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INTERVENCION Y NO
INTERVENCIÓN DE LOS
ESTADOS
Los Estados son entidades soberanas no obstante en algunos casos se ha visto que
otros Estados intervienen dentro de otros Estados en cuestiones que a lo mejor no le
competen. Sin embargo, cabe resaltar que los Estados no puede hacer eso de acuerdo
a lo contenido en la convención de Derechos y Deberes de los Estados firmada en
Montevideo en 1933, lo cual dice: “Articulo VIII. Ningún Estado tiene derecho a
intervenir en los asuntos internos ni en los externos de otro”. No obstante, con el pasar
del tiempo esto es algo que no todos han respetado debido a que en la historia se
puede ver que Estados Unidos ha tenido mucha intervención en Latinoamérica. Ningún
Estado o grupo de Estados tiene derecho a intervenir directa o indirectamente, y sea
cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de cualquier otro. Se excluye
no solamente la fuerza armada sino también cualquier otra forma de injerencia o de
tendencia atentatoria de la personalidad del Estado, de los elementos políticos,
económicos y culturales que lo constituyen.
Intervención:
Articulo VIII. Ningún Estado tiene derecho a intervenir en los asuntos internos ni en los
externos de otro.
Ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los
asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligar a
los miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la
preste Carta…”
Artículo 18.. Ningún Estado o grupo de Estados tiene derecho a intervenir directa o
indirectamente, y sea cual fuere el motivo, en los asuntos internos o externos de
cualquier otro. El principio anterior excluye no solamente la fuerza armada sino
también cualquier otra forma de injerencia o de tendencia atentatoria de la
personalidad del Estado, de los elementos políticos, económicos y culturales que lo
constituyen.
Artículo 19.. Ningún Estado podrá aplicar o estimular medidas coercitivas de carácter
económico y político para forzar la voluntad soberana de otro
En el punto anterior tratamos los Derechos de los Estados; lógico sería tratar
específicamente los Deberes de los Estados. Podemos resumirlos en dos palabras: no
intervención. Asimismo podemos indicarlo diciendo que los Deberes de los Estados se
resumen en "respetar los Derechos de los otros Estados". Cualquier acto que venga a
coartar o hacer difícil su ejercicio es intervención prohibida por los principios
consuetudinarios y convencionales del Derecho Internacional, como lo
Hoy en dia, sin que ello signifique que la intervención militar haya desaparecido la
intervención también adopta formas más sofisticadas; es intervención a) hacer
declaraciones públicas y oficiales alentando movimientos insurgentes o beligerantes en
otro Estado; b)hacer declaraciones públicas apoyando políticas de terceros países que
se sabe van al encuentro de la política de Estados amigos o vecinos; c)
Obtener el voto favorable de otros Estados en los foros internacionales bajo la presión
de suspender la ayuda económica; d) llevar a cabo bloqueos económicos por el solo
hecho de comulgar con la política o forma de gobierno de otro Estado; e) llevar a cabo
bloqueos técnicos por el solo hecho de no aprobar la política de otro Estado; f) no
vender repuestos de maquinaria por el solo hecho de estar en desacuerdo con la línea
política de otro Estado; g) no vender armas por solidaridad con un tercer Estado; h)
aportar armas a movimientos subversivos, insurgentes o beligerantes en otro Estado; i)
dar albergue a grupos que abiertamente complotan contra otro Estado; j) apoyar
campañas publicitarias o movimientos que abiertamente se dedican a denigrar a otro
Estado; k) financiar programas que contravengan la fe religiosa, las costumbres, la
forma de vida, etc. de otro Estado: 1) exigir cambios legislativos previo a otorgar ayuda
financiera ya sea ésta en forma de donaciones o préstamos internacionales.
De ahí que nada une más a un pueblo que la lucha contra la intervención en cualquiera
de sus formas; las crisis provocadas por la intervención hacen olvidar cualquier
problema interno cualquier diferencia política interna, cualquier ambición personal.
