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EL SECRETARIO
Si miro atrás, a los años de investigación, me emocionan el aliento de Irene, de Úrsula,
de mis compañeros de doctorado. Hoy tengo presente a un equipo incombustible, fiel
compañía de los últimos meses:
Los Siete Cuentos Ejemplares de esta tesis están dedicados a los protagonistas de mis
Navidades, los ejemplos de mi vida:
Abuelitos y tíos de Suiza, os recuerdo a los seis juntos y felices, cuánto amor. Mis
padres, mis reyes magos, pareja de novios y súper héroes, para vosotros, Abu y Pac8,
se escribió el Cuento de Aristipo hace 2047años. Mi gran hermana pequeña, “perenne”
cómplice y mamá del noble Arturoico, tu talento merece el Cuento de Platón, tu
generosidad más. Mis niños, MANON, MATE e INDI, qué bellísimas persona sois y
qué preciosos, ¡os admiro! Hoy puedo compensaros con algo valioso: todo es posible.
(incluso ganar el concurso de villancicos de la querida familia Klingenberg)
Y a Vitruvio.
Mayo 2022
No quiero cambiar la arquitectura,
lo que quiero cambiar es esta sociedad de mierda.
Oscar Niemeyer
ÍNDICE GENERAL
ABSTRACT/EXTRACTO
051 I-LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO: SIETE PRÓLOGOS, SIETE CUENTOS
217 2 ENCABEZAMIENTO
219 3 BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES
3.1 Preliminares
3.2 Lectura entre líneas
As the title indicates, this dissertation deals with the Ten Prefaces that Vitruvius chose to include
in his Ten Books. Studied autonomously from the body of the treatise, these forewords unveil
Vitruvius’ concern with Moral Philosophy both as an architect and as a theorist. Vitruvius’ ethical
approach has somehow remained as an implicit or secondary aspect of his work. The concept
of Moralitas emerges now as a clear addition to his well-known three principles, lending a
universal character to De Architectura - which should not be labelled just as a treaty on classical
architecture but as a classic of architecture.
We reached Vitruvius after long research on prefaces to architectural treatises between the XVI
and XVIII Centuries - and specifically those written by the authors themselves. In these treatises
Vitruvius is almost invariably present, at times prominently and at times as a silent guest.
Confronting his own works brought a sudden burst of light. Within his ten prefaces we are
dazzled to find the first record of an ethical code for architects, the first bibliography on Greco-
Latin architecture, the keys to what makes a building socially successful. It is only fair that
posterity rewarded Vitruvius for his generous approach to our profession.
Amazingly, nothing is known about the man Vitruvius – other than what he wrote in his prefaces.
These texts are meant to dignify architecture, addressed to good and bad architects as well as
to the end users that enjoy it, manage it, or suffer it. He conveys his lessons through positive or
negative examples to show us what is right and what is not. With the passage of time, these
prefaces have been the subject of endless erudition and scholar speculation, sometimes
suffocating their message. Following his advocates and translators, we have researched
through layers of literature spread across centuries, separating conjectures from certainties to
reach the original source - Vitruvius’ own words. Liberating the prefaces from the books, the
present work aims to analyse and bring forward those words from an architectural rather than
a philological perspective.
Our contribution aims to make apparent the timeless relevance and the universal value of the
message put forward in Viruvius´ prefaces by means of seven exemplary tales, a journey
through time in search of lost sources, an illustrated lesson on mathematics and an account of
the publishing guidelines making De Architectura the only ancient treatise that has survived
through the depths of time.
Como avanza su título, esta tesis doctoral está dedicada a los Diez Prólogos con los que Vitruvio
acompañó a sus Diez Libros. Su estudio, desvinculado de la doctrina del tratado, nos ha
reportado la Filosofía Moral del Vitruvio arquitecto y la del tratadista. Cobra cuerpo la Moralitas,
que se suma naturalmente a la tríada vitruviana -a la que hasta ahora solo había secundado
tácitamente-, universalizando el De Architectura, que pasa de ser un tratado de arquitectura
clásica a un clásico de la arquitectura.
No se sabe nada de la persona de Vitruvio más allá de lo que nos legó en sus Diez Prólogos.
Con el tiempo, se les ha colmado de erudición histórica y especulativa, sofocando en buena
medida su contenido y su valor como activo. Son textos vigentes y útiles que dignifican la
arquitectura, dirigidos a los arquitectos buenos y malos que la ejercen y a los ciudadanos que
la disfrutan, la gestionan y la padecen; aleccionando con moralejas y con la fórmula infalible
de predicar con el ejemplo. De la mano de sus exégetas y traductores, hemos desbrozado
siglos de literatura superpuesta, sorteando conjeturas y subrayando certezas. El objetivo de
este análisis es redescubrirlos y divulgarlos desde una perspectiva arquitectónica, no filológica,
dando prioridad a la fuente primigenia, su palabra.
1
NATURALEZA DEL PRÓLOGO DE AUTOR
De entre estos diálogos interesan a nuestro estudio aquellos en los que el autor-
interlocutor se muestra valiente, abre su corazón y su cabeza con una declaración de
intenciones, de principios o incluso de anhelos. Introduce lo que considera contar
sobre su obra o sobre sí mismo, sin ambages. Habla zanjando la especulación.
En virtud de lo expuesto, varios prólogos de autor convocados con criterio dan pie a
establecer un coloquio profesional, una mesa redonda cuyo fruto hemos venido a
observar como una forma de Intrahistoria de la Arquitectura, o del Arte. 1 En su proemio
al libro Prólogos con un prólogo de prólogos, Borges nos ilumina:
Que yo sepa, nadie ha formulado hasta ahora una teoría del prólogo. La omisión no
debe afligirnos, ya que todos sabemos de qué se trata. El prólogo linda con la oratoria
de sobremesa. (…) Ejemplos hay que enuncian y razonan una estética. El prólogo,
cuando son propicios los astros, no es una forma subalterna del brindis; es una especie
lateral de la crítica. (1975 pp. 7-10)
1 Los prefacios que no están escritos por el autor de la obra poseen una condición diferente, más
próxima al artículo, al ensayo. Resultan autores secundarios dentro del libro, grandes eruditos, pero
como nosotros, forasteros emocionales de la autoría de la obra y serán, por lo tanto, nuestras fuentes
secundarias.
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Villard de Honnecourt vous salue, et prie tous ceux qui travaillent aux divers genres
d´ouvrages contenus en ce livre de prier pour son âme, et de se souvenir de lui ; car
dans ce livre on peut trouver grand secours pour s´instruire sur les principes de la
maçonnerie et des constructions en charpente. Vous y trouverez aussi la méthode de
la portraiture et du trait, ainsi que la géométrie le commande et l´enseigne.3
Con estas breves palabras, Honnecourt destierra toda duda sobre el fin y contenido
de su obra –una colección incompleta de deliciosas ilustraciones-, se asegura un lugar
en el olimpo de la tratadística y que a las hojas de su tratado no se las lleve el viento.
Diferente es la posición a la que se ve abocado Navascués al respecto de su estudio
crítico sobre el manuscrito de Hernán Ruiz el joven: Más espinosa es la cuestión
referente a la finalidad del manuscrito, esto es, llegar a saber si pretendía ser un tratado
de arquitectura en el pleno sentido de la palabra, con vistas a su publicación, o si, por
el contrario, debe considerarse como una colección de textos y dibujos que forman
un ´corpus´ para uso particular del arquitecto. (1974 p.3)
3 Villard de Honnecourt les saluda, y ruega a todos los que trabajan en los diversos tipos de oficios
contenidos en este libro que oren por su alma y que lo recuerden; porque en él se puede encontrar
gran socorro para instruirse en los principios de la albañilería y de la carpintería. Encontrarán también
la metódica de la proporción y del trazado, tal como la geometría la rige y enseña.
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Que los prólogos son fuente bibliográfica es un hecho para cualquier investigador o
lector interesado en su consulta.4 El paso hacia adelante es evaluar el peso que puede
tener su estudio sistematizado en el debate y la historiografía arquitectónicos con
autonomía de su libro. Rescatando, para ello, la dimensión universal y atemporal de
sus ideas o principios. Poniéndolos a conversar unos con otros y observando si
comparten lógicas internas, hilvanando esa intrahistoria arquitectónica que
comentamos al inicio. Para confirmar la viabilidad de esta proposición, se tomó la
iniciativa de acometer un ensayo (en sus dos acepciones de prueba y relato) que
abarcaba el estudio de tres prólogos de eruditos de la arquitectura española: José
Caveda, Vicente Lampérez y Fernando Chueca, prólogos publicados
respectivamente en 1848, 1922 y 1965, razonablemente distribuidos a lo largo de cien
años.
Por tratarse de una primera incursión, la selección tuvo inevitablemente algo de azar.
Había más autores a quienes acudir, y cualquiera de nuestros escritores tenía en su
haber más prefacios. A favor, sus textos compartían algo en común que vino a ser
importante: pivotaban en torno a los mismos hechos.
4En la “Advertencia Preliminar” a su Historia de las ideas estéticas, Menéndez Pelayo anota: “Para ser
completo nuestro estudio, comprenderá pues: (…) 5.º Las ideas que los artistas mismos, y
principalmente los artistas literarios, han profesado acerca de su arte exponiéndolas en los prólogos
o en el cuerpo mismo de sus libros” (1909. p. XVIII)
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Cita el escritor Patricio Pron: César Aira sostuvo en cierta ocasión que la lectura de
todo texto se articula en torno a tres fechas: la de su escritura, la de los hechos a los
que se refiere y la de su publicación.
Que los tres prólogos hablasen del mismo periodo histórico y del mismo contexto
arquitectónico, nos permitió organizarles un encuentro virtual. Un debate a tres bandas
con nosotros en el papel de moderadores. El resultado fue afortunado, y sus
conclusiones avaladas por el tribunal de TFPT de la ETSAM como arranque de proyecto
de investigación de tesis doctoral. El ensayo titulado: “Cien años de Historiografía
española a través de tres prólogos”, proporcionó algunas certezas:
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Quedó establecido emprender un proyecto de tesis sobre los prólogos de autor a los
tratados de arquitectura, enfocado a poner en juego sus lianas teóricas compartidas.
Evitamos que el campo de investigación lo delimitase la empatía inicial con los
escritores, lo que, sumado al rigor científico, nos condujo a una exploración previa de
la tratadística arquitectónica occidental más emblemática y desde el principio de los
tiempos. Se creó una base datos de no menos de 100 prólogos.5
El marco geográfico lo perfiló el conocimiento del idioma. Textos con los que
pudiésemos interactuar sin más intermediarios que buenos diccionarios, escritos en
español, francés, inglés o italiano. El marco cronológico, inicialmente inabarcable,
observamos que podía domesticarse, sabíamos sobre qué queríamos conversar.
Abrimos el paréntesis con los tratados del siglo XVI - a excepción de la obra de Alberti-
y lo cerramos en el XIX, momento en que la tratadística va perdiendo fuelle a favor de
la historia de la arquitectura. Por lo tanto, cuatro siglos sucesivos de tratadistas
europeos y a 1500 años luz… Vitruvio. Una reliquia imponderable que se estudiaría en
el momento oportuno, si llegado el caso, era oportuno.
5 Cuatro grandes autores de la Historia de la tratadística y de Literatura artística han sido nuestra
principal guía para generar una base de datos: Schlosser, García Melero, Wiebenson y Thoemes.
Algunos tratados importantes no están prologados, lo están simbólicamente, o están deficientemente
prologados. Por el contrario, algunos prólogos de tratadistas menores resultan de relevancia teórica.
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Entre el XVI y el XVIII no había reunión donde no estuviese invitado como convidado
de piedra, tanto por los vitruvianos como por los anti vitruvianos. Durante esos siglos el
De Architectura era el balón del partido y a nosotros nos interesaba el resultado, no la
pelota. En el siglo XIX cambian las tornas: Vitruvio no juega, pero queda de suplente.
Descubriríamos en adelante que ninguno de los participantes en el debate se había
molestado en escucharle a fondo, en considerar con disciplina sus prólogos. Incluidos
nosotros.
6Luego que la bella Arquitectura Griega empezó a restablecerse entre las naciones cultas, al cabo de
doce siglos de abandono y desprecio, echaron de ver los restauradores que no eran suficientes para
el perfecto restablecimiento de ella los monumentos antiguos que venturosamente se habían
conservado en medio del goticismo y arabismo. Los Arquitectos florentinos Brunelleschi y Alberti
empezaron a desterrar de Italia la Arquitectura bárbara. Insistieron en lo mismo los Sangallo, Fray
Giocondo, Miguel Ángel, Rafael de Urbino y otros muchos; pero al mismo tiempo que hacían rápidos
progresos sin otra guía que su talento y observación del Antiguo, conocieron que Vitruvio era quien
debía interpretar las dudas que de la variedad de sistemas se originaba.” (Ortiz y Sanz, 1787. Pref.)
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Hay eruditos que se toman la molestia de desgranar, por qué se diría más probable
celebrar el acontecimiento en el año 26 que en el 24, o viceversa. Nosotros somos más
afines a la determinación que demuestra Choisy, en la introducción a su traducción
del De Architectura. Sin contemplaciones, y así lo recalca, se decide por la fecha
redonda del año 25: Chiffre rond: un quart de siècle avant notre ère. Hay otros
estudiosos en la estela de Choisy, poco amigos de las elucubraciones, como el gran
exégeta del De Architectura Jean Soubiran, con el que igualmente comulgamos.
(…) mais rien ne prouve que la préface du livre II ait été écrite la même année que
celle du livre I. D'ailleurs, à quoi bon discuter ? Quand il écrivit ces mots, Vitruve avait
70 ans, selon P. Th. ; au tour de 55, selon Pellati ! Et pourquoi pas 80, avec de belles
considérations sur la mort qui n'a point laissé à l'auteur le temps de mettre la dernière
main au traité et d'en éliminer quelques incohérences trop certaines ? Cela ne coûte
rien, et ne vaut pas beaucoup plus.8 (1962 p. 144)
Pero incluso vamos más allá. Si bien la edad que tenía cuando elaboró su tratado no
nos parece relevante, apostamos, con la garantía que nos permite hacerlo el hecho
de que nadie podrá rebatirlo, que Vitruvio dio el relevo generacional a Cristo y que,
de este modo, la historia de la arquitectura se divide, en nuestra particular cronología,
en “Antes de Cristo” y “Después de Vitruvio “. En ese fascinante instante del tiempo
donde se decide el paso del siglo -1 al siglo +1, sin intermediar la cifra cero. No
abundamos en este dato por su carácter enigmático, se trata sencillamente de
facilitar el recordatorio dándole rotundidad. Ya no hay coartada para desvincularse
del momento vital de Vitruvio y, en consecuencia, de maravillarse con la dimensión de
su supervivencia. La historia del De Architectura se presta a muchas analogías bíblicas
que de forma espontánea irán surgiendo a lo largo del documento, sin más.
Todo lo que sabemos, o todo lo que puede saberse con certeza de Vitruvio, es a través
de Vitruvio, de sus prólogos. Nuestra premisa será limitarnos a su palabra sin conjeturas,
liberada de equipaje, sin hábitos eruditos. Limitarnos a lo que dijo, no a lo que
presuntamente quiso decir. Nuestra exégesis consistirá en la transcripción directa de
sus textos en el mejor vehículo divulgativo.
8 (…) pero nada prueba que el prefacio del libro II haya sido escrito en el mismo año que el del libro
I. Por otra parte, ¿para qué debatir? Cuando escribió estas palabras, Vitruvio tenía 70 años, según
P.Th.; ¡alrededor de 55, según Pellati! ¿Y por qué no 80, sumando a las hermosas conjeturas la
sobrevenida muerte que impidió al autor dar los toques finales al tratado y eliminar de él algunas
incoherencias demasiado evidentes? No cuesta nada hacerlo, y no vale mucho más.
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Pero ¿acaso los más ilustres exégetas de Cervantes, desde Mayans o W.H. Prescott a
Astrana Marín, Martín de Riquer o Jean Canavaggio, entre otros biógrafos españoles y
extranjeros, ¿no han recurrido a lo ya dicho y escrito? ¿De dónde extrae sus
deducciones caracterológicas, presuntamente desmitificadoras, Jorge García López
en su reciente Figura en el tapiz sino de la lectura de textos y datos aportados por sus
antecesores o el propio autor? ¿Cómo podría ser de otra manera sin jugar a la güija?
En su día Mary Shelley ya nos advierte de que no existe más retrato fidedigno que la
descripción que el propio autor hace de sí mismo. (Gonzalo Suárez, 2016)
Y si así se reflexiona sobre la figura desnudada miles de veces de Cervantes, ¿qué decir
de la de Vitruvio? Es al propio Vitruvio a quien hay que leer si se desea conocerle en
persona, y hacerlo, a través de sus textos proemiales, podemos garantizar que no
defrauda. Nos costó abandonar las conversaciones mantenidas con nuestros primeros
tratadistas; no obstante, nos serviremos parcialmente de la sabiduría que transmiten
en sus prólogos para referenciar el nuevo título. Los escucharemos desde la nueva
coordenada, el centro del sistema solar.
Como apunte final no perdamos de vista este epígrafe. De partida, aún sin profundizar
en el De Architectura, tenemos todo el derecho a sentirnos hechizados con su devenir,
su posteridad. Es el único ejemplar superviviente de una especie extinta, de quien, en
adelante, se intentarían sucesivas clonaciones y compendios con mayor o menor
fortuna.9
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
La trinidad: Utilitas, Firmitas, Venustas, aparece una sola vez nombrada en todo el texto
de Vitruvio, en el capítulo III del primer libro, pero adquirió una fama incontestable de
cuyo origen parece ser la causa el compendio de Perrault. 10
[Vitruvio] Haec autem ita fieri debent, ut habeatur ratio firmitatis, utilitatis, venustatis.
Firmitatis erit habita ratio, cum fuerit fundamentorum ad solidum depressio, quaque e
materia, copiarum sine avaritia diligens electio; utilitatis autem, [cum fuerit] emendata
et sine inpeditione usus locorum dispositio et ad-regiones sui cuiusque generis apta et
conmoda distrtbutio; venustatis vero, cum fuerit operis species grata et elegans
membrorumque commensus iustas habeat symmetriarum ratiocinationes.11
(Libro I, capítulo III: “Partes de la Arquitectura”)
10 Ver “The teaching of architecture as a result of a misunderstood triad.” Onecha, Belén; José Luis
González Moreno-Navarro, and Sonsoles Puntos.
11Cualquier cosa que se construya ha de ser atendiendo a la solidez, a la función que desempeña y a
la belleza. Se atiende la solidez asentando los cimientos en suelo firme y seleccionando los materiales
con conocimiento y sin mezquindad. Se atiende a la adecuación del edificio, a su función, cuando la
distribución es impecable y facilita en todo el uso para el fin a que se dedica, y se atiende a la belleza
cuando la apariencia del conjunto produce placer y cuando sus elementos guardan las proporciones
que dictan los principios exactos de la simetría. (De Architectura traducido por Carmen Andreu, 1973)
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
La tesis se articula en torno a cuatro capítulos, como resultado del estudio conjunto de
los Diez Prólogos en virtud de su contenido literal y con total autonomía de sus Diez
Libros.
Desde un examen liminar se puede apreciar, que cada uno de los diez, cuenta con
una longitud diferente, en ocasiones llamativamente diferente –el prólogo IV consta
de 5 líneas y el prólogo VII de 155–, el orden que guardan dentro del libro se diría
arbitrario, y su contenido, siempre a primera vista, resulta inclasificable y sin un visible
hilo conductor.
Tienen un solo factor estructural en común, que hemos venido a bautizar como “líneas
de descompresión”, aunque bien hubieran podido denominarse el cordón umbilical.
Componen pequeños párrafos de transición que acompañan fielmente el final del
cada prólogo y marcan una frontera clara con su libro. Anuncian el contenido del
volumen correspondiente haciendo las veces de índice y sinopsis.12 Abotonados a
cada libro que preceden, y descrita su heterogeneidad, los prólogos parecen
destinados a un estudio individualizado, correlativo y en paralelo a sus libros, fórmula
escasa que se ha llevado practicando por sus traductores a lo largo de 500 años.
Desde la primera edición crítica impresa en 1521 hasta hoy, cada prólogo en rigurosa
secuencia del 1 al 10, se ha colmado de anotaciones y erudición hasta repetirse los
comentarios y llegar a decir basta; y, sin embargo, siguen siendo unos grandes
desconocidos, laberínticos, sin un análisis integral definitivo sobre su carácter. Quisimos
darles la oportunidad de funcionar con total independencia respecto del tratado.
12A pesar de no ser objeto expreso de nuestro estudio por referirse al contenido del libro, volveremos
a las “líneas de descompresión” a lo largo del documento; poseen importancia trascendental
estratégica y se han revelado como uno de los antídotos a determinadas conjeturas que pueblan las
ediciones críticas del tratado.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Significa no considerar el puesto que ocupan dentro del volumen, y descartar todo lo
que no fuese la palabra de Vitruvio. Escuchar al autor por primera vez y a solas. Para
estudiarlos desde estos criterios hubimos de editarlos y extenderlos sobre la mesa. Un
rompecabezas de tan solo diez piezas, complejo, y del que desconocíamos la imagen
que debía devolvernos. Con la dedicación y lectura suficientes, llegamos a descifrar
la solución y concluimos que era: 10= 7+3. Dos familias, dos capítulos.
- Los siete prólogos: II, III, VI, VII, VIII, IX y X funcionan como un único organismo, un
corpus apológico, en el que cada uno instruye con recetas ejemplarizantes y
ejemplarizadas sobre el buen hacer en el oficio. Son el soporte interior del tratado, la
filosofía moral del Vitruvio arquitecto.
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Por su prosa, nos hemos servido de la traducción de Ortiz y Sanz (1787) para los primeros
tres capítulos. En el último, nos valemos de la voz del traductor Agustín Blánquez (1955),
que no solo imprime el mejor tono que merecen estos textos, veremos, además, que
la aportación teórica de su propio prólogo será impagable. Hemos considerado hablar
de la estructura -surgida tras las primeras lecturas- antes del estado de la cuestión, el
documento se gestó naturalmente en este orden.
Un historiador de ideas tira al agua sus propias piedras, y las ondas concéntricas que
así produce son naturalmente distintas de las formadas por las que tira otro. Si los
guijarros se tiran muy juntos, las ondas interfieren de modo muy visible; si se tiran muy
separados, las interferencias pueden no ser discernibles. Así, el guijarro de uno podría
ser la onda del otro, y la opción sobre qué es lo que debe ser tratado es lo que decide
qué es lo central y qué lo periférico. (Glacken, 1967 p. 647)
(10=7+3) El siete y el tres son las dos piedras que nosotros hemos lanzado al agua. Sus
ondas nos devolverán la metáfora de diez conversaciones con Vitruvio, siete
agradables tertulias de sobremesa y tres sesiones de charla, una misma mañana, en el
despacho de una gran editorial.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
El estado de la cuestión, al respecto del estudio de los prólogos de Vitruvio, nos interesa
en tres ámbitos bibliográficos: el que hace referencia a su contenido moral o
deontológico, el que aborda su estudio integral --el conjunto de los diez prólogos con
autonomía del tratado-- y el que incide en el arte de decir vitruviano entendido como
herramienta divulgativa.
Durante 400 años se rivalizaba por conseguir la mejor traducción del De Arquitectura,
la más clarificadora, la definitiva. El contenido del prólogo es anecdótico, se aprecia,
pero no es vinculante. Cesariano, Philandro, Lázaro de Velasco, Barbaro, Perrault,
Galiani, Ortiz y Sanz, o Choisy, a pesar de sus minuciosas traducciones, no encuentran
otra función a estos prefacios, que, a grandes rasgos, la de proporcionar y contrastar
datos históricos con que apuntalar su material introductorio, o ser cantera para
desgranar la misteriosa, por siempre, biografía de Vitruvio. Veremos, sin embargo, que
su valor moral o ejemplarizante, no puede esquivarse a pesar de no ser objeto de
examen expreso. Ortiz y Sanz así lo manifiesta:
“La moral que muestra Vitruvio en su obra es la más sana y entera: ojalá se practicara
al mismo tiempo que sus preceptos arquitectónicos. Seguramente se verían menos
desórdenes, menos ambición, menos codicia, con notable beneficio del Arte y honor
de los Arquitectos” (1787 pref.)
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
A partir del siglo XX no hay que saber latín para abordar a Vitruvio. Los siglos de
hombres orquesta, filólogos-filósofos a la vez que arqueólogos-arquitectos, e incluso
médicos, han quedado atrás. Aunque siguen produciéndose traducciones por parte
de latinistas exégetas de Vitruvio, buscando la excelencia filológica y la originalidad
en el contenido de los comentarios, también van apareciendo ediciones prologadas
por historiadores de renombre a traducciones antiguas y, sobre todo, a partir del siglo
XXI, una sucesión exponencial de ensayos y artículos especializados sobre los Diez
Libros de Arquitectura. A continuación, presentamos cronológicamente algunos hitos
bibliográficos del despertar indiscutible al valor añadido de los prólogos.
14 Por fin la filosofía, desde el punto de vista de los deberes: a este propósito, Vitruvio propone unos
preceptos que son un auténtico código de la moral profesional.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Les éditeurs et commentateurs de Vitruve ont plutôt négligé les Préfaces, jusqu'à
l'Introduction de J. Soubiran, livre IX. Cette introduction constitue une incitation à
reprendre, du point de vue fonctionnel et thématique, le problème des Préfaces
vitruviennes, en insistant sur leur lien, implicite ou explicite, avec l'art de dire
contemporain.16 (Soubiran, 1969)
15 Veremos en el índice “Su lectura en el pasado” y ampliamente en las conclusiones del documento,
que en el siglo XVI Barbaro se adelantó a todos, aunque lo hizo tan tangencial y excepcionalmente,
que ni tan siquiera Kim Williams (2019) en su edición minuciosa de la traducción al inglés de la versión
de Barbaro, repara en ello.
16 Los editores y comentaristas de Vitruvio han descuidado los Prefacios, hasta la Introducción de J.
Soubiran del libro IX. Esta introducción constituye un incentivo para reanudar, desde un punto de
vista funcional y temático, el problema de los Prefacios de Vitruvio, insistiendo en su vínculo, implícito
o explícito, con el arte del decir contemporáneo. No hemos tenido acceso al texto de Soubiran que
menciona André, afortunadamente sí hemos podido consultar otra de sus obras. Se trata de un autor
relevante en la comunidad vitruviana.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Por fin Pierre Gros, en 1997, en su prefacio a la edición del De Architectura al italiano
de Antonio Corso y Elisa Romano, apunta expresamente:
Interesa notar, a nuestro particular interés, que Gros circunscribe el aspecto moral a los
prólogos, II, III, VI, VII y IX y el deontológico al prólogo X. Enuncia los aspectos esenciales,
dicho de paso de forma muy bella, como ya lo hiciese Ortiz y Sanz en voz baja. Dentro
del mismo volumen, sus traductores, Corso y Romano, alternan la participación
comentando cada prólogo de forma individualizada, acentuando, eventualmente,
las conexiones filosóficas entre los mismos.18
17 Estos prefacios, por un lado, alimentan una atmósfera de rigor moral en todo el De Architectura al
tejer una red de relatos con los que Vitruvio, no sin cierta acritud que quizás depende de su condición
relativamente subordinada al éxito de algunos de sus oponentes, recuerda cómo el mérito y el valor
de un hombre residen en su conocimiento y honestidad, incluso si estas cualidades de la mente y el
alma no siempre son reconocidas; las historias que traen a la escena a Dinócrates (prefacio del libro
II), Sócrates (prefacio del libro III), Aristipo (prefacio del libro IV), a los plagiarios de Alejandría
(prefacio del libro VII), y a los autores de grandes descubrimientos (prefacio del libro IX) forman parte
de esta serie: proporcionan el pretexto para reflexiones moralizadoras que remiten a un platonismo
elemental pero eficaz. El prefacio del Libro X, que se centra en la ética de la profesión de arquitecto,
es de alguna manera su aplicación directa...
18 En el siglo XX, con el desarrollo de la historiografía arquitectónica, todo autor se detiene en Vitruvio.
En 1990, Kruft se refiere puntualmente a sus prólogos con la siguiente clasificación: a) sobre la
persona de Vitruvio, b) sobre la función del tratado, c) sobre los problemas de la arquitectura en
general, teniendo en cuenta que Vitruvio ajusta su concepción de la arquitectura con la ideología de
estado de su tiempo. (Kruft,1990 pp. 25-26)
En la página siguiente se limita a hacer una muy breve sinopsis de los prólogos que le interesa
mencionar, sin entrar en más detalle.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Llegamos al siglo XXI. En el año 2005, Antoinette Novara, no solo a nuestro juicio, da un
salto cualitativo en la literatura vitruviana con su ensayo: «AUCTOR IN BIBLIOTHECA.
Essai sur les textes préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du livre ».
Argumentado desde la más exquisita erudición latinista, justifica, no sin un forzado
ajuste de tuercas que Vitruvio concibió los diez prólogos como una recitatio, un solo
texto continuo para ser leído ante el emperador Augusto. La función moral y
deontológica se comenta, pero queda eclipsada por la función de las palabras, “les
mots” : Tous les indices, á notre avis, convergent pour donner á penser que les préfaces
de Vitruve constituent un ensemble significatif dans leur continuité : une remise de
l´ouvrage á un moment défini, l´adresse renouvelée au dédicataire unique dans neuf
préfaces sur 10.20
20Todos los indicios, a nuestro juicio, convergen para sugerir que los prefacios de Vitruvio constituyen
un todo significativo en su continuidad: una entrega de la obra en un momento determinado, un
discurso renovado a un destinatario excepcional en nueve prefacios de diez.
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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
21 Prefacio (refiriéndose al conjunto), que Vitruvio fue desarrollando en diez movimientos, diez
tiempos, a lo largo de un discurso en presencia de Augusto, un día de verano del año 24 A.C.
22 Hay, sin embargo, otro factor organizativo en De Architectura, menos visible porque a veces
pertenece a lo tácito, pero tanto más efectivo. Es el de la moral, una moral particular heredada tanto
de la formación del autor, que se mantiene fiel a los métodos y modelos de la época helenística, y a
su práctica profesional que implica, como hemos visto, rigor y honestidad. Los prefacios, el del último
libro en particular, recuerdan fácilmente los principios elementales de la ética arquitectónica.
38
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Enunciada está, desde el siglo XVIII, la existencia del mensaje moral, ético y
deontológico intrínseco a los prólogos, luego el asunto no es el hecho de referirlo, sino
con qué dimensión, en qué proporción, en qué contexto o con qué formato y
urgencia. Procurando no salirnos de los márgenes que competen a este epígrafe
introductorio, que no es el de los objetivos, reflexionaremos sobre las referencias
seleccionadas, con un previo agradecimiento a sus autores.
Los textos antes enunciados --de Ortiz y Sanz, Choisy, Gros, Corso y Romano-- que
evidencian el contenido moral, han de localizarse, real y metafóricamente hablando,
con lupa de aumento.25
25Hay autores del siglo XXI que no se detienen en la mención del mensaje moral, como el filólogo
Francisco Manzanero. El historiador Juan Calatrava sí lo hace sucintamente en el año 2000 cuando
prologa una traducción de Vitruvio, pero habíamos de poner coto a la cronología de las referencias.
No obstante, por la calidad de su prólogo, le mencionaremos más adelante.
39
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Algunas tipografías, por su tamaño o su estilo, son inabordables a simple vista. Qué
decir de dónde moran, en artículos erráticos, introducciones o anotaciones entre
notaciones. Su conocimiento queda abocado a un público docto y
desafortunadamente muy minoritario.
Respecto al estudio de los diez prólogos que abordan André y Novara con diferente
profundidad, como conjunto desvinculado del tratado, no dejamos de asistir a una
celebración del dominio del latín por encima de cualquier otro mensaje. Y siempre
bajo el corsé del 10, en número correlativo del 1 al 10 y vinculando el contenido a la
gramática del lenguaje.
Hasta hoy, en definitiva, quienes se inclinan por señalar la faceta deontológica de los
prólogos los estudian parcialmente, y generalmente uno por uno, sin idea de conjunto,
y a menudo acompañando a la traducción del tratado. Y quienes apuestan por su
estudio global, lo hacen desde la perspectiva filológica. Los resultados no dejan de ser
extraordinarios, pero en absoluto estimamos definitivos. Finalicemos con un ejemplo
específico, ninguno de estos autores considera el valor del prólogo VIII. Esta
investigación, sin embargo, lo observa como fuente indiscutible de moral proyectual
por estar dedicado íntegramente al agua.
40
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Haciendo balance, se echa en falta divulgación del mensaje, perspectiva del oficio,
un acercamiento a la figura de Vitruvio como arquitecto, y sobre todo, un opus que
aglutine el estudio de los diez prólogos, intelectual y físicamente liberados del tratado,
y catalogados desde las enseñanzas y ejemplaridad que contienen. Buscamos
capturar claves atemporales y universales que permanezcan en la Arquitectura.
41
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
2.3 OBJETIVOS
Hay objetivos que existen previos al inicio de la investigación, otros surgen durante la
misma en forma de cuestiones y otros se van materializando en conclusiones antes de
finalizar la escritura. Las primeras lecturas de los Diez Prólogos nos proporcionaron la
evidencia de que los textos proemiales de Vitruvio eran un referente ejemplar a
indagar, no divulgado merecidamente en el gremio de la Arquitectura. Premisa
refrendada en el epígrafe anterior “Estado de la Cuestión”
1. Poner en valor los Diez Prólogos en conjunto con autonomía del tratado, descartando
el infecundo análisis individual y correlativo. Proporcionarles una entidad propia.
Redescubrirlos y reiniciarlos.
En síntesis, a partir de la recién “estrenada” lectura de los Diez Prólogos, nos propusimos
tutelar su contenido, fomentar su conocimiento y conocer personalmente a su autor.
Según avanzamos fueron surgiendo cuestiones más específicas:
5. A lo largo de sus 2047 años de historia, ¿qué influencia teórica han tenido los prólogos?
¿Cómo los observaron los tratadistas y los teóricos del pasado? ¿Cuál es, o podría
llegar a ser, su repercusión en el presente? 26
26 Al respecto de la curiosa cifra: 2047, ver epígrafe “Antes de Cristo, después de Vitruvio”
42
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
6. ¿En qué medida los prólogos contribuyeron a la supervivencia del tratado? Un asunto
de todo punto fascinante: ¿fueron su salvaguarda?
43
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Hoja de pergamino del códice más antiguo que se conserva del De Architectura
“El Harleianus” siglo IX. Corresponde al inicio del prólogo IV (Harley 2767 British Library)
44
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
2.4 METODOLOGÍA
PRIMERA PARTE
Hacer acopio de los prólogos de autor a las primeras ediciones de sus tratados es una
labor documental directa y lineal. Con los Diez Prólogos de Vitruvio se inaugura otra
magnitud bibliográfica puesto que no se conserva el texto original de su puño y letra.
No hay un solo De Architectura, sino casi un centenar de códices manuscritos
conservados, y otro centenar de ediciones impresas que han dado al autor y a su obra
una dimensión muy particular, múltiples personalidades y reinterpretaciones, lo que a
simple vista parece un reto a la hora de conocerlo y no es tal. 27 El De Architectura,
desde el siglo XVI, se metamorfosea en dos tratados, un libro gestante de otro libro, el
que escribió Vitruvio y el que escribe en paralelo su traductor, en ocasiones más
extenso que la propia doctrina del autor (ver página siguiente). Tenemos, por un lado,
el texto canónico de Vitruvio, derivado de los innumerables códices latinos que en rigor
son la copia sucesiva de uno solo, el Harleianus, y a lo sumo, si queremos acogernos a
las conclusiones de otros estudiosos, hubiéramos de considerar que son dos, sumando
el Guadianus. 28
27 La buena noticia, no tan promulgada, es que el texto del manuscrito Harleianus, del siglo IX, el más
antiguo que se conserva, garantiza una fidelidad casi total con los papiros originales del romano. De
manera general el texto no ha acusado más que muy pequeñas alteraciones entre las manos de los
copistas, nos ha llegado sin lagunas o al menos sin graves lagunas (Choisy 1909). Las “líneas de
descompresión”, estratégicamente escritas por Vitruvio, traicionarían la omisión de algún capítulo y
las comúnmente conocidas como lagunas oscuras se refieren a tecnicismos constructivos puntuales.
Un asunto es que el texto llegue íntegro, otro, que lo haga parcialmente adulterado por
desconocimiento de términos arquitectónicos del copista. Pero esta historia involucra a los libros que
no son nuestros dominios.
28Schneider establece que todos los manuscritos derivan del original a través de un intermediario
común. Rose afina la genealogía escindiendo el tronco señalado en dos ramas, Harleinaus y
Guadianus.. (Choisy 1909)
45
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
46
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Por último, señalaremos que los prólogos son los menos afectados en uno y otro
recorrido. Tenemos la fortuna de que su contenido atemporal es ajeno a las cuestiones
técnicas constructivas del tratado acotadas en la antigüedad y que tanta
controversia han causado a sus intérpretes. Los prólogos son un paraíso fiscal, no han
de pagar los tributos de la traducción de los libros, pues más allá de las diferencias
estilísticas inherentes a la evolución histórica y el cambio diacrónico de las
traducciones – alteraciones de sintaxis y léxico-- el mensaje de Vitruvio permanece, su
contenido especial no pierde valor, transciende en cualquier versión.
47
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Para dar respuesta a los cuatro primeros puntos de los objetivos enumerados, era
indispensable escuchar a Vitruvio a fondo. Nos auxiliamos de las siete traducciones
que existen en español, que por cronología son las de Lázaro de Velasco, Miguel de
Urrea, Ortiz y Sanz, Agustín Blánquez, Carmen Andreu, Oliver Domingo y Fernando
Manzanero, obviando todo lo que no fuese el verbo de Vitruvio en las que están
comentadas. Además del conocimiento profundo de los textos, se buscaba encontrar
la voz, o las voces, que darían la palabra a Vitruvio en el documento 31.
Para responder a los cinco objetivos restantes, dimos paso a las fuentes primarias de
segundo orden que se corresponden con las anotaciones y comentarios de las
ediciones críticas y sus prólogos al De Architectura, dando cabida a las versiones
extranjeras en italiano, francés e inglés, de nuevo por orden cronológico, las de
Cesariano, Philandro, Barbaro, Perrault, Galiani, Choisy, Corso y Romano, Rowland y
Gros.
También como caso especial, a la hora de abordar el capítulo III del documento, El
Prólogo Ilustrado, visitamos dos ediciones de Fray Giocondo.
31 En el epígrafe del capítulo Siete prólogos, siete Cuentos, queda pormenorizado el estudio.
48
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Como reflexión final lanzamos una pregunta: ¿Eran necesarias tantas traducciones
para conocer al Vitruvio de los Diez Prólogos, para materializar nuestro corpus
apológico de Siete Cuentos y nuestro corpus editorial? La respuesta categórica es NO.
32Para una investigación como la nuestra, que se vuelca en los diez prólogos como cuerpo de trabajo,
son un sinsabor las empresas que quedan a mitad de tratado y solo abordan los primeros libros del
De Architectura. Lucia Ciapponi, Francisco Manzanero y Fréderic Lemerle, son algunos ejemplos de
importantes eruditos con los que no hemos podido contar para estudios rematados de conjunto.
49
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
Con una sola versión habría bastado, todas son suficientes palabra de Vitruvio,
paradójicamente, para llegar a esta rotunda afirmación, hubimos de conocerlas casi
todas.
CITAS
Todas las citas de los autores se ofrecen en itálica y se traducen a pie de página si el
idioma lo demanda.33 Ninguna presenta originalmente términos subrayados o en
negrita, recursos de los que nos hemos servido libremente cuando se ha considerado
importante enfatizar su mensaje a la hora de apoyar nuestro comentario crítico.
INTERPOLACIONES
Por su relevancia, cuando se citan las palabras textuales de Vitruvio, éstas siempre van
precedidas de su nombre entre corchetes [Vitruvio]. Los intérpretes que han dado voz
a estas páginas son dos traductores del De Architectura: Ortiz y Sanz y Blánquez. En las
contadas ocasiones en que recurrimos a otros traductores, esto queda puntualmente
señalado. Figuran, entre paréntesis y sin cursiva, las aclaraciones que hemos
considerado insertar en algunas citas.
FIGURAS
Éstas acompañan a la lectura del texto en su página opuesta. Por este motivo, y dado
su escaso número, no se corresponden con cifras ni se listan.
Nos disculpamos de antemano por los posibles errores que, a pesar de la atención
dedicada, hayan podido pasarnos desapercibidos en la redacción del documento.
33Con la salvedad de las citas y los textos en francés del Capítulo II, Las Fuentes Perdidas de
Vitruvio, cuya traducción se omite expresamente para evitar perder la unidad de efecto del relato.
50
CAPÍTULO I
3 SU LECTURA EN EL PASADO
3.1 Petrarca al margen
3.2 Hiperprólogos: Sagredo y Fray Lorenzo
3,3 Corpus ejemplarizante versus cuerpo doctrinal
3.4 Apóstoles, discípulos y Judas
A la lectura y estudio de los diez Prólogos de Vitruvio, han cobrado forma siete Cuentos
y un corpus editorial34. Son siete, y no diez, porque nacen de los siete prólogos cuyo
contenido responde a “ese indudable código de ética profesional” que Choisy alaba
como filosofía puesta en el foco de los deberes, y “a la más sana y entera moral” de
la que Ortiz y Sanz se hace eco, y anhela, en beneficio del arte y honor de los
arquitectos.
