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Las membranas celulares no son simples fronteras inertes que compartimentan a la célula, sino estructuras que ejercen actividades complejas,
como las siguientes:
1) Constituyen verdaderas barreras permeables selectivas que controlan el pasaje de iones y de moléculas pequeñas, es decir, de solutos.
Así, la permeabilidad selectiva de las membranas impide el intercambio indiscriminado de los componentes de los organoides entre sí y
de los componentes extracelulares con los de la célula.
2) Proveen el soporte físico para la actividad ordenada de las enzimas que se asientan en ellas.
3) Mediante la formación de pequeñas vesículas transportadoras hacen posible el desplazamiento de sustancias por el citoplasma.
4) La membrana plasmática participa en los procesos de endocitosis y de exocitosis. Por el primero, la célula incorpora sustancias desde el
exterior por el segundo, las secreta.
5) En la membrana plasmática existen moléculas mediante las cuales las células se reconocen y se adhieren entre sí y con componentes de
la matriz extracelular.
6) La membrana plasmática posee receptores que interactúan específicamente con moléculas provenientes del exterior, como hormonas,
neurotransmisores, factores de crecimiento y otros inductores químicos. A partir de es tos receptores se desencadenan señales que se
transmiten por el interior de la célula, sus primeros eslabones se sitúan cerca del receptor, en general en la propia membrana plasmática.
Los lípidos fundamentales de las membranas biológicas son fosfolípidos de distinta clase y
colesterol. se señaló la naturaleza anfipática de los primeros; son moléculas que poseen una
cabeza polar o hidrofílica y largas cadenas hidrocarbonadas apolares o hidrofóbicas. Esta
dualidad tiene suma importancia en la estructuración de las membranas.
Cuando los fosfolípidos se colocan entre un aceite y una solución acuosa forman una capa de una
molécula de espesor (monocapa), en la que todas las cabezas polares se orientan hacia la
solución acuosa y los ácidos grasos se alejan de ella, de modo que los fosfolípidos quedan
perpendiculares al plano de la interfase agua/aceite . Más aún, si los fosfolípidos y el aceite son
"empujados" hacia el interior de la solución acuosa se forman pequeñas vesículas, con las
cabezas de los fosfolípidos en la periferia-en contacto con el medio acuoso-y los ácidos grasos
orientados hacia el aceite en el interior vesicular.
En cambio, en las soluciones acuosas puras los fosfolípidos no forman monocapas sino bicapas
que se cierran sobre si mismas, lo cual da lugar a vesículas de hasta 1 um de diámetro llamadas
liposomas. Como es de esperar, los ácidos grasos hidrofóbicos se unen en el interior de la bicapa
y las cabezas polares hidrofílicas de cada monocapa se orientan hacia las soluciones acuosas.
Dado que los liposomas pueden fusionarse con las membranas plasmáticas, se los utiliza como
vehículos para incorporar diversos compuestos a las células: para ello se los construye en un
medio acuoso al que se le agrega uno o más compuestos (medicamentos, cosméticos), lo cual
asegura su incorporación al interior vesicular.
Los fosfolípidos son los lípidos más abundantes de las membranas celulares
Cuando se colocan fosfolípidos entre dos soluciones acuosas separadas por un tabique
incompleto, forman una bicapa lipídica que completa la sepa ración. Aquí también las cabezas
polares de los fosfolípidos se dirigen hacia las soluciones acuosas y los ácidos grasos se orientan
hacia el interior de la bicapa. que por tal motivo resulta altamente hidrofóbico. Estas bicapas
lipídicas artificiales se construyen para estudiar la permeabilidad y las propiedades
fisicoquímicas de las membranas biológicas, dado que exhiben una estructura básica y un
comportamiento semejantes.
Las membranas celulares están formadas por bicapas lipídicas similares a las descritas en la sección anterior. Estas bicapas contienen fosfolípidos y
colesterol, pero los primeros suelen ser las moléculas lipídicas más abundantes. Las estructuras de las distintas clases de fosfolípidos presentes en
las membranas. Debe recordarse que las cadenas hidrocarbonadas de los ácidos grasos pueden estar saturadas o no.
