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MECANISMOS NEURONALES

DETERMINANTES
DE LA ACTIVIDAD MENTAL

Correspondencia:
José Ma. Delgado-García
Laboratorio de Neurociencia
Facultad de Biología
Avda. Reina Mercedes, 6
41 01 2-Sevilla
Tel: 954-625007
Fax: 954-61 21 01
e-Mail: labneuro@cica.es
Resumen:

El estudio de los procesos neuronales que caracterizan los estados de vigilia


y sueño es una de las fronteras científicas que tiene planteadas la Neurociencia de
nuestro tiempo. Una comprensión de dichos mecanismos neuronales requiere una
aproximación comparada y multidisciplinaria. En el presente artículo se presenta una
perspectiva de los conocimientos actuales acerca de cómo se organizan las relacio-
nes entre el ser vivo y su entorno, de cuales son los mecanisinos moleculares que
generan la ritmicidad circadiana y de qué procesos neuronales producen la alternan-
cia entre los distintos estados mentales.

Resum:

L'estudi dels processos neuronals que caracteritzen els estats de vigília i son
és una de les fronteres científiques que té plantejades la Neurociencia actualment.
Una comprensió d'aquests mecanismes neuronals requereix una aproximació compa-
rada i n?ultidiscip/in~ria.En aquest article es presenta una perspectiva dels coneixe-
ments actuals de com s'organitzen les relacions entre el ser viu i el seu entorn, de
quins són els n~ecanismesmoleculars que generen els ritmes circadians i dels pro-
cessos neuronals que produeixen I'alternanca dels diferents estats n~entals.

Summary:

The study of neural processes underlying the states of alertness and sleep
represents one of the scientific frontiers posed to the Neuroscience of nowadays. The
understanding of such neuronal mechanisms requires a comparative and multidisci-
plinary approach. This text presents a perspective of present knowledge on the or-
ganizing principles governing the relationships between a living organism and its
environment, on which are the molecular mechanisms generating circadian rhythms
and, finally, on the neuronal processes taking charge of the alternation between the
different mental states.

Palabras clave:

Ritmos circadianosl Ritmos ultradianos1 Sueño/ Vigilia1 Mecanismos neuro-


nalesl Estados mentales
Creixent saber, I'ignoranga S desperta;
a l q u i més sab li corre major dubte:
In aquel1 temps que res n o sé, n o dubte,
e 1 grosser foll tota cosa I'és certa.
Ausiis March

Gracias a la actividad de llamaba fisiólogos a los milesios, se-


nuestro cerebro, la especie huniana es guidores de Tales de Mileto, por una
espectadora privilegiada y única tal razón principal: porque pensaban que
vez de todo lo que existe. Los meca- la Naturaleza era comprensible para
nismos neuronales que hacen posible nuestro entendimiento. Aunque el
la actividad inental determinan nuestra término fisiología alcanzó siglos des-
capacidad de comprender el inundo a pués un significado distinto, (el estudio
nuestro alrededor. Uno de los princi- de los procesos vitales que acontecen
pios básicos en el que se asienta la en los seres vivos) no está de inás re-
actividad experimental de la mayoría cordar aquí el sentido original del vo-
de neurocientíficos de nuestro tieinpo cablo (Schrodinger, 1958). El presente
es que nuestro cerebro elabora y deci- artíc~ilo reelabora con más detalle
de nuestro comportainiento y nuestra alguna de las ideas expuestas por uno
actividad mental. Aunque, como bien de nosotros en un trabajo anterior
señala el poeta de Gandía, siempre nos (Delgado-García, 1997).