De tal forma, los prólogos II, III, VI, VII, VIII, IX y X, que responden a la filosofía moral del
arquitecto, han cambiado de estatus. De texto dependiente de un libro, han pasado
a Cuento con título propio, que es, a juicio de esta investigación, a lo más alto que
puede llegar un texto de ficción en la literatura, y el paso previo para divulgarse y ser
contados. Cuentos concebidos fieles al texto original de Vitruvio, su palabra en voz de
Ortiz y Sanz. Conveniente, y creativamente re-organizados, para funcionar en
conjunto, según la máxima de que algunas cosas sólo permanecen igual cuando
cambian.35
(…) L´abitudine di Vitruvio di premettere alle esposizioni dei vari libri narrazioni di episodi,
per sfoggio di cultura, per miscere utile dulci e rendere così più attraente un trattato
che per lunghi tratti poteva essere considerato piuttosto arido, per ricavare da tali
storielle delle conclusioni a carattere morale o precettistico inerenti agli argomenti
trattati.36 (Corso, 1997 p. 108)
35 Interpretación de la máxima de Heráclito: el significado del río que fluye no es que las cosas
cambien de modo que no podamos hallarlas dos veces, sino que algunas cosas permanecen igual
solo cuando cambian. “Call me by your name” (Ivory, 2017)
55
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Miscere utile dulci, mezclar lo útil con lo dulce o enseñar deleitando a partir de la
dicotomía horaciana docere et delectare. Con estas palabras de Antonio Corso,
podemos tener la tranquilidad de que nuestro ardid literario no sería ajeno a Vitruvio.
Otro propósito de esta reconversión, además del divulgativo, es liberar a los Prólogos
del pertinaz juicio y análisis al que estaban necesariamente abocados por pertenecer
al libro De Architectura, que empequeñecía sus enseñanzas morales y el gusto de su
lectura 37. Ahora solo son cautivos de lo que “les hace” Cuentos: su genio
aleccionador, ameno, su carga didáctica, su intención ejemplarizante y sus personajes
de leyenda. No han de responder ante un público erudito, solo a la íntima lectura de
cada lector, sin aclaraciones a pie de página. Aptos para todos los públicos y todos
los tiempos, como en 1932 apuntó Arthur Schramm: las enseñanzas de los prólogos de
Vitruvio están dirigidas al emperador, al estado romano, a toda la humanidad e incluso
a la posteridad. 38 Salen del libro, del anonimato, para disfrutar de la atemporalidad y
de la universalidad de las buenas ideas, redimidos de conjeturas o marcos históricos y
sociopolíticos 39. No son presa de la Historia ni de la Filología. Si se deben a algo, por
nuestra parte, es a la Arquitectura 40.
38 …il avait une collection choisie de très-bons ouvrages préparés pour toutes les classes de la société;
qu'il vendait ordinairement aux hommes faits les Contes de Lafontaine, la Reine de Navarre, Acajou
le Sopha; aux vieillards, Pétrone, Martialet Juvénal; aux jeunes gens, le Moyen de parvenir, l'Art d'aimer
aux jeunes filles, l'Art de plaire aux enfants, la Belle au bois dormant aux vieilles femmes, des chapelets
aux habitants des campagnes, les Secrets du grand Albert et enfin, qu'il di soit la bonne aventure aux
crédules et aux faibles. Cette longue énumération ouvre un vaste champ à mes idées philosophiques.
Claude Nicola Ledoux (1804) L´Architecture considérée sous le rapport de l'art, des mœurs, pp. 79
Escena en la petite Hôtellerie : el curioso visitante que llama a la puerta de la habitación de Ledoux,
repasa toda la lista de Cuentos de que dispone para temperar a diferentes grupos sociales. Ledoux,
a la finalización, manifiesta que le han despertado un nuevo ámbito de reflexión filosófico.
39 Ventajas del Cuento. Tomemos como ejemplo el de “El Gato con botas”, por ser de Charles Perrault,
hermano de unas de nuestras fuentes principales Claude Perrault. La historia de un infortunio
convertido en fortuna gracias a la sabiduría felina. Ni la raza del gato, ni la versión del relato son
relevantes, siempre que se conserve la enseñanza.
40 Un buen número de los ejemplares bibliográficos para documentar este trabajo han sido
consultados en facultades de Filología por no estar disponibles en las de Arquitectura. A medida que
avanza la investigación, nos sentimos más persuadidos de que Vitruvio pertenece a los Arquitectos,
y que el solo hecho de asumirlo hará bien a la profesión.
56
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Hace 2000 años que Vitruvio escribió sus diez Prólogos. Han sido comentados por un
centenar de autores, un millar de veces publicados acompañando a su tratado. Sin
embargo, su contenido, e incluso el conocimiento de su existencia, solo tiene
significado para el ramillete docto que ha privilegiado su estudio, no del ramo de la
arquitectura. Fueron escritos, en primera instancia, de ciudadano arquitecto a
ciudadanos (y) arquitectos. 41
Los siete Cuentos andaban enmascarados y deconstruidos entre siete Prólogos, sin
correlación, sin conexión. Había que apostar por gestarlos. Se editaron sus textos con
el fin de poder estudiarlos con holgura y rigor, reconstruirlos, y valorar el efecto de su
lectura sin interrupciones. Vinimos entonces a observar su vigencia, su eficacia y que
funcionaban en conjunto, operando a su escala, a modo de las Novelas Ejemplares
de Cervantes:
Estas novelas no poseen un hilo conductor básico, más bien se centran en describir
sucesos y hechos sin un claro desenlace. Eso sí, todas ellas buscan una labor
moralizante, aunque no todas son tan ejemplares, pero sí que muestran una especie
de forma de educación para su época. 42 (Merino, 2010)
41 En el comentario crítico abundaremos sobre el mensaje cívico de los Cuentos. Retratan en buena
medida el ideal de ciudadano romano al que se aspiraba en aquel entonces.
42El inventor del género del cuento literario en España es Cervantes con sus Novelas Ejemplares, ya
que la denominación de ´novela ‘que él utiliza en este título no se refiere a lo que nosotros
entendemos en la actualidad por novela, sino que la había tomado del italiano novella, lengua en la
57
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
El único precedente del estado del arte en recrear una nueva lectura a partir de los
diez Prólogos es el ensayo de Antoinette Novara titulado AUCTOR IN BIBLIOTHECA. Essai
sur les textes préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du libre. Dimos con su
publicación cuando nuestro “corpus apológico” estaba consolidado y buscábamos
referentes bibliográficos. Hasta ese momento, la investigación se había bastado con
la lectura y relectura de Vitruvio. Ningún otro libro que no fuese el De Architectura en
varias de sus múltiples versiones, españolas, italianas y francesas, y un eventual
diccionario 43.
El trabajo de Novara y el nuestro, con todo el pudor que produce comparar una labor
exégeta con una amateur, no compiten. Veremos a continuación que son de índole
muy diferente. Novara, excepcional latinista, tras un concienzudo estudio filológico –
deslumbrante siempre por cuanto un prefijo, o una coma, pueden dar pistas y giros al
argumento– concluye que los diez Prólogos, en su conjunto, fueron escritos como una
recitatio, un discurso dedicado al emperador Augusto, para ser leídos, todos de
corrido, a la presentación del De Architectura. 44
A nuestro juicio, encajar esta sugerente imagen ha tenido sus particulares costes
Mencionaremos entre ellos su dependencia de las “líneas de transición”, herramienta
útil para organizar el tratado, pero extranjera a los prólogos como tales45. O el vínculo
casi forzoso entre prólogos pares e impares que desarraiga su contenido moral, o,
como ejemplo más concreto, el análisis que pesa sobre el Prólogo VIII, que, enfocado
a su léxico, no a su mensaje, le excluye parcialmente:
que significa un cuento un poco largo. En este libro no todos son cuentos, pero lo que sí queda muy
claro -porque el propio autor así lo explica en su prólogo- es que Cervantes lo escribió con la
conciencia estética de estar realizando literatura. (Merino, 2010.)
43 Francia, con Italia pisándole los talones, lidera actualmente los estudios sobre Vitruvio.
44 La lectura de los diez prólogos consecutivos –lo hemos conocido por experiencia– es ardua,
desestructurada y desalentadora.
58
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Tous les indices, á notre avis, convergent pour donner á penser que les préfaces de
Vitruve constituent un ensemble significatif dans leur continuité : une remise de
l´ouvrage á un moment défini, l´adresse renouvelée au dédicataire unique dans neuf
préfaces sur 10. (Novara, 2005) 46.
El corpus de Novara “se dedica” a Augusto. Nuestro corpus “se dirige” al público de
amplio espectro47. Nuestro formato no es solo teórico, es también encuadernable.
Quedan ilustradas dos propuestas, muy distintas: un discurso inaugural de diez prólogos
y una colección de cuentos ejemplares de siete. La primera, un hito especulativo en
la literatura filológica vitruviana, la segunda, esperamos, un activo para la
arquitectónica 48.
46 Todos los indicios, a nuestro juicio, convergen para sugerir que los prefacios de Vitruvio constituyen
un todo significativo en su continuidad: una entrega de la obra en un momento determinado, un
discurso renovado a un destinatario excepcional en nueve prefacios de diez.
48 Para dar parcialidad a nuestros argumentos estimamos eficaz la reseña de Pierre Gros: Novara a
cherché á démontrer, d´une façon qui, de notre point de vue, emporte la conviction, l´unité profonde
de ces textes, qui étaient faits selon elle pour être lus en continuité, et où, s´appuyant sur la double
signification du verbe explicare , aux sens figuré (développer un exposé) et propre (dérouler un
papyrus ou un parchemin), elle pense retrouver les principaux moments de la séance où Vitruvea
présenté son œuvre á Auguste. (2015 p. XLVI)
59
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Como podría apostillar John Ruskin: cambiamos lámpara vieja por siete lámparas, a
estrenar, de la arquitectura.49
49 Guiño a medio camino entre “Las mil y una noches” y la obra “Las siete lámparas de la Arquitectura”
de John Ruskin, a quien consideramos genéticamente un Vitruvio, dos caras de la misma moneda,
que vino a iluminar el apagón vitruviano que se produjo en la segunda mitad del siglo XIX.
60
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Sus palabras tienen tal carácter de espontaneidad y un sello tal de naturalidad que, a
nuestro parecer, solo pueden haber salido de una pluma cuya alma las sentía en su
propia médula…tal como él confiesa, con la sinceridad de que da muchas veces
muestra en sus prefacios. (Blánquez, 1955 pref. p. X)
51En más de un aspecto. Vitruvio nos trae a la memoria el perfume del desconocido prefacio de
Willian Morris, Preface to the nature of gothic: “If this be true, as I for one most firmly believe, it
follows that the hallowing of labour by art is the one aim for us at the present day.” Más adelante
ampliaremos estos paralelismos.
61
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
La vénération qu´inspirent á l’architecte (Vitruve) les penseurs et les savants : elles est
profondément ressentie et parfaitement touchante…Vitruve est plein de modestie
pour sa personne…il se contente du aspirer, mais il né cessé d´y travailler… il honore les
écrivains…il ne revendique pour lui que son intégrité…l´honnêteté intellectuelle et la
pudeur y éclatent 52. (Soubiran, 1962)
Honesto y además distinguido anfitrión: Son texte présente une allure, une tenue où
l´on sent la dignité des vieux Romains.53 (Choisy, 1909). Hemos consultado una amplia
bibliografía latinista, como ya hemos expuesto. Los filólogos atribuyen la impresión de
su “agradable conversación”, a la aplicación de técnicas retóricas inspiradas en
Cicerón, a quien, por cierto, Vitruvio menciona en sus Cuentos con admiración.
Describe André :
L’étude des préfaces de Vitruve a souligné la part d’opus oratorium que recèle
également la littérature scientifique du Haut-Empire, héritière de l’encyclopédie
varronienne, mais surtout de la théorie et de la pratique cicéroniennes du proemium.
Nous croyons que la manière ample, généreuse, ornée de Vitruve, si elle n’exclut pas
l’influence des prologues lucrétiens, notamment des éloges d’Épicure et de la vraie
science, reflète surtout le magistère cicéronien. 54 (André, 1985)
53Su texto presenta un encanto, una compostura, donde se siente la dignidad de los antiguos
romanos.
54 El estudio de los prefacios de Vitruvio subraya la parte del opus oratorium que también se
encuentra en la literatura científica del Alto Imperio, heredero de la enciclopedia varroniana, pero
especialmente de la teoría y práctica ciceroniana del proemio. Creemos que la manera amplia,
generosa, adornada de Vitruvio, si no excluye la influencia de los prólogos lucrecianos, especialmente
la alabanza de Epicuro y la verdadera ciencia, refleja sobre todo el magisterio Ciceroniano.
62
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Antes de entrar a tratar la cuestión del interprete elegido para narrarlos, una pequeña
acotación de Agustín Blánquez: Vitruvio adopta con frecuencia un tono enfático y un
modo de decir más en consonancia con el latín del pueblo que con el de las personas
cultas. Y, evidentemente, hay alguna diferencia entre el latín de sus prefacios y el latín
de sus exposiciones doctrinales. No se precisa más conocimiento de retórica para la
evidencia. El tono doctrinal del texto de sus libros, en ocasiones calificado como
délfico, no es el mismo, indiscutiblemente, que el tono conversador del texto de sus
prólogos. Recordemos los archi-famosos pasajes presuntamente intraducibles de los
libros, que Alberti fue el primero de la fila en reprochar, seguido de Philandro y que han
alimentado ríos de tinta especulativa casi hasta hoy 56 .
55 ” Tore Janson comentó, con humor, que Vitruvio no había olvidado las lecciones de clase de
retórica…”
56 Vitruvio, autor muy competente sin duda ninguna, pero tan golpeado y castigado por el paso del
tiempo que multitud de pasajes faltan muchas cosas y en muchos otros echas en falta bastantes más,
había que añadir el hecho de que hubiera transmitido esos conocimientos en una lengua nada culta:
en efecto, su latín es tal que los latinos dicen que quiso parecer griego mientras que los griegos
aseguran que escribió en latín… (Alberti, Prefacio al libro VI del De Re Aedificatoria)
Philandrier en su dedicatoria a Francisco I: Lo he purgado de tantos errores que me atrevo a afirmar
que mi interpretación es del todo consistente, salvo en ciertos lugares que ni siquiera Apolo podría
haber descifrado. (Wiebenson, 1982 p. 63)
63
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Le texte même, ayant tant de peine á trouver un bon sens en quantité d´endroits, dans
les quels, le changement ou la transposition d´un mot, ou seulement d´un point ou
d´une virgule a été capable de corrompre entièrement le discours, qui s´est trouvé
d´autant plus sujet á une corruption irréparable, que sa matière est plus disposée
qu´aucune autre : car dans des Traitez de Morale ou dans des Histoires, qui sont dans
un genre de choses connues de tout le monde, et qui ont été traitées par un nombre
infini d´autres Auteurs, il est difficile que les Copistes se méprennent et si cela arrive par
quelque raison extraordinaire, les fautes sont plus aisées á corriger. 57
(Perrault, 1673 pref.)
57El texto en sí, teniendo tanta dificultad para encontrar un buen sentido en muchos lugares, en los
que, el cambio o la transposición de una palabra, o solo de un punto o una coma, pudo corromper
por completo el discurso, que se ha encontrado tanto más sujeta a una corrupción irreparable, cuanto
más se dispone su materia que cualquier otra: porque en los Tratados de moralidad o en las Historias,
que son un tipo de cosas conocidas por todos, y que han sido tratadas por un número infinito de
otros Autores, es difícil para los copistas equivocarse y si sucede por alguna razón extraordinaria, los
errores son más fáciles de corregir.
64
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Vamos a ilustrarlo con un pequeño ejemplo: las primeras líneas del Cuento de
Dinócrates, a través de los siete únicos autores que lo han traducido al castellano: 58
¿Cuál escoger?
58 Omitimos el mismo ejemplo con traducciones extranjeras, aunque resulte de lo más anecdótico
que apenas tres líneas puedan interpretarse de tantas maneras. Ni el ajedrez da tanto juego.
65
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Al inicio, la elección del doblador para los Cuentos estuvo muy en entredicho. Era un
hecho que debía tratarse de una voz en español, nos defendemos con relativa
suficiencia para entender las traducciones francesas, italianas e inglesas, pero escapa
a nuestros recursos reinterpretar cualquiera de ellas, aunque sintamos afinidad y
compenetración por el autor en cuestión 59.
Entre los siglos XVI y XVIII, contamos en España con tres únicos nombres propios que
traduzcan a Vitruvio: Lázaro de Velasco (1564), Urrea (1582) y Ortiz y Sanz (1878). De
esa época no se conservan otras traducciones al español completas, no
compendiadas o que sean solventes 60. La oficialmente considerada primera
traducción al español de Vitruvio, obra de Lázaro de Velasco es, paradójicamente,
casi la edición más reciente 61.
59 Recomendamos la última traducción al francés de Pierre Gros del año 2015, la más reciente del
panorama vitruviano. Bien por ser la última de las grandes traducciones, bien porque Pierre Gros
dedica su vida al estudio de Vitruvio, lo que nos conmueve, merece la pena. Adjuntamos sus primeras
líneas del Cuento de Dinócrates : Sous le régné d´Alexandre, Dinocrate, un architecte plein de
confiance dans ses idées et dans son savoir-faire. Voulant absolument obtenir le patronage du Roi,
partit de Macédonie pour joindre son armée. Dejamos abierta la propuesta de que no solo se
emprendan traducciones desde el latín, y que se traduzcan las buenas versiones críticas, antiguas o
contemporáneos, a otros idiomas. Recientemente, en el 2019, Kim Williams ha materializado nuestro
ruego, traduciendo al inglés por primera vez la versión de Barbaro, versión de versiones. Jean Martin,
considerado el primer traductor de Vitruvio al francés, no dudó en servirse literalmente de la alabada
traducción en latín de Philandro.
60La traducción de Urrea permaneció inédita hasta 1582 pero pudo haber sido escrita en años
inmediatamente anteriores, o posteriores, a la de Lázaro de Velasco. De la misma forma la traducción
de este último, cuya fecha definitiva también baila, permaneció inédita hasta el siglo XX, por lo tanto,
el debate de si la primera versión en español fue de uno o de otro permanece abierto sin ninguna
trascendencia. No obstante, suele considerarse a Diego de Sagredo el primer traductor/introductor
de Vitruvio al español, si bien es cierto que su obra es un compendio. goza de una gran excelencia y
fue récord de ventas en su tiempo.
61 Consideramos a Sagredo (Medidas del Romano, 1526), un tratadista, no un traductor oficial. Nos
cuesta entender que Hernán Ruiz sea perennemente mencionado entre los traductores de Vitruvio
por una pseudo-semi-traducción desvencijada. Como nos cuesta entender, el apego hacia Castañeda,
que traduce en 1761 una compilación de Perrault sin los prólogos completos; entendemos que sea
bienvenida la iniciativa desde la perspectiva de una aportación divulgativa, pero el nivel de su
traducción nos produce, en todo caso, reservas. A nuestro sentir, lo mejor que nos ha proporcionado
Castañeda es el estudio introductorio de Joaquin Bérchez a su reedición de 1981.
66
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Su manuscrito inédito no fue impreso hasta finales del siglo XX. 62 Una versión, a nuestro
juicio, no solo excelente, sino superior a la posterior de Urrea. Sin embargo, su
morfología y su sintaxis resultan intrincadas para el lector de hoy 63.
62 El libro que el lector tiene ahora en sus manos es un volumen que desde distintas instancias se
echaba en falta hace mucho tiempo. Constituye la puesta al alcance del investigador especializado y
del público con intereses culturales, de una obra que permanecía inédita desde que fuera escrita en
el siglo XVI. Se trata de un manuscrito, conservado en la Biblioteca Pública del Estado en Cáceres, que
contiene la traducción al castellano del tratado de la Antigüedad de Los Diez Libros de Arquitectura
de Marco Vitruvio, realizada por el clérigo granadino Lázaro de Velasco. Se sabía de la existencia de
este manuscrito, que pocas personas habían tenido la ocasión de consultar personalmente (…) Esta
laguna bibliográfica ha sido colmada por el tesón y competencia de dos profesores de la Universidad
de Extremadura, los doctores Javier Pizarro y Pilar Mogollón Cano-Cortés.
67
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
El recorrido nos devolvió a Ortiz y Sanz y constatamos que su prosa castellana del XVIII
tiene una cadencia, y un regusto, propios de los relatos que llegan avalados por el
tiempo. La lectura es perfectamente llevadera, si bien, el salto de casi tres siglos en el
lenguaje, fuerza a leer despacio, y en ocasiones a detenerse dos veces. 64 A la
velocidad de papiro. Hoy, no podemos imaginar los Cuentos con otra voz que no sea
la suya.
Por más motivos creemos que hemos acertado: Ortiz dio pruebas de buen juicio,
separándose algún tanto de la absurda idolatría de los traductores por el autor que
interpretan, y de la todavía más absurda e intolerante superstición con que en su
época se miraban todas y cada una de las palabras del arquitecto romano. Su juicio
en esta parte es muy independiente, y revela que había acertado a mirar con ojos
propios los monumentos de la antigüedad. (Menéndez y Pelayo, 1909 Tomo 6, p. 318)
64 También se barajó parafrasear el texto de Ortiz y Sanz, y elaborar los Cuentos que se hubiesen
escrito hoy. No es una tarea imposible, pero requiere dedicación plena y habilidades de escritor.
65 Traducción al euskera del año 2000, “Vitruvio, Arkitekturaz hamar liburak”. También existe una
versión en catalán del año 1989: “M. Vitruvi, D´arquitectura”, de Artigas, Espinilla y Torres.
68
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Bien apuntó Thoenes: Los libros más importantes de arquitectura desde Alberti y los
siguientes decenios, no fueron tratados sino ediciones y traducciones de Vitruvio; las
ediciones comentadas como la de Cesariano, Philandrier y Barbaro adquirieron
carácter de tratado. (2011 p.10)
66 En lo que a los Cuentos se refiere, invitamos al lector a que elija la versión, la voz de sobremesa,
con la que más se identifique, pues el mensaje-moraleja no varía.
69
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Vitruvio quiere que el Arquitecto posea la Filosofía Moral que regula las costumbres y
pasiones, para que sea de un ánimo grande y generoso sin arrogancia ni avaricia, y
para que mantenga su empleo con honor y gravedad. Quiere que la filosofía natural
le dé conocimiento de muchos efectos y experiencias físicas que conducen al mayor
acierto. (1738. Escuela de Arquitectura Civil. Pref. p. 4)
67 San Isidoro de Sevilla (560–636) en el libro II de su Etymologiarum, explica que la Filosofía para los
escritores romanos tiene tres ramas: la Filosofía natural (Física para los griegos), la Filosofía moral, de
las costumbres (Ética para los griegos) y la Filosofía racional (Lógica para los griegos).
70
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Es un texto bien armado, sencillo y bello. A diferencia de los prólogos, es muy conocido
y se cita con frecuencia. Pone de manifiesto el afán de Vitruvio por subrayar, cómo
debe ser el arquitecto, más allá de cómo deba ser la arquitectura.
Exponer el párrafo del libro también nos da pie a valorar una cuestión, a nuestro sentir
muy importante, y que todavía no hemos puesto de relieve: Vitruvio se la jugó, y se la
juega, con sus Cuentos. Los siete prólogos que los conforman ponen en entredicho a
sus colegas arquitectos, a los arribistas intermediarios, a los cargos públicos que
adjudican a dedo el concurso. Saca los colores a los padres irresponsables que no
invierten en la formación de sus hijos, a los usurpadores intelectuales y a los clientes
que se dejan llevar por las apariencias68. En definitiva, pone en jaque a todos los
advenedizos ignorantes y codiciosos que pueblan el círculo del gremio. Son los malos
de los Cuentos.
68 La coloration naturelle du visage, qui n´a pas á rougir est, dans l´atmosphère de restauration morale
du début du règne d´Auguste, le signe de celui qui n´éprouve ni embarras ni remords, et parle ou
agit en plein accord avec sa conscience (Gros, 2015, p 5) [La coloración natural del rostro, que no
tiene por qué ruborizarse, es, en el clima de restauración moral del comienzo del reinado de Augusto,
el signo de quien no siente vergüenza ni remordimiento, y habla o actúa con total sinceridad. con su
conciencia.]
71
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
70 El término deontología fue acuñado a principios del siglo XIX. Jeremy Bentham, lo utiliza por
primera vez en su libro Deontología o Ciencia de la Moral publicado en 1836.
71 La palabra moral proviene del término latín moralis. Continúa la nota en la página siguiente.
72
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Moral y ética pueden usarse, y suele hacerse, como sinónimos. Cuando no es así, la
idea es que la ética es la parte de la filosofía que estudia la conducta moral, las
costumbres. La ética, además, puede tratar del estudio de la felicidad, de la vida
realizada y por supuesto del deber o principios que rigen una profesión.
CUENTO DE ARISTÓFANES
“Quasque Sócrates, Platon, Aristoteles, Zenon, Epicurus aliique philosophi hominibus agendae vitae
terminationes finissent”
Texto latino.
Le regule de la vita agenda Sócrates, Platone, Aristotele, Zenone, Epicuro e altri Philosophi
(Cesariano, 1521)
Le regole per ben vivere, che prescrifero Socrate, Platone, Aristotile, Zenone, Epicuro, ed altri simili
filosofi.
(Galliani, 1758)
La moral de Sócrates, Platón, Arist6teles, Zenón, Epicuro y otros Filósofos.
(Ortiz y Sanz, 1787)
Quelles règles ont tracées aux hommes pour la conduite de la vie Socrate, Platon, Aristote, Zenón,
Épicure et les autres philosophes.
(Choisy, 1909)
Los códigos morales que precisaron Sócrates, Platón, Aristóteles, Zenón, Epicuro y otros filósofos.
(Oliver Domingo, 1995)
Les fins assignées á l´homme pour la conduite de sa vie par Socrate, Platón, Aristote, Zénon, Épicure
et les autres philosophes.
(Gros, 2015)
“Cum vero neque moribus neque institutis scriptorum praestantibus tribuantur honores”
De la misma manera para el término moribus los mismos intérpretes sugieren indistintamente:
“a la doctrina moral”, Ortiz y Sanz.
“a las costumbres”, Oliver Domingo.
“a las excelentes costumbres”, Galliani.
“a los modales”, Choisy.
“a la mejora de las maneras”, Gros.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Los Cuentos sobrevuelan lo que Perrault llama la vérité, la verdad del tratado, juegan
en otro tablero al de sus libros. Solo hemos sido sus editores, no sus intérpretes, pero nos
hemos permitido pequeñas licencias literarias,
Car bien loin d’approuver la modestie de ceux qui n’ont osé toucher au texte de
Vitruve, par le respect qu´ils ont eu pour ses Copistes au préjudice de la vérité ; la
grande vénération que j´ai pour l’Auteur même, m´a porté á déclarer mes sentiments
sur ses pensées.72 (Perrault, 1673 pref.)
72 Porque lejos de aprobar la modestia de quienes no se atrevieron a tocar el texto de Vitruvio, por
el respeto que tenían por sus Copistas, en detrimento de la verdad; la gran veneración que le tengo
al Autor mismo me llevó a manifestar mis sentimientos sobre sus pensamientos.
74
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Il a exprimé l´intuition d´une rédaction des dix préfaces d´un seul jet, et il en déduisait
qu´il n´y avait donc pas á s´étonner si leurs ajustements aux libres qu´elles précédaient,
résultant d´ une répartition á la dernière heure dans la hâte, pouvaient déconcerter le
lecteur. 74
Schramm es el primer autor en considerar que los diez prólogos fueron, en origen, un
único proemio, que se repartió a la buena de Dios entre los libros. Una hipótesis con
sentido para explicar su heterogeneidad y la falta de hilo conductor encadenado,
pero que por el mero hecho de ser hipótesis carece de interés definitivo. Si fue así, o
no, poco importa. Nuestro último Cuento corresponde al prólogo IX, en lugar de al
prólogo X, es nuestra tesis sin más elucubraciones y justificaciones, con la importante
garantía de proporcionar al corpus apológico el final perfecto. 75
A continuación, una pequeña guía de las licencias literarias, invisibles para los Cuentos
y para el lector, por lo que perfectamente puede obviarse su lectura, y que solo
exponemos por cortesía con la comunidad erudita vitruviana que se sirve de sus textos
con minuciosa fidelidad.
LOS TÍTULOS
I racconti che portano sulla scena Dinocrate (prefazione del libro II), Socrate
(prefazione del libro III). Aristipo (prefazione del libro IV), i plagiari di Alessandria
(prefazione del libro VII)…76 (Gros, 1997)
74Expresó la intuición de una redacción de los diez prefacios en un solo gesto, y dedujo que, por
tanto, no era de extrañar si sus adaptaciones a los libros a los que precedían, como resultado de un
reparto de última hora a la carrera, podría confundir al lector.
75 Cette ultime préface impaire, avec la perspective qu´elle donne sur la « fin » de l´auteur, ou plutôt
sa destinée par-delà sa mort, constitue non certes la préface de la « fin » du livre, car le but de celui-
ci est l’action, comme le marquera la préface 10, mais le sommet – dans les hauteurs célestes- d´une
réflexion… (Novara 2005 p. 146) La autora no puede permitirse cambiar el orden de los prefacios sin
embargo no deja de observar el carácter de “final” del prólogo IX a la vez que formula la idea de
“acción” destinada al último prólogo, el X.
76 …las historias que traen a la escena a Dinócrates (prefacio del libro II), Sócrates (prefacio del libro
III), Aristipo (prefacio del libro IV), y a los plagiarios de Alejandría (prefacio del libro VII).
75
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Se han titulado los Cuentos con sentido común –véase que Gros coincide en nombrar
a los tres primeros prólogos, como nosotros a sus Cuentos correspondientes–, es el
nombre con el que intuitivamente los bautizaríamos casi cualquiera de nosotros. Y se
han titulado con voluntad divulgativa, vamos a explicarlo al respecto del título de
“Dinócrates”. Este es el relato más popular entre los profesionales del oficio por su
potente iconografía arquitectónica. Dinócrates es el protagonista, pero es Alejandro
Magno, el coprotagonista, quien impulsa el valor aleccionador, sin embargo desistimos
de titularlo “Alejandro” por la fonética compartida con los demás títulos, en aras de
una más eficaz retentiva.
LA UNIDAD DE EFECTO
El cuento comparte esta característica con la poesía, está escrito para ser leído de
principio a fin, y si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto
narrativo. (Merino, 2010) Por este motivo se han evitado las notas a pie de página de
los Cuentos.77 Solo figura una llamada por su vinculación con la fábula que le da
origen. Hay términos de Ortiz y Sanz que están en desuso en el actual castellano,
sentimos no proporcionarlos, diremos a favor que hubiesen matizado a Ortiz y Sanz, no
a Vitruvio.
OMISIONES
77 El contexto histórico y geográfico donde se desarrollan los Cuentos es notable y muy evocador.
Ha sido el lugar común de las anotaciones, a lo largo de 500 años de traducciones. Consideraremos
la posibilidad de un anexo que los recoja y desarrolle, no tanto por utilidad sino como por homenaje
a la cultura. Si bien, en el título del índice “Las Fuentes perdidas de Vitruvio” abundamos sin reparo
en la historia de la Grecia Clásica, preferimos que la erudición, por bella que sea, no arrincone el
mensaje ejemplar.
76
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
3.- Los prólogos VII y IX, se desdoblan naturalmente para su estudio por el ámbito de su
contenido. Para ello, hemos adaptado las líneas que podían confundir el
procedimiento.
4.- Se ha prescindido en todos los Cuentos de las “líneas de descompresión”, la
pequeña sinopsis que acompaña al final a cada prólogo y que da paso a la
presentación del libro, explicando y listando las materias que serán abordadas.79
THE END
Las líneas finales del Cuento “Platón y Cía”, cierran expresamente nuestro corpus de
Siete Cuentos, al que hemos llamado indistintamente apológico, ejemplar o
deontológico. Por su mensaje, por su sentimiento, decidimos editarlas como broche
final. Su contenido es un homenaje a la eterna juventud de las ideas, a su lozana
inmortalidad. Es un final que Vitruvio hace involuntariamente emocionante,
desconocía, cuando las escribió, que en el futuro formaría parte de esa posteridad
que alaba.
79 Ver epígrafe ESTRUCTURA dentro del título INTRODUCCIÓN, CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN.
77
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
COROLARIO
Los Cuentos de Vitruvio no son felizmente perfectos, tal vez no respondan a la primera
lectura o a las expectativas, pero son de Vitruvio y para los arquitectos. Y los únicos
que nos han quedado de aquellos tiempos en que el honor, la sabiduría y el cumplir la
palabra, eran aspiraciones connaturales a la dignidad de la profesión, al artífice y a la
obra.
78
TÍTULO 2
SINOPSIS
A través de un personaje de leyenda, nos habla del buen juicio de un promotor público
por encima de su vanidad; de la complicidad entre arquitecto y cliente y de cómo
sortear a los intermediarios que se interponen entre ambos haciendo uso del ingenio,
las buenas artes y una inofensiva picaresca. Alienta a que cada cual se fabrique su
propia fortuna confiando en sus talentos y en su formación, poniendo empeño y
honestidad en la labor. Vitruvio lo ejemplariza acometiendo la escritura de su tratado.
Invita finalmente a reflexionar sobre la responsabilidad social del artífice a la hora de
intervenir en el territorio.
81
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
DINÓCRATES
El a r q u i t ect o D i nó cr a t es , f i a do d e s u c a p a ci da d y es t u di o , p a r t i ó d e
M a c ed o ni a h a c i a el ej ér ci t o , c ua ndo Al e j a n dr o i b a c o n q ui s t a ndo el
mu ndo , s o l í ci t o d e s u r ea l p r o t e c ci ó n .
T o mó e n s u p a t r i a , d e l o s p a r i en t e s y a mi go s , a l gu na s c a r t a s d e f a v o r
p a r a l o s á u l i co s y p r i n ci p a l e s d e l a co r t e, a f i n d e i nt r o du ci r s e co n m á s
f a ci l i d a d ; a los cu a l es , q ue le r e ci b i er o n co r t és m e nt e, r o gó le
p r es e nt a s e n cu a n t o a nt es a Al eja n dr o ; a unq u e s e l o p r o m et i er o n, l o
di l a t a r o n algún t i e mp o es p er a n do ocasión o p o r t u na . Cr e ye n do
D i nó cr a t es q u e l e b u r l a b a n, s e a co ns e jó p o r s í mi s mo p a r a e l i n t e nt o .
Er a d e es t a t u r a h i d a l ga , d e r o s t r o a gr a d a b l e y d e l a m a yo r ma j es t a d y
ge nt i l ez a . C o nf i a do , p u es , e n es t o s do nes na t ur a l es , s e q ui t ó s us
v es t i do s e n l a p o s a d a , u nt ó s e t o do e l c u er p o d e a ce i t e s , p ú s o s e u na
co r o na d e á l a mo e n l a ca b ez a , c ub r i ó s u ho m b r o i z q ui er do co n u na
p i el d e l e ó n y co n s u cl a v a en l a ma no de r e ch a , s e f u e a p r es ent a r
de l a nt e de l t r i b u na l d e Al e j a ndr o , q u e a l a s a z ó n es t a b a a d mi ni s t r a n do
jus t i ci a . L a no v e da d a t r a j o l a a t en ci ó n de l a g e nt e q ue es t a b a d el a nt e,
de m a n er a q u e el R e y l e v i o , y a d mi r a do , l e ma nd ó h a c er p a s o p a r a
q u e s e a c er c a s e; y p r eg u n t á ndo l e q u i e n er a , r es p o n di ó :
“ So y D i nó cr a t e s , Ar q u i t ect o m a c e dó ni co , q u e t e t r a i go i n v e n c i o n es y
o b r a s di gn a s d e t u gr a n dez a . H e f o r ma do un mo de l o d el mo nt e At ho s ,
es c ul p i do en f i gu r a d e v a r ó n, q u e t i en e e n s u m a no i z q ui er d a un a gr a n
ci u da d, y e n l a de r e c ha u na p i s ci n a e n q u e r eci b a t o da s l a s a g ua s d e
l o s r í o s q u e ha y e n él , p a r a q ue d e a l l í ca i g a n a l ma r ” .
82
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
A gr a dó s e Al e j a ndr o de l a i d ea , y a l p unt o p r e g u nt ó s i h a b í a p o r a l l í
ca mp o s q u e p u di es e n p r o v e er d e gr a no a l a c i u da d. S a b i do q u e no l o s
ha b í a , y q u e d eb í a v en i r t o do d e t r a ns p o r t e, l e di jo :
“ Bi en v eo , D i nó cr a t e s , l o n o b l e d e t u p e ns a mi ent o , y m e p l a ce en
ex t r e mo ; p er o t a mb i é n co ns i d er o q ue q ui e n en t a l s i t i o e s t a b l e ci e s e u na
co l o ni a , h a r í a mu y p o co ho n o r a s u j ui c i o : p o r q ue a s í co m o n a ci do u n
i nf a nt e, s i n l a l ec he de l a n ut r i z no p u ed e ma nt en er s e, ni c a m i na r p o r
gr a do s a l a ed a d a d u l t a ; de l mo do mi s mo u na ci u da d s i n l o s c a mp o s ,
f r e cu e nt a da d e n a ci o n es , ni a ún m a nt e ne r s us ha b i t a nt es . P o r l o cu a l ,
cua nt o co n o z co di g n o d e m ér i t o e l mo de l o , t a n t o juz go i mp r o p i o el
s i t i o ; s i n e mb a r go , q u i er o q u ed es e n mi c o mp a ñí a , p a r a a p r o v e ch a r m e
de t u i n g eni o e n o t r a p a r t e ”.
D es de ent o n c es s i gu i ó D i nó c r a t es a l R ey , y l e a co mp a ñó h a s t a Eg i p t o ,
do n d e a dv i r t i en do Al ej a n dr o un p a r a j e p o r na t ur a l ez a s e gur o p a r a un
p u er t o d e m a r , g r a n p r o p o r ci ó n p a r a el c o me r ci o , ca mp o s f e cu ndí s i mo s
de gr a n o p o r t o do el Eg i p t o , y l a s gr a n d es co m o di da d es d el c a u da l o s o
Ni l o , l e ma ndó e di f i ca r u n a ci u da d, q u e en s u no mb r e l a l l a mó
Al ej a n dr í a .
D i nó cr a t es , p u es , f a v o r e ci d o d e s u r o s t r o y ge nt i l es t a t u r a , s e f a b r i có s u
f o r t u na ; p er o a m í , p o r q u e ca r ez co d e es t o s a u x i l i o s , es p er o co ns e g ui r
v ue s t r o f a v o r co n mi s es t u di o s y es cr i t o s .
83
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
85
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SÓCRATES
El o r á c u l o de A p o l o D él f i co d ecl a r ó p o r b o ca d e l a P i t o ni s a en s us
r es p u es t a s , q u e Só cr a t es er a el m á s s a b i o d e l o s ho mb r es . C u ént a s e d e
él q u e do ct a y a g u d a m en t e d ecí a , q u e l o s ho m b r es d eb í a n t en er u na
v e nt a na a b i er t a e n el p e cho , p a r a q ue n a d a t u v i es e n o c ul t o y es t uv i es e
p a t ent e a t o do s .
¡O j a l á q u e l a n a t u r a l ez a , s i gui e nd o l o s d es eo s d e Só cr a t es , h ub i er a
f o r m a do p a t e nt es y des cu b i er t o s l o s p ec ho s h um a no s ! P o r q u e s i a s í
f ue s e , no s o l o t u v i ér a mo s a l a v i s t a s us v i r t ud es y v i ci o s , s i no t a mb i é n,
s uj et a s l a s c i e nci a s a l ex a m e n a j e no , n i s er í a n es t i ma da s p o r j ui ci o s
i nc i er t o s , n i l o s ho mb r es v er d a d er a m e nt e s a b i o s c a r ec er í a n de l ho no r
p er p e t u a m en t e d eb i do . P er o p o r cu a nt o no ha n s i do cr i a d o s a s í , s i no
s eg ú n l a na t u r a l ez a di s p u s o , s uc e de q u e n o p u e da n l o s ho mb r es ,
es c o n di do s l o s i ng e ni o s e n el p ec ho , y o c ul t a s d el t o d o l a s c i e nci a s ,
juz g a r de e l l a s d eb i d a m en t e . L o s a r t í f i c es , a un q u e p r o m et a n h a b i l i d a d ,
s i n o s o n r i co s , o d e es cu el a a cr e di t a d a ; s i c a r ec e n d e f a v o r y
p a t r o ci ni o ; y f i na l m e nt e s i es t á n f a l t o s d e f a cu nd i a y el o c ue nci a d e
f o r o , nu n ca l l eg a r á n a co ns eg ui r l a a u t o r i da d y c r é di t o q u e a s us
es t u di o s co r r es p o n de . P o d emo s o b s er v a r es t a v er da d e n l o s a nt i guo s
Es t a t u a r i o s y P i nt o r e s , de q ui en es l o s q u e t uv i er o n a l g un a es p e ci a l
p r er r o g a t i v a o f a v o r , du r a a t o d a l a p o s t er i da d s u m emo r i a : co mo
M i r ó n, P o l í cl et o , Fi di a s , L i s i p o y o t r o s , q u e co ns i g ui er o n l a c el e b r i d a d
p o r s u d es t r ez a en el A r t e, e mp l eá n do l a en s er v i ci o d e ci uda d es
f a mo s a s , d e mo n a r ca s o d e gr a n d es s eño r es .
