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I.

INTRODUCCIÓN

El suelo es un componente esencial del ambiente en el que se


desarrolla la vida; es vulnerable, de difícil y larga recuperación (tarda desde
miles a cientos de miles de años en formarse), y de extensión limitada, por lo
que se considera un recurso natural no renovable. De acuerdo con Dorronsoro
(2007), este recurso se utiliza para fines muy diversos: agricultura, ganadería,
pastos y montes, extracción de minerales y de materiales para la construcción,
soporte para las edificaciones, eliminación de residuos y actividades de ocio y
recreo, entre otros. En este sentido, puede decirse que el suelo provee
importantes funciones ambientales, dentro de los cuales se destaca ser el
sustento de alimento para las plantas, almacenar nutrientes, poseer y albergar
materia orgánica proveniente de restos animales y vegetales, ser el hábitat de
diversos organismos que transforman la materia orgánica presente en él, entre
otros factores que lo hacen ser esencial en el desarrollo de los ecosistemas de
los cuales forma parte.

Las actividades económicas, especialmente la agricultura, están


haciendo un uso cada vez más intensivo del suelo, empleando insumos como
plaguicidas y fertilizantes, con el fin de obtener alimentos y materias primas
para la elaboración de sustancias químicas, como biocombustibles. Igualmente,
otras actividades productivas también usan de manera intensiva este recurso,
situación que está conduciendo a una degradación creciente del suelo, así
como a una pérdida irrecuperable del mismo. El uso inadecuado de este
recurso trae como consecuencia la imposibilidad de hacer un uso óptimo del
suelo en la agricultura, la ganadería, la recreación, etc. Por tal razón, es
necesario crear políticas públicas y estrategias de regulación, que permitan
disminuir el impacto ambiental negativo que se produce sobre el suelo
(consecuencia de diversas actividades que se llevan a cabo en los procesos
productivos de la industria y demás sectores económicos), y generar una
conciencia sobre la importancia de conservar los recursos naturales presentes
en el medio.

Una estrategia para regular permanentemente las actividades


económicas de las empresas, en cuanto a la generación de impactos
ambientales negativos sobre el suelo, es el uso de instrumentos económicos
que puedan incentivar a los agentes económicos para que inviertan en la
protección y conservación de los recursos naturales. De igual forma, la
implementación de estos mecanismos económicos permitirá demostrar el valor
del recurso suelo como proveedor de bienes y servicios ambientales, para que
de esta manera pueda ser integrado en los estados de resultados de las
empresas. .

I.1. Objetivos Generales:

 Comprender los graves efectos que ocasiona el deterioro de los


suelos al medio ambiente,
 Identificar los agentes contaminantes, consecuencias que origina y
determinar las variables de la contaminación de los suelos en la
ciudad de Tingo María.

I.2. Objetivos específicos:

 Hallar las causas de la contaminación de los suelos Tingales.

 Identificar los efectos que se producen en la salud de la población


Tingalesa.

 Saber los tipos de contaminación en los suelos que se originan en


Tingo María.

 Conocer e informar las medidas preventivas para solucionar la


contaminación ambiental de los suelos en Tingo María.

 Identificar los agentes contaminadores del ambiente Tingales.


I.3. Antecedentes
La contaminación ambiental es un fenómeno que afecta sobre todo
a las áreas urbanas de nuestra ciudad, y cuyas consecuencias a la salud de la
población aún no se encuentran bien identificadas, pero son inmediatas y de
afectación a largo plazo.

Tan sólo en la Zona Metropolitana de Lima las muertes atribuidas


al cáncer, a la influenza y a la neumonía se han sextuplicado desde 1956, y las
muertes por enfermedades cardiovasculares se han cuadruplicado; de igual
forma los decesos de personas mayores a 65 años por bronquitis, enfisema y
asma aumentaron en un 12% entre 1978 y 1984.

Asi mismo, una de las cuencas más contaminadas del país es el rió
del departamento de Huánuco, el tratamiento de aguas residuales en la ciudad
es insuficiente. También la zona limítrofe de Tingo María (MUYUNA) es una de
las zonas de mayor emisión y concentración tanto de residuos sólidos, que en
tiraderos a cielo abierto ocasionan enfermedades y la proliferación de
organismos patógenos, como los tiraderos, y a los pequeños emisores como
talleres, imprentas, constructoras, instituciones educativas, laboratorios,
empresas de servicios en general y productos domésticos de limpieza,
plaguicidas, fertilizantes, y envases. Desafortunadamente la población más
vulnerable es la más débil: los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos.

Ante esta situación, resulta alarmante que la sociedad no cuente


con información sobre cómo protegerse tanto en su vida diaria, como cuando
ocurren fenómenos físicos y meteorológicos como los inviernos físicos y
meteorológicos como la inversión térmica. Los ciudadanos tienen derecho a
conocer lo que respiran, lo que toman y lo que comen, así como la situación del
medio ambiente que les rodea y sus factores de riesgo. Los gases y vapores
que emiten debido a la combustión de vehículos automotores son factores de
riesgo que se encuentran en el aire; los microorganismos, contaminantes
químicos y orgánicos son factores de riesgo para la salud presentes en el agua
y en los alimentos.

Para abordar una agenda pública para el acceso y uso de


información ambiental sobre emisiones contaminantes, debe reconocerse el
importante papel de la participación ciudadana en la gestión ambiental, la
información ambiental como una herramienta indispensable que da
transparencia a las políticas ambientales, y los procesos de capacitación y
educación de las organizaciones sociales como medios a través de los cuales
se promueve capacidad para acceder y utilizar la información.

Estos tres aspectos encuentran algunas de sus referencias legales


y políticas en la Agenda XXI (Programa mundial para transitar al desarrollo
sustentable), en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente, y concretamente en materia de emisiones en el Programa Nacional
de Medio Ambiente 1995 - 2000, y en la Propuesta Ejecutiva Nacional del
Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC).

El documento de la Agenda XXI, estableció como Plan de Acción


de 178 países, representados por sus gobiernos durante la Cumbre de la Tierra
que se desarrolló en Río de Janeiro en 1992, los principios generales que
sustentan la estrategia común de conservación de los recursos naturales y
mejoramiento de la calidad ambiental.

El Principio 10 de la Agenda XXI establece que " La mejor manera


de tratar los asuntos ambientales es a través de la participación de todos los
ciudadanos interesados. En el plano nacional, toda persona debe tener acceso
adecuado a la información sobre el ambiente, y exigir que sean del
conocimiento de las autoridades gubernamentales, incluyendo conocimientos
acerca de las actividades y los materiales que sean peligrosos para sus
comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de la toma
de decisiones. Los Estados deben facilitar y garantizar una sensibilización
ambiental, después de la participación pública, mediante información que esté
a disposición de todos. Debería facilitar el acceso efectivo a los procedimientos
judiciales y administrativos, entre la reparación de los daños y los recursos
pertinentes".

La contaminación del medio ambiente ocasionada por actividades


antropogénicas es un problema complejo y de proporciones mundiales,
políticas, económicas, científicas, tecnológicas y culturales que interactúan de
una manera tan estrecha que muchas veces dificulta la ejecución de acciones
correctivas, y mundial porque prácticamente no hay lugar en el planeta que
escape a sus consecuencias.

En la ciudad de Tingo María el daño que se causa a los suelos es


de la misma magnitud que el que se causa al agua y al aire, aunque en
realidad algunas veces es menos evidente para nosotros; sin embargo, es
importante conocer los lugares donde es más probable que se contamine el
suelo. Algunos de estos sitios son: los basureros municipales, y las zonas
urbanas muy pobladas, etc., sin dejar de mencionar las zonas agrícolas donde
se utilizan los fertilizantes o pesticidas de manera excesiva.

Otro punto de infeccioso es el exceso de basura por las calles de


nuestra ciudad.

Dentro de los contaminantes de suelos se encuentran los residuos


antropogénicos, cuyo origen puede ser doméstico, industrial, de hospitales o de
laboratorios. Independientemente de su origen, los residuos pueden ser
peligrosos o no peligrosos.
II. REVISIÓN DE LITERATURA

II.1. Caracterización del suelo

Echarri (1998, p. 1), expresa que “el suelo es una parte


fundamental de los ecosistemas terrestres debido a que contiene agua y
elementos nutritivos que los seres vivos utilizan, y en él se apoyan y nutren las
plantas y otros organismos”, razón por la cual el suelo es considerado un
recurso natural vital para el sustento de las actividades del ser humano, por lo
que debe ser estudiado y analizado con el fin de encontrar la mejor manera de
conservarlo a través del tiempo. Para lograr tal fin es necesario conocer cómo
es su proceso de formación, cuáles son sus componentes y cómo es su
dinámica en general. El suelo se forma en un largo proceso en el que
intervienen el clima, los seres vivos y la roca más superficial de la litosfera.
Este proceso es una sucesión ecológica en la que va madurando el ecosistema
suelo. La roca es meteorizada por los agentes meteorológicos (frío/calor, lluvia,
oxidaciones, hidrataciones, etc.) y así la roca se va fragmentando. Los
fragmentos de roca se entremezclan con restos orgánicos: heces, organismos
muertos o en descomposición, fragmentos de vegetales, pequeños organismos
que viven en el suelo, etc. Con el paso del tiempo todos estos materiales se
van estratificando y terminan por formar lo que comúnmente se conoce como
suelo (Echarri, 1998).

II.2. Calidad de suelo


El término “calidad del suelo” se originó en USA en la década de
1990, apareció por primera vez en el informe “Calidad del suelo y Agua: Una
Agenda para la Agricultura” del National Research Council Commitee – NRCC
(ACEVEDO et al., 2005). Asimismo, la calidad del suelo es definida como “la
capacidad funcional de un tipo específico de suelo, para sustentar la
productividad animal o vegetal (KARLEN et al., 1997). La calidad del suelo
incluye los conceptos de capacidad productiva del suelo y la protección
ambiental.
Para el NRCC (2004), citado por (ACEVEDO et al., 2005), la
protección de la calidad del suelo constituye una meta básica de la política
medioambiental; estableciendo cuatro estrategias para prevenir la degradación
del suelo y la contaminación de las aguas:

a) Conservar y mejorar la calidad del suelo como primera medida para mejorar
el medioambiente.
b) Hacer un uso eficiente de los pesticidas, del riego y de los fertilizantes en los
sistemas agrícolas.
c) Aumentar la resistencia de los sistemas agrícolas a la erosión y
escurrimiento superficial.
d) Hacer un mejor uso de los campos y de las zonas de protección del paisaje

Para BUDD (1992), es el número de individuos que se pueden


mantener en un área dada. En cambio, para BUOL (1995), es el uso del suelo
que se debe de basar en la capacidad de éste para proporcionar elementos
esenciales, pues éstos son finitos y limitan, por ende, la productividad.

Romig et al. (1995), citado por BAUTISTA et al. (2004), lo


constituye como la salud del suelo, ya que es el estado las propiedades
dinámicas del suelo como contenido de materia orgánica, diversidad de
organismos, o productos microbianos en un tiempo particular.

II.3. Indicadores de calidad de suelo


La calidad del suelo se puede evaluar empleando indicadores que
reflejen los cambios de capacidad del suelo y en su función (Dalurzo et
al., 2002 citado por ACEVEDO et al., 2005). Los indicadores
dependen del ecosistema considerado, debiendo determinarse características
que sirvan como indicadores de su sustentabilidad.

