Está en la página 1de 8

La inadaptación juvenil

FLORENCIO OLLE RIBA


Licenciado en Pedagogía

El fenómeno de la inadaptación juvenil, con a soslayar. Entonces, unas veces por rutina y
toda su secuela de alborotos, tumultos y delin- otras por imitación, salta las barreras de las apa-
cuencia, es problema cuyas proporciones se riencias, y, al margen de su formación moral, a
agranda, día a día, por todo el ámbito del mundo pesar del claro concepto de lo que es lícito o ilí-
civilizado. cito, de lo que es correcto y de lo que no lo es, echa
Y decimos del mundo civilizado porque, en rea- por la borda tales consideraciones y se sumerge
lidad, tales manifestaciones parecen más bien en el histerismo colectivo, que, cual neurosis de
propias de comunidades subdesarrolladas, o de amplias proporciones, invade los más opuestos es-
aquellos países que se hallan en los albores de la tratos sociales.
civilización. Ante tal realidad, y al margen de la personali-
Verdaderamente, la ley de la selva parece ha- dad individual, se nivelan las apetencias, se imi-
berse adueñado de naciones cuya cultura debería tan los gustos, y una misma desfachatez parece
actuar como un tamiz adecuado, para afinar los ser el exponente de los desplantes que anudan las
instintos y encauzarlos hacia normas de conducta expansiones multitudinarias de la juventud, ano-
más de acuerdo con el esplendor de las grandes malía que muchas veces les lleva al terreno de
realizaciones en que vive el mundo actual. la irresponsabilidad y de lo delictivo. En resumen:
Pero, en lugar de ello, gran parte de nuestra nos hallamos ante un estado de cosas totalmente
juventud parece empeñada en demostrar que los antisocial que se ha dado en llamar el problema
beneficios de tales adelantos sólo han servido para de la inadaptación juvenil.
atrofiar su sentido del deber, menoscabando su Esta anormalidad social, que en la mayoría de
responsabilidad y su sensatez. los paises ha proliferado de manera alarmante en
Sirve de agravante, a más, el que tal proceder estos últimos arios, va poco a poco adquiriendo
no puede tener como causa la falta de resortes carta de naturaleza en nuestra patria. Con fre-
morales o la carencia de medios culturales o eco- cuencia la prensa nos informa de hechos, desma-
nómicos, sino, más bien, yo diría, que es a con- nes y delitos, cuyos protagonistas no han reba-
secuencia de una saturación de recursos y de sado los dieciocho arios, lo que constituye un to-
posibilidades de todo orden. que de alerta para que nos interesemos en el
Ahora bien, si tales manifestaciones que con- estudio de este problema, a fin de intentar buscar
vierten al individuo en un ser extravagante y ri- las soluciones más idóneas para paliar sus efec-
dículo, cuando no peligroso, pueden obedecer a tos, si no queremos situarnos a la altura de los
impulsos ancestrales, nuestra juventud es doble- países que sufren más a lo vivo tal anomalía
mente responsable, ya que no le faltan medios social.
para suavizar sus tendencias y adaptar su con- El problema es candente. Está ahí, al alcance de
ducta a tono con la sociedad actual. A pesar de la mano. Su trascendencia es enorme y, por tanto,
las llamadas al cambio, y a la evolución constante nuestra responsabilidad de educadores nos es-
a que se ve sometida, la realidad ambiental no timula para analizar, aunque sea de manera su-
deja de ofrecerle oportunidades de orden positivo perficial, sus más variados matices, así como
para un mayor control de su emotividad. aportar algunas sugerencias de carácter preven-
No obstante, es innegable que la ansiedad en tivo, tanto en el aspecto social y familiar como
que se debate parte de la juventud tiene su ori- en el educativo, estadios en los que, en realidad,
gen en la angustia que la sociedad moderna ha radica la raíz del mal.
logrado imponer, de manera inconsciente, pero
real, a todos los órdenes de la vida. Las ansias
que el individuo ve reflejadas en su propio yo
escapan con frecuencia a la censura de su pro- ASPECTO SOCIAL
pia conciencia. Empezar el estudio de la inadaptación juvenil
El adolescente, aunque se halle enclavado en desde el punto de vista social es, sin lugar a dudas,
sectores bien definidos por su moralidad, se ve invertir los términos del problema, ya que sus
continuamente arrullado por el vaivén de en- manifestaciones en este particular terreno son
crespadas emociones que el ambiente le induce más bien una resultante que los orígenes del mal.
16 [164] REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LVIII . 16a

Pero creo en la oportunidad de esta inversión que atraviesa la juventud son fácilmente vulne-
de valores a fin de percatamos, de una manera rables y, portanto, posibles de superar.
más inmediata, de las consecuencias a que con- Porque para nadie es un secreto que en la
duce la relajación familiar, en el problema que actualidad los medios de difusión se pasan de
los hijos plantean, así como poner de manifiesto la raya con demasiada facilidad, ante la pasividad
el gran vacío que existe en el plano educativo, o tolerancia de los órganos responsables. El cine,
cuando se trata de encauzar a la adolescencia. la radio, la televisión, el teatro, la prensa, la lite-
Por regla general, al leer una noticia, comentar ratura argumental, etc., no siempre proceden con
un hecho o presenciar un incidente, en los que se la sensatez y la objetividad que exige su respon-
pone de relieve lo improcedente de la conducta sabilidad.
