Sin bibliotecas, ¿qué tenemos?, ni pasado ni futuro.

(Ray Bradbury)

Las bibliotecas cumplen un rol fundamental, para el desarrollo del conocimiento y

aprendizaje de las sociedades; ya que se convierten, en portales del saber que nos permiten
explorar diversos mundos literarios, fomentando a la vez, la mejora de las habilidades
cognitivas. Es indispensable que se reconozca la importancia de estas, ya que es la única
forma en que se puede erradicar la ignorancia de los pueblos. Las bibliotecas nos
permiten dar forma a nuevas ideas y perspectivas que son vitales dentro de una sociedad.

Asimismo, garantizan la existencia de un registro auténtico de los conocimientos creados y

acumulados por las generaciones. Si no existieran las bibliotecas, sería difícil avanzar en la
investigación y los conocimientos humanos, preservándolos como patrimonio cultural para
las futuras generaciones. Las bibliotecas son sinónimo de educación y fuente conocimiento
y ofrecen innumerables oportunidades de aprendizaje que pueden estimular el desarrollo
económico, social y cultural.

Habitamos en un mundo entorpecido por la tecnología, donde pasamos horas y horas

frente a una pantalla, mientras que a la lectura no le dedicamos ni cinco minutos. Con esto
podemos garantizar, lo poco que nos importa convertirnos en individuos con pensamiento
crítico, capaces de aportar a nuestra sociedad y poner en tela de juicio el mundo en que
vivimos.

La educación, hoy en día, tiene muchos retos que superar y uno de estos es, la falta del
hábito de la lectura. Como señala el escritor Carlos García Gual, es en la escuela donde
debería formarse y desarrollarse la lectura como instrumento formativo para los más
jóvenes. Allí debería orientarse su disposición a leer, de modo progresivo, y a leer lo
mejor, desde breves textos hasta adentrarse en los grandes. Y hacerlo de modo inteligente,
y no forzado, pues el objetivo es que quienes se educan aprendan a apreciar y amar los
libros, no a temerlos ni a aburrirse.