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MADRE me voy mañana a Santiago, también con una soga, son testigos
a mejorarme en tu bendición y en tu llanto.
Acomodando estoy mis desengaños y el rosado los días jueves y los huesos húmeros,
de llaga de mis falsos trajines. la soledad, la lluvia, los caminos…
De: POEMAS HUMANOS(1939)
Me esperará tu arco de asombro, MASA
las tonsuradas columnas de tus ansias
que se acaban la vida. Me esperará el patio,
el corredor de abajo con sus tondos y repulgos Al fin de la batalla,
de fiesta. Me esperará mi sillón ayo, y muerto el combatiente , vino hacia él un hombre
aquel buen quijarudo trasto de dinástico y le dijo: “No mueras, te amo tanto!”
cuero, que para no más rezongando a las nalgas Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
tataranietas, de correa a correhuela. Se le acercaron dos y repitiéronle:
No nos deje! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!”
Estoy cribando mis cariños más puros. Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Estoy ejeando, ¿no oyes jadear la sonda?
¿no oyes tascar dianas? Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,
estoy plasmando tu fórmula de amor
clamando: “Tanto amor y no poder nada contra la
para todos los huecos de este suelo.
muerte!”.
Oh si se dispusieran los tácitos volantes Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
para todas las cintas más distantes, Le rodearon millones de individuos,
para todas las cintas más distintas. con un ruego común: “¡Quédate, hermano!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Así, muerta inmortal. Así.
Bajo los dobles arcos de tu sangre, por donde Entonces, todos los hombres de la tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
hay que pasar tan de puntillas, que hasta mi padre para ir incorporose lentamente
por allí,
abrazó al primer hombre; echose a andar …
humildose hasta menos de la mitad del hombre,
hasta ser el primer pequeño que tuviste. De: España, aparta de mí este cáliz (1939)