juvenil, nuestra reacción se concreta en el inevi- Es frecuente constatar cómo una serie de imá-
table comentario de «ja dónde iremos a parar!», genes, de relatos, de argumentos y de actuaciones,
o en algo parecido. Luego, sin concesiones de nin- son presentados al público sin el sentido de la
guna especie, nuestro particular concepto del de- ética que requiere el interés común. Con el pre-
ber nos induce a suponer que la gran mayoría de texto de despertar el interés sobre hechos y si-
los adolescentes comprendidos entre los catorce tuaciones, los saturan más de la cuenta de un
y los dieciocho arios se hallan sumergidos en un peligroso suspense, exagerando la emotividad, en
lodazal de enormes proporciones. un proceso que en nada puede favorecer la men-
En parte, tal reacción y tal suposición respon- talidad juvenil, rica en fantasía y excesivamente
den a una innegable realidad. Pero al margen de sugestionable, que sabe captar la trama, pero que
este natural comentario a nadie se le ocurre sen- no siempre se identifica con las consecuencias.
tirse responsable de tal estado de cosas, ni com- El adolescente, por un exceso de narcisismo, se
partir la responsabilidad que a todos nos alcanza, cree dotado de suficientes recursos para superar
cuando por egoísmo, por cobardía o por temor ciertas situaciones, al propio tiempo que perfila
(a veces justificado), procuramos soslayar los sus iniciativas a la vista de los fallos que ha
acontecimientos, sin detenernos a pensar en las creído descubrir en los protagonistas que, ocasio-
causas que originan tan extemporáneas manifes- nalmente, le han servido de modelo. Muchos atra-
taciones. cos y demás violencias juveniles han tenido su
En primer lugar, debemos consignar que es un período de gestación al socaire de tal realidad.
error partir de la base de que el adolescente es un Ahora bien, considerar tales hechos desde este
ser irresponsable. Se abusa más de la cuenta del punto de vista es sólo tener en cuenta una de
concepto de que el joven, por múltiples razones, las vertientes del problema. Es cierto que este
se halla inmerso en un estado de regresión que, ambiente tan irrealmente creado, este desequili-
en parte, justifica su irreponsable proceder. El brio psicológico que con tanta irresponsabilidad
adolescente, se afirma, se ha creado por tal causa se ha logrado cultivar, sería un factor decisivo si
un falso mundo que le desorienta y le exaspera, no existieran otros medios totalmente positivos
predisponiéndole a un sinfín de reacciones nega- para contrarrestar sus perniciosos efectos. Tales
tivas, cuya_ primera manifestación es un estado son la familia y la educación.
de rebeldía, y de aquí a la delincuencia va un Lo que pasa es que al romperse los eslabones
solo paso, paso que, desgraciadamente, se da con de la cadena que viene representada por la f ami-
reiterada frecuencia. ha, la educación y la sociedad, predisponen al
Esta teoría demasiado acomodadiza parece te- adolescente a un cúmulo de desatinos, por las fa-
ner muchos defensores en el momento actual. Al- cilidades que halla a cada paso, al fallar las di-
gunos pedagogos, psicólogos, sociólogos, psiquia- rectrices que deberían imponer iniciativas. El
tras, escritores, etc., tal vez para ponerse a tono adolescente se halla predispuesto a dejarse arras-
con las modernas corrientes de origen freudiano, trar por los acontecimientos y seguir el camino
afirman con demasiada superficialidad que hoy más fácil para satisfacer sus caprichos y deseos.
en día, en realidad, nadie tiene la culpa de lo que Algunos pseudomoralistas han llegado incluso
hace. (Si lo hace mal.) a afirmar, en el colmo de su acomodaticia postu-
La anormalidad en el común vivir, según ellos, ra, que las palabras «bien) y «mal» han caído en
es la causa que favorece los desequilibrios emo- desuso en la actualidad, y que los conceptos que
tivos. Por tanto, según este concepto, indulgente encierran han perdido toda su esencia.
en demasía, la sociedad en general y el ambien- No estos conceptos, afortunadamente para to-
te en particular se encargan de prender la mecha dos, siguen con todo esplendor. Si así no fuera, el
que conduce a la explosión juvenil. caos más espantoso reinaría por doquier.
Ante tales argumentos es lógico considerar que Aparte de una minoría que se halla inmersa
tales razonamientos sólo son válidos en parte y no o al borde de este caos, podemos afirmar que la
significan, ni mucho menos, que debemos cruzar- gran mayoría de nuestra juventud continúa dan-
nos de brazos y aceptar como inevitable un caos do pruebas de moderación, de disciplina y de
semej ante. responsabilidad, con rasgos bien definidos de ética
No, no es ésta la mejor postura. Hay que su- y moralidad.
gerir iniciativas y coordinar todos los medios de Lo que ocurre es que, separadamente, indivi-
acción para demostrar que los complejos por los dualmente considerados, tales conceptos tienen
168 . LVIII LA INADAPTACION JUVENIL [165 ] 17

su verdadero significado, pero su contenido, al ser donde la flema y la pasividad parecen ser el signo
puesto en amalgama de mentalidades, da como distintivo de su temperamento nacional.