Los indicadores directos comúnmente utilizados corresponden a las


propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. La capacidad productiva
del suelo puede ser evaluada indirectamente con el rendimiento del sistema
agrícola, forestal y ganadero. NRCS (2004) recomienda que los indicadores de
calidad del suelo deban cumplir con las siguientes condiciones.

a) Ser fáciles de medir.


b) Medir los cambios en las funciones del suelo.
c) Abarcar las propiedades físicas, químicas y biológicas
d) Ser accesibles a los evaluadores de campo y aplicables en condiciones de
campo.
e) Ser sensibles a las variaciones climáticas y de manejo.

Hünnemeyer (1997); citado por ACEVEDO et al. (2005), los


indicadores de calidad del suelo permiten analizar la situación actual e
identificar puntos críticos con respecto a la sostenibilidad del suelo como medio
productivo o bien como recurso natural importante para la calidad de la vida y
manutención de la biodiversidad: además, permite analizar los posibles
impactos antes de una intervención; y ayudan a determinar si el uso del recurso
es sustentable.

MOSCATELLI et al. (2005) consideran como indicadores de calidad


de suelo a la profundidad del horizonte superficial, contenido de materia
orgánica, acidez, contenido de fósforo asimilable, respiración microbiana,
densidad aparente, resistencia a la penetración y tasa de infiltración. Los
indicadores pueden ser variables cualitativas (afloramiento del subsuelo,
aparición de canalículos de erosión, aparición de encharcamiento, etc.) y
variables cuantitativas (tasa de infiltración, capacidad de intercambio catiónico,
pH, cantidad de nematodos).

HÜNNEMEYER et al. (1997) establecieron que los indicadores


deberían permitir:
a) Analizar la situación actual e identificar los puntos críticos con respecto al
desarrollo sostenible.
b) Analizar los posibles impactos antes de una intervención.
c) Monitorear el impacto de las intervenciones antrópicas.
d) Ayudar a determinar si el uso del recurso es sostenible.

II.3.1. Indicadores físicos


Las características físicas del suelo son una parte necesaria en la
evaluación de la calidad de este recurso porque no se pueden mejorar
fácilmente. Las propiedades físicas que pueden ser utilizadas como indicadores
de la calidad del suelo son aquellas que reflejan la manera en que este recurso
acepta, retiene y transmite agua a las plantas, así como las limitaciones que se
pueden encontrar en el crecimiento de las raíces, la emergencia de las
plántulas, la infiltración o el movimiento del agua dentro del perfil y que además
estén relacionadas con el arreglo de las partículas y los poros. La estructura,
densidad aparente, infiltración, profundidad del suelo superficial, capacidad de
almacenamiento del agua y conductividad hidráulica saturada son las
características físicas del suelo que se han propuesto como indicadores de su
calidad (LUGO y ZINDER, 1999).

Brejada y Moorman (2001), citado por ACEVEDO et al. (2005)


considera que la textura del suelo se relaciona con la porosidad, infiltración y
disponibilidad de agua; la densidad aparente, está relacionada con la tasa de
infiltración y conductividad hidráulica, y la estabilidad de agregados, se
relaciona con la resistencia a la erosión y contenido de materia orgánica.

GARRIDO (1993), la capacidad de retención de agua se define


como cantidad de agua que puede retener un suelo en un ritmo adecuado y así
permitir el crecimiento normal en las plantas, también se conoce como la
capacidad de campo y el resultado se da en porcentaje. Además esta medida
es muy útil para calcular la dosis de riego de los cultivos, y en general, da una
idea muy real de las características hídricas del suelo en su capacidad total de
retención de agua para ellos se presentan nivel de muy baja (< 7%), nivel baja
(7% a 12%), nivel media baja (12% a 20%), nivel media (20% a 30%), nivel
elevada (>30%).

Bradford (1986); citado por la USDA (1999) indica que la


resistencia a la penetración es una medida de facilidad con la cual un objeto
puede ser empujado dentro del suelo es empleada para determinar, zonas de
compactación, u horizontes densos. La compactación, que produce una severa
restricción del crecimiento de las raíces, es causada primordialmente por el
pisoteo de los animales, uso de los equipos para granja y para laboreo, y tráfico
vehicular. El tipo de sistema radicular es la otra condicionante del grado de
penetración de las raíces. Para el ICT (2004) toma valores < 1 kg/cm2 como
suelos muy suaves, de 1a 2 kg/cm2 suelos suaves, de 2 a 3 kg/cm2 suelos
duros, de 3 a 4 kg/cm2 suelos muy duros y >4 kg/cm2 suelos extremadamente
duros.

AOKI y SERENO (2006) se denomina capacidad de infiltración a la


velocidad máxima con que el agua penetra el suelo. La capacidad de
infiltración depende de muchos factores; un suelo arcilloso y compacto tiene
menor velocidad de infiltración, usualmente los suelos arenosos presentan
regímenes de infiltración veloces. Asimismo, USDA (1999) considera valores <
0.00 4cm/h como una clase de infiltración impermeable, de 0.004 a 0.15 cm/h
clase muy lenta de infiltración, de 0.15 a 0.51cm/h infiltración lenta, de 0.51 a
1.52 cm/h infiltración moderadamente lenta, de 1.52 a 5.08 cm/h infiltración
moderada, de 5.08 a 15.24 cm/h infiltración moderadamente rápida, de 15.24 a
50.80cm/h infiltración rápida y >50.80cm/h infiltración muy rápida.

MENDOZA (2011) manifiesta que la densidad aparente refleja el


contenido total de porosidad en un suelo y es importante para el manejo de los
suelos (refleja la compactación y facilidad de circulación de agua y aire), para el
cual muestra la relación entre densidad aparente y el porcentaje de porosidad,
por ejemplo ; 1 g/cm3 es igual a 63%, 1.1 g/cm3 a 59 %, 1.2 g/cm3 a 56%, 1.3
g/cm3 a 52%, 1.4 g/cm3 a 48%, 1.5 g/cm3 a 45%, 1.6 g/cm3 a 41%, 1.7 g/cm3
a 37%, 1.8 g/cm3 a 33% y 1.9 g/cm3 a 30 %.

SANDOVAL (2006) manifiesta que la temperatura del suelo


dependerá la cantidad de radiación neta que llegue a la superficie terrestre
resultado de considerar el balance energético de onda corta y de onda larga.
Según (USDA, 1999) la temperatura media anual del suelo no es una lectura
simple, sino una serie de lecturas, las lecturas pueden fluctuar completamente
de la media tanto como aquellas de la temperatura del aire, especialmente
cuando no existe una cobertura protectora. Las fluctuaciones ocurren en ciclos
diarios y anuales mientras que en los eventos climáticos lo hace algo irregular
en ciertos lugares. Las fluctuaciones disminuyen con el incremento en la
profundidad y al final último son amortiguadas en el substrato en una zona
donde la temperatura es constante y es la misma que la temperatura media
anual del suelo.
FAO (1997) indica que la profundidad efectiva de un suelo es el
espacio en el que las raíces de las plantas comunes pueden penetrar sin
mayores obstáculos, con vistas a conseguir el agua y los nutrimentos
indispensables. Para el cual MARTINEZ (2006) clasifica a la profundidad
efectiva del suelo de acuerdo en los siguientes rangos; < 10 cm
(extremadamente superficial), 10 – 25 cm (muy superficial), 25 – 50 cm
(superficial), 50 - 100 cm (moderadamente profundos), 100 – 150 cm
(profundos) y > 150 cm (muy profundos).

II.3.2. Indicadores químicos


Los indicadores químicos de calidad del suelo incluyen
propiedades que afectan las relaciones suelo – planta, la calidad del agua, la
capacidad amortiguamiento del suelo y la disponibilidad de agua y nutrientes
para las plantas y microorganismos (ACEVEDO et al., 2005).

USDA (1999) menciona que la cantidad de nitrógeno en el suelo,


en un momento dado, es una función de la velocidad a la cual los
microorganismos descomponen la materia orgánica del suelo y esta velocidad
va depender de la temperatura, humedad, aireación, tipo de residuos
orgánicos, pH y otros factores. Asimismo, una vez formados, los nitratos del
suelo están sujetos a lixiviación, fijación, desnitrificación y consumos por las
plantas. Por esto es difícil de interpretar el contenido de nitrógeno (nitratos) en
términos de cuanto y donde estará disponible para responder a los
requerimientos de los cultivos. Asimismo BAZAN (1996) manifiesta los
siguientes niveles de porcentaje de nitrógenos en el suelo; nivel bajo (< 0.1%),
nivel medio (0.1%- 0.2%), nivel alto (>0.2%).
ARZUAGA et al. (2005), la deficiencia del fósforo (P) en los suelos
del trópico y sub trópico es un problema de reconocida importancia, cuya
magnitud constituye una de las limitantes de mayor transcendencia en la
producción de cosechas. El fósforo del suelo es provisto por el material
parental o por el agregado de fertilizante contiene principalmente fosfato de
calcio los que se hidrolizan durante el desarrollo del suelo. Por lo cual, BAZAN
(1996) considera la clasisifcacion de valores menores de 5 ppm nivel muy bajo,
5.1- 15 ppm nivel bajo, 15.1- 30 ppm nivel normal, 30.1- 40 ppm nivel alto.

Terron (1995); citado por DE LOS ANGELES (2007), la cantidad de


potasio disponible presente en el suelo es bastante variable a través del
tiempo, esto se debe a que el potasio se encuentra sujeto constantemente a
reacciones de hidrólisis, fijación y conversión a formas lentamente disponibles y
aún a formas no disponibles. Factores como tipo de arcillas presentes, pH,
temperatura y humedad del suelo, cantidad extraída por el cultivo, lixiviación
etc. pueden hacer variar considerablemente la reserva de potasio disponible
del suelo. Sin embargo BAZAN (1996) toma valores <300 K2O kg/ha como
nivel bajo, de 300 – 600 K2O kg/ha como nivel medio y >600 K2O kg/ha como
nivel alto.

USDA (1999) manifiesta los suelos que presentan pH que van de


5.7 y 6.1; los cuales se catalogan dentro del rango de moderadamente ácidos
considerándolo normal para suelos forestales no húmedos y valores de 5.2 a
5.5 fuertemente acido está asociado a la agregación de fertilizantes de amonio
o lixiviación de sustancias que contienen azufre.

SILVA (2003) asume que la materia orgánica del suelo se


considera como el indicador más significativo de la calidad del suelo, siendo el
componente más importante a seleccionar entre un grupo de datos mínimos y
necesarios para definir la calidad del suelo. La materia orgánica del suelo es
fundamental para mantener la estructura del suelo, retener el agua necesaria y
actuar como reserva nutritiva. Además BAZAN (1996) considera el nivel de
porcentaje de materia orgánica del suelo como; nivel muy bajo (< 1%), nivel
bajo o pobre (1% - 2 %), nivel medio (2% - 3%), nivel alto (3% -5%), nivel muy
alto (>50 %).

