Está en la página 1de 7

Informe de Lectura

Andrés Yepes Delgado

Licenciatura en lenguas extranjeras, Universidad católica Luis Amigó

FEE05 : Competencias en Comprensión Lectora

Luz María Becerra Naranjo

21 de Agosto de 2023
Buscar los textos para interpretarlos desde una forma instrumental, en la que se
obtiene una lectura de trabajo que conlleva a conocer, debatir, rumiar, descifrar y
separarse del hombre moderno que vive en la precipitación del tiempo; es lo que dice
Estanislao Zuleta. Para leer se necesita dedicación, contemplación, búsqueda, goce,
placer, claridad, atención. Así, cada texto se convierte en un desafío para resolver
dificultades, donde el autor proporciona las respuestas en el desarrollo del texto, esto
es, descifrar el código, lo que impone el texto, lo que implica el mensaje y en lo
sucesivo se encuentra lo que él define como “lector fácil”. El diálogo del autor con los
demás autores invita a leer, como un ejercicio que va más allá de la unión de las
letras, sin caer en la lectura “del estudiante” que lo hace por cumplir un objetivo
únicamente académico. La lectura debe recogerse con la musicalidad del texto para
poder simplemente leer, disfrutar e interpretar. Esa concepción instrumentalista
aborda la trascendentalidad del compromiso con las obras. Para conocer lo que se
contiene en cada una.

En cuanto al hombre moderno, Estanislao hace unas definiciones donde lo reduce a


la simplificación de la imagen, al hecho de ver una foto del quijote y saber qué ese es
el título de la obra, y que es por supuesto, importante, pero no se detiene a leer. Por
el contrario pasa sus ojos con premura y en medio de su afán no muestra interés en
leerla.

En contraposición, la modernidad obedece a la saturación de escritura y lectura. Se


dice que nunca en la historia de la humanidad se podía ver tanta producción literaria
y que sin la evolución del mundo y de la sociedad se había podido evidenciar la
importancia de la educación en todos los niveles.

Poco o nada se sabría del mundo académico y científico de no ser por los médicos,
ingenieros, arquitectos, abogados, y todo los demás profesionales en las áreas del
conocimiento. El mundo no podría concebirse como una unidad si no existiera quien
eduque a las personas para sanar, acompañar, defender y construir.

Si bien una de las partes más importantes de la fundación de la sociedad se la llevan


los educadores, no se puede dejar de lado a quien solo con el acto revolucionario de
aplicar la lectura a sus vidas ha aportado al mundo, se pueden conocer muchos casos
de personas que aunque no hayan asistido a la universidad, son grandes lectores y
grandes educadores a través de lo que leen, pues la lectura como hábito, desarrolla
habilidades en todos los sentidos. Lo que se conoce como empirismo puede
desarrollarse en el conocimiento de las cosas sin necesidad de oficializar ese saber
en una institución que lo avale, es decir, aunque no se tenga una formación
universitaria, la lectura puede formar verdaderos sabios. Los filósofos antiguos se
cultivaban con el pensamiento y la contemplación, grandes potencias de la naturaleza
humana.

Cuando Nietzsche es citado en Zuleta (1982), éste, basando su teoría de la


importancia de la lectura, lo hace desde el postulado, “un arte de provocar la buena
lectura, una más abierta invitación a descifrar y obligación de interpretar, una más
brillante capacidad de arrastrar por el ritmo de la frase y, al mismo tiempo de frenar
por el asombro del contenido” (Pág. 2). Y es que sin duda la lectura es la base de la
construcción de todas las sociedades. Para nadie en el mundo es un secreto que uno
de los pilares más importantes de la sociedad es la educación, así mismo, la parte
más importante de la educación es la lectura.

Una de las cosas más significativas para la construcción de la sociedad es entender


el porqué y el para qué, planteado en Zuleta (1982), si no entendemos lo que es el
alimento para Kafka, difícilmente entendemos lo que significa La Metamorfosis, así
mismo si no se comprende la mente de los jóvenes difícilmente se podrá identificar su
necesidad primaria. No es tener un libro en la mano o debajo del brazo sino que sus
lecturas sean diferentes a las que el resto de la sociedad quiera imponer. Es por eso
que los nuevos tipos y formatos de lectura son un acto revolucionario a los ojos de la
sociedad, porque los jóvenes luchan con no dejarse imponer estilos de otras personas
y sus necesidades de lectura y de información son diferentes a los que otros conocen.