resultado que al ser estimulado por los más au- Hay que convenir, no obstante, en que, a pesar
daces se traduzca en esporádicas extravagancias de obedecer tales manifestaciones a un mismo
o en peligrosas violencias. fondo de inadaptación, los hechos ponen de re-
Así, por ejemplo, las letras del alfabeto tienen, lieve que hay ciertos matices de apreciación que
separadamente, un intrascendente significado al diferencian la actuación de estas bandas en uno
representar el signo que les es propio en su in- y otro lado del Atlántico. En Estados Unidos, por
dividualidad idiomática. Pero mezclad estas le- ejemplo, tienen una tendencia más marcada ha-
tras, colocadlas de manera apropiada para que cia el delito en todas sus especialidades, mientras
representen una idea definida, y según sea la que en Europa su actividad se centra principal-
mano que las enzarce podrán expresar conceptos mente en el tumulto, la argarabia desbordante
sublimes o insulsas expresiones. y el histerismo colectivo, con salpicaduras delic-
Pues bien, a nuestra juventud le falta la mano tivas no menos peligrosas, pero que en el fondo
que sepa aprovechar su valor potencial para en- tienen como causa la extemporánea irresponsabi-
cauzarlo hacia hechos y situaciones que tengan lidad de tales adolescentes.
categoría de realidad positiva. Hechos así están ocurriendo continuamente en
La inadaptación juvenil no puede ser tratada Francia, Holanda, Alemania, Italia, España, etc.,
a la ligera, así como tampoco a base de dispo- e incluso en muchos países situados tras el telón
de acero, como Rusia, por ejemplo. Ello pone de
siciones coartivas, que en lugar de paliar sus
efectos los exaspera todavía más. El calificativo manifiesto que, al margen del nivel social o del
de «fenómeno de nuestro tiempo» con que común- régimen político imperante, el mal va proliferan-
mente quiere justificarse debería ser arrincona- do sin cesar.
do para dar paso a una serena pero eficaz colabo- Los psicológos y los sociólogos tienen aquí tema
ración ciudadana, en todos los órdenes del común sobrado de estudio, dado que en general, por lo
vivir. menos en Europa, los componentes más activos
Porque lo que más sorprende, al estudiar a de tales bandas es frecuente pertenezcan a fami-
fondo este problema, es la chocante paradoja de lias respetables e incluso influyentes en sus res-
ver cómo su mayor virulencia se acusa en los pectivas esferas sociales.
países que por su desarrollo se desenvuelven den- El caso registrado recientemente en España, en
tro de un nivel de vida superior. Por tanto, su donde dos jóvenes estudiantes de diecisiete y
localización radica en particular en países como dicieocho arios, pertenecientes a acomodadas f a-
los Estados Unidos, desde donde se va extendiendo milias, perpetraron un atraco a mano armada en
a todas partes. Es esto tan real que, según un la Sucursal número 1 del Banco de Bilbao, es
informe del FBI, en 1957, en la ciudad de Nueva significativo a tal respecto.
York, se localizaron 110 bandas de jovenzuelos Como casos análogos se dan de manera reite-
cuyas edades oscilaban entre los catorce y los rada en diferentes lugares, cabe descartar, por lo
diecisiete arios. Estas bandas, que contaban en su menos, el resentimiento de los menos favorecidos
como móvil de tales acciones, y sí suponer que
haber numerosos crímenes y hechos delictivos de estos adolescentes echan mano de su audacia
toda clase, han ido paulatinamente en aumento para procurarse una vida sin sentido, llena de
a pesar de su represión. Incluso, en estos últimos falsas apariencias a causa del clima de abandono
tiempos se han modernizado, pues, según las no- en que viven en su medio familiar.
ticias de que disponemos, se ha comprobado que
ahora actúan en grupos reducidos, visten mejor Y es que la vida actual, producto de una indus-
y se trasladan de uno a otro barrio para despistar trialización acelerada, ha alterado totalmente el
la acción policial. concepto tradicional de la organización familiar.
Organizaciones de prestigio se han visto desbor-
Este gangsterismo juvenil, que muchas veces en dadas en esta coyuntura histórica, en la que mu-
nada se diferencia del verdadero gangsterismo al chas familias son arrastradas a nuevas situacio-
estilo de Al Capone, por imitación se va exten- nes que han alterado su sentido de la realidad.
diendo por todas partes, siendo una constante En el transcurso de pocos arios, el número de
preocupación por el peligro que representa esta trabajadores manuales ha disminuido, lo que sig-
lacra social. nifica que el número de obreros cualificados ha
Asimismo, Inglaterra, país superdesarrollado y ido en aumento. Por tal motivo, el nivel de vida,
de manifiesto elevado nivel social y cultural, se que en muchas familias se desarrollaba precaria-
ha visto perturbada en fechas muy recientes por mente, ha sido superado, hasta el punto que mu-
los tumultos devastadores provocados por sus des- chas de ellas tienen ahora infinidad de comodi-
graciadamente famosos Rockers y Mods. Las vio- dades y caprichos, en los que antes ni soñaban.
lentas escenas llevadas a cabo por estas bandas, Ante tal situación, la organización familiar se ha
en las que no faltan muchachas, primero en visto afectada por una superficialidad de tal na-
Clacton-on-sea y posteriormente en Margate, turaleza que ha repercutido, de manera muy
Brigton y Sout Mend, dieron la pauta de a lo que directa, en la educación y en la orientación de
puede llegar esta plaga juvenil, incluso en países los hijos.
