­
ñola, y, por los informes que allí se han tomado, parece que es un
sugeto bastante hábil. El motivo que haya tenido para dejar sus com­
pañeros de Italia y aver venido aquí es lo que se ignora: no le hay
para creer que le hayan embiado a Londres sus superiores con alguna
comisión, pues en tal caso no se hallaría en la gran necesidad en que
se ve. Es de edad de unos treinta años, de pequeña estatura y muy
moreno. Muestra ser apocado de genio, pero de talento, y muy reser­
vado. Doy a V . E. este aviso para que haga de él el uso que tuviese
por conveniente.
Dios guarde a V . E. muchos años, como deseo. Londres a 3 de
noviembre de 1769.
jo ♦ El abate Godoy en Londres 609

Exmo. Señor, besa las manos de V* E. su mayor servidor, El prín­


cipe de Masserano.
Simancas, Est. 6973.

2) Minuta de don Bernardo del Campo a Floridablanca, Londres


9 febrero i78[8]*

Mui señor m ío: Don Ramón de la Hormaza, ex-jesuita español,


se halla años ha establecido en Liverpool, que puede considerarse co­
mo la segunda o tercera ciudad comerciante de la Ynglaterra, y en cu­
ya población hai de tres a quatro mil cathólicos* Su ocupación prin­
cipal allí es la correspondiente a su estado, en calidad de misionero
o asistente de los mismos cathólicos, y además enseña las lenguas
orientales, que adquirió en Salamanca, y las matemáticas*
Yo no le conocía, pero le he tratado últimamente, y me parece
sujeto dedicado a las letras y de conducta decente y regular, según
los informes que tengo de varias gentes*
Su presentación ha sido para enterarme de las circunstancias en
que se halla actualmente, las quales le precisan a dirijir el adjunto
recurso a los pies del rei* Yo lo he tomado, sin comprometerme en
otra cosa que en decirle lo pasaría a V* E*, de cuya rectitud y buen
corazón no podía dudarse? pero que en lo respectivo a permitírsele
pasar a ese reino, aun por un corto tiempo, llegaba yo a creer, como
él mismo también lo recelaba, no habría cambimiento.
V* E* hará de todo el uso que su prudencia le dicte como más acer­
tado, y yo me ceñiré a rogarle se sirva a su tiempo prevenirme lo
que deba responder a este interesado* Por vía de discurso haré una sola
reflexión: don Ramón de Hormaza goza en Liverpool de una esti­
mación general, lo que le da una grande influencia y proporción para
servimos en quanto se nos ofrezca por allí en tiempo· de paz o de
guerra, si nos dedicamos a intimarlo con maña, como ya a todo evento
he empezado a hacerlo*
Simancas, Est. 8146.

3) Copia del memorial de don Ramón de la Hormaza al embajador


Del Campo, Londres 18 diciembre 1787.

Exmo* Señor Embajador: Espero no cansar a V* E* con una in­


troducción prolixa, llena de formalidades y cumplimientos insulsos. El
L. HISPANO-ITALIANA. — 39
6io ÍV* Los hispanoamericanos y filipinos

ser V ♦ E* la única persona pública en este reino, en quien S* M* ca­


tólica (que Dios guarde) descarga todo el peso de sus negocios de Es­
tado, es la razón que me induce a tener recurso a la interposición de
V* E* en un negocio en que estoi especialmente interesado, y para cu­
yo desempeño me hallo destituido de aquellas luces que no desconfío
recibir de la benignidad de V* E* El caso es, sin el menor disfraz,
el siguiente*
Yo nací en Bilbao y viví en España hasta la edad de 25 años, diez
de los quales fui miembro de la Compañía, ya extinguida, de la pro­
vincia de Castilla; y como S* M*, por razones que no me es lícito
indagar, juzgó expediente deshacerse de un cuerpo de que yo era un
individuo, así me cupo en suerte la pérdida de mi patria* Después acá,
a través de varias vicisitudes y contratiempos, habiendo durante el
asedio de la ciudad de Calvi en la isla de Córcega abandonado con otros
compañeros los arrabales de aquella ciudad en que estábamos situados
entre dos fuegos, y siendo informado que nuestros superiores consen­
tían en que nos salvásemos del mejor modo posible del peligro que
nos amenazaba, acosado del miedo me hice a la vela y, no pudiendo
desembarcar en Italia, vine al cabo de algún tiempo a parar en Fran­
cia, de donde me refugié al colegio que a la sazón tenían los padres
ingleses en Lieja; en el qual, a solicitación de los dichos padres y
aprobación del general, habiendo sido incorporado en la provincia de
Inglaterra, recibí órdenes para pasar a este reino, en donde hé residido
varios años, principalmente en la ciudad de Liverpool, en calidad de
misionero católico y director de una academia de bellas letras*
Hará, pues, cosa de quatro meses, exmo* señor, que por mera ca­
sualidad fui cerciorado de la muerte de mi hermano mayor don Ma­
nuel, el mayorazgo, y que, habiendo éste muerto soltero, mi hermano
menor don Francisco (que también entiendo haber fallecido), sin
darme parte de la muerte de mi hermano mayor, se apoderó de la
herencia, que me aseguran monta a cinco mil ducados anuales* Qui­
siera que V* E* se persuadiese que en mencionar esta última circuns­
tancia no tengo la más remota intención de zaherir o menoscabar en
manera alguna la conducta de mi hermano menor* No, exmo* señor*
Mi único designio en expresarla es el particularizar simple y distinta­
mente las circunstancias que conciernen en el caso que refiero, sin el
menor asomo de quexa o insinuación injuriosa al carácter de persona
alguna* En efecto, ¿cómo pudiera yo, sin incurrir la nota de una te­
meridad manifiestamente reprehensible, recelar el menor traspié, no
teniendo el menor vislumbre de razón para lisongearme que las leyes
30. El abate Godoy en Londres 611

de mi patria no han padecido mudanza alguna esencial en quanto al


derecho de herencias, relativamente a las personas de mi condición y
estado?
También desearía que V . E. me hiciera el favor de asegurarse que,
en caso de no haber sobrevenido mudanza alguna en las leyes del
derecho hereditario, no es mi ánimo, en manera alguna, el apoderarme
en un todo del mayorazgo de mi familia. Todo lo que yo desearía en
tal caso, y lo único que solicitaría obtener aun en la más favorable
suposición que pudiera figurarme, sería una pensión vitalicia, propon
cionada a la renta anual del mayorazgo, y tal que a mi muerte de­
volviese, sin la menor reserva, al heredero legítimo de mi familia. Éste
es el verdadero asunto a que se dirigen todas mis miras; éste es el
blanco de mis ideas, y éste en fin el único objeto que me ha inducido
a dirigir a V . E. estos mal digeridos renglones, que me atrevo a espe­
rar no desdeñará S. E. de leerlos con alguna atención, y aun acaso se
dignará de hacerme saber en algún modo si mi pretensión es admi­
sible.
Creo que debo prevenir a V. E., antes de concluir esta carta, que,
lejos de zozobrar a mis parientes con el plan que acabo de proponer,
es tal la opinión que tengo de su rectitud y justicia, que, si pudiera
volver a mi patria sin contravenir a las leyes, uno o dos meses de es­
tancia bastarían, a mi parecer, para arreglarlo todo con la mayor una­
nimidad y concordia; pero ni tengo presunción bastante para pensar
que merezco una distinción tan original y sin exemplo de la piedad
de S. M., ni; soi suficientemente atrevido para solicitar de V . E. la
más mínima ¡información sobre un punto que, a no haberle conside­
rado como naturalmente dependiente del contexto de esta carta, no
me hubiera atrevido aun a mentarlo.
Suplicando me perdone V . E. la molestia que necesariamente le
habré ocasionado con una narración tan difusa, quedo etc., etc.
Ramón de la Hormaza.
Ibidem.7

7] MINUTA DE D. BERNARDO DEL CAMPO A FLORIDABLANCA

Londres, 18 junio 1785.


uComunicando una especie sobre el ex-jesuíta Godoy, que parece
estarse preparando a ir a América etc*f
ÓI2 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

Exmo* Señor*
Mui señor m ío: Alguna vez he hecho mención de hallarse to­
davía aquí el ex-jesuita Godoyt que vino durante la guerra y trajo
malos proyectos* No se le ha dejado de observar, aunque es mui
astuto y procuraba guardarse*
En este instante me viene la especie de que ha mudado de habi­
tación y se ha puesto (corno suele practicarse quando se exije reserva)
en casa de un mensagero, suponiéndoseme que es con la formal inti­
mación de no tratar con español alguno* Me añaden que, consiguien­
te a esta disposición, partirá en breve dicho sugeto para América, y
verosímilmente para la Mar del S u r; pero aún no han podido ras­
trear si irá solo o acompañado, con fuerzas o sin ellas y por qué
rumbo*
Tenga por el pronto esta noticia tal cual es, ínterim puedo yo
rectificarla y adquirir otras, que no dejaré de trasladarle, ni de vigilar
sobre un asunto que podría ser de la mayor consecuencia*
Haya o no expedición de enemigos contra aquellos países, es
preciso suponer que los deseos de esta nación son contrarios desde
la separación de sus colonias, con que está rabiosa; y así en dichas
provincias distantes se debe siempre proceder como si estubiésemos
en guerra viva*

N o t a * — En la comunicación siguiente, de 12 de julio, sobre


diversos asuntos, Del Campo añadió: ...Por lo que toca al ex-jesuita
Godoy, subsiste aquí en los mismos términos, y no hallo cosa cierta
acerca de su próxima partida* Miranda sigue del modo avisado ; cada
día trata más gentes del país*

8] FLORIDABLANCA A D* BERNARDO DEL CAMPO

Madrid, 18 julio 1785.


44Sobre lo que avisó relativamente al ex-jesuita Godoi. Desea sa­
ber lo sucesivo y las señas de este sugeto, por haber cartas de su
nom bre”

Añadió V* S* una carta, con fecha de 18 de junio, a su expedi­


ción del 17 , para avisar las especies que acababan de llegarle, rela­
tivas al ex-jesuita Godoi, y ofrece V* S* continuar informando de
quanto pueda descubrir acerca de este sugeto, ya sea que se embar-
jo. El abate Godoy en Londres

que para América o para otra parte, de suerte que sepamos su pa­
radero»
También convendrá que V» S» nos diga el nombre y señas del
mismo Godoi, pues había varios de su apellido9 y en varias partes
de América quando la expulsión de aquellos regulares, y con esas no­
ticias podrá procederse con conocimiento del sugeto, y de los que él
podrá tener de aquellos par ages»
Dios guarde a V» S» muchos años, como deseo»
Madrid, 18 de julio de 1785, El Conde de Floridablanca»
Sr» Don Bernardo del Campo»
Firma autógrafa.

9] MINUTA DE D. BERNARDO DEL CAMPO A FLORIDABLANCA

Londres, 6 agosto 1*785.


44Sobre el ex^jesuita Godoi, que se ha desaparecido; otras espe-
cies que pueden tener conexión con é l ”

Exmo» Señor»
Mui señor m ío: El ex-jesuita Godoi ha permanecido, desde la ex­
pedición de mi último extraordinario, en el mismo alojamiento que
avisé, sin dejarse ver de nadie; pero de unos diez o doce días a esta
parte se ha retirado o desaparecido de él» Apenas se notó esta no­
vedad, se procuró rastrear su paradero, y por las especies que se han
podido ir cbmbinando parece haber salido de Londres con el objeto
de embarcarse para América. No se descubre que haya embarcación
alguna con destino misterioso, como podría haberla si se tratase de
ir acia Buenos Aires; pero esto no basta para asegurar lo contrario.
Lo que puedo decir es que de resultas de haber dado el cónsul
inglés [con] residencia en Barcelona la primera noticia del desastre
que tubieron las tropas españolas en la jurisdición de Buenos Aires
(de que han hecho mención las gacetas estrangeras, y V . E. sabrá el
fundamento que hubiere), algunos de estos ministros andubieron mui
alborotados, pasando dicha relación de mano en mano, y llegaron
a creer había en aquellas provincias una gran conmoción; con que

9 Tres de la provincia de Chile: Juan José, su primo Tadeo y Sebastián;


uno del N uevo Reino, José, sin contar a los españoles Diego Antonio, de Cas­
tilla, y Francisco, de Andalucía. Los seis eran sacerdotes.
614 IV. Los hispanoamericanos y filipinos

si al mismo tiempo el ex-jesuíta les ha inflamado con otras bellas


perspectivas, no sería de estrafiar que a la buena ventura y bajo
mano arriesgasen algunos socorros en armas y municiones bajo la di­
rección del mismo sujeto, porque si fuere cojido, pasará todo por ten­
tativa de éste y de sus coligados en aquel país·- Si existiera tal em­
barcación con el destino indicado, sería materia casi imposible el
descubrirlo con certeza, porque su expedición y despacho en la adua­
na puede también hacerse como para la costa de África y comercio
de negros, a cuyo tráfico llevan siempre los efectos dichos de armas
y municiones*
Por otro lado, puede recelarse que el ex-jesuita Godoi se encamine
con preferencia a las costas de Mosquitos y Honduras, como de más
fácil acceso y, en concepto de estas partes, como más próximas a apo­
yar una rebelión* En el día parece que se aprontan quatro regimien­
tos paral embarcarse, y también cinco porciones de artillería; aunque
milord Carmarthen me protesta sobre su honor ignorar haya otra
cosa que el mudar las guarniciones de diversos destinos, pero este
conjunto de cosas basta para mantenemos en zozobra mientras no
veamos más claro* Ya me hará V* E* la justicia de creer que no me
descuidaré, y reconocerá igualmente con quánta precaución deben
vivir nuestros gefes y comandantes en toda la América*
Las señas de 10 Godpy son las siguientes: su nombre de pila, Jo-
seph1 1 ; su país, Chile, en donde tiene dos hermanos y poseen en
el día las haciendas que él dice le pertenecen; edad, sesenta años
pasados 12; estatura mediana; flaco; una cicatriz mui fuerte en la
frente; pelo y cejas negras, pero es mui calvo; hombre poco aseado,
especialmente con el uso del tabaco de polvo de todas clases; falto
de algunos dientes 13*
Es quanto puedo decir en el día y quedo rogando a Dios etc*
A pesar de todo quanto va dicho, no sería tampoco extraño que
Godoi haya ido a los Estados Unidos, o [a] caso con más verosimi­
litud al Canadá, en donde el gobierno inglés necesita tener eclesiás­
ticos católicos de su devoción, porque hai allí mucho fermento entre
el vecindario católico y la jurisdición secular inglesa* Inclina [a] esta
idea el antecedente de que el mismo Godoi se ha explicado siempre
mui deseoso de situarse en aquel continente de un modo o de

10 Había escrito: P .e; luego lo tachó.


11 Mejor, Juan José.
12 Tenía sólo cincuenta y siete.
13 V id . supra, n. 2 1. Y
I
jo , El abate Godoy en Londres 615

otro 14» Si efectivamente va al Canádát será más fácil saberlo, aunque


con algún retraso»

io ] FLORIDABLANCA A D» BERNARDO DEL CAMPO

San I l d e f o n s o j setiembre 1785.


“ Que por el ministerio1 de Indias se han expedido circulares a
América con las señas del ex^jesuita Godoi, por si se aparece por
allá, Se me recomienda que continúe averiguando,**

He trasladado al señor don Joseph de Gálvez, de orden del rey,


la carta de V» S», n» 4, de 6 de agosto 15, relativa al ex-jesuita Godoi,
para que expida S» E» los avisos convenientes para que en el Perú,
Chile, Santa Fee y otros países de nuestra América se tengan a la
vista las señas de este hombre, por si parece en alguna de aquellas
partes 16, y no es dudable del celo de V» S» que continuará en sus
eficaces averiguaciones»
Dios guarde a V» S» muchos años, como deseo» San Ildefonso, 3
de septiembre de 1785, El Conde de Floridablanca»
Sr» Don Bernardo del Campo»
Firma autógrafa»

11 ] MINUTA DE D» BERNARDO DEL CAMPO A FLORIDABLANCA

Londres, 1 octubre 1785»


“ Que me inclino a que el ex^jesuita Godoi pasó a Jamaica ”

Exmo» [Señor]»
Mui señor m ío: A pesar de mi cuidado y diligencias, no podré
decir a V . E» con certeza qué rumbo tomó el ex-jesuita Godoi, pero,
combinando especies, me inclino a que se embarcó para Jamaica, para
cuyo destino salieron a la sazón diferentes embarcaciones»

14 V id . supra, doc. cit. en la n. 22.


15 Supra, doc. 9.
16 V id . supra, n. 25.

fe. É
6 i6 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

12 ] DECLARACIONES DE LUIS VIDAL

Madrid, 20 octubre 1785*

Copia* — En la villa de Madrid, a veintte días del mes de octtu-


bre, año de mili settezienttos ochentta y cinco, esttando en la real
cárzel de cortte, en una pieza que haze separación de las prisiones de
los reos, el señor superinttendentte general de polizía, por antte mí,
el esscribano del número y mayor, tomó juramentto de Don Luis
Vidal, que se halla recluso en ella; quien, haviéndole hecho por
Dios nuestro señor y a una señal de cruz, según forma de derecho,
ofrezió dezir verdad; y, siendo pregunttado por su señoría al ttenor
de las pregunttas siguienttes, respondió en estta forma:
Pregunttado qué vienes, caudal, efecttos y papeles dejó en Lon­
dres, u ottro paraje de los dominios de Ynglatterra, en poder de
quiénes ; Dixo que en la ciudad de Londres y casa de Jorje Morison,
maesttro de sasttre, que la tiene en la callejuela de Laestrik 17, frentte
de la havittación que ttenía el Sr* Embajador de España, dejó ttoda
su ropa del uso (a excepción de dos vesttidos y lo que el criado le
puso en dos> malettas) y varias mapas y ynsttrumentos náutticos de
tomar la lattittud del mar, y nada ottra cosa dejó ni tiene en Lon­
dres* Y responde*
Pregunttado si dejó y ttiene también un cofre de caoba, y en él
diferenttes efectos y papeles, en dónde y poder de qué persona, y
qué señas tiene el cofre, y en dónde vibe o bibía la persona en quien
quedó o le ttiene; Dixo· que en casa del mismo Jorje Morison dejó
una caxa larga como de tres quarttas, ancha como de más de media
vara, y altta de una terzia; que no ttiene presentte de qué madera
hera, y serbia para la ropa limpia blanca, y que hera muy dezentte,
como se acosttumbra, pero no ttenía papel alguno, ni los ha dejado
en Londres, más que mapas, como dexa dicho y responde 18*
Pregunttado si conoze a un capittán escocés llamado Alien, con
qué mottibo, y si le dexó algunos encargos, depósitto o encomiendas,
de qué o cómo fueron; Dixo que conoze a Alien, que no es escocés
ni capittán, y sí ynglés, natural de Londres, que fue thenientte y

17 Nombre deformado, imposible de identificar.


18 Vid. docs. 13 y 14.
30. El abate Godoy en Londres 6 17

vendió su comisión, y acttualmentte se ocupaba a escribir en la ofi-


zina de los americanos, y que lo conozió por la vía del jesuita An-
g e r19, y le trattó como a los demás, como en romanze o con ficciones,
y que sólo le dio los mismos papeles que ya ttiene declarado en Pa­
rís 19
20, como constta por su rezivo, pero que no le ha dexado cofre
ninguno, ni ottros papeles, ni comisión, ni encomienda, más que las
relattibas a las mismas ficciones, y responde*
En cuyo esttado, por ahora cesó su señoría en estta declaración,
para conttinuarla siempre que combenga, expresando el declarantte
ser la verdad por el juramentto hecho, en que se afirmó, rattificó y lo
firmó, que es de hedad de treintta y quattro años; dicho señor lo
rubricó, de que yo, el infrascriptto, doy fee. - Esttá rubricado. - Luis
Vidal y Villalba. - Antte mí. - Francisco Anttonio Suárez.

13] LUIS VIDAL A MR. ALLEN

Madrid, 2 1 octubre 1785.


Que entregue al portador los papeles que le dejó en depósito en
Londres*
Muy señor m ío: Me halegraré que ésta lo halle a vm. con per­
fecta salud ; la mía, gracias al Señor todopoderoso, es buena para lo
que vm. mande. Estimaré a vm. entregue al portador de ésta todos
quantos papeles tiene vm. que me hapartenecen, sin tener el más
mínimo rreselo, por ser persona de mi mayor confiansa, i demás
efectos i bienes míos, sin rreserba de alguna cosa, pues todo me com
biene rrecojer i que pase a mi poder 21.
Mil ecspreciones a su padre i ermanas, aliándome siempre promto
a serbirlas en todo lo que se los ofresiere. Dios guarde a vm. muchos
años.
B. 1. m. de vm* su más seguro servidor, Luis Vidale.
Señor Don Alien.
A Monsieur, Monsieur Alien, écribein ou départeman des améri'
queins, Londres.
Firma autógrafa.

19 V id . supra, pág. 597, y docs. 3 y 5.


20 V id . doc. 5, n. 6.
21 V id . doc. 14, n. 22.
6i8 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

Simancas, Estado 8143

14 ] FLORIDABLANCA A D; BERNARDO DEL CAMPO

Madrid, 3 1 diciembre ij8 $ .


“ Gracias por los papeles pillados a Vidal ”

Debo dar a V* S* muchas gracias de orden del rey por la adqui­


sición que hizo de los papeles de Don Luis V id a la que remitió
V* S* en su expedición de 23 de noviembre, quedando S* M* ente­
rado de las dos cartas de ella que tratan de este sugeto.
Dios guarde a V* S* muchos años, como deseo* Madrid, 31 de
diciembre de 1785, El Conde de Floridablanca,
Firma autógrafa.

15 ] MINUTA DE D* BERNARDO DEL CAMPO A FLORIDABLANCA

Londres, enero ij8 6 .


“ Que es siempre dudoso el rumbo que llevó el ex»jesuíta Godoi,
y que se sabe que han ido dos embarcaciones a la Mar del Sur, pero
son meramente de particulares y sin señal alguna que deba in-
quietar”

Mui señor m ío: Nada he buelto a rastrear acerca del ex-jesuita


Godoy, cuya partida es cierta, como incierta la dirección que tomó*
Ha habido bastantes razones para creer fuese al Canadá con otros
varios eclesiásticos que a la sazón enviaba el gobierno, d esen ten d ién ­
dose de preferir los buenos sujetos que se le recomendaban por el
obispo cathólico y otros hombres timoratos; pero como este destino
no1 parecía exijir todo el misterio que se ha usado con el padre Godoy,
siempre he quedado dudoso y inquieto sobre ello, inclinándome a que
haya ido a Jamaica*2

22 Deben de ser los docs. 117 y 118 del inventario de T orres L anzas , cit.
supra, n. 26. Tanto estos números, como los 121, 123, 125, 127, 129, 133,
se refieren a los contactos de Vidal con los neogranadinos, y no a Godoy ni a
ningún ex-jesuita.
3o* El abate Godoy en Londres 619

Por septiembre 23 partieron dos embarcaciones con un poco de di"


simulo, y aparentaron ir a la costa de Á frica; pero supe con bastante
individualidad cuyas eran y su objeto, que es una empresa de parti­
culares para tantear por completar el comercio de pieles y pasar con
ellas a la China, trayendo de buelta a Europa al cabo de seis años,
según se lisonjean, gran riqueza» El disimulo fue por anticiparse a
las dos fragatas francesas que entre [otros] objetos llevan también
éste; pero como no va tropa, oficialidad ni sabios naturalistas, ar­
mamentos ni nada sospechoso, no me causó recelo, sin embargo de
deber entrar en la Mar del Sur» Van éstos tan faltos de cosas esen­
ciales, tan mal provistos de buques, por ser empresa de gente adve­
nediza, que apenas se conocían entre sí, que todas las gentes de
juicio creen será un chasco completo»

16 ] FLORIDABLANCA A D» BERNARDO DEL CAMPO

Aranjuez, 18 mayo 1786.


“ Que el ex-jesuita Godoi estaba en los Estados Unidos america­
nos y se le observa de cerca ”

Hemos i tenido noticias de que el ex-jesuita Godoi se halla en los


Estados Unidos americanos, y se procurará no perderle de vista» D01
a V . S» este aviso para su gobierno, y uso reservado que convenga*
Dios gúarde a V» S» muchos años*
Aranjuez, 18 de mayo de 1786, El Conde de Floridablanca,
Sr» Don Bernardo del Campo»
Firma autógrafa.