Piénsese por ejemplo en Argentina frente a Inglaterra.
Existe, sin embargo, una clase de intervención que se califica de "licita. Existe en los
casos siguientes: a) cuando se invoca un tratado especial o una norma abstracta de
ayuda internacional, por ejemplo el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca
(TIAR); b) cuando se produce una petición formal de parte de un gobierno
constitucional porque está siendo agredido desde fuera; c) cuando el Estado
"interventor puede invocar un interés legítimo, por ejemplo la protección de sus
nacionales o de sus bienes, pero en tal caso debe existir "proporción", de otra forma se
convierte en "intervención ilícita; recuérdese la invasión estadounidense en Santo
Domingo, en Granada, en Panamá; d) cuando el Estado "interventor" actúa en
beneficio del interés general de la comunidad internacional civilizada, por ejemplo el
caso de Francia para derrocar a Bokasa I; el caso de Zaire contra Idi Amín; el caso de
la acción de la ONU contra Irak; el caso de la ONU en Somalia desarmando a los
grupos; el caso de la ONU en Bosnia-Herzegovina. En todos estos casos se invoca un
"derecho que la mayoría de las veces es subjetivo y por consiguiente "muy difícil" de
sustanciar, justificar o explicar. En conclusión, según la doctrina anterior, las
intervenciones ilícitas son aquellas en las cuales no existe ningún título jurídico
suficiente.
NO INTERVENCIÓN:
15.1. Origen
A principios del siglo XIX los rusos fundaron colonias en territorio americano, una en
las Islas Sandwich y otra cerca de San Francisco; los rusos declararon además su
propósito de reservar para sus ciudadanos el comercio pesquero en la zona
comprendida entre el Estrecho de Bering y el grado 51 de latitud norte. Lo anterior dejó
entrever una política imperialista rusa de expansión cuya verdadera extensión se
desconocía, pero se sospechaba; esa actitud ponía en peligro no sólo a Estados
Unidos sino a toda América recién salida de un período colonial; la mayoría de los
Estados americanos eran de reciente acceso a la vida independiente y enfrentaban ya
las ambiciones de otra potencia europea. El presidente Adams se preocupó y en su
diario esbozó lo que más adelante expondría el presidente Monroe.
ningún país europeo puede combatir o suprimir las libertades que disfrutan los pueblos
de los jóvenes Estados americanos. Algunos lo han resumido así: "América para los
americanos", que ha dado lugar a comentarios y reflexiones maliciosas políticamente.
El doctor Carlos Calvo, también de origen argentino, estructuró más este punto; según
él, en Derecho Internacional estricto cobro de créditos y la demanda de reclamaciones
privadas, no justifican de plano la intervención armada de los gobiernos, y como los
Estados europeos siguen invariablemente esta regla en sus relaciones recíprocas, no
hay motivo para que ellos no la impongan también en sus relaciones con las naciones
del nuevo mundo Madrazzo, 681].
15.5. Desarrollos Posteriores
INTERVENCIONES
Cualquiera afirmaría o esperaría que Estados Unidos políticamente hubiese llevado los
principios expuestos por el presidente Monroe hasta sus últimas consecuencias; sin
embargo la historia es bien triste al mostrar que precisamente Estados Unidos es el
que más se ha distinguido por intervenir abiertamente en Latinoamérica. Polk (1848),
Grant (1870), Olner (1895), Roosvelt (1905), Lodge (1912), Reagan (República
dominicana, Greanda), Brush (Panamá), din que eso sea una lista exhaustiva, todos
ellos tienen una larga historia de intervencionismo y menosprecio hacia los principios
Monroe. Tampoco salieron a la defensa ante las intervenciones europeas y ejemplo de
ello son: las Islas Malvinas ocupadas por la fuerza por Gran Bretaña en 1933 y su
posterior intento de recuperación por la fuerza por parte de Argentina; la expansión
territorial de Gran Bretaña en Belice que culminó con la independencia de este Estado;
las intervenciones francoinglesas en el Río de la planta en 1838-45; ocupación de
España en las Islas Chinchas en 1864; Alemania en Haití en 1897; etc.