86
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
P er o o t r o s , na da i n f e r i o r e s en i ng e ni o , es t ud i o y ha b i l i da d t r a b a ja nd o
s us o b r a s , b i e n q u e de t a nt o m ér i t o , p a r a p er s o na s d e p o co p o d er y
f o r t u na o r di na r i a , n o p u di er o n a dq u i r i r f a m a a l gu na . P er o no f ue
At en i e ns e, C hi o n Co r i nt i o , M i a gr o Fo c eo , F a r a x E f es i no , Be da s B i z a nt i no
y o t r o s m u c ho s . L o mi s m o s u ce di ó a l o s p i nt o r es , Ar i s t o m en es , T a s i o ,
P o l i cl es At r a mi t e no , Ni co m a c o y o t r o s , a q ui e ne s n o f a l t ó t a l e nt o ,
a p l i ca ci ó n a l a r t e y s u t i l ez a , s i no q u e l a p o b r ez a , l a p o c a f o r t u na o l a s
a mb i ci o s a s m a ñ a s d e s u s ém ul o s s e o p us i er o n a l a c el eb r i da d de s u
no m b r e. N o es d e m a r a v i l l a r q u e p o r l a i gn o r a nc i a d el a r t e en l o s
p r e mi a do r es q u e d en a r r i n co na do s l o s h á b i l es a r t í f i c es ; p e r o c a us a
s um a i n di g n a ci ó n el q u e, p o r l i s o n je a r a l o s a mi go s en l o s co nv i t es ,
ha ya n d e t o r c er el j u i c i o i nt el i g e nt e h a ci a do nd e n o s e ha l l a e l
me r e ci mi ent o . S i s e v i es e n, p ues , co mo de cí a Só cr a t es , l a ci en ci a y
ha b i l i da d d e c a d a u no , no v a l dr í a n e mp eñ o s , ni ma n ejo s ; s i n o q u e
s i e mp r e s e e nc a r g a r í a n l a s o b r a s a l o s q u e co n s u t a l e nt o y a p l i ca ci ó n
b i e n di r i gi da co ns eg u i r í a n l a e x c el e nci a e n l a s a r t es .
P er o p o r c u a nt o l a s ci en ci a s en l o s ho mb r es no s e d e ja n v er , n i t r a s l u ci r
a l o ex t er i o r y p ú b l i c o , co mo cr ee mo s co nv en dr í a , y a dv i er t o a ca da
p a s o q u e l o s i n do ct o s p r ev a l e c en c o nt r a l o s s a b i o s e n s er f a v o r e ci do s ,
juz g o c o nv e ni en t e n o p o r f i a r co n t a l es i gno r a nt es a mb i ci o s o s , s i n o
ha ce r p a t e nt es mi s es t u di o s c o n l a p ub l i c a ci ó n d e es t o s es cr i t o s .
87
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
Este cuento, largo y evocador, se inicia con el relato del naufragio de Aristipo en
Rodas, hermosa historia que nos habla sobre la autarquía del hombre formado, de la
superioridad del saber intelectual sobre cualquier riqueza material, de la libertad que
proporciona el conocimiento convirtiéndonos en ciudadanos del mundo.
Más adelante introduce una ley griega, según la cual los hijos deben mantener a sus
padres en la vejez, subrayando la excepción de Atenas, en la que solo es preceptiva
para aquellos hijos que hubiesen recibido de sus progenitores una valiosa formación
en la infancia. Vitruvio expresa estar profundamente agradecido a sus padres por la
educación recibida.
89
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
ARISTIPO
Ar i s t i p o , Fi l ó s o f o So cr á t i co , a r r o ja do p o r u na b o r r a s c a a l a s p l a ya s d e
a s us co mp a ñ er o s e n es t a f o r ma :
“ A ni m o , a mi go s mí o s , n a d a t em á i s p u es a q u í d es cu b r o hu el l a s d e
ho m b r es ” . E n ca mi n ó s e a l a c i u da d, y en d er ec hu r a a l gi m na s i o , do n d e
di s c ur r i e ndo s o b r e Fi l o s o f í a , r e ci b i ó t a nt o s r e ga l o s , q u e n o s o l o s e hi z o
v es t i do s nu ev o s , s i no q u e a ú n v i s t i ó , y m a nt uv o a t o d o s l o s co mp a ñ er o s .
Q u er i en do es t o s v o l v er a s u p a t r i a , l e p r e gu nt a r o n a l a d es p e d i d a s i
q u er í a d eci r l e s a l go p a r a s u c a s a : a l o s c ua l es en ca r gó di j er a n, q ue
p r o c u r a s e n a dq u i r i r p a r a s us h i jo s t a l es b i e nes y ha b er es , q ue e n l o s
na u f r a gi o s s a l i es en na da ndo co n el du eñ o ; p u es a q u el l a s s o n l o s
v er da de r o s s a l v a g u a r di a s d e l a v i da , q u e no l o s p u e d e a ni q ui l a r un
co n t r a s t e d e f o r t u na , u na v i ci s i t u d d e t i em p o s , ni un e x t er m i ni o d e
gu er r a s .
I gu a l me nt e, T eo f r a s t o , a m p l i a n do l a m á x i m a q u e a nt e p o n e l a s a b i d ur í a
a l o s h a b er es , di c e q u e e nt r e l o s ho m b r es s o l o e l s a b i o no es f o r a s t e r o
en t i er r a s e x t r a ña s , ni f a l t o d e a mi go s , a u n q u e c a r ez c a d e f a m i l i a r es y
p a r i en t e s ; s i no q u e e s ci u d a d a no d e t o da s l a s ci ud a d es , y p u e de s i n
t e mo r s u f r i r l o s ma yo r es e mb a t es d e l a f o r t una . P er o q ui é n s e cr e ye r e
b a s t a nt e p r ev e ni d o e s t a n do s o l o co n e l s u b s i di o d e l a f o r t u na , y s i n el
de l a s a b i du r í a , ca mi na ndo p o r s e nd a s r e s b a l a di z a s , l u ch a r á s i em p r e
co n u na v i d a ma l p er ma ne nt e y a gi t a da .
90
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Ep i cu r o , co n p o ca d i f er e nci a de es t o s , d i c e t a mb i é n q u e l o s s a b i o s
de b e n p o co a l a f o r t u na ; p o r q u e l a s co s a s gr a nd es y n ec es a r i a s no s e
de ja n a el l a , s i no a l i ng e ni o y es t ud i o .
***
Es t a v er d a d d e t a nt o s Fi l ó s o f o s no l a a n un ci a r o n m en o s l o s a nt i gu o s
P o et a s G r i e go s e n s u s co m e di a s y v er s o s p r o n un ci a do s e n l o s t ea t r o s ,
co m o f u er o n Eu chr a t es , Ch i o n i d es , Ar i s t ó f a n es , y s o b r e t o do Al ex i s : e l
l a s l e yes co mu n es d e t o da G r eci a q u e l o s hi jo s m a n t e n ga n a s us p a dr es ,
l a s d e At en a s no l o m a n da b a n a t o do s l o s hi jo s , s í s o l o a l o s q ue f ue r o n
p o r s u s p a dr es i ns t r u i do s e n l a s a r t es : p o r q u e t o do s l o s b i e n es q u e l a
f o r t u na da , c o n l a ma yo r f a ci l i d a d l o s q ui t a ; p er o l a ci e nci a , c o m o do t e
de l a l m a , nu nc a s e p i er de , a nt es p er m a n e ce es t a b l e m i e nt r a s d ur a l a
v i da .
Es t a r a z ó n m e t i e ne s u ma m en t e o b l i g a d o a mi s p a dr es , q u e, s i g ui e n do
l a l e y d e l o s At en i e ns es , c u i d a r o n de i ns t r ui r m e en u n Ar t e y t a l , q u e no
p u ed e ex i s t i r s i n l i t er a t u r a , y s i n g e n er a l co no c i mi e nt o s d e l a s c i en ci a s .
P o r l o c u a l , ha b i e nd o co n el cui da do d e mi s p a dr es , y p r ec ep t o s de m i s
de l e i t á ndo m e e n c o s a s d e er ud i ci ó n e i n g en i o , y e n l a l e ct ur a de l o s
l i b r o s , v i ne a gr a n j e a r en mi á ni mo u no s b i en es , c uy a co ndi ci ó n es
v er m e p a r a s i e mp r e l i b r e d e n ec es i da d; s i e ndo l a ma yo r r i q u e z a no
des e a r co s a a l gu n a . Q u i z á s a l gu no s , t e ni e ndo es t o e n p o co , ju z ga r á n
s i gu i e nd o es t e ca mi n o , co n s u di n er o y a u da ci a hi ci er o n c o no c i do s .
91
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
P er o yo , j a m á s p e ns é a mo nt o na r r i q uez a s co n es t a m i Ar t e ; p u es
s i e mp r e f u i d e o p i ni ó n, q u e l a p o b r ez a co n ho nr a d eb e p r ef er i r s e a l a s
r i q u ez a s co n i nf a mi a . Es t a es l a c a us a d e s er p o co co no c i do ; p e r o
a ho r a co n es t o s es cr i t o s e s p er o s er l o a ún d e l a p o s t e r i d a d .
***
Ni e s ma r a v i l l a q u e me co no z ca n p o co s : l o s Ar q ui t e ct o s d e es t o s d í a s
s o l i ci t a n, y v a n a c a z a de o b r a s ; p er o yo a p r e nd í d e mi s m a es t r o s , q u e
el en ca r go d e u na f á b r i c a d eb e a d mi t i r s e r o ga do , no r o g a n do , p ues un
a l m a g en er o s a s e a v er gü enz a d e p e di r u n mi ni s t er i o q ue p u e da d a r
s o s p e c ha ; y r eg u l a r m en t e s i em p r e s o n b us ca do s l o s q ue f a v o r e ce n, no
l o s f a v o r eci do s . ¿ Q u é p u ed e i ma gi na r el q u e es r o ga do p a r a q u e d é
una o b r a , s i no q u e el q u e s e l a p i d e l o e j ec ut a p a r a r o b a r l e?
P o r es t a r a z ó n l o s a nt i gu o s e n ca r ga b a n s us o b r a s a l o s a r q ui t e ct o s q u e
f ue s e n p r i me r a me nt e b i en n a c i do s , y d e s p u és s e i nf o r m a b a n d e s i
ha b í a n s i do ho n es t a m en t e e du ca do s ; s up o ni en do que de b í a n
co n f i a r l a s a l o s mo d e s t o s , no a l o s p r o t er v o s y a u da ces . L o s Ar q ui t e ct o s
mi s m o s no a dm i t í a n o t r o s di s c í p u l o s q u e a s us hi jo s y a l l e ga do s ,
f o r m á n do l o s ho mb r es de b i en , a q ui en es s e p udi es e n f i a r s i n r e ce l o l a s
ca nt i da des d e l o s má s s u n t uo s o s edi f i ci o s .
Al v er yo es t a i n mi n e nt e Ar t e v ej a d a p o r i gno r a nt es e i ne x p er t o s , q u e
no s o l a m e nt e no s o n Ar q u i t ec t o s , p e r o ni a ú n a l b a ñi l es , no p u ed o
me no s d e a l a b a r a q u el l o s p a dr es d e f a mi l i a , q u e , gui a do s d e s u
a p l i ca ci ó n y es t u d i o , di r i ge n p o r s i m i s mo s s us o b r a s ; t en i e n do p o r má s
s eg ur o e mp l e a r el di ne r o a s u di r e cci ó n y gus t o q u e a l a je no , ya q u e
no p u ed e n es c a p a r d e p o n er l e e n ma no s d e i gn o r a nt es .
92
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Ni ng u n o d e es t o s s e me t e e n s u ca s a a z a p a t er o , l a v a n d e r o , ni a o t r o s
o f i ci o s a ú n má s f á ci l es , s i no s o l o a e je cu t a r l a Ar q ui t e ct ur a ; p o r q u e
co n o c en q u e l o s q u e l a p r o f es a n e n e l dí a no m er ec e n r ea l m en t e el
no m b r e d e Ar q u i t e ct o s : y a ú n es es t a u na d e l a s ca us a s q u e me h a n
mo v i do a f o r ma r es t e c u e r p o d e Ar q ui t e ct ur a , da ndo s u s r e gl a s co n l a
ma yo r p r e ci s i ó n y di l i ge n ci a , l i s o n j eá ndo m e d e q u e es t e s er v i ci o s er á
b i e n a co gi do de t o d o s .
93
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
Vitruvio, una vez más, se aplica el cuento y, haciendo honor a su código deontológico,
cita una a una todas sus fuentes, en lo que constituye la primera Bibliografía de la
historia de la arquitectura. Por su relevancia, le dedicaremos al hallazgo una atención
individualizada, conformará el Capítulo II de nuestro documento titulado Las Fuentes
perdidas de Vitruvio.
95
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
ARISTÓFANES
H a b i e nd o l o s R ey es A t á l i co s , p o r s u gr a n a mo r a l a Fi l o l o gí a , f u nd a do
una r i c a b i b l i o t e ca p ú b l i ca e n P ér ga mo , q ui s o t a mb i é n P t o l o m eo
f un da r o t r a e n Al ej a n dr í a , co n no m eno r s o l i ci t ud , i nd us t r i a , y d e s eo d e
gl o r i a .
Co n cl u i d a y a co n l a ma yo r a ct i v i da d, cr e y ó no s er b a s t a n t e s i no l a
p r o c u r a b a el f u t u r o a u m en t o , co m o p r o p a ga ndo l a s e mi l l a : p a r a l o cua l
p ub l i có cer t á me n es l i t er a r i o s a l a s M us a s y a Ap o l o , s e ñ a l a ndo , co m o
s e ha ce co n l o s a t l et a s , p r emi o s y ho no r es p a r a l o s q u e l o s g a n a s en co n
s us es cr i t o s .
D i s p u es t o es t o a s í , y v e ni d o el t i e mp o d el c er t a m e n, s e d eb í a n e l e gi r
ju ec es co mp et ent es q u e a dj udi ca s e n l o s p r e mi o s a l o s v en c ed o r es . Y a
t e ní a el R e y el e gi do s s ei s d e l a ci u da d; y no h a l l a n do d e p r o nt o o t r o
q u e s e r eq u e r í a c o n l a s p r e nd a s n ec e s a r i a s , l o c o mu ni có a s us
b i b l i o t e ca r i o s , p o r s i co n o cí a n a l gú n s u j et o i dó n eo p a r a el c a s o : l o s
cua l es r es p o ndi er o n co n cu r r í a a l a b i b l i o t e ca t o do s l o s dí a s un t a l
Ar i s t ó f a n es , q u e co n el m a yo r c o n a t o y di l i g en ci a i b a l e y en do p o r
o r d en t o do s l o s l i b r o s q u e co nt e ní a . C o n es t o v i no el ca s o de s e r
Ar i s t ó f a n es el e gi do e nt r e l o s o t r o s j u ec es d el c er t a m e n, y de o c up a r s u
s i l l a di s t i n gu i da co mo el l o s . Sa l i er o n p r i m er o l o s P o et a s ; y co mo s e i b a n
l e y en do s u s co mp o s i c i o n es , a ca da u no cl a ma b a e l p u eb l o l e f ues e el
p r e mi o co nc e di do .
97
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
a s i g na n do e l p r em i o p r i m er o a l q u e co no ci er o n ha b er s i do d e t o do s
má s a p l a u di do , y el s eg u n do a l s i g ui ent e. R e q u er i do Ar i s t ó f a n es p o r s u
v o t o , ma n dó a dj u d i c a r el p r i mer p r e mi o a u no q u e el p u e b l o na da
ha b í a c el eb r a do . M a s co mo el R ey y t o do e l co nc ur s o s e i ndi g na s en d e
el l o e n gr a n ma ne r a , l ev a nt ó s e Ar i s t ó f a n es s u p l i c a n do l e o y e s en : y
ca l l a n do t o do s , m a n i f es t ó q ue de t o do s s o l o a q u el e r a P o et a ; l o s d e má s
p l a gi a r i o s ; y q u e l o s j u e c es d eb í a n a p r o b a r l o s p en s a mi ent o s p r o p i o s ,
no l o s h u r t o s . E x t r a ñ a ndo e l p ue b l o l a de ci s i ó n, y el R e y d ud o s o de e l l a ,
f i a d o Ar i s t ó f a ne s en s u m e mo r i a , s a có d e ci er t o s es t a n t es m uc hí s i mo s
v o l ú me n es , y co t ej a ndo c o n el l o s l o s v er s o s l eí do s , o b l i gó a l o s
p l a gi a r i o s a co nf es a r el h u r t o . E n v i s t a d e el l o m a n dó el R ey f u es en
t r a t a do s co mo l a dr o n es : y d es p u és d e co nd e na do s , l o s d es p i di ó
i gn o mi ni o s a m e nt e; y ho n r ó a Ar i s t ó f a n es c o n mu ch o s do n es , y l e hi z o s u
b i b l i o t e ca r i o ma yo r .
L o s a ño s s i gu i e nt es v i no d e M a c edo ni a a A l ej a n dr í a u n t a l Z o y l o , q u e s e
ha cí a a p el l i d a r H o m er o -m á s t i x , y r e ci t ó a l R e y s us es cr i t o s c o nt r a l a
I l í a da y l a O di s e a . P e r o v i en do T o l o m eo q u e el p a dr e de l o s P o e t a s , y
do ct o r de t o d a l a l i t er a t u r a ya mu er t o , er a t a n c a l um ni a do y s us
es c r i t o s , q u e t o do el mu ndo a p r e ci a b a , ce ns ur a do s p o r Z o yl o , l l en o d e
i nd i g na ci ó n, ni a ú n l e v o l v i ó r es p u es t a . D et úv o s e a l g ún t i e mp o Z o yl o en
l a co r t e, y h a l l á n do s e ya a p r et a do d e l a ne c es i da d, s u p l i có a l R e y l e
di es e a l gú n s o co r r o : a l o c ua l di c en r es p o n di ó , q u e p u es H o m er o ,
mu er t o mi l a ño s ha cí a , da b a d e co m e r co nt i n ua m ent e a mu cho s
mi l l a r es d e p er s o n a s ; a s í t a mb i é n, p u es él s e j a ct a b a d e m ejo r i n ge ni o ,
p o dr í a ma nt en er s e, n o s o l o a s í mi s mo , s i n o t a m b i én a o t r o s mu c ho s .
98
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Fi na l m ent e, s e s a b e q u e d es p u és f u e co nd en a d o a mu er t e, b i e n q u e s u
ej e cu ci ó n s e r e f i e r e co n v a r i ed a d. P er o c ua l q ui er a d e es t a s m uer t es
q u e t u v i es e, f u e p e n a b i en m er eci da ; p u es p a r ec e n o co r r es p o n de
me no s a q u i e n cr i t i c a y c e ns ur a l a s s e nt e n ci a s d e l o s es cr i t o r es , d e c uy a
b o ca ya no p o d e mo s o í r el s en t i d o e n q u e l a s es cr i b i er o n.
En cu a nt o a mí , ci er t o no s a co a l a l uz es t a o b r a e n no mb r e m í o s i e nd o
a j en a , ni m e no s p i ens o e n gr a nd e c er m e v i t up er a nd o l o s es t u di o s d e l o s
de má s , a nt es es t o y s u ma m en t e a gr a d ec i d o a t o do s l o s es cr i t o r es q u e
co n s u s d es v el o s e n t a n l a r ga s ed a d es , un o s en u na f a c ul t a d, y o t r o s e n
o t r a , no s de j a r o n u n gr u es o c a u da l d e m a t er i a l es d e do n d e t o ma ndo
no s o t r o s , co m o a gu a d e t a nt a s f u en t es y a d a p t á n do l o s a nu es t r o
p r o p ó s i t o , t e n emo s má s p r o nt a y ex p e di t a f a ci l i da d p a r a es cr i b i r , y
a p o yá ndo no s de s u s f a t i g a s , p a s a mo s a co m p o n er nu ev o s t r a t a do s .
T en i e n do yo , p u es , es t o s p r i n ci p i o s de l o s a ut o r es , t o m é l o s q u e ha cí a n
de r e ch a m e nt e a mi i nt ent o y h e p r o s e gui do e n l o d em á s d e ca u da l
propio.
99
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
Este relato está narrado como una doxografía en torno a los cuatro elementos: tierra,
agua, aire y fuego. Desde su mística, Vitruvio pone en valor los recursos que la
naturaleza nos brinda con gratuidad: “Por tanto, pues, la providencia divina no hizo
caras ni difíciles las cosas necesarias al hombre”. El cuento constituye un homenaje al
agua, a su bondad, que Vitruvio recalca; y con esta introducción proemial impecable
pasa a dedicar el libro a la gestión óptima de este recurso.
101
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
DE MILETO
T ha l es d e M i l es i o , u no de l o s s i et e s a b i o s , di j o q u e el a g ua es el p r i nci p i o
de t o da s l a s c o s a s . H er á cl i t o di jo q u e el f ue go . L o s s a c er do t es ma g o s
q u e el a g u a y el f u e g o .
El f i l ó s o f o Eu r í p i d es , di s c í p u l o d e A n a x á g o r a s , a q ui en l o s a t e ni ens es
l l a m a r o n s cé ni co , di j o q u e el a i r e y l a t i er r a ; l a c ua l f ec un da da co n l a s
l l uv i a s p r o d u j o el g é ne r o hu ma no , y l a s e s p e ci es d e a ni ma l es q u e l a
ha b i t a n: q u e c u a nd o l o s na ci do s de l a t i er r a co n e l t i em p o s e d i s u el v e n,
v ue l v en a s e r t i er r a : y q u e l o s q ue na c en d el a i r e v u el v e n a s u e s f er a ,
s i n p a d e cer d es t r u c c i ó n, s í s o l o mu da da f o r ma , q u e da n l o q u e a nt es
er a n. P er o P i t á go r a s , Emp é do cl es , E p i ca r n o , y o t r o s Fí s i co s y Fi l ó s o f o s
es t a b l eci er o n c u a t r o p r i nc i p i o s , q u e s o n a i r e, f u eg o , a g ua y t i er r a ; y
que su mi x t i o n, co n na t ur a l a r t i f i ci o de es p ec i e s , co mp o n e s us
ca l i da d e s .
A l a v er da d b i e n a d v er t i mo s q u e l a s co s a s q u e na c en no s o l o s o n
p r o cr e a d a s d e di c ho s p r i nc i p i o s , s i no q ue a ún ni n gu na s e nut r e , cr e c e ,
ni co ns er v a s i n s u i nf l u j o : p o r q u e l o s cu er p o s a ni ma do s no p u e d en t en er
v i da s i n q u e e l a i r e l o s p e n et r e, q u e e nt r a n d o y s a l i e nd o en el l o s , l es de
l a r es p i r a ci ó n c o nt i n u a . L o mi s mo s u c ed e d el f u e go ; p u es no t e n i e ndo
l o s c u er p o s el d eb i do gr a do d e c a l o r , ca r ec e n d e es p í r i t u v i t a l , d e l a
r o b us t ez n ec es a r i a , y no p o dr á l a c o mi da a ct ua r s e d eb i da m en t e. As í
mi s m o s i l o s c u e r p o s no s e nut r e n c o n l a s p r o d uc ci o n es d e l a t i er r a , no
s ub s i s t i r á n, ca r e ci en d o d e es t e p r i n ci p i o .
102
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Fi na l m ent e f a l t a n do a l o s a ni ma l es l o s b en ef i ci o s d el a gu a , ex a ng üe s y
s ec o s , n ec es a r i a m en t e v e nd r í a n a p er e cer . Por t a nt o , p u es , la
p r o v i de n ci a di v i n a n o hi z o c a r a s ni di f í ci l es l a s co s a s n ec es a r i a s a l
ho m b r e, co m o hi z o c o n l a s m a r g a r i t a s 80, o r o , p l a t a y o t r a s co s a s d e q ue
no ne c es i t a e l c u e r p o y l a n a t ur a l ez a ; a nt es der r a mó c o n a b un da nci a
en t o d a s p a r t es a q u el l a s s i n l a s c ua l es n o p u ed e v i v i r el ho m b r e . As í
q u e, s i a c a s o f a l t a s e a l cu er p o p a r t e d e l a r e s p i r a ci ó n, l a s up l e el a i r e
des t i n a d o p a r a el l o . El s o l y el f u e go , cr i a do s p a r a el f o m e nt o na t ur a l ,
ha ce n má s s eg u r a l a v i da . L o s f r ut o s de l a t i er r a , p r es t a n do s us f ér t i l es
s i n n ec es i t a r de o t r o s i nú t i l es ma nja r es .
Y e n f i n el a gu a , no s o l o es n ues t r a b e b i da , s i no q u e no s o f r e c e o t r a s
mi l ut i l i d a d es co n s u s u s o s , s i em p r e a gr a d a b l es p o r gr a t ui t a . P o r es t o l o s
s a c er do t es egi p c i o s de mu es t r a n q ue t o d a s l a s co s a s p r o v i en en d e l
a gu a ; p u es c u a nd o cu b r en l a t i na ja q ue r el i gi o s a m en t e l l ev a n a l
t e mp l o , p o s t r a do s e n t i er r a , y e l e v a da s a l c i el o l a s m a no s , d a n g r a ci a s
a l a b o nd a d di v i n a p o r es t e h a l l a z go .
Si en do , p u es , s ent e n ci a d e Fí s i co s , de Fi l ó s o f o s , y d e s a ce r do t es , q ue
t o da s l a s co s a s s e co mp o n en d el a g ua , juz gu é f i n a l m e nt e el de co n o c er
80 Gros y Choisy traducen “margaritas” como perlas, Barbaro como piedras preciosas
103
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
Cuentan que en la hermosa ciudad de Éfeso, según una antigua ley, el arquitecto
quedaba obligado a cumplir con el presupuesto de su obra… Este relato, el más puro
de los siete en su vertiente deontológica, reflexiona sobre los graves perjuicios para el
cliente y para el prestigio de la profesión derivados de una negligencia en el cálculo
de costes. Penaliza la ignorancia profesional y celebra al arquitecto inteligente y
formado que se responsabiliza del mejor estar del cliente, padre de familia. De nuevo
son el conocimiento y el honesto empeño los que rehabilitan y el antídoto el De
Architectura.
105
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
DE ÉFESO
En Éf es o , gr a n d e y h e r mo s a ci ud a d de G r e ci a , di ce n ha y u na a nt i gua
l e y, du r a a l a v er da d, p er o n a d a i njus t a : y e s , q u e cu a n do un a r q ui t ect o
t o ma a s u c a r go u n a o b r a p úb l i ca , p r es en t a un cá l c ul o y t a s a ci ó n
he c ha de l g a s t o de e l l a , q u ed a n do s us b i e nes o b l i ga do s a l M a gi s t r a d o
ha s t a es t a r co n cl u i da . E nt o nc es , si las ex p e ns a s co r r es p o n de n al
mi s m o , s i l o s g a s t o s n o ex ce d en a l cá l c ul o en má s de un a cu a r t a p a r t e,
s e p a ga de l o s mi s m o s f o nd o s p úb l i c o s , s i n q u e e l Ar q ui t e ct o q u ed e
s uj et o a p en a a l gu n a . P er o s i e n l a o b r a s e co ns um e má s d e di c ha
cua r t a p a r t e , s e t o ma d e s u s b i e ne s el di n e r o p a r a l a co n cl us i ó n.
¡O j a l á q u e l o s di o s es i nmo r t a l es h ub i er a n h ec ho q u e es t a l e y es t uv i es e
t a m b i é n es t a b l e ci da e n el p u eb l o r o ma no , no s o l o en l o s e di f i ci o s
i mp un e me nt e l o s i gn o r a n t es ; s i no q u e s ó l o p r o f e s a r í a n l a Ar q ui t e ct ur a
l o s i n t e l i g e nt es : no s e v er í a n o b l i g a do s l o s p a dr es d e f a mi l i a a ga s t o s
i ns o p o r t a b l es h a s t a e mp o b r e c er s e: y f i n a l me nt e l o s Ar q ui t ect o s mi s mo s ,
p o r t emo r d e l a p en a , da r í a n un cá l c ul o m á s a jus t a do y di l i g e nt e de l o s
ga s t o s f u t u r o s , p a r a q u e l o s p a d r es d e f a mi l i a v i es en t er mi na d o s s us
ed i f i c i o s co n l o q u e p r ev i ni er o n a n t es , o co n p o co má s . P o r q u e q ui en
p u ed e d es t i na r , v e r b i gr a ci a . 4 0 0 p a r a u na f á b r i ca , s i s e l e ca r ga n o t r o s
1 0 0 , co n l a es p er a nz a d e v e r l a co n cl ui d a , l o s da gus t o s o ; p er o q ui en
f ue r e r e ca r ga do co n u na mi t a d m á s , ó a ún m a yo r s u ma , p e r d i da l a
co n f i a nz a , y a b a n do na ndo el ga s t o , de s t r ui do s l o s c a u da l es , y ca í do
de á ni m o , s e v e e n l a p r eci s i ó n d e d es a mp a r a r l a .
106
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Ni es t e d a ño s e ha l l a s ó l o e n l o s ed i f i ci o s , s i no t a mb i é n e n l a s f i es t a s d e
gl a di a do r es en el f o r o , o d e r ep r es en t a ci o nes e n el t ea t r o , q u e da n l o s
ma gi s t r a do s , e n l o s c u a l e s n o ha y di l a ci ó n ni d em o r a , s i no q u e de b e n
t er mi n a r s e p a r a t i e m p o s eñ a l a do : c o mo s o n l a s gr a d er í a s p a r a l o s
a s i e nt o s , l o s t o l do s y de má s a p a r a t o s es c é ni c o s q u e s e go b i er n a n p o r
má q u i na s e n l a r ep r es ent a c i ó n . En es t a s co s a s s e r eq u i e r e mu cho
co n o ci mi en t o , e i n g e ni o cu l t i v a do co n es t udi o , p o r no p o d er s e ha c er
ni n gu n a de el l a s s i n M e cá ni ca . Si no co n v a s t o s a b e r , y a p l i ca do
des v e l o .
107
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
SINOPSIS
¿Cómo pueden ser menos laureados los escritores que los deportistas? ¿O dársele más
valor a lo perecedero que a lo atemporal? El bellísimo alegato final de este cuento es
un homenaje al saber humano en un sentido universal y a las lecciones imperecederas
que los sabios han dejado en sus escritos. La posteridad como acto de generosidad.
Para ejemplarizar esta idea central, el prólogo IX incluye un amplio pasaje dedicado
a tres ejemplos de la Matemática y de la Física que Vitruvio considera relevantes, tanto
por su belleza moral, como por su valor formativo y utilidad doméstica. El fragmento
concreto se ha extraído para dedicarle el capítulo III de este documento titulado El
Prólogo Ilustrado. A continuación, el último relato de nuestro corpus apológico.
109
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
PLATÓN y CÍA
T a n gr a n des f u er o n l o s ho no r es q ue l o s a nt i guo s G r i e go s es t a b l e ci er o n
p a r a l o s a t l e t a s c él eb r es q u e h ub i es e n v e n ci do en l o s j u ego s O l í mp i co s ,
P í t i o s , I s t mi co s y N e me o s , q u e n o s o l o r ec i b en a l a b a nz a s e n l o s
co n gr es o s , es t a n do e n p i e c o n p a l ma y c o r o n a , s i no q ue a ú n cua n do
s e r es t i t u y en a s u s p a t r i a s , e nt r a n v i ct o r i o s o s y t r i un f a nt es en l a s
ci u da d es p o r d o n d e p a s a n, y e n l a s p r o p i a s cu a dr i g a s d e t r i unf o , y s o n
ma nt eni do s a ex p e ns a s d el p ú b l i co mi ent r a s v i v e n.
Cu a n do co ns i d er o es t o , m e c a us a ma r a v i l l a no h a l l a r es t a b l e ci da s l a s
mi s m a s y a ú n ma yo r es h o nr a s p a r a l o s e s cr i t o r es q u e da n i n f i ni t a s y
p er p e t u a s u t i l i d a d es a t o do s l o s ho mb r es . F uer a ci er t a m ent e má s di gn a
es t a s e gu n da i ns t i t u ci ó n; p o r q ue s i b i e n l o s a t l et a s co n s us l u ch a s ha ce n
p r e c ep t o s e n s u s l i b r o s p a r a a p r en d er y p a r a s ut i l i z a r e l di s c ur s o .
¿ D e q u é s i r v e ho y a l o s ho mb r es q u e M i l o n Cr o t o ni a t e n un ca f u es e
v e nci do , o l o s o t r o s q u e en es t e e je r ci ci o s a l i er o n v e nc e do r es , s i no s o l o
de s a b er q u e mi e nt r a s v i v i er o n f u er o n f a m o s o s ent r e s us ci ud a d a no s ?
P er o l a do ct r i n a de P i t á g o r a s , D em ó cr i t o , P l a t ó n, Ar i s t ó t el es , y de má s
s a b i o s , o b s er v a d a co nt i nu a m en t e co n a p l i ca ci ó n i n dus t r i o s a , p r o du c e
a ct ua l m ent e, no s o l o a s u s co n ci ud a d a no s , s i no a t o do el mu ndo ,
r ec i e nt es y e x q u i s i t o s f r u t o s .
111
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Y l o s q u e d es d e s u s p r i m er o s a ño s a dq ui er e n l a gr a n a b un da n ci a de s us
p r e c ep t o s , p o s e e n l o me j o r d e l a s a b i d ur í a , y s i e mb r a n e n l a s ci u da des
l a s ua v i d a d d e c o s t u mb r es , l o s jus t o s d er ec ho s y l e y es , s i n l o cua l
ni n gu n a ci u da d p u e de co ns er v a r s e. H a b i e n do p u es l o s es cr i t o r es
p r ó v i da me nt e d ej a d o s , t a nt o s b e n ef i ci o s p ú b l i co s y p r i v a do s a l o s
ho m b r es , j u z go s e l es de b e n d a r , no s o l o p a l ma s y c o r o na s , s i no t a mb i é n
de cr et a r l es t r i u n f o s , y a ú n j uz g a r l o s di gn o s d e s er c o l o ca do s en t r e l o s
Dioses.
L ue go l o s d es v el o s de es t o s v a r o n es v i v e n p er e nn e me nt e, no s o l o p a r a
l a r ef o r ma d e co s t u m b r es , s i no t a mb i én p a r a u t i l i da d de t o do s ; p er o l a
ce l e b r i da d d e l o s a t l et a s e n b r ev e t i e mp o e nv ej ec e co n s us cu er p o s ; y
ni e n s u ed a d f l o r i d a , ni des p u és d e el l a , ni co n do c t r i n a a l g un a
a p r o v e ch a n a l a s o ci ed a d hu ma na , co mo ha c e n l o s p r e c ep t o s de l o s
sabios.
M a s , a u nq u e no s e r i nd a n ho n o r e s s e ña l a do s a l a d o ct r i n a mo r a l y
p r o v ec ho s a s i n v e n ci o nes d e l o s es cr i t o r es , el l o s mi s mo s , s i n e m b a r go ,
el ev a n do l a m e nt e a l a s es f er a s , y r emo nt á n do s e d e gr a do e n gr a do
ha s t a l o s ci el o s e n l a me mo r i a d e l o s ho mb r es , ha ce n v er a l a p o s t er i da d
t o da , no s o l o s u s p r ec ep t o s y do ct r i na , s i no j unt a m e nt e s u mi s mo
ca r á ct er y r e t r a t o .
As í , l o s q u e t i en e n i l u s t r a d a l a m e nt e co n el d el ei t e d e l a l i t er a t ur a n o
p u ed e n d ej a r d e t e n e r i mp r es a e n el l a , c o mo l a s d e l o s di o s es , l a ef i gi e
de l p o et a E nni o . L o s q u e l e e n co n a t e nci ó n l o s v e r s o s d e Ac ci o ,
a dv i er t e n no s o l o el s en t i d o de l a s p a l a b r a s , s i no a ú n p a r e c e q u e es t á n
mi r a n do l a i ma ge n d el p o et a mi s mo .
112
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
A l o s na ci do s e n n u e s t r o s dí a s l es p a r e cer á de b a t i r co n L ucr e ci o s o b r e
l a n a t u r a l ez a d e l a s c o s a s y de l a o r a t o r i a co n Ci c er ó n. M uc ho s de l o s
v e ni d er o s co n f e r e n ci a r á n co n Va r r ó n s o b r e l e n gua l a t i na . L o s f i l ó l o g o s
t a m b i é n, co ns u l t a n d o l o s l i b r o s d e l o s s a b i o s G r i eg o s , cr e er á n es t a r
co m u n i c a n do s ec r et a me nt e co n el l o s . Y , e n un a p a l a b r a , l a s s ent en ci a s
de l o s es cr i t o r es do ct o s , f l o r e ci en do p o r t o d a s l a s ed a d es , a un q u e
co n f er e nc i a s , t i e ne n, y t e nd r á n, má s a ut o r i da d q u e t o do s l o s p r e s en t es .
113
TÍTULO 3
SU LECTURA EN EL PASADO
ÍNDICE DEL TÍTULO
3 SU LECTURA EN EL PASADO
3.1 Petrarca al margen
3.2 Hiperprólogos: Sagredo y Fray Lorenzo
3.3 Corpus ejemplarizante versus cuerpo doctrinal
3.4 Discípulos, apóstoles y Judas
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
3 SU LECTURA EN EL PASADO
Los Siete Cuentos recién presentados han sido, y siguen siendo, objeto de análisis y
comentario individualizado como Prólogos en las traducciones al De Architectura.81
Esto viene sucediendo, sin interrupción, desde la primera edición anotada de
Cesariano, que hoy cumple, oficialmente, 500 años.82 Muy poco, a nuestro juicio,
queda por sumar a su marco de contenido sociocultural ni filológico. Hasta las
conjeturas se dirían agotadas. Por esta razón, no está en nuestro ánimo abundar en
estos parámetros para su estudio crítico, ni hacerlo Cuento por Cuento. Consideramos
importante para su divulgación y estudio reivindicar el formato de corpus apológico o
ejemplarizante.
81 En los siglos en los que se circunscribe esta investigación “en el pasado” los prólogos van
sistemáticamente comentados individualmente. Bien con notas adjuntas a pie de página, bien
intercalando anotaciones entre el texto de Vitruvio. A partir de la versión de Choisy, que no anota ni
libros ni prólogos, y todo lo vuelca en la introducción, se alternarán los formatos. Algunos filólogos,
recientemente, optan incluso por limitarse a traducir el texto canónico del latín y brindar la
introducción, o el prólogo, a otro autor erudito vitruviano.
117
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Para terminar esta introducción, unas pequeñas pinceladas que nos familiaricen con
los próximos protagonistas. Hay que considerar que todos ellos tienen un poco de
Vitruvio y que Vitruvio tiene un poco de todos ellos. Gracias a Petrarca terminaremos,
sin quererlo, en los márgenes de otras orillas. Sagredo y Fray Lorenzo --sobre todo Fray
Lorenzo-- se tomarán tan en serio los Cuentos que bien podrían sustituirnos en nuestro
comentario crítico. Philandro, como arquitecto, afina donde más le duele la
deontología profesional. Barbaro es el primer gran visionario. Y el gran Alberti nos
mostrará la cara del que se leyó los Cuentos y la cara del que no se los aplicó.
***
84 Entre el XVI y el XVIII, un traductor de Vitruvio solía ser, además de filólogo, arquitecto, arqueólogo
e incluso médico.
118
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
A modo de tantos libros, los márgenes del De Architectura también han sido blanco
ocasional de anotaciones manuscritas. Las que nos interesa convocar ahora, referidas
a los Cuentos y a nuestra particular manera de enfocar su comentario crítico, se dan
en un contexto muy específico, único podría decirse.
Vamos a presentar la cuestión con el apoyo de un párrafo escogido del prólogo que
Delfín Rodríguez dedica a la traducción del De Architectura de José Luis Oliver (1997).
No hay nada que rebatir en estas líneas, simplemente nos servirán de sustento para
armar las nuestras.
85 Al hablar del siglo XV y de sus ediciones, el profesor Delfín Rodríguez, solo puede referirse a los
tres incunables latinos impresos en Roma, Florencia y Venecia, respectiva y cronológicamente. Para
su editio prínceps de 1486, Giovanni Sulpicio “pasa a limpio” el manuscrito en latín limitándose a
transcribir lo que estaba escrito sin suplir con su fantasía los términos oscuros y sin corregir el texto
de Vitruvio o retocarlo. (Cervera Vera, 1978). Por lo tanto, se trata de una edición sin anotaciones ni
comentarios.
119
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
El debate íntimo, entre el lector y el texto de Vitruvio, se venía produciendo 1500 años
antes de las primeras ediciones impresas, desde los orígenes de los volúmenes en
papiro, y durante la copia y lectura de los códices manuscritos. 86 La tónica serena y
discreta, que nos llega de su lectura medieval, presumimos que pudo empezar a
vacilar a partir de 1416, con el sonado descubrimiento “apócrifo” del texto de Vitruvio
por parte de Poggio Bracciolini.87 Y que, definitivamente, esta lectura se transformó tras
la publicación póstuma, en 1485, del De Re Aedificatoria de Alberti, manuscrito desde
1450. Comenta Ingrid Rowland a este respecto:
Es notable que su amable teoría para exculpar a Poggio –el modo di lettura del texto,
frente a la “riscoperta/scoperta” de la que éste alardeaba–89 diese con la sencilla
clave de tres palabras, “modo de lectura”, que explican el nuevo devenir del De
Architectura.
