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COLEGIO DE ESTUDIOS CIENTÍFICOS

Y TECNOLÓGICOS DEL ESTADO DE


OAXACA
PLANTEL 07 “TELIXTLAHUACA”

CIENCIA, TECNOLOGÍA,
SOCIEDAD Y VALORES
PROFESOR: LIC. FRANCISCO NOÉ PÉREZ CORALES
ALUMNO: AXEL TADEO VÁSQUEZ LÓPEZ
GRUPO 503
5° SEMESTRE
2° PARCIAL
CICLO ESCOLAR 2023-2
SAN FRANCISCO TELIXTLAHUACA, A 05 DE
OCTUBRE DE 2023
ACTIVIDAD:

INVESTIGACIÓN
MOVIMIENTOS DE PRODUCCIÓN
COMUNISMO PRIMITIVO
Según la perspectiva del marxismo, se denomina comunismo primitivo o modo de producción
primitivo a la primera de las etapas de organización político-social de la humanidad. Apareció con
las primeras comunidades humanas organizadas (7000-2000 a. C.).
El ser humano primitivo se organizó en tribus o grupos dedicados a la obtención de sustento
mediante la pesca, la caza o la recolección. Sus integrantes intercambiaban bienes en base a un
principio de cooperación simple, motivado a que se hallaban en un estado de desamparo frente a
los peligros de la naturaleza.
Por eso, según lo explicaban Karl Marx y Friedrich Engels en textos como El origen de la familia, la
propiedad privada y el Estado (1884), estos grupos constituyeron la primera comunidad social y
colaborativa, desprovista de cualquier forma de propiedad privada.
Recordemos que la visión marxista (el llamado “materialismo dialéctico”) comprende la historia
de la humanidad como el tránsito entre ciertos modos de producción, en torno a los cuales se halla
ordenada la sociedad, a otros nuevos, a medida que la lucha entre las clases oprimidas y las
opresoras conduce a transformaciones más o menos violentas (las revoluciones).
El comunismo primitivo llegó a su término con la Revolución Neolítica, con la que se desarrollaron
la agricultura y la ganadería, entre otras formas de producción. Así fue posible la diversificación
del trabajo y división social de la población, sentando las bases para la posterior Revolución
urbana en que aparecieron las primeras clases sociales.
Características del comunismo primitivo
El comunismo primitivo, como su nombre lo indica, era una organización comunal y comunitaria,
en la que no existía la propiedad privada de ningún tipo, ni se consideraba la tierra como un bien
exclusivo de nadie. También carecía de la presencia de un Estado, pues al no haber clases sociales
no eran necesarias leyes que regularan la convivencia entre ellas.
Los seres humanos trabajaban con herramientas rudimentarias de piedra o hueso, así que la única
división del trabajo se daba en términos de la capacidad física de cada quien, permitiendo a
mujeres y niños sobrevivir por sus propios medios. Se protegía especialmente a las embarazadas y
las que amamantan, para cuidar entre todos a la futura generación.
Según algunos antropólogos contemporáneos, en esa época pudo haber existido una sociedad
matriarcal, dirigida por las mujeres, en la que existía la poliandria (una misma mujer podía tener
distintos compañeros sexuales). Sin embargo, el consenso en los especialistas afirma que nunca
hubo una sociedad matriarcal, pero sí matrilineal, y aún hoy sobreviven algunas.
Economía del comunismo primitivo
Los productores del comunismo primitivo no creaban excedentes para el intercambio, ni
acumulaban bienes, sino que producían lo indispensable para satisfacer las necesidades más
inmediatas. Es decir, no había moneda ni necesidad de ella, pues no existía la posibilidad de
riquezas, ni de pobrezas.
Las necesidades básicas de cada quien estaban garantizadas por su propio trabajo y por su
pertenencia a la comunidad. Por lo tanto, no había relaciones de explotación entre los seres
humanos, ya que ninguno podía trabajar para otro, ni podía por tanto ninguno dejar de trabajar y
disponer de tiempo libre.
