Está en la página 1de 53

CON ÁNIMO DE PÍCARO

R/N. Revista de narrativa


4.2 / 2019
ISSN 2605-3608
Con ánimo de pícaro

R/N. Revista de narrativa

Número 4, volumen 2

2019

ISSN 2605-3608

Edición y prólogo
José Eduardo Morales Moreno
R/N. Revista de narrativa
Número 4, volumen 2 Licencia Creative Commons
ISSN 2605-3608
Marzo, 2019

Reconocimiento — No comercial —
Sin obra derivada
Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar
públicamente esta obra o cualquiera de sus partes
IES Los Cantos (salvo la ilustración de portada, que tiene la licen-
Bullas (Murcia) cia establecida en https://pixabay.com) bajo las
condiciones siguientes:
DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Reconocimiento. Debe reconocer la autoría de
José Eduardo Morales Moreno los textos y su procedencia.
No comercial. No puede utilizar esta obra para
ILUSTRACIÓN DE PORTADA: fines comerciales.
Free-Photos (Pixabay) Sin obras derivadas. No se puede alterar,
transformar o generar una obra derivada a partir
de esta obra.
Y a este propósito dice Plinio que no hay
libro, por malo que sea, que no tenga al-
guna cosa buena; mayormente que los
gustos no son todos unos, mas lo que uno
no come, otro se pierde por ello.

LAZARILLO DE TORMES
ÍNDICE
Prólogo .................................................................................................................................... 9

ARCADIA DE CANTABRIA ....................................................................................................... 11


Prólogo .............................................................................................................................. 12
Tratado primero ................................................................................................................. 13
Tratado segundo ................................................................................................................ 19
Tratado tercero .................................................................................................................. 23
ANTONIO DEL SEGURA ........................................................................................................... 26
Prólogo .............................................................................................................................. 27
Primer tratado .................................................................................................................... 28
Segundo tratado ................................................................................................................. 30
Tercer tratado .................................................................................................................... 32
ÁFRICA JONES ........................................................................................................................ 34
Prólogo .............................................................................................................................. 35
Primer tratado .................................................................................................................... 37
Segundo tratado ................................................................................................................. 39
Tercer tratado .................................................................................................................... 41
ADRIÁN .................................................................................................................................. 43
Primer tratado .................................................................................................................... 44
Segundo tratado ................................................................................................................. 47
Tercer tratado .................................................................................................................... 50
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

PRÓLOGO

Lanzamos al mundo un nuevo volumen de


9
R/N. Revista de narrativa, en esta ocasión con
cuatro pequeñas novelas picarescas escritas
por alumnos de 3º ESO B del IES Los Cantos
(Bullas, Murcia).
¿Y cómo han llegado estos alumnos a es-
cribir un relato picaresco? En la primera eva-
luación estuvimos desarrollando una serie de
talleres para trabajar en grupos el clásico de
Lazarillo de Tormes.

Fotografía de Simson Petrol (Unsplash)


R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

La actividad final que cerraba estos talleres consistía en la elaboración de una


novela muy corta que respetase las exigencias de este tipo de texto narrativo: una
autobiografía en la que el personaje, un pícaro o una pícara, cuenta su propia his-
toria a propósito de un caso o asunto que origina y justifica la narración de las
vicisitudes de la vida del personaje.
Con una extensión limitada a tres tratados, los grupos de alumnos obtuvieron
unos resultados estupendos y aquí los publicamos, también en facsímil, para que
no se pierdan en el tiempo como lágrimas en la lluvia y para que cualquier lector
que por aquí pase tenga la ocasión de deleitarse con estas páginas.
10

José Eduardo Morales Moreno


Profesor de Lengua y Literatura
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

ARCADIA DE CANTABRIA
AUTORES:
Alejandro Miguel Puerta Hernández
Daniel Aguilar Pérez
María Fernández Fernández
Paqui Fernández Martínez
Juan Pedro López Espín.