En las cadenas saturadas los enlaces simples entre los carbonos les confieren a los ácidos grasos una configuración extendida, lo que hace
que éstos se hallen perpendiculares respecto del plano de la bicapa lipídica y que en cada monocapa los fosfolípidos queden agrupados
en conjuntos bastante compactos.
En cambio, los enlaces dobles de las cadenas no saturadas producen angulosidades en los ácidos grasos, lo cual separa a los fosfolípidos y
le da a la bicapa una configuración menos compacta.
1. La fosfatidilcolina
2. la fosfatidiletanolamina,
3. la fosfatidilserina,
4. la esfingomielina y
5. el fosfatidilinositol.
Un derivado de este último, el fosfatidilinositol 4,5-difosfato o PIP2, cuando es hidrolizado genera diacilglicerol (DAG) e inositol 1,4,5-trifosfato (IP 3),
dos pequeñas moléculas implicadas en la transmisión de señales intracelulares. En cambio, cuando al PIP2, se le añade un fosfato se convierte en
fosfatidilinositol 3,4,5-trifosfato o PIP3.
La membrana interna de la mitocondria contiene un fosfolípido doble llamado difosfatidilglicerol o cardiolipina. El colesterol es un componente
cuantitativamente importante de las membranas celulares, especialmente en la membrana plasmática. Debido a que es antipático, en cada mono
capa se dispone entre los fosfolípidos, con el grupo OH del C3' de su núcleo cíclico orientado hacia la solución acuosa. En la membrana del retículo
endoplasmático existe un lípido especial llamado dolicol, necesario para la incorporación de los oligosacáridos a las moléculas proteicas durante la
formación de algunas glicoproteína.
Los distintos componentes lipídicos se mantiene en la bicapa gracias a sus interacciones con el medio acuoso y con los ácidos grasos de los
fosfolípidos vecinos, sin que se produzca uniones covalentes entre ellos. Las 2 capas de la bicapa lipídica no son idénticas de su composición, razón
por la cual se dice que las membrana son asimétricas. La fosfatidiletanolamina, la fosfatidilserina y el fosfatidilinositol predominan en la capa que
está en contacto con el citosol, mientras que la fosfadilcolina y la esfingomielina predominan en la capa no citosólica (en la membrana plasmática,
la que da al exterior; en un organoide, la que da a su cavidad).
La composición de las membranas celulares presenta diferencias cuantitativas y cualitativas, según se analice la membrana plasmática o la
membrana de algún organoide en particular. Por ejemplo, la membrana mitocondrial interna posee difosfatidilglicerol y la del retículo
endoplasmático contiene dolicol, lípidos que no existen en otras membranas. En cambio, el colesterol abunda en la membrana plasmática y es muy
escaso en la membrana interna de la mitocondria.
A temperaturas fisiológicas la bicapa lipídica se
comporta como una estructura fluida. La fluidez
aumenta cuando se eleva la proporción de ácidos
grasos cortos y no saturados en los fosfolípidos.
Vimos que la saturación de los ácidos grasos hace
que los fosfolípidos se agrupen en conjuntos más
compactos, lo cual le confiere mayor rigidez a la
bicapa. El colesterol produce consecuencias
similares.
Las proteínas periféricas se hallan sobre ambas caras de la membrana, ligadas a las cabezas de los fosfolípidos o a proteínas integrales
por uniones no covalentes. Así, pueden ser extraídas con cierta facilidad mediante tratamientos con soluciones salinas. De la superficie de
las proteínas emergen los residuos de los aminoácidos polares, los cuales interactúan con grupos químicos de la propia las membrana y
de los medios que la bañan.
Las proteínas integrales se hallan empotradas en las membranas, entre los lípidos de la bicapa, por lo que para su extracción se necesitan
procedimientos relativamente drásticos, mediante detergentes o solventes especiales. Algunas se extienden desde la zona hidrofóbica de
la bicapa hasta una de las caras de la membrana, por donde emergen.