Modos de producción del comunismo primitivo
La caza, la pesca y la recolección eran los modos de producción de la humanidad durante estas
etapas primitivas. Es decir, que se acudía a buscar u obtener el alimento allí donde lo hubiera, y se
obtenía únicamente lo que era necesario para el sustento.
Por otro lado, la comunidad carecía de mayores especializaciones en la labor de preparación de
herramientas o de refugios, dado que todo era realizado en partes iguales por todos. La única
especialización que podía encontrarse era de ocupación masculina en la cacería y la pesca, y la
femenina en la recolección y la crianza.
El fin del comunismo primitivo lo marca el cambio en los modos de producción. La domesticación
de animales y el inicio de las labores agrícolas y ganaderas fueron medios de producción que
generaban mucho más producto que el estrictamente necesario para sobrevivir.
De esta manera se inició la acumulación de bienes y la repartición desigual del trabajo, pues unos
generaban suficiente comida para que otros no tuvieran que trabajar en lo mismo, sino que
pudieran dedicarse a otras labores, como el liderazgo, la guerra, las ciencias y las artes.
Ventajas del comunismo primitivo
Las ventajas de este tipo de organización socio-político serían las siguientes:
 No había explotación, por lo tanto, tampoco resentimientos sociales, ni envidias, ni guerras, ni
ninguno de los aspectos negativos de las sociedades contemporáneas.
 No había jerarquías políticas, ya que la repartición de las labores no contemplaba ningún tipo de
liderazgo ni de ejercicio del poder que estuviera exento del trabajo.
 El trabajo se transmitía de una generación a la siguiente, por lo que había cooperación entre los
grupos humanos en lugar de competencia.
 Se trataba de una sociedad en armonía con el medio ambiente, sin producir contaminación ni
cambios irreparables en el balance natural.
Desventajas del comunismo primitivo
 Por otro lado, los aspectos más negativos del comunismo primitivo eran:
 Bajísimo nivel de desarrollo, dado que la repartición del trabajo no permitía el tiempo libre para
explorar nuevos y mejores métodos de trabajo, ni para la innovación de ningún tipo.
 Era una sociedad centrada en la supervivencia, lo cual no permite el surgimiento de saberes
científicos, filosóficos ni artísticos, desaprovechando el potencial creativo de la especie.
 Modo de vida muy simple, con una expectativa de vida muy baja, en la que las enfermedades y los
ataques de animales cobraban víctimas impunemente.
 No se producía el cambio en ningún sentido humano, ya que las necesidades de la población eran
muy limitadas y no se exploraba ningún tipo de inquietudes espirituales.

MODO DE PRODUCCIÓN ESCLAVISTA


De acuerdo al pensamiento marxista, el modo de producción esclavista fue uno de los modos de
organización político-social de las sociedades pre capitalistas. En ellas, la producción era
mayormente desempeñada por personas despojadas de derechos ciudadanos y reducidas a la
servidumbre obligatoria, llamados esclavos.
Este modelo de producción fue ampliamente empleado en las civilizaciones clásicas de Grecia y
Roma, y fue en parte responsable de tanto su florecimiento como su entrada en crisis. No debe
confundirse con la esclavitud, que como fenómeno social existía desde tiempos inmemoriales y
continuó existiendo formalmente hasta el siglo XIX.
El modo de producción esclavista es una organización social en la que los esclavos constituyen la
principal fuerza de trabajo y de producción. Sin embargo, los esclavos no reciben remuneración
alguna por sus esfuerzos, más allá del techo y la comida.
En ese sentido, es un modelo de tipo preindustrial, en el que el esclavo no recibe ni siquiera un
salario por su trabajo, pero a la vez sus necesidades mínimas deberán estar cubiertas por el amo.
