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Hannah Howell
Highland Angel
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07 Murray
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Hannah Howell
enviar a sus hijos para que fuesen entrenados por aquel hombre
enfermo y sin moral, y eso surtió algún efecto. Infelizmente, la
estrategia también lo hizo subyugar aún más a los pobres niños
que ya residían en su propiedad y otros, aquellos más pobres que
habitaban las ciudades donde había algún representante de la
corte real. Los más pobres son los que más sufren con la
enfermedad de ese hombre cruel y vil.
—¿De qué enfermedad estamos hablando, exactamente?
—Él obtiene placer y alegría causando dolor y muerte. De
tarde en tarde es dominado por una urgencia de matar.
Payton bebió su cerveza y llenó el vaso una vez más. No era
difícil creer que sir Roderick encontraba placer en la compañía de
chicos, porque había sabido de tales cosas hacia muchos años.
Pero lo que Kirstie estaba diciendo iba más allá de los límites de la
credibilidad de cualquier hombre normal. Parecía imposible que un
hombre abusara de niños y los asesinara frecuentemente sin
nunca ser descubierto.
—¿Tiene la certeza de lo que está diciendo? Un lord que
abusa de niños y las mata sin ser delatado...
—¿Por qué inventaría tales cosas?
—¿Para librarse de un marido indeseado?
—Venga conmigo, sir. Tal vez deba oír otras voces además
de la mía.
Payton estuvo de acuerdo y, momentos después, los dos
recorrían los caminos oscuros de la ciudad. Finalmente, pararon
delante de una casa pequeña y apenas resguardada escondida en
un área deteriorada y sin recursos donde los pobres eran obligados
a vivir. Había un agujero en el piso de la casa, y ella lo invitó a
descender por la angosta abertura. Cauteloso, la siguió y esperó
que Kirstie cubriera la entrada con una tabla. Después, ella
encendió una antorcha y reveló una antigua y húmeda despensa,
un espacio que no era utilizado hace décadas. La luz también
reveló los rostros pálidos de cuatro o cinco niños.
—Todo está bien, mis queriditos —ella los calmó,
removiendo un saco de bajo el manto que Payton le había
prestado.
—Trajo comida.
Ella debía haber recogido la comida mientras él se había
retirado para ir a recoger una capa y un arma. La escena de
desolación y terror confirmaba el relato de aquella extraña mujer.
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