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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID.

ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA


DEPARTAMENTO DE COMPOSICIÓN. PROGRAMA DE DOCTORADO EN PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

U TILITAS , F IRMITAS , V ENUSTAS , M ORALITAS


Los Diez Prólogos de Arquitectura de Vitruvio

TESIS DOCTORAL 2022


AUTORA: TUSKA ARROYO, ARQUITECTO. DIRECTOR: JOSE MANUEL BARBEITO, DOCTOR ARQUITECTO
Tribunal nombrado por el Sr. Rector Magfco. de la Universidad Politécnica de Madrid,
el día...............de.............................de 20....

Presidente:

Vocal:

Vocal:

Vocal:

Secretario:

Suplente:

Suplente:

Realizado el acto de defensa y lectura de la Tesis el día..........de........................de 20 ...


En la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid

Calificación ..................................................

EL PRESIDENTE LOS VOCALES

EL SECRETARIO
Si miro atrás, a los años de investigación, me emocionan el aliento de Irene, de Úrsula,
de mis compañeros de doctorado. Hoy tengo presente a un equipo incombustible, fiel
compañía de los últimos meses:

A mi director, Jose, gracias por confiar y esperarme. A mi actual marido, gracias


eternas por regalarme tiempo, solo tú eres capaz, y de ordenar mis ideas, mi intérprete.
Mónica… ¡lo hemos conseguido! cómo expresar lo que siento, eres el hada y el ángel,
no me has soltado la mano, estás en cada página. Y en el firmamento de cada punto y
cada acento la amistad, la increíble amistad de Loreto, mi editora celestial.
Imprescindibles la dulzura y la sabiduría de tus buenos días Marga, y el cariño de
Elvira. Fernando Ochoa, eres un genio; Ros, siempre has acudido a la llamada. Gracias
por tu alegría y tus bombones Yadira, me hiciste sentir orgullosa, y a vosotras, Carmen
y Eloísa, por los infatigables mails y hacer entrañable nuestra Escuela.

Los Siete Cuentos Ejemplares de esta tesis están dedicados a los protagonistas de mis
Navidades, los ejemplos de mi vida:

Abuelitos y tíos de Suiza, os recuerdo a los seis juntos y felices, cuánto amor. Mis
padres, mis reyes magos, pareja de novios y súper héroes, para vosotros, Abu y Pac8,
se escribió el Cuento de Aristipo hace 2047años. Mi gran hermana pequeña, “perenne”
cómplice y mamá del noble Arturoico, tu talento merece el Cuento de Platón, tu
generosidad más. Mis niños, MANON, MATE e INDI, qué bellísimas persona sois y
qué preciosos, ¡os admiro! Hoy puedo compensaros con algo valioso: todo es posible.
(incluso ganar el concurso de villancicos de la querida familia Klingenberg)

Y a Hachiko por dejarse besar constantemente.

Y a Vitruvio.

Mayo 2022
No quiero cambiar la arquitectura,
lo que quiero cambiar es esta sociedad de mierda.
Oscar Niemeyer
ÍNDICE GENERAL
ABSTRACT/EXTRACTO

Ten Prefaces on Architecture by Vitruvius. U T I L I T A S , F I R M I T A S , V E N U S T A S , M O R A L I T A S

017 0-INTRODUCCIÓN: CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

019 1 NATURALEZA DEL PRÓLOGO DE AUTOR


1.1 Declaración de intenciones
1.2 Origen de la cuestión
1.3 Primer título: El principio de la Historia. Los Prólogos de Arquitectura
1.4 Descubrimiento de Vitruvio

027 2 LOS DIEZ PRÓLOGOS DE ARQUITECTURA


2.1 Estructura: 10 = 7+3
2.2 Estado de la cuestión
2.3 Objetivos
2.4 Metodología
2.5 Consideraciones editoriales

051 I-LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO: SIETE PRÓLOGOS, SIETE CUENTOS

053 1 PRELIMINARES. PRÓLOGOS II, III, VI, VII, VIII, IX y X p. 043


1.1 Cambio de estatus
1.2 Corpus apológico
1.3 Una agradable conversación
1.4 El intérprete escogido
1.5 La moral en términos de moraleja
1.6 Guía de lectura

079 2 SIETE CUENTOS EJEMPLARES


2.1 Dinócrates
2.2 Sócrates
2.3 Aristipo
2.4 Aristófanes
2.5 De Mileto
2.6 De Éfeso
2.7 Platón y Cía

115 3 SU LECTURA EN EL PASADO


3.1 Petrarca al margen
3.2 Hiperprólogos: Sagredo y Fray Lorenzo
3,3 Corpus ejemplarizante versus cuerpo doctrinal
3.4 Apóstoles, discípulos y Judas

167 4 UNA LECTURA HOY, PRO-PEDÉUTICA Y PRO-LOGOS


4.1 El Vitruvio de los Cuentos
4.2 Filosofía natural
4.3 El Vitruvio de los Libros. He is still the man
4.4 DE ARCHITECTURA. Universalidad y Atemporalidad
209 II-LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

211 1 OBSEQUIO DEL PRÓLOGO VII


1.1 Documento de culto

217 2 ENCABEZAMIENTO
219 3 BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES
3.1 Preliminares
3.2 Lectura entre líneas

227 4 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS


4.1 Cuatro Templos en Grecia siglo IV. Le Voyage du jeune Vitruve
4.2 Cuatro Templos en Grecia siglo I
4.3 Cuatro Templos en Grecia siglo XXI
4.4 Un Templo en Roma

249 III-EL PRÓLOGO ILUSTRADO

251 1 LA SORPRESA DEL PRÓLOGO IX


1.1 Errantes y su vindicación del prólogo IX
1.2 Legitimación de las ilustraciones.

258 2 UN CUENTO CON DIBUJOS


268 3 MATEMÁTICAS DOMÉSTICAS
3.1 Platón Pitágoras, Pitágoras Platón
3.2 ¡Eureka, Vitruvio!

273 4 OTROS ILUSTRADORES

281 IV-CORPUS EDITORIAL: LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

283 1 NUEVO CORPUS. PRÓLOGOS I, IV, V


1.1 Nueva voz. Género isagógico
1.2 Nuevo tratamiento bibliográfico
288 2 DECÁLOGO DE LAS VIRTUDES DEL TRATADISTA
2.1 Concreción, oportunidad y destinatario
2.2 Dignidad y utilidad
2.3 Retórica en la construcción
2.4 Brevedad y claridad
2.5 Maquetación pitagórica
2.6 El número mágico o infalible

301 EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS: CONCLUSIONES y APORTACIONES

313 CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO


ABSTRACT/EXTRACTO
Ten Prefaces on Architecture by Vitruvius. U T I L I T A S , F I R M I T A S , V E N U S T A S , M O R A L I T A S

As the title indicates, this dissertation deals with the Ten Prefaces that Vitruvius chose to include
in his Ten Books. Studied autonomously from the body of the treatise, these forewords unveil
Vitruvius’ concern with Moral Philosophy both as an architect and as a theorist. Vitruvius’ ethical
approach has somehow remained as an implicit or secondary aspect of his work. The concept
of Moralitas emerges now as a clear addition to his well-known three principles, lending a
universal character to De Architectura - which should not be labelled just as a treaty on classical
architecture but as a classic of architecture.

We reached Vitruvius after long research on prefaces to architectural treatises between the XVI
and XVIII Centuries - and specifically those written by the authors themselves. In these treatises
Vitruvius is almost invariably present, at times prominently and at times as a silent guest.
Confronting his own works brought a sudden burst of light. Within his ten prefaces we are
dazzled to find the first record of an ethical code for architects, the first bibliography on Greco-
Latin architecture, the keys to what makes a building socially successful. It is only fair that
posterity rewarded Vitruvius for his generous approach to our profession.

Amazingly, nothing is known about the man Vitruvius – other than what he wrote in his prefaces.
These texts are meant to dignify architecture, addressed to good and bad architects as well as
to the end users that enjoy it, manage it, or suffer it. He conveys his lessons through positive or
negative examples to show us what is right and what is not. With the passage of time, these
prefaces have been the subject of endless erudition and scholar speculation, sometimes
suffocating their message. Following his advocates and translators, we have researched
through layers of literature spread across centuries, separating conjectures from certainties to
reach the original source - Vitruvius’ own words. Liberating the prefaces from the books, the
present work aims to analyse and bring forward those words from an architectural rather than
a philological perspective.

Our contribution aims to make apparent the timeless relevance and the universal value of the
message put forward in Viruvius´ prefaces by means of seven exemplary tales, a journey
through time in search of lost sources, an illustrated lesson on mathematics and an account of
the publishing guidelines making De Architectura the only ancient treatise that has survived
through the depths of time.

KEY WORDS: VITRUVIUS, TEN PREFACES, TEN BOOKS ON ARCHITECTURE, MORALITAS.


Los Diez Prólogos de Arquitectura de Vitruvio. U T I L I T A S , F I R M I T A S , V E N U S T A S , M O R A L I T A S

Como avanza su título, esta tesis doctoral está dedicada a los Diez Prólogos con los que Vitruvio
acompañó a sus Diez Libros. Su estudio, desvinculado de la doctrina del tratado, nos ha
reportado la Filosofía Moral del Vitruvio arquitecto y la del tratadista. Cobra cuerpo la Moralitas,
que se suma naturalmente a la tríada vitruviana -a la que hasta ahora solo había secundado
tácitamente-, universalizando el De Architectura, que pasa de ser un tratado de arquitectura
clásica a un clásico de la arquitectura.

Llegamos a Vitruvio indefectiblemente, al término de una dilatada investigación sobre los


proemios de autor de la tratadística del siglo XVI al XVIII, donde invariablemente asistía como
invitado de honor o convidado de piedra. Deslumbra encontrar entre sus Diez Prólogos la
primera deontología del oficio, la única bibliografía conservada de arquitectura grecolatina,
los ingredientes que distinguen una arquitectura edificada de una edificante o el talismán de
la posteridad como resultado de su generoso compromiso con la profesión.

No se sabe nada de la persona de Vitruvio más allá de lo que nos legó en sus Diez Prólogos.
Con el tiempo, se les ha colmado de erudición histórica y especulativa, sofocando en buena
medida su contenido y su valor como activo. Son textos vigentes y útiles que dignifican la
arquitectura, dirigidos a los arquitectos buenos y malos que la ejercen y a los ciudadanos que
la disfrutan, la gestionan y la padecen; aleccionando con moralejas y con la fórmula infalible
de predicar con el ejemplo. De la mano de sus exégetas y traductores, hemos desbrozado
siglos de literatura superpuesta, sorteando conjeturas y subrayando certezas. El objetivo de
este análisis es redescubrirlos y divulgarlos desde una perspectiva arquitectónica, no filológica,
dando prioridad a la fuente primigenia, su palabra.

Nuestra aportación aspira a dejar constancia de la universalidad y atemporalidad del mensaje


de los Diez Prólogos a través de siete cuentos ejemplares, un viaje en el tiempo a las fuentes
perdidas, una lección de matemática ilustrada y el decálogo de las claves editoriales del
único tratado de arquitectura superviviente de la noche de los tiempos.

CLAVES: VITRUVIO, DIEZ PRÓLOGOS, DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA, MORALITAS.


INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN
1 NATURALEZA DEL PRÓLOGO DE AUTOR
1.1 Declaración de intenciones
1.2 Origen de la cuestión
1.3 Primer título: El principio de la Historia. Los Prólogos de Arquitectura
1.4 Descubrimiento de Vitruvio

2 LOS DIEZ PRÓLOGOS DE ARQUITECTURA


2.1 Estructura. 10 = 7+3
2.2 Estado de la cuestión
2.3 Objetivos
2.4 Metodología
2.5 Consideraciones editoriales
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

1
NATURALEZA DEL PRÓLOGO DE AUTOR

En el ámbito de la tratadística arquitectónica y de la literatura de las artes plásticas,


un prólogo de autor resulta a menudo un monólogo de carácter íntimo y cultivado,
que, en contacto con el lector entregado a escuchar, deviene metafóricamente un
diálogo. La complicidad de la conversación establecida, sus revelaciones y su
proyección teórica, constituyen el fundamento de esta tesis.

De entre estos diálogos interesan a nuestro estudio aquellos en los que el autor-
interlocutor se muestra valiente, abre su corazón y su cabeza con una declaración de
intenciones, de principios o incluso de anhelos. Introduce lo que considera contar
sobre su obra o sobre sí mismo, sin ambages. Habla zanjando la especulación.

En virtud de lo expuesto, varios prólogos de autor convocados con criterio dan pie a
establecer un coloquio profesional, una mesa redonda cuyo fruto hemos venido a
observar como una forma de Intrahistoria de la Arquitectura, o del Arte. 1 En su proemio
al libro Prólogos con un prólogo de prólogos, Borges nos ilumina:

Que yo sepa, nadie ha formulado hasta ahora una teoría del prólogo. La omisión no
debe afligirnos, ya que todos sabemos de qué se trata. El prólogo linda con la oratoria
de sobremesa. (…) Ejemplos hay que enuncian y razonan una estética. El prólogo,
cuando son propicios los astros, no es una forma subalterna del brindis; es una especie
lateral de la crítica. (1975 pp. 7-10)

Las conversaciones de esta investigación, sugeridas a través de los prólogos, desean


ser un brindis, y sus autores, nuestros astros propicios.2

1 Los prefacios que no están escritos por el autor de la obra poseen una condición diferente, más
próxima al artículo, al ensayo. Resultan autores secundarios dentro del libro, grandes eruditos, pero
como nosotros, forasteros emocionales de la autoría de la obra y serán, por lo tanto, nuestras fuentes
secundarias.

2 Cada prólogo listado en la bibliografía de esta tesis nos ha producido la satisfacción de


aproximarnos a conocer personalmente a su autor.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

El prólogo de Villard de Honnecourt, fechado entre 1200 y 1250


(Álbum de Lassus, 1858 p. 62)

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

1.1 LA DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Ser, o no ser, una perpetua conjetura en el escenario de la teoría arquitectónica


estriba en buena medida en la facultad de prologar. Atendamos un momento a lo
que dice Schlosser: Un proemio nos advierte de que las intenciones del autor eran
literarias, y que había concebido un libro en que lo importante, sobre todo, era el
intento de una especie de doctrina medieval de las proporciones, llamada por Villard
portraiture. (1976 p. 51)

Se trata del comentario al icónico proemio con el que Villard de Honnecourt


acompaña su tratado afirmando en primera persona:

Villard de Honnecourt vous salue, et prie tous ceux qui travaillent aux divers genres
d´ouvrages contenus en ce livre de prier pour son âme, et de se souvenir de lui ; car
dans ce livre on peut trouver grand secours pour s´instruire sur les principes de la
maçonnerie et des constructions en charpente. Vous y trouverez aussi la méthode de
la portraiture et du trait, ainsi que la géométrie le commande et l´enseigne.3

Con estas breves palabras, Honnecourt destierra toda duda sobre el fin y contenido
de su obra –una colección incompleta de deliciosas ilustraciones-, se asegura un lugar
en el olimpo de la tratadística y que a las hojas de su tratado no se las lleve el viento.
Diferente es la posición a la que se ve abocado Navascués al respecto de su estudio
crítico sobre el manuscrito de Hernán Ruiz el joven: Más espinosa es la cuestión
referente a la finalidad del manuscrito, esto es, llegar a saber si pretendía ser un tratado
de arquitectura en el pleno sentido de la palabra, con vistas a su publicación, o si, por
el contrario, debe considerarse como una colección de textos y dibujos que forman
un ´corpus´ para uso particular del arquitecto. (1974 p.3)

3 Villard de Honnecourt les saluda, y ruega a todos los que trabajan en los diversos tipos de oficios
contenidos en este libro que oren por su alma y que lo recuerden; porque en él se puede encontrar
gran socorro para instruirse en los principios de la albañilería y de la carpintería. Encontrarán también
la metódica de la proporción y del trazado, tal como la geometría la rige y enseña.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Hernán Ruiz no prologa, queda para siempre en el limbo, en el escenario estéril y


perenne de la especulación sobre si llegó a ser, o no ser, el primer traductor oficial de
Vitruvio, y con este pretexto introducimos por primera vez a nuestro astro protagonista.

1.2 ORIGEN DE LA CUESTIÓN


CIEN AÑOS DE HISTORIOGRAFÍA ESPAÑOLA A TRAVÉS DE TRES PRÓLOGOS

Trabajos de investigación anteriores al inicio de este documento, desvelaron en más


de una ocasión la singular información contendida en los prólogos. La certeza de su
potencial se confirmó cuando la respuesta a una hipótesis que se barajaba se resolvió
entre sus páginas y no entre las del libro. Fue el embrión desencadenante de la
presente tesis doctoral.

Que los prólogos son fuente bibliográfica es un hecho para cualquier investigador o
lector interesado en su consulta.4 El paso hacia adelante es evaluar el peso que puede
tener su estudio sistematizado en el debate y la historiografía arquitectónicos con
autonomía de su libro. Rescatando, para ello, la dimensión universal y atemporal de
sus ideas o principios. Poniéndolos a conversar unos con otros y observando si
comparten lógicas internas, hilvanando esa intrahistoria arquitectónica que
comentamos al inicio. Para confirmar la viabilidad de esta proposición, se tomó la
iniciativa de acometer un ensayo (en sus dos acepciones de prueba y relato) que
abarcaba el estudio de tres prólogos de eruditos de la arquitectura española: José
Caveda, Vicente Lampérez y Fernando Chueca, prólogos publicados
respectivamente en 1848, 1922 y 1965, razonablemente distribuidos a lo largo de cien
años.

Por tratarse de una primera incursión, la selección tuvo inevitablemente algo de azar.
Había más autores a quienes acudir, y cualquiera de nuestros escritores tenía en su
haber más prefacios. A favor, sus textos compartían algo en común que vino a ser
importante: pivotaban en torno a los mismos hechos.

4En la “Advertencia Preliminar” a su Historia de las ideas estéticas, Menéndez Pelayo anota: “Para ser
completo nuestro estudio, comprenderá pues: (…) 5.º Las ideas que los artistas mismos, y
principalmente los artistas literarios, han profesado acerca de su arte exponiéndolas en los prólogos
o en el cuerpo mismo de sus libros” (1909. p. XVIII)

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Cita el escritor Patricio Pron: César Aira sostuvo en cierta ocasión que la lectura de
todo texto se articula en torno a tres fechas: la de su escritura, la de los hechos a los
que se refiere y la de su publicación.

Que los tres prólogos hablasen del mismo periodo histórico y del mismo contexto
arquitectónico, nos permitió organizarles un encuentro virtual. Un debate a tres bandas
con nosotros en el papel de moderadores. El resultado fue afortunado, y sus
conclusiones avaladas por el tribunal de TFPT de la ETSAM como arranque de proyecto
de investigación de tesis doctoral. El ensayo titulado: “Cien años de Historiografía
española a través de tres prólogos”, proporcionó algunas certezas:

- La autosuficiencia del prólogo frente a su libro.


- La capacidad de los prólogos para relacionarse entre sí creando conexiones
y conversaciones.
- La existencia de un debate arquitectónico apasionado desde la condición
moral de la arquitectura.
- La atemporalidad del discurso cuando va ligado a las ideas.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

1.3 PRIMER TÍTULO


EL PRINCIPIO DE LA HISTORIA. LOS PRÓLOGOS DE ARQUITECTURA

Quedó establecido emprender un proyecto de tesis sobre los prólogos de autor a los
tratados de arquitectura, enfocado a poner en juego sus lianas teóricas compartidas.
Evitamos que el campo de investigación lo delimitase la empatía inicial con los
escritores, lo que, sumado al rigor científico, nos condujo a una exploración previa de
la tratadística arquitectónica occidental más emblemática y desde el principio de los
tiempos. Se creó una base datos de no menos de 100 prólogos.5

El marco geográfico lo perfiló el conocimiento del idioma. Textos con los que
pudiésemos interactuar sin más intermediarios que buenos diccionarios, escritos en
español, francés, inglés o italiano. El marco cronológico, inicialmente inabarcable,
observamos que podía domesticarse, sabíamos sobre qué queríamos conversar.
Abrimos el paréntesis con los tratados del siglo XVI - a excepción de la obra de Alberti-
y lo cerramos en el XIX, momento en que la tratadística va perdiendo fuelle a favor de
la historia de la arquitectura. Por lo tanto, cuatro siglos sucesivos de tratadistas
europeos y a 1500 años luz… Vitruvio. Una reliquia imponderable que se estudiaría en
el momento oportuno, si llegado el caso, era oportuno.

La metodología aplicada a este primer título se fue desarrollando según la jerarquía


connatural a su materia prima. Lectura, lectura y relectura de las fuentes primarias, los
prólogos de autor, con total autonomía de su libro y, en la medida de lo posible,
despojada de literatura preexistente con el afán de lograr una visión personal no
moldeada previamente. Tampoco contemplamos conocer el contenido de sus
tratados por la misma estrategia y, en segunda instancia, por imposibilidad. Fundado
el contacto con los protagonistas, entran a participar los secundarios, fuentes primarias
de segundo orden, los prólogos de NO autor a reediciones o traducciones de esos
mismos tratados. Gradualmente se dio paso a la bibliografía demandada más allá de
los preámbulos.

5 Cuatro grandes autores de la Historia de la tratadística y de Literatura artística han sido nuestra
principal guía para generar una base de datos: Schlosser, García Melero, Wiebenson y Thoemes.
Algunos tratados importantes no están prologados, lo están simbólicamente, o están deficientemente
prologados. Por el contrario, algunos prólogos de tratadistas menores resultan de relevancia teórica.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Como resultado de las entrevistas debidas a los prólogos participantes, primero


individuales y después cruzadas, se fue gestando naturalmente un debate polarizado
sobre la condición moral de la arquitectura. Debate literariamente enriquecedor, pues
la mayoría de los autores se sirven de fórmulas originales para llevar sus opiniones al
mejor huerto, convergiendo, casi por sistema, en un veredicto bipartidista. Al De
Architectura sin voz ni voto, se le asignó un bando y por lo tanto a Vitruvio, también.

Entre el XVI y el XVIII no había reunión donde no estuviese invitado como convidado
de piedra, tanto por los vitruvianos como por los anti vitruvianos. Durante esos siglos el
De Architectura era el balón del partido y a nosotros nos interesaba el resultado, no la
pelota. En el siglo XIX cambian las tornas: Vitruvio no juega, pero queda de suplente.
Descubriríamos en adelante que ninguno de los participantes en el debate se había
molestado en escucharle a fondo, en considerar con disciplina sus prólogos. Incluidos
nosotros.

El documento de tesis titulado: El principio de la Historia, los prólogos de Arquitectura,


llegó a estar muy avanzado, con un cuerpo de índice dividido en dos capítulos
bautizados “La Bella” y “La Bárbara” -cada uno con su núcleo duro de autores
contertulios- en referencia a la cita de Ortiz y Sanz que adjuntamos. 6 Los prólogos de
Vitruvio seguían en pausa. Su destino no nos preocupaba, de tener alguno, sería el de
un anexo o una mención honorífica de última hora.

6Luego que la bella Arquitectura Griega empezó a restablecerse entre las naciones cultas, al cabo de
doce siglos de abandono y desprecio, echaron de ver los restauradores que no eran suficientes para
el perfecto restablecimiento de ella los monumentos antiguos que venturosamente se habían
conservado en medio del goticismo y arabismo. Los Arquitectos florentinos Brunelleschi y Alberti
empezaron a desterrar de Italia la Arquitectura bárbara. Insistieron en lo mismo los Sangallo, Fray
Giocondo, Miguel Ángel, Rafael de Urbino y otros muchos; pero al mismo tiempo que hacían rápidos
progresos sin otra guía que su talento y observación del Antiguo, conocieron que Vitruvio era quien
debía interpretar las dudas que de la variedad de sistemas se originaba.” (Ortiz y Sanz, 1787. Pref.)

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

1.4 DESCUBRIMIENTO DE VITRUVIO

Cuando se ilustra un diagrama de nuestro sistema solar se desvirtúan las distancias


entre el sol y los planetas, o se desvirtúa el diámetro del sol para que quepa en los libros
de texto. Hay que elegir entre distancias reales y planetas microscópicos, o entre
planetas visibles a cambio de un sol adulterado. Con Vitruvio ocurre lo mismo, si se le
incorpora al debate todo gira en torno a él, a su escala única.

LA TENTACIÓN DEL CAOS PERFECTO DE LOS PRÓLOGOS DE VITRUVIO

La primera revelación es que el De Architectura, además de Diez libros, contiene Diez


prólogos, y la segunda, es que los Diez prólogos no guardan pautas de extensión, ni
una clasificación correlativa de contenido y muy poca, o ninguna relación con el libro
al que preceden, podrían intercambiarse sin consecuencias. Son indómitos. No se
conoce a Vitruvio en la primera cita de lectura con sus prólogos, ni en la segunda, pero
cuando ocurre es un descubrimiento que merece toda la atención. No exageramos
al decir que están guardados bajo siete llaves. 7

Y empezó a forjarse la idea de dar un vuelco al proyecto y cambiarle el rumbo y el


título. No fue una decisión cómoda, pues costaba dejar atrás un escenario atractivo y
muy consolidado; fue una decisión inevitable. De este periodo de transición es el
artículo publicado en el año 2017, en la Revista de Arquitectura de la Facultad de
Arquitectura de Chile, titulado “(A) la conquista de la atemporalidad”, donde Vitruvio
comparte escenario con los prólogos de Pugin, Ruskin y Morris.

ANTES DE CRISTO, DESPUÉS DE VITRUVIO

Determinar la fecha exacta en la que fue escrito el De Arquitectura en su siglo, en


Roma, o la edad que tenía Vitruvio cuando lo escribió, son dos grandes ejemplos que
ilustran cómo la especulación histórica puede hacer correr ríos de tinta obsesivamente
para llegar a ningún puerto fidedigno de cumpleaños.

7 No era incuestionable que el De Architectura contuviese diez prólogos. En su De Re Aedificatoria o


Diez Libros de Achitectura, Alberti solo aporta dos prólogos y en sus Cuatro Libros de Arquitectura,
Palladio solo tres.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Hay eruditos que se toman la molestia de desgranar, por qué se diría más probable
celebrar el acontecimiento en el año 26 que en el 24, o viceversa. Nosotros somos más
afines a la determinación que demuestra Choisy, en la introducción a su traducción
del De Architectura. Sin contemplaciones, y así lo recalca, se decide por la fecha
redonda del año 25: Chiffre rond: un quart de siècle avant notre ère. Hay otros
estudiosos en la estela de Choisy, poco amigos de las elucubraciones, como el gran
exégeta del De Architectura Jean Soubiran, con el que igualmente comulgamos.

(…) mais rien ne prouve que la préface du livre II ait été écrite la même année que
celle du livre I. D'ailleurs, à quoi bon discuter ? Quand il écrivit ces mots, Vitruve avait
70 ans, selon P. Th. ; au tour de 55, selon Pellati ! Et pourquoi pas 80, avec de belles
considérations sur la mort qui n'a point laissé à l'auteur le temps de mettre la dernière
main au traité et d'en éliminer quelques incohérences trop certaines ? Cela ne coûte
rien, et ne vaut pas beaucoup plus.8 (1962 p. 144)

Pero incluso vamos más allá. Si bien la edad que tenía cuando elaboró su tratado no
nos parece relevante, apostamos, con la garantía que nos permite hacerlo el hecho
de que nadie podrá rebatirlo, que Vitruvio dio el relevo generacional a Cristo y que,
de este modo, la historia de la arquitectura se divide, en nuestra particular cronología,
en “Antes de Cristo” y “Después de Vitruvio “. En ese fascinante instante del tiempo
donde se decide el paso del siglo -1 al siglo +1, sin intermediar la cifra cero. No
abundamos en este dato por su carácter enigmático, se trata sencillamente de
facilitar el recordatorio dándole rotundidad. Ya no hay coartada para desvincularse
del momento vital de Vitruvio y, en consecuencia, de maravillarse con la dimensión de
su supervivencia. La historia del De Architectura se presta a muchas analogías bíblicas
que de forma espontánea irán surgiendo a lo largo del documento, sin más.

Todo lo que sabemos, o todo lo que puede saberse con certeza de Vitruvio, es a través
de Vitruvio, de sus prólogos. Nuestra premisa será limitarnos a su palabra sin conjeturas,
liberada de equipaje, sin hábitos eruditos. Limitarnos a lo que dijo, no a lo que
presuntamente quiso decir. Nuestra exégesis consistirá en la transcripción directa de
sus textos en el mejor vehículo divulgativo.

8 (…) pero nada prueba que el prefacio del libro II haya sido escrito en el mismo año que el del libro
I. Por otra parte, ¿para qué debatir? Cuando escribió estas palabras, Vitruvio tenía 70 años, según
P.Th.; ¡alrededor de 55, según Pellati! ¿Y por qué no 80, sumando a las hermosas conjeturas la
sobrevenida muerte que impidió al autor dar los toques finales al tratado y eliminar de él algunas
incoherencias demasiado evidentes? No cuesta nada hacerlo, y no vale mucho más.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Pero ¿acaso los más ilustres exégetas de Cervantes, desde Mayans o W.H. Prescott a
Astrana Marín, Martín de Riquer o Jean Canavaggio, entre otros biógrafos españoles y
extranjeros, ¿no han recurrido a lo ya dicho y escrito? ¿De dónde extrae sus
deducciones caracterológicas, presuntamente desmitificadoras, Jorge García López
en su reciente Figura en el tapiz sino de la lectura de textos y datos aportados por sus
antecesores o el propio autor? ¿Cómo podría ser de otra manera sin jugar a la güija?
En su día Mary Shelley ya nos advierte de que no existe más retrato fidedigno que la
descripción que el propio autor hace de sí mismo. (Gonzalo Suárez, 2016)

Y si así se reflexiona sobre la figura desnudada miles de veces de Cervantes, ¿qué decir
de la de Vitruvio? Es al propio Vitruvio a quien hay que leer si se desea conocerle en
persona, y hacerlo, a través de sus textos proemiales, podemos garantizar que no
defrauda. Nos costó abandonar las conversaciones mantenidas con nuestros primeros
tratadistas; no obstante, nos serviremos parcialmente de la sabiduría que transmiten
en sus prólogos para referenciar el nuevo título. Los escucharemos desde la nueva
coordenada, el centro del sistema solar.

NOS CONTEMPLA LA MÁS FASCINANTE HISTORIA DE UN LIBRO DE ARQUITECTURA

Como apunte final no perdamos de vista este epígrafe. De partida, aún sin profundizar
en el De Architectura, tenemos todo el derecho a sentirnos hechizados con su devenir,
su posteridad. Es el único ejemplar superviviente de una especie extinta, de quien, en
adelante, se intentarían sucesivas clonaciones y compendios con mayor o menor
fortuna.9

9 A este respecto nos serviremos fundamentalmente del prólogo de Cetius Faventinus a su


compendio de Vitruvio, de los fragmentos de El Palladio al suyo y de los prólogos de los tratados de
Leon Battista Alberti y de Andrea Palladio que irán surgiendo en los próximos capítulos,

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

2 LOS DIEZ PRÓLOGOS DE ARQUITECTURA


UTILITAS, FIRMITAS, VENUSTAS… MORALITAS

La trinidad: Utilitas, Firmitas, Venustas, aparece una sola vez nombrada en todo el texto
de Vitruvio, en el capítulo III del primer libro, pero adquirió una fama incontestable de
cuyo origen parece ser la causa el compendio de Perrault. 10

[Vitruvio] Haec autem ita fieri debent, ut habeatur ratio firmitatis, utilitatis, venustatis.
Firmitatis erit habita ratio, cum fuerit fundamentorum ad solidum depressio, quaque e
materia, copiarum sine avaritia diligens electio; utilitatis autem, [cum fuerit] emendata
et sine inpeditione usus locorum dispositio et ad-regiones sui cuiusque generis apta et
conmoda distrtbutio; venustatis vero, cum fuerit operis species grata et elegans
membrorumque commensus iustas habeat symmetriarum ratiocinationes.11
(Libro I, capítulo III: “Partes de la Arquitectura”)

A nuestro interés, que no es el estudio de los libros sino el de los prólogos, no


abundaremos en su trascendencia teórica, simplemente nos serviremos de la popular
fórmula para sumarle la Moralitas, el implícito cuarto principio del tratado, y transmitir,
de forma directa y fácil de interiorizar, la filosofía moral que nutre a Los Diez Prólogos
de Arquitectura. Vamos a detenernos, sin embargo, en el orden de la tríada; Vitruvio
la enumera empezando por la Firmitas sin por ello desear jerarquizarla como vemos en
las palabras que acompaña. En su traducción del De Architectura, Philandro dedica
un preámbulo al Rey François de Valois, una bellísima disertación sobre “el origen de
la arquitectura”, casi tan bella como la que narra el propio Vitruvio (Libro II, cap. I). En
ambas fábulas se registra como los hombres, en sus primeras edificaciones, pasaron
de la Utilitas a la Firmitas y posteriormente a la Venustas (Lemerle, 1994 p.62 nota 3).
Esta ha sido nuestra motivación a la hora de titular la tesis e inaugurarla con la Utilitas.

10 Ver “The teaching of architecture as a result of a misunderstood triad.” Onecha, Belén; José Luis
González Moreno-Navarro, and Sonsoles Puntos.

11Cualquier cosa que se construya ha de ser atendiendo a la solidez, a la función que desempeña y a
la belleza. Se atiende la solidez asentando los cimientos en suelo firme y seleccionando los materiales
con conocimiento y sin mezquindad. Se atiende a la adecuación del edificio, a su función, cuando la
distribución es impecable y facilita en todo el uso para el fin a que se dedica, y se atiende a la belleza
cuando la apariencia del conjunto produce placer y cuando sus elementos guardan las proporciones
que dictan los principios exactos de la simetría. (De Architectura traducido por Carmen Andreu, 1973)

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

2.1 ESTRUCTURA (10 = 7+3)

La tesis se articula en torno a cuatro capítulos, como resultado del estudio conjunto de
los Diez Prólogos en virtud de su contenido literal y con total autonomía de sus Diez
Libros.

I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO o SIETE PRÓLOGOS, SIETE CUENTOS


II LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO.
III EL PRÓLOGO ILUSTRADO.
IV CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Desde un examen liminar se puede apreciar, que cada uno de los diez, cuenta con
una longitud diferente, en ocasiones llamativamente diferente –el prólogo IV consta
de 5 líneas y el prólogo VII de 155–, el orden que guardan dentro del libro se diría
arbitrario, y su contenido, siempre a primera vista, resulta inclasificable y sin un visible
hilo conductor.

Tienen un solo factor estructural en común, que hemos venido a bautizar como “líneas
de descompresión”, aunque bien hubieran podido denominarse el cordón umbilical.
Componen pequeños párrafos de transición que acompañan fielmente el final del
cada prólogo y marcan una frontera clara con su libro. Anuncian el contenido del
volumen correspondiente haciendo las veces de índice y sinopsis.12 Abotonados a
cada libro que preceden, y descrita su heterogeneidad, los prólogos parecen
destinados a un estudio individualizado, correlativo y en paralelo a sus libros, fórmula
escasa que se ha llevado practicando por sus traductores a lo largo de 500 años.
Desde la primera edición crítica impresa en 1521 hasta hoy, cada prólogo en rigurosa
secuencia del 1 al 10, se ha colmado de anotaciones y erudición hasta repetirse los
comentarios y llegar a decir basta; y, sin embargo, siguen siendo unos grandes
desconocidos, laberínticos, sin un análisis integral definitivo sobre su carácter. Quisimos
darles la oportunidad de funcionar con total independencia respecto del tratado.

12A pesar de no ser objeto expreso de nuestro estudio por referirse al contenido del libro, volveremos
a las “líneas de descompresión” a lo largo del documento; poseen importancia trascendental
estratégica y se han revelado como uno de los antídotos a determinadas conjeturas que pueblan las
ediciones críticas del tratado.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Significa no considerar el puesto que ocupan dentro del volumen, y descartar todo lo
que no fuese la palabra de Vitruvio. Escuchar al autor por primera vez y a solas. Para
estudiarlos desde estos criterios hubimos de editarlos y extenderlos sobre la mesa. Un
rompecabezas de tan solo diez piezas, complejo, y del que desconocíamos la imagen
que debía devolvernos. Con la dedicación y lectura suficientes, llegamos a descifrar
la solución y concluimos que era: 10= 7+3. Dos familias, dos capítulos.

- Los siete prólogos: II, III, VI, VII, VIII, IX y X funcionan como un único organismo, un
corpus apológico, en el que cada uno instruye con recetas ejemplarizantes y
ejemplarizadas sobre el buen hacer en el oficio. Son el soporte interior del tratado, la
filosofía moral del Vitruvio arquitecto.

- La suma de los tres prólogos restantes, I, IV y V, constituyen un corpus editorial con el


decálogo de virtudes que llevaron al De Architectura a ser un best-seller. Son el soporte
exterior del tratado, la filosofía moral del Vitruvio tratadista.

Adicionalmente, dada la extensión de los prólogos VII y IX, y la singularidad a la que


esta se debe, se decidió emprender sobre los párrafos finales de ambos un estudio de
detalle. Pertenecen por genética a la primera familia, darles un espacio propio
veremos que está justificado y que no interrumpe el discurso.

LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO: SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS


(Prólogos II, III, VI, VII, VIII, IX y X)
Es el capítulo, con diferencia, más extenso del documento. Responde al 70% de la
Moralitas que acompaña al título de la tesis. Los Siete Prólogos que lo constituyen
mudan, a nuestro criterio, a Siete Cuentos, sin por ello alterar su texto original, de forma
que su lectura resulta más amable y fácil de evocar. Se abunda en citas intercaladas
y referencias bibliográficas que refrendan nuestra tesis.

LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO (Fragmento del prólogo VII)


Este capítulo, recoge el fragmento del prólogo VII que materializa su enseñanza moral
brindando inopinadamente la Bibliografía del De Architectura. Por lo extraordinario de
su contendido será tratado como el mapa de culto de un viaje en el tiempo al
esplendor de la Grecia Clásica. El protagonista del periplo será el propio Vitruvio. A
pesar de estar ampliamente documentado, es el único de los cuatro capítulos en el
que no se incluyen notas adicionales. Su tono es intencionadamente onírico.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

EL PRÓLOGO ILUSTRADO (Fragmento del prólogo IX)


El Prólogo IX arrastra desde la primera edición incunable un error de maquetación que
durante tres siglos dividirá su contenido; de tal forma, que una parte importante de su
relato pasará a pertenecer artificialmente al Libro IX. Esta anécdota, acotada en el
tiempo, nos ofrecerá la oportunidad de volver a valorar conceptos que ya se habían
planteado en el primer capítulo, a través de una lección de Matemática
excepcionalmente ilustrada.

CORPUS EDITORIAL: LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA (Prólogos I, IV y V)


Es el último capítulo del documento y cierra la investigación. A diferencia de los siete
anteriores, sus prólogos: I, IV y V, no suscitan interpretaciones. Su contenido es
transparente y auto-explicativo. El diálogo que se comparte con Vitruvio es puramente
aseverativo. Es imposible cuestionarle al autor del De Architectura sus claves para
emprender un tratado. Responden al 30% de la Moralitas de nuestro cuarteto.

Por su prosa, nos hemos servido de la traducción de Ortiz y Sanz (1787) para los primeros
tres capítulos. En el último, nos valemos de la voz del traductor Agustín Blánquez (1955),
que no solo imprime el mejor tono que merecen estos textos, veremos, además, que
la aportación teórica de su propio prólogo será impagable. Hemos considerado hablar
de la estructura -surgida tras las primeras lecturas- antes del estado de la cuestión, el
documento se gestó naturalmente en este orden.

Un historiador de ideas tira al agua sus propias piedras, y las ondas concéntricas que
así produce son naturalmente distintas de las formadas por las que tira otro. Si los
guijarros se tiran muy juntos, las ondas interfieren de modo muy visible; si se tiran muy
separados, las interferencias pueden no ser discernibles. Así, el guijarro de uno podría
ser la onda del otro, y la opción sobre qué es lo que debe ser tratado es lo que decide
qué es lo central y qué lo periférico. (Glacken, 1967 p. 647)

(10=7+3) El siete y el tres son las dos piedras que nosotros hemos lanzado al agua. Sus
ondas nos devolverán la metáfora de diez conversaciones con Vitruvio, siete
agradables tertulias de sobremesa y tres sesiones de charla, una misma mañana, en el
despacho de una gran editorial.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

2.2 ESTADO DE LA CUESTIÓN

El estado de la cuestión, al respecto del estudio de los prólogos de Vitruvio, nos interesa
en tres ámbitos bibliográficos: el que hace referencia a su contenido moral o
deontológico, el que aborda su estudio integral --el conjunto de los diez prólogos con
autonomía del tratado-- y el que incide en el arte de decir vitruviano entendido como
herramienta divulgativa.

En líneas generales, desde las primeras ediciones críticas impresas de La Arquitectura


inaugurando el siglo XVI, hasta la traducción de Choisy, que inaugura el siglo XX, la
observación de los diez prólogos es meramente circunstancial, aunque erudita.13 Pillan
de camino a los libros y se comentan, más o menos extensamente, con las mismas
pautas que se comenta el contenido doctrinal del tratado, bien con notas a pie de
página, bien a término de cada párrafo.

Durante 400 años se rivalizaba por conseguir la mejor traducción del De Arquitectura,
la más clarificadora, la definitiva. El contenido del prólogo es anecdótico, se aprecia,
pero no es vinculante. Cesariano, Philandro, Lázaro de Velasco, Barbaro, Perrault,
Galiani, Ortiz y Sanz, o Choisy, a pesar de sus minuciosas traducciones, no encuentran
otra función a estos prefacios, que, a grandes rasgos, la de proporcionar y contrastar
datos históricos con que apuntalar su material introductorio, o ser cantera para
desgranar la misteriosa, por siempre, biografía de Vitruvio. Veremos, sin embargo, que
su valor moral o ejemplarizante, no puede esquivarse a pesar de no ser objeto de
examen expreso. Ortiz y Sanz así lo manifiesta:

“La moral que muestra Vitruvio en su obra es la más sana y entera: ojalá se practicara
al mismo tiempo que sus preceptos arquitectónicos. Seguramente se verían menos
desórdenes, menos ambición, menos codicia, con notable beneficio del Arte y honor
de los Arquitectos” (1787 pref.)

13 Francisco Manzanero, en la introducción a su traducción de los primeros cinco libros de Vitruvio


para la editorial Clásica Gredos, se refiere al De Architectura como La Arquitectura. Confiando en su
juicio filológico adoptamos esta nomenclatura en ocasiones para hacer más fluida la lectura.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Filólogo, filósofo y arqueólogo, prologa bellamente su versión, a la que suma un texto


titulado “Memorias sobre la vida de Vitruvio”. Tras desarrollar 32 epígrafes a la lectura
concienzuda de los diez prólogos, que intentan componer con el mayor detalle
posible el retrato robot del autor y su contexto, dedica al último las mencionadas
palabras. Palabras significativas de quien encuentra sin buscar, y se asombra.
Serendipia.

Lo mismo le ocurre a Choisy. Arquitecto y filólogo, presenta un tratado bilingüe en latín


y francés sin anotaciones al texto, a cambio de deslumbrar con el análisis de una
introducción perfecta a la que dedica el primero de los cuatro tomos que componen
su traducción, marcando un punto de inflexión respecto a los formatos previos. En ella,
haciendo referencia a las competencias del tratado, comenta al hilo del Prólogo VI :
Enfin la philosophie, au point de vue des devoirs : á ce sujet, Vitruve pose des préceptes
qui sont un véritable code de la morale professionnelle.14 (Choisy, 1909)

Esta brevedad sabemos que es un mucho para Choisy, conocedores de la naturaleza


sintética de su texto. Ambas anotaciones, la primera del final de XVIII y la segunda al
término estricto del XIX, aunque pasajeras, son suficientes y valiosas para nuestro fin.
Otros traductores no observaron esta función de los prólogos en sus introducciones, o
no consideraron hacer mención de ella.

A partir del siglo XX no hay que saber latín para abordar a Vitruvio. Los siglos de
hombres orquesta, filólogos-filósofos a la vez que arqueólogos-arquitectos, e incluso
médicos, han quedado atrás. Aunque siguen produciéndose traducciones por parte
de latinistas exégetas de Vitruvio, buscando la excelencia filológica y la originalidad
en el contenido de los comentarios, también van apareciendo ediciones prologadas
por historiadores de renombre a traducciones antiguas y, sobre todo, a partir del siglo
XXI, una sucesión exponencial de ensayos y artículos especializados sobre los Diez
Libros de Arquitectura. A continuación, presentamos cronológicamente algunos hitos
bibliográficos del despertar indiscutible al valor añadido de los prólogos.

14 Por fin la filosofía, desde el punto de vista de los deberes: a este propósito, Vitruvio propone unos
preceptos que son un auténtico código de la moral profesional.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Albert Schramm, en 1932, es el pionero.15 Destapa oficialmente la caja de Pandora. En


su artículo Die Vorreden in Vitruvs Architectura, publicado en la revista Philologische
Wochenschrift, dice refiriéndose a los prólogos:

En realidad, detrás de su aparente heterogeneidad, detrás de la extrañeza de las


anécdotas que a veces cuentan, estos prefacios cumplen numerosas funciones (…).
Para el Emperador, para el estado romano, para toda la humanidad viviente e incluso
para la posteridad. (Schramm, 1932)

El artículo Le prologue scientifque et la rhétorique : les préfaces de Vitruve, de Jean


Marie André, aparece en 1985. Se diría por el título que va a continuar la estela de
Schramm, pero se ciñe a un análisis filológico que concluye con la debatida influencia
de Cicerón en Vitruvio. No obstante, es de nuestro interés por poner de relieve los
recursos literarios empleados en la escritura del De Architectura, nada habituales en el
género científico, y también por destacar la aportación de Jean Soubiran a este
respecto en 1969:

Les éditeurs et commentateurs de Vitruve ont plutôt négligé les Préfaces, jusqu'à
l'Introduction de J. Soubiran, livre IX. Cette introduction constitue une incitation à
reprendre, du point de vue fonctionnel et thématique, le problème des Préfaces
vitruviennes, en insistant sur leur lien, implicite ou explicite, avec l'art de dire
contemporain.16 (Soubiran, 1969)

15 Veremos en el índice “Su lectura en el pasado” y ampliamente en las conclusiones del documento,
que en el siglo XVI Barbaro se adelantó a todos, aunque lo hizo tan tangencial y excepcionalmente,
que ni tan siquiera Kim Williams (2019) en su edición minuciosa de la traducción al inglés de la versión
de Barbaro, repara en ello.

16 Los editores y comentaristas de Vitruvio han descuidado los Prefacios, hasta la Introducción de J.
Soubiran del libro IX. Esta introducción constituye un incentivo para reanudar, desde un punto de
vista funcional y temático, el problema de los Prefacios de Vitruvio, insistiendo en su vínculo, implícito
o explícito, con el arte del decir contemporáneo. No hemos tenido acceso al texto de Soubiran que
menciona André, afortunadamente sí hemos podido consultar otra de sus obras. Se trata de un autor
relevante en la comunidad vitruviana.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Por fin Pierre Gros, en 1997, en su prefacio a la edición del De Architectura al italiano
de Antonio Corso y Elisa Romano, apunta expresamente:

Queste prefazioni da un lato alimentano per tutto il De Architectura un’atmosfera di


rigore morale intessendo una rete di storielle con cui Vitruvio, non senza una certa qual
acrimonia, che dipende forse dalla sua condizione relativamente subalterna e dal
successo di qualche suo concorrente, ricorda come il merito e il valore di un uomo
risiedano nel suo sapere en nella sua onestà, pur se queste qualità della mente e del
animo non vengono sempre riconosciute ; i racconti che portano sulla scena Dinocrate
(prefazione del libro II), Socrate (prefazione del libro III), Aristipo (prefazione del libro IV),
i plagiari di Alessandria (prefazione del libro VII), gli autori di scoperte utili (prefazione
del libro IX) fanno parte di questa serie: forniscono il pretesto per riflessioni moralizzanti
che si rifanno a un platonismo elementare ma efficace. La prefazione del libro X,
incentrata sulla deontología della professione di architetto, ne costituisce in qualche
modo l´applicazione diretta…17(Gros, 1997 pref.)

Interesa notar, a nuestro particular interés, que Gros circunscribe el aspecto moral a los
prólogos, II, III, VI, VII y IX y el deontológico al prólogo X. Enuncia los aspectos esenciales,
dicho de paso de forma muy bella, como ya lo hiciese Ortiz y Sanz en voz baja. Dentro
del mismo volumen, sus traductores, Corso y Romano, alternan la participación
comentando cada prólogo de forma individualizada, acentuando, eventualmente,
las conexiones filosóficas entre los mismos.18

17 Estos prefacios, por un lado, alimentan una atmósfera de rigor moral en todo el De Architectura al
tejer una red de relatos con los que Vitruvio, no sin cierta acritud que quizás depende de su condición
relativamente subordinada al éxito de algunos de sus oponentes, recuerda cómo el mérito y el valor
de un hombre residen en su conocimiento y honestidad, incluso si estas cualidades de la mente y el
alma no siempre son reconocidas; las historias que traen a la escena a Dinócrates (prefacio del libro
II), Sócrates (prefacio del libro III), Aristipo (prefacio del libro IV), a los plagiarios de Alejandría
(prefacio del libro VII), y a los autores de grandes descubrimientos (prefacio del libro IX) forman parte
de esta serie: proporcionan el pretexto para reflexiones moralizadoras que remiten a un platonismo
elemental pero eficaz. El prefacio del Libro X, que se centra en la ética de la profesión de arquitecto,
es de alguna manera su aplicación directa...

18 En el siglo XX, con el desarrollo de la historiografía arquitectónica, todo autor se detiene en Vitruvio.
En 1990, Kruft se refiere puntualmente a sus prólogos con la siguiente clasificación: a) sobre la
persona de Vitruvio, b) sobre la función del tratado, c) sobre los problemas de la arquitectura en
general, teniendo en cuenta que Vitruvio ajusta su concepción de la arquitectura con la ideología de
estado de su tiempo. (Kruft,1990 pp. 25-26)
En la página siguiente se limita a hacer una muy breve sinopsis de los prólogos que le interesa
mencionar, sin entrar en más detalle.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Veamos este apunte de Corso sobre el prólogo VI y su vinculación lógica con el


prólogo III:

La prefazione appare incentrata sul tema dell´autarkeia, dell´autosufficienza, morale


e materiale, del saggio. Tale argomento si riconduce a quello, di rilevante importanza
nella problematica di Vitruvio, del rapporto tra l´uomo colto ed esperto nelle arti e la
fortuna. In praef. 1-3, aveva trattato della casistica del forte condizionamento
esercitato dalla fortuna, sia con le situazioni avventurate, sia con quelle avverse, sul
successo dell´artista di valore. In questa prefazione, al contrario si evidenzia come il
saggio possa sormontare anche le avversità della vita grazie alle sue risorse interiori e
alle sue cognizioni.19(Corso, 1997)

Llegamos al siglo XXI. En el año 2005, Antoinette Novara, no solo a nuestro juicio, da un
salto cualitativo en la literatura vitruviana con su ensayo: «AUCTOR IN BIBLIOTHECA.
Essai sur les textes préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du livre ».
Argumentado desde la más exquisita erudición latinista, justifica, no sin un forzado
ajuste de tuercas que Vitruvio concibió los diez prólogos como una recitatio, un solo
texto continuo para ser leído ante el emperador Augusto. La función moral y
deontológica se comenta, pero queda eclipsada por la función de las palabras, “les
mots” : Tous les indices, á notre avis, convergent pour donner á penser que les préfaces
de Vitruve constituent un ensemble significatif dans leur continuité : une remise de
l´ouvrage á un moment défini, l´adresse renouvelée au dédicataire unique dans neuf
préfaces sur 10.20

19 El prefacio parece centrarse en el tema de la autarquía, de la autosuficiencia, moral y material, del


sabio. Este argumento se remonta al de considerable importancia en la problemática de Vitruvio, de
la relación entre el hombre educado y hábil en las artes y la suerte. En los prefacios 1-3, abordó la
casuística del fuerte condicionamiento que ejerce la suerte, tanto en situaciones venturosas como
adversas, sobre el éxito del artista de valor. En este prefacio, por el contrario, es evidente cómo el
sabio puede superar incluso las adversidades de la vida gracias a sus recursos internos y su
conocimiento.

20Todos los indicios, a nuestro juicio, convergen para sugerir que los prefacios de Vitruvio constituyen
un todo significativo en su continuidad: una entrega de la obra en un momento determinado, un
discurso renovado a un destinatario excepcional en nueve prefacios de diez.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Novara plantea, por lo tanto, la hipótesis de un único prólogo o “texte prefaciel” en


vez de diez independientes, y concluye su ensayo con estas palabras: « Préface qui
déroula en dix mouvements, dix temps, lors d´une recitatio en présence d´Auguste un
jour de l’été 24 avant J.C. volume après volume ».21 Su evocadora imagen vale más
que 2000 palabras a la hora de restituir a Vitruvio, y aunque no compartamos su tesis
puede convivir perfectamente, como veremos en adelante, con la nuestra, con
nuestra propia imagen de los Diez Prólogos. Más recientemente, en 2015, Pierre Gros
prologa una traducción al francés de su mano y anota, de nuevo, refiriéndose a la
ética vitruviana:

Il est cependant un autre facteur d´organisation dans le De Architectura, moins visible


parce que relevant parfois du non-dit, mais d´autant plus efficace, c´est celui de la
morale, une morale particulière héritée á la fois de la formation de l´auteur, qui reste
fidèle á des méthodes et á des modèles de la période hellénistique, et de sa pratique
professionnelle qui implique, nous l´avons vu, rigueur et honnêteté. Les préfaces, celle
du dernier livre en particulier, rappellent volontiers les principes élémentaires de la
déontologie architecturale.22(Gros, 1997 pref.)

Conforme a su introducción del año 1997, Gros vuelve a subrayar al Prólogo X


protagonista de la carga deontológica, considerando más la sanción a la profesión
que la ética de la profesión, como herramienta para inculcar principios.

21 Prefacio (refiriéndose al conjunto), que Vitruvio fue desarrollando en diez movimientos, diez
tiempos, a lo largo de un discurso en presencia de Augusto, un día de verano del año 24 A.C.

22 Hay, sin embargo, otro factor organizativo en De Architectura, menos visible porque a veces
pertenece a lo tácito, pero tanto más efectivo. Es el de la moral, una moral particular heredada tanto
de la formación del autor, que se mantiene fiel a los métodos y modelos de la época helenística, y a
su práctica profesional que implica, como hemos visto, rigor y honestidad. Los prefacios, el del último
libro en particular, recuerdan fácilmente los principios elementales de la ética arquitectónica.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Finalizamos el estado de la cuestión con la remarcable aportación de Thorsten Fögen,


en su artículo del 2018 titulado L´architecte engagé: Education, Morality and Politics in
Vitruvius´ De Architectura. La lectura seduce desde el inicio con su interpretación de
los famosos grabados de De L´Orme sobre el buen y mal arquitecto.23 Acota Fögen:
Hence, in Vitruvius perspective, the ideal architect is a man who combines profound
technical knowledge in a variety of areas with firm moral convictions. In his book, he
not only intends to impart knowledge in a systematic fashion, but also an ethical
consciousness that guides the architect in his professional pursuits.24 Para escribir su
ensayo se sirve de los prólogos I, II, VII, X, no precisa de los restantes. Otros autores han
elaborado artículos con un uso parcial de los diez prólogos, Fögen lo hace con
especial lucidez y en línea con nuestra manera de enfocar el análisis del contenido.

Tras presentar el estado de la cuestión, en adelante comienza nuestra aportación.


Pero ¿cuál es la cuestión?

Enunciada está, desde el siglo XVIII, la existencia del mensaje moral, ético y
deontológico intrínseco a los prólogos, luego el asunto no es el hecho de referirlo, sino
con qué dimensión, en qué proporción, en qué contexto o con qué formato y
urgencia. Procurando no salirnos de los márgenes que competen a este epígrafe
introductorio, que no es el de los objetivos, reflexionaremos sobre las referencias
seleccionadas, con un previo agradecimiento a sus autores.

Los textos antes enunciados --de Ortiz y Sanz, Choisy, Gros, Corso y Romano-- que
evidencian el contenido moral, han de localizarse, real y metafóricamente hablando,
con lupa de aumento.25

23 Delfín Rodríguez, en su prólogo a la traducción del De Architectura de Oliver Domingo en 1995,


alude a las imágenes del tratadista de L´Orme antes que Fögen, pero no las explica con la lucidez que
plantea este último. Nosotros también nos referiremos a ellas.

24 Por lo tanto, en la perspectiva de Vitruvio, el arquitecto ideal es un hombre que combina un


profundo conocimiento técnico en una variedad de áreas con firmes convicciones morales. En su
libro, no solo pretende impartir conocimientos de manera sistemática, sino también una conciencia
ética que oriente al arquitecto en sus actividades profesionales.

25Hay autores del siglo XXI que no se detienen en la mención del mensaje moral, como el filólogo
Francisco Manzanero. El historiador Juan Calatrava sí lo hace sucintamente en el año 2000 cuando
prologa una traducción de Vitruvio, pero habíamos de poner coto a la cronología de las referencias.
No obstante, por la calidad de su prólogo, le mencionaremos más adelante.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Algunas tipografías, por su tamaño o su estilo, son inabordables a simple vista. Qué
decir de dónde moran, en artículos erráticos, introducciones o anotaciones entre
notaciones. Su conocimiento queda abocado a un público docto y
desafortunadamente muy minoritario.

El artículo de Fögen podría ser suficiente para cubrir parcialmente algunas


recomendaciones, pero Fögen, no es arquitecto, y aunque a la vista está que no es
necesario serlo para descifrar con excelencia la deontología contenida en los textos
de Vitruvio, en último término, su ensayo se acomodaría a cualquier profesión. La
arquitectura tiene una derivación ética como proyecto, como obra de creación al
servicio del ciudadano y de la sociedad, y ese carácter, pendiente de capturar,
emana de Vitruvio, que, para nuestra satisfacción, era arquitecto. También es
remarcable que Fögen hable del ideal architect, el arquitecto ideal, resaltaremos a lo
largo del documento que Vitruvio se refiere al arquitecto profesional, de manera que
la excelencia no haya de ser cuestión excepcional, sino un compromiso integrado en
el oficio. El mismo que deseamos acompañe al médico que opera, o al abogado que
defiende, por ejemplo.

Respecto al estudio de los diez prólogos que abordan André y Novara con diferente
profundidad, como conjunto desvinculado del tratado, no dejamos de asistir a una
celebración del dominio del latín por encima de cualquier otro mensaje. Y siempre
bajo el corsé del 10, en número correlativo del 1 al 10 y vinculando el contenido a la
gramática del lenguaje.

Hasta hoy, en definitiva, quienes se inclinan por señalar la faceta deontológica de los
prólogos los estudian parcialmente, y generalmente uno por uno, sin idea de conjunto,
y a menudo acompañando a la traducción del tratado. Y quienes apuestan por su
estudio global, lo hacen desde la perspectiva filológica. Los resultados no dejan de ser
extraordinarios, pero en absoluto estimamos definitivos. Finalicemos con un ejemplo
específico, ninguno de estos autores considera el valor del prólogo VIII. Esta
investigación, sin embargo, lo observa como fuente indiscutible de moral proyectual
por estar dedicado íntegramente al agua.

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INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Haciendo balance, se echa en falta divulgación del mensaje, perspectiva del oficio,
un acercamiento a la figura de Vitruvio como arquitecto, y sobre todo, un opus que
aglutine el estudio de los diez prólogos, intelectual y físicamente liberados del tratado,
y catalogados desde las enseñanzas y ejemplaridad que contienen. Buscamos
capturar claves atemporales y universales que permanezcan en la Arquitectura.

También el enfoque investigador nos diferencia. No somos partidarios de una erudición


que se sobreponga a la palabra de Vitruvio. Y en la misma línea, no contemplaremos
hipótesis sobre “lo que quiso decir”, nos interesa trabajar sobre lo que consta que dijo
inequívocamente en sus prólogos. La polémica en torno a su figura y su obra durante
siglos, le ha distanciado de la profesión. Los Diez Prólogos y sus Diez libros son fértiles y
están pendientes de volver a ser transmitidos, así como pendiente el placer de su
lectura. De estas reflexiones nacen nuestros objetivos, a continuación.

41
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

2.3 OBJETIVOS

Hay objetivos que existen previos al inicio de la investigación, otros surgen durante la
misma en forma de cuestiones y otros se van materializando en conclusiones antes de
finalizar la escritura. Las primeras lecturas de los Diez Prólogos nos proporcionaron la
evidencia de que los textos proemiales de Vitruvio eran un referente ejemplar a
indagar, no divulgado merecidamente en el gremio de la Arquitectura. Premisa
refrendada en el epígrafe anterior “Estado de la Cuestión”

1. Poner en valor los Diez Prólogos en conjunto con autonomía del tratado, descartando
el infecundo análisis individual y correlativo. Proporcionarles una entidad propia.
Redescubrirlos y reiniciarlos.

2. Diseñar un patrón de estructura que organice su mensaje y despeje la declaración de


intenciones de Vitruvio, contribuyendo a asimilar e interiorizar su lectura.
Reorganizarlos, reagruparlos.

3. Dar visibilidad a la excelencia de su contendido, a su vigencia --especialmente en el


ámbito que más les corresponde, el de la Arquitectura-- a través de un formato
divulgativo expreso que amplifique su carácter y su propósito. Retransmitirlos a la
mayor diligencia.

4. Revelar la faceta personal de Vitruvio como arquetipo del profesional implicado en el


oficio de arquitecto, como genial escritor divulgador, y dar a conocer sus anhelos, sus
sinceros pensamientos. Reconocerlo.

En síntesis, a partir de la recién “estrenada” lectura de los Diez Prólogos, nos propusimos
tutelar su contenido, fomentar su conocimiento y conocer personalmente a su autor.
Según avanzamos fueron surgiendo cuestiones más específicas:

5. A lo largo de sus 2047 años de historia, ¿qué influencia teórica han tenido los prólogos?
¿Cómo los observaron los tratadistas y los teóricos del pasado? ¿Cuál es, o podría
llegar a ser, su repercusión en el presente? 26

26 Al respecto de la curiosa cifra: 2047, ver epígrafe “Antes de Cristo, después de Vitruvio”

42
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

6. ¿En qué medida los prólogos contribuyeron a la supervivencia del tratado? Un asunto
de todo punto fascinante: ¿fueron su salvaguarda?

7. ¿Cómo participaron los prólogos en descabellado debate sobre la condición moral


del lenguaje arquitectónico, que se desencadenó a partir del siglo XVI? Vitruvianos y
anti vitruvianos ¿habían leído los prólogos, o sólo el tratado?

8. Prólogos y Tratado ¿interactúan? Al De Architectura le fue impuesto ser la Biblia de la


Arquitectura clásica ¿influirían los prólogos en este devenir?

9. ¿A qué público estaban originalmente dirigidos? Investigar a sus potenciales


destinatarios y comprobar si destinatarios y receptores coincidieron a lo largo del
tiempo.

43
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Hoja de pergamino del códice más antiguo que se conserva del De Architectura
“El Harleianus” siglo IX. Corresponde al inicio del prólogo IV (Harley 2767 British Library)

44
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

2.4 METODOLOGÍA

Antes de corresponder la metodología aplicada a los objetivos listados, se hace


imprescindible familiarizarse con algunas cuestiones previas sobre el universo
bibliográfico del De Architectura,

PRIMERA PARTE

Hacer acopio de los prólogos de autor a las primeras ediciones de sus tratados es una
labor documental directa y lineal. Con los Diez Prólogos de Vitruvio se inaugura otra
magnitud bibliográfica puesto que no se conserva el texto original de su puño y letra.
No hay un solo De Architectura, sino casi un centenar de códices manuscritos
conservados, y otro centenar de ediciones impresas que han dado al autor y a su obra
una dimensión muy particular, múltiples personalidades y reinterpretaciones, lo que a
simple vista parece un reto a la hora de conocerlo y no es tal. 27 El De Architectura,
desde el siglo XVI, se metamorfosea en dos tratados, un libro gestante de otro libro, el
que escribió Vitruvio y el que escribe en paralelo su traductor, en ocasiones más
extenso que la propia doctrina del autor (ver página siguiente). Tenemos, por un lado,
el texto canónico de Vitruvio, derivado de los innumerables códices latinos que en rigor
son la copia sucesiva de uno solo, el Harleianus, y a lo sumo, si queremos acogernos a
las conclusiones de otros estudiosos, hubiéramos de considerar que son dos, sumando
el Guadianus. 28

27 La buena noticia, no tan promulgada, es que el texto del manuscrito Harleianus, del siglo IX, el más
antiguo que se conserva, garantiza una fidelidad casi total con los papiros originales del romano. De
manera general el texto no ha acusado más que muy pequeñas alteraciones entre las manos de los
copistas, nos ha llegado sin lagunas o al menos sin graves lagunas (Choisy 1909). Las “líneas de
descompresión”, estratégicamente escritas por Vitruvio, traicionarían la omisión de algún capítulo y
las comúnmente conocidas como lagunas oscuras se refieren a tecnicismos constructivos puntuales.
Un asunto es que el texto llegue íntegro, otro, que lo haga parcialmente adulterado por
desconocimiento de términos arquitectónicos del copista. Pero esta historia involucra a los libros que
no son nuestros dominios.

28Schneider establece que todos los manuscritos derivan del original a través de un intermediario
común. Rose afina la genealogía escindiendo el tronco señalado en dos ramas, Harleinaus y
Guadianus.. (Choisy 1909)

45
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Prólogo IX, Cuento Platón y Cía. Cesariano, 152129

29 La maquetación de la edición de Cesariano, de 1521, ilustra gráficamente la erudición superpuesta


a la palabra de Vitruvio. Su comentario, muy superior en longitud al del texto canónico, abraza al
mismo como si se tratase de una matrioshka; muñecas rusas que han que irse descartando con rigor
para llegar al mensaje de los prólogos. En la traducción de Barbaro, distinguir entre libro, y libro
gestante, es menos evidente a simple vista.

46
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Por otro lado, tenemos el aparato crítico de los traductores correspondientes,


superpuesto a lo largo de cinco siglos de tiempo, que convierte sus textos en un
auténtico palimpsesto. Algo similar puede decirse de las ilustraciones, solo se censan
diez llamadas donde Vitruvio advierta explícitamente de un dibujo acompañando al
texto, en tanto que presuntamente perdidas --de haberlas llevado a cabo de su mano-
han sufrido un efecto creativo multiplicador y extendido a todo el tratado en número
indefinido. Esto explica que cuando se habla de una traducción más sobresaliente que
otra, se refiera sobre todo a la calidad de la aportación de estos segundos autores
traductores y/o ilustradores, por lo tanto, una edición comentada del De Architectura
no solo comprende un segundo libro, sino un libro ilustrado, un bello palimpsesto.30 Que
nos disculpen los eruditos filólogos por la esquematización, acentuada con el propósito
de dar claridad al curso de nuestra metodología.

Por último, señalaremos que los prólogos son los menos afectados en uno y otro
recorrido. Tenemos la fortuna de que su contenido atemporal es ajeno a las cuestiones
técnicas constructivas del tratado acotadas en la antigüedad y que tanta
controversia han causado a sus intérpretes. Los prólogos son un paraíso fiscal, no han
de pagar los tributos de la traducción de los libros, pues más allá de las diferencias
estilísticas inherentes a la evolución histórica y el cambio diacrónico de las
traducciones – alteraciones de sintaxis y léxico-- el mensaje de Vitruvio permanece, su
contenido especial no pierde valor, transciende en cualquier versión.

SEGUNDA PARTE. ETAPAS DE NUESTROS OBJETIVOS

Refresquemos antes de empezar el rango referido a las fuentes que ya apuntamos en


la primera parte de esta introducción. Consideramos como única fuente primigenia la
palabra de Vitruvio. Una vez hubimos conversado con sus Diez Prólogos desnudos de
la información superpuesta por el traductor, abrimos paso paulatinamente a las
fuentes primarias de segundo orden referidas a las ediciones críticas del De
Architectura y finalmente a las secundarias, la literatura existente en torno a Vitruvio.

30 … ha sido objeto de valiosas interpretaciones plasmadas en bellísimos y cuidados libros.


(Cervera Vera, 1978)

47
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Para dar respuesta a los cuatro primeros puntos de los objetivos enumerados, era
indispensable escuchar a Vitruvio a fondo. Nos auxiliamos de las siete traducciones
que existen en español, que por cronología son las de Lázaro de Velasco, Miguel de
Urrea, Ortiz y Sanz, Agustín Blánquez, Carmen Andreu, Oliver Domingo y Fernando
Manzanero, obviando todo lo que no fuese el verbo de Vitruvio en las que están
comentadas. Además del conocimiento profundo de los textos, se buscaba encontrar
la voz, o las voces, que darían la palabra a Vitruvio en el documento 31.