Otras, en cambio, atraviesan la bicapa totalmente, de ahí que se las llame transmembranosas. El extremo carboxilo de estas proteínas
suele hallarse en el lado citosólico de la membrana y el extremo amino en el lado no citosólico. Dichos extremos se vinculan con los
medios acuosos que bañan a ambas superficies de la membrana, por lo que poseen un predominio de aminoácidos hidrofilicos. En
cambio, las partes de las proteínas integrales que se hallan entre los ácidos grasos de los fosfolípidos presentan una mayor proporción de
aminoácidos hidrofóbicos. Comúnmente, la zona intramembranosa exhibe una estructura secundaria en hélice a, con su superficie
exterior hidrofóbica en contacto con los ácidos grasos, también hidrofóbicos
Muchas proteínas transmembranosas atraviesan la bicapa lipídica más de una vez -de ahí que se llamen multipaso-, por lo que forman una
sucesión de asas cuyas curvas emergen por ambas caras de la membrana.
Algunas proteínas transmembranosas se asocian con otras para formar estructuras cilíndricas huecas. Sus aminoácidos se distribuyen de tal
manera que la pared exterior del cilindro hueco-en contacto con los ácidos grasos-resulta apolar, mientras que la superficie interna se halla
cubierta por grupos polares, los cuales delimitan un túnel cuyas bocas se abren en ambos lados de la bicapa.
Debe agregarse que existen proteínas que se comportan como integrales -pues requieren métodos drásticos para ser removidas-pero que tienen
posiciones periféricas. Su estabilidad en la membrana se debe a que se hallan ligadas mediante uniones covalentes a un ácido graso o a un
fosfatidilinositol, según estén en el lado citosólico o en el lado no citosólico, respectivamente.
Las membranas
La fluidez celulares
de las proteínas enresponden al modelo
la bicapa lipídica llamado
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mediante
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La fluidez lossido
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de detectar en el planode
con el microscopio defluorescencia.
la bicapa. Se las ha
Examinemos los
comparado
siguientes con "icebergs" que flotan en la bicapa lipídica. A esta propiedad dinámica de las membranas biológicas se le da el nombre de
experimentos:
mosaico fluido.
Si se trata a linfocitos con anticuerpos fluorescentes que se unen a receptores (proteínas) localizados en sus membranas plasmáticas, puede observarse el
La capacidad
desarrollo de una de migrar
especie depor la bicapaEste
capuchón. indicaría queporque
se forma las interrelaciones químicas
los receptores entre proteínas
se desplazan y lípidos yson
por la membrana se efímeras.
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cierta estabilidad.
hacia elAsí,
cito-lossol
lípidos que vesículas
y formar rodean a de
unaendocitosis,
proteína dada se mantienen
lo cual se detecta asociados
también con a ella, lo cual parece
el microscopio de ser
fluorescencia.
importante para asegurar la configuración de la proteína. Comúnmente, las proteínas membranosas muestran propiedades diferentes cuando
Si ense
unencuentran
cultivo celular se membranas
en las fusionan dosycélulas
cuandodehanespecies diferentes,
sido aisladas se obtiene
y purificadas. una
Ello hacélula con
llevado dosvalorizar
a re- núcleos llamada heterocarión,
el entorno lipídico en quequesecomparte
hallan y alos
citoplasmas, los núcleos y las membranas plasmáticas de las células participantes.
reconocer la existencia de movimientos combinados de las proteínas con los lípidos. Más aún, las actividades de las proteínas podrían variar por
modificaciones en los lípidos anexos.
Algunas proteínas de la membrana plasmática tienen restringida su movilidad lateral por hallarse unidas a componentes del citoesqueleto, los
cuales las inmovilizan en determinados puntos de la membrana. Por otra parte, la unión oclusiva impide que las proteínas pasen de un lado al
otro del límite marcado por ella.
La unión de las células se consigue con la ayuda del virus Sendai inactivado o del polietilenglicol, cuyas propiedades fusógenas propician el contacto y la
integración de las membranas plasmáticas. Si previamente se marcan las células con sendos anticuerpos fluorescentes de colores diferentes (como la
fluoresceína, que es verde, y la rodamina, que es roja), luego de la fusión pueden reconocerse en la membrana plasmática del heterocarión las partes
aportadas por cada célula. No obstante, debido a que los receptores marcados se desplazan por la membrana, pronto los dos colores se entremezclan en toda
la superficie de la célula.