86 Antes de la caída del imperio romano, una nueva generación literaria apasionada por los escritores
del pasado se decide a compilar, tanto durante el siglo III como en el IV, el texto de Vitruvio. De la
más notable de estas compilaciones, Artis architectonicae privatis abreviatus liber de Faventinus, se
conserva su Prólogo que Choisy publica dentro de su famosa introducción a la traducción del De
Architectura
89 En la memoria colectiva de los arquitectos formados en el del siglo XX, Poggio fue el descubridor
(scoperta), ni tan siquiera el redescubridor (riscoperta), del manuscrito de Vitruvio, perdido en un
monasterio en Suiza. Una versión romántica de la historia que no desmerece la real. La de un texto
que pasó copiándose con mimo de mano en mano, custodiado con el mismo cuidado que los
neandertales preservaban el fuego.
120
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Alberti fue el primero y durante mucho tiempo el único que realmente entendió el texto
de Vitruvio, no lo editó, ni lo tradujo o comentó; apenas lo citó. Lo que hizo fue escribir
sus propios “Diez Libros” para sustituir a Vitruvio, para que las enseñanzas de este
pudieran utilizarse en el presente. (Thoenes, 2011 pref.)
A partir del impacto editorial del magistral De Re Aedificatoria, se diría que todo lo que
concierne a la literatura arquitectónica vitruviana fuera una doble carrera. La de
escribir un tratado que supere, emule, compendie, o ponga en cuestión el De
Architectura, y la de lograr la mejor traducción del tratado, la que descifre todos sus
insondables misterios arquitectónicos, y poder dedicarla al más insigne gobernante del
momento.91 Carrera, esta última, donde las anotaciones y comentarios de los
traductores del texto se disparan a partir de las primeras editadas por Cesariano. A pie
de página o intercaladas con el contenido, empiezan a valorarse, tanto o más, que la
calidad de la propia traducción. Donde las palabras protagonistas de Vitruvio no
llegan a explicar, entran las del autor secundario.
90 La historia, por economía de medios, bautiza sus hitos en ocasiones con un solo protagonista. Sin
embargo, detrás de un nombre importante siempre hay una gran secuencia de otros nombres.
Alberti, por ejemplo, es un poco Brunelleschi, son grandes amigos, han compartido conversaciones
donde, indudablemente, la forma de entender a Vitruvio ocuparía alguna sobremesa. A esa
intrahistoria no se suele tener acceso y, si es que se logra alguna aproximación, en lo que a libros se
refiere, es a través de los Prólogos. He llegado a comprender que, en muchos hombres, pero
especialmente en ti, Filippo, y en nuestro querido amigo Donato, el escultor, existe una capacidad
para realizar cualquier cosa digna de alabanza. (Prefacio a De Pictura de Alberti, 1436)
91 En 1547 Jean Martin ya había realizado una traducción al francés. En 1563 aparece una paráfrasis
vitruviana en inglés de John Shute y en 1564 Lázaro de Velasco acomete la primera traducción al
español. A mediados del XVI Vitruvio era objeto de deseo, no solo en Italia, sino allá donde Roma
había llegado a construir calzadas.
121
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Durante los siglos a los que se refiere Delfín Rodríguez, del XV al XVIII, nos permitimos
concluir que el perfil del lector de Vitruvio, traductor, artífice, erudito, o “diletante
distinguido” (Thoenes, 2011), es el de quien busca con avidez dentro del tratado, sin
detenerse en los prólogos, la varita mágica de la belleza clásica. Afortunadamente,
hemos tenido acceso a las traducciones de este periodo. Se ha estudiado a fondo el
aparato crítico de las ediciones más significativas94. Hablamos, pues, con conciencia.
Incluso hemos reparado en las aclamadas anotaciones en latín de Philandro, en
concreto las referidas a los prólogos de nuestros Cuentos.95
92 Recordemos (ver “Estado de la Cuestión”) que hasta entrado el siglo XX los Prólogos de Vitruvio
no son objeto de estudio de detalle. Toda la literatura al respecto del De Architectura, se refiere hasta
entonces al contenido de los libros.
93 Los prólogos sí dejan saciados, pero no de lo que apetece. Todos están voraces. Rafael de Sanzio,
ruega que le traduzcan un ejemplar del De Architectura a la mayor brevedad al italiano porque no
dominaba suficientemente el latín.
94 Son documentos de cabecera de esta tesis, entre el XV y el XVIII, las traducciones de Giocondo,
Cesariano, Jean Martin, Philandro, Barbaro, Lázaro de Velasco, Urrea, Perrault, Galliani, Castañeda y
Ortiz y Sanz.
95 Fue el estudio de estas alabadas anotaciones de Philandro el que definitivamente nos desinfló a
la hora de considerar cualquier margen anotado manuscrito. Frédéric Lemerle, traduce, del latín al
francés, exclusivamente los comentarios de Philandro a los primeros cuatro libros de Vitruvio. Es la
única fuente documental existente a este respecto. Philandro no comenta ni el prólogo I ni el IV.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Rowland comenta que la versión de Giovanni no tuvo altura suficiente, pero que las
ilustraciones fueron descomunales y la compensaron: But what the Tuscan builder
could claim in compensation for his scholarly shortcomings was an extraordinary
powerful visual imagination 97. (Rowland, 2003 p. 24)
Del prólogo II, Cuento de Dinócrates, y del prólogo III, Cuento de Sócrates, sus brevísimos
comentarios son de índole histórica y filológica, no moral ni deontológica.
96 Hemos conocido a través de un texto de Frédérique Lemerle (1994) que Guillaume Budé había
anotado un ejemplar de Vitruvio : Budé avait annoté un exemplaire de Vitruve que Philandrier eut
peut-être l´occasion de consulter lorsqu’il rencontra le grand humaniste á Paris, en 1539 . Nos
quedamos con el apetito de consultar la bibliografía que el propio Lemerle sugiere al respecto:
Guillaume Budé, Les origines, les débuts, les idées maîtresses (L. Delaruelle, 1907, pp. 273), pues el
gran humanista nos merece mucho respeto.
97 Pero lo que al constructor toscano podía atribuirse, en compensación por sus deficiencias
académicas, era una imaginación visual extraordinariamente poderosa.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
De la misma manera que Delfín Rodríguez se detiene en los márgenes de G.B. Sangallo,
Pierre Gros lo hace en los de A. Sangallo ; dice, refiriéndose a una edición de
Giocondo sobre la que profusamente había anotado: (…) présente dans les marges
des croquis et compléments de toutes sortes dus á Antonio da Sangallo le Jeune; celui-
ci, fort de son expérience de bâtisseur et de la connaissance qu´il pouvait avoir des
ruines antiques de Rome et d´Italie, ne se contente pas de transcrire les descriptions
vitruviennes en dessins, complétant ainsi efficacement l´apparat figuratif de
Giocondo.98 (Gros, 2015 p. 205)
Así pues, Pierre Gros e Ingrid Rowland, dos detectores del siglo XXI de la ética de
prólogos –en el contexto de los artículos mencionados y a colación de los márgenes –
se limitan a poner de relieve los extraordinarios croquis y bocetos de los hermanos
Sangallo.99 En 1980 se publica “Las ideas artísticas de El Greco”, obra de Fernando
Marías y Agustín Bustamante; una reseña de Véronique Gerard referida al libro:
Marías et Bustamante ont relevé un défi presque impossible en consacrant un livre neuf,
fondé sur une documentation inédite d´un intérêt capital, aux idées artistiques du
Greco. Leur invention est d’abord une juste récompense : s´intéressant aux marginalis
des traités d´architecture comme moyen de connaissance de la pensée et de la
culture des artistes, ils ont découvert et prouvé que les annotations apportées au I dieci
libri dell´Architettura di Vitruvio, tradotti et commentati di Monsignor Barbaro, conservé
á la Bibliothèque nationale de Madrid, furent rédigées par le Greco. (…) Son anti-
vitruvianisme est mordant100. (Gerard, 1983 p. 436)
98 … Presenta en los márgenes bocetos y adiciones de todo tipo de Antonio da Sangallo el Joven;
este último, con su experiencia como constructor y el conocimiento que pudiera tener de las antiguas
ruinas de Roma e Italia, no se contentó con transcribir las descripciones de Vitruvio en dibujos,
completando así efectivamente el aparato figurativo de Giocondo.
99 Hay que decir, a favor de los hermanos, que se volcaron en anotar los márgenes de las primeras
ediciones impresas que, en sí mismas, no contenían anotaciones de sus propios traductores: Sulpicio
y Giocondo. Los Sangallo fueron los pioneros anotacionistas.
100Marías y Bustamante han asumido un reto casi imposible al dedicar un nuevo libro, basado en
documentación inédita de capital interés, a las ideas artísticas de El Greco. Su invención es ante todo
una justa recompensa: al interesarse por los marginalis de los tratados de arquitectura como medio
para conocer el pensamiento y la cultura de los artistas, descubrieron y probaron que las anotaciones
realizadas en I dieci libri dell'Architettura di Vitruvio, traducidas y comentadas por monseñor Barbaro,
y conservadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, fueron escritas por El Greco. Su antivitruvianismo
del gran pintor es mordaz.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Volviendo al párrafo de Delfín Rodríguez, diremos, por último, que en caso de tener
que elegir para su estudio específico entre alguno de los tres escenarios sobre
márgenes que menciona, daríamos preferencia a las anotaciones anónimas a los
márgenes del texto de Galiani. Actuaríamos empujados, quizá, por la reflexión de
Vitruvio en el Cuento de Sócrates, donde recapacita sobre el ingenio que no es
reconocido debido a la falta de recursos y fama del artífice, y más teniendo en cuenta
que en cuestiones morales todos, anónimos y renombrados, partimos del mismo ADN.
[Vitruvio] Pero otros, nada inferiores en ingenio, estudio y habilidad, trabajando sus
obras bien que, de tanto mérito, para personas de poco poder y fortuna ordinaria, no
pudieron adquirir fama alguna. (Cuento de Sócrates)
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Las líneas de Gentil Baldrich nos pusieron por primera vez sobre la pista de un vínculo
entre Petrarca y Vitruvio. Despertaron nuestra curiosidad unas anotaciones del siglo
XIV, surgidas antes del boom de las traducciones y de la voracidad por la arquitectura
clásica, por parte de un lector consumado. Unas anotaciones del príncipe del
humanismo. “Petrarca, su vida y su tiempo I” es la primera de las dos conferencias que
el filólogo y académico de la lengua española Francisco Rico, reconocido
internacionalmente como uno de los grandes exégetas de Petrarca, impartió en la
Fundación Juan March en 2011. Las palabras de Petrarca, a través de las suyas, nos
iluminaron:
Yo, que he leído todo Aristóteles muy bien, cuando acabo digo: qué nítidamente
define la virtud, el vicio, la prudencia; leo a Horacio (el poeta) y encuentro que las
virtudes se presentan atractivas y los vicios reprobables, y me mueven, me fuerzan a
obrar mejor. (Petrarca, siglo XIV)
Una apología, la misma que ha sido nuestro motor, al valor del cuento, de la fábula, y
como apunta el profesor Rico, una lectura hecha con sentimiento. Cuenta Rico
también, que Petrarca decía, que cualquier saber teórico debía desembocar en
acción. Y que fue un ávido y excelente cazador de códices, y sin duda el rescatador
de Vitruvio. Vivía la lectura y no la leía como arquitecto. Petrarca recupera a Vitruvio
y el latín de Vitruvio, que en trece siglos había evolucionado a otro latín.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
En sus obras, continúa Rico, Petrarca vuelca los conocimientos derivados de sus
lecturas. La titulada De Remediis (De los remedios contra próspera y adversa fortuna)
se compone de sentencias de la antigüedad clásica, un original centón donde podían
caber perfectamente los remedios y las moralejas de Vitruvio.101 Petrarca y los prólogos
de Vitruvio estaban en la misma onda y por primera vez oíamos hablar de un
rescatador de Vitruvio que no fuese Poggio.
Era l´intuizione geniale della Ciapponi di rintracciare la presenza del Petrarca in una
singola frase tra tante, una frase, peraltro, dal contenuto apparentemente délfico.102
(Rowland, 1997)
101 De remediis utriusque fortunae (1360-1366) es una colección de breves diálogos escritos en prosa
latina, compuesta de 254 escenas de diálogos entre entidades alegóricas: primero la «Alegría» y la
«Razón», después el «Dolor». Son diálogos educativos y morales para reforzar al individuo contra los
golpes de la fortuna, tanto la buena como la adversa.
102 La brillante intuición de Ciapponi, fue la de rastrear la presencia de Petrarca en una sola frase
entre muchas, una frase, además, con un contenido aparentemente délfico.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
El objetivo del ensayo de Ciapponi, es demostrar que las notas al margen encontradas
en el manuscrito Bodleinao son petrarquianas. Para ello no tiene interés en citarlas
todas, solo aquellas que le dan cobertura filológica para sus conclusiones. Su labor es
fascinante, una piedra de Rosetta con corazón. De las 40 notas existentes, selecciona
un racimo de apenas quince, repartidas entre todos los márgenes del texto de los libros
y el texto de los prólogos. Cualquiera de ellas es muy breve, como un haikú, consta de
pocas palabras o una sucinta frase. Ciapponi solo las transcribe en latín y dispersa su
estudio en el ensayo, por lo que se ofrecen al profano en un latín descontextualizado,
arbitrarias en un sentido de orden lineal y precisas en un sentido de orden filológico.
Con una impresión digitalizada del manuscrito Bodleiano por cortesía de la Universidad
de Oxford, pudimos rescatar el paradero de ocho de estas citas dentro del libro, que
logramos atribuir a los Cuentos de Dinócrates, Aristipo y Aristófanes, pero seguíamos sin
conocer qué nos podían deparar hasta no verlas traducidas. Al profesor Rico no le
faltaba razón al intentar disuadirnos; no son aparentemente deslumbrantes, una labor
de Goliat para un resultado de David, o viceversa, pero resultan perfectamente
efectivas para nosotros. Es el punto de vista de esta tesis el que dota de un valor
añadido a las notas. En sí mismas, esparcidas, no lo tienen. En nuestro contexto señalan
que Petrarca leyó los Cuentos, no solo los prólogos, y en que líneas reparó el humanista.
Con su brevedad, Petrarca no comenta, digamos que SUBRAYA el contenido, le basta
la palabra de Vitruvio. Y hay maneras y maneras de ser breves; léase la nota sobre las
anotaciones de Philandrier, –mismo contexto, misma brevedad, pero enfocada a la
filología y a la historia, no a la ética–. Algo debieron significar también para el anónimo
escribano del siglo XIV, que se hizo con el manuscrito para reproducirlo, porque “lo
fotocopió” con las notas de Petrarca incluidas, lo que explica que la caligrafía del
texto y de los márgenes sea la misma. Y le aplaudimos por ser un primer divulgador.
Antes de volcar las notas literales, ofrecemos una paráfrasis de su conjunto. En ellas se
registran la honestidad de Vitruvio; el honor al que se debe la gestión de las artes; la
injusticia en el ámbito profesional derivada de la ignorancia; el pecado del difamador
en la figura de Zoylo y el de la usurpación de la propiedad intelectual; la generosidad
que se les debe a los escritores y en particular a Homero; y finalmente la reivindicación
que hace Vitruvio al respecto de los arquitectos romanos, tan válidos como los griegos
–nota para “quién” le haya censurado a este respecto.103
103 Ver la crítica de Alberti dentro del título “Apóstoles, discípulos y Judas” de este capítulo.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
CUENTO de DINÓCRATES
CUENTO de SÓCRATES
Ante la frase de Vitruvio Nec tamen est admirandum, si propter ignotitiam artis virtutes
obscurantur (“No es de maravillar que, por la ignorancia del arte en los premiadores,
queden arrinconados los hábiles artífices”), Petrarca subraya: Honos alit artes (“El honor
nutre las artes”). Cicerón, Tusculanas, 2,4
CUENTO de ARISTÓFANES
104 Como la mayoría de los doctores en Filología Clásica, Ciapponi y Rowland no traducen las frases
o términos en latín. Esta limitación se ha solventado con todas las herramientas al alcance de esta
investigación.
105 Días atrás se revolvía contra mis escritos un criticastro porque, a su juicio, mi Musa se pasaba de
libertina; mas en tanto que agrade al lector y mi nombre recorra el Universo, me importa poco que
éste y aquél digan pestes de mi obra. La envidia deprimió el ingenio del sublime Homero; seas quien
seas, Zoilo, tienes el nombre de envidioso. (Ovidio, El remedio del amor, p. 20)
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Vitruvio dice textualmente: No es de maravillar que por la ignorancia del arte en los
premiadores queden arrinconados los hábiles artífices; pero causa suma indignación
el que, por lisonjear a los amigos en los convites, hayan de torcer el juicio inteligente
hacia donde no se halla el merecimiento.
106Este estudio también nos ha permitido constatar el hecho de que Petrarca comenta más el texto
de los prólogos que el texto de los libros.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Eppure gran parte dei critici d´arte non si è assolutamente accorta che il punto di
partenza per il culto di Vitruvio nel Quattrocento sta proprio in questa riscoperta de De
Architectura da parte de Petrarca e nella diffusione del suo testo fra i suoi amici
letterati. Sebbene l´interesse per la fortuna di Vitruvio nel Rinascimento sia, a giudicare
dall´ abbondante bibliografia, assai vivo, tuttavia esso sembra essere ancorato a
quello che è diventato quasi un luogo comune: il De Architectura, cioè, si
diffonderebbe in seguito alla scoperta del testo da parte di Poggio.109 (Ciapponi 1965
p. 98)
Vitruvio nunca fue encontrado, pues nunca estuvo perdido. Nos alineamos sin dudarlo
con Ciapponi. Hemos asistido a dos redescubrimientos: el de la lectura de Petrarca y
el de la lectura de Alberti, de la que daremos más cuenta adelante.
108 En la más temprana historia de la impresión, la composición dejaba en blanco el espacio necesario
para que las letras capitales pudiesen ser añadidas por los copistas o pintores de miniaturas. Más
tarde, el impresor veneciano Lorezo Alopa comenzó a imprimir las letras capitales realizadas usando
técnicas de grabado en metal o madera. (Eroles, 1981 p.25)
109 Sin embargo, la mayoría de los críticos de arte no se han dado cuenta en absoluto de que el punto
de partida del culto a Vitruvio en el siglo XV radica precisamente en este redescubrimiento de De
Architectura por parte de Petrarca y en la difusión de su texto entre sus amigos literarios. Aunque el
interés por la fortuna de Vitruvio en el Renacimiento es, a juzgar por la abundante bibliografía, muy
vivo, sin embargo, parece estar anclado en lo que se ha convertido casi en un lugar común: esto es,
el De Architectura se difundiría tras el descubrimiento del texto por Poggio.
134
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
3.2 HIPERPRÓLOGOS
111Los tratadistas ibéricos asimilaron perfectamente las doctrinas internacionales; Sagredo o Arfe
pertenecen al mundo renacentista con tanta propiedad como Serlio o Philibert de l´Orme; Fray
Lorenzo de San Nicolás o Caramuel son tan interesantes para el mundo barroco como Ponz o Guarino
Guarini. ¿Podría decirse lo mismo de los tratadistas dieciochescos? Aquí nuestra respuesta es más
dubitativa. (Ramírez, 1988)
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
que recolecta lo que hierve por Italia en ese momento y lo adapta. 112 Dice su prólogo:
Mucho se debe por cierto a nuestros mayores113 que los secretos y experiencias de
natura, que con mucho afán y trabajo alcanzaron, los escribieron para que de mano
en mano pasasen por todas las futuras generaciones y gozasen la dulzura de sus
inmensos frutos. No sin causa el famoso Marco Vitruvio se queja, diciendo, que se
maravilla de los reyes y grandes señores, que no contentos con que sus capitanes
consiguen en la batalla mucha honra y fama, y ejercitan y aumentan sus fuerzas, pero
danles honores públicos, joyas de mucho valor, franqueza y renta para toda su vida, y
no se acuerdan de los tristes escritores, que escribiendo sus hazañas, sus triunfos y
victorias, y las cosas que convienen a la gobernación y utilidad de la república,
consumen su vida, gastan su sentido, ajénanse de placeres, y con sus continuas
especulaciones y profundos pensamientos atraen la vejez, y acarrean, la muerte antes
de tiempo. Con cuyas obras no solamente aguzamos la torpedad de nuestro ingenio,
pero autorizamos lo que por nosotros queremos componer. ¿Ca no hay ninguno tan
osado que quiera escribir en filosofía sin tocar en Aristóteles? ¿Ni en astrología sin tomar
de Ptolomeo? ¿Ni en medicina sin hacer mención de sus profesores?
112 Las Medidas del Romano, de Diego de Sagredo, fue un tratado con un considerable eco
internacional, hasta el punto de que el autor cuenta con más ediciones que cualquier otro tratadista
de su época. En total, en menos de una centuria, entre 1526 –fecha de la publicación de la edición
príncipe (Toledo, Ramón de Petras, 1526)– y 1608, se hicieron 13 ediciones, aunque luego caerá en el
olvido. Sólo se vuelve a editar en el siglo XX, tal y como era en 1526 o en alguna de las otras ediciones,
como curiosidad bibliográfica. En el siglo XVI se traducirá reiteradamente al francés a partir de la
citada edición príncipe, y se editará también en castellano en Portugal. (Texto recogido del fondo
antiguo de la Biblioteca del COAM)
113 Ortiz y Sanz traduce maiores como “antiguos”, Choisy como “ancestros”. Sagredo elabora su
propia traducción, a decir de Heinrich Roloff : « Les allusions aux mairoes impliquent la plupart du
temps des exempla domestica qui souvent s´opposent á des exempla aliena ». Es decir, los propios
del país, no extranjeros.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
En otro ámbito, también llama nuestra atención la fórmula de diálogo hipotético que
Sagredo emplea para desarrollar el contenido de su tratado, dentro de lo importante
que consideramos recurrir a ardides que enseñen mientras deleitan y que tan buenos
resultados dieron a Platón y a Cicerón en sus respectivas Repúblicas.115 Sagredo nos es
simpático por listo.
114 Lo que a Vitruvio le aflige no es la importancia dedicada al deporte, sino que se honre más al
deportista que al escritor o pensador. El deporte estaba muy valorado en Grecia, como reza esta
explicación: En Eleusis se celebran los ritos en honor a Deméter y dicen que fue la primera
competición deportiva., porque después de que se descubriera el fruto de Deméter, los hombres, tras
haber comprobado la fuerza que habían adquirido, celebraron esa competición, y aunque antes
caminaban a cuatro patas, se levantaron y compitieron en una carrera. Por eso precisamente llaman
a la carrera estadio, porque estaban de pie. A razón de estas palabras de Píndaro dice Fernando García
Romero: Dejaron de comer como bestias y se alimentaron con los cereales, al verse de pie se pusieron
a correr con su nueva condición. El deporte en el mundo griego es un símbolo de civilización. Las
sociedades no civilizadas desfogan sus energías (deseos) matándose en una guerra los unos a los
otros, el deporte permite liberar esa energía humana (física) no de cualquier manera, sino de acuerdo
con unas reglas y de acuerdo con unas técnicas que permiten que no impere la fuerza bruta, sino que
los más débiles puedan hacer frente a los más fuertes. El deporte es uno de los símbolos de
civilización en el mundo antiguo, y no es de extrañar su origen en Eleusis. (Canal March, Fernando
García Romero, minuto 1:12, Comentarios antiguos a Píndaro, Olímpicas IX, 150).
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
- Arte y uso de la Arquitectura constituye una de las obras más importantes publicadas
en la España del siglo XVII. (…) Fue objeto de repetidas reediciones. (…) La
historiografía le ha considerado como el tratadista español más importante del siglo
XVII por su gran difusión por España e Hispanoamérica. (…) El libro es, ante todo, la
consecuencia de una amplia práctica constructiva. (…) Ha dejado un conjunto muy
importante de obras en Madrid, Salamanca y Talavera de la Reina.
(García Melero, 2002. Vol. 1 pp. 125-126)
116 Iremos apreciando el valor añadido que tiene, para algunos vitruvianos, el que los encargos no se
persigan, que lleguen “rogados, no rogando”, algo que resalta Vitruvio en el Cuento de Aristipo.
Principio que será muy importante en el código deontológico de Philandro.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
PRÓLOGO AL LECTOR
Prólogo al primer volumen de Arte y uso de la Arquitectura, 1639118
Dice Fray Lorenzo: (...) imitando a Dinócrates Arquitecto, el cual deseando con su Arte
servir al Emperador Alexandro, se fue a él, y hallando dificultad en la entrada, por
émulos, se disfrazó, y en el disfraz le vio Alexandro, mandóle llamar, y conociéndole, le
tuvo en su compañía, y con él edificó la Ciudad de Alexandría. Lo mismo me ha
sucedido a mí, que deseando poner en obra esta pequeña ciudad, no han faltado
émulos que pretendan oscurecerla; disfrácela, y no faltaron Alexandros que la
deseasen ver crecida. A todos les está bien se cumpla este deseo, no por la ciudad,
sino por seguir la sentencia de Aristóteles, que dice, que la honra es del que la da.
Honra, tú, Lector, con recibir mi obra, y con honrarla: sé Alexandro, y edifica ciudades,
sacando alguna imitación de esta mía, (…) Solo te pido que atiendas al fin, sin mirar la
poquedad del que usa de este medio para que llegue a colmo. Y no te parezca
menudencia el tratar de menudencias, pues de ellas necesita un principiante para
llegar a ser Maestro, pues el principio bien fundado causa medio y fin, continuando en
perpetuo. Vale.
En este prólogo Fray Lorenzo hace suyo el Cuento de Dinócrates, se aplica su lección
e identifica a los personajes con su situación. Él, en el papel del artífice protagonista
Dinócrates y nosotros, lectores potenciales de su tratado, como sus clientes, sus
Alejandros.
117 En este segundo volumen recomienda a los estudiantes las lecturas de los tratados que han
conformado su bibliografía, “sin dejar de mencionar el tratado de Diego de Sagredo que le hizo
descubrir la Arquitectura a los trece años.” (Thoemes, 2011 p. 380)
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
La honra, como el honor, son términos afectos a la moral que se repiten en todos los
Cuentos; tal vez a fuerza de leerlos empiecen a sonar a hueco, sin embargo, son
indispensables en el fondo de armario deontológico de un buen profesional.
Recordemos que en el capítulo de Petrarca se hacía énfasis a este respecto, y nos
extenderemos más llegado nuestro propio comentario crítico.
Fray Lorenzo plantea una lectura del prólogo de Vitruvio que compartimos. Se adueña
del relato completo, a diferencia de una mayoría de traductores que a menudo
focalizan el análisis en el pequeño párrafo final, dando excesiva relevancia al
comentario de Vitruvio sobre su condición física, que compara con la de Dinócrates
119 La cour macédonienne passait pour un lieu de rivalités et de médisances où s´exprimaient toutes
les jalousies. La fameuse “calomnie” dont Apelle, le peintre le plus célèbre de son temps, fut la victime.
est emblématique de cette situation (Gros, 2015 p.77)
120 Tanto es así, que en el Cuento de Dinócrates, hemos parafraseado el párrafo omitiendo parte del
texto, para suavizarlo y evitar especulaciones que invariablemente terminan concluyendo más en la
queja que en la moraleja y condicionando al lector. El párrafo completo dice así: Dinócrates, pues,
favorecido de su rostro y gentil estatura, se fabricó su fortuna; pero a mí, oh César, no me dio la
naturaleza buen talle, los años han desfigurado mi rostro, la poca salud me ha quitado las fuerzas:
así, porque carezco de estos auxilios, espero conseguir vuestro favor con mis estudios y escritos.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
La conclusión más valiosa, se diría, es la voluntad reiterada por Fray Lorenzo y Vitruvio
de dedicarse exquisitamente a su oficio, elaborando tratados rebosantes de
conocimiento, sin faltarles al hacerlo la modestia, al estilo ruskianiano: the art is the
expression of man´s pleasure in labor.
A … todo se me hace poco para el afecto que tengo de enseñar a los pobrecillos
aprendices de esta facultad, que es para quien yo escribo, que algunos veo ansiosos
andan revolviendo libros, los pocos que topan; y ya que algunos los hallen, por su poco
ejercicio no los entienden, y a sus Maestros las muchas ocupaciones no les dan lugar
a que se las declaren en lo difícil, y dudoso. Y con el primer libro, y este. que los maestros
den a sus discípulos, cumplirán con su conciencia: pues el uno, y otro les declaran por
teórica, y práctica lo necesario para la comprensión del Arte, con todo lo que escribí
en doce Autores de las 5 órdenes, que cuidadosos los Maestros, y discípulos, cada uno
podrá atender a lo que les toca, el Maestro a hacerle estudiar; el discípulo codicioso
de saber, darse al estudio, envidioso de los que bien aprovechados, así de los
contemporáneos, como de sus Maestros de puesto. B Pues no hubieran llegado a
tenerle, si no hubieran estudiado, y ejercitándose a costa de trabajo, y mirando el fin
que este tiene en la mocedad, si trabajará, llegarán al puerto del saber, y del tener;
que estos dos asuntos siempre han de estar estimulando, y primero han de inquirir el
saber, que con este llegarán al del tener, como les ha sucedido a muchos arquitectos,
aunque el fin principal ha de ser el del saber cómo lo prueba bien Vitrubio en la
dedicatoria del Libro sexto, y dice así Teofrasto:
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
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Repite con otras palabras remasterizadas el Cuento de Aristipo, que es, por excelencia
y a todas luces, uno de los más aleccionadores:
Si de alguien podemos tener constancia de que disfrutó leyendo los Siete Cuentos, es
de Fray Lorenzo. De nuevo, como Vitruvio, se aplica el cuento y predica con el
ejemplo. 121 Fray Lorenzo es una de las razones que han dado gran sentido a esta
investigación arqueológica. Y para colmo de gozo, entona el mismo agradecimiento
a sus padres que Vitruvio entonó hacia los suyos, no limitándose a transmitir sino a
aleccionar emocionalmente. Si en un momento dado se barajó manejar más de una
voz, y no solo la de Ortiz y Sanz, para dar más juego literario a la lectura, quedamos
compensados con el afán de Fray Lorenzo. Es otro intérprete de la misma fábula.
121 Si el primer prólogo estuvo dedicado Al Lector este segundo lo está Al Christiano y Piadoso Lector.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Dentro del mismo espacio cronológico, siglos XVI al XVIII, en el ámbito de estudio de
los prefacios de autor (de tratadista a su tratado) tuvimos otra suerte. Reparamos en
una información extraordinaria que volcamos en el capítulo previo, “Hiperprólogos”.
Han sido destellos individualmente referidos a los Cuentos de Dinócrates, Sócrates
Aristipo, Aristófanes y Platón & Cía. 122 Todavía ningún autor contempla el conjunto de
los prólogos como corpus, lo que hasta la fecha sólo se avista en el siglo XX, de parte
de Arthur Shramm, en 1932. Tampoco ninguno repara en la singularidad, sin más, de
un tratado con Diez Prólogos.123
122 Petrarca se detiene en los Cuentos de Aristipo, Sócrates y Aristófanes, Sagredo se detiene en el
Cuento de Platón & Cía, Fray Lorenzo en los de Dinócrates y Aristipo.
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Per Filosofia intende qui Vitruvio, sia come tutti gli antichi, specialmente quella parte
della medesima, che si dice Morale.125 (1758. Cap. I p. 3) Una mera mención del
párrafo, que no transmite personal provecho.
Ortiz y Sanz es todavía más breve. De todo el listado de virtudes que deben
acompañar a un arquitecto, anota escuetamente, en una nota al pie, el término:
Moral, y queda satisfecho. Claro que podía llegarse más lejos. Perrault no comenta
absolutamente nada. Ignora llamativamente el mensaje deontológico y puebla sus
notaciones de comentarios técnicos --fabulosos para un exégeta del tratado, no de
los prólogos, y a los que nos cuesta como arquitectos no acudir--.
Por Filosofía entiende aquí Vitruvio, como todos los antiguos, especialmente aquella parte de ella
125
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I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Las grandes sorpresas, que las hay, llegaron más tarde y vinieron de la mano de
Philandro y Barbaro. Su consulta había quedado retrasada, el primero por estar en
latín, el segundo por su sutil tipografía que nos hizo confundir, y creer al inicio, que no
había sugerido nada sobre el texto. Esperamos saber transmitir la trascendencia que
han tenido las epifanías de ambos autores para nuestro trabajo. Decimos esto porque
a lo largo de las últimas entradas nos hemos sentido por encima de todo arqueólogos
y en algún momento paleógrafos. No vemos un pequeño añico, vemos reconstruida
virtualmente, con emoción, el ánfora. En el próximo artículo, “Una lectura hoy”,
abandonaremos el yacimiento arqueológico y partiremos de la vajilla hermosa, en el
sentido preciso en que se expresa Varrón.126
127
126…porque no sólo queremos estar vestidos para evitar el frío, sino también para que parezca que
estamos vestidos con honestidad, no sólo tener una casa para estar bajo un techo y a recaudo, a
donde la necesidad nos empuje, sino también donde el bienestar se pueda conservar, y no sólo tener
una vajilla conveniente para el alimento, sino también hermosa por su forma y hecha por un artista,
porque lo uno es suficiente para el hombre y lo otro lo es para la humanidad civilizada. (Varrón. La
lengua latina. Libros VII-X y fragmentos: 252, Biblioteca Clásica Gredos (Spanish Edition), p. 91,
Gredos. Edición de Kindle).
127 El párrafo en cuestión comentado por Cesariano; es notable la proporción entre los cm2 de sus
anotaciones respecto al texto de Vitruvio enmarcado. No es la primera vez que nos servimos de la
singular maquetación de Cesariano para iluminar el documento (Nota 29)
149
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Comencemos con una semblanza del autor para entender el contexto y las
circunstancias del simbólico hallazgo. Philandro, o Philandrier, como prefieren llamarlo
los eruditos, es el más intraducible de los traductores de Vitruvio. Todavía hoy se espera
su versión completa con las alabadas anotaciones, en alguna lengua romance, para
quien desee abordarlo sin ser latinista.128 A menudo nos hemos preguntado por qué
prefirió publicar su texto en latín y no en francés, pudiendo haber sido el primero en
hacerlo, antes de que Jean Martin se llevase los laureles. 129
Es cierto, y no estamos seguros de haberlo transmitido antes, que las traducciones van
bebiendo significativamente unas de otras. Cuando Ortiz y Sanz se enfrenta a la suya
tiene en la mesa, además de la pila de manuscritos y códices, las traducciones de
Giocondo, Cesariano, Philandro, Barbaro y Perrault. Las alabe o las censure, las
conoce, y se sirve de ellas. Philandro tenía menos a quien acudir en la lista, sólo le
habían precedido como intérpretes del De Architectura Giocondo con su versión en
latín clásico y Cesariano con la suya en italiano.130 Hay un camino recorrido, pero
queda mucho por andar. Cuando Philandro ingresa en L´accademia della Virtù,
fundada para fomentar y desarrollar el estudio de las antigüedades romanas, el
proyecto por parte de sus miembros de publicar la edición comentada de Vitruvio solo
ha alcanzado a traducir los siete primeros libros.131
128 Frédérique Lemerle acomete una obra largo tiempo esperada entre los vitruvianos: Les annotations
de Guillaume Philandrier sur le de Architecture de Vitruve, livres I á IV, en el año 2000. Desde entonces
promete la siguiente entrega con la traducción de las notas de los seis libros restantes.
129 El latín dejó de hablarse paulatinamente, en el siglo XVI era una lengua que solo se usaba por
escrito y que dominaban los humanistas y eruditos.
131En 1542 se fundaba la “Accademia della Virtù”, dedicada al estudio de Vitruvio. Conscientes de las
deficiencias de las traducciones, se pretendía realizar una nueva traducción en toscano, realizando un
profundo estudio filológico y gramatical del texto vitruviano. Sin embargo, tampoco este encomiable
y ambicioso trabajo llegaría a cuajar. No apareció ningún texto que pudiera erradicar las deficiencias
de los anteriores. (Pizarro; Mogollón, 1999 pref.)
150
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Este párrafo nos cuenta que en 1544 Philandro se estrena con unas anotaciones
excepcionales en latín sobre el De Architectura que revolucionan el panorama
vitruviano, y que en 1552 culmina su versión extendida de los comentarios y la
traducción completa y definitiva, también en latín, del De Architectura.
132El conocimiento directo de las ruinas, frecuentar a los más grandes arquitectos italianos, en
particular Serlio y Sangallo, permitió a Philandrier hacer en sus Annotations sur Vitruvius, publicado
en Roma en 1544, una síntesis única del conocimiento filológico y la experiencia concreta de la
arquitectura. Un segundo viaje a Roma (1547-1550), nuevas experiencias arqueológicas en compañía
de su amigo Ligorio, lo llevaron a publicar en Lyon, en 1552, una versión ampliada de su comentario
de Vitruvio.
151
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
152
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
153
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
133 "VIRTUDES DEL ARQUITECTO. Que el Arquitecto sea magnánimo, no arrogante, sino
complaciente, justo y fiel sin codicia. Que se comporte codicioso ni ansioso por recibir ningún regalo,
pero que con cierta gratuidad mantenga siempre su honor, con buena fama. Que espere ser
reclamado para acometer un encargo en lugar de presentarse primero”.
134 [Vitruvio] Pero yo, César, jamás pensé amontonar riquezas con este mi arte; pues siempre fui de
la opinión que la pobreza con honra debe preferirse a las riquezas con infamia.
154
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
La de Barbaro es una de esas joyas con las que se topa, de tanto en tanto, una
investigación. Llega tarde en el momento perfecto.
Hay que remontarse a los tiempos en que buscábamos avales para la colección de
los Cuentos Ejemplares y para estructurar el estado de la cuestión. Entonces, la
revelación de Barbaro, hubiese sido todo lo que necesitábamos para constatar el valor
de esta tesis, lo que nada habría cambiado lo escrito, es un espaldarazo emocional.
La ubicamos donde y cuando la hemos encontrado. Que sirva de refuerzo. En la
siguiente página aportamos una imagen del texto original italiano de Barbaro y a
continuación su transcripción y traducción al español, por cortesía de la profesora
Loreto Fanlo. En ambos textos iluminamos las líneas que han significado nuestra
revelación.135
155
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
156
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
136 La Filosofia dimostra all’architetto il modo di vivere accostumatamente; perché nella Filosofia, che
è amore e studio de sapienza, cioè del bene, e del vero, e la speculazione delle cose, e la Regola delle
azioni: l’una e l’altra è necessaria all’ Architetto. Quanto alla regola delle azioni dice Vitruvio che la
Filosofia è necessaria all’Architetto, perché la Filosofia va facendo all’Architetto d’animo grande, sì per
abbracciare le grandi imprese, come per non temere le gravi offese. Ma perché pare che la grandezza
dell’animo apporti il disprezzo altrui, e una certa severità, e arroganza; però sia l’Architetto di grande
animo senza arroganza, che è vizio opposto alla verità, che oltra il debito attribuisce a se. Sia
piacevole, sì nell’udire, e soddisfare alle domande degli imperiti, sì nel sopportare i loro difetti. Ma
perché la facilità di natura, e la piacevolezza può piegare all’ingiustizia; però come maestro di
proporzione sia egli giusto, ed eguale ad ognuno, e nella egualità sia fedele nel consigliare, non sia
avaro nel pigliar doni, ne cupido nel desiderargli. Con queste condizioni l’Architetto, conserverà il
grado, resterà onorato, e con sua fatica vivendo accomodato, dopo se lascerà fama immortale. E però,
Vitruvio, avendo conosciuto in se stesso quanto sia l’ornamento delle predette virtù, e brutta la
macchia degli opposti errori, dimostra in molti luoghi dell’opera sua stimare più la verità che le
157
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Encontramos por fin –POR FIN– en Barbaro a un primerísimo lector afín a los prólogos
de Vitruvio, que supo apreciar el genio de su potencial leídos en conjunto y como
propedéutica del tratado: …como se puede ver en los proemios de sus libros, los
cuales, verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos
los volúmenes y considerar muy bien.
Barbaro, el gran humanista traductor de Vitruvio, que se hace retratar por Veronese
con el De Architectura en las manos, era considerado por sus “peers”, sus colegas, un
mentor de artistas y un arquitecto por derecho propio; Francesco Sansovino le
menciona como uno de los tres mejores arquitectos de Venecia, junto con su padre,
Jacobo, y Palladio (Tavernor, 2019 p. XLVI).
A estas alturas de la investigación, podemos afirmar que para Vitruvio la mejor versión
de su De Architectura sería la de Barbaro. Si hubiésemos de buscar un paralelismo con
los apóstoles, Barbaro pasaría por el discípulo amado, disputándose el puesto con su
gran amigo Palladio. El primero se aplica los Siete Cuentos, el segundo, Palladio, se
aplica el corpus editorial, y como Vitruvio, obtiene resultados proverbiales, tanto es así,
que ha sido el único arquitecto en generar una corriente con su nombre, el
palladianismo. No sería inmerecido cerrar este texto con Palladio, el alumno más
aplicado de Vitruvio y de Barbaro, no obstante, nos decantamos por ofrecer una
última consideración a quienes han sido los protagonistas de este capítulo de viaje al
pasado.
ricchezze, più la gloria che l’utile, e biasima gli adulatori, arroganti e avari Architetti, come dai proemi
de i libri suoi si può vedere, i quali veramente si fossero un proemio solo a tutti i volumi si devono
leggere innanzi, e molto bene considerare. La Filosofia adunque ci giova alla virtù dei costumi,
similmente ci giova quanto alla parte posta nella cognizione del vero, come dice Vitruvio.