CALDERON (1999), la determinación de la capacidad de


intercambio catiónico de un suelo implica la saturación de dicha capacidad por
medio del sodio, el lavado del exceso de sodio (sodio soluble no
intercambiables) por medio de alcohol y la medida de dicha capacidad
mediante extracción de todo el sodio con acetato de amonio y la lectura del
sodio por la absorción atómica. Ademas, BAZAN (1996) manifiesta que los
suelos menores de 4 meq/100g presentan un nivel bajo de capacidad de
intercambio cationico, los rangos de 4-30 meq/100g como un nivel medio y
mayores >30 meq/100g como nivel alto.

II.3.3. Indicadores biológicos


CHEN (2000) indica que las propiedades biológicas del suelo son
muy dinámicas por lo que tienen la ventaja de servir de señales tempranas de
degradación o mejorías de los suelos. Además recomienda como indicadores
biológicos el carbono y nitrógeno de la biomasa microbiana, el nitrógeno
potencialmente mineralizado y la respiración edáfica.

IGLESIAS (2008), la biomasa microbiana constituye el componente


vivo de la materia orgánica del suelo y representa la fracción lábil, y por lo tanto
responde rápidamente al efecto de perturbación o recuperación del suelo.
Asimismo, los microorganismos juegan un papel importante en el desarrollo y
conservación del suelo. Las alteraciones en la biomasa microbiana, como el
descenso de la misma, parece estar determinado por propiedades de las
comunidades microbianas, su tipología y actividad, así como por las
condiciones climáticas a las que se ve sometido el suelo, más que a sus
características edáficas.

Bandick y Dick (1999); citado por ACEVEDO et al. (2005)


Consideran como indicadores biológicos la población de lombrices de tierra y el
rendimiento de los cultivos; así como estos indicadores son valiosos en la
interpretación de la dinámica de la materia orgánica y en los procesos de
transformación de los residuos orgánicos; además, dan rápida respuesta a los
cambios en el manejo del suelo y muy sensibles al estrés ambientales.

USDA (1999) indica que las poblaciones de lombrices pueden


variar con las características del sitio (disponibilidad de nutrientes y condiciones
del suelo), y con la estación y las especies involucradas y el rango puede
abarcar desde 10 lombrices por pie cuadrado de suelo (100 lombrices/m2); sin
embargo no todas las áreas o suelos mantienen o poseen lombrices ya sea
porque no fueron introducidas o porque las condiciones ambientales no son
favorables. Las lombrices por lo general aumentan la actividad microbiana y la
fertilidad química del suelo, y mejoran las características físicas del suelo.; el
laboreo generalmente mata alrededor de 25% de la población de lombrices. La
temperatura óptima oscila, para lombrices, entre 10º y 20ºC; el rango superior,
letal, es de 25ºC a 35ºC.Las lombrices usualmente están ausentes en suelo de
pH menor de 3.5 y son escasas en suelos con pH entre 3.5 y 4.5. La mayoría
de las lombrices viven en suelos con pH entre 5 y 7.4.

II.4. Tipos de contaminación: contaminación local y contaminación


difusa.

A menudo se distingue entre la contaminación edáfica proveniente


de fuentes claramente delimitadas (contaminación local o puntual) y la causada
por fuentes difusas. Martínez et al., (2005) citado por Solano (2005).
Cuadro 1. Contaminación local y difusa del suelo.

Fuente: AEMA, 2002

II.4.1. Contaminación Local


La contaminación local o puntual (lugares o emplazamientos
contaminados) aparece en las zonas que rodean a la fuente contaminante, en
las que existe una relación directa con el origen de la contaminación. Va unida
generalmente a la minería, las instalaciones industriales, los vertederos y otras
instalaciones, tanto en funcionamiento como tras su cierre. Dichas prácticas
pueden suponer un riesgo tanto para el suelo como para el agua
Martínez et al., (2005) citado por Solano (2005).

La contaminación local es un problema de reciente aparición.


Aunque las zonas más extensas y afectadas se concentran alrededor de
regiones muy industrializadas en el noroeste de Europa. Martínez et al., (2005)
citado por Solano (2005).

Cuadro 2. Causas principales de contaminación local en una


selección de países europeos están representadas en el siguiente gráfico
II.4.2. Contaminación difusa.
La contaminación difusa está causada generalmente por el
transporte de sustancias contaminantes, tanto solubles como particuladas, a lo
largo de amplias zonas con frecuencia alejadas de la fuente de origen. Pueden
ser metales pesados, sustancias acidificantes, sobrecarga de nutrientes
(eutrofización). En zonas agrícolas, el principal problema puede ser la
contaminación difusa. Martínez et al., (2005) citado por Solano (2005).
En los Estados miembros de la UE, los datos relativos al uso de
productos químicos en la agricultura o los informes nacionales del estado del
medio ambiente, han servido de aproximación para valorar la contaminación
difusa de las zonas agrarias, por lo que es probable que no se hayan localizado
todas las áreas de mayor riesgo. Martínez et al., (2005) citado por Solano
(2005).

II.5. Contaminación por metales pesados.

II.5.1. Metales pesados


Considera metal pesado aquel elemento que tiene una densidad
igual o superior a 5 g/cm3 cuando está en forma elemental, o cuyo número
atómico es superior a 20 (excluyendo los metales alcalinos y alcalino-térreos).
Su presencia en la corteza terrestre es inferior al 0.1% y casi siempre menor
del 0.01%. Junto a estos metales pesados hay otros elementos químicos que
aunque son metales ligeros o no metales se suelen englobar con ellos por
presentar orígenes y comportamientos asociados. García y Dorronsoro (2005)
citado por Solano (2005).

El contenido de metales pesados en suelos, debería ser


únicamente función de la composición del material original y de los procesos
edafogenéticos que dan lugar al suelo. Pero la actividad humana ha
incrementado el contenido de estos metales en el suelo en cantidades
considerables. García y Dorronsoro, (2005) citado por Solano (2005), de hecho
la entrada de metales pesados en el suelo ha ido aumentando desde que
comenzó la industrialización. Han et al., (2003) citado por Solano (2005).

Por su origen los metales pesados y elementos traza son de


importancia en el ambiente por su trascendencia en la contaminación de suelos
y, por tanto, de cultivos agrícolas pueden ser de naturaleza geogénica (origen
natural) o antropogénica. Se habla de origen natural cuando los contenidos de
metales se atribuyen a la composición de los distintos minerales presentes en
el suelo. Los metales son de origen antrópico cuando sus concentraciones son
mayores a las correspondientes a su composición geoquímica y son el
resultado de las actividades del hombre por actividades industrial, minero y
agrícola (USEPA, 1993).

Los elementos traza son elementos que están normalmente


presentes en relativamente bajas concentraciones en suelos o plantas.
Pueden ser o no esenciales para el crecimiento y desarrollo de
plantas, animales y el hombre.

Micronutrientes y metales pesados son dos términos que a veces


se usan para describir categorías de elementos traza, y no se deben usar en
sustitución de estos últimos porque los micronutrientes implican siempre que
los elementos son necesarios para el organismo y muchos elementos traza no
son micronutrientes, y respeto a los metales pesados, sólo se consideran
aquellos con peso atómico mayor que el hierro (55.8 g/mol), o con una
densidad mayor que 5.0 g/cm2 y esto excluiría a muchos elementos traza
PEIERZYNSKI et al. (1994). Otros términos que se pueden incluir como
elementos traza son metales traza, microelementos, elementos menores,
trazas inorgánicas, etc. Las altas concentraciones de ciertos elementos,
normalmente minoritarios, que se presentan en un suelo pueden ser por
causas naturales (por ejemplo, los suelos desarrollados sobre serpentinas, con
altos contenido en elementos como Cr, Ni, Cu y Mn).

Los metales pesados son muy estables en el suelo y en el proceso


natural de transformación de las rocas para originar a los suelos suelen
concentrarse, pero, en general, sin rebasar los umbrales de toxicidad y además
los metales pesados presentes en las rocas se encuentran bajo formas muy
poco asimilables para los organismos. Sin duda, la causa más frecuente de las
concentraciones tóxicas en suelos son las derivadas de las acciones
antrópicas.

Las rocas ígneas ultrabásicas (como las peridotitas) presentan los


más altos contenidos en metales pesados, seguidas de las ígneas básicas
(como los gabros y basaltos). Las menores concentraciones se encuentran en
las rocas ígneas ácidas (como el granito) y en las sedimentarias (areniscas y
calizas). Los porcentajes más altos se dan para el Cr, Mn y Ni, mientras que el
Co, Cu, Zn y Pb se presentan en menores cantidades, siendo mínimos los
contenidos de As, Cd y Hg. En los suelos, los elementos traza más abundantes
son Cr, Zn, Ni y Pb (1-1.500 mg/kg). En menores concentraciones se
encuentran el Co, Cu y As (0,1-250 mg/kg) y con mínimos porcentajes el Cd y
Hg (0,01-2mg/kg), según BOWEN (1979). Normalmente se encuentran en
solución como cationes Cd2+, Co 2+, Cr3+, Cu2+, Hg2+, Ni2+, Pb2+ y Zn2+, o
como oxianiones AsO43-, CrO42+, MoO42-, HSeO3- y SeO42-. Los elementos
traza podemos dividirlos en dos grupos según su actividad biológica:

i) Oligoelementos o micronutrientes, que son los requeridos en


pequeñas cantidades, o en cantidades traza por plantas y animales, y son
necesarios para que los organismos completen su ciclo vital. En general,
pasado cierto umbral se vuelven tóxicos. Dentro de este grupo están: As, B,
Co, Cr, Cu, Mo, Mn, Ni, Se y Zn.

ii) Elementos sin función biológica conocida, cuya presencia en


determinadas cantidades en seres vivos lleva aparejadas disfunciones en el
funcionamiento de sus organismos. Resultan altamente tóxicos y presentan

la propiedad de acumularse en los organismos vivos. Son


principalmente: Ba, Bi, Cd, Hg, Pb, Sb y Ti.

Cuadro 3. Metales tóxicos de interés (según diversos autores). Fuente:


Seoánez (1999) citado Solano (2005).
II.5.2. Fondo geoquímico
En la naturaleza cada elemento tiene su ciclo biogeoquímico, que puede ser
perturbado por la interacción de otros elementos, de forma natural o de
otros aportes derivados de las acciones antrópicas. La interacción por
aportes del mismo elemento puede conllevar que se alcancen
concentraciones que supongan un riesgo actual o potencial de
contaminación. En los ciclos biogeoquímicos desempeñan un papel
importante los procesos de meteorización, ya que son estos los que liberan
progresivamente los distintos elementos contenidos en los minerales
constituyentes de las rocas o material originarios del suelo. Algunos de los
elementos pasan a ser solubles y son susceptibles de ser translocados
(empobrecimiento), mientras que otros permanecerán en el suelo,
distribuidos en los distintos horizontes, a veces concentrándose
(enriquecimiento absoluto o relativo), sin que se pueda hablar de
contaminación en estos casos. Al interés de poder interpretarse la presencia
de elementos traza e un medio ha llevado a introducir el concepto de Fondo
geoquímico de un elemento como “concentración del elemento en un
determinado medio, en ausencia de cualquier aporte externo específico
derivado se la actividad humana” (PORTA, 1999). El fondo geoquímico
(Cuadro 1) de un mismo elemento variara según el material originario
Cuadro 4.Fondo geoquímico de un metal según material originario
 Síntesis de la biogeoquímica de As, Cd, Pb y Zn.
La importancia de las características biogeoquímicas de los
metales pesados reside en el papel que desempeñan al incorporarse en la
cadena trófica y su influencia en la salud humana como último eslabón en dicha
cadena. Por ello creemos conveniente incorporar una síntesis del papel que
arsénico, cadmio, plomo y cinc pueden desempeñar a este respecto .Solano
(2005).

