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La presencia de parafilias dentro del trastorno de personalidad antisocial

Autores

Reyes Nares Dante Ziranda


Ortiz Melgarejo Aline
Elias Rubio José Ricardo
Gallegos Ramírez Litzy Fernanda
Vázquez Torres Gustavo
Moreno Chávez Mariana

Docente

Martha Elena Martínez Ramos

Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

Facultad de Psicología

4to semestre

Morelia, Michoacán

Marzo 2023
Índice
¿Existe una relación dentro de las parafilias que conlleve a un trastorno de personalidad
antisocial?
Las parafilias consisten en la presencia de frecuentes e intensas conductas o fantasías
sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados, niños o adultos que no
consienten, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de la pareja. La excitación
sexual de la persona depende de la utilización o presencia del foco en el que se centra. Una
vez establecidos estos patrones de excitación sexual, por lo general en los últimos años de la
infancia o al inicio de la pubertad, suelen perdurar durante toda la vida.

En las relaciones y fantasías sexuales de adultos sanos es frecuente que exista cierto grado de
variedad. Algunas conductas sexuales de naturaleza poco frecuente, pero que no implican
riesgo lesivo, pueden formar parte de una relación de afecto y amor, si ambas personas
consienten en su práctica. Sin embargo, cuando las conductas sexuales causan angustia o
daño o alteran la capacidad de una persona para funcionar en sus actividades diarias, se
consideran un trastorno parafílico. El malestar puede ser el resultado de las reacciones de la
gente ante su comportamiento o del sentimiento de culpa por el hecho de hacer algo que
resulta socialmente inaceptable.

Los trastornos parafílicos pueden perjudicar gravemente la capacidad de mantener una


relación sexual recíprocamente afectuosa. Las parejas de las personas con un trastorno
parafílico pueden sentirse como un objeto o como si no tuvieran importancia o no fueran
necesarias en la relación sexual.

Es por ello que en la presente investigación se pretende identificar y diferenciar las distintas parafilias que se encuentran dentro
del DSM-V y como estas pueden tener una posible correlación dentro del trastorno de personalidad de personalidad antisocial.
Las estadísticas sobre la incidencia de las diversas parafilias son escasas y variables. Hasta que no se tenga un estudio más
detallados y fiable, por esa razón la siguiente investígacion donde se implementa realizar una serie de escalas las cuales complementarán
esta investigación y obtener un resultado, ya que actualmente, sólo se puede decir que las parafílias son predominantemente un desorden
masculino, aunque recientemente se ha visto un incrementosubstancial de delitos pedofílicos y de violación perpetrados por mujeres jóvenes
(Hunter & Mathews, 1997). En cuanto a la eficacia de intervenciones terapéuticas en el tratamiento de las diferentes parafilias, los resultados
son también variables, aunque no del todo ambiguos. Sin embargo, “hay cada vez más motivos para ser optimistas. Mientras que la gran
mayoría de los estudios hechos en el campo de las parafilias son estudios sobre casos únicos y, por tanto, tienden a mostrar una terapia
efectiva en el caso presentado, algunos experimentos controlados comienzan a documentar resultados si no espectaculares, sí bastante
aceptables. Notables aquí son los estudios de Maletzky sobre el exhibicionismo, en los cuales se demostró que entre el 70 y el 80% de los
pacientes tratados con terapia cognitiva/conductual no volvían a incidir.” (Medicina psicosomática y psiquiatría, 2003).
1.1. Definición de trastorno

Puede considerarse como una descripción de una serie de síntomas, acciones o comportamientos.

Suele estar asociado a desordenes relacionados con patologías mentales aunque también se asocia a
alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, considerando que existe una diferencia
significativa respecto al grupo social mayoritario donde se incluye la persona, no existiendo una etiología
conocida.

En la mayoría de los casos el desarrollo es anormal desde la primera infancia y sólo en contadas
excepciones las anomalías se manifiestan por primera vez después de los cinco años de edad.

En términos genéricos por trastorno puede entenderse simplemente una alteración del estado de salud
normal debido o no a una enfermedad.

