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Un enfoque cognitivo
UNIVERSITARIA DE SANTANDER
BUCARAMANGA
Septiembre 26 y 27 de 2002
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SONETO AL AMOR
(Alberto Angel Montoya, 1902-1970)
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1. GENERALIDADES ACERCA DEL AMOR.
• Cada persona tiene un estilo definido de amar. La forma de amar de cada uno está
relacionada con su estilo cognitivo afectivo. De acuerdo con su estructura, cada sujeto
adquiere formas características de amar, aunque en cada relación ama de manera
diferente.
• Uno no se enamora cuando decide hacerlo, el amor llega por sí solo. Se tiene la idea
de la incontrolabilidad del sentimiento. El amor está cargado con un sino mágico que lo
ubica en un lugar más allá de la decisión humana. El amor, como cualquier sentimiento,
existe porque es alimentado, y se extingue por inanición si uno lo descuida.
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Haciendo aún referencia a los postulados mesmerianos del siglo XVI, se tiene la
concepción de un fluido corporal universal que, al entrar en armonía con otros
elementos, se convierte en experiencia de vida para quienes se involucran en él. La
“química” otorga un lugar al amor que existe pero es incomprensible, y que se
manifiesta en la intención de cercanía o no que se experimenta al estar cerca de alguien,
sin que haya motivos evidentes para la atracción o el rechazo.
• No se puede llegar a ser amigo de la persona que alguna vez se amó. El amor, como
cualquier sentimiento, tiene la virtud de ser dinámico y cambiante. Ante las diversas
experiencias del sujeto, el sentimiento que se tiene hacia alguien puede variar,
cambiando entonces las intenciones que se tienen con respecto al Otro. Lo que pasa es
que en las relaciones afectivas, de arraigo emocional para ambos o para alguno de los
miembros de la pareja, por lo general uno de ellos (o los dos) mantienen vivas las
esperanzas del reencuentro, haciendo difícil la convivencia amistosa. Se deben superar
las manifestaciones de apego para asumir un rol diferente ante la persona con quien se ha
tenido un vínculo afectivo.
Es claro entender en Freud el amor de base erótica, como eje que dinamiza las relaciones. La eroticidad del
amor no es necesariamente el acto, sino la intención del acto, que es lo que mantiene vivo al amor. Sin
embargo, en el ser humano hay una tendencia natural a erotizar todas las relaciones interpersonales,
existiendo mecanismos de censura ante las manifestaciones libidinosas en relaciones prohibidas (relaciones de
familia, amigos, compañeros).
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DEFINICIÓN DE WALSTER Y WALSTER
“El amor es un estado de intensa absorción, asociado con gran activación fisiológica,
acompañado de añoranza y/o éxtasis respecto al ser amado, y deseo de la propia
realización a través de él”. La absorción descrita por Walster y Walster refleja la intención
de estar con la pareja, y la idea de crecer con esa persona a partir de las vivencias derivadas
de la relación de pareja. Es una concepción de amor maduro, intenso, de impacto para
quien lo vive.
DEFINICIÓN DE L. GREENBERG
El amor, en el sentido más general, es la emoción que nos conecta a otras personas y es
nuestra respuesta a lo que más valoramos. Es, en gran medida, la experiencia de entusiasmo
y alegría en la interacción e implicación con los demás. Es más complejo que otras
emociones básicas y puede incluir patrones de emociones, cogniciones e impulsos.
No hay una definición única de amor porque hay distintos tipos de amor cada uno con
diferentes connotaciones.
CONCEPCIÓN DE W. RISO.
MODELO DE SPEARMAN
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“El amor es una experiencia emocionalmente cargada y altamente positiva que no puede ser
analizada por la imposibilidad de descomponerse en factores constitutivos”.
AMOR
MODELO DE THOMPSON
“El amor es un conjunto de sentimientos, pensamientos y deseos que al ser experimentados
simultáneamente, dan como resultado una experiencia total compleja”.