Características del modelo esclavista
El modelo esclavista se sostiene en base a la existencia masiva de personas esclavizadas, forzadas
al trabajo y a las que no se les retribuye absolutamente nada de la labor llevada a cabo.
Ello significa que sólo reciben comida y vivienda, para garantizar su subsistencia, de parte del amo
o tenedor de esclavos. Por otro lado, la preocupación respecto al volumen producido no les atañe a
los esclavos (a los que da igual una buena cosecha y una pobre) sino al amo.
En el modelo esclavista, los esclavos eran figuras contempladas por la ley y reducidas formalmente
a casi objetos, sin derechos ciudadanos individuales ni colectivos, sin supervisión de ninguna
institución. Sus hijos podían nacer esclavos también y pertenecer al mismo amo, o en algunos
casos podían ser libres o ubicarse en alguna categoría intermedia.
Los esclavos eran parte del patrimonio del amo y cualquier daño a los mismos podía exigir
resarcimiento en bienes o servicios. De hecho, en sociedades clásicas esclavistas como la griega, se
podía llegar a la esclavitud por impago de deudas, por crímenes cometidos o por derrota militar.
Incluso existían esclavos del Estado, dedicados a la función del servicio público.
Surgimiento del modelo esclavista
El modo esclavista de producción surgió mucho después de la invención de la esclavitud. Se le
atribuye a la sociedad de la Grecia Antigua la construcción de un modelo productivo en el que la
esclavitud era el sustento de la agricultura.
Sin embargo, no era la fuerza de trabajo exclusiva: había también campesinos libres y artesanos
que convivían con los esclavos. La condición de sumisión de estos últimos era política y laboral,
pero no les impedía llevar una vida más o menos independiente, formar una familia y tener una
morada.
Se ignora cuántos esclavos hubo en la Grecia Antigua, pero se asume que la proporción entre
esclavos y ciudadanos libres rondaría el 3/2. Se los aplicaba a la agricultura, la artesanía, la
industria y la crianza de los niños del amo (en el caso de las esclavas). También podían tomarse
esclavos como compañeros sexuales, o en rubros domésticos, aunque en proporción mucho
menor.
Por su parte, el Imperio Romano que conquistó Grecia en el 146 a. C. vio mermada su capacidad
agrícola debido a sus extensas campañas militares, logrando únicamente sostener su vida civil
gracias a la labor de la clase esclava.
Se estima que en el año 43 a. C. el número de esclavos sometidos por Roma era de tres millones,
cinco veces más que 225 a. C. Cada victoria militar nutría de nuevos esclavos para sostener el
sistema andando.
Clases sociales del esclavismo
Las dos clases sociales que interesa distinguir en cualquier modelo esclavista son dos:
 Los hombres libres. Podían tener territorio, bienes, derechos civiles y heredar a sus
descendientes su patrimonio, en el que incluso podía haber algún número de esclavos.
 Los esclavos. Eran ciudadanos de última categoría, desprovistos de derechos y de acceso a
bienes, ni hablar de derechos civiles o participación ciudadana. Eran poco más que cosas y lo
seguirían siendo, dependiendo de cuál fuera el caso, por toda la vida, hasta cumplir una cantidad
de años de trabajo esclavo, o hasta que pudieran pagar al amo la cantidad de dinero que valía su
cabeza, a modo de compra de libertad. Entonces el amo podía otorgar al esclavo un documento
liberador.

MODO DE PRODUCCIÓN FEUDAL


En terminología marxista, se conoce como modo de producción feudal (o en términos llanos:
feudalismo), a la organización socio-económica que rigió a la sociedad medieval en Occidente y
otras regiones del mundo.
En estas sociedades, el poder político estaba descentralizado y era ejercido de manera
independiente por los señores feudales: la aristocracia o nobleza que transmitía el poder
consanguíneamente, y que era dueña de las tierras cultivables.