El ámbito en el que es más frecuente hablar de trastornos es del de la salud mental. Un trastorno mental
suele ser entendido como un cambio desadaptativo (y, por tanto, problemático) que afecta a los procesos
mentales, aunque, muchas veces el término trastorno se utiliza como un modo más laxo de referirse a la
enfermedad en aquellos casos en los que las causas no están muy claras y las posibles alteraciones
anatómicas con las que está asociado pueden ser a la vez causa o consecuencia suya. En el caso de los
trastornos mentales esto se hace mucho, ya que muchas veces no queda muy claro si los desequilibrios
bioquímicos asociados a algunos trastornos son lo que produce los síntomas o son un producto de una
dinámica de interacción entre la persona y su entorno. De este modo, el concepto de trastorno sirve
simplemente para describir las señales del estado de anormalidad y/o de alteración de la salud en el
que se encuentra una persona, mientras que el de enfermedad señala una relación de causalidad, porque
incluye las causas concretas (etiología) de la falta de salud.
Cuando se habla de trastornos mentales tiene que ver con enfatizar la manera en la que el individuo se ha
relacionado y sigue relacionándose con el entorno, en vez de entender por trastorno algo estático,
relacionado con la genética, la enfermedad y las lesiones.

Un trastorno puede ser en realidad la consecuencia del hecho de habernos visto involucrados en un
conjunto de situaciones ligadas al contexto en el que vivimos y que hacen que hayamos entrado en una
dinámica de comportamientos que perjudican nuestra salud. La causa del trastorno no tiene por qué poder
ser reducida a una parte muy concreta del cerebro que funciona de manera anormal, sino que podría estar
repartida en todas aquellas acciones que componen un ciclo: actuamos de un modo porque percibimos las
cosas de un modo porque actuamos de un modo, etc.

1.1.2.Características de los trastornos psicológicos

Los trastornos pueden presentar un conjunto de varias de las siguientes características que determinarán luego de un diagnóstico,
el trastorno específico:

● Presentar una tendencia antisocial.

● Tener alteraciones por evitación.

● Bordear los límites de la personalidad o borderline.

● Tener una personalidad dependiente.

● Ser un histriónico de la personalidad.

● Presentar fases obsesivo-compulsivas.


● Ser paranoico.

● Presentar una personalidad esquizoides

1.2. Trastornos parafilicos

De acuerdo a la definición de la Real Academia Española (RAE), “una parafilia es un desvío de índole sexual” ( RAE - ASALE,
2023). Esta nos habla de una conducta íntima donde el placer se obtiene mediante una actividad diferente a la relación sexual en sí misma,
siendo así consideradas inofensivas, existiendo algunas excepciones. Ciertas parafilias pueden generar daños físicos y/o psíquicos en alguno
de los participantes del acto sexual, como ocurre con la pedofilia.
Indagando en distintas fuentes podemos encontrar que otra forma de describir a una parafilia es como un “patrón de conducta
sexual muy poco común que, de un modo u otro,causa algún tipo de malestar o daño para la calidad de vida de la persona que la
experimenta en primera persona o a individuos de su entorno.” (Parafilia, 2023)

