CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE SUPREMA -

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SEDE PALACIO DE JUSTICIA,

Secretario De Sala - Suprema:BAZAN CACHATA
Cynthia FAU 20159981216 soft
Fecha: 14/08/2018 17:00:01,Razón: RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL
CONTENIDO
CORTE SUPREMA SEGUNDA SALA PENAL TRANSITORIA
DE JUSTICIA R. N. N.° 520-2017
DE LA REPÚBLICA CUSCO
PODER JUDICIAL

SUFICIENCIA PROBATORIA.- a) En la sindicación

formulada por la menor agraviada subyace
una versión de los hechos con referencias
fácticas suficientes, denotando coherencia y
solidez; b) En el relato analizado convergen
corroboraciones periféricas objetivas; c) El
testimonio incriminatorio satisface las
garantías de certeza previstas en el Acuerdo
Plenario número 02 – 2005/CJ – 116.

Lima, trece de marzo de dos mil dieciocho.

VISTOS; el recurso de nulidad interpuesto

por DARWIN CUYO VILLAFUERTE, contra la sentencia de 30 de diciembre de
2016, de páginas 383 a 392, emitida por la Sala Penal Liquidadora en
adición a sus funciones Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de
Cusco de la Corte Superior de Justicia de Cusco, que lo condenó como
autor del delito contra la libertad - violación de la libertad sexual – violación
sexual de menor de edad, en agravio de la menor de iniciales N.E.R.T.,
imponiéndole diez años de pena privativa de libertad y una reparación civil
de tres mil soles en favor de la agraviada.
Interviene como ponente la señora Jueza Suprema PACHECO HUANCAS.

CONSIDERANDO

HECHOS IMPUTADOS
1. Se atribuye a DARWIN CUYO VILLAFUERTE, que la agraviada de iniciales
N.E.R.T. de trece años de edad, laboraba desde enero de 1997 en el
domicilio de Maruja Nieves Pillco, ubicado en la calle La Mar N.° 415 de
la ciudad de Calca. En dicho lugar, conoció al acusado con quien
entabló amistad y aprovechándose de ello, la convenció para tener
relaciones sexuales en dos oportunidades, el 28 de junio de 1998 por
inmediaciones del cementerio de dicho lugar y 27 de julio de 1998 en

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una habitación del Hostal Valle Sagrado, después de lo cual

desapareció de su centro de trabajo.

ARGUMENTOS DE LA SENTENCIA IMPUGNADA

2. El Colegiado Superior sustentó el fallo condenatorio, sobre la base de los
siguientes argumentos:
• Existe sindicación de la víctima en el plenario.
• A pericia psicológica revela afectación a nivel emocional por
hechos sufridos.
• No es posible aplicar el error de tipo vencible, porque las relaciones
no fueron consentidas, el acusado conocía la edad de la agraviada,
y las condiciones físicas de la menor no sugieren pensar que en su
oportunidad aparentaba mayor edad a la que tenía.

FUNDAMENTO DE LOS AGRAVIOS

3. La defensa del sentenciado fundamenta su recurso de nulidad de la
página 397, en los siguientes términos:
a) El reconocimiento médico no tiene valor probatorio, al no haberse
realizado con las formalidades de ley, como así se señaló en el
certificado médico legal N.° 019334-PF-HC, de 27 de octubre de
2016. Además, el referido reconocimiento, solo acreditaría la
relación sexual producida el 28 de junio de 1998 mas no el del 27 de
julio de 1998.
b) El Informe Psicológico ha sido practicado luego de veinte años de
ocurrido los hechos, donde el relato se ha realizado basado en el
odio, pues ambos ya estaban involucrados en la comisión del delito
de violación sexual, en agravio de una hija que los dos procrearon.
c) La valoración de las pruebas revelan que en el presente caso, se
está ante un error de tipo vencible.