23 Este párrafo sustituye a otro tachado, que contenía las mismas ideas en
distinta forma.

— ^ — — — — — — ------------------------------- ---------------- - Λ __
31

W ILLIAM P IT T Y LOS PROYECTOS CO N STITU CIO N ALES


DE M IRANDA Y VISCARDO

El ex-jesuita peruano Juan Pablo Viscardo *1i cuya Lettre aux Es-
c t m é ñ c a i n s tanto contribuyó, en Europa y en América, a
p a g n o ls
despertar el interés por la independencia sudamericana, no formuló
ningún proyecto preciso de constitución política2.
En el primer esbozo de aquel escrito, que es la carta dirigida
desde Massacarrara, en la Toscana, al cónsul británico en Liorna, John

* Publicado en A t l a n t e , 2 (London 1954) 18 -21. Reeditado en E l p e n s a m ie n ­


to c o n s titu c io n a l d e L a tin o a m é r ic a 1810-1830, V (Caracas 1962) 3 1 1 - 3 1 5 , como
apéndice al artículo S o b r e la c r o n o lo g ía d e lo s p r o y e c to s c o n s titu c io n a le s d e d o n
F ra n cisco d e M ir a n d a , ibid., 305-309. (= Biblioteca de la Academia nacional de
la historia, 51). Damos las notas con numeración corrida.
1 El tema de este artículo fue rozado sólo de paso en Bibl., núm. 54 (pá­
gina 140, nota 57). [D e la bibliografía sobre Viscardo posterior a 1953 señalaré:
J. A lvarado S ., D ia lé c tic a d e m o c r á tic a d e J. P. V iZ c a rd o (Lima 19 55); E . DE
Gandía, L a c a r ta a lo s e s p a ñ o le s a m e r ic a n o s , en R e v . d e l C e n tr o d e e s tu d io s
h is tó r ic o -m ilita r e s d e l P e r ú (1956-57), n. 12, 77-9 3; G. F urlong, L o s je s u íta s y
la e s c isió n d e l r e in o d e In d ia s (Buenos Aires 1960) 9 7 -12 2 ; J. C. González, E s
b o g o ta n a 3; d e 1810 la s u p u e s ta e d ic ió n ca ra q u e ñ a d e la C a r ta a los e s p a ñ o le s
a m e r ic a n o s d e V iZ c a rd o , en A n u a r io d e l D e p a r ta m e n to d e h is to r ia , 1 (Córdoba,
R. A. 1963) 77-98; G . V ergara A rias, J. P. V. y G ., p r im e r p r e c u r s o r id e o ló ­
g ic o d e la e m a n c ip a c ió n h isp a n o a m e r ic a n a (Lima 1963); R. V argas U garte,
L a C a r ta a lo s e s p a ñ o le s a m e ric a n o s d e d o n J. P. V is c a r d o y G u Z m á n 2 (Lima
1964); M . Góngora, P a c to d e los c o n q u is ta d o r e s con la C o ro n a y a n tig u a c o n s­
titu c ió n in d ia n a : d o s te m a s id e o ló g ic o s d e la é p o c a d e la in d e p e n d e n c ia , en
R e v is ta d e l I n s titu to d e h is to r ia d e l d e r e c h o R . L e v e n e , 16 (1965) 11-30 .]
2 Es enteramente gratuita la aserción de C. Parra Pérez, H is to r ia d e la
p r im e r a r e p ú b lic a d e V e n e z u e la , I (Caracas 1939) 72, que el “ ideal político“ de
Viscardo fuese, ni más ni menos, “ la restauración del imperio paraguayo y del
monopolio jesuítico“ .
Ó22 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

Udny, el 30 de setiembre de 178 1 34 , sólo aboga por que los ingle­


ses destaquen una pequeña armada al Mar del Sur, en aquellos mo­
mentos de lucha incierta contra España y Francia* Con ello se ase­
gurará el éxito de la revolución de Túpac Amaru en el Perú, la insu­
rrección se extenderá inmediatamente a Quito y a Tucumánt y en
poco tiempo “ toda la América meridional» desde el istmo de Panamá
hasta Buenos Aires» se separará del dominio1 español“ * Lo único que
él prevé, en el nuevo estado de cosas que va a crearse, es la plena
libertad de comercio, en beneficio de los mismos americanos y de la
Gran Bretaña*
La independencia política y la plena libertad de comercio son
también la única meta que diez años más tarde, en 1792, propone
a los “ españoles americanos“ en su célebre Carta \ si bien aquí pres­
cinde del modo práctico de realizar ambos proyectos*
Pero tanto en aquel primer esbozó como en este escrito defini­
tivo asoma un peruanismo incaico del mayor interés*
En 178 1 insiste en la íntima unión de indios, mestizos y criollos
en su aversión innata a los españoles peninsulares; asevera que sólo
en Cuzco — la capital incaica, antítesis de la Lima virreinal— “ se
puede adquirir una verdadera idea del Perú“ ; allí aprendió él “ la
lengua peruana“ * El epicentro de la insurrección no puede ser más
que el P erú: “ las provincias limítrofes dependen de él de tal ma­
nera que, teniendo los mismos motivos de disgusto, serán arrastradas
por su ejemplo“ , tanto más que también en Quito y Tucumán “ hasta
el día de hoy se habla la lengua peruana“ *
En la Carta, se emociona rousseaunianamente al recordar la triste
suerte del “ joven e inocente inca Túpac Amaru“ , el “ único here­
dero directo del imper[i]o del Perú“ , ajusticiado por “ aquel hypó-
crita feroz“ Francisco de Toledo, según narra “ el verídico inca Gar-
cilaso de la Vega“ 5*

3 Londres, Public Record Office, F. O* 79/2 (doc. 2 de BibL, núm* 54)*


4 El texto original francés de la Lettre aux Espagnols américains fue pu­
blicado por Miranda en Londres el año 1799» con el falso pie de imprenta de
Philadelphia, aunque es cierto que costeó la edición el ministro americano en
Inglaterra, Rufus King, La traducción española, Carta derijida a los españoles
americanos, fue impresa en Londres mismo dos años más tarde, 1801.
5 Carta, 12.
ji * Pitt, Miranda y Viscardo 623

Aunque se ha supuesto gratuitamente que el ejemplo de la revo­


lución francesa fue una de las causas que le movieron a escribir, y
precisamente en francés, la Lettre aux Espagnols dméricains — de he­
cho tanto en 1782 como en 1792 Viscardo busca refugio y apoyo
en Londres y no en París— , no es aventurado suponer que el ideal
político de Viscardo sería una república, en la que los criollos asumi­
rían el papel dé clase dirigente que antes disfrutaban los españoles
europeos, “ amos y tiranos“ de Hispanoamérica6* Me mueve a supo­
nerlo el saber que los ideales republicanos iban cundiendo entre los
ex-jesuítas hispanoamericanos desterrados en Italia: nos consta taxa­
tivamente de dos peruanos compañeros de Viscardo, Pedro Pavón y
Manuel Baeza7*
Ello no obstante, el coincidir el entusiasmo incaico de Viscardo
con la idea de Miranda de instaurar en Sudamérica un gobierno au­
tónomo presidido por un Inca, sugiere inmediatamente la pregunta:
¿el general caraqueño tomó del abate peruano semejante idea?
En primer lugar, Miranda no llegó a conocer personalmente a
Viscardo* N i le vio en Italia, durante sus dos viajes de 1785-86 y
1788-89, ni se encontró con él en Londres — según el testimonio del
secretario dél precursor, Louis Dupérou, por especial interés de Wil-
liam Pitt eri mantenerlos separados— * Pero al morir el abate a fines
de febrero de 1798 en la ciudad del Támesis, adonde Miranda aca­
baba de llegar el 15 de enero del mismo año, sus papeles pasaron a
las manos del ministro americano Rufus King, y de éstas a las del
general venezolano* Sólo algunos de esos papeles se nos han conser­
vado* ¿Puede suponerse que alguno de los perdidos contuviese la
idea — más comprensible en un peruano que en un caraqueño— de
restaurar el imperio de los incas?
Por bella y lógica que parezca la sugerencia, es documentalmente
insostenible* Para dejar este asunto bien deslindado, hay que deter­
minar con exactitud a qué época corresponde el Projet de Constituí
tion des colonies hispano*américaines del Public Record Office 8, don­
de se expone el designio incaico de Miranda*

6 Ibid., 34*
7 LUENGO, Diario, años 1805 y 1812.
8 Londres, Public Record Office, 30/8/345 (Chatham Papers, South
America)*
624 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

La grande autoridad del biógrafo mirandino William S* Robertson,


que atribuyó aquel documento a los primeros contactos del precursor
con el Premier británico William Pitt el año 1790, ha inducido al
mismo error a los historiadores subsiguientes9. Pero la documen­
tación del Archivo del general Miranda no permite ya admitir aquella
fecha*
El solo hecho que la copia conservada en el archivo de Londres
sea de puño y letra de Dupérou, el cual sólo en 1798 y en enero de
1799 fue secretario de Miranda, es ya un indicio de que a esta época y
no a aquella hay que atribuir el Projet constitucional* Pero tenemos
pruebas más claras y apodicticas*
Después de la conversación habida entre Pitt y Miranda en Holl-
wood el 14 de febrero de 1790, éste le remitió diez documentos10,
de los cuáles — a pesar de haber él solicitado1 instantemente su devo­
lución— en marzo de 1792 no se le habían restituido más que cua­
tro n* El documento 7*° era un Plan pour la forme, organisation et
établissement dfun gouvemement libre et indépendant dans VAmé-
rique méñdionale, que probablemente es una de las piezas que no le
habían sido aún devueltas después de dos años y que tal vez pueda
identificarse con alguno de los documentos de ese carácter conser­
vados en el archivo privado de William P itt 12* Pero ciertamente no
es el proyecto de restaurar el gobierno incaico*
En cambio, al reanudar el 16 de enero de 1798 las conversacio­
nes con William Pitt, le preguntó el Premier en el mismo palacio de
Hollwood: “ ¿Cuál es la forma o sisthema de govierno que se pien­
sa establecer en el país? — Mui semejante al de la Gran Bretaña, le
respondí, pues debe componerse de una Cámara de Comunes, otra
de Nobles y un Inca o soberano hereditario* — Mui bien, me dijo,

9 W . S. Robertson, The Life of Miranda (Chapel Hill 1929), cap* 8 ;


}. Gil F ortoul, Historia constitucional de Venezuela, I (Caracas 1930) 13 6 -13 7 ;
P* de L eturia, Ideario poUtico^religioso del “ Precursor” Miranda, en Arbor,
núm* 71 (1951) 161-190 (v. págs. 179-180) [y en Id*, ob* cit* (supra, Estudio
2 1, n. 37), II, 22-46].
10 Archivo del general Miranda, X V , 1 1 0 - 1 1 1 . Los documentos 1, 2, 5 y 6
de esta lista pueden identificarse con los publicados en el mismo vol., págs. 1 1 1 -
118 , 12 1 -126, 98-102 y 102 respectivamente.
11 Ibid., 143.
12 Londres, Public Record Office, 30 /8/345.
3i* Pitt, Miranda y Vis cardo 625

pues si un sisthema por el modo de la Francia se intentase introdu-


cir en el país, aseguro a usted (me replicó con viveza) que más bien
querríamos que los americanos españoles continuasen por un siglo
súbditos obedientes baxo el opresivo govierno del rey de Es-
pana... ♦
Por otra parte, Miranda había desembarcado en Dover, desde
Calais, el 12 de aquel mismo mes, el 15 había llegado a Londres y
ya el 16 se entrevistaba con Pitt, sin haber podido tener ningún con­
tacto previo con Visear do, residente en aquella capital desde hacía
varios años* Aunque no fuese exacto el testimonio de Dupérou so­
bre el empeño de Pitt en ocultar a Miranda la presencia en Ingla­
terra de Juan Pablo Viscardo, disfrazado bajo el nombre supuesto de
abate Paolo Rossi — y no hay motivo alguno serio para dudar de
su veracidad en este punto— , ciertamente la idea de la restauración
del inca había brotado en la mente del precursor de la independencia
hispanoamericana sin haber conocido al independentista peruano y
antes de que pasasen a sus manos los codiciados papeles del ex-jesuita
sobre la América española»

13 Archivo del general Miranda, X V , 267.

L. HISPANO-ITALIANA. — 40
a
32

M IRANDA Y L A PRO PAGANDA AM ERICAN A DE LA


R E V IST A DE EDIMBURGO

Ya William S» Robertson en The Life of M iranda1 había seña"


lado oportunamente la intervención del Precursor en la propaganda
americanista de The Edinburgh Review» Casi al mismo tiempo, la
publicación del Archivo del general Miranda por la Academia nació"
nal de la historia, de Venezuela2, ponía a disposición de los historia"
dores un extraordinario tesoro documental, que permitía perfilar aún
más los hilps de aquella colaboración, a veces directa, a veces sólo
mediata o indirecta» Ese punto hube de tocarlo muy sumariamente
en mi estudio sobre E l abate Vise ardo (19 5 3)3, pues con la recensión
de su Lettre aux Espagnols américains había inaugurado Miranda su
colaboración en la gran revista escocesa 4»
El asunto merecería ser tratado con mayor amplitud que la que
permite una comunicación a un Congreso» Siendo de hecho impo"
sible hallar en Hispanoamérica y en España una colección completa
de The Edinburgh Review, creo que una edición de todos los artícu"
los americanistas de esa publicación periódica aparecidos durante los
años de la lucha por la independencia, ayudaría a comprender mejor
el interés que toda Europa sintió por América en el primer cuarto*

* Publicado» sin notas, en Mesa redonda. . . : E l movimiento emancipador


de Hispanoamérica. Actas y ponencias, III (Caracas 1961) 257^265.
1 Chapel Hill 1929.
2 Caracas i929"5o»
3 Bibl.» núm» 54.
4 V id . ibid., i48"i59.
628 IV* Los hispanoamericanos y filipinos
del siglo pasado — interés agudamente historiado por Antonello Ger-
bi en La disputa del Nuovo M ondo56 .
El carácter de los artículos americanistas de The Edinburgh Re-
view está en íntima relación con la que tenía Gran Bretaña respecto
de España por aquellos mismos años: enemistad, más o menos ex­
plícita, hasta 1808, cuando Carlos IV , arrastrado por Godoy, culti­
vaba la alianza con Napoleón; amistad y alianza con la España
insurgente a partir de mayo de aquel año* Esa amistad y alianza,
en lo que respecta a Hispanoamérica, se complicó más todavía cuan­
do Napoleón intentó extender mediata o inmediatamente su dominio
a las colonias españolas del otro lado del Atlántico*
La diversidad de actitudes de la “ Revista de Edimburgo“ ante los
problemas de la colonización española y de la independencia, se ajusta
también a la diversidad de los colaboradores* Aunque todos los
artículos salían anónimos, W* A* Copinger consiguió dar mucha luz
On the Authorship of the First Hundred Numbers of the “ Edin­
burgh Reviexv” 6 y llegó a identificar buena parte de los autores*
Antes de mayo de 1808, la “ Revista” apenas toca el problema
de la independencia* Insiste más bien, en tono negativo y hostil, en
la colonización española y portuguesa* El interés de los lectores bri­
tánicos por los viajes, la geografía y el comercio, es el que guía pre­
ferentemente la pluma de los colaboradores*
Sabido es que The Edinburgh Review, como la mayor parte de
las publicaciones periódicas iniciadas en el siglo XVIII, no publicaba
artículos de tema libre, sino que, conforme al sentido originario de
la palabra “ Revista” , se ceñía al comentario de un libro de actua­
lidad*
En 1806 John Alien presentaba la obra de Depons, Voy age a la
partie oriéntale de la Terre-Firme. Aunque el autor de ese libro re­
conocía que la colonización española en América había sido muy
superior a la francesa —que él conocía perfectamente, como antiguo
colono de Haití— , Alien se complace en hacer resaltar los defectos
que Depons hallaba en el régimen español; da mucha importancia

5 Milano 1955. [Traducción española, La disputa del N uevo Mundo (Mé­


xico 1957)],
6 Edinburgh 1895.
32. Miranda y la Revista de Edimburgo 629

a las datas geográficos y económicos aportados por el Voy age, y


subraya la presencia de canarios, catalanes y vizcaínos — más propio
sería decir vascos o guipuzcoanos— en Caracas, como un factor de
su progreso. Con todo, Alien cree que aquella tierra progresaría más
si alcanzase la independencia, pues el sistema español le parece de­
masiado complicado y, consiguientemente, ineficaz; por otra parte,
la libertad de comercio, que traería la independencia, ayudaría al des­
arrollo económico. Aunque conoce los esfuerzos de Miranda por la
independencia precisamente de aquellas regiones descritas por De-
pons, las ideas de Alien son muy distintas de las del Precursor: para
éste, la América española constituía una unidad, que había que man­
tener aun después de alcanzada la independencia; para Alien, los
virreinatos de México y del Perú podrían formar dos grandes im­
perios 7.
Ese primer artículo de John Alien se publicaba en abril de 1806.
En octubre del mismo año comentaba la traducción inglesa de los
Travels from Buenos A y res by Potosi to Lima del metalúrgico ale­
mán Helms, enviado por Carlos III a Sudamérica para el adelanta­
miento de la minería. Alien se limitaba a seguir la descripción de sus
viajes y a notar el interés que presentaban las páginas dedicadas a
las minas de Potosí y de Guancavélica. N i una palabra más sobre
la independencia 8.
En el mismo tomo de la revista, un colaborador anónimo, a pro­
pósito del libro de J. Barrow, A Voyage to Cochinchina in the Years
1792 and 1793, partiendo de Río Janeiro, opina que una supuesta
independencia del Brasil es un proyecto quimérico y quijotesco9. Dos
años más tarde, en un artículo igualmente anónimo sobre A Sketch
of the Causes of the late Emigration to Bragil y sobre las Vindiciae
lusitanae, obras respectivamente de Rylance y de Lingham, se tras-
parenta el descontento británico por la emigración de la casa real
portuguesa al Brasil, y se comentan sobre todo los asuntos referen­
tes a la política portuguesa en Europa. El comentarista anónimo,
sin apropiárselas explícitamente, aduce las ideas de Rylance, según

7 T he Edinburgh Review, 8 (1806) 378-399.


8 Ibid., 9 (1806) 168-176.
9 Ibid., pág. 8.
Ó 3° IV* Los hispanoamericanos y filipinos

el cual Brasil no podía progresar sin libertad de comercio, y ésta


sólo sería posible si alcanzase la independencia. Por lo mismo se pre­
sagian más males que bienes de la emigración real desde Lisboa a
R ío 10.
A partir de 1808 se nota una mayor discreción todavía en el
interés de John Alien por la independencia de los dominios espa­
ñoles y portugueses, reflejo tal vez de la opinión favorable a España
y a Portugal que va creando en Gran Bretaña la guerra peninsular.
Sin embargo, los dos artículos de Miranda claramente independentistas
son del año 1809. Por más que en todas las tierras británicas reinaba
una gran libertad de opinar, difícil hubiera sido hallar una publi­
cación de Londres o de Inglaterra propiamente dicha que admitiese
unos alegatos tan claros en favor de la secesión de la América espa­
ñola en los momentos en que Lord Wellington batía a la Francia
napoleónica —pesadilla de Gran Bretaña— en los campos de España
y en íntima amistad con el pueblo y con la Junta de Cádiz. Pero
Edimburgo estaba lejos de Londres, y Escocia desde los días de la
Revolución francesa se había manifestado mucho menos conserva­
dora que la vecina Inglaterra.
En 1809 Miranda no capta una ocasión fugaz: la busca y la
explota. La Lettre aux Espagnols américains del abate Juan Pablo
Viscardo la había publicado el mismo Miranda diez años antes en
Londres, con el falso pie de imprenta de Philadelphia. Ahora, cuando
está organizando un nuevo levantamiento en Venezuela, le conviene
preparar la opinión británica y europea, y comenta el escrito del ex-
jesuita callando el año de impresión. Además, The Edinburgh Re-
view, en aquellos tiempos de Golden A ge para Escocia, era una caja
de resonancia para hablar a Europa entera. El precursor halló un
fiel colaborador en James Mili, padre del famoso filósofo Stuart Mili.
Por el Archivo del general M iranda11 sabemos que la amistad entre
ambos había comenzado muy poco antes, en octubre o noviembre
del año anterior, 1808. Al director de la Revista, Jeffrey, le interesó
el asunto desde un principio, pero cuando leyó el comentario de
ambos colaboradores, temió que no fuese oportuno en aquellos mo­

10 The Edinburgh Review, 12 (1808) 246-261.


U A rchivOf X X II, 100, 103, 14 1, 143, 183-184.
Miranda y la Revista de Edimburgo 631

mentos políticos* Su gran colaborador en la empresa editorial Henry


P* Brougham, le disipó los escrúpulos, y la recensión de la Carta de
Viscardo salió a la luz en agosto de 1809, por más que el tomo XIII
de la “ Revista” correspondiese a octubre 1808 - enero 1809 12* Aho­
ra ya no se trataba de un artículo al estilo de los de John Alien, en
los que, a propósito de obras geográficas sobre la América española
y portuguesa, se aludía tímidamente a la posibilidad o aun a la con­
veniencia de su separación de las metrópolis europeas* Miranda y
Mili escriben un verdadero alegato en pro de la independencia his­
panoamericana, presentándola bajo el aspecto que más podía inte­
resar al mundo británico en los momentos en que las guerras napo­
leónicas disminuían notablemente sus tráficos comerciales: en
compensación, América ofrecía campos inmensos, hasta ahora cerra­
dos al comercio mundial, bajo el monopolio de España* Si aun la
misma independencia de los Estados Unidos de América del Norte
había sido económicamente ventajosa al comercio británico, mucho
más lo sería la independencia de la América española, con sus 16
millones de habitantes que ofrecían un mercado mucho más amplio
que los 6 millones de norteamericanos* Fuera de ello, si Gran Bre­
taña realizase el proyectado canal de Panamá, las ventajas para la
navegación hacia el Oriente serían inmensas* En 1790 Pitt y Miranda
hubieran obrado de común acuerdo para promover la independencia
si no se hubiese llegado a un acuerdo con España en el asunto de
Nootka* Ahora Gran Bretaña tenía que oponerse a los intentos de
Napoleón de erigir una monarquía bonapartiana en las posesiones
españolas de América, y podía hacerlo casi sin tropas* Fundándose
en los cabildos municipales, se podría fácilmente elegir un rey, cón­
sul o inca como jefe del nuevo Estado, que concedería amplios pri­
vilegios económicos a Inglaterra en reconocimiento de la pequeña
ayuda que le prestase*
Aquel mismo año la traducción inglesa del Saggio della stoña
naturale del Chili por el abate Molina, ex-jesuíta chileno exiliado en
Italia, ofrece a Miranda una nueva oportunidad para insistir en sus
ideas independentistas en la misma “ Revista de Edimburgo” « Ahora
escribe él solo, y con más dureza, sobre la tiranía de España en Amé-

12 T he Edinburgh Review, 13 (1808-09) 2 7 7 -3 11.


632 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

rica y sobre la necesidad de la independencia tanto para el progreso


de aquellas tierras, como para el comercio inglés* Calcula que sus ha­
bitantes se acercan a los 20 millones, y proyecta toda una serie de h i­
pótesis en relación con las dos que se pueden presentar en Europa: o
que España se libre del yugo bonapartista, o que 1? dinastía napoleó­
nica se afiance en la península ibérica* En la primera de esas hipótesis,
sostiene que el régimen liberal de Cádiz no podrá ser equitativo con las
posesiones ultramarinas, pues la superioridad numérica de éstas pon­
dría en peligro el mismo régimen liberal en España* Para Miranda, la
solución única era la plena independencia de Sudamérica 13*
Mientras el Precursor abandonaba su residencia de Londres para
luchar por la independencia de su patria, las obras de Alexander von
Humboldt ofrecen a John Alien materia de reflexiones políticas más
moderadas no sólo que las de Miranda, pero aun que las que él
mismo había publicado en 1806 a propósito de los viajes de Depons
y de Helriis* En este punto Alien reflejaba mucho mejor que James
Mili la mentalidad del inglés medio durante la guerra peninsular*
Su afición a los libros de viajes y a la geografía le lleva a felicitarse
de que Humboldt haya podido viajar libremente por la América
española, conocida hasta entonces en Europa casi sólo por las rela­
ciones de los jesuítas y por los viajes de Ulloa, de La Condamine y
del abate Raynal* Advierte que la ocupación de España por Napo­
león ha creado una nueva situación política en las tierras de allende
el Atlántico; pero cree que la situación social de América, con el
predominio económico absoluto de los españoles y criollos sobre un
número extraordinariamente más crecido de indios, convertiría en
una verdadera revolución cualquier movimiento secesionista* Los ex­
cesos revolucionarios de Caracas se lo persuaden, y llega a decir:
“ Lejos de desear ver a América totalmente independiente de la ma­
dre patria, estamos convencidos de que nada es tan necesario para
su progreso como una autoridad respetada por sus habitantes, la cual
no puede emanar directamente de ellos mismos“ * Si tal posición
puede disgustar a los partidarios de la independencia, los designios
americanistas que se atreve a delinear disgustarán también a los diri­
gentes de las Cortes de Cádiz: en América los cargos públicos han

13 Ibid*, 14 (1809 ) 3 3 3 *3 5 3 *
32. Miranda y la Revista de Edimburgo 633
de pasar a manos de los criollos, la libertad de comercio ha de poner
fin al monopolio español, el poder ha de descentralizarse, incluso en
las leyes tributarias América ha de gozar de plena autonomía14«
Estas reflexiones de Allen a propósito del Essay politique sur le
royaume de la Nouvelle^Espagne fueron completadas por él mismo,
aquel mismo año 18 10 , con ocasión de otra obra de Humboldt, el
Tableau physique des regions équatoriales. Este segundo comentario
es más geográfico que político·, pero vuelve a insistir en su preven­
ción — tan británica— contra el indio, a quien llama “ animal frío,
cruel, hosco, receloso y taimado” « Ello no obstante, con posición
enteramente antirousseauniana, cree que la civilización lo volverá
bueno y sociable 15«
Este breve resumen que he dado de las diversas posiciones toma­
das por los colaboradores de The Edinburgh Review frente al pro­
blema de la independencia de Hispanoamérica, bastará para subrayar
el interés qúe esas recensiones tienen todavía en la historia del cono­
cimiento de los problemas hispanoamericanos en la Europa del pri­
mer Ochocientos«

14 Ibid«, 16 (1810 ) 6 2 -10 2 .


15 Ibid., págs. 2 2 3-2 53; 19 (19 11-12 ) 180-199.
I

i
33

FÀBREGA Y E L INDIGENISM O M EXICANO

José Lino Fábrega nació el 22 de setiembre de 1746 en Tegu-


cigalpat hoy capital de la república de Honduras, perteneciente en­
tonces al reino español de Guatemala* Murió en Vitorchiano, cerca
de Viterbo, en Italia, el 20 de mayo de 1797 b
Su apellido nos indica el origen catalán de su familia* Entró en
la Compañía de Jesús el 12 de abril de 1766, en la provincia de Nue­
va España* Era todavía novicio cuando se ejecutó en América el
decreto con que Carlos III (1767) expulsaba a los jesuítas de todos
los dominios de su corona* Fábrega prefirió seguir la suerte incierta de
la Compañía de Jesús, y partió para Italia exiliado* Primero se es­
tableció en Ferrara; pasó después a Roma, donde fue protegido por
el cardenal Stefano Borgia, pudiendo así consagrarse a sus estudios de
historia del antiguo México*
Gracias a sus conocimientos de los calendarios aztecas, estaba ca­
pacitado para colaborar con Lorenzo Hervás en esta sección de la
Idea delVuniverso2, Hervás recibió de Fábrega los manuscritos y
borradores que hoy se hallan en el códice jesuítico 1074 de la Biblio­
teca nacional Vittorio Emanuele de Roma, formado por escritos ame­
ricanistas de entrambos 3**1

* Publicado en francés, con el título Fábrega (José Lino), en el Diction-


noire d*histoire et de géographie ecclésiastiques, X V I , fase. 91 (Paris 1965) 325-
326, sin notas al pie de las páginas. Traducción de José M . Benítez S. I.
1 Vid* A . C avo , Historia de México, ed* E . J. Burrus (México 1949) 73·
2 Tomo X X I , 67-73*
3 V id . supra, págs. 264-265; y T . T entori, I manoscritti di interesse ame-
ricanistico esistenti nelle biblioteche ed archivi italiani: I manoscritti delta Bí -
636 IV . Los hispanoamericanos y filipinos

Su obra más importante, y la única que se ha publicado, es su


Esposi&one del códice borgiano, premessa una breve noticia degli
originali esistenti in Europa di dtri codici citati dagli autori, e ctelle
copie pubblicate o inedite, come ancora alcune osservazioni su i sog-
getti essenzidi del calendario■ messicano per la di lux migliore intel-
ligenza. El original italiano, manuscrito, se halla en el Archivo de la
provincia de Toledo S, L Fue publicado el año de 1891 en italiano
y en traducción castellana como apéndice a los Anales del Museo
nacional de M éxico*4, por Alfredo Chavero y Francisco del Paso y
Troncoso. Aunque el conocimiento de la cultura azteca ha progre­
sado mucho desde el siglo xvill, el estudio del padre Fábrega conser­
va todo el interés de las obras de los precursores, al igual que las de su
compañero de exilio Francisco Xavier Clavigero.
También se sabe que1 compuso tm Vocabolario geográfico, sto-
rico, naturale, civile e ecclesiastico de* domini spagnuoli nelVAmerica
settentrionale, en italiano y con traducción castellana, varias Diserta­
ciones sobre la antigua historia mexicana sacadas de los mejores his­
toriadores de Nueva España y de las tradiciones antiguas del país,
y un Mapa de las misiones que tenía la provincia de la Compañía
de Jesús de México, cón sus correspondientes notas y declaraciones.
Pero todos estos manuscritos se han perdido5*

blioteca nazionale céntrale di Roma, en Atti della Accademia nazionale dei Lin-
cei, ser. V III, Rendiconti, Classe di scienze morali storiche e filologiche, 8 (1953)
263-277 (v. págs. 264-265).
4 Tom o IV , fase. 2.
5 S ommervogel, III, 50 9-510 ; IX , 176 5; U riarte -L ecina , II, 554*555-
34

LA ETN O LO GÍA FILIPIN A E N T R E LOS JE SU IT A S


EXPU LSO S

La provincia de Filipinas, al sobrevenir la expulsión carlotercis-


ta \ contaba sólo ciento trece sujetos, repartidos entre el colegio de
San Ignacio, de Manila, los de Zamboanga, Santa Cruz, San José el
Real, Cavite, Cebú y San Pedro de Macutín, la residencia de Boxó
y las misiones de Marianas, Marinduque, Pintados, Tagalos, Mindanao,
Z asnal y Aetas*
De aquel número de sujetos — entre sacerdotes, escolares y coad­
jutores— , dieciséis eran extranjeros* Así es que, descontados los siete
que murieron entre la llegada al Puerto de Santa María y el año de
la supresión de la Compañía por Clemente X IV , 1773, más un en­
fermo que hubo de ser depositado en España, sólo noventa y nueve
llegaron a establecerse definitivamente en Italia: los ochenta y nueve,
españoles, más diez italianos, de los cuales cuatro eran sardos 2*
Tan escaso número explica suficientemente que fuesen pocos, en
relación con las provincias hispanoamericanas, los miembros de la*1

* Publicado en A H S I 22 (1953) 34 5 "35i.