En versiones de los siglos XX y XXI, sincrónicas o poco espaciadas en el tiempo, el tono


es muy similar, aunque se acuse siempre la personalidad e idiosincrasia de cada autor
traductor. Rebobinando en el tiempo empezamos a encontrar un castellano menos
familiar igualmente atractivo. No hacemos diferencia con ninguno de ellos, bajo
nuestro punto de vista a quien estamos leyendo es a Vitruvio, cotejamos las versiones
para encontrar la más afín a nuestro propósito divulgativo.

Para responder a los cinco objetivos restantes, dimos paso a las fuentes primarias de
segundo orden que se corresponden con las anotaciones y comentarios de las
ediciones críticas y sus prólogos al De Architectura, dando cabida a las versiones
extranjeras en italiano, francés e inglés, de nuevo por orden cronológico, las de
Cesariano, Philandro, Barbaro, Perrault, Galiani, Choisy, Corso y Romano, Rowland y
Gros.

Una vez hubimos terminado de estudiar el De Architectura en sus dos vertientes, la de


la doctrina de Vitruvia y la del análisis del traductor correspondiente, abrimos un
paréntesis bibliográfico excepcional del que afortunadamente habíamos hecho
acopio años atrás: los prólogos de autor a sus tratados del siglo XVI al XIX --por citar los
más relevantes Alberti, Palladio, Sagredo, Fray Lorenzo, Márquez, Viollet-le-Duc, Ruskin
y Morris-- auténticas joyas documentales en las que nos apoyamos para las cuestiones
de los objetivos listados como 5, 6 y 7, y cuya renovada lectura, con Vitruvio de
protagonista, nos aportó nuevas conversaciones.

También como caso especial, a la hora de abordar el capítulo III del documento, El
Prólogo Ilustrado, visitamos dos ediciones de Fray Giocondo.

31 En el epígrafe del capítulo Siete prólogos, siete Cuentos, queda pormenorizado el estudio.

48
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Sobre Vitruvio se ha escrito infinitamente, sobre los prólogos de Vitruvio


circunstancialmente menos. A nuestros autores de prólogos de cabecera se sumaron
en el camino progresivamente una cantera de filólogos, memorables exégetas de
nuestro autor como Soubirán, André, Schram, Ciapponi, Novara, Pellati y tantos otros
más de los que damos cuenta en la Bibliografía final.32 Cada uno de los cuatro
capítulos de este documento ha solicitado más de unos autores que de otros, lo que
hemos procurado registrar puntualmente, entre otras cosas por agradecimiento.

La mayoría de las versiones del De Architectura y los tratados anteriores al siglo XX


están digitalizados. Cuando no ha sido así y para acceder a los libros y artículos más
recientes, hemos visitado las Bibliotecas de la Escuelas Técnica Superior de
Arquitectura y Técnica Superior de Edificación de la UPM, las de las Facultades de
Filología y Filosofía de la UCM y la BNE. Así mismo, tuvimos la fortuna de pasar una
estancia de medio año en la Universidad de Oxford con acceso a toda la red de
Bibliotecas Bodleianas. En ocasiones hemos recurrido a préstamos interbibliotecarios
puntuales con bibliotecas universitarias europeas. Agradecemos la colaboración
exquisita de todas estas instituciones. Como agradecemos a la Fundación Juan March
la oferta de conferencias grabadas en su canal digital, fuente crucial en varios
momentos del proceso. Nuestro capítulo bibliográfico anexo radiografía estas etapas,
en las que hemos ido gradualmente dando forma a nuestros propósitos e intuiciones
iniciales.

Lo que Vitruvio prescribe es cuantificable y alcanzable, a pesar de que tanto infinito


especulativo nos lo haga dudar. Nuevos descubrimientos manuscritos no afectarían al
contenido de los prólogos ni a la estructura de nuestra tesis. Kim Williams defiende en
su prólogo (2019) que los hallazgos arqueológicos progresivos desde el siglo XVI han
dado pie a nuevas anotaciones, anotaciones renovadas. De acuerdo, pero no a las
referidas a los prólogos, avance la Ciencia la Filosofía Moral de Vitruvio es inalterable.

Como reflexión final lanzamos una pregunta: ¿Eran necesarias tantas traducciones
para conocer al Vitruvio de los Diez Prólogos, para materializar nuestro corpus
apológico de Siete Cuentos y nuestro corpus editorial? La respuesta categórica es NO.

32Para una investigación como la nuestra, que se vuelca en los diez prólogos como cuerpo de trabajo,
son un sinsabor las empresas que quedan a mitad de tratado y solo abordan los primeros libros del
De Architectura. Lucia Ciapponi, Francisco Manzanero y Fréderic Lemerle, son algunos ejemplos de
importantes eruditos con los que no hemos podido contar para estudios rematados de conjunto.

49
INTRODUCCIÓN - CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

Con una sola versión habría bastado, todas son suficientes palabra de Vitruvio,
paradójicamente, para llegar a esta rotunda afirmación, hubimos de conocerlas casi
todas.

2.5 CONSIDERACIONES EDITORIALES

CITAS
Todas las citas de los autores se ofrecen en itálica y se traducen a pie de página si el
idioma lo demanda.33 Ninguna presenta originalmente términos subrayados o en
negrita, recursos de los que nos hemos servido libremente cuando se ha considerado
importante enfatizar su mensaje a la hora de apoyar nuestro comentario crítico.

INTERPOLACIONES
Por su relevancia, cuando se citan las palabras textuales de Vitruvio, éstas siempre van
precedidas de su nombre entre corchetes [Vitruvio]. Los intérpretes que han dado voz
a estas páginas son dos traductores del De Architectura: Ortiz y Sanz y Blánquez. En las
contadas ocasiones en que recurrimos a otros traductores, esto queda puntualmente
señalado. Figuran, entre paréntesis y sin cursiva, las aclaraciones que hemos
considerado insertar en algunas citas.

FIGURAS
Éstas acompañan a la lectura del texto en su página opuesta. Por este motivo, y dado
su escaso número, no se corresponden con cifras ni se listan.

NAVEGACIÓN POR EL DOCUMENTO


Antes de cada capítulo se presenta el índice correspondiente a los contenidos del
mismo. Las páginas de los cuatro capítulos van encabezadas con su título.

Nos disculpamos de antemano por los posibles errores que, a pesar de la atención
dedicada, hayan podido pasarnos desapercibidos en la redacción del documento.

33Con la salvedad de las citas y los textos en francés del Capítulo II, Las Fuentes Perdidas de
Vitruvio, cuya traducción se omite expresamente para evitar perder la unidad de efecto del relato.

50
CAPÍTULO I

LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO o SIETE PRÓLOGOS, SIETE CUENTOS


ÍNDICE DEL CAPÍTULO I

1 PRELIMINARES. PRÓLOGOS II, III, VI, VII, VIII, IX y X


1.1 Cambio de estatus
1.2 Corpus apológico
1.3 Una agradable conversación
1.4 El intérprete escogido
1.5 La moral en términos de moraleja
1.6 Guía de lectura

2 SIETE CUENTOS EJEMPLARES


2.1 Dinócrates
2.2 Sócrates
2.3 Aristipo
2.4 Aristófanes
2.5 De Mileto
2.6 De Éfeso
2.7 Platón y Cía

3 SU LECTURA EN EL PASADO
3.1 Petrarca al margen
3.2 Hiperprólogos: Sagredo y Fray Lorenzo
3,3 Corpus ejemplarizante versus cuerpo doctrinal
3.4 Apóstoles, discípulos y Judas

4 UNA LECTURA HOY, PRO-PEDÉUTICA Y PRO-LOGOS


4.1 El Vitruvio de los Cuentos
4.2 Filosofía natural
4.3 El Vitruvio de los Libros. He is still the man
4.4 DE ARCHITECTURA. Universalidad y Atemporalidad
TÍTULO 1

PRELIMINARES, PRÓLOGOS II, III, VI, VII, VIII, IX Y X


ÍNDICE DEL TÍTULO

1 PRELIMINARES. PRÓLOGOS II, III, VI, VII, VIII, IX y X


1.1 Cambio de estatus
1.2 Corpus apológico
1.3 Una agradable conversación
1.4 El intérprete escogido
1.5 La moral en términos de moraleja
1.6 Guía de lectura
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

1.1 CAMBIO DE ESTATUS

A la lectura y estudio de los diez Prólogos de Vitruvio, han cobrado forma siete Cuentos
y un corpus editorial34. Son siete, y no diez, porque nacen de los siete prólogos cuyo
contenido responde a “ese indudable código de ética profesional” que Choisy alaba
como filosofía puesta en el foco de los deberes, y “a la más sana y entera moral” de
la que Ortiz y Sanz se hace eco, y anhela, en beneficio del arte y honor de los
arquitectos.

De tal forma, los prólogos II, III, VI, VII, VIII, IX y X, que responden a la filosofía moral del
arquitecto, han cambiado de estatus. De texto dependiente de un libro, han pasado
a Cuento con título propio, que es, a juicio de esta investigación, a lo más alto que
puede llegar un texto de ficción en la literatura, y el paso previo para divulgarse y ser
contados. Cuentos concebidos fieles al texto original de Vitruvio, su palabra en voz de
Ortiz y Sanz. Conveniente, y creativamente re-organizados, para funcionar en
conjunto, según la máxima de que algunas cosas sólo permanecen igual cuando
cambian.35

(…) L´abitudine di Vitruvio di premettere alle esposizioni dei vari libri narrazioni di episodi,
per sfoggio di cultura, per miscere utile dulci e rendere così più attraente un trattato
che per lunghi tratti poteva essere considerato piuttosto arido, per ricavare da tali
storielle delle conclusioni a carattere morale o precettistico inerenti agli argomenti
trattati.36 (Corso, 1997 p. 108)

34 Ver epígrafe ESTRUCTURA (10=7+3) en INTRODUCCIÓN-CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

35 Interpretación de la máxima de Heráclito: el significado del río que fluye no es que las cosas
cambien de modo que no podamos hallarlas dos veces, sino que algunas cosas permanecen igual
solo cuando cambian. “Call me by your name” (Ivory, 2017)

36 …la costumbre de Vitruvio de anteponer a la exposición de los diversos libros narraciones de


episodios, por despliegue cultural, para mezclar lo útil con lo dulce y así hacer más atractivo un
tratado, que, durante extensos pasajes, podía ser considerado demasiado árido y para extraer de tales
relatos unas conclusiones de carácter moral o preceptivo inherentes a los asuntos tratados.

55
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Miscere utile dulci, mezclar lo útil con lo dulce o enseñar deleitando a partir de la
dicotomía horaciana docere et delectare. Con estas palabras de Antonio Corso,
podemos tener la tranquilidad de que nuestro ardid literario no sería ajeno a Vitruvio.

Otro propósito de esta reconversión, además del divulgativo, es liberar a los Prólogos
del pertinaz juicio y análisis al que estaban necesariamente abocados por pertenecer
al libro De Architectura, que empequeñecía sus enseñanzas morales y el gusto de su
lectura 37. Ahora solo son cautivos de lo que “les hace” Cuentos: su genio
aleccionador, ameno, su carga didáctica, su intención ejemplarizante y sus personajes
de leyenda. No han de responder ante un público erudito, solo a la íntima lectura de
cada lector, sin aclaraciones a pie de página. Aptos para todos los públicos y todos
los tiempos, como en 1932 apuntó Arthur Schramm: las enseñanzas de los prólogos de
Vitruvio están dirigidas al emperador, al estado romano, a toda la humanidad e incluso
a la posteridad. 38 Salen del libro, del anonimato, para disfrutar de la atemporalidad y
de la universalidad de las buenas ideas, redimidos de conjeturas o marcos históricos y
sociopolíticos 39. No son presa de la Historia ni de la Filología. Si se deben a algo, por
nuestra parte, es a la Arquitectura 40.

37 Recordemos que De Architectura es el tratado arquitectónico ecuménico por antonomasia y el


único superviviente de su especie en toda la antigüedad clásica, griega y romana. Ver el título del
Índice “Las Fuentes perdidas de Vitruvio” segundo capítulo de esta tesis.

38 …il avait une collection choisie de très-bons ouvrages préparés pour toutes les classes de la société;
qu'il vendait ordinairement aux hommes faits les Contes de Lafontaine, la Reine de Navarre, Acajou
le Sopha; aux vieillards, Pétrone, Martialet Juvénal; aux jeunes gens, le Moyen de parvenir, l'Art d'aimer
aux jeunes filles, l'Art de plaire aux enfants, la Belle au bois dormant aux vieilles femmes, des chapelets
aux habitants des campagnes, les Secrets du grand Albert et enfin, qu'il di soit la bonne aventure aux
crédules et aux faibles. Cette longue énumération ouvre un vaste champ à mes idées philosophiques.
Claude Nicola Ledoux (1804) L´Architecture considérée sous le rapport de l'art, des mœurs, pp. 79
Escena en la petite Hôtellerie : el curioso visitante que llama a la puerta de la habitación de Ledoux,
repasa toda la lista de Cuentos de que dispone para temperar a diferentes grupos sociales. Ledoux,
a la finalización, manifiesta que le han despertado un nuevo ámbito de reflexión filosófico.

39 Ventajas del Cuento. Tomemos como ejemplo el de “El Gato con botas”, por ser de Charles Perrault,
hermano de unas de nuestras fuentes principales Claude Perrault. La historia de un infortunio
convertido en fortuna gracias a la sabiduría felina. Ni la raza del gato, ni la versión del relato son
relevantes, siempre que se conserve la enseñanza.

40 Un buen número de los ejemplares bibliográficos para documentar este trabajo han sido
consultados en facultades de Filología por no estar disponibles en las de Arquitectura. A medida que
avanza la investigación, nos sentimos más persuadidos de que Vitruvio pertenece a los Arquitectos,
y que el solo hecho de asumirlo hará bien a la profesión.

56
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Se ha tomado la decisión de titular los Cuentos según sus personajes o parajes


protagonistas: Dinócrates, Sócrates, Aristipo, Aristófanes, De Mileto, De Éfeso y Platón &
Cía. Su contenido se brindará completo en la próxima entrada, antes, unos epígrafes
preliminares para ponernos en situación y preparar su lectura.

1.2 CORPUS APOLÓGICO

Hace 2000 años que Vitruvio escribió sus diez Prólogos. Han sido comentados por un
centenar de autores, un millar de veces publicados acompañando a su tratado. Sin
embargo, su contenido, e incluso el conocimiento de su existencia, solo tiene
significado para el ramillete docto que ha privilegiado su estudio, no del ramo de la
arquitectura. Fueron escritos, en primera instancia, de ciudadano arquitecto a
ciudadanos (y) arquitectos. 41

En realidad, detrás de su aparente heterogeneidad, detrás de la extrañeza de las


anécdotas que a veces cuentan, estos prefacios cumplen numerosas funciones.
(Schramm, 1932)

Los siete Cuentos andaban enmascarados y deconstruidos entre siete Prólogos, sin
correlación, sin conexión. Había que apostar por gestarlos. Se editaron sus textos con
el fin de poder estudiarlos con holgura y rigor, reconstruirlos, y valorar el efecto de su
lectura sin interrupciones. Vinimos entonces a observar su vigencia, su eficacia y que
funcionaban en conjunto, operando a su escala, a modo de las Novelas Ejemplares
de Cervantes:

Estas novelas no poseen un hilo conductor básico, más bien se centran en describir
sucesos y hechos sin un claro desenlace. Eso sí, todas ellas buscan una labor
moralizante, aunque no todas son tan ejemplares, pero sí que muestran una especie
de forma de educación para su época. 42 (Merino, 2010)

41 En el comentario crítico abundaremos sobre el mensaje cívico de los Cuentos. Retratan en buena
medida el ideal de ciudadano romano al que se aspiraba en aquel entonces.

42El inventor del género del cuento literario en España es Cervantes con sus Novelas Ejemplares, ya
que la denominación de ´novela ‘que él utiliza en este título no se refiere a lo que nosotros
entendemos en la actualidad por novela, sino que la había tomado del italiano novella, lengua en la

57
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Por tanto, ni fábula, lección, leyenda o parábola, categorías que también se


barajaron. Cuentos, y ejemplares.

El único precedente del estado del arte en recrear una nueva lectura a partir de los
diez Prólogos es el ensayo de Antoinette Novara titulado AUCTOR IN BIBLIOTHECA. Essai
sur les textes préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du libre. Dimos con su
publicación cuando nuestro “corpus apológico” estaba consolidado y buscábamos
referentes bibliográficos. Hasta ese momento, la investigación se había bastado con
la lectura y relectura de Vitruvio. Ningún otro libro que no fuese el De Architectura en
varias de sus múltiples versiones, españolas, italianas y francesas, y un eventual
diccionario 43.

El trabajo de Novara y el nuestro, con todo el pudor que produce comparar una labor
exégeta con una amateur, no compiten. Veremos a continuación que son de índole
muy diferente. Novara, excepcional latinista, tras un concienzudo estudio filológico –
deslumbrante siempre por cuanto un prefijo, o una coma, pueden dar pistas y giros al
argumento– concluye que los diez Prólogos, en su conjunto, fueron escritos como una
recitatio, un discurso dedicado al emperador Augusto, para ser leídos, todos de
corrido, a la presentación del De Architectura. 44

A nuestro juicio, encajar esta sugerente imagen ha tenido sus particulares costes
Mencionaremos entre ellos su dependencia de las “líneas de transición”, herramienta
útil para organizar el tratado, pero extranjera a los prólogos como tales45. O el vínculo
casi forzoso entre prólogos pares e impares que desarraiga su contenido moral, o,
como ejemplo más concreto, el análisis que pesa sobre el Prólogo VIII, que, enfocado
a su léxico, no a su mensaje, le excluye parcialmente:

que significa un cuento un poco largo. En este libro no todos son cuentos, pero lo que sí queda muy
claro -porque el propio autor así lo explica en su prólogo- es que Cervantes lo escribió con la
conciencia estética de estar realizando literatura. (Merino, 2010.)

43 Francia, con Italia pisándole los talones, lidera actualmente los estudios sobre Vitruvio.

44 La lectura de los diez prólogos consecutivos –lo hemos conocido por experiencia– es ardua,
desestructurada y desalentadora.

45 Ver epígrafe ESTRUCTURA (10=7+3), en INTRODUCCIÓN-CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN

58
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Tous les indices, á notre avis, convergent pour donner á penser que les préfaces de
Vitruve constituent un ensemble significatif dans leur continuité : une remise de
l´ouvrage á un moment défini, l´adresse renouvelée au dédicataire unique dans neuf
préfaces sur 10. (Novara, 2005) 46.

A Novara no le cuadra en su tesis la existencia de un prólogo entre diez, que no


contiene en su texto original el binomio “Oh César”, salvoconducto para estar
dedicado a Augusto, y le aplica otros parámetros. Paradójicamente, nosotros hemos
eliminado el “Oh César” en todos los Cuentos, por considerarlo una fórmula de
protocolo que nada aporta, ni al contenido ejemplar, ni a nuestro fin. Es un ejemplo
de poca trascendencia que sin embargo ilustra una sustancial diferencia.

El corpus de Novara “se dedica” a Augusto. Nuestro corpus “se dirige” al público de
amplio espectro47. Nuestro formato no es solo teórico, es también encuadernable.
Quedan ilustradas dos propuestas, muy distintas: un discurso inaugural de diez prólogos
y una colección de cuentos ejemplares de siete. La primera, un hito especulativo en
la literatura filológica vitruviana, la segunda, esperamos, un activo para la
arquitectónica 48.

46 Todos los indicios, a nuestro juicio, convergen para sugerir que los prefacios de Vitruvio constituyen
un todo significativo en su continuidad: una entrega de la obra en un momento determinado, un
discurso renovado a un destinatario excepcional en nueve prefacios de diez.

47Público al que todavía no se le ha facilitado la oportunidad de asomarse y conocer los prólogos,


carencia de la que los arquitectos somos en parte responsables.

48 Para dar parcialidad a nuestros argumentos estimamos eficaz la reseña de Pierre Gros: Novara a
cherché á démontrer, d´une façon qui, de notre point de vue, emporte la conviction, l´unité profonde
de ces textes, qui étaient faits selon elle pour être lus en continuité, et où, s´appuyant sur la double
signification du verbe explicare , aux sens figuré (développer un exposé) et propre (dérouler un
papyrus ou un parchemin), elle pense retrouver les principaux moments de la séance où Vitruvea
présenté son œuvre á Auguste. (2015 p. XLVI)

59
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Otros autores, desde el profundo conocimiento ciceroniano, también doctores en


Filología Clásica habían subrayado antes que Novara el “corpus” lógico gramatical
que podían conformar los diez prólogos con independencia del tratado, como apunta
Callebat: (…) ainsi des préfaces vitruviennes, construites comme des suasiones ad
architecturam, suivant un schema du genus deliberatiuum. La volonté même affirmée
par Vitruve d’amasser les éléments épars d´une tradition pour en constituer un
ensemble, ou corpus, logiquement organisé. (1993 p.33.). Callebat viene a confirmar,
que desde la perspectiva de la retórica y la filología latinistas, no se libera el examen
de los prólogos del corsé de ser diez.

Por lo tanto, la resolución que tomamos antes de conocer al elenco de filólogos, de


que los diez Prólogos se agrupan naturalmente por razón de su contendido, en un
corpus de siete y otro corpus de tres, dos familias que responden a la filosofía moral del
arquitecto y la filosofía moral del tratadista, consideramos que ha sido la apuesta más
emprendedora de este trabajo. El corazón de la tesis.

No sería justo dejar de felicitar la espléndida erudición de Antoinette Novara y de Louis


Callebat, por mencionar solo a los recién referenciados. Si enfrentamos nuestra
propuesta con su trabajo no es con vocación de juzgarlo sino de diferenciarnos. No
compartimos su enfoque porque pertenecemos a diferentes disciplinas, pero
compartimos lo más importante: una profunda admiración por Vitruvio y un deseo de
restituirlo. Nuestro ánimo se centra en promover la lectura y divulgación de sus textos
proemiales, en compensar la balanza de siglos de vaivenes que finalmente nos han
reportado a Vitruvio como una reliquia del clasicismo, abstracta, ajena al oficio –con
la sempiterna coletilla “Utilitas, Firmitas, Venustas”– por unos siglos, en adelante, en los
que sacar provecho a la universalidad de su mensaje - “Moralitas”- y a su
conocimiento de la profesión, perfectamente vigente.

Como podría apostillar John Ruskin: cambiamos lámpara vieja por siete lámparas, a
estrenar, de la arquitectura.49

49 Guiño a medio camino entre “Las mil y una noches” y la obra “Las siete lámparas de la Arquitectura”
de John Ruskin, a quien consideramos genéticamente un Vitruvio, dos caras de la misma moneda,
que vino a iluminar el apagón vitruviano que se produjo en la segunda mitad del siglo XIX.

60
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

1.3 UNA AGRADABLE CONVERSACIÓN

Apuntábamos al inicio del documento que un prólogo de autor resulta, a menudo, un


monólogo de carácter íntimo y cultivado que, en contacto con el lector entregado a
escuchar, deviene metafóricamente un diálogo. Ahora son siete los prólogos a
compartir, de un mismo escritor, de un mismo libro, recopilados como Cuentos, lo que
convierte la metáfora del debate en una conversación de sobremesa. Vitruvio es el
narrador y protagonista eventual de los relatos, y lo más significativo, ha de quedar
bien subrayado, se aplica el cuento, veremos en adelante que con resultados
proverbiales. No hay herramienta más poderosa para hacerse respetar que la de
predicar con el ejemplo. El tiempo, a su destiempo, pone a todos en su sitio y a Vitruvio
le ha colocado en el suyo, la posteridad.50

Sus palabras tienen tal carácter de espontaneidad y un sello tal de naturalidad que, a
nuestro parecer, solo pueden haber salido de una pluma cuya alma las sentía en su
propia médula…tal como él confiesa, con la sinceridad de que da muchas veces
muestra en sus prefacios. (Blánquez, 1955 pref. p. X)

Vitruvio resulta un conversador franco, amable, conmovedor, con confesas


debilidades. No sermonea ni manipula. Conoce todo lo que hay que saber de
arquitectura y habla desde la experiencia de quien ha padecido en su trayectoria
profesional los vicios ocultos de la obra y del artífice, y los vicios manifiestos también de
ambos. La ignorancia, el nepotismo, la injusticia causan su desesperación, aunque
tenga recetas inmejorables, moralejas, para sobreponerse. Entre ellas, la autarquía
que proporciona la sabiduría derivada, a ser posible, de una buena formación desde
la infancia, o el valor de escribir y entregarse a cualquier oficio, haciéndolo a la mayor
perfección. 51

50 La posteridad es un asunto recurrente entre los anhelos de Vitruvio, no en términos ambiciosos


sino altruistas, comprometido con el hecho de redactar un tratado útil y solvente.

51En más de un aspecto. Vitruvio nos trae a la memoria el perfume del desconocido prefacio de
Willian Morris, Preface to the nature of gothic: “If this be true, as I for one most firmly believe, it
follows that the hallowing of labour by art is the one aim for us at the present day.” Más adelante
ampliaremos estos paralelismos.

61
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Recuerda a sus padres y maestros con profundo agradecimiento. Honra el


conocimiento y el saber, y el sentido del honor. Quien lee sus prólogos lo percibe:

La vénération qu´inspirent á l’architecte (Vitruve) les penseurs et les savants : elles est
profondément ressentie et parfaitement touchante…Vitruve est plein de modestie
pour sa personne…il se contente du aspirer, mais il né cessé d´y travailler… il honore les
écrivains…il ne revendique pour lui que son intégrité…l´honnêteté intellectuelle et la
pudeur y éclatent 52. (Soubiran, 1962)

Honesto y además distinguido anfitrión: Son texte présente une allure, une tenue où
l´on sent la dignité des vieux Romains.53 (Choisy, 1909). Hemos consultado una amplia
bibliografía latinista, como ya hemos expuesto. Los filólogos atribuyen la impresión de
su “agradable conversación”, a la aplicación de técnicas retóricas inspiradas en
Cicerón, a quien, por cierto, Vitruvio menciona en sus Cuentos con admiración.
Describe André :

L’étude des préfaces de Vitruve a souligné la part d’opus oratorium que recèle
également la littérature scientifique du Haut-Empire, héritière de l’encyclopédie
varronienne, mais surtout de la théorie et de la pratique cicéroniennes du proemium.
Nous croyons que la manière ample, généreuse, ornée de Vitruve, si elle n’exclut pas
l’influence des prologues lucrétiens, notamment des éloges d’Épicure et de la vraie
science, reflète surtout le magistère cicéronien. 54 (André, 1985)

52 Se siente profundamente, y conmueve, la veneración que inspiran a Vitruvio, los pensadores y


científicos … Vitruvio está lleno de modestia para sí mismo… se contenta con aspirar, pero nunca
dejó de trabajar en ello… honra a los escritores… él reclama para sí, sólo su integridad ... la
honestidad intelectual y la modestia eclosionan.

53Su texto presenta un encanto, una compostura, donde se siente la dignidad de los antiguos
romanos.

54 El estudio de los prefacios de Vitruvio subraya la parte del opus oratorium que también se
encuentra en la literatura científica del Alto Imperio, heredero de la enciclopedia varroniana, pero
especialmente de la teoría y práctica ciceroniana del proemio. Creemos que la manera amplia,
generosa, adornada de Vitruvio, si no excluye la influencia de los prólogos lucrecianos, especialmente
la alabanza de Epicuro y la verdadera ciencia, refleja sobre todo el magisterio Ciceroniano.

62
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

En términos más relajados, es bienvenido el comentario que nos llega de la mano de


Novara : Tore Janson a remarqué plaisamment que Vitruve n´avait pas oublié les
leçons de la classe de rhétorique 55. Piropos de otro cariz, pero en definitiva piropos.
Concluimos que no es necesario saber latín para conocer al buen narrador que
acompaña al buen arquitecto, y apreciar que sus Cuentos deleitan, conmueven,
persuaden.

Antes de entrar a tratar la cuestión del interprete elegido para narrarlos, una pequeña
acotación de Agustín Blánquez: Vitruvio adopta con frecuencia un tono enfático y un
modo de decir más en consonancia con el latín del pueblo que con el de las personas
cultas. Y, evidentemente, hay alguna diferencia entre el latín de sus prefacios y el latín
de sus exposiciones doctrinales. No se precisa más conocimiento de retórica para la
evidencia. El tono doctrinal del texto de sus libros, en ocasiones calificado como
délfico, no es el mismo, indiscutiblemente, que el tono conversador del texto de sus
prólogos. Recordemos los archi-famosos pasajes presuntamente intraducibles de los
libros, que Alberti fue el primero de la fila en reprochar, seguido de Philandro y que han
alimentado ríos de tinta especulativa casi hasta hoy 56 .

Si bien algún Cuento tiene un trasfondo de oráculo, y deja la lección sujeta a la


interpretación y al conócete a ti mismo, la escritura es fácil. Y la lectura también.
Parece buena ocasión para dejar de recrearse en pasajes oscuros y disfrutar de
hacerlo en paisajes claros, con una buena colección de relatos.

55 ” Tore Janson comentó, con humor, que Vitruvio no había olvidado las lecciones de clase de
retórica…”

56 Vitruvio, autor muy competente sin duda ninguna, pero tan golpeado y castigado por el paso del
tiempo que multitud de pasajes faltan muchas cosas y en muchos otros echas en falta bastantes más,
había que añadir el hecho de que hubiera transmitido esos conocimientos en una lengua nada culta:
en efecto, su latín es tal que los latinos dicen que quiso parecer griego mientras que los griegos
aseguran que escribió en latín… (Alberti, Prefacio al libro VI del De Re Aedificatoria)
Philandrier en su dedicatoria a Francisco I: Lo he purgado de tantos errores que me atrevo a afirmar
que mi interpretación es del todo consistente, salvo en ciertos lugares que ni siquiera Apolo podría
haber descifrado. (Wiebenson, 1982 p. 63)

63
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

1.4 EL INTÉRPRETE ESCOGIDO

Vimos en el capítulo de la metodología, esa peculiaridad de Vitruvio de tener una


secuela de apellidos de renombre. Tantos como buenos intérpretes. Vitruvio de
Barbaro, Vitruvio de Galliani, Vitruvio de Ryff… hasta algún traductor, de traducción
compilada, se subió al carro como Vitruvio de Castañeda. Para la voz de los Cuentos
nos hemos decidido por Vitruvio de Ortiz y Sanz. Procuraremos argumentar la elección
y la libre elección.

Le texte même, ayant tant de peine á trouver un bon sens en quantité d´endroits, dans
les quels, le changement ou la transposition d´un mot, ou seulement d´un point ou
d´une virgule a été capable de corrompre entièrement le discours, qui s´est trouvé
d´autant plus sujet á une corruption irréparable, que sa matière est plus disposée
qu´aucune autre : car dans des Traitez de Morale ou dans des Histoires, qui sont dans
un genre de choses connues de tout le monde, et qui ont été traitées par un nombre
infini d´autres Auteurs, il est difficile que les Copistes se méprennent et si cela arrive par
quelque raison extraordinaire, les fautes sont plus aisées á corriger. 57
(Perrault, 1673 pref.)

Perrault sugiere que incluso la puntuación puede condicionar la traducción, y por lo


tanto el contenido del texto del tratado. También sugiere que los Cuentos no suman
errores de transcripción, y si los sumasen, poco importaría, pues funcionan en todas sus
versiones. Todas distintas, y son legión. Es extraordinario.

57El texto en sí, teniendo tanta dificultad para encontrar un buen sentido en muchos lugares, en los
que, el cambio o la transposición de una palabra, o solo de un punto o una coma, pudo corromper
por completo el discurso, que se ha encontrado tanto más sujeta a una corrupción irreparable, cuanto
más se dispone su materia que cualquier otra: porque en los Tratados de moralidad o en las Historias,
que son un tipo de cosas conocidas por todos, y que han sido tratadas por un número infinito de
otros Autores, es difícil para los copistas equivocarse y si sucede por alguna razón extraordinaria, los
errores son más fáciles de corregir.

64
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Vamos a ilustrarlo con un pequeño ejemplo: las primeras líneas del Cuento de
Dinócrates, a través de los siete únicos autores que lo han traducido al castellano: 58

- Dinócrates arquitecto, confiado en sus imaginaciones y facultad de ingenio en el


tiempo que Alejandro vino a señorear el mundo, partiose de Macedonia al ejército
con propósito de alcanzar favor del rey. Lázaro de Velasco 1564

- Dinócrates arquitecto, confiado en sus pensamientos, y solercia, siendo Alejandro


señor del mundo, vino de Macedonia al ejército, codicioso de su favor. Urrea 1582

- El arquitecto Dinócrates, fiado de su capacidad y estudio, partió de Macedonia


hacia el ejército, cuando Alejandro iba conquistando el mundo, solícito de su real
protección. Ortiz y Sanz, 1787.

- El arquitecto Dinócrates, confiando en sus estudios y en su talento y deseoso de


granjearse la regia protección de Alejandro Magno, que con victoriosas
campañas se estaba apoderando del mundo, se dirigió desde Macedonia, su
patria, hacia el lugar en que estaba el monarca con sus ejércitos. Agustín Blánquez,
1955

- DINÓCRATES, un arquitecto con muchas ideas y proyectos y preparación para


llevarlos a la práctica, contemporáneo de Alejandro, dejó su ciudad y fue a unirse
al ejército dispuesto a ganarse la aprobación del rey. Carmen Andreu 1973

- El arquitecto Dinócrates, confiando en sus proyectos y en su ingenio, marchó


desde Macedonia hacia el ejército de Alejandro, que estaba consiguiendo ser el
señor del mundo, ansioso de ganarse su protección. Oliver Domingo 1995

- Seguro de la maestría de sus proyectos, el arquitecto Dinócrates partió de


Macedonia al encuentro del Ejército cuando Alejandro se estaba afianzando en
el poder. Manzanero 2008

¿Cuál escoger?

58 Omitimos el mismo ejemplo con traducciones extranjeras, aunque resulte de lo más anecdótico
que apenas tres líneas puedan interpretarse de tantas maneras. Ni el ajedrez da tanto juego.

65
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Al inicio, la elección del doblador para los Cuentos estuvo muy en entredicho. Era un
hecho que debía tratarse de una voz en español, nos defendemos con relativa
suficiencia para entender las traducciones francesas, italianas e inglesas, pero escapa
a nuestros recursos reinterpretar cualquiera de ellas, aunque sintamos afinidad y
compenetración por el autor en cuestión 59.

Entre los siglos XVI y XVIII, contamos en España con tres únicos nombres propios que
traduzcan a Vitruvio: Lázaro de Velasco (1564), Urrea (1582) y Ortiz y Sanz (1878). De
esa época no se conservan otras traducciones al español completas, no
compendiadas o que sean solventes 60. La oficialmente considerada primera
traducción al español de Vitruvio, obra de Lázaro de Velasco es, paradójicamente,
casi la edición más reciente 61.

59 Recomendamos la última traducción al francés de Pierre Gros del año 2015, la más reciente del
panorama vitruviano. Bien por ser la última de las grandes traducciones, bien porque Pierre Gros
dedica su vida al estudio de Vitruvio, lo que nos conmueve, merece la pena. Adjuntamos sus primeras
líneas del Cuento de Dinócrates : Sous le régné d´Alexandre, Dinocrate, un architecte plein de
confiance dans ses idées et dans son savoir-faire. Voulant absolument obtenir le patronage du Roi,
partit de Macédonie pour joindre son armée. Dejamos abierta la propuesta de que no solo se
emprendan traducciones desde el latín, y que se traduzcan las buenas versiones críticas, antiguas o
contemporáneos, a otros idiomas. Recientemente, en el 2019, Kim Williams ha materializado nuestro
ruego, traduciendo al inglés por primera vez la versión de Barbaro, versión de versiones. Jean Martin,
considerado el primer traductor de Vitruvio al francés, no dudó en servirse literalmente de la alabada
traducción en latín de Philandro.

60La traducción de Urrea permaneció inédita hasta 1582 pero pudo haber sido escrita en años
inmediatamente anteriores, o posteriores, a la de Lázaro de Velasco. De la misma forma la traducción
de este último, cuya fecha definitiva también baila, permaneció inédita hasta el siglo XX, por lo tanto,
el debate de si la primera versión en español fue de uno o de otro permanece abierto sin ninguna
trascendencia. No obstante, suele considerarse a Diego de Sagredo el primer traductor/introductor
de Vitruvio al español, si bien es cierto que su obra es un compendio. goza de una gran excelencia y
fue récord de ventas en su tiempo.

61 Consideramos a Sagredo (Medidas del Romano, 1526), un tratadista, no un traductor oficial. Nos
cuesta entender que Hernán Ruiz sea perennemente mencionado entre los traductores de Vitruvio
por una pseudo-semi-traducción desvencijada. Como nos cuesta entender, el apego hacia Castañeda,
que traduce en 1761 una compilación de Perrault sin los prólogos completos; entendemos que sea
bienvenida la iniciativa desde la perspectiva de una aportación divulgativa, pero el nivel de su
traducción nos produce, en todo caso, reservas. A nuestro sentir, lo mejor que nos ha proporcionado
Castañeda es el estudio introductorio de Joaquin Bérchez a su reedición de 1981.

66
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Su manuscrito inédito no fue impreso hasta finales del siglo XX. 62 Una versión, a nuestro
juicio, no solo excelente, sino superior a la posterior de Urrea. Sin embargo, su
morfología y su sintaxis resultan intrincadas para el lector de hoy 63.

Dice Francisco Manzanero: La de Ortiz y Sanz de 1787, fue la única traducción en


idioma español hasta que en 1955 apareció en la editorial Iberia la de Agustín
Blánquez, un trabajo excelente por lo demás, que sirvió para actualizar la lengua y el
estilo anticuado del único Vitruvio español disponible por entonces; sin embargo, la
carencia de un aparato de comentarios la hizo brillar con menos luz de la que debiera
y ayudó a que no cayese del todo en el olvido la vieja traducción de Ortiz y Sanz, a la
que vinieron a socorrer las ediciones facsímiles.

En el XIX Vitruvio no se traduce, como tampoco se había hecho en el XVII.

En el siglo XX, además de la mencionada traducción de Agustín Blánquez, contamos,


en castellano, con las traducciones de Carmen Andreu (1973) y José Luis Oliver
Domingo (1995). El siglo XXI nos ha regalado, de momento, una única versión, con un
excepcional apartado crítico. Su autor, Francisco Manzanero (2008), ya ha sido
referenciado en este epígrafe. Nos hubiésemos inclinado por ella, empero solo tiene
publicadas las traducciones de los cinco primeros libros y por lo tanto, solo a nuestra
disposición textual los cinco primeros prólogos. Lo que en otra medida ha sido
providencial.

62 El libro que el lector tiene ahora en sus manos es un volumen que desde distintas instancias se
echaba en falta hace mucho tiempo. Constituye la puesta al alcance del investigador especializado y
del público con intereses culturales, de una obra que permanecía inédita desde que fuera escrita en
el siglo XVI. Se trata de un manuscrito, conservado en la Biblioteca Pública del Estado en Cáceres, que
contiene la traducción al castellano del tratado de la Antigüedad de Los Diez Libros de Arquitectura
de Marco Vitruvio, realizada por el clérigo granadino Lázaro de Velasco. Se sabía de la existencia de
este manuscrito, que pocas personas habían tenido la ocasión de consultar personalmente (…) Esta
laguna bibliográfica ha sido colmada por el tesón y competencia de dos profesores de la Universidad
de Extremadura, los doctores Javier Pizarro y Pilar Mogollón Cano-Cortés.

63 En nuestro ámbito de prólogos, juzgamos la traducción de Urrea con dureza. En compensación,


Luis Moya Blanco en su prólogo a la reedición de 1978, nos propone una visión que le redime:
“…entender a Vitruvio era una necesidad vital para un arquitecto del siglo XVI; para satisfacerla se
esforzaron muchos autores, y entre ellos no es de los menores nuestro Miguel de Urrea. Su obra era
un instrumento de trabajo en su época y no un objeto de estudio histórico…”

67
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El recorrido nos devolvió a Ortiz y Sanz y constatamos que su prosa castellana del XVIII
tiene una cadencia, y un regusto, propios de los relatos que llegan avalados por el
tiempo. La lectura es perfectamente llevadera, si bien, el salto de casi tres siglos en el
lenguaje, fuerza a leer despacio, y en ocasiones a detenerse dos veces. 64 A la
velocidad de papiro. Hoy, no podemos imaginar los Cuentos con otra voz que no sea
la suya.

Por más motivos creemos que hemos acertado: Ortiz dio pruebas de buen juicio,
separándose algún tanto de la absurda idolatría de los traductores por el autor que
interpretan, y de la todavía más absurda e intolerante superstición con que en su
época se miraban todas y cada una de las palabras del arquitecto romano. Su juicio
en esta parte es muy independiente, y revela que había acertado a mirar con ojos
propios los monumentos de la antigüedad. (Menéndez y Pelayo, 1909 Tomo 6, p. 318)

Ortiz domina la arqueología filológica y la filología arqueológica, y tiene la mejor


actitud para acometer una traducción, con amor, pero no ciego. Hay que añadir que,
a menudo, nos hemos auxiliado de las traducciones de Blánquez Carmen Andreu,
Oliver Domingo y Francisco Manzanero. Los apellidos de nuestro Vitruvio son más de
ocho.

Como adelantamos en la introducción general, a partir del siglo XX las traducciones


del De Architectura, se prologan o introducen, indistintamente, por el autor traductor
o por un autor secundario a una nueva versión o reedición. Este último, es el caso de
los prólogos de Eugenio Montes a la traducción de Carmen Andreu titulado: Vitruvio,
o la Arquitectura Humanista, el de Delfín Rodriguez a la traducción de José Luis Oliver
Domingo titulado: Vitruvio y la piel del clasicismo y del de Juan Calatrava a la
traducción de Xanti Iruretagoinea titulado: Vitruvio y la teoría de la Arquitectura65. Los
tres vienen a suplir la carencia de anotaciones del intérprete y han sido, en concreto
los dos últimos, fuente documental indispensable para esta tesis.

64 También se barajó parafrasear el texto de Ortiz y Sanz, y elaborar los Cuentos que se hubiesen
escrito hoy. No es una tarea imposible, pero requiere dedicación plena y habilidades de escritor.

65 Traducción al euskera del año 2000, “Vitruvio, Arkitekturaz hamar liburak”. También existe una
versión en catalán del año 1989: “M. Vitruvi, D´arquitectura”, de Artigas, Espinilla y Torres.

68
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Con las versiones internacionales se ha experimentado un recorrido documental,


cronológico y de filias, muy simétrico al anteriormente expuesto, pero a tenor de
nuestra premisa de no empañar el mensaje con exceso de erudición, iremos dejando
registradas nuestras impresiones al respecto a lo largo de los capítulos del documento
cuando el texto lo demande. Las anotaciones, comentarios y prefacios, que han
acompañado a las traducciones desde sus primeras ediciones críticas impresas, y en
cada geografía hasta nuestros días, son un universo insondable y fascinante 66.

Bien apuntó Thoenes: Los libros más importantes de arquitectura desde Alberti y los
siguientes decenios, no fueron tratados sino ediciones y traducciones de Vitruvio; las
ediciones comentadas como la de Cesariano, Philandrier y Barbaro adquirieron
carácter de tratado. (2011 p.10)

66 En lo que a los Cuentos se refiere, invitamos al lector a que elija la versión, la voz de sobremesa,
con la que más se identifique, pues el mensaje-moraleja no varía.

69
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

1.5 LA MORAL EN TÉRMINOS DE MORALEJA

Briguz y Bru, en su prefacio ampliamente titulado “A los estudiosos de la arquitectura


por su profesión, y a los aficionados a tan noble estudio por su buen gusto”, anota:

Vitruvio quiere que el Arquitecto posea la Filosofía Moral que regula las costumbres y
pasiones, para que sea de un ánimo grande y generoso sin arrogancia ni avaricia, y
para que mantenga su empleo con honor y gravedad. Quiere que la filosofía natural
le dé conocimiento de muchos efectos y experiencias físicas que conducen al mayor
acierto. (1738. Escuela de Arquitectura Civil. Pref. p. 4)

Un siglo y medio antes, el traductor de Vitruvio, Miguel de Urrea, se había expresado


sucintamente con similares palabras en su prólogo titulado “Epístola al Lector”: Para el
cual oficio de arquitectura se requiere tener noticia de todas las demás ciencias de
Philosophia moral, y natural. (1582. Pref. a la traducción del De Architectura).

Ambas consideraciones no se destilan de la lectura de los prólogos, provienen de


parafrasear el único párrafo, dentro del texto de los diez libros, referido a la ética
profesional67 . Se localiza concretamente en el primer capítulo del primer libro y dice
así:

[Vitruvio] Por otra parte, la filosofía perfecciona al arquitecto, otorgándole un alma


generosa, con el fin de no ser arrogante sino más bien condescendiente, justo, firme y
generoso, que es lo principal; en efecto, resulta imposible levantar una obra sin
honradez y sin honestidad. Es preciso que no sea avaro, que no esté siempre pensando
en recibir regalos, sino que proteja con seriedad su propia dignidad, sembrando buena
fama: precisamente es esto lo que concede la filosofía. Además, la filosofía dirige su
estudio sobre la Naturaleza, en griego fisiología; es preciso que haya tenido profundos
conocimientos, pues la filosofía incluye muchas y variadas investigaciones sobre la
naturaleza. (Traducción de Oliver Domingo)

67 San Isidoro de Sevilla (560–636) en el libro II de su Etymologiarum, explica que la Filosofía para los
escritores romanos tiene tres ramas: la Filosofía natural (Física para los griegos), la Filosofía moral, de
las costumbres (Ética para los griegos) y la Filosofía racional (Lógica para los griegos).

70
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Es un texto bien armado, sencillo y bello. A diferencia de los prólogos, es muy conocido
y se cita con frecuencia. Pone de manifiesto el afán de Vitruvio por subrayar, cómo
debe ser el arquitecto, más allá de cómo deba ser la arquitectura.

Párrafo del libro y textos de los Prólogos-Cuentos no rivalizan en su contenido


deontológico, se refuerzan. El primero es conciso, doctrinal, dicta la conducta moral.
Los segundos se reparten las virtudes y defectos entre los siete, ejemplificándolos con
lecciones en primera persona, la de Vitruvio, y en terceras personas, los protagonistas
de las leyendas. Enseñan entreteniendo desde el ejemplo. Se valen de los mismos
calificativos (justo, firme, generoso…avaro) y los mismos sustantivos (honestidad,
honradez, dignidad) para comunicar el mensaje. Vienen de la misma mano que
hábilmente maneja la prestidigitación en los dos formatos, el de la Filosofía doctrinal y
el de la Filosofía divulgativa. Puede entenderse el párrafo como la sinopsis de los
Cuentos, o estos, como su versión extendida. Texto para un público profesional, o
textos para un público profesional y la vida diaria de todos: De Architectura está escrito
pensando en un auditorio doble, compuesto tanto por los mencionados profesionales
como, más significativamente, por el público culto pero profano.
(Calatrava, 2000 pref.)

Exponer el párrafo del libro también nos da pie a valorar una cuestión, a nuestro sentir
muy importante, y que todavía no hemos puesto de relieve: Vitruvio se la jugó, y se la
juega, con sus Cuentos. Los siete prólogos que los conforman ponen en entredicho a
sus colegas arquitectos, a los arribistas intermediarios, a los cargos públicos que
adjudican a dedo el concurso. Saca los colores a los padres irresponsables que no
invierten en la formación de sus hijos, a los usurpadores intelectuales y a los clientes
que se dejan llevar por las apariencias68. En definitiva, pone en jaque a todos los
advenedizos ignorantes y codiciosos que pueblan el círculo del gremio. Son los malos
de los Cuentos.

68 La coloration naturelle du visage, qui n´a pas á rougir est, dans l´atmosphère de restauration morale
du début du règne d´Auguste, le signe de celui qui n´éprouve ni embarras ni remords, et parle ou
agit en plein accord avec sa conscience (Gros, 2015, p 5) [La coloración natural del rostro, que no
tiene por qué ruborizarse, es, en el clima de restauración moral del comienzo del reinado de Augusto,
el signo de quien no siente vergüenza ni remordimiento, y habla o actúa con total sinceridad. con su
conciencia.]

71
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Vitruvio no tenía necesidad de publicar estos textos, debieron movilizarle la conciencia


profesional, la voluntad de hacer justicia, la vocación de mejorar la arquitectura desde
la ética del artífice. O el deseo mezclado de todo ello. Vitruvio es un filántropo.
Hubiera bastado el párrafo del libro, que adoctrina, pero no señala con el dedo, y
Vitruvio no se hubiese comprometido. Hubieran bastado los tres prólogos que restan,
el I, IV y V, del total de los diez, los que conforman nuestro corpus editorial, para
prologar suficientemente el tratado de forma impecable y salvaguardarlo. Pero fue
más allá. Bastante más allá, hasta aquí. Vitruvio es un profesional comprometido y nos
dejó también siete Cuentos. Vitruvio es un altruista.

Il est cependant un autre facteur d´organisation dans le De architectura, moins visible


parce que relevant parfois du non-dit, mais d´autant plus efficace, c´est celui de la
morale, une morale particulière héritée á la fois de la formation de l´auteur, qui reste
fidèle á des méthodes et á des modèles de la période hellénistique, et de sa pratique
professionnelle qui implique, nous l´avons vu, rigueur et honnêteté. Les préfaces, celle
du dernier livre en particulier, rappellent volontiers les principes élémentaires de la
déontologie architecturale.69 (Gros, 2015)

Gros no está contando nada nuevo en este comentario reciente, extraído de la


introducción de su última traducción al De Architectura. Lo que nos atrae es cómo lo
expresa. Habla de una moral tácita no palpable. Otro asunto preliminar que nos
parece conveniente antes de la lectura de los Cuentos es dar levedad a los términos
moral, ética y deontología70.

En ningún momento se mencionan, como tales términos, en el texto latino original de


los manuscritos, y solo algún interprete eventual, de Cesariano a Gros, ha traído a
colación el vocablo moral en los prólogos, como traducción de los términos de moribus
o de hominibus agendae vitae71.

69 Esta cita figura traducida en la nota 22 del documento.

70 El término deontología fue acuñado a principios del siglo XIX. Jeremy Bentham, lo utiliza por
primera vez en su libro Deontología o Ciencia de la Moral publicado en 1836.

71 La palabra moral proviene del término latín moralis. Continúa la nota en la página siguiente.

72
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Moral y ética pueden usarse, y suele hacerse, como sinónimos. Cuando no es así, la
idea es que la ética es la parte de la filosofía que estudia la conducta moral, las
costumbres. La ética, además, puede tratar del estudio de la felicidad, de la vida
realizada y por supuesto del deber o principios que rigen una profesión.

En los Cuentos no se echa en falta la lista de palabras: moral, ética o deontología,


para transmitir sobradamente la “Filosofía moral del arquitecto” –título secundario de
este capítulo–; hay buenos y malos, felices e infelices, sabios e ignorantes…y de sus
andanzas se concluyen enseñanzas, lecciones, máximas. Moralejas.

CUENTO DE ARISTÓFANES

“Quasque Sócrates, Platon, Aristoteles, Zenon, Epicurus aliique philosophi hominibus agendae vitae
terminationes finissent”
Texto latino.
Le regule de la vita agenda Sócrates, Platone, Aristotele, Zenone, Epicuro e altri Philosophi
(Cesariano, 1521)
Le regole per ben vivere, che prescrifero Socrate, Platone, Aristotile, Zenone, Epicuro, ed altri simili
filosofi.
(Galliani, 1758)
La moral de Sócrates, Platón, Arist6teles, Zenón, Epicuro y otros Filósofos.
(Ortiz y Sanz, 1787)
Quelles règles ont tracées aux hommes pour la conduite de la vie Socrate, Platon, Aristote, Zenón,
Épicure et les autres philosophes.
(Choisy, 1909)
Los códigos morales que precisaron Sócrates, Platón, Aristóteles, Zenón, Epicuro y otros filósofos.
(Oliver Domingo, 1995)
Les fins assignées á l´homme pour la conduite de sa vie par Socrate, Platón, Aristote, Zénon, Épicure
et les autres philosophes.
(Gros, 2015)

CUENTO DE PLATÓN & CÍA

“Cum vero neque moribus neque institutis scriptorum praestantibus tribuantur honores”
De la misma manera para el término moribus los mismos intérpretes sugieren indistintamente:
“a la doctrina moral”, Ortiz y Sanz.
“a las costumbres”, Oliver Domingo.
“a las excelentes costumbres”, Galliani.
“a los modales”, Choisy.
“a la mejora de las maneras”, Gros.

73
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

1.6 LICENCIAS Y GUÍA DE LECTURA

Los Cuentos sobrevuelan lo que Perrault llama la vérité, la verdad del tratado, juegan
en otro tablero al de sus libros. Solo hemos sido sus editores, no sus intérpretes, pero nos
hemos permitido pequeñas licencias literarias,

Car bien loin d’approuver la modestie de ceux qui n’ont osé toucher au texte de
Vitruve, par le respect qu´ils ont eu pour ses Copistes au préjudice de la vérité ; la
grande vénération que j´ai pour l’Auteur même, m´a porté á déclarer mes sentiments
sur ses pensées.72 (Perrault, 1673 pref.)

Previo al aliento de Perrault, nuestro corpus de Cuentos ya se había decantado por un


gran final a la altura. Estimamos, en pequeña medida, la necesidad de mencionarlo,
pues ello ha significado trocar el orden correlativo de dos prólogos73. En ningún sitio
está escrito que, una vez fuera del libro, los siete prólogos de los Cuentos hayan de
respetar el lugar que ocupaban dentro. De la misma forma, en ningún sitio está escrito
que puedan agruparse los diez en dos corpus de 7+3. No nos hemos saltado la premisa
de ceñirnos a la palabra de Vitruvio, simplemente, en nuestras sobremesas con él,
hemos ido atendiendo los temas según se propiciaba la mejor conversación.

Sirva no obstante la siguiente coartada, todavía mejor que la de Perrault, para


liberarnos de cualquier carga. Nos la brinda Novara parafraseando un comentario de
Schramm :

72 Porque lejos de aprobar la modestia de quienes no se atrevieron a tocar el texto de Vitruvio, por
el respeto que tenían por sus Copistas, en detrimento de la verdad; la gran veneración que le tengo
al Autor mismo me llevó a manifestar mis sentimientos sobre sus pensamientos.

73 Organización de los 10 prólogos por contenido:


01 Corpus editorial
02 Cuento 1 - DINÓCRATES
03 Cuento 2 - SÓCRATES
04 + 05 - Corpus editorial
06 Cuento 3 - ARISTIPO
07 Cuento 4 - ARISTÓFANES + Las Fuentes de Vitruvio
08 Cuento 5 - DE MILETO
09 Cuento 7 - PLATÓN & CÍA + El prólogo ilustrado
10 Cuento 6 - DE ÉFESO

74
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Il a exprimé l´intuition d´une rédaction des dix préfaces d´un seul jet, et il en déduisait
qu´il n´y avait donc pas á s´étonner si leurs ajustements aux libres qu´elles précédaient,
résultant d´ une répartition á la dernière heure dans la hâte, pouvaient déconcerter le
lecteur. 74

Schramm es el primer autor en considerar que los diez prólogos fueron, en origen, un
único proemio, que se repartió a la buena de Dios entre los libros. Una hipótesis con
sentido para explicar su heterogeneidad y la falta de hilo conductor encadenado,
pero que por el mero hecho de ser hipótesis carece de interés definitivo. Si fue así, o
no, poco importa. Nuestro último Cuento corresponde al prólogo IX, en lugar de al
prólogo X, es nuestra tesis sin más elucubraciones y justificaciones, con la importante
garantía de proporcionar al corpus apológico el final perfecto. 75

A continuación, una pequeña guía de las licencias literarias, invisibles para los Cuentos
y para el lector, por lo que perfectamente puede obviarse su lectura, y que solo
exponemos por cortesía con la comunidad erudita vitruviana que se sirve de sus textos
con minuciosa fidelidad.

LOS TÍTULOS

I racconti che portano sulla scena Dinocrate (prefazione del libro II), Socrate
(prefazione del libro III). Aristipo (prefazione del libro IV), i plagiari di Alessandria
(prefazione del libro VII)…76 (Gros, 1997)

74Expresó la intuición de una redacción de los diez prefacios en un solo gesto, y dedujo que, por
tanto, no era de extrañar si sus adaptaciones a los libros a los que precedían, como resultado de un
reparto de última hora a la carrera, podría confundir al lector.

75 Cette ultime préface impaire, avec la perspective qu´elle donne sur la « fin » de l´auteur, ou plutôt
sa destinée par-delà sa mort, constitue non certes la préface de la « fin » du livre, car le but de celui-
ci est l’action, comme le marquera la préface 10, mais le sommet – dans les hauteurs célestes- d´une
réflexion… (Novara 2005 p. 146) La autora no puede permitirse cambiar el orden de los prefacios sin
embargo no deja de observar el carácter de “final” del prólogo IX a la vez que formula la idea de
“acción” destinada al último prólogo, el X.

76 …las historias que traen a la escena a Dinócrates (prefacio del libro II), Sócrates (prefacio del libro
III), Aristipo (prefacio del libro IV), y a los plagiarios de Alejandría (prefacio del libro VII).

75
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Se han titulado los Cuentos con sentido común –véase que Gros coincide en nombrar
a los tres primeros prólogos, como nosotros a sus Cuentos correspondientes–, es el
nombre con el que intuitivamente los bautizaríamos casi cualquiera de nosotros. Y se
han titulado con voluntad divulgativa, vamos a explicarlo al respecto del título de
“Dinócrates”. Este es el relato más popular entre los profesionales del oficio por su
potente iconografía arquitectónica. Dinócrates es el protagonista, pero es Alejandro
Magno, el coprotagonista, quien impulsa el valor aleccionador, sin embargo desistimos
de titularlo “Alejandro” por la fonética compartida con los demás títulos, en aras de
una más eficaz retentiva.

LA UNIDAD DE EFECTO

El cuento comparte esta característica con la poesía, está escrito para ser leído de
principio a fin, y si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto
narrativo. (Merino, 2010) Por este motivo se han evitado las notas a pie de página de
los Cuentos.77 Solo figura una llamada por su vinculación con la fábula que le da
origen. Hay términos de Ortiz y Sanz que están en desuso en el actual castellano,
sentimos no proporcionarlos, diremos a favor que hubiesen matizado a Ortiz y Sanz, no
a Vitruvio.

OMISIONES

1.- El binomio” Oh Cesar” en todos los Cuentos.


2.- El párrafo inicial del prólogo VII, Cuento de Aristófanes. Su guion se repite a lo largo
del texto y suma tedio innecesario al relato 78. No obstante, adjuntamos la imagen del
texto recortado pues en algún momento nos hemos referido a él por cuestiones
filológicas.

77 El contexto histórico y geográfico donde se desarrollan los Cuentos es notable y muy evocador.
Ha sido el lugar común de las anotaciones, a lo largo de 500 años de traducciones. Consideraremos
la posibilidad de un anexo que los recoja y desarrolle, no tanto por utilidad sino como por homenaje
a la cultura. Si bien, en el título del índice “Las Fuentes perdidas de Vitruvio” abundamos sin reparo
en la historia de la Grecia Clásica, preferimos que la erudición, por bella que sea, no arrincone el
mensaje ejemplar.

78 El cuento de “Caperucita” de Perrault puede contarse, y se ha contado, en dos y en veintidós


páginas. Insistimos en lo que puede parecer un recurso pueril, podríamos decir lo mismo de los
cuentos de Guy de Maupassant, Somerset Maugham o Roald Dhal.

76
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.- Los prólogos VII y IX, se desdoblan naturalmente para su estudio por el ámbito de su
contenido. Para ello, hemos adaptado las líneas que podían confundir el
procedimiento.
4.- Se ha prescindido en todos los Cuentos de las “líneas de descompresión”, la
pequeña sinopsis que acompaña al final a cada prólogo y que da paso a la
presentación del libro, explicando y listando las materias que serán abordadas.79

THE END

Las líneas finales del Cuento “Platón y Cía”, cierran expresamente nuestro corpus de
Siete Cuentos, al que hemos llamado indistintamente apológico, ejemplar o
deontológico. Por su mensaje, por su sentimiento, decidimos editarlas como broche
final. Su contenido es un homenaje a la eterna juventud de las ideas, a su lozana
inmortalidad. Es un final que Vitruvio hace involuntariamente emocionante,
desconocía, cuando las escribió, que en el futuro formaría parte de esa posteridad
que alaba.

79 Ver epígrafe ESTRUCTURA dentro del título INTRODUCCIÓN, CRONOLOGÍA DE UNA MOTIVACIÓN.

77
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

COROLARIO

Los Cuentos de Vitruvio no son felizmente perfectos, tal vez no respondan a la primera
lectura o a las expectativas, pero son de Vitruvio y para los arquitectos. Y los únicos
que nos han quedado de aquellos tiempos en que el honor, la sabiduría y el cumplir la
palabra, eran aspiraciones connaturales a la dignidad de la profesión, al artífice y a la
obra.

La intención es lo que cuenta. Y su buena intención es lo que cuentan.

Para Vitruvio, como para nosotros, la literatura es un arma de construcción masiva.


Islas, islotes, sin nombre propio, conforman ahora un pequeño archipiélago en el mapa
de la literatura artística. Que cada lector se aplique o desaplique el Cuento a voluntad,
o sencillamente se entretenga.

78
TÍTULO 2

LOS SIETE CUENTOS EJEMPLARES


I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 1- DINÓCRATES (O EL BUEN CLIENTE)


Prólogo al libro II

SINOPSIS

A través de un personaje de leyenda, nos habla del buen juicio de un promotor público
por encima de su vanidad; de la complicidad entre arquitecto y cliente y de cómo
sortear a los intermediarios que se interponen entre ambos haciendo uso del ingenio,
las buenas artes y una inofensiva picaresca. Alienta a que cada cual se fabrique su
propia fortuna confiando en sus talentos y en su formación, poniendo empeño y
honestidad en la labor. Vitruvio lo ejemplariza acometiendo la escritura de su tratado.
Invita finalmente a reflexionar sobre la responsabilidad social del artífice a la hora de
intervenir en el territorio.

81
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

DINÓCRATES

El a r q u i t ect o D i nó cr a t es , f i a do d e s u c a p a ci da d y es t u di o , p a r t i ó d e

M a c ed o ni a h a c i a el ej ér ci t o , c ua ndo Al e j a n dr o i b a c o n q ui s t a ndo el

mu ndo , s o l í ci t o d e s u r ea l p r o t e c ci ó n .

T o mó e n s u p a t r i a , d e l o s p a r i en t e s y a mi go s , a l gu na s c a r t a s d e f a v o r

p a r a l o s á u l i co s y p r i n ci p a l e s d e l a co r t e, a f i n d e i nt r o du ci r s e co n m á s

f a ci l i d a d ; a los cu a l es , q ue le r e ci b i er o n co r t és m e nt e, r o gó le

p r es e nt a s e n cu a n t o a nt es a Al eja n dr o ; a unq u e s e l o p r o m et i er o n, l o

di l a t a r o n algún t i e mp o es p er a n do ocasión o p o r t u na . Cr e ye n do

D i nó cr a t es q u e l e b u r l a b a n, s e a co ns e jó p o r s í mi s mo p a r a e l i n t e nt o .

Er a d e es t a t u r a h i d a l ga , d e r o s t r o a gr a d a b l e y d e l a m a yo r ma j es t a d y

ge nt i l ez a . C o nf i a do , p u es , e n es t o s do nes na t ur a l es , s e q ui t ó s us

v es t i do s e n l a p o s a d a , u nt ó s e t o do e l c u er p o d e a ce i t e s , p ú s o s e u na

co r o na d e á l a mo e n l a ca b ez a , c ub r i ó s u ho m b r o i z q ui er do co n u na

p i el d e l e ó n y co n s u cl a v a en l a ma no de r e ch a , s e f u e a p r es ent a r

de l a nt e de l t r i b u na l d e Al e j a ndr o , q u e a l a s a z ó n es t a b a a d mi ni s t r a n do

jus t i ci a . L a no v e da d a t r a j o l a a t en ci ó n de l a g e nt e q ue es t a b a d el a nt e,

de m a n er a q u e el R e y l e v i o , y a d mi r a do , l e ma nd ó h a c er p a s o p a r a

q u e s e a c er c a s e; y p r eg u n t á ndo l e q u i e n er a , r es p o n di ó :

“ So y D i nó cr a t e s , Ar q u i t ect o m a c e dó ni co , q u e t e t r a i go i n v e n c i o n es y

o b r a s di gn a s d e t u gr a n dez a . H e f o r ma do un mo de l o d el mo nt e At ho s ,

es c ul p i do en f i gu r a d e v a r ó n, q u e t i en e e n s u m a no i z q ui er d a un a gr a n

ci u da d, y e n l a de r e c ha u na p i s ci n a e n q u e r eci b a t o da s l a s a g ua s d e

l o s r í o s q u e ha y e n él , p a r a q ue d e a l l í ca i g a n a l ma r ” .

82
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

A gr a dó s e Al e j a ndr o de l a i d ea , y a l p unt o p r e g u nt ó s i h a b í a p o r a l l í

ca mp o s q u e p u di es e n p r o v e er d e gr a no a l a c i u da d. S a b i do q u e no l o s

ha b í a , y q u e d eb í a v en i r t o do d e t r a ns p o r t e, l e di jo :

“ Bi en v eo , D i nó cr a t e s , l o n o b l e d e t u p e ns a mi ent o , y m e p l a ce en

ex t r e mo ; p er o t a mb i é n co ns i d er o q ue q ui e n en t a l s i t i o e s t a b l e ci e s e u na

co l o ni a , h a r í a mu y p o co ho n o r a s u j ui c i o : p o r q ue a s í co m o n a ci do u n

i nf a nt e, s i n l a l ec he de l a n ut r i z no p u ed e ma nt en er s e, ni c a m i na r p o r

gr a do s a l a ed a d a d u l t a ; de l mo do mi s mo u na ci u da d s i n l o s c a mp o s ,

y la a b u n da n ci a de sus frutos, no p ue d e tomar a u m ent o , ser

f r e cu e nt a da d e n a ci o n es , ni a ún m a nt e ne r s us ha b i t a nt es . P o r l o cu a l ,

cua nt o co n o z co di g n o d e m ér i t o e l mo de l o , t a n t o juz go i mp r o p i o el

s i t i o ; s i n e mb a r go , q u i er o q u ed es e n mi c o mp a ñí a , p a r a a p r o v e ch a r m e

de t u i n g eni o e n o t r a p a r t e ”.

D es de ent o n c es s i gu i ó D i nó c r a t es a l R ey , y l e a co mp a ñó h a s t a Eg i p t o ,

do n d e a dv i r t i en do Al ej a n dr o un p a r a j e p o r na t ur a l ez a s e gur o p a r a un

p u er t o d e m a r , g r a n p r o p o r ci ó n p a r a el c o me r ci o , ca mp o s f e cu ndí s i mo s

de gr a n o p o r t o do el Eg i p t o , y l a s gr a n d es co m o di da d es d el c a u da l o s o

Ni l o , l e ma ndó e di f i ca r u n a ci u da d, q u e en s u no mb r e l a l l a mó

Al ej a n dr í a .

D i nó cr a t es , p u es , f a v o r e ci d o d e s u r o s t r o y ge nt i l es t a t u r a , s e f a b r i có s u

f o r t u na ; p er o a m í , p o r q u e ca r ez co d e es t o s a u x i l i o s , es p er o co ns e g ui r

v ue s t r o f a v o r co n mi s es t u di o s y es cr i t o s .

83
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 2 - SÓCRATES (O LA INJUSTICIA PROFESIONAL)


Prólogo al Libro III

SINOPSIS

Delicioso sueño el de Sócrates, de cómo sortear la injusticia profesional. A diferencia


del anterior, este cuento no es propiamente un relato sino un alegato. Vitruvio se rebela
abiertamente contra el nepotismo y la falta de justicia artística. Conmueve
nombrando a todos los escultores y pintores de talento que, por falta de apoyos o
fortuna de cuna, no alcanzaron la posteridad. Una posteridad entendida desde la
filantropía. Puede disculpar la falta de criterio de un tribunal, pero se indigna ante el
tráfico de influencias. La escritura y la publicación de su tratado le redimen.

85
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

SÓCRATES

El o r á c u l o de A p o l o D él f i co d ecl a r ó p o r b o ca d e l a P i t o ni s a en s us

r es p u es t a s , q u e Só cr a t es er a el m á s s a b i o d e l o s ho mb r es . C u ént a s e d e

él q u e do ct a y a g u d a m en t e d ecí a , q u e l o s ho m b r es d eb í a n t en er u na

v e nt a na a b i er t a e n el p e cho , p a r a q ue n a d a t u v i es e n o c ul t o y es t uv i es e

p a t ent e a t o do s .

