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Control del balón

El control o recepción del balón se refiere a poner en movimiento la pelota, principalmente,


con los pies. El balón puede hacer contacto con la planta, el empeine, la punta, el talón o las
parte internas o externas del pie.

También se puede controlar el balón usando las siguientes partes del cuerpo, los muslos, las
rodillas, el abdomen, pecho, los hombros y la cabeza.

Solo los guardametas tienen permitido tocar el balón con las manos y los brazos en el área de
la portería o área de penal, para evitar la acción de gol por parte del equipo adversario.

Tener el control del balón permite que el jugador pueda anticipar o ejecutar diferentes
acciones como correr, patear, detener o pasar el balón a otro compañero.

- El jugador puede utilizar diferentes partes del cuerpo para controlar el balón, como el
tronco, rodillas, espalda o cabeza.
- El pie es la parte del cuerpo que permite controlar mejor el balón.

Superficie de contacto

El jugador debe decidir con que parte del cuerpo recibirá el balón, dependiendo de la altura de
este.

A ras del suelo: pie interior, exterior pie y planta del pie.

Media altura: Pie interior y muslo

Altos: empeine, pecho y cabeza

Tipos de controles

Clásicos

Parada: el balón queda completamente detenido, se utiliza la planta del pie.

Semiparada: se cambia la trayectoria y se disminuye la velocidad.

Amortiguamiento: se disminuye velocidad, pero la trayectoria será igual.

Orientados

Lo ideal buscar la pelota y no esperar a que llegue al lugar en donde nos encontramos

Se debe tener relajada la parte del cuerpo con la que vamos a controlar en el momento de
contacto.

Es importante tener clara la orientación antes de hacer el control para seguir el juego.

Control y partes del cuerpo

Planta del pie

Sirve para detener completamente el balón.


Interior del pie, Se usa la parte más ancha del pie para detener el balón. Superficie ideal para
controlar el balón.

Empeine, Se debe relajar el tobillo para controlar el balón con el empeine.

Exterior de pie, Se requiere mayor técnica. Da un control orientado y en velocidad.

Muslo

Se utiliza cuando el balón viene por debajo del pecho, sirve para proteger, dominar,
amortiguar.

Pecho, Se debe poner el cuerpo en línea con el balón, los pies deben ir muy bien apoyados en
el suelo, cuando llega el balón se saca ligeramente el pecho con dirección a este. Sirve para
amortiguar, desviar, pasar, anticipar.

Cabeza

Debe situarse en línea con el balón, se utiliza la frente para tener control.

Tipos de control

El control se puede clasificar teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

Con respecto al suelo

Este tipo de control puede ser a ras del suelo, a media altura, aéreo con trayectoria
ascendente y aéreo con trayectoria descendente.

Con respecto a la superficie de contacto

Existen múltiples superficies de contacto con las cuales un jugador puede realizar el control.
Cualquiera de ellas es totalmente válida siempre que lo ejecute de la manera correcta.

El control dependerá en gran medida de la altura a la que llegue el balón. Si este viene a ras del
suelo, se suele utilizar el interior, el exterior o la planta del pie para controlarlo. Si llega a
media altura, normalmente se controla con el muslo o con la parte interior del pie, y en el caso
de que el balón sea alto, se usa el pecho o el empeine si tiene trayectoria descendente.

Con respecto a la forma de controlar el balón

Puede realizarse a través de controles básicos o de controles orientados. Dentro de los


controles básicos se puede distinguir:

La parada: el balón queda totalmente inmovilizado. Aunque frena el ritmo del juego, se trata
del tipo de control más seguro.

La Semiparada: a través de la cual se reduce la velocidad del balón y se cambia su trayectoria.

El amortiguamiento: mediante el cual también se disminuye la velocidad del esférico pero no


se cambia su trayectoria.

Controles orientados

Los controles orientados se producen como consecuencia de los tres anteriores. Se realizan
con un solo toque, y gracias a ellos se deja el balón preparado para llevar a cabo la próxima
acción.

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