1 Más exactamente, al llegar sus restos, en diversas expediciones, al Puer­
to de Santa María, fecha tomada como punto de partida por Juan Antonio
de Archimbaud y Solano para su Catálogo de los regulares que fueron de la
extinguida orden llamada de la Compañía de Jesús, que da el estado de los
expulsos en Italia el i.° de enero 1774 (ms. de Monumenta histórica S. I., en
el Instituto histórico S . L , Roma)* El catálogo de la provincia de Filipinas, en
las págs. 673-693; estadística global en la pág. 692»
2 V id . W . KRATZ, Gesuiti itdliani nelle missioni spagnuole al tempo del·
Vespulsione (176 7-176 8 ), A H S I n (1942) 27-68 (v. págs. 65-68).
638 /V* Los hispanoamericanos y filipinos

provincia filipina que en el destierro se señalasen por sus activida­


des culturales*
El único que llegó a una cierta celebridad académica fue Manuel
Rodríguez Aponte, catedrático de griego en Bolonia3* Pedro Xavier
Cásseda publicó algunas obritas apologéticas en italiano4* Francisco
Xavier P’u ig nos dejó una crónica del largo viaje de destierro5. Y en
el campo de la lingüística y etnología» el más propio de una provincia
misionera» pueden citarse otros colaboradores de Hervás 6, fuera de
Aponte y Cásseda: Francisco García y Torres» Alfonso González»
Plácido Lampurlanes» Antonio Miguel» Antonio Vitorica» el italiano
Giuseppe M* Silvestri y sobre todo Bernardo Bruno de la Fuente
para los pueblos tagalos y Juan Antonio de Tomos para los bisayas.
La Fuente era casi paisano del gran lingüista ex-jesuíta» como na­
cido en Villanueva de la Jara» diócesis y provincia de Cuenca» el 6 de
octubre de 1732 7* Como Hervás» perteneció a la provincia de Tole­
do» en la que entró el 16 de noviembre de 1749* Destinado a la pro­
vincia de Filipinas diez años más tarde» 1759» hizo allí la profesión
solemne de cuatro votos el 2 de febrero del 67* Después de haber
sido misionero de pintados y tagalos» desempeñó la cátedra de filo­
sofía del colegio de San Ignacio» donde se hallaba de procurador o
ecónomo cuando el 17 de mayo de 1768 llegó a Manila la noticia del
decreto de extrañamiento del 27 de febrero del año anterior* Por el
cargo'que tenía en el colegio no pudo embarcarse para Europa hasta
el año 1770» en la fragata Santa Rosa8.

3 U riarte-Lecina, I» 225-227, V id , supra» pág, 400,


4 U riarte-L ecina, II» 15 2 -15 3 ,
5 E . J. Burrus , A Diary of Exiled Philippine Jesuits, A H S I 20 (1951) 269-
299. [T exto más completo del mismo Diario en N . J. CÜSHNER, Philippine
Jesuits in Exile: the Journal of Francisco Puig 5 * I* 1768-1770 (Roma 1964). V é a ­
se también H , DE LA COSTA, The Jesuits in the Philippines. 1581*1768 (Cam­
bridge, Mass, 1961).]
6 El aporte de cada uno de ellos está precisado supra, Estudio n , índice
del final, págs. 265-269.
7 A R SI, Philipp. 3, 38 8 r-39 ir: Catálogo de los sugetos presentes y ausen-
tes que componían la provincia de Philippinas de la Compañía de Jesús el
día 19 de mayo de 1768... (v. 389V, núm. 71), de donde se sacan también
los datos que siguen en el texto.
8 A R SI, Philipp. 3, 374v.
34* Ld etnología filipina 639

El i.° de enero de 1774 se hallaba en Bagnacavallo9, pero luego


se trasladó a Faenza, donde murió el año 1807 10. Fuera de una tra­
ducción española de ciertas meditaciones evangélicas11, su labor cul­
tural se reduce a la fiel colaboración prestada a su paisano Hervás y
Panduro, que analicé ya en otra ocasión 12*
Juan Antonio de Tornos, en cambio, además de ser colaborador
del enciclopédico autor de la Idea delVuniverso, se distinguió por va­
rias obras sobre las Filipinas, algunas de ellas compuestas aun antes
del destierro*
Como Hervás y La Fuente, era Tornos castellano nuevo, nacido
el 6 de noviembre de 1727 en Lebrancón, diócesis de Sigüenza y pro­
vincia actual de Guadalajara* El 21 de marzo 17 5 1 entró, como aque­
llos, en la provincia de T oled o13* Cuatro años más tarde, siendo aún
escolar, llegó á las Filipinas el 22 de julio de 1755, en una expedición
capitaneada por el conocido historiador Pedro Murillo Velarde 14* “ Fue
insigne misionero de pintados — [escribe el padre José Eugenio de
Uriarte 15] — y estuvo seis meses cautivo de los moros en Joló* Conse­
guida la libertad, tuvo por cuatro meses, por orden del rey, el mando
de la escuadrilla contra los piratas; y, desterrado a Italia, hizo la pro­
fesión de cuatro votos y murió en Roma el 17 de octubre de 1802*”
Cuando en 1769 hubo de abandonar las Filipinas en la fragata San
Carlos, era ministro de los pueblos de Calviga y H um avas16* El i*° de
enero de 1774 se hallaba en Lugo (Romagna, Italia)17, desde donde se
trasladó a Cesena 18, residencia habitual de Hervás hasta 1784*

9 A rchimbaud, 674, núm. 8.


10 U riarte>L ecina, parte aún ms., Madrid.
11 U riarte, III, núm. 3970.
12 Estudio 1 1 .
13 A R SI, Philipp. 3, 389V, núm. 80. Está en contradicción con estos datos
la noticia de F . de L atassa , Biblioteca nueva de los escritores aragoneses, V I
(Pamplona 1802) 16 0 *16 3 ; L atassa * GÓMEZ URIEL, Bibliotecas antigua y nueva
de escritores aragoneses, III (Zaragoza 1886) 257*258, según la cual Tornos ha*
bría nacido en Aldehuela de Liestas, diócesis de Tarazona.
14 A R SI, Philipp. 3, 3 7 1 v, apéndice al catálogo trienal de 1755, donde se
da la lista de toda la expedición.
15 U riarte*Lecina, parte ms.
16 A R SI, Philipp. 3, 383v*384r.
17 Archimbaud, 684, núm. 25.
18 Cf. Estudio 12.
640 IV. Los hispanoamericanos y filipinos

Ya durante su cautiverio en Joló había escrito una Historia civil y


religiosa de los mahometanos de Joló y de Mindanao, y es también
de antes del destierro una Historia antigua y moderna de las islas Fu
lipinas, de la que fue desposeído en 1769. Ambas obras quedaron iné­
ditas y se perdieron. Ya en Italia, después de colaborar en la Idea del·
Vuniverso, escribió su Rasgo■ geo'gráfico'histórico+apologético de las
islas Filipinas, con un apéndice de las islas de Púlaos y de- las Marianas,
fechado en 1789 y conservado manuscrito en la Academia de la his­
toria, de Madrid 19.
La aportación propiamente lingüística de los colaboradores de Lo­
renzo H ervís para las Filipinas tiene un valor muy relativo, tratándo­
se de lenguas conservadas vivas hasta el presente y muy estudiadas
en su misma estructura y en sus parentescos con las lenguas circun­
vecinas. Más interesante es el aporte propiamente etnográfico, tanto
en lo que se refiere a las observaciones personales de los antiguos mi­
sioneros sobre la vida y costumbres de los filipinos a mediados del
siglo XVIII, como en lo tocante a las ideas que aquellos se habían for­
mado de los pueblos que evangelizaban.
Casi todo el material etnológico de Bernardo de la Fuente fue uti­
lizado y aun publicado ya por el mismo H e rv ís: su recuento de los
tagalos y marianos misionados por los jesuítas20 y su larga Nota sobre
los negros de Filipinas 21, escritos, ambos, que H ervís recompuso a su
modo y los dio como en forma de carta recibida de don Bernardo, su
amigo. De éste quedan tan sólo unas Notas y observaciones sobre las
lenguas de las islas Pilippinas [sic], principalmente de la lengua bisa-
y a 22, en las que — al parigual que en aquella sobre los negros— , a
vueltas de absurdos como el parentesco de filipinos y malayos con los
hebreos, recoge experiencias personales de algún interés:

441. Las lenguas de las Islas Pilippinas — [comienza]— son


muchas y mui diversas entre sí: la tagala, que es la señora de todas

19 U riarte -L ecina, parte ms.


20 A R SI, Opp. N N . 342, 30 41; cf. Idea delV universo, X V II, 97, n. b.
21 Ibid., 285r-286v; cf. Idea déll'universo, X V II , 99-101. Las diferencias
son tan notables, que ya advertí (cf. supra, pág. 228) que un original en forma
de carta, como la publicada allí por H ervís, no se halla entre sus papeles.
22 A R SI, Opp* N N . 342, 2JOU28JV.
34* La etnología filipina 641

por su hermosura, dulzurat abundancia de términos, maravilloso arti­


ficio, y cultura; la pampangat pangasinán, ilocos, zambales, bisaya,
mindandanao, joló, caragat con otras de menor extensiónt como la de
Marinduque, Capul, y otras a este tenor; y apenas se enqüentra islat
donde no se enqüentre alguna novedad en la lengua* Las reglas que
aquí darét serán generales, pues las diferencias particulares las enseña
el uso y la práctica*
” 2* Todas estas lenguas reconocen como a madre la lengua mala­
ya, de la que nunca vi libro ni escritura alguna para poder comprehen-
der la semejanza o parentesco de una y otras* Muchas veces oí decir
que algunos misioneros peritos en la lengua hebrea havían encontrado
en aquellas lenguas muchas palabras que en el sonido y en significado
eran idénticas palabras hebreas: de donde io infiero que por lo menos
la lengua malaya, de quien éstas se reputan hijas, tendrá por parienta
mui cercana la lengua de los hebreos* N i de las costumbres de éstos
se alejan mucho los indios, como en el servir los jóvenes algunos años
en la casa de los que han de ser sus suegros, cuias hijas han de espo­
sar; y los misioneros tienen, aun ahora, mucho que hacer para impe­
dir este abuso y evitar la ocasión próxima de los esposos, con algunas
injusticias qué también se siguen, como de despedir a los pretendien­
tes después dé haver servido algunos años sin pagarles su trabajo ; en
la circuncisión, mui usada aún en algunos pueblos, aunque con mucho
recato por miedo de los ministros; y en el modo de escrivir, especial­
mente los tagalos, que tiran las líneas de la mano derecha a la iz­
quierda ; y en los caracteres no sé si se asemejan: los pondré aquí para
que cotejen los que entiendan la escritura de los hebreos../'

Bien se echa de ver, por solos estos párrafos, que Bernardo de la


Fuente carecía de agudeza y de preparación cultural suficiente para
orientar de un modo seguro a su amigo Hervás* Éste, en cambio, pu­
do fiarse mucho más de Juan Antonio de Tomos, que llegaba de las
Filipinas con una curiosidad mucho más viva y con un conocimiento
más serio de sus problemas lingüísticos y étnicos* El famoso lingüista
utilizó profusamente los apuntes filológicos de Tomos sobre el bisa-
ya y sus dialectos 23, pero, en cambio, sólo resumió muy sumariamen­

23 Vid* supra, págs* 229-230.

L. HISPANO-ITALIANA. — 4 1

t
L
642 IV* Los hispanoamericanos y filipinos

t e 2425 el escrito intitulado Algunas noticias acerca de los primeros po­


bladores de las islas Filipinas 25f cuyos rasgos esenciales — parentesco
de los filipinos con los malayos de la Indonesia y preexistencia de upa
población negra acorralada luego por las invasiones del sureste asiá-
tico— han sido totalmente aceptados por la moderna etnología 26* Por
eso doy aquí los párrafos de mayor interés para el conocimiento et­
nológico de las Filipinas*

TEXTO

Arch* rom* 5 * L, Opp* N N . 342, 3i8 r-3 i9 v

[3 18 ] [F rancisco A ntonio de T ornos ] : A lgunas noticias


ACERCA DE LOS PRIMEROS, POBLADORES DE LAS ISLAS FILIPINAS

...Los habitadores de las playas de la grande isla de Borneo, que


parte son idólatras y parte mahometanos, se llaman malais u malayos,
y este mismo nombre lo aplican muchos europeos, y aun algunos asiá­
ticos, a los que habitan en las islas de la Sonda, quales son Sumatra
y Giava u Jaba, y aun a algunas de las Molucas, como son Célebes u
Macasar, Cilolo, etc., si bien no deben confundirse estas naciones con
los verdaderos malayos.
Dichas islas de la Sonda y las demás sobredichas se pudieron po­
blar antes que las Filipinas, a motivo de estar cercanas entre sí o unas
de otras, y la de Sumatra no distar mucho de Malaca u del reyno de
Sián, que es continente de Asia; y pudieron con facilidad propagarse
los pobladores de dichas islas, a motivo de su grande fertilidad y es-
tensión, y de allí con el tiempo pasar a poblar las Filipinas o Islas de
Pintados, que assí se llamaron 1 *°, como es constante tradicción de
aquellos indianos* Y se echa de ver que esto es cierto, por muchos in­
dicios que lo manifiestan, como son :

24 Idea delVuniverso, XVII, 94, núm. 133.


25 ARSI, Opp . NN. 324, 3i8r-322V , 329r-334v. El título continúa “...como
también las principales reglas gramaticales que pueden servir para el conoci­
miento de la lengua bisaya, que es la más estendida, y que muchas de dichas
reglas se acomodan a las demás lenguas de todas las islas, que tienen por ma­
triz a la lengua malaya etc”.
26 Vid. por ej. W. Schmidt, Die Sprachfamilien und Sprachenkreise der
Erde, en Kulturgeschichtliche Bibliothek, 5 (Heidelberg 1926) 141-146.
34· La etnología filipina 643
i*° Grande semejanza las costumbres y usos, particularmente al
tiempo que los primeros españoles llegaron a descubrir y conquistar
dichas islas; puest después que fueron sugetados y que an abrazado la
religión cathólica, an dexado también muchas de aquellas costumbres,
particularmente | las supertieiosas, aunque aún se hallan hasta la pre­
sente varios vestigios de ellas*
2*° En la fisonomía, pues todos u casi todos son de un mismo co­
lor olivastro, y de nariz aplanada u chata*
3*° En los caracteres u alfabeto que antes usaron para escribir, cu­
yas letras venían a ser mistas o casi mistas del arábigo y del hebreo;
aunque ya no las usan más, porque adaptaron la escritura de los eu­
ropeos*
4*0 Por la conexión que tienen todas las lenguas de las islas Fi­
lipinas con la de dichos malayos, no sólo en la composición de las pa­
labras, que casi es la misma, sino también en la significación de muchos
términos, como “ poyo” u “ polo” , que significa isla, y assí de otras* Y
prueba de la conexión y semejanza que dichas lenguas tienen, es el ver
que los indianos filipinos, a poco tiempo u en pocos días que traten
con los malayos, se entienden mutuamente, lo que no les sucede quan-
do tratan con naciones europeas u con chineses, etc*, como yo lo vi en
varias ocasiones, estando en las islas de Mindanao y de Joló* Y en el
comercio mutuo que suelen hacer los maometanos joloes con los mala­
yos y macasares, se entienden fácilmente, con ser assí que los joloes ha­
blan una lengua mui semejante a la de los bisayas de la isla de Bohol,
que es una de las Filipinas, situada casi en el centro o medio de ellas:
por lo que a mí me fue fácil entender mui presto a dichos joloes, por
saver de antemano la lengua de los boholanos*
Dichos indicios, juntos a la tradicción antigua, parecen más que
suficientes para no dudar que los filipinos descienden de los malayos*
Lo que a echo dudar a varios que, antes que los malayos pasassen
a las Filipinas, fuesse allí otra nación particular más antigua (aunque
poco numerosa), es el ver que aun hasta el día presente [3 i9 r] se con­
servan en algunas de dichas islas, quales la isla llamada de Negros,
la de Mindanao y la de Luzón, en la que está la capital de Manila,
se conservan, digo, algunos negros diferentes en todo de los demás
indianos; y que dichos negros, que no ay tradicción de quándo ni de
dónde pasaron allí, se retiraron a vivir como bestias en lo más herto
y alpestre de los montes, en donde van desnudos, en quadrillas de un
lugar a otro, y por lo regular se mantienen de frutas silvestres y de
raízes aptas a comerse, de las quales abunda el terreno, y de miel de
644 ÍV. Los hispanoamericanos y filipinos

abejas silvestres, que abundan en aquellos países y hacen sus panales


en los árboles* Y si bien dichos negros, de los que e conocido y tratado
a varios que o se reduxeron de propia voluntad a pasarse entre los
demás indianos y se hicieron christianos, u que fueron cogidos siendo
aún pequeños, y se domesticaron; si bien, digo, dichos negros monta*
razes llegan a entenderse con los indianos sus vezinos, a motivo de
algún comercio que entre sí tienen, dándoles los indianos algunos cu*
chillos u otras cosas necesarias en cambio de cera; con todo esso, tienen
su lengua particular 27, desemejante en todo a las demás lenguas de las
islas* Estos indicios hacen sospechar que dichos negros fueron los pri*
meros pobladores de dichas islas, y que quizá, no siendo muchos en
número ni tan diestros en el arte de la guerra ni tan provistos de
armas quanto los malayos que pasaron a ellas, les cedieron a éstos el
mexor terreno de las playas, y ellos se retiraron a las montañas, en
donde aúti viven, para estar .seguros de las invasiones de sus enemi*
gos* Y el no multiplicarse después de tantos tiempos, puede provenir
de la gran miseria en que viven*
El tiempo en que pasaron a Filipinas los primeros pobladores, no
se save, ni es fácil haveriguarlo, porque no se hallaron historias | ni
escritos ni aun cierta tradicción sobre este absunto*
Lo cierto es que por los años de G* J* [ ! ] 15 2 1, en que, llegó a
dichas islas con la decantada Nave Victoria, que fue la i*a que rodeó
todo el globo, el célebre capitán Legaspi28, que fue muerto por los in*
dianos en la pequeña isla de Mactán, que es una de las Filipinas, ya
entonces estaban bien pobladas dichas islas; y que por los años 1571»
en que llegaron otros españoles con el capitán Femando de Magalla*
nes 29, que las conquistaron y reduxeron a la obediencia de Felipe 2*°,
rey de España, las hallaron bien pobladas, particularmente por las pía*
yas de las principales islas, pues por lo intemo aún están mui poco po*
bladas la mayor parte de ellas, y otras islas menores están desiertas*
Los j oloes an sido más curiosos y civiles, y assí tienen su crono*
logia y algunas historias de sus antepasados ; pero éstas sólo se estien*
den a la antigüedad de poco más de 300 años, según me informó el

27 H ervís tachó “ tienen su lengua particular“ y corrigió a s í: “ con todo


esso, don Bernardo Fuente me dixo que no tienen lengua diferente, semejante
en todo...“ «
28 H ervís tachó “ capitán Legaspi“ y corrigió bien: “ Fernando de Maga*
llanes“ ; pero no siguió corrigiendo el texto«
29 Tachó aquí H ervís “ Femando de Magallanes“ y lo substituyó por “ Mi*
guel López Legaspi“ .
34* Ld etnología filipina 645

sultán Bantilánt que allí reinaba por los años 1757 y 58. Y el motivo
de haberse civilizado desde entonces lo atribuían a un árabe maome-
taño que por aquellos tiempos pasó allí, y les predicó y enseñó la
pestífera ley del Alcorán, que abrazaron luego*
Los quineses o chineses son los que habían llegado por solo comer­
ciar a las islas Filipinas antes que llegassen los españoles...

i
η

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& A
BIBLIOGRAFÍA D EL AU TO R SOBRE EL SIGLO X V III
1935-1966

1 II Centenario del nacimiento del P. Hervás. Restos de su epis­


tolario en la Alta Italia, RyF 109 (1935) 536-55i* [Estu­
dio 12*]
2 Recensiones: P. PlRRl, Carteggi del P. L. Taparelli D’Azeglio
(Torino i933)t A S T 1 1 (1935) 588-591; C . C a l c a t e r r a , II
nostro imminente risorgintento (Torino 1935), ibidl, 591-
593* [Excluido*]
3 Esteban de Arteaga. Itinerario biográfico, A S T 13 (1937-40) 203-
222* [Excluido por formar parte del volumen correspondiente
a los núms* 16 y 66*]
4 Rela¿ioni di cultura italo-ispaniche nel Settecentof CC 89 (1938)
IV t 139-149* [Estudio 16*]
5 Ideario filosófico y estético de Arteaga, en Gesammelte Aufsátze
Zur Kulturgeschichte Spaniens, I* Reihe: Spanische For-
schungen der Garres gesellschaft, VII (Münster i* W* 1938)
293-325* [Excluido por la misma razón que el núm* 3.]

* Esta Bibliografía se extiende también a algunas obras sobre los primeros


decenios del siglo x ix t pero que tratan de los ex-jesuitas exiliados en 1767.
Cuando en ella hacemos referencia a núm* o núms., aludimos a las cifras mar­
ginales de la misma Bibliografía, sistema ya seguido en las notas de todo él
volumen* A l final de aquellos escritos que se han incluido en la presente
obra, indicamos el número del Estudio que a ellos corresponde en este tomo*
Los números de la Bibliografía siguen un orden cronológico; los Estudios del
volumen, un orden temático. En la Nota editorial de la pág. 12 hemos indi­
cado ya el criterio de selección que se ha seguido; los que han sido descar­
tados llevan en esta Bibliografía la indicación: Excluido. Se señalan con un
asterisco (*) los trabajos publicados en forma de volúmenes o de opúsculos in­
dependientes.
64S Bibliografía

6 Arteaga e Bettinelli, GSLI 1 1 3 (1939) 92-112* [Estudio 9*]


7 Rec*: G. D rei, 11 regno d/Etruria (18 0 1^ 18 07) (Modena 1935),
RyF 1 1 7 (1939) 220-221* [Excluido·]
8 Dos hebraístas españoles amigos de Gian Bernardo De Rossi,
en Sefarad, 1 (1941) 255-278· [Estudio 17 ·]
9 Los manuscritos de Esteban de Arteaga, A S T 14 (1941) 199-
216* [Estudio 8·]
10 Rec*: M· CascÓN, L os jesuítas en Menéndez Pelayo (Valladolid
1940), A ST 14 (1941) 232-233* [Excluido*]
1 1 La irrupción de los jesuítas españoles en la Italia dieciochesca,
RyF 126 (1942) 108-130* [Estudio 2*]
12 Jesuítas mallorquines en Italia ( 17 6 7 -18 14 ). [Nicolau, Company,
Pou, Ferrer, Andreu, Diosdado Caballero*] Conferencia leída
el 27 de enero de 1947 en el Curso de cultura balear de la
Universidad luliana* -— Palma de Mallorca 1942, 12*0, 48 pá­
ginas* Extracto de Studia, 14 (1942) 17 - 2 1,3 3 - 3 7 , 65-69* [Es­
tudio 21*]
* 13 Francisco Gusta, apologista y crítico (Barcelona 17 4 4 - Palermo
18 16 ). Barcelona (Balmesiana) 1942, 8*°, 167 págs* ( = Biblio­
teca histórica de la Biblioteca Balmes, serie II, vol* XVII),
[Excluido*]
14 Rec.: R* G* V illoslada, Manual de historia dé la Compañía de
Jesús (Madrid 1941), A S T 15 (1942) 2 30 -2 31; G* M* Ber -
TINI, Studi e ricerche ispaniche1 (Milano 1942), ibid*, 232-
2 3 3 ; C* Calcaterra, II Parnaso in rivolta: barocco e anti-
barocco nella poesía italiana (Milano 1940), ibid*, 433* [E x ­
cluido*]
15 Un corpus documental sobre los españoles en Trente, proyec-
tado en el siglo X V III, EE 17 (1943) 319-327* [Refundido en
el Estudio 7·]
#i6 E steban de A rteaga, La belleza ideal. Prólogo, texto y notas
del P* Miguel Batllori, S. I* Madrid (Espasa-Calpe) 1943»
8*°, LXiv-173 págs* ( = Clásicos castellanos, 122). [E x ­
cluido*]
17 Ideario estético de Esteban de Arteaga, RIE 1 (1943) núm* 3,
87-108* [Excluido por la misma razón indicada en el núme-
3·]
Bibliografía 649

18 Baltasar Masdeu y el neoescolasticismó italiano (Palermo 17 14 -


Mallorca 18 20 ), A S T 15 (1942 [ed* 1943]) 17 1-2 0 2 ; 16
(3:943 [ecL 1944]) 241-294* [Estudio 20*]
19 La edición italiana de la Historia del P. Masdeu, en Hispania,
3 (1943) 612-630* [Estudio 19*]
20 La inoriginalidad del discurso de Balmes sobre la originalidad,
RIE 1 (1943) núm* 2, 65-76. [Sobre J. Andrés* Excluido por
formar parte del volumen correspondiente al núm* 77*]
21 Rec*: F* Ramondino, Tre relazioni inedite spagnole del Sette-
cento (Palma di Maiorca 1943), A ST 16 (1943) 231* [E x ­
cluido*]
22 La colección pictórica Batllori de Orovio, A S T 17 (1944) 16 1-
197, 22 lis* [Excluido por referirse a artes plásticas.]
*23 E steban de A rteaga, I* Lettere musico'filologiche. IL Del rit­
mo sonoro e del ritmo muto nella música degli antichu Pri­
mera edición y estudio preliminar por el P* Miguel Batllori,
S* I* Madrid (CSICt Instituto de arte y arqueología “ Diego
Velázquez” , Sección de estética) 1944, 8*°, CLXII-297 págs*t 2
facsímiles* [Excluido*]
24 Arteaga¡ y la música grecolatina, RIE 2 (1944) núm* 6, 53-71.
[Excluido por haber sido publicado en el volumen corres­
pondiente al núm* 2 3 ; refundido, en parte, en el Estudio 7*]
25 Joaquín Pía, profesor de caldeo en Bolonia (17 9 4 -179 7), en Se-
farad, 4 (1944) 99-118* [Estudio 18*]
26 Rec*: P* Blanco T rías, S* I*, Catálogo de los documentos y
manuscritos pertenecientes a la antigua provincia de Aragón
de la Compañía de Jesús (Valencia-Barcelona 1943-44), A S T
17 (1944) 2 14 - 2 15 ; C* Beirao, D. Maria (Lisboa 1944), ibid*,
404-405* — Italia e Spagna (Firenze 1941), RyF 129 (1944)
304-306* [Excluido*]
27 Filosófía, ciencia y arte, según Esteban de Arteaga, RIE 3 (1945)
387-393* [Incluido en el Estudio 9*]
28 Juan Andrés y el humanismo, en Revista de filología española,
29 (1945) 12 1- 12 8 ( = Miscelánea Nebrija)* [Estudio 25*]
29 Jesuítas valencianos en la Italia setecentista, en Mediterráneo, 4,
núm* 16 (Valencia 1946) 215-240* [Estudio 22*]
650 Bibliografía