AMOR
MODELO DE THURSTONE
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Robert Sternberg (1992)
INTIMIDAD
PASIÓN DECISIÓN/COMPROMISO
“El amor puede ser entendido como un triángulo dentro del cual cada vértice representa uno de sus
componentes básicos: Intimidad, pasión, decisión/compromiso, que configuran una relación interactiva (la
posición de los componentes en los vértices es aleatoria)”. Estos componentes juegan un papel importante en
la relación de pareja por encima de otros atributos, que por lo general son componentes de éstos (por ejemplo
la comunicación hace parte de la intimidad. (Robert Sternberg, El triángulo del amor: Intimidad, amor,
compromiso, 1992)
Intimidad: Se refiere a aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento
entre las personas. Sternberg sostiene que la intimidad tiene los siguientes componentes:
Deseo de promover el bienestar de la persona amada.
Sentimiento de felicidad junto a la persona amada.
Gran respeto por el ser amado.
Posibilidad de contar con la persona amada aún en situaciones de necesidad.
Entendimiento mutuo con la persona amada.
Entrega de uno mismo y de sus posesiones.
Recepción de apoyo emocional por parte de la persona amada.
Entrega de apoyo emocional.
Comunicación intima con al persona amada.
Valoración de la persona amada.
Para intimar con alguien es necesario establecer una relación sin máscaras ni barreras,
siendo necesario que la intimidad empiece con la autoexposición (para encontrarme
con el otro debo mostrarme primero).
La intimidad es un fundamento del amor que se desarrolla de manera paulatina, y que es difícil de
lograr. La mayor dificultad es el temor a la autoexposición, pues exponernos nos pone en un lugar de
vulnerabilidad ante los otros.
Pasión: La pasión es en gran medida, la expresión de deseos y necesidades humanas, como la
autoestima, entrega, pertenencia y satisfacción sexual. La pasión puede interactuar fuertemente con al
intimidad, aunque son procesos diferentes. Además de sexual, la pasión es una respuesta psicofisiológica
intensa, de encuentro, de relación profunda.
Aunque para muchos el “despertar pasional” se remite a la “química” del amor, se afirma que la pasión es
una respuesta prendida que necesita ser alimentada para subsistir. La pasión que no se alimenta muere de
inanición, se acaba. Los seres humanos necesitamos de pruebas de viabilidad para mantener viva una
intención.
Decisión/compromiso: Este componente tiene dos aspectos: uno a corto plazo y otro a largo plazo. A
corto plazo se encuentra la decisión de estar con alguien, “abrir las puertas del corazón” a otra persona,
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mientras que a largo plazo se encuentra el compromiso que une a las personas a partir de intereses y
expectativas puestas en el otro que van consolidándose en la medida en que se satisfacen (a mayor
satisfacción debe haber mayor compromiso).
Aunque el componente de decisión/compromiso parece carecer de la intensidad, “calor” o
“efervescencia” de la intimidad o la pasión, es el factor que sostiene a las parejas unidas, aún en épocas
de conflicto. Es un paso esencial para superar periodos difíciles y para volver a estados mejores en la
relación.
2. RELACIONES DE PAREJA
2.1 CONCEPTO DE PAREJA
La pareja, entendida como el encuentro de dos personas que se aman, constituye una relación física,
psicológica, social y espiritual, en la que ambos establecen un compromiso explícito e implícito, que define la
dinámica de la relación.
Las relaciones de pareja son un proceso de construcción conjunta, en la que el dispositivo fundamental es la
interacción entre dos seres humanos. Tal interacción es un proceso con intencionalidad de compartir, ensayar,
congeniar y convivir, con motivaciones y, generalmente, finalidades comunes.
Las relaciones de pareja son muy diversas y complejas en la actualidad. Están influidas por la diversidad
cultural, sexual, ideológica, económica y por los cambios en la asunción y definición de roles genéricos. Aún
así, puede afirmarse que en la actualidad hay un consenso casi universal en cuanto a que la relación de pareja
está motivada por el deseo libre de los individuos para convivir con otra persona, y para compartir compañía,
afecto, ayuda, placer y un proyecto, estable o transitorio, juntos.
Los problemas de pareja, en consecuencia, suelen experimentarse como “fallos” o “errores” del objetivo
esencial de la relación. Sin embargo, no se pone en duda que son parte de la relación, pues en mayor o menor
medida toda relación, por íntima e intensa que parezca, pasa por momentos de conflicto. Podría decirse que
los problemas son parte de la vida de la pareja, y obligan a las personas a afrontar cambios, tensiones,
dificultades, tanto internas como externas a la pareja, y en la medida en que sean superados aportan a la
estabilidad y la consolidación de la pareja.
