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EN E L MÉXICO CONTEMPORÁNEO *
379
380 PETER IL SMITH FI X V — 3
Hall, 1964; Daniel Cosío Villegas, El sistema político mexicano: las posibilidades de
cambio, México, Joaquín Mortíz, 1973; Richard R. Fagen y William S. Tuohy,
Politics and Privilege in a Mexican City, Standford University Press, 1972; Roger
D . Hansen, The Politics of Mexican Development, Baltimore, Johns Hopkins Press,
1971; Lorenzo Meyer, " E l estado mexicano contemporáneo", Historia Mexicana,
V o l . X X I I I , Núm. 4 (92), 1974, pp. 722-52; y Robert E,, Scott, Mexican, Go-
vernment in Transition, ed. rev., Urbana, University of Illinois Press, 1964. Véase
también a Melvin Croan, "Is México the Future of East Europe: Institutional
Adaptability and Political Change in Comparative Perspective", en Authoritarian
Politics in Modern Society: The Dynamics of Established One-Party Systems, Ed.
de Samuel P. Huntington y Clement H . Moore¡, Nueva York, Basic Books, 1970,
pp. 451-83.
3
Fagen y Tuohy, Politics and Privileges, p. 23. E n este sentido México satisface
la definición de Juan Linz de régimen "autoritario", en Linz, " A n authoritarian
regime: Spain", en Mass Politics: Studies in Political Sociology, Ed. de Erik Allardt
y Stein Rokkan, ed., Nueva York, The Free Press, 1970, pp. 251-283 y 374-81.
E N E - M A R 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 381
4
nes sociales del gobierno en México? ¿ Q u é tipo de gente llega a la
cumbre de la escala política? ¿Cómo llega? ¿Cuáles son las reglas implí-
citas en el juego político?
Para responder a ellas trataré de analizar el origen social y los patrones
que han seguido las trayectorias de los líderes políticos del México con-
temporáneo. Cuando hablo de élite política nacional^ me refiero a aque-
llos que han ocupado un cargo público de importancia a nivel nacional.
L a definición de élite política que para este estudio hemos adoptado in-
cluye: embajadores (en puntos particularmente prestigiosos), diputados,
senadores, gobernadores, miembros del Comité Ejecutivo Nacional del
P R I , directores de los principales organismos y empresas descentralizadas,
miembros del subgabinete, miembros del gabinete y presidentes (para más
detalles ver el apéndice). Evidentemente algunos miembros de este grupo
más bien vasto (total N = 2 008) y apartado del resto de la sociedad,
son más élite que otros, y conforme a este supuesto han sido estratificados
a lo largo del trabajo.
Es cierto que la noción "ocupar un cargo público" no es de ninguna
manera un criterio perfecto para la identificación de los miembros de una
élite política. N o se refiere directamente a la característica definitoria de
5
una élite: el ejercicio del poder; pasa por alto tipos informales de lide-
razgo, y depende, en última instancia, de una selección adecuada de los
6
cargos oficiales. Pero valga subrayar dos puntos en defensa de mi enfoque.
E n primer lugar, surge la cuestión de la viabilidad ya que, para bien o para
mal es el criterio de los cargos ocupados el que ofrece la única vía prác-
tica para localizar a un grupo elitista amplio en el pasado. Segundo
puede considerarse que en México los cargos públicos son una especie de
trofeo o recompensa, a pesar de que en raras ocasiones cumplen un papel
real en el proceso de la toma de decisiones, en cuyo caso demuestran que
quienes los ocupan han ejercido en el pasado un cierto tipo de poder, ya
4
L a expresión ha sido tomada de Theodore, J . Lowi, At the Pleasure of the
Mayor: Patronage and Power in New York City, 1898-1958. Glencoe, 111., The
Free Press, 1964.
5
Para el problema de la identificación del poder en México véase: Carolyn
y Martin Needleman, "Who Rules México? A critique of Some Gurrent Views
of the Mexican Political Process", en Journal of Politics 31, 4, 1969, pp. 1011-34.
}
6
Por ejemplo, muchos colegas me sugirieron la inclusión de los rectores de
la Universidad Nacional y de los líderes sindicales; también deseaba añadir a
los jefes de las zonas militares, pero la Secretaría de la Defensa Nacional mantuvo
estrecha reserva en cuanto a los nombres de los jefes de zona porque esa infor-
mación era de "carácter oficial". Probablemente estas limitaciones no producen
distorsiones excesivas en mis resultados. Además tenía que imponer límites al
trabajo.