asalta la duda de si sereinos capaces de
alcanzar los estadios últimos del cono- PENSAMIENTO Y
ciiniento: En son saber algunos glo- COMPORTAMIENTO C O M O
rieje / algú n o sap del saber lo sub- RESULTADO DE LA ACTIVIDAD
jecte:/ I'Snin7a és, e sol sabem I'e- CEREBRAL
ffecte;/ I'essencial niolt saber lo co-
bege,/ ...). En cualquier caso, viviinos En una primera aproxiinaci611,
una época de extraordinaria confianza puede parecer que es más fácil deducir
en las posibilidades de la ciencia expe- la conducta inotora de los distintos
rimental. La abundante tecnología estados funcionales del tejido nervioso,
disponible en el inoinento actual, que mientras los estados inentales se inues-
permite estudiar desde los genes res- tran más escurridizos al estableci-
ponsables de determinados coniporta- miento de relaciones causales entre
mientos hasta la visión en vivo y en actividad neurona1 y niveles de con-
directo de la actividad cerebral cortical ciencia. Sin embargo, el comporta-
durante la realización de coinplejas iniento de un animal (correr, saltar,
tareas mentales, hace razonable nues- elegir pareja, seleccionar un nicho
tro deseo (o nuestra esperanza) de que ecológico donde sobrevivir, etc.) no es
estemos en los albores de un entendi- fácil de reducir a estados funcionales
miento preciso y coherente de nuestro neuronales específicos; incluso fun-
propio sistema nervioso, esto es, de ciones motoras básicas y elementales
nuestra propia identidad. Aristóteles en apariencia, como caminar, son
extremadamente resistentes a una proceso reorganizativo de la orienta-
aproximación simplista en cuanto a los ción espacial del aniinal (Delgado-
procesos neuronales implicados en su García, 1996). En consecuencia, se
génesis, inicio, regulación, adaptabili- puede afirmar que la presión evolutiva
dad y conclusión (ver, por ejemplo, selecciona conductas de alto valor
Rudomín, 1993). Además, comporta- adaptativo en especies poco emparen-
mientos que han demostrado un alto tadas entre sí, sin que ello suponga un
valor adaptativo a lo largo de la evolu- idéntico soporte nervioso. Por un lado,
ción y que se repiten en especies muy la selección se ejerce sobre el coin-
distantes entre sí, como el cuidado portamiento y no sobre la estructura y
parental de las crías, no son necesa- el mecanisino nervioso que lo hacen
riamente el resultado de la actividad de posible; por otro, comportamientos
circuitos neuronales idénticos o, al similares pueden ser el resultado de la
menos, hoinólogos. La chinche de actividad de sistemas nerviosos muy
campo o el escorpión protegen a sus diferentes; y, por último, mecanismos
crías coino tainbién lo hacen aves y neuronales siinilares pueden emplearse
mamíferos, pero las estructuras neuro- para cumplir funciones motoras bien
nales implicadas son inuy distintas. En distintas.
el priiner caso, son eleinentos neuro-
nales incluidos en ganglios nerviosos; Tal vez el estudio de las fun-
en el segundo, es un coinplejo con- ciones inentales ofrezca de antemano
glomerado de estructuras neurales que la dificultad de su abordaje en especies
se constituye el denominado sistema distintas a la nuestra, lo que complica
Iímbico (Delgado-García,l992,a). In- una aproxiinación experimental de
cluso se puede rastrear en priinates carácter comparado. Esta dificultad
algunos rasgos peculiares de nuestro puede salvarse con diversas estrategias
comportainiento alimentario, repro- experimentales en lo que hace referen-
ductivo y social que muestran una cia al uso de animales de experimenta-
inayor similitud conductual de la que ción, pero aún en el caso del hombre,
seríamos capaces de determinar, al estamos de momento en el estadio en
nienos por el momento, coinparando el que sólo podemos establecer corre-
los circuitos neuronales potencial- latos neuronales de las diferentes ma-
mente responsables de dichas con- nifestaciones del estado consciente
ductas (Jolly, 1972). (Koch y Crick, 1994); es decir, que lo
más que podemos reseñar son los pro-
De inodo opuesto, un idéntico cesos funcionales que ocurren en de-
inecanisino neuronal, como es el de terminadas estructuras cerebrales du-
cocontracción de la musculatura ex- rante la elaboración o realización de
traocular se puede usar en funciones determinados fenómenos de carácter
adaptativas niuy distintas, ya que nu- cognitivo. Por elemental que parezca
inerosas especies terrestres lo utilizan este conociiniento, los neurofisiólogos
como un inecanisino adicional de expertos en sisteinas motores llegarían
protección corneal, mientras que los a la misina conclusión si se les pre-
peces lo emplean coino un sisteina de guntarse: iqué ocurre en mi cerebro
puesta a cero de la posición del globo inientras me rasco la coronilla? incluso
ocular en la órbita, esto es, coino un para un ejemplo tan simple coino el
mencionado, movimiento y estado este número? Si cada neurona la con-
mental parecen ir asociados, porque un vertimos en un grano de arena, con un
movimiento de ese tipo indica perple- volumen aproximado de 1 mm3 cúbi-
jidad del que lo realiza para un obser- co, nos caben 1 0 ~ r a n o sen 1 m3
vador externo. La asociación de movi- (aproximadamente, una tonelada).