11

Arcadia de Cantabria, hija de padres muy humildes,


manda una carta al tesorero de la ciudad, el cual ha
sido acusado de robar dinero. Con esta carta, Arca-
dia pretende enseñar los verdaderos valores de la fe-
licidad a este hombre haciéndole ver cómo ha reper-
cutido el dinero en cada una de las etapas con sus
diferentes amos.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Prólogo
Espero que esta historia venga a noticia de
muchos como usted, enfrascados en el dinero
sin tener en cuenta la opinión y la dignidad de
los demás, pues ha sido acusado de robar a los
más necesitados aun teniendo usted cantidad
de sobra para mantener a cada uno de ellos.
12
Quizá sea cierto que exista una creencia po-
pular en la que se crea que el dinero es el único
que te puede llevar a alcanzar la máxima feli-
cidad, mas fíjese en la controversia que esto
genera pues, una vez que tenemos más dinero
del que realmente necesitamos, lo único que
queremos es tener cada vez más, por lo que yo
aquí le formulo esta pregunta: ¿Realmente
cree que teniendo todo el dinero del mundo
será usted feliz?
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tratado primero
Arcadia cuenta su infancia. 1927. Santander
Pues sepa usted que mi nombre es Arcadia
de Cantabria, natural de un pequeño pueblo
llamado Suances, que se encuentra cerca de
13 Santander, la capital de esta provincia. Hija de
Tomás González Pérez y de María del Car-
men Cortés Venancio.
Mi nacimiento fue la mayor alegría que
mis padres se pudieron llevar nunca, pues es-
tos tuvieron que pasar por una vida muy dura
para conseguir lo poco que llegaron a tener,
una humilde casa situada en este pequeño
pueblo.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tan justos íbamos económicamente que


conforme yo iba creciendo y necesitaba co-
mer más, mis padres se tenían que privar de
algunos alimentos para poder dármelos a mí,
incluso en las escasas ocasiones que comprá-
bamos algún producto, veía cómo mi padre se
jugaba el pellejo cogiendo algún otro ali-
mento disimuladamente.
A pesar de este problema, éramos una
14 buena familia, en la cual los tres nos encontrá-
bamos muy unidos y vivíamos relativamente
bien intentando mantenerlos al margen de la
guerra civil que había estallado cuando yo te-
nía nueve años. Un día, por desgracia, mis pa-
dres murieron debido a este conflicto bélico,
quedándome huérfana cuando tan solo había
pasado un año de su inicio.
Después de esto, me quedé completamente
sola, así que decidí permanecer en casa, muy
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

disgustada por la pérdida de mis padres. Al


cabo de dos días mi estómago me recordó que
había acabado con las escasas provisiones que
había en casa, por lo que supuse que lo mejor
era abandonarla.
A partir de ese momento, cada día que pa-
saba por allí se convertía en un infierno para
mí. Recuerdo que, durante mi estancia en la
calle, lo único que presenciaba eran conflic-
15 tos, insultos y peleas entre personas que pasa-
ban por allí. Yo intentaba dormir refugiada en
algún portal en el que me pudiera resguardar
del frío y recibía algo de dinero y de comida e
hice para ganar limosna, aunque esta cantidad
no era suficiente para quedarme satisfecha, así
que recordé el método que utilizaba mi padre
cuando íbamos a comprar comida e hice uso
de mi astucia para aprovechar algunos despis-
tes y entrar en las tiendas para robar algo de
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

comida y bebida, pues, si no lo hubiera hecho,


solo Dios sabe dónde estaría yo en este mo-
mento.
Pasado un tiempo de la muerte de mis pro-
genitores, mientras me encontraba en la calle,
vi cómo una mujer se acercaba hacia mí y, tras
contarle lo que me había pasado, acabó aco-
giéndome en su casa.
Cuando la vi por primera vez, me di cuenta
16 de que había dado con una familia adinerada.
Aquella mujer estaba casada con un funciona-
rio del estado. Al percatarme de ello, tenía la
esperanza de que esta pareja pudiera ofre-
cerme una vida mejor a la que ya había empe-
zado a acostumbrarme. Al principio me cui-
daron como si yo fuera su hija, enseñándome
a leer y a escribir, ya que se habían dado
cuenta de mis escasos conocimientos.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Por fin había encontrado una vida digna sin