 Arsénico.
El arsénico se presenta en forma libre en pequeñas cantidades; en
la corteza terrestre representa el 1.8×10-4 en peso. El mineral más corriente es
la arsenopirita, FeAsS, (O’Neill, P., 1995) del que se obtiene el elemento por
calentamiento. Es un constituyente natural de los minerales de plomo, cinc, oro
y cobre, que puede liberarse durante el proceso de fundición de los mismos.
Los gases y el material particulado de la minería y fundiciones pueden actuar
como fuentes contaminantes de arsénico Adriano (2001) citado por Solano
(2005).

En los suelos está uniformemente distribuido en los tipos de rocas


más importantes ya que tiene gran afinidad a formar o existir en muchos
minerales. Aunque los minerales y compuestos de arsénico son fácilmente
solubles, la migración de arsénico está muy limitada debido a la fuerte
adsorción por arcillas, hidróxidos y materia orgánica Kabata y Pendias (2001)
citado por Solano (2005).

Las reacciones del arsénico en los suelos están gobernadas por


sus estados de oxidación Kabata y Pendias (2001) citado por Solano (2005).
Su toxicidad depende de la concentración de arsénico soluble,
siendo el arseniato sódico y el trióxido de arsénico los más tóxicos. Kabata y
Pendias (1992) citado por Solano (2005).

Se acumula en el hígado, riñones, piel, pelo y uñas; se elimina por


la orina. La ingestión de dosis crecientes habitúa el organismo al veneno y lo
hacen más resistente.
El arsénico inorgánico es un cancerígeno para el hombre. Se ha
observado una alta incidencia de cáncer de piel y, posiblemente otros
cánceres, en poblaciones que consumen agua de bebida con altas
concentraciones de arsénico. Ihobe (1998) citado por Solano (2005).
Por vía inhalatoria el efecto crítico es el cáncer de pulmón. Se ha
observado un incremento de la incidencia de cáncer de pulmón en varios
grupos expuestos ocupacionalmente a compuestos de arsénico inorgánico.
Ihobe (1998) citado por Solano (2005).

Se estima que la producción mundial de arsénico al año oscila


entre 75.000 y 100.000 toneladas, de las cuales Estados Unidos utiliza la
mitad. Los compuestos de arsénico se utilizan principalmente en la agricultura y
silvicultura como plaguicidas, 23 Capítulo II herbicidas y silvicidas. Se usa
también en bronces, pirotecnia, en la industria microelectrónica y en la
manufactura de semiconductores. Algunos de sus compuestos se han usado
en la construcción de láseres ya que convierte la electricidad en luz coherente,
en la industria del vidrio, colorantes, etc. Jiménez (2003) citado por Solano
(2005).

 Cadmio.
Representa el 1.5×10-5 % en peso de la corteza terrestre. No se
encuentra nativo. Frecuentemente se presenta en pequeñas cantidades
asociado a minerales de cinc, tales como la esfalerita (ZnS). Minerales propios
son la greenockita o blenda de cadmio (CdS) (que es el único importante), la
otavita (CdCO3) y la monteponita (CdO). Jiménez (2003) citado por Solano
(2005).
El nivel natural de cadmio en el suelo es generalmente < 1 puede
exitir de forma natual en altas concentraciones cuando se encuentra asociado a
minerales de cinc, o de áreas cercanas s depósitos de cadmio. Básicamente
se recupera como subproducto de los procesos de fundición y refinamiento de
concentrados de cinc en una proporción de 3.0-3.5 kg.tm -1 de cinc. Adriano
(2001) citado por Solano (2005).
En suelos contaminados las especies de cadmio soluble
predominantes es el ion libre Cd2+ junto con otras especies neutras como
CdSO4 o CdCl2, presentes en cantidades crecientes donde el pH es mayor
que 6.5. Alloway (1995) citado por Solano (2005).

El cadmio no tiene función biológica esencial y tanto él como sus


compuestos son muy tóxicos para plantas y animales

El riñón es el órgano diana para el cadmio y el efecto crítico es la


proteinuria. La concentración crítica de cadmio en la corteza renal que
produciría un 10% de prevalencia de proteinuria de bajo peso molecular en la
población general es aproximadamente 200 mg/kg, la cual se alcanzaría tras
una ingesta diaria de aproximadamente 75 μg por persona durante 50 años. La
tasa de absorción de cadmio varía con la fuente: 2.5 % para el procedente de
los alimentos y 5% para el procedente del agua. Estudios de inhalación han
demostrado un incremento altamente significativo del cáncer de pulmón en
ratas dependiente de la dosis. También se ha observado en varios estudios un
exceso de cáncer de pulmón entre trabajadores expuestos al cadmio .Ihobe
(1998) citado por Solano (2005).

 Plomo.
Entre los metales pesados de número atómico mayor de 60, el
plomo es el más abundante en la corteza de la tierra. Su concentración en
suelos no contaminados no supera los 20 mg·kg-1. Davies (1995) citado por
Solano (2005).
El plomo es un tóxico cuya ingestión (en forma de vapor, humo o
polvo) provoca saturnismo y que se acumula en los huesos. Niños de hasta 6
años (los niños absorben 4-5 veces más plomo que los adultos) y mujeres
embarazadas son los grupos más susceptibles de sufrir los efectos del plomo.
Ihobe (1998) citado por Solano (2005).

Está clasificado como un posible cancerígeno en humanos. Existen


estudios epidemiológicos en trabajadores pero no pueden considerarse
definitivos. Si está 26 La Contaminación del Suelo suficientemente demostrada
la cancerogenicidad en animales, (carcinoma renal en ratas y ratones y gliomas
en ratas y cáncer de pulmón en ratones). Ihobe (1998) citado por Solano
(2005).

Existen muchas fuentes de plomo y entre ellas podemos mencionar


las fundiciones y actividades mineras, los abonos, las aguas residuales,
tuberías, conductos, soldaduras y la contaminación procedente de los tubos de
escape de los automóviles. El plomo también se usa en pinturas, vidrios,
insecticidas, baterías (se emplea el metal y su óxido), municiones,
recubrimiento de cables, etc. Solano (2005).

 Cinc
El cinc es divalente en todos sus compuestos. El ion Zn2+ es
incoloro y existe en forma hidratada en soluciones acuosas neutras y ácidas;
sin embargo en solución alcalina precipita el hidróxido, pero en exceso de base
dicho hidróxido se disuelve para formar el ion zincato, Zn(OH)4 2-. Debido a su
naturaleza anfótera, el cinc forma gran variedad de sales; los cloratos, cloruros,
sulfatos y nitratos son solubles en agua mientras que los óxidos, carbonatos,
fosfatos, silicatos y sulfuros son relativamente insolubles en agua. Adriano
(2001) citado por Solano (2005).

El contenido de cinc en los suelos depende de la naturaleza de la


roca madre, de la materia orgánica, de la textura y del pH. En suelos no
contaminados la concentración de cinc total es 10-300 mg·Kg-1 con un
promedio de 50 mg·kg-1. Solano (2005).

El cinc puede ser considerado, junto con el cadmio, como un metal


muy móvil y biodisponible. Entre otros factores que afectan a la movilidad y
biodisponibilidad del cinc se encuentran el pH, la materia orgánica y el
potencial redox. La solubilidad del cinc es baja, a pH ácido predomina la forma
Zn2+ alcanzando concentraciones de 10-4 M mientras que a pH alcalino esta
concentración disminuye considerablemente (10-8 M) ya que precipita como
Zn(OH)2. La movilidad del cinc decrece con el incremento de los valores de pH.
.Zauner000000000 et al., (1999) citado por Solano (2005).
Ingestas elevadas de cinc pueden alterar el balance del cobre,
considerado importante porque deficiencias crónicas de cobre pueden producir
efectos adversos al metabolismo del colesterol. También se ha asociado el
descenso de los niveles de lipoproteínas de alta densidad como un efecto del
cinc. Ihobe (1998) citado por citado por Solano (2005).
El cinc se utiliza principalmente como baño protector sobre un gran
número de metales para prevenir la corrosión y en aleaciones como el latón y
el bronce. Los meta0.les galvanizados tienen muchas aplicaciones en la
construcción, transporte e industria. El cinc y sus compuestos son
componentes de muchos artículos domésticos como utensilios, cosméticos,
pomadas, antisépticos, astringentes, pinturas, barnices, linóleos y cauchos.
También se utilizan en la manufactura de pergaminos, vidrio, llantas de
automóviles, pantallas de televisión, pilas y aparatos eléctricos .Solano (2005).

II.5.3. Fuentes de contaminación por metales pesados

Los suelos son minerales meteorizados enriquecidos por otros


componentes como la materia orgánica mineralizada y en estado de
descomposición. En los suelos, los metales son una parte de los minerales del
suelo o existen principalmente como complejos particulados de diferentes
formas. Novotny (1995) citado por Solano (2005).
Los metales pesados pueden acumularse en el suelo tanto a partir
de procesos naturales como a partir del desarrollo de un amplio grupo de
actividades antrópicas. Las fuentes naturales son la roca madre y los minerales
metálicos; las fuentes antrópicas se extienden desde la agricultura (fertilizantes,
abonos animales, plaguicidas, etc.), la metalurgia (minería, fundición,
manufactura metálica, etc.), la producción de energía (gasolinas con plomo,
manufactura de pilas, plantas de energía, etc.), y la microelectrónica hasta los
depósitos de residuos. Alloway (1995) citado por Solano (2005).

 Minería y fundición metalífera.

Aunque las técnicas actuales de la minería y fundición son


generalmente bastante eficientes y, por tanto, los fragmentos de roca finamente
molidos y partículas residuales de minerales no eliminados por los procesos de
separación producidos contienen concentraciones de metal relativamente
pequeñas, históricamente, a lo largo del siglos XIX y mediados del XX, dichos
fragmentos y partículas residuales poseían contenidos de metal muy altos
debido a que los procesos de separación del mineral eran menos eficientes.
Por tanto estas partículas residuales, que pueden ser transportadas por el
viento y/o el agua, constituyen una significativa fuente de contaminación por
metales de suelos circundantes a zonas de minería y fundición y en suelos
aluviales aguas abajo. Alloway (1995) citado por Solano (2005).

 Materiales agrícolas y hortícolas.

Las prácticas agrícolas constituyen una importantísima fuente de


metales en el suelo en muchas partes del mundo, especialmente en zonas de
intensa actividad. Alloway (1995) citado por Solano (2005). Las principales
fuentes son:
- Impurezas en los fertilizantes: Cd, Cr, Mo, Pb, U, V, Zn.
- Aguas y fangos residuales; especialmente Cd, Ni, Cu, Pb, Zn (y
otros muchos elementos).
- Estiércoles, principalmente de aves y cerdos, de la intensa
producción animal: Cu, As, Zn.
- Plaguicidas: Cu, As, Hg, Pb, Mn, Zn.
- Residuos derivados de los fertilizantes orgánicos: Cd, Cu, Ni, Pb,
Zn
- Conservantes de la madera: As, Cu, Cr.
- Corrosión de objetos metálicos: Zn, Cd.