iniento y pensamiento puede seguir Necesitaremos por tanto 1 .O00 m3 de
derroteros inuy diversos, aunque coino granos de arena (esto es, la arena que
se comenta más abajo, ambos procesos pueden transportar 20 vagones de
podrían haber surgido de un misino tren), para reunir el inisino número de
tronco evolutivo. elementos celulares que componen el
tejido nervioso. Si además queremos
Hablando de mente y cerebro que esos elementos neuronales se co-
es necesario hacer cuando inenos una muniquen entre sí mediante conectores
referencia a lo material frente a lo in- selectivos, y lo calculainos para un
material. Ya se ha apuntado que la cable de un diámetro aproximado de
aproximación al estudio del sistema 20 pm, nos quedará un conductor con
nervioso es a veces algo simplista un diámetro total similar al diámetro
cuando damos por supuesto, como terrestre. Si tenemos dificultades evi-
arriba se indica, que es más fácil el dentes para entender los procesos
estudio de los fenómenos conductuales mentales, también las tenemos, no hay
que el de los procesos mentales. Simi- que olvidarlo, para entender el órgano
lar tendencia se hace aparente asimis- que los produce (ver Delgado-García y
ino en que siempre nos parece más col., 1998).
fácil entender qué es la niateria frente
al entendimiento de qué es algo inma- CONCEPTOS DE DENTRO Y FUERA
terial como la conciencia. Sin einbar- EN LA ACTIVIDAD CEREBRAL
go, la simple enumeración de lo que
los físicos consideran partículas ele- Otro principio básico de la
mentales nos pone sobre aviso de la función neurona1 es que cada cerebro
complejidad de lo material (Penrose, determina un mundo interno propio
1991). Si se considera la enormidad del que interpreta al inundo externo que le
cerebro en cuanto a número de ele- rodea y que le permite actuar sobre él
mentos, capacidad de interconexión, de forma, a veces, inesperada. Cuando
diversidad de lenguajes neuronales, se actúa sobre el entorno se desarrolla
etc. podríamos ser un poco iniás parsi- comportamiento; cuando se reflexiona,
inoniosos y aceptar la idea elemental el comportamiento se internaliza: se
de que el estudio de la función newio- piensa. El comportamiento supone una
sa desde un punto de vista físico- actuación inmediata, mientras el pen-
quíinico es más complejo todavía que samiento permite una distancia tnayor
la aparentemente simple consideración en espacio y tiempo, así como un ma-
de cual es el substrato inaterial del yor secretismo para los observadores
Universo. Unos cálculos elementales (Llinás, 1988). Pero esta reflexión de lo
permitirán hacer frente a lo que que- que es dentro y lo que es fuera se inicia
remos decir. Es conocido que al cere- de hecho con los seres unicelulares.
bro humano se le supone un total de Una ameba o un parainecio están ro-
1O'' neuronas. Pero, iqué quiere decir deados de una membrana biológica
que separa su interior del medio acuo- interpuestas entre aquellas especializa-
so en el que viven. Se puede pensar das en la captación de diversas mani-
que una función primordial de dicha festaciones de la energía (luz, calor,
ineinbrana es evitar que las fuerzas de concentración de solutos) y otras de
la difusión disipen el contenido de la carácter efector, capaces de generar
célula en el medio externo. Pero, al comportamiento (movimiento, emisión
tiempo, la membrana delimita un es- de luz, descargas eléctricas, secreción
pacio interior en el que ocurren los de feromonas, etc.). La formación de
procesos metabólicos con la intensidad un sisteina nervioso central parece
y rapidez necesarios para el manteni- pues una reflexión evolutiva de lo des-
miento de la vida celular, gracias a la crito antes para los seres unicelulares.