158
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Je ne saurais assez louer cet interprète, Philandrier, qui est le premier, pour ne pas dire
le seul, qui a fait que l´on pouvait lire Vitruve. Il fallait un homme d´une aussi profonde
érudition, et d´une aussi grande étendue de savoir qu´était Philandrier, pour donner
quelque lumière á cet auteur. Cet éloge de François Blondel, dans ses propres «
annotations » á l´architecture française de Savot, rappelle que Philandrier a longtemps
occupé une place de premier plan parmi les « studieux d´architecture » égale á celle
de Barbaro et même supérieure puisqu´il fut le premier á écrire un commentaire érudit
de Vitruve. Aujourd´hui, la situation est bien différente. Barbaro eut la bonne idée de
publier en italien et de faire illustrer par Palladio, un commentaire qui n´a cessé d´être
lu et qu´on viens encore de rééditer ; Philandrier, au contraire, n’est connu que des
spécialistes de Vitruve ou de l´Accademia della Virtù… 137
Hoy, 22 años después del comentario de Jean Guillaume, los que no sabemos latín o
apenas italiano, seguimos sin poder acceder con rigor a estas fuentes de
conocimiento. Su comentario testimonia lo fundamental de la divulgación científica y
cómo una traducción puede cambiar el curso de una obra. Nos daríamos por muy
satisfechos de haber conseguido aportar material inédito y útil de ambos autores y
animamos a que sean versionados por los sabios filólogos al español.
137 No puedo alabar lo suficiente a este intérprete, que es el primero, si no el único, que hizo posible
la lectura de Vitruvio. Se necesitó un hombre de tan profunda erudición, y de una amplitud de
conocimientos tan grande como lo era Philandrier, para dar algo de luz a este autor. Este elogio de
François Blondel, en sus propias "anotaciones" a la arquitectura francesa de Savot, nos recuerda que
Philandrier ha ocupado durante mucho tiempo un lugar destacado entre los "estudiosos de la
arquitectura”, igual al de Barbaro e incluso superior, desde que fue el primero en escribir un
comentario erudito sobre Vitruvio. Hoy la situación es bastante diferente. Barbaro tuvo la buena idea
de publicar en italiano y que Palladio ilustrara un comentario que no ha dejado de leerse y que acaba
de ser reeditado; Philandrier, por el contrario, solo es conocido por los especialistas en Vitruvio o la
Accademia della Virtù…
159
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
138 Uno de los personajes principales del Cuento de Aristófanes es Zoylo, el difamador por
antonomasia, a quien tanto Petrarca como Sagredo señalan con muy poco aprecio.
139Aquellos que eran gramáticos parecían haber querido los conocimientos de la matemática; y los
matemáticos quizás querían gramática: hasta que ambos estuvieron suficientemente unidos, en Leon
Batista Alberti el florentino, a quien considero el primer arquitecto erudito, más allá de los Alpes; Pero
estudió más para convertirse en Autor, que para ilustrar a su Maestro.
160
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
161
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Leon Battista Alberti era arquitecto, pintor, escultor, literato, jurista, atleta y filósofo. Y el
más entregado apóstol de Vitruvio, hasta que dejó de serlo.
Hace tiempo, mucho tiempo, en el tiempo de las caligrafías, Alberti tradujo a Vitruvio.
Fue el más brillante intérprete, capturó el cuerpo y el alma del De Architectura, para
su propio fin, y por ese motivo no dejó anotaciones al público. Un traductor en la
sombra. El De Re Aedificatoria no es su tratado, sino el que sospecha habría escrito
Vitruvio de haber viajado hacia el futuro 1500 años. De Re Aedificatoria pronto quedó
anticuado, flor de pocos años. Alberti no cayó en la cuenta de que la posteridad de
Vitruvio estaba también, y sobre todo, en sus prólogos, no solo en los libros. 140
Alberti fue el primero y durante mucho tiempo el único que realmente entendió el texto
de Vitruvio; no lo editó, ni lo tradujo o comentó; apenas lo citó. Lo que hizo fue escribir
sus propios Diez Libros para sustituir a Vitruvio, para que las enseñanzas de este
pudieran utilizarse en el presente. (Thoemes, 2011 pref.)
[Vitruvio] Pero viendo Tolomeo que el padre de los Poetas (Homero), y doctor de toda
la literatura ya muerto, era tan calumniado y sus escritos, que todo el mundo
apreciaba, censurados por Zoylo, lleno de indignación, ni aún le volvió respuesta (…)
y no saco a la luz esta obra en nombre mío siendo ajena, ni menos pienso
engrandecerme vituperando los estudios de los demás, antes estoy sumamente
agradecido a todos los escritores que con sus desvelos en tan largas edades, unos en
una facultad, y otros en otra, nos dejaron un grueso caudal de materiales.
140 Según la traducción de Ortiz y Sanz, Vitruvio menciona el término “posteridad” hasta tres veces.
Todos los Cuentos respiran ese anhelo.
162
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Tras estas palabras Vitruvio nos ofrece los cuarenta títulos que componen la Bibliografía
del De Architectura. Disfrutaremos de este acontecimiento en la lectura del capítulo II
del documento: “Las Fuentes perdidas de Vitruvio”. Alberti no sólo disponía para sí de
los Diez Libros, también de todo el caudal del que Vitruvio se había servido para
documentarlo.
En rigor, el tratado de Alberti es una contundente crítica a los diez libros de Vitruvio que
entonces circulaban manuscritos de mano en mano (ya que se imprimieron por
primera vez en Roma en 1486) a quien censura sobre todo no haber sido consciente
de la arquitectura romana contemporánea. Vitruvio ofrece unas aportaciones
arcaicas y una visión de carácter helenístico. (Rivera, 1991 pref. p. 27)
141Para llegar al segundo prólogo hay que leer el De Re Aedificatoria al menos hasta el sexto libro, o
tener la fortuna de que una cita de Ortiz y Sanz ponga sobre la pista de su existencia, lo que nos
ocurrió a nosotros. “En el prólogo desarrolla una declaración de intenciones arrancando ya de una
crítica a Vitruvio…” (Nota de Ortiz y Sanz al pref. V de Vitruvio p. 29)
163
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Este texto de Alberti es una censura torpe, para más inri. Vitruvio deja claro en el
prólogo VII cómo le duele no poder hacer más menciones de la arquitectura romana
que de la griega, se lamenta de ello, no una, sino dos veces.142 Alberti ha tenido
acceso a los mismos prólogos que nosotros, no tiene disculpa. ¿Entenderle? Es el latín
de quince siglos atrás. ¿Habría sido entendido Alberti suelto por las calles de la Roma
de Augusto? Como Judas, se vendió a un precio muy bajo. Por sus injustas palabras le
llueven críticas merecidas a Alberti. La más feroz le llega de Ortiz y Sanz, que replica
disgustado:
Por esta razón, y otras muchas, que saben todos los literatos, debe tenerse por censura
cruel, por no decir necia, la que hace de Vitruvio Alberti (y en esto no le han faltado
imitadores) en el principio del libro 6. Con cuánto derecho hable así Alberti, es bastante
notorio; y se le debe conceder o que Vitruvio no escribió para él, o no le entendió;
pues en el continuo plagio que él hace copia hasta los errores de pluma. Procura
disfrazar el robo con citar a Platón, Aristóteles y Plinio y otros muchos, que tienen poca
autoridad en Arquitectura.
A todos nos hace hervir la sangre que Alberti entendiese a Vitruvio, lo admirase y a la
postre lo censurase. Pero no sigamos haciendo leña del árbol caído; en su descargo
nos llega este comentario: Parece que hubo una interrupción en la obra de Alberti, y
que ésta se retomó en 1447. De esta manera, el libro VI, presenta un nuevo prólogo
que advierte de una etapa anterior de abatimiento del autor. (Rivera, 1990)
Es por simpatía hacia Vitruvio por lo que ponemos en cuestión a Alberti. Lo cierto es
que sentimos admiración por su obra como artífice, como autor de tratados morales,
y respeto por su estado de ánimo atormentado.143
142 En el capítulo “Las Fuentes perdidas de Vitruvio” pueden encontrarse estas manifestaciones.
143Por un cierto destino, desde el día de mi nacimiento nada ha funcionado según mis deseos, ni
siquiera las cosas de menor importancia. Es extraño que todo termine distintamente a mis esperanzas,
en contraste con lo que yo me proponía. Si busco procurarme a mis actos serviciales, consigo
enemigos. Si con el estudio de las artes liberales persigo un poco de benevolencia, encuentro la
envidia. Sin perjudicar a nadie, busco hacer mis cosas con tranquilidad y modestia, me encuentro con
delatores, enemigos escondidos, pérfidos traidores, dispuestos a perturbar mis propósitos y mis
decisiones. En fin, cualquier cosa que emprenda, cualquier intento que haga, todo acaba
164
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
El desencanto llega de saberle lector de los Cuentos y haber ignorado los avisos
precisos incluso de utilidad para sí mismo. Las circunstancias colocan a Alberti en un
momento de la historia del De Architectura donde era imprescindible, por cortesía,
decir algo bueno de Vitruvio.144 Alberti reina, sin embargo, en los prólogos de otros
cielos, el proemio que escribe a su tratado De Pittura lo redime:
El prólogo al De Pittura, es uno de los prólogos más bellos con los que nos hemos
cruzado, un canto a la amistad.145 Se diría que con el pequeño fragmento que hemos
citado, Alberti está respondiendo a las líneas finales del Cuento de Dinócrates. Un final
siempre comprometido, que ha sido anotado a lo largo de las traducciones con
bastante poca prudencia, y al que Alberti otorga una bella solución. Así dice Vitruvio:
contrariamente a mis planes. (Alberti, Corollae Intercenale ineditte, p. 34). Qué sanadora hubiese sido
para Alberti la lectura de los cuentos de Aristipo y de Dinócrates.
144 Algunos apóstoles, que vinieron después, fueron fieles a Vitruvio en sus prólogos, pero no lo
veneraron, y ninguno los escribió tan sentidos como Alberti. Vignola, por ejemplo, menciona a
Vitruvio de manera puntual en su prólogo titulado “A los Lectores” del tratado Regla de los cinco
órdenes de la Arquitectura (1562).
145 El tratado De Pittura es una pequeña obra maestra. Después de haber sido tan duros con Alberti,
hemos de romper una lanza a su favor con las palabras de Scholosser: Y así, en el texto sobre la
pintura su habilidad práctica se revela en los pequeños recursos, usados aún hoy, que recomienda
observar con los ojos entornados, para entender más pictóricamente la forma, el juicio ante el espejo.
(Scholosser, 1924 p.122)
165
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS
Questo lamento albertiano è stato preso a volte come critica della competenza di
Vitruvio nel mestiere di stilista letterario o di critico dell´arte, spronando l´infondata
suspicione che lo scrittore fosse in qualche modo indegno della sua sopravvivenza.
L´Alberti, però, come vedremo, intendeva qualcos´altro; non querela la sopravvivenza
di Vitruvio di per se, ma piuttosto lo stato logorato del testo disponibile nel medio
quattrocento. 146 (Rowland, 1997, p. 74)
¿Fue Alberti un Judas o solo quiso imitar, emular, ser, en definitiva, su Maestro? Con
esta metafórica cuestión dejamos abierto el capítulo a otra lectura.
146Este lamento albertiano se ha tomado en ocasiones como una crítica a la competencia de Vitruvio
en la profesión de estilista literario o crítico de arte, alentando la sospecha infundada de que el
escritor era de alguna manera indigno de su supervivencia. Alberti, sin embargo, como veremos, quiso
decir otra cosa; no critica la supervivencia de Vitruvio per se, sino el estado desgastado del texto
disponible a mediados del siglo XV.
166
TÍTULO 4
Con Petrarca, Sagredo, Fray Lorenzo, Philandro y Barbaro, hemos repasado sin querer
cinco de los siete relatos, los de contenido ejemplar más permeable; no es casualidad
que fuesen su elección los Cuentos de Dinócrates, Sócrates, Aristipo, Aristófanes y
Platón & Cía. Cada uno de los autores se implica con el contenido aleccionador que
le es más afín en el momento apropiado. 148 De eso se ha tratado desde el principio,
de desterrar el coleccionismo y la rigidez de un análisis de comentario de texto. No son
textos escritos para ser catalogados sino para dejarse llevar y ser aplicados.
Petrarca subraya que el honor nutre las artes, y condena al ignorante que se refugia
desacreditando a terceros. Sagredo enuncia que el progreso intelectual y profesional
debe arrancar con modestia por parte del estudioso, con un merecido respeto a los
escritores maestros. Fray Lorenzo es un defensor a ultranza de la formación, del
conocimiento, que nos permiten ser autosuficientes en la vida e impecables en el
oficio. Primero es el saber, luego el tener. Philandro aboga por la transparencia en los
encargos profesionales, la libre elección del arquitecto por el cliente, sin
manipulaciones.
147 Maiores, para Vitruvio, son el conjunto de hombres del pasado, griegos, o romanos, que han
dejado su sabiduría para la posteridad.
148 Fray Lorenzo se identifica con Dinócrates en el prólogo del primer tomo de su tratado y con
Aristipo en el segundo tomo veinticinco años después.
169
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Recordemos una de nuestras premisas: los Diez Libros de Arquitectura han alcanzado
la posteridad en virtud de sus Diez Prólogos. Y sumemos algo que, hasta ahora, no
hemos apuntado por sobreprotección a este cometido: los Diez Prólogos no habrían
sobrevivido sin sus Diez Libros. Vitruvio se cuidó mucho de tramar, los unos y los otros,
para que quedase bien atado el paquete editorial y sortease todas las inclemencias.150
149 Y sin embargo Vitruvio, habiendo conocido en sí mismo cuánto es el ornamento de las susodichas
virtudes, y cuán fea es en cambio la mancha de los errores opuestos, demuestra en muchos lugares
de su obra estimar más la verdad que las riquezas, más la gloria que lo útil, y desaprueba a los
aduladores, arrogantes y avaros Arquitectos, como se puede ver en los proemios de sus libros, los
cuales, verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos los volúmenes
y considerar muy bien. (Barbaro, 1567)
170
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Introducir el contenido del tratado, el logos, impone apuntar unas líneas sobre el
debate historiográfico del que ha sido objeto el De Architectura. Los prólogos, hasta el
momento, nos habían mantenido por encima del bien y del mal, y nunca mejor dicho,
de esta cuestión. Estrenadas las primeras traducciones en el siglo XVI y hasta el final
del siglo XVIII, se producen dos polémicas.
Louis Callebat comenta y traduce el contenido del libro VIII (Maneras de encontrar agua. Sus
propiedades. Conducción y Abastecimiento) para la COLLECTION DES UNIVERSITÉS DE FRANCE SÉRIE
LATINE, encargada de publicar cada libro de Vitruvio de forma independiente y que todavía está a
falta de la edición del libro V. En su introducción, Callebat, habla de la vigencia del libro VIII, su
originalidad desde el prólogo y su interés científico.
171
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
En el XIX Vitruvio se invisibiliza y con ello se esfuma el primer contencioso del panorama.
La tendencia cambia de principios, la Arquitectura Gótica será “la santa” y la
Arquitectura Clásica “la pagana”, dentro de un eclecticismo que permitirá la
convivencia de ambas según el espíritu local. 152 En el siglo XX, el singular debate moral
se troca en debate social y el corsé formal desaparece del escenario ético para
ocupar otros escaparates.
(…) cada generación pudo señalar su propio coto en la historia del arte. Primero fue
el arte clásico el que demandó toda la admiración, a expensas de las demás
expresiones. La generación romántica subió el gótico al pedestal. (Kubler, 1988 p. 68)
Sirva para ilustrar que no negamos los estilos, ni la importancia del debate de estilos en
su ámbito morfológico y compositivo y que, por otro lado, somos decididamente
partidarios de indagar en la condición moral de los edificios. Simplemente rebatimos,
Vitruvio mediante, que a un periodo de ingeniería arquitectónica se le adjudique la
etiqueta de moral o amoral. La honestidad, la universalidad y la atemporalidad de
una arquitectura buena o “edificante”, se rige en parte por su condición de
“necesaria”. 153
152
El debate llegó a su fin y lo hizo con tolerancia “edificatoria”. El museo Ashmolean (1845) de
marcado estilo neoclásico y el hotel Randolph (1866) de indiscutible estilo gótico, conviven uno frente
al otro en Beaumont Street, Oxford. ambos se cimentan en el mismo terreno con veinte años de
diferencia.
153No es sencillo limitarse a frases sueltas en el comentario de estos temas que, de facto, podrían
inaugurar una nueva tesis. Un ejemplo, y tal vez no el más lucido, de lo que podría entenderse por
belleza interior constructiva es lo que ocurre dentro del muro o en un falso techo. Aunque nadie lo
vea, Dios lo ve. Que se pueda levantar la alfombra y no se haya barrido debajo.
172
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
On a souvent demandé qu’elles furent les causes morales de la grande perfection des
Arts en Grèce. A cela, il y a une réponse qui, si elle ne comprend pas toutes ces causes,
en renferme au moins un très-grand nombre. On peut, ce me semble, répondre d'un
eul mot, que la supériorité ou la perfection qu'obtinrent les Grecs en cette partie, fut
due à ce que chez eux les arts étaient nécessaires. 154 (Quatremère de Quincy, 1815)
Los Prólogos dejan claro que el Arquitecto capaz de llevar a cabo una arquitectura
con oficio y dignidad social es la sencilla pero voluntariosa combinación de un
conocimiento profundo de la materia y una conciencia ética. Como diría el caballero
Henry Wotton: Architectura non potest desiderare commendatores, quandiu erunt
nobiles viri & nobilia ingenia. 155
Somos conscientes de que nos hemos apasionado, tal vez excedido, en esta
introducción. En contrapartida se entenderán mejor los capítulos que la siguen.
Rebobinemos hasta el índice: en el Vitruvio de los Cuentos aportaremos nuestro
comentario crítico. En el Vitruvio de los libros liberaremos el “logos” del De Architectura,
con las alas de los “pro-logos”.
154 A menudo se ha preguntado cuáles fueron las causas morales de la gran perfección de las artes
en Grecia. A esto hay una respuesta que, si no incluye todas estas causas, contiene al menos un gran
número de ellas. Me parece que se puede responder con una sola palabra, que la superioridad o la
perfección que los griegos obtuvieron en esta parte se debió al hecho de que en ellos las artes eran
necesarias. Bonita explicación Ruskiniana.
155 Habiendo hombres nobles, y nobles ingenios, no necesita la Arquitectura de otra recomendación.
173
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
¿Cuál sería nuestra recomendación si fuésemos libres de hacerla? Tal vez omitir la
lectura de los epígrafes que ahora se suceden. Desde los orígenes de este documento,
hemos considerado irrelevante nuestra opinión, frente a lo que Vitruvio cuenta, lo que
cuenta textualmente, y no lo que especulativamente se dice que quiso contar. Hasta
ahora nuestra intervención personal ha sido mínima. Las sinopsis que preceden a los
Cuentos son breves esquemas y en el capítulo “Su lectura en el pasado” hemos
expuesto la conducta de autores que se habían aplicado el ejemplo. El objetivo
prioritario de esta tesis es el de divulgar los prólogos con el suficiente acierto para que
sean leídos.
174
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Si nos acompañasen las circunstancias, más literarias que científicas, este epígrafe en
torno al estudio de los Cuentos se entonaría como un diálogo con el Vitruvio de los
prólogos. Esa conversación agradable que justificamos en el título “Preliminares a su
lectura”. Para intentar aproximarnos, vamos a plantear el comentario con cierta dosis
de familiaridad.
A nuestros Cuentos les recorre una savia de información persuasiva que, pese a su
aparente heterogeneidad, plantea cuestiones concretas que benefician a la
profesión y al ciudadano. Tras introducir alguna anécdota referente a la narrativa,
profundizaremos en su lectura deontológica a través de lo que refieren sobre
“Formación”, “Responsabilidad social del arquitecto” y “Relación de respeto
arquitecto-cliente y cliente-arquitecto.”
Disvalori, disvalores, que nosotros llamamos antónimos por serlo de los valores. En los
relatos se contrarrestan sustantivos opuestos: sabiduría/ignorancia, honra/deshonra,
fortuna/infortunio, justicia/injusticia. Son las medidas del sistema métrico moral que
ilustran virtudes y vicios y que Vitruvio maneja con habilidad, alternando los buenos
ejemplos y los malos ejemplos.
156 El contraste entre las virtudes demostradas por Vitruvio y la osadía, la adulación y el uso
inescrupuloso de la riqueza que deriva en la corrupción de parte de otros arquitectos lleva al autor a
ilustrar disvalores sobre los que ya se había detenido.
175
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
El honor nutre las artes, el deshonor nutre las malas artes. Como en todo cuento, el
malo tiene un papel tan importante como el bueno, o más. Parece más fácil observar
que un tercero se conduce amoralmente que cuestionarse la propia moral. Siempre
hay alguien más ignorante, siempre hay alguien menos profesional, pero en términos
de honestidad, por ejemplo, se es o no se es honesto. Ejemplos a menudo enfocados
a cómo NO debe conducirse un profesional. En definitiva, anti ejemplos.
¿Acaso no se visualiza con más facilidad una arquitectura descrita como amoral que
una descrita como moral? Dicho de otra manera, cuestionar la condición ética de un
edificio es un terreno sutil, pero reconocer una arquitectura sin principios, es instintivo.
En las sinopsis que acompañan el inicio de los Cuentos, se han sucedido términos
como: nepotismo, cohecho, negligencia, corporativismo, plagio u oprobio, resultado
de bautizar las malas costumbres. Afortunadamente no todos se refieren a la conducta
del arquitecto, también a quienes a su alrededor orquestan la profesión, cargos
intermediarios del entorno laboral entre artífice y obra.
Anche… ¿Incluso? Solemos pensar que llegará un tiempo en que todo será de color
de rosas.
157 Galliani anota al Cuento de Aristófanes: "La memoria de nuestro bibliotecario Antonio Magliabechi
del Gran Duque de Toscana, verdadero Aristófanes de nuestro tiempo, será eterna, por la inmensa
lectura de libros, y por la estupenda y maravillosa memoria, con la que conservó hasta las últimas
minucias de lo que había leído, y por los grandes descubrimientos, que, por lo tanto, fácilmente
plagiados, son lamentablemente demasiado comunes incluso en nuestro tiempo. "
176
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Primera sanción: en la que penaliza la ignorancia en las obras. Los arquitectos no son
estrictamente considerados ladrones, no son corruptos, pero su ineptitud erosiona
económica y emocionalmente al cliente.
[Vitruvio] En Éfeso, cuando un arquitecto toma a su cargo una obra pública, presenta
un cálculo y tasación hecha del gasto de ella, quedando sus bienes obligados al
Magistrado hasta estar concluida (…) ¡Ojalá que esta ley estuviese también
establecida en el pueblo romano, no solo en los edificios públicos, sino también en los
privados! Así no robarían impunemente los ignorantes; sino que sólo profesarían la
Arquitectura los inteligentes: no se verían obligados los padres de familia a gastos
insoportables hasta empobrecerse. (Cuento De Éfeso)
[Vitruvio] …dijo ser los atenienses dignos de toda alabanza, pues mandando las leyes
comunes de toda Grecia que los hijos mantengan a sus padres, las de Atenas no lo
mandaban a todos los hijos, solo a los que fueron por sus padres instruidos en las artes.
(Cuento de Aristipo)
177
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
No obstante, de entre todas las condenas, la que reseña con más vehemencia es la
referida a la difamación. Tercera sanción, rotunda:
[Vitruvio] Finalmente, se sabe que después (Zoylo) fue condenado a muerte, bien que
su ejecución se refiere con variedad. Pero cualquiera de estas muertes que tuviese,
fue pena bien merecida; pues parece no corresponde menos a quien critica y censura
las sentencias de los escritores, de cuya boca ya no podemos oír el sentido en que las
escribieron. (Cuento de Aristófanes)
A lo que respondemos con las mismas palabras que antes apuntó Galiani:
“lamentablemente demasiado común, incluso en nuestro tiempo”.
178
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Dunque di fronte alla difficoltà presente per un bravo architetto di ricevere le meritate
soddisfazioni con comportamenti moralmente accettabili, il rimedio ideato da V è
sostituito dall´alternativa teorica, vale a dire dalla redazione di un trattato
sull´architettura159. (Romano/Corso 1987, pp. 182-83)
¿Cuál es el papel de los Prólogos, de los Cuentos, en este contexto? Un papel absoluto.
158 La deontología es la parte de la filosofía moral dedicada al estudio de los deberes morales. El
término surge en el siglo XIX como una nueva forma de llamar a la ética, sin embargo, conforme fue
pasando el tiempo se le tomó como la ética aplicada específicamente a la profesión.
159Por lo tanto, ante la dificultad actual que tiene un buen arquitecto de recibir las satisfacciones
merecidas bajo comportamientos moralmente aceptables, el remedio ideado por Vitruvio está
constituido por la alternativa teórica, es decir, por la redacción de un tratado de arquitectura.
179
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Por un lado, la parcela del bienestar común de la que el arquitecto es en gran medida
responsable y por otro, la relación individual con los destinatarios, el cliente/los clientes.
Son territorios de fronteras compartidas, como inevitablemente va a sugerir nuestro
comentario, que irá picoteando en un sentido y en otro.
¿A qué clientes se refiere Vitruvio en sus Cuentos? Con insistencia a los “padres de
familia”, como alegoría del hombre de bien y de la obra privada, y accidentalmente
a gestores responsables de obras públicas, clientes indirectos, pues en definitiva la
obra pública revierte en el usuario, en el “padre de familia”.
Dice Vitruvio: Ningún padre de familia acomete en su casa ser zapatero, lavandero, ni
otros oficios aún más fáciles, sino solo se atreve a ejecutar la Arquitectura; porque
conocen que los que la profesan hoy en día no merecen realmente el nombre de
Arquitectos: y aún es esta una de las causas que me han movido a formar este cuerpo
de Arquitectura, dando sus reglas con la mayor precisión y diligencia, lisonjeándome
de que este servicio será bien acogido de todos. (Cuento de Aristipo)
Miguel de Urrea así lo entiende también: “Y pues es tan útil este libro, así para el bien
común, como para las personas particulares, porque los unos no gasten sus haciendas
mal gastadas, y los otros puedan con buena conciencia recibir el precio de su trabajo,
entendiendo perfecto lo que hacen”. 160
Este modus operandi, recuerda a las líneas del primer proemio de Palladio a sus
“Cuatro Libros de Arquitectura” cuando jerarquiza las tipologías de proyecto:
180
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
He creído conveniente dar principio por las casas privadas o particulares; ya porque
se debe creer que estas suministrarían conocimientos para los edificios públicos, siendo
muy verosímil que los hombres al principio viviesen en habitaciones separadas, y
viendo después la necesidad del auxilio de los otros hombres para conseguir las cosas
que pueden hacerle feliz en la tierra deseasen y amasen naturalmente la compañía
de aquellos; por lo cual de muchas casas unidas nacieron aldeas, y muchas aldeas
juntas vinieron a formar las ciudades, y en ellas los lugares y edificios públicos; ya
también porque de todas las partes de la arquitectura ninguna es más precisa que
esta para los hombres, ni tampoco de más uso. (Palladio, 1556 pref. p.2)
Si ante nosotros aparece una obra perfecta y bien acabada ¿quién no la contemplará
con sumo placer y alegría? Y para qué hablar de los muchos ciudadanos, tanto de la
patria como de fuera, a los que la arquitectura no solo ha ayudado y deleitado sino
también ha reportado gloria. ¿Quién no se vanagloria de haber edificado algo? Nos
sentimos orgullosos de la casa en la que vivimos si ha sido construida con más atención
de lo habitual. Los buenos ciudadanos, si has construido un muro o un pórtico con
mucha elegancia, si has adornado sus puertas columnas o tejado, lo aprobarán y se
alegrarán, porque entenderán que con el fruto de tus riquezas has contribuido a tu
honor y su dignidad, a la de su familia a la de sus descendientes y a la de toda la
ciudad”. 161 (Alberti, 1452, pref. I al De Re Aedificatoria)
161 Sobre esta versión de Alberti traducida por Javier Rivera, hemos dado en alterar dos pronombres
del texto subrayado, por considerar que se corresponden mejor con la versión original latina.
181
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
En general, y esto es una opinión desde la más profunda intuición, y que por lo tanto
no podremos justificar, cuando en arquitectura se troca el intangible término belleza
por el de felicidad o amabilidad, se despeja el horizonte proyectual. Volviendo a
Vitruvio: comprometerse con un solo cliente, futuro usuario de obra privada o pública,
hasta sus últimas consecuencias, es comprometerse con toda la colectividad.
“La importancia que se concede al valor del civismo representa una recuperación de
la ética de las virtudes, tal y como la concibió Aristóteles, para quien las virtudes eran
el eje de la ética y también de la política. Ser una buena persona en el siglo IV a. C.
significaba ser un buen ciudadano”, dice Victoria Camps, Catedrática de Ética de la
Universidad Autónoma de Barcelona.164
162 Además de sed de aprendizaje, Vitruvio reclama, para él, solo su integridad. Nos cuenta, que el
último fin de la formación profesional era: viros bonos instituebant (formar hombres de bien)
163Hemos reivindicado, en varias ocasiones, el valor perenne del texto de los prólogos, asimilable a
cualquier época por encima de periodos arquitectónicas o históricos.
164 No podemos adjuntar la bibliografía correspondiente a esta cita. Sumamos a sus palabras, como
pensamiento adicional, una clasificación que nos llamó la atención en la visita al museo de Cosmo
Caixa en Barcelona: “la materia se divide en inerte, viva y civilizada”
182
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Primero porque tiene idealizado a ese cliente, el padre o maestro, que son de la misma
raza intachable. Dice así Vitruvio en el Cuento de Aristipo: Por lo cual, habiendo con el
cuidado de mis padres, y preceptos de mis maestros, adquirido algún adelantamiento
en las ciencias, deleitándome en cosas de erudición e ingenio, y en la lectura de los
libros, vine a granjear en mi ánimo unos bienes, cuya condición es verme para siempre
libre de necesidad; siendo la mayor riqueza no desear cosa alguna.
183
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
165
(…) entre los hombres solo el sabio no es forastero en tierras extrañas, ni falto de amigos, aunque
carezca de familiares y parientes; sino que es ciudadano de todas las ciudades, y puede sin temor
sufrir los mayores embates de la fortuna. (Cuento de Aristipo)
Esta razón me tiene sumamente obligado a mis padres, que, siguiendo la ley de los Atenienses,
cuidaron de instruirme en un Arte y tal, que no puede existir sin literatura, y sin general conocimientos
de las ciencias. Por lo cual, habiendo con el cuidado de mis padres, y preceptos de mis maestros
adquirido algún adelantamiento en las ciencias, deleitándome en cosas de erudición e ingenio, y en
la lectura de los libros, vine a granjear en mi ánimo unos bienes, cuya condición es verme para siempre
libre de necesidad. (Cuento Aristipo)
Porque las cosas grandes y necesarias no se dejan a ella (la fortuna), sino al ingenio y estudio.
(Cuento de Aristipo)
Los escritores no perfeccionan sólo sus entendimientos, sino también los de todos los hombres.
(Cuento de Platón y Cía)
(…) que procurasen adquirir para sus hijos tales bienes y haberes, que en los naufragios saliesen
nadando con el dueño; pues aquellos son los verdaderos salvaguardias de la vida, que no los puede
aniquilar un contraste de fortuna. Cuento de Aristipo.
(…) todos los bienes que la fortuna da, con la mayor facilidad los quita; pero la ciencia, como dote
del alma, nunca se pierde, antes permanece estable mientras dura la vida. (Cuento de Aristipo)
184
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Lo que Soubiran corrobora : Ses parents et ses maîtres lui ont permis d'accéder à ces
vastes domaines, mais il n'en revendique pas la possession : il sait bien qu'il n'est pas un
grand philosophe, pas un orateur éloquent, même pas un bon écrivain : il se contente
d'y aspirer, mais il n'a cessé d'y travailler. 168
166Sócrates era el más sabio de los hombres. Cuéntese de él que docta y agudamente decía, que los
hombres debían tener una ventana abierta en el pecho, para que nada tuviesen oculto y estuviese
patente a todos. (Cuento de Sócrates)
¡Ojalá que la naturaleza, siguiendo los deseos de Sócrates, hubiera formado patentes y descubiertos
los pechos humanos! Porque si así fuese, no solo tuviéramos a la vista sus virtudes y vicios, sino
también, sujetas las ciencias al examen ajeno, ni serían estimadas por juicios inciertos, ni los hombres
verdaderamente sabios carecerían del honor perpetuamente debido. (Cuento de Sócrates)
167 Lázaro de Velasco hubiese merecido constar antes por su voluntariosa y regia traducción, donde
comenta cada uno de los Diez Prólogo individualmente (salvo el IV). La gran labor de los editores,
Pizarro y Mogollón, ha facilitado su conocimiento compilando las introducciones a los prólogos, y las
notas al margen de estos.
168Sus padres y sus maestros le dieron acceso a estas vastas propiedades, pero él no reclama posesión
de ellas: sabe muy bien que no es un gran filósofo, ni un elocuente orador, ni siquiera un buen escritor.
aspirar a ello, pero no ha dejado de trabajar en ello. (Soubiran, 1962 p.163)
185
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
A pesar de ser el causante de polémicos debates, Vitruvio es la calma dentro del ojo
del huracán. Poco podía predecir la supervivencia y posteridad de su tratado, aunque
la anhelase, y lo que ocurrió con su obra escapa a cualquier quiniela. El De
Architectura tiene un aura de fascinante ficción que los Diez Prólogos han sustentado.
Como apuntábamos en la introducción a este título, el comentario crítico de los
Cuentos está en buena medida sujeto a la percepción personal. Hemos priorizado
nuestros digests, lo que para nosotros es más sustancial y cómplice con la profesión.169
Líneas futuras quedan abiertas a sucesivas lecturas, a la lectura íntima de cada lector.
Es la grandeza de Vitruvio y del universo de su literatura.
186
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Una parte de la Filosofía natural es llamada historia natural, y la otra, ciencia natural.
La historia es la simple narración de los eventos de la naturaleza. El ejemplo se puede
tomar fácilmente de los escritos de Plinio, porque él narra con sencillez todo aquello
que se encuentra en las cosas hechas por la naturaleza, comenzando por el mundo y
por sus partes principales, como son el cielo y los elementos. (…) La ciencia natural es
conocimiento de las causas y de los principios de todas las cosas antedichas, de la
cual trata el buen Aristóteles con orden y con doctrina admirable. Tanto la filosofía
natural como la ciencia natural es útil al Arquitecto. Vitruvio tuvo una y otra cuando le
hacía falta. (Barbaro, 1556, p. 30)
Con el propósito de ilustrar este título se han seleccionado tres de los Siete Cuentos
que aluden a la relación del hombre con la naturaleza: Dinócrates, Aristipo y De Mileto.
Nos animarán a reflexionar sobre el respeto al entorno “según qué grado de civismo”
y la mística de los recursos naturales. Vitruvio no dispuso, ni en sus libros ni en sus
prólogos, ninguna teoría medioambiental, porque no era necesario, aunque sí puso en
valor la Filosofía natural. No pretendemos buscar claves ni encontrar una declaración
de intenciones de lo que no fue su preocupación, o competencia, solo dejarnos llevar
a los tiempos donde la ecología no era una urgencia.
Abordaremos un análisis cuento a cuento; en cada uno de los tres se manifiesta una
aproximación diferente al territorio y sus recursos. Se inauguran con palabras de
Vitruvio permitiendo refrescar parcialmente los relatos.
187
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
188
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
[Vitruvio] Agradóse Alejandro de la idea, y al punto preguntó si había por allí campos
que pudiesen proveer de grano a la ciudad. Sabido que no los había, y que debía
venir todo de transporte, le dijo: “Bien veo, Dinócrates, lo noble de tu pensamiento, y
me place en extremo; pero también considero que quien en tal sitio estableciese una
colonia, haría muy poco honor a su juicio: porque así como nacido un infante, sin la
leche de la nutriz no puede mantenerse, ni caminar por grados a la edad adulta; del
modo mismo una ciudad sin los campos, y la abundancia de sus frutos, no puede
tomar aumento, ser frecuentada de naciones, ni aún mantener sus habitantes. Por lo
cual, cuanto conozco digno de mérito el modelo, tanto juzgo impropio el sitio; sin
embargo, quiero quedes en mi compañía, para aprovecharme de tu ingenio en otra
parte”. Desde entonces siguió Dinócrates al Rey, y le acompañó hasta Egipto, donde
advirtiendo Alejandro un paraje por naturaleza seguro para un puerto de mar, gran
proporción para el comercio, campos fecundísimos de grano por todo el Egipto, y las
grandes comodidades del caudaloso Nilo, le mandó edificar una ciudad, que en su
nombre la llamó Alejandría.
170Alejandro Magno tenía sus veleidades. Cuando, en 334 a. C., el propio Alejandro Magno tomó
Éfeso en su lucha contra los persas para avanzar hacia Oriente, se ofreció a costear las obras del
Templo de Artemisa a cambio de una dedicatoria. Los efesios declinaron astutamente su ayuda
aduciendo que no era apropiado que un dios le erigiera un templo a otra divinidad.
189
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Teniendo además en cuenta que bien hubiese podido aceptar un diseño parcial del
proyecto de Dinócrates, permitiendo que se labrara su rostro en el monte Athos, como
los de Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln en el monte Rushmore.171 Las
generaciones futuras tal vez se perdieron una ciudad asombrosa, que a colación de
las palabras de Alejandro habría limitado y empobrecido a sus habitantes. En
correspondencia, Dinócrates edificó años más tarde la mítica ciudad de Alejandría
dotando a esta historia de un final más que feliz.
Si fue una sutil advertencia a Augusto, como apunta Fögen, que sirva hoy para los
líderes o gestores, no exclusivamente en cuestiones urbanísticas sino en todas las de
implicación cívica. El buen ejemplo cunde, un ciudadano responsable es respetuoso
y su participación sostenible por naturaleza.
171 Sobre la inevitable fascinación que ha ejercido a lo largo de los siglos el proyecto megalómano
de Dinócrates, ver artículo “Leyenda y mito de la concepción megalomaníaca de la arquitectura”.
Werner Oechslin (1986), Revista arquitectura COAM, nº 262, pp. 26-40.
Al respecto de la iconografía surgida por el outfit con el que se presenta Dinócrates ante Alejandro,
comenta Delfín Rodriguez: A partir de esa narración son frecuentes, y no solo en contextos
vitruvianos, las representaciones de arquitectos en el momento de hacer entrega de los planos o de
la maqueta de un proyecto a monarcas, pontífices y mecenas. (…) Por otro lado, como ha demostrado
W. Oechslin, son también numerosas las imágenes que han intentado restituir el proyecto de
Dinócrates, desde Francesco Di Giorgio o Fischer Von Erlach a la actualidad. Pref Rodriguez D. 1997
172En consecuencia, el propósito de la anécdota de Dinócrates parece servir como una advertencia
sutil a Augusto para que no se deje impresionar por proyectos asombrosos, pero superficiales e
inviables, cuando se trata de asuntos técnicos donde solo cuenta la competencia genuina.
173Además, la necesidad de fijar los momentos sobresalientes de la toma de los recursos naturales
por parte del hombre constituye un corolario necesario de la concepción antes mencionada de la
190
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
El maestro de la retórica, con su bella prosa, proyecta una imagen que merecería ser
dibujada. El segundo mundo (lo construido) ha de convivir de la mano del primero (la
naturaleza). Algunos emplazamientos urbanísticos, que observamos estupefactos, se
hubieran localizado, con el mismo o mejor resultado, consultando al oráculo de Delfos
sacrificando una perdiz y un pollo. El Cuento de Dinócrates tiene la virtud de despistar.
Fray Lorenzo supo ver su genuino valor. Supo apreciar que la tensión de fuerzas de este
relato estaba entre Alejandro y Dinócrates, entre cliente y arquitecto, y no entre
Dinócrates y Vitruvio. Alejandro Magno, qué gran cliente.
arquitectura, como la adquisición plena por parte del hombre de materiales y formas ya presentes en
la naturaleza.
191
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
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CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
[Vitruvio] Aristipo, filósofo socrático, arrojado por una borrasca a las playas de Rodas,
advirtiendo algunas figuras geométricas, cuentan que exclamó a sus compañeros en
esta forma: “Animo, amigos míos, nada temáis pues aquí descubro huellas de
hombres.”
Para valorar este título nos bastan las primeras líneas del Cuento de Aristipo. Es un
fragmento evocador, y aunque no nos aboque necesariamente a una reflexión sobre
la moral ecológica, merece su lugar en este capítulo. Nos inspira, y ha inspirado uno
de los libros más emblemáticos del siglo XX sobre el impacto del hombre en la tierra.
Pongamos en antecedentes: “El título del libro de Glacken, en principio un tanto
enigmático, Huellas en la playa de Rodas, se refiere a una anécdota clásica tomada
de Vitruvio, según la cual, un náufrago en la playa de Rodas al observar unas figuras
geométricas en la arena gritó: ¡enhorabuena! porque veo huellas de hombre. Ahí está
el leitmotiv de las más de 700 páginas redactadas por Glacken: la presencia del
hombre sobre la tierra”. 174
174 Desconocemos la autoría de esta reseña, que fue la que nos condujo al estudio del libro de Glacken
y del prólogo de Horacio Capel que acompaña su primera edición en español de 1996.
193
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
175Las figuras geométricas, en este caso, parecerían tener un contenido simbólico, ya que la
geometría era considerada una rama particularmente útil y elevada entre los campos del
conocimiento humano, de la emanación divina; de ahí las figuras geométricas que debían ser
consideradas no sólo "huellas de hombres", sino huellas del mejor, más culto y noble componente
de una comunidad helénica.