¡O j a l á q u e l a n a t u r a l ez a , s i gui e nd o l o s d es eo s d e Só cr a t es , h ub i er a

f o r m a do p a t e nt es y des cu b i er t o s l o s p ec ho s h um a no s ! P o r q u e s i a s í

f ue s e , no s o l o t u v i ér a mo s a l a v i s t a s us v i r t ud es y v i ci o s , s i no t a mb i é n,

s uj et a s l a s c i e nci a s a l ex a m e n a j e no , n i s er í a n es t i ma da s p o r j ui ci o s

i nc i er t o s , n i l o s ho mb r es v er d a d er a m e nt e s a b i o s c a r ec er í a n de l ho no r

p er p e t u a m en t e d eb i do . P er o p o r cu a nt o no ha n s i do cr i a d o s a s í , s i no

s eg ú n l a na t u r a l ez a di s p u s o , s uc e de q u e n o p u e da n l o s ho mb r es ,

es c o n di do s l o s i ng e ni o s e n el p ec ho , y o c ul t a s d el t o d o l a s c i e nci a s ,

juz g a r de e l l a s d eb i d a m en t e . L o s a r t í f i c es , a un q u e p r o m et a n h a b i l i d a d ,

s i n o s o n r i co s , o d e es cu el a a cr e di t a d a ; s i c a r ec e n d e f a v o r y

p a t r o ci ni o ; y f i na l m e nt e s i es t á n f a l t o s d e f a cu nd i a y el o c ue nci a d e

f o r o , nu n ca l l eg a r á n a co ns eg ui r l a a u t o r i da d y c r é di t o q u e a s us

es t u di o s co r r es p o n de . P o d emo s o b s er v a r es t a v er da d e n l o s a nt i guo s

Es t a t u a r i o s y P i nt o r e s , de q ui en es l o s q u e t uv i er o n a l g un a es p e ci a l

p r er r o g a t i v a o f a v o r , du r a a t o d a l a p o s t er i da d s u m emo r i a : co mo

M i r ó n, P o l í cl et o , Fi di a s , L i s i p o y o t r o s , q u e co ns i g ui er o n l a c el e b r i d a d

p o r s u d es t r ez a en el A r t e, e mp l eá n do l a en s er v i ci o d e ci uda d es

f a mo s a s , d e mo n a r ca s o d e gr a n d es s eño r es .

86
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

P er o o t r o s , na da i n f e r i o r e s en i ng e ni o , es t ud i o y ha b i l i da d t r a b a ja nd o

s us o b r a s , b i e n q u e de t a nt o m ér i t o , p a r a p er s o na s d e p o co p o d er y

f o r t u na o r di na r i a , n o p u di er o n a dq u i r i r f a m a a l gu na . P er o no f ue

ci er t a m ent e por falta de ci en ci a , s i no de f o r t un a ; co mo H el a s

At en i e ns e, C hi o n Co r i nt i o , M i a gr o Fo c eo , F a r a x E f es i no , Be da s B i z a nt i no

y o t r o s m u c ho s . L o mi s m o s u ce di ó a l o s p i nt o r es , Ar i s t o m en es , T a s i o ,

P o l i cl es At r a mi t e no , Ni co m a c o y o t r o s , a q ui e ne s n o f a l t ó t a l e nt o ,

a p l i ca ci ó n a l a r t e y s u t i l ez a , s i no q u e l a p o b r ez a , l a p o c a f o r t u na o l a s

a mb i ci o s a s m a ñ a s d e s u s ém ul o s s e o p us i er o n a l a c el eb r i da d de s u

no m b r e. N o es d e m a r a v i l l a r q u e p o r l a i gn o r a nc i a d el a r t e en l o s

p r e mi a do r es q u e d en a r r i n co na do s l o s h á b i l es a r t í f i c es ; p e r o c a us a

s um a i n di g n a ci ó n el q u e, p o r l i s o n je a r a l o s a mi go s en l o s co nv i t es ,

ha ya n d e t o r c er el j u i c i o i nt el i g e nt e h a ci a do nd e n o s e ha l l a e l

me r e ci mi ent o . S i s e v i es e n, p ues , co mo de cí a Só cr a t es , l a ci en ci a y

ha b i l i da d d e c a d a u no , no v a l dr í a n e mp eñ o s , ni ma n ejo s ; s i n o q u e

s i e mp r e s e e nc a r g a r í a n l a s o b r a s a l o s q u e co n s u t a l e nt o y a p l i ca ci ó n

b i e n di r i gi da co ns eg u i r í a n l a e x c el e nci a e n l a s a r t es .

P er o p o r c u a nt o l a s ci en ci a s en l o s ho mb r es no s e d e ja n v er , n i t r a s l u ci r

a l o ex t er i o r y p ú b l i c o , co mo cr ee mo s co nv en dr í a , y a dv i er t o a ca da

p a s o q u e l o s i n do ct o s p r ev a l e c en c o nt r a l o s s a b i o s e n s er f a v o r e ci do s ,

juz g o c o nv e ni en t e n o p o r f i a r co n t a l es i gno r a nt es a mb i ci o s o s , s i n o

ha ce r p a t e nt es mi s es t u di o s c o n l a p ub l i c a ci ó n d e es t o s es cr i t o s .

87
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 3 – ARISTIPO (O LA IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN)


Prólogo al Libro VI

SINOPSIS

Este cuento, largo y evocador, se inicia con el relato del naufragio de Aristipo en
Rodas, hermosa historia que nos habla sobre la autarquía del hombre formado, de la
superioridad del saber intelectual sobre cualquier riqueza material, de la libertad que
proporciona el conocimiento convirtiéndonos en ciudadanos del mundo.

Más adelante introduce una ley griega, según la cual los hijos deben mantener a sus
padres en la vejez, subrayando la excepción de Atenas, en la que solo es preceptiva
para aquellos hijos que hubiesen recibido de sus progenitores una valiosa formación
en la infancia. Vitruvio expresa estar profundamente agradecido a sus padres por la
educación recibida.

Finalmente denuncia el deterioro que, a su juicio, sufre la profesión de arquitecto,


demasiado poblada de ignorantes que no merecen tal título. Apela a la pericia
aprendida desde la práctica del oficio y alaba la honestidad y la modestia como
valores fundamentales de la profesión. Justifica a los padres de familia –metáfora del
cliente particular– que deciden acometer las obras por sí mismos antes que dejarlas
en manos iletradas, y ofrece la escritura de su tratado para ayudar a poner orden en
medio del desconcierto.

89
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

ARISTIPO

Ar i s t i p o , Fi l ó s o f o So cr á t i co , a r r o ja do p o r u na b o r r a s c a a l a s p l a ya s d e

R o d a s , a d v i r t i e ndo a l gu na s f i gur a s g eo m ét r i ca s c u ent a n q u e ex cl a m ó

a s us co mp a ñ er o s e n es t a f o r ma :

“ A ni m o , a mi go s mí o s , n a d a t em á i s p u es a q u í d es cu b r o hu el l a s d e

ho m b r es ” . E n ca mi n ó s e a l a c i u da d, y en d er ec hu r a a l gi m na s i o , do n d e

di s c ur r i e ndo s o b r e Fi l o s o f í a , r e ci b i ó t a nt o s r e ga l o s , q u e n o s o l o s e hi z o

v es t i do s nu ev o s , s i no q u e a ú n v i s t i ó , y m a nt uv o a t o d o s l o s co mp a ñ er o s .

Q u er i en do es t o s v o l v er a s u p a t r i a , l e p r e gu nt a r o n a l a d es p e d i d a s i

q u er í a d eci r l e s a l go p a r a s u c a s a : a l o s c ua l es en ca r gó di j er a n, q ue

p r o c u r a s e n a dq u i r i r p a r a s us h i jo s t a l es b i e nes y ha b er es , q ue e n l o s

na u f r a gi o s s a l i es en na da ndo co n el du eñ o ; p u es a q u el l a s s o n l o s

v er da de r o s s a l v a g u a r di a s d e l a v i da , q u e no l o s p u e d e a ni q ui l a r un

co n t r a s t e d e f o r t u na , u na v i ci s i t u d d e t i em p o s , ni un e x t er m i ni o d e

gu er r a s .

I gu a l me nt e, T eo f r a s t o , a m p l i a n do l a m á x i m a q u e a nt e p o n e l a s a b i d ur í a

a l o s h a b er es , di c e q u e e nt r e l o s ho m b r es s o l o e l s a b i o no es f o r a s t e r o

en t i er r a s e x t r a ña s , ni f a l t o d e a mi go s , a u n q u e c a r ez c a d e f a m i l i a r es y

p a r i en t e s ; s i no q u e e s ci u d a d a no d e t o da s l a s ci ud a d es , y p u e de s i n

t e mo r s u f r i r l o s ma yo r es e mb a t es d e l a f o r t una . P er o q ui é n s e cr e ye r e

b a s t a nt e p r ev e ni d o e s t a n do s o l o co n e l s u b s i di o d e l a f o r t u na , y s i n el

de l a s a b i du r í a , ca mi na ndo p o r s e nd a s r e s b a l a di z a s , l u ch a r á s i em p r e

co n u na v i d a ma l p er ma ne nt e y a gi t a da .

90
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Ep i cu r o , co n p o ca d i f er e nci a de es t o s , d i c e t a mb i é n q u e l o s s a b i o s

de b e n p o co a l a f o r t u na ; p o r q u e l a s co s a s gr a nd es y n ec es a r i a s no s e

de ja n a el l a , s i no a l i ng e ni o y es t ud i o .

***

Es t a v er d a d d e t a nt o s Fi l ó s o f o s no l a a n un ci a r o n m en o s l o s a nt i gu o s

P o et a s G r i e go s e n s u s co m e di a s y v er s o s p r o n un ci a do s e n l o s t ea t r o s ,

co m o f u er o n Eu chr a t es , Ch i o n i d es , Ar i s t ó f a n es , y s o b r e t o do Al ex i s : e l

cua l di j o s er l o s a t e ni ens es di gn o s d e t o da a l a b a nz a , p u es m a n da ndo

l a s l e yes co mu n es d e t o da G r eci a q u e l o s hi jo s m a n t e n ga n a s us p a dr es ,

l a s d e At en a s no l o m a n da b a n a t o do s l o s hi jo s , s í s o l o a l o s q ue f ue r o n

p o r s u s p a dr es i ns t r u i do s e n l a s a r t es : p o r q u e t o do s l o s b i e n es q u e l a

f o r t u na da , c o n l a ma yo r f a ci l i d a d l o s q ui t a ; p er o l a ci e nci a , c o m o do t e

de l a l m a , nu nc a s e p i er de , a nt es p er m a n e ce es t a b l e m i e nt r a s d ur a l a

v i da .

Es t a r a z ó n m e t i e ne s u ma m en t e o b l i g a d o a mi s p a dr es , q u e, s i g ui e n do

l a l e y d e l o s At en i e ns es , c u i d a r o n de i ns t r ui r m e en u n Ar t e y t a l , q u e no

p u ed e ex i s t i r s i n l i t er a t u r a , y s i n g e n er a l co no c i mi e nt o s d e l a s c i en ci a s .

P o r l o c u a l , ha b i e nd o co n el cui da do d e mi s p a dr es , y p r ec ep t o s de m i s

ma es t r o s adquirido a l g ún a d el a n t a mi ent o en las c i e nc i a s ,

de l e i t á ndo m e e n c o s a s d e er ud i ci ó n e i n g en i o , y e n l a l e ct ur a de l o s

l i b r o s , v i ne a gr a n j e a r en mi á ni mo u no s b i en es , c uy a co ndi ci ó n es

v er m e p a r a s i e mp r e l i b r e d e n ec es i da d; s i e ndo l a ma yo r r i q u e z a no

des e a r co s a a l gu n a . Q u i z á s a l gu no s , t e ni e ndo es t o e n p o co , ju z ga r á n

s o l a m e nt e sabios a los q ue son ricos: y ef ec t i v a m en t e mu cho s ,

s i gu i e nd o es t e ca mi n o , co n s u di n er o y a u da ci a hi ci er o n c o no c i do s .

91
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

P er o yo , j a m á s p e ns é a mo nt o na r r i q uez a s co n es t a m i Ar t e ; p u es

s i e mp r e f u i d e o p i ni ó n, q u e l a p o b r ez a co n ho nr a d eb e p r ef er i r s e a l a s

r i q u ez a s co n i nf a mi a . Es t a es l a c a us a d e s er p o co co no c i do ; p e r o

a ho r a co n es t o s es cr i t o s e s p er o s er l o a ún d e l a p o s t e r i d a d .

***

Ni e s ma r a v i l l a q u e me co no z ca n p o co s : l o s Ar q ui t e ct o s d e es t o s d í a s

s o l i ci t a n, y v a n a c a z a de o b r a s ; p er o yo a p r e nd í d e mi s m a es t r o s , q u e

el en ca r go d e u na f á b r i c a d eb e a d mi t i r s e r o ga do , no r o g a n do , p ues un

a l m a g en er o s a s e a v er gü enz a d e p e di r u n mi ni s t er i o q ue p u e da d a r

s o s p e c ha ; y r eg u l a r m en t e s i em p r e s o n b us ca do s l o s q ue f a v o r e ce n, no

l o s f a v o r eci do s . ¿ Q u é p u ed e i ma gi na r el q u e es r o ga do p a r a q u e d é

una o b r a , s i no q u e el q u e s e l a p i d e l o e j ec ut a p a r a r o b a r l e?

P o r es t a r a z ó n l o s a nt i gu o s e n ca r ga b a n s us o b r a s a l o s a r q ui t e ct o s q u e

f ue s e n p r i me r a me nt e b i en n a c i do s , y d e s p u és s e i nf o r m a b a n d e s i

ha b í a n s i do ho n es t a m en t e e du ca do s ; s up o ni en do que de b í a n

co n f i a r l a s a l o s mo d e s t o s , no a l o s p r o t er v o s y a u da ces . L o s Ar q ui t e ct o s

mi s m o s no a dm i t í a n o t r o s di s c í p u l o s q u e a s us hi jo s y a l l e ga do s ,

f o r m á n do l o s ho mb r es de b i en , a q ui en es s e p udi es e n f i a r s i n r e ce l o l a s

ca nt i da des d e l o s má s s u n t uo s o s edi f i ci o s .

Al v er yo es t a i n mi n e nt e Ar t e v ej a d a p o r i gno r a nt es e i ne x p er t o s , q u e

no s o l a m e nt e no s o n Ar q u i t ec t o s , p e r o ni a ú n a l b a ñi l es , no p u ed o

me no s d e a l a b a r a q u el l o s p a dr es d e f a mi l i a , q u e , gui a do s d e s u

a p l i ca ci ó n y es t u d i o , di r i ge n p o r s i m i s mo s s us o b r a s ; t en i e n do p o r má s

s eg ur o e mp l e a r el di ne r o a s u di r e cci ó n y gus t o q u e a l a je no , ya q u e

no p u ed e n es c a p a r d e p o n er l e e n ma no s d e i gn o r a nt es .

92
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Ni ng u n o d e es t o s s e me t e e n s u ca s a a z a p a t er o , l a v a n d e r o , ni a o t r o s

o f i ci o s a ú n má s f á ci l es , s i no s o l o a e je cu t a r l a Ar q ui t e ct ur a ; p o r q u e

co n o c en q u e l o s q u e l a p r o f es a n e n e l dí a no m er ec e n r ea l m en t e el

no m b r e d e Ar q u i t e ct o s : y a ú n es es t a u na d e l a s ca us a s q u e me h a n

mo v i do a f o r ma r es t e c u e r p o d e Ar q ui t e ct ur a , da ndo s u s r e gl a s co n l a

ma yo r p r e ci s i ó n y di l i ge n ci a , l i s o n j eá ndo m e d e q u e es t e s er v i ci o s er á

b i e n a co gi do de t o d o s .

93
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 4 – ARISTÓFANES (O LA PROPIEDAD INTELECTUAL)


Prólogo al Libro VII

SINOPSIS

El cuento nos traslada al momento de la creación de la biblioteca de Alejandría y la


iniciativa de Ptolomeo de organizar certámenes literarios que puedan competir con la
biblioteca de Pérgamo. Aristófanes es llamado a formar parte de un jurado en un
concurso de poesía. Veremos de nuevo cómo el conocimiento profundo sortea la
ignorancia y delata a los plagiadores. También nos cuenta la leyenda de Zoylo, cuyas
proclamas contra las obras de Homero constituyen para Vitruvio una calumnia y un
oprobio, en tanto que el autor de la Odisea, ya muerto, no puede defenderse.

Vitruvio, una vez más, se aplica el cuento y, haciendo honor a su código deontológico,
cita una a una todas sus fuentes, en lo que constituye la primera Bibliografía de la
historia de la arquitectura. Por su relevancia, le dedicaremos al hallazgo una atención
individualizada, conformará el Capítulo II de nuestro documento titulado Las Fuentes
perdidas de Vitruvio.

95
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

ARISTÓFANES

H a b i e nd o l o s R ey es A t á l i co s , p o r s u gr a n a mo r a l a Fi l o l o gí a , f u nd a do

una r i c a b i b l i o t e ca p ú b l i ca e n P ér ga mo , q ui s o t a mb i é n P t o l o m eo

f un da r o t r a e n Al ej a n dr í a , co n no m eno r s o l i ci t ud , i nd us t r i a , y d e s eo d e

gl o r i a .

Co n cl u i d a y a co n l a ma yo r a ct i v i da d, cr e y ó no s er b a s t a n t e s i no l a

p r o c u r a b a el f u t u r o a u m en t o , co m o p r o p a ga ndo l a s e mi l l a : p a r a l o cua l

p ub l i có cer t á me n es l i t er a r i o s a l a s M us a s y a Ap o l o , s e ñ a l a ndo , co m o

s e ha ce co n l o s a t l et a s , p r emi o s y ho no r es p a r a l o s q u e l o s g a n a s en co n

s us es cr i t o s .

D i s p u es t o es t o a s í , y v e ni d o el t i e mp o d el c er t a m e n, s e d eb í a n e l e gi r

ju ec es co mp et ent es q u e a dj udi ca s e n l o s p r e mi o s a l o s v en c ed o r es . Y a

t e ní a el R e y el e gi do s s ei s d e l a ci u da d; y no h a l l a n do d e p r o nt o o t r o

q u e s e r eq u e r í a c o n l a s p r e nd a s n ec e s a r i a s , l o c o mu ni có a s us

b i b l i o t e ca r i o s , p o r s i co n o cí a n a l gú n s u j et o i dó n eo p a r a el c a s o : l o s

cua l es r es p o ndi er o n co n cu r r í a a l a b i b l i o t e ca t o do s l o s dí a s un t a l

Ar i s t ó f a n es , q u e co n el m a yo r c o n a t o y di l i g en ci a i b a l e y en do p o r

o r d en t o do s l o s l i b r o s q u e co nt e ní a . C o n es t o v i no el ca s o de s e r

Ar i s t ó f a n es el e gi do e nt r e l o s o t r o s j u ec es d el c er t a m e n, y de o c up a r s u

s i l l a di s t i n gu i da co mo el l o s . Sa l i er o n p r i m er o l o s P o et a s ; y co mo s e i b a n

l e y en do s u s co mp o s i c i o n es , a ca da u no cl a ma b a e l p u eb l o l e f ues e el

p r e mi o co nc e di do .

97
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Fi na l m ent e, p e di do s l o v o t o s a l o s ju e ces , r es p o ndi er o n u ni f o r m es

a s i g na n do e l p r em i o p r i m er o a l q u e co no ci er o n ha b er s i do d e t o do s

má s a p l a u di do , y el s eg u n do a l s i g ui ent e. R e q u er i do Ar i s t ó f a n es p o r s u

v o t o , ma n dó a dj u d i c a r el p r i mer p r e mi o a u no q u e el p u e b l o na da

ha b í a c el eb r a do . M a s co mo el R ey y t o do e l co nc ur s o s e i ndi g na s en d e

el l o e n gr a n ma ne r a , l ev a nt ó s e Ar i s t ó f a n es s u p l i c a n do l e o y e s en : y

ca l l a n do t o do s , m a n i f es t ó q ue de t o do s s o l o a q u el e r a P o et a ; l o s d e má s

p l a gi a r i o s ; y q u e l o s j u e c es d eb í a n a p r o b a r l o s p en s a mi ent o s p r o p i o s ,

no l o s h u r t o s . E x t r a ñ a ndo e l p ue b l o l a de ci s i ó n, y el R e y d ud o s o de e l l a ,

f i a d o Ar i s t ó f a ne s en s u m e mo r i a , s a có d e ci er t o s es t a n t es m uc hí s i mo s

v o l ú me n es , y co t ej a ndo c o n el l o s l o s v er s o s l eí do s , o b l i gó a l o s

p l a gi a r i o s a co nf es a r el h u r t o . E n v i s t a d e el l o m a n dó el R ey f u es en

t r a t a do s co mo l a dr o n es : y d es p u és d e co nd e na do s , l o s d es p i di ó

i gn o mi ni o s a m e nt e; y ho n r ó a Ar i s t ó f a n es c o n mu ch o s do n es , y l e hi z o s u

b i b l i o t e ca r i o ma yo r .

L o s a ño s s i gu i e nt es v i no d e M a c edo ni a a A l ej a n dr í a u n t a l Z o y l o , q u e s e

ha cí a a p el l i d a r H o m er o -m á s t i x , y r e ci t ó a l R e y s us es cr i t o s c o nt r a l a

I l í a da y l a O di s e a . P e r o v i en do T o l o m eo q u e el p a dr e de l o s P o e t a s , y

do ct o r de t o d a l a l i t er a t u r a ya mu er t o , er a t a n c a l um ni a do y s us

es c r i t o s , q u e t o do el mu ndo a p r e ci a b a , ce ns ur a do s p o r Z o yl o , l l en o d e

i nd i g na ci ó n, ni a ú n l e v o l v i ó r es p u es t a . D et úv o s e a l g ún t i e mp o Z o yl o en

l a co r t e, y h a l l á n do s e ya a p r et a do d e l a ne c es i da d, s u p l i có a l R e y l e

di es e a l gú n s o co r r o : a l o c ua l di c en r es p o n di ó , q u e p u es H o m er o ,

mu er t o mi l a ño s ha cí a , da b a d e co m e r co nt i n ua m ent e a mu cho s

mi l l a r es d e p er s o n a s ; a s í t a mb i é n, p u es él s e j a ct a b a d e m ejo r i n ge ni o ,

p o dr í a ma nt en er s e, n o s o l o a s í mi s mo , s i n o t a m b i én a o t r o s mu c ho s .

98
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Fi na l m ent e, s e s a b e q u e d es p u és f u e co nd en a d o a mu er t e, b i e n q u e s u

ej e cu ci ó n s e r e f i e r e co n v a r i ed a d. P er o c ua l q ui er a d e es t a s m uer t es

q u e t u v i es e, f u e p e n a b i en m er eci da ; p u es p a r ec e n o co r r es p o n de

me no s a q u i e n cr i t i c a y c e ns ur a l a s s e nt e n ci a s d e l o s es cr i t o r es , d e c uy a

b o ca ya no p o d e mo s o í r el s en t i d o e n q u e l a s es cr i b i er o n.

En cu a nt o a mí , ci er t o no s a co a l a l uz es t a o b r a e n no mb r e m í o s i e nd o

a j en a , ni m e no s p i ens o e n gr a nd e c er m e v i t up er a nd o l o s es t u di o s d e l o s

de má s , a nt es es t o y s u ma m en t e a gr a d ec i d o a t o do s l o s es cr i t o r es q u e

co n s u s d es v el o s e n t a n l a r ga s ed a d es , un o s en u na f a c ul t a d, y o t r o s e n

o t r a , no s de j a r o n u n gr u es o c a u da l d e m a t er i a l es d e do n d e t o ma ndo

no s o t r o s , co m o a gu a d e t a nt a s f u en t es y a d a p t á n do l o s a nu es t r o

p r o p ó s i t o , t e n emo s má s p r o nt a y ex p e di t a f a ci l i da d p a r a es cr i b i r , y

a p o yá ndo no s de s u s f a t i g a s , p a s a mo s a co m p o n er nu ev o s t r a t a do s .

T en i e n do yo , p u es , es t o s p r i n ci p i o s de l o s a ut o r es , t o m é l o s q u e ha cí a n

de r e ch a m e nt e a mi i nt ent o y h e p r o s e gui do e n l o d em á s d e ca u da l

propio.

99
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 5 - DE MILETO (O LOS RECURSOS DE LA NATURALEZA)


Prólogo al Libro VIII

SINOPSIS

Este relato está narrado como una doxografía en torno a los cuatro elementos: tierra,
agua, aire y fuego. Desde su mística, Vitruvio pone en valor los recursos que la
naturaleza nos brinda con gratuidad: “Por tanto, pues, la providencia divina no hizo
caras ni difíciles las cosas necesarias al hombre”. El cuento constituye un homenaje al
agua, a su bondad, que Vitruvio recalca; y con esta introducción proemial impecable
pasa a dedicar el libro a la gestión óptima de este recurso.

101
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

DE MILETO

T ha l es d e M i l es i o , u no de l o s s i et e s a b i o s , di j o q u e el a g ua es el p r i nci p i o

de t o da s l a s c o s a s . H er á cl i t o di jo q u e el f ue go . L o s s a c er do t es ma g o s

q u e el a g u a y el f u e g o .

El f i l ó s o f o Eu r í p i d es , di s c í p u l o d e A n a x á g o r a s , a q ui en l o s a t e ni ens es

l l a m a r o n s cé ni co , di j o q u e el a i r e y l a t i er r a ; l a c ua l f ec un da da co n l a s

l l uv i a s p r o d u j o el g é ne r o hu ma no , y l a s e s p e ci es d e a ni ma l es q u e l a

ha b i t a n: q u e c u a nd o l o s na ci do s de l a t i er r a co n e l t i em p o s e d i s u el v e n,

v ue l v en a s e r t i er r a : y q u e l o s q ue na c en d el a i r e v u el v e n a s u e s f er a ,

s i n p a d e cer d es t r u c c i ó n, s í s o l o mu da da f o r ma , q u e da n l o q u e a nt es

er a n. P er o P i t á go r a s , Emp é do cl es , E p i ca r n o , y o t r o s Fí s i co s y Fi l ó s o f o s

es t a b l eci er o n c u a t r o p r i nc i p i o s , q u e s o n a i r e, f u eg o , a g ua y t i er r a ; y

que su mi x t i o n, co n na t ur a l a r t i f i ci o de es p ec i e s , co mp o n e s us

ca l i da d e s .

A l a v er da d b i e n a d v er t i mo s q u e l a s co s a s q u e na c en no s o l o s o n

p r o cr e a d a s d e di c ho s p r i nc i p i o s , s i no q ue a ún ni n gu na s e nut r e , cr e c e ,

ni co ns er v a s i n s u i nf l u j o : p o r q u e l o s cu er p o s a ni ma do s no p u e d en t en er

v i da s i n q u e e l a i r e l o s p e n et r e, q u e e nt r a n d o y s a l i e nd o en el l o s , l es de

l a r es p i r a ci ó n c o nt i n u a . L o mi s mo s u c ed e d el f u e go ; p u es no t e n i e ndo

l o s c u er p o s el d eb i do gr a do d e c a l o r , ca r ec e n d e es p í r i t u v i t a l , d e l a

r o b us t ez n ec es a r i a , y no p o dr á l a c o mi da a ct ua r s e d eb i da m en t e. As í

mi s m o s i l o s c u e r p o s no s e nut r e n c o n l a s p r o d uc ci o n es d e l a t i er r a , no

s ub s i s t i r á n, ca r e ci en d o d e es t e p r i n ci p i o .

102
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Fi na l m ent e f a l t a n do a l o s a ni ma l es l o s b en ef i ci o s d el a gu a , ex a ng üe s y

s ec o s , n ec es a r i a m en t e v e nd r í a n a p er e cer . Por t a nt o , p u es , la

p r o v i de n ci a di v i n a n o hi z o c a r a s ni di f í ci l es l a s co s a s n ec es a r i a s a l

ho m b r e, co m o hi z o c o n l a s m a r g a r i t a s 80, o r o , p l a t a y o t r a s co s a s d e q ue

no ne c es i t a e l c u e r p o y l a n a t ur a l ez a ; a nt es der r a mó c o n a b un da nci a

en t o d a s p a r t es a q u el l a s s i n l a s c ua l es n o p u ed e v i v i r el ho m b r e . As í

q u e, s i a c a s o f a l t a s e a l cu er p o p a r t e d e l a r e s p i r a ci ó n, l a s up l e el a i r e

des t i n a d o p a r a el l o . El s o l y el f u e go , cr i a do s p a r a el f o m e nt o na t ur a l ,

ha ce n má s s eg u r a l a v i da . L o s f r ut o s de l a t i er r a , p r es t a n do s us f ér t i l es

a b u nd a n ci a s , a l i m ent a n y nut r e n l o s a ni m a l es co n u n p a s t o co nt i nuo ,

s i n n ec es i t a r de o t r o s i nú t i l es ma nja r es .

Y e n f i n el a gu a , no s o l o es n ues t r a b e b i da , s i no q u e no s o f r e c e o t r a s

mi l ut i l i d a d es co n s u s u s o s , s i em p r e a gr a d a b l es p o r gr a t ui t a . P o r es t o l o s

s a c er do t es egi p c i o s de mu es t r a n q ue t o d a s l a s co s a s p r o v i en en d e l

a gu a ; p u es c u a nd o cu b r en l a t i na ja q ue r el i gi o s a m en t e l l ev a n a l

t e mp l o , p o s t r a do s e n t i er r a , y e l e v a da s a l c i el o l a s m a no s , d a n g r a ci a s

a l a b o nd a d di v i n a p o r es t e h a l l a z go .

Si en do , p u es , s ent e n ci a d e Fí s i co s , de Fi l ó s o f o s , y d e s a ce r do t es , q ue

t o da s l a s co s a s s e co mp o n en d el a g ua , juz gu é f i n a l m e nt e el de co n o c er

s u b o nd a d : s i e ndo co mo es t a n n e ces a r i a p a r a l a v i d a , us o s y r ecr eo s .

80 Gros y Choisy traducen “margaritas” como perlas, Barbaro como piedras preciosas

103
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 6 - DE ÉFESO (O LA RESPONSABILIDAD DEL OFICIO)


Prólogo al Libro X

SINOPSIS

Cuentan que en la hermosa ciudad de Éfeso, según una antigua ley, el arquitecto
quedaba obligado a cumplir con el presupuesto de su obra… Este relato, el más puro
de los siete en su vertiente deontológica, reflexiona sobre los graves perjuicios para el
cliente y para el prestigio de la profesión derivados de una negligencia en el cálculo
de costes. Penaliza la ignorancia profesional y celebra al arquitecto inteligente y
formado que se responsabiliza del mejor estar del cliente, padre de familia. De nuevo
son el conocimiento y el honesto empeño los que rehabilitan y el antídoto el De
Architectura.

105
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

DE ÉFESO

En Éf es o , gr a n d e y h e r mo s a ci ud a d de G r e ci a , di ce n ha y u na a nt i gua

l e y, du r a a l a v er da d, p er o n a d a i njus t a : y e s , q u e cu a n do un a r q ui t ect o

t o ma a s u c a r go u n a o b r a p úb l i ca , p r es en t a un cá l c ul o y t a s a ci ó n

he c ha de l g a s t o de e l l a , q u ed a n do s us b i e nes o b l i ga do s a l M a gi s t r a d o

ha s t a es t a r co n cl u i da . E nt o nc es , si las ex p e ns a s co r r es p o n de n al

cá l cu l o , es el Ar q u i t ec t o e nno b l eci do c o n d ecr et o s y ho no r es . As í

mi s m o , s i l o s g a s t o s n o ex ce d en a l cá l c ul o en má s de un a cu a r t a p a r t e,

s e p a ga de l o s mi s m o s f o nd o s p úb l i c o s , s i n q u e e l Ar q ui t e ct o q u ed e

s uj et o a p en a a l gu n a . P er o s i e n l a o b r a s e co ns um e má s d e di c ha

cua r t a p a r t e , s e t o ma d e s u s b i e ne s el di n e r o p a r a l a co n cl us i ó n.

¡O j a l á q u e l o s di o s es i nmo r t a l es h ub i er a n h ec ho q u e es t a l e y es t uv i es e

t a m b i é n es t a b l e ci da e n el p u eb l o r o ma no , no s o l o en l o s e di f i ci o s

p úb l i co s , s i no t a mb i é n en los p r i v a do s ! p u es así no robarían

i mp un e me nt e l o s i gn o r a n t es ; s i no q u e s ó l o p r o f e s a r í a n l a Ar q ui t e ct ur a

l o s i n t e l i g e nt es : no s e v er í a n o b l i g a do s l o s p a dr es d e f a mi l i a a ga s t o s

i ns o p o r t a b l es h a s t a e mp o b r e c er s e: y f i n a l me nt e l o s Ar q ui t ect o s mi s mo s ,

p o r t emo r d e l a p en a , da r í a n un cá l c ul o m á s a jus t a do y di l i g e nt e de l o s

ga s t o s f u t u r o s , p a r a q u e l o s p a d r es d e f a mi l i a v i es en t er mi na d o s s us

ed i f i c i o s co n l o q u e p r ev i ni er o n a n t es , o co n p o co má s . P o r q u e q ui en

p u ed e d es t i na r , v e r b i gr a ci a . 4 0 0 p a r a u na f á b r i ca , s i s e l e ca r ga n o t r o s

1 0 0 , co n l a es p er a nz a d e v e r l a co n cl ui d a , l o s da gus t o s o ; p er o q ui en

f ue r e r e ca r ga do co n u na mi t a d m á s , ó a ún m a yo r s u ma , p e r d i da l a

co n f i a nz a , y a b a n do na ndo el ga s t o , de s t r ui do s l o s c a u da l es , y ca í do

de á ni m o , s e v e e n l a p r eci s i ó n d e d es a mp a r a r l a .

106
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Ni es t e d a ño s e ha l l a s ó l o e n l o s ed i f i ci o s , s i no t a mb i é n e n l a s f i es t a s d e

gl a di a do r es en el f o r o , o d e r ep r es en t a ci o nes e n el t ea t r o , q u e da n l o s

ma gi s t r a do s , e n l o s c u a l e s n o ha y di l a ci ó n ni d em o r a , s i no q u e de b e n

t er mi n a r s e p a r a t i e m p o s eñ a l a do : c o mo s o n l a s gr a d er í a s p a r a l o s

a s i e nt o s , l o s t o l do s y de má s a p a r a t o s es c é ni c o s q u e s e go b i er n a n p o r

má q u i na s e n l a r ep r es ent a c i ó n . En es t a s co s a s s e r eq u i e r e mu cho

co n o ci mi en t o , e i n g e ni o cu l t i v a do co n es t udi o , p o r no p o d er s e ha c er

ni n gu n a de el l a s s i n M e cá ni ca . Si no co n v a s t o s a b e r , y a p l i ca do

des v e l o .

107
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Cuento 7 – PLATÓN y CÍA (O EL AMOR A LA SABIDURÍA)


Prólogo al Libro IX

SINOPSIS

¿Cómo pueden ser menos laureados los escritores que los deportistas? ¿O dársele más
valor a lo perecedero que a lo atemporal? El bellísimo alegato final de este cuento es
un homenaje al saber humano en un sentido universal y a las lecciones imperecederas
que los sabios han dejado en sus escritos. La posteridad como acto de generosidad.
Para ejemplarizar esta idea central, el prólogo IX incluye un amplio pasaje dedicado
a tres ejemplos de la Matemática y de la Física que Vitruvio considera relevantes, tanto
por su belleza moral, como por su valor formativo y utilidad doméstica. El fragmento
concreto se ha extraído para dedicarle el capítulo III de este documento titulado El
Prólogo Ilustrado. A continuación, el último relato de nuestro corpus apológico.

109
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

PLATÓN y CÍA

T a n gr a n des f u er o n l o s ho no r es q ue l o s a nt i guo s G r i e go s es t a b l e ci er o n

p a r a l o s a t l e t a s c él eb r es q u e h ub i es e n v e n ci do en l o s j u ego s O l í mp i co s ,

P í t i o s , I s t mi co s y N e me o s , q u e n o s o l o r ec i b en a l a b a nz a s e n l o s

co n gr es o s , es t a n do e n p i e c o n p a l ma y c o r o n a , s i no q ue a ú n cua n do

s e r es t i t u y en a s u s p a t r i a s , e nt r a n v i ct o r i o s o s y t r i un f a nt es en l a s

ci u da d es p o r d o n d e p a s a n, y e n l a s p r o p i a s cu a dr i g a s d e t r i unf o , y s o n

ma nt eni do s a ex p e ns a s d el p ú b l i co mi ent r a s v i v e n.

Cu a n do co ns i d er o es t o , m e c a us a ma r a v i l l a no h a l l a r es t a b l e ci da s l a s

mi s m a s y a ú n ma yo r es h o nr a s p a r a l o s e s cr i t o r es q u e da n i n f i ni t a s y

p er p e t u a s u t i l i d a d es a t o do s l o s ho mb r es . F uer a ci er t a m ent e má s di gn a

es t a s e gu n da i ns t i t u ci ó n; p o r q ue s i b i e n l o s a t l et a s co n s us l u ch a s ha ce n

má s f u e r t es sus c u er p o s , los es c r i t o r es no p er f ec ci o na n sólo s us

en t e n di m i e nt o s , sino t a mb i é n los de t o do s los ho mb r es , da ndo

p r e c ep t o s e n s u s l i b r o s p a r a a p r en d er y p a r a s ut i l i z a r e l di s c ur s o .

¿ D e q u é s i r v e ho y a l o s ho mb r es q u e M i l o n Cr o t o ni a t e n un ca f u es e

v e nci do , o l o s o t r o s q u e en es t e e je r ci ci o s a l i er o n v e nc e do r es , s i no s o l o

de s a b er q u e mi e nt r a s v i v i er o n f u er o n f a m o s o s ent r e s us ci ud a d a no s ?

P er o l a do ct r i n a de P i t á g o r a s , D em ó cr i t o , P l a t ó n, Ar i s t ó t el es , y de má s

s a b i o s , o b s er v a d a co nt i nu a m en t e co n a p l i ca ci ó n i n dus t r i o s a , p r o du c e

a ct ua l m ent e, no s o l o a s u s co n ci ud a d a no s , s i no a t o do el mu ndo ,

r ec i e nt es y e x q u i s i t o s f r u t o s .

111
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Y l o s q u e d es d e s u s p r i m er o s a ño s a dq ui er e n l a gr a n a b un da n ci a de s us

p r e c ep t o s , p o s e e n l o me j o r d e l a s a b i d ur í a , y s i e mb r a n e n l a s ci u da des

l a s ua v i d a d d e c o s t u mb r es , l o s jus t o s d er ec ho s y l e y es , s i n l o cua l

ni n gu n a ci u da d p u e de co ns er v a r s e. H a b i e n do p u es l o s es cr i t o r es

p r ó v i da me nt e d ej a d o s , t a nt o s b e n ef i ci o s p ú b l i co s y p r i v a do s a l o s

ho m b r es , j u z go s e l es de b e n d a r , no s o l o p a l ma s y c o r o na s , s i no t a mb i é n

de cr et a r l es t r i u n f o s , y a ú n j uz g a r l o s di gn o s d e s er c o l o ca do s en t r e l o s

Dioses.

L ue go l o s d es v el o s de es t o s v a r o n es v i v e n p er e nn e me nt e, no s o l o p a r a

l a r ef o r ma d e co s t u m b r es , s i no t a mb i én p a r a u t i l i da d de t o do s ; p er o l a

ce l e b r i da d d e l o s a t l et a s e n b r ev e t i e mp o e nv ej ec e co n s us cu er p o s ; y

ni e n s u ed a d f l o r i d a , ni des p u és d e el l a , ni co n do c t r i n a a l g un a

a p r o v e ch a n a l a s o ci ed a d hu ma na , co mo ha c e n l o s p r e c ep t o s de l o s

sabios.

M a s , a u nq u e no s e r i nd a n ho n o r e s s e ña l a do s a l a d o ct r i n a mo r a l y

p r o v ec ho s a s i n v e n ci o nes d e l o s es cr i t o r es , el l o s mi s mo s , s i n e m b a r go ,

el ev a n do l a m e nt e a l a s es f er a s , y r emo nt á n do s e d e gr a do e n gr a do

ha s t a l o s ci el o s e n l a me mo r i a d e l o s ho mb r es , ha ce n v er a l a p o s t er i da d

t o da , no s o l o s u s p r ec ep t o s y do ct r i na , s i no j unt a m e nt e s u mi s mo

ca r á ct er y r e t r a t o .

As í , l o s q u e t i en e n i l u s t r a d a l a m e nt e co n el d el ei t e d e l a l i t er a t ur a n o

p u ed e n d ej a r d e t e n e r i mp r es a e n el l a , c o mo l a s d e l o s di o s es , l a ef i gi e

de l p o et a E nni o . L o s q u e l e e n co n a t e nci ó n l o s v e r s o s d e Ac ci o ,

a dv i er t e n no s o l o el s en t i d o de l a s p a l a b r a s , s i no a ú n p a r e c e q u e es t á n

mi r a n do l a i ma ge n d el p o et a mi s mo .

112
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

A l o s na ci do s e n n u e s t r o s dí a s l es p a r e cer á de b a t i r co n L ucr e ci o s o b r e

l a n a t u r a l ez a d e l a s c o s a s y de l a o r a t o r i a co n Ci c er ó n. M uc ho s de l o s

v e ni d er o s co n f e r e n ci a r á n co n Va r r ó n s o b r e l e n gua l a t i na . L o s f i l ó l o g o s

t a m b i é n, co ns u l t a n d o l o s l i b r o s d e l o s s a b i o s G r i eg o s , cr e er á n es t a r

co m u n i c a n do s ec r et a me nt e co n el l o s . Y , e n un a p a l a b r a , l a s s ent en ci a s

de l o s es cr i t o r es do ct o s , f l o r e ci en do p o r t o d a s l a s ed a d es , a un q u e

a us en t es sus p er s o na s , cu a n do se a l eg a n en los discursos y

co n f er e nc i a s , t i e ne n, y t e nd r á n, má s a ut o r i da d q u e t o do s l o s p r e s en t es .

113
TÍTULO 3

SU LECTURA EN EL PASADO
ÍNDICE DEL TÍTULO

3 SU LECTURA EN EL PASADO
3.1 Petrarca al margen
3.2 Hiperprólogos: Sagredo y Fray Lorenzo
3.3 Corpus ejemplarizante versus cuerpo doctrinal
3.4 Discípulos, apóstoles y Judas
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3 SU LECTURA EN EL PASADO

Los Siete Cuentos recién presentados han sido, y siguen siendo, objeto de análisis y
comentario individualizado como Prólogos en las traducciones al De Architectura.81
Esto viene sucediendo, sin interrupción, desde la primera edición anotada de
Cesariano, que hoy cumple, oficialmente, 500 años.82 Muy poco, a nuestro juicio,
queda por sumar a su marco de contenido sociocultural ni filológico. Hasta las
conjeturas se dirían agotadas. Por esta razón, no está en nuestro ánimo abundar en
estos parámetros para su estudio crítico, ni hacerlo Cuento por Cuento. Consideramos
importante para su divulgación y estudio reivindicar el formato de corpus apológico o
ejemplarizante.

Barajamos dos escenarios para nutrir nuestro comentario. En el primero, indagaremos


sobre aquello en lo que otros pudieron reparar antes que nosotros, con espíritu de
refrendar que no remamos solos. Después, reflexionaremos sobre lo que representan
hoy estos Cuentos, su vigencia y su proyección. De tal modo que, en el capítulo que
ahora nos ocupa, bucearemos en el pasado para registrar el impacto de su lectura,
en el ámbito exclusivo de su contendido moral y ético. 83 Circunscribiremos este
examen al periodo bibliográfico más eficaz y virgen a nuestro propósito: los siglos XVI,
XVII y XVIII. En el siglo XV nacen las traducciones del De Architectura y, debido a ello,
los tratados de Arquitectura se suceden impresos e imparables hasta el siglo XIX,
momento en el que se va produciendo un paulatino eclipse vitruviano, de parcial a
total. A partir del siglo XX se inicia una nueva y tímida lectura del De Architectura, como
hemos visto en el “Estado de la Cuestión”, que va considerando gradualmente el
estudio de los prólogos con autonomía de los libros, aunque ésta sea
fundamentalmente de corte filológico. En el XXI ya es patente su afianzamiento y
nosotros somos su secuela.

81 En los siglos en los que se circunscribe esta investigación “en el pasado” los prólogos van
sistemáticamente comentados individualmente. Bien con notas adjuntas a pie de página, bien
intercalando anotaciones entre el texto de Vitruvio. A partir de la versión de Choisy, que no anota ni
libros ni prólogos, y todo lo vuelca en la introducción, se alternarán los formatos. Algunos filólogos,
recientemente, optan incluso por limitarse a traducir el texto canónico del latín y brindar la
introducción, o el prólogo, a otro autor erudito vitruviano.

82 Cesariano es el primer autor que anota el De Architectura en su edición impresa de 1521.

83 Veremos que la investigación ha tenido tintes detectivescos.

117
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Nuestras fuentes documentales serán las mencionadas anotaciones a las traducciones


más relevantes, su aparato crítico, y los prólogos de sus traductores, autores
secundarios a Vitruvio.84 También acudiremos a los prólogos de autor de los tratados
más difundidos y mejor considerados, siempre en el contexto de estos tres siglos de
euforia vitruviana.

Para terminar esta introducción, unas pequeñas pinceladas que nos familiaricen con
los próximos protagonistas. Hay que considerar que todos ellos tienen un poco de
Vitruvio y que Vitruvio tiene un poco de todos ellos. Gracias a Petrarca terminaremos,
sin quererlo, en los márgenes de otras orillas. Sagredo y Fray Lorenzo --sobre todo Fray
Lorenzo-- se tomarán tan en serio los Cuentos que bien podrían sustituirnos en nuestro
comentario crítico. Philandro, como arquitecto, afina donde más le duele la
deontología profesional. Barbaro es el primer gran visionario. Y el gran Alberti nos
mostrará la cara del que se leyó los Cuentos y la cara del que no se los aplicó.

***

A lo largo de este capítulo vamos a referirnos indistintamente a Cuentos o a Prólogos,


a propósito de nuestro corpus de siete. Lo haremos con la naturalidad que demanda
la propia escritura en cada contexto. En tanto Cuentos acaban de nacer, y como
Prólogos llevan existiendo 2000 años.

84 Entre el XVI y el XVIII, un traductor de Vitruvio solía ser, además de filólogo, arquitecto, arqueólogo
e incluso médico.

118
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.1 PETRARCA AL MARGEN

A modo de tantos libros, los márgenes del De Architectura también han sido blanco
ocasional de anotaciones manuscritas. Las que nos interesa convocar ahora, referidas
a los Cuentos y a nuestra particular manera de enfocar su comentario crítico, se dan
en un contexto muy específico, único podría decirse.

Vamos a presentar la cuestión con el apoyo de un párrafo escogido del prólogo que
Delfín Rodríguez dedica a la traducción del De Architectura de José Luis Oliver (1997).
No hay nada que rebatir en estas líneas, simplemente nos servirán de sustento para
armar las nuestras.

Las ediciones de De Architectura desde el siglo XV al XVIII han sido objeto de un


debate íntimo entre el lector y el texto de la arquitectura. De este modo son numerosos
los ejemplos de artistas, eruditos y arquitectos que se han acercado a las diferentes
ediciones del tratado con el fin de estudiarlo, corregirlo, comentarlo, criticarlo (…). Ese
uso del tratado tiene un ámbito especial preciso, el de los márgenes. En ese espacio
blanco del libro se multiplican las observaciones, las correcciones, los subrayados, los
dedos indicadores (…). Testimonios que nos enseñan a leer con el usuario del libro, a
conocer qué tipo de preguntas y qué confirmaciones (…). Son célebres, entre otras
muchas, las anotaciones y dibujos de G.B. Sangallo o los de El Greco, pero también
son muy frecuentes los lectores anónimos (…). Como prueba pueden servir las
anotaciones manuscritas depositadas a lo largo de un siglo sobre un ejemplar de la
edición preparada en 1758 por Galiani (…). Sus márgenes recibieron las observaciones
de, al menos, cinco lectores diferentes, italianos y españoles, entre finales del XVIII y
finales del siglo siguiente. 85 (Rodriguez, D. 1997 pref)

85 Al hablar del siglo XV y de sus ediciones, el profesor Delfín Rodríguez, solo puede referirse a los
tres incunables latinos impresos en Roma, Florencia y Venecia, respectiva y cronológicamente. Para
su editio prínceps de 1486, Giovanni Sulpicio “pasa a limpio” el manuscrito en latín limitándose a
transcribir lo que estaba escrito sin suplir con su fantasía los términos oscuros y sin corregir el texto
de Vitruvio o retocarlo. (Cervera Vera, 1978). Por lo tanto, se trata de una edición sin anotaciones ni
comentarios.

119
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El debate íntimo, entre el lector y el texto de Vitruvio, se venía produciendo 1500 años
antes de las primeras ediciones impresas, desde los orígenes de los volúmenes en
papiro, y durante la copia y lectura de los códices manuscritos. 86 La tónica serena y
discreta, que nos llega de su lectura medieval, presumimos que pudo empezar a
vacilar a partir de 1416, con el sonado descubrimiento “apócrifo” del texto de Vitruvio
por parte de Poggio Bracciolini.87 Y que, definitivamente, esta lectura se transformó tras
la publicación póstuma, en 1485, del De Re Aedificatoria de Alberti, manuscrito desde
1450. Comenta Ingrid Rowland a este respecto:

Interpretando la testimonianza del Poggio da una prospettiva leggermente diversa si


potrebbe dire che la sua “riscoperta” di Vitruvio non riguardava un testo, bensì un
modo di lettura, visto che la chiave di lettura vitruviana degli umanisti quattrocenteschi
era per molti aspetti interamente distinta da quella medioevale. 88
(Rowland, 1997 p. 72)

Es notable que su amable teoría para exculpar a Poggio –el modo di lettura del texto,
frente a la “riscoperta/scoperta” de la que éste alardeaba–89 diese con la sencilla
clave de tres palabras, “modo de lectura”, que explican el nuevo devenir del De
Architectura.

86 Antes de la caída del imperio romano, una nueva generación literaria apasionada por los escritores
del pasado se decide a compilar, tanto durante el siglo III como en el IV, el texto de Vitruvio. De la
más notable de estas compilaciones, Artis architectonicae privatis abreviatus liber de Faventinus, se
conserva su Prólogo que Choisy publica dentro de su famosa introducción a la traducción del De
Architectura

87 Con el tiempo, tenemos el convencimiento de que la anécdota de la presunta revelación de Poggio


dejará de ser prensa rosa de la historia de la arquitectura.

88 Interpretando el testimonio de Poggio desde una perspectiva ligeramente diferente, se podría


decir que su "redescubrimiento” de Vitruvio no se refería a un texto, sino a un “modo di lettura” (una
forma de lectura), dado que la interpretación vitruviana de los humanistas del siglo XV era en muchos
aspectos completamente distinta de la medieval.

89 En la memoria colectiva de los arquitectos formados en el del siglo XX, Poggio fue el descubridor
(scoperta), ni tan siquiera el redescubridor (riscoperta), del manuscrito de Vitruvio, perdido en un
monasterio en Suiza. Una versión romántica de la historia que no desmerece la real. La de un texto
que pasó copiándose con mimo de mano en mano, custodiado con el mismo cuidado que los
neandertales preservaban el fuego.

120
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Compartimos, sin duda, que en el siglo XV se produjo un cambio de raíz en la manera


de interpretar a Vitruvio, una nueva forma de leerlo, pero que esta se estableció, como
ya apuntábamos, más tarde, propiciada por la obra de Alberti De Re Aedificatoria.90
A nuestro juicio, Alberti, con los diez libros de su tratado, condicionó la tendencia de
los diez de Vitruvio:

Alberti fue el primero y durante mucho tiempo el único que realmente entendió el texto
de Vitruvio, no lo editó, ni lo tradujo o comentó; apenas lo citó. Lo que hizo fue escribir
sus propios “Diez Libros” para sustituir a Vitruvio, para que las enseñanzas de este
pudieran utilizarse en el presente. (Thoenes, 2011 pref.)

A partir del impacto editorial del magistral De Re Aedificatoria, se diría que todo lo que
concierne a la literatura arquitectónica vitruviana fuera una doble carrera. La de
escribir un tratado que supere, emule, compendie, o ponga en cuestión el De
Architectura, y la de lograr la mejor traducción del tratado, la que descifre todos sus
insondables misterios arquitectónicos, y poder dedicarla al más insigne gobernante del
momento.91 Carrera, esta última, donde las anotaciones y comentarios de los
traductores del texto se disparan a partir de las primeras editadas por Cesariano. A pie
de página o intercaladas con el contenido, empiezan a valorarse, tanto o más, que la
calidad de la propia traducción. Donde las palabras protagonistas de Vitruvio no
llegan a explicar, entran las del autor secundario.

90 La historia, por economía de medios, bautiza sus hitos en ocasiones con un solo protagonista. Sin
embargo, detrás de un nombre importante siempre hay una gran secuencia de otros nombres.
Alberti, por ejemplo, es un poco Brunelleschi, son grandes amigos, han compartido conversaciones
donde, indudablemente, la forma de entender a Vitruvio ocuparía alguna sobremesa. A esa
intrahistoria no se suele tener acceso y, si es que se logra alguna aproximación, en lo que a libros se
refiere, es a través de los Prólogos. He llegado a comprender que, en muchos hombres, pero
especialmente en ti, Filippo, y en nuestro querido amigo Donato, el escultor, existe una capacidad
para realizar cualquier cosa digna de alabanza. (Prefacio a De Pictura de Alberti, 1436)

91 En 1547 Jean Martin ya había realizado una traducción al francés. En 1563 aparece una paráfrasis
vitruviana en inglés de John Shute y en 1564 Lázaro de Velasco acomete la primera traducción al
español. A mediados del XVI Vitruvio era objeto de deseo, no solo en Italia, sino allá donde Roma
había llegado a construir calzadas.

121
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Desafortunadamente, las anotaciones referidas a los prólogos –volveremos a ello más


adelante– solo cuentan para ser objeto de trajes históricos y filológicos a menudo
tejidos desde la conjetura y para plasmar los escasos datos rastreados, dentro de los
propios prólogos, que puedan aportar información sobre la enigmática biografía de
Vitruvio 92. De haber una mención puntual a las cuestiones de contenido moralizante,
es de carácter meramente representativo y burocrático. No se tenía el apetito de un
manual de conducta para el arquitecto. Se tenía hambre de una nueva gastronomía
arquitectónica que, con su estética, no con su ética, recuperase ideales perdidos, y al
único libro que se podía recurrir, como fuente de la eterna arquitectura, era al de
Vitruvio. No había otra Biblia. Hambre permanentemente insatisfecha, como bien
apunta Juan Calatrava en su prólogo: En el complejo itinerario de la arquitectura
moderna entre el siglo XV y el XIX, la obra de Vitruvio fue para los arquitectos un
vademécum indispensable, pero también incómodo en la medida en que abría el
apetito sin llegar a satisfacerlo. 93 (Calatrava, 2000 p. 22)

Durante los siglos a los que se refiere Delfín Rodríguez, del XV al XVIII, nos permitimos
concluir que el perfil del lector de Vitruvio, traductor, artífice, erudito, o “diletante
distinguido” (Thoenes, 2011), es el de quien busca con avidez dentro del tratado, sin
detenerse en los prólogos, la varita mágica de la belleza clásica. Afortunadamente,
hemos tenido acceso a las traducciones de este periodo. Se ha estudiado a fondo el
aparato crítico de las ediciones más significativas94. Hablamos, pues, con conciencia.
Incluso hemos reparado en las aclamadas anotaciones en latín de Philandro, en
concreto las referidas a los prólogos de nuestros Cuentos.95

92 Recordemos (ver “Estado de la Cuestión”) que hasta entrado el siglo XX los Prólogos de Vitruvio
no son objeto de estudio de detalle. Toda la literatura al respecto del De Architectura, se refiere hasta
entonces al contenido de los libros.

93 Los prólogos sí dejan saciados, pero no de lo que apetece. Todos están voraces. Rafael de Sanzio,
ruega que le traduzcan un ejemplar del De Architectura a la mayor brevedad al italiano porque no
dominaba suficientemente el latín.

94 Son documentos de cabecera de esta tesis, entre el XV y el XVIII, las traducciones de Giocondo,
Cesariano, Jean Martin, Philandro, Barbaro, Lázaro de Velasco, Urrea, Perrault, Galliani, Castañeda y
Ortiz y Sanz.

95 Fue el estudio de estas alabadas anotaciones de Philandro el que definitivamente nos desinfló a
la hora de considerar cualquier margen anotado manuscrito. Frédéric Lemerle, traduce, del latín al
francés, exclusivamente los comentarios de Philandro a los primeros cuatro libros de Vitruvio. Es la
única fuente documental existente a este respecto. Philandro no comenta ni el prólogo I ni el IV.

122
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Todo el elenco coincide, como ya hemos apuntado, en su desafección hacia el


contenido ejemplar de los prólogos. Refieren las lecciones de los Cuentos, y los
observan en ocasiones, manteniendo una distancia no concluyente. Ante este
escenario documental, sistematizado, pero estéril a nuestro preciso propósito, y el
nuevo “modo di lettura”, ¿qué lugar superior pueden ocupar los aleatorios márgenes
manuscritos? Concluimos que, en lo que se refiere a estos tres siglos, no son de nuestro
interés. No que no sean de interés. Este ha sido un largo prolegómeno que no hemos
podido evitar, no con el ánimo de convencer, sino para sentirnos nosotros
justificadamente convencidos de este descarte, y de camino, empezar a apuntar a la
segunda parte del capítulo. En el arranque de la investigación experimentábamos
fascinación por todo lo que aconteciese en torno a los prólogos de Vitruvio, ahora
somos más cautos.96 Vitruvio es por definición inabarcable, hemos de apuntar en el
centro de la diana de nuestro objetivo. No obstante, ya que Delfín Rodríguez
menciona específicamente la existencia de las anotaciones manuscritas de G.B.
Sangallo y de El Greco, vamos a detenernos en ellas someramente por consideración,
aun aventurando que no son de provecho para nuestros Cuentos, para que así quede
más clara nuestra postura y probablemente nuestra tesis al respecto.

G. B. Sangallo no es A. Sangallo. Giovanni Battista y Antonio son hermanos. Se sabe


que Antonio no era indiferente al tratado de Vitruvio y que Giovanni Battista trabajaba
para su propia traducción desde la edición príncipe de Sulpicio (Pagliara,1988).

Rowland comenta que la versión de Giovanni no tuvo altura suficiente, pero que las
ilustraciones fueron descomunales y la compensaron: But what the Tuscan builder
could claim in compensation for his scholarly shortcomings was an extraordinary
powerful visual imagination 97. (Rowland, 2003 p. 24)

Del prólogo II, Cuento de Dinócrates, y del prólogo III, Cuento de Sócrates, sus brevísimos
comentarios son de índole histórica y filológica, no moral ni deontológica.

96 Hemos conocido a través de un texto de Frédérique Lemerle (1994) que Guillaume Budé había
anotado un ejemplar de Vitruvio : Budé avait annoté un exemplaire de Vitruve que Philandrier eut
peut-être l´occasion de consulter lorsqu’il rencontra le grand humaniste á Paris, en 1539 . Nos
quedamos con el apetito de consultar la bibliografía que el propio Lemerle sugiere al respecto:
Guillaume Budé, Les origines, les débuts, les idées maîtresses (L. Delaruelle, 1907, pp. 273), pues el
gran humanista nos merece mucho respeto.

97 Pero lo que al constructor toscano podía atribuirse, en compensación por sus deficiencias
académicas, era una imaginación visual extraordinariamente poderosa.

123
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Giovanni Battista da Sangallo, conocido como il Gobbo (1548).


Márgenes al libro VI de Vitruvio. Ms. 50.F.1 Accademia Nazionale dei Lincei

124
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

De la misma manera que Delfín Rodríguez se detiene en los márgenes de G.B. Sangallo,
Pierre Gros lo hace en los de A. Sangallo ; dice, refiriéndose a una edición de
Giocondo sobre la que profusamente había anotado: (…) présente dans les marges
des croquis et compléments de toutes sortes dus á Antonio da Sangallo le Jeune; celui-
ci, fort de son expérience de bâtisseur et de la connaissance qu´il pouvait avoir des
ruines antiques de Rome et d´Italie, ne se contente pas de transcrire les descriptions
vitruviennes en dessins, complétant ainsi efficacement l´apparat figuratif de
Giocondo.98 (Gros, 2015 p. 205)

Así pues, Pierre Gros e Ingrid Rowland, dos detectores del siglo XXI de la ética de
prólogos –en el contexto de los artículos mencionados y a colación de los márgenes –
se limitan a poner de relieve los extraordinarios croquis y bocetos de los hermanos
Sangallo.99 En 1980 se publica “Las ideas artísticas de El Greco”, obra de Fernando
Marías y Agustín Bustamante; una reseña de Véronique Gerard referida al libro:

Marías et Bustamante ont relevé un défi presque impossible en consacrant un livre neuf,
fondé sur une documentation inédite d´un intérêt capital, aux idées artistiques du
Greco. Leur invention est d’abord une juste récompense : s´intéressant aux marginalis
des traités d´architecture comme moyen de connaissance de la pensée et de la
culture des artistes, ils ont découvert et prouvé que les annotations apportées au I dieci
libri dell´Architettura di Vitruvio, tradotti et commentati di Monsignor Barbaro, conservé
á la Bibliothèque nationale de Madrid, furent rédigées par le Greco. (…) Son anti-
vitruvianisme est mordant100. (Gerard, 1983 p. 436)

98 … Presenta en los márgenes bocetos y adiciones de todo tipo de Antonio da Sangallo el Joven;
este último, con su experiencia como constructor y el conocimiento que pudiera tener de las antiguas
ruinas de Roma e Italia, no se contentó con transcribir las descripciones de Vitruvio en dibujos,
completando así efectivamente el aparato figurativo de Giocondo.

99 Hay que decir, a favor de los hermanos, que se volcaron en anotar los márgenes de las primeras
ediciones impresas que, en sí mismas, no contenían anotaciones de sus propios traductores: Sulpicio
y Giocondo. Los Sangallo fueron los pioneros anotacionistas.

100Marías y Bustamante han asumido un reto casi imposible al dedicar un nuevo libro, basado en
documentación inédita de capital interés, a las ideas artísticas de El Greco. Su invención es ante todo
una justa recompensa: al interesarse por los marginalis de los tratados de arquitectura como medio
para conocer el pensamiento y la cultura de los artistas, descubrieron y probaron que las anotaciones
realizadas en I dieci libri dell'Architettura di Vitruvio, traducidas y comentadas por monseñor Barbaro,
y conservadas en la Biblioteca Nacional de Madrid, fueron escritas por El Greco. Su antivitruvianismo
del gran pintor es mordaz.

125
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

En su Historia de la Teoría de la Arquitectura, Walter Kruft anota: Recientemente se ha


descubierto en la Biblioteca Nacional de Madrid un ejemplar del comentario a Vitruvio
de Daniele Barbaro con anotaciones manuscritas de El Greco, que son de un tenor
manifiestamente antivitruviano. (Kruft, 1990 p. 295). No es de esperar que un
antivitruviano se detenga en las moralejas de Vitruvio, y si lo hace, sospechamos que
no será benévolamente. Una de las premisas de esta tesis es, precisamente, no reparar
en antivitruvianos mordaces y manifiestos, nos resultan insensibles, no tanto hacia la
teoría de Vitruvio como hacia el respeto que merece el global de la excelencia de su
tratado, que haya sobrevivido y que, como la obra de Homero, nos siga alimentando,
algo que hemos aprendido a apreciar gracias al Cuento de Aristófanes. No
escondemos este subjetivo punto de vista, sin él resultaría inconsistente la admiración,
sin fisuras, que profesamos por los vitruvianos. El Greco es una figura intelectual
excepcional que, sin embargo, no tiene hueco en los prólogos de Vitruvio.

Volviendo al párrafo de Delfín Rodríguez, diremos, por último, que en caso de tener
que elegir para su estudio específico entre alguno de los tres escenarios sobre
márgenes que menciona, daríamos preferencia a las anotaciones anónimas a los
márgenes del texto de Galiani. Actuaríamos empujados, quizá, por la reflexión de
Vitruvio en el Cuento de Sócrates, donde recapacita sobre el ingenio que no es
reconocido debido a la falta de recursos y fama del artífice, y más teniendo en cuenta
que en cuestiones morales todos, anónimos y renombrados, partimos del mismo ADN.

[Vitruvio] Pero otros, nada inferiores en ingenio, estudio y habilidad, trabajando sus
obras bien que, de tanto mérito, para personas de poco poder y fortuna ordinaria, no
pudieron adquirir fama alguna. (Cuento de Sócrates)

126
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Scriptorium, o la habitación para escribir manuscritos


Monasterio mozárabe de San Salvador de Tábara (S. X)

127
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Neutralizadas, a nuestro sentir, las anotaciones manuscritas marginales a las ediciones


entre el XVI y el XVIII por el torrente de las anotaciones impresas de los traductores a
esas mismas ediciones, quedaban por observar atrás, antes de pasar página, apenas
1500 años de márgenes autógrafos en códices. Siglos de muy diferente, y muy
sugerente, “modo di lettura”. Y tuvimos suerte. Solo dimos con un ejemplar
catalogado, pero muy ejemplar, y de la carencia decidimos hacer virtud.

(…) Boccacio poseyó un ejemplar del De Architectura al que cita, y un manuscrito


vitruviano conservado en la Bodleian Library de Oxford contiene las anotaciones
autógrafas de Petrarca. (Gentil Baldrich, 1998)

Las líneas de Gentil Baldrich nos pusieron por primera vez sobre la pista de un vínculo
entre Petrarca y Vitruvio. Despertaron nuestra curiosidad unas anotaciones del siglo
XIV, surgidas antes del boom de las traducciones y de la voracidad por la arquitectura
clásica, por parte de un lector consumado. Unas anotaciones del príncipe del
humanismo. “Petrarca, su vida y su tiempo I” es la primera de las dos conferencias que
el filólogo y académico de la lengua española Francisco Rico, reconocido
internacionalmente como uno de los grandes exégetas de Petrarca, impartió en la
Fundación Juan March en 2011. Las palabras de Petrarca, a través de las suyas, nos
iluminaron:

Yo, que he leído todo Aristóteles muy bien, cuando acabo digo: qué nítidamente
define la virtud, el vicio, la prudencia; leo a Horacio (el poeta) y encuentro que las
virtudes se presentan atractivas y los vicios reprobables, y me mueven, me fuerzan a
obrar mejor. (Petrarca, siglo XIV)

Una apología, la misma que ha sido nuestro motor, al valor del cuento, de la fábula, y
como apunta el profesor Rico, una lectura hecha con sentimiento. Cuenta Rico
también, que Petrarca decía, que cualquier saber teórico debía desembocar en
acción. Y que fue un ávido y excelente cazador de códices, y sin duda el rescatador
de Vitruvio. Vivía la lectura y no la leía como arquitecto. Petrarca recupera a Vitruvio
y el latín de Vitruvio, que en trece siglos había evolucionado a otro latín.

128
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

En sus obras, continúa Rico, Petrarca vuelca los conocimientos derivados de sus
lecturas. La titulada De Remediis (De los remedios contra próspera y adversa fortuna)
se compone de sentencias de la antigüedad clásica, un original centón donde podían
caber perfectamente los remedios y las moralejas de Vitruvio.101 Petrarca y los prólogos
de Vitruvio estaban en la misma onda y por primera vez oíamos hablar de un
rescatador de Vitruvio que no fuese Poggio.

Todo lo expuesto nos alentó a contactar personalmente con el profesor Rico y


preguntarle al respecto de los márgenes. Fue generoso, conciso y claro en su
respuesta: “Las notas de P. son meros resúmenes sin interés. Pero vea: L. CIAPPONI, Il
«De architectura» di Vitruvio nel primo umanesimo y el articulito que le adjunto.
Cordiales saludos”. Las notas de Petrarca, como tales, no existen traducidas del latín,
ni clasificadas, lo que imposibilitaba corroborar, en primera instancia, el veredicto del
profesor.

Como ya se ha puesto de manifiesto, son los filólogos y en menor medida los


historiadores del arte, quienes en el último siglo han mantenido vivo el estudio de
Vitruvio, e iniciado con lucidez el de sus prólogos. No nos consta que los arquitectos se
hayan detenido a estudiar el contenido deontológico de los prólogos del arquitecto
más universal de la historia, por lo tanto, nos correspondía recoger el testigo e investigar
hasta el final. El texto de Lucia Ciapponi (1965) es el resultado de la gran intuición de
una latinista exquisita. Es un texto sesudo, de erudición impecable, en italiano. El único
del estado del arte que estudia los márgenes de Petrarca y a quien las buenas
bibliografías de Vitruvio reverencian.

Era l´intuizione geniale della Ciapponi di rintracciare la presenza del Petrarca in una
singola frase tra tante, una frase, peraltro, dal contenuto apparentemente délfico.102
(Rowland, 1997)

101 De remediis utriusque fortunae (1360-1366) es una colección de breves diálogos escritos en prosa
latina, compuesta de 254 escenas de diálogos entre entidades alegóricas: primero la «Alegría» y la
«Razón», después el «Dolor». Son diálogos educativos y morales para reforzar al individuo contra los
golpes de la fortuna, tanto la buena como la adversa.