 Deposición atmosférica.

En países industriales, la deposición atmosférica puede ser una


importante fuente de metales para los suelos. De hecho en muchas regiones
constituye la principal fuente de entrada de metales en suelos agrícolas y
plantas (Haygarth y Jones, 1992) por la deposición superficial sobre las hojas o
la cantidad y translocación de los metales transportados por el aire, que entran
en los ecosistemas en forma particulada. Adriano (2001) citado por Solano
(2005).

 Combustión de fuel fósil.

En general, la combustión de fuel fósil da como resultado la


dispersión de un amplio número de metales pesados, como son Pb, Cd, Cr, Zn,
As, Sb, Se, Ba, Cu, Mn, U y V, sobre un gran área, aunque no todos esos
elementos están presentes en concentraciones significativas en todos los tipos
de carbón y petróleo. La combustión de gasolinas con plomo ha sido la mayor
fuente de este metal en el medioambiente y ha afectado a una gran proporción
de suelos de la superficie terrestre. (Alloway 1995) citado por Solano (2005).

 Industrias químicas.

Otras fuentes significativas de contaminación de los suelos por


metales pesados son las manufacturas y/o usos y eliminación de, entre otros,
pilas, pinturas y pigmentos, catalizadores, polímeros estabilizantes, plásticos,
productos médicos, aditivos en aceites y lubricantes, etc. (Alloway 1995) citado
por Solano (2005).

 Eliminación de residuos.
La acumulación y eliminación de residuos domésticos, municipales
e industriales puede llevar a la contaminación del suelo por metales pesados
de varias maneras. El depósito de residuos sólidos municipales sobre el suelo
puede ocasionar la dispersión de metales pesados, como Cd, Cu, Pb, Sn y Zn
en el suelo, aguas subterráneas y superficiales si el citado depósito no se
efectúa de la forma correcta en un lugar preparado y destinado para tal fin. Por
otra parte la incineración de residuos puede conducir a la emisión de aerosoles
de metales (Cd, Pb) si no se dispone del equipo de control de contaminación
adecuado (Alloway 1995) citado por Solano (2005).
La acumulación temporal de residuos industriales, como los
procedentes de las actividades derivadas de la minería, fundición e
hidrometalurgia pueden causar una contaminación del suelo de importante
magnitud que, a menudo no se pone de manifiesto hasta que no se efectúa un
estudio detallado de la zona cuando dicho lugar ya no se utiliza para tal fin.
Alloway (1995) citado por Solano (2005).

 Actividades deportivas, guerras y entrenamientos militares.

Actividades deportivas como la caza puede ocasionar la entrada de


determinados metales pesados como Pb, Sb y a veces Ni en determinados
tipos de suelos. También se encuentran significativamente contaminadas en el
mundo las áreas y escenarios donde se han efectuado batallas y escaramuzas
ya que en la mayoría de suelos los metales pesados persisten durante siglos.
En adición a los campos de batalla, los suelos en los que se efectúan
entrenamientos militares, los campos y bases aéreas y navales también se
encuentran significativamente contaminadas con metales pesados. Ramírez
(2005)

II.6. Factores influyentes en la contaminación del suelo

II.6.1. Vulnerabilidad.
El grado de vulnerabilidad de un suelo frente a la contaminación
depende de la intensidad de afectación, del tiempo que debe transcurrir para
que los efectos indeseables se manifiesten en las propiedades físicas y
químicas de un suelo y de la velocidad con que se producen los cambios
secuenciales en las propiedades de los suelos en respuesta al impacto de los
contaminantes. Ramírez (2005)

II.6.2. Poder de amortiguación.


El suelo actúa como una barrera protectora de otros medios más
vulnerables, como los hidrológicos y los biológicos, capaz de realizar funciones
de filtración, descomposición, neutralización, inactivación, almacenamiento, etc.
Pues presentan los suelos una elevada capacidad de depuración. Ramírez
(2005)
Cuando un suelo ha rebasado su capacidad de amortiguación para
una o varias sustancias, se dice que es un suelo contaminado, y consecuencia
de ello, pasa de actuar como un sistema protector a ser causa de problemas
para el agua, la atmósfera, y los organismos. Ramírez (2005)

II.6.3. Biodisponibilidad.

Grado por el cual un contaminante en una fuente potencial, está


disponible para ser tomado por un organismo.

Movilidad.
Este factor regulará la distribución del contaminante y por tanto su
posible transporte a otros sistemas. Ramírez (2005)

II.6.4. Persistencia
Regulará el periodo de actividad de la sustancia y por tanto es otra
medida de su peligrosidad. La mayoría de los procesos de pérdida y
degradación del suelo son originados por la falta de planificación y el descuido
de los seres humanos. Ramírez (2005). Las causas más comunes de dichos
procesos son:

- Almacenamiento incorrecto de productos y/o residuos en actividades


industriales
- Vertidos de residuos incontrolados
- Escombros industriales
- Bidones enterrados
Almacenamiento incorrecto de productos o residuos
- Accidentes en el transporte de mercancías
- Fugas en tanques u operaciones deficientes
- Vertidos incontrolados de aguas residuales
- Uso incorrecto de pesticidas y/o abonos
- Alcantarillado antiguo en mal estado
- Antiguos entierros de residuos
- Deposición de contaminantes atmosféricos

II.7. Vinculación del suelo en la actividad económica

El suelo es un componente muy específico de la biosfera debido a


que actúa como amortiguador natural, controlando el transporte de elementos y
sustancias químicas a la atmósfera, la hidrosfera y la biota. Por tanto, se dice
que el mantenimiento de las funciones ecológicas del suelo es responsabilidad
de la humanidad

Este recurso natural desempeña una serie de funciones clave,


tanto medioambientales como sociales y económicas, que resultan
fundamentales para la vida, dentro de las cuales pueden mencionarse:
producción, ambiente biótico, regulación climática e hidrológica,
almacenamiento de nutrientes y materias primas, control de residuos y
contaminación, espacio vital, archivo patrimonial3 y espacio conectivo, entre
otras. La capacidad de almacenaje, filtración, amortiguación y transformación
convierte al suelo en uno de los principales factores para la protección del agua
y el intercambio de gases con la atmósfera. Además, constituye un hábitat y
una reserva genética, un elemento del paisaje y del patrimonio cultural, así
como una fuente de materias primas fundamentales en los procesos
productivos organizacionales. La tabla 1 presenta un resumen de algunos
servicios ambientales que presta el recurso suelo. Teniendo en cuenta la
información presentada en la tabla 1, puede decirse que la conservación de la
materia orgánica presente en el suelo tiene un valor fundamental para el
sostenimiento de la vida y de los procesos que se desarrollan en torno a ella,
puesto que proveen diversas funciones y servicios ambientales importantes
para el ser humano, dentro de los cuales se destacan el control de la erosión,
la formación del suelo, el ciclo de nutrientes, el tratamiento de desechos,
hábitat y refugio, producción de alimentos, regulación de gases, entre otros
(Costanza y Folke, 1997). No obstante, la CCE (2002) plantea que las
actividades agrícolas y forestales tienen una gran incidencia en la materia
orgánica del suelo. Esta comisión encontró que a pesar de la importancia de
preservar el contenido de este elemento en el suelo, la materia orgánica en
descomposición no se repone lo suficiente en los cultivos herbáceos, entre los
que se observa una tendencia cada vez más pronunciada hacia la
especialización y el monocultivo. Esta especialización ha llevado a la
separación de la ganadería y los cultivos herbáceos, con lo que han
desaparecido las prácticas agrícolas de rotación y la consiguiente reposición de
materia orgánica.

Cuadro 5. Servicios ambientales que presta el recurso suelo

Como ya se mencionó antes, la acumulación de materia orgánica


en el suelo es un proceso lento que se puede ver favorecido por técnicas
adecuadas de gestión de explotaciones como la agricultura de conservación, la
agricultura ecológica, los pastizales permanentes, los cultivos de cobertura, el
abonado com leguminosas verdes, el uso de estiércol y compost, el cultivo en
fajas y el cultivo según las curvas de nivel. La mayoría de estas técnicas han
demostrado su eficacia a la hora de prevenir la erosión, aumentar la fertilidad y
potenciar la biodiversidad del suelo.
Por otra parte, es importante mencionar que el suelo presta otros
servicios ambientales dentro de los que se puede enunciar el proporcionar
espacios que permiten el esparcimiento de la población y el desarrollo cultural
de las regiones en tanto compone paisajes agradables que fomentan la
tranquilidad y la diversión de los seres humanos; de igual forma, este recurso
participa en la regulación del ciclo hidrológico y sirve como vertedero de
desechos, situación que favorece la supervivencia de las organizaciones de las
cuales forma parte el hombre, pues de esta forma se desechan aquellos
subproductos de producción considerados “indeseables”.
Teniendo en cuenta los servicios ambientales que presta el suelo,
puede decirse que la conservación de este recurso es fundamental para el ser
humano, pues de su adecuado funcionamiento depende en gran parte el
sostenimiento de las actividades productivas que desempeña el hombre. En
este sentido, Villarreal y otros (2004, p. 4) consideran, entonces, que el suelo
agrícola es “un sistema complejo y en equilibrio dinámico, compuesto por
elementos bióticos e inorgánicos, es el resultado de un extenso proceso de
generación en el cual interviene el clima, el agua, el relieve, los organismos
vivos y el tiempo, alterando profundamente el material originario denominado
roca madre”.

II.8. Actividad econômica y degradación del recurso suelo

Una de las principales problemáticas en el ámbito ambiental y


empresarial es la pérdida o degradación de recursos naturales que
comprometa la generación de satisfactores sociales y económicos, razón por la
cual es fundamental conocer caules son las principales fuentes de
contaminación del recurso suelo y cuál es la diferencia entre un suelo
contaminado y uno alterado. Así, según Cepeda (2003), la contaminación
ambiental es la presencia en la atmósfera, el agua o el suelo, de sustancias no
deseables, en concentraciones, tiempo y circunstancias tales, que puedan
afectar significativamente la salud y bienestar de las personas. En este sentido,
se entiende entonces por daño ambiental la afectación o modificación de las
condiciones originales de los recursos naturales, y por contaminación, la
presencia superior a los valores límite permisibles de aquellas sustancias que
tengan la capacidad de modificar o variar alguna condición de dichos recursos
y generar alteraciones que perjudiquen la salud de las personas. De esta
manera, se puede decir que un suelo está contaminado, cuando las
características físicas, químicas o biológicas originales han sido alteradas de
manera negativa, debido a la presencia de componentes de carácter peligroso
para el ecosistema; en este caso, la productividad que el suelo tenía, se pierde
total o parcialmente (Cepeda, 2003). Por consiguiente, la contaminación del
suelo generada por actividades económicas puede presentarse de dos formas:
degradación edáfica, proveniente de fuentes claramente delimitadas
(contaminación local o puntual) y la causada por fuentes difusas (Figura 1).