que mis amos tuvieran preocupaciones por el
dinero. De hecho, en algunas ocasiones me
hacían regalos y me otorgaban ciertos privile-
gios que yo nunca había pensado que recibi-
ría, por lo que me gustaba mi vida allí.
Pero, a medida que iba pasando el tiempo,
mi amo empezó a comportarse de un modo
muy extraño conmigo, ya que este me despre-
17 ciaba por ser una niña huérfana. A partir de
ese momento aprovechaba los momentos en
los que estábamos solos para reírse de mí y
reprocharme que su mujer lo dejaba de lado y
tampoco se ocupaba de las tareas de casa para
poder dedicarse exclusivamente a mí. Al prin-
cipio intentaba hacer caso omiso a sus repri-
mendas, pero, a medida que pasaba el tiempo,
estas herían cada vez más mis sentimientos,
por lo que, a pesar de que esta pareja me había
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

proporcionado una buena vida durante un


tiempo, la repugnancia hacia este funcionario
hizo que un día abandonara a estos amos para
regresar a mi vida de huérfana.

18
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tratado segundo
Lo que le ocurrió a Arcadia con un señor feudal

Mientras me encontraba yo un día vaga-


bundeando por las calles como consecuencia
de haber abandonado a mi antiguo amo, llegué
a dar con la puerta de una casa algo vieja, la
19 cual me llamó la atención, ya que en ella había
lo que parecía ser un anuncio. Cuando me
acerqué, gracias a lo poco que había apren-
dido pude, aunque con dificultad, descifrar
que en él se buscaba a una mujer para cuidar
a un señor que padecía una enfermedad psico-
lógica. Yo di por hecho antes de nada que en
cuanto me vieran me iban a echar de allí, pero
de todas formas llamé a aquella puerta.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Cuando esta se abrió me recibió una mujer.


Yo le conté mi situación y le dije que no pen-
saba que pudiera cuidar de aquel hombre, y
menos si es que sufría este tipo de enferme-
dad, pero sí que podía hacerle compañía y qui-
zás ayudarlo a hacer determinadas tareas.
Además, no pediría nada a cambio porque lo
único que necesitaba era un refugio y algo de
comida. He de decir que yo pensaba que aque-
20 lla mujer me iba a echar de un momento a
otro, pero aparentemente parecía dudosa ante
mi propuesta.
Finalmente la mujer asintió, pero me dijo
que primero necesitaba la aprobación de Emi-
lio, el que yo supuse que debía ser el señor
feudal y por lo tanto el hombre que padecía
que aquella enfermedad.
Cuando me vio, este me recibió con un
abrazo y le dijo a aquella señora que no podía
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

obtener mejor compañía que la de una niña,


por ello a partir de ese momento pude decirme
a mí misma que había encontrado a un nuevo
amo y también un nuevo lugar donde vivir. A
partir de ese momento nunca volví a ver a la
señora que me había recibido en aquella casa.
Mi estancia con este hombre fue mejor de
lo que yo decía. Es cierto que padecía una en-
fermedad un tanto especial, de cuya existencia
21 no dudaba en ciertos momentos en los que su-
fría alguno de sus episodios más críticos,
pero, por todo lo demás, simplemente tenía
que ayudarle a realizar determinadas tareas y
estar al tanto de su medicación, por lo que el
tiempo que estuve con él puedo decir que fue
de mi agrado. Además, este hombre me contó
la razón por la cual había llegado a tener una
enfermedad psicológica, y es que había tenido
que pasar por momentos muy duros en su
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

