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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL SUR CARRERA DE ARQUITECTURA 5076 - CONSTRUCCIONES I

FUNDACIONES DIRECTAS:
ZAPATA CORRIDA y MUROS MEDIANEROS.
Dentro de los sistemas de fundaciones que pueden utilizarse en la construcción –
específicamente de edificaciones livianas, con suelos cohesivos y cuya profundidad de fundación
de estratos superficiales aptos no exceda los 2,00m -, aparecen las FUNDACIONES DIRECTAS,
entre ellas, la ZAPATA CORRIDA.
La función de la misma es conducir – en forma continua -, los estados de cargas propios y las
sobrecargas de dimensionamiento de la edificación, a través de mamposterías portantes, y de
ahí a la zapata propiamente dicha, en forma distribuida y pareja hasta el suelo de fundación.
Cuando la cimentación continua debe soportar cargas importantes, la altura del cimiento debe
dimensionarse para que – las partes sobresalientes del mismo, en contacto con el suelo de
fundación -, resista los esfuerzos de FLEXIÓN y CORTE. Generalmente se escalona el espesor, o
se aumenta gradualmente una transición inclinada (troncocónica), desde el muro hasta el borde
que limita el ancho de fundación. Esta variación angular – de acuerdo a los Códigos de Edificación
de diferentes localidades -, varía entre los 45° y los 60°. Resumiendo, la zapata corrida es uno
de los sistemas quizá más usado domiciliariamente.
Cuando las cargas que se transmiten a las fundaciones, no actúan en el centro de gravedad de
las mismas, se dicen que son excéntricas y se hallan sometidas a otros esfuerzos, como ser la
flexión compuesta. Este es el caso que sucede – mayormente con bases excéntricas de H°A° -,
en los muros medianeros.
Existen casos en los cuales, el condominio de muros pasa a ser medianero o divisorio entre dos
predios de indivisión forzosa (Art. 2716° del Código Civil). El DERECHO DE MEDIANERÍA, es el que
tiene cada vecino sobre el uso del muro medianero.
El Art. 2725° del Código Civil establece que el primero que edifica en un lugar no cerrado, puede
asentar la mitad de la pared que construya como muro de separación entre predios, sobre el
terreno del vecino, con tal que la pared sea de piedra o de ladrillo, hasta la altura de 3 metros y
su espesor completo no exceda los 45 cm en construcciones antiguas. En el caso de obras
nuevas, se establece que esta invasión de terreno, no debe ser mayor a 15cm.
Entre algunos de los derechos de uno de los condóminos y obligación de ceder del otro, respecto
del muro medianero, figuran: arrimar y amurar toda clase de edificación al mismo; a amurar
tirante o estructuras hasta el eje medianero; a abrir nichos en el mismo (aun traspasando el eje
medianero, sin afectar la propiedad vecina); a servirse del mismo para diferentes usos; a abrir
ventanas (siempre que el vecino brinde fehacientemente su consentimiento); a suprimir
aberturas, instalaciones y toda obra incompatible con la medianería, cuando el lindero edifique
sobre el mismo. Todo ello es admitido legalmente por el Código Civil en los Art. 2654°, 2655°,
2656°, 2657°, 2730°, 2731° y 2740° respectivamente.