382 PETER H . SMITH FI XV—3
sea que lo sigan haciendo o no. Quienes ocupan un cargo público han
55 55
triunfado en el juego del "chambismo , son los "ganadores y en esa me-
dida constituyen una élite adecuadamente definida. E n términos técnicos
he partido, por lo tanto, de la premisa de que existe una correlación posi-
tiva muy fuerte entre cargo público y poder político aunque es obvio que
7
no se trata de una relación perfecta.
E l presente trabajo abarca el periodo entre 1946, año en que Miguel
Alemán asumió la presidencia del país, y 1971. Se ha tomado como punto
de partida esa fecha, porque ese año marca la consolidación de la estruc-
tura contemporánea del P R I , y también (como lo demuestra mi investi-
8
gación anterior) porque representa el advenimiento de una nueva cohor-
te política al escenario nacional — l a mayoría de los miembros de esta
generación eran demasiado jóvenes para haber participado en la Revo-
lución. Se fijó como fecha límite 1971 únicamente porque en ese año
9
terminé la fase de recopilación de datos para mi investigación. Trataré
el periodo 1946-71 como una unidad cronológica, aun cuando no pretendo
negar la existencia de importantes diferencias entre los sexenios. Se trata
de enfocar las tendencias generales del periodo 1946-71, a fin de estable-
cer patrones promedio que sirvan de base para que estudios posteriores
puedan aislar y evaluar las tendencias particulares de regímenes presi-
denciales individuales.
E l trabajo consiste en tres partes relacionadas entre sí. L a primera de
ellas expone elementos que describen la composición social de la élite
política mexicana, y busca comprobar una hipótesis general acerca de la
relación que existe entre origen social y conquista de un cargo público
elevado. L a segunda parte presenta una serie de datos que se refieren a
los patrones de movilidad interposicional en relación con una hipótesis
en torno a la posición institucional y al éxito político; asimismo, propor-
ciona algunos datos en cuanto a tasas de continuidad y cambio en los car-
gos públicos. Ambas partes son empíricas en su totalidad y describen
7
Esto es, yo sospecho que la mayoría de los que ocupan puestos públicos tie-
nen poder —pero no toda la gente con poder ocupa algún cargo. Ver también
a Brandenburg, Making. . ., pp. 158-59; y Wilfried Gruber. "Career Patterns
of México's Política! Élites", Western Political Quarterty, 24, 3, 1971, pp. 467-82,
esp. 468-73.
8
Peter H . Smith, "Continuity and Turnover within the Mexican Political
Élite. 1900-1971" (ponencia presentada ante el I V Congreso Internacional de
Estudios Mexicanos, Santa Ménica, California, 17 al 21 de octubre de 1973).
9
Por lo tanto, la muestra está limitada en el tiempo, pero frecuentemente la
describiré en presente —en parte por conveniencia estilística y en parte porque
los patrones que no se incluyen posiblemente no han cambiado mucho en el
ínterin.
ENE-MAR 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 383
1 0
E l proyecto más amplio se titula por ahora "Elites, Revolution and Authori-
tarianism: Political Recruitment in Mexico, 1900-1971", y contiene una compa-
ración entre los patrones de reclutamiento de la élite antes, durante y a partir
de la Revolución. E l estudio ha sido financiado, a través de los años, por el
Joint Committee on Latin American Studies del Social Science Research Council-
American Council of Learned Societies, la Graduate School de la Universidad de
Wisconsin, el Ibero-American Studies Program de la Universidad de Wisconsin,
el National Endowment for the Humanities (Subvención RO-6848-72 , el progra-
ma de A i d to Computer Oriented Research in the Humanities del American Coun-
oil of Learned Societies, y el Institute of Advanced Study, en Princeton, N . J.
1 1
Para un argumento controvertible sobre este punto ver a Juan Felipe Leal;
La burguesía y el estado mexicano, 2a. edición, México, Ediciones " E l Caballito",
1974; y Juan Felipe Leal, " E l Estado Mexicano: 1915-1973 (una interpretación
histórica)", ponencia presentada ante el Primer Encuentro Latinoamericano de
Historiadores (Centro de Estudios Latinoamericanos^ U N A M , 1974).