102 La brillante intuición de Ciapponi, fue la de rastrear la presencia de Petrarca en una sola frase
entre muchas, una frase, además, con un contenido aparentemente délfico.

129
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Manuscrito Bodleiano con las anotaciones de Petrarca al margen


AUCT-F-5-7 pergamino siglo XIV

130
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El objetivo del ensayo de Ciapponi, es demostrar que las notas al margen encontradas
en el manuscrito Bodleinao son petrarquianas. Para ello no tiene interés en citarlas
todas, solo aquellas que le dan cobertura filológica para sus conclusiones. Su labor es
fascinante, una piedra de Rosetta con corazón. De las 40 notas existentes, selecciona
un racimo de apenas quince, repartidas entre todos los márgenes del texto de los libros
y el texto de los prólogos. Cualquiera de ellas es muy breve, como un haikú, consta de
pocas palabras o una sucinta frase. Ciapponi solo las transcribe en latín y dispersa su
estudio en el ensayo, por lo que se ofrecen al profano en un latín descontextualizado,
arbitrarias en un sentido de orden lineal y precisas en un sentido de orden filológico.

Con una impresión digitalizada del manuscrito Bodleiano por cortesía de la Universidad
de Oxford, pudimos rescatar el paradero de ocho de estas citas dentro del libro, que
logramos atribuir a los Cuentos de Dinócrates, Aristipo y Aristófanes, pero seguíamos sin
conocer qué nos podían deparar hasta no verlas traducidas. Al profesor Rico no le
faltaba razón al intentar disuadirnos; no son aparentemente deslumbrantes, una labor
de Goliat para un resultado de David, o viceversa, pero resultan perfectamente
efectivas para nosotros. Es el punto de vista de esta tesis el que dota de un valor
añadido a las notas. En sí mismas, esparcidas, no lo tienen. En nuestro contexto señalan
que Petrarca leyó los Cuentos, no solo los prólogos, y en que líneas reparó el humanista.
Con su brevedad, Petrarca no comenta, digamos que SUBRAYA el contenido, le basta
la palabra de Vitruvio. Y hay maneras y maneras de ser breves; léase la nota sobre las
anotaciones de Philandrier, –mismo contexto, misma brevedad, pero enfocada a la
filología y a la historia, no a la ética–. Algo debieron significar también para el anónimo
escribano del siglo XIV, que se hizo con el manuscrito para reproducirlo, porque “lo
fotocopió” con las notas de Petrarca incluidas, lo que explica que la caligrafía del
texto y de los márgenes sea la misma. Y le aplaudimos por ser un primer divulgador.

Antes de volcar las notas literales, ofrecemos una paráfrasis de su conjunto. En ellas se
registran la honestidad de Vitruvio; el honor al que se debe la gestión de las artes; la
injusticia en el ámbito profesional derivada de la ignorancia; el pecado del difamador
en la figura de Zoylo y el de la usurpación de la propiedad intelectual; la generosidad
que se les debe a los escritores y en particular a Homero; y finalmente la reivindicación
que hace Vitruvio al respecto de los arquitectos romanos, tan válidos como los griegos
–nota para “quién” le haya censurado a este respecto.103

103 Ver la crítica de Alberti dentro del título “Apóstoles, discípulos y Judas” de este capítulo.

131
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

CUENTO de DINÓCRATES

Honesta adaptatio (“Honesta adaptación”). Destaca la franqueza del


posicionamiento de Vitruvio frente a la leyenda. 104

CUENTO de SÓCRATES

Ante la frase de Vitruvio Nec tamen est admirandum, si propter ignotitiam artis virtutes
obscurantur (“No es de maravillar que, por la ignorancia del arte en los premiadores,
queden arrinconados los hábiles artífices”), Petrarca subraya: Honos alit artes (“El honor
nutre las artes”). Cicerón, Tusculanas, 2,4

CUENTO de ARISTÓFANES

Zoilus Homeri detractor (“Zoilo detractor de Homero”).


Huius Zoili meminit Ovidius libro de remediis ante medium (“Ovidio menciona a este
Zoilo en su libro sobre los remedios”).105
Ovidio habla de Zoilo como del envidioso por antonomasia en De remediis amoris. Él y
Vitruvio son los dos únicos autores latinos que nombran a Zoilo.
Nota infinitas gratias habendas scriptorum (“Un agradecimiento infinito a los escritores
de renombre”).
Vituperandos alicnorum scriptorum fures (“Culpa a los ladrones de otros escritores”),
Homerum multa hominum millia pascere (“Muchos miles de escritores se han
alimentado de Homero”).
Scriptoribus omnibus infinte gratie (“Con infinita gracia de todos los escritores”).
Antiqui nostri non minores architecti quam Graeci (“Nuestros antecesores no fueron
menores arquitectos que los griegos”).

104 Como la mayoría de los doctores en Filología Clásica, Ciapponi y Rowland no traducen las frases
o términos en latín. Esta limitación se ha solventado con todas las herramientas al alcance de esta
investigación.

105 Días atrás se revolvía contra mis escritos un criticastro porque, a su juicio, mi Musa se pasaba de
libertina; mas en tanto que agrade al lector y mi nombre recorra el Universo, me importa poco que
éste y aquél digan pestes de mi obra. La envidia deprimió el ingenio del sublime Homero; seas quien
seas, Zoilo, tienes el nombre de envidioso. (Ovidio, El remedio del amor, p. 20)

132
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Petrarca se manifiesta ávido lector mencionando a Cicerón y a Ovidio, y se manifiesta


escritor cargando tintas encendidas contra Zoylo, como también le ocurre a Vitruvio.
En el contexto particular del Cuento de Sócrates comenta: Honos alit artes, es decir,
“El honor nutre las artes”. Esta fue la primera nota que tradujimos, la más sencilla, y solo
por ella hubiese compensado la pequeña hazaña. El tema del honor deontológico es
una constante en los Cuentos de Vitruvio. Aquí se subraya esta cita como el antídoto
a la falta de capacitación y a la falta de imparcialidad de quienes se interponen entre
el artista y el destino de su obra. Veremos en el capítulo “Una lectura hoy”, cómo el
honor, el sentido del honor o la palabra de honor, terminologías tan poco habituales,
bien digeridas, pueden seguir siendo alimento para el arquitecto, el cliente y la
arquitectura. El honor alimenta las artes, el deshonor las malas artes. 106.

Vitruvio dice textualmente: No es de maravillar que por la ignorancia del arte en los
premiadores queden arrinconados los hábiles artífices; pero causa suma indignación
el que, por lisonjear a los amigos en los convites, hayan de torcer el juicio inteligente
hacia donde no se halla el merecimiento.

Concede más indulgencia a la ignorancia, o más exactamente, no concede ninguna


indulgencia al soborno, en la medida en que este erosiona una trayectoria profesional,
y lo que es más lacerante, erosiona la motivación profesional del artífice. Cuando
Petrarca hace sus anotaciones en el Cuento de Aristófanes, no cataloga al personaje
de Zoylo simplemente como el paradigma de envidioso que enuncia Ovidio. En sus
siguientes notas remarca el daño que provoca la censura arbitraria a la sabiduría,
conquistada y compartida, que nos ofrecen las mentes del pasado con sus escritos,
que nos forman como profesionales más competentes y ciudadanos profesionales, es
decir, cívicos y más felices. Zoylo, más que el arquetipo del descrédito o de la
difamación, lo es de la involución de la cultura civilizada. Una vez denunciado el
ataque a la línea de flotación de la cultura, Petrarca se impone al expresar un
profundo agradecimiento a estos autores: Nota infinitas gratias habendas
scriptorum.107

106Este estudio también nos ha permitido constatar el hecho de que Petrarca comenta más el texto
de los prólogos que el texto de los libros.

107 “Un agradecimiento infinito a los escritores de prestigio.”

133
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Habíamos comentado previamente que al servirnos del ensayo de Ciapponi, único


que existe a este respecto, solo habían podido recuperarse las notas atribuidas a
Petrarca de tres de los Siete Cuentos. No le damos más relevancia, el resultado nos es
suficiente para marcar un hito de presencia vitruviana en los tiempos anteriores a la
imprenta, donde las letras capitales no corrían riesgos de no ser editadas. 108

Eppure gran parte dei critici d´arte non si è assolutamente accorta che il punto di
partenza per il culto di Vitruvio nel Quattrocento sta proprio in questa riscoperta de De
Architectura da parte de Petrarca e nella diffusione del suo testo fra i suoi amici
letterati. Sebbene l´interesse per la fortuna di Vitruvio nel Rinascimento sia, a giudicare
dall´ abbondante bibliografia, assai vivo, tuttavia esso sembra essere ancorato a
quello che è diventato quasi un luogo comune: il De Architectura, cioè, si
diffonderebbe in seguito alla scoperta del testo da parte di Poggio.109 (Ciapponi 1965
p. 98)

Vitruvio nunca fue encontrado, pues nunca estuvo perdido. Nos alineamos sin dudarlo
con Ciapponi. Hemos asistido a dos redescubrimientos: el de la lectura de Petrarca y
el de la lectura de Alberti, de la que daremos más cuenta adelante.

Inicio del Prólogo II sin su capital de Dinócrates. Giocondo, 1511

108 En la más temprana historia de la impresión, la composición dejaba en blanco el espacio necesario
para que las letras capitales pudiesen ser añadidas por los copistas o pintores de miniaturas. Más
tarde, el impresor veneciano Lorezo Alopa comenzó a imprimir las letras capitales realizadas usando
técnicas de grabado en metal o madera. (Eroles, 1981 p.25)

109 Sin embargo, la mayoría de los críticos de arte no se han dado cuenta en absoluto de que el punto
de partida del culto a Vitruvio en el siglo XV radica precisamente en este redescubrimiento de De
Architectura por parte de Petrarca y en la difusión de su texto entre sus amigos literarios. Aunque el
interés por la fortuna de Vitruvio en el Renacimiento es, a juzgar por la abundante bibliografía, muy
vivo, sin embargo, parece estar anclado en lo que se ha convertido casi en un lugar común: esto es,
el De Architectura se difundiría tras el descubrimiento del texto por Poggio.

134
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.2 HIPERPRÓLOGOS

A lo largo de la investigación, hemos reparado en dos autores notables de la literatura


artística que prologan sus libros con fragmentos de prólogos de Vitruvio pertenecientes
a los Cuentos. Casi textualmente, o mínimamente adaptados, lo hacen con una
innegable intención ejemplarizante. Estos son: Diego de Sagredo y Fray Lorenzo de San
Nicolás, ambos arquitectos. Hemos dado en llamar a sus prólogos “hiperprólogos” para
señalar su singularidad110. Son, a nuestro juicio, un escenario de divulgación perfecto
del texto de Vitruvio, pues están contando el Cuento de nuevo y en su mismo
excipiente. A pesar de ser cada uno de ellos un mosaico de los relatos de Vitruvio, son
en sí mismos buenos prólogos, y los autores vierten en ellos conclusiones de valor.

Esbozaremos la biografía de ambos eruditos para poner en situación la relevancia de


sus obras111. Y además valdría volver preguntarnos, entre los siglos XV y XVIII, ¿quién de
ellos no es un poco Vitruvio? O: ¿No es Vitruvio un poco de todos ellos? Pongamos
atención a las fechas de publicación de sus tratados:

- Medidas del Romano, Diego de Sagredo.


Publicado en 1526.

- Arte y Uso de la Arquitectura, Fray Lorenzo de San Nicolás.


Vol.1 publicado en 1639. Vol. 2 en 1665.

Los dos tratados tuvieron gran repercusión, fueron superventas de su tiempo,


traducidos a otras lenguas, reeditados a lo largo de los años, tanto que convivieron sus
respectivas ediciones y se cruzaron.

110 El “hipertexto” es el texto que contiene enlaces a otros textos.

111Los tratadistas ibéricos asimilaron perfectamente las doctrinas internacionales; Sagredo o Arfe
pertenecen al mundo renacentista con tanta propiedad como Serlio o Philibert de l´Orme; Fray
Lorenzo de San Nicolás o Caramuel son tan interesantes para el mundo barroco como Ponz o Guarino
Guarini. ¿Podría decirse lo mismo de los tratadistas dieciochescos? Aquí nuestra respuesta es más
dubitativa. (Ramírez, 1988)

135
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Prólogo de DIEGO DE SAGREDO a su tratado Medidas del Romano, 1526

136
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.2.1 DIEGO DE SAGREDO


Medidas del Romano, 1526

Sagredo fue un pionero o primer apóstol de Vitruvio en España. Un erudito despierto,

que recolecta lo que hierve por Italia en ese momento y lo adapta. 112 Dice su prólogo:

Mucho se debe por cierto a nuestros mayores113 que los secretos y experiencias de
natura, que con mucho afán y trabajo alcanzaron, los escribieron para que de mano
en mano pasasen por todas las futuras generaciones y gozasen la dulzura de sus
inmensos frutos. No sin causa el famoso Marco Vitruvio se queja, diciendo, que se
maravilla de los reyes y grandes señores, que no contentos con que sus capitanes
consiguen en la batalla mucha honra y fama, y ejercitan y aumentan sus fuerzas, pero
danles honores públicos, joyas de mucho valor, franqueza y renta para toda su vida, y
no se acuerdan de los tristes escritores, que escribiendo sus hazañas, sus triunfos y
victorias, y las cosas que convienen a la gobernación y utilidad de la república,
consumen su vida, gastan su sentido, ajénanse de placeres, y con sus continuas
especulaciones y profundos pensamientos atraen la vejez, y acarrean, la muerte antes
de tiempo. Con cuyas obras no solamente aguzamos la torpedad de nuestro ingenio,
pero autorizamos lo que por nosotros queremos componer. ¿Ca no hay ninguno tan
osado que quiera escribir en filosofía sin tocar en Aristóteles? ¿Ni en astrología sin tomar
de Ptolomeo? ¿Ni en medicina sin hacer mención de sus profesores?

Sagredo retoma el argumento simplificado del Cuento de Platón & Cía.

112 Las Medidas del Romano, de Diego de Sagredo, fue un tratado con un considerable eco
internacional, hasta el punto de que el autor cuenta con más ediciones que cualquier otro tratadista
de su época. En total, en menos de una centuria, entre 1526 –fecha de la publicación de la edición
príncipe (Toledo, Ramón de Petras, 1526)– y 1608, se hicieron 13 ediciones, aunque luego caerá en el
olvido. Sólo se vuelve a editar en el siglo XX, tal y como era en 1526 o en alguna de las otras ediciones,
como curiosidad bibliográfica. En el siglo XVI se traducirá reiteradamente al francés a partir de la
citada edición príncipe, y se editará también en castellano en Portugal. (Texto recogido del fondo
antiguo de la Biblioteca del COAM)

113 Ortiz y Sanz traduce maiores como “antiguos”, Choisy como “ancestros”. Sagredo elabora su
propia traducción, a decir de Heinrich Roloff : « Les allusions aux mairoes impliquent la plupart du
temps des exempla domestica qui souvent s´opposent á des exempla aliena ». Es decir, los propios
del país, no extranjeros.

137
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Pone agudamente de relieve la importancia de los escritores siendo él uno de ellos,


destacando sus desvelos generosos y poco reconocidos, y la importancia de escribir
para las nuevas generaciones. Vimos en Petrarca que esta línea de pensamiento
también se deriva del Cuento de Sócrates. Bien desde la perspectiva de la difamación
de Zoylo hacia Homero, o desde la perspectiva, como en este caso, de señalar lo
injusto que es que el talento físico se celebre más que el intelectual. 114 El propósito final
es reivindicar a los autores del pasado y lo que significan como fuentes y referencias
de excelencia para cualquier humanista o tratadista. Sagredo, por lo tanto, continúa
la estela de veneración que Petrarca manifiesta hacia la sabiduría que nos llega del
principio de los tiempos, como clave del progreso y base de la formación
profesionalizada.

En otro ámbito, también llama nuestra atención la fórmula de diálogo hipotético que
Sagredo emplea para desarrollar el contenido de su tratado, dentro de lo importante
que consideramos recurrir a ardides que enseñen mientras deleitan y que tan buenos
resultados dieron a Platón y a Cicerón en sus respectivas Repúblicas.115 Sagredo nos es
simpático por listo.

114 Lo que a Vitruvio le aflige no es la importancia dedicada al deporte, sino que se honre más al
deportista que al escritor o pensador. El deporte estaba muy valorado en Grecia, como reza esta
explicación: En Eleusis se celebran los ritos en honor a Deméter y dicen que fue la primera
competición deportiva., porque después de que se descubriera el fruto de Deméter, los hombres, tras
haber comprobado la fuerza que habían adquirido, celebraron esa competición, y aunque antes
caminaban a cuatro patas, se levantaron y compitieron en una carrera. Por eso precisamente llaman
a la carrera estadio, porque estaban de pie. A razón de estas palabras de Píndaro dice Fernando García
Romero: Dejaron de comer como bestias y se alimentaron con los cereales, al verse de pie se pusieron
a correr con su nueva condición. El deporte en el mundo griego es un símbolo de civilización. Las
sociedades no civilizadas desfogan sus energías (deseos) matándose en una guerra los unos a los
otros, el deporte permite liberar esa energía humana (física) no de cualquier manera, sino de acuerdo
con unas reglas y de acuerdo con unas técnicas que permiten que no impere la fuerza bruta, sino que
los más débiles puedan hacer frente a los más fuertes. El deporte es uno de los símbolos de
civilización en el mundo antiguo, y no es de extrañar su origen en Eleusis. (Canal March, Fernando
García Romero, minuto 1:12, Comentarios antiguos a Píndaro, Olímpicas IX, 150).

115 La República, Platón (Siglo IV A.C.). De Republica, Cicerón (Siglo I A.C.).

138
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.2.2 FRAY LORENZO DE SAN NICOLÁS

Como si se tratase de la promoción de un libro que se vendiese hoy, vamos a introducir


a Fray Lorenzo con tres comentarios de teóricos del Arte y de la Arquitectura, para
entender la trascendencia de tan extraordinario arquitecto y tratadista, su devoción
por Vitruvio, y reparar en su figura profesional y vital.

- Arte y Uso de la Arquitectura es el mejor libro sobre instrucción arquitectónica escrito


jamás. (Cita de Kubler. Historia de la teoría de la Arquitectura, Kruft, 1990 p. 299)

- Arte y uso de la Arquitectura constituye una de las obras más importantes publicadas
en la España del siglo XVII. (…) Fue objeto de repetidas reediciones. (…) La
historiografía le ha considerado como el tratadista español más importante del siglo
XVII por su gran difusión por España e Hispanoamérica. (…) El libro es, ante todo, la
consecuencia de una amplia práctica constructiva. (…) Ha dejado un conjunto muy
importante de obras en Madrid, Salamanca y Talavera de la Reina.
(García Melero, 2002. Vol. 1 pp. 125-126)

- Fray Lorenzo de San Nicolás es el intérprete por antonomasia de Vitruvio y sucesores.


Arquitecto muy solicitado, opta, sin embargo, por permanecer al servicio exclusivo de
su orden y rechaza los cargos de responsabilidad, como por ejemplo el de maestro
mayor de la Alhambra y la Catedral de Granada. (Thoemes, 2011 p. 378)

Kubler se refiere al indiscutible valor formativo de su obra; Melero a la enorme


divulgación que tuvo el tratado; Thoemes lo declara devoto de Vitruvio y, como
apunte más personal, añade que se limitaba acometer las obras que le correspondían
por su cargo. Parece que Fray Lorenzo también se aplicaba el Cuento. 116

116 Iremos apreciando el valor añadido que tiene, para algunos vitruvianos, el que los encargos no se
persigan, que lleguen “rogados, no rogando”, algo que resalta Vitruvio en el Cuento de Aristipo.
Principio que será muy importante en el código deontológico de Philandro.

139
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Prólogo de FRAY LORENZO DE SAN NICOLÁS al primer volumen de su tratado


Arte y uso de la Arquitectura de 1639

140
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El primer volumen de Arte y Uso de la Arquitectura sale a la luz en 1639, el segundo


volumen se publica en 1665, demora veinticinco años en escribirlo.117 En ambos tomos
se sirve de Vitruvio para prologar, su admiración hacia él no se enfría con los años.

PRÓLOGO AL LECTOR
Prólogo al primer volumen de Arte y uso de la Arquitectura, 1639118

Dice Fray Lorenzo: (...) imitando a Dinócrates Arquitecto, el cual deseando con su Arte
servir al Emperador Alexandro, se fue a él, y hallando dificultad en la entrada, por
émulos, se disfrazó, y en el disfraz le vio Alexandro, mandóle llamar, y conociéndole, le
tuvo en su compañía, y con él edificó la Ciudad de Alexandría. Lo mismo me ha
sucedido a mí, que deseando poner en obra esta pequeña ciudad, no han faltado
émulos que pretendan oscurecerla; disfrácela, y no faltaron Alexandros que la
deseasen ver crecida. A todos les está bien se cumpla este deseo, no por la ciudad,
sino por seguir la sentencia de Aristóteles, que dice, que la honra es del que la da.
Honra, tú, Lector, con recibir mi obra, y con honrarla: sé Alexandro, y edifica ciudades,
sacando alguna imitación de esta mía, (…) Solo te pido que atiendas al fin, sin mirar la
poquedad del que usa de este medio para que llegue a colmo. Y no te parezca
menudencia el tratar de menudencias, pues de ellas necesita un principiante para
llegar a ser Maestro, pues el principio bien fundado causa medio y fin, continuando en
perpetuo. Vale.

En este prólogo Fray Lorenzo hace suyo el Cuento de Dinócrates, se aplica su lección
e identifica a los personajes con su situación. Él, en el papel del artífice protagonista
Dinócrates y nosotros, lectores potenciales de su tratado, como sus clientes, sus
Alejandros.

117 En este segundo volumen recomienda a los estudiantes las lecturas de los tratados que han
conformado su bibliografía, “sin dejar de mencionar el tratado de Diego de Sagredo que le hizo
descubrir la Arquitectura a los trece años.” (Thoemes, 2011 p. 380)

118 Incluye el primer libro de Euclides traducido en castellano.

141
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Los intermediarios, que en la leyenda son el séquito de funcionarios que acompañan


al rey de Macedonia allá donde va, ahora son los émulos, los colegas competidores
que se interponen entre la obra y sus consumidores intentando empañarla con
descrédito.119 Fray Lorenzo terminó su tratado en el año 1633 y no consiguió publicarlo
hasta 1639 a tenor de estas malas artes. Por ello, nos ruega que seamos benevolentes
y respetuosos con su trabajo, ya que quien respeta se hace merecedor de respeto, y
nos insta a que, como Alejandro, sepamos reparar en que su aportación, por pequeña
que sea, está esforzadamente fundada, razonada y cimentada en el conocimiento.
Con mayor o menor acierto, está escrita a la mayor perfección de su mano. Y para los
censores deja insinuado el refrán “lo que Juan dice de Pedro dice más de Juan que
de Pedro”.

La honra, como el honor, son términos afectos a la moral que se repiten en todos los
Cuentos; tal vez a fuerza de leerlos empiecen a sonar a hueco, sin embargo, son
indispensables en el fondo de armario deontológico de un buen profesional.
Recordemos que en el capítulo de Petrarca se hacía énfasis a este respecto, y nos
extenderemos más llegado nuestro propio comentario crítico.

Fray Lorenzo plantea una lectura del prólogo de Vitruvio que compartimos. Se adueña
del relato completo, a diferencia de una mayoría de traductores que a menudo
focalizan el análisis en el pequeño párrafo final, dando excesiva relevancia al
comentario de Vitruvio sobre su condición física, que compara con la de Dinócrates

[Vitruvio] Dinócrates, pues, favorecido de su rostro y gentil estatura, se fabricó su


fortuna (…). Porque carezco de estos auxilios, espero conseguir el favor con mis
estudios y escritos. Es una reflexión a considerar, pero, a nuestro juicio, no dentro del
almanaque biográfico sino en el terreno de la enseñanza moral que invita a sortear la
eventualidad sacando partido a los talentos propios.120

119 La cour macédonienne passait pour un lieu de rivalités et de médisances où s´exprimaient toutes
les jalousies. La fameuse “calomnie” dont Apelle, le peintre le plus célèbre de son temps, fut la victime.
est emblématique de cette situation (Gros, 2015 p.77)

120 Tanto es así, que en el Cuento de Dinócrates, hemos parafraseado el párrafo omitiendo parte del
texto, para suavizarlo y evitar especulaciones que invariablemente terminan concluyendo más en la
queja que en la moraleja y condicionando al lector. El párrafo completo dice así: Dinócrates, pues,
favorecido de su rostro y gentil estatura, se fabricó su fortuna; pero a mí, oh César, no me dio la
naturaleza buen talle, los años han desfigurado mi rostro, la poca salud me ha quitado las fuerzas:
así, porque carezco de estos auxilios, espero conseguir vuestro favor con mis estudios y escritos.

142
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

La conclusión más valiosa, se diría, es la voluntad reiterada por Fray Lorenzo y Vitruvio
de dedicarse exquisitamente a su oficio, elaborando tratados rebosantes de
conocimiento, sin faltarles al hacerlo la modestia, al estilo ruskianiano: the art is the
expression of man´s pleasure in labor.

Finalmente, hemos subrayado dentro del prólogo el ya de por sí acentuado “sé


Alejandro”. Lo apreciamos en su faceta de ética proyectual, como profesionales
arquitectos. Edifica ciudades, real o metafóricamente, y hazlo con sentido común
para el bien común. Abundaremos en el asunto dentro del capítulo “Filosofía natural”.

PRÓLOGO AL CHRISTIANO Y PIADOSO LECTOR


Prólogo al segundo volumen de Arte y uso de la Arquitectura, 1665

Reproducimos el prólogo prácticamente completo. Como en el anterior, Fray Lorenzo


acompaña el texto de Vitruvio con sus propias reflexiones aleccionadoras. Extenso e
indivisible.

A … todo se me hace poco para el afecto que tengo de enseñar a los pobrecillos
aprendices de esta facultad, que es para quien yo escribo, que algunos veo ansiosos
andan revolviendo libros, los pocos que topan; y ya que algunos los hallen, por su poco
ejercicio no los entienden, y a sus Maestros las muchas ocupaciones no les dan lugar
a que se las declaren en lo difícil, y dudoso. Y con el primer libro, y este. que los maestros
den a sus discípulos, cumplirán con su conciencia: pues el uno, y otro les declaran por
teórica, y práctica lo necesario para la comprensión del Arte, con todo lo que escribí
en doce Autores de las 5 órdenes, que cuidadosos los Maestros, y discípulos, cada uno
podrá atender a lo que les toca, el Maestro a hacerle estudiar; el discípulo codicioso
de saber, darse al estudio, envidioso de los que bien aprovechados, así de los
contemporáneos, como de sus Maestros de puesto. B Pues no hubieran llegado a
tenerle, si no hubieran estudiado, y ejercitándose a costa de trabajo, y mirando el fin
que este tiene en la mocedad, si trabajará, llegarán al puerto del saber, y del tener;
que estos dos asuntos siempre han de estar estimulando, y primero han de inquirir el
saber, que con este llegarán al del tener, como les ha sucedido a muchos arquitectos,
aunque el fin principal ha de ser el del saber cómo lo prueba bien Vitrubio en la
dedicatoria del Libro sexto, y dice así Teofrasto:

143
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Prólogo de FRAY LORENZO DE SAN NICOLÁS al segundo volumen de su tratado


Arte y uso de la Arquitectura de 1665

144
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El hombre docto no es peregrino fuera de su tierra, ni pobre de amigos, y parientes


después de perdidos; antes es Ciudadano en toda Ciudad, y puede menospreciar los
casos difíciles, y ásperos de la fortuna, sin temor; pero el que piensa que está seguro,
acompañado de riquezas, y desamparado de doctrinas, caminando por caminos
deslizaderos, pelea con una vida, no firmísimo, inconstante. C Epicuro al mismo
propósito dice, que los sabios, tienen muy pocas cosas que les haya dado la fortuna;
porque las cosas grandes, se gobiernan con el Alma: estas, cosas ser así, muchos
Filósofos lo dijeron, y también Poetas, que escribieron antiguamente Comedias en
Griego; los cuales pronunciaron las mismas sentencias en versos en las Escenas, cómo
fue Éucrates, Tionides y Aristófanes, mayormente Alexis, el cual dice que deben los
Atenienses ser alabados, porque como las leyes de todos los Griegos necesariamente
necesitan, a que los padres sean alimentados de los hijos; los Atenienses, no dicen que
todos, sino aquellos que enseñaron artes a sus hijos, porque los dones que la fortuna
da, muy fácilmente los quita; más las disciplinas una vez entendidas, en ningún tiempo
faltan, antes permanecen hasta el postrer fin de la vida. Por ventura, algunos juzgando
estas cosas ser livianas, piensan solamente ser sabios los que son ricos; y así porfiando
a este propósito con osadía, alcanzaron a ser conocidos, y estimados con las riquezas;
más siempre tenidos, y desestimados por su poco saber. D Todo lo dicho es solo a que
mis mancebos trabajen en inquirir, y saber lo necesario, así a la ejecución, como al
estudio; pues con las dos diligencias serán famosos Maestros; sobre esto, gran parte el
ser agradecidos a sus Maestros, que para con ellos los han de tener como padres,
haciendo mucha estimación, como la hizo el Gran Emperador Alejandro, qué
enviando un gran Arquitecto a un Rey, le escribió, ahí os envió a mi padre, como tal le
estimad. E Yo Cristiano lector, doy muchas gracias a Dios, que en lo que se, lo supe,
porque su Majestad lo quiso; y después se las doy a mi padre, que fue mi Maestro; y
más se las doy, por haber sido, después de Dios, la causa principal para que yo tomase
este santo hábito, que también tiene mucha parte en el enseñar; porque el
recogimiento, cuando se huye de la ociosidad, inclina al saber, y perseverando se
viene a conseguir; que aunque yo no llegué a lo mucho que hay que aprender, por
ser tan dilatada la facultad, llegué a donde mis pobres fuerzas alcanzaron; que en esta
Segunda Parte, y en la primera lo manifiesto; y así, humildemente te pido la leas
desapasionadamente, y que piadoso vuelvas por ella, acordándote de lo que dice
San Gregorio, hablando del honor: Honor honorandus est, que el que honra, es el
dueño del honor: y siendo tú el honrador y yo el que recibo la honra, por ti tendré la
parte que me faltare, y agradecido, pediría a Dios te guarde, y te lo pague.
Amen.

145
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Repite con otras palabras remasterizadas el Cuento de Aristipo, que es, por excelencia
y a todas luces, uno de los más aleccionadores:

A Formar futuros profesionales


B Un oficio es la mejor mochila
C Ley ateniense en reconocimiento a los buenos padres
D Agradecimiento a los maestros
E Moraleja personal y el honor en un amplio espectro

Si de alguien podemos tener constancia de que disfrutó leyendo los Siete Cuentos, es
de Fray Lorenzo. De nuevo, como Vitruvio, se aplica el cuento y predica con el
ejemplo. 121 Fray Lorenzo es una de las razones que han dado gran sentido a esta
investigación arqueológica. Y para colmo de gozo, entona el mismo agradecimiento
a sus padres que Vitruvio entonó hacia los suyos, no limitándose a transmitir sino a
aleccionar emocionalmente. Si en un momento dado se barajó manejar más de una
voz, y no solo la de Ortiz y Sanz, para dar más juego literario a la lectura, quedamos
compensados con el afán de Fray Lorenzo. Es otro intérprete de la misma fábula.

121 Si el primer prólogo estuvo dedicado Al Lector este segundo lo está Al Christiano y Piadoso Lector.

146
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.3 CORPUS EJEMPLARIZANTE VERSUS CUERPO DOCTRINAL


Guillaume Philandrier y Daniele Barbaro

En el capítulo “Petrarca al margen” advertimos sobre el importante caudal de


anotaciones que acompañaron al texto del De Architectura, desde las primeras
ediciones impresas hasta el extendido siglo XVIII, convirtiendo a las traducciones en
libros de culto que pugnan por la excelencia de esos comentarios, dando a sus autores
la oportunidad de optar al honor de ser el mejor intérprete de Vitruvio. Su mejor versión.
Nos limitamos, como es específico de esta investigación, a examinar las referidas a
cada uno de los Diez Prólogos de Vitruvio, sin observar en ellas, como ya concluimos,
ningún dato notable asociado a los Cuentos. Desencanto del que nos consoló
parcialmente Petrarca, con sus notas manuscritas.

Dentro del mismo espacio cronológico, siglos XVI al XVIII, en el ámbito de estudio de
los prefacios de autor (de tratadista a su tratado) tuvimos otra suerte. Reparamos en
una información extraordinaria que volcamos en el capítulo previo, “Hiperprólogos”.
Han sido destellos individualmente referidos a los Cuentos de Dinócrates, Sócrates
Aristipo, Aristófanes y Platón & Cía. 122 Todavía ningún autor contempla el conjunto de
los prólogos como corpus, lo que hasta la fecha sólo se avista en el siglo XX, de parte
de Arthur Shramm, en 1932. Tampoco ninguno repara en la singularidad, sin más, de
un tratado con Diez Prólogos.123

En este capítulo vamos a ocuparnos de un convidado de piedra, el pequeño párrafo


del De Architectura que no pertenece a los prólogos sino al primer libro del tratado, y
del que ya nos servimos en el epígrafe, “La moral en términos de moraleja.” Entonces
lo hicimos de puntillas –Prólogos y Libros de Vitruvio son para nosotros compartimentos
estancos–, simplemente para ilustrar cómo un mismo decálogo de deberes
profesionales puede transmitirse en términos dogmáticos o en términos modélicos.
Dice así:

122 Petrarca se detiene en los Cuentos de Aristipo, Sócrates y Aristófanes, Sagredo se detiene en el
Cuento de Platón & Cía, Fray Lorenzo en los de Dinócrates y Aristipo.

123 Ver nota 7.

147
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

[Vitruvio] Por otra parte, la filosofía perfecciona al arquitecto, otorgándole un alma


generosa, con el fin de no ser arrogante sino más bien condescendiente, justo, firme y
generoso, que es lo principal; en efecto, resulta imposible levantar una obra sin
honradez y sin honestidad. Es preciso que no sea avaro, que no esté siempre pensando
en recibir regalos, sino que proteja con seriedad su propia dignidad, sembrando buena
fama: precisamente esto es lo que concede la filosofía. (versión de Oliver Domingo)

En su momento, por estar fuera de nuestra jurisdicción, no tomamos en consideración


las anotaciones que a este texto hubieran podido realizar nuestros intérpretes de
cabecera, la mayoría arquitectos. Sin embargo, antes de pasar página al pasado de
aquello siglos, la curiosidad personal –que no la deuda documental–, nos ha
provocado preguntarnos cuál sería su opinión al respecto.

Sulpicio y Giocondo quedan automáticamente excluidos porque sus versiones


carecen de aparato crítico. Cesariano, cómo no, como siempre, es exhaustivo en sus
anotaciones, pasadas por el milagro del pan y los peces, pero sin relevancia para
nuestra búsqueda. 124 Galliani apunta lo siguiente:

Per Filosofia intende qui Vitruvio, sia come tutti gli antichi, specialmente quella parte
della medesima, che si dice Morale.125 (1758. Cap. I p. 3) Una mera mención del
párrafo, que no transmite personal provecho.

Ortiz y Sanz es todavía más breve. De todo el listado de virtudes que deben
acompañar a un arquitecto, anota escuetamente, en una nota al pie, el término:
Moral, y queda satisfecho. Claro que podía llegarse más lejos. Perrault no comenta
absolutamente nada. Ignora llamativamente el mensaje deontológico y puebla sus
notaciones de comentarios técnicos --fabulosos para un exégeta del tratado, no de
los prólogos, y a los que nos cuesta como arquitectos no acudir--.

124 Cesariano –discípulo al parecer de Bramante y de Leonardo, y arquitecto de Carlos V en Milán–


pretendía más la plena asimilación por la arquitectura de su época del legado clásico que un estudio
filológico del De Architectura. Proporcionó, además, unos comentarios personales de carácter
enciclopédico al tratado vitruviano, que en ocasiones desbordan su texto, al ocuparse del sentido
científico de la arquitectura y al dar numerosas noticias sobre los edificios de Milán, como el Duomo,
y de artistas contemporáneos. (García Melero, 2002, p.26)

Por Filosofía entiende aquí Vitruvio, como todos los antiguos, especialmente aquella parte de ella
125

que se llama Moral.

148
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Las grandes sorpresas, que las hay, llegaron más tarde y vinieron de la mano de
Philandro y Barbaro. Su consulta había quedado retrasada, el primero por estar en
latín, el segundo por su sutil tipografía que nos hizo confundir, y creer al inicio, que no
había sugerido nada sobre el texto. Esperamos saber transmitir la trascendencia que
han tenido las epifanías de ambos autores para nuestro trabajo. Decimos esto porque
a lo largo de las últimas entradas nos hemos sentido por encima de todo arqueólogos
y en algún momento paleógrafos. No vemos un pequeño añico, vemos reconstruida
virtualmente, con emoción, el ánfora. En el próximo artículo, “Una lectura hoy”,
abandonaremos el yacimiento arqueológico y partiremos de la vajilla hermosa, en el
sentido preciso en que se expresa Varrón.126

127

126…porque no sólo queremos estar vestidos para evitar el frío, sino también para que parezca que
estamos vestidos con honestidad, no sólo tener una casa para estar bajo un techo y a recaudo, a
donde la necesidad nos empuje, sino también donde el bienestar se pueda conservar, y no sólo tener
una vajilla conveniente para el alimento, sino también hermosa por su forma y hecha por un artista,
porque lo uno es suficiente para el hombre y lo otro lo es para la humanidad civilizada. (Varrón. La
lengua latina. Libros VII-X y fragmentos: 252, Biblioteca Clásica Gredos (Spanish Edition), p. 91,
Gredos. Edición de Kindle).

127 El párrafo en cuestión comentado por Cesariano; es notable la proporción entre los cm2 de sus
anotaciones respecto al texto de Vitruvio enmarcado. No es la primera vez que nos servimos de la
singular maquetación de Cesariano para iluminar el documento (Nota 29)

149
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.3.1 PHILANDRIER, MIX DOCTRINAL Y EJEMPLAR

Comencemos con una semblanza del autor para entender el contexto y las
circunstancias del simbólico hallazgo. Philandro, o Philandrier, como prefieren llamarlo
los eruditos, es el más intraducible de los traductores de Vitruvio. Todavía hoy se espera
su versión completa con las alabadas anotaciones, en alguna lengua romance, para
quien desee abordarlo sin ser latinista.128 A menudo nos hemos preguntado por qué
prefirió publicar su texto en latín y no en francés, pudiendo haber sido el primero en
hacerlo, antes de que Jean Martin se llevase los laureles. 129

Es cierto, y no estamos seguros de haberlo transmitido antes, que las traducciones van
bebiendo significativamente unas de otras. Cuando Ortiz y Sanz se enfrenta a la suya
tiene en la mesa, además de la pila de manuscritos y códices, las traducciones de
Giocondo, Cesariano, Philandro, Barbaro y Perrault. Las alabe o las censure, las
conoce, y se sirve de ellas. Philandro tenía menos a quien acudir en la lista, sólo le
habían precedido como intérpretes del De Architectura Giocondo con su versión en
latín clásico y Cesariano con la suya en italiano.130 Hay un camino recorrido, pero
queda mucho por andar. Cuando Philandro ingresa en L´accademia della Virtù,
fundada para fomentar y desarrollar el estudio de las antigüedades romanas, el
proyecto por parte de sus miembros de publicar la edición comentada de Vitruvio solo
ha alcanzado a traducir los siete primeros libros.131

128 Frédérique Lemerle acomete una obra largo tiempo esperada entre los vitruvianos: Les annotations
de Guillaume Philandrier sur le de Architecture de Vitruve, livres I á IV, en el año 2000. Desde entonces
promete la siguiente entrega con la traducción de las notas de los seis libros restantes.

129 El latín dejó de hablarse paulatinamente, en el siglo XVI era una lengua que solo se usaba por
escrito y que dominaban los humanistas y eruditos.

130 La versión de Sulpicio, a estas alturas, había sido ampliamente superada.

131En 1542 se fundaba la “Accademia della Virtù”, dedicada al estudio de Vitruvio. Conscientes de las
deficiencias de las traducciones, se pretendía realizar una nueva traducción en toscano, realizando un
profundo estudio filológico y gramatical del texto vitruviano. Sin embargo, tampoco este encomiable
y ambicioso trabajo llegaría a cuajar. No apareció ningún texto que pudiera erradicar las deficiencias
de los anteriores. (Pizarro; Mogollón, 1999 pref.)

150
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

La connaissance directe des ruines, la fréquentation des plus grands architectes


italiens, en particulier Serlio et Sangallo, permirent à Philandrier de faire dans ses
Annotations sur Vitruve, publiées á Rome en 1544, une synthèse unique du savoir
philologique et de l´expérience concrète de l´architecture. Un second voyage á Rome
(1547-1550), de nouvelles expériences archéologiques en compagnie de son ami
Ligorio, l´amenèrent á publier á Lyon en 1552 une version augmentée de son
commentaire vitruvien.132 (Lemerle, 2000)

Este párrafo nos cuenta que en 1544 Philandro se estrena con unas anotaciones
excepcionales en latín sobre el De Architectura que revolucionan el panorama
vitruviano, y que en 1552 culmina su versión extendida de los comentarios y la
traducción completa y definitiva, también en latín, del De Architectura.

En medio, en 1547, sacando provecho de su estela, con todo el respeto, se le cuela


Jean Martin, que publica su propia traducción y la primera al francés de Vitruvio con
confesa inspiración sobre la de 1544 de Philandro. Pero, bien porque Jean Martin no
queda del todo satisfecho con su primera labor, o por su constante admiración hacia
Philandro, vuelve en 1553 a traducirlo basándose literalmente en la última versión de
éste de 1552. En ella Philandro, tras su propio prefacio introductorio, y antes de iniciar
el texto de Vitruvio, intercala una lámina con su retrato y un pequeño párrafo del que
pudimos tener conocimiento en francés por el calco, que de la misma, hace Jean
Martin al traducirlo.

132El conocimiento directo de las ruinas, frecuentar a los más grandes arquitectos italianos, en
particular Serlio y Sangallo, permitió a Philandrier hacer en sus Annotations sur Vitruvius, publicado
en Roma en 1544, una síntesis única del conocimiento filológico y la experiencia concreta de la
arquitectura. Un segundo viaje a Roma (1547-1550), nuevas experiencias arqueológicas en compañía
de su amigo Ligorio, lo llevaron a publicar en Lyon, en 1552, una versión ampliada de su comentario
de Vitruvio.

151
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Lámina original de la traducción de Philandrier de 1552

152
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Lámina de Jean Martin 1553

De su traducción al francés a partir del De Architectura de Philandro

153
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Ya hemos advertido que somos los sabuesos de los Cuentos. El encabezamiento


descubierto reza así:
VERTUS DE L´ARCHITECTE
tirées de Vitruve

Que l´Architecte soit magnanime, non arrogante, mais qu´il s´accommode,


qu´il soit juste et fidèle sans avarice. Qu´il ne soit point convoiteux ni désireux
de recevoir aucun présent, mais qu´avec une certaine gratuité il
maintienne toujours son honneur, avec bonne réputation. Qu´il attende
d´être recherché pour commencer quelque œuvre plutôt que de se
présenter premièrement.133

Estas líneas de Philandro son un mix doctrinal-ejemplar. Las primeras pertenecen al


párrafo del tratado, la última a los prólogos, concretamente al Cuento de Aristipo que
nuestra voz, Ortiz y Sanz, interpreta así: pero yo aprendí de mis maestros, que el
encargo de una fábrica debe admitirse rogado, no rogando, pues un alma generosa
se avergüenza de pedir un ministerio que pueda dar sospecha. No deja de ser singular
que, de entre todas las lecciones de los Cuentos, Philandro se decida únicamente por
esta y acuse la necesidad de sumarla a las virtudes listadas. Le preocupa
particularmente advertir sobre no ser un advenedizo, o, en un paso más allá, un
sospechoso de soborno. A razón de lo que comenta Soubiran, parece que Philandro
no es el único en priorizar este pensamiento entre todos: Pour lui, ses maîtres lui ont
appris qu'un architecte doit être sollicité, jamais solliciteur et ne doit pas penser sans
cesse au profit, mais d'abord à sa dignité et à son honneur. Ego autem, Caesar, non
ad pecuniam parandam ex arte dedi studium, sed potius tenuitatem cum bona fama
quam abundantiam cum infamia sequendam probaui.134 Voilà la vertu fondamentale
de l’architecte ; voici la plus belle phrase de Vitruve. (1962 p.164) Soubiran acompaña
su reflexión sumando otra frase más de Vitruvio que, a su sentir, concreta la virtud
fundamental del arquitecto y, por lo tanto, es de todas la más bella.

133 "VIRTUDES DEL ARQUITECTO. Que el Arquitecto sea magnánimo, no arrogante, sino
complaciente, justo y fiel sin codicia. Que se comporte codicioso ni ansioso por recibir ningún regalo,
pero que con cierta gratuidad mantenga siempre su honor, con buena fama. Que espere ser
reclamado para acometer un encargo en lugar de presentarse primero”.

134 [Vitruvio] Pero yo, César, jamás pensé amontonar riquezas con este mi arte; pues siempre fui de
la opinión que la pobreza con honra debe preferirse a las riquezas con infamia.

154
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.3.2 DANIELE BARBARO


EL PRIMER ADMIRADOR DE LOS 10 PRÓLOGOS

La de Barbaro es una de esas joyas con las que se topa, de tanto en tanto, una
investigación. Llega tarde en el momento perfecto.

(…) el comentario de Barbaro, básicamente aristotélico, en el que una sola línea e


incluso una sola palabra de Vitruvio se convierten en todo un descubrimiento; el
profundo conocimiento del comentador es evidente a lo largo de toda la obra.
Vitruvio es tan solo el punto de partida desde el que Barbaro se lanza a una disertación
filosófica sobre las artes mucho más amplia. (Rosand,1988)

Hay que remontarse a los tiempos en que buscábamos avales para la colección de
los Cuentos Ejemplares y para estructurar el estado de la cuestión. Entonces, la
revelación de Barbaro, hubiese sido todo lo que necesitábamos para constatar el valor
de esta tesis, lo que nada habría cambiado lo escrito, es un espaldarazo emocional.
La ubicamos donde y cuando la hemos encontrado. Que sirva de refuerzo. En la
siguiente página aportamos una imagen del texto original italiano de Barbaro y a
continuación su transcripción y traducción al español, por cortesía de la profesora
Loreto Fanlo. En ambos textos iluminamos las líneas que han significado nuestra
revelación.135

135 Valoramos excepcionalmente la aportación de la profesora Fanlo, sin la que no hubiésemos


alcanzado el significado absoluto de la frase de Barbaro. La reciente traducción en el 2019 al inglés
del De Architectura de Barbaro a cargo de la arquitecto Kim Williams, no refleja el espíritu completo
del contenido de nuestro hallazgo: These prefaces should be read and considered together as though
they were all a single preface for the whole work. Omite significativamente traducir el “e molto bene
considerare” del texto original italiano, siendo por otro lado un trabajo encomiable, exquisito y digno
de agradecer.

155
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Comentario de Barbaro al párrafo de Vitruvio presente en el primer capítulo del libro I.


Barbaro intercala, por sistema, sus anotaciones –en cursiva-- con el texto de Vitruvio.

156
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

[Vitruvio] La Filosofía muestra al Arquitecto el modo de vivir de acuerdo con las


costumbres; porque la Filosofía es amor y estudio de la sabiduría, es decir, del bien y
de la verdad, y [la Filosofía es] la especulación de las cosas, y la Regla de las acciones:
la una y la otra son necesarias al Arquitecto. En cuanto a la regla de las acciones, dice
Vitruvio que la Filosofía es necesaria al Arquitecto, porque la Filosofía va haciendo al
Arquitecto de ánimo grande, tanto para abrazar las grandes empresas, como para no
temer las graves ofensas. Sin embargo, aunque parece que la grandeza de ánimo
conlleva el desprecio de los otros, y una cierta severidad y arrogancia, sea el
Arquitecto de gran ánimo sin arrogancia, que es vicio opuesto a la verdad que,
además del deber, se atribuye a sí mismo. Sea agradable en el escuchar y satisfacer
las demandas de los faltos de pericia, así como en el soportar sus defectos. Mas como
la facilidad de la naturaleza y la amenidad en el trato con los demás pueden inclinar
a la injusticia, como maestro de perfección, él ha de ser justo e igual a cualquiera, y
en la igualdad ha de ser leal en el aconsejar, no avariento en coger regalos, ni
codicioso en desearlos. Con estas condiciones el Arquitecto conservará su prestigio,
permanecerá honorable, viviendo acomodado con su trabajo, y después dejará tras
de sí fama inmortal. Y sin embargo Vitruvio, habiendo conocido en sí mismo cuánto es
el ornamento de las susodichas virtudes, y cuán fea es en cambio la mancha de los
errores opuestos, demuestra en muchos lugares de su obra estimar más la verdad que
las riquezas, más la gloria que lo útil, y desaprueba a los aduladores, arrogantes y
avaros Arquitectos, como se puede ver en los proemios de sus libros, los cuales,
verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos los
volúmenes y considerar muy bien. La Filosofía, por tanto, favorece en nosotros la virtud
de las costumbres, y de igual manera nos es provechosa en el conocimiento de la
verdad, como dice Vitruvio.136

136 La Filosofia dimostra all’architetto il modo di vivere accostumatamente; perché nella Filosofia, che
è amore e studio de sapienza, cioè del bene, e del vero, e la speculazione delle cose, e la Regola delle
azioni: l’una e l’altra è necessaria all’ Architetto. Quanto alla regola delle azioni dice Vitruvio che la
Filosofia è necessaria all’Architetto, perché la Filosofia va facendo all’Architetto d’animo grande, sì per
abbracciare le grandi imprese, come per non temere le gravi offese. Ma perché pare che la grandezza
dell’animo apporti il disprezzo altrui, e una certa severità, e arroganza; però sia l’Architetto di grande
animo senza arroganza, che è vizio opposto alla verità, che oltra il debito attribuisce a se. Sia
piacevole, sì nell’udire, e soddisfare alle domande degli imperiti, sì nel sopportare i loro difetti. Ma
perché la facilità di natura, e la piacevolezza può piegare all’ingiustizia; però come maestro di
proporzione sia egli giusto, ed eguale ad ognuno, e nella egualità sia fedele nel consigliare, non sia
avaro nel pigliar doni, ne cupido nel desiderargli. Con queste condizioni l’Architetto, conserverà il
grado, resterà onorato, e con sua fatica vivendo accomodato, dopo se lascerà fama immortale. E però,
Vitruvio, avendo conosciuto in se stesso quanto sia l’ornamento delle predette virtù, e brutta la
macchia degli opposti errori, dimostra in molti luoghi dell’opera sua stimare più la verità che le

157
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Encontramos por fin –POR FIN– en Barbaro a un primerísimo lector afín a los prólogos
de Vitruvio, que supo apreciar el genio de su potencial leídos en conjunto y como
propedéutica del tratado: …como se puede ver en los proemios de sus libros, los
cuales, verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos
los volúmenes y considerar muy bien.

Señalábamos al inicio del título el considerable volumen de los comentarios de


Cesariano en su traducción. Las notas de Barbaro a Vitruvio son dos veces más
extensas que el texto del De Architectura, pero son de otro cariz. Qué razón la de
Caramuel Lobkowitz en su prólogo al tratado Arquitectura Civil recta y oblicua (1678):
La versión que hoy se estima, es la de Daniel Barbaro, en la que las notas, advertencias
y comentarios, que se añaden, no solo ilustran, sino que promueven la doctrina del
texto.

Barbaro, el gran humanista traductor de Vitruvio, que se hace retratar por Veronese
con el De Architectura en las manos, era considerado por sus “peers”, sus colegas, un
mentor de artistas y un arquitecto por derecho propio; Francesco Sansovino le
menciona como uno de los tres mejores arquitectos de Venecia, junto con su padre,
Jacobo, y Palladio (Tavernor, 2019 p. XLVI).

A estas alturas de la investigación, podemos afirmar que para Vitruvio la mejor versión
de su De Architectura sería la de Barbaro. Si hubiésemos de buscar un paralelismo con
los apóstoles, Barbaro pasaría por el discípulo amado, disputándose el puesto con su
gran amigo Palladio. El primero se aplica los Siete Cuentos, el segundo, Palladio, se
aplica el corpus editorial, y como Vitruvio, obtiene resultados proverbiales, tanto es así,
que ha sido el único arquitecto en generar una corriente con su nombre, el
palladianismo. No sería inmerecido cerrar este texto con Palladio, el alumno más
aplicado de Vitruvio y de Barbaro, no obstante, nos decantamos por ofrecer una
última consideración a quienes han sido los protagonistas de este capítulo de viaje al
pasado.

ricchezze, più la gloria che l’utile, e biasima gli adulatori, arroganti e avari Architetti, come dai proemi
de i libri suoi si può vedere, i quali veramente si fossero un proemio solo a tutti i volumi si devono
leggere innanzi, e molto bene considerare. La Filosofia adunque ci giova alla virtù dei costumi,
similmente ci giova quanto alla parte posta nella cognizione del vero, come dice Vitruvio.

158
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

COROLARIO A PHILANDRO Y BARBARO

Je ne saurais assez louer cet interprète, Philandrier, qui est le premier, pour ne pas dire
le seul, qui a fait que l´on pouvait lire Vitruve. Il fallait un homme d´une aussi profonde
érudition, et d´une aussi grande étendue de savoir qu´était Philandrier, pour donner
quelque lumière á cet auteur. Cet éloge de François Blondel, dans ses propres «
annotations » á l´architecture française de Savot, rappelle que Philandrier a longtemps
occupé une place de premier plan parmi les « studieux d´architecture » égale á celle
de Barbaro et même supérieure puisqu´il fut le premier á écrire un commentaire érudit
de Vitruve. Aujourd´hui, la situation est bien différente. Barbaro eut la bonne idée de
publier en italien et de faire illustrer par Palladio, un commentaire qui n´a cessé d´être
lu et qu´on viens encore de rééditer ; Philandrier, au contraire, n’est connu que des
spécialistes de Vitruve ou de l´Accademia della Virtù… 137

(Avant-propos, Jean Guillaume, 2000)

Hoy, 22 años después del comentario de Jean Guillaume, los que no sabemos latín o
apenas italiano, seguimos sin poder acceder con rigor a estas fuentes de
conocimiento. Su comentario testimonia lo fundamental de la divulgación científica y
cómo una traducción puede cambiar el curso de una obra. Nos daríamos por muy
satisfechos de haber conseguido aportar material inédito y útil de ambos autores y
animamos a que sean versionados por los sabios filólogos al español.

137 No puedo alabar lo suficiente a este intérprete, que es el primero, si no el único, que hizo posible
la lectura de Vitruvio. Se necesitó un hombre de tan profunda erudición, y de una amplitud de
conocimientos tan grande como lo era Philandrier, para dar algo de luz a este autor. Este elogio de
François Blondel, en sus propias "anotaciones" a la arquitectura francesa de Savot, nos recuerda que
Philandrier ha ocupado durante mucho tiempo un lugar destacado entre los "estudiosos de la
arquitectura”, igual al de Barbaro e incluso superior, desde que fue el primero en escribir un
comentario erudito sobre Vitruvio. Hoy la situación es bastante diferente. Barbaro tuvo la buena idea
de publicar en italiano y que Palladio ilustrara un comentario que no ha dejado de leerse y que acaba
de ser reeditado; Philandrier, por el contrario, solo es conocido por los especialistas en Vitruvio o la
Accademia della Virtù…

159
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

3.4 APÓSTOLES, DISCÍPULOS Y JUDAS

Hemos comentado que las primeras anotaciones impresas al De Architectura en 1521,


por parte de Cesariano, cumplen oficialmente 500 años. Durante este tiempo, con
ritmo continuo, efervescente o templado, Vitruvio no ha cesado de ser traducido,
prologado, comentado y “tratado” siempre con exquisita instrucción.

En los apartados anteriores se ha pormenorizado el estudio de los primeros 300 años de


dichas anotaciones, siglos XVI, XVII y XVIII, siendo acompañados en la empresa por un
elenco de apóstoles –Cesariano, Philandro, Barbaro, Lázaro de Velasco, Perrault,
Galliani, Ortiz y Sanz– y de discípulos –Sulpicio, Giocondo, Jean Martin, Urrea, y
Castañeda– que traducen sin comentar, pero prologan. Sin embargo, nos queda
pendiente profundizar en el gran vitruviano del siglo XV.

ALBERTI, JUDAS O… ZOYLO138

En el capítulo “Petrarca al margen”, introdujimos a Alberti con sus honores debidos, en


este capítulo vamos a observar otra cara, su papel de Judas en nuestra historia. Alberti
fue el primero de los grandes traductores de Vitruvio, si no el mejor, pero no lo
promulgó. Y nos consta que se leyó los Cuentos, aunque se los aplicase a medias.
Henry Wotton apunta:

Those that were Grammarians seemed to have wanted Mathematician’s knowledge;


and the Mathematicians perhaps wanted Grammar: till both were sufficiently
conjoined, in Leon Batista Alberti the Florentine, whom I repute the first learned
Architect, beyond the Alpes; But he studied more indeed to make himself an Author,
then to illustrate his Master.139 (Wotton, 1624. Prefacio a The Elements of Architecture)

138 Uno de los personajes principales del Cuento de Aristófanes es Zoylo, el difamador por
antonomasia, a quien tanto Petrarca como Sagredo señalan con muy poco aprecio.

139Aquellos que eran gramáticos parecían haber querido los conocimientos de la matemática; y los
matemáticos quizás querían gramática: hasta que ambos estuvieron suficientemente unidos, en Leon
Batista Alberti el florentino, a quien considero el primer arquitecto erudito, más allá de los Alpes; Pero
estudió más para convertirse en Autor, que para ilustrar a su Maestro.

160
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Portada de una reedición de 1582 del De Re Aedificatoria de Alberti


Originalmente manuscrito en 1450 y publicado póstumamente en 1485

161
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Leon Battista Alberti era arquitecto, pintor, escultor, literato, jurista, atleta y filósofo. Y el
más entregado apóstol de Vitruvio, hasta que dejó de serlo.

El [tratado] de Alberti, concebido durante la década de 1430 y publicado


póstumamente en 1485, fue el primero de los tratados. La tarea que él mismo se fijara,
de dominar el tratado de Vitruvio y de dar una respuesta práctica y moderna a aquella
obra clásica, tuvo como resultado el más profundo de todos estos primeros tratados,
así como el más próximo en espíritu y forma a la obra original, pese a la crítica que
Alberti dedica al autor antiguo. (Wiebenson, 1988)

Hace tiempo, mucho tiempo, en el tiempo de las caligrafías, Alberti tradujo a Vitruvio.
Fue el más brillante intérprete, capturó el cuerpo y el alma del De Architectura, para
su propio fin, y por ese motivo no dejó anotaciones al público. Un traductor en la
sombra. El De Re Aedificatoria no es su tratado, sino el que sospecha habría escrito
Vitruvio de haber viajado hacia el futuro 1500 años. De Re Aedificatoria pronto quedó
anticuado, flor de pocos años. Alberti no cayó en la cuenta de que la posteridad de
Vitruvio estaba también, y sobre todo, en sus prólogos, no solo en los libros. 140

Alberti fue el primero y durante mucho tiempo el único que realmente entendió el texto
de Vitruvio; no lo editó, ni lo tradujo o comentó; apenas lo citó. Lo que hizo fue escribir
sus propios Diez Libros para sustituir a Vitruvio, para que las enseñanzas de este
pudieran utilizarse en el presente. (Thoemes, 2011 pref.)

Sí lo tradujo, pero en privado. Compartimos que cometió la descortesía de no citarlo


con el rigor debido, como fuente. Hecho imperdonable del que nos advierte el Cuento
de Aristófanes:

[Vitruvio] Pero viendo Tolomeo que el padre de los Poetas (Homero), y doctor de toda
la literatura ya muerto, era tan calumniado y sus escritos, que todo el mundo
apreciaba, censurados por Zoylo, lleno de indignación, ni aún le volvió respuesta (…)
y no saco a la luz esta obra en nombre mío siendo ajena, ni menos pienso
engrandecerme vituperando los estudios de los demás, antes estoy sumamente
agradecido a todos los escritores que con sus desvelos en tan largas edades, unos en
una facultad, y otros en otra, nos dejaron un grueso caudal de materiales.

140 Según la traducción de Ortiz y Sanz, Vitruvio menciona el término “posteridad” hasta tres veces.
Todos los Cuentos respiran ese anhelo.

162
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Tras estas palabras Vitruvio nos ofrece los cuarenta títulos que componen la Bibliografía
del De Architectura. Disfrutaremos de este acontecimiento en la lectura del capítulo II
del documento: “Las Fuentes perdidas de Vitruvio”. Alberti no sólo disponía para sí de
los Diez Libros, también de todo el caudal del que Vitruvio se había servido para
documentarlo.

En rigor, el tratado de Alberti es una contundente crítica a los diez libros de Vitruvio que
entonces circulaban manuscritos de mano en mano (ya que se imprimieron por
primera vez en Roma en 1486) a quien censura sobre todo no haber sido consciente
de la arquitectura romana contemporánea. Vitruvio ofrece unas aportaciones
arcaicas y una visión de carácter helenístico. (Rivera, 1991 pref. p. 27)

¿Tan manifiestamente criticó Alberti a Vitruvio? No es una conjetura, es el propio Alberti


quien se delata en su tratado, de otra manera habría pasado por un apóstol más, tal
vez el preferido por aventajado. No lo hace en primera vuelta. Su primer prólogo al De
Re Aedificatoria es excelente, una oda solvente al oficio. Se percibe que ha leído a
Vitruvio, aunque por supuesto no lo menciona; en algunas de sus líneas se manifiesta
tangencialmente en desacuerdo con el maestro, pero esto no es una deslealtad sino
libertad de expresión profesional. Son otros tiempos. Sin embargo, no es el único
prólogo del libro. Bien escondido, antes del libro VI, hay un segundo proemio que
contiene este fragmento: En efecto, me causaba pesar que los testimonios, tan
abundantes y tan señalados, de los escritores se hubieran perdido por la adversidad
de las circunstancias y de los hombres de tal modo que apenas teníamos como solo
superviviente de un naufragio de tal magnitud a Vitruvio, autor muy competente sin
duda ninguna, pero tan golpeado y castigado por el paso del tiempo que multitud de
pasajes faltan muchas cosas y en muchos otros echas en falta bastantes más, había
que añadir el hecho de que hubiera transmitido esos conocimientos en una lengua
nada culta: en efecto, su latín es tal que los latinos dicen que quiso parecer griego
mientras que los griegos aseguran que escribió en latín; de modo que el hecho mismo
muestra por sí solo que no fue ni latino ni griego, lo que equivale a decir que quien
escribió de un modo tal que no podemos entenderle, no escribió para nosotros.
(Alberti, 1452, De Re Aedificatoria, Pref. II) 141

141Para llegar al segundo prólogo hay que leer el De Re Aedificatoria al menos hasta el sexto libro, o
tener la fortuna de que una cita de Ortiz y Sanz ponga sobre la pista de su existencia, lo que nos
ocurrió a nosotros. “En el prólogo desarrolla una declaración de intenciones arrancando ya de una
crítica a Vitruvio…” (Nota de Ortiz y Sanz al pref. V de Vitruvio p. 29)

163
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Solo le quedó añadir: no lo leáis jamás.

Este texto de Alberti es una censura torpe, para más inri. Vitruvio deja claro en el
prólogo VII cómo le duele no poder hacer más menciones de la arquitectura romana
que de la griega, se lamenta de ello, no una, sino dos veces.142 Alberti ha tenido
acceso a los mismos prólogos que nosotros, no tiene disculpa. ¿Entenderle? Es el latín
de quince siglos atrás. ¿Habría sido entendido Alberti suelto por las calles de la Roma
de Augusto? Como Judas, se vendió a un precio muy bajo. Por sus injustas palabras le
llueven críticas merecidas a Alberti. La más feroz le llega de Ortiz y Sanz, que replica
disgustado:

Por esta razón, y otras muchas, que saben todos los literatos, debe tenerse por censura
cruel, por no decir necia, la que hace de Vitruvio Alberti (y en esto no le han faltado
imitadores) en el principio del libro 6. Con cuánto derecho hable así Alberti, es bastante
notorio; y se le debe conceder o que Vitruvio no escribió para él, o no le entendió;
pues en el continuo plagio que él hace copia hasta los errores de pluma. Procura
disfrazar el robo con citar a Platón, Aristóteles y Plinio y otros muchos, que tienen poca
autoridad en Arquitectura.

A todos nos hace hervir la sangre que Alberti entendiese a Vitruvio, lo admirase y a la
postre lo censurase. Pero no sigamos haciendo leña del árbol caído; en su descargo
nos llega este comentario: Parece que hubo una interrupción en la obra de Alberti, y
que ésta se retomó en 1447. De esta manera, el libro VI, presenta un nuevo prólogo
que advierte de una etapa anterior de abatimiento del autor. (Rivera, 1990)

Es por simpatía hacia Vitruvio por lo que ponemos en cuestión a Alberti. Lo cierto es
que sentimos admiración por su obra como artífice, como autor de tratados morales,
y respeto por su estado de ánimo atormentado.143

142 En el capítulo “Las Fuentes perdidas de Vitruvio” pueden encontrarse estas manifestaciones.

143Por un cierto destino, desde el día de mi nacimiento nada ha funcionado según mis deseos, ni
siquiera las cosas de menor importancia. Es extraño que todo termine distintamente a mis esperanzas,
en contraste con lo que yo me proponía. Si busco procurarme a mis actos serviciales, consigo
enemigos. Si con el estudio de las artes liberales persigo un poco de benevolencia, encuentro la
envidia. Sin perjudicar a nadie, busco hacer mis cosas con tranquilidad y modestia, me encuentro con
delatores, enemigos escondidos, pérfidos traidores, dispuestos a perturbar mis propósitos y mis
decisiones. En fin, cualquier cosa que emprenda, cualquier intento que haga, todo acaba

164
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

El desencanto llega de saberle lector de los Cuentos y haber ignorado los avisos
precisos incluso de utilidad para sí mismo. Las circunstancias colocan a Alberti en un
momento de la historia del De Architectura donde era imprescindible, por cortesía,
decir algo bueno de Vitruvio.144 Alberti reina, sin embargo, en los prólogos de otros
cielos, el proemio que escribe a su tratado De Pittura lo redime:

Yo creo que el poder adquirir un amplio reconocimiento en cualquier arte o ciencia


reside en nuestra dedicación y diligencia, más que en la época o en los dones de la
naturaleza. (Alberti, 1436)

El prólogo al De Pittura, es uno de los prólogos más bellos con los que nos hemos
cruzado, un canto a la amistad.145 Se diría que con el pequeño fragmento que hemos
citado, Alberti está respondiendo a las líneas finales del Cuento de Dinócrates. Un final
siempre comprometido, que ha sido anotado a lo largo de las traducciones con
bastante poca prudencia, y al que Alberti otorga una bella solución. Así dice Vitruvio:

[Vitruvio] Dinócrates, pues, favorecido de su rostro y gentil estatura, se fabricó su


fortuna; (…) porque carezco de estos auxilios, espero conseguir vuestro favor con mis
estudios y escritos.

contrariamente a mis planes. (Alberti, Corollae Intercenale ineditte, p. 34). Qué sanadora hubiese sido
para Alberti la lectura de los cuentos de Aristipo y de Dinócrates.

144 Algunos apóstoles, que vinieron después, fueron fieles a Vitruvio en sus prólogos, pero no lo
veneraron, y ninguno los escribió tan sentidos como Alberti. Vignola, por ejemplo, menciona a
Vitruvio de manera puntual en su prólogo titulado “A los Lectores” del tratado Regla de los cinco
órdenes de la Arquitectura (1562).

145 El tratado De Pittura es una pequeña obra maestra. Después de haber sido tan duros con Alberti,
hemos de romper una lanza a su favor con las palabras de Scholosser: Y así, en el texto sobre la
pintura su habilidad práctica se revela en los pequeños recursos, usados aún hoy, que recomienda
observar con los ojos entornados, para entender más pictóricamente la forma, el juicio ante el espejo.
(Scholosser, 1924 p.122)

165
I LA FILOSOFÍA MORAL DEL ARQUITECTO- SIETE PRÓLOGOS SIETE CUENTOS

Alberti no es antivitruviano y por ello hemos venido a dedicarle un espacio en este


documento. Como decíamos al inicio, Leon Battista Alberti era arquitecto, pintor,
escultor, literato, jurista, atleta y filósofo. Y el más entregado apóstol de Vitruvio, hasta
que dejó de serlo. Para quedarnos con un buen sabor, las palabras de Ingrid Rowland,
que buscan el lado más amable de este autor:

Questo lamento albertiano è stato preso a volte come critica della competenza di
Vitruvio nel mestiere di stilista letterario o di critico dell´arte, spronando l´infondata
suspicione che lo scrittore fosse in qualche modo indegno della sua sopravvivenza.
L´Alberti, però, come vedremo, intendeva qualcos´altro; non querela la sopravvivenza
di Vitruvio di per se, ma piuttosto lo stato logorato del testo disponibile nel medio
quattrocento. 146 (Rowland, 1997, p. 74)

¿Fue Alberti un Judas o solo quiso imitar, emular, ser, en definitiva, su Maestro? Con
esta metafórica cuestión dejamos abierto el capítulo a otra lectura.