En la figura se muestra el posible mecanismo molecular de fusión de membranas. Cuando las células están cerca y bajo la influencia de elementos fusogénicos
(en este caso, virus Sendai o polietilenglicol), ocurren los siguientes fenómenos:
1) se despejan las proteínas membranosas, lo que deja a las bicapas sin otro tipo de moléculas que los lípidos;
2) las bicapas establecen intimo contacto a través de sus respectivas monocapas enfrentadas,
3) dichas capas desaparecen y se desarrolla una interfase de estructuras lipídicas hexagonales entre las dos monocapas restantes (esta interfase parece
ser esencial en todos los procesos de fusión de membranas);
4) la interfase desaparece y se completa la fusión.
El mecanismo descrito se produce en todos los procesos fisiológicos de fusión de membranas y en ellos intervienen agentes fusógenos presentes en el citosol.
Otro método utilizado para estudiar el desplazamiento lateral de las proteínas en el plano de las membranas es la técnica de recuperación de la fluorescencia
después del fotoblanqueo, conocida con la sigla FRAP (por fluorescence recovery after photobleaching). Aquí ciertas proteínas membranosas son marcadas
con fluorocromos y un pequeño sector de la membrana es irradiado con rayos láser. Dicho sector se "blanquea", es decir, queda sin fluorescencia. No
obstante, pronto es invadido por proteínas fluorescentes provenientes de las regiones no irradiadas. La velocidad de recuperación de la fluorescencia puede
calcularse mediante un índice llamado “coeficiente de difusión”
Los hidratos de carbono de las membranas celulares forman parte de glicolípidos y de glicoproteínas
Las membranas celulares contienen entre 2 y 10% de hidratos de carbono. Estos se hallan solamente en la superficie no citosólica de la bicapa
lipídica, unidos covalentemente a lípidos y a proteínas de la membrana, es decir, bajo la forma de glicolípidos y glicoproteínas.
Los glicolípidos se clasifican en cerebrósidos y gangliosidos. Los cerebrósidos se forman por la unión de una galactosa o de una glucosa con la
ceramida. La estructura de los gangliosidos es similar, pero el hidrato de carbono no es un monosacárido sino un oligosacárido que contiene uno a
tres ácidos siálicos.
Por su lado, las glicoproteínas contienen oligosacáridos o polisacáridos. Los oligosacáridos se hallan ligados a las proteínas a través de enlaces N-
glicosídicos u O-glicosídicos.. Habitualmente los monómeros que se localizan en la periferia de los oligosacáridos son ácidos siálicos. Una proteína
puede contener una o varias cadenas oligosacáridas. En la figura.
Los polisacáridos ligados a proteínas son glicosaminoglicanos (uno o varios por proteína) y forman glicoproteínas llamadas proteoglicanos. No
obstante, algunos regresan a la célula y se instalan en la membrana plasmática como glicoproteínas periféricas. Así, puede decirse que estos
proteoglicanos son moléculas recuperadas por la célula.
Los hidratos de carbono de los glicolípidos y de las glicoproteínas que se localizan en la cara externa de la membrana plasmática forman una
cubierta llamada glicocáliz. Sus funciones son las siguientes:
1) Protegen a la superficie de la célula de agresiones mecánicas y químicas. Por ejemplo, el glicocáliz de las células situadas en la superficie
de la mucosa intestinal las protege del contacto con los alimentos y de los efectos destructivos de las enzimas digestivas.
2) Debido a la presencia de ácidos siálicos en muchos de los oligosacáridos del glicocáliz, la carga eléctrica en su superficie es negativa. Ello
atrae a los cationes del medio extracelular, que quedan retenidos en la cara exterior de la célula. Esta condición es importante
particularmente en las células nerviosas y en las musculares, puesto que necesitan incorporar gran cantidad de Na+ de fácil disponibilidad
durante la despolarización de sus membranas.
3) Algunos oligosacáridos del glicocáliz son necesarios para los procesos de reconocimiento y de adhesión celular.
4) La membrana plasmática que circunda varias veces el axón de algunas neuronas para formar la vaina de mielina contiene abundantes
glicolípidos, los cuales contribuyen al aislamiento eléctrico del axón.