Cuadro 6. Contaminación local y difusa del suelo


Martínez y otros (2005) plantean que la contaminación local (o
puntual) va unida generalmente a actividades económicas como la minería, las
instalaciones industriales y los vertederos. En la minería los principales riesgos
están relacionados con el almacenamiento de lodos, la generación de aguas
ácidas de mina y el uso de ciertos reactivos químicos. Asimismo, el vertido de
residuos constituye otra actividad potencialmente contaminante; en estos
lugares, los lixiviados pueden afectar al suelo circundante y al sustrato
geológico para, posteriormente, pasar a las aguas subterráneas o de superficie.
Ahora bien, la contaminación difusa es causada generalmente por el transporte
de sustancias contaminantes, tanto solubles como particuladas, a lo largo de
amplias zonas con frecuencia alejadas de la fuente de origen. Este tipo de
contaminación está más relacionado con la deposición atmosférica,
determinadas prácticas agrícolas y el tratamiento y reciclaje inadecuado de los
lodos de depuración y aguas residuales (Martínez y otros, 2005). Puede
decirse, entonces, que los efectos desfavorables de los contaminantes en el
suelo como sistema son la afectación de su ciclo biogeoquímico y su función de
biofiltro; la disminución cualitativa y cuantitativa del crecimiento de
microorganismos; la disminución del rendimiento de los cultivos; la
contaminación de las aguas superficiales y freáticas por procesos de
transferencia y, por último, la disminución de las funciones de soporte de
actividades de ocio (Porta; López-Acevedo; Roquero 1994) . Ahora, dentro de
los contaminantes con gran impacto sobre el suelo están los plaguicidas. En
este orden de ideas, se reconoce que los plaguicidas son sustancias formadas
por compuestos tóxicos que se han introducido deliberadamente en el medio
ambiente para combatir plagas y enfermedades de las plantas; pueden
acumularse en el suelo o bien filtrarse en las aguas subterráneas o evaporarse
y posteriormente volver a depositarse en el suelo. Asimismo, pueden afectar la
biodiversidad de este recurso debido a su escasa selectividad y por
incorporarse en la cadena trófica. Debido a estas características, este estudio
tiene como objetivo centrarse en los impactos negativos que generan los
plaguicidas en el recurso suelo, razón por la cual, a continuación se presenta
una descripción de los mismos.
II.9. Caracteristicas de los plaguicidas

Al hablar de este tipo de sustancias es importante diferenciar entre


los términos plaguicidas y pesticidas, debido a que en la literatura tienden a ser
empleados como sinónimos. Los plaguicidas se utilizan ampliamente y casi
exclusivamente en agricultura circunscritos a la definición de plaga, es decir,
grupo de insectos maléficos u hongos, bacterias e incluso maleza que atacan a
las plantaciones. Ahora, el término pesticida se asocia a una definición que va
más allá del ámbito agrícola, aplicable a la definición de peste, enfermedad
contagiosa y grave que causa gran mortandad o afección en los hombres o en
los animales. Evidentemente, la actividad tóxica del plaguicida sobre la especie
objetivo no es considerada un problema, ya que en esa actividad se basa su
eficacia y la razón de su utilización; sin embargo, los problemas se derivan de
la falta de selectividad ya que en la liberación de estas sustancias la toxicidad
se extiende a otras especies no objetivos. Este posible efecto no intencionado
sobre otros organismos obliga a realizar valoraciones previas a modo de
minimizar los impactos sobre estos organismos y los diferentes hábitats
(Enríquez, 2001). EI término plaguicidas incluye las sustancias destinadas a
utilizarse como reguladoras del crecimiento de las plantas, defoliantes, agentes
para reducir la densidad de fruta, o agentes para evitar la caída prematura de la
fruta, y las sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha
para proteger el producto contra el deterioro durante el almacenamiento y el
transporte (Montes y García, 2005). Ahora, según su uso se clasifican en
fitosanitarios o agrícolas, ganaderos, para la industria alimenticia, ambientales,
higiene personal y domésticos (Galdames, 2000). Adicionalmente, no
importando el tipo de plaguicida, todos cuentan con ciertas características
(como toxicidad, persistencia, bioacumulación, capacidad de migración, etc)
que los hacen perjudiciales o benéficos tanto para los recursos naturales, como
para el hombre (Linares, 2007). De otro lado, la presencia de estos
contaminantes en países en vía de desarrollo surge principalmente debido al
uso de plaguicidas en cultivos agrícolas y también para combatir epidemias
como el tifus y la malaria. Ahora, en los países desarrollados su presencia se
debe a la fabricación, uso y eliminación de productos químicos orgánicos y a
los aditivos o auxiliares de aplicaciones industriales. En la actualidad se calcula
que el 80% de las ventas globales de estos productos se consume en los
países desarrollados, mientras que en otros países subdesarrollados se
consume el 20% restante. Lo destacable es que dentro de estos últimos se
registra el 75% de las muertes por contaminación por agroquímicos (Papale,
2003). En 1985, la Red de Acción Contra Plaguicidas (PAN)7 difundió una lista
de productos agrotóxicos que aunque eran prohibidos en sus países de origen,
se seguían utilizando intensamente en otros, situación que generó 14.000
muertes al año. Dentro de los impactos negativos que generan en el medio
ambiente puede nombrarse la reducción de la actividad microbiana del suelo, el
crecimiento irregular, la pérdida de biomasa, o muerte de plantas sensibles a
estas sustancias y afectaciones en la salud de la población. El cuadro 6
presenta los posibles efectos de los plaguicidas en el agua y en el suelo. En
resumen, puede decirse que el suelo es un recurso natural importante para la
actividad económica, dado su papel de insumo esencial en actividades como la
agricultura y la ganadería, sin embargo es un recurso altamente vulnerable,
pues su sobreutilización por parte de dichas actividades puede llegar a
afectarlo irreversiblemente. Esto puede generar, como consecuencia, la
pérdida de sus funciones ambientales y, por ende, la disminución de sus bienes
y servicios. Específicamente, el uso de sustancias tóxicas, como los
plaguicidas, puede llegar a generar efectos negativos en el recurso suelo,
debido a que sus características fundamentales como persistencia, vida media
y toxicidad, entre otras, pueden destruir los componentes de este recurso y
llevarlo a su destrucción. En este sentido es importante conocer, tanto en el
ámbito nacional como internacional, cuál ha sido la normativa que se ha
implementado a través del tiempo para evitar el uso inadecuado de recursos
naturales como el suelo.
Cuadro 7. Efectos de los plaguicidas en agua y suelo
II.10. Revisión internacional de la normativa ambiental con relación a la
contaminación del suelo

Antes de la década de 1970, se hablaba de la contaminación del


aire y del agua, y al suelo se le atribuía una capacidad de autodepuración casi
infinita. Sin embargo, la sensibilidad mundial comenzó a cambiar a partir de la
declaración de la “Carta Europea de Suelos” desarrollada por la Comunidad
Europea en 1972, la cual define el suelo como uno de los más preciados
activos de la humanidad sobre el que viven hombres, animales y plantas; lo
califica como un recurso limitado fácilmente destruible y manifiesta que debe
ser protegido contra la erosión, la contaminación y el daño que pueden causar
el desarrollo urbano y las prácticas agrícolas y silvícolas, razón por la cual los
gobiernos deben impulsar medidas específicas para planificar y administrar los
recursos del suelo (Solano, 2005).

Pero fue en el año 1992, en la Cumbre de Río, donde se reconoció


la importancia de la protección de los suelos y de sus usos potenciales en el
contexto de un desarrollo sostenible, en particular contra la contaminación
procedente de acciones o actividades de origen antrópico. En concreto, se
acordó el concepto de desarrollo sostenible y se adoptaron varias
convenciones jurídicamente vinculantes en materia de cambio climático,
diversidad biológica y, posteriormente, desertificación. En este mismo año
(1992), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), tuvo como objetivo la
conservación de la diversidad biológica, el fomento del uso sostenible de sus
componentes y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de
la utilización de los recursos genéticos. En este Convenio es fundamental la
preocupación por el hecho de que la diversidad biológica se está viendo
reducida significativamente por la actividad humana, incluida la gestión del
suelo y de la tierra.

Asimismo, en 1992, la Convención Marco sobre Cambio Climático


(CCC) reconoce la función y la importancia de los ecosistemas terrestres como
sumideros de gases de efecto invernadero, y plantea que los problemas de
degradación del suelo y los cambios en el uso del mismo pueden agravar la
emisión de gases a la atmósfera. Igualmente, en 1994 la Convención de las
Naciones Unidas de lucha contra la desertificación fijó como objetivo evitar y
reducir la degradación del suelo, rehabilitar terrenos parcialmente degradados y
recuperar tierras desertificadas. Dicha convención reconoció la relación que
existe entre la desertificación, la pobreza, la seguridad alimentaria, la pérdida
de biodiversidad y el cambio climático.

Por su parte el Protocolo de Kioto de1997 promueve el desarrollo


sostenible e invita a todas las partes a aplicar políticas y medidas de protección
y aumento de los sumideros y depósitos de gases de efecto invernadero. En
mayo de 2001, la Comisión de las Comunidades Europeas advirtió que la
erosión y el declive de la fertilidad del suelo representan una amenaza de
primer orden para el desarrollo sostenible, ya que reducen la viabilidad de las
tierras agrícolas (CCE, 2002).

Debido a lo anterior, varios países dieron inicio a la inclusión del


suelo como factor preponderante en la regulación estatal, y generaron
mecanismos de conservación y protección de este recurso natural. Tal es el
caso de España, donde la legislación ambiental presenta un gran desarrollo en
materia de suelos contaminados. España enuncia, en primer término, la Ley
Básica de Residuos Tóxicos y Peligrosos (ley 20 del 14 de mayo de 1986) que
sentó los principios fundamentales para dar respuesta a las demandas de la
sociedad en el ámbito medioambiental mediante la reducción de la generación
de los residuos en los propios procesos productivos, la creación de una red de
infraestructuras para su tratamiento y la eliminación y recuperación de los
espacio espacios contaminados por compuestos tóxicos y peligrosos. Desde su
promulgación, la normativa se fue ampliando y perfeccionando para
acomodarse a las nuevas exigencias y desafíos medioambientales, y llegó
hasta la redacción de una nueva ley de residuos que sustituyese a la de 1986:
la ley 10 del 21 de abril de 1998, que por primera vez, en España, estableció
una legislación básica en materia de protección del suelo frente a la
contaminación, ya que hasta la promulgación de dicha ley en ese país no se
disponía de ninguna norma legal que permitiera proteger los suelos contra la
contaminación; en el caso de los suelos ya contaminados, se identifican y
caracterizan mediante una metodología normalizada y técnicamente rigurosa
(Real Decreto 9/20058 ).

Asimismo, existen otros países europeos que han estado


comprometidos con la protección y conservación del recurso suelo; por
ejemplo, Inglaterra ha elaborado una estrategia global, en la cual considera
distintos tipos de amenaza para el suelo, establece una relación de respuestas
sostenibles, fija una nueva serie de objetivos e indicadores clave del suelo y
estudia la relación entre suelo y ordenación del territorio (Solano, 2005).

Por su parte, Suecia tiene un programa de vigilancia de los


ecosistemas que incluye distintos parámetros edáficos. Asimismo, en Francia
se ha aprobado un plan nacional de gestión y protección del suelo que insiste
en el control de la contaminación en el futuro. Ahora, la política de los Países
Bajos insiste en diversos tipos de contaminación del suelo, incluidas las aguas
subterráneas, así como una normativa sobre contaminación de origen difuso
que define las entradas y salidas aceptables de nutrientes agrarios. En este
sentido, Bélgica ha establecido un marco legal que permite asignar la
responsabilidad civil sobre la contaminación de terrenos, actual o histórica.