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d) La menor señaló a nivel preliminar que eran enamorados, desde el

10 de mayo al 27 de julio de 1998, siendo este corto tiempo que le
impidió darse cuenta de su edad. Sin embargo, la Sala Superior le
da mayor credibilidad a la declaración de la menor en juicio oral.
CALIFICACIÓN DEL DELITO
4. El delito de violación de menor de edad, se calificó mediante auto de
apertura de instrucción en el numeral 3 del artículo 173 del Código Penal
modificado por Decreto Legislativo N° 896 -página 15-. La acusación
fiscal contempló la misma calificación -página 53-. Sin embargo, la
sentencia impugnada, aplicando el principio de ultractividad de la ley
penal, calificó el delito en el numeral 2 del artículo 173 del Código Penal
que fue modificado mediante Ley 27472.

5. Este razonamiento es correcto al caso porque establecía una penalidad

menor a la conducta del agente. Sin embargo, la Sala Superior no tuvo
en cuenta que la edad de la menor era a la fecha de los hechos trece
años, como tal no correspondía que se adecúe la conducta al numeral
2 sino al 3 del artículo 173 del Código Penal, que prescribe el supuesto de
hecho en cuanto a menores de diez a menos de catorce años de edad,
y establece: “(…) El que practica el acto sexual u otro análogo con un
menor de catorce años de edad, será reprimido con las siguientes penas
privativas de libertad: 2. Si la víctima tiene de diez años a menos de
catorce, la pena será no menor de diez ni mayor de quince años(…)”.
Entonces, la calificación correcta viene a ser el establecido en el
numeral 3 del artículo 173 modificado por la Ley N.° 27472.

FUNDAMENTOS DEL SUPREMO TRIBUNAL

6. El punto de partida para analizar la sentencia de mérito es el principio de
impugnación limitada que fija los límites de revisión por este Supremo
Tribunal; en cuya virtud, se reduce al ámbito de la resolución,

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únicamente a las cuestiones promovidas en el recurso aludido las que

configuran, en estricto, la denominada competencia recursal del órgano
de alzada.

7. El primer motivo invocado por el recurrente, cuestiona el reconocimiento

médico legal practicado a la agraviada de trece años de edad,
conforme a la Partida de Nacimiento emitida por el Consejo Distrital de
Huarocondo -página 12-. Se alega que no fue realizado con las
formalidades de ley. El reconocimiento médico legal practicado a la
agraviada -página 11-, se realizó el 6 de julio de 1998 por los médicos
Carmen Nadal y Luis David Vela M., y la conclusión es: “desfloración
antigua”. Es decir, que este certificado acredita la materialidad del
abuso sexual a la menor agraviada. Cuando se envió tal documento a
medicina legal para su ratificación y validación, se señaló mediante
documento Reconocimiento Médico legal N.° 01-334-PF-HC, realizado el
27 de octubre de 2016: “el Informe es incompleto, sucinto y con una
conclusión que no tiene sustento médico clínico”.

8. Si bien, el referido Reconocimiento Médico legal N.° 01-334-PF-HC, tiene

dicha conclusión, es de valorar que el sentenciado a nivel preliminar sin
presencia fiscal -página 9-, señaló que tuvo relaciones sexuales con la
menor agraviada en dos oportunidades, el 28 junio y 28 de julio de 1998,
lo que ha sido reiterado en juicio oral -página 287- y corrobora -en general-
las fechas que la menor señaló que sufrió el abuso sexual por parte del
sentenciado. Entonces, aún cuando el reconocimiento médico legal de
6 de julio de 1998 no revistió las formalidades, el resultado es coherente
con la propia aceptación del acusado y la declaración de contenido
incriminatorio significativo de parte de la menor agraviada.