18 [1661 REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LVIII . 168

A causa de ello el niño, en no pocos casos, se «Niñera =»- Muchacha adolescente que tiene que
nalla abandonado o semiabandonado en el seno comportarse como persona mayor, mientras los
del hogar, y al pretender adaptar su vida de mayores han salido a conducirse como adoles-
acuerdo con el ambiente superficial que le en- centes.»
vuelve se va convirtiendo en un ser inadaptado No vamos a pretender que éste sea el estilo de
que poco a poco se va hundiendo en la incivili- vida predominante en nuestra sociedad, pero si
dad. Mientras los mayores, inconscientemente, se que podemos afirmar que son muchas las familias
desentienden de esta situación, y, al pretender cuyos padres no se preocupan como deberían de
vivir su vida, no se percatan del mal que causan las actividades de sus hijos adolescentes. Son le-
a sus hijos al dejarles debatirse en sus propios gión los que ignoran cuáles son los amigos de sus
medios. hijos, así como también cuáles son los lugares
No es lógico pretender, ni menos exigir, a un que frecuentan en sus ratos de ocio fuera del
adolescente una formación y una ponderación en hogar.
su conducta si no ha sido preparado de ante- Por otro lado, también es natural que la ju-
mano para ello. Las características de la juventud ventud tenga sus gustos y que éstos, con frecuen-
son el optimismo, la alegre bullanguería y la falta cia, no coincidan con el gusto de los adultos. Lo
de preocupaciones, que les impide profundizar los que ya no es tan natural es que por tal motivo
conceptos elevados. se les deje a su libre albedrío al organizar sus
Cada generación tiene sus problemas propios, aventuras. Que la música chillona atraiga a la
problemas que, en esencia, vienen a ser siempre masa juvenil es, hasta cierto punto, aceptable. Lo
los mismos, aunaue encuadrados en un marco que ya no es tan normal es que tal realidad pro-
diferente por la evolución social que determina voctue estas frenéticas manifestaciones que arra-
cada época. san cuanto hallan a su paso.
Así, por ejemplo, hoy en día, muchos son los No hay ninguna razón para consentir que los
que se escandalizan por un twist o un rock n-roll, chicos y chicas, a partir de los catorce arios (y a
más o menos espectacular, al igual que en los veces antes), se salgan, por regla general, del
años veinte era una osadía bailar con más o me- control y de la disciplina de sus padres, dando pie
nos garbo un inofensivo charlestón. De la misma a que, con ello, se entreguen a ciertos excesos a
manera, en la época de nuestros abuelos, los bai- causa de su menguada visión de la seriedad de la
les señoriales, como el lancero o el rigodón, se vida.
vieron desplazados por la movilidad del vals, que El resultado inmediato de este abandono pa-
causó furor y que llegó a provocar acerbadas crí- ternal se traduce casi siempre en estudios de-
ticas. fectuosos, falta de preparación profesional, ansias
No, no es éste el problema. Cada generación de obtener, con el mínimo esfuerzo, los mejores
tiene sus gustos, su estilo y sus inquietudes E/ lugares cualificados, apatía social, extravagancias
contraste está en que el ambiente de antaño, con de todo orden, etc. En resumen: buena parte de
otras normas de vida, se desenvolvía de manera nuestra juventud sólo siente un verdadero interés
más plácida y sin las tremolinas a que se ve por los ritmos trepidantes, la velocidad, la promis-
abocada la juventud de hoy. Pero todo ello no es cuidad de sexos, la vida fácil y superficial, siendo
motivo para asustar a nadie. sus mejores aulas los Nights Clubs y los Snacks-
Ahora bien, esto no justifica los desplantes, así Bars, y toda clase de lugares parecidos.
como tampoco la incivilidad a que muchos ado- Por tanto, a la familia le corresponde una parte
lescentes se entregan. No es lícito justificar la destacadísima en el encauzamiento de las inicia-
anarquía y la violencia so pretexto de que la ju- tivas juveniles, no para coartar y reprimir, sino
ventud actual vive en un estado de completo para dirigir y precisar toda clase de actividades.
escepticismo. Si antaño los medios coactivos, prin- Debemos ofrecer a los jóvenes fines concretos a
cipalmente los de orden moral, eran valladar su- conseguir, a base de una disciplina que, impuesta
ficiente para imponer una rectitud en las relacio- en la más tierna infancia, tenga su continuidad
nes sociales, la sociedad actual debería haber ha- en épocas posteriores, cuando el adolescente se
bilitado los recursos suficientes para encauzar las enfrente con una vida que le ofrecerá a cada paso
inquietudes de la juventud de hoy. toda clase de oportunidades para enzarzarse en
En muchos aspectos debería haberse empeza- una degeneración moral que corroerá las mejores
do por orientar a gran número de adultos, pues esencias de que es portador.
los hay que tampoco se hallan del todo adaptados
a muchas estructuras sociales que van apare-
ciendo sin cesar. ASPECTO FAMILIAR
En este particular aspecto es muy significativa
la definición que con cierta ironía hace una Uno de los factores negativos que influye de
revista humorística norteamericana, referente a manera más directa en el fenómeno de la inadap-
las muchachas que allá es costumbre contratar tación juvenil es el fallo que se observa en la
por horas para atender a los niños, mientras los institución familiar. Por poco que examinemos
padres deben ausentarse por algún motivo. Dicha cómo se desenvuelve esta organización ' en los
definición, que se presta a la reflexión, dice así: países más directamente afectados por esta plaga
168 . LVIII LA INADAPTACION JUVENIL [167] 19

social, veremos cómo la relación entre padres e rienda suelta a sus instintos, que no es raro tien-
hijos es totalmente deficiente. dan a desembocar en la violencia y en el desorden.