Cada persona es un mundo diferente, con particularidades que le identifican. En Psicología aún se discute si
son las similitudes o las diferencias las que actúan como motivadores de la atracción entre dos personas. Las
concepciones de la “media naranja” y de los “polos opuestos”, defienden las ideas de la complementariedad,
aunque este pensamiento se cuestiona pues no nos entregamos de manera fragmentada desde aquello que
complementa al otro, ni desde lo que de sí nos complementa, sino que la entrega es integral, profunda,
matizada por encuentros y desencuentros, homogamia y heterogamia, en relación con las condiciones
características de cada uno.
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Como todo encuentro dinámico, la vivencia en pareja se define a partir de un proceso evolutivo en el que, a
pesar de constituir cada pareja un encuentro diferente, se pueden identificar unos momentos comunes en la
mayoría de relaciones:
Atracción y flirteo. El encuentro inicial esta caracterizado por la intención de uno o ambos de
acercarse al otro. Se presenta atracción e interés, donde cada uno establece límites o posibilidades de
cercanía con el otro. Las conductas de flirteo afloran como estrategias de acercamiento, y cada uno
desde su lugar (o al menos la persona que muestra interés inicial en el encuentro) procurar capturar la
atención del otro. Dura algunas semanas.
Consolidación de la relación. Las personas que pasan la etapa del enamoramiento empiezan un
proceso de consolidación de la relación en el que se da peso a la relación y se entra en mayor
intimidad. Algunas parejas empiezan planes a futuro juntos, y se sientan las bases para una unión
más definitiva. El conocimiento del otro es mayor y las personas tienden a mostrarse como son, sin
máscaras ni fachadas, gracias a la vivencia cercana en la relación. Dura entre dos y tres años, y es un
buen momento para pensar en la unión marital. Si se mantiene el noviazgo mas allá de un tiempo
prudencial, ocurre un fenómeno de habituación, en el que la pareja se mantiene en la idea de estar
juntos, teniendo un espacio cotidiano mucho mayor.
Unión marital. La pareja toma la decisión de unirse en matrimonio por lo general en la etapa de la
consolidación de la pareja. El matrimonio (o unión libre, o cualquier tipo de convivencia que
implique la conformación de un hogar), representa para las personas un cambio radical en su estilo
de vida, bien sea por las costumbres de su hogar de origen, o por tener responsabilidades, deberes y
compromisos mucho más definidos. El dispositivo de protección para asumir con gusto este cambio
radical es el amor y la aceptación social que por lo general acompaña el ritual de la unión. La pareja
vive una etapa de conocimiento y adaptación al nuevo estilo de vida, con planes conjuntos y
proyectos en común, pasando un periodo conocido como luna miel. Dura desde el momento de la
unión hasta más o menos los dos primeros años de la relación.
Habituación. Las personas se habitúan a su nuevo estilo de vida, y gracias al dispositivo del amor,
mencionado antes, se va dando una natural disminución en la intensidad de la relación (afectiva,
sexual, etc.) pero se crece en la intención de estar juntos de manera definitiva. Cada uno se
acostumbra al otro, conoce sus hábitos y sus costumbres, y ambos se realimentan en sus
manifestaciones. En los noviazgos largos, suelen presentarse rupturas tempranas en los vínculos
maritales al parecer porque el proceso fue vivido al revés, experienciando la habituación desde el
noviazgo, lo que hace que en el matrimonio al pasar la “luna de miel” parezca perderse interés en la
relación.
Momentos claves del matrimonio: Son periodos o vivencias de gran significación para la relación
en tanto conllevan a modificaciones en la dinámica de la pareja. No necesariamente se presentan en
lapsos definidos, pero cuando suceden pueden inducir cambios significativos en la relación. Algunos
de estos sucesos son:
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o Cambio de residencia.
o Cambios evolutivos en los hijos (inicio escolar, adolescencia, noviazgo, matrimonio).
o Cambio laboral o inicio laboral de la mujer.
o Ascensos laborales, académicos y sociales significativos.
o Cambios evolutivos en los miembros de la pareja (adultez, tercera edad, época de prejubilación
y jubilación, menopausia, andropausia).
o Inclusión de terceros (relaciones extramatrimoniales, infidelidad).