Según las teorizaciones de Karl Marx, el feudalismo antecede históricamente al modo capitalista
de producción. Consistía en una dinámica económica de sumisión y explotación del campesinado
por parte de la aristocracia y los terratenientes.
Sin embargo, los terratenientes también se hallaban en relación de sumisión con un poder político
superior, que era la corona, la cual permitía a los aristócratas la autonomía política en sus
territorios feudales, a cambio de lealtad en el ámbito militar.
Características del modo de producción feudal
El modo de producción feudal era esencialmente un modelo de explotación agropecuaria. Era
sostenido por una masa campesina encargada de la producción de bienes y gobernada por un
señor feudal: un terrateniente que les imponía su orden particular, ejerciendo a la vez el poder
político y legal, aunque en esto último intervenía también la Iglesia (el clero).
Los campesinos o siervos pagaban a sus respectivos señores feudales una porción mayoritaria de
lo producido con su trabajo, a cambio de seguridad militar, orden y jurisprudencia. Además,
obtenían el permiso para habitar porciones minúsculas de terreno en donde se asentaban sus
familias.
En dicha relación de explotación del campesinado por la aristocracia, sin embargo, no existían las
leyes de esclavitud, aunque las condiciones de vida de los primeros podían en muchas ocasiones
parecérsele. En su lugar, se establecían relaciones de vasallaje, que vinculaban políticamente al
campesino con el feudo que habitaba.
Los feudos eran la unidad productiva mínima del sistema (de allí su nombre: feudal). Se dividían
territorialmente en:
 Reservas señoriales o dominicales. Su producción estaba destinada al pago del tributo al señor
feudal.
 Mansos. En ellos el campesinado llevaba adelante la producción de sus propios bienes y se
garantizaba así la subsistencia.
No existía en este modelo tipo alguno de moneda o de sistema económico unificado. Por otro lado,
las ciudades eran poco desarrolladas en comparación con el campo.
Surgimiento del feudalismo
El surgimiento del modelo feudal se explica por el estado de desorden y fragmentación de Europa
tras la caída del Imperio Romano en el siglo V. Semejante estado de conmoción y disolución de los
poderes instituidos permitió la descentralización del poder político y el surgimiento de reinos
aparte.
Cada uno de estos reinos estaba dividido a su vez en feudos dirigidos por la nobleza: duques,
barones y demás títulos nobiliarios. Sin embargo, todos ellos estaban sujetos moral y legalmente a
la Iglesia Católica, encargada de mantener el orden social a través del adoctrinamiento de las
masas.
Además, la Iglesia brindaba legitimidad espiritual a la corona, ya que los reyes, electos entre la
casta aristocrática guerrera y terrateniente, se consideraban puestos en el trono por Dios. Esta
época fue pródiga en guerras, por lo que el campesinado de buena gana aceptaba pertenecer a un
feudo a cambio de orden y protección, así fuera despóticos.
Clases sociales del feudalismo
La sociedad estaba severamente dividida entre campesinos, nobles y el clero.
El sistema feudal era prácticamente inamovible en términos de clases sociales, es decir, era muy
poco probable el flujo entre campesinos y nobles aristócratas. Los primeros eran pobres y
encargados del trabajo agrícola, y los segundos eran los dueños de la tierra.
Estas dos clases sociales se diferenciaban ampliamente a lo largo de sus vidas y podían cruzar sus
destinos en pocas ocasiones, siendo una de ellas la guerra, obligación principal de los nobles y
secundaria de sus vasallos. Una tercera clase social la constituía el clero. A ellos la Iglesia Católica
les garantizaba su subsistencia, pero les impedía acumular propiedades de ningún tipo.
Por regla general, la condición de noble o campesino se mantenía toda la vida, ya que la nobleza se
transmitía por vía consanguínea (de allí que se hablara de “sangre azul” o “sangre patricia”). Las
limitadas vías de ascenso social eran el heroísmo en la guerra, la adscripción al clero y el
matrimonio con personas de abolengo o apellido noble.