146Este lamento albertiano se ha tomado en ocasiones como una crítica a la competencia de Vitruvio
en la profesión de estilista literario o crítico de arte, alentando la sospecha infundada de que el
escritor era de alguna manera indigno de su supervivencia. Alberti, sin embargo, como veremos, quiso
decir otra cosa; no critica la supervivencia de Vitruvio per se, sino el estado desgastado del texto
disponible a mediados del siglo XV.

166
TÍTULO 4

UNA LECTURA HOY: PRO-PEDÉUTICA Y PRO-LOGOS


ÍNDICE DEL TÍTULO

4 UNA LECTURA HOY: pro-pedéutica y pro-logos


4.1 El Vitruvio de los Cuentos
4.2 Filosofía natural
4.3 El Vitruvio de los libros. Yes, he is still the man.
4.4 DE ARCHITECTURA, Universalidad y Atemporalidad
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4 UNA LECTURA HOY


PRO-PEDEUTICA, PRO-LOGOS y LOGOS

En términos de ética y deontología profesional, no cuenta el siglo ni hay fecha de


caducidad. Al decir del título de este capítulo: “Una lectura hoy” nos referimos a la
que expresamente vamos a hacer nosotros y a nuestro aparato crítico. En títulos
anteriores, se han ido sucediendo nuestros comentarios sobre los Cuentos, primero en
la sinopsis previa a cada uno de ellos, después, a través de nuestros seleccionados
“maiores”, antepasados humanistas y arquitectos, en “Su lectura en el pasado”. 147

Con Petrarca, Sagredo, Fray Lorenzo, Philandro y Barbaro, hemos repasado sin querer
cinco de los siete relatos, los de contenido ejemplar más permeable; no es casualidad
que fuesen su elección los Cuentos de Dinócrates, Sócrates, Aristipo, Aristófanes y
Platón & Cía. Cada uno de los autores se implica con el contenido aleccionador que
le es más afín en el momento apropiado. 148 De eso se ha tratado desde el principio,
de desterrar el coleccionismo y la rigidez de un análisis de comentario de texto. No son
textos escritos para ser catalogados sino para dejarse llevar y ser aplicados.

Petrarca subraya que el honor nutre las artes, y condena al ignorante que se refugia
desacreditando a terceros. Sagredo enuncia que el progreso intelectual y profesional
debe arrancar con modestia por parte del estudioso, con un merecido respeto a los
escritores maestros. Fray Lorenzo es un defensor a ultranza de la formación, del
conocimiento, que nos permiten ser autosuficientes en la vida e impecables en el
oficio. Primero es el saber, luego el tener. Philandro aboga por la transparencia en los
encargos profesionales, la libre elección del arquitecto por el cliente, sin
manipulaciones.

147 Maiores, para Vitruvio, son el conjunto de hombres del pasado, griegos, o romanos, que han
dejado su sabiduría para la posteridad.

148 Fray Lorenzo se identifica con Dinócrates en el prólogo del primer tomo de su tratado y con
Aristipo en el segundo tomo veinticinco años después.

169
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Barbaro, finalmente, es nuestro cómplice en esta introducción por su resuelta


sugerencia a considerar el valor de los prólogos leídos en su conjunto y como
preparatoria antes del tratado, se deberían leer delante de todos los volúmenes y
considerar muy bien, nos dice.149 Puesto que Barbaro conoce a fondo el contendido
de cada volumen, es uno de los anotadores más deliciosos y lo hace auxiliado de la
mano amistosa de Palladio --quien además sujeta el lápiz de las ilustraciones- lo que
diga va a misa. Si apuesta por el beneficio propedéutico de los prólogos dirigido hacia
el tratado vamos a observarlo.

¿POR QUÉ PRO-PEDÉUTICA, POR QUÉ PRO-LOGOS Y LOGOS?

La propedéutica es la enseñanza preparatoria para el estudio de una disciplina. El


“pro-logos”, hablando en términos etimológicos, es el antes del “logos”, de la palabra.
El previo a la doctrina. Por primera vez en esta investigación vamos a atender al
“logos”, al contenido del tratado del Vitruvio, de sus diez libros, que van a trabajar en
equipo con el “pro-logos”.

Recordemos una de nuestras premisas: los Diez Libros de Arquitectura han alcanzado
la posteridad en virtud de sus Diez Prólogos. Y sumemos algo que, hasta ahora, no
hemos apuntado por sobreprotección a este cometido: los Diez Prólogos no habrían
sobrevivido sin sus Diez Libros. Vitruvio se cuidó mucho de tramar, los unos y los otros,
para que quedase bien atado el paquete editorial y sortease todas las inclemencias.150

Este es un porvenir simétrico al del tratado de Villard de Honnecourt. Sus ilustraciones


cobran vida con la declaración de intenciones de su brevísimo proemio, sin él son
cromos sueltos, y viceversa. Si, por lo tanto, consideramos los Siete Cuentos, no
solamente como corpus apológico en sí mismo, sino como la propedéutica previa a
gestionar el contenido tratado, se destapa una nueva función en la que no se había
reparado.

149 Y sin embargo Vitruvio, habiendo conocido en sí mismo cuánto es el ornamento de las susodichas
virtudes, y cuán fea es en cambio la mancha de los errores opuestos, demuestra en muchos lugares
de su obra estimar más la verdad que las riquezas, más la gloria que lo útil, y desaprueba a los
aduladores, arrogantes y avaros Arquitectos, como se puede ver en los proemios de sus libros, los
cuales, verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos los volúmenes
y considerar muy bien. (Barbaro, 1567)

150 En el capítulo IV, Corpus editorial, profundizaremos a este respecto.

170
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

La “Moralitas” de los prólogos, universal y atemporal, estará presente, tanto para


ejemplificar la conducta del profesional, como infiltrada en el ámbito proyectual del
“Utillitas, Firmitas y Venustas”, liberando al De Architectura del yugo de pertenecer a
un solo bando, el clásico, dentro del debate ético-estético arquitectónico.

Affirmer ainsi, dans une préface emphatique, l´importance cosmologique, vitale,


religieuse de l´eau permettait d´accuser le caractère de dignité et d´universalité du
livre VIII en même temps que de faire écho, avec un éclat particulier aux réalisations
contemporaines.151 (Callebat, 1973)

La cita de Callebat afianza nuestra proposición: la ética de los prólogos sensibiliza y


dignifica el contenido de los libros --en concreto, el autor se está refiriendo al Cuento
de Mileto , un homenaje a la bondad y mística del agua, que precede al libro octavo
del tratado, dedicado íntegramente a cómo debe gestionarla técnicamente el
arquitecto – Podemos hablar, por lo tanto, de una “moral proyectual” que trasciende
de los prólogos a los libros, para de allí saltar a la arquitectura edificada y convertirla
en edificante

EL DESCABELLADO DEBATE SIN PRÓLOGOS EN TORNO AL DE ARCHITECTURA

Introducir el contenido del tratado, el logos, impone apuntar unas líneas sobre el
debate historiográfico del que ha sido objeto el De Architectura. Los prólogos, hasta el
momento, nos habían mantenido por encima del bien y del mal, y nunca mejor dicho,
de esta cuestión. Estrenadas las primeras traducciones en el siglo XVI y hasta el final
del siglo XVIII, se producen dos polémicas.

151“Afirmar de esa manera, en un prólogo significativo, la importancia cosmológica, vital y religiosa


del agua, permitió acusar el carácter de dignidad y universalidad del libro VIII al mismo tiempo que
se hacía eco, con un brillo particular, de los logros (técnicos) contemporáneos”.

Louis Callebat comenta y traduce el contenido del libro VIII (Maneras de encontrar agua. Sus
propiedades. Conducción y Abastecimiento) para la COLLECTION DES UNIVERSITÉS DE FRANCE SÉRIE
LATINE, encargada de publicar cada libro de Vitruvio de forma independiente y que todavía está a
falta de la edición del libro V. En su introducción, Callebat, habla de la vigencia del libro VIII, su
originalidad desde el prólogo y su interés científico.

171
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

A decir verdad, una polémica, la de vitruvianos y antivitruvianos, y una corriente casi


impuesta: La Arquitectura Gótica es” la mala” y la Arquitectura Clásica es “la buena”,
y el De Architectura es la Biblia que contiene, o debería contener, los precisos
mandamientos de esta última.

En el XIX Vitruvio se invisibiliza y con ello se esfuma el primer contencioso del panorama.
La tendencia cambia de principios, la Arquitectura Gótica será “la santa” y la
Arquitectura Clásica “la pagana”, dentro de un eclecticismo que permitirá la
convivencia de ambas según el espíritu local. 152 En el siglo XX, el singular debate moral
se troca en debate social y el corsé formal desaparece del escenario ético para
ocupar otros escaparates.

(…) cada generación pudo señalar su propio coto en la historia del arte. Primero fue
el arte clásico el que demandó toda la admiración, a expensas de las demás
expresiones. La generación romántica subió el gótico al pedestal. (Kubler, 1988 p. 68)

Sirva para ilustrar que no negamos los estilos, ni la importancia del debate de estilos en
su ámbito morfológico y compositivo y que, por otro lado, somos decididamente
partidarios de indagar en la condición moral de los edificios. Simplemente rebatimos,
Vitruvio mediante, que a un periodo de ingeniería arquitectónica se le adjudique la
etiqueta de moral o amoral. La honestidad, la universalidad y la atemporalidad de
una arquitectura buena o “edificante”, se rige en parte por su condición de
“necesaria”. 153

152
El debate llegó a su fin y lo hizo con tolerancia “edificatoria”. El museo Ashmolean (1845) de
marcado estilo neoclásico y el hotel Randolph (1866) de indiscutible estilo gótico, conviven uno frente
al otro en Beaumont Street, Oxford. ambos se cimentan en el mismo terreno con veinte años de
diferencia.

153No es sencillo limitarse a frases sueltas en el comentario de estos temas que, de facto, podrían
inaugurar una nueva tesis. Un ejemplo, y tal vez no el más lucido, de lo que podría entenderse por
belleza interior constructiva es lo que ocurre dentro del muro o en un falso techo. Aunque nadie lo
vea, Dios lo ve. Que se pueda levantar la alfombra y no se haya barrido debajo.

172
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

On a souvent demandé qu’elles furent les causes morales de la grande perfection des
Arts en Grèce. A cela, il y a une réponse qui, si elle ne comprend pas toutes ces causes,
en renferme au moins un très-grand nombre. On peut, ce me semble, répondre d'un
eul mot, que la supériorité ou la perfection qu'obtinrent les Grecs en cette partie, fut
due à ce que chez eux les arts étaient nécessaires. 154 (Quatremère de Quincy, 1815)

De la necesidad hicieron virtud. Daremos cuenta más adelante de la universalidad del


De Architectura, a través de autores imbatibles a este respecto. Serán ellos quienes
coronen los Diez libros fuera de la controversia maniquea. Si para algún lector, no nos
extrañaría, todo lo anterior resultase difuso o superfluo, planteamos el interrogante:
¿Por qué tras siglos de debate arquitectónico los vicios de la profesión, vistos u ocultos,
siguen intactos? Encontramos que la respuesta tiene que ver con nuestros Siete
Cuentos, o no habríamos entrado en este jardín con laberinto.

Los Prólogos dejan claro que el Arquitecto capaz de llevar a cabo una arquitectura
con oficio y dignidad social es la sencilla pero voluntariosa combinación de un
conocimiento profundo de la materia y una conciencia ética. Como diría el caballero
Henry Wotton: Architectura non potest desiderare commendatores, quandiu erunt
nobiles viri & nobilia ingenia. 155

Somos conscientes de que nos hemos apasionado, tal vez excedido, en esta
introducción. En contrapartida se entenderán mejor los capítulos que la siguen.
Rebobinemos hasta el índice: en el Vitruvio de los Cuentos aportaremos nuestro
comentario crítico. En el Vitruvio de los libros liberaremos el “logos” del De Architectura,
con las alas de los “pro-logos”.

154 A menudo se ha preguntado cuáles fueron las causas morales de la gran perfección de las artes
en Grecia. A esto hay una respuesta que, si no incluye todas estas causas, contiene al menos un gran
número de ellas. Me parece que se puede responder con una sola palabra, que la superioridad o la
perfección que los griegos obtuvieron en esta parte se debió al hecho de que en ellos las artes eran
necesarias. Bonita explicación Ruskiniana.

155 Habiendo hombres nobles, y nobles ingenios, no necesita la Arquitectura de otra recomendación.

173
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

¿Cuál sería nuestra recomendación si fuésemos libres de hacerla? Tal vez omitir la
lectura de los epígrafes que ahora se suceden. Desde los orígenes de este documento,
hemos considerado irrelevante nuestra opinión, frente a lo que Vitruvio cuenta, lo que
cuenta textualmente, y no lo que especulativamente se dice que quiso contar. Hasta
ahora nuestra intervención personal ha sido mínima. Las sinopsis que preceden a los
Cuentos son breves esquemas y en el capítulo “Su lectura en el pasado” hemos
expuesto la conducta de autores que se habían aplicado el ejemplo. El objetivo
prioritario de esta tesis es el de divulgar los prólogos con el suficiente acierto para que
sean leídos.

174
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.1 EL VITRUVIO DE LOS CUENTOS

Si nos acompañasen las circunstancias, más literarias que científicas, este epígrafe en
torno al estudio de los Cuentos se entonaría como un diálogo con el Vitruvio de los
prólogos. Esa conversación agradable que justificamos en el título “Preliminares a su
lectura”. Para intentar aproximarnos, vamos a plantear el comentario con cierta dosis
de familiaridad.

En los prólogos de los diez libros se prodigan constantemente las bonanzas de la


cultura, del progreso científico y técnico, de las capacidades del espíritu humano. No
subsiste esa división entre el desarrollo del espíritu y el progreso material tan
frecuentemente establecida por otros pensadores y escritores antiguos, y todas las
ramas del saber son vistas desde una conexión orgánica. (Perelli, 1977)

A nuestros Cuentos les recorre una savia de información persuasiva que, pese a su
aparente heterogeneidad, plantea cuestiones concretas que benefician a la
profesión y al ciudadano. Tras introducir alguna anécdota referente a la narrativa,
profundizaremos en su lectura deontológica a través de lo que refieren sobre
“Formación”, “Responsabilidad social del arquitecto” y “Relación de respeto
arquitecto-cliente y cliente-arquitecto.”

4.1.1 SINÓNIMOS y ANTÓNIMOS, o el ANTIEJEMPLO

La contrapposizione trae le virtú dimostrate da Vitruvio e la sfrontatezza, l´adulazzione


e l´uso spregiudicato delle ricchezze per fini di corruzione da parte di altri architetti
conduce l´autore a illustrare disvalori su cui egli si era giá soffermato. 156 (Corso, 1997)

Disvalori, disvalores, que nosotros llamamos antónimos por serlo de los valores. En los
relatos se contrarrestan sustantivos opuestos: sabiduría/ignorancia, honra/deshonra,
fortuna/infortunio, justicia/injusticia. Son las medidas del sistema métrico moral que
ilustran virtudes y vicios y que Vitruvio maneja con habilidad, alternando los buenos
ejemplos y los malos ejemplos.

156 El contraste entre las virtudes demostradas por Vitruvio y la osadía, la adulación y el uso
inescrupuloso de la riqueza que deriva en la corrupción de parte de otros arquitectos lleva al autor a
ilustrar disvalores sobre los que ya se había detenido.

175
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El honor nutre las artes, el deshonor nutre las malas artes. Como en todo cuento, el
malo tiene un papel tan importante como el bueno, o más. Parece más fácil observar
que un tercero se conduce amoralmente que cuestionarse la propia moral. Siempre
hay alguien más ignorante, siempre hay alguien menos profesional, pero en términos
de honestidad, por ejemplo, se es o no se es honesto. Ejemplos a menudo enfocados
a cómo NO debe conducirse un profesional. En definitiva, anti ejemplos.

¿Acaso no se visualiza con más facilidad una arquitectura descrita como amoral que
una descrita como moral? Dicho de otra manera, cuestionar la condición ética de un
edificio es un terreno sutil, pero reconocer una arquitectura sin principios, es instintivo.
En las sinopsis que acompañan el inicio de los Cuentos, se han sucedido términos
como: nepotismo, cohecho, negligencia, corporativismo, plagio u oprobio, resultado
de bautizar las malas costumbres. Afortunadamente no todos se refieren a la conducta
del arquitecto, también a quienes a su alrededor orquestan la profesión, cargos
intermediarios del entorno laboral entre artífice y obra.

Observemos la reacción anecdótica de Galiani al buen ejemplo del sabio Aristófanes.


Dice Vitruvio: …concurría a la biblioteca todos los días un tal Aristófanes, que con el
mayor conato y diligencia iba leyendo por orden todos los libros que contenía …fiado
Aristófanes en su memoria, sacó de ciertos estantes muchísimos volúmenes, y
cotejando con ellos los versos leídos, obligó a los plagiarios a confesar. Galliani, en su
traducción, anota a pie de página: Sarà eterna ancora la memoria del nostro Antonio
Magliabechi bibliotecario del Gran Duca di Toscana, vero Aristófanes de nostri tempi,
e per la immensa lettura di libri, e per la stupenda meravigliosa memoria, con cui
riteneva fino le ultime minuzie di quanto aveva letto, e per le grandi scoperte, che
perciò facilmente faceva dei plagi, pur troppo comuni anche a nostri tempi. 157

Anche… ¿Incluso? Solemos pensar que llegará un tiempo en que todo será de color
de rosas.

157 Galliani anota al Cuento de Aristófanes: "La memoria de nuestro bibliotecario Antonio Magliabechi
del Gran Duque de Toscana, verdadero Aristófanes de nuestro tiempo, será eterna, por la inmensa
lectura de libros, y por la estupenda y maravillosa memoria, con la que conservó hasta las últimas
minucias de lo que había leído, y por los grandes descubrimientos, que, por lo tanto, fácilmente
plagiados, son lamentablemente demasiado comunes incluso en nuestro tiempo. "

176
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.1.2 LA FUERZA DE ATRACCIÓN DEL DIEZ. LOS MANDAMIENTOS

Los mandamientos no siempre fueron diez. Durante diferentes periodos de la historia se


contaron entre siete, ocho o nueve, o doce, y en ocasiones estuvieron agrupados
según contenido. Finalmente, la balanza se inclinó por la decena para facilitar su
recordatorio. Barajamos la posibilidad de extraer un decálogo doctrinal de los
Cuentos, que tras varios intentos resultó finalmente una idea artificial y poco operativa.
No difamarás (al autor/artífice), no codiciarás (los encargos ajenos), no robarás (a los
clientes), honraras a tus padres y maestros…todo esto cuentan los relatos, pero dicen
mucho más con el ejemplo.

No vamos, sin embargo, a privarnos de versionar, como único tal mandamiento, el


famoso de San Mateo: “No construyas para los demás lo que no construirías para ti y
los tuyos” o “No construyas para los demás como no construirías para ti y los tuyos”. No
es un planteamiento baladí. Aprovechamos para seguir tirando del hilo de la metáfora
religiosa hablando de pecados, conductas inapropiadas que se sancionan en los
Cuentos. Vitruvio se refiere a tres muy concretas. Dicen de su sensibilidad a la hora de
valorar lo que más le perturba.

Primera sanción: en la que penaliza la ignorancia en las obras. Los arquitectos no son
estrictamente considerados ladrones, no son corruptos, pero su ineptitud erosiona
económica y emocionalmente al cliente.

[Vitruvio] En Éfeso, cuando un arquitecto toma a su cargo una obra pública, presenta
un cálculo y tasación hecha del gasto de ella, quedando sus bienes obligados al
Magistrado hasta estar concluida (…) ¡Ojalá que esta ley estuviese también
establecida en el pueblo romano, no solo en los edificios públicos, sino también en los
privados! Así no robarían impunemente los ignorantes; sino que sólo profesarían la
Arquitectura los inteligentes: no se verían obligados los padres de familia a gastos
insoportables hasta empobrecerse. (Cuento De Éfeso)

Segunda sanción o penitencia:

[Vitruvio] …dijo ser los atenienses dignos de toda alabanza, pues mandando las leyes
comunes de toda Grecia que los hijos mantengan a sus padres, las de Atenas no lo
mandaban a todos los hijos, solo a los que fueron por sus padres instruidos en las artes.
(Cuento de Aristipo)

177
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Para Vitruvio, la mudanza de prácticamente todos los males de la vida, y el secreto de


la ética profesional, reside en una educación excelsa que empiece a adquirirse desde
la infancia. No le cabe en la cabeza que ésta se descuide, máxime cuando sus padres
le proporcionaron una excepcional formación que no se priva de agradecer: Esta
razón me tiene sumamente obligado a mis padres, que, siguiendo la ley de los
Atenienses, cuidaron de instruirme en un Arte y tal, que no puede existir sin literatura, y
sin general conocimientos de las ciencias. (Cuento de Aristipo)

No obstante, de entre todas las condenas, la que reseña con más vehemencia es la
referida a la difamación. Tercera sanción, rotunda:

[Vitruvio] Finalmente, se sabe que después (Zoylo) fue condenado a muerte, bien que
su ejecución se refiere con variedad. Pero cualquiera de estas muertes que tuviese,
fue pena bien merecida; pues parece no corresponde menos a quien critica y censura
las sentencias de los escritores, de cuya boca ya no podemos oír el sentido en que las
escribieron. (Cuento de Aristófanes)

Censurar a los grandes pensadores y escritores es censurar una vía sagrada de


conocimiento, de formación. Es boicotear la lectura. Para terminar, Vitruvio no solo
señala con sanciones materiales y físicas, también apela a los colores de la vergüenza:
[Vitruvio] Al ver yo esta inminente Arte vejada por ignorantes e inexpertos, que no
solamente no son Arquitectos, pero ni aun albañiles, no puedo menos de alabar a
aquellos padres de familia, que, guiados de su aplicación y estudio, dirigen por sí
mismos sus obras. Y prosigue: Advierto a cada paso que los indoctos prevalecen contra
los sabios en ser favorecidos. (Cuento de Aristipo)

A lo que respondemos con las mismas palabras que antes apuntó Galiani:
“lamentablemente demasiado común, incluso en nuestro tiempo”.

178
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.1.3 VITRUVIO, CIUDADANO ARQUITECTO

Vitruvio es un ciudadano cívico y romano, y un arquitecto profundamente


comprometido e implicado con la profesión, hasta poder aseverar que serlo más es
imposible, como testimonian la escritura del De Architectura y concretos párrafos de
sus Prólogos que se irán sucediendo. Que ningún otro tratado ni texto de arquitectura
de la antigüedad, anterior o posterior al suyo, haya sobrevivido, no es óbice de que
fueran obras notables. Lo cierto es que, el proyecto que concibió y acometió Vitruvio
fue único en su momento. Recopilaba todo el saber técnico y teórico habido hasta la
fecha, toda la bibliografía conocida y sumaba un manual de instrucciones
deontológicas158. Si no fue el único tratado que se libró del naufragio porque fuese
superior, estamos en cualquier caso frente a una obra sobresaliente, extraordinaria.
Integral e íntegra.

La implicación de sus textos, en los ámbitos de la responsabilidad social y el prestigio


profesional del arquitecto, es palpable y factual. Los Diez libros se escribieron con la
vocación de ser accesibles al mayor público posible, una apuesta en pro del
ciudadano de a pie como potencial cliente del arquitecto. Probablemente no
cualquiera podía enfrentarse al texto latino del tratado, pero sí todos al latín de los
prólogos y recibir su beneficio.

Dunque di fronte alla difficoltà presente per un bravo architetto di ricevere le meritate
soddisfazioni con comportamenti moralmente accettabili, il rimedio ideato da V è
sostituito dall´alternativa teorica, vale a dire dalla redazione di un trattato
sull´architettura159. (Romano/Corso 1987, pp. 182-83)

¿Cuál es el papel de los Prólogos, de los Cuentos, en este contexto? Un papel absoluto.

158 La deontología es la parte de la filosofía moral dedicada al estudio de los deberes morales. El
término surge en el siglo XIX como una nueva forma de llamar a la ética, sin embargo, conforme fue
pasando el tiempo se le tomó como la ética aplicada específicamente a la profesión.

159Por lo tanto, ante la dificultad actual que tiene un buen arquitecto de recibir las satisfacciones
merecidas bajo comportamientos moralmente aceptables, el remedio ideado por Vitruvio está
constituido por la alternativa teórica, es decir, por la redacción de un tratado de arquitectura.

179
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.1.4 BIENESTAR COMÚN, COMPARTIDO DE UNO EN UNO

Por un lado, la parcela del bienestar común de la que el arquitecto es en gran medida
responsable y por otro, la relación individual con los destinatarios, el cliente/los clientes.
Son territorios de fronteras compartidas, como inevitablemente va a sugerir nuestro
comentario, que irá picoteando en un sentido y en otro.

¿A qué clientes se refiere Vitruvio en sus Cuentos? Con insistencia a los “padres de
familia”, como alegoría del hombre de bien y de la obra privada, y accidentalmente
a gestores responsables de obras públicas, clientes indirectos, pues en definitiva la
obra pública revierte en el usuario, en el “padre de familia”.

Dice Vitruvio: Ningún padre de familia acomete en su casa ser zapatero, lavandero, ni
otros oficios aún más fáciles, sino solo se atreve a ejecutar la Arquitectura; porque
conocen que los que la profesan hoy en día no merecen realmente el nombre de
Arquitectos: y aún es esta una de las causas que me han movido a formar este cuerpo
de Arquitectura, dando sus reglas con la mayor precisión y diligencia, lisonjeándome
de que este servicio será bien acogido de todos. (Cuento de Aristipo)

Proyecta la responsabilidad social de forma gradual. Empieza por pensar en que la


arquitectura no dificulte la vida y la vivienda del padre de familia, y sumados padres
de familia satisfechos, ir conquistando un bienestar compartido. Son su lógica prioridad
y una inteligente manera de pensar que podemos importar. Es un módulo moral, de la
moral proyectual.

Miguel de Urrea así lo entiende también: “Y pues es tan útil este libro, así para el bien
común, como para las personas particulares, porque los unos no gasten sus haciendas
mal gastadas, y los otros puedan con buena conciencia recibir el precio de su trabajo,
entendiendo perfecto lo que hacen”. 160

Este modus operandi, recuerda a las líneas del primer proemio de Palladio a sus
“Cuatro Libros de Arquitectura” cuando jerarquiza las tipologías de proyecto:

160 Ver prefacio de Urrea a su traducción del De Architectura.

180
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

He creído conveniente dar principio por las casas privadas o particulares; ya porque
se debe creer que estas suministrarían conocimientos para los edificios públicos, siendo
muy verosímil que los hombres al principio viviesen en habitaciones separadas, y
viendo después la necesidad del auxilio de los otros hombres para conseguir las cosas
que pueden hacerle feliz en la tierra deseasen y amasen naturalmente la compañía
de aquellos; por lo cual de muchas casas unidas nacieron aldeas, y muchas aldeas
juntas vinieron a formar las ciudades, y en ellas los lugares y edificios públicos; ya
también porque de todas las partes de la arquitectura ninguna es más precisa que
esta para los hombres, ni tampoco de más uso. (Palladio, 1556 pref. p.2)

De nuevo el módulo moral. El bienestar de una sociedad empieza en la morada. La


responsabilidad social del arquitecto se traduce pues en proporcionar primero la
felicidad al hogar. Vitruvio nos permite presumir que ningún arquitecto formado,
experto y honesto, puede edificar mala arquitectura. La ecuación, conocimiento
profesional más ética, garantiza la alegría común del consumidor y del artífice, que
con razón manifiesta Alberti en su proemio:

Si ante nosotros aparece una obra perfecta y bien acabada ¿quién no la contemplará
con sumo placer y alegría? Y para qué hablar de los muchos ciudadanos, tanto de la
patria como de fuera, a los que la arquitectura no solo ha ayudado y deleitado sino
también ha reportado gloria. ¿Quién no se vanagloria de haber edificado algo? Nos
sentimos orgullosos de la casa en la que vivimos si ha sido construida con más atención
de lo habitual. Los buenos ciudadanos, si has construido un muro o un pórtico con
mucha elegancia, si has adornado sus puertas columnas o tejado, lo aprobarán y se
alegrarán, porque entenderán que con el fruto de tus riquezas has contribuido a tu
honor y su dignidad, a la de su familia a la de sus descendientes y a la de toda la
ciudad”. 161 (Alberti, 1452, pref. I al De Re Aedificatoria)

De nuevo la moral proyectual. Belleza interior y exterior, arquitectura de interiores y


exteriores. Hay personas felices con sus casas, con la acogedora plaza de su pueblo,
con el bien resuelto centro de salud de su barrio, con la línea del cielo de su ciudad
según incide el sol en las fachadas cuando sale, o se pone.

161 Sobre esta versión de Alberti traducida por Javier Rivera, hemos dado en alterar dos pronombres
del texto subrayado, por considerar que se corresponden mejor con la versión original latina.

181
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

En general, y esto es una opinión desde la más profunda intuición, y que por lo tanto
no podremos justificar, cuando en arquitectura se troca el intangible término belleza
por el de felicidad o amabilidad, se despeja el horizonte proyectual. Volviendo a
Vitruvio: comprometerse con un solo cliente, futuro usuario de obra privada o pública,
hasta sus últimas consecuencias, es comprometerse con toda la colectividad.

4.1.5 CIUDADANO ARQUITECTO Y CIUDADANO CLIENTE

En cierta ocasión, un estudiante consultó a Henry Hobson Richardson: Maestro, ¿qué


es lo primero para un arquitecto? –Un primer cliente. –Y.… ¿lo segundo más
importante? –Un segundo cliente.

Un edificio es siempre el resultado de un arquitecto y un cliente. Dice Vitruvio en el


Cuento de Aristipo: Los Arquitectos mismos no admitían otros discípulos que a sus hijos
y allegados formándolos hombres de bien. Sobre este mismo prólogo recalca el agudo
Soubiran : Outre cette soif d'apprendre, Vitruve ne revendique pour lui que son
intégrité. Autrefois, nous dit-il, c'était la fin dernière de la formation professionnelle : viros
bonos institueban. 162 (Soubiran, 1962 p. 164)

Formar en el oficio, obrando a la manera que conoceríamos durante la Edad Media.163


Como ocurre con el concepto de “moral”, el de un “hombre de bien”, qué indefinido,
inalcanzable y en desuso puede sonar y, sin embargo, esto no ocurre cuando nos
referimos al del “buen ciudadano” u “hombre cívico”.

“La importancia que se concede al valor del civismo representa una recuperación de
la ética de las virtudes, tal y como la concibió Aristóteles, para quien las virtudes eran
el eje de la ética y también de la política. Ser una buena persona en el siglo IV a. C.
significaba ser un buen ciudadano”, dice Victoria Camps, Catedrática de Ética de la
Universidad Autónoma de Barcelona.164

162 Además de sed de aprendizaje, Vitruvio reclama, para él, solo su integridad. Nos cuenta, que el
último fin de la formación profesional era: viros bonos instituebant (formar hombres de bien)

163Hemos reivindicado, en varias ocasiones, el valor perenne del texto de los prólogos, asimilable a
cualquier época por encima de periodos arquitectónicas o históricos.
164 No podemos adjuntar la bibliografía correspondiente a esta cita. Sumamos a sus palabras, como
pensamiento adicional, una clasificación que nos llamó la atención en la visita al museo de Cosmo
Caixa en Barcelona: “la materia se divide en inerte, viva y civilizada”

182
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Todos somos potencialmente clientes y algunos además arquitectos. Y como


ciudadanos sin título, los arquitectos asistimos como clientes secundarios a los daños o
beneficios colaterales de las producciones de nuestros colegas. En definitiva, se
impone crear ciudadanía civilizada. Podemos concluir que la responsabilidad social lo
es del arquitecto y del cliente, y que ambos han de practicar su deontología. Entonces,
¿por qué Vitruvio arremete siempre contra la profesión y nunca contra el cliente?

Primero porque tiene idealizado a ese cliente, el padre o maestro, que son de la misma
raza intachable. Dice así Vitruvio en el Cuento de Aristipo: Por lo cual, habiendo con el
cuidado de mis padres, y preceptos de mis maestros, adquirido algún adelantamiento
en las ciencias, deleitándome en cosas de erudición e ingenio, y en la lectura de los
libros, vine a granjear en mi ánimo unos bienes, cuya condición es verme para siempre
libre de necesidad; siendo la mayor riqueza no desear cosa alguna.

Se siente en la obligación de devolverles todo el bien que estos le han proporcionado


y evitarles, inmerecidamente, ser presa de la ignorancia del falso arquitecto. Preserva
al cliente particular porque parte de la base de que es un ciudadano cívico. Y porque,
en definitiva, como apuntamos, el arquitecto también es susceptible de ser cliente y
padre de familia. Tomémoslo como alegoría. Ciertas tipologías caen en desgracia por
la falta de civismo. Se proyecta según los niveles de civilización de una sociedad. Se
proyecta desde la ética o desde su ausencia.

En segundo lugar, se ceba con el arquitecto porque desea devolverle el prestigio a la


profesión, provocando al profesional con sus embates. No hay mejor revulsivo que
verse mal parado. Más exige Vitruvio, más eleva el oficio. No es un mal remedio que
espabile nuestras conciencias. Dice Barbaro que no hay mejor dinero invertido que en
un buen arquitecto, y esta sería la gran lección entre líneas.

4.1.6 FORMACIÓN. ¿CONOCIMIENTO o SABIDURÍA?

Cuantas veces no habremos mencionado ya el Cuento de Aristipo y el papel del


filósofo como gran educador: Un ateniense le rogó a Aristipo que completara la
educación de su hijo. Aristipo pidió por ello mil dracmas. Pero, respondió el padre, ¡yo
tendría un esclavo por tal suma! Tendrías dos, prosiguió el filósofo, tu hijo primero, luego
el esclavo que colocarías con él. Esta anécdota no pertenece a los Cuentos, pero
viene a reforzar las referidas.

183
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

La sabiduría es el conocimiento profundo que se adquiere a través del estudio o de la


experiencia. ¿Por qué limitar al profesional arquitecto al conocimiento y no al
conocimiento profundo? ¿Le pediríamos a un médico conocimiento, o sabiduría?
Vitruvio espera del arquitecto que sea sabio y para ello aboga por tres niveles de
educación: la recibida en la infancia, la profesional del oficio y la autodidacta. En nota
al pie algunos fragmentos de diferentes Cuentos que así lo ilustran. 165

Vitruvio no solo hace enorme a la educación, transmite que el auténtico conocimiento


es fuente de felicidad. La sabiduría nos redime del azar y de los vaivenes de la fortuna.
El dinero va y viene, la formación siempre queda.

165

(…) entre los hombres solo el sabio no es forastero en tierras extrañas, ni falto de amigos, aunque
carezca de familiares y parientes; sino que es ciudadano de todas las ciudades, y puede sin temor
sufrir los mayores embates de la fortuna. (Cuento de Aristipo)

(…) la doctrina de Pitágoras, Demócrito, Platón, Aristóteles, y demás sabios, observada


continuamente con aplicación industriosa, produce actualmente, no solo a sus conciudadanos, sino
a todo el mundo, recientes y exquisitos frutos. Y los que desde sus primeros años adquieren la gran
abundancia de sus preceptos, poseen lo mejor de la sabiduría, y siembran en las ciudades la suavidad
de costumbres, los justos derechos y leyes, sin lo cual ninguna ciudad puede conservarse.
(Cuento de Platón y Cía)

Esta razón me tiene sumamente obligado a mis padres, que, siguiendo la ley de los Atenienses,
cuidaron de instruirme en un Arte y tal, que no puede existir sin literatura, y sin general conocimientos
de las ciencias. Por lo cual, habiendo con el cuidado de mis padres, y preceptos de mis maestros
adquirido algún adelantamiento en las ciencias, deleitándome en cosas de erudición e ingenio, y en
la lectura de los libros, vine a granjear en mi ánimo unos bienes, cuya condición es verme para siempre
libre de necesidad. (Cuento Aristipo)

Porque las cosas grandes y necesarias no se dejan a ella (la fortuna), sino al ingenio y estudio.
(Cuento de Aristipo)

Los escritores no perfeccionan sólo sus entendimientos, sino también los de todos los hombres.
(Cuento de Platón y Cía)

(…) que procurasen adquirir para sus hijos tales bienes y haberes, que en los naufragios saliesen
nadando con el dueño; pues aquellos son los verdaderos salvaguardias de la vida, que no los puede
aniquilar un contraste de fortuna. Cuento de Aristipo.

(…) todos los bienes que la fortuna da, con la mayor facilidad los quita; pero la ciencia, como dote
del alma, nunca se pierde, antes permanece estable mientras dura la vida. (Cuento de Aristipo)

184
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

¿Cuál sería el remedio para sortear, o discernir, la ignorancia y la impericia


profesionales? ¿El remedio socrático que nos relata el Cuento de Sócrates de la
ventana en el pecho? 166 Evidentemente no sería la solución, ni sería la deseable, como
Lázaro de Velasco destaca, en el siglo XVI, con su habitual lucidez: Con ser ocultos ay
poca paz si se biesen a la clara a cada paso andaríamos lança en puño toda la vida
sería batalla y nunca andaríamos sino los ojos puestos en el pecho del otro
curiosamente. 167 A lo que nosotros añadimos que no existirían ni las novelas de
caballería ni las de amor con esa ventana indiscreta. La receta, la enmienda de
Vitruvio, es refugiarse en el trabajo bien hecho: Advierto a cada paso que los indoctos
prevalecen contra los sabios en ser favorecidos, juzgo conveniente no porfiar con tales
ignorantes ambiciosos, sino hacer patentes mis estudios con la publicación de estos
escritos.

Lo que Soubiran corrobora : Ses parents et ses maîtres lui ont permis d'accéder à ces
vastes domaines, mais il n'en revendique pas la possession : il sait bien qu'il n'est pas un
grand philosophe, pas un orateur éloquent, même pas un bon écrivain : il se contente
d'y aspirer, mais il n'a cessé d'y travailler. 168

No está de más insistir, no olvidemos que, desafortunadamente, también se puede


educar en la ignorancia.

166Sócrates era el más sabio de los hombres. Cuéntese de él que docta y agudamente decía, que los
hombres debían tener una ventana abierta en el pecho, para que nada tuviesen oculto y estuviese
patente a todos. (Cuento de Sócrates)

¡Ojalá que la naturaleza, siguiendo los deseos de Sócrates, hubiera formado patentes y descubiertos
los pechos humanos! Porque si así fuese, no solo tuviéramos a la vista sus virtudes y vicios, sino
también, sujetas las ciencias al examen ajeno, ni serían estimadas por juicios inciertos, ni los hombres
verdaderamente sabios carecerían del honor perpetuamente debido. (Cuento de Sócrates)

167 Lázaro de Velasco hubiese merecido constar antes por su voluntariosa y regia traducción, donde
comenta cada uno de los Diez Prólogo individualmente (salvo el IV). La gran labor de los editores,
Pizarro y Mogollón, ha facilitado su conocimiento compilando las introducciones a los prólogos, y las
notas al margen de estos.

168Sus padres y sus maestros le dieron acceso a estas vastas propiedades, pero él no reclama posesión
de ellas: sabe muy bien que no es un gran filósofo, ni un elocuente orador, ni siquiera un buen escritor.
aspirar a ello, pero no ha dejado de trabajar en ello. (Soubiran, 1962 p.163)

185
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.1.7 VITRUVIO Y SU ENTRAÑABLE SENTIDO DE LA JUSTICIA

[Vitruvio] Los artífices, aunque prometan habilidad, si no son ricos, o de escuela


acreditada; si carecen de favor y patrocinio; y finalmente si están faltos de facundia y
elocuencia forense, nunca llegarán a conseguir la autoridad y crédito que a sus
estudios corresponde. (…) Pero otros, nada inferiores en ingenio, estudio y habilidad,
trabajando sus obras, bien que, de tanto mérito, para personas de poco poder y
fortuna ordinaria, no pudieron adquirir fama alguna. Pero no fue ciertamente por falta
de ciencia, sino de fortuna. (Cuento de Sócrates)

Un asunto anecdótico, pero no menor, que se disfruta especialmente en varios


momentos de la conversación con Vitruvio, es el de cómo aprovecha sus textos para
hacer justicia y compensar a aquellos a quienes las circunstancias no han sido
favorables, a pesar de ser grandes profesionales. Con su honestidad característica, un
Vitruvio sensibilizado con las causas perdidas recuerda a todos los no afamados, y para
recoger su loable empeño vamos a citarlos también nosotros aquí: (…) como Helas
Ateniense, Chion Corintio, Miagro Foceo, Farax Efesino, Bedas Bizantino y otros muchos.
Lo mismo sucedió a los pintores, Aristomenes, Tasio, Policles Atramiteno, Nicomaco y
otros, a quienes no faltó talento, aplicación al arte y sutileza, sino que la pobreza, la
poca fortuna o las ambiciosas mañas de sus émulos se opusieron a la celebridad de
su nombre.

4.1.8 POSTERIDAD O EL TIEMPO LE APLICA EL CUENTO

A pesar de ser el causante de polémicos debates, Vitruvio es la calma dentro del ojo
del huracán. Poco podía predecir la supervivencia y posteridad de su tratado, aunque
la anhelase, y lo que ocurrió con su obra escapa a cualquier quiniela. El De
Architectura tiene un aura de fascinante ficción que los Diez Prólogos han sustentado.
Como apuntábamos en la introducción a este título, el comentario crítico de los
Cuentos está en buena medida sujeto a la percepción personal. Hemos priorizado
nuestros digests, lo que para nosotros es más sustancial y cómplice con la profesión.169
Líneas futuras quedan abiertas a sucesivas lecturas, a la lectura íntima de cada lector.
Es la grandeza de Vitruvio y del universo de su literatura.

169 Selección corta y condensada.

186
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2 FILOSOFIA NATURAL


TRES CUENTOS: DINÓCRATES, ARISTIPO Y DE MILETO

Una parte de la Filosofía natural es llamada historia natural, y la otra, ciencia natural.
La historia es la simple narración de los eventos de la naturaleza. El ejemplo se puede
tomar fácilmente de los escritos de Plinio, porque él narra con sencillez todo aquello
que se encuentra en las cosas hechas por la naturaleza, comenzando por el mundo y
por sus partes principales, como son el cielo y los elementos. (…) La ciencia natural es
conocimiento de las causas y de los principios de todas las cosas antedichas, de la
cual trata el buen Aristóteles con orden y con doctrina admirable. Tanto la filosofía
natural como la ciencia natural es útil al Arquitecto. Vitruvio tuvo una y otra cuando le
hacía falta. (Barbaro, 1556, p. 30)

Con el propósito de ilustrar este título se han seleccionado tres de los Siete Cuentos
que aluden a la relación del hombre con la naturaleza: Dinócrates, Aristipo y De Mileto.
Nos animarán a reflexionar sobre el respeto al entorno “según qué grado de civismo”
y la mística de los recursos naturales. Vitruvio no dispuso, ni en sus libros ni en sus
prólogos, ninguna teoría medioambiental, porque no era necesario, aunque sí puso en
valor la Filosofía natural. No pretendemos buscar claves ni encontrar una declaración
de intenciones de lo que no fue su preocupación, o competencia, solo dejarnos llevar
a los tiempos donde la ecología no era una urgencia.

Abordaremos un análisis cuento a cuento; en cada uno de los tres se manifiesta una
aproximación diferente al territorio y sus recursos. Se inauguran con palabras de
Vitruvio permitiendo refrescar parcialmente los relatos.

187
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Ilustración del proyecto de Dinócrates en el monte Athos. Fisher von Erlarch


Entwurf, Einer Hiistorischen Architektur. Viena, 1721

Plano de Alejandría en tiempos de Ptolomeo

188
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2.1 CUENTO DE DINÓCRATES. EL SENTIDO COMÚN DE UN GESTOR

[Vitruvio] Agradóse Alejandro de la idea, y al punto preguntó si había por allí campos
que pudiesen proveer de grano a la ciudad. Sabido que no los había, y que debía
venir todo de transporte, le dijo: “Bien veo, Dinócrates, lo noble de tu pensamiento, y
me place en extremo; pero también considero que quien en tal sitio estableciese una
colonia, haría muy poco honor a su juicio: porque así como nacido un infante, sin la
leche de la nutriz no puede mantenerse, ni caminar por grados a la edad adulta; del
modo mismo una ciudad sin los campos, y la abundancia de sus frutos, no puede
tomar aumento, ser frecuentada de naciones, ni aún mantener sus habitantes. Por lo
cual, cuanto conozco digno de mérito el modelo, tanto juzgo impropio el sitio; sin
embargo, quiero quedes en mi compañía, para aprovecharme de tu ingenio en otra
parte”. Desde entonces siguió Dinócrates al Rey, y le acompañó hasta Egipto, donde
advirtiendo Alejandro un paraje por naturaleza seguro para un puerto de mar, gran
proporción para el comercio, campos fecundísimos de grano por todo el Egipto, y las
grandes comodidades del caudaloso Nilo, le mandó edificar una ciudad, que en su
nombre la llamó Alejandría.

Cuando Dinócrates plantea a Alejandro Magno un proyecto de ciudad formalmente


impactante y megalómano, donde la figura del Rey de Macedonia es su absoluta
protagonista, no nos habría extrañado, ni siquiera escandalizado, que lo hubiese
aprobado sin dudarlo en su condición de semidios –más aún en un tiempo, el de las
siete maravillas, en que desatada la Hybris se construían obras de gran escala y
magnificencia. 170 La sorpresa, a todos los efectos, es que Alejandro decline la oferta
al tener noticia de la imposibilidad de crear campos de cultivo con el coste añadido
para el abastecimiento de sus habitantes.

Por su buen juicio, pasa a convertirse en un ejemplo por antonomasia de gobernante


con responsabilidad social y preocupación por el bienestar común más allá de la
vanidad personal.

170Alejandro Magno tenía sus veleidades. Cuando, en 334 a. C., el propio Alejandro Magno tomó
Éfeso en su lucha contra los persas para avanzar hacia Oriente, se ofreció a costear las obras del
Templo de Artemisa a cambio de una dedicatoria. Los efesios declinaron astutamente su ayuda
aduciendo que no era apropiado que un dios le erigiera un templo a otra divinidad.

189
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Teniendo además en cuenta que bien hubiese podido aceptar un diseño parcial del
proyecto de Dinócrates, permitiendo que se labrara su rostro en el monte Athos, como
los de Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln en el monte Rushmore.171 Las
generaciones futuras tal vez se perdieron una ciudad asombrosa, que a colación de
las palabras de Alejandro habría limitado y empobrecido a sus habitantes. En
correspondencia, Dinócrates edificó años más tarde la mítica ciudad de Alejandría
dotando a esta historia de un final más que feliz.

Consequently, the purpose of the Dinócrates anecdote seems to serve as a subtle


warning to Augustus against being impressed by amazing but shallow and unfeasible
projects when it comes technical matters where only genuine competence counts. 172.
(Fögen, 2018 p. 31)

Si fue una sutil advertencia a Augusto, como apunta Fögen, que sirva hoy para los
líderes o gestores, no exclusivamente en cuestiones urbanísticas sino en todas las de
implicación cívica. El buen ejemplo cunde, un ciudadano responsable es respetuoso
y su participación sostenible por naturaleza.

Inoltre, il bisogno di fissare i momenti salienti dell´impadronirsi da parte dell´uomo delle


risorse naturali costituisce un necessario corollario della concezione predetta
dell´architettura come piena acquisizione da parte dell´uomo di materiali e forme già
presenti in natura. 173 (Corso, 1997 p.109).

171 Sobre la inevitable fascinación que ha ejercido a lo largo de los siglos el proyecto megalómano
de Dinócrates, ver artículo “Leyenda y mito de la concepción megalomaníaca de la arquitectura”.
Werner Oechslin (1986), Revista arquitectura COAM, nº 262, pp. 26-40.

Al respecto de la iconografía surgida por el outfit con el que se presenta Dinócrates ante Alejandro,
comenta Delfín Rodriguez: A partir de esa narración son frecuentes, y no solo en contextos
vitruvianos, las representaciones de arquitectos en el momento de hacer entrega de los planos o de
la maqueta de un proyecto a monarcas, pontífices y mecenas. (…) Por otro lado, como ha demostrado
W. Oechslin, son también numerosas las imágenes que han intentado restituir el proyecto de
Dinócrates, desde Francesco Di Giorgio o Fischer Von Erlach a la actualidad. Pref Rodriguez D. 1997

172En consecuencia, el propósito de la anécdota de Dinócrates parece servir como una advertencia
sutil a Augusto para que no se deje impresionar por proyectos asombrosos, pero superficiales e
inviables, cuando se trata de asuntos técnicos donde solo cuenta la competencia genuina.

173Además, la necesidad de fijar los momentos sobresalientes de la toma de los recursos naturales
por parte del hombre constituye un corolario necesario de la concepción antes mencionada de la

190
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

También es digna de mención esta observación de Corso. El arquitecto debería tener


presente el momento en que interviene sobre los recursos naturales, aunque lo haga
íntimamente, por una cuestión de cortesía. Toda amabilidad cuenta para el proyecto.
Dice Cicerón:

Gozamos de los productos de llanuras y montañas, tenemos ríos y lagos, sembramos


cereal, plantamos árboles, fertilizamos el suelo mediante los riegos, limitamos los ríos y
enderezamos o desviamos su curso. Finalmente, por medio de nuestras manos
tratamos, por decirlo así, de crear un segundo mundo dentro del mundo de la
naturaleza. (Cicerón, De natura deorum II, p. 60)

El maestro de la retórica, con su bella prosa, proyecta una imagen que merecería ser
dibujada. El segundo mundo (lo construido) ha de convivir de la mano del primero (la
naturaleza). Algunos emplazamientos urbanísticos, que observamos estupefactos, se
hubieran localizado, con el mismo o mejor resultado, consultando al oráculo de Delfos
sacrificando una perdiz y un pollo. El Cuento de Dinócrates tiene la virtud de despistar.
Fray Lorenzo supo ver su genuino valor. Supo apreciar que la tensión de fuerzas de este
relato estaba entre Alejandro y Dinócrates, entre cliente y arquitecto, y no entre
Dinócrates y Vitruvio. Alejandro Magno, qué gran cliente.

arquitectura, como la adquisición plena por parte del hombre de materiales y formas ya presentes en
la naturaleza.

191
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Naufragio de Aristipo en Rodas, grabado de David Gregory, 1703

192
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2.2 ARISTIPO “HUELLAS EN LA PLAYA DE RODAS”


GRADOS DE CIVILIZACION

[Vitruvio] Aristipo, filósofo socrático, arrojado por una borrasca a las playas de Rodas,
advirtiendo algunas figuras geométricas, cuentan que exclamó a sus compañeros en
esta forma: “Animo, amigos míos, nada temáis pues aquí descubro huellas de
hombres.”

Para valorar este título nos bastan las primeras líneas del Cuento de Aristipo. Es un
fragmento evocador, y aunque no nos aboque necesariamente a una reflexión sobre
la moral ecológica, merece su lugar en este capítulo. Nos inspira, y ha inspirado uno
de los libros más emblemáticos del siglo XX sobre el impacto del hombre en la tierra.
Pongamos en antecedentes: “El título del libro de Glacken, en principio un tanto
enigmático, Huellas en la playa de Rodas, se refiere a una anécdota clásica tomada
de Vitruvio, según la cual, un náufrago en la playa de Rodas al observar unas figuras
geométricas en la arena gritó: ¡enhorabuena! porque veo huellas de hombre. Ahí está
el leitmotiv de las más de 700 páginas redactadas por Glacken: la presencia del
hombre sobre la tierra”. 174

Clarence Glacken (1909-1989) es, en palabras de Horacio Capel, un historiador de las


ideas preocupado por la naturaleza terrestre, que escribe esta obra magistral a lo largo
de casi dos décadas de trabajo, inmensa erudición y paciente investigación,
proporcionando una excelente base de reflexión histórica y teórica para todos
aquellos interesados en la conservación del medio ambiente.

El libro se publica en la década de los sesenta, momento en que, repartidos por la


geografía y sin relación académica, empiezan a emitirse destellos exponenciales
sobre el estudio de los Prólogos de Vitruvio (Soubiran, Ciapponi, Glacken, Callebat). A
pesar de ser una obra de culto, su repercusión real, a la vista de la situación presente,
ha sido infecunda. No hemos sido capaces de ocuparnos de huellas más fáciles y
ahora nos toca gestionar unas nuevas, formidablemente caras, de carbono.

174 Desconocemos la autoría de esta reseña, que fue la que nos condujo al estudio del libro de Glacken
y del prólogo de Horacio Capel que acompaña su primera edición en español de 1996.

193
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Le figure geometriche, nella fattispecie, parrebbero avere un contenuto simbolico, in


quanto la geometria era ritenuta una branca particolarmente utile ed elevata tra gli
ambiti delle cognizioni umane, di emanazione divina; pertanto le figure geometri che
dovevano essere ritenute non solo “tracce di uomini”, bensì tracce della componente
migliore, più coltivata e nobile, di una comunità ellenica. 175 (Corso 1997, p. 861)

Hoy es simbólico naufragar en ese mismo Mediterráneo y encontrar una colección


caleidoscópica de bolsas multicolores de patatas fritas y latas brillantes de cerveza.
“La geometría es el lenguaje del hombre" dice Le Corbusier en las primeras páginas
del capítulo II de Vers une architecture (1923). Nos conformamos con poco, no
pedimos encontrar un teorema en la arena, un simple monigote nos llenaría de alegría.
El grado de civismo y civilización se lee en las líneas de la mano del entorno.

Clarence terminó agotado de su obra. Su esfuerzo investigador le pasó toda la factura


a su ánimo y ninguno al nuestro. Como sería del gusto de Vitruvio, recomendamos a
“los padres de familia” que les cuenten el cuento a sus hijos, o al menos se pregunten
sobre la primera línea en las conversaciones de sobremesa. Ánimo, amigos míos, nada
temáis pues aquí descubro huellas de hombres. 176

175Las figuras geométricas, en este caso, parecerían tener un contenido simbólico, ya que la
geometría era considerada una rama particularmente útil y elevada entre los campos del
conocimiento humano, de la emanación divina; de ahí las figuras geométricas que debían ser
consideradas no sólo "huellas de hombres", sino huellas del mejor, más culto y noble componente
de una comunidad helénica.

176 Las leyendas, evidentemente, no son atribuibles a Vitruvio, como precisamente apunta Novara al
respecto de la famosa frase en su artículo “Les raisons d´écrire de Vitruve ou la revanche de
l´architecte”, (1983, p. 294) : Il se trouve que Cicéron avait, en l´attribuant non sans hésitation á Platon
cité le mot, juste après avoir affirmé que “seuls sont des hommes ceux qui ont embelli leur esprit,
grâce aux disciplines qui sont le privilège de l´humanité”.

194
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2.3 CUENTO DE MILETO


LA MÍSTICA DE LOS RECURSOS Y SU GRATUIDAD

[Vitruvio] Por tanto, pues la providencia divina no hizo caras ni difíciles las cosas
necesarias al hombre, como hizo con las margaritas, oro, plata y otras cosas de que
no necesita el cuerpo y la naturaleza; antes derramó con abundancia en todas partes
aquellas sin las cuales no puede vivir el hombre. 177

No pueden vivir ni el hombre ni el gallo. Mucho antes de Vitruvio, de Platón y de


Sócrates, Esopo lo tuvo muy claro y lo contó en su fábula “El gallo y la margarita”. A
tenor de las palabras de Vitruvio, entonces no éramos unos expulsados del Edén. Dos
mil años después estamos muy cerca de serlo, unos más que otros.

177 Gros y Choisy traducen “margaritas” como “perlas”, Barbaro como “piedras preciosas”.

195
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El Cuento De Mileto, es un homenaje al agua, comienza y termina hablando de ella.


De su magia y sus bendiciones. Nos hacemos eco de las palabras del maestro Callebat
sobre este hecho: Affirmer ainsi, dans une préface emphatique, l´importance
cosmologique, vitale, religieuse de l´eau permettait d´accuser le caractère de dignité
et d´universalité du livre VIII. 178

Como apunta Elisa Romano (ver Corso), este cuento tiene un tratamiento doxográfico.
La primera parte del relato nos ofrece una disertación sobre los cuatro principios: agua,
aire, fuego y tierra. 179 No todos los filósofos y sabios han estado siempre de acuerdo en
el orden de su importancia ni en su número. 180 Principios, de los que aceptamos con
naturalidad estar desposeídos, a pesar de que antaño se celebraba su gratuidad. La
cuestión de la gratuidad ha pasado a ser la de disponibilidad.

¿Se contaría ahora el plástico entre esos cuatro elementos? Tal vez no como
“principio” sino como final. Un magnífico traductor de Vitruvio del siglo XVI, Lázaro de
Velasco, que atesora comentarios agudos sobre la mayoría de los Cuentos, anota
sobre este relato una frase ramplona sin más: “Si los cuerpos no tienen bastante
respiración no pueden vivir”. Hoy respirar aire limpio es formidablemente caro, hacer
fuego está prohibido, la tierra cada vez nos pertenece menos, hasta la que está sin
vallar, y el agua… Vitruvio nos enseña a agradecer sus cualidades y reconducirla.

178Afirmar así, en un prefacio enfático, la importancia cosmológica, vital, religiosa del agua permitió
revelar el carácter de dignidad y universalidad del libro VIII. Habíamos hecho uso de esta cita
anteriormente, que consideramos volver a volcar por su singularidad y lo apropiado de su referencia
en este contexto.

179 La doxografía es una rama de la literatura que comprende aquellas obras dedicadas a recoger los
puntos de vista de filósofos y científicos del pasado sobre filosofía, ciencia y otras materias.

180 Desde que perdí a Dios no he hecho otra cosa que buscar una nueva verdad. Al empezar, estaba
de acuerdo con aquel filósofo que dijo que el principio de todo fue el agua. Sí, efectivamente, el
principio de todo, de la tierra y de todo, no pudo ser otro elemento más que el agua. Pero luego,
otro filósofo dijo que el principio de todo fue el fuego, y a mí, efectivamente, me pareció que sí,
efectivamente, si lo piensas bien, el principio de todo tuvo que ser el fuego. Pero otro filósofo más
dijo que el principio del todo fueron el agua y el fuego juntos, y también me pareció muy acertada la
observación. Luego llegó un filósofo que dijo que todo fluye, Heráclito, que dijo también que no te
puedes bañar dos veces en el mismo río porque, efectivamente, todo fluye. (Mazzetti, 2017)

196
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

En el siglo XXI dedicaría páginas a enseñarnos a no malgastarla y así rezan las últimas
líneas de su Cuento: Siendo, pues, sentencia de Físicos, de Filósofos, y de sacerdotes,
que todas las cosas se componen del agua, juzgué finalmente el de conocer su
bondad: siendo como es tan necesaria para la vida, usos y recreos.

¿Será que la mejor cualidad del arquitecto sea ser visionario o saber mirar dentro de
las cosas? 181 Echamos de menos a Vitruvio, echamos de menos el prólogo que habría
escrito hoy.

181(…) y soy tan amiga de este elemento (el agua) que le he mirado con más advertencia que otras
cosas; que en todas las que creó el gran Dios tan sabio, debe haber hartos secretos, de que nos
podemos aprovechar, y así lo hacen los que entienden. Aunque creo que en cada cosita que Dios crio
hay más de lo que se entiende. (Teresa de Jesús, Las Moradas, 1577)

197
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.3 EL VITRUVIO DE LOS LIBROS


YES, HE IS STILL THE MAN

Bajo el prometedor título, Is Vitruvius still The Man?, la filóloga clásica y doctora en arte
Ingrid Rowland impartió en el año 2018 una conferencia en el Georgia Institute
Technology de Atlanta. Nos sumamos a la conclusión de la charla: “Yes, he is, indeed,
still the man!”.

Admiramos y agradecemos la bibliografía magistral de Rowland, de la que hemos


dado buena cuenta a lo largo del documento, pero no compartimos por completo el
recorrido argumental de su charla. A lo largo de una serie de imágenes muestra
arquitecturas, algunas actuales, presuntamente debidas a Vitruvio y su texto, desde su
aspecto morfológico. Nos llama la atención que una traductora del De Architectura
del siglo XXI todavía vincule la importancia de Vitruvio a parámetros formales
específicos. El texto de Vitruvio habla de “órdenes” por un motivo coyuntural, como lo
es su mirada a Grecia.

Vitruvio construyó un tratado útil, firme, bello y moral. 182 Parece hora de desligar al De
Architectura de una gramática y permitir que circule su contenido imparcial. No es un
manual de arquitectura clásica, es un clásico de principios arquitectónicos. Que se nos
disculpe si, como arquitectos y estudiosos de prólogos, hemos de ser un poco
puntillosos. Vitruvio, el de los cuentos y el de los libros, no es un estilo ni una tendencia,
es una conducta profesional, una conducta proyectual y una conducta constructiva,
en su amplia definición. Hubiese escrito su tratado sobre el gótico con la misma calidad
y diligencia. Con certeza, habría narrado los mismos prólogos.183 Si hemos de hacer
pasar diapositivas de edificios inspiradas en Vitruvio han de ser, sencillamente, de
buena arquitectura, sin etiquetas.

182 La Basílica de Fano es una entelequia, un favor innecesario a la figura de Vitruvio. No hace falta
insistir en que construyó “algo”, como si escribir el De Architectura no le coronase suficientemente
como el príncipe de la Arquitectura.

183 Sobre el tema del enfoque oficio: no difiere mucho, o no difiere nada, de los talleres gremiales
que se sucedieron en el medioevo. Ver en el prólogo VI --Cuento de Aristipo-- cuando habla de la
formación práctica: “Los Arquitectos mismos no admitían otros discípulos que a sus hijos y allegados,
formándolos hombres de bien”.

198
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

De Architectura está en Palladio, en Kant, en Aalto y Tadao Ando, tomos que conviven
felices y plácidamente en cualquier estantería, sin catalogarse, sin polarizarse. Está en
la calle Beaumont de Oxford, se mire al Museo Ashmolean o al Hotel Randolph.
Sobrevivió y sobrevive –en este punto estamos profundamente de acuerdo con
Rowland– debido a su excelencia. Es un libro extraordinario.

En el próximo capítulo seguiremos abordando el conjunto del De Architectura: diez


prólogos + diez libros. Como anunciamos en la introducción, nos proponemos zanjar el
debate vitruviano ético/estético, moral/formal, con las mismas herramientas de
universalidad y atemporalidad que acompañan a los prólogos, apoyándonos en
autores invencibles a este respecto.

UN BREVE APUNTE SOBRE DE L´ORME

Para los conocedores de la tratadística arquitectónica, en términos de “arquitecto


bueno” y “arquitecto malo”, Philippe de L´Orme, es la primera referencia que acude
a la cabeza. En su tratado Le premier tome de l´architecture (1567), incorpora un texto
final enumerando las virtudes del primero, el arquitecto bueno, y los defectos del
segundo, el arquitecto malo. Lo hace de manera descriptiva, sin moralejas. No le falta
encanto, y para quien desee conocerlo completo se adjunta, a pie de página la
transcripción que realiza Fögen, una de las más claras y bien escritas sobre el texto de
De L´Orme. 184

184 The illustrations show allegories of the good and the bad architect, which deserve some
attention. On the left-hand side, the bad architect is running about aimlessly. He may wear the typical
outfit of a wise and learned man, yet it is quite clear that he lacks certain crucial body parts: he does
not have any eyes, which would help him to see the truth; he does not have any hands, with which he
could execute his tasks; he does not have any ears, which would enable him to listen to other people’s
advice; he does not even have a nose and thus has no sense of smell. However, he does have a mouth,
which enables him to chatter and spread rumors about others. This sketch of the bad architect chimes
with the picture of the medieval castle in the background, understood by Philibert de l’Orme as the
symbol of an antiquated appreciation of architecture.

On the righthand side, the good architect is depicted as having a conversation with a pupil, to whom
he presents a scroll (presumably of sketches). He is endowed with three eyes to take into
consideration past, present and future. He has four ears, which indicates that he listens rather than
speaks. Four hands stand for his energetic “hands-on” approach to his task. His feet have wings so
that he can hurry from one building site to another. The rest of the scene is also revealing at the
bottom right, directly beside the architect and his pupil, we see the fountain of wisdom, and in the
background there are buildings in the new, progressive Renaissance style.

199
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Parece a priori muy interesante considerar el relato moral de este gran vitruviano, sin
embargo, el interés queda traicionado con las ilustraciones alegóricas que el propio
autor aporta para acompañar a sus textos. El arquitecto malo y feo tiene de fondo un
escenario medieval y el arquitecto bueno y guapo, uno renacentista. Habrían sido una
referencia para incorporar y contrastar con los Cuentos, de haber convivido Jekyll y
Hyde en un mismo contexto formal sin racismo arquitectónico. No asistimos a un lícito
debate de estilo, o a un lícito debate deontológico, sino a un ilícito debate maniqueo,
Y entre tanto el De Architectura participando del bipartidismo sin poder defenderse
con la universalidad de sus prólogos, que pocos en el siglo XVI consideraban más que
anecdóticamente. Si Vitruvio hablara o se le escuchara… Si las naranjas hablaran,
quizá no querrían ser el emblema de una selección concreta de fútbol.

Podría argumentarse que Vitruvio no tenía contrincante, y sería cierto en la medida en


que Vitruvio no tenía que cuestionarse a Vitruvio. Pero no es así, él se pelea con su
sombra, especialmente alargada cuando se refiere a la escasa, casi nula, cantidad
de bibliografía escrita que aportan los arquitectos romanos frente a los tratados
griegos, siendo tan buenos arquitectos como ellos, algo que en más de una ocasión
remarca. Recordemos a nuestro Petrarca que también lo subrayó. De momento
Vitruvio hace distinción, no de abolengo, sino de calidad arquitectónica. Es el gran
azote de los vicios y de la ignorancia profesional, adversarios bien elegidos a quien
todos, menos Vitruvio, dan la espalda.

200
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

UN PEQUEÑO APUNTE SOBRE ORTIZ Y SANZ

Luego que la bella Arquitectura Griega empezó a restablecerse entre las naciones
cultas, al cabo de doce siglos de abandono y desprecio, echaron de ver los
restauradores que no eran suficientes para el perfecto restablecimiento de ella los
monumentos antiguos que venturosamente se habían conservado en medio del
goticismo y arabismo. Los Arquitectos florentinos Brunelleschi y Alberti empezaron a
desterrar de Italia la Arquitectura bárbara. Insistieron en lo mismo los Sangallo, Fay
Giocondo, Miguel Ángelo, Rafael de Urbino y otros muchos; pero al mismo tiempo que
hacían rápidos progresos sin otra guía que su talento y observación del Antiguo,
conocieron que Vitruvio era quien debía interpretar las dudas que de la variedad de
sistemas se originaba. (Ortiz y Sanz, 1787)185

Así inicia nuestra voz, Ortiz y Sanz, el gran Prólogo a su traducción de los Diez Libros. La
Arquitectura Bella frente a la Bárbara y Vitruvio, el Cid Campeador capaz de volver a
restaurarla. Estamos en 1787 y, como bien apunta Luis Moya Blanco en su prólogo a
Urrea: En gran parte de Europa aparecían ya indicios del eclecticismo del siglo
siguiente, en el cual, todos los estilos arquitectónicos eran igualmente válidos. La
seguridad en el clasicismo se perdió desde entonces, y ya no pudo creerse en el
carácter absoluto de esta arquitectura. Ortiz y Sanz se encuentra al filo de la
decadencia de un debate que, sin embargo, él mantiene enardecido desde su más
pura condición moral-formal.

185

201
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

En el siglo XIX cambiarán las tornas, los Bárbaros serán los buenos y los Bellos serán los
paganos. Pero terminando el siglo XVIII, la belleza es patrimonio exclusivo de la
arquitectura clásica, romana y griega, y los códigos de esa belleza todavía se buscan
en el De Architectura. Los Diez libros se han estudiado a fondo pero quedan lagunas
insondables sin descifrar, por otro lado esperanzadoras, o así lo descubriríamos.

Juzgar a una arquitectura por su estilo es comparable a juzgar a un libro por su


portada. Se diría que el ser humano precisa de la polémica para afianzarse, no es malo
ni bueno, según se elija qué oponente y qué motivo. En ocasiones, como la tinta del
calamar, es muy bienvenida la controversia para camuflar la incompetencia y la
impericia. Venimos con este capítulo a zanjar el debate arquitectónico del siglo, no
de nuestra mano; por nuestra parte solo vamos a oficializarlo, enunciar cuándo se
produjo, cuándo empezó otra etapa, y brindar por quien fue su promotor. Solo podía
tratarse de alguien que pudiese mirar desde muy fuera estando muy dentro.