De la misma manera en que han aumentado las tipologías familiares en los últimos tiempos, las formas de
unión matrimonial también han crecido en diversidad. Antes éramos una cultura de base matrimonial
católica, con compromiso social abierto y la bendición sacerdotal para el vínculo. Los roles anteriormente
eran más definidos, con un hombre proveedor de insumos para el sustento, y una mujer dedicada a las labores
domésticas, en quien recaía la educación y crianza de los hijos, aunque socialmente la figura de autoridad
recayera en el varón.
Ahora las múltiples posibilidades de ejercicio de la mujer han llevado a que los roles cambien en el
matrimonio. Las labores del hogar son repartidas con mayor equidad y la carga nutricia, proveedora, es
compartida.
El inicio sexual de la mujer se presentaba por lo general con el evento del matrimonio, lo cual era un
indicador de las “buenas costumbres” adquiridas en el hogar. Actualmente, las parejas asumen que llegar al
matrimonio sin haber tenido una vida sexual activa previa con su pareja (o con otros), puede ser motivo de
desencuentro posterior por no “entenderse” en las expresiones, intereses y preferencias sexuales.
También las formas matrimoniales han aumentado. Se recurre a la unión libre con mayor libertad que antes,
cada vez tiene mayor aceptación el matrimonio por vía civil y los rituales matrimoniales se han trasladado de
las iglesias a otras manifestaciones religiosas o étnicas.
Antes la decisión del matrimonio obedecía en gran parte a una presión social. El hombre mostraba su valentía
y hombría en la medida en que pudiera llevar la responsabilidad del hogar. La mujer era criada para atender
el matrimonio, y su entrenamiento en su hogar de origen se remitía a desarrollar habilidades en labores
domésticas. La edad para casarse era entre 18 y 20 años en el hombre y entre 16 y 18 en la mujer.
Actualmente, la decisión del vínculo matrimonial es más parsimoniosa, las personas tienen por lo general
otras metas antes de unirse en matrimonio, como ascender en lo académico, tener un poder adquisitivo claro y
haber superado etapas del desarrollo evolutivo y cultural. La edad para casarse supera los 25 años, y la
llegada del primer bebé se retrasa pues la mayoría de parejas prefieren “disfrutar un tiempo solos de la
relación”.
Estas diferencias crean una brecha significativa entre las concepciones de una generación y otra, lo que suele
desencadenar en conflictos familiares por las asunciones que hacen las parejas sobre el rumbo de su relación.
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Son muchas las diferencias entre las parejas de antaño y las de ahora, lo que muestra a las relaciones de pareja
como fenómenos sociales dinámicos que adquieren manifestaciones diferentes según el contexto y el
momento histórico en que se presenten.
• Contacto social o intercambio: Espacios sociales comunes en los que cada uno tenga la
opción de vivenciar con el otro distintas experiencias, compartir socialmente,
“mostrarse” como pareja.
• Atractivo físico: Intención de contacto. Las personas en pareja deben sentir atracción
física entre sí, de manera que se motive el contacto, la cercanía, la expresión afectiva.
• Complementariedad en las necesidades: Cada uno debe encontrar en el otro una forma
de complementariedad a algunas de sus necesidades y condiciones. “ser en el otro”
como forma de desarrollo potencial en la pareja.
• El amor romántico siempre será el pilar que sostendrá la relación, y durará por
siempre.
• Mi pareja sabe lo que yo quiero sin que se lo diga.
• Al casarme se acabarán mis penalidades y frustraciones.
• Mi pareja me compensará en todas mis frustraciones.
• Mi pareja siempre debe estar de mi lado en todas las circunstancias.
• Una buena relación de pareja es suficiente para alcanzar la felicidad.
• Mi pareja y yo somos inseparables, estaremos siempre juntos y lo compartiremos todo.
• Sólo se ama verdaderamente una vez en la vida.