proximidad y concentración de enzi- De nuevo (salvando las distancias en
mas, substratos, proteínas estructurales, número y complejidad de los elemen-
compartimientos intracelulares, etc. En tos que la componen) nos encontramos
esta situación, el núcleo celular porta- con una estructura interior que recoge
dor del código genético de la célula se y analiza determinada información que
encuentra separado y en des-conexión percibe de su entorno y que elabora
con el inundo externo, del cual sólo comportamientos más o menos contin-
sabe por los mensajes químicos que le gentes con lo que acontece fuera de su
llegan de la membrana celular. Así, el inundo interno. También, en este caso,
núcleo celular sabe del mundo sólo la imagen que el sistema nervioso cen-
aquello que le dicen censores localiza- tral se hace de su entorno depende de
dos en la frontera plasinática: el mundo la capacidad y número de los elemen-
que le rodea es sólo el reflejo de lo que tos sensoriales receptores de que dis-
de él puede medir. A su vez, el núcleo ponga; dicha imagen no ha de ser
puede elaborar órdenes traducibles en necesariamente real, pero al menos ha
inovimiento, secreción de sustancias, de ser útil, en referencia a la elabora-
etc., bien en función de la información ción de respuestas de carácter adapta-
de la que dispone, bien por decisión tivo. Por ejemplo, el verde y el rojo no
interna de su propio código genético. existen como tales en nuestro derredor,
En consecuencia, incluso el compor- pero son inventos útiles a la hora de
tamiento elemental de un ser unicelu- discriminar una presa de u n depreda-
lar puede ser no contingente con lo dor, una pareja más conveniente que
que ocurre a su alrededor. otra, etc. En general, las cualidades de
los elementos que percibimos (colores,
Los sistemas nerviosos surgie- sabores, olores, etc.) nos abren enor-
ron de una especialización progresiva. mes perspectivas en la interpretación
Una división elemental es aquella que del mundo que nos rodea y facilita
separa neuronas especializadas en la nuestra adaptación al mismo. Para ello,
recepción de información sensorial de no es necesario que la fresa sepa a algo
otras especializadas en la elaboración en la rama de la que pende: el sabor se
de respuestas motoras, como ocurre lo damos nosotros. El sabor nos sirve
por ejemplo en la anémona de mar. U n de guía, para evitar otras sustancias no
estadio crucial en la evolución del alimenticias o, incluso, tóxicas. A la
sisteina nervioso es la aparición de planta, también le sirve, puesto que su
interneuronas, es decir, de neuronas cultivo garantiza su supervivencia.
ducta (andar, inasticar, respirar) han de
U n elemento distintivo de los ser generados de inodo interno, por las
receptores sensoriales es su capacidad propias estructuras nerviosas y, eso sí,
para situar al observador a la mayor han de ser susceptibles de ser modula-
distancia posible de lo observado. dos por la información que proviene
Frente a otros, vista y oído confieren un momento a momento de un ambieiite
notable valor adaptativo porque per- siempre cambiante (Grillner y col.,
miten detectar a distancia señales de 1993).
interés, vital a veces, permitiendo u n
mayor tiempo para la elaboración de BASES NEURONALES DE 1.0s
comportamientos adecuados a la situa- DISTINTOS ESTADOS MENTALES
ción. De igual forma, la elaboración
abstracta de la información sensorial Es difícil, en el contexto aquí
permite una separación teinporal de lo apuntado, la justificación de los dis-
observado y una preparación de lo tintos estados mentales sin volver de
mejor para hacer. En este sentido, los nuevo a las características del entorno.