5) La especificidad del sistema ABO de grupos sanguíneos se halla determinada por ciertos oligosacáridos muy cortos y parecidos entre sí,
presentes en la membrana plasmática de los glóbulos rojos. Estos oligosacáridos sólo difieren por sus monómeros terminales y están
ligados a una proteína transmembranosa o a una ceramida. Así, en los eritrocitos pertenecientes al grupo A el monosacárido terminal de
la cadena oligosacárida es la N-acetilgalactosamina y en los del grupo B es la galactosa; cuando estos monosacáridos terminales están
ausentes los eritrocitos pertenecen al grupo sanguíneo O .
6) En las células tumorales malignas se han observado cambios en algunos oligosacáridos membranosos, lo cual ha llevado a postular que
influyen en la conducta anómala que ellas asumen. Se cree que alteran la recepción de las señales que controlan las divisiones celulares.
7) Algunas toxinas, bacterias y virus se unen a oligosacáridos específicos presentes en la membrana plasmática de las células que atacan.
Por ejemplo, se sabe que algunas bacterias se unen a las manosas de oligosacáridos de la membrana plasmática de las células que
infectan como paso previo a su invasión. Por otro lado, para iniciar sus acciones patógenas, algunas toxinas -como las que elaboran las
bacterias del cólera, del tétanos, del botulismo y de la difteria-se unen selectivamente a oligosacáridos de gangliosidos presentes en la
superficie celular.
8) En algunas células, determinadas glicoproteínas del glicocáliz tienen propiedades enzimáticas. Por ejemplo, diversas glicoproteínas
pertenecientes al glicocáliz de las células que revisten el intestino son peptidasas y glicosidasas que tienen por función completar la
degradación de las proteínas y de los hidratos de carbono ingeridos, iniciada por otras enzimas digestivas.
Los solutos y las macromoléculas atraviesan las membranas celulares mediante mecanismos diferentes
Existe un flujo continuo de sustancias que entran y salen de la célula y circulan por su interior. Para ello, los solutos (es decir, los iones y las
moléculas pequeñas) deben pasar a través de las membranas celulares; tal fenómeno se denomina permeabilidad.
En lo que respecta a las macromoléculas, para atravesar las membranas algunas utilizan canales proteicos especiales llamados translocones,
otras pasan por poros de sofisticada composición y otras se valen de vesículas pequeñas. Estas transferencias serán analizadas en los capítulos
dedicados al sistema de endomembranas, la mitocondria, el peroxisoma y la envoltura nuclear.
El pasaje de solutos a través de las membranas celulares puede ser pasivo o activo
El incesante intercambio de solutos entre el medio que rodea a la célula y el citosol, y entre éste y el interior de los organoides, se realiza a través
de la membrana plasmática y de las membranas de dichos organoides, respectivamente. Según los casos, el pasaje se produce sin gasto de
energía o por mecanismos que requieren de ella. Cuando no consume energía, el proceso se denomina transporte pasivo; el dependiente de
energía, transporte activo.
El transporte pasivo se cumple a través de los componentes de la bicapa lipídica o a través de estructuras especiales, constituidas por proteínas
transmembranosas organizadas para el paso de los solutos; estas estructuras son de dos tipos: los canales iónicos y las permeasas, llamadas
también transportadores. El transporte pasivo a través de la bicapa lipídica se denomina difusión simple, y el que se realiza a través de los
canales iónicos y las permeasas lleva el nombre de difusión facilitada.
El flujo de un ion es impulsado por el gradiente electroquímico resultante, como vimos, de la suma de los gradientes de concentración y de voltaje
entre ambos lados de la membrana. En la tabla se informan las concentraciones de los principales iones dentro y fuera de la célula. Normalmente,
el lado citosólico de la membrana plasmática es electronegativo con respecto al lado exterior, lo cual favorece el ingreso -o dificulta el escape- de
los iones con carga positiva. Con los iones negativos se da la situación inversa Por ejemplo, el gradiente de voltaje se opone a la salida del K + de la
célula. mientras que el gradiente de concentración la favorece. Cuando estas fuerzas opuestas se equilibran, el gradiente electroquímico es igual a
cero y el flujo del ion se detiene.