*30 Cavias del P. Pou al cardenal Despuig. Edición y estudio del


P. Miguel B a t l l o r i , S. L Mallorca 1946, 8*°» 344 págs.»
23 ils* ( = Biblioteca Raixat II)* [Excluido*]
31 Balmes en la historia de la filosofía cristiana. Primer centenario
de la “ Filosofía fu n d a m e n t a l1846*1946, RyF 134 (1946)
281 "295* [Excluido por formar parte de los volúmenes co-
respondientes a los núms* 73t 76 y 77*]
32 Prólogo [ a : ] J* Lladó y Ferragut, El archivo de la real y
pontificia Universidad literaria y Estudio general luliano del
antiguo reino de Mallorca (Palma de Mallorca 1946) 5-6*
[Excluido*]
33 Filosofía balmesiana y filosofía cervariense, en Pensamiento, 3
(1947) 281 *-293*. [Excluido por formar parte del volumen
correspondiente al núm* 77*]
34 Primera síntesis del lulismo, en Studia monographica et recen*
siones, edita a Maioricensi Schola lullistica studiorum me*
diaevalium, 1 (Palmae Balearium 1947) 33-36. [Excluido por
tratarse de una recensión*]
35 Rec. : T* y }* Carreras y A rtau, Filosofía cristiana de los si*
glos X III al X V , II (Madrid 1943), EE 21 (1947) 505-507
(sobre el lulismo del siglo xvill)* — Biblioteca nacional» Ca­
tálogo de documentos referentes a los jesuítas (158 4*18 05)
(Buenos Aires 1940)» Segundo catálogo de manuscritos (ib.
1944)» Archivo del doctor Gregorio Funes, ed* R* Quintana»
I (ib* 1944)» AH SI 17 (1947) 194-197* [Excluido.]
*36 El cardenal Despuig y su tiempo♦ Conferencia leída en el salón
de actos del Excmo. Ayuntamiento de Palma. Día 31 de
diciembre de 1945* Mallorca 1948» 12*°» 22 págs* [Excluido
por formar parte de los volúmenes correspondientes a los
núms. 73 y 76*]
37 América en el pensamiento de los jesuítas expulsos, en Boletín
de la Academia nacional de la historia, 23 (Buenos Aires
1950) 221-223* [Estudio 28*]
38 Amistad de Miranda con Esteban de Arteaga en Vene cía, RNC
12» núms* 78-79 (Caracas 1950) 97-103. [Estudio 10.]
39 Boletín de publicaciones hispanoamericanas, AH SI 19 (1950
[ed. 19 5 1]) 277-293. Extracto que contiene las siguientes re-

i
Bibliografía 651
censiones: Historia de América y de los pueblos americanos,
dirigida por A* Ballesteros, I, III-V, VIII, X I, XIII, X X I
y X X V (Barcelona - Buenos Aires 1936-49), ibid*, 277-279;
Biblioteca americana, I-II (México-Buenos Aires 1947-50),
Colección Tierra Firme, 1-47 (ib* 1944-49), ibid*, 280-285;
J. M* Beristain de Souza, Biblioteca hispanoamericana
septentrional, 5 vols* (México 1947), ibid*, 285-287; H* E*
W ethey , Colonial Architecture and Sculpture in Perú
(Cambridge, Mass* 1949)* ibid., 287-289; Documentos de
arte argentino, X I-X V , X IX -X X IV (Buenos Aires 1941-47),
Documentos de arte colonial sudamericano, III-VII (ib* 1945-
50), ibid*, 289-293* [Excluido*]
40 Antoni Conca jesuíta valencia en exili (1746*18 20), en Anales
del Centro de cultura valenciana, 2*a época, 12 (1951) 179-
187* [Estudio 26*]
41 Uabreujament italia del viatge artístic i arqueólogic d*Antoni
Pong, en MisceHania Puig i Cadafalch, I (Barcelona, Instituí
d'estudis catalans, 1947-51 [ed* 1952]) 269-290, [Estudio 27*]
42 El archivo lingüístico de Hervás en Roma y su reflejo en W il·
helm von Humboldt, AH SI 20 (1951) 59-116* [Estudio 1 1 ,]
43 El Congreso internacional de estudios colombinos, en Boletín
de; la Academia nacional de la historia, 24-25 (Buenos Aires
1 9 5 ° " 5 1 ) 7 51 -754* [Excluido*]
44 II Cónvegno Internationale di studi colombiani ( 15 * 17 marzo
19 5 1) , CC 102 (1951) II, 538-542* [Excluido*]
45 Uopera dei gesuiti riel Brasile e il contributo italiano nella ^His­
toria*9 del P* Serafim Leite, CC 102 (1951) III, 193-202*
[Excluido*]
46 Rec*: C* Calcaterra, II barocco in Arcadia (Bologna 1950),
CC 102 (1951) II, 78-79* [Excluido*]
47 Uinteresse americanista nelVltalia del Settecento* II contributo
spagnolo e portoghese, en Quaderni ibero-americani, 2,
núm* 12 (Torino 1952) 166-171* [Estudio 29*]
48 Uinteresse americanista nelVltalia del Settecento. II contributo
spagnolo e portoghese, en Studi colombiani, II (Genova 1952)
611-620* [Estudio 29.]
BANCO DE [’ PUBLICA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL APANGO

,.ri \ j p 2QCALOG A C IO N
652 Bibliografía

49 El mito1 de la intervención de los jesuítas en la independencia


hispanoamericana, RyF 145 (1952) 505-519. [Excluido por
formar parte del volumen correspondiente al núm. 54.]
50 Maquinaciones del abate Godoy en Londres en favor de la inde­
pendencia hispanoamericana, AH SI 21 (1952) 84-107. [E s­
tudio 30.]
51 R ec.: D. Graziussi-Crozolli, Le ñduzioni del Paraguay (Roma
19 51), CC 103 (1952) It 325-326. [Excluido.]
52 La etnología filipina entre los jesuítas expulsos (17 7 3 -18 0 0 ),
AH SI 22 (1953) 345*351 ( = Comentarii s. Francisco Xaverio
sacri). [Estudio 34.]
53 Primer viaje del abate Viscardo a Londres, 178 2-178 4, RNC i4 t
num. 99 (1953) 59*66. [Excluido por formar parte del volu­
men correspondiente al núm. 54.]
*54 El abate Viscardo. Historia y mito de la intervención de los
jesuítas en la independencia de Hispanoamérica♦ Caracas i953t
8.°, 334 págs., x ci ils. (= Instituto panamericano de geogra­
fía e historia. Comisión de historia. Comité de orígenes de
la emancipación. Publicación núm. 10). [Excluido.]
55 Operum iudicia. Roma (Institutum historicum Societatis Iesu)
1953, 8.°t 36 págs. Extracto de AH SI 22 (1953)* que contiene,
entre otras, las siguientes recensiones: Archivo general de
Simancas, Catalogo II, III, X V I-X IX (Madrid-Valladolid
1942-51), ibid., 553-555; Bibliografía filosófica italiana dal
1900 al 1950, I-II (Roma 1950-52), ibid., 564-566; S. Cabe­
za de León - E. Fernández V illamil, Historia de la Uni­
versidad de Santiago de Compostela, 2 vols. (Santiago 1945-
47), P. J. Salvador y Conde, O. P., La Universidad en
Pamplona (Madrid 1949), ibid., 584-586; J. Iglésies, Mateu
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ibid., 663-664. [Excluido.]
56 R ec.: R. Menéndez Pidal, Gli spagnuoli nella storia (Barí 1951),
CC 104 (1953) III, 634. [Excluido.]
57 Praefatio [ a : ] AH SI 23 (1954) fase. 46, págs. I93-I94* [Fas­
cículo dedicado a la restauración de la Compañía de Jesús
(1814) con ocasión de la canonización de San José Pignatelli.
[Excluido.]
58 Los mas antiguos retratos de San José Pignatelli, AH SI 23 (1954)
322-333, 7 ils. [Estudio 15 .]
59 José Pignatelli* El hombre y el santo. En su canonización; 13
de junio de 1954, RyF 149 (1954) 512-530, 1 il. [Estudio 14 .]
60 Un santo del Settecento<; Giuseppe Pignatelli, CC 105 (1954) II,
602-615. [Refundido en el Estudio 14 .]
61 II gentüuomo aragonese, en Ecclesia, 13 (Cittá del Vaticano 1954)
322-326, 5 ils. [Refundido en el Estudio 14 .]
62 Tre ex-gesuiti spagnoli nella formazione di Angelo Mai: Pigna­
telli, Andrés, Menchaca, en Bergomum (Numero speciale de-
dicato alie celebrazioni del card. Angelo Mai nel centenario
della morte. Bergamo 8-12 settembre 1954), 28 (1954) núm. 4,
195-202. [Estudio 5.]
63 El conciliábulo de Pistoya y la asamblea de Florencia en las car­
tas y memorias de los ex-jesuitas españoles desterrados en
Italia, en Nuove ricerche storiche sul giansenismo (Roma
1954) 259-266. (= Analecta gregoriana, 71). [Estudio 4.]
64 William Pitt y los proyectos constitucionales de Miranda y Vis-
cardo, en Atlante, 2 (London 1954) 18 -21. [Estudio 3 1 .]
65 R ec.: R. G. V illoslada, Storia del collegio romano (Roma 1954),
Atti del Congreso internazionale tenuto dalla Pont. Universitá
Gregoriana in occasione del IV centenario della sua fondazio-
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meras imprentas rioplatenses. 1700-1850, I (Buenos Aires
1953) , ibid., 404-405. [Excluido.]
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del P. Miguel Batllori, S. I. Madrid (Espasa-Calpe) 1955,
8.°, LXIV-173 págs* (— Clásicos castellanos, 122). [Reimpre­
sión mecánica del núm. 16. Excluido.]
67 R ec.: J. Ruiz 1 Calonja, Historia de la literatura catalana (Barce­
lona 1954), Scrinium, 4 (Fribourg 1955) núm. 1*837* — R* G.
V ílloslada, Storia del collegio rom ano(Roma 1954), CC 106
(1955) II, 83-84; H. Rosa, O s Jesuítas (Rio de Janeiro - Petró-
polis 1954), ibid., 84; A. Mai, Espistolario, I (Firenze 1954),
ibid., IV, 8 1 ; G. Gervasoni, Angelo Max (Bergamo 1954),
ibid., 83. — H. Rosa, O s Jesuítas (Rio de Janeiro - Petrópolis
1954) , R. G. V ílloslada, Manual de historia de la Compañía
de Jesús, 2.a ed. (Madrid 19 54 ; c£. núm. 14), A. Martini,
La Compagnia di Gesü e la sua storia (Chieri 1951)» AH SI
24 (1955) 2 2 1-2 2 3 ; A. Reinle, Die Kunstdenkmäler des Kan-
tons Luzern, II. Die Stadt Luzern♦ I. Teil (Basel i953)t ibid.,
448-449. — R. G. V ílloslada, Storia del collegio romano (Ro­
ma 1954), Gregorianum, 36 (1955) 146-147. [Excluido.]
68 La letteratura ispano italiana del Settecento, CC 107 (1956) II,
360-372; III, 507-513. [Excluido por ser un resumen, en ita­
liano, del número siguiente.]
69 La literatura hispanoAtaliana del Setecientos, en Historia general
de las literaturas hispánicas, publicada bajo la dirección de
Guillermo DÍaz-Plaja, IV / i (Barcelona, Bama, 1956) 3-30.
[Estudio 1.]
70 Selectiores nuntii de historiographia 5 . L, AH SI 25 (1956) 736-
745. [Excluido.]
Bibliografía 655
71 Tres momentos de la estética española. Gradan, Arteaga, Casa-
novas, en Atti del III Congresso Internationale di estética
(Torino 1957) 702-705* [Excluido; c£* núms* 16 y 66*]
72 Rec*: Historia de América y de los pueblos americanos, dirigida
por A* Ballestero s , V It VII, X X V I y X X V II (Barcelona -
Buenos Aires 1952-56), AH SI 26 (1957) 14 0 -14 1; D. A n ­
gulo Íñiguez - E* Marco D orta - M* J* Buschiazzo , His­
toria del arte hispanoamericano, I-III (ib* 1945-56), ibid*, 141-
144; J* T udela de la Orden, Los manuscritos de América
en las bibliotecas de España (Madrid i954)t C* E* C astañe ­
da - J* A utrey D abbs , A Calendar of the Juan E* Hernán­
dez y Dávalos Manuscript Collection (México 1954), ibid*, 144-
146; E* Rosa , I gesuiti dalle origini ai nostri giorni, 3.a ed.
Roma 1957), ibid*, 295-296; M* Pfliegler , Dokumente zur
Geschichte der Kirche (Innsbruck-Wien-München 1957), ibid*,
296; Inventario general de manuscritos de la Biblioteca na­
cional, I-II (Madrid 1953-56), R* Magdaleno, Catálogo del
Archivo general de Simancas, X X -X X I (Valladolid 1954-56),
ibid*, 300-303; J* D* García Bacca, Antología del pensa-
miento filosófico en Colombia de 1647 a 1761 (Bogotá 1955),
J* Rivero, Historia de las misiones de los llanos de Casanare,
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A* GErbi, La disputa del Nuovo Mondo (Milano-Napoli
1955), ibid*, 3 3 0 -3 3 1; G* F* R ossi, Le origini del neotomismo
nélVambiente di studio del Collegio Alberoni (Piacenza 1957),
A* Fermi, Mom. Antonio Ranza, I/i (ib* 1956), ibid*, 332-
334 ; Bibliografía italiana dal 1900 al 1950, III-IV (Roma
ibid*, 334^335- [Excluido*]
*73 Vuit segles de cultura catalana a Europa* Assaigs dispersos* [Pro-
leg del Dr* Jordi R u b i o . ] Barcelona (Selecta) 1958, 12*°, 258
páginas (= Biblioteca Selecta, 252)* Assaig 8 : Huís Vidal,
catala extra-vagant a América i a Anglaterra (págs* 129-136).
Assaig 9 : El cardenal Despuig (págs. 137^153). Assaig 10 :
Els exiliats valencians (págs* 154-179 [Estudio 22])* Assaig
11 : Uescola cerverina i la seva projecció europea (págs. 180-
197)* [Excluido*]
656 Bibliografía

74 Una memoria biográfica sobre Juan Andrés por Francisco Javier


Borrull y Vilanova. 1822, AH SI 27 (1958) 109-120. [Estu­
dio 23*] ,
75 Rec. : Enciclopedia filosófica, 4 vols. (Venezia-Roma 1957), AH SI
27 (1958) 14 5-14 8 ; A. A. M. Stols, Historia de la imprenta
en el Ecuador de 1755 a 1830 (Quito i953)t P. S. Lietz,
Calendar of Philippine Documents in the Ayer Collection of
the Newberry Library (Chicago 1956), ibid., 370-372; L. Fer­
nández, Cartas inéditas del padre Isla (Madrid 1957), ibid.t
380-381 ; S. de Madariaga, El auge del imperio español en
América (Buenos Aires 1955), Id ., El ocaso del imperio es-
pañol en América (ib. 1955), Id ., Uessor de Vempire espagnol
d*Amérique (Paris 1953), Id ., Le déclin de Vempire espa-
gnol d’Amérique (ib. 1958), ibid., 399-400. [Excluido.]
*76 Vuit segles de cultura catalana a Europa. Assaigs dispersos. Se-
gona edicio acrescuda. Prôleg del Dr. Jordi Rubio. Epíleg
del Dr. Gregorio Marañón. Barcelona (Selecta) 1959, 12.°,
3 18 págs. (= Biblioteca Selecta, 252). [Cf. núm. 73.]
*77 Balmes i Casanovas. Estudis biográfics i doctrináis. Barcelona
(Balmes) 1959, 12.0, 2 19 págs. ( = Biblioteca histórica de la
Biblioteca Balmes, ^èrie III, vol. IV). Sobre el siglo XVIII:
Balmes en la historia de la filosofía cristiana (págs. 17 -36 ;
trad. catalana del núm. 3 1) ; Filosofía balmesiana i filosofía
cerverina (págs. 37-53 ; trad. catalana del núm. 33). [E x ­
cluido.]
78 San José Pignatelli, en Año cristiano, IV (Madrid, Ed. Católica,
1959) 475-480. ( = Biblioteca de autores cristianos, 186). [E x ­
cluido por ser una adaptación de los núms. 59 y 60.]
79 Provençal i católa en els escrits lingüístics d*Hervás, en Studi in
onore di Angelo Monteverdi, .1 (Modena 1959) 76-81. [Estu­
dio 13 .]
80 Rec. : M. J. RouËT de Journel, Nontiatures de Russie, V (Cit-
ta del Vaticano 1957), AH SI 28 (1959) 254-257; J. Ruys -
schaert, Códices vaticani latini. Códices 114 14 * 117 0 9 (ib.
1959), ibid., 369-372; M. Cheke, The Cardinal de Bemis
(London 1958), ibid. 383-384; V . Borghini, Problemi di
estética e di cultura nel Settecento spagnolo: Feijoo*Luzán-
Bibliografía 657

Arteaga (Genova 1958), ibid., 384-385; J* T* Medina, His-


tom de la imprenta en los antiguos dominios españoles de
América y Oceania (Santiago de Chile 1958), ibid*, 390-391*
[Excluido*]
81 Enciclopedia e ilustración en la cultura hispano'italiana del su
glo X V III, en X Ie Congres international des sciences kisto-
riques: Résumés des communications (Stockholm i960) 158-
160* [Estudio 3*]
82 Rec*: L* A* Sánchez, Escritores representativos de América, 2
vols* (Madrid 1957), AH SI 29 (i960) 17 7 -17 8 ; A* Fermi,
Origine del tomismo piacentino nel primo Ottocento (Pia­
cenza 1959), G* F* R ossi, La filosofía nel Collegio Alberoni
e il neotomismo (ib* 1959), ibid*, 18 0 -18 5 ; G* Berti, Atteg-
giamenti del pensieto italiano nei ducati di Parma e Piacenza
dal 1750 al 1850 (Padova 1958), ibid*, 420-421* [Excluido*]
83 Andrés, Giovanni, en Dizionario biográfico degli italiani, III
(Roma 1961) 155-157* [Estudio 24*]
84 Miranda y la propaganda americana de la Revista de Edimburgo■;
i8 o 6 'i8 i2 , en Mesa redonda...: El movimiento emancu
pador de Hispanoamérica, Actas y ponencias, III (Caracas,
Academia nacional de la historia, 1961) 257-265* [Estudio 32*]
85 Rec*: F. MlQUEL Rosell, Inventario general de manuscritos de
la Biblioteca universitaria de Barcelona, I-II (Madrid 1958),
A H SI 30 (1961) 285-288; J* Steven Watson, The Reign
of Charles IIL -1760-1815 (Oxford i960), ibid*, 398-400;
P* C* de Gante, Tepotzoildn: su historia y sus tesoros ar-
tisticos (Mexico 1958), ibid*, 405-406; A* M ille , La Reco-
leta de Buenos Aires: una vision del siglo X V III (Buenos
Aires 1952), Id *, El monasterio de Santa Catalina de Bue­
nos Aires (ib. 1955), Id ., La orden de la Merced en la com
quista del Perú, Chile y el Tucumán, y su convento antiguo
de Buenos Aires, 1218 -18 0 4 (ib* 1958), Id ., Crónica de la
orden franciscana en su conquista del Perú, Paraguay y el
Tucumán, y su convento antiguo de Buenos Aires (ib* 1961),
ibid., 406-408; F* Paucke, Hin und her, I (Wien 1959)»
ibid*, 408-411* [Excluido*]

L. H ISP A N Q -IT ALTANA.— 42


658 Bibliografía

86 Montserrat i la Companyia de Jesús, en MisceHánia Anselm


M. Albareda, I (Montserrat 1962) 89-100* (= Analecta mont-
serratensia, IX)* [Excluida por referirse a tiempos anteriores
a 1767*]
87 William Pitt y los proyectos constitucionales de Miranda y Vis-
cardo, en El pensamiento constitucional de Latinoamérica
18 10 *18 3o, V (Caracas 1962) 3 11-3 15 * ( = Biblioteca de la
Academia nacional de la historia, 51)* [Reedición del núm* 64.]
88 Sobre la cronología de los proyectos constitucionales de don Eran*
cisco de Miranda, ibid*, 305-309, [Excluido*]
89 El pare Ehrle, prefecte de la Vaticana, en la seva correspon-
déncia amb el cardenal Rampolla, en Collectanea vaticana in
honorem Anselmi M* Card* Albareda a Bibliotheca apostólica
edita, 1 (Citta del Vaticano 1962) 75-117* [Excluido porque
sólo de rechazo se relaciona con J* Pía (Estudios 17-18), pre­
fecto de la biblioteca Barberini*]
90 Su la cultura del secolo X V III, AH SI 3 1 (1962) 407-415* [Es­
tudio 6*]
91 De re bibliographic a atque de tabulariis, A H SI 3 1 (1962) 215-
224* Boletín crítico que contiene, entre otras, las siguientes
recensiones: Inventario general de manuscritos de la Bibliote-
ca nacional, III-IV (Madrid i957"59)t ibid*, 216-220; N* Ko-
w alsky , Inventario delVarchivio storico della 5 * Congrega-
Ztone “ de Propaganda Fide” (Schóneck/Beckenried 1961),
ibid*, 2 2 3 ; L* Gómez-Cañedo, L os Archivos de la historia
de América* Período colonial español, I (México 1961), ibid*,
223-224* [Excluido*]
92 Rec*: J* Pereira Gomes, O s Professores de Filosofía da Univer-
sidade de Évora* 1559-1759 (Évora i960), AH SI 3 1 (1962)
192-196* [Excluido*]
93 Los Borbones, en T . Zamarriego, Enciclopedia de información
bibliográfica, IV (Barcelona, Flors, 1965) 204-213* [E x ­
cluido*]
94 Giuseppe Pignaielli, en Bibliotheca sanctorum, VI (Roma, Istitu-
to Giovanni X X III della Pont* Universita Lateranense, 1965)
1 333-1 337* [Excluido, como el núm* 78*]
Bibliografía 659

*95 Pedro de Leturia + y Miguel Batllori, S* L, La primera mi­


sión pontificia a Hispanoamérica. 18 23-18 25. Relación oficial
de mons. Giovanni Mugí* Cittá del Vaticano (Biblioteca Apo­
stólica Vaticana) 1963* 8*°, Lll-722 págs* ( = Studi e testit 229)*
[Excluido*]
96 The Role of the Jesuit Exiles, en R* A* H u m phreys - J* L ynch
(ed>)t The Origins of the Latin American Revolutions, 1808-
1826 (New York, Knopft 1965) 60-72* [Excluido por ser
una traducción de las pigs* 82-93, 13 0 -13 5 y 14 5-147 del
núm* 54*]
97 Fabrega (José Lino), en Dictionnaire dfhistoire et de géographie
ecclésiastiques, X V I, fase* 91 (Paris 1965) 325-326* [E s­
tudio 33*]
98 Miscellany on Spanish American Culture and History, AH SI 34
(1965) 172-173* Boletín crítico que contiene, entre otras, las
siguientes recensiones: E* A nderson Imbert - E* Florit,
Literatura hispanoamericana. Antología e introducción histórica
(New York i960), ibid*, 172-174; G* Grajales, Naciona­
lismo incipiente en los historiadores coloniales (México 1961),
ibid*, 176-177; H* E* Wethey, Arquitectura virreinal en
Bolivia (La Paz i960), ibid*, 177-178* [Excluido*]
99 Rec*: C* M artinell , Arquitectura i escultura barroques a Cata­
lunya, II-III (Barcelona 1961-63), AH SI 34 (1965) 14 1- 14 3 ;
T* Z amarriegq, Enciclopedia de orientación bibliográfica,
4 vols* (Madrid 1964-65), ibid*, 258-26 1; f* Simón D íaz, Ma­
nual de bibliografía de la literatura española (Barcelona 1963),
ibid*, 281-283* [Excluido*]
*100 I gnasi Casanovas + 1 M iquel Batllori, S* L, Documents per
la historia cultural de Catalunya en el segle X V III, IV* Josep
Finestres, Epistolari. Suplemento Additions a la correspon­
dencia amb Ignasi de Dou i Sola, Gregori i Joan Antoni Ma­
yans i Sisear, Pere Serra i Postius, Antoni Valcárcel comte de
Lumiares* Apéndix: Discursos academics* — Barcelona (Bal-
mes) 1967, en prensa* ( = Biblioteca histórica de la Biblioteca
Balmes, serie II, vol* XXVI)* [Excluido*]
* 101 —- Documents..., V* Carteigs varis. Barcelona (Balmes), en pre­
paración* ( = Biblioteca histórica..., XXVII)* [Excluido*]
66o Bibliografía

10 2 Las relaciones culturales hispanofrancesas en el siglo X V III: di*


rectrices historio gráficas de la posguerra. Ponencia expuesta
en los Coloquios hispanofranceses de historiat Madrid, abril
1965* — Madrid, en prensa* [Excluido*]
103 Febei (Filippo), en Dictionnaire d’ histoire et de géographie ecclé*
siastiques, X IV (Paris), en prensa* [Excluido*]
104 La colonización española juzgada por el primer vicario apostólico
de Hispanoamérica, nions* Giovanni Muzi. 18 23*18 25. Comu­
nicación presentada al X X X V I Congreso internacional de ame­
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OBRAS GENERALES

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M H : Missionalia Hispánica, Madrid.
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ÍN D ICE DE NOMBRES PROPIOS

Aanxlenden, J. E., 231 . Alava, A ., 265 , 289 .


Abad, A ., 476 . Alba, duquesa de, 311 *.
Abad, D. J., 5 8 6 21; 35, 318 . Albani, príncipes, 500 .
Abad y La Sierra, M ., 128. Albareda, A . M., 350 w 658 .
Abarca de Bolea, P. P., vid. Aranda. Albergati-Capacelli, F., 29 , 53 , 156,
Abarizqueta, J., 265 . 164- 167, 181.
Abbad, F., 568 58. Albergati-Capacelli, L., 164.
Abdul-Hamid, Sultán, 407 . Alberoni, G., 17.
Abenatar Meló, D., 375 , 383. Albino, E., 418 9.
Aborretti, S., 419 , 425 . Alboíno, 504 .
Acedo y Rico, J., 156. Albornoz, G. de, 487 .
Acerra, condesa de la, vid. Pignatelli, Albrizzi, I. Teotochi, 181, 197, 198.
M. F.; Cárdenas y Pignatelli, J. de. Alcocer, F., 250 .
Acosta de Semper, S., 593 9. Alcocer, M., 250 .
Acuña, P. de, 433 36. Alcover, A . M., 493 *7.
Adam, L., 21 ^ 3. Aldo Manuzio, 363 .
Adda-Salvaterra, F., 561 . Alegre, F. X ., 5 8 4 ^ ; 35 , 45 , 265 ,
Adelung, F., 205 n 318 , 577, 584 .
Adelung, J. G., 205 , 206 , 214 , 225 . Alejandro V I, 17.
Affö, L, 425 , 454 , 455 , 661 . Alembert, J. d ', 85, 533 .
Agnelli, G., 115. Alfieri, V . E., 161, 447 37.
Agrícola, F., 339 , 340 , 342 . Alfonso V de Aragón, 17, 538 .
Aguilar, F. X ., 265 , 579 . Alfonso X de Castilla, 28 .
Aguirre, J. B., 5 8 5 ^ 51, 114, 132, Alfranca y Castillote, J. de, 487 .
250 , 576 . Algaida, A . de, 479 3.
Aguirre Elorriaga, M ., 226 . Algaida, S. de, 442 22.
Agustín, A ., 535 . Algarotti, F., 161 K
Ahmed Chari, 407 . Almeyda, A ., 585 16.
Aillón, J., 250 . Almirón, F., 265 , 580 .