Hacia el final del modelo feudal apareció una nueva clase social, la burguesía, compuesta por
hombres libres poseedores de negocios y capitales, aunque no así de títulos nobiliarios. A medida
que esta clase creció y se afianzó como la nueva clase dominante, el feudalismo se aproximaba a su
fin.

MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA


Según la terminología marxista, el modo de producción capitalista es aquel propio de las
sociedades capitalistas surgidas luego de las Revoluciones Burguesas que acabaron con el modelo
feudal del medioevo. Según los postulados de Marx, su propia dinámica interna lo conduce a la
extinción y al surgimiento final del comunismo.
El modo de producción capitalista es considerado por los estudiosos no marxistas como un
sistema económico, en el que el valor de los bienes y servicios se expresa en términos monetarios,
los mismos en los que se recompensa a las personas por su trabajo.
En cambio, para la ortodoxia marxista el capitalismo es el modelo económico en que la burguesía
detenta el control de los medios de producción. Pero además es un modelo de organización social,
político y económico.
Recordemos que la burguesía es la clase social intermedia entre los siervos campesinos y la
aristocracia terrateniente. Surgió al final del período medieval, junto al mercantilismo, las
dinámicas de intercambio internacional de mercancías, pero también revolucionarios avances en
la tecnología, la ciencia y la cultura.
Todas estas novedades cambiaron para siempre el modo en que se satisfacían las necesidades
humanas, desplazando el foco del trabajo rural al comercio urbano. Así, el modo de producción
capitalista es el sistema propio de una época industrial, en la que el capital ha desplazado en
importancia a la tenencia de tierras.
Características del capitalismo
De acuerdo a la interpretación marxista tradicional, el capitalismo funciona en base a dos pilares.
Por un lado, el control de la burguesía de los medios de producción (fábricas, por ejemplo). Por
otro lado, la alienación de los trabajadores de su labor productiva, es decir, que estos últimos
sienten ajeno el trabajo que realizan.
De ese modo, los burgueses pueden explotarlos, pagándoles a cambio de su trabajo un salario,
pero aprovechando la plusvalía: el valor añadido que las labores del trabajador le incorporan al
producto final. Dado que ese valor agregado excede por mucho al salario del trabajador, la relación
de trabajo beneficia únicamente de la burguesía, que además realiza el esfuerzo.
En términos más simples, el capitalismo consiste en el intercambio del tiempo y de la capacidad de
trabajo de los trabajadores, por un salario calculado por hora y por complejidad de las labores a
desempeñar. El salario nunca superará las ganancias del dueño de la fábrica, que invierten en ella
el capital y a veces la jefatura, pero no el trabajo.
De dicho arreglo el trabajador obtiene dinero para consumir bienes y servicios, mientras que el
burgués obtiene ganancias que puede reinvertir en el negocio (o hacerlo crecer) y dinero para su
propia subsistencia. El conjunto de los trabajadores se denomina, como clase, proletariado.
Semejante arreglo socioeconómico no sería posible sin la existencia de la propiedad privada, dado
que la burguesía es dueña de los medios de producción, y por ende decide quién trabaja y quién
no. Sin embargo, los términos en que el trabajo se dará son negociados con sus trabajadores
(sindicatos, gremios, etc.) y con el Estado (idealmente).
Origen del modo de producción capitalista
El capitalismo como sistema surgió después de la caída del feudalismo en el siglo XV. La expansión
imperial de las principales potencias europeas hizo circular grandes dimensiones de mercadería
de otras regiones del mundo. Así nació la burguesía como una nueva clase social que había
derrotado a la aristocracia terrateniente del medioevo.
Esta clase de comerciantes de origen plebeyo, pero poseían capitales. Así se convirtieron en los
dueños de las primeras empresas que cambiaron para siempre el modo en que se producen los
bienes y servicios en el mundo.