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• Todas las personas pueden amar con la misma intensidad.
• El amor es suficiente para una buena relación sexual.
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Alto: 28 o más.
Medio: 16-27
Bajo: Menos de 16
3. LA TERAPIA DE PAREJA.
3.1. QUÉ ES LA TERAPIA DE PAREJA.
La terapia de pareja es un conjunto de técnicas y estrategias psicoterapéuticas que tienen como finalidad
ayudar a resolver los diferentes tipos de problemas de relación que afectan a las parejas.
A menudo, estos conflictos tienen que ver con una gran variedad de causas, y no con una sola de clara y
aislada. Las expectativas puestas en la relación, la educación de los hijos, las familias extensas, la adaptación
a los diferentes momentos del ciclo vital, la monotonía, el distanciamiento, etc., influyen en el hecho de que,
cada vez más, la conciencia de la dificultad de desarrollar una vida en pareja satisfactoria sea más elevada, de
la misma manera que las circunstancias sociales, laborales, etc., también son más complejas.
Las cifras de separaciones y divorcios en nuestro país así lo demuestran, a pesar de que también hay que tener
en cuenta a las parejas que, sin recurrir a la separación, viven en un permanente estado de malestar vital y
relacional.
Por eso, los problemas afectivos son uno de los motivos más frecuentes de consulta psicológica, y aunque no
siempre es posible contar con el concurso de los dos sujetos involucrados en la relación, resulta conveniente
que ambos se comprometan en la búsqueda de soluciones a los conflictos presentados.
Este modelo distingue entre insatisfacción de pareja (I.P) y perturbación de pareja. (P.P). Uno o ambos
miembros de la pareja, a partir de ciertas experiencias personales (modelos familiares de sus padres como
pareja, otros modelos sociales, historia de relaciones de pareja anteriores, etc.) desarrolla una serie de
expectativas no realistas sobre como tiene que funcionar una pareja (MITOS) y/o bien lleva a la relación sus
propias características personales, que pueden ser incompatibles con las del otro miembro. Este proceso
produciría el resultado cognitivo-emocional de "Deseos no satisfechos" e "Insatisfacción de pareja" (I.P) A
partir de esta insatisfacción uno o ambos miembros de la pareja pueden producir una perturbación de la
relación de pareja (P.P); esto se desarrollaría al valorar el estado de insatisfacción anterior de modo irracional
(creencias irracionales implicadas serían: (1) Exigencia de trato justo: "Tu no deberías actuar como lo haces
porque está mal o amenazas mi autoestima" y (2) Catastrofismo: "Si se expresan las cosas que me insatisfacen
de la relación puede ocurrir algo horrible y no debo hacerlo". Ambas creencias irracionales producirían un
estado de perturbación de la pareja (P.P), en concreto la primera llevaría a una respuesta emocional de ira
intensa y conducta aversiva hacia el otro miembro (menos gratificación o refuerzo, mas conducta de
"castigo") y la segunda creencia irracional produciría una respuesta emocional de ansiedad o temor intenso y
una conducta inhibida (no asertiva). El resultado final de todo el proceso sería que la conducta de cada
miembro produciría un feedback que es distorsionado cognitivamente por el otro en función de sus propias
creencias irracionales.
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3.2.2. EL MODELO DE BECK (1988):
La relación de pareja suele pasar por dos fases generales: (1) "Enamoramiento": en general se trata de una
relación íntima sin apenas problemas prácticos, donde se activan una serie de creencias y expectativas
románticas (MITOS, fase de "Idealización de la relación") y (2) "Cotidianidad": se produciría una frustración
de expectativas y creencias románticas ("Desilusión"), irrumpirían una serie de problemas prácticos (hijos,
finanzas, toma de decisiones, etc) y se "activarían" el "Pacto matrimonial" (Perspectivas personales, supuestos
personales o esquemas cognitivos latentes; que mientras más egocéntricos sean, mas disfunción van a
generar). Estos esquemas cognitivos suelen girar en torno a dos contenidos temáticos: Interés afectivo y
Valoración personal. Se habrían desarrollado a partir de modelos familiares (relaciones parentales) y otras
experiencias (p.e. historia de pareja). La conducta de cada miembro de la pareja lo podría activar, y esa
activación produciría una serie de distorsiones cognitivas que llevaría a una serie de círculos viciosos de
estilos personales de relación inflexibles, sobretodo en tres áreas: comunicación, expresión afectiva y
resolución de problemas.