procesos mentales significan un nuevo La Tierra está sometida a un ritmo nic-
paso en la separación de mundo inter- tameral de 24 horas en el que la ilumi-
no y inundo externo, eliininando la nación (pero también la tetnperatura,
necesidad inmediata de análisis y res- humedad, mareas, etc.) varía de modo
puesta frente a una situación ambiental considerable. Recientenlente, se ha
comprometida (Llinás, 1988; Llinás y iniciado el estudio de las bases tnole-
Ribary, 1994). Por otra parte, en algún culares de la ritmicidad circadiana. En
inoinento la información sensorial que 1971, Konopka y Benzer aislaron mu-
se maneja pasa de ser meramente tantes de un gen de Drosophila, que
cuantitativa (más calorlmenos calor; presentaban alteraciones en su ritmici-
pequeñolgrande; blanco/marrón; plu- dad circadiana (ver Konopka, 1987). El
inaslpelo) a adquirir un carácter más gen en cuestión fue denominado per
integrador e incluso semántico (es una (iniciales de period). Según Takahashi
gallina o es un lobo). Aquí la selección (1 9951, la nlutación, que se encuentra
actúa favoreciendo aquellas especies en el cromosoina X, produce tres va-
capaces de incorporar a los mecanis- riaciones sobre el ritino circadiano de
inos neuronales propiedades relevantes la eclosión de los huevos y/o de la
del entorno por medio de sus órganos actividad medida por el batir de sus
sensoriales. Para alcanzar un idéntico alas: lo acorta (pe?), lo alarga ( p e h o
valor adaptativo, el comportainiento ha lo elimina (pei-7. Hace poco tiempo
de ser generado de manera que inte- también, se ha identificado el gen tim
raccione del inejor inodo con el medio (de timeless) conio un segundo ele-
externo y que facilite la supervivencia mento genético del reloj biológico de
del atiimal. Pero los procesos motores Drosophila. Los mutantes que no tie-
son extraordinariamente complejos, nen este gen no expresan los ritmos
como bien saben los fabricantes de circadianos en la eclosión y tienen
autómatas, y no pueden depender en alterada la actividad motora circadia-
exclusiva de la lluvia de estímulos al na. A su vez, estos mutantes tienen
azar que activa a los receptores senso- alterada a la vez la forinación del ARN
riales. Por tanto, los patrones de con- mensajero para per. En ausencia de
tim, además, una secuencia de la pro- incluso sobre la estrategia en la que se
teína PER inhibe la localización nu- apoyan muchas aproximaciones expe-
clear de la propia proteína (PER). Por lo rimentales al estudio de los estados de
que se sabe hasta el momento, la luz sueño y vigilia. Por ejemplo, en los
promueve la degradación de la proteí- estudios de sueño se suele utilizar la
na TIM. En oscuridad, se acumula de privación del mismo o de alguna de
nuevo TIM, lo que facilita la acumula- sus fases (de ondas lentas, de movi-
ción de PER. Ambas proteínas pasan al mientos oculares rápidos, ver más
núcleo celular, alcanzando su máxima abajo) al objeto de conocer los efectos
concentración al amanecer. En el nú- de su ausencia. Para ser coherentes,
cleo ambas proteínas forman hetero- debería hacerse lo mismo con los esta-
dímeros y permanecen juntas unas 6 dos de vigilia; por ejemplo, privar al
horas. Durante este período actúan sujeto experimental de todo compor-
transcribiendo y modulando genes que tamiento evidente. Ayudaría así a en-
regulan las actividades fisiológicas tender para qué sirve la vigilia. Aunque
circadianas. Las proteínas PER y TIM nuestro deseo suele pedirnos lo contra-
entran en el núcleo celular a mediano- rio, Erich Fromm (1941) decía que no
che. Al amanecer, TIM se degrada por hay nada más difícil que sentarse en
efecto de la luz, mientras PER perma- una silla y no hacer nada; como si el
nece durante cierto tiempo. Sin la pre- estado de vigilia suponga entre otras
sencia de TIM, PER finaliza sus efectos actividades, la de realizar determina-
de modulación circadiana. Ambas dos comportamientos de modo casi
proteínas permanecen casi indetecta- inaplazable.
