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Ficha de cátedra Nº 3
Índice
Síntesis del tema 2
Concepto de síndromes neuropsicológicos 2
Variedades de síndromes neuropsicológicos 2
Variedades de agnosias 4
Teoría de Marr sobre reconocimiento visual 9
Un modelo computacional de sistema visual 12
Conclusiones 14
Referencias bibliográficas 14
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1. Síntesis del tema
2. Las agnosias
Las agnosias son trastornos del reconocimiento de la experiencia perceptiva,
adquiridos tras una lesión cerebral. Las fallas se producen de manera circunscrita a
una vía sensorial particular, lo que significa que el individuo puede tener acceso a las
huellas mnésicas almacenadas, sobre el objeto no reconocido, por otra vía perceptiva
distinta. Los trastornos del reconocimiento suelen producirse especialmente a nivel
visual, auditivo y somatosensorial.
Dado que una descripción de todos los tipos de agnosias excede las
posibilidades de un dictado cuatrimestral de la materia, y que la intención didáctica
es la de introducir al tema, y mostrar cómo el procesamiento cognitivo puede
considerarse como una secuencia de procesos segregados y en paralelo, que llegan a
integrarse en la conducta organizada en otras instancias de la actividad (cerebral /
mental), aquí se describirán sólo las agnosias visuales, como prototipo del síndrome,
y para posibilitar, hasta donde sea posible, mostrar la articulación que existe entre los
procesos cognitivos de reconocimiento visual y la actividad funcional de las
estructuras cerebrales. Por consiguiente, a continuación se describe el caso de las
agnosias visuales.
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procesamiento del campo visual se realiza en la corteza estriada (Brodmann 17), que
se encuentra bordeando a la cisura calcarina en el lóbulo occipital, la corteza visual
primaria (V1). A partir de ahí, la información continúa procesándose en las cortezas
secundarias visuales (Brodmann 18) que rodean a V1. En la corteza extraestríada es
posible discriminar dos grandes vías independientes que analizan diferentes aspectos
de la percepción visual y que además tienen una citoarquitectura particular.
Por un lado, se encuentra una vía dorsal (parieto-occipital) que posee neuronas
de gran tamaño (magnocélulas) que procesan la localización del objeto respecto del
individuo a partir de información que proveen los bastones de la retina (ver Figura 1).
Esta vía relaciona la información del propio cuerpo (sistema somatosensorial,
relacionado al lóbulo parietal), con la información visual que accede desde el lóbulo
occipital. Esta vía es fundamental para calcular tanto la distancia a la que se
encuentra un objeto de nuestro cuerpo como su localización arriba-abajo, derecha-
izquierda. Lesiones en esta vía dorsal ocasionan el síndrome de Balint. El paciente
tiene dificultades para localizar los objetos en el espacio extrapersonal aunque pueda
reconocerlos. Este síndrome comparte otras dificultades como: fallas para alcanzar
objetos por guía visual (ataxia óptica), problemas para orientar los ojos durante la
exploración visual (apraxia ocular) y la imposibilidad para distinguir varios objetos
superpuestos (simultagnosia).
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hacia el lóbulo parietal por la vía dorsal, y hacia el lóbulo temporal por la vía
ventral).
Por otro lado, la vía ventral tiene una dirección occipito-temporal y las neuronas
características son pequeñas (parvocélulas) (ver Figura 1). En esta vía se procesan
varios aspectos de lo que se está percibiendo. En serie y en paralelo, en ésta vía, se
procesa: el color, el movimiento y la forma de los objetos percibidos.
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Finalmente, amplías regiones mediales de la vía ventral procesan la forma de los
objetos. Las agnosias visuales son, precisamente, un trastorno para el procesamiento de
la forma de los objetos percibidos. A continuación se desarrollarán las teorías que dan
cuenta de cómo clasificar las agnosias visuales.
Lissauer (1890) distinguió a las agnosias visuales en dos categorías según en qué
etapa del reconocimiento visual los pacientes tuvieran dificultades. Aquellos que
tuvieran alterada la etapa inicial del procesamiento visual fueron denominados
agnósicos aperceptivos. Los pacientes con esta afección son incapaces de generar un
constructo perceptivo: no pueden integrar la forma de los elementos que perciben. La
información visual que ingresa, a través de las V1, no puede integrarse en las cortezas
secundarias unimodales. Las lesiones en la corteza extraestriada pueden impedir la
integración de la forma, profundidad, color, etc. en una gestalt unificada del objeto. Esto
lleva a que, en la mayoría de las pruebas de reconocimiento visual, el paciente no pueda
dar cuenta de lo que ve, o lo haga tras grandes demoras. Muchas veces, los agnósicos
aperceptivos utilizan hipótesis lógicas tratando de integrar, voluntariamente, detalles
que percibe inconexos. El paciente trata de deducir lo que está viendo en vez de poder
vivenciar espontáneamente el fenómeno visual. (e.g. “veo un papel… esto tal vez sean
letras… una raya larga acá… ¿será una tapa? … debe ser un libro”).