Es una amarga realidad el que a un mayor nivel La familia es, por tanto, en uno y otro caso, lo
de vida corresponde también un mayor porcen- mismo por defecto que por exceso, la responsable
taje de los extravíos juveniles. Así, por ejemplo, del precario desenvolvimiento emocional de los
en los Estados Unidos, país en donde la delin- hijos y de la falta de madurez social que ello
cuencia juvenil alcanza más trágicos valores, supone.
vemos cómo también en él la sociedad familiar Es indudable que el ritmo en que se desenvuel-
ha ido poco a poco perdiendo sus esencias más ve la sociedad actual obliga a las familias a
peculiares. El desbarajuste familiar, con toda su adaptarse a una situación más compleja cada
secuela de divorcios, desavenencias conyugales, día. No es raro hallar familias en las que cada
frivolidad insana por parte del padre o de la ma- uno de los miembros, la madre inclusive, se ven
dre, o de ambos a la vez, etc., afecta directamente precisados a permanecer largas horas ausentes
a la educación de los hijos, al verse obligados a del hogar. Por tal causa, los hijos se ven en el
vivir una vida irregular, con una total ausencia trance de adaptarse a una modalidad de vida que
del consejo y del ejemplo paternal. en nada favorece su desarrollo y evolución.
Cuando los componentes de la familia se ven Hasta alrededor de los diez arios este problema
obligados, por capricho o por necesidad, a una permanece en estado latente, por faltarle al niño
regular y prolongada ausencia del hogar, el ritmo una clara visión de cuáles son sus aspiraciones.
familiar pierde la consistencia y la continuidad El colegio resuelve sus necesidades más inmedia-
que precisa para el encauzamiento de los hijos. tas y, luego, es posible encuentre en el hogar a
La formación de la personalidad del niño y del alguien que, más o menos directamente, pueda
adolescente, tanto en el orden moral como inte- controlar sus iniciativas y atender sus preocupa-
lectual, no puede ser eficaz en un clima de tal ciones. Sus juegos, sus periódicos infantiles, sus
naturaleza. Los «hogares posada», tal como se ha colecciones de cromos, sellos, etc., la televisión y
dado en calificar a tales estilos de vida, son el otros entretenimientos llenan, en parte, sus horas
peor disolvente de la responsabilidad juvenil, ya de vacío, mientras se acumula en su subcons-
que le empujan a dar rienda suelta a sus instintos, ciente unä serie de frustraciones que saldrán a
en una época que necesita de todas las previsio- flote, de manera desordenada, cuando estos in-
nes para evitar caer en posturas y situaciones trascendentes quehaceres ya no llenen ningún es-
tímulo de su evolución.
nocivas.
Por otro lado, la vida del niño en pequeñas
Otras veces es el mimo excesivo la causa de tal aglomeraciones (pueblos y aldeas) tiene otros ali-
situación. La tolerancia que muchos padres em- cientes. Conociéndose todos los vecinos, y particu-
plean para con sus hijos es la causa de muchos larmente los niños entre sí, hallan en sus juegos
fracasos juveniles. El muchacho o la muchacha callejeros su natural expansión. Sus extralimita-
que en el seno del hogar vive una vida de tole- ciones se ven indirectamente controladas por
rancia excesiva se vuelve egoísta, exigente y ca- cualquier vecino cuando sus desmanes se pasan
prichoso. de lo prudencial.
Esta actitud de cariño mal entendido es el mo- Pero en las ciudades este sucedáneo de la fa-
tivo de muchos complejos que, luego, al chocar milia, más o menos eficaz, es apenas existente. Los
con la realidad de la vida, avivan las insatisfac- niños, por regla general, deben permanecer en el
ciones, provocando estados de rencor y de rebel- hogar vacío o semivacío, sin amigos y sin los
dia contra todo y contra todos. De aquí nace este juegos callejeros, de nulo valor educativo, pero
reto que el adolescente lanza a todo cuanto se eficaces para el logro de su expansión.
opone a sus caprichos. Afortunadamente, en muchas ciudades este
La personalidad veleidosa, formada en tales problema va poco a poco resolviéndose con la
condiciones, es el origen de no pocas violencias creación de estos excelentes espacios verdes, con
por el desequilibrio emocional a que se ve so- sus parques de juegos infantiles, muy oportunos
metido el adolescente. para que la energía del niño halle cauce para sus
Por tal causa, no es raro hallar en los antece- iniciativas. Raramente, en tales lugares, el niño,
dentes familiares de muchos jóvenes delincuentes aun sin la presencia de algún familiar, o lejos de
datos que ponen de manifiesto este fallo en la la mirada del guardia de turno, se entrega a
educación familiar. El estado de insatisfacción en desafueros, a no ser las naturales desavenencias
que se desarrolla la vida del adolescente es el propias de sus juegos o de sus caprichos momen-
punto de partida para provocar una regresión táneos.