“Etimológicamente el término parafilia viene del griego del prefijo para (“a lo largo de” o “al lado de”, que puede interpretarse
como “anormal” o “defectuoso”, es decir, algo no bien visto, incorrecto, inadmisible, impropio) y de filis (que originalmente significa
“amor”, “inclinación hacia algo” o “afinidad”, que para este caso se traduce como una “inclinación excesiva o exagerada”).
El término parafilia fue acuñado en 1903 por el sexólogo Friedrish Solomo Krauss para denominar un “instinto erótico
invertido.” Sin embargo, es en las últimas décadas, con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría en su tercera versión (DSM-III), que el término parafilia sustituye al concepto previo de “desviación sexual””.
(Lara & Coordinación de Investigación en Salud, Servicios de Salud de Hidalgo., 2020).
Las parafilias son el comportamiento sexual donde el placer o el orgasmo se consiguen más allá de las relaciones sexuales
convencionales. Las personas que practican algún tipo de parafilia suelen haber practicado tanto sexo de manera convencional que esto ya
no los satisface, razón por la cual necesitan buscar excitación o placer por medio de otras fuentes. “Se entiende por placer la sensación
agradable posterior a satisfacer una necesidad o un capricho. Y en todas las situaciones en donde hay un deseo o necesidad de ser saciadas o
satisfechas, la sensación obtenida se le conoce como placer.” (¿Qúe Son Las Parafilias?, n.d.)
Por lo general, el trastorno empieza en la adolescencia aunque el fetiche puede haber tenido ya una especial significación durante
la infancia. Una vez establecido el trastorno, tiende a hacerse crónico.
Las personas parafílicas se caracterizan porque tienen comportamientos compulsivos y carecen de autocontrol para satisfacer sus
deseos sexuales, lo que puede afectar su integridad y la de otras personas. Cuando este tipo de comportamientos ocasionan daño, y cuando la
pareja contra su voluntad se convierte en víctima, la ley entra a cuestionar y castigar. “Las parafilias han sido llamadas con nombres
despectivos como aberraciones, desviaciones o perversiones. Es importante saber que las parafilias no se heredan ni se aprenden; estas
conductas poco habituales nacen de la infancia y la primera adolescencia, edad en la que los deseos y fantasías son inevitables, y que
podrían dejar de serlo si se educa por medio del diálogo y el conocimiento adecuado sobre las conductas sexuales. Es necesario diferenciar
entre parafilias y conductas parafílicas. Una conducta parafílica hace referencia a comportamientos sexuales que se dan en cualquier
momento de la vida del ser humano, sin que se conviertan en constantes y condicionales para el goce de las relaciones sexuales.” ( LA OTRA
CARA DE LA COMIDA, n.d.) A diferencia de las parafilias, estas conductas no se dan de manera única para lograr la satisfacción sexual.3
Filias: las filias son atracciones habitualmente exageradas a determinadas realidades o situaciones. Parafilia: se trata de comportamiento
sexual en el que el estímulo no se encuentra en la cópula sino en alguna otra actividad. En ocasiones se habla de perversión cuando se trata
de conductas depravadas o corruptas parafilia procede del término griego para amor (phylia) y del término (para) situado al lado, desviado,
modificado. Son también conocidas como perversiones o desviaciones sexuales.
Los trastornos parafílicos son fantasías recurrentes e intensas de excitación sexual. Tratándose de pulsiones o comportamientos
sexuales angustiosos o incapacitantes que involucran objetos inanimados, niños o adultos sin su consentimiento, o el sufrimiento y la
humillación de uno mismo o de la pareja, con probabilidad de causar daño. De ahí que las prácticas parafílicas ofrezcan un marco tanto
placentero como riesgoso para las personas. Los patrones de excitación sexual no convencionales (atípicos) en las parafilias se consideran
trastornos patológicos sólo cuando son intensos y persistentes, cuando provocan una angustia o un deterioro significativo en las áreas social,
laboral u otras, o cuando dañan o potencialmente puedan dañar a otros. Siendo asi que actualmente podemos decir que las parafilias son el
comportamiento sexual donde el placer o el orgasmo se consiguen más allá de las relaciones sexuales convencionales. Las personas que
practican algún tipo de parafilia suelen haber practicado tanto sexo de manera convencional que esto ya no los satisface, razón por la cual
necesitan buscar excitación o placer por medio de otras fuentes. Se entiende por placer la sensación agradable posterior a satisfacer una
necesidad o un capricho. Y en todas las situaciones en donde hay un deseo o necesidad de ser saciadas o satisfechas, la sensación obtenida
se le conoce como placer.
Según el DSM-V (Asociación Americana de Psiquiatría, 2013) existe una clasificación dentro de las parafilias en donde existen
diferentes tipos de parafilias según su conducta/descripción).

1.3. Tipos de parafilias


Basandonos en las vertientes descritas específicamente por el DSM-V, observaremos la gran cantidad de parafilias descritas en
los humanos, entre las cuales destaca una que se incrementa día a día: las llamadas telefónicas de tinte erótico u obsceno. Analicemos una
por una las parafilias más conocidas:

● Frotteurismo:El frotismo o frotteurismo es uno de los trastornos clasificados como parafilia o trastornos de la
inclinación sexual, grupo en el que se agrupan aquellos trastornos en los que se dan de manera repetitiva y continuada fantasías e impulsos
sexuales en los que media una relación no consentida o en que una de las partes no puede consentir, en que el único motivo de excitación es
el uso de objetos o en que se requiere de la humillación o sufrimiento propio o ajeno para obtener gratificación sexual. Estos deseos,
impulsos o fantasías generan malestar o deterioro en algún ámbito vital en el sujeto que los padece.