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9. Por otro lado, también se alega que el reconocimiento médico, de 6 de

julio de 1998, evaluó a la menor en dicha fecha, donde solo
comprendería el hecho suscitado el 27 de junio de 1998, mas no el 28 de
julio de 1998. Es cierto lo postulado por el recurrente, pero el mismo
aceptó haber tenido relaciones sexuales con la menor agraviada, tanto
a nivel preliminar como plenario, esta última etapa del juzgamiento
garantizado bajo los principios de contradicción, entre otros. Y todo ello,
es coherente con lo señalado por la menor agraviada que fue víctima
de violación sexual por el recurrente. Por tal motivo, el agravio se
desestima.

10. El segundo motivo, se encuentra vinculado con la garantía de certeza

de incredibilidad subjetiva que establece el Acuerdo Plenario N.° 2-
2005/CJ-116. Alega que la Pericia Psicológica N.° 020799-2016-PS-CLS
realizada el 31 de octubre de 2016 -página 329-, practicada a la menor
agraviada, fue realizada luego de veinte años. Refiere además, que el
relato tiene un móvil de odio, pues tanto el recurrente como la
agraviada ya estaban involucrados en la comisión del delito de
violación sexual, en agravio de una hija que los dos procrearon.

11. En el análisis del parámetro de ausencia de incredibilidad subjetiva, es

cierto que existe resentimiento hacia el sentenciado de parte de la
menor agraviada porque el sentenciado había violado a su hija, que
procreo con ella. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la denuncia
del presente caso fue en el año 1998, esto es, cuando la hija de la
agraviada aún no había nacido. De allí que la agraviada en el plenario,
señaló que si bien tiene rencor hacía el recurrente, es porque abusó
sexualmente de ella y la dejó sin estudiar. En este contexto, de la
conducta que tuvo la agraviada no se advierten mayores datos que
revelen que la denuncia haya tenido como móvil el resentimiento, odio u

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otro sentimiento de venganza. En este punto debe destacarse que el

sentenciado esta condenado a la pena de cadena perpetua por haber
violado sexualmente a la hija de la menor agraviada en este proceso. El
motivo no se ampara.

12. Finalmente, también se invoca como motivo, la aplicación el error de

tipo vencible, que guarda conexión con el cuarto motivo. El artículo 14,
del Código Penal, regula el error de tipo vencible e invencible. El Tribunal de
Instancia ha razonado que en el caso concreto, no opera el error de tipo
vencible, porque la agraviada y el sentenciado no eran enamorados, así
como que las relaciones sexuales no fueron consentidas y la edad de la
agraviada fue expresada por ella misma al procesado.

13. La sentencia impugnada rechazó la aplicación del error de tipo vencible.

Esta afirmación como la conclusión a que arribó la Sala de Instancia, es
compartida por este Tribunal Supremo. El razonamiento para esta
conclusión en la sentencia de grado, está definido por la ausencia de
consentimiento de las relaciones sexuales y el conocimiento de la edad de
la agraviada.

14. En este punto se debe resaltar que la víctima en su manifestación

policial -página 7-, señaló que las relaciones sexuales fueron consentidas;
sin embargo, aquella fue realizada sin la presencia del representante del
Ministerio Público, así como de su progenitora o progenitor,
consignándose a una tercera persona de nombre Sonia Gamarra
Zamalloa que no se tiene conocimiento cuál sería el vínculo de relación
con la menor agraviada. La presencia fiscal en estos casos es imperativa
conforme lo dispone el artículo 143 del Código de Procedimientos
Penales: “En los casos de violencia sexual en agravio de niños o
adolescentes la declaración de la víctima será la que rinda ante el Fiscal
de Familia”. Sobre esta declaración el recurrente sostiene su reclamo; sin

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embargo, la víctima en el plenario -página 288-, no se ratificó de dicha

manifestación policial y señaló que ello no declaró en ese sentido, que
las relaciones sexuales no fueron consentidas sino que la obligó a
mantenerlas, así como que el acusado conocía su edad. Por último,
narró los hechos perpetrados en su perjuicio.
15. Siendo así, no puede sostenerse que en una declaración preliminar
despojado de todas las garantías de ley que debe cautelarse con
personas vulnerables como es el caso de la menor agraviada, puede ser
amparado. Y en este caso, está desvirtuado que las relaciones sexuales
fueron en el contexto de una relación de enamorados.