5076 Construcciones I Profesor: ARQ Dr. Claudio A Pirillo Ayudantes: ING. Mariel Guglielmetti 1/3
Trabajo práctico 01 Asistente ARQ. Arq.: Romualdo Vera Arq.: Diego Usabiaga
Arq.: Iñaki Pagalday
Arq.: Melisa Ramírez Beltrán
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De esta manera nos encontramos con una disyuntiva: las estructuras portantes solicitadas a
cargas no deben invadir con sus fundaciones los lotes vecinos traspasando los ejes medianeros,
pero si puede hacerlo el muro considerado medianero, por ende ¿cómo fundo el mismo sin
perjudicar al vecino y generar una controversia legal?
El Art. 3.6.1.4 Cimientos de Muros Divisorios del Código de Edificación de la Ciudad de Bahía
Blanca, establece que “cuando el tipo de cimientos elegidos para un muro divisorio o medianero
no sea de albañilería corrida, su proyecto será sometido a consideración del Departamento
Contralor de Obras Particulares, el que decidirá sobre su aprobación”.
Los muros medianeros - con cargas limitadas y buen suelo para fundación directa -, pueden ser
cimentados mediante zapatas corridas. Tal como se dijo, la misma puede ser manufacturada
como se hacía anteriormente de mampostería escalonada, o como se ejecuta en la actualidad,
con un hormigón pobre con agregado grueso de cascote o granza de ladrillo (doméstico), un
hormigón elaborado no estructural como puede ser un H8, etc.
Cualquiera de estos sistemas constructivos de fundaciones directas para muros medianeros,
admite que la misma pueda invadir el terreno vecino – siempre y cuando esa longitud a fundar
no esté construida -, con la finalidad de equilibrar las descargas de los esfuerzos en u mismo
sistema estructural.
Si se construyeran dos muros contiguos en diferentes tiempos, con la finalidad que cada
propietario solo haga sus muros privativos, posteriormente devenidos en medianera, más allá
de posibles inconvenientes legales – que no hacen a esta asignatura -, existirían a futuro
patologías constructivas.
Dos muros contiguos no trabados ni cerrados correctamente en su borde superior durante su
manufactura – por ser la misma en diferentes tiempos -, tendrá un foco de filtración por
precipitaciones pluviales que ingresarán directamente a ese núcleo que separa a ambos. Si
alguno o ambos, no contempla la correcta aislación hidrófuga vertical, aparecerán problemas de
humedades en los correspondientes mampuestos y revoques, provocando posibles
inconvenientes legales y obras de reparación de los paramentos afectados.
De igual manera, si ambos muros no se construyeran de manera uniforme, tampoco se fundaría
de esa forma, por lo cual estaríamos ante dos fundaciones excéntricas contiguas que pueden
llegar a trabajar de manera distinta una de otra. En el caso que uno de los muros fuera solicitado
con una sobrecarga estructural de una cubierta pesada - como puede ser una losa de H°A° con
alguna habitación sobre ella -, y estas cargas no hubieran sido pensadas a la hora de ejecutar la
mencionada fundación, la misma puede ceder y en ese trabajo, arrastrar consigo al paramento
vecino, ocasionando grietas, fisuras y posibles riesgos edilicios contra la vivienda y los usuarios,
provocando nuevamente “posibles inconvenientes legales y obras de reparación de los
paramentos afectados”.

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Como PROYECTISTAS y DIRECTORES DE OBRA, somos responsables civilmente por un lapso de


10 (DIEZ) años, y penalmente - en caso de que hubiese DOLO -, de por vida, ya que la
RESPONSABILIDAD PENAL NO PRESCRIBE -. 1 2
Por ende resulta beneficioso – tanto constructivamente como legalmente -, ejecutar la ejecución
y fundación de los muros considerados medianeros de forma correcta. Desde el punto de vista
estructural, la ZAPATA CORRIDA no se considera una estructura portante, por ende, si la misma
debiera a posteriori ser cortada por parte del propietario vecino para ejecutar sus obras, no
existiría riego, dado que NO SE ALTERA EL ESTADO DE CARGA de la misma de una forma
determinante. Opuestamente, esta situación no es igual con las estructuras portantes y sus
respectivas fundaciones (H°A° por ejemplo), dado que en estos casos SI SE ALTERA EL ESTADO
DE CARGA DE LAS ESTRUCTURAS PORTANTES.

1 Tratado de la Arquitectura en relación al Derecho. Jorge .V.Rivarola y María E. Méoli. 4° edición (1978).
2 Arquitectura Legal. Daniel E. Butlow. (2020)
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