vida, incluida la muerte de sus padres, por lo


que con ello me enseñó que a pesar de todo él
había ido adelante aun teniendo que arrastrar
consigo una enfermedad como la suya.
Desafortunadamente, mi estancia con este
amo fue también muy breve, ya que las con-
secuencias de esta guerra volvieron a caer so-
bre mí: los amigos de Emilio pertenecían a su
mismo bando, los cuales murieron fusilados
22 por causa de un tiroteo. Debido a esto, me
amo estaba obsesionado con que a él también
lo acabarían matando finalmente, por lo que
un día, en uno de esos ataques de nervios, de-
cidió suicidarse sin que yo pudiera hacer nada
para remediarlo.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tratado tercero
El último amo de Arcadia
Después de pasar otro tiempo viviendo en
la calle, pude encontrar a quien fue mi tercer
y último amo. Este era un hombre viudo, aun-
que tenía tres varones como hijos: uno de
23 veintidós, otro de dieciséis, y otro de once
años.
A pesar de que este hombre trabajaba
como maestro, el gasto que suponía cuidar de
sus hijos y mantener la casa en la que vivían
me recordaba a los duros momentos por los
que habían tenido que pasar mis fallecidos pa-
dres para poderse llevar un bocado a la boca,
igual que esta familia. Con todo y con eso, allí
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

me recibieron como si fuera una más, aun te-


niendo que hacer frente a un gasto adicional.
Con el paso del tiempo me fui haciendo a
aquella vida y estaba tan a gusto con esta fa-
milia que hicieron que me sintiera igual con
ellos que cuando yo había estado viviendo con
mis padres.
Además, hubo algo que hizo que me sin-
tiera aún mejor. El culpable fue el hijo me-
24 diano de este señor, el cual hizo que por mo-
mentos me olvidara de todo lo que había pa-
sado hasta llegar allí gracias a su compañía.
Finalmente fui creciendo junto a esta fami-
lia, en especial con dicho hijo, con el que or-
gullosa estoy de haber formado una pequeña
familia, por lo que al cabo de esta historia
puedo afirmarle que, si echo la mirada atrás y
me percato de todos los momentos que confi-
guran mi trayectoria, también llamada vida,
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

en especial el que he pasado con este último


amo, del que aprendí estando con él y con su
familia que el dinero, este gran concepto y a
la vez tan pequeño que se resume en un modo
universal de intercambio, no es sinónimo de
felicidad y sí lo es los buenos momentos pro-
tagonizados por ese símbolo tan pequeño que
ni siquiera es material y a la vez tan grande, el
amor.
25
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

ANTONIO DEL SEGURA


AUTORES:
Noa Fernández Fernández
David Espín Jiménez
Carmen Lucía López Fernández
José Javier Pérez Jiménez
Antonio Fernández Valera
26

Antonio del Segura fue un joven que tuvo una infan-


cia dura, pero con sus diferentes amos supo afron-
tarlo todo, pero uno de sus últimos amos hizo algo
horrible contra lo que él contratacó.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Prólogo

Estimado amigo:

Desde que dejamos de vernos me han ocu-


rrido muchas cosas, estos últimos años han
sido muy duros para mí y para mi entorno.
27
Desde que me alejé de tu padre he tenido que
buscarme la vida. Incluso te voy a contar mi
caso, algo que nadie sabía, excepto mi último
amo y yo. Tú te estarás preguntando a qué
viene todo esto, sinceramente yo tampoco lo
sé, pero me veía obligado a contarte lo que ha-
bía hecho, para que me denunciases por lo que
hice, ya que me estaba consumiendo.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Primer tratado
Antonio cuenta sus orígenes
y las aventuras que vivió con su primer amo
Como tú ya sabes, amigo, yo me llamo An-
tonio de Segura, hijo de Carmen Segura y José
Pérez, pero a los 13 años ellos fallecieron en
28 el incendio de mi casa en Alhama del Segura.
Mi infancia con ellos fue muy bonita hasta
que fallecieron, tras esto tuve que buscarme la
vida, los primeros meses eran muy duros,
pues me costaba encontrar comida y un sitio
donde vivir, la mayoría de los días tenía que
robar la comida.
Un día de estos di con un panadero, él me
dijo que si le ayudaba ese día me acogería.
Con el aprendí todo lo que sé sobre el arte del
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