Lissauer propone una segunda categoría para los agnósicos visuales, los
agnósicos asociativos. Estos pacientes sí integran la información percibida en un
constructo perceptivo pero, debido a la afectación de otras regiones cerebrales,
mantienen esa imagen gestáltica desconectada de la información semántica asociada.
Los agnósicos asociativos son capaces de copiar correctamente los dibujos que se les
presentan, pueden identificar un mismo objeto visto desde diferentes perspectivas (ya
que construyen una imagen tridimensional del mismo con independencia de la
perspectiva del observador), pero no reconocen, a nivel del significado, lo que están
viendo o copiando. No pueden acceder a las memorias asociadas al objeto que perciben
por la vía visual. El nombre del trastorno deriva de esta falla asociativa de la
experiencia visual normal con las huellas mnémicas que refieren a la misma.
Ambos tipos de agnosia visual sí pueden reconocer los objetos a través de otras
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vías sensoriales. Por ejemplo, el paciente puede acceder a la memoria del objeto a través
del somatosentido, durante la exploración táctil del objeto o escuchando el sonido que el
objeto produce. Esto último es importante porque da cuenta de que las agnosias no son
un problema de memoria semántica (del conocimiento en sí) sino un problema de
reconocimiento a partir de una vía perceptiva particular. En la Tabla 1 se describen
perfiles distintos de los dos subtipos de agnosia cuando se les realiza una exploración
neuropsicológica
● Copia de dibujos - +
● Emparejamiento de - +
dibujos idénticos
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valerse de hipótesis lógicas sobre los elementos aislados que perciben pueden llegar a
superar a los asociativos en esta prueba. Los primeros deducirían con qué podrían
encontrarse relacionados los elementos percibidos.
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perceptiva del mismo.
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fondo al ser emplazado en una posición usual centrada en la perspectiva del observador.
Este tipo de pacientes que llamaremos, aquí, aperceptivos tipo II, tendrían preservado el
esbozo en 2.5 D y su déficit sería más sutil que el de los agnósicos aperceptivos tipo I.
En la Figura 2 se describen las diferentes etapas del modelo de Marr junto a los
déficits que se desprenden del modelo.
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agnosias visuales y las diferentes alteraciones de la percepción visual reportados.
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Figura 3. Diagrama esquemático de un modelo de computador a gran escala de la
integración cortical.
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5. Conclusiones
El sistema visual se ha desarrollado especialmente en aves y mamíferos, y en los
primates ha superado el dominio sobre la cognición y la conducta que el olfato tuvo
respecto a la mayoría de los mamíferos. En los primates, la proporción de las estructuras
cerebrales relacionadas con el procesamiento visual (así como con la integración
visomotora), superan al de otros tipos de desarrollo encefálico –exceptuando en los
humanos el desarrollo del sentido táctil de las manos (que posibilita la “astereognosia” o
“agnosia táctil”), y la integración sensorio motora que participa de varios de los
procesos “práxicos” que han influído en la hominización de los seres humanos
(construcción de herramientas, etc.).
La importancia del procesamiento visual para el desarrollo de las neurociencias
ha determinado que se hayan desarrollado especialmente en este campo. De allí que los
modelos matemáticos y computacionales que se han formulado hayan sido más precisos
que los desarrollados respecto de otros procesos cognitivos. Incluso, a partir de esos
modelos se han realizado desarrollos tecnológicos para el reconocimiento de objetos por
dispositivos artificiales. La utilización práctica del conocimiento alcanzado en una
ciencia, es uno de los criterios de legitimidad y verosimilitud del modelo de
funcionamiento de un sistema, especialmente si además tienen “plausibilidad biológica,
esto es, basado en datos empíricos de las neurociencias / no contradictorios con el
conocimiento científico alcanzado.
6. Referencias bibliográficas
Annese, J., Gazzaniga, M. S. & Toga, A. W. (2005). Localization of the human cortical visual
area MT based on computer aided histological analysis. Cerebral Cortex, 15(7), 1044- 1055.
Golarai, G., Ghahremani, D. G., Whitfield-Gabrieli, S., Reiss, A., Eberhardt, J. L., Gabrieli,
J. E. & Grill-Spector K. (2007). Differential development of high-level visual cortex correlates
with category-specific recognition memory. Nature Neuroscience, 10(4), 512-522.
Lissauer, H. (1890). Ein Fall von Seelenblinheit nebst einem Beitrag zur Theorie derselben.
Archives of Psychiatry 21, 222–270.
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Marr, D. & Hildreth, E. (1980). Theory of edge detection. Proceedings of the Royal Society of
London, 207, 187-217.
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