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Ensayo literario

Origen y desarrollo del ensayo literario

• El ensayo literario es un escrito en prosa de extensión


moderada que tiene como objetivo defender una idea
o un punto de vista; así mismo, busca analizar e
interpretar un tema determinado a partir de un
razonamiento lógico. Se le considera literario porque
cuenta con un valor estético que se refleja en su estilo
y en la manera de usar el lenguaje.
Se puede afirmar que el ensayo como expresión escrita tiene sus
orígenes en la Antigüedad Clásica, donde los filósofos griegos escribían
“charlas” que tenían como objetivo manifestar opiniones sobre
diferentes temas. Sin embargo, los ensayos empezaron a utilizarse con
mayor frecuencia a partir del siglo XVI con importantes escritores y
filósofos como Francis Bacon y Michel de Montaigne. El origen del
ensayo literario debemos situarlo con Michel de Montaigne, que no
sólo inventó la palabra, si no que desde primero momento estuvo
consciente de que su obra era especial. Los Ensayos de Montaigne
surgieron es una época de grandes cambios intelectuales y sociales
(opiniones y valores sobre la muerte y la posibilidad de una vida
futura, el viaje y la exploración o las relaciones sociales).
• El ensayo representa un modo de comunicación: la
comunicación persuasiva mediante la reflexión.
• El ensayo literario es un tipo de ensayo caracterizado por
una redacción subjetiva.
• El escritor concede mucha importancia al estilo con el
que redacta su obra: Destaca por poseer un
• matiz estilístico y poético.
• En el ensayo, más que informar es sugerir, por eso debes
saber escribir, porque es un enfoque
• personal; por eso lee, piensa, habla y escribe.
Características
Subjetividad:
El subjetivismo es parte esencial
del ensayo. Es la motivación del
interior que nos lleva a elegir un
tema y el enfoque que vamos a
darle, ya que en el ensayo literario
el ensayista no solo expresa sus
sentimientos, sino también el
proceso que llevo a adquirirlos.
Carácter dialogal:
El ensayista no presenta nada
terminado, sino desarrolla sus
ideas al escribirlas, y no lo
hace de manera sistemática, y
si en la forma como se le van
ocurriendo, y aquí colabora el
lector en la comprensión y
organización de las ideas. La
lectura del ensayo no puede
ser pasiva; si no mueve al
lector, no ha logrado su
objetivo.
Digresión:
Si entendemos como
digresión el hecho de
apartarse en el discurso
del asunto principal para
tratar de algo que surge
del pronto relacionado
con el tema,
entenderemos mejor el
espíritu del ensayo.
Temática libre:
Cualquier tema puede ser
materia para un ensayo,
porque en él lo
importante no son los
datos que aporta al tema,
sino la perspectiva que da
a su tratamiento, las
sugerencias que adelanta
y que desea que se
proyecten en el lector.
Estructura no rígida:
La estructura del
ensayo se aproxima a
la comunicación oral,
en el sentido de incluir
frecuentes digresiones
y de seguir una
estructura interna
(unas ideas sugieren
otras).

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