pan y los dulces. El panadero se llamaba Mi-


guelín y tenía un hijo con el que me llevé muy
bien, como ya sabes. Año a año Miguelín te-
nía más trabajo, pues habíamos expandido su
empresa entre su hijo y yo.
Pero yo cruelmente le robaba algo de di-
nero y comida. El día que yo cumplía 17 años
ya, Miguelín descubrió lo que yo hacía, pero,
claro, como no sabía dónde tenía el dinero, no
29 pudo quitármelo, por lo que decidió echarme
de su casa:
Miguelín.— Vete, no quiero verte más, me
siento traicionado.
Antonio.— Lo siento, hasta siempre, Mi-
guelín, gracias por todo.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Segundo tratado
El vendedor ambulante, segundo amo
Después de que Miguelín me expulsase de
su casa, me costó muchísimo encontrar otro
amo, pues se había corrido la voz de que yo
robaba dinero y comida, y así era, pero no lo
30 hacía por gusto, sino para no morir de hambre.
Tras un mes de pesadillas, vino al pueblo
un vendedor ambulante, llamado Ajendralo.
Esta era mi oportunidad, era alguien que no
sabía nada de mí. Me dirigí a él, con un poco
de dinero que tenía le compré una chaqueta
nueva. Creo que le di pena y por eso me invitó
a ir vendiendo cosas con él por toda Murcia.
Pero como con todos los amos, a los dos
años la tentación pudo conmigo y me acosté
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

con su hija. Cuando se enteró quiso matarme,


pero me echó de su casa, su hija Ramona vino
conmigo. Fuimos a su casa en Alhama del Se-
gura.

31
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tercer tratado
El juglar travieso, tercer amo
Ramona y yo llegamos a Alhama. Ese día
paseábamos por la plaza central cuando vimos
a un juglar llamado Per Abbat, nos quedamos
deslumbrados con todo lo que hacía, tras fina-
32 lizar su actuación fuimos a hablar con él para
que nos diera trabajo.
Al día siguiente nos dio la noticia de que
podíamos trabajar con él, pero nos advirtió de
que sería un duro trabajo, nosotros aceptamos
igualmente. Con él aprendimos muchas cosas,
pero pasaron los meses y ahí seguíamos, hasta
que un día conseguimos comprarnos una casa
Ramona y yo. Per Abbat se sintió traicionado
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

y un día, mientras yo hacía la compra, fue a


mi casa y violó a mi mujer.
Nada más llegar a casa, mi mujer me contó
el caso, no me lo pensé, salí directo a la casa
de Per Abbat, él me abrió pensando que yo no
sabía nada, cogí una espada de la entrada y lo
maté en el acto.
Tras esto Ramona y yo nos marchamos de
Alhama para siempre. Te cuento esto a ti, ya
33 que crecí contigo y con tu padre el panadero.
Tras haberte contado todo esto me siento me-
jor conmigo mismo y ya puedo morir en paz.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

ÁFRICA JONES
AUTORES:
Juan Pedro Fernández Jiménez
Guadalupe Sánchez Cayuela
Marta López López
Alejandro Hernández Fernández
José Guirado Guillén
34

África Jones pasó 15 años en un orfanato de Nueva


York, la adoptaron tres veces, cada vez una persona
totalmente distinta. La primera fue un traficante de
armas, la segunda una loca drogadicta y una tercera
con la que vive actualmente y con la que ha podido
enviar una carta a su verdadera madre, contándole
su experiencia vivida.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Prólogo
Sepan ustedes, padres, que hoy, 24 de fe-
brero de 2204, os contaré cómo ha sido mi
vida tras aquel último día que nos vimos.
Tras dejarme sola y abandonada frente a
aquel orfanato, hace ya 14 años, he vivido una
serie de experiencias, algunas buenas y otras
35
malas, que me gustaría compartir con voso-
tros.
Nada más iros, una señora que trabajaba en
aquel orfanato me recogió y me puso el nom-
bre de África Jones. África por el nombre de
la calle en dónde se encuentra el orfanato, y
Jones por el apellido de mi actual familia,
aunque no siempre tuve el mismo apellido,
pues, como ya he dicho, he vivido diferentes
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