que le induce a buscar quien comparta sus des- Es a partir de los diez o doce arios cuando esta
ahogos. En tales casos, el joven acostumbra bus- magnífica proliferación de los parques infantiles
car la compañía de otros elementos de iguales deja de cumplir su finalidad. El niño o la niña de
características, por ser lo más fácil y lo más esta edad no se ven atraídos hacia tales lugares,
próximo a su realidad, creándose una situación y es entonces cuando el problema se plantea con
difícil de resolver por el apoyo que halla en tales toda su crudeza. El muchacho o la muchacha deja
inmersiones. Entonces, en su irresponsabilidad, da su clase, al Igual que otros de la misma edad se
20 [168] REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LVIII . 168

ven libres de sus ocupaciones en oficinas, comer- esfumarse gran parte de tal ascendente, al tener
cios, fábricas, talleres, etc., donde prestan sus que ceñir su actuación de acuerdo con unas es-
servicios en sus horas laborales. tructuras educativas no del todo adaptadas a las
En tal caso ni los deberes excesivos de los unos, necesidades de la sociedad actual.
ni los entretenimientos que pueden improvisar en Cuando el muchacho se aleja de sus aulas se
sus hogares los demás, llenan ningún objetivo, halla huérfano de orientación y de protección por
y sólo servirán para fomentar una sorda pro- no disponer de recursos ni de lugares apropiados
testa que dará origen al germen de la indisciplina donde poder exteriorizar adecuadamente sus ape-
y de la rebeldía, cuyos efectos se pondrán de ma- tencias y sus estímulos.
nifiesto tan pronto se hallen en grupos, más o
menos numerosos, fuera del hogar.
La idea de los espacios verdes, que ha resuelto,
en parte, el problema de la inadaptación del niño, ASPECTO EDUCATIVO
debería ser ampliada con la creación de una serie Es frecuente que al tratar del problema de la
de lugares apropiados para el adolescente. No es inadaptación juvenil se señale a la educación
recomendable que éste se encierre, por sistema, como la más genuina responsable. Se le acusa
en la quietud y austeridad de una biblioteca. Su de no saber impartir unos principios más sólidos
natural idiosincrasia no le induce a ello. Lo ideal de acuerdo con lo que el adolescente necesita
sería habilitar una serie de dependencias públicas, para su normal y completo desarrollo.
cuantas más mejor, que a manera de club juvenil, En realidad, esta acusación no puede ser admi-
y bajo la dirección y supervisión de personas res- tida, a pesar de reconocer cierta responsabilidad
ponsables y preparadas, el adolescente encontrara en el planteo de este estado de cosas. Porque, tal
todo lo que sus inquietudes reclaman: libros es- como hemos apuntado, la verdadera raíz del mal
cogidos, juegos: como el ajedrez, el pin-pon, et- radica en la familia, por lo que la educación, muy
cétera; tocadiscos, radio, televisión, patinaje, et- a pesar suyo, se ve impotente para atajar el mal
cétera, y también, ¿por qué no?, lugares tranquilos en la medida que podría y debería, por faltarle los
donde poderse reunir aquellos que, en ciertos mo- medios y la colaboración necesarios para dar a la
mentos, quieran agruparse para conientar sus juventud otro estilo más de acuerdo con el sentido
aventuras, intercambiar ideas, o simplemente de la responsabilidad que exige la sociedad actual.
para resolver sus deberes escolares. La educación se halla, en este caso, en falso,
Si el adolescente pudiera disponer de tales lu- pero no por negligencia, sino por haber sido
gares, bien organizados y a base de cierta tole- desbordada por las circunstancias del momento
rancia y de cierta libertad hábilmente controlada, actual. Se le puede acusar de no haber sabido
el problema familiar se vería aliviado, y los bene- tomar las medidas oportunas para mitigar el mal,
ficios formativos que reportaría serian indudable- pero hay que tener en cuenta que en su delega-
mente de gran alcance. Por ende, con tal organi- ción, tanto por parte de los padres, que en ella
zación el problema de la inadaptación juvenil confían, como por la sociedad que le exige, se
sufriría un impacto de tal naturaleza que muy levantan un sinfín de barreras imposibles de
pronto se reduciría a los casos puramente pato- salvar de manera unilateral.
lógicos, difíciles de encauzar por necesitar una No obstante, hay que convenir que, en materia
terapéutica apropiada. educativa, muy poco se ha hecho para ponerse
A mi entender, esto podría ser mucho más al nivel de las actuales circunstancias.
eficaz que ciertos procedimientos puestos en prác- En los últimos cincuenta arios el mundo ha
tica por algunas ciudades norteamericanas, como sufrido una revolución total en todos los aspectos,
son el emplear los llamados «Asistentes sociales», que, transformando las estructuras sociales, ha
retribuidos por la Oficina de la Juventud, y cuya cambiado la faz del mundo. De hecho, esta evo-
misión se concreta en tomar contacto y mezclarse lución acelerada ha tenido la virtud de propor-
con los muchachos desocupados que invaden las cionar un mayor bienestar social, al mismo tiem-
calles, con el fin de servir de amortiguadores de po que, paradójicamente ,ha suscitado un sinfín
los excesos juveniles y al propio tiempo controlar, de inquietudes al crear nuevos problemas en el
de manera indirecta, las actividades de las pan- orden moral y espiritual.
dillas y de los egangs» en los diferentes barrios. De esta evolución ha estado, en parte, en gran
El problema requiere soluciones adaptadas a la parte, ausente la educación, factor que debería
realidad del fondo de que se derivan, y ésta po- haber sido cuidado con más esmero, por la bene-
dría ser una de ellas. ficiosa influencia que de manera directa e indirec-
No vamos a suponer que, dado el estado actual ta proyecta sobre todos los estadios de la sociedad.