bles durante el día, hasta el anochecer
en que se inicia u n nuevo ciclo. En la escala de los vertebrados
se observa una complejidad creciente
Por lo dicho, todos los seres de los estados de vigilia y sueño, de
vivos con núcleo celular diferenciado manera que la mayor dependencia de
parecen estar sometidos al ritmo circa- la información visual por parte de aves
diano, y todos los animales presentan y mamíferos, así como el enorme desa-
una fase comportamental asimilable de rrollo de la corteza visual en determi-
modo más o nienos evidente al sueño nados grupos como los primates, ha
de los mamíferos. Si bien este hecho incrementado sobremanera el estado
justifica en la práctica la presencia del mental consciente que caracteriza,
sueño (todas las especies animales sobre todo, a la especie huniana (Koch
duermen), no ocurre lo mismo con las y Crick, 1994; Llinás, 1988; Llinás y
explicaciones simplistas de la necesi- Ribary, 1994). Al parecer, el estado de
dad del sueño (reposo, ausencia de vigilia de los reptiles podría ser homó-
presas, presencia de depredadores, logo del sueño de ondas lentas de los
etc.). Es de notar la frecuencia con que mamíferos actuales (Rial y col., 1993).
aparece, incluso en trabajos especiali- Por lo tanto, los distintos niveles de
zados, la pregunta de >para qué sirve conciencia podrían haber sufrido un
dormir?, pregunta que difícilmente proceso evolutivo similar al que ocurre
resiste con seriedad su contraparte: con otros fenómenos coinportamenta-
>para qué sirve estar despierto?. La les, como la evolución de las conduc-
pregunta no es baladí, porque incide tas alirnentarias y agonísticas de espe-
cies relativamente próxiinas. ocurre durante la vigilia de los primates
(Kleitinan, 1969; Delgado-García,
Desde el punto de vista con- 1992, b). Se acepta en la actualidad
ductual, el sueño se diferencia de la que la inayor parte de los ensueños,
vigilia por una postura yacente, una sobre todo aquellos de contenido vi-
menor respuesta a los estíinulos senso- sual, ocurren durante la fase MOR del
riales y un inovimiento corporal redu- sueño.
cido y poco coordinado. El sueño al-
terna con la vigilia con periodicidad El recién nacido presenta una
circadiana, pero, a su vez, el sueño se ritmicidad ultradiana 18 vecesldía) en la
compone de distintas fases que se su- alternancia s~ieñolvigilia (Kleitman,
ceden con cierta periodicidad (ultra- 1969; Delgado-García, 1992, b). Con
diana) a lo largo del período de inacti- la edad se consolida el ritino circadia-
vidad de cada especie. Así, existen no y el sueño se concentra en la iioche
hasta cuatro fases sucesivas en el de- o el día, según la conducta de la espe-
iioininado sueño de ondas lentas, que cie. Algo similar, aunque opuesto de
se siguen progresivaiiiente a partir del fase, ocurre con la conducta aliinenta-
estado despierto. En general, cada fase ria. La duración del tieinpo invertido
(1-IV) del s~ieñode ondas lentas supone en sueño de ondas lentas y sueño MOR
una inayor profundidad del sueño, una decrece con la edad en los niamíferos
inayor desconexión con el entorno estudiados. Pero no conviene olvidar
sensorial del durmiente, una más signi- que si la vigilia del recién nacido ina-
ficativa diferencia en la actividad eléc- dura hasta la que caracteriza al indivi-
trica cortical, y diversas alteraciones en duo adulto, el sueño puede seguir un
funciones inotoras (tono muscular) y proceso parecido; de ahí que aquellas
vegetativas (ritmos respiratorio y cir- teorías que asignan un papel primor-
culatorio). El sueño se denomina de dial al exceso de sueño durante los
ondas lentas porque la actividad cere- priiiieros estadios del desarrollo de los
bral pasa de uii ritino beta (>12 Hz) o inainíferos haii de ser consideradas con
alfa (10-1 2 Hz) a uno delta (= 4 Hz). cuidado.