Impulsaron cambios de tipo científico, espiritual y político que llevaron a las llamadas
Revoluciones Burguesas, cuyo punto climático fue la caída del absolutismo monárquico (con
Revoluciones como la Revolución Francesa en 1789, o con transiciones paulatinas) y el inicio de
las repúblicas democráticas capitalistas que conocemos hoy.
Ventajas del modo de producción capitalista
Las ventajas del capitalismo como sistema son notorias, tanto como sus desventajas. El aspecto
positivo del sistema puede resumirse en:
 Efectividad y flexibilidad. A lo largo de sus pocos siglos de vida, el sistema capitalista ha sabido
generar riquezas y adelantos vertiginosos en aspectos científicos, técnicos y económicos, y al
mismo tiempo adaptarse a ellos, cambiando con los tiempos y sosteniéndose invicto hasta hoy.
 Liberalidad. El capitalismo requiere de importantes cuotas de libertad económica e individual,
para hacer posible el emprendimiento, el riesgo empresarial y el surgimiento de nuevas
iniciativas. En ese sentido, ha tendido a ser más o menos liberal, o sea, a tolerar más o menos la
intromisión del Estado en las dinámicas que, idealmente, tendría que regular la “paz del
mercado” o la “mano invisible” del mercado. La existencia real de esto último es materia de
debate.
 Permite el movimiento de clases. La tenencia de dinero, en principio, no está sujeta a ningún otro
tipo de condiciones humanas, como era la sangre en el caso de las sociedades de castas, y a
efectos prácticos importa poco al mercado económico qué tipo de valores profese un capitalista.
Esto permite que las clases inferiores puedan, en teoría, ascender a medida que acumulen
capitales, y a las superiores descender, a medida que pierdan su capacidad de hacerlo.
Desventajas del modo de producción capitalista
Por otro lado, las desventajas del capitalismo también son dignas de mencionarse:
 Permite los monopolios y la competencia desleal. Justamente el talante liberal del capitalismo
tiende a permitir la concentración de capitales y, por ende, de poder en las manos de unos pocos,
que controlan el mercado y pueden competir deslealmente con los demás, formando así
monopolios en los que pocos se enriquecen.
 La distribución desigual de riqueza. Ya que la clase social no está determinada por la sangre ni
por otros factores, sino por la cantidad de dinero que tenga la familia, las generaciones venideras
vienen al mundo en franca desigualdad de oportunidades, fruto de la concentración de la riqueza
en quienes más capitales tienen, ya que el dinero, al circular, genera más dinero, enriqueciendo a
pocos en detrimento de muchos.
 El consumismo. La sociedad generada por el capitalismo está centrada en el consumo y en la
obtención de capitales, a menudo olvidando lo que eso realmente significa y quedando atrapada
en un espiral de consumo innecesario, comprando por comprar o para subsanar otros aspectos
espirituales no considerados en la ecuación.
 El daño ecológico. La actividad industrial es el corazón del sistema capitalista, que durante casi
un siglo se entregó a la explotación de los recursos naturales sin tomar en consideración otros
aspectos fundamentales, como el impacto ecológico que el vertido de sustancias de desecho
industrial tenía. Así, a finales del siglo XX e inicios del XXI, el cambio climático y las catástrofes
ecológicas se asoman en el horizonte futuro cercano, exigiendo cambios radicales e inmediatos
en el modelo de producción capitalista.
Marxismo y plusvalía
El concepto de plusvalía es central en la doctrina del marxismo, que la considera esencialmente
como un robo que la clase dominante efectúa sobre el esfuerzo del trabajador, quedándose con
una porción de valor más significativa en términos monetarios que la recompensada mediante el
salario.
Gracias a las luchas obreras y sindicales, muchas de las cuales generaron no pocos conflictos
sociales, políticos y culturales a lo largo del siglo XX, el reparto de dicha plusvalía pudo ser
renegociado entre trabajadores y empleadores, así como las condiciones de empleo.