384 PETER H . SMITH FI X V — 3
miento político, y también puede arrojar cierta luz sobre el papel relativo
que desempeñan las poblaciones rurales y urbanas;
—nivel de educación, obviamente un determinante crucial para "las
oportunidades de la vida", en una sociedad estratificada ésta es pro-
bablemente la mejor medida que he podido conseguir para establecer el
origen socioeconómico;
—lugar donde se estudió, que conduce al establecimiento de contactos
y de amistades que posteriormente pueden convertirse en la base de alian-
zas y camarillas;
—ocupación, un indicador del estatus socio-económico que puede ser
14
útil aunque a veces sea engañoso.
1 2
Dado que mi cuerpo de datos incluye los nombres de las personas, los ape-
llidos maternos (cuando fue posible) y los paternos, tal vez se podrían reconstituir
algunas redes familiares dentro de la élite política —labor que prefiero dejar a
otros investigadores, por lo menos en el corto plazo.
1 3
Véase a Paul W . Drake, "Mexican Regionalism Reconsidered", en lournal
of Inier-Ámerican Studies and World Áffairs, 12, 3, 1970, pp. 401-15.
a 4
Para las dificultades que representa igualar ocupación con status económico
véase a Stuart Blumin, "The Historial Study of Vertical Mobility", Historical
Methods Newsletter, 1, 4, 1968, pp. 1-13; y Otis Dudley Duncan, "Social Stra-
tification and Mobility: Problems in the Measurement of Trend", en Indicators of
Social Change: Concepts and Measurements, E d . de Eleanor Bernert Sheldon y
Wilbert E . Moore, Nueva York, Russell Sage Foundation, 1968, pp. 675-719.
ENE-MAR 75 LA MOVILIDAD POLÍTICA 385
115
Es decir, el nivel superior corresponde a los cargos que en el Apéndice apa-
recen con un valor de escala de 7-8.
1 6
Para un excelente análisis consúltese a Pablo González Casanova, La Demo-
cracia en México, 2a. ed., México, Ediciones Era, 1967, en especial el capítulo 5.
1 7
Nótese que mis datos comparan la edad del primer ingreso a la élite política
nacional para el grupo 1946-71 con la estructura de edad de M A A para 1960.
L a edad media de ingreso para toda la élite de 1946-71 según datos de 1960
fue sin embargo de 55 —y de acuerdo con este criterio, ia élite sería de más
edad de lo que yo he sugerido.
1 8
Estas comparaciones se hacen con los datos de lugar de nacimiento de los
miembros de la élite con lugar de residencia de la población masculina en 1960;
una comparación con la distribución de la población alrededor de la fecha me-
dia de nacimiento de los miembros de la élite daría un resultado con despro-
porciones aún mayores.
386 PETER H . SMITH FI X V — 3
Cuadro 1
CARACTERÍSTICAS SOCIALES DE L A ÉLITE POLÍTICA M E X I C A N A , 1946-71
Edad:
20-29 8.4 d
2.5 d
40.2
30-39 29.5 22.3 26.7
40-49 34.1 39.5 16.6
50-59 21.7 28.0 8.8
60 y más 6.3 7.6 9.6
6
Lugar de nacimiento por regiones:
Pacífico norte 8.5 5.2 8.0
Norte 21.4 19.3 23.9
Centro 33.4 24.4 30.3
Distrito Federal 10.1 20.0 18.3
Golfo 13.5 20.7 11.0
Pacífico sur 12.8 10.4 8.5
Educación:
Asistió a la
j
universidad 73.5 86.8 2.7
Asistió a
k k 1
la U N A M 27.8, 46.8 50.3, 69.7 1.8
Ocupación:
ra m n
Profesiones liberales 78.0 88.9 2.7
Título profesional 52.7° 81.8° na
Abogado 39.4 P 47.1 P na
q Q
Oficiales militares 8.5 11.9 na
ENE-MAR 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 387
122
E l papel de la U N A M como medio para ganar acceso a la élite política
dependería en gran parte de la trayectoria política de los compañeros de gene-
ración. Roderic A i Camp, por ejemplo, ha señalado que por lo menos once com-
pañeros de generación de Miguel Alemán en ia Facultad de Derecho de la U N A M
(aproximadamente el 16%) ocuparon altos cargos públicos durante su gobierno.
Camp. "The National University and Élite Recruitment in México: the 1929
Generation", de próxima publicación en el Journal of Ínter-American Studies and
World Affairs. véase también a Gruber. "Career Patterns", p. 475-76. En todo
casoí, es bastante claro que 1.a U N A M provee de oportunidades cruciales para la
formación de camarillas.