En el caso del frotismo, estamos ante una parafilia en la que el sujeto presenta durante al menos seis meses intensas
fantasías vinculadas al hecho de rozar, frotar o tocar a alguien en contra o sin que medie la voluntad de la víctima. Es la idea de
mantener un contacto físico y la sorpresa y reacción que genera en la víctima la que despierta la libido del individuo. Para que se
considere como tal, es necesario que haya llevado a cabo la práctica en la vida real o si dichas fantasías le generan malestar o
limitación.

Una de las posibles explicaciones ofrecidas se basa en el efecto de la exposición a modelos de comportamiento
semejantes durante la infancia, adquiriendo y aprendiendo la conducta que en algunos casos han sufrido ellos mismos. De este
modo podrían haber sido abusados sexualmente, siendo obligados a tocar a un adulto.

● Pedofilia: la psiquiatría entiende a la pedofilia como un trastorno de la conducta, y los manuales estadísticos la
definen como un patrón más o menos estable en el tiempo. Es decir, se considera un trastorno cuando personas adultas o mayores de 16 años
tienen conductas, fantasías, pensamientos recurrentes o deseos intensos en la esfera sexual, con niños prepúberes por más de seis meses.

La pedofilia puede ser un desarrollo de una conducta, de una tendencia de un aspecto de la personalidad, o puede
existir lo que se llama una pedofilia adquirida. La pedofilia adquirida, se refiere a personas que previamente no habían
experimentado esa conducta, y después de sufrir alguna lesión cerebral, que puede ser traumática, tumoral o degenerativa,
empiezan a presentar este tipo de conductas.

La etiología de la pedofilia no se conoce con completa claridad, en el sentido de que como está arraigada a la
personalidad, entonces, entendemos que es un desarrollo, e involucra cierto riesgo genético, cierta susceptibilidad genética, pero
influye en este desarrollo, por ejemplo, situaciones de abandono, abuso, maltrato, vividos tempranamente o en otras etapas de la
vida. Ahora, también hay un sinnúmero de personas que han vivido experiencias extremas y no manifiestan estas conductas. Es
súper complejo. En las pedofilias adquiridas se suma una causa orgánica que afecta regiones cerebrales críticas para la regulación
de los afectos y la conducta. Ahí pueden haber causas como tumores cerebrales, accidentes traumáticos, enfermedades
degenerativas y otras causas neurológicas.