El potencial de equilibrio de un ion puede calcularse conociendo su concentración en el interior de la célula y en el medio extracelular, mediante la
ecuación de Nernst:
donde V es el potencial de equilibrio (en voltios); R es la constante de los gases (1,987 cal • mol-1 • ⁰K-1); T es la temperatura absoluta; F, la
constante de Faraday (2,3 x 10-⁴• cal V-1); z. la carga del ion, y Ce y Ci son las concentraciones extracelular e intracelular del ion.
La mayoría de los canales iónicos no están abiertos en forma permanente, pues poseen un dispositivo de apertura y cierre semejante al de una
"compuerta, accionado por dos clases de factores:
algunos canales abren su "compuerta" en respuesta a un cambio en el potencial eléctrico de la membrana y otros cuando les llega una sustancia
inductora (ligando) por el lado citosólico o por el lado no citosólico. A los primeros se los llama canales dependientes de voltaje, a los segundos,
canales dependientes de ligando. Surge de lo expuesto que para que se produzca el pasaje de un soluto a través de un canal iónico no sólo es
necesaria la existencia de un gradiente electroquímico, sino también un estímulo apropiado, el cual, según los casos, corresponde a un cambio en
el potencial de membrana o al arribo de una sustancia inductora (ligando).
La estructura de un canal iónico semeja un cilindro hueco que atraviesa a la membrana. Su conducto central se estrecha y se ensancha de forma
semejante a un reloj de arena, de modo que posee amplias bocas de acceso y de salida. En un punto el conducto alcanza un diámetro muy
pequeño; esta zona le da la especificidad al canal, puesto que en ella se produce el reconocimiento del ion según su tamaño y su carga.
La pared del cilindro se forma con varias proteínas transmembranosas. cuatro en los canales regulados por cambios de voltaje y cinco en los
canales dependientes de ligando.
Los canales iónicos mejor estudiados son los de las células nerviosas; incluso se han clonado los genes que codifican sus proteínas y analizado la
secuencia de sus nucleótidos. Ello permitió establecer que son estructuras que se han conservado con pocas modificaciones a través de la
evolución, ya que existe una notable homología en dichos canales en especies filogenéticamente muy distantes.
En esta sección sólo analizaremos a las permeasas que permiten el traspaso pasivo de solutos, correspondiente al mecanismo de difusión facilitada.
La aclaración se debe a que la célula posee proteínas transportadoras similares pero conformadas para el traspaso activo de solutos, con gasto de
energía.
Las subunidades a tienen sitios específicos para la fijación del Na+ en sus extremos citosólicos y sitios reservados para la unión del K+ en sus
extremos externos. Las transferencias de Na+ hacia el exterior y de K+ hacia el citosol se hallan acopladas: una no puede realizarse sin la otra. Como
consecuencia, el funcionamiento de la bomba provoca el intercambio de Na+ intracelular por K+ extracelular, ambos flujos se realizan en contra de
sus respectivos gradientes.
El sistema necesita energía, que se obtiene de la hidrolisis del ATP. Para ello, la Na K-ATPasa cataliza dicha hidrólisis mediante una reacción que
requiere la presencia no sólo de Na+ y de K+ sino también de Mg2+. El ATP se une a un sitio especifico de la subunidad a en la cara citosólica de la
membrana y su hidrolisis se halla acoplada al transporte de los iones. Cada ATP que se hidroliza posibilita el transporte de tres Na + hacia el espacio
extracelular y de dos K+ hacia el citosol. El resultado del funcionamiento de la bomba puede resumirse mediante esta ecuación:
Donde los subíndice i y junto a los símbolos Na+ y k+ indican “intracelular” y “extracelular”, respectivamente.
El sentido del flujo puedes de revertirse si las concentraciones de Na+ y k+i aumentan por encima de ciertos límites y se agregan ADP y P; en este
caso la Na+ K+-ATPasa actúa como una ATP sintasa. No obstante, normalmente la bomba actúan de acuerdo con la ecuación antedicha: excelente
tres Na+ por cada dos K+ que ingresan. Ello crea la diferencia de voltaje (o el potencial eléctrico) que existe entre ambos lados de la membrana
plasmática, donde el lado citosólico es normalmente electronegativo con respecto al lado extracelular. A las bombas que generan potenciales
eléctricos de membrana se las define como electrogénicas.