experiencias y de cada una tengo algo que


contaros.
Durante cuatro años que estuve en el orfa-
nato, tuve muchos amigos, pero sin duda Eli-
sabeth fue la mejor. No más de cinco años es-
tuvimos juntas, pues enseguida me adoptaron
y aquí es donde empieza mi verdadera histo-
ria.

36
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Primer tratado
Al principio era triste y luego fue peor.
Esta es la historia de cómo un traficante de ar-
mas me adoptó. Llego al orfanato una mañana
de primavera, estaba lloviendo, por lo cual es-
taban las ventanas llenas de lágrimas, porque
en poco tiempo iban a ver el fatal suceso que
37
me iba a suceder. Una vez sacó su cartera
llena de dinero ganado de mala manera, me
cogió del brazo y me subió al coche. Cuando
llegué a su casa me quedé asombrada, era una
casa enorme donde una habitación valía más
que todo el orfanato donde antes me hospe-
daba. Al ver todo aquel lujo, mis ojos se pu-
sieron como platos, pero poco iba a durar, ya
que en el sótano me debía hospedar porque
todo el lujo nunca lo iba a llegar a disfrutar.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Os recuerdo las muchas veces que llegaba del


trabajo siempre con la misma cara y cuando
me maltrataba parecía que nunca iba a parar,
yo no paraba de gritar, pero ningún vecino se
atrevía a entrar, porque al ser traficante de ar-
mas ya sabía lo que le podía pasar.
Finalmente un vecino por fin a la policía
consiguió llamar y mi amo arrestado se fue
ya.
38 La verdad es que fue todo un alivio llegar
al orfanato, sentí cómo todas las heridas por
los malos tratos se curaban mucho más rápido.
Y en cuanto pude subí a mi habitación y, acos-
tada sobre la mesa, me dormí.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Segundo tratado
Tras volver de aquella casa, pasé dos me-
ses viviendo en aquel orfanato, de nuevo me
volvieron a acoger, esta vez una mujer viuda,
la verdad es que esta no parecía ser mala. De
camino a su casa pasé por la casa de mi anti-
guo amo, el traficante de armas, ya lo había
39
superado pero todavía quedaban todos los re-
cuerdos de cuando me maltrataba.
A los veinte minutos de salir del orfanato
la mujer paro el coche y dijo: “Hemos lle-
gado”. La verdad es que la casa no estaba mal,
pero tampoco se pasaba. Cuando estaba allí se
le cayó un bote con pastillas del bolsillo, lo
cogió muy rápidamente para ocultármelo,
yo no le quería preguntar, pero eso no me cau-
saba buenas sensaciones.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Las primeras semanas viviendo allí la ver-


dad es que estuvieron bien, pero a partir del
primer mes eso era un constante caos, ya no
me hacía caso, ya no se preocupaba por mí.
Una de las noches, cuando estaba intentando
dormir, escuché un llanto, sí, era ella llorando
en el baño con la puerta entornada con un
polvo blanco que seguidamente inhalaba por
la nariz, esto me dio mucho miedo, ya que sa-
40 bía lo que era. Al día siguiente me dejó en la
puerta, no me quería abrir, se avergonzaba de
que la viese metiéndose esa sustancia, yo no
aguantaba más, después de esto volví al orfa-
nato y les conté la situación, nunca terminaba
de encontrar una familia “decente”.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tercer tratado
Pasé en el orfanato un largo tiempo, estuve
ocho meses hasta que, otra vez, vinieron a
adoptarme. Esta vez, una pareja aparente-
mente muy simpáticos y felices. Cogí mis co-
sas y me marché con ellos hacia la nueva casa.
Me monté en el coche y poco después llegué.
41
No podía creer lo que estaba viendo, era la
casa más lujosa y grande de Nueva York, de
la que todo el mundo hablaba y envidiaba. Se
localizaba en el centro de la ciudad y era
enorme.
Asombrada y muy contenta, me ayudaron
a hospedarme en la casa. Me llevaron hacia mi
habitación, era perfecta. Cuando me instalé
por completo, me di una vuelta por toda la
casa y entré a una habitación que estaba cerca
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