● Sadismo Sexual: El sadismo sexual implica actos (reales, no simulados) en los que el sufrimiento físico o psicológico
(incluyendo la humillación) de la víctima es sexualmente excitante. Algunos individuos con este trastorno se encuentran alterados por sus
fantasías sádicas, las cuales evocan durante la actividad sexual, pero sin llevarlas a cabo; en estos casos las fantasías sádicas consisten
normalmente en tener un completo control sobre la víctima, que se encuentra aterrorizada por la anticipación del acto sádico. Otros
individuos satisfacen las necesidades sexuales sádicas con una pareja que consiente (que puede ser masoquista sexual) sufrir el dolor o la
humillación. Otro tipo de individuos con sadismo sexual llevan a cabo sus necesidades sexuales con víctimas que no consienten. En todos
los casos es el sufrimiento de la víctima lo que produce la excitación sexual.
● Masoquismo Sexual: Consiste en el acto (real, no simulado) de ser humillado, golpeado, atado o cualquier otro tipo
de sufrimiento. Algunos individuos que padecen este trastorno se encuentran obsesionados por sus fantasías masoquistas, las cuales deben
evocar durante las relaciones sexuales o la masturbación, pero no las llevan a cabo. En estos casos, las fantasías masoquistas suponen por lo
general el hecho de ser violado o de estar atado y obligado a servir a los demás, de forma que no existan posibilidades de escapar. Otras
personas llevan a cabo sus fantasías ellos mismos (p. ej., atándose ellos mismos, pinchándose con agujas, administrando descargas eléctricas
o autolesiones) o con un compañero.
● Voyeurismo: El voyeurismo implica el hecho de observar ocultamente a personas, por lo general desconocidas,
cuando están desnudas, desnudándose o en plena actividad sexual. El acto de mirar se efectúa con el propósito de obtener una excitación
sexual y por lo general no se busca ningún tipo de relación sexual con la persona observada. El orgasmo, habitualmente producido por la
masturbación, puede aparecer durante la actividad voyeurística o más tarde como respuesta al recuerdo de lo observado. A menudo, este tipo
de personas disfrutan con la fantasía de tener una experiencia sexual con la persona observada, pero en realidad esto rara vez sucede. En su
forma más grave el voyeurismo constituye la forma exclusiva de actividad sexual.
● Exhibicionismo: consiste en la exposición de los propios genitales a una persona extraña. Algunas veces el individuo
se masturba durante la exposición (o mientras lo imagina). Cuando el individuo lleva a cabo sus impulsos, no existe generalmente ningún
intento de actividad sexual posterior con la persona extraña. En algunos casos la persona es consciente del deseo de sorprender o asustar al
observador. En otros casos el individuo tiene la fantasía sexual de que el observador se excitaba sexualmente. El inicio de este trastorno se
produce generalmente antes de los 18 años, aunque puede empezar mucho más tarde.
● Fetichismo: La característica esencial del fetichismo consiste en el uso de objetos no animados (fetiches). Entre los
fetiches más comunes se encuentran los sostenes, la ropa interior femenina, las medias, los zapatos, las botas o cualquier otra prenda de
vestir. El individuo con fetichismo se masturba frecuentemente mientras sostiene, acaricia o huele el objeto fetiche, o bien le puede pedir a
su compañero sexual que se lo ponga durante las relaciones. Por lo general, el fetiche es necesario e intensamente preferido para la
excitación sexual, y en su ausencia pueden producirse trastornos de erección en el varón. El diagnóstico no debe efectuarse cuando los
fetiches se limitan a artículos de vestir femeninos utilizados para transvestirse, como ocurre en el fetichismo transvestista, o cuando el objeto
es estimulante desde el punto de vista genital debido a que ha sido diseñado especialmente para este propósito.
● Fetichismo Trasvestista: Consiste en vestirse con ropas del otro sexo. Por lo general, el individuo guarda una
colección de ropa femenina que utiliza intermitentemente para transvestirse; cuando lo ha hecho, habitualmente se masturba y se imagina
que es al mismo tiempo el sujeto masculino y el objeto femenino de su fantasía sexual. Este trastorno ha sido descrito sólo en varones
heterosexuales. El diagnóstico no debe efectuarse en los casos en los que el transvestismo aparece en el transcurso de un trastorno de la
identidad sexual. Los fenómenos transvestistas comprenden desde llevar ropa femenina en solitario y de forma ocasional hasta una
involucración extensa en la subcultura transvestista. Algunos varones llevan una pieza de ropa femenina (p. ej., ropa interior o lencería) bajo
su vestido masculino; otros visten completamente como una mujer y llevan maquillaje. El grado con el que el individuo transvestido parece
ser una mujer varía y depende de los gestos, el hábito corporal y la habilidad para transvestirse. Cuando el individuo no se encuentra
transvestido, por lo general tiene un aspecto completamente masculino. Aunque la preferencia básica es heterosexual, estas personas tienden
a poseer pocos compañeros sexuales y en ocaciones han realizado actos homosexuales.
● Parafilia no Especificada: Esta categoría se incluye para codificar las parafilias que no cumplen los criterios para
ninguna de las categorías específicas. Como ejemplos de estas parafilias cabe mencionar (aunque no se limitan a): escatología telefónica
(llamadas obscenas), necrofilia (cadáveres), parcialismo (atención centrada exclusivamente en una parte del cuerpo), zoofilia (animales),
coprofilia (heces), clismafilia (enemas) y urofilia (orina).

La importancia de saber identificar y medir las parafilias consiste en que la presencia de frecuentes e intensas conductas o
fantasías sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados, niños o adultos que no consienten, o el sufrimiento o la humillación
de uno mismo o de la pareja. Los trastornos parafílicos son parafilias que causan angustia o problemas de funcionamiento en la persona
afectada o que perjudiquen o puedan perjudicar a otra persona.