Hay que ver que muchos jóvenes de esta “época” pasan muchas horas en sus
dispositivos móviles, es posible que muchas personas adultas quisieran ver a los
jóvenes con un libro en la mano, pero se desconocen las múltiples formas y formatos
de lectura. ¿Qué tal los jóvenes que pasan tanto tiempo en sus dispositivos si están
leyendo? ¿Ha notado la sociedad “adulta” que los jóvenes son consumidores de
noticias y post en blogs y redes sociales?.

La sociedad ha cambiado y muchas personas que posiblemente no sean de esta


generación aseguran reiteradamente que los jóvenes de ahora no leen. Y puede que
en parte sea cierto, sin embargo deja mucho que desear los resultados presentados
en las pruebas internacionales y pruebas nacionales de conocimiento. Muchos
jóvenes no leen pero muchos otros salvan a la sociedad con su conocimiento y sus
lecturas.

Es posible que muchos jóvenes solo lean lo que se les impone en las escuelas y
colegios, y que muchos necesitan ser dirigidos en la lectura, algunos dirán que no
entienden o que no tienen los elementos necesarios para leer y comprender lo que
leen, otros en cambio, no necesitan de esa dirección para iniciar su proceso lector,
sin embargo, como lo menciona Jurado, esta dirección para iniciar la lectura es
importante, pero lo es aún más que los jóvenes lean por voluntad propia.

Por eso, se puede observar que ahora es un error afirmar que los jóvenes no leen,
tal vez se crea que por no leer lo que se les sugiere, no lo hacen, pero al compartir
con los jóvenes e indagar un poco más en sus conductas se tiene en cuenta que si
leen, y que posiblemente leen más que los mismos que aseguran con tanta
vehemencia que cada vez leen menos.

La importancia de la lectura es universal, sin embargo se puede apreciar que en


países donde el acceso a la lectura es mucho más sencillo y la desigualdad no es tan
abismal como en Colombia. Las dificultades de gran parte de esta sociedad en el
acceso a la educación dificulta el acceso a la lectura, no es solo necesario que haya
bibliotecas en muchos barrios marginales del país, también es importante cerrar la
brecha educativa y cultural que existe para poder acceder a la lectura, no solo por
educación y dirección en los colegios sino también por el gusto de leer.
No basta para Colombia tener bibliotecas, bibliotecólogos y bibliotecarios tratando de
llevar el acto de leer a las comunidades vulnerables, también es importante el apoyo
del estado para estas acciones, asimismo, es importante que tanto los bibliotecarios
y bibliotecólogos se formen para enseñar a leer, pero que también tenga la formación
y las competencias para hacer una lectura crítica. Muchos aseguran que un papel
importante dentro de la existencia de las bibliotecas y el hábito lector lo juegan los
hogares, un niño o joven que ve a sus cercanos leyendo es un niño o joven que
cultivará su hábito, pero también se observan muchos niños y jóvenes escapando de
la realidad de sus hogares a través de la lectura. Quienes sí deberían jugar un papel
más importante y dinámico dentro de la formación de la sociedad y del país educado
y lector que se espera es la empresa privada, un ejemplo claro de esto es la empresa
Grupo Familia, que apoya la Red de Bibliotecas Populares de Antioquia “REBIPOA”
mejorando la infraestructura física y aportando dinero para la compra de libros y
elementos para los programas de lectura que ellos desarrollan.

Es importante entender que la educación no solo necesita que las bibliotecas


escolares sigan teniendo los libros viejos de texto teórico que se usaban antes, ahora
la educación y la lectura necesitan migrar a nuevas tecnologías y nuevos
conocimientos sin demeritar ni eliminar las maneras de enseñar de hace muchos
años, que aunque siguen siendo importantes han perdido vigencia dentro del ámbito
educativo por las mismas necesidades de la sociedad de aprender de maneras
diferentes.

Los jóvenes en la actualidad aprenden el conocimiento de una manera más diferente


que los padres, por eso es importante entender que la lectura también debe salir del
papel y migrar a otros formatos como son los digitales que son válidos y más
llamativos para la sociedad actual.