La fase IV del sueño se sigue en aves y
inainíferos de un tipo distinto de sueño, Un dato experimental de iin-
en el cual aparecen brotes o salvas de portancia, que se olvida a veces, pero
inoviinientos oc~ilares, con los párpa- que puede servir de guía para futuras
dos cerraclos, en presencia de una aproximaciones experimentales al
atonía completa de toda la musculatura estudio de los estados inentales es el
estriada. Este sueño de movimientos que sigue. La frecuencia con que se
oculares rápidos (MOR) se acompaña alternan las fases de sueño de ondas
de una actividad eléctrica cortical lentas y sueño MOR disminuye con la
siinilar a la de la vigilia (Deinent y edad, al igual que ocurre con la alter-
Kleitinan, 1957; Jouvet y col., 1959). A nancia de actividad/inactividad ultra-
lo largo de la noche, se alternan fases diana durante la vigilia. Ambos fenó-
de sueño de ondas lentas y de sueño menos van asociados al crecimiento
MOR, con uiia periodicidad de = 9 0 corporal (Kleitman, 1969; Delgado-
minutos, lo que recuerda la alternancia García, 1992, b). A su vez, la frecuen-
de fases de actividadlinactividad que cia de inoviinientos oculares durante el
sueño M O R disminuye con la edad y tintos estados mentales.
con el tamaño del animal (Escudero y
Vidal, 1996). Algo similar ocurre con Durante el sueño de ondas
distintos sistemas motores como el lentas, la información procedente de
facial y el hipogloso; esto es, especies los receptores sensoriales no tiene
más pequeñas mueven párpados, len- acceso a la corteza cerebral primaria
gua y extremidades a frecuencias más de cada modalidad sensorial. Por el
altas que especies de mayor tamaño contrario, durante el sueño MOR, la
(Doiningo y col., 1997). En general, la estiinulación sensorial es capaz de
frecuencia óptima de resonancia de un activar a los elementos neuronales
sistema está en razón inversa a su ma- corticales, sobre todo si se consideran
sa. Este es u n dato importante, porque los primeros coinponentes (pre-
significa que la supuesta imaginería cognitivos) de los correspondientes
visual a la cual sigue el ojo durante la potenciales evocados corticales. ?Qué
fase M O R disininuye taiiibién en fre- separa pues el sueño M O R de la vigi-
cueticia con la edad, lo que parece lia? En la vigilia, tanto los núcleos in-
algo inverosímil. Estos datos coiitrastaii tralaininares taláinicos como los nú-
con la actividad eléctrica cortical y cleos de relevo específicos permiten la
subcortical ya que sus frecuencias llegada a la corteza cerebral de infor-
dominantes (alfa, delta, etc.) son bas- mación procedente de los órganos de
tante constantes de una especie a otra, los sentidos. La información sensorial
independientemente del tainaño. Pare- disponible inoniento a momento en la
ce posible que todas aquellas funcio- corteza cerebral es analizada cada =
nes cerebrales relacionadas con siste- 12,5 i n s inediante una onda sincroni-
mas inotores hati de adaptar sus fre- zada de actividad que recorre el cere-
cuencias de actividad a las característi- bro en dirección fronto-occipital, La
cas biomecánicas del objeto a mover, inmensa cantidad de elementos neuro-
mientras que las funciones cerebrales nales tálanio-corticales parece que
de carácter cognitivo son más inva- están comunicados durante la vigilia a
riantes de una especie a otra. Esto se una frecuencia de resonancia de 40
debe con probabilidad a que los fenó- Hz. Esta alta frecuencia, barrida cada
ineiios perceptivos comparten el objeto 12,s i n s , permite un continuo proce-
a percibir, inientras que los fenómenos samiento de la inforinación sensorial
motores han de adaptarse al objeto que disponible de modo integral, convir-
se mueve. Ver u n árbol es un proceso tiendo en percepción la información
similar para u n gato y u n elefante, no fragmentaria procedente de cada órga-
así mover una pata. Si esta invariancia no receptor (Llinás y Ribary, 1993). Al
en los ritmos corticales resultantes de la parecer, la estructura nerviosa que