“En las relaciones y fantasías sexuales de adultos sanos es frecuente que exista cierto grado de variedad. Algunas conductas
sexuales de naturaleza poco frecuente, pero que no implican riesgo lesivo, pueden formar parte de una relación de afecto y amor, si ambas
personas consienten en su práctica. Sin embargo, cuando las conductas sexuales causan angustia o daño o alteran la capacidad de una
persona para funcionar en sus actividades diarias, se consideran un trastorno parafílico. El malestar puede ser el resultado de las reacciones
de la gente ante su comportamiento o del sentimiento de culpa por el hecho de hacer algo que resulta socialmente inaceptable.” (Asociación
Americana de Psiquiatría, 2013)

Los trastornos parafílicos pueden perjudicar gravemente la capacidad de mantener una relación sexual recíprocamente afectuosa.
Las parejas de las personas con un trastorno parafílico pueden sentirse como un objeto o como si no tuvieran importancia o no fueran
necesarias en la relación sexual.

1.4 Tratamiento general para las parafilias

El tratamiento de las parafilias suele utilizar intervenciones psicoterapéuticas basadas principalmente en técnicas
conductuales/cognitivas o regímenes médicos basados en el uso de hormonas o de medicamentos psicotrópicos. La orientación cognitivo-
conductual explica la adquisición y mantenimiento de las parafilias a través de los paradigmas del condicionamiento y de la formación de
esquemas cognitivos. La gran mayoría de las parafilias se manifiesta en la pubertad, dando la impresión de que pueda existir una “ventana
de oportunidad” por la cual el condicionamiento a estímulos sexuales es especialmente propicio durante esta época de la maduración. La
resistencia de las parafilias a ser extinguidas por técnicas puramente conductuales da la impresión de hallarnos ante condiciones adquiridas
en un periodo de desarrollo crucial cognitivo. Por tanto, el cambio de conductas parafílicas suele requerir una intervención multimodal que
interfiere con el aprendizaje anterior por condicionamiento clásico, operante y social, mientras que modifica esquemas básicos de la
estructura cognitiva del individuo. Aunque las hormonas masculinas se hallan inherentemente implicadas en el mantenimiento de la
motivación sexual, es el aprendizaje a una edad joven que determina la dirección del interés sexual y, por tanto, el uso de sustancias
químicas en el tratamiento de las parafilias suele ser reservado como terapia adjunta a la psicoterapia. (Medicina psicosomática y psiquiatría,
2003)

Técnicas de Condicionamiento Clásico

Las técnicas conductuales utilizadas en el tratamiento de las parafilias sexuales se han basado principalmente en la aplicación de
métodos aversivos de extinción fundados en el paradigma del condicionamiento clásico. Terapéuticamente, se asocia un estímulo aversivo
incondicionado con una respuesta condicionada no deseada. La esperanza terapéutica es la de producir una nueva respuesta condicionada,
tipo aversiva, en presencia de los estímulos condicionados provocadores de la respuesta sexual disfuncional.

Técnicas de Aprendizaje Operante y Social

Las técnicas de condicionamiento aversivo se basan en general en los principios del aprendizaje tipo clásico o respondiente, otras
técnicas de aprendizaje no aversivas se basan principalmente en el condicionamiento instrumental u operante, y en el aprendizaje social
(Muse, 1996). En cuanto al tratamiento de las diferentes parafilias, se ha aplicado con éxito el reforzamiento operante y el entrenamiento de
habilidades sociales.

Técnicas Cognitivas

La identificación de distorsiones preceptos / conceptuales es el primer paso en el tratamiento cognitivo de las desviaciones
sexuales. A pesar de que cada parafilia en sí tendrá unas distorsiones particulares a la condición que incorpora, la persona que las padece es
un individuo y, por consiguiente, sus cogniciones disfuncionales tienen que ser identificadas individualmente y específicamente; de poca
ayuda al paciente es darle un discurso teórico de los errores del pensamiento parafílico, o una lección genérica de las distorsiones cognitivas
inherentes en las parafilias. Al contrario, el psicólogo necesita captar y mostrar ejemplos reales de las ideas irracionales del mismo paciente.