a que ha llegado la inadaptación juvenil, la situa- En consecuencia, el armazón educativo que rige
ción sea fácil de resolver, a pesar de poner en el desarrollo cultural, pocos cambios ha sufrido.
juego estos o parecidos recursos, pero sí que po- Sus realizaciones y sus innovaciones han sido más
drían ser eficaces si se pudieran enlazar con una de forma que de fondo, y de ahí que las nuevas
bien coordinada acción educativa. El educador generaciones, que deberian ser dirigidas hacia de-
ejerce gran influencia sobre el niño y el adoles- rroteros totalmente contrapuestos con los estilos
cente, pero en la actualidad, muy a su pesar, ve de otra hora, son educadas a base de unas direc-
168 . LVIII LA INADAPTACION JUVENIL [1691 21

trices que, si bien tienen en cuenta el progreso cosas chillonas o llamativas, tales como zapatos
material, descuidan la parte afectiva y moral que, de tacón alto, tejidos originales, joyas raras, et-
en definitiva, es la que prevalece por constituir el cétera. Incluso algunas ya piensan en «enveje-
fondo de reserva de que debe disponer el individuo cerse», y a veces se presentan en clase con las
para sobreponerse a lo material. uñas pintadas y maquillaje. Claro que todo esto
Es evidente que en todos los órdenes de la en- les interesa tanto o más que la clase.
señanza de cualquier país objeto de esta espec- La conversación y las interrogaciones orales
tacular evolución, los planes de estudio se suceden demuestran dos debilidades de importancia: la
uno tras otro, acreditando no la puesta al día de insuficiencia de vocabulario y la torpeza y des-
los mismos, sino el falso enfoque de que adolecen maña en la sintaxis correcta de las frases y el
en su concepto inicial. Y así vemos cómo los pro- sentido general del desarrollo de las respuestas
gramas se ven recargados de temas y más temas que conviene dar.
que pretenden orientar la mentalidad del estu- Aunque de aspecto pueril en lo espiritual, no lo
diante de acuerdo con las nuevas corriente cien- son en lo exterior (o sea física y corporalmente).
tíficas, sin preocuparse de la parte verdaderamen- Juegan poco. Casi nunca en actividad. No les in-
te formativa. - teresa el recreo, y les agradaría quedarse en clase
Se necesitan técnicos y profesionales cualifica- para charlar entre ellas. Pero les gusta la música
dos, y, en verdad, de manera deshumanizada, por moderna, la de canciones a la moda, y los aullidos
la aceleración a que han sido sometidos, se logran de un jazz muy comercializado. Por eso hablan
especialistas que imparten; sin proponérselo, un mucho de discos y de artistas.
estado latente de desorden moral, por el exceso Respecto a los chicos = Los datos que se indi-
de formación materialista a que han sido some- can son más vagos, porque son más generales. No
tidos, sacrificando, más de la cuenta, los valores son complicados y sufren influencias de orden
morales, que no pueden estar reñidos con ninguna moral y fisiológico (igual ocurre en el caso de las
técnica por especializada que ésta sea. chicas). Pero no hay duda de que interviene la
Por otro lado, convendría que el niño, desde sus función de la metamorfosis y de hondos metabo-
primeros arios, estuviera sometido a un proceso lismos con honda repercusión en lo mental y en
formativo menos formalista, menos memorístico. la resistencia de trabajo, en la capacidad de
pero más profundo y eficaz, para el natural y es- atención.
pontáneo desarrollo de su vida afectiva. No basta Tienen hasta dinero para comprar cigarrillos y
para ello imponer una asignatura con unas lec- marcharse al cine; van a bailar algunos. No es
ciones desarrolladas de manera más rutinaria que un grupo de 40 alumnos así, naturalmente. Pero
real, y sobre unos temas que, de manera muy hay algunos ejemplos, y es alarmante en esa
precaria, pretenden asumir tan importante papel. edad clave de los quince arios. Les atraen los de-
De aquí esta falta de estímulo y de interés que portes, el cine y las cancioncillas de moda. Pero
comúnmente se observa en el adolescente edu- no saben nada de política, ni de actualidad cien-
cado a base de tales métodos y sistemas. Princi- tífica (aparte, claro está, el punto de los cohetes
palmente entre los catorce y los quince arios, volantes). La televisión es su gran instrumento de
época en la que, por tener nociones claras del cultura (y en las chicas observase idéntica rea-
deber y de la responsabilidad, es cuando se pone lidad).
más de manifiesto esta anomalía. Es típica la
pasividad y la desgana de que hacen gala muchos Respecto a los valores tradicionales de cortesía
estudiantes y que difícilmente puede ser vencida y gentileza, parecen brillar por su ausencia.»
por las instigaciones de los profesores, o por las Con una juventud formada a base de una edu-
presiones de los padres, cuando, por excepción, se cación incapaz de despertar las ansias de supera-
encuentra una familia sumamente interesada en ción, con una tan marcada ausencia de valores
seguir el proceso educativo de sus hijos. espirituales, el panorama se presta a tristes re-
Sobre este particular es muy interesante la en- flexiones.