176 Las leyendas, evidentemente, no son atribuibles a Vitruvio, como precisamente apunta Novara al
respecto de la famosa frase en su artículo “Les raisons d´écrire de Vitruve ou la revanche de
l´architecte”, (1983, p. 294) : Il se trouve que Cicéron avait, en l´attribuant non sans hésitation á Platon
cité le mot, juste après avoir affirmé que “seuls sont des hommes ceux qui ont embelli leur esprit,
grâce aux disciplines qui sont le privilège de l´humanité”.
194
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
[Vitruvio] Por tanto, pues la providencia divina no hizo caras ni difíciles las cosas
necesarias al hombre, como hizo con las margaritas, oro, plata y otras cosas de que
no necesita el cuerpo y la naturaleza; antes derramó con abundancia en todas partes
aquellas sin las cuales no puede vivir el hombre. 177
177 Gros y Choisy traducen “margaritas” como “perlas”, Barbaro como “piedras preciosas”.
195
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Como apunta Elisa Romano (ver Corso), este cuento tiene un tratamiento doxográfico.
La primera parte del relato nos ofrece una disertación sobre los cuatro principios: agua,
aire, fuego y tierra. 179 No todos los filósofos y sabios han estado siempre de acuerdo en
el orden de su importancia ni en su número. 180 Principios, de los que aceptamos con
naturalidad estar desposeídos, a pesar de que antaño se celebraba su gratuidad. La
cuestión de la gratuidad ha pasado a ser la de disponibilidad.
¿Se contaría ahora el plástico entre esos cuatro elementos? Tal vez no como
“principio” sino como final. Un magnífico traductor de Vitruvio del siglo XVI, Lázaro de
Velasco, que atesora comentarios agudos sobre la mayoría de los Cuentos, anota
sobre este relato una frase ramplona sin más: “Si los cuerpos no tienen bastante
respiración no pueden vivir”. Hoy respirar aire limpio es formidablemente caro, hacer
fuego está prohibido, la tierra cada vez nos pertenece menos, hasta la que está sin
vallar, y el agua… Vitruvio nos enseña a agradecer sus cualidades y reconducirla.
178Afirmar así, en un prefacio enfático, la importancia cosmológica, vital, religiosa del agua permitió
revelar el carácter de dignidad y universalidad del libro VIII. Habíamos hecho uso de esta cita
anteriormente, que consideramos volver a volcar por su singularidad y lo apropiado de su referencia
en este contexto.
179 La doxografía es una rama de la literatura que comprende aquellas obras dedicadas a recoger los
puntos de vista de filósofos y científicos del pasado sobre filosofía, ciencia y otras materias.
180 Desde que perdí a Dios no he hecho otra cosa que buscar una nueva verdad. Al empezar, estaba
de acuerdo con aquel filósofo que dijo que el principio de todo fue el agua. Sí, efectivamente, el
principio de todo, de la tierra y de todo, no pudo ser otro elemento más que el agua. Pero luego,
otro filósofo dijo que el principio de todo fue el fuego, y a mí, efectivamente, me pareció que sí,
efectivamente, si lo piensas bien, el principio de todo tuvo que ser el fuego. Pero otro filósofo más
dijo que el principio del todo fueron el agua y el fuego juntos, y también me pareció muy acertada la
observación. Luego llegó un filósofo que dijo que todo fluye, Heráclito, que dijo también que no te
puedes bañar dos veces en el mismo río porque, efectivamente, todo fluye. (Mazzetti, 2017)
196
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
En el siglo XXI dedicaría páginas a enseñarnos a no malgastarla y así rezan las últimas
líneas de su Cuento: Siendo, pues, sentencia de Físicos, de Filósofos, y de sacerdotes,
que todas las cosas se componen del agua, juzgué finalmente el de conocer su
bondad: siendo como es tan necesaria para la vida, usos y recreos.
¿Será que la mejor cualidad del arquitecto sea ser visionario o saber mirar dentro de
las cosas? 181 Echamos de menos a Vitruvio, echamos de menos el prólogo que habría
escrito hoy.
181(…) y soy tan amiga de este elemento (el agua) que le he mirado con más advertencia que otras
cosas; que en todas las que creó el gran Dios tan sabio, debe haber hartos secretos, de que nos
podemos aprovechar, y así lo hacen los que entienden. Aunque creo que en cada cosita que Dios crio
hay más de lo que se entiende. (Teresa de Jesús, Las Moradas, 1577)
197
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Bajo el prometedor título, Is Vitruvius still The Man?, la filóloga clásica y doctora en arte
Ingrid Rowland impartió en el año 2018 una conferencia en el Georgia Institute
Technology de Atlanta. Nos sumamos a la conclusión de la charla: “Yes, he is, indeed,
still the man!”.
Vitruvio construyó un tratado útil, firme, bello y moral. 182 Parece hora de desligar al De
Architectura de una gramática y permitir que circule su contenido imparcial. No es un
manual de arquitectura clásica, es un clásico de principios arquitectónicos. Que se nos
disculpe si, como arquitectos y estudiosos de prólogos, hemos de ser un poco
puntillosos. Vitruvio, el de los cuentos y el de los libros, no es un estilo ni una tendencia,
es una conducta profesional, una conducta proyectual y una conducta constructiva,
en su amplia definición. Hubiese escrito su tratado sobre el gótico con la misma calidad
y diligencia. Con certeza, habría narrado los mismos prólogos.183 Si hemos de hacer
pasar diapositivas de edificios inspiradas en Vitruvio han de ser, sencillamente, de
buena arquitectura, sin etiquetas.
182 La Basílica de Fano es una entelequia, un favor innecesario a la figura de Vitruvio. No hace falta
insistir en que construyó “algo”, como si escribir el De Architectura no le coronase suficientemente
como el príncipe de la Arquitectura.
183 Sobre el tema del enfoque oficio: no difiere mucho, o no difiere nada, de los talleres gremiales
que se sucedieron en el medioevo. Ver en el prólogo VI --Cuento de Aristipo-- cuando habla de la
formación práctica: “Los Arquitectos mismos no admitían otros discípulos que a sus hijos y allegados,
formándolos hombres de bien”.
198
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
De Architectura está en Palladio, en Kant, en Aalto y Tadao Ando, tomos que conviven
felices y plácidamente en cualquier estantería, sin catalogarse, sin polarizarse. Está en
la calle Beaumont de Oxford, se mire al Museo Ashmolean o al Hotel Randolph.
Sobrevivió y sobrevive –en este punto estamos profundamente de acuerdo con
Rowland– debido a su excelencia. Es un libro extraordinario.
184 The illustrations show allegories of the good and the bad architect, which deserve some
attention. On the left-hand side, the bad architect is running about aimlessly. He may wear the typical
outfit of a wise and learned man, yet it is quite clear that he lacks certain crucial body parts: he does
not have any eyes, which would help him to see the truth; he does not have any hands, with which he
could execute his tasks; he does not have any ears, which would enable him to listen to other people’s
advice; he does not even have a nose and thus has no sense of smell. However, he does have a mouth,
which enables him to chatter and spread rumors about others. This sketch of the bad architect chimes
with the picture of the medieval castle in the background, understood by Philibert de l’Orme as the
symbol of an antiquated appreciation of architecture.
On the righthand side, the good architect is depicted as having a conversation with a pupil, to whom
he presents a scroll (presumably of sketches). He is endowed with three eyes to take into
consideration past, present and future. He has four ears, which indicates that he listens rather than
speaks. Four hands stand for his energetic “hands-on” approach to his task. His feet have wings so
that he can hurry from one building site to another. The rest of the scene is also revealing at the
bottom right, directly beside the architect and his pupil, we see the fountain of wisdom, and in the
background there are buildings in the new, progressive Renaissance style.
199
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Parece a priori muy interesante considerar el relato moral de este gran vitruviano, sin
embargo, el interés queda traicionado con las ilustraciones alegóricas que el propio
autor aporta para acompañar a sus textos. El arquitecto malo y feo tiene de fondo un
escenario medieval y el arquitecto bueno y guapo, uno renacentista. Habrían sido una
referencia para incorporar y contrastar con los Cuentos, de haber convivido Jekyll y
Hyde en un mismo contexto formal sin racismo arquitectónico. No asistimos a un lícito
debate de estilo, o a un lícito debate deontológico, sino a un ilícito debate maniqueo,
Y entre tanto el De Architectura participando del bipartidismo sin poder defenderse
con la universalidad de sus prólogos, que pocos en el siglo XVI consideraban más que
anecdóticamente. Si Vitruvio hablara o se le escuchara… Si las naranjas hablaran,
quizá no querrían ser el emblema de una selección concreta de fútbol.
200
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Luego que la bella Arquitectura Griega empezó a restablecerse entre las naciones
cultas, al cabo de doce siglos de abandono y desprecio, echaron de ver los
restauradores que no eran suficientes para el perfecto restablecimiento de ella los
monumentos antiguos que venturosamente se habían conservado en medio del
goticismo y arabismo. Los Arquitectos florentinos Brunelleschi y Alberti empezaron a
desterrar de Italia la Arquitectura bárbara. Insistieron en lo mismo los Sangallo, Fay
Giocondo, Miguel Ángelo, Rafael de Urbino y otros muchos; pero al mismo tiempo que
hacían rápidos progresos sin otra guía que su talento y observación del Antiguo,
conocieron que Vitruvio era quien debía interpretar las dudas que de la variedad de
sistemas se originaba. (Ortiz y Sanz, 1787)185
Así inicia nuestra voz, Ortiz y Sanz, el gran Prólogo a su traducción de los Diez Libros. La
Arquitectura Bella frente a la Bárbara y Vitruvio, el Cid Campeador capaz de volver a
restaurarla. Estamos en 1787 y, como bien apunta Luis Moya Blanco en su prólogo a
Urrea: En gran parte de Europa aparecían ya indicios del eclecticismo del siglo
siguiente, en el cual, todos los estilos arquitectónicos eran igualmente válidos. La
seguridad en el clasicismo se perdió desde entonces, y ya no pudo creerse en el
carácter absoluto de esta arquitectura. Ortiz y Sanz se encuentra al filo de la
decadencia de un debate que, sin embargo, él mantiene enardecido desde su más
pura condición moral-formal.
185
201
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
En el siglo XIX cambiarán las tornas, los Bárbaros serán los buenos y los Bellos serán los
paganos. Pero terminando el siglo XVIII, la belleza es patrimonio exclusivo de la
arquitectura clásica, romana y griega, y los códigos de esa belleza todavía se buscan
en el De Architectura. Los Diez libros se han estudiado a fondo pero quedan lagunas
insondables sin descifrar, por otro lado esperanzadoras, o así lo descubriríamos.
202
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Lo universal se extiende a todo el mundo, a todos los países, y a todos los tiempos.
Según esta definición parece que la atemporalidad es una cualidad de la
universalidad, y como tal la brindaremos al final. Empecemos por la universalidad
espacial o geográfica.
A partir de entonces y durante los siguientes 50 años, “Pietro” Márquez, mexicano, hijo
de españoles y por lo tanto nacido criollo, se dedicará al estudio de Vitruvio y llegará
a traducirlo, e interpretarlo, como nadie lo había conseguido hasta entonces. Será el
primero en descentralizar la belleza clásica y convertir al De Architectura en un tratado
universal, patrimonio ecuménico de la Arquitectura sin distinción de razas o estilos.
203
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
A Quién leyere. De tantas naciones que cubren nuestro globo no hay ni siquiera una
que no se crea mejor que las otras, así como no hay cosa más incorrecta entre los
habitantes de la tierra que el reírse, uno del otro, cuando escucha que éste habla un
lenguaje que no es el suyo nativo: efecto de la ignorancia que aún se ve en muchos,
los cuales se tienen por doctos y por discretos.
186 Ver título Su lectura en el pasado, dentro del capítulo I, “Siete prólogos, siete Cuentos”.
204
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
¿Cómo es posible que dos mismos enamorados de Vitruvio, Ortiz y Sanz y Márquez,
contemporáneos, mantengan lecturas tan dispares sobre la ética-estética asociada
al De Archiitectura? En palabras de Delfín Rodriguez, Márquez es el colofón.
187 Gracias a la filósofa y filóloga Maje Erice, pudimos acometer la traducción de éste y otros prólogos
de Márquez inéditos en español y escritos originalmente en italiano; indispensables para la escritura
de la ponencia: Lo Bello sin cuna, prólogos y epílogo de Pedro Márquez, en el marco de nuestra
participación en el II Congreso de Historiadores del Arte de la Universidad de Murcia en el año 2015.
Nos hubiese gustado dedicarle a este tratadista muchas más páginas. Es prácticamente un
desconocido en el ámbito de la arquitectura teórica, a pesar de sus excepcionales reflexiones.
205
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
4.4.2 VIOLLET-le-DUC
Hemos ganado el asalto al primer debate, al más peleón, podemos despedir el siglo
XVIII con el De Architectura universalizado, aunque no sea una noticia oficial, o por lo
menos no parece que del conocimiento de la mayoría de la comunidad
arquitectónica. En el XIX entramos en el periodo del eclipse Vitruviano, en la
clandestinidad. Se han invertido los papeles, la arquitectura medieval es santa y la
neoclásica pagana. Tocaría recortar a los personajes de De l’Orme y cambiarlos de
escenario. Deberíamos recomendar a Ortiz y Sanz que no levante la cabeza o sentirá,
equivocadamente, que su traducción no fue lo suficientemente excelente como para
convencer al público. Quedan, no obstante, por limar reticencias. Viollet- le-Duc es un
escritor excepcional de prólogos, recomendables como objeto de estudio de detalle
en las escuelas universitarias188. También es uno de los grandes exégetas y expertos de
arquitectura gótica, y por lo tanto potencialmente partidista. Pero también es un buen
maestro del oficio, y dice así:
188Nadie que haya leído la “Breve confesión a los lectores” prólogo de Viollet-le-Duc a su Entretiens
sur L´Architecture, puede dudar de que las elucubraciones sobre las inscripciones del pináculo de
Notre Dame, televisadas tras el incendio, tuvieran el menor valor.
206
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
189 Todavía con Viollet aprendimos algo más fantástico, a viajar en el tiempo con el ensueño. Por dos
veces soñó con Villard de Honnecourt y escribió, en dos pequeños opúsculos, las conversaciones que
mantuvo con él. Veremos en el próximo capítulo titulado Las Fuentes perdidas de Vitruvio como el
joven Vitruvio emprende un periplo a la Grecia dorada del siglo IV, valiéndose de la misma
herramienta. La ficción.
207
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
El texto anterior se corresponde con el abstract del artículo que publicamos en el año
2017 titulado: (A) La conquista de la atemporalidad, que habla de Vitruvio, de la
atemporalidad como meta en la arquitectura, del prólogo desconocido de William
Morris y de cómo Great Coxwell Barn, un edificio medieval de carácter utilitario,
sobrevive a los avatares del tiempo como sobrevive el De Architectura. Con los mismos
principios. En su prólogo de 1892, Morris apela a ese milenio en el que, el amor al
trabajo bien hecho, hizo superviviente a Vitruvio: But it is far more that John Ruskin the
teacher of morals and politics, has done serious and solid work towards that new-birth
of Society, without which genuine art, the expression of man's pleasure in his handiwork,
must inevitably cease altogether, and with it the hopes of the happiness of mankind.
Prólogo de William Morris al libro de Ruskin The Nature of Gothic, Kelmscott Press, 1892
208
CAPÍTULO IV
2 ENCABEZAMIENTO
3 BIBLIOGRAFIA DE AUTORES
3.1 Preliminares
3.2 Lectura entre líneas
4 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS
4.1 Cuatro Templos en Grecia siglo IV. Le Voyage du jeune Vitruve
4.2 Cuatro Templos en Grecia siglo I
4.3 Cuatro Templos en Grecia siglo XXI
4.4 Un Templo en Roma
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Dice la profesora Valerie Higgins que la mayoría de las personas imaginan que Roma
fue una gran ciudad que después creó un imperio, pero que en muchos aspectos fue
al revés, y añade textualmente: “Roma creó el imperio, y luego creó la ciudad que
encajó en el imperio. La convirtieron en una ciudad bella, una ciudad que tenía
muchas distracciones para la población. Pudieron hacerlo por la paz que resultó de
las reformas de Augusto”. En este escenario contemporáneo a Vitruvio, de una Roma
más de madera y ladrillo, y menos cinematográfica, se inicia el capítulo. Cuando
termine, Roma será de mármol.
Por fortuna, cada uno de los diez volúmenes de Vitruvio está prologado. El Prólogo del
libro VII es un texto pletórico de contenido, al que el propio Barbaro describe como
bellísimo proemi. Vitruvio lo inaugura con un agradecido elogio a los escritores
antiguos, prosigue con el Cuento de Aristófanes sobre la apropiación intelectual y,
antes de dar paso al séptimo libro, nos confía inopinadamente los fundamentos
bibliográficos de los diez libros de La Arquitectura (De Architectura).
En los restantes prólogos que contienen una leyenda o cuento, Vitruvio se limita a
cerrar el relato con una reflexión a modo de moraleja. En este, sin embargo, su propia
medicina –la leyenda de Aristófanes– le agita la conciencia, le impulsa al salto
olímpico del dicho al hecho, y el gesto ejemplar se materializa en un catálogo de
fuentes bibliográficas en dos y tres dimensiones. Un listado de cuarenta Autores y uno
de cinco Edificios. No es por lo tanto un documento, sino un acontecimiento.
Acontece que es la primera Bibliografía artística de la Historia y del libro más universal
de la Arquitectura. Pero el acontecer es todavía más fabuloso, pues ninguno de los
cuarenta títulos listados ha sobrevivido, convirtiendo así al De Architectura, como es
conocido, pero fascina recordar, en el volumen cero de toda la literatura
arquitectónica. En el eslabón perdido entre la cantera pentélica y el orden corintio.
211
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
El primer homenaje será hacerla visible tal cual Vitruvio la trajo al mundo, sin más. El
tributo posterior, insuflarle vida. En nuevas palabras, reiniciarla. Disfrutará en este
capítulo de su reino propio, no dependiente de un prólogo. Se nutrirá únicamente de
la palabra de Vitruvio, sin cuestionarla, de su entusiasmo contagioso y del pulso ético
que su texto sigue conservando entre líneas. Y para hacerla presente del hoy, de todos
los días en adelante, se materializará en un periplo “Le Voyage du jeune Vitruve”.
212
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
213
ENCABEZAMIENTO
En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío siendo ajena; ni menos pienso
engrandecerme vituperando los estudios de los demás; antes estoy sumamente agradecido a
todos los escritores de que con sus desvelos en tan largas edades, unos en una facultad, y otros
en otra, nos dejaron un grueso caudal de materiales, de donde tomando nosotros, como agua
de tantas fuentes, y adaptándolos a nuestro propósito, tenemos más pronta y expedita facilidad
para escribir: y apoyándonos de sus fatigas, pasamos a componer nuevos tratados. Teniendo yo,
pues, estos principios de los autores, tomé los que hacían derechamente a mi intento, y he
proseguido en lo demás de caudal propio.
BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES
AGATARCO, fue el primero que enseñando Esquilo la tragedia en Atenas, dispuso la escena, y
escribió un tratado de ella. DEMÓCRITO Y ANAXÁGORAS, a ejemplo de Agatarco escribieron de lo
mismo, dando la razón de corresponder naturalmente a la vista y extensión de sus rayos las líneas
desde un centro señalado, de suerte que, de una cosa fingida en las escenas pintadas, resulten
apariencias de verdaderos edificios, y que las cosas dibujadas en superficies llanas y rectas, unas
parezcan remotas y otras cercanas. SILENO, publicó después un volumen sobre las proporciones
Dóricas. TEODORO, describió el Templo Dórico de Júpiter que está en Samos. CTESIFON Y
METÁGENES, describieron el de Diana en Éfeso. PÍTHIO, escribió del templo Jónico de Minerva que
está en Priena. ICTINO Y CARPION, del Dórico de Minerva que está en Atenas sobre la Roca.
TEODORO FOCEO, escribió de la cúpula que está en Delfos. FILÓN, de las proporciones de los
Templos y del arsenal que había en el puerto Pireo. HERMÓGENES, del Templo Jónico
pseudodípteros de Diana en Magnesia, y del monópteros de Libero-Padre en Teos. ARGELIO,
escribió de las proporciones Corintias, y del Templo Jónico de Esculapio que está en Tralles,
construido, según dicen, por su propia mano. SÁTIRO Y PHITEO, escribieron del mausoleo, y a
quienes dio la fortuna un grande y supremo honor, habiendo su habilidad en el Arte merecido
siempre sumas alabanzas y eternamente florecientes, como que manifestaron perfectamente en
la práctica lo grande de sus invenciones. Cada artífice tomó a competencia trabajar una cara
del edificio a la mayor perfección y LEOCARES, BRIAXES, SCOPAS Y PRAXÍTELES, algunos añaden a
TIMOTEO Fueron los que con su destreza llevaron a aquella obra a ser una de las siete maravillas
del mundo. Otros muchos más de los referidos, aunque de menor fama, escribieron reglas de
simetría, como son NEXARIS, TEOCIDES, DEMOFILO, POLIS, LEONIDES, SILANION, MELAMPO,
SARNACO, EUFRANOR. De máquinas trataron DIADES, ARCHITAS, ARCHIMEDES, CTESIBIO,
NINFODORO, FILON, BIZANTINO, DIFILO, DEMOCLES, CARIDAS, POLYIDOS, FIROS, AGESISTRATO: de
cuyas obras he tomado y reducido a un cuerpo lo perteneciente a la Arquitectura, movido por
ver tantos libros de esta facultad entre los griegos, y tan pocos latinos.
FUSSICIO, fue el primero de los nuestros que de ella publicó un admirable volumen. TERENCIO
VARRON, escribió de las nuevas Artes, y entre ellas un tratado de Arquitectura. PUBLIO SEPTIMIO,
escribió dos tratados de Arquitectura. Fuera de estos ninguno parece haberse dedicado a escribir
de ella, sin embargo, de haber florecido en lo pasado algunos ciudadanos grandes Arquitectos,
que pudieran haber escrito con no menos elegancia. En efecto, ANTISTATES, CALLESCRO,
ANTIMACHIDES, PORINO, arquitectos, hicieron los fundamentos del Templo que Pisístrato edificaba
en Atenas a Júpiter Olímpico; cuya fábrica no se prosiguió, por haberlo prohibido la república a
la muerte de Pisístrato. Cerca de 200 años después, habiendo ofrecido costear la obra el Rey
Antíoco, COSSUCIO, ciudadano romano, la hizo de la mayor belleza, construyendo una
majestuosa nave, pórtico díptero al rededor, y la más elegante proporción de cornisamentos:
tanto, que no solo es admirada de todos, sino también comparable con pocas en magnificencia.
BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS
Cuatro parajes hay que tienen Templos de mármol, de los cuales tomaron clarísimo famoso
nombre, y de cuya elegancia y sabio agregado de invenciones se prendaron los Dioses mismos,
juzgándolos dignos de ser morada suya.
El primero es el de DIANA EN ÉFESO (Artemisa en Éfeso) De orden Jónico, empezado por Ctesifón
Gosio y su hijo Metágenes, y concluido según dicen, por Demetrio, siervo de Diana misma, y por
Peonio Efesino. El segundo es el Templo de APOLO EN MILETO (Apolo en Didima) También de orden
Jónico, edificado por dicho Peonio y Dafnes Milesio. El tercero, el Dórico de CERES Y PROSERPINA
EN ELEUSIA (Deméter y Perséfone), cuyo arquitecto Ictino hizo la nave extraordinariamente grande
para el expedito uso de los sacrificios/iniciación misterios de Eleusis, y no puso columnas en lo
exterior. A este Templo, mandando en Atenas Demetrio Faleréo, el Arquitecto Filón le hizo próstilos,
poniéndole columnas en fachada; con cuyo aumento de vestíbulo dio desahogo a los ministros
sagrados, y la mayor majestad al templo. Finalmente, se refiere que Cossucio edificó el templo de
JÚPITER OLIMPICO (Zeus Olímpico en Atenas) de orden corintio, y de espaciosa magnitud, como
dijimos arriba, de quien no nos ha quedado comentario alguno.
Como ni tampoco de Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del Honor y
Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas y cornisamentos que
tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la magnificencia y riqueza de
materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se contaría entre los primeros y más
excelentes edificios. Hallando pues que nuestros antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que
los griegos, como también muchos en nuestros días, aunque pocos los que haya escrito preceptos
del arte.
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
2 ENCABEZAMIENTO
[Vitruvio] En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío siendo ajena;
ni menos pienso engrandecerme vituperando los estudios de los demás; antes estoy
sumamente agradecido a todos los escritores de que con sus desvelos en tan largas
edades, unos en una facultad, y otros en otra, nos dejaron un grueso caudal de
materiales, de donde tomando nosotros, como agua de tantas fuentes, y
adaptándolos a nuestro propósito, tenemos más pronta y expedita facilidad para
escribir: y apoyándonos de sus fatigas, pasamos a componer nuevos tratados.
Teniendo yo, pues, estos principios de los autores, tomé los que hacían derechamente
a mi intento, y he proseguido en lo demás de caudal propio.
217
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
[Vitruvio/Ortiz y Sanz] En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío
siendo ajena.
[Vitruvio/Choisy] Quant à moi, ce n´est pas en effaçant les traces des autres pour
substituer mon nom, que je mets en avant ce corps de doctrine.
[Vitruvio/Ortiz y Sanz] Teniendo yo, pues, estos principios de los autores, tomé los que
hacían derechamente a mi intento, y he proseguido en lo demás de caudal propio.
[Vitruvio/Choisy] Donne, suivant parmi leurs traces celles que j´ai considérées comme
préparées pour mon dessein, et partant de là, je me suis mis á marcher en avant.
Queda clara la última responsabilidad, que debería ser seña de identidad de todo
trabajo teórico de investigación. Aportar, avanzar, emprender, no solo hacer acopio.
Compilar no es contribuir, esto último requiere un esfuerzo diferente. Y arduo. En
definitiva, más importante que el hecho de nombrar las fuentes, sin omitir ninguna, es
la imperiosa necesidad de hacerlo y de progresar.
218
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
3 BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES
3.1 PRELIMINARES
La Bibliografía del tratado de los Diez Libros de Arquitectura, como tal, no hubiese sido
objeto de este estudio de no haber pertenecido a un prólogo, o más exactamente,
de no ser su consecuencia natural. Recordemos que es el resultado de la agitación
moral producida por la leyenda que le precede.
Estar blindada en el prólogo VII, a mitad de tratado –no al final ni al principio, como
Plinio la organiza en su Naturalis Historia– la ha convertido en un producto singular y la
ha salvado, probablemente, de perderse en el camino de los copistas, como se
aventura que ocurrió con las ilustraciones que originalmente acompañaron a los Diez
Libros. La generalidad de los escritores citados en el texto son arquitectos –también se
cuentan escultores, pintores e ingenieros– del periodo de esplendor de la Grecia
Clásica, grandes figuras que describen su obra acometida. Son Autores y Artífices. Y
en gran medida esta Bibliografía es un catálogo de memorias de sus proyectos, más
que de compendios teóricos. Serán los autores romanos, unas décadas antes que
Vitruvio, quienes se estrenen con la teoría arquitectónica propiamente dicha.
219
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Esta convicción nace de un largo recorrido que comenzó en sentido contrario con un
estudio pormenorizado de cada autor y cada obra. Lo suficientemente largo y recto,
para dar la vuelta completa a la circunferencia y llegar al punto de partida,
constatando lo improductivo de la aportación historicista en el contexto de esta tesis.
Puede concederse, como dice Schlloser, que estos libros sólo son el recuerdo de una
riqueza infinita perdida para siempre, o entender este documento bibliográfico como
un mapa del tesoro, siendo su botín Los Diez Libros de Arquitectura.
De Pitágoras a Alejandro, el escenario del mundo es tan deslumbrante, tan épico, tan
divino, que es imposible pretender acometerlo con un mínimo de rigor sin desviarse del
propósito de esta tesis. Y a su vez no puede ignorase, es andamiaje del discurso motor
de Vitruvio, andamiaje del que también nos serviremos en este epígrafe.
Aprovecharemos sus propias palabras, esa información entreverada entre el listado
bibliográfico y los personajes históricos que la trufan, como coartada para
aproximarnos puntualmente a su universo helenístico.
220
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
3.2.1 ESQUILO
Así es, magia. Tres dimensiones en un mundo de dos abren la esperanza de cuatro en
un mundo de tres. ¿Por qué detenerse a definir la perspectiva, en un tratado de tal
altura técnica, sino para maravillarse tantas veces como haga falta con esta ilusión
óptica? La versión de Perrault del mismo párrafo:
C’est ainsi qu’Agatharcus ayant été instruit par Eschyle à Athènes de la manière dont
il faut faire les décorations des Théâtres pour la Tragédie et, en ayant le premier fait un
livre, il apprit ensuite ce qu’il en savoit à Democrite & à Anaxagore, qui ont aussi écrit
sur ce sujet; principalement par quel artifice, ayant mis un point en un certain lieu, on
peut imiter si bien la naturelle disposition des lignes qui forcent des yeux en s’elargilant,
que bien que cette disposition des lignes soit une chose qui nous est inconnue, on ne
laisse pas de rencontrer á représenter bien fort les Edifices dans les Perspectives que
l’on fait aux décorations des Théâtres; et en fait, que ce qui est peint seulement sur une
surface plate, parfois avance en des endroits et se recule en d' autres.
221
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Vitruvio attribuisce al pittore Agatarco di Samo la realizzazione di una scena per una
tragedia di Eschilo, ma secondo Arist. Poet.,1449 a sarebbe stato Sofocle il primo a
usare la skênographia. Le due tradizioni non sono tuttavia inconciliabili.
(Nota 29. Corso/Romano,1997, p. 1066)
222
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
La siguiente parada, aunque muy breve, es una maravilla, corresponde a una de las
siete del momento. Dos extractos de la Bibliografía de Vitruvio:
[Vitruvio] …con su destreza llevaron a aquella obra a ser una de las siete maravillas del
mundo. (Refiriéndose al Mausoleo de Halicarnaso)
[Vitruvio]…el dórico de Minerva que está en Atenas sobre la Roca. (Refiriéndose al
Partenón)
Como anécdota, no deja de llamar la atención que “el de la Roca”, sea hoy el
representante de los templos griegos y la mayor fuente de ingresos turísticos de Grecia.
Para Vitruvio, en el siglo I, el Partenón es un dórico más. Tampoco Ortiz y Sanz, desde
la perspectiva del XVIII, añade más entusiasmo en su anotación al hablar de este
templo:
Este Templo de Minerva sobre la Roca de Atenas, de quien hemos hecho memoria,
existe hoy en gran parte, y le describen exactamente varios viajeros, Stuart, Wheler, Le-
Roy y otros. Antes del año 1687 estaba entero, pero en el asedio de Atenas por los
Venecianos quedo muy arruinado, ~ efectos de una bomba caída en un repuesto de
pólvora que allí tenían los turcos, el cual incendiado, voló la mayor parte del Templo.
Los Viajeros que le vieron antes de este caso dicen tenía dentro un pórtico en rededor,
con dos órdenes de columnas unas sobre otras como el hypetros.
(Ortiz y Sanz, 1787 p. 104, nota 20)
La noción de las Siete Maravillas es un parámetro que nos será de utilidad y aparecerá
desarrollado en el capítulo referido a la Bibliografía de Edificios; con esta incursión
hemos querido que se fuese paladeando.
223
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Otro fragmento del documento bibliográfico de Vitruvio, del que rescataremos los
personajes históricos intercalados:
Se puede admirar tanto una civilización que se calquen sus dioses, se importe su
arquitectura, se usen su lengua y sus filósofos, se emule su épica, pero importar el
control de la Hybris es importar la genética de un pueblo, su carácter, su costumbre. Y
acostumbrarse requiere grandes dosis de motivación y perseverancia. O de
necesidad. A finales del siglo II, Roma no estaba por la labor de temer el castigo de sus
dioses adoptados, y fue soltando paulatinamente las riendas a la Hybris, a la
desmesura, al brindis. Un primer paso a su monumental arquitectura y a la
incorporación de la bóveda.
224
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Por último, sin ánimo de poner el dedo en la errata, sino para evitar confusiones, otra
cita de Romano: Antíoco IV Epifane, re di Siria di educazione romana (a Roma visse
per 14 anni) regno dla174 al 163 a. C. circa; si rende pertanto necesario leggere
quadrigentis (correzione sicura per ducentis dei manoscritti) per ristabilire un rapporto
cronologico corretto rispetto a Pisitrato (Corso/Romano, 1997 p. 1073 nota 74)
Esta acotación es bienvenida para que salgan las cuentas y los órdenes. El Antíoco de
Vitruvio es Antíoco IV, no el Antíoco I conocido como Rey del universo. Error
probablemente debido a un copista que así rebajó el tiempo de parón de obra de
400 años a 200. Un copista con espíritu de promotor.
Nos encontramos, como contábamos al inicio del artículo, muy avanzados en el siglo
I. La gran arquitectura romana se va gestando mientras Vitruvio escribe su tratado, de
milagro no lo alcanza. En Roma son tiempos de paz, la voz de Cleopatra ya no
engatusa al imperio y el emperador tiene la mejor baza para un gobernante, un amigo
incondicional, Agripa. La cantera de Carrara produce un mármol lunense sin vetas. No
es imprescindible transportarlo desde el Pentélico. El Ara Pacis será la feliz culminación
de la abundancia que fluye. Aunque Grecia sigue marcando tendencia, la identidad
de Roma ha puesto el acelerador. Se van diluyendo complejos. Se va entibiando la
pasión. Esta transición, vivida sobre la marcha, sorprende a Vitruvio cuando redacta
su Bibliografía y la trasluce con mal disimulada incomodidad. Dice así:
[Vitruvio] …movido por ver tantos libros de esta facultad entre los griegos, y tan pocos
latinos (…) Fuera de Fussicio, Varron, Septimio, ninguno parece haberse dedicado a
escribir de ella, sin embargo, de haber florecido en lo pasado algunos ciudadanos
romanos, grandes Arquitectos, que pudieran haber escrito con no menos elegancia.
190 Hybris, en algunas acepciones del diccionario: cuando el ser finito se cree superior al infinito.
Orgullo formal, presunción, arrogancia o soberbia. Cuando las preocupaciones en torno al ego salen
del control racional, desbocarse.
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CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
De los cuarenta títulos que conforman sus fuentes, solo puede acudir a tres únicas
referencias de autores romanos. Este mix de culpa y lealtad, frustrado en parte por esa
limitación al seguir enamorado de Grecia, a pesar de la tentadora Roma, le hará en
compensación escribir su tratado de autor romano a la mayor perfección. Le hará no
descuidar un prólogo por libro y hablarnos, con delicadeza y sinceridad, de lo que se
le pasa por la cabeza. Lección, reacción, sería el lema. O no hay mal que por bien no
venga. Gracias a ello hoy disfrutamos Diez Prólogos y Diez Libros en el De Architectura.
Como ha ocurrido con las anteriores entradas de este índice (Esquilo, Siete Maravillas,
Pisístrato y Antíoco) avanzaremos más sobre ellas, y sobre la doble nacionalidad de
Vitruvio en la segunda parte, la Bibliografía de Edificios. De momento, para cerrar este
epígrafe, vamos a hacer nuestras, por primera vez, las sabias palabras de Ortiz y Sanz
al respecto:
Vitruvio no podía sospechar entonces –él, que incluso varias veces se cuestiona el valor
de su tratado a corto plazo– que Roma sería en el futuro la ciudad de referencia de la
ARQUITECTURA con mayúsculas. Que Grecia llegaría con retraso de siglos al marco de
la gran arquitectura clásica. Que la Academia de Roma es hoy el destino goloso de
todo estudioso del arte, y la de Atenas está en ruinas. Y que el Ara Pacis estaría tan
mimado, bajo una caja de cristal, como la única rosa que tuvo una vez un pequeño
príncipe.
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CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
3 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS
[Vitruvio] Cuatro parajes hay que tienen Templos de mármol, de los cuales tomaron
clarísimo famoso nombre, y de cuya elegancia y sabio agregado de invenciones se
prendaron los Dioses mismos, juzgándolos dignos de ser morada suya.
Como ni tampoco de Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del
Honor y Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas
y cornisamentos que tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la
magnificencia y riqueza de materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se
contaría entre los primeros y más excelentes edificios. Hallando pues que nuestros
antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que los griegos, como también muchos
en nuestros días, aunque pocos los que haya escrito preceptos del arte.
227
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Las primeras líneas del texto de Vitruvio son muy evocadoras y una delicada mención
a la corografía. Cuatro parajes de suelo sagrado: Éfeso, Mileto, Eleusis y Atenas. Cuatro
clientes: Artemisa, Apolo, Ceres y Zeus. Tan satisfechos con sus moradas que las
bautizan con sus nombres –como Curzio Malaparte o Edith Farnsworth–. Cuatro
Templos construidos de mármol hasta los cimientos. Elegantes, dice Ortiz y Sanz,
enriquecidos con bellos ornamentos, dice Perrault, concebidos con excelencia, dice
Choisy.
El paisaje se adueña del templo y todo queda en familia. Artemisa y Apolo son los hijos
mellizos de Zeus. Deméter es la madre de Perséfone y la hermana mayor de Zeus, por
obra de una pirueta fantástica del árbol genealógico olímpico.
The marbles used came from various quarries: the finest Pentelic and Parian were used
for the free-standing sculptures, while marbles from western Asia Minor were used for
the architecture.
228
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
El joven Marías (Javier) cree, y eso le dijo a su hermano historiador, que La ficción es lo
único irreversible: la historia, por ejemplo, se puede rectificar, como el periodismo,
mientras que una novela no resiste revisión: Madame Bovary se murió como dice
Flaubert. La ficción es lo único que cuenta la historia completa. Ni siquiera aquello que
contamos que nos pasó estará nunca definitivamente contado. (Cruz, 2016)
En plaçant Anacharsis sur la scène, je lui ôte presque toujours la ressource du doute : il
ne doit parler qu'affirmativement, puisqu'il ne raconte que ce qu'il a vu ou ce qu’il tient
de personnes instruites.
Es una idea deslumbrante, un recurso genial. Cediendo al joven Anacharsis que haga
el viaje en su lugar, Barthelemy queda eximido del debate crítico erudito. No se trata
de derivar responsabilidades de opinión, o juicio, como en el caso de Las cartas persas
de Montesquieu, sino de poder contar desde la aventura en vez de hacer historia.
Desde el instante en que todo está pasando y no elaborado a posteriori. Escrito en
francés, lo tituló Voyage du jeune Anacharsis en Gréce. Era la guía más completa de
que entonces podía disponerse para viajar a la Hélade y deleitarse anegado en su
cultura. Para esta tesis se han investigado los siete tomos y el volumen adicional con
mapas e ilustraciones de su cuarta edición. El éxito editorial fue rotundo, el público
acogió la obra con entusiasmo a pesar de publicarse en 1788, poco antes de la caída
de la Bastilla. Su intención era haber pasado desapercibido para evitar censuras, y le
salió, dichosamente, al revés.
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CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Ilustración de Barbié du Bocage, planta de casa griega; del viaje del joven Anarchasis,
plano recreado desde el texto de Vitruvio. Salvoconducto para poder viajar en el tiempo.
(Grabado original, obsequio de boda de Álvaro de la Riva)
230
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Aprovechando el nicho de las fechas fáciles de recordar, Ortiz y Sanz, nuestra voz,
publicó su traducción de Vitruvio un año antes que Barthelemy su libro, en 1787. Son
contemporáneos, manejan distinto idioma, pero usan un mismo lenguaje de fuentes y
de contextos. Esto seguro que nos beneficia.
Anacharsis parte de Escitia en el 363 y viaja durante 26 años por una no despreciable
parcela del Mediterráneo. Conoce en persona a Platón, a Aristóteles y a discípulos de
discípulos de discípulos de Pitágoras. No viaja solo como turista, es invitado a casas y
cenas notables que disfruta goloso. Vuelve a su hogar en el 337, cuando Alejandro
Magno cuenta 19 años, con sus diarios de viaje y un cuaderno de dibujos del Partenón,
del Herea de Samos y… aquí empieza nuestro viaje. Entre las ilustraciones hay dos
debidas a Vitruvio, el plano de una casa griega y el de una palestra. Esto puede
explicarse, bien como un anacronismo de Barthelemy, al que no dio importancia, o
bien porque, una parte del viaje, la compartieron Anacharsis y Vitruvio.
231
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Si algo saben los griegos es que no pueden ponerse puertas al campo, pero sí puertos
al mar. Allá en suelo firme, donde lleguen gaviotas en vez de palomas, es Grecia. La
parcela de Mediterráneo que navegará Anacharsis comprende el mar Egeo hasta las
Cícladas. La porción de mar que Vitruvio recorrerá con él es algo menor. Unidos los
parajes donde se localizan sus cuatro Templos de mármol, Atenas, Eleuisis, Éfeso y
Didima, parece dibujar una porción de tarta. Se llevó, eso sí, el mejor trozo del pastel.
En el siglo IV, el Templo de Artemisa está resurgiendo de sus cenizas. El Templo de Apolo
está en proceso de construcción. El Templo de Deméter y Perséfone, el Telesterium, se
encuentra integro y funcionando, y el Templo de Júpiter Olímpico, continúa con las
obras paradas. Así se ofrecen, a pesar de haberse iniciado su construcción, casi
consecutivamente, en el paso del siglo VII al VI. Tengamos en cuenta que las
construcciones de estos edificios, como las de las catedrales, podían demorarse en
dimensiones de siglos.