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392 PETER H . SMITH FI XV—3
2 3
Para estar seguro de que todos los individuos incluidos en los cómputos han
tenido amplias oportunidades de conquistar su "cargo más elevado", excluí del
análisis: a) a todos aquéllos que adquirieron el status de élite durante la presiden-
cia de Gustavo Díaz Ordaz, 1964-70, y b) a todos aquellos que han ocupado una
posición elitista desde la toma de posesión de Luis Echeverría en 1970. Las em-
bajadas (posición en la escala 0) no aparecen en la variable CARGO MÁS ELEVADO
ALCANZADO, en vista de su posición ambigua en la jerarquía política. En todo caso,
la muy pequeña N (24) no introduciría gran diferencia en el resultado. Incidental-
mente, algunos de los miembros de la élite 1946-71 alcanzaron su "cargo más ele-
vado" antes de 1946.
2 4
E n un sentido estadístico muchas de las correlaciones son "significativas" en
vista de la elevada N . sin embargo, son todavía bajas para que su significado sea
realmente importante,
E N E - M A R 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 393
Gráfica 1
Ra
2 5
L a población básica es la misma que para las correlaciones (ver nota 23),
pero en vista de los datos que faltan la N se reduce a 387. Nótese que en este
modelo interviene la variable U N A M ; también realicé un análisis de flujos utilizan-
do en cambio UNIVERSIDAD NACIONAL (N = 280), y los coeficientes son casi idénti-
cos a éstos. Para el análisis de flujos ver a Otis Dudley Duncan. "Path Analysis:
Sociológica! Examples". American Journal of Sociology. 72, 1, 1966, p. 1-16; y
Kenneth C. Land. "Principies of Path Analysis", en Sociological Methodology 1969,
Ed. de Edgar F. Borgatta, San Francisco, Jessey Bass, 1969, p, 3-37.
394 PETER H . SMITH FI X V — 3
Patrones de movilidad
2 8
Seleccionados de acuerdo con la credibilidad y alcance de los datos sobre
carreras. Aunque todas estas personas pertenecen a la élite 1946-71, algunas de
estas transiciones fueron anteriores a 1946.
2 9
Esta es una versión modificada del modelo de cadena de Markov, con base
en el cual asumí que las posibilidades de ir del cargo público A al B son indepen-
dientes del cargo público (o cadena de cargos) ocupado antes del cargo A . A l
396 PETER H . S M I T H FI X V — 3
elaborar este cuadro he reunido los datos para 11 matrices de transición separadas
(del primero al segundo puesto, del segundo al tercero, del tercero al cuarto...
del décimoprimero al duodécimo). Quizá es por esta razón que la matriz en el
cuadro 3 es muy estable. Guando "Otros" es incluido como un renglón variable,
creando así una matriz cuadrada de 14 X 14, las probabilidades alcanzan virtual -
mente un equilibrio después de una sola transición.
ENE-MAR 75 L A MOVILIDAD POLITICA 397
Gráfica 2
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OTROS
PUESTOS // \ \
FEDERALES EMPLEADO EN 4
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ORGANISMOS
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400 PETER H . S M I T H FI XV—3
tros oficiales y con otras fuentes, de manera que he logrado elaborar un expedien-
te completo de movilidad interposicional dentro de este pool de puestos para cada
persona.
Esta forma de "reconstitución de carreras" impone algunas precauciones en la
codificación (Juan Gómez García es la misma persona que Juan Gómez G . ) , pero
creo que mis asistentes y yo logramos un 95% de exactitud.
402 PETER H . SMITH FI XV—3
Cuadro 4
cambios dentro todos los cambios cambios dentro todos los cambios
del mismo carril, dentro de las del mismo carril, dentro de las
c c
Carriles como % rutas, como % d
como % rutas como % d
0
Ejecutivo 41.3 41.3 45.8 48.5
Administrativo f 30.0 46.2 38.6 60.0
Electoralg 38.6 38.6 43.9 46.7
3 1
Si incluimos la salida permanente como una posibilidad de transición, el mo-
delo de cadena de Markov se vuelve dinámico —en lugar de estable— y "ningu-
no" constituye su estadio final. De hecho, más del 95 por ciento de los 708 indi-
viduos comprendidos en este análisis llegaron a este estadio al final de su onceava
transición (véase nota 29).