actividad eléctrica neurona1 está rela- coordina el barrido progresivo de la
cionada o no con los inecanismos corteza cerebral a una frecuencia de
subyacentes a los estados de vigilancia 40 H z es el conjunto de núcleos intra-
de especies próximas a la nuestra es laminares del tálamo (Llinás y Ribary,
difícil de predecir de inomento, pero, 1993; Purpura y Schiff, 1997). Esta
en cualquier caso, indica una vez más estructura facilita la unicidad percepti-
el carácter interno de los procesos va, mientras que los núcleos talámicos
fisiológicos que hacen posible los dis- específicos indican la inforinación
sensorial precisa de cada momento, anestesia el núcleo geniculado lateral,
esto es, lo que se percibe del mundo no se ve aunque el sujeto continua
exterior. En el sueño de ondas lentas, la consciente; si se anestesia el núcleo
corteza cerebral queda desconectada geniculado medial, no se oye, pero no
de los núcleos talámicos, mediante un se altera por ello el estado de vigilia;
mecanismo neurona1 característico de por el contrario, si se anestesian a la
las neuronas de relevo talámico. En vez los núcleos intralaminares del tá-
esencia, las neuronas de relevo del lamo, el sujeto queda inconsciente
tálamo tienen un carácter funcional todo el tiempo que dure el efecto del
biestable mediante el cual, cuando son fármaco. Igual ocurre con la afectación
hiperpolarizadas durante el sueño de patológica selectiva (por ejemplo, tu-
ondas lentas, son incapaces de enviar mores) de dichas estructuras neurona-
infortnación sensorial específica a la les (Llinás y Ribary, 1993).
corteza cerebral. La desconexión corti-
CONCLUSIONES
cal de los núcleos intralaminares del
La aproximación experimental
tálamo impide el proceso integrador
al estudio del sueño ha pretendido
cognitivo que estos núcleos realizan y
siempre explicarlo como un subpro-
hace imposible el estado consciente.
ducto inevitable (en ausencia de luz
Durante el sueño MOR, los poco se puede hacer) o subsidiario
núcleos intralaminares del tálamo (recuperación de las actividades diur-
mantienen, al parecer, su conexión nas) de la actividad nerviosa. En la
funcional con la corteza cerebral, no actualidad, la aproximación concep-
así los núcleos talámicos de relevo tual al estudio del sueño trata de asig-
(Llinás y Ribary, 1993). En esa situa- narle funciones más definidas como el
ción, la información que llega a la olvido de informaciones innecesarias
corteza mantiene el carácter de unici- (Koch y Crick, 1994), reelaboración de
dad cognitiva, pero desconectada de la deseos insatisfechos (Freud, 1900;
información sensorial procedente del Penrose, 19911, etc. Incluso así, pare-
mundo exterior. En consecuencia, el cen funciones de segundo orden si se
contenido de las ensoñaciones caracte- comparan con las que se buscan y
rísticas de esta fase del sueño ha de asignan al estado de vigilia: aprendi-
estar basado en elementos almacena- zaje, memoria, consumación de de-
dos en la memoria del que sueña. Aun seos, etc. Parece imposible pues el
así, durante el sueño MOR, la informa- estudio de los estados funcionales aso-
ción sensorial tiene acceso (al menos ciados al sueño sin una perspectiva
en los estadios iniciales o primarios de dominada por lo deslumbrante de los
elaboración de dicha información) a la fenómenos neuronales que acontecen
corteza primaria correspondiente, por durante la vigilia. Por su parte, el estu-
lo que determinados elementos senso- dio de esta última es una de las fronte-
riales presentes en el momento de la ras de la Neurociencia contemporánea,
fase M O R pueden pasar a formar parte ya que en definitiva, se trata de com-
del contenido de la ensoñación. El prender como un trozo de materia,
diferente papel que realizan los nú- altamente organizada si se quiere, es
cleos talámicos de relevo y los íntrala- capaz de entender el Universo o, tnás
minares se entiende mejor con una modestamente, su propia identidad.
posible explicación experimental. Si se
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