El De Architectura no tiene bando, pero tiene poder.

202
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.4 DE ARCHITECTURA: UNIVERSALIDAD y ATEMPORALIDAD


DE PEDRO MÁRQUEZ A MORRIS PASANDO POR VIOLLET-le-DUC

Que los Siete Cuentos ejemplares son universales y atemporales ha quedado


manifiesto. Ahora toca restituir, oficialmente, la universalidad y la atemporalidad de la
doctrina proyectual de un tratado acotado como la Biblia del clasicismo. Algo que a
priori podría resultar singular, y por supuesto muy por encima nuestro alcance erudito,
nos lo brinda en bandeja nuestro primer protagonista con un aplomo digno del futuro
Rey Arturo sacando la espada de la piedra.

Lo universal se extiende a todo el mundo, a todos los países, y a todos los tiempos.
Según esta definición parece que la atemporalidad es una cualidad de la
universalidad, y como tal la brindaremos al final. Empecemos por la universalidad
espacial o geográfica.

4.4.1 “PIETRO” MÁRQUEZ

Pedro Márquez (1741-1820) es un absoluto contemporáneo de Ortiz y Sanz, (1739-1822).


Ambos debieron de coincidir en Roma, o incluso eventualmente en Madrid. Estudiaron
a Vitruvio desde las mismas ruinas italianas, aunque se movieron en esferas sociales
distintos, con recursos económicos muy diferentes y un ánimo todavía más diferente
aún. Venimos de escuchar en el capítulo anterior la posición claramente partidista de
Ortiz y Sanz en el debate. Sigamos con nuestro nuevo protagonista.

Jesuita novohispano, aterriza forzadamente en Roma, con 26 años, como


consecuencia de la gran expulsión de la Compañía de Jesus de 1767, global a todo
el imperio español, que entonces todavía era transatlántico. Este hecho provocó un
éxodo a Italia, un fenómeno migratorio tan específico, que algunos autores lo
considerarán el rudimento de una cultura hispano-italiana.

A partir de entonces y durante los siguientes 50 años, “Pietro” Márquez, mexicano, hijo
de españoles y por lo tanto nacido criollo, se dedicará al estudio de Vitruvio y llegará
a traducirlo, e interpretarlo, como nadie lo había conseguido hasta entonces. Será el
primero en descentralizar la belleza clásica y convertir al De Architectura en un tratado
universal, patrimonio ecuménico de la Arquitectura sin distinción de razas o estilos.

203
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El hecho va a ilustrarse, en primer lugar, con las palabras fundamentales de la


académica e investigadora Juana Gutierrez Haces, quien lo merece por haberle
dedicado años de estudio, y tras las suyas se sucederán las de Márquez. Dice Juana:

Estas lagunas en el texto de Vitruvio impedían la comprensión total y el estudio de la


arquitectura clásica, por lo que sabios y estudiosos habían iniciado el estudio de la
arquitectura in situ, esperando encontrar las explicaciones del texto de Vitruvio en la
arquitectura misma. Márquez hace lo mismo, pero la respuesta la encuentra, como él
dice, en “otro mundo” y he aquí que la arquitectura mexicana, la cual ha subsistido
con el mismo uso e igual función, sirve para completar el texto vitruviano, el texto
clásico más prestigioso que existía sobre arquitectura. (…) Con esto convirtió la
arquitectura indígena en vitruviana. (…) La arquitectura mexicana ya no necesitaba
especialistas que dieran juicios sobre su valor artístico; siendo como era arquitectura
clásica, no necesitaba el reconocimiento de nadie, poseía implícitamente todos los
valores de esta porque era clásica. Márquez habla claramente de una misma fuente
de conocimientos para Grecia, Roma y México, sólo que México se encontraba en un
estadio cultural diferente. (2014, p. 344)

Se llevan fondeando las lagunas tres siglos y un estudiante, llegado a Roma


involuntariamente, por azar del destino, encuentra, su devoción por Vitruvio mediante,
la llave que libera de golpe a la Belleza y al De Architectura. Márquez, como Vitruvio,
reivindica la educación del ciudadano y del profesional como fuente de progreso y
como remedio a los males de la ignorancia y de la falta de civismo. Su prólogo, a
continuación, es de una riqueza sugerente. Una apología al conocimiento en otra
línea al Hiperprólogo de Fray Lorenzo, quien, con toda la modestia, no había escrito su
propio prólogo, sino calcado el Cuento de Aristipo. 186 Este prólogo de Márquez es
sencillamente un prólogo descomunal.

A Quién leyere. De tantas naciones que cubren nuestro globo no hay ni siquiera una
que no se crea mejor que las otras, así como no hay cosa más incorrecta entre los
habitantes de la tierra que el reírse, uno del otro, cuando escucha que éste habla un
lenguaje que no es el suyo nativo: efecto de la ignorancia que aún se ve en muchos,
los cuales se tienen por doctos y por discretos.

186 Ver título Su lectura en el pasado, dentro del capítulo I, “Siete prólogos, siete Cuentos”.

204
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El verdadero filósofo, sin embargo, como no acepta semejantes opiniones, así, ni


menos admite desde luego que todo un conjunto carezca de razón. Él es cosmopolita,
tiene a todos los hombres por compatriotas y sabe que cualquier lengua, por exótica
que parezca, en virtud de la cultura puede ser tan docta como la griega, y que
cualquiera que sea el pueblo, por obra de la educación puede venir tan pulido como
aquel que se crea el más a sí mismo. Con respecto a eso la verdadera filosofía no
conoce la incapacidad de ver a un hombre, o porque sea nacido blanco o negro, o
porque esté educado bajo los polos, o bajo la zona tórrida. Dada la conveniente
instrucción (ella así lo enseña), en todos los climas el hombre es capaz de todo. La
suerte de un pueblo consistirá, pues, en haber adoptado los más sabios principios, con
los cuales su juventud se instruya y se adiestre, y según los cuales se dirijan y gobiernen
la comunidad y todos sus individuos. (Márquez, 1804)

Márquez es autor de varios prólogos excepcionales. El titulado “Prefazione


Apologetica” a su libro Delle case di cittá degli antichi romani secondo la dottrina di
Vitruvio (1795) está ampliamente dedicado a Vitruvio.187 Desarrolla su contenido en
una figurada reunión con partidarios y detractores del autor, que abren un coloquio
teórico: …personas eruditas se habían reunido en conversación académica para
comunicarse mutuamente los conocimientos científicos con los que cada cual en su
retiro había enriquecido la mente… Es un recurso literario que hace muy agradable su
lectura y un documento que sitúa perfectamente el estado del debate vitruviano de
final de XVIII en Roma. Es el primer prólogo de Márquez y todavía no ha descubierto la
pólvora. Pero no nos desviemos a otras ramas, el escenario de esta tesis no es el del
debate vitruviano, del que ya hemos dado cuenta en la introducción de este título,
sino su resolución. Márquez ya ha zanjado la cuestión.

¿Cómo es posible que dos mismos enamorados de Vitruvio, Ortiz y Sanz y Márquez,
contemporáneos, mantengan lecturas tan dispares sobre la ética-estética asociada
al De Archiitectura? En palabras de Delfín Rodriguez, Márquez es el colofón.

187 Gracias a la filósofa y filóloga Maje Erice, pudimos acometer la traducción de éste y otros prólogos
de Márquez inéditos en español y escritos originalmente en italiano; indispensables para la escritura
de la ponencia: Lo Bello sin cuna, prólogos y epílogo de Pedro Márquez, en el marco de nuestra
participación en el II Congreso de Historiadores del Arte de la Universidad de Murcia en el año 2015.
Nos hubiese gustado dedicarle a este tratadista muchas más páginas. Es prácticamente un
desconocido en el ámbito de la arquitectura teórica, a pesar de sus excepcionales reflexiones.

205
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.4.2 VIOLLET-le-DUC

Hemos ganado el asalto al primer debate, al más peleón, podemos despedir el siglo
XVIII con el De Architectura universalizado, aunque no sea una noticia oficial, o por lo
menos no parece que del conocimiento de la mayoría de la comunidad
arquitectónica. En el XIX entramos en el periodo del eclipse Vitruviano, en la
clandestinidad. Se han invertido los papeles, la arquitectura medieval es santa y la
neoclásica pagana. Tocaría recortar a los personajes de De l’Orme y cambiarlos de
escenario. Deberíamos recomendar a Ortiz y Sanz que no levante la cabeza o sentirá,
equivocadamente, que su traducción no fue lo suficientemente excelente como para
convencer al público. Quedan, no obstante, por limar reticencias. Viollet- le-Duc es un
escritor excepcional de prólogos, recomendables como objeto de estudio de detalle
en las escuelas universitarias188. También es uno de los grandes exégetas y expertos de
arquitectura gótica, y por lo tanto potencialmente partidista. Pero también es un buen
maestro del oficio, y dice así:

No podemos adoptar el estilo de los griegos porque nosotros no somos atenienses. No


podemos recuperar el estilo de nuestros antecesores medievales; porque los tiempos
han seguido su curso. Todo cuanto podemos hacer es aceptar la manera de los
griegos o de los maestros medievales; en otras palabras, hacer pastiche. En cambio,
debemos hacer lo que ellos hicieron, o por lo menos, proceder como procedieron
ellos, es decir, penetrar en los principios verdaderos y naturales en los que ellos
penetraron. Y si hacemos esto, nuestras obras tendrán estilo sin que nosotros tengamos
que buscarlo. (Viollet-le-Duc, 1868)

Sobre este texto del Dictionnaire de Viollet-le-Duc, vamos a detenernos en el


específico comentario que anota Ernst Gombrich: Lo que Viollet-le-Duc, deseaba
demostrar era la cohesión lógica de todo gran estilo. (…) el estilo es una especie de
no buscada emanación de formas. Allí donde una población de artistas y artesanos
se encuentra profundamente imbuida de los principios lógicos mediante los cuales
cada forma deriva del propósito del objeto, el estilo se ofrece en todas las obras salidas
de manos del hombre. (Gombrich 1997 p. 263)

188Nadie que haya leído la “Breve confesión a los lectores” prólogo de Viollet-le-Duc a su Entretiens
sur L´Architecture, puede dudar de que las elucubraciones sobre las inscripciones del pináculo de
Notre Dame, televisadas tras el incendio, tuvieran el menor valor.

206
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El De Architectura es un tratado de principios constructivos y de principios éticos.


Inmunizado con las palabras de Viollet, entra en el siglo XX liberado de las cadenas
que ha arrastrado como Biblia de un estilo, dispuesto a dar lo mejor de sí mismo, sus
Prólogos.189

4.4.3 ATEMPORALIDAD: GREAT COXWELL Y WILLIAM MORRIS

El Escorial, como cualquier otro edificio extraordinario, no se nos ofrece en cuanto


producto acabado en el tiempo o experiencia remota, sino como respuesta siempre
actual y concreta a determinados problemas de la arquitectura.
(Cita de Linazasoro en texto de Amorós,1996 p. 715)

Viollet nos ha allanado el camino en Francia, pero en Inglaterra todavía queda


remontar el Támesis para explorar el carácter universal y atemporal de la arquitectura
tal como la entiende Viruvio en su tratado. Y lo hemos hecho subidos a los prólogos de
Pugin, Ruskin y Morris, hasta llegar a Kelsmcott. Desde allí emprenderemos el camino
hacia Great Coxwell Barn. Hemos introducido este epígrafe hablando de una obra
“edificante” y vamos a cerrarlo hablando de otra. Parece el momento de que el
ejemplo se materialice en piedras y no solo en palabras. Nos atreveremos a ilustrar los
principios del De Architectura desde el estudio de un edificio del siglo XIII, de un tiempo
--tiempo de Villard de Honnecourt-- en que, si bien la lectura de Vitruvio es un misterio,
sus Diez Libros fueron bien custodiados.

La manera de ganarle la batalla al tiempo, y a todos sus avatares –presentismo,


contemporaneidad, inmediatez–, es con atemporalidad. Construida, imaginada o
desaparecida, la arquitectura conquista la atemporalidad cuando deviene ejemplar.
Cuando de su naturaleza edificada trasciende a la de edificante. Son perennes el
Templo de Salomón, el Cenotafio de Newton o el Pabellón de Mies en Barcelona, que
no dejó de existir incluso durante los años en que permaneció desarmado.

189 Todavía con Viollet aprendimos algo más fantástico, a viajar en el tiempo con el ensueño. Por dos
veces soñó con Villard de Honnecourt y escribió, en dos pequeños opúsculos, las conversaciones que
mantuvo con él. Veremos en el próximo capítulo titulado Las Fuentes perdidas de Vitruvio como el
joven Vitruvio emprende un periplo a la Grecia dorada del siglo IV, valiéndose de la misma
herramienta. La ficción.

207
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Un edificio puede desaparecer por causas caprichosas, pero su permanencia tiene


necesariamente una deuda con los cimientos, el oficio, su condición moral o la pasión
que despierta. Y sin duda con su capacidad de adaptación. Los que conozcan Great
Coxwell Barn, creo que estarán de acuerdo en que es un ejemplo puro de longevidad
en arquitectura civil. Para todos, este ensayo extiende sobre la mesa las evidencias de
su supervivencia, con la íntima convicción de que contienen principios universales.
(Arroyo, 2014)

El texto anterior se corresponde con el abstract del artículo que publicamos en el año
2017 titulado: (A) La conquista de la atemporalidad, que habla de Vitruvio, de la
atemporalidad como meta en la arquitectura, del prólogo desconocido de William
Morris y de cómo Great Coxwell Barn, un edificio medieval de carácter utilitario,
sobrevive a los avatares del tiempo como sobrevive el De Architectura. Con los mismos
principios. En su prólogo de 1892, Morris apela a ese milenio en el que, el amor al
trabajo bien hecho, hizo superviviente a Vitruvio: But it is far more that John Ruskin the
teacher of morals and politics, has done serious and solid work towards that new-birth
of Society, without which genuine art, the expression of man's pleasure in his handiwork,
must inevitably cease altogether, and with it the hopes of the happiness of mankind.

Prólogo de William Morris al libro de Ruskin The Nature of Gothic, Kelmscott Press, 1892

208
CAPÍTULO IV

LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO


ÍNDICE DEL CAPÍTULO II

1 OBSEQUIO DEL PRÓLOGO VII


1.1 Documento de culto

2 ENCABEZAMIENTO
3 BIBLIOGRAFIA DE AUTORES
3.1 Preliminares
3.2 Lectura entre líneas

4 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS
4.1 Cuatro Templos en Grecia siglo IV. Le Voyage du jeune Vitruve
4.2 Cuatro Templos en Grecia siglo I
4.3 Cuatro Templos en Grecia siglo XXI
4.4 Un Templo en Roma
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Dice la profesora Valerie Higgins que la mayoría de las personas imaginan que Roma
fue una gran ciudad que después creó un imperio, pero que en muchos aspectos fue
al revés, y añade textualmente: “Roma creó el imperio, y luego creó la ciudad que
encajó en el imperio. La convirtieron en una ciudad bella, una ciudad que tenía
muchas distracciones para la población. Pudieron hacerlo por la paz que resultó de
las reformas de Augusto”. En este escenario contemporáneo a Vitruvio, de una Roma
más de madera y ladrillo, y menos cinematográfica, se inicia el capítulo. Cuando
termine, Roma será de mármol.

1 OBSEQUIO DEL PRÓLOGO VII

Por fortuna, cada uno de los diez volúmenes de Vitruvio está prologado. El Prólogo del
libro VII es un texto pletórico de contenido, al que el propio Barbaro describe como
bellísimo proemi. Vitruvio lo inaugura con un agradecido elogio a los escritores
antiguos, prosigue con el Cuento de Aristófanes sobre la apropiación intelectual y,
antes de dar paso al séptimo libro, nos confía inopinadamente los fundamentos
bibliográficos de los diez libros de La Arquitectura (De Architectura).

En los restantes prólogos que contienen una leyenda o cuento, Vitruvio se limita a
cerrar el relato con una reflexión a modo de moraleja. En este, sin embargo, su propia
medicina –la leyenda de Aristófanes– le agita la conciencia, le impulsa al salto
olímpico del dicho al hecho, y el gesto ejemplar se materializa en un catálogo de
fuentes bibliográficas en dos y tres dimensiones. Un listado de cuarenta Autores y uno
de cinco Edificios. No es por lo tanto un documento, sino un acontecimiento.
Acontece que es la primera Bibliografía artística de la Historia y del libro más universal
de la Arquitectura. Pero el acontecer es todavía más fabuloso, pues ninguno de los
cuarenta títulos listados ha sobrevivido, convirtiendo así al De Architectura, como es
conocido, pero fascina recordar, en el volumen cero de toda la literatura
arquitectónica. En el eslabón perdido entre la cantera pentélica y el orden corintio.

Es una bibliografía utópica. Este espejismo documental ha condicionado a los


contados autores, casi siempre traductores y siempre eruditos vitruvianos que, al
escribir sobre ella, en compensación, lo han hecho eclipsándola por exceso de prurito
histórico.

211
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Es una bibliografía legendaria. Y en un noble afán de sustituir guerreros de terracota


por guerreros de verdad, han sofisticado el relato original de Vitruvio sumando nombres
y datos, igualmente inertes, y recreando clasificaciones igualmente estériles, que
soterran su valor añadido, todavía vigente, el deontológico.

Sofocada de conjeturas, saturada de referencias y peso enciclopédico, La Bibliografía


parecía condenada a la misma invisibilidad de la que participaba agazapada en su
prólogo. O peor, a la extinción intelectual. Es una bibliografía ficticia, utópica, vacía
de contenido, pero no invisible. Y distinguida de principio a fin; su cualidad más
preciada no reside en el particular listado de fuentes, sino en la declaración de
intenciones de su encabezamiento.

El primer homenaje será hacerla visible tal cual Vitruvio la trajo al mundo, sin más. El
tributo posterior, insuflarle vida. En nuevas palabras, reiniciarla. Disfrutará en este
capítulo de su reino propio, no dependiente de un prólogo. Se nutrirá únicamente de
la palabra de Vitruvio, sin cuestionarla, de su entusiasmo contagioso y del pulso ético
que su texto sigue conservando entre líneas. Y para hacerla presente del hoy, de todos
los días en adelante, se materializará en un periplo “Le Voyage du jeune Vitruve”.

212
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

1.1 DOCUMENTO DE CULTO

A continuación, emancipada por fin de su prólogo, rendimos el homenaje de sacar la


Bibliografía a la luz como textualmente la redactó Vitruvio, sin anexos ni comentarios.
Se apreciará, entonces, que es un documento lo suficientemente solvente como para
tener entidad propia. Un objeto a contemplar, de culto, como el Catálogo de las
Naves de la Ilíada de Homero. Nos valdremos de la versión traducida al español por
Ortiz y Sanz en el siglo XVIII, con pequeños retoques de maquetación para facilitar la
visibilidad de los nombres propios. Su ejemplaridad se materializará en tres actos, que
nos hemos permitido titular como: Encabezamiento, Bibliografía de Autores y
Bibliografía de Edificios, de los que a lo largo del capítulo ofreceremos una reflexión
independiente. Tres estadios de moral, la noble declaración de intenciones, el honesto
listado de todas las fuentes y los edificios edificantes cuyos clientes, los dioses,
consideraron dignos de ser su morada.

213
ENCABEZAMIENTO

En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío siendo ajena; ni menos pienso
engrandecerme vituperando los estudios de los demás; antes estoy sumamente agradecido a
todos los escritores de que con sus desvelos en tan largas edades, unos en una facultad, y otros
en otra, nos dejaron un grueso caudal de materiales, de donde tomando nosotros, como agua
de tantas fuentes, y adaptándolos a nuestro propósito, tenemos más pronta y expedita facilidad
para escribir: y apoyándonos de sus fatigas, pasamos a componer nuevos tratados. Teniendo yo,
pues, estos principios de los autores, tomé los que hacían derechamente a mi intento, y he
proseguido en lo demás de caudal propio.

BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES

AGATARCO, fue el primero que enseñando Esquilo la tragedia en Atenas, dispuso la escena, y
escribió un tratado de ella. DEMÓCRITO Y ANAXÁGORAS, a ejemplo de Agatarco escribieron de lo
mismo, dando la razón de corresponder naturalmente a la vista y extensión de sus rayos las líneas
desde un centro señalado, de suerte que, de una cosa fingida en las escenas pintadas, resulten
apariencias de verdaderos edificios, y que las cosas dibujadas en superficies llanas y rectas, unas
parezcan remotas y otras cercanas. SILENO, publicó después un volumen sobre las proporciones
Dóricas. TEODORO, describió el Templo Dórico de Júpiter que está en Samos. CTESIFON Y
METÁGENES, describieron el de Diana en Éfeso. PÍTHIO, escribió del templo Jónico de Minerva que
está en Priena. ICTINO Y CARPION, del Dórico de Minerva que está en Atenas sobre la Roca.
TEODORO FOCEO, escribió de la cúpula que está en Delfos. FILÓN, de las proporciones de los
Templos y del arsenal que había en el puerto Pireo. HERMÓGENES, del Templo Jónico
pseudodípteros de Diana en Magnesia, y del monópteros de Libero-Padre en Teos. ARGELIO,
escribió de las proporciones Corintias, y del Templo Jónico de Esculapio que está en Tralles,
construido, según dicen, por su propia mano. SÁTIRO Y PHITEO, escribieron del mausoleo, y a
quienes dio la fortuna un grande y supremo honor, habiendo su habilidad en el Arte merecido
siempre sumas alabanzas y eternamente florecientes, como que manifestaron perfectamente en
la práctica lo grande de sus invenciones. Cada artífice tomó a competencia trabajar una cara
del edificio a la mayor perfección y LEOCARES, BRIAXES, SCOPAS Y PRAXÍTELES, algunos añaden a
TIMOTEO Fueron los que con su destreza llevaron a aquella obra a ser una de las siete maravillas
del mundo. Otros muchos más de los referidos, aunque de menor fama, escribieron reglas de
simetría, como son NEXARIS, TEOCIDES, DEMOFILO, POLIS, LEONIDES, SILANION, MELAMPO,
SARNACO, EUFRANOR. De máquinas trataron DIADES, ARCHITAS, ARCHIMEDES, CTESIBIO,
NINFODORO, FILON, BIZANTINO, DIFILO, DEMOCLES, CARIDAS, POLYIDOS, FIROS, AGESISTRATO: de
cuyas obras he tomado y reducido a un cuerpo lo perteneciente a la Arquitectura, movido por
ver tantos libros de esta facultad entre los griegos, y tan pocos latinos.
FUSSICIO, fue el primero de los nuestros que de ella publicó un admirable volumen. TERENCIO
VARRON, escribió de las nuevas Artes, y entre ellas un tratado de Arquitectura. PUBLIO SEPTIMIO,
escribió dos tratados de Arquitectura. Fuera de estos ninguno parece haberse dedicado a escribir
de ella, sin embargo, de haber florecido en lo pasado algunos ciudadanos grandes Arquitectos,
que pudieran haber escrito con no menos elegancia. En efecto, ANTISTATES, CALLESCRO,
ANTIMACHIDES, PORINO, arquitectos, hicieron los fundamentos del Templo que Pisístrato edificaba
en Atenas a Júpiter Olímpico; cuya fábrica no se prosiguió, por haberlo prohibido la república a
la muerte de Pisístrato. Cerca de 200 años después, habiendo ofrecido costear la obra el Rey
Antíoco, COSSUCIO, ciudadano romano, la hizo de la mayor belleza, construyendo una
majestuosa nave, pórtico díptero al rededor, y la más elegante proporción de cornisamentos:
tanto, que no solo es admirada de todos, sino también comparable con pocas en magnificencia.

BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS

Cuatro parajes hay que tienen Templos de mármol, de los cuales tomaron clarísimo famoso
nombre, y de cuya elegancia y sabio agregado de invenciones se prendaron los Dioses mismos,
juzgándolos dignos de ser morada suya.

El primero es el de DIANA EN ÉFESO (Artemisa en Éfeso) De orden Jónico, empezado por Ctesifón
Gosio y su hijo Metágenes, y concluido según dicen, por Demetrio, siervo de Diana misma, y por
Peonio Efesino. El segundo es el Templo de APOLO EN MILETO (Apolo en Didima) También de orden
Jónico, edificado por dicho Peonio y Dafnes Milesio. El tercero, el Dórico de CERES Y PROSERPINA
EN ELEUSIA (Deméter y Perséfone), cuyo arquitecto Ictino hizo la nave extraordinariamente grande
para el expedito uso de los sacrificios/iniciación misterios de Eleusis, y no puso columnas en lo
exterior. A este Templo, mandando en Atenas Demetrio Faleréo, el Arquitecto Filón le hizo próstilos,
poniéndole columnas en fachada; con cuyo aumento de vestíbulo dio desahogo a los ministros
sagrados, y la mayor majestad al templo. Finalmente, se refiere que Cossucio edificó el templo de
JÚPITER OLIMPICO (Zeus Olímpico en Atenas) de orden corintio, y de espaciosa magnitud, como
dijimos arriba, de quien no nos ha quedado comentario alguno.

Como ni tampoco de Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del Honor y
Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas y cornisamentos que
tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la magnificencia y riqueza de
materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se contaría entre los primeros y más
excelentes edificios. Hallando pues que nuestros antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que
los griegos, como también muchos en nuestros días, aunque pocos los que haya escrito preceptos
del arte.
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

2 ENCABEZAMIENTO

Conocemos, por la introducción preliminar, que el nutrido Prólogo VII se desarrolla en


dos ámbitos, el del Cuento ejemplarizante y el Bibliográfico que predica con el
ejemplo, y entre ambos un pequeño texto bisagra del que vamos a tratar ahora. Es
momento de refrescar, con una breve sinopsis, el contenido del Cuento de Aristófanes:

En Alejandría, hace muchos siglos, el bibliotecario Aristófanes, desenmascara a los


escritores que han plagiado sus poemas para participar en el gran concurso
organizado por Ptolomeo. Por su gesto será premiado. Siempre en Alejandría, algo
después, un tal Zoylo se permite la osadía de descalificar a Homero que, desaparecido
400 años antes, carece de posibilidad de réplica. Su cobarde arrogancia tendrá
graves consecuencias. La historia se cierra con estas palabras de Vitruvio:

[Vitruvio] En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío siendo ajena;
ni menos pienso engrandecerme vituperando los estudios de los demás; antes estoy
sumamente agradecido a todos los escritores de que con sus desvelos en tan largas
edades, unos en una facultad, y otros en otra, nos dejaron un grueso caudal de
materiales, de donde tomando nosotros, como agua de tantas fuentes, y
adaptándolos a nuestro propósito, tenemos más pronta y expedita facilidad para
escribir: y apoyándonos de sus fatigas, pasamos a componer nuevos tratados.
Teniendo yo, pues, estos principios de los autores, tomé los que hacían derechamente
a mi intento, y he proseguido en lo demás de caudal propio.

Las mismas palabras que, acto seguido y a su vez, encabezan el documento


bibliográfico. El texto cumple con la doble función de moraleja del Cuento e
inauguración de la Bibliografía. Con su declaración de intenciones establece la
anatomía ética a la que, por antonomasia, debería responder todo listado de fuentes
Con la materialización de sus intenciones convierte el documento en ejemplar. El texto
recién referido, puede traducirse de manera más inspirada, o despejada, acorde con
el intérprete y su época.

217
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Comparemos algunos párrafos de Ortiz y Sanz con los mismos de Choisy:

[Vitruvio/Ortiz y Sanz] En cuanto a mí, cierto no saco a luz esta obra en nombre mío
siendo ajena.
[Vitruvio/Choisy] Quant à moi, ce n´est pas en effaçant les traces des autres pour
substituer mon nom, que je mets en avant ce corps de doctrine.

Se elija la voz que se elija, se afine el vocabulario o la metáfora, permanece inalterable


el mensaje contagioso de su buena fe. El agradecimiento no es vacío hacia los
escritores de los que se ha servido. Por su acto voluntario de nombrarlos a todos, sin
excepción, hoy sabemos con certeza que al menos cuarenta autores, antes que
Vitruvio, escribieron sobre Arquitectura. Que las palabras se las lleva el viento y que los
libros requieren copia de seguridad. Tan encomiables son la honradez y la gratitud
manifiestas como son fundamentales las líneas finales de motivación:

[Vitruvio/Ortiz y Sanz] Teniendo yo, pues, estos principios de los autores, tomé los que
hacían derechamente a mi intento, y he proseguido en lo demás de caudal propio.
[Vitruvio/Choisy] Donne, suivant parmi leurs traces celles que j´ai considérées comme
préparées pour mon dessein, et partant de là, je me suis mis á marcher en avant.

Queda clara la última responsabilidad, que debería ser seña de identidad de todo
trabajo teórico de investigación. Aportar, avanzar, emprender, no solo hacer acopio.
Compilar no es contribuir, esto último requiere un esfuerzo diferente. Y arduo. En
definitiva, más importante que el hecho de nombrar las fuentes, sin omitir ninguna, es
la imperiosa necesidad de hacerlo y de progresar.

Hagamos un experimento: eliminemos dos nombres, o diez, de la Bibliografía de


Autores; no tiene trascendencia ninguna. Eliminemos el encabezamiento, y la
Bibliografía, entonces, se empobrece relegada a la inutilidad. El encabezamiento es
un activo, un recurso con valor. El catálogo de fuentes desparecidas un bien
contemplativo, ese objeto de culto. Para ser la primera incursión de género
bibliográfico en la historia, es perfecta. No hubo otra Bibliografía antes, no queda
duda, o Vitruvio la habría mencionado.

218
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3 BIBLIOGRAFÍA DE AUTORES

3.1 PRELIMINARES

La Bibliografía del tratado de los Diez Libros de Arquitectura, como tal, no hubiese sido
objeto de este estudio de no haber pertenecido a un prólogo, o más exactamente,
de no ser su consecuencia natural. Recordemos que es el resultado de la agitación
moral producida por la leyenda que le precede.

Estar blindada en el prólogo VII, a mitad de tratado –no al final ni al principio, como
Plinio la organiza en su Naturalis Historia– la ha convertido en un producto singular y la
ha salvado, probablemente, de perderse en el camino de los copistas, como se
aventura que ocurrió con las ilustraciones que originalmente acompañaron a los Diez
Libros. La generalidad de los escritores citados en el texto son arquitectos –también se
cuentan escultores, pintores e ingenieros– del periodo de esplendor de la Grecia
Clásica, grandes figuras que describen su obra acometida. Son Autores y Artífices. Y
en gran medida esta Bibliografía es un catálogo de memorias de sus proyectos, más
que de compendios teóricos. Serán los autores romanos, unas décadas antes que
Vitruvio, quienes se estrenen con la teoría arquitectónica propiamente dicha.

Una minoría de estos reconocidos Artistas/Artífices, no dejó testimonio escrito de su


fábrica, a pesar de ello, Vitruvio los menciona en su listado, no como fuente, sino como
lamento. Reclama, ya entonces, que la Arquitectura y la Palabra no se suelten de la
mano; a falta de la primera, la segunda puede materializarla e instruir. De Agatarco a
Cossucio, fuesen estos autores, arquitectos o escultores, griegos o romanos, de ninguno
de sus escritos ha quedado el menor vestigio teórico. Cero. Una cifra complicada de
alcanzar incluso intencionadamente.

En algunos casos privilegiados han sobrevivido reliquias de lo que crearon. Escapularios


de mármol repartidos entre sus lugares sagrados de origen y los museos del mundo. El
monumento a Mausolo es más tangible en Londres que en Halicarnaso.

Individualmente son textos vacíos, papiro mojado. Formando conjunto tienen el


metabolismo de un objeto de culto abocado a ser difundido intacto, como lo redactó
Vitruvio.

219
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Esta convicción nace de un largo recorrido que comenzó en sentido contrario con un
estudio pormenorizado de cada autor y cada obra. Lo suficientemente largo y recto,
para dar la vuelta completa a la circunferencia y llegar al punto de partida,
constatando lo improductivo de la aportación historicista en el contexto de esta tesis.
Puede concederse, como dice Schlloser, que estos libros sólo son el recuerdo de una
riqueza infinita perdida para siempre, o entender este documento bibliográfico como
un mapa del tesoro, siendo su botín Los Diez Libros de Arquitectura.

3.2 LECTURA ENTRE LINEAS

Barbaro dedica estas palabras al listado bibliográfico: Pieno d´istorie, narrazioni,


esempli, i quali io non voglio confermare con altri detti, che con quelli di Vitruvio. Bravo,
Daniele Matteo Alvise Barbaro, que sin quererlo cierra filas en torno a la voluntad, la
nuestra, de no proporcionar altri datti –otros datos– que los recogidos por Vitruvio.

A lo largo del documento expuesto, se van desvelando comentarios de Vitruvio,


intercalados entre el listado de Autores y Obras, que hablan de su opinión y su sentir.
Pueden considerarse fragmentos dispersos de proemio y, por lo tanto, objeto de este
estudio. Hay un motivo más para considerarlos de nuestra competencia. Nueve, de los
Diez Prólogos de Vitruvio, están contextualizados en mundo helénico y sólo uno, el
primero, el dedicado Augusto, en el imperio romano. En la misma proporción que esta
Bibliografía cuenta con treintaisiete autores griegos y tres romanos. Vitruvio tiene
concertado un matrimonio de conveniencia con Roma, pero está seducido por
Grecia, a decir verdad, como la mayoría de los romanos sensibles de su época.

De Pitágoras a Alejandro, el escenario del mundo es tan deslumbrante, tan épico, tan
divino, que es imposible pretender acometerlo con un mínimo de rigor sin desviarse del
propósito de esta tesis. Y a su vez no puede ignorase, es andamiaje del discurso motor
de Vitruvio, andamiaje del que también nos serviremos en este epígrafe.
Aprovecharemos sus propias palabras, esa información entreverada entre el listado
bibliográfico y los personajes históricos que la trufan, como coartada para
aproximarnos puntualmente a su universo helenístico.

De esta manera, la investigación seguirá fiel al objetivo de sustentarse únicamente del


verbo de Vitruvio. Esta etapa histórica la haremos en tierra firme. Llegado el momento,
en la factura referida a la bibliografía de edificios, zarparemos.

220
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3.2.1 ESQUILO

Esquilo es el primer infiltrado en aparecer en escena, como no podía ser de otra


manera, de la mano de Agatarco, y tres renglones después lo hace la definición de la
perspectiva:

[Vitruvio] AGATARCO, fue el primero que enseñando Esquilo la tragedia en Atenas,


dispuso la escena, y escribió un tratado de ella. DEMÓCRITO Y ANAXÁGORAS, a
ejemplo de Agatarco, escribieron de lo mismo, dando la razón de corresponder
naturalmente a la vista y extensión de sus rayos las líneas desde un centro señalado,
de suerte que, de una cosa fingida en las escenas pintadas, resulten apariencias de
verdaderos edificios, y que las cosas dibujadas en superficies llanas y rectas, unas
parezcan remotas y otras cercanas.

Así es, magia. Tres dimensiones en un mundo de dos abren la esperanza de cuatro en
un mundo de tres. ¿Por qué detenerse a definir la perspectiva, en un tratado de tal
altura técnica, sino para maravillarse tantas veces como haga falta con esta ilusión
óptica? La versión de Perrault del mismo párrafo:

C’est ainsi qu’Agatharcus ayant été instruit par Eschyle à Athènes de la manière dont
il faut faire les décorations des Théâtres pour la Tragédie et, en ayant le premier fait un
livre, il apprit ensuite ce qu’il en savoit à Democrite & à Anaxagore, qui ont aussi écrit
sur ce sujet; principalement par quel artifice, ayant mis un point en un certain lieu, on
peut imiter si bien la naturelle disposition des lignes qui forcent des yeux en s’elargilant,
que bien que cette disposition des lignes soit une chose qui nous est inconnue, on ne
laisse pas de rencontrer á représenter bien fort les Edifices dans les Perspectives que
l’on fait aux décorations des Théâtres; et en fait, que ce qui est peint seulement sur une
surface plate, parfois avance en des endroits et se recule en d' autres.

En su traducción de la definición, Perrault refiere más concretamente la colaboración


entre Esquilo y Agatarco, adjudicándoles la dirección de escena y la escenografía
respectivamente y mencionando el Teatro expresamente. La conjunción de la gran
tragedia griega y la recién descubierta perspectiva hubo de ser, dicen, un
acontecimiento que causó emoción, asombro, e incluso polémica (García Dual,
2018). Pocos pueden asimilar una realidad virtual sin escepticismo.

221
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Después entrarán muchos otros en escena. Vino Aristóteles, a comentar en su Poética


que fue Sófocles quien introdujo la escenografía a través del tratado de Demócrito y
Anaxágoras, y no del de Agatarco. A este respecto comenta Elisa Romano en sus
notas:

Vitruvio attribuisce al pittore Agatarco di Samo la realizzazione di una scena per una
tragedia di Eschilo, ma secondo Arist. Poet.,1449 a sarebbe stato Sofocle il primo a
usare la skênographia. Le due tradizioni non sono tuttavia inconciliabili.
(Nota 29. Corso/Romano,1997, p. 1066)

Esta investigación no se cuestiona lo que Vitruvio escribe –Romano si lo hace–, no por


obstinación. Por convicción de que tomar partido por él es acertar en la diana de la
tesis. Digamos que, para rescatar el contenido moral que nos atañe, tiene el mismo
nulo efecto mariposa el aleteo de Esquilo que el de Sófocles. Sirva para respaldar
nuestra premisa de lo poco productivo de detenerse en supuestos. Retomemos
además una certeza, que ha podido desdibujarse al poner tanto énfasis en la NO
pervivencia de ninguno de estos textos: cuando Vitruvio escribe su Bibliografía SÍ tiene
sobre la mesa tanto el tratado de Agatarco como el de Demócrito y Anaxágoras,
conoce bien qué atribuirle a cada autor, en qué orden y con qué trascendencia. No
es solo una fe ciega la que nos acompaña, también el sentido común.

Aparquemos ya la oda a la perspectiva y la prestidigitación. Quedémonos con la


alegoría del arquitecto como director de escena y escenógrafo de la ciudad y
volvamos al más puro Esquilo para entender el motivo de fondo por el que Vitruvio lo
incluye en el texto. Esquilo es considerado el creador de la tragedia griega, aunque
no fuese el primer autor trágico, porque Esquilo es el gran educador del pueblo griego.
Sus obras están exquisitamente concebidas para ejemplarizar entreteniendo. Como la
mayoría de los Cuentos. Como las Novelas Ejemplares. Como quiere Vitruvio educar y
educarse con sus prólogos. Por eso Esquilo es el príncipe del Teatro y Vitruvio el de la
Arquitectura.

222
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3.2.2 SIETE MARAVILLAS

La siguiente parada, aunque muy breve, es una maravilla, corresponde a una de las
siete del momento. Dos extractos de la Bibliografía de Vitruvio:

[Vitruvio] …con su destreza llevaron a aquella obra a ser una de las siete maravillas del
mundo. (Refiriéndose al Mausoleo de Halicarnaso)
[Vitruvio]…el dórico de Minerva que está en Atenas sobre la Roca. (Refiriéndose al
Partenón)

Como anécdota, no deja de llamar la atención que “el de la Roca”, sea hoy el
representante de los templos griegos y la mayor fuente de ingresos turísticos de Grecia.
Para Vitruvio, en el siglo I, el Partenón es un dórico más. Tampoco Ortiz y Sanz, desde
la perspectiva del XVIII, añade más entusiasmo en su anotación al hablar de este
templo:

Este Templo de Minerva sobre la Roca de Atenas, de quien hemos hecho memoria,
existe hoy en gran parte, y le describen exactamente varios viajeros, Stuart, Wheler, Le-
Roy y otros. Antes del año 1687 estaba entero, pero en el asedio de Atenas por los
Venecianos quedo muy arruinado, ~ efectos de una bomba caída en un repuesto de
pólvora que allí tenían los turcos, el cual incendiado, voló la mayor parte del Templo.
Los Viajeros que le vieron antes de este caso dicen tenía dentro un pórtico en rededor,
con dos órdenes de columnas unas sobre otras como el hypetros.
(Ortiz y Sanz, 1787 p. 104, nota 20)

La noción de las Siete Maravillas es un parámetro que nos será de utilidad y aparecerá
desarrollado en el capítulo referido a la Bibliografía de Edificios; con esta incursión
hemos querido que se fuese paladeando.

223
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3.2.3 PISÍSTRATO Y ANTÍOCO

Otro fragmento del documento bibliográfico de Vitruvio, del que rescataremos los
personajes históricos intercalados:

[Vitruvio] En efecto, ANTISTATES, CALLESCRO, ANTIMACHIDES, PORINO, arquitectos,


hicieron los fundamentos del Templo que Pisístrato edificaba en Atenas a Júpiter
Olímpico; cuya fábrica no se prosiguió, por haberlo prohibido la república a la muerte
de Pisístrato. Cerca de 200 años después, habiendo ofrecido costear la obra el Rey
Antíoco, COSSUCIO, ciudadano romano, la hizo de la mayor belleza.

De Pisístrato y Antíoco, a diferencia de Esquilo, no nos interesan sus capacidades sino


el espacio temporal que queda entre ambos. Un paréntesis de tres siglos y medio
largos, de Hybris controlada, en lo que a la arquitectura se refiere. La muerte de
Pisístrato coincide con el final de la época arcaica y Antíoco IV gobierna cuando
Roma ya se ha adueñado de Grecia. Entre ambos cabe todo el esplendor clásico y
parte del periodo helenístico. Roma conquista a Grecia con el espíritu de un
enamorado, no de un invasor. Grecia se rinde, Roma cae rendida y Vitruvio, a su
debido tiempo, hemos visto que también.

Se puede admirar tanto una civilización que se calquen sus dioses, se importe su
arquitectura, se usen su lengua y sus filósofos, se emule su épica, pero importar el
control de la Hybris es importar la genética de un pueblo, su carácter, su costumbre. Y
acostumbrarse requiere grandes dosis de motivación y perseverancia. O de
necesidad. A finales del siglo II, Roma no estaba por la labor de temer el castigo de sus
dioses adoptados, y fue soltando paulatinamente las riendas a la Hybris, a la
desmesura, al brindis. Un primer paso a su monumental arquitectura y a la
incorporación de la bóveda.

Recuperemos el paréntesis temporal entre Pisítrato y Antíoco. También nos interesa


desde un punto de vista arquitectónico en la medida en que coincidió con el
estancamiento de las obras del Templo de Júpiter Olímpico en Atenas. Como reza el
texto del Vitruvio la construcción quedó congelada durante todo ese periodo, y
cuando se reanudó, llegó en modo corintio. Profundizaremos a este respecto con más
detalle en la Bibliografía de Edificios.

224
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

No obstante, habíamos de aprovechar el fragmento para introducir el término Hybris.


Sorprendentemente, o no tanto, será la respuesta a muchas cuestiones. 190

Por último, sin ánimo de poner el dedo en la errata, sino para evitar confusiones, otra
cita de Romano: Antíoco IV Epifane, re di Siria di educazione romana (a Roma visse
per 14 anni) regno dla174 al 163 a. C. circa; si rende pertanto necesario leggere
quadrigentis (correzione sicura per ducentis dei manoscritti) per ristabilire un rapporto
cronologico corretto rispetto a Pisitrato (Corso/Romano, 1997 p. 1073 nota 74)

Esta acotación es bienvenida para que salgan las cuentas y los órdenes. El Antíoco de
Vitruvio es Antíoco IV, no el Antíoco I conocido como Rey del universo. Error
probablemente debido a un copista que así rebajó el tiempo de parón de obra de
400 años a 200. Un copista con espíritu de promotor.

3.2.4 DOBLE NACIONALIDAD

Nos encontramos, como contábamos al inicio del artículo, muy avanzados en el siglo
I. La gran arquitectura romana se va gestando mientras Vitruvio escribe su tratado, de
milagro no lo alcanza. En Roma son tiempos de paz, la voz de Cleopatra ya no
engatusa al imperio y el emperador tiene la mejor baza para un gobernante, un amigo
incondicional, Agripa. La cantera de Carrara produce un mármol lunense sin vetas. No
es imprescindible transportarlo desde el Pentélico. El Ara Pacis será la feliz culminación
de la abundancia que fluye. Aunque Grecia sigue marcando tendencia, la identidad
de Roma ha puesto el acelerador. Se van diluyendo complejos. Se va entibiando la
pasión. Esta transición, vivida sobre la marcha, sorprende a Vitruvio cuando redacta
su Bibliografía y la trasluce con mal disimulada incomodidad. Dice así:

[Vitruvio] …movido por ver tantos libros de esta facultad entre los griegos, y tan pocos
latinos (…) Fuera de Fussicio, Varron, Septimio, ninguno parece haberse dedicado a
escribir de ella, sin embargo, de haber florecido en lo pasado algunos ciudadanos
romanos, grandes Arquitectos, que pudieran haber escrito con no menos elegancia.

190 Hybris, en algunas acepciones del diccionario: cuando el ser finito se cree superior al infinito.
Orgullo formal, presunción, arrogancia o soberbia. Cuando las preocupaciones en torno al ego salen
del control racional, desbocarse.

225
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

De los cuarenta títulos que conforman sus fuentes, solo puede acudir a tres únicas
referencias de autores romanos. Este mix de culpa y lealtad, frustrado en parte por esa
limitación al seguir enamorado de Grecia, a pesar de la tentadora Roma, le hará en
compensación escribir su tratado de autor romano a la mayor perfección. Le hará no
descuidar un prólogo por libro y hablarnos, con delicadeza y sinceridad, de lo que se
le pasa por la cabeza. Lección, reacción, sería el lema. O no hay mal que por bien no
venga. Gracias a ello hoy disfrutamos Diez Prólogos y Diez Libros en el De Architectura.

Como ha ocurrido con las anteriores entradas de este índice (Esquilo, Siete Maravillas,
Pisístrato y Antíoco) avanzaremos más sobre ellas, y sobre la doble nacionalidad de
Vitruvio en la segunda parte, la Bibliografía de Edificios. De momento, para cerrar este
epígrafe, vamos a hacer nuestras, por primera vez, las sabias palabras de Ortiz y Sanz
al respecto:

Aquí lidiaba en Vitruvio la necesidad de reconocer a los griegos por superiores y


maestros de los Romanos, con el amor de la patria; pero del corto número de
Arquitectos Romanos que nombra, y de los pocos que escribieron de Arquitectura, se
echa de ver la mala causa que tenía en querer igualara los suyos con los griegos.
(Ortiz y Sanz, 1787 p. 63, nota 36)

Vitruvio no podía sospechar entonces –él, que incluso varias veces se cuestiona el valor
de su tratado a corto plazo– que Roma sería en el futuro la ciudad de referencia de la
ARQUITECTURA con mayúsculas. Que Grecia llegaría con retraso de siglos al marco de
la gran arquitectura clásica. Que la Academia de Roma es hoy el destino goloso de
todo estudioso del arte, y la de Atenas está en ruinas. Y que el Ara Pacis estaría tan
mimado, bajo una caja de cristal, como la única rosa que tuvo una vez un pequeño
príncipe.

226
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS

A continuación de la Bibliografía de Autores, Vitruvio suma este texto referido a su


selección personal de cuatro templos griegos y un pequeño párrafo final sobre un
templo y un arquitecto romanos. No deja de llamar la atención por qué decidió en
uno de sus prólogos hacer un apunte arquitectónico tan explícito. Trataremos los
cuatro edificados en Grecia en tres cronologías y dedicaremos a Roma un epígrafe
aparte. Dice Vitruvio:

[Vitruvio] Cuatro parajes hay que tienen Templos de mármol, de los cuales tomaron
clarísimo famoso nombre, y de cuya elegancia y sabio agregado de invenciones se
prendaron los Dioses mismos, juzgándolos dignos de ser morada suya.

El primero es el de DIANA EN ÉFESO (Artemisa en Éfeso). De orden Jónico, empezado


por Ctesifón Gosio y su hijo Metágenes, y concluido según dicen, por Demetrio, siervo
de Diana misma, y por Peonio Efesino. El segundo es el Templo de APOLO EN MILETO
(Apolo en Didima) También de orden Jónico, edificado por dicho Peonio y Dafnes
Milesio. El tercero, el Dórico de CERES Y PROSERPINA EN ELEUSIA (Deméter y Perséfone),
cuyo arquitecto Ictino hizo la nave extraordinariamente grande para el expedito uso
de los sacrificios/iniciación misterios de Eleusis, y no puso columnas en lo exterior. A este
Templo, mandando en Atenas Demetrio Faleréo, el Arquitecto Filón le hizo próstilos,
poniéndole columnas en fachada; con cuyo aumento de vestíbulo dio desahogo a
los ministros sagrados, y la mayor majestad al templo. Finalmente, se refiere que
Cossucio edificó el templo de JUPITER OLIMPICO (Zeus Olímpico en Atenas) de orden
corintio, y de espaciosa magnitud, como dijimos arriba, de quien no nos ha quedado
comentario alguno.

Como ni tampoco de Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del
Honor y Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas
y cornisamentos que tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la
magnificencia y riqueza de materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se
contaría entre los primeros y más excelentes edificios. Hallando pues que nuestros
antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que los griegos, como también muchos
en nuestros días, aunque pocos los que haya escrito preceptos del arte.

227
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Las primeras líneas del texto de Vitruvio son muy evocadoras y una delicada mención
a la corografía. Cuatro parajes de suelo sagrado: Éfeso, Mileto, Eleusis y Atenas. Cuatro
clientes: Artemisa, Apolo, Ceres y Zeus. Tan satisfechos con sus moradas que las
bautizan con sus nombres –como Curzio Malaparte o Edith Farnsworth–. Cuatro
Templos construidos de mármol hasta los cimientos. Elegantes, dice Ortiz y Sanz,
enriquecidos con bellos ornamentos, dice Perrault, concebidos con excelencia, dice
Choisy.

El paisaje se adueña del templo y todo queda en familia. Artemisa y Apolo son los hijos
mellizos de Zeus. Deméter es la madre de Perséfone y la hermana mayor de Zeus, por
obra de una pirueta fantástica del árbol genealógico olímpico.

Cuatro Templos como verdades: utilitas, firmitas, venustas, y moralitas. Artemisa en


Éfeso, Apolo en Dídima, Deméter y Perséfone en Eleusis y Júpiter Olímpico en Atenas.
Templos en parajes venerados exponencialmente con el tiempo, en buena medida
gracias al sincretismo religioso griego. Empiezan siendo corpúsculos sagrados
micénicos que van creciendo progresivamente en importancia de culto, aunque no
a la vez ni linealmente, hasta cubrir las expectativas desde los Titanes a los dioses de la
tercera generación. Íntegramente de mármol, primera condición sine qua non para
ser candidatos a la lista de Vitruvio. Disputándose magnitud y esplendor, aunque no
siempre coincidentes en el tiempo, ni en el mismo compás constructivo.

Pasaron por muchas vicisitudes, demoliciones provocadas, incendios provocados,


terremotos ¿provocados? Quién sabe si por cruzar la delicada frontera de la Hybris.
Vamos a observarlos en tres momentos puntuales: en el siglo IV, en el siglo I y en el siglo
XXI d.C. Y lo haremos con una fórmula diferente en cada caso. Antes de dejar la
introducción, el mármol merece una pequeña reseña. Decir “de mármol”, sin
apellidos, es una descortesía a la estética helénica que no debería permitirse dentro
del contexto de esta investigación. De nuevo esta tesis no puede hacerse cargo de
profundizar en tan vasta belleza. Aplacaremos la carencia con la leyenda que reza en
el Museo Británico sobre los materiales del Mausoleo de Halicarnaso, vecino y
contemporáneo de nuestros dos templos jonios, Artemisa y Apolo, que puede
proporcionarnos una pista:

The marbles used came from various quarries: the finest Pentelic and Parian were used
for the free-standing sculptures, while marbles from western Asia Minor were used for
the architecture.

228
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

3.1 CUATRO TEMPLOS EN EL SIGLO IV. LE VOYAGE DU JEUNE VITRUVE

El joven Marías (Javier) cree, y eso le dijo a su hermano historiador, que La ficción es lo
único irreversible: la historia, por ejemplo, se puede rectificar, como el periodismo,
mientras que una novela no resiste revisión: Madame Bovary se murió como dice
Flaubert. La ficción es lo único que cuenta la historia completa. Ni siquiera aquello que
contamos que nos pasó estará nunca definitivamente contado. (Cruz, 2016)

Presentación del Abad Barthelemy y Anacharsis

Cuando en el siglo XVIII la literatura periegética está en boga (abundan grandes


ejemplos, Schlosser señala el del erudito Ponz en España), nuestro Abad Barthelemy
decide viajar, no solo a través del espacio, sino también del tiempo. Y lo logra,
invirtiendo para ello 30 años de su vida, lo que no es mucho a cambio de ganarle 2200
años a la máquina del tiempo y poder conocer a Anacharsis. De la misma manera
que esta investigación solo atiende a la palabra de Vitruvio, evitando entrar en
conjeturas, Barthelemy, quiere contar la más grande historia jamás contada del
epicentro del siglo IV griego, sin que se le cuestione. Y para ello se vale del siguiente
ardid:

En plaçant Anacharsis sur la scène, je lui ôte presque toujours la ressource du doute : il
ne doit parler qu'affirmativement, puisqu'il ne raconte que ce qu'il a vu ou ce qu’il tient
de personnes instruites.

Es una idea deslumbrante, un recurso genial. Cediendo al joven Anacharsis que haga
el viaje en su lugar, Barthelemy queda eximido del debate crítico erudito. No se trata
de derivar responsabilidades de opinión, o juicio, como en el caso de Las cartas persas
de Montesquieu, sino de poder contar desde la aventura en vez de hacer historia.
Desde el instante en que todo está pasando y no elaborado a posteriori. Escrito en
francés, lo tituló Voyage du jeune Anacharsis en Gréce. Era la guía más completa de
que entonces podía disponerse para viajar a la Hélade y deleitarse anegado en su
cultura. Para esta tesis se han investigado los siete tomos y el volumen adicional con
mapas e ilustraciones de su cuarta edición. El éxito editorial fue rotundo, el público
acogió la obra con entusiasmo a pesar de publicarse en 1788, poco antes de la caída
de la Bastilla. Su intención era haber pasado desapercibido para evitar censuras, y le
salió, dichosamente, al revés.

229
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Ilustración de Barbié du Bocage, planta de casa griega; del viaje del joven Anarchasis,
plano recreado desde el texto de Vitruvio. Salvoconducto para poder viajar en el tiempo.
(Grabado original, obsequio de boda de Álvaro de la Riva)

230
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Aprovechando el nicho de las fechas fáciles de recordar, Ortiz y Sanz, nuestra voz,
publicó su traducción de Vitruvio un año antes que Barthelemy su libro, en 1787. Son
contemporáneos, manejan distinto idioma, pero usan un mismo lenguaje de fuentes y
de contextos. Esto seguro que nos beneficia.

Anacharsis parte de Escitia en el 363 y viaja durante 26 años por una no despreciable
parcela del Mediterráneo. Conoce en persona a Platón, a Aristóteles y a discípulos de
discípulos de discípulos de Pitágoras. No viaja solo como turista, es invitado a casas y
cenas notables que disfruta goloso. Vuelve a su hogar en el 337, cuando Alejandro
Magno cuenta 19 años, con sus diarios de viaje y un cuaderno de dibujos del Partenón,
del Herea de Samos y… aquí empieza nuestro viaje. Entre las ilustraciones hay dos
debidas a Vitruvio, el plano de una casa griega y el de una palestra. Esto puede
explicarse, bien como un anacronismo de Barthelemy, al que no dio importancia, o
bien porque, una parte del viaje, la compartieron Anacharsis y Vitruvio.

Dado que no hay pruebas a favor o en contra de lo uno o de lo otro, y tenemos el


salvoconducto de las láminas para la máquina del tiempo, apostamos por lo segundo.
El joven Vitruvio, muchos, muchísimos años antes de escribir su tratado en el siglo I,
culminará su periplo soñado en el siglo IV a la Grecia que más admira, y como prueban
sus textos bibliográficos, no lo olvidará. Este formato, más propio de un libro de ciencia
ficción que de una tesis, es una apuesta en pro del objetivo principal de este trabajo,
dinamizar y divulgar los prólogos de Vitruvio. Llevan tanto tiempo silenciados, que
ninguna tecla que se toque va a desafinar con tal de que empiecen a sonar. ¿Acaso
no inventó el submarino Julio Verne? Luego vendría Isaac Peral a perfeccionarlo.

Consideraciones antes de emprender el viaje

La Grecia de entonces no es terrestre ni peninsular. En su periodo de máxima expansión


es una constelación formada por colonias y ciudades-estado estrella, que unidas
conforman el perímetro del Mediterráneo. Estrellas, algunas, que se apagaron pronto
y para siempre como Síbaris. Ese Mediterráneo es una inmensa llanura anegada de
agua que los griegos navegan con habilidad, sin necesidad de construir calzadas.
Esquilo nace en Eleusis y muere en Gela. Pitágoras nace en Samos y funda su escuela
en Crotona.

231
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Si algo saben los griegos es que no pueden ponerse puertas al campo, pero sí puertos
al mar. Allá en suelo firme, donde lleguen gaviotas en vez de palomas, es Grecia. La
parcela de Mediterráneo que navegará Anacharsis comprende el mar Egeo hasta las
Cícladas. La porción de mar que Vitruvio recorrerá con él es algo menor. Unidos los
parajes donde se localizan sus cuatro Templos de mármol, Atenas, Eleuisis, Éfeso y
Didima, parece dibujar una porción de tarta. Se llevó, eso sí, el mejor trozo del pastel.
En el siglo IV, el Templo de Artemisa está resurgiendo de sus cenizas. El Templo de Apolo
está en proceso de construcción. El Templo de Deméter y Perséfone, el Telesterium, se
encuentra integro y funcionando, y el Templo de Júpiter Olímpico, continúa con las
obras paradas. Así se ofrecen, a pesar de haberse iniciado su construcción, casi
consecutivamente, en el paso del siglo VII al VI. Tengamos en cuenta que las
construcciones de estos edificios, como las de las catedrales, podían demorarse en
dimensiones de siglos.

Reconciliación con la policromía

En este ensayo no es preciso reconciliarse, si no se desea, con la policromía puesto que


no se contempla. Es decir, Vitruvio no la contempla en su descripción de los Templos.
Ensalza que son de mármol, con soberanía, y sin nada que haga sospechar que lleven
cosmética. Produce incredulidad imaginar esa gama de mármoles de las canteras
más selectas con sus irrepetibles vetas, o de una pureza absoluta sin ellas, cubiertas
con pigmentos planos. En este sentido, Plinio y Vitruvio habían sido especialmente
críticos con el gusto «alejandrino» y sus excesos ornamentales, abominando de toda
decoración que apelase a los sentidos y estuviera ayudada por colores impuros, o de
engañosos trucos ilusionistas. Estos testimonios de la Antigüedad estarían llamados a
ejercer una considerable influencia en la percepción del arte antiguo en general y en
el rechazo del ornamento por parte de los estetas del Neoclasicismo (Rivas, 2010).
En el siglo XVIII, Barthelemy, tampoco tiene motivos, ni datos, para contemplarla:
Herculano comenzó a explorarse en 1738 y Pompeya en 1748 (a pesar de haber sido
descubierta mucho antes, en 1628) Otro tanto podría decirse de los yacimientos de
Magna Grecia, que no comenzaron a estudiarse sistemáticamente sino a comienzos
del siglo XIX.” (Rivas, 2010, pp. 159) Tampoco se hacen eco nuestros traductores. En su
introducción, Choisy, se extiende sobre la teoría del color al hablar del enfoscado y
enlucido sin mencionar la policromía de los templos o las esculturas. Por mucho que se
profundice técnicamente en su estudio, difícilmente podrán obtenerse los mismos
resultados cromáticos ni practicar idénticos métodos de aplicación. Si hubo
policromía, no es como la pintan.

232
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

LE VOYAGE DU JEUNE VITRUVE

Ilustración de Barbié du Bocage, mapa de Grecia, del viaje del joven Anarchasis

El joven Vitruvio se reúne con Anacharsis poco antes de llegar a Atenas. Recorrerán el
entorno y después zarparán hacia la costa Jonia; viajarán juntos alrededor de dos
años. Vitruvio conocerá a Platón, llegará a Eleusis atravesando colinas con laureles
rosas (adelfas), pasará veladas en la isla de Chíos con un buen vino hablando de
Homero y estudiará toda la arquitectura que encuentre a su paso. Este viaje marcará
su vida y los Diez libros de Arquitectura. Aquí comienza su diario.

(Del centenar de páginas del libro de Barthelemy, se han extractado solo las referidas
a los cuatro Templos mencionados en este capítulo, selección susceptible de
ampliarse a los Templos que aparecen en la Bibliografía de Autores y Artífices)

233
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Ilustración de Barbié du Bocage de la Academia de Atenas.

234
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

DIARIO DEL VIAJE

LLEGADA A ATENAS, 13 DE MARZO DEL AÑO 362 ANTES DE J.C.

Nous prîmes congé d´Epaminondas avec une douleur qu'il daigna partager, et nous
nous rendîmes à Athènes le 16 du mois anthestérion, dans la deuxième année de la 104
olympiade. Nous trouvâmes dans la maison d'Apollodore les agréments et les secours
que nous devions attendre de ses richesses et de son crédit. Le lendemain de notre
arrivée, nous courrions à l’académie ; nous avions aperçu Platon ; on allait à l'atelier du
peintre Euphranor. Nous étions dans cette espèce d'ivresse que causent au premier
moment la présence des hommes célèbres, et le plaisir de les approcher. On fixa
ensuite notre regard sur la ville ; et pendant quelques jours nous admirions les
monuments et nous parcourions les dehors. (TOMO 2, pp.90,91)

VISITA A LA ACADEMIA: AL ENCUENTRO CON PLATÓN MI AMIGO SE SONROJA

L'Académie n'est éloignée de la ville que de six stades. C'est un grand emplacement
qu'un citoyen d'Athènes, nommé Académus, avait autrefois possédé. On y voit
maintenant un gymnase, et un jardin entouré de murs, orné de promenades couvertes
et charmantes, embelli par des eaux qui coulent à l'ombre des platanes et de plusieurs
autres espèces d'arbres. A l'entrée est l'autel de l'Amour, et la statue de ce dieu ; dans
l'intérieur, sont les autels de plusieurs autres divinités. Non loin de là, Platon a fixé sa
résidence auprès d'un petit temple qu'il a consacré aux Muses, et dans une portion de
terrain qui lui appartient. Il vient tous les jours à l'Académie. Nous l'y trouvâmes au milieu
de ses disciples, et nous nous sentîmes pénétré du respect qu'inspire sa présence.
Quoique âgé d'environ soixante-huit ans, il conservait encore de la fraîcheur : il avait
reçu de la nature un corps robuste. Ses longs voyages altérèrent sa santé ; mais il l’avait
rétablie par un régime austère, et il ne lui restait d'autre incommodité qu'une habitude
de mélancolie : habitude qui lui fut commune avec Socrate, Empédocle et d'autres
hommes illustres. Il avait les traits réguliers, l´air sérieux, les yeux pleins de douceur, le
front ouvert et dépouillé de cheveux, la poitrine large, les épaules hautes, beaucoup
de dignité dans le maintien, de gravité dans la démarche, et de modestie dans
l'extérieur. Il nous reçut avec autant de politesse que de simplicité, et nous fit un si bel
éloge du philosophe Anacharsis, dont mon ami descend, qu'il rougissait de porter le
même nom. Il s'exprimait avec lenteur ; mais les grâces et la persuasion semblaient
couler de ses lèvres. (TOMO 2, pp.106,107)

235
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

ELEUSIS y EL TELESTERIUM DE MÁRMOL PENTÉLICO

Nous partîmes avec quelques-uns de nos amis, le 14 de boédromion, dans la deuxième


année de la cent neuvième olympiade. La porte par où l´on sort d’Athènes, s'appelle
la porte sacrée ; le chemin qui de là conduit à Eleusis, se nomme la voie sacrée.
L'intervalle entre ces deux villes, est d'environ cent stades. Après avoir traversé une
colline assez élevée, et couverte de lauriers-roses, nous entrâmes dans le territoire
d’Eleusis, et nous arrivâmes sur les bords de deux petits ruisseaux, consacrés l'un à Cérès,
et l'autre à Proserpine. J'en fais mention, parce que les prêtres du temple ont seuls le
droit d'y pêcher, que les eaux en sont salées, et que l'on en fait usage dans les
cérémonies de l’initiation. Plus loin, sur le pont d'une rivière qui porte le nom de Céphise,
comme celle qui coule auprès d'Athènes, nous essuyâmes des plaisanteries grossières
de la part d'une nombreuse populace. Pendant les fêtes, elle se tient clans cette
espèce d'embuscade pour s’égayer aux dépens de tous ceux qui passent, et surtout
des personnes les plus distinguées de la république C’est ainsi, disait-on, que Cérès, en
arrivant à Eleusis, fut accueillie par une vieille femme nommée Iambé. A une légère
distance de la mer, se prolonge dans la plaine, du nord-ouest au sud-est, une grande
colline, sur le penchant et à l'extrémité orientale de laquelle on a placé le fameux
temple de Cérès et de Proserpine. Au-dessous est la petite ville d'Eleusis. Aux environs,
et sur la colline même, s'élèvent plusieurs monuments sacrés, tels que des chapelles et
des autels : de riches particuliers d'Athènes y possèdent de belles maisons de
campagne. Le temple, construit par les soins de Périclès, en marbre pentélique, sur le
rocher même qu'on avait aplani, est tourné vers l'orient. Il est aussi vaste que
magnifique ; l’enceinte qui l'entoure, a du nord au midi environ trois cent quatre-vingt-
quatre pieds, du levant au couchant environ trois cent vingt-cinq. Les plus célèbres
artistes furent chargés de conduire ces ouvrages à leur perfection.191 (TOMO 5, pp.
444,445)

EMBRIAGADOS EN LA ISLA DE CHIO HABLANDO DE HOMERO

L'ile de Chio où nous abordâmes, est une des plus grandes et des plus célèbres de la
mer Egée. Plusieurs chaînes de montagnes couronnées de beaux arbres, y forment des
vallées délicieuses ; et les collines y sont, en divers endroits, couvertes de vignes qui
produisent un vin excellent. On estime surtout celui d’un canton nommé Arvisia. Les
habitants prétendent avoir transmis aux autres nations l’art de cultiver la vigne.

191 Barthelemy especifica que esta frase está tomada literalmente del prefacio del Libro VII de Vitruvio.

236
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Ils font très bonne chère. Un Jour que nous dînions chez un des principaux de l'île, on
agita la fameuse question de la patrie d’Homère : quantité de peuples veulent
s'approprier cet homme célèbre. Les prétentions des autres villes furent rejetées avec
mépris, celles de Chio défendues avec chaleur. Entre autres preuves, on nous dit que
les descendants d'Homère subsistaient encore dans l’ile, sous le nom d'Homérides. A
l'instant même, nous en vîmes paraître deux, vêtus d´une robe magnifique, et la tête
couverte d'une couronne d'or. Ils n'entamèrent point l'éloge du poète ; ils avaient un
encens plus précieux à lui offrir. Après une invocation à Jupiter, ils chantèrent
alternativement plusieurs morceaux de l´Iliade, et mirent tant d’intelligence dans
l’exécution, que nous découvrîmes de nouvelles beautés aux traits qui nous avaient le
plus frappés. (TOMO 6, pp. 166, 167)

LA RECONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE ARTEMISA Y EL ORIGEN DEL “CUENTO DE ÉFESO”

Je reprends la narration de notre voyage, trop longtemps suspendue. Nous


parcourûmes les trois provinces grecques de l'Asie. Mais, comme je l´ai promis, je
bornerai mon récit á quelques observations générales (TOMO 6, p. 177). Nous dirigeâmes
notre route vers le midi. Outre les villes qui sont dans l'intérieur des terres, nous vîmes sur
les bords de la mer, ou aux environs, Lébédos, Colophon, Ephèse, Priène, Myus, Milet,
Iasus, Myndus, Halicarnasse et Cnide. Les habitants d'Ephèse nous montraient avec
regret les débris du temple de Diane, aussi célèbre par son antiquité que par sa
grandeur. Quatorze ans auparavant il avait été brûlé, non par le feu du ciel, ni par les
fureurs de l'ennemi, mais par les caprices d'un particulier nommé ***192 qui, au milieu
des tourments, avoua qu'il n'avait eu d’autre dessein que d’éterniser son nom. La diète
générale des peuples d’Ionie fit un décret pour condamner ce nom fatal à l’oubli ;
mais la défense doit en perpétuer le souvenir ; et l'historien Théopompe me dit un jour,
qu'en racontant le fait il nommerait le coupable. Il ne reste de ce superbe édifice que
les quatre murs, et des colonnes qui s'élèvent au milieu des décombres. La flamme a
consumé le toit et les ornements qui décoraient la nef. On commence à le rétablir. Tous
les citoyens ont contribué ; les femmes ont sacrifié leurs bijoux. Les parties dégradées
par le feu, seront restaurées ; celles qu'il a détruites, reparaîtront avec plus de
magnificence, du moins avec plus de goût.