Si a las escuelas en lugar de libros de texto llegasen antologías de poesía, de


cuento, de ensayo, de textos de divulgación científica, de materiales genuinos,
como en efecto este año ha comenzado a hacerlo el Ministerio —y sólo
ahora—, los muchachos volarían; porque el problema no es que los niños y los
jóvenes no sepan leer sino qué les ofrecemos para leer y para qué (Jurado, en
Camacho y Pérez Medina, 2013.Párr. 6).

Fortalecer las bibliotecas de colegios, escuelas, veredas y barrios con libros de


literatura: novelas, ensayos, sagas, poesía, cuentos, entre otros, mejoraría los
resultados nacionales e internacionales de las pruebas de conocimiento y lectura,
permitirá tener una sociedad más educada y avanzada y niños y jóvenes educados,
felices, tranquilos y sobre todo lectores críticos.

Jurado citado en Camacho y Pérez Medina (2013), plantea que no tenemos un déficit
en la lectura, sino un déficit en la dirección de la lectura hacia los jóvenes. Se puede
ver como desde las Redes Sociales cada vez se invita más a los jóvenes a participar
de clubes y encuentros de lectura, talleres de escritura y de lectura donde los niños y
jóvenes están aprendiendo a leer textos y formas diferentes a las que se les enseña
en el colegio. Sin embargo, eso es lo que se puede disfrutar desde la sociedad
citadina. Para los jóvenes de municipios y veredas la realidad es diferente. Muchas
bibliotecas no tienen acceso a libros de literatura en óptimas condiciones y muchos
menos cuentan con libros catalogados como “recientes”, muchos niños y jóvenes que
viven en sitios lejanos de las ciudades principales o cascos urbanos han leído tantas
veces el mismo libro viejo y dañado que ya ni se acercan a la biblioteca a ver que
tienen de nuevo o menos malo para leer, muchos ni siquiera tienen acceso a la
internet y no saben lo que está pasando en el mundo, por esa desigualdad es que los
jóvenes pierden el gusto por la lectura.

Si en una sociedad se busca una igualdad , inclusión y formación, y sumado a eso se


pretende alcanzar una sociedad formadora y transformadora, es necesario pensar en
las personas que difícilmente tienen acceso a lo que al mundo le rodea, que es lo
digital, según lo anterior; por qué no pensar en donar el computador que está bueno
en casa pero que ya no se usa, pues ya no es la tecnología necesaria, o por qué no
donar a las bibliotecas de veredas los libros que ya leídos que no se volverán a usar..

El deber ser de una sociedad es también conocer los índices de desescolarización, el


50% de los estudiantes de estratos 1 y 2 abandonan la educación en los grados 8vo
y 9no de bachillerato. Solo la mitad de los jóvenes de un país como Colombia termina
su bachillerato y solo una parte consigue estudiar en la universidad, eso sin contar
que algunos de estos jóvenes si no acceden a la universidad pública es posible que
no puedan estudiar más y sus opciones educativas cada vez son menores.
Para los jóvenes de hoy en las zonas rurales el panorama no es más alentador que
en las ciudades, la mayoría de los jóvenes debe o abandonar el colegio en la etapa
de la educación básica media para trabajar con sus padres, o si consiguen terminar
el bachillerato no pueden acceder a una universidad porque eso implicaría abandonar
la casa en la que viven y mudarse a la ciudad y los gastos de este traslado no puede
ser solventados por sus padres. Es aquí donde se ve aún más la brecha tanto
educativa como social, y es palpable la necesidad de que realmente sea aplicado un
principio de igualdad de oportunidades para todos.

Ser consciente de la abundancia que tienen las personas de las ciudades y las
necesidades de las personas de los pueblos y veredas cierra un poco la brecha
educativa y social que se tiene, así mismo, puede ser una sociedad que comparte sus
saberes, ¿Cómo serían de bien recibidos en escuelas rurales alguien que vaya a
hacer lecturas y acompañar esos procesos de lectura y formación donde difícilmente
hay acceso a buenos libros para leer?, ¿Cómo sería de bien recibido en las zonas
rurales alguien que vaya a enseñarles a leer y escribir a los campesinos que nunca
tuvieron educación y siempre quisieron aprender?. Las brechas serían menores, la
ignorancia y el desconocimiento se podrían superar y realmente podríamos ser una
mejor sociedad.