1º. Mantener una alianza de trabajo con la pareja, procurando la participación de ambos cónyuges (aunque
también se puede trabajar con uno solo de ellos).
3º. Que los miembros de la pareja tomen conciencia de como se trastornan emocionalmente y perturban la
relación al mantener una serie de cogniciones disfuncionales; y trabajen en su modificación. Ellis (1987)
indica que si hay perturbación de pareja (P.P) debe de ser el primer foco de intervención, y no la
insatisfacción; ya que difícilmente la pareja colaborará en aumentar el intercambio satisfactorio se antes no
elimina su fuerte perturbación emocional. Beck (1988) en cierto modo indica lo mismo; si
aparece una alta hostilidad en la pareja, este debe ser el primer foco de la terapia.
Peter Martin, (1982) plantea los compromisos básicos implicados para el terapeuta de
pareja desde un enfoque cognitivo conductual:
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• No buscará que prime una decisión sobre otra (restablecer el vínculo o romperlo). Esta
decisión incumbe a la pareja.
Por su parte, García Higuera (2001), define en el siguiente párrafo el papel del terapeuta de
pareja:
“Lo que aporta el terapeuta es una oportunidad para que la pareja,
gracias al diálogo conjunto e individual con él, pueda
reconceptualizar su relación, replantear la forma de expresar lo que
cada uno espera del otro, analizar con espíritu crítico su posición
frente a la relación y plantear con el otro el futuro del vínculo, para
actuar en una forma que sea satisfactoria para ambos”.
SINDROME DEL NIDO VACIO: Soledad de la pareja por el egreso de sus hijos.
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4.2. CONFLICTOS DE PAREJA
Nelly Rojas (1994) plantea que los conflictos que más se presentan en las relaciones de
pareja son:
o “debo tener la reciprocidad de mi amado, o sino soy una persona indigna, inadecuada”.
o “Es horrible perder a mi amado, no podría aguantarlo”.
o “Si mi amado no tiene interés por mí, o si muere, la vida no tendría sentido, y sería mejor estar muerto”
o “Mi amado es el único en el mundo para mí, y sólo su amor puede hacerme valioso”.
o “Debo ganar el favor de mi amado y para eso tengo vale hacer cualquier cosa, incluso arriesgar mi
vida”.
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4.4. CONFLICTOS MÁS FRECUENTES EN LAS RELACIONES
DE PAREJA
4.4.1.LA INFIDELIDAD
DEFINICIÓN:
CAUSAS:
CLASES DE INFIDELIDAD:
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Ocasional: Aventuras relacionadas con situaciones circunstanciales, que no
desencadenan en relaciones estables. El sujeto es conciente y acepta tenerlas convencido
de no poner en juego su relación.
Permanente: Relaciones amorosas estables paralelas a la relación conyugal.
Crónica: Relacionada con un rasgo de personalidad. La persona ha tenido historia de
infidelidad recurrente, sin llegar a relaciones paralelas estables.
“El desliz”: No deriva necesariamente en contactos sexuales. En ocasiones el sujeto
infiel no está plenamente conciente de su conducta.
DEFINICIÓN:
Ellis (1982): Los celos pueden ser racionales o irracionales. Los racionales están ligados a
sentimientos de frustración y decepción cuando la persona amada presta “demasiada”
atención a otros, lo que conlleva a perturbación emocional. Los celos irracionales se
presentan cuando se demanda o impone de manera absolutista que la persona amada
siempre nos cuide y nos preste atención exclusiva, y cuando se está horrorizado con la idea
de que esté ligada emocionalmente a otra persona y tal vez nos abandone por ella.
IDEAS IRRACIONALES ASOCIADAS A LOS CELOS (ELLIS):
“Debo tener una garantía de que me amas fuertemente sólo a mí y continuarás haciéndolo así
indefinidamente”.
“Si tu no me amas como yo te amo, debe haber algo extraordinariamente malo en mí, y por eso
apenas merezco tu afecto”.