de la mía. Quedé impactada cuando vi que mi


mejor amiga, que estaba conmigo en el orfa-
nato desde pequeñas, Elisabeth, se encontraba
allí. Fui corriendo hacia ella y nos dimos un
fuerte abrazo. Marcos y Jade vinieron a con-
tárnoslo todo. Elisabeth era su hija adoptiva
desde hacía tres años. Viviríamos las dos jun-
tas para siempre en esa casa maravillosa con
unos padres adoptivos, Marcos y Jade, asom-
42 brosos.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

ADRIÁN
AUTORAS:

Alba Jiménez Rodríguez


Virginia Mercader Cebrián

43
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Primer tratado
Querido Guillermo:
Has de saber, ahora que he reunido el valor
suficiente para contártelo, el porqué de haber
intentado suicidarme.
Verás, todo esto comenzó hace unos tres
años, dos antes del intento de suicidio. Era el
44
año 2010 y yo había salido con unos amigos
para ir a la discoteca. Cuando volví a casa, me
encontré con que habían entrado a robar, y
que, aunque no se hubieran llevado gran cosa,
la casa estaba destrozada. Llamé a la policía,
pero estos me dijeron que era muy tarde y que
no iban a hacer nada, por lo menos esa noche.
Al día siguiente, volví a llamar, pero no me lo
cogieron. Decidí investigar por mi cuenta, así
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

que fui a un club nocturno que había en la es-


quina de la calle para preguntar si habían visto
a alguien sospechoso la noche anterior. Al lle-
gar allí pregunté a los empleados, estos me di-
jeron que sí, que habían visto a un chico alto
y rubio con una ropa negra y un par de cosas
en las manos. El diálogo fue algo así:
—Buenos días —pregunté mientras me
acercaba a la barra del club donde había una
45 señorita bastante agradable.
—Hola, ¿necesitas algo? —dijo ella mien-
tras me miraba sonriendo.
—Tan solo venía a preguntar si anoche vis-
teis a alguien extraño pasar por aquí, es que
han entrado a robar en mi casa y la policía no
quiere saber nada sobre ello —jugaba ner-
vioso con mis dedos.
—¡Oh! —La señorita tomó un vaso de
agua y lo acerco a mí—. ¡Lo siento mucho! —
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Se quedó parada intentando recordar por unos


segundos—. Ahora que lo dices sí que pasó
un chico, era alto y rubio, además iba de negro
y sostenía dos cosas en la mano.
—Está bien, iré a buscarlo. Muchas gracias
—le sonreí y me despedí de ella mediante un
gesto—. Nos vemos.
—¡Espera! Iré contigo —salió de detrás de
la barra y se colocó a mi lado—. Hay muchos
46 chicos rubios por aquí.
Después de eso fuimos a dar una vuelta
para ver si localizábamos al chico. Noté mi te-
léfono vibrar y lo cogí para desbloquearlo. Vi
que era un mensaje del banco, en él ponía que
me habían quitado la casa y que hablarían con
mi jefe para que me despidiera.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Segundo tratado
Continuamos andando sin rumbo hasta
ver a un chico que encajaba con la descripción
del ladrón.
—¿Es el ladrón? —Miré a la chica que an-
teriormente me había dicho que se llamaba
Sara—. Iré a por él —comencé a correr hacia
47
él.
—No, espera —me frenó y comenzó a
reírse—. Él es mi camello.
Nos acercamos hacia él e intercambiaron
dinero y sustancias mientras yo miraba.
Luego dijo que deberíamos ir a su casa a dejar
las sustancias alucinógenas, así lo hicimos y
fuimos a su casa y las dejamos. Mientras es-
tábamos allí, le conté mi situación sobre mi
casa y mi trabajo, ella me dio un vaso de agua
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