16. La declaración de la agraviada, es coherente con la Pericia Psicológica

N.° 020799-2016-PS-CLS realizada el 31 de octubre de 2016 -página 329-,
que concluyó: “afectación emocional compatible a hechos relatados
motivo de evaluación”. La psicóloga Vasti Valentina Maquito Colque en
el interrogatorio -página 345-, fue clara: “la particularidad de la
examinada que nos relató hechos que le pasaron cuando tenía trece
años, presentando llanto, angustia, desesperación, imagino que a sus
trece años habrá sido con mayor intensidad”. Entonces, la clara
afectación psicológica que ha sufrido la menor y está presente en su
memoria a pesar del tiempo, se evidencia en la víctima, refuerza y
corrobora que fue violentada sexualmente y que el autor de los hechos
es el recurrente.

17. En esta línea, no es posible instar la aplicación del error de tipo vencible
cuando no existió consentimiento, el que tampoco tendría efectos
jurídicos porque el bien jurídico protegido en este caso es la indemnidad
sexual y no la libertad sexual. Asimismo, es de resaltar que la edad de la
menor era conocida por el recurrente. A ello, la Sala de mérito en base
al principio de inmediación señaló “su aspecto físico no le favorece para

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dar credibilidad a lo alegado por el abogado, puesto que la víctima a la

fecha con 31 años d, solo mide 1.50 metros, lo que desvirtúa que en el
año [1998] haya aparentado tener más edad con la que contaba”.
Aquel argumento tiene cabida y afianza que para el caso no es posible
aplicar el error de tipo vencible invocado por el recurrente. El motivo se
desestima.

18. En síntesis, se ha generado un estado de convicción respecto del

testimonio de la menor agraviada, la misma que se ha consolidado al
haber cumplido con los criterios de certeza que se contrae el Acuerdo
Plenario N.° 2-2005/CJ-116, como determinó la Sala Superior y este
Tribunal comparte. Como fuente de apoyo a lo antes analizado es
evidente que entre la actividad probatoria desplegada, la naturaleza de
las evidencias de cargo actuadas y valoradas, existe una conexión
racional, precisa y directa, por ser esta última una inferencia categórica
deducida de la sucesión de los hechos declarados probados, no
existiendo una hipótesis alternativa al curso causal de los
acontecimientos, que posibilite una conclusión diferente, por lo que se
ha logrado enervar la presunción de inocencia del encausado,
habiéndose acreditado su responsabilidad penal. Se ha justificado la
condena dictada en su contra, de conformidad con el artículo 285 del
Código de Procedimientos Penales.

DECISIÓN
Por estos fundamentos, declararon: NO HABER NULIDAD en la sentencia de
30 de diciembre de 2016, de páginas 383 a 392, emitida por la Sala Penal
Liquidadora en adición a sus funciones Juzgado Penal Colegiado
Supraprovincial de Cusco de la Corte Superior de Justicia de Cusco, que
condenó a DARWIN CUYO VILLAFUERTE como autor del delito contra la libertad
- violación de la libertad sexual – violación sexual de menor de edad, en

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agravio de la menor de iniciales N.E.R.T., imponiéndole diez años de pena

privativa de libertad y una reparación civil de tres mil soles en favor de la
agraviada; con lo demás que contiene, y los devolvieron. Interviene la
señora Jueza Suprema Chávez Mella, por licencia del señor Juez Supremo
Hinostroza Pariachi.

S.S.

FIGUEROA NAVARRO

NÚÑEZ JULCA

PACHECO HUANCAS

CEVALLOS VEGAS

CHÁVEZ MELLA

IEPH/rvz