Preceden, en cursiva, las notas en que se dan los datos biobibliográñcos.


En los artículos largos van en negrilla las páginas que se refieren más de pro*
pósito al personaje. En los nombres no castellanos los nexos ch y ll se consi*
deran cAi y 14 *
666 Indices

Alonghi, M. G. Macchia, 161 1. Andreu, F., 333 3, 353, 470 93.


Alonso Rodríguez, San, 476 . Andreu, M., 492 46.
Alos y de Rius, A ., marqués de Alós, Andreu y de Orlandis, P. J., 478 , 492-
475 , 476 . 493 , 588 27a, 648 .
Alustiza, J. de, 265 . Angiolini, F. y Gius., 324 .
Alvarado S., J., 621 l . Angiolini, Gaetano, 98 , 324 , 328, 329 .
Alvarez, S., 11 . Angles, H ., 159 *, 531 *.
Alvarez de Toledo, C. T ., 311 *. Anguissola, 465 .
Alvarez Pérez, G., 116. Angulo Iñiguez, D., 655 .
Alvisto y Samalloa, A ., 594 . Anna, A . y V . d ’, 342 28.
Allen, J , 616 , 617, 628- 633 . Annoni, G., 339 16a.
Allorto, R., 159 *. Anónimos correspondientes de Artea­
Amaduzzi, G. C., 110, 428 29. ga, 156; colaboradores de Hervás,
Amaniel, C. de, 654 . 265 .
Am ar y Borbón, j., 38 . Anse de Villoison, J.-B.-G. d \ 542 .
Amaral, P. do, 585. Antepara, J. M., 595 .
Am at y Juriyent, M. de, 583 7a. Antonio, N ., 81 67.
Ambri, 108, 111, 112. Anville, J.-B. Bourguignon d*, 140.
Amico, F. d ', 159 *. Aparici (Aparicio), J., 336 , 338- 344 .
Anchieta, J., 245 . Apolonio Pergeo, 408 .
Anderson Imbert, E., 658 . Apolonio Rodio, 140.
Andrade, M ., 52. Aponte, M. Rodríguez, vid. Rodríguez.
André, Y .-M ., 30. Appolis, É., 112- 115.
Andrés, familia, 517- 520 . Aragon, J. de, 517 .
Andrés, C., 29 , 70 , 100, 5 1 6 \ 518- Aragon Azlor y Pignatelli, J. A . de,
519, 524, 525-526, 528, 534, 537 2, ■ 341 .
538 3, 550 , 556. Aragon y Azlor, T . de, 334 5.
Andrés, J., 5 3 1 *; 16, 25-29, 36- 39, Arana, B., 42 , 422 , 425 , 430 .
41 , 54 , 55 , 57, 64 , 66- 67 , 70 , 72 , Aranda, conde de, 27 *, 72 10, 475 ,
75 , 79, 80 , 81, 88, 97 *, 98 , 100- 554, 597 , 605 , 606 .
103 , 104 14 133, 156 , 163, 164, Araoz, J., 266 , 590 .
190, 265, 278 *, 300 , 301- 303 , 314, Arbona Pizà, M., 492 45.
318, 319, 328 , 329 , 356, 381, 391- Arcángel de Algaida, 479 3.
394 , 396 19, 423, 425 , 444 , 445 , Archetti, G., 73, 322 .
497 , 503, 505 , 506, 507-510, 511- Archimbaud y Solano, J. A ., 5 9 7 239
514 , 515-545, 550 , 552, 556 , 559- 597 24, 637 i, 639 9, 639 *7.
561 , 564, 566 , 569, 570 , 577 , 587, Ardito (Arditi), M., 535 .
649 , 653, 655 , 656 , 661 ; Saggio... Arenas, M. I. de, 589 .
Galileo, 533 ; Dell*origine..., 28 , 36 , Arévalo, F , 8 1 23 , 36 , 318, 328 ,
38, 55, 64 , 72 , 85, 100, 101, 110, 552 .
301- 303, 507 - 509, 519 , 533- 535 , 537, Argandoña, P. M., 595 .
538 , 558 ; Cartas familiares, 29 , 66, Ariosto, L., 66, 168, 171, 172, 176.
67 , 70 , 100, 516, 525, 528, 537 ; Aristóteles, 125- 127, 138, 466 .
Catalogo Capilupi, 100, 533 , 537- Arizmendi, vid. Marcano.
545 . Arles, M .r, 540, 541 .
Indice de nombres propios 667

Am al, M., 266 , 351 , 352 , 590 . 134, 144, 156, 160, 203 7, 2 1 0 21,
Arnau dé Vilanova, 50 , 514 . 356, 422 , 431 , 434 2*, 488 - 490 , 554 ,
Arnauld, A ., 92 . 559 , 564 .
Aróstegui, B. C. de, 18, 83 . Azem, visir, 407 .
Arriaga, B., 266 , 590 . Azevedo, M. de, 80, 266 , 278 6.
Arroya, P. de, 346 . Azora, M., 439 .
Arteaga, E. de, 1 5 9 *; 12, 22 , 23 , 28 , Azpilcueta, M. de, 278 6.
29 - 32, 36- 38 , 54 , 57 , 64 , 65 , 78 , 80, Azpuru, T ., 60 .
84 , 85, 88, 111, 123 *, 126, 133-
199 , 203 7, 278 6, 318 , 423 , 489 , Babic, T ., 261 .
490 , 508, 511, 534, 552 , 559 , 581 **, Bacallar y Sanna, V ., 18.
594 ; Rivoluzioni, 30 , 136, 160, 162- Backer, A . y A . de, 141, 662 .
164, 167, 172, 173, 197, 647- 650 , Bacon de Verulamio, 180.
655 , 657 ; Belleza ideal, 30, 135, Baeza, M., 623 .
136, 160, 168, 173, 174 ; Osserua- Bahamonde, }., 266 , 589 .
Zioni, 167; DelVinflusso degli ara- Balcke, C., 217 3°.
bi, 37 ; Manuscritos: a) estético-filo- Ballerini, P., 469 .
; sóficos, 134- 137 ; b) musicológicos, Balmes, J., 21 , 67 , 116, 3 5 7 2 472 ,
32 , 137- 138 ; c) literarios, 138- 148 ; 649 , 650 , 656 .
Epistolario: a) cartas de Arteaga, Balsareny, barón de, 482 .
149- 154; b) cartas a Arteaga, 154- Ballesteros, A ., 651 , 655 .
156 ; c) correspondientes, 156. Bandiera, D., 243 .
Arteta, J. C., 45 , 581 . Bandini, A . M., 392 , 395 , 396 , 399 ,
Artigas, P. A ., 492 . 403 , 405 , 406 .
Arto, R., 266 , 590 . Bantilán, sultán, 645 .
Assemani, G. S., 156. Baraldi, P., 136, 148, 156 , 508 .
Assensio, F., 465 . Baralli, A ., 278 -283 .
Astrain, A ., 440 9, 522 13. Baraona, D. Tot, 266 .
Aubaréde, marqués d*, 593 . Bárbara de Braganza, 549 .
Auger (Anger, Uger), vid. Godoy, }. J. Barberí, J., 490 .
Avellino, F. M ., 535 . Barberini, príncipes, 401 .
Avicena, 408 . Barbeyrac, J., 177.
Aviles y del Fierro, M. de, marqués Barbiellini, M. A ., 506 28.
de Avilés, 3 5 7 2 Barbieri, G. M., 37, 137, 301 , 391 ,
Avogadro, G. A ., 3 0 0 26; 300 . 396 , 507 , 510 .
Aymerich, M., 4 4 5 29; 21 , 38, 66, 70 , Barbieri, L., 403 , 534 .
80, 84, 318 , 348 , 454 , 484 , 486 , Barceló, A ., 57 , 59 , 449 , 477 .
505 , 522 17, 583 , 652 ; Systema an- Barcia, A . M., 528 48.
tiquo-novum, 444 , 447 , 460 ; Pro- Barco, M. Fernández del, 266 , 590 .
lusiones, 61, 444 , 447 ; Nomina epis­ Baretti, G., 73, 160, 161.
coporum barc., 480 ; De vita et Bargas, }., 590 .
morte linguae lat, 35 ; De Atlanti­ Barnadas, J. M., 589 31.
de, 586. Barrera, I. J., 585 ^ .
Azara, J. N . de, 1 2 4 i; 17, 21 -22 , 29 , Barrow, J., 629 .
30, 36, 58 , 60, 73 , 84, 123- 127, 133, Bartolomei, F. S., 386, 387 .
668 Indices
Baruffaldi, G., 374 . Bérrio, J., 442 22.
Baruffaldi, G. (Jr.), 371, 372 . Berruguete, P. González, 566 .
Baske, R., 266 . Berselli Ambri, P., 108, 111, 112.
Bassi, L. M. C., 488 . Berti, G., 453 58, 657 .
Bastero, A ., 19, 83, 509 , 534 . Berti, G. L., 69 38, 453 .
Basterra, R. de, 74 . Berti, P., 561 .
Batllori de Orovio, A . M., 649 . Bertini, G. M., 648 .
Batoni (Battoni), P. G., 81 67, 342 28. Bertolini, St., 110, 112.
Batres Jáuregui, A ., 586 18. Bertrán de Born, 37 .
Baucke (Paucke), F., 597 23, 657 . Beschio, C. I., 231 .
Baumgarten, A ., 30 . Béthencourt, F. Fernández de, 523 l8.
Bavio, 166. Bettinelli, G., 115.
Bayeu, F „ 333. Bettinelli, S., 1 6 1 1, 2 7 9 9; 39, 41 , 133,
Bayle, C., 585 15. 156, 159-193, 197, 299 - 300, 346,
Bayle, P., 461 . 400 , 415 , 431 , 499 , 516 , 648 .
Bazterrica.; F. X ., 266 . Bevilacqua, N ., 4 5 3 57.
Beau, M .r, 382 . Biagi, 465 .
Beça, M., 586 . Bianchi, marqueses, 25 , 110, 532 .
Beccaria, C., 30. Biasini, G., 280 10.
Becker, C. L., 335 7, 337 12, 340 17, Bigi, E., 418 9.
340 is, 341 23, 342 26, 343 -28, Bil, A . de, 580 3a.
Behamb, J. F., 218 . Binni, W ., 161 1.
Beiräo, C., 649 . Biörno, vid. Björnssons.
Belarmino, San Rob., 90 , 111, 113, Bisquerra, A ., 476 .
116. Björnssons (Biörno), St., 260 .
Blanc, Ch. Le, 342 26.
Belli, C., 181, 542, 543 .
Belón, T ., 195 1, 594. Blancas, J., 53 , 502 .
Belotti, B., 418 9. Blanco, A ., 266 , 590 .
Beltrani, D., 345 1. Blanco, P. L., 125.
Benavente, M., 425 . Blanco Trias, P., 4 4 5 29, 445 30, 649 .
Benedicto X I V , 109, 113. Blanes y de Calatayud, M. F. de, 313 .
Benedicto X V , 330 15. Blay, J., 439 .
Beneyto Pérez, J., 512 . Bliard, P., 662 .
Ben Ezra, J., vid. Lacunza. Bloomaert, 606 - 608 .
Benincasa, V ., 101 7 Blume, F., 159 *.
Benislawski, J., 322 . Bobba, R., 4 5 3 58.
Benítez, J. M., 11, 635 : Boccaccio, G., 509 .
Benito y Durán, A ., 582 6. Boccia, A ., 561 .
Beovide, J. de, 266 . Bochart, S., 360 , 362 .
Berceo, G. de, 254 . Bodoni, G. B., 4 2 3 22 , 28 , 36 , 42 ,
Berchmans, San Juan, 488 . 48 , 71 , 101, 137, 156, 160, 355 ,
Bergmann, G. von, 205 n. 356, 422-428, 487 , 488 , 491 , 498 ,
Beristain de Souza, J. M., 651 . 508 , 554-559.
Bernis, F.-J. de Pierre de, 656 . Boehmer, E., 255 .
Berra, L., 323 l°a. Boerhaave, H ., 177.
Indice de nombres propios 669

Boero, G., 340 20, 354 23 . Boselli, A., 133 1, 152 33, 15454,
Boileau, N ., 495 . 15455, 15456, 15457, 356 1. 42319,
Bolos, L, 440 . 428 28.
Boltieri, 92 . Boskovics, P., 266 .
Bonaparte, J., vid. José I. Bottari, G., 109.
Bonaparte, L., 451 . Bottoni, 364 .
Boncompagni-Ludovisi, I., 415 , 500 . Bou, T ., 509 .
Bondi, C., 183, 300 . Bourgoing, J.-F. de, 47 , 566 .
Boni, M., 156. Bourguignon d'Anville, J.-B., 140.
Bonnet, Ch., 179. Bover, J. M., 76 , 146, 392 6, 4 7 5 *,
Bono, M. del, 262 . 479 3, 479 4, 481 , 482 , 483 *6, 487 ,
Bonora, E., 181 1. 488 , 491 , 492 45, 492 46, 49 347.
Borbón, familia, 658 . Bowles, W ., 22 , 47 , 566 .
Borbón-Parma, Felipe de, 19 . Boxadors, J. T . de, 4 4 3 23 ; 20 , 443 ,
Borbón-Parma, Fernando de, vid. Fer­ 465 , 466 .
nando. Bramieri, L ., 10 1 6.
Borbón-Parma, I. de, 19. Braschi Onesti, L ., 290 22a.
Borbón-Parma, S. de, 451 50. Bréhier, É., 471 97.
Borda, G., 425 . Brerewood, E., 218 .
Borghini, V ., 159 *, 656 . Briceno, M., 593 9.
Borgia, St., 208 , 635 . Brizio, de, 540 .
Borgo, C., 323 . Broglie, Ch. de, 325 .
Borja (papa), vid. Alejandro V I. Brooks, H . C., 423 19.
Borja, San Francisco de, 311, 316, 336, Brooks, J., 607 s.
522 , 532. Bros, N ., 425 . x
Borja, L . de, 316 . Brougham, H. P., 631 .
Borrás, A ., 4 4 0 9. Brucker, J., 61 , 485 .
Bruno, G., 170.
Borràs y Grisola, J., 20 , 441 , 446 ,
Brzozowski, T ., 328, 452 .
570 .
Bucero, M., 461 .
Borrego, J., 266 , 590 .
Buckingham, marqueses de, 259 .
Borrego, T ., 229 .
Bufalini, G. O., 256 .
Borromeo, G. Grillo, 109.
Buffon, G .-L. Leclerc de, 580 , 588 .
Borrull, F., 524 . Bunsen, C. K ., 215 -217 .
Borrull, J., 520 , 523 . Buonafede, A ., 453 58.
Borrull, P., 523 . Buonamici, 278 , 284 , 286 , 287 , 293 .
Borrull y Vilanova, F. X ., 5 1 5 *; 508 , Buonarroti, M. A ., 178.
516 - 529, 656 . Bure, G.-F. de (Debure), 361, 362 .
Borsa, M., 142, 156 , 162, 166, 167, Burges, F., 266 , 590 .
173, 174, 181, 183, 184 - 193. Burgos, X . de, 508 .
Borsellino, N ., 159 *. Burriel, A ., 266 .
Borsetti, F., 363 , 374 , 375 . Burriel, A . M., 1 2 7 33 , 39 , 111,
Borso d'Este, duque de Ferrara, 66 . 113, 123, 127- 132 , 254 .
Bosarte, I., 562 . Burrus, E. J., 256 , 58 2 4b, 58 4 16
Bosch, J., 521 . 588 28, 589 30, 6 3 5 1 , 638 5.
670__________ ________________ Indices

Buschiazzo, M. J., 655 . Canisio, San Pedro, 125.


Bustamante, C. M. de, 588 28. Cano, A ., 566, 567 .
Büsten Stephens, T ., 231 . Canonici, M. L., 1 1 8 6; 117, 118, 396,
Bustillo, A ., 266 , 492 , 590 . 402 .
Butler, P., 105- 108. Cánovas del Castillo, A ., 152 44.
Buxtorf, f., 381 . Cantón, P., 266 .
Buzzetti, A ., 470 93. Cañada, conde de la, 156.
Buzzetti, V . B., 21 , 447 , 461 72, 462- Capelletti, G., 563 .
472. Capilupi, familia, 510, 533 , 537 , 539-
545 .
Capilupi, C., 538 .
Capilupi, G., 538 .
Caballero, F., 202 3, 208 , 219 \ 264 ,
Capilupi, I., 538, 543, 544 .
265 .
Capilupi, L ., 538 .
Cabañero, R., vid. Diosdado.
Capmany, A . de, 40 , 510 , 567 .
Caballero y Góngora, A ., 598 , 599 ,
Capoleoni, C., 239 .
600 .
Cappello, F. M., 445 .
Cabañas, M ., 341.
Capra, L., 161 L
Cabeza de León, S., 652 .
Capuz, J., 570 .
Cabré, A ., 103 12.
Carayon, A ., 662 .
Cacciapiatti, G., 292 .
Cardano, G., 170.
Cadalso, J. de, 502 «
Cardaveraz, A . de, 6 0 9.
Caillet-Bois, R., 591 2, 59410, 600 '3i.
Cárdenas, B., 116.
Caino, N ., 566 .
Cárdenas y Pignatelli, J. de, 336 .
Calahorra, M., 263 .
Cárdenes, marqueses de Elche, 517 .
Calatayud, P. A ., 6 0 9; 59 .
Cardiel, J., 266 , 590 .
Calcaterra, C „ 161 1, 500 13, 647 ,
Cardó, C., 472
648, 651 .
Cardozo, E., 588 27a.
Caldelari, C., 115.
Cariteo (Chariteo, Garret), 17, 534 .
Caldera, J., 592 .
Carli, G. R., 144, 581 .
Calderón, P., 447 37.
Carlos I (V), 139.
Calvino, J., 461 .
Carlos II, 521 .
Cam, 234 .
Carlos III, 1 5 *, 8 3 i; 17, 20 , 22 , 25 ,
Camacho, A ., 266 , 590 .
Camaño, J., 5 8 8 27; 266 , 586 , 589 . 41 , 48 , 52 , 55 , 58 , 64 , 90 8, 97 ,
Camerino, duques de, 501 . 312 , 313, 323, 333, 345 , 356, 421 ,
Campanella, T ., 170.
438 , 442 22, 448, 451 , 476 \ 506,
Campanini, Z., 101 7.
524 , 531 *, 532 , 547 , 554 , 575, 579,
Campcerver, I., 7 0 41; 70 , 586 .
589 31, 595, 629 , 635 , 637 , 657 .
Campo, B. del, vid. Del Campo. Carlos IV , 55 4 5; 25 , 33, 40 , 48 , 52,
Campofranco, marqueses de, 480 . 67 , 79 , 128, 129, 323 , 326, 357,
Campomanes, vid. Rodríguez de Cam- 401 , 500 , 507 , 519 , 526 , 554 , 564 ,
pomanes. 565, 592 , 628 .
Camporesi, A ., 281 - 283 . Carlos II de Francia, el Calvo, 254 ,
Candiosi, 292 . 304 .
Canícia, R., 254 . Carlos V I de Austria, 348 .
Indice de nombres propios 671

Carlos Manuel IV de Cerdeña, 329 , Catulo, C. L., 544 .


526, 526 36. Cavalieri, B , 177, 178.
Carmarthen, Lord, 614 . Cavanilles, A . }., 524, 569 .
Carnicer, J., 242 . Cávazzuti, G., 153 52, 196, 418 9,
Caro, P. J., 595 M. 454 61.
Caro y Sureda, P., 476 . Cavero y Pérez, J. N ., 20 .
Carolina de Borbón-Nápoles, 526 . Cavo, A ., 5 8 8 28; 45, 45, 318, 577 ,
Carolina de Sajonia, reina de Ñ ip ó ­ 581 , 635 1.
les, 324 . Cebes, 540, 541 .
Carreño de Miranda, J., 566 . Centelles, marquesa del Castillo de,
Carreras Artau, J., 471 , 650 . 313 .
Carreras Artau, T ., 442 22, 650 . Ceñal, R., 471 .
Carreras Candi, F., 517 2 Cerati, G., 109, 463 .
Carvalho, S. J. de, marqués de Pom- Cerda, T ., 4 4 7 35; 33, 441 , 445 - 447 .
bal, 69. Cerda y Güell, J. de, 447 37.
Casadevall, R., 357 2. Cerda y Llempilles, A . de, 447 37
Casali-Bentivoglio, G., 317 , 399 . Cerda y Rico, F., 519 .
Casanovas, I., 56 , 57 , 67 30, 67 32, Cerezo, M., 566, 570 .
7 0 ^1, 70 43, 71 49, 74, 3 1 1 *, 348 8, Cerís y Gelabert, P., 31 .
349 11, 357 2 394 13, 414 1, 442 22, Cervantes, M. de, 34 .
44428, 44530, 446, 4 4 738 , 4 7 1 , Cerverí de Girona, 37 .
47210 3, 477, 479, 483, 48 5, 498 6, César, C. J., 44 , 124, 125, 128.
520 9, 525 30, 548 s, 575, 654 , 655 , Cesarini-Sforza, W ., 428 29.
659 , 661. Cesarotti, M., 133 1, 139, 143, 145,
Cascón, M., 56 2, 81 67, 90 8, 481 6, 156, 173, 189, 418 .
493 47, 496 3, 498 6-8, 499 11, 500 13, Céspedes, V . A . de, 51 .
50216, 503 19, 5 0 6 27, 513 47, 648 , Cetina, G. de, 28 .
661 . Cevallos García, G., 585 15.
Casiri, M., 36, 524 . Ceyssens, L., 87 .
Cásseda, P. X ., 266 , 638 . Chariteo, vid. Cariteo.
Cassini, G. D., 177. Charlevoix, F .-X . de, 5 8 0 3a; 47, 243 ,
Castañeda, C. E., 655 . 245 .
Castel, L.-B., 110. Chateaubriand, R. de, 39 .
Castellani, G., 418 9. Cheke, M., 656 .
Castellanos de Losada, B. S., 123. Chinard, M. G., 579 .
Castillo de Centelles, marquesa del, Cian, V ., 56 , 75 , 84, 111, 193, 196,
313 . 345, 353, 391 5, 414 \ 453 , 531 *,
Castro, A . de, 35 . 661 .
Castro, F. de, 20 . Cicala, M. M., 5 8 9 31.
Castro, I. de, 53, 502 , 504 . Cicconi, T ., 98 .
Castro, J. Rodríguez de, 356 , 393- 395 , Cicerón, M. T ., 34 , 126, 171, 203 7
510 . 406 .
Castro y Bellvis, G. de, 514 . Cid, 43 .
Catalina II de Rusia, 322 . Ciocchi, C., 418 9.
Catalina Thomas, Santa, 43 , 71, 490 . Cisneros, F. Jiménez de, 55 L
672 Indices

Clark, Ch. Upson, 2 0 1, 20 7, 236 , 2 42- Conti (de Comitibus), A ., 539.


2 52 , 2 55 -2 58 . Conti, A ., 109.
Clark, S., 14 3 . Conti, G. B., 4 1.
Clarke, E., 566. Contreras, J. de, 3 3 7 13.
Clascar, F., 442 22 444 2S, 448. Contucci, C. y N ., 579, 580 2.
Clavera, J. F., 5 1 . Cook, J., 234.
Clavigero, F. X ., 5 8 9 30; 47, 78, 266, Copinger, W . A ., 628.
278 6, 3 18 , 57 7, 582, 58 4 *3, 586, Cordara, G. C , 349, 350.
588, 589, 636. Cordón, P., 4 5 5 65.
Cia vio, C., 85. Coriolano, C. M ., 53, 503, 504.
Clemente XIII, 58, 62. Corneille, P., 10 7.
Clemente X I V , 2 1 , 29, 63, 279, 3 14 , Corona Baratech, C. E., 12 3 1, 1 5 4 58a,
3 15 , 3 2 3 , 449, 479, 5 18 , 532 , 550, 55 4 5.
637. Corradini, 196.
Clorivière, J. de, 32 5. Corraro (Correr), G., 542, 543
Codorniu, A ., 521 *2; 2 1 , 33, 445, Correggio, A . Allegri da, 566.
548. Corsini, B., 438.
Cohen, J., 6 0 2 2, 604. Cortázar, J., 605.
Colazo, M., 266, 590. Corte, A . della, 75, 196.
Colbert, J.-B., 106, 107. Corte, G. dalla, 543.
Coletti, G. D., 425, 587. Cortes, H ., 582.
Coli (Colin), F., 229. Cortes del Pino, J., 3 5 3 ^
Colomes, J. B., 503 53, 55, 77, 3 16 ,
Costa, B. da, 2 3 1 .
318 , 3 2 1 , 393, 397, 4 4 1, 455, 50 1-
Costa, H . de la, 638 5.
505, 5 1 2 - 5 1 4 , 5 2 1 n, 52 2 14.
Courbeville, J. de, 568.
Colon, C., 252.
Coureil, G. du (de), 5 2 5 31.
Coll, J. M ., 443 23.
Court de Gébelin, A ., 2 0 5 12.
Collell Costa, A ., 443 23.
Cousin Despréaux, L ., 140.
Coma, P., 522, 549.
Craviotto, J. A ., 59 1 1-
Comitibus (Conti), A . de, 539.
Creixell, J., 440.
Company, F., 481 4 73, 480-481,
Créqui-Monfort, G. de, 654.
648.
Crescimbeni, A . Mellini, 282.
Company, J., 481 6; 342 26, 478, 480-
Cresoia, G., 2 19 .
481, 493, 648.
Cresseri, G. G., 1 1 2 .
Conca y Alcaraz, A ., 47, 48, 70, 7 1 ,
Crevenna, P. A ., 3 6 1, 364.
278, 3 18 , 393, 423, 503, 506, 547-
571, 6 5 1; D escrigione odeporica, Croce, B., 114 .
5 5 1, 5 5 5 -5 7 1. Crousaz, J. P. de, 30.
Conca y Alcaraz, }., 5 5 2 i6a Cru'illes, marqués de, 5 1 7 .
Concina, D., 110 ; 1 1 3 , 479. Cruz, N . de la, conde de Maule, 52 4
Condamine, Ch.-M. de la, 632. Cucagni, L., 266.
Condillac, E. Bonnot de, 85, 355 , 4 55, Cuéllar, 128 , 1 3 1 .
456, 460, 46 1. Cuervo, J. R., 20 5
Constantino el Grande, 69. Cueva, A . C. de la, 592.
Conternio (Contarini?), F., 54 3, 54 5. Cuevas, M., 5 8 9 30.
Indice de nombres propios 673
Curci, C „ 462, 463-465, 467, 468, 470. Dell'Acerra, condesa, vid. Pignatelli,
Cushnër, N . J., 638 5. M. F.; Cardenas y Pignatelli, J. de.
Della Corte, A ., 75, 196.
Del Olmo, M. F., 226.
Chafreon, J., 520.
Del Paso y Troncoso, F., 636.
Chalil Pascià, visir, 407.
Del Portillo, E., 90 8, 2 9 3 23.
Chantre y Herrera, ]., 46, 585.
Del Rey, J., 58 7 24*.
Chavero, A ., 636.
Del Río, J. I., 266, 590.
Chômé, I., 5 9 0 32a; 266, 590.
Del Rivero, C. M., 568.
Demóstenes, 34.
Dabbs, J. Autrey, 655. Denina, C., 3 1, 5 1 1 .
Dainville, F. de, 440 12 De Paoli, P., 58, 62.
Dalla Corte, G., 543. De Pauw, C., 44, 580, 5 8 1, 582, 584,
Dallari, V ., 4 0 0 22. 588.
D'Am ico, F., 15 9 *. Depons, F.-R.-J., 628, 629, 632.
Dammig, E., 1 1 3 . De Rossi, G. B., 356 i; 72, 10 1, 203 7
Daniele, G., 535. 355-39 0 , 3 9 1, 396, 402-405, 425,
D 'A nna, A . y V ., 34 2 28. 426, 648.
Dante, 38, 487. Desautels, A ., 84 5.
Darder, J., 4 4 1, 445, 522, 549. Descartes, R., 176 , 179 , 4 6 1, 507,
Dâvalos, J., 2 4 3, 425. 584 9.
David, 3 7 5 . Despuig y Dameto, A ., 491 43; 34,
David, L., 3 3 7 , 338. 316 , 4 7 5 *, 479 4, 4 8 6 24, 4 8 6 26,
Dâvila, 280, 282. 487, 488-491, 649, 650, 655.
Dazzi, M. T ., 278 7. Despuig y Zaforteza, J., 34, 2 4 7, 488,
De Backer, A . y A ., 1 4 1 , 662. 49 1.
Debenedetti, S., 75, 196. De W ulf, M., 456-458.
De Bil, A ., 580 3a. Dezcallar y Dezcallar, B., 482.
Dezcallar y Zamudio, G., 482.
De Brizio, 540.
Debure (de Bure), G.-F., 3 6 1, 362. Dezza, P., 4 6 1, 464, 466, 468 87, 4 7 1 .
Decorme, G., 593 6. Díaz, A ., 266.
Dfaz-Plaja, G., 15 *, 654.
De Coureil, G. (du Coureil), 5 2 5 31.
Defourneaux, M., 67 33. Diderot, D., 85.
De Gennaro, G., 60 7. Didot, F., 498.
Degering, H ., 2 1 7 30. Dinsdale, J., 439.
De Gregorio, L ., vid. Esquilache. Diodati, G., 368.
De la Costa, H., 638 5. Dión Casio, 2 18 .
De Lama, D., 423 19. Diosdado Caballero, R., 49 3 47; 44-45,
Del Barco, M. Fernandez, 266, 590. 70, 7 1 , 266, 4 4 1, 478, 4 8 1, 492-
Del Bono, M., 262. 493, 496 !, 498 8, 499 u , 500 13,
Del Campo, B., 597, 598, 607 8, 609- 502 16, 503 1 9, 506 27, 5 1 3 47, 5 2 9 ,
6 15 , 6 18 -6 19 . 550 14, 552, 553, 577, 582, 6 41,
Delfini Dosi, condesa, 50 1. 661.
Del Franco, J. R., 3 5 1 17. Di Pinto, M., 83 1.
Delgado, J., 5 8 1 4a. Dobrizhoffer, M., 2 1 1 , 225.