“Debido a que te amo intensamente y sigo estando dedicado a ti, tienes que devolver mi amor
siempre, si no me causarás un gran sufrimiento, y entonces serás una persona vil y detestable”.
“A no ser que tenga la absoluta certeza de que me amas y de que siempre será así, mi vida es
demasiado confusa y desagradable y apenas parece valioso continuar con ella”.
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Maltrato asociado al consumo de sustancias: En estado de consumo, caracterizado por
pérdida de la conciencia, la responsabilidad y el control de impulsos, uno de los
miembros (o ambos) recurren a la agresión como forma de manifestación en pareja.
Motivo de consulta.
Evaluación
Entrevistas conjuntas
Entrevistas individuales
Aplicación de instrumentos
Objetivos terapéuticos.
Técnicas y procedimientos.
Seguimiento
James Framo (1985) planteó los motivos más frecuentes en terapia de pareja:
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Fallas o dificultades en la comunicación. Relación básicamente sana y con
dificultades mínimas en asuntos no esenciales.
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Existe diálogo y escucha mutua?
Diferencias intelectuales
Qué pienso del nivel intelectual de mi pareja?
En qué áreas de su desempeño admiro a mi pareja?
Nivel de energía en la pareja
Qué nivel de entusiasmo demuestro en la relación?
Me muestro concentrado e interesado en labores conjuntas?
Siento a mi pareja entusiasmada en la relación?
Intereses y hábitos en materia de trabajo y diversión.
Cómo afecta mi trabajo y el de mi pareja la relación?
Qué actividades de diversión realizan juntos?
Disfrutan las actividades de diversión juntos?
Familias de origen.
Hasta qué punto las familias de origen se inmiscuyen en las decisiones de pareja?
Existen límites claros con las familias de origen?
Crianza de los hijos
Cómo considero las pautas de crianza que mi pareja tiene con los hijos?
Existen acuerdos en pautas de crianza?
Relaciones con los hijos.
Las relaciones con los hijos se han afectado por los conflictos de pareja?
Cree que los hijos se están “usando” para el manejo de la situación?
Manejo económico.
Qué diferencias hay en el manejo y control del dinero?
Siento que la economía del hogar está siendo bien manejada?
Sexo y excitación sexual.
Se percibe deseo y éste es acompañado de actos sexuales?
Cómo percibo las actitudes sexuales de la otra persona?
Valores y principios en pareja.
Se comparten los valores y principios en la pareja?
Hay respeto por las creencias de cada uno?
Amistades y relación con otros.
Existe claridad en los límites en la relación con otros?
La presencia de otros afecta la relación?
Responsabilidades en pareja.
Son claros los roles y la distribución de responsabilidades?
Nivel de cumplimiento de cada con sus responsabilidades.
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pacífica, que no desencadene en conductas de maltrato. Se recurre a técnicas
conductuales como entrenamiento en relajación, stop de pensamiento y anticipación de
respuestas, y técnicas cognitivas de contrastación de pensamientos y manejo de la ira.
Seguimiento (evitar recaídas): Se tienen sesiones conjuntas cada vez más espaciadas
para observar la evolución de la pareja luego de culminado el proceso terapéutico.
REFERENCIAS
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BLANDÓN, Chiquinquirá. No más infamias en nombre del amor. 1996.
http://www.psicologia-online.com/ESMUbeda/index.htm
LÓPEZ JARAMILLO, Olga Lucía. Las nuevas tipologías familiares y sus implicaciones en el espacio
familiar y social. En: Cuadernos Familia, Cultura y Sociedad. Medellín: Universidad de Antioquia. #1.
1998.
MAZO Rodrigo (Director). Autopercepción de las causas de la infidelidad en mujeres con una relación
estable de pareja (trabajo de grado). Medellín: UPB. 2000.
RISO, Walter. Deshojando Margaritas. Acerca del amor convencional y otras costumbres. Bogotá: Norma.
1998.
RUIZ, Alfredo. Temas psicológicos. INTECO, Instituto de Terapia Cognitiva. 2002. www.inteco.cl/temas
STERNBERG, Robert. El triángulo del amor, intimidad, amor, compromiso. Madrid, 1992.
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