232
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Ilustración de Barbié du Bocage, mapa de Grecia, del viaje del joven Anarchasis
El joven Vitruvio se reúne con Anacharsis poco antes de llegar a Atenas. Recorrerán el
entorno y después zarparán hacia la costa Jonia; viajarán juntos alrededor de dos
años. Vitruvio conocerá a Platón, llegará a Eleusis atravesando colinas con laureles
rosas (adelfas), pasará veladas en la isla de Chíos con un buen vino hablando de
Homero y estudiará toda la arquitectura que encuentre a su paso. Este viaje marcará
su vida y los Diez libros de Arquitectura. Aquí comienza su diario.
(Del centenar de páginas del libro de Barthelemy, se han extractado solo las referidas
a los cuatro Templos mencionados en este capítulo, selección susceptible de
ampliarse a los Templos que aparecen en la Bibliografía de Autores y Artífices)
233
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
234
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Nous prîmes congé d´Epaminondas avec une douleur qu'il daigna partager, et nous
nous rendîmes à Athènes le 16 du mois anthestérion, dans la deuxième année de la 104
olympiade. Nous trouvâmes dans la maison d'Apollodore les agréments et les secours
que nous devions attendre de ses richesses et de son crédit. Le lendemain de notre
arrivée, nous courrions à l’académie ; nous avions aperçu Platon ; on allait à l'atelier du
peintre Euphranor. Nous étions dans cette espèce d'ivresse que causent au premier
moment la présence des hommes célèbres, et le plaisir de les approcher. On fixa
ensuite notre regard sur la ville ; et pendant quelques jours nous admirions les
monuments et nous parcourions les dehors. (TOMO 2, pp.90,91)
L'Académie n'est éloignée de la ville que de six stades. C'est un grand emplacement
qu'un citoyen d'Athènes, nommé Académus, avait autrefois possédé. On y voit
maintenant un gymnase, et un jardin entouré de murs, orné de promenades couvertes
et charmantes, embelli par des eaux qui coulent à l'ombre des platanes et de plusieurs
autres espèces d'arbres. A l'entrée est l'autel de l'Amour, et la statue de ce dieu ; dans
l'intérieur, sont les autels de plusieurs autres divinités. Non loin de là, Platon a fixé sa
résidence auprès d'un petit temple qu'il a consacré aux Muses, et dans une portion de
terrain qui lui appartient. Il vient tous les jours à l'Académie. Nous l'y trouvâmes au milieu
de ses disciples, et nous nous sentîmes pénétré du respect qu'inspire sa présence.
Quoique âgé d'environ soixante-huit ans, il conservait encore de la fraîcheur : il avait
reçu de la nature un corps robuste. Ses longs voyages altérèrent sa santé ; mais il l’avait
rétablie par un régime austère, et il ne lui restait d'autre incommodité qu'une habitude
de mélancolie : habitude qui lui fut commune avec Socrate, Empédocle et d'autres
hommes illustres. Il avait les traits réguliers, l´air sérieux, les yeux pleins de douceur, le
front ouvert et dépouillé de cheveux, la poitrine large, les épaules hautes, beaucoup
de dignité dans le maintien, de gravité dans la démarche, et de modestie dans
l'extérieur. Il nous reçut avec autant de politesse que de simplicité, et nous fit un si bel
éloge du philosophe Anacharsis, dont mon ami descend, qu'il rougissait de porter le
même nom. Il s'exprimait avec lenteur ; mais les grâces et la persuasion semblaient
couler de ses lèvres. (TOMO 2, pp.106,107)
235
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
L'ile de Chio où nous abordâmes, est une des plus grandes et des plus célèbres de la
mer Egée. Plusieurs chaînes de montagnes couronnées de beaux arbres, y forment des
vallées délicieuses ; et les collines y sont, en divers endroits, couvertes de vignes qui
produisent un vin excellent. On estime surtout celui d’un canton nommé Arvisia. Les
habitants prétendent avoir transmis aux autres nations l’art de cultiver la vigne.
191 Barthelemy especifica que esta frase está tomada literalmente del prefacio del Libro VII de Vitruvio.
236
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Ils font très bonne chère. Un Jour que nous dînions chez un des principaux de l'île, on
agita la fameuse question de la patrie d’Homère : quantité de peuples veulent
s'approprier cet homme célèbre. Les prétentions des autres villes furent rejetées avec
mépris, celles de Chio défendues avec chaleur. Entre autres preuves, on nous dit que
les descendants d'Homère subsistaient encore dans l’ile, sous le nom d'Homérides. A
l'instant même, nous en vîmes paraître deux, vêtus d´une robe magnifique, et la tête
couverte d'une couronne d'or. Ils n'entamèrent point l'éloge du poète ; ils avaient un
encens plus précieux à lui offrir. Après une invocation à Jupiter, ils chantèrent
alternativement plusieurs morceaux de l´Iliade, et mirent tant d’intelligence dans
l’exécution, que nous découvrîmes de nouvelles beautés aux traits qui nous avaient le
plus frappés. (TOMO 6, pp. 166, 167)
192 Ni en su diario de viaje, ni en sus Prólogos, Vitruvio nombra jamás al innombrable. Tampoco
nosotros lo hacemos en esta Tesis. Ver entrada: 4.2.1 TEMPLO DE ARTEMISA EN ÉFESO, dentro de
este capítulo.
237
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
La beauté de l’intérieur était rehaussée par l'éclat de l'or, et les ouvrages de quelques
célèbres artistes ; elle le sera beaucoup plus par les tributs de la peinture et de la
sculpture, perfectionnées en ces derniers temps. On ne changera point la forme de la
statue, forme anciennement empruntée des Egyptiens, et qu'on retrouve dans les
temples de plusieurs villes grecques. La tête de la déesse est surmontée d’une tour ;
deux tringles de fer soutiennent ses mains ; le corps se termine en une gaine enrichie
de figures d’animaux et d'autres symboles. Les Ephésiens ont, sur la construction des
édifices publics, une loi très sage. L´architecte dont le plan est choisi, fait ses
soumissions, et engage tous ses biens. S´ il a rempli exactement les conditions du
marché, on lui décerne des honneurs. La dépense excède-t-elle d’un quart le trésor de
l´état fourni ce surplus. Va-t-elle par-delà le quart ? tout l’excédent est prélevé sur les
biens de l´artiste193. (TOMO 6, pp. 180, 181, 182)
***
193 Barthelemy anota que este fragmento pertenece al prefacio del Libro X de Vitruvio.
238
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Vitruvio eligió estos cuatro templos: Templo de artemisa en Éfeso, Templo de Apolo en
Dídima, Templo de Deméter en Eleusis y Templo de Zeus Olímpico, entre otros muchos.
Por encima del Partenón o del Mausoleo de Halicarnaso. No vamos a cuestionar el
motivo. Todo lo contrario, se da por hecho que fue la mejor elección. Examinados en
el siglo I, cuando se incorporaron al presente del Prólogo VII, subrayaremos lo que él
mismo nos cuenta de cada uno, aportando pinceladas singulares que ayuden a
grabarlos en la memoria asociados a su Bibliografía.
Solo una pequeña excepción para confirmar la regla. Nos detendremos a observar la
tipología del Templo de Ceres/Deméter, conocido como el Telesterium, por tratarse de
una rara avis en el paraíso morfológico de la arquitectura. A diferencia de los otros
templos, no es morada de un Dios, sino de un Misterio.
A pesar de la prohibición bajo pena de muerte, de que no fuese registrado por las
generaciones futuras, el hecho llegó hasta oídos de Cervantes:
239
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Eso me parece, Sancho –dijo don Quijote–, a lo que sucedió a un famoso poeta destos
tiempos, el cual, habiendo hecho una maliciosa sátira contra todas las damas
cortesanas, no puso ni nombró en ella a una dama que se podía dudar si lo era o no;
la cual, viendo que no estaba en la lista de las demás, se quejó al poeta diciéndole
que qué había visto en ella para no ponerla en el número de las otras, y que alargase
la sátira y la pusiese en el ensanche; si no, que mirase para lo que había nacido. Hízolo
así el poeta, y púsola cual no digan dueñas, y ella quedó satisfecha, por verse con
fama, aunque infame. También viene con esto lo que cuentan de aquel pastor que
puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete
maravillas del mundo, sólo porque quedase vivo su nombre en los siglos venideros; y
aunque se mandó que nadie le nombrase, ni hiciese por palabra o por escrito mención
de su nombre, porque no consiguiese el fin de su deseo, todavía se supo que se
llamaba… (Don Quijote. Segunda parte. Capítulo VIII. Donde se cuenta lo que le
sucedió a don Quijote, yendo a ver su señora Dulcinea del Toboso).
Antípatro expone el listado de sus siete maravillas sin nombrarlas explícitamente como
tales, ya se encargará Varrón de confirmar que esa fue su intención y Cicerón de
mencionarlo. Pone el énfasis absoluto en el Templo de Artemisa. Vitruvio, que no es un
vendedor de maravillas, no edita su lista, pero recalca en su bibliografía que el
Mausoleo y Artemisa, son consideradas como tales. Plinio, más tarde, en el siglo I d. C,
elaborará su propio ranking. Mantendrá las Pirámides, la estatua de Zeus, los Jardines
Colgantes y el Templo de Artemisa. Incluirá las Cien Puertas de Tebas en Egipto, el Faro
de Alejandría, el Laberinto de Egipto y, por encima de todas ellas, la propia ciudad de
Roma, el corazón del Imperio Romano. A cambio excluirá el Mausoleo de Halicarnaso,
las Murallas de Babilonia y el Coloso de Rodas.
240
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
[Vitruvio] DIANA EN ÉFESO (Artemisa en Éfeso) De orden Jónico, empezado por Ctesifón
Gosio y su hijo Metágenes, y concluido según dicen, por Demetrio, siervo de Diana
misma, y por Peonio Efesino. El segundo es el Templo de APOLO EN MILETO (Apolo en
Didima), también de orden Jónico, edificado por dicho Peonio y Dafnes Milesio.
Por primera vez en esta investigación, nos asomaremos al territorio de la hipótesis. Será
para fechar la vida del arquitecto Peonio de Éfeso y, de camino, valorar el estado
constructivo de nuestros templos. Y ya que nos aventuramos, lo haremos en una línea
diferente a la de Romano que comenta al respecto:
Stando a Vitruvio, Demetrio completò il Tempio di Artemide, che era stato iniziato da
Chersifrone nel 570 a. C. circa e per la cui costruzione sappiamo che furono necessari
in tutto 120 anni ( cfr. Plin. NH, 36, 95), egli appartiene alla meta del V secolo a. C., non,
come pensando altri, all´età di Alessandro (...)Sulla datazione di Peonio di Éfeso e di
Daphnis Milesio valga quanto detto nella nota a proposito di Demetrio, del quale sono
contemporanei (...)É il Santuario di Apollo Philesios a Dídyma, su una collina a 18 km.
da Mileto, sede di uno degli oracoli più venerati nell´antichità. Ebbe varie fasi: i
ritrovamenti più antichi risalgono al VII a. C., quando il culto appare già affidato alla
dinastia sacerdotale dei Branchidi. Saccheggiato e incendiato dai Persiani nel 494
a.C., fu ricostruito solo dopo la liberazione macedone, su progetto di Peonio e Daphnis.
Il tempio progettato da Peonio e Daphnis si sovrappose a quello arcaico, ma con un
orientamento leggermente diverso. (Corso/Romano,1997 p. 1073 notas 80, 81 y 82)
241
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Según sus cálculos, 570+120 años, se sitúa a Peonio en el 450, siglo V. La conclusión
cronológica de Romano se fundamenta en el texto de Vitruvio y la nuestra, a
continuación, también, o no nos molestaríamos en enunciarla. Si nos atenemos al
termómetro de la Hybris, cuyo control congeló al otro lado del mar Egeo la
construcción del Templo de Júpiter Olímpico, y a la crónica de las visitas de Alejandro
a los templos de Éfeso y Mileto, en condición mal disimulada de semidiós, estaríamos
con quienes defienden, aunque por otros caminos, que la reconstrucción, tanto de
Artemisa como de Apolo, se comenzó en época Helenística, finalizando el siglo IV. En
otras palabras, le quitamos a Peonio 150 años de encima.
El detalle no parece relevante para esta Tesis, para Peonio, para el devenir del mundo
del Arte o para la Bibliografía de Vitruvio –quien sabiamente omite la mención de
fechas– y, sin embargo, sí lo es para el relato del joven Vitruvio que, a mediados del
siglo IV, cuando visita Mileto, no da cuenta del Templo de Apolo ni del lugar de Dídima
en sus diarios. Es una licencia a la literatura fantástica, no a la científica, no por ello
menos legítima, y será de las pocas que nos permitamos fuera del Voyage du Jeune
Vitruve.
Volviendo al siglo del prólogo VII, el siglo I, afirmamos que, caminando tres horas desde
Mileto, en línea recta y dirección sur, se llega a una colina en Dídima, donde se eleva
la casa de Apolo, un Templo que, sin estar listado entre las maravillas, un turista
accidental describe con una emoción similar a la de Antípatro de Sidón por la casa
de Artemisa:
En este momento regreso de la visita del templo de Apolo en Dídima. Nunca he visto
un templo como éste, ni nunca he advertido en los ojos de los que me acompañaban
esa emoción honda que los vuelve redondos y quietos, plenos de iris, como los de un
ángel, tal vez. Más que una maravilla, aquí debe de haber una concentración de
todos los dioses a los que se encomendaban los milesios.
242
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Perséfone era hija de Deméter, diosa de todos los campos fértiles. Enamorado de ella,
Hades, dios de la muerte, la secuestra a su mundo. ¿A quién podía desear más, sino a
la hija de la vida? Deméter pasa días buscándola infructuosamente, desesperada, sin
saber lo que ha ocurrido, ayunando de lo que ayunan los dioses, ambrosía y néctar,
hasta que Helios, apiadado, se lo revela. Inconsolable, interrumpe el ciclo vital de la
naturaleza, no va a volver a pisar el Olimpo ni permitir que la tierra vuelva a dar fruto
“antes de ver con sus ojos a su muchacha de hermoso rostro” (Himno a Deméter). Los
hombres sin alimento y los dioses sin las ofrendas de los hombres, provocan la
intervención de Zeus, que ordena a su hermano Hades liberarla. Antes de hacerlo,
taimado y sagaz, Hades le ofrece un manjar irresistible: un grano de granada dulce
como la miel. Perséfone, tentada, comulga con el inframundo y ya no podrá desligarse
de él por completo. No queda otro remedio que pactar. Pasará seis meses a cielo
abierto y otros seis en el fondo abisal. Desde entonces, cada año, Deméter festeja la
vuelta de su hija con el nacimiento de la primavera.
Ahora a construir. Póngase a una celebración al aire libre, con ritual ceremonioso, una
cubierta estanca; presérvese el acceso, aforo limitado y protéjase de todo ojo y oído
ajeno, no escape un misterio. Blindada. Que todo asistente en 360 grados presencie el
culto (círculo o cuadrado). Y que entre luz.
243
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
La cuestión del elegir ubicarlo con la espalda mordiendo un talud, y por lo tanto una
de sus fachadas bajo rasante, es un misterio. La cuestión de una grada continua en
todo el perímetro interior, apoyada en las cuatro paredes, solo interrumpida, como en
el Coliseo, por los accesos, otro misterio. Bienvenidos los misterios. Empiezan a ser una
respuesta agradable como antídoto a la elucubración. Dice Vitruvio en su texto al
respecto de este Templo:
244
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
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CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Quedan ruinas que merecen y otras que desmerecen. Las hay que no dicen nada y
han de andamiarse con historias. Pero también las hay soberanas, poderosas, obras
arquitectónicas autónomas, dignas de ser de ser visitadas, desnudos de información.
Empate a dos. Así ha quedado hoy la quiniela de los cuatro Templos de Vitruvio. El
Templo de Artemisa en Éfeso y el Templo de Deméter en Eleusis, son piedras
pretendiendo un replanteo que, sin guía, o paneles explicativos, no dirían casi nada.
Temblorosas, desordenadas, gastadas, dejadas de la santísima trinidad: Utilitas,
Firmitas, Venustas. A las que solo parece que pueda redimir el Amor constante de
Quevedo. Serán ruinas, más tendrá sentido; mármol serán, más mármol enamorado.
El templo de Apolo y el Templo de Júpiter son arquitectura en estado puro. Una fiesta.
No necesitan más palabras. Un gran arquitecto, cuyo nombre no viene al caso, dijo
una vez que hay que proyectar desde la demolición; a la vista de los (des)hechos se
le podría dar la razón. Finaliza nuestro viaje por Grecia. A continuación, una breve
parada en Roma.
[Vitruvio] …Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del Honor y
Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas y
cornisamentos que tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la
magnificencia y riqueza de materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se
contaría entre los primeros y más excelentes edificios. Hallando pues que nuestros
antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que los griegos, como también muchos
en nuestros días, aunque pocos los que hayan escrito preceptos del arte, no creí
acertado imitar su silencio, antes bien irlos dando de cada cosa en Libro separado.
246
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
Si la condición para considerar como dignas fuentes bibliográficas sus templos griegos
era su construcción íntegra en mármol, ahora lo que importa es mencionar la
excelencia de la arquitectura romana por encima de cualquier material. Y no muestra
pereza ensalzando Artífice y Templo. Inteligencia, elegancia, belleza, excelencia, con
ningún otro templo ha derrochado tantos calificativos.
Acota Romano al respecto del texto: Su Mucio e sul Tempio di Onore e Virtù. Secondo
Schrijvers, 1989, pp. 18, i meriti di Mucio potrebbero essere stati amplificati per ragioni
ideologiche. La costruzione del Tempio di Onore e Virtù poteva apparire un fatto
tipicamente romano, tanto più che questo tempio fu consacrato da Mario,
ostentatamente antiellenista. Inoltre Mucio apparteneva forse alla clientela
dell´augure Q Mucio Scevola, anch´ egli antiellenista.
(Corso/Romano,1997 p.1074 nota 86)
Todo empieza a virar hacia una Roma que no era la del principio de la bibliografía.
Entre las letras finales del tratado de Vitruvio y las palabras de Plinio, elevando la
ciudad de Roma a la categoría de corazón de imperio, media la eclosión de toda una
arquitectura monumental y memorable en mármol que, para que encajen las fechas,
ha tenido que empezar a gestarse en vida de Vitruvio.
247
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO
William Wordsworth
248
La belleza de las matemáticas solo se muestra a los seguidores más pacientes
Maryam Mirzakhani
CAPITULO III
EL PRÓLOGO ILUSTRADO
ÍNDICE DEL CAPÍTULO III
4 OTROS ILUSTRADORES
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
El Prólogo IX es el segundo más extenso de los diez. 194 Contiene el Cuento Platón & Cía
y lo que podríamos llamar una anécdota, o sorpresa, en la que no habríamos reparado
de no haber iniciado la lectura de los prólogos con la versión de Ortiz y Sanz, ya que
la sorpresa se desvanece por ensalmo tras este traductor y, desde el XIX en adelante,
no volverá a repetirse.
251
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
La frontera entre los prólogos y sus respectivos libros no es en absoluto difusa, está
marcada a fuego. Vimos en la introducción general la única invariante de la estructura
de los prólogos de Vitruvio: las “líneas de descompresión” que acompañan fielmente
el final de cada prólogo, bautizadas así por ser las que marcan la transición entre éste
y su libro. Anuncian puntualmente el contenido del mismo, y anuncian oficialmente su
inicio. Tienen la doble función de subíndice y sinopsis. En el caso del Prólogo IX rezan
así:
[Vitruvio] En los siete primeros libros traté de los edificios, en el octavo de las aguas: y
en este explicaré la Gnomónica: cómo se halló ésta por medio de la sombra de un
palo a los rayos del sol y de qué modo crece y se contrae esta sombra.
Son tan específicos estos renglones, que cuesta comprender el motivo de que se
ignorasen, y con ello se trastocase la estructura del volumen IX. ¿Un descuido? Poco
probable, con una frontera tan expresamente señalada por Vitruvio. Tampoco se
explica por un motivo de contenido: los relatos trasvasados del prólogo son extranjeros
al tema del libro, y el prólogo, a su vez, queda descolgado sin los ejemplos derivados
de su enseñanza moral.
En primera instancia, pensamos que podía tratarse de una equivocación puntual, sin
trascendencia, solo atribuible a nuestra voz, Ortiz y Sanz; fue al investigar, en busca de
la certeza, cuando observamos que su origen venía de antiguo. 195
195 Desde Choisy hasta la más reciente traducción del De Architectura en el 2015, por parte de Pierre
Gros, prólogo y libro están restituidos como corresponde.
252
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Estos tres primeros Capítulos son parte del Proemio de este libro, y en ningún modo
correspondían aquí tales divisiones, como conocerá cualquiera. Sin embargo, ha sido
fuerza ponerlos, para no alterar el orden de capítulos establecidos en las citaciones;
pero los números marginales son romanos, como los de todos los Proemios de la obra.
(Ortiz y Sanz, 1787, p. 210)
Ortiz y Sanz se toma su revancha. Refiere que seguirá numerando los márgenes
izquierdos a tenor del prólogo a pesar de que los textos figuren como capítulos del
libro. Mantiene la característica numeración romana correlativa para dejar claro su
linaje. Solo a partir del comienzo legítimo del libro pondrá el contador a cero.
Desconocemos a qué se refiere con el orden de capítulos establecidos en las
citaciones, sospechamos que trata de preservar la organización capitular de
anteriores traducciones.197
196 Errante: en su segunda acepción significa “que yerra”, adjetivo en desuso; frente a errático: “que
se mueve sin rumbo fijo o sin asentarse en un lugar”. No existen otros adjetivos en el idioma español
para describir al que comete errores habitualmente.
197 Ortiz y Sanz, no satisfecho con su primera acotación, vuelve a recordarnos el asunto más adelante:
Hasta aquí llega el Proemio de este Libro, como evidencia todo su contexto, y advertí en la Nota 1 al
Cap. I .
253
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
I seguenti primi tre capitoli fanno parte della prefazione, mentre il primo contiene una
invenzione di Platone, il secondo una di Pitagora, il terzo una d´Archimede: cose tutte,
che non hanno niente che fare coll´oggetto principale di questo libro, che è la
Gnomonica: ad ogni modo, per non cambiare la divisione antica di capitoli, come mi
sono protestato nella prefazione, gli ho ancor io segnati per capitoli diversi, ma per
distintivo dagli altri non vi ho notato titolo.198 (Galiani, 1758 p.342)
Galliani nos avanza a los protagonistas de cada uno de los tres relatos sustraídos:
Platón, Pitágoras y Arquímedes. Recalca que el contenido de sus textos nada tiene
que ver con el del libro. Su desquite es mantener los relatos sin titular, en un limbo. A
Carlos III, a quien le fueron dedicadas soberanamente ambas traducciones, la de
Galiani y la de Ortiz y Sanz, no debió de quedarle duda sobre la postura de los
intérpretes.
Si l’on veut doubler. Il est évident que ce premier chapitre, de même que le second et
le troisième ne font que la continuation de la préface, et que ce que Vitruve apporte
de la mesure de Platon, de l’équerre de Pythagore et de l’invention d’Archimède, ne
sont que des exemples qu’il propose pour confirmer ce qu’il a avancé à l’avantage
de la Philosophie et pour faire voir que tout ce que les plus valeureux Athlètes peuvent
faire, n’a rien de merveilleux ni d’utile en comparaison des inventions des Philosophes
et des Mathématiciens. 199 (Perrault, 1673 p. 250)
198Los siguientes tres primeros capítulos [del libro] forman parte del prefacio, mientras que el primero
contiene una invención de Platón, el segundo una de Pitagóras, el tercero una de Arquímedes: cosas
todas, que nada tienen que ver con el objeto principal de este libro, que es la Gnomónica. En cualquier
caso, para no cambiar la antigua división de capítulos, como manifesté en mi prefacio, los he
mantenido como capítulos distintos, pero por diferenciarlos de los demás del libro, no los he titulado.
199 Es obvio que, tanto este primer capítulo, como el segundo y el tercero, no son más que la
continuación del prefacio y que, lo que Vitruvio aporta sobre la medida de Platón, la escuadra de
Pitágoras y la invención de Arquímedes, son ejemplos que ofrece para avalar lo que ya antes había
avanzado a favor de la Filosofía y demostrar que, cualquier cosa que puedan hacer los Atletas más
capacitados, no será tan maravillosa o útil comparada con los inventos de los Filósofos y Matemáticos.
254
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Es el momento de releer el Cuento de Platón & Cía, que también quedó contemplado
en el capítulo “Hiperprólogos” por ser el cuento preferido de Diego de Sagredo.
Efectivamente, como apunta Perrault, estos tres relatos ejemplifican su Cuento previo,
sin ellos, el prólogo pierde la materialización de su moraleja. Perrault dispara donde
más nos duele, a la alteración de la enseñanza a la que tanto valor da Vitruvio.
Curiosamente, Perrault, tan poco permeable en sus anotaciones a la llamada de la
ética de los Siete Cuentos, la respalda en este contexto.
Conclude Vitruvio la sua lunga digressione, e pare, che fin qui sia stato il proemio del
presente libro, il quale per la diversità delle cose forse e stato o in molte parti diviso ; il
tutto è non meno facile, che degno da esser posto in opera, come cosa piena di
utilissimi precetti a chi si diletta di sapere e di conservare nella memoria le cose
imparate. 200 (Barbaro, 1567)
200Vitruvio concluye su larga disertación, que parece pertenecer al prefacio del presente libro, el cual
debido a la diversidad de materias quizás se haya dividida en varios capítulos; el conjunto es digno
de ser implementado, como un algo lleno de preceptos muy útiles para quienes se deleiten en
instruirse y guardar en la memoria las cosas aprendidas.
201Si Fray Giocondo no comentó a Vitruvio, sino que lo hizo figurativo, Cesariano lo tradujo, lo
comentó y pretendió hacerlo histórico. (García Melero, 2002)
255
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Hemos retrocedido todo lo más que nos ha sido posible, hasta donde nuestro
documento lo hace preceptivo. La primera edición a cargo de Giovanni Sulpicio no
está digitalizada; al códice Harleianus solo puede accederse parcialmente, y el
manuscrito Bodleiano, que estudiamos con motivo de las anotaciones de Petrarca, es
indescifrable a ese respecto, en tanto que las letras capitales que inauguran prólogos,
libros y capítulos, que podrían darnos la pista, son gráficamente aleatorias en su diseño.
¿Sería Giocondo el errante número uno? Por nuestra parte queda ampliamente
disculpado, nos compensa con creces con sus cuidadas ilustraciones. Todos yerran,
todos ilustran, pero es cierto que unos se vuelcan en el intento más que otros.
Formar parte del contenido del libro, y no del prólogo, ¿licita ser ilustrado?
Hasta ahora, no habíamos reseñado el polémico asunto de las ilustraciones de los Diez
Libros, por no pertenecer a la competencia de nuestros prólogos y ser un territorio
ambiguo, digno de las más elevadas especulaciones. La comunidad erudita concluye
que las de Vitruvio existieron, pero se perdieron. Alberti no ilustró voluntariamente su
tratado De Re Aedificatoria (Thoemes, 2011). El gran Alberti ¿haría algo que antes no
hubiese visto claro en su maestro? Más allá de infinitas conjeturas, el propio Vitruvio
indica expresamente dónde considera que sus textos deben apoyarse con material
gráfico. Llegase, o no, a acometer su ejecución, advierte de su necesidad, o de su
utilidad; “Utilitas”, un término que cada vez acompaña más a nuestro autor junto con
el de universalidad.
202 Pocos prólogos conocemos en la literatura que contengan imágenes o dibujos. En el ámbito de la
literatura plástica y artística, donde tantas veces el proemio reclama naturalmente un apoyo gráfico,
solo hemos dado con un prólogo ilustrado. Se trata del de Delfín Rodriguez, titulado “Pulso a un
traductor”, que singularmente está dedicado a Ortiz y Sanz, y al que no nos hemos referido antes por
no constituir fuente bibliográfica directa de este documento.
256
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
« À peine dix croquis peuvent en effet être recensés dans la totalité des dix volumina.
En voici la liste, d’après les renvois aux figures relevés dans le texte :
01. Tracé de la rose de vents (Livre I) 203
02. Tracé de l’orientation des rues (Livre I)
03. Dessin de l’entasis (Livre III)
04. Le montage des scamilli impares (Livre III) 204
05. Tracé des volutes du chapiteau ionique (Livre III)
06. Table des degrés sonores d’après Aristoxène de Tarente (appels Livre V et VI)
07. Le chorobate (Livre VIII) 205
08. La duplication du carré (Livre IX)
09. L’utilisation du triangle de Pythagore pour le montage des escaliers (Livre IX)
10. La vis d’Archimède -sans doute simple reprise du dessin précédent (Livre X)
203 Este croquis pertenece al manuscrito Harleianus, el códice del De Architectura más antiguo que se
conserva. No hay más dibujos que éste en sus márgenes, que responde a la primera acotación de
Vitruvio sobre la necesidad de ilustrar la rosa de los vientos.
204 « Petites banquettes de taille inégale destinées à éviter l’impression de concavité que donnerait
un stylobate parfaitement horizontal »
257
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Lo que empezó siendo un imprevisto circunstancial, del que quisimos sacar partido
para iluminar excepcionalmente nuestro trabajo, ha resultado una voluntad expresa
del propio Vitruvio, que lo convierte en el primer autor en inaugurar la inusual tipología
de un prólogo ilustrado. De nuevo pionero. Cabría preguntarse si esta originalidad por
su parte pudo despistar y ser el desencadenante del cambio de categoría; quede
como línea futura de investigación.
206 Fray Giocondo en 1511, inaugura la exégesis gráfica de las ediciones de Vitruvio (Manzanero,
2008). En 1521 Cesariano publica su edición con el ejercicio gráfico, a nuestro juicio, más espectacular
de entre todos los errantes, su trabajo es vanguardista. Ingrid Rowland se sirve de uno de sus más
famosos dibujos para ilustrar la portada de su traducción del De Architectura de 1999.
258
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Para titularlos recurriremos a Barbaro, el errante que siempre acierta.207 Los títulos
también son ilustrativos de su utilidad. Al final del capítulo se presentarán las
ilustraciones de los demás errantes. Es importante recordar que será Palladio el
encargado de ilustrar la traducción de Barbaro. Hemos subrayado la ventaja que
tuvieron estos relatos por el hecho de ser ilustrados, sin hacer hincapié en la que
tuvieron, sin más, por el hecho de pertenecer al libro, lo que sin duda multiplicó
exponencialmente su número de lectores, durante los siglos en los que los Diez Prólogos
no se consideraron objeto de debate y estudio.208 Cuando la mirada empieza a
dirigirse hacia ellos, el Prólogo IX ya está recolocado y restituido. No fue deseo expreso
de Vitruvio que se produjese esta “eventualidad”, pero quién sabe si, a la postre, no
fue proverbial.
Empieza el Cuento con Dibujos. Dos grandes filósofos matemáticos y el más grande
matemático de la antigüedad griega son sus protagonistas.
207Vamos a dejar constancia de los títulos con que cada errante ha bautizado cada cuento; es a
reseñable que traslucen su utilidad doméstica. No están todos, recordemos que algunos traductores
prefirieron castigar la contingencia con la indiferencia, entre ellos Ortiz y Sanz:
208 Ver título “Su lectura en el pasado” dentro del capítulo Siete prólogos, Siete Cuentos.
259
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
“Teorema de Platón”. Cesariano (1521) Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura libri Dece
260
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Así que, no saliendo bien por números, tírese en el cuadrado de 10 pies de lado una
diagonal que le divida en dos triángulos iguales de 50 pies de área cada uno. Con la
longitud de esta diagonal constrúyase un cuadrado de lados iguales: y resultarán en
este segundo cuadrado cuatro triángulos de 50 pies de área cada uno, así como en
el primero no había más de dos de estos triángulos, tirada la diagonal. De esta forma
demostró Platón por Geometría la duplicación, según es de ver en la figura de abajo.
261
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
262
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Esta invención, al paso que es útil en las dimensiones y otras muchas cosas, es expedita
para la construcción de las escaleras en los edificios, a fin de darles la más cómoda
proporción de peldaños; porque dividiendo en tres partes la altura que hay desde el
filo superior del alto hasta el suelo, cinco de ellas será la longitud inclinada de los
maderos: pues contando cuatro partes iguales a las primeras, desde el perpendículo
adelante, allí vendrán a caer los labios interiores de los pies de los maderos. De esta
conformidad saldrá proporcionada la elevación de peldaños y escalera. Abajo se
pondrá también la figura de esto.
263
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
264
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Con esto tuvo averiguado cuánta agua correspondía a una determinada porción de
plata. Sabido esto, metió también la porción de oro en el vaso lleno, y sacada, añadió
como antes una medida de agua, y advirtió que no había salido tanta como la
primera vez, sino tanta menos cuanto menos voluminosa era una masa de oro que
una de plata de pesos iguales. Finalmente, vuelto a rellenar el vaso, y metida en el
agua la corona misma, halló haber expelido ésta más agua que la masa de oro igual
en peso a ella; y por esta mayor expulsión de agua en la corona arguyó la mezcla de
plata y oro, y el hurto manifiesto del artífice.
265
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
266
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
209Tras concurrir los tres relatos, Vitruvio esboza la imposibilidad de la duplicación del cubo si no es
a través de métodos mecánicos. Para interpretar la respuesta del oráculo de Apolo Delíaco, nos
cuenta que Archítas se sirve de semi-cilindros y Erastótenes del mesolabio. Por último, menciona el
escrito de Demócrito, titulado Cheirokmeton en el que el autor sellaba con su anillo y cera rosa las
cosas que tenía experimentadas.
267
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
3 MATEMÁTICAS DOMÉSTICAS
Como es habitual, son profusas las anotaciones de los numerosos traductores a los
textos de Vitruvio. A lo largo de la investigación, hemos evitado coleccionarlas, a
menudo representaban un exceso de carga erudita en detrimento de la palabra de
Vitruvio. Reunidas, las que se refieren a estos relatos, compondrían una clase magistral
universitaria de Matemática y Física. Hoy, lo que nos ha costado evitar es no incluirlas
todas, y recomendamos vivamente a los amantes de la Matemática que visiten las de
Barbaro, la moral matemática del genial Barbaro (Evers, 2011 pref. p. 6)210 Este capítulo
no pretende ser más que un guiño a la ilustración y un elogio a la Matemática
doméstica, a la regla de tres y a la tabla de multiplicar. No obstante, acudimos a la
traducción más reciente del De Architectura, la francesa de Pierre Gros del 2015, con
el fin de hojear lo último anotado en este campo.
210Entre las numerosas ediciones ilustradas de Vitruvio, la editada por Daniele Barbaro en 1556 está
considerada la más minuciosa en cuanto a crítica de texto y la más ponderada. Convirtió la definición
de Vitruvio: architectura est scientia, en la pauta para sus comentarios, y asentó las matemáticas en
la base de la arquitectura para hacerla partícipe de la verdad. Según Daniele Barbaro, el arte y la
arquitectura son actividades intelectuales, meditadas racionalmente, que no se basan en un principio
sensitivo. Como la ciencia y el intelecto están sometidos a la verdad absoluta, la dignidad y la
grandeza de la arquitectura dependen de su participación en las disciplinas científicas.
(Evers, 2011 pref.p.6)
268
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
211Vitruvio presenta el famoso teorema de Pitágoras a2 + b2 = c2 como una propiedad del triángulo
3/4/5, mientras que es una regla general válida para todos los triángulos rectángulos, y por otro lado
no parece darse cuenta de que, la solución platónica de la duplicación del cuadrado, que acaba de
discutir, es solo la aplicación de este teorema al caso particular del triángulo rectángulo isósceles. J.
Soubiran tiene razón al preguntarse sobre las habilidades matemáticas del teórico. (…) La aplicación
es teórica, en la medida en que la proporción ¾ dada a la escalera crea una pendiente bastante
pronunciada, que las observaciones arqueológicas generalmente no confirman. Tanto más cuanto
que la proporción que regula el vuelo en su conjunto es también la que gobierna la altura y la anchura
de cada paso. Las escaleras recomendadas por Vitruvio, para templos y gradas de teatro, no cumplen
con esta regla.
269
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Pour Jean Soubiran Vitruve est obnubilé par l’intérêt des applications pratiques (…)
Cette obsession de l’utilité serait selon lui évidente dans la préface du livre IX où Vitruve
énumère comme exemples de réflexions utiles pour les hommes, ad uitam
explicandam, entre autres, la duplication du carré dont la démonstration a été rendue
célèbre par le Ménon de Platon, la méthode de calcul que trouva Pythagore pour
fabriquer une équerre a la forme exacte, si utile en particulier comme l´architecte le
souligne, pour la construction des escaliers ; quant au récit qui détaille comment
Archimède découvrions fameux principe sur les corps flottants, cette petite histoire où
le hasard joue un si grand rôle, rabaisse presque le physicien syracusain au niveau d’un
Sherlock Holmes tellement elle est anecdotique et par conséquent pratique.212
(Novara, 1983)
212 Para Jean Soubiran, Vitruvio está obsesionado por el interés de las aplicaciones prácticas (...). Esta
obsesión por la utilidad sería, según él, evidente en el prefacio del libro IX, donde Vitruvio enumera
como ejemplos de reflexiones útiles para los hombres, ad uitam explicandam, entre otras, la
duplicación del cuadrado, cuya demostración se hizo famosa por el Menón de Platón, el método de
cálculo que encontró Pitágoras para hacer un cuadrado con la forma exacta, tan útil en particular
como señala el arquitecto, para la construcción de escaleras; en cuanto a la historia que detalla cómo
Arquímedes descubrió el famoso principio de los cuerpos flotantes, esta pequeña historia en la que
el azar juega un papel tan importante, casi rebaja al físico de Siracusa al nivel de un Sherlock Holmes,
tanto que es anecdótica y, por lo tanto, práctica.
270
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Ahora bien, para que el verdadero propósito del Prólogo Ilustrado quede cumplido,
falta considerar la moraleja: el Cuento Platón & Cía, que le precede, y al que
pertenece por derecho propio salvando el error de maquetación. Los hallazgos de
Platón, Pitágoras y Arquímedes son los ejemplos palpables que eligió Vitruvio para
ilustrar con hechos, no con dibujos, la universalidad y la atemporalidad del
conocimiento al que aspira en su tratado y no deja de señalar en sus prólogos, y
también, el respeto que la humanidad debería rendir de continuo a los sabios. En esta
ocasión, quiso hacerlo desde la Matemática, por cuanto ésta no necesita de la ética
para justificarse, se basta con su propia verdad y belleza. Cuando el hombre es capaz
de cazar y dar forma a una idea absoluta, lo que equivale a decir eterna, nos viene a
la memoria la frase de Pope: “Dios creó a Newton y entonces se hizo la luz”. No somos
capaces de expresarlo mejor.
213 El efecto eureka (también conocido como visión o epifanía) se refiere a la experiencia humana
común de comprender de repente un problema o concepto previamente incomprensible. Algunas
investigaciones describen el efecto eureka como una ventaja de la memoria, pero existen
contradicciones acerca de dónde se produce exactamente en el cerebro, y es difícil predecir en qué
circunstancias se puede producir. El insight es un término psicológico que intenta describir el proceso
de resolución de problemas cuando antes no tenían solución, y de repente ésta se vuelve clara y
evidente. A menudo, esta transición de no entender a la comprensión espontánea va acompañado
de una exclamación de alegría o satisfacción, un momento eureka. Una persona que utiliza
el insight para resolver un problema es capaz de dar respuestas precisas, mientras que los individuos
que no usan este proceso son más propensos a dar respuestas incompletas o parciales. El más
placentero de los efectos intelectuales, incluso cuando se está al borde de comprender sin haber
llegado, pero con la conciencia de que puede ocurrir.
271
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
[Vitruvio] ¿De qué sirve hoy a la humanidad que (el atleta) Milon Crotoniate nunca
fuese vencido, o los otros que en este ejercicio salieron vencedores, sino solo de saber
que mientras vivieron fueron famosos entre sus ciudadanos? Pero la doctrina de
Pitágoras, Demócrito, Platón, Aristóteles, y demás sabios, observada continuamente
con aplicación industriosa, produce actualmente, no solo a sus conciudadanos, sino
a todo el mundo, recientes y exquisitos frutos. Y los que desde sus primeros años
adquieren la gran abundancia de sus preceptos, poseen lo mejor de la sabiduría, y
siembran en las ciudades la suavidad de costumbres, los justos derechos y leyes, sin lo
cual ninguna ciudad puede conservarse.214
214 El Cuento de Platón & Cía, el último de los Siete Cuentos Ejemplares prosigue y se remata como
sabemos con un emocionante final.
272
4 OTROS ILUSTRADORES
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
274
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Ídem
275
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
276
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
277
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
Índice de las ilustraciones de Ortiz y Sanz (1787) donde figuran las ilustraciones a los
“Teoremas de Platón y Pitágoras” como pertenecientes al libro y no al prólogo
278
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO
279
Un prólogo que empieza enseguida es un gran descuido, el preceder, que es su
perfume, se le pierde.
Macedonio Fernández
CAPITULO IV
Hemos dedicado los tres primeros capítulos al estudio exclusivo de siete de los diez
prólogos, el II, III, VI, VII, VIII, IX y X. Dada la naturaleza de su contenido, sujeto a la
interpretación sensible, hemos precisado de un gran número de referencias que
avalaran nuestras conclusiones en el ámbito de lo imparcial. Se han evitado la
especulación y la conjetura, haciendo gala de una de las premisas reflejadas en la
introducción: ser fieles a “lo que dijo Vitruvio” y eludir “lo que quiso decir”. El hecho de
que existan tantas versiones del texto del De Architectura, nos ha abocado, en más
de una ocasión, a no hacer depender una deducción de tal palabra o cual término,
sin antes recopilar otras interpretaciones que nos situaran en un terreno neutral.