E N E - M A R 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 403
Cuadro 5
0
Cargo^ Probabilidad de retiro
Gabinete .393
Subgabinete .129
Líder del partido .197
Director de empresa descentralizada .415
Senador .510
Diputado .431
Gobernador .391
a
Cargos listados en el cuadro 3 para los cuales tengo información virtualmente
completa.
b
Sobre la composición de las agrupaciones por puestos ver notas del cuadro 3.
c
Representa la proporción de cambios de cada puesto a posiciones no políticas.
3 2
Resulta interesante notar que las élites superiores tienen una tasa de conti-
nuidad dentro del pool de puestos superiores aun menor que la élite como un todo.
404 PETER H . SMITH FI XV—-3
Cuadro 6
C O N T I N U I D A D E N T R E R E G Í M E N E S PRESIDENCIALES
( N r : 1373) a
Núm. de regímenes
presidenciales durante
los cuales se ocupa un Núm. de Oportunidades de
h
cargo de élite individuos reingresar a la élite
1 875 .363
2 294 .410
3 122 .402
4 52 .366
5 22 .267
6 7 .125
7 1 —
a
Incluye el número completo de funcionarios en las oficinas de élite, como se
definen en el texto (total N = 2 008). A fin de concentrarme en las personas
que presumimos han completado sus carreras he excluido de este análisis: a) a
>
3 3
Para más detalles véase mi trabajo "Continuity and Turnover", y comparan
estos datos con los resultados referentes al sistema español en Juan J . Linz, "Con-
tinuidad y descontinuidad en la élite política española: de la restauración al régi-
men actual". Estudios de ciencia política y sociología. [Madrid, inédito, 1972, pp.
361-423]; Jesús de Miguel, "Las cortes españolas 1943-1970: un análisis de cohor-
tes" [sin publicar]; y Paul H . Lewis, "The spanish ministerial élite, 1938-69
en Comparative Politics, 5, 1, 1969, pp. 83-106.
3 4
L o mismo es válido para los lazos familiares incluyendo los lazos conyugales;
¡los matrimonios políticos pueden tener sus riesgos! Debe hacerse notar que los
altos porcentajes de cambios entre individuos son modificados por la persistencia
de algunos grupos colectivos (tales como las redes familiares).
ENE-MAR 75 L A MOVILIDAD POLÍTICA 405
LAS REGLAS D E L J U E G O
s ?
Para esta sección he consultado especialmente a William S. Tuohy, "Centra-
lism and Political Élite Behavior in México", en Development Administration
in Latín America. Ed. de Clarence E . Thurber y Lawrence S. Graham, Durham,
N . C , Duke University Press, 1973, pp. 26Q-80, esp. pp. 273-74; y Kenneth F.
Johnson, Mexican Democracy: A Critical View, Boston, Allyn and Bacon, 1971,
pp. 77-80. Véase también Martin Harry Greenberg, Bureaucracy and Development:
A Mexican Case Study, Lexington, Mass., D . C. Heath, 1970, esp. pp. 116-21.
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4 0
Se conoce muy poco de la suerte de los políticos después de su salida; des-
afortunadamente, mi recopilación contiene muy poca información al respecto. Éste
es un tema digno de investigación»
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4 1
He asumido, hasta cierto punto, que las carreras políticas han ofrecido gran
movilidad, y más oportunidades, que carreras en otros campos (por ejemplo la
industria privada). Véase una elaboración de esta hipótesis y de algunas de sus
implicaciones en Merle Kling, "Towards a Theory of Power and Political Inesta-
bility in Latin America'^ en Western Political Quarterly, 9, 1, 1956, pp. 21-35.
4 2
Para este tema véase a Arnold J . Heidenheimer (ed.), Political Corruption:
Readings in Comparative Analysis, Nueva York, Holt, Rinehart, Winston, 1970.
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4 3
Fagen and Tuohy tratan el tema del apoyo popular al régimen en Politics
and Privilege, pasim; y véase el importante estudio de Rafael Segovia sobre la so-
cialización política de los niños mexicanos, que se publicará próximamente.
4 4
A u n el presidente en su sexenio puede tener sólo dos o tres años para elabo-
rar e instrumentar su política en forma efectiva. E n los primeros dos años podría
formular políticas a seguir pero tiene que concentrarse en consolidar su cuadro
político. Su poder disminuye dos años antes de terminar su periodo porque em-
pieza la carrera para obtener cargos importantes en el siguiente período presiden-
cial; sólo quedan los dos años intermedios del periodo para formular y poner en
práctica las políticas.
412 PETER H . S M I T H FI X V — 3
APÉNDICE
Escala de valores*
para la variable
CARGO MÁS ELEVADO
Funcionarios ALCANZADO