L. HISPANO-ITALIANA.— 43
674 Indices

Domínguez, D., 4 7 1. Ernesti, J. A ., 14 3.


Domínguez Bordona, J., 89 5. Erpe (Erpenius), T . van, 50 1.
Domínguez Ortiz, A ., 1 5 *. Escandón, J., 353.
Donoso, R., 73 54 5 9 1 i, 600 29. Escipión, P. C., 53, 504.
Dou y de Bassols, R. L. de, 348. Escobar y Mendoza, A . de, 5 1 .
Dou y de Bassols, I, de, 483, 485, 659. Escudero, A . M., 58 5 ló.
Doz, J., 9 9 3, 3 14 , 32 7, 328, 3 3 2 2, Esculapio, 174 .
3 3 5 9, 338 14 3 4 1 . Esopo, 392.
Doz, M., 4 3 3 36. Esperanza y Sola, J. M. de, 75, 142,
Dozy, R., 42, 4 13 . 1 5 2 44.
Draghi Lucero, J., 596 20, 596 22, Espinosa, J., 570.
599 27. Espinosa Pólit, A ., 58 5 tóa.
Drei, G., 4 5 1 so, 647. Esquilache, marqués de, 60 10, 447.
Duartc y Quirós, I., 346, 350. Esquilo, 542.
Ducange, Ch., 254. Esquines, 17 5 .
Du Coureil (de Coureil), G., 5 2 5 31. Estacio, P. P., 18 1.
Dumarsais, C. Chesnot, 32, 17 3 . Estade, F., 476.
Dumouriez, Ch.-F., 594. Esté, B. á \ 6 6 .
Dunne, P. M ., 583 7a. Este, E. d ', 6 6 .
Dupérou, L ., 594, 59 5 6 23-625. Este, I. d ', 540, 5 4 1.
Duran, M., 266, 590. Este, R. d \ 109.
Durero, A ., 566. Estienne, R., 389.
Durini, E., 56 1. Estrabón, 140.
Dussuel Díaz, F., 584 12. Euclides, 180, 408.
Du Tillot, G .- L , 428 29. Eusebio del Smo. Sacramento, 18.
Eustacio, 140.
Echánove, A ., 128 7. Eximeno, A ., 5 0 6 27; 3 2 -3 3 , 37, 59,
Echenique, B., 3 4 7 6. 15 6 , 3 18 , 455, 50 5-50 7, 5 1 1 , 5 1 2 ,
Eguía Ruiz, C , 60 7 60 10, 72 52, 81 67, 5 14 , 5 2 7 ; Dell*origine e delle rególe
90 8, 12 5 2 , 345, 4 14 1 , 44 7 36, della m úsica, 32, 80, 506; Don L a­
447 37, 493 47. zarillo ViZcardi, 33, 507.
Eyzaguirre, J., 584 12.
Ehrle, F., 658.
Elche, marqueses de, 5 1 7 . Ezquerra Abadía, R., 60 7.
Elias de Molins, A ., 4 14 1.
Eligió, 266. Fábrega, J. L., 266, 589, 635-6 36 ,
Elizalde, M., 434. 659.
Ellacuria Beascoechea, J., 60. Fabri, L ., 4 8 6 24; 486, 487.
Emidio, San, 43. Fabroni, A ., 540.
Emperador, V ., 549. Faccioli, E., 16 1 L
Encina, F. de la, 569. Falconieri, 300.
Enrique IV de Francia, 583. Farinelli, A ., 75, 84, 196, 204 9, 4 1 4 1 ,
Enrique V III de Inglaterra, 107. 453, 50 7 30, 510 , 556, 661.
Epicteto, 1 8 1. Fauriel, 37.
Epicuro, 176. Fea, C., 559.
Épinay, L.-F.-P. de la Live d*, 5 8 1. Febei, F., 660.
Indice de nombres propios 675

Febrés, A ., 39, 2 1 1 , 2 14 , 2 2 3, 32 3, Ferrussola, P., 44 4 28; 6 6 , 3 5 3 21, 444,


592. 445, 484, 662.
Federici, F., 154. Festo, 362.
Federico II de Prusia, 3 2 1, 322. Ficino, M., 170.
Federico, G., 16 1 1. Figaro (pseud.), vid. Fleuriot.
Feijoo, B., 245, 656. Figueredo, J., 244.
Felipe II, 14 3 5a, 144, 644. Figueroa, G., 59 2 3.
Felipe V , 18, 19, 348, 556. Filelfo, 543.
Felipe de Borbón, duque de Parma, Filolao, 540.
19. Filon, 4 8 1.
Feltre, V . da, 54 1-5 4 3 . Finestres, Jaime, 570.
Fermi, A , 46 1, 464, 466, 655, 657. Finestres, José, 3 4 7 8; 24, 56, 6 1, 3 1 3 ,
Fernández, J. M., 586. 348, 357, 445, 4 72, 48 3-48 5, 548,
Fernández, J. P., 243. 570, 659.
Fernández, L., 60, 656. Finozzi, 389.
Fernández, S., 266. Firmiano, T ., 448.
Fernández Anchuela y Collado, J., 60 9. Flacourt, É., 2 18 .
Fernández de Béthencourt, F., 52 3 18. Flaminio, L., 448.
Fernández del Barco, M., 266, 590. Fleuriot, J.-M.-J., marqués de Langles
Fernández deMoratín, vid. Moratín. (pseud.: Figaro), 566.
Fernández dePalazuelos, A ., 5 1, 12 5 , Flore, J. de, 50.
15 6 . Florez, E., 12 3 , 510 .
Fernández Villamil, E., 652. Floridabianca, conde de, vid Moni-
Fernando II de Aragón, 24. no, J.
Fernando V I, 100 2, 136 , 438. Florit, E., 658.
Fernando V II, 3 3 7 , 452, 473, 474, 480, Foguet, L., 89 5; 89, 95, 3 16 , 549.
535, 550., Foguet, R., 89 5; 72, 89, 95, 3 1 6 - 3 1 7 ,
Fernando I V (I) de Nápoles, 20, 8 1, 486-490, 548.
3 2 3 , 324, 326, 438, 4 5 1, 535. Fonseca, A . da, 26 7, 590.
Fernando de Borbón, duque de Par­ Fontana, F., 59 5 17.
ma, 26, 47, 80, 97, 10 1, 32 3, 326, Forkel, J. N ., 160.
3 5 1, 355 , 450, 4 5 1, 5 2 6 38, 534 , Forner, J. P., 142, 15 6 .
535 , 559. Forneri, J., 26 7, 590.
Fernán-Núñez, condes de, 324, 554, Fortis, L., 98, 328, 332 , 333.
56 1. Fouché, J., 199.
Ferragut, J., 266, 590. Francesconi, D., 156 .
Ferran, S., 1 3 4 4. Francisco de Borja, San, vid. Borja.
Ferrara, duques de, vid. Este Francisco I de las Dos Sicilias, 526.
Ferraresi, F., 409, 410 . Francisco de P. de Borbön, infante,
Ferrari Della Torre, 320. 526.
Ferraz, M., 266. Francisco Javier, San, vid. Javier.
Ferrer, I., 266, 589. Franco, J. R. del, 3 5 1 17.
Ferrer, M. A ., 4 9 2 43; 5 1 , 478, 492- Franzesi, P., 94.
493, 648. Frati, C., 4 1 8 9, 428 » , 4 5 4 60, 5 3 9 5 ,
Ferrer, San Vicente, 549. 661.
676 Indices

Frías, L., 348 9, 4 14 1 , 4 5 2 4 73 *<*, Gante, P. C. de, 6 57


481 520 7, 550 12 , 661. Gárate, J., 2 0 4 9.
Fry, E., 20 5 U. Garcés, G., 40, 73, 316 .
Fubini, M., 16 1 1. García, B., 502 16¡ 53, 54, 5 0 1-5 0 2,
Fuente, A . D., 588. 5 1 2 , 5 14 .
Fuente, B. de la, vid. La Fuente. García, G., 2 52 .
Fuente, M. de la, 267. García, M., 4 9 8 7; 2 4 5, 498, 499 9.
Fuente, V . de la, 442 22, 520 7. García, S., 583 ?a.
Fuentes, condes de, 3 1 2 , 3 1 3 . García Bacca, J. D., 655.
Fuentes, conde de, vid. Pignatelli García Carrafa, A . y A ., 5 1 7 3.
A . y J. García de la Huerta, V ., 502.
Fuertes, J., 598, 599. García Goldáraz, C., 2 0 1 L
Funes, G., 650. García Martí, J., 2 6 7, 590.
Furlong Cardiff, G., 346 3, 347, 348 9, García Mercadal, J., 556 10.
349, 350, 3 5 3 , 3 54 22, 3 54 23, 4 9 2 46, García Miralies, M ., 3 1 1 *.
587 25b, 58726, 588 27, 588 27a, García Villoslada, R., 648, 6 53, 654.
589 23a, 59 1 1, 592 3, 592 4, 592 5, García y Torres, F., 267, 638.
6211 . Garcilaso de la V ega, 28.
Fuster, J. P., 495 *, 496 1 , 498 6, 498 7, Garcilaso de la Vega (el Inca), 622.
498 8, 499 1 1 , 500 13, 502 w 503 » Gardoqui, D. de, 605 4.
506 27, 513 47, 515 *, 520 9, 5 2 3 2 1 , Garducci (Di Velo), G. B., 18 3, 18 5,
52 3 2 2 , 5 2 4 2 4 , 5 7 5 , 6 5 4 . 186, 189.
Garret (Chariteo), B., 17 , 534.
G. K , E., 267. Garzón, J., 4 4 1, 446.
Gabriel de San Buenaventura, 2 1 1 , Gasperoni, G., 428 29.
2 2 7. Gay-Lussac, J.-L., 20 5 10.
Gabrieli, G., 356 1. Gazzola, P., 466, 467.
Gagliardi, P., 339, 344. Gébelin, A . Court de, 20 5 12.
Galán, A ., 54 7. Gemelli, A ., 4 5 3 5«, 4 7 1 95.
Galata, P., 26 7. Gemelli, F., 16 3.
Galiani, F., 5 8 1. Gener, J. B., 4 4 5 TO; 50, 348, 445,
Galileo, G., 30, 168, 170 , 17 7 , 178 , 5 2 1 12 5 4 9 .
5 1 2 , 5 3 1 *, 53 3 . Generes, M., 548.
Gallerani, A ., 56, 345, 353, 4 5 3, 661. Genero, B., 16 1 1.
Galletti, P., 3 4 3 31. Gennari, G., 539.
Galmés, S., 476 l. Gennaro, G. de, 60 7.
Gálvez, J., 598, 5 9 9 28, 603, 6 15 . Genovesi, A ., 4 6 1.
Gallissä, L., 3 5 7 2 ; 44, 6 6 , 67, 69, 7 1 , Gentile, E., 3 1 1 · *
3 1 7 , 348, 355-39 0 , 3 9 1, 393-39 5, Gentile, G., 462.
44 5, 446, 4 8 1, 484-486. Geoghegan, A . R., 5 8 0 2.
Gama, J. B., 585. Geraci, S. M., 267.
Cambara, C., 428. Gerbi, A ., 580, 628, 655.
Gamero, A ., 587. Germán Romero, M., 58 7 25.
Gandásegui, M. de, 596, 604, 605. Gervasoni, C., 346, 5 3 1 *.
Gandía, E. de, 592 3, 6 2 1. Gervasoni, G., 99 3, 10 2 8, 654.
Indice de nombres propios 677
Ghezzi, N ., 12 3 . Gonzaga, G. Valenti, vid. Valenti
Ghini, marqueses, 24, 2 34 , 293. Gonzaga.
Ghini, A ., 242. González, Alf., 267, 638.
Ghini, N ., 2 3 2 , 236 , 2 3 9 -2 4 1, 258. González, Ant., 2 57.
Gibbon, E., 276 3. González, C., 462.
Gil, 465. González, D., 267, 590.
Gil de Vidaure, T ., 5 1 7 . González, J. C., 6 21 1.
Gil Fortoul, J., 624 9. González, T ., 95, 1 1 3 , 1 1 4 , 278 6.
Gilen, L., 4 7 1 * ■ González Arnao, V ., 5 5 1 , 555.
Gilij, F. S., 5 5 7 24a; 4 6 , 267, 276, González Berruguete, P., 566.
2 7 7 3, 587, 589. González Holguin, D., 245, 246.
Giménez Fernández, M., 592 3, 598 2S. González Palencia, A ., 14 3 59, 2 0 1 \
Gioachino da Fiore, 50. 496 1 , 52 4 26, 5 3 1 *.
Gioannetti, A ., 429. González Pintado, G., 60 9.
Giorgi, A ., 267. Goudin, A ., 466.
Giostiniani-Maoni, C., 438. Goya, F. de, 3 1 3 , 338, 556 U*.
Giraldo Jaramillo, G., 58 7 24a Goya y Muniain, J., 12 4 -13 2 , 138 .
Gispert, F., 425. Gracia, J„ 3 5 1 1 7.
Giuria, J., 653. Gracián, B., 24, 3 1 3 , 440 12, 485, 568,
Godoy, D. A ., 6 13 9. 655.
Godoy, F., 6 13 9 Grainville, J.-B.-Ch., 13 7 .
Godoy, I., 596. Gr ajales, G., 5 8 2 4b, 659.
Godoy, J., 6 13 9. Grammatico, A ., 453 58.
Godoy, J. J., 591 \ 5 9 5 *7; 591-619, Grandi, 2 9 1.
652. Grassi, hermanos, 328.
Godoy, M. de, príncipe de la Paz, 128 , Grassi, G. A ., 329, 3 3 1 1 , 333 -3 3 6 ,
324, 4 5 1 ? 499, 628. 338.
Godoy, T ., 596, 6 13 9. Graziussi-Crozolli, D., 652.
Godoy, S., 248, 576, 582, 6 13 9 Gregorio X V I , 3 30 15 .
Goethe, W ., 80, 196, 2 14 , 510 . Gregorio, L . de, vid. Esquiladle.
Goldini, G. B., 364, 4 4 7 37 Grenón, P., 339 i6a.
Goldoni, C., 53. Griera, S., 35 3 .
Gomes, F., 267, 590. Grillo Borromeo, C., 109.
Gómez, X ., 267, 590. Grimaldi, J., 59, 7 5 , 608.
Gómez Cañedo, L ., 658. Grisanti, A ., 19 5.
Gómez de Vidaurre, F., 46, 57 7, 588. Grisogono, P. N ., 196.
Gómez Hoyos, R., 5 9 2 3. Gruber, G., 326.
Gómez Uriel, M., 639 13. Grüter (Gruterus), J., 6 1.
Góngora, L. de, 5 8 9 30. Gualengo, A . M., 5 5 5 8; 55 5, 558.
Góngora, M., 73 34 621 K Guarini, L., 5 5 5 8.
Gónima, M., 549. Guarino de Monte Syon, 119 .
Gonzaga, F., 540, 5 4 1. Guaseo di Bricherasio, O., 109.
Gonzaga, G. F., 5 4 1. Güell, A . M., 10 5 *, 3 5 1 *, 57 9 *.
Gonzaga, I., 539. Guercino, 342.
Gonzaga, San Luis, 116 , 450 Guevara, J., 267.
678 Indices

Guidazzi, D. A ., 236. 639, 640; D escripción d e l A rch ivo


Guillen, A ., 267, 589. d e la C. d e A ., 2 7 ; Causas d e la
Guillen, J., 588 2*. revolu ción d e Francia, 27.
Gumilla, J., 2 2 5 . Hickes, G., 260.
Gusta, F., 12 , 48-50, 6 9 -71, 75, 80, 8 1,Hidalgo y Frías, J. A ., 587.
87, 89-91, 95, 10 4 w 267, 3 18 , Hipócrates, 17 7 .
348, 423, 439, 549, 648. Hobbes, T ., 46 1.
Gustavo III de Suecia, 69. Holmes, R., 36, 72, 392.
Gutiérrez del Caño, M ., 5 1 5 #. Homero, 76, 139 , 1 4 1 , 14 2 , 14 3 , 144,
160, 1 7 1 , 17 3 , 176 .
Hontan, vid. Lahontan.
Hackspan, T ., 389. Horacio, Q., 22, 36, 12 8 , 13 2 , 166,
Hadle, R., 4 2 3 19 17 7 , 178 , 460.
Haex, D., 2 3 1 . Hormaza, F. y M. de la, 610.
Haller, A . von, 17 3. Hormaza, R. de la, 597, 607-611.
Ham y, E. T ., 205 10. Hospital, }., 267.
Handwerk, }. G., 10 1 5, 10 1 6, 1 1 3 5, Hottinger, J. H., 382.
1 1 3 6, 550 11, 558 16, 559-567. Huarte, A ., 12 9 10.
Hándel, J. F., 32, 17 3 . Hubiense, vid. Nubiense.
Harris, vid. La Hormaza. Hudson, J., 38 1.
Hassir-Eddin, 408. Hufnagel, W . F., 402.
Hazard, P., 84, 583. V Humboldt, A . von, 46, 204, 20 5, 2 1 3 ,
Hebrero, M., 425. 2 1 5 , 586, 587, 6 32, 6 33.
Hegel, J. G. F., 580. Humboldt, W . von, 203-206, 212-217,
Helms, A . Z., 629, 632. 304, 587, 6 51.
Henrion, M .-R.-A., 1 1 7 . Humphreys, R. A ., 578 *, 659.
Henríquez Ureña, P., 46, 586. Huntington, A . H ., 5 8 6 18.
Henry, V ., 2 1 4 23.
Héraut, 79, 387, 388. Iacobacci, V ., 567.
Hércules I y II, duques de Ferrara, Ibarzábal, M., 267.
66. Idiáquez, F. X ., 72 52; 23, 37, 72, 73,
Herder, J. G., 80, 510 . 75, 3 16 , 550.
Hernáez, F. J., 10 3 13. Iglésies, J., 445 29, 652.
Hernández, P., 3 5 0 w. Ignacio de Loyola, San, vid. Loyola.
Hernández y Dávalos, J. E., 655. Inocencio X II, 3 1 1 .
Hernández y Sánchez-Barba, M., Iparraguirre, I., 208, 444 28.
596 22a. Iraizos, J. M., 267, 590.
Heródoto, 34, 140, 488. Iriarte, G., 1 5 *, 60 10.
Herr, R., 83. Iriarte, J., 484 2°.
Hervás y Panduro, Lorenzo, 201 l; Irisarri, A . J. de, 586 18.
24-27, 33, 48, 53, 54, 57, 75, 87, Isabel Farnesio, 556.
95, 133 2, 201-307, 3 18 , 425, 552, Isidoro de Sevilla, San, 36, 81 67.
57 7, 589, 638, 6 41, 644 27, 644 28, Isla, J. F. de, 6 0 7; 2 3, 33, 59, 73, 74,
647; Idea d elV U n iverso, 26, 27, 64, 3 16 , 3 18 , 496, 656.
85, 2 0 1-2 74 , 279-28 3, 30 1-30 7, 635, Iturri, F., 587 25b; 13 4 4, 587, 588,
Indice de nombres propios 6 79

Jacobacci, V ., 567. Kennicott, B., 365.


Jafet, 234, 260. Kimchi, 384.
Jaime I de Aragon, 5 1 7 , 529. King, R., 594, 59 5 6 22 4 623.
Janer, G., 583. Kino, F. E., 2 5 3 .
Jansen, B., 444 24 Kircher, A ., 85, 2 18 .
Jansen, F .-X ., 4 7 1. KIopstock, F. G., 17 3.
Javier, San Francisco, 5 1 , 9 0 8, 10 3, Knox, R., 2 18 .
473, 549, 652. Kohlmann, A ., 329.
Jeffrey, F., 630. KopczyQski, O., 2 6 1.
Jemolo, A . C., 1 1 3 . Körner, J., 2 1 5 2*.
Jenkins, 2 2 1 . Kowalsky, N ., 658.
Jenofonte, 540. Kratz, W., 1 5 *, 6 37 2.
Jijón y Caamaño, J., 5 8 4 13, 58 7
Jimenez de Arzúa, J., 496 h La Acerra, condesa de, vid. Pignatelli,
Jimenez de Cisneros, F., 5 5 1. M. F.; Cárdenas y Pignatelli, J. de.
Joaquín I de Ñapóles (Murat), 329, La Cañada, conde de, 156.
528, 535. Laciar, D., 599.
Jofré y del Pozo, J. D., 596. La Condamine, Ch.-M. de, 632.
Jolis, J., 5 8 8 27; 58, 26 7, 588, 590. La Costa, H . de, 638 5.
Jones, 61. La Cruz, N . de, conde de Maule, 524.
José, San, 473. La Cueva, A . C. de, 592.
José de San Benito, 5 1 . Lacunza y Díaz, M., 73 54; 50.
José Oriol, San, 43, 7 1. La Encina, F. de, 569.
José Pignatelli, San, vid. Pignatelli. Lafitau, J.-F., 47, 2 34 , 240.
José I de Ñapóles (Bonaparte), 26, 99, La Fuente, B. de, 26 7, 6 38 -6 4 1, 644.
104, 326, 329, 528. La Fuente, Man. de, 267.
José I de Portugal, 579. La Fuente, V . de, 442 22 520 7.
José II de Austria, 49, 94, 1 19 , 337. Lafuente Ferrari, E., 3 3 7 13.
Josefo, F., 3 8 1. Lagomarsini, G., 19, 579, 580 2.
Josué, 2 7 7 5, 386. Lahontan, barón de, 240, 2 5 7 .
Jouanen, J., 26 5, 58 5 15. La Hormaza, F. y M. de, 610 .
Jouvancy, J., 10 7, 440 12. La Hormaza, R. de, 597, 6 0 7 -6 11.
Jovellanos, G. M. de, 49, 12 5 , 567. Laínez, D., 2 78 6.
Juambelz, J., 589 31. Lakner, F., 4 7 1.
Juan, J., 522, 5 2 2 13. La Live d'Épinay, L.-F.-P. de, 5 8 1.
Juan II de Aragon, 5 1 7 . Lama, D. de, 423 19.
Juan II de Castilla, 538. Lamennais, F. de, 464.
Juanes, J. de, 570. Lamí, G., 1 1 2 .
Juárez (Xuárez), G., 5 8 7 25b; 5 1 . Lampillas, F. X ., vid. Llampillas.
Julià (Julian), A ., 5 8 7 25; 46, 587.
Lampurlanes, P., 26 7, 638.
Landívar, R., 5 8 6 18; 35, 46, 2 0 4 10,
20 5 10, 57 7, 586, 653.
K., E. G., 2 6 1, 267. Langebek, J., 260.
Kant, I., 30, 168. Langles, J.-M.-J., Fleuriot, marqués de
Kennedy, 597, 606. (pseud.; Figaro), 566,
68o índices

Lanzi, L., 2 6 7, 516 , 5 5 3, 567 León, L . de, 28.