y me dijo que me podía quedar en su casa, yo


acepté.
Instantes después de beberme el agua co-
mencé a sentirme mal, además veía luces y
como si las paredes se estuvieran moviendo.
Le pregunté si me había echado algo en mi
vaso de agua. Sara dijo que me había echado
un poco ya que me veía muy nervioso. Me
quedé en el sofá por dos horas alucinando.
48 A la mañana siguiente me desperté fuera
de lugar, no sabía muy bien dónde estaba ni lo
que había pasado la noche anterior. Me le-
vanté del sofá y salí de la casa sin que nadie
se enterase. No sabía muy bien dónde ir, yo
no tenía casa y ni siquiera ningún familiar. Me
fui para comisaría y les supliqué que me deja-
sen un lugar para vivir, que me habían quitado
la casa y me había quedado sin dinero. Ellos
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

negaron con la cabeza y me dijeron que me


fuera de allí.
Iba por la calle como un vagabundo, sin sa-
ber dónde ir. Caí en la cuenta de que había un
hombre que vivía solo y necesitaba a alguien
para que le limpiara la casa y estuviera con él.
Fui para su casa y toqué a la puerta:
—¿Quién es? —Me contestó el hombre
asomándose por la rejilla de la puerta.
49 —Soy Adrián, necesito un lugar para hos-
pedarme, me quitaron la casa y no tengo di-
nero.
—Yo te conozco demasiado, por eso te de-
jaré entrar —el hombre abrió la puerta y me
dio el paso.
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

Tercer tratado
Entré en la casa y, para mi sorpresa, todo
estaba superlujoso y ordenado. El hombre me
mostró mi supuesta habitación, en ese mo-
mento me vino un recuerdo en el que yo salía
de pequeño, como si hubiera estado yo allí al-
guna vez. Juan, el hombre, me mostró todas
50
las habitaciones y me dijo que no le dejase en-
trar a nadie, a menos que fuera él.
Al día siguiente me levanté y fui para la
cocina. Cuando él llegó, me dijo que tenía el
permiso de coger todo lo que quisiera de co-
mida. Me levanté y cogí una tostada, estaba
muerto de hambre, ya que no había comido
nada desde lo de la discoteca.
Por la tarde comencé a limpiar la casa
mientras que Juan echaba una siesta. Cuando
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

terminé, me senté en el sofá y puse la tele. De


pronto salió la chica que había conocido en
aquella tienda, la habían pillado con sustan-
cias tóxicas en su casa. Empecé a ver borroso
y entonces me caí. Cuando el hombre me des-
pertó, me dio una pastilla para el dolor de ca-
beza, le dije que me había dado un bajón de
azúcar, pero que ya estaba acostumbrado a
eso. El hombre me dijo que era muy tarde y
51 que me fuera a dormir.
Al día siguiente, me encontré al hombre es-
perándome en la cocina, me dijo:
—Tengo que decirte una cosa —sus gestos
faciales cada vez más demacrados.
—Emm... sí —cogí una silla y me senté de-
lante de él.
—A ver, soy tu tío por parte de tu madre.
Ella me dijo que no me acercase ni a ella ni a
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

su hijo, por eso me vine a vivir aquí —yo es-


taba perplejo—. Podrás quedarte a vivir el
tiempo que tú quieras, esta será tu casa cuando
yo ya no esté.
Me levanté y lo abracé. Fue el único fami-
liar que de verdad me quería.

52
R/N. Revista de narrativa, núm. 4, vol. 2. 2019. ISSN 2605-3608

CON ÁNIMO
DE PÍCARO

53

R/N 4.2 / 2019

También podría gustarte