Así se racionaron los horarios de empleo, se controló la explotación y se logró, en pocas palabras,
un capitalismo más humano para la clase trabajadora. Sin embargo, de acuerdo a la doctrina de
Karl Marx, dicha lucha por liberarse de la explotación no concluiría hasta desatar las fuerzas
históricas que conduzcan al socialismo.

MODO DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA


De acuerdo a la interpretación del marxismo de la historia económica de la humanidad, el modo de
producción socialista o simplemente el socialismo es una forma de organización social, política y
económica. Es intermedia entre el capitalismo y el comunismo, siendo esta última la etapa final de
una sociedad utópica sin clases sociales y liberada de relaciones de explotación del hombre.
Según lo postulaban Karl Marx y Friedrich Engels, el socialismo sería la etapa posterior al modelo
capitalista, que sobrevendría cuando la humanidad ingresara en una etapa post-mercantil. Su
producción se orienta por completo al valor de uso y no al valor de cambio.
Sin embargo, ninguno de estos dos principales teóricos del materialismo histórico (o el Socialismo
científico, como lo llamaron ellos) dejó mucho por escrito respecto a cómo podía organizarse el
socialismo. Por eso, los modelos que se han intentado en la vida real responden estrictamente a
interpretaciones posteriores de economistas neoclásicos y marxistas.
El modo de producción socialista se ha intentado en numerosas ocasiones a lo largo del siglo XX y
XXI. Al no tenerse completamente en claro su funcionalidad plena, en muchos casos se convirtió en
un capitalismo estatista o popular.
En otros casos, fueron feroces dictaduras genocidas como las vividas en la Unión Soviética bajo el
mando de Stalin, en Camboya bajo el gobierno de los Jemeres Rojos o en la China revolucionaria de
Mao Tse Tung.
Características del socialismo
La principal característica de este modelo es que privilegia el uso por encima del consumo y la
rentabilidad. Así, la producción de una sociedad socialista está encauzada por las necesidades de
consumo de su población, y no por la avidez de generar riquezas.
Para que ello sea posible, generalmente se impone la necesidad de una economía planificada, es
decir, controlada por el Estado, que determina en qué sectores conviene producir más y en cuáles
menos. Dicha planificación puede interpretarse como central, rígida y autocrática, o
descentralizada y democrática.
La acumulación típica del capitalismo aquí se torna ineficaz, y da pie a una organización racional
de la producción en base a las necesidades y a la disponibilidad de materiales. Así se satisfacen las
necesidades de cada quien, sin tener que preocuparse por las fluctuaciones cíclicas del mercado
que tanto aquejan al capitalismo.
Para ello, además, la propiedad privada se convierte en un estorbo, y la toma de los medios de
producción por la clase trabajadora en una obligación. Según las predicciones de Marx, el
socialismo daría paso al “comunismo puro”, mediante la implantación de una dictadura del
proletariado.
La dictadura del proletariado es una sociedad sin clases sociales, compuesta íntegramente de
trabajadores, sin dinámicas de explotación ni extracción de la plusvalía. Las unidades de mercado
son nacionalizadas y socializadas. El individuo no está alienado de su propio trabajo, es decir, no lo
considera algo ajeno a su persona y, por ende, del que no merece recibir sino un salario.
Origen del modo de producción socialista
El socialismo como estadio histórico de la producción humana fue ideado por Marx y Engels. Lo
bautizaron como Socialismo científico, para distinguirlo de otras teorías respecto al socialismo
(como el Comunismo utópico) que no aplicaban en sus teorías el método científico, como lo
intentaban ellos.
Es decir que ellos no fueron los primeros en hablar de socialismo, pero sí fueron los primeros en
proponerlo como fruto de un análisis crítico de la historia económica de la humanidad.