La Paz, príncipe de, vid. Godoy, León, M., 267, 590.
M . de. León Villafañe, D., 592 5; 592.
Lara, J. de D., 592, 593. Leonardo da Vinci, 342.
Larcher, P.-H ., 140. Leonetti, G. B., 339-344.
La Romana, marqués de, 476. Leopoldo I de Toscana, 94, 396.
La Rosa, M. A . de, 1 1 . Lerma, E., 522, 549.
Larramendi, M. de, 20 4 9. Lessing, G. E., 30.
Larraz, B., 6 6 24; 44, 6 6 , 3 1 3 , 4 4 4 28, Leturia, P. de, 69 38, 9 0 7, 489 37,
480. 624 9, 659.
Larrea, A ., 5 1 . Levene, R., 59 1 2, 595 16, 6 2 1 7.
Láscaris, C., 362. Levi della Vida, G., 356 L
Las Casas, B., 2 5 3, 582. Levi-Malvano, E., 75.
Lassala, M., 5 0 0 *3; 37, 5 3 -5 5 , 77, 318 , Lewín, B., 594 u .
392, 439, 4 4 1, 455, 499-503, 5 14 , Liberatore, M., 462, 464.
5 2 1 H, 586. Liepmannssohn, L ., 1 5 1 27a.
Latassa, F. de, 639 13. Lietz, P. S., 656.
Laterza, M., 4 18 9. Lilio; D., 2 18 .
La Torre, J. de, 103 12. Lima, F. de, 587.
Laudanski, F., 232 , 267. Linden (Lynden), conde de, 508.
Laureano de Sevilla, San, 30 Língham, E. J., 629.
La Viñaza, conde de, 2 1 7 30, 2 2 7, 2 5 7 Livizzani, C., 289.
Lázaro Carreter, F., 2 0 1 l, 652. Locatelli, vid. Loccatelli.
Lazzarini, A ., 99 3. Loccatelli, A ., 286, 288-290, 294, 296,
L e Blanc, Ch., 3 4 2 26 . 298, 299.
Lecina, M., 12 7 7, 13 3 , 136 , 138 , 14 5 Loccatelli, B., 287, 288, 29 7, 299.
146, 148, 150 , 15 2 *>, 15 3 44, 1 5 3 47 Loccatelli, Fabio, 288.
1 5 3 53, 2 0 2 2 , 250, 265, 4 22 1» Loccatelli, Fabrizio, 285-290, 292, 293,
440 i°, 445 31, 446 32, 48 1 6, 482 « 295, 296.
486 24, 492 45, 4 9 2 46? 493 47 5 0 3 i* Loccatelli, F. M., 28 4 18a.
506 27, 5 2 1 12 , 523 1 9, 5 3 1 *, 549 9, Loccatelli, G., 278, 280, 293-299.
55 0 4, 57 5, 586 21 , 636 5, 638 3 , 638 % Locke, J., 30, 3 1, 85, 17 3 , 460, 4 6 1,
6 39 i°, 639 1 1 , 639 1 5, 640 19, 662. 507.
Le Clercq, C., 240. Lokman (Lochman, Loqman, Lukman),
Leeber, V . F., 58621. 37, 392, 50 1.
Lefèvre, 501. Lombardi, A ., 4 18 9.
Leflon, J., 49 1 43. Longino, 140.
Legal, F., 267, 590. Lope de Vega, F., 504.
Legazpi, M. López de, 644. López, I., 6 0 10; 59.
Leibniz, W ., 179. López, J. F., 267, 590.
Leite, S., 26 5, 584 8, 5 8 5 1 7, 6 5 1. López, P., 425.
Leitzmann, A ., 227 26, 228 29. López, S., 592, 593.
Lenkiewicz, G., 324. López de Ayala, I., 567.
León X II, 202. López de Castro, B., 599.
León XIII, 464. López de Legazpi, M., 644.
Indice de nombres propios 681

López de Ulloa, 196. Liado y Ferragut, }., 650.


Lord, H ., 236 . Llaguno, E. de, 67, 129, 130 , 1 4 1 ,
Lorenzana, F. A . de, 36. 144, 39 3-39 4, 4 16 , 563-564.
Los Monteros, S. de, 599. Llampillas (Lampillas), F. X ., 44 7 3
Lotario, 303. 16, 35, 37-39 , 70, 84, 189, 254,
Lotti, C., 2 7 6 3. 302, 3 18 , 348, 4 4 1, 445-447, 505,
Lo Vasco, A ., 5 3 1 *. 5 1 2 , 552, 577, 58 3; Saggio storico-
Loyola, San Ignacio de, 5 1 , 90 8, 10 3, apologetico, 38, 39, 4 1, 78, 79, 4 15 ,
1 1 9 6, 278 6, 3 12 , 3 2 1 , 32 5, 328, 447, 454.
440 9 5 5 1 16. Llano, marqués de, 557-559.
Lozano, P., 2 4 3 , 245. Llano, marquesa de, 7 1, 556 lla, 55 7,
Lozoya, marqués de, 3 3 7 13. 560, 56 1, 563.
Lubelza, M., 278 Llano, marqueses de, 48, 5 1 3 45, 556,
Lubián, R., 267, 590. 557, 559, 563.
Lucano, M. A ., 35, 505. Llorens, J., 5 1 7 3.
Luchesini, G., 425. Llórente, M., 45, 5 1 7 \ 582.
Luciano, 140. Llull, R., 83, 479.
Lucrecio Caro, T ., 1 8 1.
Ludeña, A ., 5 1 3 * ; 85, 4 25, 5 1 3 . M., U ., 44 7 37.
Luengo, M., 9 0 8; 2 3 , 4 1, 74-76 , 80, Macchia Alonghi, M. G., 16 1 L
84, 90-95, 1 2 4 - 1 2 5 , 3 16 , 32 5, 329, Maceda, M. J., 44.
336, 3 3 7 n , 340 19 400 w 401 24, Machiavelli, N ., 170 , 5 1 2 .
4 15 -4 18 , 420 -423, 4 3 1-4 34 , 454, Machoni, A ., 2 1 1 , 224, 247.
5 14 , 623, 661. McMahon, T ., 438 \ 4 7 1.
Lugo, 364. Macrobio, 140.
Luijk, B. van, 69 38. Madariaga, A . de, 661.
Luis I (Ludovico Pío) de Francia, 254, Madariaga, S. de, 59 1 2, 600 30, 652,
288. 656.
Luis X I V , 105, 107. Madrazo, J. de, 337 , 338.
Luis X V , 109, 50 1. Maffei, Se., 109, 5 2 7 43.
Luis X V I, 32 3. Magallanes, F. de, 644.
Luis de León, 28. Magdaleno, R., 605 4 655.
Luis de Borbón-Parma, rey de Etru- Magnen, G.-C., 17 7 , 178 .
ria, 4 5 1. Mai, A ., 9 8 3; 9 7-10 4 , 328, 329, 3 3 2 i,
Luis de Vilafranca, 479 3, 482, 49 1 42. 5 3 1 *, 653, 654.
Lukman, vid. Lokman. Mai, F. G., 196.
Lulio (Llull), R., 83, 479. Malagrida, G., 583.
Lumiares, conde de, 569, 659. Malebranche, N . de, 176 , 179.
Luque, J., 590. Mallet, P. H ., 260.
Lussagnet, S., 590 32a. Mamachi, T . M., 527.
Lutero, M., 4 6 1. Mamiani della Rovere, L . V ., 224.
Luynes, duque de, 108. Maneiro, J. L., 584.
Luzán, I., 656. Manenti, G. M., 16 7.
Lynch, J., 578 \ 659. Manera, F., 5 1 5 * ; 508, 5 1 5 , 516 .
Lynden (Linden), conde de, 508. 5 2 7 41, 529.
682 Indices

Manfredini, V ., 178, 179. Martí y Descatllar, P. de, 43 , 481,


Manini, L ., 524 25. 482 .
Manno, A ., G., S. y V ., 342 Martinell, C., 659 .
Manno, F., 339, 342- 344 . Martinelli, 170.
Mantegazza, G., 276 . Martínez, D., 473 .
Mantua, duques de, vid. Gonzaga. Martínez Lumbreras, F., 6 9 37, 278 5.
Manuel, M. de, 156. Martínez Paz, E., 346 .
Manuzio, A ., 363. Martini, A ., 654 .
Manzoni, A ., 515 *, 516 . Martini, G. B., 5 0 7 29; 31 , 32, 154 59
Maquiavelo, N ., 170, 512 . 506 , 507 .
Marañón, G., 196, 656 . Martorell, J., 509 , 534 .
Marboeuf, L.-Ch.-R., 62 . Marzolini, R., 466 - 468 .
Marcano y Arizmendi, F. J., 593, 597, Masdeu, B., 20-21, 32, 37 , 81, 85,
599 26, 607 . 318, 333 *, 348 , 4 1 6 5, 437-474,
Marcel, J.-J., 205 u. 493 , 649 .
March, A .; 37, 71 , 508 - 509 , 534 . Masdeu, J. A ., 4 3 8 i; 21 , 81 , 85, 318,
March, J. M., 1 5 *, 65 21, 1 2 5 ?, 311 *, 348, 416 5, 437-439, 441 , 449 , 451 ,
3 1 7 4, 332 2, 3 3 3 4 3 3 4 5, 33916 a 452, 465 , 469, 470 , 473 , 493 .
3 4 4 * 3, 345 , 554 7, 661 . Masdeu, J. F., 4 1 4 i; 16, 48 . 51, 54,
Marcial, M. V ., 35, 499 , 505 . 57, 63 , 64 , 67 , 68 , 70 , 71 , 75 , 78 ,
Marco Aurelio, 180. 80, 81 , 84, 110, 111, 123, 144, 318.
Marco Dorta, E., 655 . 348 , 356 , 413-435, 437-439, 449 ,
Mardoqueo, 53 . 452 , 472 , 493 , 552, 553 , 577 , 583,
María I de Portugal, 323, 649 . 649 ; Historia de España, 41- 43 , 63,
María Isabel de Borbón, 526 . 68, 413 - 435 , 649 ; Arte poética, 40 .
María Luisa de Borbón, reina de Masdeu, J. I., 421 , 438 , 448 .
Etruria, 451 , 526 . Masdeu, L . P., 421 .
María Luisa de Borbón-Parma, reina Masi, E., 150 21, 196.
de España, 451 , 526 . Masio, A ., 382, 383 .
María de Jesús de Paredes, Santa, Masnovo, A ., 442 , 443 23, 451 51, 456 ,
51 . 457 69 461- 466 , 470 , 471 , 472 103.
María Magdalena, Santa, 104 15. Masón, J. A ., 201 *, 206 M, 223 , 225 -
Mariana, J. de, 111, 591 . 227 .
Mariana de Austria, 521 , 522 13. Masoni, R., 234 .
Marías, J., 83 3, 531 *. Masserano, príncipe de, 608 , 609 .
Marini, Gaet., 102, 2 0 3 7, 455 , 535 Mateos, F., 73 54, 533 76.
Marino (Marini), G. B., 106. Mateu, J., 267 , 590 .
Marola, G., 335, 336 i0, 343 29. Mattei, A ., 67, 481 .
Márquez, P. J. 31 , 47 , 204 , 318 , 589, Matteucci, B., 92 13.
Marsais, C. Chesnot du (Dumarsais), Maugain, G., 453 58.
32, 173. Maulé, conde de, 524 .
Martí, M., 498 , 520 . Mayagoitia, D., 584 9.
Martí Albanell, F., 442 22, 443 23? Mayans y Sisear, G., 5 2 0 9; 24 , 34,
444 28. 61 , 254 , 44 5 29 498, 509 , 510, 520,
Martí y Descatllar, J. de, 482 552 16a 659.
Indice de nombres propios 683

Mayans y Sisear, J. A ., 37, 3 1 3 , 510 , Migliorini, G., 1 1 7 , 118 .


659. Migne, J.-P., 36.
Mayer, A ., 156. Miguel, A ., 267, 638.
Mazzeo, G. E., 5 3 1 *. Miguel Ángel, 178.
Mazzetti, S., 399 18. Miguélez, M., 88 2.
Mazzini, G., 34 5 \ 584 12. Milá y Fontanals, M., 19, 12 4 , 357.
Mecenas, C , 47. Milizia, F., 22 , 30.
Medel, R., 483 W. Mill, J., 630-632.
Medina, J. T ., 596 21, 599 22, 6 0 0 29, Mill, S., 630.
657. Millares Cario, A ., 1 2 7 7.
Medina Conde, C., 567. Millas, J., 35, 80, 318 , 455, 470.
Meerman, G., 520. Millé, A ., 657.
Megiser, J., 242. Mininni, C. G., 1 3 3 1 , 15 5 , 196.
Melandri, G., 450. Miquel Rosell, F., 657.
Meléndez de Aviles, P., 2 5 3 . Mir, M., 10 3 12
Melis, M. A ., 226. Miracle, F., 97 *, 15 9 *, 2 79 9a, 345 *,
Mellini Crescimbeni, A ., 2 8 2 5 4 7 *, 55 3 *, 607 8, 6 12 .
Menasse ben Israel, 3 75. Miranda, F. de, 2 2 4 9 5 8 8 27a; 47, 95,
Menchaca, R., 1 1 3 12; 47, 50 -5 1, 97 * 195-199, 576, 594, 595, 621-633,
98, 99, 103-104, 589, 653. 650, 652, 653, 657, 658.
Mendelssohn, M., 30. Miranda, L., 53, 502, 586.
Méndez Bejarano, M., 442 22. Miró Buchón, J. L., 15 9 *.
Mendióroz, 128 , 1 3 1 . Mistral, F., 30 7 12
Menéndez de Avilés, P., vid. Me Módena, duques de, 37, 39, 18 3.
léndez. Módena, F., 18 3.
Menéndez Pelayo, M., 5 1 27, 56, 74 Moglia, A ., 467-470.
75, 1 2 5 2 , 12 6 4, 13 6 -13 8 , 160, 196 Mohammed Ataallah, 408.
205, 206 12, ¿ 18 , 345, 4 1 4 1 , 44 7 32 Mohammed Chari, 407.
453, 4 5 5 62f 484 20, 496, 5 1 2 , 5 3 1 * Moisés, 2 77, 48 1.
548, 552, 567, 576, 648, 661. Moklus, I., 267.
Menéndez Pidal, R., 37, 6 0 7, 4 13 Moliere (J.-B. Poquelin), 10 7, 176.
653. Molina J. I., 46, 78, 267, 576, 577,
Mengs, A . R., 22 , 33 3 . 582, 588, 592, 6 31.
Mercadal J. G ., 556 10 . Molinos, M. de, 60 9, 118 .
Merola, A ., 300 26. Moncayo, F. de, 3 12 .
Merolle, I., 1 1 8 6, 1 1 9 . Mondolfo, A ., 4 18 9.
Messerati, A ., 324. Monet, Ph., 106.
Messía, M., 220. Moniz, J., 585.
Mestre, A ., 520 9. Monlau, P. F., 60 7.
Metastasio, P., 32, 53, 168, 17 2 , 17 3 , Montaner, 486.
44 7 37. Montbas, H.. de, 62 15.
Metodio da Nembro, 1 1 7 . Monte y Álvarez, A ., 480.
Mevio, 166. Monteiro, I., 71 48; 4 55, 5 1 2
Mezzacasa, G., 3 56 1 . Montemar, duque de, 4 3 8 .
Mezzofanti, G. G., 34. Montenegro, conde de, 489.
684 Indices

Montenegro, }. de, 489. Murat, J., 329, 528, 535.


Montengón, J., 53, 498. Muratori, L. A ., 5 8 0 2; 6 1, 109, 2 3 5 ,
Montengón, P., 4 9 6 40, 45, 52-54, 4 18 , 577, 580.
3 18 , 439, 496-498, 5 1 2 , 548, 549, Muriel, D., 589 28a;. 47, 2 4 3, 450, 589.
554, 58 2; E usébio, 496, 496 i. Murillo, B. E., 566.
Montero, I., 267. Murillo Velarde, P , 229, 639.
80, 85, 108-112, 176. Muscetta, C., 16 1 1.
Montero y Alós, J., 438, 448. Museo, 146.
Monteros, S. de los, 599. Muzi, G., 12 , 659, 660.
Montes, J., 26 7, 590.
Montesquieu, Ch. de Secondat de, 30. Nadal Mora, V ., 655.
Monteverdi, A ., 30 1 *, 656. Nagler, G. K., 342 26.
Montfort (Monfort), B., 523. Napoleon I, 28, 70, 93, 136 1, 5 1 9 ,
Monti, A ., 5 1 5 529, 534, 564, 59 1 2, 628, 632.
Monti, V ., 197, 340. Napoli-Signorelli, P., 38, 156* 167,
Monzón, A ., 314 , 327, 329, 330 15, 346.
332, 3 3 5 8, 338-341. Narbone, A ., 508.
Moñino, G., 406. Narciso, I. E., 466 82.
Moñino, conde de Floridablanca, Nasalii Rocca, E., 428 2*.
2 1, 196, 3 15 , 4 2 1 , 422, 4 3 1 , 519 , Natali, G., 75, 16 1 1 , 196, 356 K 4 18 9,
554, 559, 597, 598, 602-607, 609, 453 58, 662.
6 1 1 - 6 1 5 , 618-619. Naumann, R., 539 5.
Mora, marquesa de, 3 12 . Navagero, A ., 567.
Mora, B. de, 259. Navalón, F., 267, 590.
Mora, T ., 479 \ Navarrete, J. A ., 2 3, 44.
Morales, M ., 5 1. Navarro, B., 584.
Moratín, L. Fernández de, 34, 53, 54, Navarro, N . E., 587 24a.
77, 279, 323, 4 4 1, 502, 503, 662. Navarro, P., 549.
Moratín, N . Fernández de, 196, 502 16. N avas, A ., 548.
Morell, C., 5 1 7 3, 5 1 8 , 5 3 1 . Navas, M., 246, 267, 484, 590.
Morelli, I-, 1 0 2 , 396, 535 , 539-546. Nebrija, E. A . de, 538.
Moreschi, 136 . Nembro, M. da, 1 1 7 .
Morghen, R., 528. Newton, I., 176 , 46 1.
Morison, J., 616. Niccoli, N ., 542.
Morley, W . F. E., 5 8 0 3a. Niccolini, A ., 109.
Mórner, M., 583 7a. Nicolau, S., 4 7 9 3; 6 6 , 3 18 , 478-480,
Motta, E., 1 1 5 . 4 8 5 ,4 9 3 ,6 4 8 .
Moxó y de Francolí, B. M. de, 34, Nicolini, F., 1 1 8 56.
489. Niehbur, B. G., 2 1 6 26.
Mozzi, L ., 98, 3 1 1 , 328, 329. Nivernais, duque de, 109.
Muccioli, G. M., 280 « Nocca, D., 10 1 5, 10 1 7.
Müller, M ., 205. Noé, 2 34 , 236.
Muñoz, Joaquín, 2 7 7 5. Noguera, J., 56 1.
Muñoz, J. B., 588. Nonell, J., 338 14 340 2°, 3 4 1 22,
Murari Bra, A ., 52 7. 34 3 32.
Indice de nombres propios 685
Nonio, M., 362. Orsini, F., 140.
Núblense, 408. Orta Nadal, R., 3 5 4 22.
N u ix de Perpinyà, J., 45, 439, 441, Orteis, A., 140.
521 n, 521 12. Orti y Brull, V., 338 *4.
N u ix de Perpinyà, R., 5 8 2 6; 66 24, Ortolani, J. E., 525 31.
70, 486, 521 u, 577, 582. Osián, vid. Ossián.
N ykl, A. R., 37. Osio de Córdoba, 44.
Osmond, 372.
Osorio, R. I., 59, 586 21 .
O 'Conor, Ch., 267. Ossián (pseudo), 173.
Ochandarena, J., 4 7 4 107. O ssorio y Bernard, M., 337 13.
Ochino, B., 373. Ossuna, J. de, 23, 39, 110, 268.
Otamendi, 129, 130.
Ochoa, B., 346.
Otaño, N ., 506 27.
Ochoa, J., 268.
Odescalchi, C., 116.
Qdescalchi-Corsini, B., 438. Pablo (Paulo), L. de, 605.
P 'D risco l, 606. Paccanari, N., 325, 326.
O 'H iggin s, B., 5 2 5 29. Paciaudi, P. M., 4 2 8 79; 154, 355, 356,
Ojetti, U., 340 17. 427-429.
O 'K e lly de Galway, A., 595 16. Pacheco, A., 425.
Olaechea, R., 15 *, 60 9, 164 1, 491 43, Pacheco, J. M., 583 7a, 587 25a, 5 9 9 28.
; 556 Ha, 564 42. Padilla, J., 268, 590.
Olarra, J. de, 208, 264. Pagani, 281.
Oleína, P., 498. Pagès, J., 268.
Oleína, V., 4 9 8 498, 514. Palacio Atard, V., 83 K
Olguín, M., 159 #. Palacios, H., 592.
Olieu (Olivi), P. J., 50. Palafox y Mendoza, J. de, 74, 116.
Olivares, M . de, 5 8 5 46, 47, 585, Palazuelos, A. Fernandez de, 51, 152.
588. 156.
Oliver, M . de los S., 478. Palese, 167.
Olmo, M . F. del, 226. Pallas, P. S., 276 3.
Olschki, L. S., 108 2. Pallavicini, S., 116, 322.
Onesti Braschi, L., 290 22a. Palmer, marqueses de, 482.
Onis, J. de, 5 8 7 25b. Palmés, F. M., 455 63, 470 92, 471.
Onorati, 222, 268. Palmieri, V., 92.
Orduña, F., 519. Palomino, A., 567.
Orella, J. L., 60 9, 485 21. Palumbo, A., 5 1 5 *.
Orga, J., 528. Pallejà, J., 77.
Orígenes, 171. Pancaldi, 98.
Oriol, San José, 43, 71. Panizzoni, L., 324, 325.
Orlando, P., 462 77. Pannain, G., .75, 196.
Orleans, duque de, 106. Pantoja de la Cruz, J., 566.
Orosz, L., 579, 5 8 0 2. Paoli, P. de', 58, 62.
Orozco, J., 52. Paolino da S. Bartolomeo, -268.
Orozco, M., 52. Paoluzzi (Pauluzzi), 296.
686 Indices
Papa, E., 445 29. Peramás, I., 348 9.
Par, A., 196. Peramás, J. M., 45, 268, 345-354, 577,
Pardo, F., 116, 566. 584, 586.
Paredes, Santa M aría de Jesús de, 51. Pereira Gomes, J., 83 4s, 658
Parma, vid. Borbón-Parma. Perelli, 452.
Parpal y Marqués, C., 4 4 2 22. Pereyra, C., 88 2.
Parra Pérez, C., 621 K Pérez, Alf., 354 24.
Parreño, I. de, vid. Llano, marquesa Pérez, Ant., 139, 141, 278 6, 383 (?).
de. Pérez, G., 138-145.
Pasini, F., 196, 454 Pérez, S., 425.
Paso y Troncoso, F. del, 636. Pérez Bayer, F., 278 6, 356, 501, 519 5,
Pastor, A., 548. 569.
Pastor, L. von, 15 *, 92 13, 345, 545, Pérez Bustamante, C., 88 2.
5 64 « , 662. Pérez de Culla, J., 523.
Paticchi, M., 339. Pérez Em bid, F., 583 7a.
Patzi, N., 268, 590. Pérez Goyena, A., 73 54, 414 i, 442 22.
Pauchard, A., 507 29. Pérez Pereira, P., 584 13.
Paucke (Baucke), F., 597 23, 657. Pergolesi, G. B., 32, 173.
Paulo (Pablo), L. de, 605. Perini, G., 396, 404, 405, 406, 557,
Pauluzzi, vid. Paoluzzi. 558, 561, 565, 571 52
Pauw, C. de, vid. de Pauw. Perotes, F. X., 50, 102, 104 14
Pavesio, G. M., 79. Perotti, N., 362.
Pavón, P., 592, 593, 623. Perpinyá, P. J., 24, 154 53.
Paz, príncipe de la, vid. Godoy, M . Perreau, P., 356 1.
Paz, J., 6 0 5 4. Perszlenyi, P., 262.
Paz, R., 2 6 5. Perticari, C., 340.
Pedrell, F., 153. Peruzzi, 465.
Pedro Canisio, San, 125. Peset, V., 520 9.
Pedro de Gómez, A., 268, 590. Petau, D., 113.
Pedro de Pisa, 148. Petisco, J., 33, 124-125.
Pedro de Portugal, 504. Petrarca, F., 508, 509.
Pedro Leopoldo, archiduque, 404-406 Petrini, G., 339, 340 2°.
Pedro Lombardo, 511, 512. Pfligler, M., 655.
Peleguer, M., 528. Piancastelli, C., 278, 487.
Peleya, J., 268, 590. Piattoli, S., 30.
Pelleprat, P., 587
Picard, A. y J., 112 3.
Pelli, G., 406.
Piccolo, F., 196.
Pelliccioni, A., 342 26.
Pico della Mirándola, G., 170.
Pellicer y Saforcada, J. A., 141, 519.
Pena, J., 159 *, 531 *. Piferrer, P., 123.
Peña, C., 268, 590. Pighetti, C., 531 *.
Peñaflorida, conde de, 74. Pighi, G., 470 93.
Pepoli, A., 53, 498. Pignatelli, A., conde de Fuentes, 312.
Pepoli Mezzacapo, M., 502, 503. Pignatelli, Joaquín, conde de Fuentes,
Pepoli Spada, T., 316. 314, 315, 596, 604.
Índice de nombres propios 687
Pignatelli, San José, 3 1 1 #; 59, 72, 73, Pohl, J. W., 261.
75, 79, 81, 97, 98-100, 101, 278 6, Poli, 360.
311-344, 347, 398, 399, 439, 451, Polidori, P., 329.
521 ii, 534, 596, 604, 653, 656, 658, Pollin, A. M., 5 0 6 27 .
661. Polo, P., vid. Pool, P.
Pignatelli, M . F., 312, 315, 324. Pombal, marqués de, 69.
Pignatelli, K , 59, 315, 334, 439, 441, Pomponazzi, P., 170.
449, 479, 596, 604. Ponce, P., 268, 59Q.
Pignatelli, R., 333. Pons, F., 441, 446.
Pignatelli, V., 334. Pons, F.-R.-J. de, vid. Depons.
Pignatelli de Aragón y Gonzaga, M . Pons, J., 4 4 5 30; 21, 35, 62, 85, 348,
M., 315, 316, 336, 338 14, 3 4 1 , 445, 484.
343 30. Ponz, A., 5 6 8 50; 47, 48, 71, 506,
Pignotti, L., 513 46. 548, 553-571, 651.
Pinazo, A , 4 9 9 U; 85, 318, 455, 499- Ponz, J., 571.
500, 511, 513, Pool (Polo), P., 5 9 7 23; 597, 607.
Pindemonte, I., 175, 191. Pope, A., 181.
Pineda Giraldo, R., 587 25. Portillo, E. del, 90 «, 293 23.
Pinto, M . di, 83 *. Postei, G., 205 n, 461.
Pío, G. B., 540, 541. Postiglione, M., 329.
Pío II, 543. Potocki, J., 268.
Pío V I, 25, 50, 67, 69, 70, 89, 92, Pott, A. F., 205 H.
93, 124 1, 129, 278 7, 290 22a Pou, B., 4 9 1 4 2 ; 9 , 21, 34, 61, 62, 71,
300 26, 322-324, 326, 488, 500. 76, 77, 93, 95, 146, 247, 278 6, 313,
Pío V II, 26, 41, 90 «, 92 13, 97, 326, 316, 318, 348, 392, 445, 460, 475-
343, 357, 452, 467, 480, 491, 506 481, 482-491, 492, 493, 547, 548,
515, 535, 550, 555«. 648, 650.
Pío X I, 330 15. Poussin, N., 566.
Pío X II, 330 15. Pradt, D . de, 128.
Piozzi, L., 221, 259, 268. Prat, T., 441, 445.
Pirandello, L., 569. Pratdesaba, O., 44, 348, 441, 446,
Pirri, P., 98, 102 u, 10416, 3 3 3 3 , 448, 522, 584.
341 21 , 461, 464, 471, 515 *, 531 *, Prats, B., 43, 70, 318, 570.
Prendilacqua, F., 541, 543.
647.
Pitágoras, 180. Proença, A., 231.
Pitt, W., 594, 621-625, 631, 653. Propercio, S., 22.
Pía, J., 3 5 7 3; 19, 36-38, 70, 71, 301, Prudencio, A. C., 36.
302, 316-319, 348, 355-412, 481, Pueyo, marqueses de Campofranco,
501, 510, 649, 658. 480.
Plantin, C., 389. Pueyo (Puiyo), R., 602.
Platón, 45, 540, 584. Puig, F. X., 6 3 8 5; 638.
Plauto, T., 541. Puig, J., 441, 446.
Plinio, C. P. C., el Joven, 47. Puig y Cadafalch, J., 89 5, 651.
Plutarco, 171. Puigserver, F., 473.
Poggio, G, F., 543. Puigserver, I., 348 9.
688 Indices
Quadrado, J. M., 34, 123, 480, 488. Reyes, R , 585 15/
Quadrio, F. S., 38, 111. Reynés, A. y J., 491.
Quelle, O., 579 la. Rezzi, L. M., 98, 333, 470 93.
Queraltó, R., 486. Rezzonico, C., vid. Clemente X III.
Querini, A., 196, 353. Rezzonico, C. G., conde della Torre di,
Quesnel, P., 192. 357, 361, 365, 372, 373, 375, 377.
Que vedo, F. de, 81 67. Ribalta, F., 570.
Quintana, A., 268, 590. Ribeiro, D., 231.
Quintana, R., 650. Ribelles Comín, J., 515 *.
Quirós, J., 70, 548. Ribera, J., 529 si, 553, 569.
Ricci, L., 321, 449.
Racine, J., 105, 107, 108. Ricci, Se. de', 59, 70, 89, 91-94.
Radicati di Passerano, A., 110. Rico González, V., 583 7a, 584 9.
Radicad di Primeglio, C., 581 4. Ridolñ, 288.
Rafael, 22, 178, 566. Riera, I., 11, 201 *, 301 *.
Rambaldoni, V . de* (da Feltre), 541- Rim inaldi, G. M., 361, 365.
543. Rinaldo d ’Este, duque de Módena,
Ramón, G., 490, 491. 109.
Ramondinb, F., 649. Río, J. I. del, 266, 590.
Rampolla del Tindaro, M., 658. Rioseco, J., 268, 590.
Ranza, A., 655. Ripaida, J. de, 257.
Rapin, R., 107. Ripoll, T., 278 6, 443.
Rávago, F. de, 88 2. Riquelme, B., 525 29.
Rayez, A., 311 *. Risco, M., 123.
Raynal, G.-Th.-F., 44, 45, 8 6 , 94, Ritzier, R., 284 18a.
257, 439, 577, 580-582, 584, 588, Rivera, J. A., 338 *.
632. Rivero, C. M . del, 568.
Razquin Fabregat, F., 353 21. Rivero, J., 655.
Recio, B., 5 8 3 7b; 583. Rivet, P., 654.
Recolons, R., 11. Rivière, E.-M., 662.
Reig, B , 517 3. Roberti, G. B., 35, 432.
Reig, J., 513 42. Robertson, W . S., 44, 439, 577, 581,
Reinle, A., 654. 582, 623, 624 9, 627.
Rejón de Silva, D . A., 567. Robinet, J.-B.-R., 179.
Relcovich, M . A., 262. Roca, J. B., 479 3.
Rembrandt van Rijn, 566. Rocha Guimarais, F., 7 1 48.
Rem ondini, G. y A., 167. Roda, M . de, 58, 123 K
Rennenkampff, G. von, 215 26. Rodrigues, M., 583.
Renouard, A.-A., 423 19. Rodrigues de Meló, J., 5 8 5 17; 585.
Requeno y Vives, V., 32, 47, 318, 333, Rodríguez, Alonso, 116.
423. Rodríguez, San Alonso, 476.
Rey, E., 81 67. Rodríguez, C., 268, 590.
Rey, J. del, 587 Rodríguez, D., 268, 590.
Rey de Artieda, A., 524. Rodríguez Aponte, M., 34, 76-77, 268,
Reyes, A., 318. 400, 401, 638.
Indice de nombres propios 689
Rodríguez Aranda, L., 83 L Ruffo, S., 329.
Rodríguez Casado, V ., 15 *, 5 5 4 4, Ruiz, 465.
583 7a. Ruiz Calonja, J., 654.
Rodríguez de Campomanes, P., conde Ruiz de Montoya, A., 211, 223, 244,
de Campomanes, 422, 519, 551, 246.
554-557. Ruiz Moreno, A., 587 26.
Rodriguez de Castro, J., 356, 393-395, Rumazo, G. J., 585 15.
510. Russell-Gebbett, P., 502.
Rodríguez Gil, S., 586 18. Ruysschaert, J., 19 la, 656.
Rodriguez M arin, F., 137. Rylance, R., 629.
Roig, J., 509.
| Rojas, R., 347 6.
j Romagnoli, G. M., 239. Saccardi, G., 470 93.
j Romagnoli, L., 280, 292, 293. Sagner, C., 460, 465 80.
| Romagnoli, S., 161 1- Sáinz de Baranda, P., 141.
Romana, marqués de la, 476. Sáinz Rodríguez, P., 126 7.
Rombenchi, P., 196. Saitta, G., 462, 472 *03.
Roncaglia, G., 196. Sajanelli, G. B., 148.
Roothaan, J., 116. Salas, X . de, 556 u».
Rosa, E., 69 3B, 418 9, 654, 655. Salau, S., 441.
Rosa, M . A . de la, 11. Salazar, A., 587 24a.
Rosaspina, F., 423 19. Salazar, J. C., 65.
Roselli, S., 20, 443, 464, 466. Salazar, M., 268.
Rosm ini, C., 102, 531, 561. Salelles, A., 70.
Rossi, G. B. de, vid. D e Rossi. Sales, A. de, 480.
Rossi, G. C., 159 *, 2 0 7 14a, 4 4 7 3?, Salmerón, A. de, 113.
506 27. Salva, J., 491 43, 492 46.
Rossi, G. F., 465 8<>, 655, 657 Salva, M., 141.
Rossini, P., 336 10. Salvador y Conde, P. J., 652.
Rothe, 110. Samuel de Algaida, 442 22.
Rouët de Joumel, M.-J., 311 *, 656. Sancha, A. de, 415, 427.
Rousseau, J.-}., 83 l, 8 6 , 95, 108, 461, Sánchez, G., 519, 528, 529.
496. Sánchez, L. A., 657.
Rousset, J., 108. Sánchez Agesta, L., 83 l.
Rovere, 380. Sánchez Alonso, B., 128 7, 414 *, 653.
Roverella, A., 239, 258, 259. Sánchez Granjel, L., 201 l .
Roversi, G. C., 319 7. Sánchez Labrador, J., 5 8 7 26; 46, 268,
Rovira y Bonet, F., 18. 587, 590.
Rovoredo, T., 244, 268, 590, Sánchez Murciano, J., 268.
Royo, J. E., 268, 590. Sancho García, conde de Castilla, 53,
Rubbi, A., 111, 167, 179, 189, 525 31. 502.
Rubens, P. P., 566. Sandirocco, M., 423 19.
Rubio y Balaguer, J., 7, 655, 656. Sandoval, T., 268, 590.
Rubio y Borràs, M., 268, 347 8, 590. San Felipe, marqués de, 18:
Rudbeck, O., 260. Sans, J, 353 21,

