LA RELACIÓN ENTRE LA SALUD CARDIOVASCULAR Y LA

ANTROPOMETRÍA: UNA PERSPECTIVA INTEGRAL

La relación entre la salud cardiovascular y la antropometría es un tema relevante

en el campo de la educación física y la salud en general. La antropometría se refiere a la

medición y evaluación de las dimensiones y proporciones del cuerpo humano, como la

altura, el peso, la circunferencia de la cintura, entre otros. Estas medidas antropométricas

pueden ser indicadores útiles para evaluar el estado de salud y el riesgo de enfermedades

cardiovasculares.

La salud cardiovascular es un aspecto crucial para el bienestar general de las

personas. Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de

morbilidad y mortalidad a nivel mundial. Todos y cada uno de esos factores, en mayor o

menor medida, se encuentran infra diagnosticados, y –consecuentemente- infra tratados y

–derivado de este hecho infra controlados. Además, la convergencia de algunos de estos

factores simultáneamente, añade una complejidad adicional para emprender acciones

concretas de cara a una correcta prevención cardiovascular, (González, 2017). En este

ensayo, exploraremos la relación entre la salud cardiovascular y la antropometría,

centrándonos en los parámetros antropométricos claves que se han asociado con un

mayor riesgo de enfermedades del corazón.

Uno de los principales parámetros antropométricos que se utiliza para evaluar el

riesgo cardiovascular es el Índice de Masa Corporal (IMC). El IMC es una medida que
relaciona el peso y la estatura de una persona. (Diccionario de cáncer del NCI, s. f.).

Numerosos estudios han demostrado una asociación significativa entre un IMC elevado

(obesidad) y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad

coronaria, la hipertensión arterial y el accidente cerebrovascular. La obesidad conlleva

una serie de factores de riesgo adicionales, como la resistencia a la insulina, la

dislipidemia y la inflamación, que contribuyen al desarrollo y progresión de

enfermedades del corazón.

Además del IMC, la circunferencia de la cintura es otro parámetro antropométrico

importante que se utiliza para evaluar el riesgo cardiovascular. La acumulación de grasa

abdominal, medida a través de la circunferencia de la cintura, se ha asociado con un

mayor riesgo de enfermedades de este tipo, independientemente del IMC. La grasa

abdominal se considera especialmente perjudicial debido a su estrecha relación con la

resistencia a la insulina, la disfunción endotelial y la inflamación sistémica, todos estos

son factores de riesgo para enfermedades del corazón.

La circunferencia de la cintura o la relación cintura-cadera (RCC) es otra medida

antropométrica relevante en la evaluación del riesgo cardiovascular. Una mayor relación

cintura-cadera indica un aumento de la acumulación de grasa en la región abdominal.

Numerosos estudios han demostrado que una RCC elevada se asocia con un mayor riesgo

de enfermedades cardiovasculares, similar a lo observado con la circunferencia de la

cintura. La RCC puede ser un indicador útil para evaluar la distribución de la grasa

corporal y su impacto en la salud cardiovascular.

El porcentaje de grasa corporal es otro parámetro antropométrico que ha

demostrado estar relacionado con la salud cardiovascular. Un alto porcentaje de grasa

corporal, especialmente cuando se acumula en el abdomen, se ha asociado con un mayor

riesgo de enfermedades del corazón. La grasa corporal en exceso puede contribuir al

desarrollo de la resistencia a la insulina, la dislipidemia y la inflamación, desencadenando

así procesos que aumentan el riesgo de enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos.

La salud cardiovascular está estrechamente relacionada con la antropometría,

especialmente con parámetros como el IMC, la circunferencia de la cintura, la relación

cintura-cadera y el porcentaje de grasa corporal. Es fundamental entender que estos

parámetros antropométricos no deben considerarse de manera aislada, sino en conjunto

con otros factores de riesgo, como el estilo de vida, la historia familiar, la actividad física

y los hábitos alimentarios. Una evaluación integral y multidimensional es necesaria para

comprender plenamente el riesgo cardiovascular de una persona.

Es importante destacar que la antropometría no es una medida infalible y tiene sus

limitaciones. No todos los individuos con valores antropométricos elevados desarrollarán

enfermedades cardiovasculares, ya que otros factores de riesgo también desempeñan un

papel crucial.
 BIBLIOGRAFIA

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