192 Ni en su diario de viaje, ni en sus Prólogos, Vitruvio nombra jamás al innombrable. Tampoco
nosotros lo hacemos en esta Tesis. Ver entrada: 4.2.1 TEMPLO DE ARTEMISA EN ÉFESO, dentro de
este capítulo.

237
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

La beauté de l’intérieur était rehaussée par l'éclat de l'or, et les ouvrages de quelques
célèbres artistes ; elle le sera beaucoup plus par les tributs de la peinture et de la
sculpture, perfectionnées en ces derniers temps. On ne changera point la forme de la
statue, forme anciennement empruntée des Egyptiens, et qu'on retrouve dans les
temples de plusieurs villes grecques. La tête de la déesse est surmontée d’une tour ;
deux tringles de fer soutiennent ses mains ; le corps se termine en une gaine enrichie
de figures d’animaux et d'autres symboles. Les Ephésiens ont, sur la construction des
édifices publics, une loi très sage. L´architecte dont le plan est choisi, fait ses
soumissions, et engage tous ses biens. S´ il a rempli exactement les conditions du
marché, on lui décerne des honneurs. La dépense excède-t-elle d’un quart le trésor de
l´état fourni ce surplus. Va-t-elle par-delà le quart ? tout l’excédent est prélevé sur les
biens de l´artiste193. (TOMO 6, pp. 180, 181, 182)

***

Aquí finaliza la aventura. Es un viaje inolvidable y la excusa para no olvidar al Vitruvio


que soñó despierto con la posteridad de su trabajo.

Ilustración de Barbié du Bocage, El Partenón

193 Barthelemy anota que este fragmento pertenece al prefacio del Libro X de Vitruvio.

238
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2 CUATRO TEMPLOS EN EL SIGLO I

Vitruvio eligió estos cuatro templos: Templo de artemisa en Éfeso, Templo de Apolo en
Dídima, Templo de Deméter en Eleusis y Templo de Zeus Olímpico, entre otros muchos.
Por encima del Partenón o del Mausoleo de Halicarnaso. No vamos a cuestionar el
motivo. Todo lo contrario, se da por hecho que fue la mejor elección. Examinados en
el siglo I, cuando se incorporaron al presente del Prólogo VII, subrayaremos lo que él
mismo nos cuenta de cada uno, aportando pinceladas singulares que ayuden a
grabarlos en la memoria asociados a su Bibliografía.

Insistimos, por deferencia, que la riqueza de contenidos de este prólogo sería


susceptible de ser desarrollada con más profundidad y desde diferentes enfoques.
Cualquier alma de arquitecto, por ejemplo, sentirá la omisión de no encontrarse con
un estudio compositivo, o constructivo, pormenorizado de estos cuatro edificios.
Vencida la tentación de otros derroteros, seguimos aferrados a nuestro cometido de
escuchar y considerar suficiente lo que Vitruvio dice, tal cual lo dice, e intentar hacerlo
público y notorio.

Solo una pequeña excepción para confirmar la regla. Nos detendremos a observar la
tipología del Templo de Ceres/Deméter, conocido como el Telesterium, por tratarse de
una rara avis en el paraíso morfológico de la arquitectura. A diferencia de los otros
templos, no es morada de un Dios, sino de un Misterio.

4.2.1 TEMPLO DE ARTEMISA EN ÉFESO

Retomamos el templo donde lo dejamos en el siglo IV, resurgiendo de sus cenizas. El


edificio había ardido, intencionadamente, el 22 de junio del 356 AC, coincidiendo, con
precisión, con el nacimiento de Alejandro Magno. Se conoce quién fue el causante, y
que lo hizo por lograr fama y notoriedad, no por piromanía. A partir del suceso, como
cuenta Vitruvio en su viaje, se emitió un decreto en Jonia condenando al olvido el
nombre fatal del malhechor. Expresamente, no vamos a nombrar al innombrable,
como tampoco Vitruvio lo hace.

A pesar de la prohibición bajo pena de muerte, de que no fuese registrado por las
generaciones futuras, el hecho llegó hasta oídos de Cervantes:

239
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Eso me parece, Sancho –dijo don Quijote–, a lo que sucedió a un famoso poeta destos
tiempos, el cual, habiendo hecho una maliciosa sátira contra todas las damas
cortesanas, no puso ni nombró en ella a una dama que se podía dudar si lo era o no;
la cual, viendo que no estaba en la lista de las demás, se quejó al poeta diciéndole
que qué había visto en ella para no ponerla en el número de las otras, y que alargase
la sátira y la pusiese en el ensanche; si no, que mirase para lo que había nacido. Hízolo
así el poeta, y púsola cual no digan dueñas, y ella quedó satisfecha, por verse con
fama, aunque infame. También viene con esto lo que cuentan de aquel pastor que
puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete
maravillas del mundo, sólo porque quedase vivo su nombre en los siglos venideros; y
aunque se mandó que nadie le nombrase, ni hiciese por palabra o por escrito mención
de su nombre, porque no consiguiese el fin de su deseo, todavía se supo que se
llamaba… (Don Quijote. Segunda parte. Capítulo VIII. Donde se cuenta lo que le
sucedió a don Quijote, yendo a ver su señora Dulcinea del Toboso).

El Templo de Artemisa se reconstruyó, y sabemos que estaba en pie con toda su


magnificencia en vida de Vitruvio, gracias a la operación de marketing de las siete
maravillas, ideadas para un turismo con afán de belleza, no de consumo. En una
antología de poemas, de la Biblioteca Palatina de Heidelberg, aparecen estos versos
atribuidos a Antípatro de Sidón, poeta de finales del siglo II:

Y de la rocosa Babilonia la muralla accesible a los carros / y el Zeus junto al Alfeo


contemplé, / también los Jardines Colgantes y el Coloso de Helios, / y la gran labor de
las escarpadas pirámides, / también el enorme sepulcro de Mausolo . Pero cuando
vislumbré / de Ártemis el templo alzándose hasta las nubes, /aquellos empalidecieron
y dije “¡Mira, salvo el Olimpo, / Helios jamás vio nada igual!

Antípatro expone el listado de sus siete maravillas sin nombrarlas explícitamente como
tales, ya se encargará Varrón de confirmar que esa fue su intención y Cicerón de
mencionarlo. Pone el énfasis absoluto en el Templo de Artemisa. Vitruvio, que no es un
vendedor de maravillas, no edita su lista, pero recalca en su bibliografía que el
Mausoleo y Artemisa, son consideradas como tales. Plinio, más tarde, en el siglo I d. C,
elaborará su propio ranking. Mantendrá las Pirámides, la estatua de Zeus, los Jardines
Colgantes y el Templo de Artemisa. Incluirá las Cien Puertas de Tebas en Egipto, el Faro
de Alejandría, el Laberinto de Egipto y, por encima de todas ellas, la propia ciudad de
Roma, el corazón del Imperio Romano. A cambio excluirá el Mausoleo de Halicarnaso,
las Murallas de Babilonia y el Coloso de Rodas.

240
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El que Plinio mantenga el Templo de Artemisa en el pedestal, trasciende el ensueño y


la imaginación, que parecían haber tocado techo con la descripción de Antípatro,
cuando decía que el Sol no había visto nada igual salvo el Olimpo. Siempre atentos a
no desatar la envidia de los dioses. Por lo tanto, en el siglo I, Plinio mediante, tenemos
coartada de que el Templo estaba vivo y deslumbrando.

4.2.2 TEMPLO DE APOLO EN DIDIMA

Artemisa y Apolo están hermanados no solo mitológicamente hablando. En su


reconstrucción fraternal interviene el mismo arquitecto, Peonio de Éfeso. Un fragmento
del texto de Vitruvio:

[Vitruvio] DIANA EN ÉFESO (Artemisa en Éfeso) De orden Jónico, empezado por Ctesifón
Gosio y su hijo Metágenes, y concluido según dicen, por Demetrio, siervo de Diana
misma, y por Peonio Efesino. El segundo es el Templo de APOLO EN MILETO (Apolo en
Didima), también de orden Jónico, edificado por dicho Peonio y Dafnes Milesio.

Por primera vez en esta investigación, nos asomaremos al territorio de la hipótesis. Será
para fechar la vida del arquitecto Peonio de Éfeso y, de camino, valorar el estado
constructivo de nuestros templos. Y ya que nos aventuramos, lo haremos en una línea
diferente a la de Romano que comenta al respecto:

Stando a Vitruvio, Demetrio completò il Tempio di Artemide, che era stato iniziato da
Chersifrone nel 570 a. C. circa e per la cui costruzione sappiamo che furono necessari
in tutto 120 anni ( cfr. Plin. NH, 36, 95), egli appartiene alla meta del V secolo a. C., non,
come pensando altri, all´età di Alessandro (...)Sulla datazione di Peonio di Éfeso e di
Daphnis Milesio valga quanto detto nella nota a proposito di Demetrio, del quale sono
contemporanei (...)É il Santuario di Apollo Philesios a Dídyma, su una collina a 18 km.
da Mileto, sede di uno degli oracoli più venerati nell´antichità. Ebbe varie fasi: i
ritrovamenti più antichi risalgono al VII a. C., quando il culto appare già affidato alla
dinastia sacerdotale dei Branchidi. Saccheggiato e incendiato dai Persiani nel 494
a.C., fu ricostruito solo dopo la liberazione macedone, su progetto di Peonio e Daphnis.
Il tempio progettato da Peonio e Daphnis si sovrappose a quello arcaico, ma con un
orientamento leggermente diverso. (Corso/Romano,1997 p. 1073 notas 80, 81 y 82)

241
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

Según sus cálculos, 570+120 años, se sitúa a Peonio en el 450, siglo V. La conclusión
cronológica de Romano se fundamenta en el texto de Vitruvio y la nuestra, a
continuación, también, o no nos molestaríamos en enunciarla. Si nos atenemos al
termómetro de la Hybris, cuyo control congeló al otro lado del mar Egeo la
construcción del Templo de Júpiter Olímpico, y a la crónica de las visitas de Alejandro
a los templos de Éfeso y Mileto, en condición mal disimulada de semidiós, estaríamos
con quienes defienden, aunque por otros caminos, que la reconstrucción, tanto de
Artemisa como de Apolo, se comenzó en época Helenística, finalizando el siglo IV. En
otras palabras, le quitamos a Peonio 150 años de encima.

El detalle no parece relevante para esta Tesis, para Peonio, para el devenir del mundo
del Arte o para la Bibliografía de Vitruvio –quien sabiamente omite la mención de
fechas– y, sin embargo, sí lo es para el relato del joven Vitruvio que, a mediados del
siglo IV, cuando visita Mileto, no da cuenta del Templo de Apolo ni del lugar de Dídima
en sus diarios. Es una licencia a la literatura fantástica, no a la científica, no por ello
menos legítima, y será de las pocas que nos permitamos fuera del Voyage du Jeune
Vitruve.

Volviendo al siglo del prólogo VII, el siglo I, afirmamos que, caminando tres horas desde
Mileto, en línea recta y dirección sur, se llega a una colina en Dídima, donde se eleva
la casa de Apolo, un Templo que, sin estar listado entre las maravillas, un turista
accidental describe con una emoción similar a la de Antípatro de Sidón por la casa
de Artemisa:

En este momento regreso de la visita del templo de Apolo en Dídima. Nunca he visto
un templo como éste, ni nunca he advertido en los ojos de los que me acompañaban
esa emoción honda que los vuelve redondos y quietos, plenos de iris, como los de un
ángel, tal vez. Más que una maravilla, aquí debe de haber una concentración de
todos los dioses a los que se encomendaban los milesios.

4.2.3 TEMPLO DE DEMETER. EL TELESTERION DE ELEUSIS

La excepcional tipología de este Templo es el resultado de una cadena que comienza


en la leyenda, sigue con la celebración y finaliza en el culto. Empecemos por la
leyenda. La mayoría de los relatos mitológicos son un enredo difícil de asimilar en una
primera lectura.

242
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El alboroto debido a Deméter y Perséfone --cuyo origen, el “Himno a Deméter”, fue


equivocadamente atribuido a Homero-- se podría considerar una excepción por su
clara relación causa-efecto.

Perséfone era hija de Deméter, diosa de todos los campos fértiles. Enamorado de ella,
Hades, dios de la muerte, la secuestra a su mundo. ¿A quién podía desear más, sino a
la hija de la vida? Deméter pasa días buscándola infructuosamente, desesperada, sin
saber lo que ha ocurrido, ayunando de lo que ayunan los dioses, ambrosía y néctar,
hasta que Helios, apiadado, se lo revela. Inconsolable, interrumpe el ciclo vital de la
naturaleza, no va a volver a pisar el Olimpo ni permitir que la tierra vuelva a dar fruto
“antes de ver con sus ojos a su muchacha de hermoso rostro” (Himno a Deméter). Los
hombres sin alimento y los dioses sin las ofrendas de los hombres, provocan la
intervención de Zeus, que ordena a su hermano Hades liberarla. Antes de hacerlo,
taimado y sagaz, Hades le ofrece un manjar irresistible: un grano de granada dulce
como la miel. Perséfone, tentada, comulga con el inframundo y ya no podrá desligarse
de él por completo. No queda otro remedio que pactar. Pasará seis meses a cielo
abierto y otros seis en el fondo abisal. Desde entonces, cada año, Deméter festeja la
vuelta de su hija con el nacimiento de la primavera.

Las celebraciones en torno a la renovación de la naturaleza tras el invierno derivaron


en cultos a una vida feliz tras la muerte. Algo que no ofrecía, la que puede llamarse la
religión oficial griega, la cobijada en los Templos clásicos. Estos nuevos cultos, con sus
rituales, se fundan el siglo VI, colocando la primera piedra de nuestro edificio. Se
conocerán como los Misterios de Eleusis o iniciaciones mistéricas y al edificio como el
Telesterium, “el lugar de las iniciaciones”. Son ritos plurales pues ofrecen a los iniciados
la esperanza de una vida feliz en la muerte, y si se obra acorde a sus preceptos, una
vida feliz en la vida. Un paraíso anticipado. El ritual para iniciarse en estos misterios era
un secreto sin voces. La indiscreción se penaba gravemente y el propio Esquilo estuvo
acusado de desvelarlos, aunque finalmente fue absuelto. Durante los mil años que
perduraron culto y edificio, poco o nada se supo de lo que ocurría allí dentro. Hoy sería
impensable, considerando el apetito de los medios de comunicación y la voracidad
de los consumidores.

Ahora a construir. Póngase a una celebración al aire libre, con ritual ceremonioso, una
cubierta estanca; presérvese el acceso, aforo limitado y protéjase de todo ojo y oído
ajeno, no escape un misterio. Blindada. Que todo asistente en 360 grados presencie el
culto (círculo o cuadrado). Y que entre luz.

243
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

El bosque de columnas interiores era imprescindible estructuralmente, como en toda


sala hipóstila. Las cuatro fachadas, muros ciegos con pequeños vanos de entrada en
tres de sus caras (de la cuarta hablaremos), eran imprescindibles funcionalmente,
como las gradas. Desconocemos por qué estos ritos habían de celebrarse sin un punto
de fuga, como tienen la escena en los teatros o los altares en las iglesias. Coronando
las dos aguas, un lucernario. En inicio no tenía porche, debía de asemejarse a un
edificio de sobria belleza. El Doctor en filología griega, Fernando García Romero, con
gran clarividencia, lo describe como un templo clásico griego invertido. Un guante
vuelto del revés. Más basílica que edificio pagano. En definitiva, era el único lugar de
Grecia donde se prometía el cielo a los hombres de a pie, el Olimpo era club exclusivo
de los inmortales.

La cuestión del elegir ubicarlo con la espalda mordiendo un talud, y por lo tanto una
de sus fachadas bajo rasante, es un misterio. La cuestión de una grada continua en
todo el perímetro interior, apoyada en las cuatro paredes, solo interrumpida, como en
el Coliseo, por los accesos, otro misterio. Bienvenidos los misterios. Empiezan a ser una
respuesta agradable como antídoto a la elucubración. Dice Vitruvio en su texto al
respecto de este Templo:

[Vitruvio] CERES Y PROSERPINA EN ELEUSIA (Deméter y Perséfone), cuyo arquitecto


Ictino hizo la nave extraordinariamente grande para el expedito uso de los
sacrificios/iniciación misterios de Eleusis, y no puso columnas en lo exterior. A este
Templo, mandando en Atenas Demetrio Faleréo, el Arquitecto Filón le hizo próstilos,
poniéndole columnas en fachada; con cuyo aumento de vestíbulo dio desahogo a
los ministros sagrados, y la mayor majestad al templo.

Ictinio, el súper nombre asociado al Partenón, en tiempos de Pericles, amplió el interior


aligerando la estructura de columnas. Posteriormente Filón se encargó de proyectar el
próstilo. Al ser la cubierta a dos aguas a pesar de tratarse de una planta cuadrada, no
hubo de representar una complicación constructiva. Estas columnas exteriores
debieron de humanizar el edificio volcándolo sensiblemente al exterior. Terminemos
con el paraje. El Telesterium está emplazado a pocos kilómetros del oeste de Atenas,
en una bahía cerrada por la isla de Salamina. Para disfrutar a fonfo del trayecto,
sugerimos releer la descripción de nuestro jeune Vitruve en su diario de viaje.

244
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.2.4 JUPITER (ZEUS) OLIÍMPICO EN ATENAS

En el capítulo dedicado a la Bibliografía de Autores había quedado congelada la


construcción del edificio entre Pisítrato y Antíoco IV, con la buena nueva de que en el
siglo II se reanudarían las obras. Cuando Vitruvio visita Atenas con Anacharsis apenas
hay planteados unos cimientos situados al sur de la Acrópolis, donde El Partenón lidera
la ciudad. En el ahora del siglo I, se yergue un templo colosal e incomparable en
palabras de Vitruvio, al que la Hybris, la desmesura, no pesa en absoluto. Zeus ya se
llama oficialmente Júpiter. Soplan vientos romanos en Grecia.

[Vitruvio] (…) JUPITER OLIMPICO (Templo de Zeus Olímpico en Atenas) de orden


corintio, y de espaciosa magnitud, como dijimos arriba, de quien no nos ha quedado
comentario alguno. COSSUCIO, ciudadano romano, la hizo de la mayor belleza,
construyendo una majestuosa nave, pórtico díptero al rededor, y la más elegante
proporción de cornisamentos: tanto, que no solo es admirada de todos, sino también
comparable con pocas en magnificencia

Este segundo fragmento pertenece a la Bibliografía de Autores, y completa la


descripción del edificio. Cossucio, un arquitecto romano en Atenas consta, por lo
tanto, como el primero que en suelo helénico plantó cara al dórico y al jónico con el
corintio. Digno de ser recordado.

245
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

4.3 LOS TEMPLOS EN EL SIGLO XXI

El presente prólogo ha viajado al pasado con calma y bastante apasionamiento.


Charles Dickens nos enseñó en “A Christmas Carol” que, sin visita al futuro, no hay un
final redondo.

Quedan ruinas que merecen y otras que desmerecen. Las hay que no dicen nada y
han de andamiarse con historias. Pero también las hay soberanas, poderosas, obras
arquitectónicas autónomas, dignas de ser de ser visitadas, desnudos de información.

Empate a dos. Así ha quedado hoy la quiniela de los cuatro Templos de Vitruvio. El
Templo de Artemisa en Éfeso y el Templo de Deméter en Eleusis, son piedras
pretendiendo un replanteo que, sin guía, o paneles explicativos, no dirían casi nada.
Temblorosas, desordenadas, gastadas, dejadas de la santísima trinidad: Utilitas,
Firmitas, Venustas. A las que solo parece que pueda redimir el Amor constante de
Quevedo. Serán ruinas, más tendrá sentido; mármol serán, más mármol enamorado.

El templo de Apolo y el Templo de Júpiter son arquitectura en estado puro. Una fiesta.
No necesitan más palabras. Un gran arquitecto, cuyo nombre no viene al caso, dijo
una vez que hay que proyectar desde la demolición; a la vista de los (des)hechos se
le podría dar la razón. Finaliza nuestro viaje por Grecia. A continuación, una breve
parada en Roma.

4.4 BIBLIOGRAFÍA DE EDIFICIOS EN ROMA

Y Vitruvio finaliza su relato bibliográfico con un Arquitecto y un Templo romanos:

[Vitruvio] …Cayo Mucio, que con su gran inteligencia edificó el templo Del Honor y
Valor en la nave de Mario, usando la más elegante proporción de columnas y
cornisamentos que tiene el arte. Si este templo fuera de mármol, para que tuviera la
magnificencia y riqueza de materiales, como tiene toda la belleza arquitectónica, se
contaría entre los primeros y más excelentes edificios. Hallando pues que nuestros
antiguos fueron no menos ilustres arquitectos que los griegos, como también muchos
en nuestros días, aunque pocos los que hayan escrito preceptos del arte, no creí
acertado imitar su silencio, antes bien irlos dando de cada cosa en Libro separado.

246
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

En Grecia hemos asistido a un festín de cultura helénica propiciado por la pasión de


Vitruvio, sin más texto ni lección por su parte que la breve descripción que hace de
cada uno de los cuatro Templos que selecciona. En Roma, vuelve a manifestar el
anhelo de querer admirar a ambas civilizaciones por igual y también la reflexión sobre
el imperativo de dejar testimonio escrito de las obras.

Si la condición para considerar como dignas fuentes bibliográficas sus templos griegos
era su construcción íntegra en mármol, ahora lo que importa es mencionar la
excelencia de la arquitectura romana por encima de cualquier material. Y no muestra
pereza ensalzando Artífice y Templo. Inteligencia, elegancia, belleza, excelencia, con
ningún otro templo ha derrochado tantos calificativos.

Acota Romano al respecto del texto: Su Mucio e sul Tempio di Onore e Virtù. Secondo
Schrijvers, 1989, pp. 18, i meriti di Mucio potrebbero essere stati amplificati per ragioni
ideologiche. La costruzione del Tempio di Onore e Virtù poteva apparire un fatto
tipicamente romano, tanto più che questo tempio fu consacrato da Mario,
ostentatamente antiellenista. Inoltre Mucio apparteneva forse alla clientela
dell´augure Q Mucio Scevola, anch´ egli antiellenista.
(Corso/Romano,1997 p.1074 nota 86)

Coincidiendo en que el templo parece descrito por encima de sus posibilidades,


Romano lo achaca más a una obligación política y, nosotros, a la intuición de Vitruvio
de lo que estaba por venir o viniendo. Llamativo a todas luces es que, por fin, Vitruvio
aterriza en territorio romano. Incluso cuando, párrafos atrás (ver texto completo),
hablaba de Cossucio, el arquitecto romano que llevó el corintio a Atenas, seguía en
humor griego. Nos ha hecho contemplar templos que son moradas de dioses, de
diosas y de misterios, ahora toca cobijar a los valores imperiales. Se abre la veda. En
Roma se entraba en el templo del honor únicamente por medio del templo de la
virtud. (Schopenhauer)

Todo empieza a virar hacia una Roma que no era la del principio de la bibliografía.
Entre las letras finales del tratado de Vitruvio y las palabras de Plinio, elevando la
ciudad de Roma a la categoría de corazón de imperio, media la eclosión de toda una
arquitectura monumental y memorable en mármol que, para que encajen las fechas,
ha tenido que empezar a gestarse en vida de Vitruvio.

247
CAPÍTULO II - LAS FUENTES PERDIDAS DE VITRUVIO

“ L´instant où va se réaliser la grande transformation que Vitruve fait á peine pressentir,


est l´époque même où l´Empire s´organise. Que l´on place Vitruve á cette date, tout
concorde dans l´ensemble, et le livre se présente comme le testament de l´art á l´issue
de la République romaine" (Choisy, 1909, Tomo I, p. 369)

Cumpliendo lo que prometimos al principio de este capítulo, Roma ya es de mármol.

That though the radiance


which was once so bright
Be now for ever taken from my sight,
Though nothing can bring back the hour
Of splendor in the grass,

William Wordsworth

Planta del Templo de Artemisa en Éfeso

248
La belleza de las matemáticas solo se muestra a los seguidores más pacientes
Maryam Mirzakhani

CAPITULO III

EL PRÓLOGO ILUSTRADO
ÍNDICE DEL CAPÍTULO III

1 LA SORPRESA DEL PRÓLOGO IX


1.1 Errantes y su vindicación del prólogo IX
1.2 Legitimación de las ilustraciones.

2 UN CUENTO CON DIBUJOS


3 MATEMÁTICAS DOMÉSTICAS
3.1 Platón Pitágoras, Pitágoras Platón
3.2 ¡Eureka, Vitruvio!

4 OTROS ILUSTRADORES
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

1 LA SORPRESA DEL PRÓLOGO IX

El Prólogo IX es el segundo más extenso de los diez. 194 Contiene el Cuento Platón & Cía
y lo que podríamos llamar una anécdota, o sorpresa, en la que no habríamos reparado
de no haber iniciado la lectura de los prólogos con la versión de Ortiz y Sanz, ya que
la sorpresa se desvanece por ensalmo tras este traductor y, desde el XIX en adelante,
no volverá a repetirse.

Merece una atención especial cómo, de esta manera, un salto de maquetación


condicionó el contenido del Prólogo IX durante 300 años. Su texto quedó
artificialmente desdoblado, de forma que sus últimos relatos sobre la Matemática de
Platón y Pitágoras, y la Física de Arquímedes, pasaron a pertenecer al Libro IX. Hecho
que no despertó simpatías entre los traductores de los siglos del XVI al XVIII, que
hubieron de asumir el error con el fin de no alterar la numeración de capítulos que
venía dada desde las primeras ediciones incunables purificadas. En compensación,
los relatos del prólogo que migraron al libro tuvieron la oportunidad de ser ilustrados,
una potestad que no es propia de los proemios o las introducciones. De Giocondo a
Ortiz y Sanz asistimos a un Prólogo ilustrado, o Cuento con Dibujos, que presentaremos
debidamente y que, tirando de su hilo, nos llevará, finalizando el capítulo, a celebrar
el ¡eureka! de Vitruvio.

Esta pequeña eventualidad nos va a permitir aproximarnos al talento gráfico de


nuestros autores y volver a incidir, a través de la Matemática, en el compromiso de
Vitruvio por hacer de sus textos un instrumento ejemplar, útil y universal, para lectores
profesionales y profanos.

194 Recordatorio de la organización de los 10 prólogos por contenido y capítulos:

Prólogo 01: Corpus editorial


Prólogo 02: Dinócrates
Prólogo 03: Sócrates
Prólogos 04 + 05: Corpus editorial
Prólogo 06: Aristipo
Prólogo 07: Aristófanes + Las fuentes de Vitruvio
Prólogo 08: De Mileto
Prólogo 09: Platón & Cía + El prólogo ilustrado
Prólogo 10: De Éfeso

251
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

APUNTE SOBRE LAS LÍNEAS DE DESCOMPRESIÓN

La frontera entre los prólogos y sus respectivos libros no es en absoluto difusa, está
marcada a fuego. Vimos en la introducción general la única invariante de la estructura
de los prólogos de Vitruvio: las “líneas de descompresión” que acompañan fielmente
el final de cada prólogo, bautizadas así por ser las que marcan la transición entre éste
y su libro. Anuncian puntualmente el contenido del mismo, y anuncian oficialmente su
inicio. Tienen la doble función de subíndice y sinopsis. En el caso del Prólogo IX rezan
así:

[Vitruvio] En los siete primeros libros traté de los edificios, en el octavo de las aguas: y
en este explicaré la Gnomónica: cómo se halló ésta por medio de la sombra de un
palo a los rayos del sol y de qué modo crece y se contrae esta sombra.

Son tan específicos estos renglones, que cuesta comprender el motivo de que se
ignorasen, y con ello se trastocase la estructura del volumen IX. ¿Un descuido? Poco
probable, con una frontera tan expresamente señalada por Vitruvio. Tampoco se
explica por un motivo de contenido: los relatos trasvasados del prólogo son extranjeros
al tema del libro, y el prólogo, a su vez, queda descolgado sin los ejemplos derivados
de su enseñanza moral.

En primera instancia, pensamos que podía tratarse de una equivocación puntual, sin
trascendencia, solo atribuible a nuestra voz, Ortiz y Sanz; fue al investigar, en busca de
la certeza, cuando observamos que su origen venía de antiguo. 195

195 Desde Choisy hasta la más reciente traducción del De Architectura en el 2015, por parte de Pierre
Gros, prólogo y libro están restituidos como corresponde.

252
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

1.1 LOS ERRANTES Y SU VINDICACIÓN DEL PROLOGO IX 196


GIOCONDO, CESARIANO, PHILANDRO, BARBARO, PERRAULT, GALLIANI, ORTIZ Y SANZ

Reparamos en cómo a cada traductor le incomodaba esta recapitulación


sobrevenida a la fuerza y cómo se iban pertrechando con un comentario anotado a
pie de página. Son anotaciones muy interesantes, hablan del respeto que estos
intérpretes otorgan al contenido del prólogo y a la palabra de Vitruvio. Empecemos a
finales del XVIII con Ortiz y Sanz, ya que es el último errante, e intentemos dar con el
primero, retrocediendo paulatinamente:

Estos tres primeros Capítulos son parte del Proemio de este libro, y en ningún modo
correspondían aquí tales divisiones, como conocerá cualquiera. Sin embargo, ha sido
fuerza ponerlos, para no alterar el orden de capítulos establecidos en las citaciones;
pero los números marginales son romanos, como los de todos los Proemios de la obra.
(Ortiz y Sanz, 1787, p. 210)

Ortiz y Sanz se toma su revancha. Refiere que seguirá numerando los márgenes
izquierdos a tenor del prólogo a pesar de que los textos figuren como capítulos del
libro. Mantiene la característica numeración romana correlativa para dejar claro su
linaje. Solo a partir del comienzo legítimo del libro pondrá el contador a cero.
Desconocemos a qué se refiere con el orden de capítulos establecidos en las
citaciones, sospechamos que trata de preservar la organización capitular de
anteriores traducciones.197

196 Errante: en su segunda acepción significa “que yerra”, adjetivo en desuso; frente a errático: “que
se mueve sin rumbo fijo o sin asentarse en un lugar”. No existen otros adjetivos en el idioma español
para describir al que comete errores habitualmente.

197 Ortiz y Sanz, no satisfecho con su primera acotación, vuelve a recordarnos el asunto más adelante:
Hasta aquí llega el Proemio de este Libro, como evidencia todo su contexto, y advertí en la Nota 1 al
Cap. I .

253
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Antes que él dijo Galiani:

I seguenti primi tre capitoli fanno parte della prefazione, mentre il primo contiene una
invenzione di Platone, il secondo una di Pitagora, il terzo una d´Archimede: cose tutte,
che non hanno niente che fare coll´oggetto principale di questo libro, che è la
Gnomonica: ad ogni modo, per non cambiare la divisione antica di capitoli, come mi
sono protestato nella prefazione, gli ho ancor io segnati per capitoli diversi, ma per
distintivo dagli altri non vi ho notato titolo.198 (Galiani, 1758 p.342)

Galliani nos avanza a los protagonistas de cada uno de los tres relatos sustraídos:
Platón, Pitágoras y Arquímedes. Recalca que el contenido de sus textos nada tiene
que ver con el del libro. Su desquite es mantener los relatos sin titular, en un limbo. A
Carlos III, a quien le fueron dedicadas soberanamente ambas traducciones, la de
Galiani y la de Ortiz y Sanz, no debió de quedarle duda sobre la postura de los
intérpretes.

Perrault les precede con este comentario:

Si l’on veut doubler. Il est évident que ce premier chapitre, de même que le second et
le troisième ne font que la continuation de la préface, et que ce que Vitruve apporte
de la mesure de Platon, de l’équerre de Pythagore et de l’invention d’Archimède, ne
sont que des exemples qu’il propose pour confirmer ce qu’il a avancé à l’avantage
de la Philosophie et pour faire voir que tout ce que les plus valeureux Athlètes peuvent
faire, n’a rien de merveilleux ni d’utile en comparaison des inventions des Philosophes
et des Mathématiciens. 199 (Perrault, 1673 p. 250)

198Los siguientes tres primeros capítulos [del libro] forman parte del prefacio, mientras que el primero
contiene una invención de Platón, el segundo una de Pitagóras, el tercero una de Arquímedes: cosas
todas, que nada tienen que ver con el objeto principal de este libro, que es la Gnomónica. En cualquier
caso, para no cambiar la antigua división de capítulos, como manifesté en mi prefacio, los he
mantenido como capítulos distintos, pero por diferenciarlos de los demás del libro, no los he titulado.

199 Es obvio que, tanto este primer capítulo, como el segundo y el tercero, no son más que la
continuación del prefacio y que, lo que Vitruvio aporta sobre la medida de Platón, la escuadra de
Pitágoras y la invención de Arquímedes, son ejemplos que ofrece para avalar lo que ya antes había
avanzado a favor de la Filosofía y demostrar que, cualquier cosa que puedan hacer los Atletas más
capacitados, no será tan maravillosa o útil comparada con los inventos de los Filósofos y Matemáticos.

254
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Es el momento de releer el Cuento de Platón & Cía, que también quedó contemplado
en el capítulo “Hiperprólogos” por ser el cuento preferido de Diego de Sagredo.
Efectivamente, como apunta Perrault, estos tres relatos ejemplifican su Cuento previo,
sin ellos, el prólogo pierde la materialización de su moraleja. Perrault dispara donde
más nos duele, a la alteración de la enseñanza a la que tanto valor da Vitruvio.
Curiosamente, Perrault, tan poco permeable en sus anotaciones a la llamada de la
ética de los Siete Cuentos, la respalda en este contexto.

Finalmente, antes que ninguno, Barbaro anota:

Conclude Vitruvio la sua lunga digressione, e pare, che fin qui sia stato il proemio del
presente libro, il quale per la diversità delle cose forse e stato o in molte parti diviso ; il
tutto è non meno facile, che degno da esser posto in opera, come cosa piena di
utilissimi precetti a chi si diletta di sapere e di conservare nella memoria le cose
imparate. 200 (Barbaro, 1567)

Barbaro incorpora la idea de utilidad a la que volveremos en breve. Utilidad


ejemplarizante, ejemplos utilitarios, funcionales, los que de verdad prenden sin esfuerzo
en la memoria y permanecen. Con él, con Barbaro, se terminan las pesquisas del
“porqué” de esta anécdota. La línea de investigación queda cerrada, los errantes no
dan más noticia: Philandro, el gran anotador, no considera anotarlo; Cesariano, en su
línea de comentarlo todo a su albedrío, tampoco lo considera, o lo considera un
hecho consumado sin relevancia, y Giocondo no opina, recordemos que la edición
que publica no contiene aparato crítico.201

En un intento de concluir, ¿sería Sulpicio el causante de la mutación genética?

200Vitruvio concluye su larga disertación, que parece pertenecer al prefacio del presente libro, el cual
debido a la diversidad de materias quizás se haya dividida en varios capítulos; el conjunto es digno
de ser implementado, como un algo lleno de preceptos muy útiles para quienes se deleiten en
instruirse y guardar en la memoria las cosas aprendidas.

201Si Fray Giocondo no comentó a Vitruvio, sino que lo hizo figurativo, Cesariano lo tradujo, lo
comentó y pretendió hacerlo histórico. (García Melero, 2002)

255
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Hemos retrocedido todo lo más que nos ha sido posible, hasta donde nuestro
documento lo hace preceptivo. La primera edición a cargo de Giovanni Sulpicio no
está digitalizada; al códice Harleianus solo puede accederse parcialmente, y el
manuscrito Bodleiano, que estudiamos con motivo de las anotaciones de Petrarca, es
indescifrable a ese respecto, en tanto que las letras capitales que inauguran prólogos,
libros y capítulos, que podrían darnos la pista, son gráficamente aleatorias en su diseño.

Fuera de las anotaciones al pie, dice Ortiz y Sanz en su prólogo: En la división de


Capítulos de cada libro, sigo por lo común la versión de Giocondo, aunque bastante
inexacta; porque de lo contrario no corresponderían las frecuentes citaciones de unos
lugares a otros, ni las de otros escritores que citan a Vitruvio. (Ortiz y Sanz, 1787)

¿Sería Giocondo el errante número uno? Por nuestra parte queda ampliamente
disculpado, nos compensa con creces con sus cuidadas ilustraciones. Todos yerran,
todos ilustran, pero es cierto que unos se vuelcan en el intento más que otros.

1.2 LEGITIMACIÓN DE LAS ILUSTRACIONES 202

Formar parte del contenido del libro, y no del prólogo, ¿licita ser ilustrado?

Hasta ahora, no habíamos reseñado el polémico asunto de las ilustraciones de los Diez
Libros, por no pertenecer a la competencia de nuestros prólogos y ser un territorio
ambiguo, digno de las más elevadas especulaciones. La comunidad erudita concluye
que las de Vitruvio existieron, pero se perdieron. Alberti no ilustró voluntariamente su
tratado De Re Aedificatoria (Thoemes, 2011). El gran Alberti ¿haría algo que antes no
hubiese visto claro en su maestro? Más allá de infinitas conjeturas, el propio Vitruvio
indica expresamente dónde considera que sus textos deben apoyarse con material
gráfico. Llegase, o no, a acometer su ejecución, advierte de su necesidad, o de su
utilidad; “Utilitas”, un término que cada vez acompaña más a nuestro autor junto con
el de universalidad.

202 Pocos prólogos conocemos en la literatura que contengan imágenes o dibujos. En el ámbito de la
literatura plástica y artística, donde tantas veces el proemio reclama naturalmente un apoyo gráfico,
solo hemos dado con un prólogo ilustrado. Se trata del de Delfín Rodriguez, titulado “Pulso a un
traductor”, que singularmente está dedicado a Ortiz y Sanz, y al que no nos hemos referido antes por
no constituir fuente bibliográfica directa de este documento.

256
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Sólo diez acotaciones de Vitruvio, sobre la conveniencia de incluir ilustraciones,


pueden ser censadas dentro del tratado, y dos de ellas se refieren al Prólogo IX, a
nuestros matemáticos. Es importante subrayarlo. Advierten de figuras que acompañan
al texto, o que deberían acompañarlo. Por lo tanto, tenemos recomendación expresa
del autor del De Architectura, para ilustrar el teorema de Platón y el de Pitágoras, y
también, de manera tangencial, permiso para el de Arquímedes. A recordar, los tres
relatos que desde el principio de este capítulo han estado en cuestión. Pierre Gros
(2015 pref.) describe las ilustraciones licitadas con su característica precisión:

« À peine dix croquis peuvent en effet être recensés dans la totalité des dix volumina.
En voici la liste, d’après les renvois aux figures relevés dans le texte :
01. Tracé de la rose de vents (Livre I) 203
02. Tracé de l’orientation des rues (Livre I)
03. Dessin de l’entasis (Livre III)
04. Le montage des scamilli impares (Livre III) 204
05. Tracé des volutes du chapiteau ionique (Livre III)
06. Table des degrés sonores d’après Aristoxène de Tarente (appels Livre V et VI)
07. Le chorobate (Livre VIII) 205
08. La duplication du carré (Livre IX)
09. L’utilisation du triangle de Pythagore pour le montage des escaliers (Livre IX)
10. La vis d’Archimède -sans doute simple reprise du dessin précédent (Livre X)

203 Este croquis pertenece al manuscrito Harleianus, el códice del De Architectura más antiguo que se
conserva. No hay más dibujos que éste en sus márgenes, que responde a la primera acotación de
Vitruvio sobre la necesidad de ilustrar la rosa de los vientos.

204 « Petites banquettes de taille inégale destinées à éviter l’impression de concavité que donnerait
un stylobate parfaitement horizontal »

205 « Instrument de mesure des niveaux du sol »

257
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Juan Calatrava sintetiza perfectamente el significado de este listado: Pierre Gros ha


demostrado hasta qué punto es falso imaginar un exhaustivo corpus de ilustraciones.
De las contadas menciones de Vitruvio a los dibujos, se deduciría, más bien, que el
número de imágenes no era muy amplio y sobre todo que, para el autor, la imagen
cumplía un papel claramente secundario y subordinado al discurso escrito. Para
Vitruvio, parece claro que solo hay necesidad de ilustración gráfica cuando faltan las
palabras, cuando las dificultades terminológicas se revelan insuperables; mientras eso
no ocurra, es la escritura la que verdaderamente otorga su nobleza a la teoría de la
Arquitectura. (Calatrava, 2000 pref. p.11)

Lo que empezó siendo un imprevisto circunstancial, del que quisimos sacar partido
para iluminar excepcionalmente nuestro trabajo, ha resultado una voluntad expresa
del propio Vitruvio, que lo convierte en el primer autor en inaugurar la inusual tipología
de un prólogo ilustrado. De nuevo pionero. Cabría preguntarse si esta originalidad por
su parte pudo despistar y ser el desencadenante del cambio de categoría; quede
como línea futura de investigación.

2 UN CUENTO CON DIBUJOS

Si el lector ha sido paciente hasta ahora, podrá disfrutar de la belleza de la


Matemática. Damos paso al prólogo, a tres clases con dibujos. Son relatos escritos con
encanto, con el ánimo de un maestro que desea ejemplificar la enseñanza y hacerla
sencilla, abordable. De la conversación agradable mantenida con Vitruvio en una
sobremesa, pasamos a la tiza y la pizarra. Nos servimos para iluminarlos de las
ilustraciones de Giocondo, que figurarán al final de cada relato, fáciles, bellas en su
sencillez y con algo de reminiscencia medieval, y de las de Cesariano, en la página
opuesta al texto, elaboradas con un rigor que las convierte en lecciones matemáticas
en sí mismas.206 Nuestro venetiano y nuestro milanés, como diría García Melero.

206 Fray Giocondo en 1511, inaugura la exégesis gráfica de las ediciones de Vitruvio (Manzanero,
2008). En 1521 Cesariano publica su edición con el ejercicio gráfico, a nuestro juicio, más espectacular
de entre todos los errantes, su trabajo es vanguardista. Ingrid Rowland se sirve de uno de sus más
famosos dibujos para ilustrar la portada de su traducción del De Architectura de 1999.

258
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Para titularlos recurriremos a Barbaro, el errante que siempre acierta.207 Los títulos
también son ilustrativos de su utilidad. Al final del capítulo se presentarán las
ilustraciones de los demás errantes. Es importante recordar que será Palladio el
encargado de ilustrar la traducción de Barbaro. Hemos subrayado la ventaja que
tuvieron estos relatos por el hecho de ser ilustrados, sin hacer hincapié en la que
tuvieron, sin más, por el hecho de pertenecer al libro, lo que sin duda multiplicó
exponencialmente su número de lectores, durante los siglos en los que los Diez Prólogos
no se consideraron objeto de debate y estudio.208 Cuando la mirada empieza a
dirigirse hacia ellos, el Prólogo IX ya está recolocado y restituido. No fue deseo expreso
de Vitruvio que se produjese esta “eventualidad”, pero quién sabe si, a la postre, no
fue proverbial.

Empieza el Cuento con Dibujos. Dos grandes filósofos matemáticos y el más grande
matemático de la antigüedad griega son sus protagonistas.

207Vamos a dejar constancia de los títulos con que cada errante ha bautizado cada cuento; es a
reseñable que traslucen su utilidad doméstica. No están todos, recordemos que algunos traductores
prefirieron castigar la contingencia con la indiferencia, entre ellos Ortiz y Sanz:

1 Il modo ritrovato da Platone per misurare un campo di terra.


2 Della squadra, inventione dì Pitagora per formare l’angolo giusto.
3 Come si possa conoscer una portione d’argento mescolata con l’oro finita l’opera.
(Barbaro)

1 La maniéré que Platon a inventée pour mesurer une terre.


2 L’Équerre, qui est une invention de Pythagore, et qu'il a tirée du Triangle rectangle.
3 Par quel moyen on peut connaitre certainement s’il y a de l’argent mêlé avec de l’or dans un
ouvrage.
(Perrault)

1 Inventione de Platone del mensurare li campi.


2 De la norma emendata inventione de Pythagora dala deformatione del trigono hortogono.
3 In qual modo la portione del argento mixta con lo auro in la integra opera se possa deprehemdere
et discernere.
(Cesariano)

208 Ver título “Su lectura en el pasado” dentro del capítulo Siete prólogos, Siete Cuentos.

259
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teorema de Platón”. Cesariano (1521) Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura libri Dece

260
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

IL MODO RITROVATO DA PLATONE PER MISURARE UN CAMPO DI TERRA

Si un espacio o campo cuadrado de lados iguales se hubiere de duplicar, quedando


también de lados iguales, por cuanto esto no se puede hallar por números, se
conseguirá por líneas. La demostración de este problema es la siguiente:

Un cuadrado de 10 pies de lado da cien 100 pies de área: si se hubiese de duplicar y


hacer el área de 200 pies también de lados iguales, se debe averiguar cuán grande
ha de ser el lado del cuadrado correspondiente a 200 pies de área, que es la
duplicación. Esto nadie lo puede conseguir por números; porque si se le dan 14 pies,
multiplicados harán 196; si 15, darán 225.

Así que, no saliendo bien por números, tírese en el cuadrado de 10 pies de lado una
diagonal que le divida en dos triángulos iguales de 50 pies de área cada uno. Con la
longitud de esta diagonal constrúyase un cuadrado de lados iguales: y resultarán en
este segundo cuadrado cuatro triángulos de 50 pies de área cada uno, así como en
el primero no había más de dos de estos triángulos, tirada la diagonal. De esta forma
demostró Platón por Geometría la duplicación, según es de ver en la figura de abajo.

“Teorema de Platón”. Giocondo (1515) M. Vitruius

261
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teorema de Pitágoras”. Cesariano (1521)


Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura libri Dece

262
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

DELLA SQUADRA INVENTIONE DI PITAGORA PER FORMARE L´ANGULO GIUSTO

Igualmente, Pitágoras halló y demostró teóricamente la formación de la escuadra,


consiguiéndose por su raciocinio y método una escuadra perfecta: cosa que los
artífices, después de mucho trabajo, apenas pueden lograr. Porque si se toman tres
reglas, una larga tres pies, otra cuatro y la tercera cinco, adaptándolas de modo que
se toquen unas a otras por sus extremidades en figura de triángulo, se tendrá una
escuadra perfecta. Si a lo largo de cada regla se construye un cuadrado de lados
iguales, el que se haga sobre la de tres pies tendrá nueve de área; el de la de cuatro,
diez y seis, y el de la de cinco veinte y cinco. Y así cuantos pies de área tuvieran los
dos cuadrados de tres y cuatro pies de lado, tanto cabalmente tendrá descrito el de
lado cinco. Cuando Pitágoras halló esto, no dudando que las Musas le habían
iluminado en su invención, dicen que las hizo honores en acción de gracias.

Esta invención, al paso que es útil en las dimensiones y otras muchas cosas, es expedita
para la construcción de las escaleras en los edificios, a fin de darles la más cómoda
proporción de peldaños; porque dividiendo en tres partes la altura que hay desde el
filo superior del alto hasta el suelo, cinco de ellas será la longitud inclinada de los
maderos: pues contando cuatro partes iguales a las primeras, desde el perpendículo
adelante, allí vendrán a caer los labios interiores de los pies de los maderos. De esta
conformidad saldrá proporcionada la elevación de peldaños y escalera. Abajo se
pondrá también la figura de esto.

“ Teorema de Pitágoras”. Giocondo (1515) M. Vitruius

263
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Experimento de Arquímedes”. Cesariano (1521)


Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura libri Dece

264
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

COME SI POSSA CONOSCER UNA PORTIONE D´ARGENTO MESCOLATA CON L´ORO


FINITA L´OPERA

De Arquímedes, igualmente, aunque hayan sido muchos y admirables los inventos,


parece el mayor, más excelente, y apenas creíble el que voy a referir.

Exaltado Hieron al trono de Siracusa, y habiendo salido felizmente de varias empresas,


determinó consagrar a los Dioses inmortales en cierto Templo una corona de oro que
había prometido y así la mando hacer de un precio extraordinario, dando al artífice la
cantidad de oro que debía poner. Concluida la obra al tiempo estipulado, y
excelentemente trabajada, la llevó al Rey, que la halló de su gusto, y fiel al peso de
oro recibido. Pero esparciéndose algún rumor de que habían quitado oro en la obra,
y mezclado plata en igual peso, indignado Hieron del poco respeto, y no sabiendo
como comprobar el hurto, encargó a Arquímedes la averiguación.

Habiendo este tomado el empeño, fue casualmente a bañarse: y al entrar en el solio,


observó, que cuanto su cuerpo iba ocupando de sitio, tanta agua se derramaba del
solio. Inferida aquí la resolución de su encargo, saltó luego del solio lleno de alegría, y
partiendo desnudo hacia su casa, iba repitiendo en alta voz haber hallado lo que
buscaba: pues corriendo clamaba continuamente en griego eureka, eureka. Sobre
este principio, se dice que previno una porción de oro y otra de plata, cada una de
igual peso al de la corona. Luego llenó de agua hasta el borde un vaso capaz, en el
cual metió la porción de plata, la cual expelió del vaso tanta agua cuanto era su
volumen. Sacó la plata, y volviendo a llenar el vaso de agua como estaba antes hasta
el borde, cupo un sextario.

Con esto tuvo averiguado cuánta agua correspondía a una determinada porción de
plata. Sabido esto, metió también la porción de oro en el vaso lleno, y sacada, añadió
como antes una medida de agua, y advirtió que no había salido tanta como la
primera vez, sino tanta menos cuanto menos voluminosa era una masa de oro que
una de plata de pesos iguales. Finalmente, vuelto a rellenar el vaso, y metida en el
agua la corona misma, halló haber expelido ésta más agua que la masa de oro igual
en peso a ella; y por esta mayor expulsión de agua en la corona arguyó la mezcla de
plata y oro, y el hurto manifiesto del artífice.

265
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“ Experimento de Arquímedes”. Giocondo (Edición de 1511) M. Vitruius

266
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Archítas y Erastótenes”209. Ïdem

209Tras concurrir los tres relatos, Vitruvio esboza la imposibilidad de la duplicación del cubo si no es
a través de métodos mecánicos. Para interpretar la respuesta del oráculo de Apolo Delíaco, nos
cuenta que Archítas se sirve de semi-cilindros y Erastótenes del mesolabio. Por último, menciona el
escrito de Demócrito, titulado Cheirokmeton en el que el autor sellaba con su anillo y cera rosa las
cosas que tenía experimentadas.

267
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

3 MATEMÁTICAS DOMÉSTICAS

Gracias a este Cuento con Dibujos, el arquitecto, el ciudadano y el padre de familia,


pueden calcular la medida de un terreno, la pendiente de una escalera y el volumen
de un objeto irregular, incluso saber si les han dado gato por liebre. Son lecciones de
bolsillo para poder desenvolverse en situaciones prácticas y disponer de una base de
conocimiento, un primer escalón. El lenguaje del ejemplo es universal, el de la
matemática también, y según se verbalicen ambos, pueden ser entendidos por muy
pocos o por casi todos.

3.1 PLATÓN Y PITÁGORAS, PITÁGORAS Y PLATÓN

Como es habitual, son profusas las anotaciones de los numerosos traductores a los
textos de Vitruvio. A lo largo de la investigación, hemos evitado coleccionarlas, a
menudo representaban un exceso de carga erudita en detrimento de la palabra de
Vitruvio. Reunidas, las que se refieren a estos relatos, compondrían una clase magistral
universitaria de Matemática y Física. Hoy, lo que nos ha costado evitar es no incluirlas
todas, y recomendamos vivamente a los amantes de la Matemática que visiten las de
Barbaro, la moral matemática del genial Barbaro (Evers, 2011 pref. p. 6)210 Este capítulo
no pretende ser más que un guiño a la ilustración y un elogio a la Matemática
doméstica, a la regla de tres y a la tabla de multiplicar. No obstante, acudimos a la
traducción más reciente del De Architectura, la francesa de Pierre Gros del 2015, con
el fin de hojear lo último anotado en este campo.

Vitruve présente le fameux théorème de Pythagore a2+b2=c2 comme une propriété du


triangle 3/4/5, alors qu’il s’agit d’une règle générale valable pour tous les triangles
rectangles et d’autre part il ne semble pas s’aviser que la solution platonicienne de la
plication du carré, dont il vient de nous entretenir, n’est que l’application de ce

210Entre las numerosas ediciones ilustradas de Vitruvio, la editada por Daniele Barbaro en 1556 está
considerada la más minuciosa en cuanto a crítica de texto y la más ponderada. Convirtió la definición
de Vitruvio: architectura est scientia, en la pauta para sus comentarios, y asentó las matemáticas en
la base de la arquitectura para hacerla partícipe de la verdad. Según Daniele Barbaro, el arte y la
arquitectura son actividades intelectuales, meditadas racionalmente, que no se basan en un principio
sensitivo. Como la ciencia y el intelecto están sometidos a la verdad absoluta, la dignidad y la
grandeza de la arquitectura dependen de su participación en las disciplinas científicas.
(Evers, 2011 pref.p.6)

268
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

théorème au cas particulier du triangle rectangle isocèle. Soubiran a raison de


s´interroger sur les compétences mathématiques du théoricien. (…) L’application est
théorique, dans la mesure où la proportion ¾ données à l’escalier crée une pente
plutôt raide que les observations archéologiques ne confirment pas en général.
D’autant que la proportion qui règle la volée dans son ensemble est aussi celle qui régit
la hauteur et la largeur de chaque marche. Les escaliers préconisés par Vitruve pour
les temples et pour les gradins des théâtres ne répondent pas à cette règle. 211
(Gros, 2015)

No podemos ocultar que nos ha decepcionado. Vamos a argumentarlo con el fin de


romper una lanza a favor de Vitruvio. Si bien es cierto que el Triángulo sagrado egipcio,
3/4/5, hace impensable la pendiente razonable de una escalera, Vitruvio ofrece el
teorema de Pitágoras como un trampolín para calcular pendientes idóneas, no para
ceñirse a un solo supuesto. ¿Puede dudarse?

Véase en la cuidada ilustración de Cesariano al relato de Pitágoras, cómo queda


reflejado. O, en las ilustraciones que se adjuntan a final de capítulo, cómo Philandro y
Palladio reinterpretan el teorema en versión escalera de caracol. Parecía que habían
quedado atrás los tiempos de inquisición en que se medía milimétricamente cada
ruina romana con el De Architectura en la mano, para sacarle, a este último, los
colores. ¿Acaso le importa al ciudadano que se aventure a medir un campo, si el
teorema de Platón es la derivada del de Pitágoras? No debe confundirse una
explicación llana con un contenido simple. Ni el latín ni las matemáticas fueron un
problema para Vitruvio, no es el alumno vago de secundaria.
Recurrir a la leyenda, al cuento, a la picaresca, al juego, sobre todo al juego y al
deleite, como hace Vitruvio, permite asomarse al conocimiento con ánimo y

211Vitruvio presenta el famoso teorema de Pitágoras a2 + b2 = c2 como una propiedad del triángulo
3/4/5, mientras que es una regla general válida para todos los triángulos rectángulos, y por otro lado
no parece darse cuenta de que, la solución platónica de la duplicación del cuadrado, que acaba de
discutir, es solo la aplicación de este teorema al caso particular del triángulo rectángulo isósceles. J.
Soubiran tiene razón al preguntarse sobre las habilidades matemáticas del teórico. (…) La aplicación
es teórica, en la medida en que la proporción ¾ dada a la escalera crea una pendiente bastante
pronunciada, que las observaciones arqueológicas generalmente no confirman. Tanto más cuanto
que la proporción que regula el vuelo en su conjunto es también la que gobierna la altura y la anchura
de cada paso. Las escaleras recomendadas por Vitruvio, para templos y gradas de teatro, no cumplen
con esta regla.

269
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

transmitirnos, sin mencionarlo, que el teorema de Pitágoras es perenne. Estamos siendo


severos con Gros porque es, con todo merecimiento, el representante actual de
Vitruvio en la tierra, siguiéndole de cerca Soubiran, y sus palabras, por lo tanto, tienen
mucho peso. Demos el comentario como pasajero y recuperemos, como antídoto, al
Soubiran que nos cita Novara en la siguiente referencia, cuyo contenido compartimos
sin fisuras y por ello no sumaremos comentario alguno:

Pour Jean Soubiran Vitruve est obnubilé par l’intérêt des applications pratiques (…)
Cette obsession de l’utilité serait selon lui évidente dans la préface du livre IX où Vitruve
énumère comme exemples de réflexions utiles pour les hommes, ad uitam
explicandam, entre autres, la duplication du carré dont la démonstration a été rendue
célèbre par le Ménon de Platon, la méthode de calcul que trouva Pythagore pour
fabriquer une équerre a la forme exacte, si utile en particulier comme l´architecte le
souligne, pour la construction des escaliers ; quant au récit qui détaille comment
Archimède découvrions fameux principe sur les corps flottants, cette petite histoire où
le hasard joue un si grand rôle, rabaisse presque le physicien syracusain au niveau d’un
Sherlock Holmes tellement elle est anecdotique et par conséquent pratique.212
(Novara, 1983)

212 Para Jean Soubiran, Vitruvio está obsesionado por el interés de las aplicaciones prácticas (...). Esta
obsesión por la utilidad sería, según él, evidente en el prefacio del libro IX, donde Vitruvio enumera
como ejemplos de reflexiones útiles para los hombres, ad uitam explicandam, entre otras, la
duplicación del cuadrado, cuya demostración se hizo famosa por el Menón de Platón, el método de
cálculo que encontró Pitágoras para hacer un cuadrado con la forma exacta, tan útil en particular
como señala el arquitecto, para la construcción de escaleras; en cuanto a la historia que detalla cómo
Arquímedes descubrió el famoso principio de los cuerpos flotantes, esta pequeña historia en la que
el azar juega un papel tan importante, casi rebaja al físico de Siracusa al nivel de un Sherlock Holmes,
tanto que es anecdótica y, por lo tanto, práctica.

270
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

3.2 ¡EUREKA, VITRUVIO!

La conocida leyenda de Arquímedes le debe a Vitruvio haber sido divulgada, y según


la tesis de José Manuel Montejo, también su invención. La siguen aprendiendo las
jóvenes generaciones del mundo y seguirán, sea por divertirse con la anécdota del
famoso “eureka” y, como acaba de comentar Novara, a través del humor, convertir
el divertimento en conocimiento útil. Ortiz y Sanz cuenta en su traducción (p.212, n.3)
que él mismo se entretuvo calculando el peso que tendría la corona del Rey Hierón y
la cantidad de oro real que éste le entregó al platero.213

Ahora bien, para que el verdadero propósito del Prólogo Ilustrado quede cumplido,
falta considerar la moraleja: el Cuento Platón & Cía, que le precede, y al que
pertenece por derecho propio salvando el error de maquetación. Los hallazgos de
Platón, Pitágoras y Arquímedes son los ejemplos palpables que eligió Vitruvio para
ilustrar con hechos, no con dibujos, la universalidad y la atemporalidad del
conocimiento al que aspira en su tratado y no deja de señalar en sus prólogos, y
también, el respeto que la humanidad debería rendir de continuo a los sabios. En esta
ocasión, quiso hacerlo desde la Matemática, por cuanto ésta no necesita de la ética
para justificarse, se basta con su propia verdad y belleza. Cuando el hombre es capaz
de cazar y dar forma a una idea absoluta, lo que equivale a decir eterna, nos viene a
la memoria la frase de Pope: “Dios creó a Newton y entonces se hizo la luz”. No somos
capaces de expresarlo mejor.

213 El efecto eureka (también conocido como visión o epifanía) se refiere a la experiencia humana
común de comprender de repente un problema o concepto previamente incomprensible. Algunas
investigaciones describen el efecto eureka como una ventaja de la memoria, pero existen
contradicciones acerca de dónde se produce exactamente en el cerebro, y es difícil predecir en qué
circunstancias se puede producir. El insight es un término psicológico que intenta describir el proceso
de resolución de problemas cuando antes no tenían solución, y de repente ésta se vuelve clara y
evidente. A menudo, esta transición de no entender a la comprensión espontánea va acompañado
de una exclamación de alegría o satisfacción, un momento eureka. Una persona que utiliza
el insight para resolver un problema es capaz de dar respuestas precisas, mientras que los individuos
que no usan este proceso son más propensos a dar respuestas incompletas o parciales. El más
placentero de los efectos intelectuales, incluso cuando se está al borde de comprender sin haber
llegado, pero con la conciencia de que puede ocurrir.

271
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

A continuación, reproducimos un fragmento significativo del Cuento Platón & Cía,


para que nos sitúe en el escenario del predicar con el ejemplo y sea el cierre y
homenaje este capítulo:

[Vitruvio] ¿De qué sirve hoy a la humanidad que (el atleta) Milon Crotoniate nunca
fuese vencido, o los otros que en este ejercicio salieron vencedores, sino solo de saber
que mientras vivieron fueron famosos entre sus ciudadanos? Pero la doctrina de
Pitágoras, Demócrito, Platón, Aristóteles, y demás sabios, observada continuamente
con aplicación industriosa, produce actualmente, no solo a sus conciudadanos, sino
a todo el mundo, recientes y exquisitos frutos. Y los que desde sus primeros años
adquieren la gran abundancia de sus preceptos, poseen lo mejor de la sabiduría, y
siembran en las ciudades la suavidad de costumbres, los justos derechos y leyes, sin lo
cual ninguna ciudad puede conservarse.214

214 El Cuento de Platón & Cía, el último de los Siete Cuentos Ejemplares prosigue y se remata como
sabemos con un emocionante final.

272
4 OTROS ILUSTRADORES
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teorema de Pitágoras”. Philandrier (1552)

M. Vitruvii Pollionis de Architectura libri Decem

274
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Ídem

275
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teoremas de Platón y Pitágoras”. Palladio (a la edición de Barbaro de1556)

I Dieci Libri dell´Architettura di Vitruvio

276
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teoremas de Platón y Pitágoras”. Perrault (1673)

Les Dix livres d´Architecture de Vitruve

“Teoremas de Platón y Pitágoras”. Galiani (1758)


L´Architettura di M. Vitruvio Pollione

277
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

Índice de las ilustraciones de Ortiz y Sanz (1787) donde figuran las ilustraciones a los
“Teoremas de Platón y Pitágoras” como pertenecientes al libro y no al prólogo

278
CAPÍTULO III. EL PRÓLOGO ILUSTRADO

“Teoremas de Platón y Pitágoras”. Ortiz y Sanz (1787)

Los Diez Libros de Arquitectura de M. Vitruvio Polión

279
Un prólogo que empieza enseguida es un gran descuido, el preceder, que es su
perfume, se le pierde.
Macedonio Fernández

CAPITULO IV

CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA


ÍNDICE DEL CAPÍTULO IV

1 NUEVO CORPUS. PRÓLOGOS I, IV, V


1.1 Nueva voz. Género isagógico
1.2 Nuevo tratamiento bibliográfico
2 DECÁLOGO DE LAS VIRTUDES DEL TRATADISTA
2.1 Concreción, oportunidad y destinatario
2.2 Dignidad y utilidad
2.3 Retórica en la construcción
2.4 Brevedad y claridad
2.5 Maquetación pitagórica
2.6 El número mágico o infalible
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

1 NUEVO CORPUS: PRÓLOGOS I, IV y V

Hemos dedicado los tres primeros capítulos al estudio exclusivo de siete de los diez
prólogos, el II, III, VI, VII, VIII, IX y X. Dada la naturaleza de su contenido, sujeto a la
interpretación sensible, hemos precisado de un gran número de referencias que
avalaran nuestras conclusiones en el ámbito de lo imparcial. Se han evitado la
especulación y la conjetura, haciendo gala de una de las premisas reflejadas en la
introducción: ser fieles a “lo que dijo Vitruvio” y eludir “lo que quiso decir”. El hecho de
que existan tantas versiones del texto del De Architectura, nos ha abocado, en más
de una ocasión, a no hacer depender una deducción de tal palabra o cual término,
sin antes recopilar otras interpretaciones que nos situaran en un terreno neutral.

Los tres prólogos que nos restan, el I, IV y V, son transparentes. Su contenido es obvio y
objetivo, y lo que es más importante a nuestro empeño, comparten una finalidad
común indiscutible. Si el corpus apológico de los Siete Cuentos tenía como fin último
ejemplarizar, este nuevo corpus editorial de tres prólogos está enfocado por instinto a
convertir el De Architectura en un éxito editorial, en la matriz de los tratados.

Que el título que ahora nos compete, La Filosofía Moral de Tratadista, figure como
último capítulo, no ha de llevar a engaño, su implicación en la supervivencia del
tratado es simétrica a la del primero, La Filosofía Moral del Arquitecto. Cuando Vitruvio
redactó los prólogos, sus textos delataban anhelos de posteridad en el sentido más
generoso de la palabra. Hoy jugamos con la ventaja de saber que tal propósito se
consolidó y que no tiene precedentes, conocemos que sus directrices son fórmulas
infalibles. Siendo una obra confesamente concebida con voluntad de ser útil y
universalmente útil, lo ha sido y lo es.

Pueden cuestionarse, por deporte ocioso, las capacidades de Vitruvio como


arquitecto artífice, o como escritor literato, y elucubrar sobre su complexión física o su
amistad con la magnánima Octavia, hermana de Augusto. 215

215 En el primer prólogo del tratado, Vitruvio menciona el apoyo que recibió de Octavia. Las últimas
líneas del segundo prólogo, Cuento de Dinócrates, han hecho correr ríos de tinta sobre la fisionomía
de Vitruvio, dando protagonismo a un asunto tan estéril que nos decidimos a eliminarlas parcialmente
del texto.

283
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Otro asunto es la manufactura de los Diez Libros, un clásico atemporal del oficio que
avalan 1500 años siendo el único superviviente de una raza extinta, y otros 500 años
más de superar una exposición mediática al desnudo. Estamos ante un paradigma de
la capacidad de adaptación. El tratado arquitectónico como género no existía antes
de Vitruvio, disponemos del primer ejemplar. Y es ejemplar.

Volviendo al tema que nos ocupa: por original, beneficioso o bien ideado que esté un
producto, si está mal embalado, mal distribuido, deficientemente posicionado o
vendido sin pasión, merma sus posibilidades de salir a la luz y de difundirse. Vitruvio
edita y maqueta su “objeto” con preciosismo de envoltorio japonés y con la diligencia,
por qué no decir inteligencia, de quien lo atesora, tiene fe en su provecho y finalmente
lo coloca en el mercado en el momento perfecto.

Veremos que este capítulo, paradójicamente breve, es fundamental para cerrar


nuestra investigación, pues condensa, a través de una nueva lectura, lo observado
anteriormente. Su concisión queda explicada por la resolución con que Vitruvio
expresa sus objetivos, siendo casi suficiente recalcar, o simplemente subrayar, lo que
plantea. Son prólogos auto-explicativos.

284
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

1.1 NUEVA VOZ. GÉNERO ISAGÓGICO

Siguiendo con la metáfora de la conversación agradable de sobremesa, mantenida


con Vitruvio a través de sus Cuentos, en esta ocasión estamos convocados a una
nueva cita, despejada, de mañana, de despacho, donde nuestro papel interlocutor
será el de escuchar, aseverar o tomar notas y, en última instancia, aplaudir. Vamos a
servirnos de otra voz, otro traductor por el que ya hemos manifestado debilidad. Se
trata de Agustín Blánquez (1955). Dejamos atrás la cadencia de la prosa dieciochesca
de Ortiz y Sanz, tan grata para los relatos y tertulias, y nos acogemos a una sintaxis más
contemporánea, de mediados del siglo XX. No olvidemos que, incluso en la traducción
más reciente de Pierre Gros al francés, de 2015, se está interpretando a un autor de
hace 2000 años.

Retomemos el proemio del propio Blánquez a su traducción --parcialmente citado


anteriormente-- con renovada perspectiva: En esta versión, no me he limitado a seguir
uno u otro de los traductores y comentadores de Vitruvio, sino que, atenido al texto,
solo en las lecciones dudosas he acudido a las interpretaciones que iban más
conformes con la exactitud gramatical y léxica, preocupándome exclusivamente de
interpretar lo que dice el autor, procurando captar su pensamiento casi con las mismas
palabras con que él lo vistió. (Blánquez, 1955 p. XIX)

La empatía, o simpatía, que sentimos por Blánquez no se hilvana con argumentos


científicos. Quede enunciado que se trata de un traductor cuya naturalidad al hablar
de Vitruvio, su intuición sobre su obra y su persona, y su confianza al expresarlo,
conquistan. Prosigue Blánquez: Su intención fue componer un “corpus” de toda la
ciencia y práctica arquitectónica que pudiera ser provechoso, no solo a los
profesionales, sino a cuantos quisieran construir. Nosotros podemos afirmar, sin
exageración, que es un tratado del género isagógico216, que tendía a hacer
accesibles a los profanos los conocimientos científicos, y muy semejante en este
concepto a los compuestos para otras disciplinas por autores como Quintiliano,
Columela, Frontino, y aun el mismo Horacio, iniciador del género, en su conocida
Epístola ad-Pisones. (Blánquez, 1955 p. IX)

216 El género isagógico es el referido a la introducción, la presentación o la preparación. Propedéutico,


mueve al lector a la práctica de la doctrina.

