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ACERCA DE LA AMENAZA
La amenaza es igual que la oportunidad, pero en sentido contrario. La pregunta sería, ¿cuál es el
peligro que se viene? En el relato estaba claro que había un diluvio. Pero cuando lo tomaron en
cuenta, en serio, el agua les llegó hasta el cuello.
La amenaza es el peligro. Tengo que saber con qué amenazas me juego. Todo proyecto institu-
cional y personal tiene amenazas, competencias, cosas que están en el afuera y que están poten-
cial y absolutamente en contra de lo que estoy haciendo.
Esto implica identificar dónde estoy parado. La pregunta es cómo hacer para seguir.
Podríamos pensar – a través de un esquema – que arriba está la visión, el deseo, el sueño que
uno tiene, el lugar dónde quiere llegar con el proyecto. Ya abajo, la realidad. Siempre que noso-
tros queremos algo, hay también algo que se opone a eso que queremos. Entre el deseo y su lo-
gro hay una realidad que tira para abajo, que me dice “es muy lindo pero no se puede”. Por eso
tenemos que tener identificadas nuestras fortalezas, nuestras debilidades, nuestras amenazas,
nuestras imposibilidades y las del contexto para realizar el proyecto.
No es suficiente decir “la situación no ayuda”, porque si los sostengo no tengo nada que hacer con
la situación, porque no hay nadie que se llame “José situación”. En cambio, tengo que definir a
qué me estoy refiriendo.
Entre el deseo y la realidad se produce una tensión, que llamamos “tensión creativa”. Una organi-
zación y un proyecto que no tenga deseo es flojo, débil, pobre. Aparece como una institución cuyo
color central es el gris.
Esto nos pasa también en nuestras vidas, no es algo inherente sólo a las organizaciones; cuando
no hay algo que motiva, que genera deseo y desafío, la organización se administra, se ordena.
El proyecto puede ser correcto, eficiente, pero no tiene fuerza.
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Pero si la visión tira demasiado, más que una visión, se convierte en un delirio institucional. Eso
sucede cuando uno se voló y se olvidó dónde está parado.
Algo de esto nos sucede con los proyectos.
Existe una tensión necesaria que es la que juega hacia delante, que motiva. Y tiene que tomar en
cuenta la realidad, no para quedar atrapada, sino para entenderla.
Si no tomo en cuenta la realidad, podré tener ideas maravillosas, llevar a cabo proyectos geniales,
pero van a quedar afuera.
Por ejemplo, hay empresas que funcionan muy bien organizacional y administrativamente. Hoy
por hoy, una empresa que fabrica banderolas correctamente, por más eficiente que sea, no puede
funcionar.
Hay muchas organizaciones que tienen sueños maravillosas, pero como no pueden ver hacia atrás
para ver quien los sustenta y respalda, se caen.
Después se escriben libros sobre lo maravillosas que eran nuestras ideas y lo malo que era el con-
texto que no nos permitió hacer lo que queríamos.
Todavía no se escribieron los libros y nos falta que se defina un sueño que puedo llevarse a cabo
trabajando muy fuertemente con la realidad; a veces con la realidad sucia y eligiendo sostener el
proyecto. Estos libros todavía nos faltan.
ACERCA DE LA INFORMACIÓN
Es importante hacer la distinción entre “dato” e “información”. Podemos estar indigestados de
datos pero hambrientos de información. Eso nos pasa cuando recibimos papeles, memorándum y
cantidad de datos que no los podemos transformar en información. Información es aquello
que necesito para operar. Habitualmente es más sencilla de lo que los datos dicen.
Para entender el presupuesto de una organización en un proyecto no hay más de seis números
relevantes. Como hay mucha gente relevante trabajando en esto, nos pasa como con el barco de
Absalón. Cada uno va armando más y más datos. El dar poder a la gente significa dar información.
Es difícil que Job hubiera trabajado de otro modo si no sabía para qué era el barco. ¿Cuánta de
nuestra gente sabe exactamente para dónde vamos, qué tenemos como idea? Ese tema es el
márketing del proyecto.
En cualquier proyecto institucional hoy tenemos dos servicios a brindar: uno es para afuera y otro
es para adentro. Tenemos clientes internos en las organizaciones, en los proyectos. Uno es la se-
cretaria que está tipeando, el maestro que está trabajando, la gente de maestranza.
Desde la conducción tengo que generar el mejor servicio para que la gente responda y él, a su
vez, también tiene clientes y consumidores.
Los proyectos no son solamente buenos en sí; el principal desafío de un conductor de proyectos es
venderlo (dicho en forma burda). Y vender el proyecto es lo más difícil.
La historia de las ideas es la historia de la comunicación de las ideas.; las ideas que no-
sotros compramos son las ideas que se han incorporado porque se han podido comunicar. La me-
jor idea no vendida, no ofertada, no puede operar.