Llegada la pandemia del Covid 19 y con ella el confinamiento, el distanciamiento


social y las pocas posibilidades de salir de casa, hicieron que se pensara la vida, era
difícil ir a una librería, o a una biblioteca, algunos se quedaron en casa casi sin qué
leer y solo viendo y escuchando noticias que lo unico que hacian era aumentar en las
personas el miedo y la ansiedad por la situación que se estaba viviendo.

El cambio de las rutinas, los desvelos y los distractores como el cine y los centros
comerciales cerrados dieron paso a retomar la lectura desde la crítica y el
razonamiento y entendimiento de lo que se tenía en la mano, si bien muchas personas
también se volcaron a ver televisión e invertir más tiempo a sus redes sociales, donde
también se empezó a ver la importancia de leer.
Las redes sociales dieron paso a clubes de lectura virtual, donde no solo la gente se
reunía a leer, sino también a hacer una crítica y a reflexionar acerca de lo que se leía.
El lector se convirtió en parte importante del libro, al compartir su sentir acerca de lo
que leía.

Como lo menciona Jurado (2020).


El período del aislamiento por la pandemia es una oportunidad para tomar
conciencia sobre cómo funcionan los textos y cómo se perfila el lector crítico,
sobre todo cuando el lector exterioriza y discute sus conjeturas con quienes
comparte el espacio del confinamiento (Page.3).

El periodo de confinamiento y la ralentización de los tiempos le permitieron al lector


darse cuenta de la importancia de leer sin afanes, en un lugar que le permitiera la
comodidad y el espacio perfecto para la reflexión, introspección y crítica de lo que
leía. Así mismo, la virtualidad le permitió nutrirse de la crítica y reflexión de otros
lectores.

El confinamiento ayudó a los lectores a darse cuenta de para qué estaban entrenados,
si la educación que habían recibido les permite hacer una lectura crítica acerca de lo
que leen o si dicha educación recibida les permite realizar una lectura más rápida de
los sucesos. El lector siempre estará en continua formación y transformación, siempre
y cuando sea capaz de hacer un análisis profundo de las lecturas realizadas.

El periodo del confinamiento dejó como lección la importancia de leer, hacer una
lectura crítica de lo que se tiene a la mano, hacer una importante reflexión del por qué
y para qué de eso que se está leyendo, cómo se puede transformar y aplicar a la vida
de quien lo lee, pero también darle sentido a través de las conversaciones acerca de
lo que se leyó y de lo que se aprendió de esa lectura.

La lectura en el confinamiento permitió la gran oportunidad a los lectores de no solo


transformar sus vidas y su realidad a través de la lectura crítica, sino que también le
permitió hacer una reflexión acerca de ella a través de las conversaciones que tenía
dicho lector con las personas con quienes compartía su confinamiento, quienes
aunque no leyeran lo mismo también podían hacer una amplia crítica, reflexión e
interiorización de los textos leídos y compartidos.

El confinamiento permitió que los clubes de lectura, las redes sociales y todo lo que
apoyaba la lectura tomará fuerza a pesar del distanciamiento social, así mismo el
confinamiento permitió en el lector el desarrollo de un gusto por el espacio y
tiempo en su soledad con los libros y con quienes tenían el mismo gusto que él. No
obstante, muchos medios de comunicación reportaron que el sector que más ventas
tuvo durante el periodo de la pandemia del Covid. 19 fue el de las librerías.

El actor más importante de la lectura no será ni el escritor ni mucho menos la obra


escrita sino el lector, quien con la obra leída conseguirá una transformación de su
vida y de las personas a las que les hable de esa obra.
El lector tiene la capacidad de transformar el escrito en la historia que quiera con cada lectura,
los libros leídos no son los mismos siempre, en cada leída el lector puede transformar la historia
e interpretar lo que quiera de ella, es por eso que la literatura es tan importante para la
construcción de las sociedades porque a través de la lectura estas pueden ser transformadas
o destruidas.

Bibliografía.

Jurado, F. (n.d.). LA LECTURA CRÍTICA EN TIEMPOS DE AISLAMIENTO,

1–4.

Sobre la lectura Estanislao Zuleta (1982), 1-18

También podría gustarte