"La Declaración Monroe no nos obliga en ningún evento a tomar las armas por
cualquier indicación de sentimientos hostiles de parte de las potencias europeas hacia
Sudamérica. Si, por ejemplo, todos los Estados de Europa se hubieran negado a
mantener relaciones comerciales con Sudamérica hasta que sus Estados volviesen a
su anterior sujeción esto no nos proporcionaría motivos para intervenir. O si un
armamento hubiese sido dado por los aliados con el objeto de operar contra las
provincias más remotas de nosotros, como Chile o Buenos Aires, como la distancia del
teatro de la acción habría disminuido nuestros temores de peligro y nuestros medios de
intervención eficaz, nos deberíamos contentar con hacer observaciones.
Pero surgiría un caso muy diferente, si un ejército equipado y mantenido por aquellas
potencias fuese desembarcado en las orillas del Golfo de México y emprendiera
operaciones militares en nuestra inmediata vecindad. Aquel suceso podría con justicia
ser considerado como peligroso para nosotros mismos, y por ese motivo exigiría una
intervención inmediata y decidida de nuestra parte. Los sentimientos y la política
expresados por la declaración entendida en esta forma, estarían por consiguiente de
acuerdo estricto con nuestros deberes y nuestro interés [Madrazzo, 680].
No podemos afirmar que ésta sea una interpretación oficial de la doctrina Monroe por
parte de Estados Unidos, pero lo cierto es que a la luz de la historia y la experiencia
podemos afirmar que el principio mismo es bastante obscuro, sujeto a interpretaciones
que se acomodan a las circunstancias, y en todo caso una manera muy particular de
interpretar la realidad.
Es ilustrativo transcribir aquí lo publicado por la revista Time con ocasión de la invasión
de Grenada por parte de Estados Unidos.
La actitud del presidente Reagan y del presidente Bush revivió una larga tradición de
agresividad americana en el hemisferio. Como dijo en 1904 el presidente Theodore
Roosevelt, el esgrimidor original del gran garrote:
"¿Qué es agresión?
Dice N.A. Maryan Green abogado inglés. Nuestras nociones actuales sobre la agresión
son anticuadas. La invasión de Grenada trajo a primera línea la necesidad de redefinir
algunos términos en el Derecho Internacional.
Green y otros expertos temen que los cursos actuales de Derecho Internacional no
tomen en cuenta la multitud de actos de agresión indirecta que cada día ocurren más
en la política mundial. Dice Jacques Kosciusko Morrizet, antiguo Embajador de Francia
en Estados Unidos: "Es fácil señalar las tropas que invaden su territorio y decir que eso
es agresión". Pero existen otras formas de agresión indirecta, tales como la subversión
o el cambio de gobiernos a través de golpes de Estado con la amenaza de una
potencia exterior. "En opinión de la administración Reagan, Grenada es un caso típico:
Estados Unidos puede haber intervenido directamente hace dos semanas, pero los
soviéticos y los cubanos han estado comprometidos en agresión indirecta durante años
en el hemisferio occidental". (La semana pasada el Senado Americano aprobó $19
millones en ayuda encubierta para los insurgentes de Nicaragua), dice Detleve Vagts,
profesor de Derecho en Harvard: "Yo pienso que el Derecho Internacional todavía no
se ha ocupado de la cuestión de la actividad encubierta en la cual se arma y apoya a
rebeldes dentro de un Estado".
Otra complicación es que las violaciones del Derecho Internacional muchas veces
están sujetas a interpretación por parte de la Asamblea General que actualmente está
dominada por nuevas naciones independientes procedentes del Tercer Mundo.
Para muchas de estas naciones no hay nada de malo con la intervención que puede
ser calificada de anticolonialista. El profesor Rosalyn Higgins de la London