Por otra parte, en Eslovenia la protección del suelo está


contemplada en el programa nacional de medio ambiente, que está vinculado a
la descontaminación de los suelos degradados y a la utilización sostenible del
suelo agrícola. En Hungría, la protección del suelo se acoge a la legislación
general de protección del medio ambiente, así como a la legislación específica
sobre protección de la tierra de labor, protección del suelo y de las aguas
subterráneas, así como a la recuperación de los terrenos contaminados.
Por otro lado, en el contexto internacional también se ha adquirido
conciencia sobre el daño o deterioro que puede traer, tanto para el medio
ambiente como para la salud de la personas y los medios de producción, el uso
de ciertas sustancias como los plaguicidas, razón por la cual, en los convenios
y conferencias internacionales se ha tenido en cuenta la correcta utilización de
estas sustancias. En la tabla 3 se presenta las características generales de
cada tratado.
cuadro 7. Principales tratados internacionales en el marco del manejo de
plaguicidas

Adicionalmente, con el fin de analizar las implicaciones de la


agricultura con productos fitosanitarios, la Comisión de la Unión Europea
adoptó la Estrategia Temática sobre el Uso Sostenible de los Plaguicidas en
julio de 2006. Esta estrategia aplica un conjunto de medidas encaminadas a
reducir los riesgos para el medio ambiente y la salud humana, vinculados a la
utilización de los plaguicidas y, de manera más general, a lograr un empleo
más sostenible de los mismos y una reducción global sensible de los riesgos y
la utilización, sin pérdida de rendimiento para los usuarios.
De igual forma, después de varios años de debates y trabajos, el
Parlamento Europeo aprobó el Reglamento REACH( Registro, Evaluación y
Autorización de sustancias Químicas), nuevo instrumento de gestión de estas
sustancias, que entró en vigor el 1 de junio de 2007 y se aplicará de forma
escalonada hasta el 2018, año en el que estará totalmente desarrollado. Este
reglamento establece un registro europeo único que controla las sustancias
químicas que se producen o importan en cantidades mayores a una tonelada.
Cuando las mismas superen las cien toneladas al año deberán pasar un
proceso de evaluación. Las sustancias consideradas como preocupantes para
la salud o el medio ambiente, independientemente de su cantidad y siempre
que no cuenten con una alternativa con menos riesgos, necesitarán una
autorización (Linares, 2007).

De otra parte, en Estados Unidos el uso del suelo está a cargo de


los gobiernos locales para algunos casos y del gobierno federal para otros. El
empleo para actividades agrícolas que implica problemas de pérdidas de
suelos y contaminación por escurrimientos es controlado por el departamento
Federal de Agricultura. Este departamento exige que los agricultores que
reciban subsidios presenten planes para la conservación del suelo. Además,
existen varias leyes que regulan los plaguicidas, como la ley para el control de
las sustancias toxicas de 1976 y la ley federal sobre insecticidas, fungicidas y
rodenticidas de 1947; la mayor parte de éstos los controla la EPA de una
manera sencilla y directa: simplemente certifica la etiqueta y las instrucciones
que se incluyen en el envase antes de su venta. La etiqueta tiene que ser muy
específica; por ejemplo, debe informar que para usarse en plantas de fresa la
dosis de aplicación no debe exceder de X mililitros diluida en Y litros de agua
por hectárea de cultivo. Gran parte de la vigilancia de la EPA implica calcular
que cantidad de residuos del plaguicida terminara en el abastecimiento
alimenticio, además de cuanto ingerirá una persona normal y si esto constituye
un riesgo para la salud (Kolstad 2001)
III. MATERIALES Y MÉTODOS
3.1. Zona de estudio

3.1.1. Ubicación de la zona de estudio


El presente trabajo se desarrollara en la ciudad de Tingo Mari
distrito de Rupa Rupa, provincia de Leoncio Prado, región Huánuco. A su ves
se tomaran puntos estratégicos dentro de la ciudad para la toma de datos
dentro de estos el BRUNAS y LA MUYUNA

Políticamente el BRUNAS se encuentra ubicado a 1.5 Km de la


ciudad De La ciudad de Tingo Maria de acuerdo a la clasificación ecológica de
las zonas de vida o formaciones vegetales del mundo (HOLDRIDGE, 1987), el
BRUNAS se ubica en la formación vegetal de Bosque Muy Húmedo Pre
Montano Tropical (bmh – PT) y de acuerdo a las regiones naturales del Perú,
se encuentra en la Selva Alta o Rupa Rupa (PULGAR, 1981).

MUYUNA (18L: 390016, UTM: 8974498) ubicada en la ciudad de


Tingo María, a la margen derecha de la carretera hacia la ciudad de Pucallpa.

3.1.2. Fisiografía

Los terrenos de la UNAS, fisiográficamente se enmarcan en tres


grandes paisajes: el gran paisaje de llanura con superficies planas, a plano –
onduladas; con material arenoso arcilloso, el gran paisaje colinoso de carácter
dominante constituido por lomadas, colinas bajas , colinas altas ligeramente a
fuertemente disectadas; y el gran paisaje montañoso calcáreo, caracterizado
por presentar elevaciones de gran magnitud (ZAVALA, 2005).

Según MARCOS (1996), de acuerdo a la clasificación de Malleux,


el BRUNAS presenta la siguiente fisiografía:

3.1.2.1. Colinas bajas clase uno

Son colinas que tienen una altura relativa máxima de 30 m y con


pendiente moderadas de 20 al 40%, ocupando aproximadamente 34,30 ha
(14,36%) del área total de Bosque Reservado. Los bosques en esta unidad han
sido altamente intervenidos presentándose en su mayor parte como pastizales
y purnas.
3.1.2.2. Colinas bajas clase dos

Comprenden una altura entre 30 y 50 m. aproximadamente, con


pendiente hasta 70%. La presencia de ésta unidad es mínima dentro del
Bosque Reservado ocupando solo 2,80 ha (1,17%) del área total.
3.1.2.3. Colinas altas clase uno

Esta unidad representa a la agrupación de colinas cuya altura


relativa es hasta 80 m y con una pendiente hasta 60%, el área que abarca esta
unidad es de aproximadamente 48,15 ha (20,16%). En su mayor parte el área
está cubierta por árboles jóvenes y una abundante vegetación arbustiva.
3.1.2.4. Colinas altas clase dos

Esta unidad está compuesta por colinas de una altura hasta de 100
m y con una pendiente que oscilan entre 60 y 80%, ocupa aproximadamente
37,00 ha (15,50%). Al igual que en el caso anterior presenta cierto grado de
intervención, aunque es menor debido a que presenta zonas menos accesibles.
3.1.2.5. Montaña

Unidad compuesta por las partes más altas del Bosque Reservado,
con alturas relativas que superan los 100 m mayores al 80%. Presenta
dificultades para su acceso tanto por la pendiente como la ausencia de
caminos en buen estado, las partes más altas totalmente degradadas,
debiendo ser considerada ésta, como zona de protección (MARCOS, 1996).

La MUYUNA presenta una fisiografía bastante heterogénea la


misma que se caracteriza por presentar geoformas, definidas por las
características del macrorelieve y el macroclima,

3.1.3. Clima

Las condiciones climáticas de la ciudad de Tingo Maria (INRENA,


2007), corresponden una temperatura máxima de 29,4 °C la mínima de 19,2
°C, y una temperatura media anual de 24,5 °C. Así mismo, una precipitación
promedio anual de 3 300 mm, y una humedad relativa de 87%.

3.1.4. Ecología

3.1.4.1. Flora
la diversidad forestal de la ciudad de Tingo Maria dentro de los
cuales incluye el trabajo realizado por RODRIGUEZ (2000), quien menciona
que la especie “Huangana caspi” Senefeldera inclinata (P. Franco et al.), es
dominante en el bosque primario del BRUNAS, seguido de las especies Hevea
brasiliensis (Will) M. Arg. S. V., Psychotría caerulea R. & P., Jacaranda copa/a
(c. Mart. Ex Ad. DC) A. Gentry, Poutería caimito (Ruiz López-Pavón) Radlk,
Cecropia sciadophylla C. Martius, Virola pavonis (ADC) A.C. Smith, Apuleia
leiocarpa (J. Vogel) J.F. Macbride, y Nectandra magnoliifolia Mez.

3.1.4.2. Fauna silvestre

La fauna silvestre encontrada en la ciudad de Tingo Maria de


acuerdo a Huároc (2000), citado por RODRIGUEZ (2000), está representada
por mamíferos, aves y reptiles, el mismo que se representa a continuación
(Cuadro 8)
cuadro 7. Especies de fauna silvestre encontradas en la ciudad de Tingo María

3.2. Materiales

3.2.1. Materiales de campo


- Machete
- Pala recta
- Pico
- Bolsas de plástico
- Wincha
- 3.2.2. Equipos de campo
- Cámara fotográficas
- Balanza
- GPS 62 S
- Termómetro de suelo

3.2.3. Materiales de gabinete


- Computadora e Impresora
- Software: Arc Gis 10.3
- Espectrofotómetro de Absorción Atómica

3.3. Metodología
Para la investigación se plantearon tres fases: fase de pre campo, fase de
campo y fase de gabinete.
3.3.1. Fase de pre campo

3.3.1.1. Determinación de la zona de estudio


Se seleccionaron dos puntos específicos para el muestreo del suelo, uno en
colinas bajas tipo uno y otro en colinas altas tipo uno del Bosque Reservado de
la Universidad Agraria de la Selva (Figura 1).
Fig 2. Mapa de ubicacion del botadero La Moyuna
3.3.2. Fase campo

3.3.2.1. Realización de las calicatas


En cada punto de muestreo se realizó una calicata siguiendo la metodología de
DORAN y LINCONL (1999). La calicata tuvo las siguientes dimensiones 1 m x
1 m x 0.60 m de profundidad. Con una pala recta a 0.60 m de profundidad se
tomó un kilogramo de muestra de suelo por cada calicata.
Las muestras fueron codificadas y trasladas al Laboratorio de Análisis Suelos
de la Universidad Nacional Agraria de la Selva.

3.3.2.2. Temperatura del suelo


Método directo (termómetro) según la metodología descrita por DORAN y
LINCONL (1999); MOSTACELLI et al., (2000); ACEVEDO et al., (2005). Se
introdujo el termómetro en forma horizontal a 30 cm de la superficie del suelo.

Fase capo

3.3.3. Fase Gabinete


Los resultados obtenidos de las concentraciones de Cadmio y Plomo en las
colinas bajas clase uno y en las colinas altas clase uno, análisis físicos y
químicos; asi como también se repitió este procedimiento en el botadero la
Moyuna se procesaron en el software Excel.