L . H I S P A N O IT A L IA N A .— 44
690 Indices
Sans, V ., 353 . Settembrini, 292.
Sanseverino, G., 462, 464. Sgadari di Lo Monaco, 343 28.
Santander, J. de, 5 18 . Shakespeare, W ., 17 3 .
Sant Jordi, J. de, 37. Signorelli, P. N ., 13 3 1 , 342.
Sanzio, R., 22 , 178 , 566. Sigüenza y Góngora, C. de, 2 53,
Sarmiento, M., 268, 590. 589 30.
Sarrailh, J., 83 1. Silorata, P. B., 467 86.
Savonelli, N ., 242. Silva, J. de, 268.
Sayol, J., 364. Silveira, F., 585.
Scaduto, M ., 11 8 56. Silvestri, G. M ., 268, 638.
Schack, A . F., 37. Simari, A ., 580 2.
Schaible, C. H., 73 54. Simeoni, L., 401 26.
Scheidius, E., 38 1. Simón, M., 360.
Schilderberger, J., 2 0 5 n . Simón Díaz, J., 128 7, 654, 659.
Schmidt, W ., 642 26. Simonnet, E., 6 1.
Schnurrer, C. F., 374. Sismondi, J.-C., 37.
Schow, N ., 395, 396. Sixto V , 483.
Schurhammer, G., 10 3 12. Sneyd, R., 119 .
Schweighaiiser, J., 2 1 5 26. Soave, F., 460, 46 1.
Sciacca, M. F., 444, 5 3 1 *. Sócrates, 17 5 , 479, 540.
Sciarelli, N ., 94. Solaro di Govone, A . M ., 109.
Scordialo, B., 324. Solaro di Breil, C , 109.
Scott, E. J. L., 259. Soldevilla, F., 548, 549 7.
Scotti, A . A ., 508, 5 1 5 , 528. 528 46, Sommervogel, C., 13 6 -13 8 , 14 2 , 148,
5 3 1. 2 0 2 2 2 2 3 , 230, 2 5 3 , 26 5, 2 7 6 2,
Sebastian, F. de, 584. 2 7 7 4, 300 26, 300 28, 4 14 , 440 10,
Sebold, R. P., 60 7. 442, 445 31, 446 32, 446 33, 447,
Sefrin, P., 2 8 4 M». 465, 479, 482, 4 9 6 1, 498 6, 498 7,
499 1 1 , 500 13, 502 5 1 3 42, 5 1 3 47,
Segneri, P., 118 .
Segovia, G. de, 59. 5 1 5 *, 5 2 1 12 , 52 2 15, 5 3 1 *, 54 7 3,
Sem, 234. 549 «, 550 14, 636 s, 662.
Sempere y Guarinos, J., 524. Sonora, marqués de, vid. Gálvez.
Seneca, L . A ., 35, 505, 505 25. Sorani, A ., 4 23 19.
Sentmenat, A . de, 247. Sordi, D . G. y S., 463, 464, 467,
Serra, R., 548. 468.
Serra Hunter, J., 44 2 22. Sorrento, L ., 84, 4 1 4 1 .
Serra y Ferragut, B., 480. Soto Hall, M., 59 1 2
Serra y Postius, P., 659. Spada, marqueses, 486, 503.
Serrano, J., 465. Spagni, A ., 2 52 .
Serrano, T ., 498 8; 35, 38, 6 1, 65, Spanke, H ., 37.
70, 80, 84, 89, 3 18 , 444, 498-499, Spedalieri, N ., 276 3.
505-506, 5 14 , 522, 552, 583. Spell, J. R., 83 1 , 95 1 9.
Serristori, A . M., 94. Spinelli, condes de la Acerra, 338 14.
Serry, G., 109. Spinoza, B., 4 6 1.
Servet, M., 373, 37 5 , 377-380 , 383. Squillace, marqués de, vid. Esquilache.
Indice de nom bres propios 691

Stechi, 280. Thomsen, V., 206.


Stein, K. F., 215 * Tibulo, A. A., 22.
Stengel, F. X., 268. Tillot, G.-L. du, 428 ».
Stephens Büsten, T., 231. Timoneda, J. de, 514.
Steward, J. H., 206 14. Tiraboschi, G., 418 9; 28, 35, 37, 38,
Stols, A. A. M., 585 15, 656. 41, 72, 78, 79, 111, 113, 148, 151,
Storchenau, S., 460. 153 52 155j i5 6, 163? 189j 197,
Suarez, F. A., 218, 444, 459, 460, 591, 268, 276, 277 3, 301, 320-321, 346,
617. 391, 392, 394, 396, 400, 403, 405,
Subhi, 407. 406, 415-418, 419-420, 425, 430-432,
Suchet, L.-G., 527. 454, 499, 503-505, 508, 510, 511-
Sueldos, G., 3462. 512, 516, 534, 661.
Sulzer, J. G., 30. Tiziano, 566.
Swinburne, H., 566. Tobia, G., 268.
Syndenham, T., 177. Toda y Güell, E., 134 4, 394 13, 414 1 ,
448 3 9, 482, 492«, 496 1, 498 8,
499 11 , 500 1 3, 502 16, 503 19, 506 27,
Tacchi Venturi, P., 5802. 513 42, 513 43, 513 47, 662.
Tajón, S , 511, 512. Toderini, G.-B., 268.
Talbot Dillon, 566. Toledo, F. de, 465, 622.
Tambroni, C., 34, 76, 77. Tomás de Aquino, Santo, 444, 459,
Tamburini, P., 49, 92, 93. 460, 462, 464-466, 468, 473 i^,
512.
Tanzini, R., 92.
Taparelli d'Azeglio, L., 461 73, 462, Tomasini Campana, 425.
464, 647. Tommasi, D., 526.
Tapié, V.-L., 106. Tondi Merolle, I., 118 6, 119.
Tarquino el Soberbio, 54, 502. Toreno, conde de, 123.
Tàrrega, F., 514. Tornos J. A., 268, 638, 639, 641-645.
Tasso, T., 168, 172, 176, 178, 180. Torre, conde della, vid. Rezzonico.
Teano, príncipe de, 500. Torre, marqués de la, 476, 477.
Téllez, M. F., 523 18. Torre, J. de la, 103 l2, 512.
Tello Laso de Vega, D., 18. Torres, J., 440.
Tencajoli, O. F., 62 15. Torres Amat, F., 125 2, 414 1, 481.
Tentori, C., 44, 268, 654. Torres Lanzas, P., 599, 607 6, 618 22.
Teócrito, 145, 392, 404, 405. Torres Quintero, R., 205 n .
Teotochi, A., 182. Torres Rubio, D. de, 245, 246.
Teotochi Albrizzi, I., 181, 197, 198. Tortajada, A., 654.
Termeyer, R. de, 268, 590. Tosca, T. V., 514, 532.
Terreros y Pando, E., 39, 73 54, 254. Toscana, gran-duque de, vid. Leo­
Testa, A., 339, 339 16a, 466, 469. poldo I.
Thieme, U., 335 7 337*2, 3 3 9 T osí, G., 329.
340 17, 340 18, 341 23, 342 2*, 343 28. Tosques (Tosquez), F., 568.
Thjulen, L. I., 268. Tot Baraona, B., 266.
Thomas, Santa Catalina, 43, 71, 490. Tournely, L.-F. de, 325.
Thomeo, L., 439. Tournemine, R.-J. de, 236.
L. HISPANO-ITALUNA.— 44*
69 2 Indices

Travaglini, G. B., 236, 238-242. Valdés, M., 268.


Traversi, 268. Valdivieso, J., 50.
Trebejo, D., 598 26, 599. Valencey, Ch., 268.
Trend, J. B., 586 1 *. Valenti Gonzaga, G., 497, 503, 524,
Trenta, 190. 524 25, 527, 535.
Treves, P., 99 3. Valenzuela, G. M. de, 18.
Trevisani, P., 423 19. Valenzuela Rodarte, A., 588 28.
Triboniano (Treboniano), 177. Valera, D. de, 375, 376, 378, 379.
Trilles, C., 517 3. Valparaíso, conde de, 561.
Triulzi (Trivulzio), marqués G. G., Valturio, 372.
1 0 2 , 535. Valle, R. H., 586 1«.
Trovanelli, N., 277 4a. Vails, B., 517.
Tudela, P., 521. Van Erpe (Erpenius), T., 501.
Tudela de la Orden, J., 655. Vannetti, C., 35, 6 6 , 80, 156, 167,
Tumiati, 565. 178, 179, 197, 346, 349, 454, 499,
Túpac Amarii, 5 9 4 u ; 95, 594, 622. 505.
Tusquets, J., 443 23. , Vanni-Rovighi, S., 470 94.
Twiss, R., 566. Varano, A., 501.
Vargas, }., 269.
Vargas Machuca, J. S., 18, 51, 140.
Udny, J., 621 l. Vargas Ugarte, R., 265, 595 18, 621 1 ,
Ugalde, F., 492. 583 7a, 584 10.
Ulloa, A. de, 632. Varrón, M. T., 362.
Urgullu, M., 74. Vasari, G., 567.
Uriarte, J. E. de, 75, 12 5 , 1 2 7 7, 13 3 , Vater, J. S., 205, 206, 214, 215 26,
13 6 -13 8 , 14 2 , 14 5, 146, 148, 150, 216 29, 225.
1 5 2 40, 1 5 3 44, 1 5 3 47, 1 5 3 53, 4 2 2 » Vatielli, F., 154 59.
440 w, 445 31, 446 32, 450 46, 4 73 Vaucher, A.-F., 73 54.
481 6, 482, 486 24, 492 45, 492 46, Vega y de Sentmenat, J., 525.
493 47, 503 19, 506 27, 5 1 3 42, 5 2 1 12 , Veladini, F., 116.
523 is, 52 3 29, 5 2 9 5 1 , 5 3 1 *, 549 7, Velasco, J. de, 585 15; 45, 46, 269,
549 9, 550 14, 575, 586 21, 6 3 6 5 , 577, 581, 585-586, 589, 590.
638 3, 638 4, 639, 640 » , 662. Velazquez, D., 566.
Uriarte, M. J., 585 15; 268. Velez de Guevara, L., 504.
Utrera, }., 255. Venegas, M., 205 1°.
Ventura, conde, 559, 560.
Ventura, L., 587.
Vaccari, A., 356 -1. Ventura di Raulica, G., 470 93.
Vaccolini, 508. Venturi, F., 551 i5a.
Vaisse, E., 73 54 Venturoli, G., 398, 408.
Vaicárcel, A. de, conde de Lumiares, Venuti, F., 109.
569, 659. Verdaguer, J. A., 600 29.
Vaicárcel, D., 594 u. Vergani, O., 110.
Valdepeñas, J. de, 18. Vergara, F. X ., 353, 598 26.
Valdes, J. de, 17, 254. Vergara Arias, G., 621 l.
Indice de nom bres propios 693
Vermigloli, G. B., 277 5. Visconti, I., 346, 559.
Vernacini, 283. Vismara, S., 453 58.
Vemet, J., 50832. Vittorino da Feltre, 541-543.
Verri, P., 112. Vittorio, vid. Víctor.
Vespucio, A., 252. Vives, J. L., 460.
Vezzosi, A. F., 428 29. Viviani, V., 178.
Viccns Vives, J., 15 61. Vivo, 280.
Vicente Ferrer, San, 549. Vizcardo, vid. Viscardo.
Vico, G. B., 30. Volpe, M., 515 *.
Víctor Amadeo II de Saboya, 109. Voltaire, F.-M. Arouet de, 30, 49, 85,
Víctor Manuel I de Cerdeña, 526 36. 108, 144, 461, 580.
Victorica, A., 230, 269, 638. Vossius (Voss), G., 61.
Victorino da Feltre, 541-543.
Vidal, L., 593, 596-598, 600, 601-608, Wagenseil, J. C., 389.
616-617, 655. Wagner, R., 31, 160, 173.
Viescas, R., 50, 52. Wanley, H., 272.
Vigil, A., 269. Watson, J. Steven, 657.
Vila, A., 34, 71. Welcker, F. G., 2 1 5 26.
Vila, F., 348 *. Wellek, 108.
Vilafranca, Ll. de, 479 3, 482, 491 «. Wellesley, A., duque de Wellington,
Vilanova, A. de, 50, 514. 630.
Vilar, J., 445 30. Wethey, H. E., 651, 659.
Villahermosa, duques de, 333, 334, Wetstein, J., 143.
338 339, 340, 3 4 2 27 3 4 3 32 Wicki, J„ 103 12
Villahermosa, duquesa de, vid. Ara­ Widmann, A., 244.
gón y Azlor, T. de; Borja, L. de; Winckelmann, J., 30.
Pignatelli de Aragón, M. M. Woepcke, F., 204 10.
Villanueva, C. A., 570, 591 2, 594 14, Wolf, F. A., 26, 76, 203.
594 15. Wolf, J. C., 380.
Villanueva, J., 556, 600 30. Wolff, C. F., 460.
Villar, J., 51. Worm, O., 260.
Villasante, L., 609. Wulf, M. de, 456-458.
Villegas, B., 73 54.
Villegas, E. M. de, 28. Xea, S., 72, 316, 317, 327-328, 486,
Villiani, O., 269. 548, 549.
Villoison, J.-B.-G. d'Anse de, 542. Xérica Balzola, I., 434.
Villoslada, R. García, 648, 653, 654. Xuárez (Juárez), G., 5 8 7 25b- 5 1
Viñaza, conde de la, 217 30, 227, 257.
Virgilio, P., 38, 140, 166, 171, 177,
Yarza, J., 587 25a; 5 3 7 .
180, 460.
Yela Utrilla, J. F., 511, 531 *.
Viscardo y Guzmán (pseud.: P. Ros-
si), J. P., 6 2 1 1; 11, 12, 47, 8 6 , 94,
95, 195, 199, 576, 578, 582, 591 K Zacearía, F. A., 69, 89, 90 7, 108, 110,
5 9 2 3 , 5 9 3 -5 9 5 , 601, 621-625, 627, 111, 113, 116, 419, 420, 432.
630, 631, 652, 653. Zaguri, P., 196, 197.
694 Indices

Zaldumbide, J., 585 1«*. Zeller, 113.


Zamarriego, }., 15 *, 658 , 659 . Zenon, 176.
Zambeccari, G., 393, 396 , 405, 407 . Zigliara, T . M., 465 .
Zani, 101 7. Zoagli, 58 , 59 .
Zanotti, 500. Zuazagoitia, J. T ., 269 .
Zaragoza, M ., 269 . Zubillaga, F., 580 2, 584 13.
Zarco Cuevas, J., 189 \ 252 . Zuniga, M. de, 81, 269 , 452 .
Zavala, S „ 104 M, 580 . Zuretti, J. C., 583 7a 59g 25.
Zelada, F. X ., 21 . Zurita, J., 61 .
ÍNDICE G EN ER A L

Págs.

P ró lo g o .................................................................................................. 9
Nota ed ito rial...................................................................................... 12

I, ESTUDIOS GENERALES

1· La literatura hispano*italiana del Setecientos..................... 15


Primeras manifestaciones, 18. Don José Nicolás de Aza*
ra, 21* La irrupción de los jesuítas, 23* Lo enciclopédico:
Lorenzo H ervís y Juan Andrés, 24. La estética y la música:
Arteaga y Eximeno, 29. El humanismo grecolatino, 3 3 . Ara*
bi$mo y provenzalismo, 36. La apología de la literatura
española: Llampillas, 38. La historia: Juan Francisco Mas-
deu, 4 1. Los americanistas, 44. La erudición artística: Con-
ca, 47. La literatura religiosa: Gusta y Lacunza, 48. Poesía,
novela y teatro: Montengón y Colomes, 5 1 .

2, La irrupción de jesuítas españoles en la Italia dieciochesca, 55


3, Enciclopedia e ilustración en la cultura hispano-italiana
del siglo x v i i i ........................................... 83
4, El conciliábulo de Pistoya y la asamblea de Florencia en
las cartas y memorias de los ex*jesuítas españoles des*
terrados en It a lia ................................................................. 87
5, Tres ex*jesuitas españoles en la formación de Angelo M ai:
Pignatelli, Andrést M enchaca............................................ 97
6, Sobre la cultura del siglo xviii ................................. ......... 105
696 Indices

Págs.

IL ALGUNOS GRANDES NOMBRES*


BURRIEL, PETISCO, ARTEAGA, HERVÁS

7. Burriel, Petisco y los p lagiario s......................................... 12 3


8* Los manuscritos de Esteban de A r te a g a ...................... 13 3
I* Manuscritos: Estético- filosóficos, 134. Musicología
eos, 137* Literarios, 138 . — II. Epistolario: Cartas de Este·'
ban de Arteaga, 149* Cartas a Esteban de Arteaga, 154. Lista
de correspondientes, 156. — III. índice de los archivos y bu
bliotecas, 15 7.

9. Arteaga y B ettin elli................................................................. 159


10. Amistad de Francisco de Miranda con Esteban de Arteaga
en Venecia ... . ........................ ........... . ........................... 195
11. El archivo lingüístico de Hervás en Roma y su reflejo
en Wilhelm von H u m bold t.............................................. 201
introducción, 20 1. — Manuscritos: Archivo romano de la
Compañía de Jesús, 218 . Biblioteca apostólica vaticana, 233.
Archivio di Stato, Biblioteca nazionale, 264. — índices: Co­
laboradores de Lorenzo Hervás, 265. Nombres lingüísticos y
geográficos, 269.

12 . II Centenario del nacimiento del padre H ervás: restos de


su epistolario en la Alta I t a lia ........................................ 275
Introducción, 275. A Andrea Baralli, 279. A l marqués
Giuseppe Loccatelli, 283. A l abate Saverio Bettinelli, 299.

13 . Provenzal y catalán en los escritos lingüísticos de Hervás. 301

III. EL GRUPO CATALANO-ARAGONÉS

1 4. José Pignatelli : el hombre y el santo . . . . . . . : ................... 31 1


15 . Los más antiguos retratos de San José Pignatelli .......... 331 A
16. En tomo a José Manuel Peramas ......... ... ................ 345
17 . Dos hebraístas catalanes amigos de Gian Bernardo De Ros-
s i: Gallissà y P í a ......... ................... ... ............... 355
Indice general 697

Págs.
18. Joaquín Plat profesor de caldeo en B o lo n ia ...................... 39 1
19* La edición italiana de la “ Historia” del padre Masdeu. 4 13
20* Baltasar Masdeu y el neoescolasticismo italiano· Paler-
mo 17 4 1 - Mallorca 1820 . ................. ............................ 437
En Sicilia, 437. En Cataluña, 439. Formación filosófico
teológica, 442. En Italia, 449. Ambiente filosófico, 452. E l
escolasticismo de Baltasar Masdeu, 456. Baltasar Masdeu y
Vincenzo Benedetto Buzzetti, 462. En Mallorca, 472.

2 1. Jesuítas mallorquines en It a lia ............................................... 475


22. Jesuítas valencianos en la Italia setecentista....... ........... 495
23. Una memoria biográfica sobre Juan Andrés por Francisco
Javier Borrull y V ila n o v a ................................................. 5 15
24. Juan A n d ré s ................................................................................ 531
25. Juan Andrés y el humanismo....................... 537
26. Antonio Conca, jesuíta valenciano en e x ilio ...................... 547
27. Conca y su refundición del “ Viage” de AntonioPonz ... 553

IV. LOS HISPANOAMERICANOS Y FILIPINOS

28. América en el pensamiento de los jesuítas expulsos......... 575


29. El interés americanista en la Italia del Setecientos ......... 579
30. Maquinaciones del abate Godoy en Londres en favor de
la independencia hispanoamericana ............................... 591
3 1. William Pitt y los proyectos constitucionales de Miranda
y Viscardo ............................................................................. 621
32. Miranda y la propaganda americana de la Revista de
E d im burgo................................. ... ... ........................... 627
%
33. Fábrega y el indigenismo m exicano....................................... 635
34. La etnología filipina entre los jesuítas expulsos ... ... 637
_____________ ______________ ________________ ____ ______ Indices

Pá gs.

BIBLIOGRAFÍA E ÍNDICES

Bibliografía del autor sobre el siglo XVih* 19 3 5 - 19 6 6 ............... 647


Obras generales citadas en forma abreviada........................... ... 661
Siglas . ...................................... ... ............... .................................. 662
índice de nombres p rop ios.................. ............. ........................... 663
índice g e n e ra l............................ ...................................................... 695

B A N C O DE LA REPUBLICA
BIBLIO T ECA LUIS-ANGEL A R A N G O

CATALOGACION

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