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La luz ultravioleta (UV) se ha utilizado para la desinfección desde mediados del siglo XX, incluso antes de manera
empirica, cuando se investigó la luz solar en busca de efectos bactericidas a mediados del siglo XIX.
Ahora se utiliza para el tratamiento de agua potable y residual, la desinfección del aire, el tratamiento de jugos de
frutas y verduras, así como una gran variedad de dispositivos domésticos para desinfectar todo, desde cepillos de
dientes hasta tablets. Dentro de las instalaciones de investigación, la luz ultravioleta ha sido una opción al comprar
gabinetes de seguridad biológica durante años y también se puede usar tuneles de desinfección en la industria del
alimento. Otra aplicación importante es en climatización para eliminar microorganismos en los serpentines y en
el flujo de aire, en cadenas de frío, en cuartos de almacenamiento de frutas y verduras etc..
La tecnología UV ha avanzado en
los últimos años para volverse más
confiable. Los balastos que se utilizan
hoy en día pueden mantener la
potencia de salida de las bombillas
UV durante mucho más tiempo que
en el pasado. Las bombillas UV ahora
tienen una vida útil nominal de miles
de horas. Esto ha permitido que los
sistemas UV se vuelvan más viables
para una amplia gama de usos.