Durante su funcionamiento, la Na+K+-ATPasa atraviesa ciclos de fosforilación y desfosforilación que de- terminan cambios alternados en su forma.
De los mecanismos propuestos para explicar cómo actúa la bomba, el que más se ajusta a los resultados experimentales es el siguiente:
1) 1)En las subunidades a existen sitios de alta afinidad para tres Na+, un ATP y un Mg2+, fácilmente accesibles desde la superficie citosólica
de la membrana plasmática. Cuando se produce la hidrolisis del ATP, se libera el ADP y el tercer fosfato es transferido a un ácido aspártico
de una de las subunidades a, lo cual propicia la fijación de tres Na+ en el interior del transportador.
2) Pronto se produce un cambio conformacional en la estructura de la permeasa. Como resultado, los Na + quedan expuestos hacia el lado
exterior de la célula. Además disminuye su afinidad por las subunidades a, por lo que los Na+ son liberados en el medio extracelular.
3) Entre tanto, dos K del líquido extracelular se unen a la permeasa y se fijan en sus sitios en las subunidades o. Esta unión provoca la
liberación del fosfato ligado al transportador.
4) Tal desfosforilación hace que el transportador recupere su configuración original, por lo cual los K + quedan expuestos hacia el interior de
la célula. Dado que además disminuye su afinidad por las subunidades a, estos iones ingresan en el citosol, lo cual completa el ciclo.
Una alta concentración de H+ en el interior de los endosomas y los Si la bomba de Na+K+ se detiene, los transportadores pasivos que dependen de
lisosomas es crucial para la activación de sus enzimas hidrolíticas, ella dejan de funcionar. El transportador de glucosa y el cotransportador de Na+ y
las cuales se hallan en condiciones de actuar sólo cuando el pH en glucosa, responsables del transporte transcelular del monosacárido a través del
esos organoides se reduce, respectivamente, a 6,0 y a 5,0. El epitelio de la mucosa intestinal, son otros ejemplos representativos de transporte
transporte de H+ desde el citosol al interior del endosoma y del acoplado al funcionamiento de la bomba de Na+K+. También lo es el
lisosoma es un proceso activo que depende de una bomba de H+ (o contratransporte de Na+ y H+. El Na+ ingresa en el citosol a favor de su gradiente y
bomba protónica) presente en la membrana de ambos organoides. se intercambia por H+, que es expulsado de la célula. Este mecanismo tiene gran
importancia en la regulación del pH intracelular y se halla presente en casi todos
los tipos celulares.
Debido a que la CFTR pertenece a la familia de transportadores ABC, También se produce un incremento de proteínas MDR en la membrana
resulta llamativo que en algunas células no actúe como una permeasa plasmática de las células de algunos parásitos, que por tal motivo se
LA MEMBRANA PLASMÁTICA Y LA PARED DE LA CÉLULA VEGETAL
La membrana plasmática de la célula vegetal se halla rodeada por una especie de exoesqueleto.
Las células de las plantas son similares a las de los animales, aunque presentan algunas diferencias. Por ejemplo, la célula vegetal posee una gruesa
pared celular que envuelve a la membrana plasmática, como si se tratara de un exoesqueleto. Además de darle protección y sostén mecánico a la
célula y determinar su forma, dicha pared participa en el mantenimiento del balance entre la presión osmótica intracelular y la tendencia del agua
a penetrar en el citosol.
También el crecimiento y la diferenciación de las células vegetales dependen en gran medida de la organización de la pared celular. Así, a partir de
ésta se produce la diferenciación de las células del cámbium, de los vasos cribosos del floema (los cuales sirven para el transporte de material
desde las hojas) y de los vasos del xilema (que se lignifican).