Propiedad socialista
La cooperación es un rasgo fundamental del socialismo, en oposición al individualismo central en
el modo capitalista de producción. Es decir que las necesidades colectivas se privilegian a los
deseos individuales, en búsqueda de una igualdad social, económica y política, para la cual es
fundamental la abolición de la propiedad privada.
Así nace la propiedad social, comunal o socialista, que le pertenece a toda la colectividad que en
ella haga vida o cuyo trabajo se de en sus inmediaciones. Esto sería garantizado por el Estado,
mediante un régimen de nacionalizaciones y expropiaciones.
Tanto la propiedad privada como la propiedad empresarial son abolidas, ya que, al ser una
economía planificada, el Estado debe conducir los medios de producción (campesina, industrial,
científica, etc.) hacia el bienestar común y no hacia la rentabilidad, apostando por la cooperación
en vez de por la competencia.
Ventajas del socialismo
El modelo socialista presenta determinadas ventajas por encima de su competidor, el capitalista.
Para mencionar algunas:
 Mayor justicia social. El principal objetivo del socialismo es combatir las desigualdades
económicas y sociales entre la población, por lo que aspira a un mayor índice de justicia social
mediante la repartición más equitativa de las riquezas, dado que el monopolio de todo lo tendría
el Estado, y no algún actor privado de intereses individuales.
 Economía planificada y estable. Dado que las leyes del mercado no juegan un mayor papel en la
dinámica económica socialista, no se debe temer a las fluctuaciones propias de los mercados
inestables, ya que toda forma de actividad productiva está planificada desde lo público.
 Empoderamiento del Estado. Si se compara el Estado socialista, principal (cuando no único)
actor productivo del país, con el Estado mermado e indefenso de ciertas formas de capitalismo,
se puede concluir que una virtud del socialismo es su Estado vigoroso, capaz de intervenir en las
áreas de la vida que se consideren prioritarias y tomar decisiones rápidas.
 No hay lucha de clases. Al no haber ni ricos ni pobres, ni estar los medios de producción en
manos privadas, la lucha de clases no tendría lugar en el seno de una sociedad socialista, por lo
que no habría base para discriminaciones económicas. Las condiciones mínimas requeridas por
la ciudadanía tendrían que estar garantizadas para todos por igual.
Desventajas del socialismo
Las desventajas del socialismo, en tanto sistema abstracto, son difíciles de precisar en la
imaginación. No así, en cambio, en los intentos históricos por ponerlo en práctica, que han
terminado generalmente de manera catastrófica. A partir de dichas experiencias, podemos señalar
como desventajas del socialismo las siguientes:
 Burocratización y concentración del poder. Dado que el Estado está encargado de la conducción
de la sociedad, su presencia se hace omnipresente, pudiendo resultar también en una forma de
autoritarismo aplastante, sin contrapeso alguno. Así, sus organismos deberán crecer y
multiplicarse, a medida que sus intenciones de control generen más y más papeleo y más
estructuras burocráticas que enlentecen los procesos, ya que la efectividad pasa a ser un criterio
secundario.
 Pérdida de libertades. No sólo de tipo económico, como es obvio, sino además de tipo civil,
religioso, moral, incluso individual, ya que el Estado todopoderoso tiene el control ideológico de
la sociedad. Ello, a la larga, conduce a la injusticia y al beneficio de una cúpula estatal por encima
del resto de la sociedad.
 Falta de incentivos para la producción. ¿Por qué esforzarse en el trabajo si las recompensas serán
iguales para todos? Al impedir la competencia económica, también se entorpece el deseo de
superación e innovación, enlenteciendo la economía y a menudo destruyendo la cultura de
trabajo, reemplazándola por ideología política.
 Explotación estatal del individuo. La gran paradoja de los regímenes socialistas es que, en vez de
ser el trabajador explotado por iniciativas privadas, generalmente lo es por el Estado, carente de
competidores y contrapesos, dueño del poder económico, así como de los poderes públicos.

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