Los tres prólogos que nos restan, el I, IV y V, son transparentes. Su contenido es obvio y
objetivo, y lo que es más importante a nuestro empeño, comparten una finalidad
común indiscutible. Si el corpus apológico de los Siete Cuentos tenía como fin último
ejemplarizar, este nuevo corpus editorial de tres prólogos está enfocado por instinto a
convertir el De Architectura en un éxito editorial, en la matriz de los tratados.
Que el título que ahora nos compete, La Filosofía Moral de Tratadista, figure como
último capítulo, no ha de llevar a engaño, su implicación en la supervivencia del
tratado es simétrica a la del primero, La Filosofía Moral del Arquitecto. Cuando Vitruvio
redactó los prólogos, sus textos delataban anhelos de posteridad en el sentido más
generoso de la palabra. Hoy jugamos con la ventaja de saber que tal propósito se
consolidó y que no tiene precedentes, conocemos que sus directrices son fórmulas
infalibles. Siendo una obra confesamente concebida con voluntad de ser útil y
universalmente útil, lo ha sido y lo es.
215 En el primer prólogo del tratado, Vitruvio menciona el apoyo que recibió de Octavia. Las últimas
líneas del segundo prólogo, Cuento de Dinócrates, han hecho correr ríos de tinta sobre la fisionomía
de Vitruvio, dando protagonismo a un asunto tan estéril que nos decidimos a eliminarlas parcialmente
del texto.
283
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Otro asunto es la manufactura de los Diez Libros, un clásico atemporal del oficio que
avalan 1500 años siendo el único superviviente de una raza extinta, y otros 500 años
más de superar una exposición mediática al desnudo. Estamos ante un paradigma de
la capacidad de adaptación. El tratado arquitectónico como género no existía antes
de Vitruvio, disponemos del primer ejemplar. Y es ejemplar.
Volviendo al tema que nos ocupa: por original, beneficioso o bien ideado que esté un
producto, si está mal embalado, mal distribuido, deficientemente posicionado o
vendido sin pasión, merma sus posibilidades de salir a la luz y de difundirse. Vitruvio
edita y maqueta su “objeto” con preciosismo de envoltorio japonés y con la diligencia,
por qué no decir inteligencia, de quien lo atesora, tiene fe en su provecho y finalmente
lo coloca en el mercado en el momento perfecto.
284
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
285
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Es genial, y muy valiente por parte de Blánquez, aseverar que el conjunto del tratado
es del género isagógico. Nosotros nos habíamos atrevido a adjudicar a los prólogos de
los Cuentos el valor de ser la propedéutica de los libros, su moral proyectual. Con su
afirmación, Blánquez baja de su pedestal inalcanzable al De Architectura para subirlo
a otro más elevado, el del conocimiento eficaz que no tiene fronteras ni etiquetas.
Prepara al lector, desde la doctrina asequible, alcanzable, para acometer la práctica
de la profesión, que es donde finalmente se materializa la pericia. El De Architectura,
es la propedéutica del ejercicio profesional, el Prólogo de la Arquitectura. Cualquier
ciudadano dispuesto puede acometer la teoría de los Diez libros e implementarla, pues
el escritor sistematiza la ciencia de la construcción en una obra integral que lo abraza
todo, con un lenguaje para todos.
No es este un nuevo juicio en lo que se refiere a los prólogos. A través de los capítulos
anteriores, hemos ido recibiendo el mensaje de utilidad y universalidad que
acompaña a Vitruvio desde otras ópticas. El de los Cuentos, que advierten a través del
buen y mal ejemplo, y dan alas al arquitecto y al cliente de cualquier latitud; la de Las
Fuentes de Vitruvio, que pone a disposición la Bibliografía completa del De
Architectura; y la de El Prólogo Ilustrado, que regala utilidad y universalidad a través
de una lección magistral matemática a escala doméstica.
286
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Por esta vez el aparato crítico de las traducciones es cartesiano, aunque ningún autor
haya consignado, antes que nosotros, el estudio conjunto de estos tres prólogos como
corpus; nuestra participación apuesta por limitarse a transcribir sus claves mágicas
editoriales a modo de un único decálogo. Y para ello, intentaremos ser directos como
Vitruvio aconseja. Por supuesto, podría inflarse el comentario de infinita erudición a
voluntad, pero sería gratuito hacerlo218. Sin esta clarividencia mental del autor a la hora
de envolver su doctrina y evitar lo superfluo, el De Architectura no habría sobrevolado
dos mil años o hubiese podido ser desbancado. Como en los capítulos anteriores, el
lector contará primero con la palabra de Vitruvio y, tras ella, con nuestro análisis.
217 En el siglo III de nuestra era, el romano Cetius Faventinus compendia el tratado de Vitruvio sin
lograr relegarlo, deja claro en su prólogo titulado “Artis architectonicae privatis usibus adbreviatus
liber”, la admiración que siente por las virtudes editoriales de nuestro tratadista:
“De artis architectonicae peritia, multa oratione Vitruvius Polio, aliique auctores scientissime scripsere.
Verum, ne longa eorum disertaque facundia humilioribus ingeniis alienum faceret studium: pauca ex
his, mediocri licet sermone, privatis usibus ordinare fuit consilium. Quae partes itaque coeli et
regiones ventorum salubres aedificiis videantur; et qua subtilitate nocivi flatus avertantur, aditusque
januarum et lumina fenestris utiliter tribuantur: quibusve mensuris aedificiorum membra disponantur;
quibus signis tenuis abundansque aqua inveniatur; alia etiam quae aedificandi gracia scire oportet,
brevi succinctaque narratione cognosces”.
Vitruvio Polio con mucho talento, y otros autores, escribieron muy sabiamente sobre la pericia del
arte arquitectónico. En verdad, para que su larga y clara elocuencia no hiciera el estudio dificultoso a
los humildes ingenios: su plan fue ordenar pocas cosas de estas, aunque con un lenguaje común,
para usos privados. En una breve y sucinta narración sabrás qué partes del cielo y qué tipo de vientos
parecen saludables para los edificios y con qué sagacidad los vientos nocivos son evitados, y la forma
más útil de distribuir las entradas de las puertas y las luces de las ventanas o con qué proporciones
se disponen las habitaciones de los edificios; con qué señales se encuentra el cristalino y abundante
agua; también otras cosas que conviene saber para construir. (Trad. Mª Luisa Calzado, Filóloga clásica)
218 Sabemos que cada uno de estos prólogos, I, IV y V, cuenta individualmente con una dilatadísima
literatura de análisis y comentarios. Sabemos también que, aunque esta sea magnífica, no es
productiva a efectos de su estudio y comprensión en conjunto.
287
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Es vocación de este documento que figuren completos los textos de todos los prólogos,
son su fuente primigenia y su riqueza, los planos a los que hay que acudir para consultar
la obra. Excepcionalmente, no constará completo el primero de ellos, el prólogo que
inaugura el tratado, solo aportaremos las fracciones que respaldan las directrices del
corpus editorial. Es menor la proporción de líneas que omitimos, a decir verdad, las
más manidas y popularizadas a tecla de buscador, por contener pinceladas
autobiográficas que Vitruvio incluye en aras de la cortesía introductoria y que ya se
han ido filtrando naturalmente a lo largo del escrito. La cita de Macedonio Fernández,
en la portada de este capítulo, no es solo ornamental, al prólogo I le ha pasado factura
ser el primero.
Adelantemos la relación de las diez virtudes extraídas que han hecho del De
Architectura un best-seller y que justificaremos a continuación: concreción, sentido de
la oportunidad, óptimo destinatario, dignidad, utilidad, retórica, brevedad, claridad,
maquetación pitagórica y número mágico.
219 Barbaro acude en nuestro auxilio como viene siendo costumbre. Nos inspira la forma en que trufa
su opinión con la palabra de Vitruvio cuando traduce el tratado.
288
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Portada de Los Diez libros de Arquitectura de Daniele Barbaro, edición de 1567. Había de
escogerse entre las innumerables versiones y este autor-traductor merece los honores.
289
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
[Vitruvio] …en tanto que el pueblo romano y el Senado estaban bajo el Gobierno de
tus brillantísimas reflexiones e iniciativas (refiriéndose a Augusto) no me atrevía en vista
de ocupaciones tan trascendentales a dar a conocer mis escritos sobre arquitectura
redactados a costa de profundas reflexiones. (…) Sin embargo al advertir que asumías
personalmente la supervisión, no solo de la convivencia general y la organización del
Estado, sino también de la política de Obras, pensé que no podía por menos de
dedicarte a la primera ocasión mis escritos sobre estos temas. (...) Empecé a escribir
esta obra en tu honor porque me paré a pensar que tú has promovido y sigues
promoviendo muchas edificaciones y que en el futuro asumirías igualmente la
supervisión de las edificaciones tanto públicas como privadas. (...) he consignado
reglas concretas, de modo que teniéndolas presentes pudieras formarte idea por ti
mismo de la calidad de las obras, tanto de las ya realizadas como de las que están en
proyecto y a decir verdad, en estos volúmenes he sacado a la luz todos los principios
de esta disciplina. (Fragmentos del Prólogo I)
Reglas concretas tras profundas reflexiones, nos explica Vitruvio, con ese aplomo
característico derivado de su honestidad y que genera automática confianza.
290
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
De entre todas las dedicatorias que hemos coleccionado a través de los prólogos de
otros autores, en tu honor, es la primera no estrictamente protocolaria. Y, por cierto, la
primera en cualquier caso referida a un libro de Arquitectura. Incluso cuando Pugin le
dedica, de corazón, su obra a Dios, lo hace obligado por las formas. El fondo de
dedicarle la obra a Augusto es eminentemente práctico, el De Architectura no se
dirige al más alto dignatario, sino al gestor de la obra pública y privada de todo un
imperio y sus provincias. Instructivo y prescriptivo. Ilustrativo y regulador. Termómetro
del control de calidad de las obras, tanto de las ya realizadas como de las que están
en proyecto. Vitruvio nos brinda un manual detector de la mala o la buena
arquitectura, y del buen o mal arquitecto. Sobresaliente.
[Vitruvio] Habiendo observado que la mayoría de los que han escrito sobre
Arquitectura, no han hecho sino amontonar confusamente y sin orden algunos
preceptos que constituyen, por decirlo así, como átomos errantes, estimé que por mi
parte podía emprender una empresa más digna y más útil, condensando como en un
cuerpo perfecto y completo todo el conjunto de esta tan importante ciencia y
ordenando luego en cada libro los asuntos pertinentes. (Prólogo IV completo)
291
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Reproducimos las sabias palabras de Fögen, que aseveran, como lo han hecho las
nuestras, el mensaje de Vitruvio:
This strategy is mirrored in the structure of his treatise. The Knowledge with which an
architect in Vitruvius times should be acquainted has become so wide ranging that it
can no longer be summarized in a short account. What is required instead is a full-scale
treatment of the discipline. This, again, necessitates a systematic and well-structured
presentation of facts, which is useful to the reader. Hence it is crucial for Vitruvius to
underscore that he has invested a considerable amount of effort in the suitable
arrangement of his material.221 (Fögen, 2018)
Una segunda idea importante: no todos los autores traducen el “dignam et utilissimam”
como digno y utilísimo. Una mitad de nuestros intérpretes de cabecera, incluido Ortiz
y Sanz, se refieren al término “dignam” como “conveniente” o “importante”. Nos
detenemos en esta apreciación, ya que, Antoinette Novara, realiza una preciosa
disertación a partir de este subrayado de “dignidad”, que consideramos ofrecer casi
en su totalidad: L’utilité que Vitruve a assignée comme but à son ouvrage ne pouvait
pour lui être pleinement réalisée, si la tâche n’avait comporté la dignité (…). La dignité
a été conquise par l’œuvre dans la mesure où elle a été voulue comme œuvre
littéraire, constituant un progrès dans son genre propre, la littérature spécialisée sur
l’architecture(…)La dignité dans sa plénitude la plus grande, couronne une utilité qui,
de surcroît, dépasse les frontières de Rome et du temps présent ; seul l’assure un écrit
dont la fonction est celle de maillon du progrès de l’humanité en permettant une
divulgation et une transmission des connaissances d’où naîtront les inventions et les
améliorations futures. Par la dignité de son œuvre, Vitruve espérait conquérir l’honneur
de figurer parmi les maiores posterorum non seulement de Rome, mais de l’humanité.222
(Novara, 1983 p. 307)
221 Esta estrategia se refleja en la estructura de su tratado. El Conocimiento que debe tener un
arquitecto en la época de Vitruvio se ha vuelto tan amplio que ya no puede resumirse en un breve
relato. En cambio, lo que se requiere es un tratamiento a gran escala de la disciplina. Esto,
nuevamente, requiere una presentación de hechos sistemática y bien estructurada, que sea útil para
el lector. Por lo tanto, es crucial que Vitruvio recalque que ha invertido una cantidad considerable de
esfuerzo en la disposición adecuada de su material.
222 La utilidad que Vitruvio asignó como meta a su trabajo no podría realizarse plenamente para
él, si la tarea no hubiera incluido la dignidad. (…) La dignidad fue conquistada por la obra en la
medida en que se la quiso como obra literaria, constituyendo un avance en su propio género, la
literatura especializada en arquitectura. (…) La dignidad, en su máxima plenitud, corona una
292
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
utilidad que, además, trasciende las fronteras de Roma y de nuestros días; es la única que asegura
la escritura cuya función es la del eslabón en el progreso de la humanidad, al permitir la divulgación
y transmisión de conocimientos de los que nacerán invenciones y mejoras futuras. Por la dignidad
de su obra, Vitruvio esperaba ganar el honor de estar entre los maiores posterorum, no solo de
Roma, sino de la humanidad.
223 En sus anotaciones al prólogo IV, Barbaro nos brinda una perfecta explicación del porqué de su
texto sucinto; abunda en la virtud de la brevedad narrativa e indirectamente en la búsqueda de
Vitruvio por alcanzar el número diez en sus libros:
“Perche Vitruvius non faccia nel proemio del quarto, come ne i proemi de gli altri libri, discorrendo
sopra alcuna bella cosa, la ragione (come io stimo ) può esser que sta: la materia del presente libro,
è continuata con la materia del precedente;però non bisognana fare altro proemio con digressione,
e historia, come ha fatto ne gli altri. Ma perche ha fatto egli questo poco di proemio ? prima per
distinguer un libro dall'altro , dapoi per continuare la materia, dimostrando quello, che sin hora egli
ci ha insegnato, et quello,che egli ci è per insegnare : et se alcuno dìcesse, non doveva egli sotto un
volume solamente comprendere tutta la trattatione delle fabriche dedicate alla religione ? Io direi,
che per fuggire il tedio, che ci reca la lunghezza, egli ha voluto dar modo al terzo libro, e riservarsi
nel quarto a dichiarirci il restante. Et per quella brevità , che egli lauda nel proemio del seguente libro
; che ci fa piu pronti alle cose , che presto finiscono”
La razón por la que Vitruvio no obra igual en su prefacio al cuarto libro a como obra en el resto de
los prefacios, esto es, disertando sobre algo especial, es, en mi estimación, la siguiente: el contenido
del presente libro (libro IV) es la continuación del precedente (libro III), por lo tanto, no tiene la
necesidad de hacer nuevas digresiones con historias como en los demás. ¿Pero por qué escribe tan
pequeño fragmento de prólogo? Primero para distinguir un libro de otro y después para demostrar
que lo que previamente se ha enseñado tiene su continuidad. Y si alguno se preguntase si no hubiese
debido unir en un solo volumen todo lo relativo a los edificios religiosos, le respondería que lo ha
hecho para evitar el tedio, queriendo empezar con el tema en el tercer libro y reservarse el resto para
293
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Tiene algo del carácter del todavía más breve prólogo de Villard de Honnecourt, o
para ser más exactos, este último respira una intención similar al de Vitruvio.224 Ambos
autores, Vitruvio y Villard, sintetizan en palabras certeras el alma de sus tratados.
Sostuvimos en la introducción general que, de eliminarse las referencias cronológicas
asociadas a los Prólogos del De Architectura, nos encontraríamos con un conjunto de
diez textos perfectamente válidos para la profesión de todos los tiempos, incluidos los
siglos de la prodigiosa arquitectura gótica.
el cuarto. Y también porque la brevedad narrativa, que pregona en el proemio del siguiente libro
(Prólogo V), anima al lector a emprender mejor los temas que terminan pronto.
224 Villard de Honnecourt vous salue, et prie tous ceux qui travaillent aux divers genres d’ouvrages
contenus en ce livre de prier pour son âme, et de se souvenir de lui : car dans ce livre on peut trouver
grand secours pour s’instruire sur les principes de la maçonnerie et des constructions en charpente.
Vous y trouverez aussi la méthode de la portraiture et du trait. Ainsi que la géométrie le commande
et l’enseigne.
294
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Dice Corso: La concezione della poesia e della storia come le due branche letterarie
fondamentali è di Aristoteles. Il pensiero aristotelico era venuto in voga nella cultura
romana tardo repubblicana segnatamente grazie alla mediazione ciceroniana. 225
En el capítulo Siete Cuentos, dimos buena cuenta de la estela de filólogos que se han
dedicado, y dedican, en cuerpo y alma a la exégesis de los textos de Vitruvio, hasta
desentrañar cada uno de sus giros retóricos ciceronianos. A pesar del lamento que
acompaña a las palabras de Vitruvio al inicio de este epígrafe, el hecho es que
consigue lo que persigue: dar una impronta literaria al De Architectura a través de sus
Prólogos, que hasta ahora no era propia de una obra técnica o científica:
Vitruve sait qu’il entre avec son traité sur un terrain qui lui est fermé (…) pour la société
élevée du temps, le fait est en soi scandaleux qu’un technicien se permette d’écrire et
de publier un traité de sa profession en le destinant aux porteurs de la culture
humaniste.226 (Lana, 1970)
Algo que podíamos sospechar, pues toda novedad encuentra sus detractores, émulos
de los que también fue víctima Fray Lorenzo y de los que se defendió a golpe de
Cuento de Dinócrates y Aristipo. Vitruvio se pertrecha igualmente, gracias a las
lecciones de sus Siete Cuentos, contra la ola de ignorantes y envidiosos que pueden
sucederse a la publicación de su tratado. Con la ejemplaridad de sus relatos les pone
el espejo de cara, les deja sin coartada, se les adelanta. La estrategia respira la
modestia apacible del sabio y la depredadora pasión por sacar a su hijo adelante.
Pese a quien le pese, Vitruvio triunfa con su prosa. Además de servirse del latín clásico
con un registro doméstico en su versión más coloquial, para utilidad de todos los
públicos, sabe coronarlo con los recursos de la poesía y la historia de entonces.
225 La concepción de la poesía y la historia como las dos ramas literarias fundamentales pertenece a
Aristóteles. El pensamiento aristotélico se había puesto de moda en la cultura romana tardía-
republicana, sobre todo gracias a la mediación ciceroniana.
226Vitruvio sabe que con su tratado entra en un terreno que le está vedado. (…) para la alta sociedad
de la época, es en sí escandaloso que un técnico se permita escribir y publicar un tratado de su
profesión con la intención de los portadores de la cultura humanista.
295
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
[Vitruvio] Y como además las cosas no son de por sí claras, y por otra parte los vocablos
con que se las designa no son de uso corriente, si los preceptos descritos son difusos y
vagos y no están condensados y explicados con breves y concisas expresiones,
quedarán confusas las ideas en la mente de los lectores y la misma cantidad y
abundancia de las palabras constituirá una barrera más a su inteligencia.
Estas razones me moverán a ser breve en la exposición de cosas obscuras o de
relaciones de medidas deducidas de los miembros de los edificios para que se confíen
fácilmente a la memoria y puedan retenerse sin dificultad. Por otra parte, teniendo en
cuenta que los ciudadanos se ven continuamente ocupados, tanto por asuntos
públicos como privados, me he confirmado más en la necesidad de que debía ser
sucinto al escribir, a fin de que pudieran entender estas cosas aun leyéndolas en los
cortos momentos de que disponen. (Fragmento del prólogo V)
Vitruvio apuesta por la concisión y la transparencia de sus textos para cubrir tres retos:
llegar a la inteligencia del lector en línea recta, facilitar a la memoria la retención de
conocimientos y ahorrar tiempo en la formación. Los ciudadanos se ven
continuamente ocupados. ¿Por qué será que parece escrito antes de ayer?
296
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
[Vitruvio] Por eso también Pitágoras y los que siguieron su escuela se decidieron a
escribir sus enseñanzas en números cúbicos y estatuyeron el cubo de 216 versos, y
pensaron que no convenía que cada grupo de doctrina ocupará más de 3 estrofas.
El cubo es un cuerpo perfectamente regular, compuesto de 6 caras iguales entre sí.
Este, cuando es lanzado, si no se le toca, permanece inmóvil sobre la cara que cae,
como ocurre con los dados que los jugadores tiran sobre una mesa. Ahora bien,
parece ser que adoptaron esa manera de explicar sus preceptos por la semejanza
con el cubo; este número de 6 versos, como un cubo, en cualquier inteligencia que se
fije encuentra una estabilidad inconmovible. Por esto también los poetas cómicos
griegos permitieron a los actores la intercalación de intermedios a cargo del coro y
subdividieron la extensión de sus dramas: y así mismo, haciendo divisiones según la ley
cúbica, aligeraban con sus pausas la dicción de sus actores.
(Fragmento del prólogo V)
Volvemos al Pitágoras del capítulo “El Prólogo Ilustrado”, y con él, como Ulises, a
atarnos y resistir el canto matemático de las sirenas. Haríamos un capítulo
exclusivamente dedicado a la Matemática de los prólogos de Vitruvio, pero no es este
el documento. Sobre este fragmento se ha escrito muchísimo. Sin embargo, no existe,
que conozcamos, un estudio del De Architectura desde el foco exclusivo de la técnica
pitagórica para memorizar y retener contenidos.
228 Ver Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial de René Taylor.
297
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Este último capítulo versa, de manera figurada, sobre las claves de la supervivencia
“material” del De Architectura, del papyrus al libro de bolsillo. Lejos quedaba en la
mente de Vitruvio el formato digital que ahora conocemos. Imaginemos las estanterías
de la Biblioteca de Alejandría, o mejor, las de la casa de un romano del siglo de nuestro
autor. Se diría que diez volúmenes de junco, enrollados y apilados, mantienen la
estabilidad física y la estética perfectas, propias del triángulo equilátero.
229
298
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA
Los libros podrían haber sido siete u once. ¿Habrían tenido esas cifras la misma
connotación armónica que hoy nos sugiere el número diez? Probablemente sí, porque
lo que hace mágico al diez, en este caso no es la cifra, sino la propia obra de Vitruvio.
El De Architectura sublimó al diez, no el diez al De Architectura.230
***
Ponemos punto final a nuestra investigación con un fragmento evocador del prólogo
IX, las palabras que culminan el Cuento de Platón y Cía. Vitruvio, ingenuamente
profético y ajeno a su devenir, celebra la inmortalidad de la sabiduría que perdura en
la palabra de los escritores:
[Vitruvio] A los nacidos en nuestros días les parecerá debatir con Lucrecio sobre la
naturaleza de las cosas y de la oratoria con Cicerón. Muchos de los venideros
conferenciarán con Varrón sobre lengua latina. Los filólogos también, consultando los
libros de los sabios griegos, creerán estar comunicando secretamente con ellos. Y, en
una palabra, las sentencias de los escritores doctos, floreciendo por todas las edades,
aunque ausentes sus personas, cuando se alegan en los discursos y conferencias,
tienen más autoridad que todos los presentes.
A las que sumamos, Hoy muchos conversamos contigo, Vitruvio, sobre Arquitectura.
230 Líneas finales del tratado De Architectura: [Vitruvio] He desarrollado en este volumen lo que he
podido exponer y considerado más útil sobre las máquinas y las disposiciones que pueden ser
necesarias, tanto en tiempo de paz como de guerra. En los nueve libros precedentes he tratado los
demás temas y sus divisiones, de manera que el cuerpo entero de la Arquitectura ha tenido todos sus
miembros desarrollados en diez libros. (Libro X)
299
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS
CONCLUSIONES y APORTACIONES
CONCLUSIONES A LOS OBJETIVOS
1 El valor de la palabra de Vitruvio
2 Architéktõn, pionero y visionario
3 La línea del tiempo
4 La supervivencia y la súper vivencia
5 Un tratado universal, atemporal y de utilidad
APORTACIONES AL ESTADO DE LA CUESTIÓN
DANIELE BARBARO, ESTADO DE LA CONSTATACIÓN
LÍNEAS FUTURAS
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Estimamos que a lo largo del documento se han materializado los objetivos previos a
esta investigación –sumadas las cuestiones que hemos recogido en el camino–. No los
haremos corresponder unívocamente con las conclusiones, aunque procuraremos
seguir un orden paralelo. Una vez desarrolladas las aportaciones debidas al título
Objetivos, ofreceremos las debidas al título Estado de la Cuestión.
Vitruvio deseaba que sus prólogos tuviesen trascendencia, que fueran escuchados en
la misma medida que sus libros. Nuestra aspiración adicional era exponer su palabra
antes que la nuestra, que nuestro aparato crítico. Llevados por una intuición que derivó
en convicción, transcribimos los Diez Prólogos en un volumen de siete cuentos o cuerpo
apológico (que responde a la filosofía del Vitruvio arquitecto) y en un decálogo de
escritura o cuerpo editorial (dando respuesta a la filosofía del Vitruvio tratadista).
Propuestas divulgativas que consideramos enfatizan y preservan naturalmente su
mensaje.
303
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Sale como caballo perdedor, título que él mismo se adjudica. No duda en confesarnos
su disgusto por la poca consideración que se le otorga en el ámbito profesional,
cuando muchos de sus colegas, poco formados o incluso grandes ignorantes, se
hacen con encargos a menudo recurriendo a la manipulación. Conductas que
desembocan en el malestar del cliente y gravan su economía. Su receta para redimir
a la profesión es bien sencilla, consta de dos ingredientes: conocimiento profundo de
la materia y convicciones morales. Propone invertir en la formación-educación, a ser
posible desde la infancia –memorable y conmovedor es el agradecimiento que
profesa a sus padres–, y para colaborar en la empresa predica con el ejemplo, se pone
manos a la obra y se dedica a la escritura de un documento que contiene toda la
base del saber arquitectónico acumulado hasta el momento para que forme e
informe, enseñe a construir y permita testar lo construido. Con paciente inteligencia,
con sabiduría y con la modestia propia del sabio, escribe el tratado más importante
de la arquitectura, acompañándolo de la propedéutica indispensable de sus prólogos
bien trenzados entre los libros. Gracias a ellos se manifiesta como el pionero de la
deontología profesional y como el primer autor de una Bibliografía de la Arquitectura,
un visionario de la propiedad intelectual. Cabría preguntarse: ¿se conoce más a un
tratadista por su bibliografía o por su biografía? Hemos apostado por lo primero, y así
lo reflejamos con nuestra aportación en el segundo capítulo del documento, un viaje
en el tiempo a las fuentes perdidas, donde Vitruvio se debate entre su enamoramiento
por Grecia y su fidelidad hacia Roma. No abundaremos más en su persona, que
damos por hecho se ha ido perfilando a lo largo del texto, lo que hemos procurado
hacer sin escatimar pasión. Confiamos haber impulsado a “reconocer”231 la figura de
esta personalidad extraordinaria, cumpliendo con nuestro cuarto objetivo.
231 En este epígrafe hemos entrecomillado “reconocer” -así como en el anterior: “redescubre”,
“reinicia”, “reorganiza” “retransmite”-, por el protagonismo que le dimos a estos términos en la
entrada OBJETIVOS de la introducción general. (páginas 42 y 43)
304
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
La línea del tiempo de los Diez Prólogos es inversamente proporcional a la de los Diez
Libros. Hemos constatado cómo los primeros son los grandes ignorados cuando el
tratado está en su momento de máxima efervescencia y rodeado de exégetas que
llevan a cabo su labor hasta las últimas consecuencias. Se persigue encontrar el canon
de la belleza clásica, no el canon de la belleza de las buenas costumbres
profesionales. Como resultado el De Architectura fue desvirtuado, en el sentido propio
de virtud y en su acepción de haberse sofisticado. Es un tratado isagógico, una biblia
de la arquitectura como catálogo constructivo y no como revelación divina. 232
Porque siempre hay una primera vez, porque los prólogos se daban por comentados
en el aparato crítico de las ediciones o en sus introducciones, porque se han
considerado suficientes las publicaciones de estudios parciales filológicos, porque
hasta este momento no estaba escrito en la línea del tiempo escucharlos sino sólo
oírlos, o porque a los prólogos –como les ocurre a los índices y a las bibliografías– les
cuesta cortar el cordón umbilical con sus libros. O también, y es nuestra última casilla
de la quiniela, porque no ha sido de interés prioritario poner a la profesión frente al
espejo de sus deficiencias y a su sencilla indicación para resolverlas con excelencia: la
Moralitas dictada hace veinte siglos. Con la refrescada mirada hacia estos textos, su
manifiesta fertilidad, su atemporalidad y, podríamos decir, nuestro empeño urgente
por divulgarlos, se termina de cerrar el quinto punto de nuestros objetivos.
305
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Son los 1500 años de copistas entregados a generar manuscritos de Vitruvio, o para ser
más exactos, el periodo de tiempo de 1000 años desde la caída del imperio romano
hasta la primera edición impresa, los que nos hablan de la supervivencia que los
prólogos insuflaron al tratado. En esos diez siglos donde el lenguaje arquitectónico no
se asentaba en la palabra, el único sentido de respetar y mantener vivo y salvo al De
Architectura era el de preservar su mensaje ejemplar y ejemplarizante, así como los
principios universales contenidos en sus Diez Prólogos. Sin ellos, los libros habrían
sucumbido. Aunque esta conclusión no pueda fundamentarse en parámetros
objetivos y científicos, la lógica de los acontecimientos descritos en el cuerpo de la
investigación nos permite afirmarlo, o incluso proponerlo como un acto de fe.
Fue una súper-vivencia, una excitante aventura para el De Architectura formar parte,
involuntariamente enrolado, del gran debate de la Arquitectura que se gestó a partir
del siglo XVI: vitruvianos o antivitruvianos, censores de su obra o amantes
incondicionales, el arquitecto renacentista y el gótico en el papel del bueno y el malo
que después intercambiarían. Una aventura de la que salió indemne y triunfante
gracias a eruditos como Pedro Márquez. ¿Quiénes son hoy los bellos y quiénes los
bárbaros? A través de los Diez prólogos concluimos que Vitruvio no tiene equipo, que
su Moralitas es el listón que diferencia a la arquitectura edificada de la edificante. Y
con ello esperamos haber sabido responder a nuestras cuestiones sexta y séptima, que
no obstante ampliamos en la siguiente entrada.
306
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Esta tesis, enfocada en origen al estudio exclusivo de los Prólogos, hubo de implicarse
merced a ellos con el tratado, con la gratificación de verlo liberado de pertenecer a
un único lenguaje arquitectónico, constatando que la doctrina de los libros era
permeable a la universalidad y atemporalidad del mensaje de sus prólogos. 233 Durante
más de tres siglos se consideró que entre las páginas del De Architectura se escondía
el secreto del santo grial de la belleza, y era cierto, pero no el de la belleza de un estilo,
sino el secreto de la belleza que destila toda verdad constructiva, que en nuestro
comentario hemos bautizado como “moral proyectual”. Estudiando los Diez Prólogos
emerge un nuevo vocabulario: apológico, propedéutico, isagógico, que nos ha
permitido concluir que, eliminada toda coordenada cronológica del tratado,
estaríamos ante un abecedario del oficio destinado a todas las geografías y a todos
los tiempos. Y a todos los públicos. Otra de las bendiciones del De Architectura es el
estar dirigido globalmente a los ciudadanos. Vitruvio se lo dedica con sentimiento a
los padres de familia -como símbolo de los clientes necesitados de amparo-, a los
arquitectos y a los gestores de obra pública. Escrito en un latín asequible y con una
profunda vocación de utilidad doméstica destinada a profesionales y profanos. 234
Esperamos que el hecho de reeditar siete de los Diez Prólogos en cuentos, y los tres
restantes como un manual de estilo editorial, les dote de la suficiente coherencia (e
incluso simpatía) para que cualquiera sienta curiosidad por asomarse a conocerlos.
Esperamos también que el público al que iban dirigidos, y que en su momento no se
hizo receptor, ahora lo tenga más fácil. Finalizamos así las aportaciones referidas al
conjunto de nuestros objetivos.
307
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Los Diez Prólogos de Arquitectura: UTILITAS, FIRMITAS, VENUSTAS, MORALITAS, título de esta tesis,
valoramos que extracta nuestra contribución al estado del arte: la publicación de los
Diez Prólogos de Vitruvio desvinculados de su tratado, concluyendo que el fruto de su
estudio suma a la tríada arquitectónica vitruviana un cuarto atributo: la Moralitas.
- Pierre Gros, con su traducción crítica del tratado: Vitruve De l´Architecture (2015) 235
- Antoinette Novara, con su ensayo: AUCTOR IN BIBLIOTHECA. Essai sur les textes
préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du livre (2005) 236
- Thorsten Fögen, con su artículo; L´architecte engagé: Education, Morality and Politics
in Vitruvius´ De Architectura (2018) 237
“Enunciada está, desde el siglo XVIII, la existencia del mensaje moral, ético y
deontológico intrínseco a los prólogos, luego el asunto no es el hecho de referirlo, sino
con qué dimensión, en qué proporción, en qué contexto o con qué formato y
diligencia”. Con estas palabras nos expresábamos en los prolegómenos del
documento. 238 Lo primero que llama la atención sobre nuestros eruditos es que todos
ellos son doctores en Filología Clásica. En la introducción a su traducción del De
Architectura, Gros enuncia –como ya lo había hecho antes en el prefacio a la
traducción de Corso y Romano–, el valor moral y deontológico que subyace en los
prólogos. Lo hace con la sagacidad del gran conocedor que es de Vitruvio, pero solo
se refiere a ello a través de breves párrafos.
308
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
En el aparato crítico de sus anotaciones a pie de cada uno de los prólogos, sigue la
estela de todos los traductores que le han precedido durante 500 años. Una versión
sobresaliente del De Architectura, a nuestro efecto, una versión más ¿dónde queda el
mensaje proemial del Vitruvio arquitecto, sino en segundo plano, frente a la exquisita
erudición histórica y prensa rosa de la arquitectura, además de desarticulado en diez
capítulos sin un estudio de conjunto?
Al ensayo de Novara le hemos dedicado mucho espacio en este documento por ser
la primera y la única autora que acomete, como nosotros, un estudio integral de los
Diez Prólogos con autonomía del tratado. Tras una exégesis filológica, teatraliza su
función considerándolos una recitatio, un discurso unitario de diez pergaminos a
desenrollar y leer correlativos, del uno al diez, en homenaje y presencia de Augusto.
Muy bella y solvente interpretación a años luz de la que concluye esta tesis. Nuestra
investigación desvela que, para la disciplina arquitectónica, los Diez Prólogos son un
referente profesional. Para la disciplina filolológica, sin embargo, son un objeto de
estudio profesional. La Moralitas es un activo en el oficio, no solo un término latino.
¿Dónde quedan la vigencia y la utilidad de la palabra de Vitruvio y su relevancia en
la profesión?
309
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
… como se puede ver en los proemios de sus libros, (De Architectura) los cuales,
verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos los
volúmenes y considerar muy bien. (Barbaro, 1567)
Pues bien, la vocación de esta investigación, antes de conocer sus palabras, fue, y ha
sido, la de responder a ese porqué: justificar por qué los Diez prólogos son la
propedéutica de sus Diez libros, y los que convierten a un tratado, el de De
Architectura, en el gran Prólogo de toda la arquitectura.241
LÍNEAS FUTURAS
Más de una vez hemos tenido que poner coto a la investigación, tan vasto es el
escenario por donde nos han paseado los Diez Prólogos. Y más de una vez lo hemos
comentado a lo largo del texto. Suman a su contenido aleccionador gratas sorpresas
como son la matemática, su listado de obra arquitectónica, templos, o el listado de
grandes filósofos y escritores. Sin olvidar el viaje que iniciamos en el tiempo, apenas
esbozado, a través de su Bibliografía.
239 Los Doctores: Ana López Mozo, Ángel Martínez Díaz e Ildefonso Muñoz Cosme.
240
Para comprender mejor el contexto de la aportación de Barbaro se sugiere revisitar el título:
CORPUS EJEMPLARIZANTE VERSUS CUERPO DOCTRINAL, Guillaume Philandrier y Daniele Barbaro.
(pp.147-159 de este documento)
241 Ver capítulo UNA LECTURA HOY, PRO-PEDEÚTICA Y PRO-LOGOS. (p.169 de este documento)
310
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES
Pietro Márquez (s. XVIII). En el año 2015 acometimos un estudio sobre los prólogos del
erudito y tratadista novohispano Pietro Márquez, un devoto vitruviano, que dio como
resultado el ensayo Lo Bello sin Cuna. Entonces no conocíamos la trascendencia de
los Diez Prólogos de Vitruvio. Se abre una posible línea de investigación sobre la
conexión teórica entre los textos proemiales de ambos autores, valorando en qué
medida los prólogos de Vitruvio motivaron a Márquez a concluir que la arquitectura
mexicana indígena daba respuesta a lagunas precisas del De Architectura. 242
Great Coxwell Barn (s. XIII). En el año 2017 publicamos el artículo La Conquista de la
Atemporalidad, en el que perseguimos poner en valor la condición moral, la
honestidad constructiva, de este bello granero de diezmos, como garante de su
supervivencia. 243 Queda pendiente un estudio concienzudo sobre la influencia de los
principios vitruvianos en la arquitectura medieval a través del mensaje de sus prólogos.
A este respecto, Francesco Pellati, en su libro VITRUBIO, hace una llamada enigmática
a la conexión del De Architectura con el tratado del s. XIII de Villard de Honnecourt
contemporáneo a nuestro edificio, Great Coxwell Barn. En definitiva, la intención final
es la de profundizar en los 1500 durante los cuales el De Architectura se mantuvo
preservado con mimo exquisito, pero ausente a los ojos del mundo ¿por qué?
242 Para comprender la motivación de estas líneas futuras se sugiere revisitar nuestro capítulo
De Architectura, Universalidad y Atemporalidad. De Pedro Márquez a William Morris. (pp. 203-208)
243
Un edificio puede desaparecer por causas caprichosas, pero su permanencia tiene necesariamente
una deuda con los cimientos, el oficio, su condición moral o la pasión que despierta. Y sin duda con
su capacidad de adaptación. Los que conozcan Great Coxwell Barn, creo que estarán de acuerdo en
que es un ejemplo puro de longevidad en arquitectura civil. Para todos, este ensayo extiende sobre
la mesa las evidencias de su supervivencia, con la íntima convicción de que contienen principios
universales. (Arroyo, 2014)
311
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
A continuación, figuran los autores que han dado forma a esta investigación. La
voluntad de este capítulo bibliográfico es que queden agrupados por categorías a
razón de su implicación en el proceso del trabajo. Consideramos como fuente
primigenia el texto canónico de Vitruvio, su palabra, en cualquiera de las versiones
citadas del De Architectura. Como fuentes primarias observamos el aparato crítico de
las traducciones comentadas del De Architectura, incluidos los prólogos que las
acompañan, quedan ordenadas cronológicamente según su primera fecha de
publicación. Estimamos también fuentes primarias los prólogos de autor a tratados,
sean propios o introducidos por otros eruditos -- que distinguimos como autores
secundarios— les hemos dedicado un epígrafe independiente por su particular
relevancia en el estudio, aparecen listados alfabéticamente. Finalmente, dedicamos
una entrada a la literatura existente vitruviana – nuestras fuentes secundarias—y a toda
la bibliografía que la elaboración del documento nos ha demandado, libros, artículos
y audiovisuales, también por orden alfabético.
314
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
244 Organizadas por orden cronológico según su fecha de primera publicación. Se indica el idioma de
la traducción y si se trata de una edición crítica comentada; también se advierte de la fecha de la
edición consultada cuando no ha sido posible recurrir a la primera edición o facsímil.
315
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
316
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
245 A continuación del autor figura la fecha de su primera publicación, se cita la edición consultada
cuando no ha sido posible acudir a la anteriormente mencionada. El propósito es poder ubicar a los
prólogos en la cronología en que sus autores los redactaron y por lo tanto manifestaron su opinión
en referencia al debate en curso del De Architectura.
317
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
318
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
246 Este listado no contempla el catálogo, previamente citado, de las ediciones consultadas del De
Architectura, ni a los autores que figuran en la entrada “Prólogos de autor y autor secundario”.
319
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
320
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
321
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
322
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
323
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
Vitruve ou Mamurra ?
Pallas, Revue d´études antiques nº 11, p. 123-179
Suárez, Gonzalo (2016)
Cervantes a lomos de Clavileño.
Madrid, El País 05.06.2016 - Sección cine y literatura
Taylor, René (1992)
Arquitectura y Magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial.
Madrid, Ediciones Siruela.
Thoenes, Christof (2011)
Teoría de la Arquitectura del renacimiento a la actualidad. Vol 1.
Taschen, Köln.
Varrón, Marco Terencio (II a.C.)
La lengua latina Libros VII-X.
Biblioteca Clásica Gredos.
Viollet-le-Duc, Eugène (1868)
Dictionnaire raisonné de l´architecture française du XI au XVI siècle. Vol 9, pp.
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FINIS