Las microfibrillas de la pared celular están compuestas principalmente por celulosa, el producto más abundante en la Tierra. Se trata de cadenas
rectas de polisacáridos formados por unidades de glucosa, ligadas por enlaces ẞ1-4. Estas son las cadenas de glucano, que mediante uniones de
hidrógeno intramoleculares e intermoleculares producen la unidad estructural o microfibrilla, la cual tiene 25 nm de diámetro y está compuesta
por casi 2.000 cadenas de glucano. Las microfibrillas de celulosa se asocian entre sí y componen un enrejado semicristalino, que se combina con
proteínas y con polisacáridos no celulósicos para formar la pared celular.
La matriz de la pared celular contiene algunos polisacáridos y lignina, el principal componente de la madera. Los polisacáridos más importantes
son: 1)sustancias pécticas solubles en agua, que contienen galactosa, arabinosa y ácido galacturónico, y 2) hemicelulosas, compuestas por glucosa,
xilosa, manosa y ácido glucurónico. La lignina se encuentra sólo en las paredes de las células maduras y está formada por un compuesto aromático
derivado de la polimerización de fenoles.
Algunas paredes celulares pueden tener sustancias cuticulares (ceras) y depósitos minerales, como silicatos y carbonatos de sodio y de magnesio.
En los hongos y las levaduras la matriz de la pared celular contiene quitina, un polímero de la glucosamina.
La pared primaria comienza a formarse con la división celular, a partir de una estructura llamada placa celular, que aparece durante la telofase en
el plano ecuatorial entre las futuras células hijas. La placa está compuesta por vesículas del complejo de Golgi que se alinean en el plano ecuatorial
de la célula y forman el primer rudimento o capa intermedia de la futura pared celular. Esta capa sólo contiene pectina, un compuesto amorfo que
posee ácido galacturónico.
Posteriormente, cada célula hija deposita otras capas, compuestas por pectina, hemicelulosa y un retículo laxo de microfibrillas celulósicas
orientadas transversalmente con respecto al eje mayor de la célula, cuyo conjunto constituye la citada pared primaria.
Sólo cuando la célula alcanza su madurez aparece la pared secundaria, que comprende materiales agregados sobre la superficie interna de la pared
primaria, sea como espesamientos localizados (vasos del xilema) o como un espesamiento homogéneo (tubos cribosos del floema). En ambos casos
la pared secundaria queda formada por celulosa, hemicelulosa y escasas sustancias pécticas. La diferenciación ulterior del xilema se produce por la
infiltración de lignina en los espesamientos localizados. En este caso, el polímero reemplaza al agua e infiltra a la matriz y a las microfibrillas
celulósicas. Cuando la pared se lignifica, la célula vegetal muere.
Los componentes de la pared celular se originan en el complejo de Golgi o en relación con la membrana
plasmática
Se han descrito dos vías principales para la biogénesis de la celulosa y de otros componentes de la pared celular. Una comprende al complejo de
Golgi y la otra está asociada con la membrana plasmática.
La intervención del complejo de Golgi es evidente en ciertas algas cuyas paredes están formadas por escamas. Estas tienen un material amorfo y
un retículo microfibrilar radial asociado con otro espiral. Las membranas del complejo de Golgi polimerizan cadenas de glucosa para formar
microfibrillas de celulosa por medio de glucosiltransferasas. Luego las microfibrillas se organizan en escamas y se liberan en la superficie.
La membrana plasmática es el sitio más frecuente para la síntesis de la celulosa. Ello no descarta las funciones esenciales que desempeñan el
retículo endoplasmático y el complejo de Golgi, ya que las glucosiltransferasas son sintetizadas en ribosomas asociados a dicho retículo, pasan al
complejo de Golgi y de ahí a la membrana plasmática, donde se produce la síntesis de las microfibrillas celulósicas.
Antes se señaló que en los hongos y en las levaduras la pared celular se compone principalmente de quitina. Este polisacárido es sintetizado por la
enzima quitina sintetasa en presencia de UDP-acetilglucosamina. La enzima es activada por proteólisis y por la luz, que acelera la síntesis de quitina.
Se ha encontrado quitina transferasa en los quitisomas, unos organoides vesiculares de 40 a 70 nm de diámetro que parecen ser los vehículos que
entregan la enzima a los sitios de síntesis en la superficie celular.