cuesta realizada en varios centros educativos Esta desgana y pasividad ante los problemas
franceses entre chicas y chicos comprendidos en- de la vida que se abre ante los ojos del adolescen-
tre los catorce y quince arios, y cuyas conclusio- te es otro de los motivos que les empuja a esta
nes (1), en parte, transcribimos por coincidir de inestabilidad emocional y que, con el lastre de su
manera muy aproximada con las características vida familiar, se traduce en una peligrosa ina-
dominantes en muchos de los estudiantes que daptación social por la atrofia de las más puras
pueblan nuestras aulas. esencias morales. Por esto, nada tiene de particu-
Respecto a las chicas = Mucha negligencia en lar que, a la menor oportunidad, por el motivo más
la actitud en clase, manera de sentarse, etc. Al- anodino, ante cualquier estímulo que halague sus
gunas chicas denotan muy mala educación, sobre sentidos, se lance, cual estampida multitudinaria,
todo al estar reunidas en grupo, ya sea en clase, a una serie de violencias y desmanes que arrasan
o en los pasillos, o en la calle, al salir del instituto. cuanto hallan a su paso.
Son, con frecuencia, coquetas y les gustan las Por tanto, no pueden sorprendernos noticias
como la publicada recientemente por los periódi-
(1) G. GAMBOA : Una clase de bachillerato francés, cos sobre un hecho ocurrido en la ciudad de Nue-
REVISTA DE EDUCACIÓN número 164. va York, ante una de las actuaciones del conjunto
22 [170] REVISTA DE EDUCACION - ESTUDIOS LVIII . 163

musical de «Los Beatles>. Según de ella se des- vieron su inicio en Inglaterra, y poco a poco se
prende, en pleno Manhattam, se reunieron, ante han ido implantando en muchas naciones, tales
el hotel donde se hospedaban estos ídolos de la como Estados Unidos, Alemania, Holanda, Italia,
canción moderna, nada menos que unos quince etcétera, e incluso en algunas partes de Asia y
mil adolescentes de ambos sexos, en medio de Africa, en donde este problema empieza a pre-
una tumultuosa algarabía, rayana al histerismo. ocupar seriamente.
El barrio tuvo que ser acordonado por la policía Instructores especializados dirigen las activi-
y proceder a la dispersión de tamaña asamblea. dades en tales campamentos, y, al parecer, los
con un balance de varios muertos y numerosos resultados son bastante satisfactorios.
heridos. El mencionado conjunto, ante la impo- En España tenemos algo parecido con los «cam-
sibilidad de salir a la calle, tuvo que ser trasla- pamentos juveniles» que anualmente organiza el
dado desde el hotel al Estadio del Club de tenis, Frente de Juventudes para muchachos de diez a
lugar previsto para su actuación, en helicóptero. quince arios durante los meses de julio y agosto.
Ni que decir tiene que los desmanes se repitieron Pero, con ser ello de gran valor, los resultados
al final de tal sesión musical. no pueden ser totalmente esperanzadores, dado
Hechos parecidos se repiten en las más dife- lo limitado del tiempo que en ellos permanecen
rentes ciudades de todos los países y en los que los adolescentes (un mes para las «escuelas de
el escándalo y la excentricidad es la nota domi- vida rigurosa» y veinte días para los «campa-
nante de tales manifestaciones. mentos juveniles»), así como también por la in-
Y menos mal cuando el tumulto halla su des- mensa mayoría de los que quedan al margen de
ahogo en el clásico pataleo o el alboroto vocife- tales actividades.
rante. Lo verdaderamente peligroso es cuando, al Lo más acertado sería no mantener tales cam-
socaire de estos excesos incontrolados, actúan las pamentos abiertos todo el ario, tal como se pro-
bandas y las pandillas de carácter delictivo o re- yecta en los Estados Unidos, sino en plantear el
vanchista, que siembran el pánico y el terror problema de la orientación juvenil dentro de unas
al estilo de los «Teddy Boys», los «Rockers», los directrices y de unos ideales parecidos y total-
«Mods», los «Bloussons noirs», etc., o en verda- mente al margen de la labor propiamente esco-
deras luchas de gladiadores, tal como nos mues- lar, que, en definitiva, también cuenta.
tran los «Jets> y los «Tiburones» en la película Lo primordial sería hallar una solución con el
West stde story. mayor número de atractivos y de posibilidades
Ante tal estado de cosas, y con el fin de inten- para todos. Otro valor, no menos positivo, sería
tar encuadrar a la juventud dentro del marco de orientar las tareas educativas e instructivas, par-
una mayor responsabilidad, está tomando gran tiendo de una visión más amplia y, por tanto,
auge en muchas naciones la organización de las más en consonancia con el ambiente en que se
llamadas «Outward Bound Schools», o escuelas de ve obligada a desenvolverse la juventud actual.
vida rigurosa. Tales instituciones están destina- La solución del fenómeno de la inadaptación
das a concentrar a los adolescentes para moldear juvenil, con todas sus modalidades, es problema
su carácter, haciéndoles partícipes de una ruda que requiere tacto, iniciativa y entrega, factores
disciplina, con iniciativas bien organizadas, en- que el educador es seguro no regateará en la
caminadas a despertar el sentido del deber y de medida de sus posibilidades cuando la organiza-
la responsabilidad. ción estatal y familiar se le unan para formar el
Estas escuelas, que a manera de campamentos frente común, tan necesario para combatir esta
funcionan durante el período de vacaciones, tu- lacra que parece endémica de la sociedad actual.

También podría gustarte