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Un proyecto tiene que transformarse en una pieza publicitaria tan importante para el otro como
para mí. Recuerden lo de la percepción: no es malo tener una muy buena idea. Lo malo es que
sea la única. Y que además, uno piense que es la mejor.
Un proyecto es un documento y un canal de información. Cuando Noé reunió a las cinco personas,
en seis frases les dijo lo que quería de ellos, a dónde quería llegar, qué era posible hacer, al tiem-
po que se comprometía a estar con ellos en esa posibilidad.
Ahí aparece el tema de la motivación, que no es una palmada en la espalda, sino gatillar la estruc-
tura de deseo que está en el otro.
El desafío de la motivación es que no se puede inventar; no se puede crear el deseo en el otro.
Pero es posible detectar lo que la gente tiene. Y como, además, tenemos la complejidad de ser
bastante diferentes, el desafío es cómo saber “apretar diferentes botones ”para diferentes perso-
nas. Esto nos pasa con organizaciones y le pasa al maestro con el aula.
Nada de lo que no esté es posible sacar hacia afuera. Pero sí podremos hacer lo correcto para que
aquello que cada persona tiene aparezca. Este es el problema del deseo.
A MODO DE SÍNTESIS
Un buen proyecto es una oportunidad para el otro. Lamentablemente, aveces el otro no lo sabe. Y
no tiene por qué; es nuestro tema como ofertantes.
No todos pedimos lo que queremos. En general lo que tenemos muchas veces viene por la oferta
que hemos tomado y que otros nos han hecho.
El proyecto, en definitiva, es un desafío a la creación. Es romper ese statu quo, es crear una situa-
ción y provocar un quiebre con lo que venía dándose.
Yo distingo entre creatividad e innovación; como entre idea y acto. Podemos tener mucha creati-
vidad y poca innovación.
Los proyectos no solamente son creativos, sino que definen sus resultados por la innovación. Pue-
do tener gente muy creativa y muy poco innovadora.
La innovación implica transformar en acto la creatividad. Podemos tener muchas ideas acerca de
cómo hacer mejor este país; o cómo hacer mejor la escuela, pero no somos muchos (yo no, por lo
menos) los que hemos transformado esas ideas en un acto que los haya modificado. Ese es el
desafío.
Innovación y creatividad no es la misma cosa. Puedo importar la creatividad, pero no la innova-
ción. Uno de los recursos de un director de proyectos es la importación de creatividad, a veces de
gente que la traiga.
No es lo mismo incorporar “al nuevo” en un equipo, que incorporar ‘lo nuevo” que trae.
Cuando alguien se incorpora a los equipos, a las organizaciones, a los proyectos, muchas veces los
dejamos pasar como personas, pero apenas comienza a traer algo que no es de nuestra cultura, le
decimos: “primero escuche, después hable”. De esta manera, nos perdemos una de las principales
oportunidades de aprendizaje organizacional, la cual se da cuando viene algo nuevo y, por no sa-
ber, genera una situación como la que se plantea en el “Príncipe Idiota” de Dostoyevski y se con-
vierte en “lo inoportuno que genera aquella verdad que no nos animamos a decir”.
Por eso, tenemos un método que – con respeto hacia los profesores de la materia – significa dar
“con la historia por la cabeza”.
Para que no aparezcan planteos como “Nosotros ya lo hicimos; si antes no anduvo, ¿por qué va a
andar ahora?” o “la idea es muy linda, pero es poco práctica”. Así incorporamos al nuevo, pero
dejando de costado lo nuevo.
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“Lo nuevo y el cambio” está mucho más cerca del modo en que estamos preparados para él que
de los conceptos teóricos que tenemos. Esta idea queda expresada en la película “La sociedad de
los poetas muertos”, en una escena en la que el maestro le dice a los alumnos : “traten de mirar
desde ángulos diferentes aquello que uno cree que está viendo todos los días.
Y se sintetiza en las palabras de Proust: “El viaje real del descubrimiento no consiste en buscar
nuevas tierras, sino en buscar con nuevos ojos”.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Blejmar, B.: “92 Modelo para armar. Diseño de organizaciones sociales inteligen-
tes”.
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Blejmar, B. : “El diseño de las organizaciones sociales inteligentes.”. Drucker, P. “Di-
rección de organizaciones sin fines de lucro”. El Ateneo.
IBM-GAVEA, Río de Janeiro. Materiales de un seminario.
Maturana, H. “El árbol del conocimiento”. Edit. Universitaria.
Olalía, J. Comunicaciones personales.
Rotter, P.: “El factor liderazgo”. El Ateneo.
Segal, P. :”La 3º disciplina”. Granica
Revista Iniciativas.