Hablante Lírico: El hablante lírico es el "yo" poético, es decir, la voz que se expresa en un

poema. Puede o no representar al autor ya menudo expresa sentimientos,

pensamientos o emociones. El hablante lírico puede ser un personaje ficticio o una
versión alterada del autor.

Ejemplo: En el poema Soneto XXIII de Garcilaso de la Vega, el hablante lírico expresa su

amor y admiración por la belleza de una mujer:

"En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en tu gesto, y que tu mirar ardiente,
honesto, con clara luz la tempestad serena."

Objeto Lírico: El objeto lírico es aquello a lo que se dirigen los sentimientos,

pensamientos o emociones del hablante lírico en el poema. Puede ser una persona,
un lugar, una idea o incluso un objeto inanimado.

Ejemplo: En el poema Oda a la Grecia de John Keats, el objeto lírico es la antigua Grecia,
y el hablante lírico expresa su admiración por su cultura y legado:

"¡Oh, qué inmenso paisaje se despliega ante mí! ¡Qué esplendor y majestuosidad en el
antiguo mundo! ¡Qué largo viaje en el río del tiempo para volver a la belleza y la
perfección!"

Actitud Lírica: La actitud lírica se refiere a la emoción o actitud que el hablante lírico
expresa hacia el objeto lírico. Puede ser enunciativa, apostrófica y carmínica.

Ejemplo: En el poema Soledades, gongorinas, Federico de Federico García Lorca, la

actitud lírica es de apostrófica. hacia el poeta Góngora:

"¡Oh Góngora! Eres la estrella polar de todas las generaciones; tienes un pedestal en
todas las casas, y en cada casa, una biblioteca se asoma a la ventana."
Actitud enunciativa: emplea a la tercera persona.
Actitud apostrófica: emplea la segunda persona.
Actitud carmínica: emplea la primera persona.

Motivo Lírico: El motivo lírico es el tema o asunto principal del poema, aquello sobre lo
que el hablante lírico reflexiona, canta o expresa sus sentimientos.

Ejemplo: En el poema A Julia de Burgos de Julia de Burgos, el motivo lírico es el

autorreconocimiento y la afirmación de la identidad de la poetisa como mujer y
como persona independiente:

"Tú eres la mágica mujer que en mí lleva la carne de mi piel; tú eres mi yo, mi misma
sangre en mis venas".

Temple de Ánimo: El temple de ánimo se refiere al estado emocional general del

hablante lírico a lo largo del poema. Puede cambiar a lo largo del texto, y es
importante para entender la evolución de los sentimientos o pensamientos del
hablante lírico.

Ejemplo: En el poema Canción de otoño en primavera de Rubén Darío, el temple de ánimo

cambia de melancólico al principio a uno más esperanzado al final:
"Vibra en el aire un ardiente perfume de albahaca, limón, clavo y canela; vibra en las olas,
y el saúco gotea y vibra en el cuerpo, y el cuerpo da un grito."