Las estadísticas sobre la incidencia de las diversas parafilias son escasas y variables. Hasta que no tengamos estudios más
detallados y fiables, sólo se puede decir que las parafílias son predominantemente un desorden masculino, aunque recientemente se ha visto
un incremento substancial de delitos pedofílicos y de violación perpetrados por mujeres jóvenes. En cuanto a la eficacia de intervenciones
terapéuticas en el tratamiento de las diferentes parafilias, los resultados son también variables, aunque no del todo ambiguos. Sin embargo,
hay cada vez más motivos para ser optimistas. Mientras que la gran mayoría de los estudios hechos en el campo de las parafilias son
estudios sobre casos únicos y, por tanto, tienden a mostrar una terapia efectiva en el caso presentado, algunos experimentos controlados
comienzan a documentar resultados si no espectaculares, sí bastante aceptables. Notables aquí son los estudios de Maletzky sobre el
exhibicionismo, en los cuales se demostró que entre el 70 y el 80% de los pacientes tratados con terapia cognitiva/conductual no volvían a
reincidir.

El tratamiento de las parafilias suele utilizar intervenciones psicoterapéuticas basadas principalmente en técnicas
conductuales/cognitivas o regímenes médicos basados en el uso de hormonas o de medicamentos psicotrópicos. La orientación cognitivo-
conductual explica la adquisición y mantenimiento de las parafilias a través de los paradigmas del condicionamiento y de la formación de
esquemas cognitivos (Muse, 1996). La gran mayoría de las parafilias se manifiesta en la pubertad, dando la impresión de que pueda existir
una “ventana de oportunidad” por la cual el condicionamiento a estímulos sexuales es especialmente propicio durante esta época de la
maduración. La resistencia de las parafilias a ser extinguidas por técnicas puramente conductuales da la impresión de hallarnos ante
condiciones adquiridas en un periodo de desarrollo crucial cognitivo. Por tanto, el cambio de conductas parafílicas suele requerir una
intervención multimodal que interfiere con el aprendizaje anterior por condicionamiento clásico, operante y social, mientras que modifica
esquemas básicos de la estructura cognitiva del individuo. Aunque las hormonas masculinas se hallan inherentemente implicadas en el
mantenimiento de la motivación sexual, es el aprendizaje a una edad joven que determina la dirección del interés sexual y, por tanto, el uso
de sustancias químicas en el tratamiento de las parafilias suele ser reservado como terapia adjunta a la psicoterapia.

Recaudando toda la información obtenida podemos llegar a la conclusión que un


trastorno de personalidad antisocial Es una afección mental por la cual una persona tiene un
patrón prolongado de manipulación, explotación o violación de los derechos de otros sin ningún
remordimiento. Este comportamiento puede causar problemas en las relaciones o en el trabajo y
a menudo es delictivo, por ello se puede llegar a correlacionar con una posible presencia de

parafilia, ya que como se analizó con anterioridad son patrones del comportamiento de las

personas, en las que la fuente predominante del placer sexual no se encuentra en la relación
sexualcomo tal, sino en alguna otra actividad u objeto. Las definiciones más usuales recogen
comportamientos como la coprofilia, el exhibicionismo, el frotismo, el masoquismo,
la necrofilia, el sadismo, el voyeurismoy la zoofilia.

Continuando con dicho análisis se logró desarrollar un conjunto de ítems ( los

ítems son las distintas preguntas que se plantean en una


evaluación.) Con los cuales se realizó una escala de
medición con ayuda del método likert, donde fueron
entrevistados 309 sujetos en 2 distintos métodos; 155
personas por medios de una plataforma digital y 154
personas de forma presencial, en donde se pudo distinguir la
respuesta de 115 hombre y un aproximado de 189 mujeres,
dichas escalas se implementaron asegurando de que todos
cumplieran las mismas características (ser estudiantes)
esto con la finalidad de tener un mejor control y tener
simetría dentro de nuestras escalas.

Formato en línea

Formato en presencial

Una vez completada nuestra recaudación de datos, se


decidió utilizar de la aplicación de SPSS para la captura de
nuestros datos, para así poder empezar con un inventario de
dichas respuestas, en donde las adelante se irá desglosando
la correlación que existe entre las parafilias y el trastorno
de personalidad antisocial, aquí mismo se podrá diferenciar
si nuestros datos dociodemograficos también pueden ser un
diferenciador de los resultados obtenidos

Resultados

Referencias

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