285
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Es genial, y muy valiente por parte de Blánquez, aseverar que el conjunto del tratado
es del género isagógico. Nosotros nos habíamos atrevido a adjudicar a los prólogos de
los Cuentos el valor de ser la propedéutica de los libros, su moral proyectual. Con su
afirmación, Blánquez baja de su pedestal inalcanzable al De Architectura para subirlo
a otro más elevado, el del conocimiento eficaz que no tiene fronteras ni etiquetas.
Prepara al lector, desde la doctrina asequible, alcanzable, para acometer la práctica
de la profesión, que es donde finalmente se materializa la pericia. El De Architectura,
es la propedéutica del ejercicio profesional, el Prólogo de la Arquitectura. Cualquier
ciudadano dispuesto puede acometer la teoría de los Diez libros e implementarla, pues
el escritor sistematiza la ciencia de la construcción en una obra integral que lo abraza
todo, con un lenguaje para todos.

Seremos capaces de interiorizar mejor este análisis cuando escuchemos al propio


Vitruvio en sus restantes tres prólogos. La marcada voluntad de sus textos de servir al
profano, no solo al profesional, les otorga una dimensión de responsabilidad social,
digna del más alto elogio, que no compite con la calidad de su contenido. Los Diez
Libros con sus Diez prólogos dignifican la profesión. El arquitecto es imprescindible solo
si es impecable en el ejercicio de su oficio. Se trata de proporcionar ese “manual” de
consulta, inteligible, descifrable, y completo, al que acudir, sea para construir con rigor,
sea para testar lo construido.

No es este un nuevo juicio en lo que se refiere a los prólogos. A través de los capítulos
anteriores, hemos ido recibiendo el mensaje de utilidad y universalidad que
acompaña a Vitruvio desde otras ópticas. El de los Cuentos, que advierten a través del
buen y mal ejemplo, y dan alas al arquitecto y al cliente de cualquier latitud; la de Las
Fuentes de Vitruvio, que pone a disposición la Bibliografía completa del De
Architectura; y la de El Prólogo Ilustrado, que regala utilidad y universalidad a través
de una lección magistral matemática a escala doméstica.

Queda por acentuar la labor pionera de Vitruvio en la historia, en la literatura y en la


arquitectura. Es el primer autor que estructura el conocimiento arquitectónico en una
obra global, testimonio que será inapelable según conversemos con sus prólogos I, IV
y V. Es el precursor del género del tratado arquitectónico, un producto funcional y
coherente del que surgirán, con quince siglos de retraso, grandes logros e imitaciones.

286
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

1.2 NUEVO TRATAMIENTO BIBLIOGRÁFICO

La bibliografía que ahora demandamos es de diferente índole a la citada


anteriormente, aunque en buena medida se corresponda con los mismos autores y
traductores. No estamos apelando a la conducta del arquitecto o del ciudadano, o a
la condición moral de la arquitectura; queremos recabar instrucciones de montaje y
precisamos de pocos argumentos. Las consignas de Vitruvio a este respecto son tan
incuestionables que no ha lugar a la hipótesis, y todos los exégetas así lo constatan. 217

Por esta vez el aparato crítico de las traducciones es cartesiano, aunque ningún autor
haya consignado, antes que nosotros, el estudio conjunto de estos tres prólogos como
corpus; nuestra participación apuesta por limitarse a transcribir sus claves mágicas
editoriales a modo de un único decálogo. Y para ello, intentaremos ser directos como
Vitruvio aconseja. Por supuesto, podría inflarse el comentario de infinita erudición a
voluntad, pero sería gratuito hacerlo218. Sin esta clarividencia mental del autor a la hora
de envolver su doctrina y evitar lo superfluo, el De Architectura no habría sobrevolado
dos mil años o hubiese podido ser desbancado. Como en los capítulos anteriores, el
lector contará primero con la palabra de Vitruvio y, tras ella, con nuestro análisis.

217 En el siglo III de nuestra era, el romano Cetius Faventinus compendia el tratado de Vitruvio sin
lograr relegarlo, deja claro en su prólogo titulado “Artis architectonicae privatis usibus adbreviatus
liber”, la admiración que siente por las virtudes editoriales de nuestro tratadista:

“De artis architectonicae peritia, multa oratione Vitruvius Polio, aliique auctores scientissime scripsere.
Verum, ne longa eorum disertaque facundia humilioribus ingeniis alienum faceret studium: pauca ex
his, mediocri licet sermone, privatis usibus ordinare fuit consilium. Quae partes itaque coeli et
regiones ventorum salubres aedificiis videantur; et qua subtilitate nocivi flatus avertantur, aditusque
januarum et lumina fenestris utiliter tribuantur: quibusve mensuris aedificiorum membra disponantur;
quibus signis tenuis abundansque aqua inveniatur; alia etiam quae aedificandi gracia scire oportet,
brevi succinctaque narratione cognosces”.

Vitruvio Polio con mucho talento, y otros autores, escribieron muy sabiamente sobre la pericia del
arte arquitectónico. En verdad, para que su larga y clara elocuencia no hiciera el estudio dificultoso a
los humildes ingenios: su plan fue ordenar pocas cosas de estas, aunque con un lenguaje común,
para usos privados. En una breve y sucinta narración sabrás qué partes del cielo y qué tipo de vientos
parecen saludables para los edificios y con qué sagacidad los vientos nocivos son evitados, y la forma
más útil de distribuir las entradas de las puertas y las luces de las ventanas o con qué proporciones
se disponen las habitaciones de los edificios; con qué señales se encuentra el cristalino y abundante
agua; también otras cosas que conviene saber para construir. (Trad. Mª Luisa Calzado, Filóloga clásica)
218 Sabemos que cada uno de estos prólogos, I, IV y V, cuenta individualmente con una dilatadísima
literatura de análisis y comentarios. Sabemos también que, aunque esta sea magnífica, no es
productiva a efectos de su estudio y comprensión en conjunto.

287
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

2 DECÁLOGO DE LAS VIRTUDES DEL TRATADISTA


PRÓLOGOS I, IV y V

Es vocación de este documento que figuren completos los textos de todos los prólogos,
son su fuente primigenia y su riqueza, los planos a los que hay que acudir para consultar
la obra. Excepcionalmente, no constará completo el primero de ellos, el prólogo que
inaugura el tratado, solo aportaremos las fracciones que respaldan las directrices del
corpus editorial. Es menor la proporción de líneas que omitimos, a decir verdad, las
más manidas y popularizadas a tecla de buscador, por contener pinceladas
autobiográficas que Vitruvio incluye en aras de la cortesía introductoria y que ya se
han ido filtrando naturalmente a lo largo del escrito. La cita de Macedonio Fernández,
en la portada de este capítulo, no es solo ornamental, al prólogo I le ha pasado factura
ser el primero.

El análisis se presenta como un todo continuo de los tres prólogos I, IV y V, un corpus


editorial interrumpido intermitentemente por nuestro comentario, meramente
aseverativo, y con alguna referencia, meramente aseverativa también. 219 Puede
decirse que hay unanimidad de juicio en la comunidad vitruviana. Al término de cada
entrada de Vitruvio, se anota el lugar que su palabra ocupa dentro del contenido
global para quien desee acudir al texto del traductor.220

Adelantemos la relación de las diez virtudes extraídas que han hecho del De
Architectura un best-seller y que justificaremos a continuación: concreción, sentido de
la oportunidad, óptimo destinatario, dignidad, utilidad, retórica, brevedad, claridad,
maquetación pitagórica y número mágico.

219 Barbaro acude en nuestro auxilio como viene siendo costumbre. Nos inspira la forma en que trufa
su opinión con la palabra de Vitruvio cuando traduce el tratado.

220 Como en ocasiones anteriores, se ha eliminado el protocolario Oh César.

288
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Portada de Los Diez libros de Arquitectura de Daniele Barbaro, edición de 1567. Había de
escogerse entre las innumerables versiones y este autor-traductor merece los honores.

289
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

2.1 CONCRECIÓN, SENTIDO DE LA OPORTUNIDAD y


ÓPTIMO DESTINATARIO

[Vitruvio] …en tanto que el pueblo romano y el Senado estaban bajo el Gobierno de
tus brillantísimas reflexiones e iniciativas (refiriéndose a Augusto) no me atrevía en vista
de ocupaciones tan trascendentales a dar a conocer mis escritos sobre arquitectura
redactados a costa de profundas reflexiones. (…) Sin embargo al advertir que asumías
personalmente la supervisión, no solo de la convivencia general y la organización del
Estado, sino también de la política de Obras, pensé que no podía por menos de
dedicarte a la primera ocasión mis escritos sobre estos temas. (...) Empecé a escribir
esta obra en tu honor porque me paré a pensar que tú has promovido y sigues
promoviendo muchas edificaciones y que en el futuro asumirías igualmente la
supervisión de las edificaciones tanto públicas como privadas. (...) he consignado
reglas concretas, de modo que teniéndolas presentes pudieras formarte idea por ti
mismo de la calidad de las obras, tanto de las ya realizadas como de las que están en
proyecto y a decir verdad, en estos volúmenes he sacado a la luz todos los principios
de esta disciplina. (Fragmentos del Prólogo I)

Reglas concretas tras profundas reflexiones, nos explica Vitruvio, con ese aplomo
característico derivado de su honestidad y que genera automática confianza.

Roma vive su gran momento de paz, bonanza y crecimiento. Experimenta un boom


inmobiliario y cuenta con un emperador amante de la Arquitectura. El gobierno de
Augusto será el detonante de la monumentalidad romana que hoy más nos
deslumbra. Hay un nicho, y Vitruvio lo aprovecha con sentido de la oportunidad. Sale
el Dinócrates, el entusiasta que sabe vender y posicionar sus talentos: …escritos sobre
arquitectura redactados a costa de profundas reflexiones. Augusto cliente y Vitruvio
arquitecto, Alejandro cliente y Dinócrates arquitecto, una misma alegoría que se
traduce en: ciudadano cliente/ ciudadano arquitecto. El argumento de un editor
para rechazar el borrador de un buen libro, o posponer su publicación, puede ser la
falta de sincronía de su temática con el momento vital que vive la sociedad a quien
va dirigida. Con Augusto hay demanda de arquitectura y Vitruvio recoge el testigo.

290
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Analicemos el proceso. Vitruvio, primero, es un arquitecto comprometido con su


profesión y por lo tanto con la sociedad. Ese ánimo de responsabilidad le ha
conducido a reflexionar previamente, a lo largo de su recorrido profesional, sobre la
necesidad y la utilidad de redactar un cuerpo con preceptos de arquitectura. Vitruvio,
después, pasa a la acción: he consignado reglas concretas, dice cuando percibe que
es el buen momento y que su teoría será bien recibida. No queramos ver en esta
trayectoria a un materialista que divisa el hueco y elabora el producto, sino el recorrido
inverso.

De entre todas las dedicatorias que hemos coleccionado a través de los prólogos de
otros autores, en tu honor, es la primera no estrictamente protocolaria. Y, por cierto, la
primera en cualquier caso referida a un libro de Arquitectura. Incluso cuando Pugin le
dedica, de corazón, su obra a Dios, lo hace obligado por las formas. El fondo de
dedicarle la obra a Augusto es eminentemente práctico, el De Architectura no se
dirige al más alto dignatario, sino al gestor de la obra pública y privada de todo un
imperio y sus provincias. Instructivo y prescriptivo. Ilustrativo y regulador. Termómetro
del control de calidad de las obras, tanto de las ya realizadas como de las que están
en proyecto. Vitruvio nos brinda un manual detector de la mala o la buena
arquitectura, y del buen o mal arquitecto. Sobresaliente.

3.1 DIGNIDAD y UTILIDAD

[Vitruvio] Habiendo observado que la mayoría de los que han escrito sobre
Arquitectura, no han hecho sino amontonar confusamente y sin orden algunos
preceptos que constituyen, por decirlo así, como átomos errantes, estimé que por mi
parte podía emprender una empresa más digna y más útil, condensando como en un
cuerpo perfecto y completo todo el conjunto de esta tan importante ciencia y
ordenando luego en cada libro los asuntos pertinentes. (Prólogo IV completo)

Átomos errantes frente a cuerpo completo y perfecto. No se equivocaba al predecir


el destino errático de los cuarenta títulos que componen su Bibliografía y que se
perderían para siempre. Su caballo ganador fue crear un corpus capaz, planificado
para contener todo el conocimiento disponible sobre la ciencia de la edificación, que
no hay que confundir con un compendio o un centón.

291
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Reproducimos las sabias palabras de Fögen, que aseveran, como lo han hecho las
nuestras, el mensaje de Vitruvio:

This strategy is mirrored in the structure of his treatise. The Knowledge with which an
architect in Vitruvius times should be acquainted has become so wide ranging that it
can no longer be summarized in a short account. What is required instead is a full-scale
treatment of the discipline. This, again, necessitates a systematic and well-structured
presentation of facts, which is useful to the reader. Hence it is crucial for Vitruvius to
underscore that he has invested a considerable amount of effort in the suitable
arrangement of his material.221 (Fögen, 2018)

Una segunda idea importante: no todos los autores traducen el “dignam et utilissimam”
como digno y utilísimo. Una mitad de nuestros intérpretes de cabecera, incluido Ortiz
y Sanz, se refieren al término “dignam” como “conveniente” o “importante”. Nos
detenemos en esta apreciación, ya que, Antoinette Novara, realiza una preciosa
disertación a partir de este subrayado de “dignidad”, que consideramos ofrecer casi
en su totalidad: L’utilité que Vitruve a assignée comme but à son ouvrage ne pouvait
pour lui être pleinement réalisée, si la tâche n’avait comporté la dignité (…). La dignité
a été conquise par l’œuvre dans la mesure où elle a été voulue comme œuvre
littéraire, constituant un progrès dans son genre propre, la littérature spécialisée sur
l’architecture(…)La dignité dans sa plénitude la plus grande, couronne une utilité qui,
de surcroît, dépasse les frontières de Rome et du temps présent ; seul l’assure un écrit
dont la fonction est celle de maillon du progrès de l’humanité en permettant une
divulgation et une transmission des connaissances d’où naîtront les inventions et les
améliorations futures. Par la dignité de son œuvre, Vitruve espérait conquérir l’honneur
de figurer parmi les maiores posterorum non seulement de Rome, mais de l’humanité.222
(Novara, 1983 p. 307)

221 Esta estrategia se refleja en la estructura de su tratado. El Conocimiento que debe tener un
arquitecto en la época de Vitruvio se ha vuelto tan amplio que ya no puede resumirse en un breve
relato. En cambio, lo que se requiere es un tratamiento a gran escala de la disciplina. Esto,
nuevamente, requiere una presentación de hechos sistemática y bien estructurada, que sea útil para
el lector. Por lo tanto, es crucial que Vitruvio recalque que ha invertido una cantidad considerable de
esfuerzo en la disposición adecuada de su material.

222 La utilidad que Vitruvio asignó como meta a su trabajo no podría realizarse plenamente para
él, si la tarea no hubiera incluido la dignidad. (…) La dignidad fue conquistada por la obra en la
medida en que se la quiso como obra literaria, constituyendo un avance en su propio género, la
literatura especializada en arquitectura. (…) La dignidad, en su máxima plenitud, corona una

292
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Asociar dignidad y utilidad, significa apostar por el bienestar compartido. La dignidad


no le sobreviene al De Architectura por estar dedicado a Augusto, sino por estar
dedicado a toda la humanidad, y a sus padres en particular. Vitruvio intuye que este
es el verdadero secreto de la posteridad, beneficios que sean universales y perpetuos.
En definitiva, anhela las sucesivas reediciones de un documento cuyo provecho no
prescriba y que pueda captar también al lector autodidacta de todas las épocas.
Vimos en el comentario crítico de los Cuentos y en el del Prólogo ilustrado, cuanta
importancia tiene para el autor proporcionar conocimiento práctico, propicio al
ciudadano, al padre de familia. Con qué sano orgullo defiende su obra. Si bien es
cierto que no hacemos diferencia de “raza” entre el prólogo IV y el V, no queremos
dejar de comentar la llamativa brevedad del prólogo IV, con el que se inauguraba
este epígrafe, inversamente proporcional a la importancia de sus mensajes. 223

utilidad que, además, trasciende las fronteras de Roma y de nuestros días; es la única que asegura
la escritura cuya función es la del eslabón en el progreso de la humanidad, al permitir la divulgación
y transmisión de conocimientos de los que nacerán invenciones y mejoras futuras. Por la dignidad
de su obra, Vitruvio esperaba ganar el honor de estar entre los maiores posterorum, no solo de
Roma, sino de la humanidad.

223 En sus anotaciones al prólogo IV, Barbaro nos brinda una perfecta explicación del porqué de su
texto sucinto; abunda en la virtud de la brevedad narrativa e indirectamente en la búsqueda de
Vitruvio por alcanzar el número diez en sus libros:

“Perche Vitruvius non faccia nel proemio del quarto, come ne i proemi de gli altri libri, discorrendo
sopra alcuna bella cosa, la ragione (come io stimo ) può esser que sta: la materia del presente libro,
è continuata con la materia del precedente;però non bisognana fare altro proemio con digressione,
e historia, come ha fatto ne gli altri. Ma perche ha fatto egli questo poco di proemio ? prima per
distinguer un libro dall'altro , dapoi per continuare la materia, dimostrando quello, che sin hora egli
ci ha insegnato, et quello,che egli ci è per insegnare : et se alcuno dìcesse, non doveva egli sotto un
volume solamente comprendere tutta la trattatione delle fabriche dedicate alla religione ? Io direi,
che per fuggire il tedio, che ci reca la lunghezza, egli ha voluto dar modo al terzo libro, e riservarsi
nel quarto a dichiarirci il restante. Et per quella brevità , che egli lauda nel proemio del seguente libro
; che ci fa piu pronti alle cose , che presto finiscono”

La razón por la que Vitruvio no obra igual en su prefacio al cuarto libro a como obra en el resto de
los prefacios, esto es, disertando sobre algo especial, es, en mi estimación, la siguiente: el contenido
del presente libro (libro IV) es la continuación del precedente (libro III), por lo tanto, no tiene la
necesidad de hacer nuevas digresiones con historias como en los demás. ¿Pero por qué escribe tan
pequeño fragmento de prólogo? Primero para distinguir un libro de otro y después para demostrar
que lo que previamente se ha enseñado tiene su continuidad. Y si alguno se preguntase si no hubiese
debido unir en un solo volumen todo lo relativo a los edificios religiosos, le respondería que lo ha
hecho para evitar el tedio, queriendo empezar con el tema en el tercer libro y reservarse el resto para

293
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Tiene algo del carácter del todavía más breve prólogo de Villard de Honnecourt, o
para ser más exactos, este último respira una intención similar al de Vitruvio.224 Ambos
autores, Vitruvio y Villard, sintetizan en palabras certeras el alma de sus tratados.
Sostuvimos en la introducción general que, de eliminarse las referencias cronológicas
asociadas a los Prólogos del De Architectura, nos encontraríamos con un conjunto de
diez textos perfectamente válidos para la profesión de todos los tiempos, incluidos los
siglos de la prodigiosa arquitectura gótica.

3.2 RETÓRICA EN LA CONSTRUCCIÓN


HISTORIA Y POESÍA

[Vitruvio] Aquellos que expusieron en gruesos volúmenes sus invenciones y doctrinas,


pudieron desarrollarlas con exquisitas cualidades de estilo que les proporcionó singular
reputación. Hubiera yo querido también que la naturaleza del asunto me hubiese
permitido poder acrecer la reputación de estas enseñanzas con galanuras de estilo,
pero esto no es tan fácil como se cree; porque no son los escritos de arquitectura como
la historia y los poemas. La historia, por sí misma, interesa a los lectores con la esperanza
de nuevos y variados sucesos; los poemas, por su parte, con el ritmo y la disposición de
los pies métricos con la elegante colocación de las palabras y de los pensamientos y
el diálogo en verso, entre personajes diferentes, al deleitar la sensibilidad de los
lectores, permiten que estos lleguen sin tedio al último capítulo de la obra. Pero esto
no puede ocurrir con los tratados de Arquitectura porque los vocablos formados por
necesidad y exigencias del arte oponen al entendimiento la obscuridad del sentido,
por la insólita manera de expresarse. (Fragmento inicial del prólogo V)

Después de estudiar los prólogos de Vitruvio, el investigador se ve estimulado a leer a


Cicerón primero, y al resto de clásicos después. Tal es el respeto y admiración que
emana de nuestro autor por el poder y la belleza de la palabra escrita y por cómo dan
ejemplo de virtuosismo los escritores maestros, sus “maiores”.

el cuarto. Y también porque la brevedad narrativa, que pregona en el proemio del siguiente libro
(Prólogo V), anima al lector a emprender mejor los temas que terminan pronto.

224 Villard de Honnecourt vous salue, et prie tous ceux qui travaillent aux divers genres d’ouvrages
contenus en ce livre de prier pour son âme, et de se souvenir de lui : car dans ce livre on peut trouver
grand secours pour s’instruire sur les principes de la maçonnerie et des constructions en charpente.
Vous y trouverez aussi la méthode de la portraiture et du trait. Ainsi que la géométrie le commande
et l’enseigne.

294
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Dice Corso: La concezione della poesia e della storia come le due branche letterarie
fondamentali è di Aristoteles. Il pensiero aristotelico era venuto in voga nella cultura
romana tardo repubblicana segnatamente grazie alla mediazione ciceroniana. 225

(Corso, 1997, p. 592)

En el capítulo Siete Cuentos, dimos buena cuenta de la estela de filólogos que se han
dedicado, y dedican, en cuerpo y alma a la exégesis de los textos de Vitruvio, hasta
desentrañar cada uno de sus giros retóricos ciceronianos. A pesar del lamento que
acompaña a las palabras de Vitruvio al inicio de este epígrafe, el hecho es que
consigue lo que persigue: dar una impronta literaria al De Architectura a través de sus
Prólogos, que hasta ahora no era propia de una obra técnica o científica:

Vitruve sait qu’il entre avec son traité sur un terrain qui lui est fermé (…) pour la société
élevée du temps, le fait est en soi scandaleux qu’un technicien se permette d’écrire et
de publier un traité de sa profession en le destinant aux porteurs de la culture
humaniste.226 (Lana, 1970)

Algo que podíamos sospechar, pues toda novedad encuentra sus detractores, émulos
de los que también fue víctima Fray Lorenzo y de los que se defendió a golpe de
Cuento de Dinócrates y Aristipo. Vitruvio se pertrecha igualmente, gracias a las
lecciones de sus Siete Cuentos, contra la ola de ignorantes y envidiosos que pueden
sucederse a la publicación de su tratado. Con la ejemplaridad de sus relatos les pone
el espejo de cara, les deja sin coartada, se les adelanta. La estrategia respira la
modestia apacible del sabio y la depredadora pasión por sacar a su hijo adelante.
Pese a quien le pese, Vitruvio triunfa con su prosa. Además de servirse del latín clásico
con un registro doméstico en su versión más coloquial, para utilidad de todos los
públicos, sabe coronarlo con los recursos de la poesía y la historia de entonces.

225 La concepción de la poesía y la historia como las dos ramas literarias fundamentales pertenece a
Aristóteles. El pensamiento aristotélico se había puesto de moda en la cultura romana tardía-
republicana, sobre todo gracias a la mediación ciceroniana.

226Vitruvio sabe que con su tratado entra en un terreno que le está vedado. (…) para la alta sociedad
de la época, es en sí escandaloso que un técnico se permita escribir y publicar un tratado de su
profesión con la intención de los portadores de la cultura humanista.

295
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

3.3 BREVEDAD Y CLARIDAD

[Vitruvio] Y como además las cosas no son de por sí claras, y por otra parte los vocablos
con que se las designa no son de uso corriente, si los preceptos descritos son difusos y
vagos y no están condensados y explicados con breves y concisas expresiones,
quedarán confusas las ideas en la mente de los lectores y la misma cantidad y
abundancia de las palabras constituirá una barrera más a su inteligencia.
Estas razones me moverán a ser breve en la exposición de cosas obscuras o de
relaciones de medidas deducidas de los miembros de los edificios para que se confíen
fácilmente a la memoria y puedan retenerse sin dificultad. Por otra parte, teniendo en
cuenta que los ciudadanos se ven continuamente ocupados, tanto por asuntos
públicos como privados, me he confirmado más en la necesidad de que debía ser
sucinto al escribir, a fin de que pudieran entender estas cosas aun leyéndolas en los
cortos momentos de que disponen. (Fragmento del prólogo V)

Llegar a la claridad a través de la brevedad, y viceversa. Cuán complicado puede ser


abreviar, máxime si se quiere lograr una obra orgánica e integral.

Vitruvio apuesta por la concisión y la transparencia de sus textos para cubrir tres retos:
llegar a la inteligencia del lector en línea recta, facilitar a la memoria la retención de
conocimientos y ahorrar tiempo en la formación. Los ciudadanos se ven
continuamente ocupados. ¿Por qué será que parece escrito antes de ayer?

En conseguir estos tres objetivos estriba la clave de generar un tratado isagógico o


bien un tratado sesudo inabordable. En esta ocasión, recurriremos para aseverar lo
evidente a un autor predilecto, el más antiguo del que tenemos constancia que haya
comentado los prólogos del De Architectura. Dice Petrarca, o más propiamente,
anota Petrarca en los márgenes: Breviatatio, ratio efficax. Elegans stili perplexioris
excusatio.227 (Bodleiano, p. 35 v)

227 La brevedad es un procedimiento eficaz. Estilo elegante para términos complicados.


(Ver entrada Petrarca al margen)

296
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

3.4 MAQUETACIÓN CON ESTRATEGIAS PITAGÓRICAS

[Vitruvio] Por eso también Pitágoras y los que siguieron su escuela se decidieron a
escribir sus enseñanzas en números cúbicos y estatuyeron el cubo de 216 versos, y
pensaron que no convenía que cada grupo de doctrina ocupará más de 3 estrofas.
El cubo es un cuerpo perfectamente regular, compuesto de 6 caras iguales entre sí.
Este, cuando es lanzado, si no se le toca, permanece inmóvil sobre la cara que cae,
como ocurre con los dados que los jugadores tiran sobre una mesa. Ahora bien,
parece ser que adoptaron esa manera de explicar sus preceptos por la semejanza
con el cubo; este número de 6 versos, como un cubo, en cualquier inteligencia que se
fije encuentra una estabilidad inconmovible. Por esto también los poetas cómicos
griegos permitieron a los actores la intercalación de intermedios a cargo del coro y
subdividieron la extensión de sus dramas: y así mismo, haciendo divisiones según la ley
cúbica, aligeraban con sus pausas la dicción de sus actores.
(Fragmento del prólogo V)

Volvemos al Pitágoras del capítulo “El Prólogo Ilustrado”, y con él, como Ulises, a
atarnos y resistir el canto matemático de las sirenas. Haríamos un capítulo
exclusivamente dedicado a la Matemática de los prólogos de Vitruvio, pero no es este
el documento. Sobre este fragmento se ha escrito muchísimo. Sin embargo, no existe,
que conozcamos, un estudio del De Architectura desde el foco exclusivo de la técnica
pitagórica para memorizar y retener contenidos.

¿Acaso no dispuso Felipe II coordenadas enigmáticas para emplazar El Escorial? ¿Será


por eso que su arquitectura hechiza al mundo entero? 228En ocasiones, la obra creativa
se ampara y cimienta en conceptos, no visibles para el usuario, que influyen en su
disfrute. Hay quienes se obsesionan por desentrañar el truco del mago, nosotros
creemos que existe la magia. Hay magos buenos y malos, como hay arquitectos
buenos y malos.

Y Vitruvio es el gran arquitecto y prestidigitador de su tratado.

228 Ver Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial de René Taylor.

297
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

3.5 EL NUMERO MÁGICO O INFALIBLE

[Vitruvio] Por tanto, si la propia Naturaleza ha sugerido a nuestros antepasados estas


precauciones, y siendo así que yo tengo que escribir sobre temas desconocidos y
oscuros para muchos, he decidido escribirlos en tratados breves, para que puedan ser
comprendidos con alguna mayor facilidad por los lectores. Además, con la mira
puesta en una clasificación y ordenación de los asuntos para que resulte fácil
encontrar cada cuestión a quienquiera que la busque y no tenga que ir a recogerlas
de aquí para allá dispersas, sino que pueda encontrarlas todas juntas y en cada libro
el tema pertinente a cada cosa. (Fragmento final del prólogo V)

Insiste en la brevedad como arma de construcción masiva, fraccionando el


contenido. Para Vitruvio el tedio es el enemigo más peligroso de la formación y del
conocimiento, vimos cómo perseguía deleitar con los Cuentos. Enseñar entreteniendo
es su máxima. Traigamos a colación en este epígrafe las “líneas de descompresión”
que tan marcado papel protagonista tuvieron en el capítulo de El Prólogo Ilustrado.
Refresquemos que son las que separan con nitidez los diez prólogos de sus diez libros,
estructurando uno y otro contenido y haciendo el inteligente doble papel de
subíndices y sinopsis. Clasifican con eficacia, con alta intencionalidad. Organizan una
fortaleza inexpugnable.

Este último capítulo versa, de manera figurada, sobre las claves de la supervivencia
“material” del De Architectura, del papyrus al libro de bolsillo. Lejos quedaba en la
mente de Vitruvio el formato digital que ahora conocemos. Imaginemos las estanterías
de la Biblioteca de Alejandría, o mejor, las de la casa de un romano del siglo de nuestro
autor. Se diría que diez volúmenes de junco, enrollados y apilados, mantienen la
estabilidad física y la estética perfectas, propias del triángulo equilátero.

229

229 Simulación esquemática del almacenamiento de los papiros.

298
IV – CORPUS EDITORIAL o LA FILOSOFÍA MORAL DEL TRATADISTA

Y para hablar del número 10 acudamos a las palabras de Juan Calatrava: Se ha


llegado a plantear en ocasiones la idea de que, de algún modo, el contenido de la
obra se hubiese visto ampliado de manera forzada para lograr el número mágico de
diez libros. Sin embargo, si bien es indudable que el número 10 no es arbitrario y está
dotado de un fuerte simbolismo mágico-matemático, el mismo autor hubiera podido
lograrlo estructurando de otro modo sus libros, cuyas divisiones no son tan firmes como
para no admitir otras posibilidades de ordenación. (Calatrava, 2000)

Los libros podrían haber sido siete u once. ¿Habrían tenido esas cifras la misma
connotación armónica que hoy nos sugiere el número diez? Probablemente sí, porque
lo que hace mágico al diez, en este caso no es la cifra, sino la propia obra de Vitruvio.
El De Architectura sublimó al diez, no el diez al De Architectura.230

***
Ponemos punto final a nuestra investigación con un fragmento evocador del prólogo
IX, las palabras que culminan el Cuento de Platón y Cía. Vitruvio, ingenuamente
profético y ajeno a su devenir, celebra la inmortalidad de la sabiduría que perdura en
la palabra de los escritores:

[Vitruvio] A los nacidos en nuestros días les parecerá debatir con Lucrecio sobre la
naturaleza de las cosas y de la oratoria con Cicerón. Muchos de los venideros
conferenciarán con Varrón sobre lengua latina. Los filólogos también, consultando los
libros de los sabios griegos, creerán estar comunicando secretamente con ellos. Y, en
una palabra, las sentencias de los escritores doctos, floreciendo por todas las edades,
aunque ausentes sus personas, cuando se alegan en los discursos y conferencias,
tienen más autoridad que todos los presentes.

A las que sumamos, Hoy muchos conversamos contigo, Vitruvio, sobre Arquitectura.

230 Líneas finales del tratado De Architectura: [Vitruvio] He desarrollado en este volumen lo que he
podido exponer y considerado más útil sobre las máquinas y las disposiciones que pueden ser
necesarias, tanto en tiempo de paz como de guerra. En los nueve libros precedentes he tratado los
demás temas y sus divisiones, de manera que el cuerpo entero de la Arquitectura ha tenido todos sus
miembros desarrollados en diez libros. (Libro X)

299
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS
CONCLUSIONES y APORTACIONES
CONCLUSIONES A LOS OBJETIVOS
1 El valor de la palabra de Vitruvio
2 Architéktõn, pionero y visionario
3 La línea del tiempo
4 La supervivencia y la súper vivencia
5 Un tratado universal, atemporal y de utilidad
APORTACIONES AL ESTADO DE LA CUESTIÓN
DANIELE BARBARO, ESTADO DE LA CONSTATACIÓN
LÍNEAS FUTURAS
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

CONCLUSIONES A LOS OBJETIVOS

Estimamos que a lo largo del documento se han materializado los objetivos previos a
esta investigación –sumadas las cuestiones que hemos recogido en el camino–. No los
haremos corresponder unívocamente con las conclusiones, aunque procuraremos
seguir un orden paralelo. Una vez desarrolladas las aportaciones debidas al título
Objetivos, ofreceremos las debidas al título Estado de la Cuestión.

1. EL VALOR DE LA PALABRA DE VITRUVIO

En la primera página de este volumen, bajo el epígrafe Naturaleza del prólogo de


autor, presumíamos del metafórico diálogo que se establece entre el autor de un
prólogo y su lector. Si aceptamos realidad como el antónimo de metáfora, la lectura
de los Diez Prólogos ha significado diez sesiones reales de conversación con Vitruvio.
La variedad de sus relatos, la homogeneidad de sus mensajes, las confesiones íntimas
o las proverbiales revelaciones profesionales, no han sido sino respuestas propiciadas
por una charla abierta y franca. El registrarlas en dos familias, La Filosofía Moral del
Arquitecto y La Filosofía Moral del Tratadista, es una fórmula que, a nuestro sentir,
“redescubre”, “reinicia”, “reorganiza” y “retransmite” fielmente el contenido de sus
textos proemiales como nos propusimos en las premisas de partida.

Vitruvio deseaba que sus prólogos tuviesen trascendencia, que fueran escuchados en
la misma medida que sus libros. Nuestra aspiración adicional era exponer su palabra
antes que la nuestra, que nuestro aparato crítico. Llevados por una intuición que derivó
en convicción, transcribimos los Diez Prólogos en un volumen de siete cuentos o cuerpo
apológico (que responde a la filosofía del Vitruvio arquitecto) y en un decálogo de
escritura o cuerpo editorial (dando respuesta a la filosofía del Vitruvio tratadista).
Propuestas divulgativas que consideramos enfatizan y preservan naturalmente su
mensaje.

La mayor parte de la documentación consultada para esta investigación proviene de


bibliotecas de Filología, incluso la más reciente traducción del tratado no se encuentra
fácilmente en las de Arquitectura. Con este dato anecdótico queremos concluir en
referencia a los primeros tres objetivos, esperando haber podido fomentar la
publicación de los Diez Prólogos en el ámbito de nuestra profesión, que es también la
de Vitruvio, contribuyendo a que sean recordados y ágilmente citados, y a que
cualquiera que lo desee disfrute de una conversación enriquecedora con su autor.

303
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

2. ARCHITÉKTÕN, PIONERO y VISIONARIO

Arquitecto, Architectus, Architéktõn: el constructor jefe o el guía de la construcción. Un


desconocido para nosotros, y para la mayoría, se ha revelado como un arquitecto de
su tratado –proporcionando el plano con los pilares y cotas de su redacción– y uno de
los grandes ejemplos de integridad y buen hacer en el oficio.

Sale como caballo perdedor, título que él mismo se adjudica. No duda en confesarnos
su disgusto por la poca consideración que se le otorga en el ámbito profesional,
cuando muchos de sus colegas, poco formados o incluso grandes ignorantes, se
hacen con encargos a menudo recurriendo a la manipulación. Conductas que
desembocan en el malestar del cliente y gravan su economía. Su receta para redimir
a la profesión es bien sencilla, consta de dos ingredientes: conocimiento profundo de
la materia y convicciones morales. Propone invertir en la formación-educación, a ser
posible desde la infancia –memorable y conmovedor es el agradecimiento que
profesa a sus padres–, y para colaborar en la empresa predica con el ejemplo, se pone
manos a la obra y se dedica a la escritura de un documento que contiene toda la
base del saber arquitectónico acumulado hasta el momento para que forme e
informe, enseñe a construir y permita testar lo construido. Con paciente inteligencia,
con sabiduría y con la modestia propia del sabio, escribe el tratado más importante
de la arquitectura, acompañándolo de la propedéutica indispensable de sus prólogos
bien trenzados entre los libros. Gracias a ellos se manifiesta como el pionero de la
deontología profesional y como el primer autor de una Bibliografía de la Arquitectura,
un visionario de la propiedad intelectual. Cabría preguntarse: ¿se conoce más a un
tratadista por su bibliografía o por su biografía? Hemos apostado por lo primero, y así
lo reflejamos con nuestra aportación en el segundo capítulo del documento, un viaje
en el tiempo a las fuentes perdidas, donde Vitruvio se debate entre su enamoramiento
por Grecia y su fidelidad hacia Roma. No abundaremos más en su persona, que
damos por hecho se ha ido perfilando a lo largo del texto, lo que hemos procurado
hacer sin escatimar pasión. Confiamos haber impulsado a “reconocer”231 la figura de
esta personalidad extraordinaria, cumpliendo con nuestro cuarto objetivo.

Finalizada la carrera, como se permitió soñar, Vitruvio es el caballo ganador.

231 En este epígrafe hemos entrecomillado “reconocer” -así como en el anterior: “redescubre”,
“reinicia”, “reorganiza” “retransmite”-, por el protagonismo que le dimos a estos términos en la
entrada OBJETIVOS de la introducción general. (páginas 42 y 43)

304
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

3. LA LÍNEA DEL TIEMPO

La línea del tiempo de los Diez Prólogos es inversamente proporcional a la de los Diez
Libros. Hemos constatado cómo los primeros son los grandes ignorados cuando el
tratado está en su momento de máxima efervescencia y rodeado de exégetas que
llevan a cabo su labor hasta las últimas consecuencias. Se persigue encontrar el canon
de la belleza clásica, no el canon de la belleza de las buenas costumbres
profesionales. Como resultado el De Architectura fue desvirtuado, en el sentido propio
de virtud y en su acepción de haberse sofisticado. Es un tratado isagógico, una biblia
de la arquitectura como catálogo constructivo y no como revelación divina. 232

No obstante, investigando cual arqueólogos, conseguimos sonsacarle a ese pasado


algunos destellos de tratadistas y traductores implicados con la ejemplaridad de los
Diez Prólogos, si bien estos no resultaron suficientes y su estudio detallado global –
merece el oxímoron–- seguía pendiente. A partir del siglo XX, cuando el De
Architectura, es prácticamente una reliquia abstracta, un volumen con polvo en las
estanterías, sus prólogos empiezan a despertar un afecto gradual y su vigencia a
palpitar, siempre en la jurisdicción de la filología. Y sobreviene la pregunta: ¿por qué
este estudio, nuestro estudio, no se había abordado antes?

Porque siempre hay una primera vez, porque los prólogos se daban por comentados
en el aparato crítico de las ediciones o en sus introducciones, porque se han
considerado suficientes las publicaciones de estudios parciales filológicos, porque
hasta este momento no estaba escrito en la línea del tiempo escucharlos sino sólo
oírlos, o porque a los prólogos –como les ocurre a los índices y a las bibliografías– les
cuesta cortar el cordón umbilical con sus libros. O también, y es nuestra última casilla
de la quiniela, porque no ha sido de interés prioritario poner a la profesión frente al
espejo de sus deficiencias y a su sencilla indicación para resolverlas con excelencia: la
Moralitas dictada hace veinte siglos. Con la refrescada mirada hacia estos textos, su
manifiesta fertilidad, su atemporalidad y, podríamos decir, nuestro empeño urgente
por divulgarlos, se termina de cerrar el quinto punto de nuestros objetivos.

232 Capítulo IV, “Corpus editorial o la Filosofía Moral del Tratadista”.

305
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

4. LA SUPERVIVENCIA y la SÚPER VIVENCIA

Son los 1500 años de copistas entregados a generar manuscritos de Vitruvio, o para ser
más exactos, el periodo de tiempo de 1000 años desde la caída del imperio romano
hasta la primera edición impresa, los que nos hablan de la supervivencia que los
prólogos insuflaron al tratado. En esos diez siglos donde el lenguaje arquitectónico no
se asentaba en la palabra, el único sentido de respetar y mantener vivo y salvo al De
Architectura era el de preservar su mensaje ejemplar y ejemplarizante, así como los
principios universales contenidos en sus Diez Prólogos. Sin ellos, los libros habrían
sucumbido. Aunque esta conclusión no pueda fundamentarse en parámetros
objetivos y científicos, la lógica de los acontecimientos descritos en el cuerpo de la
investigación nos permite afirmarlo, o incluso proponerlo como un acto de fe.

Hablemos de posteridad, en unas pinceladas. No ha habido un solo autor próximo a


Vitruvio que no haya sucumbido al hechizo de que su tratado fuese el único
superviviente del naufragio de toda la literatura arquitectónica de la antigüedad. ¿Es
casualidad que el Cuento de Aristipo se inicie con la hermosa leyenda de su persona
en el papel de un náufrago que prospera por la autarquía que le proporciona el
conocimiento? ¿Que Zoylo, en el Cuento de Aristófanes, sea castigado por difamar a
Homero, un escritor fallecido 400 años antes? Vitruvio se pertrecha con sus prólogos
ante el futuro. Su sueño de posteridad hay que entenderlo como un acto altruista y su
conquistada posteridad como un reconocimiento a su compromiso incondicional con
la sociedad. ¿Cabía más generosidad que la de diseñar un tratado con el mayor celo
para que fuese de utilidad para todos y para todos los tiempos, como rezan sus
prólogos? Vitruvio se adueña de la arquitectura y del tiempo.

Fue una súper-vivencia, una excitante aventura para el De Architectura formar parte,
involuntariamente enrolado, del gran debate de la Arquitectura que se gestó a partir
del siglo XVI: vitruvianos o antivitruvianos, censores de su obra o amantes
incondicionales, el arquitecto renacentista y el gótico en el papel del bueno y el malo
que después intercambiarían. Una aventura de la que salió indemne y triunfante
gracias a eruditos como Pedro Márquez. ¿Quiénes son hoy los bellos y quiénes los
bárbaros? A través de los Diez prólogos concluimos que Vitruvio no tiene equipo, que
su Moralitas es el listón que diferencia a la arquitectura edificada de la edificante. Y
con ello esperamos haber sabido responder a nuestras cuestiones sexta y séptima, que
no obstante ampliamos en la siguiente entrada.

306
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

5. UN TRATADO UNIVERSAL, ATEMPORAL Y DE UTILIDAD PARA TODOS

En virtud de sus Diez Prólogos, el De Architectura deja de ser oficialmente un tratado


de arquitectura “clásica”, para mudar en un “clásico” de principios arquitectónicos.
Por inesperada, es la conclusión de la que más nos enorgullecemos.

Esta tesis, enfocada en origen al estudio exclusivo de los Prólogos, hubo de implicarse
merced a ellos con el tratado, con la gratificación de verlo liberado de pertenecer a
un único lenguaje arquitectónico, constatando que la doctrina de los libros era
permeable a la universalidad y atemporalidad del mensaje de sus prólogos. 233 Durante
más de tres siglos se consideró que entre las páginas del De Architectura se escondía
el secreto del santo grial de la belleza, y era cierto, pero no el de la belleza de un estilo,
sino el secreto de la belleza que destila toda verdad constructiva, que en nuestro
comentario hemos bautizado como “moral proyectual”. Estudiando los Diez Prólogos
emerge un nuevo vocabulario: apológico, propedéutico, isagógico, que nos ha
permitido concluir que, eliminada toda coordenada cronológica del tratado,
estaríamos ante un abecedario del oficio destinado a todas las geografías y a todos
los tiempos. Y a todos los públicos. Otra de las bendiciones del De Architectura es el
estar dirigido globalmente a los ciudadanos. Vitruvio se lo dedica con sentimiento a
los padres de familia -como símbolo de los clientes necesitados de amparo-, a los
arquitectos y a los gestores de obra pública. Escrito en un latín asequible y con una
profunda vocación de utilidad doméstica destinada a profesionales y profanos. 234

Esperamos que el hecho de reeditar siete de los Diez Prólogos en cuentos, y los tres
restantes como un manual de estilo editorial, les dote de la suficiente coherencia (e
incluso simpatía) para que cualquiera sienta curiosidad por asomarse a conocerlos.
Esperamos también que el público al que iban dirigidos, y que en su momento no se
hizo receptor, ahora lo tenga más fácil. Finalizamos así las aportaciones referidas al
conjunto de nuestros objetivos.

233 Ver título “De Architectura, universalidad y atemporalidad”


234 Remitirse al capítulo III, “El Prólogo ilustrado”.

307
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

APORTACIONES AL ESTADO DE LA CUESTIÓN

Los Diez Prólogos de Arquitectura: UTILITAS, FIRMITAS, VENUSTAS, MORALITAS, título de esta tesis,
valoramos que extracta nuestra contribución al estado del arte: la publicación de los
Diez Prólogos de Vitruvio desvinculados de su tratado, concluyendo que el fruto de su
estudio suma a la tríada arquitectónica vitruviana un cuarto atributo: la Moralitas.

En la entrada de la introducción, Estado de la Cuestión, avanzamos una pre-


evaluación sobre la bibliografía existente referida a Vitruvio que directamente nos
compete. De manera más específica, vamos a concretar nuestra aportación a través
de tres autores y sus tres obras más próximas al espíritu de nuestro trabajo:

- Pierre Gros, con su traducción crítica del tratado: Vitruve De l´Architecture (2015) 235
- Antoinette Novara, con su ensayo: AUCTOR IN BIBLIOTHECA. Essai sur les textes
préfaciels de Vitruve et une philosophie latine du livre (2005) 236
- Thorsten Fögen, con su artículo; L´architecte engagé: Education, Morality and Politics
in Vitruvius´ De Architectura (2018) 237

“Enunciada está, desde el siglo XVIII, la existencia del mensaje moral, ético y
deontológico intrínseco a los prólogos, luego el asunto no es el hecho de referirlo, sino
con qué dimensión, en qué proporción, en qué contexto o con qué formato y
diligencia”. Con estas palabras nos expresábamos en los prolegómenos del
documento. 238 Lo primero que llama la atención sobre nuestros eruditos es que todos
ellos son doctores en Filología Clásica. En la introducción a su traducción del De
Architectura, Gros enuncia –como ya lo había hecho antes en el prefacio a la
traducción de Corso y Romano–, el valor moral y deontológico que subyace en los
prólogos. Lo hace con la sagacidad del gran conocedor que es de Vitruvio, pero solo
se refiere a ello a través de breves párrafos.

235 Latinista, profesor emérito de la Universidad de Provence, especializado en arqueología y


arquitectura romanas y en particular en textos críticos sobre Vitruvio.

236 Latinista, profesora emérita de la Universidad de la Sorbona en París, especialista en lengua y


literatura latinas.

237 Latinista, profesor asociado en la Universidad de Durham.

238 Ver página 39.

308
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

En el aparato crítico de sus anotaciones a pie de cada uno de los prólogos, sigue la
estela de todos los traductores que le han precedido durante 500 años. Una versión
sobresaliente del De Architectura, a nuestro efecto, una versión más ¿dónde queda el
mensaje proemial del Vitruvio arquitecto, sino en segundo plano, frente a la exquisita
erudición histórica y prensa rosa de la arquitectura, además de desarticulado en diez
capítulos sin un estudio de conjunto?

Al ensayo de Novara le hemos dedicado mucho espacio en este documento por ser
la primera y la única autora que acomete, como nosotros, un estudio integral de los
Diez Prólogos con autonomía del tratado. Tras una exégesis filológica, teatraliza su
función considerándolos una recitatio, un discurso unitario de diez pergaminos a
desenrollar y leer correlativos, del uno al diez, en homenaje y presencia de Augusto.
Muy bella y solvente interpretación a años luz de la que concluye esta tesis. Nuestra
investigación desvela que, para la disciplina arquitectónica, los Diez Prólogos son un
referente profesional. Para la disciplina filolológica, sin embargo, son un objeto de
estudio profesional. La Moralitas es un activo en el oficio, no solo un término latino.
¿Dónde quedan la vigencia y la utilidad de la palabra de Vitruvio y su relevancia en
la profesión?

El artículo de Fögen se refiere explícitamente a la educación y a la moral en el ámbito


profesional a través del análisis de cuatro de los prólogos y también de fragmentos de
los libros. De los tres autores es el único que aborda el comentario desde una vertiente
arquitectónica. Podemos decir que compartimos todas sus conclusiones, no en vano
Vitruvio es taxativo. Aunque no deja de plantear un estudio parcial del conjunto de los
Diez Prólogos, lo hemos puesto en valor por sus deducciones a partir del examen
cruzado de los textos. A nuestro juicio, los Diez prólogos son los órganos vitales del
cuerpo doctrinal. Las lecturas en torno a ellos han quedado hasta ahora fragmentadas
o faltas del alma del oficio, y divulgadas casi exclusivamente en el ámbito latinista. Una
prueba de ello es que tuvimos conocimiento del ensayo de Novara a través de la
reseña que Gros le dedica en la introducción de su reciente traducción, ambas obras
solo disponibles en las estanterías de filología. Sin Gros, Novara o Fögen esta
investigación se habría empobrecido notablemente. Los dos primeros son los exégetas
por excelencia del De Architectura en el siglo XXI y nuestra empresa se ha visto
respaldada y motivada con sus aportaciones. Conscientes de que no podemos
equipararnos a su altura académica, consideramos esta tesis un trabajo en paralelo al
suyo acometido desde otra disciplina.

309
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

DANIELE BARBARO, ESTADO DE LA CONSTATACIÓN

Este documento se benefició notablemente tras su presentación ante el tribunal de


prelectura de la ETSAM, gracias a las sugerencias que nos brindaron sus tres
miembros.239 Concretamente, la profesora Ana López Mozo nos animó a recapacitar
sobre la posibilidad de que Barbaro constase en el estado de la cuestión. Lo
sopesamos, y llegamos a la conclusión de que Barbaro pertenece al “estado de la
constatación”.240 Por encima de cualquier otro autor, vino a refrendar desde el siglo
XVI el germen de la idea que hemos visto crecer a lo largo de estas páginas. Él es,
legítimamente, el gran compañero de nuestro viaje a razón de su siguiente reflexión
que se nos reveló tardíamente:

… como se puede ver en los proemios de sus libros, (De Architectura) los cuales,
verdaderamente, si fueran un solo proemio, se deberían leer delante de todos los
volúmenes y considerar muy bien. (Barbaro, 1567)

Pues bien, la vocación de esta investigación, antes de conocer sus palabras, fue, y ha
sido, la de responder a ese porqué: justificar por qué los Diez prólogos son la
propedéutica de sus Diez libros, y los que convierten a un tratado, el de De
Architectura, en el gran Prólogo de toda la arquitectura.241

LÍNEAS FUTURAS

Más de una vez hemos tenido que poner coto a la investigación, tan vasto es el
escenario por donde nos han paseado los Diez Prólogos. Y más de una vez lo hemos
comentado a lo largo del texto. Suman a su contenido aleccionador gratas sorpresas
como son la matemática, su listado de obra arquitectónica, templos, o el listado de
grandes filósofos y escritores. Sin olvidar el viaje que iniciamos en el tiempo, apenas
esbozado, a través de su Bibliografía.

239 Los Doctores: Ana López Mozo, Ángel Martínez Díaz e Ildefonso Muñoz Cosme.

240
Para comprender mejor el contexto de la aportación de Barbaro se sugiere revisitar el título:
CORPUS EJEMPLARIZANTE VERSUS CUERPO DOCTRINAL, Guillaume Philandrier y Daniele Barbaro.
(pp.147-159 de este documento)

241 Ver capítulo UNA LECTURA HOY, PRO-PEDEÚTICA Y PRO-LOGOS. (p.169 de este documento)

310
EPÍLOGO A DIEZ PRÓLOGOS – CONCLUSIONES y APORTACIONES

Hubimos de elegir un camino y no salirnos, dando prioridad a lo que queríamos contar.


Como líneas futuras de investigación vamos a señalar dos concretas, que
probablemente puedan llegar a converger:

Pietro Márquez (s. XVIII). En el año 2015 acometimos un estudio sobre los prólogos del
erudito y tratadista novohispano Pietro Márquez, un devoto vitruviano, que dio como
resultado el ensayo Lo Bello sin Cuna. Entonces no conocíamos la trascendencia de
los Diez Prólogos de Vitruvio. Se abre una posible línea de investigación sobre la
conexión teórica entre los textos proemiales de ambos autores, valorando en qué
medida los prólogos de Vitruvio motivaron a Márquez a concluir que la arquitectura
mexicana indígena daba respuesta a lagunas precisas del De Architectura. 242

Great Coxwell Barn (s. XIII). En el año 2017 publicamos el artículo La Conquista de la
Atemporalidad, en el que perseguimos poner en valor la condición moral, la
honestidad constructiva, de este bello granero de diezmos, como garante de su
supervivencia. 243 Queda pendiente un estudio concienzudo sobre la influencia de los
principios vitruvianos en la arquitectura medieval a través del mensaje de sus prólogos.
A este respecto, Francesco Pellati, en su libro VITRUBIO, hace una llamada enigmática
a la conexión del De Architectura con el tratado del s. XIII de Villard de Honnecourt
contemporáneo a nuestro edificio, Great Coxwell Barn. En definitiva, la intención final
es la de profundizar en los 1500 durante los cuales el De Architectura se mantuvo
preservado con mimo exquisito, pero ausente a los ojos del mundo ¿por qué?

242 Para comprender la motivación de estas líneas futuras se sugiere revisitar nuestro capítulo
De Architectura, Universalidad y Atemporalidad. De Pedro Márquez a William Morris. (pp. 203-208)

243
Un edificio puede desaparecer por causas caprichosas, pero su permanencia tiene necesariamente
una deuda con los cimientos, el oficio, su condición moral o la pasión que despierta. Y sin duda con
su capacidad de adaptación. Los que conozcan Great Coxwell Barn, creo que estarán de acuerdo en
que es un ejemplo puro de longevidad en arquitectura civil. Para todos, este ensayo extiende sobre
la mesa las evidencias de su supervivencia, con la íntima convicción de que contienen principios
universales. (Arroyo, 2014)

311
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

ÍNDICE DEL CAPÍTULO

BIBLIOGRAFÍA REFERIDA A LOS DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA


- Manuscritos consultados
- Ediciones impresas consultadas
PRÓLOGOS DE AUTOR Y AUTOR SECUNDARIO
LIBROS, ARTÍCULOS Y AUDIOVISUALES

A continuación, figuran los autores que han dado forma a esta investigación. La
voluntad de este capítulo bibliográfico es que queden agrupados por categorías a
razón de su implicación en el proceso del trabajo. Consideramos como fuente
primigenia el texto canónico de Vitruvio, su palabra, en cualquiera de las versiones
citadas del De Architectura. Como fuentes primarias observamos el aparato crítico de
las traducciones comentadas del De Architectura, incluidos los prólogos que las
acompañan, quedan ordenadas cronológicamente según su primera fecha de
publicación. Estimamos también fuentes primarias los prólogos de autor a tratados,
sean propios o introducidos por otros eruditos -- que distinguimos como autores
secundarios— les hemos dedicado un epígrafe independiente por su particular
relevancia en el estudio, aparecen listados alfabéticamente. Finalmente, dedicamos
una entrada a la literatura existente vitruviana – nuestras fuentes secundarias—y a toda
la bibliografía que la elaboración del documento nos ha demandado, libros, artículos
y audiovisuales, también por orden alfabético.

314
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

BIBLIOGRAFÍA REFERIDA A LOS DIEZ LIBROS DE ARQUITECTURA

DE ARCHITECTURA: MANUSCRITOS CONSULTADOS

Harleianus 2767 (1ºq. S. IX)


On Architecture
London, British Library.
F-III-19 (S. XI-XII)
Vitruvii de Architectura libri X
Madrid, Real Biblioteca del Monasterio de El Escorial.
MS. Auct. F.5.7 (aprox. 1390/1400)
De Architectura Vitruvius
University of Oxford, Bodleian Libraries.

DE ARCHITECTURA: EDICIONES IMPRESAS 244

Giocondo, Fray Giovanni (1511, trad. Latín)


M. Vitruius
Venecia, Ioannis de Tridino.
Cesariano, Cesare (1521, ed. Crít./ trad. Ital.)
Di Lucio Vitruvio Pollione de Architectura libri Dece
Milán, Gotardus di Ponte.
Philandrier, Guillaume (1552, ed. Crít./trad. Latín)
M. Vitruvii Pollionis de Architectura libri
Decem. Cologny, Ioan Tornaesium. [reed. 1586]
Martin, Jean (1553, trad. Fr.)
Architecture ou art de bien bastir de Marc Vitruve Pollion.
Cologny, Jean de Tournes. [reed. 1618].
Barbaro, Daniele (1556, ed. Crít./ trad. Ital.)
I Dieci Libri dell´Architettura di Vitruvio.
Venetia, Francesco de Franceschi. [reed. 1567]

244 Organizadas por orden cronológico según su fecha de primera publicación. Se indica el idioma de
la traducción y si se trata de una edición crítica comentada; también se advierte de la fecha de la
edición consultada cuando no ha sido posible recurrir a la primera edición o facsímil.

315
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

De Velasco, Lázaro (1564, ed. Crít. / trad. Esp.)


Los X libros de arquitectura de Marco Vitruvio Polion,
Cáceres, Cicón. [Ed. 1999]
Urrea, Miguel de (1582, trad. Esp.)
M. Vitruvio Polion de Architectura
Alcalá de Henares, Impreso por Juan Gracián.
Perrault, Charles (1673, ed. Crít. / trad. Fr.)
Les Dix livres d´Architecture de Vitruve.
Paris, Jean Baptiste Coignard.
Perrault, Charles (1674, trad. Fr.)
Abrégé des Dix livres d´Architecture de Vitruve
Paris, Jean Baptiste Coignard.
Galiani, Berardo (1758, ed. Crít. / trad. Ital.)
L´Architettura di M. Vitruvio Pollione
Napoli, Simoniana Stamperia.
Castañeda, Joseph (1761, trad. Esp.)
Compendio de los Diez Libros de Arquitectura
Madrid, Imprenta Gabriel Ramírez.
Ortiz y Sanz, Joseph (1787, ed. Crít. / trad. Esp.)
Los Diez Libros de Arquitectura de M. Vitruvio Polión
Madrid, Imprenta Real.
Choisy, Auguste (1909, ed. Crít. / trad. Fr.)
VITRUVE
París, Imprimerie-Librairie Lahure.
Blánquez, Agustín (1955, trad. Esp.)
Los Diez libros de Arquitectura.
Barcelona: Iberia [reed. 1970]
Andreu, Carmen (1973, trad. Esp.)
Marcus Vitruvius DE ARCHITECTURA.
Madrid, Ediciones de Arte y Bibliofilia.
Corso, Antonio; Romano, Elisa (1997, ed. Crít. / trad. Ital.)
Vitruvio De Architectura. Volume I y II.
Torino, Giulio Einaudi.
Rowland, Ingrid D. (1999, ed. Crít / trad. Ingl.)
Vitruvius: Ten books on Architecture
Cambridge University Press.

316
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

Manzanero Cano, Francisco (2008, ed. Crít. / trad. esp.)


Vitruvio. libros I-V
Madrid, Biblioteca Clásica Gredos.
Gros, Pierre (2015, ed. Crít. /trad. Fr.)
Vitruve De l´Architecture
Paris, Les Belles Lettres.

PRÓLOGOS DE AUTOR y AUTOR SECUNDARIO245

Alberti, Leon Battista (1436)


Prólogo a su tratado De Pictura.
México, Universidad Autónoma Metropolitana [ed. 1998]
Alberti, Leon Battista (1452)
Prefacios I y II a su tratado De Re Aedificatoria.
Madrid, AKAL [ed. 1991]
Bérchez, Joaquín (1981)
Estudio introductorio al Compendio de Castañeda.
Murcia: Consejería de Cultura.
Borges, Jorge Luis (1975)
Prólogos con un prólogo de prólogos, pp. 7-10.
Editor Torres Agüero, Alianza de Novelas AdN.
Briguz y Bru, Athanasio (1738)
A los estudiosos de la Arquitectura a su tratado Escuela de Arquitectura Civil.
Valencia, Joseph de Orga [ed. de 1804]
Calatrava, Juan (2000)
Vitruvio y la teoría de la Arquitectura al De Architectura de Xanti Iruretagoinea.
Bilbao, Ediciones Klasikoak.
Capel, Horacio (1996)
Prefacio a Huellas en la playa de Rodas de Clarence Glacken.
Barcelona, El Serbal.

245 A continuación del autor figura la fecha de su primera publicación, se cita la edición consultada
cuando no ha sido posible acudir a la anteriormente mencionada. El propósito es poder ubicar a los
prólogos en la cronología en que sus autores los redactaron y por lo tanto manifestaron su opinión
en referencia al debate en curso del De Architectura.

317
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

Caramuel Lobkowitz, Juan (1678)


Tratado proemial a su tratado Architectura Civil recta y obliqua.
Vegeven: Imprenta Obispal por Camillo Corrado.
Evers, Bernd (2011)
Prólogo al libro Teoría de la Arquitectura de Christof Thoenes, vol. 1.
Köln: Taschen.
Guillaume, Jean (2000)
Avant-propos al libro Les annotations de Guillaume Philandrier sur le De
Architectura de Frédéric Lemerle. Librairie de l´Architecture Ville Picard.
Márquez, Pietro (1795)
Prefazione apologetica a su tratado Delle case di cittá degli antichi romani
secondo la dottrina di Vitruvio. Roma, Presso il Salomoni.
Márquez, Pietro (1804)
A quien leyere a su tratado Dos monumentos antiguos de Arquitectura
Mexicana. Roma, Impreso por Salomoni.
Menéndez y Pelayo, Marcelino (1909)
Advertencia preliminar a su libro Historia de las ideas estéticas en España.
Madrid, Viuda e hijos de M. Tello. Tercera ed. ampliada.
Montes, Eugenio (1973)
Vitruvio, o la Arquitectura humanista, al De Architectura de Carmen Andreu.
Madrid, Ediciones de Arte y Bibliofilia.
Morris, William (1892)
Preface to the nature of Gothic a chapter from The Stones of Venice.
Hammersmith, Kelmscott House.
Moya Blanco, Luis (1978)
Prefacio a la traducción del De Architectura de Miguel de Urrea.
Colección Juan de Herrera, Albatros Ediciones
Navascués, Pedro (1974)
Introducción a El libro de Arquitectura de Hernán Ruiz, el joven.
Madrid, Escuela Técnica Superior de Arquitectura.
Palladio, Andrea (1556)
Proemio a los lectores a su tratado Los Cuatro Libros de Arquitectura.
Madrid, en la Imprenta Real [ed. 1797]
Pizarro, F. Javier; Mogollón Pilar (1999)
Introducción a la traducción de Lázaro de Velasco.
Cáceres, Cicón.

318
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

Rivera, Javier (1991)


Prólogo al De Re Aedificatoria de Alberti.
Madrid, Akal.
Rodríguez, Delfín (1997)
Vitruvio y la piel del clasicismo al De Architectura de Jose Luis Oliver Domingo.
Madrid, Alianza Editorial S.A.
Sagredo, Diego de (1526)
Prefacio a su tratado Medidas del Romano.
Toledo, Editor Antonio Pareja [edición año 2000]
San Nicolás, Fray Lorenzo de (1639)
Prólogo al lector a su tratado Arte y uso de la Arquitectura vol. 1.
Madrid, D. Plácido Barco López [cuarta impresión 1796]
San Nicolás, Fray Lorenzo de (1665)
Prólogo al christiano y piadoso lector a su tratado Arte y uso de la
Arquitectura.Vol. 2. Edición Petrus Villafranca.
Tavernor, Robert (2019)
Barbaro´s Vitruvius in Context al libro Daniele Barbaro´s Vitrivius of 1567.
Torino, Kim Williams Books.
Wotton, Henry (1624)
Preface of The Elements of Architecture.
London, Printed by John Bill.

LIBROS, ARTÍCULOS y AUDIOVISUALES246

Amorós. Alejandro (1996)


El Escorial y la traducción española del Vitruvio de Perrault.
Actas Simposium “Literatura e imagen” Septiembre1996 Madrid p. 701-719.
André, Jean-Marie (1985)
Le prologue scientifique et la rhétorique : les préfaces de Vitruve.
Lettres d´humanité, nº 44, pp. 375-384.
Arroyo, Tuska (2017)
A la conquista de la atemporalidad.
Revista de Arquitectura de la Universidad de Chile, nº 33, pp. 65-73.

246 Este listado no contempla el catálogo, previamente citado, de las ediciones consultadas del De
Architectura, ni a los autores que figuran en la entrada “Prólogos de autor y autor secundario”.

319
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

Barthélemy, Jean-Jacques (1788)


Voyage du jeune Anacharsis en Gréce. Vol. 1 al 7.
París, L´imprimerie de Didot Jeune [cuarta edición 1807]
Callebat, Louis (1973)
De L´Architecture, livre VIII.
Paris, Les Belles Lettres.
Callebat, Louis (1993)
Rhétorique et Architecture dans le “De Architectura” de Vitruve.
Rome, Publications de L´Ecole français.
Camps, Victoria
Catedrática de Ética.
Universidad Autónoma de Barcelona.
Cervera Vera, Luis (1978)
El Códice de Vitruvio hasta sus primeras versiones impresas.
Madrid, Instituto de España.
Ciapponi, Lucia A. (1960)
Il “De architectura” di Vitruvio nel primo umanesim.o
Padova, Italia Medioevale e Umanistica III, pp. 59-99, Editrice Antenore.
Cicerón, Marco Tulio ( S. I a. C.)
De natura deorum.
Ed: Madrid: Biblioteca Clásica Gredos, 2000.
Cruz, Javier (2016)
Javier y Fernando Marías, entre chapas y vespas.
https://elpais.com/cultura/2016/01/19/actualidad/1453232137_685416.html
Eroles, Emili (1981)
Diccionario histórico del libro.
Barcelona, Millá.
Fögen. Thorsten (2018)
L´architecte engagé : Education, Morality and Politics in Vitruvius´ De
Architectura. Graecolatina et Orientalia XXXIX-XL pp. 17-46 Univerzita
Komenského v Bratislave, Filozofická fakulta
García Dual, Carlos (2018)
El Teatro griego: Esquilo (525-456)
Canal March
García Melero, José Enrique (2002)
Literatura española sobre Artes plásticas.
Madrid, Ediciones Encuentro.

320
CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

García Romero, Fernando (2019)


Los misterios de Eleusis: significado y ritual.
Canal March.
Gentil Baldrich, José María (1998)
Traza y modelo en el renacimiento.
Sevilla, Instituto universitario de Ciencias de la construcción ETSA.
Gerard-Powell, Véronique (1983)
Fernando Marías y Agustín Bustamante, Las ideas artísticas del Greco.
Bulletin Monumental, tome 141, nº 4 p. 436.
Glacken. Clarence J. (1967)
Huellas en la playa de Rodas.
Barcelona, El Serbal 1996.
Gombrich, Ernst (1997)
Gombrich esencial: Textos escogidos sobre arte y cultura.
Madrid, Editorial Debate.
Gros, Pierre (2015)
Fra Giocondo lecteur et interpréte de Vitruve.
Monuments et mémoires de la Fondation Eugène Piot, tome 94, pp. 201-241.
Gutiérrez Haces, Juana (2014)
Los antiguos mexicanos, Vitruvio y el Padre Márquez, pp. 335-345, El clasicismo
en la época de Pedro José Márquez. UNAM
Ivory, James (2017)
Call me by your name.
Guión cinematográfico adaptado de la obra homónima de André Aciman.
Kruft, Walter (1990)
Historia de la teoría de la Arquitectura. Vol 1.
Madrid, Alianza Editorial.
Kubler, Geroge (1988)
La configuración del tiempo.
Madrid, Nerea D.L.
L´Orme, Philibert de (1567)
Le premier tome de l´architecture.
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CAPÍTULO BIBLIOGRÁFICO

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Ledoux, Claude-Nicolas (1804)
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Paris, Imprimerie de H.L. Perronneau.
Lemerle, Frédérique (1994)
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Lemerle, Frédérique (2000)
Les annotations de Guillaume Philandrier sur le De Architectura. Livres I á IV.
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Mazzetti, Lorenza (1997)
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Merino, José María (2010)
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Montejo, José Manuel (2019)
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La ruptura de la serenidad. Apuntes sobre el reencuentro con la policromía
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Rowland, Ingrid D. (2018)
Is Vitruvius still the man?
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Schlosser, Julius Von (1924)
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Soubiran, Jean ; Ruffel, Pierre (1962)

Vitruve ou Mamurra ?
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Cervantes a lomos de Clavileño.
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Arquitectura y Magia. Consideraciones sobre la idea de El Escorial.
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Teoría de la Arquitectura del renacimiento a la actualidad. Vol 1.
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Madrid, Herman Blume [ed. 1988]
Williams, Kim (2019)
Daniele Barbaro´s Vitruvius of 1567
Torino, Kim Williams Books

324
FINIS

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