3.3.3.1. Análisis de Cadmio y Plomo


Se realizó por Espectrofotometría de Absorción Atómica (E.A.A), haciendo uso
de los estándares patrón, y siguiendo la metodología de preparación de
soluciones establecidas por CANO et al., (1984).
3.3.3.2. Determinación de los parámetros físicos y químicos del suelo
Se determinaron mediante las siguientes técnicas:
Métodos de análisis físico químico de las propiedades del suelo

3.3.3.3. Análisis de datos


Los resultados obtenidos de las concentraciones de Cadmio y Plomo así como
también los parámetro físicos y químicos fueron procesados en el programa
Microsoft Excel en el cual se obtuvo el promedio y la desviación estándar.
IV. RESULTADOS

4.1. Mapas de área de estudio

Después de realizar la delimitación del área de estudio mediante el software


Arc Gis. 10.3 con los puntos que obtuvimos del GPS, se tiene la ubicación de
los puntos de muestreo en las colinas bajas y altas del Bosque Reservado de la
Universidad Agraria de la Selva.

Ubicación de los puntos de muestreo.


4.2. Determinación de los parámetros de la calidad del suelo
4.2.1. Concentraciones de metales Cadmio y Plomo
Se determinó las concentraciones de los metales pesados por Absorción
Atómica
Contenido disponibles de metales Cd y Pb en suelos (ppm). BRUNAS

se presentan los resultados del análisis físico de las 3 muestras de suelo


analizadas del Botadero la Muyuna durante la tarde en los puntos ya
referenciados.
En la figura 3, se muestra que la concentración de Cadmio es mayor en las
colinas bajas a comparación de las colinas altas.

Figura 3. Concentración y promedio de Cadmio en las colinas de los suelos.

En la figura 4, se muestra que las concentraciones de Plomo es mayor en las


colinas bajas tipo uno que en las colinas altas tipo uno.

Figura 4. Concentración y promedio de Plomo en las colinas de los suelos.


4.2.2. Propiedades físicas del suelo
Se determinó
En el cuadro 5, se muestra que el suelo de las colinas bajas presenta textura
Franco Arcilloso Arenoso como también en las colinas altas prevalece la
textura Franco Arcilloso Arenoso.
También podemos observar que los porcentajes de los componentes de la
textura en colinas bajas y altas (Figura 7).
Cuadro 5. Análisis Mecánico de los suelos analizados.
Figura 5. Porcentajes de los componentes de la textura en colinas bajas y altas.

4.2.2.2. Temperatura

Se determinó la temperatura de los suelos en las colinas bajas tipo uno y


colinas altas tipo uno utilizando el termómetro de suelo, se obtuvo los
siguientes resultados (Cuadro 6).

Cuadro 6. Temperatura de los suelos en las colinas bajas y altas


Figura 6. Temperaturas de los suelos en colinas bajas y altas

4.2.2.3. pH

Se determinó el pH mediante el método del Potenciómetro (SARTOS-


Alemania), relación suelo – agua 1:1 (Cuadro 8).
Cuadro 8. pH de los suelo en colinas bajas y altas del BRUNAS.
Figura 7. pH de los suelos en colinas bajas y altas.

4.2.3. Propiedades químicas de los suelos

4.2.3.1. Nitrógeno total, fósforo disponible, potasio disponible y capacidad


de Intercambio catiónico

En el cuadro 9, se muestra los valores obtenidos en el Laboratorio de Análisis


de Suelos por los métodos ya mencionados en la metodología.

Cuadro 9. Parámetros químicas del suelo


Se puede clasificar según BAZAN (1996) que las colinas bajas clase presenta
uno presenta nivel medio de materia orgánica y las colinas altas con niveles
bajos o pobres (Figura 8).

Figura 8. Porcentajes de M.O en los suelos de las colinas altas y bajas.


Se puede clasificar según BAZAN (1996) que las tres localidades presentan
niveles bajos de nitrógeno (Figura 9).

Figura 9. Porcentaje de Nitrógeno total en las colinas bajas y altas.


Se puede clasificar según BAZAN (1996) que las colinas bajas y altas
presentan niveles bajos de Fósforo (Figura 10).

Figura 10. Concentración de nitrógeno total en los suelos en las colinas.

En la figura 11, se observa que hay mayor concentración de potasio en los


suelo de la colina baja del BRUNAS a comparación de la colina alta.

Figura 11. Concentración de potasio disponible en las colinas bajas y altas.


Cuadro 10. Datos de la capacidad de intercambio catiónico del suelo.

La figura 12, se observa que la colinas bajas clase uno presentan mayor CIC,
luego las colinas altas clase uno. También se sabe que la Capacidad de
Intercambio Catiónico es directamente proporcional a la materia orgánica que
presente en los suelos.
Figura 12. CIC en los suelos de las colinas bajas y altas del BRUNAS.

Relación entre las condiciones de disposición de residuos sólidos y el riesgo de


enfermar.

V. DISCUSIÓN
Las concentraciones de Cd y Pb en los suelos de las colinas bajas son altas a
comparación de las colinas altas, esto se debe porque en las colinas bajas es
más accesible y hay actividades antropogénicas; sin embargo para ECAs del
Suelo se encuentran dentro de los valores para suelo agrícola dentro de lo
establecido; para Cd (1.4 ppm) y para Pb (70 ppm).

Según BAZAN (1996) se determinó el pH de los suelos de las colinas bajas


presenta 6.06 una acidez ligeramente ácido y las colinas altas 5.91. También
SADZAWKA et al (2006) señala que la acidez de los suelos limita el
crecimiento de los árboles, menor pH presenta las colinas altas

Según SANDOVAL (2006) manifiesta que la temperatura del suelo depende de


la cobertura vegetal como pudimos comprobar en las colinas bajas presentan
mayor temperatura que en las colinas altas.

DAHMKE y JOHNSON (1990) reportan que la cantidad de nitrógeno en el suelo


depende de la temperatura, humedad, aireación, tipos de residuos orgánicos,
pH y otros factores. A diferencia de SANCHEZ (1981) que señala que el
nitrógeno sola es afectado en relación directa con la materia orgánica.

El resultado de los análisis realizados al suelo nos indica que el Botadero la


Muyuna y alrededores presentan una baja calidad ambiental, el cual recibe
emisiones en la eliminación de residuos sólidos (quema de residuos sólidos y
vertederos de cielo abierto) señalado por FERNANDEZ, (2001).

En el análisis físico realizado a la muestra de suelo de las riberas del Rio


Huallaga se encontró presencia de cadmio y plomo siendo sus valores
aceptables por los Estándares de calidad de suelos agrícolas indicados en las
Guías de Canadá (2003). Estas y otras situaciones de contaminación
asociadas pueden provocar la degradación del medio y afectar a la salud
humana y animal. Ante esta problemática no se está respetando la Ley General
de Residuos Sólidos (27314), donde señala en su Artículo 14° que la
responsabilidad por daños, de toda EPS-RS, EC-RS y las municipalidades que
presten directamente los servicios de residuos sólidos que hagan uso o manejo
indebido de los residuos, son responsables de los daños y perjuicios que
ocasionen dichas acciones a la salud, al ambiente o a terceros incluyendo a los
residuos de metales y residuos que contengan metales: chatarra de metal
limpia, no contaminada, incluidas las aleaciones en forma acabada o en bruto,
como las láminas, chapas, vigas, barras, entre otras de: residuos de antimonio;
residuos de berilio; residuos de cadmio; residuos de plomo, con exclusión de
los acumuladores de plomo; residuos de selenio y residuos de telurio.

VI. CONCLUSION
Las colinas bajas presentan mayor concentración de Cadmio con 0.18 ppm y
de Plomo presenta 0.93 ppm; mientras las colinas altas presentan menor
concentración para Cadmio 0.12 ppm y de Plomo 0.52 ppm. Según los
Estándares de Calidad del suelo para tipo suelo agrícola se encuentra dentro
de los valores establecidos para Cd (1.4 ppm) y para Pb (70 ppm) y los
resultados nos salieron menores a los establecidos.

Los efectos sobre la calidad de los suelos en base a los indicadores físicos son
los siguientes: los suelo de las colinas bajas y altas presentan textura Franco
Arcilloso; también se pudo determinar que hay mayor temperatura en las
colinas bajas con 26 °C y las colinas altas con 24.1 °C, esto se explica ya que
cuando hay mayor cobertura vegetal presentará menor temperatura.

Los efectos sobre la calidad de los suelos en base a los indicadores químicos
son los siguientes: los suelos de las colinas bajas presentan un pH 6.06
mientras las colinas altas un pH 5.91 ; la materia orgánica y la capacidad de
intercambio catiónico son directamente proporcional, las colinas bajas presenta
2.07 % de M.O nivel medio de materia orgánica y las colinas altas 1.72 % de
M.O nivel bajo o pobre; las colinas bajas y altas presentan niveles bajos de
nitrógeno (<0.1%); para el fósforo la colina baja presenta 7.06 y para la colina
alta presenta 5.28 presentando niveles bajos.

Se presentó contenido de metales pesados en los análisis de suelos con


rangos de cadmio (0.34 ppm) y plomo (43.04 ppm) son rangos aceptables por
los Estándares de calidad de suelos agrícolas indicados en las Guías de
Canadá (2003).

Al depositarse a cielo abierto la basura, los microorganismos que ahí se


producen son transportados por el viento contaminando el aire, el suelo y el
agua, e incluso nuestros alimentos, gran parte de los residuos sólidos no son
degradables y se acumulan provocando pérdida en la calidad y productividad
de los suelos y el agua.
VII. RECOMENDACIONES
A las autoridades de la UNAS brindar mayor apoyo, incentivar y continuar con
las investigaciones referentes al estudio de la calidad del suelo con respecto a
los metales; que se puedan realizar en las diferentes colinas del BRUNAS; con
lo cual se podrán establecer los estándares y límites máximos permisibles de
contenidos de metales en los suelos.

A los investigadores inmersos en el estudio del suelo, ya sean con fines


ambientales, de conservación, producción agrícola y de interés económico,
seguir este tipo de estudios de manera más minuciosa que nos permita
determinar la calidad del suelo del BRUNAS.

Realizar mediciones periódicas, a lo largo del tiempo en un mismo sitio, para


así monitorear cambios o tendencias del uso del suelo.

Tener muy en cuenta la profundidad necesaria del muestreo, puesto que ello
dependerá la variación de los valores de los indicadores.

VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


ACEVEDO, E., CARRASCO, A., LEON, O., SILVA, P., CASTILLO, G., BORIE,
G., MARTINEZ E., GONZALES, S., AHUMADA, I. 2005. Criterios de calidad del
suelo agrícola.

AOKI, M., SERENO, R., 2006., Grupo de Gestión ambiental de suelos y agua.
Facultad de Ciencias Agropecuarias, U.N.C. Av. Valparaíso s/n, ciudad.

BAUTISTA, C., ETCHEVERS, B., DEL CASTILLO, R., GUTIERREZ, C. 2004.


La calidad de los suelos y sus indicadores [En línea]:
(http://www.revistaecosistemas.net/articulo.asp/, 14 enero. 2017).

BUDD, W.W. 1992. ¿Qué capacidad de la tierra? J. Suelo de Conservación del


Agua 47: 28-31.

BUOL, S.W. 1995. Sostenibilidad del Uso del Suelo. Revisión Anual de
Ecología y Sistemática 26: 25-44p

CALDERON, F., 1999. Metodologías para análisis químico del suelo. Labs. 6
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CHEN, Z. 2000. Relationship between heavy metal concentrations in soils of


Taiwan and uptake by crops.

DORAN, J., LINCOLN, N. 1999. Guía para la evaluación de la calidad del


suelo. [En línea]: USDA, (http: /soils.usda.gov/sqi/informe, informe12 ene.
2017).

FAO,

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